Fic Brittana - Uh...Alabastro!- Cap 13 - ACTOS Y DECEPCIONES

Como lo prometido es deuda aki les traigo una adaptación ke adaptó una amistad ya hace algún tiempo en otro foro con otra pareja...tal vez haya gente ke lo haya leído asi ke pues saben ke es bueno...en lo personal ME ENCANTÓ de allí la idea de compartirlo con usts las amantes de BRITTANA con todo mi cariño y esfuerzo les dejo el primer avance...espero saber sus opiniones


ACLARACIONES: el fic es una adaptación y modificación de una adaptación que se llevó a cabo por la grandisima escritora de fics BELENA03, ella me dió el chance de modificarle lo ke fuera necesario para ke calsara con nuestra comunidad GLEE. La idea principal es sobre una película europea basada en un libro Ucraniano....así fue como ella lo describió  de igual manera keda entendido ke es una adaptación de una adaptación de un libro y una película...asi ke ya saben la mente maestra es ella primordialmente y ya luego yo veré como acomodar los personajes y demás.

ADVERTENCIA: hay escenas un poco abrazadoras asi ke kedan advertidos....

PREFACIO

Santana López es una hermosa y exitosa joven amante del arte moderno con un record profesional impecable para su edad, lo cual la ha hecho pronta merecedora de una de las galerías de arte más famosas y asediadas de todo el estado de Boston, la Galería Holman. Su vida aparentemente normal y tranquila es solo un mal reflejo de lo que en realidad afronta; día tras día enfrenta sus demonios e intentando aparentar ser una mujer simple y exitosa. Brittany Pierce es una escultora mundialmente famosa por su exquisito talento en el talle de la belleza femenina plasmada en materiales y también por su salvaje y poco privada vida sexual. ¿Qué pasará cuando Brittany decida casualmente utilizar la Galería Holman como centro de exposición oficial para su nueva colección de piezas? ¿Qué pasará cuando se firme un contrato que acarrea mentiras y trampas? ¿Qué pasará cuando Brittany indague en el pasado tan bien ocultado de Santana? ¿Qué pasará a Santana cuando descubra las verdaderas intenciones de la escultora? Desnudarla tanto emocional como físicamente.


¿Se dejará Santana guiar por lo que siente o simplemente se seguirá escondiendo? La tensión es tangible pero el pasado de Santana pesa a sus espaldas y la vergüenza le impide soltar sus cadenas...




KE LES PARECE? LE DAN UNA OPORTUNIDAD?

BUENO AKI EL PRIMER CAPITULO ESPERO LES GUSTE  


Uh...alabastro



Capítulo 1
Paralizada



SANTANA POV




—¿Estás cerca de tu objetivo?


Asentí, recogí una pierna bajo mi cuerpo e intenté encontrar un punto en la pared color beige tras su cabeza en el cual concentrarme.


—Sí, cerca.


—¿Y las pesadillas?


—No he tenido ninguna desde marzo — suspiré y, por fin, busqué la mirada de Emma. —Vale, de acuerdo…he tenido un par — fruncí el ceño y negué con la cabeza. —Debería haber buscado un terapeuta masculino.


—¿Te resulta más fácil mentirle a un hombre?


Chasqueé la lengua.


—¿Y a qué mujer no? Vamos, ¿cuántas veces le has dicho a un hombre que el tamaño no importa?


Emma frunció los labios un momento y después agitó la cabeza, con sus cabellos pelirrojos meciéndosen alrededor mientras lo hacía.


—Vale…pero nos estamos desviando del tema.


—Tú empezaste — crucé los brazos sobre mi pecho. —Todavía no duermo por la noche, y la única razón por la que no compruebo las puertas y las ventanas es porque me obligo a no hacerlo. Así que, cuando no puedo dormir, me tumbo y me preocupo por no haberme levantado a comprobar las putas ventanas y puertas.


—Él no está en Boston.


—No, no está aquí — Miré la habitación a mi alrededor, fijándome en el elegante mobiliario de cuero antes de acurrucarme en el sillón reclinable en el que estaba. El cuero debería haber hecho que la habitación pareciera más profesional, aunque resultaba relajante y cómodo. Era extraño. Nunca hubiera imaginado que podría sentirme cómoda en la consulta de un terapeuta.


—¿Qué tal tu vida sexual? — con esa pregunta puso el dedo directamente en la herida….pero supongo que me lo merecía.


—Ausente de vaginas, pequeñas o grandes —Me miré las manos, encogiéndome de hombros. —No encuentro a ninguna mujer que me resulte sexualmente interesante.


—Quieres decir que no encuentras a ninguna mujer a quien puedas dominar en la cama, así que ni lo intentas.


Me encogí de hombros y casi me reí al imaginarme vestida de cuero negro, con un látigo en la mano.


—Bueno, esa imagen tiene su atractivo...


—No seas frívola, Santana.


Levanté la mirada y me encontré con la suya. Su rostro estaba tan serio como su voz.


—Vale, las mujeres débiles no me ponen. Y las fuertes... — contuve el aliento.


—Te asustan.


—No, ya te lo he contado antes, no me dan miedo las mujeres, ni el sexo. Me da miedo Josh Coleman, me asusta de un modo que nunca antes pensé que pudiera llegar a sentir.


—¿Cómo te hace sentir ese miedo?


Me levanté y me alejé del sillón reclinable.


—¿Por qué no tienes diván?


Emma se rio. Su risa era fuerte y sonora…y me reconfortaba.


—El diván está bastante pasado de moda. Yo prefiero el reclinable.


Miré el lustroso sillón de cuero reclinable que acababa de dejar.


—El sexo no me asusta—agregué.


—Creo que eso es lo que quieres creer.


Odiaba la palabrería psicoanalítica. Frunciendo el ceño, miré por la ventana.


—¿Cuándo te compraste el Jaguar? Me alegro de comprobar que mi dinero se está destinando a una buena causa.


—El mes pasado —Se aclaró la garganta. —Siéntate, Santana.


Volví al sillón y me senté.


—Esta tarde tengo una reunión importante.


—Sí, lo mencionaste antes. ¿Esta reunión puede dar un empujón a tu carrera en la galería?


—Eso creo. Si sale bien, la junta de dirección lo tendría difícil para encontrar una razón creíble por la que no renovar mi contrato el año que viene.


—Es importante para ti.


—El éxito es importante para todo el mundo — tomé aire profundamente; había sonado dura y enfadada. Mis siguientes palabras fueron más propias de mí. —Todavía no he conocido a nadie que disfrute con el fracaso…


—¿Tu jefe todavía es una fuente de estrés para ti?


—Es un hombre frustrado, lo sé. Y entiendo que no quiera perder su puesto en la galería. Pero no importa quién se siente en mi despacho, porque cuando llegue agosto él se habrá ido de todos modos.


—Estás disfrutando viéndolo sufrir.


Me estremecí, y después sonreí.


—Usa su poder para manipular a las mujeres.


—Su falta de respeto hacia las mujeres te hace querer castigarlo.


Joder!!!! Uy sí, yo quería castigarlo.


—Es posible...


—¿Te recuerda al hombre que te violó?


—No. No se parece en nada a Josh Coleman…..Cooter Menkins es un tipo mezquino sin capacidad de adaptación. Ha usado su estatus social y los contactos que obtuvo al casarse para mantener su puesto en Holman. Pero eso ya no es suficiente, y ahora intenta desesperadamente seguir en la cima.


—¿Ha habido algún hombre en tu vida en el que hayas confiado, Santana?


—Confiaba en Finn.


—Sí—Emma suspiró. —Pero Finn Hudson está en Nueva York. Él forma parte del pasado. Ya lo sabes.


—Vale, de acuerdo. Hoy en día no me fío de nadie —Levanté la mirada y vi que estaba escribiendo en un cuaderno amarillo. Odiaba cuando hacía eso porque nunca sabía si estaba escribiendo la lista para el mercado o creando un perfil psicológico que acabaría conmigo internada en una institución mental. La alarma que señalaba el fin de la sesión comenzó a sonar. Me levanté rápidamente del sillón.


—Hasta luego.


—Santana…


Me senté de nuevo y apreté los dientes.


—Vale, vale.


Emma extendió la mano, tomó el temporizador de su lugar sobre el escritorio y lo metió en un cajón del mismo.


—Dejando a un lado tus preocupaciones laborales, es importante que continúes haciendo progresos en el modo en el que afrontas tus problemas personales.


—Estoy aquí porque quiero solucionar esos problemas.


—Sí —asintió, e inclinó la cabeza. —Pero cuando empezamos a avanzar, retrocedes.


—Estoy haciendo todo lo que puedo.


—Quiero que pienses en el sexo, Santana.— dice crudamente y yo suspiro. —Piensa en el sexo y en el lugar que tiene en tu vida. Escribe lo que sería para ti una vida sexual normal. Cuéntame qué te hacía disfrutar del sexo antes de la violación. ¿Te gustaba el sexo duro?—


Enrojecí por la rabia y la vergüenza.


—¿Cómo iba a desear o siquiera pensar en desear sexo violento? — dije casi gritando.


—El sexo duro no tiene nada que ver con una violación.


—Ya.


—La lujuria puede hacer que la gente desee cosas que son normales cuando tienen lugar entre adultos y hay consentimiento mutuo.


—Quizá —No quería discutir sobre aquello. Me levanté. —Tengo que irme.


—Haz tu tarea, Santana.


Asentí.


—Lo haré.


Al entrar en la galería, veinte minutos más tarde, sentí que parte de mi pasado se disipaba. El trabajo que hacía en la galería Holman me llenaba de un modo que nunca había experimentado hasta entonces. No necesitaba nada.


En la planta de arriba de la galería encontré a mi ayudante, Quinn Fabray, merodeando cerca de la puerta de mi despacho. Llevaba un traje pantalón de Armani que mostraba una esbelta y atlética figura por la que muchas mujeres habrían matado. Se había cortado su cabello rubio, y me gustaba el corte de punta nuevo. Le daba un toque moderno y fresco. Algo que supongo cuadraba con la imagen que estaba intentando proyectar. Quinn era una de mis compañeras favoritas.


Cuando me uní a la galería Holman, me di cuenta inmediatamente de que Quinn Fabray estaba siendo desperdiciada en su puesto actual, y que debería ser nombrada sub-directora. Esperaba resolver esa situación cuando yo misma fuera nombrada directora. Ella me ofreció una de sus rápidas y agradables sonrisas.


—¿Qué pasa? —pregunté, deteniéndome frente a ella y echando un vistazo a mi despacho.


—El señor Menkins quiere reunirse contigo antes de la negociación del contrato de Pierce. — dijo y me entregó la carpeta que contenía el contrato de Brittany Pierce.


—¿Dónde está?—pregunté, y miré mi reloj. Francamente, lo último que me apetecía hacer era charlar con Cooter Menkins sobre el contrato de Pierce otra vez.


—El señor Menkins está ya en la sala de juntas —Inclinó la cabeza, señalando nuestra enorme sala de reuniones que estaba en el ala opuesta del edificio.


La miré de nuevo y agité la cabeza.


—Odio lo bien que te queda ese traje— dije.


—Lo compré en las rebajas —Sonrió con la petulante expresión de la mujer que se ha ahorrado un montón de dinero, y lo sabe.


—¿Te compraste un traje de Armani en las rebajas y no me avisaste? —La miré rápidamente. —Eso podría ser causa de despido.


Quinn se rió mientras yo entraba en mi despacho, tiraba mi bolso en un cajón del escritorio y cogía mi agenda. La importante reunión con Brittany Pierce en persona era mi último punto del día; resultaba curioso que esto no me pusiera de buen humor.


Mi despacho en la galería de arte era el segundo más grande de la tercera planta y tenía el aspecto de una pecera. La pared que daba a la zona de trabajo general estaba totalmente hecha de cristal. El arquitecto que había diseñado el edificio había apostado por el cristal, el metal, y un diseño moderno. Yo lo odiaba. Hubiera dado mi mejor bolso Gucci por una pared de verdad.


El resto de la habitación estaba pintado de color hueso, y el mobiliario se confundía con él. A primera vista, los visitantes podían pensar que el mobiliario surgía directamente de la alfombra. A mí me resultaba inquietante. La zona de trabajo general no era distinta, con toneladas de cristal y aluminio saliendo de la alfombra gris como si de un jardín de metal se tratase.


Cogí la carpeta que contenía el contrato de la señorita Pierce y un bolígrafo. Aplazar la confrontación con Cooter no haría que la reunión, o el día, avanzaran más rápidamente. Los hombres y mujeres que trabajaban en la zona central se mantuvieron en silencio cuando dejé mi despacho y crucé la sala. En la galería había gente que me apoyaba, y gente que no lo hacía. Cooter Menkins había sido el director de la galería durante casi quince años, y la decisión de la junta de darme su puesto había molestado a algunos de los trabajadores. Sabía que en agosto cuando me convirtiera en directora, seguramente tendría un par de puestos que reocupar.


Cuando entré en la sala de reuniones, Cooter Menkins estaba hablando por su teléfono móvil. Me senté a varias sillas de distancia de él y dejé caer la carpeta sobre la mesa frente a mí. Sólo llevaba seis meses en la galería, y había pasado esos seis meses reorganizándolo todo para que encajara conmigo. Cooter había aceptado la mayoría de esos cambios en silencio, aunque cada vez se mostraba más dispuesto a presentar batalla.


Terminó su llamada bruscamente y se giró hacia mí. Su rostro parecía tranquilo pero sus ojos le traicionaban, mostrando una irritación y un miedo que quise ignorar, y no pude. Cooter Menkins se estaba viendo obligado a abandonar un trabajo que adoraba. Finalmente, habló:


—Este contrato con Pierce es un error…


—Figgins quiere que se contrate a Brittany Pierce. De hecho, ha dejado claro que tiene un interés personal en el éxito de este contrato — sabía que se había insistido en que perder la cuenta de Pierce podría ser nefasto para mí. —Entiendo que no es un artista que tú comprarías, pero ambos sabemos que la junta tiene planes para esta galería que no estás dispuesto siquiera a considerar.


—Todavía no tienes mi puesto—Su rostro estaba rojo de rabia, pero fue la frialdad de sus ojos lo que me sorprendió.


—¿Qué es lo que más odias de mí? —contesté. —¿Mi género, mi edad, o que la junta ya no crea que sepas lo que es mejor para esta galería?


—No me gustas tú, señorita López. Tu edad y tu género no tienen nada que ver con ello. —me espetó, y entonces se sentó de nuevo en su silla. Era la primera vez que reconocía que resentimiento especial hacia mí.


—Entré en la galería Holman para llevar a cabo este tipo de proyectos.


—Lo único que estás haciendo es destrozar la galería que yo he tardado años en construir. Has introducido una serie de obras vulgares y profanas que están alejando a nuestra clientela.


