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FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
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Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Daniii mujer...muy lindas las entrevistas..tierna la de Nicole...pero analizando creo que debes de encontrar algun encanto en hacer sufrir..jajajajajaj..ashhh Dios.... me mata la espera... ...gracias por actulizar.... besitos amiga ..cuidate mucho.. :)
karenmargi* - Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 11/05/2013
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
3:) escribió:holap dan,...
me gustaron las entrevistas,..
me divertí con la de niki,.. jajajaj
enserio britt dijo que san era o es Caliente, estúpida y peligrosa,.. jajajaja pero siempre sacan de contexto todo,. si lo abre escuchado mucho ajajajaj
nos vemos!!!
Hola Hola!
Me alegra que te gustaran jajaja :) niki es la mejor jajaj a! y jajajajajajajajajaj creo que si XD
Saludos
karenmargi escribió:Daniii mujer...muy lindas las entrevistas..tierna la de Nicole...pero analizando creo que debes de encontrar algun encanto en hacer sufrir..jajajajajaj..ashhh Dios.... me mata la espera... ...gracias por actulizar.... besitos amiga ..cuidate mucho.. :)
Hola ka :)
Me alegro que te gustaran ;) y jajajaja aqui traigo el capitulo que prometi ;)
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Capítulo 9
Semana 20
Faltaban aproximadamente siete días para la boda y mis nervios saltaban y se agitaban en el fondo de mi estómago.
Evelyn ayudaba y planificada lo más rápido que podía, siempre aportando ideas exóticas y extravagantes.
Le había comentado que me gustaba leer, y ella se emocionó dándome ideas acerca de hacer esculturas de hielo con la forma de mis libros favoritos; luego reflexionó y me preguntó si podía mandar a hacer esculturas de Santana y algunas mías.
Obviamente le dije que no, aunque creo que de igual forma encargó una para la boda y otra para ella, alegando que quería inmortalizar a su perro con una estatua en hielo en los pocos días que tenía de conocerla sabía que adoraba a su perro, Thor, con toda el alma siempre me mostraba fotografías del chihuahua enredado en algún suéter de cachemir o en algún gorro de lana cuando ella iba a casa, se encargaba de llevar al perro para que jugara con Carlo y para que Nicole lo cargara y vistiera a su antojo.
La pequeña estaba feliz de hacer nuevos amigos y conocer nuevas personas.
Evelyn siempre se aseguraba de tratarla bien y de no mirarla fijamente a la cara, en donde sus cicatrices se exponían en mayor grado y formaban un patrón que ocupaba la mitad de su rostro. Siempre la trató como a una igual, y eso nos gustó tanto a Santana como a mí.
Por su parte, Nicole no dejaba de darle sugerencias a Evelyn para que contratara a sus cantantes favoritos, y, aunque técnicamente podía pagar por algunos de ellos, le impedí gastar tanto dinero.
Mi mamá también quiso ser parte de todo, y se sintió herida cuando supo que habíamos contratado a una organizadora de bodas para planificar el evento antes de haber acudido a ella y su "excelente gusto en decoración".
Ella tenía cierto recelo contra Evelyn decía que una persona no podía tener el cabello tan rojo sin que una parte de los químicos del tinte no le hubieran afectado el cerebro.
Justo nos encontrábamos ubicando a los invitados en las que serían sus mesas, cuando mamá sugirió que quería sentarse junto a papá, y dejó caer una bomba: Susan y él habían terminado su relación.
-Oh, y ¿cariño? -dijo también, aprovechando mi estado de completo shock- Tu tía Shelby habló conmigo hace unos días dijo que no sabía si su invitación, y la de Rachel, se perdieron entre los papeles, porque resulta que nunca las recibió.
La miré con ojos perplejos durante unos segundos, olvidándome de la amable Susan con su carismático acento francés y sus recetas de cocina vegetariana; concentrándome en lo último que dijo.
Tragué el enojo antes de responder:
-No recibió la invitación porque sencillamente no se la envié a ninguna de las dos.
Mamá hizo una mueca.
-Pero, calabaza, son parte de la familia sabes que la abuela Rose no permitirá esta desunión entre…
-Mamá -la detuve-¿crees que sería capaz de invitarlas como si nada hubiera pasado? Me hicieron mucho daño, en especial Rachel No pienso compartir con ellas mi momento especial.
-Pero, pastel de calabaza…
-No, no digas más.
-De acuerdo, aunque yo… accidentalmente les di la ubicación de la boda -se disculpó con un encogimiento de hombros.
-No puedo creerlo -murmuré, molesta. Mi humor estaba cayendo en picada. Últimamente me la pasaba muy enojada, acalorada y frustrada por cada pequeña cosa que me pasaba, hasta por el tiempo perdido intentando ir al baño a vaciar mi vejiga ni siquiera Santana se atrevía a llevarme la contraria en estos días y la había mandado a dormir en el sofá como unas diez veces durante la semana pasada ¿Ahora mamá se atrevía a decirme que invitó “accidentalmente” a Rachel y a mi tía? Bien. Que se atuviera a las consecuencias si se le ocurría decir algo más.
-Lo siento, Britt -se disculpó- entiéndeme que...
Levanté la mano, deteniendo lo que sea que fuera a decir.
-¡Pero claro que te entiendo! Siempre dejaste que ella te pisoteara y nunca te defendiste estoy cansada de agachar la cabeza como si fuera un ratón asustado. Si digo que ellas no vienen a mi boda, es porque no vienen, y punto. A menos que quieras ofrecer tu lugar por el suyo, ¿estás dispuesta a no venir a la boda?
-Agg, eres imposible -dijo ella- Estás demasiado irritada, lo sé porque yo también me puse así cuando te esperaba. Tu padre durmió en el sofá más veces de las que puedo contar con los dedos de mis manos. Pero no seas mala, no tienes un hueso de malvada en tu cuerpo, no dejes de invitarlas…
-No, no, no. Detente ahí, ¿estás hablando en serio? -alcé la voz.
Evelyn, quien se había quedado anonadada viéndonos discutir, finalmente se repuso del shock y parpadeó varias veces antes de sonreír y obligarnos a detenernos. Guardando varios esquemas de cómo iban a estar ubicadas las mesas, ocultando los papeles lejos de nosotras, como si fuéramos a generar un tornado en cualquier momento.
-De acuerdo, las dos -dijo ella titubeando y pareciendo neurótica- hagamos una tregua. No sé quiénes sean ellas, tu prima y tu tía, pero…
-Son unas desquiciadas – interrumpí- Una es ninfómana que se mete entre las piernas lo que sea que le provoque movimiento, y la otra es una tacaña egoísta que tiene más dinero que su hermana menor pero nunca quiso contribuir en nada.
-Alto ahí, jovencita -se metió mamá- Tu tía nos ayudó mucho al hacernos el favor de darte trabajo cuando lo necesitabas y…
-¡Me trataba como un trapo sucio! Ni siquiera le importaba, simplemente se alejaba de los problemas, siempre con su trasero levantado.
-¡Eso no te lo permito! Shelby fue muy considerada…
-¿Considerada? ¿Cuándo? ¿Cuándo me regalaba la ropa que le sobraba a Rachel? ¿Cuándo me permitió vivir en el departamento de su hija aun sabiendo que ella era una psicópata que intentó hacer que mi ex novio me violara?
-Ay, Dios -dijo Evelyn por lo bajo-¿Están hablando de una novela o es vida real?
Ni siquiera me molesté en responderle.
-¡Claro que Shelby no lo sabía! Ella me llamó pidiendo disculpas, avergonzada de que su hija actuara de esa manera.
-Deja de ponerle excusas, mamá. Fue un asco contigo, no la defiendas ahora.
-No la estoy defendiendo, es que…
-¡Basta! -grité sintiéndome cansada repentinamente- Ya no quiero seguir hablando de ella.
Mi voz fue bajando hasta que se hizo un susurro, y el silencio fue presente entre las tres. Mis ojos comenzaron a empañarse y mi fuerza de voluntad se evaporó por completo.
-Lo siento -me disculpé con mamá después de unos segundos. Ella no merecía que la tratara de esa forma- Sé que solo querías –sollocé-hacer algo bueno, pero no…
Dos grandes gotas de lágrimas se escaparon de mis ojos. Ni siquiera sabía por qué estaba llorando, solo tenía en mente que necesitaba llorar más hasta desahogarme por completo.
-Calabacín -susurró ella- Tengo cuarenta y cuatro años, en los cuales, veinte, fueron los que conviví con mi hermana. No la estoy defendiendo y no la quiero defender… Lamento haberme puesto de esa manera. Sé que ella ha dejado que Rachel se le saliera de las manos, pero por eso quiero que me entiendas. Tú, mejor que nadie, sabe que es difícil ignorarlas. Solo quería que... quería que... Aggg.
Gimió de repente.
-Siento pagarlas contigo -repetí. Mamá se quedó estupefacta en su asiento, viéndome con la boca abierta y al borde de las lágrimas- No tengo excusa.
Ella negó vigorosamente.
-Es mi culpa. Parte de mí todavía cree que mi hermana sigue siendo la misma chica que se crió conmigo. O para el caso, cada vez que pienso en Rachel, me cuesta creer lo maliciosa que puede llegar a ser una persona. Solo pido que me escuches.
-Lo siento -dije una vez más- No sé qué me pasa; por un momento pensé que todo se me había venido abajo; no quiero ver a Rachel en la boda y eso me pone irritada. O tal vez se deba a que me duele la espalda, y mis tobillos se ven hinchados y enormes... O a que no tengo ningún control sobre mi vejiga, ¡necesito ir al baño cada diez o veinte minutos! Lo detesto; así como también detesto sentir calor todo el tiempo. A veces solo quiero meter mi cabeza en la nevera y no salir nunca -Lloré sin pudor. Sorbiendo los mocos contra la palma de mi mano… Y para variar, están todos estos temores de ser madre- en especial cuando son dos bebés en lugar de uno... como si yo hubiera aceptado alguna ganga o una oferta especial.
-Calabaza, lo entiendo. Ya te dije que... Espera, ¿qué? -mamá balbuceó entre lágrimas- …Do… do ¿dos?
Lloré un poco más, sintiéndome estúpida porque no podía me ¡Se lo había contado finalmente a alguien que no era Shio! De alguna manera no se sentía liberador; era más bien como gritarle al mundo lo patética que era mi situación. Me sentía torpe y algo tonta por ser la chica que se embarazó de su novia por un error de la doctora… y que de remate tendría gemelos.
Yo era ridícula.
-¿Pero qué haces todavía ahí sentada? -le urgió Evelyn a mamá cuando notó que ésta no se movía-¡Ve a abrazarla! Ay pero cuánto drama se hacen en las bodas… Ufff, mi mascara no es a prueba de agua -agitó sus manos frente a sus ojos llorosos- No puedo creerlo.
Mamá se levantó con pasos temblorosos. Se sentó a mi lado, tomando mis manos para acariciarlas y darme suaves masajes como solía hacer cuando era pequeña.
-¿Por qué dos bebés? ¿De qué hablas?
Tragué saliva antes de responder cualquier cosa.
-Son gemelos. Los bebés...
-Ay por…-llevó sus manos a la boca, dejando la frase a la mitad- No puedo creerlo. ¿Estás bromeando conmigo? ¡Gemelos!
Lanzó un chillido que casi me dejó sorda.
Negué con la cabeza, confirmándole que no era una broma.
-Está bien -dijo ella, inhalando y exhalando aire rápidamente para tranquilizarme, o para tranquilizarse, como sea, no estaba funcionando- Lo sobrellevaremos. No hay problema.
-Santana no lo sabe todavía –comenté-¿Estoy haciendo bien o mal? ¿O simplemente me estoy portando como una estúpida?
-Mmm, ¡¿y por qué no se lo has contado?! Merece saberlo. Seguro se pone contenta...
¡Dos bebés! -chilló de nuevo-No sabes lo feliz que me haces.
-No es tan fácil decirle a Santana... Sé que un solo bebé es mucha responsabilidad. Dos, son una catástrofe a punto de suceder. Tengo diecinueve años, mamá. No sé ni cómo cuidar un pez… muchísimo menos un bebé. Y Santana… Bien, no quiero que huya de nuevo cuando sepa la noticia; ella es lo suficientemente inmadura por las dos; además, soy una cobarde miedosa... O simplemente no quiero perderla.
-Oh, cariño, no lo eres. Está bien estar asustada… Ella de verdad lo echó a perder todo cuando te dejó. Esa cabrona guapa, todavía no se lo perdono. Lloraste mucho en su ausencia; pero aquí me tienes para ayudarte. No estás sola, ¿sabes? Yo también pasé por un momento difícil en el que no sabía nada de nada. Nunca dejaría de ayudarte con esta situación.
Evelyn nos interrumpió con un sollozo muy fuerte.
-Lo siento -dijo cuándo volteamos en su dirección- es que amo las comedias románticas Britt, tú y Santana serían perfectas para una película. La llamaría: “Ella sabe algo que ella no” ¿No les parece perfecto el título?
-Creo que esta sería la secuela -sonreí sin querer- La primera se llamaría “Santana sabe algo que ella no…
-Pero, chica, no sé por qué te preocupas por eso. Hay madres que ni siquiera se enteran que van a tener gemelos hasta la hora del parto. Eres muy afortunada por tener esa anticipación.
Me encogí de hombros, y retiré todo el exceso de lágrimas que había acumulado. Mis manos estaban temblorosas cuando las puse sobre mi vientre y acaricié mi estómago.
-No puedo creerlo -murmuró mamá viendo la dirección a la que habían parado mis manos-¡Voy a ser abuela de dos pequeños! Aww, serían tres si contamos a Nicole.
Sonreí enormemente.
Por supuesto que consideraba a la pequeña como una más de la familia; ella y todos los chicos lindos de los que estaba enamorada.
-Y ahora voy a casarme -dije cuando la realidad de la situación me golpeó con fuerza- Me voy a casar a los diecinueve… y embarazada. Me siento estúpida.
¿No era todo esto muy apresurado? Primero bebés, luego boda. Lo siguiente sería… no, no podía imaginar qué más pasaría.
-No tendrás dudas con la boda, ¿verdad? -saltó a decir Evelyn.
Me apresuré a negar con la cabeza.
-Para nada. Tal vez sea demasiado joven, pero no, no se siente un error con Santana Seré tonta porque la quiero de esta forma…No lo sé.
-Oye, no importa lo que los demás digan, si crees que la luna es de queso, entonces lo es -dijo Evelyn con una enorme sonrisa que opacaba hasta la luz del sol- Es normal que las novias se sientan nerviosas unas semanas antes de la boda; es válido. No te agobies por cosas de las que después te puedes arrepentir, cielo. Además, ya mandé a esculpir los arbustos del jardín con la forma de ustedes dos. No me hagas deshacerlo, no cuando el jardinero no dejaba de verme las piernas y de coquetearme en un idioma que, creo, era el alemán.
Se estremeció de forma graciosa, llevándose lo último de mis lágrimas y de mis dudas.
Sonreí y negué con la cabeza. Esta mujer era difícil. Ni siquiera me había dejado ver un vistazo de lo que tenía planeado para la boda; nada.
-¿Arbustos? -preguntó mamá reponiéndose de las lágrimas al igual que yo-¿pensé que habíamos quedado en estatuas reales? Quiero el rostro de Britt esculpido en piedra, señorita. Y recuerda que los invitados tienen que llevar máscaras…
-Alto ahí -dije, seria-¿máscaras? ¿Qué están planificando? ¿Una fiesta del siglo XIX o una boda?
Mamá y Evelyn comenzaron a hablar al mismo tiempo, restándole importancia al asunto.
Rodé los ojos y me llevé una mano a la cabeza mientras las escuchaba discutir sobre el color de los manteles para las mesas.
Esa tarde tenía cita con la doctora Pillsbury, para una revisión de rutina y el chequeo normal de los bebés. Pasé toda la semana desojando margaritas para saber si debía o no revelarle el secreto a Santana, pero finalmente decidí que lo mejor sería decirle. Quería conocer su reacción de una vez por todas, nada de esperar hasta que fuera demasiado tarde; necesitaba saber cómo le caería la noticia, y qué mejor que saliendo de boca de la doctora; o al menos cuando viera la ecografía.
Así que esa mañana, antes de que saliera de casa, le había dicho que me harían un ultrasonido y que podría escuchar latir el corazón de los bebés. Le dejé en claro que la quería a mi lado y que al final de la consulta le daría una pequeña sorpresa. Estaba emocionada y no dejaba de comentárselo ella también se emocionó, y podría jurar que estaba aliviada cuando finalmente le permití ser parte de las visitas al médico; por lo que en realidad fue una gran sorpresa cuando esperé para que me llevara con la ginecóloga, y no hubiera aparecido todavía esa tarde.
Marqué por quinta vez su número de teléfono hasta que me saltaba al buzón de voz.
-¿Todavía no viene Santana por ti? -me preguntó su abuela. Solo estábamos ella y yo en casa.
-No -dije revisando mi teléfono una vez más- Ya va a ser hora de que me vaya. Pediré un taxi.
-¿Quieres que te acompañe?
