[Resuelto]Fic Klaine: I Wanna Rock - Final

Dos bandas, dos ciudades, dos estilos, dos formas de entender la música, dos formas de entender la vida y dos formas de entender el amor...

Blaine Anderson: Cantante principal, 18 años, gay. Toca varios instrumentos pero en la banda sólo se encarga de componer y cantar. Optimista y sincero, nunca ha tenido pareja. Sin embargo le gusta saltar de cama en cama en busca del amor de su vida, aunque sea por unos minutos...

Finn Hudson: Bateria, 19 años, heterosexual. Se esconde al fondo del escenario y agradece estar sentado porque a la hora de moverse en un escenario se siente inseguro porque no sabe bailar. Ha tenido varias novias pero siempre acaban dejándolo por celos (tanto suyos como de las chicas)

Noah Puckerman: Bajista, 19 años, heterosexual. Es la versión hetero de Blaine. A veces compiten para ver cual de los dos liga más. Cuando una chica intenta ligar con el menor es él quien las consuela (y el ojimiel consuela a los chicos que intentan ligar con el judío).

Sebastian Smythe: Pianista y segunda guitarrista, 18 años, gay. Lleva tres años secretamente enamorado de Blaine. Sin embargo sabe que él nunca lo verá como algo más que un amigo y no quiere ser otro más en su lista de conquistas. Ha intentado tener otras relaciones pero todo ha sido inutil.

Sam Evans: Guitarrista, 18 años, heterosexual. Tiene novia desde hace dos años. Es el que más locuras comete de todos, pero es el más divertido de todos. A pesar de todo es fiel a su pareja y ni siquiera deja que sus fans le agarren en exceso.

Kurt Hummel: Vocalista, 19 años, gay. Nunca ha tenido novio y reserva su primer beso y su primera vez para alguien especial. Cree en el amor a primera vista y en el juntos para siempre.

Elliot Gilbert: Guitarrista, 19 años, gay. Ha tenido sus experiencias aunque cree que nunca ha estado enamorado porque no ha sentido eso que dicen las películas, la poesía o la música. Su labor en la banda es mantener el ego de todos los demás miembros a raya.

Quinn Fabrey: Pianista y segunda guitarrista, 19 años, heterosexual. Su belleza le ha llevado a conseguir todos los chicos que ha querido. Sin embargo, no ha sido feliz con ninguno y sigue buscando a su príncipe azul, aunque puede que se deje llevar demasiado por el aspecto físico.

Mercedes Jones: Batería, 19 años, heterosexual. Tiene novio desde hace un año y acaba de mudarse a su apartamento. Odia estar en la parte trasera del escenario, pero alguien debía ocuparse de las baquetas.

Rachel Berry: Bajista, 19 años, heterosexual. Siempre soñó con ser una estrella y aspira a que el grupo se haga famoso y ella salirse de él para emprender su carrera en solitario. Ambiciosa y egoista, no ha tenido pareja porque los chicos se asustan de su personalidad.

CAPÍTULO 1: DIVA

La alarma del despertador sonaba. Eran las 7:30 a.m. Un joven castaño se levantó y se dirigió al baño de su habitación. Se afeitó la pequeña barba que le había salido. Apenas tenía, pero su imagen debía ser impoluta. Cuando terminó, se dirigió a la ducha. El agua tibia le ayudó a despertarse. Salió y comenzó con sus rituales de belleza. Una a una se iba aplicando todas las cremas por su cuerpo. Su cara y sus manos requerían aun más cuidado. Seguido de eso se puso a arreglar su cabello. Tenía que quedar perfecto. Luego se vistió, ese día eligió unos pantalones naranjas con una camisa blanca y un pañuelo en tonos amarillos, verdes y rosas al cuello. Siempre llevaba algo de color, le entristecía ir con tonos grises, blanco y negros. Quería que su vida tuviera alegría y para eso utilizaba la ropa. Una manera de ser positivo para él era el color. Naranja, rosa, rojo, azul, verde, amarillo, lila... Pero esa obsesión por los colores no la tenía sólo él. El resto de su grupo también...

Kurt Hummel era el vocalista principal de Little Love, un grupo que hacía un año había grabado su primer disco. Desde entonces todo había pasado muy rápido. Su primer single fue número uno en pocas semanas. Todo el mundo se sabía sus canciones. Sus disco se agotaban en todas las tiendas. Sus canciones en Internet se situaban entre las más descargadas en todas las páginas y sus videos eran los más buscados en la red... Bueno, casi. A la vez que ellos comenzó otro grupo que también tenía tanto éxito como ellos. Su lucha recordaba a la de los grandes duelos musicales. Los fans de un grupo odiaban al otro y viceversa. El enfrentamiento era máximo, debido a la diferencia entre los dos grupos y el paralelismo de sus carreras.