—Nuestros beneficios se han doblado en los seis meses en los que yo me he ocupado de las colecciones.


—Dinero ganado con pornografía ligeramente disfrazada.


—Si tienes algún problema con el modo en el que se están haciendo las cosas, habla mejor con la junta.


Observé cómo su rostro enrojecía de rabia, pero no dijo nada. Conseguir mi fracaso y despido había sido el primer punto de su agenda desde el día en el que reemplacé a la joven y francamente poco preparada mujer que tenía en el puesto de sub-directora.


No me preocupaban sus confabulaciones. Sabía lo que quería la junta de dirección y estaba proporcionándoselo a paladas. Se abrió la puerta y ambos nos vimos obligados a poner una sonrisa en nuestros rostros mientras Quinn hacía pasar a la dueña de tan controversial contrato.


Había pasado tres días preparando mi primera entrevista con Brittany Pierce. Sin embargo, cuando mis ojos se encontraron con aquella mujer por primera vez, supe que no me había preparado lo suficiente. Mi abuelo me dijo una vez que las mujeres son como el vino. Algunas son amargas y difíciles de tragar, y otras yacen en tu lengua con una dulzura que puede hacer que se te erice la piel...


Me pregunté a qué sabría ella.


Allí estaba Brittany Pierce, tan conocida por sus apasionadas y eróticas esculturas como por su escandalosa vida sexual…la cual era un sólido y sensual recordatorio de mi cama vacía, y estaba desnudándome con la mirada mientras yo correspondía su desvergonzada inspección con otra.


Piel perfectamente nívea, ojos tan azules que le daban un toque profundo a su mirada, un fino y delicado rostro que cualquier modelo habría deseado tener. Su cabello rubio era largo y caía en una cascada lisa por su espalda con algunos mechones ondulados, al estilo que al parecer prefieren la mayoría de las personas de nuestro medio.


Sabía un montón de cosas de Brittany Pierce como artista. Sin embargo, la necesidad de saber más sobre ella como mujer salió a la superficie a los pocos segundos de verla por primera vez. No había duda en el deseo que recorría mi cuerpo. Mi reacción física me sorprendió. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que una mujer había provocado mi interés sexual.


Me levanté de la silla y le ofrecí la mano. Contuve el aliento mientras mis dedos desaparecían entre los suyos. Cálida, encallecida, y fuerte fueron las primeras cosas que pensé de su mano.


—Es un placer, señorita Pierce. Es un honor para Holman que nos tenga como primera opción para su próxima exposición.


Bien, había conseguido balbucear dos frases completas. Aparté mis dedos de los suyos y luché contra la aplastante necesidad de gatear por la mesa de conferencia y subirme a su regazo. Y me senté.


Aproveché el instante en el que Cooter saludaba a Brittany para recuperar el control. Mis pensamientos se habían visto dispersados por una lujuria pura y sin adulterar.


—Estoy aquí por usted señorita López. Su reputación la precede.- dijo y su acento suavizado me hizo recordar que tenía ascendencia holandesa.


Noté el calor subiendo por mi rostro y eso me molestó. El sonrojo no formaba parte de la imagen de mujer moderna e inteligente que había tardado más de dos años en desarrollar. La terapia, las clases de autodefensa y la determinación me habían ayudado a forjar un lugar en el mundo donde me sentía segura y con el control.


De nuevo sentada observé cómo Brittany Pierce separaba la silla que estaba justamente frente a mí. Con su magnífica estatura de entre uno setenta y tres y uno setenta y cinco, tenía la elegancia de una perfecta gacela.


Se sentó y se concentró en mí como si yo fuera la única persona en la habitación. Era el tipo de atención de la que habría disfrutado en el pasado, pero ahora hacía que me sintiera incómoda.


Por Dios, aquella mujer era impresionante.


Esperé hasta que se hubo acomodado antes de comenzar a hablar.


—Tengo entendido que tiene veintidós piezas preparadas para la exposición.


—Sí, pero siempre hay veintitrés. Es lo que esperará mi público — inclinó la cabeza y fijó su mirada en mi rostro. —Necesito a la mujer adecuada para la última pieza.


—La galería le ayudará a encontrar a una modelo dispuesta — saqué el contrato y lo coloqué frente a mí. La mujer adecuada. Evité fruncir el ceño. ¿Acababa de prometer a aquella guapísima e increíble dama que tendría a la mujer adecuada?


—Ya he elegido a la modelo.


«Ya ha encontrado a la mujer adecuada —pensé. —Una chica con suerte».


Tan pronto como descubriera quién era, la iba a odiar con toda mi alma.


—Bien, he hecho los cambios en el contrato que su abogado insistió que se hicieran y he incluido los términos que habíamos acordado previamente. Sin embargo, debo admitir que su estipulación de las condiciones legales ha sido difícil de vender a la junta.


—No me gusta compartir mi trabajo con gente en la que no puedo confiar. Si la exhibición en la galería Holman demuestra ser una experiencia placentera para mí, no tendré necesidad de retirar mi trabajo de sus hábiles manos — se detuvo, miró mi rostro cuidadosamente, y después me preguntó en voz baja: —¿No tiene curiosidad por saber quién será la mujer que pose para mí?


Me obligué a sostener su mirada, adentrándome en esos oscuros ojos azules rodeados de espesas y perfectas pestañas. Había diversión en ellos y en la curvatura de sus firmes labios. De nuevo sentí el deseo de saber a qué sabía. Dejé que mi mirada se deslizara sobre los finos y delicados rasgos de su rostro. Aquella mujer parecía un ángel caído. Un ángel caído tremendamente travieso.


Devolviéndole la sonrisa, miré deliberadamente el contrato antes de hablar.


—La galería se asegurará de que tenga a la modelo que necesite para su última pieza — empujé el contrato a través de la mesa con el bolígrafo.


Cooter Menkins gruñó cuando Brittany cogió el bolígrafo y firmó ambas copias con marcados y concienzudos trazos. Empujó el contrato de vuelta hacia mí, pero no levantó sus dedos cuando yo intenté cogerlo.


—La veré a las seis de la tarde señorita…


Levanté la mirada y me encontré con la suya, ignorando la fuerte inhalación que había provocado en Cooter aquella afirmación.


Abrí la boca, sorprendida.


—¿Disculpe?


—Usted será la modelo de mi último proyecto, señorita López—Se levantó mientras yo firmaba los contratos. —¿Sabe dónde está mi estudio?


Asentí, aturdida. Con manos sorprendentemente firmes, le tendí su copia del contrato y después me senté de nuevo. Incluso me sentí ligeramente orgullosa de haberme acordado de firmar los contratos y de darle a ella una copia. La observé mientras doblaba el contrato y lo guardaba en un bolsillo del interior de su chaqueta.


Después de un breve intercambio con Cooter, aquella condenada mujer se marchó dejándome a solas con el contrato.


Intentando no temblar, lo coloqué de nuevo en la carpeta con el nombre de Brittany Pierce en la cubierta y me levanté.


—Esto debería ser archivado.


Sin molestarme en mirar a Cooter dejé la habitación y me apresuré en llegar a mi despacho.


Quinn estaba en mi oficina cuando entré. Saltó sobre mi escritorio y sonrió.


—He contestado todos los e-mails de tu bandeja de entrada. Tienes cuatro entrevistas mañana antes del almuerzo y he confirmado los preparativos para el viaje de la señorita Sue Sylvester. Estará aquí el viernes, como estaba planeado — caminó hasta colocarse frente a mí, y me miró fijamente. —¿Y bien?


Asentí.


—Ha firmado.


—¡Joder, Santana! Eso es genial — cogió la carpeta de mi entonces paralizada mano. —¿Qué pasa?


Tragué saliva con dificultad, y negué con la cabeza.


—No te lo vas a creer.


—Vamos, suéltalo.


—Brittany Pierce quiere que pose desnuda para la última pieza de su colección.















HSTA ALLI EL PRIMER CAPITULO....ESPERO LES ESTE GUSTANDO  

Holaa!
Me encantó *-*
Debes continuarlo si o sí!
Me alegro de que hayas decidido subirlo aquí, en tu otro fic leí que tenías pensado abandonar por las normas de lemon y tal. En mi opinión coincido con muchos otros de que la mayoría de los fics en cierta parte tienen escenas eróticas (ya sean más o menos explícitas) como parte de la historia (yo escribo fics y tampoco lo sabía) y bueno entiendo que hayas decidido no subirlo por eso.
No obstante yo espero que continúes en este foro compartiendo tus historias con nosotros y si no es así que me comuniques el link para poder seguir leyéndote. Tus historias son muy buenas.
Saludos :)

Oh la la! Me encanta Brittany!  
Posara desnuda? cha cha chan..

Estoy ansiosa por ver como sigue  

he quedado muy intrigada quiero mas, aquí tendrás una fiel lectora, gracias por escribir

Fernanda Pearce! escribió:Esto se ve buenooo!!!


Estaré al pendiente de tus actualizaciones!

Ya me enamore de otra Britt en un fic! JAJAJAJA XD



Saludoss!

hola otra vez   un  gustazo tenerte por aki  aki la nueva actu  espero te guste aunke no creo ke este fic sea mas wanky ke los tuyos  

Silfide escribió:Holaa!
Me encantó *-*
Debes continuarlo si o sí!
Me alegro de que hayas decidido subirlo aquí, en tu otro fic leí que tenías pensado abandonar por las normas de lemon y tal. En mi opinión coincido con muchos otros de que la mayoría de los fics en cierta parte tienen escenas eróticas (ya sean más o menos explícitas) como parte de la historia (yo escribo fics y tampoco lo sabía) y bueno entiendo que hayas decidido no subirlo por eso.
No obstante yo espero que continúes en este foro compartiendo tus historias con nosotros y si no es así que me comuniques el link para poder seguir leyéndote. Tus historias son muy buenas.
Saludos :)

Siiiiiiiiii por dixa me dieron "permiso" de seguir aki xD y pues esta adaptacion si es bien sexosa estoy empezando a modificar ciertos terminos para ke no se lean tan grotescos pero es dificil a veces   graxs por el apoyo en serio y los buenos deseos   es un gran gusto tenerte por aki asi ke graxs y saludotes  

AndreaDaru escribió:Oh la la! Me encanta Brittany!  
Posara desnuda? cha cha chan..

Estoy ansiosa por ver como sigue  

verdad ke si????? a mi tamb m gusta muxo esta brittany es un papel fuerte y activo pero tamb desinteresado, sincero y comprometido....veras ke entre mas se de a conocer mas te enamora esa versión   jajajaja y pues ya veras si posa o no   un saludote, aki tu actualizacion espero la disfrutes

Camila18 escribió:he quedado muy intrigada quiero mas, aquí tendrás una fiel lectora, gracias por escribir

hola fiel lectora siempre está demas agrader tanto por su apoyo pero no importa muxisimas graxs por leer y comentar es demasiado motivante, aki está la nueva actualizacion allí ya me diras si te sigue gustando la historia a como va ehhhh   saludos y muxas graxs por leer

HOLA GENTE LINDA, AKI OTRO CAPITULO DE SU TELENOVELA....EHHH NO NO AKI OTRA ACTU DEL FIC ESPERO LES AGRADE TANTO COMO A MI M ESTA GUSTANDO ADAPTARLO........HE ESTADO CORRIENDO POR EL TIEMPO PERO TODO SEA POR LA LECTURA XD KE TNGAN LINDA NOCHE Y GRAXS A TOOS LOS Y LAS KE TOMAN EL TIEMP DE LEER Y COMENTAR EN SERIO.....................LAS AMO  





SANTANA POV


—Oh My Gosh…— dijo emocionada.


Oh joder, sí. Aquella maldita mujer había firmado el contrato después de que yo le asegurara que la galería le proporcionaría a la modelo que quisiera.


Me había tendido una trampa. Estaba excitada, y asustada. Sería estúpido negar que
encontraba a Brittany Pierce demencialmente atractiva.


—Santana, eso es fantástico.


Me giré y la miré fijamente.


—Dime, Quinn, exactamente, ¿qué parte de esto es fantástico?


—¡Venga! Un mujerón quiere desnudarte y esculpirte. ¿Qué demonios podría ser mejor que eso?


Estaba siete kilos por encima de mi peso ideal, y usaba la talla 37B. Nunca había sido una de esas mujeres que se obsesionan con las dietas; sin embargo, hubiera preferido ser más delgada. Además, no tenía interés en desnudarme para un artista.


Agitando la cabeza, me giré para encontrar a Quinn mirándome. Frunció el ceño, caminó hasta la puerta de mi despacho y la cerró.


Se dio la vuelta y me miró con expresión decidida.


—Santana, eres una mujer muy hermosa.


—Gracias, Quinn — yo me consideraba atractiva y no sabía cómo explicar a Quinn lo que estaba pensando realmente.


—Tienes una cara adorable y un hermoso cuerpo con curvas — extendió los brazos para mostrarme el esbelto y estilizado cuerpo que yo envidiaba en secreto. —Yo soy casi un chico.


Riéndome, negué con la cabeza y me senté en mi escritorio.


—No te pareces a ningún chico que yo haya visto.


Quinn se inclinó sobre mi escritorio.


—Mira…alguien como Brittany Pierce no comete errores. Quiere esculpirte a ti, Santana no a mí y no a la señorita Wilde Tetas Falsas de ahí afuera.


Miré a través del muro de cristal a la zona de trabajo donde estaba el escritorio de Kitty Wilde.


—¿Crees que son de mentira?


—¿Qué carajo dudas? No pueden ser de verdad —soltó Quinn. —Estoy pensando en denunciarla a la GREENPACE.


—¿Por qué?


Quinn se encogió de hombros. —No es posible que siga siendo biodegradable.


Me reí, y miré de nuevo a Kitty. Cooter estaba coqueteándole en su escritorio. Personalmente lo encontraba tedioso la mayor parte de las veces, pero era obvio por qué Kitty fingía interés. Creía que podía ayudarla a llegar a alguna parte en el mundo del arte. A pesar de su próxima retirada forzada de la galería Holman, Cooter Menkins tenía influencia.


Cooter terminó de coquetear con el peligro medioambiental y se dirigió a mi oficina.


—Sera mejor que te marches… —dije a Quinn, —…o tendrá una oportunidad para preguntarte por qué no has salido aún con su hijo.


Quinn hizo una mueca y se cruzó con Cooter justo cuando este entraba en la habitación. EI rápido movimiento lo confundió por un momento y su mirada se movió entre la silueta que salía y yo varias veces antes de decidirse por mi cara.


—¿Qué puedo hacer por ti Cooter?


—Acabo de contarle a Kitty lo del trato con Brittany Pierce. Está dispuesta a reemplazarte como modelo —Cooter se metió las manos en los bolsillos de sus pantalones, e inclinó la cabeza. —Es más joven y delgada que tú.