-No es necesario… tal vez ella aparezca en el consultorio. Es muy probable que llegue con cientos de flores y me pida perdón por no llegar a tiempo -sonreí para quitarle peso al asunto- De verdad que no es un problema.
-Bien. Pero me sentiré mejor si te acompaño. Déjame ir por un abrigo y llamamos a ese taxi.
Ella se apresuró a subir las escaleras, tarareando una melodía romántica mientras avanzaba.
Suspiré y le envié un mensaje de texto a mi desaparecida prometida.
No respondió.
Llegamos a la clínica, y la sala de espera estaba repleta de mujeres en sus avanzadas etapas del embarazo. La mayoría estaba siendo acompañada por sus parejas, sonriendo u hojeando revistas sobre productos de limpieza y comida para bebés.
Reconocí a una de las mujeres que iban conmigo a las clases de Tina Ella me saludó con la mano cuando me reconoció, y luego volvió a hacerle arrumacos al hombre a su lado.
Gertrude me hizo señas para que me sentara en el único asiento vacío en la habitación.
Me senté, y al instante alguien le cedió la silla de al lado a ella.
-¿Ves a mi nieta por alguna parte? -me preguntó analizando a todos en la sala.
-No -dije con un tono de voz lastimero- Tampoco me responde el celular. Intenté llamarla durante todo el viaje en taxi pero…
-Brittany Pierce -interrumpió la voz de una de las enfermeras ayudantes. Alcé mi mano para que sus ojos me encontraran-¿Tienes cita con la Dra. Pillsbury? -no esperó a que respondiera y simplemente volvió a hablar- Ella está en sala de operaciones ahora mismo, atendiendo un parto de emergencia. Te va a atender la otra doctora de turno Consultorio 75B.
No me dejó responderle cuando ya estaba llamando a alguien más para que pasara a su cita con uno de los otros médicos que también trabajan en el lugar.
Me levanté con dificultad de la silla, mis pies dolían demasiado y mi cuerpo se sentía cansado y pesado.
Gerty me ayudó a caminar, apoyando su mano por mi cintura, mientras le sonreí con una disculpa dibujada en la cara.
Intenté llamar una vez más a Santana, pero no me respondía. Sólo a ella se le ocurría desaparecer cuando le quería contar acerca de los gemelos. Estaba por enviarle otro mensaje de texto, cuando, la misma enfermera que me había nombrado en la sala de espera, apareció frente a mí con el ceño fruncido.
-Aquí no se permite el uso del celular -dijo amargamente- Tampoco se permite otra persona aparte de tu pareja en el consultorio -le lanzó una mirada agria a mi acompañante antes de enfocarse de nuevo en mí-La Dra. Gray te atenderá ahora.
Me tomó del brazo y me apresuró hacia el pasillo.
-¡Oiga! -gritó la abuela Gertrude-¿cómo sabe que ella no es mi pareja?
La malévola mujer vestida de blanco se detuvo a mitad de camino y se giró hacia ella, elevando una ceja y haciendo una mueca en los labios.
-¿Su pareja?
-Sí, en estos tiempos ya no se sabe quién es quién, y qué es quién. Me estaría ofendiendo si ella fuera mi pareja.
-De acuerdo -dijo la mujer todavía sujetando mi brazo- Entonces… ¿es usted o no pareja de la señorita Pierce?
-No, pero sería bueno que la próxima vez preguntara.
-Me acaba hacer perder un valioso minuto de mi tiempo -dijo ella secamente-Espere en la sala. Y tú -miró en mi dirección-al consultorio y te quitas la ropa inmediatamente.
-¿La ropa? -me quejé- Espere, ¿qué?
-Sí -dijo caminando a toda prisa- y espero que venga con la vejiga llena. Ayuda con la claridad de la imagen.
-¿Qué? -dije mientras caminaba con velocidad para igualar su paso, dejando atrás a la abuela Gerty- La Dra. Pillsbury no me pide que me desvista por completo. Lo suficiente para mostrar mi abdomen pero…
-Ella misma pidió la ecografía transvaginal. Desvístase de la cintura para abajo.
-¿Ecografía transvaginal? ¿Qué es eso?
Ella me ignoró mientras finalmente ralentizaba el paso. Le volví a hacer la misma pregunta, hasta que finalmente suspiró en voz alta.
-Eso significa que meterán una sonda por tu conducto vaginal -miró en dirección a entre mis piernas mientras suspiró una vez más- Niñas. Piensan que se pueden embarazar a los quince y no tener consecuencias.
-No tengo quince -me defendí.
-Adelante -dijo señalando una puerta blanca en donde se leía el nombre de la obstetra Gina Gray- Estamos faltos de personal, así que espero que sepa lo que se va a hacer ahí adentro. Entonces, ¿ llena sí o no?
Mi rostro se encontraba totalmente rojo a esas alturas de la conversación. Todavía no podía superar la incomodidad que sentía de tener a alguien revisando en mis partes privadas... o hablando de ellas.
-No -negué con la cabeza- Fui al baño antes de venir aquí.
Ella suspiró con cansancio.
-Bien, vendré con dos botellas de agua. Pase de una vez.
Con eso se fue, apretando su impecable pantalón de tela mientras apresuraba el paso.
¿Por qué justo hoy la Dra. Pillsbury tenía que ir a un parto de emergencia? ¿Por qué Santana no estaba a mi lado?
Me demoré en abrir la puerta, intentando revisar alguna llamada perdida en mi celular, pero sintiéndome fracasada cuando no encontré nada.
-Consultorio -gritó alguien a mi lado. Era la amargada mujer de hace rato- aquí hay agua. Tómala toda. Las dos botellas enteras.
Me pasó el agua, y yo balbuceé algo entre dientes.
-¿De verdad me tengo que tomar todo esto? -me quejé.
-Exacto -dijo ella mientras desaparecía por el largo pasillo.
Rodé los ojos y entré finalmente al consultorio.
Lo primero que vi fue un bonito y elegante mueble de escritorio que parecía antiguo y caro. Lo segundo, a una hermosa mujer de mediana edad, de cabello blanco, sentada frente al elegante objeto.
Ella despegó la vista del papel en el que estaba escribiendo, y sonrió con calidez genuina al verme.
-Adelante, siéntate -dijo con voz amable- La Dra. Pillsbury me dijo que me encargara hoy de la cita. Le surgió una emergencia con una de sus pacientes -entonces vio las dos botellas de agua en mis manos- Ah, y veo que ya conociste a Patricia.
Tomé asiento en una de las dos sillas, e intenté relajarme mientras asentía con la cabeza.
-Perdona lo tosca que es -habló en tono suave- Siempre es así con chicas de tu edad; su hija tenía dieciséis cuando se embarazó y tuvo complicaciones en el parto. Murió de una hemorragia y no se pudo hacer nada por salvar al bebé. Fue algo trágico.
Hice una mueca y destapé una de las botellas para beber un sorbo. Seguro entendía su amargura ahora.
-Y bien, vamos a revisarte después de que bebas tu agua. No es necesario que la tomes toda -se rio en voz alta- Patricia es una exagerada.
Hablando de ella estábamos, cuando la mujer apareció de repente y se paró frente a mí.
-¿No se ha bebido el agua? Querido Dios esta juventud desobediente -suspiró y se movió alrededor de la doctora, alcanzando una bata para lanzármela en el hombro- Póngase esto, jovencita.
Ella se dirigió hacia el área de consulta y empezó a mover algunas máquinas mientras yo me tomaba el agua obedientemente. Ya no quería beber más, pero esa mujer me daba miedo.
-Bien, Brittany -dijo la doctora- En tu informe dice que esperas gemelos. ¿Cuántas semanas más o menos?
Tragué un poco de agua antes de responder.
-20.
Empezó a hacerme otras preguntas de rutina. Chequeó mi nivel de azúcar en la sangre, me preguntó por casos de diabetes en mi familia, palpó mi vientre algo abultado y finalmente terminé la primera botella de agua (aunque seguía sin entender en qué me iba a servir eso).
Me cambié en el baño privado, despojándome de mi vestido y revisando a escondidas por si Santana me respondía siquiera el mensaje. No quería preocuparme, pero ella seguía sin dar señal de vida. Marqué su número una vez más, y como se hacía usual, me mandó al buzón de voz.
Finalmente salí con la bata puesta, desnuda de cintura para abajo; con los pies descalzos pisando las baldosas del frío suelo, y con ambas manos tratando de cerrar la gran abertura de la parte trasera de la bata.
-Excelente, ahora sube aquí -dijo la doctora al verme; palmeando el extraño mueble en el que iba a acostarme- Cuando estés cómoda, abre bien tus piernas y pon tus pies sobre los esbirros de metal. Tu doctora me dijo que hoy haríamos una ecografía transvaginal para tener un bues vistazo de tu matriz, y descartar extrañezas en los ovarios. Así que no tienes de qué preocuparte, linda, no sentirás nada de dolor. Será algo intrusivo pero nada más, prometo que ni sentirás la sonda.
Me recosté así como me lo pidió, y me concentré en mirar hacia el techo, respirando hondo para tranquilizarme y no sentirme nerviosa mientras vergonzosamente me abría de piernas para otra persona.
La enfermera malhumorada seguía en el consultorio, regañándome con la mirada por dejar un bote lleno de agua cuando se suponía que me lo iba a terminar.
Escuché cómo la doctora se colocaba los guantes y empezaba a mover la famosa sonda en mi dirección. Tarareé mentalmente mientras ella observaba a la pantalla del monitor con bastante interés y enfocaba la imagen en blanco y negro de mis bebés.
-Veamos, ¿qué tenemos aquí? -se mordió el labio inferior mientras trataba de apreciar la imagen- Los latidos suenan fuertes, se miran seguros y… Espera un segundo.
Ella congeló la imagen en blanco y negro, ladeando la cabeza como si se encontrara en un dilema.
-¿Te dijo la Dra. Pillsbury que tendrías gemelos? -preguntó finalmente.
Asentí repetidamente.
Ella hizo una mueca exagerada.
-Sí, son gemelos, pero también está este por aquí -señaló hacia un punto en blanco en la imagen-No sé cómo se le pasó por alto.
-¿Qué se le pasó por alto? -inquirí en un tono preocupado. Me levanté sobre mis codos y observé su rostro pragmático.
-Mmm, querida, vas a tener tres bebés. Dos están en el mismo saco -señaló la imagen- y el otro está en uno diferente. Probablemente a ella se le pasó por alto, o estaba demasiado pequeño todavía como para ser visto. Pero claramente son trillizos.
Boqueé por un momento, ¿dijo tres? ¿Trillizos?
-M… ma… ¿qué? -solté angustiada-Per… ba… co…
-¿Brittany? ¿Estás bien? Está muy pálida.
Su voz se escuchaba lejana a mis oídos.
¿Ella había dijo tres?
-¿Tres bebés? ¿Có… cómo? ¿Caben tres? -balbuceé fuera de control.
De pronto me faltaba el aire y me costaba respirar.
¿Tres?
Mierda, mierda, mierda, mierda.
Mi visión se fue oscureciendo lentamente.
-Patricia, trae agua, creo que se va a desmayar -fue lo último que escuché de la doctora porque, efectivamente, me desmayé.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola Hola
Bueno aqui otro capitulo jajaja ya sabemos de cuantos bebés tendra Britt jajaja que piensan ??
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Pobre Britt!!!! Detesto de verdad cuando San desaparece y después vuelve como si nada hubiese pasado:/:.
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
holap dan,...
no jodas cada ves mas peor san, nunca va a ir a las consultas va o si llega a ir britt va a tener un kinder en el vientre jajajaja
en serio otra vez rachel a ver si llegan a la puerta de la iglesia jajaja,.. a ver como terminan los preparativos???
nos vemos!!!
no jodas cada ves mas peor san, nunca va a ir a las consultas va o si llega a ir britt va a tener un kinder en el vientre jajajaja
en serio otra vez rachel a ver si llegan a la puerta de la iglesia jajaja,.. a ver como terminan los preparativos???
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Hola Daniiiiiiiiiiiii...Gracias por actualizar de verdad me ha causado mucha risa y me ha ayudado como entretenimiento en un momento necesario jajjaaja....que frase “Ella sabe algo que ella no”... ...muy original....trillizos???? probre Britt.....mmm Santana....no juzzguemos tan rápido pero debería avisar no????......ajjajajaja....please no dejes de actualizar ...yo prometo estar pendiente ..... te mando muchaa brisa y sal de mar......feliz semana....
karenmargi* - Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 11/05/2013
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
monica.santander escribió:Pobre Britt!!!! Detesto de verdad cuando San desaparece y después vuelve como si nada hubiese pasado:/:.
Saludos
Hola Hola!
Ya veremos que paso ;)
Saludos
3:) escribió:holap dan,...
no jodas cada ves mas peor san, nunca va a ir a las consultas va o si llega a ir britt va a tener un kinder en el vientre jajajaja
en serio otra vez rachel a ver si llegan a la puerta de la iglesia jajaja,.. a ver como terminan los preparativos???
nos vemos!!!
Hola Hola!
Ya veremos porque no fue ;) ! y jajajajajajja britt mataria a rach !
Saludos
karenmargi escribió:Hola Daniiiiiiiiiiiii...Gracias por actualizar de verdad me ha causado mucha risa y me ha ayudado como entretenimiento en un momento necesario jajjaaja....que frase “Ella sabe algo que ella no”... ...muy original....trillizos???? probre Britt.....mmm Santana....no juzzguemos tan rápido pero debería avisar no????......ajjajajaja....please no dejes de actualizar ...yo prometo estar pendiente ..... te mando muchaa brisa y sal de mar......feliz semana....
Hola Hola Ka :)
jajajajajajaja me alegra que te gustara ;) y obvio jajajajaj y buajajajajja ya veremos si son trillizos ! y ya veremos que paso con San !
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Capítulo 10
Mis ojos se abrieron lentamente y con cuidado; mi cabeza dolía y sentía mi cuello tenso y con calambres.
Intenté recordar dónde estaba o qué fue lo último que estuve haciendo, cuando, me encontré con la mirada preocupada de la doctora Gray, e inmediatamente toda la información de lo que pasó en los minutos anteriores entró en mi cabeza como un rayo.
Me llevé una mano a la frente y comencé a cerrar los ojos de nuevo, negando repetitivamente y boqueando como pez.
Trillizos. ¿Trillizos? Iba a matar a Santana la.iba.a.matar.
¿Cómo era posible que estuviera esperando tres bebés? Ni siquiera podía pensar con claridad acerca de tener dos... ¿cómo iba a hacer con tres?
Me quejé en voz alta, estirando mis brazos y tratando de doblar mis dedos con fuerza.
-¿Brittany? ¿Ya estás mejor? Patricia, agua, rápido -dijo la doctora sin dejar de morderse el labio inferior.
-¿Ya despertó? -escuché otra voz viniendo desde el fondo. Mi cabeza dolía y me palpitaban las sienes ¿Britt?
Parpadeé repetidamente hasta que me acostumbré a la luz del consultorio. La ecografía de los trillizos todavía estaba congelada en la pantalla, haciendo un recordatorio permanente del por qué me había desmayado en primer lugar.
Tragué saliva y casi me eché a llorar frente a la mujer que no dejaba de verme con preocupación. Tenía ganas de preguntarle si es que acaso yo estaba castigada de por vida, pero dudé en el último minuto.
¿Qué iba a hacer con tres niños? ¿Cómo? Ni siquiera podía imaginar qué cuidados necesitaba un bebé, mucho menos tres al mismo tiempo.
-¿Brittany? Ay, corazón -la otra voz tomó forma delante de mis ojos, era Gertrude, acariciando mi mano derecha mientras se acercaba a mi rostro para darle un beso a mi - ¿Cómo te sientes?
Deprimida. Cansada. Abatida.
-Con un poco de dolor en la cabeza -dije en su lugar.
La doctora rápidamente se puso a mi lado, alcanzándome una botella de agua y pegándola a mis labios para que diera pequeños sorbos.
-No sabes cuánto lo siento -;se disculpó ella apresuradamente- Mandé a llamar a tu familiar de la sala de espera para que no te despertaras viendo gente extraña en una habitación. Lo siento
Arrugué la frente, apoyándome en mis codos para tener una buena vista de la imagen en la pantalla, sintiéndome una vez más en pánico y en shock. No lograba ver con claridad a ninguno de los bebés, lo único que divisé fueron círculos que tomaban forma si lograba entrecerrar los ojos o al menos distinguí a los gemelos, que eran los principales en la fotografía. Pero de ahí no lograba encontrarle forma a la tercera mancha que se había colado por sorpresa Habían dos círculos, solo.
La Dra. Gray notó en dónde tenía puesta mi atención, y su rostro enrojeció desde la punta de las orejas hasta el mentón.
-De acuerdo. Todo esto es mi culpa -dijo ella con severidad-No debí decir esas cosas así, tan a la ligera. Me disculpo.
Tragué saliva y negué con la cabeza, sintiendo un nudo en la garganta.
Mierda. ¿Qué iba a hacer con tres bebés? Debería ir buscando un nuevo trabajo. Tres bebés agotarían los recursos económicos de Santana, más si se parecían a ella.
