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Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
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Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
Jajaja me gusto mucho el capitulo!!
Santana enferma hablando con brittany hace que me muera de risa
Santana enferma hablando con brittany hace que me muera de risa
monicagleek- ---
- Mensajes : 523
Fecha de inscripción : 25/11/2013
Edad : 27
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
Awww, lindo el sueño, ojala todos tuviésemos sueños así :/
amanda2070*** - Mensajes : 134
Fecha de inscripción : 20/02/2014
Edad : 23
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
Monicagleek escribió:Jajaja me gusto mucho el capitulo!!
Santana enferma hablando con brittany hace que me muera de risa
me alegra que te guste y que te haga reir
Amanda2070 escribió:Awww, lindo el sueño, ojala todos tuviésemos sueños así :/
¿verdad? seria muy hermoso JAJAJA bueno, gracias por leer :3
paulitahope**** - Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 06/04/2014
Edad : 25
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
TEMPRADA 2, CAPITULO 11.
-¿Porque no dejas de sonreír? Me encanta, pero me estas poniendo algo nerviosa Santana. -Me pregunto la rubia descruzando las piernas y cerrando la revista que leía a mi lado en el sillón mientras yo estaba en la cama mirando un insignificante programa de televisión que no tenía sentido alguno y mucho menos entendía.
-Brittany, si tuvieras una hija; ¿qué nombre le pondrías? -Fruncí en ceño sin aún dejar de sonreír mirando la televisión.
-No quiero niñas, quiero un niño; Me hace más ilusión un barón, ¿porque? -Dejó la revista en la mesita de noche y cruzó sus brazos.
-¿Y qué nombré le pondrías si fuese un barón? ¿Qué nombré te gustaría? -Volví a fruncir el ceño al hacerle esa pregunta.
-Michael, sin duda, amo ese nombre desde pequeña. -Mis ojos se dilataron y mi sonrisa creció aún más, recordando aquel precioso sueño que tuve hace unas horas, no podía creerlo, era como si hubiese tenido una visión o algo por el estilo, completamente impresionante.
-¿Me lo habías dicho antes? -Pregunté fascinada y dudando, ya que mi sueño podría haber sido una alucinación y ella me hubiera dado información antes.
-No, tampoco me lo habías preguntado. -Asentí y ella agarró el mando de mis manos y apago el televisor sin preguntarme.
-Oye, lo estaba viendo. -Me quejé riéndome.
-No, no lo estabas viendo, estabas pensando y eso es algo mucho más distinto a mirar, o presar atención a algo. –Fruncí el ceño sonriendo y le golpee la pierna con la parte delantera de mi mano. - y tú ¿qué nombré le pondrías? -Apoyo su mentón en la palma de su mano y sus codos en las rodillas.
-Madison, o Jesica, o Brittany. -Ella levantó las cejas y me miro dulcemente. –No es coña, desde pequeña he amado el nombre de “Brittany”, pero me quedo con Madison. –Dije ya que después de tener ese sueño, debería ser así de perfecto. Sonreí y guiñe un ojo a mi chica, antes de que se sentará a mi lado.
-Son nombres preciosos, pero que yo no usaría porque no quiero una niña. -Paso su brazo bajo mi cuello acariciando mi brazo, jugando con sus dedos como si fuesen un mini hombre.
-Lo bueno de la inseminación es que más o menos puedes elegir, tampoco me he informado mucho. -Le dije feliz y radiante, y apoyé mi cabeza en su hombro.
-Santana vas muy rápido, a este paso mañana me dices que te has quedado embarazada, que llevas cuatro meses del mismo embarazo y cuando me dé cuenta habrá nacido, tendrá maletín y trabajo, y ni siquiera vivirá en casa. –Mi chica se burló de mí, y de todo lo que yo decía.
-Tan sólo no puedo esperar a tener un futuro contigo, es eso no tiene nada de malo. -Agarre el mando de la televisión arrancándolo de su mano como ella hizo conmigo y entonces volví a encenderla.
-¿Pero desde cuándo? Tu instinto maternal estaba por los suelos hace tan solo unos días. –Confundida me preguntó y me encogí de hombros aun sonriendo sin dejar de hacerlo.
-Desde que vi a la hija de Quinn, las personas cambian Britt, yo he cambiado mucho. –Le reproché, subiendo las sabanas a mis pechos ya que tenía algo de frio.
-Lo estoy viendo, yo también estoy cambiando, yo me estoy volviendo la dura y tú la sensible, ¿Te das cuenta de eso? Vamos en cualquier momento me tocara salvarte la vida como tú has hecho conmigo, además te lo debo. –Fruncí el ceño, provocando que me molestara lo que dijo.
-No, no cambiemos los papeles, yo soy la fuerte y tú la sensible. –Soplé y le dije muy seria. –Oye cariño, estoy enferma ¡¿Dónde ha quedado tu compasión?! –Le exigí cabreada levantando mis manos.
-Solo bromeo, tonta siempre serás la mala y yo la buena, no te preocupes, sensible. –Golpeé su pierna de nuevo, pero esta vez sin reírme, aunque solo le di un manotazo muy suave.
-Me encanta cuando te cabreas conmigo, eres tan adorable. –Soplé y agache mi cuerpo introduciendo mis brazos por debajo de las sabanas y girando mi cuerpo contra la pared dispuesta a dormir sin cenar.
-Lo que tú digas. –Cerré los ojos, y una mano salvaje se presentó en mi abdomen.
-No te cabrees conmigo, prefiero que seas amable. –Seguía en la misma posición y con los ojos cerrados, estaba cansada así que suponía que me iba a dormir pronto, pero mi rubia no me dejó cuando clavo sus labios en mi cuello.
-Brittany, quiero dormir. –Le dije pasando mi mano por su nuca y una sonrisa se dibujaba en mi rostro, y sus labios estaban en mi cuello.
-Pues dime que no estas enfadada conmigo. –Lamio poco a poco pasando su lengua por mi cuello, dejando todo su rastro de ADN en mí, ella perfectamente sabía que yo era adicta a eso.
-No estoy enfadada. –Gemí fuerte mientras un escalofrío recorría mi cuerpo, con deseo y ansiedad.
-Así no me sirve, ni siquiera me has mirado a los ojos, ¿Por qué te enfadas? –Di media vuelta a mi cuello, dejando nuestros labios a poca distancia.
-Cariño, no estoy enfadada.-Sonreí sarcasticamente, mintiendo muy mal y ella busco mis labios, encontrándolos y como siempre yo permití entrar su lengua en mi boca.
-Así si, ¿Ves? No es tan difícil. –Arrugué mi nariz y lamio mis labios por encima sonriendo pícaramente volví a sus labios, dejando entrar mi lengua esta vez en sus labios.
-Es que me estresas, solo es eso. –Pasé todo mi brazo por su cuello apretando más y cortando la distancia, besando su mejilla, y su labio una y otra vez, mordiendo su mentón.
-Quiero verte así de cariñosa todos los días, enserio, te lo exijo. –Acarició mi mejilla y choco mi nariz con la suya haciendo un roce cariñoso.
-Siempre lo soy, dime un solo día cuando no he sido cariñosa contigo. –Elevé una ceja y entonces sonrió, volviendo a mis labios, de una manera muy dulce pero muy brusca.
-Bueno, me acuerdo aquella vez en el baño cuando intenté hablar contigo y tu saliste corriendo, y eso estuvo mal, deberíamos haberlo hecho ahí, enserio, ahí mismo de verdad. –Exigió después de un año de diferencia.
-Sí, deberías haberlo hecho, ¿Por qué no lo hiciste? –Fruncí el ceño y besé sus labios suave mente.
-Porque tu tenías novia y yo, esa cosa asquerosa llamada novio. ¿Lo recuerdas? –Sonreí.
-Sí, pero yo no le quería, además si nos separemos fue porque tu desconfiaste de mí. –
-Eso no volverá a pasar, no me juzgues; no hacía mucho que te conocía y todos me decían que eras la perra más mala, yo te quería, pero había cosas que no sabía, ya me entiendes, pero si ahora mismo tú me dejaras, yo movería cielo y tierra solo para volver a hacer que te enamoraras de mí. –Acaricio mi labio inferior acariciándolo con su dedo pulgar.
-Yo jamás te dejaría ir, soy tuya para siempre, y tú eres mía para siempre. –
-Vas a tener que prometerme eso, quiero tu palabra. –Aún tenía su mano en mi abdomen, y sus dedos jugaban con mi ombligo.
-Te lo prometo. –Le sonreí mientras le besaba, no podía dejar de jugar con su lengua, no podía dejar de saborear cada parte de su cuerpo, no comprendo cómo puedo amarla tanto, no sé cómo la gente puede soportarlo. –Brittany te quiero. –Le dije muy seria, mientras nuestros labios rozaban.
-Yo también cariño. -volvió a mis labios y me aparte.
-Te quiero de verdad, estoy enamorada de ti, eres la mujer de mi vida, eres con la única persona que quiero pasar todo mi tiempo, y compartir los momentos. –Dibujo una sonrisa en su rostro, y me volvió a besar suavemente.
-Yo también te quiero. –Me dijo de la misma manera.
Su cuerpo estaba boca abajo en la cama y de lado, su mano masajeaba uno de mis pechos debajo de mi top, y eso hacía que mis pezones se erizaran y endurecieran más, mis labios no dejaban que los suyos se separasen, era todo muy caliente, pero esta vez no iba a dejar que pasara algo más que su magreo en mi pecho y sus labios en los míos, puede que fuesen las diez de la noche, o las once, nada más habíamos llegado habíamos visto El diario de Noah, Brittany había soltado un par de lágrimas, y después nada en la televisión. Yo seguía jugando con su lengua, de repente un grande estruendo suena por el salón, Brittany pegó un salto del susto.
-¿Quinn? –Me susurró Brittany levantándose de la cama.
-No salgas. –Le susurré levantándome con ella clavando mi mano en su pecho para que no pasara.
-¿Qué hacemos? –Me dijo la rubia, los ruidos seguían en el salón, y ella temblaba.
-Cariño tranquilízate, ¿Dónde está tu teléfono? –Pregunté y susurré muy muy despacio.
-No lo sé, fuera. Me lo he vuelto a olvidar. –Tomé mi flequillo y lo eché a un lado.
-Abre ese cajón y rebusca entre mi ropa interior. –Dije mientras ponía mi cuerpo despacio contra la puerta.
-¿Qué quieres que busque? –Corrió hacia el cajón y comenzó a removerlo todo.
-Tiene que haber una navaja suiza, tiene que estar ahí. –Siguió rebuscando y cuando la encontró la abrió.
-¿Esta? –Pregunto temblando.
-Sí, vale ahora mírame. Mírame y escúchame, del apartamento solo yo y Quinn tenemos la llave, Quinn está en el hospital así que es completamente imposible que ella esté aquí y sobre todo con ánimos, Sam esta con ella, su madre también, Lord está en tu casa, solo pueden ser dos cosas… Y no son buenas, vale mi amor, ahora, enciérrate en el armario, y no salgas hasta que venga a buscarte, ¿Me entiendes? –Brittany me negó con su hermoso rostro, y su preocupación aumentó.
-Quédate conmigo, que se lleven lo que quieran, escóndete conmigo. –Me suplicó, con una lagrima rodando en su mejilla.
-Brittany, puede que no haya sido nada, pero por si acaso quédate aquí, voy a volver a buscarte, solo no hagas ruido y metete en el maldito armario. –Se negó y entonces abrí la puerta del armario, y la metí con fuerza, ya que había espacio solo para una persona.
-Santana déjame salir, vamos déjame salir joder. –Me gritó susurrando mientras tomaba su cuello y besaba sus labios.
-Quédate aquí y por favor no salgas, te quiero mucho. –Cerré la puerta y le puse el pestillo al armario, era raro pero le puse a mi armario un pestillo para que Quinn no lo abriera.
-¡Santana! –Suplicó Brittany golpeando la puerta.
Respiré hondo, y apreté con fuerza la navaja, coloque mi mano en el pomo de la puerta y lo giré muy despacio, asomé la vista, y no se escuchaban voces, solo se escuchaban bolsas, y tornillos, como herramientas, desde el pasillo podía ver una sombra, Brittany había dejado de hacer ruido así que me decidí a salir de una vez por todas de esa habitación, paso por paso, fui acercándome a la entrada donde daba en sillón, elevé la navaja y asomé mi cabeza, tan solo vi unos pantalones vaqueros, no podía ver nada más, así que tomé un jarrón que había y lo levanté sobre su cabeza.
-¿¡QUIEN COJONES ERES!? –Grité con fuerza.
-¡SANTANA SOY YO! –Gritó un rubio tapando su cabeza con las manos.
-Dios Sam, que susto, ¿¡QUE COJONES HACES AQUÍ? –Dije bajando el jarrón.
-Pues he venido a montar las cosas de Santana, espera, ¿Eso es una navaja? ¿¡IBAS A MATARME!? –Gritó el rubio preocupado.
-Claro que no, bueno si, ¡Pensaba que venias a violar a Brittany! O a mí, claro no avisas y es lo que pasa, lo normal es que una salga de su habitación con un cuchillo para matar, es obvio. –Crucé mis brazos y mis labios se tornaron de pato.
-Joder, Quinn me dijo que ibas a estar en casa de su madre, además le mande un mensaje a Brittany, en serio, estas enferma. –Señalé el teléfono de la encimera.
-Y como me entero yo, si tiene el maldito teléfono ahí. –Choqué la mano contra mi muslo.
-Bueno, ya esta no importa, tengo que seguir montando esto antes de que Quinn salga mañana del hospital. –Dijo agachando la mirada a los planos.
-Espera, ¿Os la vais a quedar? –Sonreí plenamente.
-Sí, pensaba que yo mismo no iba a querer, pero fue verla y no podía darla a otra persona, así que iba a convencer a Quinn, pero ella me dijo que no iba a darla, y su madre tenía todos estos muebles, juguetes, estantes, preparados y comprados, supongo que sabía lo que Quinn iba a hacer, pero más que nada Quinn se la quiso quedar por ti, sabia lo importante que era para ti. –Sonrió el boca trucha dejando ver sus hermosos dientes.
-La adoro tanto, oh y por cierto Sam, gracias por defender a Brittany antes en la cafetería, si no fuese por ti, ahora estaría en la cárcel pasando veinticuatro horas, por pelearme. –Sonreí y Sam se levantó poniendo bien sus vaqueros.
-Sabes que por ti haría lo que fuese, ¿No? –Se acercó a mi dando un pequeño paso.
-Sí, lo sé, eres mi amigo, yo también haría lo que fuese por ti. –Di un paso hacia atrás.
-Pero sabes a qué me refiero, ¿No? –Pasó su mano por mi cintura pegándome a él.
-Sam suéltame. –Aparté su brazo de mi cintura y volvió a sonreír.
-Santana, te amo, quiero a Quinn, pero estoy enamorada de ti. –Dio otro paso más.
-Dos cosas; Una: Yo no te quiero, y Dos: Estoy enamorada de Brittany. –Lo aparté empujándolo y echándolo hacia atrás con fuerza.
-Santana, déjame besarte, no puedo aguantar más, necesito besarte. –Agarró mi cuello, e inclino su boca pegándola a la mía, no tarde dos milésimas en golpear su cara con la palma de mi mano.
-Vuelve a tocarme, y te juro que te mato. –Le dije señalando con mi dedo índice su pecho.
-Echaba de menos tus labios Santana, ¿Te acuerdas cuando lo hicimos? Bajo aquel árbol en Tennessee, podemos volver a hacerlo, Brittany no está, Brittany me cae genial pero no puede romper lo que tú y yo tenemos. –Me aparté más de él.
-¿Lo que tú y yo tenemos? ¿Estás de coña? Tu y yo no tenemos absolutamente nada, yo no siento nada por ti, pero si lo siento por Brittany, como Brittany se entere de esto, se le va a caer el corazón en pedazos, así que no dirás nada, y mucho menos volverás a tocarme, porque Brittan… Espera, ¿Brittany? ¡DIOS BRITTANY! –Corrí hacia mi habitación golpeando mi cuerpo contra las paredes, entré volada y abrí la puerta del armario, Brittany estaba de espaldas, y toqué su hombro. –Cariño, ya está todo bien, era el gilipollas de Sam… … ¿Brittany? –Giré su hombro y su cuerpo cayó en picado sobre mis hombros.
-¿Santana? –Dijo con el cuerpo lleno de sudor a punto de quedar inconsciente.
-¿Qué te ha pasado? –Sus ojos se iban cerrando. –Dios, tranquilízate. –Respiraba muy rápido y su pulso iba muy deprisa.
-Soy claustrofóbica. –Dijo antes de cerrar los ojos por completo.
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espero comentarios, fvffagfdgfdgfdgafd MUCHOS! asi se si continuar...
-¿Porque no dejas de sonreír? Me encanta, pero me estas poniendo algo nerviosa Santana. -Me pregunto la rubia descruzando las piernas y cerrando la revista que leía a mi lado en el sillón mientras yo estaba en la cama mirando un insignificante programa de televisión que no tenía sentido alguno y mucho menos entendía.
-Brittany, si tuvieras una hija; ¿qué nombre le pondrías? -Fruncí en ceño sin aún dejar de sonreír mirando la televisión.
-No quiero niñas, quiero un niño; Me hace más ilusión un barón, ¿porque? -Dejó la revista en la mesita de noche y cruzó sus brazos.
-¿Y qué nombré le pondrías si fuese un barón? ¿Qué nombré te gustaría? -Volví a fruncir el ceño al hacerle esa pregunta.
-Michael, sin duda, amo ese nombre desde pequeña. -Mis ojos se dilataron y mi sonrisa creció aún más, recordando aquel precioso sueño que tuve hace unas horas, no podía creerlo, era como si hubiese tenido una visión o algo por el estilo, completamente impresionante.
-¿Me lo habías dicho antes? -Pregunté fascinada y dudando, ya que mi sueño podría haber sido una alucinación y ella me hubiera dado información antes.
-No, tampoco me lo habías preguntado. -Asentí y ella agarró el mando de mis manos y apago el televisor sin preguntarme.
-Oye, lo estaba viendo. -Me quejé riéndome.
-No, no lo estabas viendo, estabas pensando y eso es algo mucho más distinto a mirar, o presar atención a algo. –Fruncí el ceño sonriendo y le golpee la pierna con la parte delantera de mi mano. - y tú ¿qué nombré le pondrías? -Apoyo su mentón en la palma de su mano y sus codos en las rodillas.
-Madison, o Jesica, o Brittany. -Ella levantó las cejas y me miro dulcemente. –No es coña, desde pequeña he amado el nombre de “Brittany”, pero me quedo con Madison. –Dije ya que después de tener ese sueño, debería ser así de perfecto. Sonreí y guiñe un ojo a mi chica, antes de que se sentará a mi lado.
-Son nombres preciosos, pero que yo no usaría porque no quiero una niña. -Paso su brazo bajo mi cuello acariciando mi brazo, jugando con sus dedos como si fuesen un mini hombre.
-Lo bueno de la inseminación es que más o menos puedes elegir, tampoco me he informado mucho. -Le dije feliz y radiante, y apoyé mi cabeza en su hombro.
-Santana vas muy rápido, a este paso mañana me dices que te has quedado embarazada, que llevas cuatro meses del mismo embarazo y cuando me dé cuenta habrá nacido, tendrá maletín y trabajo, y ni siquiera vivirá en casa. –Mi chica se burló de mí, y de todo lo que yo decía.
-Tan sólo no puedo esperar a tener un futuro contigo, es eso no tiene nada de malo. -Agarre el mando de la televisión arrancándolo de su mano como ella hizo conmigo y entonces volví a encenderla.
-¿Pero desde cuándo? Tu instinto maternal estaba por los suelos hace tan solo unos días. –Confundida me preguntó y me encogí de hombros aun sonriendo sin dejar de hacerlo.
-Desde que vi a la hija de Quinn, las personas cambian Britt, yo he cambiado mucho. –Le reproché, subiendo las sabanas a mis pechos ya que tenía algo de frio.
-Lo estoy viendo, yo también estoy cambiando, yo me estoy volviendo la dura y tú la sensible, ¿Te das cuenta de eso? Vamos en cualquier momento me tocara salvarte la vida como tú has hecho conmigo, además te lo debo. –Fruncí el ceño, provocando que me molestara lo que dijo.
-No, no cambiemos los papeles, yo soy la fuerte y tú la sensible. –Soplé y le dije muy seria. –Oye cariño, estoy enferma ¡¿Dónde ha quedado tu compasión?! –Le exigí cabreada levantando mis manos.
