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Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
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Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
holaa creo que es la primera vez que comento, me gusta mucho la historia,
me gusta que actualices seguido, nos vemos en la proxima :)
me gusta que actualices seguido, nos vemos en la proxima :)
Patri_glee***** - Mensajes : 225
Fecha de inscripción : 01/10/2013
Edad : 32
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Me encanto la cena, Santana tan mandona me encanta y mi Rubia desafiandola mejor.
Espero el siguiente capítulo. :-)
Espero el siguiente capítulo. :-)
Linda23**** - Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
Capitulo 8
CAPITULO 8
Pasé los siguientes días yendo a trabajar y haciendo voluntariado en el comedor. Llegó el sábado, y fue un hermoso día de septiembre. Hanna llamó y me preguntó si quería ir de compras con ella, pero le dije que ya tenía planes. Claro que no estuvo contenta con mi respuesta, pero yo me iría a Central Park.
Al crecer, solía escapar de mi casa y encontrar un lugar tranquilo para sentarme y dibujar. Eran las únicas ocasiones que no me sentía sola. Me gustaba dibujar y pintar imágenes de los lugares donde podía ir y esconderme. Mi padre solía decirme que heredé mi capacidad artística de mi madre. Pensaba en ella casi todos los días y como mi vida sería diferente si ella no hubiera muerto, pero como he dicho, nada dura para siempre, puedes apañártelas o dejar que eso te mate. Tomé mi cuaderno de dibujo y lápices y me dirigí hacia la puerta. El paseo hacia Central Park no fue largo, y disfruté del aire fresco, me hacía sentir viva.
Desde que me trasladé a Nueva York, he pasado mucho tiempo en el Central Park que en cualquier otro lugar. Los parques estaban llenos de niños jugando en el cálido sol. Me dirigí al Conservatory Garden. Los árboles de magnolia y lila llenaban el aire, lo que proporcionaba un efecto calmante y tranquilizante. Era fácil para mí escapar del mundo y disfrutar de la belleza de los jardines. Era como un santuario para mí, un lugar donde podía ir y dibujar cualquier cosa.
Me senté en el banco y noté a una novia y novio a mí derecha, fotografiándose junto a la fuente. Ella estaba hermosa en su vestido de novia blanco, y él era igual de guapo en su esmoquin negro. Parecían felices. Sonreí, este era el lugar perfecto para casarse y eso haría el cuadro perfecto. Los dibujaba cuando mi teléfono sonó. Miré el número desconocido e ignoré la llamada. Un segundo después, el móvil sonó de nuevo mostrando el mismo número. Estoy segura que quien fuera se equivocó de número, por lo que respondí para decirle que dejara de llamar. Me quedé helada cuando escuché la voz en el otro extremo.
—Hola, señorita Pierce, ¿disfrutando de Central Park? —Empecé a ponerme con los pelos de punta mientras miraba alrededor de lado a lado y luego detrás de mí, ahí fue cuando vi a Santana caminando hacia el banco en el que yo me encontraba sentada.
—Soy Santana Lopez, y parece que usted está por… —Colgué mientras se me acercaba.
Me quedé sin aliento cuando la vi. Tenía una manera de lograr eso y lo odiaba. Llevaba un par de pantalones de color caqui, a la cintura y una blusa blanca de algodón. Su cabello estaba perfectamente peinado en una coleta, y su piel bronceada brillaba en la luz del sol. Le fruncí el ceño mientras se sentaba a mi lado.
—¿Qué? —preguntó.
—¿Cómo consiguió mi número? No recuerdo habérselo dado.
—Tengo mis maneras de conseguir información sobre cualquiera, señorita Pierce.
—Así que, ¿es una acosadora, entonces?
Echó la cabeza hacia atrás y rió. —No, Brittany, no soy una acosadora. Sólo quería su número en caso de que necesité que me ayude a volver a casa una noche. —La miré, pero estaba sonriendo secretamente por debajo.
—¿Cómo sabía que yo estaba aquí?
—Denny señaló que te vio caminando por la calle, y le pedí que se detuviera.
—¿Por qué? —pregunté con curiosidad. Frunció los labios y me di cuenta de que estaba irritada con mis preguntas.
—No sé, supongo que pensé en saludarla.
—Si así fuera el caso, podría sólo haber llamado, ya que tiene mi número y todo.
Ella suspiró pesadamente. —Señorita Pierce, basta de preguntas, por favor.
Me reí en silencio, comenzaba a molestarla nuevamente y me encantaba.
—¿Puedo preguntarle una cosa más? —Me miró y frunció el ceño. Dios, era sexy cuando hacía eso. Era un pecado observarla.
—¿Qué es?
—¿Podrías, por favor, dejar de llamarme señorita Pierce y llamarme Brittany?
Ella sonrió y ladeó la cabeza. —Sería un placer, Brittany. —Me gustó la forma en que mi nombre rodó por su lengua. Santana miró a mi libreta y vio el garabato de dos personas en él.
—¿Qué estás dibujando?
—La novia y el novio de allí —señalé.
—¿Por qué?
—¿Y por qué no? Son una linda pareja, y creo que sería una buena pintura. Voy a llamarla Una Boda en el Central Park.
—¿Y qué te hace pensar que alguien compraría eso?
Rodé los ojos ante su brusquedad, sabía que era sólo cuestión de tiempo.
—La gente ama las bodas y cualquier pareja que se haya casado aquí la compraría como un recuerdo del comienzo de su vida juntos.
Santana levantó la barbilla. —Todo eso es basura, si me lo preguntas.
—¿Qué cosa? —Le pregunté mientras la miraba con confusión.
—Las bodas, comenzar una vida en común, las relaciones, todo eso,tu misma dijiste que nada dura para siempre.
Me quedé sorprendida con sus palabras y su odio hacia las relaciones. Podía ver el dolor en sus hermosos ojos negros, ella debió haber sido gravemente herida. Bajé la mirada y continué el dibujo.
—Bueno, mucha gente cree en y vivieron felices para siempre y las relaciones de cuento de hadas, no les quitaré el gusto por ello.
—¿Crees en algo de eso? —preguntó.
—No sé, creo que una vez lo hice, pero ya no estoy tan segura —Continué dibujando.
Ella alargó su mano y suavemente me agarró la muñeca, dándole vuelta y frotando apaciblemente la cicatriz con el pulgar. Yo quería apartarme, pero su toque me congeló, era tan cálido y suave, y envió fuego a través de mi cuerpo.
—Háblame de estas cicatrices —dijo en voz baja.
Mi corazón empezó a correr cuando él la soltó y dejó caer la mano en mi libreta. Me quedé mirándola, ¿por qué le importaba? No la he conocido lo suficiente como para compartir mis secretos, diablos, no la conozco en absoluto.
—Cometí un error, era joven y estúpida, eso es todo.
—Todo el mundo es joven y estúpido de vez en cuando, pero no tratan de quitarse la vida —espetó. Era casi como si lo tomara como algo personal. Suspiré y mantuve la calma.
—Santana, no me conoces y no sabes nada de mí. No somos amigas, recuérdalo, lo que pasó en mi pasado no es asunto tuyo —Le dije. La puse en su lugar y cortésmente le dije que retrocediera.
—Pido disculpas —dijo mientras miraba al frente.
Comencé a sentirme un poco avergonzada por mi tono. Me levanté de la banca. —Me muero de hambre, ¿quieres un perrito caliente?
—No, no quiero un perrito caliente, si tienes hambre te llevaré a un restaurante adecuado para almorzar.
Me reí cuando me volví de espaldas a ella y comencé a alejarme. —Como quiera, señora Lopez, pero yo iré a buscarme un perrito caliente en el puesto de salchichas. —Le oí murmurar algo en voz baja, y antes de que lo supiera, caminaba a mi lado.
—¿Alguna vez escuchas a alguien?
—No, yo hago lo que quiero.
—Me doy cuenta —murmuró en voz baja, creyendo que no le escuché, pero lo hice.
Casualmente sonreí y seguí caminando. Llegamos al vendedor de salchichas, y miré a Santana.
—¿Quieres uno?
Ella frunció el ceño y gruñó al vendedor—: Deme dos perritos calientes.
Agarré mi perro caliente y me disculpé con el vendedor, le susurré—Está enojada porque estoy obligándola a comer una salchicha cuando quería una comida de lujo.
El vendedor y yo nos reímos cuando Santana caminó hasta una mesa de madera. Me acerqué a la base de condimentos y cubrí mi perro caliente con pepinillos, cebollas, salsa de tomate y mostaza. Tomé un montón de servilletas y me senté junto a Santana en la pequeña mesa de picnic. Miró a mi perro caliente y luego me miró con disgusto en sus ojos.
—Eso es asqueroso —dijo mientras tomaba un bocado de su simple perro caliente.
—Asqueroso, de ninguna manera, esto es el cielo —Tomé un buen bocado y lo miré mientras masticaba.
—Te das cuenta de lo malo que es para ti, ¿verdad?
Levanté mi dedo. —Sólo se vive una vez, saca lo mejor de ello.
Trató de contener una sonrisa, pero la vi y me hizo sonreír de nuevo. Empujé mi salchicha hacia ella.
—Toma, ten un bocado.
—No, quita esa cosa de mi cara —Frunció el ceño.
—No hasta que tomes un bocado, Santana, entonces podrás juzgar si es asqueroso.
Seguí moviendo el perro caliente más cerca de su boca mientras rodaba sus ojos y finalmente le dio un mordisco. Ella masticó, y yo reí de la gotita de salsa de tomate que tenía en la comisura de la boca. Tomé una servilleta y la limpié. Al instante, puso su mano en la mía como si quisiera alejarla, pero no lo hizo y me miró con miedo en sus ojos. Aparté la servilleta y sonreí como si no hubiera notado su reacción.
—Tenías kétchup justo allí, y no quería que te manchara la blusa.
Asintió. —Gracias.
____________________________________________________________________________
La autora es Sandi Lynn, la trilogía se titula Forever,
¿Alguien ya había notado las cicatrices de Brittany en un capitulo anterior?
Perdón si soy insistente, pero algunas veces pasamos por alto buenas historias cuando no avanzan como quisiéramos, lo he visto en el foro últimamente, es como si el argumento no importara mientras haya besos y sexo en el primer capitulo, hay buenas historias originales con su propio ritmo y respeto a las autoras que se mantienen fieles a sus argumentos, ojala apreciáramos las historias por eso, se sorprenderían de cuantas buenas historias disfrutarían si al leer vieran esos detalles, incluso una simple frase puede contener la parte central de una historia.
Cada uno de los personajes tiene su propia carga emocional que irán descubriendo, cada uno tiene sus luces y sombras y eso es lo que los hace mas reales. He leído mucha literatura juvenil últimamente y algunos libros se parecen demasiado, ya lo había dicho pero es lo que me gusto de este libro, parecía una historia romántica cualquiera pero me sorprendió, espero que también a ustedes, si es así le agradecería me dejaran saberlo.
Pasé los siguientes días yendo a trabajar y haciendo voluntariado en el comedor. Llegó el sábado, y fue un hermoso día de septiembre. Hanna llamó y me preguntó si quería ir de compras con ella, pero le dije que ya tenía planes. Claro que no estuvo contenta con mi respuesta, pero yo me iría a Central Park.
Al crecer, solía escapar de mi casa y encontrar un lugar tranquilo para sentarme y dibujar. Eran las únicas ocasiones que no me sentía sola. Me gustaba dibujar y pintar imágenes de los lugares donde podía ir y esconderme. Mi padre solía decirme que heredé mi capacidad artística de mi madre. Pensaba en ella casi todos los días y como mi vida sería diferente si ella no hubiera muerto, pero como he dicho, nada dura para siempre, puedes apañártelas o dejar que eso te mate. Tomé mi cuaderno de dibujo y lápices y me dirigí hacia la puerta. El paseo hacia Central Park no fue largo, y disfruté del aire fresco, me hacía sentir viva.
Desde que me trasladé a Nueva York, he pasado mucho tiempo en el Central Park que en cualquier otro lugar. Los parques estaban llenos de niños jugando en el cálido sol. Me dirigí al Conservatory Garden. Los árboles de magnolia y lila llenaban el aire, lo que proporcionaba un efecto calmante y tranquilizante. Era fácil para mí escapar del mundo y disfrutar de la belleza de los jardines. Era como un santuario para mí, un lugar donde podía ir y dibujar cualquier cosa.
Me senté en el banco y noté a una novia y novio a mí derecha, fotografiándose junto a la fuente. Ella estaba hermosa en su vestido de novia blanco, y él era igual de guapo en su esmoquin negro. Parecían felices. Sonreí, este era el lugar perfecto para casarse y eso haría el cuadro perfecto. Los dibujaba cuando mi teléfono sonó. Miré el número desconocido e ignoré la llamada. Un segundo después, el móvil sonó de nuevo mostrando el mismo número. Estoy segura que quien fuera se equivocó de número, por lo que respondí para decirle que dejara de llamar. Me quedé helada cuando escuché la voz en el otro extremo.
—Hola, señorita Pierce, ¿disfrutando de Central Park? —Empecé a ponerme con los pelos de punta mientras miraba alrededor de lado a lado y luego detrás de mí, ahí fue cuando vi a Santana caminando hacia el banco en el que yo me encontraba sentada.
—Soy Santana Lopez, y parece que usted está por… —Colgué mientras se me acercaba.
Me quedé sin aliento cuando la vi. Tenía una manera de lograr eso y lo odiaba. Llevaba un par de pantalones de color caqui, a la cintura y una blusa blanca de algodón. Su cabello estaba perfectamente peinado en una coleta, y su piel bronceada brillaba en la luz del sol. Le fruncí el ceño mientras se sentaba a mi lado.
—¿Qué? —preguntó.
—¿Cómo consiguió mi número? No recuerdo habérselo dado.
—Tengo mis maneras de conseguir información sobre cualquiera, señorita Pierce.
—Así que, ¿es una acosadora, entonces?
Echó la cabeza hacia atrás y rió. —No, Brittany, no soy una acosadora. Sólo quería su número en caso de que necesité que me ayude a volver a casa una noche. —La miré, pero estaba sonriendo secretamente por debajo.
—¿Cómo sabía que yo estaba aquí?
—Denny señaló que te vio caminando por la calle, y le pedí que se detuviera.
—¿Por qué? —pregunté con curiosidad. Frunció los labios y me di cuenta de que estaba irritada con mis preguntas.
—No sé, supongo que pensé en saludarla.
—Si así fuera el caso, podría sólo haber llamado, ya que tiene mi número y todo.
Ella suspiró pesadamente. —Señorita Pierce, basta de preguntas, por favor.
Me reí en silencio, comenzaba a molestarla nuevamente y me encantaba.
—¿Puedo preguntarle una cosa más? —Me miró y frunció el ceño. Dios, era sexy cuando hacía eso. Era un pecado observarla.
—¿Qué es?
—¿Podrías, por favor, dejar de llamarme señorita Pierce y llamarme Brittany?
