[Resuelto]FanFic Brittana: A los 17 (Adaptada) Cap 43 Final

Capitulo 11

—Oh Dios mío—dijo Rachel—Mí corazón se está rompiendo por ti.

Santana asintió.

—Fue difícil. Y mi corazón se rompió esa noche. Ella se iba a casar.

—Supongo que no fuiste invitada a la boda—dijo Quinn.

—No. Mi posición social no merecía una invitación de la Sra. Pierce ¿De verdad crees que hubiese ido si me hubiesen invitado?

—¿Intentaste convencerla para no hacerlo?—preguntó Rachel—Ustedes estaban tan enamoradas. Es trágico.

—Las ruedas estaban en marcha. Brittany no tenía decisión en eso. Regresó a la universidad después de las vacaciones y aproveché la oportunidad para visitar a mi mamá más a menudo. En cuanto me gradué sin embargo sabía que Brittany regresaría a casa. Su mamá había pasado toda la Primavera en la planificación y preparación para el gran evento—dijo.

—¿Fue entonces cuando empezaste a evitar Lima?—preguntó Quinn.

—Sí. Una vez que Brittany regresó, nunca volví. Hablé con mi mamá una semana antes de la boda y me dijo que Brittany tenía el nerviosismo pre- marital, creo que fue el término que utilizó. Sus estados de ánimo iban entre no responder a ataques histéricos de llanto.

—Oh Dios ¿Por qué simplemente no les dijo que no?—dijo Rachel—Es un desperdicio.

—Casi me derrumbé, casi fui con ella. Sabía que estaba sufriendo. Sabía que podía calmarla. Pero al final no me atreví a ir. La cicatriz emocional iba a ser demasiado.

—¿Seguías trabajando en Whole Foods?

—Sí. Después de graduarme, me quedé. Me encantaba. Me encantaba el ambiente. Y en ese momento, aún no tenía la menor idea de lo que quería con mi vida. Pasaron otros seis o siete años para que Jake se retirara del ejército y abrimos nuestra primera tienda. En aquel entonces estaba tratando de superar a Brittany y seguir adelante con mi vida. Mi carrera estuvo en un segundo plano ante todo eso.

—¿Alguna vez tuviste una novia estable?—preguntó Quinn—¿Una con quien pudieses comprometerte?

—¿Te estás transformándose en la Dra. Fabray otra vez?

—¿Alguna vez fuiste a una terapia por esta situación?

Santana negó con la cabeza.

—¿Estás sugiriendo que la necesito?

—Tienes casi treinta y ocho años y nunca has estado en una relación seria. Tu mamá es una paciente de cáncer, sin embargo evitas ir a ayudarla ya que todavía temes a la mujer de quien te enamoraste cuando eras una adolescente—ella sonrió rápidamente—¿Qué crees?

—Una vez que mi mamá se retiró y se mudó a su propio lugar, iba a verla. Voy ahí todavía. Es sólo que no me quedo por días como lo hace Jake.

—Por miedo a encontrarte con Brittany.

—Sí. No creo que eso signifique que necesito terapia—dijo—¿Todavía estás enamorada de ella?—preguntó Rachel.

—No—dijo rápidamente, pero una mirada a sus ojos le dijo que ellas sabían que estaba mintiendo—Me he convencido que no lo estoy—se corrigió—Eso no tiene nada que ver con que nunca haya estado en una relación seria. Simplemente nunca he conocido a nadie que...bueno, de quien me haya enamorado.

—¿Cuánto tiempo pasó antes de que la vieras otra vez?

—Casi dos años. Fue en Octubre. En el cumpleaños de mi mamá. Quería darle una sorpresa. Brittany, obviamente, no vivía ahí con sus padres, así que pensé que podría hacer un corto viaje, llevar a mi mamá para una cena de cumpleaños e irme temprano al día siguiente. Tenía veintidós años.


Flashback


—Es tan bueno verte, Tana—dijo su mamá apretándola fuertemente en un abrazo—Estaba empezando a pensar que nunca volverías a Lima.

—Es difícil escaparse—dijo—Además, hablamos por teléfono varias veces a la semana.

—Eso no es lo mismo, Tana—su mamá dio un paso atrás inspeccionándola—Tu cabello se ve muy bien con ese corte—dijo rozando sus dedos a través de él—Eres tan atractiva. Eres tan parecida a tu papá.

Santana se sonrojó complacida por los pensamientos de su mamá.

—Bueno ¿quieres quedarte aquí y ponernos al día o tener una cena temprana?

—Salgamos—dijo—No tienes que estar aquí para la cena ¿no?

—No, no. Sue ahora se encarga de cocinar—su mamá sonrió—Yo coordino.

Santana le devolvió la sonrisa, consciente de que a su mamá le encantaba su nuevo rol.

—Vamos a ir a Breadstix—dijo—¿Te quieres cambiar?

—Sí. Me preguntaba por qué estabas tan bien vestida. No creo haberte visto en nada más que vaqueros desde que tenías doce años—su mamá la llevó a la puerta—¿Por qué no vas a visitar a George? No lo has visto en años ¿verdad?

—No, no lo he hecho.

—Estaba trabajando con los lechos de flores alrededor de la cubierta. Estoy segura que lo podrás encontrar ahí.

—Está bien, voy a saludar. Voy a darte ¿qué? ¿Unos quince minutos?

—Por supuesto. Nos vemos afuera.

Santana cerró la puerta de las habitaciones de su mamá, sonriendo a Sue que ya estaba ocupado en la cocina. Santana no conocía a la otra mujer joven que le estaba ayudando.

