(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

Julio de 2039





-Al otro lado cariño… —dijo Kurt moviendo sus manos para que su hijo hiciera lo mismo.
-¿Así?... —pregunto Noah cambiando la posición de la hoja seca que pegaba sobre un trozo de cartón con la forma del estado de Arizona.
-Exacto… así no te queda al revés y puedes escribir la información de cada árbol en esas líneas que dibujamos —añadió Kurt hojeando una revista como si buscara una imagen en específico.
-Pero yo no sé escribir —dijo Noah poniéndose ambas manos en la cabeza, demostrando impacto máximo ante aquella revelación.
-Lo se cariño, pero si quieres puedo escribirte yo esa información.
-O el “Papáblen”, su letra es la más bonita de todas.
-Tienes toda la razón… luego se lo pedimos.
-¿Encontraste el dibujo?
-Aun no, te juro y lo vi hace un momento… —respondió gesticulando frustración— toma cariño límpiate con esto —agrego entregándole una toalla húmeda,  al ver que Noah quería quitarse el exceso de pegamento de sus manos utilizando sus jeans para ello.
-Tal vez fue otro libro…
-No lo creo… solo hemos visto este, además se supone y debería aparecer en este libro ese árbol que mencionaste… ¿Cómo se llamaba?
-“Parkinsonia florida” —respondió el chico pegando otra hoja de menor tamaño en un cartón diferente.
-Vaya nombre…  —dijo Kurt rascándose la cabeza.
-Tal vez está en la “A”, porque es de Arizona —señalo Noah con convencimiento.
-¿En serio? —pregunto Kurt volviendo a hojear el libro desde el principio— ¿tu elegiste ese estado?
-No, me lo “asipnaron”.
-Pues debieron darte a elegir —señalo Kurt poniéndose un bolígrafo en la oreja como un carpintero lo haría.
-¿Por qué?
-Porque, por ejemplo…—dijo poniéndose sus gafas de lectura— si hubieras elegido Ohio, yo los conozco todos.
-¿Todos?... ¿y cuáles son?...—quiso saber Noah acomodándose las gafas también,  como si estuviera frente a su profesora del taller de botánica de la biblioteca de New York.
-Pues… —trato de responder Kurt medio sorprendido— esta… el… —agrego pensando y carraspeando— uno grande… además de… ¡uy!, lo siento cariño —dijo tomando su teléfono casi aliviado.
-¿Quién te llama?
-Nadie, es la alarma que puse para recordar que debo darle el medicamento al “Papáblen”, además de chequearle la presión y lo demás —dijo apagando la canción recordatoria.
-Pero el “Papáblen” ya está “pefecto”… hasta me carga cuando tu no estas.
-¿Cómo?...
-Eso… cuando se levanta me carga en brazos si se lo pido —dijo Noah trepándose en la mesa de la cocina, tratando de alcanzar el libro que hasta segundos hojeaba su Papá.
-¿El “Papáblen” hace eso? —pregunto Kurt levantando una ceja, y alcanzando el libro para su hijo.
-Cuando se lo pido si… ¿Por qué?
-Porque no debería…
-¿Por qué?
-Cariño… sabes que estuvo en el hospital, ¿verdad?, y como dijo el doctor, debería de abstenerse de hacer esfuerzos… de cualquier tipo.
-¿Por cuánto tiempo?
-Un mes más a lo menos, no se lo vuelvas a pedir, ¿de acuerdo?
-Está bien.
-Muy bien… —dijo levantándose— ¿me esperas aquí?
-Te espero… ¡Papá!, ¡Papá!...
-¿Qué?, ¿Qué?...
-Llévate la tijera tengo cuatro año no debería usarla, tampoco “Desmond” —aseguro Noah apuntando el articulo y a su dinosaurio.
-Tienes mucha razón —respondió Kurt tomándola— y también me llevare el teléfono, cualquier cosa, vuelvo enseguida.
-Llamare a Lizzie Anderson Hummel si necesito algo.
-Pues tu hermana se supone y está viendo una película con Colin en la sala, dudo que te haga caso.
-¿Por qué no?... soy su “hemano”…
-Lo sé, pero está haciendo otra cosa en este instante, cosa que apropósito iré a supervisar de inmediato —advirtió Kurt cambiando la escalera de la cocina por la de la galería de la entrada.
-¿Por qué debes “supevisi”… “supeva”…?
-¿Supervisarla?…
-Eso... ¿está usando tijeras también?
-No cariño, ambos tienen algo mucho más peligroso que un par de tijeras.
-¿Una “pestola”? —pregunto Noah abriendo sus ojos tanto que Kurt creyó poder ver su globo ocular entero.
-No… hormonas cariño… —dijo Kurt sonriendo de su chiste.
-¡Oh!… —exclamo Noah como si hubiera entendido lo que eran las hormonas en un adolescente.


-¡Esas manos! —dijo Kurt al pasar por detrás del sofá donde su hija estaba prestando más atención a la boca de su novio que a las imágenes del televisor.
-¡Ay Papá!...
-Señor Son Hummel… —dijo Colin levantándose de un salto— creí que no estaba— agrego mirando a Lizzie que le hacia gestos con su mano, como para indicarle que se quitara las marcas de labial.
-Estaba con Noah en la cocina, y déjame decirte que ese color te queda fantástico Colin… excelente elección —contesto Kurt divertido.
El chico dio un respingo y se limpió con la orilla de su camiseta, Lizzie rio por lo bajo y le hizo un gesto positivo cuando  este le pregunto de manera disimulada si se lo había quitado todo.
-¿Vas a salir? —pregunto Lizzie mientras se estiraba en el sillón.
-No cariño, voy a darle la medicina a tu “Papáblen” y chequear lo que corresponde.
-¿Quieres que lo haga yo?... ese aparato es de lo más genial… —dijo Lizzie asomándose por el respaldo del sillón.
-No cariño, esta bien, yo lo hare, tú… ¡baja esos pies!.
-¡Pero estoy sin zapatos!… ¡hola!... —dijo apuntando sus pies descalzos.
-¿Cómo ha estado el Señor Anderson?
-Muy bien Colin, gracias por preguntar… ¿le dijiste a tus padres de la invitación que queremos hacerles?
-Se los dije… se entusiasmaron bastante… creo que quieren venir si o si.
-Excelente… te avisare con Lizzie una fecha —dijo Kurt retirándose.
-Muy bien… gracias Señor Hummel, y esta película es excelente, gracias por recomendárnosla.
-De nada… solo espero y le presten más atención de ahora hasta que finalice —termino por decir Kurt saliendo de la sala.

