[Resuelto]FanFic Brittana: A los 17 (Adaptada) Cap 43 Final

Capitulo 9

—Oh, Dios mío. Estoy enamorada de ustedes, chicas—dijo Rachel.

Santana se recostó en el sofá, balanceando su taza de café sobre su muslo.

—Fue un día especial—admitió Santana.

—¿Y ella correspondió?—preguntó Quinn.

Santana sonrió.

—Pasamos tres horas ininterrumpidas en la cama ese día. Estaba sorprendida de que alguna de las dos pudiera caminar al día siguiente.

—¿Cómo demonios mantuvieron escondido el romance de su mamá? ¿Y de tu mamá, para el caso?—preguntó Rachel.

—Supongo que simplemente estaban ciegas a eso. Estoy segura que cuando nos mirábamos la una a la otra estaba escrito por todas partes en nuestros rostros.

—¿Qué pasó con Sam?—preguntó Quinn—Supongo que finalmente se acostó con él.

Santana sintió la punzada familiar de celos, incluso después de todos estos años.

Asintió con la cabeza, casi con miedo de hablar. Aclaró su garganta primero, tragándose sus celos.

—Ella tenía relaciones sexuales con él, sí. No muy a menudo…—dijo—…pero lo suficiente.

—¿Cómo sabías que no era a menudo?”

—Porque me lo decía.

—¿Y le creíste?—preguntó Quinn.

—Brittanty nunca me mintió acerca de nada. Como he dicho antes, sabía cuál era mi papel.

—Estaban enamoradas la una de la otra—dijo Rachel—¿Cómo pudo permitir que Sam la tocara?

—Sé que es difícil de entender—dijo—Y ahora que soy mayor… más sabia…me doy cuenta de lo peligroso que era para nosotras. Emocionalmente peligroso, quiero decir. Brittany era alguien a quien no me podía resistirse…nunca. Y así como conocía mi papel, ella conocía el suyo. Y su papel era jugar la parte que Susan Pierce había hecho para ella. Eso incluía citas…y dormir con… Sam Evans. Pero Brittany tenía el mismo problema que yo—dijo.

—¿Qué era?

—Ella tampoco podía resistirme.

—Así que ¿ustedes eran qué?, ¿Estudiantes del último año en la secundaria?

—Sí. Eso fue en el Otoño. No tuvimos otra oportunidad de estar a solas de esa manera hasta las festividades. Estaba ocupada con Sam y sus amigos, con los partidos, con eventos en el club de campo. Su mamá la cambió de clases de tenis al golf, así que muchos de los Sábados cuando solíamos encontrar tiempo para estar juntas ella las pasaba en el campo de golf—se encogió de hombros—Tuve un par de buenos amigos en la escuela con quienes me juntaba. Eso ayudó a mantener mi mente ocupada.

—Debió haber sido terriblemente solitario para ti, San—dijo Quinn.

Santana la miró.

—Podría haberme rodeado a mí misma con un centenar de personas y no hubiera importado.

—Oh, cariño ¿cómo te las arreglaste?

—No estoy segura—le dijo a Rachel—En nuestro último año, sólo me arrastraba, pero pasó tan rápido. La universidad era inminente y sabía que nuestra separación estaba cerca. Ella se dirigiría a su lujosa universidad de Ivy League y yo estaría destinada a comenzar mi carrera en el instituto comunitario. Era todo lo que podíamos pagar.

—Pero dijiste que fuiste a…

—Sí. La universidad—sonrió ante el recuerdo—Gracias a mi tutoría a Brittany, el Sr. Pierce me abrió una cuenta. No le dijo a mi mamá. Desde luego, nunca se lo dijo a su esposa. Él se encargó de todo. Hizo que me admitieran, me consiguió una beca, todo. Cuando él le entregó la cuenta a mi mamá, esa fue la primera vez que vi llorar a mi mamá desde la muerte de mi papá.

—Oh, wow. Eso es impresionante.

—Nunca se lo dije a Brittany. Él me pidió que no lo hiciera, y a pesar de que no había secretos entre nosotras, le escondí eso. Creo que ella se habría sentido orgullosa de él por hacer eso, pero honré su deseo.

—¿Alguna vez tuvieron más tiempo juntas?—preguntó Quinn.