Se volteó para irse cuando la puerta de arriba se abrió.

—¿Maribel? ¿Estás allí?

El pulso de Santana se aceleró, la voz de Brittany aún era capaz de darle escalofríos.

Se volteó lentamente, maldiciendo su suerte porque Brittany estaba en la mansión. El mundo simplemente se detuvo cuando sus ojos se encontraron con los de Brittany.

—San—susurró Brittany—Oh, Dios mío.

—Hola.

Brittany se apresuró en bajar las escaleras y estuvo entre sus brazos antes de que Santana pudiera tomar otro aliento. Se abrazaron con fuerza y ahí fue cuando lo sintió.

Brittany estaba embarazada.

Dio un paso atrás, sus ojos fueron hacia el vientre de Brittany.

—¿Cuándo llegaste?—preguntó Brittany.

—Justo ahora. Es el cumpleaños de mi mamá. Voy a llevarla a cenar—levantó la vista hacia ella—Estás embarazada—afirmó sin rodeos.

Brittany estaba casada.

Era evidente que tenía relaciones sexuales con su marido. Y estaba embarazada.

El corazón de Santana se hizo añicos ante la idea.

—Sí—Brittany sostuvo su mirada—Lo siento tanto, San—susurró.

—Tengo que irme—dijo bruscamente volteándose para irse.

—Sanny, espera—dijo Brittany agarrando su brazo—No lo hagas, no te vayas aún.

Santana sabía que tenían una audiencia y no quería hacer una escena.

—Iba a saludar a George.

—Voy contigo.

Se quedaron en silencio mientras caminaban hacia afuera. Santana tomó el camino conocido hacia la cubierta, con toda la intención de encontrar a George, luego se iría.

—Me...me gusta tu cabello de esa manera—dijo Brittany siendo la primera en hablar.

—Gracias—fue todo lo que dijo.

—¿Ibas a llamarme, San?

—No.

—Maribel dice que rara vez vienes a casa.

—Me mantengo alejada, sí.

—¿Por mi culpa?

Santana se detuvo y la miró. Se sorprendió por la tristeza en sus ojos.

—Sí. Por tu culpa—admitió.

—Extraño que estés en mi vida, San.

Santana enderezó sus hombros, negándose a dejar que fuera fácil.

—Es tu decisión que no esté en tu vida, Brittany. Te extraño. Extraño el nosotras—dijo—Pero estás casada. Estás embarazada de su hijo.

—San…

—Estoy tratando de seguir adelante con mi vida. Al igual que tú lo has hecho con la tuya. Así que no puedo verte. No puedo hablarte—dio un paso más cerca—¿Quieres saber por qué? Porque estoy enamorada de ti, y no puedo tenerte, porque estás casada, y además estás embarazada de su hijo, Brittany.

Hizo caso omiso de las lágrimas que corrían por el rostro de Brittany y caminó pasando por su lado, siguiendo el camino de ladrillos a través del césped perfectamente cuidado hacia su antigua cubierta. George estaba de rodillas con un pequeño remolque de ladrillos junto a él.

—Hola, George—dijo notando que su voz estaba cargada de emoción.

Las lágrimas de Brittany siempre le afectaban de esa manera. Él levantó la mirada con una sonrisa en su rostro.

—San. Qué sorpresa—dijo mientras se levantaba—Te daría un abrazo, pero es probable que no quieras ser parte de eso—dijo extendiendo las manos hacia ella.

—¿Qué pasó?

—Oh, se cayó un árbol y golpeó todos estos ladrillos sacándolos de la pared de la jardinera. Estoy tratando de repararla—se limpió las manos sucias en sus vaqueros—¿Vienes a celebrar el cumpleaños de tu mamá?

—Sí. Pensé en llevarla a cenar y a pasear. Ha pasado algún tiempo desde que he estado en casa—dijo.

—Lo sé. Maribel te echa de menos—dijo con un tono ligeramente acusador.

A Santana no le importaba.

Ella lo había conocido desde que tenía diez años. Con su papá muerto, George se había convertido en la única influencia masculina en su vida. Jarod no había estado cerca para eso. George le había dejado pegarse a él mientras trabajaba en sus numerosos proyectos y él le había enseñado mucho.

“Ahora tengo un trabajo a tiempo completo, George. Es difícil encontrar tiempo para escapar

“Supongo que sí. Te extraña especialmente durante las fiestas. Podrías tratar de dedicarle unos días en Navidad—sugirió.

Ella asintió con la cabeza.

—Entendido.

—Bien. Entonces ansío poder verte más seguido.

Ella sonrió y le apretó el hombro.

—Gracias. Debería irme. Fue bueno verte de nuevo.

—Cuídate—dijo mientras se volteaba para alejarse.

Se detuvo mirando como él regresaba a su trabajo. Dejó que su mirada viajara por la cubierta, recordando todas las veces que ella y Brittany habían corrido por la colina, instalándose en los bancos, con los ojos puestos la una en la otra y no en las hermosas flores que George mantenía alrededor.

Una profunda tristeza se apoderó de ella y se volvió parpadeando rápidamente, tratando de borrar la cubierta y todos los recuerdos de su mente.

Brittany se había ido cuando regresó a la calzada.

Santana estaba aliviada y arrepentida. Sin embargo, su mamá estaba esperando y apartó los pensamientos de…

Brittany...pensamientos de Brittany y Sam haciendo el amor, haciendo un bebé.

