[Resuelto]Fic Brittana: El Poder Del Amor - Final

CAPÍTULO 15: SÓLO SIETE

Los siete chicos lo tenían todo planeado. En el momento en el que el hombre que les daba de comer se acercó a la hora del desayuno, les tendió unas pastillas para dejarlos sin poderes. Brittany, cuando fue a cogerla toco al secuestrador a través de un agujero en los guantes y éste cayó desplomado al suelo. Jake se acercó, tocó el cuerpo y se transformó en él. Todos estaban alucinados, ahora había dos hombres exactamente iguales en la sala.
– Un poder muy útil. – Dijo la ojiazul al otro chico.
Le quitaron las llaves al hombre y abrieron la puerta. Se pusieron ropa de abrigo porque era diciembre y hacía frío. Eso permitió que Brittany se pusiera guantes nuevos y gorro para evitar electrocutar a sus amigos. Recogieron las pastillas que les iban a dar y las que llevaba para los otros tres de la otra jaula.
– Solo hay siete... – Susurró la rubia apenada.
Salieron de allí con Marley, Wes y Pierce atados y con Puckerman transformado en uno de los secuestradores fingiendo que los movía de allí contra su voluntad. Fueron a buscar a los otros tres y los sacaron.
– Saldremos de aquí, ya lo veréis. Sólo tenéis que tener paciencia. – Dijo la castaña.
Jake los dirigía transformado en secuestrador, por eso no tuvieron problemas con las personas que se cruzaban. Hasta que se encontraron con un hombre que no conocían.
– ¿Dónde vas?
– Los saco a dar el paseo semanal. Se acaban de tomar las pastillas y por fin eléctrico puede andar.
– Estamos en alerta... Será mejor que te lleves el coche, por si acaso... – El hombre le dio las llaves de un coche de siete plazas. – Disfrutad del paseo.
Eso era mejor que su plan. Pensaban que tendrían que correr una vez fuera, pero habían conseguido un vehículo... La cosa se les ponía muy bien. Se montaron en el monovolumen y arrancaron. La puerta que limitaba los terrenos de la organización se abrió para dejarlos salir... Cuando atravesaban el umbral, escucharon unos gritos y vieron como los siguieron.
– ¡Jake, acelera! – Gritó Unique, una chica que estaba en la otra sala. Escucharon un disparo.
– Será mejor que todos nos agachemos. – Propuso Ryder.
El único que seguía sentado era Puckerman, porque era él quien conducía.
– Más te vale no estrellar el coche. – Protestó Kitty.
– Menos mal que mi hermano me enseñó a conducir cuando tenía diez años.
Siguieron hasta que llegaron a la ciudad. Allí un policía les dio el alto por exceso de velocidad. Cuando pararon el coche, los chicos le explicaron al guardia lo ocurrido. El oficial les dijo que subieran a su coche.

Llegaron a la comisaría y declararon. La primera en llegar fue la madre de Marley. Abrazó a su hija con lágrimas en los ojos. Luego fueron llegando los padres de los demás. Los últimos fueron los padres de Brittany. Un policía les dijo que lo mejor sería que intentaran llevar una vida normal. No podían dejarse llevar por el miedo. Preguntó que podían hacer en ese momento. La señora Puckerman fue la que tuvo la mejor idea.
– Vamos al McKinley... Tu hermano tiene una presentación de villancicos.
Todos llegaron al instituto y Brittany, Wes y Jake corrieron hacia los camerinos.

