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Finalizado [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Mar Dic 06, 2016 3:02 am

SUEÑOS DE MEDIA NOCHE: EL TRATO


Ella está a punto de hacer un trato con la chica mala de la universidad... Santana  López por fin ha encontrado a alguien que la enciende. Pero mientras que podría estar confiada en cualquier otra área de su vida, ella acarrea un gran equipaje cuando se trata de sexo y seducción. Si quiere llamar la atención de su amor platónico, va a tener que salir de su zona de confort y hacerse notar... incluso
si esto significa dar tutoría a la molesta, infantil y engreída capitana de la porristas, a cambio de una cita falsa.

...Y va a ser oh tan bueno.

Todo lo que Brittany Pierce siempre ha querido es ser animadora  profesional después de la graduación, pero la caída de su promedio general está amenazando todo por lo que ha trabajado tan duro. Si ayudar a una morena sarcástica a poner celoso a otro chico le ayudará a asegurar su posición en el equipo, está completamente de acuerdo. Pero cuando un beso inesperado conduce al sexo más salvaje de la vida de ambas, no pasará mucho tiempo para que Brittany se dé cuenta que de que fingir no llevará a nada. Ahora sólo tiene que convencer a Santana  que la chica que ella quiere se parece mucho a una Rubia muy cercana a ella.
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Mar Dic 06, 2016 3:05 am

CAPITULO 1
SANTANA


Él no sabe que estoy viva. Por enésima vez en cuarenta y cinco minutos, echo un vistazo en dirección a Noah Puckerman, y es tan hermoso que hace que mi garganta se cierre. Aunque probablemente debería venir con otro adjetivo, mis amigos hombres insisten en que a los hombres no les gusta ser llamados hermosos.

Pero santo infierno, no hay otra manera de describir sus rasgos duros y ojos marrones conmovedores. Lleva una gorra de béisbol hoy, pero sé lo que hay debajo de ella: cabello grueso y oscuro, del tipo que luce sedoso al tacto y te dan ganas de correr tus dedos a través de él.

En los cinco años transcurridos desde la violación, mi corazón ha latido por sólo dos chicos. El primero me dejó. Éste es simplemente ajeno. En el podio de la sala de conferencias, la profesora Tolbert ofrece lo que he llegado a referirme como el Discurso Decepción. Es el tercero en seis semanas. Sorpresa, sorpresa, el setenta por ciento de la clase tiene una C-más o menos en el examen de mitad del semestre.

¿Yo? soy una experta en eso. Y estaría mintiendo si dijera que la grande y roja ¡A! redondeada en la parte superior de mi examen no había llegado como una sorpresa total. Todo lo que hice fue garabatear una corriente interminable de mierda para tratar de llenar el folleto.

Ética Filosófica se suponía que era una brisa. El profesor que solía enseñarlo entregó pruebas de opción múltiple descerebradas y un “examen” final que consiste en un ensayo personal que plantea un dilema moral y preguntó cómo ibas a reaccionar ante él.

Pero dos semanas antes del inicio del semestre, el profesor Lane cayó muerto de un ataque al corazón. Escuché que la señora de la limpieza lo encontró en el suelo del baño, desnudo. Pobre tipo. Por suerte (y sí, eso es sarcasmo total) Pamela Tolbert intervino para hacerse cargo de la clase de Lane. Es nueva en la Universidad Briar, y es el tipo de profesora que quiere que realices conexiones y “participes” con el material. Si esto fuera una película, ella sería la joven y ambiciosa profesora que se presenta en el interior de la escuela de la ciudad e inspira a los malhechores, y de repente todo el mundo está anotando sus As y recogiendo sus lápices, y en los créditos finales aumentando para anunciar cómo todos los niños entraron en Harvard o alguna mierda. Oscar instantáneo para Hilary Swank.

Excepto que esta no es una película, lo que significa que lo único que Tolbert ha inspirado en sus estudiantes es odio. Y sinceramente, no parece comprender por qué nadie está sobresaliendo en su clase. He aquí una pista: es porque hace el tipo de preguntas con las que podrías escribir una maldita tesis de postgrado.

—Estoy dispuesta a ofrecer un examen de reposición para cualquier persona que haya fallado o recibido una C-menos o más bajo. —Tolbert arrugó la nariz como si no pudiera entender por qué es incluso necesario.

La palabra que acaba de utilizar… ¿dispuesta? sí, claro. He oído que una tonelada de estudiantes se quejaron con sus consejeros sobre ella, y sospecho que la administración le está obligando a dar a todos una reivindicación. No se ve bien en Briar cuando más de la mitad de los estudiantes de un curso están reprobando, sobre todo cuando no son sólo los vagos. Sobresalientes estudiantes de A como Quinn, quien está enfurruñada a mi lado, también bombardeó el examen de mitad del semestre.

—Para aquellos de ustedes que elijan tomarlo de nuevo, se promediarán las dos notas. Si lo hacen peor la segunda vez, la primera nota se mantendrá —Termina Tolbert.

—No puedo creer que obtuviste una A —me susurra Quinn.

Ella se ve tan molesta que siento una punzada de simpatía. Quinn y yo no somos mejores amigas ni nada, pero hemos estado sentándonos una junta a la otra desde septiembre por lo que es razonable que hemos llegado a conocernos. Ella está en pre-medicina, y sé que viene de una familia excepcional que la quemarían y desplumarían si se enteran de su nota en el exámen.

—No puedo creerlo tampoco —susurro de vuelta—. En serio. Lee mis respuestas. Son divagaciones de tonterías.

—Realmente, ¿puedo? —suena ansiosa ahora—. Tengo curiosidad por ver lo que la Tirana considera material para una A.

—Voy a escanearlo y enviarte una copia esta noche —Prometo.

Al segundo que Tolbert nos ignora, la sala de conferencias se hace eco con ruidos de salgamos-malditamente-rápido-de-aquí. Portátiles se cierran de golpe, cuadernos se deslizan en mochilas, estudiantes se arrastran lejos de sus asientos.

Noah Puckerman permanece cerca de la puerta hablando con alguien, y mi mirada se engancha en él como un misil. Es hermoso. ¿He mencionado lo hermoso que es?

Mis palmas se vuelven húmedas mientras observo su hermoso perfil. Es nuevo en Briar este año, pero no estoy segura desde cual universidad se trasladó, y aunque no perdió el tiempo convirtiéndose en el receptor estrella en el equipo de fútbol, no es como los otros atletas en esta escuela. No se pavonea a través del campus con una de esas sonrisas Soy-el-elegido-como-regalo-al-mundo o aparece con una nueva chica en su brazo cada día.

Lo he visto reír y bromear con sus compañeros de equipo, pero emite un intenso ambiente inteligente, que me hace pensar que hay profundidades ocultas en él. Lo cual me hace aún más desesperada por llegar a conocerlo.

No me fijo normalmente en deportistas, pero algo acerca de este me ha convertido en una pila sin sentido de papilla.

—Estás mirando de nuevo.

La voz burlona de Quinn trae un rubor a mis mejillas. Me agarró babeando por Noah en más de una ocasión, y es una de las pocas personas a las que les he admitido mi obsesión.

Tina, mi compañera de cuarto también lo sabe, ¿pero mis otros amigos? Diablos no. La mayoría de ellos son de música o teatro, así que supongo que eso nos hace la multitud artística. O tal vez emo. Aparte de Tina, que ha tenido una relación si/no con un chico de fraternidad desde el primer año, mis amigos se deleitan destrozando la élite de Briar. Normalmente no me sumo, me gusta pensar que los chismes están debajo de mí, pero... seamos sinceros. La mayoría de los chicos populares son totalmente despreciables.

El caso en cuestión, Brittany S. Pierce, la otra estrella del deporte en esta clase. La chica camina alrededor como si fuera dueña del lugar. Supongo que es del tipo que lo es. Todo lo que tiene que hacer es chasquear los dedos y una niña ansiosa aparece a su lado. O salta a su regazo. O pega su lengua en su garganta. No luce como la Gran Chica Del Campus hoy, sin embargo. Casi todo el mundo se ha ido, incluyendo a Tolbert, pero Brittany permanece en su asiento, sus puños cerrados con fuerza alrededor de los bordes de su folleto.

Debe haber fracasado también, pero no siento mucha simpatía por la chica. Briar es conocida por dos cosas, Las Animadoras y el fútbol, lo que no es una gran sorpresa considerando que Massachusetts es el hogar de los Patriots y los Bruins. Los atletas que juegan actualmente en Briar casi siempre terminan en los profesionales, y durante sus años aquí consiguen todo en bandeja de plata, incluyendo calificaciones.

Así que sí, a lo mejor me hace un poquito vengativa, pero me da una sensación de triunfo saber que Tolbert no está aprobando a la capitána de nuestro equipo de Animadoras ganadoras del campeonato junto con todos los demás.

—¿Quieres agarrar algo del Coffee Hut? —pregunta Quinn mientras recoge sus libros.

—No puedo. Tengo ensayo en veinte minutos. —Me levanto, pero no la sigo hasta la puerta—. Adelántate. Tengo que revisar el calendario antes de irme. No recuerdo cuando es mi próximo tutorial.

Otra “ventaja” de estar en clase de Tolbert, junto con nuestra conferencia semanal, nos vemos obligados a asistir a dos tutoriales de treinta minutos a la semana. El lado positivo, Dana la Tutora de Conferencias realiza aquellos, y tiene todas las cualidades de las que Tolbert carece. Al igual que sentido del humor.

—Bien —dice Quinn—. Te veré más tarde.

—Hasta más tarde —digo después de ella.

Ante el sonido de mi voz, Noah se detiene en la puerta y vuelve la cabeza. Oh. Mi. Dios.

Es imposible detener el rubor que se enciende en mis mejillas. Esta es la primera vez que hemos hecho contacto visial, y no sabía cómo responder. ¿Decir hola? ¿Saludar con mi mano? ¿Sonreír?

Al final, me conformo con un pequeño gesto de saludo. Ya está. Fresco y casual, digno de una sofisticada estudiante junior. Mi corazón da un vuelco cuando la esquina de su boca se levanta en una mueca tenue. Asiente, y luego se ha ido.

Me quedo mirando la puerta vacía. Mi pulso explota en un galope porque santa mierda. Después de seis semanas de respirar el mismo aire en esta cerrada sala de conferencias, por fin me ha notado. Me gustaría ser lo suficientemente valiente como para ir tras él. Tal vez invitarlo a tomar un café. O cenar. O a un desayuno tardío… espera, ¿la gente de nuestra edad si quiera tiene desayunos tardíos? Pero mis pies permanecen arraigados al brillante y laminado suelo. Porque soy una cobarde. Sí, una total gallina de mierda cobarde. Estoy asustada de que vaya a decir que no, pero estoy aún más aterrorizada que vaya a decir que sí.

Estaba en un buen lugar cuando llegué a la universidad. Mis problemas sólidamente detrás de mí, mi guardia bajó. Estaba dispuesta a salir de nuevo, y lo hice. Salí con varios chicos, pero aparte de mi ex, Devon, ninguno de ellos hizo que mi cuerpo cosquilleara como Noah Puckerman lo hace, y eso me asusta.

Pasos de bebé.

Cierto. Pasos de bebé. Eso fue la pieza favorita que mi terapeuta aconsejó, y no puedo negar que la estrategia me ha ayudado mucho. Centrarme en las pequeñas victorias, Carole siempre lo aconsejó. Así que... la victoria de hoy... le hice una seña a Noah y él me sonrió. La próxima clase, tal vez voy a sonreírle de vuelta. Y después de eso, tal vez lo convenceré de ir por un café, cena o almuerzo.

Tomo una respiración mientras me dirijo hacia el estrado, aferrándome a ese sentimiento de victoria, por muy pequeñito que sea.

Pasos de bebé.
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Mar Dic 06, 2016 3:06 am

BRITTANY

Fallé.
Jodidamente fallé.
Durante quince años, Timothy Lane repartió As como mentas. ¿El año que yo tomo la clase? El corazón de Lane deja de latir, y quedo atascado con Pamela Tolbert. Es oficial. La mujer es mi archienemiga. Sólo ver su florida letra, la cual llena cada pulgada de espacio disponible en los márgenes de mi examen de mitad de semestre, me dan ganas de volverme el Increíble Hulk con el folleto y rasgarlo en pedazos.

Estoy obteniendo As en la mayoría de mis otros cursos, pero a partir de ahora, estoy obteniendo una F en Ética filosófica. Combinada con la C-más en Historia Española, mi promedio ha caído a una C-menos. Necesito un promedio de C-más para seguir siendo Animadora.

Normalmente no tengo ningún problema en mantener mi promedio arriba. A pesar de lo que mucha gente cree, no soy una deportista tonta. Pero bueno, no me importa dejar que la gente piense que lo soy. Las mujeres, en particular. Supongo que se encienden con la idea de agarrar a la gran chica rubia capitana de las Animadoras que sólo sirve para una cosa, pero como no estoy buscando nada serio, conexiones casuales con chicas que sólo quieren follar está muy bien para mí. Me da más tiempo para centrarme en mis practicas de Animadora.

Pero no habrá más practicas de Animadora si no subo esta nota. ¿Lo peor de Briar? Nuestro decano exige excelencia, académica y atléticamente. Mientras que en otras escuelas podrían ser más indulgentes con los atletas, Briar tiene una política de cero tolerancia. Maldita Tolbert. Cuando hablé con ella antes de la clase pidiendo crédito adicional, me dijo con su voz nasal sobre asistir a las tutorías y reunirme con el grupo de estudio. Ya estoy haciendo ambas cosas. Así que sí, a menos que contrate algún niño prodigio que use una máscara de mi rostro y haga el examen de reposición por mí... estoy jodida.

Mi frustración se manifiesta en forma de un gemido audible, y por el rabillo del ojo veo a algún idiota sorprendido. Me remuevo también, porque pensaba que estaba revolcándome en mi miseria sola. Pero la chica que se sienta en la última fila estaba aquí, y está haciendo su camino por el pasillo hacia el escritorio de Tolbert.

¿Mandy?

¿Marty?

No puedo recordar su nombre. Probablemente porque nunca me he tomado la molestia de preguntárselo. Ella es linda, sin embargo. Un infierno mucho más bonita de lo que había notado. Cara bonita, cabello oscuro, cuerpo ardiente, mierda, ¿cómo no he notado
ese cuerpo antes?

Pero lo estoy notando ahora. Vaqueros ajustados se aferran a un redondo y alegre culo que sólo grita "apriétame", y su suéter con cuello en V abraza un pecho seriamente impresionante. No tengo tiempo para admirar unos de esos atractivos visuales porque me atrapa mirando y una mueca toca su boca.

—¿Todo bien? —pregunta con una mirada mordaz.

Gruño algo en voz baja. No estoy de humor para hablar con nadie en este momento.
Una ceja oscura se eleva en mi dirección.

—Lo siento, ¿eso fue inglés?

Hago una pelota con mi parcial y arrastro mi silla hacia atrás.

—Dije que todo está bien.

—Bien, entonces.

—Se encoge de hombros y sigue por las escaleras.

Mientras recoge el portapapeles que contiene nuestro horario de tutorías, arrojo mi chaqueta de Animadora de Briar, luego meto mi patético parcial en mi mochila y la cierro.

La chica de pelo oscuro se dirige de nuevo al pasillo. ¿Mona? ¿Molly? La M suena bien, pero el resto es un misterio. Tiene su parcial en la mano, pero no echo un vistazo porque supongo que reprobó como todos los demás.

La dejo pasar antes de entrar al pasillo. Supongo que puedo decir que es la dama en mí, pero eso sería una mentira. Quiero comprobar su culo de nuevo, porque es un culo malditamente sexy, y ahora que lo he visto no me importaría otro vistazo. La sigo hasta la salida, de repente dándome cuenta cuan malditamente pequeña es, estoy un paso detrás de ella pero puedo ver la parte superior de su cabeza.

Justo cuando llegamos a la puerta, se tropieza con absolutamente nada y los libros en su mano retumban contra el suelo.

—Mierda. Soy tan torpe.

Ella se deja caer de rodillas y yo también, porque al contrario de mi declaración anterior, puedo ser una dama cuando quiero serlo, y la cosa amable y de buenos modales por hacer es ayudarla a recoger sus libros.

—Oh, no tienes que hacer eso. Estoy bien —Insiste.

Pero mi mano ya ha conectado con su parcial, y mi mandíbula cae cuando veo su nota.

—Maldito infierno. ¿Lo pasaste? —exijo.

Ella da una sonrisa humilde.

—Lo sé, ¿cierto? Pensé que había reprobado seguro.

—Santa mierda.

Me siento como si me acabara de tropezar con el Stephen puto Hawking y él estuviera colgando los secretos del universo bajo mi nariz.

—.¿Puedo leer tus respuestas?

Sus cejas se enarcan de nuevo.

—Eso es bastante atrevido de tu parte, ¿no crees? Ni siquiera nos conocemos.

Ruedo los ojos.

—No te estoy pidiendo que te quites la ropa, nena. Sólo quiero echarle un vistazo a tu examen parcial.

—¿Nena? Adiós atrevida, hola presuntuosa.

—¿Preferirías señorita? ¿Señora tal vez? Usaría tu nombre, pero no lo sé.

—Por supuesto que no. —Ella suspira—. Es Santana . —Luego se hace una
pausa significativa.—. Brittany.

Bueno, estaba muuuuy mal con la cosa de la M. Y no me extraña la forma en que ella enfatiza mi nombre como si dijera: ¡Ja! ¡Sé el tuyo, imbécil!

Recoge el resto de sus libros y se pone de pie, pero no le entrego su parcial. En cambio, salto en mis pies y empiezo a hojearlo. Mientras leo por encima sus respuestas, mi ánimo se desploma aún más bajo, porque si este es el tipo de análisis que Tolbert está buscando, estoy jodida. Hay una razón por la que soy estudiante de Historia, por el amor de Dios, yo trato con hechos. Blanco y negro. Esto sucedió en este momento a esta persona y aquí está el resultado. Las respuestas de Santana se centran en la mierda teórica y cómo los filósofos responderían a los diversos dilemas morales.

—Gracias. —Le doy la hoja, entonces, engancho mis pulgares en las trabillas
de mis jeans—. Oye, escucha. ¿Tú... considerarías... —Me encojo de hombros—.
Tú sabes…

Sus labios tiemblan como si estuviera tratando de no reírse.

—En realidad, no lo sé.

Dejo escapar un suspiro.

—¿Me asesorarías?

Sus ojos oscuros, el tono más oscuro que he visto en mi vida y rodeados de gruesas pestañas negras, van desde sorprendidos a escépticos en cuestión de segundos.

—Te pagaré —Agrego a toda prisa.

—Oh. Um. Bueno, sí, claro que esperaría que me pagaras. Pero...

Ella sacude la cabeza.

—. Lo siento. No puedo.

Reprimo mi decepción.

—Vamos, ayúdame. Si repruebo este examen de recuperación, mi promedio va a derrumbarse. ¿Por favor?

Lanzo una sonrisa, la que hace que mis hoyuelos salten y nunca falla al hacer que las chicas se derritan.

—¿Eso generalmente funciona? —pregunta con curiosidad.

—¿Qué?

—La sonrisa de niña sencilla... ¿Te ayuda a salirte con la tuya?

—Siempre —respondo sin vacilar.

—Casi siempre —Corrige—. Mira, lo siento, pero en serio no tengo tiempo. Ya estoy haciendo malabarismos con la escuela y el trabajo, y con la presentación de invierno que viene, voy a tener menos tiempo.

—¿Presentación de invierno? —digo sin comprender.

—Cierto, lo olvidé. Si no se trata de Animar, entonces no está en tu radar.

—¿Ahora quién está siendo presuntuosa? Ni siquiera me conoces.

Hay un latido, y entonces ella suspira.

—Soy una estudiante de música, ¿de acuerdo? Y la facultad de artes presenta dos actuaciones principales cada año, la presentación de invierno y la de primavera. El ganador obtendrá una beca de cinco mil dólares. Es algo así como un gran asunto, en realidad. La gente importante de la industria vuela de todas partes del país para verlo. Agentes, productores discográficos, buscadores de talento.... Así que, por mucho que me encantaría ayudarte…

—No lo harás —Refunfuño—. Parece que ni siquiera quieres hablar conmigo ahora mismo.

Su pequeño encogimiento de me-atrapaste es irritante como el infierno.

— Tengo que ir a ensayar. Lamento que estés reprobando este curso, pero si te hace sentir mejor, así está todo el mundo.

Entrecierro los ojos.

—Tú no.

—No puedo evitarlo. Tolbert parece responder a mi marca de mierdas. Es un don.

—Bueno, quiero tu don. Por favor, maestra, enséñame mierdas.

Estoy a dos segundos de dejarme caer de rodillas y suplicarle, pero ella se acerca a la puerta.

—¿Sabes que hay un grupo de estudio, ¿no? Te puedo dar el número para…


—Ya estoy en el —murmuro.

—Oh. Bueno, entonces no hay mucho más que pueda hacer por ti. Buena suerte en el examen de recuperación. Nena.

Ella sale rápidamente por la puerta, dejándome observándola con frustración. Increíble. Todas las chicas en esta universidad cortarían su maldito brazo por ayudarme. ¿Pero ésta? Huye como si acabara de pedir que asesinara a un gato para que pudiéramos sacrificarlo a Satanás.

Y ahora estoy de vuelta a donde estaba antes de que Santana -sin-una-M me diera esa tenue luz de esperanza. Absolutamente jodida.
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Mar Dic 06, 2016 3:10 am

CAPITULO 2
BRITTANY

Mis compañeros de piso están jodidamente borrachos cuando entro a la sala de estar después del grupo de estudio. La mesa de centro está repleta de latas vacías de cerveza, junto con una botella casi agotada de Jack, que sé que pertenece a Jake porque apoya la filosofía de que la cerveza es para maricas. Sus
palabras, no las mías.

Por el momento, Jake y Sam están luchando entre sí en un acalorado juego de Ice Pro, sus miradas pegadas a la pantalla plana, mientras furiosamente hacen clic en sus controladores. La mirada de Jake se mueve ligeramente cuando me nota en la puerta, y su segundo de distracción le cuesta.

—¡Demonios si! —canta Sam mientras sus defensas hacen un tiro pasando al portero de Jake y el marcador se ilumina.

—¡Ah, maldición! —Jake detiene el juego y lanza una mirada oscura hacia mí—. ¿Qué demonios, B? Acabo de ser derrotado gracias a ti.

No respondo, porque ahora yo estoy distraída, por la media desnuda sesión de besos que está sucediendo en la esquina de la habitación. Dean está en eso otra vez. Con el torso desnudo y descalzo, está tumbado en el sillón mientras una rubia en nada más que un sujetador de encaje negro y cortos shorts se sienta a horcajadas sobre él y se frota contra su entrepierna.

Ojos de color azul oscuro se asoman sobre el hombro de la chica, y Dean sonríe en mi dirección.

—¡Pierce! ¿Dónde has estado? —masculló.

Regresa a besar a la rubia antes de que pueda responder a la borracha pregunta.

Por alguna razón, a Dean le gusta tener relaciones en todas partes menos en su dormitorio. En serio. Cada vez que me doy la vuelta, él está en medio de alguna forma de libertinaje. En el mostrador de la cocina, el sofá de la sala, la mesa del comedor, el tipo lo ha metido en cada centímetro de la casa que está afuera del campus que los cuatro compartimos. Es un completo puto y no lo lamenta.

