Glee Saga- Crepúsculo - Cap. 18 Familia Dividida

Cap. 2 Secretos

Finn
Rachel, Rachel, Raaaacheeel…. Practique lo que quedaba del almuerzo la pronunciación del nombre y buscándola con la vista en el comedor pero nada. También traté de ver si podía leer su mente, pero una vez más nada. Raro.

Sonó el timbre. Rayos! Español. Will lo sabía casi a la perfección pero mi idioma era patético. No me interesaba mucho.

Entre y el profesor Martinez me recibió con alegría

-Buen Día Finn- se sacó los lentes y me dedico una sonrisa.

No tenía muchas ganas de hablar asique solo le di una sonrisa de medio lado para saludarle. La clase fue eterna. Mis palabras en Español eran poco razonables, incluso leer la mente del profesor era difícil. ¡Pensaba todo en español!!!

El día siguió su curso y ni rastros de esa tal Rachel. Me dio curiosidad que no pude leer la mente de esta nueva personita. No importa.

Me apresure a la camioneta y aceleré a casa, no sin antes pegar una pequeña leída de mente a mis hermanitos. Quinn estaba pensando en un cambio de look, un pelo algo más corto quizás, pff típico de ella pensé. Sam fue a ver los deportes en el bar, un vampiro bastante social era el rubio. Blaine parece que había tenido algo de suerte con Kurt y estaban caminando juntos a un café. Pero Santana no estaba en el rango de mi lectura ¿Dónde estará?

-Llegué!- grite, pero no había nadie aunque ya lo sabia, no habían mentes cerca.

Genial! Podré ganarme a Griffin (personaje desbloqueable) en Gears of War 3. Es curioso pensar que cuando haces este tipo de cosas el día pasa volando. Cuando empecé a levantar la mirada, vi que el sol se había puesto, y sentí las mentes de Will y Emma. Guau realmente tengo un vicio con los juegos!.

Bajé para darle descanso a mi pobre Xbox que pedía entretiempo a gritos. Pero había algo que ni siquiera los juegos habían podido distraer de mi mente: Rachel Berry.

-Will

-mm?- preguntó sin sacar la vista de su netbook.

-Hay personas inmunes a los dones especiales que tenemos?- Yo leía mentes y Quinn podía ver el futuro.

-No ha habido casos, en toda mi vida no he visto alguno.

“Porque esa pregunta?” pensó él. Puse cara de pensativo y eso fue toda la conversación. Llegó Santana con sus pensamientos rudos. Ni siquiera nos miró y subió a su cuarto. Que raro.

Santana

Ese Finn siempre tan entrometido, porque siempre tiene que meterse en mentes ajenas?. Me senté en mi escritorio, y cerré los ojos y traté de recordar como era dormir. Tener la necesidad de respirar, de comer y tomar.

Aggh el recuerdo era terrible, “Métete en tus asuntos!” pensé sabiendo que Finn estaba urgando en mi mente.

Tome un abrigo y anuncié mi salida entre un Will y Emma que veía una película y a un Finn con su cara de tonto de siempre.

Abrigo? Porqué tengo que rebajarme a usar esto?? No siento el frío, lo adoro. Mi piel no envejecía, no tengo necesidades humanas que me den problemas. Pero hay algo muy humano que me mata y me hace querer ser humana otra vez.

Tengo que estar lejos de Finn para poder tener mis propios pensamientos, poder pensar en ese alguien que me hace querer tener mi humanidad al menos por un minuto.
Pensando eso ya me encontraba en una calle angosta que tenia conexión con la ruta nacional. “Tengo que controlarme” había caminado sumamente rápido.

Pero por un medio del subconciente o el destino quizás estaba casi en frente de la casa de ese alguien tan especial, que me hace olvidar del odio que siento hacia las debilidades humanas.

La ventana daba a un cuarto empapelado de rosa con el sillón de un gato en una mesa de luz. Otra vez casi sin darme cuenta me había movido casi sin saberlo, esta vez subí a un árbol lo bastante alto como para tener un buen ángulo de observación a ese cuarto.

No había nadie, me decepcione y entristecí. Pero ahí la vi llegar, estaba en pijama y con el pelo suelto. Sonriendo con un gato sumamente gordo en sus manos. Le hizo unos mimos y lo puso en el pequeño sillón, pero algo grande para un gato. Bueno para un gato ordinario.

