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FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 Primer15
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Mensaje por 3:) Vie Jun 27, 2014 10:52 pm

holap dan,...

me encanta!!!!
amo a san!!!,...el conejo no se la pone fácil a san jajajaja
privilegio de pocos demonios conseguir un ángel virgen (en todo y por 2da vez) jajajajja

nos vemos!!!

PD: te aceguro que ya ice demasiado merito para caer en el infierno,.. jajajajaj
3:)
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)

Mensaje por dani_lcastrejon Sáb Jun 28, 2014 12:33 am

Hola!
He leído todos los capítulos desde hace días pero no he comentado, una disculpa por eso, apenas hoy me hice una cuenta para poder comentarte :3 porque la historia me ha gustado muuucho y va por buen camino.
Y que bien que los capítulos no sean cortos :D
Hasta luego, un beso y un abrazo !
dani_lcastrejon
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Mensaje por Dani(: Sáb Jun 28, 2014 10:25 pm

micky morales escribió:entiendo un poco a brittany pero tambien veo que santana trata y ella no se lo hace facil!

:) escribió:Santana super bipolar y un toque de celos tiene jaja creo que con el tiempo va a reconocer a britt me pregunto que pasara cuando lucy se valla quedaran solas!!! Britt no tiene que sentirse menos que nadie su autoestima esta por el piso creo que san la va a ayudar con eso y lo ultimo san tuvo que tener mucha resistencia para no besarla espero la actu

Dolomiti escribió:Wow! Increíble el cap! Por un momento creí que la besaria, pero me intriga porque no recuerda a britt! Saludines, espero puedas actualizar pronto!
P.d la cancion no la he escuchado pero la buscaré jeje

Anddy Rivera Morris escribió:
¡Estos capítulos no pudieron ser más que perfectos!
Tengo una duda enorme y es, ¿quiero a un "Dante" o quiero a una "Beatriz"? *-*

3:) escribió:holap dan,...

me encanta!!!!
amo a san!!!,...el conejo no se la pone fácil a san jajajaja
privilegio de pocos demonios conseguir un ángel virgen (en todo y por 2da vez) jajajajja

nos vemos!!!

PD: te aceguro que ya ice demasiado merito para caer en el infierno,.. jajajajaj

dani_lcastrejon escribió:Hola!
He leído todos los capítulos desde hace días pero no he comentado, una disculpa por eso, apenas hoy me hice una cuenta para poder comentarte :3  porque la historia me ha gustado muuucho y va por buen camino.
Y que bien que los capítulos no sean cortos :D
Hasta luego, un beso y un abrazo !

Perdon por no responder a sus comentarios en serio pero hoy solo puedo pasar a dejar capitulo muy apretadamente DISCULPEN PERDON FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 2013958314 FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 2013958314  y sigan comentando siempre plis los proximos los repsondo  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 1206646864 
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)

Mensaje por Dani(: Sáb Jun 28, 2014 10:29 pm

Capítulo 10


Durante algunos instantes, en Lobby, Brittany había estado segura de que Santana se acordaba de ella. Pero no habían sido más que eso: instantes fugaces y etéreos que habían desaparecido como telarañas arrastradas por el viento. Y ella, que era una persona muy honesta, empezó a dudar de todo.

Tal vez su primer encuentro con Santana no había sido más que un sueño. Tal vez se había enamorado de su fotografía y se había imaginado los acontecimientos que siguieron a la partida de Luce y Aarón. Tal vez se había quedado dormida sola en el huerto de manzanos y todo había sido la ilusión solitaria y desesperada de una jovencita de un hogar desestructurado que nunca se había sentido amada era posible cuando todo el mundo cree una cosa y tú eres el único que piensa de otro modo, la tentación de integrarte en el grupo es enorme. Lo único que Brittany tenía que hacer era olvidar, negar, suprimir. Y volvería a ser una persona como las demás.

Pero ella era demasiado fuerte para rendirse. No había querido montar un número en el club cuando Santana le había echado en cara su virginidad, porque habría sido llamar la atención sobre un hecho del que se sentía un poco avergonzada. Y tampoco había querido obligarla a reconocerla ni a reconocer que habían pasado una noche juntas, ya que tenía un corazón puro y no le gustaba forzar a nadie a nada.

Cuando vio la confusión en la cara de Santana mientras estaban bailando y se dio cuenta de que su mente no le permitía recordar, Brittany lo dejó correr. La preocupaba lo que un súbito reconocimiento podía provocar en ella y el temor a que su cerebro estallara como la taza de café de Grace la decidió a no decir nada Brittany era una buena persona. Y a veces la bondad no cuenta todo lo que sabe. A veces, la bondad espera el momento adecuado y aguanta como puede hasta entonces.

La profesora López no era la mujer de la que se había enamorado en el huerto de manzanos. Era fácil darse cuenta de que a La Profesora le pasaba algo. No era sólo que fuera una persona sombría o deprimida; era un ser perturbado. A Brittany, familiarizada con el alcoholismo de su madre, la preocupaba que tuviera problemas con la bebida. Pero su bondad le impedía hacerle daño, obligándola a mirar algo que ella no quería ver.

Habría hecho cualquier cosa por Santana, la mujer con la que había pasado una noche en el bosque, si ella le hubiera dado el más mínimo indicio de que la quería. Habría descendido a los Infiernos y la habría buscado por todos sus círculos hasta encontrarla. Habría atravesado con ella las puertas y la habría traído de vuelta, arrastrándola. Si Santana hubiera sido Frodo, Brittany habría sido su Sam y la habría seguido hasta las entrañas del Monte del Destino.

Pero La Profesora ya no era su Santana. Ésta estaba muerta. Había desaparecido dejando tras de sí sólo vestigios en el cuerpo de un clon torturado y cruel Santana había estado a punto de romperle el corazón una vez y Brittany no iba a permitir que volviera a hacerlo antes de irse de Toronto y regresar con Aarón y con ese grupo perturbado que tenía por familia, Lucy insistió en visitar el apartamento de Brittany. Ésta había ido dándole largas y Santana le había aconsejado a su hermana que no se presentase sin avisar. Sabía que en cuanto Lucy viera dónde vivía, se encargaría de hacer sus maletas personalmente y la obligaría a mudarse a un sitio más confortable, a ser posible a la habitación de invitados de Santana (Sólo cabía imaginar cuál sería la respuesta de Santana a esa idea, pero sería algo parecido a « ¡Ni de puta broma!».) Y así, el domingo por la tarde, Lucy llegó a casa de Brittany para tomar el té y despedirse de ella antes de que Santana la acompañara al aeropuerto Brittany estaba nerviosa. Como un sobrio monje medieval, tenía la virtud de la fortaleza, así que no la asustaba la falta de comodidades. Al firmar el contrato no le había parecido que su agujero de hobbit estuviera tan mal. Era un lugar seguro, estaba limpio y se lo podía permitir. Pero una cosa era lo que ella pensara y otra muy distinta enseñárselo a su amiga.

—Tengo que advertirte que es muy pequeño. Pero recuerda que vivo gracias a una beca de estudios y que no puedo trabajar para sacarme algo de dinero extra porque no tengo permiso de trabajo. Así que, como comprenderás, no puedo permitirme vivir en un edificio como el de Santana ni nada remotamente parecido —le explicó, mientras Lucy entraba en el apartamento.

Ésta asintió y dejó una gran caja cuadrada encima de la cama Santana ya la había avisado de lo pequeño que era el sitio. Y le había dicho que no se le ocurriera escandalizarse, porque ella todavía se sentía culpable por su horrible reacción a pesar de todo, Lucy no estaba preparada para lo que vio. El espacio era diminuto, destartalado y todo lo que contenía era de segunda mano y barato. Todo menos las cortinas, la ropa de cama y las pocas cosas que Britt se había traído de casa Lucy intentó disimular. Recorrió el estudio, lo que hizo en unos cinco pasos, miró dentro del armario, examinó el lavabo y permaneció en el área de cocinar mirando el patético hornillo eléctrico y el decrépito microondas. Luego se cubrió la cara con las manos y se echó a llorar.

Brittany se quedó clavada en el suelo, sin saber qué hacer. Sabía que a su amiga la afectaba mucho la fealdad, pero había tratado de que su apartamento estuviera lo más bonito posible. Por eso había usado el lila para la decoración. Pensaba que Lucy sabría apreciarlo.

Poco después, ésta se recuperó. Secándose las lágrimas, se echó a reír, pero era una risa histérica—Lo siento. Son las hormonas y la falta de sueño. Desde que murió mamá estoy muy sensible. Y luego está todo el tema de mi padre, Aarón y la boda. Oh, Britt. Ojalá pudiera llevarte conmigo a Filadelfia. Hay tanto espacio libre en casa. Sólo la cocina ya es más grande que tu estudio ella la abrazó con fuerza hasta que Lucy se echó a reír —Santana me dijo que eras muy exigente con el té. Se quedó impresionada con tu manera de prepararlo. Y ya sabes lo mucho que cuesta impresionarla. Así que voy a acurrucarme en tu bonita cama lila y a aprender a prepararlo —dijo, dejándose caer sobre la colcha, colocándose la caja sobre las rodillas y tratando de mostrarse contenta para no entristecer a su amiga.

A Brittany la sorprendió que Santana se acordara del té, después de lo muy ocupada que había estado ese día criticando sus hábitos alimenticios. Pero trató de no pensar en ello y centrarse en Lucy quería que se sintiera cómoda y se olvidara de sus problemas por un rato. Pronto estuvieron las dos sentadas en la cama, con una taza de té en la mano y comiendo trufas que Britt había comprado con los fondos de emergencia —Tengo que contarte algo sobre Santana —dijo Lucy, pasando un dedo por el borde de la taza.

—No quiero oírlo.

Su amiga la miró frunciendo el cejo — ¿Por qué?

—Porque es mi profesora. Es... más seguro fingir que no nos conocemos. Hazme caso.

Lucy negó con la cabeza —Ella me dijo algo parecido. Pero yo le contesté que me daba igual. Es mi hermana y le quiero. Y hay unas cuantas cosas que deberías saber sobre ella—Brittany suspiró y asintió—Si supiera que te estoy contando esto, me mataría, pero creo que te ayudará a entender su actitud. ¿Te explicó mi madre alguna vez la historia de su adopción?

—Sólo me contaba las cosas buenas: lo orgullosa que estaba de ella; lo bien que le iban las cosas en Princeton o en Oxford. Nunca me habló de su infancia.

—Mamá la encontró cuando tenía nueve años, vagando cerca del hospital de Sunbury. Iba de viaje con su madre, que estaba alcoholizada, y ella se puso enferma. La ingresaron en Sunbury, pero acabó muriendo, de pulmonía, creo. Sea como sea, mamá encontró a Santana, que no tenía ni un dólar. Ni siquiera podía comprarse una lata en la máquina de refrescos. Cuando localizó a sus parientes por teléfono, éstos le dijeron que no querían saber nada de la niña Santana siempre supo que su familia no la quería. Pero a pesar de lo que mis padres hicieron por ella, nunca se sintió a gusto en casa. Nunca se sintió un Clark —Brittany pensó en esa niña hambrienta y asustada y tuvo que reprimir las lágrimas. Se imaginó sus ojos, grandes y cafés, en su cara angelical. El pelo negro alborotado, la ropa sucia y la madre loca a causa del alcohol Brittany sabía lo que era tener una madre alcohólica. Sabía lo que era irse a la cama llorando cada noche, esperando que alguien, cualquier persona, la amara Santana y ella tenían más cosas en común de lo que parecía. Muchas más—Lo siento, Luce no lo sabía.

—No estoy excusando su mala educación. Sólo te estoy contando quién es. Tras la horrible pelea con Scott, mamá dejó una vela encendida en la ventana cada noche. Pensó que si Santana pasaba por allí y no se atrevía a entrar, la vela le diría que ella la estaba esperando y que la seguía queriendo —Brittany negó con la cabeza. No le extrañaba. Era típico de Grace. Era la caridad personificada —Santana finge ser una persona sana, pero está herida por dentro. En lo más profundo de su alma se odia. Le he pedido que te trate bien, así que espero que de ahora en adelante se comporte mejor. Si no lo hace, dímelo y yo me ocuparé de ella.

Brittany resopló —Básicamente me ignora. No soy más que una estudiante recién licenciada y nunca permite que me olvide de ello.

—Me cuesta creerlo. No creo que se dedique a observar con tanta intensidad a todas las estudiantes recién licenciadas—Brittany se entretuvo mirando la trufa para no tener que levantar la cabeza.

— ¿Me observa? —preguntó, tratando de parecer relajada, aunque la voz le tembló un poco.
—Te observa constantemente. ¿No te has dado cuenta? No dejó de mirarte durante la cena de la otra noche, ni en el club. Cada vez que bebes, no aparta los ojos de ti. Y cuando le guiño un ojo, frunce el cejo. —Lucy la miró, pensativa—. Cada vez que os veo juntas, pienso que me estoy perdiendo algo. Cuando le dije que iba a ir de compras, no sólo no intentó evitarlo sino que me animó. Hasta me dio dinero.

— ¿Y qué? Me parece bien. Para eso están las hermanas mayores. ¿Qué te compraste?

—El dinero no era para mí, era para ti—Brittany arrugó la frente y se volvió para mirar a su amiga.