Los New Directions habían ensayado mucho, pero nada les habría preparado para lo que vieron minutos antes de la función. Tres personas abrieron la puerta y entraron. Apenas se dieron cuenta se abalanzaron sobre ellos. Los primeros en abrazarlos fueron sus hermanos. Como la menor de las Pierce llevaba gorro, Stephanie pudo apoyar su mejilla en la cabeza de su hermana.
– No me puedo creer que estés aquí.
Tina se aferraba a Wes sin parar de llorar de felicidad. Noah y Jake se abrazaban. Conforme sus hermanos los soltaban, sus amigos se acercaban. El asiático y la ojiazul recibían abrazos de sus amigos y el menor de los Puckerman era presentado a los amigos de su hermano. La primera en abrazar a Brittany cuando la soltó la mayor fue Santana. Los padres y los otros liberados entraron para ver la escena.
– ¿Os han rescatado a todos? – Preguntó Rachel.
– No, nos hemos escapado. Sólo siete. – Dijo Ryder.
Brittany y Wes presentaron a los otros cautivos. En ese momento entraron Sue y Will. La entrenadora miraba curiosa a los siete chicos que escaparon.
– Me alegra mucho que estéis aquí pero el show debe continuar. – Dijo Mr Schue.
– Tina va a ser incapaz de hacerlo. – Dijo el asiático al ver como su hermana seguía llorando en sus brazos.
– Esa es la parte de Brittany. – Susurró Lopez.
– ¿Qué? – Preguntó la aludida.
– Hace días Sam tuvo una visión de que tú cantarías con nosotros, pero nos costaba creerlo. Dijo que tu parte era la de Tina. Cantarás con Mercedes y conmigo Silent Night.
Todos salieron al escenario y ocuparon sus lugares. Después de cuatro villancicos cantados por los demás, llegó el turno de los tres amigos. El resto les hicieron coros.

Santana: Silent night, holy night
All is calm, all is bright
Round yon Virgin Mother and Child
Holy Infant so tender and mild
Las tres: Sleep in heavenly peace
Todos: Sleep in heavenly peace

Brittany: Silent night, holy night!
Shepherds quake at the sight
Glories stream from heaven afar
Heavenly hosts sing Alleluia!
Las tres: Christ, the Saviour is born
Todos: Christ, the Saviour is born

Mercedes: Silent night, holy night
Son of God, love's pure light
Radiant beams from Thy holy face
With the dawn of redeeming grace
Las tres: Jesus, Lord, at Thy birth
Todos: Jesus, Lord, at Thy birth

CAPÍTULO 16: PRIMER BESO DE VERDAD

Santana entró en el auditorio por la parte del público. Brittany la había citado allí. Hacía una hora del final de la función y todos se habían ido del lugar para asistir a sus clases. Sin embargo ellas habían decidido tomarse el día libre. En el suelo del escenario había una manta y muchos cojines. Recordó las palabras de Sam.
– Vi como Brittany y tú os besabais dos veces, en el auditorio y en una habitación.
¿Iba a ser ese momento uno de esos besos?

La más alta apareció en el escenario. Al verla, sonrió. La morena subió y se acercó a ella. Cuando estaban a una pequeña distancia, la rubia sujeto a la latina por la cintura y la pegó a su cuerpo. Sus caras quedaron a escasos centímetros.
– ¿Has practicado mucho para cansarte y así poder tocarme? – Quiso saber la más baja.
– No, pero sé que te puedo tocar sin miedo.
Después de estas palabras se quitó los guantes y dirigió su mano a la cara de su amiga. Acarició dulcemente su mejilla izquierda mientras disfrutaba del contacto. Eliminó la distancia entre sus labios y la besó. Al principio Santana no siguió el beso porque no se lo esperaba. Sin embargo, en cuanto salió del shock inical, acompañó los movimientos de la otra. La ojiazul acarició los labios de la morena para que ésta le permitiera introducir la lengua en su boca. La latina entendió las intenciones de su amiga y abrió la boca. Sus lenguas comenzaron una danza lenta y llena de amor. La más baja rodeó el cuello de Brittany con sus brazos para evitar que se separara. Se sentía en el mismo cielo. Se preguntaba si había muerto y eso era su paraíso.

