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[Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
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marthagr81@yahoo.es
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Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
micky morales escribió:Bueno aparentemente Santana solo quiere la polla de Britt, en algun momento querra algo mas????
Te desagradan las historias Gp??????, bueno te puedo decir que basicamente o las ultimas que he subido son historias eroticas cortas, por ser contenido erotico y GP pues el lenguaje es asi fresco vulgar, quisiera darles historias con mas sustancias pero no me voy a meter a eso cuando dejaria colgada la historia.... en cuanto a tu otra pregunta creo que si,, recuerda que aca se lleva una estructura y terminamos con un final feliz, por que no estamos acostumbradas a leer una historia larga con final tragico, siempre esperamos un final feliz,,, ya ven lo que paso con la Emperatriz del virus escrita originalmente por nuestra querida Mayra, y hasta a mi me impacto y no me gusto por que ninguna de las Brittana quedaron vivas sino que murieron juntas, y aunque hubo final alternativo no fue lo mismo, tengo como dos o tres historias de ella muy buenas de mucha calidad y le puedo pedir permiso para subirlas, si ustedes quieren y veran que no estaran de acuerdo con el final, es tipo mujeres asesinas muy bien escritas, originales pero con finales o desenlaces tragicos o que la otra muere y la Brittana por mucho amor no quedan o terminan juntas.....
ustedes mandan, pero por el momento, estare subiendo historias asi,, casi no hay adaptaciones de shipeos de parejas que sean GP, son bastantes raras,a mi me gustan por que abordamos historias de personas que son principalmente intersexuales nacidas asi (la sociedad las llamaria defectuosa y sii estuvieramos en Grecia en los siglos pasados, estos no verian ni la luz del dia despues de nacer) ademas no dejamos a un lado la diversidad sexual.. siempre apoyando a la comunidad LGTB.. y pues son casos reales como los trans, y aunque con el vocabulario ordinario de decir coño, vagina, pene, polla, verga etc... pues estamos llamando a cada cosa por su nombre.... yo no veo estas historias desde una pespectiva banal, veo mucho mas allá, pero eso es lo que yo opino, y respeto a quien no le agrade, la tolerancia es la madre de la paz.
saludos...
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
Isabella28 escribió:Las dos se imaginan cochinadas jajajaja me dan mucha risa los imails de san con marley.
Me gustaría mucho que siguieras actualizando la chica de las notas porque me encanta.
creo que son sus fantasias eroticas no realizadas, son dos frustradas sexuales jajajja por que quieren si, las dos muy cabezotas..
me gusta mucho lo de los emails, en eso estoy contigo....
Isabellla puedes ayudarme a buscar la historia, por que mientras estoy con las que tengo buscaria como terminarla por que es larga, tengo que traducir y transcribir cada capitulo, y mi tiempo para entrar al foro es muy corto si ven actualizo de madrugada... si me ayudaras y pones un comentario, quiero terminarla es una historia a la que le tengo mucho cariño y quiero que compartirla hasta el final con ustedes..... es una bella historia mucho drama pero muy bella.. gracias y saludos...
gracias mil gracias por comentar, las leo, trato de contestar a veces puedo otras no, pero siempre las leo y sus comentarios significan mucho mucho para mi...
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
3:) escribió:las dos estan igual en la nube jajaja
a ver quien cede primero??? britt se va a divertir mucho jajaj
jajajaj no estan en las nubes estan en el infierno por que se estan quemando jajajajaj
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
OCHO
LA ASISTENTE
SANTANA
Manhattan, New York
No podía creer que la señorita Pierce tuviera la audacia de ofrecerme un contrato extendido después de la manera que me trató, no podía creer que hubiera incluido una mención de esto en cada uno de sus emails desde el día que sacó el tema.
Mientras me quedaba mirando fuera de la ventana del vehículo del trabajo, decidí que necesitaba decirle que en realidad estaba buscando otro lugar de trabajo. Que no era personal, pero que necesitaba irme a algún lugar donde realmente sería apreciada.
Y en algún lado donde ella no fuera una distracción..
.
Al segundo que el conductor estacionó frente a Pierce Publishing, mi teléfono vibró con su usual email mañanero.
Asunto: Lo Que Necesito Hoy.
Café. El nuevo libro de Stephen King. Los reportes para la reunión de las dos. Tu firma en el contrato de extensión de empleo.
De nada.
Brittany Pierce
CEO, Pierce Publishing
Suspiré. Había hecho lo mejor para evitar la última línea de todos sus pedidos de trabajo, simplemente sin abordarlo vía email o simplemente diciendo necesito más tiempo para pensarlo si sacaba el tema durante una de nuestras reuniones. Y aunque la tensión sexual entre nosotras estaba en los niveles más altos de lo que había estado antes, no podía permitir dejar que aquello nublara mi juicio.
Su autoritaria sensualidad no era una razón suficientemente buena para quedarme, y las probabilidades de que tuviéramos sexo eran escasas. (No es que tener sexo con ella era una razón suficientemente buena para quedarme tampoco.)
Después de asegurar una copia del libro más nuevo de Stephen King de Barnes & Noble y una taza de su caro café favorito, corrí dentro del edificio y me dirigí hacia su oficina.
Golpeé su puerta cinco veces y esperé su familiar ¿Sí?, antes de abrir la puerta.
Al segundo que entré, sentí sus profundos ojos azules mirando cada movimiento mío, y traté de no hacer contacto visual mientras me acercaba y ponía el libro y el café en su escritorio.
—¿Tiene algo en mente, señorita López ? —Esperó a que la mirara, y finalmente me rendí—. ¿Hay alguna razón en particular de por qué está mascullando en este momento?
—No, señorita Pierce. Es solo que… —Decidí ser honesta, para finalmente terminar con esto—. No estoy interesada en firmar el contrato de extensión.
Levantó su ceja.
—¿Te refieres a ahora, o jamás?
—Jamás. —Retrocedí, esperando su reacción, pero no hubo ninguna. Su rostro permaneció estoico y simplemente tomó su café y tomó un largo sorbo.
—Bastante justo —dijo—. Gracias por decírmelo. Después de que se instales en su oficina, necesito que recoja mi ropa de Midtown. Debería haber quince trajes y veinte camisetas a mi nombre.
¿Qué demonios?
—¿Quiere que recoja algo más?
—En absoluto.
Forcé una sonrisa y me dirigí hacia la puerta.
—Gracias por ser comprensivo sobre el contrato, señorita Pierce.
—Cuando quiera, señorita Lopez .
Dejé su oficina y tomé los escalones por mi cuenta, rápidamente imprimiendo los reportes de para las dos así podría guardar tiempo, ya que tengo una nueva misión de ropa. Mientras estaba engrapando el primer set de hojas, mi teléfono vibró con un nuevo email de ella.
Asunto: Algo Más que Necesito Hoy.
Mi Jaguar necesita ser lavado. Llévalo al lugar que me gusta en
Nueva Jersey, a diez millas pasando el puente.
Brittany Pierce
CEO, Pierce Publishing
¿Está hablando en serio?
Dejé caer los reportes al piso, apenas teniendo una chance para releer el mensaje para ver si mis ojos estaban jugándome bromas o no, porque me envió otro email.
Asunto: Y También...
Olvidé recoger un reloj en particular que ordené hace semanas de camino al trabajo esta mañana. Tendrás que hacer fila en Audemars Piguet en la Calle 57th al mediodía para asegurarte de que lo reciba hoy.
Brittany Pierce
CEO, Pierce Publishing
Cerré de un portazo para evitar gritar. Caminé de un lado a otro algunas veces antes de responderle con un seco Ok. Luego me dirigí al aparcamiento privado. Tomé las llaves de la caja de seguridad y traté lo mejor para no pensar en ella usándolos para dejar rasguños mayores contra su coche, y rápidamente me deslicé detrás del volante. En lugar de dirigirme inmediatamente a la tintorería, llevé su Jaguar a un paseo de media hora primero.
Me tomé mi tiempo en manejar por las calles de la ciudad, deteniéndome por café de diez dólares y cargando cinco copas por mérito de su tarjeta cada vez. Divisé una hermosa bufanda de cachemira a través de un escaparate en Macy’s y corrí dentro para comprarlo en todos los veinticinco colores.
De camino afuera, noté una nueva línea de moda en la tienda cercana de lencería, así que tomé su preciosa tarjeta de crédito y compré diez conjuntos de bragas y sostenes caros.
Que le den...
Todavía sintiéndome insensata y mucho menos profesional de lo que me había sentido en mi vida, recogí su ropa y la arrojé en el asiento trasero. Manejé por el Puente George Washington y me senté en la parte de atrás de una cafetería por media hora.
Revisé mi email y vi que mi jefa bastarda me había mandado un correo otra vez.
Asunto: Tiempo.
Me rehúso a creer que toma de tres horas a cuatro recoger una orden de trajes y un reloj. Incluso considerando que lleve a lavar mi carro, debería estar de vuelta aquí ahora.
Brittany Pierce
CEO, Pierce Publishing
Inmediatamente lo borré y noté que había varios otros emails nuevos en mi bandeja de entrada. Emails que de verdad quería ver.
Apple, Microsoft, y Amazon enviaron mensajes, todos positivos y personales que todo se leía como:
¡Felicidades! ¡Lo has logrado hasta la ronda final de entrevistas! Simplemente necesitamos verificar su información y referencias. Más tarde, haremos una decisión interna detrás de puertas cerradas.
Casi salté de mi asiento, gritando por mi libertad pendiente. Sabía que no había manera en el infierno que no recibiría una oferta formal de al menos uno de esos trabajos, y ya que todavía estaba esperando escuchar de los veinte más, me sentía más animada de lo que me sentí en mi vida. Me sentía como si pudiera renunciar de Pierce Publishing justo ahora y dejaría el Jaguar de Brittany en medio de Nueva Jersey par
que lo encuentre por sí mismo mañana.
Tomó todo de un minuto para mí darme cuenta que no era así de atrevida. Eso, y que necesitaba una manera de regresar a la Cuidad de Nueva York.