Ella sonrió y ladeó la cabeza. —Sería un placer, Brittany. —Me gustó la forma en que mi nombre rodó por su lengua. Santana miró a mi libreta y vio el garabato de dos personas en él.
—¿Qué estás dibujando?
—La novia y el novio de allí —señalé.
—¿Por qué?
—¿Y por qué no? Son una linda pareja, y creo que sería una buena pintura. Voy a llamarla Una Boda en el Central Park.
—¿Y qué te hace pensar que alguien compraría eso?
Rodé los ojos ante su brusquedad, sabía que era sólo cuestión de tiempo.
—La gente ama las bodas y cualquier pareja que se haya casado aquí la compraría como un recuerdo del comienzo de su vida juntos.
Santana levantó la barbilla. —Todo eso es basura, si me lo preguntas.
—¿Qué cosa? —Le pregunté mientras la miraba con confusión.
—Las bodas, comenzar una vida en común, las relaciones, todo eso,tu misma dijiste que nada dura para siempre.
Me quedé sorprendida con sus palabras y su odio hacia las relaciones. Podía ver el dolor en sus hermosos ojos negros, ella debió haber sido gravemente herida. Bajé la mirada y continué el dibujo.
—Bueno, mucha gente cree en y vivieron felices para siempre y las relaciones de cuento de hadas, no les quitaré el gusto por ello.
—¿Crees en algo de eso? —preguntó.
—No sé, creo que una vez lo hice, pero ya no estoy tan segura —Continué dibujando.
Ella alargó su mano y suavemente me agarró la muñeca, dándole vuelta y frotando apaciblemente la cicatriz con el pulgar. Yo quería apartarme, pero su toque me congeló, era tan cálido y suave, y envió fuego a través de mi cuerpo.
—Háblame de estas cicatrices —dijo en voz baja.
Mi corazón empezó a correr cuando él la soltó y dejó caer la mano en mi libreta. Me quedé mirándola, ¿por qué le importaba? No la he conocido lo suficiente como para compartir mis secretos, diablos, no la conozco en absoluto.
—Cometí un error, era joven y estúpida, eso es todo.
—Todo el mundo es joven y estúpido de vez en cuando, pero no tratan de quitarse la vida —espetó. Era casi como si lo tomara como algo personal. Suspiré y mantuve la calma.
—Santana, no me conoces y no sabes nada de mí. No somos amigas, recuérdalo, lo que pasó en mi pasado no es asunto tuyo —Le dije. La puse en su lugar y cortésmente le dije que retrocediera.
—Pido disculpas —dijo mientras miraba al frente.
Comencé a sentirme un poco avergonzada por mi tono. Me levanté de la banca. —Me muero de hambre, ¿quieres un perrito caliente?
—No, no quiero un perrito caliente, si tienes hambre te llevaré a un restaurante adecuado para almorzar.
Me reí cuando me volví de espaldas a ella y comencé a alejarme. —Como quiera, señora Lopez, pero yo iré a buscarme un perrito caliente en el puesto de salchichas. —Le oí murmurar algo en voz baja, y antes de que lo supiera, caminaba a mi lado.
—¿Alguna vez escuchas a alguien?
—No, yo hago lo que quiero.
—Me doy cuenta —murmuró en voz baja, creyendo que no le escuché, pero lo hice.
Casualmente sonreí y seguí caminando. Llegamos al vendedor de salchichas, y miré a Santana.
—¿Quieres uno?
Ella frunció el ceño y gruñó al vendedor—: Deme dos perritos calientes.
Agarré mi perro caliente y me disculpé con el vendedor, le susurré—Está enojada porque estoy obligándola a comer una salchicha cuando quería una comida de lujo.
El vendedor y yo nos reímos cuando Santana caminó hasta una mesa de madera. Me acerqué a la base de condimentos y cubrí mi perro caliente con pepinillos, cebollas, salsa de tomate y mostaza. Tomé un montón de servilletas y me senté junto a Santana en la pequeña mesa de picnic. Miró a mi perro caliente y luego me miró con disgusto en sus ojos.
—Eso es asqueroso —dijo mientras tomaba un bocado de su simple perro caliente.
—Asqueroso, de ninguna manera, esto es el cielo —Tomé un buen bocado y lo miré mientras masticaba.
—Te das cuenta de lo malo que es para ti, ¿verdad?
Levanté mi dedo. —Sólo se vive una vez, saca lo mejor de ello.
Trató de contener una sonrisa, pero la vi y me hizo sonreír de nuevo. Empujé mi salchicha hacia ella.
—Toma, ten un bocado.
—No, quita esa cosa de mi cara —Frunció el ceño.
—No hasta que tomes un bocado, Santana, entonces podrás juzgar si es asqueroso.
Seguí moviendo el perro caliente más cerca de su boca mientras rodaba sus ojos y finalmente le dio un mordisco. Ella masticó, y yo reí de la gotita de salsa de tomate que tenía en la comisura de la boca. Tomé una servilleta y la limpié. Al instante, puso su mano en la mía como si quisiera alejarla, pero no lo hizo y me miró con miedo en sus ojos. Aparté la servilleta y sonreí como si no hubiera notado su reacción.
—Tenías kétchup justo allí, y no quería que te manchara la blusa.
Asintió. —Gracias.
____________________________________________________________________________
La autora es Sandi Lynn, la trilogía se titula Forever,
¿Alguien ya había notado las cicatrices de Brittany en un capitulo anterior?
Perdón si soy insistente, pero algunas veces pasamos por alto buenas historias cuando no avanzan como quisiéramos, lo he visto en el foro últimamente, es como si el argumento no importara mientras haya besos y sexo en el primer capitulo, hay buenas historias originales con su propio ritmo y respeto a las autoras que se mantienen fieles a sus argumentos, ojala apreciáramos las historias por eso, se sorprenderían de cuantas buenas historias disfrutarían si al leer vieran esos detalles, incluso una simple frase puede contener la parte central de una historia.
Cada uno de los personajes tiene su propia carga emocional que irán descubriendo, cada uno tiene sus luces y sombras y eso es lo que los hace mas reales. He leído mucha literatura juvenil últimamente y algunos libros se parecen demasiado, ya lo había dicho pero es lo que me gusto de este libro, parecía una historia romántica cualquiera pero me sorprendió, espero que también a ustedes, si es así le agradecería me dejaran saberlo.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Hola, debo decir que esté fic me atrapó. Comentó muy pocas veces pero necesitaba decirlo jaja. Me gusta que se vayan conociendo de a poco y sin apuros, eso lo hace más real. Y también me gusta que poco a poco se vayan sabiendo cosas de britt pero también me gustaría saber más sobre Santana ( tengo mucha intriga) . Bueno eso era todo, gracias por compartir esta historia!
VictoriaRivera** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 27/05/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
me gusto mucho el capitulo, la manera en como se están conociendo britt y santana me gusta mucho,
me parece que britt con su manera de ser la esta conquistando a la ruda de santana
se nota que las dos tienen un pasado duro, a esperar los siguientes capitulos para saberlo je
nos vemos en la proxima
me parece que britt con su manera de ser la esta conquistando a la ruda de santana
se nota que las dos tienen un pasado duro, a esperar los siguientes capitulos para saberlo je
nos vemos en la proxima
Patri_glee***** - Mensajes : 225
Fecha de inscripción : 01/10/2013
Edad : 32
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Me encanta esta historia por el ritmo que lleva es genial!!!!
Lo de las cicatrices de Britt ya me habia dado cuenta.
Me gustan tus actualizaciones seguidas!!
Saludos
Lo de las cicatrices de Britt ya me habia dado cuenta.
Me gustan tus actualizaciones seguidas!!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Capitulo 9
CAPITULO 9
La tarde en Central Park era hermosa. El sol brillaba bajo, manteniendo un poco de calor en el aire. Las puntas de las hojas comenzaban a cambiar, dejando saber a todos que el otoño se estaba aproximando. Los pájaros cantaban y las ardillas corrían a recoger provisiones para hacer sus nidos para el invierno.
—Quiero preguntarte algo —dijo Santana mientras lo miraba. Tomé el último mordisco de mi perro caliente y limpié mi boca.
—Adelante.
—Estuve pensando en nuestra reciente salida, y me pregunté si ¿estarías interesada en ser…? —Se detuvo.
—¿Ser? —Le hice señas para que continuara.
Aclaró su garganta y tomó una intensa respiración. —¿Estarías interesada en ser un acompañante?
Entrecerré los ojos. —¿Qué? No entiendo —suspiró pesadamente al comprender que yo no entendía lo que estaba tratando de decir.
—¿Estarías interesada en ser una persona que me acompañe a ciertas actividades, sin compromiso, y te pagaría por supuesto? —Estaba en medio de beber agua cuando la escupí.
—¿Qué? ¿Te refieres a un acompañante o prostituta? —Le grité.
—¡NO! ¡NO! No me refería a eso, Brittany —Trató de explicar—. Me refería como una amiga —Le sonreí suavemente porque sé cuanto le costó decirlo.
—¿Te refieres a salir como amigas, como Hanna y yo? —Pasó sus manos por su perfecto cabello. Suavemente toqué su brazo.
—Santana, si lo que querías era ser amigas, entonces todo lo que tenías que hacer era preguntar. De hecho, yo ya nos consideraba amigas, y no habrá dinero involucrado, tampoco —Frunció los labios y una pequeña sonrisa se le escapó.
—Hay una beneficencia a la que tengo que ir mañana en la noche. Es un acto de caridad, y tengo que estar ahí para representar a mi empresa, ¿te gustaría ir?
Mordí mi labio mientras dulcemente le sonreía. —Me encantaría ir — Sonrió de vuelta mientras nos levantábamos de la mesa y empezábamos hacer nuestro camino fuera de Central Park.
—Te recogeré a las seis en punto —dijo mirando directamente adelante. Sonreí silenciosamente porque me sentía diferente cuando estaba con ella. Me gustaba la sensación, pero también la odiaba, ya que sabía que nada podría pasar entre nosotros, y yo necesitaba ser extremadamente cuidadosa de que siguiéramos siendo amigas.
Justo mientras nos íbamos, escuché a alguien decir mi nombre. —¿Britt? —Miré a un lado y el tiempo se detuvo mientras veía a Tom caminar hacia mí. Santana dejó de caminar cuando lo hice yo y miró hacia mí; ella sabía que algo andaba mal.
—Britt, ¿cómo estás? —preguntó Tom en un tono confuso. Tomé una respiración profunda.
—Estoy genial, Tom, ¿Cómo estás tú? —Me las arreglé para sonreír.
Unos pasos detrás de él estaba parada una mujer con pelo negro azabache y tetas tan falsas, aposté que explotaría si las picara con mi dedo. Miré hacia ella mientras se follaba con los ojos a Santana.
—Estoy bien, ¿quién es ella? —preguntó, apuntando a Santana.
—Oh, lo siento; es mi amiga Santana Lopez—Santana extendió su mano, y ambos la estrecharon. Mi estómago se revolvió y quería vomitar tan desesperadamente.
—Britt, te ves bien —Sonrió mientras me miraba de arriba abajo.
Fingí una sonrisa mientras la pequeña Barbie plástica de Tom venía caminando y se presentó a sí misma.
—Hola, soy Angela; ¿tú debes ser la ex de Tom?
Rodé los ojos —Sip, esa soy yo; la ex de Tom.
Ella no dejó de mirar a Santana y seducirla con sus ojos. Me estaba poniendo incómoda. Prácticamente estaba salivando. Empujé a Tom a un lado.
—Domestica a tu perro, Tom; te está avergonzando.
Él me miró. —Angela, vámonos.
Miré a Santana que sonreía incesantemente a mí.
—¿Qué?
—Nada, eres tan…
—¿Tan qué, Santana? —pregunté.
—Eres tan llena de vida, pongámoslo de esa forma —Se rió. Negué con la cabeza mientras dejábamos Central Park.
Denny tenía la Limo estacionada y estaba esperando por Santana. —¿Entrarás? —preguntó Santana mientras apuntaba al auto.
—No, caminaré —dije mientras empezaba a bajar por la calle.
—Britt, entra al auto —demandó. Sonreí porque era la primera vez que me llamaba Britt, lo cual era su modo de dejarme saber que éramos amigas. Mi espalda estaba hacia ella mientras me alejaba caminando y saludaba.
—Adiós, Santana, nos vemos mañana.
La oí suspirar, y cerrar la puerta del auto. Caminé la mayor parte del camino con la limosina de Santana siguiéndome. Finalmente, giré en la esquina y me detuve. Ella bajó la ventanilla.
—¿Estás lista para entrar ahora? —Sonrió.
Rodé mis ojos y abrí la puerta. Le di una palmadita en el brazo y le dije que se moviera más. Denny me miraba a través del espejo retrovisor y estaba riéndose suavemente. Llegamos a mi apartamento, y mientras me bajaba de la limosina, Santana me sorprendió agarrando suavemente mi mano.
—Gracias por ir mañana.
Arrugué la nariz y sonreí. —Para eso están las amigas.
Entré por la puerta y me apoyé contra ella deslizándome hacia abajo hasta que toqué el suelo. Ahuequé la cara entre las manos y pensé en el fuego que se encendió en mi cuerpo cuando me tocó. Estaba destinada a los problemas, y eso ya lo sabía.
____________________________________________________________________________
Ya saben, la historia no es original y mucho menos mía, es una trilogía titulada Forever, de Sandi Lynn. Vemos como van compartiendo un poco de cada una, pequeños detalles, veremos como continúan conociéndose.
Me gusta que la historia les este gustando, por ahí me comentaban que querían conocer más sobre Santana, si la historia sigue gustando, tal vez haga lo mismo con la segunda parte de la trilogía que abarca toda la historia desde la perspectiva del otro protagonista, en este caso sería Santana. Espero sus comentarios y mañana habrá otra tanda de capitulo, todo dependerá de ustedes. Saludos y gracias por leer esta historia que me encantó.
La tarde en Central Park era hermosa. El sol brillaba bajo, manteniendo un poco de calor en el aire. Las puntas de las hojas comenzaban a cambiar, dejando saber a todos que el otoño se estaba aproximando. Los pájaros cantaban y las ardillas corrían a recoger provisiones para hacer sus nidos para el invierno.
—Quiero preguntarte algo —dijo Santana mientras lo miraba. Tomé el último mordisco de mi perro caliente y limpié mi boca.
—Adelante.
—Estuve pensando en nuestra reciente salida, y me pregunté si ¿estarías interesada en ser…? —Se detuvo.
—¿Ser? —Le hice señas para que continuara.
Aclaró su garganta y tomó una intensa respiración. —¿Estarías interesada en ser un acompañante?
Entrecerré los ojos. —¿Qué? No entiendo —suspiró pesadamente al comprender que yo no entendía lo que estaba tratando de decir.
—¿Estarías interesada en ser una persona que me acompañe a ciertas actividades, sin compromiso, y te pagaría por supuesto? —Estaba en medio de beber agua cuando la escupí.
