FIC "Someone like you" Capitulo n° 5

Vi el rostro de Linds como se palidecía al escuchar la voz de Cameron. Fue un momento super incómodo ya que Linds me miraba con unos ojos que me rogaban que la ayudara. No sabía que hacer para sacarla de ahí.
-¿En verdad Linds? ¿Ya no significo nada para ti? –Habló Cameron detrás de la puerta del casillero de Linds. Pobrecita, ya estaba que se ponía a llorar de nervios. Tomé a Linds del brazo para que caminara y le cerré la puerta del casillero.
-Cameron, será mejor que no hablen esto aquí. Después ella te buscará y hablaran con más tranquilidad –Intenté decir para lograr salvar a Lindsay. La verdad me daba pena por ella tener que pasar por esto así. ¿Cómo le hace eso Cameron? No sabía la historia aun, pero para que Linds quedara así como está ahora, y con esa pena en sus ojos y en su corazón, debe haber sido algo muy feo.
-¿Y tu que te metes? Ni si quiera es tu problema. Además ¿Quién eres tú? –Me respondió Cameron algo molesto –Lindsay, de verdad necesito hablar contigo. Necesito explicarte lo que pasó. Nunca me dejas acercarme, siempre te vas y no logro explicarme.
- Hey, relax amigo, ¿acaso ya no me reconoces? Soy Samuel. Vaya, tu también estas cambiado, hay que decirlo. Que gusto verte –Intenté decir algo para cambiar el tema y que Linds lograra reaccionar ya que aun estaba como en estado de shock.
-¿Samuel? Woooow, si que estas cambiado. Que alegría verte amigo ¿Cuándo volviste? Lo siento, no te había reconocido. Y disculpa por el tono en que te hable pero me urge hablar con Lindsay, ahora –Respondió Cam al verme. Si hasta se sacó sus lentes, los limpió en su camiseta y se los volvió a poner. Estaba bien cambiado este chico. Se veía como un nerd, pero un nerd con estilo. Vestía una camiseta azul oscuro, y con chaleco color crema con rayas de colores. Andaba con unos jeans apretados y con unos botines. De verdad tenía estilo. Aunque no se porque usaba los suspensores y los lente, grandes, cuadrados y de marco negro, pero se veía bien.
-No pasa nada amigo. Volví hoy en la mañana –le estaba contando a Cameron en lo que llega Damian.
-¿Vamos? ¿Lindsay, qué pasa? Dios, parece que no hay nadie ahí dentro. Hey, como estás Cameron. No te había visto hoy –Saludó el chico con una inocencia que hasta me dieron ganas de reír por lo paradójico de la situación.
-¿Conoces a Lindsay? ¿Y a Sam? –Preguntó Cameron con cara de no entender lo que pasaba aquí. Cuando Lindsay escuchó la voz de Damian, reaccionó y me miró y murmuró –Necesito salir de aquí –A lo que de inmediato reaccioné y dije.
-Damian, ¿Por qué no acompañas a Linds al baño, que yo los alcanzo en dos minutos y nos vamos a la cafetería –Le dije a Damian, tomándolo del brazo y poniéndolo arriba de los hombros de Linds. Esta, al ver lo que estaba haciendo, logró hacer una pequeña sonrisa y vi en sus ojos lo agradecida que estaba.
-Hey, pero necesito habar con Lindsay –Comentó rápido Cameron, al que tomé por los hombros y lo giré. Comenzamos a caminar mientras este veía hacia atrás como Linds y Damian se alejaban.
-Amigo, no se lo que ocurrió entre ustedes dos, pero es mejor que le des tiempo para que ella se mejore. Se que algún día lograrás hablar con ella, pero primero debes dejar que ella cure sus heridas. Eres una buena persona, lo sé. Te conozco desde los 6 años, ¿Lo recuerdas? Bueno, aunque estuvimos tiempo sin vernos, aun creo que eres un buen chico, pero sea lo que sea lo que pasó entre ustedes dos, debes dejarla sola un tiempo –Traté de sonar lo más sabio posible, aunque en realidad no sabía de qué estaba hablando ya que no sabía lo que había pasado. Pero creo que hice un buen trabajo ya que Cameron me miró con cierta tristeza y dijo.
