Fanfic BRITANA- No me digas amor- ACTUALIZACIÓN-

"No me digas amor"

Soy una estúpida, soy una estúpida, me lo dijieron muchas veces. ¿Porque tuviste que caer? ¿Seguirás? A la mierda la vida, no aguanto más.

-¡SANTANA!- hablo la rubia de ojos verdes- regresa estas débil, por favor san regresa- fue lo ultimo que escucho la morena al salir rápidamente de la casa en la playa. No quería mirar atrás ya no.

-¡Amor para!- dijo aquella voz haciendo que la morena pare de inmediato.
-No vuelvas a decirme amor- dijo la morena soltando una lagrima su mirada estaba nublada de las lagrimas y del coraje que sentía en el momento- no lo vuelvas a decir- dijo señalando su cuerpo.

-Santana, espera por favor- hablo con mucho nerviosismo tratando de recuperar el aliento tras perseguir a la morena por la playa- puedo explicártelo por favor, te lo suplico- quiso acercarse pero la otra retrocedía.

-¿Santana? ¿Que te pasa? Regresa a casa estas muy débil ven conmigo- su rostro cambio a terror al ver a la morena con la mirada pérdida.

-Aléjate de mi, me haces daño.- terminando de decir esa frase trasmitiendo con todo el odio y dolor que inmediatamente sintió la otra persona se desmayó la morena.

Capítulo 1
-Estaré para ti toda la vida-

Santana lucha cada día desde que sus padres murieron un accidente aéreo, ella teme que se vuelva loca. Su mejor amiga en la vida Quinn trata de convencerla que se tome las vacaciones que ella y su amiga desearon cuando partieron a New York era su primer deseo tenían que cumplirlo a como dé lugar. El dinero no importaba la familia López tendría dinero por muchos siglos y eso sabia Santana. La imagen de la familia López siempre fue ética, trataban de ser educados con cualquier fotógrafo o emprendedor que deseaba hacer negocios con ellos.

Santana desde los 18 años aprendió como trabajar en negocios de las empresas de su padre se concentraba en el trabajo y en su mejor amiga nada podía faltarle, es una chica hermosa cuyo cuerpo hace de las suyas su tonificado abdomen llama la atención a más de una persona y ella lo sabe, no está interesada en el amor tampoco se acuesta con cualquier persona cada día, Sebastián su amante de vez en cuando salen para compartir momentos pero siempre le recuerda "esto no es salir como pareja"

Santana


Sebastian


Su hermano de 23 años Galán y caballeroso Santiago justo como su padre, había tomado la mitad de las propiedades empresariales ubicada en Ohio ellos dos hacían una buena pareja de empresarios muy genético de la familia López eran jóvenes y todos se preguntaban como lo había, eran un dueto que con sólo mirarse sabia que arma lanzar, en que momento o situación y eso le encantaba a los dos.

Santiago


-Estoy emocionada, Santana- dijo la rubia de ojos verdes por quinta vez su rostro estaba mas que feliz y eso a la morena le gustaba.

-Quinn cálmate debemos parecer que somos adultas- contestó la morena tomando la mano de su amiga.

- Esta bien, siempre tienes razón aveces pienso que tu eres la mayor de acá- señalo el cuerpo de la morena y el de ella.

En sede momento viene una suburban negra del año con dos hombres con traje.
-Señorita estamos listo cuando guste podemos salir al aeropuerto. - hablo con una voz grave y segura.

Alfonso fue el chofer desde que ella estaba en los brazos de su madre, recordaba que siempre la llevaba a la escuela y esperaba que entrara cumpliendo su trabajo. Le tenía mucho aprecio, la vida pasaba y Alfonso no se quedaba atrás tenía el pelo un poco canoso, las patas de gallo lo hacían verse muy apuesto su altura indomable. Se preguntaba si su padre seria así como el. ¿En que estaba pensando? Tenía que olvidar esos pensamientos. No volvería a caer en la depresión. Tenía que viajar con su amiga que siempre lo acompañaba con destino a New York.

Alfonso


- ¿San estas bien?- hablo su amiga preocupada
- Perfectamente, este viaje será increíble quinn. - dijo la morena abrazándola tiernamente.

-Vaya, no tenía de estos abrazos en mucho tiempo- dijo apretándola contra ella- Estoy orgullosa de ti y estoy segura que lo estaré más cuando terminemos este reto.- la rubia sabia que para la morena presentarse como presidenta en la empresas de su papa le era difícil y ella estaba ahí para apoyarla y romper caras si era necesario.

Separándose un poquito y viendo la mirada de la morena un poco oscura siempre pasaba cuando estaba triste e indefensa. Seco sus lagrimas con sus manos con su típica mueca haciendo reír a la morena a carcajadas.

-Vamos, Alfonso tiene cara de impaciente y sabes que me gusta hacerlo esperar, pero a ti no. - dijo susurrándole al oído haciendo reír de nuevo a la morena.

-Me había olvidado de ellos- dijo soltándola poco a poco.- vamos es hora de partir- observo por ultima vez la casa que le recordaba tanto su infancia a pesar de estar fuera del país la mayoría de veces.

-Es hora- dijo Alfonso tomando las maletas haciendo reír a las chicas.

-Alfonso con los años esta amargado ¿no crees? - dijo quinn murmurando

-Quinn- dijo mirándola- el te puede escuchar- dijo la morena risueña la rubia iba a decir algo pero una mano en el hombro hizo que diera un brinco del susto santana solto una risa al ver el pánico reflejado en su amiga.

-En eso tienes razón, pequeña- hablo el hombre de traje negro mirando a Santana- puedo escucharlas donde quiera rubia traviesa, ahora las llevaremos al aeropuerto el avión les espera.

Comentarios.

INTERESANTE!!
YA QUEDE PICADITA POR SABER MAS
SIGUELE

Parece muy interesante, espero con ancias saber como siguee

Sanny25 escribió:Parece muy interesante, espero con  ancias saber como siguee

Muchas gracias, espero que te guste.

fanybeaHEYA escribió:INTERESANTE!!
YA QUEDE PICADITA POR SABER MAS
SIGUELE

Hola, espero que te guste, claro la seguiré ahora que tengo dos lectoras, otro motivo bueno.