— ¿Por qué demonios iba a hacer algo así?

—Dímelo tú.

—No tengo ni idea. Ha sido muy antipática conmigo desde que llegué.

—Bueno, pues el caso es que me dio dinero y me dijo que te comprara un regalo. Fue muy específico. Así que, aquí tienes. —Lucy le acercó la caja al regazo.

—No lo quiero—Brittany trató de apartarla, pero su amiga se lo impidió—Al menos, ábrela primero —Ella negó con la cabeza, pero Lucy no se rindió, así que acabó abriendo la caja.

Dentro había un precioso maletín de piel color chocolate, de los que pueden llevarse por las asas o en bandolera. Al sacarlo vio la etiqueta de Fendi «Mierda», pensó — ¿Qué te parece?

—No... No lo sé —balbuceó, contemplando el precioso maletín asombrada Lucy se lo quitó de las manos y empezó a abrir sus distintos compartimentos, comentando lo bien cosido que estaba y la calidad de sus acabados.

—Es perfecto para llevar el ordenador portátil. Es funcional y femenino. ¡Y es italiano! Las dos sabemos que tanto Santana como tú tenéis debilidad... por todo lo italiano —añadió tras una pausa para ver si Brittany reaccionaba de alguna manera y se delataba el rubor de sus mejillas y su nerviosismo le dijeron todo lo que necesitaba saber, así que decidió no seguir atormentándola—Me pidió que no te dijera que era de su parte. Por supuesto, no le he hecho caso —añadió, riéndose.

—Lo que quiere tu hermana es no volver a ver mi vieja mochila. Su sola existencia ofende su patricia sensibilidad, así que te ha usado para que me libres de ella. Pero no pienso hacerlo. Es una mochila L. L. Bean, ¡maldita sea! Está garantizada de por vida. Si la envío a Maine me la cambian por una nueva. Llévate el maletín. Que se lo meta por ese culo suyo demasiado bueno para productos nacionales—Lucy la miró sorprendida, pero en seguida reaccionó.

—No va a echar de menos el dinero. Lo tiene a montones.

—Los profesores no ganan tanto.

—Es verdad, pero el suyo lo heredó.

— ¿De Grace?

—No, de su padre biológico. Hace unos años, un abogado localizó a Santana y le dijo que su padre había muerto y le había dejado un montón de dinero en herencia. Creo que hasta ese momento nunca supo ni de quién era hija. De entrada, rechazó la herencia pero luego cambió de opinión.

— ¿Por qué?

—No estoy segura. Fue después de la pelea con Scott. Después de aquello, pasé bastante tiempo sin hablar con Santana. Hoy en día, creo que se esfuerza en gastárselo rápido, porque no para de acumular intereses. No pienses en el maletín como en un regalo suyo. Piensa que le estás ayudando a pulirse la fortuna de su padre ella quiere gastársela y que tú tengas algo bonito. Me lo dijo.

Brittany negó con la cabeza—No puedo aceptarlo. No me importa de dónde venga el dinero.
Lucy la miró apenada—Por favor, Britt Santana nos ha mantenido apartados de su vida durante demasiado tiempo. Justo ahora que empieza a permitirme que me acerque a ella otra vez, no quiero perderla de nuevo —dijo, haciendo una mueca.

—Lo siento, no puede ser. Es mi profesora, podría meterse en un lío por hacerme regalos.
Lucy la cogió de la mano— ¿Se lo contarías a alguien?

—Claro que no.

—Mejor, porque se supone que es un regalo atrasado por tu cumpleaños. —Abrió mucho los ojos—. Oh, Dios mío, Britt. Tu cumpleaños. Se me olvidó. Lo siento.

Ella apretó los dientes—No lo sientas, ya no lo celebro. Es demasiado duro. No puedo.

— ¿Has vuelto a saber algo de... ella?

Brittany sintió que se le revolvía el estómago—Sólo cuando está borracha o enfadada por algo. Pero al venir aquí me cambié de teléfono para que no pueda localizarme.

— ¡Desgraciado! —Exclamó Lucy—. Sé que no debería haberte dicho que Santana había pagado el maletín, pero no he querido mentirte. Sé lo que duele descubrir que te han engañado y yo no quiero hacerlo— Las dos amigas intercambiaron una significativa mirada Brittany se quedó contemplando el maletín, pensando en sus implicaciones, las declaradas y las ocultas. No quería recibir regalos de Santana ella la había rechazado. ¿Qué sentido tenía tener aquel maletín en un agujero de hobbit? ¿Y cómo podía llevarlo encima todo el día sabiendo que era un regalo suyo? Sabiendo que ella lo vería y la miraría con suficiencia, pensando que le había hecho un favor. Ni hablar. Ni por todo el oro del mundo Lucy se dio cuenta de lo que iba a decir antes de que abriera la boca—Si no la aceptas, sabrá que algo ha ido mal y me echará las culpas a mí—Brittany la maldijo en silencio: «Oh, dioses de las pretenciosas especialistas en Dante que van por el mundo con un palo metido en el culo, haced que le salgan ronchas como rodajas de mozzarella en tetas Por favor. Algo que pique mucho». Pero Brittany haría cualquier cosa por su amiga.

—Oh, de acuerdo. Lo haré por ti y sólo por ti. Pero haz el favor de decirle que no se le ocurra comprarme nada más. Estoy empezando a sentirme como uno de los niños de las campañas de Unicef.

Lucy asintió sonriendo y se comió otra trufa. Luego se lamió el chocolate que le había quedado en los labios y cerró los ojos—Hum. Qué buenas —Brittany abrazó el maletín y aspiró el aroma a cuero «Santana ha querido que tenga un regalo. Debe de sentir algo por mí, aunque sólo sea lástima. Y ahora tengo algo suyo, aparte de la foto. Algo que podré conservar para siempre.» Dejó pasar unos momentos antes de cambiar de tema.
— ¿Qué pasó durante el funeral? Envié unas flores con una tarjeta Santana la vio, pero no entendió por qué le enviaba flores a su madre.

—Sí, algo oí. Vi las gardenias y Scott me dijo que las habías enviado tú, pero la tarjeta desapareció antes de que pudiera explicarle nada a Santana. Estaba destrozada. Mis hermanos se estaban peleando otra vez y en lo único que yo pensaba era en mantenerlos a distancia para que nadie acabara siendo arrojado por una ventana. O encima de una mesita auxiliar...

Brittany pensó en cristales rotos, sangre y una alfombra blanca y se estremeció— ¿Por qué se pelean tanto?

Lucy suspiró—Antes no era así Santana cambió cuando se marchó a Harvard... —Dejó la frase inacabada —Ella no quiso presionarla, así que no insistió—Después de la pelea con Scott, tardó mucho en volver a casa. Y luego, cuando regresaba, sólo se quedaba un par de días. Insistía en dormir siempre en un hotel, aunque sabía que eso le rompía el corazón a mamá. Y Scott se encarga de recordarle lo mucho que la hizo sufrir siempre que puede. —Lucy mordisqueó otra trufa, pensativa—. Scott admiraba mucho a Santana y cuando las cosas empezaron a torcerse se lo tomó muy a pecho. Ahora casi no se dirigen la palabra y cuando lo hacen es aún peor. —Lucy se estremeció—. No sé qué habría hecho yo sin Aarón. Supongo que echar a correr para no volver nunca.

—Hasta una familia disfuncional es mejor que no tener familia —dijo Brittany en voz baja.
Su amiga la miró con tristeza—Sí, antes éramos los Clark. Ahora somos una familia disfuncional: la madre muerta, el padre destrozado por el dolor, una oveja negra irascible y un hermano cabezota llamado Scott. Supongo que yo soy la única normal de la familia.
— ¿Scott tiene novia?

—Salía con una mujer de su oficina, pero rompieron antes de que mamá se pusiera enferma.

—Lo siento.

Lucy suspiró—Mi familia es como una novela de Dickens, Britt. No, peor. Somos una mezcla retorcida de Arthur Miller y de John Steinbeck, con una pizca de Dostoievski y de Tolstoi para darle sabor.

— ¿Tan grave es la cosa?

—Sí. Me temo que hay también elementos de Thomas Hardy acechando bajo la superficie. Y sabes que odio a ese cabrón manipulador. —Brittany reflexionó sobre las palabras de Lucy y deseó que se estuviera refiriendo a El alcalde de Casterbridge y no a Tess la de los d’Uberville o, Dios no lo quisiera, a Jude el oscuro—Desde que mamá murió, todo está patas arriba. Papá sólo habla de jubilarse y de vender la casa. Quiere trasladarse a Filadelfia para estar más cerca de Scott y de mí. Cuando le preguntó a Santana si le importaría que vendiera la casa, éste salió disparada y desapareció en el bosque. Tardó horas en volver—Brittany inspiró hondo y empezó a juguetear con el asa del maletín Lucy, que estaba dejando la taza de té en la mesa plegable y luego fue un momento al baño, no se dio cuenta, pero sus palabras habían alterado mucho a Brittany. Cuando regresó, ésta se estaba añadiendo agua al té y se había obligado a tranquilizarse su amiga la miró preocupada— ¿Qué te dijo Santana en la pista de baile que te molestó tanto? Ah y, por cierto, mi español está bastante oxidado, pero Bésame mucho ¡es una canción muy caliente! ¿Sabes lo que dice la letra?—Brittany se forzó a respirar lentamente para no hiperventilar. Sabía que no le quedaba otro remedio que mentirle a Lucy, pero no le gustaba hacerlo.

—Me dijo que sabía que yo era virgen.

— ¡Será cabronaza! ¿Por qué hace esas cosas? —La joven negó con la cabeza, incrédula—. Ya verás cuando lo pille por banda. Pienso echarle en cara las fotos que tiene en su dormitorio y...

—No te molestes. Es verdad, ¿para qué negarlo? —Brittany se mordió el labio inferior—. Pero no sé cómo lo adivinó. No es que yo vaya presentándome así por los sitios: «Buenas tardes, profesora López. Soy la señorita Pierce y soy una virgen de Selinsgrove, Pensilvania. Encantada de conocerle». Lucy hizo un gesto con la mano, quitándole importancia.

—No le des más vueltas. Piensa que nunca le falta compañía femenina. Estoy segura de que notó que eras distinta de las demás mujeres que estaban allí esa noche. Probablemente eras la única mujer, aparte de mí, que no estaba en celo—A Brittany no le hizo ninguna gracia el comentario, pero no dijo nada—Cuando volviste de la pista de baile parecía que acabaras de ver un fantasma. Tenías el aspecto que me imagino que debías de tener cuando te encontraste a Si...

—Por favor, Lucy, no quiero hablar de esa noche. Ni siquiera quiero pensar en esa noche.

—Debería haberla atropellada por lo que te hizo. Aún estoy a tiempo. ¿Está en Filadelfia? Dame su dirección.

—Por favor —insistió Brittany.

Lucy le dio un abrazo cariñoso —No te preocupes. Algún día serás feliz. Te enamorarás de una chica guapo y ella se enamorará de ti. Te amará tanto que te dolerá. Os casaréis, tendréis una niña y seréis felices para siempre. Creo que en Nueva Inglaterra. Al menos, ésa es la historia que yo escribiría para ti si pudiera.

—Espero que se haga realidad. Me gusta creer que esas cosas son posibles, incluso para mí. Porque si no...

Su amiga la interrumpió con una sonrisa—Si hay alguien que se merezca un final feliz, ésa eres tú. A pesar de todo lo que te ha pasado en la vida, no te has convertido en una persona amargada. Ni fría. Sólo te has vuelto un poco reservada y tímida, pero no hay nada de malo en ello. Si yo fuera una hada madrina, te concedería tu deseo inmediatamente. Te secaría las lágrimas y te diría que no lloraras. Ojalá Santana siguiera tu ejemplo. Podría aprender una o dos cosas de ti sobre cómo enfrentarse al dolor y la frustración la soltó y la miró de cerca antes de seguir hablando—Sé que es pedirte mucho, pero ¿cuidarás de Santana, por favor?

Brittany se volvió hacia la tetera y llenó de nuevo las tazas para que no le viera la cara—Santana me odia y me desprecia. Si ha tolerado mi presencia estos días ha sido por ti.

—Eso no es cierto. Tienes que creerme, he visto cómo te mira. Puede ser... frís, pero aparte de a sus padres biológicos, Santana no ha odiado a nadie en su vida. Ni siquiera a Scott.

—No sé cómo podría cuidar de ella —dijo Britt, encogiéndose de hombros.

—En realidad no hace falta que hagas nada. Sólo mantener los ojos abiertos. Y si ves que actúa de un modo extraño o que se mete en líos, avisarme. A cualquier hora del día o de la noche— Ella la miró, escéptica—Lo digo en serio, Britt. Ahora que no está mamá, tengo miedo de que vuelva a caer en la oscuridad. No quiero perderla otra vez. A veces tengo la sensación de que está en el borde de un precipicio y que cualquier movimiento, el menor soplo de aire, pueden hacerla precipitarse al vacío. Y no puedo permitirlo.

Brittany frunció el cejo un momento, pero en seguida asintió—Haré todo lo que esté en mi mano.

Lucy cerró los ojos y dejó escapar el aire—Me voy mucho más tranquila sabiendo que estás cerca. Serás su ángel guardián. —Rió suavemente—. Tal vez se le pegue parte de tu buena suerte.