—No mucho. Tuvimos una fiesta de graduación. Fue el fin de semana antes de nuestro último día. La clase de Brittany también tenía una fiesta esa misma noche. Ambas fiestas terminaron en la casa de uno de los chicos. Mis amigos iban, así que también fui—ella las miró—Fue la primera vez que conocí a Sam. Tenía dieciocho años.


Flashback


El ponche potenciado estaba dulce y Santana tomó un gran trago, disfrutando el sabor. La música alta resonaba en la sala de estar y ella siguió a Mercedes al exterior hacia el patio donde estaba un poco más tranquilo.

Ahí, sintió unos ojos en ella y se dio la vuelta.

Se sorprendió al descubrir que Brittany la observaba. Alejó su mirada de Brittany, observando al chico guapo a su lado que tenía su brazo alrededor de su cintura.

Apretó la mandíbula y luego se dio la vuelta ya que no quería verlos juntos.

—Escucha, voy a entrar—le dijo a Mercedes.

—¿Pensé que odiabas la música?

—Tengo que hacer pis—mintió.

Se volteó para irse pero se detuvo cuando escuchó su nombre. Se giró lentamente encontrándose nuevamente de frente con Brittany.

—No sabía que estarías aquí—dijo Brittany.

Santana podía ver que la sonrisa que ofrecía era forzada.

—Yo tampoco. Nuestra fiesta se dispersó y mis amigos me arrastraron a ésta.

—Hey ¿cómo la conoces?—Sam se acercó aún más—No creo que la haya visto antes.

—Ella es Santana López—dijo Brittany—Ella...ella vive… ella…

Santana se apiadó de Brittany e intento no avergonzarla. Enderezó sus hombros y miró a Sam.

—Mi mamá Maribel trabaja para los Pierce. Vivo allí.

—Oh. El personal contratado—dijo despectivamente—¿También será esa tu ocupación?

—¡Sam!—dijo Brittany en voz alta—Eso es tan grosero. San es la mejor estudiante de su clase. Puede hacer lo que quiera hacer.

—Lo que sea. Entremos a donde están nuestros amigos. No me di cuenta que la escuela pública estaba invitada.

Brittany alejó su brazo de él.

—Adelántate. Estaré ahí en un minuto.

Santana alejó su mirada del beso que él le dio, sintiéndose enferma del estómago. Entonces una mano cálida agarró su brazo, guiándola fuera del patio y hacia el jardín.

—Lo siento tanto, San. Él es un idiota.

—No importa.

—Sí importa. No me gusta que él hable así de ti y no me gusta que él hable así de tu mamá.

—Es lo que es, Britt. Mi mamá trabaja para tu familia. Ella es una sirvienta—dijo—Para las personas como Sam, los sirvientes tienen su lugar y no socializan en fiestas con personas como él.

—Basta, Santana. Nunca menosprecies a tu mamá o ti misma—Brittany se acercó a ella bajando su voz—Eres la mejor persona que conozco. Te amo, Sanny.

Como siempre, esas palabras hicieron que su corazón se hinchara. Miró a los ojos de Brittany, viendo allí la verdad.

—Yo también te amo, Britt-Britt—susurró.

Brittany apretó su mano.

—Vamos a casa.

—¿Qué? Pero él…

—No me importa. Vamos a casa. No te he tocado...en tanto tiempo—su voz se redujo a apenas un susurro—Quiero hacer el amor contigo, Sanny.

Escalofríos recorrieron el cuerpo de Santana ante la mirada ardiente en los ojos azules de Brittany.

Arrojó su vaso de ponche en la hierba y tomó la mano de Brittany, guiándola hacia el lado de la casa y saliendo a la calle. El coche de su mamá estaba estacionado a una manzana y corrieron hacia él.

Una vez dentro, Brittany la alcanzó, encontrando su boca, besándola con fuerza y rapidez.

—Date prisa, Sanny.

Santana luchó con sus llaves, finalmente arrancando el coche y saliendo a la calle.

Era la primera vez que se escapaban juntas y desaceleró, con ganas de disfrutar de este tiempo a solas.

Brittany pareció entender.

Se acercó más, frotando ligeramente con su mano el muslo de Santana.

—Tus padres están en casa ¿verdad?

—Creo que sí.

Se miraron la una a la otra y Santana levantó una ceja.

¿Esperaba Brittany que ella se colara en su habitación con sus padres ahí?

—Vamos al estacionamiento—dijo Brittany.

Santana se echó a reír.

—¿Amor en el Mirador?

