Fanfic-Klaine Corazón en apuros ♥ Cap.#2 [ADAPTACIÓN] Actualizado! 06/01/14

Soy una descarada lo sé, trayendo aqui otro fic sin haberme pasado por los otros jji, pero es que me sentí inspirada y pues la idea de adaptar esta historia la tenia desde hace muuuuuuuuuuuchos meses y pues todo fluyó jij
Esta es la Adaptación de un manga que lei cuando iba en el colegio y pues es bastante divertida y  romantica y kjfdaskfhsdjk jaja  asi que espero que les guste :)
El manga lleva por nombre Moe Kare!! y es de la autora Gō Ikeyamada
Ninguno de los personajes me pertenece y esta adaptación la hago sin ningún fin lucrativo, solo por entretención, de una fan para otros fans.
Lo único propio aqui es mi redacción
habiendo dejado todo claro amigos les dejó el primer capitulo que redacté con mucho amor para todos ustedes, espero que lo disfruten ,   besitos y abrazos para todos



-¡Estás colmándome la paciencia Shirley!- dijo Santana soltando su lima de uñas y apuntándolo con el dedo- ahora mismo te sientas y te tranquilizas- le ordenó tajante, el chico de los rizos la miro afligido y tímidamente se acercó al  lugar que su amiga le había indicado.

-Veamos que podemos encontrar- dijo la latina acercándose al armario en busca de algo que no hiciera parecer tan nerd a su amigo en su primer día de preparatoria
Las poleras y los corbatines de moño volaban por la sala lanzados por la intempestiva chica, mientras que tras ella Blaine solo intentaba atraparlos y mantener el orden en su habitación, luego y tras varios minutos de frustrados intentos por hallar algo, la morena suspiró resignada y se rindió.

-Creo que no hay nada- comentó el chico hundiéndose de hombros y volviendo a ordenar, arreglándose una y otra vez los grandes y cuadrados lentes que se le resbalaban de la nariz, la chica mientras tanto lo miró negando con la cabeza y volviendo a tomar la ropa comenzó a reclamar.

-¡Es que nunca pensé que fuera tan terrible!- espetó la chica moviendo los brazos- ¿Cuántos moños tienes aquí?.. ¿Todos los de Ohio acaso? y los pantalones…. ¡Míralos por favor!- le indicó mostrándole unos rojos que eran sus favoritos-  está bien que aun compres tu ropa en la sección de niños pero esto es una exageración- exclamó la chica volviendo a revolver sus cosas.

El ojimiel ofendido y un poco cansado de tanto regaño se lanzó a su cama y escondió su cabeza en una de las almohadas para ignorarla, la latina al percatarse de ello  se cruzó de brazos y siguió con la reprimenda ahora sentada junto a él.

-Deberías comprarte ropa nueva Shirley, algo más sobrio, y menos ¡mírenme que aquí estoy!, ya no tienes cinco años- prosiguió mientras él se giraba hacia ella- y esos lentes… ¡para que decir! son demasiado grandes para ti- comentó ante la mueca de disgusto que él le había dedicado- ¿Qué?, no me mires asi, tu fuiste quien me llamó- comentó en su tono habitual.

-Mejor dejemos las cosas asi Santana, no quiero seguir escuchando como todo lo que tengo está mal, iré con lo de siempre, ya sabes, con tal lo nerd se me nota a leguas- terminó resignado volviendo a hundirse en su almohada, la chica enarcó una ceja y se puso de pie para animarlo.

-No señor, ahora mismo te vas de compras, y buscaras algo adecuado- lo animó empujándolo mientras el ojimiel seguía resistiéndose perezoso- vamos Shirley ponte de pie- siguió insistiendo hasta que este finalmente cedió.


Era ya la tercera vuelta que hacía por el centro comercial y aun no lograba encontrar nada, miró a su reloj frustrado y se sentó en una de las bancas deseando no haberle hecho caso a su amiga, quien en ultimo momento le informó no lo podría acompañar.

El no lucir tan nerd en su primer día se había convertido en una prioridad desde el primer momento en que se entero del traslado de institución, era tiempo de cambios según el y quería que las cosas fueran distintas a como habían sido en su anterior escuela donde lamentablemente nunca nadie se había interesado en su persona, era un chico de diecisiete años con muchos sueños y esperanzas en el amor a la espera de la llegada de ese alguien especial.

