[FANFIC - BRITTANA] - WEST POINT: We're not gonna fall - Capítulo 8

Holaaaaaaa!! Lo sé, lo séeee!! Prometo, juro y perjuro que iba a actualizar ayer, pero justo cuando me iba a poner a ello, llegó visita y no pude!! y en el trabajo cada día tengo menos tiempo libre! me tienen taaaan explotada!! jajaja

Aquí tenéis el esperado encuentro, espero que os guste, tiene caracter la situación, a ver quien de las dos puede más!!

Mil gracias chicas en serio, me hace muy feliz ver que os gusta esta historia y me encanta ver todos vuestros comentarios! SOIS GENIALES!! un besazo y abrazo a cada una!!



WEST POINT: We're Not Gonna Fall

Capítulo 5



Había pasado tanto tiempo desde que no se sentí así, segura, decidida, como si por fin retomara las riendas de su vida, como si fuese ella la dueña de su destino, y no sus miedos, su cobardía, ni su sentimiento de culpa… Ahora era ella la que se llevaría a sí misma a su futuro, a plantarle cara de una vez por todas al resultado de tantas idas de cabeza que tuvo en el último año… Porque al fin y al cabo, eso era la consecuencia final de todos su actos…

Salió de su casa, se colocó sus gafas Aviator con las llaves de su coche en una mano, y en la otra una gran bolsa de deporte negra donde llevaba ropa adecuada para las pruebas y la documentación necesaria que debería entregar allí.

Entró al garaje y una ráfaga de melancolía se apoderó de ella por unos largos segundos… Parecía que fuese ayer cuando aun arreglaba ese coche cada domingo con su padre, amaba con todo su alma esa sensación… Todos sus amigos odiaban los domingos porque suponía que al día siguiente debían madrugar de nuevo para empezar las clases, pero ella adoraba ese día como el que más…

Ese Mercury Comet que descansaba enfrente de sus ojos era el resultado de decenas de domingos al sol acompañada de su padre, quien le enseñaba todo lo que sabía sobre mecánica y la historia del mismo coche, además de otros clásicos… También solía poner música de su época, tenía un gran gusto, y sin duda a Brittany le encantaba escuchar todas las canciones que Nathan reproducía en un viejo radiocasete. Una de sus favoritas era 'Hotel California', que aunque poseyera una historia triste a ella le gustaba mucho.

Entró al viejo coche y colocó un cd que había grabado con todas las canciones que su padre le enseñó desde que era niña y que su memoria recordaba, quería que de alguna manera su padre le acompañara en su viaje…

Fueron dos horas de viaje, pero en absoluto se les hizo largas… Los nervios no la abandonaron en toda la travesía y casi sin darse cuenta se encontró delante de un gran control de seguridad con un gran cartel donde descansaba el nombre de la gran academia.

-Soldado: Su identificación por favor –le pidió un soldado que no mostraba simpatía alguna.

-Brittany: –Abrió la guantera y agarró su cartera, donde buscó su dni y se lo mostró al soldado de seguridad– Aquí tiene.

-Soldado: ¿Viene a hacer las pruebas de ingreso? –preguntó inquisitivamente a Brittany soltando una risa de burla.

-Brittany: Así es… –no pasó por alto el gesto del soldado– ¿Te hace gracia a caso? –preguntó de mala gana, desde luego ese no era un buen momento para bromear con ella, los nervios seguían en su cuerpo, así que prefirió preguntar antes de contestarle alguna bordería al chico y meterse tan rápidamente en problemas.

-Soldado: No, no… En absoluto… –el chico no borraba la sonrisa burlona de su rostro– Tienes que seguir todo recto hasta que llegues a una rotonda con un avión en el centro, ahí deberás girar a la izquierda y te encontrarás con el edificio donde tienes que entrar –le indicó el soldado– De tener suerte, deberás pasarte de nuevo por aquí, ya que te tendría que hacer la tarjeta identificativa de entrada al recinto, aunque creo que tú no me darás ese trabajo –volvió a reírse.

-Brittany: Mira chaval, que sea rubia, no alcance los dieciocho, y me veas delgada como un palo, no te da derecho a hablarme así y menos aun menospreciarme, ¿te queda claro? –no quería que su primera experiencia en aquel lugar empezara de tal manera, de verdad que no quería, pero aquel chico fue demasiado lejos y sobrepasó la línea que desesperó a la rubia, y si algo no pasaba por alto era que la intentaran mangonear o discriminar por su físico– Además… Si tú estás aquí, las pruebas deben ser de todo menos difíciles… –le dirigió una mirada triunfante al soldado y siguió el camino que el soldado le indicó… Si había algo que Britt adoraba de su carácter era que siempre sabía ingeniárselas para salir victoriosa de toda situación y de todo aquel que osara a burlarse de ella.

