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Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
5 participantes
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Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Hola :3
Hace tiempo que quiero leer este libro pero por una u otra razón no he podido hacerlo, y hoy decidí empezarlo, además de eso y a raíz de los spoiler Brittana :3 :3 (morí) quise adaptar esta historia a ellas, así que creo, si no han leído este libro al igual que yo, lo haremos juntos xD espero y tanto a ustedes como a mí nos guste :) dejare la sinopsis, quizás más tarde suba uno o dos capítulos, saludos!
Historia Original de Tim Tharp
Hace tiempo que quiero leer este libro pero por una u otra razón no he podido hacerlo, y hoy decidí empezarlo, además de eso y a raíz de los spoiler Brittana :3 :3 (morí) quise adaptar esta historia a ellas, así que creo, si no han leído este libro al igual que yo, lo haremos juntos xD espero y tanto a ustedes como a mí nos guste :) dejare la sinopsis, quizás más tarde suba uno o dos capítulos, saludos!
Historia Original de Tim Tharp
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Sinopsis
Sinopsis
Santana Lopez. Ella es la chica que quieres en tus fiestas. Ella hará que todos bailen. Meterá a todos en la piscina de tus padres. Bien, ella no es exactamente una brillante estrella académica. No tiene planes para la universidad y probablemente terminará doblando camisas de hombres para ganarse la vida. Pero hay un montón de mujeres en la ciudad, y con la ayuda de Dean Martin y vodka Seagram’s, la vida es bastante fabulosa, en realidad.
Hasta la mañana en la que ella despierta en un césped frontal cualquiera, y se encuentra con Brittany. Brittany es despistada. Brittany es un desastre social. Brittany necesita ayuda, y le toca a Santana mostrarle a Brittany una época esplendorosa y luego dejarla ir progresivamente y prosperar. Pero Brittany no es como las otras chicas, y en poco tiempo está en camino sobre su cabeza. Por primera vez en su vida, ella tiene el poder de hacer una diferencia en la vida de otra persona… o de arruinarla para siempre.
Hasta la mañana en la que ella despierta en un césped frontal cualquiera, y se encuentra con Brittany. Brittany es despistada. Brittany es un desastre social. Brittany necesita ayuda, y le toca a Santana mostrarle a Brittany una época esplendorosa y luego dejarla ir progresivamente y prosperar. Pero Brittany no es como las otras chicas, y en poco tiempo está en camino sobre su cabeza. Por primera vez en su vida, ella tiene el poder de hacer una diferencia en la vida de otra persona… o de arruinarla para siempre.
gleek_undercover***** - Mensajes : 207
Fecha de inscripción : 26/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
*--* ya espero el capítulo :D
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Hola :) aquí les dejo el primer capítulo de esta adaptación, saludos :)
Capítulo 1
Bueno, es un poco antes de las diez de la mañana, y yo apenas estoy empezando a estar alcoholizada. Teóricamente, debería estar en Álgebra II, pero en realidad estoy yendo a la casa de mi hermosa-gorda novia, Dani. Faltó a la escuela para que le cortaran el cabello y necesita que la lleve porque sus padres le confiscaron las llaves del coche. Lo que, supongo, es un poco irónico considerando que sus padres la están castigando por escaparse del colegio conmigo la semana pasada.
De todos modos, tengo esta dulce mañana de Febrero extendiéndose frente a mí, y yo estoy como: ¿Quién necesita Álgebra? Entonces ¿Qué si se supone que tengo que estar tratando de subir mis viejas notas antes de graduarme en Mayo? No soy una de esas chicas que han tenido los planes de la Universidad escritos en piedra desde que tenían cinco años.
Ni siquiera sé cuándo son los plazos de solicitud de la Universidad. Además, no es como si mi educación fuese una prioridad con mis padres. Ellos dejaron de llevar la pista de mi futuro cuando se divorciaron, y eso fue en la Era Precámbrica. Como yo lo veo, la Universidad comunitaria siempre podrá recibirme. Y de cualquier forma, ¿Quién dice que necesito la Universidad?, ¿Cuál es el punto?
La belleza está aquí a mí alrededor. No está en un cuaderno de texto. No está en una ecuación. Digo, tomemos la luz del sol, es cálida, pero no muy abrasadora. No es como el invierno en absoluto. Tampoco como Enero o Diciembre por ese asunto. Es asombro, no podemos tener más de una semana de frío en todo el invierno. Escucha, el calentamiento global no es una mentira. Tomemos el pasado verano. Quieres hablar de cómo combatir el calor. El pasado verano fue un duro golpe. Quiero decir, era tan caliente que quemaba-hasta-las-raíces-de-tu-cabello. Es como Dani dice: el calentamiento global no es para los de peso ligero.
Pero con este sol de Febrero, vean, la luz es absolutamente pura y hace que los colores del cielo y las ramas de los árboles y los ladrillos de las casas de los suburbios tan limpios que tan sólo mirarlos es como inhalar aire purificado. Los colores vuelan hasta tus pulmones, a tu torrente sanguíneo. Tú eres los colores.
Yo prefiero tomar mi whisky mezclado, así que me estaciono a la tienda por una botella grande de 7UP, y está este chico parado frente al teléfono público. Un chico realmente atractivo, probablemente de apenas unos seis años de edad, sólo vistiendo una sudadera con capucha y jeans, con el cabello parado en todas las direcciones. No uno de esos pequeños niños estilizados que se pueden ver con sus atuendos de marca y sus cortes de cabello de programa de televisión como si fueran una miniatura de papi. Por supuesto, ellos no podrían saber qué hacer con una chica si ella viniera en una caja con instrucciones en la tapa como Operando o Monopoly, pero ellos tienen que actuarlo.
Inmediatamente me agrada este chico, y entonces le digo:
―Oye, chico, ¿no se supone que tienes que estar en el colegio o algo así?
Y él dice:
―¿Puedes prestarme un dólar?
Yo le digo:
―¿Para qué necesitas un dólar pequeño hombre?
Y él dice:
―Voy a comprar una barra de dulce para el desayuno.
Ahora capta mi atención. ¿Una barra de dulce para el desayuno? Mi corazón se ablanda por este niño. Le ofrezco comprarle un burrito para el desayuno, y él está de acuerdo, siempre y cuando consiga la barra de dulce también. Cuando salimos de nuevo, miro alrededor para medir el tráfico con el que el niño tendría que lidiar en su viaje. Nosotros vivimos justo al sur de la ciudad de Oklahoma, técnicamente es una ciudad completamente diferente, pero con la extensión urbana uno no puede distinguir donde una termina y la otra empieza, así que, tenemos mucho tráfico por aquí.
―Mira ―le digo, mientras él deja caer el huevo frente a sí mismo―. Esta es una intersección bastante transitada, ¿qué dices si te doy un aventón a donde sea que vas? Así ningún camión te golpeará y te aplastará como una ardilla.
Me mira, estudiándome como lo haría una ardilla antes de decidir escaparse dentro de su guarida. Pero soy el tipo de chico que emana confianza. Y no tengo un estilo, sólo un razonable par de jeans gastados,
unas zapatillas estropeadas, y una camiseta de mangas largas verde que dice Ole! en el frente. Mi cabello obscuro es demasiado largo para peinarlo, y tengo un pequeño espacio entre mis dos dientes frontales que me da una apariencia amistosa, de buen corazón, o eso me dicen. El punto es que, estoy muy lejos de ser aterradora.
Así que el niño se arriesga y salta al asiento del pasajero de mi Mitsubishi Lancer. Lo he tenido por alrededor de un año, es plateado con un interior negro, no es nuevo ni nada por el estilo, aparte de bastante asombroso en una forma básica.
―Mi nombre es Santana Lopez ―digo―, ¿cuál es el tuyo?
―Walter ―dice él con la boca llena de burrito.
Walter. Eso es bueno. Nunca he conocido a un pequeño niño llamado Walter. Parece el nombre de un viejo, pero supongo que tienes que empezar en algún lugar.
―Ahora, Walter ―digo―. La primera cosa que quiero decirte es que no deberías aceptar aventones de extraños.
―Lo sé ―dice Walter―, la señorita Peckingpaugh nos enseñó a todos acerca del Peligro Extraño.
―Eso es bueno ―le digo―. Lo deberías tener en cuenta en el futuro.
Y entonces dice: ―Bueno pero, ¿cómo sabes quién es un extraño?
Eso me desarma, ¿Cómo sabes quién es un extraño? Ese es un niño para ti. Él no puede comprender que las personas pueden ser peligrosas sólo porque no los has conocido aún. Probablemente tenga toda estas siniestras ideas de lo que es un extraño; tal vez un sombrero negro caído y un impermeable, una cicatriz en la mejilla, con uñas largas, dientes de tiburón. Pero, piénsalo, cuando tienes seis años no has conocido realmente a tantas personas. Debe aturdir demasiado andar sospechando del 99% de la población.
Empiezo a explicarle a Walter acerca del tema de los extraños, pero su lapso de atención no es tan grande y se distrae viéndome servir whisky en mi gran 7UP.
―¿Qué es eso? ―pregunta Walter.
Le digo que es vodka Seagram’s, así que quiere saber por qué lo estoy vertiendo dentro de mi bebida.
Miro a Walter y tiene un interés auténtico en sus grandes y redondos ojos. Realmente quiere saber, ¿qué se supone que haga? ¿Mentirle?
Entonces le digo:
―Bueno, me gusta. Es suave. Tiene este tipo de sabor humeante. Solía beber más bourbon sureño, Jim Beam, Jack Daniel’s, pero si lo que buscas es estar alcoholizada todo el día, lento todo el día, estos son un poco fuertes. Y desde mi punto de vista, las personas pueden olerlo en tu aliento. Probé el Southern Comfort, pero es muy dulce. No, ahora solo whiskies canadienses para mí. Aunque, también sé cómo mezclar un buen, buen martini.
―¿Qué es un martinina? ―dice Walter, y puedo ver que es tiempo de desviar las preguntas antes de que termine gastando toda mi mañana poniendo a este niño en la escuela de cantineros. Digo, es un buen chico, pero mi novia me está esperando, y ella no es la persona más paciente del mundo.
―Mira ―digo―, tengo que seguir mi camino, ¿a dónde te diriges?
Termina de masticar lo último de su burrito, traga, y dice:
―Florida.
Ahora no puedo decirte el kilometraje con mi cabeza, pero estamos en Oklahoma, así que Florida está a cinco estados de viaje, al menos. Le explico eso a Walter, y me dice que puedo sólo dejarlo en el límite de la ciudad y que caminará el resto del camino. Lo dice serio.
―Estoy huyendo de casa ―Él dice.
Este chico se pone mejor con el tiempo, ¡escaparse a Florida! Tomo un sorbo de mi 7UP con whisky y puedo verlo justo como él lo hace: un gigante sol naranja cayendo al más azul de los océanos que jamás hayas visto con palmeras reverenciando su gloria.
―Mira ―digo―, Walter. ¿Puedo ser tan atrevido como para preguntarte, por qué estas huyendo?
Él mira el tablero.
―Porque mi mamá hizo que mi papá se mudara lejos, y ahora está en Florida.
Y yo le digo: ―Oh, mierda. Puedo comprenderlo, pequeño amigo. Lo mismo me pasó a mí cuando era un niño.
―¿Qué fue lo que hiciste?
―Estaba molesto, creo. Mi mamá no me dijo a dónde mi papá se había mudado. No huí de casa, pero creo que fue en el tiempo que incendié el árbol del patio trasero. No estoy seguro por qué. Aunque fue toda una vista.
Eso aviva su entusiasmo. ―¿En serio? ¿Incendiaste todo un árbol?
―No tomes ideas ―le digo―. Te puedes meter en un gran aprieto por ese tipo de cosas. No quieres a los bomberos enojados contigo, o ¿sí?
―No, no quiero eso.
―Así que, acerca del asunto de huir… puedo ver tu punto. Puedes lograr visitar a tu padre, y obtendrás aventuras y esas cosas. Podrás nadar en el mar. Pero, tengo que decirte la verdad, no te lo recomiendo. Florida está muy lejos. Tratas de caminar, y no vas a encontrar una conveniente tienda en cada esquina, ¿de dónde sacarás la comida entonces?
―Puedo cazarla.
―Si bueno, podrías, pero, ¿tienes un arma?
―No.
―Un cuchillo o una barra de metal y un carrete, ¿tal vez?
―Tengo un bate de beisbol, pero está en casa.
―Ahí está. No estás preparado. Será mejor que regresemos y vayamos por tu bate.
―Pero mi mamá está en casa. Ella piensa que estoy en la escuela.
―Eso está bien. Yo hablaré con ella. Le explicaré toda la situación.
―Claro.
De todos modos, tengo esta dulce mañana de Febrero extendiéndose frente a mí, y yo estoy como: ¿Quién necesita Álgebra? Entonces ¿Qué si se supone que tengo que estar tratando de subir mis viejas notas antes de graduarme en Mayo? No soy una de esas chicas que han tenido los planes de la Universidad escritos en piedra desde que tenían cinco años.
Ni siquiera sé cuándo son los plazos de solicitud de la Universidad. Además, no es como si mi educación fuese una prioridad con mis padres. Ellos dejaron de llevar la pista de mi futuro cuando se divorciaron, y eso fue en la Era Precámbrica. Como yo lo veo, la Universidad comunitaria siempre podrá recibirme. Y de cualquier forma, ¿Quién dice que necesito la Universidad?, ¿Cuál es el punto?
La belleza está aquí a mí alrededor. No está en un cuaderno de texto. No está en una ecuación. Digo, tomemos la luz del sol, es cálida, pero no muy abrasadora. No es como el invierno en absoluto. Tampoco como Enero o Diciembre por ese asunto. Es asombro, no podemos tener más de una semana de frío en todo el invierno. Escucha, el calentamiento global no es una mentira. Tomemos el pasado verano. Quieres hablar de cómo combatir el calor. El pasado verano fue un duro golpe. Quiero decir, era tan caliente que quemaba-hasta-las-raíces-de-tu-cabello. Es como Dani dice: el calentamiento global no es para los de peso ligero.
Pero con este sol de Febrero, vean, la luz es absolutamente pura y hace que los colores del cielo y las ramas de los árboles y los ladrillos de las casas de los suburbios tan limpios que tan sólo mirarlos es como inhalar aire purificado. Los colores vuelan hasta tus pulmones, a tu torrente sanguíneo. Tú eres los colores.
Yo prefiero tomar mi whisky mezclado, así que me estaciono a la tienda por una botella grande de 7UP, y está este chico parado frente al teléfono público. Un chico realmente atractivo, probablemente de apenas unos seis años de edad, sólo vistiendo una sudadera con capucha y jeans, con el cabello parado en todas las direcciones. No uno de esos pequeños niños estilizados que se pueden ver con sus atuendos de marca y sus cortes de cabello de programa de televisión como si fueran una miniatura de papi. Por supuesto, ellos no podrían saber qué hacer con una chica si ella viniera en una caja con instrucciones en la tapa como Operando o Monopoly, pero ellos tienen que actuarlo.
Inmediatamente me agrada este chico, y entonces le digo:
―Oye, chico, ¿no se supone que tienes que estar en el colegio o algo así?
Y él dice:
―¿Puedes prestarme un dólar?
Yo le digo:
―¿Para qué necesitas un dólar pequeño hombre?
Y él dice:
―Voy a comprar una barra de dulce para el desayuno.
Ahora capta mi atención. ¿Una barra de dulce para el desayuno? Mi corazón se ablanda por este niño. Le ofrezco comprarle un burrito para el desayuno, y él está de acuerdo, siempre y cuando consiga la barra de dulce también. Cuando salimos de nuevo, miro alrededor para medir el tráfico con el que el niño tendría que lidiar en su viaje. Nosotros vivimos justo al sur de la ciudad de Oklahoma, técnicamente es una ciudad completamente diferente, pero con la extensión urbana uno no puede distinguir donde una termina y la otra empieza, así que, tenemos mucho tráfico por aquí.
―Mira ―le digo, mientras él deja caer el huevo frente a sí mismo―. Esta es una intersección bastante transitada, ¿qué dices si te doy un aventón a donde sea que vas? Así ningún camión te golpeará y te aplastará como una ardilla.
Me mira, estudiándome como lo haría una ardilla antes de decidir escaparse dentro de su guarida. Pero soy el tipo de chico que emana confianza. Y no tengo un estilo, sólo un razonable par de jeans gastados,
unas zapatillas estropeadas, y una camiseta de mangas largas verde que dice Ole! en el frente. Mi cabello obscuro es demasiado largo para peinarlo, y tengo un pequeño espacio entre mis dos dientes frontales que me da una apariencia amistosa, de buen corazón, o eso me dicen. El punto es que, estoy muy lejos de ser aterradora.
Así que el niño se arriesga y salta al asiento del pasajero de mi Mitsubishi Lancer. Lo he tenido por alrededor de un año, es plateado con un interior negro, no es nuevo ni nada por el estilo, aparte de bastante asombroso en una forma básica.
―Mi nombre es Santana Lopez ―digo―, ¿cuál es el tuyo?
―Walter ―dice él con la boca llena de burrito.
Walter. Eso es bueno. Nunca he conocido a un pequeño niño llamado Walter. Parece el nombre de un viejo, pero supongo que tienes que empezar en algún lugar.
―Ahora, Walter ―digo―. La primera cosa que quiero decirte es que no deberías aceptar aventones de extraños.
―Lo sé ―dice Walter―, la señorita Peckingpaugh nos enseñó a todos acerca del Peligro Extraño.
―Eso es bueno ―le digo―. Lo deberías tener en cuenta en el futuro.
Y entonces dice: ―Bueno pero, ¿cómo sabes quién es un extraño?
Eso me desarma, ¿Cómo sabes quién es un extraño? Ese es un niño para ti. Él no puede comprender que las personas pueden ser peligrosas sólo porque no los has conocido aún. Probablemente tenga toda estas siniestras ideas de lo que es un extraño; tal vez un sombrero negro caído y un impermeable, una cicatriz en la mejilla, con uñas largas, dientes de tiburón. Pero, piénsalo, cuando tienes seis años no has conocido realmente a tantas personas. Debe aturdir demasiado andar sospechando del 99% de la población.
Empiezo a explicarle a Walter acerca del tema de los extraños, pero su lapso de atención no es tan grande y se distrae viéndome servir whisky en mi gran 7UP.
―¿Qué es eso? ―pregunta Walter.
Le digo que es vodka Seagram’s, así que quiere saber por qué lo estoy vertiendo dentro de mi bebida.
Miro a Walter y tiene un interés auténtico en sus grandes y redondos ojos. Realmente quiere saber, ¿qué se supone que haga? ¿Mentirle?
Entonces le digo:
―Bueno, me gusta. Es suave. Tiene este tipo de sabor humeante. Solía beber más bourbon sureño, Jim Beam, Jack Daniel’s, pero si lo que buscas es estar alcoholizada todo el día, lento todo el día, estos son un poco fuertes. Y desde mi punto de vista, las personas pueden olerlo en tu aliento. Probé el Southern Comfort, pero es muy dulce. No, ahora solo whiskies canadienses para mí. Aunque, también sé cómo mezclar un buen, buen martini.
―¿Qué es un martinina? ―dice Walter, y puedo ver que es tiempo de desviar las preguntas antes de que termine gastando toda mi mañana poniendo a este niño en la escuela de cantineros. Digo, es un buen chico, pero mi novia me está esperando, y ella no es la persona más paciente del mundo.
―Mira ―digo―, tengo que seguir mi camino, ¿a dónde te diriges?
Termina de masticar lo último de su burrito, traga, y dice:
―Florida.
Ahora no puedo decirte el kilometraje con mi cabeza, pero estamos en Oklahoma, así que Florida está a cinco estados de viaje, al menos. Le explico eso a Walter, y me dice que puedo sólo dejarlo en el límite de la ciudad y que caminará el resto del camino. Lo dice serio.
―Estoy huyendo de casa ―Él dice.
Este chico se pone mejor con el tiempo, ¡escaparse a Florida! Tomo un sorbo de mi 7UP con whisky y puedo verlo justo como él lo hace: un gigante sol naranja cayendo al más azul de los océanos que jamás hayas visto con palmeras reverenciando su gloria.
―Mira ―digo―, Walter. ¿Puedo ser tan atrevido como para preguntarte, por qué estas huyendo?
Él mira el tablero.
―Porque mi mamá hizo que mi papá se mudara lejos, y ahora está en Florida.
Y yo le digo: ―Oh, mierda. Puedo comprenderlo, pequeño amigo. Lo mismo me pasó a mí cuando era un niño.
―¿Qué fue lo que hiciste?
―Estaba molesto, creo. Mi mamá no me dijo a dónde mi papá se había mudado. No huí de casa, pero creo que fue en el tiempo que incendié el árbol del patio trasero. No estoy seguro por qué. Aunque fue toda una vista.
Eso aviva su entusiasmo. ―¿En serio? ¿Incendiaste todo un árbol?
―No tomes ideas ―le digo―. Te puedes meter en un gran aprieto por ese tipo de cosas. No quieres a los bomberos enojados contigo, o ¿sí?
―No, no quiero eso.
―Así que, acerca del asunto de huir… puedo ver tu punto. Puedes lograr visitar a tu padre, y obtendrás aventuras y esas cosas. Podrás nadar en el mar. Pero, tengo que decirte la verdad, no te lo recomiendo. Florida está muy lejos. Tratas de caminar, y no vas a encontrar una conveniente tienda en cada esquina, ¿de dónde sacarás la comida entonces?
―Puedo cazarla.
―Si bueno, podrías, pero, ¿tienes un arma?
―No.
―Un cuchillo o una barra de metal y un carrete, ¿tal vez?
―Tengo un bate de beisbol, pero está en casa.
―Ahí está. No estás preparado. Será mejor que regresemos y vayamos por tu bate.
―Pero mi mamá está en casa. Ella piensa que estoy en la escuela.
―Eso está bien. Yo hablaré con ella. Le explicaré toda la situación.
―Claro.
gleek_undercover***** - Mensajes : 207
Fecha de inscripción : 26/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Interesante el fic, aún no logro descifrar como es que Britt entra a la vida de San
lo cual dejan ganas para leer ^^
Por cierto Walter me ha gustado, se ve que es un niño "vivo" o bueno, astuto ;)
aunque creo que Santana no es buena compañía para él jjaja, al menos que aleje su "7up" :P
Espero actualices pronto, saludos! By. Nathie ^^
Pd. Sólo una recomendación, cuida cosas como "¿Puedo ser tan atrevido..." lo del género masculino c;
lo cual dejan ganas para leer ^^
Por cierto Walter me ha gustado, se ve que es un niño "vivo" o bueno, astuto ;)
aunque creo que Santana no es buena compañía para él jjaja, al menos que aleje su "7up" :P
Espero actualices pronto, saludos! By. Nathie ^^
Pd. Sólo una recomendación, cuida cosas como "¿Puedo ser tan atrevido..." lo del género masculino c;
Nathie_B4E****** - Mensajes : 315
Fecha de inscripción : 06/07/2014
Edad : 30
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Capítulo 2
Hace cinco minutos que debería haber estado con mi novia, pero ahora mismo tengo una razón legítima para llegar tarde. ¿Cómo puede Dani, la Sra. Activista personificada, molestarse conmigo por intervenir en la situación de este niño? Estoy prácticamente haciendo trabajo social aquí. Incluso podría hacer que la mamá de Walter respondiera por mí.
Desafortunadamente, Walter no recuerda dónde vive exactamente. Nunca ha tenido que llegar a pie desde la tienda antes. Lo único que él conoce es una espantosa camioneta negra sin llantas estacionada en la esquina de su calle. Así que ahí voy, de arriba abajo por la sección residencial, buscando esa camioneta.
