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FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
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FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 26
Buenas! Este es mi primer fic, aunque ya había escrito alguna historia antes. Bueno, este fic va a tratar de como con amor todo se puede superar, aunque las barreras parezcan enormes, las Brittana siempre pueden con todo y con más. No me entretengo más y os dejo aquí la introducción. Mañana por la mañana dejaré el primer capítulo.
CAP 0.
Las sábanas seguían todavía revueltas, con dos personas acurrucadas entre ellas, sin dejar un solo hueco libre por donde pudiera pasar el aire. Mientras tanto, unos ojos color oscuros buscaban incesantemente esa mirada azulada que la hacía perder el sentido, que la volvía loca y le provocaba temblores por todo su cuerpo.
Una vez que las dos chicas conectaron las miradas, no hubo manera de separar ese lazo, acercaron un poco más sus rostros, pegando sus frentes y quedando así sus labios a escasos centímetros unos de otros. Una mano pálida tomó a la de la chica de piel morena y entrelazó sus dedos con los de ella.
-No sabes cuanto tiempo llevaba esperando este momento- susurró la latina, provocando en la holandesa unos ecalofríos por sentir su aliento tan cerca de sus labios.
-Siento haberte hecho pasar por todo esto, pero ahora todo es diferente. Todo va a ser perfecto a partir de ahora- dijo la rubia soltándo su mano de la de su morena y tomando su rostro para transformar esa distancia que la estaba volviendo loca en un suave y romántico beso.
La de ojos castaños, no conforme con eso, colocó sus manos detrás de la nuca de la rubia para acercarla más si se podía y hacer crecer la intensidad de ese beso. Pero no quedando satisfecha con la cercanía de sus cuerpos, buscó sentir un poco más cerca a la rubia y la tumbó boca arriba colocandose encima suya, pero todo esto sin interrumpir el apasionado beso. La temperatura iba subiendo cada vez más, las manos no podían estarse quietas e iban recorriendo todos los centímetros de la piel de ambas.
Hasta que llegó un momento en el que la rubia, demostrando una fuerza de voluntad increíble, logró apartarse un poco.
-Voy a-a ducharme, p-po-porque como sigamos creo que no vamos a poder llegar a ti-tiempo a clase- dijo con la voz entrecortada todavía por la excitación.
-¿Estás segura de que no quieres que me duche contigo?- preguntó la otra chica levantando una ceja de manera pícara y poniendo una sonrisa que hizo que a la rubia se le hiciera casi imposible levantarse de la cama.
-Como volvamos a llegar tarde, te tendré que matar- contestó mientras se abalanzaba a los labios de la morena.
-Creo que correré el riesgo, pero espero que me convenzca tu forma de asesinarme- dijo sensualmente la latina mientras la empujaba poco a poco hacia el cuarto de baño, todo eso sin detener el beso.
Varios minutos después, los cristales ya estaban empañados, ya que hacia bastante rato que las paredes de ese baño eran testigos del amor que soltaban aquellas chicas, y por que no decirlo, también de sus gritos que demostraban un placer apenas comparable con nada.
CAP 0.
Las sábanas seguían todavía revueltas, con dos personas acurrucadas entre ellas, sin dejar un solo hueco libre por donde pudiera pasar el aire. Mientras tanto, unos ojos color oscuros buscaban incesantemente esa mirada azulada que la hacía perder el sentido, que la volvía loca y le provocaba temblores por todo su cuerpo.
Una vez que las dos chicas conectaron las miradas, no hubo manera de separar ese lazo, acercaron un poco más sus rostros, pegando sus frentes y quedando así sus labios a escasos centímetros unos de otros. Una mano pálida tomó a la de la chica de piel morena y entrelazó sus dedos con los de ella.
-No sabes cuanto tiempo llevaba esperando este momento- susurró la latina, provocando en la holandesa unos ecalofríos por sentir su aliento tan cerca de sus labios.
-Siento haberte hecho pasar por todo esto, pero ahora todo es diferente. Todo va a ser perfecto a partir de ahora- dijo la rubia soltándo su mano de la de su morena y tomando su rostro para transformar esa distancia que la estaba volviendo loca en un suave y romántico beso.
La de ojos castaños, no conforme con eso, colocó sus manos detrás de la nuca de la rubia para acercarla más si se podía y hacer crecer la intensidad de ese beso. Pero no quedando satisfecha con la cercanía de sus cuerpos, buscó sentir un poco más cerca a la rubia y la tumbó boca arriba colocandose encima suya, pero todo esto sin interrumpir el apasionado beso. La temperatura iba subiendo cada vez más, las manos no podían estarse quietas e iban recorriendo todos los centímetros de la piel de ambas.
Hasta que llegó un momento en el que la rubia, demostrando una fuerza de voluntad increíble, logró apartarse un poco.
-Voy a-a ducharme, p-po-porque como sigamos creo que no vamos a poder llegar a ti-tiempo a clase- dijo con la voz entrecortada todavía por la excitación.
-¿Estás segura de que no quieres que me duche contigo?- preguntó la otra chica levantando una ceja de manera pícara y poniendo una sonrisa que hizo que a la rubia se le hiciera casi imposible levantarse de la cama.
-Como volvamos a llegar tarde, te tendré que matar- contestó mientras se abalanzaba a los labios de la morena.
-Creo que correré el riesgo, pero espero que me convenzca tu forma de asesinarme- dijo sensualmente la latina mientras la empujaba poco a poco hacia el cuarto de baño, todo eso sin detener el beso.
Varios minutos después, los cristales ya estaban empañados, ya que hacia bastante rato que las paredes de ese baño eran testigos del amor que soltaban aquellas chicas, y por que no decirlo, también de sus gritos que demostraban un placer apenas comparable con nada.
Última edición por Naya_Morris el Dom Nov 11, 2012 5:30 pm, editado 31 veces
Naya_Morris*** - Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
CAP 1.
Varias semanas antes.
Llegó echa polvo del viaje. Había sido un largo trayecto en autocar, desde Lima (Ohio) hasta Nueva York. No podía permitirse un billete de avión, asique no le quedó más remedio que viajar así. Para ser sinceros era la primera vez que Brittany S. Pierce viajaba en autocar, acostumbrada siempre a utilizar el avión privado de su familia.
Comenzó a caminar, deseando que la escuela no estuviera muy lejos, porque no podría pagar un taxi. Se apuntó mentalmente la idea de alquilar o comprar una bicicleta para moverse por allí el tiempo que estuviera con algo que había logrado ahorrar, aunque no fuera demasiado. Callejeó durante un rato, hasta que se dio cuenta de que no tenía ni idea de donde estaba, asique no le quedó más remedio que preguntar a un hombre que pasaba por alli en esos momentos. Una vez que él le indicó más o menos el camino, se puso en marcha otra vez, aunque no muy convencida de si lograría llegar algún día a su destino.
Después de andar durante unos largos 40 minutos en los que habría dejado de sentir las piernas si no hubiera sido por su excelente forma física, llegó a lo que por fuera eran dos edificios enormes, rodeados de césped y con un parking bastante amplio.
Entró en lo que parecía ser la recepción, que era una gran sala blanca con varios sofás negros, unas mesas con sillas bastante modernas, un mostrador que se situaba a la izquierda de la sala y, al fondo, dos ascensores. Se fijó en que también había unas escaleras transparentes que le llamaron bastante la atención. Como la recepcionista estaba ocupada hablando por teléfono, aprovechó a darse una vuelta por esa sala. Se paró a contemplar los cuadros, que parecían bastante abstractos, pero le gustaba el estilo que tenía esa escuela, por lo menos lo poco que había visto de momento.
Cuando vio que el telefono ya se había cortado, se dirigió al mostrador y habló con la señorita que se encontraba ahí.
-Buenos días, ¿que desea?- preguntó la recepcionista amablemente.
-Soy Brittany S. Pierce, estoy apuntada en el curso intensivo de baile avanzado.
-Sí, espere un momento, voy a buscarla en el ordenador- dijo la chica. Tras unos minutos, finalmente pareció encontrar el nombre de la rubia en la pantalla.- Ya la he encontrado. Aquí está la llave de su habitación, la 315, planta 4. Bienvenida señorita Pierce.
-Puedes llamarme Brittany, ya nos veremos- contestó la rubia devolviéndole la sonrisa a la recepcionista.
Volvió a coger la maleta y su bolsa de deporte y se dirigió al ascensor.
Mientras lo esperaba, apareció una chica castaña, con flequillo recto y bastante más bajita que ella. La chica se colocó a su lado y se dispuso a esperar el ascensor también.
-Hola, me llamo Rachel, ¿vienes al curso de baile? ¿Hasta cuando te quedas? Yo estoy en el curso de canto, pero en el intensivo. Llevo aquí ya algunos días, y realmente este sitio me encanta. Duermo en el edificio de al lado, que es el de canto, pero seguro que nos vemos mucho por aquí. Por cierto, ¿cómo te llamas?- tras esta avalancha de preguntas por parte de la castaña Brittany se quedó realmente confusa.
Entre lo cansada que estaba y lo rápido que hablaba esa chica no había entedido la mitad de las cosas. Pero aún así hizo un esfuerzo por contestar, a pesar de todo esa chica le agradaba.
-Me llamo Brittany, y sí, vengo al curso de baile. Me quedo todo el verano, de momento- contestó sonriendo un poco.
En ese momento llegó el ascensor y ambas se metieron en él. Dentro del aparato, Brittany se quedó ligeramente por detrás de Rachel, con lo que pudo observarla de arriba a abajo sin que la otra se diera cuenta. Llevaba un vestido rosa sin mangas, con unos calcetines blancos que le llegaban justo por debajo por la rodilla y unos zapatos bastante horteras, con un poquito de tacón. La castaña se bajó en la segunda planta, y se despidió dándole un abrazo a Brittany, que le hizo gracia la efusividad de esa chica.
Una vez que llegó al cuarto piso, se bajó del ascensor y andó por el largo pasillo. Había moqueta, con lo cual sus pasos no se escuchaban. Buscó el número 315 en los cartelitos que había delante de cada habitación y, cuando lo encontró, abrió la puerta.
Allí había una habitación bastante espaciosa, con dos camas, una a cada lado. Miró hacia la derecha y vio que había una puerta. Entró y era un pequeño baño con las paredes moradas.
La habitación era blanca, al igual que la recepción.
Se fijó en que no tenía todavía compañera de cuarto, ya que no había ninguna maleta y además las dos camas estaban perfectamente hechas, con sus sábanas blancas e impolutas.
En ese momento de dio cuenta de lo que le dolían los pies, pero necesitaba ducharse después del largo viaje, asique cogió su toalla, el champú y algo de ropa interior de su maleta, se dio una ducha rápida y, aún en ropa interior, se tiró en la cama a descansar un poco, ya colocaría sus cosas después.
Varias semanas antes.
Llegó echa polvo del viaje. Había sido un largo trayecto en autocar, desde Lima (Ohio) hasta Nueva York. No podía permitirse un billete de avión, asique no le quedó más remedio que viajar así. Para ser sinceros era la primera vez que Brittany S. Pierce viajaba en autocar, acostumbrada siempre a utilizar el avión privado de su familia.
Comenzó a caminar, deseando que la escuela no estuviera muy lejos, porque no podría pagar un taxi. Se apuntó mentalmente la idea de alquilar o comprar una bicicleta para moverse por allí el tiempo que estuviera con algo que había logrado ahorrar, aunque no fuera demasiado. Callejeó durante un rato, hasta que se dio cuenta de que no tenía ni idea de donde estaba, asique no le quedó más remedio que preguntar a un hombre que pasaba por alli en esos momentos. Una vez que él le indicó más o menos el camino, se puso en marcha otra vez, aunque no muy convencida de si lograría llegar algún día a su destino.
Después de andar durante unos largos 40 minutos en los que habría dejado de sentir las piernas si no hubiera sido por su excelente forma física, llegó a lo que por fuera eran dos edificios enormes, rodeados de césped y con un parking bastante amplio.
Entró en lo que parecía ser la recepción, que era una gran sala blanca con varios sofás negros, unas mesas con sillas bastante modernas, un mostrador que se situaba a la izquierda de la sala y, al fondo, dos ascensores. Se fijó en que también había unas escaleras transparentes que le llamaron bastante la atención. Como la recepcionista estaba ocupada hablando por teléfono, aprovechó a darse una vuelta por esa sala. Se paró a contemplar los cuadros, que parecían bastante abstractos, pero le gustaba el estilo que tenía esa escuela, por lo menos lo poco que había visto de momento.
Cuando vio que el telefono ya se había cortado, se dirigió al mostrador y habló con la señorita que se encontraba ahí.
-Buenos días, ¿que desea?- preguntó la recepcionista amablemente.
-Soy Brittany S. Pierce, estoy apuntada en el curso intensivo de baile avanzado.
-Sí, espere un momento, voy a buscarla en el ordenador- dijo la chica. Tras unos minutos, finalmente pareció encontrar el nombre de la rubia en la pantalla.- Ya la he encontrado. Aquí está la llave de su habitación, la 315, planta 4. Bienvenida señorita Pierce.
-Puedes llamarme Brittany, ya nos veremos- contestó la rubia devolviéndole la sonrisa a la recepcionista.
Volvió a coger la maleta y su bolsa de deporte y se dirigió al ascensor.
Mientras lo esperaba, apareció una chica castaña, con flequillo recto y bastante más bajita que ella. La chica se colocó a su lado y se dispuso a esperar el ascensor también.
-Hola, me llamo Rachel, ¿vienes al curso de baile? ¿Hasta cuando te quedas? Yo estoy en el curso de canto, pero en el intensivo. Llevo aquí ya algunos días, y realmente este sitio me encanta. Duermo en el edificio de al lado, que es el de canto, pero seguro que nos vemos mucho por aquí. Por cierto, ¿cómo te llamas?- tras esta avalancha de preguntas por parte de la castaña Brittany se quedó realmente confusa.
Entre lo cansada que estaba y lo rápido que hablaba esa chica no había entedido la mitad de las cosas. Pero aún así hizo un esfuerzo por contestar, a pesar de todo esa chica le agradaba.
-Me llamo Brittany, y sí, vengo al curso de baile. Me quedo todo el verano, de momento- contestó sonriendo un poco.
En ese momento llegó el ascensor y ambas se metieron en él. Dentro del aparato, Brittany se quedó ligeramente por detrás de Rachel, con lo que pudo observarla de arriba a abajo sin que la otra se diera cuenta. Llevaba un vestido rosa sin mangas, con unos calcetines blancos que le llegaban justo por debajo por la rodilla y unos zapatos bastante horteras, con un poquito de tacón. La castaña se bajó en la segunda planta, y se despidió dándole un abrazo a Brittany, que le hizo gracia la efusividad de esa chica.
Una vez que llegó al cuarto piso, se bajó del ascensor y andó por el largo pasillo. Había moqueta, con lo cual sus pasos no se escuchaban. Buscó el número 315 en los cartelitos que había delante de cada habitación y, cuando lo encontró, abrió la puerta.
Allí había una habitación bastante espaciosa, con dos camas, una a cada lado. Miró hacia la derecha y vio que había una puerta. Entró y era un pequeño baño con las paredes moradas.
La habitación era blanca, al igual que la recepción.
Se fijó en que no tenía todavía compañera de cuarto, ya que no había ninguna maleta y además las dos camas estaban perfectamente hechas, con sus sábanas blancas e impolutas.
En ese momento de dio cuenta de lo que le dolían los pies, pero necesitaba ducharse después del largo viaje, asique cogió su toalla, el champú y algo de ropa interior de su maleta, se dio una ducha rápida y, aún en ropa interior, se tiró en la cama a descansar un poco, ya colocaría sus cosas después.
Última edición por Naya_Morris el Dom Oct 21, 2012 7:03 am, editado 1 vez
Naya_Morris*** - Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Hola!! Me parece interesante este Fic, de momento aun no podemos saber bien como transcurrira, pero eso de que estén todas en la escuela, unas de canto y otras de baile me gusta :)
Solo muchos animos con el fic, y espero que sigas actualizando!
Aqui una nueva lectora, no te aseguro poder comentar siempre, pero siempre leere ;)
Besos
Solo muchos animos con el fic, y espero que sigas actualizando!