La morena y la rubia estaban en la camioneta muertas de la risa por los chiste que contaba Alfonso con gran entusiasmo.

- Alfonso debiste ser comediante- dijo la rubia limpiándose una lagrima al no poder soportar la risa de aquel chiste.

- Señorita quinn, amo mi trabajo eso no tenga duda- miro por el retrovisor a la morena con una sonrisa le guiño un ojo- y me gusta ser el comediante en mis ratos libres-

-Pero es que eres bien bueno- dijo la rubia acordándose de nuevo del chiste- SANTANA- grito estallando en risa pero esta vez más elevada.

-Dios quinn me sacaras el tímpano- dijo la morena dandole un golpe- Alfonso, Quinn acierta eres un buen comediante- dijo seria pero no por tanto al ver la cara de Alfonso la morena estallo de risa junta a su amiga que no aguanto y comenzó a revolcarse una vez mas.

- He creado un par de monstruos- dijo el adulto negando la cabeza- lo peor de todo es que también me da risa verlas así- se tapo la boca para no soltar una carcajada.

Todo el transcurso del viaje la pasaron así, entre risa y risa. Aveces no era solo Alfonso que contaba los chiste, tocaba el turno de Santana que no solo hacia reír a los demás, sino también actuaba para mejorar mas el ambiente. Pocas veces era el turno de Quinn la rubia no contaba chiste sino anécdotas que le habían pasado en la semana, y eso significada tragedias chistosa a la rubia.

Ya habían llegado a la pista, los que brindaban servicios sacaban las maletas de las chicas, Alfonso daba órdenes de que todo marchara bien siempre hechando una mirada hacia ellas comprobando que todo estuviera bien.



Quinn comenzaba a subir al avión deslizó su mirada hacia atrás y pudo ver como se acercaba un motociclista de vestimenta negra, frunció el ceño al confirmar quien era, no estaba segura que estaba haciendo ese hombre aquí, sin importarle bajo en dos escalones bajo la atenta mirada de todos.

Así era Quinn una chica muy femenina y brusca que no le importaba lo que opinara la gente de ella mientras ella era feliz con lo que hacia, todo en ella estaba bien y eso Santana le gustaba.

QUINN


-¿Que paso, ya me extrañaba?- bromeo Alfonso despeinado el cabello de la rubia esta ni se inmutó estaba seria mirando atrás del hombro de Alfonso.

-Llego tu muñeco de porcelana Santana- la rubia nunca había simpatizado con aquel hombre, sabia que no debía de importarle pero no podía pensar cosas malas de el por mas que le hablaran maravillas como todos, incluso Santana.

-Yo me encargo- dijo Alfonso con la mirada dos hombres detuvieron al motociclista.

-¿Que hace él aquí?- dijo la morena mas para si, que para su amiga.

-No tengo idea, no tenemos tiempo recuerda mañana por la mañana comenzamos a trabajar desde cero.- dijo Quinn poniéndose de frente a la morena.

-Se perfectamente eso, debemos descansar- dijo acariciando la mejilla de la rubia, esta le saco la lengua y la morena le agarro un trozo de mejilla soltando una carcajada al ver la cara de Quinn.-No tardaré, se que no te cae bien lo toleras por mi-

Alfonso miro a la morena pidiéndole permiso para dar paso al motociclista esta accedió lentamente.

-¿No quieres subir?- dijo mirando a la rubia esta solo lo miraba a él su caminar, mientras cruzaba los brazos frunció su ceja y sus labios, era la señal de defensa de la rubia.

- Aquí estoy perfectamente- dijo sin quitar la vista de él.

-No te enfades- susurro al odio de la rubia haciéndola reír, inmediatamente cambio su semblante al ver que el tipo estaba ahí Santana por dentro estaba gozando de aquello.

-Hola san- hablo mientras se quitaba el casco y dejaba ver su hermoso rostro de galán.- déjame saludarte como se debe- sin esperar respuesta la tomo por la cadera y le planto un pico en los labios.



- Sebastian ¿Que haces aquí? Nos despedimos la anterior semana- retrocedió al ver que el hombre no tenía intenciones de soltar su cadera.

-Quería despedirme de ti y desearte mucho éxito por que suerte la tienes- la miro con ternura- Hola Quinn- se acercaba a darle un beso esta solo pone su mejilla y mira hacia el otro lado. El chico se ríe y Santana solo se tapa la boca para no ponerse a prueba.

-Bueno solo era eso, despedirme de ustedes y nada mas.- dijo el hombre bajo la atenta mirada de las chicas, se sorprendió al ver a la rubia atenta a sus palabras.- también les traje esto a las dos- Quinn lo miro descuidada- tranquila no es nada malo ya regreso, con permiso.

- Que ridículo- dijo la rubia al ver que el hombre se retiraba, tomo la manos de la morena y la jalo hacia el avión.

-Vamos es nuestro momento para escapar yo te cubro, águila 1- hizo la finta de tener un radio en su muñeca causando la risa de Santana.

-Para Quinn, no seas maleducada debemos esperar nos trajo algo y somos damas.- dijo Santana regalándola.

-Esta bien, lo esperamos.- dijo la rubia aceptando a regañadientes- igual no me gustará lo que traiga si viene de el.

-Ya vine- en cada mano tenía un ramo de flores con una caja de chocolates.

-¡¡Que rico!!- exclamo la rubia tras dejarle un Beso en la mejilla y quitarle su ramo y chocolates subió al avión antes de entrar se giró en busca de Sebastian que junto a la morena la miraban confusos.- Muchas Gracias por el detalle- dijo seria deslizó la mirada hacia la morena- No tardes- y se introdujo en aquel avión pequeño.

-Eso fue tierno- dijo Santana mirando por donde había entrado Quinn.

- aveces suele serlo, otras me da miedo- dijo soltando una risa- te voy a extrañar mucho- dijo el galán abrazando a Santana.

Santana se quedo con los brazos en el aire esto sobrepasaba los límites, desde semanas habían pasado los límites. No podía seguir así debía de parar.