-Solo bromeo, tonta siempre serás la mala y yo la buena, no te preocupes, sensible. –Golpeé su pierna de nuevo, pero esta vez sin reírme, aunque solo le di un manotazo muy suave.
-Me encanta cuando te cabreas conmigo, eres tan adorable. –Soplé y agache mi cuerpo introduciendo mis brazos por debajo de las sabanas y girando mi cuerpo contra la pared dispuesta a dormir sin cenar.
-Lo que tú digas. –Cerré los ojos, y una mano salvaje se presentó en mi abdomen.
-No te cabrees conmigo, prefiero que seas amable. –Seguía en la misma posición y con los ojos cerrados, estaba cansada así que suponía que me iba a dormir pronto, pero mi rubia no me dejó cuando clavo sus labios en mi cuello.
-Brittany, quiero dormir. –Le dije pasando mi mano por su nuca y una sonrisa se dibujaba en mi rostro, y sus labios estaban en mi cuello.
-Pues dime que no estas enfadada conmigo. –Lamio poco a poco pasando su lengua por mi cuello, dejando todo su rastro de ADN en mí, ella perfectamente sabía que yo era adicta a eso.
-No estoy enfadada. –Gemí fuerte mientras un escalofrío recorría mi cuerpo, con deseo y ansiedad.
-Así no me sirve, ni siquiera me has mirado a los ojos, ¿Por qué te enfadas? –Di media vuelta a mi cuello, dejando nuestros labios a poca distancia.
-Cariño, no estoy enfadada.-Sonreí sarcasticamente, mintiendo muy mal y ella busco mis labios, encontrándolos y como siempre yo permití entrar su lengua en mi boca.
-Así si, ¿Ves? No es tan difícil. –Arrugué mi nariz y lamio mis labios por encima sonriendo pícaramente volví a sus labios, dejando entrar mi lengua esta vez en sus labios.
-Es que me estresas, solo es eso. –Pasé todo mi brazo por su cuello apretando más y cortando la distancia, besando su mejilla, y su labio una y otra vez, mordiendo su mentón.
-Quiero verte así de cariñosa todos los días, enserio, te lo exijo. –Acarició mi mejilla y choco mi nariz con la suya haciendo un roce cariñoso.
-Siempre lo soy, dime un solo día cuando no he sido cariñosa contigo. –Elevé una ceja y entonces sonrió, volviendo a mis labios, de una manera muy dulce pero muy brusca.
-Bueno, me acuerdo aquella vez en el baño cuando intenté hablar contigo y tu saliste corriendo, y eso estuvo mal, deberíamos haberlo hecho ahí, enserio, ahí mismo de verdad. –Exigió después de un año de diferencia.
-Sí, deberías haberlo hecho, ¿Por qué no lo hiciste? –Fruncí el ceño y besé sus labios suave mente.
-Porque tu tenías novia y yo, esa cosa asquerosa llamada novio. ¿Lo recuerdas? –Sonreí.
-Sí, pero yo no le quería, además si nos separemos fue porque tu desconfiaste de mí. –
-Eso no volverá a pasar, no me juzgues; no hacía mucho que te conocía y todos me decían que eras la perra más mala, yo te quería, pero había cosas que no sabía, ya me entiendes, pero si ahora mismo tú me dejaras, yo movería cielo y tierra solo para volver a hacer que te enamoraras de mí. –Acaricio mi labio inferior acariciándolo con su dedo pulgar.
-Yo jamás te dejaría ir, soy tuya para siempre, y tú eres mía para siempre. –
-Vas a tener que prometerme eso, quiero tu palabra. –Aún tenía su mano en mi abdomen, y sus dedos jugaban con mi ombligo.
-Te lo prometo. –Le sonreí mientras le besaba, no podía dejar de jugar con su lengua, no podía dejar de saborear cada parte de su cuerpo, no comprendo cómo puedo amarla tanto, no sé cómo la gente puede soportarlo. –Brittany te quiero. –Le dije muy seria, mientras nuestros labios rozaban.
-Yo también cariño. -volvió a mis labios y me aparte.
-Te quiero de verdad, estoy enamorada de ti, eres la mujer de mi vida, eres con la única persona que quiero pasar todo mi tiempo, y compartir los momentos. –Dibujo una sonrisa en su rostro, y me volvió a besar suavemente.
-Yo también te quiero. –Me dijo de la misma manera.
Su cuerpo estaba boca abajo en la cama y de lado, su mano masajeaba uno de mis pechos debajo de mi top, y eso hacía que mis pezones se erizaran y endurecieran más, mis labios no dejaban que los suyos se separasen, era todo muy caliente, pero esta vez no iba a dejar que pasara algo más que su magreo en mi pecho y sus labios en los míos, puede que fuesen las diez de la noche, o las once, nada más habíamos llegado habíamos visto El diario de Noah, Brittany había soltado un par de lágrimas, y después nada en la televisión. Yo seguía jugando con su lengua, de repente un grande estruendo suena por el salón, Brittany pegó un salto del susto.
-¿Quinn? –Me susurró Brittany levantándose de la cama.
-No salgas. –Le susurré levantándome con ella clavando mi mano en su pecho para que no pasara.
-¿Qué hacemos? –Me dijo la rubia, los ruidos seguían en el salón, y ella temblaba.
-Cariño tranquilízate, ¿Dónde está tu teléfono? –Pregunté y susurré muy muy despacio.
-No lo sé, fuera. Me lo he vuelto a olvidar. –Tomé mi flequillo y lo eché a un lado.
-Abre ese cajón y rebusca entre mi ropa interior. –Dije mientras ponía mi cuerpo despacio contra la puerta.
-¿Qué quieres que busque? –Corrió hacia el cajón y comenzó a removerlo todo.
-Tiene que haber una navaja suiza, tiene que estar ahí. –Siguió rebuscando y cuando la encontró la abrió.
-¿Esta? –Pregunto temblando.
-Sí, vale ahora mírame. Mírame y escúchame, del apartamento solo yo y Quinn tenemos la llave, Quinn está en el hospital así que es completamente imposible que ella esté aquí y sobre todo con ánimos, Sam esta con ella, su madre también, Lord está en tu casa, solo pueden ser dos cosas… Y no son buenas, vale mi amor, ahora, enciérrate en el armario, y no salgas hasta que venga a buscarte, ¿Me entiendes? –Brittany me negó con su hermoso rostro, y su preocupación aumentó.
-Quédate conmigo, que se lleven lo que quieran, escóndete conmigo. –Me suplicó, con una lagrima rodando en su mejilla.
-Brittany, puede que no haya sido nada, pero por si acaso quédate aquí, voy a volver a buscarte, solo no hagas ruido y metete en el maldito armario. –Se negó y entonces abrí la puerta del armario, y la metí con fuerza, ya que había espacio solo para una persona.
-Santana déjame salir, vamos déjame salir joder. –Me gritó susurrando mientras tomaba su cuello y besaba sus labios.
-Quédate aquí y por favor no salgas, te quiero mucho. –Cerré la puerta y le puse el pestillo al armario, era raro pero le puse a mi armario un pestillo para que Quinn no lo abriera.
-¡Santana! –Suplicó Brittany golpeando la puerta.
Respiré hondo, y apreté con fuerza la navaja, coloque mi mano en el pomo de la puerta y lo giré muy despacio, asomé la vista, y no se escuchaban voces, solo se escuchaban bolsas, y tornillos, como herramientas, desde el pasillo podía ver una sombra, Brittany había dejado de hacer ruido así que me decidí a salir de una vez por todas de esa habitación, paso por paso, fui acercándome a la entrada donde daba en sillón, elevé la navaja y asomé mi cabeza, tan solo vi unos pantalones vaqueros, no podía ver nada más, así que tomé un jarrón que había y lo levanté sobre su cabeza.
-¿¡QUIEN COJONES ERES!? –Grité con fuerza.
-¡SANTANA SOY YO! –Gritó un rubio tapando su cabeza con las manos.
-Dios Sam, que susto, ¿¡QUE COJONES HACES AQUÍ? –Dije bajando el jarrón.
-Pues he venido a montar las cosas de Santana, espera, ¿Eso es una navaja? ¿¡IBAS A MATARME!? –Gritó el rubio preocupado.
-Claro que no, bueno si, ¡Pensaba que venias a violar a Brittany! O a mí, claro no avisas y es lo que pasa, lo normal es que una salga de su habitación con un cuchillo para matar, es obvio. –Crucé mis brazos y mis labios se tornaron de pato.
-Joder, Quinn me dijo que ibas a estar en casa de su madre, además le mande un mensaje a Brittany, en serio, estas enferma. –Señalé el teléfono de la encimera.
-Y como me entero yo, si tiene el maldito teléfono ahí. –Choqué la mano contra mi muslo.
-Bueno, ya esta no importa, tengo que seguir montando esto antes de que Quinn salga mañana del hospital. –Dijo agachando la mirada a los planos.
-Espera, ¿Os la vais a quedar? –Sonreí plenamente.
-Sí, pensaba que yo mismo no iba a querer, pero fue verla y no podía darla a otra persona, así que iba a convencer a Quinn, pero ella me dijo que no iba a darla, y su madre tenía todos estos muebles, juguetes, estantes, preparados y comprados, supongo que sabía lo que Quinn iba a hacer, pero más que nada Quinn se la quiso quedar por ti, sabia lo importante que era para ti. –Sonrió el boca trucha dejando ver sus hermosos dientes.
-La adoro tanto, oh y por cierto Sam, gracias por defender a Brittany antes en la cafetería, si no fuese por ti, ahora estaría en la cárcel pasando veinticuatro horas, por pelearme. –Sonreí y Sam se levantó poniendo bien sus vaqueros.
-Sabes que por ti haría lo que fuese, ¿No? –Se acercó a mi dando un pequeño paso.
-Sí, lo sé, eres mi amigo, yo también haría lo que fuese por ti. –Di un paso hacia atrás.
-Pero sabes a qué me refiero, ¿No? –Pasó su mano por mi cintura pegándome a él.
-Sam suéltame. –Aparté su brazo de mi cintura y volvió a sonreír.
-Santana, te amo, quiero a Quinn, pero estoy enamorada de ti. –Dio otro paso más.
-Dos cosas; Una: Yo no te quiero, y Dos: Estoy enamorada de Brittany. –Lo aparté empujándolo y echándolo hacia atrás con fuerza.
-Santana, déjame besarte, no puedo aguantar más, necesito besarte. –Agarró mi cuello, e inclino su boca pegándola a la mía, no tarde dos milésimas en golpear su cara con la palma de mi mano.
-Vuelve a tocarme, y te juro que te mato. –Le dije señalando con mi dedo índice su pecho.
-Echaba de menos tus labios Santana, ¿Te acuerdas cuando lo hicimos? Bajo aquel árbol en Tennessee, podemos volver a hacerlo, Brittany no está, Brittany me cae genial pero no puede romper lo que tú y yo tenemos. –Me aparté más de él.
-¿Lo que tú y yo tenemos? ¿Estás de coña? Tu y yo no tenemos absolutamente nada, yo no siento nada por ti, pero si lo siento por Brittany, como Brittany se entere de esto, se le va a caer el corazón en pedazos, así que no dirás nada, y mucho menos volverás a tocarme, porque Brittan… Espera, ¿Brittany? ¡DIOS BRITTANY! –Corrí hacia mi habitación golpeando mi cuerpo contra las paredes, entré volada y abrí la puerta del armario, Brittany estaba de espaldas, y toqué su hombro. –Cariño, ya está todo bien, era el gilipollas de Sam… … ¿Brittany? –Giré su hombro y su cuerpo cayó en picado sobre mis hombros.
-¿Santana? –Dijo con el cuerpo lleno de sudor a punto de quedar inconsciente.
-¿Qué te ha pasado? –Sus ojos se iban cerrando. –Dios, tranquilízate. –Respiraba muy rápido y su pulso iba muy deprisa.
-Soy claustrofóbica. –Dijo antes de cerrar los ojos por completo.
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espero comentarios, fvffagfdgfdgfdgafd MUCHOS! asi se si continuar...
paulitahope**** - Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 06/04/2014
Edad : 25
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
Me gustó mucho el capitulo, pero por Dios! ese Sam no se cansa! Pobre Britt espero que se sienta mejor. Actualiza pronto por favor, me encanta este fic *-* Amo los momentos Brittana <3
Nathy_Gleek*** - Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 15/12/2012
Edad : 30
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
Hay noo, porque no puede haber un solo capitulo sin que pase algo malo?!?! :(
amanda2070*** - Mensajes : 134
Fecha de inscripción : 20/02/2014
Edad : 23
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
Wowwww yo tambien voy a empezar a guardar una navaja en mi cuarto jeje
Que idiota es sam....
Que idiota es sam....
monicagleek- ---
- Mensajes : 523
Fecha de inscripción : 25/11/2013
Edad : 27
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
CAPITULO 2X12 "Mas que mi mejor amiga"
-¿Cómo dices? -Dije con su cuerpo entere mis manos y mi pulso acelerado - ¡SAM AYÚDAME! -Grite con fuerza.
-¡¿Qué te pasa?! -Dijo al estamparse contra mi puerta quedándose parado. -¡¿Que le ha pasado?! -
-Se ha desmayado, estaba en el armario, porque pensábamos que eras un asesino, yo la he metido ahí, no lo sabía; por favor, ayúdame. -dije desesperada y Rápidamente la agarro de las piernas y yo por las axilas, la levantemos y llevemos al sofá del salón.
-Tenemos que abrir las ventanas, y tienes que quitarle la ropa. -Dijo el Rubio pervertido.
-No pienso hacer eso, ella no suele llevar ropa interior, y menos cuando lleva el pijama. -Le exclame mientras abría las ventanas persianas y cortinas.
-¿Prefieres que se ahogue? Quítale la maldita ropa, y deja que le dé el aire, y ahora te echamos agua, tiene que darle el aire, Santana me iré dentro, pero quítale la puta ropa. -Desesperada, comencé a desabrocharlos botones de su camisa.
Tenía una camisa de tirantes debajo, ya podía ver sus pezones, así que no llevaba ropa interior, agarre de los dos extremos de la prenda que cubría los pechos de mi novia, y podía notar su cuerpo empapado de sudor, no sé como pude haberle hecho eso; Acto seguido baje sus pantalones, y gracias a dios, por una vez en su vida no se olvidó de ponerse las malditas bragas. La corriente era grande, ella estaba casi desnuda, bueno por no decir que lo estaba, el aire corría, así que fui a por una bolsa de hielo, y la puse en su frente, hasta que se enfrió.
-Sam, no salgas. -Le grite desde el salón donde se encontraba mi moribunda novia desnuda y dormida como si le hubieran lanzado un dardo tranquilizante.
-No te preocupes. -Me dijo el Rubio. -Toca su nuca, si está seca, quítale el hielo. -Dijo sin que yo le dijera nada y así hice.
-¿Y ahora? -Me dijo el Rubio doctor.
-Ahora échale un poco de agua en la cara, no te pases, que la ahogas. -Me mando desde detrás de la puerta.
-Vale. -Le dije y acto seguido moje mis manos y la eche en el rostro de Brittany. -¿Y ahora? -
-Espérate unos minutos, y después vuelve a tocar su nuca, cuando esté completamente seca trata de despertarla, me voy a quedar aquí, para no molestar. -Se oyeron pasos alejarse, deposite un beso en los labios de mi rubia dormida, y rápidamente ella abrió los ojos.
-¿Brittany? -Dije dilatando mis ojos.
-¿Santana? -Dijo parpadeando un unas cuantas veces, y mirando su cuerpo desnudo. -¿Que hago desnuda? -
-Te has desmayado, ¿porque no me has dicho que tenías miedo a los espacios cerrados y oscuros? -Le dije cabreada, pero sin apartar mi mano de su cintura descubierta.
-Lo hice, pero no me dejaste acabar. -Abalance mi cuerpo sobre el suyo y clavando mis labios en los suyos.
-Pensaba que no te ibas a despertar, Brittany, lo siento mucho; prometo escucharte siempre. -Dibujo una sonrisa en su rostro y paso su mano por mi espalda que estaba justo encima de su estómago con los ojos entrecerrados.
-Estoy bien, ahora me interesa saber porque el salón esta tan desordenado, y quien era la persona que había entrado. -Me miraba con sus ojos.
-Sam, ¿adivina qué? -Frunció el ceño y volvió a acariciar mi espalda. -Quinn ha decidido quedarse a Santana. -Sonreí y volví a besar sus labios.
-Santana. -Subió su mano a mi clavícula, y bajó la tira de mi sujetador, junto la tira de mi camisa negra.
-Dime. -Acaricie su labio inferior con mis labios, y lamí sus labios con mi lengua.
-Mira como estoy, mírame un segundo. -Me levanté y mire sus pechos con maldad pervertida.
-¿Quieres vestirte? -Agarro mi mano y tiro empujando me a ella de nuevo, haciendo que quedáramos pegadas.
-No, quiero que cumplas con lo que prometiste. -Fruncí el ceño y paso su mano por mi trasero, e clavando la mano por debajo de mi pantalón.
-¿Ahora? -Mire hacia atrás y después volví mi vista a sus ojos. -¿Aquí? -
-Aquí. -Señale atrás con mi dedo.
-Sam está ahí dentro. -Puse la primera excusa que se me vino a la cabeza.
-Pues dile que tiene que irse, ¿no te apetezco? -Pregunto de forma pervertida mi rubia sin sacar la mano de mi interior.
-Has estado desmayada, como media hora, te despiertas y me pides que te haga el amor aquí, ¡podrías estar muerta! -le exclame en la oreja.
-Bueno vale, pues nada; dame mi ropa. -Negué besando sus labios.
-¡Sam! Quinn me ha enviado un mensaje, ¡dice que vayas! -Mentí y Brittany me miro pícaramente con una sonrisa en el rostro.
-Dame la manta, me are la dormida. -señalo una sábana que se encontraba en sus piernas.
-Está bien. -Segundos después Sam apareció poniendo su chaqueta en su espalda.
-Santana, me voy mañana acabare de montar los muebles. -Me levanté rápidamente y coloque bien mi camisa
-Hasta maña Sam. -Dije abriéndole el paso por la puerta y después cerrándola.
-Vale, ahora no te escapas. -Dijo la rubia cuando me gire se acercaba a mi desnuda.
-No voy a hacerlo. -Dije acercándome también a ella, y agarrando su cintura con ambas manos.
-¿No quieres hacerlo? -Me pregunto la rubia frunciendo el ceño.
-Sí, sí quiero. Lo que no quiero es escaparme. -Me dedico una sonrisa y mordió su labio inferior con fuerza, arrastrando mi camisa sobre mis hombros, tirando de abajo arriba para sacarla.
Lanzo mi camisa al suelo, y acercó sus labios a mi clavícula, deslizando su mano por mi hombro dejando caer la tira de mi sujetador por el mismo, repitió la misma acción y paso a mis labios rápidamente, su mano se deslizó a mis pantalones cortos, y pegó su cuerpo al mío, entrelazando su brazo en mi cintura y besando mis labios dulcemente, las dos estábamos de pie en el salón, metió la palma de su mano dentro de mi ropa interior, acaricio mi zona haciendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo, y un gemido saliera de mis labios.
-Brittany me matas. -Le susurre a la oreja.
Segundos después deslice mis brazos a su espalda, y mis dedos a su ropa interior, tirando hacia abajo dulcemente hasta dejarla desnuda, ella desabrocho mi sujetador y yo mire su cuerpo desnudo con deseo, mientras su mano acariciaba mi zona, yo no podía dejar de empaparle la mano con mi humedad creciendo poco a poco.
-Saca la mano. -Le dije sin separar mis labios de los suyos.
-Mierda, ¿te ha bajado la regla? -Dijo echando su mano a un lado de mi cintura.
-No, no. -Sonreí. -Pero debo cumplir con lo prometido. -Le dije caliente. -Quítame la ropa interior. -Acercó su mano para tirar pero le negué. -Así no, hagamos esto un poco más caliente de lo habitual.
-Como ¿quieres que te la quite? -Dijo frunciendo el ceño mientras ponía una malvada sonrisa en mi rostro.
-Con los dientes. -Así hizo, se arrodilló ante mí, y tomo entre sus dientes la pequeña tela húmeda que tapaba mi sexo. -Ahora si podemos comenzar. -Le dije agarrándola por los muslos y elevando la en mis brazos para llevarla al sofá.