—No debe haber mucha gente ahí. Todo el mundo está en las fiestas de graduación esta noche—la mano de Brittany se movió entre sus piernas y Santana las separó—Quiero hacerte el amor, Sanny—dijo Brittany nuevamente.

—Vamos a tener un accidente si sigues haciendo eso, Britt—advirtió con la esperanza de que Brittany no se detuviera.

—Puedo sentir lo mojada que estás—dijo Brittany mientras sus dedos trazaban la costura de sus vaqueros—No puedo esperar a tocarte.

Santana apretó con fuerza el volante cuando Brittany presionó contra su clítoris.

—Bri…Britt...por favor.

—Por favor ¿qué?, Sanny.

Santana levantó sus caderas.

—Tócame ahora.

Los dedos de Brittany trabajaron rápidamente con su botón y cremallera, deslizando fácilmente su mano dentro de sus vaqueros y bragas.

Santana abrió las piernas, gimiendo cuando Brittany la tocó.

—Dios, estás tan mojada—dijo Brittany mientras desabrochaba su cinturón de seguridad, arrastrándose más cerca. Su boca asaltó la oreja de Santana y Santana volvió a gemir, descubriendo lo difícil que era concentrarse en el manejo—¿Ya llegamos?—murmuró Brittany en su oído—Quiero estar dentro de ti, Sanny.

—Al diablo con eso—dijo Santana estacionándose a un lado de la calle y apagando las luces.

Empujó el asiento hacia atrás tanto como pudo, luego deslizó sus pantalones hacia abajo, dando espacio a Brittany. Sus caderas se sacudieron cuando dos dedos entraron en ella. Volteó su cabeza, entrelazando sus lenguas mientras se besaban.

Brittany sabía cómo tocarla.

Su pulgar frotaba su clítoris cada vez que entraba en ella, más rápido y más rápido ahora, y Santana jadeó con cada golpe, sintiendo como su orgasmo crecía rápidamente. La boca de Brittany volvió a su oído, respirando rápidamente.

—Córrete para mí, Sanny—susurró. Su lengua lavó su oreja—Desearía que mi boca estuviera en ti. Desearía lamerte así.

Santana estalló en un mar de colores que le cegaron mientras apretaba con fuerza la mano de Brittany contra ella.

—Dios mío—gruñó con voz ronca.

—Te amo, Santana. No lo olvides nunca.

Capitulo 10

—Por Dios, San—dijo Rachel con una sonrisa—¿En un coche estacionado en la calle?

—Momentos robados, donde pudiéramos encontrarlos, Rach.

—¿Y Sam no era el más sabio?—preguntó Quinn.

—Sam estaba jodidamente enojado—dijo con una sonrisa.

Colocó la taza de café vacía en la mesa auxiliar, preguntándose por qué viajaba al pasado esta tarde, compartiendo detalles íntimos de su vida, detalles que no había contado a otra alma viviente.

—¿Realmente crees que te encontrarás con ella si vuelves a Lima, Ohio?—preguntó Rachel

Santana se encogió de hombros.

—No se trata tanto de que pudiera encontrarme con ella, es el hecho de que ella está ahí. Cada vez que voy, me prometo que no voy a verla. Y cada vez, lo hago. Después de la última vez, le dije que ya no podía hacerlo más.
Cada vez que la dejaba, yo era un desastre emocional.

—¿Así que tu solución es mantenerte alejada?—preguntó Quinn.

—Ese parece ser mi único medio de resistirme a ella.

—El hecho de que estaba contigo mientras supuestamente estaba comprometida con Sam me molesta—dijo Quinn—Es evidente que estaba enamorada de ti, sin embargo, su compromiso era con él, no contigo.

—Dra. Fabray, el compromiso que ella hizo fue casarse con él, no amarlo.

—¿Y tú estabas demasiado comprometida como para ponerle fin al romance?

—Lo intenté. El verano antes de la universidad fue un torbellino y rara vez nos veíamos. Momentos robados aquí y allá, pero nunca tuvimos suficiente tiempo a solas para realmente estar juntas. Ella había viajado mucho ese verano y cuando finalmente se mudó, apenas logré despedirme de ella. No estábamos solas y fue incómodo para nosotras. Lloré esa noche cuando se fue…—admitió—…fue entonces cuando decidí que necesitaba un cambio. Me alojé en el dormitorio ese primer año. Hice amigos. Incluso tuve una novia—dijo con una sonrisa—Y me alejé. Cuando Brittany estaba en casa, por cualquier razón, inventaba una excusa por la que no podía ir a casa. Acción de Gracias, Navidad, cualquier fiesta. Permanecía alejada cuando Brittany estaba en casa.