Molesta, descargué toda mi frustración en un largo y ridículo email para Marley, y por su aviso previo, lo borré al segundo que golpeé enviar.
Asunto: Mi jefa.
¿Ya te he dicho hoy que odio a mi jefa?
Sexy como el infierno o no, esta pretenciosa y arrogante ESTÚPIDA me pidió que recoja su ropa al segundo que atravesé la puerta. Luego me dijo que necesitaba llevar su Jaguar a un lavado de autos que estaba dieciséis kilómetros fuera de la ciudad, pero solo después de que necesitara estar en una fila sin fin para comprar una especie de reloj limitado de cientos de dólares. Honestamente no puedo esperar a ver la mirada en su rostro dentro de dos meses cuando le diga que renunciaré a su compañía y que puede besar mi trasero. BESAR. MI. TRASERO.
Todas esas antiguas fantasías sobre ella besándome con su “boca perfecta” o inclinándome sobre mi escritorio y llenándome con su polla ya terminaron. TERMINARON.
Tú mejor amiga,
Santana.
PD: Por favor dime que tu día va mejor que el mío...
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
LOS EMAILS
NUEVE
SANTANA
Asunto: Mi email.
¿Recibiste mi email de esta tarde?
Tú mejor amiga,
Santana
Asunto: Re: Mi email.
No... ¿Qué email?
Tú mejor amiga,
Marley
Asunto: Re: Re: Re: Mi email.
El que decía sobre mi jefa y toda la mierda que me pidió que hiciera hoy. :-( Te lo volvería a enviar, pero lo borré...
Ella es tan ridícula, Marley.
¿Puedo llamarte en veinte minutos cuando regrese a la oficina?
Tú mejor amiga,
Santana
Asunto: Re: Re: Re: Re: Mi email.
Por supuesto. Estaré esperando.
Tú mejor amiga,
Marley
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
DIEZ
LA ASISTENTE
SANTANA
Me desplomé en la silla de mi oficina minutos después de devolver el Jaguar de la señorita Pierce al garaje. Sin embargo, no me molesté en traer nada de su limpieza en seco. Si quería esos trajes, podía bajar al garaje y cogerlos ella misma. Ahora, más que nunca, había una gran parte de mí que quería empacar todas mis cosas y nunca volver. Sin embargo, sabía que no podía dejar este lugar sin primero decirle personalmente que se jodiera. Había ganado más que eso.
Cuando finalmente dejé ir suficiente rabia, cogí mi teléfono de escritorio y marqué el número de Marley.
—¡Hola! —respondió en el primer tono—. ¿Te sientes mejor?
—No, en absoluto. —Suspiré—. No sé si voy aguantar dos meses más, Marley. Realmente no lo sé.
—Puedes hacer esto —dijo—. Este es sólo un mal día y estoy segura de que cuando llegues a casa más tarde te sentirás diferente. No dejes que te llegue. —Hubo un sonido repentino y fuerte en su trasfondo—. ¡Ugh! Déjame volver a llamarte, Santana. Los vecinos están siendo ridículos con su música hoy.
Terminó la llamada antes de que pudiera decir adiós, y escuché un ping en mi bandeja de entrada segundos más tarde, sabiendo que me había enviado uno de sus habituales "Mantén la Calma" correos electrónicos.
Abrí mi email esperando ver algo inspirador, pero en el segundo vi la línea de asunto y el remitente mi mandíbula cayó al suelo.
Asunto: Re: Mi jefa.
No, no me has dicho que odias a tu "jefa" hoy, pero viendo que me has enviado este correo directamente, lo sé ahora...
Sí, te pedí que recogieras mi ropa al segundo en que llegaste a trabajar hoy (¿Dónde está?) Y te dije que llevaras mi Jaguar a un lavado de autos y que recogieras mi reloj de miles de dólares. (Gracias por tomarte cinco horas para hacer algo que podía ser logrado en dos).
No tienes que esperar dos meses para ver la mirada en mi rostro cuando me digas que renunciarás. Estoy de pie fuera de tu oficina en este mismo instante. (Abre la puerta).
Sin comentarios sobre tus "fantasías", aunque dudo que "terminen".
Tu jefa,
Brittany.
PD: Sí. Definitivamente mi día va mucho mejor que el tuyo...
¡Oh. Mi. Jodido. Dios!
Sentí que todo el color se desprendía de mi cara, y juro que no respiré durante más de un minuto. Negué en absoluta incredulidad, rehusándome a aceptar que le había enviado mi discurso a ella en vez de Marley. Actualicé la pantalla de mi computadora una y otra vez, esperando que fuera algún tipo de broma.
Un golpe fuerte y repentino llegó a la puerta y mi corazón casi se cayó de mi pecho, pero no me levanté. No hice un solo movimiento.
El golpe llegó de nuevo, mucho más fuerte esta vez, y oí su voz.
—¿Señorita Lopez ? —llamó de nuevo.
Me levanté despacio de mi escritorio y miré hacia afuera por la mirilla. La señorita Pierce estaba mirando hacia su reloj, su cara todavía imposiblemente perfecta y sin defectos. Sus labios apretados en una enojada línea plana.
Levantó la mirada de su reloj y miró a través de la mirilla, dejando que sus ojos se encontraran con los míos.
Salté de la puerta y pensé en mis opciones. Podía abrir y escuchar todo lo que tenía que decir, o podía salir por la puerta de salida de mi oficina. Fue una obviedad.
Cogí mi abrigo, mi computadora portátil y apagué mi ordenador. Entonces salí corriendo por el portón lateral y tomé el ascensor hasta abajo donde mi coche asignado estaba esperando.
Mi conductor me miró sospechosamente mientras literalmente corría por el garaje, pero no protestó cuando le rogué que se diera prisa y me llevara a casa.
No esperé a que abriera la puerta para mí o me deseara un buen día cuando llegamos. Prácticamente salté del coche y corrí directamente a mi edificio, yendo derecho hacia el lugar de Marley.
—¿Marley? —llamé a su puerta—. ¡Marley!
—¡Ya voy! —Abrió inmediatamente y me tiró dentro—. No hay necesidad de golpear en mi puerta así, Santana. ¿Qué demonios te pasa?
—Creo que me han despedido.
—¿Qué? ¿Por qué piensas que te han despedido? O lo hizo o no lo hizo.
—De acuerdo, de acuerdo. No me han despedido todavía, pero estoy bastante segura de que me va a despedir. Definitivamente va a despedirme. Oh Dios, oh Dios, oh Dios...
—Santana, baja la velocidad. —Puso sus manos en mis hombros—. Habla nuestro idioma, lentamente. Muy lentamente.
—Le envié accidentalmente uno de mis correos electrónicos donde me quejaba, uno donde me quejaba y era cien por ciento para ti.
—¿Era peor que la que me enviaste ayer por la mañana?
—Mucho peor. Le mencioné mis fantasías sobre su polla en este... la llamé una idiota y le dije que solía querer que me doblara sobre su escritorio.
El rostro de Marley se puso rojo también, y abrió la boca para decir algo, pero el sonido de mi teléfono sonando nos llamó la atención.
Lo saqué de mi bolsillo y casi lo dejé caer al ver el nombre de la señorita Pierce en mi pantalla. Sin saber qué hacer, lo arrojé al sofá.
—¿Es ella? —preguntó Marley. Sólo podía asentir—. ¿Planeas contestar?
—No. —Lo miré fijamente hasta que fue al buzón de voz. Pero entonces volvió a sonar. Y otra vez.
Rodando los ojos, Marley cogió mi teléfono y presionó "responder" antes de arrojármelo a mí.
—¿Hola? —hablé, mi voz era básicamente un susurro.
—Hola, señorita Lopez . —El sonido de mi nombre cayendo de su boca me hizo sentarme—. ¿La atrapé en un mal momento?
Sacudí la cabeza como si pudiera verme.
—¿Está ahí, señorita Lopez ? —Su voz profunda envió calor a través de mi cuerpo—. ¿La atrapé en un mal momento?
—Realmente no...
—Bueno. ¿Dónde está ahora mismo?
—Oh, um... —Miré a Marley por ayuda, pero ella estaba sonriendo, como si esta mierda fuera realmente divertida—. Acabo de correr hacia la sala de copias.
—¿Así que aún está en el edificio?
—Podría decir eso.
—Le vi en su auto de la ciudad hace media hora. —Había una sonrisa en su voz—. Definitivamente no está en el edificio ahora mismo.
—Sí, bueno... ¿Hay algo que necesite de mí ahora mismo?
—En realidad —dijo, su voz aún más profunda, más sexy—, fui a su oficina esta tarde porque tenía que discutir algo privado y muy importante que nos incube, pero la perdí de alguna manera. Así que, necesito que vaya al trabajo una hora antes mañana para poder tener esta conversación privada e importante. ¿Puede hacer eso?
Asentí, ligeramente encendida por la forma en que había dicho la palabra «privado».
—Señorita Lopez —repitió—. ¿Puede hacer eso?
—Sí...
—Bueno. La veré por la mañana. —Terminó la llamada, y una copa de vino fue empujada inmediatamente en mi mano a través de Marley.
Mierda. Mierda. Mierda...
Ella intentó hacer lo mejor para distraerme del error épico de hoy haciéndome ver los espectáculos terribles de Netflix y dejándome estar en su sofá por horas, pero era inútil.
Me desperté dos veces en el medio de la noche, esperando que todo esto fuera algún tipo de mal sueño. Y por un momento, parecía que realmente lo era, hasta que revisé mi teléfono y vi que la señorita Pierce me había enviado un mensaje minutos antes de la medianoche.
Asunto: Mañana.
Llegue una hora antes de lo normal. No lo olvide. (Yo no lo haré.)
Brittany Pierce
CEO, Pierce Publishing
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
Como que san la anduvo cagando pero fue muy gracioso. Lo siento llegue tarde a revisar mi celu pero veo que ya encontraste la historia.