Por supuesto, yo no soy nadie para decirlo. No soy una monja, y tampoco lo son Jake y Sam. ¿Qué puedo decir? Los jugadores de hockey son hijos de puta en celo. Cuando no estan en el hielo, pueden ser encontrados generalmente conectandos con una o dos conejitas de hielo. O tres, si tu nombre es Sam y es la víspera de Año Nuevo del año pasado.

—Te he estado enviando mensajes de texto durante la última hora, Rubia. — Me informa Jake.

Sus enormes hombros se encorvan hacia adelante mientras desliza la botella de whisky en la mesa de café. Jake es un defensa agresivo, uno de los mejores con los que he jugado, y también el mejor amigo que he tenido. Su primer nombre es John, pero lo llamamos Jake, porque hace que sea más fácil diferenciarlo de Sam, cuyo primer nombre también es John. Por suerte, Dean es sólo Dean, por lo que no tenemos que llamarlo por su complicado apellido: Heyward-Di Laurentis.

—En serio, ¿dónde diablos has estado? —Se queja Jake.

—Grupo de estudio —agarro una Bud Light de la mesa y quito la tapa—.¿Cual es esta sorpresa de la que sigues balbuceando?

Siempre puedo decir cuan borracho está Jake basado en la gramática de sus mensajes de texto. Y esta noche debe estarlo extremadamente, porque tuve que volverme Sherlock para descifrar sus mensajes. Sorprs, significaba sorpresa. Ttcdv, me había tomado más tiempo para decodificar, pero creo que significaba ¿trae tu culo de vuelta? Pero quién sabe con Jake.

Desde su posición en el sofá, sonríe de manera tan amplia que es una maravilla que su mandíbula no se desajuste. Señala con su dedo pulgar hacia el techo y dice

—: Ve arriba y velo por ti misma.

Entrecierro los ojos.

—¿Por qué? ¿Quién está ahí?

Jake suelta unas risitas.

—Si te dijera, entonces no sería una sorpresa.

—¿Por qué tengo la sensación de que estás metido en algo?

—Por dios —grita Sam—, tienes algunos grandes problemas de confianza, B.

—Dice el idiota que dejó a un mapache vivo en mi dormitorio el primer día del semestre.

Sam sonríe.

—Oh, vamos, Bandit era jodidamente adorable. Él era tu regalo de bienvenida a la universidad.

Levanto mi dedo medio.

—Sí, bueno, me costó bastante deshacerme de tu regalo. —Ahora le frunzo el ceño porque aún recuerdo que costo que tres tipos de control de plagas sacaran al mapache de mi habitación.

—Por el amor de dios —gime Jake—. Sólo tienes que ir arriba. Confía en mí, nos agradecerás por ello más tarde.

La mirada de complicidad que ellos intercambiaron alivia mi sospecha. De alguna forma. Quiero decir, no voy a bajar la guardia por completo, no en torno a estos pendejos.

Robo dos latas más de cerveza al irme. No bebo mucho durante la temporada, pero la entrenadora nos dio la semana libre para estudiar para los exámenes parciales y todavía nos quedan dos días libres. Mis compañeras de equipo, cabronas con suerte, parece que no tienen problemas con beberse doce cervezas y animar como campeonas al día siguiente. ¿Yo? Incluso un mareo me da un dolor de cabeza escandaloso a la mañana siguiente y luego patino como una niña con su primer par de patines.

Una vez que volvamos al programa de prácticas de seis-días-a-la-semana, mi consumo de alcohol se reducirá al límite usual de uno/cinco. Un trago en noches de práctica, cinco después de un partido. Sin excepciones. Planeo aprovechar al máximo el tiempo que me queda. Armada con mis cervezas, me dirijo escaleras arriba hacia mi cuarto. El dormitorio principal. Si, utilice la táctica de yo-soy-tu-capitán para conseguirlo, y confía en mí, valió la pena la discusión que tuve con mis compañeros de equipo. Baño privado, bebé.

Mi puerta está entreabierta, una vista que me regresa de nuevo a modo de sospecha. Me asomo con cautela hacia el marco de la puerta para asegurarme de que no haya una cubeta con sangre, luego, le doy a la puerta un pequeño empujón. Esta cede y entro poco a poco, completamente preparado para una emboscada. Consigo una.

Excepto que es más una emboscada visual, porque maldita sea, la chica en mi cama parece que salió del catálogo de Victoria Secret.

Ahora, soy una chica. No sé los nombres de la mitad de la mierda que ella está usando. Veo encaje blanco y lazos rosados y mucha piel. Y estoy feliz.

—Te tomó bastante tiempo —Kendall me lanza una sonrisa sexy que dice; estás a punto de tener suerte, chica grande, y mi coño reacciona en consecuencia, humedeciéndose y palpitando—. Te estaba dando cinco minutos más antes de irme.

—Entonces llegué justo a tiempo.

Mi mirada recorre su vestuario digno de babear, y luego arrastro las palabras

—: Ah, nena, ¿todo eso es para mí?

Sus ojos azules se oscurecen seductivamente.

—Lo sabes, vaquera.

Soy muy consciente de que sonamos como los personajes de una película porno cursi. Pero vamos, ¿cuándo alguien entra en su habitación y encuentra a una mujer que se ve así? Se está dispuesto a recrear cualquier escena de mala calidad que ella quiera, incluso una que la involucre a ella fingiendo repartirle pasteles a una MMGF.

Kendall y yo primero conectamos durante el verano, por conveniencia, más que nada porque ambas pasábamos a estar en la zona durante las vacaciones. Nos encontramos en un bar un par de veces, una cosa llevó a la otra, y lo siguiente que sé es que estoy tonteando con una chica caliente de hermandad. Pero eso se fue acabando antes de que los exámenes parciales comenzaran, y aparte de unos pocos textos sucios aquí y allá, no he visto a Kendall hasta ahora.

—Pensé que podrías desear pasar un buen rato antes de que la práctica comenzara de nuevo.

Dice ella, sus dedos bien cuidados jugando con el pequeño lazo rosa en el centro de su sujetador.

—Pensaste bien.

Una sonrisa curva sus labios mientras se levanta hasta sus rodillas. Maldita sea, sus tetas prácticamente se están saliendo de esa cosa de encaje que lleva puesto. Me dobla un dedo.

—Ven aquí.

No pierdo el tiempo caminando hacia ella. Porque... otra vez... soy una lesbiana sin remedio.

—Creo que estás un poco demasiado vestida.

Dice, entonces agarra la pretina de mis pantalones vaqueros y abre el botón. Tira de la cremallera y un segundo después coño está en su mano. No he lavado ropa en semanas, así que no estoy usando ropa interior hasta hacerlo, y de la forma en que sus ojos estallan con calor, puedo decir que aprueba todo el asunto de no- bragas.

Cuando mueve sus dedos a mi alrededor, un gemido se desliza fuera de mi garganta. Oh sí. No hay nada mejor que la sensación de la mano de una mujer en mi coño. No, me equivoco. La lengua de Kendall entra en juego, y mierda santa, es mucho mejor que su mano.

Una hora después, Kendall se acurruca a mi lado y pone su cabeza en mi pecho. Su lencería y mi ropa están esparcidas en el piso de la habitación, junto con algunos juguetes y la botella de lubricante que no habíamos necesitado abrir.

Lo de acurrucarse me pone aprensiva, pero no puedo exactamente apartarla y exigirle que se vaya, no cuando ella claramente puso un montón de esfuerzo en esta seducción.
Pero eso me preocupa también. Las mujeres no usan ropa interior cara para tener sexo de una noche, ¿verdad? Estoy pensando que no, y las siguientes palabras de Kendall validan mis inquietantes pensamientos.

—Te extrañé, bebé.

Mi primer pensamiento es: mierda.

Mi segundo pensamiento es: ¿por qué?

Porque en todo el tiempo que hemos estado conectando, Kendall no ha hecho ni un solo esfuerzo por llegar a conocerme. Si no estamos teniendo sexo, sólo habla sin parar sobre sí misma. En serio, no creo que ella me haya hecho una pregunta personal desde que nos conocimos.

—Uh… —me esfuerzo por palabras, cualquier secuencia en las que no consista el te, extrañe, y también—. He estado ocupada. Ya sabes, los exámenes parciales.

—Obviamente. Vamos a la misma universidad. Yo estaba estudiando, también—hay un borde en su tono ahora—. ¿Me extrañaste?

Jodeme. ¿Qué se supone que tengo que decir a eso? No voy a mentir, porque eso sólo va a darle falsas esperanzas. Pero no quiero ser una cretina sobre eso y admitir que ella ni siquiera se me ha pasado por la cabeza desde la última vez que nos enganchamos. Kendall se incorpora y entrecierra los ojos.

—Es una respuesta de sí o no, Brittany. ¿Me. Extrañaste?

Mi mirada se mueve a la ventana. Sí, estoy en el segundo piso y en realidad estoy contemplando saltar por la maldita ventana. Eso es por lo mucho que quiero evitar esta conversación.

Pero mi silencio lo dice todo, y de repente Kendall sale de la cama, su pelo rubio azotando en todas las direcciones mientras busca su ropa.

—Dios mío. ¡Eres una estúpida! No te preocupas por mí en absoluto, ¿verdad, Brittany?

Me levanto y voy directo hacia mis pantalones desechados.

—Me preocupo por ti —protesto—. Pero...

Furiosamente se pone sus bragas.

—¿Pero qué?

—Pero pensé que estábamos claras acerca de lo que era. No quiero nada serio.

Le disparé una mirada mordaz.

—. Te lo dije desde el principio.

Su expresión se suaviza mientras se muerde el labio.

—Lo sé, pero... solo pensé...

Sé exactamente lo que pensaba, que me había enamorado perdidamente de ella, y que nuestros casuales enganches se transformarían en el jodido Notebook.

Honestamente, ya no sé por qué me molesto en establecer reglas básicas. En mi experiencia, ninguna mujer entra en una aventura creyendo que va a quedarse en una aventura. Ella podría decir lo contrario, tal vez incluso convencerse a sí misma que es genial una fiesta de sexo sin ataduras, pero en el fondo, espera y reza que dé lugar a algo más profundo.

Y luego yo, la villana en su intima comedia-romántica, se precipita y rompe esa burbuja de esperanza, a pesar de que nunca he mentido sobre mis intenciones ni la he engañado, ni siquiera por un segundo.

— Ser Animadora es mi vida —le digo con voz ronca—. Practico seis días a la semana, juego veinte juegos al año, más si hacemos la post-temporada. No tengo tiempo para una novia, Kendall. Y tú te mereces un infierno más de lo que yo
puedo darte.

La infelicidad nubla sus ojos.

—Ya no quiero una aventura ocasional. Quiero ser tu novia.

Otra razón del porque casi sale de mi boca, pero me muerdo la lengua. Si había demostrado algún interés en mí fuera del sentido carnal, podría creerle, pero me hace preguntarme si la única razón por la que quiere tener una relación conmigo es porque soy una especie de símbolo de estatus para ella.

Me trago mi frustración y le ofrezco otra torpe disculpa.

—Lo siento. Pero ahí es donde estoy en este momento.

Mientras cierro la cremallera de mis pantalones, ella centra su atención en ponerse su ropa. A pesar de que ropa es un poco rebuscado, todo lo que usa es ropa interior y una gabardina. Lo que explica el porqué Jake y Sam estaban sonriendo como idiotas cuando llegué a casa. Porque cuando una chica se presenta en tu puerta con una gabardina, sabes muy bien que no hay mucho más por debajo de ella.

—Ya no puedo verte más —dice finalmente, su mirada encontrando la mía—. Si seguimos haciendo... esto... solo voy a apegarme más a ti.


No puedo discutir con eso, así que no lo hago.

—Nos divertimos mucho, sin embargo, ¿cierto?

Después de un momento, sonríe.

—Sí, nos divertimos.

Cierra la distancia entre nosotras y se inclina de puntillas para besarme. La beso de vuelta, pero no con el mismo grado de pasión de antes. Lo mantengo suave. Pulcro. La aventura ha seguido su curso, y no voy a retomarla.

—Con eso dicho... —sus ojos brillan con picardía—. Déjame saber si cambias de opinión sobre la cosa de novia.

—Serás la primera persona que llamaré —prometo.

—Bien.

Me besa en mi mejilla y sale por la puerta, dejándome sorprendida sobre lo fácil que fue. Había estado preparándome para una pelea, pero aparte de ese estallido inicial de ira, Kendall había aceptado la situación como una profesional. Si tan sólo todas las mujeres fueran tan agradables como ella. Sí, totalmente un golpe de Santana allí. El sexo siempre despierta mi apetito, así que bajo las escaleras en busca de alimento, y soy feliz de encontrar que todavía hay sobras de arroz y pollo frito cortesía de Sam, quien es nuestro chef, porque el resto de nosotros no puede hervir agua sin quemarla. Sam, por otro lado, creció en Texas, con una madre soltera que le enseñó a cocinar cuando todavía estaba en pañales.

Me instalo en el mostrador de la cocina, empujando un pedazo de pollo en mi boca justo cuando Jake se pasea vestido sólo con calzoncillos a cuadros. Levanta una ceja cuando me ve.

—Hey. No pensé que te vería de nuevo esta noche. Imaginé que estarías MJO.

—¿MJO? —Le pregunto entre bocado y bocado.

A Jake le gusta hacer siglas con la esperanza de que vamos a empezar a utilizarlas como jerga, pero la mitad del tiempo no tengo ni idea de lo que está balbuceando.

Sonríe.

—Muy jodidamente ocupada.

Pongo los ojos en blanco y como un bocado de arroz.

—En serio, ¿La rubia ya se ha ido?

—Sí. —Mastico antes de continuar—. Ya conoce la rutina. —La rutina comienza, sin novias y definitivamente sin quedarse a dormir.

Jake pone sus antebrazos en el mostrador, sus ojos brillando cuando cambia de tema.

—No puedo jodidamente esperar para el juego contra St. Anthony este fin de semana. ¿Oíste? La suspensión de Braxton se ha acabado.

Eso atrapa mi atención.

—No me digas. ¿Estará jugando el sábado?

—Seguro que lo estará. —La expresión de Jake se vuelve francamente alegre—. Voy a disfrutar rompiendo la cara de ese gilipollas en la cancha.

Greg Braxton es la estrella de St. Anthonyy una completa pieza de mierda de ser humano. El tipo tiene una vena sádica que no tiene miedo de desatar en el hielo, y cuando nuestros equipos se enfrentaron en la pre-temporada, envió a uno de nuestros hombres regulares para que le haga el servicio de urgencias con un brazo roto. De ahí su suspensión de tres partidos, aunque si fuera por mí, el psicópata hubiera sido echado con una suspensión de por vida del hockey universitario.

—Tienes que bajarlo, estaré justo ahí contigo animándote—le prometo.

—Estaré esperando eso. Ah, y la semana que viene tendremos a Eastwood en nuestro camino.

Realmente debería prestar más atención a nuestro programa. La universidad de Eastwood es la número dos en nuestra liga (segundo por nosotros, por supuesto) y nuestras competiciones siempre son tensas.

Y mierda, repentinamente me ilumino, si no apruebo el repechaje de Ética, no voy a estar en el juego animando la contienda contra Eastwood.

—Mierda —murmuro.

Jake toma un pedazo de pollo de mi plato y lo mete en su boca.

—¿Qué?

No le he dicho a mis compañeros sobre mi situación de calificaciones aún porque había estado esperando que mis calificaciones en los exámenes trimestrales no fueran tan malas, pero ahora parece que admitirlo es inevitable. Así que con un suspiro, le digo a Jake sobre mi F en Ética y lo que podría significar para el equipo.

—Deja la asignatura —dice al instante.

—No puedo. Perdí la fecha límite.

—Mierda.

—Lo sé.

Intercambiamos una mirada sombría, y luego Jake se deja caer en el taburete junto a mí y pasa una mano por su cabello.

—Entonces tienes que mejorar, Rubia. Estudia hasta que se te desprendan los ovarios y aprueba esa hija de puta. Te necesitamos, B.

—Lo sé. —Agarro mi tenedor en frustración, luego lo dejó, mi apetito desapareciendo.

Este es mi primer año como capitana, que es un gran honor teniendo en cuenta que sólo soy una estudiante de tercero. Se supone que debo seguir los pasos de mi predecesora y llevar a mi equipo de animadoras a otro campeonato nacional, pero ¿cómo diablos puedo hacerlo si no estoy en el equipo con ellas?

—Tengo un tutor listo —le aseguro a mi compañero de equipo—. Es una jodida genio.

—Bien. Paga lo que sea que quiera. Intervendré si quieres.

No puedo evitar sonreír.

—Guau. ¿Estás ofreciendo desprenderte de todo tu dulce, dulce efectivo? Realmente debes querer que este animando, soy acaso tu amuleto de la suerte.

—Malditamente cierto. Es todo sobre el sueño, Rubia. Tú y yo en Bruins, Nueva Jersey, ¿recuerdas?

Tengo que admitir que ese un maldito sueño agradable. Es de lo que Jake y yo hemos estado hablando desde que nos asignaron como compañeros de cuarto en primer año. No hay duda en mi mente que voy a ser una profesional después de graduarme. No hay duda sobre Jake siendo seleccionado, tampoco. El chico era más rápido que un relámpago y una jodida bestia en el hielo.

—Aprueba esa jodida asignatura, B —ordena—. De lo contrario voy a patear tu trasero.

—La entrenadora me golpeara más fuerte. —Exhibo una sonrisa—. No te preocupes, estoy en ello
.
—Bien. —Jake roba otra pieza de pollo antes de salir de la cocina.

Devoro el resto de mi comida, luego subo las escaleras por mi teléfono. Es tiempo de empezar a presionar a Santana -sin-una-M.

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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por monica.santander Mar Dic 06, 2016 12:12 pm

Hola!!! Muy buen comienzo!!!
Saludos
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Mensaje por 3:) Mar Dic 06, 2016 6:42 pm

Me gusta tu nueva historia....
A ver si britt consigue que san la ayude!!!
En serio san quiere con punk???
A ver como sigue??
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Mensaje por micky morales Mar Dic 06, 2016 9:45 pm

Muy buen inicio, esperemos que santana no siga haciendose la dura, hasta pronto!!!!! [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 2145353087 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864
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Mensaje por JVM Lun Dic 12, 2016 3:57 pm

Jajajaja Santana sin una M jajaja
Pues llevan vidas muy diferentes, al menos ya hubo un primer contacto.
Y a Puck pues tampoco se que le ve baja, pero si es por el que se acercaran esta bien jajaja.
Ahora le toca a Britt presionar a San y convencerla para que la ayude!
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Mensaje por marthagr81@yahoo.es Dom Dic 18, 2016 10:32 pm

monica.santander escribió:Hola!!! Muy buen comienzo!!!
Saludos

Hola bueno, vamos a ver como va....
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Mensaje por marthagr81@yahoo.es Dom Dic 18, 2016 10:33 pm

micky morales escribió:Muy buen inicio, esperemos que santana no siga haciendose la dura, hasta pronto!!!!! [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 2145353087 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864


Ok, bien, bueno esta bien, pero tampoco tan fácil, ya que Brittany cree que la tiene ya en la mano....
saludos.
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Dom Dic 18, 2016 10:34 pm

JVM escribió:Jajajaja Santana sin una M jajaja
Pues llevan vidas muy diferentes, al menos ya hubo un primer contacto.
Y a Puck pues tampoco se que le ve baja, pero si es por el que se acercaran esta bien jajaja.
Ahora le toca a Britt presionar a San y convencerla para que la ayude!


Bueno tu sabes eso de Sam, San, Samtana...!! asi lo acomodo yo..ajajajja
Si muy diferentes.... y si Puck es el medio pues esta bien...
Ohh no lo dudes que presionara..
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Dom Dic 18, 2016 10:40 pm

CAPITULO 3
SANTANA


—Realmente creo que deberías cantar esa última nota en Mi mayor —Insiste Unique.

Él es como un disco rayado, arrojando la misma sugerencia irrazonable cada vez que terminamos de ejecutar nuestro dúo.

Ahora, soy una pacifista. No creo en el uso de los puños para resolver tus problemas, creo que organizar peleas es barbárico, y la idea de la guerra me repugna. Sin embargo, estoy así de cerca de golpear a Unique en la cara.


—El tono es demasiado bajo para mí. —Mi voz es firme, pero es imposible ocultar mi molestia.

Unique se pasa la mano frustrado por su pelo oscuro y ondulado, y se volvió hacia Mary Jane, quien está embarazosamente inquieta en el banco del piano.

—Tú sabes que tengo razón —Le suplica a ella—. Esto ocasionará más de un choque si
Santana y yo terminamos en el mismo tono en lugar de hacer la armonía.

—No, va a tener un impacto más grande si hacemos la armonía. —Discutí.

Estoy lista para rasgar mi propio pelo. Sé exactamente lo que Unique está haciendo. Él quiere terminar la canción en su nota. Ha estado tirando mierda como ésta desde que decidimos formar un equipo para la presentación de invierno, haciendo todo lo posible para destacar su propia voz mientras me empuja a un segundo plano.

Si hubiera sabido lo jodido diva que era Unique, habría dicho demonios no a un dúo, pero el imbécil decidido mostrar su verdadera cara después de que empezamos los ensayos, y ahora ya es demasiado tarde para echarse para atrás. He invertido mucho tiempo en este dúo, y honestamente, de verdad amo la canción. Mary Jane escribió una pieza increíble, y una parte de mí realmente no quiere decepcionarla. Además, sé que es un hecho que la facultad prefiere duetos a solos, porque las últimas cuatro actuaciones ganadoras de becas han sido duetos. Los jueces se vuelven extremadamente locos por las armonías complejas, y esta composición las tiene en abundancia
.
—¿MJ? —Insiste Unique.

—Um...

Puedo ver a la pequeña rubia derritiéndose debajo de su mirada magnética. Unique tiene ese efecto en las mujeres aunque es un travesti consumado. Él es exasperantemente hipnotizador , y su voz pasa a ser fenomenal. Desafortunadamente, está plenamente consciente de estos dos activos y no tiene reparos en usarlos para su ventaja.

—Tal vez Unique tiene razón —murmura MJ, evitando mis ojos mientras me traiciona—. ¿Por qué no tratamos el Mi mayor, Santana ? Vamos a hacerlo una vez y ver cuál funciona mejor.

¡BenedictArnold2! Quiero gritar, pero me muerdo la lengua. Al igual que yo, MJ ha sido obligada a hacer frente a las demandas indignantes de Unique y las ideas “brillantes” durante semanas, y no puedo culparla por tratar de llegar a un compromiso.

—Bien. —Me quejo—. Vamos a intentarlo.

El triunfo ilumina los ojos de Unique, pero no se queda allí mucho tiempo, porque después de que cantamos la canción de nuevo, está claro que su sugerencia apesta. La nota es demasiado baja para mí, y en vez de causar que la magnífica voz de barítono de Unique se destaque, mi parte suena tan torpemente que desvía la atención de la suya.

—Creo que Santana debe apegarse al tono original.

Mary Jane mira a Unique y se muerde el labio, como si tuviera miedo de su reacción. Pero aunque el hombre es arrogante, no es estúpido.

—Bien. —Dice bruscamente—. Lo haremos a tu manera, Santana .

Aprieto los dientes.

—Gracias.