Aquel lugar la abrumaba sobremanera, los edificios iban apareciendo a cada metro que avanzaba con su Mercury, no podía de dejar de apreciar la majestuosidad de aquel sitio al que con suerte pertenecería durante un año entero.

Finalmente llegó a la rotonda que el "simpático" soldado le indicó, giró a la izquierda y siguió por esa misma carretera, un cartel le indicaba que el edificio se encontraba a dos kilómetros, así que pisó un poco el acelerador, la impaciencia era una cualidad bastante marcada en su personalidad, y deseaba llegar cuanto antes.



Santana ese día se levantó de un gran ánimo, sin duda la nueva tarea que le había encomendado el Coronel Richardson le daba bastante respeto, y la inundaba de nervios, realmente no sabía a ciencia cierta si sería capaz de superar esa labor, pero sabía que si no funcionaba tenía vía libre para abandonar ese puesto y regresar a su antigua oficina llena de expedientes nada divertidos… Aunque ya sabemos que la palabra "abandonar" estaba completamente fuera del diccionario de Santana, y más aun, su orgullo, así que ese día iría con fuerza y decisión.

-Santana: Vamos Santana, eres genial, la gente te adora, te respeta, te admira, tienes el apoyo del Coronel, de tus compañeros… Tienes experiencia, has estado en ese bando, sabes que puedes de sobra –se decía a sí misma frente a un espejo donde se terminaba de colocar su uniforme.

-Ashley: ¿Tanto se te fue la cabeza que ahora hablas contigo misma? –preguntó entrando sin avisar en la habitación que tenía Santana en la academia.

-Santana: ¿Cuándo piensas abandonar esa terrible manía de entrar a mi habitación sin tan siquiera llamar? –miró a Ashley a través del espejo.

-Ashley: ¿Desde cuándo te parece mal que me cuele en tu habitación? –se acercó por detrás de Santana abrazándola por la espalda mientras le dejaba un beso en el cuello.

-Santana: Odio que contestes con otra pregunta… –bufó y se giró deshaciéndose del agarre de Ashley.

-Ashley: Y yo odio que me evadas… ¿Es que ya no quieres mi cariño? –dijo con tono divertido mientras se volvía a acercar a Santana.

-Santana: Ash ahora no, ¿vale? Tengo que salir ya, los alumnos están llegando… –agarró la funda que portaba su arma corta y se la ató en lo alto de su muslo, se abrochó la camisola y se recogió el pelo.

-Ashley: Está bien… Creo que me tengo que ir acostumbrando a tus “ahora no”… Cada vez son más frecuentes… Luego no me busques morena… –se acercó en la puerta, donde se paró y miró a Santana– Buena suerte hoy, no estés nerviosa, y no dejes que ninguno de esos mocosos pueda contigo.

-Santana: Esa es la idea… Si fallo hoy, fallaré el resto del año, y no es mi intención… Ya desde hoy van a ver que conmigo no se juega… A ver cuántos son capaces de aprobar las pruebas… –Se acercó a la puerta donde estaba Ashley– Espero verte por allí, necesito ayuda en la organización.

-Ashley: Allí estaré. Toma las llaves del Patrol –le tendió las llaves a Santana– yo aun tengo que ir a terminar un par de cosas. Te veo allí en media hora.

-Santana: Ok, luego te veo.

Santana salió de la habitación con paso firme, ya comenzaba a sentirse en cierto modo “poderosa” pues en sus manos tenía la obligación de hacer ver a aquellos chicos que la que mandaba allí era ella. Debía ser así. Si se dejaba pisar por tan solo un alumno, al día siguiente sería el pelotón entero quien la mangoneara, y no estaba nada dispuesta a ello.

Se colocó su gorra y entró al Patrol, empezó la marcha por un pequeño camino secundario que estaba pegado a la larga carretera que conducía al edificio donde se desarrollarían todas las pruebas. De pronto vio como un coche iba a más velocidad de la permitida. Allí eran bastantes estrictos con la seguridad, y las normas se acataban a raja tabla, así que sin dudarlo salió del camino adentrándose en la carretera por donde iba el coche. Se acercó a él dando un par de bocinazos para que parase. Una vez que el coche paró su marcha, Santana se colocó a un lado del vehículo y se bajó del Patrol, haciendo una seña a través del cristal para que bajara la ventanilla.

“Sin duda una buena manera de entrenar mi carácter duro y disciplinado, con suerte será uno de los que vienen a hacer las pruebas, el cual estará más que acojonado… Una víctima perfecta” –Pensó la morena interiormente.