Vi que comió unos caramelos y tomó algo de Coca y se acostó para ya no despertar por un rato. Que sueño tan pesado.

Casi sin hacer ningún ruido, me acerque a la ventana y puse mi helada mano sobre la misma. Se que no puedo llorar, pero juro que sentí algo húmedo bajando por mi cara. Estaba lloviendo, otra vez. Genial, mi hermoso buzo se va a arruinar, no importó.
-Buenas Noches, Mi Brittany.- Susurré.

Me resigne a darme vuelta y volver a casa lo más lento que pudiera para tener mis propios pensamientos. Blaine era gay y lo habían aceptado con flores y casi gloria en casa. Pero yo no era así, no quiero etiquetas. Que me digan lesbiana, una vampiro lesbiana. Mis iguales en Europa ya nos veían con cara rara al saber de la homosexualidad del cabeza engelada. No quiero que me miren y me juzguen, No!.

Al llegar a las cercanías de mi hogar, me precipité a pensar en grosería para Finn y su curiosidad. Pero otra vez estaba jugando con su aparatito, agghh como puede ser que alguien tan viejo sea tan aficionado a algo tan tecnológico e inútil como eso.
-Madura- Le dije al pasar por su habitación.

Inútil, estaba jugando en línea. La poca concentración que tenía usada en vano.

Rachel

Despierta! Despierta! El sueño me había dominado. No! A mi nadie me puede. Levántate! Obedecí. Mi largo proceso de limpieza corporal empezaba. Las estrellas no fueron tales con rastros de suciedad en el rostro.

Ducha, Cepillar los dientes, Depilar las piernas y axilas, limar las uñas de los pies y manos y pintarlas, retocarme el pelo con crema de peinar y plancharlo, poner la cara en remojo en agua helada con hielos, secarla y por ultimo el maquillaje. No usar demasiado poco pero tampoco usar tanto como parecer una actriz de novela barata.

Había llegado hace poco de New York con mis dos padres, Hiram y Leroy Berry. The Forks era el lugar indicado para el nacimiento de una estrella. Un pueblo chico, triste y sin color. Hasta que Rachel Berry le daría Brillo y esplendor.

La escuela no estaba dejos de mi casa, por lo que iba caminado con mi paraguas blanco. Me puse unos calentadores de piernas y una banda a cuadros rojo, y un buzo negro con un ave en el pecho.

No tenía amigos en el colegio, yo era nueva y algo exigente en cuanto a amistades. Solo había hablado con una tal Tina.

Mis materias de hoy: Botánica, Gastronomía, Física, Química y Cálculo. No me interesó el curso de música porque creí que yo tendría que terminar de da la clase, en New York di mi primer canción cuando estaba en la incubadora!

Todo normal por el día, practique mis notas más personales entre clases y cepille mis dientes, la higiene bocal es muy importante para los artistas.

En Cálculo llegue tarde por mi higiene, y cuando llegue el profesor, con cara de perro, me indicó el único lugar libre. Era al lado de un chico bastante alto por lo que vi, sus ojos eran del color de la miel y su pelo era negro y corto. Era bastante blanco de piel y tenia una cara de perdido cuando miraba los ejercicios.

Me senté y un celular sonó.

-Denme solo un minuto- Dijo el profesor y se fue de la sala gritando por celular.

Aproveché y empecé a mirar de arriba abajo a este nuevo chico, no se había percatado de mi presencia. Era guapo y lindo.

-Hola – Dije y di mi mejor sonrisa.

El casi se asustó cuando me vio, tan fea soy? Cambié mi sonrisa por una cara algo triste.

-Ho…o.ola – dijo tartamudeando- no te sentí venir.

Su cara era de desconcierto.

-Soy Rachel Berry, es un placer- extendí mi mano.

-Rachel??-Dijo y me correspondió la mano y una media sonrisa de su cara, yse volvió más lindo aún.

-Tienes la mano helada, no quieres mi abrigo?

-Ohh –retiró su mano- no, no gracias es que….emm..

-Mala circulación de sangre??

-Si si! Eso mismo!- dijo con otra sonrisa- mi nombre es Finn, Finn Hudson.

El profesor llegó y tuvimos que dejar nuestra pequeña charla, pero sentía su mirada clavada en mí. Escondí mi rostro detrás de mi pelo para que no viera que me sonrojaba.