Para sus seis años Walter es un muy buen conversador. Tiene una teoría sobre que Wolverine de los X-men es el mismo tipo que recoge la basura en su calle. Aunque, también me habló de un enorme niño pelirrojo en su escuela, llamado Clayton que tenía por hobby ir afuera y dar vueltas alrededor pisándoles los pies a otros niños. Entonces un día, se cansó de los chillidos que soltaban los niños, así que empezó a pisar los pies de los maestros, para variar. La última vez que Walter vio a Clayton, la Sra. Peckinpaugh estaba arrastrándolo por el pasillo, de la muñeca, mientras él iba arrastrando el trasero como un perro.
―Oh, sí ―digo―. La escuela es rara, muy bien. Sólo recuerda esto: lo raro es bueno. Abraza lo raro, amigo. Disfrútalo, porque nunca desaparecerá.
Sólo para demostrar mi punto, le cuento una historia sobre Ryder Lynn y el extintor de incendios. Yo sabía lo bien que le iba a Ryder en la primaria, él estaba muy bien. Pero en la secundaria, en la época en la que su hermano fue asesinado en Irak, comenzó a salir con “los chicos malos”.
No es que yo no saliera con ellos de vez en cuando, pero eso es otra cosa, yo salgo con todo el mundo.
Aunque, Ryder cambió. Le salió acné y empezó a acosar a los maestros. Un día después de que él había soltado un falso bostezo, demasiado exagerado, en clase de historia, el Sr. Cross le dijo que sólo estaba mostrando una actitud de “chico malo”. Eso fue demasiado para Ryder. Sin decir una palabra, salió de clase. Aproximadamente un minuto después regresó paseándose con un extintor de incendios, sólo haciendo saltar la espuma en una dirección y después en otra, tan normal como podría ser. Era un constructor de tormentas en movimiento. Todo el mundo en la última fila, así como en casi toda la parte sur de la clase estaba lleno de espuma. El Sr. Cross intentó acercarse a él, pero Ryder le dio una buena, como diciéndole: “¡Oiga! Señor Cross, aquí hay un poco 16 de actitud de maldito chico malo para usted.”
―Sin embargo, el viejo Ryder me salvó ―le digo a Walter―. ¿Sabes por qué?
Niega con la cabeza.
―Porque yo abrazo lo raro.
*****
No sé cuántas calles recorremos, pero al final, ahí está la espantosa camioneta negra sin llantas. No es que sea un barrio malo, ni nada. Lo que pasa es que no puedes ir a esta parte de la ciudad sin encontrar que alguien puso bloques en el camino. De hecho, la casa de Walter es una perfecta, decente, casa suburbana, con un perfectamente decente Ford Explorer estacionado enfrente.
Tengo que convencerlo de venir al porche conmigo, se ve un poco asustado cuando toco el timbre. La espera es larga, pero finalmente su madre viene a la puerta con una expresión en su cara, como si esperara que yo tratara de venderle una aspiradora o el mormonismo. Sin embargo, diré esto de ella: es sexy. Se ve tan joven que es difícil incluso pensar en ella como para ser una mamá que me gustaría coger.
Cuando ve a Walter, ella abre la puerta y le da la vieja rutina de “¿Qué estás haciendo afuera de la escuela, jovencito?”. Parece que está a punto de volverse para gritar, así que doy un paso y digo:
―Disculpe, señora, pero Walter está un poco alterado. Lo encontré en la tienda, y él estaba hablando sobre su deseo de ir a Florida.
En ese momento me doy cuenta de que ella está viendo hacia mi gran 7UP.
―Espera un minuto ―dice ella, observándome―. ¿Has estado bebiendo?
Echo un vistazo a mi 7UP como si fuera parte de una conspiración contra mí. ―Uh, no. No he estado bebiendo.
―Sí, sí lo has hecho ―deja que la puerta se cierre detrás de ella y se pone en frente de mí―. Puedo olerlo en tu aliento, has estado bebiendo alcohol y conduciendo con mi pequeño, al mismo tiempo.
―Ese no es realmente el punto ―estoy retrocediendo―. Vamos a mantenernos enfocados en Walter.
―No vengas aquí bebiendo y después intentes decirme que hacer con mi hijo. Walter, entra a la casa. ―Él mira hacia mí con expresión triste.
―¡Walter, ahora!
Así que digo: ―Oiga, usted no tiene por qué gritarle así.
Y ella dice: ―Tengo muchas ganas de llamar a la policía.
Quiero devolverle el golpe con algo acerca de cómo, si ella tuviera una buena actitud, su hijo no trataría de huir a Florida. Pero soy mejor que eso. No he tenido problemas con la policía desde el incidente del árbol quemado y no pienso dejar que una sexy madre de veinticinco años cambie eso.
En su lugar digo: ―¿Ve la hora que es? ―miro mi muñeca, aunque no estoy usando reloj―. ¿No sabe? Estoy retrasada para llegar a la escuela bíblica.
Ella se queda ahí, mirándome todo el camino hasta la puerta de mi auto, lista para memorizar los números de la placa, si es que me paso de lista. No puedo dejar a Walter de esta forma, simplemente porque no es mi naturaleza.
―Su hijo está sufriendo ―digo mientras abro la puerta del auto―. Extraña a su padre.
Ella se baja del porche y gira su cara para hacer una mueca horrible. Me meto al auto y lo enciendo, pero no puedo irme sin bajar la ventana y decir una última cosa: ―¡Oiga! Yo vigilaría si Walter se acerca al árbol que está en su patio trasero, si fuera usted.
gleek_undercover***** - Mensajes : 207
Fecha de inscripción : 26/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Capítulo 3
Genial, ahora oficialmente estoy malditamente tarde para buscar a Dani. Novia mala llega tarde. Va a tener esa mirada arrugada en su cara como si pensara que soy una niña mimada en lugar de su novia. Así es, no soy uno de esas chicas que se encoge ante la ira de su novia. Claro que ella puede arrojar serias burlas cuando se enoja, pero puedo lidiar con eso.
Le doy la bienvenida al reto. Es como tratar de esquivar un puñado de afiladas estrellas ninja de kung fu. Además, ella lo vale.
Dani es la mejor novia. He salido con ella durante dos meses completos, más que con nadie. Ella es inteligente, ingeniosa, original y puede tomar una cerveza más rápido que la mayoría de los chicos y chicas que conozco. Por sobre todo eso, es realmente hermosa. Quiero decir, espectacular. Hablando de colores puros, ella es alta definición. Cabello rubio escandinavo, con los ojos tan castaños, la piel blanca como el glaseado… o realmente como nada comparado con su piel. Hace que me duela la cabeza. Por supuesto, ella cree en la astrología, pero no me preocupo por eso. Es una cosa de chicas. Pienso en ello como si tuviera constelaciones y fortunas girando alrededor de su interior.
Pero lo que realmente diferencia a Dani es que ella es una condenadamente gorda bella. Y créanme, no uso la palabra gorda de una manera negativa. Las chicas de las revistas de moda son esqueletos secos junto a ella. Ella tiene proporciones inmaculadas. Es como si tomaras a Marilyn Monroe y bombearas sus curvas tres veces con una manguera de aire. Cuando muevo mis dedos a lo largo del cuerpo de Dani, me siento como el Almirante Byrd o Coronado, explorando territorio desconocido.
Pero no va a abrir la puerta. Ella está ahí. Puedo oír la música fuerte y enojada. Sólo porque llego, algo así, como treinta minutos tarde, va a hacerme esperar en la alfombra de bienvenida tocando el timbre. Después de estar alrededor de unos tres minutos, voy de nuevo al coche por mi botella de whisky y me dirijo al patio trasero. Sentada en la mesa del patio, me refresco con mi bebida y contemplo mi próximo movimiento. La gran 7UP me impulsa un poco al lado valiente, pero después de un abundante trago, una idea me golpea.
La ventana de su habitación de arriba tiene una grieta que ella está obligada a abrir cuando está sentada allí con sus cigarrillos, dejando salir una cortina de humo por la ventana. Ella es astuta, pero no es tan astuta como yo.
Déjame que te cuente, sin embargo, que la subida hacia su ventana no es tarea fácil. Lo he hecho antes, pero no sin casi caer en picada hacia la muerte usando nada más que un traje de baño. Por suerte, tengo un montón de whisky para estabilizar mi equilibrio.
El árbol, siendo una magnolia con ramas bajas, no es difícil para subirme a él, pero la escalada hacia arriba con un gran vaso de plástico de 7UP entre los dientes es otro asunto. Es duro. Y entonces tengo que arrastrarme sobre esta rama anoréxica y dejar que mi peso la doble hacia la azotea. Por un segundo, creo que podría caer estilo planchazo hacia abajo en la parrilla.
Incluso cuando logro llegar de forma segura a la azotea, todavía no estoy fuera de peligro. Su techo se inclina hacia arriba en un escandaloso ángulo. Yo diría de cuántos grados, pero no me fue tan bien en geometría. Mis zapatos tienen suela de goma, así que me arrastro como una araña a la ventana sin ninguna caída catastrófica. Pero a veces me parece que no puedo dejar las cosas como están. Siempre tengo que ir un poco más allá.
Me quito la copa de los dientes para tomar un buen trago de la victoria, y sin saber, lo dejo caer y se va rodando a lo largo de las tejas grises, whisky y 7UP salpicando todo el lugar.
Por supuesto, mi reacción natural es la de tratar de agarrarlo, lo que a su vez me hace perder el equilibrio sobre el alféizar. Lo siguiente que sé es que me estoy deslizando del techo de cabeza cuesta abajo, tratando de agarrarme a algo, pero no hay nada de lo que agarrarme. La única cosa que me impide seguir al gran vaso de 7UP al borde es la canaleta. Me siento aliviada, pero al parecer la canaleta no está en muy buena forma. Tan pronto como logro recuperar el aliento, la canaleta empieza a gruñir. Y gruñir. Hasta que el gruñido se convierte en un grito y la canaleta se separa de su amarre, no quedando nada para que yo no caiga sobre el borde.
Mi muerte es inminente. Mi ataúd aparece ante mis ojos. No me importaría uno rojo. O a cuadros. Tal vez uno con un interior aterciopelado. Pero en el último momento, el milagro sucede... logro aferrarme a la canaleta con las manos y doy una especie de giro hacia abajo hasta el patio. Aun así, mi intento de aterrizaje de senton confunde mi coxis bueno y duro y muerdo mi lengua por eso. Cuando miro hacia arriba, ahí está Dani, mirando por la puerta del patio, con los ojos y la boca abiertos del horror. Sin embargo, no está horrorizada por mí.
Abre de un disparo la puerta corrediza y se para junto a mí con las manos en las caderas y ese conocido ceño fruncido en su rostro de eres-una-idiota, y yo como, ―Oye, fue un accidente.
―Oye, fue un accidente.
―¿Estás loca? ―Chilla― Eso no está bien, Santana. No puedo creerlo. Mira la canaleta.
―¿No estás al menos un poco preocupada por si me fracturé la columna o algo?
―Eso espero. ―Inspecciona el tejado―. ¿Qué se supone que debo decirle a mis padres?
―Diles lo que le dices siempre, que no sabes qué pasó. De esa manera no pueden atraparte durante el interrogatorio.
―Tú siempre tienes una respuesta, ¿no? ¿Qué estás haciendo ahora?
―Estoy recogiendo la canaleta. ¿Qué parece?
―Sólo déjala. Tal vez mis padres piensen que se voló.
Dejo caer la canaleta y recojo mi vaso vacío.
―No me digas ―ella dice―. Estaba lleno de whisky.
―Y un poco de 7UP.
―Debí haberlo sabido ―dijo, mirando la botella de whisky en la mesa del patio―. Pero en realidad, no son las 10:30 un poco temprano para estar borracha otra vez, ¿incluso para ti?
―Oye, no estoy borracha. Sólo un poco fortalecida. Además, no bebí nada anoche, así que en realidad, estoy teniendo un inicio tardío. ¿Alguna vez pensaste en eso?
―Sabes que me hiciste perder mi cita para la peluquería. ―comienza a volver a la casa.
Agarro la botella y la persigo. ―De cualquier forma, no sé por qué quieres cortar tu cabello de todos modos. Es demasiado hermoso para cortarlo. Me gusta la forma en que se balancea en tu espalda al caminar y la forma en que cuelga sobre mí cuando estás arriba.
―No todo es sobre ti, Santana. Quiero un cambio. No necesito tu aprobación. ―Se sienta en un taburete en la barra que separa la cocina del living. Cruza sus brazos y no quiere mirarme―. A ellos no les gusta cuando uno falta a sus citas, sabes. Les cuesta dinero. Pero estoy segura de que eso no te importa. Tú sólo piensas en ti misma.
Ahí está, mi señal para contar la historia de Walter. Cuando he terminado, tengo bebidas listas para las dos y sus brazos están descruzados. Ella se está ablandando, pero todavía no está dispuesta a perdonarme totalmente, así que pongo la bebida en la barra en vez de entregársela. No quiero darle la oportunidad de rechazarme.
―Está bien ―dice―. Supongo que hiciste algo bueno ahí por una vez. Pero aun así podrías haberme llamado para decirme que llegarías tarde.
―Oye, lo habría hecho, pero perdí mi celular.
―¿Otra vez? Es el tercero en un año.
―Son difíciles de llevar. Y además, ¿no crees que sea un poco de 1984 ir caminando con un dispositivo en el bolsillo que permite a las personas localizarte en todo momento? Deberíamos rebelarnos contra los teléfonos celulares. Puedes ser Trotsky y yo seré el Che.
―Eso es tan de ti ―ella dice―. Siempre tratando de bromear para salir de las cosas. ¿Alguna vez te sentaste y pensaste lo que realmente significa estar en una relación? ¿Entiendes algo acerca de establecer confianza y compromiso?
Aquí vamos. Tiempo de la lección. Y estoy segura de lo que está diciendo es correcto. Está bien pensado y es perspicaz y todas esas cosas que te hacen tener una buena nota en un ensayo de cinco párrafos en Inglés, pero simplemente no puedo mantener mi mente enfocada en ello cuando ella está sentada a mi lado luciendo como lo hace.
Los colores de ella realmente comienzan su ataque contra mí, rasgando a través de mi piel, de mi electrizante torrente sanguíneo, enviando chispas en mi estómago. Me tomo un largo trago de mi whisky pero no puedo evitar que mi humedad aparezca. Sólo menciono esto porque tengo la teoría de que la humedad es la razón número uno para el sexismo a través de la historia. Quiero decir, es realmente imposible absorber las ideas de una chica, no importa qué tan profundo o verdadero sea, cuando estás a medio proceso de humedad.opop
Esto es lo que hace que algunas chicas piensen en otras chicas como cabezas huecas lindas, mimosas. Pero no son las mujeres las cabezas huecas. Los cerebros de los algunas chicas se han convertido en masa de avena, por lo que se sientan allí mirando a la mujer sin idea de lo que está diciendo, pero se asume que debe ser lindo. Ella podría explicar física cuántica, y la chica escuchará nada más que una especie de balbuceo del bebé cursi.
Sé esto porque me ha pasado muchas veces, y ahora me está pasando de nuevo. Mientras que ella está diciendo su perfecto ensayo de las relaciones, todo lo que quiero hacer es inclinarme y besar su cuello y luego quitarle el suéter y besarla lo largo de sus senos y hacia abajo de su vientre, dejando pequeñas manchas rojas en su piel blanca como las rosas que florecen en la nieve.
―Y si sólo puedes hacer eso ―dice―, creo que podemos lograrlo. Podemos realmente tener una buena relación. Pero eso es todo, Santana. Esta es la última vez que lo voy a decir. ¿Crees que de verdad puedes hacerlo?
Uh-oh. Gran problema. ¿Cómo sé si puedo hacerlo? Por lo que sé, podría haber estado hablando de que debo ponerme un vestido de cóctel y tacones altos. No obstante, no es el momento de presentar mi teoría sobre el sexismo y la humedad, así que opto por decir―: Sabes que yo haría cualquier cosa por ti, Dani.
Sus ojos se estrecharon. ―Sabía que dirías que harías cualquier cosa por mí.
―Oye, ¿no me acabo de subir a un techo de dos pisos por ti? Me rompí el culo por ti. Mira, me voy a parar de cabeza y tomar el resto de este whisky al revés por ti.
―No tienes que hacer eso. ―Se ríe y toma un trago de su propia bebida y ahora sé que ya la tengo. Entro en la sala de estar, pongo mi vaso sobre la alfombra, y me paro de manos contra el extremo del sofá. Esto me causa un poco de mareo, pero aun así no es nada para mí inclinar la copa y terminar el whisky de un solo trago al revés. Por desgracia, no puedo mantener la postura sobre la cabeza y caigo en una pila como uno de esos rascacielos que se dinamita para hacer espacio para algo más elegante.
Sin embargo, Dani realmente se está riendo ahora, y es un hermoso espectáculo digno de ver. Yo hago mi famosa inclinación de ceja y grandes ojos marrones, y ella toma una copa y viene, ―Realmente eres una idiota, pero eres mi idiota.
―Y tú eres una gran mujer. ―Tomo el vaso de su mano, bebo un trago y dejo el vaso en la barra. Ella extiende sus piernas para que yo pueda colocarme entre ellas, cepillar el pelo de su cara y deslizar mis dedos por sus hombros―. Tus ojos son hermosos, y estoy cayendo en ellos. Sin paracaídas. No necesito uno porque nunca voy a chocar con el suelo.
Ella agarra la parte delantera de mi camisa y me tira más cerca. Ven, esta es la otra cara de la moneda. Es la caída de la chica. La chica va lento y empieza a hablarle como con una idiota, y ella quiere cuidar de ella. No es más que un tonta mimosa que no puede hacer nada sin ella. Ella se derrite y ella se derrite y todo se terminó.
La mejor manera que puedo describir a Dani en la cama es triunfante. Si el sexo fuera un deporte en los Juegos Olímpicos ella ganaría una medalla de oro con seguridad. Se pararía allí en la plataforma más alta con la mano sobre el corazón, cantando entre lágrimas el himno nacional. Después, se sentaría en el estudio de televisión con Bob Costas haciéndole preguntas sobre su técnica.
Sé que tengo suerte. Sé que estar con ella de esta manera es como ser parte de los mecanismos internos más profundos del cosmos. Pero, por alguna razón, siento una apertura de una grieta oscura de camino a mi pecho. Es sólo una fractura, pero definitivamente es algo que uno no quiere que sea más grande. Tal vez es el ultimátum que me dio hace un rato. Esto es todo, dijo. Esta es la última vez que lo voy a decir. Pero ¿qué es lo que quiere que yo haga?
Sin embargo, es estúpido preocuparse de eso ahora. Estoy acostada aquí, en las frescas y limpias sabanas de mariposa de mi hermosa gorda-novia. Tengo un whisky extra fuerte sobre la mesa de noche. La vida es espectacular. Olvida las cosas oscuras. Toma una copa y deja que el tiempo lleve la basura a donde el tiempo se lleva a las cosas.
Genial, ahora oficialmente estoy malditamente tarde para buscar a Dani. Novia mala llega tarde. Va a tener esa mirada arrugada en su cara como si pensara que soy una niña mimada en lugar de su novia. Así es, no soy uno de esas chicas que se encoge ante la ira de su novia. Claro que ella puede arrojar serias burlas cuando se enoja, pero puedo lidiar con eso.
Le doy la bienvenida al reto. Es como tratar de esquivar un puñado de afiladas estrellas ninja de kung fu. Además, ella lo vale.
Dani es la mejor novia. He salido con ella durante dos meses completos, más que con nadie. Ella es inteligente, ingeniosa, original y puede tomar una cerveza más rápido que la mayoría de los chicos y chicas que conozco. Por sobre todo eso, es realmente hermosa. Quiero decir, espectacular. Hablando de colores puros, ella es alta definición. Cabello rubio escandinavo, con los ojos tan castaños, la piel blanca como el glaseado… o realmente como nada comparado con su piel. Hace que me duela la cabeza. Por supuesto, ella cree en la astrología, pero no me preocupo por eso. Es una cosa de chicas. Pienso en ello como si tuviera constelaciones y fortunas girando alrededor de su interior.
Pero lo que realmente diferencia a Dani es que ella es una condenadamente gorda bella. Y créanme, no uso la palabra gorda de una manera negativa. Las chicas de las revistas de moda son esqueletos secos junto a ella. Ella tiene proporciones inmaculadas. Es como si tomaras a Marilyn Monroe y bombearas sus curvas tres veces con una manguera de aire. Cuando muevo mis dedos a lo largo del cuerpo de Dani, me siento como el Almirante Byrd o Coronado, explorando territorio desconocido.
Pero no va a abrir la puerta. Ella está ahí. Puedo oír la música fuerte y enojada. Sólo porque llego, algo así, como treinta minutos tarde, va a hacerme esperar en la alfombra de bienvenida tocando el timbre. Después de estar alrededor de unos tres minutos, voy de nuevo al coche por mi botella de whisky y me dirijo al patio trasero. Sentada en la mesa del patio, me refresco con mi bebida y contemplo mi próximo movimiento. La gran 7UP me impulsa un poco al lado valiente, pero después de un abundante trago, una idea me golpea.
La ventana de su habitación de arriba tiene una grieta que ella está obligada a abrir cuando está sentada allí con sus cigarrillos, dejando salir una cortina de humo por la ventana. Ella es astuta, pero no es tan astuta como yo.
Déjame que te cuente, sin embargo, que la subida hacia su ventana no es tarea fácil. Lo he hecho antes, pero no sin casi caer en picada hacia la muerte usando nada más que un traje de baño. Por suerte, tengo un montón de whisky para estabilizar mi equilibrio.
El árbol, siendo una magnolia con ramas bajas, no es difícil para subirme a él, pero la escalada hacia arriba con un gran vaso de plástico de 7UP entre los dientes es otro asunto. Es duro. Y entonces tengo que arrastrarme sobre esta rama anoréxica y dejar que mi peso la doble hacia la azotea. Por un segundo, creo que podría caer estilo planchazo hacia abajo en la parrilla.
Incluso cuando logro llegar de forma segura a la azotea, todavía no estoy fuera de peligro. Su techo se inclina hacia arriba en un escandaloso ángulo. Yo diría de cuántos grados, pero no me fue tan bien en geometría. Mis zapatos tienen suela de goma, así que me arrastro como una araña a la ventana sin ninguna caída catastrófica. Pero a veces me parece que no puedo dejar las cosas como están. Siempre tengo que ir un poco más allá.
Me quito la copa de los dientes para tomar un buen trago de la victoria, y sin saber, lo dejo caer y se va rodando a lo largo de las tejas grises, whisky y 7UP salpicando todo el lugar.
Por supuesto, mi reacción natural es la de tratar de agarrarlo, lo que a su vez me hace perder el equilibrio sobre el alféizar. Lo siguiente que sé es que me estoy deslizando del techo de cabeza cuesta abajo, tratando de agarrarme a algo, pero no hay nada de lo que agarrarme. La única cosa que me impide seguir al gran vaso de 7UP al borde es la canaleta. Me siento aliviada, pero al parecer la canaleta no está en muy buena forma. Tan pronto como logro recuperar el aliento, la canaleta empieza a gruñir. Y gruñir. Hasta que el gruñido se convierte en un grito y la canaleta se separa de su amarre, no quedando nada para que yo no caiga sobre el borde.
Mi muerte es inminente. Mi ataúd aparece ante mis ojos. No me importaría uno rojo. O a cuadros. Tal vez uno con un interior aterciopelado. Pero en el último momento, el milagro sucede... logro aferrarme a la canaleta con las manos y doy una especie de giro hacia abajo hasta el patio. Aun así, mi intento de aterrizaje de senton confunde mi coxis bueno y duro y muerdo mi lengua por eso. Cuando miro hacia arriba, ahí está Dani, mirando por la puerta del patio, con los ojos y la boca abiertos del horror. Sin embargo, no está horrorizada por mí.
Abre de un disparo la puerta corrediza y se para junto a mí con las manos en las caderas y ese conocido ceño fruncido en su rostro de eres-una-idiota, y yo como, ―Oye, fue un accidente.
―Oye, fue un accidente.
