[Resuelto]FanFic Brittana: A los 17 (Adaptada) Cap 43 Final

Capitulo 4

—Deja que te ayude con eso—ofreció Santana cuando Rachel trajo la ensalada a la mesa.

—Ya lo tengo. Abre la otra botella de vino—sugirió.

Quinn se inclinó sobre la estufa, inspeccionando la enorme cacerola de lasaña.

—Huele grandioso ¿Cuánto tiempo más?

—Cuando terminemos nuestras ensaladas, estará listo para servir.

Santana palmeó su mano a medida que Quinn se acercaba para probar.

—Conoces sus reglas—dijo—Si hubiera aprendido a cocinar, ella no sería capaz de mantener todas esas reglas sobre mí—dijo Quinn riendo.

Entrelazo los brazos con Santana, mientras regresaban afuera hacia el patio.

Rachel ya había servido generosas raciones de ensalada en sus platos.

—Quiero escuchar más sobre Brittany y tú—dijo Rachel mientras tomaba la botella de vino de Santana—¿Te estabas enamorando de ella a los trece años y ni siquiera lo sabías?

—Fue en ese momento cuando comencé a tener una pista—dijo con una sonrisa—Las mariposas en mi estómago sólo aparecían cerca de Brittany. Nunca con los chicos. La idea de que pudiese ser gay me aterrorizaba.

—Has dicho que siempre habías tenido una estrecha relación con tu mamá—dijo Quinn.

—Hablaste con ella sobre eso ¿verdad?

—¿Me estás tomando el pelo? No podía hablar con ella sobre eso—dijo Santana con una sonrisa.

—Al menos no cuando era tan joven—tomó un bocado de la ensalada y miró a Rachel—Esto está grandioso.

—Gracias—Rachel levantó las cejas—Así que ¿Hablaste con Brittany acerca de eso?

—No. Y ella tampoco habló conmigo de eso.

—Ah. Así que las dos estaban sintiéndose de esa manera—dijo Quinn.

—Sí. Simplemente no hablábamos de eso. Nunca hablamos de eso—Rachel se inclinó hacia delante y sonrió maliciosamente—¿La besaste?

Santana asintió.

—Tenía catorce años.


Flashback


—No quiero salir con Sam—Brittany se quejó mientras ordenaban su ropa—¿Por qué mi mamá me está obligando?

—Tú misma dijiste cuando empezaste en la secundaria que tendrías que empezar a tener citas—Santana le recordó.

—Ni siquiera me gusta Sam—dijo mientras arrojaba otra blusa sobre la cama—¿Te gusta esta?—preguntó sosteniéndola contra su pecho.

—Sí. Hace que tus ojos se vean más azules.

Brittany la miró durante un momento, con la cabeza inclinada. Arrojó la blusa sobre la cama con las demás prendas, mientras caminaba acercándose.

—Él va a querer besarme.

Santana asintió.

A pesar de que no tenía ni idea de quién era Sam Evans, además de ser el chico que la mamá de Brittany había elegido para ella hacía años, aun así sintió una punzada de celos.

Brittany tomó su mano y sus dedos se entrelazaron entre sí. Era algo que hacían a menudo… agarrarse de las manos.
Algunas veces, era casual cuando Brittany la guiaba de un sitio a otro. Otras veces, lo hacían mientras se miraban la una a la otra, sus dedos se movían con suavidad contra la piel de la otra, tocando, memorizando, trazando.

Esos eran los momentos que Santana amaba.

Ahora, el pulgar de Brittany estaba bordeando a través del dorso de su mano y Santana tragó nerviosamente.

—No sé cómo besar San—dijo Brittany en voz baja—Nunca he besado a nadie.

—Estoy segura que no va a ser difícil de aprender—dijo Santana, escuchando su voz quebrarse con nerviosismo.

Brittany dio un paso más cerca.

—Tal vez...debemos practicar—Santana podía sentir su corazón latiendo en su garganta y se sorprendió de que todavía fuese capaz de respirar. Miró a los ojos de Brittany, viendo que estaba completamente seria. Tenía miedo de empezar a hiperventilar. Brittany le dio la sonrisa más dulce que Santana hubiera visto en su vida—¿Quieres?—susurró.

Santana permaneció en silencio delante de ella, temerosa de hablar.

Aparentemente Brittany encontró la respuesta que buscaba. Se acercó más, tocando sus labios con los de Santana. Se apartó rápidamente y Santana abrió los ojos. Había sido demasiado breve para incluso registrar el beso.

De repente sintiéndose valiente, encontró su voz.

—Yo...yo no creo que sea así como se haga, Britt—dijo mientras sus dedos se apretaron alrededor de los de Brittany.

Brittany sonrió ligeramente.

—¿No? ¿Cómo se hace, entonces?

Pensando que estaban locas por hacer esto, Santana sin embargo, alejó su temor de que la Sra. Pierce las descubriera.

Su deseo de besar a Brittany hizo caso omiso a su buen sentido y dio un paso más cerca de su amiga.
Se humedeció los labios antes de inclinarse más cerca. Estuvo fascinada cuando los ojos de Brittany se cerraron para esperar por su beso.

Sintiéndose audaz…y un poco atrevida…Santana bajó la cabeza, moviendo lentamente sus labios sobre los de Brittany, rogando que lo estuviera haciendo correctamente.

Lo único que tenía para seguir adelante eran las escenas de besos que había visto en las películas. Abrió su boca, acomodando el labio inferior de Brittany entre los suyos. Esto ocasionó un incendio en la boca de su estómago y gimió.

Avergonzada, intentó apartarse, pero Brittany la mantuvo en su lugar, sus propios labios abriéndose a Santana.

Cuando finalmente se separaron, notó que ambas respiraban con fuerza, casi jadeando. Tuvo miedo de mirar a Brittany y estuvo aún más sorprendida cuando la boca de Brittany encontró la de ella nuevamente.

La mano de Brittany se deslizó por su brazo y alrededor de su cuello, sus dedos se ensartaron a través de su cabello. Sus labios se movieron juntos nuevamente, presionando fuertemente contra los labios de la otra.

Jadeó cuando su cuerpo entró en contacto con el de Brittany. Deseaba poner sus brazos alrededor de Brittany y abrazarla con fuerza, pero estaba tan asustada. Lo estaba, sin embargo, estaba satisfecha al escuchar un sonido silencioso escapar de la boca de Brittany.

La necesidad de respirar las separó. Brittany la miró con timidez, con una leve sonrisa en los labios.

—Besar es algo divertido.

Santana sonrió.

—Sí. Lo es.

Mientras se miraban la una a la otra, Santana sintió que algo pasaba entre ellas. Sabía que se estaban comunicando sin palabras, pero no tenía ni idea de lo que se estaban diciendo.

Cuando escucharon que la puerta exterior se abría, se alejaron, Brittany recogió rápidamente la blusa descartada y otra vez la sostuvo para su inspección.

—¿Ésta?

Santana sonrió.

—Si. Me gusta esa.

La Sra. Pierce estaba de pie bajo el marco de la puerta, su mirada iba de las chicas hacia la pila de ropa sobre la cama.

—Veo que estás teniendo dificultades para decidir qué ponerte.

—A San le gusta esta ¿Y a ti?

La Sra. Pierce se acercó, asintiendo con la cabeza.

—Sí. Esa luciría adorable en ti, querida—miró a Santana—Tienes buen gusto.

Santana se encogió de hombros.

—Probablemente debería ir a ayudar a mi mamá con la cena—dijo. La Sra. Pierce sólo asintió con la cabeza. Santana miró a Brittany—Diviértete en tu cita. No puedo esperar a escuchar todo acerca de él, Britt—mintió.

La mirada en los ojos de Brittany le dijo que ella sabía que estaba mintiendo.

Santana le guiñó un ojo antes de huir de la habitación.


Fin de Flashback


—Oh, Dios mío. Eso fue tan dulce, San—dijo Rachel.

—¿Practicaron mucho después de eso?—Quinn bromeó.

Santana se sonrojó ante el recuerdo.

Sí, ellas practicaron mucho después de eso. Y se volvieron buenas en eso.

¿Realmente quería compartir todo eso con sus amigas?

—Lo hicimos—admitió.

—La lasaña puede esperar unos minutos más—dijo Rachel—Quiero saber cómo le fue en su cita.


Flashback


—¿Qué pasa? Tana, pareces inquieta—Santana se detuvo, dándose cuenta que había estado dando vueltas.

Miró a su mamá, sin saber qué decir.

—Britt fue a su primera cita anoche—dijo.

Su mamá asintió con la cabeza.

—Sí. Con Sam Evans.

—¿Lo conoces?