Isabella28****** - Mensajes : 378
Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
Jajajajajajaja antes de mandar algo se revisa dos veces a quien!!!
La jodió san... A ver como va la entrevista???
Britt si que se supo divertir!!! Y mucho!!
La jodió san... A ver como va la entrevista???
Britt si que se supo divertir!!! Y mucho!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
Bueno, quiesiera aclarar que no me molestan para nada las historias GP, al contrario podria decirse que son mis favoritas, solo que me parecio raro que fuera Britt y no Santana, a veces no niego que quisiera mas trama y no una eterna folladera pero tampoco me desagrada si asi esta escrita la historia, Aclarado estos puntos, me divierte mucho que Santana haya terminado metiendo la pata con sus mensajes a Marley, a ver que es eso tan importante que Britt quiere hablar una hora antes del horario habitual. Hasta pronto!!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
Isabella28 escribió:Como que san la anduvo cagando pero fue muy gracioso. Lo siento llegue tarde a revisar mi celu pero veo que ya encontraste la historia.
jajajjajaj me encanta el comentario, jajajaj parece que Santana es especialista en eso..... jajaja
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
3:) escribió:Jajajajajajaja antes de mandar algo se revisa dos veces a quien!!!
La jodió san... A ver como va la entrevista???
Britt si que se supo divertir!!! Y mucho!!
jajaja creo que a todas nos ha pasado que enviamos un msj a la persona equivocada y que cagada por que ya no se puede hacer nada, jajajaaj
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
micky morales escribió:Bueno, quiesiera aclarar que no me molestan para nada las historias GP, al contrario podria decirse que son mis favoritas, solo que me parecio raro que fuera Britt y no Santana, a veces no niego que quisiera mas trama y no una eterna folladera pero tampoco me desagrada si asi esta escrita la historia, Aclarado estos puntos, me divierte mucho que Santana haya terminado metiendo la pata con sus mensajes a Marley, a ver que es eso tan importante que Britt quiere hablar una hora antes del horario habitual. Hasta pronto!!!!!!
Que bueno que te gusten por que creo que me volvere especialista en subir ese tipo de historias ajajjaajajjaja... Bueno en cuanto a decidir que fuera Britt, es porque creo que si las Brittana existieron realmente, la del poder era Heather Morris y no Naya... era ella quien llevaba las riendas de cuando, donde y hasta cuando........ y bueno a leer sobre la folladera ya que estan anunciando mucho el fin del mundo.... ajajajjajajajaja
Vamos a ver que le espera a Santana.....
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
ONCE
LA ASISTENTE
SANTANA
No hubo email de “Lo Que Necesito Hoy” de ella esta mañana, ni un pedido de último minuto por café, novelas recién lanzadas, o el desayuno. Mientras me dirigía a la oficina una hora más temprano como ella pidió, noté que su Jaguar no estaba en su espacio designado. De alguna manera aliviada, tomé el ascensor a mi piso y destrabé mi oficina; insegura de si debería empezar a organizar mis cosas por un próximo final o no.
Lo que sea que ella decidiera para traer a colación mi email, supe que iba a tener que elegir entre tres opciones cuando respondiera.
Plan A: Negar. Negar. Negar.
Plan B: Negar más. Negar más. Negar más.
Plan C: Tragarme mi orgullo, admitir que estuve mal, y esperar que no me despida porque no he recibido una oferta de trabajo oficial de cualquier otra parte todavía.
Tiene que ser el Plan A...
Justo mientras estaba por sentarme, el teléfono de mi escritorio sonó y el número de su oficina apareció en la pantalla. Tomando un profundo aliento, tomé el auricular.
—¿Sí, señorita Pierce?
—Ven a mi oficia. —Colgó sin una sola palabra, dejándome confundida.
Trabé mi cartera en mi cajón y tomé los escalones, golpeando tres veces hasta que su familiar ¿Sí? me saludó y me hizo abrir la puerta. Estaba sentada en su silla, su espalda encarándome. Al sonido de mis tacones chasqueando contra el suelo, giró; sus profundos ojos azules encontrándose con los míos.
Hoy su traje era uno que no había visto antes, uno gris oscuro que complementaba perfectamente el nuevo reloj de plata en su muñeca. El reloj que demasiado recientemente me había hecho hacer fila para conseguirlo.
—Toma asiento. —Me señaló para que me siente frente a su escritorio.
Me senté y ella levantó su café, tomando un largo sorbo.
—Sabe, señorita Lopez . —Enfatizó cada sílaba de mi apellido—. Honestamente pensé que usted y yo estábamos en mejores términos, especialmente después de nuestro trabajo juntas por todo un año. Pero parece que estuve claramente equivocada.
Se veía como si estuviera esperando algún tipo de explicación referida a mi email, y yo todavía no estaba segura si quería ir por el Plan A, el B, o el C. como si pudiera sentir que estaba sopesando mis opciones, sus labios se curvaron en una sonrisa engreída.
Traté de apartar mi mirada, incluso por un segundo, pero no pude apartar la mirada de ella en absoluto.
—¿Vas a decir algo? —preguntó—. ¿O vas a seguir sentada allí como si no tuvieras idea de lo que estoy hablando?
—¿Esto es por lo que me fui temprano ayer? —Me decidí por el Plan A—. Me estaba sintiendo un poquito enferma, esto es todo.
—Esto es sobre un email particularmente inapropiado donde haces una mención sobre mí follándote.
Mis mejillas estaban en llamas y supe que ella no iba a evitar esto en lo absoluto.
—Lo siento —dije, las palabras salieron disparadas—. No tenía idea de que accidentalmente había…
—Además esto es sobre —mencionó, cortándome mientras levantaba su mano—, yo, posiblemente teniendo que ir a recursos humanos y presentar una queja. Una queja de acoso sexual.
¿Qué?
Lentamente levantándose, caminó frente a su escritorio, manteniéndome fijada en el asiento con su mirada enojada, poniéndome tan húmeda con cada ligero lametón de sus labios.
»El acoso sexual es una ofensa muy seria aquí en Pierce Publishing, señorita Lopez . —Me miró de arriba abajo—. He despedido gente por ofensas mucho menos indignantes, y técnicamente debería estar haciendo lo mismo con usted justo ahora, lo cual sería más que justo. —No me dejó meter ni una palabra—. Especialmente ya que no creo que entienda completamente por qué fue tan ofensivo lo que hizo.
—Lo entiendo... —Mi voz era un susurro.
—¿Oh, de verdad? —Levantó una ceja—. ¿Puedes imaginar si yo accidentalmente envío un email similar a alguien sobre ti de la manera que hiciste conmigo?
No respondí.
—Déjame poner esto en perspectiva. —Se inclinó, tan cerca que sus rodillas estaban tocando las mías—. Si yo le envío un email “accidentalmente”, y que diga que he querido sentar su coño en mi boca desde que empezaste a trabajar aquí… o que he querido doblar su trasero sobre mi escritorio y follarla hasta que me rogara que me detenga cada vez que usaba un vestido oscuro en particular, ¿no cree que necesitaría
ser reprendida de alguna forma?
Estaba sin habla por sus palabras, y no estaba segura si estaba simplemente dándome un ejemplo o si realmente había pensado en mí de la manera que yo había pensado en ella.
—Respóndeme, Santana. —La manera que mi nombre cayó de sus labios me hizo tomar aire—. ¿No crees que habría un alboroto con consecuencias serias?
—Tal vez.
—¿Tal vez? No, definitivamente. —Se ajustó su camisa de seda —. De hecho, habría tal alboroto que supongo el departamento de Sistemas sería forzado a revisar todos los emails que había enviado con cualquier aparato de la compañía ya que nada enviado a un servidor de la compañía es realmente borrado. De hecho, probablemente tendrían que investigar y ver si esta era una ofensa de una vez o de un patrón particularmente
interesante...
Sentí mi mandíbula caer y luché por mantener mis labios cerrados.
—Quiero decir —dijo, viéndose seria de alguna forma—. Dependiendo de lo que encuentren, tendrán que dirigirse a mí personalmente y evaluar los daños. Y si la persona de que estaba hablando sobre ‘follar’ en mis emails lo quisiera, estoy segura que podría hacer mi vida muy miserable.
Silencio.
Recogió una carpeta de su escritorio y lentamente lo puso en mi regazo —de algún modo encendiéndome incluso más sin siquiera tocarme.
—Trescientos sesenta y siete emails entre tú y tu mejor amiga, Marley.
¿Eso es todo?
—Son solo de este mes. —Su voz estaba entrecortada—. No tuve tiempo para leer más que algunos de ellos, pero asumo que no estaremos viendo a ninguno más de aquellos en nuestra base de datos de Sistemas. ¿O sí?
—No. —Sacudí la cabeza.
—Bien. Hice que los borraran permanentemente. De nada. —Se levantó y ojeó su reloj—. Aquellos archivos Roberto son necesitados antes de nuestra reunión de la mañana con Lockwood. —Se acercó a la puerta y la sostuvo abierta, esperando a que me vaya.
Evitando su mirada, me levanté y me dirigí al recibidor.
—Oh, y una última cosa, señorita Lopez —mencionó, haciéndome mirar sobre mi hombro.
—¿Sí?
—Que conste, respecto a tu email con el tema Me Pregunto Si Come Coños... —Me miró de arriba abajo—. Sí que como coños, y si alguna vez fuera a comer tu coño... si ese pensamiento hubiera sido lo bastante sucio para pasar por mi mente y si ciertas circunstancias entre nosotras fueran diferentes, no serías capaz de caminar por días después de que acabase contigo...
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
DOCE
LA JEFA
BRITTANY
Había leído cada email que saqué del departamento de información.
Cada. Uno.
Fueron fáciles de conseguir ya que aparentemente su amiga y ella etiquetaban a todos en consideración a mí como “Reporte del Comportamiento de la Cabróna,” “Mi Jefa,” o “Esta rubia Hoy...”
Era bastante obvio que me “odiaba” y casi me arrepentí en desquitar mi frustración sexual con ella, demandándole demasiado.
