Fanfiction Klaine. "Verano eterno"

Hola, mi nombre es Isabel y esta es la primera vez que publico en esta pagina aunque tambien publico en Fanfiction si alguien quiere ver, en fin espero que esta historia les guste y me dejen algún comentario   

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Título: Verano eterno
Autor: I. D. Arreola
Genero: Romance/Friendship
Pareja: Kurt Hummel, Blaine Anderson (Klaine)
Rating: NC-17
Disclaimer: Glee ni sus personaje me pertencen son propiedad de sus respectivos creadores.
Resumen: Kurt vive en Los Angeles con su padre cuando sin previo aviso Blaine Anderson, hijo de uno de los socios de su padre, se va a pasar el verano con ellos. ¿Qué pasara en ese veran? Si además le sumamos que Blaine y Kurt nunca se llevaron bien ¿Podran superar sus diferencias en ese verano lleno de sorpresas?
Palabras: 4, 991

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—Santana, no estoy muy seguro de esto—
—No me puedes decir eso ahora, ya estamos aquí—
—Pero—
—Nada Kurt, ya estamos aquí y vamos a entrar—
—Está bien—
—Toma—le entrega una identificación
—Esto dice que tengo casi 30 años y yo no parezco ni de 21—
—Ay, Kurt ni cuenta se darán, ahora vamos—
Era alrededor de la media noche cuando bajaron del coche de Kurt un BMW serie 4 Convertible, que había sido un regalo por su cumpleaños, y se encaminaron hasta la puerta del Sevilla Night Club Long Beach. Mientras caminaba se seguía preguntando como Santana lo había convencido de ir a ese lugar.

Días antes.
—Kurt, en dos días terminaremos el semestre—dijo Santana parándose a su lado junto a los casilleros.
—Lo sé, Santana al fin llegaran las vacaciones de verano—contesto viéndose en el espejo de su casillero y acomodando su cabello aunque ya estuviera bien.
—¿Sabes lo que harán los universitarios para recibir el verano?—preguntó en un tono sugerente, Kurt sabía lo que venía.
—Oh, no Santana olvídalo, no vamos a ir a ninguna de esas fiestas—dijo antes de que la latina pudiera decir nada. Y empezó a caminar por el pasillo a su siguiente clase.
—¿pero porque? Anda Kurt, será divertido además si mal no recuerdo tu dijiste que tu padre se iría el viernes y te dejaría todo el fin de semana—
—Si y se ira, pero ¿eso qué?—
—¿Cómo que, qué? Eso quiere decir que no tienes excusa, el no estará para esperarte despierto como comúnmente lo hace y podremos ir y venir de Long Beach sin ningún problema—
—¿Long Beach? Tú quieres que vayamos a una fiesta hasta allá, aun sin saber siquiera si nos dejaran de entrar—
—Si, Long Beach y creme si nos dejaran entrar Puck ya lo tiene todo arreglado—
—No Santana, además te recuerdo que tenemos 17 y nunca nos dejarían entrar al lugar donde será la fiesta porque estoy seguro lo harán en algún club que solo dejan entrar mayores de 21—
—Acaso no te acabo de decir que Puck lo tiene todo arreglado—
Kurt se quedó pensando, Puck siempre se colaba en las fiestas llevando identificaciones falsas y más cosas, no podía negar que la idea sonaba tentadora y era cierto su papá se iría el viernes en la mañana y no llegaría probablemente hasta el lunes por la tarde. Lo pensó un poco más, porque no arriesgarse en ir, el viernes terminaría el semestre y después del verano volvería a clases solo para terminar su último año en ese lugar que parecía un infierno.
—De acuerdo—contesto
—Así se habla, le diré a Puck que si nos consiga las identificaciones y tú y yo nos iremos este sábado de fiesta con universitarios—Santana sonreía con malicia, se alejó por el pasillo ondeando su falda del uniforme de las Cheerios robándose miradas de la mayoría de los chicos que estaba allí.
—Pero ¿qué pasa?, si lo notan—
—Pues entonces corremos al coche y nos largamos de aquí—
Se acercaron un poco más a la puerta había una larga fila de hombre y mujeres queriendo entrar, Kurt se mordió el labio inferior, como diablos iban a entrar ellos allí.