La tumbé delicadamente y acaricie su frente apartando sus mechones sueltos detrás de su oreja. Pase mi mano bajo su espalda y la eleve un poco más arriba, para poder hacerlo mejor, le prometí que vería las estrellas, y eso es lo que iba a hacer, así que cuando por fin estaba tumbada como deseaba, agarre sus piernas y las abrí tal cual, pasando mi cuerpo entre medio de ellas y clavando mis labios en uno de sus senos, lo lamí y lo succione mientras mis caricias permanecían en su cintura, volví a sus labios un momento, Mientras notaba su zona muy húmeda en mi pelvis mojando cada parte de mi cuerpo con su centro tan húmedo, y sus brazos entrelazados por mi espalda, respire hondo y apegue más mi cuerpo a ella y bese su cuello, de ahí pase mis labios por cada parte visible de su cuerpo, dejando pequeños mordiscos fui bajando mi cuerpo poco a poco, hasta poder sentir su humedad.
-Hazlo ya Santana. -Suplicó la rubia retorciendo se en el sofá.
-Aguanta un poco más. -Añadí con voz ronca y deseosa.
-Santana me voy a venir ya, date prisa. -Dijo soltando un pequeño gemido.
Prepare sus piernas, e incline mi cuello a su centro, notando su humedad ente mis labios, saboreando y besando cada parte y centímetro de su sexo palpitante, notaba como su cuerpo se estremecía, y como impulsaba sus caderas a mis labios mientras las movía como si estuviera bailando, baje mi mano hasta mi mismo centro húmedo, y lo acaricie con el dedo pulgar, clavando dos dedos en mi centro tan húmedo, empapado con mi humedad mis dedos, siguiendo mis labios en su centro saboreando la Brittany se retorcía e impulsaba sus cardarás mientras jadeaba y trataba de contener sus gritos, y venirse a mi rápidamente, seguía saboreando la mientras jugaba conmigo misma con mi mano, no podía dejar de saborear todo el jugo que Brittany expulsaba, como su humedad crecía y su piel ardía de tal manera que quemaba al mísero tacto, Sus piernas seguían abiertas, y ella estaba preparada para su perfecto orgasmo final.
-Cariño aún no te vengas, dame un poco de tiempo. -Brittany miro mis ojos mientras se retorcía y seguía jadeando, cuando sin darse cuenta clave mis dedos en su centro, y comencé a penetrarlos con fuerza.
-Santana no puedo más. -Sin dejar de penetrarla sacando y clavando mis dedos en su centro busque sus labios dejando todo su sabor en ella, estaba a cuatro patas sobre ella, y Brittany entre gemidos y sin aviso alguno paso su mano por mi centro y comenzó a masturbarme de manera que se volvía mutua.
-Lo aremos las dos a la vez. -Dije jadeando junto a ella mientras nos penetrábamos mutuamente muy mojadas y calientes por el ambiente.
-Me vengo ya. -Me dijo y cerré sus labios rozándola con los míos.
-No dejes de masturbarme cariño, no te vengas aún, dame unos segundos y me vengo contigo. -Dije excitada y llevando a mis labios uno de sus pezones erectos, dejándolos tan duros que pudieran atravesar cualquier cosa, me encendía más, sus dedos seguían el ritmo de mis jadeos y los míos iban a una velocidad más rápida.
-Me vengó ya. -Dijo cimiento y mordiendo el interior de su mejilla.
-Ya me queda poco, da más duro. -Le suplique y así hizo aumentando la rapidez de sus dedos, haciendo que viera las estrellas.
Ya estaba a punto, iba a explotar, nunca había estado tan excitada, y tan caliente.
-Ahora bebe. -Ella grito con todas sus fuerzas llegando a ese orgasmo final que tanto estaba deseando llegar. -Tú no pares. -le dije entre gemidos a punto de llegar a ese orgasmo que yo también esperaba.
-Vamos cariño aguanta un poco. -Me dijo la rubia masturbando con rapidez mi palpitante húmedo y caliente centró.
-Brittany. -Grité. -Vamos.
-Es tu turno. -Grité con más fuerza aun dejando mi cuerpo caer y llevando mis dedos a mi boca.
Ella repitió la misma acción que yo hice, saboreando sus dedos y entrelazando sus piernas a mi cintura y Haciendo un perfecto movimiento provocando un genial y excitante roce entre ambos sexos empapados.
-Tenías razón. -Gimió la rubia en mi oreja mientras hacía roce entre ambos sexos.
-Te lo dije. -Dije gimiendo entre sus labios.
-Podría pasarme tantas horas haciendo esto. -Apretó sus manos en mi culo y clavó sus uñas.
-Eres maldita mente sexy Srta. Pierce -Volví a uno de sus pechos y a lugar con ellos con mis dientes.
-Nunca te había visto así de encendida Srta. López, debería repetir estas acciones todos los días. -Asentí con mi voz, y busque sus labios encontrándolos y besándola apasionadamente, ella no se distraía un segundo, y sus caderas no se quedaban quietas, podía notar en el calor de su cuerpo que ella era una gran bailarina.
-Me pone mucho que me llames Srta. López, quieres que vuelva a lo de antes? Puedo hacer que tus piernas tiemblen. -Le dije impulsando cadera con cadera provocando más roce entre ambas, sin dejar de besar sus pechos.
-No me tientes. -La rubia dijo con voz ronca arañando mi espalda.
-Me vas a dejar marcas, princesa luego me preguntarán porque tengo cicatrices en la espalda, recuerda que ya viene el verano días de playa y piscina. -Ella gimió y dejo caer su cintura al sofá dando un gran respiro.
-Empieza de nuevo. -Me suplico Brittany provocando una sonrisa en mi rostro de deseo y maldad.
-A sus órdenes Srta. Pierce -le dije de improviso volviendo a penetrar su clítoris con mis dedos.
Acariciando con mi pulgar y besando cada parte de su piel visible, ella ardía mucho más que minutos antes, su piel quemaba como si llevara horas al sol, su piel bronceada era mi maldita kryptonita, jure que el día que tomará su cuerpo haría que viese las estrellas, y voy a conseguir que llegue al mejor orgasmo de toda su vida por segunda vez. Mis dedos se movían a la máxima velocidad que podía, Brittany jadeaba y gemía con fuerza, quería gritar.
-No grites bebe, no aún. -Le suplique siguiendo con el mismo ritmo, ella ya se venía. -dame un segundo princesa. -Gemí con ella al notar sus dedos rozar mi centro húmedo.
-Vamos a hacerlo juntas esta vez. -Presiono sus gritos en su pecho para que no salieran.
Mis gemidos se volvieron más fuertes, que sus manos me tocarán era mucho mejor que yo misma, el placer, el calor, el amor y todo lo que fluía por ese salón era mutuo, y eso era lo que más me en encendía y provocaba que fuese más rápido.
-Ya me vengo Brittany. -Le dije tratando de gritar pero ella tapó mi boca sellándola con un beso.
-A-aguanta. -Suplicó retorciendo su cuerpo bajo el mío. -Ahora. -Gritemos con fuerza dejando salir todo de una vez por todas.
-Dios Britt. -Dije mientras solamente esta vez acariciaba su centro húmedo y caliente que palpitaba tan rápido.
-Esto de repetir hay que hacerlo más veces. -Respiro hondo mientras pasaba la mano por su lengua, saboreando me todo lo que podía.
-Estoy muy cansada. -Dije respirando hondo cuando ella no volvió a tardar en pegar su cintura a la mía y volviendo moverlas provocando roce.
-¿Quieres que pare? -Me dijo con voz ronca la rubia y yo negué con mi cabeza con un pequeño gemido entre mis labios.
-Ni se te ocurra. -Le mande siguiendo el juego moviendo mis caderas suavemente. -Cuando no puedas más deja de mover las caderas.
Me negó sacudiendo su cabeza hacia ambos lados, y tomo en un puño mi pelo pegando mis labios a los suyos de una forma sensual y perfecta, mis pezones erectos junto los suyos rozando era mágico, minutos después ella dejo caer su cintura en picado al sofá, respirando hondo.
-Deja que recupere el aliento. -Dijo Brittany aun jadeando.
-Te cocinare algo. -Se me levanté mojada, moviendo mi trasero hacia ambos lados.
-Me matas cuando caminas así. -Dijo poniendo su voz ronca.
-La Srta. Pierce ¿quiere unos huevos revueltos con Bacon? -Mordí mi labio inferior contemplando su cuerpo tumbado en el sofá.
-Mmm... Por favor. -Me acerque a la cocina y encendí el juego, mientras eso se calentaba fui por una bata de casa, para no coger frío.
-¿Quieres algo más aparte de esto? -Pregunte mientras rompía un huevo en la sartén.
-Que te quites la bata, y vuelvas a tocarme como antes. -la rubia me rodeo con sus brazos por la cintura, y beso mi clavícula.
-Puedes tener me cuando quieras, ya conoces mis puntos débiles. –
-Mhmm, no me tientes. –Me dijo la rubia acariciando mi cuerpo desnudo detrás de la bata.
-Vamos a cenar, y después hacemos lo que tú quieras toda la noche. –Le dije sonriendo pícaramente oliendo su perfume desde mi composición.
-¿Te he dicho que no tengo hambre? Solo quiero comerte a ti. –El aceite comenzaba a saltar, así que iba con mas cuidado.
-Deberías quedarte inconsciente más veces, te vuelves una maldita maquina sexual cuando despiertas. –Me burlé de ella y comenzó a sacar los platos.
-Lo intentaré. –Comenzó a preparar la mesa completamente desnuda y la miraba sonriente, hasta que mi sonrisa desapareció, no debería hacerlo pero debía contarle lo que había pasado con Sam.
-Brittany tengo que decirte algo que ha pasado hoy, para empezar, yo no he sido y tampoco mi culpa, y no volverá a pasar nunca más. –Me sentí culpable y ella apoyo sus manos en mi cintura de nuevo.
-Puedes contarme lo que sea Santana, sabes que no me va a importar. –Dijo la rubia y me aparte de ella, dejando sus ojos en blanco.
-Es Sam, cuando salí a mirar quien había venido era el, y se me abalanzó sobre mí, me aparte rápidamente pero igual mente me ha besado, no quiera ocultártelo; Porque te quiero muchísimo y no mereces que te mienta, y menos que te oculte cosas. –Su rostro quedó pálido como la nieve.
-¿Me has engañado con él? –Me preguntó con la voz rota.
-No, no te he engañado con él, él me ha engañado para engañarte a ti conmigo, dios que lio. –Tapé mi rostro con mis manos y ella comenzó a sollozar.
-Pienso matarlo. –Comenzó a llorar y se dio la vuelta. –Voy a vestirme.
-¿Te has cabreado conmigo? –Le pregunté deteniendo su camino.
-¿Querías besarle? Se sincera, ¿real mente te apartaste? –Tapó su rostro con su brazo y comenzó a llorar más aún.
-Claro que no Brittany, por dios ¡No! Yo solo te quiero a ti, no llores más por esto, no ha sido nada, no tendría por qué mentirte, te he dicho la verdad. –Me acerqué a ella como pude pero avanzó dos pasos para que no la tocara.
-Prepara la cena, voy a ducharme. –Entró en el pasillo dando esquina, conociendo como es, sabía perfectamente lo que iba a hacer.
-Brittany, estate quieta y no hagas ninguna tontería. –Le grité y volví a cocinar con la mente jodida. –No me creo que se ponga así por un puto beso, siquiera lo sentía, lo he jodido todo estaba siendo una noche perfecta. –Me dije en voz alta a mí misma cuando la ducha se encendió y el agua comenzó a caer.
Comencé a acabar de preparar la mesa, la comida ya estaba lista, habían pasado unos diez minutos y cinco de que el agua había dejado de sonar, la comida se estaba enfriando.
-¡Brittany! –La llamé en un grito y ella apareció por la puerta con unos pantalones de pijama Rosas cortos, y una básica de tirantes negra.
-Soy una gilipollas, perdóname. –Tenía la cabeza agachada torcí mis labios y la rodeé con mis brazos.
-¿Perdonarte de qué? No eres nada, ha sido una tontería y no volverá a pasar. –Besé su frente e abrí paso para que se pudiese sentar.
-¿Has seguido cocinando? –Su rostro se animó un poco más.
-Por más que te enfades conmigo no voy a dejarte sin cenar, por más cosas malas que hagas voy a seguir queriéndote, Brittany te amo, ¿Qué no entiendes de eso? No hay nadie a quien quiera más, y no me importa lo que pasé porque siempre serás la única en la que piense. –Ella acaricio su brazo y se dio la vuelta parándose frente a mí. -¿Qué te pasa amor? –
-Lo he vuelto a hacer. –Fruncí el ceño y ella elevó su pantalón hacia arriba dejando versé heridas recientes, cortes muy largos y muy hinchados.
-¿Por qué cojones has hecho eso? Me prometiste no volver a hacerlo.
-Santana yo... -
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tardé mucho en actualizar por lo que les traigo un maratón xD
-¿Cómo dices? -Dije con su cuerpo entere mis manos y mi pulso acelerado - ¡SAM AYÚDAME! -Grite con fuerza.
-¡¿Qué te pasa?! -Dijo al estamparse contra mi puerta quedándose parado. -¡¿Que le ha pasado?! -
-Se ha desmayado, estaba en el armario, porque pensábamos que eras un asesino, yo la he metido ahí, no lo sabía; por favor, ayúdame. -dije desesperada y Rápidamente la agarro de las piernas y yo por las axilas, la levantemos y llevemos al sofá del salón.
-Tenemos que abrir las ventanas, y tienes que quitarle la ropa. -Dijo el Rubio pervertido.
-No pienso hacer eso, ella no suele llevar ropa interior, y menos cuando lleva el pijama. -Le exclame mientras abría las ventanas persianas y cortinas.
-¿Prefieres que se ahogue? Quítale la maldita ropa, y deja que le dé el aire, y ahora te echamos agua, tiene que darle el aire, Santana me iré dentro, pero quítale la puta ropa. -Desesperada, comencé a desabrocharlos botones de su camisa.
Tenía una camisa de tirantes debajo, ya podía ver sus pezones, así que no llevaba ropa interior, agarre de los dos extremos de la prenda que cubría los pechos de mi novia, y podía notar su cuerpo empapado de sudor, no sé como pude haberle hecho eso; Acto seguido baje sus pantalones, y gracias a dios, por una vez en su vida no se olvidó de ponerse las malditas bragas. La corriente era grande, ella estaba casi desnuda, bueno por no decir que lo estaba, el aire corría, así que fui a por una bolsa de hielo, y la puse en su frente, hasta que se enfrió.
-Sam, no salgas. -Le grite desde el salón donde se encontraba mi moribunda novia desnuda y dormida como si le hubieran lanzado un dardo tranquilizante.
-No te preocupes. -Me dijo el Rubio. -Toca su nuca, si está seca, quítale el hielo. -Dijo sin que yo le dijera nada y así hice.
-¿Y ahora? -Me dijo el Rubio doctor.
-Ahora échale un poco de agua en la cara, no te pases, que la ahogas. -Me mando desde detrás de la puerta.
-Vale. -Le dije y acto seguido moje mis manos y la eche en el rostro de Brittany. -¿Y ahora? -
-Espérate unos minutos, y después vuelve a tocar su nuca, cuando esté completamente seca trata de despertarla, me voy a quedar aquí, para no molestar. -Se oyeron pasos alejarse, deposite un beso en los labios de mi rubia dormida, y rápidamente ella abrió los ojos.
-¿Brittany? -Dije dilatando mis ojos.
-¿Santana? -Dijo parpadeando un unas cuantas veces, y mirando su cuerpo desnudo. -¿Que hago desnuda? -
-Te has desmayado, ¿porque no me has dicho que tenías miedo a los espacios cerrados y oscuros? -Le dije cabreada, pero sin apartar mi mano de su cintura descubierta.
-Lo hice, pero no me dejaste acabar. -Abalance mi cuerpo sobre el suyo y clavando mis labios en los suyos.
-Pensaba que no te ibas a despertar, Brittany, lo siento mucho; prometo escucharte siempre. -Dibujo una sonrisa en su rostro y paso su mano por mi espalda que estaba justo encima de su estómago con los ojos entrecerrados.
-Estoy bien, ahora me interesa saber porque el salón esta tan desordenado, y quien era la persona que había entrado. -Me miraba con sus ojos.
-Sam, ¿adivina qué? -Frunció el ceño y volvió a acariciar mi espalda. -Quinn ha decidido quedarse a Santana. -Sonreí y volví a besar sus labios.
-Santana. -Subió su mano a mi clavícula, y bajó la tira de mi sujetador, junto la tira de mi camisa negra.
-Dime. -Acaricie su labio inferior con mis labios, y lamí sus labios con mi lengua.
-Mira como estoy, mírame un segundo. -Me levanté y mire sus pechos con maldad pervertida.
-¿Quieres vestirte? -Agarro mi mano y tiro empujando me a ella de nuevo, haciendo que quedáramos pegadas.
-No, quiero que cumplas con lo que prometiste. -Fruncí el ceño y paso su mano por mi trasero, e clavando la mano por debajo de mi pantalón.
-¿Ahora? -Mire hacia atrás y después volví mi vista a sus ojos. -¿Aquí? -
-Aquí. -Señale atrás con mi dedo.
-Sam está ahí dentro. -Puse la primera excusa que se me vino a la cabeza.
-Pues dile que tiene que irse, ¿no te apetezco? -Pregunto de forma pervertida mi rubia sin sacar la mano de mi interior.
-Has estado desmayada, como media hora, te despiertas y me pides que te haga el amor aquí, ¡podrías estar muerta! -le exclame en la oreja.
-Bueno vale, pues nada; dame mi ropa. -Negué besando sus labios.
-¡Sam! Quinn me ha enviado un mensaje, ¡dice que vayas! -Mentí y Brittany me miro pícaramente con una sonrisa en el rostro.
-Dame la manta, me are la dormida. -señalo una sábana que se encontraba en sus piernas.
-Está bien. -Segundos después Sam apareció poniendo su chaqueta en su espalda.
-Santana, me voy mañana acabare de montar los muebles. -Me levanté rápidamente y coloque bien mi camisa
-Hasta maña Sam. -Dije abriéndole el paso por la puerta y después cerrándola.
-Vale, ahora no te escapas. -Dijo la rubia cuando me gire se acercaba a mi desnuda.
-No voy a hacerlo. -Dije acercándome también a ella, y agarrando su cintura con ambas manos.
-¿No quieres hacerlo? -Me pregunto la rubia frunciendo el ceño.
-Sí, sí quiero. Lo que no quiero es escaparme. -Me dedico una sonrisa y mordió su labio inferior con fuerza, arrastrando mi camisa sobre mis hombros, tirando de abajo arriba para sacarla.
Lanzo mi camisa al suelo, y acercó sus labios a mi clavícula, deslizando su mano por mi hombro dejando caer la tira de mi sujetador por el mismo, repitió la misma acción y paso a mis labios rápidamente, su mano se deslizó a mis pantalones cortos, y pegó su cuerpo al mío, entrelazando su brazo en mi cintura y besando mis labios dulcemente, las dos estábamos de pie en el salón, metió la palma de su mano dentro de mi ropa interior, acaricio mi zona haciendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo, y un gemido saliera de mis labios.
-Brittany me matas. -Le susurre a la oreja.
Segundos después deslice mis brazos a su espalda, y mis dedos a su ropa interior, tirando hacia abajo dulcemente hasta dejarla desnuda, ella desabrocho mi sujetador y yo mire su cuerpo desnudo con deseo, mientras su mano acariciaba mi zona, yo no podía dejar de empaparle la mano con mi humedad creciendo poco a poco.
-Saca la mano. -Le dije sin separar mis labios de los suyos.
-Mierda, ¿te ha bajado la regla? -Dijo echando su mano a un lado de mi cintura.
-No, no. -Sonreí. -Pero debo cumplir con lo prometido. -Le dije caliente. -Quítame la ropa interior. -Acercó su mano para tirar pero le negué. -Así no, hagamos esto un poco más caliente de lo habitual.
-Como ¿quieres que te la quite? -Dijo frunciendo el ceño mientras ponía una malvada sonrisa en mi rostro.
-Con los dientes. -Así hizo, se arrodilló ante mí, y tomo entre sus dientes la pequeña tela húmeda que tapaba mi sexo. -Ahora si podemos comenzar. -Le dije agarrándola por los muslos y elevando la en mis brazos para llevarla al sofá.
La tumbé delicadamente y acaricie su frente apartando sus mechones sueltos detrás de su oreja. Pase mi mano bajo su espalda y la eleve un poco más arriba, para poder hacerlo mejor, le prometí que vería las estrellas, y eso es lo que iba a hacer, así que cuando por fin estaba tumbada como deseaba, agarre sus piernas y las abrí tal cual, pasando mi cuerpo entre medio de ellas y clavando mis labios en uno de sus senos, lo lamí y lo succione mientras mis caricias permanecían en su cintura, volví a sus labios un momento, Mientras notaba su zona muy húmeda en mi pelvis mojando cada parte de mi cuerpo con su centro tan húmedo, y sus brazos entrelazados por mi espalda, respire hondo y apegue más mi cuerpo a ella y bese su cuello, de ahí pase mis labios por cada parte visible de su cuerpo, dejando pequeños mordiscos fui bajando mi cuerpo poco a poco, hasta poder sentir su humedad.
