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[FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
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[FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Bueno, les vengo con otro FIC, que seguro que les va a gustar tanto como me esta gustando a mi, llevo escritos dos capitulos mas el prologo, pero espero que les guste, aun estoy con mis otros fics "More than words" y "Mas que mi mejor amiga" Que pueden leerlos si quieren, este fic sera subido una vez por semana, igual que More than words, bueno aqui les dejo el prologo y espero sus comentarios, y hasta mañana con More than words, y hasta la semana que viene con Mi adición eres tu.
Prologo/Sinopsis.
Mi adición eres tú
Santana es una chica que trabaja en un restaurante de NY, su amiga Quinn comparte apartamento con ella pero tiene que irse a California a estudiar dejando sola a Santana por dos meses.
Santana teniendo tanto dinero para ella sola se permite cualquier cosa cualquier tipo acostarse con chicas todos los días, ella es una chica muy organizada y muy formal por el día, pero por las noches suele irse a un club de striptease tres horas todos los días, donde tiene una zona reservada para ella y su también folla amiga Rachel Berry.
¿Pero que pasará cuando Rachel se canse y deje todo atrás porque decide madurar y a Santana le toque ir sola al club y conozca a una chica rubia atormentada con unos pechos saltones y un cuerpo parcialmente bronceado y perfecto?
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Bueno dejen sus comentarios diciendome que tal, y bueno nos vemos la semana que viene!
PD: NO habrá faberry,
Prologo/Sinopsis.
Mi adición eres tú
Santana es una chica que trabaja en un restaurante de NY, su amiga Quinn comparte apartamento con ella pero tiene que irse a California a estudiar dejando sola a Santana por dos meses.
Santana teniendo tanto dinero para ella sola se permite cualquier cosa cualquier tipo acostarse con chicas todos los días, ella es una chica muy organizada y muy formal por el día, pero por las noches suele irse a un club de striptease tres horas todos los días, donde tiene una zona reservada para ella y su también folla amiga Rachel Berry.
¿Pero que pasará cuando Rachel se canse y deje todo atrás porque decide madurar y a Santana le toque ir sola al club y conozca a una chica rubia atormentada con unos pechos saltones y un cuerpo parcialmente bronceado y perfecto?
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Bueno dejen sus comentarios diciendome que tal, y bueno nos vemos la semana que viene!
PD: NO habrá faberry,
Última edición por paulitahope el Jue Oct 30, 2014 10:06 pm, editado 2 veces
paulitahope**** - Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 06/04/2014
Edad : 25
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Interesante...
Siguela.
Siguela.
Chocolate_Luna***** - Mensajes : 237
Fecha de inscripción : 17/05/2013
Edad : 25
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Me gusta, Síguelo :)
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Mmm siguelo porfavor
Gracias
Gracias
Jane0_o- - Mensajes : 1160
Fecha de inscripción : 16/08/2013
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Bueno aqui un capitulo nuevo, espero que les guste y que sea lo suficientemente wanky para vuestras vaginas. dsasdg
CAPITULO 1;Contrato Sexual.
-Quinn despierta, es hora de ir a trabajar joder; ¡venga! -Le grite a la rubia que posaba desnuda en su cama y le lancé una almohada.
-Joder Santana, es que ayer estuve con Sam; Y me destrozó, ya sabes. -La rubia comenzó a reír excitada recordando la salvaje noche con el Rubio de labios grandes.
-Yo en el club me follé a una; Dani se llamaba, no sabes cómo me ponía esa rubia, tenía el culo enorme, deberías hacer como yo bebe, venirte conmigo al club, yo sólo me tiro a chicas, pero puedo conseguirte algún chico, Puck está muy bueno, dicen que la tiene grande, si no te es suficiente para dejar a ese estúpido, no sé qué más hacer. -Mire las tetas de la rubia y clave mis dientes en mi labio interior con deseo de fallármela ahí mismo.
-Sam me gusta, no me voy a casar con él porque sólo me gusta follarmelo, pero es suficiente, no creo necesitar más, además de la forma en que tú me miras las tetas podría tener sexo cuando quisiera. -Se burló de mí la rubia haciendo que mi piel se calentará con su voz ronca tan sensual.
-Qué pena que seas hetero, porque te juro que te daba duro hasta que vieses las estrellas. -La rubia me contesto con una sonrisa muy, muy picara, eso me excitaba, real mente me excitaba todo lo que me atraía,
-Morena, mejor que vayas al baño y te hagas dedos, antes de manchar tus bragas, así me visto mientras, evito que me mires el culo, porque estoy completamente desnuda. -Mordí mi labio inferior tan fuerte que pude notar sangre de la herida que provocaba.
-Te diría que sí, e iría al baño a masturbarme con tu foto de la comunión, si no lo hubiese hecho antes con una foto de una chica en el club de striptease, sólo se le ven las tetas, pero eso es suficiente para calentarme, Mira. -Gire la pantalla del móvil mostrándole la foto a la rubia, de Dani acariciando sus senos mientras que ella se levantaba completamente desnuda de su cama, moviendo el culo de lado a lado para coger su ropa.
-¿Esa es Dani? ¿La chica que dices que follas del club? -Dijo Quinn mientras tapaba su hermoso sexo con la ropa interior.
-Sí, es Dani, no sabes cómo me pone, tengo unas ganas de volver a... -
-No quiero detalles, haz el favor. -Dijo poniendo la mano en mi cara haciendo que sus pechos votarán al movimiento. - A demás cuando aparece una nueva olvidas a la que te pone y te piras con una nueva que te guste, nunca cambias. –Tomó su sujetador entre sus dedos y la volví a mirar excitada.
-Bebe, amo tus malditas tetas. -Ella las tapo con su sujetador pero sin prisa, ya sabía cómo era, siempre fantaseando con su cuerpo, en revolcarme con ella en su cama.
-Santana, vas a acabar necesitando un sicólogo sexual, estas todo el puto día pensando en mis revoltosas tetas; Que nunca tendrás -Cerro la rubia mientras se ponía el uniforme de camarera.
-Acabaras cayendo Quinn, ¿Has visto mi culo? Como te pille borracha no te escapas. -Bromeé y ella acabo de vestirse poniendo su falda y camisa roja de trabajo.
-Venga, vámonos que si no nos echan. -Dio una palmada en mi culo azotándome con fuerza, y haciéndome botar.
-Eres una maldita provocadora. –Soplé y ella salió delante de mí y yo cerré la puerta.
Salimos del apartamento, hecho mierda, no habíamos recogido; Mi plan sería recogerlo después de volver del club, así que sin preocupación cogimos mi coche y como siempre yo conducía, el camino no era muy largó, llegamos y como siempre el vagabundo nos hablaba, mendigando sexo y no dinero.
-Chicas, os doy todo el dinero que tenga, todo el dinero que me hayan dado, pero dejarme tocar vuestras tetas. -Suplicó el mendigo, como un gran desesperado sexual.
-Soy lesbiana, lo siento. -Le sonreí al vagabundo como una mala perra, y el miro a Quinn pensando que ella aceptaría después de mi excusa.
-Yo no dejo que un tipo sucio me toque las tetas. Búscate a otra. -Quinn y yo reímos y entramos al restaurante.
Como siempre dejemos de hablar para concentramos en el trabajo, mis clientes siempre estaban ahí para mí, y los de Quinn siempre ahí para ella, siempre teníamos que tontear con esos para conseguir que se quedarán y vinieran todos los días a gastar un cierto punto de consumo, lo cierto es que yo no tendría que trabajar aquí con Quinn, tengo dinero; Mucho, y le dije que yo le pagaba todo pero la rubia se negaba y me suplico que me quedará con ella como su mejor amiga que soy, no podía negárselo así que solicitemos trabajo y aquí estamos.
-Santana, recuerda que esta tarde iré a mandar mi solicitud para la universidad, si ingreso voy a tener que dejarte por dos meses. -Le devolvió el cambio a uno de los tíos que se hinchaba a cervezas sólo para mirarnos el culo mientras repartíamos a otros clientes que hacían básicamente lo mismo-Toma tu cambio Trace, hasta mañana. -Le guiñó un ojo a idiota que siempre le tocaba el culo, y Quinn no podía decir nada porque le daba una gran propina y eso le servía de gran ayuda.
-¿Odias hacer eso verdad? -Me burle de la ojizaverde.
-No lo sabe nadie cuanto, todo por cincuenta pavos al día más diez de propina, no me llega para nada joder. -Se quejó la rubia pisando sentándose en la silla haciendo que sus tetas botaran de nuevo.
-Quinn folla conmigo antes de irte, tendrás una puta experiencia perfecta, o deja de usar un sujetador tan fino, porque se marcan tus malditos pezones y estoy por follarte aquí mismo, dime que si por dios. -Le rogué gimiendo despacio sin que nadie me oyera.
-Santana, no soy lesbiana. –Me dijo negándome como habitual mente un polvo que seguro a ella le encantaría.
-Cualquier día me meto en tu cama, y tal y como empiezo me dejas acabar. -Lamí mi labio inferior guiñándole un ojo, mientras me giraba para seguir trabajando.
-Cariño una hora, y te vas a follar a quien te dé la gana, olvídate de mí; Y llama a Rachel, si quieres acostarte con alguien que no sea una striptease. -La maldita rubia me excitaba cuando me negaba.
Por fin pasó la hora, ya era mi momento de disfrutar, así que me cambie en el vestuario del restaurante, Quinn se fue antes para mandar su solicitud, deseaba que no la aceptarán porque ya que quiero que se quede conmigo para poder tirármela, me quite la ropa y me puse el vestido más apretado y justo que tenía, siempre llevaba ropa de recambio en ese vestuario, por si las moscas; Quinn se fue cansando cuando salí ella ya no estaba, así que llame a Rachel para ir a buscarla.
**************
-Berry voy a buscarte en unos minutos. -
-Bebe hoy no podré ir, no tengo ganas. -
-¿Estas de coña? -
-Santana iré otro día, es que he conocido a alguien, ya sabes. -
-Vamos Rachel, estabas follando conmigo, ¿te has buscado otra putita? -
-Bebe seguiré follandote, que te quede bien claro, pero también a otras personas, tú te tiras a las pavas del striptease, y no te digo nada. -
-Te pone que me las follé delante de ti, como mañana no estés en mi cama haciéndotelo conmigo, verás. -
-López no me tientes, vete tu sola, prometo ir la semana que viene; Te quiero bebe. -
-Adiós perra, disfruta, y que no tenga los dedos más largos que los míos. -
***********
Ahora tenía que irme sola, y no era tan divertido follar sola sin Rachel al lado con alguna otra guarra. Agarre todas mis cosas y monte en mi coche, dirigiéndome hacia el club, no tarde en llegar, porque estaba cerca de mi trabajo pero lejos de mi casa.
-Mike, aparca mi coche; ¿Dónde está Puck? -Le dije al gran hombre segurata del club.
-Princesa Puck está dentro, entra y búscalo tu sala como siempre está preparada, con tus putitas, y nena; Tienes una nueva, es una de las más profesionales disfrútala, solo que no se deja tocar a menos que ella lo permita, solo bailara. -Le guiñe un ojo y entré al club, buscando a Puckerman por todos lados.
-López estoy aquí. -Apareció el chico de la cresta por detrás.
-Me han dicho que hay una nueva. -El asintió.
-Créeme, esa te va a dar duro, la he visto bailando y no sabes de qué manera mueve la cintura, la he visto calentando, pero no se deja tocar a menos que ella quiera. –Dijo abriéndome paso a mi sala privada, habitual de todos los días donde podía disfrutar sin molestia alguna con Rachel iba ser raro sin ella.
-Sí, me lo ha dicho Mike ¿Ha venido Dani? -Arqueé una ceja y el asintió.
-Siéntate ahí, irán viniendo; Ya sabes, aran lo que tú quieras, hoy tienes a cinco a tu disposición, tú eliges que haces, si quieres tomar algo ya sabes, le das al botón. Si no te gusta la chica dices siguiente, como si fuese una audición, tú decides pero si no quieren dejarse tocar vas a tener que aguantarte, o venirte a mi casa después. -Dijo mirando mi culo mientras me alejaba.
-Deja de mirarme el culo Puckerman, creo que es hora de que dejes de repetirme lo que debo hacer cuando vengo, lo tengo claro desde el primer día. -Le dije sentándome y dándole al botón para que como siempre viniese el camarero.
-Dios mío, lesbiana tenías que ser, me pones tanto. -Cerro la cortina y detrás de ella la puerta; Era mi hora de disfrutar.
-Santana, ¿lo de siempre? -Me pregunto el camarero que aparecía detrás de la barra.
-Si. -Segundos después la música comenzó a sonar; Entro una chica morena, que rápido la mande adentro. –Lo siento, tu no.
Pasaron otras dos y las saqué, por fin entro esa rubia que me ponía a cien, y después la desconocida tan profesional que me habían dicho ya dos veces, podía disfrutar con dos hoy.
-Bueno Santana, ¿cómo quieres que te follé hoy? -Mordí mi labio interior y el camarero me entrego la cerveza.
-Quiero que me hables de la nueva, antes de empezar. -Me acomode en el sillón y le di un trago a mi cerveza.
-Es una chica rubia, ojos azules, cuerpo perfecto, se mueve genial, un abdomen muy entrenado, y muy, muy sensual. -Acabo la rubia queriendo lanzarse a mí, y le negué clavando mi mano en su pecho y evitando que avanzara.
-Dile que entre. -Dani protesto y coloco su espalda muy recta y mirándome con rabia y celos.
-¿Sabes que esa no te va a follar verdad? Sólo está aquí por dinero, y yo puedo darte mucho más que un baile en una barra. -La rubia me toco demasiado los cojones.
-¿No es por lo mismo que estas aquí pedazo de imbécil? Vete ya, venía con ganas de follarte pero me las has quitado. -La rubia se fue enfadada y atravesó la cortina del escenario, espere hasta que la música volviera a sonar, cuando apareció una perfecta rubia detrás de la cortina dejando mis labios abiertos.
Llevando solamente bragas, y todo lo demás descubierto me hizo mojar rápidamente, sus pechos eran grandes y bronceados, se movían de muchas maneras, y la rubia sin decir absolutamente nada comenzó a bailar en la barra, dejando que lo poco que cubría su zona se marcará completamente, eso me hizo arder, tenía que acabar en la cama con esa rubia, era tan profesional, no decía nada y sólo bailaba exclusivamente y sensual mente para mí, y necesitaba saber más de ella.
-Oye, para de moverte. -Le ordene levantándome dé la silla para acercarme a ella.
-Lo siento, no doy sexo, sólo bailo; Lo firme en un contrato sí es lo que quieres. -Dijo la rubia bajando de la barra y quedando de pie como una profesional, tenía que serlo y más en la cama, no podía imaginármela en la cama, porque me temblaban las piernas tan sólo pensando.
-Tranquila, sólo quiero saber más de ti, y hacerte unas ofertas. -Tenía que ser mía, tenía que follarmela sí o sí.
-¿Tu hablar? Sólo he venido aquí a mover el culo delante de tu cara para que mojes y te empapes pero sin tocarme a menos que yo lo permita, no soy tan cerda como Dani y la otra pandilla de esas perras, ¿entiendes? -Cada vez me encendía más, tenía que ser mía no podía desagradarle, tenía que ser simpática y amable me ponía demasiado.
-Dime tu nombre, y tu edad. -Parecía joven, más joven que yo, pero tenía que fallármela, tengo que fallármela.
-Me llamo Brittany, y tengo diecinueve años. -¿Diecinueve? Yo tengo veinte, es perfecta para mí, puedo hacerle una gran oferta.
-Veo que eres nueva, y no me conoces mucho, lo que quiero lo consigo; Y yo te quiero a ti, sólo déjame ofrecerte algo, si te parece bien, diré a Puck que prepare el contrato y sólo tendrás que firmar. -Mordí mi mejilla por el interior, y pase mis ojos por si perfecto y voluminoso culo bronceado.
-¿Como una oferta? -La rubia arqueó una ceja, y apoyo su cuerpo en la barra cruzando sus brazos en su pecho, no podía apartar la mirada de sus pechos, que al haber cruzado los brazos subieron más.