—Tengo una idea—dijo de pronto Santana
—¿Qué?—preguntó curioso Kurt
—Diles quien es tu papá y que está interesado en grabar aquí o algo por el estilo y que tu vienes a ver el lugar—
—Estás loca si mi papá se entera que hice algo así, es probable que quiera colgarme—
—¿Entonces como entramos?—
—No lo sé, tú dijiste que ya todo estaba arreglado—
—Vamos Kurt, yo sé que quieres entrar tanto como yo, háblales sobre tu papá—en otras ocasiones en algunos lugares por accidente había dicho quién era su padre y como por arte de magia se le abrían todas las puertas aunque él no quisiera ya que su padre era uno de los principales productores de cine y televisión y tenía mucha influencia en todo Los Ángeles, pero no le gustaba aprovecharse de eso. Simplemente no le gustaba hacerlo.
—Pero, es que tú sabes que no me gusta, además que pasa si—fue interrumpido por el sonido de su celular. Lo saco de su bolsillo y se quedó congelado en el lugar.
—¿Quién es?—preguntó Santana al ver como su amigo se quedaba sin hacer nada. Kurt lentamente se llevó el teléfono hasta su oreja y contesto.
—Papá—
—Kurt Elizabeth Hummel, se puede saber ¿Dónde diablos estas?—Su papá contesto en un tono molesto del otro lado del teléfono—¿Es música eso que se escucha? ¿Estás en un club?
—Este, yo...—no sabía ni que decir, no podía decirle que estaba en Long Beach a esa hora.
—Te quiero en casa en menos de 1 o estarás en serios problemas—sin decir más colgó.
—¿Qué sucede?— preguntó Santana
—Tenemos que irnos—dijo aun sosteniendo su teléfono contra su oreja.
—¿Por qué?—
—Porque mi papá me quiere en casa en menos de 1 hora—empezó a caminar hasta su coche con Santana detrás del el
—¿Tu papá? ¿Qué no estaba de viaje?—
—Si eso pensaba yo, pero al parecer volvió, solo que se me hace raro que haya vuelto tan tarde—condujo en silencio paso primero por la casa de Santana dejándola en su puerta siguió su camino, subió el camino de piedra que lo llevaba hasta su casa y abrió el garaje con el control inalámbrico pero se encontró con un coche que no conocía. Bajo del coche y se metió a su casa, su papá se encontraba sentado en uno de los sillones de la sala.
La casa en la que vivían era relativamente inmensa, la en la sala de estar había una chimenea junto con un sillón de tres plazas enfrente dos de 1½ con una mesa de centro de caoba todo era los sillones de color blanco con cojines de colores azul y grises, con pequeñas mesas con lámparas a los lados además de un estante donde había discos de colección junto un toca discos y unas puertas ventana que llevaban hasta afuera donde había otra pequeña sala lounge y un pequeño comedor de madera con una sombrilla arriba, dentro de la casa, al otro lado de la sala estaba el despecho de su padre que siempre estaba a puerta cerrada, junto a la puerta de entrada del lado derecho estaban las escaleras que llevaban al segundo piso y tercer piso, de lado izquierdo al fondo estaba un piano junto al comedor principal, más al fondo estaba la cocina toda de madera con una barra desayunador y otra pequeña mesa redonda, la cocina era en forma semi redonda pegada a la pared con una barra delante donde estaba la estufa y el lava traste.
En la parte de arriba en el segundo piso al terminar las escaleras que tenían forma de caracol había un pequeña sala de entretenimiento con una mesa de billar, una televisor de pantalla plana pegada a la pared con algunas consolas de video juego a sus lados y un gran equipo de sonido en este piso había otras tres habitaciones cada una con un baño propia y una de ellas tenia vista a la cancha de tenis que tenían y la alberca. Subiendo en el tercer piso existían otras cuatro habitaciones igualmente contaban con un baño propio cada una dos de ellas estaban conectadas por un balcón con la vista igual que las habitaciones del segundo piso.
La alberca estaba en una parte baja del terreno, a la que se llegaba bajando unas cortas escaleras que quedaban justo frente la sala de estar y la cancha de tenis igual había que bajar otras escaleras cuando te encontrabas en la alberca junto con la cancha de tenis estaba un mini gym con todo lo necesario y un cuarto de duchas integrado, igual frente a la alberca estaba el cuarto que servía de lavandería y a cada lado había sillas. Todo en conjunto verlo desde el balcón era impresionante además de que a lo lejos, por vivir demasiado arriba en Monte Cielo, tenían una grandiosa vista de todo Beverly Hills.
