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[Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
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Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
estuvo bn, sigo esperando por saber que oculta brittany!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
Holaaa
Asi que Britt y Kurt tenienen una alianza y ademas Britt se iba a quejar con Kurt deSan porque queria estar con ella pero sin defraudarla que raroo jajajajaa
Maribel en su estado maternal
Me pregunto por que Britt se le quedo mirando asi??
Asi que Britt y Kurt tenienen una alianza y ademas Britt se iba a quejar con Kurt deSan porque queria estar con ella pero sin defraudarla que raroo jajajajaa
Maribel en su estado maternal
Me pregunto por que Britt se le quedo mirando asi??
Sanny25- ---
- Mensajes : 580
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Edad : 27
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
quiero otro! askjf genial que Maribel se lo haya tomado bien:D
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
Edad : 26
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
Me encanto cada vez se pone mejor y mejor, por favor actualiza pronto
Monze30*** - Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 04/06/2014
[Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 23
CAPITULO 23
Sábado, 29 de septiembre del 2012, 10:15 p.m.
Santana, despierta.
Levanto la cabeza del brazo de Kurt y limpio la baba del lado de mi mejilla. Miro hacia abajo en su camisa mojada y hago una mueca.
—Lo siento —me río—, no deberías ser tan cómodo.
Hemos llegado a su casa después de pasar ocho horas caminando y leyendo basura. Brittany y Kurt finalmente cedieron y nos hicimos un poco competitivos, viendo quien podría encontrar el objeto más extraño. Creo que aun así ganó la coctelera de tripas, pero Kurt llegó en un cercano segundo lugar con una pintura de terciopelo de un cachorro al lomo de un unicornio.
—No te olvides de la pintura —le digo cuando sale del auto. Él se inclina y agarra la pintura del suelo, y luego me besa en la mejilla.
—Nos vemos el lunes —me dice. Mira a Brittany—. No creas que vayas a conseguir el asiento del primer período ahora sólo porque ella es tu novia.
Brittany se ríe. —No soy quien le lleva su café cada mañana. Dudo que me hubiera dejado derrocarte.
Kurt cierra la puerta y Brittany espera hasta que él está dentro de su casa antes de irse.
— ¿Qué crees que estás haciendo ahí? —dice, sonriéndome en el espejo retrovisor.
—Levántate y ponte aquí.
Sacudo la cabeza y permanezco en mi puesto. —En cierto modo me gusta tener un chofer.
Pone el auto en el aparcamiento y desabrocha el cinturón de seguridad, luego se da la vuelta en su asiento. —Ven aquí —dice, para alcanzar mis brazos. Agarra mis muñecas y tira de mí hacia delante hasta que nuestros rostros están a sólo pulgadas de distancia. Levanta sus manos a mi cara y aplasta mis mejillas como si fuera una niña pequeña. Me da un sonoro beso en mis labios aplastados—. Me divertí mucho hoy —dice—. Eres un poco rara.
Levanto mi ceja, no estoy segura si eso fue un cumplido o no. — ¿Gracias?
—Me gusta la gente rara. Ahora mueve tu culo al asiento delantero conmigo antes de que me suba al asiento trasero y no te abrace. —Tira de mi brazo hacia adelante y subo al asiento delantero, luego me pongo el cinturón de seguridad.
— ¿Qué hacemos ahora? ¿Tú casa? —pregunto.
Niega con la cabeza. —Nop. Una parada más.
— ¿Mi casa?
Niega con la cabeza. —Ya verás.
Conducimos hasta que estamos a las afueras de la ciudad. Reconozco que estamos en el aeropuerto local cuando estaciona el auto a un lado de la carretera. Sale sin decir nada y viene alrededor para abrir mi puerta. —Estamos aquí —dice, agitando su mano a la pista de aterrizaje extendida en un campo a través de nosotras.
—Brittany, éste es el aeropuerto más pequeño dentro de un radio de 320 kilómetros. Si estás esperando ver una avioneta, vamos a estar aquí por dos días.
Tira de mi mano y me lleva hasta una pequeña colina. —No estamos aquí para ver los aviones. —Sigue caminando hasta que llega a una valla que rodea la tierra del aeropuerto. La sacude para probar su fuerza, luego, toma mi mano entre las suyas otra vez—. Quítate los zapatos, va a ser más fácil —dice. Miro a la cerca, y luego la miro.
— ¿Esperas que suba esa cosa?
—Bueno —dice, mirándome—, podría cargarte y tirarte, pero podría doler un poco más.
— ¡Estoy en un vestido! No me dijiste que subiríamos cercas esta noche. Además, es ilegal.
Hace rodar su cabeza y me empuja hacia la cerca. —No es ilegal cuando mi padrastro maneja el aeropuerto. Y no, no te dije que íbamos a escalar cercas porque me daba miedo que te cambiarías este vestido.
Agarro la cerca y empiezo a probarla cuando, en un rápido movimiento, sus manos están en mi cintura y me siento en el aire, escalando sobre ella.
—Jesús, ¡Brittany! —grito, saltando al otro lado.
—Lo sé. Eso fue un poco demasiado rápido. Me olvidé de no toquetearte, es decir debajo del vestido. —Se detiene en la cerca, balancea su pierna, y luego salta hacia abajo.
—Vamos —dice, agarrando mi mano y tirándome hacia delante.
Caminamos hasta llegar a la pista de aterrizaje. Hago una pausa y miro por encima la masiva longitud de la pista. Nunca he montano en un avión y la idea de pensar en eso me aterra. Sobre todo viendo que hay un enorme lago bordeando el extremo de la pista.
— ¿Algún avión aterrizó en ese lago?
—Sólo uno —dice, tirando de mí hacia abajo con ella—, pero era un pequeño Cessna y el piloto se encendió. Él estaba bien, pero el avión se encuentra aún en el fondo del lago. —Baja a la pista y tira de mi mano, queriendo que haga lo mismo.
— ¿Qué estamos haciendo? —pregunto, ajustándome el vestido y quitándome los zapatos.
—Silencio —dice—. Acuéstate y mira hacia arriba.
Pongo mi cabeza hacia atrás y miro hacia arriba, luego aspiro profundamente. Expuesto ante mí en todas direcciones está un manto de las estrellas más brillantes que jamás he visto.
—Vaya —susurro—. No lucen así desde mi patio trasero.
—Lo sé. Es por eso que te traje. —Se agacha y envuelve su meñique alrededor del mío. Nos sentamos durante mucho tiempo sin hablar, pero es un silencio pacífico. De vez en cuando levanta su dedo meñique y roza el lado de mi mano, pero eso es todo lo que hace. Estamos lado a lado y estoy en un vestido con un acceso bastante fácil, pero ella ni siquiera hace un intento de besarme. Es evidente que no me trajo aquí, en medio de la nada sólo para salir conmigo. Me trajo aquí para compartir esta experiencia conmigo. Otra cosa en la que ella es apasionada.
Hay tanto sobre Brittany que me sorprende, sobre todo en las últimas veinticuatro horas. Todavía no estoy segura sobre lo que la puso tan molesta en la cafetería ese día, pero parece segura de que sabe exactamente lo que era y que nunca volverá a ocurrir. Y en este momento, lo único que puedo hacer es tomar su palabra. Todo lo que puedo hacer es tomar mi confianza y colocarla de nuevo en sus manos. Sólo espero que ella sepa que es toda la confianza que me queda darle. Sé que es un hecho que si me hace daño como lo hizo antes, va a ser la última vez que me haga daño.