-Mi oferta es que yo voy a dejar de venir a este club, y Dios mío me pones muchísimo, sólo tendrás que venir tres horas cada día de la semana a mi casa, dime una cantidad de dinero, yo te la pagaré, aremos el contrato a tu gusto siempre y cuando me dejes verte desnuda, mientras te nueves en la barra del sótano de mi casa, lo llamo apartamento para no fardar, pero en este caso lo aré es una mansión de New York demasiado grande una de las mejores, si te ponen las ricas aquí tienes una a tu disposición, pero quiero ese culo meneándose en mi casa. -Pase mis dedos por mi cabello desenredándolo y mirándola con una mirada muy provocativa.
-Si lo hago, ¿puedo poner normas? Yo elijo como lo hacemos, y como, Quien toca a quien y de que manera, ¿qué te parece? Tu casa, pero mis reglas. -Mordí mi labio inferior no podía negarme, esto me excitaba demasiado.
- Esto me pone, acepto si aceptas. -Ella extendió su mano y sacudió aceptando el trato mi mano.
-Trato hecho, las cosas serán así; Tu harás lo que yo te diga, me llamarás Srta. Pierce; Eso es lo que me pone a mí, e iré todos los días tres horas; Por doscientos dólares al día. -Asentí con mi cabeza, pensando e imaginando millones de imágenes sucias de cosas que podría hacer con este monumento Rubio.
-Déjame tocarte hoy, hoy yo mando; Déjame follarte. -La rubia no era tonta, obviamente ella quería follarme tanto como yo a ella, sólo se hacía la maldita dura.
Ella tiro de mi mano cual sostenía, pegándome a ella, y pasando mi mano por su clítoris empapado; me permitió acariciar su maldito caliente y húmedo centro, presione mi cuerpo al suyo al rodear mi brazo en su cintura, y deslice mi mano por debajo de su ropa interior comenzando a masturbarla con fuerza y a un ritmo rápido, sus labios se abrieron al notar tanto placer y yo estaba dispuesta a fallármela en la pista de baile.
-No sabes cómo me pone Srta. Pierce. -Le dije mientras ella gemía de placer y su centro palpitaba a mil por hora sin dejar de penetrarla bruscamente con mis dedos.
-La Srta. Pierce tiene que irse. –Gemía - pero la semana que viene comenzara con su nuevo trabajo. -Grito teniendo un leve orgasmo, tratando de componer la compostura y saco mi mano de su braga; haciéndose la difícil. -Chúpate la mano. -Me obligo domando mi mano, y pensándola con su jugo entre mis dedos de su interior por mi lengua.
-Sabes tan bien... -Clave mis uñas en su culo pegándola a mí con todas mis fuerzas y ella reía malvadamente.
-Aprovéchalo, porque esa va a ser la primera y puede que la última que vuelvas a masturbarme y a saborearme. -Término y saque una tarjeta que siempre iba en mi teta por si acaso. -¿Qué es eso? -
-Mi número y mi dirección, mañana tendrás tu contrato hecho, sólo ven aquí, fírmalo, y cuando estés me llamas; te voy a estar esperando. -Mordí mi labio inferior y ella se alejó moviendo el trasero hacia ambos lados, esas maneras de caminar me provocaban mucho. -Bailas genial, deberás bailarme así pero más cerca, que lo sepas. –Terminé cuando ella giro su cuerpo dándome una última vista de sus pechos.
-Nos vemos Santana. - Guiñó un ojo desapareciendo tras la cortina, tenía ganas de meterme ahí y follarmela muy duro.
Esta chica era impresionante, estaba muy buena y tan sólo con haberla saboreado un poco ya era suficiente; Quería más, estaba dispuesta a hacer lo que ella me pudiese con tal de verla desnuda.
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bueno, yo continuare todos los viernes si dejan comentarios con su opinion *O*
CAPITULO 1;Contrato Sexual.
-Quinn despierta, es hora de ir a trabajar joder; ¡venga! -Le grite a la rubia que posaba desnuda en su cama y le lancé una almohada.
-Joder Santana, es que ayer estuve con Sam; Y me destrozó, ya sabes. -La rubia comenzó a reír excitada recordando la salvaje noche con el Rubio de labios grandes.
-Yo en el club me follé a una; Dani se llamaba, no sabes cómo me ponía esa rubia, tenía el culo enorme, deberías hacer como yo bebe, venirte conmigo al club, yo sólo me tiro a chicas, pero puedo conseguirte algún chico, Puck está muy bueno, dicen que la tiene grande, si no te es suficiente para dejar a ese estúpido, no sé qué más hacer. -Mire las tetas de la rubia y clave mis dientes en mi labio interior con deseo de fallármela ahí mismo.
-Sam me gusta, no me voy a casar con él porque sólo me gusta follarmelo, pero es suficiente, no creo necesitar más, además de la forma en que tú me miras las tetas podría tener sexo cuando quisiera. -Se burló de mí la rubia haciendo que mi piel se calentará con su voz ronca tan sensual.
-Qué pena que seas hetero, porque te juro que te daba duro hasta que vieses las estrellas. -La rubia me contesto con una sonrisa muy, muy picara, eso me excitaba, real mente me excitaba todo lo que me atraía,
-Morena, mejor que vayas al baño y te hagas dedos, antes de manchar tus bragas, así me visto mientras, evito que me mires el culo, porque estoy completamente desnuda. -Mordí mi labio inferior tan fuerte que pude notar sangre de la herida que provocaba.
-Te diría que sí, e iría al baño a masturbarme con tu foto de la comunión, si no lo hubiese hecho antes con una foto de una chica en el club de striptease, sólo se le ven las tetas, pero eso es suficiente para calentarme, Mira. -Gire la pantalla del móvil mostrándole la foto a la rubia, de Dani acariciando sus senos mientras que ella se levantaba completamente desnuda de su cama, moviendo el culo de lado a lado para coger su ropa.
-¿Esa es Dani? ¿La chica que dices que follas del club? -Dijo Quinn mientras tapaba su hermoso sexo con la ropa interior.
-Sí, es Dani, no sabes cómo me pone, tengo unas ganas de volver a... -
-No quiero detalles, haz el favor. -Dijo poniendo la mano en mi cara haciendo que sus pechos votarán al movimiento. - A demás cuando aparece una nueva olvidas a la que te pone y te piras con una nueva que te guste, nunca cambias. –Tomó su sujetador entre sus dedos y la volví a mirar excitada.
-Bebe, amo tus malditas tetas. -Ella las tapo con su sujetador pero sin prisa, ya sabía cómo era, siempre fantaseando con su cuerpo, en revolcarme con ella en su cama.
-Santana, vas a acabar necesitando un sicólogo sexual, estas todo el puto día pensando en mis revoltosas tetas; Que nunca tendrás -Cerro la rubia mientras se ponía el uniforme de camarera.
-Acabaras cayendo Quinn, ¿Has visto mi culo? Como te pille borracha no te escapas. -Bromeé y ella acabo de vestirse poniendo su falda y camisa roja de trabajo.
-Venga, vámonos que si no nos echan. -Dio una palmada en mi culo azotándome con fuerza, y haciéndome botar.
-Eres una maldita provocadora. –Soplé y ella salió delante de mí y yo cerré la puerta.
Salimos del apartamento, hecho mierda, no habíamos recogido; Mi plan sería recogerlo después de volver del club, así que sin preocupación cogimos mi coche y como siempre yo conducía, el camino no era muy largó, llegamos y como siempre el vagabundo nos hablaba, mendigando sexo y no dinero.
-Chicas, os doy todo el dinero que tenga, todo el dinero que me hayan dado, pero dejarme tocar vuestras tetas. -Suplicó el mendigo, como un gran desesperado sexual.
-Soy lesbiana, lo siento. -Le sonreí al vagabundo como una mala perra, y el miro a Quinn pensando que ella aceptaría después de mi excusa.
-Yo no dejo que un tipo sucio me toque las tetas. Búscate a otra. -Quinn y yo reímos y entramos al restaurante.
Como siempre dejemos de hablar para concentramos en el trabajo, mis clientes siempre estaban ahí para mí, y los de Quinn siempre ahí para ella, siempre teníamos que tontear con esos para conseguir que se quedarán y vinieran todos los días a gastar un cierto punto de consumo, lo cierto es que yo no tendría que trabajar aquí con Quinn, tengo dinero; Mucho, y le dije que yo le pagaba todo pero la rubia se negaba y me suplico que me quedará con ella como su mejor amiga que soy, no podía negárselo así que solicitemos trabajo y aquí estamos.
-Santana, recuerda que esta tarde iré a mandar mi solicitud para la universidad, si ingreso voy a tener que dejarte por dos meses. -Le devolvió el cambio a uno de los tíos que se hinchaba a cervezas sólo para mirarnos el culo mientras repartíamos a otros clientes que hacían básicamente lo mismo-Toma tu cambio Trace, hasta mañana. -Le guiñó un ojo a idiota que siempre le tocaba el culo, y Quinn no podía decir nada porque le daba una gran propina y eso le servía de gran ayuda.
-¿Odias hacer eso verdad? -Me burle de la ojizaverde.
-No lo sabe nadie cuanto, todo por cincuenta pavos al día más diez de propina, no me llega para nada joder. -Se quejó la rubia pisando sentándose en la silla haciendo que sus tetas botaran de nuevo.
-Quinn folla conmigo antes de irte, tendrás una puta experiencia perfecta, o deja de usar un sujetador tan fino, porque se marcan tus malditos pezones y estoy por follarte aquí mismo, dime que si por dios. -Le rogué gimiendo despacio sin que nadie me oyera.
-Santana, no soy lesbiana. –Me dijo negándome como habitual mente un polvo que seguro a ella le encantaría.
-Cualquier día me meto en tu cama, y tal y como empiezo me dejas acabar. -Lamí mi labio inferior guiñándole un ojo, mientras me giraba para seguir trabajando.
-Cariño una hora, y te vas a follar a quien te dé la gana, olvídate de mí; Y llama a Rachel, si quieres acostarte con alguien que no sea una striptease. -La maldita rubia me excitaba cuando me negaba.
Por fin pasó la hora, ya era mi momento de disfrutar, así que me cambie en el vestuario del restaurante, Quinn se fue antes para mandar su solicitud, deseaba que no la aceptarán porque ya que quiero que se quede conmigo para poder tirármela, me quite la ropa y me puse el vestido más apretado y justo que tenía, siempre llevaba ropa de recambio en ese vestuario, por si las moscas; Quinn se fue cansando cuando salí ella ya no estaba, así que llame a Rachel para ir a buscarla.
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-Berry voy a buscarte en unos minutos. -
-Bebe hoy no podré ir, no tengo ganas. -
-¿Estas de coña? -
-Santana iré otro día, es que he conocido a alguien, ya sabes. -
-Vamos Rachel, estabas follando conmigo, ¿te has buscado otra putita? -
-Bebe seguiré follandote, que te quede bien claro, pero también a otras personas, tú te tiras a las pavas del striptease, y no te digo nada. -
-Te pone que me las follé delante de ti, como mañana no estés en mi cama haciéndotelo conmigo, verás. -
-López no me tientes, vete tu sola, prometo ir la semana que viene; Te quiero bebe. -
-Adiós perra, disfruta, y que no tenga los dedos más largos que los míos. -
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Ahora tenía que irme sola, y no era tan divertido follar sola sin Rachel al lado con alguna otra guarra. Agarre todas mis cosas y monte en mi coche, dirigiéndome hacia el club, no tarde en llegar, porque estaba cerca de mi trabajo pero lejos de mi casa.
-Mike, aparca mi coche; ¿Dónde está Puck? -Le dije al gran hombre segurata del club.
-Princesa Puck está dentro, entra y búscalo tu sala como siempre está preparada, con tus putitas, y nena; Tienes una nueva, es una de las más profesionales disfrútala, solo que no se deja tocar a menos que ella lo permita, solo bailara. -Le guiñe un ojo y entré al club, buscando a Puckerman por todos lados.
-López estoy aquí. -Apareció el chico de la cresta por detrás.
-Me han dicho que hay una nueva. -El asintió.
-Créeme, esa te va a dar duro, la he visto bailando y no sabes de qué manera mueve la cintura, la he visto calentando, pero no se deja tocar a menos que ella quiera. –Dijo abriéndome paso a mi sala privada, habitual de todos los días donde podía disfrutar sin molestia alguna con Rachel iba ser raro sin ella.
-Sí, me lo ha dicho Mike ¿Ha venido Dani? -Arqueé una ceja y el asintió.
-Siéntate ahí, irán viniendo; Ya sabes, aran lo que tú quieras, hoy tienes a cinco a tu disposición, tú eliges que haces, si quieres tomar algo ya sabes, le das al botón. Si no te gusta la chica dices siguiente, como si fuese una audición, tú decides pero si no quieren dejarse tocar vas a tener que aguantarte, o venirte a mi casa después. -Dijo mirando mi culo mientras me alejaba.
-Deja de mirarme el culo Puckerman, creo que es hora de que dejes de repetirme lo que debo hacer cuando vengo, lo tengo claro desde el primer día. -Le dije sentándome y dándole al botón para que como siempre viniese el camarero.
-Dios mío, lesbiana tenías que ser, me pones tanto. -Cerro la cortina y detrás de ella la puerta; Era mi hora de disfrutar.
-Santana, ¿lo de siempre? -Me pregunto el camarero que aparecía detrás de la barra.
-Si. -Segundos después la música comenzó a sonar; Entro una chica morena, que rápido la mande adentro. –Lo siento, tu no.
Pasaron otras dos y las saqué, por fin entro esa rubia que me ponía a cien, y después la desconocida tan profesional que me habían dicho ya dos veces, podía disfrutar con dos hoy.
-Bueno Santana, ¿cómo quieres que te follé hoy? -Mordí mi labio interior y el camarero me entrego la cerveza.
-Quiero que me hables de la nueva, antes de empezar. -Me acomode en el sillón y le di un trago a mi cerveza.
-Es una chica rubia, ojos azules, cuerpo perfecto, se mueve genial, un abdomen muy entrenado, y muy, muy sensual. -Acabo la rubia queriendo lanzarse a mí, y le negué clavando mi mano en su pecho y evitando que avanzara.
-Dile que entre. -Dani protesto y coloco su espalda muy recta y mirándome con rabia y celos.
-¿Sabes que esa no te va a follar verdad? Sólo está aquí por dinero, y yo puedo darte mucho más que un baile en una barra. -La rubia me toco demasiado los cojones.
-¿No es por lo mismo que estas aquí pedazo de imbécil? Vete ya, venía con ganas de follarte pero me las has quitado. -La rubia se fue enfadada y atravesó la cortina del escenario, espere hasta que la música volviera a sonar, cuando apareció una perfecta rubia detrás de la cortina dejando mis labios abiertos.
Llevando solamente bragas, y todo lo demás descubierto me hizo mojar rápidamente, sus pechos eran grandes y bronceados, se movían de muchas maneras, y la rubia sin decir absolutamente nada comenzó a bailar en la barra, dejando que lo poco que cubría su zona se marcará completamente, eso me hizo arder, tenía que acabar en la cama con esa rubia, era tan profesional, no decía nada y sólo bailaba exclusivamente y sensual mente para mí, y necesitaba saber más de ella.
-Oye, para de moverte. -Le ordene levantándome dé la silla para acercarme a ella.
-Lo siento, no doy sexo, sólo bailo; Lo firme en un contrato sí es lo que quieres. -Dijo la rubia bajando de la barra y quedando de pie como una profesional, tenía que serlo y más en la cama, no podía imaginármela en la cama, porque me temblaban las piernas tan sólo pensando.
-Tranquila, sólo quiero saber más de ti, y hacerte unas ofertas. -Tenía que ser mía, tenía que follarmela sí o sí.
-¿Tu hablar? Sólo he venido aquí a mover el culo delante de tu cara para que mojes y te empapes pero sin tocarme a menos que yo lo permita, no soy tan cerda como Dani y la otra pandilla de esas perras, ¿entiendes? -Cada vez me encendía más, tenía que ser mía no podía desagradarle, tenía que ser simpática y amable me ponía demasiado.
-Dime tu nombre, y tu edad. -Parecía joven, más joven que yo, pero tenía que fallármela, tengo que fallármela.