—¿Qué? ¿Te refieres a un acompañante o prostituta? —Le grité.
—¡NO! ¡NO! No me refería a eso, Brittany —Trató de explicar—. Me refería como una amiga —Le sonreí suavemente porque sé cuanto le costó decirlo.
—¿Te refieres a salir como amigas, como Hanna y yo? —Pasó sus manos por su perfecto cabello. Suavemente toqué su brazo.
—Santana, si lo que querías era ser amigas, entonces todo lo que tenías que hacer era preguntar. De hecho, yo ya nos consideraba amigas, y no habrá dinero involucrado, tampoco —Frunció los labios y una pequeña sonrisa se le escapó.
—Hay una beneficencia a la que tengo que ir mañana en la noche. Es un acto de caridad, y tengo que estar ahí para representar a mi empresa, ¿te gustaría ir?
Mordí mi labio mientras dulcemente le sonreía. —Me encantaría ir — Sonrió de vuelta mientras nos levantábamos de la mesa y empezábamos hacer nuestro camino fuera de Central Park.
—Te recogeré a las seis en punto —dijo mirando directamente adelante. Sonreí silenciosamente porque me sentía diferente cuando estaba con ella. Me gustaba la sensación, pero también la odiaba, ya que sabía que nada podría pasar entre nosotros, y yo necesitaba ser extremadamente cuidadosa de que siguiéramos siendo amigas.
Justo mientras nos íbamos, escuché a alguien decir mi nombre. —¿Britt? —Miré a un lado y el tiempo se detuvo mientras veía a Tom caminar hacia mí. Santana dejó de caminar cuando lo hice yo y miró hacia mí; ella sabía que algo andaba mal.
—Britt, ¿cómo estás? —preguntó Tom en un tono confuso. Tomé una respiración profunda.
—Estoy genial, Tom, ¿Cómo estás tú? —Me las arreglé para sonreír.
Unos pasos detrás de él estaba parada una mujer con pelo negro azabache y tetas tan falsas, aposté que explotaría si las picara con mi dedo. Miré hacia ella mientras se follaba con los ojos a Santana.
—Estoy bien, ¿quién es ella? —preguntó, apuntando a Santana.
—Oh, lo siento; es mi amiga Santana Lopez—Santana extendió su mano, y ambos la estrecharon. Mi estómago se revolvió y quería vomitar tan desesperadamente.
—Britt, te ves bien —Sonrió mientras me miraba de arriba abajo.
Fingí una sonrisa mientras la pequeña Barbie plástica de Tom venía caminando y se presentó a sí misma.
—Hola, soy Angela; ¿tú debes ser la ex de Tom?
Rodé los ojos —Sip, esa soy yo; la ex de Tom.
Ella no dejó de mirar a Santana y seducirla con sus ojos. Me estaba poniendo incómoda. Prácticamente estaba salivando. Empujé a Tom a un lado.
—Domestica a tu perro, Tom; te está avergonzando.
Él me miró. —Angela, vámonos.
Miré a Santana que sonreía incesantemente a mí.
—¿Qué?
—Nada, eres tan…
—¿Tan qué, Santana? —pregunté.
—Eres tan llena de vida, pongámoslo de esa forma —Se rió. Negué con la cabeza mientras dejábamos Central Park.
Denny tenía la Limo estacionada y estaba esperando por Santana. —¿Entrarás? —preguntó Santana mientras apuntaba al auto.
—No, caminaré —dije mientras empezaba a bajar por la calle.
—Britt, entra al auto —demandó. Sonreí porque era la primera vez que me llamaba Britt, lo cual era su modo de dejarme saber que éramos amigas. Mi espalda estaba hacia ella mientras me alejaba caminando y saludaba.
—Adiós, Santana, nos vemos mañana.
La oí suspirar, y cerrar la puerta del auto. Caminé la mayor parte del camino con la limosina de Santana siguiéndome. Finalmente, giré en la esquina y me detuve. Ella bajó la ventanilla.
—¿Estás lista para entrar ahora? —Sonrió.
Rodé mis ojos y abrí la puerta. Le di una palmadita en el brazo y le dije que se moviera más. Denny me miraba a través del espejo retrovisor y estaba riéndose suavemente. Llegamos a mi apartamento, y mientras me bajaba de la limosina, Santana me sorprendió agarrando suavemente mi mano.
—Gracias por ir mañana.
Arrugué la nariz y sonreí. —Para eso están las amigas.
Entré por la puerta y me apoyé contra ella deslizándome hacia abajo hasta que toqué el suelo. Ahuequé la cara entre las manos y pensé en el fuego que se encendió en mi cuerpo cuando me tocó. Estaba destinada a los problemas, y eso ya lo sabía.
____________________________________________________________________________
Ya saben, la historia no es original y mucho menos mía, es una trilogía titulada Forever, de Sandi Lynn. Vemos como van compartiendo un poco de cada una, pequeños detalles, veremos como continúan conociéndose.
Me gusta que la historia les este gustando, por ahí me comentaban que querían conocer más sobre Santana, si la historia sigue gustando, tal vez haga lo mismo con la segunda parte de la trilogía que abarca toda la historia desde la perspectiva del otro protagonista, en este caso sería Santana. Espero sus comentarios y mañana habrá otra tanda de capitulo, todo dependerá de ustedes. Saludos y gracias por leer esta historia que me encantó.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Emocionante
Esta de los mejor esta historia
Saludos
Esta de los mejor esta historia
Saludos
Jane0_o- - Mensajes : 1160
Fecha de inscripción : 16/08/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
la historia va muy bien!
sigue actualizando seguido ;)
no suelo comentar a menudo, pero ya sabes que tendrás a una lectora pendiente de las actualizaciones
Saludos C:
sigue actualizando seguido ;)
no suelo comentar a menudo, pero ya sabes que tendrás a una lectora pendiente de las actualizaciones
Saludos C:
Invitado- Invitado
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Estos últimos capítulos super geniales, la relación va lenta pero segura, respecto a idiota de tom modo gusto cómo mi Rubia le dijo DOMÉSTICA A TÚ PERRO, TE ESTÁ AVERGONZANDO.
No me gusta ni las cicatrices ni los mareos, ni el correo del doctor, ni que la mamá allá tenido cáncer, eso me da mala espina de que mi Rubia hermosa tenga algo.. Y TIENES QUE ADAPTAR LOS TRES LIBROS, NO PUEDES DEJARNOS CON UNO SÓLO.
No me gusta ni las cicatrices ni los mareos, ni el correo del doctor, ni que la mamá allá tenido cáncer, eso me da mala espina de que mi Rubia hermosa tenga algo.. Y TIENES QUE ADAPTAR LOS TRES LIBROS, NO PUEDES DEJARNOS CON UNO SÓLO.
Linda23**** - Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Bueno esta demas decir que me encanta la historia y el ritmo que lleva, si me habia fijado en las cicatrizes de Brittany al principio cuando ayudo a Santana y supongo fue producto de su infancia dificil como ella dice, en cuanto a Santana supongo que encontro la orma de sus zapatos y lo mejor es que aun no lo sabe asi que a esperar tu actualizacion!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Wow que buena historia en serio siguela porfa no noS dejes solo con el primer libro ojala te animes a adaptar los otros 2 saludos y aqui andamos
karla ruiz** - Mensajes : 59
Fecha de inscripción : 05/04/2013
Capitulo 10
CAPITULO 10
La mañana siguiente me desperté con un mensaje de Hanna diciendo que estaba en camino con café y bagels. Me levanté de la cama tan pronto como ella estuvo lista para romper la puerta.
—Que mal amiga eres —soltó mientras pasaba por delante de mí para dejar el café y los bagels en la mesa.
—¿Qué hice? —Bostecé.
—Esperé toda la noche a que me llamaras y me contaras sobre tu día con Santana, pero nunca lo hiciste. —Hizo un puchero. Hanna amaba eso, y le era algo natural. Una vez me contó que podría hacer que una chica hiciera lo que fuera sólo haciendo esa cara.
—¿Cómo sabrías sobre lo de ayer?
Bajó la mirada y tomó un sorbo de su café. —Tom me contó —dijo como si no fuera la gran cosa.
—¿QUÉ? —grité. Hanna sacó un bagel de la bolsa y me lo tendió.
—Me llamó y me dijo que las vio en Central Park; quiso saber desde hacía cuánto eran amigas o si tenían algo más… Podría decir que estaba celoso.
—¿Quién diablos se piensa Tom que es? ¿Olvidó que es él quien me dejó y comenzó a salir con una perra de plástico?
Se inclinó sobre la mesa. —Le conté que Santana era tu sexi cita y tenía que superarlo.
Me agarré suavemente de su brazo. —No lo hiciste.
Hanna levantó dos dedos. —Juro por Dios que lo hice.
Rodé los ojos mientras sostenía el café en mis manos. —¿Quién se cree que es?
Me miró en lo que se levantaba para tomar un cuchillo del cajón. — Es un idiota Britt, nada más.
Reí y me sobresalté por un golpe en la puerta. Miré extrañada a Hanna y me levanté para ver quién era. Observé por la mirilla y vi a una alta y atractiva mujer parada del otro lado. Abrí la puerta aún con el pijama puesto.
—¿Señorita Brittany Pierce? —preguntó la mujer.
—Sí, soy Brittany Pierce. —Ella se abrió paso a través de la puerta.
—Muy bien —dijo mientras le hacía señas a las otras tres mujeres con bolsas de ropa para que la siguieran por detrás.
—Ummm, ¿qué está sucediendo? —Miré en dirección de Hanna cuando se sentó en la mesa con la boca abierta.
—Señorita Pierce, soy Camille, y nosotras somos de Sacks Fifth Avenue. La Señora Lopez nos envió para que usted elija un vestido para el evento de esta noche. Ella la describió, así que nosotras elegimos aquellos vestidos que sentimos que le convenían.
—Santa mierda, Britt —dijo Hanna.
Me quedé allí mientras las mujeres desempacaban el contenido de las bolsas, sacando los más hermosos y caros vestidos que había visto. Me probé cada uno sintiéndome como Cenicienta. Hanna alzaba los pulgares con aquellos que le gustaban y la mujer alta aplaudía. El último que me puse era un Badgley Mishka negro, sin tirantes y de encaje. Jadeé cuando me miré en el espejo porque nunca había usado nada más hermoso. Hanna tenía una lágrima en su ojo en lo que tomaba mis manos y me miraba.
—Luces absolutamente impresionante, Britt.
—Es demasiado, no puedo aceptar esto o dejar que Santana lo haga por mí.
Camille se acercó y me dio un par de tacos a tiras de Jimmy Choo.
—Ponte estos, querida, y deja que ella te compre un nuevo vestido; confía en mí, si ella no pensase que valieras la pena, no habría hecho esto.
—Miré a Hanna y tomé los zapatos de Camille.
—Santana no es una idiota, déjala comprarte un vestido y definitivamente esos zapatos—sonrió Hanna.
Rodé lo ojos mientras me ponía de pie con el vestido de diseñador y los Jimmy Choos. Me sentí increíble. Tomé mi teléfono y le envié a Santana un rápido mensaje.
“Hola, soy yo, Brittany… gracias por el hermoso vestido pero es demasiado y no me siento bien aceptándolo”.
Segundos después ella respondió:
“Por nada y no es demasiado, te veo lista a las seis en punto.”
Le sonreí a Camille. —Me gusta este —dije mientras pasaba las manos por mi cuerpo. Ella le chaqueó los dedos a las otras mujeres para que guarden los otros vestidos.
—La Señora Lopez estará inmensamente contenta de que usted haya escogido su favorito. —Sonrió mientas salía por la puerta. Me quedé parada en el medio de la habitación intentando averiguar qué quiso decir Camille con su vestido favorito. ¿Fue a la tienda por cuenta propia y escogió algunos para darme? Luego me pregunté si era un habito suyo para todas sus mujeres.
—Estás pensando demasiado, Britt —dijo Hanna en lo que abría la cremallera trasera de mi vestido—. Ve a ponerte tus otras ropas de vuelta; no quieres arruinar esto antes de lo previsto. Llamaré a Roger y veré si está disponible para arreglarte el pelo y maquillaje, me debe un gran favor.
Fui al baño y me puse un par de jean y una musculosa con un sentimiento enfermo en mi estómago. El teléfono sonó, y ese familiar número llamaba de nuevo, lo ignoré y fue al buzón de voz.
Hanna y yo tomamos un taxi a Color me Beautiful, una peluquería de nuestro amigo Roger. Entramos por las puertas del salón de lujo a tiempo en el que él nos veía. Se acercó y me abrazó con fuerza.
—Ay niña, escuché lo de Tom y creo que es un idiota.
—Gracias Roger, supongo que sí. —Sonreí ligeramente. Se giró hacia Hanna y le dio un cálido abrazo.
—Ahora, dime dónde vas esta noche y con quién.
Hanna saltó. —Va a un evento de caridad con Santana Lopez.
—¿Santana Lopez? ¿La ardiente, millonaria, gay y seductora Santana Lopez?
Rodé los ojos. —Sí Roger, esa. —Me miró seriamente.
—Britt, conoces su reputación, ¿no es así? —Me quedé en blanco porque no sabía nada de Santana excepto su única regla sobre dormir con alguien y que no le gustaban las relaciones.
—Somos amigas, nada más.
Roger sacudió las manos frente a su rostro. —Chica, Santana Lopez no tiene amigas; tiene esclavas sexuales, no amigas. —Tragué saliva y no quise escuchar más. Hanna podría decir que me sentía incómoda.
—Vamos Roger, haz tu magia y arregla a nuestra chica para que cada persona en el evento ruegue por ser quien la llevará a casa. —Golpeé su brazo mientras seguíamos a Roger a su puesto.
Conocí a Roger por Hanna. Él solía trabajar en la galería de arte a tiempo parcial mientras trataba de lanzar su salón. Era un hombre guapo con pelo de punta marrón y la cantidad justa de vello facial delineando su rostro ovalado. Cortaba el pelo y maquillaba como nadie más en el negocio. Una vez trabajó como estilista de Miranda Lambert, pero renunció para asentarse en un lugar y construir una vida con su compañero George. Me senté en la silla mientras él hacía su magia en mi cabello y rostro. Nunca me sentí más hermosa que ese día.
Entré en mi vestido de diseñador, los Jimmy Choos, y miré en el espejo mi cara ligeramente maquillada y los elegantes rizos. Por primera vez, en un terrible y largo tempo, olvidé todo lo malo en mi vida. Miré el reloj y vi que eran las 6:00 pm. Rodé mis ojos en lo que alguien tocaba la puerta. Como prometió, ella llegaría a las seis en punto. Abrí la puerta mientras Santana se quedaba parada allí, mirándome e inhalando profundamente. Las mariposas en mi estómago comenzaron a revolotear y mi corazón empezó a latir al momento en que la vi en su vestido rojo perfectamente amoldado a su hermosa y fina figura.