—Yo tengo muy mala suerte y tú lo sabes mejor que nadie.

—Has conocido a Rachel, que parece una chica estupenda—Brittany sonrió Lucy se alegró al verlo. —No creo que a Rachel le importara enterarse de que eres... ya sabes. Aunque no es que sea nada malo.

Ella se echó a reír—Puedes decirlo, Lucy, no es ninguna palabrota. Y tienes razón, seguro que a Rachel no le importaría que sea virgen. Pero por suerte no hablamos de esas cosas.
Poco después, Lucy le dio un último abrazo de despedida y subió al taxi que la llevaría a casa de su hermana—Un día de éstos, cuando acabe de poner en orden todos los asuntos que tengo en la cabeza, voy a empezar a planear una boda espero que seas mi dama de honor —Brittany sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas.

—Por supuesto. Sólo tienes que decirme cuándo. Y, si quieres, te ayudaré con los preparativos.

Su amiga le lanzó un beso desde el interior del taxi—Cuando vine hace unos días no sabía qué me iba a encontrar. Tenía miedo. Pero ahora estoy muy feliz de haber venido. Al menos dos de las piezas de mi vida rota están volviendo a encajar. Si Santana se mete contigo y te hace sufrir, avísame. Cogeré el primer avión.

Con la partida de Lucy, Brittany y Santana se vieron obligadas a prescindir de la guía de su santa Lucía particular. Pero como si de una auténtica santa se tratara, antes de partir había llevado a cabo todas las misiones que se había propuesto. Y había sembrado semillas que germinarían pronto de maneras inesperadas.

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Hola Hola espero que les guste el capitulo y comenten (:
No he podido repsonder a sus comentarios porque tuve un accidente hace unos dias y con costos puedo escribir y ya perdon en serio !
Los proximos realmente los contestare!
Saludos y Besos
 FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 1206646864 


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Mensaje por :) Dom Jun 29, 2014 12:47 am

Espero que te recuperes...me encanto el cap que pasara cuando se vean en clases eso me pregunto saludos
:)
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Mensaje por Dolomiti Dom Jun 29, 2014 2:35 am

Accidente? Espero no haya sido grave, mejorate pronto! :) muy bueno el cap, ya veremos como se llevarán las brittana ahora que Lucy se va... Saludos
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Mensaje por micky morales Dom Jun 29, 2014 9:21 am

ojala britt y santana pdan ayudarse mutuamente!!!!!
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Mensaje por dani_lcastrejon Dom Jun 29, 2014 10:57 am

La pobreza de Brittany me dan ganas de llorar :'c y Santana debería tener un poco de consideración con ella.
Siempre me gustan los capítulos :3 pero cuánto falta para que tengan un mejor acercamiento y más mhmh bueno amistoso?e.e

Que te recuperes pronto, te deseo lo mejor \o/
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Mensaje por 3:) Dom Jun 29, 2014 8:57 pm

holap dan,...

me encanta,...
britt literalmente mordió la fruto prohibido jajajajajajja,...
a ver quien cuida a quien??? si el demonio al ángel o viceversa!!!

nos vemos!!!

PD; SUERTE Y RECUPERARTE PRONTO!!!
3:)
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Mensaje por Anddy Rivera Morris Dom Jun 29, 2014 11:21 pm

¿Nada grave tu accidente, cierto?. espero que te encuentres bien.
Sinceramente me esperaba más, pero no me malinterpretes, el capítulo estuvo muy bien... Pero quería más interacción entre Brittany y Santana jeje ... hasta la próxima, ¿vale?, un beso :)
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Mensaje por Dani(: Lun Jun 30, 2014 4:42 pm

:) escribió:Espero que te recuperes...me encanto el cap que pasara cuando se vean en clases eso me pregunto saludos

Hola Hola!
Muchas gracias y me alegro que te gustara el capitulo (:
Saludos y Besos  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 3637566961 

Dolomiti escribió:Accidente? Espero no haya sido grave, mejorate pronto! :) muy bueno el cap, ya veremos como se llevarán las brittana ahora que Lucy se va... Saludos

Hola Hola!
Muchas gracias me cai de las gradas  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 2236703817 ! Ya veremos si san no se comporta como una estupida !
Saludos y Besos  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 3637566961 

micky morales escribió:ojala britt y santana pdan ayudarse mutuamente!!!!!

Hola Hola!
Exactamente jajaj
Saludos y besos  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 3637566961 

dani_lcastrejon escribió:La pobreza de Brittany me dan ganas de llorar :'c y Santana debería tener un poco de consideración con ella.
Siempre me gustan los capítulos :3 pero cuánto falta para que tengan un mejor acercamiento y más mhmh bueno amistoso?e.e

Que te recuperes pronto, te deseo lo mejor \o/

Hola Hola!
Britt tienen una historia dura pero san con lo que puede la ayudara ya que como viste britt no se deja ayudar  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 2884812151  y Me alegro mucho (: y jajajaja ya veras va ver momentos ya casi ya casi lo prometo  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 3637566961  y muchas gracias ya estoy mejor  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 2013958314 
Saludos y Besos  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 3637566961 

3:) escribió:holap dan,...

me encanta,...
britt literalmente mordió la fruto prohibido jajajajajajja,...
a ver quien cuida a quien??? si el demonio al ángel o viceversa!!!

nos vemos!!!

PD; SUERTE Y RECUPERARTE PRONTO!!!

Hola Hola!
Britt ama esa manzana (Bueno quien no ?) jajaja y exactamente :P
Muchas gracias ya estoy un poco mejor  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 2013958314 
Slaudos y Besos  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 3637566961 


Anddy Rivera Morris escribió:
¿Nada grave tu accidente, cierto?. espero que te encuentres bien.
Sinceramente me esperaba más, pero no me malinterpretes, el capítulo estuvo muy bien... Pero quería más interacción entre Brittany y Santana jeje ... hasta la próxima, ¿vale?, un beso :)

Hola Hola!
Me cai de las gradas y me quebre un par de cosas  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 2884812151  pero ya estoy un poco mejor  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 2013958314  y Me alegra que te gustara y ya veras ya casi casi van a haber momentos solo espera  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 3637566961 
Saludos y Besos  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 2013958314 
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)

Mensaje por Tat-Tat Lun Jun 30, 2014 4:59 pm

Te quebraste un.par de cosas???
(Onda huesos? o Cosas que llevabas encima?
Y cómo te caes de las gradas? :/)

Estás con reposo?
Saludos.
Cuídate y sigue pronto (si puedes)
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Mensaje por Dani(: Lun Jun 30, 2014 5:12 pm

Tat-Tat escribió:Te quebraste un.par de cosas???
(Onda huesos? o Cosas que llevabas encima?
Y cómo te caes de las gradas? :/)

Estás con reposo?
Saludos.
Cuídate y sigue pronto (si puedes)

Hola Hola!
Me quebre una mano y unas costillas  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 2884812151 FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 2884812151  soy un poco muy torpe diria yo !
Estoy en cama pero estoy trabajando para actualizar (:
En poco tiempo actualizo  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 3637566961 
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)

Mensaje por Dani(: Lun Jun 30, 2014 5:27 pm

Capítulo 11


El martes por la tarde, a última hora, Brittany y Rachel estaban sentadas en el Starbucks de la calle Bloor, disfrutando de sus respectivos cafés, acurrucadas en un sofá de terciopelo lila y charlando. Estaban cerca, pero no demasiado. Lo bastante cerca como para que Rachel pudiera admirar su belleza; lo suficientemente lejos como para que Brittany pudiera mirarla a los ojos —aquellos ojos grandes y amables— y no sentirse inquieta. O apabullada— ¿Te gustan los Nine Inch Nails? —le preguntó ella, que sostenía un vaso grande de café con las dos manos.  
 
A Rachel le sorprendió la pregunta—Pues no. La verdad es que no —respondió, encogiéndose de hombros—. Trent Reznor me crispa bastante. Menos cuando canta temas de Tori Amos. ¿Por qué? ¿A ti te gustan?
 
Brittany se estremeció—No. En absoluto.
 
Ella rebuscó en su maletín y sacó un CD—Éste es el tipo de música que me gusta. Música que me permita trabajar mientras la escucho.  

— ¿Hem? Nunca he oído hablar de ellos —dijo Brittany, dándole la vuelta a la funda.
 
—Tienen una canción que creo que te gustaría. Se llama Half Acre. Salía en un anuncio de seguros de la tele, así que puede que te suene. Es preciosa. Y nadie grita, ni da berridos ni te dice que te va a fo... —Se interrumpió, ruborizándose. Estaba tratando de hablar bien cuando estaba con ella, pero no acababa de conseguirlo Brittany le alargó el CD, pero Rachel lo rechazó—No, lo compré para ti. El álbum se llama «Rabbit songs». Canciones de conejos para el Conejito.
 
—Gracias, pero no puedo aceptarlo.  
 
Ella pareció ofendida. Y dolida— ¿Por qué no?  

—Porque no. Pero gracias de todos modos.  
 
—Pues has aceptado que alguien te regalara un precioso maletín —protestó Rachel, señalándolo—. ¿Un regalo de Navidad adelantado de alguna novia?    

—No tengo novia —respondió ella, incómoda— La madre de mi mejor amiga quiso que me lo quedara. Murió hace poco.  

—Lo siento, Conejito. No lo sabía—le dio unas palmaditas en la mano y dejó el CD en el sofá, entre las dos Brittany no se apartó. De hecho, estuvo rebuscando en el maletín hasta que encontró el CD de la profesora López y se lo devolvió, sin apartar la mano que Rachel le tenía sujeta en ningún momento— ¿Qué puedo hacer para convencerte de que aceptes mi regalo? —preguntó Rachel, mientras guardaba el CD de Mozart en su maletín.  

—Nada. Ya he recibido demasiados regalos últimamente. Estoy servida.  

Rachel enderezó la espalda y sonrió—Deja que lo intente. Tienes unas manos tan pequeñas... Nadie, ni siquiera la lluvia, tiene las manos tan pequeñas —añadió, moviendo sus manos unidas para verlas desde todos los ángulos Brittany la miró con curiosidad.
 
—Es muy bonito. ¿Se te ha ocurrido ahora?  
 
Rachel apoyó la cabeza en el respaldo y se acercó la mano de Brittany a los ojos, mientras le trazaba la línea de la vida con el pulgar. Parecía como si le estuviera leyendo la palma de la mano—No, es una cita del poema de E. E. Cummings, «En algún lugar al que nunca he viajado». ¿Lo conoces?    

—No, pero me encantaría. —La voz de Brittany sonó tímida de repente.
 
—Algún día te lo leeré. —Rachel la miró a los ojos con una sonrisa esperanzada.
 
—Me gustará mucho.
 
—No es de Dante, pero es bonito. —El pulgar de Rachel le presionó ligeramente la mano—Y me recuerda a ti. Tú estás en un lugar al que nunca he viajado. Tú, tu fragilidad y tus manos diminutas.

Brittany se inclinó hacia adelante para disimular el rubor que le cubría las mejillas y bebió un poco de café. Pero permitió que Rachel siguiera acariciándole la mano dulcemente. Al llevarse el vaso a los labios, su vetusto jersey de lana lila le resbaló un poco del hombro, dejando al descubierto unos cinco centímetros de tira de sujetador de algodón blanco y una curva de piel de alabastro.    Inmediatamente, Rachel le soltó la mano y le cubrió la inocente tira con el jersey, apartando la vista para no incomodarla—Así —susurró—. Arreglado.

Y volvió a reclinarse en el asiento. No quería arriesgarse a que se enfadara. Con mucha prudencia, le volvió a coger la mano. Tenía miedo de que la apartara en cualquier momento Brittany observaba lo que Rachel estaba haciendo conteniendo el aliento. Parecía como si todo sucediera a cámara lenta. La manera de actuar de Rachel le llegaba al corazón. Sus movimientos eran íntimos pero castos al mismo tiempo. Le había tapado el hombro. Había cubierto una parte de su cuerpo pequeña e inocente, para protegerla de miradas lujuriosas. Y, al hacerlo, le había demostrado su aprecio y su respeto con ese acto, galante y amable, se había ganado el acceso a su corazón.

No hasta el fondo, pero sí hasta el Vestíbulo, por decirlo de alguna manera. Si ese gesto había sido una muestra del contenido de su alma, Brittany estaba convencida de que no le importaría que fuera virgen. Estaba segura de que, al enterarse, la cubriría con una manta de aceptación no la acusaría ni se burlaría de ella. Y mantendría cualquier secreto que tuvieran entre las dos, sin contárselos a nadie. No la trataría como a un animal; no la follaría ni la violaría. Y no querría compartirla con nadie.    

Empujada por esos sentimientos, hizo algo impetuoso: se inclinó hacia Rachel y la besó. Fue un beso tímido y casto. No sintió que la sangre se le acelerara, ni una vibración por todo el cuerpo, ni una explosión de calor. Los labios de ella, que eran muy suaves, respondieron vacilantes Brittany notó su asombro en el modo en que apretó la mandíbula. Sin duda la había sorprendido con su atrevimiento y lo lamentó inmediatamente  lamentó que sus labios no fueran los de Santana lamentó que aquel beso no fuera como los besos de Santana una gran tristeza se abatió sobre ella. Una vez más, se maldijo por haber probado algo de lo que no podría volver a disfrutar. Con el primer bocado de aquella manzana, había echado a perder la oportunidad de que otra mujer pudiera estar nunca a la altura de Santana morder la manzana había sido adquirir el conocimiento. Y ahora lo sabía se alejó de Rachel antes de que lo hiciera ella, reprendiéndose por haber sido tan atrevida. Se preguntó qué pensaría de ella. «Acabo de perder a mi única amiga en Toronto por un beso —reflexionó—. ¡Maldita sea!»  