-Tienes razón. Debo dejarla un tiempo sola, pero es que necesito hablar con ella porque todo lo que pasó fue un mal entendido. Tu no sabes pero…
-Amigo, te digo, déjala un tiempo, y si lo suyo fue real, ella volverá a ti –Comencé a reír cuando dije esto último, ya que era esas típicas frases de telenovelas que uno escucha por ahí. Cameron también soltó una risa.
-Woow, se nota que no tienes idea de lo que pasó eh? Tranquilo, la dejaré en paz, pero debes prometerme que cuando ella esté lista, me lo dirás para que yo pueda hablar con ella. –Dijo mientras sacaba mi brazo en sus hombros.
-Lo prometo. Hablarás con ella cuando esté lista. Y ahora me tengo que ir porque me están esperando. Por cierto, ¿Has visto a Emily? No he hablado con ella y de verdad que la he extrañado montón. –Le pregunté mientras miraba por el pasillo, entre las personas que caminaban por ahí para ver si en una de esas la veía.
-No, pero supongo que estará con su novio, Si vas a la cafetería, seguro que está ahí. –Respondió Cam –Ya, y me voy que aún tengo muchas cosas que hacer.
-Novio?!?!?! –Respondí algo extrañado, pero ya estaba solo, ya que Cam se había ido. ¿Emily tenía novio? Wooow, como pasan los años. Ya quiero conocer al chico.
Comencé a caminar hacia el baño de chicas. Había mucha gente que comencé a reconocer ahora que caminaba por los pasillos, y todos ve miraban como el chico nuevo, algo loco. Me gusta saber que las personas hablaban de mi. Así, cuando saliera de la escuela, y me fuera a Los Angeles para cumplir mi sueño de ser músico, más gente me conocería y después de volverían mis fans.
Ya estaba llegando al baño cuando los vi. Linds se veía mejor. Parece que este chico de verdad la tenía como hipnotizada porque ella lo miraba como si fuera Dios. Casi ya estaba babeando por él.
-¿Listos? Ya Marissa debe estar aburrida de tanto esperarnos. –Le dijo a los chicos una vez que los alcancé. Damian me miró y sonrió.
-Vamos, por favor, ya muero de hambre –Dijo una muy animada Lindsay. Parecía que yo ni se acordaba de los que recién había pasado.
Comenzamos a caminar hacia la cafetería cuando escuché que me llamaban de atrás. Giré a ver quién era, pero con tanta gente no lo legré ver de inmediato. Giré de nuevo hacia la puerta de la cafetería y entré.
Ahí estaba Marissa hablando con un chico, moreno, de ojos cafés y de rostro agradable. Se estaban riendo cuando Marissa me vió y corrió hacia mi.
-Te estaba esperando. Aun no puedo creer que estas aquí. ¿Por qué demoraron tanto? Ya te extrañaba –Me dijo Marissa entusiasmada y me abrazó. Sentí la misma sensación que cuando se tiró a mis brazos en la mañana cuando me vio. Era como un balde de agua fría corría por mi espalda. ¿Qué rayos pasaba conmigo? Marissa era como mi hermana. Con conocimos muy pequeños cuando mi madre se casó con Peter y nos mudamos a la casa de él con Emily. Ella vivía en la misma calle y un día salimos a jugar con una pelota con Emily y se nos acercó Marissa. Fue super rápido como nos hicimos amigos. Días después conocí a Lindsay que vivía también en la misma calle. Los tres nos volvimos muy amigos y nunca más nos separamos. También a veces nos juntábamos con Emily, pero ella tenía sus amigas, Hannah y Mckynleigh.
Aunque con Lindsay era muy amigo, con Marissa siempre la relación fue distinta. No se el por qué pero siempre llamaba primero a Marissa y después a Linds para contarle algo que me había pasado o para invitarla a algún lugar o cualquier cosa.
Cuando la vi en la mañana bajarse del auto, después de cuatro años de no saber nada de ella, wooow, sentí como si me arrojaran un balde de hielo. Lo primero que pensé era en lo linda que estaba. Pero no podía gustarme Marissa, era como mi hermana. Cosas raras que pasan cuando uno no ve a gente por mucho tiempo. Creo que fue lo tanto que la extrañé lo que está cambiando mis sentimientos.