“Joder, joder, joder… No llevo ni 10 minutos aquí… ¿y ya me van a detener? Bravo Brittany, ¡bravo!” –Se felicitaba irónicamente a ella misma.

-Santana: Baje la ventanilla, por favor –ordenó con un tono más que firme, sin quitarse las gafas.

-Brittany: Buenos días –saludó intentando inútilmente poner una sonrisa que ablandara esa rudeza que mostraba la morena que estaba al lado de su ventanilla.

-Santana: ¿Sabe usted dónde se encuentra? –su expresión no cambiaba.

-Brittany: –Su cara era de total confusión– ¿En West Point?...


-Santana: Oh vaya, pensé que se creía que se encontraba en el circuito de Daytona… –contestó con toda el sarcasmo posible.

-Brittany: –Parecía que ese día era el adecuado para que todos intentaran tomarle el pelo, ya con el soldado de la puerta tuvo más que suficiente, pero ahora se encontraba con otro obstáculo más, una morena demasiado borde que rozaba el límite de su paciencia– Y yo creo que debería entrenar su sarcasmo, es realmente malo…

-Santana: ¿Cómo dice? –la morena se cruzó de brazos–

-Brittany: Dejémonos de rollos y de tratarnos de usted y dime si me vas a multar o no, tengo prisa, así que rapidito…

-Santana: Vaya, vaya, vaya… Espero que no sea de las que van a hacer las pruebas, porque de ser así, se lo voy a poner realmente difícil… Dígame su nombre.

-Brittany: –Bufó profundamente, la había cagado enormemente– Brittany Pierce –la rubia se quitó sus gafas.

-Santana: –Se quedó tan impresionada con el azul intenso de los ojos de Brittany que por un momento pensó que se quedó sin aire… Y sin habla…– Bien… Br… Brittany Pierce… –intentaba enormemente retomar la dureza de su compostura, aunque tener a tal preciosidad delante de sus ojos se le complicaba sobremanera– Ni se le vuelva a pasar por la cabeza que puede vacilarme y menos aun tutearme.

-Brittany: –No quería estropear más el día, así que suspiró y calló, no quería enfadar a esa morena, que a decir verdad, era la morena más sexy que había visto a lo largo de su vida, por un momento dudó en si enfadarla un poco más, pues eso la hacía además de sexy, irresistible, pero ese día se jugaba demasiado, si todo iba bien, ya tendría tiempo de buscarla por West Point y sacarla de sus casillas– Está bien… Mire realmente tengo prisa, no quiero llegar tarde a las pruebas… –le dijo mirándola fijamente, la morena aun conservaba sus gafas puestas, lo que le creaba gran curiosidad a la rubia, en ese momento deseaba arrancarle las gafas… Y lo que no eran las gafas.

-Santana: Tranquilícese, no llega tarde. Las pruebas no empezarán hasta que yo llegue… –se dio la vuelta y se dirigió al Patrol, se metió dentro y bajó su ventanilla, miró por ella hacia donde estaba la rubia– Ha jugado con fuego Pierce… Espero que venga preparada… Ahora sígame –retomó la marcha dirigiéndose hacia aquel edificio, una sonrisa apareció en su rostro, estaba deseosa de ver a rubia en plena acción y ver de lo que era capaz, pero ni por asomo se lo iba a poner fácil, Brittany osó a vacilarle y jamás nadie que la vaciló en el pasado salió airoso.


Ambas llegaron a aquel edificio donde se desarrollaría todo, ya estaba bastante concurrido, pero no dejaban de aparecer más y más candidatos. En el ambiente se podía respirar el nerviosismo y la inseguridad de los que allí estaban esperando impacientes por que todo empezara.

Brittany aparcó el coche en los aparcamientos que habían designados para los opositores, vio como Santana se dirigía a las pocas plazas que había en la puerta del edificio, sin duda esa chica de carácter fuerte y con un alto grado de bordería le atraía demasiado, y ya solo por eso le demostraría que estaba más que preparada, por muy difícil que se lo pusiera.

Sacó su bolsa del maletero y se adentró a la masa de gente que se agolpaba a la entrada de aquel enorme edificio, entró a la sala donde un cartel le indicaba que debían rellenar los formularios pertinentes. Sacó un bolígrafo de la bolsa que llevaba y se apoyó en una de las paredes a rellenar la documentación. El pulso le temblaba, los nervios iban creciendo dentro de ella, en pocos minutos empezaría de verdad el inicio de su nueva vida, y no podía permitirse fallar otra vez.


Santana aparcó el Patrol en la puerta del edificio, ver tanto nerviosismo en los chicos le recordaba a ella cuando estaba en la misma situación, y aunque no lo admitiera, ella también estaba bastante nerviosa, aunque en cierta manera, tener a Ashley de ayudante la tranquilizaba.