Se separaron por la falta de aire y juntaron sus frentes. Entrelazaron sus manos y se miraban fijamente a los ojos. Sus pupilas reflejaban la pasión que sentían, pero no se dejarían llevar por sus cuerpos, no estaban preparadas todavía para dar ese paso.
– Hablé con Lily. Quería hacer todo bien antes. Siento si te hice daño con la situación... – Dijo la rubia.
– Olvídalo. Entiendo lo que pasó, me alegra que hayas aclarado tus sentimientos. ¿Ya controlas tu poder?
– No, conseguí unas pastillas para anular mi poder durante unas horas. Me he tomado una para poder estar así contigo.
– ¿Tienes muchas?
– Conseguí siete. Una me la he tomado ya y otra se la ha quedado mi padre para llevarla a un laboratorio para ver si pueden hacer más.
– Ojalá lo consigan. Sin embargo, a pesar de todo vas a seguir esforzándote por controlar tu poder... No quiero que estés siempre tomando pastillas...
– Haré lo que tú me pidas.
Volvieron a besarse. Al separarse, Santana guió a la más alta y se tumbaron en la manta. La ojiazul quedó encima de ella. Se besaron otra vez. Sin embargo, esta vez era más pasional. Las manos de la morena bajaron por la espalda de su amiga. Pierce se separó.
– Sé que dije que haría lo que me pidieras, pero creo que deberíamos calmar las cosas. Vamos muy rápido y quiero que las dos estemos cómodas. No quiero hacer nada de lo que nos tengamos que arrepentir. – Dijo la rubia.
– ¿Qué hice yo para merecerme a alguien como tú? – Preguntó la latina
– Puede que en otra vida fueras un asesino o un ladrón. – Bromeó Brittany.
– Tienes razón, si hubiera sido buena no separarías tus labios de mí. – Continuó Lopez. Ante esa provocación, la más alta comenzó a morder el cuello de la morena, provocando gemidos y súplicas para que parara. – Habías dicho que debíamos calmar las cosas.
– Me lo pones difícil... Eres tan sexy y sabes tan bien... – Susurró Brittany en el oído de la morena.
La latina no se resistió y cambió las posiciones, quedando ahora ella encima. Sin embargo, no se dirigió directamente al cuello de la rubia, prefirió recorrer cada centímetro de su cara. La sonrisa que se dibujó en los labios de la ojiazul reflejaba la felicidad que las dos tenían en ese momento.

Durante cinco horas estuvieron allí, compartiendo su amor hasta que, en un beso, Santana notó una ligera descarga.
– Creo que nuestro tiempo ha acabado. – Dijo la morena. Brittany se apartó y se sentó con una expresión dolida.
– Lo siento... Me siento tan... estúpida.
– No lo eres... ¿No has pensado que igual te cuesta más controlar tu poder porque eres más poderosa que los demás? Parece que los secuestradores van detrás tuya... ¿Será por que eres la más fuerte? – La más baja se sentó también.
– Gracias por intentar animarme...
– Te amo. – Dijo Lopez. La más alta se quedó congelada. Era la primera vez que alguien le decía eso. ¿Ella lo sentía? Sólo había una respuesta...
– Yo también te amo.
La morena no lo pudo evitar y besó a su novia. Una pequeña descarga la hizo apartarse de inmediato.
– Esto es frustrante... – Protestó Pierce.
– Sólo hasta que vuelvas a tomar una pastilla o aprendas a controlar tu poder...
– Tengo más en la mochila...
– Será mejor que las guardemos... Habrá más momentos para utilizarlas.
Las chicas recogieron las cosas y se marcharon felices y de la mano, ya que la rubia se puso los guantes. Podía ser que no sintieran su piel, pero sentían su amor en cada gesto. Un amor capaz de traspasar todas las capas de ropa que las “separaran”.

Escondida en el auditorio, Sue estaba espiando a las chicas. Realizó una llamada con su teléfono.
– Eléctrica e invisible son pareja. Hay que intentar atraerlas juntas. Por separado será imposible... Haré lo que me indiques... Por supuesto, allí las tendré... Nos vemos... – La mujer colgó.

CAPÍTULO 17: ¿EN QUIÉN CONFIAR?

