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Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

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Mensaje por awong_snix Dom Jun 15, 2014 2:53 pm

Amor accidental





En esta historia un accidente provoca que dos completas desconocidas se enamoren, pero....
Un accidente puede ser el inicio del cuento de hadas o sera que lo que mal comienza mal acaba


______________________________________________________________________________

Esta historia tiene una trama muy bien estructurada no me pertenece como dice es una adaptación y es muy buena créanme la autora es B.L. Miller

Dejen sus comentarios si les interesa



Aprovechando les dejo los links de mis otras adaptaciones que ya solo les falta el final:

Existence (que  pasa si la muerte se enamora de ti )


35 jovenes que pelean por ser la prometida de la princesa Brittany. Podra Santana conquistarla


Un error, una coincidencia, el destino o talvez la respuest a lo que mal empieza mal acaba o simplemente el cuento de hadas que Brittany soño un caballero de radiante armadura dispuesto a darle todo



Un matrimonio por conveniencia o amor verdadero Santan se pregunta que hizo Brittany para que se pregnte eso



Una mujer hermosa le pide a Santana que si la quiere  ella estara esperando



Un matrimonio arreglado, un divorcio  un amor verdadero  sonlas consecuencias de beber de mas para Britany y Santana


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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por Jane0_o Dom Jun 15, 2014 5:40 pm

Interesante
Ya queremos leer el primer
Cap
Saludos
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Mensaje por Dolomiti Dom Jun 15, 2014 6:49 pm

Suena bien :) en espera del 1 cap
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Dom Jun 15, 2014 9:51 pm

Jane0_o escribió:Interesante
Ya queremos leer el primer
Cap
Saludos

Hola

Eres seguidora de otra adaptación y te lo agradezco el mensaje es el mismo solo que escribo este aparte para que no creas que solo reciclo mensajes, bueno aveces si en especial al abrir 5 adaptaciones y 1 por terminar creo que si recicle mucho

http://www.gleeklatino.com/t22178-adaptacion-brittana-la-seleccion

http://www.gleeklatino.com/t22177-adaptacion-brittana-buenos-negocios

http://www.gleeklatino.com/t22175-adaptacion-brittana-entre-sabanas

http://www.gleeklatino.com/t22174-adaptacion-ven-a-buscarme

http://www.gleeklatino.com/t22176-adaptacion-brittana-amor-accidental#521346

Como mencione are un calendario y subiré así los capítulos espero que sigan comentando
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Mensaje por awong_snix Dom Jun 15, 2014 9:53 pm

Dolomiti escribió:Suena bien :) en espera del 1 cap


Hola seguidira #1 de existence

Eres seguidora de otra adaptación y te lo agradezco el mensaje es el mismo solo que escribo este aparte para que no creas que solo reciclo mensajes, bueno aveces si en especial al abrir 5 adaptaciones y 1 por terminar creo que si recicle mucho

Como mencione are un calendario y subiré así los capítulos espero que sigan comentando
si me aconsejas hare el calendario para las 5 adaptaciones nuevas pero para existence esa seguimos igual, haora me crees lo que dije que habia de todo  Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO 210293833   Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO 4061796348 
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Mensaje por 3:) Dom Jun 15, 2014 10:43 pm

me encanto,..
nada es cuento de hadas y todo termina mas "casi" siempre ja!

nos vemos!!

drupi!!!!
3:)
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-*-*-*
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Lun Jun 16, 2014 12:34 am

3:) escribió:me encanto,..
nada es cuento de hadas y todo termina mas "casi" siempre ja!

nos vemos!!

drupi!!!!


Si tuviste paciencia con existence este requiere un poquito mas
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Mar Jun 17, 2014 10:48 pm



Capítulo 1


Parte 1


Brittany S. Pierce se subió el cierre de su sudadera azul marino y bajó la capucha sobre su
cabeza. El cordón que normalmente lo habría mantenido en su sitio había sido quitado mucho
antes de que la comprara en el almacén de descuento. No tenía duda de que la primera ráfaga
del viento frío penetrante lo sacaría de su cabeza pero por el momento, esto era lo mejor que
podía hacer. Miró en la intensa iluminación del estacionamiento del Money Slasher, el gran
supermercado en el que trabajaba a media jornada. Había esperado estar a tiempo completo
ya, pero con la economía de la manera que estaba, los trabajos de tiempo completo eran
difíciles de obtenerse. El loco horario que le asignaron le hacía imposible conseguir otro trabajo
de media jornada para completar el hueco y Brittany no podía correr el riesgo de dejarlo. Había
tardado semanas en conseguir el ingreso a los almacenes de Albany solo para conseguir este
trabajo.
Como el meteorólogo había pronosticado, los pequeños copos habían estado cayendo cuando
ella comenzó su turno. Ahora estaba soplando una fuerte ventisca y un pie de nieve había
caído interminable a la vista. Brittany bajó la mirada en sus raídos tenis y gimió. Ésta era la peor
parte de tomar un trabajo a dos millas de su apartamento. La larga caminata a casa
garantizaba que sus pies estarían congelados, por no mencionar el resto de su cuerpo. A veces
era bastante afortunada al conseguir que Kim, la encargada del almacén, le llevara a casa pero
no esta noche Kim habia terminado su turno hacia una hora y de ninguna manera Brittany le
hubiera pedido que la esperara. Respiró profundamente, metió su cabello rubio rojizo dentro de
la capucha, doblándola hacía adelante, y salió al implacable clima.
*****
Santana López echó un vistazo en su reloj con diamantes por décima vez en una hora. De
todas las miserables noches tenía que hacer una aparición en Sam's, la casa del marisco que
hacía también de lugar para las reuniones sociales de los ricos y poderosos de Albany.
Cualquier noche uno podría ir allí y ver al gobernador, a senadores de estado, y gente común
que deseaba gastar cientos de dólares en una cena. El maitre sabía quién era quién y los
sentaba como correspondía. Nunca sentaria a alguien como Santana, quien encabezaba una
de las más grandes familias que poseía corporaciones en el área, cerca de alguien quien
incluso no poseía su propia casa. A Santana no le gustaba ir allí, a pesar del prestigio mundial
de su cocina. Esta noche, sin embargo, tuvo poca alternativa. Mark Grace, el Zoning Board of
Appeals Commisioner, peleaba una petición de cambio de zona y había acudido a ella para
alisar sus arrugadas plumas y para conseguir que la negociación pujara. Sus primos llevaban
una pequeña ramificación de la corporación familiar, López Car Washes. Era un negocio
pequeño, en términos de los ingresos que traía a la familia, pero enorme a los ojos del público,
especialmente con los treinta túneles de lavado de autos sobre el área y los numerosos
anuncios de televisión. "Consiga su auto lavado adecuadamente en López´s" era un muy
acertado slogan, y hacía mucho tiempo, financieramente hablando, que el nombre de los
varones de la familia era una noticia de casa. John y Puck, los primos a cargo del servicio de
lavados de autos, deseaban construir uno nuevo en la esquina de Lake y State Streets. Era
una primordial localización en un área predominantemente residencial. Incluso querían, por
ahora, comprar la parte de la esquina del almacén que había estado previamente allí y las
casas adyacentes en espera de conseguir la transición. Ahora el comisionado Grace estaba
cuestionando la destrucción de tres "magníficos antiguos edificios" de Albany para poner otro
"estúpido auto lavado". Las reuniones y negociaciones no funcionaron, ofertas de grandes
donaciones cívicas no funcionaron, incluso los sobornos fallaron. Y cuando los hermanos
habían agotado todas sus ideas y aún no podían dominarlo, acudieron a Santana para poner
las cosas correctas. El comisionado saltó en la oportunidad de encontrarse con una de las
mujeres más elegibles de la ciudad e insistió en cenar esa noche.
Así que como resultado ella tuvo que salir de su agradable hogar en medio de una de las
peores ventiscas golpeando la ciudad desde hacia años, para venir y cenar con el comisionado
para que les autorizara la transición. Era una situación para negociar y Santana estaba
acostumbrada a esto. El único problema era que Grace quería más que buena voluntad de la
belleza de cabello oscuro que dirigía López Corporation. Debido a su insistencia en que
ellos se encontraran esa noche, no había habido oportunidad de hacer la reserva de mesa.
Para casi cualquier persona, habría significado no entrar a la prestigiosa casa de la ostra. Pero
para Santana, el maitre los colocó en el bar, mientras desesperadamente intentaba encontrar
un lugar para la presidente de López Corporation y su invitado. Durante la espera, la mujer
de azules ojos sufría teniendo que escuchar los clamores poco recortados de un hombre que le
decía todo sobre sus títulos y lo inteligente que él era y cómo ella debería realmente considerar
pasar más tiempo con el. La única parte buena de la noche había sido el constante rellenar de
su copa de vino con el más fino de la cosecha por parte del camarero. Por lo menos había
podido gozar de un buen vino mientras le escuchaba.
Ahora una hora y media más tarde, estaban sentados en su mesa, tomando una cena que fue
servida apenas pocos minutos antes.
"Santana... usted sabe ese es un nombre tan bonito. Un nombre bonito para una bella dama,"
Mark extendió su tenedor para robar un pedazo de langosta de su plato. "No entiendo por qué
usted cree que un área con tal clase y belleza necesita un autolavado. ¿Puede usted imaginar
todo el tráfico que atravesaría por allí? Interrumpiendo a la gente mientras ellos están
durmiendo, disturbándolos con todo el fuerte ruido que esas máquinas hacen." Su tenedor
encontró otro pedazo de langosta, el resto de la cola. "Seguramente usted no desearía uno de
esos justo al lado de su puerta, ¿no es así?"
Los azules ojos se deslumbraron en la mejor parte de su langosta que hacía su camino dentro
de la boca de alguien más. Había sido cortés y agradable toda la noche y ahora era tiempo de
enseñar al pequeño hombre una lección. Limpió sus labios con la servilleta de lino.
"El autolavado está únicamente abierto de ocho de la mañana a diez de la noche. Estoy segura
que a nadie se le despertará y se le estará molestando, y si usted roba un pedazo más de
comida de mi plato yo voy a apuñalar su mano con este tenedor, ¿me explico claramente?" Dijo
llanamente mientras que llevaba la copa de vino a sus labios. "Ahora usted y yo, ambos
sabemos que en esas calles hay mucho tráfico, y seguro que a los residentes les gustará la
idea de que un autolavado llegue a su área, y esto también significa diez trabajos más a la
comunidad. ¿Qué piensa que sucedería en las próximas elecciones si apoyamos a los
Demócratas y les damos esta pequeña pieza de información? ¿Qué bueno sería su
nombramiento si el nuevo alcalde decide limpiar la casa?"
"Ahora usted está justo exhalando humo, Srta. López," él dijo, recostándose y encendiendo
un cigarro. Fumar por supuesto estaba prohibido en esa sección del restaurante pero Mark
creía que su posición lo ponía por encima de lo que él consideraba era una tonta ley. "Los
López´s siempre han apoyado a los republicanos, todo el mundo lo sabe." Él tomó otra
calada de su cigarrillo, el humo cosquilleó la nariz de Santana.
¿"De verdad?" Ella vació su copa y la posó en el mantel de lino de la mesa, reprimiendo una
sonrisa en el pensamiento de la bomba que estaba a punto de poner en el desgraciado
comisionado. "Déjeme decirle algo, Sr. Grace. Los López´s han financiado a más de un
demócrata durante años y ahora que yo estoy a cargo, hay más cada vez." Sus azules ojos
taladraron en los de el cuando se inclinó y tomó el cigarro de su mano, hundiéndolo
profundamente en su cangrejo relleno. "Ésta transición no significa nada para mí excepto
conseguir a mis primos fuera de mi espalda. Su posición no significa nada para mí. Pagaría
cientos de miles en la siguiente elección si significara sacarlo de la oficina y poner a alguien
que viera que el trabajo es más importante que el poder de representar, así que usted necesita
tomar una decisión. Puede ser el buen individuo que trajo diez trabajos para el área o puede
ser el idiota que consiguió ser votado para salir de la oficina, la decisión es suya." Santana
había ya determinando que pronto habría un nuevo comisionado. "Creo que esta reunión
terminó. Espero que haya disfrutado mi cena." En su sobresaltada mirada agregó, "¿Qué?
¿Usted pensó iba a tener suerte esta noche, Sr. Grace?" Sus ojos le miraron rápidamente una
vez. "Lo siento. No duermo con perros. Nunca se sabe cuándo pueden tener pulgas." Recogió
su maletín y salió en grandes pasos, dejando al enojado pero arrinconado comisionado con
sólo una difícil posición y la cuenta.
*****
Brittany cruzó la calle y entró en el parque Washington, un gigantesco lugar en el centro de la
ciudad. El parque estaba cerrado al oscurecer cada noche debido al crimen y al crucero que
pasaba por allí. Normalmente Brittany lo habría rodeado pero eso significaba seis cuadras
adicionales fuera de su camino y con el alarido del viento y el agresivo frío, la ruta más directa
a casa era necesaria. En las cinco cuadras de camino del supermercado al borde del parque,
las orejas de Brittany estaban rojas como la remolacha por el frío y su nariz había comenzado ya
a moquear. No podía sentir los dedos de sus pies y los bolsillos de su sudadera no hacían
nada para proteger sus dedos. Decidiendo que la falta de huellas en la nieve y la temperatura
bajo cero era seguro, Brittany caminó fatigosamente más allá de la enorme estatua de Moses que
marcaba la entrada y la nieve cubría la señal que advertía contra estar en el parque en la
noche. El feroz viento se negaba en permitirle mantener su capucha puesta y su cabello hasta
los hombros ondeaba libremente sobre su cara. Su cuerpo temblaba ferozmente y todo en lo
que ella podía pensar era llegar a casa y hundirse en un agradable baño caliente. Estaba a
medio camino a través del parque y dentro de la vista de Madison Avenue cuando los oyó
acercarse, sus rápidas pisadas cruzando la nieve bajo sus pies.
"Bien bien bien, ¿qué tenemos aquí?" Giró su cabeza para ver como cuatro hombres se le
acercaban rápidamente, no corrian pero asegurándose de caminar muy rápido.
"Vamos dulzura, tenemos algo detente ya."
"Sí, ¿por qué no vienes a una fiesta con nosotros?"
El intenso frío hacía que sus piernas se sintieran como el plomo pero la idea de ser pillada a la
mitad del oscuro parque por los cuatro hombres ponía nueva vida en sus pasos. Intentó
ignorarlos y continuar en su camino pero los hombres continuaron siguiéndola.
"Vamos perra, deja a Danny tener algo de diversión," el más cercano dijo, provocando que el
corazón de Brittany comenzara a palpitar con dolorosa fuerza en su pecho. Tenía que salir de allí
y tenía que salir de allí ahora mismo. Comenzó a correr, más que tropezando, a través de la
nieve hacia las brillantes luces de Madison Avenue.
Santana despreocupada atravesaba las luces de la durmiente ciudad, en medio del camino el
Porshe se deslizaba sobre en la nieve. No era que alguien más estuviera alrededor a esas
horas. Pasó de la calle Lark sin pensarlo y maldijo en voz alta. Ahora tendría que ir todo el
camino más allá del parque cruzándolo para coger la siguiente calle. No viendo ningún auto
delante, pisó el pedal de su Porche 911 y lo lanzó a toda velocidad. Iba demasiado rápido por
la calle cubierta de nieve, especialmente dado que no parecía que los quitanieves hubieran
pasado recientemente, pero le daba igual. No era que tuviera que parar pronto en algún
momento y todavía estaba bajo el límite fijado, aunque definitivamente más rápidamente que
las condiciones de las calles dictaban. El cruce siguiente estaba por lo menos a media milla. De
repente un destello de azul y oro apareció delante de ella, una figura salió corriendo de entre
los automóviles estacionados. Santana colocó ambos pies en los frenos y dio un tirón
duramente al volante hacia la izquierda pero no hubo tiempo. La nieve no le dio ninguna
tracción y un escalofriante silencio llenó el aire mientras vió como el frente bajo del Porsche
golpeaba al peatón y lanzaba a la indefensa persona contra el parabrisas. El auto deportivo
rojo finalmente se detuvo varios autos más adelante y el cuerpo desecho cayó de la capota
sobre el suelo cubierto de nieve. Durante varios segundos Santana no pudo hacer nada sino
agarrar el volante y mirar fijamente la telaraña que ahora constituía su parabrisas, mientras que
su corazón palpitaba con fuerza despiadada. La realidad de lo que había sucedido finalmente
penetró en su mente y con las manos temblorosas abrió la puerta. Echó un vistazo
rápidamente por si había algún testigo pero a las 12:30 a.m., pero era martes por la noche y
todo el mundo estaba en cama. Nunca vio a la pandilla de criminales que habían estado
persiguiendo a la víctima darse la vuelta y escabullirse nuevamente dentro de la oscuridad del
parque.
La sangre estaba ya comenzando a juntarse en el suelo debajo del cuerpo, aunque el extremo
frío hacía el flujo mucho menor que el que pudiera normalmente haber sido. Santana se
arrodilló junto a la desplomada forma y con su mano enguantada giró a la víctima al otro lado.
Jadeó cuando vio la maltratada cara de una joven mujer. "Oh mi dios." Un destello verde justo
en el borde de su visión causó que la mujer de cabello oscuro girara y buscara. Era el reflejo de
un semáforo. Echó un vistazo sobre el cruce Avenida New Sclotand. Estaba solamente a tres
calles del centro médico. Abrió rápidamente la puerta del pasajero y tiró de la palanca que
reclinaba el asiento. Santana sabía que la mejor cosa era intentar inmovilizar a la mujer pero
no había alguna manera que pudiera hacer eso en ese momento y el charco de sangre estaba
continuamente creciendo. El hospital estaba demasiado cerca para pensar en llamar a una
ambulancia y perder preciados minutos. La decisión fue tomada, Santana deslizó sus brazos
debajo de los hombros de la inconsciente mujer y la arrastró al coche. Menos de un minuto
más tarde estaban corriendo hacia el centro médico.
Mientras conducía marcó a "emergencia" un pensamiento se le ocurrió a la magnate
corporativa. No sólo había estado corriendo velozmente y golpeado a esta mujer sino que si un
policía decidía hacerle la prueba del alcoholímetro no habría manera alguna que pudiera
pasarlo, no después de todo el vino que había consumido en Sam's solo un rato antes. Giró el
auto a la derecha en el último momento y giró en el que era el espacio del estacionamiento de
los cirujanos. En la oscuridad con solamente la parte trasera del Porche proyectándose, nadie
la cuestionaría por que estaba estacionada allí. Salió del auto y caminó hacia la entrada de
emergencias, intentando desesperadamente pensar en qué hacer. La respuesta vino a cuando
distinguió una camilla colocada justo en el interior de las puertas de cristal. Santana agarró la
camilla y la empujó hacía su auto. Las horas pasadas en su gimnasio privado hicieron que
levantara fácilmente a la inconsciente mujer arriba sobre la camilla. Durante la transferencia,
una pequeña cartera deportiva cayó del bolsillo trasero de la víctima y aterrizó en suelo
cubierto de nieve. Santana la recogió, metiéndola en su chaqueta de piel, y corrió tan
rápidamente como podía mientras empujaba la camilla hacía la entrada de emergencia.
"¡Necesito algo de ayuda aquí! ¡Esta mujer fue golpeada por un auto!" Gritó tan pronto como
las puertas internas se deslizaron abriéndose. La enfermera a cargo y el interno de la noche
corrieron al otro lado de la camilla para comenzar las pruebas.
"Tenemos lesiones múltiples, comprobaremos el tablero y veremos a quién llamar para OR." El
rubio doctor dijo. Un recepcionista se fue inmediatamente a buscar al cirujano y llamar por
ayuda mientras la enfermera comenzó a tomar la presión arterial de la inconsciente mujer.
Apartándose del camino, Santana miró con horror cuando el doctor cortó la chaqueta y las
ropas de la joven mujer quitándolas de su cuerpo. Todo parecía estar cubierto con sangre,
especialmente los pantalones. Un viejo doctor llegó al lugar, su cabello despeinado del sueño.
¿"Qué tenemos?"
"Golpe y fuga. Se compone de fracturas de ambas tibias y peronés, Doctor Maise", el joven
doctor explicó. "Probables lesiones internas también. Quienquiera que la golpeó iba
rápidamente."
"Haga que ellos preparen OR 2. El tipo de sangre y análisis para coincidir seis unidades de
sangre y busquen a los doctores Gannon y Marks para operar." El resto de la conversación fue
perdida por Santana cuando puso las manos en sus bolsillos y sintió la fría cartera metida
adentro. Abrió la delgada cartera, sorprendida en la carencia del contenido. No había fotos,
ninguna tarjeta de crédito, incluso ninguna licencia de conductor. Una tarjeta azul de la
biblioteca identificaba a la víctima como Brittany S. Pierce y decía su dirección como calle Morris.
Una tarjeta de Seguridad Social y una tarjeta de una cuenta en efectivo de Money Slasher eran
las únicas otras partes de su identificación. Abrió el compartimiento del velcro adentro y
encontró dos boletos de autobús, una llave de casa, y doce centavos. No había nada más.
Bien, por lo menos tenían un nombre y dirección para avisar, pensó mientras caminó hacía el
escritorio de la enfermera a cargo. Cuando se acercó, oyó a dos mujeres detrás del escritorio hablando.

