AL SUR DE NINGUNA PARTE ♥ BONUS TRACK

que lindo mis brittanas cada vez mas cercas...
maldito celular... aunque piensen que si se hubieran besado hubiera sido un error... hubiera sido el error mas lindo del mundo... porque tuvo que ser la palabra hubiera y no fue...

hayley es la persona que mas me jode... porque tuvo que existir en este fic... porque lo único que causa son problemas... y no se que habrá echo antes (que espero que lo cuentes pronto porque no aguanto) pero sigue con la tontera de molestar a britt...

*besos* espero la actu

jajaja me da risa el timbre de britt
¡¡¡ Poppin bottles in the ice, like a blizzard, when we drink we do it right gettin slizzard, sippin sizzurp in my ride, in my ride, like Three 6, Now now now now now now I'm feelin so fly, like a G6, Like a G6, Like a G6 !!!

q bonita capitulo los brittana se quieren mucho odio a hayley es tan perra q me da colera ojala britt la ponga en su lugar

OMG! x) hahaahahaha.. qe oportuno resulto ser sam... pues ni modoo... x).. jejejeje... esos besos con cigarros son los mejores... hahahahahaa... =)


waaaaaaaaaaaaaaaaaa.. santana deja ala stupid de Hayley esa tipa es maLA.. ahaha como teresa. x)... jajaja ano vdd... ia ia encerio......


me gusta tu ficc.. sigue prontoo bss...

Me ha encantado el capitulo!!!!
Odio cuando una llamada interrumpe algo tan importante como que Britt estaba dejando de pensar y la iba a besar
Aunque la cancion es divertida jajaja
Dios ojala Santana me hubiese enseñado matematicas a mi cuando estaba en el colegio, aunque no me iba mal como a Britt.
Hayley, sigo declarandote mi odio eterno perra mal nacida!!!
Insisto FC AntiHayley (¿como podemos humillarla?)
Sigue actualizando a diario que me haces feliz jajaja

Sabes que es una tortura lo que me hago leyendo fics :C Jajajajaja quiero fumar, y puff aparecen los dichosos cigarros, como San trata a Britt es fenomenal, y me da mucha curiosidad saber que pasa con ¿Victorio? xd y Quinn la amo solo que no comparto el gusto por Stephanie Meyer, espero tu actualización ;3 Cuídate

Poppin bottles in the ice, like a blizzard, when we drink we do it right gettin slizzard, sippin sizzurp in my ride, in my ride, like Three 6, Now now now now now now I'm feelin so fly, like a G6, Like a G6, Like a G6.


Ese timbre m daria miedo jajaja me encanta este fic lo amor, me fascina como va la relacion brittana odio a haley..amo ste fic no se nunk m cansare de decirlo... espero tu actualizacion pronto me gusta como scribes felicitaciones es mi favorito aki

Capitulo 7: Inevitable

-¿Britt?...

Una suave voz se escuchaba desde lejos.

-¿Britt?...

Mi nombre nuevamente y una pequeña sacudida en mi hombro.

-Brittany tienes visita.

-Mmm…- Un pequeño murmullo todo lo que pudieron reproducir mis labios.

No tenía intención de despertar mis sueños estaban mejor que cualquier realidad.

-¡Brittany levántate!-Un grito frustrado y un golpe en mi frente.

-¡¿Pero qué haces?!-Grite ya sentada en la cama.

Maite sentada frente a mí, con rostro de malicia disfrutando de toda la situación, tenía una pequeña sonrisa escondida, estaba esperando hablar.

-Te buscan, vístete rápido- Respondió sonriente-…otra cosa, te esperamos para el desayuno…con alguien especial - Musito levantando una ceja mientras se ponía de pie y corría a la puerta.

Muy a mi pesar tire las tapas de mi cama hacia atrás y me levante tropezando, con destino a la ducha, maldiciendo a quien quiera que se haya atrevido a despertarme tan temprano, estaba cansadísima, no había dormido casi nada y para variar mis sueños habían sido realmente vividos, tan solo de recordarlos podía sentir que mis mejillas se sonrojaban y un extraño calor me inundaba…Por ese motivo preferí ducharme con agua fría, me vestí con algo casual y me puse las gafas inmediatamente, ni siquiera el maquillaje podía cubrir que la noche anterior había estado hasta las 04:30 a.m. en aquel lago con Santana, aunque no me importaba, paseos como esos se podían repetir todas las noches tratándose de ella.

Me dirigí a la escalera ya lista para bajar a desayunar, estaba llegando a la cocina pero me desvié al comedor ya que todas las risas provenían de ahí, con precaución cruce un par de pasillos y estuve frente a todos, el silencio fue inmediato, estaban curiosos como si esperaran algo de mí.

-¡Que bueno que despertaste!- Grito una Rachel emocionada. No me había dado cuenta pero ella estaba sentada al lado de Finn con una gran sonrisa en su rostro.
-¿Brittany no vas a saludar a tu invitada?-Inquirió mi padre riendo, la sorpresa en mi cara parecía ser obvia.

-Ah…hola Rac…

-No hablamos de ella Britt-Intervino Mike riendo.

-¡Buenos días!-Saludo una voz ya más que agradable para mis oídos, me di la vuelta y ahí estaba ella, más hermosa y radiante que cualquier día.

Agradecí llevar las gafas puestas.

-¡Hola!-Actuar como tonta era mi pasatiempos favorito este último tiempo, eso implicaba responder de maneras idiotas hasta los saludos.

Aunque nada me importo cuando ella me dedico una de sus sonrisas haciendo que se me olvidara lo demás…

-¿Por qué no se sientan y dejan de estar mirándose?-Pregunto Maite confundida, sacándonos a Santana y a mí de cualquier momento extraño, pude ver que ella se sonrojaba y bajaba su mirada de inmediato mientras todos estallaban en carcajadas gracias al inteligente comentario de mi hermanita.

Santana no era la única que estaba tomando un color rojo.

-¿Por qué llevas gafas hoy?-Me pregunto mi madre confundida.

-Eh, siempre las llevo- Conteste, sentándome al lado de una sonriente latina.

-Si, pero no de la hora que te levantas-Hablo Mike burlándose, provocando que me quitara las gafas y dejara en evidencia mis ojeras.

-¿Te dormiste tarde?-Indago Finn curioso.

-Si, algo así- Respondí mirando de reojo a mi compañera de asiento, ella solo rió disimuladamente.

-Que curioso Santana también- Comento Rachel un tanto burlona, provocando que su hermana quedara estática.

-Hablamos por teléfono hasta tarde ¿cierto?- Señalo San mirándome inocentemente.

-Si…ya saben, me pego al teléfono-Agregue tratando de sonar real.

-Y dime Santana ¿Qué te hizo levantarte tan temprano esta mañana?-Pregunto mi padre sonriendo, San se le quedo mirando mientras disimuladamente me quitaba mi tostada recién arreglada con una sonrisa traviesa en su cara.

Misteriosamente no reclame nada, me perdí con el roce de nuestras manos.

-Brittany- Respondió tranquila.

-Wow debe importarte demasiado…yo no me levantaría temprano por ella-Soltó Maite de repente haciendo que Santana tosiera con frustración y yo bajara mis ojos hasta mi taza de café, nuevamente todos reían burlándose de las dos.

Este sería un desayuno algo embarazoso y a mí no me gustaban los momentos incómodos.

-Eh, yo termine…voy a mi habitación…olvide algo- Me excuse rápidamente poniéndome de pie, para saltarme un momento bochornoso.

-Te acompaño – Hablo San poniéndose de pie junto a mí, yo la mire y rápidamente me encamine a mi habitación.

Ella me siguió en silencio, admirando las diferentes pinturas colgadas en las paredes de la casa, ni siquiera hacia ruido, pero yo la sentía, la sentía irreal y hermosa, irreal porque había llegado a mi vida como si de un descuido se tratase, un descuido que había traído consigo toda esa calidez y sensación de plenitud que sentía cuando estaba a mi lado, dándome un sin número de sensaciones que yo pensaba que tenia muertas. Tarde o temprano tenía que aceptar lo que me estaba pasando, escogí tarde y entre en mi cuarto, fui derecho a mi escritorio para coger mi libro de matemáticas que se encontraba entre medio de un desorden de hojas, cuadernos y más libros.

-Nunca me dijiste que sacabas fotos- La escuche hablar desde un lado de mi cama, me di la vuelta y me sorprendí viéndola con mi cámara en una de sus manos y con la otra sosteniendo un porta retratos.
Camine hasta su lado y mire sobre su hombro para ver qué era lo que miraba ensimismadamente.

Una sonrisa se escapo de mis labios al ver la foto.

-Él es Sam- Explique.

-Aquí parecen novios- Índico luego de mirarme un rato y volver su atención a la foto con su rostro algo más serio.

Yo contemple la imagen con ella y comprobé que era cierto, mi amigo salía abrazándome por detrás mientras su cabeza se recostaba en mi hombro izquierdo, los dos mostrábamos sonrisas de felicidad.

-Esa foto la sacamos en un momento especial- Explique, recordando aquel día.

-¿Día especial?- Inquirió confundida.

-Si, mira, si te fijas bien se ve que él tiene tierra en su mejilla izquierda ¿lo ves?- Ella solo asintió- Ese día era la final del campeonato de futbol y yo jamás me perdía uno de sus partidos, pero justamente para ese estábamos peleados…su familia había estado en un viaje y seguiría viajando, él estaba solo, pensó que yo también lo abandonaría, todavía recuerdo que cuando salió al campo me buscaba en todas las gradas pero no me encontró porque yo estaba escondida…solo me deje ver cuando acabo el juego, no pude soportar verlo triste…ese día gano su partido y nos arreglamos…desde ese día jamás nos hemos vuelto a pelear de nuevo.

-Lo quieres mucho- Afirmo tras un momento en el cual sus ojos no se separaron de los míos.

-Lo adoro…es como mi otro hermano- Ratifique con una sonrisa en mis labios.

Ella me sonrió y su mirada paso de mis ojos a la foto que sostenía en sus manos, dejo el porta retratos sobre el mueble repleto de imágenes mostrando diferentes rostros y se quedo ahí observando todas las fotos.

-Tienes muchas fotos, de momentos distintos, pareciera que toda tu vida estuviera en este mueble, dentro de estos retratos- Índico mirándome de nuevo.

-Todo lo que considero imposible de olvidar esta aquí-

Ella solo miro la cámara que aun sostenía en su mano y luego me la entrego, con una sonrisa en su rostro.

-Por eso me gustaría que aceptaras ser parte de mis imágenes- Le sugerí algo insegura. Santana pareció sorprendida, sus ojos brillaban y su sonrisa se hizo más amplia.

-¿Estas segura?...ósea yo…

-Eres mi amiga- Le asegure tomando una de sus manos entre la mía, espere que sus ojos volvieran a mirar a los míos para continuar – Estas imagines van conmigo a todos lados y yo quiero tenerte conmigo siempre…fuiste importante, eres importante ahora y estoy segura lo seguirás siendo- Explique sonriéndole, ella solo salto a mis brazos en un abrazo sorpresivo. La envolví contra mi cuerpo adorando la calidez que traía consigo, adorando su perfume dulce con toques cítricos y también adorando la suavidad de su mejilla contra la mía cuando deshizo nuestro abrazo.

Pero lo que más adore fue la sonrisa que me dedico al quedar su rostro frente al mío, era una sonrisa que no me había dedicado nunca antes.

-Esta bien- Sonrió mostrándome de nuevo esa sonrisa que minutos antes me había dedicado y que aproveche para retratar con mi cámara en el momento.

Quizás ella lo recordaría solo como el momento en el cual su amiga de la niñez le sacaba una foto, pero yo lo recordaría como el momento en el cual le había asegurado un lugar en mi corazón, sin esperar como muy pocas veces lo había hecho, nada a cambio.

-Bueno, ya estamos…

-¡Espera!- Me interrumpió ella antes de que apagara la cámara- Yo quiero una contigo…también quiero llevar este momento conmigo siempre- Sonrió acercándose hasta mi, tomo la cámara en sus manos y la miro confusa - ¿Cómo se programa esto para que las tome sola?- Pregunto mientras miraba el aparato por todos lados, riendo le arrebate la cámara de sus manos y la programe dejándola en sima de un mueble con vista hacia mi balcón, tire de su brazo rápido y la guié hasta quedar de espaldas a la vista de un hermoso día tras nosotras.

Estábamos sonriendo las dos frente a la cámara una junta a la otra, nuestros brazos tocándose, la luz roja había empezado a pestañar indicando que en un par de segundos nuestra primera foto juntas se haría, luego todo fue muy rápido San tiro de mi brazo haciéndome soltar una carcajada, me paso su brazo por el cuello y me dio un sonoro beso en la mejilla justo en el momento en que la cámara nos capturo.

-Estábamos muy distanciadas…y por lo que me han dicho las fotos salen mejor cuando son espontáneas…ahora si puedes apagar tú…

-Espera la programe para dos fotos mas - Asegure tirando de su brazo hasta ponerla junto a mí. Ella solo rió nerviosa nuevamente.

-Listo ahora si podemos apagarla - Dije dirigiéndome hacia la cámara para revisar las fotos.

Lo que vi a continuación solo me hizo enternecerme, las fotos habían salido hermosas, en una yo sonriendo ampliamente debido a la carcajada que había soltado mientras Santana depositaba un beso en mi mejilla, la otra en donde las dos sonreíamos mirándonos la una a la otra en el momento que yo tiraba de su brazo y la ultima las dos sonriendo con las cabezas juntas mientras mirábamos fijamente al lente.

-¡Salieron perfectas!- Chillo San en mi oído, feliz- Aunque debo admitir que en la primera parecemos novias - Espeto con algo de diversión es su voz.

Levante mis ojos hasta los de ella y vi claramente en ellos picardía.

-Si, al parecer tú y Sam tienen ideas parecidas-

-¿Por qué?-pregunto curiosa.

-Porque él dijo exactamente lo mismo cuando vimos nuestra foto -

-Pero debes admitir que la nuestra quedo mejor - Aseguro confiada, mostrando una sonrisa increíblemente arrogante.

-Si, pero…

-Sin pero Pierce…ahora vamos por tu auto que se nos hace tarde, hoy tu conduces - Dijo mientras se perdía tras la puerta.

Yo solo me apure en darle alcance.

-¿Por qué nunca me dijiste que conducías un BMW Z4?- Pregunto por décima vez.

-Nunca lo preguntaste -

-Brittany, me hacías conducir a mi teniendo guardado tu lujoso auto en el estacionamiento de tu casa… ¡no lo puedo creer!, pero que te quede claro, a partir de hoy vas a ser vos la que me traiga a la escuela-

-Vos también tenes un lindo auto Santana, a todo esto ¿Por qué no fuiste con él a casa?- Indague curiosa.

-Rach me llevo en su coche, además hoy quería pasar todo el día con vos, supuse que te mantendría atada a mi si no tenia quien me llevara- Explico con suficiencia.

-Eso explica las cosas- Murmure.

Seguimos caminando a lo largo del estacionamiento de la escuela en silencio, pero en mi caso gritando de alegría por dentro. San quería pasar su día conmigo y eso claramente no implicaba a Hayley molestando, ni en medio. Una sonrisa se formo en mi rostro. Seguimos caminando hasta llegar al pasillo que daba paso a los casilleros y la cafetería, como acostumbraba siempre di vuelta hacia mi casillero, pero una mano en mi brazo detuvo mi andar.

-Yo acostumbro a ir a la cafetería por un buen café por las mañanas y hoy quiero que me acompañes - Pidió con una sonrisa en su rostro.

-Bueno…pero que conste yo a mi mocachino le dedico tiempo- Le advertí.

Al entrar a la cafetería que como de costumbre estaba llena, Santana me indico que buscara un asiento y así lo hice, ubicándome en una de las mesas con vista hacia el césped que brillaba más que nunca. Estaba tan concentrada mirando el manto verde frente a mis ojos que ni siquiera fui consiente cuando San se sentó en el asiento de enfrente. Hizo una tos fingida que me obligo a prestarle atención, me di la vuelta para tirarle un comentario mientras ella sonreía burlándose obviamente de mi concentración, pero quede muda al ver como una chica de pelo negro tomaba la cara de Santana y le daba un beso que claramente estaba destinado para que todo el que estuviera cerca lo viera aturdido.

-Hola amor – Hablo Hayley mostrándole una sonrisa a una aturdida y avergonzada Santana.

-Eh…hola- Contesto ella mirándome en señal de disculpa.

-¡Britt estabas aquí!- Espeto Hayley fingiendo sorpresa- ¿Me puedo unir a ustedes?- No espero respuesta, solo se sentó en uno de los asientos desocupados.

-Yo me…

-¡Britt!- Grito una voz desde uno de los extremos de la cafetería, levante mis ojos para ver quién me había interrumpido en mi intento de huida y me encontré con un par de ojos verdes que cada vez estaban más cerca de nuestra mesa.

-¡Quinn que gusto verte!- Exclame alegre de que me haya salvado de un café para nada agradable.

Me estaba poniendo de pie con clara intención de irme con Quinn, cuando esta sorpresivamente toma asiento en el último lugar de nuestra mesa, resignada solo sonreí forzadamente.

-Hey, que bueno verte chica- Musito sonriente, miro a Santana mostrándole una sonrisa de saludo y esta en repuesta hizo lo mismo, luego para mi agrado miro fijamente a Hayley y la ignoro.

-¿Cómo estas Quinn?-Pregunto Santana sonriente.