-Ashley: ¿Preparada Tte. López? –preguntó acercándose a Santana.

-Santana: Siempre… ¿Trajiste el megáfono?

-Ashley: Sí, está aquí –le enseñó la mochila donde tenía guardado el objeto que le pidió la morena– ¿Para qué lo necesitas?

-Santana: ¿Para qué crees Ash? Para que me oigan fuerte y claro –ambas entraron en la sala donde estaban todos rellenando sus respectivos formularios– Saca el megáfono y dámelo –le indicó a su compañera, ésta se lo entregó y Santana lo encendió sin vacilar– ¡ATENCIÓN A TODOS!

Todos giraron sus cabezas bruscamente buscando de donde provenía ese aviso, Brittany reconoció la voz que se oía a través del megáfono, y sin girarse, sonrió. Al verla allí parada, con ese uniforme que la hacía completamente irresistible, juró que babeó. Como pudo intentó acercarse a donde se encontraba la morena, empujando levemente a todo aquel que se encontraba por delante de ella, hasta que quedó a unos pocos metros de Santana. Lo primero que buscó fue su mirada, ya que antes no tuvo el placer por llevar las gafas, cuando vio sus ojos quedó tan paralizada que fue incapaz de mover algún músculo de su delgado cuerpo, nunca en su vida vio una mirada así, tan oscura y profunda, podía ver fuego y pasión en los ojos de aquella chica. Y su boca… Jamás vio unos labios tan carnosos y tan sensuales como los de la morena. En ese momento un alocado deseo de lanzarse a ella y romperle la boca de un beso se apoderó de ella.

“¡Vamos Brittany! ¡Concéntrate! ¿Acaso viniste a ligar o a encauzar tu vida? Joder no puedo despegar mis ojos de ella… Mierda destino, ¿por qué me lo pones tan difícil? Soy débil ¿sabes? No puedes ponerme semejante bombón delante de mis narices y esperar que no haga nada… Tengo que aprobar, y tengo que acercarme a ella como sea…” –se decía la rubia interiormente.

-Santana: ¡SILENCIO! –ordenó a callar viendo que los murmullos persistían pese a su primer aviso– SOY LA TENIENTE LÓPEZ, LOS POCOS QUE APROBÉIS ESTAS PRUEBAS SERÉIS LOS AFORTUNADOS DE SUFRIRME COMO JEFA DE VUESTRO PELOTÓN, ASÍ QUE PENSAROS BIEN SI ES LO QUE QUERÉIS. EN CINCO MINUTOS EMPEZARÁN LAS PRUEBAS, AL FONDO DEL PASILLO TENÉIS LOS VESTUARIOS DONDE PODRÉIS CAMBIAROS, CUANDO ESTÉIS TODOS CAMBIADOS OS QUIERO EN FORMACIÓN DE A TRES EN EL PATIO TRASERO DE ESTE EDIFICIO. LA SARGENTO SMITH –señaló a su izquierda donde se encontraba acompañándola Ashley– OS EXPLICARÁ COMO FORMAR. QUIEN NO ESTÉ CUANDO PASE LISTA QUEDARÁ AUTOMÁTICAMENTE FUERA, ME DA IGUAL QUE TARDE AUNQUE SEA UN MALDITO SEGUNDO. NO PIENSO PERDER MI TIEMPO CON VOSOTROS. ¿QUEDA CLARO?

Todos contestaron poco acompasados un tímido sí…

-Santana: ¿ES QUE SOIS MUDOS O QUÉ? ¡¿OS HA QUEDADO CLARO!? –volvió a preguntar gritando más alto.

Toda la sala gritó un firme y sonoro sí, esta vez Santana quedó más satisfecha con esa respuesta, apagó el megáfono y salieron de la sala, dirigiéndose hacia el patio trasero.

-Ashley: Wow… Eso ha estado muy… muy Santana…

-Santana: Se van a enterar de lo que es bueno… –su sonrisa pícara apareció en su rostro.

-Ashley: Creo que los acojonaste a todos… Menos a una.

-Santana: Tú no cuentas, ya estás acostumbrada… –respondió sin darse cuenta del verdadero sentido de su compañera.