-¿Blaine?...— dijo golpeando y abriendo la puerta despacio
-Estoy despierto… pasa…
-Siempre es bueno chequear antes —dijo entrando— ¿Cómo estás?
-¿Además de fastidiado hasta la medula?
-Además de eso…
-Muy bien… ¿estabas construyendo algo? —pregunto dejando el libro que leía a un lado sobre la cama.
-¿Como? —respondió dirigiéndose al baño.
-Si estabas construyendo algo, una ampliación o algo parecido —insistió mirándolo.
-No sé a qué… ¡ah!...  ya entendí —dijo al verse en el espejo el lápiz tras su oreja.
-¿Qué estabas haciendo?
-Estaba… —dijo secándose las manos— ayudando  a nuestro hijo menor a hacer una tarea, en pleno verano y aunque aún ni siquiera empieza la escuela.
-¿Para el taller?
-Para el taller —repitió Kurt sacando un par de píldoras de un frasco grande y amarillo y otra de uno más pequeño y azulado— todos los niños andan corriendo desquiciados en el Central Park y nuestro hijo está haciendo deberes —añadió vertiendo agua en un vaso.
-Está encantado en ese taller desde el día uno, lo sabes.
-Lo se… solo que me gustaría que disfrutara del verano, que todos disfrutáramos del verano.
-A mi igual… lo siento.
-¿Por qué?
-Porque estar postrado en una cama, arruina cualquier plan de vacaciones.
-No digas eso, no estas postrado, no arruinas nada y por lo demás no teníamos ningún plan para vacacionar este verano.
-Aun así… oye… —dijo moviéndose un poco para hacer espacio para su esposo— ¿Qué tal si nos escapamos una semana a “Cape Brenton”?
-Nova Scotia… elegante —dijo Kurt sentándose a su lado en la cama.
-Podemos cruzar la frontera enseñando solo nuestro documentos de identidad… y enfrentémoslo, los niños merecen unos días de asueto.
-Son niños, ¡todos sus días son de asueto!
-Kurt…
-¿Qué?... ¡es la verdad!... además, estuvimos en Mexico hace dos meses, ¿no crees que eso cuenta como vacaciones?
-Sabes que las giras nunca cuentan como vacaciones.
-Veremos que dice el doctor.
-Y si Noah quiere dejar sus árboles.
-Eso también… aunque créeme y prefiero que se mantenga con ese interés antes que el que ha tomado su hermana… toma y toma —dijo entregándole el vaso primero y las píldoras después.
-¿Lizzie?, gracias… —recibiendo el agua y los medicamentos— ¿a qué te refieres?
-Traga eso y te cuento, no quiero que una de las píldoras se quede atascada a medio camino —dijo Kurt entrando al closet.
-¿Qué sucedió? —pregunto tragando las píldoras.
-Pues se supone y estaba en la sala viendo una película con su novio, pero pase por allí y lo menos que hacían era ver la televisión.
-Están enamorados…
-Pues yo también estoy enamorado y no ando lanzándome sobre ti delante de mi Papá.
-Lo hacías cuando éramos más jóvenes… ¿no te acuerdas?, ¿lo que es tener 17 y estar enamorado? —dijo Blaine bebiendo más agua.
-Me acuerdo… —contesto Kurt sacando desde un estuche de cuero un aparato de ultima generación para medir los signos vitales.
-Entonces… no te enfades con ella.
-No me enfado con ella… con quien si me enfado es contigo —añadió apuntándolo.
-¿Conmigo? —pregunto sacándose la camiseta del pijama.
-Sí, contigo —insistió Kurt mientras ponía dos pequeños parches redondos en el centro del pecho de Blaine, parecidos a los utilizados en los exámenes de electrocardiograma, cada uno tenía un adhesivo que impedían que se cayesen, mas una cabeza cuadrada como para la entrada de un cable USB diminuto.
-¿Por qué?
-Creo que lo sabes —agrego conectando un par de cables.
-Te aseguro que no tengo idea de lo que hablas.
-Noah me confeso que lo has cargado en más de una ocasión —dijo Kurt encendiendo la máquina.
-¿Qué?... ¡no! —exclamo Blaine de vuelta como si tuviera la edad de uno de sus hijos y lo hubiesen descubierto en una travesura.
-¡Claro que si!… —dijo Kurt ajustando el aparato— Noah es incapaz de decir una mentira, por lo tanto, ¿en que estabas pensando?
-No estaba pensando, además ya me siento mucho mejor…
-Silencio…
-Kurt…
-Silencio… —repitió levantando sus dedos y comenzando con el chequeo partiendo por la frecuencia cardiaca— 75… —dijo para si— muy bien —agrego anotando aquel dato en una libreta pequeña.
-Te juro y fue solo un par de veces… —se defendió Blaine mirando los números en el monitor de la máquina, que esta vez, adosada a su brazo, le  media la presión arterial.
-¿Quieres guardar silencio?, esto es importante.
-Lo siento…
-Todo está en orden —dijo Kurt quitando todo. Tomo nota de los últimos datos y  procedió a guardar la maquina luego.
-¿Crees que el doctor ya me dé de alta la próxima semana?, ya quisiera retomar nuestra rutina… o al menos retomarla de la manera que corresponde —dijo Blaine moviendo sus cejas.
-Explícame una cosa, ¿qué es lo que sientes?
-¿Cómo?
-Eso, recién cuando dijiste “lo siento”, que es lo que sientes,  ¿no guardar silencio mientras chequeaba tus signos vitales? o ¿desatender las órdenes del doctor? —quiso saber Kurt parado frente a él con los brazos cruzados.
-Ambos… —contesto poniéndose la camiseta nuevamente.
-Sabes que no puedes esforzarte, el Doctor Cunningham fue bastante claro al respecto,
-Kurt fue solo un par de veces…
-Aunque hubiese sido una… lo que te paso no fue una broma.
-Lo se… no lo volveré a hacer…
-Prométemelo…
-No lo volveré a hacer.
-Di lo que corresponde…
-Kurt, no volveré a desobedecer las órdenes del doctor, te lo prometo.
-OK…
-¿Dame un beso?, tener que estar acostado la mayor parte del día ya es lo suficientemente agobiante como para añadir a eso que tú te enfades conmigo.
-No estoy enojado… Blaine… espero y nunca darte un susto como el que me diste tú hace dos semanas, pensar en perderte casi me vuelve loco, y que tú te tomes a la ligera lo que te sucedió…
-No me lo tomo a la ligera, fue una estupidez cargar a Noah, me maree y canse como si hubiera cargado a Henry… y creo que lo hice porque no se…  extraño mi vida de antes… lo que podía hacer con nuestros hijos, te extraño a ti… —dijo Blaine como si su alma estuviese a punto de desbordarse.
-Lo se… pero vamos de a poco… así como el doctor dijo: “añadir 30 minutos cada día de movimiento”, poco a  poco añadirás a tu rutina las cosas que hacías antes —respondió Kurt acercándosele para sentarse a su lado nuevamente.
-Supongo que si… es solo que me impaciento.
-Pues vaya encontrado quietud en donde sea querido esposo, porque lo que menos quiero es volver a ese hospital.
-Ni yo…
-Es casi indecente cuanto te amo… —dijo Kurt perdiéndose en su mirada.
-¿Me das lo que te pedí?
Kurt sonrió y el dio el beso que Blaine tanto deseaba y se quedó en silencio junto a su boca.
-Me reprendes por cargar a Noah y estar sin tus besos es lo que más daño hace a mi corazón —dijo Blaine tragando saliva.
-Eres el enfermo más romántico que  he tenido el placer de atender —respondió Kurt besándolo de nuevo hasta que un par de golpes en la puerta interrumpió aquello que parecía ser el cielo— debe ser Noah… —murmuro apartándose.
-¿Qué están haciendo?
-Una especie de “scrapbook” de hojas y tipos de arboles, le toco Arizona por lo tanto estamos buscando imágenes, recortándolas y pegándolas, además de escribir los nombres de cada árbol por supuesto —dijo apuntando el lápiz que había vuelto  a poner tras su oreja— ¡un momento! —exclamo hacia la puerta al sentir que Noah golpeaba nuevamente.
-Sino preguntamos quien es, seguirá golpeando —advirtió Blaine echándose hacia atrás en las almohadas.
-Tienes razón… ¿Quién es?
-Soy Noah Anderson Hummel, ¿puedo pasar?, se me “ocurro” algo.
-Pasa hijo…
-Permiso…—dijo Noah entrando con todas las cosas que hasta ese momento estaba utilizando en su trabajo, incluido “Desmond”
-¡Cariño!... ¡tan cargado!... ¿Por qué trajiste todo?, podrías haberte caído —dijo Kurt ayudándole de inmediato.
-Con “Desmond” se nos “ocurro” que como el “Papáblen” no se puede levantar, tal vez podríamos  “tabajar” aquí, así nos ayuda con los “nombes” —explico el pequeño quitándose las zapatillas y subiéndose a la cama de un salto.
-Es una excelente idea hijo —dijo Blaine recibiéndolo a su lado con un beso y un abrazo.
-¿Excelente idea?... ¿recortar y pegar cosas sobre nuestro “Comforter” Calvin Klaine? –dijo Kurt poniendo caras.
-¿Quien es “Cavin Klen”? —pregunto Noah mirando a Blaine.
-Un amigo de tu Papá, que estoy seguro y no tendrá problemas que trabajemos sobre algo que lleva su nombre… ¿verdad Kurt?
Kurt soltó una risa y termino por resignarse a la posibilidad que su inmaculado cobertor terminara con unas cuantas hojas pegadas sobre el.
-¿Qué hago? —dijo Blaine tomando el libro sobre árboles.
-Pon los “nombes” aquí, tu letra es la más bonita de todas.
-Ok… ¿y cómo sé que árbol es cada cual? —quiso saber Blaine mirando lo cartones.
-El Papá te los dirá… sabe todos los “nombes” de los árboles de Ohio —añadió Noah casi con orgullo.
-¿De verdad Papá?
-Obvio…—dijo Kurt presumiendo lo conocimientos que no tenía.
-¿Que están haciendo? —pregunto Lizzie entrando sin golpear ni nada.
-Lizzie Anderson Hummel, ¡ven!, ¡ayúdanos!… —dijo Noah haciéndole un gesto con su mano para que se acercara.
-¿Por qué no me dijeron que estaban reunidos aquí?... también soy de la familia… ¡hola!, ¿estas bien “Papáblen”?
-Muy bien hija…
-¿No estabas ocupada con tu novio? —pregunto Kurt haciendo un hincapié sarcástico cuando mencionaba lo de “ocupada”
-Sí, pero Colin ya se fue  —respondió subiéndose a la cama mediante una voltereta.
Kurt se rasco la cabeza y pensó que tal vez el necesitaba un chequeo de su presión arterial al ver las zapatillas de su hija sobre las almohadas.
-¿No se iba a quedar a cenar? —agrego Kurt quitándole el calzado lo más rápido posible.
-Si, pero me aburrí de besarlo, así es que le dije que volviera mañana —dijo Lizzie mirando las hojas en pegadas en los cartones— ¿Qué es esto “Goblin”?
-Son arboles de Arizona, la “pofesora” me las dio.
-¡OH!... ¿y que árbol es este? —pregunto tomando una que parecía una peineta con dientes dobles.
- “Acacia smallii”…
-¡Uy!, ¡que difícil!, la llamare “Mary” —sentencio la chica comenzando a recortar unas “m” y “a”  de una de las  revistas.
-¡No Lizzie Anderson Hummel! —dijo Noah riendo tan dulcemente que termino por contagiar a todos.