-Es que la noticia me tomó muy, muy por sorpresa -contesté en voz baja. Era una madre terrible, ni siquiera podía distinguir bien entre mis hijos de cinco meses.
¿Por qué tenían que ser tres? ¿Esto era una prueba acaso? Porque de verdad me sentía jodida. Mi cuerpo sufriría ciertos daños, por no imaginar que Santana iba a dejarme lo sabía ella me dejaría después de esto.
¿Qué chica joven, en sus plenos veinticuatro años querría atarse a una mujer con trillizos?
Nicole estaría encantada, su banda de chicos estaba en proceso de formarse.
Bufé y comencé a sollozar débilmente. Tenía que ser fuerte, tenía que ser fuerte
-No, no entiendes, cielo-confesó repentinamente la doctora, se miraba avergonzada- Soy pésima haciendo esto, pensé que ya sabías cómo lucía una ecografía normal. Solo intentaba bromear un poco. Siempre lo hago con mis pacientes es claro que vas a tener gemelos. Ese hecho no se puede cambiar, y no hay manera de meter uno más en el paquete
Mis oídos escucharon la noticia pero a mi cerebro le costó procesar la información.
-¿Cómo? -pregunté, insegura.
-Son gemelos, cariño.
-Pero, ¿y el tercero? -señalé la mancha blanca que ella me había mostrado en primer lugar.
-Ese es el útero, no un bebé -dijo agachando la cabeza- De verdad me siento arrepentida, pensé que ya lo sabrías diferenciar. Obviamente no es así Simplemente quise bromear.
Si fueran trillizos, la doctora P ya te lo hubiera dicho sin ninguna duda.
Miré en dirección a la abuela de Santana, tenía los ojos húmedos y no dejaba de sonreír, como si estuviera orgullosa de mí. Regresé la vista a la doctora.
-No entiendo.
-Ay, cielo. Yo solo intentaba romper el hielo; son gemelos y ambos están en perfecto estado de salud.
Parpadeé unas millones de veces antes de fruncir el ceño.
La gente vivía haciéndome bromas no tan graciosas. Ella y mi prima tenían un sentido raro del humor.
Entonces me enojé.
-¿Era una broma? -negué con la cabeza- No lo creo-¿cómo alguien puede bromear con eso? No es gracioso.
-De verdad lo siento. Pregúntale a Patricia si quieres; me conocen por mi variado sentido del humor. En serio creí que te reirías conmigo pero en su lugar te desmayaste. Nunca me había pasado esto bueno, algunas madres no se lo toman con agrado .
-Está bien. Quiero irme.
Hice el intento de levantarme pero una mano callosa se apoderó de mi codo y no me dejó moverme de lugar.
-Brittany No hagas tanto esfuerzo; te vas a cansar muy rápido -me dijo Gerty, ayudándome a recostar mi cabeza.
-Es que no entiendo por qué alguien haría una broma como esa -fruncí el ceño y miré de forma asesina hacia la canosa mujer que todavía lucía roja y avergonzada- Es tan poco ético y profesional. No es justo estoy muriendo porque son gemelos, y luego bromean conmigo y me dicen que son trillizos ¿Quién hace eso?
La furia pronto se transformó en gruesas lágrimas, y las lágrimas dieron paso a una culpabilidad enorme; la culpabilidad trajo más lágrimas, y finalmente llegó la furia de nuevo.
Me bajé del incómodo asiento y regresé corriendo hacia el baño en donde había dejado mi ropa.
Que Santana se preparara porque no me sentía muy contenta con absolutamente nadie. Tenía ganas de buscar pelea, y ella definitivamente la tendría por no estar a mi lado y no responder mis llamadas.
Pronto mi furia se opacó, y lloré desconsoladamente en el baño, recriminándome por no ser esa clase de chica que se alegraría por tener un hijo menos. Pero la tristeza fue efímera, y de nuevo la furia se hizo cargo.
Salí echa un huracán de ese consultorio y de la clínica, ignorando a la amargada Patricia, y a la arrepentida Dra. Gray que no dejaba de repetir que ella siempre hacía las mismas bromas a sus pacientes
Lo único que quería hacer era perderme y salir corriendo; pero mis pies eran lentos y tenía hambre.
La abuela de Santana no había dicho nada en todo ese tiempo, tal vez notando mi estado de ánimo por los suelos, siguiéndome dos pasos atrás mientras yo no dejaba de expulsar humo por las orejas y de darle miradas sucias a todo el que se pusiera enfrente.
Finalmente ella me agarró del codo y me encaminó hacia una cafetería justo en frente de la clínica, cruzando la calle de dos carriles.
Inmediatamente entramos y el aire acondicionado nos recibió eso, y una chica de metro cincuenta llamada Ally que nos sentó cerca de la ventana.
Ordené un croissant de chocolate y una bebida sin azúcar, todo eso dicho con voz amarga y resentida. Quería llorar o golpear cosas.
-Britt -finalmente habló Gerty, rompiendo el silencio incómodo. Dudó antes de continuar hablando- Déjame platicarte de algo curioso que me gusta llamar El Fenómeno López
Fruncí el ceño, confusa porque no estábamos discutiendo el pésimo humor de la no tan profesional doctora.
La observé fijamente durante unos segundos, preguntándome si ella llegaría a indagarme sobre los gemelos porque, quisiera o no, se enteró de mi pequeño secreto al final de cuentas.
-Es algo muy peculiar que sucede y ha sucedido durante generaciones dentro de los López -continuó diciendo, recortando pedacitos de la servilleta que se encontraba puntualmente doblada sobre la mesa- e involucra ojos cafés y gemelos.
Tragué saliva, evitando mirarla porque me sentía nerviosa al respecto.
-Te apuesto a que identificarías a un López aunque lo vieras durante solo un segundo.
Tienen rasgos característicos, similares, y todos son portadores de hermosos ojos cafés; algunos en distintas tonalidades. Tal vez claros como los de Nicole, y otros aún más profundos que los de Santana.
-¿Todos? -pregunté con cierta duda, comenzando a romper pedacitos de mi servilleta al igual que ella.
Gertrude asintió fervientemente con la cabeza.
-Y los hombres Oh mi Dios, son testarudos -se rio en voz alta- yo me casé con uno, el abuelo de Santana. Atractivo, peligroso y posesivo sencillamente me atrapó cuando se enfrentó a mi padre y pidió mi mano.
Sonrió, perdida en sus recuerdos. Mi mal humor disipándose por los momentos.
-¿Y qué tienen que ver los gemelos en todo esto? -pregunté con interés.
-Pues que los gemelos siempre han sido parte de los López Ha habido excepciones, como Santana o Nicole que resultó ser hija única debido a la tragedia -se aclaró la garganta y comenzó a pasarse los dedos de manera nerviosa sobre sus uñas- Pero entre hermanos siempre hay similitudes. Tenías que haber conocido a Aarón; era siete años mayor que Santana pero el parecido era sorprendente aun desde niños aunque ellos fueron mellizos fue como lo mismo Ambos con ojos de distintos tonos de café, igual que mi marido y su hermano mellizo.
Entonces de ahí venían los gemelos.
Suspiré y me pasé una mano por la frente, quitando un poco de sudor que se acumulaba discretamente.
-Creo que tengo una foto por aquí -se apresuró a decir, rebuscando en su enorme cartera de cuero. Sacó su billetera y vació el contenido en la mesa, en donde centavos y chapas se esparcieron en la madera.
-¡Aquí están! -gritó triunfalmente. Acercó a mi cara una foto en blanco y negro de un hombre joven y muy apuesto que llevaba una abundante barba y gafas que tapaban sus ojos- Este era mi esposo; murió de cáncer de próstata en el 2005. Nicole estaba muy pequeña como para recordarlo, pero Santana lo amaba con locura. Su nombre era Vincent Tadeus López, y le heredó a Santana parte de sus acciones en compañías que invirtió antes de casarse conmigo ella era su nieta favorita.
Hizo una pausa para sacar otra fotografía, esta vez a color.
-Y aquí está con su hermano, Jonathan.
En la foto se miraban perfectamente los rasgos idénticos entre un gemelo y el otro. El parecido era sorprendente.
-Tuvo un accidente y perdió la vista. No está muerto pero se aisló de todos sus familiares; ahora vive en algún país de Sudamérica. También han habido mujeres -rebuscó en su billetera hasta que sacó una pequeñísima foto tamaño carné. Eran un par de chicas idénticas, con flequillos abultados y con pecas.
-De acuerdo, eso quiere decir que desde un principio Santana ha sido portadora del gen -murmuré. Sabía que ella era peligrosa de alguna manera, si no hubiera sido yo, sería otra la que llevaría a sus gemelos en el vientre la idea me causó náuseas- Pero de igual forma me siento agradecida de que solo sean dos y no tres. ¿El fenómeno López incluye trillizos?
Ella lo pensó por un momento, entrecerrando los ojos mientras intentaba recordar algo. Finalmente negó con la cabeza.
-No, nada de trillizos. La mayoría, bebés de ojos cafés y uno que otro de ojos azules verdosos, pero es muy raro que pase.
-¿Y Santana no tiene más familia? Es para invitarlos a la boda, ella solo invitó a sus amigos cercanos nada más.
-Ah, sí, existen tíos y él tiene una camada de primos por parte de su madre y mi hijo, su papá -ella sonrió entrañablemente- pero ninguno quiso ayudarle mientras pasaba por toda la complicación en la que se había convertido su hermano. Nadie quiso lidiar con un adulto esquizofrénico lamentablemente era muy peligroso estar cerca de él.
De repente, lo que me había dicho Santana hace algún tiempo atrás, me golpeó con fuerza: su hermano había violado a su novia de trece años, y ella no hizo nada para detenerlo.
Me invadió la tristeza al pensar en lo que tuvo que pasar. Y, como si su abuela escuchara mis pensamientos, tocó el tema de la chica.
-Y entonces lo de Emilia también se supo La bomba estalló. No sé si Santana te lo contó pero las cosas se fueron a peor desde entonces. Su hermano hizo cosas por las que debería estar en prisión, aunque creo que el castigo que tiene es suficiente. Mucha familia nos dio la espalda cuando mi hijo y su esposa sufrieron un accidente fatal; y Santana se resintió con ellos, obligándonos a mudarnos y a tratar de educar a la niña porque nadie de sus parientes quería hacerlo. Por eso evitamos contarle a Nicole que su padre está vivo, ella querría verlo y puede ser peligroso peor ahora que se ha puesto agresivo.
-¿Y Santana no tiene más familia? Es para invitarlos a la boda, ella solo invitó a sus amigos cercanos nada más.
-Ah, sí, existen tíos y él tiene una camada de primos por parte de su madre y mi hijo, su papá -ella sonrió entrañablemente- pero ninguno quiso ayudarle mientras pasaba por toda la complicación en la que se había convertido su hermano. Nadie quiso lidiar con un adulto esquizofrénico lamentablemente era muy peligroso estar cerca de él.
De repente, lo que me había dicho Santana hace algún tiempo atrás, me golpeó con fuerza: su hermano había violado a su novia de trece años, y ella no hizo nada para detenerlo.
Me invadió la tristeza al pensar en lo que tuvo que pasar. Y, como si su abuela escuchara mis pensamientos, tocó el tema de la chica.
-Y entonces lo de Emilia también se supo La bomba estalló. No sé si Santana te lo contó pero las cosas se fueron a peor desde entonces. Su hermano hizo cosas por las que debería estar en prisión, aunque creo que el castigo que tiene es suficiente. Mucha familia nos dio la espalda cuando mi hijo y su esposa sufrieron un accidente fatal; y Santana se resintió con ellos, obligándonos a mudarnos y a tratar de educar a la niña porque nadie de sus parientes quería hacerlo. Por eso evitamos contarle a Nicole que su padre está vivo, ella querría verlo y puede ser peligroso peor ahora que se ha puesto agresivo.
La mesera que nos atendió desde un principio, apareció con mi croissant de chocolate y con mi bebida y el café de Gerty. Los dejó en la mesa y sonrió, dejándonos regresar a la conversación.
-¿Ahora? -pregunté dudosa- Mmm, Santana me comentó que él estaba muerto.
-¿Te dijo, qué?
Parecía desconcertada, ajena por completo al tema.
-Sí -murmuré con desconfianza. ¿Por qué ella me mentiría?-Santana dijo que... que su hermano había muerto. Lo mencionó hace meses.
Ella torció el gesto, tomando un sorbo de su café, sopesando contarme o no lo que sabía.
-Bueno... -sorbió una vez más- está vivo. ¿A dónde crees va Santana por las tardes? Tiene que ir a visitarlo al menos tres veces a la semana; yo la acompaño cuando creo conveniente.
-¿Está vivo? ¿Pero por qué me iba a mentir al respecto?
Ella se encogió de hombros, realmente viéndose incómoda con mi pregunta.
Y como siempre, la Sra. Ciento cincuenta misterios atacaba de nuevo. No podía creerlo.
-Tal vez quería ahorrarte ese mal trago. Aarón no está respondiendo muy al tratamiento; resulta doloroso verlo sufrir de esa manera -se detuvo, ahogando lo que bien podría ser un sollozo- Es una persona muy peligrosa.
-Quisiera conocerlo -solté de repente.
Gerty se quedó paralizada por un momento, sorprendida y asustada.
-Anna, no sabes lo que me estás pidiendo. De verdad que si Santana te dijo que él estaba muerto fue para protegerte; cariño, él no está bien de la cabeza .
-Quiero verlo -exigí de manera terca-no es necesario que Santana se entere. Me parece un poco injusto que la niña no sepa que su padre está vivo pero lo entiendo. Y no soy ella, creo que puedo manejar la situación. Por favor, quiero conocerlo.
Ella sopesó por un momento mi petición, torciendo el gesto y mirando en dirección a su café.
-No sé si mi nieta se entera, me mata. Tienen controles de visitas, ella podría darse cuenta y
-Por favor supliqué-solo será por esta vez. Yo misma le diré a Santana que fue mi culpa, en caso de que pregunte.
Gertrude se miraba vacilante, mordiéndose el labio mientras asentía con la cabeza.
Sonreí con suficiencia cuando finalmente aceptó presentármelo.
-Entonces vamos ahora ofrecí.
-¿Qué? -Su rostro se volvió blanco papel- Britt, no ahora no ¿No crees que deberías pensarlo mejor?
-No, quiero conocerlo ahora. A menos que Santana se encuentre ahí; no me ha respondido ninguno de los mensajes que le envié.
Ella resopló, como si estuviera utilizando mi última carta a favor; y de hecho, lo estaba haciendo.
-Bien. Hablaré a la institución. Pero eso sí, es media hora de viaje, ¿estás dispuesta a hacerlo?
-Definitivamente.
-Mmm sigo sin estar segura. Creo que esto no es buena idea, querida.
-Necesito conocerlo, hablar con él entender un poco más a Santana y su reticencia a decirme cualquier cosa sobre su hermano.
En esos momentos aceptaría cualquier trato o pequeña dosis de información que él me regalara; olvidé momentáneamente mi enojo por el asunto de los trillizos, y me enfoqué en lo que no me estaba diciendo Santana en todo este tiempo.
-De acuerdo, pero te recomiendo mejor que vayamos mañana -volvió a insistir ella.
-¿Por qué? -pregunté con cierta sospecha.
-No puedo decírtelo. Me hicieron prometer que no te diría nada
-¿Nada de qué? ¿Qué está pasando?
-Oh, no te alteres, no es algo malo. Tus amigas te tenían una sorpresa para esta noche, y visitar a Aarón nos puede tomar mucho tiempo. Yo sé lo que te digo.
-¿Una sorpresa? ¿Qué ?
-Mis labios están sellados -ella cortó con un movimiento de mano.
-¿Cómo? No, yo no soportaría otra sorpresa por el resto de mi vida -negué con la cabeza- Nop.
-Pues
*****
-! Sorpresa!
Miré aturdida a los rostros de mis amigas mientras interrumpían en la casa de Santana ella todavía brillaba por su ausencia; dejándome preocupada por su desaparición de más de cuatro horas. Tal vez yo era paranoica.
-¿Qué hacen aquí? -pregunté dejándolas pasar. Ya había sido advertida por la abuela Gerty, pero no dejaba de aturdirme momentáneamente.
-Venimos sin ningún otro motivo más que el de verte -dijo Shio animadamente. Detrás de ella venía Rita y Mindy.
-¿De acuerdo? Balbuceé- la sala es un desorden. Evelyn vino más temprano para enseñarme muestras de tela para usar en las carpas que piensan colocar en caso de que llueva.
Rodé los ojos y las invité a entrar, pero ellas se quedaron todavía cerca de la puerta, sin darme espacio a cerrarla.
-¿No piensan entrar? -pregunté cuando noté que se miraban unas entre otras.
Rita negó con la cabeza.
-Tenemos un mejor plan. Esta noche saldremos a dominar la ciudad -sonrió malévolamente.
Fruncí el ceño y comencé a abrir la boca para hablar, pero un silbido, que provenía detrás de ellas, me interrumpió.
-¡¿Se van a quedar ahí para siempre?! Quiero desvestir hombres lo más rápido posible -gritó una voz femenina.