Capitulo 12

—¿Embarazada? No perdieron el tiempo ¿verdad?

—Estoy segura que fue parte del programa organizado que su mamá tenía planeado para ella—dijo Santana, su tono amargo.

Miró a Quinn, en espera de su crítica.

—Supongo que Brittany no trabajó—dijo Quinn—¿Su título era para el espectáculo?

Santana asintió.

—Las mujeres Pierce no trabajan—dijo. Se aclaró la garganta, casi librándose—Debería irme, es tarde.

—Oh, no. Todavía no—protestó Rachel—No puedes irte sin terminar tu historia.

—No queda mucho por contar. Sólo la he visto un par de veces desde entonces—dijo.

—¿Qué tal más café? Es descafeinado—dijo Rachel.

Santana asintió.

—Está bien. Tomaré otra taza.

—¿Cómo te las arreglaste para evitarla todos estos años?—preguntó Quinn—Quiero decir, las veces en las que ibas a Lima.

—Fueron cinco años después que mi mamá se enfermó por primera vez. Antes, cuando iba de visita no lo anunciaba. Solo me aparecía. Permanecía una noche y me iba a la mañana siguiente. Nunca vi Brittany—dijo—Cuando mi mamá se enfermó, Jake ya estaba retirado de las fuerzas armadas y abrimos nuestra primera tienda unos seis meses antes. Nos turnábamos entonces, para estar con ella, llevarla a las citas médicas y otras cosas.

Rachel le dio otra taza de café.

—¿Y no hablaste con Brittany en todo ese tiempo?

—No. Pude sacarla de mi mente, tenía citas y tenía amigos. Era cuando iba a Lima cuando ella ocupaba el lugar protagónico de mi mente.

—¿Pero la viste nuevamente?

—Sí. Tenía veintiocho.


Flashback


—¿Estás cómoda?—preguntó Santana mientras ahuecaba las almohadas debajo de las piernas de su mamá.

—Deja el alboroto—dijo su mamá—Estoy bien, Tana.

Santana se sentó en la silla junto a la cama de su mamá, con la preocupación grabada en su rostro. Trató de ocultarlo, pero su mamá le sonrió tranquilizadoramente.

—No voy a morir todavía, Tana. Dejar de lucir tan asustada.

—Nunca has estado enferma anteriormente—dijo.

—El cáncer es una cosa de miedo ¿no? Pero los médicos parecen pensar que podremos manejarlo. Tengo que creer en ellos.

Santana dejó escapar un suspiro.

—¿Has vuelto a pensar en ello?

—¿Retirarme? Sí.

—¿Y?

—Y tú y Jake tienen razón, es el momento, pero ¿a dónde iría? Tenías diez años cuando nos mudamos aquí. Sé que no es mucho, pero ha sido nuestra casa en estos últimos dieciocho años.

—Lo sé, mamá. Te encontraremos una casa. Algo bien iluminado y ventilado, con un pequeño patio—miró a su alrededor—Siempre sentí como si estuviéramos en un calabozo aquí.

—Sí, lo sé. Era por eso que pasabas la mayor parte de tu tiempo al aire libre, en la cubierta—dijo con una sonrisa—O arriba en la habitación de Britt—Santana miró hacia otro lado, no quería pensar en eso. Brittany ya no era parte de su vida. Había terminado con eso. Habían pasado más de cinco años desde que la había visto. Ocho desde que habían...dormido juntas. Era asombroso cómo aquí…en la mansión…los recuerdos estaban todavía tan frescos—No has visto a su hijo ¿verdad?—declaró su mamá—Es un niño tan lindo, y muy inteligente.

Santana no respondió. Su mamá sabía muy bien que ella nunca lo había visto.

—Lo que sea que haya pasado entre tú y Britt, eran tan buenas amigas. No entiendo por qué evitarla.

—No la evito—dijo Santana—Ella ya no vive aquí.

—Podrías hacer un esfuerzo para ir a verla. Ella ha sido tan buena conmigo. Cada vez que está aquí, siempre viene a visitarme—dijo su mamá—Siempre pregunta por ti. Sé que ella te extraña.

Santana se puso de pie.

—Mamá, no lo hagas—dijo dándole la espalda a su mamá. Sintió un nudo en la garganta y trató de tragarlo—Brittany y yo no necesitamos vernos.

—¿Por qué?

Ella negó con la cabeza.

—Es complicado—se volteó cuando oyó un golpe en la puerta exterior.

Miró a su mamá con las cejas levantadas.

—Probablemente sea Sue con el almuerzo—dijo ella.

Santana se dirigió a la otra habitación y abrió la puerta, se quedó sin respiración cuando encontró a Brittany de pie al otro lado. Brittany parecía tan sorprendida como ella.

—San…Santana—susurró.

Santana no pudo hablar, su mirada fue atraída por el niño de pie junto a Brittany. Volvió a mirar hacia arriba.

—Hola.

—Tú...No te estaba esperando. Le mencioné a tu mamá que quizás podríamos pasar por aquí.

Santana tuvo que sonreír ante esto, preguntándose por qué su mamá no lo había mencionado.

—Acabamos de regresar. Ella está acostada—se volvió a mirar al muchacho—Este debe ser tu hijo.

—Sí. Ashton, saluda a una antigua amiga mía. Ella es Santana, la hija de la Srta. Maribel.

Él le tendió la mano.

—Encantado de conocerte ¿Puedo llamarte a Santana?

Los ojos de Santana se ampliaron.