-Creo que debo irme ya- le dio dos golpecitos como despedida en la espalda el chico la miro confundida- se que te suena raro pero habíamos acordado, no involucrar sentimientos Sebastian- el chico solo bajo la mirada- no quiero verte así mírate, eres muy guapo y no puedes desperdiciarlo, vendrá una chica que te robe los suspiros- el chico la miraba atento- ahora debes irte con tu motocicleta y lucir ese motor que esta esperando a por ti- termino de decir eso dandole un beso en la mejilla.

-Eres especial Santana y lo sabes- llevo su mano acariciando su pelo - si algún día quieras intentarlo no dudes en llamarme donde estaré, vendré a por ti- sostuvo su mano en sus labios.

-Hey muy bonito todo el romanticismo pero- miro el reloj que tenía en su brazo izquierdo- el tiempo pasa y me pregunto porque no se mueve este avión, a ya se ¿será por ustedes?
-Tiene razón Quinn debes irte ya es tarde- dijo mirando su rolex ultimo año.- Cuídate y llámame cuando lleguen para estar mas seguro, por favor- dijo tomándola de los hombros sin dejar de mirarla.

-Lo haré- respondió la moreno un tanto insegura- debo irme- dijo alejándose

-debes irte-

-Adios- dijo la morena subiendo las escaleras Alfonso la esperaba en la entrada.

-Es un hasta luego- gritó el chico por el ruido

Santana lo miro y le sonrió pudo jurar que sus palabras de aquel chico serían cumplidas, pero no tenía que enamorarse, se enfocaría en su nuevo reto sacar adelante la empresa alfa que su padre había dejado especialmente para ella, se preguntaba todas las mañanas ¿Por qué a ella? Su padre siempre tenía la misma respuesta tu lo sabrás Santana.

Gracias por comentar.

Me pregunto que le preparara a San es esa nueva empresa, ya quiero que aparesca Britt

Hola interesante me gusto saludos

Holiis interesante tu historia

Sanny25 escribió:Me pregunto que le preparara a San es esa nueva empresa, ya quiero que aparesca Britt

Yo creo que muchas cosas. ¿que piensas tu? Gracias por comentar.

:) escribió:Hola interesante me gusto saludos

Mucchas gracias por eso, espero que te siga gustando. No olvides comentar.

JanethValenciaaf escribió:Holiis interesante tu historia

Genial!!! espero que te siga gustando y no olvides comentar.

Claro ,nunca dejare de comentar en no me digas amor

Santana todo el viaje había olvidado porque estaba sentada en el avión privado de la familia, ser testigo de como Quinn trataba de estar cómoda con Sebastian fue chistoso, Alfonso apenas toco el asiento cerros los ojos y se perdió en su mundo, ella, la morena solo miraba por la ventana analizando y pensando sobre lo que había pasado allí en la autopista, Sebastian para ella es un chico demasiado guapo y caballeroso que le brindaba su amor delatándose sin tener vergüenza, pero ella con mucha pena no lo aceptaría ni el de el, ni de nadie.

Tenía miedo de que brindará su amor y se lo pisotearan como una envoltura de papel, no quería muchas cosas, no quería sentirse indefensa bajos las brazos de un hombre. Solo quería despertase y saber que sus padres estarían abajo esperando que ella comiera con ellos. Deseaba tener su momentos de chica loca como cualquiera, ir de fiesta, llegar tarde las noches que salía con su mejor amiga tratando de que sus padres no la descubrieran. Quería ser esa chica normal ir a la universidad y estudiar lo que deseaba, pero no, tenía que cumplir con lo que sus padres habían dejado sus herencias a ella y su hermano.

¿Cuando fue la ultima vez que se había escapado con su mejor amiga en su primer carro comprado con sus ahorros? Había olvidado aquel día, Quinn siempre de aventurera y ella seguía sus locuras sin importar las consecuencias. Extrañaba esos momentos pero debía de ponerlos en un cofre y consérvalos. Ahora su nueva vida era así, Santana López joven de 18 años heredera multi-millonaria de la mayoría de las empresas del país de Estados Unidos junto a su hermano Santiago. Era lo que decías las revistas periódicos y programas que se especializan en molestar a las personas.

Tenía que estar preparada para cuando aterrizarán, era de seguro que los esperaban muchos paparazzis. Cruzaba los dedos para que saliera todo bien y poder comenzar con buenas vibras.

Miro hacia su costado, una melena rubia apoyada en su hombro derecho no se había dado cuenta que había quedado dormida, era tan bonita, no tenía idea de como había tenido tanta suerte tener a esa rubia a lado suyo en todo momento, se habían conocido en una reunión familiar en ese entonces su familia y la de ellos eran socios con el tiempos los momentos compartidos se convirtieron en familia y ella en hermanas.

Anhelaba con muchas fuerzas que su amiga estuviera con ella para toda la vida, no sabría que hacer si, ella no estuviera ahora mismo. ¿Qué harías Santana? El día más duro de ellas, fue en funeral la morena no quería saber de nadie y de nada, no quería escuchar los lamentos de las personas que conocían a sus padres, ver los rostros hipócritas lamentó que la pequeña había perdido a sus padres.

La rubia hizo lo imposible para abrir la puerta de la terraza, lo primero que vio fue a la morena parada en el borde de la terraza de su casa, había recibido aquella noticia, mientras modelaba para la industria Gucci sin importarle, ella se bajo de la pasarela dejando a todos con la boca abierta.

Santana no sabia que hacer, sentía que podía caer y no le importaba de que lado. Solo quería sacar este dolor, olvidar lo que estaba pasando no era verdad. Sintió como una voz gritaba su nombre.

-Santana- dijo la rubia de ojos verdes sosteniendo una mano en la puerta sin dejar de mirarla- Bájate de ahí- avanzo cautelosamente sin dejar de mirar a la morena sollozando.