—Eras tan joven. Eso debió haber sido difícil—dijo Rachel.

—Oh, sí. Fue difícil. Y me sentía sola,  pero sabía que si alguna vez iba a seguir adelante con mi vida, tenía que hacerlo. Brittany había, obviamente, seguido adelante con la suya.

—¿Así que no la llamaste o le escribiste? ¿Nada?

Santana negó con la cabeza.

—No. Nuestro romance, como lo llamaste Quinn, fue simplemente eso. Un romance secreto.

—Entonces ¿cuándo la viste de nuevo?

—Fue en las festividades. Le  había preguntado a mi mamá si sabía cuándo Brittany estaría ahí. Estaba completamente preparada para pasar tercera Navidad a solas. Tenía un trabajo en Whole Foods que era flexible, pero siempre podía usarlo como excusa—miró a Quinn—Mi mamá era más inteligente de lo que pensaba y al parecer descubrió que estaba evitando a
Brittany.

—¿Así que ella te mintió?

—Sí. Fui a casa un par de días antes de Navidad, pensando que podría pasar tiempo con ella. Incluso tenía la intención de quedarme un poco más porque
Jake estaba de licencia. Sólo lo veíamos una vez al año más o menos. Así que lo tenía todo planeado—sonrió recordando cuando vio a Brittany de pie en la parte superior de las escaleras—Tenía veinte años.


Flashback


—Mamá, estoy en casa—gritó mirando alrededor de la gran cocina sin ver a nadie.

Pensaba que su mamá estaría preparando la cena. Dio la vuelta, dirigiéndose hacia el corto pasillo familiar que daba hacia sus habitaciones cuando escuchó la puerta que se abría en la parte superior de las escaleras.

Se detuvo y levantó la vista sorprendida al ver a Brittany devolviéndole la mirada.

¿Cuántas veces había sucedido?

Brittany de pie en la parte superior de las escaleras como una diosa, haciéndole señas.

“Sanny...”

Santana asintió y se estremeció al escuchar ese apodo.

—Hola.

Brittany bajó y el corazón de Santana comenzó a martillear en su pecho mientras dejaba caer su mochila al suelo.

Habían pasado más de dos años y medio desde que la había visto.

La chica de la que se había enamorado se había convertido en una hermosa mujer. Su largo cabello rubio estaba un poco más corto, apenas un poco más debajo de sus hombros, pero sus ojos azules estaban tan intenso como siempre.

Santana estaba clavada en el suelo cuando Brittany se acercó, incapaz de apartar su mirada de Brittany.

Entonces Brittany estaba ahí, deslizando las manos por sus brazos y hacia su cuello. Las manos de Santana se deslizaron alrededor de su cintura y se sumergieron en un abrazo. Aspiró su aroma familiar y así sin más, dos años fueron olvidados cuando sus cuerpos se reunieron.

—Te extrañé tanto, Sanny—le susurró Brittany al oído.

—Yo también te extrañé.

—Tenemos que hablar, San.

Santana se echó hacia atrás alejándose de sus brazos.

—En realidad no hay nada de qué hablar ¿no es así?, Brittany—se sorprendió al ver las lágrimas en los ojos de Brittany.

—Me voy a casar, Sanny.

Fue como un golpe en el pecho.

Santana dio un paso atrás.

—¿Casar?

—Van a anunciarlo en la cena de Navidad de mañana.

No era como si no supiese que ese día llegaría, pero aun así, fue como un cuchillazo en su corazón. Finalmente asintió.

—Espero...espero que seas muy feliz, Brittany—dijo mientras recogía su mochila.

—Sanny, por favor...

—Por favor ¿qué?, Brittany, te vas a casar.

—Necesito hablar. Te necesito, Santana.

Santana negó con la cabeza.

—No puedo hacer esto. No puedo ser tu amiga. No puedo...escuchar mientras hablas de Sam y de tu matrimonio. No lo puedo hacer—encontró la mirada llorosa de Brittany con una de las suyas—Eso me duele.

—Lo sé, Sanny. Sé que duele. Esto también me duele—dio un paso hacia ella—Por favor, necesito hablar.

Antes de que Santana pudiese responder, la puerta de sus habitaciones se abrió y su madre salió.