Casi.
Su mente estaba tan malditamente cerca de ser tan obscena como la mía cuando llegaba al sexo, y era ligeramente gratificante saber que la atracción no era unilateral, incluso si había poco que pudiera hacer por ello.
Nunca había mezclado el negocio con el placer antes, y no iba a empezar ahora. Solo necesitaba superar ocho horas de nuestras reuniones hoy sin pensar en lo que había visto en sus emails, sin pensar en el hecho de que tal vez no era mezclar negocios con placer si ella se empeñaba como el infierno en irse pronto.
Si iba a ‘permitirle’ irse pronto, eso es.
Joder...
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
[h2]TRECE
LA ASISTENTE –SANTANA
Asunto: Lo Que Necesito En Dos Horas
Los archivos Lexington. Los papeles de transferencia de la compra de Lerner y Taylor. Tu informe de la lista principal. Las notas de la reunión de esta tarde.
Brittany Pierce
CEO de Pierce Publishing
Cerré su email y suspiré. Estaba empezando a desear que simplemente me hubiera despedido. Desde esa reunión en su oficina hace dos días, había sido dos veces más mandona. Dos veces más insoportable. Había dado todo de mí para no salir de la reunión de todo el equipo cuando a propósito me puso en aprietos y me hizo varias preguntas sobre un libro que ella sabía no había tenido la oportunidad de leer aún. Luego otra vez cuando me reprendió frente a todos por entregar informes incompletos que ni siquiera serían necesitados por otras cuatro semanas.
No había manera que fuera a completar cada objetivo de su más reciente email en dos horas, así que ni siquiera iba a intentarlo. Tomé el trabajo que ya había terminado y me dirigí a su oficina, enviándole a Marley un email en el camino.
No me importaba si ella encontraba este mensaje en el servidor de la compañía o no.
Asunto: Jefa Horrible + Típico Comportamiento de Cabrona + Día Largo = Vino. ¡Inmediatamente!
Dejaré el trabajo temprano hoy. ¿Puedo pasarme y beber vino en tu casa por la noche?
Tú mejor amiga,
Santana
Su respuesta vino en segundos.
Asunto: Re: Jefa Horrible + Típico Comportamiento de Cabr*na + Día Largo = Vino. ¡Inmediatamente!
Por Supuesto.
Partiré ahora y compraré tu favorito.
Tú mejor amiga,
Marley
Al segundo que las puertas del ascensor se abrieron, me dirigí directamente hacia su oficina y no me molesté en tocar.
Abrí la puerta y la vi leyendo un libro en su escritorio.
—¿Puedo ayudarla con algo, señorita López? —Levantó la mirada hacia mí.
—Aquí está mi informe de la lista principal. —Estampé una gran carpeta de papeleo en su escritorio—. El informe Lexington, el que logré terminar de todas formas, debería estar en tu casilla de mensajes en minutos.
—No necesitabas venir aquí para decir eso. Solo debiste haberme enviado un email... —Su mirada bajó a mis labios, pero luego estrechó los ojos hacia mí—. Sabes que odio cuando la gente viene a mi oficina sin permiso.
—Odia muchas cosas. —Me encogí de hombros—. Tal vez debería solo aprender cómo tratar con ellas como todos los demás. Traeré mis notas de la reunión de esta tarde aquí cuando termine, sin tocar, ya que probablemente tendré que traerle un almuerzo tardío, y luego terminaré oficialmente por el día.
—No. —Dio la vuelta a una página de su libro—. Sólo crees que has terminado por el día. Necesito que te quedes hasta las ocho en punto hoy.
—No puedo —dije firmemente—. Tengo planes.
—Lo sé —replicó, bajando su novela—. Tus planes implican quedarte aquí hasta las ocho en punto.
—Señorita Pierce... —La miré justo a los ojos—. Con todo el respeto, aunque no merece ninguno después de la manera que me ha tratado esta semana, no me quedaré hoy. No tengo tiempo. Y en realidad, ¿sabe algo más? —Golpeé la carpeta que acababa de poner en su escritorio al suelo, enviando cientos de papeles de informes sueltos al piso—. No voy a recoger eso, y no voy a hacer algo más hoy. Me voy a casa. Ahora.
—Señorita López... —Apretó los dientes—. No me haga…
—¿Qué? ¿Despedirme? Por favor hágalo. —Me alejé de ella y corrí de su oficina con la sangre hirviendo y la frustración en alto todo el tiempo. Furiosa, fui a mi oficina y cerré de un portazo. Entré en mi portal de planificación y envié cancelaciones de email por el resto de mis reuniones. Además, envié a Recursos Humanos un mensaje que confirmaba que me iba temprano por “razones personales” y que si podía solicitar tiempo libre adicional en los días que vienen.
Me aseguré que todos los emails estuvieran revisados, y luego apagué mi computadora y cerré todas las carpetas en mi escritorio. Mientras me deslizaba en mi abrigo, mi puerta se abrió de golpe y Brittany entró furiosa en mi oficina.
—¿Va a un lado? —siseó, apretando la mandíbula—. ¿No escuchó lo que dije cuando estábamos arriba?
—Sí. —Recogí mi bufanda—. ¿No escuchó lo que yo dije? Me. Voy. Puede quedarse allí y amenazarme con sus miradas todo lo que quiera, pero me voy a casa.
—Santana... —Cerró la puerta y la trabó, luego dio un paso hacia mi escritorio—. No voy a pedirte que te quedes otra vez.
—Bien. —Me encogí de hombros—. Entonces eso hace mucho más fácil para mí irme. —Colgué mi cartera sobre mi hombro y me dirigí hacia la puerta de al lado, pero ella sujetó mi codo y me giró rápidamente para encararla.
—¿Por qué estás siendo tan jodidamente difícil? —Presionó su frente contra la mía—. De verdad necesito que te quedes aquí conmigo hoy...
—Entonces necesito que me des una razón que valga la pena para hacerlo.
Repentinamente sus labios se estrellaron contra los míos y sus brazos fueron alrededor de mi cintura, sus dedos hábilmente desatando el cinturón de mi abrigo. Manteniendo su boca contra la mía, abrió las solapas y empujó el abrigo de mis hombros y hacia el suelo. Mordiendo mi labio inferior, deslizó su mano por mi vestido, lentamente arrancándome las bragas empapadas.
Me besó hasta que estuve sin aliento, suavemente empujándome contra mi escritorio.
Dejando ir brevemente mis labios, empujó todas mis carpetas y papeles al suelo. La línea de mi oficina empezó a sonar, e inmediatamente tiró el teléfono al suelo, también.
Sin decir una palabra, me tomó por la cintura y me levantó, plantándome firmemente en la cara de mi escritorio. Las mejillas desnudas de mi trasero golpearon el metal frío y jadeé mientras captaba por primera vez los comentarios sobre ella de ser físicamente diferente, y en cuanto a eso me refiero a que ella era intersexual, y tuve la vista de parte masculina, de su polla endurecida a través de sus pantalones.
—Extiende las piernas para mí—ordenó.
El sonido de la gente hablando fuera de mi oficina me hizo querer saltar, pero puso las manos contra mi estómago y miró fijamente mis ojos.
»No podrán escucharnos —susurró—. Haz lo que te dije que hicieras. Ahora.
Lentamente separé las piernas y ella aflojó unos botones de su camisa, manteniendo su mirada entre mis muslos.
Dio un paso entre mis piernas y presionó su pulgar contra mi inflamado clítoris, aplicando solo la presión suficiente para hacerme gemir.
—Necesito que me prometas que no vas a gritar —dijo—. Lo escucharán...
Asentí, incapaz de responder mientras se inclinaba y chupaba mi clítoris en su boca.
—¿Puedes prometer eso, Santana?
—Yo... —Asentí otra vez, respirando lentamente mientras ella soplaba contra mi piel—. Sí... prometo que no… gritaré cuando me folles...
—No me estaba refiriendo a cuando te folle. —Levantó su cabeza, sonriendo con suficiencia—. Tengo que comer tu coño primero.
De repente me tomó por los tobillos y me jaló más cerca al borde del escritorio, rápidamente posicionando mis piernas sobre sus hombros. Sin desperdiciar otro segundo, enterró su cabeza entre mis piernas y presionó su boca en mi coño, enviando cada nervio de mi cuerpo a una sobre marcha. Su lengua se lanzó contra mi clítoris despiadadamente y grité cuando deslizó dos dedos gruesos dentro de mí, mientras ella gruñía. Mis manos fueron a su cabello, sujetándolo fuerte mientras le rogaba clemencia, pero siguió torturándome con placer. Entre gemidos, amenacé con gritar, pero ella solo se rio y las caricias de su lengua se
volvieron más poderosas.
Mientras sus manos sujetaban firmemente mis piernas contra su boca, me sentí al borde de un orgasmo, sentí mi cuerpo entero empezar a temblar.
—Brittany, yo... yo... —Luché para sacar otra palabra de mi boca.
Mi cuerpo se convulsionó contra el escritorio, forzándome a romper mi promesa y gritando tan sonoramente que estaba segura que todos en el piso podían escucharme.
La sentí presionar sus dedos contra mi boca, la escuché ordenarme que esté callada, pero cerré los ojos y lancé la cabeza hacia atrás perdiendo todo el control.
No estaba segura de cuánto tiempo seguí temblando, o si algunos de mis compañeros me escucharon, pero cuando abrí los ojos otra vez, mis piernas todavía estaban alrededor de Brittany, y ella estaba mirándome fijamente.
Pensé que iba a decir algo, encontrar una manera de romper nuestro intenso silencio, pero simplemente removió mis piernas de sus hombros y desabotonó sus pantalones. Mis ojos se ampliaron tanto como pudieron mientras sacaba su polla, y me di cuenta que era más gruesa y más dotada de lo que había imaginado.
Sonrió por mi reacción impactada, inclinando mi mentón con las puntas de sus dedos.
—Dóblate sobre el escritorio.
Jadeé.
—¿Qué?