-Wooow! Si me extrañaste. Nos demoramos porque tuvimos un pequeño problema en el camino. Pero tenemos un amigo nuevo –Dije, asiendo para un lado para que viera a Damian.
-Hay, que bueno. ¿Te he visto por aquí cierto? Eres el nuevo, de Irlanda ¿no? Somos compañeros en Español, con el Sr López –Contentó Marissa feliz. Me encantaba verla feliz. Siempre me gustó la forma en que sonreía. ¿Qué diablos estoy pensando? ¡Basta Sam! ¡Ella es como tu hermanaa!
-Bueno, comemos algo, que la verdad tengo hambre –Contestó Linds y agarró a Damian de la mano y lo llevó a la mesa. Marissa los miró sorprendida como pasaban por al lado de ella y murmuró.
-Vaya, si hasta parece que ya se olvidó de… -Y se cayó. Me miró para ver si la había escuchado y le sonreí.
-¿A Cameron? Si, quién lo diría ¿No? Tan rápido que lo olvido –Y volví a sonreía al ver el rostro de Marissa de asombro al escuchar que ya sabía lo de Cameron.
-¿Ya te contó? –Preguntó asombrada Marissa.
-No. Bueno, me contó el principio. Pero nos interrumpió la clase. Pero me dijo que después me contará lo que falta –Le contesté mientras ponía mi brazo en sus hombros y comenzábamos a caminar hacia la mesa.
- Ah! En ese caso, mejor me callo. No quiero después meterme en problemas por decir más de la cuenta –Respondió y me sonrió al ver me reía de ella -¿Vamos a ir después a la heladería cierto? Invité a un amigo. Y podríamos invitar a este chico, Damian. Parece agradable –De verdad se veía feliz hoy Marissa.
-Me gusta la idea. ¿A quién más invitaste? –Respondí al ver que no conocía a los chicos que ya estaban sentados en la mesa.
-Si, él el Bryce –Dijo señalándolo una vez que ya nos sentamos. El chico me sonrió y le devolví la sonrisa –Y ella es Mcky, ¿Te acuerdas de ella? Es amiga de Emily –Mostró a la chica que estaba sentada al lado de Bryce.
-Oh! Claro que me acuerdo de ti. ¿Cómo has estado? ¿Has visto a Emily? Aun no logro encontrarla –Le dije a la chica.
-Bien, gracias. Años sin vernos ¿eh? No, a Emily no la he visto hoy. Quizás anda con su novio –Respondió la chica.
-Y ¿Quién es su novio? Cameron ya me había dicho de él pero no se quien es –Respondí confuso. ¿Cómo era posible que aún no había visto a mi hermana?
-Se llama Tyler. Es del equipo de futbol. Es un muy agradable chico. De seguro te caerá bien –Dijo Mcky con una sonrisa.
-Espérate un momento, ¿Dijiste Cameron? ¿Ya hablaste con él? –interrumpió Marissa asustada casi gritando.
-Cuando dije que habíamos tenido un problema en el camino, no mentía –Respondí y miré a Marissa para que bajara el tono ya que casi toda la cafetería se había vuelto a mirar. Por suerte Linds estaba muy feliz y concentrada hablando con Damian que no escuchó.
-¿Y estabas con Linds? –Preguntó ahora en un tono más bajo.
-Después te cuento ¿Si? –Traté de cambiar el tema –Ahora, Marissa ¿Me acompañas a buscar a Emily? De verdad ya no aguanto y quiero verla – Le pregunté haciendo mi cara de niño angelical.
-Claro. ¿Cómo decirle que no a esta cara tan bonita? –Dijo riendo Marissa y me agarró de las mejillas para apretarlas –Vamos ahora porque ya comenzará la segunda clase.
Nos levantamos los dos al mismo tiempo y no nos dimos cuenta de que había jugo en el piso por lo que los dos caímos al suelo. No pude aguantarme la risa al ver a Marissa botada con todo el pantalón mojado por el jugo. Ella también comenzó a reír de la situación y los chicos en la mesa también se reían. Ayudé a Marissa a pararse una vez que ya estaba arriba, pero si querer volvió a pisar el piso mojado y volvimos a caer pero ahora yo caí encima de ella. Los demás chicos ya no aguantaban la risa.