____________________________________________________________________________

Que les parece la descripción es correcta o no????

Bueno aquí esta la primera parte espero subir la segunda del capitulo el viernes como decía antes el los negocios llaman
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Mensaje por Elita Mar Jun 17, 2014 11:12 pm

Me dejaste con la intriga :/
Tiene que ver algo la conversación de esas mujeres??

Ya espero el próximo cap..
Saludos :)
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Mensaje por awong_snix Mar Jun 17, 2014 11:20 pm

Elita escribió:Me dejaste con la intriga :/
Tiene que ver algo la conversación de esas mujeres??

Ya espero el próximo cap..
Saludos :)


Me has sorprendido con eso que debo subir las 5 adaptaciones eres la primera en comentar eso merce un premio jajaja ya se te enviare despues del viernes el cap 1 completo
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por 3:) Miér Jun 18, 2014 3:00 pm

holap,...

orale!!! linda forma de empezar las cosas,..
a ver que va a pasar con las "viejas" esas que hablan ahí!!

nos vemos!!!
3:)
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Miér Jun 18, 2014 4:31 pm

3:) escribió:holap,...

orale!!! linda forma de empezar las cosas,..
a ver que va a pasar con las "viejas" esas que hablan ahí!!

nos vemos!!!



Buena pregunta???? les apetece escuchar o me esperan al viernes jajaja
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por Dolomiti Jue Jun 19, 2014 2:03 pm

Ya quiero que sea mañana!! Wow awong! Tenías toda la razón! Tus adaptaciones son lo más! Tengo muchas cosas que hacer pero en cuanto puedo me meto al foro para ver que hay de nuevo y pff! Salen tus intrigantes adaptaciones!! Que bien! :D saludines! Nos leemos pronto :D
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Vie Jun 20, 2014 9:07 pm