―¿Estás loca? ―Chilla― Eso no está bien, Santana. No puedo creerlo. Mira la canaleta.
―¿No estás al menos un poco preocupada por si me fracturé la columna o algo?
―Eso espero. ―Inspecciona el tejado―. ¿Qué se supone que debo decirle a mis padres?
―Diles lo que le dices siempre, que no sabes qué pasó. De esa manera no pueden atraparte durante el interrogatorio.
―Tú siempre tienes una respuesta, ¿no? ¿Qué estás haciendo ahora?
―Estoy recogiendo la canaleta. ¿Qué parece?
―Sólo déjala. Tal vez mis padres piensen que se voló.
Dejo caer la canaleta y recojo mi vaso vacío.
―No me digas ―ella dice―. Estaba lleno de whisky.
―Y un poco de 7UP.
―Debí haberlo sabido ―dijo, mirando la botella de whisky en la mesa del patio―. Pero en realidad, no son las 10:30 un poco temprano para estar borracha otra vez, ¿incluso para ti?
―Oye, no estoy borracha. Sólo un poco fortalecida. Además, no bebí nada anoche, así que en realidad, estoy teniendo un inicio tardío. ¿Alguna vez pensaste en eso?
―Sabes que me hiciste perder mi cita para la peluquería. ―comienza a volver a la casa.
Agarro la botella y la persigo. ―De cualquier forma, no sé por qué quieres cortar tu cabello de todos modos. Es demasiado hermoso para cortarlo. Me gusta la forma en que se balancea en tu espalda al caminar y la forma en que cuelga sobre mí cuando estás arriba.
―No todo es sobre ti, Santana. Quiero un cambio. No necesito tu aprobación. ―Se sienta en un taburete en la barra que separa la cocina del living. Cruza sus brazos y no quiere mirarme―. A ellos no les gusta cuando uno falta a sus citas, sabes. Les cuesta dinero. Pero estoy segura de que eso no te importa. Tú sólo piensas en ti misma.
Ahí está, mi señal para contar la historia de Walter. Cuando he terminado, tengo bebidas listas para las dos y sus brazos están descruzados. Ella se está ablandando, pero todavía no está dispuesta a perdonarme totalmente, así que pongo la bebida en la barra en vez de entregársela. No quiero darle la oportunidad de rechazarme.
―Está bien ―dice―. Supongo que hiciste algo bueno ahí por una vez. Pero aun así podrías haberme llamado para decirme que llegarías tarde.
―Oye, lo habría hecho, pero perdí mi celular.
―¿Otra vez? Es el tercero en un año.
―Son difíciles de llevar. Y además, ¿no crees que sea un poco de 1984 ir caminando con un dispositivo en el bolsillo que permite a las personas localizarte en todo momento? Deberíamos rebelarnos contra los teléfonos celulares. Puedes ser Trotsky y yo seré el Che.
―Eso es tan de ti ―ella dice―. Siempre tratando de bromear para salir de las cosas. ¿Alguna vez te sentaste y pensaste lo que realmente significa estar en una relación? ¿Entiendes algo acerca de establecer confianza y compromiso?
Aquí vamos. Tiempo de la lección. Y estoy segura de lo que está diciendo es correcto. Está bien pensado y es perspicaz y todas esas cosas que te hacen tener una buena nota en un ensayo de cinco párrafos en Inglés, pero simplemente no puedo mantener mi mente enfocada en ello cuando ella está sentada a mi lado luciendo como lo hace.
Los colores de ella realmente comienzan su ataque contra mí, rasgando a través de mi piel, de mi electrizante torrente sanguíneo, enviando chispas en mi estómago. Me tomo un largo trago de mi whisky pero no puedo evitar que mi humedad aparezca. Sólo menciono esto porque tengo la teoría de que la humedad es la razón número uno para el sexismo a través de la historia. Quiero decir, es realmente imposible absorber las ideas de una chica, no importa qué tan profundo o verdadero sea, cuando estás a medio proceso de humedad.opop
Esto es lo que hace que algunas chicas piensen en otras chicas como cabezas huecas lindas, mimosas. Pero no son las mujeres las cabezas huecas. Los cerebros de los algunas chicas se han convertido en masa de avena, por lo que se sientan allí mirando a la mujer sin idea de lo que está diciendo, pero se asume que debe ser lindo. Ella podría explicar física cuántica, y la chica escuchará nada más que una especie de balbuceo del bebé cursi.
Sé esto porque me ha pasado muchas veces, y ahora me está pasando de nuevo. Mientras que ella está diciendo su perfecto ensayo de las relaciones, todo lo que quiero hacer es inclinarme y besar su cuello y luego quitarle el suéter y besarla lo largo de sus senos y hacia abajo de su vientre, dejando pequeñas manchas rojas en su piel blanca como las rosas que florecen en la nieve.
―Y si sólo puedes hacer eso ―dice―, creo que podemos lograrlo. Podemos realmente tener una buena relación. Pero eso es todo, Santana. Esta es la última vez que lo voy a decir. ¿Crees que de verdad puedes hacerlo?
Uh-oh. Gran problema. ¿Cómo sé si puedo hacerlo? Por lo que sé, podría haber estado hablando de que debo ponerme un vestido de cóctel y tacones altos. No obstante, no es el momento de presentar mi teoría sobre el sexismo y la humedad, así que opto por decir―: Sabes que yo haría cualquier cosa por ti, Dani.
Sus ojos se estrecharon. ―Sabía que dirías que harías cualquier cosa por mí.
―Oye, ¿no me acabo de subir a un techo de dos pisos por ti? Me rompí el culo por ti. Mira, me voy a parar de cabeza y tomar el resto de este whisky al revés por ti.
―No tienes que hacer eso. ―Se ríe y toma un trago de su propia bebida y ahora sé que ya la tengo. Entro en la sala de estar, pongo mi vaso sobre la alfombra, y me paro de manos contra el extremo del sofá. Esto me causa un poco de mareo, pero aun así no es nada para mí inclinar la copa y terminar el whisky de un solo trago al revés. Por desgracia, no puedo mantener la postura sobre la cabeza y caigo en una pila como uno de esos rascacielos que se dinamita para hacer espacio para algo más elegante.
Sin embargo, Dani realmente se está riendo ahora, y es un hermoso espectáculo digno de ver. Yo hago mi famosa inclinación de ceja y grandes ojos marrones, y ella toma una copa y viene, ―Realmente eres una idiota, pero eres mi idiota.
―Y tú eres una gran mujer. ―Tomo el vaso de su mano, bebo un trago y dejo el vaso en la barra. Ella extiende sus piernas para que yo pueda colocarme entre ellas, cepillar el pelo de su cara y deslizar mis dedos por sus hombros―. Tus ojos son hermosos, y estoy cayendo en ellos. Sin paracaídas. No necesito uno porque nunca voy a chocar con el suelo.
Ella agarra la parte delantera de mi camisa y me tira más cerca. Ven, esta es la otra cara de la moneda. Es la caída de la chica. La chica va lento y empieza a hablarle como con una idiota, y ella quiere cuidar de ella. No es más que un tonta mimosa que no puede hacer nada sin ella. Ella se derrite y ella se derrite y todo se terminó.
La mejor manera que puedo describir a Dani en la cama es triunfante. Si el sexo fuera un deporte en los Juegos Olímpicos ella ganaría una medalla de oro con seguridad. Se pararía allí en la plataforma más alta con la mano sobre el corazón, cantando entre lágrimas el himno nacional. Después, se sentaría en el estudio de televisión con Bob Costas haciéndole preguntas sobre su técnica.
Sé que tengo suerte. Sé que estar con ella de esta manera es como ser parte de los mecanismos internos más profundos del cosmos. Pero, por alguna razón, siento una apertura de una grieta oscura de camino a mi pecho. Es sólo una fractura, pero definitivamente es algo que uno no quiere que sea más grande. Tal vez es el ultimátum que me dio hace un rato. Esto es todo, dijo. Esta es la última vez que lo voy a decir. Pero ¿qué es lo que quiere que yo haga?
Sin embargo, es estúpido preocuparse de eso ahora. Estoy acostada aquí, en las frescas y limpias sabanas de mariposa de mi hermosa gorda-novia. Tengo un whisky extra fuerte sobre la mesa de noche. La vida es espectacular. Olvida las cosas oscuras. Toma una copa y deja que el tiempo lleve la basura a donde el tiempo se lleva a las cosas.
gleek_undercover***** - Mensajes : 207
Fecha de inscripción : 26/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
esta historia es algo diferente, me gusta que sea narrada por santana, me causa gracia lo de mi gorda novia pq asi me parecio Demi Lovato en Glee, gorda, aunque agradable,aunque tambien santana en esa epoca estaba como un palillo, en fin, espero tu pronta actualizacion y la aparicion de brittany, hasta luego!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Sip! Es una historia peculiar y bueno, me intriga en cómo será cuando Santana conozca a Britt porque detalla mucho a dani así que supongo será más peculiar cuando San conozca a britt. Saludos
Dolomiti- - Mensajes : 1406
Fecha de inscripción : 05/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Capítulo 4
Bueno, sí, quizás sí beba un poco demasiado mucho, pero no te hagas a la idea que soy una alcohólica. No es una gran adicción. Es solo un hobby, una buena y antigua manera de divertirse. Una vez le dije exactamente eso en la escuela a una tensa chica de iglesia, Mercedes Jones, y ella dijo: ―No necesito beber alcohol para divertirme.
Entonces le dije, ―No tengo que subirme a una montaña rusa para divertirme, pero lo hago.
Ese es el problema número uno con este programa anti-alcohol-y- drogas al que ellos te atan desde la escuela primaria. Nadie va a admitir que cualquiera de esas cosas es divertida, así que ahí va toda su credibilidad volando derecho a la ventana. Cada chico o chica en la escuela (excepto las Mercedes Jones del mundo) reconoce que toda esta estafa es más falsa que el implante de senos de la esposa de un tele-evangelista.
He hecho esos cuestionarios de internet donde se supone que te dicen si eres alcohólica: ¿Alguna vez tomas un trago a la mañana para empezar el día? ¿Las personas te molestan cuando te critican cuanto bebes?
¿Alguna vez bebes sola? Esa clase de cosas.
Primero que nada, por supuesto, algunas veces bebo en la mañana, pero no porque lo necesite. Es sólo un buen cambio de ritmo. Celebro un nuevo día, y si no puedes hacer eso, bien podrías estar tirado con los brazos cruzados contemplando la tapa de tu ataúd.
Segundo, ¿cómo no te va a molestar cuando alguien empieza a preguntar y preguntar acerca de eso? Me refiero a que, bebes una cerveza, tu madre lo huele en tu aliento
y luego ella y tu padrastro empiezan con la rutina de interrogatorios policía-bueno, policía-malo. ¿Cómo se supone que vas a disfrutar eso?
Y tercero, ¿por qué beber solo es algo malo? No es como si fuera una abandonada que bebe una loción barata para después de afeitarse, escondida detrás de la parada del autobús. Digamos que estás castigada y estás en tu cuarto mirando TV o jugando con la computadora, un par de tragos te pueden salvar de volverte loco. O quizás todos tus amigos tienen toques de queda durante la semana, entonces te quedas en casa y bebes tres o cuatro cervezas, sentado en tu ventana con tu iPod antes de acostarte. ¿Qué tiene esto de malo?
Todo está en la actitud detrás del consumo, veamos. Si actúas como, ¡Ay, pobre de mí, mi novia me dejó y Dios me ha desamparado! Y bebes una quinta parte de Old Grand-Dad hasta que tu cuello se vuelve de goma y no puedes levantar la barbilla del pecho, entonces sí, diría que eres una alcohólica. Pero esa no soy yo. No estoy bebiendo para olvidar nada o para encubrir algo y salir corriendo, ¿de qué tengo que huir?
No. Todo lo que hago cuando bebo es acerca de la creatividad, ampliar mis horizontes. En realidad es educacional. Cuando estoy bebiendo, es como si viera el mundo en otra dimensión. Entiendo a mis amigos en un nivel profundo. La música llega a mí y me abre de adentro hacia afuera. Palabras e ideas que ni siquiera sabía que tenía vuelan de mí como si fueran pericos exóticos. Cuando veo TV, invento el diálogo y es mejor que cualquier cosa que los escritores hayan soñado. Soy compasiva y graciosa. Me hincho con la belleza y el sentido del humor de Dios.
La verdad es que soy la borracha personal de Dios.
En caso de que no lo hayas escuchado, es una canción de Jimmy Buffet, “God’s Own Drunk”. Es acerca de un tipo que esta tan borracho que se enamora de todo el mundo. Él está en armonía con la naturaleza. Nada lo asusta, ni siquiera la cosa más peligrosa, como un oso gigante.
Mi padre, mi verdadero padre, no Geech, mi estúpido padrastro, él amaba a Jimmy Buffet. Lo AMABA, “Margaritaville”, “Livingston Saturday Night”, “Defying Gravity”, “The Wino And I Know”, “Why We Don’t Get Drunk and Screw”. Mi padre gastó esas canciones de tanto escucharlas. Todavía me siento bien siempre que las escucho.
De hecho, la primera vez que bebí, estaba con mi padre. Esto fue antes del divorcio, así que no pude haber tenido más de seis años. Fuimos a un partido de ligas menores de baseball, en el viejo estadio cerca del recinto ferial, antes de que construyan el nuevo en Bricktown. Éramos, mi papá, yo y dos de sus amigos, Larry y Don. Todavía recuerdo a esos tipos perfectamente. Eran divertidos, grandes y ruidosos
Mi papá era grande también, él construía casas. ¿Atractivo? Él era atractivo como George Clooney, sólo que con el mismo espacio entre los dientes delanteros que tengo ahora. Incluso aunque era pequeña, me sentí… linda con ellos
Ellos ridiculizaban a los árbitros, se burlaban del otro equipo y llamaban a los jugadores de la ciudad de Oklahoma sus “muchachos”. Y tenían cervezas frías.
Hombre, si quería un trago de esa cerveza. Quería beber cerveza y pararme en el asiento y gritar con todos mis pulmones. No importaba qué gritara, sólo quería que mi voz se mezclara con la de ellos. Finalmente, presione tanto a papá que me dejó beber. ―Sólo un sorbo ―dijo, Larry y Don voltearon sus cabezas y rieron. Pero les mostré. Bebí la mitad del
vaso antes de que papá lo alejara de mí.
Todos rieron incluso más y Don dijo:
―Eres una gran, gran rebelde Santana, realmente lo eres.
Y papá dijo:
―Eso es correcto, malditamente correcto, eres mi chica rebelde ―Y me apretó el hombro e inclinándome junto a él. No puedo decir que me emborraché, pero sí sentí calor. Amaba ese estadio de baseball y todo lo que había en él. Y amaba esa buena y vieja ciudad distante de Oklahoma, los edificios altos crecían suaves y acogedores en el atardecer, no vomité
hasta el séptimo turno. No es que fuese una especie de Drew Barrymore, bebiendo camino a la escuela primaria, y consumiendo cocaína en clubes de baile incluso antes de la pubertad. En realidad no bebí mucho hasta el séptimo grado e incluso no bebía cada día.
Lo que me gustaba hacer era doblar una bolsa de papel y rellenar la parte delantera de mis pantalones, luego iba a la tienda, paseaba casualmente por el pasillo de las cervezas y cuando nadie estaba mirando, abría el saco y metía un paquete de seis, luego ponía mi mejor cara angelical y salía por la puerta principal, como si no tuviera nada más que un saco de dulces en mi mano.
Mi mejor amiga Quinn Fabray y yo hicimos esta rutina por alrededor de un mes. Bebíamos en una zanja de concreto y dejábamos que un Doberman nos persiguiera. El Doberman era un gran y horrible perro de ojos malos. Él gobernaba en esos tres patios. Un día estábamos a punto de acabar nuestra cerveza cuando nos miró y se sentó en la esquina de la pared de ladrillos observándonos como si fuera una endemoniada gárgola. Una fracción de segundo antes de que él saltara, salimos corriendo. Luego ahí estaba él, pisando nuestros talones, literalmente sentí sus dientes detrás de mi zapato derecho antes de trepar a un alambrado. Fue como una explosión.
Después de eso nos asegurábamos de caminar a su dominio después de terminar nuestras cervezas y sin falta, él saltaba de la nada con sus ojos desorbitados y babeando. Un día le aposté a Quinn que no podría cruzar el patio del Doberman y tocar a la puerta de hierro alrededor de la piscina, ella terminó el resto de su cerveza y dijo: ―Claro que sí amiga
Fue muy gracioso, Quinn llego a mitad de camino antes de que el Doberman apareciera lagrimeando. La cara de Quinn fue muy a lo Macaulay Culkin y se lanzó a toda velocidad por la puerta de la piscina, el perro mordía el aire detrás de ella. Trató de pasar la puerta pero quedó seriamente colgada de los picos de hierro. Fue entonces cuando lo vi, el perro seguía ladrando y mordiendo los tobillos de Quinn pero nunca le dio un mordisco, él podría haberle roto fácilmente la pierna a Quinn, pero cuando se redujo a eso, era igual que nosotros. Sólo quería pasar un buen rato y nada más.
Eso rompió el hechizo. Sabíamos que el viejo Doberman no era realmente malo y él sabía que nosotros lo sabíamos. Seguimos bebiendo nuestra cerveza en la zanja de drenaje, pero ahora el perro se sentaba ahí con nosotros y nos dejaba que le acariciáramos la cabeza. Era septiembre, la temporada del perro. Nuestros padres no sabían dónde estábamos y no les importaba. Era espectacular
Entonces le dije, ―No tengo que subirme a una montaña rusa para divertirme, pero lo hago.
Ese es el problema número uno con este programa anti-alcohol-y- drogas al que ellos te atan desde la escuela primaria. Nadie va a admitir que cualquiera de esas cosas es divertida, así que ahí va toda su credibilidad volando derecho a la ventana. Cada chico o chica en la escuela (excepto las Mercedes Jones del mundo) reconoce que toda esta estafa es más falsa que el implante de senos de la esposa de un tele-evangelista.
He hecho esos cuestionarios de internet donde se supone que te dicen si eres alcohólica: ¿Alguna vez tomas un trago a la mañana para empezar el día? ¿Las personas te molestan cuando te critican cuanto bebes?
¿Alguna vez bebes sola? Esa clase de cosas.
Primero que nada, por supuesto, algunas veces bebo en la mañana, pero no porque lo necesite. Es sólo un buen cambio de ritmo. Celebro un nuevo día, y si no puedes hacer eso, bien podrías estar tirado con los brazos cruzados contemplando la tapa de tu ataúd.
Segundo, ¿cómo no te va a molestar cuando alguien empieza a preguntar y preguntar acerca de eso? Me refiero a que, bebes una cerveza, tu madre lo huele en tu aliento
y luego ella y tu padrastro empiezan con la rutina de interrogatorios policía-bueno, policía-malo. ¿Cómo se supone que vas a disfrutar eso?
Y tercero, ¿por qué beber solo es algo malo? No es como si fuera una abandonada que bebe una loción barata para después de afeitarse, escondida detrás de la parada del autobús. Digamos que estás castigada y estás en tu cuarto mirando TV o jugando con la computadora, un par de tragos te pueden salvar de volverte loco. O quizás todos tus amigos tienen toques de queda durante la semana, entonces te quedas en casa y bebes tres o cuatro cervezas, sentado en tu ventana con tu iPod antes de acostarte. ¿Qué tiene esto de malo?
Todo está en la actitud detrás del consumo, veamos. Si actúas como, ¡Ay, pobre de mí, mi novia me dejó y Dios me ha desamparado! Y bebes una quinta parte de Old Grand-Dad hasta que tu cuello se vuelve de goma y no puedes levantar la barbilla del pecho, entonces sí, diría que eres una alcohólica. Pero esa no soy yo. No estoy bebiendo para olvidar nada o para encubrir algo y salir corriendo, ¿de qué tengo que huir?
No. Todo lo que hago cuando bebo es acerca de la creatividad, ampliar mis horizontes. En realidad es educacional. Cuando estoy bebiendo, es como si viera el mundo en otra dimensión. Entiendo a mis amigos en un nivel profundo. La música llega a mí y me abre de adentro hacia afuera. Palabras e ideas que ni siquiera sabía que tenía vuelan de mí como si fueran pericos exóticos. Cuando veo TV, invento el diálogo y es mejor que cualquier cosa que los escritores hayan soñado. Soy compasiva y graciosa. Me hincho con la belleza y el sentido del humor de Dios.
La verdad es que soy la borracha personal de Dios.
En caso de que no lo hayas escuchado, es una canción de Jimmy Buffet, “God’s Own Drunk”. Es acerca de un tipo que esta tan borracho que se enamora de todo el mundo. Él está en armonía con la naturaleza. Nada lo asusta, ni siquiera la cosa más peligrosa, como un oso gigante.
Mi padre, mi verdadero padre, no Geech, mi estúpido padrastro, él amaba a Jimmy Buffet. Lo AMABA, “Margaritaville”, “Livingston Saturday Night”, “Defying Gravity”, “The Wino And I Know”, “Why We Don’t Get Drunk and Screw”. Mi padre gastó esas canciones de tanto escucharlas. Todavía me siento bien siempre que las escucho.
De hecho, la primera vez que bebí, estaba con mi padre. Esto fue antes del divorcio, así que no pude haber tenido más de seis años. Fuimos a un partido de ligas menores de baseball, en el viejo estadio cerca del recinto ferial, antes de que construyan el nuevo en Bricktown. Éramos, mi papá, yo y dos de sus amigos, Larry y Don. Todavía recuerdo a esos tipos perfectamente. Eran divertidos, grandes y ruidosos
Mi papá era grande también, él construía casas. ¿Atractivo? Él era atractivo como George Clooney, sólo que con el mismo espacio entre los dientes delanteros que tengo ahora. Incluso aunque era pequeña, me sentí… linda con ellos
Ellos ridiculizaban a los árbitros, se burlaban del otro equipo y llamaban a los jugadores de la ciudad de Oklahoma sus “muchachos”. Y tenían cervezas frías.
Hombre, si quería un trago de esa cerveza. Quería beber cerveza y pararme en el asiento y gritar con todos mis pulmones. No importaba qué gritara, sólo quería que mi voz se mezclara con la de ellos. Finalmente, presione tanto a papá que me dejó beber. ―Sólo un sorbo ―dijo, Larry y Don voltearon sus cabezas y rieron. Pero les mostré. Bebí la mitad del
vaso antes de que papá lo alejara de mí.
Todos rieron incluso más y Don dijo:
―Eres una gran, gran rebelde Santana, realmente lo eres.
Y papá dijo:
―Eso es correcto, malditamente correcto, eres mi chica rebelde ―Y me apretó el hombro e inclinándome junto a él. No puedo decir que me emborraché, pero sí sentí calor. Amaba ese estadio de baseball y todo lo que había en él. Y amaba esa buena y vieja ciudad distante de Oklahoma, los edificios altos crecían suaves y acogedores en el atardecer, no vomité
hasta el séptimo turno. No es que fuese una especie de Drew Barrymore, bebiendo camino a la escuela primaria, y consumiendo cocaína en clubes de baile incluso antes de la pubertad. En realidad no bebí mucho hasta el séptimo grado e incluso no bebía cada día.
Lo que me gustaba hacer era doblar una bolsa de papel y rellenar la parte delantera de mis pantalones, luego iba a la tienda, paseaba casualmente por el pasillo de las cervezas y cuando nadie estaba mirando, abría el saco y metía un paquete de seis, luego ponía mi mejor cara angelical y salía por la puerta principal, como si no tuviera nada más que un saco de dulces en mi mano.
Mi mejor amiga Quinn Fabray y yo hicimos esta rutina por alrededor de un mes. Bebíamos en una zanja de concreto y dejábamos que un Doberman nos persiguiera. El Doberman era un gran y horrible perro de ojos malos. Él gobernaba en esos tres patios. Un día estábamos a punto de acabar nuestra cerveza cuando nos miró y se sentó en la esquina de la pared de ladrillos observándonos como si fuera una endemoniada gárgola. Una fracción de segundo antes de que él saltara, salimos corriendo. Luego ahí estaba él, pisando nuestros talones, literalmente sentí sus dientes detrás de mi zapato derecho antes de trepar a un alambrado. Fue como una explosión.
