{FanFic Glee} William McKinley Academy - "Capítulo 1: Furt"

Disclaimer: Glee y sus personajes y todos los elementos relacionados son propiedad intelectual de Ryan Murphy en co-creación con Ian Brennan y Brad Falchuck

¡Hola Gleeks! La verdad es que siempre que tengo una idea en mente tengo que escribirla por muy endeble que suene en mi mente. Así que aquí estoy. Espero les guste. Acepto criticas (constructivas y destructivas), opiniones y sugerencias ;)
Está recién comenzando así que será un poco lenta, los primeros tres capítulos presentaré a los personajes y sus historias antes de meterme de lleno con la trama en la que todos convergirán juntos. Disculpen si la narración no es muy buena pero estoy practicando en que persona escribir... Aunque creo que la haré en tercera persona dando paso a al POV entre medio ;)

Finn Hudson era, en muchos sentidos, un muchacho diferente. Cuando todos sus compañeros de equipo entre los que contaban sus mejores amigos disfrutaban pasándola bien entre ellos mismos, o invitando a salir a las Cheerios (las chicas del escuadrón de animadores) a Finn le gustaba permanecer en casa, con su familia, sobretodo con su hermano menor.

El hermano menor de Finn se llamaba Kurt, y no eran hermanos de sangre, pero eso a ninguno de los dos le importaba. Desde que se conocieron congeniaron muy bien, aunque antes tuvieron que pasar por que Finn a aceptara a Kurt como homosexual, olvidando todos sus antiguos y tontos prejuicios. Después de eso (y que incluyó también el fracasado enamoramiento del menor hacia el mayor) ambos muchachos fueron inseparables.

Finn y Kurt se convirtieron en hermanos, cuando Carol Hudson conoció a Burt Hummel. Y en cuanto la relación de ambos se volvió seria, los cuatro decidieron formar una familia. Porque las decisiones siempre fueron tomadas entre los cuatros, la relación jamás fue solo cosa de Carol y Burt sino que siempre incluyó a Finn y a Kurt. Algo que fue de mucha significancia para estos dos últimos mencionados, puesto que ayudó a que la fraternidad entre ellos se hiciera muy estrecha.

Por eso Finn, mariscal de campo del equipo de futbol de la Academia William McKinley se encontraba bajando de su convertible negro tras haber ido a dejar a sus padres al aeropuerto con rumbo a su Luna de Miel.

Si, Luna de Miel. Hace menos de dos semanas que sus padres habían contraído matrimonio. Aunque llevaban al menos cinco años juntos. Tiempo suficiente como para llamar a Burt papá en vez de padrastro y Kurt hermano, en vez de hermanastro.

Cuando el joven de cabello oscuro descendió de su convertible negro y entró por la puerta doble de madera, el muchacho corrió hacia las escaleras para subir pronto al segundo piso.

— ¡Hey, Kurt! — Gritó mientras terminaba de subir los últimos peldaños de la blanca escalera en forma de caracol. — ¿Que tal si tú y yo vamos a comer algo fuera? — Preguntó una vez alcanzó el dormitorio del aludido tras una pequeña caminata por el pasillo. — ¿Que te parece mi idea, Kurt?... ¿Kurt? — Finn se detuvo en seco luego de haber entrado a la habitación de su hermano y encontrarlo tendido en su cama... llorando.

Finn, que era el mayor entre los dos, suspiró mientras una sola idea se le pasaba por la mente — ¡No puede ser! ¿Otra vez discutiste con tu noviecito? — Fue un comentario hiriente, pero es que no era la primera vez que veía a su hermano en aquella situación. Y la verdad es que no tenía que preguntar para entender que efectivamente se trataba del novio de Kurt. — ¿Que pasó esta vez?

El menor que seguía boca abajo, oculto entre sus almohadas, solo se limitó a contestar. — No te dije que entraras.

— La puerta estaba abierta, Kurt. — Contestó el castaño mientras entraba a la habitación y caminaba hacia la cama de su hermano para sentarse a su lado. Una vez ahí, posó una de sus manos tiernamente sobre la espalda de quien lloraba.

— No quiero hablar de esto… — gimoteó Kurt.