(2BenedictArnold: Fue un general estadounidense que se pasó al bando inglés durante la guerra de
independencia norteamericana. Se utiliza para señalar que alguien es un traidor.)

Afortunadamente, nuestra hora está terminada, lo que significa que el espacio de ensayo está a punto de pertenecer a una de las clases de primer año. Con ganas de salir de allí, rápidamente recojo mi hoja de música y la deslizo en mi chaquetón. Cuanto menos tiempo tenga que pasar con Unique, mejor. Dios, no puedo soportarlo. Irónicamente, estamos cantando una canción de amor profundamente emocional.

—¿A la misma hora mañana? —Él me mira expectante.

—No, mañana es nuestro día de las cuatro, ¿recuerdas? Yo trabajo las noches de los martes.

El descontento endurece su rostro.

—Sabes, podríamos haber dominado esta canción hace mucho tiempo si tu horario no fuera tan... incómodo.

Arqueo una ceja.

—Lo dice el hombre que se niega a ensayar los fines de semana. Porque da la casualidad que yo tengo libres las noches de los sábados y domingos.

Sus labios se tensan, y luego sale sin decir nada más. Imbécil. Un profundo suspiro se hace eco detrás de mí. Me doy la vuelta y me doy cuenta de que MJ se encuentra todavía en el piano, aún mordiéndose el labio.

—Lo siento, Santana . —Dice en voz baja—. Cuando les pedí a los chicos que cantaran mi canción, no me di cuenta de que Unique sería tan difícil.


Mi molestia se derrite cuando me doy cuenta de lo molesta que ella está.

—Oye, no es tu culpa. —Le aseguro—. Yo no estaba esperando que él fuera así de idiota, tampoco, pero es un cantante increíble, así que vamos a tratar de centrarnos en eso, ¿de acuerdo?

—Tú eres una cantante increíble, también. Es por eso que los elegí a ustedes dos. No podía imaginar a nadie más trayendo la canción a la vida, ¿sabes?

Le sonrío. Ella realmente es una chica dulce, por no hablar de una de las compositoras más talentosas que he conocido. Cada pieza que es interpretada en la presentación tiene que ser compuesta por un especializado en estudios de composición e incluso antes de que MJ se acercara a mí, yo ya había planeado preguntarle si podía utilizar una de sus canciones.

—Te lo prometo, vamos a cantar de forma increíble tu canción, MJ. No hagas caso de las rabietas de mierda de Unique. Creo que sólo le gusta discutir por el bien de discutir.

Ella se ríe.

—Sí, probablemente. ¿Te veo mañana?

—Sip. Cuatro en punto.

Le doy un ligero saludo, luego salgo de la sala del coro y me encamino hacia afuera.
Una de mis cosas favoritas sobre Briar es el campus. Los edificios antiguos y cubiertos con ramas de hiedra, están conectados entre sí por caminos de adoquines bordeados de olmos llorones y bancos de hierro forjado. La universidad es una de las más antiguas del país, y la lista de sus ex alumnos contiene decenas de personas influyentes, entre ellas más de un presidente.

Pero lo mejor de Briar es cuan seguro es. En serio, nuestra tasa de criminalidad es próxima a cero, lo que probablemente tiene mucho que ver con la dedicación de Dean Farrow por la seguridad de sus estudiantes. La escuela invierte un montón de dinero en la seguridad en forma de cámaras colocadas estratégicamente y guardias que patrullan los jardines veinticuatro horas al día. No es que sea una prisión o nada. Los chicos de seguridad son amables y discretos. Con toda honestidad, yo apenas los noto cuando estoy paseando por el campus.

Mi dormitorio está a cinco minutos a pie del edificio de música, y suelto un suspiro de alivio cuando camino por las puertas de roble macizo de Bristol House. Ha sido un día largo, y todo lo que quiero hacer es tomar una ducha caliente y meterme en la cama.

El espacio que comparto con Tina es más una suite que una habitación regular de la residencia, lo que es una de las ventajas de ser alumnos de segundo año. Tenemos dos dormitorios, una pequeña área común y una cocina aún más pequeña. El único inconveniente es el baño común que compartimos con las otras cuatro chicas en nuestra planta, pero por suerte ninguna de nosotras es una patán, por lo que los baños y las duchas suelen mantenerse absolutamente limpias.

—Hola. Has vuelto tarde.

Mi compañera de cuarto asoma la cabeza en mi dormitorio, chupando la pajita asomando de su vaso. Está bebiendo algo verde y pesado, y absolutamente asqueroso, pero es un espectáculo al que me he acostumbrado. Tina ha estado “haciendo jugo” por las últimas dos semanas, lo que significa que todas las mañanas me despierto con el zumbido ensordecedor de su licuadora mientras prepara sus repulsivas comidas líquidas para el día.

—Tuve ensayo.

Me quito los zapatos y lanzo mi abrigo en la cama, luego procedo a desnudarme hasta mi ropa interior a pesar del hecho de que Tina se encuentra todavía en la puerta. Erase una vez, en que había sido demasiado tímida para desnudarme delante de ella. Cuando compartimos una doble en el primer año, pasé las primeras semanas cambiándome bajo mi manta o esperando hasta que Tina saliera de la habitación. Pero la cosa acerca de la universidad es, que no hay tal cosa como la privacidad, y tarde o temprano sólo tienes que aceptar eso. Todavía recuerdo lo avergonzada que estaba la primera vez que vi los pechos desnudos de Tina, que mas bien parecían dos piquetes de zancudo, pero la chica tiene cero modestia, y cuando ella me había pillado mirando, sólo guiñó un ojo y dijo

—: He conseguido que pasara, ¿eh?

Después de eso, no me molesté más con la rutina de bajo la manta.

—Así que escucha...

Su apertura informal levantó mi guardia. He vivido con Tina por dos años. Tiempo suficiente para saber que cuando ella comienza una oración con “Así que escucha”, por lo general es seguido por algo que no quiero oír.

—¿Hmmm? —digo mientras agarro mi bata de baño del gancho en la puerta.

—Hay una fiesta en la casa Sigma la noche del miércoles. —Sus ojos casi nulos adquieren un brillo duro—. Estás viniendo conmigo.

Me quejo.

—¿Una fiesta de fraternidad? De ninguna manera.

—Sí de una manera. —Ella cruza los brazos sobre su pecho—. Los exámenes parciales se terminaron, así que no tienes que usar eso como una excusa. Y prometiste qué harías un esfuerzo por ser más social este año.

Había prometido eso, pero... aquí está la cosa. No me gustan las fiestas. Fui violada en una fiesta. Dios, odio esa palabra. Violación. Es una de las pocas palabras en el idioma español que tiene un efecto visceral cuando la oyes. Como una bofetada que sacude los huesos de la cara o el frío del agua helada siendo vertida sobre tu cabeza. Es fea y desmoralizadora, y yo intento mucho no dejar que ésta controle mi vida. He trabajado a través de lo que me pasó. Créeme, lo he hecho. Sé que no fue mi culpa. Sé que no le pedí eso o hice algo para incitarlo. No robó mi capacidad de confiar en la gente o hacerme temer a todo hombre que se cruza en mi camino. Años de terapia me ayudaron a ver que la carga de la culpa es exclusivamente de él. Había algo mal con él. No conmigo. Nunca conmigo. Y la lección más importante que aprendí es que no soy una víctima, soy una sobreviviente.

Pero eso no quiere decir que el asalto no me cambió. Absolutamente lo hizo. Hay una razón por la que llevo spray de pimienta en mi bolso y tengo el 911 listo para marcar en mi teléfono si estoy caminando sola por la noche. Hay una razón por la que no bebo en público o acepto bebidas de nadie, ni siquiera de Tina, porque siempre hay una posibilidad de que ella podría, sin saberlo, entregarme una copa que ha sido manipulada.

Y hay una razón por la que no voy a muchas partes. Supongo que es mi versión de trastorno de estrés postraumático. Un sonido o un olor o un atisbo de algo inofensivo hace a los recuerdos salir en espiral a la superficie. Escucho música a todo volumen y ruidosa risa y carcajadas. Huelo a cerveza rancia y el sudor. Estoy en una multitud de personas. Y de repente tengo quince años otra vez y de vuelta en la fiesta de Melissa Mayer, atrapada en mi propia pesadilla personal.

Tina suaviza su tono cuando ve mi cara angustiada.

—Hemos hecho esto antes, San- San. Será como todas las otras veces. Nunca estarás fuera de mi vista, y ninguna de nosotras va a beber una sola gota. Lo Prometo.


Vergüenza tira en mis entrañas. La vergüenza y el arrepentimiento y un toque de temor, porque hombre, realmente es un amiga increíble. No tiene que mantenerse sobria y permanecer vigilante sólo para hacerme sentir cómoda, pero lo hace cada vez que salimos, y la amo profundamente por eso. Pero no me gusta que tenga que hacerlo.

—Está bien.

Me ablando, no sólo por su bien, sino el mío. Le había prometido que sería más social, pero también me prometí a mí misma que iba a hacer un esfuerzo para probar cosas nuevas este año. Para bajar la guardia y dejar de ser tan malditamente miedosa a lo desconocido. Una fiesta de fraternidad no puede ser mi idea de un buen momento, pero quién sabe, a lo mejor voy a terminar disfrutándolo.

El rostro de Tina se ilumina.

—¡Buu-yah! Y mira, ni siquiera tengo que jugar mi carta del triunfo.

—¿Qué carta del triunfo? —pregunto sospechosamente.

Una sonrisa eleva las comisuras de su boca.

—Noah va a estar allí.

Mi pulso se acelera.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque Sean y yo nos encontramos con él en el comedor y me dijo que estará allí. Supongo que un montón de cabezas huecas ya estaban planeando en venir.


Frunzo en ceño hacia ella.

—Él no es un cabeza hueca.

—Au, mira qué linda eres, defendiendo a un jugador de fútbol. Espera, déjame ir afuera para ver si los cerdos están volando en el cielo.

—Ja, ja.

—En serio, San, es raro. Quiero decir, no me malinterpretes, estoy totalmente a bordo contigo machacando a alguien. Ha sido, que, ¿un año desde que tú y Devon rompieron? Pero simplemente no entiendo cómo, de todas las personas, vas por un deportista.

Malestar sube por mi columna vertebral.

—Noah es... no es como el resto de ellos. Es diferente.

—Lo dice la chica que nunca ha hablado ni una sola palabra con él.

—Es diferente —insisto—. Es tranquilo y serio y por lo que he visto, no golpea nada en una falda de la forma en que sus compañeros de equipo lo hacen. Ah, y es inteligente, lo vi leyendo Hemingway en el patio la semana pasada.

—Probablemente era una lectura obligatoria.

—No lo era.

Entrecierra sus ojos.

—¿Cómo sabes eso?

Siento el rubor subiendo en mis mejillas.

—Una chica le preguntó acerca de ello en clase el otro día, y él le dijo que Hemingway es su autor favorito.

—Dios mío. ¿Estás espiando sus conversaciones ahora? Eres una semejante trepadora. —Tina exhala un suspiro—. Bueno, eso es todo. Miércoles por la noche estás intercambiando diálogo real con el chico.

—Tal vez. —Le digo sin comprometerme—. Si surge la oportunidad...

—Haré que surja. En serio. No estamos dejando esa casa de fraternidad hasta que hables con Noah. No me importa si sólo le dices oye, cómo estas. Estás hablando con él. —Clava el dedo en el aire—. ¿Capiche?


Rio disimuladamente.

¿Capiche? —Repite en un tono estricto.

Después de un latido, libero una respiración derrotada.

—Capiche.

—Bien. Ahora date prisa y toma una ducha para que podamos ver un par de episodios de Mad Men antes de dormir.

—Un episodio. Estoy demasiado cansada para nada más que eso. —Le sonrío—. ¿Capiche?

—Capiche. —Se queja antes de salir tan fresca de mi habitación.

Me río de mí misma cuando recojo el resto de mis suministros de la ducha, pero me desvío de nuevo, apenas he dado dos pasos hacia la puerta cuando un gato maúlla en mi bolso. El gemido agudo es el tono que elegí para mensajes de texto porque es el único lo suficientemente molesto para llamar mi atención. Puse mi maleta con artículos de aseo en el tocador, hurgo en el bolso hasta que localizo mi teléfono celular, entonces analizo el mensaje en la pantalla.


B: Oye, es Brittanyt. Quería negociar los detalles: programar el horario de tutoría


Oh, por el jodido amor de Dios. No sé si reír o gemir. La tipo es tenaz, le voy a dar eso. Suspirando, disparo rápidamente de vuelta un texto, breve y no del todo dulce.

Yo: ¿Cómo conseguiste este número?

Ella: En la hoja de registro del grp de estudio.


Mierda. Había firmado para el grupo en el inicio del semestre, pero eso fue antes de que con Unique decidiéramos que teníamos que ensayar los lunes y miércoles en el momento exacto en que el grupo de estudio se reúne.

Otro mensaje aparece antes de que pueda responder, y quien dijo que no es posible detectar el tono de una persona a través de un texto estaba totalmente equivocado. Debido a que el tono de Brittanyt está lleno de mal humor.

Ella: Si sólo te presentaras en el grupo de estudio, no tendría que enviarte un texto.


Yo: No tienes que enviarme un texto en absoluto. En realidad, preferiría que no lo hicieras.

Ella: ¿Qué me tomará para que llegues a decir que sí?

Yo: Absolutamente nada.

Ella: Genial. Así que lo harás gratis.


El gemido que he estado conteniendo sale.

Yo: No está sucediendo.

Ella: ¿Qué te parece mñn en la noche? Estoy libre a las ocho.

Yo: No puedo. Tengo la gripe española. Altamente contagiosa. Acabo de salvar tu vida, amiga.

Ella: Aw, agradezco la preocupación. Pero soy inmune a las pandemias que acabaron con 40 mil prsnas de 1918 hasta 1919.

Yo: ¿Cómo es que sabes tanto sobre las pandemias?

Ella: Soy una comandante de la historia, nena. Conozco un montón de hechos inútiles.


Ugh, ¿de nuevo con lo de nena? Todo bien. Está claro que es hora de poner fin a esto antes de que llegue su coqueteo.

Yo: Bueno, agradable charlar contigo. Buena suerte en el examen de recuperación.

Cuando varios segundos pasan y Brittany no responde, me doy una palmadita mental en la espalda por tener éxito deshaciéndome de ella. Estoy a punto de salir por la puerta cuando un mensaje de imagen maúlla en mi teléfono. En contra de mi mejor juicio, hago clic para descargarlo y, un momento después, un pecho desnudo llena mi pantalla. Síp. Estoy hablando de una piel suave y cremosa, pechos redondos y pezones rosados, y el paquete de seis más apretado que he visto nunca. No puedo dejar de esnifar en voz alta.

Yo: Por El Jodido Dios ¡¿Me acabas de enviar una foto de tus pecho?!

Ella: Síp. ¿Funcionó?

Yo: ¿Dándome asco? Sí. ¡Éxito!



Ella : Cambiando de parecer. Estoy tratando de untarle mantequilla aquí.

Yo: Ew. Anda a untar mantequilla a otra persona. PD: estoy publicando esta foto en mibri.


Me refiero, por supuesto, a MyBriar, equivalente en nuestra escuela a Facebook, en el cual el noventa y cinco por ciento del cuerpo estudiantil está.

Ella: Hazlo. Un montón de pollitas estarán encantadas de tenerla en su colección mental de fantasías.

Yo: Pierde este número, amiga. Lo digo en serio
.

No espero una respuesta. Sólo lanzo mi teléfono en la cama y me voy a tomar una ducha.
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Dom Dic 18, 2016 11:09 pm

CAPITULO 4
SANTANA


La Universidad Briar está a cinco kilómetros de la ciudad de Hastings, Massachusetts, la cual tiene una calle principal y sólo alrededor de dos docenas de tiendas y restaurantes. El pueblo es tan minúsculo que es un milagro que me las arreglara para conseguir un trabajo de medio tiempo allí, y le doy gracias a mi estrella de la suerte por eso todos los días porque la mayoría de los estudiantes se ven obligados a hacer una larga hora en coche a Boston si quieren trabajar durante el año escolar. Para mí, es ya sea un viaje en autobús de diez minutos o un paseo en coche de cinco minutos, y entonces estoy a Della´s, el restaurante en que he sido camarera desde el primer año.

Esta noche tengo suerte y consigo ir en coche. Tengo un acuerdo con Tracy, una de las chicas que vive en mi piso. Ella me deja usar su coche cada vez que no lo necesita, siempre y cuando lo devuelva con el tanque lleno de gasolina. Es un negocio redondo, especialmente en el invierno, cuando toda la zona se convierte en una pista de patinaje cubierta de nieve.

No me gusta especialmente mi trabajo, pero no lo odio tampoco. Paga bien y está cerca de la escuela, así que realmente, no me puedo quejar. Partiendo de eso, esta noche definitivamente me permito quejarme. Porque a treinta minutos antes de que termine mi turno, me encuentro a Brittany Pierce en una de mis cabinas.

En serio. ¿Esta chica nunca se da por vencida? No tengo ganas de ir allá y servirle, pero no tengo mucha opción. Lisa, la otra camarera de turno, está ocupada atendiendo a un grupo de miembros de la facultad en una mesa al otro lado de la habitación, y mi jefe Della está detrás del mostrador de formica azul bebé repartiendo rebanadas de pastel de nuez a tres chicas de primer año que se sientan en los altos taburetes giratorios.

Encajo mi mandíbula y marcho hasta Brittany, haciendo mi disgusto evidente mientras me encuentro con sus centelleantes ojos azules. Se pasa la mano por su cabello rubio y corto y lanza una sonrisa de medio lado.

—Hola, Santana . Imagínate encontrarte aquí.

—Sí, imagínate —murmuro, sacando mi libreta de pedidos fuera del bolsillo de mi delantal—. ¿Qué puedo servirte?

—Una tutora.

—Lo siento, eso no está en el menú. —Sonrío dulcemente—. Servimos un muy buen pastel de nuez, sin embargo.

—¿Sabes que hice anoche? —dice, sin reconocer el sarcasmo.

—Sip. Estabas escribiendo mensajes de texto acechándome.

Ella rueda los ojos.

—Antes de eso, quiero decir.

Yo pretendo pensarlo.

—Um... ¿Enganchándote con una animadora? No, tú te enganchas con las chicas del equipo o de cualquier equipo. No, espera, ellas probablemente no son lo suficientemente bobas para ti. Me quedo con mi conjetura original… animadora.

—Hermana de fraternidad, en realidad —dice con aire de suficiencia—. Pero yo estoy hablando de lo que hice antes de eso. —Ella levanta una ceja —. Pero estoy muy intrigada por tu interés en mi vida sexual. Te puedo dar detalles acerca de eso en otro momento si quieres.

—No quiero.

—En otro momento. —Se hace eco en un tono despectivo, cruzando las manos sobre el mantel a cuadros azules y blancos.

Tiene manos grandes con dedos largos y uñas cortas, y nudillos que están un poco rojos y agrietados. Me pregunto si ha estado en una pelea hace poco, pero luego me doy cuenta de que los nudillos reventados son probablemente una cosa de jugadoras y animadoras.

—Estaba en el grupo de estudio ayer —me informa—. Había otras ocho personas allí, y ¿sabes cuál era la nota más alta en el grupo? —deja escapar la respuesta antes de que pueda aventurar una suposición—. C-más. Y nuestro promedio combinado era una D. ¿Cómo se supone que pase éste recuperativo si estoy estudiando con personas que son tan tontas como yo? Te necesito, Lóspez.

¿Lóspez? ¿Eso es un apodo? ¿Y cómo diablos sabe ella que mi apellido es López? Nunca le dije… argh. Maldita hoja de inscripción.

Brittany se da cuenta de mi mirada sorprendida y levanta sus cejas de nuevo.

—Aprendí mucho de ti en el grupo de estudio. Conseguí tu número, tu nombre completo, incluso averigüe donde trabajas.

—Felicitaciones, realmente eres una acosadora.

—No, sólo profundizo. Me gusta saber contra lo que estoy luchando.

—¡Jesús Brittany Cristo! No voy a tutorarte, ¿de acuerdo? Ve a fastidiar a alguien más. —Señalo al menú en frente de ella—. ¿Estás ordenando? Porque si no es así, entonces por favor vete y déjame hacer mi trabajo en paz.

—¿Jesús Brittany Cristo? —Brittany se ríe antes de levantar el menú laminado, dándole una mirada superficial—. Voy a tomar un club sándwich de pavo. —Baja el menú, luego lo agarra otra vez—. Y una hamburguesa doble de queso con tocino. Sólo la hamburguesa, no las patatas fritas. En realidad, cambié de opinión, sí a las patatas fritas. Ah, y una orden de aros de cebolla.

Mi mandíbula casi cae al suelo.

—¿En serio vas a comerte todo eso?

Ella sonríe.

—Por supuesto. Soy una chica en crecimiento.

¿Chica? No-o. Sólo estoy notándolo ahora, probablemente porque he estado demasiado distraída por cuan insoportable es, pero Brittany Pierce es todo una chica. No hay nada aniñado en ella, ni su cincelada buena apariencia o su alta figura o esos desgarradores pechos suyos, que de repente parpadea en mi mente cuando recuerdo la foto que me envió.

—También voy a tomar una rebanada de ese pastel de nuez y un Dr. Pepper para beber. Ah, y algunas clases.

—No está en el menú. —Digo con alegría—. Pero el resto viene directo hacia acá.

Antes de que ella pueda discutir, abandono su cabina y me dirijo a la parte de atrás del mostrador para colocar su orden con Julio, nuestro cocinero nocturno. Un nanosegundo después, Lisa se apresura y se dirige a mí en voz baja.

—Oh Dios mío. Sabes quién es, ¿no?

—Síp.

—Es Brittany Pierce.

—Lo sé. —contesto secamente—. Es por eso que dije síp.

Lisa se ve indignada.

—¿Qué es lo que te pasa? ¿Por qué no te estás volviendo loca en este momento? Brittany Pierce está sentada en tu mesa. Habló contigo.

—Mierda, ¿lo hizo? Quiero decir, sus labios se movían, pero no me di cuenta que estaba hablando.

Ruedo los ojos y camino a la estación de bebida a verter la bebida de Brittany. No miro en su dirección, pero puedo sentir esos ahumados ojos azules siguiendo cada uno de mis movimientos. Es probable que esté enviando órdenes telepáticas para que yo sea su tutora. Bueno, peor para ella. No hay manera de que esté perdiendo el poco tiempo libre que tengo en una animadora de la universidad, que piensa que es una estrella de rock.

Lisa se arrastra en pos de mí, ajena a mi sarcasmo y aún hablando de Pierce.

—Es tan hermosa. Como increíblemente hermosa. —Su voz se reduce a un susurro—. Y escuché que es increíble en la cama.

Resoplo.

—Probablemente ella comenzó ese rumor sobre sí misma.

—No, Samantha Richardson me lo dijo. Ella conectó con ella el año pasado en la fiesta desenfrenada de Theta. Dijo que fue el mejor sexo de su vida.

No tengo ninguna respuesta, porque no podía importarme menos la vida sexual de una chica que ni siquiera conozco. En cambio, me encojo de hombros y extiendo el Dr. Pepper.

—¿Sabes qué? ¿Por qué no tomas su puesto?

Por la forma en que Lisa jadea, podrías pensar que acabas de entregarle un cheque por cinco millones de dólares.

—¿Estás segura?


—Síp. Ella es toda tuya.