Julio de 2014





-¿Hace cuanto rato que estamos así? —dijo Kurt acostado en la cama mirando el techo junto a su prometido.
-No lo sé… —respondió Blaine moviéndose sobre el colchón hasta que su cabeza se encontró con la de él— ¿un año? —agrego riendo.
-Pues si desayunamos a las 8 y ya es… casi medio día —dijo viendo la hora en el reloj de Blaine— llevamos cuatro horas sin hacer nada.
-¿Cómo que nada?, hemos hablado de diversos temas, eso cuenta para algo, ¿no crees?
-Tal vez…—dijo estirándose como si quisiera quitarse la pereza de 100 años.
-Me encanta que podamos estar así, los dos… solos.
-¿Solos?, ¿quieres decirme algo con eso?
-¿A qué te refieres?
-A ese mensaje subliminal que acabas de enviarme.
-No es un mensaje, ni es subliminal… no me lo tomes a mal, amo a Rachel pero…
-Te encanta que estemos los dos solos…
-Si… lo siento —dijo Blaine volteándose para quedar sobre uno de sus costados
-No lo sientas, a decir verdad, yo también estoy disfrutando este tiempo a solas —agrego moviendo sus manos para que sus dedos terminaran por entrelazarse— y no solo porque el viaje de Rachel nos lo permite, sino que la ausencia de todos nuestros amigos también, estaba medio harto que creyeran que este era el único lugar donde podían estar en todo New York.
-Eso es verdad, aun se me paran los pelos pensando en Sue y la aventura sexual que tuvo en este lugar.
-¡Asco!... no menciones eso por favor…—piido Kurt tomándose la frente con la mano que tenía libre.
-Ok… lo siento.
-¿Qué te gustaría hacer?
-¿Además de permanecer aquí hasta que nos salgan escaras?
-Además…
-Pues yo solo quisiera quedarme aquí…
-¿De verdad?
-Obvio…—aseguro Blaine acomodándose más.
-¿Ni siquiera tienes hambre?
-No…
-¿Sabías que si fuéramos perros ya habríamos perdido 1 día y 17 horas de nuestras vidas?
-¿Cómo? —pregunto Blaine divertido.
-Eso… por lo tanto…—respondió Kurt haciendo el ademan de levantarse.
-Pero no te levantes… —dijo Blaine cogiéndolo por el cinturón e impidiendo que lo hiciera.
-Blaine…
-Oye… —insistió incorporándose también, se arrodillo en la cama y comenzó a besarle el cuello— ¿No crees que es importante aprovechar que estamos solo?, ya sabes… así como la cama no es solo para dormir, tampoco solo en la noche es posible amar —agrego dando más besos.
-¡Vaya línea!, cada día me sorprendes con algo diferente Blaine Anderson futuro Hummel.
-¿Entonces?...
-Entonces nada…—respondió levantándose de todas formas.
-¿No estas lo suficientemente sorprendido como para quedarte? —dijo Blaine haciendo un puchero.
-Lo estoy… pero, no sé si tú te acuerdas que yo te debo algo.
-¿Dólares? —pregunto mirándolo de medio lado.
-No… te debo una sorpresa, después de lo que hiciste por mi consiguiendo esas invitaciones a los Tonys, es mi turno de hacer algo por ti —explico mientras se ponía los zapatos.
-¿Ahora?
-¿Qué mejor momento?... espérame aquí —señalo dándole un beso pequeño y sonoro.
-En realidad preferiría… ¿Esperas a alguien? —pregunto Blaine al sentir que golpeaban a la puerta.
-No… ¿tú?
-Tampoco.
-Deber ser algún envió de Rachel… espérame aquí —dijo Kurt cerrando las cortinas del dormitorio.
Se dirigió a la puerta mientras se arreglaba un poco la ropa y el cabello.
-¡Muy bien, muy bien! —exclamo Sam hablando como Matthew McConaughey lo haría.
-¿Sam?
-¿Cómo estás? —dijo abrazándolo con tanta fuerza que Kurt retrocedió algunos pasos.
-¡Sam! —exclamo Blaine saliendo de la habitación, choco con su amigo “los cinco” y le dio un abrazo fraternal después— ¿Qué haces aquí?, creí que llegarías la semana entrante.
-Pues los boletos de avión no esperan, menos en verano —dijo Mercedes entrando también.
Kurt volvió a sorprenderse y abrazo a su amiga, Mercedes le dio un par de besos y luego hizo lo mismo con Blaine.
-¡Vaya sorpresa! —dijo Kurt cerrando.
-¡Un momento “Lady Hummel”!, faltamos nosotras —advirtió Santana poniendo su pie para que Kurt no terminara de correr la puerta.
-Esto si que no me lo esperaba…
-¡Hola Kurt! —exclamo Britt haciéndole una seña como si lo tuviera a kilómetros de distancia.
-Ni yo, pero la vida nos da este tipo de sorpresas —dijo Santana entrando luego de su novia.
-Así es, aunque Josh Lucas aun no golpea esta puerta —advirtió Kurt un tanto frustrado al ver que su departamento se volvía a llenar de gente.
-¿Cómo están?, ¿Qué tal la gira? —pregunto Blaine moviendo un par de sillas del comedor para que todos tuvieran donde sentarse.
-¡Lo mejor! —respondió Mercedes alzando su brazos— Blaine, tienes que olvidarte de Broadway y emprender una carrera de cantante, los lugares, la sensación de que un montón de gente te aclame, estar en contacto con los fans, ¡es asombroso!, ¿verdad chicas?
-Es verdad, la adrenalina no tiene comparación y se bien mi ex intrépido líder trato de hacer algo así con nuestra banda, nada se compara a actuar con alguien exitoso.
-Gracias Santana… ¿agua? —dijo Kurt comenzando a repartir botellas a todos. Blaine se levantó y puso una bolsa de palomitas en el microondas.
-¿Qué tal tu Sam?, ¿la universidad de Lima?, fue lo último que supimos de ti.
-Eso, ¿Blaine me conto que ibas a postular? —pregunto Kurt sacando un par de tazones grandes donde poner frituras.
-Si, bueno, hable con mis padres y ellos me dijeron que harán lo posible por apoyarme, ya saben con todo lo de nuestra pobreza, pero si no es así, el comercial que hice me dio lo suficiente como para costearme yo todo.
-¿Y qué vas a estudiar?, ¿Cómo lidiar con una boca grande? —pregunto Santana poniéndose cómoda en el sofá.
-No… pensaba algo relacionado con Mister Schue.
-¿Porque los pelirrojos huelen a cobre? —pregunto Britt sentándose junto a su novia.
-No… —contesto Sam mirándola raro— quisiera… ser profesor.
-¡Sam!.. ¡eso es genial! —exclamo Blaine dejando el tazón con palomitas en medio de la mesa.
-¿Cierto que si? —añadió Mercedes acariciándole la espalda.
-Lo es… ¡obvio que lo es!, lo que no pudo lograr Finn, lo puedes hacer tu, nadie mejor para encargarse de las nuevas generaciones de Mckinnley —opino Kurt sentándose en una de las sillas
-Y luchar con Sue, que asumo que aunque ande con bastón y una bolsa para incontinencia seguirá siendo la directora —añadió Santana bebiendo agua.
-Muy cierto —agrego Mercedes apuntándola.
-¡Hola a todos! —dijo Artie entrando de lo más feliz.
-¡Artie! —dijo Sam como si no lo hubiese visto en años.
-¿Qué haces aquí? —pregunto Kurt olvidándose de sus modales de buen anfitrión.
-Bueno Mercedes me conto que vendría a New York, por lo que asumí que estarían aquí y pensé que sería bueno reeditar nuestras viejas reuniones —explico el aludido saludando a todos.
-Ahora sí que se arruinaron nuestros planes —murmuro Blaine mientras se acercaba a donde estaba su prometido.
-¿Es verdad que fueron a los Tonys? —pregunto Mercedes apuntando a los dueños de casa.
-No hablen de eso por favor, con solo pensar en las 20 categorías me sobreviene el dolor de cabeza—advirtió Santana tocándose las sienes.
-De hecho son 24 categorías —Santana abrió y cerró sus manos como si describiera a alguien que hablaba sin parar— y si Mercedes, tuvimos el privilegio de asistir este año, Blaine aquí consiguió invitaciones —agrego sonriéndole a su prometido— pero mejor cuéntanos, ¿qué hay de ti?... ¿”Señorita gira por los centros comerciales”? —pregunto Kurt haciéndole espacio a Blaine para que se sentara en el suelo entre sus piernas.
-¡Oh por Dios! —exclamo la chica— ¡todo ha sido tan genial que creo que estoy soñando!, ¿verdad chicas?
Santana y Britt hicieron un gesto de si con sus cabezas además de chocar palmas entre sí.
-¡Cuenten! —pidió Blaine tan entusiasmado como si él también hubiese estado en esa gira.
-Mejor que contar… ¡TENGO FOTOS! —dijo Mercedes seguido de un grito y un agitar de manos en el aire sintiendo que la emoción estaba a punto de desbordarla.
-¡Muéstralas mujer! —exclamo Artie apuntando el televisor.
-¡Eso!... —agrego Sam dando un aplauso.
-¿Dónde?...—pregunto Mercedes mirando a su alrededor, tratando de descifrar en donde podía mostrarlas a todos.
-Yo te ayudo —dijo Blaine haciendo el ademan de levantarse.
-No te preocupes, yo voy —advirtió Kurt poniéndose de pie primero —acompáñame Mercedes, el “Tablet” de Rachel se puede conectar sin cables al televisor… ¡es genial! —agrego haciéndole un cariño a su prometido en la cabeza antes de pasar por encima de él. Blaine sonrió para si y alcanzo a rozarle un par de dedos produciendo en Kurt otra sonrisa cómplice y coqueta.
-¿Dónde vas tú Britt? —pregunto Artie al ver a la chica levantarse también.
-Me encantan esos chocolates —respondió como si nada.
-Esos son “tobler…”... da lo mismo —dijo viéndola macharse.
Blaine continúo mirando a Kurt lo más disimulado posible, se tocó la cabeza donde este le había desordenado un poco el cabello y volvió a sonreír como si guardara el más precioso de los secretos.
-¡Oh!, ¡para por favor! —dijo Santana poniendo cara de asco.
-¿Qué? —pregunto Blaine cambiándose al asiento.
-¡Eso que acabas de hacer con “Lady Hummel”!, deberían dejarlo para la intimidad, todos lo vimos —repitió haciendo como que vomitaba allí mismo.
-Yo no vi nada —advirtió Sam encogiéndose de hombros y comiendo una cantidad extra grande de chips de papas.
-Tú nunca ves nada Sam, esa no es novedad.
-Yo tampoco… —dijo Artie levantando su mano.
-No sé de qué estás hablando Santana —respondió Blaine sonriendo aún más ampliamente al tiempo que comía un par de palomitas de a una.
-¿Te estás haciendo el inglés conmigo?
Blaine hizo una venia como si le diera autorización para hablar en una reunión. Sam y Artie los miraban de manera alternada como si presenciaran un partido de tenis.
-Está bien, diré lo que tengo que decir, porque a diferencia de todos ustedes yo digo lo que pienso, y en este caso es que odio que tú y “Lady Hummel” actúen como si no pudieran más de amor, acariciándose y mirándose a hurtadillas, como si fueran los dueños del romance o algo… asco —explico Santana haciendo el gesto de alguien que se quiere provocar el vómito con uno de sus dedos.
-No quiero alardear, pero creo que lo somos —dijo Blaine creyéndose una de las hermanas Brontë.
-Un momento amigo… —intervino Sam haciendo un gesto de alto con sus manos— allí debo estar en desacuerdo contigo y raramente de acuerdo con Santana… tú y Kurt no son los dueños del romance.
-¡Claro que sí!
-¡Al diablo que no! —replico Santana— “boca de trucha”, explícale… —agrego chasqueando sus dedos y apuntando a Sam.
-No creo que esta discusión lleve a algo —dijo Artie un tanto aburrido.
-¡Cállate “ETS”!, solo lo dices porque estas más solo que un dedo —respondió Santana dándole una mirada con desdén.
Artie abrió su boca para responder pero Sam le hizo un gesto de que el hablaría a continuación.
-Blaine, yo he hecho más de un par de cosas románticas para mis novias, incluyendo a… —explico moviendo sus cejas en dirección a donde Britt se encontraba. Santana blanqueo los ojos y negó con su cabeza.
-Les concedo que hayan hecho cosas románticas por sus novias, pero nadie nos gana a nosotros… es decir, ¡hola!… nos vamos a casar —termino por decir Blaine como si aquello pusiera fin a la discusión.
Santana soltó una risa como explosión y Sam lo miro como si aquello no pusiera fin a ninguna discusión en ninguna parte del mundo.
-¿Me permiten decir algo? —pregunto Artie levantando su dedo casi como si pidiera la autorización en un salón de clases
-No… —contestaron los tres.
-Yo sé cómo podemos arreglar esto… —dijo Santana entrelazando sus manos sobre una de sus rodillas.
-¿Como? —preguntaron Sam y Blaine al mismo tiempo.
-Con una apuesta.
-¿Una apuesta? —repitieron los tres al unísono.
-Sí, con una competencia, como las que organizaba Mister Schue… ¡pero sin canciones! —advirtió al ver que sus amigos ponían cara de estar pensando desde ya cual canción sería la más apropiada.
-¿Qué clase de competencia seria esa? —quiso saber Blaine acercándose más a la mesa de café y poniendo cara de intriga.
-Una que demuestre quien es el más romántico de todos, romántica en mi caso —contesto Santana poniéndose la mano en el pecho.
-¿Y qué haremos? —pregunto Sam adoptando la misma posición que su amigo.
-Pues cada quien hará algo por su otra mitad, algo que sea ultra romántico y que sea tangible, no quiero canciones, ni poemas, ni ninguna de esas estupideces.
-¿Tu y Mercedes volvieron? —dijo Artie que no encontraba forma de sentirse incluido en aquella conversación.
-Un regalo entonces —dijo Blaine haciendo con sus manos la forma de un cuadrado grande.
-¡Exacto!, excelente deducción “Señora Hummel” —sentencio Santana sonriendo como si ya hubiera ganado la competencia— ¿Qué les parece?
-¿Y que ganara el ganador? —quiso saber Sam imaginando un trofeo con forma de corazón o algo parecido.
-Pues ganara el respeto de sus pares y ser reconocido como el más romántico del grupo —explico Santana gesticulando con sus manos.
-¡Me apunto! —dijo Blaine levantando su mano.
-¡Y yo!… —agrego Sam haciendo lo mismo— un momento…—dijo poniéndose de pie y mirando hacia donde estaban Kurt y las chicas— ¿Quién decidirá quién gana? —pregunto bajando su voz.
-Artie lo hará… —respondió Santana apuntando a su amigo sin mirarlo siquiera.
-¿Qué?... —pregunto el chico como descolocado.
-¡Excelente! —exclamo Blaine mostrando sus pulgares arriba.
-¡Oigan! —insistió Artie maniobrando su silla.
-¿Mi adorado amigo Artie? —pregunto Sam dándole unas cuantas palmadas en la espalda, con tanto ímpetu que su silla se movió hacia un lado— ¡no podría ser otro mejor!
-¿Por qué creen que yo aceptare?, ¿acaso piensan que por que no tengo novia no tengo nada más que hacer en la vida?
-Tú lo has dicho —dijo Santana comiendo un par de papas.
-Pues sepan que estoy ocupado, ¡muy ocupado!… y no tengo tiempo para juegos, que perdonen que les diga pero lo que han organizado es peor que esa competencia de superhéroes que organizo Finn.
-Puedo hablar con Elliot, no es mi súper amigo, pero es muy entusiasta —propuso Blaine levantándose de la silla— estoy seguro y dirá que sí.
-Puedes decirle que traiga su guitarra, ¡el tipo es asombroso! —añadió Sam como si Santana no lo conociera.
-¡Nada de canciones dije!
-¡Oigan!... yo lo hare… no tiene que llamar a ningún Elliot —dijo Artie como si estuviera haciendo un sacrificio enorme.
-¿Seguro?... ¿Qué hay de todas esas cosas que tienes que hacer?
-Seguro Santana… —respondió mirándola fijo— además solo acepto porque para este desafío necesitaran a alguien con experiencia en tomar decisiones y que sepa actuar con imparcialidad, y puedo decir que mis múltiples trabajos como director me han dado...
-¡Tienes el trabajo piernas de rueda!, ahora cállate si no quieres que me quede dormida y me pierda el show fotográfico de Mercedes.
-¿Cuándo lo haremos? —pregunto Sam en voz baja al ver que el resto volvía a la sala.
-Mañana… —respondió Santana sonriéndole a Brittany.
-¿Dónde?
-Aquí obviamente…
-Perfecto… —dijo Blaine volviendo a su asiento y fingiendo normalidad.
-¿De qué hablan? —pregunto Mercedes con el “Tablet” de Rachel en sus manos.
-Hablamos…
-Hablamos de que mañana tendremos una cena —interrumpió Santana convencida.
-¿Por qué motivo? —pregunto Kurt devuelta mientras retomaba su lugar en la sala
-Porque es hora de halagar a las chicas de nuestras vidas —añadió sonriéndole a su novia— eso te incluye a ti “Lady Hummel”
-¿De verdad? —pregunto esta vez mirando a Blaine.
-Por supuesto, nos pusimos de acuerdo y Santana, Sam y yo queremos organizar algo para ustedes.
-¿Así nada más? —insistió Kurt sin convencerse que aquello no llevara a algún favor o pago de vuelta.
-Así nada más —agrego Sam— y sé que con Mercedes estamos en el “limbo” —Britt hizo el gesto de quien pasa por debajo de una vara bailando— pero eso no quita que pueda agasajarla con algo, preciosa “súper ventas” —termino por decir Sam, que ya creía estar anotándose puntos frente al juez de la competencia.
-¡Oh que lindo!... —exclamo Mercedes haciendo un puchero— ¿dónde será?, ¿cuándo será?
-Sera mañana, aquí y también asistirá Artie, esta tan solo que queremos evitar que cometa una locura como tragarse las bolsas de esa película horrible que hizo.
-Gracias Santana —dijo el chico frunciendo el ceño.
-¿Están de acuerdo? —pregunto Santana creyéndose encuestadora del gobierno.
-De acuerdo… —respondió Kurt de los primeros.
-¿Mercedes?
-¡“Hell to the yes”! —contesto como cantando.
-¿Tu Britt?
-¿Bailar “limbo”?… ¡obvio! —respondió al chica volviendo a hacer el paso.
-Todos entonces… ahora a ver fotos… —sentencio Santana dando una mirada a sus camaradas de plan. Sam se acomodó junto a Mercedes y esta lo quedo viendo como si ocultara algo.
Kurt se sentó sonriente al lado de Blaine y este le devolvió la misma mueca pensando en que sabía de sobra que regalarle y que de seguro lo haría ganador del reto del más romántico.