Los adolescentes que escaparon de sus secuestradores pasaron las navidades con sus familias, algo impensable días antes. La felicidad envolvía a todos. Sin embargo, estaban preocupados. Sabían que había dos infiltrados entre ellos. Desconocían si eran chicos con poderes o secuestradores que estaban en el instituto. No se lo habían contado más que a la policía y ellos les habían recomendado guardarse esa información, ya que la habían obtenido sin que lo supieran. Se reunieron todos con sus hermanos y Santana.
– No entiendo que hace ella aquí. – Dijo Noah mientras señalaba a la morena.
– Es mi novia y sé que podemos confiar en ella. – La defendió Brittany.
– En ese caso, yo sé que podemos confiar en Finn ¿Por qué no está aquí? – Dijo el mayor.
– No discutáis. – Intervino Wes. – Santana salvó a Brittany, por lo que creo que su fidelidad no es cuestionable.
– Finn es... Finn. – Puck protestó.
– No discutimos eso. Veamos, estamos aquí para intentar averiguar quienes son los dos infiltrados. – Intervino Kitty.
– Tú eres la que conseguiste la información. – Le dijo Marley.
– Hablaron de dos personas que les indicaban lo que hacían los chicos todo el rato. – Comentó la joven.
– ¿No dijeron nombres o algo? – Preguntó Stephanie.
– No. – Dijo la rubia.
– ¿Como lo supiste de todos modos? – Preguntó Santana.
– Mi poder. Controlo a los insectos y soy capaz de ver lo que ellos ven y escuchar lo que ellos escuchan. Vi una mosca y la utilicé para investigar el lugar para poder saber cómo salir de allí. En eso estaba cuando me encontré con la conversación.
– Dani, Lily y yo ya sabíamos que nos controlaban. – Dijo la latina.
– ¿Cómo? – Preguntó el asiático.
– Cuando secuestraron a Brittany, nosotras nos refugiamos en mi casa. Nos escondimos y yo nos oculté con mi poder. Llegó un hombre y se puso a gritar a quienes nos perseguían por habernos dejado escapar y dijo que nos tenían controlados y que era cuestión de tiempo que nos atraparan. – Comentó la morena.
– La pregunta aquí es cómo decidimos en quién confiar... Incluso aquellos que pensamos que no nos harían daño pueden ser infiltrados. – Dijo Jake.
– Yo tengo una lista de posibles. – Dijo la menor de las Pierce.
– Compártela con nosotros. – Pidió Unique.
– Por un lado, Dani y Lily siguen siendo sospechosas, por mucho que me cueste admitirlo. Llegaron a nuestras vidas el día después de que intentaran secuestrarme la primera vez. Kurt, Quinn y Blaine saben demasiado sobre “la organización”.
– Eso puede ser por el poder de Kurt... Él puede leer sus mentes. – Las defendió Lopez.
– Lily tenía razón en eso... ¿Por qué no los atacan? Ellos dicen que sólo les interesa el poder de Kurt y que ellos evitaban los ataques... ¿Por qué no hicieron lo mismo conmigo? ¿Por qué no extienden su protección a todos? ¿Acaso el poder de Blaine y sobre todo el de Quinn no son interesantes para cualquier plan? La velocidad sería muy interesante y Blaine sería capaz de anular la visión de cualquier rival... – Argumentó la rubia. Nadie dijo nada porque entendían el punto. – La siguiente sospechosa sería Holly. Apareció en la sala del Glee Club poco después de mi intento de secuestro. Sue, Will, Emma y Beiste me ofrecieron su ayuda cuando se descubrió mi poder, pero podía ser simplemente un intento de ganarse mi confianza...
– Son demasiadas personas... Sólo dos son infiltrados. – Dijo Marley.
– Tenemos que idear planes para intentar ver si alguien cae en alguna trampa y se descubre. – Propuso Noah. – Por cierto, estoy de acuerdo con Britt en cuanto a Kurt, Quinn y Blaine. Están esforzándose mucho para que Britt controle su poder y saque todo lo que puede hacer... No sería raro si lo hicieran con los demás también, pero se centran en ella.
– ¿Debo indicar lo obvio? – Preguntó Tina interviniendo por primera vez. – Ellas son tres y habláis de dos infiltrados. Quedarían excluidas automáticamente.
– De todos modos, mejor no pensar en ésto cerca de ellas. Nunca está de más evitar riesgos innecesarios. – Sugirió Stephanie. Todos estuvieron de acuerdo con las palabras de la mayor.