Finn

Como puede ser que una simple humana me haya sorprendido? No pude sentir ninguna mente acercarse a mí. Por lo general me sentaba siempre solo, los humanos me evitaban. Era común, después de todo yo era el depredador más peligroso que existe, aunque no lo saben.

Pero allí ella estaba sin rastro de sus pensamientos. Durante la clase me enfoqué más y más en leer su mente. Nada. Era frustrante, encontré a la tal Rachel y no podía saber nada de ella. No tenia ni idea de sus emociones mientas tapaba su cara con su pelo.
La Clase fue lo de siempre: me aburrooo!!. El timbre fue lo mejor que me pudo pasar. Me iba directo hacia el estacionamiento, cuando…

-Finn!

-Ah??- dije confundido.

-Perdona que no te dejara ver mi rostro en clase- estaba con sus libros en brazos, y apoyo su barbilla contra ellos – Pero no puedo concentrarme cuando un chico tan guapo como tú me está mirando.

Me esta Coqueteando?? Como saberlo, no puedo leer su mente!!!!!

-Ohhh – No sabía que decir, era la primera vez que me quedé sin palabras.

-Bueno…-Hizo una pausa esperando mi reacción- Que tal si tomamos un café.

“Si Claro” lo primero que pensé, pero algo pasó. Entre todas las voces de pensamientos que estaban en el colegio, distinguí una: Sam. Pensaba en matar, pensaba en saciar su sed. Podía sentir su odio, sus ganas de dejarlo todo, de matar. Observaba a una chica llamada Brittany que estaba dibujando con crayones en un curso desocupado.

No!, tengo que evitarlo.

-Lo siento, no puedo.

No dije más y camine lo más rápido humanamente posible para evitar sospechas. No tengo ni idea de que sintió Rachel y tuve un extraño rugir en mi interior. Que raro.

Leí otra vez la mente de Sam, estaba luchando contra sí mismo. Estaba a un pelo de una masacre para obtener la sangre de esa chica. Su Deseo me provocó sed, por lo que mi garganta ardió pero los años me ayudaron a ignorarlo.

Llegué al curso, era el de música. Sam estaba en la puerta agarrando con fuerza el marco de la puerta, haciendo una marca de su mano. Quinn llegó detrás de mí.

-Sam Vamos- lo tomó por el hombro, pero el rubio tenía la mirada puesta en la distraída de Brittany, la miraba como cuando un tigre ve a un ciervo.

Estaba a punto de lanzarse!! Lo agarré con un gran abrazo de oso y lo llevé a las rastras. Gracias al destino, no habían casi personas por lo que no notaron que lo levanté como si pesara lo que lo hace una pluma.

Lo metí en el auto, Quinn lo agarró de la cara.

-Escuchame, escuchame.

No había caso estaba petrificado.

-Necesita Casar –dije- no podemos perder tiempo, no le queda mucho de moral para combatir a su lado violento.

Me senté al volante, Quinn seguía agarrando a Sam de la cara en los asientos de atrás. Encendí el motor y aceleré al mismo tiempo que evitaba atropellar a un tal Mike. “Idiota” pensó, no te culpo Mike.

Agarré el teléfono.

-Hola

-Will, tenemos un problema.

Era hora de casar, necesitamos sangre. Evitamos la sangre humana y bebemos la de animales para sobrevivir. Todos teníamos que ir, Santana estaba en casa con Emma y Will, y Blaine iba de camino.

Sam?? Que pasó?

Rachel

“Las estrellas también fueron rechazadas” pensé y trate de convencerme. Me quede hasta más tarde en el colegio tratando de disimular lo idiota que parecí cuando Finn Hudson se escapó de mí, la nueva chica judía e irritable del colegio.

Cuando me dispuse a irme a casa, mis padres estaban de guardia (Hiram era policía y Leroy enfermero), cuando vi que una rubia me interceptó.

-Hablaste con Finn Hudson- Me dijo y quedé petrificada- lo vi.

Mi cara de confusión la invitó a seguir.

-Soy Brittany S. Pierce, animadora y futura habitante de marte.- ah??!- hablaste con el frío.

-Con quién??

-Finn es un frío- agarró fuerte de la mano, guau que fuerza – le explicaré en el auto.

