[Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO

holaa estuvo re bueno el capítuloo
nos vemos en la proxima :)

me encantooo!! britt tan posesiva!! jaja super celosa al igual que san!! las adoro!! besos!!!

3:) "morí,... me encantan los celos de britt y lo posesiva que se pone con san jajaja
irene le hizo pagar a britt "el engaño" a noelia jajajaj"


-// Si Brittany es muy posesiva y San igual :3 Irene le dio a probar de su "propia medicina" a Britt jajaj :P

Micky Morales "jajajajajajajajaja estuvo de lo mejor, como siempre!"


-// Gracias :)

Patri_glee "holaa estuvo re bueno el capítuloo
nos vemos en la proxima :)"

-// Gracias :)

Tatymm "me encantooo!! britt tan posesiva!! jaja super celosa al igual que san!! las adoro!! besos!!!"

-// Ambas son posesivas y celosas jajaja Besos

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Capitulo 43: Crazy Life





A la mañana siguiente, tras haber pasado una larga noche de pasión, cuando Brittany se marchó a la base, sonó el portero automático de la casa. Santana, que estaba sentada mirando un correo en su portátil que su representante Max le había enviado de la Paramount Pictures, se levantó y al abrir la puerta, las hermanas de Brittany entraron como una tromba en la casa. Al verlas sonrió. Ella tenía razón. Ya estaban allí.

Menos mal que llevo la peluca y todo lo demás pensó al verlas.

—Hija de mi vida, anoche nos dejaste preocupadas. Esa hermana mía a veces se comporta como un patan —murmuró Irene mientras le plantaba un par de besazos en la cara.

—Hola guapa —saludó Lizzie y después Eva que la besuquearon una tras otra.

Entraron directamente en el salón, se quitaron los abrigos que dejaron sobre una de las sillas mientras Santana buscaba rápidamente con la mirada las gafas y se las ponía.

—¿Qué tal? ¿Todo bien? — preguntó Irene con una gran sonrisa.

—Sí bien... —respondió Santana.

Elizabeth sentándose con su bebé en los brazos, miró a Santana y sin darle tiempo a pensar sonrió abiertamente,

—¿De verdad que todo va bien entre Brittany y tú?

—Si.

—¿Pero Todo... todo? —insistió Eva.

Santana volvió a asentir.

—Pues si.

—Uff... ¡Cuanto me alegro! —aprobó Irene tomandola de la mano para sentarla a su lado—. Anoche cuando las vimos a las dos discutir pensamos ¡Oh...oh... la que se va armar! Parecían muy enfadadas. Pero bueno, por lo que vemos han hecho las paces ¿verdad?

Al recordar aquel momento Santana sonrió y entendió el porqué de las preguntas.

—Sí. Tranquilas. Ya está todo solucionado.

—Ay, benditas reconciliaciones. Aún recuerdo yo cuando mi Carlos y yo nos reconciliábamos tras una de nuestras tontas trifulcas. Su manera de mirarme y como luego me sonreía, me volvía loquita perdida.

Eva, divertida por el chorreo de palabras de su hermana mayor, miró a Santana y le guiñó el ojo. Ambas sonrieron.

—Por cierto —dijo Lizzie sacándose un pecho para dar de mamar al bebé—. Nos ha dicho Eva que eres personal shopper. Qué trabajo más alucinante, ¿no?

Vaya... como vuelan las noticias pensó Santana.

—Mierda, Lizz... ¿tienes que sacarte la teta en cualquier lado? Ayer igual. Estábamos en el médico y ¡zas!, teta fuera.

—¿Qué quieres que haga si le toca comer ahora? —se defendió Lizzie—. Piensa que ahora soy como una central lechera. Produzco y debo suministrar si no quiero explotar, y no me apetecía sacarme la leche con la máquina infernal que me regalasteis —rio al recordar el sacaleches que utilizaba para dejar comida a su bebé cuando salía.

Irene sonrió ante las ocurrencias de sus hermanas y trató de reconducir el tema.

—Ay, hija, yo porque me explicó Lizzie qué era eso, porque no tenía ni idea de que existiera un trabajo así. ¿En serio que trabajas yendo de compras?

—Sí.

Con gesto indescifrable la curiosa hermana de Brittany volvió al ataque.

—¿De verdad que otros te pagan para que tú les vistas y les aconsejes sobre qué es lo que mejor les queda?

—Sí.

—Se lo dije, pero no me creyó—cuchicheó Eva, observan do con curiosidad el portátil color blanco de última generación que había abierto sobre la mesa.

—Es que me parece tan ridículo pagar a otros para que te vistan que ¿cómo iba a creerte?

Santana, al percatarse de hacia dónde se dirigía la mirada de Eva, y recordar que tenía abierto el email de Max, su agente, donde le hablaba sobre la película de la Paramount, se levantó con rapidez, se apoyó en el portátil y, disimuladamente, lo cerró.

—No me seas tonta Irene —protestó Lizzie—. Igual que tú pagas a Ulche, la chica rumana para que te limpie la cocina una vez al mes, otros pagan a personas como Noelia para que les aconseje sobre qué deben llevar.

—Pero pagar a alguien para que te ayude en la casa es más normal que pagar a alguien para que te diga qué te tienes que poner. Y oye... no te pases ni un pelo que yo de paleta tengo lo mismo que tú de santa ¿eh?

—Ok... Ok... —rio Lizzie besando a su bebé.

Eva, divertida por la conversación entre ambas, asintió y dijo:

—A ver, Irene. Esto es como todo en la vida. Es la ley de la oferta y la demanda. Hay quien busca personal doméstico para ayuda en el hogar y otro tipo de gente, digamos un poco más adinerada que no tiene tiempo para compras, contrata a un personal shopper como Noelia. Entiendo que a ti te parezca ridículo pagar para que alguien te diga lo que has de ponerte, pero para ciertas personas no lo es.

—Tienes toda la razón —asintió Santana al pensar en Clive Olsen, su asistente.

—Pero vamos a ver —insistió Irene—, ¿De verdad me estás diciendo que tu trabajo es ir de compras con quien te contrate?

—Si —asintió odiando tener que mentir.

—¡Qué maravilla! —se carcajeó Lizzie.

—Entonces —dijo Irene—, el famoso pianista que nos dijo Eva que estuvo en el parador, ¿te contrató para comprar aquí en Lujan?

—A ver como te lo explico—suspiro Santana mientras ideaba una mentira creíble—. Ese pianista tuvo un par de conciertos en Buenos Aires y allí fue donde hicimos las compras. Después vinimos a conocer el parador, él se marchó y yo me quedé unos días.

—Será muy moderno lo que cuentas, pero me parece ridículo ¡muy ridículo! --suspiró Irene.

—Te entiendo Irene, pero el mundo funciona así.

Al ver como su hermana Eva la miraba para que callara, volvió a decir para arreglarlo.

—A ver Noelia... no me parece ridículo tu trabajo. Todo el mundo tiene derecho a trabajar, pero...

Consciente de que el mundo en el que se movía Irene nada tenia que ver con el suyo, Santana la cortó y dijo:

—Escucha Irene. Mi trabajo consiste en estar siempre al tanto de las tendencias de la moda y saber recomendar. Me ocupo de la imagen de mis clientes, y en el caso de algunas mujeres, de su maquillaje, peinado o complementos. Incluso a veces si mi cliente no tiene tiempo para ir de tiendas, estudio su perfil, y soy yo quien compra lo que luego él, o ella, se vaya a poner.

Durante un rato las cuatro mantuvieron una animada conversación sobre aquel trabajo, cuando de pronto se escuchó:

—Jujuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu... My love, el divino George Clooney al celular. ¡Quiere hablar contigo! ¿Querrá hacerte una proposición indecente?

Las mujeres miraron hacia la puerta del salón donde apareció un Kurt recién salido de la ducha, vestido con un albornoz de Brittany, una toalla enrollada en la cabeza perfectamente colocada y el móvil en la mano.

Sorprendidas por aquella inesperada aparición Irene y Lizzie miraron a Santana que levantándose rápidamente para ponerse junto a aquel dijo:

—Les presento a mi primo Kurt  —y mirando a la hermana menor indicó—: Eva, tú ya le conoces, ¿verdad?

—Sí. Hello, guapetón —sonrió esta divertida mirando a sus hermanas.

—Nena, qué mona has venido hoy —saludó.

Al ver como aquellas miraban las pintas de su primo, Santana intervino con rapidez.

—Él y yo trabajamos juntos de personal shopper y fuimos los encargados de comprar y aconsejar al pianista.

Sin perder un segundo, le quitó el teléfono de la mano, con la esperanza de que ninguna hubiera reparado en el nombre de George Clooney. Antes de desaparecer por el pasillo dijo:

—En seguida vuelvo.

Kurt al quedar a solas con aquellas desconocidas que le miraban como a un bicho raro, suspiró e intentando parecer natural, se acercó a Eva, la besó y luego mirando a las otras dos mujeres dijo:

—Pueden llamarme Kurtie, me gusta mucho más.

Irene, boquiabierta, por ver a aquel hombre casi en paños menores ante ellas, apartó la vista, pero al ver que aquel se agachaba para besarle en la cara, tuvo que corresponderle.

—Kurt,  la que te mira con cara de susto es mi hermana mayor, Irene —indicó Eva muerta de risa. Sabía que cuando su hermana le conociera se quedaría sin palabras.

—Sí... sí soy la mayor. ¿Conoces a Brittany verdad?

Kurt, poniendo los ojos en blanco, murmuró:

-Oh, sí querida... la conozco. I love Brittany. Es very...very divine.

—Yo soy Lizzie, otra hermana de Brittany.

—Encantado ladíes—Y clavando su mirada en el bebé dijo—: Por el amor de Dios. ¿Qué es eso que te chupa un pecho?

—Mi búho particular—respondió divertida.

Inmediatamente ambos se enzarzaron en una conversación sobré embarazos, estrías y cremas reafirmantes, mientras Irene se recuperaba de la impresión. Cinco minutos despues cuando Santana regreso al salón tras hablar con su amigo George escuchó a su primo decir:

—Dejenme que les diga que tienen una sister muy estupenda.

—¿Una qué? —preguntó Irene todavía patidifusa por la forma de hablar y de moverse de aquel. Nunca había conocido a nadie tan peculiar.

—Una hermana —aclaró Eva.

Las hermanas de Brittany al ver entrar en el salón a Santana cruzaron una mirada con ella y Eva preguntó con curiosidad:

—¿Hablabas de verdad con George Clooney?

Santana agarrando a su primo del brazo le obligó a sentarse y respondió con naturalidad:

—¡Ojalá! Ya me gustaría a mi conocerle.

Kurt reaccionando con rapidez murmuró:

—Y a mí... y a mí, pero no. Es un amigo que es tan divine que le hemos bautizado como el Clooney.

—Es guapísimo –respondio con emoción Santana.

—Mucho. Muy divinón —finalizó Kurt.

Tras escuchar aquello, Eva les miró extrañada. Ella había estado buscado por Internet la página web de la empresa que regentaban aquellos dos, y por más que buscó no encontró fashion Victim. Iba a comentarlo cuando Lizzie atacó:

—¿Entonces los dos trabajan juntos?

Los primos se miraron.

—Sí. Desde hace años se puede decir que somos inseparables —respondió Santana.

Irene, escaneando de arriba abajo a Kurt preguntó boquiabierta:

—¿Tu también aconsejas sobre moda?

—Oh, sí querida ¡me encanta! En cierto modo me considero un fashion victim.

—¿Qué es eso? —volvió a preguntar Irene.

Kurt, quitándose la toalla mojada del pelo, sacó un peine de púas dorado del bolsillo del albornoz y mientras se peinaba su pelo color pistacho indicó:

—A ver, para que me entiendas. No soy fiel a ningún diseñador. Me vuelve crazy comprarme de todo y a veces compró más de lo que necesito. Me encanta que todo el mundo sepa que llevo lo último de Gucci, y lo próximo de Dior. Oh my God ¡adoro la moda!

Al ver que Eva sonreía, pero ninguna de las otras decía nada clavó su mirada de nuevo en la mujer que le había preguntado y dijo antes de que Santana le pudiera frenar:

—Por cierto, y esto te lo digo en confianza. Ese peinado que llevas te hace very... very mayor. Ese ahuecado no se lleva desde hace lustros, y si me dejaras aconsejarte podría conseguir que parecieras por lo menos diez años más joven, simplemente cambiando tu look. Por cierto, ¿dónde compras los trapuchos tan terriblemente feos que llevas?

La cara de Irene era todo un poema. ¿Quién era aquel tipo tan desagradable? Santana al ver aquello, acercándose a su primo siseó:

—Kurt, cierra tu boquita ¡ya! ¿Alguien te ha pedido opinión?

Lizzie, divertida por todo lo que escuchaba, soltó una risotada y mirando a su hermana que aún estaba boquiabierta indicó:

—¿Lo ves? Te lo dijimos Eva y yo hace tiempo.

—Ese peinado no te favorece nada, Irene —señaló Eva—. Te hace mayor, y...

—No me interesa tu opinión —cortó aquella.

Pero Lizzie, sin darse por vencida, prosiguió tras dejar a su bebé sobre el sillón. Conocía cosas de la vida de su hermana, e intuía que desde hacía bastante tiempo le faltaba emoción.

—¿Recuerdas lo que hablamos el otro día con Noelia en la cocina de papá sobre renovarse o morir? Pues creo que ha llegado el momento de renovarse querida hermanita. Y si podemos contar con la ayuda de Noelia y Kurt, pues mejor que mejor ¿no crees?

Irene reaccionó, la miró y con gesto de enfado gruñó:

—Soy una madre de familia respetable, no una modernucha como ustedes. Para mi edad estoy estupenda, y no quiero cambiar. Mi vida está muy bien romo esta.

—Y una malhumorada —gruñó Lizzie—. Si hemos venido aquí es para que Noelia te aconseje y ahora no te echas para atrás.

—¿Que yo la aconseje? —preguntó Santana.

—Sí —asintió Eva con seguridad—. Irene necesita un cambio. Su vida últimamente no es la mejor del mundo y necesita avivar la chispita en Carlos.

—¿Se han vuelto locas? ¿Desde cuándo aireamos los trapos sucios fuera de casa? —gritó indignada la mencionada.

—No estoy aireando nada. Solo he dicho que necesitas avivar la chispita de tu matrimonio o... —dijo Eva.

—Te he dicho que no necesito esa ayuda. Yo estoy muy bien como estoy y no necesito aparentar lo que no soy. Pero ¿por qué queréis que cambie?

Sin darle tregua Lizzie le dijo:

—Porque lo necesitas, porque eres una persona joven y, en cambio no lo aparentas.

Santana y Kurt sorprendidos por aquella trifulca entre hermanas se miraron y este último preguntó con curiosidad:

—Pero bueno, querida ¿cuántos años tienes?

Al escuchar aquello Irene pensó en no contestar, pero finalmente carraspeó y cuchicheó:

—Cuarenta y dos, y a mucha honra.

Como si le hubieran dicho ciento veinte, Kurt se llevó las manos a la cara y gritó ante el desconcierto de su prima:

—Por-el-amor-de-my life. Pero si yo te echaba veinte más. Oh no... eso no puede ser, Darling, un poco de glamour in your life no te vendría mal.

Santana fue a parar aquello cuando Irene gritó mirando a sus hermanas:

—¡¿Qué pretenden?! ¿Que parezca una actorucha de Hollywood con vida pecaminosa e irreal? —aquello sorprendió a Santana—, ¿O acaso pretenden que me ponga un pendiente en el ombligo cómo llevas tú?

—Ahora no lo llevo —se defendió Lizzie , pero en cuanto mi cuerpo vuelva a ser lo que fue, me lo volveré a poner. ¿Y sabes por qué? Porque me gusta y porque me gusta gustar, ¿has oído bien?

—La sarta de tonterías que tengo que escuchar, ahora que eres madre —protestó su hermana mayor.

-Ok. Soy madre soltera pero no tonta. Me gusta el sexo, me gustan los hombres y me gusta gustar. Y eso, querida hermanita, me seguirá gustando siendo madre o no. ¿Te enteras?

—Sí... si ya te vi cómo tonteabas con el municipal ese —le recriminó.

—Enfádate todo lo que quieras, pero creo que a Carlos un cambio en tu apariencia le encantaría. Irene... es un hombre —insistió Eva—. Tú imagen es antigua y por lo visto no soy la única que lo piensa.

—¿Y tú qué tienes que hablar de mi marido Eva María?

—Yo nada —suspiró su hermana—. Solo que Carlos es un hombre y estoy segura de que le gustaría verte guapa y diferente. Chica, un poquito de morbito y atracción no os vendría mal. Además, no me digas que no te gustaría que te ocurriera algo emocionante y altamente estimulante con él, en cualquier lugar, y...