Cuando las vacaciones de navidad terminaron, volvieron a las clases. Todos tomaron las precauciones acordadas, pero decidieron seguir con sus vidas de la forma más normal posible. Ryder, Kitty, Marley, Jake y Unique realizaron su audición para el Glee Club y todos entraron, además de que pasaron a formar parte de los protectores. Iban todos camino a sus casas cuando Sue llamó a Santana y a Brittany para que fueran a su despacho. Las chicas se extrañaron. Se sentaron frente a ella, dispuestas a escuchar lo que tuviera que decirles.
– Iré directa al grano porque no tengo tiempo de dar rodeos... Os quiero en las Cheerios. – Dijo la entrenadora.
– ¡¿Qué?! – Dijeron las dos a la vez.
– Lo que habéis oído. No estáis sordas... Ya tengo una pareja gay y me vendría muy bien una pareja lesbiana que sabe cantar para el número que tengo pensado llevar a los nacionales este año... ¿Estáis dentro o no?
– ¡Sí! – Gritó emocionado la morena.
– Supongo que sí. – Dijo la rubia, no muy convencida. – Un momento... ¿Como pretende que yo forme parte de las Cheerios sin que electrocute a una?

Cuando salieron del McKinley, la latina preguntó.
– ¿Por qué no te hace ilusión formar parte de las Cheerios?
– ¿No te resulta raro que el primer día de clase desde que me escapé la entrenadora decida que nos quiere en el equipo? – La más baja se tensó ante las palabras de su novia.
– No lo había pensado.
– No te preocupes. Sea lo que sea, estamos juntas en esto. – Dijo la ojiazul mientras cogía la mano de su pareja ya que llevaba guantes. – Me gustaría besarte ahora.
– Aprende a controlar tu poder y lo harás cuando quieras.

Por su parte, Sue estaba al teléfono.
– La misión va mejor de lo esperado. Pronto los tendremos a todos...

CAPÍTULO 18: NOVIAS OFICIALES

Santana y Brittany habían esperado a ver como llevaban su relación y el echo de no poder tocarse antes de avisar a sus familias de su relación. Era cierto que sus hermanos, Finn y Stephanie, ya lo sabían, pero era diferente con sus padres. Decidieron que primero lo supiera la familia de la morena. Mientras esperaban a que Luis llegara de trabajar, la pareja estaban en la cama de la latina. Las dos estaban sentadas, la anfitriona estaba apoyada en la pared mirando como su novia, justo enfrente de ella, jugaba con una bombilla. Era parte de su entrenamiento diario. Kurt le había propuesto que realizara ese ejercicio siempre que pudiera y parecía práctico y útil para aprender a manejar su poder y practicaba incluso cuando el Cheerio no estaba presente. El objetivo era tocar la base del objeto sin encenderla. Lo máximo que había conseguido eran diez segundos. No era mucho, pero cuatro meses antes eso era impensable.
– Estoy cansada. – Protestó la ojiazul mientras se tumbaba en la cama, poniendo la cabeza en el lugar donde correspondería los pies y sin estirar las piernas para no tocar a Santana.
– Eso puede ser bueno... ¿Crees que pueda tocarte sin tomar pastillas? – Quiso saber la más baja.
– No me quiero arriesgar.
– Algún día tendremos que correr ese riesgo.
– Claro, cuando haya probado con Stephanie, Kurt, Dani y hasta la entrenadora Sylvester...
– Nunca encontrarás un momento completamente seguro para tocarme... Tendrás que arriesgarte...
– Lo sé, el problema es que, de sólo pensarlo me pongo enferma... Si te hago daño...
La morena se adelantó y, con mucho cuidado, se tumbó encima de la rubia de tal manera que sus pieles no se tocaran y apoyó su cabeza en su pecho.
– Nunca me harás daño... Lo sé...
– No lo puedes saber... Casi mato a Stephanie...
– Eso fue hace años... No debes pensar en eso. Debes concentrarte en controlar tu poder...
En ese momento escucharon la puerta abrirse y a alguien saludando. Las dos bajaron a reunirse con el padre de la morena, que acababa de llegar.
– Hola Papá.
– Hola Señor Lopez.
– Hola chicos. Brittany, ya te he dicho que me llames Luis.
– Papá, tengo algo muy importante que decirte. ¿Podríamos hablar los tres un momento?
– Claro. – El hombre respondió preocupado por lo que las chicas le podrían comentar.
– Verás, Brittany y yo somos... novias. Hace unos días de eso, pero no te había dicho nada porque queríamos ver si eramos capaces de llevar una relación sin tocarnos. Ahora podemos decir que, aunque es difícil, nuestro amor es más fuerte.
– Me alegro por vosotras... Quiero vuestra felicidad... La de las dos. – Dijo el señor Lopez.
– Haré todo lo que pueda por hacer feliz a su hija. – Prometió Pierce.
– Lo sé... Sólo espero que pronto os podáis tocar... – Comentó el mayor.
– Gracias papá, significa mucho para nosotras tu apoyo. – La morena estaba feliz.
El resto de la tarde la pasaron en familia. Carole se alegró mucho por la noticia e invitó a la rubia a cenar en la casa. Finn se unió a ellos y pasaron un rato divirtiéndose.