—Papá—dijo cautelosamente Kurt acercándose despacio sentándose en uno de los sillones de enfrente. Su papá levanto lentamente la cabeza para verlo.
—¿Dónde estabas Kurt? Tuve que conducir más de 5 horas desde San Francisco en un coche rentado porque no había ningún vuelo y llego aquí y tú no estás—preguntó tranquilamente. Eso no era lo que él esperaba—y quiero escuchar la verdad, sé que andabas con Santana.
—Bien, eh... nosotros estábamos en Long Beach—contesto con la cabeza agachada.
—Kurt tu sabes que yo no tengo problema en que salgas pero de noche preferiría que fueras a lugares más cercanos, además también me gustaría no tanto que me pidieras permiso porque yo sé que quieres algo de independencia para ti mismo pero sí que antes me avisaras, para no tener que llegar a mi casa y no encontrar a mi hijo por ninguna parte. Y luego cuando te llame se escuchaba mucho ruido, tú sabes que no tienes edad para entrar a muchos lugares ni mucho menos beber, apenas tienes 17 años, puedes ser grande para hacer muchas cosas pero también existen unas que por una razón aún no se te permiten.—El tono de su padre no se escuchaba molesto si no con algo de decepción y tristeza.
—Lo siento, papá—dijo aun con la cabeza agachada.
—Está bien Kurt entiendo yo también fui joven y quise tener experiencias, pero ahora entiendo porque existían esas restricciones debido a la edad—
—Entiendo—
—No Kurt, yo sé que no lo entiendes y esta no será ni la primera ni última vez que pasaremos por esto, pero hay que tratar de hablarlo si chico—
—Si papá—
—De cualquier forma, no es por eso que volví hoy— Kurt esta vez levanto la cabeza intrigado.
—¿Sucede algo malo?—preguntó esperando por lo peor.
—No, recuerdas a Carson ¿cierto?—
—¿El señor Anderson?—su padre asintió con la cabeza, ese era uno de los socios de su padre desde hace más de 20 años y ambas familias eran muy cercanas aunque no se vieran muy seguido dado que los Anderson casi siempre se encontraban viajando—¿Qué pasa con él?
—¿Recuerdas a Blaine?—la mente de Kurt empezó a trabajar la última vez que lo vio tenían alrededor de 10 años y por alguna razón ellos nunca se habían llevado bien, asintió lentamente con la cabeza pero su rostro expresaba como era su relación con él, su padre rio un poco—aun no te agrada ¿no?
—No lo sé, hace muchos años que no lo veo, pero no entiendo, ¿a qué viene todo esto de los Anderson y de Blaine?—
—Blaine está en un internado en Londres inclusive pasa allí las vacaciones de verano, porque sus padres nunca están en casa. Pero hace unos días Blaine les dijo que ya no quería estar allá otro verano encerrado, por lo que Carson me ha pedido de favor si se puede quedar el verano con nosotros y yo le he dicho que si—
—¿QUÉ?, papá tu ni siquiera estas en casa en el verano es cuando más tienes trabajo, como aceptaste que el viniera aquí—
—Porque pensé que mi adorado hijo querría pasar tiempo con él en el verano ya que yo no estoy mucho en casa—
—Pero papá apenas y lo recuerdo y no nos llevábamos muy bien que digamos como vamos a pasar un verano, juntos, esto es absurdo—
— Kurt, el muchacho tiene que pasar tiempo con alguien tiene años sin siquiera salir de Londres sus papás lo dejan en ese internado por meses y van y lo visitan de vez en cuando, obviamente quiere salir de allí, imagínate lo que debe de sentir—
—Mira papá lo entiendo, pero porque tiene que venir aquí—
—Porque es un favor que me pidió su padre y es un favor que te estoy pidiendo a ti, yo sé que puedes hacer esto Kurt llévalo a conocer todos los lugares, a la playa, que se yo hay muchos lugares, tú mismo lo has dicho Los Ángeles es una ciudad perfecta para pasar un verano por algo la llaman la ciudad del "Verano Eterno" no es así—
—Esta bien lo hare porque tú me lo pides—
—Ves esa es la actitud—
—¿Cuándo llega?—
—Mañana—
—¿Mañana?—
—Kurt—
—Tú iras por él al aeropuerto, ¿verdad?—
—No iras tú, yo madrugare de nuevo mañana en la mañana para ir a San Francisco y tú te encargaras de ir por él, de que se instale aquí en la casa y de tratarlo bien hasta que yo regrese en unos días—Saco un sobre de su saco—y también le darás esto, es una extensión de una tarjeta de crédito y algo de dinero en efectivo que me dio su padre para él, su vuelo es el 414A.