—Yo no soy una libertina como tú o ella. Yo soy...

Lizzie molesta por aquel comentario, escudriñó a su hermana y siseó:

—Sí... tú eres la santa de la familia ¡Santa Irene! Y te vamos a canonizar cuando la palmes. Oh Dios. ¿Por qué tendrás que siempre tan negativa? Necesitas un cambio y punto, o dentro de poco tu bigote será más largo que el del tío Juan.

—Oh... las cosas que tengo que escuchar—refunfuñó aquella, mientras se tocaba el labio superior. ¿Tanto bigote tenía?

—Vamos a ver, Irene —protestó Eva—. Te pasas media vida quejándote porque Carlos no te mira, y ahora que te proponemos que te actualices exteriormente como mujer, y le enseñes tu potencial ¿también protestas? Ya, a ti no hay quien te entienda.

Esto es un desastre pensó Santana al ver como aquellas se enfadaban, pero fue a hablar cuando su primo se le adelantó.

—Stop… Stop... Stop...—exigió Kurt y mirando a la malhumorada hermana mayor indico:— Querida, para estar divina y actual ¡no hay edad! Puedes ser una mamá respetuosa y un bombón de mujer. Puedes ser una woman respetable y una mujer divina.

—Pero...

—No hay peros, ni excusas. Soy un profesional y tú necesitas un extreme makover.

—¿Un qué? —preguntó Irene.

—Un cambio radical —asintió aquel—. Si no he oído mal tus sisters creen que necesitas un cambio in your life y fíjate my love, yo no te conozco, pero solo con verte pienso como ellas. Eres muy joven querida para parecer la abuela de cualquiera de ellas. Pero ¿no lo ves lady? Puedes ser una woman espectacular. ¿Por qué te lo niegas?

Irene metiéndose la mano en el bolsillo de su chaqueta granate, sacó un pañuelo y se lo llevó a la nariz.

Pensar en Carlos, su marido, le hacía llorar. Desde que tuvieron a la pequeña Ruth, apenas la miraba. Prefería irse al bar a echar la partidita con sus amigos a pasear con ella o ir simplemente al cine, como hacían antes. Tras sonarse y secarse las lagrimillas de los ojos, miró a aquel desconocido y preguntó:

—¿Por qué hablas tan raro?

—¡¿Yo?! Oh my God si yo hablo divinamente el spanish.

—Pues metes cada patada al diccionario que me dejas sin palabras.

Ahora el desconcertado era Kurt. Santana al ver la cara de Kurt, respondió adelantándose:

--Es que mi primo tiene una particular manera de hablar. Digamos que habla espanglish. Mezcla el español con el inglés, y eso se debe a nuestro trabajo. Y aunque creas que somos unos entrometidos, si quieres nuestra ayuda para cambiar en algo, aprovéchate del momento. Aquí nos tienes.

Irene, tras cruzar una mirada con sus hermanas sonrió, y mirándoles murmuró:

—De acuerdo. Quiero volver a ser guapa y sorprender a mi Carlos. ¿Pueden ayudarme?

—Sí—dijeron al unísono los implicados.

—¡Genial! —aplaudió Eva.

—Bravo ¡ya era hora! —rio Lizzie — llamare a mi amiga y le diré que iremos a visitarla. Ya veras que cosas más chulas tiene en su tienda de ropa y a unos precios impresionantes.

Durante un rato hablaron sobre compras, trapos, cremas y Eva, al fijarse de nuevo en el reloj que Santana llevaba, dijo:

—Me encanta ese reloj. Te lo dije ya una vez, pero es que es precioso.

Santana sonrió y Kurt saltó:

—Es un glamuroso Limelight de la marca Piaget inspirado en la alta costura con diamantes talla grande engastados. ¿Como no va a ser precioso?

—¿Lo dirás en broma no? —insistió Eva al escucharle.

—Pues no, reina. Ese reloj es magnifico, además de un símbolo del glamour.

Eva, sorprendida por lo que le decía, y en especial por lo que esos relojes costaban se acercó aún más y mirándolo de cerca preguntó:

—¿De verdad que es un Piaget de pata negra?

Santana al darse cuenta de su error, pellizcó a su primo para que se callara y actuando como solo ella sabía hacer sonrió y dijo:

—No, claro que no. Es una estupenda imitación, pero ¿a que parece auténtico?

Eva aún sorprendida asintió y cuando fue a responder su hermana Lizzie preguntó:

—Por cierto, su empresa de personal shoppers ¿cómo se llama?

Santana y Kurt se miraron, y este último rápidamente y sin pensar contestó.

—Crazy Life, vamos para que nos entendamos, Vida loca.

Todos sonrieron, excepto Eva. No recordaba que Noelia le hubiera dicho aquel nombre. Pero decidió olvidarlo y centrarse en planear junto al grupo el maravilloso día de compras que les esperaba en unos días. Tenían mucho que hacer.

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BUENO UNA VEZ MAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR :)
UN NUEVO CAPITULO VERE SI EN ESTOS DIAS PUEDO VOLVER A PUBLICAR UNO DOBLE
ESPERO LES GUSTE!
BUEN FIN DE SEMANA!
BESOS HASTA LA ACTU<3

me encanta la curiosidad e irene por saber si todo salio bien,... obvio que iba a salir bien jajajaj
me muero de risa cuando se juntan las hermanas de britt con san y ahora kurt!!! jajaja son un desmadre,....
mmmmm a eva le falta poco para atar cabos de quien es noelia!!!

aaaaaaaaaaawwww me mato el cap pero con Eva fisgonendo la mentira de san se hace debil y kurt es un tarado por que no mide palabras y culpa de el van a aumentar los lios para san besos!!

Las hermanas de Britt con San son unicas hahahaha y Eva esta ahi nomas de descubrir. Crazy life hahaha Saludos :*

esa hermana de britt esta sobre la pista sin saberlo, me choca la gente fisgona!

"me encanta la curiosidad e irene por saber si todo salio bien,... obvio que iba a salir bien jajajaj
me muero de risa cuando se juntan las hermanas de britt con san y ahora kurt!!! jajaja son un desmadre,....
mmmmm a eva le falta poco para atar cabos de quien es noelia!!!"

-// Obvio que iba a salir todo bien si Britt sabe como reconciliarse o que hacer para reconciliarse con San ;) las hermanas de Britt y los primos juntos son una locura :P y si Noelia/San no se cuida seguro que Eva la descrubrira!

Tatymm: "aaaaaaaaaaawwww me mato el cap pero con Eva fisgonendo la mentira de san se hace debil y kurt es un tarado por que no mide palabras y culpa de el van a aumentar los lios para san besos!!"

-// Pues si Eva esta cada vez mas cerca y no va a parar hasta descubrir! Besos

Melany Gleek: "Las hermanas de Britt con San son unicas hahahaha y Eva esta ahi nomas de descubrir. Crazy life hahaha Saludos :*"

-// jajaja si Santana tiene una verdadera Crazy Life con todos lo que hace y Eva tras ella! Saludos :*

Micky Morales: "esa hermana de britt esta sobre la pista sin saberlo, me choca la gente fisgona!"

-// Somos dos, a mi tambien me molesta esa clase de gente y la hna de Britt no descanzara hasta descubrirla!

HOLA MUCHAS GRACIAS POR COMENTAR<3
HOY DE NUEVO VUELVO CON LOS CAPITULOS DOBLES :)
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Capitulo 44: Que estamos haciendo?






El 24 y 25 de diciembre todos se reunieron para cenar y comer en la casa familiar y la reunión fue todo un éxito. Santana convenció a Kurt para que las acompañara, aunque tuvo que pelear con él para que se pusiera algo discreto, mientras Brittany como siempre sonreía ante la locura y el excentricismo de aquel. Antes de salir hacia la casa de Manuel, Santana le recordó a su primo aquello que su abuela siempre le decía: «Sé tú mismo, pero no asustes a los demás». Por lo que Kurt intentó ser moderado en sus actos.

Manuel estaba encantado de que fueran más invitados de los que esperaba y se emocionó al tener a Noelia de nuevo entre ellos. El abuelo Goyo se quedó sin palabras tras conocer a Kurt. No le quitó el ojo de encima en toda la noche. Aquello no pasó desapercibido para nadie y todos temían que el abuelo, de un momento a otro, soltara alguna de las suyas, pero no, sorprendiéndoles a todos no lo hizo. Fue discreto, aunque todos sabían lo que pensaba, incluido el observado.

Aquella noche tras una divertida y exquisita cena en la que lo pasaron a lo grande, Kurt se marchó de juerga con Eva. Ambos tenían ganas de tomarse una cervecitas y bailar. Santana y Brittany regresaron solas a casa. Tras saludar a una efusiva Jenny, Brittany tomo una botella fresca de champán de la nevera, dos copas y entre risas y besos subieron a la habitación. Una vez allí, la joven rubia dejó lo que llevaba en las manos sobre la mesita y abriendo un cajón sacó algo y dijo:

—Toma morenita. Papá Noel, ya sabes, ese señor gordo vestido de rojo que baja por las chimeneas, ha debido de pensar que has sido buena y dejó algo para ti.

Con una deslumbrante sonrisa ella lo tomo y abriendo su trolley, que estaba en un lateral de la habitación, sacó otro paquete y  se lo entregó.

—Vaya que casualidad. El mismo señor gordo pensó que tu habías sido buena también y dejó esto para ti.
Ambas sonrieron y se sentaron con sus respectivos regalos sobre la cama.

—Tu primero hermosa —insistió Brittany con ternura.

Divertida, y emocionada porque ella hubiera tenido tiempo de comprarle algo a pesar de los horarios de su trabajo comenzó a abrirlo. Lo primero que vio fue un perfume de Loewe, una cajita de la misma marca y un CD de música.

—Sergio Dalma -- susurró encantada.

—Sí. He visto que lo escuchas muy a menudo, y como veo que te gusta más que AC/DC o Metálica te lo compré para que lo escuches en tu casa —al ver que ella sonreía Brittany prosiguió—. En cuanto a los otros regalos, recuerdo que el día que fuimos de compras dijiste que una de tus tiendas preferidas era Loewe, ¿verdad?

Feliz asintió y al abrir la pequeña cajita se quedó sin habla hasta que ella dijo.

-Ok... no es un súperregalo de esos a los que estás acostumbrada, pero es algo que yo me puedo permitir.

—No digas tonterías Brittany por favor.

Al ver su ceño fruncido la besó y susurró.

—Me he vuelto loca pensando qué regalarte. Al principio pensé un Porsche rojo, pero luego imagine que una estrellita como tú ya tendrías alguno.

—Dos. Rojo y azul—asintió sorprendiéndole.

—¿Lo ves? —sonrió encantada—. Sabía que lo tendrías. Por ello al final pensé que un llavero de Loewe con las llaves de mi casa podría gustarte —y mirándola a los ojos murmuró—: Espero que mi casa y mi compañía te gusten tanto como tu marca preferida.

Emocionada asintió sin poder hablar. No esperaba un regalo así. En especial porque aquello le sonó a declaración de amor. Brittany al ver su mirada turbada prosiguió. Necesitaba hablar con ella y aquel era un momento ideal.

—A ver... Santana. Quizá no venga a cuento lo que te voy a decir, y sea una metedura de pata tremenda...

Con el corazón a mil ella murmuró:

—Qué... qué pasa.

Durante unos segundos se miraron a los ojos y finalmente Brittany a escasos centímetros de su boca susurró:

—Soy consciente de que eres un gran, grandísimo problema para mí...

—No lo pretendo —cortó ella torciendo el gesto.

—Me guste o no, cielo —prosiguió ella—, lo eres y más cuando no puedo dejar de pensar en ti. —Al escuchar aquello el corazón a Santana se le revolucionó—. Sé que tenemos unas normas que ninguna va a incumplir, al igual que sé que tu vida no está aquí conmigo, ni yo soy mujer para ti. Pero quiero que cuando regreses a tu hogar, te lleves este llavero de tu marca favorita con estas llaves y sepas que aquí, en Argentina, en Lujan, tienes tu casa para cuando quieras. ¿De acuerdo?

Acalorada, emocionada y sorprendida por sus palabras, y en especial, por lo que había sentido al escucharla, la besó.

—Muchas gracias —murmuró en un hilo de voz.

Al ver que ella la miraba cómo esperando algo, sonrió y dijo:

—Brittany, te prometí cumplir tus normas, pero tengo que decir que me gustas mucho, demasiado y creo que...

De pronto Brittany se agobió. ¿Qué iba a decir? y le tapó la boca con las manos, al tiempo que le decía:

—Tú también me gustas mucho, cielo. Eres maravillosa, divertida, preciosa y estoy encantada de que estés aquí conmigo, pero seamos realistas y no digamos cosas que dentro de unos días puedan hacernos daño. ¿Ok, morenita?

—Pero...

—No San, no sigas con eso.

—Pero yo intento vivir el presente y...

—Lo estamos haciendo y lo estamos pasando bien —cortó Brittany—. Ahora lo que no tienes que olvidar es nuestro trato y que esto es el mundo real y no una de tus románticas películas. ¿De acuerdo, cielo?

Decepcionada por no poder manifestar libremente lo que sentía por ella, asintió e intentando guardar su desilusión, sonrió como buena actriz y dijo:

—Tienes razón. Ok, ahora abre tu regalo.

Con una radiante sonrisa, tras la que escondía su malestar por lo que acababa de decir, Brittany rasgó el papel de regalo cuando ella murmuró:

—Te compré este marco de fotos porque pensé que si tenías la foto de nuestra primera boda a la vista, encima de algún mueble, te acordarías de mí y querrías verme otra vez a pesar de que soy un gran, grandísimo problema para ti.

Desconcertada, Brittany clavó sus claros ojos en ella.

—¿Qué estamos haciendo Santana?

Consciente de que aquella pregunta revelaba, en cierto modo, lo que la rubia sentía por ella le quitó el marco de fotos de las manos y dejándolo a un lado de la cama, se abalanzó sobre ella y la besó.

—Conocernos. ¿Te parece poco?

Brittany la abrazó y la besó. A partir de ese momento sobraron las palabras. Solo deseaban hacer apasionadamente el amor.
 








Capitulo 45: La verdad







El veintisiete de diciembre Santana y Kurt quedaron con las hermanas de Brittany para ir de compras. En esta ocasión, Manuel, el orgulloso abuelo, volvió a hacer de niñero con Joel, Se quedó con su nieto e infinidad de biberones de leche. Divertidas y felices visitaron la tienda de la amiga de Elizabeth en Palermo. Una pequeña tienda de una joven diseñadora donde, sorprendido,  Kurt tocó las telas, gustoso y encantado.

—Por el amor de my life ¡pero que ideal que es esto! —gritó al ver un fular a juego con una blusa azul.

—Pues todo lo que ves lo diseña y lo cose ella —rio Lizzie tomando del brazo a su amiga.

—Alicia Domínguez. Te auguro una exitosa carrera —asintió Santana mirando a su alrededor.

Aquella muchacha, en su pequeña tienda, tenía cosas preciosas y originales. Moda mucho más atractiva que muchas de las cosas que veía en las tiendas de Rodeo Drive.

—Gracias. Me encanta saber que te gustan —contestó emocionada.

Conocía por Lizzie que aquellos dos eran personal shoppers que viajaban por el mundo y si recomendaban alguno de sus modelos a alguno de sus dientes podría ser beneficioso para ella y su negocio.

—Oh Dios, soy lo más ¡Que lindo estoy! —gritó Kurt al mirarse en el espejo y verse con uno de aquellos fulares estampados—. Esta noche ligo fijo... fijo.

—¿Dónde vas esta noche? —preguntó Lizzie divertida.

—Salgo de copichuelas con el divine de tu bother y algunos de sus musculosos compañeros. ¡oh my god¡ Estoy emocionado. Estaré rodeado por verdaderos Xmen only para mi-

Sorprendidas por aquello las tres hermanas se miraron y finalmente Eva murmuró:

—Como diría mi abuelo, ¡que Dios te pille confesado hermoso! Salir con esos machos alfa de copichuelas a veces no es lo más recomendable.

—Sí lo dices porque su ruda y varonil heterosexualidad me puede asustar... Oh no, queen no. Yo solito con mi suavidad y mi lengua viperina puedo con cualquiera de ellos. Es más, que tengan cuidado, no les asuste yo a ellos.

—Lo que daría yo ver esta noche por un agujerito —rio Irene al escucharle. Ver a los rudos compañeros de su hermana con aquel podía ser todo un numerito.

—Por cierto Lizz —dijo Alicia tras descolgar una blusa—. El otro día vi a Raúl y me preguntó por ti. ¿Recuerdas a Raúl?