Marzo de 2018



-¡Señor Hummel-Anderson!, qué bueno que pudo venir…
-Buenas tardes Docto Jacobs —dijo Kurt asomándose en puerta.
-Buenas tardes… ¡pase, pase!... —respondió el doctor sentándose en su escritorio— ¿su esposo no vino con usted?
-No, tenía una reunión en su trabajo, no pudo venir… ¿por qué? —pregunto abriendo más sus ojos.
-Por nada malo, no se angustie, es solo que me hubiese gustado que ambos vieran esto —contesto mostrando un “flash drive” con el logo de la clínica de fertilidad.
-¿Qué es eso?
-Es la primera ecografía de su bebé… bueno la primera que vale la pena, por así decirlo.
-¿Vale la pena?—dijo Kurt con sus ojos puestos en el dispositivo.
-Sí, bueno, la primera era más para asegurarnos que el embarazo era viable y que realmente había un embrión allí dentro, pero esta —explico poniendo la unidad en su computadora— en esta podrán casi ver al cara de su bebé, es espectacular —agrego encendiéndolo.
-¡NO!...—exclamo Kurt estirando sus brazos como si quisiera mas agarrar al doctor por el cuello que el “flash drive” desde la computadora.
-¿Cómo? —dijo aparatándose como si creyera que Kurt lo iba  agarrar por el cuello efectivamente.
-Disculpe… —agrego auto calmándose— lo que sucede es que no quisiera ver nada, al menos no estando solo, es la primera imagen de nuestro hijo y quisiera que Blaine estuviese presente para verla —explico sonriendo una disculpa.
-¡Oh!, claro, lo entiendo… —dijo desconectando el aparato— tome... —añadió guardando el  dispositivo en una pequeña caja y luego en una bolsa que ya contenía un sobre— cualquier computador o televisor con entrada USB le servirá.
-Gracias doctor… —dijo Kurt mirando al bolsa como si quisiese abrirla allí mismo.
-Por nada, cualquier duda pueden llamarme, no lo duden.
-OK…
-¿Se encuentra bien?
-Si… es decir, me mata un poco la curiosidad… dígame doctor… —comenzó a decir Kurt mientras acariciaba la bolsa y su contenido— ¿Qué es lo que refleja este examen?
-¿A qué se refiere Señor Hummel-Anderson?
-A qué es lo que veremos… sé que por el paso del tiempo ya no será el “maní” que vimos en la primera ecografía…
-No, no lo será, el feto ya está desarrollado y es posible de distinguir la mayoría de sus rasgos, incluso sabemos que es…
-¿Qué…?... ¿es?... —repitió Kurt casi perdiendo el aire.
-Así es, la verdad es que no recuerdo si ustedes querían saber el sexo del bebé antes del nacimiento —dijo el Doctor Jacobs como si meditara a la orilla del mar— ¿me lo dijeron?— pregunto mirando a Kurt.
-No… no lo dijimos…
-¿Entonces?, ¿quieren saberlo?
-Sí, por supuesto que si, por más que he mandado cartas, “ZUTANO” se rehúsa a cambiar sus políticas de cambio de mercadería y créame que por muy lindo que sea un niño no se vería bien con una pollera cortada al bies.  
-¿Quién? —pregunto el doctor empequeñeciendo sus ojos, perdido desde que Kurt dijera  “ZUTANO”.
-Nadie… —agrego Kurt desdiciéndose.
-Ok… ¿desea saber algo?, ¿o prefiere remitirse al informe?
-¿Hay un informe aquí dentro? —pregunto mirando dentro de la bolsa.
-Por cierto, está el video de la ecografía tridimensional y una explicación escrita  del estado del bebé.
-¿Está bien verdad?, eso sí puede decírmelo sin que mi esposo este presente.
-Está perfecto, están descartadas todas las posibles cromosomopatías detectables en el primer trimestre, además la sustituta goza de excelente salud, todo está perfecto, estamos casi en presencia de una situación ideal.
-¿Casi?...
-Si, a medida que avanza el embarazo pueden presentarse problemas, pero yo lo descartaría de plano, dado que todo está bien hasta ahora, no hay porque pensar que no siga siendo así.
-Qué maravilla —dijo Kurt acariciando la bolsa como si fuese su bebé recién nacido.
-¿Alguna otra duda, Señor Hummel-Anderson?
-Ninguna… me voy a casa a ver esto con mi esposo —respondió Kurt poniéndose de pie y enseñando lo que le había dado el doctor, le estrecho la mano y se quedó con su mano de manera inconsciente mas tiempo de lo que las delicadezas sociales indicaban.
-¿Esta seguro que no quiere preguntar algo más?
-¿Cómo? —dijo Kurt aun con su mano estrechada en la del doctor.
-Algo más, pareciera que me quiere peguntar algo, pero…—pregunto el doctor mirando su propia mano.
-¿Qué es mi bebé?
-¡¿Quiere que se lo diga?! —exclamo el Doctor Jacobs como si en vez de una pregunta Kurt hubiese insultado a su propia madre.
-No… ¡No!... ¿Cómo se le ocurre?... —respondió Kurt soltándole la mano por fin— ¿usted lo sabe?, ¿verdad?
-Señor Hummel-Anderson, se lo dije al principio de esta conversación, si desea saber el sexo de su bebé, lo tengo aquí mismo… mire, “Bebé Hummel-Anderson” —indico señalando la pantalla.
-¡PERO NO QUIERO SABER! — exclamo Kurt tapándose los ojos.
-OK… creo que será mejor que se vaya… —dijo el doctor con la calma propia de un monje tibetano.
-Si… lo siento… ya sabe, es por el ansia de saber de mi hijo… o hija —insistió Kurt como queriendo que el doctor lo corrigiera en la opción incorrecta.
-Adiós Señor Hummel-Anderson, cualquier pregunta que tenga, no dude en llamarme.
-Muy bien —dijo Kurt retirándose, no sin antes mirar al doctor con suspicacia unas cuatro veces.