Sabía que él tenía cinco, pero no hubo torpeza infantil en absoluto en su discurso.

No pudo evitar sonreírle.

—Sí, puedes llamarme Santana.

—¿Britt? ¿Ashton? ¿Son ustedes?

La mirada de Brittany estaba fija en Santana cuando contestó.

—Sí, Maribel—Ashton se dirigió hacia el dormitorio, demostrando que él y Brittany eran visitantes frecuentes.

Santana y Brittany le siguieron.

—Ahí está mi chico guapo—dijo su mamá.

—Hola, Srta. Maribel—dijo aceptando el abrazo—¿Cómo fue la quimioterapia hoy?

—No tan mal esta vez, cariño.

Santana miró a Brittany.

—¿Cuántos años tiene?—susurró.

—Un muy inteligente cinco—susurro Brittany en respuesta.

—Britt, Tana y yo estábamos hablando de ti. Estoy tan contenta de que hayas venido—dijo su mamá.

—Ashton recordó tu cita de hoy. Quería ver cómo estabas.

—Bueno ¿por qué ustedes chicas no se ponen al día? Ashton puede hacerme compañía—dijo ella.

Santana estuvo a punto de protestar, pero Brittany tenía una mirada de desesperación en sus ojos que no pudo ignorar. Caminaron en silencio, siguiendo su camino…tal vez inconscientemente…hacia la cubierta.

—Es un chico lindo—dijo Santana rompiendo el silencio—Se parece a ti.

—Sí, gracias. Es un poco desconcertante cuando tu hijo de cinco años es más inteligente que tú.

—¿En serio? ¿Cuán talentoso es?

—Mucho. Lee desde los dos años. El próximo año terminará su curso pasando al octavo nivel.

—Wow.

—Lo sé—Brittany la miró a los ojos—¿Cómo has estado?

—Bien—dijo encogiéndose de hombros.

—Tu mamá dice que has abierto una tienda de alimentos saludables. Eso es maravilloso, San.

—Jake y yo lo hicimos. Es pequeña, pero hasta ahora, rentable. Hemos estado más que satisfechos.

—Estoy orgullosa de ti—dijo Brittany mientras caminaban hacia la cubierta, aún pintada en un blanco inmaculado.

Santana la miró, su mirada vagó sobre su rostro y su cuerpo.

Cuando Brittany se volteó hacia ella y sus ojos se encontraron, Santana dio voz a sus pensamientos.

—Estás tan preciosa, Brittany.

Brittany retiró la mirada pero no antes de que Santana viera las lágrimas en ellos.

—No sé cómo puedes ver eso. Soy tan terriblemente, terriblemente...miserable—dijo con su voz quebrada por las lágrimas contenidas.

—Britt…

Brittany miró hacia ella, esta vez sin poder ocultar sus lágrimas ya que corrían por sus mejillas.

—Te extraño. Te extraño mucho, Sanny—dijo casi llorando.

—Britt no lo hagas…—dijo Santana dando un paso hacia ella—…por favor, no llores.

—Odio mi vida—dijo—Lo único bueno en mi vida es Ashton. Él es el único que me ha mantenido cuerda—se limpió las lágrimas con impaciencia—Soy tan...miserable. Y me siento tan sola sin ti, Sanny.

Entonces Santana se acercó a ella, atrayéndola hacia sus brazos.

Brittany se aferró a ella y sus lágrimas se convirtieron en sollozos. Las lágrimas de Santana cayeron también. Enterró su rostro en el cabello de Brittany, respirando su aroma familiar.

—Por favor, no llores—murmuró—Por favor, no lo hagas, Britt.

Sus brazos se apretaron y el cuerpo de Santana reaccionó acercando a Brittany más contra ella.
Reconoció el cambio en su abrazo.


Lo mismo hizo Brittany cuando la acercó aún más hacia ella. Santana deseaba besarla tanto, sabía que estaba muy cerca de cruzar la línea. Dio un paso atrás, alejándose de ella.

—No podemos hacer esto—susurró.

—Por favor, Sanny. Te necesito tanto—dijo Brittany, sus ojos suplicantes.

Pero Santana negó con la cabeza.

—No puedo hacer esto. Me duele demasiado. Quiero estar contigo. Quiero hacer el amor contigo, pero no puedo. Me duele irme de aquí, dejarte. No puedo hacerlo más, Brittany. No si quiero mantener mi cordura. Simplemente no puedo.

—Sanny…

—No. Lo que teníamos, era especial. Siempre va a ser especial. Siempre tendrás un lugar en mi corazón. Pero no puedo verte ¿Por qué crees que te evito? Porque duele—dijo, siendo ahora su turno para limpiar las lágrimas—Me duele ahora mismo, queriendo terriblemente estar contigo, pero sabiendo que no puedo tenerte. Nada de ti. Ni siquiera una pequeña parte de ti.

—Te amo, Santana.

—Yo también te amo ¿Por qué crees que duele tan condenadamente demasiado?—negó con la cabeza—No quiero volver a verte, Brittany. No puedo—su mirada se cruzó con la de Brittany, ambos ojos todavía cubiertos de lágrimas—No quiero verte nunca más.

Brittany se dio la vuelta, con los brazos alrededor de sí misma.

—Lo siento mucho. Siento mucho todo esto.

Santana se aclaró la garganta, logrando poner sus emociones bajo control.

—Debo volver con mi mamá. Me iré por la mañana.

Brittany asintió.

—Buscare a Ashton en un minuto. Sólo necesito un poco de tiempo—dijo.