Elizabeth sonrió, ¿cómo no recordarle? Hacía dos años que no le veía pero pensar en él aún le hacía sonreír, pero al ver la cara de su hermana mayor dijo:

—No me mires así. ¿Quieres?

—Uis nenas, ¿quién es ese Raúl? —preguntó Kurt.

—El chico con el que tenía que haberse casado hace años —cuchicheó Irene.

—Buenoooooo habló doña decencia —rio Eva divertida.

—Ni decencia ni nada Eva María. Esta descerebrada dejó a Raúl para enrollarse con el innombrable del padre de su hijo y... ¡Zas!, ahora se ha quedado sin uno y sin el otro y con un muchacho que alimentar.

—Vamos... traumatizadita que estoy—se quejo Lizzie mirando a Santana.

—Sí... pero ahora estás sola, sola... sola —insistió Irene.
Eva, divertida añadió:

—Mira Irene, sé que lo que te voy a decir lo vas a considerar una gran vulgaridad, pero los hombres son como los pedos, le los tiras cuando quieres y punto.

—Oh Dios mío, ¡qué vulgaridad! —protestó aquella mirando al cielo.

Aquello provoco una carcajada general de todos menos de Irene y cuando esta seguía con sus protestas Kurt se acercó a Eva.

—Guapa e inteligente. Uisss reina ¡tú vas a ser alguien en la vida!
Divertida por los comentarios, Santana tomo una prenda y se la tendió a Irene.

—Ten pruébate este vestido gris y blanco. Estoy segura de que te quedará perfecto.

—¿No es demasiado moderno para mi?

Al escuchar aquello, todas rieron y Lizzie empujando a su hermana murmuró:

—Anda... vamos para el probador que eres más antigua que el hilo negro —pero dos segundos después gritó—: La madre que te parió Irene, ¿cómo puedes llevar aún un sujetador matapasiones?

—Pero si es nuevo —se defendió.

Antes de poder decir nada más la cortina del probador se abrió y todos miraron con curiosidad el sujetador de aquella.

—Oh por dios —murmuró Eva mirándola—, Pero cómo puedes llevar todavía un sujetador con la típica florecita de la abuela entre las tetas.

—Ay que angustia —susurró Kurt mirándola—, ¿Eso te pones diariamente?

—¡Pero bueno! —gritó Irene ofendida—. Este sujetador es nuevo. ¿No lo ven?

—¡¿Nuevo?! —preguntaron al unísono Eva y Santana.

—Sí. Lo compré hace menos de un año en el mercadillo y...

—Por el amor de my life —cortó Kurt—. Eso de nuevo tiene lo que yo de ruso. Pero my love, ¿has visto donde te asientan las tetillas?

Santana muerta de risa por los comentarios de todos tiró de su primo y tras cruzar una mirada con Lizzie dijo antes de correr la cortina:

—Probate los vestidos y luego tenemos que pasar por una tienda de lencería.

—Con urgencia —insistió Kurt quien de pronto al darse la vuelta y ver un vestido grito—. Oh dios mio cuchita ¡mira que divinidad! ¿No te recuerda a uno de tus Armani? El que te regaló Giorgio cuando estuvimos en Italia para su fiesta de cumpleaños.

Santana, acercándose a la prenda sin percatarse de cómo les miraban Eva y Lizzie a lo tocó y respondió:

—No... no se parece al Armani, pero tiene un aire al Givenchy que llevé para la fiesta de Arnold, en California. Aunque este me parece mucho más bonito.

—Tienes razón. Es mucho más majestuoso —asintió Kurt tocando las plumas.

Santana se fijó en el precio que ponía en la etiqueta.

—¿Cuatrocientos veinticinco pesos? —preguntó sorprendida.

—¡Oh qué escándalo! —gritó Kurt llevándose las manos a la boca.

Aquel vestido en negro y blanco de corte sirena y con plumas a la altura de la cintura y en la parte inferior de la falda, con semejante diseño, textura y trabajo, en cualquiera de las tiendas donde ellos compraban hubiera costado mucho, pero muchísimo más.

Alicia, la diseñadora, al ver el gesto de aquellos se acercó y respondió casi avergonzada mientras Eva no les quitaba ojo:

—Es una tela muy buena, y las plumas están cosidas una a una, todas a mano —y mirando a Santana murmuró—, Pero si le gusta, por ser amiga de Lizzie, te haré un precio especial.

Confundida por lo que aquella le decía, la actriz sonrió y aclaró:

—Ay Dios, creo que me has entendido mal. Lo del precio lo decía porque me parece tremendamente barato. Este vestido debería costar muchísimo más.

—Niña eres lo más. Cómo mínimo deberías cobrar cinco vires más de lo que pides por él. Este vestido, con el trabajo que lleva, debería tener el mismo precio que el Dios que compraste para la fiesta de Johny Deep, aquel con el que te pusiste las joyas de Chopard aseguro Kurt aun sorprendido por el precio

La joven diseñadora rio y Eva, sorprendida, preguntó:

—¿Tienes un Dios en el armario, has ido a una fiesta con Johnny Deep y te has puesto joyas de Chopard?

Rápidamente, Santana reaccionó:

—JAJAJA Uf... ya quisiera yo. Ni caso, tonterías de Kurt.

El joven, al ver que de nuevo estaba metiendo la pata con sus comentarios, descolgó el impresionante vestido de fiesta y se lo tendió con mimo a su prima.

—Pruébatelo. Tienes que estar divina con él.

Eva, sin decir palabra, les observó intrigada. Aquellos dos habían cambiado el tema con demasiada rapidez y eso le hizo reflexionar. ¿Qué ocultaban?

Durante horas se hicieron los dueños de la tienda y se probaron todo, absolutamente todo lo que había, incluido Kurt que era el más fashion. Santana se compró finalmente varios conjuntos de pantalón y camisa, un bolso, un vestido de gasa de noche y el glamuroso vestido con plumas. Alicia estaba rebosante de alegría. Nunca había vendido tanto a una sola dienta. Animadas por Santana, las demás salieron con varias bolsas bajo el brazo. Aquella Nochevieja sería glamurosa y todos irían de punta en blanco para la cena.

Agotadas, felices y con media tienda dentro de sus bolsas, a las tres de la tarde decidieron ir a un restaurante para comer algo. Estaban hambrientos. Tras pedir los primeros platos Santana, Elizabeth e Irene fueron al baño, la ex-embarazada se había manchado la camisa de leche, y tenía que cambiársela por otra. Mientras, en la mesa, sonó un móvil, Kurt, al reconocer que era el de su prima, lo sacó del bolso de aquella y gritó encantado:

—Salma, ¿cómo estás Darling? —tras escuchar algo contestó—. Oh sí, aún estamos en Argentina. I love Argentina es precioso y su gente estupenda.

Durante un rato Eva escuchó en silencio lo que aquel hablaba y se inquietó al notar que en ocasiones paraba su chorreo de palabras y la observaba. ¿Por qué la miraba así? Pero más se sorprendió al observar con detenimiento las manos de aquel. ¿Dónde había visto aquel anillo?

Finalmente Kurt se levantó de su asiento.

—En seguida vuelvo my Love. Voy a llevarle el teléfono a Noelia. Esta llamada es very importante.

Al levantarse tan precipitadamente de la mesa tiró un bolso al suelo, pero él ni se inmutó mientras se alejaba enfrascado en su glamurosa y alocada conversación. Eva dejó escapar un suspiro, se levantó de su silla y se agachó a recoger el bolso. Era el de Santana y sus pertenencias estaban desparramadas por el suelo. Lo primero que recogió fue su portacigarrillos de oro. Aquella que sacaba cada dos por tres para fumarse uno de sus cigarrillos. Al tomarlo se fijó en el grabado y leyó Santana M. H. Lopez. Durante unos segundos se quedó mirando aquello sorprendida. ¿Santana? Después tomo una pequeña agenda de tono violeta y, de pronto, de ella cayeron varias fotos. Al recogerlas Eva se quedó sin habla. Aquellas fotos eran de la actriz Santana Lopez y, al fijarse en ellas, saltaron las alarmas.

Dios bencito. No puede ser cierto lo que estoy imaginando, pensó nerviosa mientras su cabeza comenzaba a funcionar a toda máquina. ¿Noelia podía ser Santana Lopez?

Con rapidez miró hacia la puerta de los baños. Continuaba cerrada, y sin poder contener su necesidad de curiosear, tomo la cartera Loewe, a juego con el bolso, y estuvo a punto de gritar cuando vio el permiso de conducir americano y leyó «Santana Marie Hodgson Lopez. Los Angeles. California».

—Mierda… ¡Es ella! —murmuró a punto del infarto.

Con las pulsaciones a mil recogió todo. Lo metió dentro del bolso y se sentó de nuevo en su silla. Sacó su Blackberry y dio gracias al cielo al comprobar que había Wifi en el local. Sin perder un segando, entró en su correo y buscó el email que le había mandado su amiga Yolanda. Clicó en la foto que buscaba y miro de cerca un detalle. Dos minutos después, sus hermanas llegaban a la mesa, seguidas de Kurt y Santana con el móvil en la mano. Eva, noqueada, fijó la vista en la mano de Kurt. El anillo era el mismo que se veía en la foto del hotel Ritz.

Uf...Dios mio. Esto es un bombazo informativo ¡que calor! pensó abanicándose con una servilleta. Lo que acababa de descubrir no la dejaba articular palabra.

Frente a ella estaba Santana Lopez. La diva entre las divas de Hollywood tomándose un café, con toda la tranquilidad del mundo parapetada tras una peluca y unas lentillas y ninguna de sus hermanas, ni ella misma, se habían dado cuenta. Pero ¿y su hermana? Le era difícil aceptar que su hermana no lo supiera. Seguro que se habían conocido en el operativo del hotel Ritz y por eso ella estaba allí. Pero algo no le cuadraba. Brittany era una profesional y nunca se pondría a salir con nadie en medio de un operativo, y menos con una megaestrella de Hollywood como aquella. Tenia que hablar con ella urgentemente.

Intentó comportarse con normalidad, pero le era imposible. Miró con curiosidad las manos Santana y comprobó lo cuidadas y sedosas que parecían. Las uñas estaban perfectas y hasta las cutículas las tenía impecables. Después observó su reloj Piaget. Aquel que Kurt dijo que tenía diamantes engastados, lo que Santana negó. Ese reloj debía de costar una millonada, no como el Gucci de imitación que ella se había comprado en el mercadillo de su pueblo. Acalorada posó su mirada en el bolso que minutos antes había recogido y al ver el símbolo de Loewe se convenció que aquello era tan verdadero como que ella se llamaba Eva María Pierce. Así estuvo durante un buen rato hasta que Irene, sorprendida por lo callada que estaba, le preguntó:

—A ti que te pasa ¿has visto un fantasma?

Todos la miraron y con una tonta sonrisa se encogió de hombros.

—Sí te dijera que sí ¿pensarías que estoy como un cencerro?

El grupo volvió a reír y el camarero llegó con la cuenta. Santana se empeñó en pagar pero esta vez fue Lizzie la que no la dejó y pagó.

—Inmortalicemos el momento —sugirió Eva saliendo de su letargo con el móvil en la mano. Necesitaba pruebas. Necesitaba saber si aquella era quien imaginaba y se negaba a darle un tirón de la peluca. No, Noelia no se lo merecía.

Tras salir de allí entraron en una zapatería donde busca ron unas botas para Irene que no encontraron. Al salir Santana tomo por el brazo a Eva y le preguntó:

—¿Crees que las botas de Loewe color chocolate que se ha probado Irene le gustaban y no se las compra por su precio?

—Sí. Estoy convencida. Pero ese dinero no se lo gasta mi hermana en ella ¡ni loca! Conociéndola se las comprará en el mercadillo —asintió esta y mirando a su hermana mayor dijo—: Irene haznos una foto.

Posaron sonrientes ante la cámara. Santana se sentía feliz por haber encontrado el regalo de Reyes para Irene. De repente se escucharon los gritos de Kurt:

—Por el amor de Dios ladys. ¿Lo que ven mis bellos ojitos almendrados es una tienda de Adolfo Domínguez? —Todas asintieron—. I need entrar urgentemente en ella. ¡Vamos! Que esta noche quiero estar espectacular para los Xmen.

Todas sonrieron y entraron en la tienda. En el interior del local, Eva, más callada de lo normal, observaba mientras sus hermanas y Santana, cuchicheaban con Kurt en referencia a un traje de seda azul. Con disimulo, escaneó a la actriz con la mirada y unió las piezas de su virtual rompecabezas. De pronto todo comenzaba a encajar y fue consciente que ella, Santana, era la morena con cabello oscuro por los hombros que Irene había visto noches atrás besando apasionadamente a su hermana a través de la ventana. Veinte minutos después, cuando hubo consultado en su Blackberry cierta información sobre Santana Lopez y su primo Kurt Hummel se dirigió al grupo.

—Noelia, me gustan un montón tus gafas. ¿Dónde te las compraste?

—Son de la última colección de Valentino —murmuró Kurt—. Se las compré en Roma o ¿fue en Londres?

—Roma —respondió la propietaria.

—Bueno qué más da —rio el joven— ¿A que son lo más?

—Preciosas —asintió Eva—. Por cierto, me llama la atención lo mucho que viajáis.

—Nuestro trabajo lo requiere —sonrió Santana sin prestarle mas atención.

Eva, anotando mentalmente todo lo que aquellos decían, miró directamente a la estrella de Hollywood.

—¿Me dejas que me pruebe las gafas? Me encantan.

La joven actriz, ensimismada en la charla con Irene, se las quitó y se las pasó. Eva observó detenidamente su rostro sin las gafas. No se notaba nada que aquel pelo no fuera suyo. Era increíble lo bien que hacían las pelucas. Aun así buscó bajo la maquillada ceja derecha la marca que Google le había desvelado que Santana tenía tras sufrir una caída de un caballo en el rodaje de una de sus películas.

Ahí está la puta marca, pensó al ver aquella pequeña cicatriz, pero con actitud coqueta buscó un espejo para mirarse y al instante comprobó que aquellas gafas no tenían graduación.

Vaya... vaya... por lo que veo, Santana te escondes muy bien pensó. Y, aprovechándose de que aquella no tenía las gafas puestas, le pasó su Blackberry a su hermana Lizzie.

—Lizz, haznos una foto —le dijo agarrando a Santana del brazo

Su hermana tomo el aparato que le tendía.

—Eva María, qué pesadita estás hoy con las fotos ¿no? Estás peor que cuando a Elizabeth le da por retratarnos —le reprochó Irene.

Sin darle mayor importancia la joven posó junto Santana , y tomando el móvil que su hermana le entregaba tras fotografiarlas murmuró entre dientes:

—Me gusta inmortalizar los momentos.

Finalmente se quitó las gafas y se las devolvió a su dueña que encantada reía por las ocurrencias de su primo. Santana ajena a todo lo que aquella pensaba se las colocó, sin embargo, al sentir su insistente mirada tuvo que preguntar:

—¿Ocurre algo Eva?

—No... no. — integrándose en el grupo dijo mirando a Kurt—: Por Dios chico, ese traje te queda divine. Ahora si que eres lo más.

—Estoy pa comerme, por delante y por detrás, ¿verdad? —se guaseó aquel mirándose en el espejo de la tienda.

El móvil de Santana sonó de nuevo. Se lo sacó del bolsillo de sus vaqueros, sonrió al ver de quien se trataba y abrió la tapa. Desde hacía días estaba viviendo una luna de miel y pensaba disfrutarla a tope.

—Hola morenita. ¿Dónde estás?

—De shopping en Palermo con tus hermanas.

—¿Todavía? —preguntó Brittnay sorprendida.

—Si crees que el otro día Kurt gastó dinero, espera a que lleguemos y veas todo lo que se ha regalado hoy.

Divertida por aquel comentario sonrió, estaba deseosa de verla.

—¿Tú no has comprado nada?

Mirando los bolsones que se amontonaban a sus pies asintió.

—Bueno... algo he comprado.

—¿Solo algo? —rio Brittany.

—Lo confieso. He comprado mucho. Pero en la tienda de la amiga de Lizzie tenían cosas tan maravillosas, que he estado a punto de comprar la tienda entera.

Feliz por escuchar su voz y por saber que ella estaba bien Brittany sonrió. A pocos metros de ella estaban sus compañeros preparados para un simulacro y le reclamaban. Antes de colgar indicó:

—Bueno tesoro, te dejo. Solo llamaba para saber si estabas bien. Luego te veo en casa ¿Ok? Ah, y dile a Kurt que no me iré esta noche sin él.

Santana sonrió y observando a su primo pavonearse ante el espejo con un bonito traje dijo:

—Quiero que sepas que le vas a hacer el gay más feliz del mundo. No para de hablar de que le vas a presentar a tus compañeros los xmens.