Auto?!?! Me estaban raptando. Ya me imaginaba los periódicos con el encabezado “raptan a una futura estrella de Broadway”. Desastre!! Era muy joven y linda como para morir así. Quisás me descuartice y tire los restos a los perros. Tal vez me tenga de esclava en la casa para limpiar siempre sus mugres. O peor, ella sabía de mi talento y me obligaría a darle clases de música.

Dejé de estar histérica cuando britt saco unas barras de caramelo del contador de monedas de su peugeut y me ofreció uno. “Están Envenenados!!!” si claro un crimen perfecto!! Otro encabezado estaría ahora “caramelo rancio mata a futura estrella de Broadway”.

-Donde me llevas??

- a la casa de los fríos- dijo y le pegó un mordisco a su barra, al mismo tiempo que aceleraba y nos alejábamos del colegio.

- Los fríos??

- la casa de tu amigo Finn.

- No sé si es mi amigo- Dije recordando nuestro incidente y bajé la mirada.

Llegamos. Britt maneja muy de prisa, tanto que me dio gusto pisar el suelo nuevamente.

-No podemos llegar sin ser invitados

-No Hay nadie- dijo y se incorporó de un salto a las escaleras.

Una casa inmensa, blanca y rosada. Estaba en el medio del bosque. Era hermosa, tenía un ventanal grandísimo y unas escaleras de mármol. No sé mucho de arquitectura, pero el estilo era el romano. Los ángulos, las esquinas, todo era perfecto. Tanto que asustaba un poco. Brittany abrió la puerta con un alambre, genial “Futura estrella de Broadway es ladrona”.

-Qué buscamos aquí??

-Tengo que ver algo no quiero que toques nada.

-Para qué me trajiste? Cómo sabías que no había nadie?

- Uno de ellos me estaba vendo hace un rato con ganas de asesinar- que??!?! – la gente no me cree, pero tengo un tercer justo aquí- dijo señalándose la nuca- y te traje para tener testigos, Adios!

- Tes..?? Britt Britt!!- se había subido las escaleras a toda velocidad .aún más genial, testigos de qué??

Traté de seguirla, la casa tenía tres pisos, llegué al segundo y traté de buscar a la rubia. Entré a un cuarto azul, con una consola de video juegos negra y un televisor, el más grande que he visto. Tenía una cama algo chica. Habían posters de jugadores de fútbol que ni conocía. Un armario, una batería y una mesa de luz llenaban lo que quedaba de espacio. En la mesa había una foto. Un Chico de tés pálida y ojos cafés, una sonrisa de medio lado, vestido con una remera verde y una campera azul, era Finn!!

Pero sus ojos eran de color miel. En la foto claramente eran oscuros. Era raro. Revisé la mesa, revisé un cajón. Encontré un yoyo, cartas y una navaja que parecía muy antigua.

También había una carta, estaba amarillenta. La abrí y estaba escrita con tinta, con una caligrafía rara. Pareciera una nota de hace mucho mucho tiempo.
Madre, No tengo mucho tiempo. Por favor sé fuerte y sigue adelante. Como ya sabrás, perdimos. La guerra no tiene vuelta atrás. Han destrozado en el frente, ni las fuerzas del General Grouché nos podrán salvar.
Pero Madre por favor cuando leas la siguiente oración trata de recordarme como cuando partí de casa: un chico sano y alto que te amaba más que nada que el conociera. Tengo dos heridas de bala, una en el hombro y otro en el muslo, la gangrena me está consumiendo el cuerpo.
No me queda mucho, el médico dejó de prestarme atención. Soy un caso perdido. Cree en la Francia que nuestro emperador creó, cree en la vida, en la felicidad y en las segundas oportunidades.
No tengo tiempo, nos teneos que mover. Los enemigos nos comen los talones. Te Amo, recuerda que jamás dejé de sentir orgullo por ser tu hijo.
Te Ama. Finn

Sin darme cuenta estaba llorando, las lágrimas deslizaban como la lluvia. Pero ¿Emperador? ¿Francia? ¿Muerte? ¿Guerra?? No era posible, dejé la carta e su lugar entonces, Brittnay llegó.

-Tenesmos que irnos, ya!!- dijo abrumada

Me tomó de la muñeca con aún más fuerza y me arrastró hasta el auto.

Cap. 4 Preguntas