Después de eso nos asegurábamos de caminar a su dominio después de terminar nuestras cervezas y sin falta, él saltaba de la nada con sus ojos desorbitados y babeando. Un día le aposté a Quinn que no podría cruzar el patio del Doberman y tocar a la puerta de hierro alrededor de la piscina, ella terminó el resto de su cerveza y dijo: ―Claro que sí amiga
Fue muy gracioso, Quinn llego a mitad de camino antes de que el Doberman apareciera lagrimeando. La cara de Quinn fue muy a lo Macaulay Culkin y se lanzó a toda velocidad por la puerta de la piscina, el perro mordía el aire detrás de ella. Trató de pasar la puerta pero quedó seriamente colgada de los picos de hierro. Fue entonces cuando lo vi, el perro seguía ladrando y mordiendo los tobillos de Quinn pero nunca le dio un mordisco, él podría haberle roto fácilmente la pierna a Quinn, pero cuando se redujo a eso, era igual que nosotros. Sólo quería pasar un buen rato y nada más.
Eso rompió el hechizo. Sabíamos que el viejo Doberman no era realmente malo y él sabía que nosotros lo sabíamos. Seguimos bebiendo nuestra cerveza en la zanja de drenaje, pero ahora el perro se sentaba ahí con nosotros y nos dejaba que le acariciáramos la cabeza. Era septiembre, la temporada del perro. Nuestros padres no sabían dónde estábamos y no les importaba. Era espectacular
gleek_undercover***** - Mensajes : 207
Fecha de inscripción : 26/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Capítulo 5
Conocí a Quinn en cuarto grado y hemos estado juntas desde entonces. Ella es Alemana-Americana. Los antepasados de su papá eran inmigrantes alemanes y los de su mamá de California (creo). Ellos se conocieron cuando Carl estaba en la marina. Pero no es como lo que se podría esperar, el gran tipo alemán dando órdenes alrededor de su
pequeña y sumisa esposa americana. En realidad su papá es un tipo
pequeño, como Quinn, y parece un poco gay. No estoy diciendo nada que Quinn no haya dicho.
Su mamá también es pequeña, no puede medir más de un metro y medio, pero no es sumisa en absoluto. Tiene una voz aguda y gangosa como un banjo desafinado, y no puedes ir a su casa sin escuchar que se lance contra el pobre Carl sobre alguna cosa insignificante como dejar el agua corriendo mientras se está cepillando los dientes. Cuando realmente se pone en marcha, no puedes entender una palabra de lo que dice.
Quinn luce mucho medio americana medio alemána, y las chicas piensan que es la cosa más hermosa en el mundo. Pero ella cree que ellas no la ven como una novia potencial. Admito que pueden llegar a ser condescendientes a veces, como cuando Kitty Wilde dijo que le gustaría levantarla y llevarla en su bolso. Pero Quinn tiene mucho a su favor. Para empezar, ella es una de las chicas más divertidas, de esas que siempre quieres tener alrededor. Y también es inteligente. Quizás sus notas no siempre lo demuestran, pero eso es porque no siempre se esfuerza en demostrarlo. Si estudiara, tendría una nota media de 4,0. Me aseguro de aprender por lo menos una palabra nueva al día en internet sólo para estar a su altura.
Estoy siempre recordándole sus posibilidades. Pero, ¿alguna vez se molesta en imponerse e invitar a una chica a salir? No. Siempre tiene alguna excusa, ya sea que es demasiado alta, o demasiado egocéntrica, o es racista. Bueno, puedo entender si es racista, pero en algún momento, tienes que decirte a ti mismo: Oye, esto es sólo la escuela secundaria, sólo
necesito una chica para salir por ahí, como una novia de práctica.
Así que teniendo en cuenta su historial con las chicas, es bastante irónico que me dé consejos sobre Dani.
―Amiga ―dice―, no puedes arruinar esto, me refiero a que ¿cuán difícil puede ser aparecer a tiempo para llevar a tu novia a que consiga su corte de cabello?
―Oye, no hay nada que pueda hacer sobre eso ahora, es como leche derramada sobre el puente. Me preocupa más no haber oído exactamente qué es lo que ella quiere que haga de ahora en adelante para salvar nuestra relación.
―Entonces, ¿no estabas escuchando nada en absoluto?
―Tenía otras cosas en mi mente.
Quinn sacude la cabeza. ―Amiga, si hubiera sido yo, hubiera estado pendiente de cada palabra.
Ella es muy seria también. A veces me pregunto si no tiene sentimientos por Dani.
―No puedes estar pendiente de cada palabra ―le digo―. Hay demasiadas cosas que pasan en un momento dado, lo único que puedes hacer, es absorber la sensación general de la misma.
Quinn abre otra cerveza. Es viernes por la noche y estamos sentados en el capó de mi auto en el estacionamiento de la calle Doce. ―Si tuviera novia, sería como en una iglesia cuando ella hable, ella sería el pontífice y yo el pontificado.
―Estás drogada.
―No, en serio amiga, soy la mejor escuchadora del mundo.
Tiene un buen punto. Ella de seguro escuchó gran parte de toda mi mierda. ―¿Por qué no invitas a salir a Rachel Berry, amiga? Te gusta ¿No es cierto?
Mira a un Mustang pasar, de esos buenos, originales y geniales de hace treinta años. ―Supongo que sí, me gusta, pero ella está casi comprometida con Finn Hudson.
―¿Y? Invítala a salir de todos modos. Mira, las chicas son personas en transición. Ellas no sólo rompen con un chico y se sientan a esperar que alguien las invite. Ellas mantienen a su novio hasta que aparece alguien que muestre interés en ellas. Entonces es el hacha para el viejo tipo, besos y abrazos para el nuevo. Lo digo en serio.
―Sí, seguro. ¿Has visto a Hudson últimamente? Es un cavernícola. Todo lo que tendría que hacer es decirle dos palabras a Rachel y él me convertiría en pasta. Tendrían que llevarme al hospital en espátula.
―Excusas, excusas. ―Bebo un trago de cerveza con un poco de vino―. ¿Pero sabes qué? Estoy cansada de tus excusas. Esto es todo. Esta noche es la noche. Vas a conseguir una novia.
―Púdrete.
―No, en serio. ¿Crees que puedes ser la tercera rueda conmigo y Dani toda la vida? Es ridículo. Vamos, sube al auto.
―¿Por qué? ¿Qué tienes en mente?
―Chicas, ¿qué va a ser? Están por todas partes. ―Muevo mi mano indicando toda la calle doce―. Es viernes por la noche amiga, las calles están llenas de chicas, todos los otros autos están llenos de ellas, altas, flacas, gordas, con grandes tetas, con tetas pequeñas, rubias, morochas, pelirrojas, grandes culos y culos que caben en la palma de tu mano, ¿y sabes lo que quieren? Quieren una amiga, colega. Eso es lo que quieren. Ahora entra en el coche.
―¿Tetas y culos? Eres una gran romántica Santana. Realmente lo eres.
Puede ser sarcástica conmigo, pero entra al auto de todos modos. Ella sabe que la vieja Santana quiere lo mejor para su corazón.
Y el hecho es que soy una romántica. Estoy enamorada de la especie femenina. Es una pena que sólo puedes escoger una, pero ya que es la regla, estoy muy agradecida con la que tengo, y no hay nada que quiera más que mi mejor amiga tenga lo mismo.
gleek_undercover***** - Mensajes : 207
Fecha de inscripción : 26/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
me gustaria que ya conozca a britt, pero bueno supongo que ya pasara!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
La historia de estas dos me parece muy buena, la verdad no imagino como podrán romper
y mucho menos como entrará Britt a la vida de San, y más por como se refiere a su
actual novia Dani, que al parecer la quiere y mucho! Esperaré la actu, saludos!! By. Nathie ^^
y mucho menos como entrará Britt a la vida de San, y más por como se refiere a su
actual novia Dani, que al parecer la quiere y mucho! Esperaré la actu, saludos!! By. Nathie ^^
Nathie_B4E****** - Mensajes : 315
Fecha de inscripción : 06/07/2014
Edad : 30
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Capítulo 6
La calle doce está concurrida esta noche. Tampoco estaba exagerando. Las chicas han salido en grandes cantidades. Sin embargo estoy siendo exigente. Después de todo, es una chica para Quinn, la chica con la que jugaba a la Liga de la Justicia en quinto año. Me protegía entonces y yo la protejo ahora.
―No me vas a avergonzar ¿o sí? ―me pregunta.
―¿Cuándo te he avergonzado?
―¿De verdad necesitas que te enliste las veces que lo has hecho? ―enciende la marihuana y mueve su encendedor.
―Amiga, ¿qué estás haciendo? ―No tengo nada en contra de la hierba, sólo que no pienso que sea un buen lubricante social.
―No tienes que fumar nada si no quieres ―dice, tomando una larga pitada.
―Sólo tómatelo con calma, ¿de acuerdo? No quiero reunir un carro lleno de chicas para que te quedes callada, y que te vayas a tu extraña tierra del espacio y toda esa mierda.
Exhala una oleada de humo.
―No te preocupes. Seré entretenida.
―Sí, seguro. Pero no sé a cuántas chicas les gusta hablar sobre la comercialización de Dios, o de lo que fuera que hablabas el sábado pasado.
―Era de, ¿qué pasaría si descubrieran realmente la existencia física de Dios? Quiero decir, probablemente habría una pelea gigantesca por los derechos de patente. Como una gran competencia para ver si debes obtener a Dios por cable o por satélite. Y luego tendrían que lanzar un plan de marketing también. Tendrían estos comerciales: “Llame hoy y obtenga a Dios por $19.95 al mes. ¡Obtenga al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en paquete por sólo $24.95!
―Seguro ―digo, soltando una risita―. Y cuando no puedas pagar tus cuentas vendrán y cortarán tu conexión a Dios.
―Ahí lo tienes, Lopez ―dice Quinn―, es algo entretenido.
Tengo que admitir que tiene razón.
―Pero aun así, lo que tú y yo encontramos entretenido no
necesariamente le gustará al sexo femenino.
―Lo sé, ¿qué crees que soy? ¿Alguna clase de imbécil?
No hay tiempo para debatir la pregunta. De pronto, un gigantesco todoterreno, cargado de chicas, se detiene junto a nosotras. No reconozco a ninguna, pero la rubia de la fila de atrás, baja su ventana, enseña sus tetas, y se muere de la risa.
Quinn dice:
―¿Viste eso?
―Sí, lo vi. Le di el me gusta.
―Bueno, no dejes que se alejen. Síguelas.
―Relájate, amiga. Esas chicas ni siquiera son de por aquí. ―¿Y?
―Que las podemos seguir toda la noche, no se van a detener. Sabes por qué una chica como ella enseña las tetas ¿no? Porque se excita pensando en chicas agitándole sus protuberancia. De todos modos, necesitas a alguien más natural.
―A mí me pareció bastante natural.
―Tenía cabello yo-yo-yo.
―Pues no estaba mirando su cabello, amiga.
Quinn está un poco molesta conmigo por no haberlas seguido, pero no realmente. La conozco. La única razón por la que quiere perseguirlas en primer lugar es porque sabe que nada nunca va a pasar. Es sólo que me lo quiere hacer creer. No hay una oportunidad verdadera de ligar ni de que nos rechacen, ninguna de las dos.
Pero no la dejaré salirse con la suya, no esta vez.
Hacemos un par de excursiones de arriba abajo por la Calle Doce, sin ninguna suerte hasta que veo unos faros que me iluminan desde atrás, el pequeño Camry dorado de Tina Chang. En la luz roja, la chica saca su cabeza de la ventana y me grita que me estacione en el estacionamiento del Conoco. Esto parece prometedor. Conozco a Tina bastante bien, tomamos Inglés juntos, y aunque en realidad no es la indicada para Quinn, su amiga Sugar Motta lo es.
Tina y Sugar están casi siempre juntas. Son chicas de nivel medio, no sexys sexys, ni súper populares, pero bastante por arriba del húmedo nivel de marginados. Jugadoras de Softbol. Tina es de tamaño promedio, cabello castaño y ojos rasgados. Sugar es morena, y se ve más delgada con estas piernas espectacularmente largas, y la parte superior del cuerpo pequeño y un poco desproporcionado. Unos buenos pechos. Su único inconveniente es que su nariz siempre luce un poco grasosa… y grande. Pero la manera en que se comporta con Tina me recuerda un poco a Quinn. Sugar es la tranquila junto a la personalidad extrovertida de su amiga. Los chicos no se fijan mucho en ella, pero tiene una buena risa, y cuando se trata de deportistas, a las dos amigas les gusta empezar la fiesta.
Me detengo junto a donde está Tina y bajo mi ventana.
―Santana ―dice―, eres justo a quién estaba buscando. ¿Sabes dónde podemos conseguir un poco de cerveza?
―¿Cerveza? ¿No se supone que están en entrenamiento?
―Estamos celebrando. Mi mamá finalmente sacó a mi padrastro de la casa. ―ambas se ríen.
Les digo que se estacionen y así veré si las puedo ayudar.
―Pasen a mi oficina, chicas.
Las dirijo a la parte de atrás de mi auto, y abro el maletero para revelar mi tesoro de cerveza. Hemos forrado todo el maletero con plástico, luego lo hemos cubierto de hielo, hemos puesto fila tras fila de cerveza, y hemos vertido más hielo sobre eso.
―Ustedes son la ley ―dice Tina.
―Justo nos estábamos preparando para ir de crucero en Bricktown
―digo. Lo que realmente no estábamos planeando hacer, pero igual
podríamos ahora que lo he dicho―. ¿Por qué no se vienen con nosotros?
Sugar responde:
―Estamos de camino a la casa de Puck.
Así que digo: ―Oigan, estoy preparado para festejar que el padrastro de alguien haya sido botado de la casa, pues mi madre no correrá al mío. Eso es todo lo que Tina necesita oír.
―Bueno, pues no te quedes sólo ahí. Ábreme una cerveza.
Le doy una y ni siquiera necesita buscar una manera para manipular la situación, de manera que Sugar se vaya atrás con Quinn. Quinn va derecho al asiento del copiloto, así que no hay nada que hacer, excepto esperar a que Sugar y Quinn se vayan en la fila de atrás.
Ahora, podrías pensar que Dani tendría un problema con esta disposición de asientos si pudiera verlo, pero está en el cine con sus amigos esta noche, y además, todo esto se trata de juntar a Quinn con Sugar.
―Adelante a toda velocidad ―digo mientras piso el acelerador―, y a la mierda las patatas.
La calle doce está concurrida esta noche. Tampoco estaba exagerando. Las chicas han salido en grandes cantidades. Sin embargo estoy siendo exigente. Después de todo, es una chica para Quinn, la chica con la que jugaba a la Liga de la Justicia en quinto año. Me protegía entonces y yo la protejo ahora.
―No me vas a avergonzar ¿o sí? ―me pregunta.
―¿Cuándo te he avergonzado?
―¿De verdad necesitas que te enliste las veces que lo has hecho? ―enciende la marihuana y mueve su encendedor.
―Amiga, ¿qué estás haciendo? ―No tengo nada en contra de la hierba, sólo que no pienso que sea un buen lubricante social.
―No tienes que fumar nada si no quieres ―dice, tomando una larga pitada.
―Sólo tómatelo con calma, ¿de acuerdo? No quiero reunir un carro lleno de chicas para que te quedes callada, y que te vayas a tu extraña tierra del espacio y toda esa mierda.
Exhala una oleada de humo.
―No te preocupes. Seré entretenida.
―Sí, seguro. Pero no sé a cuántas chicas les gusta hablar sobre la comercialización de Dios, o de lo que fuera que hablabas el sábado pasado.
―Era de, ¿qué pasaría si descubrieran realmente la existencia física de Dios? Quiero decir, probablemente habría una pelea gigantesca por los derechos de patente. Como una gran competencia para ver si debes obtener a Dios por cable o por satélite. Y luego tendrían que lanzar un plan de marketing también. Tendrían estos comerciales: “Llame hoy y obtenga a Dios por $19.95 al mes. ¡Obtenga al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en paquete por sólo $24.95!
―Seguro ―digo, soltando una risita―. Y cuando no puedas pagar tus cuentas vendrán y cortarán tu conexión a Dios.
―Ahí lo tienes, Lopez ―dice Quinn―, es algo entretenido.
Tengo que admitir que tiene razón.
―Pero aun así, lo que tú y yo encontramos entretenido no
necesariamente le gustará al sexo femenino.
―Lo sé, ¿qué crees que soy? ¿Alguna clase de imbécil?
No hay tiempo para debatir la pregunta. De pronto, un gigantesco todoterreno, cargado de chicas, se detiene junto a nosotras. No reconozco a ninguna, pero la rubia de la fila de atrás, baja su ventana, enseña sus tetas, y se muere de la risa.
Quinn dice:
―¿Viste eso?
―Sí, lo vi. Le di el me gusta.
―Bueno, no dejes que se alejen. Síguelas.
―Relájate, amiga. Esas chicas ni siquiera son de por aquí. ―¿Y?
―Que las podemos seguir toda la noche, no se van a detener. Sabes por qué una chica como ella enseña las tetas ¿no? Porque se excita pensando en chicas agitándole sus protuberancia. De todos modos, necesitas a alguien más natural.
―A mí me pareció bastante natural.
―Tenía cabello yo-yo-yo.
―Pues no estaba mirando su cabello, amiga.
Quinn está un poco molesta conmigo por no haberlas seguido, pero no realmente. La conozco. La única razón por la que quiere perseguirlas en primer lugar es porque sabe que nada nunca va a pasar. Es sólo que me lo quiere hacer creer. No hay una oportunidad verdadera de ligar ni de que nos rechacen, ninguna de las dos.
Pero no la dejaré salirse con la suya, no esta vez.
Hacemos un par de excursiones de arriba abajo por la Calle Doce, sin ninguna suerte hasta que veo unos faros que me iluminan desde atrás, el pequeño Camry dorado de Tina Chang. En la luz roja, la chica saca su cabeza de la ventana y me grita que me estacione en el estacionamiento del Conoco. Esto parece prometedor. Conozco a Tina bastante bien, tomamos Inglés juntos, y aunque en realidad no es la indicada para Quinn, su amiga Sugar Motta lo es.
Tina y Sugar están casi siempre juntas. Son chicas de nivel medio, no sexys sexys, ni súper populares, pero bastante por arriba del húmedo nivel de marginados. Jugadoras de Softbol. Tina es de tamaño promedio, cabello castaño y ojos rasgados. Sugar es morena, y se ve más delgada con estas piernas espectacularmente largas, y la parte superior del cuerpo pequeño y un poco desproporcionado. Unos buenos pechos. Su único inconveniente es que su nariz siempre luce un poco grasosa… y grande. Pero la manera en que se comporta con Tina me recuerda un poco a Quinn. Sugar es la tranquila junto a la personalidad extrovertida de su amiga. Los chicos no se fijan mucho en ella, pero tiene una buena risa, y cuando se trata de deportistas, a las dos amigas les gusta empezar la fiesta.
Me detengo junto a donde está Tina y bajo mi ventana.
―Santana ―dice―, eres justo a quién estaba buscando. ¿Sabes dónde podemos conseguir un poco de cerveza?
―¿Cerveza? ¿No se supone que están en entrenamiento?
―Estamos celebrando. Mi mamá finalmente sacó a mi padrastro de la casa. ―ambas se ríen.
Les digo que se estacionen y así veré si las puedo ayudar.
―Pasen a mi oficina, chicas.
Las dirijo a la parte de atrás de mi auto, y abro el maletero para revelar mi tesoro de cerveza. Hemos forrado todo el maletero con plástico, luego lo hemos cubierto de hielo, hemos puesto fila tras fila de cerveza, y hemos vertido más hielo sobre eso.
―Ustedes son la ley ―dice Tina.
―Justo nos estábamos preparando para ir de crucero en Bricktown
―digo. Lo que realmente no estábamos planeando hacer, pero igual
podríamos ahora que lo he dicho―. ¿Por qué no se vienen con nosotros?
Sugar responde:
―Estamos de camino a la casa de Puck.
Así que digo: ―Oigan, estoy preparado para festejar que el padrastro de alguien haya sido botado de la casa, pues mi madre no correrá al mío. Eso es todo lo que Tina necesita oír.
―Bueno, pues no te quedes sólo ahí. Ábreme una cerveza.
Le doy una y ni siquiera necesita buscar una manera para manipular la situación, de manera que Sugar se vaya atrás con Quinn. Quinn va derecho al asiento del copiloto, así que no hay nada que hacer, excepto esperar a que Sugar y Quinn se vayan en la fila de atrás.
Ahora, podrías pensar que Dani tendría un problema con esta disposición de asientos si pudiera verlo, pero está en el cine con sus amigos esta noche, y además, todo esto se trata de juntar a Quinn con Sugar.
―Adelante a toda velocidad ―digo mientras piso el acelerador―, y a la mierda las patatas.
gleek_undercover***** - Mensajes : 207
Fecha de inscripción : 26/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Capítulo 7
Bricktown es el distrito del entretenimiento en la Ciudad de Oklahoma. Recibe su nombre por todos los edificios de ladrillos e incluso las calles de ladrillos. Solía ser un distrito de almacenes o algo así. Ahora tiene bares y restaurantes, lugares para conciertos y estadios, tiendas de café, un múltiplex y un estadio de béisbol. También puedes hacer viajes en bote, en un canal que corre entre dos filas de edificios, como un río en el fondo de un cañón. Los viajes en bote no son realmente emocionantes, pero las chicas a veces pensamos que son románticos. Todo lo que tengo que hacer es buscar una manera de que Sugar y Quinn se metan en un bote juntas mientras yo dirijo a Tina a algún otro lugar.
Me aseguro de que las otras chicas tengan cerveza mientras conducimos hacía allá y luego navegamos de abajo a arriba pasando los bares y restaurantes. Al principio, Quinn está medio callada. Es una de esas personas que pueden parecer tímidas al principio, pero una vez que la conoces, es divertidísima. Es una absoluta maestra haciendo imitaciones – de estrellas de cine, maestros, otros chicos de la escuela―. Una vez que logro que empiece a hacer algo, las chicas la adoran. Hace un muerto en Denver Quigley que hace que Sugar ría tanto que parece como si su cara se fuera a caer.
―Oigan, vamos a los viajes en bote ―digo, como si se me acabara de ocurrir. Tampoco lo tengo que decir dos veces, las chicas están totalmente de acuerdo.
Después de encontrar un lugar para estacionar que está como un millón de metros lejos del canal, tomamos una caminata, burlándonos de la gente, y, en general, riéndonos todo el camino. Cuando llegamos al lugar donde los viajes en bote comienzan, le digo a Quinn que compre un par de boletos, uno para ella, y uno para Sugar, pero cuando llego a la ventana, digo:
―Espera un minuto. Dejé mi billetera en el auto.
La estúpida de Quinn se presenta voluntaria para prestarme un poco de dinero, pero yo digo:
―No amiga. Ustedes dos adelántense. No me gusta la idea de que mi billetera esté sobre el asiento de mi auto, en un estacionamiento oscuro. Nos volvemos a ver aquí en treinta minutos.
Me echa una mirada sospechosa, pero ya es demasiado tarde. El bote se está preparando para irse. Sugar quiere que Tina vaya con ellas, pero yo la tomo del brazo y digo:
―No irás. No voy a caminar todo el camino de regreso yo sola.
Les decimos Bon Voyage mientras el bote comienza a salir, y sí que lucen bien juntas, a pesar de que ella es como diez centímetros más baja que Quinn. Después de que se van, me presento voluntario para comprarle un helado a Tina, y ella dice:
―Pensé que habías olvidado tu cartera.