Aqui una nueva lectora, no te aseguro poder comentar siempre, pero siempre leere ;)
Besos
Invitado- Invitado
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Muchísimas gracias, de verdad. Aquí dejo otro capítulo, y espero que os guste y vayais entendiendo la historia un poco más :)
CAP. 2
Había quedado con la rubia en la recepción del edificio de danza, pero esta todavia no llegaba. Se sentó en uno de los sofás negros y se dedicó a leer una revista. Tras ver su nombre en uno de los artículos decidió cerrarla. Odiaba que todas las revistas hablaran y se inventaran cosas de su vida privada.
Justo en el momento en que cogió su iPhone y se disponía a llamar a la chica que se retrasaba tanto, alguien le tapó los ojos por detrás.
-Te prometo que la próxima vez que me hagas esperar tanto, voy a ir a donde estés y te voy a traer de los pelos para que aprendas la lección. Y no, no me mires con esa cara, que el enfado no me lo quita nadie- dijo la latina intentando sonar convincente, aunque la verdad esque le era imposible enfadarse con Quinn Fabray.
-Se me retrasó el vuelo. ¡No te haces a la idea de las ganas que tenía de verte Santana!- gritó la rubia mientras se abalanzaba a los brazos de la otra, dándole un fuerte abrazo.- Gracias por aceptar lo de las clases, ahora podremos pasar todo el verano juntas, y sin giras ni conciertos ni películas de por medio.
La verdad esque la latina se sentía un poco culpable por eso. Últimamente nunca estaba nada de tiempo con su mejor amiga debido a su carrera y sus continuos conciertos. Por eso había aceptado ir a esa escuela y dar clases especiales de canto, para poder pasar tiempo con Quinn.
Era una escuela bastante elegante y con mucha disciplina, realmente la gente que iba alli era porque tenía dinero, porque no todo el mundo se la podía permitir. Para entrar ahí, tanto en la sección de baile como en la de canto, era neccesario pasar un casting, en el que se seleccionaba a los 20 mejores entre miles de aspirantes, pero también era necesario pagar una gran cantidad de dinero.
Ella fue uno de los miembros del jurado en el casting de canto, con lo cual conocía ya a todos los que a partir de ese lunes iban a ser sus alumnos durante 3 meses. Realmente tenía la misma edad que la mayoría, ya que era bastante joven para ser profesora, 19 años. Pero todos sus premios y su increíble carrera la hacían una de las mejores.
-Yo también a ti Quinnie, ya lo sabes, pero venga, vamos a subir tus maletas a tu habitación. Por cierto, ¿Cuántas maletas llevas? ¡Te has traído aquí tu casa entera!- exclamó al ver todo el equipaje que se había traído su amiga. Ella había llegado unos días antes para preparar las clases y por las reuniones con el resto de profesores, pero se había traído una simple maleta y una mochila. - ¿Has pedido ya la llave, y sabes ya el número de habitación?- preguntó la morena, a lo que la rubia asintió y se dirigieron al ascensor.
Ambas iban contandose anécdotas de todo lo que habian hecho el tiempo que habían estado separadas, riéndose, abrazandose de vez en cuando y dandose golpes tras alguna broma de la otra. Llegaron asi a la habitación de Quinn y, al entrar, la rubia miró a la cama de la izquierda y vio a alguien durmiendo, asique le hizo un gesto a la latina para que se callara y no hiciera ruido.
Entraron las dos despacio y vieron a una rubia en ropa interior, con cara angelical y durmiendo profundamente. La morena sin saber por qué comenzó a mirar a esa chica, sin poder apartar su vista de ella.
Se pasó lo que pudieron haber sido horas observando su cara, que le parecía la cosa más tierna que había visto nunca, y le daba una sensación de protección hacia esa chica.
Se dio cuenta de como fruncía el ceño levemente y se quedó unos segundos sin respirar por miedo a que se hubiera despertado. Pero la rubia seguía dormida profundamente, haciendo muecas de vez en cuando que a Santana le parecieron adorables.
Poco a poco su mirada fue bajando de su rostro a su cuello, que se encontraba un poco camuflado por ese pelo rubio. Siguió con el recorrido, lentamente, pasando su clavícula y sus hombros. Llegó a su sujetador, y su cuerpo comenzó a sudar. Se detuvo ahi unos instantes, quedándose con todos los detalles. El sujetador era de un color negro, bastante sugerente, con unos bordes de encaje rosas. No era muy sofisticado, pero enseñaba lo bastante como para que a la latina se le acelerara el corazón. Siguió bajando la mirada y se encontró con un abdomen terso y plano, que subia y bajaba lentamente al compás de la respiración de la rubia.
Un poco más abajo se encontraba un trozo de tela bastante pequeño, que iba a juego con el sujetador, y que Santana prefirió no imaginarse lo que habría debajo porque su corazón se le saldría del pecho. Siguió la ruta y descubrió unas piernas largas, tonificadas, y perfectas. Las piernas más perfectas que había visto en su vida. Creía que ahora mismo su corazón se estaría oyendo en toda la escuela de lo rápido que latía en esos momentos.
Se sonrojó al darse cuenta de lo que estaba mirando y apartó su vista de la chica de piel blanca, confundida.
-Vaya, parece que ya tengo compañera de cuarto- susurró Quinn mientras deshacía sus maletas rápidamente.
-Sí, eso parece- contestó la latina mientras se secaba el sudor que le había aparecido antes de meterse en el baño para poder mojarse la cara. No sabía por que se había puesto así de acelerada, pero decidió no darle mucha importancia.
Salió del baño un poco más centrada, pero en cuanto volvió a ver a esa rubia volvieron a repetirse las sensaciones y el calor de hace unos minutos. Realmente no entendía nada, pero no quería seguir sintiendo eso, aunque la hacía sentir bien, pero eran sensaciones desconocidas para ella, y tenía miedo. Así que le dio un beso a Quinn en la mejilla y la dijo que tenía que ir a firmar unos papeles.
Una vez fuera, bajó las escaleras rapidamente y se dirigió al otro pabellón. Logró llegar en tiempo récord a su habitación, que se situaba en la planta donde todos los profesores dormían, y se dio una ducha fría para bajarse el calentón. Al salir ya estaba un poco más calmada, asique se tiró en la cama, pero no queria pensar en nada, por lo que rápidamente se durmió.
CAP. 2
Había quedado con la rubia en la recepción del edificio de danza, pero esta todavia no llegaba. Se sentó en uno de los sofás negros y se dedicó a leer una revista. Tras ver su nombre en uno de los artículos decidió cerrarla. Odiaba que todas las revistas hablaran y se inventaran cosas de su vida privada.
Justo en el momento en que cogió su iPhone y se disponía a llamar a la chica que se retrasaba tanto, alguien le tapó los ojos por detrás.
-Te prometo que la próxima vez que me hagas esperar tanto, voy a ir a donde estés y te voy a traer de los pelos para que aprendas la lección. Y no, no me mires con esa cara, que el enfado no me lo quita nadie- dijo la latina intentando sonar convincente, aunque la verdad esque le era imposible enfadarse con Quinn Fabray.
-Se me retrasó el vuelo. ¡No te haces a la idea de las ganas que tenía de verte Santana!- gritó la rubia mientras se abalanzaba a los brazos de la otra, dándole un fuerte abrazo.- Gracias por aceptar lo de las clases, ahora podremos pasar todo el verano juntas, y sin giras ni conciertos ni películas de por medio.
La verdad esque la latina se sentía un poco culpable por eso. Últimamente nunca estaba nada de tiempo con su mejor amiga debido a su carrera y sus continuos conciertos. Por eso había aceptado ir a esa escuela y dar clases especiales de canto, para poder pasar tiempo con Quinn.
Era una escuela bastante elegante y con mucha disciplina, realmente la gente que iba alli era porque tenía dinero, porque no todo el mundo se la podía permitir. Para entrar ahí, tanto en la sección de baile como en la de canto, era neccesario pasar un casting, en el que se seleccionaba a los 20 mejores entre miles de aspirantes, pero también era necesario pagar una gran cantidad de dinero.
Ella fue uno de los miembros del jurado en el casting de canto, con lo cual conocía ya a todos los que a partir de ese lunes iban a ser sus alumnos durante 3 meses. Realmente tenía la misma edad que la mayoría, ya que era bastante joven para ser profesora, 19 años. Pero todos sus premios y su increíble carrera la hacían una de las mejores.
-Yo también a ti Quinnie, ya lo sabes, pero venga, vamos a subir tus maletas a tu habitación. Por cierto, ¿Cuántas maletas llevas? ¡Te has traído aquí tu casa entera!- exclamó al ver todo el equipaje que se había traído su amiga. Ella había llegado unos días antes para preparar las clases y por las reuniones con el resto de profesores, pero se había traído una simple maleta y una mochila. - ¿Has pedido ya la llave, y sabes ya el número de habitación?- preguntó la morena, a lo que la rubia asintió y se dirigieron al ascensor.
Ambas iban contandose anécdotas de todo lo que habian hecho el tiempo que habían estado separadas, riéndose, abrazandose de vez en cuando y dandose golpes tras alguna broma de la otra. Llegaron asi a la habitación de Quinn y, al entrar, la rubia miró a la cama de la izquierda y vio a alguien durmiendo, asique le hizo un gesto a la latina para que se callara y no hiciera ruido.
Entraron las dos despacio y vieron a una rubia en ropa interior, con cara angelical y durmiendo profundamente. La morena sin saber por qué comenzó a mirar a esa chica, sin poder apartar su vista de ella.
Se pasó lo que pudieron haber sido horas observando su cara, que le parecía la cosa más tierna que había visto nunca, y le daba una sensación de protección hacia esa chica.
Se dio cuenta de como fruncía el ceño levemente y se quedó unos segundos sin respirar por miedo a que se hubiera despertado. Pero la rubia seguía dormida profundamente, haciendo muecas de vez en cuando que a Santana le parecieron adorables.
Poco a poco su mirada fue bajando de su rostro a su cuello, que se encontraba un poco camuflado por ese pelo rubio. Siguió con el recorrido, lentamente, pasando su clavícula y sus hombros. Llegó a su sujetador, y su cuerpo comenzó a sudar. Se detuvo ahi unos instantes, quedándose con todos los detalles. El sujetador era de un color negro, bastante sugerente, con unos bordes de encaje rosas. No era muy sofisticado, pero enseñaba lo bastante como para que a la latina se le acelerara el corazón. Siguió bajando la mirada y se encontró con un abdomen terso y plano, que subia y bajaba lentamente al compás de la respiración de la rubia.
Un poco más abajo se encontraba un trozo de tela bastante pequeño, que iba a juego con el sujetador, y que Santana prefirió no imaginarse lo que habría debajo porque su corazón se le saldría del pecho. Siguió la ruta y descubrió unas piernas largas, tonificadas, y perfectas. Las piernas más perfectas que había visto en su vida. Creía que ahora mismo su corazón se estaría oyendo en toda la escuela de lo rápido que latía en esos momentos.
Se sonrojó al darse cuenta de lo que estaba mirando y apartó su vista de la chica de piel blanca, confundida.
-Vaya, parece que ya tengo compañera de cuarto- susurró Quinn mientras deshacía sus maletas rápidamente.
-Sí, eso parece- contestó la latina mientras se secaba el sudor que le había aparecido antes de meterse en el baño para poder mojarse la cara. No sabía por que se había puesto así de acelerada, pero decidió no darle mucha importancia.
Salió del baño un poco más centrada, pero en cuanto volvió a ver a esa rubia volvieron a repetirse las sensaciones y el calor de hace unos minutos. Realmente no entendía nada, pero no quería seguir sintiendo eso, aunque la hacía sentir bien, pero eran sensaciones desconocidas para ella, y tenía miedo. Así que le dio un beso a Quinn en la mejilla y la dijo que tenía que ir a firmar unos papeles.
Una vez fuera, bajó las escaleras rapidamente y se dirigió al otro pabellón. Logró llegar en tiempo récord a su habitación, que se situaba en la planta donde todos los profesores dormían, y se dio una ducha fría para bajarse el calentón. Al salir ya estaba un poco más calmada, asique se tiró en la cama, pero no queria pensar en nada, por lo que rápidamente se durmió.
Naya_Morris*** - Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
CAP. 3
Se despertó con los primeros rayos del sol, y al mirarse se dio cuenta de que todavía seguía en ropa interior. Miró la cama de al lado y la vio un poco deshecha, y al fijarse, también vio unas maletas ya vacías debajo de la cama. Sintió un poco de vergüenza por no saber quién sería su nueva compañera y que la hubiera visto así, asique rápidamente cogió una camiseta ancha que usaba para dormir y se la puso. Justo en ese momento, una rubia con unos increíbles ojos verdes salía del baño.
-No tengas vergüenza, no pasa nada- dijo riendose mientras veía como las mejillas de esa chica iban cogiendo un color rojo intenso- Me llamo Quinn, y me parece que somos compañeras de habitación, ¿no?
-Perdona, esque salí de la ducha y me quedé dormida. Lo siento muchísimo. Me llamo Brittany- contestó esta.
-Ya te he dicho que no pasa nada, solo te vimos mi amiga y yo, y ya que tú y yo seremos compañeras tiene que haber confianza.- dijo con una amplia sonrisa mientras se acercaba a darla dos besos- Encantada de conocerte Brittany.
La rubia de ojos azules se quedó pensando unos segundos en quién sería su amiga, pero rápidamente deshechó ese pensamiento, ¿qué más le daba?
Estaba muy contenta, sólo había conocido a dos personas en lo que llevaba allí, Rachel y Quinn, y las dos chicas habían sido realmente amables con ella.
Eran las 9 de la mañana del sábado, y hasta el lunes no empezaban sus clases, asi que decidió salir a conocer un poco toda esa zona.
-Brittany, ¿quieres que te enseñe todo esto, y así nos vamos conociendo?- se dio la vuelta al escuchar la voz de Quinn y asintió rápidamente con una enorme sonrisa. Esa chica cada vez le caía mejor.
Las dos rubias recorrieron todo el campus de arriba a abajo y, cuando Brittany ya se conocía bastante bien el lugar, decidieron sentarse en una de las mesas de la terraza de la cafetería.
-Bueno, cuentame, ¿eres de las que rompe muchos corazones?- preguntó Quinn con curiosidad.
-No, definitivamente no. Tengo un novio increíble, asique no me gusta eso de ir por ahí provocando ni nada. Tuve una época en la que sí que era así. Era la más popular del instituto y entre mis sábanas pasaban cada noche un chico o una chica distinta.
Quinn se atragantó al escuchar lo último que dijo la rubia
-¿Has dicho chico o CHICA?- preguntó de manera sorprendida.
-Sí..ehh..yo..esto...soy..bicuriosa- contestó mirando atenta la reacción de su amiga y notando como sus mejillas se ponían coloradas otra vez.
Quinn se fijó en que la rubia se había vuelto a sonrojar y se rió por la ternura de la imagen.
-Supongo que con bicuriosa querrás decir bisexual, y que sepas que no pasa nada, me parece estupendo. Además que yo también he tenido mi pasado, y ahora todavía no he encontrado a nadie que merezca pasar mas de dos noches entre mis sábanas.
-Ya llegará alguien que merezca la pena, yo cuando encontré a Jack era totalmente distinta a como soy ahora, y gracias a él he cambiado a mejor. No sé si es el amor de mi vida, tal vez no, pero es el único que hasta ahora me ha apoyado para luchar por mis sueños- dijo Brittany mientras apretaba ligeramente el hombro de Quinn en señal de ánimo y le daba una cálida sonrisa.
En este momento a la rubia de ojos verdes le llegó un mensaje, y rápidamente tecleó y contestó.
-Ahora viene una amiga, te la presento para que vayas conociendo a más gente de por aquí, aunque...supongo que en cuanto la veas la reconocerás- dijo Quinn mientras se reía y se refería a la fama de Santana.
-Puf, me encantaría conocerla, pero me tengo que ir ya, me gustaría hablar un rato con Jack por Skype. Dila que ya la conoceré otro día, ¿vale? Y una vez más, gracias por todo Quinn.- dijo la rubia levantandose de su silla y dejando un beso en la mejilla de su nueva amiga.
Ya estaba llegando a la cafetería donde se encontraba Quinn cuando vio que pasó una rubia corriendo por su lado y sin ni siquiera mirarla. Ella la reconoció perfectamente y se quedó mirándola hasta que entró en el pabellón y desapareció de su vista.
-Vaya, parece que la has reconocido- dijo Quinn riendose- es mi compañera de habitación, y es bastante maja. Hemos estado poniendonos al día de nuestras vidas y eso.