—Papá, okey lo tratare bien pero si de nuevo no nos llevamos bien pues entonces le daré un mapa un mapa de la ciudad y sus alrededores y que haga lo que él quiera—
—Sé que no harás eso Kurt eres demasiado buena persona, así que te recomiendo que subas a dormir porque te tendrás que levantar temprano para ir por él, su vuelo llega a las 8 de la mañana—
—¿Por qué tan temprano?—
—Se debe a la diferencia de horarios que hay de aquí a Londres—
—De acuerdo, entonces supongo que no te veré hasta dentro de unos días—
—Así es, por favor quiero que te comportes Kurt—
—Lo hare papá—
—Sé que lo harás, que tengas buenas noches hijo—se levantó de donde estaba sentado y se acercó a él dándole un abrazo y después subió las escaleras.
—Buenas noches papá, descansa—Kurt se quedó sentado un momento más y después subió también la escaleras hasta el tercer piso, fue hasta su habitación ya eran más de las 2 de la mañana y él no había dormido nada. Se cambió poniéndose su pijama y se fue directo a su cama a dormir. No sin antes poner una alarma.
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El fuerte sonido de la alarma lo despertó aun no eran ni las siete de la mañana, recordó porque debía de levantarse temprano y su cara se desfiguro en una cara de disgusto. Oh si tengo que ir por Blaine Anderson al aeropuerto. Se levantó y se fue directo a tomar un baño, si las habitaciones de esa casa eran inmensas los cuartos de baño estaban en la misma proporción, saco de su closet algo que ponerse tenia tanto sueño todavía además de un fuerte dolor de cabeza que no se preocupó realmente por lo que se estaba poniendo, bajo las escaleras ya listo. Paso por la cocina para tomar unas aspirinas y una botella de agua.
—Joven, su padre me dijo que alistara la habitación continua a la suya ¿Quiere que le prepare el desayuno?—preguntó la Sr. Robinson que era algo así como la ama de llaves de su casa.
—Si, está bien viene alguien a quedarse con nosotros y no te preocupes desayunaremos en algún lugar de regreso—
—Bueno, con permiso— se retiró nuevamente de la cocina. Kurt se toma la pastilla y fue directo al garaje, subió a su coche y empezó a conducir hasta al aeropuerto que se encontraba a 30 minutos, cuando llego se estaciono en la terminal 4 que era donde comúnmente llegaban los vuelos internacionales según el reloj del aeropuerto aún faltaba 10 minutos para que el vuelo aterrizara. Checo en la cartelera de vuelos entrantes pero no estaba en la lista, así que se acercó a una de las señoritas que estaba en un mostrador de información.
—Disculpe señorita, ¿el vuelo 414A de Londres?—preguntó.
—Oh, no lo tengo registrado seguramente llegara en la terminal 2—le dijo con una sonrisa.
—Está bien, gracias—así que tuvo que caminar hasta la terminal 2 que estaba casi del otro lado del aeropuerto, su dolor de cabeza todavía no se iba además de que estaba molesto por el hecho de tener que haberse levantado temprano para ir por alguien que ni siquiera conocía. Al llegar a la terminal 2 fue lo mismo y de allí lo mandaron a la terminal 6, fue ahí cuando una mujer muy amablemente le dijo que el vuelo por el que estaba buscando llego hace media hora por el TITB (Terminal Internacional Tom Bradley), le agradeció y después salió disparado del lugar, como era la parte más alejada del lugar pasaron 10 minutos hasta que él pudo llegar y ya sentía emanar su mal humor. Empezó a caminar buscando a Blaine, pero como sabría quién es, sus únicos recuerdos con el eran de hace 7 años. Y tampoco podía ir gritando su nombre por todas partes esperando que alguien le respondiera.