Mi cabeza se alzó al ver a la vieja y agradable Mirna, asomando su cara por la ventana de lo que parecía un autobús estacionado en la calle. Ni siquiera lo había notado, aunque parecía imposible de evadir: ¡era rosado!
Mi ceño se frunció en profundidad.
-No entiendo -tartamudeé.
-¡Britt, es tu despedida de soltera! -dijo Shio agitando las manos en el aire y tarareando una melodía pegajosa.
De pronto lanzaron sobre mi cuello una cantidad insana de collares de cuencas brillantes, y me colocaron una máscara color marfil en el rostro.
-Chicas, no
-Shhh -me silenció Rita, poniendo algo sobre mi cabeza.
-Vamos a llevarte con nosotras. Tu neandertal-futura-esposa no sabe, y ni pensamos decírselo, o si no, no te deja ir para que veamos mujeres y hombres hermosos con poca ropa -gritó Shio entusiasmadamente- Esperamos que no te importe pero la dejamos encerrada en la oficina de Laura la pobre debe estar molesta.
-¿Qué? ¿Encerraron a Santana?
Ella asintió enérgicamente.
-Le dijimos que te llevaríamos a ese nuevo club nocturno, Énfasis, y estalló por completo. Se puso roja de los celos; pero se me ocurrió la gran idea de dejarla por un par de horas hasta que se calmara.
-¿Todavía está ahí? -pregunté preocupada.
-No te preocupes, la vamos a soltar una vez que nos pongamos en marcha.
Me guiñó un ojo y me aplicó labial de color rojo en los labios.
-Shio -la alejé de mi boca-¿qué hicieron con ella?
-No te preocupes, novia, no le pasa nada. Tiene a Marley haciéndole compañía. Además, contratamos a la doble de Natalie Portman para que moviera el trasero al ritmo del tecno
Rita suspiró mientras me tomaba del codo y me llevaba hacia el autobús.
-Santana está bien, Britt -me tranquilizó ella- Pero no puedo decir lo mismo de tu amiga aquí; Shio, ¿cuánto alcohol haz bebido hasta ahora?
Ella hizo un pronunciado puchero.
-Ni una gota, ¿por qué?
Mindy rodó los ojos mientras caminó tras nosotras.
Rita seguía acomodando algo entre mi cabello y comenzó a tirar de él.
-Britt, quédate quieta. Te estoy poniendo un velo de novia -me regañó- Ahora sí, estás lista para subir al autobús de la perversión No apto para menores.
Sorprendentemente el bus estaba lleno. Un tipo que no reconocí lo manejaba, mientras que, la parte que era destinada a los asientos, había sido sustituida por un tubo de acero pulido. Mi madre estaba bailando su propia interpretación de la canción Three de Britney Spears, y se jactaba de su buen manejo de las caderas.
-Todo está en la pelvis -no dejaba de gritar por sobre la música- el truco es mover primero el trasero hacia atrás, empujar las caderas y luego impulsarse arriba con la rodillas.
Hizo la demostración, e inmediatamente me sonrojé de la vergüenza.
¡Mi mamá estaba haciendo movimientos pélvicos!
Aggg.
Todas gritaron cuando me vieron acercarme a ellas; Mirna corrió a abrazarme y no dejó de acariciar mi abultado vientre que no se podía esconder con facilidad bajo la tela de mi vestido.
-¿Qué es? -me gritó al oído-¿Niño o niña?
Negué con la cabeza.
-Decidimos esperar hasta el nacimiento para saberlo.
-Mírate chilló- hablando en plural y casándote con la chica dorada. Bien, solo asegúrate de que sea niña mis apuestas están seguras.
Me guiñó un ojo y luego se desplazó a su asiento, agitando las caderas y acercándose al tubo para hacer sus propios movimientos, compitiendo con mamá.
Avanzando en el autobús me encontré con viejas compañeras de la escuela, primas lejas, y con antiguas compañeras de trabajo.
Noté que todas usaban una gran cantidad de collares de carnaval, máscaras con lentejuelas, y boas de plumas que rodeaban sus cuellos.
Había bebidas alcohólicas en cubetas heladas, y los carteles con chicos y chicas en ropa interior tapaban la mayoría de las ventanas.
El autobús pronto arrancó, aumentando el volumen de la música, y haciendo que las chicas gritaran al unísono. Me reí cuando todas comenzaron a bailar y a agitar las caderas.
Rita se acercó a mi lado, moviendo sus hombros al ritmo de la canción, impulsándome hacia arriba para que bailara con ella.
Comencé a bailar con las demás, riendo animadamente cuando hicieron un círculo a mí alrededor.
-¡Guardamos lo mejor para el final! -gritó Mirna subiéndose la falda y dejando a la vista sus pantorrillas- Míralo nada más.
No me había fijado antes, pero una chica encapuchada estaba parada en la parte trasera del autobús, sonriendo y distribuyendo bebidas a cualquiera que se le acercara.
-¡Laura! -gritó ella, haciéndole señas al atractivo moreno- Esta es nuestra novia, por favor hazle un baile antes de que lleguemos al club.
Todas rieron, y el rugido de gritos se volvió ensordecedor mientras Laura se acercaba con pasos decididos hacia mí.
-Ay no -me quejé- no hagan eso. No quiero ningún baile
-Esta es tu noche de soltera, disfrútala -me gritó alguien.
La música cambió inesperadamente, volviéndose sensual y animada.
La encapuchada se quitó su camisa, revelando un rostro no mayor de veinte años y un cabello largo Tenía ojos azules y me sonrió sin vergüenza mientras se inclinaba para besarme el talón del pie.
Mis mejillas se pusieron rojas al instante.
-Bien, que la novia disfrute -dijo ella mientras me daba pequeños toques para que tomara asiento en uno de los pocos lugares que habían para sentarse.
No podía moverme y mis amigas se habían reunido a mí alrededor. Mi madre no dejaba de agitar al aire billetes de baja denominación, lanzándole unos cuantos a la chica mientras éste comenzó a sacudir sus caderas.
-Oh por -tragué saliva- chicas, yo no
Pero nadie me escuchaba. Shio era una de las que estaba realmente en trance viendo cómo la bailarina tanteaba sus dedos en sus pechos y hacía movimientos obscenos con su mano sobre sus pe z...
Alguien gritó en mi oído, al voltear mi rostro vi que era la abuela Gertrude. Ni siquiera sabía que ella había entrado al autobús Espera, ¿esa de la esquina era Nicole? ¿Vendada de los ojos con una cinta negra?
-¿Qué hace Nicole aquí? -pregunté frenéticamente.
La abuela solo me hizo un gesto sin importancia, poniendo una sonrisa deslumbrante cuando miraba a la bailarina exótica.
De alguna manera, en cuestión de minutos ella se quedó únicamente en ropa interior muy erótica: un tanga café con estampado de leopardo y un sostén no sostén.
Mi madre no dejaba de gritar, lanzando dinero al aire y bailando con la muchacha de cuerpo bronceado.
Mis ojos se dirigieron hacia donde la pequeña estaba todavía con los ojos tapados.
Esto iba a terminar mal, muy mal
Intenté ponerme de pie, pero la chica aprovechó mi movimiento y se deslizó en mi regazo, sacudiendo su pelvis con profesionalismo y sensualidad. Noté que estaba lleno de una sustancia aceitosa, y algunas gotas de su sudor me cayeron a la cara.
-¡Ahhhhhhhhh! Sonríe, Anna, esto está siendo grabado para tu chica en especial -gritó la voz de mi madre; llevaba una cámara de video en su mano, enfocada en los movimientos de Laura en mi regazo.
Mier-da. Mi madre iba a ser mi perdición.
-¡Mamá! ¿Qué hace Nicole aquí? -señalé en su dirección.
-¡No podíamos dejarla sola! -me gritó en respuesta.
Iba a protestar, pero de nuevo, el cuerpo sudoroso de Laura comenzó a cambiar de posición, poniendo un pie en el asiento a mi lado, se elevó de tal forma que su entrepierna estuviera a punto de rozar mi cara.
Me hice hacia atrás, golpeándome contra la base del asiento. Esto era demasiado.
La abuela Gerty aprovechó para meter uno de los billetes en el diminuto tanga de la chica; el resto de las chicas siguieron su ejemplo y el caos se desató en cuestión de minutos.
Unos brazos me empujaron en dirección a Laura, y éste se desató a poner su trasero a la altura de mis caderas.
Iba a morir de combustión espontánea. Eso era seguro.
-¡No seas tan mojigata! -me regañó Shio- Espera que conozcas a las chicas del club; vas a caer desmayada al suelo.
Diez minutos después estábamos entrando a Énfasis, un club sólo para damas en donde las meseras y meseros usaban ropa ajustada y no llevaban camisa o solo un top y sonreían como si fueras la sensualidad hecha carne. Muy pronto iba a terminar cuestionándome si mi decisión de casarme era la correcta.
Un grupo de mujeres y hombres, todos con grandes pectorales y las mujeres con grandes senos y apariencia atractiva, nos guió hacia una sala VIP
En el camino no perdí de vista a la pequeña que tenía plantada en la cara una enorme sonrisa; ella no era tonta, presentía que ya sabía lo que estábamos haciendo Santana me iba a matar si se llegaba a enterar que la habíamos traído a un club de striptease.
Yo era chica muerta.
-Espera a que veas la temática que te tenemos preparada -susurró Shio, comiéndose con la vista a los hombres y mujeres que se cruzaban con nosotras.
Yo debería lucir exótica: con mi máscara en la cara, mi velo de novia, y mi barriga de embarazado de cinco meses. Pero para ellas no había ninguna diferencia, como si se hubieran acostumbrado hace mucho tiempo a este ritmo de trabajo.
Pronto llegamos al salón privado, rodeado de tubos de acero y hombres y mujeres en trajes pequeños y ajustados. La mayoría parecían modelos, y tenía que admitirlo, mi boca se hizo agua.
Entonces noté la temática de la que Shio me hablaba: todas las personas dentro de la habitación, tenían un hermano gemelo a su lado.
Miiieeerrdaa.
Si cualquiera tenía dudas sobre lo que estaba esperando, ya podrían hacerse una idea al ver el cuarto rodeado de unos muy guapos gemelos y gemelas.
Mi frente comenzó a sudar instantáneamente.
-Shio lloriqueé-¿qué has hecho?
-Nos cobraron un extra pero definitivamente valió la pena -susurró ella de vuelta- Ahora sí, déjame presentarte a las hermanas lauren y Alex Son Colombianas -chilló con fuerza- esta noche promete mucho.
¿Ella estaba loca? Mis hormonas se dispararían al máximo y ya había cumplido mi cuota de sorpresas por el día.
-No te preocupes -me tranquilizó cuando vio mi cara de estupefacción- si mis cálculos no me falla, Santana estará aquí en 3, 2, 1
La puerta detrás de nosotras se abrió con fuerza, golpeando contra la pared y asustando a unas cuantas chicas que babeaban sobre algunos de los gemelos.
Santana tenía una mirada mortal que se volvió más tortuosa a medida que encontraba mis ojos.
-¿Ves? -murmuró Shio aún a mi lado- te lo dije. Pero no estará aquí por mucho tiempo, eso tenlo por seguro. La van a regañar en cuestión de segundos antes de que llegue a nosotras.
Ella sonrió con malicia.
Al principio no comprendí a qué se refería con ese comentario, pero entonces me fijé en lo que estaba usando; era exactamente el mismo uniforme de trabajo que las demás personas llevaban.
Ella se apresuró a llegar a mi lado. Tenía los ojos abiertos y no dejaba de fulminarme con la mirada.
Cuando se detuvo frente a mí, y bajé la vista para examinar su cuerpo, una idea del por qué llevaba la misma ropa que los otros empleados se formó en mi cabeza.
Al principio negué, no pudiendo creer lo que miraba. Entonces tuve que forzarme a preguntar lo que imaginaba que hacía allí:
-Santana -tartamudeé, tragando saliva nerviosamente-¿trabajas aquí?
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Hola Hola
Bueeeeeeeeeeeno bueeeenooooooo aqui dejo un capitulo espero que les guste :)
Saludos Y besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
holap dan,...
uuhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!
a ver como termina la noche de despedida de soltera jajajaj
y sobre todo que hace san??
nos vemos!!!
uuhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!
a ver como termina la noche de despedida de soltera jajajaj
y sobre todo que hace san??
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
hola !! me llamo Antonella !! me encanto tu adaptación desde q lei el primer cap. del fic me encanto y ahora ya no puedo dejar de leerlo !! ACTUALIZA porfa !!! que paso con San ??!! definitivamente britt esta muy sensible jajaja actualiza pronto porfa !!
ant0ne* - Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 14/09/2014
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
hola
te comencé a leer desde hace unos días y pfff me encanto este fanfic es genial
enserio me no imagine que Santana trabajara ahí
por favor actualiza pronto
seré lectora fiel lo prometo
saludos
te comencé a leer desde hace unos días y pfff me encanto este fanfic es genial
enserio me no imagine que Santana trabajara ahí
por favor actualiza pronto
seré lectora fiel lo prometo
saludos
wale lopez* - Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 16/12/2013
Edad : 23
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
mmm se armo!!
San trabajara ali o sera la dueña???
San trabajara ali o sera la dueña???
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Hola Amiga....Dani Danielle.....te encanta hacerme sufrir....he decidido conectarme por mi PC para ver el capitulo....... por el amor de Dios.....ahora ya no nos hagas padecer mas esperando tu actualización... :P :P ....
karenmargi* - Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 11/05/2013
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
3:) escribió:holap dan,...
uuhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!
a ver como termina la noche de despedida de soltera jajajaj
y sobre todo que hace san??
nos vemos!!!
Hola Hola!
AQUI SE VIENE !
Saludos
wale lopez escribió:hola
te comencé a leer desde hace unos días y pfff me encanto este fanfic es genial
enserio me no imagine que Santana trabajara ahí
por favor actualiza pronto
seré lectora fiel lo prometo
saludos
Hola Hola!
Me alegro que me leas y mas que comentes ;P !
Saludos
monica.santander escribió:mmm se armo!!
San trabajara ali o sera la dueña???
Hola Hola!
AQUI VIENE!
Saludos
karenmargi escribió:Hola Amiga....Dani Danielle.....te encanta hacerme sufrir....he decidido conectarme por mi PC para ver el capitulo....... por el amor de Dios.....ahora ya no nos hagas padecer mas esperando tu actualización... :P :P ....
Hola ka :)
JAJAJAJAJ aqui estoyyy !
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Capítulo 11
Algo de su cabello negro se enredó en su frente, ocultando mi mirada furiosa ella parecía no creer lo que estaba viendo.
Entonces se percató de Shio, y su expresión se Tornó aún más violenta; las fosas de su nariz se ensancharon, sus ojos cafés se dilataron y sus mejillas se pusieron de un tono rojo cereza.
-¿Qué hace Brittany aquí?- Gruño ella- Dije que no quería verla en sitios como este, ¿Por qué rayos me encerraron en una bodega?
Su abuela se dio cuenta del estado de su nieta, y rápidamente se paró frente a ella, tomándola de los hombros para calmarla.
-Tranquilízate, hija-le respondió- Sabíamos que te pondrías así si te decíamos que queríamos traer a Britt a un club nocturno estas reaccionando de manera exagerada.
-¡¿Exagerada?¡ ¡¿Dices que estoy reaccionando de manera “Exagerada” ?! – Grito ella, haciendo que el ambiente se pusiera tenso al instante.
Gloria, una de las chicas que trabajaba conmigo en el restaurante, quito la atención del chico que estaba a punto de invitar a bailar y su mirada se volvió agria mientras fulminada a Santana.
Mi madre, que se venía tambaleando con dificultad se detuvo enfrente de nosotras, con su bebida en mano y luciendo medianamente borracha.
-¡Santana!-La regaño ella- Deja a mi niña disfrutar de su despedida de soltera… ¿Qué crees que va a pasarle estando con nosotras? Pfff- al final soltó un largo eructo y luego rio a carcajadas- ¿Dónde están las chicas y los chicos de aquí? – Chasqueo los dedos e inmediatamente dos apuestas morenas se acercaron a ella con un moreno – Oh, mi niñas y niño – les acaricio la cabeza – quiero que me carguen y luego le den un baila privado a mi pequeña de aquí….Esperen primero el baile y luego me cargan y me llenan de tequila ¿O mejor hacen un baile especial a mi…?
¿Dije medianamente? Corrección: ella ya estaba muy borracha.
Me gire de nuevo hacia Santana, todavía no había respondido mi pregunta ¿Ella trabaja allí? Pero no necesitaba que ella me lo digiera para saber que la expresión de su cuerpo lo decía todo.
Cada cosa empezó a encajar en su lugar: el primer baile que me había hecho, la mirada picara que se le formo aquella vez que me dijo que me mostraría su lugar de trabajo, el dinero que siempre cargaba en sus bolsillos… ¡Eran sus propinas!
De repente me sentí enferma.
Estaba a punto de decirle que me explicara lo que le sucedía, pero un escuálido brazo se coló sobre mis hombros: el de mamá.