-Ah, ¿sí? Y...¿qué te ha contado?- preguntó la latina intentando que no se le notara la curiosidad que tenía por saber algo más de esa chica. Pero fracasó en el intento, parece mentira que esos ojos verdes la conocieran tan bien.
-Pues...lo más interesante que me ha contado es que tiene novio, y por lo visto les va bastante bien- dijo la rubia aposta para confirmar sus sospechas. Ver la reacción de la morena confirmó lo que ya sabía desde el día anterior al ver la cara de Santana cuando Brittany dormía. Pero obviamente no le dijo nada a la latina, quería que cuando estuviera preparada se lo contara ella misma.
Mientras tanto, por la cabeza de Santana todo daba vueltas. Había sentido una patada en el estómago al oír aquello, pero...¿por qué? ¿Qué mas le daba si esa rubia tenía novio o dejaba de tenerlo? Por Dios, era una mujer, y ni siquiera la conocía de nada, ¿que le estaba pasando?
-Me estoy volviendo loca- pensó interiormente.
Intentó disimular que se encontraba bien durante el resto de la mañana, aunque su cara pálida y sus sonrisas forzadas no eran fáciles de camuflar.
La rubia y la morena comieron noodles con sweet chilly en la habitación de Santana, y después se echaron una siesta. Aunque en esa habitación solo había una cama, la verdad es que era bastante grande, y a ellas no las importaba dormir juntas, eran amigas desde el instituto y no había ningún tipo de secretos ni vergüenzas entre las dos.
Mientras tanto, en el pabellón de danza, en el cuarto piso, otra rubia se encontraba tumbada en su cama, delante del ordenador portátil. Miraba la pantalla con una sonrisa tonta. En ella estaba Jack, que le correspondía la sonrisa desde Lima.
-Te echo de menos rubia. Pero que sepas que tengo una sorpresa para ti, ya verás como te va a encantar. - llevaba sin ver al chico más de dos semanas, ya que el se tuvo que ir de viaje y, el día en que Brittany se fue a Nueva York él todavía estaba de vacaciones.
Jack era hijo del socio del padre de Brittany, pero aún así no era como todos esos chicos ricos y malcriados.
-¿Una sorpresa? No, no, no, dímelo ya por favor. Venga, sabes que odio las sorpresas. Dime- rogó la chica, que se moría de la curiosidad.
-No puedo decírtelo todavía amor, pero te va a encantar. Britt perdón, me tengo que ir, que tengo una fiesta y se me hace tarde. Ya hablamos otro día, ¿Vale? Te quiero. - dijo Jack dando un beso al aire en forma de despedida y apagando su web cam.
Brittany se quedo unos minutos más mirando la pantalla de manera ausente. Para evitar que la nostalgia se apoderara de ella, decidió subir al gimnasio que, gracias a Quinn, sabía que estaba en el ático. Asique apagó su portátil y se puso unas mallas que le llegaban por las rodillas y un top azul clarito. Cogió una botella de agua y una toalla pequeña que se colocó alrededor del cuello.
Pasó lo que quedaba de tarde en el gimnasio, haciendo media hora de cinta de correr, veinte minutos elíptica, y abdominales.
El gimnasio era bastante amplio, con unas cristaleras que dejaban ver toda la ciudad de Nueva York. Correr mientras veias ese paisaje era increíble.
Había algunas personas allí, se fijó en que un chico no paraba de mirarla, e intentó no hacerle mucho caso.
Ya estaba realmente cansada, asique decidió bajar a su habitación y darse una ducha. Estaba llegando a la puerta de su cuarto cuando alguien la dio unos leves golpecitos en la espalda. Se sobresaltó y se giró, pudiendo ver al chico que en el gimnasio no le había quitado el ojo de encima.
-Es un honor presentarme, mi nombre es Chad, y creo que hoy he tenido un golpe de suerte, no todos los días se conoce a una rubia tan espectacular, ¿no? ¿Cómo te llamas princesa? - dijo con una sonrisa seductora y poniendo ojitos a Brittany. La verdad esque ese chico no estaba nada mal, era castaño, con facciones suaves y unos ojos verde claro.
-No creo que sea de tu incumbencia, vete a buscar un poco más, que seguro que hay muchas rubias por ahí que no tienen novio y están deseando que las coquetees.- contestó mientras se daba la vuelta y se dirigía de nuevo hacia su habitación.
-Con que tienes novio eh muñeca...bueno, no soy celoso- guiñó un ojo y siguió intentándolo- y sí, rubias hay muchas, pero ninguna me ha parecido tan interesante como tú, además las que se hacen las difíciles son las que antes caen. Que sepas que soy de esos que consiguen todo lo que se proponen.
Brittany vio como el chico tras decir eso se dirigía al ascensor para salir de alli con una sonrisa triunfal. No había podido evitar sentir un ligero escalofrío.
A la mañana siguiente se lo contaría a Jack. Aunque no hubiera pasado nada y tenía clarísimo que no iba a pasar nada con ese chico, aun asi su relación con su novio era muy sincera, y por ello sabía que era mejor decirselo.
Logró entrar por fin en la habitación y vio que Quinn no estaba todavía alli. Rápidamente se desnudó y se metió en la ducha.
Se despertó con los primeros rayos del sol, y al mirarse se dio cuenta de que todavía seguía en ropa interior. Miró la cama de al lado y la vio un poco deshecha, y al fijarse, también vio unas maletas ya vacías debajo de la cama. Sintió un poco de vergüenza por no saber quién sería su nueva compañera y que la hubiera visto así, asique rápidamente cogió una camiseta ancha que usaba para dormir y se la puso. Justo en ese momento, una rubia con unos increíbles ojos verdes salía del baño.
-No tengas vergüenza, no pasa nada- dijo riendose mientras veía como las mejillas de esa chica iban cogiendo un color rojo intenso- Me llamo Quinn, y me parece que somos compañeras de habitación, ¿no?
-Perdona, esque salí de la ducha y me quedé dormida. Lo siento muchísimo. Me llamo Brittany- contestó esta.
-Ya te he dicho que no pasa nada, solo te vimos mi amiga y yo, y ya que tú y yo seremos compañeras tiene que haber confianza.- dijo con una amplia sonrisa mientras se acercaba a darla dos besos- Encantada de conocerte Brittany.
La rubia de ojos azules se quedó pensando unos segundos en quién sería su amiga, pero rápidamente deshechó ese pensamiento, ¿qué más le daba?
Estaba muy contenta, sólo había conocido a dos personas en lo que llevaba allí, Rachel y Quinn, y las dos chicas habían sido realmente amables con ella.
Eran las 9 de la mañana del sábado, y hasta el lunes no empezaban sus clases, asi que decidió salir a conocer un poco toda esa zona.
-Brittany, ¿quieres que te enseñe todo esto, y así nos vamos conociendo?- se dio la vuelta al escuchar la voz de Quinn y asintió rápidamente con una enorme sonrisa. Esa chica cada vez le caía mejor.
Las dos rubias recorrieron todo el campus de arriba a abajo y, cuando Brittany ya se conocía bastante bien el lugar, decidieron sentarse en una de las mesas de la terraza de la cafetería.
-Bueno, cuentame, ¿eres de las que rompe muchos corazones?- preguntó Quinn con curiosidad.
-No, definitivamente no. Tengo un novio increíble, asique no me gusta eso de ir por ahí provocando ni nada. Tuve una época en la que sí que era así. Era la más popular del instituto y entre mis sábanas pasaban cada noche un chico o una chica distinta.
Quinn se atragantó al escuchar lo último que dijo la rubia
-¿Has dicho chico o CHICA?- preguntó de manera sorprendida.
-Sí..ehh..yo..esto...soy..bicuriosa- contestó mirando atenta la reacción de su amiga y notando como sus mejillas se ponían coloradas otra vez.
Quinn se fijó en que la rubia se había vuelto a sonrojar y se rió por la ternura de la imagen.
-Supongo que con bicuriosa querrás decir bisexual, y que sepas que no pasa nada, me parece estupendo. Además que yo también he tenido mi pasado, y ahora todavía no he encontrado a nadie que merezca pasar mas de dos noches entre mis sábanas.
-Ya llegará alguien que merezca la pena, yo cuando encontré a Jack era totalmente distinta a como soy ahora, y gracias a él he cambiado a mejor. No sé si es el amor de mi vida, tal vez no, pero es el único que hasta ahora me ha apoyado para luchar por mis sueños- dijo Brittany mientras apretaba ligeramente el hombro de Quinn en señal de ánimo y le daba una cálida sonrisa.
En este momento a la rubia de ojos verdes le llegó un mensaje, y rápidamente tecleó y contestó.
-Ahora viene una amiga, te la presento para que vayas conociendo a más gente de por aquí, aunque...supongo que en cuanto la veas la reconocerás- dijo Quinn mientras se reía y se refería a la fama de Santana.
-Puf, me encantaría conocerla, pero me tengo que ir ya, me gustaría hablar un rato con Jack por Skype. Dila que ya la conoceré otro día, ¿vale? Y una vez más, gracias por todo Quinn.- dijo la rubia levantandose de su silla y dejando un beso en la mejilla de su nueva amiga.
Ya estaba llegando a la cafetería donde se encontraba Quinn cuando vio que pasó una rubia corriendo por su lado y sin ni siquiera mirarla. Ella la reconoció perfectamente y se quedó mirándola hasta que entró en el pabellón y desapareció de su vista.
-Vaya, parece que la has reconocido- dijo Quinn riendose- es mi compañera de habitación, y es bastante maja. Hemos estado poniendonos al día de nuestras vidas y eso.
-Ah, ¿sí? Y...¿qué te ha contado?- preguntó la latina intentando que no se le notara la curiosidad que tenía por saber algo más de esa chica. Pero fracasó en el intento, parece mentira que esos ojos verdes la conocieran tan bien.
-Pues...lo más interesante que me ha contado es que tiene novio, y por lo visto les va bastante bien- dijo la rubia aposta para confirmar sus sospechas. Ver la reacción de la morena confirmó lo que ya sabía desde el día anterior al ver la cara de Santana cuando Brittany dormía. Pero obviamente no le dijo nada a la latina, quería que cuando estuviera preparada se lo contara ella misma.
Mientras tanto, por la cabeza de Santana todo daba vueltas. Había sentido una patada en el estómago al oír aquello, pero...¿por qué? ¿Qué mas le daba si esa rubia tenía novio o dejaba de tenerlo? Por Dios, era una mujer, y ni siquiera la conocía de nada, ¿que le estaba pasando?
-Me estoy volviendo loca- pensó interiormente.
Intentó disimular que se encontraba bien durante el resto de la mañana, aunque su cara pálida y sus sonrisas forzadas no eran fáciles de camuflar.
La rubia y la morena comieron noodles con sweet chilly en la habitación de Santana, y después se echaron una siesta. Aunque en esa habitación solo había una cama, la verdad es que era bastante grande, y a ellas no las importaba dormir juntas, eran amigas desde el instituto y no había ningún tipo de secretos ni vergüenzas entre las dos.
Mientras tanto, en el pabellón de danza, en el cuarto piso, otra rubia se encontraba tumbada en su cama, delante del ordenador portátil. Miraba la pantalla con una sonrisa tonta. En ella estaba Jack, que le correspondía la sonrisa desde Lima.
-Te echo de menos rubia. Pero que sepas que tengo una sorpresa para ti, ya verás como te va a encantar. - llevaba sin ver al chico más de dos semanas, ya que el se tuvo que ir de viaje y, el día en que Brittany se fue a Nueva York él todavía estaba de vacaciones.
Jack era hijo del socio del padre de Brittany, pero aún así no era como todos esos chicos ricos y malcriados.
-¿Una sorpresa? No, no, no, dímelo ya por favor. Venga, sabes que odio las sorpresas. Dime- rogó la chica, que se moría de la curiosidad.
-No puedo decírtelo todavía amor, pero te va a encantar. Britt perdón, me tengo que ir, que tengo una fiesta y se me hace tarde. Ya hablamos otro día, ¿Vale? Te quiero. - dijo Jack dando un beso al aire en forma de despedida y apagando su web cam.
Brittany se quedo unos minutos más mirando la pantalla de manera ausente. Para evitar que la nostalgia se apoderara de ella, decidió subir al gimnasio que, gracias a Quinn, sabía que estaba en el ático. Asique apagó su portátil y se puso unas mallas que le llegaban por las rodillas y un top azul clarito. Cogió una botella de agua y una toalla pequeña que se colocó alrededor del cuello.
Pasó lo que quedaba de tarde en el gimnasio, haciendo media hora de cinta de correr, veinte minutos elíptica, y abdominales.
El gimnasio era bastante amplio, con unas cristaleras que dejaban ver toda la ciudad de Nueva York. Correr mientras veias ese paisaje era increíble.
Había algunas personas allí, se fijó en que un chico no paraba de mirarla, e intentó no hacerle mucho caso.
Ya estaba realmente cansada, asique decidió bajar a su habitación y darse una ducha. Estaba llegando a la puerta de su cuarto cuando alguien la dio unos leves golpecitos en la espalda. Se sobresaltó y se giró, pudiendo ver al chico que en el gimnasio no le había quitado el ojo de encima.
-Es un honor presentarme, mi nombre es Chad, y creo que hoy he tenido un golpe de suerte, no todos los días se conoce a una rubia tan espectacular, ¿no? ¿Cómo te llamas princesa? - dijo con una sonrisa seductora y poniendo ojitos a Brittany. La verdad esque ese chico no estaba nada mal, era castaño, con facciones suaves y unos ojos verde claro.
-No creo que sea de tu incumbencia, vete a buscar un poco más, que seguro que hay muchas rubias por ahí que no tienen novio y están deseando que las coquetees.- contestó mientras se daba la vuelta y se dirigía de nuevo hacia su habitación.
-Con que tienes novio eh muñeca...bueno, no soy celoso- guiñó un ojo y siguió intentándolo- y sí, rubias hay muchas, pero ninguna me ha parecido tan interesante como tú, además las que se hacen las difíciles son las que antes caen. Que sepas que soy de esos que consiguen todo lo que se proponen.
Brittany vio como el chico tras decir eso se dirigía al ascensor para salir de alli con una sonrisa triunfal. No había podido evitar sentir un ligero escalofrío.
A la mañana siguiente se lo contaría a Jack. Aunque no hubiera pasado nada y tenía clarísimo que no iba a pasar nada con ese chico, aun asi su relación con su novio era muy sincera, y por ello sabía que era mejor decirselo.
Logró entrar por fin en la habitación y vio que Quinn no estaba todavía alli. Rápidamente se desnudó y se metió en la ducha.
Naya_Morris*** - Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
CAP. 4
Salió de la ducha y se secó con la toalla. Se peinó y con otra toalla se secó las puntas del pelo, aunque estas seguían goteando. Se puso la ropa interior que habia dejado en el baño y se dio cuenta de que se le había olvidado el resto de la ropa. Abrió la puerta con cuidado y se alegró de que no estuviera Quinn en la habitación, ya que todavía no tenía la confianza suficiente con ella.
Mientras, por el pasillo de esa misma planta, iban una rubia y una morena.
-Vamos San, date un poco de prisa que se me va a acabar la batería del iPhone y tengo que llegar a la habitación a coger el cargador - dijo Quinn tirando del brazo de la latina.
-Madre mía, mira que estas viciada al móvil que no puedes estar ni dos minutos sin batería - resopló la morena.
Brittany se dirigía al armario donde ya había colocado antes toda su ropa, y se encontraba a punto de sacar una camiseta cuando la puerta se abrió.
Entraron Quinn y una morena de la cual le sonaba su cara muchísimo, pero no sabía de qué. En el momento en que la vio, algo en su interior dejó de funcionar. Se quedó sin respiración, sin capacidad de articular palabra. De pronto se dio cuenta de a quién le recordaba esa cara.
-Vaya, al final voy a tener que pensar que te nos estás insinuando- rió Quinn, haciendo como si no se hubiera dado cuenta de la mirada que Brittany le echaba a su amiga.
-Yo...e-estaba...a-acabo de sa-salir de la d-ducha y...- intentó la rubia, pero era imposible, no podía apartar la vista de esa chica, y notaba como ella también la miraba. Sus ojos se habían conectado y no había manera de separarlos. Poco a poco notaba como los colores empezaban a subir a su cara, dejando esa sonrojez que tanto odiaba.