-¿Que puedo perder?- dijo la morena mirando el piso- no tengo nada que perder- la miro triste e indefensa. -Aléjate Quinn- gritó

La rubia lloraba- Santana no lo hagas, no se que hacer sin ti, eres mi mejor amiga mas que eso, eres mi hermana soy tu hermana mayor si te llega a pasar algo, me sentiría culpable toda mi maldita vida, se que esto que está sucediendo ahora es irreal, Santana por favor - la morena estaba de espalda atenta a cada palabra mientras miraba al suelo.- no puedes dejarme aquí en este mundo de la mierda, no me importa ser modelo, no me importa tener todo el puto dinero, solo te quiero a ti, eres mi familia Santana no estas sola en esta tormenta- la rubia había caminado hasta ubicarse atrás de la morena sosteniendo su mano temblorosa.- bájate de ahí y dame un abrazo por que tengo miedo- soltó en llanto la morena se volteo pero al dar un paso en falso perdió el equilibrio, si la rubia no la hubiera sostenido ella estuviera en el piso.

La rubia con todas sus fuerzas sujeto la mano de Santana con sus dos brazos y su pie derecho en el borde para tener mejor agarrare, la morena sentía miedo de caer pero la rubia la jalo para si abrazándola mientras ambas lloraban.

- No vuelvas hacer eso por favor, tengo mucho miedo- dijo la rubia abrazándola a la morena mientras ocultaba su rostro en el cuello, la morena acariciaba su espalda igualmente llorando.

-Perdóname lo siento mucho- dijo la morena en su odio- no te dejare nunca-

Tan metida en sus pensamientos, que habría pasado si Quinn no hubiera llegado, solo dios sabia que sucedería. En gran parte Quinn era su ángel de la guardia, reaccionó al ver que su cuerpo se movía de un lado para el otro y eso significada una sola cosa. Aterrizaron.

-Quinn- acaricio su mejilla dulcemente- despierta dormilona- la rubia solo abrió un ojo y se apretó al costado de Santana- no seas floja ya llegamos-

-No quiero ir a la escuela- dijo media dormida- a parte ya es tarde el guardia no me dejara pasar- murmuro con los ojos cerrados la morena solo la veía con ternura pidió a Alfonso esperar un poco mas este solo asintió y bajo para tener todo controlado.

-Quinn hay chocolate en el coche- dijo susurrando la rubia abrió un ojo, la morena hablo de nuevo- también pedí tu soda favorita- la rubia abrió el otro ojo mirando a la morena.

-En serio no me mientes- dijo apuntándola con el dedo.

-absolutamente no- dijo la morena mordiéndole el dedo la rubia chillo del dolor.

-Entonces vamos tengo hambre- dijo levantándose- ¿por que siempre somos las últimas en bajar? Deberían avisarnos - dijo la rubia peinado su cabello alborotado.

-Quinn ellos esperan siempre porque te cuesta levantarte- la miro acusadoramente- les digo siempre eso para que no esperen por nosotras.

-Ah bueno- se disculpó la rubia con una sonrisa- prometo no hacerlo de nuevo-

-Y siempre terminas diciendo eso- dijo la morena con una sonrisa.

-Esta vez va en serio- le agarro su mejilla como si se tratara de una bebe- andando morena-

-Gracias por su servicio, estuvo todo de maravilla como siempre- se dirigió la rubia hacia las azafatas y despidiéndose con un beso en la mejilla bajo.

-Gracias por todo espero que disfruten las vacaciones nos vemos en dos meses- dijo la morena estrechando la mano con las azafatas y salió rápidamente al ver que empezaba a llamarla.

-Señorita Lopez, bienvenida- dijo el asistente que estaría acompañando a Santana a partir de ahora.- mi nombre es Kurt Hummel soy de Holanda y llevo trabajando cinco años en la empresa.- dijo el chico sonriente. Santana miro a su mejor amiga que conversaba alegremente con una chica pequeña con flequillo le parecía bonita. -Encantada de conocerte Kurt puedes decirme Santana no me gustan las formalidades con personas jóvenes como tu y yo.- puso una mano en el hombro del chico y pudo jurar que se tensó- relájate no soy como mi padre- el chico pareció sacar todo el el aire que tenía en sus pulmones causando la risa de Alfonso y de Santana- yo soy mas como mi mama, seremos grandes amigos-

Kurt Hummel


Quinn que conversaba con la chica de flequillo se acercó al escuchar la palabra grandes amigos.

-San, ella es Rachel será mi nueva asistente- dijo la rubia alegremente.

-Mucho gusto, señorita Santana para mi es un placer conocerla en persona he escuchado muchas cosas de usted y permítame decirle que es admirable y hermosa en persona- hablo lentamente la morocha, Kurt solo negaba la cabeza.

Rachel Berry


-Encantada Rachel espero que puedas con esta rubia- atrajo a la rubia y le beso la cabeza- suele ser un estorbo aveces-

-Oye, eso no decías cuando estábamos- la morena le tapo la boca sintiendo sus mejillas enrojecer- cálmate tomatito- dijo la rubia con una sonrisa.

-Me la pagaras rubia- dijo Santana soltando la boca de su amiga haciendo reír a los chicos.

-¿Quienes van a ser grandes amigos?- dijo la rubia mirando al chico-

Un pequeño detalle Quinn era celosa muy celosa con Santana.

-Eh yo ... Yo- dijo el chico buscando una ayuda en la mirada de la morena.

-Por favor vamos a mi casa me siento aquí el centro de atención de todos- observo a su alrededor era verdad Santana aparte de que todos supieran su nuevo nivel de sociedad, llamaba la atención por su belleza y su físico.

-Tienes razón- hablo Alfonso- Santana y Quinn por favor suban al coche- estas obedecieron inmediatamente sin objetar nada.




-Kurt y Rachel- estos al escuchar sus nombres obedecieron al señor.

Una vez dentro de la camioneta, Kurt le explicaba que debía de presentarse a la entrevista privada que ella misma había programado, la morena sin opinar nada solo asintió.

Con Rachel y Quinn esta le decía a la rubia que sus primeras presentaciones eran solo fotografías para un nuevo lanzamiento de ropa por la industria Prada y Chanel. La habían estando localizando pero ella a propósito se desconecto de todo quería relajarse con su amiga.

Gracias por su comentarios me animan seguir escribiendo, si llega a 5 subo el siguiente.