—Ha estado aquí con sus padres anteriormente—dijo—¿Britt no te lo ha presentado?

Santana volteó los ojos.

—Vamos, mamá. Sabes que no se me permite estar en la casa grande cuando tienen compañía.

—Oh, eso es correcto. Se me había olvidado. Estás tanto tiempo ahí.

Santana se encogió de hombros.

—Somos amigas.

—Lo sé, cariño—su mamá agarró el control remoto de la televisión y silenció el programa que había estado observando—Siento mucho que la Sra. Pierce te trate en la manera en que lo hace. Es sólo porque yo trabajo…

—No me preocupo por eso, mamá. No me gustaría pasar el tiempo con esos chicos de todos modos—se sentó en su rincón habitual del sofá, sin saber por qué estaba tan inquieta.

Brittany y Sam habían ido al cine, llevados ahí por George en el Rolls Royce del Sr. Pierce.

Le sorprendió que la Sra. Pierce no hubiera alquilado toda la sala de cine para ellos.

Hoy, Brittany tenía clases de tenis. Santana estaba esperando que llegara a casa para que pudieran hablar. Aunque necesariamente no quería saber acerca de su cita, tenía curiosidad acerca de si Sam había intentado besarla o no.

—Bueno, hablando de citas, me pregunto cuándo vas a querer empezar. Sin embargo, creo que catorce años es un poco joven—su mamá la miró pensativa—¿Tienes a alguien en mente?

Santana resopló.

—No. Nunca voy a tener citas.

Su mamá sonrió y puso su programa de televisión nuevamente.

Santana se levantó y fue a su habitación y continuó su paseo en privado.

Pronto, escuchó que el televisor se apagaba y supo que su mamá estaría en la cocina grande, comenzando la cena para los Pierce. Esa era una de las ventajas de vivir aquí, cualquier comida decadente que los Pierce comieran, Santana y su mamá la disfrutaban también.

Cuando el reloj marcó pasadas las seis, Santana salió de su habitación, con la esperanza de que Brittany estuviera pronto en casa. Fue a la cocina para ofrecer su ayuda, a sabiendas de que su mamá la echaría. Sólo cuando Sue tenía el día libre su mamá le permitía estar en la cocina.

Se sentó en el primer escalón, esperando, con la esperanza de que Brittany no llegara tarde. No tuvo que esperar mucho tiempo antes de que la puerta se abriera en la parte superior. Brittany permaneció ahí de pie, todavía en su traje de tenis.

Le sonrió y Santana sonrió en respuesta.

—¿Quieres venir a mi habitación?

Santana se levantó de un salto, subiendo las escaleras de dos en dos.

—La cena es a las siete, Tana—dijo su mamá.

—Lo sé—respondió.

Brittany y ella se apresuraron a subir las escaleras hacia las habitaciones de Brittany. Cuando la puerta se cerró detrás de ellas, se quedaron mirando la una a la otra, sin hablar.

—Mi mamá está jugando bridge—dijo Brittany finalmente—Aún no está en casa.

Santana asintió con la cabeza, consciente de que Brittany compartía eso con ella para hacerle saber que no serían interrumpidas.

—¿Cómo estuvo...? ¿Cómo estuvo tu cita?

Brittany entró en su dormitorio y Santana le siguió.

—Fue horrible. Él derramó su Coca-Cola sobre mí.

—Eso es terrible—dijo Santana, secretamente complacida.

O tal vez no tan en secreto cuando Brittany se rió de ella.

Santana perdió su aliento cuando Brittany se quitó su camiseta, quedando sólo en sujetador.

Desapareció en su cuarto de baño y Santana se hundió en la cama, tratando de controlar su respiración. Escuchó la ducha abierta y asumió que Brittany se estaba bañando después de su clase de tenis.

—Salgo en un segundo—gritó Brittany—Estaba tan sudada.

Santana lamió sus labios.

—Está bien.

Cuando Brittany regresó, su cabello estaba húmedo y estaba usando unos pantalones cortos y una camiseta limpia.

Santana seguía sentada en la cama. Brittany se sentó junto a ella, sus ojos vagando por el rostro de Santana.

—Pensé mucho en ti hoy San.

Santana tragó nerviosamente.

—¿Sí?

—Sam no trató de besarme.

—Bien—murmuró Santana.

Brittany asintió.

—Tal vez deberíamos practicar un poco más. Quiero decir, quiero estar preparada para cuando suceda.

—Por supuesto.

Brittany sonrió mientras su mirada se desviaba hacia los carnosos labios de Santana.

—Me gustó la forma en que me besaste.

Santana podía sentir como su pulso se aceleraba y tuvo miedo.

No deberían estar haciendo esto, lo sabía. Pero eso no la detuvo.

Se acercó más, encontrándose con la boca de Brittany. Los tentativos y tímidos besos que habían compartido el día anterior se habían ido.

Santana casi se desmayó cuando sintió la lengua de Brittany rozar sus labios.

No pudo detener el gemido que se le escapó cuando sintió que Brittany la acostaba sobre la cama. Estaban tendidas una frente a la otra, con sus manos descansando suavemente en la cintura de la otra mientras se besaban.

Sintiéndose audaz, Santana permitió que su propia lengua rozara el labio inferior de Brittany.
Se sorprendió cuando la boca de Brittany se abrió y sus lenguas se encontraron. Se sentía tan bien y gimió cuando el beso pasó de la simple exploración de labios al intercambio completo de boca y lengua.

El cuerpo de Santana estaba en llamas y no sabía qué hacer. Su mano se movió más abajo de la cadera de Brittany, y sus dedos la acariciaron, bajando más hacia donde sus pantalones cortos llegaban. Brittany volvió a gemir cuando la mano de Santana se movió a través de la piel expuesta.

Se separaron, jadeando por aire, sus ojos se encontraron interrogantes.

Santana estaba a punto de alejarse cuando la boca de Brittany volvió a ella.

En algún lugar de la niebla lujuriosa, Santana supo que debían detenerse. La Sra. Pierce estaría en casa en cualquier momento.

Si ella las atrapaba besándose...oh, Santana ni siquiera quería pensar en las consecuencias.

Su mano apretó la pierna de Brittany, luego se apartó del beso, sus labios dejaron la boca de Brittany para recorrer su rostro, luego su cuello.

Brittany casi ronroneó y Santana tuvo que obligarse a sí misma para detenerse. Finalmente se puso sobre su espalda, lejos de Brittany mientras trataba de recuperar su aliento. Brittany también yacía de espaldas, mirando al techo.

Santana podía escuchar las respiraciones cortas y rápidas que ella tomaba.

Ella cerró sus piernas presionándola, sintiendo un fuerte latido entre sus muslos.

—Realmente…realmente me gusta esto—susurró Brittany.

—A mí también.

—No podemos decirle a nadie.

—Lo sé—Santana se incorporó—Tengo que irme. Tu mamá…

—Sí—Brittany también se sentó y pasó las manos por su cabello mientras tomaba una respiración profunda—Estará pronto en casa—extendió la mano y tocó el rostro de Santana, su pulgar frotando suavemente el labio inferior de Santana—Eres muy bonita y me encantan tus hoyuelos.

Santana sonrió pero no dijo nada.

Brittany era la bonita, no ella. La mano de Brittany cayó y su mirada se alejó de los labios de Santana.

—Nos vemos mañana—dijo Santana mientras se levantaba.

—No estaré mucho tiempo por los alrededores—advirtió Brittany—Sugar tendrá una fiesta en el club de campo.

El corazón de Santana se hundió recordándose nuevamente a sí misma que ella y Brittany eran de dos mundos diferentes.

Asintió en silencio, luego se fue, pero no antes de ver la mirada triste en los ojos de Brittany.

Capitulo 5

—Debiste haber estado en un desastre emocional—dijo Quinn—Eso es mucho para enfrentar a los catorce años.

—Gracias—dijo tomando el plato de lasaña de Rachel—Luce muy bien—asintió con la cabeza hacia Quinn, reconociendo su declaración—Sabía que lo que estábamos haciendo era una locura, sí—dijo—El paso por la pubertad y la realización de que tu mejor amiga era la que te excitaba era condenadamente aterrador. Y si su mamá nos hubiera atrapado besándonos...—dijo con una sacudida de la cabeza—No puedo ni siquiera empezar a imaginar su reacción.

Quinn se echó a reír.

—Oh, creo que si puedes imaginarlo. Eso era lo que te asustaba.

—¿Entonces tú y Brittany hablaron de ello?—preguntó Rachel—Es decir, puedes llamarlo practicar y todo lo que quieras, pero estoy segura que ambas sabían lo que realmente estaba sucediendo.