«Más joven, más delgada y más plástica». Miré hacia Kitty, y supe exactamente lo que tenía en mente. Se helaría el infierno antes de que yo la dejara desfilar en toda su artificial gloria ante Brittany Pierce. No estaba totalmente convencida de posar para ella, pero sabía que no permitiría que lo hiciera ella tampoco.


—La señorita Pierce ya ha elegido. Le prometí que la galería le proporcionaría la modelo que quisiera — me eché hacia atrás en el sillón y observé que Cooter se movía con nerviosismo.


Por fin, miró a Kitty y se encogió de hombros.


La señorita Tetas Falsas me miró y después volvió a su trabajo.


Mi teléfono sonó. Cooter salió de mi despacho dejando la puerta abierta, cosa que odiaba. Mientras cogía el teléfono, Quinn se acercó a la puerta y la cerró cuidadosamente. Iba a echarla de menos cuando fuera a prisión por asesinar a Cooter.


—Dígame.


—¿Señorita López?


Brittany Pierce. Su voz era suave y refinada, aunque despertaba algo salvaje y casi indescriptible en mí. Quería estar enfadada con ella por su atrevimiento, pero la verdad era que disfrutaba tanto de su arrogancia que no podía esperar a enredarme de nuevo con ella. El hecho de que hubiera llamado tan pronto me hizo pensar que quizá se sentía igual.


—Señorita Pierce me alegro de que haya llamado. No me ha dado demasiado tiempo para considerar su oferta — mi saque de apertura fue recibido con un breve silencio.


—No era una oferta…


Miré mi escritorio, suspiré, y después miré a Quinn que estaba en la zona de trabajo. Sostenía un trozo de papel con “ BRITTANY PIERCE ES UNA DIOSA SEXUAL >.< “ escrito en él con enormes letras rojas. La miré y giré mi silla para no tener que verla de nuevo a ella o a su estúpido letrero.


—Le aseguro que hay montones de mujeres que de buena gana se desnudarían y posarían para usted, pero parece que yo no soy una de ellas — aquella era una jodida mentira. Bueno, era una mentira a medias. Me resultaba fácil imaginarme desnuda con Brittany Pierce…era lo de posar lo que me dejaba fría. Me concentré en una de mis uñas y fruncí el ceño al ver la cutícula. Era el ejemplo perfecto de cómo me sentía interiormente: desaliñada.


—Tengo la sensación de que es el momento de que hagas algo distinto —dijo.


—No estoy estancada…—le espeté, y entonces fruncí el ceño, dándome cuenta de que ella no había dicho nada al respecto.


Su silencio no era cómodo. Casi podía oír la maquinaria girando en su cabeza mientras consideraba lo que mi respuesta le había revelado. Cerrando los ojos, esperé a que dijera algo. Cualquier cosa.


—No llegues tarde Santana.


Colgó. Crucé las piernas e intenté ignorar la humedad en mis medias y la sutil vibración en mi entrepierna. La rabia y el deseo se retorcían en mi cuerpo y no tener un modo de canalizar ninguna de estas cosas me hacía sentirme frustrada y profundamente confusa. Ni siquiera podía recordar la última vez que habla conocido a una mujer que estimulara mi cuerpo como lo hacía Brittany Pierce.


Giré mi silla y miré a Quinn que estaba fingiendo que trabajaba en el ordenador. Eché un vistazo a mi propio monitor y me di cuente de que mi programa de mensajería instantánea estaba parpadeando. Hice clic en la ventana y vi un mensaje de Quinn.


«Sólo una idiota rechazaría la oportunidad de pasar el verano DESNUDA con Brittany Pierce».


«Vete a la ****», contesté, y después cerré el programa.


Observé cómo se reía Quinn un momento y después giré de nuevo mi silla para mirar por la ventana.


Ella tenía razón. Brittany Pierce era una mujer atractiva y con talento, las modelos viajaban miles de kilómetros para poder tener la oportunidad de posar para ella. Debería sentirme orgullosa de que me quisiera en su estudio. Era una gran artista y sabía dar forma a una mujer. Aun así, su deseo de capturar mi alma me intranquilizaba.


Exponerme a alguien como Brittany era un paso mucho mayor que cualquier cosa en la que mi terapeuta y yo hubiéramos trabajado. No soportaba sentirme vulnerable. Había intentado con todas mis fuerzas dejar atrás mi experiencia en Nueva York, pero eso no significaba que estuviera preparada para exponerme.


A pesar de todos esos miedos y de la rabia que sentía porque Brittany me hubiera ganado, me había quedado con una fina capa de excitación que hervía bajo mi piel. Casi podía sentir sus manos moviéndose sobre mi cuerpo, la presión de su cuerpo contra el mío y la rotunda punta de su lengua abriéndose camino en mi interior.


Bajé la cabeza hasta mi escritorio.


—Vaya puta pesadilla.


Después del trabajo corrí a esconderme en mi apartamento. Llevaba dos años viviendo en Boston y había utilizado ese tiempo para crear un espacio que era único y solo mío. El apartamento tenía cuatro habitaciones, Incluyendo la cocina y el enorme baño. Mis muebles eran modernos sin ser incómodos y había usado un color crema en cada habitación. Podría admitirme a mí misma que mi apartamento era mi santuario lejos del mundo. Había aprendido, por las malas, lo cruel que puede ser la vida.


Me quité los zapatos y los dejé junto a la puerta. Después de echarle un vistazo a la correspondencia y tirar la publicidad a la basura, llevé el resto a la mesa de la cocina y me senté. El primer sobre era de Nueva York y tenía la dirección de mi ex-novio-amigo Finn en el remite. Mi relación con Finn había sido una de las pocas de mi vida que se había convertido en amistad cuando el sexo se terminó.


Parecía una invitación de boda…lo era. Fruncí el ceño mientras leía los detalles de las nupcias a contraer con una joven llamada Rachel Berry, y luego la tiré sobre la mesa. Sabía que no podía ir. Volver a Nueva York, aunque fuera para la boda de un amigo, era completamente imposible para mí.


La invitación de boda me había incomodado, y sabía por qué. Era egoísta y terriblemente cruel, pero me dolía que Finn hubiera encontrado a alguien con quien compartir su vida. Aunque sin duda se lo merecía. Finn era el mejor hombre que había conocido: dulce, tierno, comprometido, trabajador, encantador, detallista, romántico y con un tonto y descontinuado sentido del humor. Una parte muy egoísta de mí esperaba que siguiera bebiendo los vientos por mí. Enfadada conmigo misma por ese pensamiento, me froté la cara.


Me levanté, me hice un sándwich y volví a la mesa. Entonces abrí el resto de correo, hasta que solo me quedó un enorme sobre del museo para el que había trabajado en Nueva York. Temerosa, lo abrí y esparcí el contenido sobre la mesa. No recordaba haberme inscrito en la lista de correo del museo con la dirección de mi casa pero debía de haberlo hecho. Había sido un error estúpido. Los brillantes folletos publicitarios se deslizaron uno sobre otro cuando cogí un comunicado de prensa con una foto de Josh Coleman en él. Había sido ascendido y ahora tenía el puesto que yo había dejado hacía más de dos años.


Dios, lo odiaba, Me pregunté si llegaría el día en el que podría mirar su rostro y no sentir su anatomía destrozándome las entrañas. Casi podía oler su asqueroso perfume. Me enfurecía que simplemente su fotografía tuviera el poder de invadirme y herirme.


El teléfono sonó mientras masticaba el resto de mi sándwich. Salté sobre él inmediatamente, aliviada. —¿Diga?


—Hola. ¿Qué te vas a poner esta noche para ir a ver a Pierce? ¿Vas a ponerte la ropa interior a juego? Ponte el perfume que compramos en el centro comercial la semana pasada, el que lleva el nombre de aquella cantante… — Quinn hizo una breve pausa. —Oye, ¿estás ahí?


—Sí. Voy a ponerme el vestido azul y tengo planeado ponerme ropa interior a juego pero nada de perfume.


—Oh, ¡venga, Santana!


—Quinn, no tengo intención de seducir o provocar a Brittany Pierce —Miré la cocina y el correo que había dejado sobre la mesa.


—Si no echas un polvo pronto voy a tener que comprar vodka de nuevo!

Me reí, divertida por su tono malhumorado.

—¿Por qué no sales tú y echas una buena cogida? Joder, y echa otra por mí también.


Quinn resopló y después suspiró profundamente. —Los hombres dan asco, Santana. Debería empezar a ir a bares gay e intentar encontrar un amigo gay y una amante lesbiana. Entonces podría fingir que estoy en una serie de televisión y no volvería a preocuparme por la aburrida vida real.


Me incliné sobre la encimera. —Tú y yo sabemos que no vas a olvidarte de los hombres. Sin embargo, una noche de sexo salvaje con una mujer ampliaría tus horizontes.


Se rió y casi pude verla encogiéndose de hombros. A pesar de su bravuconería y encanto, Quinn era bastante dócil y dudaba que se permitiera estar con otra mujer. Charlamos durante algunos minutos más; me recordó de nuevo que me pusiera perfume y entonces terminamos la llamada. Apreciaba a Quinn. Las amigas siempre habían sido una carencia en mi vida pero eso no significaba que fuera a ducharme en perfume.


Dejé el teléfono de nuevo en su base y me acerqué a la mesa. El atractivo y cruel rostro de Josh Coleman me devolvió la mirada. Haciendo una mueca cogí la foto y la rasgué por la mitad. No significaba nada para mí. Tenía que creer eso. Lo había dejado atrás... a él y a aquella vida.


A las cuatro con treinta minutos de la tarde me obligué a meterme en la ducha. Debajo del agua fría de la ducha de masaje, intenté, en vano aclarar mi mente. La verdad era que teniendo en cuenta lo fascinante y atractiva que era Brittany Pierce, yo sabía que era demasiado peligroso involucrarme con ella. No era el tipo de peligro que marca y daña, sino la clase de peligro que hace que la sangre hierva y la carne se caliente por la impaciente pasión.


Me apoyé en la pared de azulejos de mi ducha y cogí la extensión de la regadera móvil de su soporte. Aclaré el jabón de mi cuerpo despreocupadamente y después deslicé el vibrante chorro entre mis piernas. El agua fría se abalanzó contra el calor de mi sexo haciendo que mi clítoris latiera con el dulce dolor de la excitación. Con el pulgar cambié los ajustes de la ducha y presioné con mayor firmeza contra mis labios. El agua golpeó mi clítoris de nuevo mientras movía lentamente la ducha alrededor.

¿Sería Brittany el tipo de persona que disfrutaba del placer de una mujer tanto como del suyo propio? ¿Se moverían sus manos sobre la piel con conocimiento y habilidad? Me presioné contra la pared con toda mi fuerza y dirigí de nuevo el agua hacia mi clítoris. Me imaginé una lengua moviéndose sobre mí, lamiendo mi entrada y después subiendo para acariciar y rozar mi clítoris. El peligroso y estimulador placer del roce de los dientes y después los firmes labios succionándolo.


Cerré los ojos. Tensé las piernas. Y alcancé el climax. El orgasmo azotó mi ser. Mis entrañas se tensaron en respuesta. El interior de mi vientre discordaba con la respuesta de mi cuerpo al incesante flujo de agua. ¿Había pasado tanto tiempo desde que me había sentido así? Quería una mujer, y no era tan tonta como para creer que me serviría cualquiera. Quería a Brittany. Sintiéndome momentáneamente débil volví a colocar la ducha en el soporte y respiré profundamente.


La urgencia había desaparecido. La ardiente lujuria que había estado conteniendo desde que puse los ojos en Brittany Pierce se había disipado, pero me pregunté cuánto duraría ese estado. Tenía la sensación de que la masturbación no sería un sustituto permanente para Brittany.


Cuando el teléfono sonó estaba a medio vestir. Para cuando llegué hasta él el contestador automático ya había saltado. Me detuve y esperé hasta que mi versión electrónica dijo a quién llamaba que no estaba disponible. Sonó el pitido y lo único que oí fue silencio. Después colgaron con un suave clic. Tomé aliento, irritada ante el temor que me había sobrecogido.


Aunque habían pasado casi catorce meses desde la última vez que Josh me había llamado, lo primero que pensaba siempre que tenía una llamada en el contestador era que había sido él. Cogí el teléfono y comprobé la identificación de la llamada. Era un "número desconocido". Colgué el teléfono y me quedé allí de pie unos segundos luchando contra la paranoia y el auto-desprecio. Me odiaba por permitir que Josh Coleman tuviera un lugar en mi mente. Finalmente volví a mi habitación para terminar de vestirme.


Cuando me aburrí de dar vueltas, cogí mi bolso y las llaves. No quería llegar tarde; eso permitiría que Brittany llevara la delantera...


Estaba sentada en el coche frente a su estudio, un edificio de ladrillo en el centro de Boston. Tenía los dedos aferrados con fuerza al volante. Bajé la cabeza y tras revolcarme en la autocompasión durante un par de minutos solté el volante y cogí mi bolso. Me arrastré fuera del coche, anhelando que mi disgusto fuera obvio.


El estudio de Brittany Pierce ocupaba toda la segunda planta del edificio de tres pisos. La última planta era su apartamento, aunque se rumoreaba que apenas un par de personas habían conseguido una invitación para entrar en su espacio personal. No conocía a nadie que hubiera logrado estar tan cerca de la elusiva señorita Pierce. La primera planta albergaba una exposición permanente y una pequeña galería que era de las más famosas de la zona.


Abrí la puerta y entré.


Brittany estaba hablando con una cliente frente a una enorme escultura de roble representando dos figuras femeninas. La pose era íntima y sensual, de un modo que hacía que mi estómago se tensara. La cliente estaba pasando las manos por la suave y seductora escultura de madera como si no pudiera evitar hacerlo. Sabía que no se marcharía sin adquirirla; sólo verla acariciar la escultura hacía que yo misma quisiera comprarla. Avergonzada, me recordé el agujero que había dejado en mis ahorros la compra de una creación Pierce en una subasta hace unos meses atrás.


La fascinación de la mujer hacia aquella pieza me incomodaba y me giré para echar un vistazo al resto de la galería. Una gigantesca escultura de piedra dominaba el espacio; estaba marcada como VENDIDA. Las líneas de la figura femenina eran suaves y apasionadas. Me pregunté a quién habría usado Brittany como modelo para aquel trabajo y si ella seguía aún en su vida.


Escuché un murmullo de voces y pasos en el suelo de madera y después el tintineo de las diminutas campanas sobre la puerta indicando que la cliente se había marchado. Miré a Brittany y vi cómo cerraba la puerta y las persianas junto a ella. Estábamos solas.


—Pareces preocupada, Santana.