Cuando aparece Mi Britt-Britt

cuando aparecera Britt?? Santana estuvo con Quin??

Heya Morrivera escribió:Cuando aparece Mi Britt-Britt

Hoy es tu noche, tus deseos se harán realidad, disfruta.

-Quinn-

El sentimiento es tan familiar, que estoy segura si el señor Santiago estuviera aquí, se sentiría muy orgulloso. Estoy aquí junto a mi Santana en un camerino con dos sujetos maquillando su rostro para la primera entrevista que tendrá. La audiencia y los medios les llaman el regreso de los López.

No puedo decir que es diferente acerca de las entrevista que tenía el señor Santiago siempre fueron así, y me siento feliz por mi amiga y un poco nerviosa por las preguntas que le harán conozco este medio y aveces se van por otros caminos. Sin embargo, no estoy segura de haber visto a alguien tan increíble como mi mejor amiga antes.
Santana es .. No hermosa en el sentido de niña bonita. O incluso en el sentido de tipa de carácter fuerte. Es una maravillosa combinación en medio. No es tan alta, pero tampoco tan enana. No es demasiado mala, no demasiado maravillosa. Está usando jeans y una blusa blanca siempre acompañada de su collar que le regaló su padre y el mío regalo de cumpleaños, su ropa nada fuera de otro mundo. Así era Santana sencilla y hermosa.
Siente mi mirada y sonríe levantando su mano en busca de mi presencia.

-Quinn dime como estoy- dice con una sonrisa que no había visto antes-
-Estas hermosa san- digo sentándome en el mueble tomando su mano-
-Ando muy nerviosa por lo que diré- me miro alzando las dos cejas
-Tu podrás controlarlo- la miro con seguridad y ella lo acepta con una sonrisa, la puerta suena y yo me levanto me informan que estarán al aire en 2 minutos y que Santana debe salir ya, asiento y digo que va enseguida. Me giro con una sonrisa y observo a Santana parada con sus dos manos en la cintura con una espléndida sonrisa. Ella esta feliz.
-San estas hermosa mujer- dijo acercándome a ella-
-Gracias Quinn- dice mi amiga
-Chicas un minutos- dice el hombre vestido de negro debe ser staf.
-Bien deséame suerte- me abraza y se que esta sonriendo.
-No la necesitas- le digo en el oído me separo un poco haciendo contacto visual- Estaré ahí apoyándote- dice mientras nos encaminamos a las cortinas.

Comienza a salir una música nos miramos Santana y yo y al segundo bailamos solo por diversión eso nos indican que apenas termine de hablar el sujeto ella saldrá por una cortina, ella me tira un beso volado muy de ella mientras la llevan hacia la entrada y me suelto a reír -Muy buenos tardes, fanáticos a la economía y el mundo de la riquezas y empresarios, tengamos el placer de recibir a la mas hermosa, la más joven de esta industria, la señorita Santana López.-

------------------------------------------------------------------------------------------------------
-Brittany-

¿Y si estuviese a punto de llegar el fin del mundo? ¿Y si nos encontráramos ante una nueva glaciación? Esta sería la primera escena de la película: una chica y una chica que pasean tranquilamente por un parque, de la mano, hablando de ellas, del futuro, sin saber que el tiempo del que disponen está a punto de acabar..., aunque normalmente en las películas los personajes intuyen que el fin del mundo se está acercando, de modo que pueden hacer, en veinticuatro o cuarenta y ocho horas, todo cuanto nunca se han atrevido a hacer.



-Brittany, ¿se puede saber en qué estás pensando?- me pregunta Emily—. ¿Y por qué me has traído al parque?
-Ya sabes que no me gusta hablar sentada.
-Pues habla, aquí me tienes.
—¿Tú qué harías si te dijera que el mundo está a punto de terminar?
Emily eleva los ojos hacia el cielo y sonríe.
Luego me mira, moviendo la cabeza. Sabe que no daré mi brazo a torcer hasta que haya obtenido una respuesta.
—Vale... Supongo que procuraría pasar el tiempo que me quede con las personas a las que quiero; es lo que dicen todos, ¿no? Pero ¿qué tiene que ver eso con lo que quieres contarme?
—Nada, nada, solo estaba divagando. —De acuerdo... Y bien, ¿cuál es la novedad?
—Emi, me he decidido. Quiero intentarlo.
Estamos dando vueltas por el estanque del parque Sempione, uno de mis lugares preferidos de Milán.

Los árboles ya han empezado a perder las hojas, y yo ya he empezado a preguntarme cómo demonios hacen los patos para no pasar frío si se pasan todo el día en remojo.
Emily no dice nada, tampoco me mira a los ojos. Se limita a seguir andando, pero afloja un poco la mano que tiene entrelazada con la mía.

—Lo siento, pero es lo que quiero hacer...
Emily permanece en silencio, contemplando el estanque, donde un niño da de comer a unos patitos hermosos.
—Así que ¿te has decidido? — me pregunta, aunque se nota que otros pensamientos se le agolpan en la cabeza.
—Sí, creo que sí. Todavía no se lo he dicho a nadie. Tú eres la primera en saberlo.
—¿Y cuándo te dirán si te han admitido?
—Puede que en febrero... Entonces, si puedo matricularme, tendré que regresa Emily allí en verano.
—¿Y cómo vas a hacer con los papeles, el visado, todo ese rollo...? ¿Y dónde vas a vivir? —me pregunta, pero es evidente que esto no es lo que querría preguntarme.
—Alquilaré un piso, ya he visto una página web que tiene un montón de anuncios. Para los papeles, sacaré el visado de turista, que dura tres meses; después, si me aceptan en la universidad, me darán el permiso de estudiante.

Emily sonríe con amargura y mueve la cabeza, como hace cada vez que un pensamiento triste cobra forma en su cabeza.