-¡Toda mujer embarazada necesita un baile en el regazo, hecho por una extraña! – Interrumpió ella, ignorando mi enojo que aún se palpaba en el aire- Britt, siéntate y deja de hablar tanto Ah, y espera a ver los regalos tan atrevidos que te compramos.
-La tocan, y son mujeres y hombre muerto- advirtió Santana, sus puños cerrándose con fuerza, entonces su mirada se enfocó en algo detrás de mí - ¡Alto todo el mundo! – Grito, conmocionada- ¿Esa de ahí es Nicole, con los ojos vendados?
Me encogí de hombros, asustada por su reacción, desenado desaparecer en el aire, Ella lucia maniática…peor que cuando se peleó con Sam mientras aprecio en mi puerta.
Santana era capaz de prenderle fuego al lugar con solo parpadear.
-Yo no sabía que venía con nosotras hasta que…- me calle al ver su mirada fulminándome con potencia; pero entonces alguien me tomo de la cintura, levantándome del suelo y haciéndome gritar instantáneamente.
Santana devolvió su atención hacia la persona que me sujetaba, y su expresión cambio mortalmente destructora iban a rodar cabezas, lo sabía.
-Suél-ten-la-in-me-dia-ta-men-te ahora ¡Está embarazada, imbécil! – su gruñido se escuchó por todo el salón a pesar de que la música estaba a un volumen alto.
Su mandíbula se apretaba demasiado, y los músculos de sus brazos comenzaron a flexionarse.
-Oye- hablo el chico que me cargaba en brazos: ya pagaron por las horas de ella, ve a atender las mesas de allá afuera.
Sentía como esos mismos brazos fuertes se cerraban sobre mi abultada cintura, y me cargaban en contra de mi voluntad, llevándome lentamente hacia el centro del escenario levemente iluminado.
Mire a Santana, pidiendo ayuda con la mirada, pero mi madre (junto con Mirna y resto de las chicas) se encargaron de retenerla en su lugar, formando una barricada que mi chica trataba de romper.
-Muy bien cariño, te vas a divertir mucho- susurro el chico en mi pido mientras me depositaba suavemente en el suelo una vez que alcanzamos el escenario.
-No, no, no ALTO, de verdad no estoy de ánimos para un baile…- proteste- ¡Espera! ¡El bebé acaba de patear!
-Bueno está apunto de querer salir a la superficie después de que te mostremos lo que sabemos hacer mejor.
-No…
Las luces se apagaron de repente y quede solo una parpadeando en mi dirección.
Me sentaron en una silla, y un atractivo rubio, con micrófono en mano, hablo, anunciando que el show estaba a punto de comenzar todas las chicas que venían conmigo en el autobús se agitaron y gritaron hasta quedar roncas.
-Y aquí tenemos nuestra hermosa novia – dijo el rubio una que la lunática de mi madre dejo de gritar algo sobre un baño de cerveza – Esta noche es solo para ella, ¿Verdad damas? Quiero irlas gritar cuando vean lo que esta novia va a experimentar de primera mano pero antes quiero saber si ella desea ser seducida.
Acerco el micrófono a mi boca y yo me quede pasmada sin saber qué hacer.
-Eh…
Mire de nuevo hacia donde Santana se encontraba, pero ahora un enorme sujeto la tenía agarrada de los hombros: el guardia de seguridad.
Trague saliva mientras regrese la mirada hacia el rubio sin decir nada, el quito el micrófono de mi cara e hizo un sonido de protesta.
-Al parecer nuestra novia es tímida vamos a hacer que entre en calor entonces…
Acto seguido se arrancó los pantalones, enseñando su diminuto calzoncillo decorado con la bandera de estados unidos y comenzó a mover las caderas, de adelante hacia atrás, todo el ritmo de un canción tecno comenzó de manera sincronizada justo cuando se arrancó la ropa.
Los gritos aumentaron al ver a Laura hacer su número en el autobús, pero fue peor, mucho peor al menos este chico sabia como moverse, Laura era una aficionada comparado con el.
La luz blanca está directamente sobre mi cara, dificultándome el trabajo de ver algo más que no fuera a la sudorosa chica que no dejaba de apoyar la mano en el respaldar de mi silla mover su entre pierna en mi dirección era lo único que parecía saber, eso y guiñarme el ojo mientras transpiraba por todos lados en otra persona seguramente se vería asqueroso el exceso de sudor pero debía admitir que en ella quedaba bien…bastante bien.
No podía ver a Santana por ningún lado, pero sabía que estaba furiosa, abriéndose paso entre las chicas alborotadas que no dejaban de lanzar billetes hacia las gemelos y las gemelas que rodeaban la habitación y que hacia su acto personal.
-¡Brittany! Baja del escenario ahora mismo- escuche que gritaban si ese era mi chica celos, retenida por Rita Y Dulce.
El guardia de seguridad también la sostenía de la parte trasera, todavía agarrándola por los hombros.
Intente, de verdad intente, ponerme de pie, pero el rubio tenía una fuerza de hierro en sus muslos me empujo suavemente contra el asiento, sosteniéndome y dándome la espalda por un momento para acercar su trasero a mi cara y agitarlo.
-En confianza – Grito el sobre la música – toca lo que quieras bombón las tímidas son las mejores…
-Ay, Dios… - Trague saliva - ¿Qué hacía yo allí?
El chico se acercó demasiado su trasero a mí, si mis labios se estiraban, lo estarían besando,No me gustaba que otra persona me diera bailes privados, yo solo quería los de Santana, en la intimidad de nuestra habitación no en frente de mi madre y… ¿Dónde estaba Nicole?
Busque a Shio con la mirada, pero ella estaba distraída gritando las demás.
Conté exactamente a los y las gemelos en la habitación eran un total de veinte personas y esos mismos subieron al escenario y lentamente comenzaron a rodearme.
Como si estuviera coreografiado los y las doce se quitaron los pantalones y las faldas de un solo tirón con una mano y la música subió de potencia todos usaban únicamente bragas y calzoncillos con banderas de otros países supongo que usaban las de su país de origen, había una diversidad cultural enorme.
-¡Que bailen las colombianas! – Grito alguien.
Entonces ambas hermanas se acercaron a mí, moviéndose expertamente en sus diminutas bragas con la bandera de Colombia jamás se me ocurrió que a una bandera se le podía dar ese uso… o ni siquiera sabía que se podía hacer.
Todavía recordaba las clases de civismo en mi escuela mientras la maestra nos recalcaba una y otra vez que la bandera no podía tocar el suelo y si lo hacía: la quemaban inmediatamente no podía imaginar que harían si supieran que la bandera tocaba esas... Partes…
-¡Brittany, ni que se te ocurra mirar más allá de ese pedazo de tela! – Rugió una voz furiosa.
La misma voz obtuvo un rostro cuando la vi a un paso de llegar al escenario.
Santana seguía enojada y ahora cargaba a Nicole con un brazo mientras que con el otro empujaba a las hormonales mujeres de su camino.
El guardia de seguridad estaba justo detrás de ella intentado atraparla pero Santana no pudo llegar más lejos porque inmediatamente las chicas se encargaron de agarrarla por las pretinas de su falda la empujaron lejos dejando que lo último que se viera fueron un tatuaje en blanco y negro que tomaban posesión de su torso y brazo.
La marea de gemelos y gemelas aprovecho para acercarse a mí y hacer unos movientes que me sentí que me robaban mi inocencia.
Fue difícil concéntrame cuando la chica que estaba en mis piernas comenzó a moverse enfáticamente.
Iba morir aquí, lo sabía.
Ni siquiera fui capaz de oír los gritos de santana que eran más fuertes que los demás.
Finalmente me pusieron de pie, rodeándome y comenzando a agitar de delante hacia atrás su pelvis mi rostro se puso demasiado caliente y no pude cerrar la boca a tiempo cuando uno de los chicos atrevidos me tomo de la nuca bailando sensualmente al ritmo de música.
Por un momento llegue a pensar en finalmente soltarme y hacerles caso a las chicas pero en ese instante Santana llego apartando a todos.
Le dio un golpe a la nariz aquel que me había tocado en el muslo y me tomo posesivamente del brazo.
-Te vienes conmigo- Gruño con ira.
Comenzó a arrástrame por el escenario bajando rápidamente las pocas gradas que nos separaban de las demás chicas.
-No puedo creer esto- mascullo cuando mi madre se puso enfrente a nosotros, cruzando sus brazos y apuntando a Santana con un dedo acusador.
-A mi hija no te llevas de aquí hasta que no hayamos terminado y abra sus regalos al final de la noche, ya no puede beber al menos vamos a emborracharla de strippers.
-Recuerdo muy claramente que no quería que la trajeran a este lugar en específico – respondió ella- además ¿Qué hace la niña en un lugar como este? ¿Cómo las dejaron entrar con ella?
-La escondimos- dijo mama tajantemente- No es como si pudiéramos dejarla afuera; ah y tiene puesta una venda no sabe que estamos haciendo aquí… ¡ja!
-Me llevo a Britt y punto.
-Santana la jodiste de por vida, me refiero a que la arruinaste para cualquier posible pretendiente o chica que se le presente en el futuro no tienes por qué sentirte celosa cuando ella apenas y se atrevería a mirar a otra chica que no fueras tú, ahora salgan hablen y luego traerás a mi hija de regreso.
Mi madre no puso su objeción y nos dejó el camino libre después de eso de hecho nadie había puesto resistencia.
Santana renovó su agarre y me saco del salón privad, dirigiéndonos a la zona general que estaba igual de abarrotada que cuando entramos hace unos minutos.
Me ruborice por millonésima vez mientras veía rodo y apreté el paso cuando Santana nos llevaba a mí y a Nicole vendada fuera del local.
-¡Les dije que aquí no! ¡Mieeerda! – exploto ella una vez que estuvimos en la calle se jalo una buena porción de cabello negro antes de hacer un sonido exasperado.
Escuche a Nicole jadear cuando oyó a Santana maldecir y al parecer ella también se dio cuenta.
-Lo siento – Dijo inmediatamente se gacho par a quitarle la venda de los ojos a la niña y se la cabeza mientras forzaba una sonrisa.
Nicole parpadeo, mirando a su alrededor y luego mirando entre Santana Y yo.
-¿Por qué estás en sujetador? – Le pregunto ella - ¿Y porque Britt tienen un velo en la cabeza? ¿Se van a casar?
Santana me fulmino con la mirada, como si yo tuviera la culpa de su estado y luego seguro hacia la pequeña dándole una sonrisa.
-Pues nos vemos así porque vemos a una fiesta de disfraces- Mintió.
Bufe inocentemente.
-¿No querrás decir que es porque trabajas aquí?- la acuse – increíble no sabía de tu doble vida.
-Britt…
Ella se oía furiosa todavía decía mi nombre pero yo temía mas razones para sentirme enojada al menos no me podía culpar por lo de esta noche no sabía que planeaban las chicas.
-¿Trabajas aquí, Santana ¿ Te empeñas en no responder mi pregunta.
-¿Por qué siquiera estamos discutiendo esto? No quiero comenzar a enumerar los cientos de cosas que me hicieron molestar esta noche, juro que me va a explotar una vena…!ARGGGGGG!
-¿Y eso que tiene que ver con lo que…?
Pero ella gruño una vez más.
Al ver su reacción Nicole se apresuró añadir:
-Nunca van a adivinar lo que aprendí hoy en la casa de la abuela Cecile.
-¿Me lo puedes decir después?- le contesto ella a la pequeña- Ahora quiero hablar con Britt pero primero ¿Tienes hambre? Vamos a comer.
-¡Pero la abuela me dijo por fin de dónde venían los bebes- Grito ella para que le pusiéramos atención.
Esta vez su la escuchamos, ambas.
-¿Qué te dijo?- pregunto Santana, si es posible se oía mas furiosa todavía.
-¡Ustedes son unas mentirosas! Los bebes no vienen de besarse medio hora. Hizo un puchero y se cruzó de brazos- ¡Los bebes vienen cuando la pareja pasan la noche juntos ¡
-Mmm, este no es el lugar para discutir eso. Respondió Santana- Lo hablaremos después ¿sí?
—No, yo quiero saber ahora. Ella dijo que los niños y las niñas somos diferentes y que esas diferencias en nuestros cuerpos se conectaban para hacer un nuevo bebé. ¿Cómo hicieron tú y Britt con Kevin? ¿Durmieron juntos Ya había escuchado algo de eso en internet pero todavía no entiendo algunas cosas. ¿Ustedes qué conectaron? ¿Esas partes que los hacen ser chicas?
Me ruboricé. Rojo tomate. Rojo cereza… rojo chillón.
—Y como siempre tu madre: metiendo la pata —gruñó Santana, comenzando de nuevo a halarse el cabello.
—Ella se iba a enterar tarde o temprano —murmuré, enojándome de igual forma—. Sé que no es la mejor manera de saberlo, pero no puedes culpar a mi madre de todo.
—No, cierto. También te culpo a ti.
— ¿A mí? —Alcé la voz—, ¿de qué me estás culpando? ¿Qué hice?
— ¡Te viniste corriendo detrás de ellas! Cualquiera pensaría que querías escapar de mí.
— ¿Qué..? ¡Estamos hablando de Nicole, grandísima idiota!
—Cierto, hablamos de cómo tu madre la está depravando.
— ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan enojada? ¿Porque vinimos a tu lugar de trabajo?
—No.me.provoques.
Las dos explotábamos de ira. Me sentí realmente cabreada de que me echara la culpa por algo que no tenía sentido.
— ¡Yo no sabía que estábamos viniendo a un sitio como este! ¡No me culpes! Además, estuve como idiota llamándote y dejándote mensajes todo el día… ¿pero me respondiste uno? ¡NO!
—No tenía mi celular a mano… tus amigas me encerraron con esa tipa con mal acento italiano que…
— ¡Claro, y tuve que pasar yo sola por la espantosa noticia de enterarme que esperaba trillizos! ¿Y dónde estabas tú? Probablemente bailándole en las piernas a una gata arrastrada. Exacto, todo tiene sentido para mí ahora: eres muy buena bailando striptease.
Además, cuando intentabas impresionarme comprando a todo el mundo con tu dinero, siempre andabas llenos los bolsillos; imagino que esas eran tus propinas. ¡Este es tu trabajo! ¡Por eso no querías que me trajeran aquí! ¿Pero qué…?
Me detuve cuando observé la reacción de la pequeña: sus cejas se habían elevado, y su boca se abrió bastante.
Miré a Santana que bien podía simular ser una estatua por lo quieta y rígida que se encontraba.
— ¿Qué? ¿Qué ocurre? —pregunté cuando noté que ni un solo músculo de su cuerpo se movía.
Me preocupé. Mi ira iba aplacándose momentáneamente.
Pasaron por lo menos unos tres minutos enteros hasta que ella finalmente dio señales de vida… o al menos su boca, que no dejaba de abrirse y cerrarse.
— ¿Dije algo malo?
Miré a Nicole, preguntándole silenciosamente con la mirada.
Ella me sonrió enormemente.
— ¿Trillizos son tres bebés? —Preguntó ella al fin—. ¿Vas a tener tres bebés? ¿Cómo te caben tres en el estómago? ¿Tiene eso algo que ver con las partes de tu cuerpo que se conectan con las del tía Santana? La abuela Cecile me dijo que sus partes nacieron para pertenecerse… aunque no entiendo cómo funciona. ¿Entonces? ¿Cómo haces para tener tres bebés?
Ahí me di cuenta de mi error.
Me llevé ambas manos a la boca y la tapé con mis dedos, negando con la cabeza.
Nicole aprovechó mi estupefacción y me abrazó desde la cintura, rodeándome con sus manos que no llegaban siquiera a tocar mi espalda.
— ¡Voy a formar una banda de chicos! Espera, ¿son tres Kevins? ¿Alguna es una niña?
No pude responderle nada a la pequeña; todavía estaba preocupada por Santana: tenía una mirada distante, casi cómica. Pero podía ver el terror dentro de sus ojos; estaba asustada... en pánico.
Negué nuevamente.
—No es eso… Santana, escúchame.
El músculo de su mandíbula se tensó visiblemente. Comenzó a negar con la cabeza.
—No estoy lista para esto —susurró, apenas audible para mis oídos.
Entonces empezó a caminar lejos, dándome la espalda y alejándose de mí.
Ahora la que abría y cerraba la boca era yo.
¿A dónde iba?
¿Me estaba…? ¿Me estaba dejando?
Entonces se detuvo y se dio la vuelta, yendo de regreso hacia donde Nicole y yo seguíamos paradas.
—Santana, lo de los trillizos fue simplemente una…
—Me llevo a Nicole —me cortó, evitando verme a los ojos—. Si quieres, puedes regresar a tu fiesta. Lamento arruinarla para ti.
Tomó a la niña del brazo, arrastrándola lejos de mí.
Inmediatamente la seguí.
—Espera —supliqué—, ¿qué estás haciendo?
Ella no se tomó la molestia de mirarme a los ojos al responderme:
—Necesito espacio ahora mismo. Entra allí con tus amigas... No puedo ni verte a la cara en estos momentos.
¿Qué?
—Estás malinterpretando todo...
—Es suficiente —me interrumpió, apretando el paso y cargando a la niña en brazos mientras ella nos miraba con tristeza.