-Esto es inútil- dijo en voz baja, sacando su celular para buscar en sus contactos a alguien que lo pudiera ayudar, pero rápidamente fue interrumpido por unos gritos que llamaron su atención.

Curioso se puso de pie y camino hasta el pasillo del baño desde donde suponía provenía aquel bullicio y al llegar se percató de lo que estaba sucediendo, eran nada más que cinco grandes chicos molestando a un niño que al parecer había perdido su juguete con ellos.
Armado de valor se acercó a defenderlo y en un acto de valentía les arrebató el juguete de sus manos y se lo devolvió al asustado niño que ahora le sonreía.

-¿Acaso no les da vergüenza molestar a un niño?- exclamo enojado mientras el pequeño rescatado salía de ahí corriendo, los cinco culpables se miraron sonrientes al ver al debilucho chico que los estaba enfrentando.

-No sabes en lo que te metiste muchacho- exclamó uno de los más fortachones, haciéndole un ademan a los demás para que lo rodearan.

-Eres un estúpido, ahora verás lo que tienes por meterte en lo que no te importa- lo amenazó el otro dándole un fuerte empujón.

-Nos divertiremos mucho- siguió otro y todos empezaron a darles fuertes empujones que comenzaron a marearlo y a asustarlo bastante.
Cuando estuvo a punto de recibir el primer puñetazo, asustado cerró los ojos a la espera de un golpe que para su suerte nunca llegó, gracias a la valiosa intervención de un apuesto chico que de la nada se interpuso y lo ayudó a zafar, golpeando y encargándose con facilidad de los cinco abusadores que tras varios intentos terminaron huyendo cobardemente del lugar.

Blaine en tanto estaba embobado ante tanta perfección, aquel chico parecía sacado de una de las mejores películas de Disney, su perfil elegante, su cabello castaño perfecto y esos soñados ojos color mar lo estaban mareando y revolucionando su interior por completo, era tal cual se había imaginado seria su hombre perfecto, y ahora su mente daba rienda suelta en atributos que según él, aquel chico debería tener, de seguro era caballero, y romántico, también considerado, dulce, encantador, pensaba mientras se le escapaban varios suspiros en el trascurso de sus utopías.

-Y como piensas pagarme esto niño- soltó el ojiazul al acercarse al abstraído chico, Blaine interrumpido lo miró anonadado e intentó formular una respuesta pero de improviso el desconocido tomo la iniciativa de algo que jamás en su vida se hubiera imaginado fuera capaz de suceder.

Aquel chico que hasta el momento era un príncipe en la cabeza de Blaine, se convirtió en uno de los mayores villanos de la historia, atrapando los nunca antes besados labios del ojimiel, apretándolo y aprisionándolo demandante, tal cual esta fuera la última experiencia de su vida, el ojimiel sorprendido intentó protestar despegando tímidamente sus labios para hablar, pero la inútil acción solo había servido para que aquel lujurioso castaño lo invadiera con su curiosa lengua, y lo estremeciera aun más.

Tras unos largos minutos de deliciosa agonía, el castaño se despegó del aturdido joven, quien con los labios hinchados y los ojos humedecidos lo miraba  con un claro estado de shock dibujado en la cara.

- demasiado inexperto- dijo sarcástico el ojiazul mirándolo con una sonrisa de medio lado, ante la mirada incrédula del joven atacado – haría cosas sucias contigo pero veo que eres muy debilucho, mira ese trasero, muy débil para mi …  eres como un pollito- terminó tocándole con la palma de su mano su cabeza burlándose de él- que aburrido, mejor me voy- y con una sonrisa se marchó.


-Santanaaa, tu debiste haber estado allí- se lamentaba el dulce de los rizos con su amiga en el receso- fue horrible, ese pervertido me dio un beso ¡francés! ¡Francés, puedes creerlo!- alzaba la voz levantando los brazos al borde de la hiperventilación, había sido su primer beso, y se lo había robado un completo desconocido, esto no podía ser peor, su amiga lo escuchaba atenta y un poco divertida, frotándole la espalda imaginando aquella inusual y cómica situación.