—Me escuchaste. —Tomó mis manos y me jaló hacia arriba. Luego tomó mis caderas y me giró espalda arriba—. Dóblate sobre el puto escritorio.
Lentamente y cuidadosamente, presioné mi pecho contra el metal. Escuché el sonido de sus pantalones golpeando el suelo, el sonido de ella abriendo un condón.
Desde atrás, despacio empujó mi vestido hasta mi cintura. Abofeteando mi trasero, lentamente deslizó su gran polla dentro de mí, centímetro a centímetro.
Gimiendo, me esforcé para mantener mi equilibrio mientras me ajustaba a su impresionante longitud.
Cuando estuvo completamente dentro, tomó un puñado de mi cabello y jaló mi cabeza hacia atrás hasta que nuestros ojos se encontraron, susurrando:
—¿Es así como te follaba en tus fantasías?
No tuve oportunidad para responder. Empujó dentro de mí implacablemente, manteniendo una mano en mi cabello y abofeteando mi trasero cada vez que gritaba.
Mordió mi hombro cuando decía su hombre, mientras cerraba los ojos una vez más y me daba cuenta que ella era diez veces mejor en la realidad que en cualquier fantasía que alguna vez había preparado. Soltó mi cabello y deslizó una mano hacia mis pechos, apretándolos mientras susurraba:
—He querido sentir tu coño en mi polla desde que empezaste a trabajar aquí...
Jadeé, incapaz de responder mientras mis piernas comenzaban a temblar otra vez.
—Brittany... Brittany...
—Santana... Santana... —Me imitó, una ligera sonrisa en su voz.
—Yo... yo... —Me sujeté del borde del escritorio mientras abofeteaba mi trasero de nuevo. Susurró mi nombre mientras los temblores seguían construyéndose dentro de mí, y la escuché decir:
—Espera por mí.
Pero ya estaba allí.
Mi coño latió de placer y otro orgasmo arrasó por mi cuerpo, dejándome floja y jadeante contra el escritorio. Dejándome preguntando cuánto tiempo me había follado.
Sosteniéndome firme, encontró su propia liberación segundos más tarde, y luché para respirar.
Las dos permanecimos enredadas, y besó la parte de atrás de mi cuello.
—¿Estás bien? —preguntó suavemente.
Asentí.
—¿Puedo dejarte ir ahora?
—No.
Soltó una risa baja y me sostuvo contra ella por más tiempo, esperando hasta que le diera el permiso para dejarme ir. Besando la parte de atrás de mi cuello una vez más, lentamente salió de mí y lanzó el condón en la basura. Luego envolvió sus brazos a mí alrededor y me giró por lo que me sostuve contra el escritorio.
Como si pudiera decir que era incapaz de funcionar completamente por mi cuenta, reajustó mi vestido y me ayudó a ponerme el abrigo. Luego corrió sus dedos por mi cabello y me miró antes de recoger mis tacones y ayudarme a deslizarme en ellos.
—Deberías llamar a tu chofer ahora —dijo suavemente, recogiendo el teléfono de escritorio del piso y pasándomelo—. Te acompañaré abajo.
Asentí y llamé a mi chofer, mirando a Brittany ponerse sus pantalones y ajustando los botones de su camisa de seda.
Sus ojos nunca dejaron los míos, y tan pronto mi chofer dijo:
—Estaré abajo en cinco. —Colgué.
Brittany me pasó mi cartera y me tambaleé en mis tacones mientras trataba de caminar, ganándome una sonrisa cómplice y sexy de ella. Me jaló contra su costado y agradecidamente me acompañó hacia los ascensores de carga para que nadie nos viera.
Evité mirarla mientras tomamos el ascensor. Estaba en completo y total shock ya que realmente la había follado, que la mujer destacada en todas mis fantasías había sido puesta en vergüenza por la real. Cuando salimos juntas, estuve inmediatamente confundida de por qué el cielo se había oscurecido tan rápidamente.
Brittany me acompañó justo hasta la limusina y abrió la puerta trasera, esperando a que me metiera. Se veía como si esperara que yo diera algo, pero por cualquier razón, solo podía pensar en una cosa.
—Gracias por ser tan comprensiva, señorita Pierce —dije, sin querer darle al chofer algún tipo de impresión sobre que demonios había pasado entre nosotras.
—¿Por entender qué, señorita López?
—Que no iba a quedarme hasta las ocho en punto hoy. Estoy contenta que pudiéramos llegar a ese acuerdo.
Una lenta sonrisa se extendió por su rostro y miró su reloj.
—Creo que está extremadamente mal informada ahora, señorita López. Son las nueve en punto. —Tomó una última mirada hacia mí y cerró la puerta—. La veo el lunes.
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO TANTO COMO A MIIIIII
LA ASISTENTE –SANTANA
Asunto: Lo Que Necesito En Dos Horas
Los archivos Lexington. Los papeles de transferencia de la compra de Lerner y Taylor. Tu informe de la lista principal. Las notas de la reunión de esta tarde.
Brittany Pierce
CEO de Pierce Publishing
Cerré su email y suspiré. Estaba empezando a desear que simplemente me hubiera despedido. Desde esa reunión en su oficina hace dos días, había sido dos veces más mandona. Dos veces más insoportable. Había dado todo de mí para no salir de la reunión de todo el equipo cuando a propósito me puso en aprietos y me hizo varias preguntas sobre un libro que ella sabía no había tenido la oportunidad de leer aún. Luego otra vez cuando me reprendió frente a todos por entregar informes incompletos que ni siquiera serían necesitados por otras cuatro semanas.
No había manera que fuera a completar cada objetivo de su más reciente email en dos horas, así que ni siquiera iba a intentarlo. Tomé el trabajo que ya había terminado y me dirigí a su oficina, enviándole a Marley un email en el camino.
No me importaba si ella encontraba este mensaje en el servidor de la compañía o no.
Asunto: Jefa Horrible + Típico Comportamiento de Cabrona + Día Largo = Vino. ¡Inmediatamente!
Dejaré el trabajo temprano hoy. ¿Puedo pasarme y beber vino en tu casa por la noche?
Tú mejor amiga,
Santana
Su respuesta vino en segundos.
Asunto: Re: Jefa Horrible + Típico Comportamiento de Cabr*na + Día Largo = Vino. ¡Inmediatamente!
Por Supuesto.
Partiré ahora y compraré tu favorito.
Tú mejor amiga,
Marley
Al segundo que las puertas del ascensor se abrieron, me dirigí directamente hacia su oficina y no me molesté en tocar.
Abrí la puerta y la vi leyendo un libro en su escritorio.
—¿Puedo ayudarla con algo, señorita López? —Levantó la mirada hacia mí.
—Aquí está mi informe de la lista principal. —Estampé una gran carpeta de papeleo en su escritorio—. El informe Lexington, el que logré terminar de todas formas, debería estar en tu casilla de mensajes en minutos.
—No necesitabas venir aquí para decir eso. Solo debiste haberme enviado un email... —Su mirada bajó a mis labios, pero luego estrechó los ojos hacia mí—. Sabes que odio cuando la gente viene a mi oficina sin permiso.
—Odia muchas cosas. —Me encogí de hombros—. Tal vez debería solo aprender cómo tratar con ellas como todos los demás. Traeré mis notas de la reunión de esta tarde aquí cuando termine, sin tocar, ya que probablemente tendré que traerle un almuerzo tardío, y luego terminaré oficialmente por el día.
—No. —Dio la vuelta a una página de su libro—. Sólo crees que has terminado por el día. Necesito que te quedes hasta las ocho en punto hoy.
—No puedo —dije firmemente—. Tengo planes.
—Lo sé —replicó, bajando su novela—. Tus planes implican quedarte aquí hasta las ocho en punto.
—Señorita Pierce... —La miré justo a los ojos—. Con todo el respeto, aunque no merece ninguno después de la manera que me ha tratado esta semana, no me quedaré hoy. No tengo tiempo. Y en realidad, ¿sabe algo más? —Golpeé la carpeta que acababa de poner en su escritorio al suelo, enviando cientos de papeles de informes sueltos al piso—. No voy a recoger eso, y no voy a hacer algo más hoy. Me voy a casa. Ahora.
—Señorita López... —Apretó los dientes—. No me haga…
—¿Qué? ¿Despedirme? Por favor hágalo. —Me alejé de ella y corrí de su oficina con la sangre hirviendo y la frustración en alto todo el tiempo. Furiosa, fui a mi oficina y cerré de un portazo. Entré en mi portal de planificación y envié cancelaciones de email por el resto de mis reuniones. Además, envié a Recursos Humanos un mensaje que confirmaba que me iba temprano por “razones personales” y que si podía solicitar tiempo libre adicional en los días que vienen.
Me aseguré que todos los emails estuvieran revisados, y luego apagué mi computadora y cerré todas las carpetas en mi escritorio. Mientras me deslizaba en mi abrigo, mi puerta se abrió de golpe y Brittany entró furiosa en mi oficina.
—¿Va a un lado? —siseó, apretando la mandíbula—. ¿No escuchó lo que dije cuando estábamos arriba?
—Sí. —Recogí mi bufanda—. ¿No escuchó lo que yo dije? Me. Voy. Puede quedarse allí y amenazarme con sus miradas todo lo que quiera, pero me voy a casa.
—Santana... —Cerró la puerta y la trabó, luego dio un paso hacia mi escritorio—. No voy a pedirte que te quedes otra vez.
—Bien. —Me encogí de hombros—. Entonces eso hace mucho más fácil para mí irme. —Colgué mi cartera sobre mi hombro y me dirigí hacia la puerta de al lado, pero ella sujetó mi codo y me giró rápidamente para encararla.
—¿Por qué estás siendo tan jodidamente difícil? —Presionó su frente contra la mía—. De verdad necesito que te quedes aquí conmigo hoy...
—Entonces necesito que me des una razón que valga la pena para hacerlo.