Me aclaré la garganta. —Señorita Pierce, me gustaría hablar con usted sobre la posibilidad de proporcionarle otra modelo.


—Solo tú puedes serlo.


Caminó hasta la escalera y desenganchó la cadena que sostenía la señal de PRIVADO. La cadena golpeó la pared brevemente pero resonó de forma inquietante a través de la galería vacía.


—Mi estudio está subiendo las escaleras.


—¿Por qué yo? — solté sin poder evitarlo


—Quizá porque eres impresionantemente bella…


—Quizá eso no sea suficiente — me quedé quieta conteniendo la necesidad de pasarme los dedos por el cabello. Odiaba ponerme nerviosa.


—Tú me inspiras…


Bueno, ¿qué demonios podía decir después de eso? Yo la inspiraba y una sensación de mareo y delicia femenina me atravesó, golpeó mi ego y presionó mis labios. Me había dejado sin palabrasy sabía que eso era exactamente lo que Brittany pretendía.


¿Qué quería de mí? Luchando contra la necesidad de salir corriendo de allí, pasé junto a ella y subí las escaleras. Brittany Pierce parecía demasiado para mí. Yo había abandonado todo deseo previo de desafiarla. En su estudio, sobre una lona había un bloque de alabastro de gran tamaño. Frente al alabastro había una plataforma baja cubierta con otro trozo de lona. Me giré hacia las escaleras y la miré. Estaba en el último peldaño, mirándome.


—¿Empezamos? — ¿Yo había preguntado eso, de verdad?


Sonrió divertida ante mi pregunta, supongo que por la voz de pito con la que las palabras habían salido de mi boca.


—Sí, creo que deberíamos.


Tragué saliva e intenté ignorar el modo en el que su oscura mirada se deslizaba sobre mi cuerpo.


Su piel tenía el color suave claro pero excitante y me hacía desear lamerla. Me arrepentí de haber tenido ese pensamiento y me acerqué a la plataforma desde donde miré el gran trozo de piedra que descansaba junto a ella.


—Generalmente no usas alabastro…


—Pocas de las modelos que han posado para mí encajan en ese medio — admitió Brittany mientras cerraba la puerta, encerrándonos en el interior.


—Entiendo


Señaló un biombo que había en una esquina.


—Encontrarás una bata tras el biombo. Ponte solo esa bata.


Asentí y caminé hacia el biombo. «Solo esa bata».
La bata era de seda azul oscuro y su olor era a suavizante. Me quité la ropa con manos temblorosas y me la puse. La seda estaba fría y cayó sobre mí suavemente. Hice un doble nudo en el cinturón (mi nudo de seguridad) y finalmente me aventuré a salir de la protección del biombo.


Vi que ahora había un cojín de algodón sobre la plataforma. Era lo suficientemente grande para que pudiera tenderme sobre él.


Brittany me miró y su mirada se movió desde mis pies hacia arriba, hasta que se encontró con mi rostro. Su boca se curvó en una pequeña sonrisa.


—¿Disfrutas poniendo nerviosas a las mujeres? —le pregunté.


Levantó una ceja.


—¿Te pongo nerviosa?


Mirándola caminé hasta la plataforma, echando chispas. Brittany sabía exactamente lo que me estaba haciendo.


—¿Cómo te gustaría que me pusiera?


—Me gustaría que te tumbaras boca arriba y que sudorosa gritaras mi nombre…pero por ahora trabajaremos en la posición para la pieza.


«Boca arriba, sudorosa y gritando su nombre». Tragué saliva y di un paso atrás. Era la primera vez que Brittany expresaba su interés sexual en mí y debido a lo interesada que yo empezaba a sentirme por ella en ese aspecto su afirmación me sorprendió. La chocante admisión verbal de nuestra obviamente mutua atracción me había despojado de mi nerviosismo anterior y había introducido una nueva tensión. Aquella mujer ya no era solo una mujer que quería que posara desnuda para ella.


Brittany Pierce, ahora, era una mujer que quería desnudarme con propósitos sexuales. Unos propósitos de los que yo habría disfrutado bajo otras circunstancias. Pero no en aquella situación…no mientras no tuviera el control.


Jugueteé con el cinturón de la bata con dedos temblorosos. El doble nudo no era suficiente.


—No puedo…


Levanté la mirada y miré su rostro.


Estaba observándome confundida


—¿Me tienes miedo?


La pregunta hecha con tanta dulzura fue como una cuchilla sobre mi piel. Es difícil comprender cómo es posible que las palabras puedan traspasarte tan profundamente y tan rápido. No le tenía miedo, al menos no físicamente. Sin embargo, emocionalmente ella representaba un mundo de sensualidad y placer que me había estado negando durante mucho tiempo.


Brittany Pierce era todo lo que había buscado siempre en una mujer: fuerte, inteligente, arrogante, con talento y tremendamente atractiva. Su elegancia física me ponía nerviosa. Aquella era una mujer que conocía su propio cuerpo y que además sabía exactamente cómo usarlo para su propio beneficio. ¿Resultaría ser aquella elegancia y su aparente atención a los detalles más de lo que yo podría soportar? Es decir, si consiguiera encontrar el coraje para seducirla.


Me aclaré la garganta.


—Éste no es el tipo de relación que tengo normalmente con los artistas.


—Soy consciente de ello.


—Me gustaría decirte que no y marcharme — aparté la mirada, enfadada conmigo misma por dejarle saber lo incómoda que me sentía.


—¿Entonces por qué no me dices que no y te marchas?


Me sonrojé y miré la plataforma.


—Perder tu contrato me dañaría profesionalmente.


—¿Y crees que debería sentirme culpable por haberte metido en una situación que encuentras incómoda? — cruzó los brazos sobre su pecho y me miró fijamente.


—¿Qué acaso no te sientes culpable? — levanté una ceja al preguntarle y no me sorprendió que apartara su mirada. —No pareces el tipo de persona que normalmente tiene que recurrir a este tipo de cosas para ganarse el tiempo o la atención de una mujer.


—No, podría decir que las mujeres se me dan bien.


—¿Entonces por qué no me preguntaste?— dije molesta y haciendo una pausa. —¿Viniste a Holman sabiendo que querías que posara para ti? — pregunté lentamente y su expresión lo decía todo. Brittany no era una mujer acostumbrada a tener que dar explicaciones.


—Acudí a Holman para mi exposición por ti. Tú siempre fuiste mi objetivo Santana. Valoro las piezas que creo. Así que por supuesto quiero que se muestren en la mejor galería posible, pero podría haberlo hecho en cualquier otra galería de la ciudad— dijo casi desesperada.


—¿Por qué no me preguntaste? —demandé de nuevo, más furiosa que antes por su maniobra de prepotencia.


—Porque me habrías dicho que no.


—Así que forzaste una situación en la que no podría rechazarte — me giré y me alejé de la plataforma. —¿No crees que esto hace que la situación dé un giro?


—Quizá, pero no dejo que mis escrúpulos morales se interpongan en el camino para conseguir lo que quiero.


Estaba segura de eso. Alejándome más de ella, me detuve frente a una estantería casi vacía que había junto a una de las paredes. Un sencillo trozo de terciopelo en una de las baldas, sostenía cuatro mujeres y cuatro hombres en miniatura. Cada una era única y estaba bellamente tallada.


—¿Qué es esto?


—Forman parte de un proyecto en el que estoy trabajando para mi abuelo.


La miré un momento y dejé que mi mirada volviera a las figuras mientras Brittany se aproximaba.


—Son preciosas.


—Gracias — cogió la primera pieza tallada en palo de rosa. —Ésta es mi abuela, Lian. Llegó al continente americano solo con una bolsilla de ropa a su espalda y una niña. Había escapado de Holanda en un momento en el que parecía imposible. Una vez aquí trató de encontrar al padre de su hija.


—¿A tu abuelo?


—No. Mi tía Simone es totalmente Holandesa — cogió otra talla. —Ésta es ella, es médico en Nueva York. Cuando mi abuela se dio cuenta de que nunca encontraría a su amante aceptó un trabajo en un supermercado de Dutch~town. Mi abuelo la encontró allí y según dice, inmediatamente sintió un deseo irrefrenable por ella, ese deseo se convirtió rápidamente en amor. Le prometió el mundo y aceptó a su hija de dos años como si fuera suya. No han pasado ni una sola noche separados durante todo su matrimonio.


Su relación no fue fácil. Tuvieron problemas, pero se las arreglaron para sobrevivir. Tuvieron tres hijas y un hijo — rozó la tercera figura masculina con un dedo. —Mi padre Jhonathan, era su hijo. Las otras mujeres son las esposas de mis tíos.


—¿No tuvieron nietos?


—Todas fuimos chicas —se rió suavemente. —Aunque el abuelo espera que algún día yo tenga un hijo. Tiene ciento dos años y como puedes imaginar está impaciente por que cubra esa demanda.


—¿Cuándo piensas entregarle las figuras?


—La próxima vez que vaya a Nueva York — se aclaró la garganta. —Deberíamos empezar a trabajar.


Pasé junto a ella y caminé hasta la plataforma.


—No estoy segura de poder hacer esto.


—No te voy a hacer daño.


—Todos dicen eso…— me obligué a quedarme quieta mientras ella caminaba hacia mí. Se detuvo cuando estaba a punto de tocarme.


—Yo no soy como el resto de las personas de tu vida.


—Ya lo sé — no era como nadie que hubiera conocido antes. Tomé aire profundamente. —¿Cuánto tardaremos?


—Las primeras dos sesiones serán de unas dos horas.


Dos horas. Ciento veinte minutos desnuda con una mujer a la que no conocía. Tomé aire y me obligué a mirarla a la cara. Me pregunte si Brittany pensaría que estaba loca. Jabón y un ligero toque de aroma oriental acariciaron mis sentidos.


Su aroma era sumamente femenino pero había algo más. Después de un momento lo localicé…era madera de sándalo y almizcle avainillado. Me humedecí el labio superior. Tomando mi mano, me guio cuidadosamente hacia la plataforma y me ayudó a subir a ella.


Sus dedos se libraron rápidamente de mi nudo de seguridad...


Abrió la bata...y la dejó sobre mis antebrazos...









CHAN CHA CHANNNNNNNNN KE FACIL RESULTÓ SANTANA NO????????????  BYE BYE BESOS

wooooooooooooowwww me encanta me encanta, aqui tienes otra fiel lectora y dale mis felicitaciones a la artista que haya creado esta historia y por supuesto, tu te mereces otro gran pack por adaptarlas para las brittana shiper

Oh.. me ha encantado.. tdo los 2 caps & sobre todo este.. me atrapaste!
En serio!
Espero no tardes en actualizar!

gatituu *_* escribió:..te lo dije en MP y te lo vuelvo a repetir... TE ODIO. . (sabes q va con amor, x mas hipocrita q suene.. odiar con amor???   solo a mi se me ocurre)...

esta amistad puede correr peligro..(ok, no es cierto  )

ahora vamos a la cuestion de xq mi ira repentina hacia vos.. me voy a extender un poco pero no importa, cuando las emosiones entrecruzadas se apoderan de mi cabeza suelo hacerlo, asiq vas a tener q leerlo hasta el final, esa sera mi venganza (x ahora  )...

xq te odio?????.. muy simple, tengo parciales los cuales tengo q promocionar, (x voluntad propia me lo propuse a no conformarme con simples aprobados), por lo tanto, no podia engancharme con los fics, xq me conosco me pongo idiota y actualizo la pag cada 2 minutos para ver si actualizaron...

siguendo con la histooria.... q se me ocurre hacer hoy? ir a ver tu fic, xq ese aviso importante q pusiste como titulo me llamo la atencion, junte las piezas con lo q dijiste la otra vez y me preocupo q lo vayas a cerrar... lei todo y vi q tenias otro fic (pero como mentalmente sabia q no iba a leer fics x un tiempito, no hice caso), no comente xq me centre en mis estudios y digo "mañana le comento"... pero, cuando iba a apagar la compu, veo q habias respondido y x ultimo el enlase del nuevo fic... llamada x mi maldita intriga pense "ohhh vamos a ver el nuevo capitulo, total no creo q sea muy largo, sera un prólogo y como es el primer capitulo nada de q preocuparce.."..  la cosa q el primer capitulo y me enganche.. EL PRIMERO!! nunca me paso con ningun fic, (sin menospreciarlos, pero el primero nunca me llama mucho la atencion, x lo q generalmente espero hasta el 4 o 5 capitulo para leerlos).. pero este ya me engancho, encima vuelvo a la pag principal y veo q pones el 2! y no pude sacar mi nedo del mause para hacer click y leerlo...  

yo nose como estan mis sentimientos ahora, si seguirte odiando xq se q mañana voy a estar fijandome si actualizaste, (x lo tanto no estudiar como deberia), o suplicarte q actualices asi poder saciar mis deseoos de leer el 3 capitulo...  

..ahora cambiando de tema... vamos a lo importante..y aunq suene bastante bipolar...
Tatiiii amiga.. cuando actualizas???  

ajajajajajajaa.. termino mi momento LOL, y te felicito, la verdad q me acuerdo de vos, cuando me planteabas tus dudas sobre escribir o no un fic xq no te animabas (xq la señorita decia q no era buena!) y mirate ahora, y mirame a mi ahora suplicandote y preguntandote cuando actualizas... jajajajaja... (se q el fic, originalmente no es tuyo, pero al modificarlo y adaptarlo, x mas q se siga con la trama y todo, siempre ponemos algo nuestro  .. q eso lo tomo como tu fic)

muchos besotes.. 