-Bien gracias, preparando todo para el campamento del sábado ¿van a ir verdad?- Indagó refiriéndose solo San y a mí.

Hayley solo miraba con ojos de acero.

-Si yo creo que si ¿vas Britt?-Me pregunto Santana interesada.

-No tengo idea de que campamento están hablando - Conteste confundida.

-El campamento de los de último año, van los que quieren, se hace para tener un tiempo al aire libre y pensar en lo que harás con tu vida cuando salgas de la escuela…aunque en realidad todos van para relajarse y tomar un par de cervezas junto al lago o perderse en el bosque con alguien interesante…ya sabes a lo que me refiero – Termino de explicar Quinn con una sonrisita que dejaba en evidencia a lo que se refería.

Todo esto sonaba excelente, siempre había tenido las ganas de ir a un campamento al cual no tuviera que ser enviada por obligación y decisión de mis padres, ya que ellos antiguamente acostumbraban a lidiar conmigo enviándome a cualquier lugar que sugiera un castigo y lección para cambiar mi mal comportamiento. En mi no muy lejano pasado había sido una adolescente problema, no era más que una engreída niña rica que se creía con el derecho de pasar a llevar a cualquiera con tal de conseguir lo que buscaba, había sido egoísta, mal educada, fiestera, irresponsable y, jamás de los jamases me interesaban las consecuencias que dejaban mis actos. Dañaba a todo chico que se atrevía a querer salir conmigo por el simple hecho de que nunca me enamore de ninguno, jugaba con ellos hasta cansarme y de ahí los cambiaba por el otro que estuviera en boca de todos, siempre quería lo mejor para mí y eso implicaba también el mejor novio, sin importarme nunca nada, así vivía mi antigua vida. Había sido una persona totalmente frívola y hasta los días de hoy me sorprendía en lo mal que muchas veces terminaban mis pequeñas bromas. Me daba vergüenza admitir que había sido una zorra peor que Hayley pero esa era la verdad, fuí una completa zorra.

-Eso suena genial – Respondí con una sonrisa.

-¿Entonces iras?- Indago Quinn interesada.

-Por supuesto, eso si siempre y cuando llevemos mercancía para que el viaje sea más ameno – Levante una ceja al terminar mi sugerencia para dejar en evidencia el significado de mis palabras. Quinn solo rió y Santana me miro entrecerrando sus ojos.

-Veo que no pierdes tus viejas costumbres Britt – Comento Hayley, haciendo que tanto Quinn como Santana la miraran curiosas esperando que siguiera hablando.

-¿A qué te refieres exactamente Hay?- Pregunte haciéndome la desentendida, aunque sabiendo perfectamente de lo que estaba hablando.

Si ella quería jugar, esta vez jugaríamos las dos, pero en equipos contrarios, como nunca antes.

-Oh, no me digas que ya olvidaste el campamento cerca de los Hamptons, al que nos enviaron cuando se te ocurrió hacer una pequeña reunión la vez que tus padres y tus hermanos se habían ido por un fin de semana de viaje ¿lo recuerdas?-

Así que quería jugar duro.

-¡¿Eran amigas?!- Me pregunto Quinn escandalizada.

-Si algo así…-Respondí suspirando.

-Pero bueno, continua, queremos saber que paso después- Insto San a su novia.

-Bueno…digamos que los padres de Britt volvieron antes de tiempo, encontrando su linda casa en la quinta avenida repleta de jóvenes ebrios…- Hizo una pausa y me miro directamente a los ojos con una sonrisa de victoria en sus labios-…pero no solo eso, encontraron a su linda hija teniendo sexo en su propia alcoba matrimonial…Britt estaba tan drogada que ni siquiera se dio cuenta cuando sus padres la sorprendieron…¿ahora recuerdas el campamento Britt?- Pregunto satisfecha de haber dejado a nuestras dos acompañantes tan impresionadas que ni siquiera eran capaces de reír o hablar.

Y claro a mi humillada.

-¡Claro!...como no recordarlo, mal que mal en ese campamento me lo pase sola, aun recuerdo que te perdías con nuestro monitor a cargo todas las noches y después del almuerzo… ¿Era con él que probaste la primera vez el sadomasoquismo, verdad?- Le pregunte sonriendo, ella solo me acecino con la mirada.

Por el momento claramente iba ganando yo.

Quinn exploto en carcajadas y Santana miro a su novia algo decepcionada, luego desvió sus ojos hasta mi seriamente, provocando que me pusiera nerviosa ya que Hayley estaba claramente humillada, Quinn retorciéndose de la risa y ella sin ninguna emoción en su cara, pero no solo eso, no miraba a su novia, sus ojos no abandonaban los míos. Incomoda como me sentía, fui la mujer más feliz del mundo cuando escuche el sonido del timbre para entrar a clases, me levante enseguida para irme, solo que la mirada de San me detuvo, esta vez claramente podía notar que su buen humor de la mañana había desaparecido.

-¿Qué te toca ahora?- Me pregunto Santana seria.

-Literatura-

-Entonces nos vemos luego, yo tengo matemática avanzada-Y dedicándome una última mirada seria se marcho con una Hayley inusualmente callada a su espalda.

-Wow, estuviste excelente… Hayley se quedo callada-Musito Quinn mirándome con una alegre sonrisa en su rostro- Y aunque me muera de ganas por saber qué cosas hay entre ustedes dos…tenemos que entrar a clases, aunque, ni sueñes que después no me contaras con lujo y detalles todo- Termino, poniéndose de pie y uniéndose a mí en mi camino a nuestro salón.

-Es una historia larga – Advertí, caminando por el pasillo.

-La clase de literatura dura dos largas horas – Aseguro con una sonrisa, enrollando su brazo con el mío mientras seguíamos caminando.

Yo solo pude suspirar y sonreírle en respuesta…

Ella estaba inusualmente callada, tenía ese entrecejo fruncido, su mandíbula apretada y en ningún momento me había vuelto a mirar a los ojos. En todo nuestro almuerzo lo único que se había limitado a preguntar era lo que deseaba comer y su voz inclusive había sonado tensa y forzada. Ahora cada una disfrutaba de su almuerzo en silencio, ella devorándose unas papas fritas y yo una ensalada mientras trataba de buscar la manera de hablarle, sabía que estaba molesta ya que su manera de comportarse me recordaba a la vez que había derramado por accidente su copa sobre su vestido, solo que esta vez ella estaba en silencio y yo un tanto confundida…¿Qué era lo que le molestaba?

-Nunca me has contado sobre tu pasado…tu vida en NY- Hablo por vez primera haciendo que elevara mis ojos hasta los de ella de forma inmediata.

-No hay mucho que contar –

-¿Es solo eso o hay más cosas como las que contó Hayley?- Pregunto de manera brusca, dejando ver claramente enfado en su voz.

-¿Qué es lo que te molesta?- Indague, de una forma ya molesta, me estaba cansando de su trato y más aun de que creyera en todo lo que salía de la boca de su “novia” sin ni siquiera escuchar mi versión de la historia.

-Nada Britt, es solo que yo jamás pensé en ti como alguien capaz de comportarse así- Explico con un tono de voz más suave, dejando ver en sus ojos algo muy parecido a decepción.

-Mira, eso paso cuando yo tenía quince años, era una adolescente estúpida…además que no todo lo que escuchaste es verdad- Tras su mirada pude darme cuenta que esperaba una explicación-…jamás llegue a acostarme con nadie en la cama de mis padres y no estaba drogada, solo estaba ebria y si, era una adolescente de esas, tampoco te voy a mentir diciéndote que eso fue lo peor que hice, hay muchas cosas de las cuales no estoy orgullosa, pero todas quedaron en el pasado,…aunque la parte de el campamento es verdad, vivía metiéndome en problemas y jodiendo a gente buena, fui una completa zorra…pero todo eso cambio cuando conocí a Victorio…

Y así había sido mi vida, una completa mierda solo hasta que él había llegado rescatando lo mejor de mí, aunque nada había durado mucho después de que él se marchara, yo seguí siendo la misma solo que ya no le hacía mal a nadie, me autodestruía con alcohol y encerrándome en mi propia pena tras haberlo perdido. Seguí con mi vida acostándome con cualquiera cada vez que me sentía sola, nunca abrí a nadie mis sentimientos, hasta que claro, apareció San y su calidez ofreciéndome su amistad sin pedir nada a cambio. Podía admitir que desde que ella llego a mi vida todo el dolor existente en mi se estaba haciendo más chico y las pesadillas que desde hace casi seis meses me rondaban ya no habían vuelto a aparecer en todo el tiempo que llevaba en Ohio que era exactamente un mes, un mes viviendo de una manera totalmente nueva. Ya casi no me daba nostalgia pensar en NY, me estaba acostumbrando a la calidez que me ofrecía Ohio.

-Esta bien, perdón, no tenía derecho a molestarme, es solo que todo me pillo por sorpresa y no supe cómo reaccionar – Tras sus palabras relajo su mirada y me dedico una de sus hermosas sonrisas.

-¿Entonces, esta todo claro?-Pregunte con una sonrisa ya más relajada.

-Si, todo claro, aunque…- Entrecerró sus ojos fingiendo seriedad-…me gustaría saber, si lo que dijiste de Hayley es verdad.

-Lamento si no te gusta en nada la idea, pero sí, es verdad…aunque míralo por el lado bueno, tienes a una leona en la cama- Reí amargamente tratando de disimular lo mal que me sentaba el significado de mis últimas palabras.

-Ohhh si, si te imaginaras- Murmuro riendo.

-¿Qué?-

- Hayley y yo…bueno, ella y yo…tu sabes…no hemos…

-¡¿Estas de broma?!-La interrumpí incrédula.

No sabía cómo funcionaban las relaciones de chica y chica, pero suponía que tenían que ser iguales en cuanto al tema sexual, es decir ¿cuatro meses no eran suficientes para concretar algo con tu novia? Definitivamente no tenía idea de nada.

Esto solo podía ser una broma… ¿Acaso San nunca…

-No, nunca ha pasado con ella- Aseguro mirándome algo avergonzada.

Y yo no lo podía creer, aunque de cierta manera todo me daba una satisfacción increíble, es decir, Santana era demasiado para alguien como Hayley, por eso me alegraba.

-Wow…eso no me lo esperaba, espera, ¿Acaso tu nunca…

-No Pierce, no es que nunca haya estado con alguien más, solo que con ella no puedo-Admitió, mirándome intensamente.

-Quizás no es con quien deberías estar - Las palabras habían salido de mi boca sin siquiera pensarlo.

-Quizás- Murmuro sonriéndome a la vez que me traspasaba con su mirada café.

El sonido de mi teléfono interrumpió el agradable momento, me apresure en buscarlo entre las cosas de mi cartera, notando que se trataba de mi madre.

-Diga…dime…esta bien mama, yo la recojo, no hay problema… ¿A las tres, verdad?...si, yo también…temprano, chao- Colgué mirando inmediatamente a Santana con cara de circunstancias.

-¿Pasa algo?-Inquirió preocupada.

-Nada grave, es Maite, debo ir a recogerla… ¿Quieres ir conmigo o…

-Me encantaría, adoro a tu hermanita- Aseguro con una sonrisa.

-Eso es porque no la tienes contigo todo el día- Espete dejando claro que ser la hermana mayor no siempre es agradable.

Ella solo rió, se puso de pie y yo hice lo mismo, empezamos a andar con rumbo hacia el estacionamiento, con una Santana que de a poco volvía a ser la misma de la mañana.

Estábamos tiradas en el balcón de mi cuarto observando un negro cielo lleno de estrellas, la tarde había ido perfecta, habíamos pasado por mi hermanita disfrutado las tres juntas de una “tarde de chicas” como lo había llamado Maite a nuestra sorpresiva visita al centro de Ohio, que había sido claramente idea de Santana tras la insistencia de mi hermana, yo no había podido negarme, las dos sabían usar sus armas de encanto para estar contra a mí y yo no me quejaba, la había pasado genial. Después compartimos todos juntos una agradable cena familiar, teniendo como invitada tras la insistencia de mi padre a Santana, quien no se hizo de negar y ocupo un lugar al lado de una contenta Maite. Y ahora estábamos aquí, riendo tras las diferentes anécdotas de cada una, contándonos todas esas cosas, que según toda la gente hace que entre las personas haya más confianza y por supuesto, te hacía conocer más de tus amigos, lo cual encontraba algo ridículo, porque San poseía toda mi confianza.

-…si y así fue como me di cuenta que me gustaban las chicas- Termino Santana de contar mientras ambas reíamos.

-A tu madre debe de haberle dado un infarto cuando se entero- Supuse risueña.

-No, la verdad no, le costó en un principio pero luego lo entendió-

-¿Pero como estas tan segura de tus preferencias?...digo eres joven…

-Porque ya estuve una vez con un chico Britt…y créeme no me gusto para nada, contando el sexo- Aseguro mostrando esa sonrisa de presumida.

-Ya pero…

-Es solo que tu no lo entiendes, ósea, deberías de alguna vez haber dormido con alguna chica para entenderme- Espeto muy segura de sus palabras.

Me quede pensando en sus palabras y preguntándome que diría ella si le contaba que yo también había estado también con una chica, me arriesgue a pesar de las consecuencias.

-¿Y qué te hace pensar que no te entiendo?- Hable de forma segura, notando que su cuello de inmediato se daba vuelta hacia mi cara, pero no solo eso, dejaba su posición de relajo a mi lado y se sentaba de golpe, mirándome sorprendida.

-¿Has estado con una chica?- A pesar de que había soltado sus palabras como pregunta, podía notar más bien que era una afirmación tras ver su cara.

-Si, hace dos meses…aunque fue raro, yo estaba ebria y casi no recuerdo nada, solo que era hermosa y su piel era suave, me hizo sentir bien, pero fue algo sin importancia, creo que fue solo curiosidad del momento...aunque ella estaba buenísima, eso tengo que reconocerlo-

-Wow…eres una caja de sorpresas- Dijo un tanto aturdida, me miraba de una manera extraña.

Aunque esta vez no había enfado en su rostro.

-Eso han dicho- Murmure.

-Dios… ¿hay más sorpresas como estas?- Inquirió mostrando un adorable rostro fingiendo miedo.
Yo solo reí.

-No, no hay más sorpresas por el momento, pero que conste tu quisiste saber de todo esto- Le recordé, mal que mal ella había insistido en revelar secretos y todas esas cosas.
-Si, bueno ¿puedo seguir preguntando cosas?-Hablo mostrándome una sonrisa tan linda que no me quedo otra que aceptar el nuevo interrogatorio.

-Esta bien…

-¿Qué es lo que pasó con Hayley hace seis meses?-Pregunto seria, pero nunca dejando la calidez en su voz ni la forma suave en la que sus ojos me miraban.

Suspire, no me esperaba esa pregunta, estaba decidida a no respondérsela.

-Eso…no te lo puedo contestar, no se trata solo de Hayley, hay algo mucho más fuerte en todo esto, algo que me hace sentir miserable…además, no puedo hablar sobre eso aun…aun no estoy preparada para recordarlo todo –

-Perdón si sientes que te estoy presionando, es solo que hay una parte tuya la cual todavía no me dejas conocer…la parte que te produce tristeza, esa que tratas de esconder por miedo a que alguien se dé cuenta de que cargas con algo doloroso en tus espaldas…y yo solo quiero que tu estés bien…que puedas ser capaz de sonreír de verdad, sin esconder ningún dolor –

Tras sus sinceras palabras necesitaba ver sus ojos, fue así que al igual que ella me senté, de frente a su rostro, notando la calidez en su mirada café, viéndola por vez primera como algo más que solo una amiga y persona especial. Me perdí en sus ojos una vez más y me fui acercando de a poco, su respiración me llamaba, quería sentirla cerca de mí, sin importar las consecuencias…necesitaba sentir sus labios sobre los míos. Solo a un par de centímetros de su cara, me di cuenta de lo que estaba deseando, yo quería besarla, que me sostuviera junto a su cálido cuerpo y su exquisito aroma…Y la realidad me abrumo, estaba perdida, recién allí a un palmo de su cara estaba aceptando que Santana Lopez me gustaba y no precisamente como amiga. Deje mis ganas de besarla de lado, debido a lo intenso del momento y dedicándole una sonrisa, levante una de mis manos y acaricie su rostro, ella cerró sus ojos suspirando.

-Gracias- Le dije en un susurro-…gracias por estar conmigo, por ser como eres y devolverme de a poco la alegría y el placer de sentirme feliz…

Abrió sus hermosos ojos por fin y, tomo mi mano que aun permanecía en su rostro, con cuidado la retiro de ahí y le dio un suave beso, luego entrelazo nuestros dedos.

-No hay de que, ya te lo dije, eres mi amiga, quiero lo mejor para vos- Aseguro sonriendo.

Yo solo me dedique a contemplar su rostro, ella hizo lo mismo.

-¿Chicas están aquí?...venía a…lo siento…-Rachel se presento en la entrada del balcón algo avergonzada dedicándonos una sonrisa al ver nuestras manos entrelazadas, las cuales se soltaron inmediatamente por impulso cuando Rach hablo por segunda vez- no quise interrumpir, pero yo ya me iba, pensé que San querría venirse conmigo, en vista de que hoy no anda con su coche- Termino de hablar sustituyendo su dulce sonrisa para dedicarnos otra un tanto burlona.

-Eh…si, vamos, se nos hace algo tarde - Hablo Santana poniéndose de pie, luego tomando de mi mano para ayudarme a ponerme de pie-. A todo esto Rachel ¿Qué haces acá tan tarde?- pregunto San curiosa a su hermana, a la misma vez que bajábamos las escaleras.