-Ashley: No hablo de mí… ¿Acaso no viste a cierta rubia que te devoraba con la mirada? No sé tú, pero si me hubiese mirado a mí de la misma forma no me hubiese importado acompañarla al vestuario a ayudarla a cambiarse…

-Santana: –Por supuesto que se dio cuenta de que tal rubia se encontraba a pocos metros de ella, pero de lo que no se percató fue de cómo se la comía con la mirada, ya que intentaba no mirarla más de dos segundos seguidos o sabría que babearía delante de todos, ella no comía de la mano de nadie… Los demás comían de la suya, y la rubia no iba a ser menos– ¿Qué dices? ¿Qué rubia? Yo no he visto nada… Y te recuerdo que estás aquí para trabajar, no para ligar, no quiero lios Ash, me da igual lo que hagas en tu cama, ya que tú y yo no tenemos nada en realidad, pero lo que hagas, hazlo fuera, no quiero que nada repercuta al curso ni malos entendidos, ¿está claro?

-Ashley: No hace falta que me adviertas de nada, sé lo que debo hacer y cuáles son mis cometidos… Además, si tengo ganas de divertirme, sé a quién buscar –le guiñó un ojo a Santana.

Santana rodó los ojos y se adelantó un poco, las chicas llegaron al patio trasero, ya todo estaba listo y los chicos se fueron agolpando allí. Ashley les explicó cómo debían formar y Santana sacó de una carpeta una larga lista, en total eran ocho páginas lleno de nombres y apellidos, para agilizarlo todo un poco, dividió la lista en dos y se acercó a Ashley para pasarle la mitad de las hojas.

-Santana: –Extendiéndole las hojas– Toma, encárgate tú de esta lista, así iremos más deprisa. Empieza por las abdominales, yo empezaré por las flexiones que es donde cae más gente. Cuando tengamos esas dos pruebas terminadas, los llevaremos a hacer el kilómetro y la prueba de natación.

-Ashley: Ok –agarró la lista que le pasó la morena y se dirigió a un extremo del patio, donde fue llamando y reuniendo a todos los que aparecían en su lista.

Santana hizo lo mismo, fue llamando uno a uno, y una sonrisa apareció en su cara cuando vio a quien tenía que nombrar a continuación.

-Santana: Brittany Pierce –nombró levantando la mirada en busca de la rubia– Brittany le dirigió una sonrisa juguetona y se colocó donde estaban ya todos sus compañeros que habían sido nombrados antes que ella. Vestía una camiseta de atletismo roja de manga corta, unas ajustadas mallas que resaltaban sus largas piernas y el pelo recogido en una coleta alta que dejaba ver su precioso rostro– “Ese culo debería estar prohibido…” –pensó la morena– “Vamos Santana, ¡concentración!” –se reprochó a sí misma.

Cuando su grupo estuvo al completo se acercó a los chicos, ella primero llevaría a cabo la prueba de flexiones.

-Santana: Atentos todos, solo lo explicaré una vez. Debéis hacer 50 flexiones de brazos, no está permitido hacerlas apoyando las rodillas, no quiero culos arriba, el cuerpo firme, deberéis tocar la colchoneta de 5cm con el mentón, sino no será contabilizada la flexión. No está permitido parar más de dos segundos, y debe ser arriba. Tenéis 1 minuto. Todas las pruebas son eliminatorias así que deberéis aprobar todas si queréis entrar en la academia.

Empezó a nombrar a los chicos y chicas que aparecían en su lista, nombrados por su apellido en orden alfabético. Como ya sabía, muchos caían en esa prueba, demasiados, no se explicaba cómo se presentaban si sabían que no estaban preparados. Tampoco lo ponía fácil, flexión que no estaba bien hecha, flexión que desechaba.
Por fin su lista llegó a la P…

-Santana: Pierce, Brittany –sonrió para sus adentros–

-Brittany: –Le encantaba como sonaba su nombre de la boca de Santana, se acercó a ella y le sonrió con picardía– Vas a ver de lo que soy capaz…

-Santana: Te veo muy segura… Veremos ahora si solo es palabrería o realmente te has preparado. Colócate –Brittany bajó colocando sus brazos y estirando bien su cuerpo, apretó todos los músculos de su cuerpo y soltó el aire que tenía. Los ojos de Santana se dirigieron automáticamente al culo de Brittany, cuando ésta apretó todo su cuerpo se estilizó más aun– “Por Dios…” –pensó Santana.

-Brittany: Sé que tienes buenas vistas pero me gustaría empezar ya… –le dijo a Santana subiendo un poco la mirada para poder verla.

-Santana: –Notó como un calor invadió sus mejillas, podía jurar que se sonrojó instantáneamente con el comentario atrevido de Brittany– Cuando quieras –se agachó para poder comprobar que realmente tocaba la pequeña almohadilla, estaba realmente sorprendida con la rubia, hacía cada flexión de manera perfecta, más que tocar la almohadilla podía asegurar que la aplastaba, veía que se había preparado sobremanera al ver la agilidad que demostraba. En pocos segundos Brittany realizó las treinta flexiones dejando a todos boquiabiertos.