—¿Tenías miedo de que me asaltaran entre la puerta y tu coche? — Sonreí.
—Muy graciosa Brittany —dijo.
Estaba sorprendida de que ella misma viniera a la puerta en lugar de enviar a Denny. Golpeé mi hombro contra el suyo, y esbozó una pequeña sonrisa. Nos metimos en la parte posterior de la limusina y Santana nos sirvió una copa de champagne.
—Gracias Santana, tenía la esperanza de que te gustara esto. —Le guiñé el ojo en lo que ella sonreía y manteníamos nuestras copas alzadas.
____________________________________________________________________________
Para no perder la costumbre, la historia no es mía, es una trilogía llamada Forever de Sani Lynn.
Me alegra que la historia les este gustando, no se arrepentirán de leerla, les dejo un capitulo más, lo siguientes dependerán de ustedes. Veremos que pasa, tal vez decida continuar con los otros dos libros, es interesante ver la perspectiva del otro personaje y complementa esta, aunque en momento podría ser repetitivo, pero ya me dirán. Saludos
La mañana siguiente me desperté con un mensaje de Hanna diciendo que estaba en camino con café y bagels. Me levanté de la cama tan pronto como ella estuvo lista para romper la puerta.
—Que mal amiga eres —soltó mientras pasaba por delante de mí para dejar el café y los bagels en la mesa.
—¿Qué hice? —Bostecé.
—Esperé toda la noche a que me llamaras y me contaras sobre tu día con Santana, pero nunca lo hiciste. —Hizo un puchero. Hanna amaba eso, y le era algo natural. Una vez me contó que podría hacer que una chica hiciera lo que fuera sólo haciendo esa cara.
—¿Cómo sabrías sobre lo de ayer?
Bajó la mirada y tomó un sorbo de su café. —Tom me contó —dijo como si no fuera la gran cosa.
—¿QUÉ? —grité. Hanna sacó un bagel de la bolsa y me lo tendió.
—Me llamó y me dijo que las vio en Central Park; quiso saber desde hacía cuánto eran amigas o si tenían algo más… Podría decir que estaba celoso.
—¿Quién diablos se piensa Tom que es? ¿Olvidó que es él quien me dejó y comenzó a salir con una perra de plástico?
Se inclinó sobre la mesa. —Le conté que Santana era tu sexi cita y tenía que superarlo.
Me agarré suavemente de su brazo. —No lo hiciste.
Hanna levantó dos dedos. —Juro por Dios que lo hice.
Rodé los ojos mientras sostenía el café en mis manos. —¿Quién se cree que es?
Me miró en lo que se levantaba para tomar un cuchillo del cajón. — Es un idiota Britt, nada más.
Reí y me sobresalté por un golpe en la puerta. Miré extrañada a Hanna y me levanté para ver quién era. Observé por la mirilla y vi a una alta y atractiva mujer parada del otro lado. Abrí la puerta aún con el pijama puesto.
—¿Señorita Brittany Pierce? —preguntó la mujer.
—Sí, soy Brittany Pierce. —Ella se abrió paso a través de la puerta.
—Muy bien —dijo mientras le hacía señas a las otras tres mujeres con bolsas de ropa para que la siguieran por detrás.
—Ummm, ¿qué está sucediendo? —Miré en dirección de Hanna cuando se sentó en la mesa con la boca abierta.
—Señorita Pierce, soy Camille, y nosotras somos de Sacks Fifth Avenue. La Señora Lopez nos envió para que usted elija un vestido para el evento de esta noche. Ella la describió, así que nosotras elegimos aquellos vestidos que sentimos que le convenían.
—Santa mierda, Britt —dijo Hanna.
Me quedé allí mientras las mujeres desempacaban el contenido de las bolsas, sacando los más hermosos y caros vestidos que había visto. Me probé cada uno sintiéndome como Cenicienta. Hanna alzaba los pulgares con aquellos que le gustaban y la mujer alta aplaudía. El último que me puse era un Badgley Mishka negro, sin tirantes y de encaje. Jadeé cuando me miré en el espejo porque nunca había usado nada más hermoso. Hanna tenía una lágrima en su ojo en lo que tomaba mis manos y me miraba.
—Luces absolutamente impresionante, Britt.
—Es demasiado, no puedo aceptar esto o dejar que Santana lo haga por mí.
Camille se acercó y me dio un par de tacos a tiras de Jimmy Choo.
—Ponte estos, querida, y deja que ella te compre un nuevo vestido; confía en mí, si ella no pensase que valieras la pena, no habría hecho esto.
—Miré a Hanna y tomé los zapatos de Camille.
—Santana no es una idiota, déjala comprarte un vestido y definitivamente esos zapatos—sonrió Hanna.
Rodé lo ojos mientras me ponía de pie con el vestido de diseñador y los Jimmy Choos. Me sentí increíble. Tomé mi teléfono y le envié a Santana un rápido mensaje.
“Hola, soy yo, Brittany… gracias por el hermoso vestido pero es demasiado y no me siento bien aceptándolo”.
Segundos después ella respondió:
“Por nada y no es demasiado, te veo lista a las seis en punto.”
Le sonreí a Camille. —Me gusta este —dije mientras pasaba las manos por mi cuerpo. Ella le chaqueó los dedos a las otras mujeres para que guarden los otros vestidos.
—La Señora Lopez estará inmensamente contenta de que usted haya escogido su favorito. —Sonrió mientas salía por la puerta. Me quedé parada en el medio de la habitación intentando averiguar qué quiso decir Camille con su vestido favorito. ¿Fue a la tienda por cuenta propia y escogió algunos para darme? Luego me pregunté si era un habito suyo para todas sus mujeres.
—Estás pensando demasiado, Britt —dijo Hanna en lo que abría la cremallera trasera de mi vestido—. Ve a ponerte tus otras ropas de vuelta; no quieres arruinar esto antes de lo previsto. Llamaré a Roger y veré si está disponible para arreglarte el pelo y maquillaje, me debe un gran favor.
Fui al baño y me puse un par de jean y una musculosa con un sentimiento enfermo en mi estómago. El teléfono sonó, y ese familiar número llamaba de nuevo, lo ignoré y fue al buzón de voz.
Hanna y yo tomamos un taxi a Color me Beautiful, una peluquería de nuestro amigo Roger. Entramos por las puertas del salón de lujo a tiempo en el que él nos veía. Se acercó y me abrazó con fuerza.
—Ay niña, escuché lo de Tom y creo que es un idiota.
—Gracias Roger, supongo que sí. —Sonreí ligeramente. Se giró hacia Hanna y le dio un cálido abrazo.
—Ahora, dime dónde vas esta noche y con quién.
Hanna saltó. —Va a un evento de caridad con Santana Lopez.
—¿Santana Lopez? ¿La ardiente, millonaria, gay y seductora Santana Lopez?
Rodé los ojos. —Sí Roger, esa. —Me miró seriamente.
—Britt, conoces su reputación, ¿no es así? —Me quedé en blanco porque no sabía nada de Santana excepto su única regla sobre dormir con alguien y que no le gustaban las relaciones.
—Somos amigas, nada más.
Roger sacudió las manos frente a su rostro. —Chica, Santana Lopez no tiene amigas; tiene esclavas sexuales, no amigas. —Tragué saliva y no quise escuchar más. Hanna podría decir que me sentía incómoda.
—Vamos Roger, haz tu magia y arregla a nuestra chica para que cada persona en el evento ruegue por ser quien la llevará a casa. —Golpeé su brazo mientras seguíamos a Roger a su puesto.
Conocí a Roger por Hanna. Él solía trabajar en la galería de arte a tiempo parcial mientras trataba de lanzar su salón. Era un hombre guapo con pelo de punta marrón y la cantidad justa de vello facial delineando su rostro ovalado. Cortaba el pelo y maquillaba como nadie más en el negocio. Una vez trabajó como estilista de Miranda Lambert, pero renunció para asentarse en un lugar y construir una vida con su compañero George. Me senté en la silla mientras él hacía su magia en mi cabello y rostro. Nunca me sentí más hermosa que ese día.
Entré en mi vestido de diseñador, los Jimmy Choos, y miré en el espejo mi cara ligeramente maquillada y los elegantes rizos. Por primera vez, en un terrible y largo tempo, olvidé todo lo malo en mi vida. Miré el reloj y vi que eran las 6:00 pm. Rodé mis ojos en lo que alguien tocaba la puerta. Como prometió, ella llegaría a las seis en punto. Abrí la puerta mientras Santana se quedaba parada allí, mirándome e inhalando profundamente. Las mariposas en mi estómago comenzaron a revolotear y mi corazón empezó a latir al momento en que la vi en su vestido rojo perfectamente amoldado a su hermosa y fina figura.
—¿Tenías miedo de que me asaltaran entre la puerta y tu coche? — Sonreí.
—Muy graciosa Brittany —dijo.
Estaba sorprendida de que ella misma viniera a la puerta en lugar de enviar a Denny. Golpeé mi hombro contra el suyo, y esbozó una pequeña sonrisa. Nos metimos en la parte posterior de la limusina y Santana nos sirvió una copa de champagne.
—Gracias Santana, tenía la esperanza de que te gustara esto. —Le guiñé el ojo en lo que ella sonreía y manteníamos nuestras copas alzadas.
____________________________________________________________________________
Para no perder la costumbre, la historia no es mía, es una trilogía llamada Forever de Sani Lynn.
Me alegra que la historia les este gustando, no se arrepentirán de leerla, les dejo un capitulo más, lo siguientes dependerán de ustedes. Veremos que pasa, tal vez decida continuar con los otros dos libros, es interesante ver la perspectiva del otro personaje y complementa esta, aunque en momento podría ser repetitivo, pero ya me dirán. Saludos
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Reitero, me gusta mucho que avance de a poco, aunque me intriga MUCHO como se dará la interacción entre ellas, quiero más quiero más jajaja Saludos!!!
VictoriaRivera** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 27/05/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Cada ves que leo un capitulo la historia me gusta mas!!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Capitulo 11
CAPITULO 11
La gala de beneficencia era para la Fundación Autism Speaks. Era para apoyar la investigación biomédica de las causas y tratamientos del autismo en niños y adultos. Denny nos abrió la puerta, Santana salió y me tendio su mano.
—¿Crees que puedes portarte bien esta noche? —Puse mi brazo en el suyo y sonreí.
—No lo sé; no puedo prometer nada.
Caminamos hacia la entrada principal y entramos. El salón de baile era impresionante, al igual que las personas que habían asistido. Santana me guió hacia una mesa reservada con el nombre de su empresa sobre ella. Me senté, fijándome en los pilares que había alrededor de la habitación, así como en los techos bellamente tallados. Las paredes estaban pintadas de un color beige con adornos de caoba, al igual que las sillas que había alrededor de cada mesa. Una banda y la pista de baile se asentaban en el centro de la sala. A un lado había una larga tela alrededor de la barra que estaba complementada por la misma madera de caoba y encimeras de mármol.
Santana fue al bar para conseguir nuestras bebidas. Aparentemente, no tenía paciencia para esperar a que los camareros y camareras caminaran alrededor de la habitación con bebidas sobre sus bandejas. Volvió con una copa de vino blanco para mí y un whisky para ella. A pesar de lo hermoso que era el salón de baile, Santana era la persona más hermosa allí, y no podía dejar de mirarla. Me agarró suavemente por el codo y me acompañó hasta una pareja que estaban mirando en nuestra dirección. Incluso el más leve toque de su mano provocaba convulsiones en mi cuerpo.
—Buenas noches, Santana —dijo el caballero más mayor mientras le estrechaba la mano.
—Hola, Robert, me gustaría que conocieras a Brittany Pierce, una amiga mia
Él tomó mi mano y depositó un ligero beso en ella. —Tienes hermosas
amigas, Santana. Sonreí amablemente ante su comentario y miré a su esposa, quien estaba mirándome de arriba abajo.
—Esta es mi esposa, Courtney —dijo Robert sonriendo.
—Encantada de conocerte. —Me sonrió.
Courtney era extremadamente atractiva, y era alrededor de veinticinco años más joven que su marido. Robert tomo a Santana del brazo y caminó con ella hacia un lado, susurrando, por lo que no podíamos oírles. Ella sacudió la cabeza, y los dos volvieron hacia donde estábamos nosotras.
—¿Qué fue eso? —pregunté.
Me miró de forma extraña por siquiera preguntar. —Solo negocios.
Colocó su mano suavemente en la parte baja de mi espalda y me llevó de vuelta a la mesa mientras se excusaba para ir al baño. Me encontraba disfrutando del hermoso sonido de la banda tocando melodías suaves cuando Courtney se acercó y se sentó a mi lado.
—Así que eres el nuevo juguete de Santana —comentó. La miré, intentando absorber lo que quería decir.
—Santana y yo no somos más que amigas.
Ella sacudió la cabeza. —Cierto, bueno, solo te digo esto por tu propio bien, de mujer a mujer, porque pareces una persona agradable e inocente; mantente alejada de Santana Lopez.
Entrecerré los ojos y miré alrededor para ver si Santana estaba volviendo. —¿Por qué dirías algo como eso? —pregunté.
—Porque Santana te usará hasta que te rompa emocionalmente y te desgaste físicamente; luego te arrojara a un lado como un trozo de basura. —Se levantó de su asiento y puso su mano sobre mi brazo—. Solo un consejo de amiga.
Se alejó y me dejó allí sentada, meditando sus palabras. La forma en que me habló me hizo creer que era una víctima de Santana. Yo no quería pensar en ello mientras me levantaba y me dirigía a la barra a por otra copa de vino. Miré hacia el lado en el que había un pequeño pasillo y alcé las cejas al ver a Santana hablando con la misma mujer que le había dado una bofetada en el club. Sus ojos parecían enfadados mientras la agarraba por un brazo y la sacaba de mi vista. Mi estómago se llenó de nudos, ¿qué demonios hacía yo aquí? Ni siquiera sabía nada sobre aquella mujer que era mi acompañante.
Estaba de pie ante el bar cuando un caballero se acercó a mí. —Hola, soy Andrew, me preguntaba si a una hermosa mujer como usted le gustaría compartir un baile conmigo. Miré a mí alrededor y no encontré a Santana por ninguna parte, simplemente me había dejado sola.
—Sería un placer. —Sonreí.
No me importaba bailar con Andrew; era guapo, con cabello castaño y ojos color avellana. Era alto, y cuando puso su brazo alrededor de mi cintura, pude sentir su fuerza. Antes de que tuviéramos una oportunidad de terminar nuestra conversación, Santana se acercó por detrás.
—Disculpa, Andrew, pero ella está aquí conmigo.
Andrew miró a Santana —Señora Lopez, me disculpo, no sabía que era suya. Se alejó mientras Santana tomaba su lugar. ¿Suya? No soy suya ni de nadie más. Santana me miró mientras ponía su brazo alrededor de mi cintura y tomaba mi mano en la suya. —Te dejo sola un minuto y te vas y empiezas a bailar con hombres extraños.