-Me llamo Brittany, y tengo diecinueve años. -¿Diecinueve? Yo tengo veinte, es perfecta para mí, puedo hacerle una gran oferta.
-Veo que eres nueva, y no me conoces mucho, lo que quiero lo consigo; Y yo te quiero a ti, sólo déjame ofrecerte algo, si te parece bien, diré a Puck que prepare el contrato y sólo tendrás que firmar. -Mordí mi mejilla por el interior, y pase mis ojos por si perfecto y voluminoso culo bronceado.
-¿Como una oferta? -La rubia arqueó una ceja, y apoyo su cuerpo en la barra cruzando sus brazos en su pecho, no podía apartar la mirada de sus pechos, que al haber cruzado los brazos subieron más.
-Mi oferta es que yo voy a dejar de venir a este club, y Dios mío me pones muchísimo, sólo tendrás que venir tres horas cada día de la semana a mi casa, dime una cantidad de dinero, yo te la pagaré, aremos el contrato a tu gusto siempre y cuando me dejes verte desnuda, mientras te nueves en la barra del sótano de mi casa, lo llamo apartamento para no fardar, pero en este caso lo aré es una mansión de New York demasiado grande una de las mejores, si te ponen las ricas aquí tienes una a tu disposición, pero quiero ese culo meneándose en mi casa. -Pase mis dedos por mi cabello desenredándolo y mirándola con una mirada muy provocativa.
-Si lo hago, ¿puedo poner normas? Yo elijo como lo hacemos, y como, Quien toca a quien y de que manera, ¿qué te parece? Tu casa, pero mis reglas. -Mordí mi labio inferior no podía negarme, esto me excitaba demasiado.
- Esto me pone, acepto si aceptas. -Ella extendió su mano y sacudió aceptando el trato mi mano.
-Trato hecho, las cosas serán así; Tu harás lo que yo te diga, me llamarás Srta. Pierce; Eso es lo que me pone a mí, e iré todos los días tres horas; Por doscientos dólares al día. -Asentí con mi cabeza, pensando e imaginando millones de imágenes sucias de cosas que podría hacer con este monumento Rubio.
-Déjame tocarte hoy, hoy yo mando; Déjame follarte. -La rubia no era tonta, obviamente ella quería follarme tanto como yo a ella, sólo se hacía la maldita dura.
Ella tiro de mi mano cual sostenía, pegándome a ella, y pasando mi mano por su clítoris empapado; me permitió acariciar su maldito caliente y húmedo centro, presione mi cuerpo al suyo al rodear mi brazo en su cintura, y deslice mi mano por debajo de su ropa interior comenzando a masturbarla con fuerza y a un ritmo rápido, sus labios se abrieron al notar tanto placer y yo estaba dispuesta a fallármela en la pista de baile.
-No sabes cómo me pone Srta. Pierce. -Le dije mientras ella gemía de placer y su centro palpitaba a mil por hora sin dejar de penetrarla bruscamente con mis dedos.
-La Srta. Pierce tiene que irse. –Gemía - pero la semana que viene comenzara con su nuevo trabajo. -Grito teniendo un leve orgasmo, tratando de componer la compostura y saco mi mano de su braga; haciéndose la difícil. -Chúpate la mano. -Me obligo domando mi mano, y pensándola con su jugo entre mis dedos de su interior por mi lengua.
-Sabes tan bien... -Clave mis uñas en su culo pegándola a mí con todas mis fuerzas y ella reía malvadamente.
-Aprovéchalo, porque esa va a ser la primera y puede que la última que vuelvas a masturbarme y a saborearme. -Término y saque una tarjeta que siempre iba en mi teta por si acaso. -¿Qué es eso? -
-Mi número y mi dirección, mañana tendrás tu contrato hecho, sólo ven aquí, fírmalo, y cuando estés me llamas; te voy a estar esperando. -Mordí mi labio inferior y ella se alejó moviendo el trasero hacia ambos lados, esas maneras de caminar me provocaban mucho. -Bailas genial, deberás bailarme así pero más cerca, que lo sepas. –Terminé cuando ella giro su cuerpo dándome una última vista de sus pechos.
-Nos vemos Santana. - Guiñó un ojo desapareciendo tras la cortina, tenía ganas de meterme ahí y follarmela muy duro.
Esta chica era impresionante, estaba muy buena y tan sólo con haberla saboreado un poco ya era suficiente; Quería más, estaba dispuesta a hacer lo que ella me pudiese con tal de verla desnuda.
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bueno, yo continuare todos los viernes si dejan comentarios con su opinion *O*
paulitahope**** - Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 06/04/2014
Edad : 25
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Wanky! *---*
Ya espero el próximo :)
Ya espero el próximo :)
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Otro mas.....! Nos haz enganchado =)
Pao Up- ---
- Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 22/01/2014
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Wanky jajajaja
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
gua super wanky
espero actu
espero actu
Sara Pinel****** - Mensajes : 326
Fecha de inscripción : 30/01/2013
Edad : 28
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
hola,....
nueva lectora,....
interesante y sobre todo wanky,..!!!!!
hasta el proximo!!!
nos vemos!!!
nueva lectora,....
interesante y sobre todo wanky,..!!!!!
hasta el proximo!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Hey! Que tal? Nueva lectora jejeje coincido... Super Wanky *-*
Hasta la próxima actu!
Hasta la próxima actu!
Dolomiti- - Mensajes : 1406
Fecha de inscripción : 05/12/2013
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Bueno aqui un capitulo nuevo, espero que les guste y que sea lo suficientemente wanky para vuestras vaginas. dsasdg
CAPITULO 2; Dinero facil.
Estaba sentada en StarBucks, con mi café y mi periódico, supongo que lo leía para hacerme la interesante,hoy era mi día libre, Puck me dijo que Brittany ya había firmado el contrato tenía que llamarme entre las siete y ocho y media de la tarde, esto me ponía demasiado, no sabía cómo iba a ir, pero sé que cuando me dijo que "Lo haremos con mis reglas" Iba a haber mucho juego, y sobretodo mucha acción, si ella no quisiese sexo no me hubiese dejado que masturbara su perfecto y húmedo centro, juro que no me puedo sacar de la cabeza la imagen de la maldita rubia desnuda bailando entre mis piernas, lo que más me pone es que ella manda y yo hago lo que dice, va a ser muy sexual; Por fin, mi móvil vibro en un número que no conocía, dejé que soñara un par de veces para hacerme la interesante, cosa que siempre hacia.
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-¿Si? -Pregunté al teléfono haciéndome la desinteresada como si no supiera quien era.
-Santana soy Brittany. -Sonreí pícaramente y de nuevo una imagen sucia se apoderó de mí.
-Bien, ¿has firmado ya? -Sabía la respuesta, sólo necesitaba saber cuándo comenzaba, si por mí fuera comenzaba ahora, aquí, en este momento.
-Sí, te va bien; De lunes a domingo, de ocho a once. -Me pregunto tranquila, con la voz relajada.
-Perfecto, ¿quieres comenzar el lunes? -Pregunte, estábamos a sábado y estaba deseando que me dijera que no, porque necesitaba ese culo meneando se en mi rostro pronto.
-No, empacare hoy; si no te importa. -Esa frase hizo agua mi sexo.
-¿Cómo quieres que te pague? En efectivo, ¿o cómo? -
-Santana, no soy una prostituta; Yo bailo por dinero, no folló por dinero. -
-¿No vas a follar conmigo? -
-Te dije que lo haríamos con mis reglas, si quiero que me toques, me tocas, si no mala suerte; Sólo te diré que vas a disfrutar mucho, no sé como ves eso, pero; te veo en una hora. -
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-Esto me supera. -Me susurre a mí misma mientras un escalofrío recorría por mi piel, erizando mis pelos y dejándolos de punta.
Cerré mi periódico abandonándolo sobre la mesa donde me sentaba, me dirigí a mi coche para ir a casa; Tenía que recoger, fui hacia él y me monté sin más escuchando mi música habitual, me apasiona a escuchar 'You sound good to me' o 'Kiss Me' de Lucy Hale, tenía suerte de que mi casa no estuviera muy lejos de todos los sitios a los que visitaba día a día. Llegue; aparqué el coche frente la misma puerta y pude ver el coche de Quinn, eso eran dos cosas; o la habían echado, o había plegado antes.
Entré por la puerta recogiendo el mismo periódico que había leído hace una media hora. - Quinn, ¡estoy en casa! -Grite echando las llaves a la bandeja de cristal que se encontraba en el mueble de la entrada, di la vuelta a mi cuerpo y vi dos maletas plantadas en la puerta.
-¡Santana buenas noticias! -Grito Quinn corriendo hacia donde me encontraba.
-¿Te vas a algún sitio? -Arqueé una ceja y me acerque dejando mi bolso donde mis llaves.
-Me han cogido, ¡Santana voy a ir a la universidad! -Sonreí falsamente y ella se abalanzo en mis brazos.
-Eso es, genial... -
-Santana vendré a verte todas las veces que puedas, vamos tienes mucho dinero para hacer lo que quieras, no te hace falta estudiar, lo tienes todo. -Acaricio mi brazo, sentaba fatal que ella se fuese, ella era mi mejor amiga, mi hermana.
-Yo puedo pagarte todo lo que quieras, a ti tampoco te hace falta estudiar ni trabajar, mira donde vives, y toda tu ropa Channel, ¿quien la ha comprado? yo, con todo mi gusto. -Me quejé rota.
-Pero quiero poder pagármelo a mí misma, todo va a estar bien. Encontrarás una nueva compañera, o si no sola; Puedes estar sin mí y te prometo que vendré a verte, y hablaremos todos los días, te lo prometo. -Acaricio mi brazo con una sonrisa y me regaló un abrazo y yo lo acepte; Alce la mirada y vi que todo estaba limpio y recogido.
-¿Has limpiado? -Fruncí el ceño y me aparté de ella caminando hacia el centro del recibidor.
-No, ha venido Emily; Hoy es sábado. -Fruncí el ceño, y después recordé que Emily la asistenta venia todos los fines de semana a limpiar toda la casa.
-Oh, es cierto; Es que estoy muy distraída últimamente. -Recordé la rubia que entraría por mi puerta en menos de media hora, y ya era demasiado tarde para ir al baño, creo que imaginarme a esa rubia mandando lo que tengo que hacer como una maldita sexual me hacía mojar.
-¿En qué piensa mi rica mejor amiga pervertida? -Mordió su labio inferior reflejando el verde de sus ojos en los míos de lo cerca que tenía su rostro.
-E-en nada importante. -Tartamudeé al sentir su aliento chocar en mi labio inferior. -Quinn, apártate o te follo aquí mismo, te lo juro por mi vida. -Tragué en seco mientras ella reía malvadamente y lamia su labio inferior.
-Tengo que irme, pero mañana tal vez... -Dio media vuelta y cogió las llaves de mi coche.
-¿M-mañana? ¿Cómo?... -
-Chao cariño. -Me gestó con la mano cerrando la puerta detrás de ella dejándome en shok, Quinn Fabray acaba de decir que mañana tendrá sexo conmigo, estuve parada unos minutos mirando la puerta, completamente mojada.
-Bueno Srta. Lopez, le he dejado la cena preparada, y ya es mi hora de plegar, nos veremos la semana que viene. -Educadamente se despedía Emily mientras pasaba por mi lado y por fin me deshacía de la estupidez que dejó Quinn en mi mente.
-Espera, no te vayas; Toma. -Saqué de mi monedero un billete de quinientos dólares y los puse sobre su mano dejándola con los labios abiertos.
-Pero Srta. Lopez, solo he trabajado dos horas y me tiene que pagar solo treinta dólares, ¿Esto qué es? ¿Necesita que haga más horas? -Negué con una sonrisa cerrando su mano en un puño con el dinero dentro del mismo puño.
-Sé que no tienes veintitrés años. -
-Oh, por favor no se lo diga a mis padres adoptivos, me matarán. -Me suplicó la joven de diecisiete años devolviendo el dinero a mis manos.
-Sé que te gastas en dinero en tus estudios de baile, cógelo; Y cuando necesites dinero solo pídelo, me sale por las orejas, y me has hecho la cena sin yo mandártelo, te lo mereces; Pero no me mientas más, somos amigas. -Dejé el billete en su bolsillo mientras ella sonreía se lanzó a mis brazos en un gran abrazo.
-Muchas gracias. -Apretó con fuerza mi estómago, acaricie su espalda y ella se alejó inclinándose como si fuera una princesa, es increíble como de bien te tratan las personas cuando se trata de dinero, esa niña era muy adorable.
-Es un placer, nos vemos. -Abrí la puerta y ella salió y al mismo tiempo cerré yendo hacia la cocina.
Cuando llegue a la cocina pude ver dos filetes de carne asada con patatas al horno, partidas y cortadas por la mitad, aceite con sal sobre las patatas iba a sentarme a cenar cuando mire el reloj, eran las siete y cuarenta y dos. Decidí repartir la comida en dos platos, y calentar un poco más la comida para así podamos cenar las dos, sería una cita sexual, y a saber cómo iba a acabar esa noche, ella dijo tres horas, ¿pero quién dice que no se vaya a quedar? Miraba el reloj todo el tiempo, la comida ya estaba caliente y eran menos cinco, encendí la televisión, no dio tiempo a nada; El timbre sonó yo estaba arreglada, siempre lo estaba, espere unos minutos para abrir, respire hondo y abrí la puerta intentando tener normalidad.
-Hola. -Mi tono era serio hasta que vi su vestido azul marino y mi voz comenzó a trabarse, me miro con una sonrisa y me entrego dos besos en las mejillas.
-Bueno, llego minutos antes; Bonita casa. -Llevaba un bolso de mano, azul como si vestido; Que resaltaba sus ojos, al igual que el azul oscuro del cielo.
-Oh por dios, pasa. -Fui educada, por un momento iba a mantener las composturas e iba a ser educada.
-Gracias. -Entro y cerré la puerta detrás de ella, ella se quedó parada en el recibidor hasta que pase delante de ella y me seguía.
-Vamos a ir al grano ya, o ¿quieres hacer algo? Tienes algún ritual... ¿Algo raro que hagan los ricos? -
-Podemos hacer lo que tú quieras, pero creo que antes debería ofrecerte algo, no sé; ¿Has cenado? -Pregunte antes de entrar a la cocina para ofrecerle cena.
-No, pero no tengo hambre, así que no te preocupes. -Era más tenso que en el club, yo no era así; Tendría que estar a cuatro patas con esta mujer ya.
-Mi asistenta ha hecho la cena para mí, creo que sería una pena tirarlo. -Sonreí abriéndole paso para que entrara a la cocina.
-Gracias, eres más educada de lo que pensaba. -Le guiñe un ojo y ella se sentó frente a mí; La mesa estaba lista, menos la bebida.
-Sí, bueno puedo ser una perra sexual; Puedo ser una perra mala, o ser una perra amable, pero siempre una perra. -Hice que carcajeara por un momento mientras comenzaba a comer. -¿Quieres vino? ¿Champán? ¿Agua? -
-Lo cierto es que no me importa, puedes escoger tú. -Dijo la rubia metiendo el tenedor entre sus labios.
-Pues tomaremos Vega Sicilia, venido e importado de España, se conserva bastante bien. -Dije abriendo la bodega que estaba encima de la pica donde se fregaban los platos.
-Eso vale setenta y cuatro mil dólares Santana, no puedo hacer que lo abras. -Me miraba con los ojos abiertos mientras servía un poco de vino en su vaso.
-No te preocupes por el precio de las cosas, Quinn comenzó igual que tu cuando la traje a vivir conmigo. -Ella probo un poco del vino quedando de piedra.
-Tienes pareja, ¿y contratas a una bailarina profesional para que te baile? A demás de que me has masturbado... ¿Ella lo sabe? -Frunció el ceño mientras seguía comiendo y yo hacia las mismas acciones.
-No, yo no tengo pareja; Ella es mi mejor amiga... -Corte un poco de carne volviéndolo a mi boca y mire sus ojos. -¿Te gusto? Mis dedos son bastante largos. -Mi voz se puso ronca.
Ella me dedico una sonrisa y levantó su mirada. -Sí, fue muy caliente. -Bebió más de su vino mientras acabábamos de comer.
-¿Caliente? Tú no me has visto aún en acción. -Mordí mi labio inferior.