—Sí, sabíamos lo que estaba pasando, pero no hablamos de ello. Ella estaba haciendo lo que se suponía tenía que hacer…tener citas con Sam Evans. Todo estaba separado acerca de nuestras vidas excepto eso. Diferentes escuelas, diferentes amigos. Su mamá la mantenía ocupada con clases de tenis, danza, natación. A medida que iba creciendo, pasaba cada vez más tiempo con sus amigos. No que ella quisiera. Sin embargo, era lo que se esperaba de ella.

—Porque era una Pierce—dijo Quinn—Así que Lima todavía era una pequeña ciudad donde las viejas divisiones de las reglas de clases seguían aplicándose. Increíble.

—Como he dicho, su mamá lo tomaba muy en serio.

—¿Así que fue difícil verse la una con la otra?

—A veces. Tan ocupada como ella mantenía a Brittany, así su mamá tenía muchas actividades por su cuenta. La cena era a las siete y ni su mamá ni su papá llegaban a casa mucho antes de eso—tomó un bocado de la lasaña y asintió con la cabeza—Esto está delicioso, Rach. Gracias por hacerla vegetariana.

—Gracias. Y de nada.

—¿Cuánto tiempo paso para que besar ya no fuera suficiente?—preguntó Quinn sin rodeos.

—Quieres decir ¿cuándo empezamos a tocarnos?

—Estoy asumiendo que no profundizaron y se convirtieron en amantes. Eran vírgenes—dijo.

—Vírgenes, pero no inocentes—dijo—Quería tocarla pero tenía miedo—Santana sonrió—La primera vez que me atreví a tocar sus pechos, tenía quince años.


Flashback


—Logré una A en mi prueba—dijo Brittany con entusiasmo, levantando la hoja de su prueba para que Santana la viera.

—Bueno, mírate…—dijo—… ¿ves? Te dije que iba a estar bien, Britt.

—Lo sé. Sin embargo aun así estuve sorprendida.

Santana siguió a Brittany hacia su sala de estudio y se dejó caer en el suelo donde normalmente se sentaban. Brittany se sentó con las piernas cruzadas junto a ella, con una sonrisa en su rostro.

—¿Qué?—preguntó Santana, sonriendo también.

—Sam va a tener una fiesta mañana por la noche.

Santana ladeó la cabeza, sonriendo.

—¿Y? ¿Quieres practicar el baile?

Brittany asintió, su expresión seria.

¿Podemos?

Santana se entusiasmó con la idea, pero no quiso parecer demasiado ansiosa.

—¿Qué clase de baile?

La suave sonrisa de Brittany provocó un escalofrío sobre la espalda de Santana.

—Lento.

Santana tragó, preguntándose cómo sus piernas la sostendrían si ella y Brittany bailaban.

Por mucha práctica de besos que habían tenido, nunca había habido tantos toques involucrados. Incluso cuando se habían atrevido a acostarse sobre la cama de Brittany, aún no había habido toques a cuerpo completo.

¿Pero el baile lento?

Sus cuerpos estarían muy cercanos, sus manos estarían libres para moverse a voluntad.

—¿Podemos?—Brittany preguntó nuevamente.

Santana finalmente asintió.

Sabía que nunca rechazaría a Brittany. Se pusieron de pie y Santana se movió con nerviosismo.

—¿La música?—logró decir.

Brittany negó con la cabeza

—Solo bailemos—susurró.

Nuevamente Santana asintió, pero no tenía ni idea de cómo empezar.

La verdad era que nunca había bailado anteriormente. Brittany se acercó, tomando las manos de Santana y colocándolas alrededor de su cintura.

Las manos de Brittany recorrieron lentamente los morenos brazos de Santana hasta los hombros, curvándose finalmente alrededor de su cuello. Los ojos de Santana se cerraron cuando sintió que el cuerpo de Brittany se rozó contra el suyo.


—Se supone que debes guiar—dijo Brittany en voz baja, su cálido aliento contra la oreja de Santana.

Santana arrastró sus pies, moviéndose contra Brittany. Apretó su agarre alrededor de su cintura, logrando contener un gemido cuando sus cuerpos chocaron entre sí.

Fue consciente de su pulso acelerado, de sus respiraciones rápidas y se dijo a sí misma que se calmara. Sólo estaban bailando. Pero cuando los dedos de Brittany se enroscan a través de su cabello, escuchó la rápida respiración de Brittany y se dio cuenta que no era la única afectada por su cercanía.

Sintiéndose valiente, dejó que sus manos vagaran, frotando suavemente la espalda de Brittany. La atrajo aún más cerca cuando ella levantó su cabeza.

Sus bocas estaban tan cerca cómo podían estar sin besarse. Los ojos de Santana se abrieron, descubriendo que los de Brittany seguían cerrados.

Se movió hacia sus labios, con la intención de darle un beso lento e inocente.

Pero no hubo nada de inocente cuando Brittany gimió en su boca, inmediatamente su lengua encontró la de Santana. La pretensión de la danza cesó, sustituida por la más extensa sesión de besos en la corta vida de Santana.

Sus pies dejaron de moverse por completo cuando se presionaron tan cerca cómo les fue posible. Por mucho que había fantaseado sobre Brittany, eso no le había preparado para la realidad. Estaban respirando pesadamente mientras sus besos se volvían más frenéticos. Las piernas de Santana se volvieron débiles y ella se aferró a Brittany, envolviendo sus brazos con más fuerza alrededor de su cintura.

Se habían besado mucho en el último año, pero nunca había sido así.

Esto era salvaje y sexual y el cuerpo de Santana respondió a eso, una constante pulsación entre sus piernas hizo que arqueara sus caderas contra Brittany.

Y entonces hizo algo con lo que sólo había soñado…dejó que su mano viajara sin impedimentos hacia el pecho de Brittany.

No estaba segura de cuál sería la reacción de Brittany, pero no pudo detener el avance natural de su mano. Gimió cuando sintió que el pequeño pezón de Brittany se endurecía contra su palma.

Brittany arrancó su boca de la de Santana, un fuerte gemido se escapó mientras jadeaba en busca de aire, sus propias caderas presionaron para hacer contacto con Santana.

Santana apretó el pezón entre sus dedos, buscando nuevamente con su boca la de Brittany, sus lenguas se rozaron con vehemencia contra la otra.

Incluso en el estado lujurioso en el que se encontraba, lo escuchó.

El ascensor.

Gimió con frustración mientras se alejaba de Brittany. Se quedaron de pie mirándose la una a la otra, respirando como si hubiesen corrido un maratón.

—Yo...yo debo irme—logró decir.

Los ojos azules de Brittany seguían clavados en los suyos.

Santana tuvo que obligarse a sí misma a dar un paso más lejos de ella.

Su movimiento pareció sacar a Brittany de su trance y se abrazó a sí misma antes de asentir.

Entonces Santana huyó, consciente de que no sería bueno que la señora Pierce la encontrara ahí, no en el estado en el que se encontraba.

Apenas había logrado bajar los tramos de las escaleras hacia la planta principal, cuando escuchó que la puerta del ascensor se abría. Se detuvo en la puerta que la llevaría hacia la cocina, respirando profundamente, tratando de calmar su cuerpo excitado.

Le asustó de muerte saber que esto era sexual.

No estaban fingiendo un beso, fingiendo bailar.

Sabía lo que significaba.

Se preguntó si Brittany lo sabía o si seguía fingiendo que sólo estaban practicando.
Finalmente empujó la puerta, caminando lentamente por las escaleras. Podía escuchar a su mamá y a Sue en la cocina.

Esperaba poder entrar a hurtadillas en su habitación, pero su mamá la vio.

—Ven dame una mano cargando la bandeja, Tana.

—Está bien—dijo ella pero evitó el contacto visual con su mamá.

Agarró el plato que su mamá señalaba y cuidadosamente lo llevó a la bandeja de servir.

Conocía la rutina.

Sue ya habría estado en el comedor poniendo la mesa. Sue también serviría a los Pierce a las siete en punto, tan pronto como la señora Pierce sonara la campana que indicaba que estaban listos. La bandeja de servir sería cargada para tres, a veces cuatro recorridos.

Sopa o un ligero aperitivo para comenzar, algunas veces ensalada, seguido por el plato principal y finalizando con el postre.

Santana sacó los vasos de cristal y los llenó de hielo y agua. También agregó dos tazas de café y platillos para el Sr. y la Sra. Pierce para después de la cena.

Fue al horno sin preguntar, sacando el pan que se estaba calentando allí.

Su mamá siempre colocaba una rosa en la bandeja de servir, lo que Santana encontró gracioso ya que sería Sue la única en notarlo.

—¿Estás bien, Tana?