Capitulo 1

Parte 2


"Parece una indigente para mí. Regístrala como Jane Doe... Déjame ver..." Arrastró los papeles
sobre el escritorio. "... número 77. Una vez que ella esté fuera de peligro la trasladaran al
Memorial de todos modos."
"Disculpe," Santana interrumpió. "Ella fue golpeada por un auto y gravemente lesionada. ¿Por
qué ellos la trasladarán a otro hospital?"
"Mire Srta", dijo la enfermera a cargo, que en su placa simplemente se leía señora Garrison.
"Este hospital está por mandato del estado de New York para proporcionar todo al que venga
aquí que necesite asistencia médica urgentemente. Una vez que no corran peligro de morir por
sus lesiones, tenemos que trasladarlos a otro hospital que no han llenado su requerimientos
para los indigentes."
¿"Requerimientos para los indigentes?"
"Nosotros estamos requeridos a proporcionar el cuidado completo para cierto número de
indigentes, en no estimar el costo de cada año. Ya hemos cubierto este requisito. Es obvio que
ella no tiene dinero y muy probablemente ningún seguro. Ahora la están llevando a cirugía,
intervención quirúrgica que probablemente nunca pagará. Este hospital no funciona solo de
buenas intenciones. Si no tiene capacidad para pagar, será trasladada al Memorial. No han
cumplido sus obligaciones este año."
La mujer de cabello oscuro entendía las implicaciones... si no se tenía ningún seguro, no
permanecería en el mejor centro médico de la región. "Pero ella tiene seguro," Santana dejó
escapar, su decisión tomada. "Quiero decir... la conozco. Es empleada mía."
¿"Ella tiene seguro?" La enfermera Garrison preguntó incrédula. "Srta., estamos a veinte bajo
cero allí afuera con el viento helado. Estaba corriendo por ahí con una primaveral chaqueta que
parecía que fue tomada de la basura. El fraude del seguro es un crimen en Nueva York.
¿Dónde está su tarjeta del seguro?"
"No, estoy diciéndole a usted que ella tiene seguro. Mire," Santana metió su mano dentro de su
chaqueta y sacó su pequeña cartera de tarjetas de visita. "Soy Santana López, presidenta
y CEO de López Corporation." Rápidamente bajó la mirada a la tarjeta de la biblioteca en
su mano. "La Srta. S. Pierce acaba de comenzar a trabajar para nosotros. No ha habido tiempo
para que ellos expidan su tarjeta pero juro que ella tiene seguro a través de mi compañía.
¿Ahora hay algún formulario o algo que tenga que firmar para autorizar esto?"
Ahora se daba cuenta que pudo haber incurrido en una equivocación, la enfermera a cargo dio
marcha atrás. Ella estiró su brazo y agarró uno de varios sujetapapeles ya instalados con una
pluma inmovible y formas múltiples. "Llene las secciones del uno al diez dentro de sus
posibilidades. ¿Usted sabe como entrar en contacto con sus familiares?"
"Uh, no... estoy segura que la información está en la oficina en alguna parte. Puedo llamar para
eso mañana."
"Bien." La enfermera volteó para dirigirse a su compañera de trabajo. "Cambia la tabla para
Jane Doe77. Su nombre es..." Miró de nuevo a la alta mujer inquisidoramente.
"Brittany S. Pierce."
"Brittany S. Pierce," la enfermera Garrison repitió, como si la enfermera más joven no lo hubiera
oído la primera vez.
Santana se alejó del escritorio de recepción y se desplomó en una de las sillas de vinilo
anaranjadas para completar la poca información que sabía e instalarse para la larga espera.
*****
Durante las tres horas de cirugía Santana estaba muy preocupada. No había tenido noticias de
la joven mujer que había golpeado y la falta de conocimiento ponía los nervios de la ejecutiva
en el borde. ¿Y si murió? Santana se estremeció en el pensamiento. Entonces otro
pensamiento llegó a su mente. La luz del día llegaría pronto y el daño obvio en el frente de su
auto sería evidente. Evidentemente significaría preguntas, preguntas que no quería contestar.
Caminó al teléfono público. La mujer que siempre concedía favores ahora necesitaba uno.
Santana marcó el familiar número. En el tercer timbrazo, una voz masculina llena de sueño
contestó. "Tú, es mejor que tengas una buena razón de mierda para despertarme."
"Puck, soy Sany."
¿"Sany?" El tono cambió inmediatamente. "Hey Cuz, ¿qué pasa?"
"Yo necesito..." tragó. "Necesito un favor."
"¿Tu conseguiste que ese idiota concediera la transición?"
"Eso está en la bolsa. Escucha Puck, esto es importante." Oyó el sonido de un encendedor
cuando su primo encendió un cigarro en un intento de despertarse completamente. "Necesito
que vengas a recoger mi auto y me dejes otro."
"¿Desde cuando me convertí en tu servicio privado de remolque de coches?"
"Desde que tuve que pasar una noche afianzando tu trasero saliendo con esa imbécil de
Grace," gruñó. "Está en el estacionamiento de emergencias en el Centro Médico de Albany.
Coloca el otro auto en el estacionamiento general y tráeme las llaves a la sala de espera de
emergencias. Puck, tienes que hacer esto ahora. No puedo esperar hasta mañana." Sabía que
el costo de pedir el favor compensaría mucho el actual favor pero a veces era justo la manera
que debía ser. Por lo menos sabía a quién avisar cuando necesitaba hacer algo discretamente.
Su primo preferido no era nada si no cuidadoso.
"¿Sala de emergencias? Sany, ¿tu estás bien?"
"Calma, Puck. Despertarás a Agnes. Sí, estoy muy bien, solo muy conmocionada." Miró en su
reloj. "Realmente necesito que vengas aquí y te lleves el auto."
"Está tu auto manejable o lo envolviste alrededor de un árbol?"
"El parabrisas y el frente están echo añicos. Tu mejor lo conduces un par de calles y después
lo pones en una grúa."
"Caramba, no pides mucho, ¿no es así? Sabes que tendré que conseguir a John para
ayudarme? No puedo conducir una grúa y un auto de repuesto."
"Pon el repuesto en la grúa, entonces no necesitarás otro conductor, solo haz esto ahora."
Colgó y volvió a la silla que había estado haciendo su trasero incómodo por las últimas tres
horas. Recogió la revista del cuarto mes de People y había justo empezado a hojearla cuando
el Doctor Maise entró en el cuarto.
"S. Pierce. ¿Hay alguien aquí para S. Pierce?" Él preguntó en voz alta, aunque Santana era la
única persona en el cuarto.
"Aquí." Se levantó rápidamente. "¿Cómo está ella?"
"Tan bien como puede estar en su estado, supongo. Está descansando ahora. ¿Es usted
familiar?"
"Uh... no, soy su jefa."
"Oh... ¿pudo usted ponerse en contacto con su familia ya?"
"No todavía. Mi secretaria está trabajando en eso," mintió. "¿Cómo está?"
"Bien, ambas piernas estaban seriamente fracturadas y había una muy fina fractura en su
cráneo, muy probablemente al golpearse con el coche. Con excepción de raspones y un corte
profundo en su cara que requirió varias puntadas, no había mucho más. Ninguna lesión interna
de todos modos. Ella vivirá, pero pasará un buen tiempo antes de que pueda volver a trabajar,
estoy seguro." Él se quitó sus lentes y los limpió con la esquina de su chaqueta. "Diría que
probablemente unos tres meses para que las piernas se curen, entonces quizá tres a seis
meses de terapia física."
"Oh Dios." Santana se sentó nuevamente, incapaz de creer que en una fracción de segundo le
había arruinado la vida a alguien más por quién sabe cuanto tiempo.
"¿Usted vio el accidente?" Él preguntó, sacándola de sus pensamientos.
"Uh, no, yo no," dijo, rogando que Puck no se hubiera quedado dormido y estuviera en camino
con la grúa y un auto de repuesto.
"Bien, quienquiera que haya sido golpeó a esa pobre chica duramente. Probablemente algún
borracho que incluso probablemente ni se dio cuenta que la golpeó."
"Probablemente," repitió.
"Bien, si usted me disculpa, necesito ir a vigilarla." Él salió de la sala de espera. Lo vió alejarse,
entonces se hundió nuevamente en la silla anaranjada. La mujer, Brittany, viviría. Suspiró aliviada
por eso, pero la culpabilidad todavía pesaba fuertemente sobre ella. En un breve momento
había destruído las piernas de la joven mujer, en su mente posiblemente la Srta. S. Pierce
quedara lisiada de por vida.
*****
El cielo seguía estando oscuro cuando Santana cerró los ojos, el cansancio amenazaba
reclamarla. Minutos más tarde ellos se abrieron otra vez cuando su nariz fue atacada por el olor
de lejos de demasiada colonia barata. "Cuz."
"Hola Puck," dijo con cansancio cuando él se sentó en el asiento a su lado. "¿Te ocupaste de
eso?"
"Todo hecho," dijo orgullosamente, extendiéndole un juego de llaves. "Mazda Azul. Tercer
nivel, placas del distribuidor. No hay perdida."
"Gracias."
"Seguro. Siempre feliz de hacerle un favor a mi prima preferida." Sonrió, mostrando los dientes
que eran demasiado blancos para ser verdaderos. "Y bien, ¿qué hiciste? ¿Golpeaste a
alguien?"
"¡Cállate!" Susurró apretando los dientes, sorprendida de la cantidad de estupidez que su primo
parecía poseer.
"Lo siento." Levantó sus manos en un apaciguador gesto. "Caramba, ¿es tú tiempo del mes o
algo así?"
"Gracias por ocuparte de eso, Puck. Ahora hazme un favor y asegurarte de que el Porsche
sea llevado a mi casa. Colócalo en el garaje. Haré que Hans vaya y lo arregle."
"No entiendo por qué no lo llevas, podrías tener a Michael trabajando en el. Sabes que es él
propietario..."
"Michael posee una representación de Toyota. Trabaja en autos de veinte y treinta mil dólares,
no Porsches. Hans es el mejor mecánico que conozco. Solo asegúrate de que esté puesto en
el garaje, fuera de la vista. Mueve el jeep si necesitas el lugar."
"Bien," suspiró, sabiendo que nunca ganaría la discusión. Echó un vistazo por algo que
ocupaba su interés.
"¿Qué es?" Cuestionó, mirándolo mordazmente y entonces a la puerta.
"Tu no vas a decirme por qué estás aquí o por qué tu auto está todo destrozado, ¿no es así?"
"Puck, lo que sucedió a mi auto o por qué estoy aquí, es mi asunto, justo como donde todos
los beneficios del autolavado vayan es tu negocio. ¿Lo entiendes?"
"Lo entiendo." Sabía que era mejor mear lejos de su prima, sabiendo perfectamente bien cómo
de volátil ella podía ser a veces. Se levantó. "Sabes mi número si necesitas algo."
"Sip." Abrió la revista People y miró a través de las páginas, eficazmente despidiéndolo. Esperó
hasta que salió por la puerta antes de dirigirse a la estación de enfermeras a preguntar sobre la
condición de la joven mujer.
*****
Santana salió al deprimente gris de otro día. La nieve había parado y ahora las calles estaban
llenas de gente que intentaba una forma de pasar a través de la nieve congelada. Metió la
mano en su bolsillo y sacó la tarjeta de la biblioteca. Morris Street. Intentó imaginar donde
estaba la calle en referencia al hospital. Seguro que no estaba lejos y que podría encontrarla
sin un mapa, Santana se dirigió hacia el garaje de varios niveles del estacionamiento.
El pequeño auto azul estaba estacionado justo donde Puck había dicho que estaría. La mujer
de cabello oscuro lanzó su maletín en el asiento del pasajero y dobló su largo cuerpo dentro del
pequeño espacio del asiento del conductor, agachándose hasta que encontró la palanca que
permitió que empujara el asiento atrás de modo que sus rodillas no besaran su barbilla. Tuvo
que girar la llave varias veces antes de que el 323 pudiera chisporrotear a la vida. Santana
bombeó la gasolina en varias ocasiones hasta que el viejo auto parecía dispuesto a continuar
por el mismo. "Puck, tu hijo de perra," juró que le daría una paliza como excusa por el
vehículo, lentamente lo sacó del estacionamiento y lo dirigió hacía la rampa.
Santana tomó a la izquierda del garaje del estacionamiento y condujo sobre la avenida New
Scotland hacia el parque. Condujo dos calles antes de que la señal de la calle que estaba
buscando apareciera. Como pensó, Morris Street era de un solo sentido, por supuesto en la
dirección contraria del camino que quería ir. Un rápido giro sobre Madison y otro en Knox la
puso en el otro extremo de la calle y finalmente pudo subir por la estrecha calle.
Morris Street fue una vez el hogar para doctores y familias ricas pero hacía mucho que había
cambiado a una calle conocida únicamente por los esporádicos conductores que pasaban de
largo y las cucarachas que algo más. Las casas estaban abarrotadas firmemente juntas,
normalmente con menos de un pie entre ellas. Santana aparcó sobre el único espacio abierto
que encontró, no haciendo caso de la salida contra incendios rojo que estaba prominentemente
situado sobre la rota acera. Santana agarró su maletín del asiento al lado y salió del auto.
Brevemente pensó en cerrar el montón estropeado pero decidió que no valía la pena el
esfuerzo. Si un ladrón quería luchar con la cosa estúpida para conseguir que funcionara, eso
estaba bien para ella. Subió sobre el banco de nieve y echó un vistazo al el número de la casa.
A la mayoría de los edificios les faltaba uno o ambos dígitos pero finalmente encontró el lugar
que Brittany S. Pierce llamaba hogar.
Santana subió los desvencijados y resbaladizos escalónes hasta que llegó al exterior de la
puerta que conducía al primer y segundo piso de apartamentos. Una mirada a los tres buzones
montados en la pared mostró que Brittany vivía en el apartamento del sótano. Sacó del pequeño
buzón de correo las cartas que había y dio un paso atrás sobre la plataforma. Maldiciendo en el
pensamiento de bajar las escaleras cubiertas de nieve otra vez, la mujer de cabello oscuro
puso la enguantada mano sobre el inestable metal del pasamanos y lentamente regresó al
nivel de la calle. Debajo de las escaleras encontró una puerta que la mayoría de su pintura
había desaparecido. Una pequeña tarjeta pegada al cristal decía simplemente "S. Pierce".
Santana golpeó varias veces pero no recibió respuesta. Quizás la joven mujer vivía sola.
Metiendo la mano en su bolsillo, sacó la llave de la gastada cartera deportiva y la introdujo en
la cerradura montada adentro en la manija de la puerta. Tomó algunos intentos pero finalmente
la cerradura giró, permitiéndole a la ejecutiva entrar al pequeño apartamento.
Decir que Brittany vivía en miserable pobreza habría sido amable. El primer cuarto en el que
Santana entró era muy probablemente la sala, aunque nadie habría sabido de los muebles.
Una silla de jardín a la que le faltaban varias tiras estaba colocada en el centro del cuarto,
libros marcados "Albany Public Library" apilados junto a esta. Ése era el alcance del mobiliario.
Ni un solo cuadro o póster colgaba en las paredes. No era que una docena de cuadros hubiera
hecho la diferencia. El yeso viejo, desmigajado había desaparecido en varios lugares,
mostrando las secas salidas tablillas debajo. El techo estaba en un estado similar de deterioro.
Las manchas amarillentas por el agua formaban accidentados círculos y en varios lugares este
cedía visiblemente. Santana dudó que pasara mucho tiempo antes de que el techo comenzara
a derrumbarse. El apartamento estaba extremadamente frío y una rápida comprobación del
termóstato demostró por qué. El polvo se había colocado en el marcador, indicando que la
temperatura no había sido cambiada en bastantes horas. Fue establecido en treinta pero con
las ráfagas que venían de las viejas ventanas el cuarto se sentía más como diez. Dejó su
maletín en la desvencijada silla, entonces metió la mano en su bolsillo y sacó las dos cartas
que había tomado del buzón de Brittany. La primera era nada más que propaganda postal
anunciando que si el número ganador igualaba con el que estaba en el sobre que "Inscrito a
S. Pierce" sería el ganador de once millones de dólares. La otra carta era un sobre amarillo de
la compañía de luz. Aunque sabía que no debía, Santana deslizó una muy manicurada uña
bajo la esquina y la abrió. Como había sospechado, era un aviso de desconexión. La metió en
la parte trasera de su bolsillo y se dirigió hacia el dormitorio, esperando encontrar una agenda
de direcciones o algo que indicara a quién debería avisar que la joven mujer estaba en el
hospital.
El dormitorio era justo tan revelador como la sala. Una pequeña cama estaba empujada contra
la pared y una silla plegada servía como un improvisado tocador. Un par de jeans que hacía
mucho habían visto sus mejores días e igualmente desgastadas sudaderas componían el
pequeño apilado de ropas junto con algunos pares de calcetines que parecían más como
queso suizo que calzado. Una minuciosa búsqueda, no que esto tomara mucho esfuerzo,
faltaba revelar alguna agenda de direcciones u otros artículos personales. Ni una carta de un
amigo, ninguna fotografía, nada que indicara que Brittany conocía a alguien... o que alguien
conocía a Brittany.
El cuarto de baño fue solo otra deprimente parada en el recorrido de Santana. El botiquín
contenía un casi vacío tubo de desodorante y un aplastado tubo de pasta dental, ambos
luciendo el nombre de la marca de Money Slasher. Dos tampones situados en el mueble del
retrete junto con un rollo medio vacío de papel de baño. Una gastada toalla estaba cubierta
sobre el borde de la tina y tres pares de ropa interior hecha andrajos colgaban sobre el tubo de
la ducha. "¿Cómo lo haces tu para vivir así?" Preguntó en voz alta mientras giraba dejando el
pequeño cuarto de baño. Mientras lo hacía, notó el único artículo que previamente había
pasado por alto antes. Encajonado entre la tina y la pared una pequeña caja arenera. "Bien por
lo menos no estás sola." Como si hubiera oído la frase, un anaranjado y blanco gatito de no
más de cuatro meses vino corriendo al cuarto de baño, maullando bastante fuerte para
anunciar su presencia. "Hola allí."
"¡Mrrow!" Santana se inclinó para acariciarlo pero el gato salió hacia la cocina. "Ven aquí. No
voy a lastimarte."
"¡Mrrow!" El gato permaneció en la entrada de la cocina, negándose a acercarse. "Bien, será
de esa manera, veremos si te doy algo." Pasó al lado del gatito y entró a la cocina, deseando
rápidamente que no lo hubiera hecho.
La cocina era un viejo modelo de gas que probablemente fue bastante eficiente en los tiempos
de su abuela. Una pequeña sartén para freír y una cafetera situados encima mientras una bien
usada lamina para galletas yacía dentro del horno. Abrió un cajón y dio un paso atrás cuando
varias cucarachas corrieron alrededor, intentando furtivamente regresar dentro de la oscuridad.
Cerró el cajón rápidamente, pero no antes de notar el único juego de cubiertos que este
contenía. El refrigerador contenía una botella de leche de plástico que había sido llenada con
agua, la mitad de un frasco de mayonesa, una barra de margarina, y una casi vacía botella de
ketchup. Cuando Santana alcanzó la puerta del armario, sus piernas fueron rápidamente
rodeadas por el ansioso gato.
"Meow, meow, ¿mrrrow?" Efectivamente, el armario tenía dentro una caja medio vacía de
comida para gatos de Money Slasher y una caja de macarrones. "Mrrow, ¿meow?"
"Ok, Ok, entendí la indirecta," dijo, sacando la caja. El anaranjado y blanco gato correteaba
sobre su tazón, esperando sin demasiada paciencia que la alta humana le diera de comer.
"¿Cuánto comen los gatos de tu tamaño, pues?"
"¿Mrrow?"
"No importa." Sirvió el seco alimento en el tazón hasta que llegó al borde. "Aquí tienes, eso
debe entretenerte por un rato." Miró el cuenco del agua. "Supongo que quieres un poco de
agua también, ¿su majestad?" El gato estaba demasiado ocupado comiendo abajo para
responder. Santana llevó el cuenco al fregadero y tiró la restante agua antes de girar el grifo.
Un horrible sonido vino de las tuberías y rápidamente lo cerró. "Parece que tu conseguiste el
agua del refrigerador." Dejó el cuenco en el piso al lado del tazón de la comida y estaba a
punto de continuar su búsqueda cuando oyó golpes en la puerta.
"S. Pierce, sé que estás allí adentro. Te oí abrir el agua." Una enojada voz en el otro lado de la
puerta gritaba. "¡Es el tercero ya y quiero mi puto dinero del alquiler ahora!" Golpeó otra vez.
"Maldición, estoy enfermo de tu lloriqueo sobre tu minúsculo cheque. Si tu no puedes permitirte
este lugar entonces tu nunca debiste haberte mudado aquí... ¡Maldición pedazo de basura!"
La puerta fue abierta de golpe para revelar a un corpulento hombre que apestaba a alcohol a
pesar de la hora temprana de la mañana. "¿Quién mierda es usted? Le dije a ella que los
compañeros de cuarto costaban extra."
"¿Cuánto le debe ella?" Santana preguntó, intentando muy difícilmente mantener su mal humor
controlado.
"Cuatrocientos cincuenta. Seiscientos si descubro que está viviendo aquí también," gruñó. "¿Y
quién mierda es usted?"
Santana no contestó, en lugar de eso fue a la silla y revolvió su maletín hasta que encontró su
chequera.
"¿Cuál es su nombre?"
"¿Qué le pasa a usted?"
"Si usted quiere que sea pagada la renta, necesito un nombre para endosarlo en el cheque...
¿o puedo yo solo poner la palabra estúpido pedazo de burro?"
"No tomo cheques de mierda. Ellos siempre botan."
"Garantizo que éste no botará. Déme su nombre."
"Cecil Romano, pero no aceptaré ningún cheque de mierda."
"¿Ha oído de López Corporation?" Preguntó mientras llenaba varias partes del cheque.
"Por supuesto, ¿y quién no?"
"Bien, Soy Santana López. Este cheque es de mi cuenta personal. Si usted quiere su
dinero de la renta yo le sugiero tomar este." Entregó el cheque. Cecil lo miró cuidadosamente,
seguro que era un engaño.
"Necesito la identificación."
"Bien. ¿A usted le gustaría ver mi licencia de manejo o alguna importante tarjeta de crédito?"
Preguntó, alcanzando el maletín y sacando su cartera. En ese momento el anaranjado y blanco
gatito decidió salir y ver que era todo ese escándalo.
"¿Qué mierda es eso?"
"A mi me parece un gato. Dígame, ¿es usted capaz de formar una oración completa sin la
palabra mierda en ella?"
"Le dije a ella no mascotas. No mascotas significa ninguna mascota de mierda. No mascotas,
no compañeros de cuarto, no... quienquiera que usted mierda sea." Dobló el cheque y lo
guardó en su bolsillo. "He tenido suficiente. Ella perrea acerca de todo desde el pequeño ruido
en las tuberías, en la falta de pintura en las paredes y ahora esto. Cuando usted vea a la
pequeña perra le dice que la quiero fuera de aquí antes del fin de semana. Ella y esa pulgosa
cosa peluda pueden ir a vivir al banco de nieve no me importa."
"Bien. Veré que sus cosas sean sacadas de aquí inmediatamente. ¿Supongo que usted es el
propietario de la vieja cocina y refrigerador de hace cientos de años?"
"Maldita sea claro que soy el propietario. Soy el propietario de esa cama en la que ella duerme
también. Estaba supuestamente queriéndomela comprar por cincuenta dólares pero no la he
visto todavía."
"Bien, ahora usted no ganará. Usted puede conservarla." Metió su cartera y chequera
nuevamente dentro de su maletín. "¿Hay algo más o usted siente la necesidad de continuar
asaltándome con su apestosa respiración?"
"No doy una mierda por usted, no puede venir a mi casa y hablarme de esa manera," gruño.
"Solo asegúrese de que el lugar esté en las mismas condiciones que cuando ella se mudó o no
conseguirá su garantía devuelta."
"Dudo que usted la regresaría de todos modos" Santana contrarrestó. "Después de todo, usted
es el epitome de un señor de los cuchitriles."
"Mejor toma a ese maldito gato con usted cuando se vaya o yo retorceré su cuello de mierda y
lo tiraré en el banco de nieve." Salió dejando la puerta abierta, dejando que el frío aire se
mezclara con el frío aire ya dentro del apartamento. "Y asegúrese de que ella reexpida su
correo de mierda," gruñó cuando cerró de golpe la puerta.
Santana volteó y frotó su frente.
"¿Meow?"
"Bien, supongo que tendré compañía por algunos días, ¿huh?" Dijo, sentándose en el vacío
piso al lado del gato. "Quisiera saber tu nombre. Eso es mucho más fácil que llamarte 'gato'
todo el tiempo."
"Mrrow," el gatito respondió, subiéndose en el regazo de la mujer de cabello oscuro. Santana
permitió que el ronroneante felino permaneciera por algunos minutos mientras intentaba pensar
bien justo qué sucedió. Había solamente querido investigar a quién contactar para dejarles
saber que Brittany estaba lastimada y terminó por conseguir que echaran a la joven mujer de su
casa. No que fuera mucho una pérdida, considerando las condiciones en las que vivía. No
importa, decidió. Su primo Danielle, encargado de López Properties, lo solucionaría
seguramente allí había un apartamento accesible disponible en el cual podrían poner a Brittany.
"Algo con paredes verdaderas," murmuró, mirando que el plato de comida era del tamaño del
agujero en la pared opuesta. "Ok gato, hora de moverse." El gatito objetó ruidosamente pero
finalmente accedió cuando la alta humana se levantó. "Vamos a conseguir juntar las cosas de
tu mami y sacarte de aquí y meterte a algún lugar cálido."
Mover las pertenencia de Brittany fue fácil, especialmente cuando Santana decidió que las únicas
cosas que tenían que salir del decrépito apartamento eran los libros de la biblioteca y el
talonario de cheques que encontró en el cajón de la cocina. La gastada ropa, el inservible
mueble... decidió que para cuatro cientos cincuenta dólares Cecil podría limpiarlo el mismo.
Metió el talonario de cheques en su maletín los libros de la biblioteca bajo su brazo, y del gato
dentro de su chaqueta, Santana dejó el apartamento, no molestándose en cerrar la puerta.
*****
Brittany abrió los ojos y miró alrededor, gimiendo de dolor y se dio cuenta de donde estaba. Una
joven rubia enfermera levantó la mirada y sonrió. "Buenos días, Srta. S. Pierce. Mi nombre es
Mary." Sacó un termómetro digital de su bolsillo, colocó una funda protectora sobre la punta, y
la puso en la boca de Brittany. "Usted tuvo un muy grave accidente." Envolvió el puño de la
presión arterial alrededor de la parte superior del brazo de Brittany y presionó su estetoscopio
contra el interior del codo de la joven mujer. El termómetro pitó y Mary lo retiró comprobando la
lectura. "Bien."
"Disculpe..." Brittany inhaló agudamente mientras la enfermera hacía anotaciones en su tabla. Se
sentía atontada pero asustada al mismo tiempo. "Qué... ¿qué sucedió?"
"Usted fue golpeada por un auto ayer por la noche. Fue muy afortunada que su jefa pasara
cerca y la viera. Ella la trajo al hospital."
¿"Mi jefa? ¿Kim me encontró?"
"Oh, no sé su nombre, querida. No estaba aquí ayer por la noche. Trabajo en el turno de día."
Cuidadosamente limpió la piel alrededor de la ordenada hilera de puntadas en la mejilla de
Brittany. "Usted estuvo en cirugía durante bastante tiempo y está en el cuarto de recuperación
ahora mismo. Solo necesitamos asegurarnos de que esté estabilizada y entonces será llevada
a su cuarto."
"¿Mis piernas?" Intentó incorporarse pero eso solamente sirvió para incrementar el intenso
dolor que sentía en sus extremidades inferiores.
"Ambas piernas estaban quebradas. Los cirujanos trabajaron durante horas ayer por la noche
colocando los huesos de nuevo en su lugar."
"Esto duele." Brittany levantó su cabeza para ver el desolador blanco del yeso llenar las piernas.
"Le están dando algo para el dolor en su intravenoso," la enfermera dijo. "Le haré saber al
doctor que usted está despierta."
En cuanto la enfermera salió del cuarto, Brittany se echó a llorar. Su cara y costillas dolían pero
no era nada comparada a la terrible agonía de como sus piernas estaban. Incluso no quería
pensar en la cuenta del hospital, que sin duda aumentaba con cada hora que pasaba allí. Estiró
su brazo para servirse una taza de agua de la jarra de plástico colocada al lado de la cama
pero el movimiento causó tanto dolor que no pudo terminar su tarea. Lo que sea que le estaban
dando para el dolor también le estaban haciendo sentir los miembros sumamente pesados y no
tomó mucho tiempo para que Brittany cayera nuevamente dentro de un inquieto sueño.