Mientras caminaba vio a un hombre como de su edad sentado en una de las sillas con la cabeza recargada contra la pared, los ojos cerrados y sus manos cruzadas sobre su regazo, llevaba una camiseta tipo polo roja que enmarcaba sus hombros y sus brazos trabajados con unos jeans de mezclilla, se miraba muy sencillo pero realmente atractivo. Kurt lo miro fijamente, por Dios que ese hombre se miraba guapísimo, de pronto abrió sus ojos y los clavo en los de él, entonces se dio cuenta al mirar aquellos ojos color avellana, podía ser que él no recordara con exactitud a Blaine, pero sus ojos eran unos que no se podían olvidar, aquel hombre era Blaine Anderson con su perfecta sonrisa y esa piel bronceada. El hombre le dio una gran sonrisa y Kurt se sintió ruborizar al instante, se acercó lentamente.
—¿Blaine Anderson?—preguntó a pasos de él.
—Si, ¿tú eres?—Blaine preguntó desde su lugar sentado viéndolo fijamente. Y todo el mal humor que Kurt traía se evaporo al escucharlo hablar.
¡Oh, por Dios esa voz! Como es posible que tuviera que pasar su verano con un de los hombre más hermosos que había visto en su vida, pensó pero después se dijo a sí mismo—tranquilo Kurt lo más seguro es que tenga una linda novia esperándolo en Londres—.
—Kurt Hummel, hijo de Burt —explico lo más tranquilo que podía, Blaine volvió a sonreír.
—Oh, perdona es que no te reconocía, te me hacías conocido pero no sabía con exactitud quien eras—se siguieron mirando sin decir nada. Blaine lo estudiaba con la mirada, pensando que se había encontrado con la reencarnación de uno de los dioses griegos, con esa perfecta piel blanca y unos brillantes ojos azules.
—Descuida me estaba pasando lo mismo, estaba a punto de empezar a gritar tu nombre para ver si alguien me respondía—Blaine rió, por Dios si su voz era hermosa su risa lo era aún más.
—Bueno creo que te salve de un momento bastante vergonzoso—
—Si, no quiero imaginar cómo me habría visto gritando por todas partes—Kurt estaba levemente sonrojado y Blaine solo rió.
—Entonces ¿tu papá?—preguntó volteando hacia los lados.
—Oh, lo que pasa es que él no ha podido venir por eso estoy yo aquí—
—Oh—
—¿Tienes mucho esperando?—Blaine rió levemente
—Mi vuelo, llego antes de lo esperado y tengo aquí sentado alrededor de 40 minutos—estaba viendo su reloj, para comprobar la hora.
—Oh, lo siento es que llegue a la terminal 4 de ahí me mandaron a la 2 después a la 6 hasta que finalmente una mujer me dijo que aquí era donde llegaría el vuelvo—Blaine volvió a reír y Kurt se sonrojo
—Tranquilo no pasa nada, ¿nos vamos?—Blaine se levantó y tomos sus maletas.
—Si, solo que tendremos que caminar hasta el otro lado donde está mi coche—apunto con su mano la dirección que debían de seguir
—No hay ningún problema—Empezaron a caminar, Kurt se dio cuenta de que Blaine ya no le desagradaba sino lo contrario parecía una persona bastante agradable.
—¿Te puedo decir algo?—preguntó de pronto Blaine interrumpiendo sus pensamientos.
—Em, si —contesto algo dudoso.
—Recuerdo que de niños, no nos llevábamos muy bien—dijo un poco incómodo Blaine.
—Oh, si también lo recuerdo—pero Kurt lo dijo como con espanto.
Ambos rieron.
—Espero quitar mi mala imagen, mientras este aquí—Blaine le sonrió mientras le decía y lo volteaba a ver.
—Yo espero poder hacer lo mismo—Kurt salió por una de las puerta e inmediatamente se colocó sus lentes para sol oscuras su dolor de cabeza ya se había ido pero sabía que con el sol sería muy fácil que volviera, de reojo vio a Blaine hacer lo mismo.