—¿Qué pasa? — le pregunto.
—¿Y si no te aceptan?
—Si no me aceptan, pues vuelvo aquí y me matriculo en algo. Pero quiero intentarlo. Emi, sé que después va a ser más difícil, aunque tú también terminarás el instituto, y entonces todo será más fácil, podrás venir a verme, o quizá podrías estudiar allí. Lo que quiero decir es que al final tú también tendrás que decidir qué es lo que quieres hacer.
- Sí, pero yo no tengo intención de marcharme, ni siquiera sé qué quiero hacer.
—Justo por eso no tiene sentido que ahora nos cerremos el paso. Es mejor que cada una siga su camino, y después... después ya se nos ocurrirá algo.
—Brittany, ahora el problema no soy yo, nosotros no somos el problema. Lo que pasa es que no entiendo qué te ha hecho cambiar de opinión. ¿Por qué quieres irte tan lejos? ¿Qué necesidad hay? Aquí, en Milán, podrías hacer lo mismo, ¿no?
—No quiero estar en Milán, tampoco en Italia. Aquí... todo me da asco, los políticos, la gente, todo.
—¿Qué quieres decir? ¿De qué hablas? — me pregunta Emily con una voz chillona que delata sus nervios.
—Los fachas, las trivialidades, tanta palabrería...nena, te juro que estoy empezando a odiar a la gente... Sé que hago mal, pero no puedo evitarlo.
Inexplicablemente, ella sonríe tras mis palabras, con lo que me demuestra que nunca la entenderé.
—Brittany, yo estoy de acuerdo contigo en muchas de esas cosas, y además. además, me gusta cómo te explicas..., pero ¿por qué tienes que huir? ¿Por qué no te quedas aquí e intentas cambiar las cosas?
—No huyo, lo que quiero es hacer algo en la vida, algo diferente, así que, como primer paso, quiero largarme de aquí.
—¿Y para ti la solución a todo es ir a Estados Unidos? ¿A estudiar Economía? No te entiendo. Decías que querías. Me hablabas de cine, de literatura, había un montón de cosas que te entusiasmaban. ¿Qué es lo que te ha hecho cambiar de opinión? Tú no eres así.

Emily se detiene y esta vez me suelta la mano. Mira hacia el estanque como si hubiese un horizonte infinito. Un nuevo grupo de patos avanza hacia el niño, que sigue lanzando trozos de pan seco desde la orilla. Pero hay también un patito que permanece apartado, ajeno a la comida.

-Fíjate, ese eres tú — dice Emily señalando el patito con un gesto de la cabeza—. Siempre te has quedado así, apartado. Siempre has mirado el mundo desde un lado, y por eso me gustabas, por eso me enamoré de ti. Estaba segura de que, cuando hubieras decidido hacer algo... No sé, estaba segura de que te inventarías algo increíble, estaba segura de que me asombrarías. Y ahora resulta que de repente ves a un niño tirando pan seco al agua y lo mandas todo al traste y te vas corriendo a coger tu trozo con los demás...
—Emily, si es justo para evitar todo eso por lo que me marcho. Si me quedara aquí significaría que... Vale, es inútil, tú tampoco me comprendes.
—No, Brittany, yo procuro entenderte, de verdad que me esfuerzo, pero lo que estás haciendo me parece absurdo. Quieres irte, dices que quieres largarte, y luego resulta que te vas a matricular en Economía en Estados Unidos. ¿Eso qué significa? ¿Quieres convertirte en un empresario? ¿Desde cuándo?
Emily deja de hablar y baja la cabeza. Le suena el móvil en el bolso, pero no le hace caso.
—Lo increíble — prosigue— es que hasta tus padres te respaldan, te dicen que hagas lo que más te guste, lo que más vaya contigo, y en cambio tú...
—¿No comprendes que lo malo es justo eso? ¿No comprendes que esa es la vida que no quiero? Mis padres tomaron sus propias decisiones, yo quiero tomar las mías.
—¿Y huir sería una decisión?
—Emily, te niegas a entenderme, y si aún fueras mi amiga estoy convencido de que ahora estarías de mi parte.
—Brittany, soy tu amiga. pero también tu novia, y si decides marcharte e irte a vivir a otro continente, tendré que aceptarlo. Pero te pregunto una cosa, ¿cómo crees que podremos seguir juntos?

Capítulo 5
-Siempre seré yo-

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

-Emily-



—¿De qué tienes miedo? — me pregunta. Ya, ¿de qué tengo miedo?

Tengo miedo de que Brittany conozca a una monada extranjera y se acueste con ella, tengo miedo de que descubra una vida más divertida y plena, que recuerde con hastío su antigua vida en Milán, tengo miedo de que se olvide de mí, tengo miedo de perder nuestra intimidad, tengo miedo de que nuestros caminos se separen, tengo miedo de que ese distanciamiento nos aleje para siempre.

—Tengo miedo de perderla — admito.
—Emily, esa rubia está enamorado de ti, ¿cuántos años lleváis juntas?
—Dos.
—¿Dos? — repite Hanna casi con incredulidad.



—Empezamos a salir hace dos veranos, de modo que sí, un poco más de dos
años.
—¿Y sigues teniendo dudas?
—No tengo dudas sobre nosotros, pero me asusta que pase algo. Me da miedo que salga mal; además, ya lo sabes, entre nosotros todo ha sido siempre complicado.
—¡Porque vosotros sois complicados! Por eso se quieren!!

------------------------------------------------------------------------------------------------------
-Brittany-

CUANDO llego al restaurante, la puerta principal sigue cerrada, así que voy a la parte de atrás para entrar por la cocina. En el patio me encuentro a Jorge, el pinche de cocina marroquí, que está fumándose un cigarrillo. Me mira intrigado.

—¿Mi padre está dentro? — pregunto, aunque sé la respuesta. Asiente y me señala la cocina con un gesto de la cabeza.

Tan pronto como abro la puerta de servicio me acomete el aroma de la carne dorada en la sartén. El mismo que huelo en casa cuando mi padre cocina para toda la familia.
Mi padre está en los fuegos, muy atareado. Sonríe contento empuñando las asas de dos sartenes grandes de aluminio en las que hay varios trozos de carne. La radio rechina de fondo.