Me detuve en mi lugar, sin saber muy bien por qué había reaccionado de esa manera. Cuando estaba a unos buenos pasos de distancia, y vi que ella estaba demasiado lejos, lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos.
Por eso no me contuve cuando le grité con fuerza:
— ¡Eres una imbécil! ¿Simplemente te vas y me dejas botada?
Ella no paró, ni siquiera se giró para verme.
— ¡No son trillizos, idiota! ¡La doctora me dijo que estaba bromeando!
Pero ella ya estaba muy lejos como para escucharme. Las lágrimas salieron fluidamente, perdiendo el control. ¿No podía verme a la cara? ¿Tan malo era para ella tener trillizos? No es como si los tuviéramos... Aunque sí que eran gemelos.
Ni siquiera intenté seguir a Santana; la furia continuó y no esperé a que ella regresara de ninguna manera.
Me abrí paso de nuevo dentro del local. No me importaba lo maniática que podía verme luciendo un velo de novia en mi cabeza, con lágrimas en los ojos y con un embarazo que presentía no iba ser muy bien aceptado.
La odiaba. ¿Por qué se fue de esa manera? Entendía que se sintiera abrumada por la noticia, pero no esperé que reaccionara de esa forma.
Apostaba que la psíquica que me leyó las piedras nunca vio venir esto.
Pensé en seguirla, pero simplemente me sentí muy cansada como para lidiar con eso.
Lloré un poco más en mi camino al baño.
*****
Las chicas fueron muy amables al no preguntarme qué había sucedido conmigo o por qué lucía destrozada. Tampoco se molestaron en ponerme de frente con otra mujer y se limitaron a disfrutar de la noche (una noche que no incluía a Santana); y aunque albergaba la esperanza de verla cruzar el salón para venir a buscarme, la desilusión se hizo aplastante cuando pasó más de una hora y no la vi atravesar esas puertas.
Finalmente, decidí que lo mejor era tranquilizarme y pasar la noche en casa de mamá.
Arruiné por completo la despedida que Shio se esmeró en hacer, y ya nada fue lo mismo mientras nos reunimos en una mesa alejada del bullicio y se repartieron los regalos. Al finalizar la noche tenía un buen número de lencería atractiva y para nada inocente, junto con otros materiales que ni siquiera me atrevería a nombrar.
Mamá no preguntó nada cuando le dije que me quedaría con ella, y simplemente se limitó a asentir, cayendo sobre los múltiples cojines que aún mantenía en la sala en lugar del típico sofá.
Se quedó dormida instantáneamente, roncando boca abajo y nombrando a la abuela Rose en sus sueños.
Aproveché para revisar mi teléfono y comprobar si Santana me había enviado al menos un mensaje, pero lo dejé caer cuando sentí un pequeño movimiento en mi estómago. Tuve que apoyar mis manos en la mesa del comedor porque toda la habitación comenzó a dar vueltas repentinamente, y respiré hondo mientras los mareos cedían.
Podía sentir cómo aumentaba el movimiento en mi barriga, como si los bebés se estuvieran agitando por algo, o intentaran dar sus primeras patadas.
Me incorporé poco a poco, recuperando el equilibrio mientras mi mano acariciaba mi vientre.
—Ya, ya —dije con voz ronca—, tranquilos. Todo está bien. Mami quiere sentir sus pataditas, no sean tímidos.
Los acaricié por unos minutos más, hasta que después de eso parecieron calmarse y me dejaron agacharme para recoger el teléfono.
No había ninguna llamada de la engreída López Ni un mensaje de texto.
Resoplé mientras apagaba el estúpido aparato.
Me senté en una silla del comedor para seguir frotando mi barriga por sobre la tela de mi vestido.
Si Santana creía que iba a ser la primera en ceder y llamarla, estaba muy equivocada.
Era una idiota por haberse ido de esa manera, era una idiota por no decirme que trabajaba en un club de striptease; pero sobre todo, era una idiota por pelear conmigo sabiendo que mis revolucionadas hormonas me hacían llorar hasta por... ¡por el estúpido Bambi!
Solo pensar en Bambi me recordó a las muchas veces que Santana provocaba ese efecto en mí... El efecto Bambi. Ya nunca podría ver la película sin pensar en ella; o ya nunca podría escuchar Dangerous and Sweet sin sentir que es ella llamándome. Y definitivamente me arruinó para Adam Levine y sus futuras canciones.
Ella me arruinó por completo... Me llevó a la ruina. Sus palabras ahora se estaban volviendo realidad: ella sería mi perdición.
Ya ni siquiera podía pensar en el virus ébola y no dejar de imaginármelo a ella diciendo esas palabras cuando creía que la iba a juzgar por esas cosas que le pasaron con su hermano o con Emilia. De acuerdo, ya no podría escuchar absolutamente nada sin primero no acordarme de ella.
La detestaba en estos momentos.
Esa noche lloré mientras me iba a dormir sola.
Los bebés estuvieron muy agitados durante toda la noche, moviéndose e intentando dar pataditas sin parar, creando pequeños calambres en mi estómago.
No pude dormir nada debido a lo incómoda que me sentía, no importaba la posición en la que me pusiera. Además, un dolor agudo punzó en mi vientre, despertándome del poco sueño que logré en la madrugada. El dolor desapareció después de unos minutos.
A la mañana siguiente, cuando me levanté como zombi y me dirigí a la cocina, no era la única que parecía destrozada: mamá se miraba aterradora. Con su lápiz labial embadurnado más allá de su boca, y el delineador de sus ojos formando una raya por su mejilla. Además de que hoy estaba caminando algo encorvada mientras preparaba café y arrastraba los pies por la cocina.
Me vio cuando me acerqué para beber un vaso de leche, y sus ojos se ampliaron con sorpresa.
— ¿Britt? —Preguntó, casi temiendo que yo no fuera real—, ¿estás aquí?
No pude rodar los ojos como quería porque el cansancio me impedía hacer otro movimiento que no fuera hablar o sentarme.
—Sí, me quedé contigo toda la noche —respondí finalmente.
Me moví para buscar fruta en la refrigeradora, pero en su lugar encontré una bolsa con bagels y croissants. Ahí se fueron las intenciones que tenía de comer sanamente.
— ¿Te quedaste toda la noche? Bien, casi no recuerdo nada... —se llevó una mano a la cabeza—. Por favor, no dejes que beba de nuevo.
Bufé en voz alta.
—Si logro que sueltes una botella de cerveza en una noche, ese sería el mayor logro que habría hecho en la vida.
—Shhh, no hables tan fuerte. No puedo creer que me dejaras dormir en los cojines de la sala. Mi espalda está deshecha. Estaré caminando encorvada de aquí al nacimiento de los gemelos.
—Hablando de gemelos —dije, dándole la primera mordida a mi croissant—, anoche no me dejaron dormir tus nietos. Estuvieron agitados hasta altas horas de la madrugada.
Me sobé la espalda, estirándome mientras volvían los calambres en mi estómago.
—Mastica despacio… Y deberías comer más, estás muy delgada. Por eso se quejan los bebés, porque no te estás alimentando bien. Pero no sabría decirte lo que pasa; te recomiendo ir al médico. Oh, se me olvidaba: oficialmente les quiero dar a mis nietos su primer regalo.
Ella no esperó a que preguntara qué era, cuando ya estaba moviéndose hacia su habitación.
Salió tres minutos después, caminando de forma encorvada, cargando una maleta gigante que tenía un bordado de flores azules y rojas.
—Aquí está la bolsa que usé cuando viniste al mundo. La encontré el otro día y le repuse el contenido necesario para que te ayudes en la difícil tarea. Hay ropa de bebé —inmediatamente sacó un par de vestidos de color magenta—, hay pañales extra y toallitas húmedas para un aseo rápido. Talco —levantó la botella—, loción de primera mano, un termómetro, toallitas de tela, biberones y peluches para distraerlos.
Me enseñó un pequeño venadito café en su mano izquierda, y un cocodrilo púrpura en su mano derecha.
Casi lloré al ver el parecido enorme que tenían los ojos del venado con Bambi. Increíble, jamás pensé que un animal fuera la causa de las lágrimas en mis ojos.
—También hay estos pequeños aros a base de gel para cuando le salgan los primeros dientes y quiera morder algo —ahora sus ojos también se nublaron. Mierda—. Empaqué un termo para cuando salgas con los pequeños y quieras darles la leche calientita. Y esto de aquí —sacó unos parches extraños de color piel—, son para proteger los pezones… a ti te gustaba morderlos y protestabas cuando no había más comida en ellos. Créeme, te ayudarán.
Rió por lo bajo, y yo hice una mueca pensando en mi madre y en “pezones” en la misma oración.
—Por último, y aunque esto no cabe en la maleta —continuó—, un extractor de leche materna —levantó un aparato que parecía más bien una mascarilla de plástico conectado con un tubo, y lloró más fuerte—. Estoy tan orgullosa de lo valiente que has sido, mi niña hermosa.
Corrió a abrazarme, ignorando su dolor de espalda, y me apretó en sus brazos,
contándome emocionada todas las cosas en las que pensaba invertir con los bebés.
—Y si es niña… —dijo cuando terminó de sollozar en mi hombro—, espero que la llames con al menos uno de mis dos nombres: Cecile o Leharitt. O a ambas nómbralas como yo. Nunca te pediría nada en esta vida. Palabra de madre.
—Mamá…
—Oh, y otra cosa: ¿qué ocurrió con Santana? ¿Por qué te quedaste esta noche en mi casa y no con ella? ¿Se enojó bastante por llevarte a ese lugar? Si es así, es una exagerada dramática.
Antes que pudiera decirle algo, un golpecito que provino desde mi estómago, nos sobresaltó a ambas.
Mamá se separó inmediatamente, buscando mi mirada y luego atrayéndola a mi estómago. Colocó una mano en mi vientre, y otro golpecito vino en consecuencia.
—Un bebé está pateando —chilló—, ¡está dando patadas!
También coloqué la mano junto a la de ella y sentí las pataditas débiles que lanzaba contra mi estómago. Pronto, mi costado izquierdo empezó a agitarse y hábiles golpecitos comenzaron a reproducirse por ese lado.
—Ahora están pateando los dos —dije con melancolía en mi voz.
Automáticamente los ojos de mamá se pusieron llorosos.
—Se siente muy extraño —confesé—. Como si palomitas de maíz estuvieran reventando en mi estómago.
Pasaron varios minutos haciendo esto, y luego se calmaron.
—Ay, ya vienen mis bebés en camino —chilló mamá—, ¿y dónde está la otra madre de los niños? Ausente. ¿Me dirás qué pasó finalmente?
De pronto ella se puso bastante seria y se cruzó de brazos.
—Pues resulta que Santana es stripper.
Hasta ahí duró su seriedad.
— ¿Qué? Jooooder. Con razón el cuerpo… y la actitud… ¡y el dinero!
Asentí con la cabeza mientras terminaba de comer mi croissant y comencé a devorar el bagel con jalea.
—No puedo estar con una persona tan mentirosa.
— ¿Por qué no dejas que sea yo quien juzgue si soy una mentirosa? —preguntó alguien a mis espaldas.
Casi me atraganté con la comida. Cuando volteé mi rostro, vi a Santana de pie en el marco de la puerta. Llevaba lentes oscuros y una chaqueta negra.
— ¿Podemos hablar? —preguntó de manera hosca.
Me metí un trozo de bagel en mi boca, saboreando la jalea de frambuesa.
—No en estos momentos —dije, regresando la vista a mi delicioso bocado—. No sé cómo entraste pero…
—La puerta estaba abierta. Vine hace media hora, tu madre estaba babeando un cojín rosa.
Mamá rápidamente agarró su taza de café y salió corriendo de la cocina, como ratón asustado.
—Alto ahí —dijo Santana señalando a mamá—. Anoche tuve que explicarle a una niña de diez años, casi once, de dónde vienen los bebés y si las mujeres pueden dar a luz por la boca. No estoy de buen humor esta mañana.
— ¿Qué quieres Santana? —la ataqué. Mamá nos miró de una a otra.
—Quiero saber por qué no estabas en mi cama anoche.
—De acuerdo —interrumpió mi madre—, es hora de que yo me vaya.
Avanzó por la cocina, dejándome sola con la neandertal.
— ¿Por qué? —Bufé— ¿Por qué? Como si no te hubieras ido cuando te dije que tendríamos tres…
—Es tu culpa —me acusó—, a una persona no le das noticias como esas, de esa forma.
— ¿Dijiste que es mi culpa? Oh, no —en un arrebato, le lancé mi bagel justo a la cara. La jalea comenzó a escurrirse por su mejilla y a bajar por sus lentes—. ¡Eres una stripper y ni siquiera tuviste el valor de decirme! ¡Ahora me culpas!
—No me diste el tiempo de explicarte —se quitó los lentes y se lamió un poco de la jalea que tocaba su boca.
— ¡Para todo tienes una explicación! ¡Para todo! —grité.
Empecé a agitarme y a moverme en el mismo lugar. Hasta que vi una bolsa en el suelo, cerca de la puerta, de la cual se asomaba un pedazo de tela roja.
Caminé hasta la bolsa y saqué apresuradamente su contenido: una tanga roja con un muy diminuto sujetador de encaje a juego. La prenda era de tela tan fina, que era imposible que cubriera algo una vez que me la pusiera; fue un regalo de Mindy, y aunque no era uno de los más atrevidos, era muy sensual.
Se la lancé a Santana en el rostro.
—Ahora sufre, Santana, sufre porque no vas a volver a verme en ropa interior. ¡Y desaparece de mi vista!
Su mandíbula se apretó bastante, y tomó la pequeña prenda entre dos de sus dedos, examinándola atentamente.
— ¿Entonces así me vas a tratar de ahora en adelante?
—Es lo que te mereces.
—Bien.
Se dio la vuelta, con intenciones de irse, pero de último momento cambió de rumbo y se apresuró a ir en mi dirección.
— ¿Qué estás…?
Me agarró de la cintura y llevó una de sus manos detrás de mis rodillas. Me levantó del suelo, caminando hacia afuera de la casa.
—No me voy a ir contigo —protesté golpeando su pecho—. Bájame.
—Nena, no te molestes conmigo…
—Es que no puedes venir aquí como si nada y no responderme directamente a la cara. Tengo que enterarme de cosas malas gracias a otras personas. Odio que no me digas la verdad.
—Britt, no soy stripper… pero lo fui
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Hola Hola :)
Amigas aqui estaaa !!
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Noooo porque lo dejas ahiiiii
Quiero mas porfa
Saludos
No tardes tanto en actualizar!
):)
Quiero mas porfa
Saludos
No tardes tanto en actualizar!
):)
Jane0_o- - Mensajes : 1160
Fecha de inscripción : 16/08/2013
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
holap dan,...
definitivamente san es una imbécil,...
en serio va a racionar así por un hipoteco caso de trillisos???
a ver como la arregle de nuevo con britt??
nos vemos!!
definitivamente san es una imbécil,...
en serio va a racionar así por un hipoteco caso de trillisos???
a ver como la arregle de nuevo con britt??
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
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Edad : 33
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
hola
odio cuando lo dejan en la mejor parte
pero igualo me gusto el capitulo
como santana piensa arreglar todo ahora?
por favor no tardes en actualizar
saludos
odio cuando lo dejan en la mejor parte
pero igualo me gusto el capitulo
como santana piensa arreglar todo ahora?
por favor no tardes en actualizar
saludos
wale lopez* - Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 16/12/2013
Edad : 23
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Hola; cuando vas a actualizar????
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Jane0_o- - Mensajes : 1160
Fecha de inscripción : 16/08/2013
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Jane0_o escribió:Noooo porque lo dejas ahiiiii
Quiero mas porfa
Saludos
No tardes tanto en actualizar!
):)
Hola Hola!
AQUI estoy :) y perdon mi internet esta malo ;L pero aqui estoy !
Saludos
3:) escribió:holap dan,...
definitivamente san es una imbécil,...
en serio va a racionar así por un hipoteco caso de trillisos???
a ver como la arregle de nuevo con britt??
nos vemos!!
Hola Hola!
Es el miedo quien no reaccionaria asi ?! y ya veremos !
Saludos
wale lopez escribió:hola
odio cuando lo dejan en la mejor parte
pero igualo me gusto el capitulo
como santana piensa arreglar todo ahora?
por favor no tardes en actualizar
saludos
Hola Hola!
JAJAJAJAJAJ se que soy malita :P y ya veremos san siempre lo arregla todo no :P
Saludos
monica.santander escribió:Hola; cuando vas a actualizar????
Saludos
Hola Hola!
AQUI ESTOY !
Saludos
Jane0_o escribió:Regresa
AQUIE ESTOY ;)
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Capítulo 12 (Parte l)
Dejé de golpear su pecho y me quedé muda durante dos minutos enteros, simplemente observándola como boba.
¿Stripper? ¿Qué?
— ¿Acabas de decir que fuiste stripper? —balbuceé.
—Así es —confirmó—. Las propinas eran buenas y los chicos me amaban. Era dinero fácil... además, fui empleada del mes... tres veces.
Mi boca se abrió ligeramente.