-¿Yo?...eh, nada, te espero en el coche…un gusto verte Britt, nos estamos viendo, hace tiempo que tu y yo no salimos de comparas, hay que mejorar eso – Y despidiéndose con un caluroso abrazo, una incómoda y evasiva Rachel abandonó mi casa, tras las risas de parte mía y mi compañera.

-Tu hermana y Finn últimamente se están juntando mucho ¿No crees?- Pregunte con una sonrisa cómplice en mi rostro.

-Eso parece- Coincidió Santana riéndose, ambas a sabiendas de lo que estaba pasando-…a Finn lo he visto mucho por mi casa últimamente, lo que me recuerda que tu nunca te has dejado caer por ahí- Advirtió mirándome fingiendo seriedad.

-Nunca me has invitado- Me excuse, sabiendo que eso dañaría su orgullo.

-¿Y?...yo eh venido dos veces y no precisamente porque me hayas invitado- Explico con suficiencia, dejando en claro un muy buen punto.

-Esta bien…me paseare por tu casa a cualquier hora, luego no reclames- Advertí un tanto entretenida.

-Jamás reclamaría na…-El sonido de una insistente bocina interrumpió sus palabras, haciéndola suspirar sonoramente-…debo irme Rachel se pone realmente pesada cuando quiere…que descanses y no te olvides de pasar por mi mañana, tengo ganas de conducir tu Z4-

Sorpresivamente tomo mi rostro entre sus dos manos y me dio un suave beso en mi mejilla izquierda, luego me sonrió y desapareció por la puerta dejándome con una sonrisa y un suspiro en los labios. Me encamine con paso lento de vuelta a mi cuarto, una vez en el incapaz de poder dormir tome mi teléfono, mi cajetilla de cigarros, mi i-pod y me fui al balcón, me senté en el suelo y suspirando marque ese número que me sabía de memoria, esperando los tonos para que contestara encendí mi cigarro esperando escuchar su voz.

-A pesar de que te adore tengo sueño, espero que sea importante para despertarme-Hablo una somnolienta voz por el teléfono.

-Lo es Sam…creo que me gusta alguien - Admití suspirando.

-Wow eso es…complicado- Su voz sonaba ya despierta del todo y algo aturdida.

Hubo un extraño silencio que me hizo pensar que había colgado.

-¿Sam?...di algo ¡por dios!...estoy asustada y tu no me estas ayudando-

-Esta bien…ya reaccione, solo me tomo por sorpresa…bien aquí vamos, empecemos por su nombre ¿Cuál es el nombre del miserable con suerte?-

-Santana…se llama Santana - Dije con una sonrisa en mis labios.

-¡¿Santana?! ¡¿Es ella, digo una ella mujer?!- Podía notar la sorpresa en su voz.

-Si…

-Ya…estas realmente perdida rubia…pero no te preocupes, primero tienes que pensar en…

Y esa sería una larga charla, encendí otro cigarro y me dispuse a escucharlo…
___________________

hola!!!, Este capi no quedo como quería, pero espero que les guste...
les comento que tengan paciencia y que queda poco para el momento que tanto esperan por parte de nuestras Brittanas....

PD: Pido perdón pero hasta ahora no me había dado cuenta que escribi mal el apellido de Brittany durante todo el fic, perdón es que lo hice a oído jajaja igual ya lo arregle… Bosotes! :)

me acabo de leer tu fic ....y diosss es grandioso!! me encanta la trama q tiene y tu forma de escribir es genial ....AMO A SAM!!!!!!! quieroo un amigoo asiii x_____X me encanta me encanta!!! heheh San es super lindaa y Britt por dioss spr diferente a todos los demas fics pero eso es mejor asi salimos de lo cotidianoo!! hehe me encantaa en general tu fic la trama , los personajes y las BRITTANAS porsupuesto!!! ...bno bnoo ya me retiroo espero tu prox actualizacion xoxo =D

ah... mis brittanas me encantan... están que se agarran a besos... porque sera que siempre las interrumpen... siempre que pasa algo va y si no aparece alguien las llaman PORQUE!!!...

espero la actu *besos*

Ah no, no pueden ser mas hermoooooooooooooooooosas!!
Quiero Ya ese campamento, creo qe todo puede pasar alli, y bueno muerte a la nocia de San XD
Aun no llego a descubrir las intenciones de Quinn, pero bueno iremos viendo qe sucede xd

q mal me cae hayley es una desgraciada , pero q bueno q las santana quiera tanto a britt pero es q se nota y ese campamento promete me da mucha curiosidad quinn q relacion tendra con britt?? por q se nota q se llevan bien espero ver a mis brittanas juntas besos!!!

wooooow amo tu fic es tan woow, admito que cuando lei el nombre del fic pense que estaba basado en la serie South of Nowhere xd, pero na que ver wjajajajaja
esta demasiado bueno, siguelo, espero una nueva actualizacion y un besooooo

=) me enqanthaa.. simplemente me enqantaa.. x) hahahaa... ayy ia si bien qe se gustan las dosss... (britt-san) ya besense.. jajajajaja a no verdad...



=) sigue prontoooo bsss..


pd. Odio a healey.... x) hahahaahahaha....

ME ENCANTA
no dejare de decirlo, ME ENCANTA, San es un amor...aunque no me gusta nada de nada esa perra que tiene por novia, que bueno que entre ellas aun na de na...
Me he reido igual que Quinn cuando Britt se defendio de Hayley y la dejo callada jajajaja...que siga rebelando secretos sucios de esa para que San la corte luego.
Si no es el telefono es Rachel ¿por que? Dios, es que no pueden dejarlas besarse tranquilas???
Espero que el proximo capi me traiga la felicidad que deseo (BESO BESO BESO) jajaja
Adoro como es Sam, me recuerda a mi mejor amigo...

Arg, hola? Como me dejas en la intriga de esa conversación?! jajajaja
Esta chulísimo tu fic, de verdad! Me encanta como va la relación Brittana y los momentos que tienen juntitas... son adorables ^^
Hayley me cae mal no, lo siguiente... es una tonta pedante, aunque tengo ganas de saber que es lo que le hizo la tipaja esa a Britt ¬¬
Espero la actuu muy nerviosa! jijiji :)

Nose si lo he dicho muchas vcs peroamo ste fic me encanta ....samtany me recuerda a la mia cn mi mejor amigo yo tb avcs pienso q s gay jejeje bno odio a haley... pero tu act

Quiero actualizacion jajajaja.... me estoy muriendo, me encanto tu historia enserio, pero quiero sweet lady kisses right now jajajajajaja... lo necesito, en fin, espero ansiosa y ten por seguro que tienes una lectora mas a tus pies jajajajaj... XoXo

maite es lo maximo jajajajajajajajajajajajajajajajaja me party de la risa con sus comentarios... ahaha britt ya reconocio que le gusta a san...

porfa actualiza pronto un beso, no nos hagas sufrir

Awwww, amo tu fic, lo vengo siguiendo desde el primer cap que publicaste pero nunca te pude comentar, pero entro a cada rato para ver si actualizaste.. xD.. jajajja, si, si, creo que me volvi adicta..
Como la odio a Hayley, ojala que San se de cuenta que tiene que estar con Britt.. <3.. awww, seria re lindo.. Y espero el beso, que siempre las interrumpen che!!.. :P.. jajajjaja. Bueno, espero tu actu!!!.. Saludos.. :)

CAPITULO 8: Comedia romántica
Parte I

Íbamos ambas camino a la escuela, por petición de Santana accedí a prestarle mi coche, con la condición de que estuviera lista cuando pasara por su casa, lo que no fue problema ya que Rachel como acostumbraba hace una semana pasaba por Finn a mi casa. Santana había llegado sorpresivamente cuando iba saliendo a por ella, culpando a su insistente hermana de llegar sin tener tiempo de avisarme y ahora estábamos ambas en un silencio que me tenía más que curiosa.

-¿Cómo se conocieron? – Solté de repente no aguantando las ganas de permanecer callada.

Necesitaba saber un par de cosa

-¿Quiénes? – Pregunto confundida despegando sus ojos de la carretera y mirándome por una fracción de segundos.

-Hayley y vos -

-En una fiesta…supongo que la encontré…no sé, linda y simpática, luego empezamos a salir…yo venía recién volviendo de Francia, no la había visto nunca antes, me llamo la atención su personalidad, tan…poco frecuente – Volvió a dirigir sus ojos a los míos y nuevamente después miro al frente – A pesar de todo lo que digan de ella, se que no es como dicen, yo la conozco…Hayley solo es un tanto difícil…

-¿Qué tanto la conoces?- Pregunte sin ninguna mala intención.

-La conozco – Aseguro.

Yo estaba sorprendida, no podía decidirme si entre reír o enfadarme, las dos hablábamos de la misma persona, pero parecía que esta sufría personalidades múltiples. Santana hablaba de una chica simpática, encantadora, preocupada y llena de un sin fin de cosas buenas, que te hacían pensar en una novia perfecta, podía notar que sonreía ante el hecho de hablarme de alguien tan “perfecto”, porque así se escuchaba en su boca, como alguien que claramente jamás ha destruido a nadie.

-Ah – No tenía nada más que decir, estaba absorta en una confusión enorme.

Se produjo un silencio incomodo como nunca antes.

-¿Hoy almuerzas conmigo?- Pregunto de repente mientras daba la vuelta para entrar al estacionamiento de la escuela.

-¿Qué día es hoy?- Inquirí para estar segura de mis planes.

-Hoy es jueves Britt – Contesto abriendo la puerta del coche para luego bajarse.

-Lo siento, me encantaría, pero quede con Blaine – Me excuse, ya una vez a su lado, ambas caminando hacia nuestras clases.

San me observo nuevamente y me ofreció las llaves de mi auto, las tome de sus manos sin mirarla.

-Bueno, entonces nos vemos luego – Musito, buscando mi mirada, la cual en ningún momento llego a recibir.

-Si, supongo que nos vemos luego – Murmure.


Me gire sobre mis talones y me encamine a mi casillero, un tanto apurada, tenía una para nada satisfactoria clase de biología esperándome solo en quince minutos y la idea no me entusiasmaba en nada, estaba claro que no estaba en uno de mis mejores días, mi conversación telefónica con Sam la noche anterior se había extendido bastante, restándome varias horas de sueño y más aun al quedarme pensando una gran parte de la noche en mi nueva “Atracción Sexual”, como había llamado mi amigo a Santana. Primero me reí de su absurdo análisis, luego de a poco le fui encontrando un sentido, él me conocía y no se equivocaba al describir a San de esa forma.

En mi vida había sentido tan solo tres veces lo llamado “Atracción Sexual”, una de esas tres personas había sido “Natasha” la hermosa rusa de intercambio, aun podía recordar su escultural figura, su hermoso y perfecto rostro, pero sobre todo sus ojos, sus hermosos ojos celestes. Cuando la vi por vez primera ni si quiera le había prestado atención, ese día estaba con resaca y aun podía sentir los efectos que las drogas habían dejado en mi cuerpo la noche anterior, ya que así habían sido mis días de fiesta, anfetaminas y lo que viniera después. Yo caminaba entre medio de los pasillos de la escuela tratando de ordenar el cuello de mi blusa cuando por casualidad tropecé con alguien en la entrada de uno de los baños, en ese momento solo levante mi rostro para ver quien había sido el pobre inútil que no tenia cuidado, pero me lleve una sorpresa al descubrir a un hermoso par de ojos mirándome con atención y curiosidad, también a unos labios que escondían una pequeña sonrisa, sonrisa que me cautivo inmediatamente de una forma tan rápida como nadie lo había logrado, sonrisa que en la noche de ese mismo día me buscaría hasta encontrarme en una de las habitaciones de la lujosa casa de “Mercedes Jones” la creadora de las mejores fiestas en la quinta avenida, aunque esa noche no me importo en ningún parámetro la fiesta ni siquiera las pastillas que rebosaban sobre el escritorio del estudio de Mercedes, nada me importo, absolutamente nada , hasta que claro un esbelto cuerpo se estrello contra el mío cuando trataba de encontrar el baño de Mercedes. Recuerdo esa noche solo en vagos y cortos trozos que mi mente guardo, recuerdo como los labios de una chica se posaban en los míos con frenesí, como unas suaves manos me quitaban cada prenda mientras un cuerpo con un exquisito aroma me acorralaba contra una fría pared de cemento, también recuerdo la suavidad de su piel al deslizarse con la mía, pero lo que más recuerdo son sus ojos llenos de deseo cuando ambas habíamos llegado a la cima. Así recordaba a la primera persona de la cual no había apartado mis ojos en ningún momento durante veinticuatro horas, así recordaba a esa atracción que termino conmigo y ella juntas en una sola noche, también hubieron otras personas, las dos restantes, solo que con ellas nada nunca se llego a concretar, porque una de ellas en cierta forma era algo así como impropio y la otra…la otra no se había concretado solo por mi cobardía y ahora llegaba la persona número cuatro…Santana.

-¡Britt! Qué alegría verte – Ohhh si, mi día iba de mal en peor.

-¿Qué quieres?- Espete en forma brusca mientras trataba de abrir mi casillero.

En ningún momento mirando su rostro, me daba repulsión.

-Ser…como decirlo, tratar de ser las mismas de antes…y para que veas que no miento, puedes buscar el regalo que guarde justo aquí adentro – Y para asegurar sus palabras las acentuó dando un golpe al casillero provocando que viera su rostro por una fracción de segundos.

Luego me dedico su cínica sonrisa y se perdió por uno de los pasillos azotando su cabellara negra, con prisa termine de abrir el casillero y busque entre medio de todos los libros algo que me dijera con exactitud de que iba su regalo, pero no encontraba nada, estire uno de mis brazos hasta el final del cubículo de metal y pude agarrar en mis manos una pequeña cajita verde mas chica que la palma de mi mano, la minúscula caja venia envuelta con una pequeña cinta de regalo color limón y con ella traía una nota.

“Son tus favoritas, espero las disfrutes”
Con cariño, Hay.

Solté la pequeña cinta de un tirón y con precaución abrí la caja, dejando ver claramente lo que mi mente ya se había imaginado, cinco pastillas aparecían tras descubrir una de las tapas, tratándose de éxtasis. Respire profundo antes de cerrar mi casillero en un solo movimiento, cerré la caja en mis manos y la guarde en uno de mis bolsillos traseros, mirando por última vez la pequeña puerta de mi casillero, levante mi rostro y di media vuelta para seguir con mi mañana. Solo que dos rostros sonrientes venían en mi camino y claramente con ganas de hablar conmigo.

-¿Te gusto tu obsequio?-

Le dedique una mirada cargada de odio antes de hablar, apretando mis puños para no saltarle encima, camine un par de pasos hasta estar solo a un par de metros de ellas.

-¿Obsequio?- Inquirió Santana mirando a su novia con su entrecejo fruncido y con una sonrisa en sus labios.

-Si, nunca está mal obsequiarle regalos a una vieja amiga, no quiero que Britt se deprima y extrañe NY – El sarcasmo en su voz nunca había podido ser mayor - . ¿Y? ¿Te gusto o tu silencio es la negativa?...si no te gusta podría, no sé, ya sabes…hacer un cambio…

-Nunca diste buenos regalos, pero bueno ¿Qué se le puede hacer al gusto, no?- Espete burlona – Pero debo admitirlo, fue muy considerado de tu parte, gracias.

-De nada, lo aprendí de ti después de todo, tu siempre tan considerada – Aseguro con una sonrisa rebosante de victoria asomando en su rostro.

-Si… ¿Sabes?...soy tan considerada que aun guardo el video que me pediste que escondiera – Podía ver la sonrisa de su rostro ir desapareciendo de a poco.


No estaba de ánimo, alguien tenía que pagar lo mal que me sentaba estar aguantando sus estupideces y claramente esa persona seria ella misma, era su culpa el que perdiera la paciencia y saliera mi peor lado.

-No sé, de que video hablas – Dijo con voz segura.

-Ese del cual estabas orgullosa…en el que salías atracandote con tu profesor de violonchelo ¿te acordás? ¿Peter, se llamaba?...creo que es el novio de tu prima, pero puede que este equivocada…espera ese era otro video, yo y mi cabeza ¡Dios! Aunque puedes pasarte a buscarlos por mi casa cuando quieras, creo, no espera, estoy segura de que los traje conmigo – La sonrisa en su rostro se borro completamente, dejando paso a la vergüenza.

Santana solo se mantenía ajena a todo comentario mirando hacia el suelo.

-Bueno que tengan un buen día, yo debo entrar a biología – Y con una inesperada sonrisa me encamine a clases.

No había ayudado en nada contarle a Sam las cosas, ahora, lo único que podía hacer era pasármela distraída mientras pensaba en las consecuencias que dejarían mis actos si no me comportaba correctamente, por una parte me sentía ridícula, estaba claro que yo para Santana no era más que una amiga y eso aun lo hacía más complicado, no podía llegar y saltarle encima, ella no era igual que todas las demás personas con las cuales me enrollaba un día y ya, esta vez todo era confuso, porque se trataba de una amiga. Aunque tenía una cosa clara y esa era alejarme un poco mientras la estupidez se me pasaba, aunque claro, yo nunca terminaba haciendo nada bien. Un suspiro se escapo de mis labios pesadamente, llamando la atención de Quinn a mi lado, quien me miro algo preocupada.

-¿Qué pasa?- Pregunto confundida.