Inclino mi cabeza hacia ella y la observo mientras mira fijamente hacia el cielo. Sus cejas se surcan juntas y claramente tiene algo en su mente. Parece que siempre tiene algo en mente y tengo curiosidad si alguna vez voy a abrir camino a través de eso. Hay tantas cosas que todavía quiero saber acerca de su pasado y su hermana y su familia. Pero sacar todo esto, cuando esta tan sumergida en sus pensamientos, la sacaría de donde sea que su mente está ahora. No quiero hacer eso. Sé exactamente dónde está y lo que está haciendo, con la mirada perdida en el espacio como está. Lo sé, porque es exactamente lo que hago cuando me quedo mirando las estrellas en mi techo.
La observo por mucho tiempo, luego vuelvo mi mirada hacia el cielo y comienzo a escapar a mis propios pensamientos, cuando rompe el silencio con una pregunta que viene de la nada.
— ¿Has tenido una buena vida? —pregunta en voz baja.
Me planteo la pregunta, pero sobre todo porque quiero saber lo que estaba pensando que le obligó a preguntar. ¿Realmente pensaba en mi vida o estaba pensando en sí misma?
—Sí —le contesto con sinceridad—. Sí, la tuve.
Suspira profundamente, luego toma mi mano completamente en la suya.
—Bien.
Nada más se dice hasta media hora más tarde, cuando dice que está lista para irse.
Nos detenemos en mi casa unos minutos antes de la medianoche. Ambas salimos del coche y agarra mis bolsas de cosas al azar y me sigue hasta la puerta principal. Se pone de pie en la puerta y las deja en el suelo. —No voy a entrar más lejos —dice, poniendo sus manos en los bolsillos.
— ¿Por qué no? ¿Eres una vampira? ¿Necesitas permiso para entrar?
Sonríe. —Simplemente no creo que deba quedarme.
Camino hacia ella y pongo mis brazos a su alrededor, y luego le doy un beso en la barbilla. — ¿Por qué no? ¿Estás cansada? Podemos dormir, sé que apenas dormiste anoche. Realmente no quiero que te vayas. He dormido mejor anoche en tus brazos que cualquier otra noche antes de ella.
Responde a mi abrazo, envolviendo sus brazos alrededor de mis hombros y tirando de mí en contra de su pecho. —No puedo —dice—. Es una combinación de cosas, la verdad. El hecho de que mi mamá me va a inundar con preguntas acerca de dónde he estado desde anoche. El hecho de que te he oído prometer a tu madre que llegarías a la medianoche. El hecho de que todo el tiempo que estábamos caminando hoy no podía dejar de pensar en lo que está debajo de este vestido.
Lleva sus manos a mi cara y mira hacia abajo en mi boca. Sus párpados se vuelven pesados y deja caer su voz en un susurro. —Por no hablar de esos labios —dice—. No tienes ni idea de lo difícil que estaba tratando de escuchar una palabra de lo que dijiste hoy, cuando lo único que podía pensar era en lo suaves que son. Cuan increíble saben. Cómo encajan perfectamente entre los míos. —Se inclina y me besa suavemente, luego se aleja justo cuando comienzo a fundirme con ella—. Y este vestido — dice, pasándose su mano por mi espalda y suavemente deslizándola sobre mi cadera y en la parte superior de mi muslo. Me estremezco bajo sus dedos—. Este vestido es la principal razón por la que no voy a caminar más lejos en esta casa.
Con la forma en que mi cuerpo está respondiendo a ella, rápidamente estoy de acuerdo con su decisión de irse. Por mucho que me encanta estar con ella y me encanta besarla, ya puedo decir que no tendría absolutamente ninguna negación, y no creo que esté lista para pasar ese primer momento.
Suspiro, pero tengo ganas de gemir. Por mucho que estoy de acuerdo con lo que dice, mi cuerpo sigue estando completamente enojado porque no le estoy pidiendo que se quede. Es curioso cómo sólo estar cerca de ella hoy de alguna manera ha profundizado la necesidad que tengo de querer siempre estar cerca de ella.
— ¿Esto es normal? —le pregunto, mirando a sus ojos que tienen más deseo de lo que he visto en ellos antes. Sé por qué se va ahora, porque está claro que quiere pasar por este primer momento, también.
— ¿Qué es normal?
Presiono mi cabeza en su pecho para no tener que mirarla mientras hablo. A veces digo cosas que son embarazosas, pero sólo tengo que decir lo que pienso. — ¿Es normal la forma en que nos sentimos la una a la otra? Realmente no nos hemos conocido durante mucho tiempo. La mayor parte de ese tiempo nos la pasamos evitándonos. Pero no lo sé, sólo parece diferente contigo. Supongo que la mayoría de las personas que salen, los primeros meses se gastan tratando de construir una conexión. — Levanto la cabeza de su pecho y la miro—. Siento como si tuviera eso contigo en el momento en que nos conocimos. Todo en nosotras es tan natural. Se siente como que ya estuvimos ahí, y estamos tratando de ir hacia atrás ahora. Como si estuviéramos tratando de volver a llegar a conocernos para hacerlo más lento. ¿Es extraño esto?
Sacude el cabello de mi cara y me mira con una mirada completamente diferente en sus ojos en este momento. La lujuria y el deseo han sido sustituidas por la angustia, y eso hace que mi corazón pese al verlo en sus ojos.
—Sea lo que sea esto, no quiero analizarlo. No quiero que lo analices tampoco, ¿de acuerdo? Estemos agradecidas de que por fin lo encontramos.
Me río de su última frase. —Lo dices como si me has estado buscando.
Frunce el ceño y coloca sus manos a los lados de mi cabeza, inclinando mi rostro hacia el suyo. —He estado buscándote toda mi maldita vida. —Su expresión es sólida y decidida y junta nuestras bocas tan pronto como la oración deja sus labios. Me besa duro y con más pasión de la que me ha besado en todo el día. Estoy a punto de tirar de ella dentro conmigo, pero se retira y se aleja tan pronto como mis manos agarran su cabello.
—Te quiero —dice, forzando sus pasos hacia afuera—. Te veré el lunes.
—Creo que te quiero, también.
No le pregunto por qué no la voy a ver mañana, porque creo que el tiempo será bueno para nosotras con el fin de procesar las últimas veinticuatro horas. Será bueno para Maribel, también, ya que realmente la tengo que rellenar en mi nueva vida de amor. O mejor dicho, mi nueva vida de querer.
Levanto la cabeza del brazo de Kurt y limpio la baba del lado de mi mejilla. Miro hacia abajo en su camisa mojada y hago una mueca.
—Lo siento —me río—, no deberías ser tan cómodo.
Hemos llegado a su casa después de pasar ocho horas caminando y leyendo basura. Brittany y Kurt finalmente cedieron y nos hicimos un poco competitivos, viendo quien podría encontrar el objeto más extraño. Creo que aun así ganó la coctelera de tripas, pero Kurt llegó en un cercano segundo lugar con una pintura de terciopelo de un cachorro al lomo de un unicornio.
—No te olvides de la pintura —le digo cuando sale del auto. Él se inclina y agarra la pintura del suelo, y luego me besa en la mejilla.