-Debes olvidarte de eso cariño- decía reconfortante tratando de subirle el ánimo a su inocente amigo que ya había sufrido su primera desilusión amorosa.

-Parecía un príncipe, te lo juro, - repetía el ojimiel mirándose las manos- me siento estafado.

-Basta de lamentos Shirley, sabes, yo misma me encargaré de que esto termine- dijo la chica agitando las manos como si estuviera echando esos malos recuerdos del lugar-  hoy mismo vamos a salir y te olvidarás de ese pervertido, te lo prometo- afirmó sonriente

-No lo sé- dudó el chico arreglándose los lentes timidamente

-Sin peros señorito, vamos a ir si o si, unas amigas me pidieron que las acompañara a tomar un helado con unos chicos de Dalton y vamos a aprovechar esa oportunidad para que conozcas a alguien - dijo animada.

-¿tú no estás con Britt?- preguntó algo dudoso el ojimiel.

-Me quieren ahí para que las cuide tontito, recuerda de que parte de Lima soy- dijo con aires de superioridad haciendo que el ojimiel soltara una pequeña risa- está decidido.

Blaine junto a las chicas llegaron al lugar en cuestión y tras una corta llamadas de Santana, se adentraron al local buscando al grupo de estudiantes que ya habían buscado un sitio y los estaban esperando.
Tras percatarse del lugar exacto ambos grupos se saludaron de manera amistosa, bueno hasta que uno de ellos gritó espantado.
-¡Tú pervertido que haces aquí!
Ya pueden imaginar quien fue el que gritó.

Aclaraciones y comentarios :D
#Shirley es un sobrenombre que le pone Santana a Blainey por sus rizos en honor a Shirley Temple
#la idea de un NerdBlaine me derritíó por completo y fué lo que más me incentivó en escribirlo

Ola me llamo ulise se ve muy genial la historia esperare muyyy ansioso otro capitulo de esta historia

Esta genial, no tardes con más capítulos por favor.

Es asombrosa esta historia

Awww Blainey es tan tierno de nerd y Woahh Kurt, amo su personalidad.

Ya quiero saber que paarcon ellos 2 en el proximo capitulo.

Bye. 

-¡Tú pervertido que haces aquí!- gritó el chico de cabello rizado molesto  apuntando al pálido castaño y  haciendo que todos los presentes se giraran a mirarlo.

-¿Co.. Cómo me dijiste? ¿Quién eres tú?, ¡ni siquiera te conozco!- respondió sorprendido el aludido a la defensiva mirando a sus amigos molesto-¿por qué no me dijeron que esta iba a ser una salida grupal?-

-¡No te hagas el desentendido!- siguió el ojimiel al ver como el chico lo estaba ignorando - tú fuiste el que me atacó en el centro comercial el otro día!, ¿acaso no recuerdas como me besaste?-espetó indignado, causando la sorpresa en el grupo

-¿que yo qué?- intentó responder el chico confundido.

-Espera, ¿estás hablando enserio?- interrumpió uno de los amigos del chico mirando al ojimiel- Chris jamás sería capaz de hacer algo así- exclamó mientras todos los demás asentían en apoyo.

-Es verdad, el es muy tímido, ni siquiera se acerca a los chicos para coquetear, es imposible que sea la misma persona que te atacó- agregó otro mientras el ojimiel comenzaba a dudar.
Acaso se había equivocado, pensó preocupado el de los rizos,  pero si era exactamente igual al que lo había besado esa tarde, aunque viéndolo detenidamente se pudo dar cuenta de un pequeño detalle, este tenía ojos verdes, y no azules como el otro chico, se había equivocado.

Santana al percatarse de la expresión de su amigo quien estaba claramente y a todas luces arrepentido decidió intervenir en su ayuda, y tras unas cuantas palabras logró que todos pasaran por el alto aquel engorroso malentendido y se sentaran a disfrutar.

La atmosfera entre ambos chicos estaba siendo cada vez más insoportable y nadie parecía notarlo, todos estaban pasando un gran momento conversando alegremente mientras ellos ni siquiera intercambiaban palabra alguna.