-Nada, ¿Por qué?-

-Estas…no sé, como ida…aunque mejor sonaría rara –

-No dormí bien eso es todo – Explique algo cansada removiéndome sobre el asiento.

Un golpecito sonó en el piso atrayendo la atención de Quinn y de paso la mía.

-¿Qué es eso?- Inquirió confundida agachándose a recoger una pequeña caja que descansaba en el suelo junto a mi silla.

La caja que se había resbalado de mis bolsillos traseros.

-Nada, es solo una…

Demasiado tarde para cualquier explicación, ella abrió la pequeña caja, primero mirándola confundida, luego abrió desmesuradamente los ojos y por ultimo alzo su rostro con asombro en sus ojos, mirándome intrigada.

-¡¿Qué haces con esto?! ¿Y aquí en la escuela?...te podrían ver, sabes, y ahí si que estarías jodida - Chillo por lo bajo para que nadie se alertara con nuestro parloteo.
-No son mías – Después de mis palabras levanto una ceja y me dedico una sonrisita sarcástica – No pongas esa cara, es la verdad, me las regalaron, pero pensaba botarlas en cuanto tuviera un tiempo para ir al baño…yo no consumo esas cosas…ya no.

Ella medito mis palabras y sonrió divertida.

-Es una lástima…este sábado podrían haber tenido un muy buen uso – Susurro con algo de nostalgia y diversión en su voz – Seria una experiencia genial…ya sabes, algo de diversión no le hace mal a nadie…tampoco es un pecado tomarlas de vez en cuando y más aun con el ánimo que traes.

Después de sus palabras medite mirando el pizarrón lleno de formulas para los ejercicios de genética, la genética me gustaba pero ya no prestaba atención a nada, me había perdido en el recuerdo de la sensación que alguna vez las pastillas en las manos de Quinn producían en mi ¡Dios! Si que se sentía bien tomarlas, me olvidaba de todo y solo disfrutaba el momento, las pastillas te hacían llegar al mejor nirvana y yo necesitaba librarme y olvidarme de mis líos aunque sea un rato.

-Te las regalo…yo no las quiero – Musite.

Tenia que aprender a decir no, aunque a veces costara.

-Gracias sos la mejor – Aseguro dándome un pequeño abrazo – Te guardare una por si cambias de opinión….no abriré esta caja de nuevo hasta estar en nuestro lindo campamento.

-Esta bien – Le dije sonriendo, a veces Quinn en realidad era adorable.

-A todo esto, se me fue un detalle ¿Quién te las dio?- Pregunto curiosa.

Yo la mire pensando en mi respuesta.

-Hayley – Confesé finalmente. Ella me miro entre sorprendida y confundida.

-Wow…bueno por lo menos esta vez hizo algo bien, digo no es un regalo malo, aunque si es malo viniendo de ella…no tenía idea de que seguía en las mismas – Murmuro lo ultimo calmadamente.

-Me las regalo pensando en que me sobresaltaría y me pondría como loca…aunque claro no le daría en el gusto, eso si, sabe y estoy segura que está pensando en que le haré algo parecido –

-¿Y lo harás?...está claro que quiso, como se dice…joderte, si quiso joderte – Dijo mirándome seria.

-No, no haré nada, por lo menos no por ahora…tengo cosas importantes de las que preocuparme en vez de sus juegos – Y esa era la verdad no haría nada por el momento.

-Ten cuidado con esa tipa Britt…en serio, no me gusta que dejes todo como si no ha pasado nada, tienes que ponerla en su lugar…una cosa es el temita de Santana y que este celosa, pero otra muy distinta es que quiera joderte en cada momento – Explico seriamente, dejándome impactada.

Claramente había subestimado a Quinn, cuando pensé que solo vivía en su mundo.

-No me mires así, soy observadora y me he dado cuenta de las miradas que se reparten con Santana cuando están juntas – Murmuro con una sonrisa en sus labios.

-Quinn yo…

El maldito timbre sonó dejándome muda y mirando a mi amiga con cara de circunstancias, las cosas aun se complicaban más.

-Te dije que no pongas esa cara, vamos, te invito a un café, que a juzgar por tu cara lo necesitas - Hablo con una linda sonrisa en su rostro mientras enrollaba su brazo con el mío y emprendíamos camino a la cafetería.

No sabía lo feliz que me hacia queriendo escuchar toda las estupideces que llenaban mi cabeza, no pude más que regalarle una sonrisa y sujetar su brazo con fuerza junto al mío, dando gracias a cualquier dios existente por haber hecho que me fijara en Quinn para hacerle una fotografía, necesitaba una amiga mas allá que Santana y obviamente Rachel, ya que a la ultima no podía decirle que me gustaba su hermana y que eso me tenia más que jodida y asustada, asustada de una manera que me sobrepasaba.

-¿Qué queres tomar? – Pregunto Quinn una vez en la cafetería.

-Un café negro, bien negro –

Ella pago los cafés, sin ni siquiera preguntarme algo, estaba claro que se daba cuenta de mi incapacidad para pensar, también escogió una mesa algo apartada, por precaución, se sentó frente a mi sonriéndome, claramente para darme tranquilidad, luego tomo un sorbo de su café pausadamente y elevo sus ojos hasta los míos esperando a que hable.


-Yo…yo ni siquiera sé que decirte, todo es tan confuso que me asusta – Explique mirándola seria.

Me costaba pronunciar cada palabra que salía de mis labios, ya que si las decía significaba que por fin estaba aceptando algo concreto, Quinn me miro profundamente tomándose su tiempo para decirme algo.

-¿Es por que es una chica? – Pregunto.

-¡No!...no soy tan superficial, no me importa eso, de hecho eso es lo de menos – Ojala todo se pudiera resumir a que Santana es una chica, así seria todo más simple.

-¿Entonces qué es?...si te preocupa que este con Hayley pierdes tu tiempo, esa relación es mas por costumbre que por otra cosa, en serio….espera, a no ser que seas de esas personas que le temen al compromiso ¿Es eso?...- Entrecerró sus ojos y espero por mi respuesta.

-No, amiga…no es eso, es solo que, yo sé que es algo pasajero…sin importancia, al…

-Claro, entiendo, y porque es taaan sin importancia es que te tiene así de preocupada, ¿Siempre te preocupas tanto por algo sin importancia?...vamos Britt, a mi no tenes que mentirme, esa chica te gusta en serio, aunque tú aun no lo aceptes…y está claro que a San le pasa lo mismo con vos – Explico con suficiencia dejándome impactada.

A cada palabra de Quinn se me acababan los argumentos.

-Eso no es cierto, Santana esta estúpida por Hayley, se le ve en la cara y en cuanto a mi…bueno yo…yo no sé qué pensar…

-Si vos lo decís – Espeto mostrando una sonrisa burlona - ¿Qué es lo que te preocupa? – Inquirió, mirándome dulcemente, tratando de tranquilizarme al notar que mi preocupación era de verdad.

-Yo soy algo impulsiva – Confesé levantando mis ojos hasta los suyos, ella asintió esperando que continué -…la cosa es simple…tengo miedo de saltarle en sima así como así y que ella…

-¿Se aleje? ¿Se asuste o que no quiera nada con vos? – Dijo completando a la perfección una de mis preocupaciones.

Yo solo asentí suspirando y con una sonrisa melancólica.


-Créeme eso no pasara, Santana es mi amiga y he visto como se le van los ojos cuando pasas cerca de ella o la sonrisa de idiota que tiene cada vez que me habla de lo hermosa y especial que sos, en serio, llega a cansarme con el Britt esto, Britt esto otro…se que lo más probable es que no me creas pero es la verdad – Yo solo pude mirarla y sonreír a sus palabras, aunque la realidad me golpeo y me negué a pensar que todo lo que dijo fuera cierto, las cosas no cambiarían en nada.

-Yo solo soy su amiga Quinn, nada más que eso, además te repito, todo esto es algo pasajero – Ella rodó sus ojos y me miro incrédula.

-Si que sos cabeza…
-No, es la verdad, todo esto es solo una atracción física…supongo que se debe a los meses de abstinencia o llámalo como quieras, pero es solo eso – Dije de forma segura dando como finalizada la conversación.

-Esta bien – Murmuro con una sonrisita burlona poniéndose de pie.

Yo hice lo mismo justo al momento en que el sonido del timbre anunciaba nuestra nueva clase, ambas empezamos a caminar tranquilamente, Quinn en ningún momento dejando de sonreír.

-¿Qué te toca ahora? – Pregunte esperanzada de tener un par de horas más con ella.

-Mmm, Química ¿A vos? –

-Que mal, yo tengo Física, nos vemos en ¿Gimnasia, no? – Inquirí mirándola a sus risueños ojos verdes, ella asintió y luego se dio vuelta, yéndose por el pasillo contrario, yo hice lo mismo.

-¿Britt? – Sentí su voz a mis espaldas, me voltee y ella estaba allí parada en medio de un pasillo mirándome con una sonrisa – Avísame o mejor dicho cuéntame cuando te robe un beso – Tras sus palabras de dio la vuelta con su ahora estúpida sonrisita, dejándome confusa en un pasillo solitario.

La conversación con Blaine me parecía nula, no estaba escuchándolo para nada, me parecía una pérdida de tiempo el escuchar en todo momento “yo” a todo lo que me contaba, estaba más entretenida viendo a las personas sentadas en las diferentes mesas, que verlo a él, me sentía aburrida y solo sonreía a cada una de las cosas que él decía por cortesía, no podía hacer mas, ya que cuando lo miraba lo único que se me venía a la cabeza era Santana y lo bien que me sentiría si estuviera compartiendo mi almuerzo con ella.

-¿Brittany te pasa algo? – Escuche de pronto.


Desvié mi atención de una anciana que me tenía intrigada debido al fuerte color fucsia de su cabello para mirarlo a él.


-No, ¿Por qué? – Él sonrió confundido, dejando a la vista su perfecta dentadura.

-Porque hace exactamente un minuto estoy tratando de preguntarte algo y pareces no escucharme – Musito mostrando su sonrisa ladeada.

-Perdón –

-No, no importa ¿Te gustaría que diéramos un paseo por la ciudad? Era solo eso, en vista de que no tienes hambre – Observo al señalar mi plato, que estaba intacto.

-Me encantaría, la verdad es que hoy no tengo mucho apetito – Acepte sonriéndole.
Quizás un relajante paseo por la ciudad me tranquilizaría un poco.

Nos fuimos en su auto, él conducía, ya que siempre se comportaba de forma caballerosa cuando estaba conmigo, yo iba absorta en mis pensamientos admirando los diferentes paisajes que pasaban a través de mi ventana, él solo conducía tranquilo cantando con pasión cada canción junto a la radio, haciéndome sonreír con los gestos que articulaba su rostro, Blaine me hacía sentir raramente en casa, estar con él era como si estuviera en NY.

Después de unos considerables treinta minutos más de camino y bromas, estábamos llegando a un parque algo desierto, él aparco y rápidamente se bajo para abrir mi puerta, dejando en claro que si sabia como tratar a una chica y hacer las cosas, yo solo sonreí encantada a su gesto.

-¿Y ahora qué? – Pregunte curiosa por nuestro siguiente paso mientras ambos empezábamos a caminar por la un pequeño sendero que rodeaba a la laguna en medio de ese parque.

Antes de contestar mi pregunta tomo una de mis manos entrelazando mis dedos con los suyos, produciendo que elevara mis ojos hasta los de él, encontrándome con una simpática sonrisa.

-Ahora daremos nuestro paseo – Respondió empezando a caminar.

-¿Lo tenias planeado, no? – Inquirí con una sonrisa.

-Si, algo así… ¿Britt te puedo preguntar algo? – Soltó de forma más seria.

-Dispara –

-Estas ¿Con alguien?...quiero decir, estar, estar – Se notaba interesado ya que habíamos parado nuestros pasos y ahora estábamos frente a frente.

-No – Él sonrió - … ¿Por qué?...

-Porque quería estar seguro – Musito mirándome directamente a los ojos a la vez que se acercaba más hacia mí.

-¿Seguro? – Repetí confundida. Notando que Blaine cada vez estaba más cerca y que no soltaba mis manos.

-Te he dicho alguna vez que eres hermosa – Ignoro mi pregunta y siguió acercándose peligrosamente.
Dejándome estática. Él miro mis ojos por última vez para después mirar hacia mis labios, despacio se fue acercando hasta estar a un respiro de mi boca, elevo sus verdes ojos una vez más buscando una negativa de mi parte y no encontrando ninguna se acerco lo suficiente para sentir el suave roce de sus labios sobre los míos, me acerco a su cuerpo tomándome de la cintura y profundizo el beso. Se sentía placentero, sus labios se movían de forma segura haciendo que respondiera de manera pausada, él entreabrió sus labios buscando mas contacto y ahí en ese instante me di cuenta de lo que estaba haciendo, me separe rápidamente, al darme cuenta que no sentía nada más que placer besándolo. Yo a él le gustaba de una forma en la que yo no podía corresponderle, no podía hacerme la tonta y estar con él solamente para llenar un vació, por una vez en mi vida tenía que empezar a hacer las cosas bien, no estaba en mi mejor momento y jugar con los sentimientos de Blaine era algo bajo, además de agregar más confusiones a mi cabeza.

-Blaine yo…perdón, no estaba pensando y no…

-Esta bien, fue mi culpa, yo te bese a ti – Me interrumpió, mirándome algo culpable.

-Pero yo te respondí…y eso estuvo mal, yo no quiero confundirte con algo que claramente no es – Podía ver la confusión en sus ojos tras mis palabras.

-¿Eso quiere decir que no hay posibilidades de algo? – Pregunto sonriendo para ocultar la tensión del momento.

-Me gusta estar contigo, eso no te lo voy negar…

-¿Pero? –

-Pero me gustas solo como un amigo – Termine completando mis palabras con una sonrisa de disculpas.

Él solo sonrió encantadoramente asintiendo.

-¿Y si lo intento?... ¿Podría terminar pasando algo? –

-No, eres mi amigo y, no es solo eso, no estoy en condiciones para mantener algo con nadie – Espete, dejando claro mi punto de vista de forma inmediata.

No quería malos entendidos, al parecer él comprendió ya que retomo sus pasos sobre la arena, yo lo seguí en silencio.

-Bueno, por lo menos lo intente, eso es algo ¿no? – Hablo mirándome con una sonrisa.

Era sencillamente encantador.

-Si, aunque ahora te pediría que intentaras llegar en media hora a la escuela – Pedí riendo, viendo que ya estábamos sobre la hora para llegar a tiempo.

Él solo rió sonoramente tomando una de mis manos par arrastrarme a su coche.

-¿Blaine? –

-¿Mmm?–

-Esta todo bien entre nosotros, ¿no? – Pregunte una vez ya sentada, poniéndome el cinturón de seguridad.

-Si, Britt…solo dame algo de tiempo – Aseguro sonriendo, mirándome a los ojos de una forma realmente sincera.

Aparto sus ojos al camino y se dispuso a conducir.

Estaba cansada necesitaba con urgencia una ducha de agua fría, mis neuronas me fallaban y podía jurar que en ningún momento cerraba mi boca, estaba realmente perdida. Iba trotaba con Quinn a mi lado, ella hablaba sobre un guapo chico nuevo pero yo solo podía prestar atención a lo bien que le quedaba el uniforme deportivo a Santana, sus piernas se veían hermosas metidas en un short azul diminuto, su cuerpo estaba perfecto dentro de un top deportivo, su rostro sonrojado y su pelo desordenado la hacían ver condenadamente sexy, perfecta, sacada de un mundo perfecto lleno de personas perfectas, produciendo en mi una espantosa molestia…No le había sacado los ojos de encima en ningún momento.

-¿Me estas escuchando siquiera? – Pregunto Quinn cabreada dándome un pequeño golpe en mi brazo.

-Perdón, estaba distraída mirando…

-¿A Santana?, no te preocupes entiendo…pero en serio amiga, libera esa tensión sexual, te hace falta – Espeto riendo.

Claramente Quinn estaba disfrutando de todo, a su muy particular manera.

-Cállate – Murmure riendo, dándole un pequeño empujón con mi cuerpo.

-Hey cuidado, estas buena pero no eres mi tipo rubia – Dijo burlona.

-Creída – Musite entretenida, mirándola de reojo, ella solo sonreía, estaba segura de que aun tenía algo más que decir.

-Pero, se de alguien que encantado te hace el favor…llego un estupendo francés y dicen por ahí que es de esos que a ti te gustan – Soltó mirándome entretenida.

Los franceses eran sexys y a mí me encantaban.

-Sos un caso Fabray – Acepte riendo, ella en ningún momento hablaba en broma, su cara me lo había confirmado.

-Solo digo que ese francés esta buenísimo…

-¿Y qué chico para ti no lo está Quinn? – Pregunto San apareciendo sorpresivamente a nuestro lado.

Dejándome maravillada con su presencia, se veía realmente más sexy de cerca.

-No, esto es en serio, ese chico podría ser un modelo o un dios – Aseguro Quinn levantando sus manos al cielo, provocando mi risa y la de Santana.

-Si como sea, en serio cansas con el tema ese – Espeto Santana fingiendo seriedad.

-Si no te gusta, el patio es lo suficientemente grande como para que sigas con tu trote y nos dejes a Brittany y a mi hablar de chicos…aunque si quieres hablar de chicas no tengo ningún problema en que te quedes, he estado pensando en probar cosas nuevas y ampliar mi vida sexual – Tras sus palabras levanto una de sus cejas insinuantemente mirándonos a ambas, yo solo rodé mis ojos riendo divertida, Quinn de verdad era especial.
-Perdón Fabray, pero no sos mi tipo yo…

-¿Y cómo te gustan, rubias? – Pregunto Quinn, levantando sus dos cejas divertida.