—Nos vemos el lunes —me dice. Mira a Brittany—. No creas que vayas a conseguir el asiento del primer período ahora sólo porque ella es tu novia.
Brittany se ríe. —No soy quien le lleva su café cada mañana. Dudo que me hubiera dejado derrocarte.
Kurt cierra la puerta y Brittany espera hasta que él está dentro de su casa antes de irse.
— ¿Qué crees que estás haciendo ahí? —dice, sonriéndome en el espejo retrovisor.
—Levántate y ponte aquí.
Sacudo la cabeza y permanezco en mi puesto. —En cierto modo me gusta tener un chofer.
Pone el auto en el aparcamiento y desabrocha el cinturón de seguridad, luego se da la vuelta en su asiento. —Ven aquí —dice, para alcanzar mis brazos. Agarra mis muñecas y tira de mí hacia delante hasta que nuestros rostros están a sólo pulgadas de distancia. Levanta sus manos a mi cara y aplasta mis mejillas como si fuera una niña pequeña. Me da un sonoro beso en mis labios aplastados—. Me divertí mucho hoy —dice—. Eres un poco rara.
Levanto mi ceja, no estoy segura si eso fue un cumplido o no. — ¿Gracias?
—Me gusta la gente rara. Ahora mueve tu culo al asiento delantero conmigo antes de que me suba al asiento trasero y no te abrace. —Tira de mi brazo hacia adelante y subo al asiento delantero, luego me pongo el cinturón de seguridad.
— ¿Qué hacemos ahora? ¿Tú casa? —pregunto.
Niega con la cabeza. —Nop. Una parada más.
— ¿Mi casa?
Niega con la cabeza. —Ya verás.
*****
Conducimos hasta que estamos a las afueras de la ciudad. Reconozco que estamos en el aeropuerto local cuando estaciona el auto a un lado de la carretera. Sale sin decir nada y viene alrededor para abrir mi puerta. —Estamos aquí —dice, agitando su mano a la pista de aterrizaje extendida en un campo a través de nosotras.
—Brittany, éste es el aeropuerto más pequeño dentro de un radio de 320 kilómetros. Si estás esperando ver una avioneta, vamos a estar aquí por dos días.
Tira de mi mano y me lleva hasta una pequeña colina. —No estamos aquí para ver los aviones. —Sigue caminando hasta que llega a una valla que rodea la tierra del aeropuerto. La sacude para probar su fuerza, luego, toma mi mano entre las suyas otra vez—. Quítate los zapatos, va a ser más fácil —dice. Miro a la cerca, y luego la miro.
— ¿Esperas que suba esa cosa?
—Bueno —dice, mirándome—, podría cargarte y tirarte, pero podría doler un poco más.
— ¡Estoy en un vestido! No me dijiste que subiríamos cercas esta noche. Además, es ilegal.
Hace rodar su cabeza y me empuja hacia la cerca. —No es ilegal cuando mi padrastro maneja el aeropuerto. Y no, no te dije que íbamos a escalar cercas porque me daba miedo que te cambiarías este vestido.
Agarro la cerca y empiezo a probarla cuando, en un rápido movimiento, sus manos están en mi cintura y me siento en el aire, escalando sobre ella.
—Jesús, ¡Brittany! —grito, saltando al otro lado.
—Lo sé. Eso fue un poco demasiado rápido. Me olvidé de no toquetearte, es decir debajo del vestido. —Se detiene en la cerca, balancea su pierna, y luego salta hacia abajo.
—Vamos —dice, agarrando mi mano y tirándome hacia delante.
Caminamos hasta llegar a la pista de aterrizaje. Hago una pausa y miro por encima la masiva longitud de la pista. Nunca he montano en un avión y la idea de pensar en eso me aterra. Sobre todo viendo que hay un enorme lago bordeando el extremo de la pista.
— ¿Algún avión aterrizó en ese lago?
—Sólo uno —dice, tirando de mí hacia abajo con ella—, pero era un pequeño Cessna y el piloto se encendió. Él estaba bien, pero el avión se encuentra aún en el fondo del lago. —Baja a la pista y tira de mi mano, queriendo que haga lo mismo.
— ¿Qué estamos haciendo? —pregunto, ajustándome el vestido y quitándome los zapatos.
—Silencio —dice—. Acuéstate y mira hacia arriba.
Pongo mi cabeza hacia atrás y miro hacia arriba, luego aspiro profundamente. Expuesto ante mí en todas direcciones está un manto de las estrellas más brillantes que jamás he visto.
—Vaya —susurro—. No lucen así desde mi patio trasero.
—Lo sé. Es por eso que te traje. —Se agacha y envuelve su meñique alrededor del mío. Nos sentamos durante mucho tiempo sin hablar, pero es un silencio pacífico. De vez en cuando levanta su dedo meñique y roza el lado de mi mano, pero eso es todo lo que hace. Estamos lado a lado y estoy en un vestido con un acceso bastante fácil, pero ella ni siquiera hace un intento de besarme. Es evidente que no me trajo aquí, en medio de la nada sólo para salir conmigo. Me trajo aquí para compartir esta experiencia conmigo. Otra cosa en la que ella es apasionada.
Hay tanto sobre Brittany que me sorprende, sobre todo en las últimas veinticuatro horas. Todavía no estoy segura sobre lo que la puso tan molesta en la cafetería ese día, pero parece segura de que sabe exactamente lo que era y que nunca volverá a ocurrir. Y en este momento, lo único que puedo hacer es tomar su palabra. Todo lo que puedo hacer es tomar mi confianza y colocarla de nuevo en sus manos. Sólo espero que ella sepa que es toda la confianza que me queda darle. Sé que es un hecho que si me hace daño como lo hizo antes, va a ser la última vez que me haga daño.
Inclino mi cabeza hacia ella y la observo mientras mira fijamente hacia el cielo. Sus cejas se surcan juntas y claramente tiene algo en su mente. Parece que siempre tiene algo en mente y tengo curiosidad si alguna vez voy a abrir camino a través de eso. Hay tantas cosas que todavía quiero saber acerca de su pasado y su hermana y su familia. Pero sacar todo esto, cuando esta tan sumergida en sus pensamientos, la sacaría de donde sea que su mente está ahora. No quiero hacer eso. Sé exactamente dónde está y lo que está haciendo, con la mirada perdida en el espacio como está. Lo sé, porque es exactamente lo que hago cuando me quedo mirando las estrellas en mi techo.
La observo por mucho tiempo, luego vuelvo mi mirada hacia el cielo y comienzo a escapar a mis propios pensamientos, cuando rompe el silencio con una pregunta que viene de la nada.
— ¿Has tenido una buena vida? —pregunta en voz baja.
Me planteo la pregunta, pero sobre todo porque quiero saber lo que estaba pensando que le obligó a preguntar. ¿Realmente pensaba en mi vida o estaba pensando en sí misma?
—Sí —le contesto con sinceridad—. Sí, la tuve.
Suspira profundamente, luego toma mi mano completamente en la suya.
—Bien.
*****
Nada más se dice hasta media hora más tarde, cuando dice que está lista para irse.
Nos detenemos en mi casa unos minutos antes de la medianoche. Ambas salimos del coche y agarra mis bolsas de cosas al azar y me sigue hasta la puerta principal. Se pone de pie en la puerta y las deja en el suelo. —No voy a entrar más lejos —dice, poniendo sus manos en los bolsillos.