Al día siguiente, fue el turno de decírselo a los padres de Brittany. Santana notó que su novia estaba nerviosa y trató de tranquilizarla. Stephanie estaba con ellas, no quería dejar a su hermana sola en esto. Puede que no siempre hubiera estado a la altura de las circunstancias, pero amaba a su hermana pequeña y no permitiría que nadie le hiciera daño... Ni siquiera sus padres. Los señores Pierce sabían que su hija menor era homosexual y no habían demostrado ningún sentimiento adverso hacia ello, pero tampoco le habían mostrado su apoyo. Se sentaron a la mesa para la cena. Cuando su madre sirvió el postre, la menor decidió que era el momento de hablar.
– Papá, mamá... Quiero deciros que... Santana y yo... – La rubia miró a su novia esperando encontrar en su mirada el consuelo a su miedo a seguir hablando. Se perdió en el oscuro de sus ojos y notó la decisión en ellos. Iba a continuar cuando su padre la interrumpió.
– Sois pareja. Hija, sois muy evidentes... Debo decir que me alegra que hayas encontrado a alguien que te haga feliz y que tenga la paciencia necesaria para esperar a que seas capaz de tocar a alguien... Debe ser frustrante y desesperante para ella y lo único que espero es que no le hagas daño. No me gustaría que se tenga que arrepentir de salir con una Pierce...
Las luces de la habitación comenzaron a fallar. Los móviles comenzaron a sonar. La morena se preocupó, hacía mucho tiempo que su novio no perdía su concentración de esa manera.
– B, tranquila. – Le dijo Stephanie.
– Brittany, mírame. – Le ordenó la morena y su pareja lo obedeció. La más baja sujetó las manos de la otra. – Respira. No me vas a hacer daño, hemos hablado de eso. Tus padres están de acuerdo con nuestra relación, al igual que el mío. Tenemos las pastillas y vas a acabar controlando tu poder. No hay nada por lo que ponerse nerviosa. Yo estoy contigo. No tienes nada que temer.
Poco a poco la ojiazul se tranquilizó y dejó de influir en los aparatos eléctricos.
– No me había dado cuenta de cuanto he avanzado en el control de mi poder. ¿Hace cuanto que no perdía el control de esta manera? – Preguntó la más alta.
– Ni me acuerdo. – Respondió su hermana guiñándole un ojo.
– Lo ves... Dentro de poco podrás tocarme sin ningún riesgo. – Añadió Santana.
– Puede que ya sea capaz de hacerlo pero el miedo le impide comprobarlo... ¿Hace cuanto no intentas tocar a alguien que no sea Lily? – Quiso saber Stephanie.
– Desde principio de curso. – Todos lo miraron sorprendidos.
– ¿Cuándo? – Preguntó su madre asustada, pensando que tal vez su hija había matado a alguien y había escondido el cadáver.
– Los animadores me hicieron cerrar los ojos y, cuando me tranquilicé, Blaine me dio un beso en la mejilla. – La latina le dio rápidamente un beso en la mejilla. Brittany no se lo esperaba y la morena no recibió ninguna descarga.
– Así que si te pillamos desprevenida no hay ningún problema... – Susurró cuando se apartó de su novia.
– Genial, B. Ya sabemos cual es tu problema. No es que no sepas controlar tu poder, lo que pasa es que te pones nerviosa cuando presientes que va a haber contacto. Es algo psicológico.