Santana solo río y negó con su cabeza levemente.

-Sos un caso rubia – Murmuro Santana riendo, mirando hacia el suelo.

-Vamos responde…no tiene nada de malo – Insistió Quinn.

-No voy a responderte nada, lo único que quería antes de tu interrogatorio era preguntarle algo a Britt, así que perdón pero te quedas con la duda – Espeto San mirando a Quinn en señal de advertencia.

-Esta bien, pero pronto tendrás que responderme…aunque quizás no sea necesario – Murmuro Quinn mostrando una sonrisa burlona.

-Como sea, ¿Britt?...

-Mmm – Murmure levantando mis ojos hasta los de Santana.

-Eh, yo quisiera saber si sigue en pie nuestra clase de matemáticas mañana – Musito mirándome curiosa.

-Si, por supuesto, ¿En tu casa, no? – Mi voz salió tan chillona que podía sentir a Quinn reírse a mi lado, aunque San solo sonrió encantadoramente.

-Si, en mi casa, dudo que en la tuya Maite nos deje hacer algo – Dijo riendo, conocedora de lo molestosa que podía llegar a ser mi hermanita.

-Así que clases de matemáticas – Murmuro Quinn de repente.

Podía jurar que iba a seguir burlándose hasta que oímos la odiosa voz de Hayley tras nosotras llamando a San.

-Bueno en eso quedamos – Aseguro Santana mostrándome una hermosa sonrisa, yo solo asentí, sabiendo que nuestro agradable momento había acabado.

Seguí trotando con Quinn mientras San esperaba por su novia.

Daba gracias a todos los dioses la placentera ducha de agua fría, en realidad me hacía falta después de ver durante dos horas el perfecto cuerpo de Santana de una forma tan provocadora. En cuanto había terminado nuestra clase de gimnasia, procure apurarme en salir corriendo a las regaderas, y ahora ya estaba lista, lista para aguantar hasta llegar a casa y entretenerme pasando una agradable tarde con mi hermanita, Maite siempre lograba que me olvidara de todo y le dedicara solo mi tiempo a ella.

-¿Ya estas lista? – Pregunto Quinn saliendo de uno de los camarines perfectamente vestida.

-Si, ahora lo estoy – Dije dándole un último retoque a mi maquillaje frente al espejo.

-Me alegro, porque hoy me tendrás que llevar a casa, estoy sin auto – Espeto mirándome por el espejo.

-Te llevo, pero yo me voy ahora, tengo que llegar temprano, Maite me está esperando o eso creo – Explique al tiempo que terminaba de guardar todas mis cosas en mi bolso.

-¿Entonces, que haces demorándote tanto? – Hablo mirándome de forma burlona, empezando a caminar hacia la salida de las duchas.

Yo la seguí riendo, Quinn provocaba que todo fuera más sencillo, su humor y su energía eran tan contagiosas que me hacía sentir feliz a su lado.

Me colgué el pesado bolso en mi hombro derecho, odiando al que invento la clase de gimnasia, me sentía tan cargada que me espante cuando mi móvil sonó indicándome que me había llegado un mensaje, maniobrando con una mano sujete la puerta que me daba la salida hasta el estacionamiento y con la otra trate de encontrar el insistente teléfono en mi bolsillo. Cuando al fin encontré el móvil sonreí al ver el nombre de la responsable de mis problemas de equilibrio, ansiosamente leí el mensaje que me fue borrando la sonrisa de a poco, se trataba de San excusándose por no poder irse conmigo, dejando innecesariamente claro que Hayley se preocuparía de llevarla a casa, con mi buen humor ya arruinado, guarde apresuradamente el teléfono y sin ni siquiera mirar al frente salí rápido al estacionamiento para darle alcance a Quinn, aunque todo intento quedo estancado cuando choque con un duro cuerpo, que arrojo mi bolso al suelo. Suspirando cansadamente me dispuse a recoger mi bolso, solo que la otra persona se adelanto pronunciando un “perdona”, dejándome de piedra. Era una voz con una acento francés tan evidente que levante mi rostro sin ningún cuidado, encontrándome con unos ojos azules que yo conocía más que bien.

Mi mundo se detuvo en ese preciso momento.

Jacob Lefevre, frente a mi mirándome confundido mientras sostenía mi bolso, estaba aun más guapo de lo que recordaba, su cabello seguía igual de castaño chocolate, solo que ya no lo llevaba hasta los hombros, su esbelta figura seguía igual, dejando en evidencia solo mas músculo, se notaba su fuerte pecho tras su suéter negro en moldando a la perfección sus músculos, su rostro ya no era el de ese adolescente que yo una vez conocí, sus rasgos estaban más definidos, sus labios carnosos, su nariz recta, su rostro en si era perfecto. Aun con la barba de casi tres días y su sensualidad desbordante.

-Wow, esto es sorprendente, jamás pensé que los rumores fueran ciertos, la gran Brittany Pierce frente a mis ojos – Hablo sacándome de mi ensoñación.

Luego sonrió y mi mundo se dio vuelta, frente a mi estaba el mismo presumido e infinitamente guapo Jacob, una de mis significantes “Atracciones Sexuales” y no lo podía creer. Él sensual chico frente a mi era ya todo un hombre, me costaba pensar que el molesto y egocéntrico hijo de uno de los cuantos socios de mi padre estaba parado frente a mí sosteniendo mi bolso de gimnasia. Aun podía recordar nuestras insistentes sesiones de besos robados durante las reuniones de nuestros padres, él era presumido y arrogante, pero aun así siempre me tuvo loca. Antes que apareciera Victorio, Jacob había sido el único chico con el cual había compartido más que un par de besos, besos que me robaban cualquier neurona y me hacían pedir siempre mas, aunque claro jamás llegamos a algo más por el simple hecho de que ambos sabíamos que lo nuestro era algo netamente físico, solo una atracción que nunca supimos controlar. Hacia más de tres años que no sabía nada de él y después de tanto tiempo me lo tropiezo, provocándome la misma sensación de siempre.

-Jacob – Fue lo único que salió de mis labios.

Él me llevo a un abrazo sorpresivo sujetándome fuerte contra su cuerpo.

-Déjame decirte que estas más hermosa y guapa de lo que te recordaba – Musito al separarse de nuestro abrazo.

-¿Qué haces acá? – Pregunte confundida o más bien aturdida.

-Es evidente, estudiar, mi padre va estar por aquí un par de meses cerrando un par de negocios y bueno digamos que quise saber que era estudiar en una escuela y dejar mi tutor para cuando vuelva a Francia, ya sabes preciosa, adoro las experiencias nuevas – Espeto sonriendo, esperando una reacción de mi parte.

-No me lo puedo creer, hace siglos que no sabía de vos… ¿mi padre sabe que ustedes están acá en Ohio? – Inquirí conocedora de la amistad que unía a nuestros padres.

-Claro, también he hablado con Finn ¿En serio no sabias nada de mí? – Pregunto confundido.
Golpearía a Finn hasta dejarlo muerto ¿Cómo se le podía olvidar comentarme una cosa así?

-¿Britt? – Escuche la voz de Quinn que tímidamente se había acercado al ver que mantenía una conversación con su misterioso chico de la mañana.

-Oh, Quinn este Jacob, un antiguo amigo – Lo presente sonriendo ya aceptando que él estaba frente a mí en todo su esplendor.

-Encantado, Quinn – Saludo Jacob, tomando una de las manos de mi amiga para alzarla hasta sus labios y darle un suave beso.

Yo solo rodé los ojos, estaba claro que él seguía siendo el mismo presumido de siempre.


-Lo mismo digo, ¿Ustedes son amigos? – Pregunto Quinn encantada con la idea, yo solo asentí sonriéndole.

-Bueno, supongo que nos estamos viendo Jacob...me encantaría seguir hablando contigo pero alguien me espera – Me excuse recordando a Maite.

-No hay problema linda, de seguro nos estamos viendo, luego – Aseguro Jacob, dándome dos sonoros besos en cada mejilla y luego a Quinn – Debo entrar a clases, no he llegado tarde en toda la semana y quiero continuar siendo responsable, nos vemos – Y así se marcho dedicándonos una encantadora y sensual sonrisa.

-Ese chico es un sueño – Murmuro Quinn a mi lado.

-Lo sé – Admití suspirando.

No lo podía creer, una de mis tantas fantasías se presentaba justo en los momentos más confusos…

Tirada en mi cama tratando de conciliar el sueño, estaba recordando mi sobresaltada y excitante tarde, definitivamente uno de los días que recordaría por toda mi vida, había sido tan sorprendente volver a ver Jacob, de todas las cosas que esperaba jamás podría haber esperado algo así, verlo a él. Mi cabeza daba vueltas y vueltas producto de las emociones encontradas, ni siquiera Maite había podido distraerme, y eso, que batallo toda la tarde para que la llevara a comprar mis últimos utensilios para el campamento del sábado, dejando en claro que como su hermana tenía que estar preparada para todo.

Otra cosa había sido Sam, al llamarle y contarle de mi inesperado encuentro con nuestro antiguo amigo Jacob no pudo más que decir que mi vida se complicaría de una forme inexplicable, Sam había sido testigo de todas mis idioteces hace tres años, sabía perfectamente de los juegos que me traía con Jacob, por eso me pidió de forma desesperada que pensara con las neuronas y que no hiciera caso a mis instintos humanos, en vez de sentirme ofendida como debería de haberlo hecho, solo pude reír explosivamente.

Me sentía feliz…

Era al fin viernes, el día estaba precioso, tenía ánimos renovados, ni siquiera las estupideces de Hayley podrían conmigo, llevaba una estúpida sonrisa en mi cara pegada desde el momento en que salí de casa. Caminaba por los pasillos de la escuela con rumbo a la cafetería deseando que pasara rápido el día para poder tener una agradable y para nada común clase de matemáticas, en tan solo un par de horas, estaba tan ansiosa que me había levantado más temprano que de costumbre, teniendo tiempo de sobra hasta para dejar a Maite en la puerta de su academia. Me sentía plena.


-Un mocachino – Le pedí sonriente al chico de la cafetería, este me sonrió y en un par de segundos ya tenía mi pedido en las manos.

-¿Tan temprano y dándole a la cafeína? – Pregunto una voz a mis espaldas, tomando el bazo de café en mis manos me di la vuelta para encontrarme con una Quinn adormilada.

-Wow amiga que carucha – Espete, caminando a mi habitual asiento junto a una de las ventanas.

-Ni que lo digas, no dormí nada – Murmuró a la vez que daba un bostezo.

-¿Y eso por qué? –

-No sé, supongo que se llama insomnio o que…me haya ido de fiesta por ahí – Dijo alzando sus hombros despreocupadamente

-¿Te fuiste de fiesta en día de escuela? – Pregunte entretenida.

-Oh, no me digas que tú nunca has hecho lo mismo, porque un amigo tuyo me contó que eras la “Gran Brittany Pierce”, en serio, tenías una reputación amigacha – Comento con una floja sonrisa en la comisura de sus labios.

-¿Qué decís? –

-Anoche, me encontré con tu guapo amigo francés en uno de esos bares a los que suelo visitar seguido y digamos que estuvimos conversando un poco…eres toda una leyenda Britt, en serio, quede impactada…gratamente impactada – Explico alegremente levantando una de sus cejas.

-Era una zorra, no una leyenda – Le corregí seria, no me gustaba hablar de mi pasado.

-Eras solo algo traviesa, no tienes porque sentirte mal o culpable, otra cosa…Jacob solo hablo porque estaba ebrio, así que no te enojes ni nada por el estilo – Pidió mostrando una sonrisa disculpa.

-Típico en él – Susurre.

-Cambiando de tema, ¿Ya tienes todo listo para mañana? – Inquirió interesada.

Ahora hablábamos de algo interesante para las dos.

-Si, todo está empacado, y me imagino que vos también tienes todo listo, ya sabes, listo – Recalque mis palabras abriendo los ojos con énfasis para que captara a lo que me refería. Quinn sonrió, dejando ver que había captado a la perfección el significado de mis palabras.

-Créeme ese campamento va estar impresionante, no lo vas a olvidar en toda tu vida – Aseguro poniéndose de pie, en respuesta al insistente de timbre para entrar a clases.

-Eso espero – Dije sonriendo, imaginándome todas las cosas que podría llegar a hacer.

-Que tengas un buen día Pierce – Se despidió Quinn, doblando por el pasillo contrario al mío.

Yo redirigí a mis clases rogando que estas pasaran rápido.

Algebra, cálculo, proporciones, cuadrados mágicos, trigonometría, cualquier cosa que estuviera diciendo Santana simplemente no entraba en mis oídos, mi mente estaba en una extraña dimensión en la cual todo gritaba "Santana". Estábamos en su cuarto, impregnado de todo su aroma, su exquisito aroma, sentadas de lado a lado en su escritorio y ni siquiera me movía, estaba perdida observando su rostro, su mandíbula, su entrecejo fruncido y la forma en que sus labios se movían al hablar, explicándome un sin fin de formulas que se paseaban por mis ojos sin ser tomadas en cuenta, lo único que me interesaba era sentir a Santana cerca de una manera desesperante.

-… y ¿entendiste? O te lo explico de nuevo – Hablo de repente dando vuelta su rostro hacia el mío, quedando a una distancia diminuta. Me perdí en sus ojos marrones.

-Eh…si, ya lo entendí, esta fórmula era mucho más fácil que la primera – Aparte mis ojos de los suyos y me dedique a ver mi cuaderno.

Sentía el calor del cuerpo de San sobre mi espalda, ella esperaba a que haga un estúpido ejercicio que lo único que hacía era quitarnos tiempo. Muy a mi pesar trate de concentrarme con toda mi fuerza de voluntad posible, ella siguió paciente a mi lado, mucho más cerca que antes, podía sentir su respiración en mi oído, golpeando la parte más sensible de mi cuello.

Me estaba volviendo loca…

-Ya termine y, estoy segura de que este me salió a la primera, sin errores – Asegure presumidamente.

Ella sonrió y tomo el cuaderno en sus manos, lo miro por una cantidad de tiempo considerable, levantando una de sus cejas, luego sonrió.

-Al parecer, soy buena enseñando – Murmuro entregándome el cuaderno.

-O, yo soy buena alumna –

-Eres una creída Pierce – Confeso riendo.

-Puede, pero así te encanto – Las palabras habían salido de mi boca sin siquiera haberlas pensado, Santana dejo de reír y me sonrió moviendo su cabeza de ha lado a lado, sin aparentar ningún signo de incomodidad.

-Si, es verdad…pero, bueno terminamos, así que ahora podemos hacer lo que queramos, descansar un poco, hablar, tomar algo o te puedo mostrar mi casa, tu escoge yo invito – Declaro sonriendo por mi cabeza pasaban miles de opciones, pero ninguna que pudiera cumplir, estaba realmente jodida.

-Vos elegís estas en tú casa – Afirme cediéndole el gusto.

Empecé a guardar las cosas en mi cartera para evitar mirarla en todo momento, dejando únicamente las llaves del coche sobre la mesa de estudio, luego me senté frente a ella y me dispuse a esperar que hablara.

-Vení – Con una sonrisa en su rostro tomo de mi mano y me tiro junto a ella en su cama, ambas mirábamos al techo de su cuarto –. Prefiero hablar, siempre hay algo nuevo sobre vos – Susurro calmadamente.

-¿Qué queres saber ? –

-¿Qué tal lo pasaste con Blaine ayer? – Murmuro mirando hacia arriba.

-Dentro de todo, bien –

-¿Dentro de todo? – Inquirió confusa, girando su rostro hacia el mío.

Suspire.

-Blaine…él se me…como decirlo ¿declaro? O algo así, tenias razón él buscaba algo mas – Admití mirándola con una sonrisa de disculpa.

-Oh…- Ella suspiro pesadamente volviendo su rostro hacia cielo de su cuarto – él… ¿él te beso? – Pregunto sin mirarme.

-Si…

-¿Le respondiste? – Inquirió dando vuelta su rostro hacia el mío mirándome a los ojos con algo que yo nunca había visto antes, jamás en los ojos de ella.

-Si…y pare el beso cuando me di cuenta de que no sentía nada, ni siquiera fue algo intenso, solo un beso sin importancia, luego le deje claro que yo no estaba interesada en él, por lo menos no de la manera en la que él quisiera…eso fue todo – La mire a sus ojos en cada una de mis palabras, notando que su expresión melancólica se iba volviendo de a poco una sonrisa.

-Ah, qué bueno, me alegra que él idiota se haya dado cuenta de que no le interesas, en serio, daba rabia verlo babeando por ti siempre…

-¿Y eso por qué? – Inquirí confusa, en una parte de nuestra conversación me había perdido o estaba entendiendo las cosas mal.

-¡¿Por qué!? – Pregunto exaltada levantándose en uno de sus brazos, para mirarme desde arriba, estaba claramente algo irritada, me miraba desafiante, esperando una explicación a mi me pregunta.

-Si, ósea ¿qué hubiese tenido de malo si yo le hubiese correspondido? – Ella me miro de forma incrédula.

-No lo puedo creer, ¡¿Te gusta Blaine?! ¿Es eso? – Espeto con su entrecejo fruncido y en ese momento lo vi venir todo claro, Santana me estaba haciendo una escena de celos.