Brittany se carcajeó.

—Recuerda cielo, no hagas planes con nadie a partir de mañana. Tengo libre hasta el día siete de enero y tengo muchos planes contigo.

—¿Ah si? —rio gustosa.

—Si, preciosa.

—Vaya... me gusta saberlo.

—Más me gusta a mi morenita —murmuró ella antes de colgar. Santana cerró su móvil y dejó escapar un suspiro. Le gustaba aquella sensación. Le encantaba Brittany y se emocionaba al recordar la frase «luego te veo en casa».

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BUENO VOLVI CON LOS CAPITULOS DOBLES :)
ESPERO LES GUSTE, SON CORTOS LO SE!
BUEN DOMINGO PARA TODOS
BESOS HASTA LA ACTU<3

Espectaculares....! Me encanta tu historia :) Espero que no se salga de las manos el asunto de Santana! Y ya que le diga todos sus sentimientos a Britt y haber que pasa...Mucho amor me encanta Saludos!!! :D

mmmm la llave de la casa de britt,.. el cuadro para que "todos" vean la foto de bodas de las vegas,.. ya pasa a otro nivel pero no lo van a admitir NUNCA,.... todavía ja
no se como eva sobrevivió a darse cuenta de que noelia es san,.... jajajaja

TE PASASTE CON LOS CAP GENIALES!!! PERO YA EVA QUE NO ARRUINE TODO POR FAVOR!!!! SAN NECESITA SU PRIVACIDAD AL IGUAL QUE BRITT! NO LE ARRUINES LA VIDA EVA!! BESOS!

gracias por los capitulos, todos estan muy buenos, pero confesandome, te digo que el que mas me ha gustado es el de celos...estuvo muy bueno desde el principio hasta el final...
cuidate...pasetelo bien   

lo sabia, sabia que esa metiche se hiba a dar cuenta de quien en realidad era noelia, y ahora?

Pao Up: "Espectaculares....! Me encanta tu historia :) Espero que no se salga de las manos el asunto de Santana! Y ya que le diga todos sus sentimientos a Britt y haber que pasa...Mucho amor me encanta Saludos!!! :D"

-// Gracias, pues si espero que esto de Santana no se salga de control :/ Y si estan un poco tiesas las chicas con los sentimientos pero veremos que pasa! Saludos

3:) "mmmm la llave de la casa de britt,.. el cuadro para que "todos" vean la foto de bodas de las vegas,.. ya pasa a otro nivel pero no lo van a admitir NUNCA,.... todavía ja
no se como eva sobrevivió a darse cuenta de que noelia es san,.... jajajaja"

-// Indirectas muy directas se lansan estas chicas con sus regalos de navidad ;) y Eva, es lo mismo q me preg como sobrevivio a eso :P

Tatymm "TE PASASTE CON LOS CAP GENIALES!!! PERO YA EVA QUE NO ARRUINE TODO POR FAVOR!!!! SAN NECESITA SU PRIVACIDAD AL IGUAL QUE BRITT! NO LE ARRUINES LA VIDA EVA!! BESOS!"

-// Gracias :) y pues si esperemos q Eva no suelte la sopa o San se vera perjudicada y a la vez Britt :/ Besos

Jas2602 "gracias por los capitulos, todos estan muy buenos, pero confesandome, te digo que el que mas me ha gustado es el de celos...estuvo muy bueno desde el principio hasta el final...
cuidate...pasetelo bien   "

-// Gracias y si la parte de los celos, ver como se protegen la una a la otra es lo mas jajaja Saludos!

Micky Morales "lo sabia, sabia que esa metiche se hiba a dar cuenta de quien en realidad era noelia, y ahora?"

-// Pues si eva no iba a descanzar hasta dar con la verdad -_- ahora esperemos que diga nada :/

HOLAAAA MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS!!! :)

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Capitulo 46: Disculpas aceptadas







Aquella noche cuando Brittany y Kurt se marcharon para tomar unas copas con los chicos, Santana aprovechó para hacer sus compras de Navidad en Internet. Tenía muy claro que era lo que quería regalar a cada una de las personas que le alegraban la vida y aquel era el mejor momento.

Sobre las once y veinte de la noche Brittany llegó al Loop con un Kurt que sonreía encantado. Era consciente de que sus compañeros reaccionarían de un modo u otro ante su amaneramiento. Era de esperar. Pero también les conocía y sabía que aquello no supondría ningún problema. Una vez traspasaron la puerta del local, Brittany señaló hacia el grupo del fondo. Allí estaban sus amigos. Kurt escaneó con la mirada a todos los miembros y esbozó una gran sonrisa, se retiró su glamuroso flequillo de la frente y dijo:

—Oh my God. ¡Cuánta barbaridad junta!

Aquel comentario hizo sonreír a Britt. Cruzaron el local y llegaron hasta donde se encontraban sus compañeros que al verle le saludaron, aunque no les pasó desapercibido el joven de mechas color pistacho, al que miraron de arriba abajo extrañados.

—Les presento a Kurt —dijo Brittany con tranquilidad—. Él es el primo de Noelia la...

—La castaña que me levantaste, ¿verdad? —acabó Lucas apoyado en la barra.

—Exacto —asintió Brittany.

Tras intercambiar una significativa mirada. Brittany continuo presentando a Kurt al resto de hombres.

—¿Este con cara de peligro también le tiró los trastos a mi prima?

Brittany miro a Lucas y sonrió.

—Por el amor de Diosss ¡que suerte tiene!

Diez minutos después Kurt hablaba animadamente con Mercedes y Brittany, hasta que reparó en uno de los camareros del local y cuchicheó animado:

—Uis nenas, ese guapo camarero, el de la camisa chocolate de Dolce & Gabbana, y los pantalones Versace de color blanco roto, entiende más yo.

Mercedes y Britt miraron hacia la barra.

—Te equivocas. Jesús no... —dijo Britt.

—Ojo de loca no se equivoca —insistió Kurt.

Dos segundos después le pareció escuchar un comentario sobre él que le obligó a darse la vuelta y moviendo las manos con exageración y poniendo pose de diva divina preguntó:

—Perdona rey Midas, ¿qué has dicho?

—¿Me hablas a mi palomita?— preguntó Lucas.

Colocándose el fular beige con glamour sobre los hombros Kurt le clavó la mirada y respondió.

—Te he escuchado decir algo sobre mi, y como veo que te intereso tanto solo me queda decirte una cosa: no tengo novio. ¿Te interesa el puesto?

Los hombres se carcajearon por aquello y Lucas, molesto por la burla de sus compañeros, apoyándose en la barra preguntó en actitud chulesca:

—¿Eso es una proposición para mi palomita?

—Si primate. En este momento, only para ti.

Brittany se sentía incomoda ante la escena. Sabía que la presencia de Kurt ocasionaría algún comentario, pero nunca pensó que terminaría en disputa. Por ello, poniéndose en medio de aquellos dos, dijo alto y claro:

—Lucas, estamos aquí para pasar un rato divertido, no para ocasionar problemas. Y tú Kurt... déjalo pasar.

Pero el glamuroso joven no estaba dispuesto a callar.

—Pues va a ser que no my love. Esta... Mariliendre y sus heteropetardas han dicho algo que yo estoy dispuesto a aclarar.

—¡¿Mariliendre?! —se burlaron varios.

—¡¿Heteropetardas?!. —se carcajeó Mercedes divertida.

—No me jodas más —gruñó Lucas ofendido—. Y tú deja de decir mariconadas o al final tendrás problemas.

—Uis... ¡que salado! —rio Kurt—, Pero déjame decirte que ahora entiendo por qué mi prima eligió a la divina antes que a ti. Tú eres demasiado corto de seso para una woman como ella.

Todos volvieron a reír y Lucas siseó.

—Brittany, ¿qué tal si te llevas a la nena esta de aquí antes de que tenga problemas? Si sigue por ese camino voy a tener que sobarle los labios con mis puños.

Brittany  fue a hablar pero Kurt, acercándose a Lucas, le miró con gesto serio e indicó:

—No me asustan ni tus músculos, ni tus puñitos, ni tu divina cara de machote argentino. ¿Y sabes por qué?

Pues simplemente porque en peores rodeos me he encontrado con tipos como tú y nunca me he callado.  Vamos, para que te enteres, soy gay pero si tengo que sacar mis afiladas uñitas de gata siamesa, las saco. ¿Me has oído Mariliendre?

Sorprendido por aquella declaración y, sintiéndose humillado al ver que todos se reían Lucas quejo:

—¿Cómo  has vuelto a llamar?

—Mariliendre y, por favor, ¿podrías repetir lo que has dicho hace unos minutos para que podamos acabar ya con esto?

Lucas, al sentir las miradas de todos clavándose en él, se envalentonó.

—Mira palomita, no te voy a mentir porque no es mi estilo. Acababa de decir, que tú no habías salido del armario, porque a ti te habían echado a patadas.

Todos se carcajearon, incluso Kurt. Aquel tipo de comentario homófobico era muy de machitos.

—¿Sabes Mariliendre? Con lo bueno que estás, pensé que serias más original.

—No me llames Mariliendre —protestó aquel. Conocía a sus compañeros y sabía que aquello le perseguiría el resto de sus días.

—No me llames tú a mi palomita. El que sea gay no significa que tu puedas llamarme como te de la gana. Por lo tanto, si no quieres que yo le llamo Mariliendre, ya sabes ¡llámame Kurt! Y en cuanto a lo del armario ¡oh my god! Nunca lo he necesitado ¿Tu si?

Lucas, con una mirada asesina, respondió dispuesto a partirle la cara.

—Me gustan las mujeres más que respirar y...

—Que curioso, a mí me ocurre lo mismo pero con los hombres —gritó Kurt—, Es más, si yo fuera tú, me enamoraría de mí. ¿Y sabes por qué inútil? —al escuchar la risotada de todos continuó—: pues porque soy más hombre que lo que tú podrías llegar a ser, y más mujer de lo que tú nunca serás.

Aquel comentario volvió a hacer reír a todos y Damián le preguntó:

—Lucas, ¿sigues vivo?

Lucas miró a Brittany, quien le pidió precaución con un gesto. Era consciente que todo aquello lo había provocado él mismo con sus comentarios y solo había una forma de solucionarlo. Con gesto tosco tomo dos cervezas del barril de hielo que había a su lado y, retándole con la mirada, se acercó al joven que se había atrevido a desafiarle. Le tendió una de las cervezas y dijo:

—No soy un completo inútil Kurt. Por lo menos sirvo para dar mal ejemplo. —Y tras chocar su cerveza con la de aquel murmuró—: Te pido disculpas por mi comportamiento. En ocasiones soy un bocasueltas y esta ha sido una de ellas.

—Ay que monooooooooo. Es que es para comerteeeeeeeeee —gritó Kurt. Y brindando de nuevo con él añadió divertido—: Disculpas aceptadas guapetón.

—Bravo Mariliendre. Creo que por primera vez me siento orgulloso de ti —se burlo Mercedes sorprendida.

—¡Cierra la bocota! —rio Lucas dándole un puñetazo en el hombro.

—Oh my God... cuando habláis con esas terribles palabrotas de machotes ¡me ponen un montón! ¡Qué sexys!

—No me jodas —soltó Damián. Y todos comenzaron a reir.

—Por el amor de my life ¡me acabo de enamorar!— y al ver que todos le miraban de nuevo aclaró inmediatamente— : Se dice el pecado, pero no el pecador. Pero tranquilos macho manes, ya sé que son heteros de los de verdad, les digo si alguna vez queren probar algo divine, llamenme.

—Sigue viviendo en las nubes —sonrió Brittany.

—Vivir en las nubes no es lo malo my love, lo terrible es bajar —se burlo Kurt  haciendo sonreír a todos.

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DISCULPEN QUE EL CAP ES CORTO
MAÑANA SERA UNO DOBLE Y LES DIGO ALGO?...SE ACERCA EL MOMENTO DE LA VERDAD :$
Y EL FINAL...NAH CHISTE FALTA UN POQUITIN :D
ESPERO LE GUSTE EL CAPITULO
UNA VEZ MAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR
CUIDENSE, BESOS HASTA LA ACTU<3

me encanto!! aguante kurt!! y ese tal lucas es un tarado con todas las letras! besos!

amo las locuras de kurt, cuando se pone en el plan de "molestar" a los demás jajajajaj

Que loco kurt me encanta
gran capitulo

Tatymm "me encanto!! aguante kurt!! y ese tal lucas es un tarado con todas las letras! besos!"

-// Kurt es un genio, DIVO pero genio y Lucas salio mal parado y pidiendo disculpas como debe ser :)

3:) "amo las locuras de kurt, cuando se pone en el plan de "molestar" a los demás jajajajaj"

-// ajaja Kurt es todo un loquillo ;)

Monicagleek "Que loco kurt me encanta
gran capitulo"

-// Kurt es un caso perdido jajajajaja :P

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Capitulo 47: Confirmado, eres tú.






Llegó la última noche del año. El 31 de diciembre todos se vistieron con sus mejores galas dispuestos a despedir un año y recibir con buen píe el siguiente. Durante los días anteriores Eva intentó hablar con su hermana, pero le fue imposible. No encontró el momento. Estaba totalmente absorbida por Santana y no quería interferir en su felicidad. Se sentía culpable por lo que tenía que decirle, pero era necesario.

Sobre las siete de la tarde, hora argentina, Santana tras pensarlo con detenimiento, decidió llamar a su padre para desearle a él y a su mujer una feliz noche. Si algo le había enseñado su abuela era a comportarse con educación y decidió poner sus enseñanzas, un vez más, en práctica. Le gustara o no aquel hombre era su padre y así sería hasta que muriera. Como era de esperar, su trato fue frío e impersonal y Samantha, ni siquiera se puso. Cuando colgó, emitió un largo suspiro y besó la cabeza de Jenny que estaba sentada a su lado encima de la cama.

—Que suerte tienes con tener una excelente familia que vela por ti —le dijo,

Una hora más tarde estaba dándose los últimos toques a su maquillaje cuando Brittany abrió la puerta de la habitación y entró. Santana se quedó sin habla. Aquella mujer, con su porte y su estatura, estaba guapísima con ese esteriso claro. Ella, al verla, silbó. Divertida por aquel gesto tan natural, se dio una vueltecita ante ella y posando finalmente las manos en las caderas preguntó:

[ http://2.bp.blogspot.com/-7LUlWWOmUHA/Ug-gSXYWUyI/AAAAAAAAfEQ/SXXHgWvIQT8/s0/NayaadbBEerH.jpg ]

—¿Cómo me ves?

Devorándola con la mirada y deseosa de arrancarle el enteriso y hacerle el amor, se acercó a ella y susurro sobre su boca.

—Perfecta.

Y sin decir nada más la besó. Le mordisqueó los labios arrancándole oleadas de placer y cuando ella sintió que Britt la levantaba del suelo y la llevaba hacia la cama, se deshizo del abrazo y dijo:

—Ah no... llevo una hora arreglándome y ahora tú no vas a estropearlo.

Al escucharla sonrió y con una salvaje mirada murmuró:

—¿Segura morenita?

Divertida, corrió hacia el otro lado de la cama y levantando un dedo aseveró ante la picara mirada de la rubia:

—Te lo digo en serio. No se te ocurra acercarte a mí. Llevo horas intentando colocar esta maldita peluca para estar presentable en la cena más importante del año en tu casa y...

—Y estás preciosa... —afirmó ella. Pero al ver a su perra tumbada plácidamente en la cama protestó--: Por el amor de Dios, Santana ¿cuántas veces tengo que decirte que no dejes que Jenny se suba a la cama?

—Aisss es que es tan tierna —sonrió acercándose a aquella para besarla en la cabeza—. Mírala ¿a que parece una reina?

Brittany no respondió. Se limitó a miraría ¿cómo enfadarse con ella? Verla besuquear a su perra y hablarla con cariño le ablandaba el corazón.

--¿Sabes Jenny? Te voy a comprar un collar con brillantes bien relucientes, simplemente porque te lo mereces.

—Estrellita... —gruñó Britt—. No quiero que me malcries a la perra con collarcitos relucientes.

Aquel comentario consiguió arrancarle una carcajada a ella.

—Ni la escuches Jenny. Tú eres una mujer como nosotras y estoy segura de que querrás estar guapa ante los de tu especie ¿verdad?—La perra ladró—. Pues no se hable más. Te comprare un collar de reina para una reina como tú.