—Conejito —dijo ella mirándola con cariño y acariciándole la mejilla su contacto no era eléctrico, sino suave y relajante. Todo en Rachel era amable. Hasta su piel  rodeándola con sus brazos, la atrajo hacia su pecho para acariciarle el pelo y susurrarle algo dulce al oído.

Cualquier cosa que sirviera para tranquilizarla y borrar aquella expresión de dolor y de confusión en su cara pero sus dulces murmullos se interrumpieron en seco con la llegada de una arpía de grandes alas, zapatos de tacón y pintalabios carmesí, con un vaso de café en cada mano.  

—Vaya, vaya, qué bonita escena —dijo una voz fría y dura como el acero  al levantar la vista, Brittany se encontró con los ojos verdes de Quinn Fabray trató de apartarse de Rachel, pero ésta se lo impidió.  

—Hola, Quinn —la saludó Rachel sin ningún entusiasmo.  

— ¿De visita en los barrios pobres para confraternizar con los alumnos del curso de especialización? Qué democrático por tu parte, Rachel —se burló ella, ignorando a Brittany.
 
—Ten cuidado, Quinn —le advirtió Rachel—. ¿A dos manos? ¿No será demasiado café? ¿Acaso no has dormido en toda la noche?  

—Si yo te contara... —ronroneó ella—. Pero no son los dos para mí. Uno es para Santana. Oh, no te había visto, Susan. Supongo que para ti sigue siendo la profesora López. —Y se echó a reír como una gallina clueca.    

Alzando una ceja, Brittany reprimió el impulso de sacarla de su error y de borrarle aquella sonrisa burlona de la cara. Porque, ante todo, era una dama. Y porque le gustaba la sensación del brazo de Rachel sobre su hombro y no tenía ganas de moverse. De momento al menos—Tú tampoco le llamas Santana a la cara, Quinn —dijo Rachel—. Te reto a que lo hagas la próxima vez que la veas.

La mirada de la joven se endureció aún más— ¿Me retas? Qué gracioso. ¿Es algo típico de Vermont? ¿Algo que las granjeras se dicen unas a otras mientras apilan estiércol? Después de la reunión con Santana, probablemente iremos a Lobby a tomar unas copas. Le gusta ir allí después del trabajo. Estoy segura de que esta noche... intercambiaremos más que nombres—Sacó un poco la lengua y se la pasó por el labio inferior lánguidamente Brittany sintió náuseas.
 
— ¿Te va a llevar allí a ti? —preguntó Rachel, escéptica.
 
—Oh, sí. No lo dudes.

Brittany sintió una arcada, pero la reprimió. Pensar en Santana junto a aquella... furcia era repugnante. Hasta la camarera de Lobby le parecía preferible a ella—No eres su tipo de mujer —murmuró Brittany, sin poder evitarlo.  
 
— ¿Perdona? — Ella alzó la vista y se encontró con los ojos entornados y cargados de suspicacia de Quinn. Calibró sus alternativas durante un par de segundos y decidió optar por la prudencia.  
 
—He dicho que no es mi tipo de local.  
 
— ¿Cuál?    

—Lobby. No me parece nada del otro mundo.
 
La otra le dedicó una sonrisa glacial—Como si el portero te fuera a dejar entrar. Lobby es un club exclusivo—Luego la miró de arriba abajo, como si fuera un animal de esos que nadie quiere. Como si fuera un poni viejo y casi ciego en una granja escuela. De pronto, Brittany se vio fea y poco adecuada. Sintió ganas de llorar, pero las reprimió.  

Rachel sabía lo que Quinn estaba haciendo. Notó que Brittany empezaba a temblar como reacción al afilamiento de garras de su compañera. Así que, aunque le dolió, soltó a Brittany y se echó hacia adelante en el sofá «No me obligues a levantarme, zorra», pensó — ¿Qué te hace pensar que no dejarían entrar a Brittany en Lobby, Quinn? ¿Acaso sólo dejan entrar a profesionales?    

La joven se ruborizó violentamente— ¿Qué sabrás tú, Rachel? ¡Eres prácticamente una monja! O tal vez sí. ¿Es eso lo que hacéis las monjas? ¿Tenéis que pagar para acostaros con alguien? —preguntó, con una mirada malintencionada hacia el nuevo maletín de Brittany.    

—Quinn, si no cierras la boca ahora mismo, voy a tener que levantarme. Y en cuanto me ponga de pie, me voy a olvidar de mis modales —dijo Rachel, mirándola muy seria.  

—No te excites tanto —replicó Christa—. Estoy segura de que hay múltiples explicaciones. Tal vez no la dejaran entrar por su coeficiente intelectual Santana dice que no eres demasiado lista, Susan— Y sonrió triunfalmente al ver que Brittany agachaba la cabeza, sintiéndose insignificante Rachel se apoyó en los talones. No iba a pegarle a Quinn; sólo iba a asegurarse de que se callara de una vez. Tal vez pudiese llevarla a rastras hasta la salida. Pero al final no tuvo que hacer nada.  

— ¿Ah, sí? ¿Y qué más dice Santana, si se puede saber?— Las tres estudiantes se volvieron a la vez hacia la especialista en Dante de ojos cafés que se había acercado a ellas sin que se dieran cuenta. No sabían cuánto tiempo llevaba allí ni lo que había oído, pero tenía la mirada brillante y no podía esconder su enfado con Quinn. Era como una nube de tormenta que crecía amenazadoramente. Por suerte, pensó Brittany, esa vez no avanzaba en su dirección «El picor en mi pulgar me dice que algo malo está a punto de llegar», pensó Rachel, recordando el famoso verso de Macbeth —Rachel —la saludó Santana con frialdad, mirando intencionadamente hacia el espacio cada vez mayor que separaba a Susan de su ayudante de investigación  «¡Follaángeles! Ajá. Así está mejor. Las manos lejos del ángel, desgraciada.» —Señorita Pierce, es un placer verla. —Santana esbozó una sonrisa un poco forzada—. La veo estupendamente, como siempre «Sí, ángel de ojos azules, he oído lo que te ha dicho. No te preocupes. Yo me encargo de ella.» —Señorita Fabray —dijo Santana al fin, indicándole a Quinn que la siguiera con un gesto, como si fuera un perro «Has mirado a Brittany como si fuera basura. No lo volverás a hacer. Me aseguraré personalmente de ello.»  Brittany vio que ella rechazaba el café que Quinn le había comprado y que se dirigía al mostrador para pedir otra cosa. Vio también que los hombros de la chica se estremecían de rabia.  

Rachel se volvió hacia Brittany y suspiró— ¿Dónde nos habíamos quedado?    
Ella respiró hondo y dejó pasar unos instantes antes de decir lo que sabía que tenía que decir —No he debido besarte. Lo siento —se disculpó, mirando el maletín para no mirarla a la cara.    

—Yo no lo siento. Sólo siento que lo sientas —replicó Rachel, acercándose y mirándola con una sonrisa—. Pero no pasa nada. No estoy enfadada ni disgustada.  
 
—No sé qué me ha pasado. No suelo actuar así. No voy besando a cualquiera por ahí.
 
—Es que yo no soy cualquiera. —La miró fijamente—. Personalmente, llevo mucho tiempo queriendo besarte. Desde el primer seminario, para ser sincera. Pero habría sido demasiado pronto— Trató de obligarla a mirarla a los ojos, pero ella apartó la vista y miró a la pareja sentada a otra mesa, discutiendo. Suspiró—Brittany, ese beso no tiene por qué cambiar nada. Piensa en ello como en una demostración de cariño entre amigas. No tiene por qué volver a suceder a no ser que tú así lo quieras —insistió ella, preocupada—. ¿Te sentirás mejor así? ¿Quieres que finjamos que no ha sucedido?
 
Ella asintió y se removió en el sofá—Lo siento, Rachel. Eres tan amable conmigo...
 
—No quiero que sientas que me debes nada. No soy amable contigo para conseguir algo a cambio. Soy así contigo porque me apetece. Por eso te compré el CD. Y por eso el poema me recuerda a ti. Me inspiras. —Se inclinó hacia ella para susurrarle al oído, aunque era muy consciente del par de ojos cafés clavados en ella desde otra mesa—: Por favor, no te sientas obligada a hacer nada que no te apetezca. Yo seré tu amiga hagas lo que hagas. —Guardó silencio unos instantes—. Ha sido un pequeño beso amistoso. Pero a partir de ahora podemos limitarnos a abrazarnos. Y algún día, si quieres que pasemos a algo más...  
 
—No estoy preparada —susurró Brittany, algo sorprendida al haber encontrado con tanta facilidad las palabras que expresaban exactamente cómo se sentía.  

—Lo sé. Por eso no te he devuelto el beso con el entusiasmo que me habría gustado. Pero ha sido un beso muy bonito. Gracias. Sé que no dejas que cualquier persona se acerque tanto a ti y yo me siento muy honrada de que me tengas confianza— Le dio unos golpecitos en la mano y volvió a sonreír. Ella abrió la boca para decir algo, pero Rachel habló primero—Qué ganas tenía de romperle el cuello a Quinn cuando te ha dicho esas cosas. Otro día no me molestaré en responderle. —Miró hacia la mesa de La Profesora y comprobó aliviada que sus ojos color marrón estaban ahora clavados en Quinn, que parecía a punto de llorar.
Brittany se encogió de hombros—No tiene importancia.  

—Sí la tiene. He visto cómo te miraba. Y he visto tu reacción. Te has encogido, Britt. ¿Por qué demonios te has encogido? ¿Por qué no la has mandado al infierno?  
 
—Porque yo no hago esas cosas si puedo evitarlo. Intento no ponerme a su nivel. Otras veces me quedo tan asombrada de que la gente sea tan desagradable sin motivo que no me salen las palabras.  
 
— ¿Hay más gente que se porta así contigo? —preguntó Rachel, empezando a enfurecerse.
 
—A veces.
 
— ¿López? —susurró.    

—Ha mejorado mucho. Ya la has visto. Hoy ha sido... educada.
 
Rachel asintió a regañadientes « ¡Profesora tarada!»  Brittany se retorció las manos, nerviosa—No pretendo ser la madre de Calcuta ni nada parecido, pero cualquiera puede gritar obscenidades. ¿Por qué debería ser como Quinn? Me gusta pensar que a veces... sólo a veces, el silencio puede ser más fuerte que el mal. Y me gusta pensar que, si no digo nada, la gente oirá el odio que sale de su boca con sus propios oídos, sin nada que los distraiga. Tal vez la bondad sea suficiente para mostrar el mal como lo que es, sin necesidad de reprimirlo con más mal. Aunque no es que yo sea la encarnación del bien. Sé que no lo soy. —Se detuvo y miró a Rachel—. No me estoy explicando muy bien.  
Ella sonrió—Te explicas con absoluta claridad. Precisamente hablamos de esto en el seminario sobre santo Tomás de Aquino. El mal es su propio castigo. Mira a Quinn, por ejemplo. ¿Crees que es feliz? ¿Cómo podría serlo portándose así? Algunas personas son tan egocéntricas y viven tan engañadas que ni todos los gritos del mundo servirían para que se dieran cuenta de sus errores.  
 
—O para activar su memoria —añadió Brittany, con una mirada de reojo a la otra mesa.

*****

Al día siguiente, Brittany se encontraba en el Departamento de Estudios Italianos, revisando la correspondencia antes del seminario sobre Dante. Estaba escuchando el CD que Rachel le había regalado. Finalmente había aceptado su regalo y lo había cargado en su iPod. Su amigo tenía razón. Se había enamorado del álbum inmediatamente y pronto comprobó que podía trabajar en su proyecto mucho mejor con aquella música que con la de Mozart. «Lacrimosa» era demasiado deprimente tras varios días sin encontrar nada, finalmente recibió correspondencia. Tres cartas, concretamente.  
 
La primera anunciaba la nueva fecha de la conferencia de la profesora López: «La lujuria en el Infierno de Dante: el pecado capital contra el Yo». Tomó nota y pensó preguntarle a Rachel si le apetecería acompañarla.  

La segunda carta venía en un sobre pequeño color crema. Al abrirla, comprobó asombrada que contenía una tarjeta de regalo de Starbucks. Era una tarjeta personalizada, decorada con la imagen de una bombilla. El texto decía: «Eres brillante, Susan»  Al darle la vuelta a la tarjeta, vio que tenía un valor de cien dólares. «Mierda —pensó—. Eso es mucho café.» No le cupo duda de quién se la había enviado y por qué, pero igualmente no se desprendió de la sensación de sorpresa. Hasta que abrió la tercera carta.    