Y yo digo:
―Acabo de recordar que la tengo en el otro bolsillo.
Me mira y gruñe:
―Eres malvada.
―No soy malvada, soy Cupido. Hacen una linda pareja ¿no crees? ―Sí ―dice―, lo creo.
De camino a comprar nuestros helados, cambiamos de parecer y decidimos ir a un bar. Después de tratar en cuatro lugares y que todos nos rechacen, me figuro que no hay nada que hacer más que volver al auto, conseguir un par de cervezas, y beberlas en los Jardines Botánicos.
―¿Es seguro ir hacía allá al caer la noche? ―pregunta Tina. ―Oye ―le digo―, estás conmigo.
Cargo cuatro cervezas en una bolsa de plástico, y nos vamos a los jardines. Está hermoso aquí afuera. El clima es como para usar una chaqueta ligera. Las luces de la ciudad están brillando sobre nosotros, y el peso de la cerveza se siente muy satisfactorio, como una promesa de abundancia.
Lo único malo de estar aquí abajo en las noches es que es muy probable que te topes con un méndigo, y desde luego, lo hacemos. Tina toma mi brazo y se para un poco detrás de mí, pero no hay nada que temer con este tipo. Tiene la típica gorra descolorida, ropas de una tienda barata que podrían soportar una buena lavada, y un rostro que parece hecho de las pieles un guante viejo de cátcher.
Le doy cinco dólares, y parece agradecido hasta el infierno, tocando la punta de su gorra y mirándome como si fuera una especie de señora joven o algo así. Después de que se aleja, cojeando, Tina dice que no cree que yo debería darle dinero.
―Solamente se va a comprar licor con eso ―dice.
―Bien por él.
―Igual podrías haberle dado una cerveza.
―¿Estás bromeando? Aquí sólo tenemos dos por cabeza. Deja que se vaya a comprar la suya.
Los Jardines Botánicos consisten en una serie de caminos que serpentean alrededor de un montón de diferentes tipos de árboles y plantas, y que cruzan pequeños arroyos y estanques. En un extremo, tienes el Puente de Cristal, que no es solamente un puente, sino un gran invernadero cilíndrico para las plantas más exóticas. Incluso tienen una de esas grandes plantas apestosas, que solamente florecen como cada tres años o algo así y que huelen como a cadáver descomponiéndose. En realidad nunca he estado en los Jardines al caer la noche, pero cuando estás con alguien, siempre es mejor actuar como si tuvieras mucha experiencia con todo, no para impresionarle, solamente para asegurarte de que se sienta segura.
Así que estamos caminando juntas, bebiendo cerveza y hablando, y ella comienza con lo del asunto de su mamá y su padrastro, Kerwin.
―¿Kerwin? ―le digo―. ¿Te refieres a qué su nombre de verdad es Kerwin?
Ella dice:
―¿Puedes creerlo?
Al principio la historia es divertida. Kerwin es realmente un personaje. Por una parte, es un gran patán, sólo se afeita como dos veces a la semana, se sienta a ver Food Network en ropa interior, se despega los calcetines y los arroja en la dirección general del baño, y se tira pedos cuando las amigas de Tina pasan por la habitación. Incluso es conocido por comer viendo tv mientras esta en el baño.
―No lo sé ―digo―. Creo que me agrada.
―No lo haría si tuvieras que vivir con él ―dice ella, mientras toma un trago.
―Mi padrastro es un maldito robot.
―Kerwin no era malo al principio. Supongo que sí me agradaba entonces. Se casaron cuando yo tenía nueve, así que supongo que pensaba que era divertido que fuera un poco estrafalario. Mi mamá, él y mi hermana pequeña se acostaban en la cama, y él nos contaba historias, y luego decía: “Pongan su cabeza debajo de las sábanas, voy a escupir en el aire”. Y cuando metíamos nuestras cabezas, él se tiraba un pedo. Asqueaba a mi mamá, pero mi hermana y yo soltábamos risitas como si fuera lo más divertido del mundo. Supongo que cuando era pequeña pensaba que era un gran tipo. Aparte de los pedos, hacía reír a mi mamá. Éramos bastante felices.
Hay un pequeño anfiteatro junto al Puente de Cristal que mira hacia abajo, al escenario en medio de un estanque. Bajamos unas pocas filas, y nos sentamos con nuestras cervezas.
―¿Y qué pasó? ―pregunto―. ¿Demasiados pedos?
Se ríe.
―Más que demasiados. ―Hace una pausa y mira hacia el escenario vacío―. Pero en realidad son los analgésicos.
―¿Analgésicos? ¿Cómo qué? ¿Vicodin o algo así?
―Peor que eso. OxyContin.
―Amiga, eso sí que está fuerte.
―Dímelo a mí. Al principio sólo empezó con Loritaba. Su cuello solía matarlo después de que estuvo en un accidente de auto. Ahora tiene un alcetín lleno de OxyContin en su cómoda, como si mi mamá y yo no lo supiéramos. Ya ni siquiera se trata del dolor.
―No lo sé ―digo―. Hay más tipos de dolor que sólo el físico, ¿sabes?
―Supongo. No tiene ningún dominio de sí mismo. Come mucho, bebe mucho, se tira muchos pedos. Toma mucho OxyContin y va tropezando por la casa, murmurando cosas que no puedes entender, y tratando de abrazarte y de besarte.
―¿Te refieres a qué realmente te trata de besar, con lengua y todo?
Hace una cara de asco.
―¡Puaj, no! Es más como si pensara que todavía tengo nueve y trata de besarme en la mejilla y trata de pelear conmigo como solíamos hacer.
―Tal vez te quiere.
―Por favor. Solamente es un desastre. No puede mantener un trabajo. Se desmaya en la puerta del baño. En el cumpleaños de mi mamá se levantó y trató de cocinar el desayuno para ella y casi quema la casa. Esa fue básicamente la gota que derramó el vaso.
―Es una lástima.
―Nada dura para siempre ―dice y su voz se quiebra ligeramente―. Piensas que sí. Piensas: “Aquí hay algo a lo que me puedo aferrar”. Pero termina escurriéndose de tus manos.
Obviamente no está tan contenta por esta separación como finge que lo está. Tal vez no quiera admitirlo, pero sé que todavía tiene un lugar en su corazón para el viejo pedorro.
―Por eso nunca me voy a casar ―dice―. ¿Cuál es el punto?
Una gran lágrima se escurre por el borde de su ojo. No pensé que hubiera bebido lo suficiente para llegar a la etapa del llanto, pero tal vez no se necesitan tantas cervezas cuando tus emociones se sienten en carne viva, en primer lugar.
Quiero consolarla. Quiero decirle: “Seguro que las cosas duran. Encontrarás a un gran tipo, a alguien que no sea tan pedorro, y te casarás, y durará para siempre.” Pero incluso yo no me creo ese cuento de hadas.
Así que le digo:
―Tienes razón. Nada dura para siempre. Y no hay nada a lo que te puedas aferrar. Ni una sola cosa. Pero eso está bien. De verdad que está bien. Es como la gente vieja que se muere. Tienen que morirse para que haya lugar para los bebés. No querrías que el mundo se inundara de viejitos ¿o sí? Piensa en qué obstruido se pondría el tráfico. Todos estos conductores ancianos y marchitos con sus enormes sombras encima, yendo por ahí en sus BuickLeSabres de cuatro puertas, que tienen 20 años de antigüedad, a una velocidad de tres kilómetros por hora. Pisando accidentalmente en el acelerador, en vez del freno y acabando en la ventana de vidrio de la farmacia.
Se ríe con eso, pero es una risa que se quiebra tristemente.
―De verdad ―le digo―. No quieres que las cosas duren para siempre. Mira a mis padres. Si siguieran casados, mi padre, mi verdadero padre, seguiría atrapado en esa pequeña caja de dos habitaciones en la que vivíamos. Seguiría sacando su sudor todos los días mientras juntaba casas. En vez de eso, ahora es como súper exitoso. ¿Ves el edifico Chase de por allá? ¿El más alto?
Asiente y toma un trago.
―La oficina de mi papá está casi en la cima. ¿Ves esa única ventana iluminada allí arriba, en el medio? Ese es él, quemando el viejo aceite de la medianoche.
―¡Guau! ―dice―. ¿Alguna vez subes allá arriba?
―Seguro que sí. Todo el tiempo. Puedes ver todo hasta Norman desde allí arriba.
―Tal vez deberíamos ir ahora mismo.
―No, no ahora mismo. Está demasiado ocupado. Tengo que hacer citas para verlo yo mismo.
―¿A qué se dedica?
―Altas finanzas. Un acuerdo después del otro.
Ambas nos sentamos y miramos fijamente a la luz en el último piso del edificio más alto de la Ciudad de Oklahoma. La noche se está poniendo más fría, y algo hace un ruido en la oscuridad. Tina se agarra de mi brazo.
―¿Qué fue eso?
―Nada ―le digo. Pero por alguna razón, me estoy sintiendo vulnerable, como si quizá algo realmente malvado pudiera estar trepando sobre nosotros. Una horda de babosos zombies estrafalarios, o incluso algo peor. Algo para lo que ni siquiera tengo un nombre.
―Tal vez deberíamos regresar ―dice.
―Sí, probablemente ya sea hora.
Bricktown es el distrito del entretenimiento en la Ciudad de Oklahoma. Recibe su nombre por todos los edificios de ladrillos e incluso las calles de ladrillos. Solía ser un distrito de almacenes o algo así. Ahora tiene bares y restaurantes, lugares para conciertos y estadios, tiendas de café, un múltiplex y un estadio de béisbol. También puedes hacer viajes en bote, en un canal que corre entre dos filas de edificios, como un río en el fondo de un cañón. Los viajes en bote no son realmente emocionantes, pero las chicas a veces pensamos que son románticos. Todo lo que tengo que hacer es buscar una manera de que Sugar y Quinn se metan en un bote juntas mientras yo dirijo a Tina a algún otro lugar.
Me aseguro de que las otras chicas tengan cerveza mientras conducimos hacía allá y luego navegamos de abajo a arriba pasando los bares y restaurantes. Al principio, Quinn está medio callada. Es una de esas personas que pueden parecer tímidas al principio, pero una vez que la conoces, es divertidísima. Es una absoluta maestra haciendo imitaciones – de estrellas de cine, maestros, otros chicos de la escuela―. Una vez que logro que empiece a hacer algo, las chicas la adoran. Hace un muerto en Denver Quigley que hace que Sugar ría tanto que parece como si su cara se fuera a caer.
―Oigan, vamos a los viajes en bote ―digo, como si se me acabara de ocurrir. Tampoco lo tengo que decir dos veces, las chicas están totalmente de acuerdo.
Después de encontrar un lugar para estacionar que está como un millón de metros lejos del canal, tomamos una caminata, burlándonos de la gente, y, en general, riéndonos todo el camino. Cuando llegamos al lugar donde los viajes en bote comienzan, le digo a Quinn que compre un par de boletos, uno para ella, y uno para Sugar, pero cuando llego a la ventana, digo:
―Espera un minuto. Dejé mi billetera en el auto.
La estúpida de Quinn se presenta voluntaria para prestarme un poco de dinero, pero yo digo:
―No amiga. Ustedes dos adelántense. No me gusta la idea de que mi billetera esté sobre el asiento de mi auto, en un estacionamiento oscuro. Nos volvemos a ver aquí en treinta minutos.
Me echa una mirada sospechosa, pero ya es demasiado tarde. El bote se está preparando para irse. Sugar quiere que Tina vaya con ellas, pero yo la tomo del brazo y digo:
―No irás. No voy a caminar todo el camino de regreso yo sola.
Les decimos Bon Voyage mientras el bote comienza a salir, y sí que lucen bien juntas, a pesar de que ella es como diez centímetros más baja que Quinn. Después de que se van, me presento voluntario para comprarle un helado a Tina, y ella dice:
―Pensé que habías olvidado tu cartera.
Y yo digo:
―Acabo de recordar que la tengo en el otro bolsillo.
Me mira y gruñe:
―Eres malvada.
―No soy malvada, soy Cupido. Hacen una linda pareja ¿no crees? ―Sí ―dice―, lo creo.
De camino a comprar nuestros helados, cambiamos de parecer y decidimos ir a un bar. Después de tratar en cuatro lugares y que todos nos rechacen, me figuro que no hay nada que hacer más que volver al auto, conseguir un par de cervezas, y beberlas en los Jardines Botánicos.
―¿Es seguro ir hacía allá al caer la noche? ―pregunta Tina. ―Oye ―le digo―, estás conmigo.
Cargo cuatro cervezas en una bolsa de plástico, y nos vamos a los jardines. Está hermoso aquí afuera. El clima es como para usar una chaqueta ligera. Las luces de la ciudad están brillando sobre nosotros, y el peso de la cerveza se siente muy satisfactorio, como una promesa de abundancia.
Lo único malo de estar aquí abajo en las noches es que es muy probable que te topes con un méndigo, y desde luego, lo hacemos. Tina toma mi brazo y se para un poco detrás de mí, pero no hay nada que temer con este tipo. Tiene la típica gorra descolorida, ropas de una tienda barata que podrían soportar una buena lavada, y un rostro que parece hecho de las pieles un guante viejo de cátcher.
Le doy cinco dólares, y parece agradecido hasta el infierno, tocando la punta de su gorra y mirándome como si fuera una especie de señora joven o algo así. Después de que se aleja, cojeando, Tina dice que no cree que yo debería darle dinero.
―Solamente se va a comprar licor con eso ―dice.
―Bien por él.
―Igual podrías haberle dado una cerveza.
―¿Estás bromeando? Aquí sólo tenemos dos por cabeza. Deja que se vaya a comprar la suya.
Los Jardines Botánicos consisten en una serie de caminos que serpentean alrededor de un montón de diferentes tipos de árboles y plantas, y que cruzan pequeños arroyos y estanques. En un extremo, tienes el Puente de Cristal, que no es solamente un puente, sino un gran invernadero cilíndrico para las plantas más exóticas. Incluso tienen una de esas grandes plantas apestosas, que solamente florecen como cada tres años o algo así y que huelen como a cadáver descomponiéndose. En realidad nunca he estado en los Jardines al caer la noche, pero cuando estás con alguien, siempre es mejor actuar como si tuvieras mucha experiencia con todo, no para impresionarle, solamente para asegurarte de que se sienta segura.
Así que estamos caminando juntas, bebiendo cerveza y hablando, y ella comienza con lo del asunto de su mamá y su padrastro, Kerwin.
―¿Kerwin? ―le digo―. ¿Te refieres a qué su nombre de verdad es Kerwin?
Ella dice:
―¿Puedes creerlo?
Al principio la historia es divertida. Kerwin es realmente un personaje. Por una parte, es un gran patán, sólo se afeita como dos veces a la semana, se sienta a ver Food Network en ropa interior, se despega los calcetines y los arroja en la dirección general del baño, y se tira pedos cuando las amigas de Tina pasan por la habitación. Incluso es conocido por comer viendo tv mientras esta en el baño.
―No lo sé ―digo―. Creo que me agrada.
―No lo haría si tuvieras que vivir con él ―dice ella, mientras toma un trago.
―Mi padrastro es un maldito robot.
―Kerwin no era malo al principio. Supongo que sí me agradaba entonces. Se casaron cuando yo tenía nueve, así que supongo que pensaba que era divertido que fuera un poco estrafalario. Mi mamá, él y mi hermana pequeña se acostaban en la cama, y él nos contaba historias, y luego decía: “Pongan su cabeza debajo de las sábanas, voy a escupir en el aire”. Y cuando metíamos nuestras cabezas, él se tiraba un pedo. Asqueaba a mi mamá, pero mi hermana y yo soltábamos risitas como si fuera lo más divertido del mundo. Supongo que cuando era pequeña pensaba que era un gran tipo. Aparte de los pedos, hacía reír a mi mamá. Éramos bastante felices.
Hay un pequeño anfiteatro junto al Puente de Cristal que mira hacia abajo, al escenario en medio de un estanque. Bajamos unas pocas filas, y nos sentamos con nuestras cervezas.
―¿Y qué pasó? ―pregunto―. ¿Demasiados pedos?
Se ríe.
―Más que demasiados. ―Hace una pausa y mira hacia el escenario vacío―. Pero en realidad son los analgésicos.
―¿Analgésicos? ¿Cómo qué? ¿Vicodin o algo así?
―Peor que eso. OxyContin.
―Amiga, eso sí que está fuerte.
―Dímelo a mí. Al principio sólo empezó con Loritaba. Su cuello solía matarlo después de que estuvo en un accidente de auto. Ahora tiene un alcetín lleno de OxyContin en su cómoda, como si mi mamá y yo no lo supiéramos. Ya ni siquiera se trata del dolor.
―No lo sé ―digo―. Hay más tipos de dolor que sólo el físico, ¿sabes?
―Supongo. No tiene ningún dominio de sí mismo. Come mucho, bebe mucho, se tira muchos pedos. Toma mucho OxyContin y va tropezando por la casa, murmurando cosas que no puedes entender, y tratando de abrazarte y de besarte.
―¿Te refieres a qué realmente te trata de besar, con lengua y todo?
Hace una cara de asco.
―¡Puaj, no! Es más como si pensara que todavía tengo nueve y trata de besarme en la mejilla y trata de pelear conmigo como solíamos hacer.
―Tal vez te quiere.
―Por favor. Solamente es un desastre. No puede mantener un trabajo. Se desmaya en la puerta del baño. En el cumpleaños de mi mamá se levantó y trató de cocinar el desayuno para ella y casi quema la casa. Esa fue básicamente la gota que derramó el vaso.
―Es una lástima.
―Nada dura para siempre ―dice y su voz se quiebra ligeramente―. Piensas que sí. Piensas: “Aquí hay algo a lo que me puedo aferrar”. Pero termina escurriéndose de tus manos.
Obviamente no está tan contenta por esta separación como finge que lo está. Tal vez no quiera admitirlo, pero sé que todavía tiene un lugar en su corazón para el viejo pedorro.
―Por eso nunca me voy a casar ―dice―. ¿Cuál es el punto?
Una gran lágrima se escurre por el borde de su ojo. No pensé que hubiera bebido lo suficiente para llegar a la etapa del llanto, pero tal vez no se necesitan tantas cervezas cuando tus emociones se sienten en carne viva, en primer lugar.
Quiero consolarla. Quiero decirle: “Seguro que las cosas duran. Encontrarás a un gran tipo, a alguien que no sea tan pedorro, y te casarás, y durará para siempre.” Pero incluso yo no me creo ese cuento de hadas.
Así que le digo:
―Tienes razón. Nada dura para siempre. Y no hay nada a lo que te puedas aferrar. Ni una sola cosa. Pero eso está bien. De verdad que está bien. Es como la gente vieja que se muere. Tienen que morirse para que haya lugar para los bebés. No querrías que el mundo se inundara de viejitos ¿o sí? Piensa en qué obstruido se pondría el tráfico. Todos estos conductores ancianos y marchitos con sus enormes sombras encima, yendo por ahí en sus BuickLeSabres de cuatro puertas, que tienen 20 años de antigüedad, a una velocidad de tres kilómetros por hora. Pisando accidentalmente en el acelerador, en vez del freno y acabando en la ventana de vidrio de la farmacia.
Se ríe con eso, pero es una risa que se quiebra tristemente.
―De verdad ―le digo―. No quieres que las cosas duren para siempre. Mira a mis padres. Si siguieran casados, mi padre, mi verdadero padre, seguiría atrapado en esa pequeña caja de dos habitaciones en la que vivíamos. Seguiría sacando su sudor todos los días mientras juntaba casas. En vez de eso, ahora es como súper exitoso. ¿Ves el edifico Chase de por allá? ¿El más alto?
Asiente y toma un trago.
―La oficina de mi papá está casi en la cima. ¿Ves esa única ventana iluminada allí arriba, en el medio? Ese es él, quemando el viejo aceite de la medianoche.
―¡Guau! ―dice―. ¿Alguna vez subes allá arriba?
―Seguro que sí. Todo el tiempo. Puedes ver todo hasta Norman desde allí arriba.
―Tal vez deberíamos ir ahora mismo.
―No, no ahora mismo. Está demasiado ocupado. Tengo que hacer citas para verlo yo mismo.
―¿A qué se dedica?
―Altas finanzas. Un acuerdo después del otro.
Ambas nos sentamos y miramos fijamente a la luz en el último piso del edificio más alto de la Ciudad de Oklahoma. La noche se está poniendo más fría, y algo hace un ruido en la oscuridad. Tina se agarra de mi brazo.
―¿Qué fue eso?
―Nada ―le digo. Pero por alguna razón, me estoy sintiendo vulnerable, como si quizá algo realmente malvado pudiera estar trepando sobre nosotros. Una horda de babosos zombies estrafalarios, o incluso algo peor. Algo para lo que ni siquiera tengo un nombre.
―Tal vez deberíamos regresar ―dice.
―Sí, probablemente ya sea hora.
gleek_undercover***** - Mensajes : 207
Fecha de inscripción : 26/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
no imagino a sugar con quinn!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Hola! Buenos caps aunque yo tampoco visualizo a Quinn con Sugar pero va entretenida la historia. Aún me pregunto dónde y cuando conocerá a Britt. Saludos!
Dolomiti- - Mensajes : 1406
Fecha de inscripción : 05/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Hola leí sus comentarios y si, yo tampoco veo a Quinn con Sugar, pero será algo... interesante(?, aún faltan un par de capítulos para ver a Britt, pero ya lo hará, les dejo dos capítulos, espero les guste, saludos!
*******************
Capítulo 8
Capítulo 8
Nos demoramos un poco en regresar al canal, pero Quinn no está para nada enojada. Sugar y ella están sentadas hombro a hombro en una cerca, con vista al agua, sonriendo como un par de niñas de primaria en un espectáculo de marionetas. A ninguna de las dos podría importarle menos si regresamos alguna vez.
En el viaje de vuelta, Sugar habla más de lo que la he oído hablar antes, realmente animada. Habla y habla sobre como Quinn hizo su propia narración graciosísima del viaje en bote, como si fuera una atracción de Disneylandia, y como se inventó historias para todas las personas que pasaban a su lado. La hizo reír tanto que pensó que iba a vomitar. Desde luego, inventar historias para las personas es una rutina normal para mí y para Quinn, y algunas de las cosas que le dijo a Sugar se las copió de mí, pero está bien. Mi plan funciona a la perfección.
Snix lo ha logrado de nuevo.
Para cuando llegamos al auto de Tina, Quinn y Sugar ya se sienten como si fueran una pareja. No es como si Quinn fuera a tomarla para darle un grande y húmedo beso, ahí mismo en el estacionamiento. Aunque tampoco lo arruina.
―Eso fue divertido ―dice―. Hagámoslo de nuevo algún día.
―¡Eso sería genial!―dice ella, toda feliz.
―El próximo viernes sería una ocasión espléndida para hacerlo ―añado. La chica
todavía necesita un poco de mi ayuda para cerrar el trato.
―El viernes sería perfecto ―dice la Sugar―. Supongo que ya hablaremos en la escuela.
―Oh, ella te llamará antes de eso ―digo. Y esta vez ella se pone al día bastante rápido.
―Sí, te llamaré.
Sugar le ofrece una dulce y tímida sonrisita y dice:
―De acuerdo, bien.
Y se agacha para ir al auto de Tina.
Un auto está detenido, aunque con el motor encendido, como quince metros detrás de nosotras, el mismo que venía atrás cuando manejábamos bajando por la Calle Doce, pero todavía no le estoy prestando mucha atención. En su lugar, le doy un amigable abrazo a Tina y le digo que espero que todo le vaya bien a su mamá. Lo siguiente que sé, es que ella envuelve ambos brazos alrededor de mí, apretándome como si fuera un tubo de pasta dental, presionando su mejilla contra mi pecho.
―Me alegro de que nos hayamos encontrado esta noche ―dice―. Gracias por las cervezas, y por escucharme hablar de mis estúpidos problemas, y por, ya sabes, darme consejos y todo eso.