Finn inspiró aire para poder mantener la calma. Este tipo de situaciones siempre lo desaforaban, pero Kurt era un chico con una personalidad bastante especial por lo que Finn sabía que debía ser cuidadoso y hablarle con cautela. Contó hasta diez y palmoteó la espalda de su hermano sutilmente en un acto cómplice, y luego habló pausadamente. —Vamos, Kurt... hablemos. — Dijo suspirando otra vez — Kurt...

Hubo un tedioso lapsus de silencio antes de que se escuchara palabra de boca del menor. — ¿Prometes guardarte tu opinión? — Preguntó el ojiazul alzando la cabeza que tenía oculta en la almohada.

Finn cruzó los dedos antes de responder. — Lo prometo. — Mintió.

Y al parecer la mentira funcionó porque Kurt decidió por levantarse de su posición y sentarse para poder hablarle a su hermano viéndolo a la cara. Inspiró hondo mientras se secó las lágrimas de los ojos y se acomodó apoyando la espalda al respaldo de su cama.

— ¿Qué hizo esta vez? — Preguntó Finn, con curiosidad y preocupación.

Kurt no le respondió.

— Kurt... ¿Hasta cuando seguirás con él? — Volvió a preguntar Finn

El aludido dejó escapar un pequeño sollozo. — Creo que herí sus sentimientos esta vez... — Soltó largándose a llorar desconsoladamente — Finn... soy un idiota.

Finn negó con la cabeza y solo se limitó a contener a su hermano aferrándolo a su pecho y estrechándolo con los brazos.

— Kurt... siempre crees que eres tú el culpable... pero no lo eres...

Pero el menor no dijo nada.

Finn insistió. — Estoy arto de tu relación con Dave...

— El me quiere... – Respondió Kurt por fin.

Pero el mayor no se lo haría tan fácil — Si realmente te quisiera no mantendría su relación contigo en secreto. ¿No te das cuenta?

— Es difícil para él... — Musito el menor.

— ¡Kurt!... — Exclamó Finn exasperado ante la terquedad de su hermano.

— ¡Nada! — Exclamó el aludido cortando a su hermano — Prometiste que no opinarías.

— Bueno… mentí - Respondió Finn sin titubear. Soltándolo de su abrazo y separándose del menor para tomarlo por los hombros y hablarle directamente a la cara. — ¡Estoy H-A- R- T- O de tu relación con Karofsky! Que sea gay y el único gay que conozcas no significa que tenga que ser tu novio... Sabes que estás con Dave simplemente para no estar solo…

Kurt negó con la cabeza tratando de contener el llanto — Cállate... — Le pidió a su hermano pero sin sonar convincente — No te quiero oír...

— Nunca quieres oírme, Kurt... — Refutó Finn cruzándose de brazos.

—…Porque dices cosas que...

— Si, ya se. — Siguió el pelinegro. — Siempre digo cosas que te confunden.

— Si... — Asintió el menor un poco avergonzado de ser tan predecible.

Finn rodó los ojos en señal de impaciencia. — Kurt… mira… se nota que Dave está confundido… pero no puede usarte…

— ¡El no me usa!

Finn soltó a su hermano y se puso de pie. Exasperado se cruzó de brazos y alzó una de sus cejas. De pie, junto a Kurt que aún intentaba contener su llanto, sentado y derrotado, el mayor se veía imponente. — Hermano, me vas a escuchar… quieras o no.

— ¡Ya basta Finn! — exclamó Kurt pateando el suelo con impaciencia. — Esto lo tengo que resolver yo, además… lo de hoy no tiene que ver con tu teoría de que Dave me usa para estar seguro de que es 100% gay... ¡Porque lo es!

Finn se sentó nuevamente en la cama. Lo intentaba, ¡Por Dios que sí! Pero la única forma de hacer entrar en razón a su hermano era dejándolo hablar a él primero. Luego ya podría refutarlo tranquilamente. — ¡Perfecto! Entonces cuéntame, Kurt ¿Qué pasó hoy?
El muchacho de piel nívea no pudo contener el asombro ante tal pregunta — ¿quieres… quieres que te cuente? — preguntó notablemente ruborizado.

— Si. — Contestó el mayor con decisión, casi como si fuera una orden.

— No puedo contarte… es privado. — Tartamudeó Kurt. Se veía incómodo.