NOOOOOOOOOOOOO NO ME ODIES  enserio lamento lo de tus parciales pero pues tu eres la ke me motivo a ser parte activa dl foro y pues jamas pense ke te iba a gustar tanto cm para no poder estudiar xD jajajajajaja y noooooooo cm dices eso ke terminaremos la amistad???? jamassssss   naaaaaaaaa si kieres no actualizo hsta ke termines los parciales para no ser factor d distraccion, ke te parece la idea??????
(hablo en serio u.u) y pues ya sabes todo lo ke soy lo he logrado por ti...asi ke muxas graxs n serio   y pues ya actualizo lo prometido es deuda no?????????? deja de perder tiempo fijandote tanto en la página cuand tu m digas ke me aguarde una actu hsta ke tngas tiempo yo lo haré cn muxisimo gusto ehhhh  

Elisika-sama escribió:wooooooooooooowwww me encanta me encanta, aqui tienes otra fiel lectora y dale mis felicitaciones a la artista que haya creado esta historia y por supuesto, tu te mereces otro gran pack por adaptarlas para las brittana shiper

ke bien ke te guste ehhhh, graxs fiel lectora por dejar tu opinion hacerca dl fic.....y sii le diré d tu parte a belena ke le amas el fic xD aki dejo otra actu espero te guste ehhh   besos

Elita escribió:Oh.. me ha encantado.. tdo los 2 caps & sobre todo este.. me atrapaste!
En serio!
Espero no tardes en actualizar!

ahhh ke gusto ke te guste y ke seas lectora ehhh muxas graxs por tu apoyo....aki otra actu para atraparte mas xD jajajajaja besos  

HOLASSSS aki nueva actualización especialmente dedicada a gatituu *-* porke ella es una genial y no seria actualmente una "autora" d fics aki sino fuera por ella   asi ke a leer se ha dixo y muxas graxs por su tiempo ehhh

ACLARACIONES DEL CAPÍTULO: No se si ustedes recordarán kien es el Josh Coleman ke es el villano dl fic??????????? pues si es el mismo ke ofende a Santana en el episodio 7 d la 3era temporada y las ke no recuerdan es él https://2img.net/h/i668.photobucket.com/albums/vv46/verti-ho/DavidWilsonPage01.jpg

Tambien tngo ke decir ke emmm el fic original tiene un vocabulario....pasadoo de hardcore en algunas escenas y la vrdd no me siento cómoda publicando eso   asi ke lo modifico d la forma mas pulcra y conveniente ya ke pues algunas expresiones no son para nada sexies y suelen tornarse vulgares NO ME KEJO DEL FIC PORKE CUANDO LO LEO NO SE ME DA NADA ESE VOCABULARIO es solo ke cm tngo el chance d cambiarlo m gusta dar una expresion mas profunda, emocional y sensual no sé :P y pues en cuanto a la adaptación IMAGÍNENSE ke el personaje ke es originalmente el ke ocupa santana es super algo, gruesita, blankisima asi como ke alvina, pecosa, ojos verde oscuro, PELIRROJA......osea es todo lo contrario a santana xD y el personaje ke ahora le doy a britt-britt es tambien originalmente SUPER baja d estatura, morena, pelo negro y super corto, rasgos fieros, duros y andróginos OSEA NADA KE VER los personajes originales cn las brittana es por eso ke tngo ke modificar TAAAAAAAAAAAAANTO para ke calse todo bien....hsta las nacionalidades y lugares nombrados tngo ke pensar xD asi ke emmm si algun dia se me va un error por alli con lo ke respecta a la apariencia fisica hagamenlo saber tambien con los pronombres porke a la hora de adaptar me he dado cuenta ke la autora usa pronombres y conjugaciones masculinas cuand se trata de dos chicas asi ke ya saben si ven algo extraño LES EXIJO KE ME LO HAGAN SABER y sin mas ke decir a leer   ke tengan linda noche





Sus dedos se libraron rápidamente de mi nudo de seguridad...


Abrió la bata...y la dejó sobre mis antebrazos...


—Confía en mí— dijo en voz baja como si estuviera pidiendo el mayor de los favores.


—¿Qué tipo de confianza puede garantizarme una extraña?


—Confía en que llevo creando belleza toda mi vida y nunca en mis treinta años he pensado en destruirla — se aclaró la garganta sin que su mirada se apartara jamás de la mía. — Cuando era pequeña, mi padre coleccionaba mariposas. Cuando cumplí ocho años me dio la colección que había tardado años en reunir. Me sentí devastada ante toda aquella belleza sin vida. Como puedes imaginar mi padre no sabía qué hacer conmigo.


—Sí, me lo imagino— tomé aliento cuando sonrió con dulzura.


—No puedo comprender cómo puede alguien admirar la belleza y luego destruirla en un intento de mantenerla consigo. Al final enterramos aquella colección de mariposas en un pequeño funeral en el patio trasero.


—Yo crecí en un edificio de apartamentos de Nueva York — tragué saliva y mantuve mis ojos en su rostro. Apenas podía creer que Brittany no hubiera apartado la mirada de mi rostro ni siquiera por un momento.


Dejé caer la bata y un escalofrío corrió por mi espalda mientras la seda bajaba por mi híper-sensibilizada piel hasta caer totalmente a mis pies.


Estaba expuesta… vulnerable ante ella.


Me asustaba poder complacerla. Me asustaba no poder hacerlo.


Habían pasado dos años desde la última vez que había estado desnuda frente a otra persona. Desnudarse para alguien era algo íntimo, mucho más íntimo de lo que yo me había permitido en mucho tiempo. En alguna parte del camino le había dado a Brittany la confianza que me pedía.


Expuesta y preocupada vi cómo retrocedía un par de pasos. Permanecí inmóvil mientras la mirada de Brittany dejaba mi rostro en cámara lenta y vagaba firmemente sobre mis pechos para después descender más…


Inhaló bruscamente…contuvo el aliento y después lo liberó como si se hubiera olvidado de cómo respirar.


Su reacción me ayudó a dejar escapar parte de la tensión que había estado enroscándose en mi interior. Nadie puede permanecer impasible ante la admiración de alguien.


—Acuéstate… —dijo amablemente.


—¿De lado? —pregunté deseando que mis entrañas dejaran de temblar.


Asintió en silencio, sostuvo mi mano hasta que estuve de rodillas y entonces me liberó. Encontré su mirada y no vi nada excepto aprobación.


Dios, aquella mujer era increíble y su aprobación significaba más para mí de lo que había esperado.


Retrocedió un par de pasos y se detuvo para mirarme. Sus ojos se movieron desde mis pies hasta mis piernas, después hasta mis pechos y finalmente hasta mi rostro.


—Preciosa — se giró y cruzó la habitación para tomar algo. Volvió hasta mí con un trozo de seda roja y la sostuvo frente intercambiando la mirada entre yo y la tela. Brittany se detuvo y entonces agitó la cabeza y se alejó de nuevo. Esta vez trajo un pequeño cojín que coloco bajo mi cabeza.


Sus dedos se movieron por mi cabello, extendiéndolo sobre el pequeño cojín. Entonces colocó la seda cuidadosamente sobre mi pecho. Mis pezones se irguieron inmediatamente, estimulados por el roce del suave material. Sus suaves dedos rozaron mi hombro mientras el material se deslizaba bajo mi brazo y caía a mi espalda.


La seda acariciando y cayendo por mi espalda envío una oleada de conciencia y excitación por mi espina dorsal. Aparté la mirada mientras Brittany se arrodillaba en la plataforma frente a mí.


Intentando mantenerme inmóvil mientras sus manos se movían sobre la línea de mi cadera, me concentré en el aún intacto bloque de alabastro. Brittany movió su mano hasta mi muslo, empujó mi pierna izquierda hacia delante y deslizó la seda entre mis muslos para cubrir mi sexo. Luché contra la necesidad de moverme hacia ella y de animarla a que siguiera tocándome. ¿Me deseaba del mismo modo en el que yo la deseaba?


La seda fría al principio sobre mi piel, se calentó con mi roce. Me sentí enrojecer e intenté pensar en algo horrible para evitar que mi cuerpo respondiera a una atracción que Brittany parecía no tener interés en explorar en ese momento. Su roce había sido tan impersonal que me sentía desamparada. Era difícil recordar que no estaba en una situación personal íntima, y que para ella aquello era trabajo.


Cerré los ojos un momento mientras Brittany llevaba la seda de nuevo sobre mi muslo, cubriendo mis "partes íntimas" pero dejándome en un estado de desnudez que era increíblemente estimulante.


—No sabía que cubrías a tus modelos— dije sin poder contenerme.


Me miró a los ojos y asintió.
—Es una pena cubrirte, pero cuando te vi por primera vez fue lo primero que pensé — y bajó de la plataforma.


—¿Estás cómoda?


Sorprendentemente lo estaba.


—Sí.


Me dejó y volvió con un enorme cuaderno de dibujo. Se sentó en el suelo a medio metro de distancia de la plataforma.


—¿Qué estás haciendo?


—Voy a pasar un par de sesiones dibujándote. Una vez que elija la pose final, comenzaré a trabajar la piedra. Los esbozos me permitirán trabajar en la obra cuando tú no estés aquí.


No tenía nada que hacer excepto observarla. Y eso era suficiente.


Brittany tenía unas poderosas y cuidadosas manos…manos que se deslizarían y dedos que se hundirían entre la carne brindando calidez y placer. ¿Sería una amante cariñosa o tomaría a la mujer bajo ella y la devoraría con ansia?


Casi podía sentir su cuerpo fuerte y grácil moviéndose contra el mío…entre mis piernas y en mi interior. Mi vientre se tensó contra la nada y tuve que morder mi labio inferior un momento para evitar gemir.


Me concentré en su rostro de nuevo. Era perfecto...sus pómulos definidos y la forma perfecta de sus cejas. La línea de su rostro era delicada y femenina de un modo que me hacía desear tocarla. Tenía un cuerpo fantástico, podía adivinar bien la forma de su delgado torso y pecho que se asomaban por la camiseta, los hombros pequeños pero definidos y marcados…pero no demasiado. Era una artista que se expresaba en un medio físico, así que era de esperar.


Cuando estaba en la universidad salí una vez con una chica de su complexión…pero no había comparación. La diferencia era abrumadora. Mis recuerdos de Marley eran un frenesí de uniones físicas que me dejaban adolorida y rogando por más. Marley me había enseñado muchas cosas sobre mí misma y sobre cómo complacer a una mujer.


Pero Brittany no era una chica universitaria. Era intensa y apasionada, era el tipo de mujer a la que la mayoría de las mujeres no se pueden resistir, al menos en algunos aspectos. Todas sus obras de arte incluso las más pequeñas de su galería eran sensuales y estaban llenas de erotismo. Yo admiraba su trabajo desde hacía años y ahora estaba esculpiéndome a mí. Si alguien me hubiera dicho que conocería y posaría para Brittany Pierce el mismo día, me hubiera reído.


EI silencio de la habitación era sorprendentemente reconfortante. Era extraño porque yo adoraba el ruido y generalmente tenía la radio o la televisión encendida cuando estaba en casa. ¿Por qué el silencio era más fácil de soportar con ella?


—¿Tomarás fotografías?


—No — levantó la mirada y se encontró con la mía —Nunca fotografío a mis modelos…


Aquello era un alivio. Tener dibujos míos era una cosa, pero fotografías en color era otra. ¿Qué mujer normal querría que su trasero quedara inmortalizado en color?


Me estremecí ante el pensamiento de la cámara. Durante la terapia con la Emma habíamos hablado de las fotografías que me habían tomado durante el examen médico en el hospital después de la violación. Aún podía recordar el débil clic de la cámara y el flash iluminando mi demacrada anatomía. A pesar de mis esfuerzos para no dar a conocer mi reacción Brittany lo notó y había dejado el cuaderno a un lado.


—¿Estás bien?


—Sí.


Se echó hacia atrás, apoyándose sobre sus manos y me miró.


—Pareces algo disgustada…


—Estaba pensando en algo desagradable… — dejé caer mi mirada en el trozo de suelo que se extendía entre nosotras. —…pero estoy bien.


Tomó su libreta y volvió al trabajo mientras yo intentaba dejar el pasado a un lado. Últimamente me parecía más fácil apartar lo que me había pasado en Nueva York. Nunca abandonaba mis pensamientos pero ahora parecía doler menos y enfurecerme más. No había sido fácil para mí traspasar el punto del dolor y la traición. Quizá hubiera sido más fácil llegar a la fase de rabia si no hubiera considerado a Josh Coleman como un amigo. No es que fuera un amigo íntimo, pero tampoco era un extraño. Hasta que llegó ese momento en mi despacho cuando me di cuenta de que era peligroso…nunca pensé ni por un momento que pudiera hacerme daño.


Miré a Brittany y la encontré trabajando atentamente. Había algo especial en ella y era algo más que sus habilidades artísticas. Me sorprendía que yo tuviera la capacidad de inspirar a una mujer como ella. Había viajado por todo el planeta y era una de las escultoras más solicitadas del país. Sus obras embellecían los vestíbulos de incontables edificios alrededor del mundo. Hombres y mujeres de todas partes hacían larguísimos viajes para acudir al lugar donde yo estaba tumbada.
Brittany pertenecía a un universo de belleza que yo podía mirar pero del que nunca sería parte realmente. Mi pasión por el arte, tanto clásico como actual, me había ayudado en los difíciles años con mis padres y durante la mudanza a Boston. Aun así, nunca había llegado a comprender realmente qué significa ser un artista.


Me moví e hice una mueca cuando el piramidal de mi muslo se tensó. Estar sentada e inmóvil había provocado que mis músculos se volvieran algo rígidos.


—Necesito estirar las piernas— le hice saber


Brittany se levantó y caminó hacia mi hasta la plataforma.


—¿La pierna?


—El muslo — tragué saliva cuando se sentó en la plataforma y me hizo un gesto para que me pusiera boca arriba. —Déjame ayudarte


—Ok… — me moví y extendí las piernas. No sirvió de nada.


Brittany recorrió mi músculo piramidal con sus fuertes dedos antes de usar ambas manos para elevar mi pierna y moverla. La seda roja descubrió mi sexo revelando los húmedos bellos que lo cubrían. La observé con los ojos entrecerrados mientras suave pero firmemente ella masajeaba mi muslo. Suspiré cuando dicho músculo comenzó a relajarse bajo su mano.


—Levántalo un poco.


Coloqué la planta del pie contra la almohada sobre la que estaba tumbada y lo levanté ligeramente mientras sus manos se deslizaban al subir por mi muslo, casi hasta el hueso de mi cadera, para detenerse y después viajar lentamente de nuevo hacia abajo. Aquella mujer estaba intentando matarme.


Me mordí el labio inferior y tragué saliva para evitar hacer sonidos. Entonces me miró, sus ojos vagaron hasta mis pechos y después hasta mi rostro.


—Eres una mujer muy hermosa…


—Gracias.


—¿Mejor?


Asentí y me aparté de Brittany cuando separó sus manos. Sabía que estaba a punto de abrir las piernas y pedirle que me tomara como fuese que quisiera.


—Ya estoy bien.


—De acuerdo.


Después de un par de segundos de mirarme, asintió y se levantó. La miré mientras volvía a su lugar en el suelo y recogía su cuaderno de dibujo. Esperó hasta que volví a la posición que habíamos acordado y coloqué la seda de nuevo en su lugar, antes de empezar a trabajar de nuevo. Mi excitación hacía que permanecer inmóvil me resultara casi imposible.


De repente Brittany me habló.


—Platícame algo.


Fruncí el ceño.


—¿Perdón?


—Cuéntame qué tal te ha ido el día.


Suspiré.
—Bueno, he tenido una buena mañana pero la tarde ha sido un infierno.


—Oh, ¿en serio?


—Sí…una arrogante mujer me manipuló para que posara desnuda en su estudio.


—Debe de ser realmente horrible ser tan hermosa…


La miré y vi que una sonrisa se había deslizado en sus labios mientras miraba atentamente el papel frente a ella.