—Oh, Dios mío.

Da un paso hacia adelante, como si va a abrazarme, pero entonces su mirada se lanza hacia Brittany y parece tener dudas sobre difundir su alegría terriblemente injustificada

—. Te debo una muy grande por esto, San.

Quiero decirle que en realidad ella me está haciendo el favor, pero ya está corriendo hacia el puesto en el que espera su príncesa. Observo con diversión como la expresión de Brittany se nubla ante la aproximación de Lisa. Coge el vaso que Lisa coloca frente a ella, luego encuentra mi mirada e inclina la cabeza. Como si dijera, no vas a deshacerte de mí tan fácilmente.
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Dom Dic 18, 2016 11:20 pm

BRITTANY


Ella no va a conseguir deshacerse de mí tan fácilmente. Claramente Santana López no ha estado con muchas atletas o animadoras en mi caso. Somos muy tercas, y ¿lo más importante que todos tenemos en común? Nunca, jamás nos rendimos.

Que Dios me ayude, pero voy a convencer a esta chica para que me dé clases, aunque muera en el intento. Pero ahora que Santana me ha lanzado a la otra camarera, va a pasar un largo rato antes de tener otra oportunidad de defender mi caso. Durante los siguientes veinte minutos, soporto el coqueteo descarado y poco disimulado interés de la
morena de pelo rizado que me está sirviendo, pero a pesar de que soy educada con ella, no coqueteo de vuelta.

La única persona en la que estoy interesada esta noche es Santana , y mi mirada se pega a ella como una lapa mientras trabaja en la habitación. No la apartaría de ella para que huyera cuando no estoy mirando. Su uniforme es un poco caliente, si estoy siendo honesta. Vestido azul pálido con cuello blanco, grandes botones en el frente, y un corto delantal blanco alrededor de su cintura. Parece un atuendo adecuado para Grease, lo que supongo tiene sentido considerando que Della´s es un restaurante con tema de los años 50.

Me puedo imaginar fácilmente a Santana López encajando durante esa época. Su pelo oscuro y largo hasta los hombros tiene una onda leve en este, y el flequillo está fijado a un lado con un pasador azul, dando al peinado un ambiente anticuado. Mientras la observo trabajar, me pregunto cuál es su historia. Pregunté por ahí en el grupo de estudio, pero nadie sabía mucho sobre ella. Un tipo me dijo que viene de un pequeño pueblo en el Medio Oeste. Alguien más dijo que salió con un tipo de una banda a lo largo del segundo año. Aparte de esos dos detalles escasos, ella es un misterio total.

—¿Puedo ofrecerte algo más? —pregunta mi camarera ansiosamente.

Me está mirando como si yo fuera una celebridad o algo así, pero estoy acostumbrada a la atención. Hecho: cuando eres la capitán de un equipo de animadoras que ha ganado dos títulos nacionales consecutivos, la gente sabe quién eres. Y las mujeres quieren follarte.

—No, gracias. Sólo la cuenta, por favor.

—Oh. —Su decepción es inconfundible—. Claro. La traigo justo ahora.

Antes de que pueda irse, le hago una pregunta en forma brusca.

—¿Sabes cuándo se termina el turno de Santana ?

Su expresión de decepción se transforma en una de incredulidad.

—¿Por qué?

—Ella está en una de mis clases. Quería hablar con ella acerca de una tarea.

El rostro de la morena se relaja, pero un destello de sospecha persiste en sus ojos.

—Está fuera ahora, pero no puede irse hasta que su mesa lo haga.

Echo un vistazo a la única otra mesa ocupada en el restaurante, donde una pareja de mediana edad está sentada. El hombre acaba de sacar su cartera, mientras que su mujer revisa la cuenta a través de sus gafas de pasta. Pago por mi comida, despidiéndome de mi camarera, luego me dirijo fuera a esperar a Santana . Cinco minutos más tarde, la pareja mayor sale del comedor. Un minuto después de eso, aparece Santana , pero si me ve merodeando cerca de la puerta, no lo demuestra. Ella simplemente abotona su abrigo y va hacia el costado del edificio. No pierdo tiempo corriendo tras ella.

—Lóspez, espera.

Mira por encima de su hombro, frunciendo el ceño profundamente.

—Por amor de Dios, no estoy dándote clases.

—Seguro que lo estás. —Me encojo de hombros—. Sólo tengo que averiguar lo que quieres a cambio.

Santana se da la vuelta como un tornado de pelo oscuro.

—No quiero darte clases. Eso es lo que quiero.


—Muy bien, así que es obvio que no estás interesada en el dinero. —

Reflexiono como si ella no hubiera hablado.

—. Tiene que ser algo más, entonces. — Reflexiono sobre ello por un minuto—. ¿Bebida? ¿Hierba?

—No, y no, y piérdete.

Comienza a caminar de nuevo, sus zapatillas blancas golpeando la acera mientras marcha hacia el montón de grava en el lado de la cafetería. Hace una línea recta hacia el Toyota plateado con puerta trasera aparcado justo al lado de mi Jeep.

—Está bien, entonces. Supongo que no estás interesada en favores de fiesta.

La sigo hasta el lado del conductor, pero ella me ignora por completo mientras abre la puerta y tira su bolso en el asiento del pasajero.

—¿Qué tal una cita? —Ofrezco.

Eso consigue su atención. Ella se endereza como si alguien le fuera metido una varilla metálica por la espalda, y luego gira la cabeza con asombro.

—¿Qué?

—Ah. He conseguido tu atención.

—No, has conseguido mi disgusto. ¿En realidad crees que quiero salir contigo?

—Todo el mundo quiere salir conmigo.

Ella se echa a reír. Tal vez debería sentirme ofendida por su respuesta, pero me gusta el sonido de su risa. Tiene una calidad musical, un tono ronco que cosquillea mis oídos.


—Sólo por curiosidad —dice ella—, después de despertarte por la mañana, ¿te admiras en el espejo durante una hora o dos?

—Dos. —Le contesto alegremente.

—¿Te das cinco a ti misma?

—Por supuesto que no. —Sonrío—. Beso a cada uno de mis bíceps y luego apunto al techo y agradezco al gran hombre de arriba por crear un perfecto espécimen femenino.

Ella resopla.

—A-ja. Bueno, siento romper tu burbuja, Srita. Perfecta, pero no estoy interesada en salir contigo.

—Creo que estás mal interpretando, Lóspez. No estoy buscando hacer una conexión de amor contigo. Sé que no estás interesa en mí. Si te hace sentir mejor, yo no estoy interesada en ti tampoco.

—Eso no me hace sentir mejor. Estaba empezando a preocuparme de que en realidad podría ser tu tipo, y eso incluso es demasiado aterrador de contemplar.

Cuando trata de meterse en el coche, curvo mis dedos sobre el marco de la puerta para mantenerla abierta.

—Estoy hablando de imagen. —Aclaro.

—Imagen —Repite.

—Sí. ¿Crees que serías la primera chica que salió conmigo para impulsar su popularidad? Pasa todo el tiempo.

Santana se ríe de nuevo.

—Estoy perfectamente contenta con mi posición actual en la escala social, pero muchas gracias por ofrecerte a “aumentar mi popularidad”. Eres una princesa, Brittany. Realmente.

La frustración se revuelve hasta mi garganta.

—¿Qué va a tomar cambiar tu opinión?

—Nada. Estás perdiendo el tiempo —Ella niega con la cabeza, viéndose tan frustrada como yo me siento—. Sabes, si tomas todo el esfuerzo que estás utilizando en acosarme y lo canalizaras en tus estudios, obtendrías una A-más-másmás en ese examen de mitad de semestre.

Ella empuja mi mano fuera del camino, se desliza en el asiento del conductor, y cierra la puerta. Un segundo después, el motor ruge a la vida, y estoy bastante segura de que si no hubiera retrocedido a tiempo, habría pasado por encima de mi pie.

Me pregunto si Santana López era una atleta en otra vida, porque es una mujer obstinada. Suspirando, me quedo mirando parpadear sus luces rojas traseras y trato de imaginar mi próximo movimiento. Absolutamente nada me viene a la mente.
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Lun Dic 19, 2016 12:34 am

CAPITULO 5
SANTANA


Tina se mantiene fiel a su palabra. Llevamos veinte minutos en la fiesta, y está todavía a mi lado, a pesar de que su novio ha estado pidiéndole bailar con él desde el momento en que llegamos. Me siento como una idiota.

—Está bien, esto es ridículo. Ve a bailar con Mike ya.

Tengo que gritar para hacerme oír por encima de la música, la cual, sorprendentemente, es bastante decente. Esperaba ritmos de baile de mierda o vulgar hip-hop, pero el que está manejando el equipo de sonido parece ener una afinidad por el indie rock y el punk británico.

—No, está bien —grita Tina—. Voy a enfriarme aquí contigo.

Claro, porque acechando contra la pared como una enredadera y viéndome aferrar la botella de Evian que traje de la residencia de estudiantes es la manera más divertida de pasar tiempo con su novio.

El salón está repleto de gente. Hermanos y hermanas de fraternidad en abundancia, pero esta noche hay mucha más variedad que la que sueles encontrar en un evento griego. Veo a varios de teatro cerca de la mesa de billar. Unas chicas del equipo de hockey charlando junto a la chimenea. Un grupo de chicos que estoy bastante segura son estudiantes de primer año de pie en el bar incorporado. Todo el mobiliario ha sido empujado contra las paredes de paneles de madera para crear una pista de baile improvisada en el centro de la habitación. Donde quiera que miro, veo gente bailando y riendo y hablando mierda.

Y la pobre Tina está pegada a mí como el velcro, sin poder disfrutar un segundo de la fiesta a la que ella quería venir.

—Ve —Le insto—. De verdad. No has visto a Mike desde que comenzaron los exámenes parciales. Te mereces pasar algún tiempo de calidad con tu hombre.

Duda.

—Estaré bien. Katie y Shawna están justo allí… voy a pasar el rato con ellas por un tiempo.

—¿Estás segura?

—Positivo. He venido aquí para socializar, ¿recuerdas? —Sonriendo, le doy
una pequeña palmada en el trasero—. Fuera de aquí, nena.

Sonríe de vuelta y comienza a alejarse, luego sostiene su iPhone y lo agita en el aire.

—SOS si me necesitas —dice—. ¡Y no te vayas sin decirme!

La música ahoga mi respuesta, pero capta la inclinación de mi cabeza antes de apresurarse a salir. Veo su pequeña y negra cabeza tejiendo su camino a través de la multitud, y luego está al lado de Mike y él está felizmente arrastrándola hacia la multitud de bailarines. ¿Ves? Puedo ser una buena amiga también. Sólo que ahora estoy sola, y las dos chicas con las que estaba planeando entablar conversación están con dos chicos muy lindos. No quiero interrumpir el fiestero flirteo, así que busco en la multitud por cualquier otra persona que podría conocer, incluso Unique sería un regalo para la vista en este momento, pero no encuentro ninguna cara conocida. Reprimiendo un suspiro, me agazapo en mi pequeño rincón y paso los siguientes minutos observando a la gente.

Cuando varios chicos me ven con descarado interés, tengo que maldecirme a mí misma por permitirle a Tina elegir mi atuendo de esta noche. Mi vestido no es indecente, por decirlo menos, sólo un vestido verde hasta la rodilla con un escote modesto, pero abraza mis curvas con más fuerza que con la que me siento cómoda, y los zapatos de tacón negro con los que lo emparejé hacen que mis piernas luzcan mucho más largas de lo que realmente son. No argumenté sobre el traje porque quería llamar la atención de Puck, pero en mi afán de meterme en su radar, no pensé en todos los otros radares en los que podría aparecer, y la atención me está poniendo nerviosa.

—Hola.

Volteo la cabeza cuando un chico guapo con el pelo castaño ondulado y ojos de color azul claro se acerca furtivamente a mí. Lleva una camisa polo y sostiene un vaso de plástico rojo en la mano, y está sonriéndome como si nos conociéramos.

—Uh. Hola —contesto.

Cuando se da cuenta de mi expresión burlona, su sonrisa se ensancha.

—Soy Jimmy. ¿Tenemos Conocimiento Británico juntos?

—Oh. Cierto.

Sinceramente no recuerdo haberlo visto antes, pero hay unos doscientos estudiantes en esa clase, por lo que todos los rostros se confunden entre sí después de un tiempo.

—Eres Santana, ¿verdad?

Asiento, moviéndome incomoda, porque su mirada ya ha bajado a mi pecho una docena de veces en los cincos segundos que hemos estado hablando.
Ryder hace una pausa como si estuviera tratando de pensar en algo más que decir. No puedo pensar en nada, porque soy muy mala en una pequeña charla. Si fuera alguien en el que estuviera interesada, le preguntaría acerca de sus clases, o si tiene un trabajo, o en qué tipo de música está, pero la única persona que me importa en este momento es Puck, y él todavía no se ha dejado ver.

El hecho de que estoy buscándolo en la multitud me hace sentir como una perdedora total. La verdad sea dicha, Tina no es la única que se pregunta cuál es mi trato. Me lo pregunto también, porque en serio, ¿por qué estoy tan obsesionada con este tipo? Él no sabe que existo. Y es un atleta, para comenzar.

Podría también estar interesada en Brittany S. Pierce, joder. Al menos ella se ofreció a salir conmigo. Y qué sabes… al segundo que pienso en Brittany, la misma diabla entra en la habitación.

No esperaba volver a verla esta noche, e inmediatamente escondo mi cabeza para que no me descubra. Tal vez si me concentro lo suficiente, voy a camuflarme en la pared detrás de mí y ella no sabrá que estoy aquí.

Por suerte, Brittany es ajena a mi presencia. Se detiene a hablar con un par de chicos, y luego se pasea hacia el bar al otro lado de la habitación, donde está inmediatamente pululando en medio de docenas de chicas que baten sus pestañas y exhiben sus tetas para conseguir su atención.

A mi lado, Ryder rueda los ojos.

—Jesús. La rutina de la chica rubia en el campus se hace vieja, ¿eh?

Me doy cuenta de que está mirando a Brittany también, y el disgusto en su rostro es inconfundible.

—¿No eres un fan de Pierce? —digo secamente.

—¿Quieres la verdad o la línea de la casa?

—¿La línea de la casa?

—Ella es un miembro de esta fraternidad —explica Ryder—. Así que técnicamente eso nos hace hermanos. —Suspira la palabra—. Y un hombre Sigma ama a todos sus hermanos.

Tengo que sonreír.

—Muy bien, así que esa es la línea de la casa. ¿Cuál es la verdad?

La música aumenta, por lo que se inclina más cerca. Sus labios están a centímetros de mi oído mientras confiesa

—: No puedo soportar a la tipa. Su ego es más grande que esta casa.

Veo eso, he conocido un alma gemela. Otra persona que no es un miembro con carnet del Equipo Brittany. Excepto que la sonrisa cómplice que le doy está claramente tomando el camino equivocado, porque los ojos de Ryder se entornan.

—Así que... ¿quieres bailar? — murmura.

No. En absoluto. Pero justo cuando abro la boca para decir que no, vislumbro un destello de color negro en la esquina de mi ojo. La camisa de Brittany es negra. Mierda. Me vio y ahora se dirige a nuestro camino. A juzgar por su decidida zancada, está lista para la batalla conmigo otra vez.

—Claro —dejo escapar, agarrando ansiosamente la mano de Ryder—. Vamos a bailar.

Una lenta sonrisa se propaga a través de su boca. Uh-oh. Tal vez soné un poco demasiado ansiosa allí. Pero ya es demasiado tarde para cambiar de opinión, porque me conduce hacia la pista de baile. Y simplemente mi suerte, la canción cambia al segundo que lleguemos. Los Ramones han sido sustituidos por una pista de Lady Gaga. No una rápida, tampoco, sino la versión lenta de "PokerFace". Genial. Ryder planta sus dos manos sobre mis caderas. Después de un latido, de mala gana me aferro a sus hombros, y empezamos a balancearnos con la música. Es torpe como el infierno, pero al menos logro evadir a Brittany, quien ahora está con nosotros observándonos con el ceño fruncido, sus manos enganchadas en los lazos de la correa de sus vaqueros azules desteñidos. Cuando nuestras miradas se encuentran, le disparé una media sonrisa y una mirada de qué-puedes-hacer, y de inmediato estrecha sus ojos como si supiera que estoy bailando con Ryder para no tener que hablar con ella. Después una guapa rubia toca su brazo, y ella rompe el contacto visual.

Ryder voltea la cabeza para ver a quién estoy mirando.

—¿Conoces a Brittany?—suena más que un poco dudoso.

Me encojo de hombros.

—Está en una de mis clases.

—¿Son amigas?

—Nop.

—Es bueno saberlo.

Brittany y la tonta rubia salen de la habitación en ese momento, y mentalmente me doy palmaditas a mí misma en la espalda por mis exitosas tácticas de evasión.

—¿Vive aquí con ustedes?

Dios, esta canción está siendo eterna, pero estoy tratando de hacer conversación porque siento que tengo que terminar el baile después de estar tan "entusiasta" al respecto.

—No, gracias a Dios —responde Ryder—. Tiene una casa fuera del campus.

Siempre está presumiendo de ello, pero apuesto a que su padre paga su renta.

Arrugo la frente.

—¿Por qué dices eso? ¿Su familia es rica o algo así?

Ryder se ve sorprendido.

—¿No sabes quién es su padre?

—No. ¿Debería?

—Es Phil Pierce.

Cuando el surco en mi frente se profundiza, Ryder detalla.

—. ¿Delantero de los Rangers de Nueva York? ¿Dos veces campeón de la Copa Stanley? ¿La leyenda del hockey?

El único equipo de hockey del que se algo es de los Blackhawks de Chicago, y eso es sólo porque mi papá es un fanático rabioso y me hace ver los partidos con él. Por lo tanto, tengo cero conocimientos de un hombre que jugó para los Rangers, qué, ¿hace veinte años? Pero no estoy sorprendida de escuchar que Brittany proviene de la realeza del hockey. Ella tiene esa sensación de superioridad de privilegio garantizado.

—Me pregunto por qué Brittany no fue a la universidad en Nueva York entonces. —digo educadamente.

—El señor Pierce terminó su carrera en Boston. —Explica Ryder—. Supongo que la familia decidió quedarse en Massachusetts después de su retiro.


La canción llega felizmente a su fin, y me apresuro a disculparme pretendiendo que necesito usar el baño. Ryder me hace prometerle bailar con él otra vez, luego hace un guiño y se aleja hacia la mesa de cerveza. Como no quiero que él sepa que mentí sobre el baño, sigo adelante con la farsa de orinar saliendo de la sala de estar para merodear en la sala del frente un poco, que es donde Tina me encuentra unos pocos minutos más tarde.

—¡Hola! ¿Estás teniendo un buen momento?

Sus ojos están brillantes y sus mejillas sonrojadas, pero sé que ella no ha estado bebiendo. Se comprometió a mantenerse sobria, y Tina nunca rompe sus promesas.

—Sí, supongo. Creo que me voy a ir pronto, sin embargo.

—Ay, no, ¡No puedes irte todavía! Acabo de verte bailando con Ryder Lynn, parecías que te estabas divirtiendo.

¿En serio? Creo que soy mejor actriz de lo que pensaba.

—Es lindo. —Añade ella con una mirada significativa.

—Naah, él no es mi tipo. Demasiado atildado.

—Bueno, yo conozco a alguien que es tu tipo. —Tina menea las cejas antes de bajar la voz a un susurro burlón—. Y no des la vuelta, pero acaba de entrar por la puerta.


Mi corazón despega como una cometa en una tormenta de viento. ¿No me dé la vuelta? ¿La gente no se da cuenta de que diciendo eso está garantizado que alguien haga exactamente lo contrario? Giro mi cabeza hacia la puerta principal, luego la giro de vuelta porque oh mi Dios. Ella tiene razón. Puck se ha mostrado finalmente. Y puesto que el vistazo que eché fue demasiado fugaz, me baso en Tina para llenar los espacios en blanco.

—¿Está solo? —murmuro.

—Está con algunos de sus compañeros de equipo. —Murmura en respuesta—.Ninguno de ellos trajo citas, sin embargo.

Hago mi mejor imitación de una persona que solo está hablando con una amiga y no tiene de ninguna manera un enamoramiento con el tipo parado a tres metros de distancia. Y funciona, porque Puck y sus amigos caminan justo pasándonos a Tina y a mí, sus carcajadas tragadas rápidamente por una oleada de música.


—Estás sonrojándote. —Se burla ella.

—Lo sé. —Me quejo en voz baja—. Mierda. Este enamoramiento es tan estúpido, A. ¿Por qué estás dejando que me avergüence a mí misma de esta
manera?

—Porque no creo que sea estúpido en absoluto. Y no es vergonzoso, es saludable.

Agarra mi brazo y procede a arrastrarme de vuelta a la sala de estar. El volumen del estéreo es más bajo ahora, pero la animada charla continúa zumbando a través de la habitación.

—En serio, San, eres joven y hermosa, y yo quiero que te enamores. No me importa con quien sea siempre y cuando… ¿Por qué Brittany Pierce te está
mirando?

Sigo su mirada sorprendida y ahogo otro gemido cuando los ojos azules de Brittany se encuentran con los míos.

—Porque me está acechando. —Me quejo.

Sus cejas se disparan.

—¿De verdad?

—Más o menos, sí. Está fallando Ética, y sabe que lo hice bien en el examen de mitad de semestre por lo que ahora está exigiendo que le dé clases. La rubia no puede aceptar un no por respuesta.

Suelta una risita.

—Creo que podrías ser la única chica que la ha rechazado.

—Solo si el resto de la población femenina fuera tan inteligente como yo.

Miro por encima del hombro de Tina y reviso la habitación buscando a Puck, y mi pulso se acelera cuando lo descubro por la mesa de billar. Está usando pantalones negros y un suéter gris con tejido de ochos, y su pelo está desordenado, cayendo sobre su fuerte frente. Dios, me encanta esa apariencia de acabo-de-rodarfuera-de-la-cama que tiene. No tiene todo el pelo levantado con gelatina como sus amigos, ni está usando su chaqueta de fútbol como el resto de ellos.

—¡Tina, trae tu lindo culo por aquí! —grita Mike desde la mesa de Ping-Pong—. ¡Necesito a mi pareja de pong!

Un bonito sonrojo florece en sus mejillas.

—¿Quieres vernos patear algunos traseros en el juego de cerveza pong? Menos la cerveza. —Añade rápidamente—.Mike sabe que no estoy bebiendo esta noche.

Soy golpeada con otra sacudida de culpa.

—Eso no es divertido. —Le digo a la ligera—. Tienes que conseguir tomar la cerveza para jugar al pong.

Niega firmemente con la cabeza.

—Te prometí que no bebería.

—Y no estoy planeando quedarme por mucho más tiempo. —Le cuento—. Así que no hay razón para que no puedas tener tu diversión.

—Pero yo quiero que te quedes. —Protesta ella.

—¿Qué tal esto? Me quedaré hasta dentro de media hora, pero sólo si te permites tener un poco de diversión real. Sé que llegamos a un acuerdo en primer año, pero ya no lo estoy manteniendo más sobre ti, T. Quiero decir cada palabra, porque la verdad es que odio que tenga que cuidarme cada vez que salimos. No es justo para ella. Y después de dos años en Briar, sé que es hora de que baje mi guardia, al menos un poco.