Santana apretó sus puños, con unas terribles ganas de acercarse a ella y abrazarla nuevamente. Antes de que pudiera hacer eso, giró sobre sus talones, regresando a la casa.

Tenía que sacar a Brittany de su vida, de su cabeza...y lo más importante, de su corazón.

La única manera de hacerlo era marchándose.

Capitulo 13

—Oh, San—dijo Rachel—Ambas debieron estar destrozadas.

—Sí. Pero eso fue el punto de quiebre. Creo que Brittany finalmente comprendió lo mucho que me estaba haciendo daño. Después de eso, ya no tuve tanto miedo de ir a ver a mi madre. Sabía que Brittany no se acercaría—dijo—Y no lo hizo”.

—Me pregunto por qué nunca hablaron de ello—dijo Quinn.

—No había nada de qué hablar—dijo—Conocíamos el resultado ¿De qué habría servido hablar de ello?

—Bueno, creo que hiciste lo prudente al no ceder. Ella obviamente quería estar contigo. Al menos, sexualmente.

—Puede parecerles que Brittany sólo quería la parte sexual de nuestra relación, pero eso no es cierto. Ella fue honesta cuando dijo que era miserable en su vida. Esa mirada torturada en sus ojos estuvo allí desde la primera vez que me dijo que se iba a casar—dijo Santana—Como he dicho antes, ella estaba comprometida emocionalmente como yo. Pero una de nosotras tenía que ser fuerte y terminar nuestra relación.

—¿Así que su hijo? Cuando dices dotado, dices que es un genio—preguntó Rachel.

—Oh, sí. Mi mamá me mantiene informada—dijo con una sonrisa—Se podría pensar que es su nieto. Está a punto de cumplir catorce años y ya se graduó en la universidad con una doble titulación.

—Los niños prodigio suelen terminar la universidad como a los once o doce años—dijo Quinn.

—No sé nada de eso—dijo—Mi mamá dice que su índice de inteligencia es 152.

Los ojos de Quinn se ampliaron.

—Eso es excepcional. Quizás emocionalmente no estaba listo para la universidad—dijo ella.

Santana tomó eso como una alusión hacia Brittany, pero no dijo nada.

Había estado alrededor del chico un par de veces. Parecía muy maduro.

—Suena como si Brittany y tu mamá se hubiesen vuelto cercanas—dijo Quinn.

—Sí, lo hicieron. Creo que Ashton tuvo algo que ver con eso. Mi mamá hablaba libremente sobre Brittany cada vez que la visitaba. Pero Brittany nunca se apareció. Era como si ella me estuviera evitando.

—¿Tu mamá se retiró entonces?

—No en ese momento, no. Su cáncer entró en remisión—dijo—Cuatro años más tarde, volvió a aparecer. Esta vez cáncer de mama. Fue después de eso que la convencimos para que se retirara. Incluso entonces, ella no estaba lista.

—Lo imagino, sin ti o Jake viviendo en Lima, los Pierce eran su familia. Retirarse debió haber sido muy duro—dijo Quinn.

—Sí, pero mi mamá había mantenido amistades fuera del hogar de los Pierce. Había unas cuantas señoras que veía con frecuencia—dijo ella.

—¿Viste a Brittany otra vez?—preguntó Rachel.

—Sí. Fui a ayudar a mi mamá con la mudanza. Esa fue realmente la última vez que vi a Brittany. Tenía treinta y dos.


Flashback


—Va a ser muy duro—dijo su mamá—Este ha sido mi hogar durante tanto tiempo—se dio la vuelta tomando la mano de Santana—Tenías sólo diez años cuando nos mudamos aquí ¿Te acuerdas de ese día, Tana?

Santana asintió.

—Sí. Recuerdo haber pensado lo grande que era. La casa, la cocina—y recordó a la joven Brittany de pie en la parte superior de las escaleras, mirándola…un recuerdo grabado en su memoria para siempre—Te va a encantar tu nuevo lugar, mamá.

—Oh, supongo que así será. Tengo muchas ganas de sentarme en el patio, atender nuevamente el jardín de flores en lugar de admirar la obra de George—dijo con una risa. Su sonrisa se desvaneció rápidamente—Lo que será difícil es acostumbrarme a estar sola. Aquí, siempre había gente alrededor.

Era algo que Santana y Jake no habían considerado. Su mamá tenía amigos, que era su principal preocupación. Ellos no pensaron acerca de si ella estaría sola o no.

—¿Tiene dudas?—preguntó.

—Es demasiado tarde para eso. Además, tengo sesenta y cinco años. Es el momento—su mamá suspiró y luego sonrió—Vamos entonces. Britt y Ashton también vienen para ayudar—dijo ella.

Santana la miró.

—Mamá, eso no era realmente necesario. Tú y Jake tienen prácticamente todo empacado. Él y George ya han mudado la mayoría de tus muebles—dijo ella—Ellos no…

—Estoy segura que fue idea de Ashton. Él va a extrañar que yo esté aquí—su mamá se detuvo—Y eso les dará a  Britt y a ti la oportunidad de ponerse al día. Ella dice que han pasado cinco años desde la última vez que se vieron.

—Sí. Algo por el estilo.

Fue el turno de su mamá para mirarla.

—No las entiendo a las dos. Fueron inseparables durante tantos años ¿Qué pasó con la amistad, Tana?

—Nosotras solo...las cosas son diferentes ahora—dijo—Nuestras vidas son muy diferentes.