—¿Es esa la razón del porqué estoy aquí?


—La belleza es algo maravilloso y diverso. He conocido a mujeres que quizá no encajan con la definición tradicional de belleza pero fueron absolutamente hermosas para mí…y después hay mujeres como tú: un rostro precioso, perfecta en mil maneras y con esas curvas...— hizo una pausa vagando su obscura mirada sobre mi cuerpo para después continuar. —Mi abuelo diría que eres como diez kilómetros de mala carretera, llena de curvas sinuosas y peligrosas, desafiante y emocionante al explorarla.


—¿Y tú quieres explorarme? — pregunté con poco aliento sin poder evitarlo.


Ella levantó la mirada.


—De todos los modos posibles.


.—¿Le dices eso a todas las mujeres que traes a tu estudio?


Se levantó de inmediato y caminó hacia mí .Se sentó en el borde de la plataforma y me pasó el dedo por la línea de la mandíbula.


—Santana…— el modo cariñoso en el que dijo mi nombre, combinado con el suave roce de sus dedos sobre mi rostro me hicieron desear abrazarla. —…cuéntame por qué tienes esa imagen tan pobre de ti misma—


Me sonrojé y necesité hacer un gran esfuerzo para no moverme.


—No sé a qué te refieres. Estoy aquí acostada y desnuda. ¿Qué más quieres?


Siguió mirándome sin decir nada. Me sentí casi penetrada por su mirada, como si estuviera leyendo mi alma. Sus oscuros ojos azules tomaban todo de mí y finalmente me moví incapaz de controlarme.


Sus ojos se oscurecieron aún más permitiéndome ver su respuesta a mi acción. Ella me deseaba a pesar de la imagen fría que estaba representando.


En silencio, Brittany me observó mientras yo jugueteaba con el cojín.


La seda roja se deslizó por mi piel y sentí que me sonrojaba cuando mis pezones se irguieron más al ser empujados por el material. Posó sus ojos sobre mi pecho…se pasó la lengua por el labio inferior. Yo tragué saliva casi pudiendo sentir su boca sobre mí. Tenía los pezones tan duros que me dolían. Moví las piernas y vi cómo su mirada se movía por mi cuerpo hasta ellas. Deseé no llevar la seda puesta. Quería que ella viera lo húmedo de mi sexo para que supiera cuánto la deseaba.


Suspiró profundamente y se levantó.


—No estás tan desnuda como tú piensas que estás…


—He hecho exactamente lo que me has pedido ¿Qué más quieres? — mi respuesta fue brusca y dura. Me arrepentí de haber perdido el control, pero me había dolido que rechazara mi respuesta sexual.


—Creo que sabes a lo que me refiero…pero te escondes a ti misma más de lo que escondes al mundo.


Vi cómo se alejaba de la plataforma. Se giró para mirarme mientras la tensión crecía entre nosotros y entonces bajó los ojos al suelo.


Durante un largo momento no dijo nada, y yo no fui capaz de dejar que el silencio persistiera.


—¿Qué más te da?


Brittany recogió la bata del suelo.


—Hemos terminado.


—No han pasado dos horas — presioné mis labios brevemente. Había hecho lo que me había pedido, y su insatisfacción me ponía furiosa.


—No, pero estás demasiado tensa para continuar.


—Lo siento.


No quería disculparme. Por un momento me permití un poco de auto-desprecio por la disculpa.


La situación era ridícula. No importaba cómo intentara justificarme, seguía sin estar cómoda con la idea de posar para ella. Decir que no a Brittany Pierce parecía imposible. ¿Quién era ella para entrar en mi vida y empezar a pedir mi tiempo y atención?


Pensé en mi vida antes de que ella apareciera y la odié por recordarme una de las cosas que había perdido….control.


—Vístete y te acompañaré a la salida.


Me levanté y dejé que la seda cayera. Brittany me tendió una mano para ayudarme a bajar. Dejé que mis dedos se cerraran sobre su palma un momento antes de soltarla. En silencio me ofreció la bata.


La miré brevemente, la descarté, y caminé hasta el biombo. Me vestí rápidamente, aliviada porque la sesión hubiera terminado. Allí, de pie, con mi vestido puesto seguía aún sintiéndome desnuda. Mi todo vibraba entre mis muslos y tenía los pezones increíblemente erectos. Cogí mi bolso, dejé el biombo y me enfrenté a la razón por la que mi cuerpo había reaccionado con tanta fuerza.


Brittany estaba junto a las escaleras con la puerta abierta de nuevo. Levanté la barbilla y caminé hasta ella.


Pasando a su lado, bajé las escaleras. Al final, me detuve y me pregunté si aquel final precipitado significaba que había cambiado de idea respecto a que fuera yo la que posara. Se acercó a mí y me acompañó a la salida.


Mientras sacaba sus llaves para dejarme salir tomé aire profundamente y dije:
—Señorita Pierce...


—Brittany —me corrigió. —Mis amigos me llaman Brittany.


No estaba segura de querer ser su amiga.
—¿Quieres que vuelva mañana?


—Claro — giró la llave en la cerradura y me abrió la puerta. —Pediremos algo de comida y pasaremos algo de tiempo juntas antes de intentarlo de nuevo.


Caminé rápidamente hasta mi coche y la miré mientras abría la puerta del conductor. Seguía pensativa justo donde la había dejado al salir.


No tenía sentido involucrarme con una mujer, sobre todo ahora que mi carrera iba por buen camino. Debería haberme sentido agradecida por su contención y rechazo…pero en lugar de eso me sentía rechazada y enfadada.


Me coloqué el cinturón de seguridad y encendí el motor. Brittany cerró la puerta mientras encendía luces de la planta. El deseo me estaba consumiendo, saqué el coche del aparcamiento esperando ser capaz de llegar a casa antes de rendirme a la necesidad de volver a ofrecerme placer como una precoz e inmadura niñata…







ke les pareció??????????????????????  

Jaja me atrapaste de nuevo, linda! XD
Naah! En si la historia esta interesante, me gusta mucho :)
Asi que.. espero que actualices pronto & me sigas atrapando! ;)

me sigue gustando tu fic, tiene una lado misterioso que me intriga. leí los capitulos camino a la universidad pero de mi celular no puedo comentar, no olvides que soy una lectora fiel ajaja esperando el próximo gracias por escribir

Tu adaptacion es increiblemente buena, me ha encantado y espero tu pronta actualizacion!

Holaa!
Me encantó el capítulo *-*
Fíjate si estoy intrigada que busque el original (el de Belena que mencionaste) y lo encontré, pero dije mejor no. Prefiero tu adaptación con Brittana!
Así que por favor, actualiza pronto que la historia está muy interesante :3
Estaré esperando el siguiente capítulo.
Besos!

HOLAAAA....COMO SIEMPRE UN HONOR RECIBIR Y LEER SUS HERMOSOS REVIEWS....OTRA ACTUALIZACIÓN MAS ESPERO KE LES GUSTE  

Tat-Tat escribió:Jajajaja Belena es genial como escritora.
Yo leí este fic en su formato original, pero se me había pasado por la cabeza a las Brittana en esta situación.

Siguele pronto!

siiiiiiiiiii Belena es una increíble, grande y super ultra mega talentosa escritora...de hexo empecé a leer en Tatu Foro por ella y sus historias   es algo innato en ella   y pues ke te diré desde ke lei ese magnifico fic siempre dije "SERIA GENIAL EN LAS BRITTANA" y pues eme aki...me dio permisos y derecho de autor para compartir la adaptación aki   aki una nueva actu espero te guste  

Elita escribió:Jaja me atrapaste de nuevo, linda! XD
Naah! En si la historia esta interesante,  me gusta mucho :)
Asi que.. espero que actualices pronto & me sigas atrapando! ;)

Jijiji será ke te atrapé??????????? awwwwwww muxas graxs por comentar siemp y apoyar mis fics hermosa   espero te siga gustando   espero volver a atraparte ;)

Camila18 escribió:me sigue gustando tu fic, tiene una lado misterioso que me intriga. leí los capitulos camino a la universidad pero de mi celular no puedo comentar, no olvides que soy una lectora fiel ajaja esperando el próximo gracias por escribir

gatituu *_* escribió:...TIERNAAAA! me dedicaste el capitulo?? awwwwwww :(y):gracias Tatin...
yo te di el empujoncito para q te animes no mas nena, como tambien lo hicieron conmigo, el resto es todo tuyo.. lo q si concejo, ahora estas entusiasmada con este fic, xq es nuevo y le ponemos toda la garra, pero al primero no lo abandones xq es tu bebe, yo me arrepiento no de haber seguido con el mio y ya es muy tarde para retomarlo... asiq vos no hagas lo mismo no lo dejes, si los capitulkos tienen q ser mas cortos, xq no estas mas inspirada para escribir mas, q sean mas cortos pero no lo dejes sin darle un final...

noooooooo, no no... no dejes de actualizar, yo me voy a hacer tiempo si o si, ademas yo creo q las demas lectoras me lincharian si te pidiera eso jajajaja  no importa y si no alcanzo lo leere al otro dia, no te preocupes... era una broma, se hacer ekilibrio entre la facu y el foro...

con respecto al capi... uffff, como q fue muy ertotico, hay una tension sexual q lo notamos hasta nosotras q lo leemos... pero no entiendo xq cuand Santana en un momento le dio una señanal a Brittany, esta se paro y practicamente la hecho... pero bueno tendremos q esperar a ver q pasa...
cambiaste muchas palabras vulgares?? jajajajajaja... es verdad al leer no lo notas no te oparece extraño, pero cuando tenes q escribirlas es raro y algo incomodo, no por samaritana, pero se siente raro... jajajaja...

Besotes nena..
 

obvio no voy a dejar a mi primer hijo xD jajajaja de hecho estoy muy emocionada cn Twin Flames! muchas cosas ke compartir todavia :D igual sabes ke siemp te estaré agradecida por todo el apoyo consejos y palabras dichas  eso de la señal ke da santy a britt ke ella parece ignorar o rechazar keda pendiente y en proximos capítulos Britt dirá a santana del porke de su actitud jajajaja y siiiiiiiiiiii muxas veces kedo asi   como carajo se supone ke tngo ke postear eso???????????????? xD jajajaja si tiene alguna ke otra expresión demasiado íntima y fuerte ke intento cambiar porke sino me da pena xD jijijijiji bye hermosa nos leemos luego ;)

micky morales escribió:Tu adaptacion es increiblemente buena, me ha encantado y espero tu pronta actualizacion!

Hola micky-micky me encanta verte tanto por mis fics xD en serio graxs por el apoyo...y aki otra actu. Espero te guste   bye

Silfide escribió:Holaa!
Me encantó el capítulo *-*
Fíjate si estoy intrigada que busque el original (el de Belena que mencionaste) y lo encontré, pero dije mejor no. Prefiero tu adaptación con Brittana!
Así que por favor, actualiza pronto que la historia está muy interesante :3
Estaré esperando el siguiente capítulo.
Besos!

Noooooooooooooo no lo leas antes porke sino vas a saber todo xD jajajajaja el fic es excelente y el original diay pues ES EL ORIGINAL pero en cuanto a parejas prefiero a las Brittana ke a la Katina-Volkov asi ke es nada más de gustos :D bye espero te siga gustando   saludoooooooooooooooooooossssssssssss

Capítulo 4
Punto Crucial

Santana POV




Por fin, inserté la llave en la puerta de mi apartamento y la abrí. El viaje a casa no había hecho nada más que llevar al límite mi respuesta física hacia Brittany. Tiré las llaves y el bolso a un lado y cerré la puerta con un suspiro de alivio. Cuatro cerraduras y una cadena después, la tensión comenzó a abandonar mi cuerpo.


Fui a la cocina y saqué una botella de vino. Con una generosa copa de vino en la mano, entré en la sala de estar. Aún podía olerla; el aroma del almizcle y vainilla me había seguido a casa. Sumergiéndome en mis pensamientos sobre Brittany Pierce, tomé un generoso sorbo de vino y dejé la copa.


Me saqué el vestido por la cabeza. Mi sujetador sin tirantes y mis braguitas blancas cayeron sobre el vestido. Me quedé con las sandalias un momento y después me las quité mientras volvía a coger la copa. Humedecí mis pezones con el líquido y dejé el vaso a un lado mientras mi mano se deslizaba sobre mi cuerpo. Me senté en el sofá. El material ligeramente rudo frotó mi piel mientras mi espalda se encontraba con su respaldo. Cubrí mi sexo con una mano y cerré los ojos.


Al acariciar la caliente carne un suspiro de alivio escapó de mis labios. Deslicé un dedo entre mis labios y rocé la zona cuidadosamente. Mi dedo se movía hacia delante y hacia atrás mientras pensaba en la mujer que me había llevado a aquel estado, sin pretenderlo siquiera. En mi imaginación, veía sus manos moviéndose sobre mis morenos muslos lo increíblemente blanco de su piel en contraste con la mía. Entonces, su poderoso cuerpo se movería sobre mí mientras su boca dibujaría húmedos senderos por mi pecho y sus labios buscarían mis pezones. Apreté los dientes cuando el orgasmo me sobrecogió.


Aparté la mano de mi cuerpo. Busqué la copa de vino y tomé el contenido. Esperaba que Brittany Pierce estuviera sufriendo tanto como yo. Sería lo justo. Aquella mujer me había obligado a recurrir a la masturbación dos veces en el mismo día…era casi imposible.


Cuando pude, me levanté del sofá y fui a la cocina a rellenar mi copa. Miré el teléfono y el contestador automático.


La luz indicadora de mensaje estaba parpadeando demencialmente. Pulsé el botón de "Reproducir". El aparato emitió un zumbido y después no se oyó nada. Colgaron. Borré el mensaje y encontré dos más iguales antes de llegar al mensaje final. En el momento en el que Quinn comenzó a hablar, sonreí.


«Será mejor que tengas un montón de cosas sucias y jugosas que contarme. Lo de mi amante lesbiana y mi amigo gay no tuvo éxito. Fui a Heaven con Sue, pero cuando las mujeres empezaron a rondarme me morí de miedo. Sue tuvo que decirles que yo era su putilla en turno».


—Qué crimen —Eché un vistazo al aparato mientras Quinn continuaba.


«Sí, sé lo que está s pensando. Pero si estuviéramos en la cárcel, definitivamente, querría una amante como Sue- soltó Quinn. —Oh, y he jodido mis zapatos nuevos, así que ya te imaginarás cómo me siento ahora».


Me lo imaginaba. Quinn adoraba sus zapatos del mismo modo en el que yo adoraba mis bolsos. Me recordó una entrevista que tenía planeada para primera hora de la mañana y después se cortó, seguramente por el límite de tiempo del contestador. Borré su mensaje y pensé en el resto de llamadas. Parecía que había llegado el momento de cambiar mi número de teléfono de nuevo.