—Vamos, quiero verte mostrar esas habilidades locas de cerveza pong. —


Engancho mi brazo a través del suyo, y se ríe mientras la arrastro hacia Mike y sus amigos.

—¡Santana! —dice Mike con deleite—. ¿Tú juegas?

—Nop. —Le respondo—. Sólo animando a mi mejor amiga.

Tina se une a Mike en un extremo de la mesa, y durante los siguientes diez minutos, estoy viendo el más intenso partido de cerveza pong que se desarrolla en el planeta. Pero todo el tiempo, estoy totalmente consciente de Puck, quien está charlando con sus compañeros de equipo al otro lado de la habitación. Eventualmente, me alejo un poco porque al final necesito ir al baño. Hay uno en la planta principal cerca de la cocina, pero la línea es locamente larga y pasarán décadas antes de que consiga un turno. Rápidamente hago mi asunto, entonces salgo del cuarto de baño, y golpeo contra un cuerpo masculino.

—Realmente deberías ver a dónde vas.

Remarca una voz ronca. Mi corazón se detiene. Los ojos oscuros de Puck brillan con humor mientras coloca su mano sobre mi brazo para mantenerme estable. En el momento en que me toca, el calor se dispara por mi carne y da rienda suelta a un frenesí de piel de gallina.

—Lo siento. —Tartamudeo.

—No te preocupes. —Sonriendo, acaricia su pecho—. Todavía estoy en una sola pieza.

De repente noto que ya no hay nadie más esperando para usar el baño. Somos sólo Puck y yo en el pasillo, y Dios, él está aún mejor mirándolo de cerca. También es mucho más alto de lo que me había dado cuenta, tengo que inclinar mi cabeza para mirarlo a los ojos.

—Tú estás en Ética conmigo, ¿no? —pregunta en esa profunda y sexy voz suya.

Asiento.

—Soy Puck.

Se presenta como si realmente pudiera haber alguien en Briar que no supiera su nombre. Pero encuentro que su modestia es adorable.

—Soy Santana.

—¿Cómo te fue en el examen de lapso?

—Conseguí una A. —Admito—. ¿Y tú?

—B menos.

No puedo ocultar mi sorpresa.

—¿En serio? Supongo que somos los afortunados, entonces. Todos los demás lo fallaron.

—Creo que eso nos hace inteligentes, no afortunados.

Su sonrisa me hace derretir. En serio. Soy un charco de baba en el suelo, incapaz de apartar la mirada de esos oscuros ojos magnéticos. Y huele fantástico, como jabón y loción de afeitar a limón. ¿Sería inapropiado si presiono mi cara en su cuello y lo inhalo?

Ah... sí. Lo sería.

—Así que...

Trato de pensar en algo inteligente o interesante que decir, pero estoy demasiado nerviosa para ser ingeniosa en el momento.

—. Tú juegas al fútbol, ¿eh?

Él asiente. —Receptor abierto. ¿Eres fanática? —Un hoyuelo aparece en su barbilla—. Del juego, quiero decir.

No lo soy, pero supongo que podría mentir y pretender que me gusta su deporte. Sólo que es un movimiento arriesgado, porque entonces él podría tratar de hablar “de cosas” conmigo, y no sé lo suficiente sobre el fútbol para llevar toda una conversación al respecto.

—En realidad no. —Confieso con un suspiro—. He visto un partido o dos, pero la verdad, es demasiado lento para mi gusto. Parece como que ustedes juegan por cinco segundos, y luego alguien hace sonar un silbato y se paran durante horas antes de que comience la siguiente jugada.


Puck se ríe. Tiene una gran carcajada. Baja y ronca, y la siento hasta los dedos de mis pies.

—Sí, he oído esa queja antes. Es diferente cuando estás jugando, sin embargo. Mucho más intenso de lo que pensarías. Y si estás interesado en un equipo o ciertos jugadores, captas las reglas mucho más rápido. —Inclina la cabeza—. Debes venir a uno de nuestros juegos. Apuesto a que te divertirías.

Santa mierda. ¿Me está invitando a uno de sus juegos?

—Ah, sí, tal vez lo haga…

—¡Puck! —Un grito interrumpe—. ¡Estamos arriba!

Los dos nos volvemos cuando un gigante rubio asoma la cabeza por la puerta de la sala de estar. Es uno de los compañeros de equipo de Puck, y está llevando una expresión de extrema impaciencia.

—Voy —dice Puck en respuesta, entonces me da una sonrisa triste mientras da un paso hacia el baño—. Big Joe y yo estamos a punto de patear algunos culos en el pool, pero tengo que conseguir ir al baño primero. ¿Hablamos más tarde?

—Claro.

Mantengo mi tono casual, pero no hay nada casual acerca de la forma en que mi corazón se está acelerando. Mientras Puck cierra la puerta detrás de él, me apresuro de regreso a la sala de estar con las piernas temblorosas. Me muero de ganas de decirle a Tina sobre lo que acaba de suceder, pero no tengo la oportunidad. Al segundo que entro a la habitación, uno ochenta y siete metros y no se exactamente cuantos kilos de Brittany S. Pierce bloquean mi camino.

—Lóspez —dice alegremente—. Eres la última persona que esperaba ver aquí esta noche.

Como de costumbre, su presencia hace que mi guardia encaje en su sitio.

—¿Sí? ¿Por qué es eso?

Se encoge de hombros.

—No creía que las fiestas de fraternidad fueran tu escena.


—Bueno, no me conoces, ¿recuerdas? Tal vez estoy de fiesta en fila griega todas las noches.


—Mentirosa. Te habría visto antes por aquí.

Cruza los brazos sobre su pecho, una pose que hace que sus bíceps se flexionen. Vislumbro la parte inferior de un tatuaje asomándose desde la manga, pero no puedo decir lo que es, sólo que es negro y se ve complicado. ¿Llamas tal vez?

—Así que, sobre esta cosa de la tutoría... pensé que deberíamos tomar un momento para establecer un horario.

La irritación se dispara por mi columna vertebral.

—No te rindes, ¿verdad?

—Nunca.

—Entonces necesitas empezar, porque no estoy dándote clases.

Estoy distraída ahora. Puck ha vuelto a entrar en la habitación, su cuerpo largo y esbelto moviéndose a través de la multitud mientras hace su camino hasta la mesa de billar. Está a mitad de camino cuando una guapa morena lo intercepta. Para mi desgracia, él se detiene a hablar con ella.
—Vamos, Lóspez, ayuda a un ser humano. —Suplica Brittany.

Puck se ríe de algo que la chica dice. De la misma manera en que se estaba riendo conmigo hace un minuto. Y cuando ella toca su brazo y se inclina cerca, él no retrocede.

—Mira, si no quieres comprometerte todo el semestre, al menos ayúdame a pasar este examen. Te deberé una.

Ya no estoy prestándole a Brittany ni siquiera una pizca de atención. Puck se inclina para susurrar al oído de la muchacha. Ella se ríe, sus mejillas se vuelven de un tono más intenso de color rosa, y mi corazón se desploma hasta la boca del estómago. Estaba tan segura de que habíamos estado, no sé, conectando, pero ahora ¿él está coqueteando con otra persona?


—Ni siquiera me estás escuchando —Acusa Brittany—. ¿A quién estás mirando, de todos modos?

Separo mis ojos de Puck y la morena, pero no lo suficientemente rápido. Brittany sonríe cuando se da cuenta de dónde estaba mi mirada.

—¿Cuál? —Exige.

—¿Cuál qué?

Ladea la cabeza hacia Puck, luego la desplaza metro y medio a la derecha, donde me doy cuenta de que Ryder habla con uno de sus hermanos de fraternidad.

— Lynn o Puckerman , ¿a cuál quieres endurecer?

—¿Endurecer? —Ella tiene mi atención de nuevo—. Uf. ¿Quién dice cosas así?

—Bien, ¿debo reformularla? A cuál quieres follar o joder o perforar o hacer el amor, si eso es lo tuyo.

Aprieto mi mandíbula. Esta tipa es una imbécil. Cuando no respondo, ella responde por mí.

—Puckl. —Decide—. Te vi bailando con Ryder antes y definitivamente no estabas haciéndole ojitos.

No confirmo ni niego. En vez, doy un paso lejos.

—Ten buenas noches, Brittany.

—Odio tener que decírtelo, pero no va a suceder, Lóspez. Tú no eres su tipo.

La ira y la vergüenza inundan mi vientre. Guauu. ¿Realmente acababa de decir eso?

—Gracias por el consejo —digo fríamente—. Ahora, me disculparás...

Trata de alcanzar mi brazo, pero yo me apresuro a pasarla y la dejo mordiendo el polvo. Hago una búsqueda rápida en la habitación por Tina, parando en seco cuando la veo besándose con Mike en el sofá. No quiero interrumpirlos, así que giro sobre mis talones y me dirijo hacia la puerta principal en su lugar.

Mis dedos están temblorosos mientras le escribo a Tina para hacerle saber que me estoy yendo. La contundente afirmación de Brittany, tú no eres su tipo, hace eco en mi mente como un mantra deprimente. La verdad es que, es exactamente lo que necesitaba oír. ¿Y qué si Puck me habló en el pasillo? Obviamente no significaba nada, porque en el instante siguiente se volvió y coqueteó con otra persona. Es hora de que me enfrente a la realidad. No va a pasar con Puck y conmigo, no importa lo mucho que lo quiera. Fue estúpido de mi parte venir aquí esta noche.

Olas de vergüenza pasan a través de mí mientras dejo la casa Sigma y paso a la fresca brisa nocturna. Me arrepiento de no llevar un abrigo, pero no había querido cargarlo toda la noche, y pensé que podía lidiar con el frío de octubre durante la caminata de cinco segundos del taxi a la puerta principal.

Tina me escribe en respuesta mientras paso al porche, ofreciéndose a venir fuera y hacerme compañía hasta que el taxi llegue, pero le ordeno que se quede con su novio. Entonces busco el número del servicio de taxi del campus, y estoy a punto de marcarlo cuando escucho mi nombre. Una enloquecedora variación, eso es.

—Lóspez. Espera.

Tomo los escalones del porche dos a la vez, pero Brittany es mucho más alta que yo, lo que significa que su paso es más largo, y no pierde tiempo en atraparme.

—Vamos, espera. —Su mano se engancha en mi hombro.

La sacudo del hombro y doy la vuelta para mirarla.

—¿Qué? ¿Estás de humor para insultarme un poco más?

—No estaba tratando de insultarte —Protesta—. Sólo estaba declarando un hecho.

Eso molesta.

—Cielos. Gracias.

—Mierda. —Se ve frustrada—. Te insulté de nuevo. No quise hacer eso. No estoy tratando de ser una idiota, ¿de acuerdo?

—Por supuesto que no estás tratando. Sólo lo eres.

Tiene el descaro de sonreír, pero su humor se desvanece rápidamente.

—Mira, conozco al chico, ¿de acuerdo? Puck es amigo de uno de mis compañeros de habitación, por lo que ha estado en mi casa un par de veces.


—Bien por ti. Puedes salir con él entonces porque no estoy interesada.

—Sí, lo estás.

Ella suena muy segura de sí misma, y la odio por eso.

—. Todo lo que estoy diciendo es, que Puck tiene un tipo.

—Está bien, voy a complacerte. ¿Cuál es su tipo, entonces? Y no porque estoy interesada en él ni nada. —Agrego a toda prisa.

Sonríe a sabiendas.

—A-ja. Por supuesto que no lo estás. —Entonces se encoge de hombros—. Él ha estado en esta universidad por, ¿qué, casi dos meses? Hasta ahora lo he visto enganchar con una animadora y dos miembros de Kappa Beta. ¿Sabes lo que me dice eso?

—No, pero me dice que pasas demasiado tiempo siguiendo el rastro de con quién están saliendo otros tipos.

Ella ignora la puya.

—Me dice que Puck está interesado en chicas con un cierto estatus social.

Ruedo los ojos.

—Si esto es otra oferta para hacerme popular, voy a tener que pasar.

—Oye, si quieres llamar la atención de Puck, tienes que hacer algo drástico. —Hace una pausa—. Así que sí, estoy volviendo a ofrecer salir contigo.

—Y yo vuelvo a pasar. Ahora, si me disculpas, tengo que llamar a un taxi.

—No, no lo tienes que hacer.

Mi teléfono se había puesto en inactividad, por lo que escribo rápidamente mi contraseña para desbloquearlo.

—En serio, no te molestes. —Dice Brittany—. Puedo llevarte a casa.

—No necesito que me lleven.

—Eso es lo que hacen los taxis. Ellos te llevan.

—Yo no necesito que tú me lleves. —Corrijo.

—¿Preferirías pagar diez dólares para llegar a casa en lugar de aceptar un viaje gratis de mí?

Su comentario sarcástico da justo en el blanco. Porque sí, yo, ciertamente, confío más en un taxista empleado del campus para llevarme a casa más de lo que confío en Brittany Pierce para hacerlo. No me meto en coches con extrañas. Punto. Los ojos de Brittany se estrechan como si estuviera leyendo mi mente.

—No voy a intentar nada, Lóspez. Es sólo un viaje a casa.

—Vuelve a la fiesta, Brittany. Tus hermanos de fraternidad probablemente se están preguntando dónde estás.

—Confía en mí, a ellos no les importa una mierda donde estoy. Sólo están interesados en encontrar una chica borracha en la que meter sus pollas.

Jadeo.

—Dios. Eres repugnante, ¿Sabes eso?

—Nop, sólo honesta. Además, no es como que dijera que estoy buscando hacer eso. No necesito buscar una mujer borracha para que duerma conmigo. Vienen a mí sobrias y dispuestas.


—Felicitaciones. —Grito cuando me arrebata el teléfono de la mano—. ¡Oye!

Para mi asombro, voltea la cámara hacia su cara y toma una foto.

—¿Qué estás haciendo?

—Ahí —dice ella, entregándome el teléfono de nuevo—. Siéntete libre de enviar esa cara sexy a tu lista completa de contactos e informarles que te estoy llevando a casa. De esa forma si apareces muerta mañana todo el mundo sabrá quién lo hizo. Y si quieres, puedes mantener el dedo en el botón de llamada de emergencia todo el tiempo, en caso de que necesites llamar a la policía. —Exhala un suspiro de exasperación—. ¿Puedo por favor llevarte a casa ahora?

Aunque no estoy entusiasmada con pararme fuera, sola y sin abrigo para esperar al taxi, todavía pongo una última protesta.

—¿Cuánto has bebido?

—La mitad de una cerveza.

Levanto mis cejas.

—Mi límite es una —Insiste—. Mañana por la mañana tengo práctica.

Mi resistencia se desmorona ante su seria expresión. He oído un montón de rumores acerca de Brittany, pero ninguno que implique alcohol o drogas, y el
servicio de taxi del campus es conocido por tomarse su jodido tiempo, así que realmente, no va a matarme pasar cinco minutos en un coche con la chica. Fácilmente puedo darle el tratamiento del silencio si me molesta. O, mejor dicho, cuando me molesta.

—Muy bien —Acepto—. Me puedes llevar a casa. Pero esto no quiere decir que te estoy dando clases.

Su sonrisa es el epítome de la suficiencia.

—Lo discutiremos en el coche.
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Lun Dic 19, 2016 12:55 am

CAPITULO 6
BRITTANY


A Santana López le gusta un jugador de fútbol. No puedo lograr entenderlo, pero ya la he ofendido una vez esta noche, así que sé que tengo que ir con cuidado si voy a convencerla.

Espero a que estemos en mi jeep y con el cinturón abrochado antes de expresar la pregunta de forma prudente.

—Así que, ¿Cuánto tiempo has querido fo-hacer el amor con Puck?

No responde, pero puedo sentir su mirada de muerte clavada en el lado de mi cara.

—Tiene que ser una cosa bastante reciente ya que se transfirió hace dos meses. —Aprieto mis labios—. Bueno, vamos a suponer que ha sido un mes.

Sin respuesta. Echo un vistazo y veo que está frunciendo el ceño aún más ahora, pero incluso con esa expresión intimidante, todavía luce caliente. Ella tiene uno de los rostros más interesantes que he visto alguna vez, sus mejillas son un poco demasiado redondas, su boca un poco demasiado carnosa, pero combinado con su suave piel oliva, vivos ojos miel, y la pequeña marca sobre su labio superior, luce casi exótica. Y ese cuerpo... Dios, ahora que lo he notado, no puedo no-notarlo.

Pero me recuerdo a mí misma que no estoy conduciendo a su casa con la esperanza de anotar. Necesito a Santana demasiado como para meter la pata por dormir con ella.

Después de la práctica de hoy, la entrenadora me alejo de todas y me dio un sermón de diez minutos sobre la importancia de mantener mis calificaciones.

Bueno, sermón es una descripción demasiado generosa —sus palabras exactas habían sido “mantén tu promedio o meteré mi pie tan alto en tu culo que podrás probar mi limpiador de zapatos en tu boca en los próximos años”.

Como la listilla que soy, le pregunté si las personas realmente siguen utilizando limpiador de zapatos, y ella respondió con una serie de coloridos improperios antes de irse enojada.

No exagero cuando digo que ser animadora es mi vida entera, pero supongo que está destinado a pasar cuando tu padre es una puta superestrella. El viejo tenía mi futuro planeado cuando aún estaba en el vientre, aprender a patinar, estar en un equipo, animar, aprender a anotar, hacerme profesional, fin. Phil Pierce tiene una reputación que mantener, después de todo. Quiero decir, sólo piensa en lo mal que se vería en él si su única hija no crecía para estar en el mundo de los deportes de alguna manera como profesional.

Sí, es sarcasmo lo que estás detectando. Y aquí hay una confesión: odio a mi padre. No, lo desprecio. La ironía es, que el bastardo piensa que todo lo que he hecho ha sido por él. El entrenamiento intenso, los moretones por todo el cuerpo, matarme veinte horas a la semana para mejorar mi rutina. Es lo suficientemente arrogante como para creer que me someto a todo eso por él.

Pero se equivoca. Lo hago por mí. Y en menor medida, lo hago para vencerlo. Para ser mejor que él.


No me malinterpreten, me encanta lo que hago. Vivo por los gritos de la multitud, el aire helado refrescando mi cara cuando me deslizo en el aire, el sonido de la multitud. El animar, la acrobacia y el peligro de mis rutinas es adrenalina. Es emoción. Es... relajante, incluso.

Miro a Santana, preguntándome lo que me tomará persuadirla, y de repente se me ocurre que he estado pensando sobre este Puck de la forma equivocada. Porque sí, no creo que ella sea su tipo, pero ¿cómo es él el suyo?

Puck actúa como si fuera del tipo fuerte y silencioso, pero he salido con él suficientes veces como para ver a través del acto. Él usa esa mierda de hombre misterioso para atraer a las chicas, y una vez que caen, enciende el encanto y las atrae directo a sus pantalones.

Así que, ¿por qué diablos está una chica sensata, como Santana López babeando por un idiota como Puck?

—¿Se trata sólo de una cosa física o realmente quieres salir con él? —pregunto con curiosidad.

Su suspiro exasperado hace eco en el coche.

—¿Podemos por favor no hablar de esto?

Veo la señal de giro a la derecha y me alejo de Greek Row, en dirección a la carretera que conduce de nuevo al campus.

—Me equivoqué contigo —le digo en un tono franco.

—¿Qué se supone que significa eso?

—Significa que pensé que eras directa. Aventada. No alguien que es demasiado miedosa para admitir que le gusta un chico.

Escondo una sonrisa cuando veo su endurecida mandíbula. No me sorprende que la fastidiara. Soy bastante buena leyendo a la gente, y sé sin un ápice de duda que Santana López no es el tipo de mujer que se echa atrás ante un desafío, ni siquiera uno oculto.

—Bien. Tú ganas. —Suena como si estuviera hablando con los dientes apretados—. Tal vez me gusta. Un poco, poquitín.

Suelto una risa.

—Vaya, ¿Fue tan difícil? —Aflojo mi pie del acelerador cuando nos acercamos a una señal de alto—. ¿Por qué no lo has invitado a salir, entonces?

Alarma ondula a través de su voz.

—¿Por qué haría eso?

—Uh, ¿porque acabas de decir que te gusta?

—Ni siquiera lo conozco.

—¿Cómo vas a llegar a conocerlo si no lo invitas a salir?

Ella se mueve en su asiento, luciendo tan incómoda que no puedo evitar reír.

—Estás asustada. —La molesté, incapaz de mantener el deleite de mi voz.

—No lo estoy —dice al instante. Luego hace una pausa—. Bueno, tal vez un poco. Él...me pone nerviosa, ¿de acuerdo?

Toma algo de esfuerzo ocultar mi sorpresa. No esperaba que fuera tan... honesta, supongo. Y la vulnerabilidad que está irradiando es un poco inquietante. No la he conocido por mucho tiempo, pero me he acostumbrado a su sarcasmo y confianza. La incertidumbre en su cara parece fuera de lugar.

—¿Así que vas a esperar a que él te lo pida?

Me frunce el ceño.

—Déjame adivinar, piensas que no lo hará.

—Sé que no lo hará. —Doy un pequeño encogimiento de hombros—. Los hombres son todo modo cazador, Lóspez. Estás haciéndolo demasiado fácil para él.


—Apenas —dice secamente—. Teniendo en cuenta que ni siquiera le he dicho que estoy interesada.

—Oh, lo sabe.

Eso la sobresalta.

—No, no lo hace.

—Un hombre siempre sabe cuándo una mujer lo desea. Créeme, no tienes que decirlo en voz alta para que él capte las vibraciones que estás emitiendo. —Sonrío—. Diablos, sólo me tomo cinco segundos averiguarlo.

—¿Y crees que si salgo contigo, él mágicamente va a estar interesado en mí?

Suena escéptica, pero ya no hostil, lo que es una señal prometedora.

—Definitivamente va a ayudar a tu causa. ¿Sabes lo que intriga a los chicos, incluso más que cazar?

—No puedo esperar para escucharlo.

—Una mujer que está fuera de su alcance. La gente quiere lo que no puede tener. —No puedo evitar sonreír—. Un buen ejemplo es, tú deseo a Puck.

—Uh, huh. Bueno, si no puedo tenerlo, entonces ¿por qué molestarme en ir a una cita contigo?

—No puedes tenerlo ahora. Eso no significa que nunca lo tendrás.

Llego a otra señal de alto, y estoy molesta al ver que ya casi estamos de vuelta en el campus. Mierda. Necesito más tiempo para convencerla, así que conduzco un poco más lento y espero que no se dé cuenta que voy a diez por debajo del límite.

—Confía en mí, Lóspez, si te apareces de mi brazo, se dará cuenta. —Me detengo, fingiendo pensarlo—. Te diré que, hay esta fiesta el próximo sábado y Lover boy estará allí.

—Uno, no lo llames así. Y dos, ¿cómo sabes dónde estará? —dice con recelo.

—Porque es la fiesta de cumpleaños de Beau Maxwell. Ya sabes, ¿El mariscal de campo? Todo el equipo estará allí. —Me encojo de hombros—. Y así lo haremos nosotras.

—Mmm-hmmm. ¿Y qué pasa cuando lleguemos allí?

Está actuando casual, pero sé que la tengo exactamente donde la quiero.

—Nos mezclamos, tomamos unas cervezas. Te presentaré como mi cita. Las chicas querrán matarte. Los chicos se preguntarán quién eres y por qué no has estado en sus radares antes. Puck se lo preguntará también, pero vamos a ignorarlo.

—¿Y por qué haríamos eso?