____________________________________________________________________________

Bueno aquí tenemos la parte 2, y como me equivoque en subir la parte uno el domingo igual subiré la parte 3 del capitulo.

Dejen sus comentarios que opinan de Santana un argel, preocupada por Brittany o en su caso preocupada por ellla
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Mensaje por Jane0_o Vie Jun 20, 2014 10:43 pm

Pobre britt
Ya quiero otro cap
Saludos
Jane0_o
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Mensaje por Dolomiti Sáb Jun 21, 2014 1:39 am

Si pobre britt y bueno creo que san esta preocupada por lo que digan de que iba conduciendo algo ebria, pero sin duda se preocupa por britt ya que si no fuera así, no la hubiese llevado al hospital y ni se hubiese preocupado por pagar lo del depto y mucho menos cuidar al gato :)
Saludos! :D poco a poco pero voy leyendo me parece todas tus adaptaciones jeje o al menos eso intento. Son muy buenas! :D
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por Elita Sáb Jun 21, 2014 2:14 am

Bueno.. puedo decir que está preocupada por Britt pero fácilmente puede estar haciendolo por bien propio... espero que sea para bien de ambas... sobre todo de Britt :) & bueno.. eso..

Espero el próximo capítulo pronto.
Saludos :)
Elita
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Sáb Jun 21, 2014 8:15 pm

Jane0_o escribió:Pobre britt
Ya quiero otro cap
Saludos


Tu que arias en el lugar de Santana??
La dejas, o le ayudas y hasta que punto
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por 3:) Sáb Jun 21, 2014 10:36 pm

holap,...

me gusto,...
orale!!!! pobre britt,...
a ver que hace san ahora y como va a reaccionar brit cuando vea a san,..

nos vemos!!!
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por Anddy Rivera Morris Dom Jun 22, 2014 10:07 pm

Ya me envolvió esta historia y sólo lleva un capítulo :')
muero por leer lo siguiente *-*
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Jun 26, 2014 4:59 pm