Brittany la miraba embobada. Por primera vez en su vida, una mujer tenia ocupada las veinticuatro horas del día su cabeza, cuando estaba con ella solo quería besarla, mimarla y hacerla feliz y cuando estaba lejos de ella, solo deseaba regresar a su lado. Aquello le tenía desconcertado como nunca en la vida y comenzaba a preocuparle. Ella le provocaba una ternura hasta ahora desconocida que le estaba comenzando a gustar y eso desencajaba en su día a día. Le encantaba despertarse y acostarse con ella. Le apasionaba bailar en el salón a la luz de las velas, pasear en su compañía por el campo y un extraño nerviosismo se apoderaba de ella cuando pensaba que aquellos momentos, tarde o temprano, tendrían que acabarse. Pero consciente que no era momento de pensar en ello, si no de disfrutarla al máximo, le tendió la mano.

—Ok, cómprale a Jenny lo que quieras, pero ven aquí.

Con una candorosa sonrisa la joven se acercó a la rubia y tras recibir varios besos en el cuello que consiguieron ponerle la piel de gallina Britt  la despegó de su cuerpo y susurró:

—Tranquila, cielo. Por mucho que desee desnudarte no lo voy a hacer. Confía en mi ¿Ok?

Decidió creerle, y ambas se acercaron al espejo ovalado de la habitación.

—¿Se nota no es de marca?

Brittany, que precisamente se estaba fijando en otra cosa que no era el vestido, respondió tras suspirar de satisfacción:

—No

—¿Y que me ha costado muy barato?

Divertida por aquella pregunta, la abrazó por detrás y le susurró al oído mientras ambas se miraban en el espejo:

—No, cielo. Lo único que se nota es que este enteriso te sienta muy, pero que muy bien. Estás preciosa.

Complacida por su respuesta y encantada por cómo la abrazaba con posesión suspiró:

—me gusta saberlo.

Tras besarla por el cuello, y dejar en su recorrido cientos de anhelos, con voz tierna y sensual le susurró:

—Cuando te vean mis amigos esta noche en el Croll, van a babear y con razón, porque serás la mujer mas sexy y guapa del local, y yo estaré como loca por regresar a casa para quitarte este fantástico enteriso y disfrutar de ti y de tu maravilloso cuerpo durante horas y demostrarte una vez más que conmigo lo tienes todo incluido.

—Uooo... eso me gusta más—dijo la morena dándose la vuelta para besarle.

Unos golpes en la puerta y la voz de Kurt al otro lado les hicieron regresar a la realidad.

—Parejita feliz, ¿puedo entrar?

—Sí —respondió Brittany separándose de Santana.

La puerta se abrió y ante ellos apareció un Kurt en todo su esplendor. Llevaba un traje de chaqueta, pero si bien el de Britt era negro, él lo llevaba azul y de seda.

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—Por el amor de Diosssssss, de my life y de todo lo habido y por haber en este mundo. Eres la mujer mas…. ¡Estás divinaaaaaaaaa! —gritó mirando a Brittany de arriba abajo.

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Santana, al ver que a ella ni la miraba, se quejó divertida.

—Eh... hola... yo también estoy aquí.

Pero Kurt solo tenía ojos para Brittany y al ver la vergüenza en los ojos de aquella, llevándose las manos a la boca murmuró:

—... pero por qué no conoceré yo a un spanish como tú para que me quite las penas y llene mi aburrida life de alegrías, gozo, sexo loco y desenfreno. —Al ver que aquella se desternillaba de risa prosiguió—: ¿Estás segura de que no quieres el vestido?

—Segura —asintió Brittany.

—¿Muy... muy segura?

—Totalmente segura.

Kurt, retirándose un mechón de la cara con coquetería insistió:

—No cabe la más mínima posibilidad de que...

Santana le tiró un cojín a la cara y grito al más estilo puertorriqueño.

—Kurt Hummel ¿quieres dejar de alagar a mi mujer, me la quieres quitar verdad? Porque si es así, mira que tú y yo vamos a tener problemas

—Uyyy…mira la loba como se pone por su poligril. —En ese momento sonó el timbre de la puerta— . De todas formas ya sabes divine, que me gustabas mas con vestido.

Tras aquello Kurt sonrió y dijo antes de salir de la habitación para abrir la puerta:

—Por cierto, queen han llamado Wynona, Angelina, Tommy Lee, Penélope, Salma y Jenny para desearnos feliz salida de año. Y me han dicho que les llames o les envíes al menos un email para ponerles al día de your life.

—Kurt ¿por qué no me los has pasado? Me hubiera gustado hablar con ellos —protestó ella al escucharle.

—Porque temía interrumpir un momento sexual lleno de lujuria, morbo y desenfreno hija ¡que todo hay que decirlo! —se quejo aquel antes de desaparecer.

Brittany estaba aturdida por las tonterías de Kurt y, en especial, por la lista de nombres que este había citado:

—Las personas que ha nombrado tu primo, ¿son las que yo me imagino? —preguntó cuando se quedaron a solas.

—Sí cielo, son ellos —y encogiéndose de hombros aclaró—: Son mis amigos y simplemente se preocupan por mí.

Impresionada, susurró divertida:

—Vamos... igualito que cuando a mi me llaman el Tina, o Rachel.

Haciendo caso, Santana volvió a quejarse de su primo, hasta que Brittany la besó en los labios para callarla.

—Anda... vámonos. Antes de que empiece a planteármelo.

Cuando comenzaron a bajar las escaleras se encontraron a Kurt abrazando a Eva, que había pasado a recogerles con Lizzie.

—Están guapísimas —rio Brittany al ver a sus hermanas con aquellos vestidos.

—No mientas. La que esta guapa eres tu con ese traje yo aún parezco un barril —se quejo Lizzie con su bebé en brazos.

Todos rieron, y poco después los cinco tomaban algo en el salón de la casa. Eva, en un momento dado, logro aproximarse a su hermana.

—¿Podemos hablar un segundo?

—¿Qué ocurre?

Acercándose aún más a ella cuchicheó:

—Tengo que hablar de algo contigo, pero a solas.

Aquello atrajo su curiosidad, pero cuando iba a responder, Santana llegó hasta ellas, se colgó del brazo de Brittany y les impidió continuar con la conversación.

Diez minutos después y mientras esperaban a que Lizzie saliera del baño para dirigirse todos juntos a la casa de Manuel, Eva, volvió al ataque.

—Brittany tengo que hablar contigo.

—Luego Eva, Luego.

—Pero es que necesito preguntarte algo.

—Luego Eva. ¿No ves que ya vamos para la casa de papá?

—Pero es importante.

—Ahora no pesada - sonrió ella—. Luego.

Al ver que era imposible acceder a la rubia, insistió por otra vía:

—Oye ¿sigues teniendo aquí la cazadora vaquera que me dejé hace meses?

—Sí. Está en mi habitación.

—¿Te importa que suba a por ella?

—¡¿Ahora?!

—Sí, es que siempre que me la quiero poner nunca la tengo a mano.

—Ya te la daré otro día, Eva. Ahora nos vamos a casa de papá —dijo al ver a su hermana salir del baño y a Santana y Kurt abrir la puerta de la calle.

—Dime donde está y yo subo a por ella —insistió aquella—. Será un segundo.

—Ok pesada, sube. Está en el lado derecho del armario de mi habitación.

Eva esperó a que su hermana se pusiera el abrigo y saliera de la casa junto a los demás. Se encaminó hacia la habitación, entro, entorno la puerta y recorrió el espacio con la mirada. Vio ropa de Santana sobre una silla y sonrió al ver algo parecido a una camiseta sobresalir por debajo de la almohada. Sin perder mi segundo, busco el trolhy de Santana y lo localizó en un lateral de la habitación

—Louis Vuitton, ¿cómo no? —susurró para sí al verlo de cerca. Sin pararse a pensar lo abrió y tras rebuscar unos segundos, encontró una especie de cartera pequeña, la abrió y encontró lo que buscaba: su pasaporte, otra peluca de repuesto y varios juegos de lentillas.

Confirmado. Eres tú, pensó al corroborar sus suposiciones.

Cerró el equipaje tratando de dejarlo todo como lo había encontrado. Y, cuando se disponía a salir, sus ojos se fijaron en algo que había sobre una de las librerías. Sin poder evitarlo, se acercó hasta ese objeto. Su corazón comenzó a bombear con celeridad cuando vio la fotografía que había dentro de aquel marco en tono gris. Alucinada, comprobó que las dos personas que se besaban, mostrando unas alianzas y unos trajes de novias desastrosos eran su hermana y la joven que se hacía llamar Noelia.

—Dios bendito, pero esto ¿de cuándo es?

Instintivamente sacó su Blackberry e hizo una foto. Pero al mover el marco para volver a ponerlo en su sitio se cayó un papel. Lo tomo y al leer lo que en él ponía las manos le temblaron. Era una licencia de matrimonio de Las Vegas donde figuraba el nombre de su hermana y el de la actriz.

Tan ensimismada estaba observando aquello, que no oyó que la puerta de la habitación se cerraba.

—Ya sabía yo que no era la cazadora lo que le interesaba a la señorita metomentodo.

Al volverse se encontró con la imponente presencia de su hermana y su gesto de contrariedad,

—¿Qué es esto? —preguntó la joven con el papel en la mano.

Sin mediar palabra, la rubia se acercó hasta ella, le arrancó de las manos la licencia y la colocó detrás de la
foto.

—Maldita sea, Eva. ¿Desde cuándo te entrometes en mi vida?

—Mierda Brittany, llevo días queriendo hablar contigo, pero eres más inaccesible que el rey de España.

—Muy bien. Sorpréndeme suspiro resignada. ¿De que quieres hablar?

—Tú sabes que ella es Santana Lopez y,..

—Si

—¿Y?

--¿Y qué?—gruñó la rubia.

—Mierda Britt que...

—Basta Eva —la cortó—, Y por tu bien, no te metas donde no te llaman.

Pero deseosa de saber, sin escuchar, volvió al ataque y preguntó.

—¿Estás casada con ella? ¿Estás casada con Santana Lopez?

—No.

—¿Entonces?

—Estamos divorciadas —respondió molesta.

Sorprendida como nunca en su vida, preguntó en un hilo de voz.

—¿Pero cuando te casaste con ella?

—Mira Eva, eso ocurrió hace mucho tiempo, y si yo no te lo he contado, y ella tampoco lo ha mencionado, es porque no hemos querido. Eso ocurrió hace tiempo y es algo entre ella y yo. Por lo tanto, te rogaría que olvides tu alma de periodista metomentodo, y mantengas tu boquita cerrada para no ocasionarme problemas. ¿Me has entendido?

—Pero Brittany, esto... esto es un bombazo informativo.

—¿Has hecho alguna foto? —preguntó enfadada al verla con el móvil en la mano.

—Sí.

—Bórrala inmediatamente.

—Tranquila. Nadie las va a ver, además...

—¡Bórralas! —exigió ella.

—Brittany estoy segura de que la noticia y las pruebas que tengo me asegurarían unos buenos ingresos.

Incluso, si lo gestiono bien, un trabajo en una buena redacción—susurró al darse cuenta de lo que tenía
entre las manos.

—Eva, por favor...

—Vamos Brittany soy periodista igual que tú eres una geo. ¡Es mi trabajo!

—No lo hagas —le rogó.

—¿Sabes lo que me estás pidiendo?

—Sí. Lo sé —suspiró—. Ella es importante para mí y si esto se supiera...

—Pero Brittany... ella y tú, ella es...

—Sé quien es ella y también sé quién soy yo —dijo con desesperación—. Solo espero que no olvides quién eres tú y pienses, antes de proceder, quién soy yo para ti.

Sin mediar palabra, abrió la puerta y la invitó a salir de la habitación.

—Quiero que sepas que la prensa de todo el mundo la está buscando. Lo sé porque Yoli me mandó hace días un email con la noticia de que Santana Lopez no había abandonado Argentina. Cientos de periodistas la están buscando y, tarde o temprano, llegaran aquí. Te lo aseguro.

—¡Mierda! —maldijo al escuchar aquello.

—Brittany sé realista. Esto se va a saber, comenzaran a tirar de la cuerda hasta que...

—Es imposible que nadie nos relacione.

—Tonterias, Brittany... que soy periodista y sé de lo que hablo.

Al comprender que su hermana tenía razón dio un puñetazo contra la pared, llena de frustración. Apenas quedaban diez días para que Santana se marchara y no quería tener problemas. No quería problemas, pero tampoco que ella se fuera. Eva pudo adivinar los sentimientos de su hermana en su mirada y trató de consolarle.

—Al menos, su secreto está a salvo conmigo aunque te cueste creerlo —dijo haciéndole sonreír— Te quiero tanto que soy capaz de renunciar a la plata que podría ganar por este bombazo informativo. ¿Y sabes por qué? —ella la miró—. Porque me gusta ver tu cara de tonta enamorada.

Al mirar a su hermana a los ojos y sentir su franqueza, Britt sonrió y tras darle un abrazo murmuró mientras bajaban las escaleras:

—Gracias señorita metomentodo.








Capitulo 48: Año Nuevo








Cuando llegaron a la casa del padre de Brittany, todo fueron risas y diversión. Eva observaba con disimulo a la famosa actriz americana. Santana Lopez ¡estaba allí! Ella parecía feliz con su familia y eso, en cierto modo, le sorprendía. Santana debía de estar acostumbrada al lujo y glamour y allí estaba, compartiendo canapés de sucedáneo de caviar y sonriendo a su abuelo mientras este cantaba un villancico y rascaba con una cuchara una botella de anís del mono.

Manuel, orgulloso, disfrutaba por tener reunida un año más a su maravillosa familia y sonreía por ver a su hija tan alegre con aquella mujercita. Desde que Santana había entrado en su vida sonreía más a menudo, y se le veía más feliz. Una felicidad que Manuel saboreaba de una manera especial.

Irene llegó como una diva de Hollywood. ¡Guapísima! Se había dejado aconsejar en todo y parecía otra mujer, algo que a Carlos, su Carlos, le tenía cautivado. No podía dejar de admirarla. Parecía increíble que la impresionante preciosidad que reía ante él fuera su mujer. Irene, con su nuevo aspecto y, en especial, al escuchar los comentarios de todos, se sentía guapa. Ataviada con un vestido de fiesta negro que realzaba sus curvas, se dejó alisar el pelo por su hija Rocío y estaba impresionante.

Todos lo pasaban bien, pero Brittany, tras lo ocurrido en su casa, no podía disfrutar al cien por cien del momento. El hecho de que alguien ya supiera la verdad sobre Santana, significaba que el engaño comenzaba a hacer aguas y eso le preocupaba. En un par de ocasiones cruzó la mirada con Eva y esta, con gestos y guiños, lo hizo sonreír. Pero ya nada era igual. Saber que la prensa mundial tenía la certeza de que Santana estaba en Argentina le inquietaba.

—¿Qué te ocurre hija? —preguntó Manuel acercándose a ella.

—Nada papá, no te preocupes.

Manuel, que había sido testigo de los gestos entre ella y Eva sonrió y dijo:

—Ok. No me lo cuentes. Pero las miraditas entre Eva y tú me hacen suponer que ha pasado algo entre ustedes, y...

Al escuchar aquello preguntó.

—¿Qué te ha contado esa metomentodo?

—Absolutamente nada hija.

—¡Mierda!

—A ver Brittany —indicó su padre caminando con ella hacia un lateral del salón—, sé que algo te ocurre esta noche porque soy tu padre y te conozco. Con esto no estoy diciendo que me cuentes lo que te pasa, pero recuerda, tú, y la persona a quien tú ames, siempre podras contar con mi apoyo incondicional. —Y mirando a Santana que en aquel momento reía con su nieta mayor murmuró—: Esa muchacha es un encanto de mujer.

—Sí papá, lo es.

Y por primera vez en su vida y como si de un tsunami se tratara Brittany sintió lo que era el verdadero amor. Adoraba a aquella mujer y ya nada se podía hacer.

Poco después todos se sentaron a la mesa engalanada y comenzaron a cenar. Los pequeños lo pasaban bien y los mayores disfrutaban de la felicidad reinante. En aquella mesa no faltaron langostinos, salmón, ibéricos de la tierra, patés y cordero. Todo ello regado con vinos, risas y canciones. A las once de la noche las hermanas de Brittany se obsecionaron por quitar la mesa y preparar las uvas.

— Deja que ellas se ocupen, quedate conmigo —pidió Brittany al ver que Santana se levantaba.

No quería que se moviera de su lado. Deseaba aprovechar los momentos que les quedaban juntas y vivirlos lo más intensamente posible. El tiempo corría inevitablemente en su contra y quiso retenerla con ella.

Al escuchar su voz tierna y sensual, y sentir su mano sobre su brazo Santana le miro a los ojos y Brittany, la atrajo hacia ella y la besó. Le dio igual lo que pensaran. Le dieron igual sus propias y absurdas reticencias en cuanto a ella. Necesitaba besarla y lo hizo. La familia, sorprendida por aquella demostración de afecto, aplaudió y Santana, aturdida, tras separarse de ella contestó:

—Mi abuela me enseñó que cuando se está en familia hay que ayudar. Por lo tanto, ven, vamos a ayudar a tus hermanas.