Era un sobre alargado y elegante Brittany lo abrió rápidamente y vio que se lo enviaba el jefe del Departamento de Estudios Italianos. La felicitaba por haber conseguido una beca. Lo primero que hizo ella fue buscar la cantidad. Al ver que se trataba de cinco mil dólares al semestre y que era compatible con la que ya cobraba, cerró los ojos  «Oh, dioses de los estudiantes francamente pobres que viven en agujeros de hobbit que no son aptos ni para perros, ¡gracias, gracias, gracias!»    

—Susan, ¿te encuentras bien?   La voz de la señora Jenkins, amable y tranquilizadora, la sacó de su trance dirigiéndose a trompicones hasta su escritorio, le mostró la carta.  
 
—Ah, sí, ya me enteré —dijo la mujer con una sonrisa sincera—. Estas becas no se conceden muy a menudo. De repente, el lunes recibimos una llamada diciendo que una fundación había donado miles de dólares para la dotación de esa beca— Brittany asintió, sin salir de su asombro.  
 
La señora Jenkins se quedó mirando el sobre—Me pregunto quién será.
 
— ¿Quién será quién?  
 
—La persona que da nombre a la beca.  
 
—No lo he leído hasta el final.

La señora Jenkins le devolvió la carta y le señaló un nombre —Dice que eres la destinataria de la Beca M. P. López. Me pregunto quién será M. P. López. ¿Crees que sería pariente de la profesora López? Aunque López  es un apellido bastante común. Probablemente no sea más que una coincidencia.


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Bueno Bueno aqui un nuevo capitulo espero que les guste y que comenten  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 3637566961  

PD: Creo que el siguiente capitulo les gustara un potito habra Brittana  FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 3637566961 y que les parecio el Beso Britchel ? Britt se precipito no creen ?
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Mensaje por 3:) Lun Jun 30, 2014 8:22 pm

holap dan!!!!!

me encanta,..
hubiese dado cualquier cosa para escuchar que le decía san a quinn!!
que el duende vuelva al monte a pescar fréjoles y se pierda en el monte buscando a otro conejo,.. jajajaj (mmm  se nota que la odio)
el conejo puede buscar a cualquier "duende" o persona jajajajaj pero no va a tener comparación con el fruto prohibido!!!!
nuevas fechas para el seminarioooooooo siiiiiii jajajaja

nos vemos!!!!

PD: ame el tema-------> closer de NIN!!!!! siempre cuando leo un capitulo lo escucho ponle 4 o 5 veces jajaja
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Mensaje por :) Lun Jun 30, 2014 11:06 pm

Ohhh santana re mil tierna ayudando a britt solo le falta tener la dulzura de rach
:)
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Mensaje por monica.santander Lun Jun 30, 2014 11:07 pm

Ojala que las cosas para Britt comiencen a mejorar!!!
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Mensaje por dani_lcastrejon Mar Jul 01, 2014 2:15 am

Ahora Santana la tratará mejor? :o si? :o :o tengo que confesar que me gusta la pareja de Rachel y Brittany e.e Rachel es taaan linda con ella :3
Y amo la actitud de bitch de Quinn por cierto e.e
Hasta pronto :* o/
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Mensaje por dani_lcastrejon Mar Jul 01, 2014 2:16 am

Ahora Santana la tratará mejor? :o si? :o :o tengo que confesar que me gusta la pareja de Rachel y Brittany e.e Rachel es taaan linda con ella :3
Y amo la actitud de bitch de Quinn por cierto e.e
Hasta pronto :* o/
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Mensaje por Dolomiti Mar Jul 01, 2014 2:12 pm

Brittchel me gusta como amistad, aunque debo reconocer que es muy linda y tierna con britt. Sigo esperando que Santana sea más comprensiva y trate mejor a britt
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Mensaje por Anddy Rivera Morris Mar Jul 01, 2014 7:42 pm

El beso fue tierno... pero no de mi gusto xD tendré paciencia para los encuentros entre Britt y la miss Lopez aunque se estén demorando :( Asdfghjkl
Espero que te encuentres bien, y nos vemos en la siguiente actu :)
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Mensaje por micky morales Mar Jul 01, 2014 10:26 pm

que si se precipito, que le pasa! me vi por un momento retorciendo su pescuezo!!!!!!
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Mensaje por Dani(: Miér Jul 02, 2014 7:28 pm

3:) escribió:holap dan!!!!!

me encanta,..
hubiese dado cualquier cosa para escuchar que le decía san a quinn!!
que el duende vuelva al monte a pescar fréjoles y se pierda en el monte buscando a otro conejo,.. jajajaj (mmm  se nota que la odio)
el conejo puede buscar a cualquier "duende" o persona jajajajaj pero no va a tener comparación con el fruto prohibido!!!!
nuevas fechas para el seminarioooooooo siiiiiii jajajaja

nos vemos!!!!

PD: ame el tema-------> closer de NIN!!!!! siempre cuando leo un capitulo lo escucho ponle 4 o 5 veces jajaja

Hola Hola!
YA SOMOS 2 !! y exactamente ese conejito ya tiene dueña :P el fruto prohibido FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 1215408055 y ESE seminario OH SI FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 3637566961 
Saludos y besos!FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 1206646864 

PD: ESA CANCION FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 4061796348 FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 1215408055 

:) escribió:Ohhh santana re mil tierna ayudando a britt solo le falta tener la dulzura de rach

Hola Hola!
San intentara de cambiar :)
Saludos FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 1206646864 

monica.santander escribió:Ojala que las cosas para Britt comiencen a mejorar!!!

Hola Hola!
Ya veras ya veras :P
Saludos FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 1206646864 

dani_lcastrejon escribió:Ahora Santana la tratará mejor? :o si? :o :o tengo que confesar que me gusta la pareja de Rachel y Brittany e.e Rachel es taaan linda con ella :3
Y amo la actitud de bitch de Quinn por cierto e.e
Hasta pronto :* o/

Hola Hola!
Asi sera pero san a veces sera una tarada y jajaja a mi solo como amistad! y Quinn es un a bitch!
Saludos FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 1206646864 

Dolomiti escribió:Brittchel me gusta como amistad, aunque debo reconocer que es muy linda y tierna con britt. Sigo esperando que Santana sea más comprensiva y trate  mejor a britt

Hola Hola!
A mi tambien SOLO como amistad ! y ya veras prontamente (:
Saludos FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 1206646864 

Anddy Rivera Morris escribió:
El beso fue tierno... pero no de mi gusto xD tendré paciencia para los encuentros entre Britt y la miss Lopez aunque se estén demorando :( Asdfghjkl
Espero que te encuentres bien, y nos vemos en la siguiente actu :)

Hola Hola!
Ya casi llegaran la espera valera la pena :P
Saludos FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 1206646864 

micky morales escribió:que si se precipito, que le pasa! me vi por un momento retorciendo su pescuezo!!!!!!

Hola Hola!
JAJAJAJA creo que britt es un poco muy no se como decirlo :P
Saludos ! FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15) - Página 4 1206646864 
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Mensaje por Dani(: Jue Jul 03, 2014 12:17 am

Capítulo 12


La profesora López vio que salía luz por debajo de la puerta del despacho de la biblioteca, pero como Rachel había tapado con cartulina marrón la estrecha ventanita, no vio quién estaba dentro le extrañó que la chica estuviera trabajando un jueves a las diez y media de la noche la biblioteca cerraría en media hora se sacó la llave del bolsillo y entró sin llamar lo que se encontró dentro la dejó anonadada la señorita Pierce estaba en la silla, con la cabeza apoyada elegantemente en los brazos, que reposaban sobre el escritorio.

Tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta se la veía sonrosada y el pecho le subía y bajaba rítmicamente al respirar pausadamente el sonido de su respiración era relajante, como las olas del mar chocando contra una playa tranquila Santana se quedó contemplándola embelesada, pensando que se podría grabar un CD de relajación sólo con el sonido de su respiración se imaginó yéndose a dormir cada noche con esa melodía tenía el ordenador portátil encendido y vio que su fondo de pantalla consistía en una serie de ilustraciones, al parecer de un libro infantil relacionado con animales le llamó la atención un conejo blanco con orejas que le llegaban a los pies oyó música y vio que también salía del ordenador al lado de Brittany había un CD con la foto de un conejo en la carátula y Santana empezó a preguntarse por qué estaría tan obsesionada con esos animales «¿Será algún tipo de fetichismo con la Pascua?» Empezó a imaginarse en qué podía consistir ese fetichismo, cuando, de repente, recuperó la sensatez acabó de entrar en el despacho y cerró la puerta con llave a ninguna de las dos les convenía que las encontraran en el despacho a solas a esas horas.

Se acercó a ella no quería molestarla ni interrumpir lo que parecía un sueño muy agradable, pues estaba sonriendo tras localizar el libro que había ido a buscar, se dispuso a marcharse, pero sus ojos repararon en una libretita que había junto a los dedos de Brittany.
«Santana», había escrito. «Mi Santana.»

La visión de su nombre escrito varias veces en la libreta con tanto amor la atrajo con más fuerza que el canto de las sirenas y le provocó un escalofrío en la espalda se quedó momentáneamente inmóvil, con la mano en el aire por supuesto, se podía tratar de otra Santana le costaba creer que Brittany pensara en ella y más aún que lo considerara «su» Santana.

Al mirarla, supo que si se quedaba todo cambiaría entre las dos supo que si la tocaba sería incapaz de resistir el impulso —irreprimible, primitivo— de reclamar a la hermosa y pura señorita Pierce que estaba allí esperándola, llamándola con su aroma de vainilla que se percibía más de lo normal, en un espacio tan reducido y con demasiada calefacción «Mi Santana.» Se imaginó su voz acariciando su nombre como la lengua de un amante se mueve sobre la piel del amado.

Su mente, desatada, se imaginó que la rodeaba con los brazos y la besaba la sentaría en la mesa y se colocaría entre sus piernas, mientras ella le hundiría los dedos en el pelo y trataría de arrancarle la camisa y su sujetador y lanzaría todo al suelo Santana acariciaría su pelo largo y ondulado y le rozaría el cuello con un dedo, haciendo que cada centímetro, cada poro, se le cubriera de rubor con la nariz le acariciaría la mejilla, la oreja, la garganta, blanca como la nieve le encontraría el pulso en el cuello y se sentiría extrañamente calmada por su suave ritmo se sentiría conectada a los latidos de su corazón, sobre todo cuando éste empezara a acelerársele a causa de sus caricias se preguntaría si sería posible que sus corazones latieran al unísono o si eso sólo pasaba en la fantasía de los poetas sabía que al principio ella se mostraría tímida, pero ella insistiría con delicadeza, susurrándole dulces palabras de seducción al oído le diría todo lo que quería oír y Brittany se lo creería sus manos descenderían centímetro a centímetro, desde los hombros hacia sus preciosas e inocentes curvas, maravillándose a su paso de su receptividad ella florecería bajo sus manos.

Porque ninguna mujer la habría tocado así antes gradualmente, se encendería y respondería a sus caricias. ¡Oh, sí! ¡Cómo respondería! Se besarían y su beso sería eléctrico, intenso, explosivo sus lenguas se mezclarían y danzarían juntas, desesperadas, como si no hubieran besado nunca a nadie antes Brittany llevaría demasiada ropa ella querría quitársela toda y cubrir su piel de porcelana de besos ligeros como una pluma especialmente su precioso cuello y sus venas azuladas, que formaban una red en su garganta se ruborizaría como Eva, pero ella le curaría la timidez a besos pronto estaría desnuda y abierta ante ella, pensando sólo en ella y en la admiración que le despertaba y se olvidaría de que estaba en un incómodo despacho de biblioteca Santana la halagaría con juramentos y odas y le murmuraría palabras cariñosas para que no se sintiera avergonzada «Cariño, preciosa, tesoro, qué dulce eres...» Haría que creyera que la adoraba... y no sería del todo falso.

Pronto, la excitación sería demasiado intensa para aguantar más la reclinaría sobre la mesa con delicadeza, sujetándole la nuca con la mano mantendría la mano allí todo el tiempo, para no hacerle daño en ningún momento no permitiría que su cabeza golpeara en la mesa, como si fuera un juguete repudiado Santana no era una amante cruel no sería ruda ni indiferente sería erótico y apasionada, pero amable porque la conocía y quería que su primera vez fuera tan agradable para ella como lo sería para ella pero para que fuera perfecto, tendría que tumbarla sobre la mesa quería verla con las piernas abiertas para ella, jadeando e invitándola con los ojos nublados de deseo con la otra mano la penetraría y la miraría fijamente a los ojos mientras ella suspiraba y jadeaba la haría gemir ella y sólo ella Brittany se mordería el labio inferior y entornaría los ojos mientras Santana se deslizaba en su cuerpo ella le susurraría que se relajara y que se entregara sin resistencia de ese modo, su primera vez le resultaría más fácil Santana iría despacio y se detendría al llegar a su barrera ¿Sería capaz de hacerlo? Su hermoso ángel de ojos azules la estaría mirando.
El pecho le subiría y bajaría rápidamente el rubor que habría nacido en sus mejillas se habría extendido por todo su cuerpo sería una rosa ante sus ojos y florecería debajo de ella Santana sería amable y ella se abriría y ella la contemplaría extasiada, como si todo estuviera sucediendo a cámara lenta lo viviría con los cinco sentidos, la vista, el oído, el aroma, el gusto, el tacto no se perdería detalle del proceso. Y Brittany dejaría de ser virgen y se convertiría en una mujer, por ella gracias a ella « ¿Y el himen?» Habría sangre el precio del pecado era la sangre y un poco de muerte el corazón de Santana se detuvo. Perdió un latido y luego se recuperó latiendo el doble de rápido cuando la asaltó el recuerdo de un poema metafísico de sus días en Oxford en ese instante vio claramente que ella, la profesora Santana M. López, futura seductora de la hermosa e inocente Susan, era una pulga las palabras de John Donne retumbaron en sus oídos:

Mira esta pulga y mira qué pequeño es el favor que me niegas. Primero me picó a mí y luego a ti, y en su cuerpo se han mezclado nuestras sangres. A nadie se le ocurriría hablarle a la pulga de pecado, vergüenza o pérdida de virginidad. Este insignificante insecto disfruta sin comprometerse atiborrándose de la sangre de los dos. Por desgracia, eso es más de lo que podemos hacer tú o yo.