-Voy a tener que esperar un poco para verte en acción, recuerda que mando yo. -Empapé mi ropa interior, ganas de arrancarle la ropa me sobraban, me estaba imaginando sus bragas colorbeige manchadas de ella misma.
-Mientras me dejes verte desnuda. -Por fin ella término su plato, levantándose de la mesa y estirando su vestido.
Me levanté con ella y puse los platos en la pica. -Iré al salón, no tardes. -Ella salió por la puerta dejando un escalofrío en mi cuerpo, esto me superaba, comencé a fregar los únicos dos platos que habían; Cuando mi piano comenzó a sonar.
-Ya voy. -Seque mis manos con un trapo, cruce la puerta e doblé la esquina para ir al salón.
-Has tardado. -Creo que ya había mojado cuando vi su hermoso cuerpo en ropa interior, y yo había pensado su ropa era de color carne.
-Aquí estoy. -Apoye mi cuerpo en la pared del salón dejándolo caer.
-Estas tardando en desnudarte, ¿a qué esperas? -Parecía mandona, ya no era Brittany la educada de hace unos minutos, esta era salvaje y peligrosa; y eso me ponía.
-A sus órdenes Srta. Pierce -Mordí mi labio inferior y comencé a quitarme el vestido, paso por paso.
-Mhmm... -Ya estaba en ropa interior, deslice mis manos por mi cintura. -Ven, quédate así. -Señalo con su dedo para que me acercara.
-No sabes cómo me pone esto. -Mi sexo ya estaba palpitando, cada vez que me acercaba un poco más a ella, estando a veinte centímetros de ella se levantó y se puso a mi lado.
-Ahora, vas a hacer todo lo que yo te diga, si fallas y te masturbas, o hace algo que no debes, serán tres minutos menos sin sexo.
-Me cago en dios, vale pero empieza ya. -Paso su mano por mi cintura y bajo mi ropa interior tan sólo de un lado.
-Desnúdate, y siéntate ahí. -Deje caer mi ropa interior con mucha delicadez e hice lo que ella mando.
-A sus órdenes. -Cuando estaba sentada ella se acercó a mi oreja.
-Ahora yo mando, si te mueves, pierdes, si gimes, pierdes, Si me tocas pierdes, todo eso se irá sumando, tres más tres seis, más tres nueve, veamos cuanto consigues aguantar. -Agarro mis manos y las puso sobre el piano arrodillando se y abriendo mis piernas, esto me gustaba.
-Espera. -La detuve por unos segundos. -Si no puedo gemir, ¿tampoco puedo venirme? -Ella negó sacudiendo su cabeza.
-Quiero silencio, vas a tener que esperarte a que te lo diga. -Asentí pensando que podría soportarlo, no creo que fuese tan difícil como pensaba.
Brittany hundió su cabeza entre mis piernas, y rápidamente comenzó a chupar todo mi sexo húmedo, apreté con fuerza mis puños e incline mi cabeza hacia atrás, deseando gemir para ella, notaba su lengua pasar por mi centro, haciendo querer que me estremeciera, penetro su lengua un par de veces cerré mis ojos y trate de no hacer ningún ruido, sentir sus labios en mi sexo, cuyo ardía por culpa de la rubia que lo lamia con delicadeza; Quería poder gritar su nombre, estremecerme, se me escaparon las manos, y las puse sobre su cabeza y comencé a impulsarme a sus labios, ella no hizo nada, grité con fuerza llegando al orgasmo rápidamente.
-Seis minutos sin sexo. -Se levantó del suelo limpiando sus labios con la yema de su dedo pasándolo por la esquina manchada de mí.
-Mierda... -Rodé los ojos. -Me has dado donde más duele. -
-Solo te estaba chupando, era el principio y la has cagado, ahora seis minutos sin sexo. -Miró su reloj vengativa. -
-No sabes cómo me pone que me chupen, es mi puto punto débil. -
-Acabas de dejarme en bandeja tu punto débil, ahora te tengo agarrada por los huevos. -Mordió su labio inferior sin sacar su mirada de mi centro aún húmedo.
-Vamos, olvida los seis minutos, ven aquí y cómeme parte por parte. -–Mi voz se volvió ronca, tratando de excitar a la rubia que estaba sobre mi alfombra de pelo.
-Pides mucho, eres una autentica pervertida. –Levantándose del suelo tomó su bolso volviendo sus ojos en una mirada salvaje, junta con una sonrisa malévola.
-¿Dónde vas? –
-¿Cómo es tu cama?-
-¿Por qué lo preguntas? –Fruncí el ceño mientras ella tiraba de mi mano y me hacía caminar hasta las escaleras.
-Vamos a seguir jugando los treinta minutos que nos quedan. –Moviendo el trasero haciendo mi centro una fuente, subimos las escaleras.
-¿Treinta minutos solo? –
-No te distraigas y dime donde está tu habitación. –Señalé el fondo del largo pasillo de mi casa llegando a mi habitación Brittany bruscamente me tiró a la cama.
Ella agarró una silla que había en mi habitación y me ordenó sentarme en ella. -¿Qué vas a hacer? –
-No he dicho que puedas hablar. –Me sentó en la silla atando un pañuelo de mi cajón en mis labios. –Quiero que estés callada, y debes estar callada hasta que yo te permita que hables. –Me guiño un ojo y comenzó a desabrochar su sujetador el sudor comenzó a caer por mi frente cuando vi sus pezones erectos en mi cara, botando de arriba abajo. –Si piensas que vas a verme el coño lo llevas claro, demasiado pronto morena, así que deja de sudar. –Mierda, como me ponía cada vez que abría la boca y soltaba cualquier palabra. Brittany se dio la vuelta cogiendo más pañuelos de mi cajón, debería molestarme, una desconocida tocando mis cajones, mi ropa, mis cosas. Me tapó los ojos y después las manos, seguidos de los pies, un pie a cada pata de la silla, dejándome con las manos detrás, estaba a su disposición, era suya. –Que empiece el show. –Me quitó la venda de los ojos y la tenía desnuda en mi cara, a penas tardo en darse la vuelta y comenzar a menear el culo provocándome y encendiéndome cada vez más, sin dejar de menear su trasero, bailando para mí en mi gran habitación, atada a pies y manos, deseando lamer su cuerpo, y masturbarle toda la puta noche. Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo cuando ella se sentó entre mis piernas acaricio mi sexo. –Voy a desatarte esto. –Pasó sus brazos por mi cabeza dejando sus pechos a milímetros de mis labios y dejo mis labios libres.
-Quiero follarte. –Carcajeó levemente poniendo su mirada en mis ojos, si llegaba a mirar bien, podía mirar la llama de lujuria que encendía y calentaba mi cuerpo.
-¿He dicho que hables? ¿Verdad que no? Cierra el pico morena. –Parecía un sargento de ejército. –Estas inmóvil ahora mismo, voy a masturbarte como nunca nadie lo había hecho antes, ¿Alguna vez te han masturbado con cuatro dedos? –Cruzo sus brazos pegando su cuerpo a mi cintura. –Responde. –
-No, nunca, máximo tres. –La rubia que pegó su maldita y caliente zona sobre la mía, mordió su labio y gimió atando sus brazos a mi cuello e inclinando su cabeza hacia atrás volviendo a mi dejo sus labios a dos centímetros de los míos.
-Vamos a pasarlo bien. –Rápidamente pasó su mano nuevamente rozando mi zona empapando su mano y pasándola por su lengua saboreando mis labios internos.
-¿Tu puedes saborearme pero yo a ti no? –
-Cállate. –Golpeó el borde de mi muslo dejando su mano en mi pierna, me calentaba más, deseando que las palabras “Vamos a pasarlo bien” se hicieran realidad lo más antes posible, quedarían veinte minutos, y quería que me masturbara con esos dedos tan largos y suaves, con uñas cortadas. –Voy a ir despacio, pero cuando comience a avanzar y mis cuatro o cinco dedos vayan más deprisa, no quiero que te quejes, porque entonces no vendré más. –
-Está bien. –Sonreí nerviosamente, y bajo su mano a mi zona comenzando a acariciarme rodeo su brazo en mi cuello, agarrándose en mi nuca.
-Cuéntame sobre ti. –La cosa se estaba calentando, mi voz se iba a parar muchas veces si comenzaba a hablar.
-¿Sobre mí? –Gemí, ella sonreía malvadamente y me miraba a los ojos sin dejar de acariciarme lentamente.
-Sobre ti. –
-¿Ahora? –
-Ahora mismo. –
-¿Qué quieres saber? –Penetró un dedo en mi interior tratando de hablar.
-¿Tienes hermanos? –Asentí mientras el ritmo de su mano seguía. -¿Cuántos? –
-Tres, h-hermana y her-hermanos. –Apreté mis puños con mucha fuerza. Brittany penetró un dedo más en mi húmeda y caliente zona.
-¿Nombres? ¿Edad? –Seguía el ritmo con sus dedos haciéndome temblar.
-Artie, Artie catorce, Maxxie tres m-mmeses, y Alex diez. –Gemí con fuerza, mientras ella se reía y masturbaba mi zona femenina.
-¿Son de New York? –Metió un dedo más, y me penetro con más fuerza, y mucho más rápido que antes.
-N-No, Los Angeles. –
-¿Les ves? –La rubia también excitada hizo que mi pelo se enredara en sus dedos agarrándose a ellos.
-Una vez cad… Mierda, joder quiero besarte, déjame tocarte. –
-No te he preguntado si quieres besarme. –
-Déjame hacerlo los diez minutos que quedan. –Le suplique, sin esperármelo paró tres segundos dejándome confusa, al mismo tiempo metió cuatro dedos en mi vagina haciéndome gritar con fuerza.
-Quiero que te corras en mi mano. –Me suplico la rubia masturbando con fuerza mi centro.
-Me cago en la puta, duele. –
-¿Paro? Si paro no volveré a venir, ni volverás a verme. –Seguía masturbándome esperando una respuesta, pero del placer y dolor que recibía no podía contestar.
-Te juro que como pares te mato. –Carcajeó haciéndome gemir con más fuerza que antes.
-Vamos, córrete en mi puta mano. –Iba a más velocidad, no sé ni cómo no me pudo tocar un ovario con esos dedos tan largos.
-¡DIOS MIO! –Grité llegando a ese orgasmo final que tanto me gustaba, expulsando todo el jugo que mí centró contenía dentro desde hace tres horas atrás.
-Me encanta. –Sacó su mano de entre mis piernas y desató su brazo de mi cuello poniendo sus dedos en mis mejillas abriendo mis labios y metiendo dos dedos mojados entre mis labios.
-A mí sí que me encanta. –Los otros dedos que quedaban los puso en su boca mientras desataba mis manos por fin.
-Tienes un minuto para hacer lo que quieras conmigo, de cintura para arriba. –Sin desatar mis pies, con su cuerpo desnudo entre mis piernas pegue su pecho al mío dejando entre mi boca uno de sus pechos, dejándolo erecto, lamí cada zona de su pecho, aprovechando los treinta segundos que me quedaban, mis manos se desviaron a su nuca e incline su cabeza hacia mí para poder besarla, dejé que mi lengua se deslizara por cada rincón de su boca, mezclando mi jugo y salivas entre las dos. A ella le gustaba, y eso lo sabía, pero poniendo sus manos en mis hombros se separó.
-Tiempo. –Se levantó y desató mis pies mientras cogía su ropa interior del suelo y se la ponía sin decir nada.
-¿Por qué no te quedas a dormir? –
-Porque mi novio viene a buscarme en tres minutos. –
-¿Tienes novio? -Fruncí el ceño quedando con los labios abiertos.
-Sí. –
-¿Y qué haces trabajando para mí? si puedo saberlo. –Crucé mis brazos levantándome de la silla.
-Dinero. –
-¿le quieres? –Le pregunté arqueando una ceja.
-No, si le quisiera no estaría trabajando para ti. –Puso un mechón sobre su oreja y ella me dedico una sonrisa ya con la ropa interior puesta.
-¿Y qué haces con él? –
-Fácil, dinero. –
-Si tanto dinero tiene, ¿Por qué eres del Bronx? –Arqueé de nuevo una ceja.
-Pues no lo sé la verdad. –
Bajemos abajo y las dos nos vestimos tranquilamente, su novio ya estaba en la puerta, ella le había dicho que había venido a cenar con una vieja amiga, no entendía nada, pero así era, la rubia tenía muchos secretos, e iba a descubrirlos todos.
Fui a abrirle la puerta, y así hice cuando ella delante de su novio planto un beso en mis labios. –Nos vemos mañana.
-¿Por qué trabajas para mi si tienes novio? –
-Ya te lo he dicho, dinero, -
-¿Hay algo más? No solo dinero, tampoco te pago tanto. –
-Si lo sé, pero me pones mucho. –Guiñó un ojo, y se alejó de mi casa bajando las escaleras y metiéndose en el coche de su supuesta “Pareja”.
-
HASTA AQUI EL CAPITULO DOS! podrán leer el siguiente capitulo el domingo 25 de mayo, hasta otra!
CAPITULO 2; Dinero facil.
Estaba sentada en StarBucks, con mi café y mi periódico, supongo que lo leía para hacerme la interesante,hoy era mi día libre, Puck me dijo que Brittany ya había firmado el contrato tenía que llamarme entre las siete y ocho y media de la tarde, esto me ponía demasiado, no sabía cómo iba a ir, pero sé que cuando me dijo que "Lo haremos con mis reglas" Iba a haber mucho juego, y sobretodo mucha acción, si ella no quisiese sexo no me hubiese dejado que masturbara su perfecto y húmedo centro, juro que no me puedo sacar de la cabeza la imagen de la maldita rubia desnuda bailando entre mis piernas, lo que más me pone es que ella manda y yo hago lo que dice, va a ser muy sexual; Por fin, mi móvil vibro en un número que no conocía, dejé que soñara un par de veces para hacerme la interesante, cosa que siempre hacia.
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-¿Si? -Pregunté al teléfono haciéndome la desinteresada como si no supiera quien era.
-Santana soy Brittany. -Sonreí pícaramente y de nuevo una imagen sucia se apoderó de mí.
-Bien, ¿has firmado ya? -Sabía la respuesta, sólo necesitaba saber cuándo comenzaba, si por mí fuera comenzaba ahora, aquí, en este momento.
-Sí, te va bien; De lunes a domingo, de ocho a once. -Me pregunto tranquila, con la voz relajada.
-Perfecto, ¿quieres comenzar el lunes? -Pregunte, estábamos a sábado y estaba deseando que me dijera que no, porque necesitaba ese culo meneando se en mi rostro pronto.
-No, empacare hoy; si no te importa. -Esa frase hizo agua mi sexo.
-¿Cómo quieres que te pague? En efectivo, ¿o cómo? -
-Santana, no soy una prostituta; Yo bailo por dinero, no folló por dinero. -
-¿No vas a follar conmigo? -
-Te dije que lo haríamos con mis reglas, si quiero que me toques, me tocas, si no mala suerte; Sólo te diré que vas a disfrutar mucho, no sé como ves eso, pero; te veo en una hora. -
-------------------------------------------
-Esto me supera. -Me susurre a mí misma mientras un escalofrío recorría por mi piel, erizando mis pelos y dejándolos de punta.
Cerré mi periódico abandonándolo sobre la mesa donde me sentaba, me dirigí a mi coche para ir a casa; Tenía que recoger, fui hacia él y me monté sin más escuchando mi música habitual, me apasiona a escuchar 'You sound good to me' o 'Kiss Me' de Lucy Hale, tenía suerte de que mi casa no estuviera muy lejos de todos los sitios a los que visitaba día a día. Llegue; aparqué el coche frente la misma puerta y pude ver el coche de Quinn, eso eran dos cosas; o la habían echado, o había plegado antes.
Entré por la puerta recogiendo el mismo periódico que había leído hace una media hora. - Quinn, ¡estoy en casa! -Grite echando las llaves a la bandeja de cristal que se encontraba en el mueble de la entrada, di la vuelta a mi cuerpo y vi dos maletas plantadas en la puerta.
-¡Santana buenas noticias! -Grito Quinn corriendo hacia donde me encontraba.
-¿Te vas a algún sitio? -Arqueé una ceja y me acerque dejando mi bolso donde mis llaves.