— ¿Qué? —balbuceé—. ¿No me estarás mintiendo?
Negó con la cabeza, aun cargándome en brazos hacia la salida.
Intenté soltarme pero se convirtió en una difícil tarea a lograr. Terminó apoyándome contra un vehículo de color azul eléctrico parqueado detrás de nosotras.
—Si fui una stripper… —contestó una vez que me sentó en el capo y llevó obligatoriamente mis piernas alrededor de su cintura— ¿Hay algún problema con eso? Es parte de mi pasado, ya lo superé.
Su mano derecha inmediatamente comenzó a trazar triángulos en mi muslo poco cubierto.
—Es tu pasado pero... No sé si pueda... No sé si... ¿Eso quiere decir que moviste el trasero y meneaste tus tetas para otras personas?
La sinvergüenza asintió descaradamente.
Me enojé y comencé a deshacerme de su apretado agarre para correr de nuevo a mi habitación, pero sus dedos presionaron contra mis piernas y subieron hasta mi cintura, impidiendo que me deslizara del automóvil.
—Espera ahí, no te vayas.
— ¿Para qué? ¿Para seguir escuchando la segunda vida que tenías a mis espaldas?
—No hice nada a tus espaldas. Escúchame…
Me llevé las manos hacia mis oídos, tapando mis orejas para evitar oír las excusas que tenía para mí.
Lo único que provoqué fue que gritara alto y fuerte, y que sus manos tomaran mis muñecas para que dejara de actuar como niña inmadura y la escuchara.
—Venían chicos jóvenes, de edad madura, y hasta abuelos... —contestó cínicamente—. Esas daban las mejores propinas. Pagaban más cuando creían que tenía un rostro parecido al de sus difuntas esposas.
— ¿Cómo pudiste? Pensé que tus padres tenían dinero y que...
—Dinero manchado, ¿recuerdas? Y no te atrevas a juzgarme, en ese momento me pareció buena idea. Incluso pensé en llevarte para que conocieras mi lado secreto. Me pareció divertido. Ya que no podía andar contigo, al menos era feliz siendo tu amiga… Me conformaba con pequeñas cosas antes de probar lo grande.
Ignoré sus últimas palabras. Palabras encantadoras que tenían como propósito engatusarme y hacerme olvidar sus ofensas.
— ¿Así que ese era tu famoso trabajo? —le reclamé—. Pero dijiste que el dinero que siempre cargabas era el de tu herencia y... ¡Eso fue hace unos meses! ¿Todavía andabas conmigo cuando hacías esas cosas?
—Por supuesto —encogió un hombro, sonriendo de manera tranquila y despreocupada—. No sería yo si no tuviera una vida secreta que tú desconoces; una vida que incluye alcohol, mujeres y bailes calientes. Mi uniforme de trabajo fue mayormente un sujetador y una tanga a juego.
Rió en la última frase, mordiéndose la lengua para evitar reírse más.
Estreché los ojos, cruzándome de brazos, viéndola amenazadoramente.
—No es un buen momento para que me digas cosas como esas. Ahora bájame para que pueda ignorarte de ahora hasta siempre.
—Nena…
—Nada de nena. Es hora de que el estúpido efecto Bambi muera.
— ¿Efecto Bambi?
—Bájame, Santana No estoy de humor para discutir contigo.
—Nena, no entiendo cómo no puedes aceptar el hecho de que solía enseñar mi cuerpo para conseguir dinero.
Entonces lo noté: la forma tan tranquila con la que hablaba del tema y parecía bromear sobre el asunto.
Después de unos segundos en silencio, suspiré.
—Estás mintiendo —dije finalmente—. No estarías hablándome tan tranquila justo ahora. Deja de jugar conmigo.
—No estoy diciendo mentiras. ¿Por qué crees que no quería que te llevaran a ese club en específico? Porque yo trabajé ahí. Me da vergüenza admitirlo pero... yo también fui una stripper. Shio me sacó la verdad a golpes.
Levantó su mano derecha, sonriendo descarada y juguetonamente.
La golpeé en el hombro al instante.
— ¡Te estás riendo de mí!
—Claro que no —su sonrisa se ensanchó—. ¡Mi foto está colgada en la pared principal de empleados! Deberías empezar a tomarme en serio.
— ¡Eres una tonta! —forcejeé para que me bajara del auto, pero me lo impidió una vez más, sujetándome de las caderas.
— ¡Mi tanga dorada está enmarcada como un trofeo en una vitrina! Soy una leyenda en ese lugar —me guiñó un ojo.
— ¡Santana!
Comenzó a hacerme cosquillas en los costados y no pude mantener la seriedad por mucho tiempo.
—Basta ya. Te odio por esto. Eres una insensible y...
—Una ex stripper. Otros dirán que fui a la luna, también es cierto... Oh, y tengo súper poderes: puedo derretir objetos con la mente.
— ¡Deja ya las bromas! Y no me hagas reír cuando intento mostrarme enojada contigo… Ahhh —siguió con las cosquillas, haciendo que me doblara y me retorciera de la risa. Mi estómago estaba ardiendo.
— ¿Quieres estar enojada conmigo? ¿Por qué? No entiendo cómo lo primero que se te viene a la mente cuando me viste usar lo mismo que las otras chicas, fue que yo trabajaba allí.
—Santana… detente —dije entre lágrimas de risa.
Ella no paraba y yo no podía protegerme. Mi estómago se estaba revolviendo, y unos pequeños calambres me golpearon desde el interior.
—Santana… basta… creo… que… voy… a… vomitar —golpeé su pecho pero ella no se apartó—. En serio, voy a… vomitar.
Lágrimas salían de mis ojos, y no podía evitar reír con malestar.
—Dijimos cero secretos entre las dos. Así que he venido cumpliendo mi promesa desde que te lo dije. No tengo... —continuó con las cosquillas— nada... de... misteriosa.
— ¡Santana! Voy... a...
Llevé una mano para cubrir mi boca. Notando mi reacción, ella me soltó justo a tiempo para apartarse. Aproveché a deslizarme sobre el vehículo y corrí hasta la franja de jardín más cercano antes de soltar todo el contenido de mi estómago sobre las pocas rosas que mamá sembraba en el pedazo de terreno frente a la casa.
—Lo siento —Santana llegó detrás de mí, acariciando mi pelo y envolviéndome con sus brazos—, ¿ya estás mejor? ¿Se fueron las ganas de vomitar? ¿Quieres agua? ¿Algo?
Ella parecía estar más nerviosa que yo en esos momentos.
—Tranquila —la apacigüé abrazándola de vuelta—, lo mejor es que me acueste un rato. Me siento muy cansada… y no creas que no sigo enojada contigo. Estoy molesta, pero eres fuerte como un tronco y hueles delicioso y quiero desesperadamente que me cargues hasta mi habitación.
Ella no esperó a que dijera más y me levantó en sus brazos sin ningún problema.
—Y será mejor que no me provoques —advertí—, ayer te fuiste y me dejaste sola. Me sentí mal, me sentí herida. Y hoy...
—Lo lamento, es solo que... Es solo que...
—Es solo que fuiste una cobarde. Necesito sentirme segura. No, quiero sentirme segura. Tal vez debería darte un tiempo para pensarlo.
Ella no dijo nada por un momento.
—No tengo nada que pensar —murmuró cuando se detuvo frente al auto azul de nuevo— Britt, te necesito en mi vida y eso no es cuestionable.
Guardó silencio por unos momentos, después volvió a hablar, relamiéndose los labios con la lengua:
—Cariño, estás muy delgada ¿no quieres comer algo primero?
Fruncí el ceño mientras veía cómo rebuscaba en los bolsillos delanteros de su pantalón; difícilmente logrando dar con su objetivo cuando todavía me llevaba en brazos.
— ¿Qué estás haciendo? Te dije que me llevaras a mi dormitorio.
—A la única habitación que irás, es a la nuestra.
Dicho eso sacó un juego de llaves, y la alarma del auto azul se desactivó.
— ¿De dónde sacaste el vehículo? ¿Te lo prestó Noah?
—No, yo lo compré. Es para ambas pero no quiero que conduzcas en ese estado…. O camines, o trabajes… Dios, estás pálida. ¿Segura que estás bien?
—Sí, sí, estoy bien —parpadeé por un rato—. ¿Lo compraste?
Abrió la puerta del pasajero con dificultad, sosteniéndola con la cadera.
—Sí. Ya era hora de tener un auto y dejar de pedir prestado el de Noah De todas formas, mi motocicleta es demasiado insegura para llevarte a ti y a… —tragó saliva, como si le costara sacar las palabras de su boca— y a los bebés. Quiero que mi chica se sienta segura a mi lado. Espero que te guste el color... Es mi favorito.
Me depositó suavemente en el bonito asiento de cuero, dándome un beso en la frente.
Pensé que iba a cerrar la puerta, pero para mi sorpresa, su mano se puso en mi barbilla, y la levantó para que mis labios se encontraran con los suyos.
Me rehusé a devolverle el beso, moviendo mi rostro para que se detuviera.
Ella suspiró.
— ¿Qué sucede? ¿Sigues enojada conmigo? —preguntó, cautelosa.
—Acabo de vomitar —admití con cierta vergüenza—, tengo sabor a vómito en la boca. No me beses todavía.
—No me molesta.
Se acercó de nuevo para presionar sus labios contra los míos, pero volteé mi rostro antes de que pudiera llegar demasiado lejos.
—Sigo enojada contigo —dije esta vez.
Volvió a suspirar audiblemente.
—Bien. No, no soy una stripper. Resulta que conozco el lugar porque ayudo con algunas reparaciones electrónicas y doy mantenimiento a la zona robotizada del bar. Conozco a un par de los chicos allí presentes… y conozco también al gerente. Si me enojé más temprano fue porque tu presión sanguínea iba a estallar en ese lugar. Sé cómo de cachondas esas imbéciles suelen ponerse. Y no creas que me gustó la manera en la que mirabas fijamente a la de bandera de México; me sentí enferma solo de ver a otra tipa dándote bailes calientes. Espero que perdones mis faltas así como yo perdono las tuyas.
Resopló.
Agaché la cabeza, fijando la vista en el asiento de cuero.
—Me parece justo, y de verdad lamento no haberte entendido antes. Sé que te pones celosa e irritante cuando me ves con otras chicas. No me gustaría que pasara al revés, y te quedaras como tonta viendo a otras mujeres —me disculpé con sinceridad—. Aunque hay una cosa que todavía no entiendes. No tiene nada que ver con lo que hagas (bueno, tal vez un poco), pero me daría igual que te dedicaras a vender cigarrillos en las calles, o a confeccionar calzoncillos para hombres, entiende que lo único que necesito es la sinceridad en tus respuestas. Así podría creerte hoy y siempre cada vez que me dices que me amas y que no vas a dejarme. Y en cuanto a los bebés...
—No quiero disculparme —dijo Santana después de unos segundos—. Siento que lo he hecho mucho desde que te conocí. Te advertí que iba a cometer mil y un estupideces. Solo necesito que me entiendas, tengo razones para reaccionar de la forma en la que lo hice cuando me dijiste que serían tres. Yo no… no me tomo muy bien las sorpresas como esa. No estaba pensando… por eso te dejé. No sé hacer otra cosa más que alejarme cuando no puedo soportar la presión. Necesitaba no verte a la cara por un momento; fui inmadura e idiota. No me hago a la idea de compartirte con... —tragó saliva— tres personitas más. Además, es muy arriesgado para tu salud. No quiero perderte... aunque suene cursi, soy realista: no sabría ni cómo levantarme en la mañana si te fueras de mi lado.
Suspiró por un momento, pasándose una mano por su abundante cabello negro.
—También fue inmaduro que lanzara ese bagel en tu cara —dije después de unos minutos de silencio, mirando hacia mi abultado estómago para evitar darle la cara—. Todavía tienes jalea en el cuello.
Y de verdad quería lamerla. Pero se suponía que yo estaba enojada con ella, no podía sacar la lengua y lamer ese pedacito de piel que rogaba ser saboreado porque mi orgullo todavía se sentía pisoteado de muchas formas.
—Y también te mentí —confesé—. No estoy esperando tres bebés... La doctora simplemente quiso jugarme una broma; supongo que reaccioné igual que tú cuando me lo dijo...
Ni siquiera había terminado de hablar cuando Santana se inclinó frente a mí, tomándome de la cintura y volteando mi rostro para besarme una vez más. Esta vez no me opuse.
Ella presionó más fuerte, finalmente haciendo que mis labios le correspondieran con la misma pasión.
—Me asustaste tanto —dijo finalmente despegándose de mis labios—. Morí y reviví, todo en un segundo.
Me besó de nuevo.
Pronto se puso demandante contra mi boca, sacando la lengua y pasándola sobre mis labios.
Se retiró mordiendo mi labio inferior, y cuando pensaba que me soltaría, volvió a besarme con fuerza.
Me soltó después de unos momentos, y finalmente pude respirar.
Parpadeé en repetidas ocasiones, y luego pude escucharla mientras se subía al auto por el lado del conductor.
— ¿Quieres comer algo? —preguntó con voz ronca— ¿O es muy pronto después de haber vomitado?
No dije nada, saboreando todavía ese beso.
— ¿Entonces? ¿Nena? ¿Comida? Me preocupa verte tan pálida.
Mi mente regresó a la actualidad, y sorprendentemente no me disgustó la idea de comer.
Suspiré mientras me ajustaba el cinturón de seguridad.
—Quiero comer —respondí—. Pero todavía sigo enojada contigo.
—Bien, vamos a desayunar. Y puedes estar enojada conmigo todo lo que quieras.
Puso el auto en marcha, y antes de que avanzara muy lejos, recordé que había dejado ciertas cosas en casa de mamá.
— ¡Detente! —grité eufóricamente—. Olvidé la lencería que me regalaron mis amigas.
Ella se quedó inmóvil por un rato, pasando los pulgares sobre el timón.
Rápidamente comenzó a retroceder hasta que regresó a casa de mamá.
— ¿Eso significa que ya me perdonaste y dejarás que deje de sufrir?
—Ni por un segundo, López, ni por un segundo.
Ahora la que suspiró fue ella.
Salí del auto y avancé al interior de la casa, recogiendo las bolsas de ropa interior seductora que me regalaron las chicas.
Mi rostro todavía se ponía rojo al pensar en la vergüenza que me dio cuando lo saqué de la bolsa de regalo.
— ¿Qué más te regalaron anoche? —preguntó Santana una vez que estuve de nuevo en el asiento del copiloto.
—Oh, mucha lencería coqueta que lastimosamente nunca me voy a llegar a poner porque la chica con la que estoy saliendo se empeña en actuar como tonta y hacerme enojar.
—Suena como si tu chica fuera una perdedora.
—Lo es. Vive haciéndome rabiar.
—Supongo que la odias en este momento, ¿no?
—Definitivamente.
—Te propongo algo: deberías darle una lección. Creo que ella nos tendría que ver juntas para que se ponga celosa. Yo digo que nos besemos en un lugar público y dejemos que los rumores lleguen a sus oídos.
—Oh, no. Sus celos llegan al extremo; si te ve conmigo se le va a reventar esa vena que siempre se le marca sobre la frente cuando se enoja. No es buena idea.
—Apuesto a que ni siquiera es tan guapa como yo.
—Será guapa pero me hace enojar demasiado. Ahora llévame a comer, quiero panqueques. Luego necesito dormir y reponer las horas que pasé en vela.
—Sí, señora. Estoy a sus órdenes.
Después de eso, condujo, llevándome a un restaurante para saciar mis ganas de comer panqueques y bañarlos en miel y mantequilla.
****
—Y así, cariño, se van formando los bebés en el vientre —dije con voz monótona.
Nicole entrecerró los ojos, haciendo un mohín y rascándose la nuca mientras trataba de entenderme.
— ¿Entonces los bebés no salen por la boca?
Negué con la cabeza.
—Tampoco salen por el ombligo —confirmé.
— ¿Y solo nacen de... allí? —señaló la parte de donde salen los bebés en cuestión.
Esta vez asentí con la cabeza.
—Sólo de ahí.
— ¿Y si se me va a los pies? ¿Qué harías si uno de los Kevins, que cargas en el estómago, se te va a las piernas?
—Eso sería imposible. Recuerda lo que hablamos: ellos están en una bolsita, apretados en mi estómago para que no se salgan hasta que sea su hora.
— ¿Y cómo saben ellos cuál es su hora?
—Mmm... Pues la bolsita en la que duermen comienza a sentirse apretada y pequeña para ellos; eso les indica que es hora de salir de mami para que los conozca.
— ¿Y cómo los miras? ¿Ellos se comunican contigo?
Lo pensé por unos segundos antes de responder:
—Bueno, a veces patean.
Ella abrió mucho los ojos.
— ¡¿Te patean?!
Evelyn entró en la sala en ese mismo momento, interrumpiendo mi conversación con una Nicole muy confundida.
— ¿Son agresivos entonces? Así no juego —se quejó la niña—, ya no quiero tener bebés.
Evelyn se detuvo frente a mí, examinando fijamente mi rostro y entrecerrando los ojos mientras miraba un punto directo en mi mejilla.