-Hola… —dijo Kurt abriendo la puerta.
-¡Bienvenido a casa! —respondió Blaine desde la ventana donde se encontraba mirando el atardecer en New York.
-¡Me encanta cuando dices eso! —exclamo dirigiéndose al baño para lavarse las manos y refrescarse de la caminata desde subterráneo.
-¿Qué cosa? —pregunto Blaine de vuelta, guardando su teléfono en el bolsillo y dirigiendo su voz hacia el baño.
-Darme la bienvenida… —contesto sonriendo y saliendo del baño esparciéndose crema en las manos— disimulando lo mas posible que no has visto mi cara a diario por últimos… ¿siete años? —dijo acercándosele.
-Nunca me cansaría de ver tu cara —dijo Blaine dándole un beso— hola…
-Hola… —respondió Kurt dándole un abrazo.
-¿Por qué tan contento?
-Mira lo que tengo… —dijo enseñando la bolsa que recogiera de la clínica.
-¿Las cuentas por vencer de este mes?
-NO… algo mucho mejor y que llenara nuestras vidas a partir de agosto de este año.
-¿Un par de deslizadores para la playa?
-¡No!... ¡Blaine! —exclamo cogiéndolo de la mano y llevándolo al sillón— sabes de que se trata, este logo de la clínica lo dice todo —agrego indicando el logotipo correspondiente.
-Lo se… solo estoy bromeando contigo —dijo soltando un suspiro.
-¿Qué sucede? —quiso saber Kurt al tiempo que sacaba el sobre con el informe y la unidad “flash drive” de su caja respectiva.
-Nada importante…
-¿Cómo que nada?, conozco de sobra todas tus caras y esa que tienes no es precisamente una de felicidad por lo que estamos punto de saber… ¿tiene algo que ver con tu reunión de esta tarde?—insistió conectando al unidad al televisor de la sala.
-No tiene nada que ver con la reunión, porque básicamente no hubo reunión.
-¿Cómo qué no? —pregunto volviendo al sofá.
-No…
-¿Sucedió algo?, ¿alguien se enfermó o ese tipo de cosas?
-Nadie.
-¡Blaine!... ¡tengo que sacarte siempre todo con tirabuzón!... ¡cuéntame! —exclamó Kurt dejando caer sus manos sobre sus piernas como un niño consentido lo haría al ver no cumplido sus caprichos.
-Lo que sucedió… —comenzó a contar Blaine con un dejo de tristeza en su voz— fue que Spencer me llamo cuando iba saliendo y me dijo que no era necesario que fuera  al reunión, ya que lo que se iba a tratar allí,  podía decirse  por teléfono.
-¿Y eso era…?
-Que “Insect Record” no quiere seguir trabajando conmigo y que no renovaran para un tercer disco.
-¿Qué?
-Lo que oíste… —dijo Blaine mirándolo a medias.
-¿Por qué?
-Kurt, ambos sabemos porque.
-¿Por lo de las ventas?, ¡eres un artista nuevo!, ¿qué querían?,  que vendieras un millón de copias o algo —quiso saber Kurt molestándose con la intransigencia que parecía tener  el mundo de la música.
-No creo que tanto… pero al menos si una cantidad que les permita recuperar la inversión que hicieron en publicidad y en editar el disco, después de todo es un negocio como cualquier otro —explico Blaine echando su cabeza hacia atrás en el sofá.
-Vaya…—agrego Kurt rascándose la cabeza— explícame… ¿eso quiere decir que…?, ¿quedaste sin trabajo?
-Básicamente si… aunque… seguiré percibiendo el porcentaje de los discos que se vendan, solo que no tengo que volver para grabar otro.
-¿Qué hay de los conciertos que ya tenían programados?
-También se harán… —contesto Blaine restregándose la cara— creo que estaremos aún más cortos de presupuesto que antes.
-Es da lo mismo, nos las arreglaremos, lo que importa aquí eres tu… ¿estás bien? —pregunto comenzando a acariciarle el cabello de la frente.
-Lo estoy… no caeré en la autocompasión de ultima vez, me rehusó a ello… pero… lo que si no puedo evitar es… sentirme un fracasado.
-No eres un fracasado Blaine… eres alguien sumamente talentoso que lamentablemente no se ha encontrado con la persona correcta en el momento justo, pero ya lo harás… estoy seguro que si—aseguro Kurt dándole un beso en al frente.
-¿Eso crees?
-¡Por supuesto que sí!... y debes confiar en mí, ya te dije una vez que soy más viejo y más sabio.
-Un momento… ¿Kurt Hummel tratándose de viejo?... ¿tan mal quedo mi cabeza luego del fracaso, que estoy escuchando cosas?
-No, tu cabeza esta perfecta… y es Kurt Hummel.-Anderson… no lo olvides —indico enseñando su anillo.
-Nunca podría…
-¿Qué puedo hacer para cambiar esa carita? —dijo acariciándole las mejillas y el mentón.
-Háblame de cualquier otra cosa… ¿Qué es esto por ejemplo? —respondió Blaine tomando la caja del dispositivo electrónico.
-Es la primera ecografía de nuestro bebé… bueno no la primera, pero si la primera que vale la pena, no como esa que vimos en la oficina del Doctor Jacobs en la que ambos fingimos que sabíamos lo que veíamos y en realidad no vimos nada… en cambo esta… —añadio tomando el control del televisor— esta es tridimensional y todo.
-¡Veámosla entonces!… —dijo Blaine acomodándose en el sofá— ¿y este sobre?
-Ese es el informe, pero no te preocupes todo está bien, la sustituta está en perfectas condiciones y algo sobre los cromosomas de nuestro bebé también.
-¿Los cromosomas ella o los del bebé? —quiso saber Blaine abriendo el sobre y sacando el par de hojas del informe.
-Del bebé, él es el importante la otra persona me da lo mismo.
-Pues debería importante, mal que mal cargara a nuestro hijo por seis meses más —advirtió Blaine comenzando a leer.
-¡Ay!,  si me importa… ¡Dios la bendiga y todo eso!, lo que digo es que la prioridad aquí es Lizzie…
-Claro… un momento —exclamo Blaine incorporándose  en menos de un segundo— ¿ya sabemos que es…?, ¿qué será…?, ¿Lizzie? —pregunto entre sorprendido y feliz.
-No… bueno, el doctor lo sabe, y yo le dije que queríamos saber… pero ahora no se en realidad,  ¿queremos saber?
-Yo si… ¿tú no?
-Pues no se… —respondió volteándose hacia su esposo en medio del sofá— me encantaría la sorpresa, pero también me gustaría saber de antes.
-¿Esta aquí ese dato? —pregunto Blaine indicando el informe.
-No, dijo el doctor que lo llamáramos.
-¡Llamémoslo! —exclamo Blaine levantándose para tomar el teléfono.
-¿Estás seguro?
-Kurt… obvio que si, yo quiero saber que será nuestro bebé, para comenzar a comprarle pelotas futbol.
-Si es una niña no querrá esos regalos —aseguro Kurt poniendo caras.
-Pero si es un niño si… creo que hay una tienda online que vende ropa deportiva para bebés—dijo Blaine mirando el techo como si quisiera recordar si existía aquella tienda.
Kurt se levantó de su asiento y le quito el teléfono de las manos, corto la llamada y se le quedo viendo un instante.
-¿Qué fue eso? —pregunto Blaine un tanto descolocado.
-Antes que averigüemos necesito saber algo.
-¿Lo de la tienda?
-No… necesito saber que prefieres que sea nuestro bebé, sé que me dirás “siempre que sea saludable da lo mismo lo que sea”, pero esa frase es una farsa de la primera a la última letra, todos tienen su preferencia, y quiero saber al tuya.
-Me da lo mismo…
-Mientes…
-No, si tiene tu sonrisa, me da lo mismo lo que sea.
-¿De verdad? —pegunto Kurt mirándolo de medio lado un poco derretido por el piropo oculto que le había dicho su esposo.
-¡De verdad!
-¿Qué hay de todo eso de los deportes que mencionaste?, no se lo podrás dar si tenemos una niña.
-¿Quién dice que no?, hay ligas femeninas de casi todos los deportes, incluso en la WWE.
Kurt continúo mirándolo como si no creyera ninguna de sus palabras.
-¿No me crees?... dime tu entonces —dijo acercándosele.
-¿Decirte que?
-¿Qué prefieres tú?, ¿niña o niño?
-Yo no prefiero nada, solo quisiera que tuviera esos ojos infinitos tuyos.
-Eso sí que es una mentira y lo sabes… dime…
-Ya dije…
-Dime la verdad.
-¡Bien!... yo prefiero que sea una niña… para hacerle muchos peinados y salir de compras con ella y hablar de galanes de cine y todo.
-Pues si es una niña y hereda tu gusto para vestir… ¡será popular! —dijo Blaine como cantando sus últimas palabras.
-¿No me odias? —dijo Kurt volviendo junto a su esposo al sofá.
-No, ¿por qué habría de hacerlo?
-Por preferir que sea una niña, ¿qué tal si no lo es?, pensaras que rechazo a mi propio hijo.
-Nunca pensaría eso… y sé que lo amaras más que nada, sea lo que sea… ¡ahora pon esa súper ecografía tridimensional!—pidió Blaine señalando el televisor— yo llamare al doctor.
-Muy bien —dijo Kurt manipulando el televisor desde el control remoto, pendiente de los gestos que hacia su esposo al hablar con el doctor— ¿Qué te dijo? —pregunto poniendo pausa.
-Dijo… que es… un niño…
-¿Un niño? —repitió Kurt a punto de soltar el llanto.
-Así es…—contesto Blaine emocionándose también.
-¿Es Henry entonces?
-Si, si olvidaste eso de llamarlo Taylor, por supuesto que lo es.
-¡Blaine! —exclamo levantándose para darle un abrazo.
-Lo sé… —dijo este recibiéndolo junto a él.
-¿Estas…?, ¿estas llorando? —pregunto sin darse cuenta que también soltaba un par de lágrimas.
-Si… lo siento….
-¿No querías una niña o sí? —dijo recogiéndole las lágrimas con sus besos.
-No, es… es solo que hace menos de media hora me sentía el más fracasado de los hombres, y ahora… Kurt, me has hecho tan feliz que creo que nada más importa—dijo Blaine refugiándose de nuevo en los brazos de su esposo.
-Nada más importa Blaine… nada mas —repitió Kurt dándole más besos.