Traté de levantarme del piso y volver a ayudar a Marissa pero tenía tanta risa que no podía hacer las dos cosas a la vez. Marissa me miraba desde el piso riéndose también y no lograba pararse tampoco.
Cuando logré finalmente parar de reír, levanté a Marissa y nos fuimos caminando a buscar a Emily pero bastó que abriera la puerta para ver que venía caminando hacia la puerta con un chico tomada de la mano. Ese debe ser su famoso novio, pensé.
Me impresioné al verla tan distinta. Si ahora era una mujer, no la misma niña de 13 años que dejé de ver hace cuatro años. Sentí como la emoción subía por mi cuerpo y derepente sentí todo lo que la había extrañado.
-¿Estás llorando? –Preguntó Marissa al verme –Samuel Larsen ¿Estás llorando? Oh por Dios, esto no me lo va a creer Linds –Escuché como Marissa se burlaba de mi pero no me di cuenta porqué hasta que sentí como una lagrima cayó por mi ojo derecho. ¿De verdad estaba llorando al ver a Emily? ¿Qué pasaba conmigo? Creo que de verdad nunca más tendré que viajar porque confunde mis sentimientos.
-Déjame, me entró algo al ojo –Trate de engañarla –Emily!! –Le grité cuando ya iba más cerca.
Al verme, vi como su rostro se desfiguraba. Como se abrieron sus ojos de sorpresa y soltó la mano del chico. Corrió hacia mi y se me lanzó encima, tal cual como lo había hecho Marissa en la mañana.
-¡¡¡No puedo creer que estás aquí!!! ¿Cómo es posible que no me hubieras saludado? Dios, como te extrañaba –Sentí de decía mientras la abrazaba fuerte. Emily era mi hermana. La conocí cuando tenía 3 años, cuando nuestros padres comenzaron a salir y de inmediato nos caímos bien. Emily fue mi primera amiga, mi primera confidente y hasta mi primer beso. Era alguien demasiado importante para mí, y aunque cuando me fui, seguíamos hablando todos los días, al pasar el tiempo, dejamos de hablar y después terminamos hablando una vez cada dos meses, y através de mails.
-Estas tan grande. Cielos, como te extrañaba –Me decía cuando la volvía a dejar en el piso.
-Tu también, cielos, que cambiada estás. ¿Por qué no me dijiste que tenías novio? –Le pregunté señalando al chico que miraba toda la escena muy feliz -¿Tyler cierto?
-Si. Mucho gusto. Así que al fin conozco al famoso Samuel. Emily siempre me habla de ti –Dijo riendo y besando a Emily en la mejilla.
-Bueno, desearía decir lo mismo, pero ya ves que no. Esta chica de aquí no me dijo nada –Le respondí cuando frotaba el cabello de Emily y ella ponía una sonrisa de pequeña.
-Hola Marissa, ¿Cómo estas? –La saludó Tyler con la mano y ella respondió
-Hola Tyler, bien, ahora. Por fin tengo a ese chico devuelta –respondió mientras agarraba mi brazo y tomó mi mano.
Sentí como todo mi cuerpo se helaba. Otra vez ese balde de agua fría volvía a pasar por mi espalda. Traté de actual normal, pero al parecer Emily lo notó porque quedó mirando muestras manos, luego volvió a mirarme y subió una ceja.
-Bueno, será mejor que entremos que estamos en la pasada interrumpiendo a los demás –intervino Emily, quién tomó a Tyler de mano y entraron en la cafetería.
Nos volvimos a sentar en la misma mesa en que estaban todos. Lindsay seguía hablando con Damian muy concentrados, por lo que nadie intentaba interrumpirlos. Se veía a Marissa feliz cuando los miraba. Se notaba que estaba feliz con Linds, después de todo lo que sufrió.
Estaba conversando con Emily cuando algo llamó mi atención. Marissa se levantó de la mesa y fue corriendo a abrazar a un chico que acababa de entrar a la cafetería. Era un chico alto, con el perfecto balance entre delgado y musculoso, de cabello castaño oscuro y ojos verdes. Le pregunté a Emily quién era él a lo que me respondió:
-Es Puck, Noah Puckerman. Es un chico que esta detrás de Marissa y ella parece que también gusta de él. Pero ahí están. Ni uno de los dos dice lo que siente.