Capitulo 1 parte 3


Santana tiró del Mazda dentro de su camino de entrada y lo estacionó al lado del garaje. Para
su gran molestia, quitar la llave del encendido no apagó el motor. En su lugar el coche azul
continuó chisporroteando y resoplando durante un minuto después finalmente murió. "Bien,
Gato. Pienso que es seguro decir que el lugar siguiente que irá este pedazo de mierda será el
deposito de chatarra."
"¿Mrrow?" El felino respondió cuando intentó subirse sobre el regazo de la alta mujer.
"No no no. Este no es tiempo para mimos." Metió al gato debajo de su brazo y abrió la puerta.
"Vamos, veamos si Maria puede encontrar algo en la cocina para que tu comas."
Cuando salió del auto con el gato en remolque, Santana echó un vistazo sobre sus tres autos
en el garaje. La puerta estaba medio abierta y a través de la media luna de la ventana vio su
Porsche. Silenciosamente agradeció a su primo Puck por ayudarle. El gato se retorció en su
agarre. "Oh no tu no. No estaré recorriendo todo el vecindario en tu búsqueda."
Sany abrió la puerta deslizable y entró en la cocina. Una vez dentro puso al anaranjado y
blanco gatito en el suelo. "¿María? ¿María estas aquí?" Las llaves del auto azul fueron
lanzadas sobre la encimera.
"Estoy aquí," una voz desde la sala llamó.
"Tenemos compañía," Santana dijo.
María era una vieja mujer trabajando en su trigésimo año con la familia López y era
cercana y querida al corazón de Santana. De mediana edad el cabello negro como azabache
que tenía hace mucho tiempo le combinaba ahora con canas y se extendía a su regazo
perfecto para que cada vez que llegara la joven niña viniera encima. Maria entró en la cocina.
"No es bueno que estés fuera toda la noche, Sany," la regañó. "Si tu madre sabe..."
"No estaba fuera puteando por ahí, Maria," respondió, satisfecha con la impresionada reacción
en la cara de la mujer mayor. Desabrochó su chaqueta y la lanzó sobre uno de los taburetes al
lado de la plataforma de la cocina. "Tenemos algo aquí para alimentarlo?" Dijo señalando al
gato.
"¿Mrrow?"
"¿Un gato?" Finalizó.
Maria bajó la mirada a los pies de Santana para ver al anaranjado y blanco felino frotarse
contra ella. "Oh mi. ¿Tu trajiste a casa un gato?"
"No es un permanente arreglo. Él únicamente estará aquí por algunos días mientras que su
dueña está en el hospital."
El ama de llaves se agachó y tomó ahora al ronroneador felino. "Odio decirte, Sany, pero él
es ella. ¿Cuál es su nombre?"
"No lo sé. Llámalo gato por ahora."
"Hola dulzura, que linda gatita eres," María la piropeó, sosteniendo al feliz animal en su amplio
pecho. "¿Te gustaría un poco de atún?" Llevó el gato a la despensa y sacó una lata. "Hmm,
¿no te parece esto rico?"
"No creo que él, quiero decir ella alguna vez comiera atún antes. Creo que solamente come
alimento seco."
"Oh... bien entonces." María puso la lata en la barra y dejó al gato suavemente en el suelo. "No
es bueno llevarla directo de seco a enlatado. Sería bastante sabroso para ella. Puedo
mezclarlos."
"No traje ninguno. Supongo que tendremos que conseguirle un poco de alimento."
"Bien, he hecho ya las compras esta semana pero si quieres saldré ahora. Puedo comenzar a
hacer la comida cuando regrese." Limpió sus manos en su delantal y alcanzó sus tirantes.
"No, está bien. Saldré y traeré un poco de alimento para ella. Supongo que necesitamos una
caja también."
"¿Cogiste un gato sin incluso conseguir una caja arenera? Sany, ¿qué es lo que voy a hacer
contigo?"
"Bien, su caja estaba sucia y no estuve ni cerca de tocarla." Santana protestó. "Mira, solo
hazme una taza de café mientras tomo una ducha y me cambio. Luego saldré y compraré las
cosas que el gato necesita."
"Te haré una lista. Conociéndote, conseguirás la caja y se te olvidará la arenera."
"Graciosa," vino la sarcástica respuesta, aunque de hecho ni habia pensado en conseguir otras
cosas para ponerla salvo en la caja cama. "Regreso enseguida. Intenta mantener a la bola de
pelos fuera del sofá y lejos de las antigüedades, ¿Ok?"
****
El centro comercial estaba abarrotado para una tarde de miércoles y Santana terminó
estacionándose al final de una hilera. Una rápida presión del botón en su control y las puertas
azul brillante de la Jeep Cherokee se cerraron y una luz de advertencia sobre el salpicadero
indicó que el sistema de alarma estaba activado.
Le tomó quince minutos hacer su recorrido alrededor del centro comercial hasta que encontró
la tienda de mascotas. Una vez adentro, caminó hacía las estanterías hasta que encontró los
suministros para gatos. Los percheros y estantes de todo desde falsos ratones y postes para
arañar para morder y collares competían por su cartera. Santana odiaba hacer compras y
cuando la joven dependiente se ofreció para ayudarle a elegir las cosas para su nueva
mascota, la mujer de cabello oscuro de buena gana aceptó. El resultado fueron setenta y cinco
dólares del valor de la caja, el arenero, juguetes, el alimento, los catnip, y varios otros artículos
que la joven chica insistió que eran necesarios para un feliz y sano gato.
Después de finalizar sus compras, Santana fue al hospital para averiguar de Brittany. Ella no
estaba para nada preparada para lo que vió. La sábana que cubría las piernas de la joven
mujer contorneaba la completa longitud del molde. Un horrible aspecto de la hilera de puntadas
rodeadas por un igualmente horrible aspecto de la contusión cubría una mejilla y secas huellas
de las lágrimas destacaban mostrándose en su cara. Un intravenoso con varias bolsas
colgando desde un lado, dando a la lesionada mujer los fluídos y los medicamentos para el
dolor que ella necesitaba. Un catéter desaparecía debajo de la sábana. El corazón de Santana
dolía por el dolor en que Brittany estaba así como el dolor que estaría atravesando cuando se
recuperara, sabiendo interiormente que su imprudencia detrás del volante era la única razón de
que la joven mujer estuviera aquí. Como si sintiera su presencia, la cabeza rubia rojiza giró y
verdes ojos se encontraron con ella. "Hola." Dijo educadamente, su voz un poco ronca.
"Hola Brittany. ¿Cómo te sientes?"
"Agradecida de estar viva supongo," refunfuñó, sus ojos se dirigieron sobre la jarra de agua.
Santana inmediatamente se acercó y sirvió un poco en un vaso amarrillo de plástico.
"Aquí." Le dio el vaso pero entonces rápidamente recuperó su agarre en él cuando vio la mano
de la joven mujer temblar. "Déjame ayudar." Juntas consiguieron que la mitad del vaso bajara
por la garganta de Brittany antes de que Santana lo regresara a la pequeña mesa. "¿Recuerdas
algo sobre el accidente?"
"No, no realmente. Yo estaba corriendo... algunos hombres me perseguían... yo escapaba del
parque y salí corriendo a la calle... Es todo lo que recuerdo antes de despertar aquí."
"¿No recuerdas nada sobre el auto que te golpeó?" Santana presionó. "El color, el tipo de auto,
el conductor, ¿nada?"
"No, nada. Lo siento. ¿Es usted de la policía?"
"No." Por dentro Santana suspiró con alivio. Brittany no podía recordar que sucedió. Con un poco
de suerte ella podría arreglar esto.
"Oh, ¿entonces supongo que usted está aquí para hablarme sobre la cuenta?" Brittany preguntó,
decidiendo que la hermosa, bien vestida mujer tenía que ser administradora del hospital, a
pesar de usar un abrigo. Quizás estaba justo fuera de servicio, Brittany razonó.
"En realidad, necesito hablar con usted sobre eso pero..."
"Yo no tengo dinero," interrumpió. "No tengo niños, yo no califico para ningún programa." Dio
un suspiro de derrota. "Le daré lo que pueda cada semana pero me temo que esto no serán
más de cinco dólares." Se resignó a entregar su dinero del autobús para ayudar a pagar la
increíble cuenta.
"No necesita hacer eso," Santana dijo, sorprendida que alguien obviamente con poco o nada
de dinero estuviera tan rápidamente tomando la responsabilidad financiera de la cuenta del
hospital. "Quizá mejor me permite explicarle." Brittany asintió. "Mi nombre es Santana López.
Soy propietaria de López Corporation. Yo um... yo la encontré después del accidente y la
traje aquí. Cuando me di cuenta que no tenía seguro, les dije que trabajaba para mí. López
tiene un excelente paquete de beneficios incluyendo cobertura médica. Usted no tendrá que
pagar un centavo por su asistencia médica, lo prometo."
¿"Usted? Pero ellos me dijeron que mi jefa..." La comprensión se instaló. "¿Usted les dijo que
era mi jefa?"
"Sí."
"Oh." Brittany parecía reflexionar la información. "Así que en vez de deberle al hospital, ¿le
deberé a usted?"
"No no no. Para el final del día su nombre será agregado a la lista del seguro. Lo tendré
posfechado antes del accidente y estará cubierta."
¿"Pero eso no es fraude?"
"No, solo si no trabajara para mí". ¿Maldición, por qué lo tenía que hacer tan difícil? ¿No podría
solo aceptar que la cuenta sería cubierta? Santana no podía entender por qué alguien que no
tenía nada estaba cuestionando una buena cosa cuando le estaba siendo ofrecida. Quizá
calculó mal solo por lo pobre que la joven mujer era. Necesitaba más información. "Dígame,
¿dónde trabaja ahora?"
"Yo..." Brittany bajó la mirada, claramente avergonzada. "Trabajo mediotiempo como cajera en
Money Slasher. Debo decir que trabajaba mediotiempo. Estoy segura que ellos no conservaran
el trabajo para mí hasta que pueda caminar otra vez."
"¿Tiene alguna habilidad? Quiero decir, ¿puede mecanografiar o tomar dictado o algo así?" La
abatida mirada en la cara de la joven mujer contestó la pregunta. "Bien entonces, supongo que
serás una auxiliar. Es un trabajo de nivel de entrada pero es mejor que empacar comestibles."
"Pero no puedo trabajar." Bajó la mirada a los moldes que cubrían sus piernas. "No puedo
incluso caminar."
"El trabajo estará allí cuando estés lista. Hasta entonces, solo concéntrate en recuperarte."
¿Eso era tan simple, por qué estaba ella haciéndolo tan difícil? Santana no previó eso.
"¿Señora López?"
"Es Srta., pero por favor llámame Santana."
"¿Por qué está haciendo esto? Quiero decir, usted no me conoce." Después de una vida de
estar braceando abajo metida en el fondo, un acto de tan gran generosidad era demasiado
para que ella lo creyera. Tenía que haber algo más en esto. Todo tenía un precio fijo.
La mujer de cabello oscuro pensaba rápidamente, corriendo a través de las historias que había
inventado en su mente de camino aquí, desechándolas todas por ser tan pobres. "Supongo que
solo quiero ayudar. Te vi tirada allí en la calle y reaccioné. La única manera de mantenerte aquí
en el Centro Medico era decirles que tenías seguro y la única forma de darte seguro era
hacerte una empleada. Dirijo una corporación grande que opera varias más pequeñas. Añadirte
a la lista no es un gran reparto. Lo siento, yo no tengo una mejor explicación." La única otra
explicación implicaría la verdad y Santana no podía permitirse eso. "No te preocupes acerca
de por qué estoy ayudando. Solo déjame hacerlo. Ahora ¿hay alguien a quién deba contactar
para dejarles saber que estás en el hospital?"
"Um... Supongo que Kim debería saberlo para que ella pueda emplear a alguien más para mi
espacio." Brittany dijo reservada, doliéndole la pérdida del trabajo que había trabajado tan
duramente para conseguir. Era demasiado para que creyera que le estaba siendo ofrecido un
trabajo con una compañía tan grande como López Corp. "Ella es la encargada de la noche
en el Money Slasher en el centro. Tengo que devolver mi delantal para obtener mi último
cheque."
"¿Era la cosa gris que usabas debajo de tu chaqueta?" Brittany asintió. "Me temo que el doctor en
la sala de emergencias lo cortó en partes cuando estaban atendiéndote."
"Oh." Otra abatida mirada. "Ellos cargan ocho dólares por los delantales arruinados."
"No te preocupes por eso," Santana dijo, no completamente entendiendo como importante era
la pequeña cantidad de dinero para la joven mujer. Para Brittany, ésa era su asignación semanal
para la tienda de comestibles, casi la mitad de la cual se iba en la comida para gatos. A través
de su droga que la llenaba de neblina, un pensamiento llegó a ella.
"¡Tubbington!" Exclamó. "Oh mi dios, alguien tiene que ocuparse de Tubbington."
"¿Podría ser ese tu gato?"
"Sí, ¿cómo lo sabe?"
"Encontré tu llave en la cartera y fui a tu apartamento esperando encontrar un nombre o un
número de alguien para contactarlo para ti."
"¿Usted la alimentó?" Su preocupación de que alguien estuviera bajando en su apartamento
fue eclipsada por su preocupación sobre la única cosa que traía un poco de alegría a su vida.
"Sí lo hice," Santana contestó cuando Brittany volvió la cabeza, dejando que un largo silencio se
formara entre ellas. Una solitaria lágrima bajo de la mejilla de la joven mujer. "¿Hey, qué pasa?
¿Sientes dolor? ¿Necesitas que llame a la enfermera?" La mano de Santana alcanzaba ya el
botón de llamada.
"No," la joven mujer aspiró, limpiando la errante lágrima. "Es solo que..." Aspiró otra vez, "... si
no estoy allí para ocuparme de Tubbington, ellos se la llevarán."
"No no no. Nadie estará llevándose a Tubbington lejos de ti. Lo prometo. De hecho, está en mi
casa ahora mismo. Ella puede permanecer conmigo hasta que estés del todo estable." El
corazón del Santana se sacudió con el pensamiento de cómo había destruido fácilmente la
vida de Brittany. En un movimiento le había costado a la joven mujer su trabajo, su hogar, y
mucho más dolor que alguien merecía tener. Ahora estaba sentada allí, mintiendo para
protegerse ella misma. "Juro que nadie estará llevándose a Tubbington."
"Yo... yo puedo extenderle un cheque para su alimento. No come mucho. Es muy amistosa."
Las palabras rodaron fuera de la boca de Brittany y no hubo manera de que a la mujer mayor
pudiera pasarle por alto la desesperación en su voz.
"No te preocupes sobre eso. Por favor, quisiera que te concentraras en mejorarte. Tubbington
estará bien conmigo. Vivo sola, estoy segura que disfrutaré la compañía."
La mujer de cabello oscuro estaba por decir algo más cuando los firmes golpes en la puerta
provocaran que ellas voltearan. El corazón de Santana saltó latiendo en la vista del uniforme
azul y la brillante placa. "Disculpen señoras. Estoy aquí para tomar un informe sobre el golpe y
fuga de ayer por la noche." Entró y sacó una pequeña libreta del bolsillo de su camisa. "Usted
es Brittany S. Pierce, ¿correcto?" Continuó sin esperar por una respuesta. "Ahora, ¿entiendo que
esto sucedió en la avenida Madison alrededor de medianoche?"
"Creo que eran más de las doce treinta," Brittany dijo.
"Sí, doce treinta," él repitió. "Ahora hay algo que usted puede decirme, ¿cómo la marca y el
modelo del auto que la golpeó, el número de la placa, el color?"
"No, nunca lo vi." Giró su cabeza hacía Santana. "¿Usted recuerda?"
"¿Usted estaba allí también?" El oficial preguntó. Nadie le dijo que hubo algún testigo.
"Yo um... yo debo haber llegado allí justo después del accidente. No vi a nadie."
"Eso seguro era un infierno de una tormenta anoche. ¿Qué estaba haciendo fuera tan tarde,
Srita...?"
"López, Santana López. Tuve una cena de negocios con el Comisionado Grace en
Sam's y estaba dirigiéndome a casa."
"López, ¿cómo los autolavados López´s?"
"Sí, entre otras propiedades," contestó, molesta que después de todo su duro trabajo la parte
más conocida de su compañía fuera el estúpido autolavado del primo.
"Bien... entonces;" Giró su atención de nuevo a la víctima en la cama. "Supongo que es
bastante afortunada en haberla tenido a ella para encargarse de usted. Parece que la
golpearon bastante bien. Probablemente un conductor borracho. Difícil de creer que el bastardo
no tuvo las agallas para quedarse y asegurarse de que usted recibía ayuda pero supongo que
todo lo que importa es que usted está viva."
"Sí, fui muy afortunada que la Srta. López apareciera cuando ella lo hizo. Quién sabe
cuánto tiempo estuve allí."
"Bien, si puedo solo conseguir su dirección y número de teléfono para el informe, estaremos
estableciendo todo. Tengo que decirle que no hay mucho por hacer así que no le daré
esperanzas. A menos que ese individuo sea bastante estúpido de conducir por ahí con toda la
parte delantera dañada y admitir que estaba en Madison anoche, no hay mucho realmente que
podemos hacer."
"Entiendo," Brittany dijo reservada. No esperaba que ellos encontraran al hombre que la golpeó.
"No tengo un teléfono pero mi dirección es calle Morris 98." Las emociones encontradas de
Santana entre el alivio de tener un policía tan desinteresado en investigar el accidente y la
culpabilidad en el hecho de que mentía para proteger su propia piel a expensas de la paz
mental de Brittany.
"Bien, supongo si hay alguna cosa que pasé por alto, nosotros podemos encontrarla aquí. Por
el aspecto de sus piernas no pienso que usted vaya a alguna parte por un rato." Santana se
erizó por el comentario pero a Brittany pareció no afectarle.
"Gracias," la joven mujer dijo. El policía volteó hacia la puerta y vio a un amigo suyo caminando
por el pasillo.
"Hey John, espera. Señoras, gracias. Estoy seguro que tengo todo lo que necesito ahora
mismo." Salió antes de que cualquiera de las dos pudiera responder.
"Ellos no van a encontrarlo, usted sabe," Brittany dijo silenciosamente. "Sé que la vida no es
como en la televisión. Incluso no saben qué clase de auto buscar." Se movió levemente,
gimiendo por el dolor que ahora era su compañero constante. "No importa de todos modos,"
suspiró. "El daño está hecho. Incluso si lo encontraran no haría que mis piernas se curaran
más rápidamente."
Santana no sabía qué decir y estaba agradecida cuando entró la proveedora de la televisión.
"Buenas tardes señorita..." Miró su portapapeles. "S. Pierce. ¿Le gustaría encender su TV?"
"No gracias," Brittany dijo rápidamente.
"¿Por qué no?" Santana preguntó, aunque estaba segura que sabía la respuesta.
"No me gusta la televisión."
"Huh Uh." La mujer de cabello oscuro volteó hacia la proveedora. "Volteé ésta y déjela
encendida mientras la Srta. S. Pierce esté aquí."
"Son tres dólares por día, veinte dólares por semana."
"Bien." Santana recogió su maletín del piso y sacó su cartera. "Aquí tiene." Le dio a la mujer de
la televisión dos de veinte.
"Muy bien." Hizo una anotación en su portapapeles, entonces extendió el brazo detrás de la TV
y abrió el sujetador de la caja. Algunos segundos después el televisor tarareó a la vida con la
Juez Judy gritando en el acusado en su sala de juicio en el programa de moda.
"Ya está, ahora tendrás algo que te ayude a pasar el tiempo," Santana dijo después de que la
proveedora saliera.
"Usted no necesita hacer eso," Brittany contestó, sintiéndose muy incómoda. "Habría estado bien
sin eso. Estuvo en mi apartamento. Sabe que no poseo una TV." Suspiró. "Además, lo que sea
que ellos me están dando para el dolor me cansa. No sé cuánto estaría viéndola. Por supuesto
que no veinte dólares."
"Vamos a hacer un trato aquí, ¿Ok? Necesitas ayuda y quiero ayudar. La televisión esta
pagada ahora. Puedes aceptarla y disfrutarla o puedes dejarla apagada y mirar fijamente una
pantalla en blanco todo el día."
El ruido de la televisión interrumpió su conversación. "... Y si usted piensa por un minuto que
creeré que algún extraño se metió destrozando su apartamento y robó todo lo que pertenecía a
su compañero de cuarto aquí y dejó todas sus cosas entonces usted es un completo idiota. No
nací ayer, señor Richards. El fallo para el demandante es la cantidad de seiscientos cincuenta
y tres dólares y doce centavos. Caso sobreseído." Santana volteó para ver a Brittany observando
con completo interés.
"Es como estar en juicio," la joven mujer dijo, su atención nunca dejó el televisor.
"Es un buen programa."
"¿Es cada semana?"
"Todos los días, Brittany. Puedes mirarlo todos los días a mediodía." Sonrió y susurró
conspiradoramente. "Estoy demasiado ocupada para mirarlo cuando está al aire pero lo grabo
y me pongo al corriente en el fin de semana."
"Gracias," la joven mujer dijo sinceramente, sus verdes ojos sonrieron en Santana. "Esto hará
que sea más fácil pasar el tiempo aquí."
"Es el lo menos que podría hacer." Reclinó los brazos en el pasamano de la cama. "¿Así que
vas a decirme a quien puedo contactar además de tu trabajo para decirles que estas aquí?
Seguramente alguien te extrañará."
La pequeña sonrisa que había estado en la cara de Brittany desapareció. "No hay nadie para
contactar."
"¿Nadie? ¿Ni siquiera un amigo?" Brittany dio una triste una sonrisa. "No he vivido en Albany
mucho tiempo," dijo, no deseando revelar la verdad, que evitó deliberadamente hacer amigos
porque los amigos querrían pasar y visitarla y estaba demasiado avergonzada en sus exiguas
condiciones de vida. Se movió y un dolor se disperso quemando su pierna izquierda,
haciéndola gritar. "Oh Dios esto duele," silbó. Santana inmediatamente presionó el botón de
llamada en varias ocasiones.
"¿Qué pasa?" Mary preguntó cuando entró al cuarto.
"Ella siente dolor. ¿No puede usted darle algo?"
"Ella está recibiendo una cantidad apropiada a través de su intravenoso pero si necesita más
puedo ponerle una inyección." Miró a Brittany, que estaba intentando difícilmente no llorar. "¿Srta.
S. Pierce?"
"Si está. ¿No puede usted ver qué está sufriendo?" Santana replicó irasciblemente.
"Srta. S. Pierce?" La enfermera repitió. Brittany a regañadientes asintió, el dolor era demasiado
para resistir más tiempo. Para su sorpresa, una mano grande envolvió la suya. Otra punzada
de dolor se disparó a través de ella y se agarró de la mano de Santana firmemente. La
enfermera salió y volvió un minuto después con una aguja. Poco ceremoniosa tiró de la sábana
y de la bata de hospital atrás exponiendo la cadera derecha de Brittany y metió la aguja adentro.
"Esto dolerá un poco". La mano de la joven mujer agarró la de Santana incluso más fuerte
cuando el medicamento fue inyectado. "Ya está, todo hecho." La enfermera levantó la mirada
en la mujer de cabello oscuro. "Probablemente se quedará dormida en pocos minutos."
"Bien, no estaré mucho tiempo." La enfermera asintió y salió, no molestándose en tirar de la
sábana nuevamente en su lugar. Santana utilizó su mano libre para cubrir la cadera de Brittany
con el desolador lino blanco. "Quieres que permanezca por un rato hasta que te quedes
dormida?"
"No, es..." No pudo contener un bostezo. "... Está bien... Estoy bien" La potente droga actuaba
rápidamente, causando que su cabeza colgara de lado y sus ojos adquirieran una vidriosa
mirada. "¿Está segura que usted no es un ángel?" Preguntó adormilada cuando sus párpados
cedieron. "Usted parece un ángel... usted..." Otro bostezo, "... actúa como..." Sus ojos se
cerraron y la mano que había estado sosteniendo la de Santana cayó flojamente al lado.
Esperó varios minutos hasta que estuvo segura que Brittany estaba dormida antes de ponerse de
pie y remeter la manta alrededor de la lesionada mujer. "Duerme bien, Brittany" susurró.