—¡Hija!- exclama al verme en la puerta-¿qué haces aquí?
—Tengo que hablar contigo — digo, y me prometo mentalmente mantener un tono sereno y limitarme a comunicarle mi decisión.
Mi padre deja lo que está haciendo, se seca las manos con un paño y me mira, frunciendo el entrecejo con aire preocupado.
—¿Qué ha pasado?
—No, nada — respondo, aunque sé que no se trata precisamente de nada—. He decidido que voy a intentarlo.
En ese instante una llamarada se eleva de los fuegos, mi padre se percata y, con un ademán seco, remueve la sartén y baja la llama.

Cuando se vuelve de nuevo hacia mí, la decepción es más que evidente en su rostro. Y lamentablemente me recuerda la expresión de Emily cuando le hablé de mis propósitos.

—Creía que te lo habías repensado — me dice—. Lo habíamos considerado durante mucho tiempo. también habías hablado con ese amigo mío de la editorial.
—Tú lo habías considerado — lo interrumpo bruscamente—. Por otro lado, ¿qué tiene que ver con esto tu amigo?
—No, vale, perdona, sabes que no quiero condicionarte. Solo digo que en tu lugar yo me lo habría pensado un poco más.
—Me lo he pensado. Y está decidido.
—No sé si te lo has pensado bastante — rebate, mientras saca los trozos de carne de las sartenes y luego los pasa a una cacerola. En las sartenes ha quedado un archipiélago de restos pegados.
-Papá, sé que no es lo que habrías hecho tú, pero es lo que yo quiero hacer.
—Yo no quiero nada, Brittany, lo que yo quiero es que hagas lo que te parezca bien.
—Brittany-continúamidiendo cuidadosamente las palabras—, lo único que creo es que tengo unos años más que tú y un poco más de experiencia. El momento por el que estás pasando lo he vivido yo también, hace muchos años. Tomé mis decisiones y por eso creo que puedo darte algún consejo.
—¿Y cuáles fueron tus decisiones? Estudiaste Filosofía, recorriste el mundo, hiciste lo que querías, hasta escribiste dos libros cuando tenías treinta años, ¿y después? Nada. Y ahora eres pinche de cocina, y el dinero nunca llega. ¿Has alcanzado tus sueños? Vale, si este es el resultado, yo no lo quiero. Yo no quiero esta vida. ¡Yo no quiero tu vida!
Mi padre permanece en silencio unos segundos. La mirada baja, los labios crispados. No consigo interpretar su expresión. No sé decir si es de rabia o solo de decepción, pero de golpe me arrepiento de mis palabras. Me he pasado.

—Oye, papá, espera, lo que quiero decir...
—Haz lo que quieras — me interrumpe con voz alterada—. Pero no vuelvas a preguntarme nada. Decide tú sola. Yo no quiero saber nada.

------------------------------------------------------------------------------------------------------
-Emily-

—Brittany, ¿has guardado el gorro de lana? Oye, que en New York hace frío.
—Lo he guardado, lo he guardado.
—Cuando llegues, envíame un mensaje para decirme que has llegado bien, por favor, recuérdalo.
—En cuanto baje del avión te lo envío.
—¿Y qué vas a comer allí? No puedes alimentarte todos los días de McDonald's.
—¿Por qué no?
—Brittany, hablo en serio, ¿qué vas a comer?
—Contando con los atracones que nos damos siempre, pensaba no comer nada hasta que vuelva en Navidad.

El gran día ha llegado. El avión despegará dentro de poco más de una hora y, para evitar confusiones, conviene que se sepa desde ya que la persona que le está dando los últimos consejos antes de salir no soy yo, sino su madre. Pues sí, ella también ha venido, en compañía de la hermanita de Brittany, quien sin embargo parece no haber entendido aún qué está pasando. Su padre, en cambio, tenía que trabajar, aunque me temo que el auténtico motivo de su ausencia es otro.

- Mamá, ¿ahora puedes dejarnos solos dos minutos?
Su madre lo mira con los ojos vidriosos y con expresión de absoluto desconsuelo.
—¡Mamá, no me voy a la guerra! También presenté solicitud para entrar en el ejército, pero me han rechazado, así que...
Ella no lo deja terminar la frase y lo abraza con fuerza, mientras su hermanita observa la escena impasible.
Por fin se alejan y nos quedamos solos.
—Adiós, idiota.
—¿Por qué idiota?
—Porque te haces la chistosa hasta el final.
—Sabes que no me gustan todas estas ceremonias.
—Eres una estupida.
—¿Tienes ganas de insultarme?
—Sí, un poco, quiero anticiparme.
—¿Anticiparte a qué?
—A todas las veces que no vas a llamarme, que no vas a responder enseguida a mis mensajes, que me cabrearás llamándome borracho desde una fiesta para decirme que te lo estás pasando genial...
—Ajá, ¿conque ya lo sabes todo?
—Jura que no vas a divertirte. Júrame que te aburrirás y que te pasarás las noches en casa llorando y gritando mi nombre.
—Vaya, te parecerá increíble, pero eso es justo lo que pensaba hacer. Ahora mismo iba a decírtelo.
—Tú y yo somos incapaces de hablar en serio, ¿verdad?- Nos quedamos mirándonos, en silencio.

Después de una última mirada, Brittany se aleja hacia la salida. Lo veo entrar en el laberinto que conduce al detector de metales. Y en ese instante oigo un grito.

—¡Brittanyyyyy! — prorrumpe una vocecita chillona. Es su hermanita—. ¡Brittanyyyyy! — grita de nuevo.

Se zafa de los brazos de su madre y echa a correr. Pasa por debajo de todas las barreras y se lanza sobre ella, llorando. Brittany se agacha y la abraza, esbozando una sonrisa tranquilizadora. Me fijo primero en ella y luego en su madre, que observa la escena desde lejos. Ya, no se está yendo a la guerra, vale, ¡pero eso qué más da! Dejo de lado mi sentido del pudor y me dirijo hacia Brittany, primero andando y luego improvisando un ridículo trote, pues no tengo el valor suficiente para ponerme a correr. Yo también lo abrazo y nos quedamos así, unidas, las tres.

—Júrame que no vas a cambiar — le susurro al oído—. No quiero que cambies.
—Emily, seré siempre yo, independientemente de lo que haga.

La rubia de ojos azules había tocado tierra americana, estaba tan feliz de sentirse segura que lograría todo lo que había estando pensando en el avión.