Dicho esto recogieron varios platos sucios y desaparecieron tras la puerta de la cocina. El abuelo Goyo sonrió. Aquella demostración de su nieta ante todos le había henchido de orgullo.

—¿Quién quiere un helado?—preguntó Irene que salió de la cocina con una caja en la mano.

—Yo mami —gritaron Ruth y Javi al escucharla.

Tras darles un par de helados a sus niños, Irene se dirigió a su hija mayor.

—¿Tú no quieres helado?

—No mamá, que engordan.

—Los helados no engordan. Engorda quien los come —se burlo el abuelo Goyo haciéndoles reír a todos-. Y tú gorrioncillo mío te lo puedes comer con tranquilidad porque tienes mucho pellejo que rellenar.

—Pero qué dices abuelo Goyo —protestó la jove—. Sí tengo unos muslos con los que se podrían cascar nueces.

—Uisss niña que dices. Tienes más salidas que la M-30 —se quejo aquel al oírla.

Cinco minutos después mientras las chicas estaban en la cocina Kurt que hablaba con Rocío dijo.

—Oh myGod, you are a very beautíful girl.

—Thanks, Kurt —respondió la muchacha.

El abuelo Goyo que estaba sentado junto a ellos, les miró molesto por no poder entender de qué hablaban.

—En cristiano, por favor.

Irene, al escuchar aquello, se acercó a su abuelo y le susurró con cariño:

—Kurt le habla en ingles a Rocío para que practique el idioma abuelo.

—¡Me importa un carajo! — gruñó aquel-. Quiero entender de qué hablan.

Kurt, al escuchar la queja, se dirigió al anciano que llevaba toda la noche mirándole con horror.

—Oh lo siento abuelo Goyo... le decía a Rocío que es una chica preciosa —dijo con una encantadora sonrisa.

El hombre, le miró y señaló su atrevido flequillo.

—¿Por qué llevas ese extraño color en el pelo?

—Because I...

—En cristiano, por favor—repitió el anciano.

—Oh lo siento de nuevo. Decía que lo llevo así porque me gusta.

—¿Te gusta llevar el pelo verde como una rana?

Con la boca abierta, Kurt acarició con mimo su cabello.

—No es verde rana. Es color pistacho triguero. ¿No lo ve? —respondió provocando las risas de todos a excepción del abuelo, que se apresuró a responder.

—Pues no hermoso... no lo veo.

—¿Seguro?

—Segurísimo —asintió el abuelo.

Kurt cruzó una mirada con Brittany quien salía de la cocina, que se encogió de hombros, y comprendiendo que era más que lógico que aquel anciano diera su opinión sobre su pelo, admitió:

—Sabe lo que le digo, que hay que ser elegante en la victoria y en la derrota y creo que esta vez, usted tiene razón. Mi pelo puede parecer de cualquier color menos pistacho triguero.

En el interior de la cocina, las mujeres se afanaban por quitar la cacharrería de en medio mientras charlaban.

—Ruth cariño, mete ese vasito en el lavavajillas —pidió Irene a su hija, y volviéndose hacia su otro hijo gritó—. Javi, como vuelvas a dar otro balonazo como el que acabas de dar a la nevera te juro que te corto las orejas.

Todas sonrieron. Irene era muy exagerada en palabras, pero luego no hacía nada de nada. Era demasiado buena y sus hijos sabían manejarla.

—De acuerdo mamita. Dejaré el balón.

-Ainsss ¡lo que cuesta querer ser un Messi! ¿Verdad? —dijo Santana tocando la cabeza del niño.

—¡Ya te digo! —rio el niño.

Eva, sorprendida por aquel comentario, la miró, y preguntó con mofa:

—¿Pero tú sabes quién es Messi?

Rocío, que en ese momento entraba por la puerta, cruzó una mirada con Santana y ambas sonrieron. Elizabeth llamó a su sobrina mayor para que la ayudara a recoger unos platos para las uvas y, en compañía de Irene, salieron al comedor para ponerlos sobre la mesa. Javier, cuando vio que su madre salía por la puerta, comenzó a jugar de nuevo con la pelota. Y los acontecimientos se precipitaron. Santana se agachó para tomar un trozo de pan cuando un balonazo del niño la desequilibró. El vaso que llevaba en la mano se estrelló contra el suelo y se hizo añicos y ella cayó al suelo, con tan mala suerte que se cortó. El niño se asustó y salió corriendo. Eva, que lo había presenciado todo, rodeó la encimera para ayudarla pero la primera en llegar fue la pequeña Ruth.

—¿Te has hecho nana? —preguntó la niña.

Resignada a los balonazos del pequeño monstruito, Santana se miró la mano y a pesar de que sangraba, murmuró tocándose la peluca con premura para comprobar que seguía en su sitio:

—No, cielo... esto no es nada.

La niña de pronto dio un salto hacia atrás y gritó asustada:

—Tita Eva, tita Eva. A Noelia se le ha caído un ojo como a mi osito Sito.

A Santana le entró pánico, ¿cómo que se le habla caído un ojo? Rápidamente, se palpó la cara, pero lo único que consiguió fue ensuciársela de sangre. Su ojo seguía en su lugar. Eva, asustada, al llegar a su lado comprendió lo que estaba pasando.

—Ve y dile a la tita que venga en seguida. ¡Corre!

La cría salió corriendo.

—Se te ha caído una lentilla —comunicó Eva tratando de localizarla entre los cristales.

—¡¿Qué?! —preguntó Santana desconcertada.

Tras rebuscar unos segundos más, al fin la encontró, y entregándole la lente clara le dijo apremiándola:

—La niña te acaba de ver tu ojo café oscuro. Rápido, lava la lentilla aunque sea con agua y póntela antes de que venga cualquiera de mis hermanas y vea que tus ojos son cafes y no claros y tengas que empezar a dar cientos de explicaciones.

—¿Cómo? —preguntó perpleja.

—Vamos Noelia, que sé que eres Santana Lopez pero ahora no hay tiempo para explicarte porqué lo sé. Ponte la lentilla, como sea, si no quieres que todos sepan quién eres.

Sin pensárselo dos veces Santana se levantó, abrió el grifo del agua, se quitó la sangre de la mano, lavó la lentilla, y se la metió en el ojo justo en el momento en que se abría la puerta y toda la familia entraba asustada. La primera en llegar hasta ellas fue Brittany, que con cara de preocupación, miró a Santana y al ver su mejilla con gotas de sangre y su ojo lloroso e irritado preguntó:

—¿Qué te ha pasado?

—Nada... nada no te preocupes —respondió quitándole importancia—. Me resbalé, nada más.

—¿Y la sangre? —gritó Irene histérica.

—No te precocupes —aclaró Eva—. Se ha cortado con un vaso en la palma de la mano pero nada grave. Vamos... de esta se salva y se come las uvas.

Aquello hizo sonreír a Santana, incluso cuando vio al pequeño Javi mirarla con gesto asustado. Todos comenzaron a hablar entre sí y Britt atrayendo de nuevo su mirada preguntó observándola de cerca:

—Dime que estás bien.

Al sentir su preocupación la miró emocionada y susurró:

—Estoy bien, cielo.

—¿Me lo prometes?

—Te lo prometo —susurró deseando besarle.

El abuelo Goyo, abriéndose paso entre todos a bastonazos, llegó hasta la muchacha y la miró con preocupación.

—¿Estás bien gorrioncillo?

—Sí abuelo Goyo —dijo ella mirándole con cariño—. Ha sido un corte sin importancia en la mano. Sin querer me he tocado la cara y...

La pequeña Ruth metiéndose entre las piernas de todos llegó hasta su tita y dijo para atraer su atención:

—¿Has visto que a Noelia se le ha caído un ojo como al osito Sito?

Sin entender de qué hablaba Brittany la miró, y Santana, al entender porque la niña decía aquello, sin poder evitarlo dirigió su mirada hacia Eva y ambas sonrieron. De pronto un grito desgarrador se escuchó tras ellos. Kurt al oír lo que la pequeña había dicho, antes de que nadie pudiera hacer nada, cayó redondo ante todos. El susto fue morrocotudo y el caos se reinó de nuevo de la cocina. Segundos después le trasladaron a una pequeña salita y le recostaron en el sofá. Su prima empezó a abanicarle y Kurt, por fin, reaccionó. Abrió los ojos y vió a su adorada Santana ante él.

—Ay mi love, dime que estás enterita y bien.

—Sí Kurt si... no te preocupes. Estoy bien. Ha sido solo un cortecito sin importancia en la palma de la mano.

Pero al ver la sangre seca en su mano este gritó de nuevo horrorizado sacando toda su pluma dramática.

—Por el amor de Dios cuchita... estás... estás sangrando. Please... please... llamen a una ambulancia. Esto es terrible... ¡esto es horrible! Necesitamos con urgencia que el mejor cirujano plástico del país examine su linda mano.

Santana, al ver que su primo perdía los cavales, se agachó para sisearle en el oído:

—Kurt, maldita sea, quieres cerrar tu bocata y relajarte. No ha pasado nada, y estás asustando a todo el mundo.

Aquel tono de voz, y en especial, su mirada fue lo que le relajó. Si su prima le miraba así, no podía encontrase muy mal. Así que sacándose un pañuelo del interior de su chaleco celeste, se lo pasó por la cara y preguntó:

—¿Cómo he llegado hasta aquí? Yo estaba en la cocina.

—Brittany te levanto y te trajo basta el sofá —respondió Manuel.

—Por el amor de my life... mi mujercita preferida, my divine, me ha tomado entre sus brazos ¡y yo me lo he perdido!

—Me temo que si —asintió Santana

—Thanks reina divina —murmuró aquel—.. Ven aquí que te como a besos cielito lindo.

El abuelo Goyo, que hasta el momento se había mantenido callado en todo lo que hacía referencia a aquel muchacho no pudo más, y dijo ante todos dejándoles boquiabiertos:

—Este muchacho es mas maricón un niño pequeño—y levantando el bastón gritó—: Pero Brittanita, hermosa, porque te está tirando los perros el muy sinvergüenza delante de tosss. Te ha llamado cielito lindo y te quiere comer la chica el muy cochino.

—¡Abuelo, por favor! —le regañó Elizabeth, mientras Brittany y Santana se morían de risa.

—¡Ni abuelo, ni nada! —gritó de nuevo el hombre.

—¿Un niño pequeño? Uisss que comparación más poco glamurosa —se quejo Kurt. Los descalificativos en referencia a su sexualidad eran algo que ya hacía tiempo que habían dejado de afectarle.

Irene se llevó las manos a la cabeza mientras Carlos y Manuel intentaban contener la risa. Todos parecían divertidos excepto las tres hermanas.

—Abuelo cállate. No seas descortés —gruñó Eva horrorizada.

—¿Qué me calle?—protestó aquel garrote en alto- . Lo que voy es a ¡arrearle! Por sinvergüenza. En mi época ya...

—Tu lo has dicho abuelo, en tu época —cortó Brittany a ver el color que estaba tomando aquello. Después, miró a su padre y a sus hermanas y con la mirada les pidió que les dejaran a solas y se llevaran a los niños.

Cuando se alejaban, Santana sintió que alguien le tocaba la espalda y al volverse sonrió.

—Lo siento mucho. Yo no quería que...

—Psss, no pasa nada, Javi. No te preocupes. Sé que lo hiciste sin querer y tranquilo, esto quedará entre nosotros.

—Yo no quería que te cortaras, de verdad, no lo quería.

—Lo sé, cielo, no te preocupes.

El niño suspiró aliviado.

—¿Me perdonas tita?

¡¿Tita?! Escuchar aquella palabra tan familiar le puso los pelos de punta. Ella no tenía hermanos y ningún niño nunca la llamaría así. Por ello y aprovechándose de aquella intimidad entre los dos, Santana le besó con dulzura.

—Por supuesto que sí, cielo. ¿Cómo no te voy a perdonar?

Brittany observó la situación y, aunque no podía oír lo que decían, se imaginó lo que había sucedido en la cocina. Dos segundos después, todos se marcharon al comedor dejando a solas en el saloncito al abuelo, Santana, Brittany y a un perjudicado Kurt.

—I'm sorry abuelo Goyo, no era mi intención molestarle —se disculpó Kurt al recordar las advertencias de su prima. Ver el gesto crispado de aquel anciano y cómo le miraba, le recordó los consejos que su abuela le había dado antes de morir.

—¿Amsorri? —repitió el anciano—. Ya estamos con tus palabrejas. ¿Qué has querido decir?

—Que lo siento. Siento mucho haberle incomodado con mi manera de ser —respondió bajando los pies del sofá— No era mi intención. Y si a usted le molesta mi presencia entenderé que quiera que me vaya y...
Santana fue a hablar. Si su primo tenía que irse, ella se iría con él, pero el abuelo levantando el bastón les ordenó callar. Miro fijamente al muchacho que, de pronto, parecía haber perdido toda su espontaneidad.

—Vamos a ver hermoso. ¿Por qué te vas a ir?

—Mire abuelo Goyo. Sé que a veces soy algo exagerado en todo. Pero no lo puedo remediar, así soy yo. Intento no hablar espanglish pero...

—¿Espanglis? ¿Pero qué leches es eso? —repitió el anciano sorprendido.

—Abuelo —aclaró Brittany--. El espanglish es la mezcla de palabras en español con palabras en inglés. Es decir... su manera de hablar.

—Ah ya... ahora comprendo porque no te entiendo,

—Lo siento.

—Hermoso—sonrió en viejo mirándole—, si quieres que te entienda, o hablas castellano clarito o no te pillaré nada, por que sinceramente de cinco palabras que dices a veces solo entiendo una y malamente.

—Lo intentaré.

—Harás bien, hermoso. Harás bien.

Brittany observó a su abuelo con orgullo, quien levantó la mirada indicándole que todo estaba bien.

—Como iba diciéndole, sé que tengo más pluma que un lago lleno de cines rosas y espumosos, a pesar que delante de usted he intentado cuidar mis formas y comportarme. —El anciano sonrió—. Mi abuela, que en paz descanse, siempre me decía: «Kurtie, ten cuidado con lo que demuestras con tus actos y con tus palabras o la gente te juzgará sin saber». Y hoy ¡zas! He demostrado ante usted y su familia que estoy enloquecido por este mujer. —Brittany sonrió—. Ese cuerpo, esa preciosa cara y esas manos me tienen ¡crazy!, digo loco. —Al ver que el anciano comenzaba a levantar el bastón aclaró—: Lo que quiero decir es que yo... I loveyou, Brittany.

—Qué le aisloyus a mi nieta ¿Qué es eso?

—Que la quiero—aclaró aquel—. Pero no del modo en que usted piensa. La adoro porque es una buena persona. La quiero por su temple, por su carisma, lo tierna que es,  por su seguridad, por su saber estar, y le admiro porque me gusta como nos trata a mi prima y a mí, y como cuida de todos ustedes, su familia. Creo que ella es una maravillosa mujer digna de admirar, y yo la admiro y la quiero.

—Es que mi Brittanita es una chica muy educada. Siempre sacó muy buenas notas en el colegio —afirmó el encantado el abuelo haciéndoles sonreír.

—Abuelo Goyo —prosiguió Kurt intentando hablar con claridad para que el anciano le entendiera—. Los gays con plumaje rosado como yo, cuando estamos en familia nos mostramos tal y como somos, y usted y su familia me han hecho sentir tan bien, que he sacado toda mi artillería gay, y ustedes deben estar acostumbrado al bajo perfil de Brittany y creo que yo les he asustado, ¿verdad?.

El anciano miró a su nieta Britt y al ver que este sonreía suspiró. Volvió su mirada hacia el muchacho que había soltado toda aquella parrafada y dijo:

—Criatura, me has asustado. Por un momento he pensado que mi casa se podía convertir en zoológico. Eso no me hizo ni pizca de gracia. En nuestra familia la única guy ojey o como se diga a sido esta rubia hermosa y como bien dijiste debido a su bajo perfil no estoy acostumbrado a tratar con gente como tú.

—Pues somos gente normal se lo aseguro —aseguró Kurt—, lo ven en Brittany y en mi prima y lo único que quizá, en mi caso, soy extremadamente escandaloso y amanerado a la hora de manifestar lo que pienso y siento. Si ya me lo dijo Noelia antes de venir: «Kurt, controla esa lengua de víbora, o al final te envenenarás con tu propio veneno».

—¿Eso le dijiste, gorrioncillo?