La miré entrecerrando los ojos. —Me dejaste sola para desaparecer con la mujer que te abofeteó en el Club.
Su mirada se convirtió en fuego. —¿Viste eso?
Sacudí la cabeza. —Sí, creo que mucha gente vio eso.
—Entonces, vamos a ver si lo he entendido, ¿me viste antes de que me encontraras ebria afuera?
—Sí, estaba sentada en el bar, ¿por qué?
Las comisuras de su sexy boca se curvó hacia arriba. —Interesante.
Incliné la cabeza hacia ella. —¿Qué es interesante? —Entonces me di cuenta—. Oh, entiendo, crees que tenía mis ojos puestos en ti desde el principio.
Me sonrió maliciosamente. —Tus palabras, señorita Pierce, no las mías.
Rodé los ojos y me incliné hacia ella, absorbiendo su dulce aroma mientras le susurraba al oído—: Es una mujer muy egocéntrica, señora Lopez.
—¿Por qué está obra de beneficencia concreta? —pregunté.
Me miró y tomó una respiración. —¿Por qué no? —Yo había dejado pasar el tema de la mujer del pasillo y que las vi desaparecer, pero no dejaría pasar esto.
—¿Por qué, entonces?
Dejó de mirarme y miró directamente a la multitud. —Es solo una obra de caridad con las que mi empresa está involucrada, ¿por qué es tan importante para ti saber una razón específica?
Sus palabras salieron frías, casi como si no confiara en mí lo suficiente como para decírmelo.
—Simplemente olvida que pregunté. —Mantuve la vista al frente, negándome a mirarla.
—Estás enfadada —dijo.
—Sabrás cuando estoy enfadada, señora Lopez —respondí.
La canción terminó y volvimos a la mesa, que ahora estaba llena con alguno de los asociados de Empresas Lopez. Santana dio la vuelta y me presentó a algunos de los miembros de su personal. Miré hacia la mesa de al lado, y allí se sentaba ella, la hermosa y alta mujer del club. Su liso cabello rubio se asentaba justo sobre sus hombros y su delicada piel blanca brillaba bajo las luces del salón de baile. Ella brillaba en su largo vestido plateado y sus altos tacones de aguja plateados. Los diamantes ocupaban sus lugares en sus orejas y cuello, y no perdía el ritmo a la hora de aplicarse el maquillaje. Era una mujer impresionante, y estaba mirándome, o mejor dicho, mirándome ferozmente.
La cena consistía en filete mignon o pescado. Santana se tomó la libertad de pedirme el filete, ya que sentía la necesidad de poner algo de carne sobre mis huesos, tal como dijo tan amablemente. Durante la cena, un hombre se acercó para dar las gracias a todos por venir y agradecer a Empresas Lopez por donar quinientos mil dólares a la obra de caridad; todo el mundo aplaudió.
Me excusé para ir al baño, cuando escuché que alguien me llamaba. Me di la vuelta y me congelé cuando vi al Dr. Taub saliendo del baño de hombres.
—Brittany, es fantástico encontrarte aquí —dijo.
—Dr. Taub, vine como la invitada de alguien y agradecería que no nos viera hablando. —Mi estómago se sentía enfermo y mi corazón latía más rápido.
—No me has devuelto las llamadas o reprogramado tus citas. Tiene que terminar nuestras sesiones, señorita Pierce; es importante y lo sabe.
—Dr. Taub —susurré mientras miraba a mi alrededor para asegurarme de que nadie, sobre todo Santana, nos veía hablando—. Lo haré, solo deme algo de tiempo, por favor.
—El tiempo no está de tu lado, Brittany; es importante que programes tu cita.
—No puedo hablar de esto aquí, por favor, Dr. Taub. —Se alejó sacudiendo la cabeza.
Entré en el baño y comprobé mi pelo y maquillaje. Me apliqué brillo de labios, y cuando abrí la puerta para salir me sorprendió ver a Santana de pie contra la pared con los brazos cruzados. Me miró mientras yo hablaba—: Uh, ¿hola? ¿Por qué estás ahí de pie de esa manera?
—Porque te has ido durante bastante tiempo y quería asegurarme de que estás bien. Iba a darte cinco segundos más antes de abrir la puerta y entrar.
Me alejé de ella. —Vaya, ¿demasiado acosadora?
Le oí suspirar. —Por última vez, no soy una acosadora; estaba preocupada por tu seguridad. —Hice rodar los ojos; ella tenía problemas de seguridad y comenzaba a molestarme.
Regresamos a la mesa, y Santana miró a la hermosa mujer alta. Ella le sonrió.
—¿Estás lista para marcharnos? —pregunto.
—Lo estoy si tú lo estás.
Sonrió y salimos afuera, donde Denny estaba esperándonos. Ella se detuvo y se giró hacia mí. —Voy a hacer que Denny te lleve a casa, yo tengo algo que necesito solucionar aquí. —Tomó mi mano y la besó suavemente—. Gracias por venir conmigo esta noche, espero que hayas pasado un buen rato. —Sus labios eran cálidos sobre mi piel, pero yo también me concentraba en el hecho de que no iba a acompañarme a casa.
La miré a los ojos. —Pasé un rato maravilloso, gracias por invitarme.
Ella asintió y abrió la puerta. Me deslicé en el asiento trasero y me despedí con la mano, intentando esconder la decepción en mis ojos.
—Buenas noches, señorita Pierce —dijo Denny mientras miraba por el espejo retrovisor.
—Hola, Denny —respondí mientras miraba por la ventanilla.
____________________________________________________________________________
Historia original trilogía Forever de Sani Lynn.
¿Que les pareció? El siguiente capitulo es importante, verán porque, espero sus comentarios y saludos a todas por sus comentarios.
La gala de beneficencia era para la Fundación Autism Speaks. Era para apoyar la investigación biomédica de las causas y tratamientos del autismo en niños y adultos. Denny nos abrió la puerta, Santana salió y me tendio su mano.
—¿Crees que puedes portarte bien esta noche? —Puse mi brazo en el suyo y sonreí.
—No lo sé; no puedo prometer nada.
Caminamos hacia la entrada principal y entramos. El salón de baile era impresionante, al igual que las personas que habían asistido. Santana me guió hacia una mesa reservada con el nombre de su empresa sobre ella. Me senté, fijándome en los pilares que había alrededor de la habitación, así como en los techos bellamente tallados. Las paredes estaban pintadas de un color beige con adornos de caoba, al igual que las sillas que había alrededor de cada mesa. Una banda y la pista de baile se asentaban en el centro de la sala. A un lado había una larga tela alrededor de la barra que estaba complementada por la misma madera de caoba y encimeras de mármol.
Santana fue al bar para conseguir nuestras bebidas. Aparentemente, no tenía paciencia para esperar a que los camareros y camareras caminaran alrededor de la habitación con bebidas sobre sus bandejas. Volvió con una copa de vino blanco para mí y un whisky para ella. A pesar de lo hermoso que era el salón de baile, Santana era la persona más hermosa allí, y no podía dejar de mirarla. Me agarró suavemente por el codo y me acompañó hasta una pareja que estaban mirando en nuestra dirección. Incluso el más leve toque de su mano provocaba convulsiones en mi cuerpo.
—Buenas noches, Santana —dijo el caballero más mayor mientras le estrechaba la mano.
—Hola, Robert, me gustaría que conocieras a Brittany Pierce, una amiga mia
Él tomó mi mano y depositó un ligero beso en ella. —Tienes hermosas
amigas, Santana. Sonreí amablemente ante su comentario y miré a su esposa, quien estaba mirándome de arriba abajo.
—Esta es mi esposa, Courtney —dijo Robert sonriendo.
—Encantada de conocerte. —Me sonrió.
Courtney era extremadamente atractiva, y era alrededor de veinticinco años más joven que su marido. Robert tomo a Santana del brazo y caminó con ella hacia un lado, susurrando, por lo que no podíamos oírles. Ella sacudió la cabeza, y los dos volvieron hacia donde estábamos nosotras.
—¿Qué fue eso? —pregunté.
Me miró de forma extraña por siquiera preguntar. —Solo negocios.
Colocó su mano suavemente en la parte baja de mi espalda y me llevó de vuelta a la mesa mientras se excusaba para ir al baño. Me encontraba disfrutando del hermoso sonido de la banda tocando melodías suaves cuando Courtney se acercó y se sentó a mi lado.
—Así que eres el nuevo juguete de Santana —comentó. La miré, intentando absorber lo que quería decir.
—Santana y yo no somos más que amigas.
Ella sacudió la cabeza. —Cierto, bueno, solo te digo esto por tu propio bien, de mujer a mujer, porque pareces una persona agradable e inocente; mantente alejada de Santana Lopez.
Entrecerré los ojos y miré alrededor para ver si Santana estaba volviendo. —¿Por qué dirías algo como eso? —pregunté.
—Porque Santana te usará hasta que te rompa emocionalmente y te desgaste físicamente; luego te arrojara a un lado como un trozo de basura. —Se levantó de su asiento y puso su mano sobre mi brazo—. Solo un consejo de amiga.
Se alejó y me dejó allí sentada, meditando sus palabras. La forma en que me habló me hizo creer que era una víctima de Santana. Yo no quería pensar en ello mientras me levantaba y me dirigía a la barra a por otra copa de vino. Miré hacia el lado en el que había un pequeño pasillo y alcé las cejas al ver a Santana hablando con la misma mujer que le había dado una bofetada en el club. Sus ojos parecían enfadados mientras la agarraba por un brazo y la sacaba de mi vista. Mi estómago se llenó de nudos, ¿qué demonios hacía yo aquí? Ni siquiera sabía nada sobre aquella mujer que era mi acompañante.
Estaba de pie ante el bar cuando un caballero se acercó a mí. —Hola, soy Andrew, me preguntaba si a una hermosa mujer como usted le gustaría compartir un baile conmigo. Miré a mí alrededor y no encontré a Santana por ninguna parte, simplemente me había dejado sola.
—Sería un placer. —Sonreí.
No me importaba bailar con Andrew; era guapo, con cabello castaño y ojos color avellana. Era alto, y cuando puso su brazo alrededor de mi cintura, pude sentir su fuerza. Antes de que tuviéramos una oportunidad de terminar nuestra conversación, Santana se acercó por detrás.
—Disculpa, Andrew, pero ella está aquí conmigo.
Andrew miró a Santana —Señora Lopez, me disculpo, no sabía que era suya. Se alejó mientras Santana tomaba su lugar. ¿Suya? No soy suya ni de nadie más. Santana me miró mientras ponía su brazo alrededor de mi cintura y tomaba mi mano en la suya. —Te dejo sola un minuto y te vas y empiezas a bailar con hombres extraños.
La miré entrecerrando los ojos. —Me dejaste sola para desaparecer con la mujer que te abofeteó en el Club.
Su mirada se convirtió en fuego. —¿Viste eso?
Sacudí la cabeza. —Sí, creo que mucha gente vio eso.
—Entonces, vamos a ver si lo he entendido, ¿me viste antes de que me encontraras ebria afuera?
—Sí, estaba sentada en el bar, ¿por qué?
Las comisuras de su sexy boca se curvó hacia arriba. —Interesante.
Incliné la cabeza hacia ella. —¿Qué es interesante? —Entonces me di cuenta—. Oh, entiendo, crees que tenía mis ojos puestos en ti desde el principio.
Me sonrió maliciosamente. —Tus palabras, señorita Pierce, no las mías.
Rodé los ojos y me incliné hacia ella, absorbiendo su dulce aroma mientras le susurraba al oído—: Es una mujer muy egocéntrica, señora Lopez.
—¿Por qué está obra de beneficencia concreta? —pregunté.
Me miró y tomó una respiración. —¿Por qué no? —Yo había dejado pasar el tema de la mujer del pasillo y que las vi desaparecer, pero no dejaría pasar esto.
—¿Por qué, entonces?
Dejó de mirarme y miró directamente a la multitud. —Es solo una obra de caridad con las que mi empresa está involucrada, ¿por qué es tan importante para ti saber una razón específica?
Sus palabras salieron frías, casi como si no confiara en mí lo suficiente como para decírmelo.
—Simplemente olvida que pregunté. —Mantuve la vista al frente, negándome a mirarla.
—Estás enfadada —dijo.
—Sabrás cuando estoy enfadada, señora Lopez —respondí.
La canción terminó y volvimos a la mesa, que ahora estaba llena con alguno de los asociados de Empresas Lopez. Santana dio la vuelta y me presentó a algunos de los miembros de su personal. Miré hacia la mesa de al lado, y allí se sentaba ella, la hermosa y alta mujer del club. Su liso cabello rubio se asentaba justo sobre sus hombros y su delicada piel blanca brillaba bajo las luces del salón de baile. Ella brillaba en su largo vestido plateado y sus altos tacones de aguja plateados. Los diamantes ocupaban sus lugares en sus orejas y cuello, y no perdía el ritmo a la hora de aplicarse el maquillaje. Era una mujer impresionante, y estaba mirándome, o mejor dicho, mirándome ferozmente.
La cena consistía en filete mignon o pescado. Santana se tomó la libertad de pedirme el filete, ya que sentía la necesidad de poner algo de carne sobre mis huesos, tal como dijo tan amablemente. Durante la cena, un hombre se acercó para dar las gracias a todos por venir y agradecer a Empresas Lopez por donar quinientos mil dólares a la obra de caridad; todo el mundo aplaudió.
Me excusé para ir al baño, cuando escuché que alguien me llamaba. Me di la vuelta y me congelé cuando vi al Dr. Taub saliendo del baño de hombres.
—Brittany, es fantástico encontrarte aquí —dijo.
—Dr. Taub, vine como la invitada de alguien y agradecería que no nos viera hablando. —Mi estómago se sentía enfermo y mi corazón latía más rápido.
—No me has devuelto las llamadas o reprogramado tus citas. Tiene que terminar nuestras sesiones, señorita Pierce; es importante y lo sabe.
—Dr. Taub —susurré mientras miraba a mi alrededor para asegurarme de que nadie, sobre todo Santana, nos veía hablando—. Lo haré, solo deme algo de tiempo, por favor.
—El tiempo no está de tu lado, Brittany; es importante que programes tu cita.
—No puedo hablar de esto aquí, por favor, Dr. Taub. —Se alejó sacudiendo la cabeza.
Entré en el baño y comprobé mi pelo y maquillaje. Me apliqué brillo de labios, y cuando abrí la puerta para salir me sorprendió ver a Santana de pie contra la pared con los brazos cruzados. Me miró mientras yo hablaba—: Uh, ¿hola? ¿Por qué estás ahí de pie de esa manera?
—Porque te has ido durante bastante tiempo y quería asegurarme de que estás bien. Iba a darte cinco segundos más antes de abrir la puerta y entrar.
Me alejé de ella. —Vaya, ¿demasiado acosadora?