Sin embargo, Santana no pensaba eso. Vio a Brittany en ropa interior otra vez pero esta vez tenía el pelo mojado, y de él caían gotitas de agua poco a poco que se iban deslizando por su piel, dejando en esa piel de color nivea un surco mojado. Sintió como su corazón volvió a dar un vuelco, como si ese cuerpo no fuera normal. Volvió a recorrer con la mirada cada centímetro del cuerpo de la rubia, que esta vez estaba con las ligeras gotas que le daban un toque más sexy, y que hicieron que la latina comenzara a tener calor de nuevo. Brittany se dio cuenta del recorrido de la mirada de la morena y algo en su interior dio saltos de alegría al ver su reacción, pero no pudo evitar sonrojarse aún más. Santana, que se dio cuenta de que la habían pillado, apartó rápidamente la mirada de ese cuerpo del delito y la dirigió a la cara de la rubia. La vió el color rojo en sus mejillas de nuevo y sintió una ternura enorme, le encantaba.
Estuvieron varios minutos así, sin poder apartar la mirada una de la otra, sin darse cuenta de que Quinn había huido hacia el baño en un intento de dejarlas solas. Por fin, la rubia pareció recuperarse poco a poco y logró romper el silencio.
-No sé si te lo dirán a menudo, pero te pareces muchísimo a Santana López, ya sabes, la cantante esta que está tan de moda. Yo realmente no he escuchado ninguna canción suya, pero a mi hermana, bufff la encanta. Si te soy sincera, creo que todas esas super estrellas son todas iguales, creídas y prepotentes, asíque no pierdo el tiempo siendo una fan loca de esas. - dijo Brittany de un tirón mientras se ponía la camiseta, por lo que no pudo observar la reacción de Santana. Esas palabras fueron como espadas para la latina, que decidió negarlo todo.
-Sí, alguna vez me lo han dicho, pero nada que ver, solo nos parecemos un poquito- contestó intentando sonar indiferente.
-Bueno, supongo que es hora de las presentaciones, me llamo Brittany, y tú debes de ser la famosa amiga de Quinn, no? - preguntó con una sonrisa encantadora y ofreciendole una de sus manos.
-Sí, emhs...esto..yo soy...Sandra. - contestó mientras le estrechaba la mano.
Ambas sintieron una energía corriendo en su interior con ese toque. Como si les hubiera dado un calambre, pero ninguna pudo soltar su mano. Se volvieron a mirar a los ojos, y justo en ese momento, llegó Quinn, que se estaba aburriendo en el baño demasiado.
-Bueeeeeno, veo que ya os conocéis, me alegro - dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Ya sabía cual iba a ser su propósito durante esos tres meses. - San, ya he cogido el cargador, te espero en recepción, ¿vale?
Salió rapidamente de la habitación y dejó a las dos muchachas solas otra vez, confundidas y tímidas.
Santana agradeció profundamente que Quinn la hubiera llamado con el diminutivo 'San', porque si no su amistad con Brittany habría sido la más corta de la historia como se hubiera enterado de que realmente sí que era Santana López.
Poco a poco, fue saliendo tema de conversación, ninguna hablaba de su vida en profundidad, simplemente de cosas superficiales, pero realmente les agradaba el estar juntas. Sin darse cuenta se habían ido acercando cada vez más, y ahora se encontraban ambas de pie y a muy poca distancia. Santana se dio cuenta de eso y rápidamente se le aceleró el pulso. ¿Que estaba haciendo?
-Me tengo que ir, o si no Quinn me matará, ya lleva mucho esperando abajo -dijo Santana al mirar el reloj. La verdad es que hacer esperar a Quinn no era una de sus mayores preocupaciones, simplemente no quería agobiar demasiado a Brittany.
-Ah, vale...supongo que ya nos veremos Sandra - dijo la rubia algo decepcionada, y acercandose a dar un beso en la mejilla de la chica.
Pero Santana al notar su aliento cerca, se puso en tensión. Ese gesto hizo que algo en su cabeza se activara. ¿Otra vez su estúpido corazón latiendo como un loco? No podía permitirse sentir esas cosas, y menos hacia alguien que le acababa de llamar prepotente y creída sin conocerla. Asique se alejó de la rubia y tras hacerle un saludo con la mano salió de la habitación.
Llegó a la recepción y se encontró a Quinn hablando con un chico bastante apuesto. Bueno, realmente no estaban hablando, estaban coqueteando. Sus caras se encontraban a cinco centímetros y ambos sonreían de manera seductora. Carraspeó un poco para lograr llamar la atención de esos dos, y el chico puso cara de fastidio cuando Quinn se alejó de él y se acercó a Santana. La latina le respondió con una mirada que hubiera matado a cualquiera y, el chico, acobardado se fue sin más.
-Bueno San, ¿Qué tal ha ido? - preguntó mientras se alejaban de alli hacia el comedor, impaciente por saber todo.
-¿Cómo que qué tal ha ido? Quinn Fabray, no estarás pensando lo que yo creo, ¿no? Porque te habrías vuelto loca definitivamente. ¿Quieres saber lo que ha pasado? Se piensa que soy una creída y una prepotente, y ni siquiera me conoce. Sabes lo que significa eso? Que juzga a las personas sin saber nada de ellas, y sabes que yo ODIO eso. Además, nunca podría pasar nada entre ella y yo, te recuerdo que es una mujer, UNA MUJER! y que además tiene novio, y según tú les va muy bien - dijo la latina de manera brusca, enfadada por las intenciones de su amiga.
-Bueno, bueno, perdón, no me mates por favor. Tampoco ha sido para tanto. Y lo de que sea una mujer...¿qué pasa? Es una persona igual que cualquier otra, el corazón no entiende de sexos San. Pero lo del novio....eso si es un problema. Pero bueno, el tiempo dirá -dijo intentando calmar los ánimos de su amiga. - pero, escucha, ¿Cómo es eso de que te ha llamado creída y prepotente? ¿Qué le has hecho Santanita?
-¿Que qué le he hecho yo? Si yo simplemente intenté ser amable, y de repente ella me soltó todo ese rollo de que todas las famosas son unas creídas, y todo eso. Menos mal que no le llegué a decir quien era, porque no quiero que sepa nada más de mí. Si le parezco una prepotente pues tendré que empezar a serlo - dijo con el semblante totalmente serio antes de marcharse a toda prisa de ahí.
Quinn sabía que, aunque su amiga tratara de hacer como si no le hubiera importado nada de esa conversación, realmente le había dolido. Desde que llegó a la fama, la latina odiaba que la gente opinara de su vida sin saber nada, odiaba que todos se creyeran que no le había costado nada llegar hasta alli, como si se lo hubiesen regalado todo. Y, por eso sabía que las palabras de esa rubia la habían llegado hondo, pero decidió que debía dejarla pensar sola un rato.
Mientras tanto, otra rubia pero con ojos azules se había quedado sola en esa habitación. Todavía no entendía todo lo que había sentido al ver a esa chica, y realmente no sabía por qué se había acercado a darle un beso en la mejilla, simplemente ni lo había pensado, le había salido solo, era como que necesitaba acercarse más a ella. Entonces recordó como la morena se había alejado y se sintió bastante enfadada. No entendía por qué había rechazado ese beso, ella simplemente intentaba ser educada y sin embargo esa tal Sandra la había rechazado. ¿Cómo que la había rechazado? ¿Qué estás diciendo Brittany? No había sido para tanto, ¿no? ¿Entonces por qué no podía parar de pensar en ese momento?
Pensó conectarse al Skype para hablar un rato con Jack, pero deshechó la idea inmediatamente. No sabía por qué, pero no le apetecía hablar con su novio esa noche.
Notó que su estómago empezaba a rugir un poco, asique se fue al comedor a cenar.
Cogió una bandeja y se echó un poco de ensalada, un plátano y un yogurth. Se sentó en una mesa que estaba vacía y comenzó a comer. De repente notó como otra bandeja se situaba a su lado y subió la cabeza para ver a quien pertenecía. Mostrando una ligera sonrisa al reconocerla.
Salió de la ducha y se secó con la toalla. Se peinó y con otra toalla se secó las puntas del pelo, aunque estas seguían goteando. Se puso la ropa interior que habia dejado en el baño y se dio cuenta de que se le había olvidado el resto de la ropa. Abrió la puerta con cuidado y se alegró de que no estuviera Quinn en la habitación, ya que todavía no tenía la confianza suficiente con ella.
Mientras, por el pasillo de esa misma planta, iban una rubia y una morena.
-Vamos San, date un poco de prisa que se me va a acabar la batería del iPhone y tengo que llegar a la habitación a coger el cargador - dijo Quinn tirando del brazo de la latina.
-Madre mía, mira que estas viciada al móvil que no puedes estar ni dos minutos sin batería - resopló la morena.
Brittany se dirigía al armario donde ya había colocado antes toda su ropa, y se encontraba a punto de sacar una camiseta cuando la puerta se abrió.
Entraron Quinn y una morena de la cual le sonaba su cara muchísimo, pero no sabía de qué. En el momento en que la vio, algo en su interior dejó de funcionar. Se quedó sin respiración, sin capacidad de articular palabra. De pronto se dio cuenta de a quién le recordaba esa cara.
-Vaya, al final voy a tener que pensar que te nos estás insinuando- rió Quinn, haciendo como si no se hubiera dado cuenta de la mirada que Brittany le echaba a su amiga.
-Yo...e-estaba...a-acabo de sa-salir de la d-ducha y...- intentó la rubia, pero era imposible, no podía apartar la vista de esa chica, y notaba como ella también la miraba. Sus ojos se habían conectado y no había manera de separarlos. Poco a poco notaba como los colores empezaban a subir a su cara, dejando esa sonrojez que tanto odiaba.
Sin embargo, Santana no pensaba eso. Vio a Brittany en ropa interior otra vez pero esta vez tenía el pelo mojado, y de él caían gotitas de agua poco a poco que se iban deslizando por su piel, dejando en esa piel de color nivea un surco mojado. Sintió como su corazón volvió a dar un vuelco, como si ese cuerpo no fuera normal. Volvió a recorrer con la mirada cada centímetro del cuerpo de la rubia, que esta vez estaba con las ligeras gotas que le daban un toque más sexy, y que hicieron que la latina comenzara a tener calor de nuevo. Brittany se dio cuenta del recorrido de la mirada de la morena y algo en su interior dio saltos de alegría al ver su reacción, pero no pudo evitar sonrojarse aún más. Santana, que se dio cuenta de que la habían pillado, apartó rápidamente la mirada de ese cuerpo del delito y la dirigió a la cara de la rubia. La vió el color rojo en sus mejillas de nuevo y sintió una ternura enorme, le encantaba.
Estuvieron varios minutos así, sin poder apartar la mirada una de la otra, sin darse cuenta de que Quinn había huido hacia el baño en un intento de dejarlas solas. Por fin, la rubia pareció recuperarse poco a poco y logró romper el silencio.
-No sé si te lo dirán a menudo, pero te pareces muchísimo a Santana López, ya sabes, la cantante esta que está tan de moda. Yo realmente no he escuchado ninguna canción suya, pero a mi hermana, bufff la encanta. Si te soy sincera, creo que todas esas super estrellas son todas iguales, creídas y prepotentes, asíque no pierdo el tiempo siendo una fan loca de esas. - dijo Brittany de un tirón mientras se ponía la camiseta, por lo que no pudo observar la reacción de Santana. Esas palabras fueron como espadas para la latina, que decidió negarlo todo.
-Sí, alguna vez me lo han dicho, pero nada que ver, solo nos parecemos un poquito- contestó intentando sonar indiferente.
-Bueno, supongo que es hora de las presentaciones, me llamo Brittany, y tú debes de ser la famosa amiga de Quinn, no? - preguntó con una sonrisa encantadora y ofreciendole una de sus manos.
-Sí, emhs...esto..yo soy...Sandra. - contestó mientras le estrechaba la mano.
Ambas sintieron una energía corriendo en su interior con ese toque. Como si les hubiera dado un calambre, pero ninguna pudo soltar su mano. Se volvieron a mirar a los ojos, y justo en ese momento, llegó Quinn, que se estaba aburriendo en el baño demasiado.
-Bueeeeeno, veo que ya os conocéis, me alegro - dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Ya sabía cual iba a ser su propósito durante esos tres meses. - San, ya he cogido el cargador, te espero en recepción, ¿vale?
Salió rapidamente de la habitación y dejó a las dos muchachas solas otra vez, confundidas y tímidas.
Santana agradeció profundamente que Quinn la hubiera llamado con el diminutivo 'San', porque si no su amistad con Brittany habría sido la más corta de la historia como se hubiera enterado de que realmente sí que era Santana López.
Poco a poco, fue saliendo tema de conversación, ninguna hablaba de su vida en profundidad, simplemente de cosas superficiales, pero realmente les agradaba el estar juntas. Sin darse cuenta se habían ido acercando cada vez más, y ahora se encontraban ambas de pie y a muy poca distancia. Santana se dio cuenta de eso y rápidamente se le aceleró el pulso. ¿Que estaba haciendo?
-Me tengo que ir, o si no Quinn me matará, ya lleva mucho esperando abajo -dijo Santana al mirar el reloj. La verdad es que hacer esperar a Quinn no era una de sus mayores preocupaciones, simplemente no quería agobiar demasiado a Brittany.
-Ah, vale...supongo que ya nos veremos Sandra - dijo la rubia algo decepcionada, y acercandose a dar un beso en la mejilla de la chica.
Pero Santana al notar su aliento cerca, se puso en tensión. Ese gesto hizo que algo en su cabeza se activara. ¿Otra vez su estúpido corazón latiendo como un loco? No podía permitirse sentir esas cosas, y menos hacia alguien que le acababa de llamar prepotente y creída sin conocerla. Asique se alejó de la rubia y tras hacerle un saludo con la mano salió de la habitación.
Llegó a la recepción y se encontró a Quinn hablando con un chico bastante apuesto. Bueno, realmente no estaban hablando, estaban coqueteando. Sus caras se encontraban a cinco centímetros y ambos sonreían de manera seductora. Carraspeó un poco para lograr llamar la atención de esos dos, y el chico puso cara de fastidio cuando Quinn se alejó de él y se acercó a Santana. La latina le respondió con una mirada que hubiera matado a cualquiera y, el chico, acobardado se fue sin más.
-Bueno San, ¿Qué tal ha ido? - preguntó mientras se alejaban de alli hacia el comedor, impaciente por saber todo.
-¿Cómo que qué tal ha ido? Quinn Fabray, no estarás pensando lo que yo creo, ¿no? Porque te habrías vuelto loca definitivamente. ¿Quieres saber lo que ha pasado? Se piensa que soy una creída y una prepotente, y ni siquiera me conoce. Sabes lo que significa eso? Que juzga a las personas sin saber nada de ellas, y sabes que yo ODIO eso. Además, nunca podría pasar nada entre ella y yo, te recuerdo que es una mujer, UNA MUJER! y que además tiene novio, y según tú les va muy bien - dijo la latina de manera brusca, enfadada por las intenciones de su amiga.
-Bueno, bueno, perdón, no me mates por favor. Tampoco ha sido para tanto. Y lo de que sea una mujer...¿qué pasa? Es una persona igual que cualquier otra, el corazón no entiende de sexos San. Pero lo del novio....eso si es un problema. Pero bueno, el tiempo dirá -dijo intentando calmar los ánimos de su amiga. - pero, escucha, ¿Cómo es eso de que te ha llamado creída y prepotente? ¿Qué le has hecho Santanita?
-¿Que qué le he hecho yo? Si yo simplemente intenté ser amable, y de repente ella me soltó todo ese rollo de que todas las famosas son unas creídas, y todo eso. Menos mal que no le llegué a decir quien era, porque no quiero que sepa nada más de mí. Si le parezco una prepotente pues tendré que empezar a serlo - dijo con el semblante totalmente serio antes de marcharse a toda prisa de ahí.
Quinn sabía que, aunque su amiga tratara de hacer como si no le hubiera importado nada de esa conversación, realmente le había dolido. Desde que llegó a la fama, la latina odiaba que la gente opinara de su vida sin saber nada, odiaba que todos se creyeran que no le había costado nada llegar hasta alli, como si se lo hubiesen regalado todo. Y, por eso sabía que las palabras de esa rubia la habían llegado hondo, pero decidió que debía dejarla pensar sola un rato.