Mientras caminaba por las calles coloridas de New York se acordó de su hermana, le había sido difícil un minuto mas pasar con ella, volvería si ella se lo pidiera pero tenía que se fuerte su hermana era su motivo a seguir en la vida.



Emily no sabia que hacer con ella la quería pero no la amaba tanto, nunca entendió su relación con ella pero al final de cuenta le estimaba mucho y nunca fue valiente para frenar la relación hasta darse cuenta que habían llevado dos años juntas. ¿Llevarían años en la distancia? No tenía idea y tampoco quería comerse el cerebro por pensar tanto en eso. Ahora lo que debía hacer la rubia era encontrar un departamento de estudiante muy cerca de la universidad comprar algunos alimentos, daba gracias internamente cuando su padre la puso en un curso de inglés hace dos años atrás, sino fuera por él ella estuviera perdida en este mundo americano.

Mientras caminaba no dejaba de ver los anuncios tan iluminados se preguntaba porque la gente caminaba tan rápido y no se tomaba el tiempo para leer al menos uno de ellos o simplemente mirar. Por limeños tomarse el lujo de mirar a las modelos hermosas que están en esos anuncios. ¿Que estaba pensando? Tenía novia y ya estaba pensando en modelos. Debía de borrar ese pensamientos Emily aunque estuviera lejos de ella tenía una intuición.



Estaba en una esquina del semáforo atrás de un buen número de persona vestidas de trajes formales con sus móviles hablando en voz alta, otros esperaban ansiosamente que el semáforo cambiara al color verde, ella solo esta disfrutando de este día con una sonrisa, Italia era hermoso pero estar en esta cuidad era increíble muy increíble, miro hacia el horizonte disfrutado ver a las personas en su propio mundo pero ella solo se había fijado en una persona. No estaba vestida como las demás personas, llevaba puesto
Se abrió paso entre la gente y, cuando finalmente consiguió salir al exterior, la encontró concentrada en su teléfono. Se habían formado varios corrillos de hombres con cámara alrededor, aunque ella parecía ajeno a su interés y ojeaba de nuevo el celular que tenía entre las manos. Y es que aquella chica llamaba la atención.

No se había dado cuenta que el semáforo había cambiado, ella no supo mover sus piernas tenía su mirada puesta en aquella chica, pensó que se trataría de alguna famosa que estaba recorriendo las calles con sus guardaespaldas. Desde lejos podía verla perfectamente llevaba puesto un lindo par de zapatos de aguja color negro mientras recorría con su mirada aquella mujer sus piernas fue su perdición tan lisas y perfectas su lindo vestido color blanco resalta por los detalles que tenía al borde de su vestido mientras su mirada subía poco a poco, sus manos delgadas limpias y finas, su reloj caro que lleva puesto en la mano derecha era zurda, su brazos están delgados pero algo volvía loca en ella su tono de piel, brillaba y había una combinación perfecta, su cuello se veía exquisito se veía tan tentador poner sus dedos en ella y acariciarlo. Su rostro tan sensible femenino, su quijada era perfecta encajaba perfectamente con su rostro su nariz fina, los labios tan gruesos que apetecía agarrarlos con dos dedos y jugar con ellos todo el día, su mirada no podía verla estaba tan conectada al teléfono, río en sus adentro al ver como sacaba su lengua y fruncía el ceño.

El semáforo la había sacado de sus pensamientos indicando que podían cruzar sólo tenían veinte segundos, y ella no los despreciaría tristemente tuve que apartar aquellos pensamientos de esa linda chica, se dio cuenta que alzo la mirada, ella se puso nerviosa y miro para el otro lado. La chica del otro lado se quedo mirándola con una sonrisa, los fotógrafos tomaban cada seña o paso que daba aquella chica.

Brittany sin saber porque conecto la mirada con la linda chica, mientras su pies avanzaban, sin esperar una orden de parte de ella. La otra chica de la calle estaba por cruzar cuando una bocina parecida a la de un coche venia a toda velocidad la rubia rompió aquel contacto para mirar al sur, un carro venia a toda prisa y su objetivo era seguir de largo no tenía intenciones de parar estaba hablando con el celular.

Corrió la rubia indicándole con la mano que retrocediera pero el grupo de fotógrafos no dejaba ver que la rubia le hacia señas la chica sin saber bien que hacer corrió hacia la rubia.

La rubia nunca había estado tan angustiada en una situación como esta, la distancia para ser cada vez mas larga y creyó que no llegaría nunca, el coche se acercaba y ella disminuía la distancia lo más rápido que podía, el coche se acercaba y nadie se daba cuenta solo ella, dio el último paso brincado hacia la chica tomándola por la cadera esta le sujeto el cuello con fuerza, la rubia tenía intención de caer en la vereda y estar a salvo. Sucedió tan rápido pudo escuchar como el coche frenaba quemando los neumáticos y estrellándose con el poste del semáforo, escucho el sonido de la cámara y muchas voces. Aun la tenía abrazada a ella estaba en el piso y ella en sus brazos siento calidez de inmediato, alzo la cabeza y solo observo como la chica estaba aferrada a tu cuerpo con los ojos cerrados.

Comenten por favor.

Ahhh y como su principe de armadura aparece mi britt y la salva sube otro anda plisss

me encanto !!! sube otro !! =D

Me encanto como salva a San, dios que va a pasar??
Gracia a dios que no ama a Emily solo le tiene cariño, nada mas,pero al ver a San de lejos no pudo sacar los ojos de ella y ahora le salva la vida

Me gusto la parte de brittany salvando a santana

Sanny25 escribió:cuando aparecera Britt?? Santana estuvo con Quin??

Hola, no había visto este mensaje por lo tanto te pido disculpas, britt ya apareció, la relacion que tiene santana con quinn es de mejores amigas-hermanas. espero que sigas comentando.

Heya Morrivera escribió:Ahhh y como su principe de armadura aparece mi britt y la salva sube otro anda plisss

Quien no quiere ser salvada por britt?? gracias por comentar... besos

ant0ne escribió:me encanto !!!  sube otro !! =D

Por supuesto, gracias por comentar.