Le oí suspirar. —Por última vez, no soy una acosadora; estaba preocupada por tu seguridad. —Hice rodar los ojos; ella tenía problemas de seguridad y comenzaba a molestarme.
Regresamos a la mesa, y Santana miró a la hermosa mujer alta. Ella le sonrió.
—¿Estás lista para marcharnos? —pregunto.
—Lo estoy si tú lo estás.
Sonrió y salimos afuera, donde Denny estaba esperándonos. Ella se detuvo y se giró hacia mí. —Voy a hacer que Denny te lleve a casa, yo tengo algo que necesito solucionar aquí. —Tomó mi mano y la besó suavemente—. Gracias por venir conmigo esta noche, espero que hayas pasado un buen rato. —Sus labios eran cálidos sobre mi piel, pero yo también me concentraba en el hecho de que no iba a acompañarme a casa.
La miré a los ojos. —Pasé un rato maravilloso, gracias por invitarme.
Ella asintió y abrió la puerta. Me deslicé en el asiento trasero y me despedí con la mano, intentando esconder la decepción en mis ojos.
—Buenas noches, señorita Pierce —dijo Denny mientras miraba por el espejo retrovisor.
—Hola, Denny —respondí mientras miraba por la ventanilla.
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Historia original trilogía Forever de Sani Lynn.
¿Que les pareció? El siguiente capitulo es importante, verán porque, espero sus comentarios y saludos a todas por sus comentarios.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
:o me intriga Santana... y Britt es obvio que tiene algo :/
y tampoco se sabe por qué Tom termino con ella
muchas cosas por saber...
Espero la próxima actu ;)
Saludos
y tampoco se sabe por qué Tom termino con ella
muchas cosas por saber...
Espero la próxima actu ;)
Saludos
Invitado- Invitado
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Actualizaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa prontoooooooooooooooooooooooo!!
AMO TU FIC
AMO TU FIC
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Estoy intrigada sobre que van las citas de britt
Y cual es su pasado al igual la obsesión de Santana con la seguridad.
Espero y actualizes pronto saludos
Y cual es su pasado al igual la obsesión de Santana con la seguridad.
Espero y actualizes pronto saludos
Jane0_o- - Mensajes : 1160
Fecha de inscripción : 16/08/2013
Capitulo 12
CAPITULO 12
El aire de la noche era excepcionalmente cálido para septiembre, y quería hacer algo más que irme a casa a un apartamento vacío. —Denny, ¿podrías llevarme a la playa, por favor?
Me miró por el espejo retrovisor. —Lo siento, señorita Pierce, pero mis órdenes eran llevarla directamente a su casa.
Sonreí educadamente. —Denny, o puedes llevarme a la playa o llamaré a un taxi al minuto que me dejes en casa. La señora Lopez no me posee ni tiene el derecho a decirme qué hacer. No me importa si te dijo que me llevaras a casa; te estoy diciendo lo contrario. Ahora, por favor, déjame en la playa.
—Muy bien, señorita Pierce, si usted lo dice —suspiró.
—Lo digo, y si la señora Lopez tiene un problema con ello, entonces yo lidiaré con ella.
Me quité los zapatos y cargué con ellos cuando mis pies tocaron la suave y cálida arena. El océano se veía hermoso esta noche con la luz de la luna brillando, iluminando cada ola que se abría paso hasta la orilla. Tiré los zapatos y corrí hacia el borde del agua. Me reí mientras el agua fría salpicaba mis pies haciéndome sentir viva y eufórica. El pacífico sonido de las olas rompiendo contra la costa y el dulce olor del agua salada eran suficiente como para dejarme escapar a mi propio mundo, un mundo que había creado. Estaba disfrutando de la serenidad de mi mundo cuando escuché—: ¿Qué diablos crees que estás haciendo? —Suspiré porque conocía muy bien a esa enfurecida voz. Giré la cabeza para ver a Santana de pie a unos metros detrás de mí.
—¿Qué estás haciendo aquí, Santana; no tienes asuntos que concluir? —Consideré la posibilidad de que “concluir sus asuntos” involucrara sexo y esa hermosa mujer alta.
—Estoy aquí porque no fuiste a casa y obligaste a mi chófer a desobedecer mis órdenes. —Su voz sonaba enojada.
—Bueno, era una bonita noche, y quería estar aquí; es mi lugar favorito.
—Hay tiempo y lugar para estar aquí, Brittany, pero no ahora.
—Lamento que te sientas así, pero no he terminado aquí todavía, y no me voy a ir.
Alzó la voz. —Brittany Pierce, vámonos.
¿Quién cojones se creía que era esta mujer? —No seas tan gruñona y si quieres que me vaya entonces tendrás que atraparme. —Me reí cuando empecé a correr por la playa.
—Por el jodido amor, Britt, me estás molestando—gritó mientras empezaba a perseguirme.
Volví la cabeza y miré hacia atrás mientras me alcanzaba; juro que vi una pequeña sonrisa escapar de sus labios. Era buena corriendo a pesar de también llevar un vestido largo puesto. Comencé a jadear y a reducir la velocidad mientras se acercaba por detrás de mí, levantándome. Pateé y grité—: Bájame, Santana Lopez.
—De ninguna forma, volverás a salir corriendo, y he terminado de jugar.
Sin aliento dije—: No lo haré, lo prometo, de todas formas estoy sin aliento por si no te has dado cuenta.
Gentilmente me bajó, y me senté en la arena. Bajó la vista y sacudió su cabeza cuando le tendí la mano para que se sentara a mi lado.
—No voy a sentarme en la arena con este vestido.
—Vive un poco, Santana, la vida es demasiado corta —dije mientras miraba hacia el agua iluminada por la luna. Suspiró y se sentó junto a mí.
Permanecimos en silencio por un momento, y estaba sintiéndome un poco emotiva; culpo al vino, cuando empecé a hablar.
—Era mi decimosexto cumpleaños cuando me diagnosticaron cáncer. —La sentí mirarme cuando me quedé observando y escuchando los susurros del océano—. Oye, felices dieciséis, ¿adivina qué? Tienes cáncer. —Sentí las lágrimas comenzando a picar en los ojos.
Santana tomó mi mano y susurró—: No tienes que hacer esto. —No iba a mirarla porque si observaba sus hermosos ojos negros estaría perdida.
Procedí con mi historia.
—No podía soportar la idea de que mi padre tuviera que pasar por esa tortura y dolor de nuevo como con mi madre, así que decidí hacerle prescindir de eso.
—Brittany —susurró mientras se inclinaba más cerca.
—Él se iba a una de sus borracheras, y yo sabía que no estaría en casa hasta la medianoche, así que era mi oportunidad para poner en acción mi plan. Llené la bañera con agua caliente, me relajé y tomé una hoja de afeitar para ambas muñecas. —La escuché respirar hondo mientras frotaba suavemente la cicatriz con el pulgar.
—Puedes creerte que esa fue la única noche que olvidó su billetera y regresó a casa antes; hablando de suerte, ¿no? Me encontró y llamó al 911. Casi no lo logro; había perdido mucha sangre.
Santana no dijo nada, pero no tenía que hacerlo; podía decir que estaba sorprendida.
—Supongo que Dios tenía otros planes para mí. Pasé por un año de quimioterapia y entré en remisión. Me dieron una segunda oportunidad en la vida, y por eso estoy agradecida. Como dije ayer, era joven y estúpida, y cometí un terrible error.
Santana soltó mi mano, me rodeó con el brazo y me arrastró hacia ella. Descansé la cabeza en su hombro. Era suave y firme, y se sentía bien ser sostenida.
—Es por eso que tienes esta imperiosa necesidad de ayudar a los demás, ¿no? preguntó mientras besaba ligeramente mi cabeza—. Eres una buena persona, Brittany Pierce —susurró en mi oído.
Sonreí y cerré los ojos. Sentí sus brazos levantándome mientras me llevaba por la arena hacia su coche, el cual no era su limusina, sino el Range Rover. Cuidadosamente, me puso en el asiento delantero cuando me removí; susurró—: Duerme, ángel.
Nos llevó a mi apartamento, abrió el bolso para encontrar las llaves y luego me subió hasta mi puerta. Mis brazos estaban fuertemente apretados alrededor de su cuello. Insertó la llave en la cerradura y abrió ligeramente la puerta con su pie. Me transportó hacia el dormitorio y me depositó suavemente en la cama. Era algo consciente de lo que hacía, pero estaba demasiado cansada para moverme.
Me cubrió con una manta y me acarició suavemente la mejilla con el dorso de su mano. —Duerme bien, ángel, y dulces sueños.
____________________________________________________________________________
Historia original trilogía Forever, autora Sandi Lynn.
¿Que les pareció? Ya les había comentado, algo que me atrapo de la historia es lo perfectamente imperfectos que son los personajes. Espero sus comentarios y estare subiendo un par de capitulos más por el día de hoy.
El aire de la noche era excepcionalmente cálido para septiembre, y quería hacer algo más que irme a casa a un apartamento vacío. —Denny, ¿podrías llevarme a la playa, por favor?
Me miró por el espejo retrovisor. —Lo siento, señorita Pierce, pero mis órdenes eran llevarla directamente a su casa.
Sonreí educadamente. —Denny, o puedes llevarme a la playa o llamaré a un taxi al minuto que me dejes en casa. La señora Lopez no me posee ni tiene el derecho a decirme qué hacer. No me importa si te dijo que me llevaras a casa; te estoy diciendo lo contrario. Ahora, por favor, déjame en la playa.
—Muy bien, señorita Pierce, si usted lo dice —suspiró.
—Lo digo, y si la señora Lopez tiene un problema con ello, entonces yo lidiaré con ella.
Me quité los zapatos y cargué con ellos cuando mis pies tocaron la suave y cálida arena. El océano se veía hermoso esta noche con la luz de la luna brillando, iluminando cada ola que se abría paso hasta la orilla. Tiré los zapatos y corrí hacia el borde del agua. Me reí mientras el agua fría salpicaba mis pies haciéndome sentir viva y eufórica. El pacífico sonido de las olas rompiendo contra la costa y el dulce olor del agua salada eran suficiente como para dejarme escapar a mi propio mundo, un mundo que había creado. Estaba disfrutando de la serenidad de mi mundo cuando escuché—: ¿Qué diablos crees que estás haciendo? —Suspiré porque conocía muy bien a esa enfurecida voz. Giré la cabeza para ver a Santana de pie a unos metros detrás de mí.
—¿Qué estás haciendo aquí, Santana; no tienes asuntos que concluir? —Consideré la posibilidad de que “concluir sus asuntos” involucrara sexo y esa hermosa mujer alta.
—Estoy aquí porque no fuiste a casa y obligaste a mi chófer a desobedecer mis órdenes. —Su voz sonaba enojada.
—Bueno, era una bonita noche, y quería estar aquí; es mi lugar favorito.
—Hay tiempo y lugar para estar aquí, Brittany, pero no ahora.
—Lamento que te sientas así, pero no he terminado aquí todavía, y no me voy a ir.
Alzó la voz. —Brittany Pierce, vámonos.
¿Quién cojones se creía que era esta mujer? —No seas tan gruñona y si quieres que me vaya entonces tendrás que atraparme. —Me reí cuando empecé a correr por la playa.
—Por el jodido amor, Britt, me estás molestando—gritó mientras empezaba a perseguirme.
Volví la cabeza y miré hacia atrás mientras me alcanzaba; juro que vi una pequeña sonrisa escapar de sus labios. Era buena corriendo a pesar de también llevar un vestido largo puesto. Comencé a jadear y a reducir la velocidad mientras se acercaba por detrás de mí, levantándome. Pateé y grité—: Bájame, Santana Lopez.
—De ninguna forma, volverás a salir corriendo, y he terminado de jugar.
Sin aliento dije—: No lo haré, lo prometo, de todas formas estoy sin aliento por si no te has dado cuenta.
Gentilmente me bajó, y me senté en la arena. Bajó la vista y sacudió su cabeza cuando le tendí la mano para que se sentara a mi lado.
—No voy a sentarme en la arena con este vestido.
—Vive un poco, Santana, la vida es demasiado corta —dije mientras miraba hacia el agua iluminada por la luna. Suspiró y se sentó junto a mí.
Permanecimos en silencio por un momento, y estaba sintiéndome un poco emotiva; culpo al vino, cuando empecé a hablar.
—Era mi decimosexto cumpleaños cuando me diagnosticaron cáncer. —La sentí mirarme cuando me quedé observando y escuchando los susurros del océano—. Oye, felices dieciséis, ¿adivina qué? Tienes cáncer. —Sentí las lágrimas comenzando a picar en los ojos.
Santana tomó mi mano y susurró—: No tienes que hacer esto. —No iba a mirarla porque si observaba sus hermosos ojos negros estaría perdida.
Procedí con mi historia.
—No podía soportar la idea de que mi padre tuviera que pasar por esa tortura y dolor de nuevo como con mi madre, así que decidí hacerle prescindir de eso.
—Brittany —susurró mientras se inclinaba más cerca.
—Él se iba a una de sus borracheras, y yo sabía que no estaría en casa hasta la medianoche, así que era mi oportunidad para poner en acción mi plan. Llené la bañera con agua caliente, me relajé y tomé una hoja de afeitar para ambas muñecas. —La escuché respirar hondo mientras frotaba suavemente la cicatriz con el pulgar.
—Puedes creerte que esa fue la única noche que olvidó su billetera y regresó a casa antes; hablando de suerte, ¿no? Me encontró y llamó al 911. Casi no lo logro; había perdido mucha sangre.
Santana no dijo nada, pero no tenía que hacerlo; podía decir que estaba sorprendida.
—Supongo que Dios tenía otros planes para mí. Pasé por un año de quimioterapia y entré en remisión. Me dieron una segunda oportunidad en la vida, y por eso estoy agradecida. Como dije ayer, era joven y estúpida, y cometí un terrible error.
Santana soltó mi mano, me rodeó con el brazo y me arrastró hacia ella. Descansé la cabeza en su hombro. Era suave y firme, y se sentía bien ser sostenida.
—Es por eso que tienes esta imperiosa necesidad de ayudar a los demás, ¿no? preguntó mientras besaba ligeramente mi cabeza—. Eres una buena persona, Brittany Pierce —susurró en mi oído.
Sonreí y cerré los ojos. Sentí sus brazos levantándome mientras me llevaba por la arena hacia su coche, el cual no era su limusina, sino el Range Rover. Cuidadosamente, me puso en el asiento delantero cuando me removí; susurró—: Duerme, ángel.
Nos llevó a mi apartamento, abrió el bolso para encontrar las llaves y luego me subió hasta mi puerta. Mis brazos estaban fuertemente apretados alrededor de su cuello. Insertó la llave en la cerradura y abrió ligeramente la puerta con su pie. Me transportó hacia el dormitorio y me depositó suavemente en la cama. Era algo consciente de lo que hacía, pero estaba demasiado cansada para moverme.