Mientras tanto, otra rubia pero con ojos azules se había quedado sola en esa habitación. Todavía no entendía todo lo que había sentido al ver a esa chica, y realmente no sabía por qué se había acercado a darle un beso en la mejilla, simplemente ni lo había pensado, le había salido solo, era como que necesitaba acercarse más a ella. Entonces recordó como la morena se había alejado y se sintió bastante enfadada. No entendía por qué había rechazado ese beso, ella simplemente intentaba ser educada y sin embargo esa tal Sandra la había rechazado. ¿Cómo que la había rechazado? ¿Qué estás diciendo Brittany? No había sido para tanto, ¿no? ¿Entonces por qué no podía parar de pensar en ese momento?
Pensó conectarse al Skype para hablar un rato con Jack, pero deshechó la idea inmediatamente. No sabía por qué, pero no le apetecía hablar con su novio esa noche.
Notó que su estómago empezaba a rugir un poco, asique se fue al comedor a cenar.
Cogió una bandeja y se echó un poco de ensalada, un plátano y un yogurth. Se sentó en una mesa que estaba vacía y comenzó a comer. De repente notó como otra bandeja se situaba a su lado y subió la cabeza para ver a quien pertenecía. Mostrando una ligera sonrisa al reconocerla.
Naya_Morris*** - Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
epa.------no soy nueva lectora...simplemente nueva comentando ya que no lo hago tan seguido aqui ya tienes una fiel lectora...espero el proximo capitulo...y nada pero Chad...buee....puaj!!! jajajjaja
atercio********- - Mensajes : 650
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Edad : 32
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Muchas gracias, y a las que leen y no comentan también :)
En un rato subiré el capítulo 5, espero que os guste, aunque lo interesante ya empieza en un par de capítulos.
Gracias de nuevo, un besito a todas!
En un rato subiré el capítulo 5, espero que os guste, aunque lo interesante ya empieza en un par de capítulos.
Gracias de nuevo, un besito a todas!
Naya_Morris*** - Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Áquí una nueva lectora! Estaré bien pendiente de este fic que pinta bastante bien. La escena de Santana mirando a Britt en ropa interior mientras dormia ha sido bastante divertida, he podido imaginarme la cara de Santana y ha sido genial jajaja.
Besotes!
Besotes!
Invitado- Invitado
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Hoolaa ! Mee encantooo tu fiiiiiccccccc, Porr favoorr seguiloooo !!! Sosss muyy buenoo /aa Escribiendo, Avisamee cuando actualiceees, Tu fiel lectora ♥
Meluu,Teenemi* - Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 26/08/2012
Edad : 27
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Gracias por los comentarios, la verdad esque no sabía si continuar el Fic, pero al final decidí seguirlo porque la verdad es que me lo paso genial escribiéndolo, ya tengo escritos varios capítulos más. Aqui os dejo uno nuevo, disfrutadlo :)
CAP. 5
-Holaaaaa! Ya te dije que nos veríamos a menudo, entre otras cosas porque en el comedor se reúnen todos los alumnos casi siempre. Espero que no te moleste que me siente contigo. ¿Qué tal el primer día aquí? ¿Te has adaptado bien? ¿Sabes ya quién es tu compañera de habitación? A mi todavía no me han asignado ninguna, a saber a quién me ponen- dijo Rachel provocando en Brittany una sonrisa. Realmente esa muchacha hablaba demasiado rápido, y eso era algo que le resultaba tremendamente gracioso.
Se disponía a contestar a todas las preguntas cuando se fijó en que dos mesas para más lejos se encontraba Quinn hablando demasiado cerca con un chico. La rubia al verla se acercó a ella.
-¿Sabes algo de San? No sé donde se ha metido, ha salido corriendo antes y no la he visto todavía.- preguntó un poco preocupada. Realmente se arrepentía de su decisión de haber dejado sola a la latina, ya que llevaba varias horas fuera y no la encontraba por ningún lado. Su teléfono estaba apagado y tampoco estaba en su habitación.
-No tengo ni idea de donde puede estar Quinn, lo siento. Por cierto, no os conoceis, ¿no? Esta es Rachel- dijo señalando a la castaña. - y esta es Quinn.
Ambas se dieron dos besos y sonrieron. La rubia de ojos verdes se despidió de las dos chicas y se fue a sentar con el chico de antes. Brittany se dio cuenta de que la castaña fruncía un poco el ceño al observar esa escena, pero hizo como si nada.
Mientras, en otro lugar de Nueva York, una morena se encontraba besando con desesperación los labios de otro chico. Parecía como si su cabeza estuviera en un lado y su cuerpo en otro. Intentaba besarle sin pensar en esos ojos azules, pero no lo conseguía, y eso solo hacía que la desesperación se notara más. Se encontraban en el piso de Noah, un amigo con derecho a roce de la latina.
Estaban tirados en la alfombra, ya que en cuanto el chico abrió la puerta Santana de abalanzó a sus labios sin darle tiempo a decir nada. Tampoco les había dado tiempo de llegar a la habitación, asique ahí seguían. La morena seguía besandolo sin detener el beso, intensificandolo, y empezó a sacarle la camiseta al chico. Noah, no se quedó atrás, y dejó a la latina en sujetador. Pero entonces se dio cuenta de que algo salado rozaba sus labios. Intentó apartarse, pero Santana se negó, uniendo sus manos en la nuca para acercarlo más aún.
El beso era desenfrenado, cada vez más fuerte, asique Noah tuvo que coger a Santana por las muñecas y, tras un breve forcejeo, logró parar el beso y colocar la cara de la morena en frente de la suya. Limpió rápidamente las lágrimas que bajaban por las mejillas de la chica con sus pulgares y apoyó su frente en la de ella, mirándola a los ojos con preocupación.
-No quieres hacer esto, asique no hagas que luego te tengas que arrepentir. ¿Qué ha pasado San? - dijo animando a la latina a contarle.
-Nada, no pasa nada. Realmente no sé que hago aquí. Lo siento Puck.- dijo aún con lágrimas en los ojos, mientras se levanataba y se ponía su camiseta.
-Ey, tranquila, ¿vale? Sabes que me tienes aquí para lo que quieras. No hace falta que me des explicaciones ahora si no quieres. Pero en cuanto quieras hablar ya sabes donde encontrarme pequeña- dijo Noah tiernamente mientras se levantaba y se colocaba en frente suyo, dejándole un beso en la frente.
Santana le abrazó con fuerza, como si aquel abrazo pudiera hacer desaparecer todo lo que había en su cabeza, todo ese jaleo que había ahí montado.
Se despidió de su amigo y, salió de alli. Conducía a toda velocidad por las carreteras de Nueva York. No iba a ningún sitio en especial, pero le encantaba ir en su moto y notar como el aire chocaba contra ella, la relajaba.
Decidió irse a una Starbucks cercano y se pidió un frapuccino de chocolate. Después de firmar unos cuantos autógrafos y hacerse unas cuantas fotos con algunos fans, se sentó en una mesa que daba a una ventana bastante grande y empezó a pensar. Pensó en todas las sensaciones que le había hecho sentir esa rubia simplemente al mirarla a los ojos, recordó cuando se acercó para darle un beso en la mejilla, que había sentido que el corazón se le salía por la boca. No pudo evitar tampoco el acordarse de ese cuerpo perfecto. Realmente no había sentido nada de eso por ningún otro chico antes. Esa tarde cuando fue a casa de Noah, terminó de confirmar sus sospechas. Estaba empezando a sentir demasiadas cosas por Brittany, pero ella ni siquiera sabía el verdadero nombre de la latina. Además que todavía seguía en su recuerdo las palabras de esa chica: 'creídas y prepotentes'. No sabía qué debía hacer, no tenía nada claro.
CAP. 5
-Holaaaaa! Ya te dije que nos veríamos a menudo, entre otras cosas porque en el comedor se reúnen todos los alumnos casi siempre. Espero que no te moleste que me siente contigo. ¿Qué tal el primer día aquí? ¿Te has adaptado bien? ¿Sabes ya quién es tu compañera de habitación? A mi todavía no me han asignado ninguna, a saber a quién me ponen- dijo Rachel provocando en Brittany una sonrisa. Realmente esa muchacha hablaba demasiado rápido, y eso era algo que le resultaba tremendamente gracioso.
Se disponía a contestar a todas las preguntas cuando se fijó en que dos mesas para más lejos se encontraba Quinn hablando demasiado cerca con un chico. La rubia al verla se acercó a ella.
-¿Sabes algo de San? No sé donde se ha metido, ha salido corriendo antes y no la he visto todavía.- preguntó un poco preocupada. Realmente se arrepentía de su decisión de haber dejado sola a la latina, ya que llevaba varias horas fuera y no la encontraba por ningún lado. Su teléfono estaba apagado y tampoco estaba en su habitación.
-No tengo ni idea de donde puede estar Quinn, lo siento. Por cierto, no os conoceis, ¿no? Esta es Rachel- dijo señalando a la castaña. - y esta es Quinn.
Ambas se dieron dos besos y sonrieron. La rubia de ojos verdes se despidió de las dos chicas y se fue a sentar con el chico de antes. Brittany se dio cuenta de que la castaña fruncía un poco el ceño al observar esa escena, pero hizo como si nada.
Mientras, en otro lugar de Nueva York, una morena se encontraba besando con desesperación los labios de otro chico. Parecía como si su cabeza estuviera en un lado y su cuerpo en otro. Intentaba besarle sin pensar en esos ojos azules, pero no lo conseguía, y eso solo hacía que la desesperación se notara más. Se encontraban en el piso de Noah, un amigo con derecho a roce de la latina.
Estaban tirados en la alfombra, ya que en cuanto el chico abrió la puerta Santana de abalanzó a sus labios sin darle tiempo a decir nada. Tampoco les había dado tiempo de llegar a la habitación, asique ahí seguían. La morena seguía besandolo sin detener el beso, intensificandolo, y empezó a sacarle la camiseta al chico. Noah, no se quedó atrás, y dejó a la latina en sujetador. Pero entonces se dio cuenta de que algo salado rozaba sus labios. Intentó apartarse, pero Santana se negó, uniendo sus manos en la nuca para acercarlo más aún.
El beso era desenfrenado, cada vez más fuerte, asique Noah tuvo que coger a Santana por las muñecas y, tras un breve forcejeo, logró parar el beso y colocar la cara de la morena en frente de la suya. Limpió rápidamente las lágrimas que bajaban por las mejillas de la chica con sus pulgares y apoyó su frente en la de ella, mirándola a los ojos con preocupación.
-No quieres hacer esto, asique no hagas que luego te tengas que arrepentir. ¿Qué ha pasado San? - dijo animando a la latina a contarle.
-Nada, no pasa nada. Realmente no sé que hago aquí. Lo siento Puck.- dijo aún con lágrimas en los ojos, mientras se levanataba y se ponía su camiseta.
-Ey, tranquila, ¿vale? Sabes que me tienes aquí para lo que quieras. No hace falta que me des explicaciones ahora si no quieres. Pero en cuanto quieras hablar ya sabes donde encontrarme pequeña- dijo Noah tiernamente mientras se levantaba y se colocaba en frente suyo, dejándole un beso en la frente.
Santana le abrazó con fuerza, como si aquel abrazo pudiera hacer desaparecer todo lo que había en su cabeza, todo ese jaleo que había ahí montado.
Se despidió de su amigo y, salió de alli. Conducía a toda velocidad por las carreteras de Nueva York. No iba a ningún sitio en especial, pero le encantaba ir en su moto y notar como el aire chocaba contra ella, la relajaba.
Decidió irse a una Starbucks cercano y se pidió un frapuccino de chocolate. Después de firmar unos cuantos autógrafos y hacerse unas cuantas fotos con algunos fans, se sentó en una mesa que daba a una ventana bastante grande y empezó a pensar. Pensó en todas las sensaciones que le había hecho sentir esa rubia simplemente al mirarla a los ojos, recordó cuando se acercó para darle un beso en la mejilla, que había sentido que el corazón se le salía por la boca. No pudo evitar tampoco el acordarse de ese cuerpo perfecto. Realmente no había sentido nada de eso por ningún otro chico antes. Esa tarde cuando fue a casa de Noah, terminó de confirmar sus sospechas. Estaba empezando a sentir demasiadas cosas por Brittany, pero ella ni siquiera sabía el verdadero nombre de la latina. Además que todavía seguía en su recuerdo las palabras de esa chica: 'creídas y prepotentes'. No sabía qué debía hacer, no tenía nada claro.
Naya_Morris*** - Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
0.0 vomito verbal!!!! hay Britt y por que no le dijo Santana su verdadero nombre???
esta padre tu fic
Saludos
esta padre tu fic
Saludos
ladybathory19- ---
- Mensajes : 554
Fecha de inscripción : 21/05/2012
Edad : 35
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Buenaaas! Gracias por el comentario, me alegro de que te guste :)
Aquí os dejo un capítulo más, a ver que os parece.
CAP. 6
Iba caminando por los pasillos del pabellón de canto, buscando a su amiga. Llevaba todo el día sin saber nada de ella, y mañana era lunes, eso significaba que empezaban las clases. Ya era muy tarde y mañana tendrían que madrugar, asique le extrañaba que Santana todavía no hubiera llegado. Intentaba llamarla cada cinco minutos, pero su móvil siempre estaba apagado. Minutos antes había en la habitación de la latina con la llave que ella misma le dio, pero alli tampoco estaba. De repente vio a una castaña al final del pasillo, y se acercó a ella.
-Tú eras la que estaba con Brittany en la cafetería antes, ¿no?- preguntó un poco tímida Quinn.
-Sí, Rachel, ¿te llamabas Quinn?- la castaña sonrió y esto provocó que la rubia se quedara unos segundos callada, como en estado de shock. Por lo que Rachel tuvo que toser levemente para devolverla a la realidad.
-Eh...perdón...sí, soy Quinn- logró contestar algo avergonzada. Realmente se había olvidado de por qué había ido a hablar con esa chica, y ahora se sentía un poco estúpida, asique se inventó una excusa cualquiera. -estaba haciendo una encuesta y...esto...quería saber si tú crees que las habitaciones del pabellón de danza son más grandes o más pequeñas que las del pabellón de canto.
"¿Realmente había preguntado eso? ¿No había pregunta más estúpida? Dios, todo el mundo sabía que ambos pabellones eran exactamente iguales, asique sus habitaciones también. Está claro que no soy el tipo de chica que piensa con rapidez cuando está bajo presión." pensaba Quinn, pero Rachel solo pudo sonreír ante esta pregunta
-Pues...no estoy muy segura. Si quieres ven, te enseño la mía y juzgas tú misma. - dijo con una voz que a la rubia le pareció demasiado sensual.
"¿Realmente estaba provocandola? No Quinn, tienes la mente demasiado calenturienta. Necesitas tener sexo ya." volvió a pensar la rubia.
-Ems..no..yo..tengo que irme, ha sido un placer, adiós. - dijo rápidamente y de manera nerviosa a la vez que salía de alli.
Se había empezado a imaginar las cosas que podrían pasar en esa habitación con la castaña ahí y notaba como empezaba a tener calor. Asique fue corriendo al pabellón de danza y se metió en una habitación que sabía que no era la suya. Ahí estaba el chico con el que había estado en el comedor. Realmente no sabía mucho de él, pero era guapo, y en ese momento con eso le valía para apagar el calentón.
Llevaba todo el día fuera de la escuela, dando vueltas sin rumbo fijo. Se acordó de que hacía mucho que había apagado el móvil y decidió encenderlo. Al ver las 23 llamadas perdidas de Quinn se preocupó un poco, pensando que podía haber pasado algo importante, pero escuchó uno de los mensajes que le había dejado en el buzón de voz y se sintió un poco culpable. La rubia le preguntaba una y otra vez que donde se había metido. En su voz había algo de enfado y algo de preocupación, lo que provocó en la latina una sonrisa. Realmente Quinn era como una hermana para ella.
Se dirigió a la escuela, aparcó su moto en el parking y, justo cuando se disponía a entrar a recepción se chocó con una rubia que pretendía salir.
-Perdón, no te vi- dijo Santana apartándose rápidamente al darse cuenta de quien era mientras se tocaba la frente, que era donde se había dado.
-No, perdóname tú a mi, iba demasiado deprisa, ¿estás bien? - preguntó la rubia levantando su mano y tocando suavemente la frente de la latina.