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despues del susto y lo demas yo tambien la cuidaba como a un angel ustedes que dicen
awong_snix
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Jun 26, 2014 5:01 pm


Capítulo 2 Parte 1 y Parte 2

Santana abrió la puerta y metió la caja, el arenero, el poste para rasguñar, y la bolsa de
juguetes adentro. "Tubbington, ven pequeña bola de pelos, he traído juguetes para ti." Se sentó en
el suelo y sacó los diversos artículos. El anaranjado y blanco gatito llegó arrojándose encima
para ver lo que la alta humana estaba mostrando. Se recostó y observó mientras los paquetes
fueron abiertos y los ratones falsos, bolsas de mordiscos para gatos, y los diversos juguetes
fueron lanzados en una pila. "Ya está, ve?" dijo, completamente esperando que el felino saltará
en la pila y jugara. Tubbington hizo lo que haría cualquier gato, pasó más allá del montón de
juguetes para gatos y comenzó a golpear en los vacíos envoltorios. "Hey, los juguetes están
aquí." Agarró la pequeña bola con la campana oculta adentro y la sacudió para conseguir la
atención del gato. "¿Ves? Juguetes aquí, basura allí." Tubbington miró eso, miró los envoltorios, y
volvió a jugar con el transparente plástico.
"Bien, será de esa manera, mira si me importa," la desanimada mujer dijo, metiendo los
envoltorios en el bolso de plástico. "Te conseguí una caja, y un arenero también, ¿crees que tu
usaras eso?"
"¿Mrrow?"
"Eso es lo que pensé." Se puso de pie, metiendo la bolsa del arenero bajo un brazo, la caja del
gato bajo el otro, y se dirigió a la cocina. "Setenta y cinco dólares en los juguetes y la estúpida
cosa quiere jugar con los paquetes en los que ellos venían." Puso la bolsa y la caja en la mesa.
Una nota se sostenía en el refrigerador con un imán María le decía se había ido por hoy junto
con instrucciones de cuanto tiempo la cena que había preparado debería estar en el
microondas.
El agotamiento le pedía detenerse y descansar pero había ahí justo demasiadas cosas que
tenían que ser hechas. Rápidamente instaló la caja arenera y la puso en el cuarto de servicio,
dejando la puerta entreabierta de modo que Tubbington pudiera ir y venir libremente. Esa tarea fue
hecha, Santana a zancadas salió a la sala, descolgando el teléfono inalámbrico y marcó el
familiar número en el camino.
"Seguros López, ¿en qué podemos ayudarle?" La fresca femenina voz en el otro extremo
del teléfono preguntó.
"Rachel López, por favor."
"Ella está ocupada ahora mismo, ¿puedo preguntar quién está llamando?"
"Santana López. Interrúmpala, esto es importante."
"Un momento." Oyó un clic seguido por el muy aburrido tono de espera musical que jamás
había oído. Tirándose en su sofá de suave piel marrón y quitándose sus zapatos, metió sus
pies debajo de ella. Tubbington saltó fuera de la cocina y se subió a su lado.
"¿Mrrow?"
"¿Qué quieres?" Preguntó, estirando su mano libre para rascar detrás de las orejas del gato.
"Vamos a llegar a algo francamente apropiado desde el principio, ¿Ok? Compré un poste para
rasguñar para ti. Los diez mil dólares del sofá están fuera del límite para tus garras, ¿lo
entendiste?"
"Mrrow." El anaranjado y blanco felino puso su cuerpo arriba en el muslo de Santana y
comenzó a ronronear.
"Sany, ¿cómo estás?"
"Bien hermana, escucha, yo necesito que agregues a un empleado a las listas del seguro."
"Usualmente recursos humanos envía su papeleo una vez que ellos han alcanzado el servicio
apropiado marcado." Santana oyó el sonido del teclado. "¿Cuál es su razón social?"
"Ella no está en la computadora todavía, Rachel. Necesito que la agregues y presiones para
terminar el papeleo."
"Ella tiene que estar en el sistema. Todos los empleados son agregados una vez que hayan
completado su I-9's y W-4's."
"Ella no los ha completado todavía. Es una empleada nueva." Santana oyó el sonido parar y el
chirrido del movimiento de la silla de su hermana.
"¿Para qué departamento trabaja?"
"Um... ella es una auxiliar en la oficina contable del centro."
"¿Un nivel de entrada? Sany, ¿no sabes que ellos tienen que tener seis meses de servicio
antes de que les demos beneficios?"
"No me di cuenta de eso." Frotó su frente, sacando una protesta del ronroneante montón de
pelusa en su pierna.
"¿Qué fue eso?"
"Estoy cuidando el gato de una amiga por algunos días. Mira, la contraté personalmente y le
prometí beneficios completos. ¿No puedes presionar para eso?"
"Es tan raro que mi única hermana me pida un favor. Por supuesto que puedo. Envíame por fax
sus datos y la agregaré a las listas."
"Realmente Rachel, necesito que tu me envíes por fax los papeles para que ella los firme.
También necesito que le des a ella el mejor plan médico que tenemos y posfecharlo al primero
del mes. ¿Puedes hacer eso?"
"Te costará...." la hermana más joven dijo con una voz cantarina. "¿Cena con mamá el próximo
viernes?"
"¿No puedo solo comprarte un auto nuevo o algo?" La ejecutiva gimió.
"Santana Maria, nunca pasas algo de tiempo con mamá. Quinn y yo estamos allí cada viernes
en la noche para cenar y Brody está allí los domingos. Ella siempre pregunta por ti."
"Sabe mi número de teléfono, Rachel. Hablo con ella."
"Lo sé. Oímos hace dos semanas que tu la llamaste en su cumpleaños. Raro, eso fue hace un
mes."
"De acuerdo, de acuerdo. Faxeame todos los papeles y los regresaré más tarde esta noche."
"¿Así que te veremos la próxima semana con mamá?"
"Bien. Estaré allí, pero no esperes que me quede después de cenar mientras ella pasa a través
del libro de recuerdos e intenta volver a vivir nuestra niñez."
"Por lo menos estarás allí. Eso la hace feliz."
"Lo que sea. Faxeáme eso, ¿lo harás ya?"
"Estarán allí en unos minutos. Desearía que me dejaras saber por qué empleaste
personalmente a alguien para un trabajo del nivel de entrada."
"Hermana, si pensara que necesitas saberlo, te lo diría. Bueno hablar contigo también, adiós."
Santana pulsó el botón de apagado en el teléfono inalámbrico y lo dejó abajo en la mesita del
café. "Bien Tubbington, todo está arreglado. Qué te parece saltar abajo y jugar con algunos de tus
juguetes mientras que tomo una siesta, ¿hmm?" Intentó codear al felino pero el ronroneador
montón de pelos se negó a moverse. "Bien, será de esa manera." Ajustó el extremo del cojín y
cerró los ojos. Al principio el rítmico ronroneó la molestó pero en pocos minutos Santana
estaba profundamente dormida, como lo estaba una muy satisfecha Tubbington.
*****
Brittany estaba despierta pero obviamente sentía mucho dolor para el momento en que Santana
volvió al hospital. "Hola."
"Hola, Brittany. ¿Cómo te sientes?" Dejó su maletín en el sofá y colocó la silla al lado de la cama.
"Todo duele pero a excepción de eso estoy muy bien," bromeó.
"¿El medicamento que ellos te dan no está ayudando?"
"Ellos me ponen a dormir, pero sí. Es la única cosa que calma el dolor," contestó, alisando la
manta que la cubría.
"Traje algunos formularios que necesito que firmes. Los llené lo mejor que pude pero no sabía
todas las respuestas" Sacó un fólder color manila del maletín y lo puso sobre la cama. "Nunca
imaginé cuántos papeles lleva el contratar a alguien." Le tendió la pluma y estaba sorprendida
de ver a Brittany tomarla con su mano izquierda. "¿Eres zurda?"
"Yeah."
"Yo también," sonrió. "Solo necesitan tu firma las primeras tres. Las otras tienen algunos
espacios en blanco que tienes que llenar."
"Sabe, yo todavía no puedo creer que usted este justamente dándome un trabajo,
especialmente dado que no puedo incluso trabajar," Brittany dijo, moviendo su cabeza. "Esto no
tiene ningún sentido."
"Hago muchas cosas que no tienen ningún sentido, solo pregúntaselo a mi madre."
Brittany firmó los formularios silenciosamente antes de darle la pluma de nuevo. "¿Usted es
cercana a su madre?"
"No realmente. Tenemos diferencia de opiniones sobre como debo vivir." Dudó por un
momento antes de decidir sacar a colación el tema que estaba tirando en su mente. "¿Qué
sobre tu familia? ¿Tienes un refugio con ellos o algo? Quiero decir, me parece extraño que no
quisieras que supieran que estabas en el hospital."
Verdes ojos se desviaron mirando fijamente en las persianas venecianas que cubrían la
ventana. "Era un bebé cuando ellos murieron. Un accidente automovilístico. Un conductor
borracho se pasó la luz de un alto y los golpeó. Eso es todo lo que sé."
"Lo siento, no lo imaginé." Se sentía mal por plantear el tema.
"Esta bien," la joven mujer dijo descartándolo con un movimiento de su mano. "No los recuerdo.
Supongo que no puedes extrañar lo que nunca tuviste." Brittany intentó parecer indiferente sobre
eso pero Santana sospechó que era un acto fingido para su beneficio.
"¿Quién te crió?"
"El Estado. Algunas familias adoptivas, pero sobre todo viví en orfanatos dirigidos por el Estado
o en hogares. Tan pronto como me gradué de la secundaria conseguí un empleo trabajando
como cajera. He estado sola desde entonces." No deseando continuar con el asunto de su
pasado, Brittany cambió el tema. "¿Y cómo está Tubbington?"
"Está muy bien. A ella le gusta ronronear mucho."
"Mmm, eso indica que ella es feliz," Brittany contestó. "Usted debe ser buena con los animales."
"No puedo saberlo. Esta es la primera vez que tengo uno."
"¿Usted nunca tuvo mascotas cuando crecía?"
"No. Mi padre era alérgico a los gatos y mi madre tenía miedo de que un perro pudiera
destrozar la casa. ¿Cómo terminaste con Tubbington?"
"Oh." Estiró la mano por el vaso de agua solo para tener a Santana ayudándole. Tomó un largo
trago del fresco líquido antes de contestar. "La encontré, o más bien ella me encontró. Estaba
caminando a casa una noche y apareció saliendo de la nada. Solo piel y huesos. Siguiéndome
a casa. Ha estado conmigo desde entonces." Una temerosa mirada apareció en sus ojos. "¿El
casero no la vio, lo hizo? Se supone que no tengo ninguna mascota."
"En realidad... él vino al piso de abajo mientras yo estaba allí."
"Oh no." Una preocupada mirada cubrió la cara de la joven mujer. "¿Fue él amable?"
"En absoluto," Santana contestó. "Él parece pensar que la palabra mierda es un adjetivo y que
debe estarla utilizando cada vez que él abre su pequeña asquerosa boca."
"¿Qué le dijo él a usted?" El temblor era evidente en su voz.
"Nada de lo que necesites preocuparte ahora mismo."
"Él me echó a patadas, ¿no es así?" Si bien la ejecutiva podría nunca considerar eso una gran
pérdida, la joven mujer estaba obviamente trastornada por la noticia.
"Brittany, no te preocupes por eso, por favor, prometo que todo estará bien." Miró su reloj.
"Vamos, pienso que Jeopardy aparecerá pronto. Nos recostaremos y veremos quién consigue
más respuestas correctas, ¿Ok?"
"Me gusta Jeopardy," Brittany dijo, presionando el botón para levantar un poco la cabecera de la
cama. "Hay una TV en el salón de empleados en el trabajo y a veces mi descanso para cenar
es a las siete treinta así que puedo verlo. Soy bastante buena también, aunque no sé si puedo
permanecer despierta bastante tiempo."
"Oh, ¿quieres que me marche para que puedas dormir un poco?"
"No." Alcanzó la mano de Santana. "Por favor quédese."
"Seguro, solo no te disgustes si logró más respuestas correctas. Nadie quiere jugar Trivial
Pursuit conmigo."
"Oh, ¿usted tiene ese? Es un juego tan divertido. Lo jugué una vez en el centro comunitario."
"Te haré un trato. Lo traeré mañana para que juguemos y prometo no ganarte demasiado
gravemente."
"Veremos quién gana a quién," Brittany contradijo con una sonrisa. El tema musical de Jeopardy
atrajo su atención a la televisión. "Ooh, está comenzando." Colocó su cabeza nuevamente en
su almohada para mirar el programa pero antes del primer comercial del descanso estaba
dormida. La ejecutiva de cabello oscuro metió suavemente la manta de Brittany y apagó la
televisión.
Se quedó sentada allí por varios minutos mirando el gran molde y las puntadas que formaban
una línea en el pómulo de la joven mujer.
"Lo siento," susurró antes de salir del cuarto.
*****
Tubbington estaba esperando no demasiado pacientemente en la puerta cuando Santana volvió a
casa. "¡Mrrow!"
"¿Qué? Tienes comida."
"¡Mrrow!"
"Tienes juguetes y tienes alimento. ¿Qué más quieres?" Tubbington respondió frotándose contra la
pierna de Santana, dejando los anaranjados y blancos pelos por todo su pantalón negro. Se
agachó y recogió al felino, al parecer girando en el botón del ronroneo al mismo tiempo.
Sostuvo al feliz gato con un brazo y el maletín en el otro. "¿Deseas ver cómo trabaja la
máquina del fax? Vamos."
La oficina de Santana estaba en el primer piso cerca de las escaleras. Los formularios del
seguro fueron enviadas por fax cinco minutos más tarde y la mujer de cabello oscuro se dirigió
arriba a cambiarse en sus 'cómodas' ropas, a saber en sudadera y un pants de gran tamaño.
Echó un vistazo en su reloj y gimió. Tenía una reunión a primera hora de la mañana y tenía
todavía que repasar los informes mensuales. "Pienso que va a ser una noche larga, Tubbington."
Se arrastró hacía su escritorio y encendió su computadora, teniendo pavor a la idea de pasar
las próximas horas fluyendo sobre las hojas de los balances y los informes. Por supuesto, los
jefes de cada división harían las mismas cosas con ella mañana pero Santana se enorgullecía
de saber exactamente lo bien o mal que cada departamento estaba haciendo antes de oír la
versión lustrada de sus parientes. Un apretón del botón de power y la computadora tarareó a la
vida. El logotipo corporativo de López cubrió la pantalla de veinte pulgadas. Mecanografió
su contraseña y el logotipo desapareció, revelando la pantalla principal.
"¿Mrrow?"
"No. Ésta es una cosa humana, nada hay aquí arriba para tu veas", le dijo al ansioso gato que
estaba parado sobre sus patas traseras en la expectativa de ser levantado. Tubbington extendió
sus garras delanteras en los pantalones grises de Santana. "Ni siquiera pienses acerca de
eso."
"¿Mrrow?"
"No. Ve a jugar con tus juguetes." Giró su atención al primer informe, López Real Estate.
Brody el hermano más joven de Santana estaba a cargo de esa división. Varios terrenos
habían sido comprados a lo largo de la región en anticipación de urbanización para la
construcción de viviendas pero estaban seriamente atrasados en sus proyecciones de
crecimiento. El calendario pedía que cien hogares fueran construidos y vendidos, aún cuando a
finales del mes pasado solamente veinte habían sido realmente terminadas y apenas la mitad
de ésas tenían ofertas en ellas mucho menos vendidas. "¿Qué voy a hacer con él?" Se recargó
en la confortable piel de su sillón y frotó sus ojos. El movimiento pareció ser una abierta
invitación a Tubbington, quien rápidamente saltó sobre su regazo. "Vamos, no puedo hacer ningún
trabajo si estás aquí." Suavemente cogió al ronroneador animal en sus brazos y lo dejó en el
piso. "Ve a jugar."
El reloj abajo en la esquina derecha de la computadora leía 2:53 a.m. para el momento en que