Blaine estaba sumamente avergonzado y para peor de su suerte le había tocado sentarse justo al lado de él, deseaba disculparse por como había actuado anteriormente pero no sabía la verdad como hacerlo.

-¿Tengo algo en la cara?- dijo molesto el castaño al ojimiel que lo había estado observando todo ese tiempo.

-uhm.. no ... es que- intentó hablar el chico algo nervioso, dando vuelta accidentalmente  parte de su helado en los azules pantalones del castaño.

-Pero que…?

-Oh, ¡perdón cuanto lo siento!- dijo sumamente avergonzado- yo … yo te limpio – exclamó tomando torpemente algunas servilletas comenzando a quitarle el helado tembloroso, sin darse cuenta que estaba montando un gran espectáculo al poner sus manos en aquella parte tan poco adecuada.

-Parece que aquí el pervertido es otro- comentó uno de los amigos, haciendo que rápidamente el ojimiel tomara conciencia de lo que estaba haciendo y los mirara avergonzado

-No.. yo…

-Deberías controlar tus impulsos- apuntó otro

-que mal- escuchó por lo bajo.

Y allí, con todas las miradas puestas sobre él, avergonzado y con las manos llenas del helado que había soltado en la entrepierna de tan apuesto chico, deseó con desenfreno un milagro que lo hiciera desaparecer, sin embargo y como burla del destino solo recibió un leve sangrado de nariz que comenzaba ya a asomarse.

El castaño al percatarse de la engorrosa situación que se veía venir para el ojimiel, intentó ayudarlo, colocando su puño disimuladamente y llevándolo junto a él al baño, ante la sorprendida mirada de todos los presentes, en especial del joven en apuros.

-deberías mirar hacia arriba- le ordenó mientras sacaba algo de papel y lo humedecía en el lavabo- déjame ver- se acercó preocupado y con mucho cuidado le limpió.

El ojimiel en tanto estaba embobado ante tantas atenciones- tiene unas manos tan suaves- pensó dejándose perder por lo celestial que se veía de cerca aquel joven tan apuesto y perfecto.

-creo que estás listo- dijo el castaño separándose del joven más bajo que el.

-gracias –admitió  aun un tanto nervioso el chico arreglándose disimuladamente sus grandes lentes- ¡oh te manchaste la manga por mi culpa!, lo que me faltaba –dijo indignado-…  primero  tus pantalones y ahora esto, ¡que torpe soy!- exclamó abochornado haciendo que el castaño sonriera con ternura.

-¿esto?, nah…  no te preocupes- dijo dedicándole una hermosa sonrisa tranquilizando en algo al ojimiel-  mejor salgamos antes que nos vengan a buscar- bromeó mientras caminaba a la salida del baño tomándolo de la mano.

-Chris era de verdad como un ángel-pensó el aturdido joven mientras miraba sonrojado su mano con la suya.


- Bien Blaine… debes respirar- se decía a si mismo el ojimiel parado frente a las puertas de Dalton inquieto- entras, le entregas el regalo, le pides disculpas y te vas…. Aunque…¿no será mucho haber venido hasta su escuela?, ok no sé - dudaba intranquilo sin poder decidirse, habian pasado algunos diás desde aquella salida y pues aun se sentia mal por todo lo que había pasado, el haberle dicho pervertido sin conocerlo, el accidente de su pantalón, y luego el de su chaqueta,  necesitaba una disculpa formal urgentemente.

Respiró unas cuantas veces más, se arregló los tirantes, ajustó su pequeño corbatín, subió sus lentes e ingresó a la academia armado de valor y con una sola convicción, encontrarlo.
Tras unas cuantas reseñas llegó a un gran gimnasio ubicado en el patio exterior del gran instituto, donde estaba todo un conglomerado de estudiantes observando lo que estaba pasando en su interior.

Era nada más y nada menos que Chris, quien estaba practicando junto a otro chico Karate.

-se ve tan apuesto-

-dicen que  está algo molesto porque lo obligaron a ir a una cita grupal-

-aaw pobrecito, es tán  tímido que no se da cuenta lo codiciado que es-

-me gustaría ser como él-

Comentaban los chicos mientras Blaine no podía despegar la vista del hábil joven que se estaba robando todos los suspiros del lugar, se veía tan concentrado, sus movimientos eran tan precisos, perfectos, aparte que se veía tan malditamente sexy con ese traje y aquel sudor es su frente, era un delito no mirarlo.