Acaricio su cabello y digo:
―No hay problema.
Entonces es cuando la puerta del auto se cierra con fuerza detrás de mí. Me doy la vuelta y, no lo creerás, pero ahí está Dani. Era el auto de su amigo Elliot el que estuvo detrás de nosotros todo este tiempo.
―Hola, Santana ―dice Dani, y no de una manera amigable.
―Hola ―digo, alejándome de los brazos de Tina―, Dani. ¿Se divirtieron en el cine?
Está ahí, de pie, con los brazos cruzados.
―Obviamente no tanto como tú.
―Humm, sí. Solamente les dimos un par de cervezas a las chicas.
No hay manera de poder explicar mi plan de juntar a Sugar con Quinn, no ahora, no con Sugar sentada en el auto, justo detrás de mí.
Dani pone LA CARA.
―Ajá, seguro. Las vi, acurrucándose juntas, una al lado de la otra.
―No, en serio. La madre de Tina está sacando a su padrastro de la casa, y estaban celebrando, y…
Dani pone una mano en alto para detenerme.
―No lo quiero oír. Todo lo que te pedí que hicieras fue una simple cosa: Que consideres mis sentimientos cuando estés haciendo algo. Eso fue todo lo que pedí, una sola cosa. Pero no lo pudiste hacer ni de cerca.
Ajá. Así que eso era lo que quería que hiciera.
―Seguro que puedo ―le digo―. Puedo hacerlo.
En realidad, no estoy segura de poder hacerlo, pero ahora que sé que es lo que quiere, estoy dispuesta a intentarlo de verdad.
Sin embargo, ella no se lo cree.
―Demasiado tarde, Santana ―Tira de la puerta del auto para abrirla―. Eres una causa perdida.
―No, no lo soy ―digo―, realmente no lo soy.
Pero ella simplemente se sube al auto, azota la puerta y cierra la ventana.
―¿Cuál es su problema? ―pregunta Tina, detrás de mí.
―Altas expectativas ―digo―. Altas expectativas fuera de lugar.
En el viaje de vuelta, Sugar habla más de lo que la he oído hablar antes, realmente animada. Habla y habla sobre como Quinn hizo su propia narración graciosísima del viaje en bote, como si fuera una atracción de Disneylandia, y como se inventó historias para todas las personas que pasaban a su lado. La hizo reír tanto que pensó que iba a vomitar. Desde luego, inventar historias para las personas es una rutina normal para mí y para Quinn, y algunas de las cosas que le dijo a Sugar se las copió de mí, pero está bien. Mi plan funciona a la perfección.
Snix lo ha logrado de nuevo.
Para cuando llegamos al auto de Tina, Quinn y Sugar ya se sienten como si fueran una pareja. No es como si Quinn fuera a tomarla para darle un grande y húmedo beso, ahí mismo en el estacionamiento. Aunque tampoco lo arruina.
―Eso fue divertido ―dice―. Hagámoslo de nuevo algún día.
―¡Eso sería genial!―dice ella, toda feliz.
―El próximo viernes sería una ocasión espléndida para hacerlo ―añado. La chica
todavía necesita un poco de mi ayuda para cerrar el trato.
―El viernes sería perfecto ―dice la Sugar―. Supongo que ya hablaremos en la escuela.
―Oh, ella te llamará antes de eso ―digo. Y esta vez ella se pone al día bastante rápido.
―Sí, te llamaré.
Sugar le ofrece una dulce y tímida sonrisita y dice:
―De acuerdo, bien.
Y se agacha para ir al auto de Tina.
Un auto está detenido, aunque con el motor encendido, como quince metros detrás de nosotras, el mismo que venía atrás cuando manejábamos bajando por la Calle Doce, pero todavía no le estoy prestando mucha atención. En su lugar, le doy un amigable abrazo a Tina y le digo que espero que todo le vaya bien a su mamá. Lo siguiente que sé, es que ella envuelve ambos brazos alrededor de mí, apretándome como si fuera un tubo de pasta dental, presionando su mejilla contra mi pecho.
―Me alegro de que nos hayamos encontrado esta noche ―dice―. Gracias por las cervezas, y por escucharme hablar de mis estúpidos problemas, y por, ya sabes, darme consejos y todo eso.
Acaricio su cabello y digo:
―No hay problema.
Entonces es cuando la puerta del auto se cierra con fuerza detrás de mí. Me doy la vuelta y, no lo creerás, pero ahí está Dani. Era el auto de su amigo Elliot el que estuvo detrás de nosotros todo este tiempo.
―Hola, Santana ―dice Dani, y no de una manera amigable.
―Hola ―digo, alejándome de los brazos de Tina―, Dani. ¿Se divirtieron en el cine?
Está ahí, de pie, con los brazos cruzados.
―Obviamente no tanto como tú.
―Humm, sí. Solamente les dimos un par de cervezas a las chicas.
No hay manera de poder explicar mi plan de juntar a Sugar con Quinn, no ahora, no con Sugar sentada en el auto, justo detrás de mí.
Dani pone LA CARA.
―Ajá, seguro. Las vi, acurrucándose juntas, una al lado de la otra.
―No, en serio. La madre de Tina está sacando a su padrastro de la casa, y estaban celebrando, y…
Dani pone una mano en alto para detenerme.
―No lo quiero oír. Todo lo que te pedí que hicieras fue una simple cosa: Que consideres mis sentimientos cuando estés haciendo algo. Eso fue todo lo que pedí, una sola cosa. Pero no lo pudiste hacer ni de cerca.
Ajá. Así que eso era lo que quería que hiciera.
―Seguro que puedo ―le digo―. Puedo hacerlo.
En realidad, no estoy segura de poder hacerlo, pero ahora que sé que es lo que quiere, estoy dispuesta a intentarlo de verdad.
Sin embargo, ella no se lo cree.
―Demasiado tarde, Santana ―Tira de la puerta del auto para abrirla―. Eres una causa perdida.
―No, no lo soy ―digo―, realmente no lo soy.
Pero ella simplemente se sube al auto, azota la puerta y cierra la ventana.
―¿Cuál es su problema? ―pregunta Tina, detrás de mí.
―Altas expectativas ―digo―. Altas expectativas fuera de lugar.
gleek_undercover***** - Mensajes : 207
Fecha de inscripción : 26/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Capítulo 9
Mi trabajo está bien. Sabes lo que es un trabajo que “está bien”, ¿no es así? Es un trabajo que odias sólo una parte del tiempo, en vez de todo el tiempo. Doblo camisas en la tienda “Ropa Elegante de Hombre del Sr. Leon” en el este. De hecho, doblar Camisas es un trabajo ocupado. Se supone que soy la vendedora, pero los clientes son bastantes escasos, ¿Quién quiere venir a “Sr. Leon” cuando puede ir al centro comercial? El verano pasado teníamos cuatro ubicaciones en la mejor área del metro,pero ahora sólo hay dos. Es solo cuestión de tiempo antes de que “Sr. Leon” se seque y vuele lejos. Muerto y desaparecido.
Como el lugar “Indian Taco” que solía estar al lado.
Pero la falta de clientes no es lo que odio del trabajo. De hecho, temo oír sonar la campana arriba de la puerta. Sí, nosotros seguimos teniendo una de esas campanas arriba de la puerta. “Sr. Leon” tiene dos clases de clientes: tipos viejos que quieren cosas que estaban de moda hace diez años y los jóvenes vendedores de veintiuno-veintidós. Es chistoso, son los tipos jóvenes los que me dan escalofríos repulsivos.
Una vez vi un documental sobre una tribu primitiva en la selva tropical en Sudamérica y ellos eran, como, tan geniales. No vestían nada más que estos pequeñas tapas que apenas cubrían sus asuntos de abajo, las mujeres incluidas, y caminaban por ahí en el bosque, libres y salvajes, tejiendo cestas, disparando a tucanes con cerbatanas, y todo tipo de cosas geniales. Luego la civilización empieza a progresar y la siguiente cosa que sabes es que están vistiendo camisetas holgadas con camisas de poliéster de cuello largo y luciendo como pequeños borrachos. Suficiente para romperte el corazón.
Bueno, eso es a lo que estos tipos jóvenes me recuerdan. Ya sabes, hace un tick del reloj eran adolescentes, libres y salvajes, manejando peligrosamente sus bicicletas, deslizándose debajo de las aceras en sus patinetas, zambulléndose en peñascos rocosos al lago Tenkiller. Ahora, vienen a “Sr. Leon” vistiendo sus trajes de vendedores y sus cuerpos todavía no se han rellenado lo suficiente para lucir bien en ellos, los pantalones en un puño apilándose uno sobre otro, en sus toscos zapatos
y los cuellos de las camisas a tres centímetros de su cuello en la parte de atrás. Tienen el mousse de su cabello funcionando, granos congregándose alrededor de sus narices y bocas por el estrés de estar trabajando en su primer trabajo real y pagando sus propias cuentas.
Y, ¿sabes qué? Es aún más descorazonador que los hombres de la selva porque yo sé que ese es el mundo que me está esperando afuera también. Ya tengo que ponerme los pantalones, las blusas tiesas para trabajar en “Sr. Leon”. El mundo real está llegando, resoplando directo hacia mí como una excavadora dentro de la selva.
Aunque yo puedo vender. Si quisiera, podría convencer a nueve de diez de esos tipos jóvenes para que compren uno de esos trajes de color pastel de los setentas. Se están poniendo de moda de nuevo, diría: Te ves como Burt Reynold. Todo lo que necesitas es un bigote.
Pero eso no es lo que quiero hacer. No quiero pasar mis días molestando personas para que compren cosas que no necesitan. Tal vez si pudiera encontrar algo en lo que creer, algún producto radical que puede que salve la capa de ozono o algo así, sería una vendedora de puta madre entonces.
Pero lo que tengo ahora es “Sr. Leon”. Mi padrastro, Geech, obtuvo el trabajo por mí. Yo quería trabajar en una casa de nueces, pero esos trabajos son muy difíciles de encontrar, y Geech estaba tan orgulloso de sí mismo por tener conexiones en el mundo de los negocios que no podía oír nada de lo que le estaba diciendo. ―Me metí en las ventas cuando tenía catorce ―suelta―. Y tuve mi negocio de suministro de plomería antes de tener treinta y cinco.
Suministro de plomería. ¡Vaya negocio!
De todas formas, doblar camisas me proporciona el suficiente dinero para pagar las cuentas del coche y mantener un fondo de fiestas en el proceso. Además, el trabajo no es tan malo. Sólo tienes que buscar el lado positivo, eso es lo que siempre digo.
Por ejemplo, mi gerente, Bob Lewis, es un gran hombre. Digo, amo a ese hombre. Tiene sueños. Siempre está hablando de cómo se hará rico. Dependiendo de qué día es, está por empezar sus propios seminarios motivacionales para bebes o escribir una obra acerca de dinosauros espaciales o inventar una dieta nueva que involucra el helado de nuez y palitos de pescado.
Tiene todas estas ideas de restaurantes temáticos como lugares donde tienen todos estos platillos de diferentes estados como: Alaskan Al´s, Wisconsin Willie´s, Idaho Ida´s. Creo que la de Idaho no serviría nada más que patatas. Aunque mi restaurante favorito tiene que ser el lugar de mini golf. Habría un diferente platillo que se vería en los diferentes hoyos y el precio dependería de tu puntaje en el juego. Puedo ver a los clientes bastantes llenos al terminar los dieciocho hoyos.
Nunca me canso de sus historias. Le he dicho que se las cuente a otras personas. Pero sé que él nunca hará ninguna de esas cosas, ¿Saben por qué? Porque realmente no le importa volverse rico, a él sólo le importa su familia, su pequeña torpe esposa y sus dos pequeños hijos. Ahí se encuentra su compromiso. Ahí es donde toda su energía va.
Su esposa no es bonita en una forma oficial, pero es hermosa. Es asombroso cuando se aparece por la tienda, su rostro se ilumina, y estoy bastante segura que mi rostro se ilumina al verlos a los dos. Lo mismo es con sus niños, Kelsey and Jake. Tienen cinco y siete años y no pueden esperar a que su padre los levante en el aire y los lance. Él le dice a Kelsey “bollo de mantequilla” y a Jake “patata”. Cada vez que ellos se van de la tienda, voy y le digo: ―Bob, ¿por qué no me adoptas?
De todos modos, ya que Bob es el mejor de los esposos y hombres de familia, supuse que debería tener un consejo decente para aplicar sobre todo el fiasco de Dani. Ya es un poco tarde, y ningún cliente ha caminado por nuestra puerta en dos horas, así que estamos sentados alrededor de nuestra máquina de palomitas, cazando la brisa. Bob viste una de sus usuales playeras almidonadas que muestra sus manchas de sudor como siempre a esta hora del día. Tiene la mirada de un tipo que probablemente tenía ese atlético cuerpo en algún momento, mucho antes de que empezara a ordenar el bistec de pollo frito de su esposa.
Por supuesto, le he puesto sólo un poco de whisky a mi lata de 7UP, pero Bob no sabe nada acerca de eso. Solía hacerlo, a él no le importa si medico mis bebidas de vez en cuando, siempre y cuando sea tarde en el día. Pero supongo que un viejo cliente lo olió en mi aliento y se quejó.
Ahora voy a cubrirlo con esto para evitar poner a Bob en una posición incómoda.
―Creo que no hay mucho que yo pueda hacer ahora ―le digo acerca de la situación de Dani―. Ella ya se ha decidido, c´est la vie.
―No te rindas tan rápido ―dice.
―¿Por qué no? Hay otras chicas allá fuera. Tengo mis ojos en Elaine Johnson. De cabello café claro, piernas largas de porcelana. Ella es un poco reina de hielo, diva de departamento, pero eso sólo significa que nadie más la ha invitado a salir, ellos están muy intimidados. Aunque yo no. Yo sólo miraré en esa dirección y no volveré la mirada atrás.
Bob mueve su cabeza. ―Eso es lo que dices, pero te apuesto cien dólares que eso no es lo que sientes. Sólo admítelo. Quieres a Dani de vuelta. Ella es especial. A decir verdad, yo pensaba que ella sería la que quizá te sacaría de lo neutral.
―¿De qué estás hablando? No estoy atascada en lo neutral. Estoy en la quinta velocidad.
―Sí, claro, ¿al menos trataste de hablar con ella?
―Seguro, le expliqué todo el asunto. Digo, ella no contestó el teléfono ni nada, pero yo dejé un largo mensaje esa misma noche, completamente detallado, y para añadirle más le mandé un e-mail. No recibí nada de vuelta. Cero. El gran huevo de ornitorrinco. Digo, en la escuela ella pasa derecho como si yo fuera la mujer invisible original.
―¿La seguiste?
―No, yo no soy un cachorro.
―¿Le pediste disculpas?
―No realmente. Sólo le expliqué que le estaba haciendo un favor a Quinn, lo que funcionó espléndidamente, por cierto, ya que saldrá con Sugar este viernes. Como yo lo veo, no tengo nada por lo cual disculparme. Es solo un malentendido.
Bob mueve su mano hacia mí. ―Eso no importa. Nunca duele el disculparse. No me importa si ella es la que hizo algo que a ti no te gustó, ve y discúlpate. Es el sacrificio de esto. Eso es lo que demuestra que la amas.
―Sí ―digo―, pero después ella pondrá una correa alrededor de mi cuello.
―Tienes que dejar de pensar de esa manera. No te preocupes acerca de quién tiene el poder en la relación todo el tiempo. Si tú la haces feliz, entonces ese es el más grande poder que puedes tener.
―Mmm ―digo―, nunca lo pensé de esa manera.
Bob realmente dice muy buenos puntos. No sé qué tan efectivo sería motivando bebes, pero haría un trabajo tremendo aconsejando sobre amor a adolescentes.
―Mi consejo ―dice―, es ir con ella esta tarde. No le llames ni le mandes un mensaje. No le mandes un e-mail. Sólo ve con ella en persona, ¿cuál es su tipo favorito de flores?
―No sé.
Me hace un gesto de decepción con la cabeza.
―Entonces sólo tráele unas rosas. Dile que estabas mal. Pero no hagas todas estas promesas acerca de que nunca lo harás de nuevo. En vez de eso dile que has estado pensando en lo que ella debe haber sentido cuando vio a esa otra chica abrazándote. De esa forma ella empezara a hablarte de sus sentimientos. Entonces tú tienes que escuchar atentamente. Déjale saber que sus sentimientos son importantes para ti. Eso era todo lo que ella quería de ti en primer lugar.
―Maldita sea Bob ―digo―, eso es bueno. Eso es realmente bueno. Tú deberías ser Oprah. No estoy bromeando.
―Estoy pensando en escribir un libro.
Como el lugar “Indian Taco” que solía estar al lado.
Pero la falta de clientes no es lo que odio del trabajo. De hecho, temo oír sonar la campana arriba de la puerta. Sí, nosotros seguimos teniendo una de esas campanas arriba de la puerta. “Sr. Leon” tiene dos clases de clientes: tipos viejos que quieren cosas que estaban de moda hace diez años y los jóvenes vendedores de veintiuno-veintidós. Es chistoso, son los tipos jóvenes los que me dan escalofríos repulsivos.
Una vez vi un documental sobre una tribu primitiva en la selva tropical en Sudamérica y ellos eran, como, tan geniales. No vestían nada más que estos pequeñas tapas que apenas cubrían sus asuntos de abajo, las mujeres incluidas, y caminaban por ahí en el bosque, libres y salvajes, tejiendo cestas, disparando a tucanes con cerbatanas, y todo tipo de cosas geniales. Luego la civilización empieza a progresar y la siguiente cosa que sabes es que están vistiendo camisetas holgadas con camisas de poliéster de cuello largo y luciendo como pequeños borrachos. Suficiente para romperte el corazón.
Bueno, eso es a lo que estos tipos jóvenes me recuerdan. Ya sabes, hace un tick del reloj eran adolescentes, libres y salvajes, manejando peligrosamente sus bicicletas, deslizándose debajo de las aceras en sus patinetas, zambulléndose en peñascos rocosos al lago Tenkiller. Ahora, vienen a “Sr. Leon” vistiendo sus trajes de vendedores y sus cuerpos todavía no se han rellenado lo suficiente para lucir bien en ellos, los pantalones en un puño apilándose uno sobre otro, en sus toscos zapatos
y los cuellos de las camisas a tres centímetros de su cuello en la parte de atrás. Tienen el mousse de su cabello funcionando, granos congregándose alrededor de sus narices y bocas por el estrés de estar trabajando en su primer trabajo real y pagando sus propias cuentas.
Y, ¿sabes qué? Es aún más descorazonador que los hombres de la selva porque yo sé que ese es el mundo que me está esperando afuera también. Ya tengo que ponerme los pantalones, las blusas tiesas para trabajar en “Sr. Leon”. El mundo real está llegando, resoplando directo hacia mí como una excavadora dentro de la selva.
Aunque yo puedo vender. Si quisiera, podría convencer a nueve de diez de esos tipos jóvenes para que compren uno de esos trajes de color pastel de los setentas. Se están poniendo de moda de nuevo, diría: Te ves como Burt Reynold. Todo lo que necesitas es un bigote.
Pero eso no es lo que quiero hacer. No quiero pasar mis días molestando personas para que compren cosas que no necesitan. Tal vez si pudiera encontrar algo en lo que creer, algún producto radical que puede que salve la capa de ozono o algo así, sería una vendedora de puta madre entonces.
Pero lo que tengo ahora es “Sr. Leon”. Mi padrastro, Geech, obtuvo el trabajo por mí. Yo quería trabajar en una casa de nueces, pero esos trabajos son muy difíciles de encontrar, y Geech estaba tan orgulloso de sí mismo por tener conexiones en el mundo de los negocios que no podía oír nada de lo que le estaba diciendo. ―Me metí en las ventas cuando tenía catorce ―suelta―. Y tuve mi negocio de suministro de plomería antes de tener treinta y cinco.
Suministro de plomería. ¡Vaya negocio!
De todas formas, doblar camisas me proporciona el suficiente dinero para pagar las cuentas del coche y mantener un fondo de fiestas en el proceso. Además, el trabajo no es tan malo. Sólo tienes que buscar el lado positivo, eso es lo que siempre digo.
Por ejemplo, mi gerente, Bob Lewis, es un gran hombre. Digo, amo a ese hombre. Tiene sueños. Siempre está hablando de cómo se hará rico. Dependiendo de qué día es, está por empezar sus propios seminarios motivacionales para bebes o escribir una obra acerca de dinosauros espaciales o inventar una dieta nueva que involucra el helado de nuez y palitos de pescado.
Tiene todas estas ideas de restaurantes temáticos como lugares donde tienen todos estos platillos de diferentes estados como: Alaskan Al´s, Wisconsin Willie´s, Idaho Ida´s. Creo que la de Idaho no serviría nada más que patatas. Aunque mi restaurante favorito tiene que ser el lugar de mini golf. Habría un diferente platillo que se vería en los diferentes hoyos y el precio dependería de tu puntaje en el juego. Puedo ver a los clientes bastantes llenos al terminar los dieciocho hoyos.
Nunca me canso de sus historias. Le he dicho que se las cuente a otras personas. Pero sé que él nunca hará ninguna de esas cosas, ¿Saben por qué? Porque realmente no le importa volverse rico, a él sólo le importa su familia, su pequeña torpe esposa y sus dos pequeños hijos. Ahí se encuentra su compromiso. Ahí es donde toda su energía va.
Su esposa no es bonita en una forma oficial, pero es hermosa. Es asombroso cuando se aparece por la tienda, su rostro se ilumina, y estoy bastante segura que mi rostro se ilumina al verlos a los dos. Lo mismo es con sus niños, Kelsey and Jake. Tienen cinco y siete años y no pueden esperar a que su padre los levante en el aire y los lance. Él le dice a Kelsey “bollo de mantequilla” y a Jake “patata”. Cada vez que ellos se van de la tienda, voy y le digo: ―Bob, ¿por qué no me adoptas?
De todos modos, ya que Bob es el mejor de los esposos y hombres de familia, supuse que debería tener un consejo decente para aplicar sobre todo el fiasco de Dani. Ya es un poco tarde, y ningún cliente ha caminado por nuestra puerta en dos horas, así que estamos sentados alrededor de nuestra máquina de palomitas, cazando la brisa. Bob viste una de sus usuales playeras almidonadas que muestra sus manchas de sudor como siempre a esta hora del día. Tiene la mirada de un tipo que probablemente tenía ese atlético cuerpo en algún momento, mucho antes de que empezara a ordenar el bistec de pollo frito de su esposa.
Por supuesto, le he puesto sólo un poco de whisky a mi lata de 7UP, pero Bob no sabe nada acerca de eso. Solía hacerlo, a él no le importa si medico mis bebidas de vez en cuando, siempre y cuando sea tarde en el día. Pero supongo que un viejo cliente lo olió en mi aliento y se quejó.
Ahora voy a cubrirlo con esto para evitar poner a Bob en una posición incómoda.
―Creo que no hay mucho que yo pueda hacer ahora ―le digo acerca de la situación de Dani―. Ella ya se ha decidido, c´est la vie.
―No te rindas tan rápido ―dice.
―¿Por qué no? Hay otras chicas allá fuera. Tengo mis ojos en Elaine Johnson. De cabello café claro, piernas largas de porcelana. Ella es un poco reina de hielo, diva de departamento, pero eso sólo significa que nadie más la ha invitado a salir, ellos están muy intimidados. Aunque yo no. Yo sólo miraré en esa dirección y no volveré la mirada atrás.
Bob mueve su cabeza. ―Eso es lo que dices, pero te apuesto cien dólares que eso no es lo que sientes. Sólo admítelo. Quieres a Dani de vuelta. Ella es especial. A decir verdad, yo pensaba que ella sería la que quizá te sacaría de lo neutral.
―¿De qué estás hablando? No estoy atascada en lo neutral. Estoy en la quinta velocidad.
―Sí, claro, ¿al menos trataste de hablar con ella?