—No te preocupes, el hecho de que hayas venido por mí al aeropuerto ya es bastante, estoy seguro de que lo más probable es que ya tuvieras otros planes—
—En realidad no tenía ningún plan pero, ¿te puedo ser sincero?—
—Si, por favor creo que la manera de que nos podamos tratar bien y de que no haya momentos incomodos es decir todo para que eso incomodo se valla—
—Si creo lo mismos, lo que quería decir es que no me emocionaba mucho la idea de venir por ti, es decir antes nunca nos llevamos bien y de pronto tenía que pasar mi verano contigo—
— Si, creme yo pensé lo mismo cuando mi padre me lo dijo— ambos rieron—pero sinceramente lo único que quería era poder salir de Londres, me hubiera dado lo mismo si me hubiera tenido que ir a Ohio—
—¿Tiene mucho que no salías de Londres?—
—Siete años—
—Wow, eso es demasiado—
—Si—
Salieron al estacionamiento, Kurt lo guio hasta su coche.
—Lindo coche—dijo Blaine con una enorme sonrisa.
—Regalo de cumpleaños—Kurt contesto
—Oh, creo que yo nunca eh recibido un regalo así—hizo un gesto con su mano al coche.
—Bueno, creo que a mi padre le gusta dar regalos sorprendentes—con el control de mano abrió la cajuela y subieron las maletas, tomaron cada quien su lugar y se fueron del aeropuerto.
—¿Te importa si llegamos a desayunar a algún lugar?—preguntó Kurt mientras se internaban en las calles de la ciudad con el capo del coche abierto y el viento pegando en sus rostros.
—No, pero es solo que ahora no tengo dinero—dijo un poco incómodo Blaine.
—Oh, casi lo olvido en la guantera hay un sobre para ti—Blaine abrió la guantera y lo saco—creo que es una extensión de tarjeta y dinero en efectivo que tu padre dejo para ti.
—Oh, sí gracias. También hay una nota.—Saco el papel doblado y lo leyó para sí mismo.
Blaine:
La tarjeta no tiene límite. Espero que tengas un buen verano con los Hummel.
Carson Anderson.
Y eso era todo lo que decía, Blaine se sentía mal tenia meses sin ver a sus padres y solo le dejaban una nota y ni siquiera decía que lo querían o algo así. Kurt noto como su rostro se entristeció de repente.
—¿Todo bien?—
—Si—contesto en un tono serio, y volteo la cabeza hacia un lado.
Kurt guardo silencio y continúo su camino hasta Third Street Promenade.
—Sabes ahora que lo pienso, no te he dicho bienvenido a Los Ángeles—esto hizo reír a Blaine y Kurt se alegró de poder hacerlo sentir un poco mejor.
—No, no lo has hecho—volvió su mirada de nuevo a él.
—Bueno, Bienvenido a Los Ángeles, más específicamente a Santa Mónica—
—Gracias, y gracias por aclararme el punto de donde estaba—decía Blaine.
—Por nada, muy bien primero llegaremos a comer a Third Street ya después te llevare a casa para que te instales y de allí ya veremos, ¿te parece bien?—
—Me parece perfecto—
—Bien, de verdad espero que te guste aquí—
—Ya me agrada bastante—dijo Blaine viéndolo fijamente, Kurt solo se sonrojo y no dijo nada.
—Puedes encender la radio, si gustas—ofreció Kurt y al parecer Blaine no lo pensó dos veces. Selecciono una estación y en las bocinas del coche empezó a resonar la voz de Katy Perry cantando Teenage Dream. Blaine empezó a cantar la canción siguiendo toda la letra.
Kurt lo escuchaba con atención tenía una voz inigualable, nunca había escuchado una así simplemente hermosa, era ronca pero a la vez muy suave.
La canción continuaba y Blaine se miraba cada vez más feliz, como si la música de alguna manera lo llenara.
La canción llego a su fin y Kurt y Blaine se voltearon a ver cuándo cantaron la última estrofa juntos.
Sus voces se habían acoplado tan bien juntas, que ambos se quedaron sorprendidos. Solamente se sonrieron y después desviaron la mirada. Llegaron a una de las cafeterías que había por la calle.
—Este es una de mis favoritas, casi siempre vengo aquí con Santana—Blaine lo volteo a ver preguntando de forma silenciosa a quien se refería—es una amiga mía y compañera de clases.
—Oh—
—Ven, entremos hace mucho calor aquí fuera—
—¿Así es la temperatura todo el tiempo?—
—Bueno a veces lo es, aumenta en verano pero por las noches no es tan caliente—
Entraron y se sentaron en una de las mesas que estaban junto a la ventana ordenaron mientras miraban a las personas ir de un lado a otro.