— ¿Por qué no? ¿Eres una vampira? ¿Necesitas permiso para entrar?
Sonríe. —Simplemente no creo que deba quedarme.
Camino hacia ella y pongo mis brazos a su alrededor, y luego le doy un beso en la barbilla. — ¿Por qué no? ¿Estás cansada? Podemos dormir, sé que apenas dormiste anoche. Realmente no quiero que te vayas. He dormido mejor anoche en tus brazos que cualquier otra noche antes de ella.
Responde a mi abrazo, envolviendo sus brazos alrededor de mis hombros y tirando de mí en contra de su pecho. —No puedo —dice—. Es una combinación de cosas, la verdad. El hecho de que mi mamá me va a inundar con preguntas acerca de dónde he estado desde anoche. El hecho de que te he oído prometer a tu madre que llegarías a la medianoche. El hecho de que todo el tiempo que estábamos caminando hoy no podía dejar de pensar en lo que está debajo de este vestido.
Lleva sus manos a mi cara y mira hacia abajo en mi boca. Sus párpados se vuelven pesados y deja caer su voz en un susurro. —Por no hablar de esos labios —dice—. No tienes ni idea de lo difícil que estaba tratando de escuchar una palabra de lo que dijiste hoy, cuando lo único que podía pensar era en lo suaves que son. Cuan increíble saben. Cómo encajan perfectamente entre los míos. —Se inclina y me besa suavemente, luego se aleja justo cuando comienzo a fundirme con ella—. Y este vestido — dice, pasándose su mano por mi espalda y suavemente deslizándola sobre mi cadera y en la parte superior de mi muslo. Me estremezco bajo sus dedos—. Este vestido es la principal razón por la que no voy a caminar más lejos en esta casa.
Con la forma en que mi cuerpo está respondiendo a ella, rápidamente estoy de acuerdo con su decisión de irse. Por mucho que me encanta estar con ella y me encanta besarla, ya puedo decir que no tendría absolutamente ninguna negación, y no creo que esté lista para pasar ese primer momento.
Suspiro, pero tengo ganas de gemir. Por mucho que estoy de acuerdo con lo que dice, mi cuerpo sigue estando completamente enojado porque no le estoy pidiendo que se quede. Es curioso cómo sólo estar cerca de ella hoy de alguna manera ha profundizado la necesidad que tengo de querer siempre estar cerca de ella.
— ¿Esto es normal? —le pregunto, mirando a sus ojos que tienen más deseo de lo que he visto en ellos antes. Sé por qué se va ahora, porque está claro que quiere pasar por este primer momento, también.
— ¿Qué es normal?
Presiono mi cabeza en su pecho para no tener que mirarla mientras hablo. A veces digo cosas que son embarazosas, pero sólo tengo que decir lo que pienso. — ¿Es normal la forma en que nos sentimos la una a la otra? Realmente no nos hemos conocido durante mucho tiempo. La mayor parte de ese tiempo nos la pasamos evitándonos. Pero no lo sé, sólo parece diferente contigo. Supongo que la mayoría de las personas que salen, los primeros meses se gastan tratando de construir una conexión. — Levanto la cabeza de su pecho y la miro—. Siento como si tuviera eso contigo en el momento en que nos conocimos. Todo en nosotras es tan natural. Se siente como que ya estuvimos ahí, y estamos tratando de ir hacia atrás ahora. Como si estuviéramos tratando de volver a llegar a conocernos para hacerlo más lento. ¿Es extraño esto?
Sacude el cabello de mi cara y me mira con una mirada completamente diferente en sus ojos en este momento. La lujuria y el deseo han sido sustituidas por la angustia, y eso hace que mi corazón pese al verlo en sus ojos.
—Sea lo que sea esto, no quiero analizarlo. No quiero que lo analices tampoco, ¿de acuerdo? Estemos agradecidas de que por fin lo encontramos.
Me río de su última frase. —Lo dices como si me has estado buscando.
Frunce el ceño y coloca sus manos a los lados de mi cabeza, inclinando mi rostro hacia el suyo. —He estado buscándote toda mi maldita vida. —Su expresión es sólida y decidida y junta nuestras bocas tan pronto como la oración deja sus labios. Me besa duro y con más pasión de la que me ha besado en todo el día. Estoy a punto de tirar de ella dentro conmigo, pero se retira y se aleja tan pronto como mis manos agarran su cabello.
—Te quiero —dice, forzando sus pasos hacia afuera—. Te veré el lunes.
—Creo que te quiero, también.
No le pregunto por qué no la voy a ver mañana, porque creo que el tiempo será bueno para nosotras con el fin de procesar las últimas veinticuatro horas. Será bueno para Maribel, también, ya que realmente la tengo que rellenar en mi nueva vida de amor. O mejor dicho, mi nueva vida de querer.
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Hola chic@s!!!
FELIZ DÍA DEL TRABAJADOR!!!
MIL DISCULPAS por demorarme en actualizar la historia, es que ya no tengo mucho tiempo con la universidad, trabajo... ajjj ser adulta es muy aburrido jajajajaja. Trataré de actualizar siempre que pueda, así eso signifique tres días seguidos y luego una semana de descanso. Tenganme paciencia, POR FAVOR!!
Si les gustó el capítulo, comenten!!
-
marycielo12* - Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 03/02/2015
Edad : 29
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
Me parece que Britt le oculta realmente algo importante a San sobre su pasado, mas todo lo demas
Sanny25- ---
- Mensajes : 580
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Edad : 27
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
Britt sabe algo que no quiere que sepa nadie mas... Y YO QUIERO SABER QUÉ ES!!!! >:c me da miedito lo que pueda ser:cc
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
Edad : 26
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
se que la curiosidad no es buena pero esto es desesperante, hasta luego!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
holap,...
me intriga demasiado el pasado de las dos,..
no se, se me hace que brit es la niña que le dio el brazalete a san,...
por eso ciertas actuaciones!!!
nos vemos!!!
me intriga demasiado el pasado de las dos,..
no se, se me hace que brit es la niña que le dio el brazalete a san,...
por eso ciertas actuaciones!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
[Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 24
CAPITULO 24
Lunes, 22 de octubre del 2012, 12:05 p.m.
Ha pasado casi un mes desde que Brittany y yo nos declaramos una pareja. Hasta ahora, no he encontrado ninguna peculiaridad de ella que me vuelva loca. En todo caso, los pequeños hábitos que tiene solamente hacen que la adore aún más. Al igual que la manera en que todavía me mira como si me estudiara, y la forma en que hace saltar su mandíbula cuando está irritada, y la forma en que se lame los labios cada vez que se ríe. Es realmente caliente. Y no me refiero a los hoyuelos.
Por suerte, he tenido a la misma Brittany desde la noche que se arrastró a través de mi ventana hasta mi cama. No he visto ningún fragmento de la Brittany malhumorada y temperamental desde entonces. De hecho, de alguna manera va estando más y más en sintonía con los demás, cuanto más tiempo pasamos juntas y me siento como si pudiera leerle ahora casi tan bien como ella me lee.