-Me han cogido, ¡Santana voy a ir a la universidad! -Sonreí falsamente y ella se abalanzo en mis brazos.
-Eso es, genial... -
-Santana vendré a verte todas las veces que puedas, vamos tienes mucho dinero para hacer lo que quieras, no te hace falta estudiar, lo tienes todo. -Acaricio mi brazo, sentaba fatal que ella se fuese, ella era mi mejor amiga, mi hermana.
-Yo puedo pagarte todo lo que quieras, a ti tampoco te hace falta estudiar ni trabajar, mira donde vives, y toda tu ropa Channel, ¿quien la ha comprado? yo, con todo mi gusto. -Me quejé rota.
-Pero quiero poder pagármelo a mí misma, todo va a estar bien. Encontrarás una nueva compañera, o si no sola; Puedes estar sin mí y te prometo que vendré a verte, y hablaremos todos los días, te lo prometo. -Acaricio mi brazo con una sonrisa y me regaló un abrazo y yo lo acepte; Alce la mirada y vi que todo estaba limpio y recogido.
-¿Has limpiado? -Fruncí el ceño y me aparté de ella caminando hacia el centro del recibidor.
-No, ha venido Emily; Hoy es sábado. -Fruncí el ceño, y después recordé que Emily la asistenta venia todos los fines de semana a limpiar toda la casa.
-Oh, es cierto; Es que estoy muy distraída últimamente. -Recordé la rubia que entraría por mi puerta en menos de media hora, y ya era demasiado tarde para ir al baño, creo que imaginarme a esa rubia mandando lo que tengo que hacer como una maldita sexual me hacía mojar.
-¿En qué piensa mi rica mejor amiga pervertida? -Mordió su labio inferior reflejando el verde de sus ojos en los míos de lo cerca que tenía su rostro.
-E-en nada importante. -Tartamudeé al sentir su aliento chocar en mi labio inferior. -Quinn, apártate o te follo aquí mismo, te lo juro por mi vida. -Tragué en seco mientras ella reía malvadamente y lamia su labio inferior.
-Tengo que irme, pero mañana tal vez... -Dio media vuelta y cogió las llaves de mi coche.
-¿M-mañana? ¿Cómo?... -
-Chao cariño. -Me gestó con la mano cerrando la puerta detrás de ella dejándome en shok, Quinn Fabray acaba de decir que mañana tendrá sexo conmigo, estuve parada unos minutos mirando la puerta, completamente mojada.
-Bueno Srta. Lopez, le he dejado la cena preparada, y ya es mi hora de plegar, nos veremos la semana que viene. -Educadamente se despedía Emily mientras pasaba por mi lado y por fin me deshacía de la estupidez que dejó Quinn en mi mente.
-Espera, no te vayas; Toma. -Saqué de mi monedero un billete de quinientos dólares y los puse sobre su mano dejándola con los labios abiertos.
-Pero Srta. Lopez, solo he trabajado dos horas y me tiene que pagar solo treinta dólares, ¿Esto qué es? ¿Necesita que haga más horas? -Negué con una sonrisa cerrando su mano en un puño con el dinero dentro del mismo puño.
-Sé que no tienes veintitrés años. -
-Oh, por favor no se lo diga a mis padres adoptivos, me matarán. -Me suplicó la joven de diecisiete años devolviendo el dinero a mis manos.
-Sé que te gastas en dinero en tus estudios de baile, cógelo; Y cuando necesites dinero solo pídelo, me sale por las orejas, y me has hecho la cena sin yo mandártelo, te lo mereces; Pero no me mientas más, somos amigas. -Dejé el billete en su bolsillo mientras ella sonreía se lanzó a mis brazos en un gran abrazo.
-Muchas gracias. -Apretó con fuerza mi estómago, acaricie su espalda y ella se alejó inclinándose como si fuera una princesa, es increíble como de bien te tratan las personas cuando se trata de dinero, esa niña era muy adorable.
-Es un placer, nos vemos. -Abrí la puerta y ella salió y al mismo tiempo cerré yendo hacia la cocina.
Cuando llegue a la cocina pude ver dos filetes de carne asada con patatas al horno, partidas y cortadas por la mitad, aceite con sal sobre las patatas iba a sentarme a cenar cuando mire el reloj, eran las siete y cuarenta y dos. Decidí repartir la comida en dos platos, y calentar un poco más la comida para así podamos cenar las dos, sería una cita sexual, y a saber cómo iba a acabar esa noche, ella dijo tres horas, ¿pero quién dice que no se vaya a quedar? Miraba el reloj todo el tiempo, la comida ya estaba caliente y eran menos cinco, encendí la televisión, no dio tiempo a nada; El timbre sonó yo estaba arreglada, siempre lo estaba, espere unos minutos para abrir, respire hondo y abrí la puerta intentando tener normalidad.
-Hola. -Mi tono era serio hasta que vi su vestido azul marino y mi voz comenzó a trabarse, me miro con una sonrisa y me entrego dos besos en las mejillas.
-Bueno, llego minutos antes; Bonita casa. -Llevaba un bolso de mano, azul como si vestido; Que resaltaba sus ojos, al igual que el azul oscuro del cielo.
-Oh por dios, pasa. -Fui educada, por un momento iba a mantener las composturas e iba a ser educada.
-Gracias. -Entro y cerré la puerta detrás de ella, ella se quedó parada en el recibidor hasta que pase delante de ella y me seguía.
-Vamos a ir al grano ya, o ¿quieres hacer algo? Tienes algún ritual... ¿Algo raro que hagan los ricos? -
-Podemos hacer lo que tú quieras, pero creo que antes debería ofrecerte algo, no sé; ¿Has cenado? -Pregunte antes de entrar a la cocina para ofrecerle cena.
-No, pero no tengo hambre, así que no te preocupes. -Era más tenso que en el club, yo no era así; Tendría que estar a cuatro patas con esta mujer ya.
-Mi asistenta ha hecho la cena para mí, creo que sería una pena tirarlo. -Sonreí abriéndole paso para que entrara a la cocina.
-Gracias, eres más educada de lo que pensaba. -Le guiñe un ojo y ella se sentó frente a mí; La mesa estaba lista, menos la bebida.
-Sí, bueno puedo ser una perra sexual; Puedo ser una perra mala, o ser una perra amable, pero siempre una perra. -Hice que carcajeara por un momento mientras comenzaba a comer. -¿Quieres vino? ¿Champán? ¿Agua? -
-Lo cierto es que no me importa, puedes escoger tú. -Dijo la rubia metiendo el tenedor entre sus labios.
-Pues tomaremos Vega Sicilia, venido e importado de España, se conserva bastante bien. -Dije abriendo la bodega que estaba encima de la pica donde se fregaban los platos.
-Eso vale setenta y cuatro mil dólares Santana, no puedo hacer que lo abras. -Me miraba con los ojos abiertos mientras servía un poco de vino en su vaso.
-No te preocupes por el precio de las cosas, Quinn comenzó igual que tu cuando la traje a vivir conmigo. -Ella probo un poco del vino quedando de piedra.
-Tienes pareja, ¿y contratas a una bailarina profesional para que te baile? A demás de que me has masturbado... ¿Ella lo sabe? -Frunció el ceño mientras seguía comiendo y yo hacia las mismas acciones.
-No, yo no tengo pareja; Ella es mi mejor amiga... -Corte un poco de carne volviéndolo a mi boca y mire sus ojos. -¿Te gusto? Mis dedos son bastante largos. -Mi voz se puso ronca.
Ella me dedico una sonrisa y levantó su mirada. -Sí, fue muy caliente. -Bebió más de su vino mientras acabábamos de comer.
-¿Caliente? Tú no me has visto aún en acción. -Mordí mi labio inferior.
-Voy a tener que esperar un poco para verte en acción, recuerda que mando yo. -Empapé mi ropa interior, ganas de arrancarle la ropa me sobraban, me estaba imaginando sus bragas colorbeige manchadas de ella misma.
-Mientras me dejes verte desnuda. -Por fin ella término su plato, levantándose de la mesa y estirando su vestido.
Me levanté con ella y puse los platos en la pica. -Iré al salón, no tardes. -Ella salió por la puerta dejando un escalofrío en mi cuerpo, esto me superaba, comencé a fregar los únicos dos platos que habían; Cuando mi piano comenzó a sonar.
-Ya voy. -Seque mis manos con un trapo, cruce la puerta e doblé la esquina para ir al salón.
-Has tardado. -Creo que ya había mojado cuando vi su hermoso cuerpo en ropa interior, y yo había pensado su ropa era de color carne.
-Aquí estoy. -Apoye mi cuerpo en la pared del salón dejándolo caer.
-Estas tardando en desnudarte, ¿a qué esperas? -Parecía mandona, ya no era Brittany la educada de hace unos minutos, esta era salvaje y peligrosa; y eso me ponía.
-A sus órdenes Srta. Pierce -Mordí mi labio inferior y comencé a quitarme el vestido, paso por paso.
-Mhmm... -Ya estaba en ropa interior, deslice mis manos por mi cintura. -Ven, quédate así. -Señalo con su dedo para que me acercara.
-No sabes cómo me pone esto. -Mi sexo ya estaba palpitando, cada vez que me acercaba un poco más a ella, estando a veinte centímetros de ella se levantó y se puso a mi lado.
-Ahora, vas a hacer todo lo que yo te diga, si fallas y te masturbas, o hace algo que no debes, serán tres minutos menos sin sexo.
-Me cago en dios, vale pero empieza ya. -Paso su mano por mi cintura y bajo mi ropa interior tan sólo de un lado.
-Desnúdate, y siéntate ahí. -Deje caer mi ropa interior con mucha delicadez e hice lo que ella mando.
-A sus órdenes. -Cuando estaba sentada ella se acercó a mi oreja.
-Ahora yo mando, si te mueves, pierdes, si gimes, pierdes, Si me tocas pierdes, todo eso se irá sumando, tres más tres seis, más tres nueve, veamos cuanto consigues aguantar. -Agarro mis manos y las puso sobre el piano arrodillando se y abriendo mis piernas, esto me gustaba.
-Espera. -La detuve por unos segundos. -Si no puedo gemir, ¿tampoco puedo venirme? -Ella negó sacudiendo su cabeza.
-Quiero silencio, vas a tener que esperarte a que te lo diga. -Asentí pensando que podría soportarlo, no creo que fuese tan difícil como pensaba.
Brittany hundió su cabeza entre mis piernas, y rápidamente comenzó a chupar todo mi sexo húmedo, apreté con fuerza mis puños e incline mi cabeza hacia atrás, deseando gemir para ella, notaba su lengua pasar por mi centro, haciendo querer que me estremeciera, penetro su lengua un par de veces cerré mis ojos y trate de no hacer ningún ruido, sentir sus labios en mi sexo, cuyo ardía por culpa de la rubia que lo lamia con delicadeza; Quería poder gritar su nombre, estremecerme, se me escaparon las manos, y las puse sobre su cabeza y comencé a impulsarme a sus labios, ella no hizo nada, grité con fuerza llegando al orgasmo rápidamente.
-Seis minutos sin sexo. -Se levantó del suelo limpiando sus labios con la yema de su dedo pasándolo por la esquina manchada de mí.
-Mierda... -Rodé los ojos. -Me has dado donde más duele. -
-Solo te estaba chupando, era el principio y la has cagado, ahora seis minutos sin sexo. -Miró su reloj vengativa. -
-No sabes cómo me pone que me chupen, es mi puto punto débil. -
-Acabas de dejarme en bandeja tu punto débil, ahora te tengo agarrada por los huevos. -Mordió su labio inferior sin sacar su mirada de mi centro aún húmedo.
-Vamos, olvida los seis minutos, ven aquí y cómeme parte por parte. -–Mi voz se volvió ronca, tratando de excitar a la rubia que estaba sobre mi alfombra de pelo.
-Pides mucho, eres una autentica pervertida. –Levantándose del suelo tomó su bolso volviendo sus ojos en una mirada salvaje, junta con una sonrisa malévola.
-¿Dónde vas? –
-¿Cómo es tu cama?-
-¿Por qué lo preguntas? –Fruncí el ceño mientras ella tiraba de mi mano y me hacía caminar hasta las escaleras.
-Vamos a seguir jugando los treinta minutos que nos quedan. –Moviendo el trasero haciendo mi centro una fuente, subimos las escaleras.
-¿Treinta minutos solo? –
-No te distraigas y dime donde está tu habitación. –Señalé el fondo del largo pasillo de mi casa llegando a mi habitación Brittany bruscamente me tiró a la cama.
Ella agarró una silla que había en mi habitación y me ordenó sentarme en ella. -¿Qué vas a hacer? –
-No he dicho que puedas hablar. –Me sentó en la silla atando un pañuelo de mi cajón en mis labios. –Quiero que estés callada, y debes estar callada hasta que yo te permita que hables. –Me guiño un ojo y comenzó a desabrochar su sujetador el sudor comenzó a caer por mi frente cuando vi sus pezones erectos en mi cara, botando de arriba abajo. –Si piensas que vas a verme el coño lo llevas claro, demasiado pronto morena, así que deja de sudar. –Mierda, como me ponía cada vez que abría la boca y soltaba cualquier palabra. Brittany se dio la vuelta cogiendo más pañuelos de mi cajón, debería molestarme, una desconocida tocando mis cajones, mi ropa, mis cosas. Me tapó los ojos y después las manos, seguidos de los pies, un pie a cada pata de la silla, dejándome con las manos detrás, estaba a su disposición, era suya. –Que empiece el show. –Me quitó la venda de los ojos y la tenía desnuda en mi cara, a penas tardo en darse la vuelta y comenzar a menear el culo provocándome y encendiéndome cada vez más, sin dejar de menear su trasero, bailando para mí en mi gran habitación, atada a pies y manos, deseando lamer su cuerpo, y masturbarle toda la puta noche. Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo cuando ella se sentó entre mis piernas acaricio mi sexo. –Voy a desatarte esto. –Pasó sus brazos por mi cabeza dejando sus pechos a milímetros de mis labios y dejo mis labios libres.
-Quiero follarte. –Carcajeó levemente poniendo su mirada en mis ojos, si llegaba a mirar bien, podía mirar la llama de lujuria que encendía y calentaba mi cuerpo.
-¿He dicho que hables? ¿Verdad que no? Cierra el pico morena. –Parecía un sargento de ejército. –Estas inmóvil ahora mismo, voy a masturbarte como nunca nadie lo había hecho antes, ¿Alguna vez te han masturbado con cuatro dedos? –Cruzo sus brazos pegando su cuerpo a mi cintura. –Responde. –
-No, nunca, máximo tres. –La rubia que pegó su maldita y caliente zona sobre la mía, mordió su labio y gimió atando sus brazos a mi cuello e inclinando su cabeza hacia atrás volviendo a mi dejo sus labios a dos centímetros de los míos.
-Vamos a pasarlo bien. –Rápidamente pasó su mano nuevamente rozando mi zona empapando su mano y pasándola por su lengua saboreando mis labios internos.
-¿Tu puedes saborearme pero yo a ti no? –
-Cállate. –Golpeó el borde de mi muslo dejando su mano en mi pierna, me calentaba más, deseando que las palabras “Vamos a pasarlo bien” se hicieran realidad lo más antes posible, quedarían veinte minutos, y quería que me masturbara con esos dedos tan largos y suaves, con uñas cortadas. –Voy a ir despacio, pero cuando comience a avanzar y mis cuatro o cinco dedos vayan más deprisa, no quiero que te quejes, porque entonces no vendré más. –
-Está bien. –Sonreí nerviosamente, y bajo su mano a mi zona comenzando a acariciarme rodeo su brazo en mi cuello, agarrándose en mi nuca.
-Cuéntame sobre ti. –La cosa se estaba calentando, mi voz se iba a parar muchas veces si comenzaba a hablar.
-¿Sobre mí? –Gemí, ella sonreía malvadamente y me miraba a los ojos sin dejar de acariciarme lentamente.
-Sobre ti. –
-¿Ahora? –
-Ahora mismo. –
-¿Qué quieres saber? –Penetró un dedo en mi interior tratando de hablar.