-Hazlo ya Santana. -Suplicó la rubia retorciendo se en el sofá.
-Aguanta un poco más. -Añadí con voz ronca y deseosa.
-Santana me voy a venir ya, date prisa. -Dijo soltando un pequeño gemido.
Prepare sus piernas, e incline mi cuello a su centro, notando su humedad ente mis labios, saboreando y besando cada parte y centímetro de su sexo palpitante, notaba como su cuerpo se estremecía, y como impulsaba sus caderas a mis labios mientras las movía como si estuviera bailando, baje mi mano hasta mi mismo centro húmedo, y lo acaricie con el dedo pulgar, clavando dos dedos en mi centro tan húmedo, empapado con mi humedad mis dedos, siguiendo mis labios en su centro saboreando la Brittany se retorcía e impulsaba sus cardarás mientras jadeaba y trataba de contener sus gritos, y venirse a mi rápidamente, seguía saboreando la mientras jugaba conmigo misma con mi mano, no podía dejar de saborear todo el jugo que Brittany expulsaba, como su humedad crecía y su piel ardía de tal manera que quemaba al mísero tacto, Sus piernas seguían abiertas, y ella estaba preparada para su perfecto orgasmo final.
-Cariño aún no te vengas, dame un poco de tiempo. -Brittany miro mis ojos mientras se retorcía y seguía jadeando, cuando sin darse cuenta clave mis dedos en su centro, y comencé a penetrarlos con fuerza.
-Santana no puedo más. -Sin dejar de penetrarla sacando y clavando mis dedos en su centro busque sus labios dejando todo su sabor en ella, estaba a cuatro patas sobre ella, y Brittany entre gemidos y sin aviso alguno paso su mano por mi centro y comenzó a masturbarme de manera que se volvía mutua.
-Lo aremos las dos a la vez. -Dije jadeando junto a ella mientras nos penetrábamos mutuamente muy mojadas y calientes por el ambiente.
-Me vengo ya. -Me dijo y cerré sus labios rozándola con los míos.
-No dejes de masturbarme cariño, no te vengas aún, dame unos segundos y me vengo contigo. -Dije excitada y llevando a mis labios uno de sus pezones erectos, dejándolos tan duros que pudieran atravesar cualquier cosa, me encendía más, sus dedos seguían el ritmo de mis jadeos y los míos iban a una velocidad más rápida.
-Me vengó ya. -Dijo cimiento y mordiendo el interior de su mejilla.
-Ya me queda poco, da más duro. -Le suplique y así hizo aumentando la rapidez de sus dedos, haciendo que viera las estrellas.
Ya estaba a punto, iba a explotar, nunca había estado tan excitada, y tan caliente.
-Ahora bebe. -Ella grito con todas sus fuerzas llegando a ese orgasmo final que tanto estaba deseando llegar. -Tú no pares. -le dije entre gemidos a punto de llegar a ese orgasmo que yo también esperaba.
-Vamos cariño aguanta un poco. -Me dijo la rubia masturbando con rapidez mi palpitante húmedo y caliente centró.
-Brittany. -Grité. -Vamos.
-Es tu turno. -Grité con más fuerza aun dejando mi cuerpo caer y llevando mis dedos a mi boca.
Ella repitió la misma acción que yo hice, saboreando sus dedos y entrelazando sus piernas a mi cintura y Haciendo un perfecto movimiento provocando un genial y excitante roce entre ambos sexos empapados.
-Tenías razón. -Gimió la rubia en mi oreja mientras hacía roce entre ambos sexos.
-Te lo dije. -Dije gimiendo entre sus labios.
-Podría pasarme tantas horas haciendo esto. -Apretó sus manos en mi culo y clavó sus uñas.
-Eres maldita mente sexy Srta. Pierce -Volví a uno de sus pechos y a lugar con ellos con mis dientes.
-Nunca te había visto así de encendida Srta. López, debería repetir estas acciones todos los días. -Asentí con mi voz, y busque sus labios encontrándolos y besándola apasionadamente, ella no se distraía un segundo, y sus caderas no se quedaban quietas, podía notar en el calor de su cuerpo que ella era una gran bailarina.
-Me pone mucho que me llames Srta. López, quieres que vuelva a lo de antes? Puedo hacer que tus piernas tiemblen. -Le dije impulsando cadera con cadera provocando más roce entre ambas, sin dejar de besar sus pechos.
-No me tientes. -La rubia dijo con voz ronca arañando mi espalda.
-Me vas a dejar marcas, princesa luego me preguntarán porque tengo cicatrices en la espalda, recuerda que ya viene el verano días de playa y piscina. -Ella gimió y dejo caer su cintura al sofá dando un gran respiro.
-Empieza de nuevo. -Me suplico Brittany provocando una sonrisa en mi rostro de deseo y maldad.
-A sus órdenes Srta. Pierce -le dije de improviso volviendo a penetrar su clítoris con mis dedos.
Acariciando con mi pulgar y besando cada parte de su piel visible, ella ardía mucho más que minutos antes, su piel quemaba como si llevara horas al sol, su piel bronceada era mi maldita kryptonita, jure que el día que tomará su cuerpo haría que viese las estrellas, y voy a conseguir que llegue al mejor orgasmo de toda su vida por segunda vez. Mis dedos se movían a la máxima velocidad que podía, Brittany jadeaba y gemía con fuerza, quería gritar.
-No grites bebe, no aún. -Le suplique siguiendo con el mismo ritmo, ella ya se venía. -dame un segundo princesa. -Gemí con ella al notar sus dedos rozar mi centro húmedo.
-Vamos a hacerlo juntas esta vez. -Presiono sus gritos en su pecho para que no salieran.
Mis gemidos se volvieron más fuertes, que sus manos me tocarán era mucho mejor que yo misma, el placer, el calor, el amor y todo lo que fluía por ese salón era mutuo, y eso era lo que más me en encendía y provocaba que fuese más rápido.
-Ya me vengo Brittany. -Le dije tratando de gritar pero ella tapó mi boca sellándola con un beso.
-A-aguanta. -Suplicó retorciendo su cuerpo bajo el mío. -Ahora. -Gritemos con fuerza dejando salir todo de una vez por todas.
-Dios Britt. -Dije mientras solamente esta vez acariciaba su centro húmedo y caliente que palpitaba tan rápido.
-Esto de repetir hay que hacerlo más veces. -Respiro hondo mientras pasaba la mano por su lengua, saboreando me todo lo que podía.
-Estoy muy cansada. -Dije respirando hondo cuando ella no volvió a tardar en pegar su cintura a la mía y volviendo moverlas provocando roce.
-¿Quieres que pare? -Me dijo con voz ronca la rubia y yo negué con mi cabeza con un pequeño gemido entre mis labios.
-Ni se te ocurra. -Le mande siguiendo el juego moviendo mis caderas suavemente. -Cuando no puedas más deja de mover las caderas.
Me negó sacudiendo su cabeza hacia ambos lados, y tomo en un puño mi pelo pegando mis labios a los suyos de una forma sensual y perfecta, mis pezones erectos junto los suyos rozando era mágico, minutos después ella dejo caer su cintura en picado al sofá, respirando hondo.
-Deja que recupere el aliento. -Dijo Brittany aun jadeando.
-Te cocinare algo. -Se me levanté mojada, moviendo mi trasero hacia ambos lados.
-Me matas cuando caminas así. -Dijo poniendo su voz ronca.
-La Srta. Pierce ¿quiere unos huevos revueltos con Bacon? -Mordí mi labio inferior contemplando su cuerpo tumbado en el sofá.
-Mmm... Por favor. -Me acerque a la cocina y encendí el juego, mientras eso se calentaba fui por una bata de casa, para no coger frío.
-¿Quieres algo más aparte de esto? -Pregunte mientras rompía un huevo en la sartén.
-Que te quites la bata, y vuelvas a tocarme como antes. -la rubia me rodeo con sus brazos por la cintura, y beso mi clavícula.
-Puedes tener me cuando quieras, ya conoces mis puntos débiles. –
-Mhmm, no me tientes. –Me dijo la rubia acariciando mi cuerpo desnudo detrás de la bata.
-Vamos a cenar, y después hacemos lo que tú quieras toda la noche. –Le dije sonriendo pícaramente oliendo su perfume desde mi composición.
-¿Te he dicho que no tengo hambre? Solo quiero comerte a ti. –El aceite comenzaba a saltar, así que iba con mas cuidado.
-Deberías quedarte inconsciente más veces, te vuelves una maldita maquina sexual cuando despiertas. –Me burlé de ella y comenzó a sacar los platos.
-Lo intentaré. –Comenzó a preparar la mesa completamente desnuda y la miraba sonriente, hasta que mi sonrisa desapareció, no debería hacerlo pero debía contarle lo que había pasado con Sam.
-Brittany tengo que decirte algo que ha pasado hoy, para empezar, yo no he sido y tampoco mi culpa, y no volverá a pasar nunca más. –Me sentí culpable y ella apoyo sus manos en mi cintura de nuevo.
-Puedes contarme lo que sea Santana, sabes que no me va a importar. –Dijo la rubia y me aparte de ella, dejando sus ojos en blanco.
-Es Sam, cuando salí a mirar quien había venido era el, y se me abalanzó sobre mí, me aparte rápidamente pero igual mente me ha besado, no quiera ocultártelo; Porque te quiero muchísimo y no mereces que te mienta, y menos que te oculte cosas. –Su rostro quedó pálido como la nieve.
-¿Me has engañado con él? –Me preguntó con la voz rota.
-No, no te he engañado con él, él me ha engañado para engañarte a ti conmigo, dios que lio. –Tapé mi rostro con mis manos y ella comenzó a sollozar.
-Pienso matarlo. –Comenzó a llorar y se dio la vuelta. –Voy a vestirme.
-¿Te has cabreado conmigo? –Le pregunté deteniendo su camino.
-¿Querías besarle? Se sincera, ¿real mente te apartaste? –Tapó su rostro con su brazo y comenzó a llorar más aún.
-Claro que no Brittany, por dios ¡No! Yo solo te quiero a ti, no llores más por esto, no ha sido nada, no tendría por qué mentirte, te he dicho la verdad. –Me acerqué a ella como pude pero avanzó dos pasos para que no la tocara.
-Prepara la cena, voy a ducharme. –Entró en el pasillo dando esquina, conociendo como es, sabía perfectamente lo que iba a hacer.
-Brittany, estate quieta y no hagas ninguna tontería. –Le grité y volví a cocinar con la mente jodida. –No me creo que se ponga así por un puto beso, siquiera lo sentía, lo he jodido todo estaba siendo una noche perfecta. –Me dije en voz alta a mí misma cuando la ducha se encendió y el agua comenzó a caer.
Comencé a acabar de preparar la mesa, la comida ya estaba lista, habían pasado unos diez minutos y cinco de que el agua había dejado de sonar, la comida se estaba enfriando.
-¡Brittany! –La llamé en un grito y ella apareció por la puerta con unos pantalones de pijama Rosas cortos, y una básica de tirantes negra.
-Soy una gilipollas, perdóname. –Tenía la cabeza agachada torcí mis labios y la rodeé con mis brazos.
-¿Perdonarte de qué? No eres nada, ha sido una tontería y no volverá a pasar. –Besé su frente e abrí paso para que se pudiese sentar.
-¿Has seguido cocinando? –Su rostro se animó un poco más.
-Por más que te enfades conmigo no voy a dejarte sin cenar, por más cosas malas que hagas voy a seguir queriéndote, Brittany te amo, ¿Qué no entiendes de eso? No hay nadie a quien quiera más, y no me importa lo que pasé porque siempre serás la única en la que piense. –Ella acaricio su brazo y se dio la vuelta parándose frente a mí. -¿Qué te pasa amor? –
-Lo he vuelto a hacer. –Fruncí el ceño y ella elevó su pantalón hacia arriba dejando versé heridas recientes, cortes muy largos y muy hinchados.
-¿Por qué cojones has hecho eso? Me prometiste no volver a hacerlo.
-Santana yo... -
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tardé mucho en actualizar por lo que les traigo un maratón xD
paulitahope**** - Mensajes : 151
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Edad : 25
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
CAPITULO 2X13 "Mas que mi mejor amiga"
-¿Tu qué?... -Mis ojos se cristalizaron al ver sus heridas recientemente abiertas. -¿Tengo que vigilarte y seguirte a todos los sitios donde vayas? Eres consciente del daño que te haces a ti misma, o ¿el daño que me haces a mí? -Asintió mientras las lágrimas brotaban por sus mejillas y yo no comprendía nada de lo que estaba pasando en ese momento.
-No puedo dejar de hacerlo. -
-Ven aquí. -Me acerque y rodeé mis brazos en su cuello y ella lloraba arrepentida de sus actos anteriores.
-No me lleves a ningún psicólogo por favor, no volveré a hacerlo; No estoy loca. -Jadeaba en mi regazo la rubia suplicando lo que decía, mientras sentía su perdón en su voz.
-No voy a llevarte a ningún sitio Brittany. -Suspire hondo y cerré los ojos. -Pero sólo quiero que me expliques porque has hecho esto, parece que pienses que no te quiero. -
-Cada vez que pasa algo, por pequeña que sea la situación hay algo que me impulsa a hacerlo. -Lloraba la rubia mirándome a los ojos con tristeza y dolor.
-Cuando necesites hacerlo deberías decírmelo, ¿sabes que pueden ser esas heridas? -Alzo su mirada a la mía y limpió su ojo derecho.
-¿El qué? -
-Mis besos, y mis caricias. -Pude ver una pequeña sonrisa en su rostro. -Odio que llores, odio que te hagas esto como confió en ti ahora si me juraste no volver a hacerlo. -Mis brazos estaban enredados en su cuello, mientras mis dedos acariciaban su melena rubia.
-Lo siento tanto... -Jadeo entre cortándose su voz, aun sacando un par de lágrimas.
-No tienes por qué disculparte, yo sé que has tenido una vida dura, y que este último año has tenido una gran pérdida, pero tu madre no quisiera verte así, ella estaba orgullosa de lo que eras a pesar de todo lo que te pasaba, ella te quería tanto como yo lo hago, ella no está para protegerte, pero yo si estoy aquí, y tienes que saber que ahora que tu madre no está al igual que tu padre, mi deber es cuidar de ti, como el tuyo es cuidar de mí. -Acaricié su espalda pasando mi mano por su lomo y dejando un pequeño beso en sus labios.
-Yo no estoy cuidando de ti, soy una mala novia; No sé qué haces conmigo, soy imposible y todos saben cómo acabaré. -Simuló que acabaría muerta, no podía oír eso, no de sus labios.
-¿Qué gilipollez es esa? ¿No ves que yo sin ti no soy nada?, tu cuidas de mi todos los días, y como vas a acabar, será; Tú y yo en una de las mejores casas de donde tú quieras, con tus hijos, con mis hijas, casadas, no sé, la verdad es que no me importa, porque si tuviera que acabar en la miseria, mientras fuese contigo me daría igual, mi corazón late todos los días por ti, vivo por ti; Y estoy harta de tener que repetírtelo todos los días, pero no me importa porque sé que lo siento, y si tu caes; Yo caigo. -Respire hondo y mis ojos se cristalizaron aún más, pero trate de aguantar para no llorar; En esta relación yo era la fuerte, y aun que fuese la débil no iba a dejar que ella se hundiera.
-Yo no quiero que por mi culpa acabemos debajo de un puente. -Carcajeó sonriendo del todo por un momento.
-Me da igual donde acabemos mientras estemos juntas. -Repetí el acto de hace unos minutos y volví a rozar mis labios con los suyos.
-¿Qué pasa si vuelvo a hacerlo? -
-No lo volverás a hacer, así que tranquila. -Le guiñé un ojo junto mis labios a pocos centímetros de los suyos.
-Tú no sabes eso, yo pensaba que no lo iba a hacer más pero lo he hecho. -Mordió su labio inferior desviando la mirada a la comida que se encontraba sobre la mesa.
-Si lo sé, yo lo sé todo; Como Obama. -Me separé de ella y caminé hacia la mesa de su mano. -Ahora, vamos a comer porque te estarás muriendo de hambre. -Se sentó en su silla mientras mis brazos rodeaban su cuello y mis labios no se despegaban de su mejilla.
-Te quiero Santana López. -Puso ese acento latino que tanto me gustaba cuando decía mi nombre.
-Yo más -Susurré en su oreja y fui a mi silla para comer la comida medio congelada del plato.
Cenemos y hablamos todo el resto de la noche, a las doce Brittany se había quedado dormida en el sofá viendo su película de dibujos animada preferida "Alicia en el país de las maravillas" Yo seguía viendo la película, así que cuando acabó recogí todo y limpie todo haciéndose la una y media de la madrugada, todo estaba limpio, fui a mi habitación y me puse un pijama corto, dejando ver mis piernas con los pantalones y dejando ver mi espalda con la camisa de tirantes que me había puesto; Hice una cola de caballo con una de las gomas de Quinn que habían tiradas en el baño cepille miso dientes y volví al salón donde se encontraba mi chica dormida como un dulce ángel, así que pasé mis manos bajo las rodillas junto la espalda y la elevé en mis brazos llevándola desde el quinto sueño donde se encontraba a la cama. La eche despacio, besando su frente di la vuelta a la cama tumbándome a su lado y encendiendo la televisión para no tener que dormir con todas las luces apagadas, ya que me ponían nerviosa, vi que pasaban Doctor Who, así que lo dejé y con todo eso pasaron a ser las tres de la mañana, daba vueltas en la cama, no podía dormir, el programa ya había acabado y se pusieron los dibujos animados, seguía sin poder dormir y eran las cuatro. No podía más; Fui a la cocina por una infusión, muy, muy caliente para poder relajarme.
-Vaya mierda. -Pasé la palma de mi mano por mi cabeza rascando mi frente y estirando mi cuerpo hacía atrás y la infusión se calentaba.
-¿Santana que haces despierta? Son las cinco de la mañana. -Preguntó Brittany rascándose la parte superior de su coronilla
-¿Y tú? -Pregunté confusa sacando mi infusión del microondas.
-Siempre me suelo levantar a estas horas a por un vaso de agua, pero es la primera vez que te veo despierta, ¿te pasa algo? -Se acercó sacando una jarra de agua y un vaso sirviéndose un poco de agua fría.
-No puedo dormir, no sé porque el insomnio nunca había sido un problema para mí. -Torcí mis labios y eché dos sobres de sacarina en mi infusión y le di un sorbo.
-Cariño, yo me voy a dormir; No soy de estar despierta tal tarde. -Se acercó y beso mis labios lentamente mojados de agua.
-Buenas noches, ahora voy cuando termine esto. -Eleve mi infusión mostrándoselo a la rubia y se dio la vuelta yendo de nuevo a la habitación.
Mientras bebía un bostezo salió por mis labios y una sonrisa se dibujó en mi rostro, no lo tome entero, lo bloque y fui de nuevo a la habitación, Brittany estaba dormida; Estaba en una quinta dimensión, donde no yo dormida después de un concierto podía llegar, me tumbe y no tape para nada mi cuerpo, completamente destapada girada a hacia la pared muerta de calor, cerré los ojos y el brazo de Brittany me rodeo mientras estaba a punto de quedarme dormida, por un momento me molestaba pero cuando comencé a tener frío y su brazo me daba calor por fin... Pude dormir.
-¡SANTANA ESTOY DE VUELTA A CASA! -Mis ojos de abrieron de golpe y pegue un salto de mi cama cuando después de oír a Brittany gritar.
Salí despegada de la habitación donde estaba Quinn con mala cara, y un carro de bebe rosa y verde. -¡Quinn! -Me lance a sus brazos y bese su mejilla muchas veces seguidas.
-Déjame que me aplastas López, joder aún no me acostumbro a Santana siendo cariñosa. -Su cara se volvió asqueada; al mismo me dedico una sonrisa.
-¡Ay mi pequeña y rellenita Lucy que es ya es mamá! -Toque su nariz con mi dedo y Brittany había tardado mucho en asomarse al carro.
-Mejor que te calles sacos de arena, ¡Voy a tener estrías hasta en la cara! -Aún tenía barriga, así que se sentó en el sofá mientras Brittany miraba el carro.
-O te operas, o te jodes. -Le guiñe un ojo malvadamente a mi mejor amiga Lucy.