Santana miró hacia arriba.

—Sí ¿Por qué?

—Te ves ruborizada ¿Tienes fiebre?

Santana casi estalló en un ataque de risa, pero se contuvo.

—Me siento bien.

Su mamá la miró y Santana se sintió incómoda bajo su mirada.

—Cuando bajaste, estabas sin aliento—dijo su mamá.

Santana tragó nerviosamente.

—Bajé corriendo—dijo ella. Eso, al menos, no era una mentira—La Sra. Pierce llegó a casa—se encogió de hombros—No quería que me descubriera ahí. Ella piensa que pasamos demasiado tiempo juntas.

Pero su mamá negó con la cabeza.

—No lo creo.

—¿No lo crees?

—No. Recuerdo que cuando tenía tu edad. Jane Ramírez y yo éramos las mejores amigas. Rara vez nos veían a una sin la otra. Tú y Britt no tienen ese lujo, ya que no van a la misma escuela.

—Y no tenemos los mismos amigos—agregó Santana.

—Correcto. Y la Sra. Pierce la mantiene muy ocupada ¿no? Así que no creo que pasen mucho tiempo juntas.

Santana ofreció a su mamá una sonrisa rápida.

—Gracias, mamá.

Sin embargo, para la tarde del Sábado, Santana todavía no había visto ni hablado con Brittany.

Se sentó en el mirador, con sus piernas extendidas y un libro de biología sin abrir en su regazo. Estaba algo asustada de que tal vez Brittany estuviera enfadada con ella, tal vez había llevado las cosas demasiado lejos y ahora Brittany estaba evitándola.

Pero en realidad, Brittany fue quien empezó. Ella fue la única que sugirió el baile.

Unos pasos se acercaron y se volteó, esperando encontrar a Brittany.

Se sorprendió al ver al señor Pierce.

—Hola, Santana.

Santana balanceó sus piernas en el suelo, sintiéndose repentinamente nerviosa en su presencia.

—Hola, Sr. Pierce.

—No es frecuente encontrarte aquí sin tu sombra—dijo con una sonrisa.

—Espero que no le importe. Puedo volver a entrar y…

—No, por supuesto que no. Rara vez usamos esto. Sé que tú y Brittany lo han reclamado ahora. En realidad, tenía la esperanza de encontrarte aquí sola. Quería darte las gracias—dijo.

Santana lo miró fijamente.

—¿Por qué?

Él sonrió nuevamente.

—A pesar de que mi esposa piensa que Brittany se convirtió repentinamente en un matemático, sé que tenemos que darte las gracias por sus buenas notas.

Santana se sonrojó.

—Yo...yo sólo ayudé un poco—admitió.

—Sé por Maribel que eres una estudiante de puros A—dijo—También sé que mi esposa cree que Brittany es tu tutora.

—Lo siento. Nosotras…

Él levantó la mano, deteniéndola.

—No hay que preocuparse. Sólo quería darte las gracias—se dio la vuelta para marcharse, pero se detuvo—Y creo que es mejor si la señora Pierce sigue sin enterarse ¿no crees?

Santana sonrió.

—Sí, señor.

—Bien.

Santana se relajó nuevamente extendiendo sus piernas hacia fuera. En los últimos cinco años, sólo había tenido un par de conversaciones con él y nunca a solas.

Siempre había tenido miedo de él.

Era una figura alta e imponente y tendía a evitarlo lo más posible. También tenía miedo de la señora Pierce, pero por muchas razones diferentes.

Finalmente abrió su libro de biología, con la intención de leer los siguientes dos capítulos, cuando volvió a escuchar movimiento.

Esta vez era Brittany.

Le sonrió, sintiendo como su estómago saltaba con sólo verla.

—¿Qué estás haciendo?—Santana levantó el libro y Brittany hizo una mueca—¿Eso es todo lo que haces…estudiar?

—Es por eso que solo tengo A—dijo ella.

Brittany se sentó frente a ella, con una leve sonrisa en su rostro. Se miraron la una a la otra y Santana sintió como su corazón comenzaba a acelerarse.

Trató de pensar en algo que decir, algo para romper el hechizo que Brittany ejercía sobre ella.

—Yo...yo vi a tu papá—dijo ella.

—¿Ah, sí?

—Él vino aquí. Quería darme las gracias—dijo ella.

—¿Por qué?

Santana sonrió.

—Por tus calificaciones en matemáticas.

Brittany se echó a reír y luego se puso seria.

—¿Estaba enojado?

—No, en absoluto. También prometió que no le diría a tu mamá.

Brittany asintió.

—Sí, esa es la diferencia entre ellos. Él está más preocupado por mis calificaciones que por la percepción de que no podría ser lo suficientemente inteligente y pudiese necesitar un tutor.

—Eres lo suficientemente inteligente—dijo Santana.

—No tan inteligente como tú.

Santana se encogió de hombros.

La escuela era fácil para ella, claro, pero estudiaba más que Brittany. Por supuesto, no tenía todas las actividades extras que Brittany tenía.

Tenía más tiempo para estudiar.

Permanecieron en silencio, mirándose fijamente la una a la otra, sonriendo.

Santana podía sentir la electricidad entre ellas. Se preguntaba si Brittany le había puesto un nombre a esto.

—Me encantan su hoyuelos San—dijo mientras la miraba a los ojos—Tú...tú bailas mucho mejor que Sam—dijo Brittany finalmente.

—¿Ah, sí? ¿Cómo estuvo la fiesta?

Brittany desvió la mirada.

—Estuvo bien, supongo—hizo una pausa, entonces miró a Santana—Él quería hacer lo que tú hiciste.

Santana inconscientemente lamió sus labios.

—¿Qué quería hacer?

Brittany retorció sus manos con nerviosismo.

—Él...él quería tocar mis pechos.

Santana sintió que su corazón se tambaleó en su pecho ante sus palabras.

Su mirada bajó hacia los pechos de Brittany durante largos segundos antes de mirar nuevamente hacia arriba. Sus ojos se sostuvieron y nuevamente.

Santana sintió que su corazón martilleaba en su pecho.

—¿Se lo permitiste?—preguntó en voz baja.

Brittany negó con la cabeza.

—No. No quería que él lo hiciera.

Santana sintió una sensación de alivio al escuchar sus palabras.

—Me alegro.

Brittany miró hacia abajo, retorciendo nuevamente sus manos.

—Mis padres van a salir esta noche—dijo—Van a una cena. No estarán en casa hasta tarde.

Santana levantó las cejas.

Era sábado.

Brittany solía hacer algo con sus amigos…o Sam…los Sábados en la noche.

Brittany encontró sus ojos nuevamente.

—¿Tal vez...tal vez podrías venir a mi habitación?

—¿No vas a salir?

Brittany le ofreció una rápida sonrisa.

—Voy a cancelarlo.

Santana asintió.

—Está bien.

Brittany se levantó.

—Bien. Nos vemos más tarde entonces.

Santana vio cómo se alejaba, con los ojos clavados en su espalda, siguiendo el leve balanceo de sus caderas. Dejó escapar su aliento con un profundo suspiro, preguntándose lo que la noche traería.

Capitulo 6

—Oh Dios mío, eso es tan dulce. Creo que tienes la mejor historia de la primera vez—dijo Rachel.

—¿Dulce? Era un manojo de nervios—dijo Santana. Agarró lo último de su pan de ajo y le dio un mordisco—Estoy llena.

—Espero que guardes espacio para el postre.

Santana la miró detenidamente.

—¿Qué hiciste?

—Tiramisú.

Santana casi gimió al pensar en el exquisito postre.

—Supongo que tendré que hacer un esfuerzo.

—Sé que es tu favorito, así que no trates de sonar molesta—dijo Rachel con una sonrisa.

Santana miró a Quinn.

—¿Cómo te mantienes tan delgada?

—Espero que no creas que Rach cocina así todo el tiempo. La única vez que me hace postre es cuando vienes a cenar.

Santana sonrió.

—Maldito sea mi gusto por lo dulce.

Quinn apoyó los codos sobre la mesa y apoyó la barbilla en las manos.

Era una pose que Santana conocía bien.

Quinn era ahora la Dra. Fabray y no estaba tratando de ocultarlo.

—¿Pensabas que eras gay o que estabas experimentando?

—Estaba que moría por mi mejor amiga. No tenía el más mínimo interés en los chicos. Sí, Quinny estaba bastante segura de que era gay.

—Y ¿qué pasaba con Brittany?

—Honestamente, a esa edad, creo que ella estaba experimentando. Ser gay no era aceptable para ella. No era una posibilidad—dijo ella—Nunca fue una posibilidad.

—¿A pesar de haberse convertido en amantes?