—¿Hay algún lugar especial que quieras conocer?—Kurt preguntó.
—Bueno hay un lugar, pero prometes no reír cuando te lo diga—Estaban sentados uno frente el otro y Kurt asintió mientras hablaba.
—Si, Blaine prometo no reír cuando me lo digas—
—Siempre eh querido conocer Disneyland—
—¿No lo conoces?—dijo con voz incrédula
—No, las veces que eh estado aquí, tan solo había sido por el trabajo de mi papá y usualmente me dejaban en el hotel.
—Oh, pues entonces puede ser el momento perfecto para que lo conozcas—La mesera llego con sus órdenes y comieron en silencio. Después de un rato cuando hubieron terminado.
—No sabía que supieras cantar tan bien—Kurt dijo mientras tomaba de un café.
—Bueno, si es un pasatiempo pero tú también lo haces bastante bien—
—Mmm algo, es una manera de liberar tenciones—
—¿Tenciones Kurt? ¿Qué clase de tenciones podrías tener tú?—
—Las normales—contesto riendo con mucha naturalidad.
—Si tú lo dices—dijo riendo.
—Bueno, pero cuéntame algo de ti—
—Oh, está bien hablemos de mí, ¿qué quieres sabes?—
—Mmm, sé que vivías en Londres estabas en un internado pero que más, ¿hay alguna chica esperándote allá?—
—No definitivamente no hay chica esperándome allá—
—¿Por qué no?—
—Porque bueno—Blaine se sonrojo—a mí no me gustan las chicas.— Kurt solo lo miro y sonrió en comprensión.
—Está bien, de pérdida tenemos algo en común—Blaine lo volteo a ver y sintió como un peso de sus hombros se iba.
—Estas diciéndome que tú también eres gay—dijo ahora más cómodo.
—Si, lo soy—dijo Kurt sonriéndole— ¿entonces hay un chico?
—No, no hay nadie ¿y tú?—
—Tampoco—
—Ya veo, ¿algo más que quieras saber?—
—Creo que por el momento es todo, ¿nos vamos?—
—Si creo que sí, quisiera descansar un poco si no te importa, el cambio de horario me está afectando—
—No hay problema, vamos —se levantaron de sus lugares fueron hasta la caja a pagar y salieron. Se fueron en silencio hasta la casa de Kurt, Blaine solo miraba cada casa con las cejas cada vez más alzadas.
—Creo que nunca había visto tantas casas impresionantes juntas—
—Te acostumbras a ellas, yo ya lo hice—
—Me imagino—
—Bien, ¡Ya llegamos!—iban subiendo el camino de piedras hasta su casa. Blaine solo seguía mirando todo, no pudo evitar mirar hacia atrás mientras subían y ver como la ciudad se perdía por debajo de ellos.
—Es un lugar impresionante—estaban llegando casi al final del camino, cuando logro ver la casa—¿ahí es donde viven solo tu papá y tú?—preguntó señalando.
—Si, a mi papá le gustan las casas grandes—explico subiendo los hombros. En esa casa tenían viviendo solo 5 años, anteriormente habían vivido en el centro de Los Ángeles en un Pent-house.
—Wow, la verdad es que es inmensa—Kurt pensaba lo mismo que él.
—Si, lo es, pero bueno como te dije te acostumbras—Entraron por fin al garaje bajaron juntos las maletas de Blaine y entraron dentro de la casa.
—La habitación esta hasta el tercer piso, espero que no tengas problema pero tu habitación esta junto a la mía y comparten un balcón—
—Por mí no hay problema, pero si tu...—
—Por mí tampoco vamos—le hizo una seña para que el subiera primero cada uno con una maleta para que fuera más fácil subir el equipaje y no pudo evitar ver como el trasero de Blaine se ajustaba de manera perfecta en esos pantalones.
Este será un verano muy largo pensó para sí mismo cuando miraba a Blaine, sin imaginarse que este pensaba lo mismo cada vez que lo miraba.

Hola, me da gusto que subas esta historia por acá, espeto pronto más capítulos.

Ola me llamo Ulises me gusto mucho el primer capitulo esperare ansioso el siguiente se ve genial la historia