Julio de 2014




-No espíes…—dijo Blaine mientras llevaba a Kurt desde el dormitorio hasta la ventana que daba a la escalera de incendios.
-No lo hago… además esto que me pusiste no me deja ver nada aunque quisiera —respondió este moviendo sus cejas, como si con ello pudiera correr el pañuelo con el que estaba vendado.
-Pues ese es su propósito.
-¿Dónde me llevas?
-¿Cómo no vas a saber?, vives aquí, podrías recorrer este apartamento con los ojos cerrados.
-Pues solo sé, que me llevas… ¿cerca del cuarto de Rachel?, que, apropósito, si estuviera aquí ya habría puesto el grito en el cielo.
-Pues no está, por lo tanto… cuidado… un armario.
-Definitivo, estamos en el cuarto de Rachel… ¿Qué clase de fantasía es esta?
-Ninguna… —respondió Blaine soltando una pequeña risa— es por donde debes salir y debía traerte vendado para que no espiaras lo que ya llevaba adelantado en la sala —añadió mientras le quitaba el pañuelo de los ojos.
-¿Llevas un delantal? —pregunto Kurt haciendo un puchero y mirándolo con ternura.
-Así es, también estoy vestido como tú, por lo tanto…—respondió Blaine estirando su delantal en la parte de la pechera.
-Te ves tan lindo… —dijo repitiendo el gesto con su boca.
-Gracias…—respondió coqueto.
-Tan lindo…—repitió dando un par de pasos en su dirección— que me dan ganas a mi de tener una fantasía con este cuarto.
-¡Solo estas tratando de espiar! —exclamo Blaine tomándolo por los hombros para moverlo hacia el lado contrario de donde estaba mirando.
-¿Por qué crees que no espíe nada mientras me estaba vistiendo? —dijo arreglándose el cabello.
-Porque cuando te estas vistiendo no tienes ojos para ninguna otra cosa que no sea tu hermosa humanidad, ahora sal por ahí —indico Blaine apuntando la ventana que daba al rellano de la escalera de incendios
-¿Tengo que esperar allá afuera? —pregunto Kurt poniendo caras de desagrado.
-Obvio… se supone y es una sorpresa… vamos —contesto Blaine haciéndole una venia con la cabeza para que saliera por la ventana.
-Estoy vestido elegantemente —señalo Kurt apuntándose de pies a cabeza.
-Yo igual… vamos… —insistio abriendo la ventana.
-¿Y solo yo debo salir por aquí?
-Si quieres subimos a la azotea, luego bajamos los pisos correspondientes por la escalera de incendios y entonces yo entro por esta ventana.
Kurt hizo una mueca como que aquello seria una gran idea, pero la sonrisa de príncipe de cuento que le regalo Blaine a cambio lo hicieron rendirse de inmediato y aceptar sus condiciones sin decir mas.
-¡Bien! —exclamo levantando los brazos— saldré, pero no quiero estar solo por mucho tiempo —advirtió apuntándolo— y… —insistió como devolviéndose— si te demoras entrare igual.
-No me demorare, Sam y Santana deben estar por llegar, por lo tanto no estarás solo por mucho rato y con ellos ayudando no me demorare tanto tampoco.
Kurt se le quedo viendo un instante y miro por encima del hombro de su prometido para ver si podía distinguir algo de lo que estaba preparando, Blaine se dio cuento de ello y termino por salir casi obligado.

-Hola Kurt… —dijo Mercedes tratando de hacerse un espacio en la improvisada “sala de espera”
-Hola… ¿también te mandaron para acá? —preguntó dándole un beso.
-También… —respondió limpiando sus pantalones y mirando a su alrededor como si aquel lugar no fuera uno apropiado para una diva.
-¿Pudiste averiguar algo de lo que se trata todo esto?
-Nada… ¡oh por Dios!, Sam es el ser más reservado con los secretos… aunque tengo mis armas debo decir, pero como estamos en el “limbo”, como bien lo describiera él, no quiero abusar.
-¿Prepararon sus pasos chicas? —preguntó Brittany saliendo por la ventana como si hiciera una contorsión de circo.
-¿Qué?... —pregunto Kurt levantando una ceja.
-Sus pasos… ya saben… —insistió la chica meneándose como si escuchara “Limbo Rock” de Chubby Checker.
-Otra vez… ¿Qué? — repitió Kurt aprovechando de mirar hacia adentro del departamento.
-Cree que lo del limbo es el baile… no le hagas caso —dijo Mercedes mirando a su amiga arquearse hacia atrás como si estuviera hecha de goma.
-¡Oh!… tienes razón… Britt, ¿Santana te dijo de que se trataba todo esto?
-De una cena… —respondió convencida.
-¿Solo una cena? —insistió Kurt mirándola fijo.
-¿Y un baile de limbo?… —agrego mirándolo de la misma forma.
-No conseguirás nada Kurt, mejor esperemos la sorpesa que nuestros hombres prepararon para nosotros —advirtió Mercedes dándole un par de palmadas en la espalda.
-Si mejor… —dijo Kurt acercándose al barandal— ¿igual es emocionante?, ¿no creen?
-¡Totalmente!
-Estoy seguro que fue idea de Blaine, es tan romántico que llega a ser increíble —advirtió Kurt juntando sus manos a la altura de su corazón.
-¡Un momento amigo!, Sam también es enormemente romántico.
-Igual que Santana, una vez lleno de flores el salón de ensayos para que yo volviera con ella.
-Esa fuiste tu Britt… —corrigió Kurt mirándola con displicencia.
-¡Ah claro!… —agrego la chica volviendo a hacer el paso de baile.
-En fin… —dijo Mercedes moviendo su cabeza como si quisiera despejar una idea de su mente— solo espero que sea entretenida y sorprendente.
-Creme que Blaine siempre hace cosas entretenidas y más que sorprendentes —insistió Kurt reforzando la idea de que todo el plan había salido de la cabeza de su prometido.
-¿Por qué insistes en eso Kurt?, esta bien que las flores las haya puesto yo, pero la cabeza de Blaine tiene tanto gel que no creo que haya podido salir nada de ella.
-En eso estoy de acuerdo con Britt —agrego Mercedes apuntando a la chica, esta levantó los brazos como si hubiera ganado alguna competencia de atletismo.
-¿Por qué se ponen asi?, no es mi culpa que mi prometido sea mejor que las citas de ustedes.
-¡¿Qué?!... —exclamo Mercedes— ¡eso en tus sueños cariño! —agrego chasqueando sus dedos.
-Lord Tubbington siempre sueña que caza a Mickey Mouse y le quita los pantalones antes de comérselo, no puedo ver el canal Disney si él esta presente —acoto Britt tocándose el cabello como si examinara sus puntas una por una.
Kurt la miro un instante y luego volvió a retomar la conversación.
-Muy bien, dime algo que haya hecho Sam por ti que sea tan espectacular como… ¡no sé!, la propuesta de matrimonio que Blaine me hizo —dijo Kurt enseñando su anillo.
-Una vez lleno la sala de velas y fue cuando me dijo que respetaba mi decisión, lo que fue más romántico que cualquier otra cosa en el mundo.
-Blaine se cambio de escuela solo para estar cerca de mi —rebatió Kurt acercándose a Mercedes con las manos en la cadera.
-Sam me regalo una estatua de San Valentín, en el día de San Valentín —respondió Mercedes aproximándose de la misma forma.
-¿No era un “Rey Mago” pintado de rojo?
-¿Qué?...
-Blaine me invito a hospedarme en el Plaza una semana completa —contó Kurt volviendo al debate de acciones románticas.
-¿Hace cuanto?, ¿un millón de años? —dijo la chica repitiendo el gesto con sus dedos.
-No… solo hace dos.
-Dos, un millón… ¿qué mas tienes Hummel? —pregunto Mercedes con sus manos en la cadera.
-¡Ay ya no discutan!, el concurso definirá quién es el más romántico de todos.
-¿El qué? —preguntaron ambos mirándola.
-El concurso… Santana me contó que hicieron una apuesta de quién es el más romántico y Artie decidirá quién gana.
-¿Qué?... —dijo Kurt sin creer nada.
-¿Sam también? —añadió Mercedes como si Sam fuera incapaz de caer en aquellas frivolidades de juegos y apuestas.
-También él…
-Pero… ¿de qué estas hablando?, ¿ese es el propósito de toda esta cena?, ¿una estúpida apuesta? —dijo Kurt sin poder creer tampoco que Blaine se prestara para algo así.
-Así es, pero tranquilícense mujerzuelas —dijo Brittany poniéndose entre ambos para abrazarlos— pronto se sabrá quien es el ganador.
-¿Tú sabes todo?, ¿verdad? —pregunto Kurt tratando de zafarse del abrazo.
-Obvio, Santana me lo contó.
-Cuéntanos entonces —pidió Mercedes apartándose también.
-Pero no puedo… se supone y es un secreto.
-Nosotros no se lo diremos a nadie… cuéntanos… —insistió Mercedes dándole a su amiga unas palmaditas maternales en la mano.
-¡Tus manos son tan blanditas!… me recuerdan a los panes daneses —dijo Britt sonriendo.
-¡BRITT! —exclamo Kurt perdiendo al paciencia.
-Esta bien, se supone y los tres nos harán regalos y de acuerdo a como reaccionemos nosotros, Artie decidirá quien es el más romántico.
-¡Vaya! —exclamo Kurt mirando hacia adentro— ¿qué demonios se creen?, ¿qué nos pueden utilizar para sus ridículas apuestas?, y… ¿que premio se llevará el que venza?, si me dices que entradas para algún juego soy capaz de saltar desde aquí mismo.
-No… creo que solo ser nombrado el más romántico del grupo.
-Pues no te creo, estoy seguro que hay entradas para algo involucradas.
-Tal vez es solo eso Kurt, una afrenta por orgullo o algo.
-¡Peor aún!…
-¿Cómo va a ser peor? —pregunto Mercedes agudizando su voz.
-¡Por que sí!... ¡ok! —contestó Kurt ya molesto con todo el mundo.
-Muy bien…
-Tengo una idea… —agrego Kurt dando un aplauso como si un plan maquiavélico se le hubiera ocurrido.
-¿Idea? —repitió Mercedes mirándolo de medio lado.
-Deberías de ir a la MIT, ellos son locos por las ideas —acoto Britt apuntándolo.
-Tal vez en otra ocasión… —dijo mirando a su amiga— lo que se me ocurrió es que nos venguemos de ellos.
-¿Vengarnos?, ¿Por qué?
-Si Kurt, ni siquiera sabemos que nos darán…
-¿Por qué actúan así?, ¿no les molesta eso de la apuesta?
Las chicas fruncieron sus bocas como demostrando que a ellas no les incomodaba tanto como para urdir una venganza.
-¡Pues a mi me molesta!, así es que me seguirán el juego y punto… lo que haremos será fingir desinterés cuando nos entreguen esos regalos.
-¿Desinterés?
-Si Britt, desinterés, bostezar o poner cara de ácido, cualquier cosa servirá —dijo Kurt gesticulando lo dicho. Britt saco su lengua y arrugo la nariz como si hubiese chupado dos limones enteros.
-¿Qué tal si Sam me regala una joya?
-¿O Santana un auto?…
-Pues aunque Blaine me regale el “Edith Head ivory necklace” de Elizabeth Taylor, fingiría un bostezo tan grande que terminaría por tragármelo a él y al collar —sentencio Kurt casi no pudiendo más de frustración— ¿están conmigo señoritas? —agrego poniendo su mano estirada delante como para sellar el pacto de venganza con sus amigas.
-¡Pero si harán lago lindo por nosotros?, ¿Por qué habremos de fingir que no nos importa?, no quisiera hacer que Sam se sintiera mal —dijo Mercedes poniendo cara de pena.
-¿Cómo puedes actuar así Mercedes?, ellos apostaron utilizado nuestros sentimientos, ¡despabílate mujer! —exclamo Kurt dándole un empujón gracioso.
-¿Sabes qué? —dijo la aludida como si hubiera pensado mejor su decisión— me uno… ¡a darles con el látigo de la indiferencia! —agrego poniendo su mano sobre la de su amigo.
-¿Britt?
-No lo sé… Santana se esforzó mucho para cómprame algo, estuvo todo el día en el centro comercial.
-¿El centro comercial?… vaya si se esforzó —murmuro Kurt por lo bajo— si no quieres no te unas, pero debes prometer que no dirás que nos dijiste a nosotros lo de la apuesta —advirtió apuntándola.
-“Prometo lealtad a la Bandera de los Estados Unidos de América, y a la república que representa, una Nación bajo Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos”— dijo Brittany recitando el “Pledge of Allegiance” ante la mirada atónita de sus amigos.