Con Maribel estando en casa cada fin de semana no hemos tenido mucho tiempo a solas. La mayor parte de nuestro tiempo juntas se gasta en la escuela o en las citas de los fines de semana. Por alguna razón, ella no se siente bien viniendo a mi dormitorio cuando Maribel está en casa y siempre pone excusas cuando sugiero que vayamos a su casa. Así que en cambio, hemos visto un montón de películas. También hemos estado un par de veces con Kurt y su nuevo novio, Blaine.
Brittany y yo nos hemos estado divirtiendo un montón juntas, pero no hemos tenido mucha diversión juntas. Las dos estamos empezando a ponernos un poco frustradas por la falta de un lugar decente para estar. Su coche es un poco pequeño pero nos hemos arreglado. Creo que ambas estamos contando las horas hasta que Maribel esté fuera de la ciudad de nuevo la próxima semana.
Me siento a la mesa con Kurt y Blaine, esperando a que Brittany traiga nuestras dos bandejas. Blaine y Kurt se conocieron en una galería de arte local hace unas dos semanas, ni siquiera dándose cuenta de que asistían a la misma escuela. Me alegro por Kurt, porque empezaba a tener la sensación de que se sentía como una tercera rueda, cuando no era así en absoluto. Me encanta su compañía, pero el ver que vierte su atención en su propia relación ha hecho las cosas mucho más fácil.
— ¿Están tú y Brittany ocupadas el sábado? —pregunta Blaine cuando tomo un asiento.
—No lo creo. ¿Por qué?
—Hay una galería de arte en el centro de la ciudad que va a exhibir una de mis piezas en su exposición de arte local. Las quiero allí, chicas.
—Suena bien —dice Brittany, tomando asiento junto a mí—. ¿Qué pieza vas a exponer?
Blaine se encoge de hombros. —No lo sé todavía. Aún estoy tratando de decidir entre dos.
Kurt rueda los ojos. —Sabes cuál tiene que entrar, y no es ninguna de esas dos.
Blaine le dedica una mirada afilada a Kurt. —Vivimos en el este de Texas. Dudo que la pintura de temática gay sea bien recibida por aquí.
Brittany mira de uno a otro. — ¿A quién le importa lo que la gente de por aquí piense?
La sonrisa de Blaine se desvanece y coge su tenedor. —Mis padres — dice.
— ¿Tus padres saben que eres gay? —pregunto.
Asiente. —Sí. Son de bastante apoyo la mayor parte, pero todavía están esperando que ninguno de sus amigos de la iglesia lo averigüe. No quieren ser compadecidos por tener al niño que está condenado al Infierno.
Niego con la cabeza. —Si Dios es el tipo de persona que te condenaría al Infierno sólo por amar a alguien, entonces no me gustaría pasar la eternidad con Él, de cualquier forma.
Kurt se ríe. —Apuesto a que tienen pastel de embudo en el Infierno.
— ¿A qué hora es lo del sábado? —pregunta Brittany —. Vamos a estar allí, pero San y yo tenemos planes más tarde esa noche.
—Se acaba a las nueve —dice Kurt.
Echo un vistazo a Brittany. — ¿Tenemos planes? ¿Qué vamos a hacer?
Me sonríe y envuelve su brazo alrededor de mi hombro, y luego susurra en mi oído—: Mi mamá se habrá ido la noche del sábado. Quiero mostrarte mi dormitorio.
Mis brazos estallan en escalofríos y de repente tengo visiones que son completamente inadecuadas para una cafetería de la escuela secundaria.
—No quiero ni saber lo que dijo para hacerte sonrojar así —ríe Kurt.
Brittany tira de su brazo y apoya su mano en mi pierna. Tomo un bocado y luego miro de nuevo a Blaine. — ¿Cuál es el código de vestimenta para esta exposición del sábado?
Tengo un vestido que estaba pensando llevar esa noche, pero no es muy formal. — Brittany aprieta mi muslo y sonrío, sabiendo exactamente qué tipo de pensamientos acabo de poner en su cabeza.
Blaine empieza a contestarme cuando una chica de la mesa de detrás de nosotros le dice algo a Brittany que no pudo captar. Cualquier cosa que dijera, inmediatamente llama la atención de Brittany y se gira completamente, mirando de frente a la chica. — ¿Podrías repetir eso? —dice Brittany, mirándola.
No me doy la vuelta. No quiero ni ver quién es la tipa responsable de traer de vuelta a la Brittany temperamental en menos de dos segundos.
—Tal vez tengo que hablar con más claridad —dice la tipa, levantando la voz—. Dije que si no puedes golpearlos completamente hasta la muerte, también puedes unirte a ellos.
Brittany no se mueve de inmediato, lo cual es bueno. Me da tiempo para tomar su rostro y hacer que se enfoque en mí. — Brittany —le digo con firmeza—. No le hagas caso. Por favor.
—Sí, ignórala —dice Kurt—. Está tratando de molestarte. Blaine y yo conseguimos esa mierda todo el tiempo, así que estamos acostumbrados a ello.
Brittany mueve la mandíbula hacia atrás y adelante, respirando lentamente por la nariz. La expresión de sus ojos se ablanda lentamente y toma mi mano. Luego se da vuelta lentamente, sin mirar a la chica de nuevo. —Estoy bien —dice, convenciéndose a sí misma más que al resto de nosotros—. Estoy bien.
Tan pronto como Brittany mira hacia adelante, la risa de la mesa de atrás fluye a lo largo de la cafetería. Los hombros de Brittany se tensan, así que pongo mi mano sobre su pierna y aprieto, deseando que se quede tranquila.
—Eso es agradable —dice la tipa detrás de nosotros—. Dejar a la puta que te haga callar por defender a tus nuevos amigos. Supongo que no significan tanto para ti como hacía Lesslie, de lo contrario estaría en tan mal estado como estaba Elaine el año pasado después de que le dieras una paliza.
Toma todo de mí para no saltar y patearle el culo a la chica yo misma, así que sé que Brittany no tiene absolutamente ninguna restricción. Empieza a girarse y su rostro está inexpresivo. Nunca la había visto tan rígida—es aterrador. Sé que algo terrible está a punto de suceder y no tengo ni idea de cómo prevenirlo. Antes de que pueda saltar al otro lado de la mesa y darle una paliza a esa tipa, hago algo que me sorprende incluso a mí misma. Abofeteo a Brittany tan fuerte como puedo en la cara. Inmediatamente se lleva la mano a la mejilla y me mira, completamente desconcertada. Pero me está mirando, lo cual es bueno.
—Pasillo —le digo con determinación en cuanto tengo su atención. La empujo hasta que está fuera del banco y mantengo mis manos en su espalda, luego la empujo hasta que está caminando hacia la salida de la cafetería. Cuando caminamos por el pasillo golpea su puño contra la taquilla más cercana, causando que un fuerte jadeo escape de mis labios. La fuerza detrás de su puño deja un hueco enorme, y me siento aliviada de que la chica de la cafetería no fuera la destinataria de esa fuerza.
Está furiosa. Su cara está roja y nunca la había visto así de alterada antes. Comienza a caminar por el pasillo, haciendo una pausa para mirar hacia las puertas de la cafetería. No estoy convencida de que no regrese hacia ellas, así que decido llevarla aún más lejos.
—Vamos a ir a tu coche. —La empujó hacia la salida y me deja. Andamos todo el camino hasta el coche y está echando humo silenciosamente todo el tiempo. Se sube en el asiento del conductor, yo me subo en el asiento del acompañante y ambas cerramos las puertas. No sé si todavía está a punto de correr al interior de la escuela y terminar la pelea que esa imbécil trataba de comenzar, pero voy a hacer todo lo posible para mantenerla fuera de allí hasta que se le pase el enfado.