Santana se levantó y apagó la computadora por esa noche. Salió al cuarto principal para poner
la alarma para la noche cuando vio la chequera de vinil azul marino que estaba sobre la mesa
de la entrada al lado de los libros de la biblioteca. Su conciencia le decía no mirar, los asuntos
financiero de Brittany eran privados, pero la curiosidad consiguió lo mejor de ella y se encontró
sentándose sobre la suave piel del sofá marrón claro con el talonario de cheques en su mano.
No había muchas entradas. El registro era solamente de cuatro meses atrás, pero dio
abundancia de penetrar en la vida de la mujer que permanecía en el hospital. La pequeña
escritura, ordenada detallaba cada depósito, cada cheque. Ningún depósito era mayor de
ciento cincuenta dólares. Cuatro retiros estaban enumerados como estando para la renta, cada
vez borrada del dinero que había tomado la mayor parte del mes anterior, la acumulaba. Dos
entradas existían para la compañía de luz, y varios fueron extendidos a Money Slasher. Cada
semana los depósitos de varias exiguas cantidades fueron registradas seguidas por los
cheques a la tienda de comestibles. El cheque más alto era por un poco más de diez dólares y
el más bajo era por solo cinco. Lo qué Santana encontró más interesante fueron los cheques
restantes, extendidos todos a alguien llamada Delores Bickering. Esos cheques fueron
extendidos en cantidades desde cinco a veinticinco dólares, cada uno hacía que quedara poco
en la cuenta de la joven mujer después de pagar sus gastos semanales. Esas entradas
aparecían justo tan a menudo como los cheques a Money Slasher. El actual balance mostraba
unos ciento doce dólares y cambio en la cuenta de la joven mujer, mucho menos que la renta
que había estado debiendo. Los ojos de Santana fueron de nuevo a la entrada para la renta de
noviembre. Era esa semana que Brittany había comprado los cinco dólares y el cambio de
comestibles, el registro mostraba una negativa cantidad de dos dólares y quince centavos
después de esa entrada. Era la única vez que Brittany había tenido en descubierto su cuenta y
Santana no podía incluso imaginar lo que había comprado la joven mujer para intentar y
sobrevivir esa semana.
Cerró la chequera y la dejó sobre la mesa del café. ¿Por qué estaba Brittany, quién no tenía dos
céntimos para frotar juntos, constantemente expidiendo cheques a alguien más? ¿Tenía una
vieja deuda que estaba intentando liquidar? ¿Qué otra explicación podía allí estar? La joven
mujer dijo que no había nadie para contactar, así que esa persona Bickering no podía ser un
pariente. La hora tarde y el último pensamiento tomaron su cobro cuando el agotamiento
finalmente salió ganando y el sofá una vez más se convirtió en la cama de la rica mujer para la
noche, con Tubbington enroscada contra ella.
*****
En alguna parte en la distancia un teléfono estaba sonando. Santana se dio vuelta,
perturbando al durmiente gato. Los timbrazos se hicieron más y más fuertes, penetrando en el
mundo de sus sueños y sacándola de su profundo sueño. Su brazo salió y torpemente lo dejó
caer sobre la mesa del café por el molesto teléfono. "Mmm... López."
"¿Sany?"
"¿Yeah?" Vino la adormilada ininteligible contestación.
"Sany, ¿tienes idea qué hora es?" El sonido de la voz de su hermana ayudó a despejar las
telarañas en su mente mientras lentamente rodaba moviéndose para sentarse. "Son cuarto
para las diez."
"¡Oh mierda!" Azules ojos se dispararon abriéndose cuando se dio cuenta del propósito de la
llamada. "Maldición, me quede dormida en el sofá. Estaré allí tan pronto como pueda." Se
dirigía ya hacía las escaleras, con el teléfono inalámbrico en la mano. "Rachel, ni una palabra.
Tengo un neumático desinflado, ¿lo entiendes?"
"No puedo creer que te quedaras dormida," la hermana más joven reía suavemente. "Pensé
que tenías construído dentro un despertador. Espera a que a mamá oiga esto."
"Rachel..." gruñó, llegando a la parte superior de las escaleras y corriendo dentro de su
dormitorio. "Estaré allí, retenlos o algo." Golpeó el botón de apagado en el teléfono y lo tiró en
la cama cuando se dirigió hacia a su baño. Quince minutos más tarde estaba en su Jeep
Cherokee y de camino para Albany, los límites de velocidad eran maldecidos.
A las diez treinta, las puertas dobles de roble se abrieron de par en par cuando Santana
rápidamente entró en la sala de reunión. "Lo siento neumático, desinflado." Dijo mientras
tomaba su asiento al final de la larga mesa rectangular. "¿Vamos a comenzar?" El silencio que
recibió la hizo voltear. Al parecer no era la única que tuvo problemas para llegar a la reunión a
tiempo. "¿Dónde está Brody?"
"No lo sé. Lo he estado llamando desde que hablé por teléfono contigo y no hay respuesta en
ninguno de sus números," Rachel contestó. Sentada justo a la derecha de su hermana mayor,
la jefa de seguros López nunca podría confundirse con Santana. Rachel tenía, gracias a las
horas con un estilista, el llamativo cabello rojo permanentemente en un gran ensortijado que
era un enjambre sobre su cabeza y hasta sus hombros. Aunque casada desde hacia trece
años con un exitosa abogada, se negó a dejar de llevar el nombre de la familia, decidiendo que
el status que este proporcionaba era mucho mejor que el común nombre de Fabrey. Diferente de
Santana, que fuera del ligero esmalte de uñas podría solo raramente estar imponiéndose en
usar la más mínima cantidad de maquillaje, Rachel creía sinceramente que este realzaba sus
facciones y así que dedicaba dos horas todos los días aplicando todo desde la base para el
rubor hasta el rimel.
"¿Intentaste en su busca?" Era una pregunta estúpida pero Sany todavía tuvo que hacerla.
Durante los últimos meses, su hermano más joven había hecho cada vez más difícil de
conseguir agarrarlo y abandonaba mucho su atención a las reuniones. Mirando su reloj, decidió
no esperar al rebelde hermano más tiempo. "Bien, estamos gestionando bastante tarde, vamos
solo a comenzar." Abrió su portafolio y sacó el primer informe. Uno por uno fue recorriendo el
cuarto, diez distintos López´s o parientes de los López´s explicaban lo que sus
divisiones en particular estaban haciendo y cuáles eran sus planes para el siguiente mes. La
mayor parte de las palabras navegaron más allá de Santana, que asentía de vez en cuando
pero prestando apenas alguna atención. Su mente estaba a varios kilómetros, preguntándose
qué estaría haciendo Brittany, cómo estaba sintiéndose, y cómo Delores Bickering entraba en la
vida de la joven mujer.
Eran cuarto para las doce cuando las puertas se abrieron para revelar a un hombre de cabello
rubio oscuro, que estaba despeinado y arrugado. "Lo siento," él masculló, escabulléndose
hacía su silla. "Puse el despertador, pero la alarma no saltó."
"¿Supongo que no tenías un traje limpio tampoco?" Santana dijo con desaprobación. Los
varios primos y parientes que rodeaban la mesa miraban de la mujer de cabello oscuro a
Brody y de regreso otra vez, completamente esperando una batalla. El hombre joven, sin
embargo, fingió no notar el comentario de su hermana mayor.
"¿Me perdí algo importante?"
"No, por supuesto que no," su tono traicionó apenas su irritación en él. "Estaba justamente
disponiéndome a repasar las cifras para tu último proyecto."
"Yo diría que estamos en bastante buena forma, todas las cosas consideradas," contestó. Diez
pares de ojos volaron de nuevo a Santana.
"¿Y solo qué cosas te gustaría que yo considere en las claras cifras que estoy mirando?" Sacó
el informe originado en la computadora y buscó a través de las páginas hasta que encontró lo
que buscaba. "Las ventas han disminuido casi el treinta por ciento que el año pasado y los
costos están llegando al techo."
"No puedo evitar esto si los contratistas aumentaron sus precios. Inflación, tu sabes," se lanzó
hacía atrás airadamente. Santana no pasó por alto los enrojecidos ojos o la manera en que
Brody mantenía su mirada en su reloj.
"La inflación no tiene nada que ver con esto. Según estas cifras, más de cincuenta unidades
habitacionales deberían estar terminadas. Pero la semana pasada, solamente veinte estaban
terminadas. ¿Qué diablo está ocurriendo, Brody?"
"Estoy sobre eso, ¿está bien?" Se hizo para atrás airadamente, su puño golpeó la superficie de
la mesa de mármol con bastante fuerza agitando el vaso del agua delante de él. El silencio
llenó el cuarto cuando todo el mundo esperaba la reacción de Santana. En lugar de eso giró su
atención a Puck.
"Escuché que conseguiste la transición que querías. ¿Cuándo estarás estropeando el suelo?"
Para el resto de la reunión, la mujer de cabello oscuro se negó a mirar a su enojado hermano, y
viceversa. Brody salió en cuanto la reunión terminó, sólo añadiéndose a las especulaciones y
a los comentarios de los parientes.
"Sany, ¿qué está ocurriendo con él?" Rachel se había arrinconado a la ejecutiva a un lado,
con la preocupación escrita claramente en su cara. "Ha estado tan extraño últimamente, tan
irritable. No piensas que está tomando drogas, ¿es así?"
"No sé lo que pienso, hermana, yo solo sé que algo esta mal." Echó un vistazo en su reloj.
"Necesito estar en algún lugar."
"Yeah, ¿qué está ocurriendo contigo? ¿Qué con esta persona S. Pierce?" La curiosidad natural
para el chisme de su hermana más joven, particularmente cada vez que esto concernía a
alguien en la familia, estaba mostrándose.
"Nada, solo alguien que conocí y que decidí emplear. ¿Te ocupaste de ese seguro?" Mientras
estaba hablando, Santana estaba dirigiéndose hacia la puerta.
"Por supuesto. Está en mi lista de las cosas para hacer hoy." Rachel contestó
despreocupadamente.
"No. Tiene que ser hecho enseguida. Y no se te olvide de posfecharlo al principio del mes. Es
muy importante." Agarró el brazo de su hermana más joven para enfatizar su punto.
"Lo haré al instante en que vuelva a mi oficina. Realmente, Sany, piensas que ésta es una
situación de vida o muerte."
"Solo asegúrate que esté hecho hoy, Rachel. Envíame por fax las confirmaciones a casa."
Santana salió hacía el elegante vestíbulo y presionó el botón para el elevador. Entró solo para
hacer que su hermana más joven le agarrara el brazo para evitar que las puertas se cerraran.
"Hey, casi me olvidé de preguntar. ¿Qué le comprarás a mama para Navidad?"
"Tengo que irme, Rachel." Presionó el botón y esperó expectantemente.
"¿Quiere decir que no le has comprado nada todavía? La Navidad es solo en veinte días."
"Estos veinte días que tengo elegiré algo. No te preocupes sobre eso. Mamá tendrá un
apropiado regalo de mí. Vamos, Rachel. Necesito conseguir salir de aquí." Empujó el brazo de
su hermana apartándolo de las puertas.
"Solo no se te olvide estar el próximo viernes en la cena con mamá. Lo prometiste."
*****
El jeep subía sobre la avenida de Madison justo cuando una ligera nevada comenzó a caer.
Santana recordó su promesa de traer un juego de Trivial Pursuit con ella pero las oscurecidas
nubes y lo tarde de la hora hicieron que decidiera renunciar a un viaje para el centro comercial
para escoger uno, prefiriendo llegar al hospital antes de que se hiciera demasiado tarde.
Caminó a través de la puerta abierta de la habitación de Brittany solo para encontrar la cama
vacía, un afanador cambiaba las sábanas. "¿Dónde está la Srta. S. Pierce?"
"Rayos X. La traerán de regreso en algunos minutos," el corpulento hombre respondió,
metiendo la última esquina dentro. Fue a la silla en la cercana esquina y se sentó para esperar
el regreso de la joven mujer.
Quince minutos pasaron antes de que Brittany fuera empujada nuevamente dentro del cuarto. La
primera cosa que Santana notó eran las frescas lágrimas que bajaban por la cara de la
lesionada mujer. Los dos celadores tenían tanto cuidado como podían con su paciente pero
Brittany todavía gritó de dolor cuando la cambiaron de la camilla de nuevo a su cama.
"Hey, ¿cómo te sientes?" La alta mujer preguntó suavemente, tirando de la dura silla de
plástico más cerca a la cama.
Brittany forzó una sonrisa en su cara en la vista de la mujer de cabello oscuro. Después de una
larga noche de estar en agonía y de una aún más agotadora mañana de tener doctores y
residentes que entraban para empujarla y pincharla, la vista de la mujer que hacía su
recuperación posible fue completamente bienvenida. "Tomaron nuevas radiografías de mis
piernas para asegurarse de que todo este ya colocándose correctamente." Su cara traicionó su
dolor cuando se movió y frotó su cadera. "Me están dando Hepa algo para adelgazar mi
sangre. El doctor Barnes está preocupado sobre la coagulación."
"¿Él dijo algo sobre cómo estás evolucionando? Quiero decir, no está previendo ningún
problema a largo plazo, ¿lo hace?" Santana estiró su brazo y ayudó a acomodar una de las
almohadas detrás de la cabeza de la rubia mujer.
"Ella dijo que no sabremos eso por semanas," Brittany contestó.
"¿Ella? Bien, ¿qué piensas de ella? ¿Te pareció competente? Si no te gusta, Brittany, solo
déjamelo saber. Te traeré otro doctor." Las palabras salieron rápidamente y Santana estaba
justo tan sorprendida como la lesionada mujer. "Quiero decir, si no estas contenta con la forma
en que te está tratando, tienes el derecho de pedir otro doctor." Esperaba que su explicación no
sonara tan pobre para Brittany como lo hizo para si misma.
"No, ella está bien, de verdad. Quiero decir, no puede ayudarme si tengo dolor. Dijo que estoy
recibiendo la mayoría del medicamento para el dolor que ella se siente cómoda dándome."
"Si necesitas más..."
"No. No pienso que ellos hagan algo bastante fuerte para calmar el dolor. Es solo que duele
tanto todo el tiempo. Incluso cuando estoy durmiendo, me muevo y el dolor es tan fuerte que
me despierta." Bajó la mirada desanimada en sus fracturadas piernas y tobillos. "Parece que el
dolor nunca terminará," dijo con tristeza.
"Brittany, esto puede no parecer así ahora, pero mejorarás. Esto solo tomará tiempo." Santana
intentó mantener su voz lo más tranquilizadoramente posible. "Tubbington es absolutamente un
personaje," dijo, esperando que el cambio de tema pudiera ayudar a sacar de la mente de
Brittany sus lesiones.
"Ella es la mejor cosa que jamás me sucedió," la joven mujer dijo honestamente. "Siempre que
la necesito, ella esta justo allí. Todo lo que pide siempre es alimento y atención."
"Y estoy segura que le das un montón de ambos," Santana contestó.
"Bien, el amor y atención puedo darle siempre." Los ojos verdes adquirieron una mirada triste.
"El alimento no es siempre tan fácil." Levantó la mirada a las esculpidas facciones de su
generosa benefactora. "Estoy segura que ella es muy feliz con usted."
"Brittany, no me he llevado a Tubbington lejos de ti, creéme. Únicamente la estoy cuidando mientras
que estás aquí. Una vez que estés de nuevo sobre tus pies, te la traeré, lo prometo."
"No se lo que voy a hacer," dijo suavemente, lágrimas, tanto por el persistente dolor y del