-No necesito operarme para sentirme bien Santana, ¿Te has visto las tetas? Parecen globos. -Arqueé una ceja y la miré con maldad. -No estoy hablando en serio Santana, pero no quiero operarme, ¿¡A que estas esperando!? -Me grito de golpe haciéndome pegar un bote.
-¿Quién yo? -Pregunto Brittany confusa mirando a Quinn tirada en el sofá.
-No, mi abuela que ahora viene. -Brittany giro el rostro y me miro aún más desconcertada.
-¿Tu abuela va a venir? -Preguntó Brittany tan inocente como siempre.
-No tonta, a qué esperas para cogerla; que se llame Santana no significa que te vaya a morder, escupir, amenazar, acosar, estampar... Y esas cosas que posiblemente hacía cuando acaba de nacer. -Brittany me miró riéndose y alzo sus brazos al carro para coger a la bebe.
-¿Cómo sabes esas cosas? -Preguntó Britany desabrochando las cuerdas que ataban a la pequeña al carro de bebé.
-Oh dios, si hubieses compartido cama con ella toda tu vida, no pienses mal pero pega muchas patadas. -
-No sabía que os conocieseis desde tan pequeñas. -Crucé mis brazos y arqueé una ceja mirando a Quinn.
-Vaya por dios, Lucy ha vuelto. -Brittany ya tenía a la bebe entre los brazos, me acerque a ella y la rodeé por la cintura. -La conozco desde el primer día que abrí los ojos, su padre era amigo del mío y justo ella nació un día después que yo, y decidieron hacer que creciéramos juntas. -
-Que te calles Santana. -Brittany no hablaba, solo tenía a la bebe en brazos y estaba callada sin dejar de mirarla un segundo.
-¿Brittany porque no hablas? -Pregunté confusa mirando a la bebé y rodando una sonrisa en mis labios dejando ver mis dientes.
-Porque es hermosa, y... Estoy embobada. -
-Espérate a que empiece a llorar, a vomitar, a manchar, a crecer, a gritar; Espera, porque nos viene una buena. -Dijo la rubia quejándose pero en su tono no se escuchaba arrepentimiento de habérsela quedado en una sola palabra.
-¿Nos? ¿Con S? -Brittany volvió a arquear la ceja con aun la niña entre sus brazos.
-Claro, vivís aquí así que más os vale ayudarme, porque si no moriréis, lo juro como que me llamo Quinn Fabray. -Levanto la mano señalando a Brittany.
-Si Quinn, sobre todo Quinn. -Me reí de ella mientras Brittany me miraba y miraba a Quinn a la vez.
-Yo no vivo aquí, no me cargues con el marrón. -Se inclinó y dejo a Santana en el carro de nuevo.
-¿Perdón? Duermes aquí casi siempre, por no decir siempre; Os oigo gemir y gritar, te duchas aquí, comes aquí, así que como si lo hicieras. -Brittany hizo un puchero y se sentó en el sofá agarrando mi mano y haciéndome sentar sobre sus piernas.
-Bueno, bueno; Tampoco iba a negarme a cuidarla. -Rodeó mi cintura con sus brazos y Quinn cerró los ojos.
-Santana, cocíname algo, estoy harta de la comida del hospital, y mira que solo he estado ingresada una día pero quiero comer algo que no tenga sabor a agua. -Me rogó mientras se levantaba y se iba hacia su habitación. -Os dejo aquí a Santana, si llora llamarme; Es que tiene hambre, echarle un vistazo, estará dormida pero igual, por si las moscas. ¡Santana cocina! -Gritó mientras hundía su cuerpo en el pasillo que desaparecía como un agujero negro, pero sin absorberla o matarla.
-El primer día y ya tenemos que cuidar de ella. -Brittany me dedico una sonrisa y me miro a los ojos.
-Estará bien, no te preocupes, solo hay que echarle un vistazo, Quinn está cansada. -Acaricie su melena rubia y besé su frente.
-No me molesta cuidarla Santana, me encanta; Mientras yo estoy por ella, puedes hacer algo de comer, lo que a ti te apetezca. -Desde abajo beso mi barbilla haciéndome cosquillas haciendo que un escalofrió recorra todo mi cuerpo.
-Está bien, ¿Qué quieres? -Le pregunté mirando el carro del bebe.
-Esta mañana he salido, y no había para nada buen día, y hacia frio así que quiero algo caliente. -Lamio sus labios y me guiñó un ojo.
Me levanté y ella me golpeo azotándome el trasero. -Estofado, ¿Pescado, carne, patata?-
-Carne, me gusta más. -Me introduje en la cocina, y comencé a sacar todos los ingredientes necesarios para hacerlo.
Diez minutos después.
-En treinta minutos cuarenta, está la comida hecha. -Brittany se estaba poniendo la chaqueta, arqueé una ceja y la miré. -¿Dónde vas?-
-Quiero despejarme, iré a comprar el pan. -Tomó el carro con las dos manos y lo llevó hasta la puerta principal.
-¿Te llevas a Santana? -Le pregunté removiendo la comida en la olla.
-Sí, ¿Puede salir no? Quiero decir, esta tapada, de pies a cabeza, y tiene millones de mantas sobre ella. -
-Claro, claro, ten cuidado. -Ella dio dos pasos hacia mi inclinando su cuerpo dándome un beso en los labios.
-No tardo, hasta ahora. -Cerró la puerta y agarré mi teléfono, no podía hacerlo delante de ella.
------------------------------------------
-¿Lidia? -
-anda la señorita Santana! , ¡Me pillas un poco ocupada! -
-Necesito la dirección de Alice, quiero quedar con ella, una cita. -
-¿Brittany? -
-Ignora a Brittany, si hago esto es porque le quiero. -
-Se enfadara contigo, y lo sabes. -
-Me importa una mierda, no puedo seguir con ella de esta manera. -
-Tu verás que haces, ahora te lo mando con un mensaje, Alice no sólo te va aliviar, es un amor, y es preciosa te va a gustar, así que ves sin preocupaciones, aún que no sé cómo se lo tomara Brrtany. -
-Eso espero, hacía mucho tiempo que quería acabar con esto, y de nuevo no importa Brittany. -
-hay Santana... Mi dulce Santana. Ten cuidado con lo que haces. -
-No quiero que Brittany sepa nada de esto, cuando esté preparada se lo diré... -
-Bueno princesa, nos vemos. -
------------------------------------------
Estaba nerviosa, no sabía si lo que iba a hacer estaba bien, pero necesitaba hacerlo, por el bien de Brittany y por mi bien. La comida estaba lista, así que solo quedaba preparar la mesa. La puerta se abrió y un carro pasó por ella, detrás mi perfecta rubia con el pan colgando de la manilla del carro.
-¿he tardado mucho?
-¿Tu qué?... -Mis ojos se cristalizaron al ver sus heridas recientemente abiertas. -¿Tengo que vigilarte y seguirte a todos los sitios donde vayas? Eres consciente del daño que te haces a ti misma, o ¿el daño que me haces a mí? -Asintió mientras las lágrimas brotaban por sus mejillas y yo no comprendía nada de lo que estaba pasando en ese momento.
-No puedo dejar de hacerlo. -
-Ven aquí. -Me acerque y rodeé mis brazos en su cuello y ella lloraba arrepentida de sus actos anteriores.
-No me lleves a ningún psicólogo por favor, no volveré a hacerlo; No estoy loca. -Jadeaba en mi regazo la rubia suplicando lo que decía, mientras sentía su perdón en su voz.
-No voy a llevarte a ningún sitio Brittany. -Suspire hondo y cerré los ojos. -Pero sólo quiero que me expliques porque has hecho esto, parece que pienses que no te quiero. -
-Cada vez que pasa algo, por pequeña que sea la situación hay algo que me impulsa a hacerlo. -Lloraba la rubia mirándome a los ojos con tristeza y dolor.
-Cuando necesites hacerlo deberías decírmelo, ¿sabes que pueden ser esas heridas? -Alzo su mirada a la mía y limpió su ojo derecho.
-¿El qué? -
-Mis besos, y mis caricias. -Pude ver una pequeña sonrisa en su rostro. -Odio que llores, odio que te hagas esto como confió en ti ahora si me juraste no volver a hacerlo. -Mis brazos estaban enredados en su cuello, mientras mis dedos acariciaban su melena rubia.
-Lo siento tanto... -Jadeo entre cortándose su voz, aun sacando un par de lágrimas.
-No tienes por qué disculparte, yo sé que has tenido una vida dura, y que este último año has tenido una gran pérdida, pero tu madre no quisiera verte así, ella estaba orgullosa de lo que eras a pesar de todo lo que te pasaba, ella te quería tanto como yo lo hago, ella no está para protegerte, pero yo si estoy aquí, y tienes que saber que ahora que tu madre no está al igual que tu padre, mi deber es cuidar de ti, como el tuyo es cuidar de mí. -Acaricié su espalda pasando mi mano por su lomo y dejando un pequeño beso en sus labios.
-Yo no estoy cuidando de ti, soy una mala novia; No sé qué haces conmigo, soy imposible y todos saben cómo acabaré. -Simuló que acabaría muerta, no podía oír eso, no de sus labios.
-¿Qué gilipollez es esa? ¿No ves que yo sin ti no soy nada?, tu cuidas de mi todos los días, y como vas a acabar, será; Tú y yo en una de las mejores casas de donde tú quieras, con tus hijos, con mis hijas, casadas, no sé, la verdad es que no me importa, porque si tuviera que acabar en la miseria, mientras fuese contigo me daría igual, mi corazón late todos los días por ti, vivo por ti; Y estoy harta de tener que repetírtelo todos los días, pero no me importa porque sé que lo siento, y si tu caes; Yo caigo. -Respire hondo y mis ojos se cristalizaron aún más, pero trate de aguantar para no llorar; En esta relación yo era la fuerte, y aun que fuese la débil no iba a dejar que ella se hundiera.
-Yo no quiero que por mi culpa acabemos debajo de un puente. -Carcajeó sonriendo del todo por un momento.
-Me da igual donde acabemos mientras estemos juntas. -Repetí el acto de hace unos minutos y volví a rozar mis labios con los suyos.
-¿Qué pasa si vuelvo a hacerlo? -
-No lo volverás a hacer, así que tranquila. -Le guiñé un ojo junto mis labios a pocos centímetros de los suyos.
-Tú no sabes eso, yo pensaba que no lo iba a hacer más pero lo he hecho. -Mordió su labio inferior desviando la mirada a la comida que se encontraba sobre la mesa.
-Si lo sé, yo lo sé todo; Como Obama. -Me separé de ella y caminé hacia la mesa de su mano. -Ahora, vamos a comer porque te estarás muriendo de hambre. -Se sentó en su silla mientras mis brazos rodeaban su cuello y mis labios no se despegaban de su mejilla.
-Te quiero Santana López. -Puso ese acento latino que tanto me gustaba cuando decía mi nombre.
-Yo más -Susurré en su oreja y fui a mi silla para comer la comida medio congelada del plato.
Cenemos y hablamos todo el resto de la noche, a las doce Brittany se había quedado dormida en el sofá viendo su película de dibujos animada preferida "Alicia en el país de las maravillas" Yo seguía viendo la película, así que cuando acabó recogí todo y limpie todo haciéndose la una y media de la madrugada, todo estaba limpio, fui a mi habitación y me puse un pijama corto, dejando ver mis piernas con los pantalones y dejando ver mi espalda con la camisa de tirantes que me había puesto; Hice una cola de caballo con una de las gomas de Quinn que habían tiradas en el baño cepille miso dientes y volví al salón donde se encontraba mi chica dormida como un dulce ángel, así que pasé mis manos bajo las rodillas junto la espalda y la elevé en mis brazos llevándola desde el quinto sueño donde se encontraba a la cama. La eche despacio, besando su frente di la vuelta a la cama tumbándome a su lado y encendiendo la televisión para no tener que dormir con todas las luces apagadas, ya que me ponían nerviosa, vi que pasaban Doctor Who, así que lo dejé y con todo eso pasaron a ser las tres de la mañana, daba vueltas en la cama, no podía dormir, el programa ya había acabado y se pusieron los dibujos animados, seguía sin poder dormir y eran las cuatro. No podía más; Fui a la cocina por una infusión, muy, muy caliente para poder relajarme.
-Vaya mierda. -Pasé la palma de mi mano por mi cabeza rascando mi frente y estirando mi cuerpo hacía atrás y la infusión se calentaba.
-¿Santana que haces despierta? Son las cinco de la mañana. -Preguntó Brittany rascándose la parte superior de su coronilla
-¿Y tú? -Pregunté confusa sacando mi infusión del microondas.
-Siempre me suelo levantar a estas horas a por un vaso de agua, pero es la primera vez que te veo despierta, ¿te pasa algo? -Se acercó sacando una jarra de agua y un vaso sirviéndose un poco de agua fría.
-No puedo dormir, no sé porque el insomnio nunca había sido un problema para mí. -Torcí mis labios y eché dos sobres de sacarina en mi infusión y le di un sorbo.
-Cariño, yo me voy a dormir; No soy de estar despierta tal tarde. -Se acercó y beso mis labios lentamente mojados de agua.
-Buenas noches, ahora voy cuando termine esto. -Eleve mi infusión mostrándoselo a la rubia y se dio la vuelta yendo de nuevo a la habitación.
Mientras bebía un bostezo salió por mis labios y una sonrisa se dibujó en mi rostro, no lo tome entero, lo bloque y fui de nuevo a la habitación, Brittany estaba dormida; Estaba en una quinta dimensión, donde no yo dormida después de un concierto podía llegar, me tumbe y no tape para nada mi cuerpo, completamente destapada girada a hacia la pared muerta de calor, cerré los ojos y el brazo de Brittany me rodeo mientras estaba a punto de quedarme dormida, por un momento me molestaba pero cuando comencé a tener frío y su brazo me daba calor por fin... Pude dormir.
-¡SANTANA ESTOY DE VUELTA A CASA! -Mis ojos de abrieron de golpe y pegue un salto de mi cama cuando después de oír a Brittany gritar.
Salí despegada de la habitación donde estaba Quinn con mala cara, y un carro de bebe rosa y verde. -¡Quinn! -Me lance a sus brazos y bese su mejilla muchas veces seguidas.
-Déjame que me aplastas López, joder aún no me acostumbro a Santana siendo cariñosa. -Su cara se volvió asqueada; al mismo me dedico una sonrisa.
-¡Ay mi pequeña y rellenita Lucy que es ya es mamá! -Toque su nariz con mi dedo y Brittany había tardado mucho en asomarse al carro.
-Mejor que te calles sacos de arena, ¡Voy a tener estrías hasta en la cara! -Aún tenía barriga, así que se sentó en el sofá mientras Brittany miraba el carro.
-O te operas, o te jodes. -Le guiñe un ojo malvadamente a mi mejor amiga Lucy.
-No necesito operarme para sentirme bien Santana, ¿Te has visto las tetas? Parecen globos. -Arqueé una ceja y la miré con maldad. -No estoy hablando en serio Santana, pero no quiero operarme, ¿¡A que estas esperando!? -Me grito de golpe haciéndome pegar un bote.
-¿Quién yo? -Pregunto Brittany confusa mirando a Quinn tirada en el sofá.
-No, mi abuela que ahora viene. -Brittany giro el rostro y me miro aún más desconcertada.
-¿Tu abuela va a venir? -Preguntó Brittany tan inocente como siempre.
-No tonta, a qué esperas para cogerla; que se llame Santana no significa que te vaya a morder, escupir, amenazar, acosar, estampar... Y esas cosas que posiblemente hacía cuando acaba de nacer. -Brittany me miró riéndose y alzo sus brazos al carro para coger a la bebe.
-¿Cómo sabes esas cosas? -Preguntó Britany desabrochando las cuerdas que ataban a la pequeña al carro de bebé.
-Oh dios, si hubieses compartido cama con ella toda tu vida, no pienses mal pero pega muchas patadas. -
-No sabía que os conocieseis desde tan pequeñas. -Crucé mis brazos y arqueé una ceja mirando a Quinn.
-Vaya por dios, Lucy ha vuelto. -Brittany ya tenía a la bebe entre los brazos, me acerque a ella y la rodeé por la cintura. -La conozco desde el primer día que abrí los ojos, su padre era amigo del mío y justo ella nació un día después que yo, y decidieron hacer que creciéramos juntas. -
-Que te calles Santana. -Brittany no hablaba, solo tenía a la bebe en brazos y estaba callada sin dejar de mirarla un segundo.
-¿Brittany porque no hablas? -Pregunté confusa mirando a la bebé y rodando una sonrisa en mis labios dejando ver mis dientes.
-Porque es hermosa, y... Estoy embobada. -
-Espérate a que empiece a llorar, a vomitar, a manchar, a crecer, a gritar; Espera, porque nos viene una buena. -Dijo la rubia quejándose pero en su tono no se escuchaba arrepentimiento de habérsela quedado en una sola palabra.
-¿Nos? ¿Con S? -Brittany volvió a arquear la ceja con aun la niña entre sus brazos.
-Claro, vivís aquí así que más os vale ayudarme, porque si no moriréis, lo juro como que me llamo Quinn Fabray. -Levanto la mano señalando a Brittany.
-Si Quinn, sobre todo Quinn. -Me reí de ella mientras Brittany me miraba y miraba a Quinn a la vez.
-Yo no vivo aquí, no me cargues con el marrón. -Se inclinó y dejo a Santana en el carro de nuevo.
-¿Perdón? Duermes aquí casi siempre, por no decir siempre; Os oigo gemir y gritar, te duchas aquí, comes aquí, así que como si lo hicieras. -Brittany hizo un puchero y se sentó en el sofá agarrando mi mano y haciéndome sentar sobre sus piernas.
-Bueno, bueno; Tampoco iba a negarme a cuidarla. -Rodeó mi cintura con sus brazos y Quinn cerró los ojos.
-Santana, cocíname algo, estoy harta de la comida del hospital, y mira que solo he estado ingresada una día pero quiero comer algo que no tenga sabor a agua. -Me rogó mientras se levantaba y se iba hacia su habitación. -Os dejo aquí a Santana, si llora llamarme; Es que tiene hambre, echarle un vistazo, estará dormida pero igual, por si las moscas. ¡Santana cocina! -Gritó mientras hundía su cuerpo en el pasillo que desaparecía como un agujero negro, pero sin absorberla o matarla.
-El primer día y ya tenemos que cuidar de ella. -Brittany me dedico una sonrisa y me miro a los ojos.
-Estará bien, no te preocupes, solo hay que echarle un vistazo, Quinn está cansada. -Acaricie su melena rubia y besé su frente.
-No me molesta cuidarla Santana, me encanta; Mientras yo estoy por ella, puedes hacer algo de comer, lo que a ti te apetezca. -Desde abajo beso mi barbilla haciéndome cosquillas haciendo que un escalofrió recorra todo mi cuerpo.
-Está bien, ¿Qué quieres? -Le pregunté mirando el carro del bebe.
-Esta mañana he salido, y no había para nada buen día, y hacia frio así que quiero algo caliente. -Lamio sus labios y me guiñó un ojo.
Me levanté y ella me golpeo azotándome el trasero. -Estofado, ¿Pescado, carne, patata?-
-Carne, me gusta más. -Me introduje en la cocina, y comencé a sacar todos los ingredientes necesarios para hacerlo.
Diez minutos después.
-En treinta minutos cuarenta, está la comida hecha. -Brittany se estaba poniendo la chaqueta, arqueé una ceja y la miré. -¿Dónde vas?-
-Quiero despejarme, iré a comprar el pan. -Tomó el carro con las dos manos y lo llevó hasta la puerta principal.
-¿Te llevas a Santana? -Le pregunté removiendo la comida en la olla.
-Sí, ¿Puede salir no? Quiero decir, esta tapada, de pies a cabeza, y tiene millones de mantas sobre ella. -
-Claro, claro, ten cuidado. -Ella dio dos pasos hacia mi inclinando su cuerpo dándome un beso en los labios.
-No tardo, hasta ahora. -Cerró la puerta y agarré mi teléfono, no podía hacerlo delante de ella.