Lo que sucede a continuación no es lo que estoy esperando que suceda en absoluto. Llega a través del asiento, me tira con fuerza contra ella y empieza a temblar incontrolablemente. Sus hombros están temblando y me está apretando, hundiendo la cabeza en mi cuello.
Está llorando.
Envuelvo mis brazos alrededor de ella y la dejó aferrarse a mí mientras deja escapar lo que sea que ha estado reprimido en su interior. Me desliza sobre su regazo y me aprieta con fuerza contra ella. Ajusto mis piernas hasta que están a ambos lados de ella y la beso suavemente en el costado de su cabeza una y otra vez. Apenas emite sonido alguno y el poco ruido que está haciendo es amortiguado contra mi hombro. No tengo ni idea de lo que le ha roto ahora mismo, pero es la cosa más absolutamente desgarradora que he visto nunca. Sigo besando el costado de su cabeza y froto mis manos por su espalda. Hago esto durante varios minutos, hasta que finalmente está tranquila, pero aún tiene un apretón de muerte a mí alrededor.
— ¿Quieres hablar de ello? —le susurro, acariciando su cabello. Me echo hacia atrás y ella apoya la cabeza contra el reposacabezas y me mira. Sus ojos son de color rojo y están llenos de tanto dolor, que tengo que besarla. Beso cada párpado suavemente, luego retrocedo de nuevo y espero a que hable.
—Mentí —dice. Sus palabras apuñalan mi corazón y tengo mucho miedo de lo que está a punto de decir—. Te dije que lo haría de nuevo. Te dije que golpearía el culo de Elaine de nuevo si tuviera la oportunidad. — Toma mis mejillas entre sus manos y me mira con desesperación—. No lo haría. Ella no se merecía lo que le hice, Santana. ¿Y esa chica de hace un momento? Es la hermana pequeña de Elaine. Me odia por lo que hice y tiene todo el derecho a odiarme. Tiene todo el derecho a decir la mierda que quiera sobre mí, porque me lo merezco. Lo hago. Esa es la única razón por la que no quería volver a esta escuela, porque sabía que me merecía cualquier cosa que me dijeran. Pero no puedo dejar que hable de ti y Kurt así. Puede decir la mierda que quiera acerca de mí o de Les porque lo merecemos, pero tú no lo haces. —Sus ojos se empañan otra vez y está en la agonía absoluta, sosteniendo mi rostro entre sus manos.
—Está bien, Brittany. No tienes que defendernos a todos. Y no lo mereces. Elaine no debería haber dicho lo que dijo sobre tu hermana el año pasado y su hermana no debería haber dicho lo que dijo hoy.
Niega con la cabeza en desacuerdo. —Elaine tenía razón. Sé que no debería haberlo dicho y definitivamente sé que no debería haberle puesto un dedo encima, pero ella tenía razón. Lo que Les hizo no fue valiente ni noble o valeroso. Lo que hizo fue egoísta. Ella ni siquiera trató de aguantar. No estaba pensando en mí, no estaba pensando en mis padres. Estaba pensando en ella y no le importó una mierda el resto de nosotros. Y la odio por eso. Joder, la odio por ello y estoy cansada de odiarla, San. Estoy tan cansada de odiarla porque me está destruyendo y me convierte en esta persona que no quiero ser. No se merece ser odiada. Es mi culpa que hiciera lo que hizo. Debería haberla ayudado, pero no lo hice. No lo sabía. Amé a esa chica más de lo que he amado a nadie y no tenía ni idea de lo mala que era para ella.
Limpio su lágrima con mi pulgar y hago lo que se me ocurre hacer porque no tengo ni idea de qué decir. La beso. La beso desesperadamente y trato de quitarle su dolor de la única manera que sé hacer. Nunca he experimentado la muerte de esta manera, así que ni siquiera trato de entender lo que ha tenido que pasar. Envuelve sus manos en mi pelo y me besa de nuevo con tanta fuerza que es casi doloroso. Nos besamos durante varios minutos hasta que su tensión va disminuyendo poco a poco.
Aparto mis labios de los suyos y miro directamente sus ojos. — Brittany, tienes todo el derecho a odiarla por lo que hizo. Pero también tienes todo el derecho a amarla todavía, a pesar de ello. La única cosa que no tienes derecho a hacer es seguir culpándote a ti misma. Nunca entenderás por qué lo hizo, por lo que necesitas parar de castigarte por no tener todas las respuestas. Tomó la decisión que creía que era lo mejor para ella, a pesar de que era la equivocada. Pero eso es lo que tienes que recordar… ella tomó esa decisión. No tú. Y no puedes culparte por no saber lo que no fue capaz de decir. —La beso en la frente y luego llevo mis ojos de nuevo a ella—. Tienes que dejarlo ir. Puedes guardar para ti el odio y el amor, e incluso la amargura, pero tienes que dejar ir la culpa. La culpa es lo que te está destruyendo, bebé.
Cierra sus ojos y atrae mi cabeza hacia su hombro, liberando un suspiro tembloroso. Puedo sentirla asintiendo y puedo sentir todo su cuerpo llegando a una calma tranquila. Me besa en el costado de la cabeza y nos abrazamos en silencio. Cualquier conexión que pensábamos que teníamos antes de esto... no se puede comparar a este momento. No importa lo que pase entre nosotras en esta vida, este momento acaba de fusionar pedazos de nuestras almas. Siempre nos quedará eso, y en cierto modo es reconfortante saberlo.
Brittany me mira y alza una ceja. — ¿Por qué demonios me abofeteaste?
Me río y beso la mejilla en la que le golpeé. Mis huellas dactilares apenas son visibles ahora, pero todavía están allí. —Lo siento. Sólo tenía que sacarte de allí y no podía pensar en otra manera de hacerlo.
Sonríe. —Funcionó. No sé si alguien más pudo haber dicho o hecho algo que me hubiera sacado de eso. Gracias por saber exactamente cómo manejarme, ya que a veces ni siquiera estoy segura de cómo comportarme.
La beso suavemente. —Créeme. No tengo ni idea de cómo manejarte, Brittany. Tan sólo voy tomando una escena a la vez.
Por suerte, he tenido a la misma Brittany desde la noche que se arrastró a través de mi ventana hasta mi cama. No he visto ningún fragmento de la Brittany malhumorada y temperamental desde entonces. De hecho, de alguna manera va estando más y más en sintonía con los demás, cuanto más tiempo pasamos juntas y me siento como si pudiera leerle ahora casi tan bien como ella me lee.
Con Maribel estando en casa cada fin de semana no hemos tenido mucho tiempo a solas. La mayor parte de nuestro tiempo juntas se gasta en la escuela o en las citas de los fines de semana. Por alguna razón, ella no se siente bien viniendo a mi dormitorio cuando Maribel está en casa y siempre pone excusas cuando sugiero que vayamos a su casa. Así que en cambio, hemos visto un montón de películas. También hemos estado un par de veces con Kurt y su nuevo novio, Blaine.