-Brittany: ¿Te valen esas o quieres más? –le guinó un ojo a Santana.

-Santana: –Realmente estaba sorprendida– Primero –se acercó a ella y le señaló inquisitivamente con el bolígrafo que sostenía en su mano– no me tuteas, para ti soy la Teniente López, ni siquiera intentes pasarte conmigo, y segundo –bajó su mirada a la carpeta que sostenía en la otra mano apuntando algo en ella– con esas que has hecho tienes suficiente, estás aprobada. Enhorabuena…

-Brittany: –Le encantaba ver cómo la morena entraba en su juego tan fácilmente, le parecía tremendamente irresistible su carácter– Gracias… –le sonrió, se dio la vuelta para dirigirse al grupo de las abdominales, pero se volvió a girar hacia Santana– Ah… Aun no has visto nada…

Santana no supo en qué momento exactamente quedó prendada de Brittany, esa chica tenía algo que le llamaba tanto la atención… Jamás se encontró con una persona en esa academia que fuese tan atrevida con ella, estaba acostumbrada a que todos la respetaran, y ahora había una rubia que la estaba volviendo loca a cada segundo que había compartido con ella, esa chica era capaz de vacilarla y a ella ni siquiera le molestaba, es más, le encantaba que fuese así, pero por supuesto no dejaría que ella se diese cuenta de ello.


Brittany se dirigió al grupo de la Sargento Smith, ahora le tocaría pasar las abdominales. Si las flexiones le resultaron fáciles, ni hablar de las abdominales. Las últimas semanas se preparó tan a conciencia que todo estaba yendo sobre ruedas.

-Ashley: A ver, los que habéis llegado del grupo de la Teniente López, colocaros en fila, cuando os toque me decís vuestro nombre, el que haga las abdominales se queda aquí a agarrar los pies del siguiente compañero. Tenéis que hacer 60 abdominales, las manos a cada lado de la cabeza, debéis tocar las rodillas con los codos, no está permitido ninguna clase de pausa, y lo más importante, tenéis 40 segundos. Quien no complete las 60 abdominales en ese tiempo queda descalificado.

Los chicos fueron pasando uno a uno, seguía habiendo gente que caía también en esa prueba, pero ni por asomo tantos como caían en la prueba de flexiones.


-Ashley: Pierce, Brittany –nombró para que realizara la prueba– Eres la siguiente. Tú quédate sujetándole los pies –le indicó al chico que acababa de hacer las abdominales–

-Brittany: –Se recostó en la fina colchoneta y se percató de cómo la Sargento que estaba de pie enfrente de ella la miraba con descaro, esa chica no le gustaba, había algo en ella que no le terminaba de convencer, sin duda preferiría mil veces que fuese la Teniente López quien la mirara de esa manera– ¿Ya puedo empezar? –le preguntó lanzándole una mirada de desagrado a la Sargento.

-Ashley: 3, 2, 1… Ya –apretó el cronómetro.
El ritmo que llevaba era envidiable, sin duda estaba dejando sorprendido a todos los compañeros que vieron como pasaba cada prueba casi sin sudar.

-Ashley: Enhorabuena Srta. Pierce, de momento tienes el record, 27 segundos…

-Brittany: –Se levantó del suelo siendo ayudada por el compañero que le sujetó los pies– Gracias –agradeció al chico– Jason, ¿cierto?

-Jason: ¿Cómo lo sabes?

-Brittany: Tengo poderes psíquicos y adiviné tu nombre…

-Jason: –El chico abrió los ojos de manera exagerada, realmente se lo estaba creyendo–

-Brittany: Te nombró antes que a mí… –rió.

-Jason: Oh… Cierto… Jaja, lo siento a veces soy demasiado despistado. Lo has hecho genial, has dejado a todos con la boca abierta…

-Brittany: Bueno… Han sido muchos días de duro entrenamiento… De algo debía servir ¿no?

-Jason: Desde luego…

Los chicos acabaron las pruebas de flexiones y abdominales, las siguientes serían el kilómetro y la prueba de natación. Se dirigieron a la pista de atletismo acompañados de Ashley, donde ya esperaba Santana.

-Santana: Esta bien, escuchad, la prueba consiste en realizar un kilómetro en menos de 4 minutos. Son dos vueltas y media a la pista. Como sois tantos, se hará por grupos de 10 personas. Quien vaya acabando que se dirija a aquel pabellón de la izquierda, allí está la piscina, os cambiáis a ropa de baño y esperaréis a que vaya yo o la Sargento Smith para empezar.

Brittany consiguió entrar en el primer grupo que realizaría la prueba del kilómetro, quería tener algo de tiempo para cambiarse tranquilamente y relajar un poco los músculos para la prueba de natación.