Sabía por qué su subconsciente había elegido ese momento para acordarse del poema de Donne. Los versos eran un argumento a favor de la seducción. El poeta le hablaba a la mujer que quería convertir en su amante, una virgen, y le decía que la pérdida de la virginidad era comparable a la picadura de una pulga. Debería entregarse a ella rápidamente, sin pensarlo. Sin dudar, sin lamentaciones en cuanto las palabras aparecieron en su mente, Santana supo que eran perfectas para la ocasión. Perfectas para justificar sus actos. Perfectas para lo que pensaba hacer con Brittany «Probarla. Tomarla. Sorberla. Pecar. Chupar hasta dejarla seca. Abandonarla.» Ella era pura inocente la deseaba Facilis descensus Avern Pero no sería ella quien la hiciese sangrar no sería ella la responsable de que otra chica sangrara durante el resto de su vida

Todas las ideas sobre follar encima de mesas, sillas, contra paredes, estanterías y ventanas, se esfumaron de repente. No la tomaría. No la marcaría ni la reclamaría, porque no tenía ningún derecho a hacerlo Santana López era una pecadora empedernida que sólo se arrepentía a medias el sexo sin compromisos y su propio placer ocupaban un lugar preferente en su mente dominada por la lujuria esa necesidad física nunca daba paso a algo más profundo, como el amor. Y, sin embargo, a pesar de esa y de otras carencias morales, a pesar de su incapacidad para resistirse a la tentación aún le quedaba un principio moral que regía su comportamiento. Aún quedaba una línea que se negaba a cruzar la profesora López no seducía vírgenes nunca se acostaba con vírgenes, nunca, ni aunque acudieran a ella voluntariamente. Nunca saciaba su sed con inocentes. Sólo se alimentaba de aquellas mujeres que ya la habían probado y que, después de conocerla, seguían queriendo más. Y no iba a transgredir su último principio moral a cambio de una o dos horas de satisfacción lasciva con una deliciosa estudiante en su propio despacho. Incluso un ángel caído tenía sus principios Santana dejaría la virtud de Brittany intacta la dejaría como la había encontrado, un ángel ruboroso de ojos azules, rodeada de conejitos y acurrucada como un gato en su silla seguiría durmiendo imperturbable, serena, sin que nadie la besara, sin que nadie la molestara. Puso la mano en el pomo de la puerta y estaba a punto de hacer girar la llave cuando oyó que ella se movía a su espalda Santana suspiró y dejó caer la cabeza hacia adelante.

No había renunciado a una noche de placer con ella por odio, sino por amor. Por el bien que a veces añoraba y deseaba que formara parte de su vida. Y tal vez por el recuerdo de la persona que había sido antes de que el pecado y el vicio se apoderaran de ella como un matorral de espinos, retorciéndose alrededor de su alma y ahogando sus virtudes. Soltó el pomo e inspiró hondo. Enderezando los hombros, cerró los ojos, preguntándose qué iba a decirle se volvió muy lentamente y vio que la señorita Pierce gruñía y se estiraba parpadeó y se cubrió la boca con la mano para bostezar al darse cuenta de que la profesora López estaba junto a la puerta, abrió mucho los ojos, ahogó un grito y se levantó de golpe de la silla, quedando aprisionada contra la pared. Verla encogida de miedo por su presencia casi le rompió el corazón. (Lo que demostraría que todavía tenía corazón.) —Chist, Susan, sólo soy yo—Santana le mostró las palmas de las manos en señal de rendición y trató de sonreír Brittany estaba atónita. Había estado soñando con ella instantes antes. Y ahora estaba delante de ella, observándola. Se pellizcó el brazo Santana seguía allí «Mierda. Me ha pillado.» —Sólo soy yo, Susan ¿Estás bien?

Ella parpadeó rápidamente y se frotó los ojos —No... No lo sé.

— ¿Cuánto tiempo llevas aquí? —preguntó ella, bajando las manos.

—Ejem... no lo sé —respondió, tratando de despertarse y de recordar al mismo tiempo.

— ¿Estás con Rachel?

—No.

Santana sintió un gran alivio— ¿Cómo has entrado? Éste es mi despacho— Brittany la miró a los ojos para juzgar su estado de ánimo «Me he metido en un lío. Y Rachel también. De ésta nos expulsan a las dos.» Se movió bruscamente hacia adelante, tirando la silla al suelo y, ya de paso, una pila de libros cercanos. Un montón de notas sueltas salieron volando y empezaron a caer a su alrededor como copos de papel de rayas Santana pensó que parecía un ángel dentro de una bola de nieve «Preciosa», pensó ella se agachó y empezó a recogerlo todo apresuradamente, mientras repetía unas palabras de disculpa como una letanía Santana reconoció algunas de las palabras que iba diciendo como si estuviera rezando el rosario: «Rachel me prestó la llave, lo siento, lo siento mucho» De una sola zancada, ella se plantó a su lado y le puso una mano en el hombro—Quieta. No pasa nada. Eres bienvenida aquí—Brittany cerró los ojos y trató de calmarse, pero era muy difícil tenía miedo de que La Profesora perdiera los nervios y echara a Rachel de su despacho para siempre Santana inspiró con fuerza y ella abrió los ojos. Al ver que tenía su mano en el hombro, la mirada se le nubló ella se le acercó más y la miró a la cara—Susan, estás pálida. ¿Te encuentras bien? Santana no sabía qué hacer. ¿Por qué ella actuaba de un modo tan raro? Tal vez estaba débil por falta de comida, o no se había despertado del todo. O quizá fuera por el calor. Hacía demasiado calor en el despacho y ella se había dormido con la calefacción encendida Santana la sujetó justo cuando Brittany se desmayaba la rodeó con sus brazos y la apretó contra sus pechos no estaba inconsciente no del todo al menos.


— ¿Susan? Le apartó el pelo de la cara y le acarició la mejilla con el dorso de los dedos ella murmuró unas palabras ininteligibles no se había desmayado, pero se apoyaba contra ella como si no tuviera fuerzas para mantenerse en pie Santana la sujetó para que no chocara contra la silla volcada o se cayera al suelo—¿Estás bien? Trató de moverla para que se sentara en el suelo, pero ella se sujetó con más fuerza a su cuello, como si no quisiera soltarse. A ella le gustó la sensación, así que la abrazó más fuerte y aspiró disimuladamente el olor de su pelo Vainilla el cuerpo de ella encajaba a la perfección contra el suyo, como si fueran complementarias. Era asombroso.

— ¿Qué ha pasado? —murmuró Brittany contra la camisa de ella, de color verde brillante.

—No estoy segura creo que te has mareado al levantarte de golpe. Hace demasiado calor aquí dentro—Ella le dedicó una sonrisa tan dulce que el corazón de Santana se derritió deseaba besarla, desesperadamente. Estaba cerca, muy cerca. Si se acercaba un poco más, aquellos labios serían suyos... de nuevo. Sus ojos la miraban con calidez y estaba siendo tan amable con ella... Santana empezó a apartarse centímetro a centímetro, asegurándose de que no se iba a caer cuando vio que se aguantaba sola, la sentó delicadamente sobre la mesa antes de enderezar la silla. Luego se acercó a la puerta.

—No me importa que uses el despacho. No me importa en absoluto. Sólo es que me ha sorprendido encontrarte aquí. Me alegro de que a Rachel se le ocurriera dejarte la llave. No pasa nada. —Santana sonrió para tranquilizarla, al ver que se había agarrado a la mesa con fuerza—. He venido a buscar un libro que le dejé —añadió, levantando el libro en cuestión moviéndose lentamente, Brittany se levantó de la mesa y empezó a recoger los libros y los papeles esparcidos por el suelo.

— ¿Has quedado con Rachel más tarde?

—No. Ha ido a una conferencia para graduados en Princeton. Mañana tiene una presentación Brittany levantó la cabeza y al ver que Santana seguía sonriendo, se relajó. Un poquito.

—Princeton. Sí, por supuesto. Lo había olvidado. Qué maletín tan bonito llevas —comentó, con una mueca de complicidad ella se ruborizó, tratando de no delatar el secreto que, gracias a su amiga, no era tan secreto —Aunque parece que hay un ser vivo por ahí. Veo que asoman unas orejas por una de las cremalleras.

Brittany se volvió hacia el maletín Santana tenía razón dos orejitas marrones asomaban de uno de los compartimentos, dando la sensación de que hubiese intentado meter una mascota a escondidas en la biblioteca. Se ruborizó más intensamente— ¿Puedo verlo? —preguntó ella, sin moverse hasta que ella le diera permiso indecisa, Brittany sacó el muñeco de peluche del maletín y se lo ofreció, mordiéndose el labio muerta de vergüenza «Es evidente que los conejos son el fetiche de la señorita Pierce.» Santana sostuvo el conejito entre el índice y el pulgar, mirándolo con curiosidad, como si no supiera qué era. O como si temiera que, en un ataque de furia, al peluche fuera a darle por imitar al famoso conejo de los Monty Python en Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores y le saltara al cuello Santana se llevó la mano al mismo como precaución y resistió el súbito impulso de decir Ni el peluche era marrón, muy suave, hecho de terciopelo o algo parecido. Tenía las patas cortas, las orejas largas y unos bigotes muy graciosos. Se mantenía muy derecho, demasiado rígido, pero le resultaba extrañamente familiar. A Grace le habría encantado. Podría haber formado parte de la infancia que ella nunca tuvo alguien le había atado un lazo rosa alrededor del cuello Santana lo examinó y llegó a la conclusión de que se lo había puesto alguien con alguna discapacidad (con todos los respetos hacia los discapacitados), o alguien con las manos muy grandes y escasa habilidad con la psicomotricidad fina (como ella). Llevaba una tarjetita no quería que se sintiera incómoda, así que sólo le echó un rápido vistazo. Fue suficiente para ver que decía:

E. Te dejo a alguien que te hará compañía mientras estoy fuera nos vemos a la vuelta.

Tuya, Rachel.


«La follaángeles contraataca», pensó Santana, malhumorada—Es... muy bonito —dijo, devolviéndoselo.

—Gracias.

— ¿Quién es E?

Brittany se volvió para guardarlo en el maletín, con cuidado de que no se le engancharan las orejas en las cremalleras —Es uno de mis motes.

—No lo entiendo. Tendría que empezar por P. Ella frunció el cejo— « ¿Por qué? ¿P de puta? ¿De Perra? ¿Petarda?» —De preciosa —le aclaró Santana y luego agachó la cabeza, ruborizándose un poco, porque el halago había salido de sus labios sin pretenderlo—. ¿Así que llevas horas durmiendo aquí, escuchando canciones sobre conejos, con un conejito como acompañante? No sabía que fueras una amante de los conejos —añadió en tono insinuante, sin poderlo evitar—. Me gusta ese grupo. Buena elección.

—Gracias. —Brittany apagó el ordenador y lo guardó con cuidado en el maletín, junto con el CD.

—La biblioteca está a punto de cerrar. ¿Qué habrías hecho si no hubiera llegado yo?
Ella miró a su alrededor, confusa—No lo sé.

—Si nadie se hubiera dado cuenta, podrías haberte quedado encerrada toda la noche. Sin comida. —La sonrisa desapareció de la cara de Santana sólo de pensarlo—. ¿Qué vas a hacer en el futuro para asegurarte de que no te vuelve a pasar?

— ¿Poner la alarma en el reloj de Rachel?

Santana asintió como si hubiera acertado la respuesta correcta, aunque no se había quedado satisfecha— ¿Tienes hambre?

—Debería marcharme, profesora. Siento haber invadido tu espacio personal
«No sabes hasta qué punto has invadido mi espacio personal, Susan.» —Señorita Pierce, un momento —la interrumpió ella, dando un paso en su dirección, mientras ella se colgaba el maletín al hombro con una mano y limpiaba la superficie de la mesa con la otra—. ¿Has cenado?

—No.

Santana frunció mucho el cejo. Sus cejas se juntaron como nubes de tormenta — ¿A qué hora has comido?

—A las doce.

—De eso hace ya casi once horas. ¿Qué has comido?

—Un perrito caliente del carrito de delante de la biblioteca.

Ella maldijo en silencio—No puedes alimentarte a base de comida basura. Y no me gusta que comas carne cocinada en la calle. Me prometiste que si pasabas hambre me lo dirías. Te has desmayado de hambre—Santana miró la hora en su Rolex Day-Date de oro blanco—Es demasiado tarde para llevarte a comer un filete. El Harbour Sixty ya está cerrado. Pero podemos ir a cenar a otro sitio. Yo estaba concentrada preparando mi conferencia y tampoco he cenado.