------------------------------------------
-¿Lidia? -
-anda la señorita Santana! , ¡Me pillas un poco ocupada! -
-Necesito la dirección de Alice, quiero quedar con ella, una cita. -
-¿Brittany? -
-Ignora a Brittany, si hago esto es porque le quiero. -
-Se enfadara contigo, y lo sabes. -
-Me importa una mierda, no puedo seguir con ella de esta manera. -
-Tu verás que haces, ahora te lo mando con un mensaje, Alice no sólo te va aliviar, es un amor, y es preciosa te va a gustar, así que ves sin preocupaciones, aún que no sé cómo se lo tomara Brrtany. -
-Eso espero, hacía mucho tiempo que quería acabar con esto, y de nuevo no importa Brittany. -
-hay Santana... Mi dulce Santana. Ten cuidado con lo que haces. -
-No quiero que Brittany sepa nada de esto, cuando esté preparada se lo diré... -
-Bueno princesa, nos vemos. -
------------------------------------------
Estaba nerviosa, no sabía si lo que iba a hacer estaba bien, pero necesitaba hacerlo, por el bien de Brittany y por mi bien. La comida estaba lista, así que solo quedaba preparar la mesa. La puerta se abrió y un carro pasó por ella, detrás mi perfecta rubia con el pan colgando de la manilla del carro.
-¿he tardado mucho?
paulitahope**** - Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 06/04/2014
Edad : 25
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
CAPITULO 2X14 "Mas que mi mejor amiga"
-No, a tiempo para comer. –Ella se inclina y me besa dulcemente en los labios, le dedico una sonrisa; Y ella me la devuelve.
-Sonará estúpido pero como unas tres personas me han felicitado por él bebe, y mi pregunta es, O estoy gorda, o me han visto cara de ser madre. –Se ríe y yo rio con ella.
-Ninguna de las dos. –Sonrió y veo que la comida esta lista. –Cariño, llama a Quinn, hoy tenemos que irnos. –Ella asiente y va a buscar a Quinn, me inclino y miro a la pequeña niña que hospeda en el carro. Me doy la vuelta y comienzo a preparar la mesa, cubiertos, vasos, y servilletas…
TRES HORAS DESPUES…
Brittany, Quinn, Santana y yo; Comimos, vimos una película mientras tanto y ahora, estoy a punto de hacer algo de lo que puede me arrepienta, y mi relación con Brittany se esfume en un momento, tal vez no lo comprenderá pero yo sí; Yo tengo que saber que ella va a estar bien después de esto, ella no se merece seguir sufriendo, y yo lo único que quiero es todo lo bueno de este jodido mundo para ella, ha sido un año duro, pero, lo ha sido con ella y creo que eso es mejor que nada, y aun que nuestra relación acabase hoy, en una hora; Me daría igual porque sé, que lo que hago lo hago por ella, y no me importará como reaccione; Simplemente no puedo dejarla así, debo cumplir mi deber, por más que ella quiera o no.
-¿Santana para que quieres que me vista? ¿No es mejor quedarnos en casa? Veremos la película que tú quieras. –Dijo mientras la arrastraba de la mano hacia el armario.
-No, Brittany vámonos, tenemos que ir a un sitio; Es importante. –Ella sopla y se quita la camisa, prenda por prenda hasta quedar desnuda, me tumbo en la cama; Y la observo, sonrió y recibo un correo al móvil, es de Alice la chica con la que he quedado en una hora, y mientras veo a Brittany cambiarse, abro el mensaje y leo.
De:Alice Pous.
Fecha: 15 de Junio de 2014; 5:20
Para; Santana López.
Asunto; Confirmación de cita de consulta.
Re; Santana, soy Alice, te mando este mensaje para que confirmes la asistencia de la señorita Pierce hoy a las 6:20, Lidia me estuvo contando, pero no pudo añadir muchos datos a falta de información de la paciente, pero, espero poder ayudarla. Recuerde confirmar su asistencia respondiendo mi mensaje, Atentamente,
Alice Pous.
Miro la pantalla del teléfono y mis ojos van hacia a Brittany, que sigue en su mundo eligiendo ropa, dudo espero unos minutos, y me decido a contestar el mensaje.
De: Santana López.
Fecha: 15 de Junio de 2014 5:25
Para: Alice Pous.
Asunto; Confirmación de cita de consulta.
Re; ¡Buenas Alice! Gracias por avisarme, y si, asistiremos a la cita de consulta, cuando lleguemos tratare de darle toda la información posible sobre mi novia, espero que usted consiga hacer que se abra y hable con usted, me tiene real mente preocupada; Gracias por todo, besos y saludos.
Santana López.
Dejo el móvil en su sitio, Brittany ya está vestida así que decido, cambiarme, escojo unos pantalones tejanos ajustados, y una blusa azul; Junto unos tacones que me dio Quinn negros, ya que por culpa del embarazo los pies no entraban en ellos, aunque cuando de deshinche por completo, me los reclamará, como hace siempre con todo lo que me “Regala”. Brittany está en el baño y yo ya estoy vestida, son las cinco y cuarenta, el tren está a punto de pisarme los talones, y llegaremos tarde.
-Cariño, date prisa; Iré a sacar el coche, no tardes. –Cojo mi bolso y meto las llaves y el móvil dentro, voy a salir pero oigo a Brittany.
-No, no ya estoy espérame. –Ella sale, con una camisa corta blanca y negra Yankee, y unos shorts; Lleva su cola de caballo y sus hermosos ojos azules brillantes.
-Tenemos que estar ahí a las seis y veinte, vamos a darnos prisa. –Le pido y ella asiente pasando por delante de mí, salimos viendo a Quinn en el sofá con la niña en brazos y añade.
-¿Vais a salir? –Pregunta sorprendida, y nosotras asentimos a la misma vez, Brittany me coge de la mano y me sonríe. -¿Tenéis una cita? –
-No Quinn, vamos a un sitio importante, cuando vengamos te lo contaré todo. –Sus labios abiertos no nos dejan avanzar, son las seis menos diez.
-¿Quién me va a ayudar a cuidar a esta cosa? –Me giro y la mato con la mirada, “¡¿COSA?!”.
-Quinn, esa cosa es tu hija, haz el favor de ser adulta, tú te has metido en el marrón de ser madre, ¿está bien? No todo te lo van a dar hecho, por dios. –Digo furiosa y Brittany me acaricia la mejilla, y me mira como diciendo “Cálmate, te alteras muy rápido” Tiene razón, pero como puede llamar “cosa” ¿a su hija? No lo comprendo.
-Mira Quinn, Santana tiene razón, pero de todos modos le enviaré un mensaje a Sam para que venga a pasar contigo la tarde, ¿Está bien? –Quinn asiente y nosotras por fin salimos del apartamento.
-¿Has oído lo que ha dicho? Que poca vergüenza, ¡es su hija! Yo nunca haría algo así. –Digo furiosa mientras nos subimos al ascensor y Brittany me sigue.
-Santana, tranquilízate; Es normal, tiene diecisiete años, ¿Qué esperas? No eres ni has sido madre, por lo tanto no digas que tu no harías algo así. –Le doy al botón y el ascensor comienza a bajar, yo suspiro y apoyo mi cabeza sobre el respaldo del ascensor.
-Britt. –Pregunto, asustada, aunque no sé muy bien por qué.
-Dime. –Responde y me mira, rápidamente respondo, antes de llegar abajo.
-¿Puedo ver tus heridas? –Le pregunto y ella asiente, lleva pulseras, las eleva y veo sus heridas, profundas y trato de no tocarle, le tiembla el brazo por lo que solo significa una cosa; Le duele. Deslizo un dedo con mucho cuidado por las heridas y Brittany arranca su mano de entre las mías.
-¿¡SE PUEDE SABER QUE HACES!? –Me grita dolorida, respira hondo y cierra los ojos. –Lo siento, lo siento en serio, no quería gritarte, solo, me duele mucho. –Las puertas se abren y quejándose coloca bien las pulseras, tapando todos y cada uno de los cortes que oculta en su muñeca.
-Tranquila. –Le sonrió y ella vuelve a cogerme de la mano, salimos fuera del edificio, el coche está cerca así que nos subimos rápido y no tardo ni dos segundos en encender el motor, las Seis en punto…
Mientras conduzco el silencio nos invade mutuamente, y yo aún estoy dudando que le diré cuando lleguemos, va a sentirse mal, pero no me importa… Enciendo la radio para escuchar música y relajar mi mente, y esperar que hable, pero sigue habiendo mutuo silencio, ella esta con el teléfono, no deja de enviar mensajes; No importa, no le pregunto, no me importa que haga si ella está a gusto, no volveré a desconfiar de ella y de los mensajes que envié. Llegamos y aparco, me resulta raro no haberme perdido ya que era la primera vez que iba a ese sitio, Brittany baja del coche y guarda su teléfono en el bolsillo del pantalón, le doy al botón de auto cierre y el coche parpadea dos veces, rodeo el coche y ella comienza caminar, voy más deprisa para alcanzarla y la tomo por sorpresa dándole la mano.
-¿Aquí es donde querías trame? ¿Qué es este sitio? –Pregunta mirando el gran edificio, el sol le da en la cara y ve con dificultad, así que vuelve su vista al frente y la dirijo hasta la puerta principal.
-Sí, ahora lo verás. –Son las seis y diez, entramos pero no sé dónde es así que me decido por preguntar en recepción. –Brittany quédate aquí sentada, ahora vuelvo. –Le señalo unas butacas y ella asiente, se sienta y yo viéndola distraída, de nuevo con el teléfono, me acerco a recepción, y una señora de unos cuarenta a cincuenta años hospeda en la silla de detrás del mostrador.
-¿En qué puedo ayudarle? –Pregunta mientras teclea el ordenador sin parar.
-¿En qué planta se encuentra la sala de psicología de la doctora Alice Pous? –Pregunto y ella alza su mirada a la mía.
-¿Tiene el mensaje de confirmación de cita? –Pregunta y asiento, saco mi teléfono y se lo entrego, lo mira y vuelve a teclear en al ordenador.
-Planta seis. –Me volteo, y guardo mi teléfono, vuelvo hacia Brittany y no está; La busco y no la encuentro, miro hacia todos lados, no está.
-¡SANTANA! –Gritan en mi oído, me volteo rápido y asustada.
-¡Brittany! ¿Por qué te vas? –Ella frunce el ceño y sonríe, señala una fuente de agua que hay en la pared.
-Estaba bebiendo agua mamá, no volverá a pasar mami, lo prometo, no me alejare de ti sin permiso más veces. –Hace un puchero y me rio, ella se ríe a la vez y caminamos hacia el ascensor, entramos y vuelve a haber silencio entre nosotras, pero aun que haya silencio; En el ascensor Brittany tiene sus manos rodeadas en mi cintura, y su barbilla sobre mi hombro, no hay nadie así que ella aprovecha y besa mi mejilla todas las veces que puede, sus manos se atan a las mías, y solo puedo disfrutar estos segundos de su alegría y tranquilidad. Las puertas se abren, y cogida de su mano, la deslizo por un pasillo, me paro y la miro a los ojos.
-Brittany, necesito que me digas algo. –No suelto sus manos, y apretó con fuerza sus dedos, ella asiente y yo respiro hondo. –Quiero que me digas, cuanto me quieres; Y que pase lo que pase seguirás sintiendo lo mismo. –Su aspecto cambia, y me mira como si me fuera a la guerra y no volviera nunca.
-Pues, te quiero mucho; Santana ya sabes eso, ¿Por qué quieres que lo diga? –Agacho mi mirada, y trato de sonreír, pero no puedo, mi labio tiembla.
-No, quiero que me digas lo que sientes, de verdad. –Ella asiente y sonríe, aunque esta confusa.
-Santana, te quiero más de lo que jamás he querido a nadie en este mundo, no tienes que preguntármelo y menos tengo que decírtelo, eres lo más importante que tengo. –Sonrió y paso mi mano sobre su nuca, y dejo que mis labios hablen por si solos, sus brazos me rodean y nuestros labios se vuelven uno, me separo y asiento sin decir nada.
-Acuérdate de lo que me has dicho, y no lo olvides; Por favor. –Le suplico y cuando doblamos pasillo, ella abre sus ojos, viendo un gran cartel cuyo dice “Clínica de psicología Alice Pous” Ella da un paso hacia atrás y yo la miro con tristeza.
-¿Santana esto que es? –Ella suelta mi mano con fuerza, y recula hacia atrás.
-Brittany estate quieta, ven conmigo. –Le suplico y ella me niega muy rápido, se queda parada y me sigue mirando completamente confusa, sus ojos se han quedado en blanco.
-Dijiste que no estaba loca. –Me acerco y trato de tocarla pero no me lo permite. –Me dijiste que saldríamos solas de esto, que no me llevarías a ningún sitio así, ¿Por qué lo has hecho? –Sus lágrimas no tardan ni dos segundos en comenzar a caer, ha caído, ha roto, por mi culpa.
-No lo creo Brittany, lo hago para ayudarte; Comprende que no puedes seguir así de mal contigo y con todo el mundo. –Sus ojos no parpadean, está en shok y yo la cojo con fuerza de la muñeca, no la suelto, y no puede soltarse de mi agarre.
-No confías en mí, te dije que no volvería a hacerlo, no me has creído, piensas que estoy loca, ¿No es así? Quieres que me hinchen a pastillas, no lo voy a permitir. –Ahora esta cabreada, pero sale una chica con una tabla marrón y un bolígrafo, yo volteo pero ella sigue parada sin reacción alguna.
-¿Brittany Pierce? –Ella llora, cada segundo que va pasando llora con más fuerza, yo estoy paralizada, sabía que algo así iba a pasar.
-Unos minutos, por favor. –Le digo y la chica asiente, vuelve a marcharse entrando a la sala, y Brittany deja caer su cuerpo al suelo, me agacho, y le miro a los ojos. -Brittany, no van a darte pastillas, solo vas a hablar con Alice, esto, solo lo sabrá ella; Estaré contigo, no va pasarte nada malo, ¿Por qué no confías en mí? –
-Porque me prometiste que no me traerías a un sitio como este, lo sabrá todo el mundo, me llamarán loca, me encerraran en un armario de nuevo, ¿Sabes que es pasar días sin comer y aguantando las ganas de mear? No lo comprendes, mi vida volverá a ser una pesadilla. –Ella llora con más fuerza aun, y respira con dificultad.
-Nadie sabrá esto, solo tu yo y Alice, nadie sabe nada, lo prometo Brittany, déjame, rompe conmigo pero deja que esa chica te ayude, yo lo he intentado, pero vuelves a caer, ¿Qué pasa si cortas algo que no debes? Si te pasa algo yo, no podré superarlo ¿comprendes? Yo sin ti no soy nada, eres todo para mí, eres mi mundo, la razón de mi sonrisa, ¿No comprendes que lo hago por ti? Déjame ayudarte. –Pasó mi mano por su nuca, esta vez no me detiene, y la beso con pasión, ella no cierra los ojos, lo siento; Su labio tiembla, y sus lágrimas aun caen.
-Me da miedo Santana, tú lo sabias, sabias que no quería venir, ¿Qué me van a preguntar? ¿Qué me van a decir? ¿No ves que tengo miedo? –Asiento y trato de levantarla, parece estar más calmada, así que la miro a los ojos, aun llorosos.
-Dejarás de tener miedo, vamos a entrar ahí dentro, ¿Esta bien? Y, yo estaré contigo en todo momento, solo son cuarenta minutos de terapia, en la primera sesión estaré contigo, después no podré estar contigo pero te traeré y te esperare aquí afuera, si hay algo que no te gusta, una mínima cosa nos iremos y no volveremos, y lo intentaremos arreglar juntas otra vez, pero mientras, deja que una profesional te ayude. –Ella asiente, y abre sus brazos, me acerco y ella se derrite entre mis brazos, llora pero ahora está mejor, más calmada y eso me tranquiliza.
-Santana. –La miro, y me mira; Sus ojos brillan más de lo normal, y están rojos e hinchados de llorar, limpia sus lágrimas y trata de hablar. -Yo nunca te dejaría. –Sonríe y me besa, me coge de la mano, y la deslizo por el pasillo, entramos; Una sala espaciosa, un ventanal con unas grandes vistas, un sofá, un sillón y una silla apartada, una mesa de despacho, el suelo de madera, y las paredes también de madera, una chica se acerca, Brittany aprieta su mano a la mía, la chica sonríe y le extiende la mano a Brittany, Brittany se la entrega.
-Soy Alice Pous, encantada señorita Pierce. –Brittany le sonríe falsamente. -¿Se encuentra bien? –Brittany asiente y ella le ofrece sitio. –Échate en ese sofá unos minutos, y respira hondo.
-No. –Brittany se niega y ella aprieta con más fuerza mi mano, como una niña pequeña cuando van a sacarle un poco de sangre y le da pánico las agujas.
-Cariño, túmbate ahí, yo estoy aquí. –Añado y suelto su mano y ella se dirige al sofá, se tumba y mira la ventana.
-Señorita López, ¿Podemos hablar un momento? –Me susurra y yo asiento, salimos de la sala, no cerramos la puerta del todo, de manera que puedo ver a Brittany por la rejilla de la puerta entrecerrada. –Antes de comenzar quiero que me explique, la mayor razón por la que esta ella aquí, debo saber que preguntarle. –
-Supongo que tiene depresión, ella recurre muy fácilmente a la autolesión, he tratado de ayudarla con mi propia mano, pero me resulta imposible, hablé con Lidia y me recomendó esta clínica, necesito que este bien, y alegre, ha sido un año duro para ambas, pero ella lleva sufriendo desde muy pequeña, no quiero que siga así, necesito que alguien la ayude, como sabrá es una chica muy inocente, y muy frágil; Necesito que sea fuerte. –Ella asiente, y pasa su mirada por la rejilla de la puerta.
-Entonces, ¿depresión? –Pregunta y asiento, ella sonríe. –Esos casos vienen a menudo a mi consulta, los que recurren a la autolesión suelen ir a psiquiatría, pero ahí la hincharían a medicación absurda, por lo tanto, haré todo lo posible para que ella vuelva a sonreír, haré todo lo que este en mi mano, pero comprenderás que esto irá rápido si ella me deja, pero, lo conseguiremos, es fuerte, no dudes eso. –Me abalanzo, y la abrazo con fuerza, ella sorprendida, se queda parada, y se ríe.
-Muchas gracias. –Le sonrió y entramos, Brittany esta embobada mirando las nubes, y las está contando en voz alta.
-Veintiocho nubes, veintinueve nubes, treinta nubes, treintaiuna nubes… -Alice, pone la mano en su hombro y ella calla en un milisegundo, me siento en la silla que hay al fondo, Brittany me mira una sola vez, y vuelve su mirada a las nubes.
-Bien Señorita Pierce, vamos a comenzar; Santana estará ahí sentada, escuchando y mirando, imagine, que estas en un campo de flores, y que soy un árbol, tienes un diario, y el árbol te hace preguntas, debes responderlas en voz alta como si las estuvieses escribiendo, debes ser sincera, lo que hablemos aquí, solo lo sabremos tu y yo, como si fuera tu diario secreto, relájate y solo escúchame hablar, cuando pregunte, respondes, sin presiones; Si necesitas parar lo haremos. ¿Estas lista? –Sonrió feliz, Brittany juega con los dedos de sus manos, y no dejo de mirarla, mientras ella escucha atenta, y mira el cielo del ventanal.
-Sí, lo estoy. –Respiro hondo, y me dedico a escuchar todo lo que hablan.
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-No, a tiempo para comer. –Ella se inclina y me besa dulcemente en los labios, le dedico una sonrisa; Y ella me la devuelve.
-Sonará estúpido pero como unas tres personas me han felicitado por él bebe, y mi pregunta es, O estoy gorda, o me han visto cara de ser madre. –Se ríe y yo rio con ella.
-Ninguna de las dos. –Sonrió y veo que la comida esta lista. –Cariño, llama a Quinn, hoy tenemos que irnos. –Ella asiente y va a buscar a Quinn, me inclino y miro a la pequeña niña que hospeda en el carro. Me doy la vuelta y comienzo a preparar la mesa, cubiertos, vasos, y servilletas…
TRES HORAS DESPUES…
Brittany, Quinn, Santana y yo; Comimos, vimos una película mientras tanto y ahora, estoy a punto de hacer algo de lo que puede me arrepienta, y mi relación con Brittany se esfume en un momento, tal vez no lo comprenderá pero yo sí; Yo tengo que saber que ella va a estar bien después de esto, ella no se merece seguir sufriendo, y yo lo único que quiero es todo lo bueno de este jodido mundo para ella, ha sido un año duro, pero, lo ha sido con ella y creo que eso es mejor que nada, y aun que nuestra relación acabase hoy, en una hora; Me daría igual porque sé, que lo que hago lo hago por ella, y no me importará como reaccione; Simplemente no puedo dejarla así, debo cumplir mi deber, por más que ella quiera o no.
-¿Santana para que quieres que me vista? ¿No es mejor quedarnos en casa? Veremos la película que tú quieras. –Dijo mientras la arrastraba de la mano hacia el armario.
-No, Brittany vámonos, tenemos que ir a un sitio; Es importante. –Ella sopla y se quita la camisa, prenda por prenda hasta quedar desnuda, me tumbo en la cama; Y la observo, sonrió y recibo un correo al móvil, es de Alice la chica con la que he quedado en una hora, y mientras veo a Brittany cambiarse, abro el mensaje y leo.