-¿Tienes hermanos? –Asentí mientras el ritmo de su mano seguía. -¿Cuántos? –
-Tres, h-hermana y her-hermanos. –Apreté mis puños con mucha fuerza. Brittany penetró un dedo más en mi húmeda y caliente zona.
-¿Nombres? ¿Edad? –Seguía el ritmo con sus dedos haciéndome temblar.
-Artie, Artie catorce, Maxxie tres m-mmeses, y Alex diez. –Gemí con fuerza, mientras ella se reía y masturbaba mi zona femenina.
-¿Son de New York? –Metió un dedo más, y me penetro con más fuerza, y mucho más rápido que antes.
-N-No, Los Angeles. –
-¿Les ves? –La rubia también excitada hizo que mi pelo se enredara en sus dedos agarrándose a ellos.
-Una vez cad… Mierda, joder quiero besarte, déjame tocarte. –
-No te he preguntado si quieres besarme. –
-Déjame hacerlo los diez minutos que quedan. –Le suplique, sin esperármelo paró tres segundos dejándome confusa, al mismo tiempo metió cuatro dedos en mi vagina haciéndome gritar con fuerza.
-Quiero que te corras en mi mano. –Me suplico la rubia masturbando con fuerza mi centro.
-Me cago en la puta, duele. –
-¿Paro? Si paro no volveré a venir, ni volverás a verme. –Seguía masturbándome esperando una respuesta, pero del placer y dolor que recibía no podía contestar.
-Te juro que como pares te mato. –Carcajeó haciéndome gemir con más fuerza que antes.
-Vamos, córrete en mi puta mano. –Iba a más velocidad, no sé ni cómo no me pudo tocar un ovario con esos dedos tan largos.
-¡DIOS MIO! –Grité llegando a ese orgasmo final que tanto me gustaba, expulsando todo el jugo que mí centró contenía dentro desde hace tres horas atrás.
-Me encanta. –Sacó su mano de entre mis piernas y desató su brazo de mi cuello poniendo sus dedos en mis mejillas abriendo mis labios y metiendo dos dedos mojados entre mis labios.
-A mí sí que me encanta. –Los otros dedos que quedaban los puso en su boca mientras desataba mis manos por fin.
-Tienes un minuto para hacer lo que quieras conmigo, de cintura para arriba. –Sin desatar mis pies, con su cuerpo desnudo entre mis piernas pegue su pecho al mío dejando entre mi boca uno de sus pechos, dejándolo erecto, lamí cada zona de su pecho, aprovechando los treinta segundos que me quedaban, mis manos se desviaron a su nuca e incline su cabeza hacia mí para poder besarla, dejé que mi lengua se deslizara por cada rincón de su boca, mezclando mi jugo y salivas entre las dos. A ella le gustaba, y eso lo sabía, pero poniendo sus manos en mis hombros se separó.
-Tiempo. –Se levantó y desató mis pies mientras cogía su ropa interior del suelo y se la ponía sin decir nada.
-¿Por qué no te quedas a dormir? –
-Porque mi novio viene a buscarme en tres minutos. –
-¿Tienes novio? -Fruncí el ceño quedando con los labios abiertos.
-Sí. –
-¿Y qué haces trabajando para mí? si puedo saberlo. –Crucé mis brazos levantándome de la silla.
-Dinero. –
-¿le quieres? –Le pregunté arqueando una ceja.
-No, si le quisiera no estaría trabajando para ti. –Puso un mechón sobre su oreja y ella me dedico una sonrisa ya con la ropa interior puesta.
-¿Y qué haces con él? –
-Fácil, dinero. –
-Si tanto dinero tiene, ¿Por qué eres del Bronx? –Arqueé de nuevo una ceja.
-Pues no lo sé la verdad. –
Bajemos abajo y las dos nos vestimos tranquilamente, su novio ya estaba en la puerta, ella le había dicho que había venido a cenar con una vieja amiga, no entendía nada, pero así era, la rubia tenía muchos secretos, e iba a descubrirlos todos.
Fui a abrirle la puerta, y así hice cuando ella delante de su novio planto un beso en mis labios. –Nos vemos mañana.
-¿Por qué trabajas para mi si tienes novio? –
-Ya te lo he dicho, dinero, -
-¿Hay algo más? No solo dinero, tampoco te pago tanto. –
-Si lo sé, pero me pones mucho. –Guiñó un ojo, y se alejó de mi casa bajando las escaleras y metiéndose en el coche de su supuesta “Pareja”.
-
HASTA AQUI EL CAPITULO DOS! podrán leer el siguiente capitulo el domingo 25 de mayo, hasta otra!
paulitahope**** - Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 06/04/2014
Edad : 25
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
WANKY sin palabras ...
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
WOOOOOW!!!!
WANKY!!!!!
WANKY!!!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Actualizaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa xfavooooooooooooooorrrrrrrrr
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
hiii actualiza pleas...
Sara Pinel****** - Mensajes : 326
Fecha de inscripción : 30/01/2013
Edad : 28
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
dios!!! actualiza amo tu fic pero deberías actualizar unas 4 veces por semana
#Natalia96* - Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 05/05/2014
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Bueno aqui un capitulo nuevo, espero que les guste y que sea lo suficientemente wanky para vuestras vaginas. dsasdg este capitulo será más Quinntana que Brittana, pero lo siguiente, se centrará en Brittany y santana. nadie mas.
CAPITULO 3; Kiss My Parts.
-Buenos días Santana. -La rubia asomo su cabeza por mi puerta dando palmas y gritando para que me levantara mientras yo traba de abrir mis ojos.
-Déjame Quinn. -Di media vuelta tapando mi rostro con un cojín.
-Vas a llegar tarde a trabajar, levantar el culo. -Golpeo con su mano la puerta de mi habitación.
-Es domingo hoy no tengo trabaj... ¡MIERDA LLEGO TARDE! -Grite saliendo de mi cama, algo note en mis piernas, estaba temblando. -¿qué cojones? -Por un segundo me acorde de cuatro dedos moviéndose en mi interior.
-¿Santana que te pasa? que llegas tarde, tienes cuarenta minutos para arreglarte desayunar e ir. -Mando la rubia mientras pasaba todo el rato por mi habitación golpeando la puerta.
-Que ya voy pesada, no ves que estoy despierta? -Alce mis manos protestando mi queja formal a la rubia que aún andaba con el pijama, los domingos era su día libre; el jefe nos permitió el lujo de tener un día de fiesta cada una sin ser el mismo, yo tenía festivo los sábados y ella los domingos; Quinn era madrugadora cuando no tenía sexo, y estaba claro que el chico con el que se fue a cenar a noche no le dio las buenas noches merecidamente.
-¿Santana porque caminas como un pato? -La rubia entrego un café a mis manos, haciendo entrar en calor la punta de mis dedos.
-Me duelen las ingles, ya sabes... -
-No, si has hecho algo pervertido prefiero no saberlo. -Me interrumpió la rubia señalándome con su dedo índice en el aire.
-Está bien, no te contare nada. -Mire el reloj, tenía treinta minutos para acabar de arreglar me desayunar e ir al puto trabajo en el que Quinn me metió como una puñalada trapera.
-Vamos date prisa. -Coloque la taza de café sobre mi mesita de noche para poder ponerme el uniforme de camarera; Ya vestida peine sobre encima mi pelo con una mano mientras que la otra trataba de poner una bota izquierda en mi pie.
-Quinn prepara el desayuno, no me va a dar tiempo; Maldito trabajo. -Moví mi pierna con estrés ya que la bota no entraba solté el cepillo para poder ponerme la dos botas en mis pies.
-Deja de quejarte, es tu último día. -Agachada levanté mi cabeza viéndola por la puerta.
-¿Último día? -Fruncí el ceño levantando me para tomar de nuevo el café y darle un sorbo.
-Si Santana, me voy esta tarde noche. -Rasco su frente mientras una vez ya por fin vestida me dirigió a la cocina. -No te cabrees conmigo, te dije que podías venir; Sabias que iba a pasar algún día. -
-Eres mi mejor amiga Q, no quiero dejar de ver tus tetas por las mañanas. -
-Las universitarias experimentan mucho. Nunca he besado a una mujer. -Respiro hondo pasando sus dedos entre los nudos de su pelo.
-Puedes besarme cuando tú quieras. -Le guiñe un ojo a la rubia mientras me encendía el fuego para cocinarme algo en veinticinco minutos.
-Suena un poco pederasta, tú tiene veinte años. -
-¿Y Sam cuantos tiene? -Arqueé una ceja rompiendo un huevo en la sartén.
-Veintidós. -Torció sus labios metiendo la palma de su mano bajo su pijama, acariciando su piel y dejando ver su ombligo.
-Uhmm, pues no tienes excusa para montártelo conmigo. -Di dos pasos hacia la rubia rodeando mis brazos en su cintura. -Dime que no quieres que lo haga, dime que pare y pararé. -La rubia sin decir nada inclino hacia atrás su cabeza dejando hundir la mía en su cuello.
-No debería dejarte. -Tartamudeo mientras lamía su cuello despacio, dejando todo mi sabor en ella.
-Déjame quitarte la ropa. -Acaricie su espalda agarrando su camisa para poder impulsar más su cuerpo al mío.
-Vas a llegar tarde. -Mis labios recorrieron toda su mejilla hasta llegar a sus labios, perfectos y suaves para besar.
-Me importa una mierda, voy a dimitir. -Deje que mi lengua entrara en su boca, jugando entre lenguas, mis manos llegaron hasta el grande y perfecto culo de Quinn metiendo mis manos entre su ropa interior tire hacia abajo dejando caer su pantalón y bragas al suelo teniéndola medio desnuda frente mis ojos.
-¿No te vas a desnudar? -Gimió la rubia sin dejar mis labios un sólo segundo o instante mientras la situación se calentaba.
-No va a hacer falta. -Mi brazo volvió a su espalda mientras la pegaba en la pared con mi otro brazo levanté su pierna dejando que la rodeara en mi cintura.
-¿Me vas a follar? -La rubia tan caliente como yo agarro en un puño mi pelo lamiendo mis labios sobre encima.
-Como nunca lo ha hecho nadie. -Notando su humedad en mi pierna; Ya que el uniforme era corto, baje mi brazo hasta su centro húmedo; Deje que mi mano se deslizada entre su zona, notando las palpitaciones en ella, deje que dos de mis largos dedos de uñas cortadas entrara en ella haciéndola gemir.
Mi ritmo se aumentaba a medida que la cosa se calentaba, el aliento de la rubia chocaba en mi nuca mientras me la follaba fuerte. Rápidamente deje que un dedo más acompañara a los otros dos, haciéndola gemir más fuerte y estremecerse entre mis brazos. Aumente la velocidad de mis dedos, agarrándola entre mis brazos y manchando mi uniforme a culpa de su uniforme la tumbé en el sofá y abrí sus piernas dejando que mis dedos volvieran a entrar en su interior, pase mi mano libre por su cintura levantando su camisa de pijama hasta sus axilas para poder ver sus hermosas y revoltosas tetas que tanto deseaba lamer.
-Te voy a llevar al paraíso. -Fue lo último que dije antes de llevarme un pezón a la boca, succionándolo y haciéndola mía por ese momento erizando su piel y dejando bien duro su pezón mientras mi mano jugaba con el siguiente al que mi lengua iba a dominar. Mis manos recorrieron cada zona visible a mis ojos. –Voy a comerte poco a poco. –Agarré entre mis labios su otro pezón mientras mis dedos iban a un rápido ritmo en su vagina mojada y fui bajando mis labios poco a poco, hasta llegar a su abdomen, ella gemía con fuerza y retorcía su cuerpo bajo el mío.
Teniéndola desnuda frente mis ojos como yo deseaba desde hace tres años baje mi cuerpo hasta sus cinturas dejando mi cabeza entre sus piernas, hundiendo mi cabeza entre ellas comencé a saborear cada centímetro de su centro, si hubiese llevado lentes de contacto en ese momento, hubiese empañado los dos cristales, ella estaba caliente, y quería más, lamí su clítoris haciendo que su cuerpo se retorciera en el sofá, estaba llegando tarde al trabajo pero real mente era algo que no me importaba en ese momento, el sabor de la rubia me encendía cada segundo más; Quinn soltó un grito de entre sus labios elevando su cuerpo hacia arriba de cintura para arriba e impulsando sus caderas a mis labios, dejando que mi lengua masajeara toda su zona intima, recorriendo y penetrando cada zona de su clítoris, besándola y succionándola con dulzura. Sus dedos agarraron con fuerza la funda del sofá cuando un dedo se deslizó dentro de su interior haciendo que llegara a ese orgasmo, que era música para mis oídos.
-¿¡Todo esto me lo he estado perdiendo tantos años?! –Me gritó la rubia mirándome a los ojos.
-Sabes tan bien. –Mordí mi labio inferior mientras Quinn caía en el sofá en picado, volviendo mis labios en su pecho.
-Tu lengua… -Lamí su pezón dejándolo duro mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en mi rostro. –Tus jodidos dedos, son tan largos. –Subí mis labios a su cuello, llegando a alcanzar los suyos dejando que pudiera saborearse a ella misma.
-¿Te ha gustado? –Pregunté con voz ronca entre sus labios, mirando sus ojos verdes cristalinos.
-Creo que follas mejor que Sam, que cojones ha sido el mejor polvo que he tenido en toda mi puta vida. –Bajando su camisa para tapar sus tetas, un olor a humo pasó por mi nariz. -¡Santana la comida! –Corrí hasta la cocina y apagué el fuego y la llama que salía de la sartén.
-Dios que susto. –Sonreí viéndola en el sofá y lanzándole las bragas. –Uh, Quinn están muy mojadas. –
-Cuando estas cerca siempre lo están. –Entre cerré los ojos mordiendo el interior de mi labio y volviendo mis ojos a los suyos.
-Quinn, te quiero. –Quinn se acercó a mí agarrando mi uniforme, y llevando mis labios a los suyos.
-Creo que yo también. –Fruncí el ceño, tendría que alegrarme pero sonaba raro de sus labios.
-Es muy raro, nunca me has dejado montármelo contigo, excepto hoy… Que ha sido jodidamente, caliente. Has pasado toda tu vida diciéndome que eras heterosexual, ¿Qué ha cambiado? No te has podido enamorar en veinte minutos de mí. –Quinn agarro mis manos y las puso en su patio trasero, dejando que tocara su culo, clavé mis uñas en él; Y la pegué a mí con fuerza.
-Que sea heterosexual no significa que no pueda sentirme atraída por una chica, además eres mi mejor amiga y solo te decía esas cosas para disimularlo. –Rodeó sus brazos en mi cuello inclinando su espalda hacia atrás para estirarse.
-¿Me lo dices el día que te vas? ¿Nunca te ha molestado que lo hiciera con otras personas? –
-No, nunca me ha molestado, y te lo digo hoy porque en mi cabeza hay algo que no funciona y entonces ha decidido decírtelo hoy. –Arrugó su dulce nariz, acercando sus labios a los míos pero sin tocarlos.
-¿Qué busca señorita Fabray? ¿Una relación estable? –
-No; busco una folla amiga, una relación abierta; Lo que tú y Rachel sois. –Exigió la rubia dando aire con su mano apartando el humo de la cocina.
-Trato hecho. Pero… -
-Odio los “pero” -Interrumpió. –Los odio mucho. –
-No te preocupes, ese “Pero” Es que nada va a cambiar entre nosotras, tu seguirá siendo la mandona, y yo la que tiene obsesión de follarte, el único cambio es que tu seguirás siendo mandona y que yo podré follarte. –Separándome de ella, agarré mi teléfono y marqué el teléfono de mi jefe.
-Creo que esto me va a gustar. –Le dediqué una sonrisa mientras el pitido de la llamada sonaba en mi oreja.