— ¿Segura?

—Señorita Pierce, no soy una mujer que lance invitaciones a la ligera. Si te invito a cenar es porque estoy segura. ¿Me acompañas o no?

—No voy vestida para ir a cenar, aunque muchas gracias —respondió ella, con suavidad pero con firmeza, arqueando una ceja había superado ya la sorpresa de encontrarla allí y estaba totalmente despierta e indignada por su actitud Santana la examinó de arriba abajo lentamente, admirando su figura, pero su mirada cambió al llegar a las zapatillas deportivas. Odiaba que las mujeres se pusieran zapatillas deportivas. Les quitaban trabajo a los podólogos, puesto que de ese modo evitaban lucir los pies. Consciente del absurdo rumbo de sus pensamientos, se aclaró la garganta.

—Vas perfecta. Creo que el color de la blusa hace destacar el rubor natural de tu piel y el azul cielo de tus ojos. De hecho, estás muy guapa. « ¿Tengo los ojos azul cielo? ¿Desde cuándo? ¿Y en qué momento se ha dado cuenta?» —Hay un sitio cerca de mi casa al que suelo ir entre semana, cuando se me hace tarde. Te invito a tomar algo allí y así podemos hablar de tu proyecto. De manera informal, por supuesto. ¿Qué te parece?

—Gracias, profesora.

Ambas se miraron y sonrieron con timidez Santana aguardó pacientemente a que ella acabara de dejarlo todo en orden antes de hacerse a un lado y señalar hacia el pasillo—Después de ti—Brittany le dio las gracias. Mientras salían, ella alargó la mano hacia las asas del maletín. Ella notó el roce de sus dedos y se apartó instintivamente, dejándolo caer Santana lo recogió—Es un maletín muy bonito. ¿Te importa que lo lleve un rato? —preguntó, con una sonrisa que la hizo ruborizarse.

—Gracias —murmuró ella—. Me gusta mucho. Es perfecto.

Santana no le dio más conversación hasta que llegaron al restaurante Caffé Volo en la calle Yonge. Era un establecimiento tranquilo y acogedor. Presumían de tener la carta de cervezas más completa de Toronto. Tenían también un cocinero italiano y la mejor cocina casera del barrio. Era un local pequeño, de sólo diez mesas, que en verano complementaban con algunas más en la terraza. La decoración, rústica, incluía algunas antigüedades, como bancos de iglesia o grandes mesas de granja. A Brittany le recordó a una taberna alemana, del estilo del restaurante Vinum, donde había estado con amigos durante una visita a Frankfurt a Santana le gustaba porque servían una de sus cervezas trapenses favoritas, la Chimay Première, y le gustaba tomar pizza napolitana con esa bebida. (Como siempre, no soportaba la mediocridad.) Como era una cliente habitual, y de las más puntillosas, le ofrecieron el mejor sitio, una tranquila mesa para dos en un rincón, cerca de un gran ventanal con vistas a la locura que era la calle Yonge por la noche Travestis, estudiantes universitarios, residentes en el colegio mayor, policías, felices parejas homosexuales, felices parejas heterosexuales, famosos de visita en los barrios pobres, yuppies paseando a sus pretenciosas mascotas, ecologistas, vagabundos, músicos callejeros, pandilleros, miembros de la mafia rusa, algún que otro profesor díscolo, algún miembro del Parlamento Provincial. Un fascinante caleidoscopio de comportamientos humanos en directo. Y gratis Brittany se sentó lentamente en su asiento, un antiguo banco de iglesia reconvertido y se echó sobre los hombros la manta de borreguillo que el camarero le había dejado en el respaldo — ¿Tienes frío? Le diré a Christopher que nos siente al lado de la chimenea. —Levantó el brazo para llamar al camarero, pero Brittany la detuvo.

—No lo hagas —dijo con timidez—. Me gusta mirar a la gente.

—A mí también, pero pareces el Yeti— Brittany se ruborizó—Lo siento —se excusó ella rápidamente—. No quería hacerte sentir incómoda, pero seguro que podemos conseguir algo más adecuado que esa manta, que a saber dónde habrá estado. Probablemente en el suelo del apartamento de Christopher. Y quién sabe qué clase de travesuras habrá hecho ahí encima « ¿Ha usado la palabra "travesuras" en una frase?», pensó Brittany, atónita La profesora López se quitó el jersey de cachemira verde, con un coche de carreras inglés y se lo dio Brittany lo cogió y lo cambió por la censurable manta de Yeti—¿Mejor? —preguntó ella, peinándose con los dedos.

—Mejor —respondió ella, sintiéndose más cómoda y mucho más caliente, envuelta en el calor corporal y el aroma de Santana.

— ¿Fuiste a Lobby el martes? —le preguntó Brittany.

—No. ¿Por qué no me hablas de tu proyecto? —Cambió de tema bruscamente y su voz adquirió un tono profesional por suerte, Christopher las interrumpió en ese momento preguntándoles qué querían cenar y ella pudo centrarse un poco—La ensalada César es muy buena aquí, igual que la pizza napolitana, pero son raciones bastante grandes para una sola. ¿Eres aficionada a los intercambios? —Preguntó Santana— Brittany abrió la boca, sin saber qué decir—Me refiero a si te gustaría compartir una ensalada y una pizza conmigo. ¿O prefieres cualquier otra cosa? Santana frunció el cejo. Estaba tratando de no ser una profesora avasalladora y dominante, pero era más difícil de lo que parecía Christopher golpeó el suelo con el pie discretamente. No quería que la profesora notara que se estaba impacientando. La había visto irritada en alguna ocasión y no le habían quedado ganas de repetir la experiencia. Aunque tal vez ahora que tenía compañía femenina —el remedio favorito de Christopher para cualquier desorden psicológico, grande o pequeño— se comportase de otro modo.

—Me encantará compartir la ensalada y la pizza contigo, gracias —respondió Brittany en un tono que ponía fin a cualquier deliberación Santana pidió por las dos y, poco después, el camarero apareció con dos cervezas Chimay Santana había insistido en que ella la probara.

—Salud —dijo ella, brindando.

—Prost —replicó Brittany probó la cerveza y no pudo evitar recordar la primera que se había tomado y con quién. Era una cerveza rubia, de fabricación nacional. Ésta tenía un tono cobrizo y era dulce, con un intenso sabor a malta. Le gustó mucho y lo demostró con un leve ronroneo de aprobación— ¡Cuesta más de diez dólares la botella! —susurró, para no avergonzar a Santana en público con su incredulidad.

—Pero es la mejor. ¿Qué prefieres, beber una botella de éstas o dos Budweiser, que es como beber asquerosa agua de la bañera? «Bueno, no he probado el agua de la bañera, pero me fiaré de su opinión, chalada profesora López.»

—Vamos —la animó ella—. ¿Qué estás pensando? Casi puedo ver las ruedas girando en esa pequeña cabecita, así que suéltalo— Y dicho esto, se cruzó de brazos y aguardó con una sonrisa, como si la cabeza de Brittany fuera una fuente inagotable de diversión a ella le molestó su actitud. No le gustaba que usara el diminutivo al referirse a su cabeza, porque le recordaba su desprecio inicial por su capacidad intelectual, así que decidió contraatacar.
—Me alegro de tener la oportunidad de hablar contigo en privado —comentó, sacando dos sobres del maletín—. No puedo aceptar esto—Deslizó la tarjeta del Starbucks y la concesión de la beca en su dirección.

Santana los reconoció inmediatamente y frunció el cejo— ¿Qué te hace pensar que te los he enviado yo? —preguntó, empujándolos en dirección a Brittany.

—Mi capacidad de deducción. Eres la única persona que conozco que me llama Susan. Y eres la única persona que conozco con una cuenta corriente lo bastante saneada como para crear una beca— Le entregó de nuevo los sobres Santana permaneció en silencio unos instantes. ¿De verdad era la única que llamaba a Susan por su segundo nombre? ¿Cómo la llamaban los demás? «Britt» —Tienes que aceptarlos— Santana volvió a empujarlos hacia ella.

—No, no tengo que hacerlo. Los regalos me ponen muy nerviosa y la tarjeta del Starbucks es una exageración. Por no hablar de la beca. Nunca podría devolvértela. Ya le debo demasiadas cosas a tu familia. No puedo aceptar nada más.

Empujó los sobres una vez más—Puedes aceptarlo y lo aceptarás. La tarjeta de regalo es intrascendente. Yo gasto mucho más que eso en café cada mes. Quería demostrarte de un modo tangible que respeto tu inteligencia. Cometí una indiscreción en un momento en que tenía la guardia baja y la señorita Fabray lo aprovechó y retorció mis palabras de un modo intolerable. Así que no lo consideres un regalo, considéralo una indemnización. Hablé mal de ti sin motivo y por eso te escribí esa tarjeta. Si no la aceptas, el conflicto permanecerá sin resolver entre nosotras, porque no creo que me hayas perdonado que hablara mal de ti delante de tus colegas. Acercándole los sobres una vez más, la miró fijamente Brittany le clavó la vista en la camisa para no caer presa de su intensa mirada marrón Brittany volvió a deslizar la tarjeta del Starbucks, desafiante. Para su gran sorpresa, la expresión de Santana se endureció, pero se guardó la tarjeta—No pienso pasarme la noche jugando al ping-pong de tarjeta de regalo contigo. Pero la beca no se puede devolver. El dinero no es mío. Lo único que hice fue alertar al señor Randall, el director de la organización filantrópica, de tus méritos académicos.

—Y de mi pobreza —murmuró ella.

—Si tienes algo que decirme, señorita Pierce, ten la cortesía de hablar a un nivel audible —dijo ella, con los ojos brillantes.

Ella le devolvió una mirada igual de encendida—No creo que todo esto sea muy profesional, profesora López. No sé cómo lo has logrado, pero sé que me estás haciendo llegar miles de dólares a través de una beca. Cualquiera pensaría que estás tratando de comprarme.
Santana inspiró hondo y contó hasta diez para no estallar— ¿Comprarte? Puedes creerme, nada está más lejos de mi intención. Me siento muy ofendida por tus palabras. Si te deseara, no tendría que comprarte—

Las cejas de Brittany se alzaron de la sorpresa, pero en seguida le dirigió una mirada de advertencia—Cuidado con lo que dices.
Santana pareció sinceramente incómoda y a ella le gustó la sensación—No quería decir eso. Quería decir que yo nunca te trataría como a un objeto que puede comprarse y venderse. No eres el tipo de chica que se vende, estoy segura— Brittany le dirigió una mirada glacial antes de apartar la vista. Negó con la cabeza y empezó a buscar la salida, preguntándose si podría escapar— ¿Por qué lo haces? —susurró Santana, pasados unos instantes.

— ¿El qué?

—Provocarme.

—Yo... no... Te provoco. Sólo expongo los hechos.

—En cualquier caso, cada vez que trato de mantener una conversación normal contigo, acabas provocándome.

—Eres mi profesora.

—Sí y la hermana mayor de tu mejor amiga. ¿No podemos ser Santana y Susan por una noche? ¿No podemos disfrutar de una conversación agradable y de una cena aún más agradable? Puede que no lo esté consiguiendo, pero me estoy esforzando por comportarme como un ser humano. Cerró los ojos, frustrada.

— ¿De verdad? Era una pregunta inocente, pero Brittany se tapó la mano con la boca al darse cuenta de cómo había sonado los ojos de Santana se abrieron muy lentamente, como los del dragón de la historia de Tolkien, pero no mordió el anzuelo de su impertinencia. Ni empezó a soltar fuego por la nariz. Todavía.

— ¿Quieres que tengamos una relación profesional? Pues empieza tú. Un estudiante normal recibiría una beca con gritos de alegría. Aceptaría el dinero y se sentiría profundamente agradecido por su buena suerte. Así que compórtese profesionalmente, señorita Pierce. Podría haber mantenido mi conexión con la beca en secreto, pero preferí tratarte como a una adulta. Decidí respetar tu inteligencia y no recurrir a engaños. Sin embargo, sí me he preocupado de ocultar mi relación con la beca de manera pública. Mi nombre no va ligado oficialmente a esa organización filantrópica, así que nadie atará cabos López es un nombre muy común. Si le cuentas a alguien que estoy detrás de la beca, lo más probable es que no te crea sacándose el iPhone del bolsillo, Santana abrió la aplicación de la libreta de notas y empezó a escribir con el dedo.

—No iba a quejarme.

—Podrías haberme dado las gracias.

—Gracias, profesor López. Pero míralo desde mi punto de vista. No quiero ser Eloísa ni que tú seas Abelardo —dijo, mirando los cubiertos y alineándolos hasta que estuvieron ordenados simétricamente Santana recordó haberla visto hacerlo antes, cuando cenaron en el Harbour Sixty. Dejando el teléfono en la mesa, la miró con expresión apenada. Se sintió culpable al recordar lo que había estado a punto de pasar en la biblioteca. Había estado a punto de sucumbir a los considerables encantos de la señorita Pierce Y con ellos se había arriesgado a correr el mismo destino que Abelardo, porque sin duda Lucy la castraría si se enteraba de que había seducido a su amiga milagrosamente, había demostrado tener un mayor autocontrol que Abelardo.