—Porque lo volverá loco. Te hará parecer aún más inalcanzable.

Muerde su labio. Me pregunto si ella sabe lo fácil que es leer sus emociones. Molestia, enojo, vergüenza. Sus ojos revelan todo y eso me fascina. Yo trabajo muy duro para enmascarar lo que estoy sintiendo, una lección que aprendí de la infancia, pero la cara de Santana es un libro abierto. Es un poco refrescante.

—Tienes mucha confianza en ti misma —comenta finalmente—. ¿De verdad crees que eres tan malditamente caliente que el mero hecho de ir a una fiesta contigo me convertirá en una celebridad?

—Sí. —No estoy siendo arrogante, sólo veraz. Después de dos años en esta universidad, sé el tipo de credibilidad que tengo.


¿Aunque honestamente? A veces no me siento ni la mitad de genial como la gente piensa que soy, y estoy bastante segura de que si alguno de ellos se tomara el tiempo para realmente llegar a conocerme, probablemente cambiarían su opinión. Es como ese estanque en el que patiné cuando era una niña, desde la distancia, el hielo se veía muy brillante y liso, hasta que te acercabas lo suficiente a el, y de repente todos los bordes irregulares y marcas de patín entrecruzadas se hacían visibles. Esa soy yo, supongo. Cubierta con marcas de patín que nadie parece notar. Y por dios, claramente me siento demasiado filosófica esta noche. A mi lado, Santana se ha quedado en silencio, mordiéndose el labio mientras considera mi propuesta.

Por un instante, casi le digo que lo olvide. Parece... mal que a esta chica le importe lo que un imbécil como Puck piense de ella. La inteligencia y aguda lengua de Santana se desperdiciaría con un chico como él. Pero entonces pienso en mi equipo, y todas las chicas que cuentan conmigo, y me obligo a hacer caso omiso de mis dudas.

—Piensa en ello —convenzo—. El examen de recuperación es el próximo viernes, lo que nos da una semana y media para estudiar. Voy a hacer el examen, y luego en la noche del sábado iremos a la fiesta de Maxwell y le mostraremos a Lover boy lo sexy y deseable que eres. Él no será capaz de resistirse, confía en mí.

—Uno, no lo llames así. Dos, deja de decirme que confíe en ti. Ni siquiera te conozco. —Pero a pesar de las quejas, puedo ver su rendición—. Mira. No puedo comprometerme a ayudarte por todo el semestre. Sinceramente, no tengo tiempo.

—Sólo será esta semana —prometo.

Duda. No la culpo por dudar de mí. La verdad es que ya estoy pensando en cómo puedo convencerla de sostener mi mano durante la duración del curso de Tolbert, pero... una batalla a la vez.

—¿Así que tenemos un trato? —provoco.

Santana se queda callada, pero justo cuando he perdido la esperanza, suspira y dice

—: Está bien. Tenemos un trato.

Maldición. Una parte de mi está realmente sorprendida de que me las arreglé para agotarla. He estado acosándola por lo que se siente como una eternidad, y ahora que he ganado, es casi como experimentar un sentimiento de pérdida. Imagínatelo.

Sin embargo, me doy a mí misma un ¡chócalas! mientras entro en el aparcamiento detrás de los dormitorios.

—¿En qué dormitorio estás? —pregunto cuándo pongo el jeep en el estacionamiento.

—La casa Bristol.

—Te voy a encaminar. —Empiezo a desabrochar mi cinturón de seguridad, pero ella sacude la cabeza.

—Está bien. No necesito una guardaespaldas. —Levanta su teléfono—. Tengo todo preparado para marcar al 911, ¿recuerdas?

Un breve silencio cae sobre nosotras.

—Bien. —Extiendo mi mano—. Fue un placer hacer negocios contigo.

Se queda mirando a mi mano como si fuera una portadora de Ébola. Ruedo los ojos y retiro el gesto.


—Trabajo hasta las ocho mañana —dice—. Podemos encontrarnos cuando haya terminado. Tú no vives en los dormitorios, ¿verdad?

—No, pero puedo venir por ti.

Palidece como si me hubiera ofrecido a afeitar su cabeza.

—¿Y qué la gente piense que somos amigas? De ninguna manera. Envíame tu dirección. Iré a tu casa.

Nunca he conocido a alguien que esté tan repugnada por mi popularidad, y no tengo ni idea de qué hacer con eso. Creo que podría gustarme.

—Serás la chica más popular de tu piso si viniera, ya sabes.

—Envíame tu dirección —dice con firmeza.

—Sí, señora. —Le sonrío—. Te veré mañana por la noche.

Todo lo que consigo a cambio es una mirada agria y un destello de su perfil, mientras se gira para abrir la puerta. Salta del coche sin una palabra, luego a regañadientes da un golpecito en la ventanilla del pasajero.

Reprimiendo una sonrisa, presiono el botón para bajar la ventanilla.

—¿Olvidaste algo? —Me burlo.

—Gracias por el aventón —dice remilgadamente.

Y entonces se ha ido, su vestido verde moviéndose con la brisa de la noche mientras se apresura hacia los oscuros edificios.
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por micky morales Lun Dic 19, 2016 8:42 am

Britt no es como la gente piensa y Santana lo descubrira mas pronto que tarde, a ver como va esto de la nva popularidad!!! hasta pronto. [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por JVM Lun Dic 19, 2016 2:14 pm

Britt con una fachada para que nadie vea como es en realidad....
Y después de estar siempre con chicas superficiales el conocer a San es nuevo.
Y bueno haber que tal les va en su primera reunión.
De ahí se irán conociendo y viendo que no son lo que aparentan, que esconden cosas y que es por un motivo.
Mientras Britt después de mucho esfuerzo consiguió que la morena la ayude :)
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Mensaje por marthagr81@yahoo.es Lun Dic 19, 2016 11:38 pm

micky morales escribió:Britt no es como la gente piensa y Santana lo descubrira mas pronto que tarde, a ver como va esto de la nva popularidad!!! hasta pronto. [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864

Hola, crees que asi sea.. Pues no lo creo por que Britt a leido mas claramente a Santana. Santana es muy inteligente pero muy despistada...

jajjaja mas tarde que temprano, bueno la verdad no se como es el dicho,,, pero vamos a ver si es asi..

Vamos a ver como les va en lo de la popularidad...... Hasta pronto....
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Lun Dic 19, 2016 11:40 pm

JVM escribió:Britt con una fachada para que nadie vea como es en realidad....
Y después de estar siempre con chicas superficiales el conocer a San es nuevo.
Y bueno haber que tal les va en su primera reunión.
De ahí se irán conociendo y viendo que no son lo que aparentan, que esconden cosas y que es por un motivo.
Mientras Britt después de mucho esfuerzo consiguió que la morena la ayude :)

Sip tienes toda la razon,Britt creo que dejara su fachada a un lado y todo por Santana.
Creo que la morena es como aire fresco para Brittany.

jajajjajaja parece que me estas contando la historia..... Al fin lo consiguio.
Estoy en actualizacion ya subo los siguientes cap.

Bye...... [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Mar Dic 20, 2016 12:22 am

CAPITULO 7
SANTANA


Normalmente, me enorgullezco de tener una buena cabeza sobre mis hombros y tomar decisiones acertadas, pero ¿aceptar ser tutora de Brittany? Lo más estúpido de lo estúpido.

Todavía estoy maldiciéndome por eso mientras hago el viaje a su casa la noche siguiente. Cuando me arrinconó en la fiesta Sigma, tenía toda la intención de decirle jódete y déjame en paz, y luego había dejado colgado a Puck bajo mi nariz como una zanahoria, y cedí como una tienda barata.

Genial. Y ahora estoy mezclando metáforas. Creo que podría ser el momento para que enfrente una triste verdad: tengo cero sentido común cuando se trata de Noah Puckerman. Anoche me fui de la fiesta con el único propósito de olvidarme de él y en vez de hacer eso, permití que Brittany S. Pierce me llenara con la emoción más destructiva conocida por la humanidad, esperanza.

Espero que Noah pueda notarme. Espero que pueda quererme. Espero finalmente conocer a alguien que puede hacerme sentir algo. Es vergonzoso cuan atontada estoy por el chico. Aparco mi coche prestado en la calzada detrás del jeep de Brittany y al lado de
un pick-up negro brillante, pero dejo el motor en marcha. Me sigo preguntando lo que mi vieja terapeuta pensaría si supiera acerca del trato que había hecho con Brittany. Quiero decir estaría en contra, pero Carole era todo sobre el empoderamiento. Siempre me animó a tomar el control de mi vida y agarrarme a cualquier oportunidad que me permita poner el ataque detrás de mí. Así que aquí está lo que sé: he salido con dos chicos desde la violación. Me acosté con ambos. Y ninguno de ellos me hizo sentir tan caliente y adolorida como Noah Puckerman lo hace con una mirada de párpados pesados.

Carole me diría que es una oportunidad que vale la pena explorar. La casa de Brittany es de dos pisos de altura, con un exterior de estuco blanco, un pórtico en lugar de un porche y un jardín delantero que es sorprendentemente ordenado. A pesar de mi reticencia, me obligo a salir del coche y caminar a la puerta. La música rock resuena dentro de la casa. Una parte de mí desea que nadie me oiga tocar la campana, pero se hace un eco de pasos amortiguados detrás de la puerta y luego se abre, y me encuentro mirando a un tipo alto con el pelo rubio de punta y una cara cincelada recién salida de la portada de GQ.

—Vaya, hola allí —Arrastra las palabras mientras me mira de arriba hacia abajo—. Mi cumpleaños no es hasta la próxima semana, pero si se trata de un regalo adelantado, estoy seguro que no me quejo, muñeca.

Por supuesto. Debería haber sabido que Brittany estaría en un alojamiento conjunto con alguien tan desagradable como ella. Curvo mis dedos sobre la correa de mi bolsa mensajera de gran tamaño, preguntándome si puedo volver de nuevo a mi coche antes de que Brittany sepa que estoy aquí, pero mi ruin plan es frustrado cuando aparece en la puerta. Está descalzo, vestido con unos vaqueros desgastados y una camiseta gris raída, y su cabello está húmedo, como si acabara de salir de la ducha.

—Hey, Lóspez —dice alegremente—. Llegas tarde.

—Dije las ocho y cuarto. Son las ocho y cuarto. —Me quedo mirando fríamente a Sr. GQ—. Y si estabas insinuando que soy una prostituta, entonces llámame insultada.

—¿Pensaste que era una prostituta? —Brittany se vuelve para mirar a su amigo—. Esta es mi tutora, hermano. Muestra un poco de respeto.

—No pensé que era una prostituta, pensé que era una stripper. —replicó el rubio, como si eso lo hiciera mejor—. Lleva un traje, por el amor de Dios.

Él tenía un punto. Mi uniforme de camarera no es exactamente sutil.

—Post-Data, quiero una stripper para mi cumpleaños. —Anuncia GQ—. Lo acabo de decidir. Manos a la obra.

—Haré un par de llamadas. —Promete Brittany, pero al segundo que su amigo
se aleja, confiesa—: Él no está consiguiendo una stripper. Todos contribuimos a
conseguirle un nuevo iPod. Dejó caer el suyo en un estanque koi detrás de Hartford
House.

Cuando río disimuladamente, Brittany se lanza como un león de montaña.

—Mierda. ¿Eso fue una risa? No pensé que fueras capaz de mostrar diversión.
¿Puedes hacerlo de nuevo y me dejas filmarlo?

—Me río todo el tiempo. —Me detengo—. Sobre todo de ti, sin embargo.

Agarra su pecho simulando dolor como si le hubiera disparado.

—Eres terrible para el ego de una chica, ¿sabes eso?

Ruedo mis ojos y cierro la puerta detrás de mí.

—Subamos a mi habitación —dice.

Mierda. ¿Quiere estudiar en su dormitorio? Aunque estoy segura de que eso es probablemente un sueño húmedo para todas las chicas en ésta escuela. Estoy preocupada por estar a solas con ella.

—¿G, esa es la tutora? —Una voz masculina le grita a medida que pasamos lo que deduzco que es la sala de estar—. ¡Oye, tutora, entra aquí! Tenemos que tener una pequeña charla.

Mi mirada alarmada vuela a Brittany, pero sólo sonríe y me guía hacia la puerta. La sala de estar sólo grita piso de solteros con sus dos sofás de cuero en forma de L, un sistema de entretenimiento de aspecto complicado, y una mesa de café llena de botellas de cerveza. Un chico de cabello oscuro y vivos ojos azules se levanta del sofá. Es tan guapo como Brittany y GQ, y por la forma en que su largo cuerpo se pasea en mi camino, es plenamente consciente de su atractivo.

—Así que escucha —Ojos Azules anuncia con voz severa—. Mi chica necesita un A en ésta prueba. Es mejor hacer que eso suceda.

Mis labios se tuercen.

—¿O qué?

—¿O voy a estar muy, muy molesto. —Su mirada sensual hace un barrido lento y deliberado de mi cuerpo, quedándose sobre mi pecho antes de viajar hacia arriba de nuevo—. No quieres que me moleste, ¿Verdad, preciosa?

Brittany resopla.

—No pierdas el tiempo, hombre. Es inmune al coqueteo. Confía en mí, lo he intentado.

—Se vuelve hacia mí—. Este es Logan. Logan, Lóspez.

—Santana. —Corrijo.

Logan lo piensa antes de sacudir la cabeza.

—Naah. Me gusta Lóspez.

—Conociste a Dean en la sala, y este es Tucker —Añade Brittany, señalando al
chico de pelo castaño rojizo en el sofá, que, sorpresa, sorpresa, es tan guapo como
el resto de ellos.

Me pregunto si "sexy como la mierda" es un requisito para vivir en esta casa. No le pregunto eso a Brittany. Su ego es lo suficientemente grande como está.

—Sip, Lóspez —dice Tucker en voz alta.

Ahogo un suspiro. Maravilloso. Supongo que soy Lóspez ahora.

—Lóspez es la estrella del recital de Navidad —dice Brittany a sus amigos.

—Presentación de invierno —Me quejo.

—¿No es eso lo que dije? —Agita una mano desdeñosa—. Está bien, vamos a hacer esta mierda. Hasta luego, chicos.

Sigo a Brittany por la estrecha escalera hasta el segundo piso. Su habitación está
en el extremo de la sala, con la magnitud de la misma y baño privado, debe ser el
dormitorio principal.

—¿Te importa si me cambio este uniforme? —pregunto torpemente—. Tengo mi ropa de calle en mi bolsa.

Se arroja en el borde de la monstruosa cama y se inclina hacia atrás sobre sus codos.

—Adelante. Me sentaré aquí y disfrutaré del espectáculo.

Aprieto los dientes.

—Quiero decir en el baño.

—Eso no es divertido.

—Nada de esto es divertido. —murmuro.

El cuarto de baño es mucho más limpio de lo que esperaba, y los rastros débiles de loción para el cuerpo cuelgan en el aire. Rápidamente me cambio a pantalones de yoga y un suéter negro, ato el pelo en una coleta, y meto mi uniforme en mi bolsa.

Brittany está todavía en la cama cuando regreso. Está absorta con su teléfono, ni siquiera levanta la vista cuando tiro una pila de libros en su cama.

—Cito tu molestia ¿estás lista para hacer esta mierda? —Le digo con sarcasmo.

Habla en un tono distraído.

—Sí. Un segundo. —Sus largos dedos digitan un mensaje, y luego se le cae el teléfono sobre el colchón—. Lo siento. Estoy prestando atención ahora.

Mis opciones de asiento son limitadas. Hay un escritorio bajo la ventana, pero sólo una silla, que está enterrada bajo una montaña de ropa. Lo mismo va para el sillón en la esquina de la habitación. El piso es de madera y se ve incómodo. La cama, será.

De mala gana me siento con las piernas cruzadas sobre el colchón.

—Está bien, así que creo que deberíamos comenzar con todas las teorías primero. Asegúrate de que conoces los puntos importantes de cada una, y entonces podemos empezar a aplicar la lista de los conflictos y dilemas morales.

—Suena bien.

—Vamos a empezar con Kant. Su ética es bastante sencilla.

Abro la carpeta de lecturas que Tolbert entregó al inicio del año y hojeo las páginas hasta encontrar todo el material de Immanuel Kant. Brittany desliza su cuerpo encima de la cama y descansa su cabeza en el marco de madera, dejando escapar un profundo suspiro mientras se resbalan las lecturas en su regazo.

—Lee. —Ordeno.

—¿En voz alta?

—Sí. Y una vez que hayas terminado, quiero que resumas lo que acaba de leer. ¿Crees que puedes manejar eso?

Hay una derrota, y luego su labio inferior se estremece.

—Esto podría ser un mal momento para decírtelo, pero... no puedo leer.

Mi mandíbula cae abierta. Mierda. Ella no puede estar hablando en ser…
Brittany ladra una carcajada.

—Relájate, sólo estoy jodiendo contigo. —Entonces ella me frunce el ceño—. ¿Realmente pensaste que no podía leer? Jesús, Lóspez.

Ofrezco una dulce sonrisa.

—No me habría sorprendido en lo más mínimo.

Excepto que Brittany termina sorprendiéndome. No sólo leyó el material con una voz suave, elocuente, procede a resumir el Imperativo Categórico de Kant, casi palabra por palabra.

—¿Tienes una memoria fotográfica o algo así? —Exijo.

—Nop. Soy buena con hechos. —Se encoge de hombros—. Sólo tengo un momento difícil aplicando las teorías a las situaciones morales.

Le quite algo de importancia.

—Es una mierda total si me preguntas. ¿Cómo podemos estar seguras de lo que los filósofos, quienes están todos muertos ya, pensarían acerca de las hipótesis de Tolbert? Por lo que sabemos, ellos habían evaluado sobre una base de caso por caso. Lo correcto y lo incorrecto no es blanco y negro. Es más complejo que…

El teléfono de Brittanyt vibra.

—Mierda, un segundo. —Mira la pantalla, frunce el ceño, y envía otro mensaje de texto—. Lo siento, ¿estabas diciendo?

Pasamos los siguientes veinte minutos repasando los más finos puntos de vista
éticos de Kant. Brittany envía unos cinco textos durante ese tiempo.

—Oh, Dios mío —Estallé—. ¿Voy a tener que confiscar esa cosa?

—Lo siento —dice por enésima vez—. Lo pondré en silencio.

Lo que no logra nada porque ella deja el teléfono en su carpeta y la maldita cosa
se ilumina cada vez que un nuevo mensaje llega.

—Así que, básicamente, la lógica es la columna vertebral de la ética kantiana…—Me detengo cuando la pantalla del teléfono parpadea de nuevo—. Esto es ridículo. ¿Quién se mantiene mandándote mensajes de texto?

—Nadie.

Nadie, mi culo. Tomo el teléfono y hago clic en el icono de mensaje. No hay nombre, sólo un número, pero no hace falta ser un genio para entender que los mensajes son de una mujer. A menos que haya un tipo por ahí que quiera “lamer a Brittany por todas partes”.

—¿Estás sexteando durante una sesión de tutoría? ¿Qué te pasa?

Suspira.

—No estoy sexteando. Ella está sexteando.

—A-ja. Vamos a echarle la culpa a ella, ¿De acuerdo?

—Lee mis respuestas —Insiste—. Le sigo diciendo que estoy ocupada. No es
mi culpa que no pueda darse por aludida.

Me desplazo por la conversación y descubro que está diciendo la verdad. Todos los mensajes que ha enviado en los últimos treinta minutos han involucrado las palabras ocupada y estudiando y hablar más tarde.

Suspirando, hago que salga el teclado táctil y comienzo a escribir. Brittany protesta y trata de agarrar el teléfono de mis manos, pero es demasiado tarde. Ya había presionado enviar.

—Aquí —Anuncié—. Me ocupé de ello.

—Lo juro por Dios, Lóspez, si tú... —Se calla mientras lee el mensaje.

Este es el tutor de Brittany. Me estás molestando. Terminamos en treinta minutos. Estoy segura de que puedes mantener tus pantalones abrochados hasta entonces.

Brittany se encuentra con mis ojos y se ríe tan fuerte que no puedo evitar sonreír.

—Eso debería ser más eficaz que tu a medio déjame solo, ¿no te parece? Se ríe de nuevo. —No se puede discutir con eso.

—Esperemos que eso apague a tu novia por un tiempo.

—Ella no es mi novia. Ella es esta conejita con la que conecté en el último
año y…

—¿Conejita ? —Hago eco con horror—. Eres una cerda. ¿Así es como
realmente llaman ustedes a las mujeres?

—¿Cuando la mujer sólo está interesada en dormir con un jugador de hockey o una porrista profesional para que pueda presumirle a todas sus amigas que se ha embolsado a un jugador de hockey o una porrista? Sí, así es como las llamamos —dice con una mordida a su voz—. En todo caso, yo soy la que está objetivado en este escenari
o.
—Lo que sea que te ayude a dormir mejor por la noche... —

Alcanzo la carpeta. Vamos a pasar al utilitarismo. Nos centraremos en Bentham por ahora. Después, le pregunto sobre los dos filósofos de los cuales hemos discutido esta noche, y estoy contenta cuando contesta todo correctamente, incluso las bolas curvas que le lanzo. Bien. Así que tal vez Brittany S. Pierce no es tan tonta como yo pensaba que era. Por el momento nuestra hora se ha terminado, estoy segura de que ella no sólo
memorizó la información y la escupió hacia mí. Hay una verdadera comprensión
allí, como si las ideas éticas realmente se hubieran hundido en ella. Es una pena que
el examen que va a tomar no es de opción múltiple, porque no hay duda en mi
mente de que pudiera pasar con buena nota.

—Mañana le haremos frente al posmodernismo. —Suspiro—. Lo que, en mi humilde opinión, es probablemente la más compleja escuela del pensamiento en la historia humana. Tengo ensayo hasta las seis, pero estoy libre después. Brittany asiente. —Yo termino con la práctica a las siete. Así que ¿Qué hay de las ocho?


—Estoy bien con eso. —Meto mis libros en mi bolsa, luego me deslizo al baño para orinar antes de irme. Cuando salgo, me encuentro a Brittany desplazándose a
través de mi iPod.

—¿Abriste mi bolsa? —Exclamo—. ¿En serio?

—Tu iPod estaba colgando del bolsillo delantero. —Protesta—. Tenía curiosidad por ver lo que había en él. —Sus ojos azules permanecen pegados a la pantalla mientras comienza a leer los nombres en voz alta—. Etta James, Adele, Queen, Ella Fitzgerald, Aretha, Beatles… hombre, este es malvadamente ecléctico.—De repente niega con la cabeza en consternación—. Oye, ¿sabías que hay One Direction aquí?

—No, ¿en serio? —Rezumo sarcasmo—. Se debe de haber descargado por sí solo.

—Creo que he perdido todo el respeto por ti. Se supone que debes ser un comandante de la música.

Le arranco el iPod de sus manos y lo meto en la bolsa.

—One Direction hace algunas grandes armonías.

—Totalmente en desacuerdo. —Su barbilla se levanta con decisión—. Te voy a hacer una lista de reproducción. Obviamente, necesitas aprender la diferencia entre la buena música y la música de mierda.

Hablo con los dientes apretados.

—Te veo mañana.

El tono de Brittany es preocupado mientras se dirige a la iMac sobre su escritorio.

—¿Cómo te sientes acerca de Lynyrd Skynyrd? ¿O sólo estás con las bandas en las que los chicos coordinan sus trajes?