Incómoda con la idea, caminé hacia el dormitorio mientras sorbía mi vino. Fui a mi escritorio y me senté ante el ordenador. Me eché hacia atrás en la silla y observé cómo se descargaba el correo a mi bandeja de entrada. Había un email de Finn y supuse que me había escrito para ver si había recibido la invitación de la boda. No le había escrito, ni había recibido ningún mensaje suyo desde hacía más de seis meses. Habría sido difícil contactar con el después de percatarme de cuánto daño le había hecho al dejar Nueva York.


Abrí el mail a refunfuños y suspiré. Como no había manera de que pudiera ir a Nueva York para asistir a su boda, deseaba poder ignorar el mensaje y la invitación sin más. Pero no podía hacer eso; aquel hombre había sido el centro de mi mundo después de la violación. Se había ocupado de todo e incluso ahora me era difícil imaginar cómo habría sobrevivido sin él. Nunca nadie pareció entender mi dolor y mi horror del modo en el que Finn lo hizo.


Cerré el mensaje y lo marqué para leerlo más tarde. Si lo ignoraba completamente, él llamaría. Entonces tendría que decirle que no podía ir a Nueva York. De hecho, no había vuelto desde que me marché. Mis padres tenían que venir a verme en navidad y en los cumpleaños, aunque habían dejado claro que no les gustaba nada pasar la navidad en Boston.


Mi madre me había mandado dos cartas en cadena, un chiste y el boletín de su club de jardinería. Nunca había llegado a entender por qué pertenecía a un club de jardinería, pues vivía en un apartamento. Al parecer, ella pensaba que las macetas de su ventana contaban como jardín. Le eché un vistazo al boletín; sabía que no me lo habría mandado si no contuviera algo sobre ella. Lo encontré casi al final. Maribel López estaba allí, en toda su gloria, con una brillante pala en la mano. Afirmaba que había creado un huerto comunitario en Brooklyn.


Ya que los huertos comunitarios habían sido la pasión de mi madre desde hacía más de diez años, no fue una sorpresa. Pero era agradable y en cierto modo divertido, verla allí, de pie con un mono de diseño y zapatilla de deporte blancas. Miré el reloj y fruncí el ceño. Era demasiado tarde para llamarla. Se iba a la cama con el sol, siempre lo hacía. Me terminé el vino y fui a darme otra ducha.


Ahora que el deseo ocupaba un segundo plano, me irritaba haber respondido a Brittany tan intensamente. Para ser sincera, nunca había sido el tipo de mujer que se niega algo. Si lo quería, generalmente lo conseguía. Verme obligada a lidiar con mis necesidades por mi propia cuenta era un ligero golpe a mi orgullo, sobre todo si esas necesidades habían sido provocadas por otra mujer.


Mañana sería un nuevo día…un día en el que terminaría desnuda frente a Brittany Pierce.




Entré en la galería Holman e intenté ignorar a las dos secretarias de la planta de ventas que estaban mirándome descaradamente. Toda la **** galería se había enterado del trato que había acordado con Brittany Pierce. Era difícil decidirse entre estar apenada por ello o complacida.


Quinn estaba esperándome fuera de mi despacho y el resto del equipo estaba merodeando cerca de su escritorio. Pase a su lado, cogí el café que me ofreció e intenté sonreírle mientras entraba en mi oficina y cerraba la puerta con firmeza tras ella.


Manteniendo la falsa sonrisa en mi rostro, miré a Quinn directamente a los ojos.
—Si le cuentas a alguno de esos traidores de ahí fuera lo que voy a decirte ahora, te mataré y destrozaré tu cadáver en la trituradora de papel.


Quinn levantó la mano haciendo la señal universal de honor de los scouts, símbolo en el que nunca he confiado.
—Prometo no contar nada a los traidores. Sin embargo, si no empiezas a hablar pronto, voy a morir.


—Vale. Me desnudé, me dibujó y después me puse la ropa y me marché.


Quinn frunció el ceño.
—Eso no merecía mi promesa.


—Fue sólo un acuerdo comercial. Me senté en mi escritorio, y suspiré mientras empezaba a sonrojarme. —Un acuerdo tan íntimo que…cuando terminó el tiempo lo único que quería era salir gimiendo de allí.


—¿Hizo algo raro?


Levanté la mirada y chasqueé la lengua ante su expresión indignada.
—¿Por qué lo preguntas? ¿Es que vas a ir a darle una paliza si lo hizo?


—Quizá.


—No, no hizo nada raro —suspiré. —Lo único que hizo fue sentarse en el suelo y dibujar.


—Oh, vamos… —Quinn se sentó y miró un momento la zona de trabajo, antes de centrar sus ojos en mí. —¿Vas a volver hoy?


—Sí.


—¿Te estás comportando así solo porque estás nerviosa o de verdad pasas de todo esto?


—Bueno —suspiré, y me detuve a pensar antes de responder. —Vale, es halagador que una artista conocida internacionalmente se sienta inspirada por mí.


—¿Te dijo que la inspirabas?


—Sí.


Dejó escapar un silbido y negó con la cabeza.
—Wow. ¿Y eso no hizo que tu ego explotara?


—Bueno, no pude discutirle — encogiéndome de hombros dejé caer mi mirada hasta el escritorio frente a mí. —Es una mujer increíble a pesar de haberme tendido una trampa para obligarme a posar para ella.


—Ojalá un artista famoso y demencialmente sexy me tendiera una trampa para que me desnudara para él.


Me reí mientras se levantaba.
—Ten cuidado con lo que deseas…


—¿No pasó nada?


—Esa mujer tiene algo…


—Sí, ha de ser como los hombres que son guapísimos y ricos ellos siempre tienen algo.-


Me reí y agité la cabeza.
—Es arrogante y dominante. Admito que la encuentro atractiva. Tendría que estar muerta para no hacerlo — tomé un bolígrafo y lo golpeé suavemente contra el cristal de mi escritorio. —Me gustaría tener un escritorio de madera.


—No pegaría con el resto de la oficina.


Arrugué la nariz.
—No me importa.


—Lo que más odio es que no puedo quitarme los zapatos. Cualquiera que se acercara a mi escritorio lo vería — cruzó los brazos sobre su pecho y suspiró. —No tengo intimidad.


—Creo que ése es el objetivo de Cooter — señalé la zona de trabajo. —Echa un vistazo ahí fuera, lo único que se ven son piernas. Por eso el noventa por ciento del equipo son mujeres.


—Y por eso es por lo que yo uso pantalones. No quiero que se pase el día mirándome las piernas —Se giró en su asiento para mirarme de nuevo. —¿No pasó nada?


Su expresión escéptica me divertía. De repente, deseé tener algo para contarle.
—Bueno, me dio un tirón en la pierna y Brittany me la masajeó — me encogí de hombros. —Fue muy educada…


—Pues vaya fiasco.


—Sí —asentí y después la miré. Estaba sonriendo. —Yo no he dicho eso.


—Ya no puedes retirarlo, demasiado tarde.


—Son solo negocios.


—Ah, joder, venga. Estuviste desnuda ante esa mujer tan guapa y lo único que hizo fue dibujarte. Al menos podrías haberme dicho que dibujó sobre tu cuerpo. Me hubieras alegrado el día. —Quinn suspiró y cruzó los brazos sobre su pecho de nuevo. —Esa mujercita es, probablemente, el ser humano más sexy de esta ciudad.


Riéndome, negué con la cabeza y después sorbí mi café.
—Si no fuera porque te conozco lo suficiente, diría que Pierce te gusta también. Pero todo fue totalmente decente.


Quinn miró hacia la zona de trabajo algo abatida.
—¿Puedo contarle a Tetas Falsas que ese mujerón te adoró durante horas?


Miré un momento a Kitty y sonreí de oreja a oreja.
—Tienes que dejar de llamarla así. Un día se te va a escapar y se lo vas a soltar en la cara.


Quinn se levantó y caminó hacia la puerta.
—¿Cómo puedo vivir a través de ti, si tú no tienes vida?


Cerró la puerta a su espalda dejándome sentada allí, digiriendo sus palabras. Aunque no había sido su intención, su observación sobre mi carencia de vida me había dolido. Jugueteé con un bolígrafo, lo golpeé contra mi escritorio y consideré el agujero que había en mi vida personal. No podía ignorar el hecho de que apenas había tenido un par de citas en un año. Dos de ellas habían sido citas a ciegas, unas citas a ciegas que habían terminado tan mal que apenas podía soportar pensar en ellas.


Eché un vistazo a mi teléfono cuando empezó a sonar. Lo descolgué.
—Santana López.


—Soy yo


—Buenos días, Cooter — me mordí el labio para evitar gruñir en voz alta. Solo me llamaba cuando quería discutir conmigo sin tener que mirarme a los ojos. Lo que significaba que iba a pedirme algo totalmente desmesurado.


—¿Cómo fue tu reunión con la señorita Pierce?


—Llegamos a un acuerdo — de ningún modo iba a darle a aquel troglodita los detalles de cómo o cuando me desnudaría. Ya era lo suficientemente raro pensar en la palabra "desnuda" cuando él estaba alrededor.


—Bien — se produjo una larga pausa y entonces fue directo a la razón por la que estaba llamando. —Sé que tienes una cita con Holly Holliday. Llévate a Kitty contigo. Será una buena experiencia para ella.


—Holly Holliday no tolera a los extraños… — miré el escritorio de Kitty y la encontré mirándome fijamente. —Llevar a tu juguetito podría arruinar la relación profesional de la galería con una artista con la que el mundo del arte está muy excitado.


Cooter soltó un gruñido.
Debería aprender a guardar mis opiniones para mí misma. Cooter Menkins había estado intentando que me despidieran desde que la junta de dirección de la galería me contrató. Odiaba las exposiciones que yo organizaba, consideraba que el trabajo de Holly Holliday era pornografía y aprovechaba cualquier oportunidad para sabotear el contrato que la galería tenía con ella. Su contrato había sido mi primera tarea en la galería y conseguir que firmara había afianzado mi lugar en Holman. Nuestra junta llevaba detrás de su trabajo mucho tiempo.


—Te llevarás a Kitty —insistió.


—No lo haré —respondí, tranquilamente. —Si perdemos el contrato de Holliday nos quedamos con un ala vacía este verano, la junta esperará que sea por una buena razón. Y hasta donde yo sé, satisfacer a tu última conquista no podría considerarse una buena razón.


Me colgó el teléfono. Aquella era su respuesta habitual cuando se acordaba de que estaba a solo cinco meses de quedarme con su puesto. No debería habérselo restregado en las narices y haberlo hecho me haría sentirme malévola y cruel. Aun así, era difícil no ser cruel con alguien que me sacaba de quicio...


Sequé mi taza de café y tiré la toallita de papel a la basura. La sala de descanso estaba hecha un desastre como siempre. Se me ocurrió que si la gente de la oficina se comportaba en su casa igual que en la zona de descanso, entonces no tenía interés en ser su invitada. Se habían colocado varios carteles por el tema de la limpieza y habían sido totalmente ignorados. A esas alturas tenía dos opciones: cerrar la sala de descanso o hacer que la empresa de limpieza incluyera aquella habitación en su rutina.


Era irritante pensarlo. Para conseguir una sala de descanso limpia tendríamos que pagar quinientos dólares más al mes. La puerta se cerró de un golpe y levanté la mirada. Kitty estaba frente a mí mirándome fijamente y en silencio. Parecía que, por fin, se había decidido a enfrentarse conmigo.


—Kitty.


—Tengo planes, y tú estás interfiriendo en ellos — cruzó los brazos sobre su pecho y tensó la mandíbula sin dejar de mirarme.


Bueno, al menos había ido directa al grano. Me aseguraría de hacerlo yo también.
—Tengo planes para esta galería y estos no incluyen dejar que una asesora sin experiencia trate con clientes que son imprescindibles en nuestras instalaciones.


—¿Tus planes incluyen cogerte a todos los artistas que firmen con esta galería?


—No. Mis planes profesionales no incluyen sacrificar mi dignidad ni amor propio — vi que sus mejillas enrojecían y que sus ojos se abrían de par en par. —Soy tu supervisora y te vendría bien recordarlo la próxima vez que decidas tener una conversación conmigo. Holman es una institución profesional y se exige un comportamiento también profesional entre sus empleados.


Se giró bruscamente y abrió la puerta para maullarse.
—De acuerdo.


La observé mientras se marchaba irritada. Quinn sacó la cabeza por la puerta y miró su reloj.
—Holly Holliday está esperándote.


—Lo sé.


—No dejes que Tetas Falsas te saque de quicio.


Me reí y cogí mi taza de café de la barra. Quinn me entregó los planos para la exposición de Holly y mi maletín a cambio de la taza.
—Gracias.


—A mandar — miró a su espalda y se encogió de hombros. —¿Sabes? Si estuviéramos en el instituto me ofrecería para patearle ese falso trasero en los cuartos de baño.


—Si estuviéramos en el instituto podrías quedarte mirando mientras yo le pateo el cu…trasero en el baño — sonreí mientras ella se reía. —¿Ha confirmado el señor Figgins su asistencia a la reunión de esta tarde?


—Sí.


Holly estaba en el porche con una taza de café en la mano cuando me crucé en su camino. La primera vez que la vi estaba tras el cañón de una pistola de paintball. Tardé tres semanas en ganarme su confianza e inclusive aún me mostraba algo de aprensión. Pero como aparentemente veía a todo el mundo de ese modo, no me lo tomaba como algo personal.



Su trabajo era provocativo y sensual de un modo que resultaba casi violento. En su pasión no había tranquilidad. Saqué el proyecto de su nueva exposición del asiento trasero del coche y la saludé con la mano. Asintió brevemente en mi dirección y volvió al interior de la casa.


Entré y la descubrí en la cocina, sirviéndome una taza de café. La acepté y coloqué el tubo del proyecto en la mesa de su cocina.


—Tienes cara de no haber dormido.


Holly se encogió de hombros y se sentó a la mesa.
—Los sueños son peores en verano. No sé por qué…


Aparte de su truculento divorcio, sabía muy poco sobre ella. Pero lo sabía todo sobre los sueños, al menos sobre los míos. Me pregunté si sus sueños la enfermaban de rabia y miedo, ¿Vagaría por su casa comprobando ventanas y puertas? Holly era un misterio en muchos sentidos y una parte de mí quería sacarle todo el dolor y desecharlo lejos de ella. Aun así, sabía que algunas personas usan el dolor como combustible. Como combustible para la pasión, la rabia y la vida. ¿Qué sería de Holly sin su dolor?


Me senté y saqué los planos del proyecto del tubo.
—Tengo al equipo de constructores esperando para empezar a trabajar en el espacio de la exposición. Quería asegurarme de que te guste todo antes de empezar.