A sus diecinueve años, el ojiazul pensaba que había conseguido sus sueños. Bueno, no del todo... Le faltaba algo. Nunca había estado enamorado y empezaba a pensar que nunca lo estaría. Nunca había besado a nadie, mucho menos había tenido relaciones íntimas. ¿Tan difícil era conseguir a alguien que le diera amor sin importarle nada? Si a eso se le añadía la fama y que toda la prensa estaba atenta a todos sus movimientos, hacía que se desesperara aun más. El verse en todas las portadas como uno de los solteros más deseados era halagador, pero patético. Él no quería ser un soltero codiciado, el quería estar enamorado, comprometido, casado... Quería formar una familia, no estar solo el resto de su vida.

El joven decidió dejar atrás sus pensamientos y prepararse el desayuno, tostadas, zumo natural y café. Debía estar en el estudio en media hora. Por suerte, la discográfica le había puesto un guardaespaldas/chófer/ayudante bastante bueno y eficaz. Si no era por eso, estaba seguro de que no llegaría a tiempo. Terminó su comida, fregó lo que había ensuciado y volvió al baño para lavarse los dientes.

Cuando el chico entró en el estudio de grabación, sus compañeros ya estaban allí.

Elliot Gilbert era su mejor amigo. Casi siempre se había rodeado de chicas hasta que lo conoció. Al principio se llevaban mal porque eran muy parecidos, pero pronto se dieron cuenta de que podían ser un buen apoyo para el otro y que podían comprenderse mejor que nadie. En ese momento cambiaron la forma de ver al otro y se acercaron mucho, pero nunca como pareja. Los dos eran gays pero no había atracción entre ellos, no había magia. Los dos lo tenían muy claro y eso hacía que fuera más fácil para todos, si algo querían evitar eran las relaciones entre miembros del grupo que llevaran a un enfrentamiento y la disolución.

Mercedes Jones era su alma gemela. Si fuera chico estaría enamoradísimo de ella, pero su relación era “imposible”. Era una gran persona que se sacrificaba por sus amigos. La mayor prueba de ello era que se había quedado con la batería a pesar de que ella también quería brillar. Tenía una fuerza increíble. Ambos se conocieron en el instituto y eran unos Losers. Se apoyaron desde el principio. A Kurt siempre le entristeció que nadie fuera capaz de ver a su amiga más allá del color de su piel y sus “kilitos” de más (al menos en comparación con lo que estipulan los cánones de belleza actuales). Todo cambió cuando conoció a su actual novio, Ian. El chico era muy cariñoso y amable con todos, pero lo más importante era que se le veía muy enamorado de la morena. Cada vez que ambos estaban juntos en una habitación se notaba su amor hasta el punto de que parecía que había arco iris, corazones y pompas de jabón flotando a su alrededor.

Las otros dos componentes del grupo, Rachel Berry y Quinn Fabrey eran amigas del castaño, pero no tan cercanas como los otras dos. Demasiado ego para tener una relación cercana. Aunque se amaban lo suficiente como para hacer cualquier cosa por ayudarse mutuamente.

Normalmente las canciones se graban por partes, separando cada instrumento para luego juntarlos en la edición. Sin embargo, Little Love sonaba mejor cuando estaban juntos, por lo que decidieron grabar como si fuera un concierto. Los cinco se pusieron en sus posiciones y comenzaron a trabajar.

- Diva -



Desde luego que los cinco eran unas divas de la música y ellos estaban encantados con ello. Su imagen, una mezcla de inocencia, alegría y sensualidad, su personalidad arrolladora, sus voces (ya que aunque Kurt fuera el vocalista principal cantaban todos), sus canciones... Todo era la mezcla perfecta que volvía locos a sus fans.

Después de conseguir hacer la canción perfecta a oídos de su productor, fueron juntos a comer ya que después tendrían una entrevista en televisión, justo antes de que se hiciera pública la lista de nominados para los premios. Era un día con muchas cosas que hacer y con muchos nervios. Al castaño le costaba todavía el contacto con la prensa. Sabía que nunca le entrevistarían de una manera agresiva o buscando dañar su imagen, pero eso no impedía que no supiera como comportarse en público.

Durante la comida los cinco amigos estuvieron charlando animadamente. Quinn describía al nuevo chico que había conquistado su corazón, que tenía las mismas características que todos los anteriores (guapo, con dinero, snob y superficial). El ojiazul se preguntaba cuanto tiempo duraría esta vez... La última vez fueron tres semanas... Debía reconocer que su amiga era un desastre para el amor. Él sabía el motivo. La joven buscaba a alguien perfecto, pero la perfección no existe. No importaba lo que la rubia sintiera, confiaba en enamorarse del chico que se mereciera su amor. Muchas veces Hummel había bromeado diciéndole que acabaría con un vago, impresentable y feo camarero.

Ya en el plató de televisión, los cinco miembros de Little Love estaban sentados junto al presentador que iba vestido con traje y corbata. Entre el público, muchas fans con la cara pintada, camisetas con fotos de sus ídolos,
– Bienvenidos a La Tarde Con Rusell. Hoy tenemos con nosotros al grupo revelación de la temporada, Little Love. Gracias por venir...
– Gracias a ti por invitarnos. – Dijo Quinn con una sonrisa que podía ser para un anuncio de pasta dentífrica.
– En unas horas se conocerán los nominados a los premios MA. ¿Estáis nerviosos? – Dijo el presentador.
– La verdad es que no. Los premios están bien ya que son una recompensa a nuestro trabajo, pero nuestro verdadero premio son nuestros maravillosos fans. – Elliot guiñó un ojo hacia el público que se puso a gritar.
– ¿De verdad que os da igual? – Insistió el mayor.
– No te vamos a negar que nos gustaría conseguir alguno, pero nuestra carrera acaba de empezar. No queremos presiones, sólo queremos disfrutar lo que viene. – Explicó Kurt, causando gritos entre sus fans. Aunque todos gozaban con sus seguidores, los dos chicos y la rubia eran los más populares.
– Hablemos de amor... ¿Alguno de vosotros ha encontrado al hombre de su vida? – Insinuó coqueto el entrevistador.
– Por todos es conocido que yo sí. Llevo con Ian un año. – Comentó Mercedes.
– Los demás estamos solteros buscando a nuestras medias naranjas. – Aclaró Rachel.
– Creo que varios de vosotros tenéis candidatos suficientes... ¿Ligáis más ahora que sois famosos? –
– En mi caso no. La fama puede ser algo intimidante. Hay gente que se acerca, pero es difícil saber si realmente sienten algo por ti o lo que quieren es tu fama o tu dinero. – Gilbert explicó.
– Y tú Kurt... ¿Has encontrado ya a tu príncipe azul?
– No... – El castaño se ruborizó. – Como ha dicho Elliot, es difícil saber en quién confiar. Yo prefiero esperar al adecuado.
– ¿Ha pasado algo entre vosotros dos?
– ¿Qué? ¡No! – Hummel casi grita. – ¿Tan raro es que dos gays sean sólo amigos?
– Pasáis muchas horas juntos, puede que en algún momento haya surgido algo...
– Nada. Es como si fuésemos hermanos. Nos queremos mucho pero no de ese modo. – El moreno estaba más calmado.
– Me han dicho que estáis preparando vuestro próximo trabajo... ¿Podéis adelantarnos algo?
– No podemos, es toda una sorpresa para los fans... – Explicó Fabrey.
– Bueno... ¿Al menos nos cantareis?
Los cinco chicos se colocaron en sus puestos en el escenario. Habían elegido una de las canciones que habían cantado en la re-edición de su disco, que incluía un par de temas en castellano para sus fans latinoamericanos.

- Pop -



Después del concurso se reunieron en casa de la rubia para ver las nominaciones de los MA. Kurt no quiso verlas, se ponía muy nervioso, por eso se fue a la cocina. Cuando terminaron, Elliot entró y se sentó junto a él.
– Mejor grupo revelación, mejor canción, mejor disco, mejor gira y mejor video. – Informó el moreno.
– Wow, eso es increíble. – Dijo el castaño.
– Nuestros grandes rivales son Big Rock.
– Era de esperar...
– Salgamos a celebrarlo, creo que nos lo hemos merecido.

Los cinco amigos fueron a un local de moda. No lo sabían todavía, pero esa noche cambiaría todo.

Blaine estaba durmiendo cuando Sebastian y Sam entraron. Levantaron la persiana que impedía que la luz entrara en la habitación y apartaron las sábanas que cubrían a su amigo y al amante de éste, descubriendo los dos cuerpos desnudos que estaban allí. El moreno emitió un gemido en protesta mientras se daba la vuelta y se cubría la cara con la almohada. Su acompañante abrió los ojos y se sorprendió al ver como un rubio le tiraba encima su ropa.
– Largo. – Dijo el castaño señalando la puerta.
– ¿Cómo sabéis cuál es mi ropa y cuál es la suya? ¿Alguno de vosotros es su novio? – Preguntó aturdido el desconocido mientras era arrastrado fuera de allí por los dos ojiverdes.
– Cada día te los tiras más idiotas. – Comentó Evans.
– Y cada día tú eres más imbécil. – Respondió el moreno desde debajo de la almohada.
– Tenemos que estar en la sala de ensayos en menos de cuarenta minutos. Hay que preparar el directo de nuestro nuevo disco antes de sacarlo a la venta. – Informó Smythe.
– ¿Cuarenta? Aún me queda media hora para dormir. – El ojimiel estaba un poco furioso.
– Tienes resaca. Necesitas una ducha porque hueles de pena y tal vez deberías pensar en tomar un café para despertarte, quiero que consigamos algo en el ensayo.
– Lo dicho, puedo dormir media hora más. – El más bajo seguía sin mover un músculo, lo que enfadó a sus amigos que lo sacaron de la cama y lo llevaron a la ducha. Como “venganza” le pusieron el agua fría.
– ***** ** **** ¡Está helada! – Gritó el menor, aunque acto seguido se arrepintió porque la cabeza le iba a estallar.
– Así te lo pensarás mejor antes de no hacernos caso. – Sam sugirió.
– Si os hiciera caso sería una monja de la caridad. – El moreno protestó.
– Bueno, no es mala opción. – Se burló el rubio.
Después de ducharse, se vistió con una de sus típicas camisetas negras con dibujos relacionados con el rock, sus vaqueros sencillos y sus zapatillas deportivas oscuras. Se tomó el café que le había preparado el castaño, acompañado por una pastilla para el dolor de cabeza y salieron de allí a toda prisa para coger un taxi que los llevara a trabajar.

Blaine Anderson era el vocalista de Big Rock, un grupo que en menos de un año había conquistado el corazón de miles de fans por todo el mundo. Sus canciones se contaban por números uno, las entradas para sus conciertos se acababan en cuestión de horas, sus seguidores les imitan en la forma de vestir, en la forma de actuar. Todo había pasado tan rápido que ni él ni sus compañeros lo habían asimilado del todo y seguían comportándose como si  fueran unos completos desconocidos, lo que conseguía que sus admiradores los vieran más cercanos.

Para el moreno, sus dos mejores amigos lo eran todo en su vida. Los otros dos miembros del grupo eran Puck y Finn, pero ninguno de ellos era realmente tan cercano a él como los dos ojiverdes. Sobraba decir que los quería y que si en algún momento lo necesitaban, él haría cualquier cosa por ellos, pero no eran los otros dos. Con Noah tenía algo en común que no tenía con los demás y era ese deseo de ligar constante. Si un tío intentaba ligar con el judío era el ojimiel el encargado de “consolarlo”. Amaban hacer apuestas sobre quién conseguía más números de teléfono o se acostaba con más personas.

Sam Evans era su otra mitad. Si el rubio hubiera sido homosexual seguramente habrían sido pareja porque se entienden de todas las maneras posibles. Les encantaba darse besos en la boca durante los conciertos, algo que volvía locos a los fans. El nivel de confianza entre ellos era tal que anteponían la opinión del otro frente a cualquier otra que pudieran escuchar. Es más, Anderson era el único que podía tocar, besar o acariciar al ojiverde, ya que era extremadamente fiel a su novia. Eso era algo que tenía justificación, Kate, la joven, era muy celosa. Odiaba que las fans del rubio lo acosaran para pedirle fotos o autógrafos. Pero había algo que odiaba más y eso era la cercanía de Blaine a su novio. La guerra entre los dos era constante. Tanto así que alguna vez había hecho tambalear la relación de Sam con alguno de los dos. Muchas veces se sentía en medio de una guerra, sin saber que partido tomar.

Sebastian Smythe era alguien en quien confiaba su “lado gay”. Evans era un gran amigo, pero era inútil a la hora de hablar de chicos, sexo gay u homofobia. Al moreno le gustaba alardear de sus conquistas frente al otro, que realmente era más tranquilo. A parte de una relación en sus años de instituto, no había conocido a nadie que hubiera tenido algo con el castaño, aunque fuera de una sola noche. El ojimiel no lo sabía, pero el motivo de eso era que su amigo estaba locamente enamorado de él. Sabía que nunca tendrían una relación seria y no quería ser algo de una noche. Sin embargo, amaba a Anderson tanto que quería que encontrara a su media naranja, aunque no fuera él. Sabía que en algún sitio había alguien perfecto para Blaine.

Los cinco componentes del grupo se reunieron en la sala de ensayos. Finn, Puck y el moreno llevaban gafas de sol para ocultar sus ojeras. La noche anterior habían salido hasta tarde y sólo Hudson fue a casa sin compañía.
– ¿Otra vez? – El manager preguntó al ver las pintas que llevaban. – Sois unos irresponsables. Siempre de juerga, borrachos o con resaca. ¿No podéis tomaros algo en serio por una vez?
– Dime un sólo concierto al que hayamos salido borrachos. Lo que hacemos en nuestro tiempo libre es asunto nuestro. Si no te gusta, estoy seguro de que hay muchos dispuestos a llevar nuestra carrera. – El ojimiel lo desafió.
– No eres ningún Dios, Blaine Anderson.
– Ni tú eres el único que puedes darnos una carrera musical.

Los chicos se levantaron, se colocaron en sus puestos y comenzaron a tocar.

- I Love Rock & Roll -


Lo hicieron bastante bien, a pesar de todo. Se habían comportado exactamente igual que lo hubieran hecho si sus fans hubiesen visto el ensayo. Hubo beso Blam, miradas seductoras entre Seblaine, complicidad entre Puck y el vocalista... Todo lo que pasaba en uno de sus conciertos había sido representado en el ensayo.

Se fueron a una hamburguesería y devoraron la comida que pidieron mientras Blaine y Noah contaban sus aventuras amorosas de la noche anterior, narrando cada detalle mientras los otros los miraban incómodos porque no deseaban tener tanta información. Después de eso tuvieron una sesión de fotos para la portada del disco que ya estaba grabado. Los chicos estuvieron tranquilos y se comportaron de una manera natural y espontánea, pero siempre como profesionales. Puede que estuvieran algo locos, pero se tomaban su trabajo muy en serio. Otra cosa era cuando salían y eran libres de obligaciones.

Una vez terminaron de todo, se dirigieron a la casa de Anderson como hacían siempre. Se pusieron a jugar a los videojuegos como si fueran unos niños. Sabían que esa noche se daban los nominados a los MA, pero no les importaba nada en absoluto. Ellos no hacían música para vender discos o hacerse famosos. Ellos la hacían para ellos y para sus fans. Disfrutaban de lo que habían conseguido, pero si su música simplemente les diera lo suficiente para vivir, ellos serían más que felices. Se sentían privilegiados por dedicarse a lo que aman, sin importarles nada más.

Su manager entró y se disgustó al verlos allí, desperdiciando su tiempo frente al televisor mientras golpeaban los botones de los mandos de la consola.
– Ya se saben las nominaciones. – Dijo el recién llegado.
– Aja... – Exclamó Puckerman mientras intentaba matar a un bicho en el juego.
– No me estáis escuchando. – Protestó el mayor.
– Aja... – Esta vez fue Finn.
El hombre se cansó de la indiferencia de los menores, por lo que desenchufó la consola y todos protestaron.
– Mejor grupo revelación, mejor canción, mejor disco, mejor gira y mejor video.
– Vale, pero eso no merece que apagues la consola. – Sam se quejó.
– Tendréis que preparar algo grande para la entrega de premios.
– Ya lo tenemos.

Los chicos se dirigieron a la sala insonorizada de Blaine, donde el joven componía, Puck y Sam cogieron las guitarras, Finn las baquetas, Sebas se puso frente al piano y comenzaron a tocar.

- It's My Life -


El manager de los chicos se quedó alucinado. Puede que a veces se pusiera de los nervios porque los chicos eran desesperantes, pero debía reconocer que tenían mucho talento y sabían sacarle partido. Sabía que nunca le fallarían a sus fans y que no debía preocuparse, pero no podía dejarlos hacer todo lo que quisieran, porque en ese caso podría ser negativo para todos.

Cuando la canción terminó, el hombre les exigió que la siguiente tarde fueran al estudio a grabar la canción y por lo tanto, tendrían la mañana libre. Eso hizo que Sam y Sebastian se unieran a la juerga nocturna de sus tres amigos. No iban a celebrar nada, porque no pensaban que necesitaran celebrarlo. Ellos simplemente querían disfrutar de su juventud y lo que la noche les deparara, sin saber en ese momento que esa noche cambiaría todo.

Porque esa noche, Big Rock y Little Love estarán más lejos y más cerca que nunca, porque esa noche alguien vivirá una experiencia desagradable, porque esa noche era LA noche...