-Sí, perfectamente. - contestó, mientras se apartaba bruscamente y entraba en el pabellón. Realmente se le había pasado todo el dolor cuando esa rubia le había mirado con esos ojos azules, y cuando le rozó la frente sintió como tuviera un mar de mariposas en el estómago y se hubieran despertado todas de repente.
Por su parte, Brittany seguía ahí parada, en la puerta. Mirando por donde de había ido la latina y mirando a sus dedos que habían tocado su perfecta piel. Por dentro tenía una mezcla de sentimientos. Sentía que necesitaba volver a mirar a los ojos de esa chica, como si se hubiera enganchado a ellos. Pero también sentía rabia y confusión. ¿Qué mosca le había picado a esa chica? ¿Por qué se comportaba así con ella? Realmente no entendía nada.
Por fin se dio cuenta de que estaba ahí como un pasmarote y reaccionó, dirigiéndose a la piscina que había fuera. Eran las 11 de la noche ya, y como mañana había clase no había casi gente en la piscina. La cerraban a las 12, asique se metió, hizo un par de largos y tras despejarse un poco, salió del agua. Se secó con la toalla y subió a su cuarto.
Sonó el despertador y Brittany gruñó, odiaba madrugar. Como el aparato no de callaba, lo cogió y lo tiró con fuerza contra una pared, callandolo de inmediato, y después se tapó la cabeza con la almohada y siguió durmiendo. Pasaron unos 20 minutos, y de repente, se levantó de un brinco, mirando al reloj que había en su muñeca.
-¡MIERDA, MIERDA, MIERDA! - gritó mientras se daba una ducha expréss y minutos después se vestía rápidamente, intentando encontrar las mallas que usaba para bailar. Estaba colocando todas las cosas en su bolsa y se dio cuenta de que la cama de Quinn estaba perfectamente hecha, y de que Quinn no había dormido ahí. -ya le preguntaré luego- pensó.
Salió rápidamente de la habitación y corrió hacia el aula. No podía llegar tarde, asique hizo un último esfuerzo y subió los escalones de tres en tres. Realmente no podía desaprovechar ninguna clase de las que alli daba. Sabía que era su única oportunidad de convertirse en profesional de la danza, asique tenía que poner todo su empeño para qeu se fijaran en ella.
Le había costado muchisimo pagar esa escuela, aunque su padre fuera presidente de muchas empresas y uno de los hombres más ricos del país, él no estaba de acuerdo en que su hija fuera bailarina. Por eso le dio un ultimatum, si quería bailar, no iba a ser él el que le pagara nada relacionado con su futuro.
Brittany se puso a trabajar de niñera, de camarera y de algunos otros trabajos temporales que fue encontrando y, con lo que ganó ahí y el dinero que tenía ahorrado del regalo que le hizo su padre por su 18 cumpleaños, logró pagar la escuela.
Después de cuatro horas y media de clase, les dieron permiso para retirarse. Brittany estaba realmente cansada, ahora entendía que cuando le decían que esa era una de las ecuelas más duras y estrictas de EE.UU realmente tenían razón. Pero le encantaba eso. Disfrutaba bailando, y había aprendido muchísimo en un solo día, asique a pesar del cansancio, caminaba alegre. Estaba ya en la puerta de su habitación, neceditaba una ducha urgente.
Abrió su bolsa de deporte y se puso a buscar la llave, pero no aparecía. Sacó todo lo que había en la bolsa y buscó un poco más a fondo, pero nada, la llave no aparecía.
-Genial, debo de haberme olvidado de cogerla cuando salí corriendo de la habitación- pensó dandose una palmada en la frente.
Tenía que esperar a que Quinn llegara para que la abriera, y realmente no sabía lo que podia tardar, ya que los lunes ellas dos no tenían las mismas clases.
Asique decidió sentarse en el suelo a esperar. No sabría decir cuanto tiempo estuvo ahí, solo sabía que el culo se le estaba empezando a quedar plano y tenía las piernas medio dormidas cuando vio aparecer a Quinn. Esta se quedó un poco sorprendida de ver a la rubia en esas condiciones y se acercó rápidamente.
-Britt, ¿qué haces aquí tirada? ¿Estás bien?- preguntó mirando a la rubia fijamente.
-Sí, sí, estoy perfectamente, simplemente es que esta mañana salí demasiado deprisa de la habitación y me dejé las llaves dentro, entonces tenía que esperarte para que pudieras abrirm...- se calló de repente al ver que Quinn no venía sola. Sus ojos se encontraron una vez más con aquella mirada color chocolate, volviéndose a quedar enganchados ahí, sin poderse mover
-Bueno, yo me largo, luego nos vemos Quinn.- dijo la morena apartando la mirada de esa chica y caminando por el pasillo a toda prisa. Se metió en un ascensor y pulsó el botón para bajar a la planta baja. Ya estaban a punto de cerrarse las puertas cuando alguien metió su mano entre medias e hizo que estas se volvieran a abrir.
Aquí os dejo un capítulo más, a ver que os parece.
CAP. 6
Iba caminando por los pasillos del pabellón de canto, buscando a su amiga. Llevaba todo el día sin saber nada de ella, y mañana era lunes, eso significaba que empezaban las clases. Ya era muy tarde y mañana tendrían que madrugar, asique le extrañaba que Santana todavía no hubiera llegado. Intentaba llamarla cada cinco minutos, pero su móvil siempre estaba apagado. Minutos antes había en la habitación de la latina con la llave que ella misma le dio, pero alli tampoco estaba. De repente vio a una castaña al final del pasillo, y se acercó a ella.
-Tú eras la que estaba con Brittany en la cafetería antes, ¿no?- preguntó un poco tímida Quinn.
-Sí, Rachel, ¿te llamabas Quinn?- la castaña sonrió y esto provocó que la rubia se quedara unos segundos callada, como en estado de shock. Por lo que Rachel tuvo que toser levemente para devolverla a la realidad.
-Eh...perdón...sí, soy Quinn- logró contestar algo avergonzada. Realmente se había olvidado de por qué había ido a hablar con esa chica, y ahora se sentía un poco estúpida, asique se inventó una excusa cualquiera. -estaba haciendo una encuesta y...esto...quería saber si tú crees que las habitaciones del pabellón de danza son más grandes o más pequeñas que las del pabellón de canto.
"¿Realmente había preguntado eso? ¿No había pregunta más estúpida? Dios, todo el mundo sabía que ambos pabellones eran exactamente iguales, asique sus habitaciones también. Está claro que no soy el tipo de chica que piensa con rapidez cuando está bajo presión." pensaba Quinn, pero Rachel solo pudo sonreír ante esta pregunta
-Pues...no estoy muy segura. Si quieres ven, te enseño la mía y juzgas tú misma. - dijo con una voz que a la rubia le pareció demasiado sensual.
"¿Realmente estaba provocandola? No Quinn, tienes la mente demasiado calenturienta. Necesitas tener sexo ya." volvió a pensar la rubia.
-Ems..no..yo..tengo que irme, ha sido un placer, adiós. - dijo rápidamente y de manera nerviosa a la vez que salía de alli.
Se había empezado a imaginar las cosas que podrían pasar en esa habitación con la castaña ahí y notaba como empezaba a tener calor. Asique fue corriendo al pabellón de danza y se metió en una habitación que sabía que no era la suya. Ahí estaba el chico con el que había estado en el comedor. Realmente no sabía mucho de él, pero era guapo, y en ese momento con eso le valía para apagar el calentón.
Llevaba todo el día fuera de la escuela, dando vueltas sin rumbo fijo. Se acordó de que hacía mucho que había apagado el móvil y decidió encenderlo. Al ver las 23 llamadas perdidas de Quinn se preocupó un poco, pensando que podía haber pasado algo importante, pero escuchó uno de los mensajes que le había dejado en el buzón de voz y se sintió un poco culpable. La rubia le preguntaba una y otra vez que donde se había metido. En su voz había algo de enfado y algo de preocupación, lo que provocó en la latina una sonrisa. Realmente Quinn era como una hermana para ella.
Se dirigió a la escuela, aparcó su moto en el parking y, justo cuando se disponía a entrar a recepción se chocó con una rubia que pretendía salir.
-Perdón, no te vi- dijo Santana apartándose rápidamente al darse cuenta de quien era mientras se tocaba la frente, que era donde se había dado.
-No, perdóname tú a mi, iba demasiado deprisa, ¿estás bien? - preguntó la rubia levantando su mano y tocando suavemente la frente de la latina.
-Sí, perfectamente. - contestó, mientras se apartaba bruscamente y entraba en el pabellón. Realmente se le había pasado todo el dolor cuando esa rubia le había mirado con esos ojos azules, y cuando le rozó la frente sintió como tuviera un mar de mariposas en el estómago y se hubieran despertado todas de repente.
Por su parte, Brittany seguía ahí parada, en la puerta. Mirando por donde de había ido la latina y mirando a sus dedos que habían tocado su perfecta piel. Por dentro tenía una mezcla de sentimientos. Sentía que necesitaba volver a mirar a los ojos de esa chica, como si se hubiera enganchado a ellos. Pero también sentía rabia y confusión. ¿Qué mosca le había picado a esa chica? ¿Por qué se comportaba así con ella? Realmente no entendía nada.
Por fin se dio cuenta de que estaba ahí como un pasmarote y reaccionó, dirigiéndose a la piscina que había fuera. Eran las 11 de la noche ya, y como mañana había clase no había casi gente en la piscina. La cerraban a las 12, asique se metió, hizo un par de largos y tras despejarse un poco, salió del agua. Se secó con la toalla y subió a su cuarto.
Sonó el despertador y Brittany gruñó, odiaba madrugar. Como el aparato no de callaba, lo cogió y lo tiró con fuerza contra una pared, callandolo de inmediato, y después se tapó la cabeza con la almohada y siguió durmiendo. Pasaron unos 20 minutos, y de repente, se levantó de un brinco, mirando al reloj que había en su muñeca.
-¡MIERDA, MIERDA, MIERDA! - gritó mientras se daba una ducha expréss y minutos después se vestía rápidamente, intentando encontrar las mallas que usaba para bailar. Estaba colocando todas las cosas en su bolsa y se dio cuenta de que la cama de Quinn estaba perfectamente hecha, y de que Quinn no había dormido ahí. -ya le preguntaré luego- pensó.
Salió rápidamente de la habitación y corrió hacia el aula. No podía llegar tarde, asique hizo un último esfuerzo y subió los escalones de tres en tres. Realmente no podía desaprovechar ninguna clase de las que alli daba. Sabía que era su única oportunidad de convertirse en profesional de la danza, asique tenía que poner todo su empeño para qeu se fijaran en ella.
Le había costado muchisimo pagar esa escuela, aunque su padre fuera presidente de muchas empresas y uno de los hombres más ricos del país, él no estaba de acuerdo en que su hija fuera bailarina. Por eso le dio un ultimatum, si quería bailar, no iba a ser él el que le pagara nada relacionado con su futuro.
Brittany se puso a trabajar de niñera, de camarera y de algunos otros trabajos temporales que fue encontrando y, con lo que ganó ahí y el dinero que tenía ahorrado del regalo que le hizo su padre por su 18 cumpleaños, logró pagar la escuela.
Después de cuatro horas y media de clase, les dieron permiso para retirarse. Brittany estaba realmente cansada, ahora entendía que cuando le decían que esa era una de las ecuelas más duras y estrictas de EE.UU realmente tenían razón. Pero le encantaba eso. Disfrutaba bailando, y había aprendido muchísimo en un solo día, asique a pesar del cansancio, caminaba alegre. Estaba ya en la puerta de su habitación, neceditaba una ducha urgente.
Abrió su bolsa de deporte y se puso a buscar la llave, pero no aparecía. Sacó todo lo que había en la bolsa y buscó un poco más a fondo, pero nada, la llave no aparecía.
-Genial, debo de haberme olvidado de cogerla cuando salí corriendo de la habitación- pensó dandose una palmada en la frente.
Tenía que esperar a que Quinn llegara para que la abriera, y realmente no sabía lo que podia tardar, ya que los lunes ellas dos no tenían las mismas clases.
Asique decidió sentarse en el suelo a esperar. No sabría decir cuanto tiempo estuvo ahí, solo sabía que el culo se le estaba empezando a quedar plano y tenía las piernas medio dormidas cuando vio aparecer a Quinn. Esta se quedó un poco sorprendida de ver a la rubia en esas condiciones y se acercó rápidamente.
-Britt, ¿qué haces aquí tirada? ¿Estás bien?- preguntó mirando a la rubia fijamente.
-Sí, sí, estoy perfectamente, simplemente es que esta mañana salí demasiado deprisa de la habitación y me dejé las llaves dentro, entonces tenía que esperarte para que pudieras abrirm...- se calló de repente al ver que Quinn no venía sola. Sus ojos se encontraron una vez más con aquella mirada color chocolate, volviéndose a quedar enganchados ahí, sin poderse mover
-Bueno, yo me largo, luego nos vemos Quinn.- dijo la morena apartando la mirada de esa chica y caminando por el pasillo a toda prisa. Se metió en un ascensor y pulsó el botón para bajar a la planta baja. Ya estaban a punto de cerrarse las puertas cuando alguien metió su mano entre medias e hizo que estas se volvieran a abrir.
Naya_Morris*** - Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
?-) kien es????? plisss que sea Britt
ladybathory19- ---
- Mensajes : 554
Fecha de inscripción : 21/05/2012
Edad : 35
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Sabes que leia tu fic, pero me olvidaba comentarte!: Muy feo de mi parte. u.u. Pero la verdad que amo tu fic!. Me encanta y escribis genial!
Aca tenes a una lectora fiel! Besote. ^^.
Aca tenes a una lectora fiel! Besote. ^^.
Fer-Sofi- ---
- Mensajes : 572
Fecha de inscripción : 30/08/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Acabo de leer tu fic ¿creo que no comente antes, verdad?, si es asi que pena contigo ; definitivamente agradezco a mente ingeniosas como la tuya por regalarnos historias tan creativas ...............Al igual que ladybathory19 espero que quien se haya interpuesto antes de cerrarse las puertas del ascensor, sea Britt, ¿a que no te cuesta nada darnos un poquito de felicidad, no?.......ya tienes en mi a una fiel lectora que esperara ansiosamente cada capitulo
Saludos, hasta la proxima actualizacion
Saludos, hasta la proxima actualizacion
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Holaa a todaas! Muchísimas muchísimas gracias por los comentarios, de verdad que me animan mucho. Y claro que no me cuesta nada haceros felices, todo lo contrario, me encanta jajaja aunque no todo puede ser felicidad...pero eso ya lo sabéis. Espero que os guste el capitulo, un beso :)
CAP. 7
Ya estaban a punto de cerrarse las puertas cuando alguien metió su mano entre medias e hizo que estas se volvieran a abrir.
-¿Se puede saber qué quieres?- dijo la morena en un tono algo molesto al ver aparecer allí a la rubia.
-Pues me gustaría que me dijeras qué te he hecho para que te comportes así conmigo- dijo Brittany firmemente entrando en el ascensor.
Santana se quedó mirándola, realmente no tenía respuesta a eso. No podía decirle que ella había hecho que su mundo temblara, y que cada vez que la veía se quedaba sin aliento y a su cabeza no venía ninguna palabra coherente. Tampoco podía decirle que su corazón se le saldría del pecho si seguía mirando sus ojos, esos ojos azules que la hacían perderse en un mundo que no era real.
-No me comporto de ninguna manera - contestó secamente pulsando repetidamente el botón 0 del ascensor, como si así fuera a ir más rápido.
-Ah, ¿no? O sea que eres así con todo el mundo. ¿Sabes qué? Que no te creo. Sé que algo te pasa, que ha habido algo que te ha molestado, pero eres demasiado orgullosa para decírmelo. Pues vale, no me lo digas si no quieres, sigue ignorándome.
-"Me llamaste creída y prepotente, y sin embargo no soy capaz de odiarte, ¿te parece suficiente razón?"- pensó la latina, pero no fue capaz de decirlo, porque si no la rubia descubriría que no se llama realmente Sandra, si no Santana López.
-Vale, lo haré- dijo la morena en cuanto se abrió la puerta del ascensor, saliendo apresuradamente.
La rubia entró en su habitación, con una mezcla de rabia y frustración por la conversación con la latina.
-¿Se puede saber que le pasa a tu amiga? ¿Le he hecho algo o es que es así de borde de nacimiento?- preguntó a Quinn, que estaba tirada en su cama.