-¡No! pero eso no quiere decir que este mal que yo le guste a él – Dije decidida.

Ella rió de forma sarcástica mirándome con su mandíbula apretada, preparada para decir cualquier cosa a su favor, estaba abriendo sus labios para al fin largar todo una cantidad de estupideces cuando su teléfono sonó, haciéndola suspirar sonoramente, bufo con impaciencia y de un salto se levanto por su móvil. Yo me senté en una de las esquinas de la cama esperando por nuestra segunda discusión.

-Diga…- Su voz había sonado tan enfurecida que reprimí un carcajada -… ¡hola amor!...si… no, no hago nada interesante…yo también solo paso el rato…mmm sola…- En ese momento la mire incrédula, mi alegría había desaparecido y claramente no estaba de ánimo para una tarde con mi querida amiga, que le mintiera a Hayley sobre mi fue la gota que rebalso el bazo -…yo también te extraño…

Y ahí deje de escucharla, ya no aguantaba más, dedicándole una mirada llena de rabia contenida, pase por su lado, tome las llaves de mi coche y apresuradamente salí de su cuarto, aguantando todas las lagrimas que querían escapar de mis ojos, lagrimas de rabia. No la entendía, se ponía celosa por mí, me buscaba, trataba de estar conmigo, pero al mismo tiempo estaba su novia, su horrible y zorra novia, no dejaba que este con nadie mas y aun así ella no parecía decidirse.

Estaba cansada de dar vueltas en círculos…

Me sentí libre al fin y fuera de cualquier dolor cuando sentí el viento de la noche golpear mi cara al momento de pasar por su patio ¡Maldito sea el que haya hecho su casa tan condenadamente grande! Seguí caminando hasta casi llegar a su piscina y fue ahí cuando oí sus pasos siguiéndome.


-¡Brittany espera!... ¡Brittany!...Seguí caminando sin ni siquiera voltear a verla.


-¡Tenemos que hablar!....¡Esp…

Me quede estática al sentir el sonido de algo caer al agua, incrédula me di la vuelta para ver si lo que mi mente estaba procesando era cierto.

-¡Maldición!... ¡Esto solo me pasa a mi!...

Con paso cauteloso me acerque hasta la piscina, notando que efectivamente Santana estaba ahí dentro, estaba tan aturdida que hasta mis lágrimas se habían acabado, Santana me miraba empapada desde la piscina, sus ojos buscando insistentemente los míos. Ella suspiro sonoramente sin moverse del agua.

-Al fin hice que te detuvieras – Murmuro, mirándome con un dolor evidente en su voz. A pesar de estar oscuro, sus ojos brillaban de una manera sorprendente.

Después caí en la cuenta de las cosas, Santana había tropezado cayéndose a la piscina por ir tras de mí, me miraba con su cabello mojado y con el agua hasta su cintura. Y la risa me invadió.

-¿De que te reís? – Pregunto ofendida acercándose a la orilla de cemento, se apoyo fuertemente con sus manos y salió.

Dejando ver toda su linda ropa cara empapada, yo solo seguía riendo, eran carcajadas enormes, una risa histérica.

-No me causa gracia – Murmuro mirándome confundida.

Pero mi risa no cesaba, lo único que podía hacer era sostenerme el estomago y tratar de apuntarla. Luego empecé a ver como su cara empezaba a transformarse, ella se miro sus ropas y no pudo hacer más que reír conmigo, era una risa contagiosa, mientras ella trataba de secar sus ropas yo ya no podía mas, esta vez solté lagrimas de alegría. Ella disminuyo sus carcajadas de a poco sin apartar sus ojos de los míos en ningún momento, luego ya no vi lo gracioso de la situación y empecé a fijarme en los detalles, Santana tenía su remera pegada a su torso, la ropa mojada no hacía más que acentuar su perfecto cuerpo y ya no habían más carcajadas.

Solo sonrisas cómplices…

Ella empezó a acercarse de a poco, tomo una de mis manos y la acaricio sutilmente y sin abandonar en ningún momento mis ojos se fue acercando más, hasta levantar su mano libre y llevarla a mi mejilla acariciándola suavemente, yo suspire, provocando que ella sonriera de una manera encantadora. El espacio cada vez era más mínimo, Santana estaba demasiado cerca de mi rostro, podía sentir como mi corazón empezaba a latir más rápido cuando sentí su respiración sobre mis labios. Miro mis ojos una vez mas y acorto toda distancia, posando su boca sobre la mía, acariciando mi rostro con suavidad mientras sus labios se movían de forma tranquila, encontrándonos ambas en un beso suave, que cada vez nos hacia pedir más, su mano abandono mi mejilla y con toda tranquilidad me envolvió en un abrazo, sujetándome fuertemente por la cintura, instintivamente yo alcé ambas manos posándolas alrededor de su cuello, las deje ahí, sin moverlas, solo sintiendo la dulzura de sus labios sobre los míos. Y me escuche jadear, jadee cuando me sujeto con más fuerza haciendo que entreabrirá mis labios pidiendo desesperadamente mas contacto, jurando sentir un vuelco en mi estomago y un calor desbordante recorrer todo mi cuerpo cuando la suavidad abrasadora de su lengua choco con la mía.

Enrede mis dedos en su húmedo cabello acercándola más y lo que era un dulce e inocente roce de labios se transformo en un fuerte y desesperado beso húmedo, podía sentir su respiración entrecortada y la presión exquisita de su cuerpo apretado sin ningún cuidado contra el mío.

Y eso solo me pedía ir más lejos…
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Bueno, estoy de vuelta con la mitad del capítulo, porque llego una parte importante de la historia en donde aparecen nuevos personajes(aunque en esta parte del capitulo solo los presento) y para eso se necesita bastante detalle, así que hoy subo la primera mitad y veo si mañana puedo subir la otra mitad pero no les prometo nada :/
Gracias por sus post, también a todos los que leen y no postean.
No me caben dudas de que van a disfrutar de esta mitad, pero les aviso que después de esta parte se va a tornar un tanto raro o diferente...

PD: Para todas las que tienen intriga de saber como son Victorio, Jacob, Natasha y Hyley:

Victorio:



Natasha:



Jacob:



Hayley:

jajaja, amo a Quinn, se dio cuenta de una, pero tambien San y Britt son demasiadas obvias.. jajaja
Siiiiiiiii, por fin el Beso.. Awww, creo que voy a morir de felicidad y fue tan tierno.. Que amor San con celos, es tan linda.. xD.. Bueno, ahora si me voy a dormir feliz porque actualizaste!!!!.. Ojala que mañana subas la otra parte que me muero de la intriga como sigue!!!.. Besooo..

O gloria a ti yo dije que seria fiel a este fic y vaya que no me has decepcionado *----* Me encanta tu forma de redactar, de expresar los sentimientos, sencillamente toda la forma de emitir las cosas, de verdad que me tienes idiotizada con el fic :D Amo a Quinn es esa amistad cómplice y sacadora de quicio que a todos nos gusta tener :3 Amo a Santana por ser sencillamente sexy :P & A Brittany bueno a ella la amo por TODO $: con su pasado no muy explorado pero que todos cometemos errores y lo importante es estar consciente de ello (: ¿Porque los personajes siempre tienen que ser tan guapos? Jajajaja *Voy a terminar mal le prometí a mi mejor amiga que no volvería fumar pero con todos los fics metidos en el vicio ¿Como le hago?* :C Ahora si en serio espero la continuación porque la verdad me fascina tu fic y no me cansare de escribirlo :* Cuídate

Siiiiiiiiiii!! Beso al fin, Quinn es una genia, ya tenia ese sexto sentido, y bueno esperemos qe la tension sexual de Britt se libere con San y no con esos qe le revolotean!
LA ESCENA DE CELOS, LA AMEE!! jaja Un abrazo

CAPITULO 8: Triángulo imperfecto
Parte II

Sabia que teníamos que parar en algún momento, pero todo se sentía demasiado intenso, el besar sus labios era embriagarse de ella cada vez más, llenarse de su aroma único, me estaba consumiendo y no me importaba, porque estar entre sus brazos era como sentirse en una nube, una nube que cada vez se iba haciendo más grande, abriendo paso a un deseo desesperado.
Tenía que parar antes de no poder detenerme…

Despacio fui haciendo nuestro beso más suave, transformándolo todo en tan solo un roce de labios, un roce que me hacia enloquecer, sus manos jamás dejaron mi cintura, solo me abrazaban más fuerte. Despacio, nos fuimos separando, hasta de a poco calmar nuestras respiraciones y después abrir por fin los ojos.

Ella aun permanecía con sus parpados cerrados a casi dos centímetros de mi rostro.

-Britt-Britt… - Susurro, dejándome ver al fin el bello marrón de sus ojos -…perdón, perdón por lo de hace rato…yo…

-¿Por qué lo hiciste?- Murmure sobre sus labios, deleitándome con su cálido aliento sobre mi boca.

-Porque soy una idiota – Admitió suspirando -… ¿Por qué huiste? –Inquirió con algo muy parecido al miedo.

-Por…porque es lo único que sé hacer – Conteste, deslizando una de mis manos de su cuello hasta su mejilla, acariciándola, maravillándome con el roce de su piel.

Y esta vez sin dudarlo me acerque en busca de un beso suave, disfrutando de sus labios, de la calidez de su cuerpo contra el mío. Después de desearlo tanto estaba ahí, siendo sostenida por ella mientras compartíamos el beso más dulce y febril de toda mi vida, sintiéndome llenar de una plenitud desbordante.

Quería que me mantuviera junto a ella por siempre…

Y sonó, se escucho insistentemente el asqueroso sonido de un móvil retumbar entre las dos. Quien quiera que se atreviera a interrumpir lo lamentaría, en serio.

-Tu teléfono está sonando – Dijo separándose de mis labios, mirándome desesperada y sin soltarme de su abrazo.

Busque con pesar en el bolsillo de mis jeans, sacando a un ruidoso móvil mire cabreada la pantalla, prometiendo antes, matar a quien estuviera llamando, volví mi atención a la pantalla y el nombre de Finn apareció en ella, el idiota de mi hermano.

-¡Que quieres! – Había sonado tan enfurecida que San rió por lo bajo, susurrándome un “tranquila” en mi oído que me hizo estremecer -…no seas exagerado… ¡Que!... ¡¿Cómo?!...¿y qué tengo que ver yo?, nunca estoy presente en esas cosas…nunca son importantes…no me conciernen en nada…no, me niego… ¡No serias capaz!...ya dije que no… ¡Esta bien!... Pero más te vale que sea importante – Y bufando de impotencia colgué enrabiada, busque los ojos de Santana en seguida y ella solo sonrió en entendimiento, abrazándome con fuerza.

-Perdón, Finn amenazo con venir a buscarme, al parecer es una cena importante – Murmure con pesar -….se que tenemos que hablar…así que mi Padre y Finn se pueden ir al carajo –

-No Britt, para tu familia es importante que estés presente, así que es mejor que vayas con ellos – Espeto sosteniendo mi rostro entre sus manos, dándome un suave y pequeño beso en los labios – Estaré a las 01:30 a.m., esperando en el estacionamiento de tu casa – Susurro en mi oído.

-Pero…

-Pero nada, dale vamos, así todo se demora menos, compórtate antipática y vas hacer que se vayan rápido – Sugirió con una sonrisa traviesa, tirando de mi mano hasta mi coche.

Muy a mi pesar entre en el auto, me puse el cinturón de seguridad y abrí mi ventanilla para poder despedirme de ella.

-Sanny, cambiate de ropa, estas temblando – Le sugerí risueña. Ella solo rodó sus ojos.

-Esta bien, conduce con cuidado y…-Su mirada se volvió algo nerviosa -…te…tan solo cuídate, hablamos despúes – Se despidió, deslizando su cuello por la ventanilla y robándome un beso, dejándome nuevamente aturdida, luego me sonrió y se giro sobre sus talones camino a su casa.

Estaba segura que mi cerebro me había abandonado, conducía con una estúpida sonrisa en mi cara incapaz de quitarla con cualquier cosa, estaba sumida en una felicidad tremenda, no cabía en mi propio cuerpo de lo dichosa que me sentía. Al fin después de ignorar un montón de instintos y ganas irremediables de no querer besarla y aguantar hasta que mi supuesta atracción se me pasara, ella me había besado y de una manera increíble, despertando algo que no sentía hace meses, las irremediables ganas de saltarle encima. Sabía que de ahora en adelante todo seria aun más complicado, nada sería fácil, había un millón de cosas por las cuales preocuparse, pero sencillamente no me importaban.

Santana Lopez simplemente me encantaba…

Por otro lado estaba mi preocupación menor, esa de matar a Finn de una manera lenta y dolorosa, hasta hacer que me pida perdón de rodillas por arruinar nuestro momento, lo cortaría en trozos y luego lo tiraría por el lavamanos. Mi hermano pagaría caro su estúpida llamada, aunque debía admitir que sonaba serio y seguro. Acelere el auto hasta alcanzar la entrada de casa, me baje del coche buscando algo nuevo alrededor pero no había nada, en el estacionamiento solo estaba el auto de la familia, la moto de Mike y el coche de mama, apresure mi paso para cruzar las puertas de casa, me encamine por un par de pasillos hasta las escaleras, solo que las risas desde la sala llamaron mi atención, haciéndome cambiar mi camino.

Con paso lento entre hasta la entrada del salón, encontrándome a una sonriente Maite sobre la mesa de centro bailando una extraña canción, mientras ella misma la cantaba, incrédula mire alrededor para ver que mi madre, Mike, Tina, Rachel y Finn la aplaudían con entusiasmo, maravillados con el dote artístico de mi hermana. Esto tenía que ser una broma ¿Donde estaba la importante cena?, sentía que mi rostro empezaba a mutar desde la incredulidad al de uno de rabia, ni siquiera me preocupe en esconder mi disgusto, me cruce de brazos esperando a la explicación por parte de mi hermano.

-Britt, llegaste rápido, me alegro, papá está por llegar – Dijo Finn con una sonrisa en sus labios, él sabía que estaba enojada, desvió sus ojos hasta Maite.

-¿No se suponía que era una cena importante? – Pregunte, cada palabra saliendo casi escupida.

-Y lo es, solo hay que esperar por papa y a los demás…

-¡Que te jodan Finn! ¿No sabes que hay personas que si gastan su tiempo en cosas importantes?, deberías de haberme explicado que esto era solo una estu…

El sonido de risas y la voz de mi padre llegando al salón callaron nuestro alegato, mi madre nos miro a ambos en señal de advertencia y todos esperamos a las visitas en silencio.

-¡Buenas noches familia! –Exclamo mi padre contento entrando al salón.

Detrás de él apareció la única e inigualable familia Lefevre.

-Oh, ¡Por dios! Auguste, Louane – Chillo mi madre feliz abrazando a los padres de Jacob, mientras todos reían, todos, excepto yo.

Nos saludamos entre todos y por primera vez en el último rato, me dio algo de alegría, decidiéndome a dejar mi mal humor para después, solo me dispuse a disfrutar el momento, todos nos dirigimos a la mesa para la tan esperada cena, Jacob sentándose a mi lado, con su inigualable y única sonrisa de presumido.

-¿Y que los trae a Ohio? – Pregunto mi madre a los señores Lefevre.

-Ya sabes querida, lo mismo que ustedes, solo trabajo – Contesto Louane mostrando una de sus hermosas sonrisas.

A pesar de sus cuarentas años la madre de Jacob seguía hermosa y sofisticada al igual que su esposo, los Lefevre eran encantadores, atentos y siempre amables, nada en comparación con el presumido de su hijo, su único hijo. Jacob no era más que un consentido niño rico, que buscaba meterse en líos para tener algo que contar, estaba acostumbrado a jugar con cualquier chica y ya, eso se le daba fácil, era increíblemente guapo, todo en él era sensualidad, confianza y delicadeza. Estaba acostumbrado a que todas cayeran a sus pies, y todas habían caído en su momento, todas, menos yo.

-Podría asegurarte que yo no vine por eso – Susurro Jacob en mi oído.

No entendía la estúpida incomodidad que me producía su cálido aliento en mi piel, aunque debía reconocer que me encantaba. Jacob me superaba, siempre lo había hecho.

Preferí ignorar su comentario y dedicarme a escuchar a sus padres, bajo la atenta mirada curiosa de Rachel, ella tenía esa sonrisa burlona y su entrecejo fruncido, al indicarme con un movimiento de su cabeza hacia mi lado izquierdo, refiriéndose a mi compañero, yo solo me encogí de hombros no sabiendo a que se refería. La cena continuaba igual de amena, compartía palabras con Tina y una Rachel curiosa, Jacob solo se mantenía callado con una sonrisita en su cara.

Todo iba bien hasta que sentí una leve caricia en mi muslo derecho por debajo de la mesa, provocando que la copa que sostenía entre mis dedos se resbalara, cayendo todo el contenido en mi ropa, me apresure en ponerme de pie para sacudir el liquido, solo que ya era tarde, el vino se había empapado.

-Parece que vas a tener que cambiarte de blusa Britt – Espeto Jacob de forma burlona, conocedor de su estúpida bromita.

-Te acompaño – Sugirió Tina a mi lado.

Yo le sonreí en agradecimiento y me encamine a mi habitación siendo seguida de cerca por Tina. Al llegar a mi cuarto me saque la empapada blusa de inmediato, buscando en seguida una nueva en mi closet, Tina se dedicaba a mirar las fotos, hasta que sus ojos se encontraron con los míos y sonrió.