Repentinamente sus labios se estrellaron contra los míos y sus brazos fueron alrededor de mi cintura, sus dedos hábilmente desatando el cinturón de mi abrigo. Manteniendo su boca contra la mía, abrió las solapas y empujó el abrigo de mis hombros y hacia el suelo. Mordiendo mi labio inferior, deslizó su mano por mi vestido, lentamente arrancándome las bragas empapadas.
Me besó hasta que estuve sin aliento, suavemente empujándome contra mi escritorio.
Dejando ir brevemente mis labios, empujó todas mis carpetas y papeles al suelo. La línea de mi oficina empezó a sonar, e inmediatamente tiró el teléfono al suelo, también.
Sin decir una palabra, me tomó por la cintura y me levantó, plantándome firmemente en la cara de mi escritorio. Las mejillas desnudas de mi trasero golpearon el metal frío y jadeé mientras captaba por primera vez los comentarios sobre ella de ser físicamente diferente, y en cuanto a eso me refiero a que ella era intersexual, y tuve la vista de parte masculina, de su polla endurecida a través de sus pantalones.
—Extiende las piernas para mí—ordenó.
El sonido de la gente hablando fuera de mi oficina me hizo querer saltar, pero puso las manos contra mi estómago y miró fijamente mis ojos.
»No podrán escucharnos —susurró—. Haz lo que te dije que hicieras. Ahora.
Lentamente separé las piernas y ella aflojó unos botones de su camisa, manteniendo su mirada entre mis muslos.
Dio un paso entre mis piernas y presionó su pulgar contra mi inflamado clítoris, aplicando solo la presión suficiente para hacerme gemir.
—Necesito que me prometas que no vas a gritar —dijo—. Lo escucharán...
Asentí, incapaz de responder mientras se inclinaba y chupaba mi clítoris en su boca.
—¿Puedes prometer eso, Santana?
—Yo... —Asentí otra vez, respirando lentamente mientras ella soplaba contra mi piel—. Sí... prometo que no… gritaré cuando me folles...
—No me estaba refiriendo a cuando te folle. —Levantó su cabeza, sonriendo con suficiencia—. Tengo que comer tu coño primero.
De repente me tomó por los tobillos y me jaló más cerca al borde del escritorio, rápidamente posicionando mis piernas sobre sus hombros. Sin desperdiciar otro segundo, enterró su cabeza entre mis piernas y presionó su boca en mi coño, enviando cada nervio de mi cuerpo a una sobre marcha. Su lengua se lanzó contra mi clítoris despiadadamente y grité cuando deslizó dos dedos gruesos dentro de mí, mientras ella gruñía. Mis manos fueron a su cabello, sujetándolo fuerte mientras le rogaba clemencia, pero siguió torturándome con placer. Entre gemidos, amenacé con gritar, pero ella solo se rio y las caricias de su lengua se
volvieron más poderosas.
Mientras sus manos sujetaban firmemente mis piernas contra su boca, me sentí al borde de un orgasmo, sentí mi cuerpo entero empezar a temblar.
—Brittany, yo... yo... —Luché para sacar otra palabra de mi boca.
Mi cuerpo se convulsionó contra el escritorio, forzándome a romper mi promesa y gritando tan sonoramente que estaba segura que todos en el piso podían escucharme.
La sentí presionar sus dedos contra mi boca, la escuché ordenarme que esté callada, pero cerré los ojos y lancé la cabeza hacia atrás perdiendo todo el control.
No estaba segura de cuánto tiempo seguí temblando, o si algunos de mis compañeros me escucharon, pero cuando abrí los ojos otra vez, mis piernas todavía estaban alrededor de Brittany, y ella estaba mirándome fijamente.
Pensé que iba a decir algo, encontrar una manera de romper nuestro intenso silencio, pero simplemente removió mis piernas de sus hombros y desabotonó sus pantalones. Mis ojos se ampliaron tanto como pudieron mientras sacaba su polla, y me di cuenta que era más gruesa y más dotada de lo que había imaginado.
Sonrió por mi reacción impactada, inclinando mi mentón con las puntas de sus dedos.
—Dóblate sobre el escritorio.
Jadeé.
—¿Qué?
—Me escuchaste. —Tomó mis manos y me jaló hacia arriba. Luego tomó mis caderas y me giró espalda arriba—. Dóblate sobre el puto escritorio.
Lentamente y cuidadosamente, presioné mi pecho contra el metal. Escuché el sonido de sus pantalones golpeando el suelo, el sonido de ella abriendo un condón.
Desde atrás, despacio empujó mi vestido hasta mi cintura. Abofeteando mi trasero, lentamente deslizó su gran polla dentro de mí, centímetro a centímetro.
Gimiendo, me esforcé para mantener mi equilibrio mientras me ajustaba a su impresionante longitud.
Cuando estuvo completamente dentro, tomó un puñado de mi cabello y jaló mi cabeza hacia atrás hasta que nuestros ojos se encontraron, susurrando:
—¿Es así como te follaba en tus fantasías?
No tuve oportunidad para responder. Empujó dentro de mí implacablemente, manteniendo una mano en mi cabello y abofeteando mi trasero cada vez que gritaba.
Mordió mi hombro cuando decía su hombre, mientras cerraba los ojos una vez más y me daba cuenta que ella era diez veces mejor en la realidad que en cualquier fantasía que alguna vez había preparado. Soltó mi cabello y deslizó una mano hacia mis pechos, apretándolos mientras susurraba:
—He querido sentir tu coño en mi polla desde que empezaste a trabajar aquí...
Jadeé, incapaz de responder mientras mis piernas comenzaban a temblar otra vez.
—Brittany... Brittany...
—Santana... Santana... —Me imitó, una ligera sonrisa en su voz.
—Yo... yo... —Me sujeté del borde del escritorio mientras abofeteaba mi trasero de nuevo. Susurró mi nombre mientras los temblores seguían construyéndose dentro de mí, y la escuché decir:
—Espera por mí.
Pero ya estaba allí.
Mi coño latió de placer y otro orgasmo arrasó por mi cuerpo, dejándome floja y jadeante contra el escritorio. Dejándome preguntando cuánto tiempo me había follado.
Sosteniéndome firme, encontró su propia liberación segundos más tarde, y luché para respirar.
Las dos permanecimos enredadas, y besó la parte de atrás de mi cuello.
—¿Estás bien? —preguntó suavemente.
Asentí.
—¿Puedo dejarte ir ahora?
—No.
Soltó una risa baja y me sostuvo contra ella por más tiempo, esperando hasta que le diera el permiso para dejarme ir. Besando la parte de atrás de mi cuello una vez más, lentamente salió de mí y lanzó el condón en la basura. Luego envolvió sus brazos a mí alrededor y me giró por lo que me sostuve contra el escritorio.
Como si pudiera decir que era incapaz de funcionar completamente por mi cuenta, reajustó mi vestido y me ayudó a ponerme el abrigo. Luego corrió sus dedos por mi cabello y me miró antes de recoger mis tacones y ayudarme a deslizarme en ellos.
—Deberías llamar a tu chofer ahora —dijo suavemente, recogiendo el teléfono de escritorio del piso y pasándomelo—. Te acompañaré abajo.
Asentí y llamé a mi chofer, mirando a Brittany ponerse sus pantalones y ajustando los botones de su camisa de seda.
Sus ojos nunca dejaron los míos, y tan pronto mi chofer dijo:
—Estaré abajo en cinco. —Colgué.
Brittany me pasó mi cartera y me tambaleé en mis tacones mientras trataba de caminar, ganándome una sonrisa cómplice y sexy de ella. Me jaló contra su costado y agradecidamente me acompañó hacia los ascensores de carga para que nadie nos viera.
Evité mirarla mientras tomamos el ascensor. Estaba en completo y total shock ya que realmente la había follado, que la mujer destacada en todas mis fantasías había sido puesta en vergüenza por la real. Cuando salimos juntas, estuve inmediatamente confundida de por qué el cielo se había oscurecido tan rápidamente.
Brittany me acompañó justo hasta la limusina y abrió la puerta trasera, esperando a que me metiera. Se veía como si esperara que yo diera algo, pero por cualquier razón, solo podía pensar en una cosa.
—Gracias por ser tan comprensiva, señorita Pierce —dije, sin querer darle al chofer algún tipo de impresión sobre que demonios había pasado entre nosotras.
—¿Por entender qué, señorita López?
—Que no iba a quedarme hasta las ocho en punto hoy. Estoy contenta que pudiéramos llegar a ese acuerdo.
Una lenta sonrisa se extendió por su rostro y miró su reloj.
—Creo que está extremadamente mal informada ahora, señorita López. Son las nueve en punto. —Tomó una última mirada hacia mí y cerró la puerta—. La veo el lunes.
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO TANTO COMO A MIIIIII
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
Se le cumplio la fantasia a san...y claro que me gusto y mucho.
Isabella28****** - Mensajes : 378
Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
gustarme es poco!!!!! jajajajajajaja pobre San, aunque deberia decir, que afortunada, se cumplio su fantasia!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
Bueno britt le dio la fantacia que quería no????
A ver como sigue después de lo que paso??? Se repite???
A ver como sigue después de lo que paso??? Se repite???
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
Isabella28 escribió:Se le cumplio la fantasia a san...y claro que me gusto y mucho.
jajaja, perfecto...
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
micky morales escribió: gustarme es poco!!!!! jajajajajajaja pobre San, aunque deberia decir, que afortunada, se cumplio su fantasia!!!!
jajaja pobre Santana hasta perdio la noción del tiempo, ella todavia pensaba que se salia con la suya, saliendo antes de las ocho jajajajjaj
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
3:) escribió:Bueno britt le dio la fantacia que quería no????
A ver como sigue después de lo que paso??? Se repite???
Creo que si van a repetir jajajaj....
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
CATORCE
LOS EMAILS – SANTANA
Asunto: Dormí con ella.
Como que de verdad dormí con ella...
Tú mejor amiga,
Santana
Asunto: Re: Dormí con ella.
“¿De verdad” dormiste con quién? ¿Con el chico de la cita a ciegas?