CAPÍTULO 19: TRAMPA PARA DANI

Después de un tiempo planeando cuidadosamente su trampa, por fin intentarían descubrir si Dani era una de los infiltrados. La rubia había quedado con Santana en el Lima Bean y decidieron poner en marcha el plan.
– Hola Dani... ¿Qué tal? – Dijo la latina.
– Bien... ¿Tú? – Respondió la otra.
– Un poco nerviosa... ¿Puedo confiar en ti? – Quiso saber Lopez.
– Claro.
– Brittany y yo vamos a tener nuestra primera vez.
– ¿Qué?
– ¿Conoces el almacén abandonado en la zona sur de la ciudad? – Dani asintió ante la pregunta. – Nos vamos a ver allí en una hora.
– Eso es muy peligroso, está muy apartado y no pasa nadie... Seríais muy fáciles de secuestrar. – Protestó la rubia.
– Tranquila. Nadie sabe nada... No nos buscarán allí... Lo tenemos todo planeado... Bueno, Wes, Stephanie y Puck lo saben porque están ayudando a Brittany a preparar todo... Pero sois nuestros amigos, no nos vais a delatar...
– No lo veo seguro... ¿Por qué no esperáis a tener vuestra casa vacía o algo?
– No puedo esperar...

Después de un rato intentando convencerla, Dani se quedó sola en la cafetería. Cogió el teléfono y realizó una llamada...
– Código rojo. Invisible y eléctrica van a estar solas en el almacén abandonado de la zona sur. Mandar inmediatamente a alguien. – Y después de decir esto, colgó y salió de la cafetería.
Lo que ella no sabía es que su amiga había dejado un mosquito para que la espiara. Kitty, que estaba en el almacén con todos los que habían hecho el plan se enteró de sus palabras y las compartió con todos. Brittany se puso muy nerviosa... Nunca le había gustado el plan porque Santana era la más vulnerable ya que ella estaba sola hasta que llegase. Ahora temía por la morena más todavía... Sin embargo, la chica llegó sin ningún problema y se refugió en el almacén con los demás. La rubia tenía a varios insectos repartidos en el exterior, por lo que pudieron enterarse cuando cuatro hombres rodearon el lugar y se escondieron, haciendo que nadie pudiera salir o entrar del lugar sin ser visto por ellos.
– ¿Por qué no entran? – Preguntó Marley.
Los hermanos Puckerman, Stephanie, Wes y Brittany estaban preparados para atacar a quien se acercara.
– Tal vez esperen a que salgamos. – Propuso Santana.
– No tiene sentido. Se supone que yo no tengo poder si voy a tener relaciones contigo... Es el mejor momento para atacar... Cuando salgamos podría ser que ya lo hubiera recuperado... – Dijo la ojiazul.
– Un momento... Dani, Ms Pillsbury, la entrenadora Sylvester y Ms Holliday se acercan a uno de ellos. Dejadme que me entere de la conversación. – Exclamó Wilde.