—Sí, abuelo Goyo —asintió esta—. Soy la persona que más conoce a Kurt en el mundo y sé que cuando se siente en familia, suelta su lengua hasta límites insospechados. Y aunque ha intentado estar comedido, al final ha explotado.

—Si ya decía yo que eras demasiado fino moviéndote. Lo intui el primer momento que te vi hace días —sonrió el anciano—. Y cuando esta noche te he visto aparecer con este traje azul y...

—No es un azul cualquiera... —intervino Kurt de nuevo.

—Ya estamos con los colores—resopló el anciano.

—El traje que llevo además de ser de la última colección de Valentino, es color azul ozono. ¿No lo ve?

Brittany fue a hablar. Aquellos dos iban a comenzar de nuevo con sus contradicciones, pero su abuelo adelantándose dijo.

—Yo lo veo azul. Simplemente azul.

—Como diría mí abuela —intervino Santana—, Todo depende del ojo con que se mire.

—Exacto —cuchicheó Kurt—, La vida tiene muchas tonalidades y, en este caso, el color azul tiene muchos matices.

—¿De que hablas muchacho?

—Veamos abuelo Goyo, el azul tiene tonalidades como el ultramar, antracita, azul grisáceo, azul pastel, lapislázuli, azul humo, azul hielo, aguamarina, azul acero, celeste agua, celeste muerto etc... Solo hay que mirar bien el color para acertar su nombre, y este divino traje de Valentino, siento decirle que no es azul. Es azul ozono.

El abuelo examinó de nuevo el traje y encogiéndose de hombros murmuró:

—Me parece muy bien muchacho, pero yo sigo viéndolo azul.

—¿Cuántos azules conoce?—insistió Kurt.

—Uno. Bueno dos —reconoció el anciano—. El azul claro y el oscuro.

—¡Genial! Vamos por buen camino. Eso es ampliar miras al futuro. Pues la vida es así, solo hay que fijarse bien en las personas para encontrar su color —sonrió el muchacho ganándose una divertida mueca del anciano.

—De verdad hermoso...que hablar contigo es como abrir una enciclopedia. ¿Te han dicho alguna vez que serías un buen orador?

—No, pero me agrada saberlo.

Viendo que el momento tenso había pasado y que su abuelo y aquel charlaban con cordialidad, Brittany tomo del brazo a Santana y dijo:

—Ahora que veo que empiezan a entenderse, si no les importa iré con Noelia al baño para curarle la mano.

—Sí hija ve —indicó el anciano--. Kurty yo tenemos mucho de que hablar.

Tras cruzar una mirada con su primo, Santana, se dejó guiar.

Una vez llegaron al baño Brittany tomo algodón y agua oxigenada, la obligó a sentarse en un taburete, se agachó delante de ella y la besó. Devoró sus labios con dulzura y deseó continuar con aquella salvaje pasión, pero se contuvo. No era lugar.

—Me estas volviendo loca. Es mirarte y deseo besarte.

—Vaya... ¿en serio?

—Sí... muy en serio —suspiró la rubia.

Después de varios sensuales besos, Santana estaba excitada e incapaz de ocultar lo que necesitaba decirle la miró fijamente y dijo en un susurro:

—Te quiero...

Al escuchar aquello, Brittany se separó de ella y frunció el reno.

—¿Qué has dicho?

—Que te quiero —repitió sin dudar.

Boquiabierta, e incapaz de creer lo que acababa de conferirle, murmuró:

—No... eso no puede ser.

—Pues créeme, lo es —afirmó esta.

Adoraba escuchar aquello, pero no, no podía ser. Y mirándola a los ojos preguntó:

—¿Cómo puedes quererme si apenas me conoces?

Sabía que tenía razón. Pero ella era una mujer que vivía al día, sin pensar mucho en el mañana y necesitaba decirle lo que sentía. Así que, encogiéndose de hombros, añadió:

—Lo que conozco de ti me hace quererte. Es más, me haces tan feliz que a veces creo que voy a explotar. Me gusta estar contigo, pasear, jugar a la Wii, ver la televisión. Me encanta como me tratas, como me mimas, como me miras, como me haces el amor. Adoro a tu familia, a tus amigos, a tu perra... No sé cómo ha pasado, Brittany pero tengo que decirte que te quiero...

—No sabes lo que dices... —cortó molesta.

—Si... si se lo que digo.

—Lo que yo creo es que has visto demasiadas películas románticas, o mejor dicho, has hecho demasiadas escenas románticas, y te crees que esto es una escena más —se quejo la rubia haciéndola reír.

—Me encantan las películas románticas. ¿A ti no?

—No.

—¿Por qué?

—Porque la realidad del día a día no es tan bonita como el final de cualquiera de esas películas. Yo no creo en el amor, Creo en el deseo sexual, en la necesidad de tener a alguien u tu lado. Pero en esa romántica palabra llamada amor que a todas las mujeres las  vuelve locas, sinceramente no.

Durante unos segundos ella le observó. Por su manera de mirarla y de cuidar de ella, sabía que ella también sentía algo muy especial por ella. Pero era tan cabezona que nunca daría su brazo a torcer. Por ello, sin querer darse por vencida, levantó su mano derecha y mostrándole la muñeca murmuró:

—Llevó tu pulsera de todo incluido. ¿Acaso no puede incluir el amor?

—No morenita, esa pulsera no lo incluye —siseó.

—Te quiero, Brittany —cortó de nuevo ella tapándole con su mano la boca—, y aunque tú no me quieras, yo
no puedo dominar mis sentimientos hacia ti, a pesar de nuestro trato, Una vez te dije que mi abuela me enseñó a vivir el presente y a eso es lo que hago. Quererte. Me encantaría que me dijeras que sientes lo mismo por mi, pero...

Sintiendo que un fuego abrasador le quemaba por dentro, pero incapaz de hablar de sus sentimientos, la rubia la atrajo hacía si y la besó. Deseó decirle muchas cosas, pero se contuvo. No era buena idea. No tenían futuro. Interrumpió el beso y la desconcertó dándole un dulce beso en la punta de la nariz para empezar a curarle la mano. Durante un rato ambos es tuvieron en silencio hasta que ella murmuró:

—Eva sabe quién soy.

—Lo sé.

—¿Lo sabes?

—Sí.

—¿Esto te ocasiona algún problema?

—No —respondió ceñuda.

Apenas si podía dejar de pensar en las palabras que minutos antes ella había pronunciado: «Te quiero». La quería. Aquella mujer que tenía delante, que se dejaba cuidar y mimar por ella, y por la que suspiraban millones de personas en el mundo, le acababa de confesar su amor, y ella era incapaz de hacer lo mismo.

—¿Crees que dirá algo a la prensa?

Brittany, concentrado en lo que estaba haciendo, murmuró:

—Tranquila. Nuestro secreto sigue a salvo, pero he de decirte que la prensa ya sabe que tú sigues en Argentina.

—¡¿Cómo?!

—Me lo ha dicho Eva.

Confundida fue a responder cuando la puerta del baño se abrió y apareció la pequeña Ruth.

—¿Te duele la nana?

—No, cielo, no me duele nada.

—La tita es muy valiente —sonrió la niña abrazando a Santana.

—¡¿Tita?! — preguntó Brittany.

—Ruth cariño, yo no soy tu tita —increpó la joven al ver la cara de aquella.

—Sí... sí lo eres. Javi me ha dicho que lo eres.

—¡¿Javi?! -volvió a preguntar Britt confundida.

—Sí, él ha dicho que eres la tita, porque eres muy buena y nos quieres.

Abochornada, la joven cerró los ojos para evitar ver el gesto descolocado de Brittany, cuando la pequeña, ajena a lo que aquellos pensaban, abrió un cajón del mueble del baño, sacó una cajita y dijo:

—Toma tita Britt ponle una tirita de Dora la Exploradora en la mano a la tita Noelia. El yayo dice que son mágicas y que quitan el dolor muy rápido.

Divertida por las ocurrencias de su sobrina, tomo una de las tiritas y tras cruzar una mirada cómplice con una acalorada Santana, la abrió y se la puso en la palma de la mano.

—¿A que ya duele menos? —preguntóla niña.

—Uis, pues es cierto, Ruth —asintió Santana— . De pronto se me ha quitado el pequeño dolor que sentía.

Brittany, incapaz de no sonreír ante aquel teatrillo, las miró alternativamente y suspiró. La niña, encantada de haber ayudado a mitigar su dolor, se acercó a Santana y examinándola los ojos con detenimiento, cuchicheó:

—Que suerte que encontraste tu ojo. Cuando se le cayó ni osito Sito, lo busque y lo busqué pero no lo encontré.

Santana, pasándose la mano por el ojo, asintió y Brittany por fin comprendió lo que había ocurrido. Eso le provocó una carcajada que apaciguó los nervios entre ellos. Una vez concluyó su misión de enfermero, guardó el algodón, tomo a la pequeña en brazos y tras ayudar a Santana a levantarse dijo:

—Vamos, regresemos al salón.

Diez minutos después, una peculiar familia miraba con adoración el televisor mientras bromeaba, hasta que Irene gritó y todos comenzaron a comer las uvas entre risas. Cuando sonó la última campanada, y se metieron la última uva en la boca, todos prorrumpieron en aplausos y comenzaron a besuquearse. Brittany, tras tragar sus uvas, tomo de la mano a Santana y la atrajo hacia si. Lo que ella le había confesado aun le tenía bloqueada, pero encantada por tenerla junto a ella, murmuró:

—Feliz año nuevo estrellita.

—Feliz año policia.

Ambas sonrieron y se dieron un corto beso en los labios, mientras, el abuelo Goyo le daba un codazo a Kurt para llamar su atención sobre el beso, y ambos sonreían complacidos.

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HOLAAAAA VOLVI CON LOS CAPITULOS DOBLES!!!! :D
ESPERO LES GUSTE LOS CAPITULOS!
UNA VEZ MAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR!
HASTA LA ACTU
BESOS<3

dios como me reí,...
los "sobrinos" de san son lo mejor con lo que se le cayo un ojo,....jajajaj
y kurt y el abuelo goyo mas,... son un amor!!!!
cuenta regraciaba para que salga la verdad de san no???????

me super encanta esta historia asi que si me gustan los capitulos dobles!

me encanto el caap!! cada dia amo mas mis chicas y san ya dijo lo que sentia ya dio realidad a la fantasia, aunque si como britt me da miedo el que podra pasar despues, eva me gusta que mantuviera el secreto y espero que asi siga despues san seguo le va a ddar algun beneficio, no quiero que se separen, y ese javi dios no tiene control!!! besos!!!

hola me encanta tu fic y ya quiero ver que pasa con las brittana
Saludos :)

3:) "dios como me reí,...
los "sobrinos" de san son lo mejor con lo que se le cayo un ojo,....jajajaj
y kurt y el abuelo goyo mas,... son un amor!!!!
cuenta regraciaba para que salga la verdad de san no???????"


-// ajaja si Ruth es muy ingeniosa :P el abuelo y kurt son unos loquitos tal para cual...si cuenta regresiva! :/


Micky Morales "me super encanta esta historia asi que si me gustan los capitulos dobles!"


-// Si los capitulos dobles son mejores :) jeje


Tatymm "me encanto el caap!! cada dia amo mas mis chicas y san ya dijo lo que sentia ya dio realidad a la fantasia, aunque si como britt me da miedo el que podra pasar despues, eva me gusta que mantuviera el secreto y espero que asi siga despues san seguo le va a ddar algun beneficio, no quiero que se separen, y ese javi dios no tiene control!!! besos!!!"


-// Si ya Santana decidio dar a conocer su amor, Britt es un poco seca, bueno mas bien le falta un poquitin admitir q la ama PERO a la vez sabe que cuando San se vaya todo acabara o puede acabar y no quiere que le duela si saca sus sentimientos :/ Si por suerte Eva se callo si la callaba yo jajaja ;) y Javi no aprende mas :) Besos


Cata_vd "hola me encanta tu fic y ya quiero ver que pasa con las brittana
Saludos :)"


-// muchas gracias...Saludos :)


MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS!
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Capitulo 49: Fiesta






Sobre las tres de la mañana, tras jugar con los abuelos en casa al bingo, los más jóvenes se marcharon de fiesta al Croll. El dueño había contratado a una banda de salsa y todo el mundo bailaba a su son divertido. Si algo le gustaba bailar a Santana era la salsa y Brittany se quedó muerta cuando la vio menear las caderas con su primo. Se notaba que habían bailado mucho aquella música, no solo por lo bien que bailaban, si no también por la sincronización de sus movimientos.

—Uooo. ¿De dónde te has enganchado con esa mujer?—rio el Tina acercándose a Brittany, quien sonrió al comprobar que esta no la relacionaba con la jovencita que conoció años atrás en Las Vegas.

—Es una amiga muy especial—respondió esta sin quitarle ojo. Todavía no se había repuesto de la declaración que Santana le había hecho en el baño de la casa de su padre. ¿La quería? ¿Santana estaba enamorada de ella?

Tina, al ver como su amiga miraba a la joven, dio un trago largo a su trago y silbó.

—Brittany, eres mi héroe. Yo de mayor quiero ser como tú. Te tiras a Bree, Kitty o Mike cuando quieres y ninguno se enfada contigo. ¿Cómo lo haces?

Durante un buen rato las dos amigas mantuvieron una animada charla sobre hombres y mujeres, donde a Tina, como siempre, nada le quedó claro. Poco después llegaron el Rachel, Lucas, Damián y varios amigos más.

Media hora después, Britany constató que Tina visitaba el baño con demasiada frecuencia y al ver sus ojos cargados, la tomo del hombro y le susurro en confianza:

—Controlate, que los ojos le delatan.

Al escuchar aquello, Tina sonrió y sacó un botecito del bolsillo del pantalón.

—Pero si solo he fumado—y tras echarse una gotitas en los ojos aclaró—. Eso sí, de cosecha propia. Yo no fumo cualquier mierda. Por cierto, tengo en casa unos buenos... buenos.

En ese momento llegaron Mercedes y Sam, acompañados por un grupo de amigos entre los que estaba Bree y Mike vestida con un sexy y atractivo vestido rojo pasión.

—Uf... como me pone este chico—cuchicheó Tina al mirarlo—. ¿Te molesta si la entro?

—No —respondió Brittany, divertida tras cruzar una mirada con Lucas y Damián.

—Ok. Por cierto ¿crees que me hará caso?

Brittany, con una sonrisa, miró a su amiga y respondió seguro de lo que decía.

—Eso se lo tienes que preguntar a el.

Bree que, en el mismo instante que había entrado en el Croll había localizado a Brittany, se acercó a ella sin dudarlo. Deseaba pasar la noche en su compañía y, sin importarle la mirada de nadie, le pasó la mano por la cintura, apoyó la cabeza en su hombro y le susurró en tono melosote:

—Hola forastera. Cuánto tiempo sin verte. —Y acercando sus labios al cuello de Brittany susurró—: Últimamente no me llamas y te echo de menos.

Lucas, que estaba al lado de Brittany, reaccionó al escuchar aquello.

—Bree... Bree... cuando quieras a un hombre ¡llámame!

—Cierra el pico Mariliendre —se burlo Damián ganándose la mirada odiosa del ofendido.

En la pista, Santana bailaba salsa con Kurt. La banda contratada era muy buena, y cuando comenzó a sonar la canción 'O tú o nadie' de su amigo Marc Anthony, no pudieron contenerse y disfrutaron a tope del tema, hasta que ella se fijó en quien estaba hablando Britt. Sin apartar la vista de su objetivo, vio como aquella odiosa mujer se acercaba a su posesión más de lo normal, y la rubia no hacía nada para retirarse. Su enfado fue creciendo por segundos, y cuando vio que ella le echaba los brazos al cuello quiso gritar. Aquella escena le calentó la sangre y Kurt al intuirlo y ver lo que ocurría la tomo de la mano para tranquilizarla.

—Ni se te ocurra hacer lo que me estoy temiendo, lady.

—Oh... tranquilo. No pienso hacer nada. —Pero sin poder remediarlo confesó en un arrebato de sinceridad—: Hoy he cometido un terrible error; le he dicho que la quiero.

—¡¿Qué le qué?! —gritó su primo al escucharla.

—Lo que has oído.

—Oh my God vamos derechitos al desastre. —Y quedándose quieto en medio de la pista preguntó—: ¿Y que te ha dicho?

Tirando de él para que volviera a moverse, la joven gruñó:

—Nada.

—¡¿Nada?!

—Ella, no me dice que me quiere ni por equivocación.

Durante unos minutos más continuaron bailando, pero la tranquilidad de segundos antes se había acabado. Kurt, observando cómo Bree se contoneaba delante de Brittany sin poder remediarlo siseó:

—Esa no es una mujer. ¡Es una víbora!