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-¡Hola! Si, Billy quería hablar contigo de algo. -
-No puedes hablar de nada, llegas tarde ¿Dónde cojones estas? Los clientes te esperan, quiero tu culo cerca. –
-Qué asco… -Susurre- Dimito. –
-¿Qué? ¿Por qué? ¿Es por el dinero? Te pagaré más –
-No quiero más dinero, me da asco que los hombres me miren el culo. –
-Que más te da –
-Me da mucho, porque soy lesbiana y los hombres no me gustan; Soy millonaria no necesito trabajo, cojones, ¡Dimito! Búscate a otra guarra. –
-Joder no me hagas esto, primero Quinn y ahora tu; No me dejes. –
-Venga va, no te agobies; Encontraras a alguien que se deje tocar y por menos dinero, adiós Billy. –
-Vamos Santana, ¡por favor! –
-Lo siento mucho, iré algún día a tomarme algo; No te preocupes. –
-El restaurante se va a hundir sin ti y Quinn. –
-No nos necesitas, contrata a una puta. –
-Las putas piden el doble. –
-Deja de comerme la cabeza, adiós Billy. –
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-Que pesado es. –Guardé mi teléfono bajo mi sujetador y le dediqué una sonrisa a Quinn.
-Santana, si tú y yo estuviéramos juntas; ¿Podríamos tener una relación abierta? –Frunció el ceño mientras miraba el reloj.
-Sí, lo cierto es que sería mejor, no aguantaría tanto sin sexo, te quiero pero no estoy tan enamorada de ti como para aguantar. –Bromeé golpeando su hombro.
-Por eso, lo digo. –
-¿quieres que seamos novias, pero con una relación abierta? –
-Claro porque no… -Dijo la rubia yendo hacia la secadora por unas bragas limpias.
-Pues entonces vale, por mi genial. –Mi teléfono comenzó a sonar, en un número desconocido.
-¿No vas a cogerlo? –Dijo Quinn dejándome con la baba colgando, dejando ver su trasero.
-Oh si claro. –
-------------------------------------------
-¿Si? –
-¿Santana? –
-Si soy yo, ¿Quién es? –
-Soy Britt, Brittany. –Su voz se entrecortó.
-¿Qué necesitas? ¿Estás bien? –
-No, no lo estoy; Por esa razón no podré ir hoy. –
-¿Vas a fallarme el segundo día? ¿Qué te ha pasado? –
-Son cosas personales, no creo que tú tengas corazón para esto. –
-¡Oye! Soy un amor de persona, un amor de persona… adicta al sexo pero un amor de persona. –
-Bueno, nos veremos mañana… -
-No, no cuelgues, cuéntame que te pasa. –
-Mi padre biológico ha tenido un accidente de coche, ni siquiera sabía quién era, nunca le he visto; No quiero ir al hospital a verle, pero tampoco quiero salir, así que; No saldré y me quedare sola en casa. –
-¿Qué cojones? Claro que no, ¿Y tu novio? –
-Tiene que trabajar. –
-Pues vente conmigo, haremos algo entretenido, ya sabes… -
-No Santana, hoy no quiero sexo no estoy con energía. –
-No he dicho nada de sexo, quería decir; Película, palomitas, cena… -
-¿Una cita? No gracias. –
-No, una cita no; Vamos, una noche de amigas, no te agobiare para que nos acostemos, lo juro. –
-No sé Santana… mi plan era quedarme en casa. –
-Vamos a quedarnos en casa, pero en mi casa, después yo te llevare a tu casa, ¿Vale? No sé, ayer me follaste; Creo que hay confianza. –
La oí reír por unos segundos y eso me hizo sonreír a mí. –Bueno, está bien, pero debo mirar el tren, no sé a qué hora pasará, para ir tan tarde. –
-No te preocupes, mándame la dirección, yo iré a buscarte en unas horas, te mantengo informada, pero haz me un favor. –
-Claro, dime. –
-Nada de lágrimas, no me gusta ver a las personas llorar. –
-Creo que podré hacerlo. –
-Bien, ¿Nos vemos? –
-Nos vemos. –
---------------------------------------------------
-¿Quién era? –Preguntó Quinn.
-Una amiga, ¿A qué hora te vas? –Pregunté desanimada.
-El vuelo sale en una hora… Vendrá a buscarme un taxi en poco tiempo e iré al aeropuerto, y me dirigiré a los Ángeles, te voy a echar de menos. –Hizo un puchero y se lanzó a mis brazos dándome un fuerte abrazo.
-Yo también, mi rubia mandona. –Acaricié su melena rubia, mirando desde su hombro las tres maletas, y las cuatro cajas en el salón.
-Te llamaré todos los días, lo prometo sacos de arena. –Sacó una pulsera de su tobillo dejándola en la palma de mi mano.
-¿Qué es esto? –Giré la pulsera y era una pulsera de oro que le regalé con su nombre hace ocho años con su nombre grabado para su cumpleaños número diez.
-Para que te acuerdes de mí, siempre. –
-Quinn, no me voy a morir, ni tu tampoco. –
-Solo para que no te olvides de mí, donde quiera que vayas estaré contigo petarda, y tan solo si necesitas algo, marcaras mi número de teléfono, sea a la hora que sea; Y hablaremos. –Acarició mi mejilla, cogiendo ropa limpia del sofá y comenzando a cambiarse.
-Lucy… -Pude oír un coche llegar y pitar varias veces frente la puerta de casa. –Mierda, ¿Ya? –Quinn asintió abrochando su pantalón y poniendo una bufanda en su cuello.
-Te quiero mucho. –Besó mis labios y agarró dos de sus maletas, llevándolas afuera, el taxista entró y comenzó a cargar todo en el coche, fue la despedida más corta de mi vida.
Cuando ya estaba todo cargado, Quinn estaba frente la puerta con su última maleta; Parada frente mis ojos miré mi muñeca y la pulsera que me había dado. -No te vayas Quinn por favor. –
-Vendré en unas semanas, te lo prometo. –Besó mi mejilla, y al tratar de marcharse tome con fuerza su mano.
-Te voy a echar de menos mi perrita. –
Me dedicó una última sonrisa. –Podrías besar mis partes antes de irte. -
-Lo haré, pero otro día. –Se burló. - Adiós Santana, vigila que haces; Ten cuidado. –Asentí soltando su mano y viendo como subía al taxi y se alejaba de casa.
Después de todo eso, la mañana fue muy aburrida, desayuné; Vi la televisión, me duché, vi una película; pedí una pizza, tan solo comí un cuarto, y vi otra película, y después otra; entre eso, gaste dos cajas de cigarros y bebí más de tres cervezas; Con un poco de suerte mi cuerpo aguantaba mucho alcohol, y tardaba mucho en ponerme ebria. Sin darme cuenta alguna eran las siete de la tarde, y cuando miré mi teléfono habían mensajes del mismo número desconocido, me acordé de Brittany; Leyendo los mensajes vi la dirección de su casa, así que me puse los tacones, y llamé a mi chofer para que fuese a buscarla.
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-¡Puck! –
-¿Cómo está mi princesa lesbiana? –
-Te necesito. –
-¡¿Por fin vamos a tener sexo?! –
-¡No! Necesito que hagas de chofer, ves a buscar a Brittany a su casa y tráemela, la quiero aquí en una hora, ya te sabes su dirección. –
-Eso está hecho muñeca, ¿Qué coche cojo? –
-No sé, está un poco deprimida, coge el mejor coche que veas, tienes para elegir entre diez que tengo, no te entretengas más y sal por ella. –
-Trato hecho. –
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Era muchas cosas malas, pero también era muchas cosas buenas; Cuando Quinn estaba mal siempre preparaba millones de cosas para hacerla sentir bien, Brittany era una buena chica, y lo mejor es que era sincera conmigo, y dura; Y dura no me refería a dura follando, mientras mis pensamientos iban y venían me dediqué a preparar una cena perfecta para Brittany, no me lo esperaba; Rápidamente el timbre sonó y corrí a abrir la puerta, encontrándome con una chica hermosa y rubia, con un vestido blanco y negro; Con el pelo recogido en un moño.
-Buenas noches Brittany. –Abrí paso para que entrara, enviándole un saludo desde la puerta a Puck agradeciéndole el haber salido a por Brittany.
-Hola, Santana, ¿A que huele? –Entró con calma depositando dos besos en mis mejillas.
-Estofado, me apetecía cocinar, ¿Vamos? –
-Claro vamos. –Nos sentamos en la misma mesa de ayer y repartí algo de vino en nuestros vasos.
Cenemos muy tranquilas, conversando de cosas sin sentido, como porque la televisión se llama así y no se llama sofá, nos reímos bastante, y en ningún momento se nombró algo indebido o algo sobre el sexo, era algo muy raro; Yo la había contratado para otra cosa, no para esto… Pero me siento genial estando así con ella, ella es genial. Una vez terminamos de cenar estábamos en el sofá sentadas, su mano estaba agarrada a la mía, y mi cabeza estaba en su hombro.
-Estas muy, rara hoy, ¿Qué te pasa? –Me preguntó la rubia asomando su cabeza para verme.
-Una amiga se ha ido a estudiar a la universidad, la voy a echar de menos solo es eso. –Torcí mis labios mientras miraba sus ojos
-¿Tu novia? –
-Oh no, yo no tengo pareja; Bueno, como si lo fuera, pero es una relación abierta, aunque más que nada es mi mejor amiga. –
-Vaya palo… -
-¿Qué te ha pasado a ti? –Fruncí el ceño haciendo que se pusiera seria.
-No tengo ganas de hablarlo, solo quiero tumbarme, que me abraces, y mucho silencio. –Me pidió la rubia tomando mi mano y comenzando a caminar por las escaleras llevándome a la habitación.
-Como siempre, tu mandas. –Dedicándole una sonrisa, se tumbó en la cama y yo repetí la misma acción rodeando mi brazo en su cintura.
-Sé que no deberíamos estar así, ya que no me has contratado para esto, pero real mente lo necesito. –Su pulso comenzó a temblar, hacia algo de frio así que pasé la manta por encima de nosotras.
-No te preocupes, yo tampoco me siento bien. –Respiré hondo, y cerré los ojos ya que al ser tarde tenía un poco de sueño, y al notar el cuerpo de Brittany entre mis brazos relajada, y casi dormida.
*****
-Santana, despierta. –Abrí mis ojos al notar una pierna moverme viendo la luz del sol reflejándose en la pared. –Nos hemos quedado dormidas.
-¿Qué hora es? –
-Las doce. –Bostezó estirando su cuerpo.
HASTA AQUI EL CAPITULO TRES! podrán leer el siguiente capitulo el domingo 1 de junio, hasta otra!
CAPITULO 3; Kiss My Parts.
-Buenos días Santana. -La rubia asomo su cabeza por mi puerta dando palmas y gritando para que me levantara mientras yo traba de abrir mis ojos.
-Déjame Quinn. -Di media vuelta tapando mi rostro con un cojín.
-Vas a llegar tarde a trabajar, levantar el culo. -Golpeo con su mano la puerta de mi habitación.
-Es domingo hoy no tengo trabaj... ¡MIERDA LLEGO TARDE! -Grite saliendo de mi cama, algo note en mis piernas, estaba temblando. -¿qué cojones? -Por un segundo me acorde de cuatro dedos moviéndose en mi interior.
-¿Santana que te pasa? que llegas tarde, tienes cuarenta minutos para arreglarte desayunar e ir. -Mando la rubia mientras pasaba todo el rato por mi habitación golpeando la puerta.
-Que ya voy pesada, no ves que estoy despierta? -Alce mis manos protestando mi queja formal a la rubia que aún andaba con el pijama, los domingos era su día libre; el jefe nos permitió el lujo de tener un día de fiesta cada una sin ser el mismo, yo tenía festivo los sábados y ella los domingos; Quinn era madrugadora cuando no tenía sexo, y estaba claro que el chico con el que se fue a cenar a noche no le dio las buenas noches merecidamente.
-¿Santana porque caminas como un pato? -La rubia entrego un café a mis manos, haciendo entrar en calor la punta de mis dedos.
-Me duelen las ingles, ya sabes... -
-No, si has hecho algo pervertido prefiero no saberlo. -Me interrumpió la rubia señalándome con su dedo índice en el aire.
-Está bien, no te contare nada. -Mire el reloj, tenía treinta minutos para acabar de arreglar me desayunar e ir al puto trabajo en el que Quinn me metió como una puñalada trapera.
-Vamos date prisa. -Coloque la taza de café sobre mi mesita de noche para poder ponerme el uniforme de camarera; Ya vestida peine sobre encima mi pelo con una mano mientras que la otra trataba de poner una bota izquierda en mi pie.
-Quinn prepara el desayuno, no me va a dar tiempo; Maldito trabajo. -Moví mi pierna con estrés ya que la bota no entraba solté el cepillo para poder ponerme la dos botas en mis pies.
-Deja de quejarte, es tu último día. -Agachada levanté mi cabeza viéndola por la puerta.
-¿Último día? -Fruncí el ceño levantando me para tomar de nuevo el café y darle un sorbo.
-Si Santana, me voy esta tarde noche. -Rasco su frente mientras una vez ya por fin vestida me dirigió a la cocina. -No te cabrees conmigo, te dije que podías venir; Sabias que iba a pasar algún día. -
-Eres mi mejor amiga Q, no quiero dejar de ver tus tetas por las mañanas. -
-Las universitarias experimentan mucho. Nunca he besado a una mujer. -Respiro hondo pasando sus dedos entre los nudos de su pelo.
-Puedes besarme cuando tú quieras. -Le guiñe un ojo a la rubia mientras me encendía el fuego para cocinarme algo en veinticinco minutos.
-Suena un poco pederasta, tú tiene veinte años. -
-¿Y Sam cuantos tiene? -Arqueé una ceja rompiendo un huevo en la sartén.
-Veintidós. -Torció sus labios metiendo la palma de su mano bajo su pijama, acariciando su piel y dejando ver su ombligo.
-Uhmm, pues no tienes excusa para montártelo conmigo. -Di dos pasos hacia la rubia rodeando mis brazos en su cintura. -Dime que no quieres que lo haga, dime que pare y pararé. -La rubia sin decir nada inclino hacia atrás su cabeza dejando hundir la mía en su cuello.
-No debería dejarte. -Tartamudeo mientras lamía su cuello despacio, dejando todo mi sabor en ella.
-Déjame quitarte la ropa. -Acaricie su espalda agarrando su camisa para poder impulsar más su cuerpo al mío.
-Vas a llegar tarde. -Mis labios recorrieron toda su mejilla hasta llegar a sus labios, perfectos y suaves para besar.
-Me importa una mierda, voy a dimitir. -Deje que mi lengua entrara en su boca, jugando entre lenguas, mis manos llegaron hasta el grande y perfecto culo de Quinn metiendo mis manos entre su ropa interior tire hacia abajo dejando caer su pantalón y bragas al suelo teniéndola medio desnuda frente mis ojos.
-¿No te vas a desnudar? -Gimió la rubia sin dejar mis labios un sólo segundo o instante mientras la situación se calentaba.
-No va a hacer falta. -Mi brazo volvió a su espalda mientras la pegaba en la pared con mi otro brazo levanté su pierna dejando que la rodeara en mi cintura.
-¿Me vas a follar? -La rubia tan caliente como yo agarro en un puño mi pelo lamiendo mis labios sobre encima.
-Como nunca lo ha hecho nadie. -Notando su humedad en mi pierna; Ya que el uniforme era corto, baje mi brazo hasta su centro húmedo; Deje que mi mano se deslizada entre su zona, notando las palpitaciones en ella, deje que dos de mis largos dedos de uñas cortadas entrara en ella haciéndola gemir.
Mi ritmo se aumentaba a medida que la cosa se calentaba, el aliento de la rubia chocaba en mi nuca mientras me la follaba fuerte. Rápidamente deje que un dedo más acompañara a los otros dos, haciéndola gemir más fuerte y estremecerse entre mis brazos. Aumente la velocidad de mis dedos, agarrándola entre mis brazos y manchando mi uniforme a culpa de su uniforme la tumbé en el sofá y abrí sus piernas dejando que mis dedos volvieran a entrar en su interior, pase mi mano libre por su cintura levantando su camisa de pijama hasta sus axilas para poder ver sus hermosas y revoltosas tetas que tanto deseaba lamer.
-Te voy a llevar al paraíso. -Fue lo último que dije antes de llevarme un pezón a la boca, succionándolo y haciéndola mía por ese momento erizando su piel y dejando bien duro su pezón mientras mi mano jugaba con el siguiente al que mi lengua iba a dominar. Mis manos recorrieron cada zona visible a mis ojos. –Voy a comerte poco a poco. –Agarré entre mis labios su otro pezón mientras mis dedos iban a un rápido ritmo en su vagina mojada y fui bajando mis labios poco a poco, hasta llegar a su abdomen, ella gemía con fuerza y retorcía su cuerpo bajo el mío.