En ese momento fue como que me pegaran con un bate en el estomago. ¿Marissa también tenía novio? ¿Qué era lo que me pasaba? ¿Por qué no tenía la misma sensación cuando me enteré que Emily tenía novio que cuando supe que Marissa podía tener novio? ¿Qué me pasaba con Marissa?
Me quedé viéndolos como se acercaban a la mesa y creo que Emily ya había notado algo raro por lo que dijo:
-¿Puedes ser un poco menos obvio? De verdad ya se te nota que mueres por Marissa. Siempre lo has hecho, ¿Por qué diablos nunca lo has querido reconocer? –Dijo esto último casi murmurando para que nadie más escuchara. Tomó mi mano que estaba en la mesa y la apretó –Hermanito, te conozco demasiado bien y sabes que siempre he pensado que amas a Marissa. ¿Qué es lo que detiene a reconocerlo que sea? No estoy diciendo que te declares pero…-La interrumpí.
-Es que tú no entiendes. Cuando me fui, era muy pequeño para enamorarme y…-Dije con cierta tristeza.
-Pero lo estabas. Estabas, o estas, enamorado de ella. Siempre lo has estado. Cariño, no es malo reconocer los sentimientos. Si quieres luchar contra ellos o dejarlos ahí, primero deber reconocer lo que sientes. No puedes seguir haciéndote el loco. –Lo dijo con tanta sabiduría, pero no como la que yo intenté dar cuando hablaba con Cameron, sino que una verdadera.
-Creo que tienes razón, pero tengo que pensar bien lo que voy a hacer. Acabo de llagar y quiero adaptarme de nuevo aquí. Es difícil haber estado tanto tiempo alejado de todos. Quiero mi antigua vida de vuelta, pero es difícil cuando ya todos han crecido y avanzado con sus vidas. No puedo llegar aquí y fingir que nada es distinto –Tenía un poco de nostalgia al pensar como era mi vida antes de irme. De verdad era todo perfecto. Tenía la mejor familia, los mejores amigos y todo estaba bien.
No culpo a Peter por habernos ido. Nunca lo haría. Vivir años afuera me sirvió para crecer, madurar y conocer muchas cosas.
-Obvio, te entiendo, y cuando me necesites para lo que sea, sabes que siempre estaré aquí para ayudarte. Sea lo que sea. Hasta cuando te vayas a L.A. y tengas que empacar todas tus cosas de nuevo, ahí estaré –Me sonrió y me dio un abrazo.
A esta altura Marissa y el chico ya estaban sentados en la mesa junto a nosotros.
-Sam, quiero presentarte a un amigo. Él es Puck –Y el chico me tendió la mano para saludarme.
-Hola Puck, mucho gusto –Respondí su saludo con la mano mientras sentía la mirada de Emily clavada en mi espalda –Oye, después de clases iremos a la heladería, ¿Quieres acompañarnos? –No se por qué dije eso, pero en cuanto salió de mi boca miré la cara de Marissa de asombro. ¿Acaso no quería que el chico fuera?
-Lo siento, pero ya tengo planes. Para otra oportunidad –Dijo el chico con lastima. Parecía simpático, aunque no iba a olvidar que era mi rival.
¿Mi rival? ¿Qué estoy hablando? ¿Acaso pienso conquistar a Marissa? ¿Qué diablos pasa conmigo? ¿Cómo era que no podía pensar que Marissa estuviera con otro chico?
-Que lastima. Pero bueno, para otra vez será –Respondí con una media sonrisa.
Ya era hora de entrar a clases. Saqué de mi bolsillo el horario y me tocaba y era Biología. Pregunté a quién más le tocaba lo mismo, y para mi suerte me tocaba con Marissa. Solos los dos, como hace mucho tiempo. Me agradaba pasar más tiempo con ella, ya que desde que había llegado, no había podido conversar con ella bien y a solas. Quizás esto era lo que necesitaba para aclarar mis sentimientos.