—Buenas noches, Brittany.

Estoy lista para rasgar mi cabello mientras marcho fuera de la habitación. No puedo creer que estuve de acuerdo con una semana y media de esto.

Dios ayúdame.
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Mar Dic 20, 2016 12:45 am

CAPITULO 8
SANTANA


Tina llama la noche siguiente mientras me largo del edificio de música echando humo sobre otro ensayo desastroso con Unique.

—Guau —dice cuando escucha mi tono cortante—. ¿Qué te pasó?

—Unique —contestó airadamente—. El ensayo fue una maldita pesadilla.

—¿Está tratando de robar todas las buenas notas de nuevo?

—Peor. —Estoy demasiado cabreada para repetir lo que pasó, así que no me molesto—. Quiero matarlo mientras duerme, A. No, quiero matarlo cuando esté despierto para que pueda ver la alegría en mi cara mientras lo hago.

Su risa me hace cosquillas en la oreja.

—Mierda. Te cabreó bastante, ¿eh? ¿Quieres desahogarte sobre eso durante la cena?

—No puedo. Veré a Pierce esta noche. —Otra cita que no estoy interesada en
mantener. Todo lo que quiero hacer ahora es tomar una ducha y ver televisión,
pero conociendo a Brittany, me va a perseguir y gritar si me atrevo a cancelarle.

—Todavía no puedo creer que cediste sobre la cosa de la tutoría —se maravilla
Tina—. Debe ser muy persuasiva.

—Algo así —digo vagamente.

No le he dicho a Tina sobre mi arreglo con Brittany, sobre todo porque quiero
retrasar sus inevitables burlas cuando se entere de lo desesperada que estoy para
conseguir que Puck se fije en mi. Sé que no voy a ser capaz de ocultar la verdad
para siempre, definitivamente va a tener preguntas cuando se entere de que voy a
una fiesta con la chica. Pero estoy segura de que puedo encontrar una buena excusa
para entonces. Algunas cosas son demasiado embarazosas para admitirlas, incluso a tú mejor amiga.

—¿Cuánto te paga? —pregunta con curiosidad.

Como una idiota, digo el primer número que se me viene a la mente.

—Uh, sesenta.

—¿Sesenta dólares por hora? Santo cielo. Eso es una locura. ¡Será mejor que me
lleves por un filete para cenar cuando hayan terminado!

¿Un filete de cena? Mierda. Eso es como el valor de una cena de tres platos para mí. Ves, es por eso qué la gente no debe mentir. Esta siempre se vuelve para morderte en el culo.

—Claro —le digo a la ligera—. De todos modos, me tengo que ir. No tengo el coche de Tracy esta noche, así que tengo que llamar a un taxi. Nos vemos en un par de horas.

El taxi del campus me lleva donde Brittany, y hago los arreglos para que me recoja en una hora y media. Brittany me dijo que solo entrara cuando viniera porque nadie oía el timbre por sobre el televisor a todo volumen o el estéreo, pero la casa está en silencio cuando entro.

—¿Pierce? —llamo desde la entrada.

—Arriba —viene su respuesta amortiguada.

La encuentro en su habitación, vestida con pantalones de chándal y una musculosa blanca que muestra sus bíceps perfectamente formados y antebrazos fuertes. No puedo negar que su cuerpo es... atractivo. Es alta, no de una manera voluminosa de un defensa, pero largo y limpia y frivosa. Su camiseta sin mangas mostraba el tatuaje en su brazo derecho, llamas negras que se curvaban en su hombro y recubrían su bíceps.

—Oye. ¿Dónde están tus compañeros?

—Es viernes por la noche, ¿Dónde crees que están? De fiesta. —Suena triste mientras saca los libros de clases de la mochila en el suelo.

—Y estás eligiendo estudiar —comento—. No estoy segura de si debo estar impresionada o sentir lástima por ti.

—No voy a fiestas durante la temporada, Lóspez. Ya te lo he dicho.

Lo hizo, pero realmente no le había creído. ¿Cómo es que no sale a fiestas todas las noches? Quiero decir, mira a la chica. Es extremadamente atractiva y más popular que Bieber. Bueno, al menos antes de que Beebsse saliera de los carriles y abandonara a su pobre mono en un país extranjero.

Nos instalamos en la cama y empezamos de inmediato a trabajar, pero cada vez que Brittany toma unos minutos para leer sobre una teoría, mi mente se desvía de nuevo al ensayo de esta noche. La ira sigue a fuego lento en mi vientre, y aunque me da vergüenza admitirlo, mi mal humor se difunde en la sesión de estudio. Estoy de más malhumor de lo que quiero estar, y mucho más dura de lo necesario cuando Brittany malinterpreta el material.

—No es tan complicado —murmuro cuando pierde por completo el punto por tercera vez—. Está diciendo…

—Está bien, lo entiendo ahora —me corta, arrugas apareciendo en su frente—.No te enfades, Lóspez.

—Lo siento. —Cierro mis ojos brevemente para calmarme—. Vamos a pasar al
siguiente filósofo. Retomaremos a Foucault al final.

Brittanyt frunce el ceño.

—No avanzaremos. No hasta que me digas por qué has estado enfadada desde que llegaste. ¿Qué, Lover boy te ignoró o algo así?

Su sarcasmo sólo intensifica mi molestia.

—No.

—¿Estás en tu período?

—Oh, dios mío. Eres la peor. Sólo lee, ¿Quieres?

—No voy a leer una maldita cosa. —Se cruza de brazos—. Mira, hay una solución fácil para este festival de perras tuyo. Todo lo que tienes que hacer es decirme por qué estás enojada, te aseguro que estás siendo ridícula, y luego podemos estudiar en paz.


He subestimado la terquedad de Brittany. Pero realmente debería saberlo, viendo como he sido superada por su tenacidad en más de una ocasión. Yo particularmente no quiero confiar en ella, pero mi discusión con Unique es como una nube negra sobre mi cabeza, y necesito disipar la tormenta de energía que me consume.

—¡Él quiere un coro!

Brittany parpadea.

—¿Quién quiere un coro?

—Mi compañero de dúo —digo sombríamente—. También conocido como la pesadilla de mi existencia. Te juro que si no tuviera miedo de que podría romper mi mano, le golpearía justo en su presumida, cara estúpida.

—¿Quieres que te enseñe cómo derribarlo? —Brittany presiona sus labios como si estuviera tratando de no reírse.

—Estoy tentada a decir que sí. En serio, este tipo es imposible para trabajar. La canción es fantástica, pero lo único que hace es criticar cada microscópico detalle.El tenor, el tiempo, el arreglo, las malditas ropas que vamos a usar.

—Está bien... Así que ¿Qué es eso de un coro?

—Es… Unique quiere un coro para que nos acompañe en el último estribillo. Un puto coro. Hemos estado ensayando esta pieza durante semanas, Brittany. Se suponía que iba a ser sencillo y discreto, sólo nosotros dos demostrando nuestras voces, ¿Y repentinamente quiere hacer una gran producción?

—Suena como una diva.

—Lo es totalmente. Estoy lista para arrancarle la cabeza. —Mi enojo es tan visceral que recubre mi garganta y hace que mis manos tiemblen—. Y luego, si eso no es bastante exasperante, dos minutos antes del ensayo termina decidiendo que debemos cambiar el arreglo.

—¿Qué pasa con el arreglo?

—Nada. Nada está mal con el arreglo. Y Mary Jane, la chica que escribió la puta canción, ¡Sólo se sienta ahí sin decir nada! No sé si le tiene miedo a Unique o está enamorada de él o quién demonios sabe qué, pero no es de ayuda en absoluto. Se calla cuando empezamos a pelear, cuando lo que debería estar haciendo es expresar una opinión y tratar de resolver el problema.

Brittany frunce los labios. Algo así como la forma en que mi abuela hace cuando está sumida en sus pensamientos. Es un poco adorable. Pero probablemente me mataría si le dijera que me recuerda a mi abuela.

—¿Qué? —Provoco cuando no habla.

—Quiero escuchar esa canción.

Sorpresa se filtra a través de mí.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Debido a que has estado balbuceando sobre ella desde el momento en que te
conocí.

—¡Esta es la primera vez que he sacado el tema!

Responde con ese movimiento de manos que estoy empezando a sospechar
hace a menudo.

—Bueno, quiero oírla. Si esta chica Mary Jane no tiene las pelotas para ofrecer una crítica legítima, entonces yo voy a hacerlo. —Se encoge de hombros—. Tal vez tu pareja de dúo, ¿Cuál es su nombre, otra vez?

—Unique.

—Tal vez Unique tiene razón y eres demasiado terca para verlo.

—Confía en mí, está equivocado.

—Bien, entonces déjame ser la juez. Canta las dos versiones de la canción para mí, la forma en que es ahora, y la forma en que Unique la quiere, y te voy a decir lo que pienso. Tocas ¿no?

Arrugo mi frente.

—¿Tocar qué?

Brittany rueda los ojos. —Instrumentos.

—Oh. Sí, lo hago. Piano y guitarra... ¿Por qué?

—Vuelvo enseguida.

Se escabulle de la habitación y escucho ruidos de pasos en el pasillo, seguido por el sonido de una puerta abriéndose. Regresa con una guitarra acústica en la mano.

—De Tuck —explica—. No le importa si la tocas.

Aprieto los dientes.

—No te daré una serenata.

—¿Por qué no? ¿Te sientes cohibida o algo así?

—No. Sólo tengo mejores cosas que hacer. —Le doy una mirada afilada—. Como ayudarte a pasar el examen trimestral.

—Ya casi hemos terminado con el postmodernismo. Todas las cosas difíciles comienzan en la próxima reunión. —Su voz adquiere una nota burlona—. Vamos, tenemos tiempo. Déjame oírla.

Luego esboza esa sonrisa de niña, y maldita sea si no caigo. Realmente ha dominado esa pequeña mirada de niña. Excepto que no es una niña. Es una mujer con un cuerpo de infarto y una barbilla que levanta con determinación.

Sonriendo burlonamente de lado, sé que Brittany me acosará toda la noche si no
estoy de acuerdo en cantar. Acepto la guitarra y la pongo en mi regazo, dándole unos rasgueos de prueba. Está en sintonía, un poco más ligera que la acústica que tengo en casa, pero el sonido es excelente. Brittany se sube a la cama y se acuesta, apoyando la cabeza en una pila de almohadas. Nunca he conocido a nadie que se acuesta con tantas almohadas. Tal vez las necesita para acunar su enorme ego.

—Está bien —le digo—. Así es como lo estamos haciendo ahora. Imagina que hay un chico uniéndose a mí en el primer coro, y luego canta el segundo verso.

Conozco a muchos cantantes que son demasiado tímidos para actuar frente a extraños, pero yo nunca he tenido ese problema. Desde que era una niña, la música siempre ha sido un escape para mí. Cuando canto, el mundo desaparece. Somos sólo yo y la música y una profunda sensación de tranquilidad que nunca he sido capaz de encontrar en cualquier otro lugar, no importa cuánto lo intente. Respiro, toco los acordes iníciales, y empiezo a cantar. No miro a Brittany porque ya estoy en otro lugar, perdida en la melodía y las palabras, totalmente centrada en el sonido de mi voz y la resonancia de la guitarra.

Me encanta esta canción. De verdad. Es inquietantemente bella, e incluso sin la rica voz de barítono de Unique para complementar mi voz, todavía envuelve la misma fuerza, la misma emoción desgarradora que MJ vierte en las letras. Casi de inmediato, mi cabeza se despeja y mi corazón se siente más ligero. Estoy intacta de nuevo, porque la música me ha hecho de esa manera, al igual que lo hizo después de la violación. Cuando las cosas se pusieron demasiado abrumadoras o dolorosas, iría al piano o tomaría mi guitarra, y sabría que la alegría no estaba fuera de alcance. Estaba siempre a mi alcance, siempre disponible para mí, siempre y cuando tuviera la oportunidad de cantar.

Varios minutos después, la nota final permanece en el aire como un rastro de perfume dulce, y vuelvo al presente. Me giro hacia Brittany, pero su rostro es inexpresivo. No sé lo que esperaba que hiciera. ¿Alabarme? ¿Burlarse de mí? Pero no esperaba silencio.

—¿Quieres escuchar la versión de Unique? —pregunto evasiva.

Asiente con la cabeza. Solo eso. Un rápido movimiento de cabeza y nada más. Su cara inexpresiva me perturba, así que esta vez cierro mis ojos cuando canto. Avanzo al lugar donde Unique argumentó que debería estar, añado un segundo coro como él insistió, y, sinceramente, no creo que sea parcial cuando digo que prefiero el original. Esta segunda versión abruma, y el coro extra es una exageración. Para mi sorpresa, Brittany está de acuerdo conmigo una vez que he terminado.

—Es demasiado tiempo cuando lo haces de esa manera —dice con voz ronca.

—Lo sé, ¿verdad? —Estoy encantada de escucharlo validar mis propias
preocupaciones. Dios sabe que MJ no puede decir lo que piensa alrededor de Unique.

—Y olvida el coro. No lo necesitas. Demonios, no creo que necesites a Unique. — Sacude la cabeza con asombro—. Tu voz es... joder, Lóspez, es hermosa.

Mis mejillas se calientan.

—¿Eso crees?

Su expresión apasionada me dice que es en serio.

—Toca otra cosa —ordena.

—Um. ¿Que quieres escuchar?

—Cualquier cosa. No me importa. —Estoy sorprendida por la intensidad de su voz, la emoción ahora brillando en sus ojos azules—. Sólo tengo que escucharte cantar otra vez.


Wow. Bueno. Toda mi vida la gente me ha estado diciendo que soy talentosa, pero aparte de mis padres, nunca nadie ha suplicado que les cante.

—Por favor —dice suavemente.

Así que canto. Una pieza original esta vez, pero aun así es áspera, así que termino cambiando a otra canción. Toco "Stand By Me". Es la canción favorita de mi mamá, la que le canto cada año para su cumpleaños, y el recuerdo me lleva a ese lugar tranquilo de nuevo.

A mitad de la canción, los ojos de Brittany se cierran. Miro el constante aumento y caída de su pecho, mi voz quebrada por la emoción detrás de las letras. Entonces, mi mirada se desplaza a su rostro, y me doy cuenta de una pequeña cicatriz blanca en su barbilla, dividiendo en dos su mandíbula. Me pregunto cómo la consiguió. ¿Hockey? ¿Un accidente cuando era niña?

Sus ojos permanecen cerrados durante la canción, y cuando rasgueo el último acorde, decido que debía estar dormida. Dejo que la última nota termine, luego bajo la guitarra.
Los ojos de Brittanyt se abren antes de que pueda levantarme de la cama.

—Oh. Estás despierta. —Trago—. Pensé que estabas durmiendo.

Se desliza hacia arriba en una posición sentada, su tono mezclado con gran asombro.

—¿Dónde aprendiste a cantar así?



Me encojo de hombros torpemente. A diferencia de Unique, soy demasiado modesta para replicar mis propias alabanzas.

—No lo sé. Es algo que siempre he sido capaz de hacer.

—¿Tomaste lecciones?

Niego con la cabeza.

—¿Así que simplemente abriste la boca un día y salió eso?

Suelto una risa.

—Suenas como mis padres. Solían decir que debía haber habido una confusión en el hospital y les dieron a la niña equivocada. Todos en mi familia no tienen sentido de la música. Todavía no pueden averiguar quién me dio el gen de la música.

—Tengo que hacerte firmar un autógrafo para mí. De esta forma cuando estés arrasando en los Grammy, puedo venderlo en eBay y hacer mucho dinero.

Dejo escapar un suspiro.

—El negocio de la música es duro, amiga. Por lo que sé, voy a estrellarme y arder si trato de hacer un camino en él.

—No lo harás. —Convicción resuena en su voz—. Y, ¿Por cierto? Creo que estás cometiendo un error cantando un dueto para el show. Debes estar en eso sola. En serio, ¿si te sientas allí como único centro de atención y cantas como acabas de hacerlo ahora? Vas a darle a cada persona en la audiencia escalofríos.

Creo que Brittany podría tener razón. No sobre la cosa de los escalofríos, sino que he cometido un error haciendo equipo con Unique.

—Bueno, es demasiado tarde.

Ya estoy comprometida.

—Siempre puedes retractarte —sugiere.

—De ninguna manera. Eso es un movimiento estúpido.

—Sólo estoy diciendo, si te retractas ahora, todavía tienes tiempo para hacer un
solo. Si esperas demasiado, estarás equivocándote.

—No puedo hacer eso. —La miro en desafío—. ¿Dejarías a tus compañeras de equipo si estuvieran contando contigo?

Contesta sin dudarlo.

—Nunca.

—Entonces, ¿Qué te hace pensar que yo haría eso?

—Debido a que Unique no es tu compañero de equipo —dice Brittany en voz baja—. Se ve que él ha estado trabajando exclusivamente en contra tuyo desde el principio.


Una vez más, temo que tiene razón, pero realmente es demasiado tarde para hacer un cambio. Estoy comprometida con el dúo, y ahora tengo que seguir adelante con él.

—Estuve de acuerdo en cantar con él —digo con firmeza—. Y mi palabra significa algo. —Miro el reloj de Brittany y maldigo cuando me doy cuenta del tiempo—. Me tengo que ir. Mi taxi probablemente está esperando afuera. —Me deslizo rápidamente fuera de la cama—. Sólo tengo que hacer pis primero.

Suelta una risita.

—Demasiada información.

—La gente hace pis, Brittany. Trata con eso.

Cuando salgo del baño unos minutos más tarde, Brittany tiene la expresión más inocente en el planeta. Así que por supuesto, estoy instantáneamente desconfiada. Me quedo mirando los libros esparcidos sobre la cama, luego en el bolso que dejé en el suelo, pero nada parece fuera de lugar.

—¿Qué hiciste? —exijo.

—Nada —dice tranquilamente—. De todos modos, tengo un juego mañana en la noche, así que nuestra próxima reunión tendrá que ser el domingo. ¿Eso está bien? ¿Por la tarde-noche?

—Claro —respondo, pero todavía no puedo luchar contra la sospecha de que está tramando algo.

No es hasta que entro en mi habitación de la residencia quince minutos después que descubro que mis sospechas estaban justificadas. Mi mandíbula cae en indignación cuando veo un texto de Brittany.


Ella: Confesión: He eliminado todo de 1 Direction de tu iPod cuando estabas en el baño. De nada.

Yo: ¿¿QUÉ?? ¡Voy a besarte!

Ella: ¿Con lengua?


Me toma un segundo para darme cuenta de lo que pasó, momento en el que estoy completamente mortificada.

Yo: ¡Matarte! Me refería a MATARTE. Maldito Autocorrector.

Ella: Seeeguuuuuuuro. Vamos a echarle la culpa al Autocorrector.

Yo: Olvídalo.

Ella: Creo que alguien quiere besarme...

Yo: Buenas noches, Pierce.

Ella: ¿Segura que no quieres volver aquí? ¿Darle a nuestras lenguas un poco de ejercicio?

Yo: Ew. Nunca.

Ella: Uh-huh. PD: Comprueba tu correo electrónico. Te envié un archivo zip de música. Música real.

Yo: La cual se va directamente a mi carpeta de basura.


Estoy sonriendo para mis adentros mientras envío el mensaje, y Tina elige ese momento exacto para pasear dentro de mi habitación.

—¿A quién estas enviando mensajes de texto? —Está bebiendo uno de sus jugos desagradables, y la bombilla se sale de su boca cuando jadea—. ¡Mierda! ¿Es Noah?

—Naah, sólo Pierce. Está siendo una imbécil molesta como de costumbre.

—¿Qué, ustedes dos son amigas ahora? —Se burla.

Vacilo. Está en la punta de mi lengua expresar una negación, pero se siente mal cuando recuerdo que pasé las últimas dos horas contándole a Brittany sobre mis problemas con Unique y luego le canté como un maldito trovador. Y honestamente, tan insufrible como es, a veces, Brittany S. Pierce no es tan mala como pensé que era. Así que le doy una sonrisa arrepentida y le digo

—: Sí. Supongo que lo somos.
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Mar Dic 20, 2016 1:10 am

CAPITULO 9
Brittany


Greg Braxton es una bestia. Estoy hablando de uno noventa y cuatro, cien kilos de puro poder, y el tipo de velocidad y precisión que va a hacerlo conseguir un estupendo contrato un día con un equipo de la NHL. Bueno, sólo si la liga está deseando pasar por alto todo el tiempo que pasa en el banco de castigo. Es el segundo tiempo y Braxton ya ha tenido tres penaltis, uno de los cuales resultó en una anotación cortesía de Logan, quién paso por la banca de castigo para lanzarle a Braxton un pequeño gesto de suficiencia. Craso error, porque ahora Braxton está de regreso en el hielo, y ha conseguido un objetivo para triturar.

Choco contra él golpeándome en los plexos, tan fuerte, que sacude cada hueso de mi cuerpo, pero por suerte saqué el pase y quite la desorientación de mi cerebro a tiempo, para ver a Tuck hacer un giro de muñeca para lanzar pasando al portero de St. Anthony.

El marcador se ilumina, y ni siquiera los gemidos y abucheos de la multitud disminuyen la sensación de victoria que corre por mis venas. Los juegos de visita nunca son tan estimulantes como los partidos en casa, pero me alimento de la energía de la multitud, incluso cuando es negativa.

Cuando el timbre señala el término del tiempo, nos adentramos en el vestuario ganando 2-0 a St. Anthony. Todo el mundo está eufórico de la emoción por tener los dos primeros tiempos invictos, pero la entrenadora Sylvester no nos dejará celebrar, solo animar durante el juego, a las porristas nos tratan mas mal que a los jugadores.

No importa que estemos en la delantera de los equipos de porristas, nunca nos deja olvidar lo que estamos haciendo mal.

Al igual que la entradora Beast, son una bestia en el campo con los miembros de su equipo. Quien escuchamos:

—¡Di Laurentis! —Le grita a Dean—. ¡Dejaste que el número treinta y cuatro te tirara como una muñeca de trapo! Y tú… —La entrenador mira a uno de nuestros hombres de defensa novato—. ¡Les diste dos escapadas! Tu trabajo es parar a esos gilipollas. ¿Viste a ese que golpeo a Logan deliberadamente al inicio del tiempo? Espero ese tipo de juego físico de ti, Renaud. No más golpes maricas. Golpéalos como se debe, chico.

Mientras la entrenadora Beast marcha hasta el otro extremo de los vestuarios para repartir más críticas, Logan y yo intercambiamos sonrisas. Sylvester es una dura total, pero es muy buena en su trabajo. Da elogios cuando son merecidos, pero en su mayor parte, nos presiona y nos hace mejores.

—Ese fue un golpe brutal. —Tuck me lanza una mirada de simpatía cuando elevo mi camiseta para examinar con cuidado mi lado izquierdo.

Braxton me golpeó duro, y ya puedo ver una coloración azulada formándose en mi piel. Va a quedarme un jodido moretón.

—Voy a vivir —respondo con un encogimiento de hombros.

La entrenadora aplaude con su mano para indicar que es hora de volver al hielo, y los guardias salen mientras bajamos por el túnel.

Cuando hago mi camino a la banca, puedo sentir sus ojos en mí. No lo busco, pero sé que lo encontraré si lo hago. Mi padre, yace en su asiento habitual en la parte superior de las gradas, su gorra de los Rangers puesta por sobre sus ojos, sus labios apretados en una línea.