―Seguro, le expliqué todo el asunto. Digo, ella no contestó el teléfono ni nada, pero yo dejé un largo mensaje esa misma noche, completamente detallado, y para añadirle más le mandé un e-mail. No recibí nada de vuelta. Cero. El gran huevo de ornitorrinco. Digo, en la escuela ella pasa derecho como si yo fuera la mujer invisible original.
―¿La seguiste?
―No, yo no soy un cachorro.
―¿Le pediste disculpas?
―No realmente. Sólo le expliqué que le estaba haciendo un favor a Quinn, lo que funcionó espléndidamente, por cierto, ya que saldrá con Sugar este viernes. Como yo lo veo, no tengo nada por lo cual disculparme. Es solo un malentendido.
Bob mueve su mano hacia mí. ―Eso no importa. Nunca duele el disculparse. No me importa si ella es la que hizo algo que a ti no te gustó, ve y discúlpate. Es el sacrificio de esto. Eso es lo que demuestra que la amas.
―Sí ―digo―, pero después ella pondrá una correa alrededor de mi cuello.
―Tienes que dejar de pensar de esa manera. No te preocupes acerca de quién tiene el poder en la relación todo el tiempo. Si tú la haces feliz, entonces ese es el más grande poder que puedes tener.
―Mmm ―digo―, nunca lo pensé de esa manera.
Bob realmente dice muy buenos puntos. No sé qué tan efectivo sería motivando bebes, pero haría un trabajo tremendo aconsejando sobre amor a adolescentes.
―Mi consejo ―dice―, es ir con ella esta tarde. No le llames ni le mandes un mensaje. No le mandes un e-mail. Sólo ve con ella en persona, ¿cuál es su tipo favorito de flores?
―No sé.
Me hace un gesto de decepción con la cabeza.
―Entonces sólo tráele unas rosas. Dile que estabas mal. Pero no hagas todas estas promesas acerca de que nunca lo harás de nuevo. En vez de eso dile que has estado pensando en lo que ella debe haber sentido cuando vio a esa otra chica abrazándote. De esa forma ella empezara a hablarte de sus sentimientos. Entonces tú tienes que escuchar atentamente. Déjale saber que sus sentimientos son importantes para ti. Eso era todo lo que ella quería de ti en primer lugar.
―Maldita sea Bob ―digo―, eso es bueno. Eso es realmente bueno. Tú deberías ser Oprah. No estoy bromeando.
―Estoy pensando en escribir un libro.
gleek_undercover***** - Mensajes : 207
Fecha de inscripción : 26/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
mientras no aparesca britt disculpa en verdad pero no tengo mucha emocion y una pregunta cada cuanto tiempo actualizaras? gracias y hasta luego.
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Hola! Vaya, aún falta para que aparezca britt?? rayos! Ok, bueno espero ese cap llegue pronto saludos
Dolomiti- - Mensajes : 1406
Fecha de inscripción : 05/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Hola a mi tampoco me gusta que Brittany aún no aparezca, pero en un par de capítulos más lo hará y bueno, las actualizaciones las haré en la medida que me sea posible, al menos dos veces es una historia original y no presento las mismas dificultades, saludos :)
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Capítulo 10
Capítulo 10
Buen viejo Bob. Para alguien a quien le está saliendo vello de sus oídos, seguramente sabe cómo seguir los sentimientos de una mujer. Es bastante malo que no pueda venir y hacer esa cosa de Cyrano de Bergerac por mí.
Como ves, las reglas de Dani sobre poner sus sentimientos primero son mi problema. No quiero hacerlo, pero no tengo la última palabra en cuanto a lo que pasa en el interior de otra chica al momento de que se convierte en mi novia. Sólo chicas sencillas, ahora, puedo leerlas como un manual de tostadora, pero déjenme empezar a salir con una y es como si levantara el manual y lo golpeara frente a mis narices. No más tostadas para mí.
Tomemos a Kimberly Kerns, mi ex novia. De vuelta a la etapa de coqueteo-coqueteo cuando estábamos recién conociéndonos, ella pensaba que era la chica más graciosa del mundo. Hacía este rap que le encantaba:
Soy grande y soy gloriosa
No tengo muy buena fama
Soy una real incitadora
Una navegadora mamaria
Escuchen, porque soy seria
Delirio a las chicas
Soy una maestra fornicadora
Soy la reina copuladora
Ya sea arriba o abajo
Soy la Sultana del Amor
Yeah, la Sultana del Amor
Yeah, la Sultana del Amor.
Se reía hasta que le daban calambres. Pero después de salir por un par de meses, no podía decir nada sin que me que dijera que era grosera o inmadura o algo como eso. Solía decirme que no era como la mayoría de las chicas, pero luego, sólo quería cambiarme y convertirme en la chica ideal que debería ser. “¿No podrías hablar de algo serio? ¿Por qué no usas camisas más lindas? ¿Por qué tienes que salir tanto con tus amigas?” Incluso decía que debía dejar crecer mi cabello y teñirme unas mechas más claras. ¿Puedes creerlo? Yo, ¿con unas porquerías de mechas claras?
Antes de Kimberly, era Lisa Crespo y antes de ella, era Angela Diaz y antes de ella, Shawnie Brown y antes de ella, en la secundaria, Morgan McDonald y Mandy Stansberry y Caitlin Casey. Todas ellas eran seguras, de esas chicas que tienen la frente en alto y te miran a los ojos, pero siempre parecía defraudarlas por una de dos razones:
Porque nunca terminaba de ser lo suficientemente impresionante de la manera en que sus amigas lo eran, lo que estaba más allá de mi compresión.
Porque, y esto es aun más confuso, ellas esperaban que cambiara algo que mi amor simplemente no podía alcanzar.
Cuando Lisa rompió conmigo, me dijo que sentía como si jamás hubiésemos tenido una relación real.
―¿De qué estás hablando? ―Pregunté― Hacemos cosas juntas casi todos los sábados por la noche. ¿Esperas que te pida matrimonio o algo así? Tenemos dieciséis, por el amor de Dios.
―No estoy hablando de matrimonio ―Dijo, haciendo puchero.
―¿Qué es entonces?
Se cruzó de brazos. ―Si no lo sabes, no puedo decírtelo.
Jesús. Y había empezado tan divertido.
Ahora, pensando en mis ex novias de nuevo, es como ver un masetero con flores al otro lado de la ventana. Son hermosas, pero no puedes tocarlas.
Sin embargo, no me arrepiento, no hay amargura. Sólo me pregunto qué diablos pasaba dentro de esos cerebros, dentro de esos corazones, de vuelta a esos días en que debí haberme vuelto más y más cercano. ¿Por qué querrían una Santana diferente con la que ya empezaron? ¿Por qué ahora soy amiga de cada una de ellas y siempre es divertido cuando nos encontramos? ¿Por qué esas chicas me querían tanto pero nunca me amaron?
Esos fueron los pensamientos que se me vinieron a la mente cuando estaba manejando a la casa de Dani después de trabajar. Tengo todas las intenciones de disculparme como sugirió Bob, pero a pesar de que a él le funciona como un hechizo, no creo que pueda funcionar conmigo. Y me estoy diciendo que todo está bien, nada dura. Además, siempre está Elaine Johnson, la estrella de drama de piernas calientes. Seguro, además parece engreída, pero voy a aflojar un poco. Tengo unos planes, en los primeros pasos al menos.
De camino, paro en mi tienda favorita de licor para asegurarme de que tengo suficientes refuerzos para esta tarea. El tipo detrás de la ventanilla luce como si hubiese sido el ángel del primer infierno del mundo, pero es mi amigo. Nunca pide una identificación, dice que le recuerdo a su hijo perdido. Mientras más cerca estoy de la casa de Dani, siento las mariposas de mi estómago girando cada vez más fuerte, incluso después de dos tragos de whisky.
Es un poco más tarde de las 8:30 y me estaciono en su calle, y aún estoy en mi disfraz de Sr. Leon. Les gusto más a sus padres con blusa. Supongo que les hace creer que mi vida va a algún lado, así que quizás los convenza de dejarme entrar, sólo en caso de que Dani me eche.
Su madre viene a la puerta, lo que es bueno. Soy mejor con las mamás que los papás. Quiero decir, las mamás de los demás, no la mía.
Luce asombrada de verme, así que obviamente Dani dijo las nuevas acerca de nuestro rompimiento. Eso lo hace oficial, pero aún digo ―Hola, Sra. Jacobsen, ¿Cómo va todo? ―Casual, como si nada hubiera pasado, y estoy a punto de ver a Dani como lo he hecho los últimos seis meses.
Pone una sonrisa falsa y dice. ―Todo está bien, Santana. No esperaba verte.
―¿De verdad? Está bien, sólo vine a hablar con Dani un poco, quizás salir y tomar una coca-cola.
―Lo siento, Dani no está ―No menciona nuestro rompimiento.
Estoy seguro que quiere decir “¿Sabes qué, chicaa loca? Dani está en su habitación ahora, pero no quiere volver a verte nunca más, así ue por qué no te largas con tus estúpidos pantalones de Sr. León fuera de aquí.” Tus padres. Ellos no van a venir y decir eso, incluso cuando todos saben lo que están pensando.
Pero puedo jugar también ―Bien, hmmm ―Miro por sobre mi hombro al auto―. Veo que su auto está aquí. Quizás volvió y no se dio cuenta.
―No, estoy segura que no ha vuelto. Elliot vino y la recogió ―Justo ahí, su labio se tensó.
Obviamente, no se suponía que tenía que revelarme esa información “top-secret”, pero ya es demasiado tarde.
Así que digo, ―Está bien, dígale que vine, la veo más tarde. Me iré a casa en un par de unos minutos de todos modos.
Pero estoy segura, si la Sra. Jacobsen es tan inteligente como creo que es, sabe que no iré a ningún lado cerca de casa ahora.
Buen viejo Bob. Para alguien a quien le está saliendo vello de sus oídos, seguramente sabe cómo seguir los sentimientos de una mujer. Es bastante malo que no pueda venir y hacer esa cosa de Cyrano de Bergerac por mí.
Como ves, las reglas de Dani sobre poner sus sentimientos primero son mi problema. No quiero hacerlo, pero no tengo la última palabra en cuanto a lo que pasa en el interior de otra chica al momento de que se convierte en mi novia. Sólo chicas sencillas, ahora, puedo leerlas como un manual de tostadora, pero déjenme empezar a salir con una y es como si levantara el manual y lo golpeara frente a mis narices. No más tostadas para mí.
Tomemos a Kimberly Kerns, mi ex novia. De vuelta a la etapa de coqueteo-coqueteo cuando estábamos recién conociéndonos, ella pensaba que era la chica más graciosa del mundo. Hacía este rap que le encantaba:
Soy grande y soy gloriosa
No tengo muy buena fama
Soy una real incitadora
Una navegadora mamaria
Escuchen, porque soy seria
Delirio a las chicas
Soy una maestra fornicadora
Soy la reina copuladora
Ya sea arriba o abajo
Soy la Sultana del Amor
Yeah, la Sultana del Amor
Yeah, la Sultana del Amor.
Se reía hasta que le daban calambres. Pero después de salir por un par de meses, no podía decir nada sin que me que dijera que era grosera o inmadura o algo como eso. Solía decirme que no era como la mayoría de las chicas, pero luego, sólo quería cambiarme y convertirme en la chica ideal que debería ser. “¿No podrías hablar de algo serio? ¿Por qué no usas camisas más lindas? ¿Por qué tienes que salir tanto con tus amigas?” Incluso decía que debía dejar crecer mi cabello y teñirme unas mechas más claras. ¿Puedes creerlo? Yo, ¿con unas porquerías de mechas claras?
Antes de Kimberly, era Lisa Crespo y antes de ella, era Angela Diaz y antes de ella, Shawnie Brown y antes de ella, en la secundaria, Morgan McDonald y Mandy Stansberry y Caitlin Casey. Todas ellas eran seguras, de esas chicas que tienen la frente en alto y te miran a los ojos, pero siempre parecía defraudarlas por una de dos razones:
Porque nunca terminaba de ser lo suficientemente impresionante de la manera en que sus amigas lo eran, lo que estaba más allá de mi compresión.
Porque, y esto es aun más confuso, ellas esperaban que cambiara algo que mi amor simplemente no podía alcanzar.
Cuando Lisa rompió conmigo, me dijo que sentía como si jamás hubiésemos tenido una relación real.
―¿De qué estás hablando? ―Pregunté― Hacemos cosas juntas casi todos los sábados por la noche. ¿Esperas que te pida matrimonio o algo así? Tenemos dieciséis, por el amor de Dios.
―No estoy hablando de matrimonio ―Dijo, haciendo puchero.
―¿Qué es entonces?
Se cruzó de brazos. ―Si no lo sabes, no puedo decírtelo.
Jesús. Y había empezado tan divertido.
Ahora, pensando en mis ex novias de nuevo, es como ver un masetero con flores al otro lado de la ventana. Son hermosas, pero no puedes tocarlas.
Sin embargo, no me arrepiento, no hay amargura. Sólo me pregunto qué diablos pasaba dentro de esos cerebros, dentro de esos corazones, de vuelta a esos días en que debí haberme vuelto más y más cercano. ¿Por qué querrían una Santana diferente con la que ya empezaron? ¿Por qué ahora soy amiga de cada una de ellas y siempre es divertido cuando nos encontramos? ¿Por qué esas chicas me querían tanto pero nunca me amaron?
Esos fueron los pensamientos que se me vinieron a la mente cuando estaba manejando a la casa de Dani después de trabajar. Tengo todas las intenciones de disculparme como sugirió Bob, pero a pesar de que a él le funciona como un hechizo, no creo que pueda funcionar conmigo. Y me estoy diciendo que todo está bien, nada dura. Además, siempre está Elaine Johnson, la estrella de drama de piernas calientes. Seguro, además parece engreída, pero voy a aflojar un poco. Tengo unos planes, en los primeros pasos al menos.
De camino, paro en mi tienda favorita de licor para asegurarme de que tengo suficientes refuerzos para esta tarea. El tipo detrás de la ventanilla luce como si hubiese sido el ángel del primer infierno del mundo, pero es mi amigo. Nunca pide una identificación, dice que le recuerdo a su hijo perdido. Mientras más cerca estoy de la casa de Dani, siento las mariposas de mi estómago girando cada vez más fuerte, incluso después de dos tragos de whisky.
Es un poco más tarde de las 8:30 y me estaciono en su calle, y aún estoy en mi disfraz de Sr. Leon. Les gusto más a sus padres con blusa. Supongo que les hace creer que mi vida va a algún lado, así que quizás los convenza de dejarme entrar, sólo en caso de que Dani me eche.
Su madre viene a la puerta, lo que es bueno. Soy mejor con las mamás que los papás. Quiero decir, las mamás de los demás, no la mía.
Luce asombrada de verme, así que obviamente Dani dijo las nuevas acerca de nuestro rompimiento. Eso lo hace oficial, pero aún digo ―Hola, Sra. Jacobsen, ¿Cómo va todo? ―Casual, como si nada hubiera pasado, y estoy a punto de ver a Dani como lo he hecho los últimos seis meses.
Pone una sonrisa falsa y dice. ―Todo está bien, Santana. No esperaba verte.
―¿De verdad? Está bien, sólo vine a hablar con Dani un poco, quizás salir y tomar una coca-cola.
―Lo siento, Dani no está ―No menciona nuestro rompimiento.
Estoy seguro que quiere decir “¿Sabes qué, chicaa loca? Dani está en su habitación ahora, pero no quiere volver a verte nunca más, así ue por qué no te largas con tus estúpidos pantalones de Sr. León fuera de aquí.” Tus padres. Ellos no van a venir y decir eso, incluso cuando todos saben lo que están pensando.
Pero puedo jugar también ―Bien, hmmm ―Miro por sobre mi hombro al auto―. Veo que su auto está aquí. Quizás volvió y no se dio cuenta.
―No, estoy segura que no ha vuelto. Elliot vino y la recogió ―Justo ahí, su labio se tensó.
Obviamente, no se suponía que tenía que revelarme esa información “top-secret”, pero ya es demasiado tarde.
Así que digo, ―Está bien, dígale que vine, la veo más tarde. Me iré a casa en un par de unos minutos de todos modos.
Pero estoy segura, si la Sra. Jacobsen es tan inteligente como creo que es, sabe que no iré a ningún lado cerca de casa ahora.
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Fecha de inscripción : 26/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Capítulo 11
El auto de Elliot no está estacionado en frente de su casa, pero voy a la puerta de todos modos. Su mamá me ayuda más, diciéndome que los chicos salieron a la casa de Morgan McDonald para la reunión de atletas cristianos. Morgan es mi vieja novia de secundaria, pero eso fue hace mucho, ahora sólo somos amigas. Lo raro, sin embargo, es que Dani nunca iría a una reunión con un puñado de atletas religiosos. Ella no es así. De hecho, generalmente los desprecia, a ellos y a los de su índole. Índole. Me encanta esa palabra.
Para el momento que llego al vecindario de Morgan en la parte norte del pueblo, he tomado varios tragos de whisky así que ya no siento más mariposas. En vez de eso, es como pernos oxidados golpeando alrededor en una lata.
Deberías ver todos los autos estacionados a lo largo de toda la cuadra por la cosa de los atletas cristianos. Pensarías que deben estar repartiendo cupones de “Sal del infierno gratis”. Pero te vayas haciendo a la idea de que esto es alguna especie de extravagnacia saludable, de buen parecer y con galletas de leche y vainilla. Ni siquiera tienes que ser un atlético para venir. No. El noventa y nueve por ciento de las personas que vienen a
estas reuniones lo hacen por una razón, para ligar. Eso explica el peso de esos pernos moviéndose en mi vientre. ¿Con quién está planeando ligar Dani?
Me estaciono al final de la línea de autos y camino hacia la casa de Morgan, pensando en qué decir cuando vea a Dani. Necesito algo alegre para empezar, algo gracioso y vivo, como “Imagina conocerte en un lugar como este. ¿Cabalgaste con Jesús o está tomando el burro de nuevo?” Luego, una vez que tenga su sonrisa, iré directo a la disculpa. “Estaba equivocada,” Diré, “No estaba pensando. Pero tú me conoces, pensar no es mi especialidad. Soy una idiota en esto del romanticismo.
Necesito un profesor personal para que me enseñe. Alguien como tú.” En frente, veo la silueta de una pareja contra el resplandor de un farol. Por la altura del chico, puedo decir que es Sam Evans, el macho de básquetbol, la chica está muy cerca de él, por lo que no puedo decir mucho de ella, sólo que tiene un cabello bastante corto. ―Muy bien ―Me digo―, Sam tiene una nueva chica. Eso quiere decir que Aria Montgomery está libre. Siempre me gustó. ―Pero tan pronto como se me viene la idea a la cabeza, la saco. No estoy aquí para buscar nuevas chicas.
Luego, mientras voy más cerca, Sam se gira y se apoya contra un auto, moviendo a la chica con él y apoyándose para plantar un gran beso en ella. Ahora puedo ver la silueta del trasero de la chica perfectamente, y no tengo duda de a quién pertenece. Es el gran, espléndido, hermoso trasero de Dani. Los pernos de mi estómago se transforman en oxidados martillos.
Muchos chicos pueden ver la talla de Sam Evans e irse, pero yo no.
―Bueno ―digo, parada a unas diez yardas de distancia―, veo que el espíritu de Jesús sí que se metió en ustedes dos.
Dani se gira. ―¿Qué estás haciendo aquí?
―Oye, te cortaste el cabello.
Sus manos pasan por su cabello por un segundo. ―Es un buen momento para cambiar.
Asiento y froto mi barbilla como si fuera una experta en estilo. ―Está de puta madre.
Sam da un paso hacia mí ―¿Estás ebria o algo, Santana?
Sonrío tanto como puedo. ―Si ebria es igual a A y algo es igual a B, digamos que la respuesta no es B, absolutamente.
Arruga su frente, no con ira, sino, sorprendente, con simpatía. ―Mira, chica, sé que no es el mejor momento para ti. Quizás deberías dejarme llevarte a casa.
―¡Miren! Sam Evans le habló a los humildes ―Tratando con todas mis ganas de pronunciar todas las palabras sin mascullar.
Dani dice, ―Oh Dios mío, Santana ―Pero levanto un dedo para dejarle saber que aún no he terminado.
―Sus bendiciones cayeron como maldiciones entre los malvados. Así, señores y señoras, es como los pobres se desmoronan.
Sam camina y me toma del brazo. ―Vamos, chica, vamos al auto.
Me alejo. ―Excelencia, eso no será necesario. Soy una desinteresada que comprende totalmente el significado de la frase “Pateado en al tacho”.
Así que ahora, te ofrezco una buena noche. ―Hago una reverencia lo suficientemente rápido para no caerme―. Les deseo una vida de felicidad marital, ahora que estoy libre, empezaré mi épica búsqueda por mi alma gemela perfecta.
Mientras me giro, viene Sam, ―Santana, mira…
Pero Dani interviene. ―Déjala ir. No sabría siquiera manejar si estuviera la mitad de ebria.
―Gracias por el voto de confianza ―La llamo sin girarme―. Eres la mujer más comprensiva, en todo menos en el amor ―Esa hubiese sido la línea perfecta de ruptura si no hubiera tropezado con una pila de bolsas de basura y derramado mi bebida en mis pantalones.
Para el momento que llego al vecindario de Morgan en la parte norte del pueblo, he tomado varios tragos de whisky así que ya no siento más mariposas. En vez de eso, es como pernos oxidados golpeando alrededor en una lata.
Deberías ver todos los autos estacionados a lo largo de toda la cuadra por la cosa de los atletas cristianos. Pensarías que deben estar repartiendo cupones de “Sal del infierno gratis”. Pero te vayas haciendo a la idea de que esto es alguna especie de extravagnacia saludable, de buen parecer y con galletas de leche y vainilla. Ni siquiera tienes que ser un atlético para venir. No. El noventa y nueve por ciento de las personas que vienen a
estas reuniones lo hacen por una razón, para ligar. Eso explica el peso de esos pernos moviéndose en mi vientre. ¿Con quién está planeando ligar Dani?
Me estaciono al final de la línea de autos y camino hacia la casa de Morgan, pensando en qué decir cuando vea a Dani. Necesito algo alegre para empezar, algo gracioso y vivo, como “Imagina conocerte en un lugar como este. ¿Cabalgaste con Jesús o está tomando el burro de nuevo?” Luego, una vez que tenga su sonrisa, iré directo a la disculpa. “Estaba equivocada,” Diré, “No estaba pensando. Pero tú me conoces, pensar no es mi especialidad. Soy una idiota en esto del romanticismo.
Necesito un profesor personal para que me enseñe. Alguien como tú.” En frente, veo la silueta de una pareja contra el resplandor de un farol. Por la altura del chico, puedo decir que es Sam Evans, el macho de básquetbol, la chica está muy cerca de él, por lo que no puedo decir mucho de ella, sólo que tiene un cabello bastante corto. ―Muy bien ―Me digo―, Sam tiene una nueva chica. Eso quiere decir que Aria Montgomery está libre. Siempre me gustó. ―Pero tan pronto como se me viene la idea a la cabeza, la saco. No estoy aquí para buscar nuevas chicas.
Luego, mientras voy más cerca, Sam se gira y se apoya contra un auto, moviendo a la chica con él y apoyándose para plantar un gran beso en ella. Ahora puedo ver la silueta del trasero de la chica perfectamente, y no tengo duda de a quién pertenece. Es el gran, espléndido, hermoso trasero de Dani. Los pernos de mi estómago se transforman en oxidados martillos.
Muchos chicos pueden ver la talla de Sam Evans e irse, pero yo no.
―Bueno ―digo, parada a unas diez yardas de distancia―, veo que el espíritu de Jesús sí que se metió en ustedes dos.
Dani se gira. ―¿Qué estás haciendo aquí?
―Oye, te cortaste el cabello.
Sus manos pasan por su cabello por un segundo. ―Es un buen momento para cambiar.