—Incluso entonces. Cualquier excusa que Brittany necesitaba hacer por eso, lo hacía. Pero ser gay no era una de ellas.

—Debe haber sido difícil para ti.

—Sí, Dra. Fabray, fue muy difícil—ella miró los ojos que tenía en frente—Todavía lo es.

—Es por eso que evitas ir a casa a toda costa. Incluso para ver a tu mamá.

—Deja de tratar de hacer que se sienta culpable Quinny—dijo Rachel—Estoy adorando la historia. Danos más San. Cuéntanos que pasó cuando fuiste a su habitación esa noche.

Santana sonrió.

—¿Qué crees que pasó, Rach? Mis hormonas estaban en su pleno apogeo y yo tenía quince años.


Flashback


—Vamos a ver la televisión—dijo Santana.

—No te quedes demasiado tarde Tana—advirtió su mamá.

—No lo haré—dijo mientras se dirigía hacia las escaleras y entraba en la mansión.

Una vez en el segundo piso, se detuvo, escuchando, pero todo estaba en silencio. Corrió hacia el siguiente nivel hacia las habitaciones de Brittany, se detuvo para recuperar el aliento antes de golpear ligeramente en la puerta.

—Entra—dijo Brittany.

Santana abrió la puerta, encontrando a Brittany en el sofá, los restos de su hamburguesa desplegados. Cada vez que los Pierce tenían planes para cenar en otro lugar, su mamá les preparaba algo que rara vez tenían…hamburguesas.

—Esperaba que vinieras a cenar conmigo, Sanny—dijo Brittany.

Santana se quedó allí de pie, pero ahora ella tenía sus palmas sudando ligeramente. Se las secó en los vaqueros.

Le gustaba ese apodo que le coloco Brittany cuando eran pequeñas y solo lo decía cuando estaban solas, ya que a su mamá no le gustaba la confianza que tenían ella y Santana.

—Iba a hacerlo, pero mi mamá tenía todo preparado para nosotras ahí—entró más en la habitación, permaneciendo de pie junto al sofá—¿Cómo te libraste de salir con Sam?

Brittany sonrió y simuló una tos falsa.

—Estoy enferma. Muy, muuy enferma.

—¿Él estaba bien con eso?

—No me importa—dijo despectivamente—Uno de sus amigos tenía una fiesta de chicos. Estaba tan feliz de ir allí—Brittany palmeó el asiento a su lado—Ven y siéntate, Sanny.

Santana hizo como se le instruyó, su corazón martillaba nerviosamente en su pecho mientras sentía el muslo de Brittany rozar contra el de ella.

La televisión estaba encendida, pero Santana no tenía ni idea de qué programa se suponía estaban viendo. Sus pensamientos estaban centrados únicamente en Brittany.

—¿Estás nerviosa?—susurró Brittany.

Santana asintió.

—¿Te gusta besarme?

—Sí.

—También me gusta besarte, Sanny—dijo Brittany—¿Está mal que lo hagamos?

—Tu mamá me mataría, Britt—dijo Santana.

Brittany se echó a reír.

—Eso es cierto—ella se acercó y tomó la mano de Santana—Pero prefiero besarte a ti mucho más que a Sam.

—¿Por qué?

Brittany ladeó la cabeza como si estuviera pensando.

—No... no siento lo mismo cuando él me besa—hizo una mueca—Y él es todo babeo y esas cosas.

Santana hizo una mueca, tratando de imaginar que besaba a un chico.

Estaba bastante segura que nunca besaría a un chico. Pero en este momento, quería besar a Brittany.

La miró a los ojos, tratando de encontrar un indicio de que Brittany quería que la besara.

Encontró más de un indicio.

Se acercó más, sus alientos se mezclaron cuando sus bocas se unieron.

Fue casi como la primera vez, sólo el más elemental de los toques.

Escuchó suspirar a Brittany y sintió como sus dedos rodearon su mano fuertemente. Santana profundizó el beso y su boca encajó perfectamente con la de Brittany.

Su pulso recobró vida y gimió contra sus labios.
Se separaron levemente, respirando rápidamente. Sus ojos se encontraron y Santana pensó que había algo de miedo en la mirada de Brittany.

¿Miedo de qué?

No tenía ni idea.

Estuvo a punto de alejarse, pensando que Brittany lo había pensado mejor, pero Brittany se lo impidió.

—Bésame otra vez Sanny—susurró.

Santana la complació, tomando su boca nuevamente.

Su intención de ir lento, pero se desvaneció cuando sintió la lengua de Brittany explorando su labio inferior. Abrió la boca, tocando con su lengua la de Brittany.

Gimieron y Santana sintió la mano libre de Brittany aferrándose a su camisa. Brittany se movió y se echó hacia atrás, llevando a Santana con ella.

Por primera vez, sus cuerpos se tocaron completamente cuando Santana apoyó su peso sobre Brittany. Sus besos se volvieron abrasadores y el cerebro de Santana no pudo seguir el ritmo de su cuerpo.

Quería tocar a Brittany.

Oh, quería hacer tantas cosas.

Se sentía débil al pensar en eso.

Finalmente se separaron, su necesidad de respirar reemplazaba la necesidad de besar. Santana se inclinó hacia arriba nuevamente buscando los ojos de Brittany por un signo de lo que quería.

No tuvo que preguntar.

Brittany agarró su mano y la movió debajo de su camiseta.

—Toca mi pecho—murmuró.

Santana tuvo miedo de desmayarse cuando sus dedos viajaron a través de la piel suave y cálida de Brittany para tocar la tela sedosa de su sujetador.

Sintiéndose más confiada de lo que debía, bajó su boca nuevamente, besando a Brittany mientras sus dedos trazaban el pico duro de su pezón.

Brittany gimió y arqueó las caderas hacia Santana. Santana se sintió mareada por el contacto y su lengua entró como una flecha en la boca de Brittany.

Su mano parecía tener mente propia cuando sus dedos impacientemente quitaron el sujetador, buscando el duro pezón. Cuando lo encontró, frotó su dedo índice a través de él, escuchando nuevamente el gemido de Brittany.

—Se siente tan bien—susurró Brittany.

—¿Quieres que yo...lo bese?—preguntó Santana, rezando para que dijera que sí.

Los muslos de Brittany se separaron y la parte inferior del cuerpo de Santana se deslizó entre ellos, sus caderas se movieron juntas instintivamente.

—Sí—respiró Brittany—Bésalo San.

Santana se incorporó lo suficiente como para levantar la camisa de Brittany.

Lamió sus labios al ver el pecho de Brittany. Al no tener la menor idea de qué hacer, besó tentativamente el área alrededor de su pezón, adorando los sonidos que Brittany estaba haciendo. Cuando sus labios chocaron con su pezón, su lengua salió, desplazándose a través de él. Esto hizo que las caderas de Brittany se sacudieran.

Santana gimió mientras sus caderas se presionaban con fuerza contra Brittany.

—Chúpalo—murmuró Brittany—Por favor.

Sorprendida de no haberse desmayado en ese mismo momento, Santana cerró sus labios sobre el duro botón y chupó la punta dentro de su boca.

Brittany gruñó en voz alta y su mano se abrió camino a través del cabello de Santana, sosteniéndola con fuerza contra su pecho.

—Oh Dios, San...eso se siente tan bien.

Sí, se sentía tan bien.
La humedad entre sus piernas le dijo lo bien que se sentía. También le dijo que tenían que parar antes que las cosas fuesen demasiado lejos.

Retrocedió, trazando besos a través del estómago de Brittany antes de levantar su cabeza.

—No te detengas San—suplicó Brittany.

—Tenemos que hacerlo Britt…—dijo Santana mientras se inclinaba para besarla nuevamente—…tus padres llegaran pronto a casa.

Brittany atrajo a Santana en un fuerte abrazo.

Santana estaba encima de ella, tratando de recuperar el aliento.

Brittany finalmente aflojó su agarre, dejando que Santana se sentara.

—¿Te gustó eso?

Santana asintió.

—La próxima vez...quiero hacerte eso.

Santana sintió que su corazón saltaba a su garganta ante la perspectiva de la boca de Brittany sobre su pecho. No pudo encontrar su voz y simplemente asintió con la cabeza.

Brittany sonrió y se acercó aún más, colocando un suave beso en los labios.

—Gracias, Sanny.

Santana no estaba muy segura del por qué estaba dando las gracias, pero nuevamente, asintió con su cabeza.

Se sentaron nuevamente, pretendiendo ver la televisión cuando todo lo que hacían era mirarse la una a la otra. En poco tiempo, sus manos estaban entrelazadas nuevamente y sus muslos estaban presionados uno contra el otro.