— No, Kurt… si quieres que te crea que tu relación con Dave es sana, pues tendrás que contarme. Hablo en serio.

El ojiazul suspiró. Pero sabía que no sacaría nada con alegar contra Finn. El mayor era muy persistente. Se decidió entonces por contestar. — Dave… Dave quería que el y yo… bueno… que el y yo.

— Oh, Por Dios, basta… — dijo Finn cortando a su hermano de pronto. El mayor estaba tan sonrojado como Kurt. — Ya se lo que dirás… ¡Rayos! Ahora tendré imágenes mentales de ustedes...

— ¿Qué? — Preguntó Kurt mitad enfado, mitad ofendido — ¡El y yo no hicimos nada! — Gritó Kurt como si gritarlo ayudara a dejarlo más en claro. — Yo no puedo… me aterra… me…

— ¡Hey, calma! Calma… — Exclamó Finn al ver como Kurt se iba azorando más y más… — No tienes nada que explicarme… además, lo sé… me imagino que no debió ser fácil explicarle a él… es que… simplemente no me imaginé que esta vez pelearían por algo así… — Concluyó sentándose al lado de su hermano nuevamente.

Kurt suspiró un segundo antes de contestar. Una de las fortunas que existía en conversar sinceramente con Finn es que muchas veces no debía explicar ni la mitad de las cosas y Finn lo entendería como si se lo hubiese dicho todo con lujo y detalle. Se encogió de hombros. — Bueno… Tú quisiste que te contara.

Finn sonrió ante el comentario y respondió con algo de humor. — Por lo menos me queda claro que Dave es gay.

Kurt soltó una pequeña sonrisita. Agradeciendo en el fondo poder tener este tipo de pláticas con su hermano. Y de pronto Finn largó a reír a carcajadas. Algo que sorprendió de sobre manera al menor. Lo contempló retorcerse de risa, y cuando decidió que Finn se estaba extralimitando con su ataque de risotadas, no dudó en preguntar. — ¿Y lo gracioso es?

— Es que… — trató de responder Finn entre risas — Es que… me imagino… sólo me imagino tu cara… tu cara, porque… siquiera pensar en acostarte con alguien te aterra y tu… ¡Auch! — Exclamó al ser golpeado por una almohada. Miró fijamente al menor.

Kurt con almohadón en mano lo fulminó con la mirada. Luego de eso se largó a contar todo como si en ningún momento hubiesen perdido el ritmo de la conversación — Fue Horrible… por un momento sentí que Dave no me escucharía y que me depredaría como a una presa cualquiera… pero lo detuve… y ahí comenzó la discusión… dijo que yo debería sentirme listo, que llevábamos cinco meses de relación, que eso era suficiente… pero yo le dije que para acostarme con el no bastaba cinco meses… y el creyó que yo lo estaba poniendo a prueba, me preguntó que qué esperaba de él y yo solo le dije que paciencia y el creyó que yo le mentía y salió con el asunto de que yo no lo amaba y yo le dije que…

— Que no, por supuesto. — Respondió Finn como si fuese algo que no estuviese en discusión. — Porque una cosa es que lo quieras, pero otra muy distinta es que lo ames. — Se encogió de hombros.

Kurt agachó la mirada un poco apenado. — No le dije exactamente que no lo amaba… pero supongo que el entendió eso. ¿Estuvo mal haber sido sincero? Digo…

— ¿Por qué te a problemas con esto, Kurt? ¿No te das cuenta? — Ahora era el turno de Finn para hablar. Ya había escuchado todas las razones de su hermano, lo que necesitaba para poder decirle a Kurt todo lo que pensaba. Tomó aire. — ¿No ves todas las señales? Primero, Dave te pide que no le digas a nadie de lo suyo, que nadie debe saberlo. Y Dave realmente piensa que ni yo sé que tú eres su novio. — Hizo un gesto de desaprobación. — Además de pedirte que mientas, (porque aunque tu digas, Kurt que no es mentir, negar y ocultar que ustedes son novios, es una forma de mentir) te pide una prueba de amor. Y no lo comprende y te hace llorar. Si Dave realmente te quisiera, no se hubiese enojado y tú no estarías aquí llorando, ni mucho menos sintiéndote culpable. Basta, Kurt… te estás haciendo daño a ti mismo. Cuando te conocí, tú tenías muy asumido tu forma de ser. Pero desde que conociste a Dave, hasta tu mismo te avergüenzas de quien eres… ¿Qué estás esperando? ¿Terminar haciendo todo lo que Dave dice, sólo porque para el es una situación difícil? Dave no está preparado para mantener una relación seria aún. Primero tiene que asumirse así mismo. Y tu no le estás ayudando, simplemente le estás haciendo las cosas fáciles. Le ayudas a que no piense en su situación porque tú le permites estar contigo y no contárselo a nadie. ¡Obtiene lo mejor de ambos lados! Y tú no recibes nada… Eso no es amor sincero, ni siquiera es cariño… Y si lo es… bueno, tiene una extraña forma de demostrarlo. — Finalizó llenando sus pulmones de aire porque se había dejado todo el aliento en aquel discurso.