Cada una dio un paso atrás, separándose.

—¡Tana! Estás en casa—su mamá sonrió, luego miró a Brittany—Y Britt, tú también. Me alegro de verte nuevamente—ella las abrazó—Te ves más hermosas cada vez que te veo.

—Gracias, Maribel.

Si su mamá se dio cuenta de la tensión entre ellas…o las lágrimas…no hizo reconocimiento de ello. Por eso, Santana estaba agradecido.

—Estoy segura que ustedes niñas tienen un montón para ponerse al día ¿Por qué no van a la cubierta? No creo que una sola alma la haya usado desde que se fueron a la universidad.

Brittany la miró con las cejas levantadas y Santana aceptó de mala gana.

Permanecieron en silencio mientras salían, el único sonido era el crujido de la hierba muerta de invierno. Los tablones de la cubierta crujieron bajo su peso.

Santana tomó su lugar habitual de espaldas a la casa, pero Brittany permaneció de pie, mirando a través del césped.

—¿Estás saliendo con alguien?

Santana se sorprendió por la pregunta.

—Salgo. Tengo citas—dijo ella.

Brittany se volteó para mirarla… con un poco de celos.

—¿Chicas?

Santana soltó una breve carcajada.

—Sí, Brittany. Chicas. Soy gay. Eso es lo que haces. Sales con chicas. No sales y te casas con un hombre.

Brittany sostuvo su mirada.

—No quiero casarme con él. No lo amo, lo sabes, San.

—Entonces ¿por qué haces esto, Brittany?

—Oh, San, vamos, ya sabes cómo es. Sabes como siempre ha sido. No hay elección. Nunca ha habido una elección.

—Siempre hay una elección. Es tu vida.

—¿Lo es? La única parte de mi vida que es mi vida es cuando estoy contigo—dijo ella su voz ronca por las lágrimas contenidas.

Santana sintió lágrimas en sus ojos y parpadeó alejándolas.

Brittany se volteó nuevamente dándole la espalda a Santana y se abrazó a sí misma como si pudiese protegerse así misma de la frialdad del invierno y de cómo Santana la llamaba por su nombre entero.

—No puedo hacer esto. No quiero casarme con él. Estoy aterrorizada—Brittany limpió su rostro, ahora sus lágrimas caían libremente—Ellas quieren hacerlo en el verano. Tendré veintiún años, recién salida de la universidad.

—¿Ellas?

Brittany se dio la vuelta con los ojos humedecidos.

—Mi mamá, la mamá de Sam. Ellas lo tienen todo planeado.

—¿Qué dice Sam al respecto?

La risa de Brittany era amarga.

—Él piensa que si nos casamos querré tener relaciones sexuales con él más a menudo—Brittany la miró directamente a los ojos y susurró—No puedo soportar su contacto—apartó la mirada viendo hacia la mansión—Solo es algo mecánico, sé que él lo sabe, simplemente no puedo hacerlo—volvió a mirar a Santana—Quiero que seas tú. Siempre quiero que seas tú, Sanny.

Santana limpió sus propias lágrimas.

—Entonces ponle fin. Termínalo. Tú y yo, nosotras podemos ir a algún lugar, podemos…

—¿Qué? ¿Huir?—Brittany negó con la cabeza—Estamos algo mayores para eso, ¿no es así?

—Pronto terminaremos la universidad. Podemos comenzar una vida juntas, Brittany— suplicó.

—¿No crees que van a encontrarnos? Ellos me arrastrarán de regreso. Ellos nunca lo permitirían.

—¿Permitir? Brittany, tendrás veintiuno ¿Qué pueden hacer?

—Así no es como funciona. Lo sabes ¿Realmente crees que mi mamá y mi papá se quedarán tranquilos si me voy de casa? ¿Si fuera a algún lugar que no tienen planeado? ¿Haciendo algo por mí cuenta? ¿Con otra mujer? ¿Crees que realmente lo permitirían?—negó con la cabeza—Así no es como funciona, San—finalmente se sentó cerca de Santana—Las otras, Sugar y Tina, no les importa el control. Son felices planeando sus bodas, planificando cuándo van a tener hijos, planificando la vida de sus hijos, así como lo hicieron nuestros padres con nosotras. Es sólo un gran ciclo—trató de sonreír—Ellas no pueden entender por qué no estoy emocionada con todo esto. No puedo hablar con ellas. Ni siquiera puedo relacionarme con ellas—hizo una pausa retorciendo sus manos con nerviosismo. Finalmente levantó la mirada con ojos suplicantes—Por favor, Tana, tengo que estar contigo—susurró—Tana, ¿por favor?