Santana no contestó. Desde su posición vio que Mercedes y Sam se acercaban a ellos y todos parecían mantener una animada charla. De pronto la música paró, las luces bajaron de intensidad y sonó música para enamorados. Malhumorada, pero armada con todo el aplomo que pudo reunir, la joven se encaminó hacia donde estaba el grupo, cuando de pronto, Kurt gritó al ver a Lucas junto a Brittany.

—¡Por el amor de my life, de tu life y de la life de todos! Pero si está aquí mi Batman preferido y yo no me había dado cuenta.

Santana, sonrió al unirse al grupo, aunque a Bree la había taladrado con la mirada. Incomoda por como todos la observaban fue a decir algo, cuando Kurt cuchicheó:

—Mírale... pero si está cuadrado.

Brittany viendo que Santana mantenía las distancias, se dirigió a Kurt y, divertida, preguntó:

—Eh... ¿ya no soy tu preferida?

Kurt, acercándose con descaro, se interpuso entre Bree y ella, y, tras conseguir apartarla, sonrió ampliamente y murmuró con complicidad:

—Tú eres lo más. Pero contigo no tengo futuro y con él todavía no se sabe.

Aquello provocó una carcajada general.

—Lo siento Kurt, pero ya te dije que a mi me van las mujeres. Nuestro amor... es imposible —dijo Lucas. Y se llevó la mano al pecho con comicidad soltando un lánguido suspiro.

—Quiero sepas osito mío, que me acabas de partir mi lindo y bello corazoncito en millones de pedacitos —respondió Kurt, resignado.

Mercedes dio un pescozón a Lucas y cuando este miró indicó divertida:

—Desde luego Mariliendre, ya te vale.

Mientras todos se lo pasaban en grande con los graciosos comentarios, Bree y Santana se miraban con dureza a los ojos, Brittany, en cierto modo, era un trofeo y ninguna de las dos estaba dispuesta a perderla. Finalmente, Santana con tono desafiante dio un paso adelante.

—Vaya... vaya... mira a quién tenemos por aquí.

Aquel tono de voz hizo que Brittany la mirara extrañado. ¿Qué le ocurría? Bree sonrió y poniéndose las manos en la cintura siseó:

—Me alegra volver a verte. En especial porque aquí no trabajo y te puedo decir todo lo que me venga en gana sin miedo a represalias.

—Esto se pone interesante. Pelea de chicas—se burlo el Tina.

—¿Represalias? —preguntó curiosa Sam, el esposo de Mercedes.

Aprovechando el impacto de aquella palabra, Bree, en actitud sumisa, soltó delante de todos.

—Sí. Esta mujer se hospedaba en el parador y allí me dijo cosas muy desagradables. Incluso amenazó con hablar con mis superiores para que me despidieran si volvía a acercarme a Brittany.

—Vaya... —susurró Santana sorprendida bajo la atenta mirada de esta.

—Perra y mentirosa. ¿Hay algo peor? —se quejo Kurt al escucharla.

Santana fue a defenderse, cuando Brittany, inflexible, dio un paso al frente y preguntó con el ceño fruncido:

—¿Es cierto lo que dice Bree?

—Pues no, no es cierto. Y me parece de muy mal gusto que precisamente tú me lo preguntes. —Volviéndose hacia la mujer prosiguió muy enfadada—: Sí mal no recuerdo, tú me insultaste, concretamente me llamaste zorra por haberme marchado aquella noche con Brittany. Yo solo me limité a recordarte que era un huésped del parador. Nada más.

Bree sonrió. Aprovechando lo cerca que se encontraba de Brittany, empujó a Kurt para quitarle de en medio, y con un descaro que dejó a todos boquiabiertos, posó su mano sobre la cintura de Brit.

—¿Acaso es mejor que yo en la cama?— Brittany no respondió—. Porque nunca me has tenido tan abandonada como me tienes desde que ella apareció.

—Uooooo —susurró el Tina incrédula.

Lucas, Damián y todos en general pasaban su mirada de la una a la otra, mientras Mercedes las observaba boquiabierta. Sam conocía muy bien a Bree y sabía hasta donde era capaz de llegar para conseguir sus propósitos. Aquel juego sucio no le estaba gustando nada. Brittany siempre había sido claro con ella y no le debía ninguna explicación. ¿Por qué comportarse así? Enfadado, fue a intervenir, pero Santana se le adelantó.

—Como respondas a la grosería que esta petarda te ha preguntado, te juro que me voy y no me vuelves a ver jamás.

—Uiss…no que brava se burlo Bree.

Cada vez más molesta por la presencia de aquella mujer, Santana, apretando los puños hasta clavarse las uñas en las palmas siseó:

—Eres odiosa ¿lo sabías?

—Mira chiquita ¡piérdete! —respondió Bree con soberbia.

Molesta por la escenita, se quitó de encima las manos de Bree, y acercándose a Santana que la miraba con gesto duro gritó:

—Pero bueno, ¿qué clase de mujer crees que soy?

—No lo sé, según tú, no te conozco —respondió Santana furiosa.

Aquel golpe bajo le dolió, pero consciente de cómo se habría puesto ella si la escena si hubiera sido al revés,
miró a Bree y, enfadada, dijo:

—Qué te parece si te marchas a engatusar a otro mujer u hombre como prefieras y tenemos la fiesta en paz.

Molesta por aquel desprecio, Bree taladró con la mirada a la joven que le robaba toda la atención de Britt y se marchó con un gran enfado. Lucas, para tranquilizar a su amiga, le dio un golpe en la espalda y mirando a
Kurt dijo para atraer su atención:

—Vamos colega... te invito a una copa.

—Sí... vamos a pedir algo —asintió Damián.

Kurt, tras mirar a su prima y pedirle calma con la mirada, se colocó el flequillo y, caminando junto a aquellos dos hombres impresionantes, murmuró:

—Con ustedes, guapetones, voy al fin del mundo.

Sam tomo a su mujer por la cintura y también desaparecieron, dejando a Santana  y a Brittany solas en medio del la gente del local. De repente, sonó por los altavoces:


Gorrioncito que melancolía....
En tus ojos muere el día y a...
Excusa si la culpa ha sido mía...


Durante unos segundos se miraron con el desafío instala do en sus ojos. Ella estaba indignada y necesitaba un respiro, pero aquella canción...

Brittany, por su parle, deseosa de arreglar cuanto antes el desafortunado incidente extendió su mano en un gesto conciliador.

—Ven, morenita.

—No —respondió retirándose el flequillo de la cara—. Cuando estoy enfadada, necesito mi tiempo. Déjame en paz.

—De acuerdo —asintió pacientemente mientras la voz de Sergio Dalma seguía cantando:


Yo sin ti... moriré
Yo sin ti... sufriré
Yo sin ti... quemare,
todo el sueño mío...


Brittany recorrió lenta y pausadamente su bonito cuerpo mientras daba un trago a su bebida. Pasados quince segundos, ni uno más, ella preguntó:

—¿Ya has tenido suficiente tiempo gorrioncito?

Aquella palabra. Aquella canción. Aquella sonrisa, sus ojos y su voz, la hicieron sonreír y finalmente se rindió y fue a su encuentro. Sin necesidad de salir a la pista donde varios amigos bailaban acaramelados con sus parejas, comenzaron a moverse al ritmo de la música. Con los ojos cerrados, se dejaron llevar por la melodía mientras aspiraban su olor y sentían cómo la excitación creía entre ellas.

—Olvida a Bree. Ella nunca ha sido significado nada para mí.

—Ok... pero ella parece no saberlo.

Conmovida por lo que sentía al tenerla entre sus brazos le susurró al oído:

—A mí solo me gustas tú.

—Sí... pero no me quieres.

Aquel reproche, le aguijoneó el corazón:

—Santana, no compliques las cosas por favor, Tú y yo sabemos que es imposible—dijo mirándola a los ojos.

Sabía que estaba metiendo la pata por momentos con sus ridículos sentimientos y para hacerle sonreír, la joven levanto el brazo y lo sacudió.

—Aun llevo la pulsera todo incluido, así que cierra el pico y mímame.

Brittany sonrió. Sonreír con ella era lo más fácil del mundo y cuando vio que ella hacía lo mismo preguntó:

—¿Sabes que voy a tener que cambiar de táctica contigo morenita?

—¿Por qué?

—Porque me vuelves loca y te estoy comenzando a... querer.

Escuchar aquello para Santana fue, como diría Kurt, «lo más». Aquella impresionante mujer que la miraba con sus preciosos ojos claros le acababa de decir que la quería.

—Vayaaaaa... por fin he conseguido que me dijeras algo de película —susurró con una boba sonrisa.

—Mira... no compliquemos más las cosas. Olvida lo que he dicho en este último minuto.

—Ni lo pienses —sonrió ella—. Has dicho que me quieres y eso no lo voy a olvidar.

Sobre las seis de la mañana la fiesta estaba en todo su apogeo. Todos se divertían y Bree, no había vuelto a acercarse a ellos. Lucas y Damián comprobaron lo buen amigo que podía ser Kurt. Aquel, con todo su plumaje y gracia, les había ayudado a conocer a unas chicas encantadoras con las que la noche pintaba muy bien.

Eva, en la pista con Menchu, contoneaba las caderas al ritmo de Shakira y tarareaba «Rabiosaaaaaaaaaa» con furia al ver a Damián ligotear. No es que hubiera algo entre ellos, solo una noche, meses atrás, que habían decidido olvidar. Sin embargo, verle allí, sonriendo como un imbécil a aquella chica le sacaba de sus casillas.

Bree, desde su posición en el pub, observaba con malestar a la mujer con la que deseaba pasar la noche y a la mujer que sonreía con ella. Al ver que la batalla, al menos aquella noche, la tenía perdida decidió centrarse en otros chicos. Quería sexo y diversión y estaba dispuesta a conseguirlo.

Al rato, Menchu y Eva decidieron visitar el baño. Santana, al ver donde iban, también se apuntó. Gracias a Dios no había nadie más en aquel reducido espacio, por extraño que pudiera parecer.

—¡Averiado! —leyó Menchu en la puerta de uno de los dos lavabos—. ¿Por qué los baños tienen que estropearse cuando una más los necesita?

—Son como los hombres reina, ¡inoportunos! —se quejo Eva al mirar el cartel.

Mientras Menchu entraba con rapidez al aseo libre, las otras dos aprovecharon para recomponerse observándose en el espejo, Eva, al quedar a solas con Santana la miró y comentó:

—Lo de mi sobrina Ruth esta noche ha sido buenísimo. Te juro que porque ya sabía quién eras, porque si no, me hubiera dado un buen susto pensando que se te había caído un ojo como al osito Sito.

Al recordar aquello, Santana esbozó una sonrisa y, convencida de que nadie las escuchaba, contestó:

—Siento mucho haber  mentido a todos. Me siento fatal, pero no puedo ir contándole a la gente quien soy realmente o...

—No te preocupes por nada —cortó Eva—, Comprendo perfectamente lo que dices, pero tienes que entender que cuando mis hermanas o mi padre se enteren tu verdadera identidad, probablemente se sentirán dolidos porque no hayas confiado en ellos y les hayas dicho la verdad.

—Lo sé y eso me duele muchísimo.

—Pero vamos —prosiguió Eva sacando la barra de labios del bolso—, ni te preocupes. Cuando te vayas, Brittany y yo se lo explicaremos. Estoy segura de que lo entenderán.

Aquellas palabras «cuando te vayas» le provocaron un pinchazo en el corazón, pero dispuesta a no amargarse la noche la miró y preguntó:

—¿Cómo lo has descubierto?

—Soy periodista ¿lo has olvidado? —pero al ver que aquella sonreía indicó—: Me escribió un email Yolanda Grecia, una amiga también periodista, para decirme que había llegado la noticia a todas las redacciones de que tú, aún continuabas en Argentina. Y ya sabes, esta vida es muy perra y hace unos días vi algo que me alerto y comencé a sospechar. Ni que decir tiene que me quedé ojiplática cuando descubrí que tú realmente eras ¡Santana Lopez! —ambas sonrieron—. Después investigué un poco y con mi Blackberry, que siempre la llevo en mi bolso, capté imágenes tuyas que me sirvieran de prueba para poder demostrar quién eres tú. —Al ver que aquella abría los ojo» desmesuradamente, rápidamente aclaró—: Pero tranqui, no las utilizaré porque se lo he prometido a Britt y si yo prometo algo, lo cumplo. Pero que sepas que tengo más pruebas, el bombazo del año fotografiado en mi móvil gracias a algo que encontré en la habitación de mi hermana. —Santana asintió y aquella gritó—: Mierda, eres ¡Santana Lopez!

En ese momento, Menchu salió del aseo bajándose su vestido negro.

—¿Desde cuándo lo sabes?

Eva, sorprendida por la naturalidad con la que aquella reaccionaba al escuchar el verdadero nombre de Noelia, le respondió con otra pregunta:

—Y tú pedazo de... mal amiga ¿desde cuándo lo sabes?

La joven actriz, al ver la cara de sorpresa de Eva y de horror de Menchu, salió en defensa de la joven recepcionista.

—Yo le pedí que, por favor, no lo dijera. No te enfades con ella.

—La madre que te parió Menchu —gritó Eva descolocada—. Sabiendo el bombazo que podía ser esta noticia para mí, ¿me lo has ocultado? Mal Menchu, que una noticia así me soluciona el mes. Que digo el mes ¡el año!

Su amiga suspiró y, lavándose las manos, murmuró con una media sonrisa:

—Lo siento Eva, pero en mi contrato con el parador lo pone bien clarito, confidencialidad absoluta. Y lo siento, pero necesito ese trabajo.

—La madre que la parió—volvió a repetir incrédula.

—¿Lo sabe Brittany? —Quiso saber Menchu.

Ambas asintieron. Eva, para desviar la conversación, preguntó mirándola:

—Oye, ¿no te pica la cabeza de llevar tanto tiempo esa peluca?

—Pues depende del día. Hable con Penélope y ella, como es de Madrid me aconsejó dónde comprar pelucas de calidad y...

—Cuándo hablas de Penélope, ¿te refieres a Penélope Cruz?

—Sí. Es muy amiga mía.

—Ay, Dios ¡qué fuerte! —volvió a gritar una alucinada Eva—. Si consiguiera una entrevista con ella y con Bardem ahora que han sido padres ¡me forraba! Y si a eso le sumo una entrevista a Santana Lopez... uff... ¡Me compro a tocateja un adosado en Lujan!

—Deja el cuento de la lechera para otro momento —rio Menchu.

Santana, entre risas, entró presurosa al aseo mientras las otras dos continuaban parloteando.

—Por cierto Santana, me encantan tus películas.

—Me alegro —respondió aquella desde el aseo.

—Oye, ahora que nos conocemos —prosiguió Eva—, si alguna vez voy por el glamuroso Hollywood, espero que me presentes a varios actores que me tienen enloquecida. Porque tengo unos cuantos en el punto de mira desde hace tiempo. ¿Conoces a Gerad Butler?

—Sí.

—Ay Dios ¿me lo podrás presentar si voy?

—Claro.

—Y a mí —se apuntó Menchu.

—Por supuesto. Es un tipo muy simpático. Cuando vengan le llamo y salimos alguna noche a cenar.

—Madre mía... madre mía—aplaudió Eva— Cuando les enseñe las fotos a mis locas amigas de facebook van a flipar. Ese pedazo de hombre es el objeto de deseo de muchas... ¡Muchas! Y finalmente podré gritar a los cuatro vientos: ¡Gery es mío!

Santana salió del aseó y fue el turno de Eva.

—Pues le prometo que cuando regreses tus amigas, como dices tú, moriran.

Tres minutos después abandonaron el baño felices y contentas, Cuando quedó vacío, la puerta del aseo «Averiado» se abrió y de él salieron Bree y un atontado Mike. Con una sonrisa que no deparaba nada bueno, ella arrancó el cartel de la puerta y, mientras se bajaba el vestido rojo, miró al atocinado que se subía la bragueta y dijo:

—A ver Mike, tienes que hacerme un favorcito, cielo.

—Tú dirás Bree —sonrió aquel.

Con la maldad reflejada en sus ojos le besó, ya casi podía saborear su triunfo...


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QUE OPINAN?
PROBABLEMENTE MAÑANA SEA CAPITULO DOBLE
SOLO FALTAN 12 O 13 CAPITULOS PARA FINALIZAR LA HISTORIA :'(
MUCHAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR
ESPERO LES GUSTE EL CAP DE HOY!
HASTA LA ACTU
BESOS<3

HUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ODIO A BREE CON TODO EL SER!!!!!!!!!!!!!!! AHORA SI, TODO SE JODIÓ!!!

Que mal!!!!!!!!! Que zorra Bree.
Espero que no les cause muchos problemas. Gran capitulo.