El campus de St. Anthony no está demasiado lejos de Briar, lo que significa que mi padre sólo tuvo que conducir una hora desde Boston para llegar aquí, pero incluso si hubiéramos estado jugando a horas como visita en un fin de semana durante la tormenta de nieve del siglo, él todavía estaría allí. Mi viejo nunca se pierde un partido.

Phil Pierce, la leyenda del hockey y padre orgulloso. Sí jodidamente cierto.
Yo sé muy bien que no viene a los juegos para ver animar a su hija. Él viene a ver
jugar a una extensión de sí mismo.

A veces me pregunto qué habría pasado si yo apestara. ¿Qué si no podía hacer algo en el mundo del deporte? ¿Qué si hubiera crecido para ser una debilucha con la coordinación de una caja de pañuelos desechables? ¿O si hubiera estado en el arte o la música o la ingeniería química? Probablemente habría tenido un infarto. O tal vez convencido a mi madre para darme en adopción.

Me trago el sabor acre de la amargura mientras me uno a mis compañeros de equipo.

Brittany concentrate. Él no es importante. No está aquí.

Es lo que me recuerdo a mí misma cada vez que giro mi cuerpo sobre esa pared y planto mis pies y alineo mi cuerpo para mis rutinas. Phil Pierce no es nada para mí. Dejó de ser mi padre hace mucho tiempo.

El problema es que, mi mantra no es infalible. Puedo bloquearlo, sí, y él no es importante para mí, claro que sí. Pero está aquí. Siempre está aquí, maldita sea. El tercer tiempo es intenso. St. Anthony está jugando por sus vidas, desesperados por evitar ser eliminados. Simms está bajo ataque desde el primer momento, mientras que Logan y Hollis luchan para mantener a raya a la línea de salida de St. Anthony de avanzar hacia nuestra red.


Todos saben hija de quien soy, por lo que a ultimo momento la entrenadora Sue y Beast en un intento desesperado, me fuerzan a jugar hockey con el equipo. Me niego al principio por que soy animadora, no jugadora. Pero si no acepto Sue realmente pateara mi trasero y no me dejara participar en ningún actividad deportiva o ser animadora que es mi interés principal.

Ya sobre el hielo……

El sudor gotea por mi cara y cuello mientras mi línea de visión veo a Tuck y un chico de
último año apodado Birdie, quienes van a la ofensiva. La defensa de St. Anthony es una
broma. La línea de hombres de defensa están por sobre sus delanteros para marcar y su portero para detener los disparos que con ineptitud permiten en su área. Logan se topa con Braxton hacia nuestra red y sale victorioso. Su pase conecta con Birdie, quien es veloz como el rayo mientras se precipita hacia la línea azul. Birdie le lanza el disco a Tucker y los dos junto conmigo volamos hacia territorio enemigo, derribando a los desesperados defensas que no saben que los golpeo.

El disco vuela en mi dirección y el rugido de la multitud pulsa en mi sangre. Braxton viene desgarrando el hielo conmigo en su mira, pero no soy estúpida. Le paso el disco a Tuck, comprobando a Braxton mientras mi compañero de equipo enfrenta al portero, finge un tiro, luego lo golpea de regreso hacia mí para marcar. Mi tiro pasa volando hacia la red y el reloj suena. Le ganamos 3-0 a St. Anthony.

Incluso la entrenadora está de buen ánimo mientras nos dirigimos al vestuario después del tercer tiempo. Hemos acabado con el otro equipo, detuvimos al monstruoso Braxton, y añadimos una segunda victoria en nuestro registro. Todavía es pronto en la temporada, pero todos estamos viendo estrellas de campeón en nuestros ojos.

Logan se deja caer en el banco junto a mí y se inclina para desatar sus patines.

—Entonces, ¿Cuál es el trato con la tutora? —Su tono es informal como la mierda, pero lo conozco bien, y no hay nada informal sobre la pregunta.

—¿Lóspez? ¿Qué pasa con ella?

—¿Es soltera?

La pregunta me pilla con la guardia baja. Logan va por chicas que son delgadas y más dulces que el azúcar. Con interminables curvas y completamente guapas, Santana no se ajusta a ninguno de esos estándares.

—Si —le digo con cautela—. ¿Por qué?

Se encoge de hombros. Todo casual de nuevo. Y nuevamente, veo a través de esto.

—Es ardiente. —Hace una pausa—. ¿Te interesa?

—No. Y a ti tampoco. Ha puesto su mirada en algún idiota.

—¿Están juntos?

—Nah.

—¿Eso no la hace juego limpio entonces?

Me puse rígida, sólo un poco, y no creo que Logan lo note. Por suerte, Kenny Simms, nuestro increíble portero, se acerca y pone fin a la conversación. No estoy segura de por qué estoy de repente en el borde. No estoy con Santana de esa manera, pero la idea de ella y Logan conectando me pone incómodo. Tal vez porque sé qué tipo de sinvergüenza puede ser Logan. Ni siquiera puedo contar el número de veces que he visto a una chica hacer una caminata de la vergüenza desde su dormitorio.

Me cabrea imaginar a Santana saliendo a hurtadillas de su habitación con el pelo alborotado por el sexo y los labios hinchados. No esperaba que sucediera, pero de alguna forma me gusta un poco ella. Me mantiene sobre mis pies, y anoche cuando la oí cantar... Mie-erda. He oído las palabras grado y tono lanzadas en American Idol, pero no sé nada sobre los aspectos técnicos del canto. Lo que sí sé es que la voz áspera de Santana me había dado jodidos escalofríos.

Saco todo pensamiento de Santana de mi cabeza mientras me dirijo a las duchas. Todo el mundo está celebrando la victoria, pero esta es la parte de la noche que temo. Gane o pierda, sé que mi padre estará esperando en el estacionamiento cuando el equipo se dirija a nuestro autobús.

Dejo el estadio con mi pelo húmedo por la ducha y mi bolso de hockey colgando de mi hombro. Efectivamente, el viejo está ahí. Parado cerca de una fila de coches, su chaqueta con la cremallera cerrada hasta el cuello y la gorra protegiendo sus ojos.

Logan y Birdie están a mi lado, hablando sobre nuestra victoria, pero este último detiene sus pasos cuando ve a mi papá.

—¿Vas a decir hola? —murmura.

No me pierdo de la nota ansiosa en su voz. Mis compañeros de equipo no pueden entender por qué no grito a todo el maldito mundo que mi padre es Phil Pierce. Ellos piensan que es un dios, lo que supongo me hace un semidiós por tener la buena suerte de ser engendrada por él. Cuando llegue por primera vez a Briar, solían acosarme por su autógrafo, pero yo les decía algo acerca de cómo mi padre es extremadamente privado, y, afortunadamente, han dejado de acosarme para presentarlos.


—No. —Sigo caminando hacia el autobús, volviendo la cabeza justo cuando paso al viejo.

Nuestros ojos se encuentran por un momento, y asiente. Una leve inclinación de cabeza, y luego se da la vuelta y avanza lentamente hacia su brillantemente plateada SUV.
Es la misma vieja rutina. Si ganamos, consigo un asentamiento de cabeza. Si perdemos, no consigo nada.

Cuando era más joven, al menos él habría montado un espectáculo paternal de apoyo después de una pérdida, una mierda de sonrisa de aliento o una palmadita de consuelo en la parte posterior de mi cabeza si alguien estuviera mirándonos. Pero en el momento en que estuviéramos solos, el infierno se desataría. Subo al autobús con mis compañeros de equipo y lanzo un suspiro de alivio cuando el conductor se retira del estacionamiento, dejando a mi padre en nuestro espejo retrovisor.

De repente me doy cuenta de que dependiendo de cómo me vaya en el examen de Ética, puede ser que ni siquiera esté jugando o animando el próximo fin de semana. El viejo, sin duda, no estará feliz por eso. Lo bueno es que no me importa lo que piense.
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Mar Dic 20, 2016 1:13 am

HOLA CHICAS,,, BUENO LES EXPLICO VOY A DEJAR MI CUOTA DE CAP. DE LA SEMANA POR QUE VOY A ACTUALIZAR MIS OTRAS ADAPTACIONES.

ADEMAS YA LES ADELANTO QUE NO PODRE ACTUALIZAR DESPUES DEL MIERCOLES Y NUEVAMENTE ACTUALIZARE EL DIA LUNES.... FELIZ NAVIDAD A TODAS, MIS MEJORES DESEOS. PASENLA BIEN COMAN MUCHO POR MI, YA QUE YO NO PUEDO, QUE DESGRACIA NO PODER DISFRUTAR LA COMIDA NAVIDEÑA..
ASI.. QUE PASENLO EN GRANDE..... CONTINUAMOS....

[Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1206646864 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 918367557 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 918367557 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1163780127 [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO-  cap. 45 y Epilogo 1163780127
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Finalizado Re: [Resuelto]BRITTANA: SUEÑO DE MEDIA NOCHE: EL TRATO- cap. 45 y Epilogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Mar Dic 20, 2016 1:26 am

CAPITULO 10
SANTANA

Mi mamá llamo la mañana del domingo para nuestra charla telefónica semanal, he estado esperando durante días. Rara vez tenemos tiempo para hablar durante la semana porque estoy en clase todo el día, ensayando en las noches, y durmiendo en el momento en que mamá termina su turno de noche en la tienda de comestibles.

Lo malo de vivir en Massachusetts es no poder ver a mis padres. Los echo de menos tan malditamente tanto, pero, al mismo tiempo, necesitaba irme lejos, muy lejos de Ransom, Indiana. Sólo volví una vez desde mi graduación de la escuela, y después de esa visita, todos estuvimos de acuerdo que sería mejor si no venía a casa nunca más. Mis tíos viven en Filadelfia, así que mis padres y yo volamos allí por Acción de Gracias y Navidad. El resto del tiempo, hablo con ellos por teléfono, o si tengo suerte, ellos son capaces de reunir suficiente dinero para venir a verme. No es la disposición más ideal, pero entiendo por qué no puedo ir a casa, y no sólo a entiendo por qué no pueden salir, sé que soy culpable de ello. También sé que voy a pasar el resto de mi vida tratando de hacer las paces con ellos.

—Hola, cariño —la voz de mi madre se desliza en mí oído como un cálido
abrazo.

—Hola, mamá —todavía estoy en la cama, acurrucada en un capullo de manta
y mirando hacia el techo.

—¿Cómo te fue en el exámen de Ética?

—Recibí una A.

—¡Eso es maravilloso! Mira, yo dije que no había nada de qué preocuparse.

—Confía en mí, no había. La mitad de la clase fracasó —Ruedo a mi lado y
descanso el teléfono en mi hombro—. ¿Cómo está papá?

—Está bien —Hace una pausa—. Cogió turnos extra en la fábrica, pero... —Mi
cuerpo se tensa.

—Pero, ¿Qué?

—Pero no parece que vamos a ser capaces de llegar donde la tía Nicole en Acción de Gracias, cariño.

El dolor y el pesar en su voz me cortan como un cuchillo. Las lágrimas pinchan
mis ojos, pero las alejo.

—Tú sabes que sólo tenía que arreglar la gotera en el techo, y nuestros ahorros recibieron un golpe de eso —dice mamá—, no tenemos el dinero para el pasaje aéreo.

—¿Por qué no conduces? —pregunto débilmente—. No es tanto tiempo... — Uh-huh, ha sólo quince horas en coche. No mucho en absoluto.

—Si hacemos eso, tu padre tendrá que reservar con más tiempo libre, y no puede permitirse el lujo de renunciar a las horas.

Me muerdo el labio para mantenerr las lágrimas a raya-

—. Tal vez pueda... — cálculo rápidamente la cantidad de ahorros que tengo. Definitivamente no es suficiente para tres billetes de avión a Filadelfia. Pero es suficiente para un boleto a Ransom.

—Puedo volar a casa —susurro

—No —Su respuesta es rápida e inequívoca—. No tienes que hacer eso, Santana.

—Es sólo por un fin de semana. —Estoy tratando de convencerme a mí misma, no a ella.


Tratando de ignorar el pánico que agarra su camino hasta mi garganta al pensar en volver allí.

—. No tenemos que conducir a la ciudad o ver a nadie. Sólo puedo pasar el rato en la casa contigo y papá.

Hay otra larga pausa.

—¿Es eso lo que realmente quieres? Porque si es así, entonces te damos la bienvenida con los brazos abiertos, lo sabes, cariño. Pero si no estás al ciento por ciento cómoda con eso, entonces quiero que te quedes en Briar.

¿Cómoda? No estoy segura que sea posible que me sienta cómoda en Ransom de nuevo. Yo era un paria antes de irme, y la única vez que volví a visitar a mi padre, aterrizó en la cárcel por asalto. Así que no, volver es casi tan atractivo como cortar mi brazo y alimentar a los lobos.

Mi silencio, aunque sea breve, es toda la respuesta que mi madre necesita.

—No vas a volver —dice con severidad—, a tu papá y a mí nos encantaría verte en acción de gracias, pero no estoy poniendo mi propia felicidad por delante de la tuya, Santana. —Su voz se quiebra—. Ya es bastante malo que todavía estemos viviendo en este pueblo olvidado de Dios. No hay razón para que des un paso aquí otra vez.

Sí, no hay razón para que haga eso en absoluto. A excepción de mis padres. Ya sabes, las personas que me criaron, que me aman incondicionalmente, que estaban junto a mí a través de la experiencia más horrible de mi vida. Y que ahora están atrapados en un lugar donde todo el mundo los desprecia... por mi culpa.

Dios, quiero que Mike libres de esa ciudad. Me siento tan culpable de que yo fuera capaz de salir, y peor aún, que los dejé atrás. Están pensando en mudarse ni bien puedan, pero el mercado inmobiliario ha estado en una mala racha, y con la segunda hipoteca se llevaron a fin de pagar nuestros honorarios de abogados, van a ir a la quiebra si tratan de vender la casa ahora. Y a pesar de que las renovaciones que papá está haciendo aumentarán el valor de la casa, también está tomando el dinero de su bolsillo en el ínterin.

Me trago el nudo en la garganta, deMikedo como el infierno que las circunstancias fueran diferentes.

—Te voy a enviar el dinero que tengo ahorrado —le susurro—, puedes ponerlo para la hipoteca.

El hecho de que no se opone me dice que están en una posición aún peor de la
que me dejaron pensar.

—Y si gano la beca —agrego—, voy a ser capaz de pagar mis gastos de residencia y comidas por el próximo año, así que tú y papá no tendrán que preocuparse por ello. —Sé que les ayudará aún más, debido a que la beca que recibí de Briar sólo cubre mi matrícula. Mis padres han estado tomando el cuidado de los otros gastos.

—Santana, no quiero que te preocupes por el dinero. Tu padre y yo vamos a estar bien, te lo prometo. Una vez que terminemos las remodelaciones de la casa, estaremos en una posición mucho mejor de incluirla. Mientras tanto, quiero que disfrutes de la universidad, cariño. Deja de preocuparte por nosotros, y empieza a centrarte en ti. —Su tono se vuelve lúdico—. ¿Hay nuevos novios que debo saber? Sonrío para mis adentros.

—No.

—Oh, vamos, tiene que haber alguien que te interesa.

Mis mejillas se calientan cuando pienso en Noah.

—Bueno. Hay. Quiero decir, no estamos saliendo ni nada, pero yo no estaría en contra de ello. Si él está interesado.

Mamá se ríe.

—Entonces pidele salir.

¿Por qué todo el mundo piensa que es tan fácil para mí hacerlo?

—Sí, quizás. Tú me conoces, me gusta tomar las cosas con calma. —O, más bien, en absoluto.

No he ido a una sola cita desde Devon y rompí el año pasado. Cambio rápidamente de tema.

—Háblame de ese nuevo gerente del que estabas quejándote en tu último correo electrónico. Suena como que te está volviendo loca.

Charlamos sobre el trabajo de cajero de mi madre por un tiempo, aunque me duele como el infierno oírla hablar de eso. Solía ser una maestra de escuela primaria, pero había sido despedida después de mi escándalo, y los hijos de puta en el sistema escolar ni siquiera habían encontrado un resquicio legal que hiciera posible pagarle el despido. Lo que había aumentado la deuda de mi familia y apenas pudieron lidiar con ello. Mamá me dice acerca de la nueva obsesión de mi padre con la construcción de modelos de aviones, me regala las travesuras de nuestro perro, y me aburre con los detalles de la huerta que estará plantando en la primavera. Notablemente ausente de la conversación es cualquier mención de amigos o cenas en la ciudad o los eventos de la comunidad por la que todos los pueblos pequeños son conocidos. Debido a mí, mis padres también son los parias de la ciudad. A diferencia de mí, no la raza de Indiana como sus asnos estaba en llamas. En mi defensa, necesitaba desesperadamente un nuevo comienzo. Sólo deseo que fueran capaces de conseguir uno, también. Al momento de colgar, estoy atrapada entre la alegría inmensa y profunda tristeza. Me encanta hablar con mi madre, pero saber que no voy a ver a papá en Acción de Gracias me hace querer llorar.

Afortunadamente, Tina viene a mi cuarto antes de que me entregue a la tristeza y termine el resto del día llorando en la cama.

—Oye —dice alegremente—, ¿Quieres tomar el desayuno en la ciudad? Tracy dice que podemos tomar su coche.

—Sólo si vamos a cualquier lugar que no sea Della. —No hay nada peor que comer en donde trabajas, sobre todo porque más de una vez, Della me hace permanecer durante un turno.

Tina rueda los ojos.

—No hay otro lugar que sirve desayunos. Pero bien. Vamos a comer en el comedor.

Salgo de la cama, y Tina va derecha a ella, extendiendo la manta mientras camino a la cómoda para agarrar algo de ropa.

—¿Quién estaba en el teléfono? ¿Tu mamá?

—Sí. —Deslizo un suéter azul suave por encima de mi cabeza y suavizo el dobladillo—. No voy a verlos para Acción de Gracias.

—Oh, lo siento, nena. —Tina se sienta—. ¿Por qué no vienes a Nueva York conmigo?

Es una oferta tentadora, pero le prometí a mamá que le enviaría dinero, y no quiero agotar por completo mi cuenta de ahorros en un billete de tren y un fin de semana en Nueva York.

—No puedo permitírmelo —respondo con pesar.

—Mierda. Yo pagaría el tuyo si pudiera, pero no tengo dinero, debido al viaje a México que Mike y yo tomamos en la primavera.

—No dejaría que pagaras por mí, de todos modos. —Sonrío—. Vamos a ser artistas muertos de hambre cuando nos graduemos, ¿Recuerdas? Tenemos que salvar todos los centavos que podamos.

Ella saca la lengua.

—De ninguna manera. Vamos a ser famosas a la derecha de la puerta. Vas a firmar un acuerdo de varios registros, y yo protagonizare una comedia romántica junto a Ryan Gosling. Quien, por cierto, caerá perdidamente enamorado de mí. Y luego vamos a vivir en una casa en la playa de Malibu juntos.

—¿Tú y yo?

—No, Ryan y yo. Puedes venir a visitarnos, sin embargo. Ya sabes, cuando no estés saliendo con Beyoncé y Lady Gaga.

Me río.

—Sueñas en grande.

—Va a suceder, nena. Sólo mira.

Lo espero sinceramente, sobre todo por el amor de Tina. Ella está pensando en mudarse a Los Ángeles al segundo en que se gradúe, y honestamente, no puedo imaginar por completo a su protagonista en una comedia romántica. Ella no es la hermosa Angelina Jolie, pero tiene una mirada linda, rostro fresco y al momento de comedia juega bien en esos papeles románticos extravagantes. La única cosa que me preocupa es... bueno, es demasiado blanda. Tina Cohen es, de lejos la persona más compasiva que he conocido.

Rechazó un viaje gratis al programa de drama de la UCLA con el fin de permanecer en la costa este, porque su padre tiene esclerosis múltiple y quería ser capaz de llegar a Nueva York en cualquier momento si alguna vez la necesitaba.

A veces tengo miedo de que Hollywood va a comérsela viva, pero es tan fuerte como dulce, y también la persona más ambiciosa que he conocido, así que si alguien puede hacer que sus sueños se hagan realidad, es Tina.

—Déjame lavarme los dientes y entonces podemos ir. —Hecho un vistazo por encima del hombro en mi camino a la puerta—. ¿Estarás toda la noche? Estoy dando tutoría hasta las seis, pero pensé que podíamos ver algunos capítulos de Mad Men después.

Niega con la cabeza.

—Voy a cenar con Mike. Probablemente me quede en su casa esta noche.

Una sonrisa tira de mis labios.

—Así que ustedes se están tomando en serio de nuevo, ¿eh? —Tina y Mike han roto tres veces desde el primer año, pero los dos siempre parecen terminar en los brazos del otro de nuevo.

—Creo que sí —Admite cuando me sigue a la sala común—. Los dos hemos crecido mucho desde la última ruptura. Pero no estoy pensando en el futuro. Estamos bien juntos en este momento, y eso es suficiente para mí. —Hace un guiño—. Y no hace daño el sexo es-jodidamente-fantástico.

Saco otra de mis sonrisas, pero en el fondo, no puedo evitar preguntarme lo que se siente. El sexo fantástico. Mi vida sexual no ha sido exactamente sol y arco iris y tiaras brillantes. Ha sido el miedo y la ira y años de terapia, y cuando estaba finalmente lista para probar mi mano en todo el asunto del sexo, sin duda no funcionó como quería. Dos años después de la violación, me acosté con un estudiante de primer año de universidad
que conocí en una tienda de café en Filadelfia cuando estaba visitando a mi tía.

Pasamos todo el verano juntos, pero el sexo era torpe y carente de pasión. Al principio pensé que tal vez simplemente no teníamos química... hasta que sucedió lo mismo con Devon.

Devon y yo tuvimos el tipo de química que podría encender una habitación en llamas. Estuve con él durante ocho meses, locamente atraída por el chico, pero no importa lo mucho que lo intentara, no era capaz de conseguir más allá de mi... bien, voy a llamar a las cosas por su nombre. Mi disfunción sexual. No podía tener un orgasmo con él.

Es tan jodidamente mortificante siquiera pensar en ello. Y aún más humillante cuando recuerdo lo frustrante que era para Devon. Él trató de complacerme. Dios, lo intentó. Y no es que no pudiera tener orgasmos por mi cuenta, porque puedo. Fácilmente. Pero no podía hacer que sucediera con Devon, y con el tiempo se cansó de trabajar tan duro y no ver ningún resultado. Así que me dejó. No lo culpo. Debe ser un gran fracaso en su hombría cuando tu novia no disfruta de su vida sexual.

—Hey, estás blanca como el papel. —La voz de Tina me sacude de nuevo al
presente—. ¿Estás bien?

—Estoy bien —le aseguro—. Lo siento. Me distraje.

Sus ojos rasgados se ablandan.

—Estas muy molesta por no ver a tus padres para Acción de Gracias, ¿eh?

Tomo ansiosamente la salida, asintiendo.

—Como dijiste, es una mierda —me encojo de hombros—. Pero los veré en Navidad. Eso es algo, por lo menos.

—Es todo —dice con firmeza—. Ahora a cepillarse los dientes y hacerte hermosa, nena. Tendré café esperando cuando vuelvas.

—Aw caramba, eres la mejor amiga.

Ella sonríe.

—Sólo por eso, estoy escupiendo en tu café.
marthagr81@yahoo.es
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El mundo de Brittany

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