-Vaya “Señora Hummel”, si que tiene creatividad para estas cosas —dijo Santana al ver lo que Blaine ya había arreglado en la mesa de la cocina.
-Bueno, no quiero repetirlo pero… —respondió dándose ínfulas de nuevo de ser el más romántico del mundo.
-¿Vas a empezar?, mira que retiro todo lo dicho, ademas con ese delantal no puedes pretender que alguien te tome enserio —agrego Santana mirando a Britt que se echaba hacia atrás como si se preparara para el salto con garrocha. Blaine miro su atuendo y encogió los hombros en respuesta.
-¿No ven para acá? —preguntó Sam haciendo una seña.
-No, ese vidrio o está sucio o está empavonado, pero te aseguro que no se ve nada hacia adentro, o hacia afuera, dependiendo del lugar en que te encuentres —explico Blaine mientras ponía servilletas de género en cada uno de los puestos.
-¿Dónde esta Artie? —quiso saber Sam como si recién cayera en la cuenta de que el juez de la competencia aún no había llegado.
-No lo sé, ¿tal vez acostándose con alguien? —respondió Santana poniendo unos platos grandes en los lugares asignados— ¿Qué es esto? —añadió tomando unos cuadrados pequeños de acrílico con un resorte y una pinza diminuta en la punta.
-Esos —respondió Blaine sacando de un sobre fotos de cada uno en tamaño de pasaporte— son marcadores de lugares, ¿ves? —dijo poniendo una de las fotos en la pinza, para ubicar los marcadores al lado de cada una de las copas luego.
-No se te escapan detalles, ¿no es asi “cabeza de gel”?
-No, y si vas a llamarme de alguna forma prefiero “Señora Hummel” —advirtió Blaine continuando con la organización.
-Nuestras mujeres… y Kurt, ¿no saben de esta apuesta o sí?
-Yo no he dicho nada —se adelanto en decir Blaine mientras seguía con el orden.
-Ni yo… —agrego Sam levantando su mano.
-Yo se lo dije a Britt —sentencio Santana como si nada.
-¡¿Qué?! —exclamaron los chicos al unísono.
-Vaya… otra versión de los gemelos Wincklevoss, ¿”Lady Hummel” sabe de esto?”
-¡Santana!, ¿se lo dijiste a Britt? —insistió Blaine acercándose a la chica.
-Si, bueno, ustedes no conocen a Britt es una maga para sacar información, creo que esa educación de genio que recibió esos meses la llevaron a tener una súper mente que adivina el pensamiento—respondió la chica apuntando su propia cabeza.
-¿Por qué se lo dijiste?, habíamos quedado que era algo entre nosotros —recordó Sam mirando hacia la escalera de incendios.
-¡Ay no se preocupen!, ella no dirá nada, hizo el juramento a la lealtad patria cuando se lo pedí.
Ambos al miraron desconfiados.
-¡Hola!… —dijo Artie entrando al departamento.
-Hola…—respondieron los tres sin mirar al recién llegado.
-Vaya, no esperaba encontrarme con este ambiente, pensé que estarían mas entusiasmados con la apuesta que esta a punto de llevarse a cabo.
-Santana le contó a Britt todo, lo de la apuesta, el premio que se llevaría el ganador, los regalos… ¡TODO! —exclamo Sam con sus manos en la cadera.
-¡Santana!, ¡qué diablos mujer! —dijo Artie mirándola ceñudo.
-Ya di mis explicaciones, no las repetiré.
-Creo que merece que le descuenten puntos —sentencio Blaine cruzándose de brazos al lado de Sam.
-¡SI!...—corroboro este chocando los cinco con su amigo.
-¡Cállense “Blam”!, nadie descontara nada, además aunque así sea, el regalo que traje es tan extraordinario que me hara la ganadora indiscutida de todas formas —aseguro la chica dejando el orden para dejarse caer en el sofá.
-Aunque no sabia que esta apuesta involucrara el conteo de puntos, creo que aceptare la petición de los muchachos, era esencial que respetaras la confidencialidad —sentencio Artie señalando a los chicos. Blaine y Sam volvieron a chocar sus palmas abiertas.
-¿Van a seguir con eso? —preguntó Santana levantando sus cejas— mejor terminen el orden ya estoy hambrienta.
-Creo que ya esta todo listo, solo falta… que esto termine de cocinarse —dijo Blaine abriendo la puerta del horno.
-¿Podemos tomar alguna cosa antes?, digo para hacer el ambiente romántico —advirtió Sam enderezando su corbata.
-Lo que sea, solo quiero que me entreguen mi título —sentencio Santana desde el sofá.
-Entonces, apagaré el horno e iré por los invitados —dijo Blaine quitándose el delantal que vestía y haciendo lo que describiera.
-¿No tienes que meter la cabeza al horno de nuevo “cabeza de gel”?
Blaine movió uno de sus brazos hacia atrás como para que Santana terminara de callarse de una buena vez, dejo el delantal sobre uno de los muebles de la cocina y se dirigió a la ventana para anunciar al resto que todo estaba listo y dispuesto.