-Disculpa que te haya acompañado, es solo que no me van esas cenas y Mike no parece entenderme…quería distraerme un rato – Se disculpo sonriendo.

-Esta bien Ti, a mi no me molesta…de hecho estas de suerte, no volveré a la cena, yo también necesito un rato y aire…

-Ya somos tres, entonces – Hablo Rachel entrando sorpresivamente en mi cuarto, quedándose recostada al marco de mi puerta.

-Bien, pero no se quejen si mi panorama no les gusta – Solté caminando hacia las escaleras.

Sentadas en la orilla de la piscina con los pies en el agua disfrutábamos las tres de risas y anécdotas de niñez, Rachel contaba sus inicios en la decoración y Tina como supuestamente conquisto a mi hermano, yo solo reía algo ausente, esperando a que Jacob en cualquier momento apareciera tras nosotras a compartir y hablar de su vida, secretamente tenía unas ganas enormes de compartir con él, escuchar su voz y ver la forma en la que sus azules ojos me miraban cada vez que ambos nos encontrabas solos.

-…y vos Britt… ¿nos vas a contar de una vez lo de la cena o adivinamos? – Hablo Rachel llamando mi atención, desvié mis ojos del agua hasta ella.

-No se de que hablas – Musite, mirando entre ella y Tina.

-Lo sabes, pero bueno tendré que preguntar por partes, siento lo curiosa pero eres mi amiga me gusta saber de vos – Aseguro mostrando su patentada sonrisa burlona.

¿Qué le pasaba a las Lopez con sus preguntas?

-Esta bien, adelante, pregunta –Dije arrepintiéndome en breve de mis palabras.

Rachel sonrió encantada y se acomodo mejor en su sitio.

-¿Hay algo entre ese guapo francés y vos? ¿Hubo algo? – Pregunto.

-Mmm no sé…

-Ah buenoo, si no lo sabes vos ¿Quién entonces? – Soltó Rachel de forma burlona, buscando apoyo en Tina, quien le sonrió encantada con la situación.

-No a lo primero, si a lo segundo, fin del tema… ¿está linda la noche verdad? – Murmure mirando al cielo en un inútil intento de cambiar de tema.

Ellas solo rieron sonoramente.

-Ese chico es guapísimo, debo admitirlo aunque a Mike no le guste en nada la idea – Confeso Tina con fingida seriedad, haciéndonos reír.

-Si, Mike y Jacob jamás se han llevado – Comente distraídamente mirando nuevamente a la piscina.

-Aun falta una de mis preguntas – Hablo Rach, llamando mi atención nuevamente - … ¿él, te gusta?...lo digo porque se nota a miles de kilómetros algo entre ustedes, él no te saco los ojos de encima durante toda la cena y digamos que vos, querida amiga mía, tampoco lo hiciste – Termino sus palabras con suficiencia.

Dejándome confundida…

No sabía que responder, porque no tenía idea de nada, con Jacob todo era raro y confuso, había aparecido de la nada de un día para otro, aunque siendo sincera conmigo misma, sabía que solo yo no me había dado cuenta de su presencia, estaba en una burbuja llamada Santana Lopez, la cual no me dejaba espacio para nada mas en mi cabeza.

-Así que aquí estabas – Se escucho la voz de Finn llegar hasta nosotras.

Él se detuvo mirando a Rachel con una sonrisa de imbécil en su rostro, al ver a Rach pude darme cuenta que esta tenia la misma.

Reí sonoramente en alivio a no responder las insistentes preguntas de mi amiga y por burlarme de mi hermano.

-Te estaba buscando, para llevarte a casa, mis padres se pusieron a hablar de anécdotas y todas esas cosas raras, supongo que la cena ya termino…Tina, Mike te busca, dijo que te esperaría en su cuarto – Explico Finn mientras ayudaba a Tina y Rachel a ponerse de pie.

-Bueno, nos estamos viendo Britt – Se despidió Tina perdiéndose en el interior de la casa.

Yo solo sonreí y seguí mirando a mis dos acompañantes restantes.

-¿Qué pasa? – Pregunte harta de sus caras.

-Nada, te vas a quedar sola, eso es todo – Murmuro Finn con una sonrisa de disculpa.

-No hay problema, aquí estoy bien…váyanse tranquilos – Asegure sonriendo.

Rachel se agacho y me envolvió en un abrazo sorpresivo, me dio un beso en la mejilla y luego sonrió, yo reí por sus ocurrencias. Ella tomo una de las manos de Finn y dedicándose ambos una mirada llena de ternura, se encaminaron a la casa, no había duda, ambos estaban más que idiotizados, sonreí ante la idea, me alegraba de sobre manera que Finn y ella estuvieran juntos, se notaba que se querían y que ambos se preocupaban por el otro. Verlos a ellos juntos no me hacía más que desear tener algo parecido, solo que el amor para mí ya estaba olvidado, se me hacía difícil pensarme enamorada de alguien, entregándome por entero a una persona, eso sonaba difícil, para mí como para nadie. Yo escondía algo muy grande, estaba herida de la peor manera y había dañado a alguien de la peor forma.

No tenia caso pensar en amor, yo solo podía hacer daño.

-¿Pensativa guapa? – Pregunto Jacob llegando a mi lado.

Yo lo mire y solo sonreí, él hizo lo mismo desasiéndose a la vez de sus caros zapatos para sentarse junto a mí, metió sus pies al agua junto a los míos y bufo en reclamo al frió, yo solo reí.

-Algo así, ¿Qué te trae aquí? – Inquirí dando vuelta mi rostro hacia su lado.

-Vos – Respondió con simpleza, clavando sus azules ojos en los míos - ¿Cómo has estado? –

-Bien, supongo – Respondí suspirando.

Él me miro de una manera tan intensa que me hizo permanecer mirándolo.

-Me alegro de escuchar eso, aunque tu cara no diga lo mismo –

-Solo pienso en…cosas, eso es todo – Dije encogiéndome de hombros.

-¿Esa cosa tiene nombre? – Inquirió levantando una ceja.

Viéndose más sexy que de costumbre.

-No, estoy soltera, hace mucho, mucho tiempo – Él sonrió acercándose un poco más a mi rostro, yo sabía que iba a soltar una de sus bromas, me prepare y espere.

-¡Genial! Eso significa que siempre podemos jugar como antes – Sugirió con su sonrisa, acercándose mucho más que en un principio.

-Quieto eh!, lo lamento por vos pero esa Britt ya no está disponible – Le aclare riendo, él hizo lo mismo abriendo sus ojos en entendimiento.

-Es una lástima…voy a estar por un tiempo considerable en Ohio –

-Bueno, siempre podemos salir o compartir una buena botella de algo…

Él sonrió encantado.

-Sabía que no estabas tan pérdida – Declaro con simpleza, riéndose.

Luego el silencio nos invadió a ambos, yo no sabía que decir, estaba incomoda y él parecía pensativo, lo único que hacía era mirar el agua, me sentía ansiosa, necesitaba decir algo, solo que él se me adelanto, girándose en su sitio para mirarme de cerca, preparado para hablar.

Su semblante estaba serio.

-Britt…yo…yo supe lo de Victorio, quería pedirte perdón por no poder, bueno ya sabes…no poder estar…

-Esta bien, todo está bien – Lo interrumpí de inmediato.

No quería hablar de ese tema, no quería sentirme vulnerable con él a mi lado.

-No lo está, yo fui un imbécil, a pesar de todo tendría que haber…

-Ya te dije que está todo bien…las cosas quedaron bien, o eso creo…y te entiendo…pero recuerda, él fue tu amigo de seguro todo sigue igual, no te culpes por nada…ya paso lo peor y ahora hay que superarlo…

Él me envolvió en un abrazo espontáneo, yo me abrase a él con fuerza, permaneciendo así por un tiempo considerable.

-Sabes, a veces me pongo a pensar y creo que vos y yo hubiésemos funcionado si es que yo no fuera tan imbécil…eres la mejor chica que conozco – Susurro de repente.

-Conoces a muchas chicas Jacob– Murmure, haciéndonos reír a ambos.

-Si, es cierto, pero ninguna como tú - Espeto, soltándome de su abrazo para mirarme de frente -…aunque, pensándolo bien, no hubiese tenido caso no ser un imbécil…Victorio supo conquistarte…

Las risas de antes ahora solo fueron sonrisas, él quedo de nuevo pensativo y nos sumergimos en una calma inmensa, yo sabía que su mente estaba trabajando a mil, así que solo me dedique a estar en silencio. Pero Jacob no tenia esos planes, de pronto metió sus manos en sus bolsillos tratando de encontrar ansiosamente algo, yo lo mire curiosa, esperando a ver qué era lo que lo tenía tan intranquilo.

Con él todo era siempre una sorpresa…

-¡Aquí estaban! – Murmuro con emoción sacando una pequeña cajita de metal.

Yo sabía más que bien lo que esa preciada caja contenía, sonreí ante su entusiasmo, luego volví a la realidad y caí en la cuenta de que probablemente mis padres aun estarían en el salón, nos podían ver en cualquier momento.

-¡¿Qué haces?! Guarda eso, mis padres…

-Comparto mi hierba con vos, eso no tiene nada de malo – Me interrumpió con fundido, luego su expresión se volvió divertida, mostrando su presumida sonrisa -…dale s solo una pitada, por los viejos tiempos – Suplico, mostrando la misma mirada de hace mucho tiempo atrás cuando quería conseguir algo de mí -…sabes que lo quieres, te mueres de las ganas…no lo niegues, te conozco…

Era imposible negarse…

-¡Esta bien! Pero, no acá – Acepte poniéndome de pie en forma inmediata.

Con una sonrisa en mis labios tome su mano y lo arrastre junto a mí.

Estábamos ambos sentados en el suelo de mi balcón, con una atmósfera encantadora, sentía una paz tan grande que solo me hacía reír de felicidad, mi cuerpo estaba flotando y las cosquillas en la parte de mi nuca no se iban con nada, me sentía tan bien que había perdido toda noción de tiempo.

Hacia mucho que no me sentía tan cómoda conversando tonterías con alguien.

-¡No puedo creer que tu madre te haya querido meter a una clínica! – Chillo Jacob incrédulo y muerto de la risa, en respuesta a mi historia.

-Si, es en serio, me descubrió en casa…yo estaba con mi pipa en el balcón y ella entro así de repente…estaba tan drogada que ni siquiera recuerdo lo que dije…aunque si recuerdo su cara al día siguiente y, créeme mi amigo, eso si que daba miedo - Ambos reímos sonoramente.
Jacob volvió encender la pipa en sus manos dando una calada de humo gigantesca, después de unos segundos de seriedad exploto en carcajadas, siendo seguido por mí.

-C´ est beau – Murmuro él mirando al cielo, un poco más serio.

-OH no, no empieces a hablar en francés – Le advertí quitándole la hierba de sus manos.

-¿Pourquoi mon amour? Sé que te parece sexy – Declaro presumido.

-Ahora no…

Él solo rió mirando al cielo

-¿Extrañas NY? – Pregunto volviendo sus ojos a los míos.

Produciendo que me inundara en su mirada azul.

-Si, a veces…pero hay personas que hacen que no extrañe nada y que adore estar aquí – Conteste sonriendo.

Él sonrió en respuesta, arrebatándome la pipa de las manos, luego rió dejándome confundida, me miro pensativo, mostrando claramente un deje de picardía en sus ojos.

-¿Alguna vez has hecho un blowbacks? – Inquirió de manera insinuante.

Yo solo reí conocedora de lo que pretendía, Jacob sabía cómo cambiar las situaciones a sus necesidades y antojos, siempre lo había hecho e inclusive conmigo, solo que esta vez ambos estábamos más grandes y las cosas serian más difíciles, por lo menos para él.

-Si, muchas veces… ¿Por qué? – Respondí fingiendo inocencia y poco entendimiento a su insinuación.

Él sonrió y se acerco hasta quedar a una distancia mínima con mi rostro.

-Por nada…era solo una excusa…-Estaba tan cerca que podía oler el exquisito perfume que emanaba su cuerpo.

-¿Una excusa? – Repetí confundida.

-Si, para esto…

Y sorpresivamente tomo mi rostro en sus dos manos, sosteniéndome de forma segura para llevarme a un beso lleno de travesura, tan típico de él que me hizo abrazarme con fuerza a su cuerpo ante la conocida sensación de sus labios sobre los míos. Él seguía siendo el mismo, sabia como besarme y cómo funcionaba mi cuerpo, también que hacer para que simplemente caiga redonda ante una de sus caricias, nunca había podido controlarme con él cerca, ninguno de los dos sabía comportarse. Así que me deje llevar por el deseo que me inundaba, ambos en un beso frenético, lleno de una necesidad tremenda, profundizándolo cada vez más, solo fui consciente de lo que hacía cuando el frió piso de cemento golpeo mi espalda y la conocida sonrisa de Santana vino a mi mente. Empuje a Jacob con fuerza hasta quitármelo de encima, luego me dedique a calmar mi respiración, y golpearme mentalmente por lo imbécil que estaba siendo.

-Perdón – Murmuramos los dos al mismo tiempo, provocando que ambos riéramos.

Los dos sabíamos lo estúpidos que podíamos llegar a ser.

-Wow…eso fue…

-Callate, te aprovechaste porque estoy drogada – Lo detuve, con una mirada de advertencia.

-Si, es cierto, pero no pusiste mucha resistencia que digamos – Afirmo con su sonrisa de victoria.

Solo pude empujarlo y reír nuevamente, con Jacob jamás podría enfadarme, luego me dedique a observarlo, él era simplemente un sueño, todo en el era perfecto, sus ojos, su cabello, su cuerpo, hasta su ropa y el reloj que dejaba ver su mano… Ver su reloj me hizo recordar el porqué de mis ansias de que la cena terminara rápido, me hizo recordar mi felicidad del último tiempo, me hizo recordar el increíble beso compartido con San y, que probablemente ella me estaba esperando.

-¡Mierda! ¿Qué hora es? – Pregunte poniéndome de pie en un salto.

Él me miro confundido a la vez que miraba su reloj.

-Las…02:15 a.m. ¿Por qué?...

Y corrí, corrí hasta el teléfono que descansaba encima de mi cama, esperando un mensaje de ella, aunque sea uno dedicándome palabras en forma de reclamo, pero no vi nada, la pantalla estaba igual que siempre. No me quedo otra opción que salir disparada de mi cuarto hasta el estacionamiento rogando que ella estuviera allí esperando, baje las escaleras tan rápido que Jacob quedo perdido siguiéndome.

Llegue a la puerta del estacionamiento rogando a cualquier dios que escuchara mis rezos antes de abrir, pero en el estacionamiento no había más que un confundido Mike sacándose su casco mientras acomodaba su moto.

-¿Has visto a San? – Pregunte rápido.

-No…no ha venido nadie, el portón de entrada estaba cerrado cuando llegue… ¿Por qué, ella debería estar acá?- No le respondí, odiándome a mi misma subí de vuelta a mi habitación hasta nuevamente buscar mi teléfono e insistir para que ella lo cogiera, pero su maldito móvil estaba apagado, por más que insistía solo me llevaba al buzón de mensajes. Algo no andaba bien, la conocía, lo más probable era que me hubiese dejado un mensaje o me hubiera llamado, pero en lugar de eso no había absolutamente nada.

-¿A quién llamas tanto guapa? – Hablo Jacob, produciendo que colgara el teléfono y me sentara en uno de los muebles, para poder pensar con claridad.

Él se sentó junto a mí, esperando alguna palabra de mi parte.

-A…alguien, una amiga…

-Es tarde, lo más probable es que este dormida – Murmuro él, produciendo que sonriera a su intento de hacerme sentir mejor -…mañana esta, este campamento, todos deben estar descansando y nosotros deberíamos hacer lo mismo…

Eso saco una sonrisa de mis labios, a lo mejor Jacob tenía razón y yo solo estaba hiperventilando, me encontraría con Santana en un par de horas, no había porque preocuparse.

Tenia que dejar la paranoia de lado.

-Si…tienes razón… ¿vendrás también? – Inquirí ilusionada.

-Por supuesto, por nada del mundo me lo perdería, jamás he ido a uno – Respondió él, con una sonrisa -…y aunque me encantaría seguir disfrutando de tu compañía, mis padres me esperan abajo, debo irme…pero me veras mañana…que descanses – Y acercándose solo un poco me dio un suave beso en la mejilla, luego se perdió por la puerta.

Yo me acomode en mi cama y me arrope entre las sabanas, estaba cansada y las emociones por el día habían sido demasiadas, cerré los ojos y me deje vencer por el sueño, el día siguiente seria mucho más pesado.
El lugar escogido por nuestro profesor de ética y orientación era de lo mejor, se trataba de un lugar hermoso a orillas de un lago, todo era bosque por todos lados, había un montón de árboles y el olor a naturaleza era fascinante, el clima para suerte de todos estaba excelente regalándonos una fresca mañana y un sol que prometía con salir en tan solo un par de horas más por entre medio de unas montañas que dejaban idiotizado a cualquiera que se dedicara a mirarlas. Lo mejor de todo era que cada uno contaba con una suave cama para cuando el día terminara, dormiríamos en cabañas para tres y dos personas, yo compartiría la mía con Quinn y Tina, mas unas cuantas botellas de vodka escondidas debajo de las camas.

Sonreí al recordar a Quinn y su insistencia para que nadie tomara su bolso.

-Wow amiga, estos dos días van a ser impresionantes, prepárate para las sorpresas - Hablo Quinn llegando hasta mi lado.