-¿A Sant...digo, a Sandra?- dijo nerviosa al saber que casi metía la pata. La latina le había explicado toda la historia de que la rubia había dicho que le caían mal todas las superestrellas y por eso la latina quería hacerse pasar por una persona normal. Le había pedido que no la delatara. - No, claro que no es así. Simplemente que no es muy buena con todo eso de explicar sus sentimientos.
-Bueno, es igual- intentó cambiar la rubia de tema, pero realmente algo seguía dando vueltas en su cabeza. ¿Quinn había hablado de sentimientos?¿Qué tipo de sentimientos?- me he fijado antes que no has dormido aquí esta noche, cuéntame- dijo con una sonrisa pícara mientras se sentaba en la cama de Quinn. Habían cogido bastante confianza en esos días.
-Sí, estuve con Mark, ¿te acuerdas que nos viste en la cafetería?, pues su compañero todavía no ha llegado, asique está solo en su habitación y...pues ya sabes- contó mientras sus mejillas se ponían un poco coloradas.
-Vaya, vaya, aprovechas bien el tiempo tú eh - dijo la rubia riéndose abiertamente.
-Claro que sí, no todas tenemos novio como tú- dijo mientras le daba con la almohada en la cabeza
-Y no sabes lo que te pierdes. Ya te veré yo a ti algún día suspirando por las esquinas y dibujando corazoncitos- contestó cogiendo su almohada y respondiendo al golpe.
-¿Enamorada yo? JAJAJAJAJA como se nota que no me conoces rubita.
Y terminaron las dos golpeándose con las almohadas, riéndose, cayendo al suelo, saltando en las camas. En fin, jugando como si fueran niñas de cinco años.
Tras ese momento de felicidad, Brittany se duchó y, después, se conectó al Skype. Sonrió enormemente al ver a Jack conectado.
-¡JAAAAACK!- gritó la rubia cuando le vio aparecer en la pantalla. El chico al oírla y ver su sonrisa no pudo evitar soltar una leve risa.
-¿Que tal vas Britt? Espero que sigas echándome de menos eh- dijo el chico
-No, realmente ya no te echo de menos, he conocido a alguien que me gusta mucho mucho mucho. Nos vamos a casar y tendremos hijos- dijo la rubia de broma. Pero realmente su rostro cambió cuando en su cabeza apareció la imagen de una morena. Algo de verdad había en aquello que le había dicho a su novio. Sacudió su cabeza para sacar todos esos pensamientos.
-Ah, ¿sí? Pues entonces alguien se acaba de quedar sin sorpresa. - dijo Jack, que se había dado cuenta del cambio de humor de su chica y se preocupó un poco, pero no quiso darle mayor importancia.
-¡NOOOOOOOO! No, por favor, quiero mi sorpresa, me la darás, ¿no? Por favooooooor- dijo poniendo ojitos de corderito y un puchero que la hacía irresistible
-Está bieeeeen, pero todavía tienes que esperar un poquito, la semana que viene ya la tendrás.- dijo el chico riéndose al ver como la rubia había cambiado el puchero por una enorme sonrisa.
Siguieron hablando durante un par de horas más, hasta que Brittany notó como el estómago le rugía. Llevaba sin comer desde el desayuno, y ya era la hora de la cena, asique se despidió de su novio y bajó al comedor.
Cogió un plato de macarrones y una manzana, y se dirigió a una mesa vacía. Estaba a punto de sentarse, cuando oyó que la llamaban.
-¡Britt! Ven, siéntate aquí.- dijo Quinn señalando a una silla libre que había en su mesa. Brittany vio que allí también estaba la morena y se lo pensó un poco, pero finalmente se decidió. Se acercó y vio que la latina ni siquiera levantaba su mirada del plato, no era capaz de mirarla a la cara, y eso le cabreó bastante.
-Si molesto me voy- dijo la rubia un poco enfada. Quinn entendió en seguida a que se refería y la obligó a sentarse, por lo que se ganó una mirada asesina por parte de Santana.
La comida fue un poco incómoda. Solo hablaban Quinn y Brittany, ya que Santana seguía mirando su plato como si fuera lo más interesante del mundo. No podía levantar la mirada y ver esos ojos azules, porque estaría perdida.
-¿Me puedo sentar con vosotras?- preguntó tímidamente Rachel, que acababa de aparecer. Le parecía un poco raro cenar con la mismísima Santana López, que encima era su profesora.
-¡Claro! Digo...sí, supongo que sí puedes- trató de rectificar Quinn, que había demostrado demasiado entusiasmo, cosa que hizo que Rachel sonriera.
Pasaron unos minutos más y la situación no había cambiado demasiado, Rachel hablaba sin parar, y Quinn y Brittany de vez en cuando intervenían, aunque cada vez que la rubia de ojos verdes iba a decir algo y miraba a la castaña se le olvidaba todo lo que iba a decir.
-Bueno, creo que me voy a mi habitación, porque como siga aquí escuchando el monólogo de Rachel me moriré demasiado joven por un dolor de cabeza incurable. Buenas noches- dijo la latina mirando a todas, cosa que se arrepintió, porque cuando llegó a ciertos ojos azules su mente volvió a quedar en blanco. La mirada de la rubia estaba llena de preguntas, preguntas que a ella le daba miedo contestar, asique por fin reaccionó y se fue de allí.
CAP. 7
Ya estaban a punto de cerrarse las puertas cuando alguien metió su mano entre medias e hizo que estas se volvieran a abrir.
-¿Se puede saber qué quieres?- dijo la morena en un tono algo molesto al ver aparecer allí a la rubia.
-Pues me gustaría que me dijeras qué te he hecho para que te comportes así conmigo- dijo Brittany firmemente entrando en el ascensor.
Santana se quedó mirándola, realmente no tenía respuesta a eso. No podía decirle que ella había hecho que su mundo temblara, y que cada vez que la veía se quedaba sin aliento y a su cabeza no venía ninguna palabra coherente. Tampoco podía decirle que su corazón se le saldría del pecho si seguía mirando sus ojos, esos ojos azules que la hacían perderse en un mundo que no era real.
-No me comporto de ninguna manera - contestó secamente pulsando repetidamente el botón 0 del ascensor, como si así fuera a ir más rápido.
-Ah, ¿no? O sea que eres así con todo el mundo. ¿Sabes qué? Que no te creo. Sé que algo te pasa, que ha habido algo que te ha molestado, pero eres demasiado orgullosa para decírmelo. Pues vale, no me lo digas si no quieres, sigue ignorándome.
-"Me llamaste creída y prepotente, y sin embargo no soy capaz de odiarte, ¿te parece suficiente razón?"- pensó la latina, pero no fue capaz de decirlo, porque si no la rubia descubriría que no se llama realmente Sandra, si no Santana López.
-Vale, lo haré- dijo la morena en cuanto se abrió la puerta del ascensor, saliendo apresuradamente.
La rubia entró en su habitación, con una mezcla de rabia y frustración por la conversación con la latina.
-¿Se puede saber que le pasa a tu amiga? ¿Le he hecho algo o es que es así de borde de nacimiento?- preguntó a Quinn, que estaba tirada en su cama.
-¿A Sant...digo, a Sandra?- dijo nerviosa al saber que casi metía la pata. La latina le había explicado toda la historia de que la rubia había dicho que le caían mal todas las superestrellas y por eso la latina quería hacerse pasar por una persona normal. Le había pedido que no la delatara. - No, claro que no es así. Simplemente que no es muy buena con todo eso de explicar sus sentimientos.
-Bueno, es igual- intentó cambiar la rubia de tema, pero realmente algo seguía dando vueltas en su cabeza. ¿Quinn había hablado de sentimientos?¿Qué tipo de sentimientos?- me he fijado antes que no has dormido aquí esta noche, cuéntame- dijo con una sonrisa pícara mientras se sentaba en la cama de Quinn. Habían cogido bastante confianza en esos días.
-Sí, estuve con Mark, ¿te acuerdas que nos viste en la cafetería?, pues su compañero todavía no ha llegado, asique está solo en su habitación y...pues ya sabes- contó mientras sus mejillas se ponían un poco coloradas.
-Vaya, vaya, aprovechas bien el tiempo tú eh - dijo la rubia riéndose abiertamente.
-Claro que sí, no todas tenemos novio como tú- dijo mientras le daba con la almohada en la cabeza
-Y no sabes lo que te pierdes. Ya te veré yo a ti algún día suspirando por las esquinas y dibujando corazoncitos- contestó cogiendo su almohada y respondiendo al golpe.
-¿Enamorada yo? JAJAJAJAJA como se nota que no me conoces rubita.
Y terminaron las dos golpeándose con las almohadas, riéndose, cayendo al suelo, saltando en las camas. En fin, jugando como si fueran niñas de cinco años.
Tras ese momento de felicidad, Brittany se duchó y, después, se conectó al Skype. Sonrió enormemente al ver a Jack conectado.
-¡JAAAAACK!- gritó la rubia cuando le vio aparecer en la pantalla. El chico al oírla y ver su sonrisa no pudo evitar soltar una leve risa.
-¿Que tal vas Britt? Espero que sigas echándome de menos eh- dijo el chico
-No, realmente ya no te echo de menos, he conocido a alguien que me gusta mucho mucho mucho. Nos vamos a casar y tendremos hijos- dijo la rubia de broma. Pero realmente su rostro cambió cuando en su cabeza apareció la imagen de una morena. Algo de verdad había en aquello que le había dicho a su novio. Sacudió su cabeza para sacar todos esos pensamientos.
-Ah, ¿sí? Pues entonces alguien se acaba de quedar sin sorpresa. - dijo Jack, que se había dado cuenta del cambio de humor de su chica y se preocupó un poco, pero no quiso darle mayor importancia.
-¡NOOOOOOOO! No, por favor, quiero mi sorpresa, me la darás, ¿no? Por favooooooor- dijo poniendo ojitos de corderito y un puchero que la hacía irresistible
-Está bieeeeen, pero todavía tienes que esperar un poquito, la semana que viene ya la tendrás.- dijo el chico riéndose al ver como la rubia había cambiado el puchero por una enorme sonrisa.
Siguieron hablando durante un par de horas más, hasta que Brittany notó como el estómago le rugía. Llevaba sin comer desde el desayuno, y ya era la hora de la cena, asique se despidió de su novio y bajó al comedor.
Cogió un plato de macarrones y una manzana, y se dirigió a una mesa vacía. Estaba a punto de sentarse, cuando oyó que la llamaban.
-¡Britt! Ven, siéntate aquí.- dijo Quinn señalando a una silla libre que había en su mesa. Brittany vio que allí también estaba la morena y se lo pensó un poco, pero finalmente se decidió. Se acercó y vio que la latina ni siquiera levantaba su mirada del plato, no era capaz de mirarla a la cara, y eso le cabreó bastante.
-Si molesto me voy- dijo la rubia un poco enfada. Quinn entendió en seguida a que se refería y la obligó a sentarse, por lo que se ganó una mirada asesina por parte de Santana.
La comida fue un poco incómoda. Solo hablaban Quinn y Brittany, ya que Santana seguía mirando su plato como si fuera lo más interesante del mundo. No podía levantar la mirada y ver esos ojos azules, porque estaría perdida.
-¿Me puedo sentar con vosotras?- preguntó tímidamente Rachel, que acababa de aparecer. Le parecía un poco raro cenar con la mismísima Santana López, que encima era su profesora.
-¡Claro! Digo...sí, supongo que sí puedes- trató de rectificar Quinn, que había demostrado demasiado entusiasmo, cosa que hizo que Rachel sonriera.
Pasaron unos minutos más y la situación no había cambiado demasiado, Rachel hablaba sin parar, y Quinn y Brittany de vez en cuando intervenían, aunque cada vez que la rubia de ojos verdes iba a decir algo y miraba a la castaña se le olvidaba todo lo que iba a decir.
-Bueno, creo que me voy a mi habitación, porque como siga aquí escuchando el monólogo de Rachel me moriré demasiado joven por un dolor de cabeza incurable. Buenas noches- dijo la latina mirando a todas, cosa que se arrepintió, porque cuando llegó a ciertos ojos azules su mente volvió a quedar en blanco. La mirada de la rubia estaba llena de preguntas, preguntas que a ella le daba miedo contestar, asique por fin reaccionó y se fue de allí.
Naya_Morris*** - Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Naya_Morris ya quiero que Britt la cache en la mentira!!!! no se por que pero me lo imagino bien graciosooo.
Saludos y que tengas un excelente Fin!!!! ñ.ñ
Saludos y que tengas un excelente Fin!!!! ñ.ñ
ladybathory19- ---
- Mensajes : 554
Fecha de inscripción : 21/05/2012
Edad : 35
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Que San le diga que ella es Santana! Quiero verle la cara a Britt cuando se entere! JEJEJEJEJEJE.
Muy buen cap. Besote.
Muy buen cap. Besote.
Fer-Sofi- ---
- Mensajes : 572
Fecha de inscripción : 30/08/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Ahmmm.....al igual que ladybathory19 y Fer-Sofi ya muero de ansias porque Britt descubra quien es en realidad la supuesta Sandra .......jejejeje, creo que ya voy imaginandome la escena con eso de que San sera maestra .......pffff, mejor me controlo y espero que nos sorprendas con un nuevo capitulo
Saludos, hasta la proxima actualizacion
Saludos, hasta la proxima actualizacion
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Me gusta, bueno me gusta es poco... :D De verdad tenia la de leerme este fic desde que lo había visto pero por tonta no lo había hecho ahora me arrepiento de no haberte comentado antes mola mucho tu manera de escribir es genial, y como se ha desarrollado la trama hasta ahora me gusta mucho eso si que es atracción a primera vista jajaja aunque ¿como no engancharse con Britt si la primera vez que la ves es en ropa intima & una tan sugerente? *O* Puck fue re tierno con San, & me encanta la amistad Quinntana, jajaja me gusta mucho que Rachel no deje sus monólogos & su personalidad exuberante es genial, no se si decir 'El fin justifica los medios' con respecto a la mentira de San con su nombre pero me parece mejor que hubiera sido sincera & le hubiera demostrado que no era nada de lo que dijo con su actitud, hasta ahora Jack me parece un gran novio y creo que se cual podría ser su sorpresa solo me queda esperar :D Todo el rollo de que no apoyen a Britt con el baile me da cosa :C Por eso suponía también que era lo del Bus pero cuando realice sus sueños les dirá: 'It's Brittany Bitches' Jajaja pero vamos que para esos son los fics enrollarle la vida a sus personajes, espero tu actualización.
Cuídate.
Cuídate.
Invitado- Invitado
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Gracias a todas, de verdad :) Jajajaja solo puedo deciros que....ahora empieza lo bueno! jajajaja a partir de aquí todo da un giro, tengo ya como 3 capítulos más escritos, asi que ahora subo el Cap.8
Gracias a todas otra vez, y espero que os siga gustando la historia
Gracias a todas otra vez, y espero que os siga gustando la historia
Naya_Morris*** - Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Me gusta muho tu fic, en serio. Y me gusta aún más que te tomes la molestia de escribir bien para que a los demás no nos sangren los ojos xDDDD
Ryuk* - Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 02/07/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
CAP. 8
La mirada de la rubia estaba llena de preguntas, preguntas que a ella le daba miedo contestar, asique por fin reaccionó y se fue de allí. Salió del comedor y se dirigió a uno de los baños que había en la recepción. Se apoyo en la pared y lentamente fue deslizando su espalda hasta quedar sentada en el suelo, una lágrima recorría su mejilla, y rápidamente muchas otras lágrimas la hacían compañía, se tapó la cara con las manos, apoyando sus codos en las rodillas.
No se dio cuenta de que alguien había entrado al baño hasta que notó como unas manos la cogían de las muñecas delicadamente y le apartaban los brazos de la cara. Brittany le limpió con sus pulgares las lágrimas a la latina, tenía un nudo en la garganta por verla así, no soportaba verla llorar. A Santana le pareció irónico que la persona que le hacía llorar fuera la única capaz de consolarla, porque de repente, simplemente por ese leve contacto, empezó a sentirse mejor.
-San, ¿qué pasa?- preguntó la rubia con ternura y algo de preocupación.
-Nada, que había unas flores en la recepción y me he acercado a olerlas y pues...parece que me han dado alergia- dijo la latina desviando su mirada. Brittany se dio cuenta de que Santana se había apartado un poco y decidió aclarar la situación, ya estaba harta de todo eso.