De:Alice Pous.
Fecha: 15 de Junio de 2014; 5:20
Para; Santana López.
Asunto; Confirmación de cita de consulta.
Re; Santana, soy Alice, te mando este mensaje para que confirmes la asistencia de la señorita Pierce hoy a las 6:20, Lidia me estuvo contando, pero no pudo añadir muchos datos a falta de información de la paciente, pero, espero poder ayudarla. Recuerde confirmar su asistencia respondiendo mi mensaje, Atentamente,
Alice Pous.
Miro la pantalla del teléfono y mis ojos van hacia a Brittany, que sigue en su mundo eligiendo ropa, dudo espero unos minutos, y me decido a contestar el mensaje.
De: Santana López.
Fecha: 15 de Junio de 2014 5:25
Para: Alice Pous.
Asunto; Confirmación de cita de consulta.
Re; ¡Buenas Alice! Gracias por avisarme, y si, asistiremos a la cita de consulta, cuando lleguemos tratare de darle toda la información posible sobre mi novia, espero que usted consiga hacer que se abra y hable con usted, me tiene real mente preocupada; Gracias por todo, besos y saludos.
Santana López.
Dejo el móvil en su sitio, Brittany ya está vestida así que decido, cambiarme, escojo unos pantalones tejanos ajustados, y una blusa azul; Junto unos tacones que me dio Quinn negros, ya que por culpa del embarazo los pies no entraban en ellos, aunque cuando de deshinche por completo, me los reclamará, como hace siempre con todo lo que me “Regala”. Brittany está en el baño y yo ya estoy vestida, son las cinco y cuarenta, el tren está a punto de pisarme los talones, y llegaremos tarde.
-Cariño, date prisa; Iré a sacar el coche, no tardes. –Cojo mi bolso y meto las llaves y el móvil dentro, voy a salir pero oigo a Brittany.
-No, no ya estoy espérame. –Ella sale, con una camisa corta blanca y negra Yankee, y unos shorts; Lleva su cola de caballo y sus hermosos ojos azules brillantes.
-Tenemos que estar ahí a las seis y veinte, vamos a darnos prisa. –Le pido y ella asiente pasando por delante de mí, salimos viendo a Quinn en el sofá con la niña en brazos y añade.
-¿Vais a salir? –Pregunta sorprendida, y nosotras asentimos a la misma vez, Brittany me coge de la mano y me sonríe. -¿Tenéis una cita? –
-No Quinn, vamos a un sitio importante, cuando vengamos te lo contaré todo. –Sus labios abiertos no nos dejan avanzar, son las seis menos diez.
-¿Quién me va a ayudar a cuidar a esta cosa? –Me giro y la mato con la mirada, “¡¿COSA?!”.
-Quinn, esa cosa es tu hija, haz el favor de ser adulta, tú te has metido en el marrón de ser madre, ¿está bien? No todo te lo van a dar hecho, por dios. –Digo furiosa y Brittany me acaricia la mejilla, y me mira como diciendo “Cálmate, te alteras muy rápido” Tiene razón, pero como puede llamar “cosa” ¿a su hija? No lo comprendo.
-Mira Quinn, Santana tiene razón, pero de todos modos le enviaré un mensaje a Sam para que venga a pasar contigo la tarde, ¿Está bien? –Quinn asiente y nosotras por fin salimos del apartamento.
-¿Has oído lo que ha dicho? Que poca vergüenza, ¡es su hija! Yo nunca haría algo así. –Digo furiosa mientras nos subimos al ascensor y Brittany me sigue.
-Santana, tranquilízate; Es normal, tiene diecisiete años, ¿Qué esperas? No eres ni has sido madre, por lo tanto no digas que tu no harías algo así. –Le doy al botón y el ascensor comienza a bajar, yo suspiro y apoyo mi cabeza sobre el respaldo del ascensor.
-Britt. –Pregunto, asustada, aunque no sé muy bien por qué.
-Dime. –Responde y me mira, rápidamente respondo, antes de llegar abajo.
-¿Puedo ver tus heridas? –Le pregunto y ella asiente, lleva pulseras, las eleva y veo sus heridas, profundas y trato de no tocarle, le tiembla el brazo por lo que solo significa una cosa; Le duele. Deslizo un dedo con mucho cuidado por las heridas y Brittany arranca su mano de entre las mías.
-¿¡SE PUEDE SABER QUE HACES!? –Me grita dolorida, respira hondo y cierra los ojos. –Lo siento, lo siento en serio, no quería gritarte, solo, me duele mucho. –Las puertas se abren y quejándose coloca bien las pulseras, tapando todos y cada uno de los cortes que oculta en su muñeca.
-Tranquila. –Le sonrió y ella vuelve a cogerme de la mano, salimos fuera del edificio, el coche está cerca así que nos subimos rápido y no tardo ni dos segundos en encender el motor, las Seis en punto…
Mientras conduzco el silencio nos invade mutuamente, y yo aún estoy dudando que le diré cuando lleguemos, va a sentirse mal, pero no me importa… Enciendo la radio para escuchar música y relajar mi mente, y esperar que hable, pero sigue habiendo mutuo silencio, ella esta con el teléfono, no deja de enviar mensajes; No importa, no le pregunto, no me importa que haga si ella está a gusto, no volveré a desconfiar de ella y de los mensajes que envié. Llegamos y aparco, me resulta raro no haberme perdido ya que era la primera vez que iba a ese sitio, Brittany baja del coche y guarda su teléfono en el bolsillo del pantalón, le doy al botón de auto cierre y el coche parpadea dos veces, rodeo el coche y ella comienza caminar, voy más deprisa para alcanzarla y la tomo por sorpresa dándole la mano.
-¿Aquí es donde querías trame? ¿Qué es este sitio? –Pregunta mirando el gran edificio, el sol le da en la cara y ve con dificultad, así que vuelve su vista al frente y la dirijo hasta la puerta principal.
-Sí, ahora lo verás. –Son las seis y diez, entramos pero no sé dónde es así que me decido por preguntar en recepción. –Brittany quédate aquí sentada, ahora vuelvo. –Le señalo unas butacas y ella asiente, se sienta y yo viéndola distraída, de nuevo con el teléfono, me acerco a recepción, y una señora de unos cuarenta a cincuenta años hospeda en la silla de detrás del mostrador.
-¿En qué puedo ayudarle? –Pregunta mientras teclea el ordenador sin parar.
-¿En qué planta se encuentra la sala de psicología de la doctora Alice Pous? –Pregunto y ella alza su mirada a la mía.
-¿Tiene el mensaje de confirmación de cita? –Pregunta y asiento, saco mi teléfono y se lo entrego, lo mira y vuelve a teclear en al ordenador.
-Planta seis. –Me volteo, y guardo mi teléfono, vuelvo hacia Brittany y no está; La busco y no la encuentro, miro hacia todos lados, no está.
-¡SANTANA! –Gritan en mi oído, me volteo rápido y asustada.
-¡Brittany! ¿Por qué te vas? –Ella frunce el ceño y sonríe, señala una fuente de agua que hay en la pared.
-Estaba bebiendo agua mamá, no volverá a pasar mami, lo prometo, no me alejare de ti sin permiso más veces. –Hace un puchero y me rio, ella se ríe a la vez y caminamos hacia el ascensor, entramos y vuelve a haber silencio entre nosotras, pero aun que haya silencio; En el ascensor Brittany tiene sus manos rodeadas en mi cintura, y su barbilla sobre mi hombro, no hay nadie así que ella aprovecha y besa mi mejilla todas las veces que puede, sus manos se atan a las mías, y solo puedo disfrutar estos segundos de su alegría y tranquilidad. Las puertas se abren, y cogida de su mano, la deslizo por un pasillo, me paro y la miro a los ojos.
-Brittany, necesito que me digas algo. –No suelto sus manos, y apretó con fuerza sus dedos, ella asiente y yo respiro hondo. –Quiero que me digas, cuanto me quieres; Y que pase lo que pase seguirás sintiendo lo mismo. –Su aspecto cambia, y me mira como si me fuera a la guerra y no volviera nunca.
-Pues, te quiero mucho; Santana ya sabes eso, ¿Por qué quieres que lo diga? –Agacho mi mirada, y trato de sonreír, pero no puedo, mi labio tiembla.
-No, quiero que me digas lo que sientes, de verdad. –Ella asiente y sonríe, aunque esta confusa.
-Santana, te quiero más de lo que jamás he querido a nadie en este mundo, no tienes que preguntármelo y menos tengo que decírtelo, eres lo más importante que tengo. –Sonrió y paso mi mano sobre su nuca, y dejo que mis labios hablen por si solos, sus brazos me rodean y nuestros labios se vuelven uno, me separo y asiento sin decir nada.
-Acuérdate de lo que me has dicho, y no lo olvides; Por favor. –Le suplico y cuando doblamos pasillo, ella abre sus ojos, viendo un gran cartel cuyo dice “Clínica de psicología Alice Pous” Ella da un paso hacia atrás y yo la miro con tristeza.
-¿Santana esto que es? –Ella suelta mi mano con fuerza, y recula hacia atrás.
-Brittany estate quieta, ven conmigo. –Le suplico y ella me niega muy rápido, se queda parada y me sigue mirando completamente confusa, sus ojos se han quedado en blanco.
-Dijiste que no estaba loca. –Me acerco y trato de tocarla pero no me lo permite. –Me dijiste que saldríamos solas de esto, que no me llevarías a ningún sitio así, ¿Por qué lo has hecho? –Sus lágrimas no tardan ni dos segundos en comenzar a caer, ha caído, ha roto, por mi culpa.
-No lo creo Brittany, lo hago para ayudarte; Comprende que no puedes seguir así de mal contigo y con todo el mundo. –Sus ojos no parpadean, está en shok y yo la cojo con fuerza de la muñeca, no la suelto, y no puede soltarse de mi agarre.
-No confías en mí, te dije que no volvería a hacerlo, no me has creído, piensas que estoy loca, ¿No es así? Quieres que me hinchen a pastillas, no lo voy a permitir. –Ahora esta cabreada, pero sale una chica con una tabla marrón y un bolígrafo, yo volteo pero ella sigue parada sin reacción alguna.
-¿Brittany Pierce? –Ella llora, cada segundo que va pasando llora con más fuerza, yo estoy paralizada, sabía que algo así iba a pasar.
-Unos minutos, por favor. –Le digo y la chica asiente, vuelve a marcharse entrando a la sala, y Brittany deja caer su cuerpo al suelo, me agacho, y le miro a los ojos. -Brittany, no van a darte pastillas, solo vas a hablar con Alice, esto, solo lo sabrá ella; Estaré contigo, no va pasarte nada malo, ¿Por qué no confías en mí? –
-Porque me prometiste que no me traerías a un sitio como este, lo sabrá todo el mundo, me llamarán loca, me encerraran en un armario de nuevo, ¿Sabes que es pasar días sin comer y aguantando las ganas de mear? No lo comprendes, mi vida volverá a ser una pesadilla. –Ella llora con más fuerza aun, y respira con dificultad.
-Nadie sabrá esto, solo tu yo y Alice, nadie sabe nada, lo prometo Brittany, déjame, rompe conmigo pero deja que esa chica te ayude, yo lo he intentado, pero vuelves a caer, ¿Qué pasa si cortas algo que no debes? Si te pasa algo yo, no podré superarlo ¿comprendes? Yo sin ti no soy nada, eres todo para mí, eres mi mundo, la razón de mi sonrisa, ¿No comprendes que lo hago por ti? Déjame ayudarte. –Pasó mi mano por su nuca, esta vez no me detiene, y la beso con pasión, ella no cierra los ojos, lo siento; Su labio tiembla, y sus lágrimas aun caen.
-Me da miedo Santana, tú lo sabias, sabias que no quería venir, ¿Qué me van a preguntar? ¿Qué me van a decir? ¿No ves que tengo miedo? –Asiento y trato de levantarla, parece estar más calmada, así que la miro a los ojos, aun llorosos.
-Dejarás de tener miedo, vamos a entrar ahí dentro, ¿Esta bien? Y, yo estaré contigo en todo momento, solo son cuarenta minutos de terapia, en la primera sesión estaré contigo, después no podré estar contigo pero te traeré y te esperare aquí afuera, si hay algo que no te gusta, una mínima cosa nos iremos y no volveremos, y lo intentaremos arreglar juntas otra vez, pero mientras, deja que una profesional te ayude. –Ella asiente, y abre sus brazos, me acerco y ella se derrite entre mis brazos, llora pero ahora está mejor, más calmada y eso me tranquiliza.
-Santana. –La miro, y me mira; Sus ojos brillan más de lo normal, y están rojos e hinchados de llorar, limpia sus lágrimas y trata de hablar. -Yo nunca te dejaría. –Sonríe y me besa, me coge de la mano, y la deslizo por el pasillo, entramos; Una sala espaciosa, un ventanal con unas grandes vistas, un sofá, un sillón y una silla apartada, una mesa de despacho, el suelo de madera, y las paredes también de madera, una chica se acerca, Brittany aprieta su mano a la mía, la chica sonríe y le extiende la mano a Brittany, Brittany se la entrega.
-Soy Alice Pous, encantada señorita Pierce. –Brittany le sonríe falsamente. -¿Se encuentra bien? –Brittany asiente y ella le ofrece sitio. –Échate en ese sofá unos minutos, y respira hondo.
-No. –Brittany se niega y ella aprieta con más fuerza mi mano, como una niña pequeña cuando van a sacarle un poco de sangre y le da pánico las agujas.
-Cariño, túmbate ahí, yo estoy aquí. –Añado y suelto su mano y ella se dirige al sofá, se tumba y mira la ventana.
-Señorita López, ¿Podemos hablar un momento? –Me susurra y yo asiento, salimos de la sala, no cerramos la puerta del todo, de manera que puedo ver a Brittany por la rejilla de la puerta entrecerrada. –Antes de comenzar quiero que me explique, la mayor razón por la que esta ella aquí, debo saber que preguntarle. –
-Supongo que tiene depresión, ella recurre muy fácilmente a la autolesión, he tratado de ayudarla con mi propia mano, pero me resulta imposible, hablé con Lidia y me recomendó esta clínica, necesito que este bien, y alegre, ha sido un año duro para ambas, pero ella lleva sufriendo desde muy pequeña, no quiero que siga así, necesito que alguien la ayude, como sabrá es una chica muy inocente, y muy frágil; Necesito que sea fuerte. –Ella asiente, y pasa su mirada por la rejilla de la puerta.
-Entonces, ¿depresión? –Pregunta y asiento, ella sonríe. –Esos casos vienen a menudo a mi consulta, los que recurren a la autolesión suelen ir a psiquiatría, pero ahí la hincharían a medicación absurda, por lo tanto, haré todo lo posible para que ella vuelva a sonreír, haré todo lo que este en mi mano, pero comprenderás que esto irá rápido si ella me deja, pero, lo conseguiremos, es fuerte, no dudes eso. –Me abalanzo, y la abrazo con fuerza, ella sorprendida, se queda parada, y se ríe.
-Muchas gracias. –Le sonrió y entramos, Brittany esta embobada mirando las nubes, y las está contando en voz alta.
-Veintiocho nubes, veintinueve nubes, treinta nubes, treintaiuna nubes… -Alice, pone la mano en su hombro y ella calla en un milisegundo, me siento en la silla que hay al fondo, Brittany me mira una sola vez, y vuelve su mirada a las nubes.
-Bien Señorita Pierce, vamos a comenzar; Santana estará ahí sentada, escuchando y mirando, imagine, que estas en un campo de flores, y que soy un árbol, tienes un diario, y el árbol te hace preguntas, debes responderlas en voz alta como si las estuvieses escribiendo, debes ser sincera, lo que hablemos aquí, solo lo sabremos tu y yo, como si fuera tu diario secreto, relájate y solo escúchame hablar, cuando pregunte, respondes, sin presiones; Si necesitas parar lo haremos. ¿Estas lista? –Sonrió feliz, Brittany juega con los dedos de sus manos, y no dejo de mirarla, mientras ella escucha atenta, y mira el cielo del ventanal.
-Sí, lo estoy. –Respiro hondo, y me dedico a escuchar todo lo que hablan.
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paulitahope**** - Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 06/04/2014
Edad : 25
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
CAPITULO 2X15 "Mas que mi mejor amiga"
Después de toda la hora dentro de aquella habitación, salimos de aquel edificio, habían hablado de cómo se sentía Brittany, de que la incitaba a hacer esas cosas, de cómo, y que hacía para sentirse feliz, en cada respuesta de cada pregunta añadía mi nombre, pero en ningún momento me había mirado dentro de la sala, y tampoco lo había hecho al salir, Alice me dijo que la próxima semana tendría que hablar conmigo de algo y por suerte no era algo malo, o al menos eso me decía con la expresión de su mirada, y aun que Brittany estuviera enfadada conmigo, me daba igual porque entró triste, y salió contenta por más que su rostro no expresara que a ella le había sentado bien aquella charla con Alice durante una hora completa.
Brittany callada, subió al coche y no dijo palabra alguna, a pesar de que aquella mujer la tratara genial, y ella hablara con flexibilidad, no me miraba a la cara; Sabía que estaba enfadada, pero el tema de conversación lo iba a sacar alguna de las dos en algún momento, de camino, sin música, ella miraba las nubes, cada vez que desviaba los ojos hacia ella, veía sus labios moverse, contando números…
-Llévame a casa. –De golpe habla, mientras yo muerdo el interior de mi labio, con fuerza.
-¿No vienes conmigo? –Pregunto, está enfadada, puedo notar eso, y puedo notarlo desde lejos.
Creía que, después de esto, se sentiría mejor y tal vez estaría más contenta; Pero me equivocaba, la expresión de su rostro me decía cuan cabreada estaba conmigo, me había dejado claro que no me dejaría, pero no sabría cuánto enfadada estaría después de haberle clavado el cuchillo por la espalda.
-Había pensado que podíamos ver una película en casa de la madre de Quinn. –Cuando oigo esas palabras salir de sus labios, y siento un completo alivio en mi pecho, le dedico una sonrisa, pero ella no sonríe, no importa.
Pensaba que no quería que pasara el resto del día con ella, no me importaba si me iba a hacerme tragar El Diario de Noa otra vez, lo cierto es que me daba igual, porque por una vez en mi vida, por ella, y solo por ella, me iba a arrastrar para que me perdonara, le quiero, y querer a alguien de verdad supone pisar lava, y travesar puentes con cuerdas a punto de romperse, luchar contra un dragón, con tal de que esa persona esté bien, y en este caso, era yo quien estaba dispuesta a darlo todo por Brittany.
-Suena bien. –Disimulo mi felicidad interior, y celebro en mis adentros que el cuchillo que había sobre mi cuello a punto de degollarme, había desaparecido. ¡Bien!
-Tú eliges. –Su fieldad me está matando, pero la sonrisa que se escondía tras mis dientes; Podía aguantar todo eso.
Mientras sigo conduciendo, ella enciende la radio, y cuando suena “Loved” Ella sonríe y me mira, cuando voy a cambiar de marcha, y la miro sonreír, y que esta vez me sonríe a mí, ella toca mi mano, y la acaricia con su dedo pulgar. Su vista vuelve a las nubes, mientras tararea la canción.
-Cuando escucho esta canción me acuerdo de ti, “Me haces sentir amada, me haces sentir hermosa, me haces sentir como cenicienta bailando en su habitación mágica, me haces creer, tu eres todo lo que necesito, cuando me abrazas fuerte me haces sentir millones de cosas maravillosas, cariño cuando me tocas es más que suficiente, me haces sentir amada” –Canta mientras me mira, y millones de mariposas revolotean por mi estómago, y miles de necesidades de besarla se suprimen cuando ella se inclina, y besa mi mejilla.
No digo nada, y la sigo escuchando cantar… Cuando pasan unos minutos, llegamos a casa, y aparcamos frente la entrada de la mansión Fabray, Brittany saca las llaves de casa y abre, la frialdad vuelve a apoderarse de ella, pero, aquella canción que había cantado, me había hecho el día, la semana y el mes.
Cuando entramos, llegamos a la cocina encontrando a Judy, la madre de Quinn tomando un café, y viendo una película en la gran pantalla plasma de cincuenta pulgadas, colocada en la pared, Brittany besa su mejilla, y se sienta, educada; Saludo y yo también me siento.
-Judy, pasaremos la tarde en mi habitación; Después tal vez cenaremos algo, ¿Podrías dejarme algo de dinero? –Brittany le pregunta, y medio segundo después, Judy saca su monedero y le entrega un billete de cien dólares en seco a Brittany.