Me cubrió con una manta y me acarició suavemente la mejilla con el dorso de su mano. —Duerme bien, ángel, y dulces sueños.
____________________________________________________________________________
Historia original trilogía Forever, autora Sandi Lynn.
¿Que les pareció? Ya les había comentado, algo que me atrapo de la historia es lo perfectamente imperfectos que son los personajes. Espero sus comentarios y estare subiendo un par de capitulos más por el día de hoy.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Wowwwwwww por eso la insistencia del doc!!!
Que genial historia
Saludos
Que genial historia
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
esta historia es una adiccion, hasta pronto!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Lo sabía, sabía que algo malo pasaba con mi Rubia.
Este capítulo me encanto xq trata un tema que lo vivimos a diario y por el cual muchas personas tienen que pasar, incluso toman decisiones equivocadas cómo lo hizo Britt.
La Santana dulce y tierna me encanta.
Este capítulo me encanto xq trata un tema que lo vivimos a diario y por el cual muchas personas tienen que pasar, incluso toman decisiones equivocadas cómo lo hizo Britt.
La Santana dulce y tierna me encanta.
Linda23**** - Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
Capitulo 13
CAPITULO 13
La mañana siguiente era un día de trabajo, y no tenía que estar allí hasta el mediodía. Arrastré el culo fuera de la cama y me quité el vestido de noche. Agradecí que Santana no me desnudase, bueno, tal vez quería que lo hubiese hecho porque los momentos que compartimos en la playa eran algo que no quería olvidar. Sentí que algo cambió en ella la noche anterior.
Me paré bajo el agua caliente y dejé que me alcanzara. No podía dejar de pensar en Santana y lo dulce y gentil que fue conmigo la noche anterior. Le expuse mi secreto más profundo, y ahora me estaba empezando a arrepentir. No debería haberle mostrado esa parte de mí; era demasiado peligroso. Me puse mis mallas y la túnica larga, me recogí el pelo en una cola de caballo y me dirigí a la cocina para hacer un poco de café. No podía quitarme de encima la sensación de estupidez por contárselo; a veces, simplemente no sé cuándo mantener la boca cerrada.
Mientras esperaba a que se hiciera el café, busqué en el bolso y agarré mi teléfono; había un mensaje de texto de Santana.
“Hola, espero que durmieras bien, sólo quería ver si estabas levantada y cómo te sentías”.
Se me escapó una pequeña sonrisa mientras le contestaba.
“Buenos días, dormí bien y me siento bien, gracias por tu preocupación. Espero que tengas un día estupendo y que no trabajes muy duro.”
“Me alegra que te sientas bien, y siempre trabajo duro, es por eso que tengo tanto éxito.”
“Te creo, y gracias por cuidar de mí anoche, ¡te debo una!”
“Considéralo un pago por la vez que me llevaste a casa a salvo. Tengo una reunión, luego hablamos.”
“Adiós.”
Me serví un poco de café en una taza que decía: “Mi exnovio es un idiota”, cortesía de Hanna. Me acerqué al escritorio que albergaba mi portátil, abrí el cajón y saqué el pedazo de papel que encaja perfectamente en la parte superior de una revista. Miré el papel y con un bolígrafo garabateé sobre él y lo volví a poner en su lugar hasta que lo necesitara de nuevo.
Salí fuera y bajé por la calle, tenía una hora antes de que tener que estar en el trabajo, así que decidí caminar las pocas cuadras que costaba llegar hasta allí. El aire hoy era más fresco porque el sol se escondió detrás de un grupo de nubes. Hoy era una vista diferente de la que había sido durante meses. La gente había abierto el armario de otoño y había sacado la ropa de los días “fríos”. Pantalones, camisas de manga larga, chaquetas de punto y chaquetas ligeras adornaban las calles de New York mientas la gente se preparaba para la llegada del otoño.
Pasé delante de un Starbucks de camino al trabajo, y, por supuesto, tuve que parar como si necesitara más cafeína. Entré y me puse en una fila que ocupaba la mitad de la cafetería. Alcancé el bolso y saqué el teléfono, prometí a Hanna que le llamaría y le contaría sobre la noche anterior. Marqué su número y esperé a que respondiera; después de varios tonos saltó el contestador de voz.
—Hola Hanna, soy yo, pasé un rato fabuloso anoche con Santana. Estoy de camino al trabajo, llámame más tarde para tener una charla de chicas, te quiero.
Finalmente era mi turno y pedí un Latte dulce de canela grande. Le pagué al barista y salí con mi café en la mano y me dirigí al trabajo. Mientras caminaba por la calle llena de gente, me di cuenta de que había una limusina negra estacionada frente a un edificio alto. La puerta de la limusina se abrió y salió una mujer que me resultaba familiar y luego salió Santana, siguiéndola, acomodándose la blusa y alisando su falda. Me sentí enferma del estómago y el corazón se me empezó a acelerar, no por pasión, sino por los nervios. Ella miró alrededor y me vio de pie a unos metros de distancia. No podía dejarle saber la rabia y los celos que estaba sintiendo en ese momento al verlas juntas, así que sonreí y saludé como haría cualquier amiga. Su expresión era de dolor cuando me vio. No me devolvió la sonrisa, sólo pudo arreglárselas para darme un pequeño saludo con la mano. Caminaron hasta el alto edificio y entraron. Mientras pasaba por delante, noté el nombre del negocio en las grandes puertas dobles, “Empresas Lopez”. Nunca me di cuenta de lo que era este edificio mientras pasaba todo el tiempo por delante de él.
Seguí caminando mientras una ola de traición corría por mis venas. No tenía ninguna razón para sentirme así. Santana y yo somos amigas y nada más; nunca podríamos ser nada más. Luché con mis emociones durante todo el camino al trabajo y traté de razonar conmigo misma que no hizo nada malo. Si ella y yo íbamos a seguir siendo amigas, tendría que acostumbrarme a verla con otras mujeres. Ella no era mía, y yo no era suya. Seguí diciéndome eso hasta que finalmente llegué al trabajo.
Fue un día tranquilo en el trabajo, lo que apestó porque me dio más tiempo para pensar acerca de Santana y la alta y hermosa mujer rubia que salió de la limusina. No tenía derecho a siquiera pensar en ellas, pero después del momento que compartimos anoche, no pude evitar preguntarme si tal vez ella sentía algo por mí. ¿A quién estaba engañando? Santana Lopez no tiene relaciones y solo usa a las mujeres, y ya he sido advertida acerca de eso. Tenía que hacer un serio examen de conciencia, y el mejor lugar para hacerlo era en mi lugar de pizza favorito.
La jornada de trabajo por fin terminó. Agarré mi teléfono y mi bolso y me dirigí hacia la puerta. Me detuve de golpe cuando vi a Denny apoyado contra la limusina aparcada junto a la acera. Entrecerré los ojos al mirarle.
—Hola, Denny, ¿qué estás haciendo aquí? —le pregunté con curiosidad.
—Hola, señorita Pierce, la señora Lopez me envió para recogerla y llevarla al restaurante donde se reunirá con usted en 15 minutos para cenar.
—¿Ah, sí? —le pregunté mientras ponía las manos en las caderas. Me miró con una sonrisa en la cara porque sabía lo que venía a continuación—. Puedes decirle a la señora Lopez que no estoy disponible esta noche. Tengo otro planes —Empecé a alejarme mientras volví la cabeza—.Dile también que si quiere cenar conmigo puede coger el teléfono y preguntármelo —Levanté la mano y me despedí—. Adiós, Denny, ten una fantástica noche.
Pizzapopoulus estaba a un par de manzanas de distancia, y el frío aire nocturno se estaba asentando. Me senté en una mesa cerca de la ventana y abrí el menú. El restaurante era pequeño, con unas 20 mesas que ocupaban el espacio. Las paredes blancas estaban decoradas con fotografías de todas las celebridades que habían cenado allí. Las mesas estaban decoradas con manteles a cuadros rojos y blancos y servilletas blancas. El ambiente era casual y pintoresco, y tenían la mejor pizza.
Hurgaba en mi bolso buscando el teléfono cuando vi la sombra de alguien sentarse frente a mí. Levanté la mirada, y allí estaba Santana, mirándome; puse los ojos en blanco.
—¿Así que aquí es donde quieres cenar? —preguntó.
Incliné la cabeza a un lado y miré su ardiente cara.
—Sí, Santana, aquí es donde voy a cenar esta noche, y no creo que estuvieras invitada.
Puso la mano sobre su corazón.
—Ay, eso duele, Brittany. Te invité a cenar, y me rechazaste, así que me tomé la libertad de acompañarte.
—¿Cómo sabes que quiero compañía?
Puso las manos sobre la mesa y las cruzó.
—No lo sé, pero ya que estoy aquí podríamos cenar juntas —dijo mientras le echaba un vistazo al restaurante.
El objetivo de esta cena para mí era hacer un examen de conciencia y eso iba a ser extremadamente difícil con ella sentada frente a mí.
La camarera se acercó y empezó a babear cuando le preguntó a Santana qué le gustaría pedir. Miró el menú de arriba abajo y se decidió por una ensalada. La miré y le quité el menú de las manos.
—No te puedes sentar en un lugar donde venden pizza y pedir una ensalada.
Miré a la camarera y me aclaré la garganta para desviar su atención de Santana.
—Queremos una pizza grande con pepperoni, champiñones y aceitunas negras, una ensalada grande antipasto y una ración de palitos de pan.
Santana levantó un dedo y lo apoyó en sus labios.
—¿De verdad crees que voy a comer esa pizza?
—No creo que lo vayas a hacer, sé que lo vas a hacer —sonreí.
Puse el teléfono sobre la mesa y la mire. Si quería interrumpir mis planes para cenar tan groseramente, entonces tendría que responder algunas preguntas.
—¿Quién es la mujer con la que estás siempre? —Las palabras simplemente salieron antes de que pudiera pensarlas. Se removió en su asiento.
—Es una amiga, Brittany —respondió en voz baja a mi pregunta. Sabía que mentía. Tal vez era una amiga, pero qué clase de amiga era lo que yo quería saber.
—¿Qué clase de amiga, Santana?
Sus ojos negros parecían mas oscuros mientras me miraba.
—Ella no importa, Brittany; es una amiga y eso es todo lo que necesitas saber.
Levanté las cejas.
—Creí que después de lo que te conté anoche estarías dispuesta a contarme algunas cosas.
—No tengo la costumbre de hablar de mi vida personal. Se llama personal por una razón, Brittany.
No se dio cuenta, pero en ese momento ella tomó una decisión por mí. La camarera trajo nuestra pizza y la puso en el centro de la mesa junto con la ensalada y los palitos de pan. Levanté un trozo de pizza con la espátula y lo puse en su plato. Suspiró y agarró el tenedor y el cuchillo.
—¿Qué? ¿Estás de broma? Deja eso ahora mismo, Santana Lopez.
Parecía perpleja.
—¿Qué? ¿Qué demonios está mal?
Me incliné sobre la mesa y le quité el tenedor y el cuchillo de la mano.
—No vas a comer la pizza con cuchillo y tenedor.
—Entonces, ¿cómo diablos se supone que la tengo que comer?
Estaba tan condenadamente sexy en ese momento. Levanté mi pizza y le di un mordisco. Con la boca llena, le dije:
—De esta manera, levántala y muerde.
—Eso es asqueroso y no hables con la boca llena.
—Si no vas a hacerlo, entonces yo lo haré —Levanté la pizza de su plato y se la acerqué a la boca—. Muerde —ordené.
Levantó las cejas mirándome.
—¿Tienes idea de lo sexy que suena eso? —guiñó un ojo.
No pude evitar soltar una pequeña risa mientras le pegaba en el brazo. Puso los ojos en blanco, lo que era endiabladamente sexy, abrió la boca y le dio un bocado a la pizza. Sonreí mientras ponía la pizza de nuevo en su plato.
—Mi turno —sonrió.
—¿Tu turno de qué?
Tomó la pizza de mi plato y la levantó.
—Muerde —ordenó.
Le di un mordisco, y una amplia sonrisa agració su perfecto rostro. Creo que esa pudo haber sido la primera vez desde que la había conocido que la había visto sonreír así, e hizo que mi corazón revoloteara.
Comimos más pizza, hablamos y comimos un poco de ensalada. La camarera seguía pasando junto a nuestra mesa y dándole a Santana sonrisas coquetas.
—¿Nunca te enfermas y cansas de todas las mujeres que te comen con los ojos?
Se echó a reír.
—¿No te cansas de todas las miradas lascivas que obtienes de los hombres?
Puse una cara confusa.
—Yo no las obtengo.
—Sí que las obtienes, Brittany, lo veo cada vez que estoy contigo; la única diferencia es que los hombres son más discretos que las mujeres.
Nunca me di cuenta de que los hombres me comían con los ojos; tendré que empezar a prestar más atención. Mientras estábamos riendo y disfrutando de nuestra conversación me sonó el teléfono; era el número de mi tía Patti. Miré a Santana.
—Tengo que atender esta llamada —asintió con la cabeza y sacó su teléfono.
—Hola —contesté. La voz del otro lado era de mi prima Debbie.
—Brittany, soy Debbie, quería hacerte saber que mamá y papá tuvieron… —empezó a sollozar—, un accidente de coche, y ambos fallecieron. Sus sollozos se hicieron más fuertes mientras una lágrima caía por mi mejilla.
—Debbie, lo siento mucho; estaré allí tan pronto como pueda.
—Gracias, Britt, te llamaré para contarte los detalles.
Colgué y miré a Santana, quien me miraba con preocupación.
—Brittany, ¿qué pasó?
—Mis tíos murieron en un accidente de coche. Tengo que salir de aquí, Santana.
Agarré mi bolso y saqué algo de dinero. Santana me lo quitó de las manos y lo metió de nuevo en mi bolso.
—Yo me encargo.
No podía derrumbarme delante de ella; tenía que mantener la compostura, al menos hasta llegar a casa, cuando estuviera sola.
Tiró un poco de dinero a la mesa y me siguió fuera del restaurante. Mi cabeza estaba aturdida, y yo estaba confusa. Miré en ambas direcciones olvidando por qué camino tenía que ir. Puso su brazo a mí alrededor y me acercó a ella, llevándome hacia donde Denny había aparcado la limusina. Me tropecé un par de veces, pero la fuerza de sus brazos me sostuvo. Abrió la puerta y me ayudó a entrar. Me deslicé hacia el otro lado mientras entraba ella y se sentó a mi lado. No dijo nada, sólo me envolvió en sus brazos y me atrajo hacia su pecho. Al sentir su calor y seguridad, agarré en un puño su blusa y empecé a llorar. Pasó la mano arriba y abajo por mi espalda mientras su barbilla descansaba en mi cabeza. En ese momento no me importaba que ella me viera así, sólo necesitaba estar con alguien entonces, y ella estaba más que dispuesta a ser ese alguien.
____________________________________________________________________________
Historia original Sandi Lynn, trilogía Forever.