Ella y los nueve compañeros de su grupo se colocaron en la marca de salida, esperando por el pitido que avisaba que la prueba empezaba. La rapidez con la que sus piernas se movían era casi de profesional. Santana la vigilaba desde lejos, detalle que no pasó inadvertido para Ashley.

-Ashley: Esa rubita consiguió el record en abdominales.

-Santana: ¿En serio? –preguntó sin apartar la mirada de la rubia.

-Ashley: 27 segundos… –asintió.

-Santana: Wow… Desde luego viene más que preparada…

-Ashley: Sí… Si quieres voy mientras a la piscina para ir haciéndoles la prueba de natación…

-Santana: No, quédate aquí –contestó rápidamente, ni por casualidad quería dejar pasar la oportunidad de ver a Brittany en ropa de baño– Iré yo… Por si hay que rescatar a alguien de la piscina, tú no tienes lo de socorrista…

-Ashley: Ya… Claro… Será por eso… –rió mirando a Santana– Anda, ve con cuidado y no te resbales…

-Santana: ¿Qué no me resbale? –preguntó confundida.

-Ashley: Con tus babas… Estás babeando Santana… Esa rubia te hace babear…

-Santana: No sé de qué me estás hablando… –se hizo la desentendida– voy yendo para allá, si necesitas algo usa el walky. No dejes pasar ni una. O aprueban o no aprueban, nada de segundos extra, ¿queda claro?

-Ashley: A sus órdenes mi Teniente –dijo con tono de burla.


Santana se dirigió a la piscina cubierta una vez que el primer grupo acabó la prueba, de diez personas aprobaron siete, entre ellos Brittany.

Brittany vio que era Santana quien se encargaría de revisar la prueba de natación, lo que la hizo sonreír interiormente. No dejaría pasar esa oportunidad para pasearse delante de sus narices. Sabía que era poseedora de un cuerpo de infarto, y tal y como Santana la miró en ocasiones anteriores, sabía que los chicos no eran su especialidad…

Entró al vestuario y se colocó un bikini negro, que resaltaba su blanca piel, parecía hecho a su medida, se recogió el pelo en un desenfadado moño y agarró sus gafas de bucear y una pequeña toalla. Salió del vestuario y vio a Santana parada al lado de la piscina. Sin dudarlo se dirigió hacia ella.

Santana la buscaba con la mirada, y automáticamente se quedó sin aire nada más verla en bikini y con ese andar que la embrujaba. Vio que se dirigía hacia ella, y apartó la mirada.

-Brittany: Ey… Teniente López… –le dijo con un tono masculino.

-Santana: –Mantenía su mirada en un punto fijo, sin girarse hacia Brittany– ¿Sí?

-Brittany: Vamos, pudiendo tener unas vistas espectaculares, ¿te fijas en una sosa pared? Sé que estás deseando mirarme… –su atrevimiento hizo que Santana girara rápidamente su cabeza hacia ella.

-Santana: Más le vale hablarme con respeto, ¿le queda claro? Veo que vas de sobra en las físicas, así que sospecho que aprobarás, por lo que le aconsejo que tenga cuidado conmigo. No querrá sufrir las consecuencias de sus atrevimientos. Queda advertida –le dijo a Brittany mirándola fijamente a los ojos.

-Brittany: Vaya, vaya… Sí que tiene carácter Teniente López… Y no lo dude, por supuesto que aprobaré, y será un placer disfrutar un año entero de su compañía y acatar sus órdenes… –se acercó peligrosamente a Santana– lo estoy deseando… –le susurró y se alejó a colocarse en su posición.


Santana juró que en ese momento se hubiese lanzado a la rubia para arrancarle de un bocado esos dos pequeños trozos de tela que tapaban mínimamente su cuerpo… Con tan solo un susurro de la rubia, su piel entera de erizó… Respiró profundamente intentando apaciguar ese calor de su cuerpo, llevó el silbato a su boca y lo hizo sonar con firmeza.

-Santana: Muy bien, esta es la última prueba, nada habrá valido la pena si no superáis esta prueba. Bien, debéis hacer 300 metros, estilo libre, en un tiempo máximo de 4’30’’. No está permitida la pausa en mitad de la prueba. Colocaros en vuestras posiciones y ponerlos los gorros y las gafas, en un minuto empezamos.

El primer grupo hizo caso a las indicaciones de Santana, se prepararon y se colocaron cada uno en una calle de la piscina.

-Santana: ¿Preparados? ¿Listos? ¡YA¡

Todos saltaron al agua, Santana pudo comprobar que el nivel era bastante alto en esa prueba. Brittany era la única chica que había en ese grupo, y el resto de chicos estaban bastante musculados y poseían gran técnica. Pero allí estaba la rubia, cogiendo más y más velocidad, dejando a cada uno de sus compañeros atrás.