-Si…no puedo esperar a que llegue la noche – Comente desviando mis ojos de un brilloso lago para ver a una sonriente Quinn.

-Te vez feliz, sabes…como si hubiera pasado algo que te dejo con la sonrisa que llevas pegada a tu cara – Observo ella mirándome entretenida.

Yo sonreí ante lo intuitiva que podía llegar a ser.

-Puede ser – Murmure dándome importancia, podía ver que su cara empezaba a ser de suplica.

-¿Me vas contar o tengo que adivinar? – Inquirió sin dejar de sonreír.

-Prefiero contarte cuando tenga las cosas claras…todo aun esta en nada – Espete ya poniéndome más seria.

Santana aun no llegaba y los nervios me mataban su teléfono había seguido con buzón de mensajes, aun no hablaba con ella y ya me estaba preocupando.

Ella no daba señales de vida.

-Tranqui amigui…San, a veces suele ser algo impuntual y despistada, dale tiempo, aun debe andar hiperventilando y saltando de un lado a otro – Comento Quinn, encontrándome desprevenida.

-¿Cómo sabes que ella…

-¡Buenos días guapas! ¿Qué tal la mañana? – Saludo un apuesto Jacob interrumpiendo nuestra conversación.

Ambas volteamos ante el sonido de su voz, él estaba parado frente a nosotras con sus manos metidas en los bolsillos de una abrigadora chaqueta de cuero, los mechones de perlo ligeramente desordenados debido a lo insistente del viento, su sonrisa era pronunciada y sus azules ojos brillaban de una manera impresionante.

-¡Jacob! ¡Qué gusto verte! – Chillo Quinn abrazándolo, él la rodeo con sus brazos.

-Igualmente Quinni, siempre es agradable encontrarse con una amiga – Musito sonriendo, luego desvió sus ojos hasta los míos -…Britt, ¿Qué tal amaneciste? –

-Bien, gracias… ¿Qué tal tu mañana? – Respondí con una sonrisa.

-Excelente, ahora que las veo a ustedes, por supuesto – Nunca podía dejar de ser él mismo.

-Que bien, porque hoy va a estar genial – Hablo Quinn entusiasmada.

-Eso espero… ¿Aun sigues sacando fotos Britt? –Inquirió Jacob, yo asentí sonriendo - ¡Genial!...me imagino que trajiste tu cámara ¿no? –

-Nunca podría dejarla – Asegure.

Él sonrió, dispuesto a decir cualquier cosa, solo que su entrecejo se frunció y su rostro se transformo en uno de interrogación, cuando sus ojos se fijaron en una camioneta que acababa de llegar, yo desvié mi atención a lo que él miraba, encontrándome nada más y nada menos que con una sonriente pareja.

Hayley y Santana, juntas y sonriendo, ambas de la mano.

Podía sentir mi rostro mutando a la incredulidad.

-No pensé que fueran ciertos los rumores…entonces, ¿es verdad que dejaron a Sam por una mina?, wow no me la creo, aunque hablan…

Y ahí deje de escuchar a Jacob, me concentre en prestarle atención a la alegre pareja que ahora pasaba por mi lado, Hayley paso sin mirarme si quiera y San casi ignorándome, sus ojos mostraban tanta rabia que inclusive me había asustado.

Ella ni siquiera me había saludado…

-¿Se puede saber qué demonios pasa entre ustedes? – Pregunto Quinn confundida.

-Eso mismo quisiera saber yo – Murmure mirando la puerta de la cabaña por la cual se había perdido San.

-A lo mejor no tuvieron una buena mañana, denles tiempo, además es Hayley ¿Cuándo ha sido simpática?...les propongo algo mejor, ¿Qué tal si ustedes y yo vamos por un rico desayuno?, muero del hambre…- Preferí aceptar la oferta de Jacob, bajo la interrogativa mirada de Madison.

Ellos conversaban sin ninguna preocupación, reían de verdad y sintiéndolo, sus platos ya estaban vacíos y disponían a tomarse un nuevo café para según ellos tener fuerza y que el clima de la montaña no los enfermara, Jacob como buen francés solo había comido frutas y una sola rebanada de pan, Quinn con la excusa de que estaba pasada de kilos opto por cereales y, yo tenía intacto mi plato de frutas, no podía comer nada, tenía un nudo en mi garganta y un malestar en el estomago debido a la preocupación, ansias y algo de rabia. No entendía a Santana, ya me estaba empezando a hartar de su indiferencia, estaba a tan solo un par de mesas de mí y no hacía más que acecinarme con su mirada, como culpándome de algo.

-¿Britt, vas a comer algo? – Pregunto Quinn.

-No, no tengo hambre – Murmure sin apartar mis ojos de Santana.

-Sabes, deberías comer, el desayuno es la comida más importante del día y la que te mantiene en forma, sin el desayuno tu cuerpo no funciona correctamente, además estando aquí es fácil enfermarse, yo creo que…

Deje de escuchar la voz de Jacob y sin siquiera darle explicaciones a ninguno de mis dos acompañantes me puse de pie, para seguir a Santana, quien se estaba perdiendo por la puerta de entrada, me apresure en darle alcance, no le gritaría ni la llamaría por su nombre, sabía que algo no andaba bien, preferí seguirla en silencio, caminando por el mismo sendero lleno de árboles y maleza que nos hacía llegar hasta el lago. Estaba preocupada no entendía nada, mas aun porque ella sabía que la seguía y ni siquiera se daba vuelta para encararme, solo detuvo su andar una vez en el lago, yo hice lo mismo a unos centímetros de distancia, tras sus espaldas.

Preferí romper yo el silencio, ella no tenía intenciones de darse la vuelta.

-¿Se puede saber qué te pasa? ¿Podrías mirarme por favor? – Mi voz había salido tan chillona, que ella se giro pausadamente.

Sus ojos mostraban desilusión y rabia, su rostro era del más puro enojo, sus labios formaban una sola línea.

Tomo un respiro antes de hablar.

-Confié en vos– Hablo con voz segura, dejando ver claramente enfado en su voz.

Yo no estaba entendiendo nada.

-¿De qué hablas? No te entien…

-Deja de hacerte la idiota y la víctima, queres, que esa actuación ya no te la creo - Espeto mucho más enfadada que antes, su voz aumentando en cada palabra.

-¿Se puede saber qué mierda te pasa? – No quería alterarme, pero estaba perdiendo la paciencia.

-Vos sabes más que bien, por favor Brittany, no te hagas la tonta conmigo –

-¿Qué no me haga la tonta? ¡No tengo idea de lo que estás hablando!...no me contestas las llamadas, llegas acá y me ignoras, te paseas de la mano felizmente con tu novia ¡¿y, soy yo la que está mal?!...

-Hayley es mi novia, puedo pasearme con ella por donde quiera – Claramente no entendía nada y mi incredulidad no se volvió en nada más que rabia al escuchar sus últimas palabras.

-¡¿Qué?! –

-Eso, ella es mi novia y le creo a ella antes que a cualquiera…

-¿De qué demonios hablas?...

Ella dio un largo suspiro antes de mirarme con pesar.

-Pensé…que te importaba, que eras sincera conmigo…e inclusive te creí cuando me contaste que la causante de tus problemas hace meses había sido mi propia novia…me sentí mal…yo iba a cortar con ella, para que tú no tuvieras que estar cruzándote con Hayley siempre…pero me lleve una sorpresa cuando ayer por la noche ella llego llorando a mi casa…

-Santana, ella siempre manipula a todo el mundo, no pue…

-Y accedió por fin a contarme lo sucedido hace siete meses y la causa por la cual había dejado NY…- Ella sacudió tristemente su cabeza de lado a lado -…una cosa, son las bromas Brittany y ser mala persona y jugar con los demás…pero vos…vos fuiste una completa zorra y mucho más bajo que eso, ni siquiera te importo que ella fuera tu amiga…no pensaste en las consecuencias…vos…

-Aver cortala Santana, cerra la boca porque no tienes idea de lo que estás hablando, porque si la tuvieras créeme que hubieses salido corriendo…no sé y no tengo ni las más mínima idea de donde sacaste todas estas estupideces, y lo que probablemente te contó, pero no son ciertas… – Di un largo suspiro para calmarme -… ¿te dijo ella acaso porque se fue realmente?... ¿que fue lo que hizo?.... ¿porque nunca recibe llamados de nadie?...¿que curioso que no tenga amigos en NY, no?...te esta mintiendo y manipulando como lo ha hecho siempre con todos…

-¡¿Me vas a negar también que anoche estuviste con ese francés?! – Soltó enfurecida.

-Jacob es mi amigo, na…

-¿Amigo con derechos, no?... ¿En eso me iba a transformar yo, en una amiga con derechos?...ni siquiera te atrevas a negar eso Brittany, que aun puedo recordar a Rachel llegar emocionada contándome de que al fin te había visto con alguien – Su mirada era claramente de dolor.

No podía creer que todo estuviera resultando tan mal.

Esta vez Hayley pagaría caro las consecuencias de sus actos.

-Entonces, esto es todo, le vas a creer a ella ¿lo de ayer no tiene importancia? – Dije en un intento inútil de hacerla entrar en razón.

-Si, le creo a ella…y ayer, fue solo un error, un error muy grande de mi parte – Me miro directamente a los ojos, con una ira inmensa -…olvídate de ese beso Brittany, para mi no significo nada – Podía sentir cada una de sus palabras dañándome de una manera terriblemente dolorosa.

Me miro una vez más y se giro sobre sus talones.

-Sabes que me heriste, verdad – Pude ver como cesaba sus pasos tras escuchar mi voz, pero no volteo -…como también sabes que me crees a mi…lo siento Santana, pero la próxima vez que quieras hablar conmigo y admitas tu error…puede que yo no este disponible – Esta vez fui yo la que se dio la vuelta y me encamine al lado contrario de ella, sin esperar a ver su reacción.

Un fogata algo inestable y jóvenes ebrios bailaban frente a mis ojos produciéndome risas de consuelo, el frió viento de la noche me había ayudado a secar las últimas lagrimas derramadas sin mi permiso y una botella de vodka me hacia compañía, ambas permanecíamos sentadas viendo la alegría de otros y un sensual baile que Quinn me estaba regalando para hacerme sentir mejor, tal como durante todo el día lo llevaba haciendo, había pasado todo el día sentada en una arena caliente bajo un sol que amenazaba con dejarme más que deshidratada, pero eso a mí no me importaba, me lo había pasado lamentándome durante todo momento, por mi tan condenadamente mala suerte.

Hayley había ganado de nuevo.

Y esta vez me dolía de sobre manera, no por ella, sino por Santana, me dolía verlas sonriéndose la una a la otra, dándose pequeñas caricias, repartiéndose besos de lo que supuestamente ellas llamaban amor, me dolía tanto que ni siquiera lo comprendía, me dolía tanto que ambas no hacían más que acrecentar mi rabia.

Las dos se podían ir al carajo y no me importaría…

-Vamos Pierce, arriba, ya deja esa botella – Hablo Jacob, quitándome mi tan preciada botella y poniéndome de pie.

Él mareo que inundo mi cuerpo me hizo tambalear hasta casi caer de trasero al suelo.

-Déjame tranquila… ¡Estoy ebria! –

-¿Y, que?...yo también, pero vos y yo vamos a bailar, justo ahora – Declaro sonriendo.

Me tomo de la cintura y juntos empezamos a movernos al ritmo de una canción tocada por una insistente guitarra, me deje llevar por el momento, los insistentes rasgueos no cesaban, la melodía se mezclaba con la voces y hacían ecos en mi cabeza. Quinn se nos acerco y juntos empezamos a saltar eufóricos, yo producto de el alcohol y mis acompañantes debido a las preciadas pastillas que mi amiga había guardado.

-¿Estas segura que no quieres una ahora? – Sugirió Quinn nuevamente.

-No, estoy tan ebria que no harían más que matarme, guárdamela para mañana – Ella puso una mueca graciosa ante mis palabras, sabía que yo las había entendido, pero ella no había logrado captar ni siquiera una letra.

Seguimos bailando y olvidándonos de todo, mi cuerpo se movía solo, no hacia más que reír ante las ocurrencias de mis acompañantes, ellos estaban logrando hacerme sentir mejor, de pronto ya no habían más penas, me sentía plena y todo me daba vueltas, todo hasta que una escena capto mi atención.

Mi mundo y mi felicidad se detuvieron en ese momento…

Santana y Hayley, ambas compartiendo un beso desesperado a la entrada de su cabaña. Ver como San se abrazaba a ella me hizo sentir cayendo por un precipicio y volver a la realidad, ella estaba ahí a unos metros de mí besando a su querida novia, como si ambas se encontraran solas, como si yo no estuviera, como si nadie estuviera junto a ellas. Quería desaparecer.

Salir corriendo….
Me sentía mal como una pequeña niña a la cual le destrozan su pobre y frágil corazón, me sentía usada y tenía una rabia enorme y no solo eso también una impotencia que recorría todo mi cuerpo. Me sentía tan fuera de mi misma, con una carga de estupideces tan grandes que lo único que deseaba era romper cualquier cosa con tal de tranquilizarme un poco, quería gritar y correr a lo largo de la oscura noche, dejar atrás las risas, la gente, a todos sin excepción alguna y perderme en cualquier lado.

Y así lo hice.

Corrí y corrí hasta que llegue al sendero que me llevaba al lago, con lágrimas que se escapaban de mis ojos sin mi permiso y, reí, reí al ver que por segunda vez me estaba enamorando…Porque si, ahora lo aceptaba, yo Brittany Susan Pierce estaba entregando inconscientemente mi corazón de nuevo con los ojos cerrados, sin darme cuenta de que me estaban fallando, porque si, ella me fallo al creerle a otra, en vez de a su corazón y eso me enfermaba, me daba nauseas solo el darme cuenta de lo estúpida que estaba siendo. Así que reí, me retorcí de la risa sujetándome a un gran árbol que en la oscuridad de una noche me hacia compañía en mi delirio nocturno.

-¿De que te reís?- Esa sensual voz solo podía pertenecerle a él.

Lentamente me di la vuelta para descubrirlo a un par de metros frente a mí, bañado por la claridad que la luz de la luna le brindaba.

Era simplemente un sueño…

Él traía consigo esa sonrisa de presumido que lo hacía ver tan sexy, y que esta vez sin ninguna culpa me dedique a ver, nos miramos a los ojos y podría jurar que mi cuerpo se estaba envolviendo en llamas, tras advertir la forma en que sus ojos se paseaban por mi cuerpo. Yo ya no estaba pensando y podría jurar que él tampoco. Fue así como si de una fuerza invisible se tratara me vi envuelta en sus brazos, abrazándome fuertemente de su cuello, podía sentir sus fuertes manos en mi cintura, atrayéndome cada vez más cerca de su cuerpo.

Estaba cayendo en un espiral, en un espiral del cual no quería salir.

Estaba envuelta en un beso salvaje, que más parecía ser mi pasaje a la perdición, deje que me empujara tras el árbol a mis espaldas, sin interrumpir nuestro fiero pero placentero beso, sus labios se movían en perfecta sintonía con los míos, su lengua era embriagante y solo me hacia pedir más. Me estaba volviendo loca. Sus manos estaban en todo mi cuerpo y su boca solo tenía un camino, el camino de mis labios a mi cuello. Quería sentirlo, lo necesitaba y él lo sabía, fue así como en un descuido mi blusa se perdió, me la arranco sin tener ningún cuidado, yo hice lo mismo con su camisa, interrumpiendo por primera vez nuestros besos para ver su torso desnudo, su musculoso pecho estaba frente a mis ojos, con la respiración tan descontrolada como la mía, seguí mi camino observando cada parte de su cuerpo hasta llegar a su rostro. Sus ojos estaban tan oscuros que no se veían, sus labios estaban entreabiertos esperando por mí, trato de hablar pero mi boca sobre la suya no lo permitió.

Sentí como él tiraba de mi a la hierba húmeda, y lo deje, no opuse resistencia alguna, menos aun cuando sentí el peso de su cuerpo sobre el mío. Sus manos perdiéndose en todo mi cuerpo y yo sosteniéndome e él, no dejándolo escapar en ningún segundo, enrede mis manos en su oscuro cabello y me dedique a besarlo, esta vez tranquilamente empleando todo el tiempo necesario para saborear sus labios.

Sentía como seguía desnudándome pero también como se detenía al retirar mi última prenda, él elevo sus ojos hasta los míos con miedo, deseo e inseguridad. Fue así como comprendí lo que ocurría, él temía que yo no estuviera segura, de que no quisiera entregarme a él. Lo único que pude hacer en respuesta fue mirarlo a los ojos profundamente, él comprendió mi mensaje, llevo sus labios hasta los míos en busca de un beso desesperado al tiempo que lo sentía adentrándose en mí.

Ya no había vuelta atrás, simplemente me entregue a él, sin pensar ni por un minuto en algo mas…
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Bueno aprovecho y subo la otra mitad del capítulo 8 seguido porque nose cuando vuelvo, por el tema de las pruebas y todo eso pero voy a tratar de seguir subiendo a diario, aunque creo que no les va a gustar mucho eso si...tienen que acordarse de que Brittany aun se está dando a conocer y a veces se la manda…
Como siempre muchísimas gracias todos por sus post y a todos los que leen, Son los mas

PD:Si lo se soy mala jaja, no me odien hacía falta un poco de drama a demás lo voy a arreglar a su debido tiempo.

OMGlee enserio???!!!!! maldita hayley...se tienen que arreglar Britt y San...espeero tu actu :besos: