[Resuelto]Fic Klaine: I Wanna Rock - Final

CAPÍTULO 8: I WANNA KNOW WHAT LOVE IS

Al día siguiente, los miembros de Little Love acudían a un ensayo de Big Rock. Los dos grupos se habían unido por la amistad de Blaine y Kurt y pasaban mucho tiempo juntos. Tenían que preparar los dos dúos, pero todavía no encontraban las canciones perfectas. Después de muchas melodías interpretadas por el grupo de chicos, el moreno propuso una canción nueva. Sus compañeros cogieron las partituras para disponerse a tocar y el ojimiel preparó el pie de micro porque quería estar tranquilo en esa canción. Lo importante era la letra, en la que había dejado parte de su corazón. La había compuesto pensando en el castaño. Odiaba que Hummel fuera su fuente de inspiración, pero hacía tres años que entendió que él no mandaba en su corazón y que se empeñaba en sufrir.

– I Wanna Know What Love Is –


Al terminar la canción, Blaine sujetaba fuertemente el micrófono con su mano derecha. Agachó la cabeza apoyando su frente en su mano. Notaba que sus ojos picaban, quería llorar, pero jamás lo haría delante de la mayoría de personas que allí se encontraban. Mucho menos delante de Kurt. Decidió ser poco profesional por una vez y salir de allí sin importarle si aun quedaba ensayo o sin escuchar la opinión de su manager sobre la canción. Nada de eso le importaba. Lo único que quería era huir, esconderse. Poco después de salir de la sala sintió unos brazos deteniéndolo y obligándolo a volverse mientras él cerraba los ojos. No necesitaba ver a la persona que estaba allí, lo reconocería en cualquier situación. Dejó que Sam lo abrazase mientras se apoyó en su hombro y dejó que las lágrimas salieran. Sebastian se acercó, se posicionó en su espalda y rodeó su cintura mientras dejó un beso en su cuello. Ninguno de los dos lo dejaría solo. Ambos entendían qué era lo que pasaba en la mente de su amigo y, aunque creían que debería arriesgarse, no lo presionarían. Los ojiverdes sabían que lo único que podían hacer era estar al lado del menor y apoyarlo en sus decisiones por muy erradas que fueran.

Smythe volvió a la sala de ensayo para recoger las cosas de los tres y excusar su ausencia. Kurt lo miró interrogativamente pero el más alto negó con la cabeza.
– Al menos explicame qué ha pasado. – Suplicó el ojiazul.
– Es un secreto. Sólo Sam, Blaine y yo sabemos lo que ocurre. Necesitamos un día para los tres, espero que todo se solucione pronto. – Comentó el menor antes de salir de allí.

***

Los tres amigos llegaron al apartamento y Anderson se tumbó en el sofá. Evans levantó sus piernas para sentarse y las apoyó sobre las suyas. Smythe levantó la cabeza del más bajo para imitar el gesto del rubio y se puso a acariciarlo. Los tres se quedaron en silencio, las lágrimas del moreno cayendo por su rostro mientras notaba el cariño y apoyo de sus amigos. Agradecía que no le presionaran y que le dejaran desahogarse sin preguntas. No pasó mucho tiempo hasta que se quedara dormido. Sus dos compañeros se miraron a los ojos, sabían los pensamientos del otro, porque ambos tenían lo mismo en mente...

Flashback

Sam y Sebastian estaban estudiando en una sala de la academia Dalton de Los Ángeles. El castaño intentaba explicarle a su amigo la resolución de ecuaciones de segundo grado cuando llegó Blaine.

Los tres eran estudiantes internos del instituto, lo que significaba que estaban allí todo el año. Sus padres los habían mandado allí para no tener que cuidarlos. Sus diferencias con sus progenitores eran tales que los inscribían en todos los cursos de vacaciones para que pasaran el menor tiempo posible en sus casas. Sin embargo, para los tres adolescentes era lo mejor. Amaban estar juntos y sentían que ese era el mejor regalo para ellos.

Durante su primer año allí habían estado escapándose de sus habitaciones para estar los tres juntos en la de uno de ellos. Cansado de esa situación, el director decidió juntar a Evans y Anderson en la misma habitación, pero eso sólo consiguió que Smythe pasara más tiempo con ellos que en otro lugar. Finalmente les concedieron una habitación de tres. Desde entonces se volvieron aun más inseparables. Confeccionaban sus horarios juntos, se sentaban juntos en clase y hacían todo juntos. Sus compañeros les dieron el apodo de “los tres mosqueteros” porque era casi imposible verlos separados.

Esa tarde, la llegada de Blaine los sobresaltó. Su pelo estaba algo revuelto, raro en aquella época ya que usaba demasiada gomina. Se suponía que el moreno iba a comprar unos CDs a una tienda y que no volvería hasta más tarde.
– ¿A qué no sabéis que me ha pasado? – Preguntó emocionado el ojimiel.
– No somos adivinos... Si no nos lo cuentas no lo sabremos. – Dijo tranquilamente el rubio.
– ¡He conocido a un chico! – Casi grita el más bajo, provocando que todos sus compañeros se fijaran en él.
– ¡Calmate, por favor! – Pidió el castaño mientras miraba a su alrededor. Hizo una pausa para intentar controlar el dolor de su corazón. Llevaba tiempo enamorado del menor y le molestaba que hubiera puesto su mirada en otro. – Y cuéntanos todo con detalles.
– Estaba en la tienda de discos cuando vi una edición de Beatles For Sale en vinilo... Sabéis que es mi debilidad... Estaba observándola cuando un chico me sorprendió por detrás. Le gustan los Beatles también y me ha acompañado hasta aquí. Hemos hablado y tenemos tantas cosas en común... Además es muy guapo, tiene unos ojos verdes preciosos y una sonrisa... – Anderson suspiró. – Me gusta mucho. Cuando hemos llegado, me ha pedido mi número de teléfono... ¡Y me ha dicho que me llamará!

Fin del Flashback

En ese momento ninguno de los ojiverdes sabía que ese sería el comienzo de su pesadilla. Ese chico no fue una buena opción y, un año más tarde, Blaine dejó de ser ese chico alegre y divertido para convertirse en el joven que era en ese momento. Sabían que de no haber sido por él, las cosas serían muy diferentes.

Sebastian y Sam estaban muy preocupados por su amigo. Sabían que se había enamorado de Kurt, siempre había sido muy transparente y sus miradas hacia el ojiazul no despistaban a nadie. Creían que era correspondido porque habían visto gestos que les hacía pensar que Hummel también sentía algo por el moreno. Pero eso no cambiaba las cosas, sabían que habría mucho sufrimiento.

***

Esa noche, los dos grupos se reunieron en un local de moda. Kurt y Blaine seguían sin hacer oficial su “relación” e intentaban no ser demasiado exhibicionistas porque eso haría sospechar. Una vez dentro, los diez chicos se sentaron juntos y pidieron sus bebidas. La “pareja” se dedicaba gestos cariñosos discretos que realmente estaban dentro del guión que sus managers habían establecido. El castaño se puso nervioso, se había dado cuenta del cambio del ojimiel y quería que todo volviera a ser como el rato que pasaron en la playa.
– Blaine... ¿Te apetece que bailemos? – Preguntó el ojiazul.
– No. – Dijo de manera cortante el moreno.
– Vamos, quiero bailar y no creo que sea apropiado que baile con alguien que no sea mi novio. – Comentó el más alto con voz infantil y poniendo un gesto suplicante en su boca.
– No voy a bailar. – Volvió a informar el menor.
– Porfa... – Hummel empezó a comportarse como un niño, pero quería que el otro cediera.
– No. – El más bajo fue tajante.
– Ya voy yo contigo. – Mercedes intervino mientras se levantaba, esperando evitar una discusión. Conocía al mayor como para saber que no soportaba que le llevaran la contraria en esas situaciones.

Cuando los amigos fueron a la pista de baile, Sam le pegó a Anderson en la nuca.
– Auch. – Se quejó Blaine.
– Te lo has ganado, por ser un borde con Kurt... ¿Qué te pasa? – Quiso saber el rubio.
– Nada. Esta situación no me gusta y no voy a hacer nada que no esté en el guión. – Susurró el moreno.
– Déjalo Sam. Sabemos que se va a comportar como un idiota digamos lo que digamos. – Comentó Sebastian.
– Me fastidia porque Kurt se intenta acercar a él y él lo aleja. – Se quejó Evans.
– ¿Te gusta Kurt? – Elliot preguntó reflejando su sorpresa.
– No – Si – Blaine negó y sus mejores amigos afirmaron a la vez.
– Lo de la playa... ¿No fue fingido? – Insistió el ojiazul.
– El guión establecía que estuvieran juntos, pero no debían besarse. Sin embargo, los dos se saltaron esa parte de las indicaciones. – Comentó Smythe divertido mientras observaba al menor que estaba rojo, aunque no sabía si era por la ira o por la vergüenza.
– Si quieres conquistar a Kurt éste no es el camino. – El Little Lover comentó.
– Ese es el problema... ¡No quiero nada con él! – El enfado de Anderson aumentaba por momentos.
– Kurt es una gran persona. No te arrepentirás por estar con él. – Gilbert intentaba convencerlo. Sabía que Hummel sentía algo por ese chico porque con él se comportaba de una manera que no había visto nunca. La mirada del ojimiel hizo que se arrepintiera de sus palabras. El joven estaba roto y no sabía por qué.
– Ese es el problema. Kurt es demasiado perfecto, demasiado bueno para mí. – El más bajo se fue al baño, no podía más. Rachel se levantó y lo siguió.

A la castaña no le importó entrar en el baño de hombres. Necesitaba hablar con el chico.
– Kurt no se merece que lo trates así. – Soltó la joven.
– Prefiero tratarlo así ahora que hacerle más daño después. – Contestó el moreno.
– ¿Y no puedes hacerlo feliz y ser su novio? – Preguntó Berry. No iba a consentir que el primer chico que le gustaba a su amigo fuera un cobarde que no se atreviese a tener una relación.
– No sabes nada de mí. Me importa una mierda lo que pienses de mí. No voy a hacerle daño a Kurt por intentar ser egoísta e intentar tener una relación que sé que nunca podría funcionar.

Por su parte, el castaño y Mercedes estaban bailando en la pista.
– ¿Qué sucede? – Preguntó la morena.
– No lo sé. Ayer Blaine y yo estábamos tan bien en la playa e incluso en su casa. Hay algo, no sé el qué, que lo aleja de mí. – El ojiazul se quejó.
– Creo que lo primero que debes hacer es averiguar qué problema hay. Después buscaremos la manera de solucionarlo.

CAPÍTULO 9: YOUR SONG

El día de la gala benéfica llegó y la relación entre Kurt y Blaine seguía rara y distante. Sin embargo, los dos posaron juntos para la prensa e incluso se dieron un casto beso. A pesar de eso, durante la pequeña entrevista que dieron tuvieron una pequeña discusión. Si no fuera por las miradas de amor que se dirigían, varios medios habrían comenzado a hablar de problemas en la pareja. Pero se notaba lo que sentían a distancia.

Una vez dentro, varios grupos se encargaban de amenizar la velada, entre ellos, Little Love y Big Rock. Los primeros en tocar fueron los newyorkinos, que subieron al escenario y se prepararon.
– Esta canción estará en nuestro próximo disco. Es la primera vez que la interpretamos, ni siquiera la hemos grabado todavía. La compuse pensando en alguien que hace poco ha llegado a mi vida pero sin el cual no podría vivir. Te quiero... A pesar de todo. – Hummel dijo, mirando directamente a su “novio”.

– Your Song –


El castaño no paró de mirar al moreno en toda la canción. El ojimiel estaba casi babeando por la imagen tan angelical que irradiaba en esos momentos el más alto, mientras cantaba una canción muy romántica y desde el corazón. Se le puso la piel de gallina, no podía creer que había enamorado a alguien tan maravilloso como Kurt, pero eso no era algo que le gustara. Sentía que jamás podría hacerlo feliz.

Cuando el ojiazul bajó del escenario, besó apasionadamente al menor, que se dejó llevar. La música de otro grupo sonaba y los dos se pusieron a bailar con la frente pegada y mirándose a los ojos, con los brazos del mayor alrededor del cuello del otro y con las manos del menor en la cintura de su amigo. Ambos se sentían a gusto y perdieron la noción del tiempo. Sam tuvo que avisar de que ellos eran los siguientes en tocar.
– Puede que la canción que nosotros hemos elegido no sea la más romántica pero... Para ser sincero, las canciones que me inspira Kurt no son aptas para todos los públicos y prefiero dejarlas en la intimidad. – Todo el mundo rió ante ese comentario. – Sin embargo lo amo con todo mi corazón, tanto que hasta duele. Me gustaría ser mejor hombre para merecerme su amor.
Blaine no había mirado al castaño en ningún momento mientras decía su discurso. Se volvió hacia sus compañeros y comenzó la actuación.

– I Wanna Rock –


El grupo se comportó como lo hacía siempre, con beso en la boca Blam y Seblaine incluido.

Durante la canción, tres jóvenes se acercaron a Kurt y Kate. La chica puso cara de enfado mientras el rubio se ponía entre ellos.
– ¿Es esta la zona de Groupies de Big Rock? – Preguntó el rubio.
– Vamos Jeff, Kurt no te conoce. Perdónalo, es siempre un bromista... Incluso cuando no conoce a nadie... Soy Nick, amigo de Seblam. – El moreno le tendió la mano para estrechársela.
– La broma iba para “la bruja del oeste”. – Aclaró Sterling, provocando un bufido de la novia de Evans.
– Parece que no se llevan bien. – Comentó el castaño.
– Ella no se lleva bien con ningún amigo de Sam. Yo soy Wes y este es Jeff. – Dijo el asiático y le dio la mano.
– Así que tú eres el que ha hecho que Anderson vuelva a ser Blainy-Days. – El rubio sonrió ampliamente a Hummel.
– ¿Qué? – Kurt estaba perdido en la conversación.
– Nunca pensé que Blaine volvería a enamorarse... Pero me hace tan feliz que haya superado sus miedos. Ese imbécil no tenía ningún derecho a hacer lo que hizo... Supongo que te lo habrá contado. Una cosa... ¿Qué tal en la cama con él? – El ojiazul se atragantó con su propia saliva. – Sé que ha estado con muchos pero como no conozco a ninguno, no he podido obtener una opinión fiable.
– Jeff, estás agobiando a Kurt. – Blaine dijo cuando se acercó y besó al mayor en la mejilla. – Perdónalos, pueden ser un auténtico grano en el culo si se lo proponen.
– Pero aun así nos amas pequeño Hobbit. – Dijo el rubio.
– Claro que sí. – El moreno abrazó a los tres.
– ¿De qué os conocéis? – Preguntó Hummel una vez se saludaron.

Flashback

Blaine entraba en su dormitorio de Dalton. Era su primer día y no sabía ni quien sería su compañero ni como sería la convivencia. Cuando entró, vio a un chico rubio.
– Hola, soy Jeff.
– Yo Blaine.
Se dieron la mano y alguien entró en la habitación.
– Jeffy, ya tengo todo preparado... ¡Hola! Tú debes ser su compañero... Soy Nick.
– ¡Es mi novio! Ni se te ocurra acercarte a él si quieres seguir con vida. – Dijo posesivamente Sterling mientras agarraba el brazo de su pareja, provocando la risa de los dos morenos.

Fin del Flashback

– Sobra decir que nunca he intentado ligar con ninguno de los dos. – Dijo Blaine.
– Ni siquiera tú serías tan pervertido y morboso. – Comentó Wes causando la risa de todos y un bufido de Kate.
Sam y Sebastian se acercaron a ellos y comenzaron una charla amena. Kurt se dio cuenta de que Evans intentaba integrar a su novia y que ella no estaba dispuesta. También observó la comodidad y naturalidad de Anderson con sus amigos, que volvía a ser ese chico simpático y divertido. Todo parecía ir bien hasta que Smythe palideció, todos dirigieron su mirada hacia el mismo lugar y todos tuvieron la misma reacción que él... Todos menos el ojimiel, que se había sonrosado. Un joven de ojos verdes, pelirrojo, más bajo que el menor se acercaba a ellos.
– Hola Blaine.
– Hola Nate. – Saludó el moreno.
– Había leído que tenías novio pero me costaba creerlo. Aunque después de lo que he visto no tengo ninguna duda. Una auténtica pena. – Dijo el desconocido.
– Pena para ti. Yo estoy más que encantado. Blaine es un auténtico amor. – Kurt besó a su “pareja” con lengua, de una manera muy pasional. No sabía quien era el chico, pero no le gustaba. Aun menos al ver que todos le dirigían miradas de odio... Todos salvo Kate, que tenía una sonrisa prepotente.
– Hay cosas entre vosotros que no me encajan en lo que conozco de Blaine... ¿Os habéis acostado? – Preguntó el ex del moreno.
– Claro que sí. – Dijo Hummel con su pose de Diva. Detrás del ojiverde, Jeff y Nick hacían gestos positivos animando al castaño a enfrentarse a Nate.
– Pero Blaine nunca se acostaría con un virgen. – Comentó el más bajo.
– ¿Quién ha dicho que yo era virgen? – Desafió el ojiazul. Niff saltaban de alegría por las palabras de Hummel. Nate se volvió, ellos pararon y el más bajo los miró raro.
– Se supone que estabas esperando al adecuado y bla, bla, bla... – Se burló el pelirrojo.
– No deberías creerte todo lo que dice la prensa. Tal vez sea el más caliente de los chicos pero quiero que gente como tú me vea con una imagen dulce, inocente y angelical. – Kurt no se iba a rendir mientras que Stearling y Duval reían y celebraban que el castaño no se dejara vencer por el más bajo.
– En ese caso, ¿no hay riesgo de que yo consiga llevármelo a la cama? Si intento seducirlo, ¿no pasará nada entre nosotros?
Al ojiazul no le pasó desapercibido que todos pusieron una expresión sombría. Sam incluso tenía expresión de dolor. Fue consciente de que había llegado a un punto delicado.
– ¿Quién ha dicho que nuestra relación sea exclusiva? – Por mucho que todos pensaran que había perdido, él no lo iba a consentir. Sin embargo, no tardó en saber que se había equivocado.
– ¿No eres suficiente para él?
– Con él tengo más que de sobra. – Blaine intervino, dejando a todos sorprendidos.
– Ya entiendo... La relación abierta es para él porque tú no lo satisfaces. Pensé que tras tantos años habrías mejorado algo...
Kurt notó la mano del moreno deteniéndolo. No le gustaba el punto al que había llegado la conversación. No entendía como alguien podía menospreciar al ojimiel de esa manera y que nadie lo defendiera.
– Si tan malo soy, ¿por qué no desapareces? – Interrogó el cantante.
Todos los amigos del líder de Big Rock se quedaron mirándolo sorprendidos. Ninguno se esperaba que Blaine dijera esas palabras. Nunca se había enfrentado a su ex, siempre había hecho lo que él quería y que intentara alejarlo era algo que nadie esperaba. Sebastian miró la mano del moreno en la cintura de Kurt, la postura protectora que Anderson tenía con Hummel y la manera en que ambos actuaban. Tal vez Kurt era la mejor medicina para el corazón roto de su amigo. Nate se acercó mucho a Blaine, apenas unos centímetros separaban sus labios. Sus miradas se mantenían conectadas, parecía que en cualquier momento se iban a besar.
– No has cambiado. Sigues igual que hace tres años. Y estás deseando que te bese. – El pelirrojo sonrió.
– N-No t-te voy a besar. – Tartamudeó el ojimiel.
– ¿Vamos a tu casa? – Propuso el más bajo. El moreno retrocedió y miró a sus amigos. Todos negaban con la cabeza. Kurt estaba muy celoso y deseaba que no accediera, pero vio como Anderson asentía. Una sonrisa triunfal se dibujó en su ex mientras sus amigos ponían expresiones muy sombrías. Sam y Sebastian siguieron a los dos más bajos y Hummel decidió ir con ellos también.

Una vez en el hogar de Blaine, los dos ex amantes se besaron y se escondieron en la habitación del moreno. Smythe y Evans se dirigieron a la cocina, seguidos por el otro castaño. El rubio preparaba café mientras los otros dos se sentaban.
– ¿Podéis explicarme lo que está pasando? – Quiso saber el ojiazul. Los dos amigos se miraron. No se lo podían contar porque sería traicionar a su mejor amigo. Negaron con la cabeza, pero sus mentes se encontraban unos años atrás.

Flashback

Blaine se encontraba en su habitación de Dalton llorando cuando sus mejores amigos entraron. Al verlo en ese estado se preocuparon. No necesitaron decirse nada, siempre acababan en la misma posición para consolar a su amigo. Sam se tumbó detrás de él, con la espalda del más bajo en su pecho y sus piernas enredadas. Sebastian por su parte se puso delante de él y lo sujetaba por la cintura.
– Me ha dejado. – Sollozó el moreno.
– Estarás mejor sin él. Esta relación te estaba haciendo daño. – El castaño comentó antes de dejar un beso en la frente de su amigo.
– Nadie me va a querer, no soy suficientemente bueno. – Susurró el ojimiel.
– Eres perfecto y si él no lo sabe ver es idiota. – Lo intentó animar Smythe. Ambos acariciaban a su amigo para consolarlo.
– Nadie me va a amar. Él era el único que me aceptaba. – Comentó el más bajo.
– Encontrarás a alguien que te ame como eres y para quien seas perfecto. – El rubio intento convencerlo.

Fin del Flashback

Nadie dijo nada, sólo se escuchaban los gemidos de Nate que provenían de la habitación. Una lágrima caía por la mejilla de Kurt, que no podía soportar la idea de otro besando y acariciando a Blaine. Sebastian comenzó a romper una servilleta de papel en un intento de soltar la rabia que le producía la situación. Sam mandaba mensajes a Kate para tranquilizar su mal humor por haberla dejado sola. Lo único que estaba claro era que ese día lo cambiaría todo.