Y una mirada en los ojos de la otra fue suficiente.

Ahora sus besos eran frenéticos, sus lenguas luchaban humedecidas y ambas gimieron con el beso.
Santana sintió el toque tentativo de Brittany en su cintura, sintiendo como la mano se deslizaba más arriba. Antes de que Brittany pudiese tocar su pecho, Santana se echó hacia atrás, jadeando en busca de aire.

—Debería irme Britt—dijo entre respiraciones.

Sin esperar respuesta de Brittany, corrió hacia la puerta, sin atreverse a mirar atrás.

Capitulo 7

—Qué juguetona era—dijo Rachel—¿Cómo lo soportaste?, San.

Santana apartó el plato de postre a un lado y literalmente se frotó el estómago.

—Eso estuvo muy bueno, pero estoy repleta—dijo ella.

—No te vemos lo suficiente—dijo Rachel mientras traía la jarra de café hacia la mesa—¿Estabas enamorada de ella?

Santana sonrió.

—Creo que me enamoré de ella a los diez años.

—¿Sentías que ella te manipulaba? Y si tus hoyuelos al reír son lindos—dijo Quinn.

—No. Créeme, era una compañera dispuesta a todo—dijo Santana omitiendo el ultimo comentario de su amiga.

—Sin embargo, ella lo controlaba—dijo.

—Te aseguro, querida Dra. Fabray, que el hecho de que estaba haciéndolo con mí mejor amiga… a por sus órdenes…desde que tenía catorce años no dejó cicatriz en mí. Ni una sola vez pensé que me estaba manipulando. Brittany estaba tan apegada emocionalmente como yo lo estaba. La diferencia era que yo podía aceptar que era gay. Ella no podía. Ella estaba predestinada no sólo a tener citas con Sam Evans, sino también a casarse con él.

—¿Y fue algo que aceptaste?

Santana agitó un poco la azúcar en su café, pensando en aquellos tiempos.

—Sí, lo acepté. No había opción referente a Brittany. Su mamá tenía toda su vida organizada cuidadosamente de acuerdo a su deseo. Brittany tenía muy poco que decir en todo lo que hacía. Creo que por eso su tiempo conmigo era tan precioso para ella—dijo—Fue la única cosa que hizo y fue elegido por ella, lo único que no tenía las huellas de su mamá por todas partes.

—Pero ustedes no se veían mucho ¿verdad?—preguntó Rachel.

—No. Especialmente cuando fuimos a la secundaria. Brittany tenía mucho que hacer, teníamos suerte de vernos una vez por semana. Incluso entonces, no siempre estábamos solas. Mi mamá siempre estaba ahí y si su mamá estaba en casa, no nos atrevíamos a ir a su habitación—Santana sonrió—Se volvía muy peligroso para nosotras estar solas—dijo ella—Éramos como un infierno a punto de explotar.

—¿Qué hay de ti?—preguntó Quinn—¿Tenías amigos? ¿Tenías alguna actividad después de la escuela?

—Tuve algunos amigos—dijo ella—Quiero decir, no estaba totalmente ciega en cuanto a lo que estaba pasando. Sabía que Brittany y yo no teníamos futuro. Sabía cuál era mi papel en su vida. Así que hice algunos amigos en la secundaria. Hice las cosas normales que se hacen. Iba al cine con ellos y pasaba el rato en la pizzería.

—¿Pero nadie sabía de Brittany?

—No. Ellos sabían dónde vivía, sabían que mi mamá trabajaba para los Pierce, eso era todo.

Santana se encogió de hombros.

—Nunca le dije a nadie que era gay.

—Así que ¿cuándo llevaste las cosas al siguiente nivel?—preguntó Rachel—Puesto que ya no tenían mucho tiempo juntas, quiero decir.

Santana tomó un sorbo de su café, sonriendo levemente al recordar la primera vez que había tocado a Brittany, la primera vez que sostuvo a Brittany mientras ella llegaba a su clímax.

—Fue un Domingo. Sus padres estaban en una subasta y tuvimos la tarde para nosotras. Tenía dieciséis años.


Flashback


Santana se quedó de pie fuera de la puerta de Brittany, tratando de calmarse.

Estaba tan nerviosa como nunca lo había estado. Habían pasado dos semanas desde que ella y Brittany habían estado juntas a solas y aun así había sido sólo unos minutos. No mucho, pero lo suficiente como para que se besaran, para que se tocaran los pechos la una a la otra.

Ya no había timidez en ninguno de sus toques.

Y hoy tendría horas juntas.

Santana realmente temblaba ante la idea.

Tomó una respiración más profunda y entonces llamó a la puerta. Esta se abrió inmediatamente. Sus ojos se encontraron rápidamente y se dio cuenta que Brittany estaba tan nerviosa como ella.

—He venido en cuanto supe que se marchaban—explicó.

Brittany agarró su mano y tiró de ella, cerrando la puerta detrás de ella.

Y entonces hizo algo que nunca había hecho anteriormente.

Cerró con llave.

Cuando se dio la vuelta, había una mirada en sus ojos que Santana no había visto anteriormente.

Y eso no le asustaba en lo más mínimo.

—Quiero acostarme contigo—dijo Brittany.

Santana asintió y permitió que Brittany la llevara de la mano, siguiéndola dentro de su dormitorio.

Santana no tuvo tiempo de pensar cuando las manos de Brittany deslizaron rápidamente su camisa sobre su cabeza. Unas manos cálidas quitaron su sujetador, desabrochándolo y dejándolo caer al suelo. Santana estaba temblando mientras estaba allí de pie, sus ojos cerrados y la boca cálida de Brittany cerrándose sobre un pezón.

—Dios, Britt—murmuró.

Brittany se apartó, luego retiró rápidamente su propia blusa. Y no llevaba sujetador y las rodillas de Santana se debilitaron.

—Acuéstate conmigo, San—dijo Brittany—Te quiero encima de mí.

—Sí.

Habían hecho esto anteriormente en el sofá…muchas veces…pero nunca en la cama.

La mirada en los ojos de Brittany le dijeron que hoy sería diferente.

Se quitó los zapatos antes de sentarse en el borde de la cama. Brittany se escabulló, dándole espacio. Los ojos de Santana recorrieron su cuerpo, vestido solamente con pantalones cortos. Su mirada se posó en sus pechos…pechos que ahora conocía muy bien.

Su boca se hizo agua ante la vista.

—Ven aquí, Sanny—dijo Brittany en voz baja.

Santana se acercó a ella, apoyándose en sus manos mientras bajaba su cuerpo hacia Brittany.

Las piernas de Brittany se separaron y Santana se hundió entre ellas, haciendo que las dos gimieran suavemente cuando sus pechos se tocaron y luego sus bocas, sus besos largos y lentos. Hoy no había necesidad de apresurarse.

Tenían la tarde para estar juntas.

—Me encanta la forma en que me besas, San—murmuró Brittany mientras los labios de Santana se movían a través de su rostro hasta su cuello.

Encontró ese punto más abajo de la oreja de Brittany que le encantaba acariciar y las manos de Brittany recorrieron su espalda hasta las caderas, ahuecándolas y atrayéndola con fuerza hacia ella.

Santana pudo sentir la humedad en sus pantalones cortos mientras se arqueaba contra Brittany. Ella gruñó, imaginando a Brittany tan mojada como ella estaba.

Se elevó con sus brazos, dejando al descubierto los pechos de Brittany para ella. Bajó la cabeza capturando un pezón firme dentro su boca.


Le encantaba la sensación…el sabor…de sus pechos. Le encantaba como Brittany gemía cuando la succionaba, justo como lo estaba haciendo ahora.

—Me vuelves loca cuando haces eso, Sanny—respiró Brittany.

—Me encantan tus pechos. Son perfectos, Britt—murmuró Santana mientras se movía hacia su boca nuevamente, su lengua se movió entre sus labios a placer.

Cuando se retiró, Brittany la estaba mirando, sus ojos tan oscuros como nunca los había visto.

—Quiero...quiero que me toques.

Santana se apoyó sobre un codo mientras parpadeaba estúpidamente ante ella.

—¿Tocarte?

—Sí. Tocarme—agarró la mano de Santana y la movió entre sus cuerpos—Tócame ahí San—Santana gimió ante la idea de tocar a Brittany. Estaría mintiendo si dijera que no había fantaseado con hacer eso. De hecho, a menudo se tocaba a sí misma, imaginando que era a Brittany a quien estaba acariciando. Pero ahora...—¿No quieres tocarme?

—Dios, sí Britt—dijo Santana. Se movió a su lado, dándose a sí misma espacio. Podía ver su mano temblorosa mientras se movía entre las piernas de Brittany. Incluso antes de tocarla, pudo sentir el calor entre sus muslos—Quiero...quiero estar dentro de tus pantalones...dentro de tu ropa interior también.