Como ven la historia avanza poco a poco, vamos conociendo un poco de los personajes, si han estado atentas a los detalles ¿que podrían decir de Brittany? ya sabemos que ha tenido una vida difícil.
Espero sus comentarios y dejare un capitulo más por el día de hoy, Saludos.
La mañana siguiente era un día de trabajo, y no tenía que estar allí hasta el mediodía. Arrastré el culo fuera de la cama y me quité el vestido de noche. Agradecí que Santana no me desnudase, bueno, tal vez quería que lo hubiese hecho porque los momentos que compartimos en la playa eran algo que no quería olvidar. Sentí que algo cambió en ella la noche anterior.
Me paré bajo el agua caliente y dejé que me alcanzara. No podía dejar de pensar en Santana y lo dulce y gentil que fue conmigo la noche anterior. Le expuse mi secreto más profundo, y ahora me estaba empezando a arrepentir. No debería haberle mostrado esa parte de mí; era demasiado peligroso. Me puse mis mallas y la túnica larga, me recogí el pelo en una cola de caballo y me dirigí a la cocina para hacer un poco de café. No podía quitarme de encima la sensación de estupidez por contárselo; a veces, simplemente no sé cuándo mantener la boca cerrada.
Mientras esperaba a que se hiciera el café, busqué en el bolso y agarré mi teléfono; había un mensaje de texto de Santana.
“Hola, espero que durmieras bien, sólo quería ver si estabas levantada y cómo te sentías”.
Se me escapó una pequeña sonrisa mientras le contestaba.
“Buenos días, dormí bien y me siento bien, gracias por tu preocupación. Espero que tengas un día estupendo y que no trabajes muy duro.”
“Me alegra que te sientas bien, y siempre trabajo duro, es por eso que tengo tanto éxito.”
“Te creo, y gracias por cuidar de mí anoche, ¡te debo una!”
“Considéralo un pago por la vez que me llevaste a casa a salvo. Tengo una reunión, luego hablamos.”
“Adiós.”
Me serví un poco de café en una taza que decía: “Mi exnovio es un idiota”, cortesía de Hanna. Me acerqué al escritorio que albergaba mi portátil, abrí el cajón y saqué el pedazo de papel que encaja perfectamente en la parte superior de una revista. Miré el papel y con un bolígrafo garabateé sobre él y lo volví a poner en su lugar hasta que lo necesitara de nuevo.
Salí fuera y bajé por la calle, tenía una hora antes de que tener que estar en el trabajo, así que decidí caminar las pocas cuadras que costaba llegar hasta allí. El aire hoy era más fresco porque el sol se escondió detrás de un grupo de nubes. Hoy era una vista diferente de la que había sido durante meses. La gente había abierto el armario de otoño y había sacado la ropa de los días “fríos”. Pantalones, camisas de manga larga, chaquetas de punto y chaquetas ligeras adornaban las calles de New York mientas la gente se preparaba para la llegada del otoño.
Pasé delante de un Starbucks de camino al trabajo, y, por supuesto, tuve que parar como si necesitara más cafeína. Entré y me puse en una fila que ocupaba la mitad de la cafetería. Alcancé el bolso y saqué el teléfono, prometí a Hanna que le llamaría y le contaría sobre la noche anterior. Marqué su número y esperé a que respondiera; después de varios tonos saltó el contestador de voz.
—Hola Hanna, soy yo, pasé un rato fabuloso anoche con Santana. Estoy de camino al trabajo, llámame más tarde para tener una charla de chicas, te quiero.
Finalmente era mi turno y pedí un Latte dulce de canela grande. Le pagué al barista y salí con mi café en la mano y me dirigí al trabajo. Mientras caminaba por la calle llena de gente, me di cuenta de que había una limusina negra estacionada frente a un edificio alto. La puerta de la limusina se abrió y salió una mujer que me resultaba familiar y luego salió Santana, siguiéndola, acomodándose la blusa y alisando su falda. Me sentí enferma del estómago y el corazón se me empezó a acelerar, no por pasión, sino por los nervios. Ella miró alrededor y me vio de pie a unos metros de distancia. No podía dejarle saber la rabia y los celos que estaba sintiendo en ese momento al verlas juntas, así que sonreí y saludé como haría cualquier amiga. Su expresión era de dolor cuando me vio. No me devolvió la sonrisa, sólo pudo arreglárselas para darme un pequeño saludo con la mano. Caminaron hasta el alto edificio y entraron. Mientras pasaba por delante, noté el nombre del negocio en las grandes puertas dobles, “Empresas Lopez”. Nunca me di cuenta de lo que era este edificio mientras pasaba todo el tiempo por delante de él.
Seguí caminando mientras una ola de traición corría por mis venas. No tenía ninguna razón para sentirme así. Santana y yo somos amigas y nada más; nunca podríamos ser nada más. Luché con mis emociones durante todo el camino al trabajo y traté de razonar conmigo misma que no hizo nada malo. Si ella y yo íbamos a seguir siendo amigas, tendría que acostumbrarme a verla con otras mujeres. Ella no era mía, y yo no era suya. Seguí diciéndome eso hasta que finalmente llegué al trabajo.
Fue un día tranquilo en el trabajo, lo que apestó porque me dio más tiempo para pensar acerca de Santana y la alta y hermosa mujer rubia que salió de la limusina. No tenía derecho a siquiera pensar en ellas, pero después del momento que compartimos anoche, no pude evitar preguntarme si tal vez ella sentía algo por mí. ¿A quién estaba engañando? Santana Lopez no tiene relaciones y solo usa a las mujeres, y ya he sido advertida acerca de eso. Tenía que hacer un serio examen de conciencia, y el mejor lugar para hacerlo era en mi lugar de pizza favorito.
La jornada de trabajo por fin terminó. Agarré mi teléfono y mi bolso y me dirigí hacia la puerta. Me detuve de golpe cuando vi a Denny apoyado contra la limusina aparcada junto a la acera. Entrecerré los ojos al mirarle.
—Hola, Denny, ¿qué estás haciendo aquí? —le pregunté con curiosidad.
—Hola, señorita Pierce, la señora Lopez me envió para recogerla y llevarla al restaurante donde se reunirá con usted en 15 minutos para cenar.
—¿Ah, sí? —le pregunté mientras ponía las manos en las caderas. Me miró con una sonrisa en la cara porque sabía lo que venía a continuación—. Puedes decirle a la señora Lopez que no estoy disponible esta noche. Tengo otro planes —Empecé a alejarme mientras volví la cabeza—.Dile también que si quiere cenar conmigo puede coger el teléfono y preguntármelo —Levanté la mano y me despedí—. Adiós, Denny, ten una fantástica noche.
Pizzapopoulus estaba a un par de manzanas de distancia, y el frío aire nocturno se estaba asentando. Me senté en una mesa cerca de la ventana y abrí el menú. El restaurante era pequeño, con unas 20 mesas que ocupaban el espacio. Las paredes blancas estaban decoradas con fotografías de todas las celebridades que habían cenado allí. Las mesas estaban decoradas con manteles a cuadros rojos y blancos y servilletas blancas. El ambiente era casual y pintoresco, y tenían la mejor pizza.
Hurgaba en mi bolso buscando el teléfono cuando vi la sombra de alguien sentarse frente a mí. Levanté la mirada, y allí estaba Santana, mirándome; puse los ojos en blanco.
—¿Así que aquí es donde quieres cenar? —preguntó.
Incliné la cabeza a un lado y miré su ardiente cara.
—Sí, Santana, aquí es donde voy a cenar esta noche, y no creo que estuvieras invitada.
Puso la mano sobre su corazón.
—Ay, eso duele, Brittany. Te invité a cenar, y me rechazaste, así que me tomé la libertad de acompañarte.
—¿Cómo sabes que quiero compañía?
Puso las manos sobre la mesa y las cruzó.
—No lo sé, pero ya que estoy aquí podríamos cenar juntas —dijo mientras le echaba un vistazo al restaurante.
El objetivo de esta cena para mí era hacer un examen de conciencia y eso iba a ser extremadamente difícil con ella sentada frente a mí.
La camarera se acercó y empezó a babear cuando le preguntó a Santana qué le gustaría pedir. Miró el menú de arriba abajo y se decidió por una ensalada. La miré y le quité el menú de las manos.
—No te puedes sentar en un lugar donde venden pizza y pedir una ensalada.
Miré a la camarera y me aclaré la garganta para desviar su atención de Santana.
—Queremos una pizza grande con pepperoni, champiñones y aceitunas negras, una ensalada grande antipasto y una ración de palitos de pan.
Santana levantó un dedo y lo apoyó en sus labios.
—¿De verdad crees que voy a comer esa pizza?
—No creo que lo vayas a hacer, sé que lo vas a hacer —sonreí.
Puse el teléfono sobre la mesa y la mire. Si quería interrumpir mis planes para cenar tan groseramente, entonces tendría que responder algunas preguntas.
—¿Quién es la mujer con la que estás siempre? —Las palabras simplemente salieron antes de que pudiera pensarlas. Se removió en su asiento.
—Es una amiga, Brittany —respondió en voz baja a mi pregunta. Sabía que mentía. Tal vez era una amiga, pero qué clase de amiga era lo que yo quería saber.
—¿Qué clase de amiga, Santana?
Sus ojos negros parecían mas oscuros mientras me miraba.
—Ella no importa, Brittany; es una amiga y eso es todo lo que necesitas saber.
Levanté las cejas.
—Creí que después de lo que te conté anoche estarías dispuesta a contarme algunas cosas.
—No tengo la costumbre de hablar de mi vida personal. Se llama personal por una razón, Brittany.
No se dio cuenta, pero en ese momento ella tomó una decisión por mí. La camarera trajo nuestra pizza y la puso en el centro de la mesa junto con la ensalada y los palitos de pan. Levanté un trozo de pizza con la espátula y lo puse en su plato. Suspiró y agarró el tenedor y el cuchillo.
—¿Qué? ¿Estás de broma? Deja eso ahora mismo, Santana Lopez.
Parecía perpleja.
—¿Qué? ¿Qué demonios está mal?
Me incliné sobre la mesa y le quité el tenedor y el cuchillo de la mano.
—No vas a comer la pizza con cuchillo y tenedor.
—Entonces, ¿cómo diablos se supone que la tengo que comer?
Estaba tan condenadamente sexy en ese momento. Levanté mi pizza y le di un mordisco. Con la boca llena, le dije:
—De esta manera, levántala y muerde.
—Eso es asqueroso y no hables con la boca llena.
—Si no vas a hacerlo, entonces yo lo haré —Levanté la pizza de su plato y se la acerqué a la boca—. Muerde —ordené.
Levantó las cejas mirándome.
—¿Tienes idea de lo sexy que suena eso? —guiñó un ojo.
No pude evitar soltar una pequeña risa mientras le pegaba en el brazo. Puso los ojos en blanco, lo que era endiabladamente sexy, abrió la boca y le dio un bocado a la pizza. Sonreí mientras ponía la pizza de nuevo en su plato.
—Mi turno —sonrió.
—¿Tu turno de qué?
Tomó la pizza de mi plato y la levantó.
—Muerde —ordenó.
Le di un mordisco, y una amplia sonrisa agració su perfecto rostro. Creo que esa pudo haber sido la primera vez desde que la había conocido que la había visto sonreír así, e hizo que mi corazón revoloteara.
Comimos más pizza, hablamos y comimos un poco de ensalada. La camarera seguía pasando junto a nuestra mesa y dándole a Santana sonrisas coquetas.
—¿Nunca te enfermas y cansas de todas las mujeres que te comen con los ojos?
Se echó a reír.
—¿No te cansas de todas las miradas lascivas que obtienes de los hombres?
Puse una cara confusa.
—Yo no las obtengo.
—Sí que las obtienes, Brittany, lo veo cada vez que estoy contigo; la única diferencia es que los hombres son más discretos que las mujeres.
Nunca me di cuenta de que los hombres me comían con los ojos; tendré que empezar a prestar más atención. Mientras estábamos riendo y disfrutando de nuestra conversación me sonó el teléfono; era el número de mi tía Patti. Miré a Santana.
—Tengo que atender esta llamada —asintió con la cabeza y sacó su teléfono.
—Hola —contesté. La voz del otro lado era de mi prima Debbie.
—Brittany, soy Debbie, quería hacerte saber que mamá y papá tuvieron… —empezó a sollozar—, un accidente de coche, y ambos fallecieron. Sus sollozos se hicieron más fuertes mientras una lágrima caía por mi mejilla.
—Debbie, lo siento mucho; estaré allí tan pronto como pueda.
—Gracias, Britt, te llamaré para contarte los detalles.
Colgué y miré a Santana, quien me miraba con preocupación.
—Brittany, ¿qué pasó?
—Mis tíos murieron en un accidente de coche. Tengo que salir de aquí, Santana.
Agarré mi bolso y saqué algo de dinero. Santana me lo quitó de las manos y lo metió de nuevo en mi bolso.
—Yo me encargo.
No podía derrumbarme delante de ella; tenía que mantener la compostura, al menos hasta llegar a casa, cuando estuviera sola.
Tiró un poco de dinero a la mesa y me siguió fuera del restaurante. Mi cabeza estaba aturdida, y yo estaba confusa. Miré en ambas direcciones olvidando por qué camino tenía que ir. Puso su brazo a mí alrededor y me acercó a ella, llevándome hacia donde Denny había aparcado la limusina. Me tropecé un par de veces, pero la fuerza de sus brazos me sostuvo. Abrió la puerta y me ayudó a entrar. Me deslicé hacia el otro lado mientras entraba ella y se sentó a mi lado. No dijo nada, sólo me envolvió en sus brazos y me atrajo hacia su pecho. Al sentir su calor y seguridad, agarré en un puño su blusa y empecé a llorar. Pasó la mano arriba y abajo por mi espalda mientras su barbilla descansaba en mi cabeza. En ese momento no me importaba que ella me viera así, sólo necesitaba estar con alguien entonces, y ella estaba más que dispuesta a ser ese alguien.
____________________________________________________________________________
Historia original Sandi Lynn, trilogía Forever.
Como ven la historia avanza poco a poco, vamos conociendo un poco de los personajes, si han estado atentas a los detalles ¿que podrían decir de Brittany? ya sabemos que ha tenido una vida difícil.
Espero sus comentarios y dejare un capitulo más por el día de hoy, Saludos.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Britt a tenido cancer, es por eso que la dejo su novio?
Cada vez oos capitulos se ponen mejor
Saludos y hasta la proxima actualizacion
Cada vez oos capitulos se ponen mejor
Saludos y hasta la proxima actualizacion
Jane0_o- - Mensajes : 1160
Fecha de inscripción : 16/08/2013
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Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
» Busco fanfic brittana
Lun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66
» Busco fanfic
Sáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken
» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Jue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Mar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28
» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Dom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28
» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Vie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604
» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Mar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Lun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es
» Que pasó con Naya?
Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
» No abandonen
Miér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303
» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Miér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Miér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Lun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1