Enero de 2035




-¿Te desperté?...
-Hola… —dijo Kurt al otro lado del teléfono con voz media adormilada.
-Hola... ¿estabas durmiendo? —pregunto Blaine medio preocupado— ¿te llamo más tarde?, ¿cuando suba al avión?
-¿Qué?... ¡no!, nada de eso… estaba medio durmiéndome, pero ya no…—respondió soltando una cantidad extra de aire.
-¿Por mi culpa?
-No, además ya había despertado, creí escuchar llorar a Noah, pero al parecer no era nada—respondió Kurt enseñando el “baby monitor”, como si Blaine estuviera a su lado en la cama.
-¿Tan pequeñito y ya dando problemas el recién llegado? —quiso saber Blaine dando una inflexión a su voz, como si se quitara 100 años de pereza en un solo estiramiento.
-No, ningún problema, es el mejor de los bebés, aunque creo que se muere de ganas de conocer a su “Papáblen”, ¿dónde estás?
-Saliendo del “Max-Schmeling-Halle”, camino al aeropuerto, ¿tú?
-¿Cómo que donde estoy?, ¿qué clase de pregunta es esa Blaine Anderson-Hummel?
-No lo sé, como es la primera noche en años que estas por tu cuenta, pensé que habías salido a divertirte, ya sabes como un “viudo por giras”.
-¿”Viudo por giras”?, ¿esa es una expresión de Alemania que aprendiste?
-No… —respondió Blaine riendo al tiempo que se subía a la camioneta que lo llevaría a él y al resto de la banda de vuelta al aeropuerto.
-Pues no vuelvas a utilizarla, soy demasiado joven para estar viudo, además el negro me queda fatal.
-Esperare un par de años entonces… ¿estas acostado?
-Si, estoy aquí… en nuestra cama, que siempre se hace gigante cuando no estas conmigo —respondió Kurt entre risueño y remolón.
-¿Me extrañas?
-¡Obvio que si!, ¿acaso tú no me extrañas a mi?, ¿a tu fiel y siempre fabuloso esposo?
-Como si me faltara el aire.
-¿Qué tal tu último concierto?, ¿salió todo bien?
-Más que bien, la productora quería programar un tercero, pero me negué rotundamente, los fans estaban desquiciados, creo que el de este sábado era solo para los más alocados.
-¿No estaban esas chicas exhibicionistas?, ¿o si?
-No… es decir no lo sé, había mucha gente, todo con esa adrenalina que me encanta.
-El que encanta sin duda eres tú Blaine Anderson.
-Gracias…, ¿cómo están nuestros otros hijos?
-Están bien, se acostaron temprano, aunque lo nieguen y se crean invencibles, igual se cansan con tanto viaje.
-Claro… —dijo Blaine dando un bostezo.
-Igual que tú, estas mas que agotado, recuerdame de nuevo, ¿qué hora es allá?
-Pues son las 6 de la mañana, el vuelo sale en dos horas, la productora se encargo de los instrumentos, así que yo solo debo preocuparme de mi pasaporte y de mi guitarra, que bien sabes que no dejo y nadie la toque.
-Obvio que si… ¿a que hora te espero aquí entonces?
-¿Dentro de 8 horas?, si alguien no secuestra el avión o algo por supuesto.
-¿De nuevo buscando excusas para no volver?, estoy pensando que lo haces porque sabes todos los pañales por cambiar que te esperan aquí en New York.
-Adoro cambiar pañales y lo sabes…
-Pues espero y siga siendo así, te llevo dos días de ventaja por lo tanto, todos los que vienen te corresponden a ti... ¿esa fue una instrucción en alemán?—pregunto Kurt escuchando la voz que anunciaba las salidas y llegadas en el aeropuerto “Berlin-Tegel Otto Lilienthal”
-Si, acabo de entrar al aeropuerto… un momento chicas.
-¿Qué fue eso?
-Unas fans que quieren tomarse una foto conmigo.
-¿Están vestidas?, ¿no son las exhibicionistas que estaban afuera del hotel?
-No, por supuesto que no.
-¿Estas seguro?, ¿dónde están ellas?, si no las viste en el concierto es muy probable que te hayan seguido al aeropuerto.
-No lo sé Kurt, tal vez las arrestaron por ofensas a la moral o algo.
-Esta bien, te creo y cuelgo entonces, para que atiendas a tus fans y hagas el “Chek-in”, además ahora sí que Noah esta llorando.
-Puedo escucharlo… ¡vaya pulmones!
-Si que los tiene —dijo Kurt levantándose de la cama— apuesto lo que quieras a que este sí que se dedicara a cantar cuando sea mayor.
-Lo mismo dijiste de Henry y ya vez que solo piensa en edificios.
-Te lo estoy diciendo, y si bien me equivoque con la vocación de Henry, no me equivoque con Lizzie, sola quiso entrar en ese taller de teatro de la escuela.
-Cobrare esa apuesta, no creas que no Kurt Hummel-Anderson.
-Hazlo… ten cuidado, ¿si?
-Lo tendré…
-Y aliméntate… ¿comiste algo después del concierto? —pregunto Kurt mientras se ponía algo de ropa de abrigo sobre el pijama.
-No, pero asumo en el avión me darán algo.
-Claro, comida de avión, ¡super nutritiva!…
-¿Confío en que un delicioso desayuno me estará esperando entonces?
-Apuesta tus mejores partes a que si.
-Te amo Kurt…
-¿Aún?.. ¿a pesar que ya tenemos tres hijos y estemos cerca de celebrar nuestras bodas de “Porcelana”?
-Te amaría aunque tuviéramos 20 hijos y estuviéramos cerca de cumplir los 100 años de casados.
-¡Ah!.... galante como siempre… aunque no sé para que el conteo de años de matrimonio llega hasta los cien, ¿quién puede cumplir 100 años casado?
-No sé, pero alguien debió haberlos cumplido, por algo las bodas de “Hueso” son una realidad.
-Pues ese nombre es bastante horrible, además… pero… ¿qué sucede con este niño?
-¿Con quién?
-¡Con Noah!… acaba de callarse de nuevo.
-¿Seguro?...
-Pues no se escucha nada… tal vez este aparato venía fallado —dijo Kurt dándole golpes al “baby monitor”— culpo al vendedor que nos atendió en “Giggle” y que estaba mas pendiente de ti que de otra cosa.
-O tal vez lo que esta pasando no tiene nada que ver con el aparato ese, que por cierto dudo y tenga alguna falla, sino que con que nuestro nuevo bebé es tan inteligente que encontró la forma de auto consolarse.
-Si, defiende a tu novio, mejor lo voy a ver.
-Esta bien… te amo…
-Lo sé… un beso…
-Otro para ti —dijo Blaine cortando la llamada.
Kurt termino la llamada también soltando un suspiro tan hondo como la distancia que en ese momento lo separaba de su esposo, tiró el teléfono sobre la cama y volvió a tomar el “baby monitor”, le dio otro par de golpes con tanto ímpetu que terminó por tirar las baterías en el piso de la habitación, decidió terminar de abrigarse y averiguar en persona que estaba sucediendo, repitiendo para si que establecería un reclamo formal contra la tienda que le vendió los monitores y en especial contra el vendedor coqueto que los había atendido.
Se dirigió al cuarto de su hijo recién nacido cruzando el pasillo, evitando de tropezar con el equipaje de todos que estaba por doquier. Abrió la puerta con sigilo y se encontró con su hijo mayor que tenía al bebé en sus brazos, lo mecía de un lado a otro con mimo y Kurt creyó escucharlo cantar un par de notas de la canción que Blaine le había escrito para él hacia más de 15 años.
-¿Henry?... —dijo Kurt entrando a la habitación.
-Papá… Noah estaba llorando, pensé que estabas durmiendo —respondió el chico casi susurrando sus palabras.
-Lo estaba, es decir no dormido, pero sí me había recostado un instante —agrego acercándose a ambos.
-Pues deberías dormir, ¿no tienes que ir al teatro a primera hora mañana?
-Eso es el lunes cariño…—respondió acariciándole la cabecita al bebé.
-¡Oh!... lo siento, estoy medio perdido con los días, atravesar el atlántico no es bueno para ningún reloj interno— aseguro Henry haciéndole cariño a su hermano en una de las manitos.
-No hay problema… creo que todos somos víctimas del “jet-lag”, ¿hace cuanto que estas aquí? —pregunto Kurt comenzando a ordenar un poco las cosas del bebé.
-No hace mucho, lo escuche llorar y vine de inmediato, lo conforte como dice ese libro que encontré…
-¿Libro?... ¿cuál libro cariño?
-Uno sobre crianza de bebés que encontré en la biblioteca de la escuela, tiene todo lo que un hermano mayor debe saber, aunque la Señora Braswell se me quedo viendo raro cuando lo saque, quizás que pensó —explico Henry al tiempo que se sentaba en la mecedora del rincón.
-Pues que piense lo que quiera, ¿has tenido tiempo de leerlo?
-Un poco, por eso hice lo que decía en relación a como actuar cuando lloran.
-¿Y eso es…? —pregunto Kurt como si hubiera criado a dos niños ya.
-Tratar de consolarlo sin sacarlo de la cuna para que sepa que todo esta bien, y resultó, pero luego que quise retirarme, volvió a llorar así es que comencé a cantarle mi canción y eso pareció calmarlo de nuevo —contesto Henry mirando a su hermanito casi embobado.
-Te escuche cantar… —dijo Kurt ordenando los productos de aseo que habían quedado dispersos luego de la muda— y tienes una voz muy bonita, y si quisieras… aun estas a tiempo… de… cambiar de opinión y pensar en NYADA o Julliard para el año entrante.
-¡Papá! —exclamo Henry como con un grito ahogado.
-Lo sé… lo sé cariño es tu decisión y si Blaine estuviera aquí, ya me estaría haciendo gestos para que dejara esta obsesión que tengo con que alguno siga nuestros pasos.
-Al menos Lizzie se esta interesando en el teatro —dijo Henry como buscando un consuelo para su Papá.
-Al menos, pero como dice Blaine, lo importante es que sean felices.
-Pues yo lo soy, mas que nadie —dijo Henry besando la frente de su hermanito.
-No sabia que te gustaran tanto los bebés —agrego Kurt mirándolo y sonriendo con ternura.
-Me gustan… cuando nació Lizzie teníamos casi edades parecidas y no pude cuidarla ni arrullarla como me hubiera gustado, pero ahora, ahora me desquitare con Noah.
-Serás un excelente Papá… ¡muy en el futuro por cierto! —advirtió Kurt poniendo cara de amenaza.
-Lo sé, no te preocupes, eso no esta en mis planes, ¿hablaste con el “Papáblen”?
-Hable… —respondió Kurt semi sentándose en la cajonera de junto— estaba por tomar el avión, así es que ya mañana estará aquí con nosotros, si es que a ese grupo de fans enloquecidas que esperaba por un autógrafo, no les de por secuestrarlo.
-No creo que eso pase… —advirtió Henry sonriendo.
-¿No las viste en las afueras del hotel?, créeme que la gente hace cosas bastante extrañas en los países extranjeros.
-¿Pudo ver las fotos? —pregunto el chico riendo por lo bajo y pensando que sus padres eran lo mejor del mundo.
-¿Puedes creer que me dijo que no lo llego ninguna?, creo que su teléfono esta fallando.
-Debe estar ansioso entonces.
-Lo está, ademas de agotado, esta deseando conocer a esta hermosura —contesto Kurt dándole un toque a su bebé en la cabecita.
-¿Se tomara un descanso?, ¿antes de empezar a trabajar en su siguiente álbum?
-Espero que sí, si yo puedo tomarme un par de semanas de licencia “paternal”, asumo y él también.
-¿Puedes hacer eso?
-Claro, con Blaine lo hicimos cuando nació tu hermanita.
-¿Y cuando nací yo?
-Cuando naciste tú, recién estábamos empezando en nuestras carreras y no pudimos tomarnos ni un día, pero ahora que es posible, nos tomaremos los necesarios.
-Y yo me alegro que puedan hacerlo… —dijo Henry moviéndose un poco en la silla como si le hubiera dado un calambre generalizado.
-¿Estas bien cariño?
-Si es solo… se me durmió la pierna —respondió un tanto compungido.
-Dámelo… —pidió estirando sus brazos y tomando a su hijo, lo acuno un instante y luego lo dejo despacio en su cuna. Noah siguió durmiendo si enterarse de nada y Kurt no pudo evitar quedarse un instante admirándolo.
-No puedo descifrar aún a quién se parece mas, si a ti o al “Papáblen” —dijo Henry acercándose a su Papá cojeando de un pie.
-¿De que estas hablando?, no hay nada que descifrar, es extremadamente guapo, es todo Blaine —respondió Kurt arreglando los cobertores— ¿Qué? —pregunto al ver que su hijo mayor se le quedaba viendo.
-Nada… es solo que si el “Papáblen” estuviera aquí y yo hubiera hecho el mismo comentario, él habría respondido que no habia nada que pensar y que el bebé era tan guapo como tú.
Kurt sonrio pensando en Blaine y en que esa seria su respuesta sin duda alguna.
-Bueno…—dijo carraspeando un poco de vergüenza— creo que por admiración mutua no nos quedamos— añadió sin quitar los ojos del nuevo integrante de la familia.
-Yo no diría admiración, diría que se aman por sobre todo.
-¿Y que opinas de eso? —quiso saber Kurt mirando a su hijo un tanto hacia arriba.
-Creo que es genial, y que eso los hace ser los mejores padres del mundo, y este pequeñito no pudo nacer en un mejor lugar —contesto Henry inclinándose para besar a su hermano.
-Gracias hijo… y sabes que el amor llegara tu vida también.
-Lo sé… igual no pienso mucho en eso por ahora —dijo Henry haciendo una mueca de desgano.
-Solo en edificios —acoto Kurt tomándolo del brazo.
-¿Qué no es posible dormir en esta casa? —quiso saber Lizzie entrando en el cuarto de su hermano tan despeinada que parecía y había sido atrapada por 3 huracanes en el camino desde su cuarto.
-¿Y que es lo que te impide dormir? —preguntó Kurt de vuelta haciéndole el gesto de silencio para señalar al bebé después.
-¡Todo este!… todo este alboroto —contesto bajando su voz al mínimo— ¿no ven que la luz de este cuarto llega toda al mío?, ¡hola! —añadió señalando las habitaciones correspondientes.
-Duermes con tu puerta cerrada “Rizzie”, ¿cómo te va a molestar al luz?
-No se…—respondió la chica encongiendose de hombros al tiempo que trataba de darle un orden a su cabello— ¿cómo esta mi hermanito preciosito y pequeñito? —pregunto olvidando la molestia del insomnio.
-Está muy bien, durmiendo plácidamente, cosa que ustedes harán de inmediato —dijo Kurt haciendo un gesto de quién desaloja un lugar extra concurrido.
-Pero… ¡yo acabo de llegar!... ¡hola! —exclamo Lizzie casi murmurando al advertir de nuevo la seña de que guardara silencio por parte de su Papá y hermano mayor.
-Pero acabas de decir que no puedes dormir y estas muerta de sueño, ademas Blaine llegará en 7 horas y treinta minutos y me gustaría que desayunáramos todos juntos.
-¡Oh el “Papáblen”!, lo extraño… ¡Te amo “Papáblen”! —grito la chica olvidando que su hermanito precisaba el mayor silencio posible.
-¡Lizzie! —dijo Kurt quedándose como congelado en espera de un grito de Noah.
-Creo que no se despertó Papá —advirtió Henry acercándose en punta de pies a la cuna de su hermano— no… —repitió haciéndole cariño en la pancita de todas formas.
-Muy bien… ahora a dormir, los dos —insistió Kurt parado en la puerta del cuarto del bebé, recibió dos besos de buenas noches nuevamente de parte de Henry y Lizzie y los miro hasta que ambos desaparecieron en sus respectivas habitaciones, echo un vistazo otra vez al pequeño Noah pensando que si su hijo mayor creía que el amor correspondido que sentía por su esposo, lo hacía ser el mejor de los padres, el sentía que aquel amor, lo había llevado a conseguir lo que siempre añoro, tener la familia mas perfecta del universo entero.