—Tal vez…

Sus palabras fueron cortadas cuando Ashton irrumpió en la habitación.

Shannon no lo había visto desde que tenía cinco años y había crecido considerablemente. El niño lindo que había conocido era un joven guapo, su rostro radiante con una sonrisa al recibir el abrazo de su mamá.

—Estamos listos para ayudar Srta. Maribel.

—Y me alegro que te hayas ofrecido—ella y Santana miraron hacia la puerta, pero estaba vacía—¿Dónde está tu mamá?

—La abuela tenía unos papeles que tenía que firmar. Ella dijo que bajaría pronto—se volvió a Santana—Eres Santana—dijo él—¿Está bien si todavía te llamo Santana? ¿O prefieres Srta. Santana?

Santana sonrió asombrada por su formalidad.

—Sólo Santana o San, como prefieras—dijo ella.

Él también sonrió.

—Está bien, San sera.

Santana se echó a reír y luego su risa se desvaneció al sentir la presencia de Brittany.

Se volteó hacia la puerta, encontrando el espacio vacío ahora ocupado por la mujer más hermosa que jamás hubiese visto. El cabello de Brittany aún le llegaba a los hombros, los mechones rubios sedosos y tentadores.

—Hola, San—dijo ella—Me alegro de verte nuevamente.

Ella parecía un poco distante en su postura, Santana no sabía muy bien qué hacer con eso.

¿Sin abrazo?

¿Sin abrazar?

¿Sin un te extrañé?

Por supuesto, Santana no podía culparla.

La última vez que se habían visto…la última vez que habían hablado…Santana había dicho que no quería volver a verla nunca más.

Así que con su mamá y Ashton observándola, ella imitó el saludo frio de Brittany.

—Brittany. Hola.

—Espero que no estemos molestando, pero Ashton insistió en que ayudáramos—Brittany sonrió cuando miró a su hijo—Él está temeroso por su mudanza.

—Desde luego no me importa la ayuda—dijo ella—Aunque Jake se hizo cargo de las cosas pesadas a principios de semana.

Brittany asintió.

—Sí, también hemos tenido la oportunidad de compartir con él.

Santana ocultó su sorpresa.

Jake no le había mencionado eso. Por supuesto, como todo el mundo, Jake no tenía ni idea de la historia entre ella y Brittany. Ella no respondió, en cambio, miró a su mamá con las cejas levantadas.

—¿Empezamos?

—Empecemos con las cajas en el salón y saquémoslas del camino en primer lugar—sugirió su mamá.

Los cuatro se pusieron a trabajar, aunque en silencio, ella y Brittany esforzándose para evitarse la una a la otra.

Santana se debatía entre si sentirse feliz por eso o sentirse ofendida de que Brittany estuviera ignorándola descaradamente. Lo cual, por supuesto, era ridículo.

Ella también estaba ignorando Brittany.

Si no fuese por la charla entre Ashton y su mamá, el silencio hubiera sido terriblemente incómodo.

Así estaban las cosas, ella y Brittany se esquivaron la una a la otra casi al punto de la exageración.

El camión de la mudanza que habían alquilado se llenó rápidamente. Dos horas después cargaron la última caja, dejando sus antiguas habitaciones vacías. Permanecieron de pie ahí, mirando las paredes en blanco y los suelos desnudos.

Santana podía ver la tristeza en los ojos de su mamá. Fue el joven de casi diez Ashton quien rompió el silencio.

—Estoy seguro que le va a gustar mucho más su nuevo lugar Srta. Maribel.

—¿Eso crees? ¿Vendrás a visitarme?

—Por supuesto. Eso sí…

Ashton miró a su mamá por confirmación.

—Por supuesto que vamos a ir a visitarte, Maribel. No creo que pueda mantener a éste alejado.

Santana se preguntaba con qué frecuencia Brittany y Ashton visitaban a su mamá. Había asumido que sólo se detenían a charlar con ella cuando venían a visitar a los padres de Brittany.

La familiaridad y el afecto entre los tres decía lo contrario.

Casi parecía como si Brittany Ashton hubieran ocupado su lugar en la vida de su mamá.

Eso dolió un poco.

En primer lugar, era por Brittany que ella se mantenía alejada de Lima. Miró con un poco de celos como Ashton tomaba la mano de su mamá y la ayudaba a salir. Echó un vistazo a Brittany, quien tenía una expresión divertida en su rostro.

—En caso de que no lo hayas notado, Ashton está muy encariñado con tu mamá—dijo Brittany. Como si hubiera espiado en sus pensamientos anteriores añadió—Espero que no te importe. Él piensa en ella más como una abuela que  mi mamá.

—No me importa. Ella también parece estar unida a él.

—Sin embargo, no hemos terminado la universidad. Él quiere estar cerca, pero tiene un sinfín de oportunidades.

—¿Universidad? ¿No le faltan algunos años?—dijo ella. El chico tenía diez años, después de todo.

Brittany sonrió.

—El año que viene. Pero tomando en cuenta su edad, me iría con él. Bueno, no a las clases, sino a vivir. Él no puede vivir en una residencia.

—Diablos ¿Realmente es así de inteligente?

—Sí. Es miembro de Mensa (Asociación Internacional de Superdotados)

—Si te mudas con él será un enredo en tu matrimonio ¿no es así?—dijo, las palabras salieron antes de poder detenerlas.

La sonrisa de Brittany se desvaneció.

—Bien sea que viva aquí o no, no va a cambiar el estado de mi matrimonio, San.