Asiento y froto mi barbilla como si fuera una experta en estilo. ―Está de puta madre.
Sam da un paso hacia mí ―¿Estás ebria o algo, Santana?
Sonrío tanto como puedo. ―Si ebria es igual a A y algo es igual a B, digamos que la respuesta no es B, absolutamente.
Arruga su frente, no con ira, sino, sorprendente, con simpatía. ―Mira, chica, sé que no es el mejor momento para ti. Quizás deberías dejarme llevarte a casa.
―¡Miren! Sam Evans le habló a los humildes ―Tratando con todas mis ganas de pronunciar todas las palabras sin mascullar.
Dani dice, ―Oh Dios mío, Santana ―Pero levanto un dedo para dejarle saber que aún no he terminado.
―Sus bendiciones cayeron como maldiciones entre los malvados. Así, señores y señoras, es como los pobres se desmoronan.
Sam camina y me toma del brazo. ―Vamos, chica, vamos al auto.
Me alejo. ―Excelencia, eso no será necesario. Soy una desinteresada que comprende totalmente el significado de la frase “Pateado en al tacho”.
Así que ahora, te ofrezco una buena noche. ―Hago una reverencia lo suficientemente rápido para no caerme―. Les deseo una vida de felicidad marital, ahora que estoy libre, empezaré mi épica búsqueda por mi alma gemela perfecta.
Mientras me giro, viene Sam, ―Santana, mira…
Pero Dani interviene. ―Déjala ir. No sabría siquiera manejar si estuviera la mitad de ebria.
―Gracias por el voto de confianza ―La llamo sin girarme―. Eres la mujer más comprensiva, en todo menos en el amor ―Esa hubiese sido la línea perfecta de ruptura si no hubiera tropezado con una pila de bolsas de basura y derramado mi bebida en mis pantalones.
gleek_undercover***** - Mensajes : 207
Fecha de inscripción : 26/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Capitulo 12
Otra tarde espectacular. Este clima es increíble. Claro, probablemente eso significa que el verano va a ser bravo otra vez, pero por ahora eso no me preocupa. Nunca fui gran fan del futuro. Admiro a la gente que lo es, pero nunca fue cosa mía.
Quinn y yo estamos sentadas en el capó de mi auto en un estacionamiento a la orilla del río, en medio de la ciudad. Le ofrecí ir a tomar unos tragos, pero me dijo que no, que era demasiado temprano.
¿Demasiado temprano? Son las dos de la tarde. ¡Un viernes! Pero no soy el tipo de chica que presiona a alguien para que haga algo que no quiere.
Yo digo: vive y deja vivir.
Tomo un trago rápido y me voy.
―Mira, puedes ver el edificio Chase desde aquí. Justo ahí arriba en el ...
―Sí, lo sé, la oficina de tu papá está ahí arriba.
―Me pregunto qué clase de negociaciones estará haciendo hoy.
―Ya sabes ―dice Quinn―, iría contigo esta noche si pudiera.
―Sé que lo harías. No es gran cosa. Es sólo que no puedo ir a visitar a mi hermana yo sola. Su esposo y sus amigos me hacen vomitar a veces, son tan engreídos. Piensan que cualquiera que no sea como ellos es de la chusma. Es más, no me importa ser parte de la chusma. Sólo me molesta la gente que piensa que eso es malo.
―No puedo cancelar esta cita con Sugar. Lo tiene todo planeado.
―Está bien.
―Además, pensé que ibas a pedirle a Elaine Johnson que vaya contigo.
―Lo hice.
―¿Lo hiciste? ¿Por qué no me dijiste?
―No me fue muy bien. Dijo que no sale con chicas superficiales.
―¿Dijo eso?
―Síp.
―Eso es una tontería.
―No lo sé.
―Amiga, tú no eres una chica superficial. Cualquiera que diga eso no conoce ni la primera cosa sobre ti. Nunca se sentaron en ninguna de nuestras conversaciones nocturnas, eso es seguro.
―Pero conoces a Elaine. Ella es una artista.
―No sé porque no invitas a Tina. Ella quiere salir contigo, lo dijo Sugar. Además, vi la forma en que te miraba cuando estábamos volviendo de Bricktown.
―Amiga, no puedo salir con Tina.
―Claro que puedes. Piénsalo. Ella y Sugar son como inseparables. Podríamos salir en citas dobles. Podríamos salir de picnic en el lago: hamburguesas, bebidas, algo de hierba. Sería espléndido.
―Estoy segura de que sería espléndido ―digo imaginándome toda la escena―, pero no puede pasar. Nunca podría salir con Tina. Jamás. Si lo hiciera, eso haría pensar a Dani en que tenía razón. Estaría como: "Miren a esa pequeña comadreja. Después de que intentó decirme que no había nada entre ella y Tina, ahora se están dando besos franceses bajo los blancos robles.”
Quinn suelta una pequeña risa.
―Sabes ―dice―, todavía no puedo creer que se lleve bien con Sam Evans. O sea, no lo veo. Siempre está burlándose de los deportistas.
―Oh, yo puedo verlo ―le doy otro sorbo a mi trago―. Ya conoces a Dani con su Greenpeace, y sus desfiles sobre el Hábitat de la Humanidad y el Orgullo Gay, y todo eso. Luego tienes a Sam, que es, prácticamente, el hombre del ejército de salvación. Él está siempre en algo: sirviendo la cena de Día de Gracias para los sin techo, trabajando con los niños de las Olimpíadas Especiales, siendo mentor de los delincuentes. Tienes que saber manejarlo. Es un tipo del que es difícil burlarse.
―Sí ―dice Quinn―. Y además está toda la cosa de su enorme pene.
―¿Qué?
―Ya sabes, dicen que los tipos con dedos grandes tienen el pene como la trompa de un elefante.
―Esas son tonterías. Yo no creo en estereotipos raciales como esos.
―Yo tampoco ―dice ella―, pero es medio difícil no pensar en eso.
La miro y sacudo mi cabeza.
―Bueno, no lo era hasta que lo mencionaste.
―Lo siento, amiga.
Le doy un golpe al tarro de cerveza.
―Eso crea una imagen grandiosa. Ya era suficientemente malo tener que visitar a mi hermana, ahora voy a estar con esa imagen en mi cabeza toda la noche.
―Toma ―dice Quinn, y saca un cigarrillo de marihuana del bolsillo de su campera―. Lleva esto contigo. Es una abundante mierda. Te ayudará a pasar bien la noche.
Quinn y yo estamos sentadas en el capó de mi auto en un estacionamiento a la orilla del río, en medio de la ciudad. Le ofrecí ir a tomar unos tragos, pero me dijo que no, que era demasiado temprano.
¿Demasiado temprano? Son las dos de la tarde. ¡Un viernes! Pero no soy el tipo de chica que presiona a alguien para que haga algo que no quiere.
Yo digo: vive y deja vivir.
Tomo un trago rápido y me voy.
―Mira, puedes ver el edificio Chase desde aquí. Justo ahí arriba en el ...
―Sí, lo sé, la oficina de tu papá está ahí arriba.
―Me pregunto qué clase de negociaciones estará haciendo hoy.
―Ya sabes ―dice Quinn―, iría contigo esta noche si pudiera.
―Sé que lo harías. No es gran cosa. Es sólo que no puedo ir a visitar a mi hermana yo sola. Su esposo y sus amigos me hacen vomitar a veces, son tan engreídos. Piensan que cualquiera que no sea como ellos es de la chusma. Es más, no me importa ser parte de la chusma. Sólo me molesta la gente que piensa que eso es malo.
―No puedo cancelar esta cita con Sugar. Lo tiene todo planeado.
―Está bien.
―Además, pensé que ibas a pedirle a Elaine Johnson que vaya contigo.
―Lo hice.
―¿Lo hiciste? ¿Por qué no me dijiste?
―No me fue muy bien. Dijo que no sale con chicas superficiales.
―¿Dijo eso?
―Síp.
―Eso es una tontería.
―No lo sé.
―Amiga, tú no eres una chica superficial. Cualquiera que diga eso no conoce ni la primera cosa sobre ti. Nunca se sentaron en ninguna de nuestras conversaciones nocturnas, eso es seguro.
―Pero conoces a Elaine. Ella es una artista.
―No sé porque no invitas a Tina. Ella quiere salir contigo, lo dijo Sugar. Además, vi la forma en que te miraba cuando estábamos volviendo de Bricktown.
―Amiga, no puedo salir con Tina.
―Claro que puedes. Piénsalo. Ella y Sugar son como inseparables. Podríamos salir en citas dobles. Podríamos salir de picnic en el lago: hamburguesas, bebidas, algo de hierba. Sería espléndido.
―Estoy segura de que sería espléndido ―digo imaginándome toda la escena―, pero no puede pasar. Nunca podría salir con Tina. Jamás. Si lo hiciera, eso haría pensar a Dani en que tenía razón. Estaría como: "Miren a esa pequeña comadreja. Después de que intentó decirme que no había nada entre ella y Tina, ahora se están dando besos franceses bajo los blancos robles.”
Quinn suelta una pequeña risa.
―Sabes ―dice―, todavía no puedo creer que se lleve bien con Sam Evans. O sea, no lo veo. Siempre está burlándose de los deportistas.
―Oh, yo puedo verlo ―le doy otro sorbo a mi trago―. Ya conoces a Dani con su Greenpeace, y sus desfiles sobre el Hábitat de la Humanidad y el Orgullo Gay, y todo eso. Luego tienes a Sam, que es, prácticamente, el hombre del ejército de salvación. Él está siempre en algo: sirviendo la cena de Día de Gracias para los sin techo, trabajando con los niños de las Olimpíadas Especiales, siendo mentor de los delincuentes. Tienes que saber manejarlo. Es un tipo del que es difícil burlarse.
―Sí ―dice Quinn―. Y además está toda la cosa de su enorme pene.
―¿Qué?
―Ya sabes, dicen que los tipos con dedos grandes tienen el pene como la trompa de un elefante.
―Esas son tonterías. Yo no creo en estereotipos raciales como esos.
―Yo tampoco ―dice ella―, pero es medio difícil no pensar en eso.
La miro y sacudo mi cabeza.
―Bueno, no lo era hasta que lo mencionaste.
―Lo siento, amiga.
Le doy un golpe al tarro de cerveza.
―Eso crea una imagen grandiosa. Ya era suficientemente malo tener que visitar a mi hermana, ahora voy a estar con esa imagen en mi cabeza toda la noche.
―Toma ―dice Quinn, y saca un cigarrillo de marihuana del bolsillo de su campera―. Lleva esto contigo. Es una abundante mierda. Te ayudará a pasar bien la noche.
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Fecha de inscripción : 26/12/2013
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
ahora si me comienza a gustar mas la trama del fic, los pensamientos de santana son muy entretenidos, creo no ha encontrado la chica adecuada, esa que si sepa valorarla, bueno hasta pronto!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fic Brittana "The Spectacular Now" - Capítulo 16 y 17
Capítulo 13
Tengo que trabajar de 3 a 8 y, por primera vez, no quiero irme. Estoy completamente preparada para quedarme hasta después de cerrar. Haré el inventario hasta las diez o algo, cualquier cosa con tal de posponer la visita a la velada de mi hermana. Desafortunadamente, alrededor de las 7, Bob me llama aparte y me dice que es mejor que me vaya temprano.
Yo le digo: ―De ninguna manera. Puede ser pesado, y estarías aquí sin ayuda ―pero él me dice―: Mira, sé que has estado bebiendo, y no podemos permitirnos que un cliente llame a la oficina principal otra vez por algo como eso, ¿entiendes? Empiezo a negar lo de tomar, pero realmente no puedo mentirle a Bob; entonces sólo le digo algo sobre cómo voy traer algunos enjuagues bucales y a masticar algo de chicle. No se lo está creyendo.
―Puedo manejar la última media hora yo solo ―dice―. Sólo ve a casa y métete en la cama temprano. No quiero tomar esto contra ti, Santana. Sé que eres una buena chica. Pero también sé que tuviste una semana pesada. ¿Qué pasó entre tú y Dani?
―Oye ―le digo―, me he olvidado completamente de ella. Créeme, no es un gran problema. Soy una mujer libre. Una nueva chica esta justo a la vuelta de la esquina.
―Seguro ―dice―. Pero no la vas a encontrar en una tienda de ropa masculina. Así que vete a casa. Estaré bien. Hablaremos mañana.
Sin embargo, irme a casa no es una buena opción. Mi mamá me dirá que lleve mi trasero directo a la casa de Emily. No, no hay nada más que hacer sino parar por una 7UP y dar vueltas por un rato; entonces quizá tome el camino largo para lo de Emily, así no tengo que pasar mucho tiempo a solas con su esposo, Kevin, mientras ella está haciendo la
ensalada o lo que sea. Ya sabes, usualmente soy una chica positiva, abrazo lo extraño, pero no puedo evitar volverme un poco cínica con éstos dos, y quizá esta noche me sienta un poco más de esa manera.
Emily y Kevin viven en una zona adinerada, justo al norte de la ciudad de Oklahoma, en una calle repleta de casas enormemente grandes y antiguas, perfectas para personas importantes. Sólo por el estatus, Kevin no pronuncia su nombre de la forma en que una persona ordinaria lo haría. Lo pronuncia "Kivin". Él es una especie de basura ejecutiva para
una compañía de energía. Lo hacen muy bien, en especial considerando que Emily tiene sólo 25 años. Kevin es como 15 años mayor que ella, y tiene una ex esposa que Emily dice que debería estar en un póster de lo que podría salir mal en una cirugía plástica. Emily solía ser una asistente administrativa en la compañía de Kevin, pero obviamente trabajó en su ascenso.
No estaría sorprendida si a mi mamá no le gustara Kevin más de lo que a Emily le gusta. De hecho, Emily tuvo que inventar alguna tonta excusa para que los padres de él no fueran invitados a cenar, así ella tampoco tendría que invitar a los suyos. Estoy seguro de que él inventó la misma excusa para sus padres. Por qué tenían que invitarme a mí, no lo sé, pero mamá pareció realmente celosa al respecto.
Por lo que ella sabe, Kevin es el chico de oro. No puede hacer ningún mal. De alguna forma, probablemente se siente responsable por el hecho de que Emily haya explorado a un diamante de 50 quilates como él en primer lugar. Después de todo, mamá hizo mucho de lo mismo con Geech. Empezó como su secretaria, y supongo que una imagen suya en una gran casa de dos pisos sacó lo mejor de sí misma. Así que, lo siguiente que sabes es que Geech se divorcia y que mamá está dando vueltas con él en su Cadillac verde.
Pero aun con todo su dinero, Geech sigue siendo sólo un puñado de diamantes de imitación al lado de una exclusiva basura con un corte de sesenta dólares como Kevin. Deberías ver a mamá sentada en su piscina con sus brillantes sandalias color oro; es como si pensara que es de la realeza. Jamás pondrá sus grandes pies perfectamente esculpidos en esa pequeña piscina que Geech ha construido en nuestro patio trasero.
Habiendo nacido 8 años después, Emily y yo nunca fuimos muy apegadas. Solía decirme que ella era la razón por la cual nuestros padres se casaron, y que yo era la razón por la cual se divorciaron. Decía que si hubieran tenido sólo una hija, no hubieran tenido que batallar con tantos problemas económicos. Como sea. Sólo trataba de hacerme sentir mal porque yo siempre me burlaba de sus pequeñas tetas del tamaño de una nuez. Eso era antes de que aumentaran, claro.
Entonces, lo que estoy diciendo es que sospecho que tiene una especie de motivo oculto para hacerme ir esta noche. Es como mamá; las dos quieren que conozca gente. "Todo está en a quién conoces" suele decirme Emily. Lo que ella quiere decir con "todo" nunca lo comenta, y yo nunca pregunto. Uno tal vez piensa que sólo quiere ayudarme a salir adelante, pero mi teoría es que realmente quiere hacerme una especie de accesorio en su estilo de vida. Una hermanita de oro para que lo vean sus amigos de oro.
El único auto que reconozco frente a su casa es un pequeño deportivo rojo. Pertenece al amigo de Kevin, Jeff algo, que es el dueño de Boomer Imports al sur por Norman, como a una milla de la Universidad de Oklahoma. Todo está claro ahora. Quieren que yo vaya al alma máter* de Kevin mientras vendo convertibles rojos a hombres divorciados de mediana edad que deliran con convertirse en playboys.
Adentro, mi hermana me tira un beso en el aire, como supongo que piensa que la gente de clase alta debe hacer, y me invita a la sala de estar, donde todos ya están sentados con sus bebidas en sus manos. Por supuesto, no me ofrece ninguna bebida alcohólica, por eso traje mi gran 7UP.
Además de Jeff y su esposa hay 5 personas que no he visto antes, y me olvido de sus nombres tan pronto como mi hermana me los presenta. Excepto por esta chica, sin duda, la hija de Jeff, que parece tener mi edad, y que tiene el cabello rojo más hermoso que hayas querido ver. Su nombre es Hannah, y su piel color azúcar rubia electrifica mi torrente sanguíneo a primera vista.
¿Es posible, me pregunto, que Emily esté pensando en arreglarme algo más que sólo un trabajo?
Si no fuera por Hannah, estaría tentada a saludar a todos y sentarme en un rincón, pero como está ella, emprendo toda una línea de montaje estrechando manos hasta llegar al final del sillón. Estrecho la suya por más tiempo que la de los demás.
―¿Dónde he estado toda tu vida? ―digo, mostrando el irresistible espacio entre mis dos dientes delanteros cuando sonrío.
No me responde. Sólo baja la mirada vergonzosamente y cuando la levanta, el verde de sus ojos casi me corta en dos.
Yo le digo: ―De ninguna manera. Puede ser pesado, y estarías aquí sin ayuda ―pero él me dice―: Mira, sé que has estado bebiendo, y no podemos permitirnos que un cliente llame a la oficina principal otra vez por algo como eso, ¿entiendes? Empiezo a negar lo de tomar, pero realmente no puedo mentirle a Bob; entonces sólo le digo algo sobre cómo voy traer algunos enjuagues bucales y a masticar algo de chicle. No se lo está creyendo.
―Puedo manejar la última media hora yo solo ―dice―. Sólo ve a casa y métete en la cama temprano. No quiero tomar esto contra ti, Santana. Sé que eres una buena chica. Pero también sé que tuviste una semana pesada. ¿Qué pasó entre tú y Dani?
―Oye ―le digo―, me he olvidado completamente de ella. Créeme, no es un gran problema. Soy una mujer libre. Una nueva chica esta justo a la vuelta de la esquina.
―Seguro ―dice―. Pero no la vas a encontrar en una tienda de ropa masculina. Así que vete a casa. Estaré bien. Hablaremos mañana.
Sin embargo, irme a casa no es una buena opción. Mi mamá me dirá que lleve mi trasero directo a la casa de Emily. No, no hay nada más que hacer sino parar por una 7UP y dar vueltas por un rato; entonces quizá tome el camino largo para lo de Emily, así no tengo que pasar mucho tiempo a solas con su esposo, Kevin, mientras ella está haciendo la
ensalada o lo que sea. Ya sabes, usualmente soy una chica positiva, abrazo lo extraño, pero no puedo evitar volverme un poco cínica con éstos dos, y quizá esta noche me sienta un poco más de esa manera.
Emily y Kevin viven en una zona adinerada, justo al norte de la ciudad de Oklahoma, en una calle repleta de casas enormemente grandes y antiguas, perfectas para personas importantes. Sólo por el estatus, Kevin no pronuncia su nombre de la forma en que una persona ordinaria lo haría. Lo pronuncia "Kivin". Él es una especie de basura ejecutiva para
una compañía de energía. Lo hacen muy bien, en especial considerando que Emily tiene sólo 25 años. Kevin es como 15 años mayor que ella, y tiene una ex esposa que Emily dice que debería estar en un póster de lo que podría salir mal en una cirugía plástica. Emily solía ser una asistente administrativa en la compañía de Kevin, pero obviamente trabajó en su ascenso.
No estaría sorprendida si a mi mamá no le gustara Kevin más de lo que a Emily le gusta. De hecho, Emily tuvo que inventar alguna tonta excusa para que los padres de él no fueran invitados a cenar, así ella tampoco tendría que invitar a los suyos. Estoy seguro de que él inventó la misma excusa para sus padres. Por qué tenían que invitarme a mí, no lo sé, pero mamá pareció realmente celosa al respecto.
Por lo que ella sabe, Kevin es el chico de oro. No puede hacer ningún mal. De alguna forma, probablemente se siente responsable por el hecho de que Emily haya explorado a un diamante de 50 quilates como él en primer lugar. Después de todo, mamá hizo mucho de lo mismo con Geech. Empezó como su secretaria, y supongo que una imagen suya en una gran casa de dos pisos sacó lo mejor de sí misma. Así que, lo siguiente que sabes es que Geech se divorcia y que mamá está dando vueltas con él en su Cadillac verde.
Pero aun con todo su dinero, Geech sigue siendo sólo un puñado de diamantes de imitación al lado de una exclusiva basura con un corte de sesenta dólares como Kevin. Deberías ver a mamá sentada en su piscina con sus brillantes sandalias color oro; es como si pensara que es de la realeza. Jamás pondrá sus grandes pies perfectamente esculpidos en esa pequeña piscina que Geech ha construido en nuestro patio trasero.
Habiendo nacido 8 años después, Emily y yo nunca fuimos muy apegadas. Solía decirme que ella era la razón por la cual nuestros padres se casaron, y que yo era la razón por la cual se divorciaron. Decía que si hubieran tenido sólo una hija, no hubieran tenido que batallar con tantos problemas económicos. Como sea. Sólo trataba de hacerme sentir mal porque yo siempre me burlaba de sus pequeñas tetas del tamaño de una nuez. Eso era antes de que aumentaran, claro.
Entonces, lo que estoy diciendo es que sospecho que tiene una especie de motivo oculto para hacerme ir esta noche. Es como mamá; las dos quieren que conozca gente. "Todo está en a quién conoces" suele decirme Emily. Lo que ella quiere decir con "todo" nunca lo comenta, y yo nunca pregunto. Uno tal vez piensa que sólo quiere ayudarme a salir adelante, pero mi teoría es que realmente quiere hacerme una especie de accesorio en su estilo de vida. Una hermanita de oro para que lo vean sus amigos de oro.
El único auto que reconozco frente a su casa es un pequeño deportivo rojo. Pertenece al amigo de Kevin, Jeff algo, que es el dueño de Boomer Imports al sur por Norman, como a una milla de la Universidad de Oklahoma. Todo está claro ahora. Quieren que yo vaya al alma máter* de Kevin mientras vendo convertibles rojos a hombres divorciados de mediana edad que deliran con convertirse en playboys.
Adentro, mi hermana me tira un beso en el aire, como supongo que piensa que la gente de clase alta debe hacer, y me invita a la sala de estar, donde todos ya están sentados con sus bebidas en sus manos. Por supuesto, no me ofrece ninguna bebida alcohólica, por eso traje mi gran 7UP.
Además de Jeff y su esposa hay 5 personas que no he visto antes, y me olvido de sus nombres tan pronto como mi hermana me los presenta. Excepto por esta chica, sin duda, la hija de Jeff, que parece tener mi edad, y que tiene el cabello rojo más hermoso que hayas querido ver. Su nombre es Hannah, y su piel color azúcar rubia electrifica mi torrente sanguíneo a primera vista.
¿Es posible, me pregunto, que Emily esté pensando en arreglarme algo más que sólo un trabajo?
Si no fuera por Hannah, estaría tentada a saludar a todos y sentarme en un rincón, pero como está ella, emprendo toda una línea de montaje estrechando manos hasta llegar al final del sillón. Estrecho la suya por más tiempo que la de los demás.
―¿Dónde he estado toda tu vida? ―digo, mostrando el irresistible espacio entre mis dos dientes delanteros cuando sonrío.
No me responde. Sólo baja la mirada vergonzosamente y cuando la levanta, el verde de sus ojos casi me corta en dos.
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