-Mira Sandra, realmente no tengo ni idea de qué es lo que te pasa conmigo, pero me gustaría saberlo. Desde la primera vez que te vi supe que eras especial, que no eras como las demás personas. Me fascinaste y supe que algún día íbamos a ser grandes amigas. Intenté ser amable contigo, aunque no fue por educación ni nada de eso, simplemente me gusta estar contigo, pero tú te alejabas, siempre te alejas, ya no me refiero solo en el sentido del contacto físico, sino que es como si trataras de ocultarme algo, o como si estuvieras dolida por algo, pero no sé que es.
Simplemente quiero que me dejes estar contigo, que me dejes estar a tu lado, que me cuentes que te pasa. Simplemente eso -dijo Brittany, tomando aire después del largo discurso y esperando a que la morena dijera algo.
-No puedo, lo siento - susurró Santana levantándose del suelo y secándose las lágrimas. Las palabras "grandes amigas" se le venían una y otra vez a la cabeza. Y aunque lo de dejar que estuviera a su lado había sido muy tentador, no podía, no podía estar cerca de esa rubia y no desear besarla. - Adiós Britt- murmuró mientras abría la puerta y miraba una vez más a la rubia, pero esta no la oyó.
Minutos antes, en el comedor de la escuela, dos chicas se habían quedado solas en la mesa después de que Brittany hubiera salido detrás de la latina.
-¿Qué tal llevas la encuesta? - preguntó Rachel de manera divertida para sacar algo de tema de conversación.
-Pues...bien, osea todavía nadie ha sabido contestarme - dijo Quinn algo nerviosa.
-Vale, te propongo algo, ¿qué tal si me enseñas tu habitación y yo decido cual es más grande? - dijo la castaña provocando que Quinn se atragantara con el Nestea que estaba bebiendo.
-Esto...vale...v-vamos, si quieres...- tartamudeó un poco la rubia.
Ambas se levantaron y caminaron hasta la habitación de las dos rubias. El trayecto en el ascensor fue un poco incómodo, ya que ninguna hablaba. Entraron en la habitación y cerraron la puerta tras de sí. Quinn se situó al lado de su cama, de pie.
-Bueno, creo que necesito un poco de tiempo para determinar el tamaño - dijo, mientras se quitaba la americana que llevaba y la lanzaba a la cama. Se acercó hasta el equipo de música y lo encendió, dejando que sonara cualquier canción. Iba acercándose lentamente a la rubia, quedándose a escasos centímetros una de otra. Empezó a sonar Just the way you are, de Bruno Mars.
Oh, her eyes, her eyes – Oh, sus ojos, sus ojos
make the stars look like they’re not shinin – Hacen que parezca que las estrellas no están brillando
Her hair her hair – su pelo, su pelo
falls perfectly without her tryin – cae perfecto, sin que ella lo pretenda
She’s so beautiful – ella es demasiado preciosa
And I tell her everyday – y yo se lo digo todos los días
Comenzó a cantar Rachel susurrandole a la rubia que tenía a unos milímetros. Quinn sentía el aliento de la castaña en su cara, le encantaba, pero necesitaba estar más cerca. La necesitaba a ella.
Yeah, I know, I know – sí, lo sé, lo sé
when I compliment her she won´t believe me – cuando la hago cumplidos ella no me cree
And it’s so it’s so – y es demasiado, es demasiado
sad to think that she don’t see what I see – triste pensar que ella no ve lo que yo veo
But every time she asks me – pero siempre que me pregunta
do I look okay, I say – me veo bien, yo digo
Cantó esta vez Quinn, acercándo su cuerpo al de la castaña quedando así sus caderas juntas.
When I see your face – cuando veo tu cara
there´s not a thing that I would change – no hay nada que yo cambiaría
Because you´re amazing – porque eres asombrosa
Just the way you are – así como eres
And when you smile – y cuando sonríes
The whole world stops and stares for a while – el mundo entero se detiene a mirarte por un momento
Because girl you´re amazing – porque chica, eres asombrosa
Just the way you are – asi como eres
Ambas chicas estaban cantando, las dos susurrando muy bajito, justo encima de los labios de la otra, notando sus respiraciones al compás de la canción.
Her lips, her lips – sus labios, sus labios
I could kiss them all day if she let me – podría besarlos todo el día si ella me dejara
Her laugh her laugh – su risa, su risa
She hates but I think its so sexy – ella la odia, pero yo pienso que es demasiado sexy
She´s so beautiful – ella es demasiado preciosa
And I tell her everyday – y yo se lo digo todos los días
Ambas se miraban intensamente, conociéndose más con esa simple mirada. Excavando en sus más profundos sentimientos. El amor se respiraba en esa habitación, al igual que el deseo.
Oh you know you know you know – Oh, sabes, sabes, sabes
I`d never ask you to change – que nunca te pediría que cambiaras
If perfect’s what your searching for – si la perfección es lo que buscas
then just stay the same – entonces simplemente no cambies
So don’t even bother asking if you look ok – asique cuando me preguntes si te ves bien
You know I’ll say – sabes lo que te diré
La rubia, no pudo aguantar mucho tiempo más y cerró la pequeña distancia que las separaba. El beso era tierno, suave y lento. Como si el tiempo se hubiera parado a su alrededor y tuvieran toda la vida por delante para seguir con el beso. La canción seguía sonando de fondo, callando el ruido de esos dos labios desesperados en un beso loco.
When I see your face – cuando veo tu cara
there´s not a thing that I would change – no hay nada que yo cambiaría
Because you´re amazing – porque eres asombrosa
Just the way you are – así como eres
De repente Rachel soltó un leve gemido al notar las manos de Quinn que estaban en sus caderas subiendo lentamente por debajo de su camiseta, rozando su piel.
Ese pequeño gemido de la castaña hizo que la temperatura de la rubia subiera mucho más, por lo que el beso se fue haciendo cada vez más intenso.
And when you smile – y cuando sonríes
The whole world stops and stares for a while – el mundo entero se detiene a mirarte por un momento
Because girl you´re amazing – porque chica, eres asombrosa
Just the way you are – asi como eres
The way you are – así como eres
The way you are - así como eres
Girl your amazing – Chica, eres asombrosa
Just the way you are - así como eres
Rachel que tenía las manos en la nuca de la rubia, comenzó a bajarlas, rozando todo el cuerpo de esta con sus yemas.
When I see your face – cuando veo tu cara
there´s not a thing that I would change – no hay nada que yo cambiaría
Because you´re amazing – porque eres asombrosa
Just the way you are – así como eres
Quinn no pudo más y le quitó la camiseta a la castaña. Cuando iba a hacer lo mismo con su camisa Rachel se le adelantó, desabrochando lentamente cada uno de los botones y dejando un ligero beso en cada centímetro de piel que iba quedando libre. Por fin logró desabrochar todos esos botones y quitarle la camisa, pero ella seguía dejando besos por todo su torso desnudo.
And when you smile – y cuando sonríes
The whole world stops and stares for a while – el mundo entero se detiene a mirarto por un momento
Because girl you´re amazing – porque chica, eres asombrosa
Just the way you are – asi como eres
Girl your amazing, Just the way you are –susurró Rachel en el oído de Quinn terminando así la canción.
La rubia llevó a Rachel hasta la cama, y empezó a jugar con el botón del pantalón de la castaña. Justo acababa de desabrochárselo cuando llamaron a la puerta.
La mirada de la rubia estaba llena de preguntas, preguntas que a ella le daba miedo contestar, asique por fin reaccionó y se fue de allí. Salió del comedor y se dirigió a uno de los baños que había en la recepción. Se apoyo en la pared y lentamente fue deslizando su espalda hasta quedar sentada en el suelo, una lágrima recorría su mejilla, y rápidamente muchas otras lágrimas la hacían compañía, se tapó la cara con las manos, apoyando sus codos en las rodillas.
No se dio cuenta de que alguien había entrado al baño hasta que notó como unas manos la cogían de las muñecas delicadamente y le apartaban los brazos de la cara. Brittany le limpió con sus pulgares las lágrimas a la latina, tenía un nudo en la garganta por verla así, no soportaba verla llorar. A Santana le pareció irónico que la persona que le hacía llorar fuera la única capaz de consolarla, porque de repente, simplemente por ese leve contacto, empezó a sentirse mejor.
-San, ¿qué pasa?- preguntó la rubia con ternura y algo de preocupación.
-Nada, que había unas flores en la recepción y me he acercado a olerlas y pues...parece que me han dado alergia- dijo la latina desviando su mirada. Brittany se dio cuenta de que Santana se había apartado un poco y decidió aclarar la situación, ya estaba harta de todo eso.
-Mira Sandra, realmente no tengo ni idea de qué es lo que te pasa conmigo, pero me gustaría saberlo. Desde la primera vez que te vi supe que eras especial, que no eras como las demás personas. Me fascinaste y supe que algún día íbamos a ser grandes amigas. Intenté ser amable contigo, aunque no fue por educación ni nada de eso, simplemente me gusta estar contigo, pero tú te alejabas, siempre te alejas, ya no me refiero solo en el sentido del contacto físico, sino que es como si trataras de ocultarme algo, o como si estuvieras dolida por algo, pero no sé que es.
Simplemente quiero que me dejes estar contigo, que me dejes estar a tu lado, que me cuentes que te pasa. Simplemente eso -dijo Brittany, tomando aire después del largo discurso y esperando a que la morena dijera algo.
-No puedo, lo siento - susurró Santana levantándose del suelo y secándose las lágrimas. Las palabras "grandes amigas" se le venían una y otra vez a la cabeza. Y aunque lo de dejar que estuviera a su lado había sido muy tentador, no podía, no podía estar cerca de esa rubia y no desear besarla. - Adiós Britt- murmuró mientras abría la puerta y miraba una vez más a la rubia, pero esta no la oyó.
Minutos antes, en el comedor de la escuela, dos chicas se habían quedado solas en la mesa después de que Brittany hubiera salido detrás de la latina.
-¿Qué tal llevas la encuesta? - preguntó Rachel de manera divertida para sacar algo de tema de conversación.
-Pues...bien, osea todavía nadie ha sabido contestarme - dijo Quinn algo nerviosa.
-Vale, te propongo algo, ¿qué tal si me enseñas tu habitación y yo decido cual es más grande? - dijo la castaña provocando que Quinn se atragantara con el Nestea que estaba bebiendo.
-Esto...vale...v-vamos, si quieres...- tartamudeó un poco la rubia.
Ambas se levantaron y caminaron hasta la habitación de las dos rubias. El trayecto en el ascensor fue un poco incómodo, ya que ninguna hablaba. Entraron en la habitación y cerraron la puerta tras de sí. Quinn se situó al lado de su cama, de pie.
-Bueno, creo que necesito un poco de tiempo para determinar el tamaño - dijo, mientras se quitaba la americana que llevaba y la lanzaba a la cama. Se acercó hasta el equipo de música y lo encendió, dejando que sonara cualquier canción. Iba acercándose lentamente a la rubia, quedándose a escasos centímetros una de otra. Empezó a sonar Just the way you are, de Bruno Mars.
Oh, her eyes, her eyes – Oh, sus ojos, sus ojos
make the stars look like they’re not shinin – Hacen que parezca que las estrellas no están brillando
Her hair her hair – su pelo, su pelo
falls perfectly without her tryin – cae perfecto, sin que ella lo pretenda
She’s so beautiful – ella es demasiado preciosa
And I tell her everyday – y yo se lo digo todos los días
Comenzó a cantar Rachel susurrandole a la rubia que tenía a unos milímetros. Quinn sentía el aliento de la castaña en su cara, le encantaba, pero necesitaba estar más cerca. La necesitaba a ella.
Yeah, I know, I know – sí, lo sé, lo sé
when I compliment her she won´t believe me – cuando la hago cumplidos ella no me cree
And it’s so it’s so – y es demasiado, es demasiado
sad to think that she don’t see what I see – triste pensar que ella no ve lo que yo veo
But every time she asks me – pero siempre que me pregunta
do I look okay, I say – me veo bien, yo digo
Cantó esta vez Quinn, acercándo su cuerpo al de la castaña quedando así sus caderas juntas.
When I see your face – cuando veo tu cara
there´s not a thing that I would change – no hay nada que yo cambiaría
Because you´re amazing – porque eres asombrosa
Just the way you are – así como eres
And when you smile – y cuando sonríes
The whole world stops and stares for a while – el mundo entero se detiene a mirarte por un momento
Because girl you´re amazing – porque chica, eres asombrosa
Just the way you are – asi como eres
Ambas chicas estaban cantando, las dos susurrando muy bajito, justo encima de los labios de la otra, notando sus respiraciones al compás de la canción.
Her lips, her lips – sus labios, sus labios
I could kiss them all day if she let me – podría besarlos todo el día si ella me dejara
Her laugh her laugh – su risa, su risa
She hates but I think its so sexy – ella la odia, pero yo pienso que es demasiado sexy
She´s so beautiful – ella es demasiado preciosa
And I tell her everyday – y yo se lo digo todos los días
Ambas se miraban intensamente, conociéndose más con esa simple mirada. Excavando en sus más profundos sentimientos. El amor se respiraba en esa habitación, al igual que el deseo.
Oh you know you know you know – Oh, sabes, sabes, sabes
I`d never ask you to change – que nunca te pediría que cambiaras
If perfect’s what your searching for – si la perfección es lo que buscas
then just stay the same – entonces simplemente no cambies
So don’t even bother asking if you look ok – asique cuando me preguntes si te ves bien
You know I’ll say – sabes lo que te diré
La rubia, no pudo aguantar mucho tiempo más y cerró la pequeña distancia que las separaba. El beso era tierno, suave y lento. Como si el tiempo se hubiera parado a su alrededor y tuvieran toda la vida por delante para seguir con el beso. La canción seguía sonando de fondo, callando el ruido de esos dos labios desesperados en un beso loco.
When I see your face – cuando veo tu cara
there´s not a thing that I would change – no hay nada que yo cambiaría
Because you´re amazing – porque eres asombrosa
Just the way you are – así como eres
De repente Rachel soltó un leve gemido al notar las manos de Quinn que estaban en sus caderas subiendo lentamente por debajo de su camiseta, rozando su piel.
Ese pequeño gemido de la castaña hizo que la temperatura de la rubia subiera mucho más, por lo que el beso se fue haciendo cada vez más intenso.
And when you smile – y cuando sonríes
The whole world stops and stares for a while – el mundo entero se detiene a mirarte por un momento
Because girl you´re amazing – porque chica, eres asombrosa
Just the way you are – asi como eres
The way you are – así como eres
The way you are - así como eres
Girl your amazing – Chica, eres asombrosa
Just the way you are - así como eres
Rachel que tenía las manos en la nuca de la rubia, comenzó a bajarlas, rozando todo el cuerpo de esta con sus yemas.
When I see your face – cuando veo tu cara
there´s not a thing that I would change – no hay nada que yo cambiaría
Because you´re amazing – porque eres asombrosa
Just the way you are – así como eres
Quinn no pudo más y le quitó la camiseta a la castaña. Cuando iba a hacer lo mismo con su camisa Rachel se le adelantó, desabrochando lentamente cada uno de los botones y dejando un ligero beso en cada centímetro de piel que iba quedando libre. Por fin logró desabrochar todos esos botones y quitarle la camisa, pero ella seguía dejando besos por todo su torso desnudo.
And when you smile – y cuando sonríes
The whole world stops and stares for a while – el mundo entero se detiene a mirarto por un momento
Because girl you´re amazing – porque chica, eres asombrosa
Just the way you are – asi como eres
Girl your amazing, Just the way you are –susurró Rachel en el oído de Quinn terminando así la canción.
La rubia llevó a Rachel hasta la cama, y empezó a jugar con el botón del pantalón de la castaña. Justo acababa de desabrochárselo cuando llamaron a la puerta.
Naya_Morris*** - Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: FIC Brittana- Nothing else matters - CAP. 31
Aja.......justo cuando Britt le empezaba a decir lo que sentia en ese momento San se deja llevar aun mas por su lado racional aunque el corazon le diga otra cosa......confio que lo bueno esta por venir asi como dijiste ........jejeje, nuevamente me voy imaginando la cara de Britt cuando vea que San ingresa triunfalmente en el salon y es una de sus maestras, asi como una celebridad......
Saludos, hasta la proxima actualizacion
Saludos, hasta la proxima actualizacion
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
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