Cuando su hermano mayor concluyó con su opinión, Kurt no dijo nada al respecto. No respondió. Respiró aliviado sí, porque durante unos segundos había creído que tenía la respuesta a todos sus problemas. Pero no duró mucho porque de sólo pensar en terminar con Dave y quedarse sólo, le volvió el temor al cuerpo y al corazón. Avergonzado prefirió callar.

Finn suspiró de solo imaginarse el lio mental que pudiese tener Kurt en este momento. Sonrió. — ¿Qué tal si dejamos esto para otra ocasión? Muero de hambre ¿Breadstick? — Preguntó de la nada. Sajando el tema de una buena vez y sonriendo con más naturalidad, como para demostrarle confianza y tranquilidad a Kurt.

— ¿Y distraerme de mi situación sentimental? — Comentó Kurt mirando con detenimiento todo a su alrededor. Ni siquiera tenía una foto de Dave en su mesa de noche. Quizás, las cosas eran muchos más claras de lo que él pensaba… quizás, quizás si debía de escuchar a su hermano. Negó con la cabeza como si con eso pudiese sacudir sus pensamientos por un rato. — ¡Acepto! Necesito seriamente salir de aquí.

Finn se sintió satisfecho con la respuesta de su hermano. Eso significaba que la plática había sido olvidada. ¡Así de bien se entendían ellos! — ¿Sabías que no te queda nada de mal el papel de diva desconsolada? — Preguntó Finn de broma, señalando toda la ruma de pañuelitos desechables que yacían en el piso y alrededor de Kurt.

— ¡Y a ti el de consejero sentimental! — Arremetió Kurt con viveza. El contorno de sus ojos y sus mejillas brillaba con el rastro que las lágrimas habían dejado —. ¿Cómo, se supone que puedo expresar lo que siento sino es llorando?

Finn sonrió pero con una sonrisa triste y preocupada a la vez. Así de sensible era su hermano, por eso sabía que era su obligación y su deber cuidarlo. — Supongo que llorar es la única salida para alguien que no quiere escuchar consejos. Por eso me he vuelto un consejero experto… intento intervenir en la mentalidad de un paciente desconsolado unas tres o cuatro veces por semana… ¡Y, Oh! ¿Sabías que eres tú mi único paciente?

— ¿Por qué siempre pierdo en una discusión verbal contigo? — Preguntó el menor frunciendo el entrecejo. — Tus indirectas son siempre más agudas que las mías.

—No sé a que te refieres... — Murmuró Finn, sintiendo que ya se había cortado la tensión del ambiente. Rió… — Ya basta… salgamos de aquí. Vamos a comer fuera, yo invito.

El menor asintió con una sonrisa sutil. Mucho más contento y tranquilo, Kurt se levantó de la cama para poder salir a comer con su hermano.

-- Breadstick, Restaurant --

Se hallaban los dos hermanos sentados en la misma mesa que ocuaban cada vez que iban a aquel restaurant. Intentando encontrar un tema que ambos pudiesen tratar para una conversación. Pero la verdad es que ambos eran muy diferenetes el uno del otro. Tanto en apariencia como en actitutes y gustos.

-- Finn’s Pov
Me gusta salir a comer con Kurt. Porque se demora tanto eligiendo algo bajo en calorías del menú que me da mucho tiempo para pensar en lo que se me de la gana. Tambien me gusta este lugar, uno puede comer ensalada gratis hasta colapsar, de llenan el plato cada vez que se te acaba… podría hacerme vegetariano… parece que a Kurt le va bien con la comida vegana. No sería tan buen atleta si no fuese porque el come sano. A lo mejor los saltos y piruetas que hace con las Cheerios tiene que ver con la energía y vitalidad que le aportan las verduras ¿Y si los Titans comieramos verduras? ¿Nos haríamos mejores jugadores? A lo mejor nos volvemos tan flexibles como Kurt. Pero ser corpulento tampoco va mal ¿No?... digo, a mi me asienta bien… o por lo menos eso me dicen las miradas de las chicas cuando camino por los pasillos de la escuela. Dicen que soy todo lo que una chica pudiese querer. Debe ser la combinación entre mi metro noventa y uno de estatura sumado a mi cuerpo trabajado y fornido, y aunque mis compañeros dicen que tengo cara de idiota, a las chicas mi rostro distraído les causa encanto y ternura. Además debo sumarle que soy Mariscal de campo y capitán del equipo de futbol americano y parte tambien del equipo de baloncesto de la Academia William McKinley. Si, definitivamente cuento con mucha fama y popularidad… quizás no necesite las verduras… o quizás si, como para la memoria… la verdad es que no puedo permitirme reprobar ninguna materia este año, porque mí puesto de capitan depende de ello. Aunque se rumorea que algunas profesoras les basta con mi sonrisa… Como sea, espero que este sea un buen año. Del anterior no quiero acordarme. Perdí a dos grandes personas… todo por una traición. Tenía una novia llamada Quinn, desapareció el año pasado, se cambio de escuela… luego de que descubrieran que ella me había engañado con mi mejor amigo… el se llamaba Noah, bueno, se sigue llamando así, no esta muerto ni nada… aunque para mi es como si lo estuviera. Y lo tengo que ver todos los días en las prácticas de fútbol. Nunca quise perdonar a ninguno de los dos. Y sé que no soy nadie para no perdonar… pero, mi imagen paterna fue inculcada pro mi madre, una mujer… entonces… aveces no se como actuar, porque una mamá no te puede enseñar las cosas que podría enseñarte un padre… y como yo no tenía padre sino hasta hace poco… creo que aún tengo que aprender muchas cosas de hombres… por eso, no he perdonado ni a Quinn ni a Puck… porque sinceramente no sé si eso es lo que un hombre haría. No sé porque me acordé de eso ahora. Debería estar pensando en otra cosa… como en como hacer que Kurt termine con su novio. Dave Karofsky… también pertenece a los Titans. Lo detesto… no porque sea mal tipo… pero no ha sabido ser un buen novio para mi hermano. Y Kurt está sufriendo y no me gusta verlo sufrir. Y lo peor es que el parece que no hará nada al respecto. Me da pena pensar que Kurt está con Dave solo para no estar solo… además ha cambiado tanto: ahora se preocupa demasiado de lo que la gente pueda decir de el. Ya no es el chico seguro de si mismo… Bueno, yo tampoco. La verdad que despues de que mi novia, digo, ex-novia me traicionó… yo tampoco soy muy seguro de mi. Ni mucho menos confio en los demás… mi mamá, Burt y Kurt son la excepción. Y hablando de Kurt ¿Habrá terminado de elegir algo del menú?
— Creo que pediré la ensalada Cesar… — Masculló Kurt no muy seguro.

— ¿Qué esa no lleva pollo? — Pregunto Finn saliendo de su ensimismamiento.

— Pues… pediré que se lo saquen y ya… — contestó el menor encogiendose de hombros dejándo por fin el menú en la mesa. — Además creo que me he demorado un poco. Lo siento… siempre es lo mismo.

— No te preocupes… — Comentó Finn antes de tomar un sorbo de su bebida. — Aunque debí suponer que pedirías eso… siempre pides lo mismo.

— Lo siento. — Se disculpó Kurt nuevamente. Luego se llevó una mano a la frente — ¿Qué pasa conmigo? Creo que vivo en otro mundo ahora…

— Mmm… a decir verdad — Dijo Finn con un tono serio. — Haz cambiado bastante… digo, además de ser el líder de las Cheerios y tener de novio a uno de los futbolistas más talentosos del equipo, no sé… creo que no estás siendo tu.

— Oh. — Musitó Kurt sin poder decir otra cosa. Aveces Finn era demasiado sincero, y demasiado era decir poco. — Si, creo que… parece más la vida que cualquier chica quisiera tener.

Finn rió. — Que te puedo decir… ¿Ser líder de un escuadrón de porristas y tener un novio futbolista? Si, es todo lo que una “chica” querría…

Ambos largaron a reír. Cuando estaban ya volviendo a la calma el telefono móvil de Finn comenzó a sonar. El pelinegro miró la pantalla pero no reconoció el número telefonico. Se disculpó de Kurt con un ligero movimiento de cabeza y se dispuso a contestar.

— ¿Diga? — Preguntó contestando a la llamada con curiosidad.

— ¡Finn! — Se escuchó una voz femenina desde el otro lado, sonaba bastante mal, como preocupada — ¡Oh, Dios, gracias al cielo que contestas! Querido necesito que vengas rápido…

— ¿Disculpé… con… con quien habló? — Cuestionó mirándo a Kurt y encogiendose de hombros — ¿Cómo sabe mi nombnre?

— Querido, soy Patricia… la abuela de Noah.

Finn abrió los ojos de par en par. Sorprendido de recibir una llamada de parte de ella, aunque no sabìa ahora como seguir hablando con ella por telefono, la verda es que mientras menos tuviese que ver con Puck, mejor para el… pero por otro lado cortarle la llamada asi sin más no sería muy etico de su parte… Suspiró. — Disculpe… no la reconocí… pero… Noah no se encuentra aquí si es lo que quiere saber.

— Hay, no querido… Noah está conmigo en el hospital… Finn, tuvo un accidente… y no despierta, no logran despertarlo… por favor, ven…

— ¡¿QUE?! — Fue tal el grito de Finn que muchos se voltaron a ver — ¿Accidente? ¿Cómo que no pueden despertarlo? Patricia, yo… voy enseguida.

— Gracias, no sabes cuanto necesito a alguien de confianza. Sabes que solo somos Noah y yo en nuestra familia…

— No debes agradecerme nada Patricia… sabes que Puck y yo somos ami… digo… Si necesitas que vaya allí estaré. No tardo. — Cortó.

Finn no sabía muy bien como explicar la ola de sentimientos que lo inundaron en ese momento. No eran amigos, ya no. Pero… sintía un gran pesar en su pecho y un nudo en la garganta. Se le hizo imposible evitar preocuparse. Aún le guardaba cariño a Puck.

— ¡Finn! — Exclamó Kurt. — ¿Qué fue todo ese alboroto? ¿Quién tubo un accidente?

Finn meneó la cabeza y observó a su hermano con los ojos desorbitados — Puck.

— Oh… — Musitó el menor lamentandolo de verdad. — ¿iras al hospital? ¿Quieres que te acompañe? — Preguntó queriendo apoyar a su hermano, que parecia tener la mente en otra parte. Congelado, con los ojos bien abiertos igual que su boca. — ¡Reacciona, Finn!

El pelinegro volvió a sacudir su cabeza, tratando de concentrarse. — ¿Y que pasa si muere?

— ¡Por, Dios! — le gritó Kurt enfurecido. — ¿Cómo puedes pensar eso? Ven, vamonos ya… y quitate esa idea ridicula de la cabeza… la mala hierba nunca muere, Finn… tendremos Puck para rato… — Finalizó tratando de distender el ambiente con un poco de humor. Arrepintiéndose de inmediatom porque en realidad se trataba de una situaciòn muy delicada como para andar haciendo ese tipo de chistes.

— Kurt… — Murmuró Finn con pesar… — Hace rato atrás, yo pensaba que Puck para mi estaba como muerto… y ahora, que me llamó su abuela… me arrepiento de haber pensado así…

Kurt suspiró con ternura. Comprendiendo lo que su hermano le quería decir. — ¿Cómo ibas a saber lo que le pasaba a Puck? Además, es natural que pensaras así… aún estás dolido por lo que te hizo, pero quizás en el fondo aún sientes cariño por el. Mira, por ahora es mejor que no pienses en eso. Debes tener la mente en blanco y prepararte para cualquier cosa. Finn, quieras o no, parece que Puck te necesita…

Finn suspiró aterrado.

To be Continued…