La respuesta de Brittany fue desabrochar sus pantalones cortos y bajar la cremallera.

Santana no dudó cuando su mano se deslizó más allá de la cinturilla de sus bragas, deslizándose a través de la suave piel. La humedad de Brittany recubrió sus dedos y gimió en silencio, permitiendo que Brittany la atrajera hacia ella para darle un beso.

Se había tocado a sí misma anteriormente, sabía que se sentía bien para ella, pero…


¿Brittany querría eso?

Se apartó del beso, mirando fijamente los ojos de Brittany.

—Estás muy húmeda—dijo Santana. Brittany se limitó a asentir. Sus labios estaban entreabiertos y respiraba tan rápido como Santana—¿Puedo…hacer esto?—susurró mientras sus dedos frotaban suavemente su clítoris hinchado.

Brittany sacudió sus caderas en respuesta.

—Sí—susurró—Se siente realmente bien.

Santana inclinó su cabeza y encontrando nuevamente el pecho de Brittany chupó su pezón dentro de su boca.

La sedosa humedad de la excitación de Brittany llenó su mano y deslizó sus dedos hacia atrás y adelante a través de su clítoris, acariciándolo rápidamente como lo había hecho consigo misma.

Brittany estaba gimiendo en voz alta y Santana abandonó su pecho para darle un beso, tratando de silenciarla. A pesar de que sabía que estaban solas, aún seguía aterrorizada de ser descubiertas.

Brittany parecía no tener miedo de eso mientras arrancaba su boca de Santana, jadeando por aire mientras sus caderas se movían violentamente contra la mano de Santana.

Santana cambió su peso, tratando de sostener a Brittany mientras sus dedos se deslizaban sobre su clítoris.

—Oh Dios, San...por favor no te detengas.

—Nunca—Santana prometió mientras aumentaba su ritmo.

Muy pronto las caderas de Brittany se levantaron de la cama y Santana vio con asombro como su cuerpo convulsionó.

Cubrió su boca nuevamente atrapando el grito de Brittany justo a tiempo.

Presionó sus dedos con fuerza contra ella, ocasionando que Brittany gimiera mientras sus piernas se apretaban firmemente.


Brittany se relajó en la cama y Santana sacó lentamente su mano fuera de sus pantalones cortos.

Rozó los pezones de Brittany con sus dedos húmedos, viendo cómo se endurecían inmediatamente. Los ojos de Brittany estaban cerrados y su pecho subía y bajaba rápidamente con cada respiración.

Sin pensar en lo que estaba haciendo, Santana bajó su cabeza hasta sus pechos, girando su lengua alrededor de cada pezón. El sabor almizclado de la pasión de Brittany que los cubría casi ocasionó su clímax en ese momento mientras lamía ambos pezones.

Sintió las manos de Brittany que la empujaban lejos de ella y se detuvo, apartándose y sintiéndose culpable.

—Quiero tocarte así—Santana gimió mientras interiorizaba las palabras de Brittany. Asintió en silencio y rodó sobre su espalda. La hambrienta mirada en los ojos de Brittany la emocionó y desabrochó sus pantalones cortos, dando espacio a Brittany—Nunca había tenido un orgasmo anteriormente—Brittany admitió mientras su boca recorría los pechos de Santana—¿Y tú?

—Sí.

Brittany se detuvo y Santana reconoció la mirada de dolor en sus ojos.

—¿Cuándo? ¿Con quién?

Santana sonrió.

—Conmigo misma.

—¿Te tocas a ti misma?

—A veces. Cuando pienso en ti, me toco—dijo ella.

—¿Y...y eso hace que tengas un orgasmo?

Santana asintió.

—He querido tocarte desde hace tanto tiempo, Britt.

—¿Por qué no lo hiciste?

—No sabía si querías que lo hiciera.

—Lo quería—Brittany miró fijamente sus ojos mientras su mano se dirigía hacia abajo—Y quiero tocarte—los ojos de Santana se cerraron cuando sintió el roce de los dedos de Brittany a través de sus rizos húmedos por primera vez. Como ella lo había hecho, Brittany encontró su clítoris. Tocándolo suavemente, lo suficiente como para hacer que las caderas de Santana saltaran en respuesta—¿Así?—preguntó Brittany mientras la acariciaba.

—Sí, así, Britt—logró decir Santana a través de su respiración entrecortada.

Quería hacer que durara, pero estaba a punto de explotar. Lo sentía en lo profundo de su vientre, formándose como una ola gigante.

Tan pronto como la lengua de Brittany tocó su pezón, la ola se estrelló en ella. Agarró la mano de Brittany y la mantuvo apretada con fuerza contra ella mientras sus caderas se arqueaban en ella.

Mordió su labio para no gritar de placer.

Soltó la mano de Brittany, pero Brittany no la apartó. En cambio, se acostó a su lado, apoyando su cabeza en el hombro de Santana mientras ellas trataban de recuperar el aliento.

—Eso fue mucho mejor que cuando me lo hago a mí misma—admitió con una sonrisa.

—Me alegro.

Santana cerró los ojos, atreviéndose a preguntar la pregunta que la atormentaba.

—¿Dejas que Sam te toque de esa manera?

Brittany negó con la cabeza.

—No. No le permito hacer mucho de nada. Sin embargo él quiere hacerlo—Brittany se volteó para mirarla—No quiero que él lo haga. No se siente igual con él. No se siente mucho de nada con él.

—¿Cómo se siente conmigo?

Brittany sonrió.

—Fuego. Un ardiente y maravilloso fuego.

Capitulo 8

—Oh, vaya—dijo Rachel mientras se abanicaba—¡Qué calor hace aquí!

Santana se echó a reír.

—Ustedes querían saber.

—Como he dicho antes, esta es la mejor historia de la primera vez que he escuchado.

—¿Qué hubiera pasado si las hubieran atrapado?—preguntó Quinn.

La sonrisa de Santana se desvaneció.

—Su mamá me habría matado.

—¿Qué hay de tu mamá?

La sonrisa de Santana regresó.

—Mi mamá me habría matado—asintió con la cabeza hacia Rachel, quien preguntaba en silencio si quería más café.

—Creo que es romántico, San—dijo Rachel.

—¿Romántico? ¿Hormonas descontroladas a los dieciséis años? No sé cuan romántico es eso—dijo Santana—Ninguna de nosotras sabíamos lo que estábamos haciendo.

—Evidentemente aprendías rápido, San—dijo Quinn con una sonrisa—Supongo que eso fue antes de que pudieras simplemente buscar en Google por todo lo que querías saber.

—¿Hace veinte años? Sí. Estábamos por nuestra cuenta.

—Pero Sam seguía en el cuadro, ¿Cómo te conciliaste con eso?

—Era lo que era. Sam estuvo siempre en el cuadro. Conocía mi lugar. A pesar de lo que hubiera querido para nosotras, sabía que nunca podría ser.

—¿Qué crees que ella quería para ustedes dos?

Santana miró a Quinn pensativa.

—Pensé que habías dicho que no ibas a ponerme en tu sofá, Dra. Fabray.

Quinn sonrió.

—Lo siento. Es solo que acabo de encontrar tu historia muy intrigante. Me sorprende que hayas podido manejar todo eso tan bien como lo hiciste a esa edad.

—Como he dicho, sabía cuál era mi papel en su vida. Sí, estaba enamorada de ella. Locamente. Ella también estaba enamorada de mí. Pero eso llegaría hasta donde podía llegar. No teníamos futuro. El suyo ya estaba planeado. Robamos momentos, eso fue todo.

—Eso es muy triste, San—dijo Rachel.

—Sí. Fue difícil. Traté de no pensar en sus citas con Sam y lo que ella estaba haciendo. Ya no preguntaba. No quería saberlo.

—Entonces ¿con quién perdió su virginidad? ¿Contigo o con Sam?

Santana recordó muy bien esa noche. Era uno de esos momentos especiales que siempre llevaría con ella.

—Conmigo. Fue un Sábado. Tenía diecisiete años.


Flashback


Era una rara ocasión en que ellas tuvieran la mansión para ellas mismas.

Bueno, a excepción de George, pero él nunca subiría a la habitación de Brittany. Su mamá estaba en un baby shower y los Pierce habían salido temprano esa mañana para un viaje de una noche hacia Chicago.

Ella y Brittany no habían tenido mucho tiempo a solas en las últimas dos semanas y extrañaba su cercanía. Tenía muchas ganas de pasar el día con ella.

Cuando llamó a su puerta todo lo que escuchó fue un murmurado “pase” desde el otro lado.