—Nunca seduciría a una alumna.

—En ese caso, gracias —murmuró ella—. Y gracias por el gesto de la beca, aunque no puedo prometerte que la aceptaré. Sé que para ti es una cantidad modesta, pero para mí significa dinero para billetes de avión para Acción de Gracias, Navidad y Pascua. Y algún que otro extra de vez en cuando que ahora no puedo permitirme. Como un filete.
— ¿Vas a gastártelo en billetes de avión? Pensaba que buscarías un apartamento en mejores condiciones.

—He firmado un contrato. Si me fuera a otro apartamento, tendría que seguir pagando éste. Además, ir a casa para ver a mi padre es importante para mí. Es la única familia que me queda. Y me gustaría ir a visitar también a Richard antes de que venda la casa y se mude a Filadelfia para estar cerca de Luce y Scott «De hecho, creo que valdría la pena aceptar la beca para ir a visitar a Richard y, de paso, ver el huerto. Me pregunto si mi manzano favorito sigue allí... Me pregunto si alguien se daría cuenta si tallara mis iniciales en el tronco...»

Santana la miró de reojo— ¿No habrías ido a casa si no hubieras recibido la beca?
Brittany negó con la cabeza—Papá quería comprarme un billete de avión para Navidad, para que no tuviera que ir en autocar, pero los precios de Air Canadá son imposibles y me habría sentido avergonzada si mi padre hubiera tenido que comprarme un billete.

—No te avergüences de aceptar un regalo si te lo ofrecen sin contrapartidas.

—Pareces Grace. Ella siempre decía cosas como ésa.

Santana se removió inquieto en el asiento— ¿De dónde crees que aprendí algo de generosidad? De mi madre biológica te aseguro que no— Brittany la miró de frente, sin parpadear ni ruborizarse. Suspirando, se guardó la carta en el maletín. Acabaría de decidir qué hacer cuando no estuviera ante la presencia magnética de La Profesora. Seguir discutiendo con ella en esos momentos no llevaría a ninguna parte. En ese aspecto, como en muchos otros.

Ella la observó con atención—A pesar de todo lo que he hecho, que admito que no ha sido demasiado, ¿sigues pasando hambre?

—Santana, tengo una relación muy especial con mi estómago. Me olvido de comer cuando estoy ocupada, o preocupada o... triste. No es por el dinero. No te preocupes, por favor— Recolocó los cubiertos una vez más.

— ¿Estás triste ahora? —Brittany bebió la cerveza lentamente, sin responder— ¿Dante te entristece?

—A veces —susurró ella.

— ¿Y las otras veces?

Brittany levantó la vista y le dedicó una sonrisa muy dulce—Otras veces no puedo evitarlo... me hace delirar de felicidad. A veces, mientras estoy estudiando La Divina Comedia, siento como si estuviera haciendo lo que se supone que debo estar haciendo. Como si hubiera encontrado mi pasión, mi vocación. Como si ya no fuera la chica tímida de Selinsgrove. Me siento capaz de todo. Sé que soy buena en esto y me hace sentir... importante. —Era demasiado. Le había dado demasiada información. Se había bebido la cerveza demasiado rápido y se le había subido a la cabeza; igual que el aroma de Santana impregnado en el jersey. No debería haber dicho eso y a ella menos que a nadie pero para su sorpresa, la descubrió mirándola con calidez.

—Es verdad que eres tímida, pero eso no es ningún pecado. —Gabriel carraspeó—. Me da envidia tu entusiasmo por Dante. Yo me sentía así hace un tiempo. Hace mucho tiempo. Demasiado. Cuando volvió a sonreír, ella apartó la mirada.

Brittany se inclinó sobre la mesa y bajó la voz— ¿Quién es M. P. López?

Los ojos cafés de Santana la perforaron con la intensidad de un rayo láser—Preferiría no hablar de ello—Su tono de voz no era duro, pero sí muy frío y se dio cuenta de que había tocado un nervio muy sensible. Le costó unos instantes recuperarse lo suficiente para preguntar: — ¿Quieres ser mi amiga? ¿Es eso lo que tratas de decirme con la beca?
Santana frunció el cejo y dijo: —Lucy te ha dicho algo, ¿verdad?

—No, ¿por qué lo preguntas?

—Porque ella cree que deberíamos ser amigas. Te digo lo mismo que le dije antes de que se fuera: es imposible.

Notó que se le hacía un nudo en la garganta. Tragó saliva con dificultad y preguntó: — ¿Por qué?

—Tenemos una bandera roja sobre la cabeza y en cualquier momento alguien puede
agitarla. Las profesoras y las alumnas no pueden ser amigas. Y aunque sólo fuéramos Susan y Santana compartiendo una pizza, tampoco te convendría ser amiga mía. Soy un imán para el pecado, y tú no. —Con una sonrisa triste, añadió—: Ya lo ves. Es imposible. «Los que entráis aquí, abandonad toda esperanza.»

—Me gusta creer que nada es imposible —susurró ella.

—Aristóteles dijo que la amistad sólo es posible entre dos personas virtuosas. Así que la amistad entre nosotras es imposible.

—Nadie es virtuoso del todo.

—Tú lo eres —afirmó Santana. Los ojos le brillaban con lo que podría ser pasión o admiración.

—Lucy me dijo que estabas en la lista vip de Lobby. —Brittany volvió a cambiar de tema rápidamente, sin mucho tiempo para considerar la prudencia de sus actos.

—Así es.

—Me lo dijo como si fuera un misterio. ¿Por qué?

— ¿Por qué crees tú?

—No lo sé. Por eso te lo pregunto.

Ella la miró fijamente y bajó el tono de voz—Voy regularmente, por eso tengo tratamiento preferencial, aunque últimamente no he ido demasiado.

— ¿Por qué vas allí? No te gusta bailar. ¿Vas sólo para beber? —Miró a su alrededor. El Caffé era un lugar sencillo pero confortable—. Podrías beber aquí. Se está más a gusto. Es gemütlich... acogedor «Y no hay ni una puta López adicta a la vista.»

—No, señorita Pierce. No suelo ir a Lobby a beber.

—Entonces, ¿para qué vas?

— ¿No es obvio? —Santana frunció el cejo y negó con la cabeza—. Tal vez para alguien como tú no.

— ¿Qué significa alguien como yo?

—Significa que no sabes lo que me estás preguntando —le espetó ella, enfadada—, o no me lo harías decir en voz alta. ¿Quieres saber para qué voy allí? Te lo diré. Voy a buscar mujeres para follar, señorita Pierce. —La miraba furiosa—. ¿Estás contenta?
Brittany inspiró hondo y contuvo el aliento. Cuando no pudo aguantar más, lo soltó, negando con la cabeza—No —respondió en voz baja, mirándose las manos—. ¿Por qué iba a estar contenta? En realidad me pone enferma. No sabes cuánto—Santana suspiró y se llevó las manos a la nuca. No estaba enfadada con ella. Estaba furiosa, pero consigo misma. Se sentía avergonzada. Una parte de ella quería causarle repulsión intencionadamente. Quería mostrarse desnuda ante ella sin ocultar nada. Que viera cómo era en realidad, una criatura oscura y siniestra expuesta ante su virtud. Entonces se alejaría de ella tal vez era eso lo que su subconsciente estaba haciendo con aquellos ridículos exabruptos, nada profesionales. En circunstancias normales nunca le habría hablado así a un alumno y menos aún a una alumna, ni aunque fuera cierto Susan estaba acabando con ella y ni siquiera sabía cómo lo estaba haciendo.

Santana la miró y ella vio remordimiento en sus ojos—Lo siento. Sé que te repugno —dijo ella en voz baja—, pero créeme, no es una mala reacción. Debes sentir repulsión hacia mí. Cada vez que estoy cerca de ti te estoy corrompiendo. No puedo evitarlo.

—No siento que me estés corrompiendo.

Santana la miró con tristeza—Sólo porque no sabes lo que eso implica. No sabes reconocerlo. Cuando lo hagas ya será demasiado tarde. Adán y Eva no se dieron cuenta de lo que habían perdido hasta que estuvieron fuera del paraíso.

—Sé algo sobre el tema —murmuró Brittany— y no por haber leído a Milton.
En ese momento, Christopher les llevó la cena, interrumpiendo la incómoda conversación Santana se comportó como la perfecta anfitriona, sirviéndole la ensalada y la pizza a Brittany antes de servirse ella y asegurándose de que le tocaban más virutas de queso parmesano y más picatostes que a ella Y no porque no le gustaran. Al contrario, le gustaban mucho mientras comían en silencio, Brittany recordaba su primera cena juntas. En ese momento, empezó a sonar una canción por los altavoces. Era una canción tan bonita que dejó los cubiertos sobre la mesa y escuchó con atención Santana también la oyó y empezó a cantar susurrando. La letra hablaba sobre el cielo y el infierno, la virtud y el pecado Brittany se quedó atrapada en la sobrecogedora relevancia de la letra. Pero Santana se detuvo en seco y volvió a concentrarse en la pizza. Ella la miró boquiabierta. No tenía ni idea de que cantara tan bien. Oír aquellas palabras saliendo de su boca perfecta con su sensual voz...

—Es una canción preciosa. ¿De quién es?

—Se llama You and Me. Es de Matthew Barber, un músico local. ¿Has oído la frase sobre la virtud y el pecado? No cabe duda sobre cuál le corresponde a cada una de nosotras.

—Es muy bonita pero triste.

—Siempre he tenido una gran debilidad por las cosas bonitas pero tristes. —La miró atentamente antes de apartar la vista—. Creo que deberíamos empezar a hablar sobre tu proyecto, señorita Pierce— Su máscara profesional volvía a estar firmemente colocada en su sitio Brittany respiró hondo y empezó a describir su proyecto, nombrando a Paolo y a Francesca, a Dante y a Beatriz. Justo en ese momento, sonó el teléfono de Santana el tono de llamada eran las campanadas del Big Ben ella alzó un dedo para indicarle que esperara un momento. Al leer la pantalla de su iPhone, le cambió la expresión de la cara—Tengo que responder —dijo con preocupación—. Lo siento se levantó y respondió al teléfono en un mismo gesto— ¿Paulina? Se dirigió a la sala vecina, pero Brittany oía lo que decía— ¿Qué pasa? ¿Dónde estás? —preguntó ella, en voz cada vez más baja Brittany trató de seguir cenando, pero no podía dejar de preguntarse quién sería Paulina. Nunca había oído ese nombre hasta entonces Santana había parecido muy preocupada al ver su nombre en la pantalla del teléfono. « ¿M. P. López? ¿Paulina López? ¿Será su ex esposa? ¿O M. P. será un código para alguien y estará intentando confundirme?» Santana regresó a la mesa un cuarto de hora más tarde y no se sentó. Estaba muy alterada, pálida y temblorosa. —Tengo que irme. Lo siento. La cena está pagada y le he pedido a Christopher que llame un taxi para que te lleve a casa cuando hayas terminado.

—Puedo ir andando —replicó ella, agachándose para recoger el maletín.

Ella levantó una mano para detenerla—De ninguna manera. No a estas horas ni en este barrio. Toma —añadió, ofreciéndole un billete doblado—. Para el taxi o por si quieres tomar algo más. Por favor, quédate y acábate la cena. Y llévate lo que sobre a casa. ¿Lo harás?
—No puedo aceptar tu dinero —dijo Brittany, devolviéndole el billete.

Santana le dirigió una mirada suplicante—Por favor, Susan, ahora no —le rogó, frotándose los ojos con una mano ella se apiadó de Santana y no insistió—Siento tener que dejarte así. Yo... Lo sentía. Sentía mucho... algo. Estaba tremendamente angustiada, casi desencajada de ansiedad. Sin pensar, Brittany le tomó la mano en un gesto de compasión y solidaridad. Y se sorprendió mucho al comprobar que ella no hacía ninguna mueca, ni se soltaba bruscamente al contrario. Le apretó los dedos como dándole las gracias por el contacto.

Abrió los ojos y la miró, acariciándole el dorso de la mano con suavidad. Fue un gesto dulce y familiar, como si lo hubiera hecho miles de veces. Como si ella le perteneciera. Se acercó su mano a los labios y se quedó mirándola «Aquí permanece el olor a sangre; ni todos los perfumes de Arabia harían más dulce esta mano», susurró, parafraseando a lady Macbeth. Tras besársela reverentemente, se despidió: —Buenas noches, Susan. Nos veremos el miércoles... si sigo aquí.

Ella asintió. La vio salir a la calle y echar a correr en cuanto sus pies tocaron la acera. Al cabo de un rato, se dio cuenta de que seguía llevando su precioso jersey de cachemira y que dentro del billete, Santana había escondido la tarjeta del Starbucks junto con una nota que decía:

B: No creerías que iba a rendirme tan fácilmente, ¿no?

No te avergüences de aceptar un regalo si te lo ofrecen sin contrapartidas.

Y aquí no hay ninguna contrapartida.

Tuya, Santana.

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Hola Hola un nuevo capitulo espero que les guste y comenten (:
Que tal las brittana?
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)

Mensaje por micky morales Jue Jul 03, 2014 12:48 am

estuvo muy intensa la conversacion, brittany es bastante terca y santana confunde con sus misterios, hasta pronto!
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