Brittany y yo nos hemos estado divirtiendo un montón juntas, pero no hemos tenido mucha diversión juntas. Las dos estamos empezando a ponernos un poco frustradas por la falta de un lugar decente para estar. Su coche es un poco pequeño pero nos hemos arreglado. Creo que ambas estamos contando las horas hasta que Maribel esté fuera de la ciudad de nuevo la próxima semana.
*****
Me siento a la mesa con Kurt y Blaine, esperando a que Brittany traiga nuestras dos bandejas. Blaine y Kurt se conocieron en una galería de arte local hace unas dos semanas, ni siquiera dándose cuenta de que asistían a la misma escuela. Me alegro por Kurt, porque empezaba a tener la sensación de que se sentía como una tercera rueda, cuando no era así en absoluto. Me encanta su compañía, pero el ver que vierte su atención en su propia relación ha hecho las cosas mucho más fácil.
— ¿Están tú y Brittany ocupadas el sábado? —pregunta Blaine cuando tomo un asiento.
—No lo creo. ¿Por qué?
—Hay una galería de arte en el centro de la ciudad que va a exhibir una de mis piezas en su exposición de arte local. Las quiero allí, chicas.
—Suena bien —dice Brittany, tomando asiento junto a mí—. ¿Qué pieza vas a exponer?
Blaine se encoge de hombros. —No lo sé todavía. Aún estoy tratando de decidir entre dos.
Kurt rueda los ojos. —Sabes cuál tiene que entrar, y no es ninguna de esas dos.
Blaine le dedica una mirada afilada a Kurt. —Vivimos en el este de Texas. Dudo que la pintura de temática gay sea bien recibida por aquí.
Brittany mira de uno a otro. — ¿A quién le importa lo que la gente de por aquí piense?
La sonrisa de Blaine se desvanece y coge su tenedor. —Mis padres — dice.
— ¿Tus padres saben que eres gay? —pregunto.
Asiente. —Sí. Son de bastante apoyo la mayor parte, pero todavía están esperando que ninguno de sus amigos de la iglesia lo averigüe. No quieren ser compadecidos por tener al niño que está condenado al Infierno.
Niego con la cabeza. —Si Dios es el tipo de persona que te condenaría al Infierno sólo por amar a alguien, entonces no me gustaría pasar la eternidad con Él, de cualquier forma.
Kurt se ríe. —Apuesto a que tienen pastel de embudo en el Infierno.
— ¿A qué hora es lo del sábado? —pregunta Brittany —. Vamos a estar allí, pero San y yo tenemos planes más tarde esa noche.
—Se acaba a las nueve —dice Kurt.
Echo un vistazo a Brittany. — ¿Tenemos planes? ¿Qué vamos a hacer?
Me sonríe y envuelve su brazo alrededor de mi hombro, y luego susurra en mi oído—: Mi mamá se habrá ido la noche del sábado. Quiero mostrarte mi dormitorio.
Mis brazos estallan en escalofríos y de repente tengo visiones que son completamente inadecuadas para una cafetería de la escuela secundaria.
—No quiero ni saber lo que dijo para hacerte sonrojar así —ríe Kurt.
Brittany tira de su brazo y apoya su mano en mi pierna. Tomo un bocado y luego miro de nuevo a Blaine. — ¿Cuál es el código de vestimenta para esta exposición del sábado?
Tengo un vestido que estaba pensando llevar esa noche, pero no es muy formal. — Brittany aprieta mi muslo y sonrío, sabiendo exactamente qué tipo de pensamientos acabo de poner en su cabeza.
Blaine empieza a contestarme cuando una chica de la mesa de detrás de nosotros le dice algo a Brittany que no pudo captar. Cualquier cosa que dijera, inmediatamente llama la atención de Brittany y se gira completamente, mirando de frente a la chica. — ¿Podrías repetir eso? —dice Brittany, mirándola.
No me doy la vuelta. No quiero ni ver quién es la tipa responsable de traer de vuelta a la Brittany temperamental en menos de dos segundos.
—Tal vez tengo que hablar con más claridad —dice la tipa, levantando la voz—. Dije que si no puedes golpearlos completamente hasta la muerte, también puedes unirte a ellos.
Brittany no se mueve de inmediato, lo cual es bueno. Me da tiempo para tomar su rostro y hacer que se enfoque en mí. — Brittany —le digo con firmeza—. No le hagas caso. Por favor.
—Sí, ignórala —dice Kurt—. Está tratando de molestarte. Blaine y yo conseguimos esa mierda todo el tiempo, así que estamos acostumbrados a ello.
Brittany mueve la mandíbula hacia atrás y adelante, respirando lentamente por la nariz. La expresión de sus ojos se ablanda lentamente y toma mi mano. Luego se da vuelta lentamente, sin mirar a la chica de nuevo. —Estoy bien —dice, convenciéndose a sí misma más que al resto de nosotros—. Estoy bien.
Tan pronto como Brittany mira hacia adelante, la risa de la mesa de atrás fluye a lo largo de la cafetería. Los hombros de Brittany se tensan, así que pongo mi mano sobre su pierna y aprieto, deseando que se quede tranquila.
—Eso es agradable —dice la tipa detrás de nosotros—. Dejar a la puta que te haga callar por defender a tus nuevos amigos. Supongo que no significan tanto para ti como hacía Lesslie, de lo contrario estaría en tan mal estado como estaba Elaine el año pasado después de que le dieras una paliza.
Toma todo de mí para no saltar y patearle el culo a la chica yo misma, así que sé que Brittany no tiene absolutamente ninguna restricción. Empieza a girarse y su rostro está inexpresivo. Nunca la había visto tan rígida—es aterrador. Sé que algo terrible está a punto de suceder y no tengo ni idea de cómo prevenirlo. Antes de que pueda saltar al otro lado de la mesa y darle una paliza a esa tipa, hago algo que me sorprende incluso a mí misma. Abofeteo a Brittany tan fuerte como puedo en la cara. Inmediatamente se lleva la mano a la mejilla y me mira, completamente desconcertada. Pero me está mirando, lo cual es bueno.
—Pasillo —le digo con determinación en cuanto tengo su atención. La empujo hasta que está fuera del banco y mantengo mis manos en su espalda, luego la empujo hasta que está caminando hacia la salida de la cafetería. Cuando caminamos por el pasillo golpea su puño contra la taquilla más cercana, causando que un fuerte jadeo escape de mis labios. La fuerza detrás de su puño deja un hueco enorme, y me siento aliviada de que la chica de la cafetería no fuera la destinataria de esa fuerza.
Está furiosa. Su cara está roja y nunca la había visto así de alterada antes. Comienza a caminar por el pasillo, haciendo una pausa para mirar hacia las puertas de la cafetería. No estoy convencida de que no regrese hacia ellas, así que decido llevarla aún más lejos.
—Vamos a ir a tu coche. —La empujó hacia la salida y me deja. Andamos todo el camino hasta el coche y está echando humo silenciosamente todo el tiempo. Se sube en el asiento del conductor, yo me subo en el asiento del acompañante y ambas cerramos las puertas. No sé si todavía está a punto de correr al interior de la escuela y terminar la pelea que esa imbécil trataba de comenzar, pero voy a hacer todo lo posible para mantenerla fuera de allí hasta que se le pase el enfado.
Lo que sucede a continuación no es lo que estoy esperando que suceda en absoluto. Llega a través del asiento, me tira con fuerza contra ella y empieza a temblar incontrolablemente. Sus hombros están temblando y me está apretando, hundiendo la cabeza en mi cuello.