Santana sintió el tirón familiar en su corazón, Brittany solo le decía Tana cuando de verdad quería algo de Santana y sabía que Santana no se podía negar.

Y Santana no podía resistirse a Brittany, con esos ojos y menos cuando le decía Tana.

Nunca había podido.

Ni siquiera sabía por qué aún estaba intentándolo.

Dos años tratando de sacar a Brittany de su mente y de su corazón se desvanecieron en un instante.

Asintió con la cabeza.

Brittany también asintió, reflejando alivio en sus ojos.

—Mis padres se van a una fiesta de Navidad esta noche. Se supone que debo encontrarme con Sugar para cenar. Voy a cancelar—se aclaró la garganta—Tengo que estar contigo, Sanny.

—Voy a...voy a ir a tu habitación después que se vayan.

El camino de regreso a la casa también lo hicieron en silencio, pero era un silencio diferente al de antes. Sus brazos se rozaban mientras caminaban, sus hombros chocaban, sus miradas se encontraban y luego se alejaban.

El fuego se extendía entre ellas a cada paso. Se separaron en la cocina, reconociendo en silencio las llamas que las rodeaban.

Después de más de dos años sin contacto con Brittany, Santana estaba hambrienta de ella.


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Trató de pasar la cena lo más normal posible, charlando con su mamá acerca de la universidad y su trabajo en Whole Foods.

Aprovechó la oportunidad para mencionarle a su mamá acerca de su cambio en la dieta.

—Me encanta tu cocina…—dijo—…pero después de las fiestas, voy a volverme vegetariana.

Su mamá levantó las cejas.

—¿Tu qué?

—Vegetariana. Ya sabes, nada de carne.

—Sé lo que significa, Tana. Me pregunto por qué.

—Bueno, porque estoy expuesta a eso. La mayoría de las personas que trabajan ahí son vegetarianos o veganos—dijo—Es más sano y mejor para el medio ambiente. Y para los animales, por supuesto. Su mamá le sonrió pero no dijo nada—¿Qué?

—Nada. Es que, bueno, estás tan crecida ahora.

—No diría crecida del todo—dijo Santana con una sonrisa. Se limpió la boca con una servilleta antes de beber de su vaso de té. Miró a su mamá, pensativa—Pensé que habías dicho que Brittany no iba a estar aquí hasta después de Navidad.

—Debo haberme equivocado—dijo inocentemente.

—Uh-huh—dijo Santana.

—Sé que no es de mi incumbencia, Tana, pero no pude dejar de notar que pareces evitar volver a casa si Britt está aquí. Ustedes dos eran tan unidas mientras crecían ¿Tuvieron una pelea?

Santana no pudo encontrarse con la mirada inquisitiva de su mamá.

—No realmente—dijo—Sólo tenemos amigos diferentes, diferentes universidades—se encogió de hombros—Ya sabes—dijo evasivamente.

—¿Se desconectaron?

—Algo así.

Su mamá la miró como si quisiera hacerle otra pregunta pero al parecer se lo pensó mejor.

Santana se sintió aliviada.

—Bueno, entonces tal vez ustedes dos pueden volver a conectar durante las vacaciones—dijo.

Santana asintió.

—Si. Voy a subir más tarde. Vamos a ver una película...

—Entonces va a ser como en los viejos tiempos.


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Santana se ofreció a ayudar a su mamá con la limpieza, pero ella la espantó.

—Los Pirce ya se han ido ¿Por qué no vas a pasar tiempo con Britt?

—Está bien. Gracias, mamá. No me quedaré ahí demasiado tarde—dijo mientras se dirigía hacia las escaleras.

Tuvo que detenerse para no correr hacia arriba.


Una vez dentro de la casa principal, subió las escaleras de dos en dos hasta el piso de Brittany. Se detuvo para recuperar el aliento antes de usar su infantil toque… dos golpes rápidos, luego tres más lentos.

La puerta se abrió inmediatamente.

No hubo preámbulo, ni conversación. Tan pronto como la puerta se cerró, Santana atrajo a Brittany hacia ella.