Su mirada se desvió a la niña, y luego frunció la boca al sentarse a mi lado, cruzando las piernas muy recatadamente y alisando su falda de color borgoña.
Nicole se quedó muy callada después de eso. Procesando toda la información que acababa de darle.
—Nadie me dijo que anoche era tu despedida de soltera —soltó de repente Evelyn, luciendo incómoda.
Aparté la libreta en la que trataba de apoyarme visualmente para explicarle a la niña sobre cómo surgían los bebés, y me enfrenté a la organizadora de la boda Santana me había obligado a hablar con Nicole, pero después de media hora de intentar suavizar las cosas, se tuvo que encerrar en el baño para echarse agua y continuar con la parte más difícil: explicarle qué era el sexo.
—Ni siquiera yo lo sabía —comenté después de unos segundos, respondiendo a lo que dijo la chica pariente de elfos—. Fue algo sorpresa.
—No puedo creer que no me pidieran, como mínimo, diseñar las invitaciones —acto seguido abrió su bolso y sacó una tarjeta hecha con papel cartón blanco, decorada en tonos morados.
Me la pasó y la leí al instante: "Despedida de soltera para la futura Sra. López"
Fruncí el ceño al leer la última frase: Traer regalos traviesos. Se aceptan juguetes pervertidos.
Mi rostro se volvió rojo.
— ¿Quién repartió esto? —pregunté de inmediato.
—Fue tu amiga, la gordita de cabello oscuro.
— ¿Shio? ¿Ella repartió esto? No tenía idea.
—Bueno, siendo así no me sentiré ofendida porque no me hayas invitado o pedido asesoramiento con el diseño. Ya conoces lo bien que quedaron las invitaciones de la boda... que por cierto envié desde hace días atrás.
Me pasó esta vez el diseño minimalista en blanco y plateado que ambas habíamos escogido para las invitaciones de la boda.
Invitamos a las personas más cercanas, evitando a familiares poco deseados y a personajes locos. Era una tarjeta sencilla pero elegante y bella.
—Todos confirmaron asistencia. Ah, y otra cosa —hizo una breve pausa—: ¿me podrías explicar por qué hay una señora llamada Renata “la adivina” que quiere confirmar su presencia en la boda? No ha dejado de preguntarme en dónde va a colocar su puesto de lectura de manos.
Su ceja se elevó cómicamente, y se abstuvo de decir otra cosa ya que repentinamente un pequeño ladrido provino de su bolso de diseñador. Ella se apresuró a sacar de la cartera a su perro chihuahua, Thor. Inmediatamente se lo pasó a Nicole.
—Juega con él, ¿quieres, preciosa?
La niña asintió, con su mente todavía procesando el gran misterio de la vida: de dónde venían los bebés... Y cómo lucían en el vientre.
— ¿Entonces? ¿Renata?
—Ah... —Renata ¿La mujer que aseguraba ser amiga de mamá y que me dijo que mi novia iba a engañarme con otra? —. No sé cómo se enteró que tú eras la organizadora. La conocí en mi cita con Santana, cuando fuimos al parque de diversiones.
—Brittany, la boda es dentro de unos días, cerca de setenta y cinco horas, y hay una mujer que no ha dejado de llamarme (ni siquiera sé cómo tiene mi número de teléfono) para preguntarme cuál es su lugar en la boda y recepción.
—De verdad lo siento. Yo no lo dije nada, no le di direcciones o números de teléfono. Nada. No es mi culpa.
—Bien. Te creo. Estoy algo frustrada últimamente, no es tu culpa. Los lirios blancos y rosados que pedí en la florería no estarán listos sino hasta una hora antes de la boda. Me preocupa. Los ocupamos como centros de mesa… Además tu ramo de flores tiene que tener lirios.
Ella comenzó a resoplar mientras pasaba sus uñas por la piel de su rodilla.
—Ah, y tenemos que repasar unas cuantas cosas más —hizo otra pausa y sacó una agenda de su bolso—, ¿ya tienes todo lo tradicional para ese día?
— ¿Lo tradicional? ¿Qué es lo tradicional?
—Algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul.
—No, no tengo nada.
Hizo una mueca mientras se ponía de pie y me tomaba de la mano.
—Entonces tenemos que conseguirlo cuanto antes… ¡y recuerda que mañana es la prueba de tu vestido de novia! Debimos haber ido hoy.
—Pero yo no puedo, tengo que… —ver al hermano de Santana. Gertrude no quiso llevarme en todo el día, protestando que no era lo correcto de hacer.
Iba a ir con o sin ella, necesitaba confirmar algo, verlo con mis propios ojos. La idea seguía aferrándose a mi piel hasta que finalmente la sacara de mi sistema.
— ¿Qué tienes que hacer que sea más importante que probarte tu vestido de novia? Cariño, me quitas el aliento.
—A mí también —agregó Santana que venía entrando por la sala justo en ese momento—, pero de una forma completamente diferente a la tuya.
Se acercó para besar mi frente y para sentarse a mi lado.
Me obligué a no mirarla a los ojos.
Su rechazo de ayer todavía dolía mucho. Aunque sorprendentemente, sentía que ya la había perdonado.
— ¿De qué hablaban? —Preguntó ella—, pero, ¿saben qué? No importa lo que sea, estoy dentro. Todo con tal de no seguir con el tema de las flores y las abejitas… ugg.
—O la anguila y la cueva —le recordé.
Ella hizo una mueca.
—Claro que no estás dentro —refutó Evelyn—, es algo exclusivo de esta novia… y de su organizadora de bodas ya que tu abuela dijo que ella tenía tu vestido.
—Pues nadie me puede obligar a alejarme de ella —Ella puso su mano sobre mi hombro—, pelearé a muerte si es necesario.
— ¡Se tiene que probar su vestido de novia! Jamás dejaría que la vieras y... ¡Santa Madre Teresa! —Exclamó viendo fijamente la mano que Santana apoyaba en mi hombro—, no puede ser. ¡No tienes tu anillo todavía! Me va a dar un derrame... y soy demasiado joven como para estresarme.
Amplió mucho los ojos y la boca, abanicando su cara con una mano.
—Dime que lo tienes listo —le dijo ella con voz más calmada.
—Lo tengo todo preparado. Es más, creo que Britt debería venir conmigo para escoger el diseño.
Evelyn gimió, llevándose ambas manos a la frente, tirando de la trenza de su cabello rojo y rodando los ojos.
—Claro que no. Todo debe ser sorpresa. La novia no tiene que ver todavía tu anillo de matrimonio.
—Quiero que Britt lo escoja —respondió ella rotundamente—. Vamos nena, la tienda no cierra hasta dentro de un par de horas.
Me tomó de la mano, entrelazando nuestros dedos.
—Ustedes escupen en las tradiciones —se quejó Evelyn. Su voz ya sonaba al borde de un colapso.
—No creo que sea una tradición —respondió Santana—. La novia tiene que conocer al menos el diseño de mi anillo, que combine con el de ella. Que todas sepan que estoy fuera del mercado —ella sonrió malévolamente—. Ahora la pregunta es, ¿vienes con nosotras o te quedas a estresarte por las flores?
Ella murmuró una maldición por lo bajo, y finalmente asintió con la cabeza.
—Bien —se quejó—, voy a ir. Pero solo porque tenemos que conseguirle a Britt los objetos tradicionales para la boda. Será mejor que lo busquemos desde un principio porque no tenemos nada.
— ¿Estás lista, nena?
—Creo que deberíamos llevar a Nicole —sugerí.
Ella negó inmediatamente con la cabeza.
—Mala idea. No quiero tener que repartir palizas a todo aquel que se le quede viendo de manera equivocada.
—Pero siempre la dejas encerrada...
—Por tu culpa irá a la escuela el próximo año, es suficiente con eso. Ahora vamos, no tenemos todo el día.
Rodé los ojos y sentí la grave necesidad de patearla, pero de igual forma la seguí.
****
— ¿Se puede saber qué hacemos en este lugar?
Parpadeé repetidamente ante el nombre de la tienda.
Habían tres tipos en uniforme monitoreando la puerta.
Santana no respondió a la pregunta de Evelyn sino que continuó caminando directo al local, y saludó cortésmente a los tipos uniformados, como si los conociera desde hace mucho tiempo atrás.
Una vez dentro, comencé a comprender de qué se trataba todo.
—Bien, creo que por aquí hay un catálogo de diseños de anillos —dijo ella, ajena a mi expresión de asombro y a mis ojos nublados.
Evelyn se quedó sin habla, sentada de mala gana entre unos tipos musculosos que ocupaban los únicos asientos en toda la tienda.
Santana abrió el catálogo, y me señaló un par de ellos mientras pasaba las páginas pero mis ojos nublados hacían que fuera imposible ver cualquier cosa.
Una enorme sonrisa me partió los labios al instante, me sentí abrumada y feliz al verla pasar las páginas de la revista.
— ¿Qué? —Ella levantó la cabeza y notó inmediatamente mis ojos—, ¿Qué pasa? ¿No te gusta nada de lo que ves. ¿Pasa algo?
Rápidamente negué con la cabeza, intentando dejar de llorar de una vez por todas.
— ¿Por qué lloras? —me abrazó de la cintura y luego bajó sus manos hasta mis caderas y mi abultado vientre.
—Son lágrimas buenas, lo prometo.
—Está bien. No me gusta que llores. ¿No te gusta la tienda? Uno de mis buenos amigos es el dueño del local.
—No es eso... Es que... —no pude continuar y aplasté mi cabeza en su pecho—. Me encanta.
—Ah, con que es eso —suspiró aliviada.
Asentí con la cabeza.
Todavía no comenzaba a hablar cuando escuché que alguien se aclaraba la garganta.
Inmediatamente mis ojos fueron a parar en los de un sujeto gordo, tatuado de la punta de las orejas hasta el último espacio libre entre los dedos de sus pies (o al menos eso parecía).
Sonrió al ver a Santana y la saludó chocando los puños.
—Santana Marie López —dijo su nombre completo—, ¿qué te trae por aquí? —preguntó.
—Hoy vengo con mi prometida por un anillo —levantó su mano izquierda y le enseñó su desnudo dedo de compromiso.
El chico finalmente reparó en mí, y me sonrió amablemente.
— ¿Alguien logró atrapar a la gran Sra. López? Felicidades. Ya era hora de que le dieran caza.
Sonreí, todavía con algunas lágrimas saliendo de mis ojos.
—Y es toda una preciosura —su sonrisa se extendió aún más al repasarme de pies a cabeza.
Acto seguido, Santana me atrajo suavemente a su costado y su brazo se puso sobre mis hombros, de una manera posesiva.
—Cuidadito —advirtió ella entre dientes.
—Bien —el hombre tatuado le dio una mirada de arrepentimiento—. ¿Ya tienen el diseño en mente?
Santana se movió para observarme.
— ¿Ya elegiste uno, nena? ¿Alguna frase que quieras que graben?
Negué con la cabeza.
—Ni siquiera sé porque te dejo hacer esto —la regañé—, pero la verdad es que una de las cosas más bonitas que has hecho por mí.
La besé espontáneamente en la mejilla.
— ¿Tienes algo en mente? —pregunté.
—Unas cuantas opciones, sí.
—Entonces sorpréndeme.
Evelyn, que estaba a nuestras espaldas, sentada muy incómodamente en una de las sillas de plástico, rodó sus ojos y masculló algo como: paciencia.
—Quiero que lleve su nombre —dijo Santana, señalándome—. Algo bonito y delicado, como ella.
— ¿Algún símbolo en especial? —preguntó el tanque humano.
Santana hizo como que lo pensaba con esfuerzo y se acarició la barbilla.
—Quiero que se lea: “Y la culpa de todo la tiene Bambi”
La miré fijamente. Mi boca abriéndose de la sorpresa.
— ¿Por qué Bambi tiene la culpa? —pregunté con verdadero interés.
—Porque Bambi es de ojos realmente favorecedores.
— ¿Por eso es su culpa? Ya lo tienes tatuado en tu brazo —acaricié dicho tatuaje—, ¿para qué quieres llevarlo en tu anillo de bodas? La gente va a pensar que tienes algún fetichismo con el pobre animal.
—Brittany, quiero que ese anillo lleve cada cosa que me recuerde a ti.
—En ese caso también deberías agregarle una foto mía. No creo que te quepan muchas cosas en un solo anillo tatuado.
—Entonces me aseguraré de tatuarme cada parte del cuerpo, para que todas me recuerden a ti.
Sonreí, conmovida con sus palabras.
El tatuador sonrió también, y le preguntó a Santana si estaba lista para sentarse y comenzar a tatuar su anillo de bodas en el dedo.
Todavía no podía creérmelo: ¡Santana se iba a tatuar el anillo! Mis ojos aún se nublaban por esa idea.
Mordí mi labio inferior para detener la tonta sonrisa que partía mi boca, pero fue imposible quitarla de su lugar.
—Bueno, quédate con Evelyn —me dijo ella—. Te vas a aburrir esperando a que terminen el tatuaje. Si quieres, vayan adelantando cosas…
Ni siquiera había terminado de hablar cuando Evelyn ya me tenía agarrada de la mano para sacarme de la pequeña tienda de tatuajes.
— ¡Excelente! —gritó ella—. Vamos a ver si podemos hacer la prueba del vestido y luego miramos lo del pastel y otras cosas que nos hacen falta.
— ¿Segura que no quieres que me quede? Una palabra tuya y yo no me muevo de este sitio —le aseguré.
Ella sonrió encantadoramente.
—Cuando te estés probando el vestido, te tomas una foto y me la mandas —levantó su celular—, esperaré recibirla.
— ¡La otra novia no puede ver a la novia con el vestido antes de la boda! —Gritó Evelyn—. Por favor, entiéndelo. Nos vamos.
Comenzó a arrastrarme del brazo, pero me detuve a mitad de camino para volver junto a Santana.
—Si tú te tatúas el anillo… yo también quiero tatuarme el mío —susurré.
Ella negó inmediatamente con la cabeza.
—De eso nada.
—Pero yo también quiero llevarte tatuada…
—Estás embarazada. No puedes.
—Pues me lo haré cuando no esté embarazada, listo.
—Entonces me voy a asegurar de embarazarte cada año, todos los meses seguidos esa doctora ganara mucha plata.
Me crucé de brazos.
—Estás siendo injusta. ¿Qué de malo hay con que me tatúe el anillo? Tú estás llena de tinta por todos lados y yo no te digo nada.
—Porque es diferente.
— ¿Cómo de diferente?
—Diferente. Yo soy la “chica mala” en esta relación. No podemos haber dos.
—Bien. Me tatuaré a escondidas… y me haré algo realmente feo para que te arrepientas por varios días.
—Nena… no discutas conmigo —me dio una nalgada para nada disimulada, y le dirigió una mirada cautelosa a Evelyn—. Cuídala. Si se siente cansada, deja que se relaje. Si tiene hambre: la alimentas. Toma dinero, nena.
Sacó una tarjeta de crédito y la depositó en la palma de mi mano.
—Tal vez sienta la necesidad de gastar en zapatos —me quejé—. Cuando una chica está deprimida tiende a querer llenar el vacío con cosas materiales.
—Entonces gasta en lo que quieras. Cualquier cosa que ocupes, no es un gasto para mí, es una inversión. Compra algo para el bebé.
Arrugué la cara.
—Sobre eso… — ¿qué me pasaba a mí que no quería decirle que ahora no eran tres sino dos bebés? Ella todavía seguía creyendo que era uno.
—Ya hablarán más tarde —interrumpió Evelyn—. Vámonos ahora, querida.
Finalmente me logró sacar de la tienda.
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Hola Hola
Disculpen el atraso mi internet esta malo y que mas puedo decir pero bueeeeno aqui estoy !!
ESPERO QUE LES GUSTE EL CAP :)
BESOS
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
holap,...
a veces san puede ser una idiota pero aveces en un amo!!!!
a ver si britt consigue el tatoo del anillo jajajaj
quiero la boda!!!
nos vemos!!!
a veces san puede ser una idiota pero aveces en un amo!!!!
a ver si britt consigue el tatoo del anillo jajajaj
quiero la boda!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Holaa Danni lo lei ayer...creo que fui la primera pero no pude comentar:/: .... :(...bueno retomemos yo tambien moriria de celos si me dicen tan tranquilamente que era una stripper .. Dios perderia la cabeza literalmente ..pero bueno el lado positivo seria pensar en el cuerpo que tiene San..jajajajj...Danni solo gracias por actualizar a pesar de todo.... espero que esos bbes.. asi sean 5 nazcan muy rapido y quiero ver como sera San en esa faceta....y por el tatto...hermosoooooo que detalle tan bello.... ahh por cierto creo el cuento que te dije podria llamarse Danni la torturadora de Costa Rica jajajajja...cuidate amiga y que tengas una super semana...
karenmargi* - Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 11/05/2013
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
hola
Santana tan tranquila diciendo que era stripper y britt como
me gusto mucho
britt casi le dice pero... evelyn lo arruido
saludos
Santana tan tranquila diciendo que era stripper y britt como
me gusto mucho
britt casi le dice pero... evelyn lo arruido
saludos
wale lopez* - Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 16/12/2013
Edad : 23
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