El chico observado tras finalizar su práctica, rápidamente advirtió en la multitud a aquel pequeño chico de divertida forma de vestir y educadamente se acercó a saludar.

-No pensaba verte por aquí- dijo secándose con una toalla aquel bendito sudor que lo hacia ver tan sensual.

- quería entregarte esto- dijo el ojimiel acercándole un pequeño paquete- es una forma de pedirte disculpas por todo lo que pasó el otro día en la heladería- admitió sonriendo tímidamente y arreglándose los lentes de paso, cosa que al castaño simplemente cautivó.

-oh gracias, no debiste - dijo el chico al ver el pequeño presente- sabes… yo también te debo una disculpa- admitió ahora este tocándose la cabeza- no tuve un buen comportamiento esa vez, no me gusta salir en grupo y pues pude ser algo grosero.

-Creo que estamos a mano- dijo el ojimiel extendiendo su mano en señal de amistad

-por supuesto-

Y ambos chicos sonrieron relajados, quedándose a conversar por un largo rato, entre  bromas, risas y hasta practicas de karate

¿Que era esto que estaba sintiendo el ojimiel en su interior?, a¿caso este era el inicio de un gran amor?


-aaay Santana, simplemente no puedo dejar de pensar en él- decía el chico suspirando mientras ambos iban camino a la estación de trenes, en la salida de la escuela.

- yaya Romeo deten ahí mismo tus arcoíris y unicornios que mañana tenemos examen de historia y debes estar concentrado- le reclamó la latina algo aburrida de escuchar a cada rato la misma historia

-No te preocupes de eso Santy , yo aaaahm-bostezó algo cansado el chico- estuve estudiando desde la semana pasada, y también toda la noche de ayer-terminó dedicándole una sonrisa adormilada despidiéndose cariñosamente-

-mas te vale, te tengo vigilado- comentó la chica haciendo un gesto con sus manos alejándose en dirección contraria.

El chico se subió al primer tren y con algo de pereza sacó su libro ojeándolo sentado en uno de los asientos que a esa hora estaban desocupados, sin embargo y  tras unos cuantos minutos de lucha cayó dormido en los brazos de Morfeo.

-Pero si no es acaso el pequeño polluelo- dijo por lo bajo Kurt quien había subido hace algunos minutos al vagón, acercándose lentamente al dormido chico tratando de no despertarlo.
El dulce ojimiel que en esos momentos estaba en medio de un sueño, comenzó a murmurar unas cuantas palabras sin sentido que hicieron reír al ojiazul, hasta que aquel nombre salió a flote de tan incontrolados labios

-Chris, eres tan perfecto – murmuró haciendo que su observador frunciera el ceño enojado
-no digas el nombre de ese imbécil -susurró casi inaudible, tomándolo suavemente de la mejilla y besándolo profundamente en los labios, bajándose pronto en la otra estación, dejando al dulce ojimiel durmiendo y con la idea de haber besado a Chris por primera vez en sus sueños.

Aclaraciones y comentarios
# wow tenia pensado alcanzar a subirlo para el cumple de mi Darren pero segun mi pais estoy pasada 20 mn u.u chananaaa, quiza si estuviera allá en USA hubiera alcanzado jiji
# no tengo idea si en Ohio habrá trenes o Metro como lo hay acá, pero tenía que poner esa escena  si o si jiji
# Blaine no se dió cuenta del beso, queria dejarlo en claro, pero si lo sintió como parte de su sueño, aunque el que se lo daba era Chris y no Kurt ñeñeñe
# No se olviden de comentar amigos ;)
# los quiero ♥

Estuvo genial, pero tengo una duda Kurt y Chris son la misma persona ?.

Ola perdon por no saber que eras tu no sabia que te habias cambiado el nombre del usuario hasta apenas hoy me encanto esta grandioso capitulo estuvo realmente genial estoy muyyy confundido por lo de chris y kurt son la misma persona o no lo son espero pronto me puedas aclarar esa duda espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muyy ansioso me encanta mucho esta historia