Vio como Brittany se alejaba, deseando no haber mencionado su matrimonio.

Sin importar lo mucho que quería fingir lo contrario, lo cierto era que Brittany estaba casada con Sam.

Casada con él…

…Viviendo con él, durmiendo con él...

…Teniendo sexo con él.

Cerró los ojos por un segundo, expulsando ese último pensamiento de su mente. Cuando abrió los ojos, no vio otra cosa que el cuarto vacío que ella había llamado casa desde que tenía diez años.

Ahora parecía toda una vida.

Ella se fue, cerrando la puerta detrás de ella, sabiendo que nunca volvería a la mansión Pierce nuevamente. La cocina principal estaba vacía, pero escuchó la voz de Sue por el pasillo.

Ella debió ir a despedirse, pero lo pensó mejor.
Sólo se habían visto un puñado de veces en los últimos diez años.

Los demás estaban afuera esperando por ella, pero Brittany se negó a hacer contacto visual con ella. Su mamá las miraba intensamente y Santana forzó una sonrisa a su cara.

—¿Todo listo?

—Supongo que sí.

El viaje fue hecho rápidamente por la ciudad. Ashton iba con su mamá en su coche y Brittany siguió la furgoneta alquilada en un elegante Mercedes negro.

Brittany miró directamente la casa detrás del volante del lujoso coche. Al igual que antes, ella y Brittany se evitaron la una a la otra mientras descargaban la furgoneta y apilaban las cajas en la sala de estar y la cocina.

El mobiliario ya estaba en el lugar, algunas piezas que habían estado en el almacén y algunos nuevos. Aunque no era una casa anormalmente grande, sin duda era más grande que las cuatro habitaciones donde su mamá había estado viviendo. Si bien su mamá parecía decepcionada por dejar la mansión, Santana reconoció la mirada de emoción en su rostro.

—No estoy segura de lo que voy a hacer con todo este espacio—dijo su mamá.

—Estoy segura de que lo disfrutaras—dijo Brittany.

—Especialmente las ventanas. Siempre pensé que era tan oscuro en tu lugar. La antigua habitación de Tana era prácticamente un calabozo—dijo con una mirada a Santana.

Santana sonrió, recordando el nombre que ella y Brittany le había puesto a la habitación de cuando eran niñas.

—Sí, será agradable sentarse y ver el exterior. Ese será un cambio bienvenido.

—Y dijiste que ibas a poner lechos de flores—le recordó Ashton.

—Sí, lo hice—su mamá giró en un círculo, mirando todas sus pertenencias apiladas en cajas alrededor de ellas—No puedo agradecerles lo suficiente por ayudarme con todo esto.

—No fue una molestia—le aseguró Brittany.

—¿Qué tal una cena temprana?—sugirió Santana.

—¡Pizza!—dijo Ashton con entusiasmo, su expresión era la de un niño de diez años y no la de un miembro de Mensa.

—No es algo que tengamos a menudo—explicó Brittany.

No, probablemente no.

Aunque Brittany y Sam no vivían en una casa tan elaborada como la mansión, Santana sabía que tenían personal de servicio, con una cocinera.

No le sorprendería si la señora Pierce también coordinaba las comidas para ellos.

Santana asintió.

—Será Pizza ¿Mamá? ¿Está bien para ti?

—Oh, por supuesto. Has que la traigan y nosotros prepararemos la mesa del comedor.

—Si me lo permiten…—dijo Ashton—…la mejor pizza de la ciudad está en Fat Jack´s, sin embargo, no la reparten.

Él miró a Santana con expectación y ella se dio cuenta por primera vez que sus ojos azules eran idénticos a los de Brittany.

Nunca podría decir que no a esos ojos.

—Está bien, será en Fat Jack´s. Supongo que puedo ser persuadida para recoger nuestra cena.

—Mamá y tú pueden recogerla. No han tenido la oportunidad de compartir todavía. Te ayudaré a desembalar Srta. Maribel.

Santana miró a Brittany con las cejas levantadas, preguntándose lo que el diablillo estaba haciendo.

Su coeficiente intelectual estaba en el nivel de un genio, por supuesto, pero aun así, tenía diez años. Un poco joven para ser tan manipulador, pensó.

Brittany aparentemente pensó lo mismo mientras miraba a su hijo en silencio.

Él tuvo la buena gracia de moverse incómodo bajo su mirada mientras se acercaba a la protección de la madre de Santana.

No pudo evitar sonreír.

Así que tenía diez años, después de todo. Por supuesto, eso le dio a su mamá una abertura.

—Esa es una buena idea, Ashton. Cuando eran jóvenes, las dos eran inseparables. Ahora, es raro que se vean la una a la otra.

Fue el turno de Brittany para mirar a Santana.

Se encogió de hombros. Brittany hizo lo mismo.

Veinte minutos más tarde, estaban saliendo por la entrada de vehículos de su mamá, Santana en el asiento del Mercedes de Brittany.

—Bonito coche—dijo.

—Gracias.

—¿Lo escogió tu mamá?—preguntó incapaz de resistirse a la ironía.

Sorprendentemente, Brittany se echó a reír.

—¿Cómo lo has adivinado?

Santana también sonrió.

—Te imagino en un híbrido o algo así, no en esto.

—Ashton y yo queríamos un Prius—dijo—Él es muy práctico.

—Y también es más inteligente que un come libros—dijo.