Teniéndola desnuda frente mis ojos como yo deseaba desde hace tres años baje mi cuerpo hasta sus cinturas dejando mi cabeza entre sus piernas, hundiendo mi cabeza entre ellas comencé a saborear cada centímetro de su centro, si hubiese llevado lentes de contacto en ese momento, hubiese empañado los dos cristales, ella estaba caliente, y quería más, lamí su clítoris haciendo que su cuerpo se retorciera en el sofá, estaba llegando tarde al trabajo pero real mente era algo que no me importaba en ese momento, el sabor de la rubia me encendía cada segundo más; Quinn soltó un grito de entre sus labios elevando su cuerpo hacia arriba de cintura para arriba e impulsando sus caderas a mis labios, dejando que mi lengua masajeara toda su zona intima, recorriendo y penetrando cada zona de su clítoris, besándola y succionándola con dulzura. Sus dedos agarraron con fuerza la funda del sofá cuando un dedo se deslizó dentro de su interior haciendo que llegara a ese orgasmo, que era música para mis oídos.
-¿¡Todo esto me lo he estado perdiendo tantos años?! –Me gritó la rubia mirándome a los ojos.
-Sabes tan bien. –Mordí mi labio inferior mientras Quinn caía en el sofá en picado, volviendo mis labios en su pecho.
-Tu lengua… -Lamí su pezón dejándolo duro mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en mi rostro. –Tus jodidos dedos, son tan largos. –Subí mis labios a su cuello, llegando a alcanzar los suyos dejando que pudiera saborearse a ella misma.
-¿Te ha gustado? –Pregunté con voz ronca entre sus labios, mirando sus ojos verdes cristalinos.
-Creo que follas mejor que Sam, que cojones ha sido el mejor polvo que he tenido en toda mi puta vida. –Bajando su camisa para tapar sus tetas, un olor a humo pasó por mi nariz. -¡Santana la comida! –Corrí hasta la cocina y apagué el fuego y la llama que salía de la sartén.
-Dios que susto. –Sonreí viéndola en el sofá y lanzándole las bragas. –Uh, Quinn están muy mojadas. –
-Cuando estas cerca siempre lo están. –Entre cerré los ojos mordiendo el interior de mi labio y volviendo mis ojos a los suyos.
-Quinn, te quiero. –Quinn se acercó a mí agarrando mi uniforme, y llevando mis labios a los suyos.
-Creo que yo también. –Fruncí el ceño, tendría que alegrarme pero sonaba raro de sus labios.
-Es muy raro, nunca me has dejado montármelo contigo, excepto hoy… Que ha sido jodidamente, caliente. Has pasado toda tu vida diciéndome que eras heterosexual, ¿Qué ha cambiado? No te has podido enamorar en veinte minutos de mí. –Quinn agarro mis manos y las puso en su patio trasero, dejando que tocara su culo, clavé mis uñas en él; Y la pegué a mí con fuerza.
-Que sea heterosexual no significa que no pueda sentirme atraída por una chica, además eres mi mejor amiga y solo te decía esas cosas para disimularlo. –Rodeó sus brazos en mi cuello inclinando su espalda hacia atrás para estirarse.
-¿Me lo dices el día que te vas? ¿Nunca te ha molestado que lo hiciera con otras personas? –
-No, nunca me ha molestado, y te lo digo hoy porque en mi cabeza hay algo que no funciona y entonces ha decidido decírtelo hoy. –Arrugó su dulce nariz, acercando sus labios a los míos pero sin tocarlos.
-¿Qué busca señorita Fabray? ¿Una relación estable? –
-No; busco una folla amiga, una relación abierta; Lo que tú y Rachel sois. –Exigió la rubia dando aire con su mano apartando el humo de la cocina.
-Trato hecho. Pero… -
-Odio los “pero” -Interrumpió. –Los odio mucho. –
-No te preocupes, ese “Pero” Es que nada va a cambiar entre nosotras, tu seguirá siendo la mandona, y yo la que tiene obsesión de follarte, el único cambio es que tu seguirás siendo mandona y que yo podré follarte. –Separándome de ella, agarré mi teléfono y marqué el teléfono de mi jefe.
-Creo que esto me va a gustar. –Le dediqué una sonrisa mientras el pitido de la llamada sonaba en mi oreja.
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-¡Hola! Si, Billy quería hablar contigo de algo. -
-No puedes hablar de nada, llegas tarde ¿Dónde cojones estas? Los clientes te esperan, quiero tu culo cerca. –
-Qué asco… -Susurre- Dimito. –
-¿Qué? ¿Por qué? ¿Es por el dinero? Te pagaré más –
-No quiero más dinero, me da asco que los hombres me miren el culo. –
-Que más te da –
-Me da mucho, porque soy lesbiana y los hombres no me gustan; Soy millonaria no necesito trabajo, cojones, ¡Dimito! Búscate a otra guarra. –
-Joder no me hagas esto, primero Quinn y ahora tu; No me dejes. –
-Venga va, no te agobies; Encontraras a alguien que se deje tocar y por menos dinero, adiós Billy. –
-Vamos Santana, ¡por favor! –
-Lo siento mucho, iré algún día a tomarme algo; No te preocupes. –
-El restaurante se va a hundir sin ti y Quinn. –
-No nos necesitas, contrata a una puta. –
-Las putas piden el doble. –
-Deja de comerme la cabeza, adiós Billy. –
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-Que pesado es. –Guardé mi teléfono bajo mi sujetador y le dediqué una sonrisa a Quinn.
-Santana, si tú y yo estuviéramos juntas; ¿Podríamos tener una relación abierta? –Frunció el ceño mientras miraba el reloj.
-Sí, lo cierto es que sería mejor, no aguantaría tanto sin sexo, te quiero pero no estoy tan enamorada de ti como para aguantar. –Bromeé golpeando su hombro.
-Por eso, lo digo. –
-¿quieres que seamos novias, pero con una relación abierta? –
-Claro porque no… -Dijo la rubia yendo hacia la secadora por unas bragas limpias.
-Pues entonces vale, por mi genial. –Mi teléfono comenzó a sonar, en un número desconocido.
-¿No vas a cogerlo? –Dijo Quinn dejándome con la baba colgando, dejando ver su trasero.
-Oh si claro. –
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-¿Si? –
-¿Santana? –
-Si soy yo, ¿Quién es? –
-Soy Britt, Brittany. –Su voz se entrecortó.
-¿Qué necesitas? ¿Estás bien? –
-No, no lo estoy; Por esa razón no podré ir hoy. –
-¿Vas a fallarme el segundo día? ¿Qué te ha pasado? –
-Son cosas personales, no creo que tú tengas corazón para esto. –
-¡Oye! Soy un amor de persona, un amor de persona… adicta al sexo pero un amor de persona. –
-Bueno, nos veremos mañana… -
-No, no cuelgues, cuéntame que te pasa. –
-Mi padre biológico ha tenido un accidente de coche, ni siquiera sabía quién era, nunca le he visto; No quiero ir al hospital a verle, pero tampoco quiero salir, así que; No saldré y me quedare sola en casa. –
-¿Qué cojones? Claro que no, ¿Y tu novio? –
-Tiene que trabajar. –
-Pues vente conmigo, haremos algo entretenido, ya sabes… -
-No Santana, hoy no quiero sexo no estoy con energía. –
-No he dicho nada de sexo, quería decir; Película, palomitas, cena… -
-¿Una cita? No gracias. –
-No, una cita no; Vamos, una noche de amigas, no te agobiare para que nos acostemos, lo juro. –
-No sé Santana… mi plan era quedarme en casa. –
-Vamos a quedarnos en casa, pero en mi casa, después yo te llevare a tu casa, ¿Vale? No sé, ayer me follaste; Creo que hay confianza. –
La oí reír por unos segundos y eso me hizo sonreír a mí. –Bueno, está bien, pero debo mirar el tren, no sé a qué hora pasará, para ir tan tarde. –
-No te preocupes, mándame la dirección, yo iré a buscarte en unas horas, te mantengo informada, pero haz me un favor. –
-Claro, dime. –
-Nada de lágrimas, no me gusta ver a las personas llorar. –
-Creo que podré hacerlo. –
-Bien, ¿Nos vemos? –
-Nos vemos. –
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-¿Quién era? –Preguntó Quinn.
-Una amiga, ¿A qué hora te vas? –Pregunté desanimada.
-El vuelo sale en una hora… Vendrá a buscarme un taxi en poco tiempo e iré al aeropuerto, y me dirigiré a los Ángeles, te voy a echar de menos. –Hizo un puchero y se lanzó a mis brazos dándome un fuerte abrazo.
-Yo también, mi rubia mandona. –Acaricié su melena rubia, mirando desde su hombro las tres maletas, y las cuatro cajas en el salón.
-Te llamaré todos los días, lo prometo sacos de arena. –Sacó una pulsera de su tobillo dejándola en la palma de mi mano.
-¿Qué es esto? –Giré la pulsera y era una pulsera de oro que le regalé con su nombre hace ocho años con su nombre grabado para su cumpleaños número diez.
-Para que te acuerdes de mí, siempre. –
-Quinn, no me voy a morir, ni tu tampoco. –
-Solo para que no te olvides de mí, donde quiera que vayas estaré contigo petarda, y tan solo si necesitas algo, marcaras mi número de teléfono, sea a la hora que sea; Y hablaremos. –Acarició mi mejilla, cogiendo ropa limpia del sofá y comenzando a cambiarse.
-Lucy… -Pude oír un coche llegar y pitar varias veces frente la puerta de casa. –Mierda, ¿Ya? –Quinn asintió abrochando su pantalón y poniendo una bufanda en su cuello.
-Te quiero mucho. –Besó mis labios y agarró dos de sus maletas, llevándolas afuera, el taxista entró y comenzó a cargar todo en el coche, fue la despedida más corta de mi vida.
Cuando ya estaba todo cargado, Quinn estaba frente la puerta con su última maleta; Parada frente mis ojos miré mi muñeca y la pulsera que me había dado. -No te vayas Quinn por favor. –
-Vendré en unas semanas, te lo prometo. –Besó mi mejilla, y al tratar de marcharse tome con fuerza su mano.
-Te voy a echar de menos mi perrita. –
Me dedicó una última sonrisa. –Podrías besar mis partes antes de irte. -
-Lo haré, pero otro día. –Se burló. - Adiós Santana, vigila que haces; Ten cuidado. –Asentí soltando su mano y viendo como subía al taxi y se alejaba de casa.
Después de todo eso, la mañana fue muy aburrida, desayuné; Vi la televisión, me duché, vi una película; pedí una pizza, tan solo comí un cuarto, y vi otra película, y después otra; entre eso, gaste dos cajas de cigarros y bebí más de tres cervezas; Con un poco de suerte mi cuerpo aguantaba mucho alcohol, y tardaba mucho en ponerme ebria. Sin darme cuenta alguna eran las siete de la tarde, y cuando miré mi teléfono habían mensajes del mismo número desconocido, me acordé de Brittany; Leyendo los mensajes vi la dirección de su casa, así que me puse los tacones, y llamé a mi chofer para que fuese a buscarla.
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-¡Puck! –
-¿Cómo está mi princesa lesbiana? –
-Te necesito. –
-¡¿Por fin vamos a tener sexo?! –
-¡No! Necesito que hagas de chofer, ves a buscar a Brittany a su casa y tráemela, la quiero aquí en una hora, ya te sabes su dirección. –
-Eso está hecho muñeca, ¿Qué coche cojo? –
-No sé, está un poco deprimida, coge el mejor coche que veas, tienes para elegir entre diez que tengo, no te entretengas más y sal por ella. –
-Trato hecho. –
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Era muchas cosas malas, pero también era muchas cosas buenas; Cuando Quinn estaba mal siempre preparaba millones de cosas para hacerla sentir bien, Brittany era una buena chica, y lo mejor es que era sincera conmigo, y dura; Y dura no me refería a dura follando, mientras mis pensamientos iban y venían me dediqué a preparar una cena perfecta para Brittany, no me lo esperaba; Rápidamente el timbre sonó y corrí a abrir la puerta, encontrándome con una chica hermosa y rubia, con un vestido blanco y negro; Con el pelo recogido en un moño.
-Buenas noches Brittany. –Abrí paso para que entrara, enviándole un saludo desde la puerta a Puck agradeciéndole el haber salido a por Brittany.
-Hola, Santana, ¿A que huele? –Entró con calma depositando dos besos en mis mejillas.
-Estofado, me apetecía cocinar, ¿Vamos? –
-Claro vamos. –Nos sentamos en la misma mesa de ayer y repartí algo de vino en nuestros vasos.
Cenemos muy tranquilas, conversando de cosas sin sentido, como porque la televisión se llama así y no se llama sofá, nos reímos bastante, y en ningún momento se nombró algo indebido o algo sobre el sexo, era algo muy raro; Yo la había contratado para otra cosa, no para esto… Pero me siento genial estando así con ella, ella es genial. Una vez terminamos de cenar estábamos en el sofá sentadas, su mano estaba agarrada a la mía, y mi cabeza estaba en su hombro.
-Estas muy, rara hoy, ¿Qué te pasa? –Me preguntó la rubia asomando su cabeza para verme.
-Una amiga se ha ido a estudiar a la universidad, la voy a echar de menos solo es eso. –Torcí mis labios mientras miraba sus ojos
-¿Tu novia? –
-Oh no, yo no tengo pareja; Bueno, como si lo fuera, pero es una relación abierta, aunque más que nada es mi mejor amiga. –
-Vaya palo… -
-¿Qué te ha pasado a ti? –Fruncí el ceño haciendo que se pusiera seria.
-No tengo ganas de hablarlo, solo quiero tumbarme, que me abraces, y mucho silencio. –Me pidió la rubia tomando mi mano y comenzando a caminar por las escaleras llevándome a la habitación.
-Como siempre, tu mandas. –Dedicándole una sonrisa, se tumbó en la cama y yo repetí la misma acción rodeando mi brazo en su cintura.
-Sé que no deberíamos estar así, ya que no me has contratado para esto, pero real mente lo necesito. –Su pulso comenzó a temblar, hacia algo de frio así que pasé la manta por encima de nosotras.
-No te preocupes, yo tampoco me siento bien. –Respiré hondo, y cerré los ojos ya que al ser tarde tenía un poco de sueño, y al notar el cuerpo de Brittany entre mis brazos relajada, y casi dormida.
*****
-Santana, despierta. –Abrí mis ojos al notar una pierna moverme viendo la luz del sol reflejándose en la pared. –Nos hemos quedado dormidas.
-¿Qué hora es? –
-Las doce. –Bostezó estirando su cuerpo.
HASTA AQUI EL CAPITULO TRES! podrán leer el siguiente capitulo el domingo 1 de junio, hasta otra!
paulitahope**** - Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 06/04/2014
Edad : 25
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
holap,...
buena despedida tuvo quinn antes de irse a la uni!!!
a ver como les va la relación abierta entre san y quinny,.. y mas teniendo a britt cerca,..
nos vemos!!
buena despedida tuvo quinn antes de irse a la uni!!!
a ver como les va la relación abierta entre san y quinny,.. y mas teniendo a britt cerca,..
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Wanky! Pero prefiero brittana ! Me encanto el capítulo (:
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
interesante fic la verdad. Prefiero ver Brittana, cómo evoluciona todo y demás. También preferiría que lo de Quinn y Santana se formalizase, no porque me parezca mal lo otro sino que me parece que en el fondo buscan más que eso. Y bueno, con Brittany ahí... si Santana sigue teniendo interés o no por la chica...let's see
madridcks*** - Mensajes : 122
Fecha de inscripción : 15/05/2013
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: [FIC BRITTANA] Mi adición eres tú. {Capitulo 18}
Jajaja esa si que es una buena despedida!!!
Esos sentimientos de santana ...
Me encanta pa linia que sigue esta historia.
No tardesen actualizar porfaaaa ^_^
Esos sentimientos de santana ...
Me encanta pa linia que sigue esta historia.
No tardesen actualizar porfaaaa ^_^
monicagleek- ---
- Mensajes : 523
Fecha de inscripción : 25/11/2013
Edad : 27
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