*¿Y por qué estás hablándome con una nueva cuenta de Gmail?
Tú mejor amiga,
Marley
Asunto: Re: Re: Dormí con ella.
Mi jefa...
*Historia súper larga.
Tú mejor amiga,
Santana
Asunto: Re: Re: Re: Dormí con ella.
¿Qué MIERDA? ¿Estás JODIDAMENTE LOCA, SANTANA?
¿¿¿Qué demonios está mal contigo???
(¿Cómo fue, sin embargo...? :) )
*Me gustan las historias súper largas.
Tú mejor amiga,
Marley
Asunto: Re: Re: Re: Re: Dormí con ella.
Fue el mejor sexo que he tenido alguna vez en mi vida.
No creo ser capaz alguna vez de dejar de reproducirlo en mi mente.
Y no creo que pueda regresar a trabajar el lunes y mirarla con rostro serio después de esto...
Estaré en tu casa a las cinco.
Tú mejor amiga,
Santana
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
QUINCE
LA JEFA- BRITTANY
Mi fin de semana pasó en un borrón, enfatizado por reproducciones mentales follando a Santana en su oficina. Honestamente, nunca había pensado en la misma mujer después de haber tenido sexo, pero cuanto más intentaba no pensar en Santana, más imágenes de ella retorciéndose contra mis labios venían a mi mente. Más imágenes de ella inclinada sobre el escritorio y diciendo mi nombre invadían cada pensamiento.
No solo eso, sino que hoy no había oído de ella. No había contestado mi mail de "Lo que necesito hoy" con su usual "Bien", y ya estaba retrasada por más de dos horas. Creí que estaba intentando usar la mierda de "Me quedé hasta tarde el viernes así que llegaré tarde el lunes", por lo que decidí no pensar en eso.
Intenté distraerme lo mejor que pude hasta nuestra reunión de las dos, porque ella sabía que lo mejor no era perder un día de trabajo por el próximo mes desde que era temporada de adquisición. Mientras estaba leyendo la pila más reciente de acuerdos de libros aprobados, llegó un suave golpe a mi puerta.
—¿Sí? —Aparté mis papeles, esperando ver a Santana, pero solo era Quinn y un camarero.
—Buenos días —dijo Quinn mientras se acercaba a mi escritorio—.Quería venir más temprano e invitarlas a Santana y a ti a un almuerzo tardío si no es molestia.
—No me molesta —mentí, diciéndole al camarero que pusiera la comida en mi escritorio.
—¿Fin de semana salvaje? —preguntó Quinn.
—No. ¿Qué te hace preguntar eso?
—Te ves tensa, como si no hubieras dormido en días o estuvieras estresada por algo. O tal vez es... —Se detuvo, soltando un suspiro exasperada—. ¿Estás por decirme una historia para los tabloides? —Sacudió la cabeza—. Ibas tan bien, Brittany. Tan bien...
—No. —Rodeé los ojos—. Y no estoy tensa. Si quieres saber, no dormí bien anoche y aún tengo que atravesar una sesión de tres horas contigo y Santana que comienza en cualquier momento.
—Hablando de Santana... —comenzó a decir, pero la interrumpí.
—Es alérgica al ajo —le dije al camarero, levantando la canasta de pan que había colocado—. ¿Puedes reemplazarlo con pan de trigo?
—Sí, señorita.
—Y esto. —Le señalé la botella de jarabe de caramelo que había traído—. Pensará que es avellana y tendrá un ataque de tos si toma un sorbo. Tómalo y trae jarabe de chocolate en su lugar.
—Sí, señorita. —Recogió los ofensivos objetos y se dirigió a la puerta—. Vuelvo enseguida.
Quinn alzó sus cejas, viéndose completamente confundida.
—¿Siempre haz memorizado las preferencias de comida de tu asistente?
—Solo de las que duran más de un año.
—Ah. —Se rio—. Bueno, como estaba diciendo, Apple y Microsoft llamaron para decirme que aún no has regresado sus llamadas sobre su referencia, así que realmente necesitas hacerlo en algún momento de esta semana. Planeas darle una buena recomendación, ¿verdad?
Mi teléfono sonó antes de que pudiera abordar esa pregunta.
—¿Sí? —respondí.
—Buenos días, Srita. Pierce —dijo una voz suave—. Soy Shelby de Recursos Humanos. Lamento estar notificándole tan tarde, su asistente ejecutiva llamó más temprano y presentó un aviso por una semana de licencia por enfermedad.
—¿Una semana?
—Sí, señorita. ¿Quiere que cubra su espacio con un empleado eventual durante este tiempo?
—No, gracias. —Colgué y me recliné en mi silla. Santana nunca usó la licencia por enfermedad, incluso cuando estaba enferma de verdad. Había venido a incontables reuniones tosiendo y estornudando cuando probablemente debería haberse quedado en casa, así que no estaba segura de si estaba usando nuestra reciente cita como ventaja, o si de alguna manera se había enfermado mortalmente en cuestión de cuarenta y ocho horas.
—¿Brittany? —Quinn intentó llamar mi atención—. ¿Brittany?
La ignoré, sacando mi teléfono y enviándole un email a Santana.
Asunto: Licencia por enfermedad.
Será mejor que tengas una maldita nota del doctor...
Brittany Pierce
CEO, Pierce Publishing
Su respuesta fue inmediata.
Asunto: Re: Licencia por enfermedad.
¿Y si no la tengo?
Santana López
Asistente Ejecutiva del CEO de Pierce Publishing
Asunto: Re: Re: Licencia por enfermedad.
Si no la tienes, te sugiero que llames a RR.HH. ahora mismo y anules tu “licencia por enfermedad” desde que sé que es falsa. Luego te sugiero que aparezcas mágicamente en mi oficina en la próxima hora así podemos prepararnos para la ronda de adquisiciones de autores de la semana que viene.
Brittany Pierce
CEO, Pierce Publishing
Asunto: Re: Re: Re: Licencia por enfermedad.
Oh, es verdad. La semana que viene es muy importante...
Probablemente también estaré enferma la semana que vine.
(Probablemente seguiré ”recuperándome” de algo.)
Tal vez si me voy por un tiempo verás lo difícil que en verdad es mi trabajo. Tal vez entonces me apreciarás más.
Santana López
Asistente Ejecutiva del CEO de Pierce Publishing
Asunto: Re: Re: Re: Re: Licencia por enfermedad.
No estarás “probablemente enferma” la semana que viene.
Traerás tu trasero a trabajar.
(No lleva dos semanas recuperarse de ser propiamente follada.)
Te apreciaría mucho más si vinieras a trabajar hoy...
Brittany Pierce
CEO, Pierce Publishing
Cerré mi bandeja de entrada, sin esperar su respuesta. Levanté la vista y noté a Quinn mirándome como si hubiera visto un fantasma.
—¿Qué? —dije.
—Follaste a Santana, ¿verdad?
—¿Disculpa?
—Me oíste. —No se retrajo—. Dormiste con ella… dormiste con ella y es por eso que no has llamado a esas compañías. Es exactamente por eso que no quieres que se vaya.
—No es por eso que no quiero que se vaya.
—¿Entonces estás admitiendo la parte de follarla?
—No —dije, negándolo y pasando incontables minutos intentando calmarla. Sabía que tendría un paro cardíaco si sabía la verdad.
Cuando me aseguré de que estaba convencida, saqué las carpetas para la reunión de hoy para que las dos pudiéramos ocuparnos de esto solas.
Mientras comenzaba a organizar sus propias carpetas, abrí una nueva pestaña en mi buscador y busqué una florería local para poder ordenar unas flores que digan “mejórate” para Santana, así podría enviarle una nota más directa de “trae tu trasero a trabajar”.
Escogí un ramo de lirios de siete capas, ya que una vez había mencionado amarlas en una reunión de novela, y estaba a mitad de camino de la pantalla de compra cuando me detuve.
¿Qué diablos estoy haciendo?
Cerré la pantalla y agarré mi bolígrafo.
Definitivamente podía sobrevivir a una semana sin su ayuda si quería seguir con juegos. Estaba bastante segura de que podía hacer su trabajo incluso mejor que ella.
No podía ser tan difícil.
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
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Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
DIECISEIS
LA JEFA-BRITTANY
Una semana de “baja por enfermedad” después...
Asunto: Mi Jefa...
Todavía no puedo creer que follé a mi jefa la semana pasada...
¿Crees que se volvería loca si no voy por enferma por una segunda semana?
Tu mejor amiga,
Santana
PS: ¿Es triste que desesperadamente quiera follarla otra vez?
Asunto: Re: Mi Jefa...
Todavía no puedo creer que no hayas aprendido a revisar dos veces a quién le estás enviando estos emails...
Sí, “ella” se pondría bastante furiosa si no volvieras por enfermedad por una segunda semana.
Tu jefa, Brittany
PS: No es para nada triste, considerando que ella quiere follarte otra vez también.
Di enviar a mi correo y aparté mi teléfono. No había aparecido al trabajo esta mañana, sin dar aviso a Recursos Humanos en absoluto, pero no me atrevería a archivar una crítica o siquiera tanto como regañarla verbalmente. Casi había enloquecido por la pasada semana al intentar hacer todo lo que ella hacía normalmente para mí, y estaba empezando a preguntarme si de verdad era una jefa tan terrible como ella decía.
Incluso en este momento, mientras estaba sentada en la mesa frente a una autora que estábamos intentando adquirir, estaba a segundos de decir: ¿Sabes qué? No siento como si perteneciera aquí ahora, y pedirle que reprogramara. Estaba muy tentada de manejar a casa de Santana para abordar esa última nota de “PD” en su email.
Además, me estaba arrepintiendo de mantener esta reunión después de la cena en lugar de en mi oficina. De hecho, la única razón de que hubiera programado una reservación en este restaurante de cinco estrellas, era porque hace tres meses había escuchado a Santana decirle a alguien que deseaba poder permitirse cenar aquí algún día. Por supuesto, negaría ese hecho si alguna vez preguntaba, pero ya que ella ni siquiera estaba aquí esta noche, no veía un punto de estar aquí tampoco.