—Sí. Creo que Maribel le debe haber contado historias de nosotras cuando éramos más jóvenes. Él pregunta por ti frecuentemente—Brittany la miró—Realmente no tengo amigos—dijo—Ninguno cercano. Él lo ha comentado en varias ocasiones. Eso le da curiosidad, creo.

—¿Por qué no tienes amigos? ¿Qué pasó con Sugar? ¿Y quién era la otra? ¿Tina?.

Brittany asintió.

—Oh, nos vemos. Pero la relación que tengo con ellas es ahora tan superficial como lo fue en la secundaria y la universidad. Sólo tenemos una cosa en común.

—¿Su estatus social?

—Sí.

—Algo que nunca tuvimos en común—le recordó.

Brittany la miró rápidamente.

—Pero teníamos todo lo demás en común.

Santana miró su perfil, pensando que estaba tan hermosa como siempre.

También se sorprendió que Brittany aludiera a su romance. Después de todo, habían pasado más de diez años desde que habían tenido relaciones íntimas.

Eso le impactó como un golpe en el pecho, darse cuenta que la última vez que había tocado a Brittany, la última vez que había hecho el amor con ella, había sido cuando Brittany le había anunciado que iba a casarse.

Era una noche que todavía recordaba en gran detalle, eso era…cuando se permitía recordarla.

—¿Qué estás pensando?—dijo Brittany.

Santana se dio cuenta que todavía la estaba mirando. Parpadeó varias veces y aclaró su garganta.

—Yo estaba...estaba pensando en la última vez que hicimos el amor...

Sus ojos se encontraron por un breve momento, entonces Brittany volvió su atención a la carretera.

—Era Navidad. Mis padres iban a anunciar mi compromiso—dijo en voz baja—Fue la última vez que hice el amor con alguien.

El corazón de Santana se rompió en ese momento.

Aunque sabía que el matrimonio de Brittany era una farsa, aún la culpa por seguir adelante con eso. Y aunque Brittany le había dicho muchas veces lo miserable que era en su matrimonio, esta fue realmente la primera vez que eso le había dado en el blanco. La vida de Brittany había estado tan carente de amor como la suya propia.

—Fue la última vez para mí también—admitió Santana.

—Lo siento tanto.

A pesar de que la oscuridad estaba sobre ellas y las sombras cubrían el coche, Santana pudo distinguir la bruma de las lágrimas en los ojos de Brittany.

—No necesitas sentirlo. No es que no haya tratado…—dijo—… simplemente no he conocido a nadie que...que me haga sentir como tú lo hiciste.

Brittany agarró el volante con fuerza, su mirada yendo de Santana a la carretera y nuevamente a Santana.

—Hay dos cosas que quiero hacer en este momento—dijo Brittany—Una es llorar, pero me he dado cuenta que no sirve de mucho.

—¿Y la otra?

Brittany repentinamente salió de la carretera principal hacia una calle lateral, y condujo un par de cuadras entrando en el estacionamiento de una tintorería cerrada. Sus manos todavía agarraban el volante con fuerza suficiente para poner sus nudillos blancos.

—La otra es besarte—Brittany giró hacia ella—Y ser sostenida por ti.

El pulso de Santana se aceleró, a pesar de que había más tristeza en los ojos de Brittany que deseo.

Se dijo que habría podido resistir el deseo.

¿Pero la tristeza?
No.

Era demasiado ver esos hermosos ojos azules inundados de tristeza.

—Creo que esas son dos cosas, no una, Brittany—dijo con una leve sonrisa.

Brittany no le devolvió la sonrisa mientras sus ojos se sostenían.

—Por favor, Sanny. Te necesito tanto.

Santana se acercó y soltó el cinturón de seguridad de Brittany antes de hacer lo mismo con el suyo. Su mano temblaba mientras tocaba el rostro de Brittany.

Se sorprendió por la transformación en los ojos de Brittany.

La tristeza se desvaneció casi de inmediato, sustituida por alivio, alegría y sí, deseo.

Pero ya no tenía pensamientos de resistirse a ella.

Se sintió atraída por los labios de Brittany como la polilla lo estaba de la llama, sólo un toque y todos esos años se desvanecieron en un instante.

Los dedos de Brittany agarraron fuertemente sus brazos mientras su boca se abría para ella. Entonces, como si fuesen adolescentes nuevamente, se tocaron torpemente…con la consola en su camino como deteniéndolas.

Brittany gimió en su boca cuando Santana rozó el pecho de Brittany, su pezón duro y tenso contra la fina tela de su blusa. Santana profundizó el beso, su lengua se deslizó dentro de la boca de Brittany, acariciando la suya.

Pero era todo lo que podían permitirse.

La consola…y el hecho que estaban estacionadas en un aparcamiento público…se separaron.

Sus respiraciones entrecortadas, sus manos tocándose entre sí, sus frentes unidas. Santana finalmente se retiró, mirando los ojos de Brittany en la oscuridad.

Todo lo que quería, lo vio reflejado en esos ojos.

Por desgracia, era algo que no podían tener.

—Debemos irnos antes de que envíen un equipo de búsqueda—dijo ella, su voz ronca por el deseo.

Brittany asintió pero no la soltó.

—Te extraño tanto, Sanny. Extraño que estés en mi vida.

—Yo también te extraño—dijo ella—Pero necesito más que un romance contigo, Brittany.

—Lo sé. También necesito más que un romance.

En silencio se colocaron el cinturón de seguridad nuevamente, pero antes de que Brittany se alejara, ella se acercó y apretó la mano de Santana y Santana le devolvió el apretón, sabiendo que era lo único que tendrían.