Gimieron cuando sus labios se encontraron, abriendo sus bocas la una a la otra después de tanto tiempo. Volteó a Brittany inmovilizándola contra la pared. Sus manos se deslizaron bajo su camisa, gratamente sorprendida al no encontrar sujetador.

—Oh, Sanny...

—Te sientes tan bien—murmuró Santana mientras acunaba sus pechos.

Estaban más llenos de lo que recordaba, encajaban perfectamente entre sus manos. Los pezones de Brittany se endurecieron como roca mientras sus pulgares los frotaban.

—Por favor llévame a la cama. Necesito estar contigo, San—susurró Brittany mientras alejaba su boca de Santana.

Pero Santana no se apresuraría…había pasado demasiado tiempo.

Tiró de la camisa de Brittany sobre su cabeza, con la mirada fija en sus pechos. Se inclinó más capturando un pezón con sus labios, suspirando de placer mientras los dedos de Brittany se entrelazaban con su cabello, sosteniéndola con fuerza contra ella.

—Dios, te he extrañado, Sanny—dijo Brittany, soltándola lo suficiente para que Santana pudiera moverse al otro pecho.

Santana besó lentamente su camino hacia arriba, haciendo una pausa para mordisquear debajo de su oreja, consciente de lo que eso le hacía a Brittany.

Sus labios encontraron su camino hacia su boca nuevamente y Brittany la abrió para ella, su lengua delineó la de Santana en su interior.

Unas manos impacientes trabajaron torpemente con sus vaqueros y Santana dio un paso atrás, ayudando a Brittany a desabotonarlos.

—Cama—dijo Brittany nuevamente.

Esta vez Santana hizo caso a su petición, llevándola al dormitorio.

Se desnudaron rápidamente, Brittany empujó a Santana con ella hacia la cama.

Santana hizo una pausa, fijando sus ojos en cada glorioso detalle del cuerpo de Brittany, un cuerpo que solía conocer muy bien.

—Eres más hermosa de lo que recordaba, Britt—dijo en voz baja. Levantó la vista quedando atrapada en los ojos azules que había echado tanto de menos—Tan hermosa—murmuró otra vez.

—Hazme el amor, Sanny—susurró Brittany—Necesito que me hagas el amor.

—Sí...lo que quieras, Britt—dijo Santana mientras abría las piernas de Brittany con su muslo y se instaló entre ellas—Lo que quieras.

Se movió hacia abajo por su cuerpo, sintiendo como la humedad de Brittany cubría su estómago. Las manos de Brittany la instaron a seguir bajando, levantando sus caderas, diciéndole así a Santana donde la necesitaba.

Santana besó sus pechos, moviéndose más abajo, su lengua trazó un patrón a través de su piel, bajando aún más, hasta que se encontró con el olor embriagador de la excitación de Brittany. La extendió con su mano exponiéndola ante sus ojos codiciosos.

Gimió incluso antes de probarla, su lengua se deslizó a través de sus pliegues antes de girar alrededor de su clítoris hinchado.

“Dios...sí—susurró Brittany mientras sus caderas se levantaban para encontrarse con Santana.

Santana la poseyó rápidamente, dándose un festín como si hubiese estado muriendo de hambre sin ella, su lengua se movió rápidamente como un rayo a través de su clítoris, deteniéndose cuando sintió el orgasmo inminente de Brittany.

Deslizó su lengua profundamente dentro de ella, sintiendo como los muslos de Brittany se apretaban contra su cabeza.

—San...por favor—rogó Brittany.

Santana regresó a su clítoris, jugueteando con ella, una y otra vez, Brittany se retorcía debajo de ella.

Finalmente cedió, succionando el clítoris duro de Brittany dentro de su boca, sujetándola con fuerza, sabiendo cuanta presión debía usar. Las caderas de Brittany se sacudieron fuera de la cama y Santana la presionó hacia abajo, sosteniéndola mientras llegaba a su clímax.

—Dios mío—murmuró Brittany mientras su cuerpo se relajaba, sus piernas se volvieron de goma—Ven aquí, San—susurró tirando de Santana hacia sus brazos.

Santana yació a su lado permitiendo que Brittany la abrazara.

Cerró sus ojos, absorbiendo todo lo que era Brittany.

—Te amo, Sanny—susurró Brittany.

Santana cerró los ojos con fuerza.

Las palabras eran agridulce, pero no pudo evitar responderle.

Era la verdad.

—Yo también te amo, Britt.