Salimos de la cafetería y comenzamos a caminar hacia el salón. Iba conversando con Emily y Tyler, y Marissa iba atrás mío, conversando con Puck. ¿Por qué le tenía resentimiento a este chico si ni si quiera lo conocía? Parecía simpático, pero algo no cuadraba dentro de mi.
Llegamos afuera del salón, y al fin estuvimos solos con Marissa. Entramos y nos sentamos en la última fila, al lado de la ventana.
-Es demasiado raro esto. Verte aquí otra vez. Jamás pensé que te tendría de compañero de nuevo –Decía Marissa con cierta nostalgia.
-Yo también, es decir, sabía que nos volveríamos a ver alguna vez, pero no pensé que volvería antes de terminar la escuela. Estoy tan feliz de estar aquí, contigo –Tomé su mano y la acaricié. Sentí un hormigueo desde mis pies hasta la cabeza. Vi como sus ojos de agrandaron cuando le tomé la mano. Parece que se sentía incómoda, por lo que la solté.
-Lo siento, no sabía que te iba a molestar –Me disculpé con ella.
-No, no es eso. Para nada. Nunca me podrías molestar, nunca. Es solo que me tomaste desprevenida –Me respondió, volviéndome a tomar la mano –Es agradable sentir que estar cerca mío. Necesito saber que esto es real y no es un sueño, como tantos otros –Dijo, por que quedé algo confundido.
-¿Has soñado conmigo? ¿Qué volvía? –Pregunté. Sentí como se dibujaba una sonrisa en mi rostro sin querer.
Me miró asombrada. Parecía que no quería hablar de eso.
-Algunas veces… creo –Respondió avergonzada. Vi como se comenzaba a sonrojar y miraba hacia el piso –No estoy segura.
-¿No estás segura de que hayas soñado conmigo? O ¿De cuantas veces has soñado conmigo? –Pregunté algo confundido. Sentí como un calor corría por mis venas cuando Marissa dijo lo de los sueños. Tenía la esperanza de que dijera que si. De que había soñado conmigo tanto como yo había soñado con ella todos estos años.
-No estoy segura si he soñado contigo. Creo que si, pero no eras tu en mis sueños. Te apareces, pero como otra persona. No estoy segura. –Dijo mirando al cielo, tratando de buscar alguna respuesta. Se veía algo confundida.
-¿Y hay alguna forma de ayudarte para saber si soñaste conmigo? –Le pregunté riendo. Sabía que diría que no. De que forma podría ayudarla. Pero lo dije igual para sacarle una sonrisa. De verdad se veía confundida. Pero al parecer no ayudó, por lo que me quedó mirando, con los ojos my abiertos y soltó mi mano.
-Creo que si hay una forma, pero es muy arriesgado –Estaba hablando muy seria. Por un momento pensé que estaba bromeando, pero no.
-Si la hay, dime. Yo haría todo por ayudarte, lo sabes –Contesté, tomando su mano de nuevo y apretándola con fuerza para que ella sintiera que estaba ahí, con ella.
-Eres mi amigo ¿Cierto? –No sé de donde vino esa pregunta pero parecía que de verdad quería una respuesta -¿Y harías lo que fuera por mí? ¿Lo que fuera?
-Marissa, por supuesto que si. Sabes que soy tu amigo, y siempre lo seré. Y haría cualquier cosa por ti. Lo que sea. –Se veía un poco angustiada. De verdad me estaba comenzando a preocupar por ella.
-Entonces si hay una forma de que me ayudes –Dijo casi suplicando para que la ayudara. Me preocupaba. Tenía el rostro angustiado y la mirada triste. Diablo, algo pasaba con ella y me partía el corazón verla así.
-Hago lo que sea. Lo que sea por ti. Pero por favor cambia esa carita. No pedo verte así de triste –Le dije, tomándole el rostro con la otra mano y haciendo que me mirara a los ojos –Te amo. Y hago cualquier cosa por ti. Siempre.
-Entonces ayúdame –Dijo. Vi como sus ojos se volvían más cristalinos. Estaba a punto de ponerse a llorar.
-Dime por favor que hago. Cómo te ayudo –Cada vez me sentía peor. Se me partía el corazón. Sentía que me iba a poner a llorar con ella.
-Bésame –Respondió suplicando. Sentí como mi corazón se detenía.