– ¿Alguna novedad? – Le preguntó la pelirroja a uno de los hombres mientras las cuatro se escondían junto a él.
– No hay ningún movimiento. – Dijo él.
– ¿Sabes si están dentro al menos? – Quiso saber Dani.
– No... No las hemos visto.
– ¿Ha aparecido alguien de “la organización”? ¿Crees que pueden haberse adelantado? – Interrogó Sue.
– No. Tenemos su sistema de comunicación pinchado desde que nos avisó Dani y ni siquiera se ha dado la orden de buscarlas... No saben que están aquí.
– Menos mal... No podemos volver a fallar... Ya tuvimos suficiente con que atraparan a eléctrica bajo nuestras narices. – Dijo Holly.
– Fue su culpa, si no hubiera visto a nuestros hombres, habríamos seguido recto en vez de desviarnos antes de su caída y los nuestros se hubieran encargado de atrapar a los de “la organización”. – Comentó la menor.
– La culpa fue del inútil que se mostró. – Dijo Holliday. – Brittany actuó como debió... Te recuerdo que no saben que los estamos protegiendo y que ya hemos evitado tres ataques...
– De todos modos... ¿Qué tiene la eléctrica que la hace tan especial? – Preguntó el hombre.
– No lo sé... Pero parece que quieren a esa chica y a su novia a toda costa... – Informó la mayor.
En ese momento Dani vio dos coches aparcados a varios metros de ellos.
– Mierda... Me han tendido una trampa. – Dijo asustada la rubia.
– ¿Qué? – Quiso saber Emma.
– El coche de los Pierce y el de los Puckerman están ahí. – Señaló la joven.
– ¿Y? – Quiso saber el hombre.
– Stephanie, Puck y Wes deberían haber salido antes. Y deberían haberse llevado al menos uno de los coches. – Comentó el menor.
– En ese caso no confiarán en nosotras... Hemos dado un gran paso hacia atrás... Si no confían en nosotras no los podemos proteger... – Aclaró Sue.

– Nos han descubierto. – Dijo Kitty. – No son de los malos, nos están protegiendo. Brittany... Cuando te secuestraron ¿Quién os guiaba?
– Dani. – Se adelantó Santana. – En el momento que nos desviamos parecía que perdió el rumbo y no sabía a donde ir...
– ¿Os desviasteis porque viste a unos hombres? – Preguntó la rubia.
– Si. – Confirmó la rubia.
– Eran del grupo de Dani... Han evitado que nos ataquen y vigilan para que la organización no venga a por nosotros... – Se sorprendió la chica.
– Tal vez debamos salir a hablar con ellos. – Propuso Jake.

Así lo hicieron. Todos salieron y se dirigieron directamente hacia donde estaban sus profesoras y Dani. Estuvieron un buen rato hablando todos. Los adultos informaron a los jóvenes de todos sus datos. Ellos tampoco sabían quienes podían ser los infiltrados, pero ahora lo investigarían ya que desconocían esa información. Acompañaron a los menores hasta sus casas, excepto Brittany y Santana que fueron con Dani al Lima Bean.
– Así que sospechabais de mí. – Dijo la rubia.
– Lo siento, no sabíamos si podíamos confiar en ti... – Se excusó Pierce.
– Para ser sincera, me alegro. Me gusta saber que os cuidáis... – Comentó la joven. – ¿Qué sospechosos os quedan?
– Blaine, Kurt, Quinn, Beiste, Mr Schue y Lily. – Informó la latina.
– Nunca confié en los Cheerios... – Dijo Dani. – Por eso siempre intentamos ocultar nuestros pensamientos cuando estamos en el instituto... Nunca se sabe...
– ¿Y los demás? – Preguntó la ojiazul.
– ¿Qué tenéis contra ellos?
– Lily se acercó a mí después de que Santana evitara que me secuestraran la primera vez. Mr Schue y Beiste me ofrecieron su ayuda. – Comentó Pierce.
– Investigaremos sobre ellos... Bueno, investigaremos sobre todo el instituto... Encontraremos a los infiltrados...
– Por cierto, ¿qué hacemos nosotros en las Cheerios? – Quiso saber Brittany.
– Sue necesitaba que os acercarais a un adulto para tener más protección. Sospechabais de Holly, por lo que ella no podía ser y Will os protege de Emma porque sospecha de ella, por lo que sólo nos quedaba Sue... – Respondió Dani.
– En ese caso... ¿Puedo salir ya? Tengo miedo de electrocutar a alguna chica... – Dijo la ojiazul.
– Ni se te ocurra. Queremos protegeros... Déjanos hacer nuestro trabajo.