—¿Britt?

—Aquí.

Se dirigió al dormitorio, sorprendida al encontrarla acurrucada en la cama, con un pañuelo empuñado en su mano.

Santana se detuvo en seco al ver las lágrimas en los ojos de Brittany.

—¿Qué pasa, Britt-Britt?

Brittany rodó sobre su espalda y palmeó el espacio a su lado. Santana se sentó, sus ojos buscaron en los de Brittany una pista que explicara sus lágrimas.

—Salí con Sam anoche.

Santana asintió.

—Lo sé.

—Él quiere tener relaciones sexuales.

Santana miró hacia otro lado, consciente de que este día llegaría. Tuvo un momento difícil tragando ya que su garganta estaba obstruida por los celos.

—Me sorprende que haya esperado tanto tiempo—dijo con sinceridad.

—Exactamente, él no había estado esperando pacientemente. Sé que voy a tener que hacerlo, pero Dios, no quiero— dijo ella, las lágrimas formándose nuevamente en sus ojos.

—Entonces no lo hagas, Brittany—dijo Santana—Rompe con él.

—Oh, San, sabes que no puedo hacer eso. Después de todos estos años, ya sabes cómo es.

—Es tu vida, Brittany, no la de tu mamá ¿Por qué permites que ella controle todo? ¿Es como la universidad? ¿Por qué ahí?

Brittany sonrió con tristeza, no le gustaba cuando Santana le decía Brittany, y porque sabía que lamentablemente su vida ya estaba planeada y ella no podía hacer nada.

—Ivy League. Nunca hubo alguna duda…o elección…a dónde iría.

Santana se puso de pie y caminó pasando las manos por su cabello.

—Así que Sam quiere dormir contigo.

Brittany se levantó de la cama y se acercó a ella, deteniendo su caminata, y envolvió sus brazos alrededor de ella y Santana se hundió en su abrazo.

—No puedo soportar la idea de que te toque, Britt—murmuró.

—Lo sé, Sanny.

Se abrazaron firmemente la una a la otra, sus cuerpos tan cerca cómo les fue posible, cada centímetro de sus cuerpos muy unidos.

Santana cerró los ojos, respirando el aroma familiar de Brittany. Sus labios viajaron lentamente por el cuello de Brittany, deteniéndose debajo de su oreja. Fue recompensada con un suspiro silencioso. Brittany se apartó, mirándola a los ojos con igual intensidad.

—Quiero...quiero que seas...mi primera vez, Sanny. Quiero que estés...dentro de mí, no él.

Santana no pudo apartar su mirada.

Con todo lo que habían hecho los últimos dos años…los besos, las caricias, las exploraciones…nunca había estado dentro de Brittany.

Conocía cada centímetro de su cuerpo, pero nunca había estado dentro de ella.

Así como Brittany no la había tocado de esa manera.

Era algo que nunca habían hablado.

Pero muchas veces… cuando los dedos de Santana se recubrían con su humedad… quería deslizar los dedos dentro de ella, hacer el amor con ella de esa manera.

Muchas veces había estado a punto de preguntar, pero siempre se había retirado, tomando lo que Brittany le había ofrecido y nada más.

Ahora, Brittany estaba ofreciendo más.

—¿Estás segura?

—Tú has sido mi primera vez en todo, Sanny. Además, hemos hecho todo, menos eso.

Santana asintió.

Era cierto.

Sus manos…incluso su boca… habían estado por todas partes en el cuerpo de Brittany, por todas partes menos enterrada en su interior.

La idea de hacer el amor con Brittany de esa manera hizo que sus piernas temblaran.

Atrajo a Brittany hacia ella nuevamente, besándola lentamente, a fondo, obteniendo un gemido de ella cuando su mano ahuecó su pecho y con su pulgar rozó su pezón. Sintiéndose en control otra vez, llevó a Brittany a la cama.

Vio un atisbo de nerviosismo en sus ojos y le sonrió tranquilizándola.

—Estoy tan nerviosa como tú Britt-Britt.

Brittany también sonrió.

—Bien.

Se desnudaron la una a la otra, sus manos trabajando torpemente con los botones y cremalleras, provocando risas silenciosas entre las dos.

Brittany sacó la colcha de la cama y empujó a Santana con ella.

Esto era lo que Santana amaba…estar completamente desnuda y en contacto…algo que ellas rara vez tenían la oportunidad de tener.

Momentos breves y robados eran por lo general lo que se podían permitir.

Hoy no.

Hoy era para sí mismas.

Hoy ellas no retendrían nada.

—Me encanta como se siente—murmuró Brittany contra sus labios mientras se besaban interminablemente—Me encanta estar contigo de esta manera.

Santana se inclinó aún más, capturando un pezón con su boca. Los senos de Brittany eran muy sensibles y sabía exactamente cómo complacerlos mientras su lengua se movía a través de la punta.

Brittany la abrazó con más fuerza mientras sus caderas comenzaban un roce familiar y lento.

Como siempre, el fuego entre ellas saltó a la vida.

Santana sostuvo su peso sobre sus manos, permitiendo que la mitad inferior de sus cuerpos se movieran juntos.

Las manos de Brittany vagaron por su espalda, estableciéndose en sus caderas, guiando a Santana más firmemente entre sus piernas.

—Bésame, Sanny.

Santana hizo lo que le pidió, poseyendo la boca de Brittany con un beso húmedo y caliente, su lengua rodeando la de Brittany mientras se batían en duelo. Interrumpió el beso, regresando al pecho de Brittany.

Tenía hambre de ella…de toda ella…y bajó por su cuerpo, sus labios trazaron un camino hacia el lugar que más amaba.

A Brittany también le encantaba, y ya estaba gimiendo, sus muslos se separaron tentadoramente para ella.

Santana separó sus piernas, deslizando su lengua por la humedad que sabía encontraría. Zumbó de placer con su primera probada, sus ojos cerrados mientras su boca se cerraba sobre su clítoris hinchado. Como había hecho con su pezón, lo succionó dentro de su boca, haciendo que las caderas de Brittany se frotaran sobre su rostro.

Ella la sujetó, dándose un festín con ella, sintiendo las manos de Brittany en su cabello, sosteniéndola en su lugar.

—Oh Dios...Sanny.

Cuando sintió temblar los muslos de Brittany alrededor de su rostro, se apartó.

Brittany gimió, instando a Santana con sus manos a regresar entre sus piernas, pero Santana se incorporó, entrando en ella con dos dedos, sintiendo la tensión de las paredes de Brittany que se cerraban a su alrededor.

Sus ojos se encontraron, cada una manteniendo a la otra cautiva.

Santana hizo una pausa, luego se sumergió profundamente en su interior.

Sólo sintió algo de resistencia cuando entró en ella, entonces Brittany se abrió completamente, anhelando a Santana. Santana se ubicó dentro de sus brazos, usando ahora sus caderas para guiar su mano, saliendo lentamente y luego entrando nuevamente.

Brittany jadeaba en su oído, abrazándola con fuerza mientras sus caderas imitaban el ritmo que Santana estaba marcando.

Dentro y fuera, sus dedos se deslizaron con facilidad, cada movimiento iba más profundo dentro de ella mientras Brittany se encontraba con ella con cada empuje.

—Sí...sí. Dios, Sanny…

Santana volteó su cabeza encontrando la oreja de Brittany. Con su lengua imitó sus dedos, entrando y saliendo, adorando los sonidos de placer que Brittany expresaba libremente.

Sus caderas se sacudieron contra su mano y metió sus dedos profundamente, ahora más rápido, tratando de seguir el ritmo de los movimientos frenéticos de Brittany.

Las caderas de Brittany se arquearon hacia arriba y Santana sintió como sus músculos se contraían, sintiendo que sus dedos eran succionados con fuerza dentro de ella. Brittany gritó, sacudiendo sus caderas una vez, luego otra vez y otra vez, antes de hundirse sin fuerza.

Santana estaba respirando pesadamente por su esfuerzo y besó el rostro de Brittany, su cuello y sus cuerpos estaban humedecidos por el sudor. Se movió con la intención de sacar sus dedos de Brittany pero Brittany la detuvo, apoyando su mano sobre la de Santana.

—Todavía no, San. Quiero sentirte dentro de mí.

—¿Te he hecho daño, Britt-Britt?—murmuró Santana.

—No—Brittany volteó su cabeza mirando intensamente a Santana—Te amo, Sanny.

Santana sintió que las lágrimas escocieron sus ojos. Eran palabras que nunca se habían dicho la una a la otra. El corazón de Santana casi estalló cuando Brittany las expresó.

—Yo también te amo, Britt-Britt.