miedo de perder a su querida mascota nublaban sus ojos y amenazaban desbordarse. "No
puedo incluso ocuparme de mí misma mucho menos de ella. Incluso no tengo un lugar para
vivir."
"Ese lugar no es ni para que una rata viva adentro. Cuando salgas de aquí..."
"Cuando salga de aquí no podré caminar, no tengo dinero, y yo incluso no tengo un lugar para
vivir," Brittany dijo. "Usted debió haberme dejado allí en la calle."
"¡NO!" Santana se levantó y se inclinó hasta que estuvo solo a pulgadas de la cara de Brittany y
miraba profundamente en los verdes ojos. "Escúchame. Tú vas a caminar otra vez y no tienes
que preocúparte de encontrar un lugar para vivir. Brittany, no voy a dejar que te rindas así que no
vas a estar rindiéndote tu misma. Sé que eres una sobreviviente. No dejaré que te sea
quitado."
"¿Qué se supone que haré cuando me den el alta? Ya hace cinco dias. Cecil habrá cambiado
seguramente las cerraduras ya. Él me advirtió que nunca me atrasara con la renta."
"Ese grandote abusón no se molestará en cambiar las cerraduras."
"Él me pateó, ¿no es así?..."
"Sí," Santana admitió. "Pero yo no te habría permitido continuar viviendo allí de todos modos.
No es espacio para que un ser humano viva ahí e indudablemente no tu. Cuando te den de alta
de aquí probablemente te enviarán a un centro de rehabilitación hasta que puedas caminar otra
vez. Después de eso me aseguraré que consigas un lugar decente para vivir." Respiró hondo
antes de continuar. "Brittany, ambas sabemos que necesitas ayuda y que deseo ayudar. Sé que
has estado ocupándote de ti misma durante mucho tiempo pero ahora mismo necesitas a
alguien más que cuide por ti. Por favor déjame ser ese alguien."
El cuarto quedó silencioso durante un minuto Brittany bajó la mirada en su regazo, mordiendo su
labio inferior. "No he tenido que depender de que alguien se ocupe de mí durante mucho
tiempo. Supongo que no tengo mucha elección ahora." Su cara traicionó sus sensación de
fracaso y la desesperación de su situación. "Esto es difícil para mí. Prefiero pasar privaciones
que recibir caridad."
Santana encontró duro creer que fuera tan difícil para Brittany aceptar la ayuda que le era
ofrecida cuando las alternativas eran tan claras, pero cuando hizo una pausa para considerar la
historia que la chequera decía, tuvo el sentido perfecto. Había una profundidad en el carácter
de la joven mujer que ella no habría creído que todavía existiera en la edad moderna donde
tanta gente parecía más que lista a aceptar cualquier cosa que el estado o el gobierno
ofreciera, si ellos lo merecían o no. "No pienses en esto como caridad, Brittany. No."
"¿Cómo te parece a ti?" Preguntó con curiosidad. Antes de que Santana pudiera contestar,
otra explosión de intenso dolor se disparó a través de la joven mujer, causando que su cara se
arrugara con agonía. "Oh Dios, esto duele," silbó. "Esto duele tanto." Las lágrimas comenzaron
a desbordarse por su cara y alcanzó a los ofendidos miembros. "Haz que esto pare, por favor
haz que este dolor pare," suplicó.
Incapaz de eliminar el dolor, Santana hizo la única cosa que podría ocurrírsele. Se sentó en el
borde de la cama y le dió a Brittany un apretado abrazo, sin preocuparle que las lágrimas
empaparan su blusa de seda. No importaba. Nada importaba excepto intentar ayudar a que la
increíblemente valiente joven mujer lograra atravesar esto. "Está bien, Brittany. Te tengo,"
murmuró en el dorado cabello mientras que su mano suavemente frotaba arriba y abajo la
desnuda espalda expuesta por la bata del hospital.
"Esto duele... esto no parará de doler... oh Dios, por favor haz que pare, haz que pare duele
tanto," Brittany sollozaba, su agarre alrededor del cuello de Santana se intensificó. Los fuertes
brazos le envolvieron alrededor ofreciendo consuelo, algo que casi nunca había sido ofrecido a
la joven mujer antes, y Brittany lo aceptó agradecida.
"Lo siento, Brittany, lo siento tanto," Santana susurró una y otra vez, sintiendo que sus propias
emociones amenazaban salir vaciándose por el dolor de la joven mujer, dolor causado por sus
acciones en esa fatídica noche. "Todo va a estar bien. Shhh... está bien, ahora todo estará
bien." Continuó haciendo tranquilizadores ruidos y sostuvo a Brittany mientras los sollozos
continuaron. Afortunadamente la enfermera llegó pocos minutos más tarde y puso a la
lesionada mujer una inyección que la llevó a un inquieto sueño. Santana permaneció por
bastante rato, mirando a Brittany dormir y deseando que hubiera algo, cualquier cosa que pudiera
hacer para quitar el dolor que le había causado a la valiente joven mujer.
*****
Brittany despertó varias horas más tarde encontrándose sola. Presionó el botón de llamada para
la enfermera.
"¿Qué necesita, querida?" La mujer de piel oscura dijo cuando entró.
"Nada realmente," Brittany contestó, avergonzada sobre haber presionado el botón solo para ver
otra cara. Habían pasado cuatro días desde que ingresó y la únicas personas que siempre veía
era personal del hospital y a Sany.
"Bien, me alegra que usted esté despierta," la enfermera dijo. "Es hora de comprobar sus
signos vitales."
"¿Usted sabe hace cuánto tiempo la Srta. López se fue?" La mujer rubia preguntó justo
antes que el termómetro encontrara su camino a su boca.
"¿Sería su amiga la que estuvo aquí temprano?" Brittany asintió. "Se fue justo después de que yo
continuara con mis deberes así que diría que fue más o menos una hora. Le dejó una nota."
Eso fue entonces lo que vio Brittany el papel color crema doblado por la mitad colocado en su
bandeja de la cama. Quiso alcanzarlo pero su brazo no era suficientemente largo. La
enfermera se lo dio antes de envolver el puño negro de la presión arterial alrededor de su
antebrazo. Brittany dejó la nota sobre su pecho hasta que la enfermera terminara, prefiriendo
leerlo en privado. Gimió cuando el puño se apretó más y más alrededor de su pequeño brazo.
Cuando ella pensó que no podría estar posiblemente más apretado oyó el silbido del aire que
era liberado. "Bien. Su presión es buena y su temperatura es normal. A este ritmo usted estará
fuera de aquí en un santiamén." La enfermera quitó el apretado puño de velcro e hizo una
anotación en la tabla. "Su cena estará aquí pronto y regresaré más tarde para revisarla."
"Gracias." Brittany sonrió, le habían dado alimento sólido el día anterior y su apetito había vuelto
más fuerte que nunca.
Una vez que la enfermera salió Brittany tomó la nota y la desdobló. Allí en el papel membretado
López estaba una nota de Santana.
Brittany,
Tuve que volver a la oficina para ocuparme de algunas cosas. Estaré de regreso con tiempo
para Jeopardy. Intenta descansar y no tengas miedo pedir más medicamento si los necesitas.
Deja espacio después de la cena. Espero que te guste la comida china.
Sany
Los dedos de la joven mujer se deslizaron sobre la textura del papel. Mientras que su propia
caligrafía era pequeña y ordenada, la de Santana estaba llena de florituras y estilo. Sonrió en
el comentario sobre dejar espacio después de la cena. Cuando llegara la comida, Brittany sabía
que podría siempre comer todo delante de ella y después algo más. Presionó el control remoto
de la televisión, una vez más silenciosamente agradecida de su benefactora, y observó que
estaban pasando las noticias locales. Eso significaba menos de una hora antes de que
Santana volviera. Brittany tomó el peine de plástico de la mesa y lo pasó a través de su dorado
cabello, intentando mirarse un poco más presentable a su nueva amiga.
"Mi amiga," dijo en voz alta, sonriendo en el pensamiento. Pensó sobre la manera en que había
llorado tan duro antes y lo bien que se sintió ser sostenida por Santana. En sus brazos, se
sentía segura, cuidada, confortada. De manera extraña, Brittany se encontró deseando esa
sensación otra vez, ser sostenida en esos fuertes brazos, para oler la ligera fragancia de
perfume en el bronceado cuello de la alta mujer, para sentir la compasión y la ternura dentro de
su tacto y voz. Brittany todavía no entendía por qué Santana la había elegido para ser su amiga
pero estaba agradecida que lo hiciera.
La rueda de la fortuna estaba sobre la mitad cuando a Brittany le fue regalada la vista de
Santana entrando en el cuarto, un bolso pequeño por completo de comida que olía
deliciosamente en una mano, el siempre presente maletín en la otra. "Hola allí."
"Hola," la joven mujer contestó, alegremente olfateando en el aire cuando Santana dejó el
bolso en la bandeja de la cama y, después de dejar su cazadora de piel en el respaldo de la
silla y el maletín en el piso, tomó su acostumbrado asiento junto a la cama. "Olores
maravillosos."
"¿Guardaste espacio? Traje camarón chow mein y costillas asadas a la parilla sin hueso,"
Sany decía mientras sacaba las cajas blancas de la bolsa junto con dos juegos de utensilios
de plástico.
"Cuando llega la comida, siempre tengo espacio," Brittany contestó, tomando el tenedor de
plástico que le era ofrecido. Sus piernas palpitaban pero el dolor de alguna manera parecía
estar disminuyendo por la presencia de su nueva amiga.
"No me dieron ningún tazón o plato así que justo tendremos que compartir," Santana dijo
cuando abrió las cajas para revelar el vapor de la comida caliente. "No sabía lo que te gustaba
pero imaginé que no podría equivocarme con las costillas."
"Nunca he probado camarón chow mein pero sí, las costillas no durarán mucho." Su tenedor
estaba dirigiéndose ya para la caja.
"Oh, tendrás que probarlo. Es realmente bueno." Retiró un tenedor de chow mein y lo puso
dentro de su boca, atrayendo el aire adentro al mismo tiempo para probar y contrarrestar la
ardiente temperatura caliente de la comida. Brittany estaba rápidamente encargándose de las
costillas de cerdo, empujaba varios pequeños trozos de carne en su boca y tarareaba con
deleite.
"Oh, esto está taaann rico," murmuró alrededor del bocado de cerdo. "Gracias."
"De nada. Incluso hemos conseguido las galletas de la fortuna para el postre." Puesto que a
Brittany no se le ocurrió nada para hablar con el alimento en su boca, Santana se relajó e hizo lo
mismo. "No he tenido tiempo para parar en alguna parte para cenar así que pensé elegir algo y
traerlo aquí."
"Oh, me alegra que lo hicieras. Esto es delicioso," Brittany dijo. "Gracias." Jaló de la caja de chow
mein cerca de su boca y extrajo un tenedor de vegetales y camarón. "Oh, esto está bueno."
"Te lo dije," Santana sonrió, contenta que su elección fuera tan bien recibida. "¿Así que dime
descansaste bien? Siento haberme ido pero tenía algunos asuntos de que ocuparme en la
oficina."
"¿Está todo bien? Estarme ayudando no está causando ningún problemas, ¿es así?" Brittany
preguntó con preocupación, no deseando hacer algo que agregara estrés a su nueva amiga.
"No Brittany, mis problemas son con una de las divisiones." Dejó su tenedor y dio un educado
eructo. "Oh, está bueno. Había olvidado lo sabrosa que es la comida china." La música del
tema musical para Jeopardy comenzó en la televisión seguida por el anfitrión que presentaba a
los concursantes. "Tu no me contestaste. ¿Tuviste un buen descanso?"
"Sí, dormí muy bien, gracias." Giró para capturar los profundos azules ojos de la mujer mayor.
"Gracias por permanecer hasta que me quedé dormida."
La enfermera regresó interrumpiendo su picnic. Dio una mirada en las dos vacías cajas y las
miradas culpables en las caras de las mujeres y frunció el ceño. "Usted realmente no debe
traer comida al hospital," regañó. "Srta. S. Pierce, usted no está en alguna dieta especial, ¿no
es así?"
"No. Lo siento. Le pedí que ella trajera esto," Brittany dijo, intentando tomar la culpa.
"En el futuro usted realmente debe apegarse a la comida que servimos. Nuestros nutriólogos
trabajan duramente para diseñar un menú..."
"Ese es Abraham Lincoln," Brittany dejó escapar, su atención en el programa y no en la
conferencia que ella estaba recibiendo.
"Now, fue Johnson."
"No. Él no tomó la oficina en febrero, él la tomó en abril." El anfitrión confirmó que la respuesta
de Brittany era correcta con las fechas en que ocurrió la sucesión presidencial. La enfermera miró
a las dos mujeres concentradas en la televisión y cejó en su intento de explicar por qué la
comida china no era tan buena para un paciente como la comida del hospital. Salió del cuarto
sabiendo de lleno adonde iba a ir en su descanso a cenar.
Justo cuando el tema musical estaba finalizando el aviso vino en los altavoces que la hora de
visita había acabado. "Supongo que es mi señal para irme," Santana dijo renuente. "Te veré
mañana." Se levantó y tomó su chaqueta. "Oh, casi me olvido." Metió la mano en el bolsillo y
sacó una tarjeta de visita y una pluma. "Déjame darte mi número en caso de que quieras llamar
o si quisieras que te trajera algo." Escribió su número de teléfono privado abajo al reverso de la
tarjeta y la dejó en la bandeja de la cama después recogió las cajas vacías de la comida y la
bolsa. "De verdad, si deseas o necesitas algo, solo dame una llamada. Estoy normalmente
levantada hasta las once." Alisó una arruga imaginaria en la manta antes de ponerse su
cazadora. "Descansa bien, Brittany. Te veré mañana."
"No quiero impedir tu trabajo."
"Confía en mi, yo mucho prefiero estar aquí que allá. Estaré por aquí vez después del
desayuno. Recuerde lo que dije. Llámame siempre que desees, incluso si es solo para hablar."
Solo para estar segura, Santana empujó el teléfono un poco más cerca en la mesa lateral.
"Gracias. Buenas noches, Santana."
"Hey, llámame Sany. Todos mis amigos lo hacen," dijo con una sonrisa.
"Sany. Buenas noches, conduce con cuidado." Brittany no notó la mirada que destelló a través
de la cara de la mujer más mayor antes de ser cubierto con una fingida sonrisa.
"Buenas noches, Brittany."

___________________________________________________________________________

Hasta aqui les dejo el dos partes del capitulo espero les agrade y me esperen hasta el domingo

Y que opinana Brittany como siempre se preocupa por san que opinan que arian ustedes si ven que alguien les yuda dejen sus comentarios
awong_snix
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por Dolomiti Vie Jun 27, 2014 11:22 am

Wow! Que bien que ambas se lleven bien, que bueno por britt que puede estar un poco más tranquila con lo de los gastos y tubbington siendo bien cuidada. Y san a pesar de sus remordimientos parece llevarse y sentirse agusto con britt! ^_^
Nos leemos en la.siguiente actu!
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por 3:) Vie Jun 27, 2014 12:11 pm

holap,...

me gusto el capítulos,...
me gusta que san y britt se estén llevando bien!!!
a ver como sigue la relación!!!

nos vemos!!!
3:)
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por Anddy Rivera Morris Vie Jun 27, 2014 12:30 pm

Demasiado tierno :')
¿ya comienza a surgir "algo", no es así? jeje
hasta el domingo :)
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