Brittany les dio la vuelta, apoyando su peso sobre Santana.

Los ojos de Santana permanecieron cerrados mientras Brittany la besaba, su boca viajó abajo hacia sus pechos. Santana no había tenido muchas amantes.

Lo intentó.

Pero como Brittany había dicho anteriormente, era como hacerlo mecánicamente.

Nadie la tocaba…en cuerpo y alma…como Brittany lo hacía.
Ahora se deleitaba mientras la lengua de Brittany bañaba su pezón.

—Eres tan suave, San—dijo Brittany, sus labios se arrastraron nuevamente hacia la boca de Santana—Te he echado mucho de menos, San. Pienso en ti todo el tiempo.

—Yo también—admitió Santana.

Brittany se alejó mirando sus ojos.

—¿Cuántas amantes has tenido?—pregunto con un poco de celos.

—Pocas, no muchas—dijo Santana.

—¿Es así con ellas?

—No. Nunca es así con nadie más.

—¿Piensas en mí cuando estás haciendo el amor con ellas?

—Sí.

La mano de Brittany se movió entre sus cuerpos, deteniéndose sólo un segundo antes de deslizarse entre los muslos de Santana.

—¿Y ellas hacen que te pongas así de mojada? —susurró ella.

Santana se estremeció cuando Brittany frotó suavemente el dedo sobre su clítoris.

—No—jadeó abriendo sus piernas, dándole más espacio a Brittany.

—¿Me quieres dentro de ti?

—Sí.

Brittany deslizó dos dedos dentro de ella y Santana gimió ante el contacto, sus caderas se elevaron para encontrarla.

Brittany la besó nuevamente, su lengua delineó su labio inferior antes de colarse dentro de su boca. La lengua de Santana se enroscó a su alrededor.

—¿Quieres mi lengua dentro de ti?

—Dios, sí—murmuró Santana.

Después de dos golpes más, los dedos de Brittany la dejaron, reemplazándolos con su lengua. Santana gimió cuando sintió que la metía dentro de ella y agarró la cabeza de Brittany, presionándola con fuerza contra ella.

—Se siente tan bien. Tan bien—susurró.

Las manos de Brittany ahuecaron sus caderas mientras se acomodaba entre sus piernas, su lengua se movía ahora sobre su clítoris, acariciándolo con rapidez, a conciencia. La cabeza de Santana cayó hacia atrás, su boca entreabierta mientras jadeaba en busca de aire, sus caderas giraron contra la lengua de Brittany.

Se sacudió bruscamente cuando Brittany succionó su clítoris dentro de su boca.

“Britt...Dios—respiró—Sí. Más duro...

Las manos de Santana se movían violentamente mientras los labios y la lengua de Brittany parecían estar por todas partes a la vez. Casi se levantó de la cama cuando su orgasmo la impactó, estallando a través de ella jurando que había visto las estrellas. Antes de que pudiera recuperarse, los dedos de Brittany la llenaron nuevamente, sumergiéndose profundamente en su interior.

—Necesito estar dentro de ti, San—dijo Brittany mientras reclamaba su boca nuevamente.

Santana cedió a sus demandas, sus lenguas luchaban mientras los dedos de Brittany bombeaban dentro de ella.

Santana extendió su mano entre ellas.

—Déjame tocarte también—dijo encontrando a Brittany húmeda y lista.

Brittany separó sus muslos mientras Santana se deslizaba dentro de ella.

Brittany se sentó a sí misma, enterrando los dedos de Santana en ella profundamente.
Sus ojos permanecieron conectados mientras se movían una contra la otra, al principio lentamente, disfrutando del contacto, luego más rápido, ambas jadeando mientras se complacían la una a la otra.

—Dios...San—jadeó Brittany—Es tan bueno...tan bueno.

Santana no pudo hablar mientras llegaba a su clímax. Giró la cabeza en la almohada, tratando de no gritar.

Dos, tres embestidas más y Brittany también alcanzó el clímax, su boca cubrió la de Santana para ahogar sus gritos.

—Te amo—susurró Santana, rodeando a Brittany entre sus brazos y abrazándola con fuerza

—Te amo, San.

Sintió como Brittany temblaba y sintió la humedad en su cuello por las lágrimas de Brittany.

Santana cerró sus ojos, las lágrimas cayendo también de sus ojos.

—Te amo, Sanny—murmuró Brittany contra su cuello—Siempre voy a amarte, Santana.