-Ir a donde queráis y disfrutar; Hace un buen día para cenar en el Breadstix. –Judy sonríe, y yo no digo absolutamente nada; Mi cartera está en bajo presupuesto mientras no viva en casa, con tan solo doscientos dólares al mes no me llega para nada.
Desde que me fui de casa, mi padre es el único que me ingresa dinero en la cuenta bancaria, recuerdo que debo ir a ver a la homofoba de mi madre, pero de todos modos es mi madre, y solo por esa razón espero que vuelva a ponerse bien porque una hija siempre quiere a su madre pese a todo en este mundo.
-Muchas gracias Judy, pero lo más seguro que pidamos pizza, ¿Qué dices Santana? –Brittany me mira, y mi rostro serio, dibuja una sonrisa demasiado sarcástica.
Mi mirada se desvía a la televisión, y me fijo en la cutre telenovela que Judy está viendo. Me distraigo mientras muerdo mi labio, cuando veo a Lord, y sube a mis piernas sacándome una de mis mayores sonrisas. Acaricio y toco su cola feliz.
-Ten cuidado Santana, capaz de que te diga de unirse a su banda de rock, y te haga probar el crack, no quiero que te hagas drogadicta. –Ella hace un puchero, haciéndome sonreír aún más, le guiño un ojo, y ella se levanta. –Estaremos arriba. –Ella, toma entre sus brazos a Lord, y camina por la casa, dando pequeños saltitos por ella.
Lord siempre esta con Brittany, al parecer él es su segundo amor, creo que debería estar celosa, si no fuese porque yo fui quien trajo a ese gato a casa; Lord, le da mimos a Brittany mientras sube las escaleras y yo la sigo, al subir; Suelta a Lord, distraída mirando las pelusas del suelo, llego hasta la planta de arriba, me quito los tacones, y camino con ellos en la mano para no pisar la moqueta blanca de pelo que había en el suelo, cuando rápidamente mi cuerpo choca en la pared con fuerza, alzo mi mirada y los ojos de Brittany conectan con los míos, y su expresión es triste, rota, dolor. ¿Por qué?
-Estoy muy cabreada contigo Santana. –Su frente choca contra la mía, y sin saber el porqué, una lágrima cae por su mejilla. –Lo que has hecho no está bien. –No dejo de mirar sus ojos y trago en seco.
-Tienes razón. –Le digo, arrepentida; Y ella rodea su brazo en mi cintura, con delicadeza me pega a ella, cuerpo y cuerpo que se vuelven uno a falta del espacio.
-Sé que lo has hecho por mí y, te debo un, Gracias; Pero voy a seguir enfadada contigo, Santana. –Ella levanta su cabeza y, pega sus labios a los míos, siento culpabilidad y un vacío enorme entre mi pecho, pero aquel “Gracias” Hizo que me sintiera completa.
-Brittany, te quiero. –Mis brazos, se atan a ella, y la abrazo con fuerza, beso su mejilla y, caminamos hasta su habitación.
Una vez dentro, Brittany se quita toda la ropa, dejándose en ropa interior, no era momento de tener sexo, y obviamente hacia mucha calor, pero yo me quedo con la ropa mientras ella busca una película que otra entre todas las que tiene, coge cinco entre sus manos y las suelta en la cama, se sienta, y sin dejar de poder mirar su hermoso cuerpo le sonrió y acaricio su brazo.
-Vamos a ver una de las cinco películas favoritas de Lord, te he dicho que elegirías, pero lo voy a retirar. –Asiento sonriendo como una tonta, veo las películas.
-Bien, Blanca nieves y los siete enanitos, Encantada, El mago de oz, Spring Breakers, y Alicia en el país de las maravillas… -Soplo confundida, y bueno, debía elegir.
-Sé que no son muy buenas, pero a Lord le apetece ver una de estas, son sus favoritas por lo que… -Sacudo mi cabeza, y señalo El Mago De Oz, una película que se hizo en el 1939, soplo y ella sonríe.
-Elijo esa. –Ella asiente y la abre, se levanta e introduce el CD en el DVD, la película empieza y yo me estiro en la cama.
Brittany entusiasmada, coge a Lord y lo sube a la cama, él se estira y deja caer su enorme cuerpo en las sabanas, y mientras veo el principio de la película, cuyo es en blanco y negro, Brittany se acurruca en mis brazos, un brazo bajo la almohada y otro sobre mi pecho, mientras su cabeza apoyada en mi regazo mira la película atentamente, y mi mano acaricia su espalda con dulzura.
Pasada una hora y media, Brittany había cantado todas las canciones de la película, y había llorado al final porque todo era un sueño, Lord había pasado todo el rato entre sus piernas, y Brittany no se había despegado de mí una sola vez, hubo silencio durante todo el tiempo, ni besos, ni charlas, ni risas, solo veíamos una película, y pasábamos el rato.
-¡Lord! Por tu culpa he llorado, no me hagas ver estas películas. –Le grita molesta al gato, haciendo crecer una sonrisa en mi rostro.
Siendo las nueve de la noche, Brittany se levanta; Y se pone el pijama, me levanto; Y cojo mis tacones, supongo que me tendría que ir a casa, porque Brittany volvía a ser fría conmigo.
Sin ella decirme nada, se mete en el baño y enciende el agua, ¿Se pone el pijama para luego ducharse? Sacudo mi cabeza y abro la puerta, dispuesta a irme, le digo adiós a Lord tubbington acariciando su suave y lacio pelo color gris.
-¿Te vas? –Añade Brittany asomada por la puerta, sale completamente desnuda del baño, y se acerca a mí despacio.
-Eh, ¿Si?... –Dudo y ella me coge de la mano, sin sonrisa alguna tira de mí, y me pega a ella, es bipolar seguro.
-¿No te vas a bañar conmigo? Antes he dicho que íbamos a cenar juntas, ¿No quieres? –Ella tuerce la comisura de sus labios, y giro mi mirada hacia otro lado.
-Brittany, estas muy fría conmigo, no sé qué te pasa pero si sigues así… No sé, me duele verte así de cabreada conmigo, ¿Sabes? –Muerde el interior de sus labios y deja de tocarme, cruza sus brazos y apoya su peso en una pierna.
-Santana me has mentido, ¿No puedo enfadarme con mi novia? Vamos apañadas; Ahora vienen las vacaciones, ¿Vamos a pasar tres meses peleadas? –Dice, mientras pasa la punta de sus dedos sobre su melena rubia, y chupa el labio inferior de su boca.
-No. –Giro la mirada, miro a cualquier sitio o cosa; Y vuelve a cogerme la mano, esta vez sonríe, pero yo no.
-Entonces ven, y báñate conmigo; Y así, te digo cuanto lo siento… -Trato de no sonreír y lo consigo, vuelve a acercarse y coloca sus manos en mi cintura, levantando mi camisa poco a poco.
-¿Crees que tengo ganas de tener sexo en la bañera? –Frunzo el ceño, y ella levanta mi camisa, deslizando sus manos por mi abdomen.
-La pregunta es, ¿Crees que tengo ganas de que me hagas la pelota por cagarla? Y entonces yo tengo que responder; Si. –Ruedo los ojos, y ella, desabrocha mi pantalón.
-Mayor culpa es mía. –
-No importa, he estado todo el rato siendo fría contigo, y tú solo quieres ayudarme, y yo solo quiero que te bañes conmigo, y pedirte perdón. –Hace un puchero, y consigue hacerme sonreír, ella; Me besa y, esa frialdad se había roto por fin.
Elevo mis brazos y ella me quita la camisa, enreda sus brazos en mi cuello y me besa, locamente, caminamos sin soltarnos hasta llegar al lavabo y, cuando por fin estoy desnuda, juntas nos hundimos en el agua…
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espero comentarios, y que les haya gustado :3
Después de toda la hora dentro de aquella habitación, salimos de aquel edificio, habían hablado de cómo se sentía Brittany, de que la incitaba a hacer esas cosas, de cómo, y que hacía para sentirse feliz, en cada respuesta de cada pregunta añadía mi nombre, pero en ningún momento me había mirado dentro de la sala, y tampoco lo había hecho al salir, Alice me dijo que la próxima semana tendría que hablar conmigo de algo y por suerte no era algo malo, o al menos eso me decía con la expresión de su mirada, y aun que Brittany estuviera enfadada conmigo, me daba igual porque entró triste, y salió contenta por más que su rostro no expresara que a ella le había sentado bien aquella charla con Alice durante una hora completa.
Brittany callada, subió al coche y no dijo palabra alguna, a pesar de que aquella mujer la tratara genial, y ella hablara con flexibilidad, no me miraba a la cara; Sabía que estaba enfadada, pero el tema de conversación lo iba a sacar alguna de las dos en algún momento, de camino, sin música, ella miraba las nubes, cada vez que desviaba los ojos hacia ella, veía sus labios moverse, contando números…
-Llévame a casa. –De golpe habla, mientras yo muerdo el interior de mi labio, con fuerza.
-¿No vienes conmigo? –Pregunto, está enfadada, puedo notar eso, y puedo notarlo desde lejos.
Creía que, después de esto, se sentiría mejor y tal vez estaría más contenta; Pero me equivocaba, la expresión de su rostro me decía cuan cabreada estaba conmigo, me había dejado claro que no me dejaría, pero no sabría cuánto enfadada estaría después de haberle clavado el cuchillo por la espalda.
-Había pensado que podíamos ver una película en casa de la madre de Quinn. –Cuando oigo esas palabras salir de sus labios, y siento un completo alivio en mi pecho, le dedico una sonrisa, pero ella no sonríe, no importa.
Pensaba que no quería que pasara el resto del día con ella, no me importaba si me iba a hacerme tragar El Diario de Noa otra vez, lo cierto es que me daba igual, porque por una vez en mi vida, por ella, y solo por ella, me iba a arrastrar para que me perdonara, le quiero, y querer a alguien de verdad supone pisar lava, y travesar puentes con cuerdas a punto de romperse, luchar contra un dragón, con tal de que esa persona esté bien, y en este caso, era yo quien estaba dispuesta a darlo todo por Brittany.
-Suena bien. –Disimulo mi felicidad interior, y celebro en mis adentros que el cuchillo que había sobre mi cuello a punto de degollarme, había desaparecido. ¡Bien!
-Tú eliges. –Su fieldad me está matando, pero la sonrisa que se escondía tras mis dientes; Podía aguantar todo eso.
Mientras sigo conduciendo, ella enciende la radio, y cuando suena “Loved” Ella sonríe y me mira, cuando voy a cambiar de marcha, y la miro sonreír, y que esta vez me sonríe a mí, ella toca mi mano, y la acaricia con su dedo pulgar. Su vista vuelve a las nubes, mientras tararea la canción.
-Cuando escucho esta canción me acuerdo de ti, “Me haces sentir amada, me haces sentir hermosa, me haces sentir como cenicienta bailando en su habitación mágica, me haces creer, tu eres todo lo que necesito, cuando me abrazas fuerte me haces sentir millones de cosas maravillosas, cariño cuando me tocas es más que suficiente, me haces sentir amada” –Canta mientras me mira, y millones de mariposas revolotean por mi estómago, y miles de necesidades de besarla se suprimen cuando ella se inclina, y besa mi mejilla.
No digo nada, y la sigo escuchando cantar… Cuando pasan unos minutos, llegamos a casa, y aparcamos frente la entrada de la mansión Fabray, Brittany saca las llaves de casa y abre, la frialdad vuelve a apoderarse de ella, pero, aquella canción que había cantado, me había hecho el día, la semana y el mes.
Cuando entramos, llegamos a la cocina encontrando a Judy, la madre de Quinn tomando un café, y viendo una película en la gran pantalla plasma de cincuenta pulgadas, colocada en la pared, Brittany besa su mejilla, y se sienta, educada; Saludo y yo también me siento.
-Judy, pasaremos la tarde en mi habitación; Después tal vez cenaremos algo, ¿Podrías dejarme algo de dinero? –Brittany le pregunta, y medio segundo después, Judy saca su monedero y le entrega un billete de cien dólares en seco a Brittany.
-Ir a donde queráis y disfrutar; Hace un buen día para cenar en el Breadstix. –Judy sonríe, y yo no digo absolutamente nada; Mi cartera está en bajo presupuesto mientras no viva en casa, con tan solo doscientos dólares al mes no me llega para nada.
Desde que me fui de casa, mi padre es el único que me ingresa dinero en la cuenta bancaria, recuerdo que debo ir a ver a la homofoba de mi madre, pero de todos modos es mi madre, y solo por esa razón espero que vuelva a ponerse bien porque una hija siempre quiere a su madre pese a todo en este mundo.
-Muchas gracias Judy, pero lo más seguro que pidamos pizza, ¿Qué dices Santana? –Brittany me mira, y mi rostro serio, dibuja una sonrisa demasiado sarcástica.
Mi mirada se desvía a la televisión, y me fijo en la cutre telenovela que Judy está viendo. Me distraigo mientras muerdo mi labio, cuando veo a Lord, y sube a mis piernas sacándome una de mis mayores sonrisas. Acaricio y toco su cola feliz.
-Ten cuidado Santana, capaz de que te diga de unirse a su banda de rock, y te haga probar el crack, no quiero que te hagas drogadicta. –Ella hace un puchero, haciéndome sonreír aún más, le guiño un ojo, y ella se levanta. –Estaremos arriba. –Ella, toma entre sus brazos a Lord, y camina por la casa, dando pequeños saltitos por ella.
Lord siempre esta con Brittany, al parecer él es su segundo amor, creo que debería estar celosa, si no fuese porque yo fui quien trajo a ese gato a casa; Lord, le da mimos a Brittany mientras sube las escaleras y yo la sigo, al subir; Suelta a Lord, distraída mirando las pelusas del suelo, llego hasta la planta de arriba, me quito los tacones, y camino con ellos en la mano para no pisar la moqueta blanca de pelo que había en el suelo, cuando rápidamente mi cuerpo choca en la pared con fuerza, alzo mi mirada y los ojos de Brittany conectan con los míos, y su expresión es triste, rota, dolor. ¿Por qué?
-Estoy muy cabreada contigo Santana. –Su frente choca contra la mía, y sin saber el porqué, una lágrima cae por su mejilla. –Lo que has hecho no está bien. –No dejo de mirar sus ojos y trago en seco.
-Tienes razón. –Le digo, arrepentida; Y ella rodea su brazo en mi cintura, con delicadeza me pega a ella, cuerpo y cuerpo que se vuelven uno a falta del espacio.
-Sé que lo has hecho por mí y, te debo un, Gracias; Pero voy a seguir enfadada contigo, Santana. –Ella levanta su cabeza y, pega sus labios a los míos, siento culpabilidad y un vacío enorme entre mi pecho, pero aquel “Gracias” Hizo que me sintiera completa.
-Brittany, te quiero. –Mis brazos, se atan a ella, y la abrazo con fuerza, beso su mejilla y, caminamos hasta su habitación.
Una vez dentro, Brittany se quita toda la ropa, dejándose en ropa interior, no era momento de tener sexo, y obviamente hacia mucha calor, pero yo me quedo con la ropa mientras ella busca una película que otra entre todas las que tiene, coge cinco entre sus manos y las suelta en la cama, se sienta, y sin dejar de poder mirar su hermoso cuerpo le sonrió y acaricio su brazo.
-Vamos a ver una de las cinco películas favoritas de Lord, te he dicho que elegirías, pero lo voy a retirar. –Asiento sonriendo como una tonta, veo las películas.
-Bien, Blanca nieves y los siete enanitos, Encantada, El mago de oz, Spring Breakers, y Alicia en el país de las maravillas… -Soplo confundida, y bueno, debía elegir.
-Sé que no son muy buenas, pero a Lord le apetece ver una de estas, son sus favoritas por lo que… -Sacudo mi cabeza, y señalo El Mago De Oz, una película que se hizo en el 1939, soplo y ella sonríe.
-Elijo esa. –Ella asiente y la abre, se levanta e introduce el CD en el DVD, la película empieza y yo me estiro en la cama.
Brittany entusiasmada, coge a Lord y lo sube a la cama, él se estira y deja caer su enorme cuerpo en las sabanas, y mientras veo el principio de la película, cuyo es en blanco y negro, Brittany se acurruca en mis brazos, un brazo bajo la almohada y otro sobre mi pecho, mientras su cabeza apoyada en mi regazo mira la película atentamente, y mi mano acaricia su espalda con dulzura.
Pasada una hora y media, Brittany había cantado todas las canciones de la película, y había llorado al final porque todo era un sueño, Lord había pasado todo el rato entre sus piernas, y Brittany no se había despegado de mí una sola vez, hubo silencio durante todo el tiempo, ni besos, ni charlas, ni risas, solo veíamos una película, y pasábamos el rato.
-¡Lord! Por tu culpa he llorado, no me hagas ver estas películas. –Le grita molesta al gato, haciendo crecer una sonrisa en mi rostro.
Siendo las nueve de la noche, Brittany se levanta; Y se pone el pijama, me levanto; Y cojo mis tacones, supongo que me tendría que ir a casa, porque Brittany volvía a ser fría conmigo.
Sin ella decirme nada, se mete en el baño y enciende el agua, ¿Se pone el pijama para luego ducharse? Sacudo mi cabeza y abro la puerta, dispuesta a irme, le digo adiós a Lord tubbington acariciando su suave y lacio pelo color gris.
-¿Te vas? –Añade Brittany asomada por la puerta, sale completamente desnuda del baño, y se acerca a mí despacio.
-Eh, ¿Si?... –Dudo y ella me coge de la mano, sin sonrisa alguna tira de mí, y me pega a ella, es bipolar seguro.
-¿No te vas a bañar conmigo? Antes he dicho que íbamos a cenar juntas, ¿No quieres? –Ella tuerce la comisura de sus labios, y giro mi mirada hacia otro lado.
-Brittany, estas muy fría conmigo, no sé qué te pasa pero si sigues así… No sé, me duele verte así de cabreada conmigo, ¿Sabes? –Muerde el interior de sus labios y deja de tocarme, cruza sus brazos y apoya su peso en una pierna.
-Santana me has mentido, ¿No puedo enfadarme con mi novia? Vamos apañadas; Ahora vienen las vacaciones, ¿Vamos a pasar tres meses peleadas? –Dice, mientras pasa la punta de sus dedos sobre su melena rubia, y chupa el labio inferior de su boca.
-No. –Giro la mirada, miro a cualquier sitio o cosa; Y vuelve a cogerme la mano, esta vez sonríe, pero yo no.
-Entonces ven, y báñate conmigo; Y así, te digo cuanto lo siento… -Trato de no sonreír y lo consigo, vuelve a acercarse y coloca sus manos en mi cintura, levantando mi camisa poco a poco.
-¿Crees que tengo ganas de tener sexo en la bañera? –Frunzo el ceño, y ella levanta mi camisa, deslizando sus manos por mi abdomen.
-La pregunta es, ¿Crees que tengo ganas de que me hagas la pelota por cagarla? Y entonces yo tengo que responder; Si. –Ruedo los ojos, y ella, desabrocha mi pantalón.
-Mayor culpa es mía. –
-No importa, he estado todo el rato siendo fría contigo, y tú solo quieres ayudarme, y yo solo quiero que te bañes conmigo, y pedirte perdón. –Hace un puchero, y consigue hacerme sonreír, ella; Me besa y, esa frialdad se había roto por fin.
Elevo mis brazos y ella me quita la camisa, enreda sus brazos en mi cuello y me besa, locamente, caminamos sin soltarnos hasta llegar al lavabo y, cuando por fin estoy desnuda, juntas nos hundimos en el agua…
-
espero comentarios, y que les haya gustado :3
paulitahope**** - Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 06/04/2014
Edad : 25
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
No me gusta SAM , ojalas britt se recupere luego saludos actualiza pronto
kamilittaz***** - Mensajes : 257
Fecha de inscripción : 08/05/2014
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
Me parece que brittany si que tiene motivos para enfadarse pero comprendo a santana.
Wow me ha sorprendido que santana explotara con quinn aun que esta muy pasota de la pequeña santana
Wow me ha sorprendido que santana explotara con quinn aun que esta muy pasota de la pequeña santana
monicagleek- ---
- Mensajes : 523
Fecha de inscripción : 25/11/2013
Edad : 27
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
Aww, que bueno que se arreglaran, muy buenos capitulos :3
amanda2070*** - Mensajes : 134
Fecha de inscripción : 20/02/2014
Edad : 23
Re: Mas que mi mejor amiga FanFic Brittana
espero por la reconsiliacion eheh
Sara Pinel****** - Mensajes : 326
Fecha de inscripción : 30/01/2013
Edad : 28
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