Santana pudo asegurar que lo que veían sus ojos no era una persona, sino una sirena, una sirena que la hipnotizaba locamente.

La prueba acabó, tan solo aprobaron cuatro personas de ese grupo, quedando Brittany en primera posición, sin duda estaba consiguiendo una gran puntuación.

Santana: Enhorabuena a los cuatro –felicitó secamente a los chicos, se giró para rellenar las marcas de tiempo, cuando escuchó a los chicos gritar alarmados. Santana se giró rápidamente, vio como los chicos intentaban sacar a Brittany de la piscina, la rubia parecía haber perdido todo color de su cuerpo, estaba pálida, más de lo que ya era.

Santana se lanzó sin dudarlo a la piscina, agarró firmemente a Brittany por la cintura y la sacó de la piscina, dejándola recostada de lado en el suelo, le dio un par de palmadas en la espalda, Brittany empezó a escupir agua y respirar agitadamente.

-Santana: ¡¿Es que acaso no os disteis cuenta que se estaba ahogando?! ¡¿Tres personas a su lado y nadie vio que se encontraba mal?! ¡Apartaos! –ordenó enfurecida.

-Brittany: –Poco a poco su respiración volvía a normalizarse– Estoy bien… Solo he tragado un poco de agua… –se sentó en el suelo.

-Santana: –Le tomó el pulso desde la muñeca, su piel era lo más suave que tocó en toda su vida– Tienes el pulso débil, parece que se te ha bajado un poco la tensión.

Acompáñame, te llevaré a la enfermería –le tendió una mano para ayudarla a levantarse.

-Brittany: ¡He dicho que estoy bien! –gritó levantándose del suelo. Brittany odiaba sentirse débil o menos que nadie, era bastante orgullosa y le costaba horrores dejarse ayudar.

-Santana: Y yo he dicho que te vienes conmigo. Sois mi responsabilidad, así que coge tus cosas y me acompañas –ordenó firmemente.


Santana agarró su walkie para ponerse en contacto con Ashley.

-Santana: Smith, aquí López, ¿me recibes? Cambio.

-Ashley: Alto y claro López, ¿Qué ocurre? Cambio.

-Santana: Me llevo a una chica a la enfermería, le ha dado una bajada de tensión o de azúcar. Cuando acabes con todos los chicos te los llevas a la piscina. Si necesitas ayuda llama a alguien. Corto.

-Ashley: Recibido. Cambio y corto.


Brittany se cambió de ropa y se montó en el Patrol donde ya la esperaba Santana. Ambas no hablaron en todo el camino, Brittany iba mirando por la ventanilla, sin decir nada, Santana a veces la miraba de reojo, aquella rubia era preciosa, el sol se reflejaba en sus ojos y en su pelo, lo que la hacía parecer una especie de diosa, la atraía sobremanera.

Llegaron a la enfermería y analizaron a Brittany, todo estaba bien, tan solo había sido una bajada de tensión a causa del gran esfuerzo físico al que Britt expuso su cuerpo en tan pocas horas, juntándolo con los nervios que acarreaba ese día…

-Santana: Enhorabuena –se acercó a la camilla donde estaba Brittany sentada– Has aprobado todas las pruebas… Y con magníficas marcas he de añadir. Está dentro Pierce.

-Brittany: –Sabía que había aprobado todo, así que debería haber supuesto de antemano que había entrado en West Point, aun así, se sorprendió– Gracias…

-Santana: No tienes que dármelas, ha sido todo trabajo tuyo.

-Brittany: Lo digo por lo de la piscina… –Brittany bajó la mirada–

-Santana: Es mi trabajo… No hay de qué… Ahora llama a tu familia, y dales la gran noticia. He de irme, tengo que revisar a los demás. He avisado a un soldado de seguridad, vendrá a por ti y te llevará a tu coche. Descansa y cuídate. Nos vemos pronto… Cadete –le sonrió sinceramente.


-Brittany: –Se quedó embobada con esa sonrisa y otra sincera apareció en ella– Nos vemos.

Sacó su móvil de su bolsa de deporte y marcó el teléfono de su casa.

-Lexie: ¿Diga?

-Brittany: Lexie, soy yo, Britt, ¿estás con papá y mamá?

-Lexie: ¡Britt! Sí, están aquí conmigo.

-Brittany: Está bien, ponlo en manoslibres.

-Lexie: Ya está, te escuchamos.

-Brittany: Lexie… Papá… Kelly… –su madre bufó– ¡HE APROBADO!