Se inclinó sobre los planos y los estudió cuidadosamente. Después de un par de minutos, asintió.
—Es bueno. Me gusta el modo en el que fluye el espacio... — hizo una pausa y después asintió. —Tengo una pieza que es perfecta para el centro. Será la obra más importante de la exposición.


—Perfecto — me eché hacia atrás en la silla y fruncí el ceño ante el café que me había dado. —Deberías saber que Cooter ha decidido usarte contra mí.


—La política laboral apesta —se sentó. —Estoy contenta contigo y con la galería Holman. Y estoy dispuesta a colaborar en lo que sea que tengas que hacer en los próximos meses para asegurarte tu puesto de trabajo.


—Te lo agradezco.


—Pero no puedo prometerte que no vaya a liarla.


—Lo sé.


—Además, es divertido contrariar a un tipo como Cooter Menkins — sonrió de oreja a oreja y chasqueó la lengua. —Supongo que voy a tener que comprar más munición para mi pistola de paintball.


—Que Dios nos ayude — sonreí tras mi taza de café. No iba a animarla a actuar pero tampoco iba a decirle lo que tenía que hacer.


—Me he enterado de que estás posando para Brittany Pierce…


JODER!!!!!!!!!. Esperaba poder evitar hablar de ella.


—Sí, ¿cómo lo has sabido?


—Me llamó esta mañana por un cargamento de palo de rosa que compramos juntas la semana pasada. Brittany es tan amable que me avisa cuando los repartidores van a pasar por aquí — me miró y se rio. —Es muy atractiva, ¿no crees?
—Supongo — me encogí de hombros. Brittany era tan guapa como puede llegar a serlo una mujer y ella lo sabía.


—Además tiene mucho talento. Hay pocos artistas que puedan captar la esencia de alguien como tú Santana. Me muero por ver el resultado.


—Su exposición se inaugurará tres semanas después de la tuya y ocupará toda la planta alta del ala norte —Holly se levantó, se acercó a la cafetera y rellenó su taza. —¿Puedo hacer algo más por ti?


—No, creo que al final voy a dormir un poco. ¿Quieres ver lo que he hecho hasta ahora con la pieza principal de la exposición?


Me levanté y asentí.
—Por supuesto.


La seguí por la puerta trasera de la casa a través del pequeño patio, hasta el cobertizo que usaba como estudio. Una enorme escultura de bronce se levantaba en el centro. Sus líneas femeninas me golpearon inmediatamente. Gritaba dolor y caos emocional. Miré a Holly un momento, perturbada por la honesta y fiera emoción que emanaba la escultura. La silueta femenina estaba arrodillada, protegiéndose la cabeza de una amenaza invisible.


—Es maravillosa — tenía una belleza cruel.


Queriendo huir de ella desesperadamente cerré los ojos un momento. Sin querer hacerlo pero sin poder evitarlo tampoco, me concentré en la escultura de nuevo y tragué un duro nudo de angustia.


—Gracias.


—Holly, ¿estás segura de que quieres que se exhiba al público?
Busqué su mirada y encontré el dolor de la escultura en sus ojos.


—Sí.
Asentí y dejé que mis ojos vagaran sobre la obra una vez más.


—¿Cómo la llamarás?


—"Punto crucial".


Asentí de nuevo y me aclaré la garganta.


—Tienes razón. Será perfecta como obra principal — comprobé mi reloj consciente de que estaba buscando una vía de escape. —Tengo una cita dentro de una hora, será mejor que vuelva.


Holly chasqueó la lengua.
—Santana algún día tendrás que liberarte de esa coraza que te has creado.


La miré.
—¿A qué te refieres?


—Amas el arte. Pero aun así, te sientes avergonzada e incómoda por los sentimientos que provoca en ti — inclinó la cabeza. —¿Por qué escondes toda tu pasión?


No tenía respuesta para esa pregunta. Suspiré, dejé que mis ojos se posaran en la escultura por última vez y después salí del cobertizo. Holly no me siguió y yo no lo esperaba. La escultora era una de esas personas que entienden el valor de la privacidad personal. Valoraba la suya tanto como sabía, innatamente, cuando otra persona se sentía invadida y necesitaba estar a solas.



Durante el camino de vuelta a la ciudad apagué la radio. O el ruido era demasiado estimulante o yo estaba hipersensible. Cuando volví a la galería ya había pasado la hora de comer y me quedaban solo diez minutos para prepararme para la reunión con la junta de dirección que había sido programada haría casi un mes. Me apresuré a través de la galería y subí las escaleras que llevaban a la zona de administración.


Quinn estaba esperándome junto a las escaleras con una galleta con trocitos de chocolate, una taza de café y mi agenda para la reunión. Cogí la galleta mientras me seguía por la zona de trabajo hasta la enorme sala de reunión. Dos miembros de la junta ya estaban allí.


—Recuérdale al señor Menkins la reunión, Quinn.


Quinn asintió después de colocar mi café sobre la mesa.
—Por supuesto.


Figgins, el presidente de la junta de dirección de la galería, estaba sentado frente a mí al otro lado de la mesa, mirando mi galleta.
—No voy a darte…

Se rió.


—Tienes suerte de que me gusten las mujeres tacañas. Aquello era verdad. Su ex-mujer era tan agarrada con el dinero que podría haber hecho que Michael Jackson se levantara de la tumba para enseñarle algo de humanidad y de cómo ayudar a otros con lo que se tiene. Se habían divorciado de modo amistoso hacia más de un año. Bajé la mirada y sonreí a la ex-señora Figgins. A menudo me preguntaba cómo se las habían arreglado para continuar siendo tan jodidamente amigos. Dividí la galleta por la mitad y le ofrecí un trozo de buena voluntad. El muy malvado la cogió inmediatamente. Mordisqueé mi mitad y le eché un vistazo a la agenda.


—¿Ya has leído el contrato final de Brittany Pierce, Figgins? —pregunté esperando no parecer demasiado petulante.


—Oh, sí. Estamos muy satisfechos con el contrato. La señorita Pierce raramente ofrece sus obras fuera de su propia galería.


No tenía opción. Su galería no puede acoger su nueva exposición. Diez de las veintidós piezas que ya tiene pesan más de cien kilos — me terminé la galleta y cogí mi café. —¿Te has enterado del resto?


—Oh, sí —Figgins sonrió mientras la puerta se abría y los otros tres miembros de la junta entraban seguidos por Cooter. —Estoy ansioso por ver lo que hace…


Sí, yo también estaba ansiosa. Miré la mesa e intenté no pensar en que mi jefe y el resto de gente con quien había trabajado iban a ver mi trasero desnudo e inmortalizado en alabastro.


Era una puta pesadilla.


La junta de dirección de la galería Holman estaba compuesta por cinco personas: Figgins, su ex-esposa, la doctora Roz Washington, su marido Cari Washington y William Schuester. Podía contar con los dedos de una mano el número de veces que los tres últimos habían hablado. En secreto, los llamaba el Trío Silencioso. Honestamente, nunca he sabido si estaban demasiado aburridos para responder o si es que se comunicaban telepáticamente. Quizá estaban planeando dominar el mundo.


No tuve que preguntarme demasiado tiempo qué era lo que Cooter iba a decir a la junta. Justo cuando se sentó comenzó a hablar.


—Como saben, la señorita López firmó con Brittany Pierce ayer —Los miembros asintieron. Me eché hacia atrás en la silla y esperé el resto. —Además, ha acordado posar para ella desnuda. Considero que esto es inapropiado. Además, considero que el trabajo de la señorita Pierce es demasiado crudo para la galería Holman.


—La última exposición de Brittany Pierce proporcionó a la galería que la alojó comisiones por valor de diez millones de dólares —respondí. —Y en cuanto a mi decisión de acceder a la petición de la señorita Pierce para que pose para ella… — hice una pausa y pensé en mis siguientes palabras detenidamente. —Es tanto un honor como un privilegio ser considerada merecedora de posar para su trabajo. Creo que la pieza añadirá un toque especial a nuestra exposición y que servirá para consolidar nuestra relación con la artista. Cuando más satisfecha quede con esta exposición, más probable será que recurra a nosotros para la siguiente.


—La subdirectora de esta galería no debería regodearse por desnudarse ante uno de nuestros artistas contratados —me espetó Cooter.


—Yo no me regodeo —le contesté.


—Santana está ocupándose bien de este asunto y dejaremos que trabaje en ello como crea conveniente. Ahora, ¿cómo va lo de Holly Holliday? —Figgins cogió una servilleta y se quitó las migas de gallega de su barbilla lampiña.


—Ha aprobado los planos para su proyecto en el ala este esta misma mañana. Haré que el equipo de constructores comience a trabajar inmediatamente. Cuando tengamos la sala preparada sacaremos las obras de nuestro almacén. Tendremos que recoger la última pieza para la exposición en su estudio — pasé de página en la agenda.


—Bien —Figgins miró alrededor de la mesa y después se concentró en mí. —Ahora, cuéntanos tu idea.


—Me gustaría reabrir el ala sur de la galería y alojar una serie de exposiciones de estudiantes locales.


—¡Eso es ridículo! —interrumpió Cooter. Resopló y me miró. —No podemos financiar un proyecto así.


Suspiré y miré a Cooter un momento antes de dirigirme a Figgins.


—Este proyecto beneficiaría a la galería en varios aspectos. Por una parte, atraería clientes potenciales. Ningún padre se perdería una exposición de su hijo en una galería de arte. Y por otra parte, esto fortalecería nuestra reputación frente a la comunidad como patrocinadores líderes de organizaciones juveniles y escuelas de arte.


—¿El ala sur entera? —preguntó Cooter. —La hemos mantenido cerrada durante seis meses para ahorrar dinero.


—Exacto, está vacía cuando podría estar siendo utilizada para algo muy provechoso — me mordí la lengua para evitar seguir hablando.


—Me gusta.
Miré a la ex-señora Figgins. Era mecenas de arte y una experta en cuestiones sociales. Había hecho que mi mudanza a Boston resultara más fácil y le debía mucho. Su aprobación significaba mucho para la junta y para mí misma.


—Sí. A mí también me gusta. Puedes empezar a contactar con las escuelas para comenzar a dialogar con los profesores de arte —dijo Figgins.


Cooter me siguió hasta mi oficina cuando finalizó la junta, y cerró de un portazo.
—Por si no te has dado cuenta, yo sigo siendo el director de esta galería.


Me froté la frente y me senté.
—La decisión ya se ha tomado Cooter. No hay nada más que discutir.


—Voy a hacer que te arrepientas de haber venido a Boston, López.


Yo ya me arrepentía de haberlo conocido pero supongo que no era a eso a lo que se refería. Salió de mi despacho hecho una furia.


—¿Y bien?


—Han dicho que sí.


—Genial —Quinn sonrió y se sentó en una de las sillas para invitados. —Me alegro muchísimo.


—Cuando Cooter se haya ido voy a asegurarme de que consigas todo el crédito por la idea. Me jode haber tenido que esconderlo hoy. —lo último que quería era llevarme el mérito por su idea.


Quinn sonrió y después miró la zona de trabajo.


—Si Cooter se enterara de que yo tengo algo que ver, haría que mi vida fuera un infierno. Así que gracias.


Asentí, y me pregunté cómo se sentiría Quinn en agosto, cuando la recomendara para mi puesto. Se lo merecía, pero no iba a decírselo hasta que la junta lo aprobara. Miré mi reloj con el ceño fruncido. Sólo me quedaban dos horas antes de meterme otra vez entre las garras de Brittany Pierce. Nos quedamos en silencio un momento, perdidas en nuestros propios pensamientos y después Quinn suspiró.
—Deberías acostarte con Pierce.


Sorprendida la miré.
—Por el amor de Dios!!!!!!!!!!


Quinn sonrió de oreja a oreja.
—Sé que no me vas a creer, pero una lengua holandesa bien colocada allí abajo, sería un modo perfecto de sanar todos tus males.


—Yo no tengo males.


—Lo que tú digas —Quinn se calló y luego se levantó. —Si me entero de algo sobre los planes del señor Menkins, te lo contaré.


Una lengua holandesa bien colocada, sí. Repetí la frase en mi cabeza y asentí en silencio. Apreté los muslos e intenté ignorar la sensación de vacío de mi vientre. No sabía por qué Brittany me hacía sentir vacía, pero tenía la impresión de que ella misma podría llenarme a la perfección.


El teléfono me sacó de lo que se había convertido en una ensoñación obscena. Lo tomé y me eché hacia atrás en la silla mientras acercaba el auricular a mi oreja.
—Santana López.
—Buenas tardes, Santana— su voz era suficiente para convertir mi estómago en líquido.


Le di la espalda a la zona de trabajo.
—Señorita Pierce.


Ella se rio.
—¿Te gusta la comida china?


—Me gusta — enrollé mi dedo alrededor del cable del teléfono y miré por la ventana.


—Bien, entonces cenaremos eso.


—¿Por qué no me dejas fuera de esto y encuentras otra mujer que esté dispuesta a posar? —Me mordí el labio, porque de repente había descubierto que no quería dejar de posar para ella. Era un estado extraño, me sentía excitada y recelosa a la vez.


Brittany se quedó en silencio un momento.
—Si permitiera que dejaras de posar para mí te estaría haciendo un flaco favor. ¿No estás cansada de vivir a medio gas?


Cerré los ojos y me mordí el labio. Estaba mostrándome el cebo, esperando que yo picara y me descubriera. Finalmente, respondí:
—Te veré a las seis.


—Te estaré esperando.


Colgué el teléfono y suspiré. El hecho de que una mujer como Brittany Pierce fuera a esperarme era duro de tragar. Había llegado a mi vida como una fuerza de la naturaleza, y yo sabía que nunca volvería a ser la misma.











SIN MAS KE DECIR........ESPERO SABER KE LES HA PARECIDO EHHHH graxs a todos y todas por su tiempo gente  

que me ha parecido, pues.... sencillamente espectacular, como todo lo que llama mi atencion, en fin, espero que ese cooter no sea otro peligro potencial para Santana como el violador y que ella decida confiar mas en Brittany, hasta pronto!

wow!!!! realmente es una muy buena historia, seré sincera, no me llamo mucho lo atención cuando ley la sinopsis, de hecho lo lei por que no tenia nada que hacer, pero joder!!! no me arrepiento, esta historia es excelente, muy bien escrita, y con una excelente trama, quiero decirte que tienes una fiel lectora, y desearte las mejores vibras!!!

Oh si, siempre lo lograas! Cada cap tiene un "no se que" que me atrapa & demonios con esa tension sexual entre las chicas o buenoo.. Santana xD
Este realmente es un gran FF, aunque ese tipo "director" de la galeria me cae mal -.-
En fin, linda espero que regreses pronto con otro cap *-* besoo :**

PD: Eres tica no????????