—Así que... —La autora frente a mí, una linda rubia a la mitad de los treinta se aclaró la garganta—. Si firmo con Pierce Publishing, voy a necesitar algunas promesas de ustedes.
—¿Qué tipo de promesas, señorita Sutherland?
—Bueno, necesitaré que promuevan mi libro.
—Promovemos todos los libros.
—Bueno, lo sé. Es por eso que su reputación es tan genial, pero esa es solamente el nivel básico de promoción. Quiero que me prometan un acuerdo para una película dentro de dos años, seis cifras adelantadas para cada libro futuro que escriba, y quiero una gira mundial en las mejores tiendas de libros.
—Este es su libro debut...
—Lo sé. Y podría completamente auto publicar esta cosa en Amazon y tenerlo publicado en cinco segundos. Aun así, aquí estoy, tomando un riesgo con ustedes y ofreciéndoles el próximo aplastante éxito de ventas del New York Times en bandeja de plata.
Rodé los ojos y tomé un gran sorbo de vino. Comencé a cambiar de tema, pero ella empezó a hablar sobre qué actores y actrices preferiría para leer sus audiolibros, los cuales “mejor” le prometimos, así que fácilmente apagué su voz.
Esta era usualmente la parte donde Santana entraría y les diría a los autores que tengan expectativas realistas, la parte donde mi frágil hilo de paciencia usada era más delgado y tendría que disculparme para buscar más café. Sin ella aquí, estaba a minutos de romperme y decirle a esta mujer que cerrara la jodida boca y que lo olvide.
—¿Sabes a qué me refiero? —La voz de la señorita Sutherland interrumpió mis pensamientos—. ¿No odias cuando Hollywood cambia los libros a películas, pero cuando se desnudan son las mejores partes? Honestamente no puedo firmar un acuerdo con ustedes a menos que prometan que eso no me pasará a mí.
—Señorita Sutherland... —Traté de mantener el fastidio fuera de mi voz—. Las oportunidades de que Hollywood tome su libro debut, el cual es un maldito libro de cocina lleno con recetas de bagres, es tan jodidamente baja que…
—Lamento llegar tarde. —El sonido de la voz de Santana me detuvo de decir otra palabra. Vestida con un vestido de cóctel corto y negro exponiendo sus largas piernas, se veía absolutamente deslumbrante. Sus labios estaban pintados de un brillante y atractivo rojo, y su cabello estaba apilado a lo alto de su cabeza en una linda bola de rizos flojos.
Se acercó a la señorita Sutherland y la saludó de mano, y luego me articuló “Detente” mientras se sentaba.
—Creo que lo que la señorita Pierce está tratando de decir… —Santana encaró a la señorita Sutherland—… es que deberíamos enfocarnos en hacer todo lo que podamos en el ámbito de la cocina para este libro. Luego discutiremos ideas para su siguiente colección de recetas para que aseguremos su catálogo futuro con nosotros tan fuerte como pueda ser.
La miré fijamente y permanecí en silencio por el resto de la reunión, apreciando cuán suavemente manejaba el resto de la conversación. Al momento que terminamos, la señorita Sutherland estaba firmando el contrato y deseándonos a ambas lo mejor.
Cuando nos levantamos para irnos del restaurante, presioné la mano contra la parte baja de la espalda de Santana y noté cómo intentó no reaccionar. Al segundo que la señorita Sutherland fue engullida en su taxi, Santana levantó la mirada hacia mí.
—De nada. —Sonrió con suficiencia.
—Gracias. Lo aprecio —dije, mirándola de arriba abajo una vez más—. Te ves bastante bien para haber estado ‘enferma’ por una semana.
No respondió. Simplemente se quedó mirándome, y tomó cada onza de control para no tomar su mano y jalarla hacia mi vehículo por la noche.
—¿Planeas venir al trabajo mañana o vas a mantenerme en suspenso?
—Todavía no estoy segura. Depende de cómo me sienta cuando me despierte, o de si quiero que veas incluso más lo que me haces pasar, lo difícil que hacer todo por ti misma. —Sostuvo una mano en alto para la limusina y se estacionó en frente—. Pero debo decirlo, estoy feliz de que finalmente me dijeras aquella preciosa palabra referente a mi trabajo.
—¿Qué palabra?
—Gracias.
No dije nada. Solo miré mientras su chofer abría la puerta de atrás y la señaló para entrar.
Me deslicé a su lado antes de que él pudiera cerrar la puerta.
—¿Pero qué…? —Abrochó su cinturón—. ¿Qué estás haciendo?
—Chofer, suba el cristal de privacidad por favor. —Esperé a que el chofer dividiera el coche—. Santana López, ¿realmente piensas que por haber follado no te despediré?
—Brittany Pierce —dijo, imitándome—. Sé que no me despedirás y no tiene nada que ver con el hecho de dormir juntas.
—No hemos ‘dormido juntas’, hemos follado.
—Bien. —Bajó la voz—. Follado. Pero sé que no te atreverás a despedirme.
—¿Te gustaría apostar?
—No con una mujer que sabe que soy la mejor maldita asistente que jamás ha tenido.
Sonreí, incapaz de elaborar un contra argumento por eso. Antes de poder devolver el disparo, la voz del chofer llegó por el intercomunicador.
—Señorita López, ¿todavía va al AMC en Times Square?
—Sí, Archer. Gracias.
Corté el botón del parlante.
—¿Qué hay en el AMC en Times Square?
—Tengo una cita con un completo y total caballero. —Apartó la mirada de mí, como si estuviera de alguna forma avergonzada—. Estaba arreglada hace semanas. No quería ser ruda y cancelarlo en el último minuto.
—¿Cuál es su nombre?
—No es de tu interés. —Giró para mirarme otra vez—. Y a menos de que quieras ser la tercera rueda, ¿vas a hacer que Archer te lleve de vuelta a tu Jaguar mientras nosotros estamos en la película? Vamos a necesitar la limusina para ir a cenar más tarde, y sin ofender, pero no eres buena compañía para cenar.
—¿Cuál es su nombre? —repetí.
—Taylor —respondió—. ¿Te gustaría saber dónde trabaja y cuantos años tiene, también?
—Me gustaría. Dime.
—Es analista para estudios ABC, y tiene veintisiete. ¿Feliz?
—Es demasiado joven para ti —dije—. Y en esa edad no tiene algún rango de verdad en esa compañía. Pues hacerlo mejor que eso.
—¿Te refieres a ti misma?
—No, yo soy la mejor —dije—. Pero puedes al menos hacerlo mejor hasta darte cuenta de eso.
Estrechó los ojos hacia mí, pero no dijo nada más.
»Y si este es el chico del email con el tema referido: ‘Ha Pasado Una Semana Y Todavía No Ha Llamado O Escrito Un Mensaje En Absoluto’, entonces probablemente ya sabes que tengo razón. Ningún hombre en sus cabales esperaría una semana para llamarte, al menos que sea tu jefa, claro está.
Sus mejillas se volvieron brillantemente rojas y su mandíbula cayó.
—Aquí estamos, señorita López —dijo su chofer, estacionando frente al teatro.
Santana desabrochó su cinturón y esperó a que abriera la puerta. Caminé hacia adelante y sostuve la puerta del teatro para ella, siguiéndola mientras caminaba hacia la esquina de boletos.
—Solo recogeré dos boletos —me dijo—. De verdad no vas a seguirnos al teatro, ¿cierto?
—No, pero esperaré hasta que de verdad él aparezca si no te importa.
—Sí me importa.
—Vaya mierda.
—Bien. —Recogió los boletos del vendedor y la seguí hasta un sillón de los salones privados del teatro. Sacó su teléfono de su cartera y sonrió a la pantalla—. Dice que está en el tráfico, pero estará aquí en veinte minutos. Me aseguraré de contarte todo sobre nuestra noche mañana en el trabajo ya que estás tan preocupada.
—No estoy para nada preocupada, pero gracias por confirmar que irás al trabajo mañana.
—¿No estás preocupada de que él vaya a compararte?
—Hemos discutido esto. Nadie se compara a mí. —Sonreí—. Y lo sabes. Además, sabes que no tienes deseos de follarlo esta noche porque estoy dispuesta a apostar que todavía estás pensando en follarme a mí. Esta es o una cita sin sentido la cual estás demasiado temerosa de cancelar, un ardid para ponerme celosa, o ambos.
Se sonrojó y bajó la mirada a su teléfono. Quince minutos pasaron y no levantó la mirada otra vez. Simplemente refrescaba la pantalla de su teléfono una y otra vez.
Miré mi reloj. La sesión estaba programada para empezar en diez minutos y su cita no se presentaba.
Su teléfono vibró de repente en su regazo y sonrió, tocando la pantalla. Lo sostuvo en alto en su cara, su sonrisa desvaneciéndose por segundos.
Escribió algunas palabras, y luego me miró.
—Dijo que algo se presentó así que... bien. Puedes empezar y hacerme sentir como mierda ahora. Lo he extrañado del trabajo, así que ahora puedes aplicarlo a mi vida personal supongo.
—¿De qué estás hablando?
—Sabes, decirme cuán estúpida fui por invitar a un chico que previamente me plantó dos veces, en lugar de permitirle pedirme salir. Y luego puedes decirme cuán estúpida fui por desperdiciar mi tiempo vistiéndome, tratando lo mejor para ponerte celosa…
La corté con un beso, suavemente mordiendo su labio inferior hasta que gimió. Hasta que dejó de hablar y se entregó.
—Vámonos.
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittany: GP Brittany: ATREVIDA JEFA. FINAL
hola mar,..
jajaja si que san sabe tener a britt de los huevos cuando quiere,,...
y britt sabe divertirse con san jajaja
a ver como termina la noche¿?
nos vemos!!!
jajaja si que san sabe tener a britt de los huevos cuando quiere,,...
y britt sabe divertirse con san jajaja
a ver como termina la noche¿?
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
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