Está llorando.
Envuelvo mis brazos alrededor de ella y la dejó aferrarse a mí mientras deja escapar lo que sea que ha estado reprimido en su interior. Me desliza sobre su regazo y me aprieta con fuerza contra ella. Ajusto mis piernas hasta que están a ambos lados de ella y la beso suavemente en el costado de su cabeza una y otra vez. Apenas emite sonido alguno y el poco ruido que está haciendo es amortiguado contra mi hombro. No tengo ni idea de lo que le ha roto ahora mismo, pero es la cosa más absolutamente desgarradora que he visto nunca. Sigo besando el costado de su cabeza y froto mis manos por su espalda. Hago esto durante varios minutos, hasta que finalmente está tranquila, pero aún tiene un apretón de muerte a mí alrededor.
— ¿Quieres hablar de ello? —le susurro, acariciando su cabello. Me echo hacia atrás y ella apoya la cabeza contra el reposacabezas y me mira. Sus ojos son de color rojo y están llenos de tanto dolor, que tengo que besarla. Beso cada párpado suavemente, luego retrocedo de nuevo y espero a que hable.
—Mentí —dice. Sus palabras apuñalan mi corazón y tengo mucho miedo de lo que está a punto de decir—. Te dije que lo haría de nuevo. Te dije que golpearía el culo de Elaine de nuevo si tuviera la oportunidad. — Toma mis mejillas entre sus manos y me mira con desesperación—. No lo haría. Ella no se merecía lo que le hice, Santana. ¿Y esa chica de hace un momento? Es la hermana pequeña de Elaine. Me odia por lo que hice y tiene todo el derecho a odiarme. Tiene todo el derecho a decir la mierda que quiera sobre mí, porque me lo merezco. Lo hago. Esa es la única razón por la que no quería volver a esta escuela, porque sabía que me merecía cualquier cosa que me dijeran. Pero no puedo dejar que hable de ti y Kurt así. Puede decir la mierda que quiera acerca de mí o de Les porque lo merecemos, pero tú no lo haces. —Sus ojos se empañan otra vez y está en la agonía absoluta, sosteniendo mi rostro entre sus manos.
—Está bien, Brittany. No tienes que defendernos a todos. Y no lo mereces. Elaine no debería haber dicho lo que dijo sobre tu hermana el año pasado y su hermana no debería haber dicho lo que dijo hoy.
Niega con la cabeza en desacuerdo. —Elaine tenía razón. Sé que no debería haberlo dicho y definitivamente sé que no debería haberle puesto un dedo encima, pero ella tenía razón. Lo que Les hizo no fue valiente ni noble o valeroso. Lo que hizo fue egoísta. Ella ni siquiera trató de aguantar. No estaba pensando en mí, no estaba pensando en mis padres. Estaba pensando en ella y no le importó una mierda el resto de nosotros. Y la odio por eso. Joder, la odio por ello y estoy cansada de odiarla, San. Estoy tan cansada de odiarla porque me está destruyendo y me convierte en esta persona que no quiero ser. No se merece ser odiada. Es mi culpa que hiciera lo que hizo. Debería haberla ayudado, pero no lo hice. No lo sabía. Amé a esa chica más de lo que he amado a nadie y no tenía ni idea de lo mala que era para ella.
Limpio su lágrima con mi pulgar y hago lo que se me ocurre hacer porque no tengo ni idea de qué decir. La beso. La beso desesperadamente y trato de quitarle su dolor de la única manera que sé hacer. Nunca he experimentado la muerte de esta manera, así que ni siquiera trato de entender lo que ha tenido que pasar. Envuelve sus manos en mi pelo y me besa de nuevo con tanta fuerza que es casi doloroso. Nos besamos durante varios minutos hasta que su tensión va disminuyendo poco a poco.
Aparto mis labios de los suyos y miro directamente sus ojos. — Brittany, tienes todo el derecho a odiarla por lo que hizo. Pero también tienes todo el derecho a amarla todavía, a pesar de ello. La única cosa que no tienes derecho a hacer es seguir culpándote a ti misma. Nunca entenderás por qué lo hizo, por lo que necesitas parar de castigarte por no tener todas las respuestas. Tomó la decisión que creía que era lo mejor para ella, a pesar de que era la equivocada. Pero eso es lo que tienes que recordar… ella tomó esa decisión. No tú. Y no puedes culparte por no saber lo que no fue capaz de decir. —La beso en la frente y luego llevo mis ojos de nuevo a ella—. Tienes que dejarlo ir. Puedes guardar para ti el odio y el amor, e incluso la amargura, pero tienes que dejar ir la culpa. La culpa es lo que te está destruyendo, bebé.
Cierra sus ojos y atrae mi cabeza hacia su hombro, liberando un suspiro tembloroso. Puedo sentirla asintiendo y puedo sentir todo su cuerpo llegando a una calma tranquila. Me besa en el costado de la cabeza y nos abrazamos en silencio. Cualquier conexión que pensábamos que teníamos antes de esto... no se puede comparar a este momento. No importa lo que pase entre nosotras en esta vida, este momento acaba de fusionar pedazos de nuestras almas. Siempre nos quedará eso, y en cierto modo es reconfortante saberlo.
Brittany me mira y alza una ceja. — ¿Por qué demonios me abofeteaste?
Me río y beso la mejilla en la que le golpeé. Mis huellas dactilares apenas son visibles ahora, pero todavía están allí. —Lo siento. Sólo tenía que sacarte de allí y no podía pensar en otra manera de hacerlo.
Sonríe. —Funcionó. No sé si alguien más pudo haber dicho o hecho algo que me hubiera sacado de eso. Gracias por saber exactamente cómo manejarme, ya que a veces ni siquiera estoy segura de cómo comportarme.
La beso suavemente. —Créeme. No tengo ni idea de cómo manejarte, Brittany. Tan sólo voy tomando una escena a la vez.
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HOLA!! ESPERO QUE NO ME QUIERAN MATAR POR NO ACTUALIZAR. SI LES GUSTA EL CAPÍTULO, COMENTEN. MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS
marycielo12* - Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 03/02/2015
Edad : 29
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
una historia tan buena y tardas años en actualizar, no es justo! tal vez pense en matarte pero se me ha pasado un poco, excelente como santana controlo a britt, hasta la proxima!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
Casi voy a buscarte en medio de la noche y matarte,casi kalsjaldj pero justo actualizaste asi que estas salvada por ahora-.- me da pena Britt:c , yy me gusto la forma en que San la saco de alli sjejndv fue tan tierno snhdjb:3
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
Edad : 26
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
holap,...
aunque duela de cierta forma brtt tiene que dejar lo que paso con les y todo lo que viene detrás!!!!
buena forma de controlar a britt en esos momentos jajajaj
nos vemos!!!
aunque duela de cierta forma brtt tiene que dejar lo que paso con les y todo lo que viene detrás!!!!
buena forma de controlar a britt en esos momentos jajajaj
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
[Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 25
CAPITULO 25
Viernes, 26 de octubre del 2012, 3:40 p.m.
¿A qué hora crees que vas a regresar? —pregunto. Brittany tiene sus brazos alrededor de mí y estamos apoyadas contra mi auto. No hemos sido capaces de pasar mucho tiempo juntas desde lo que pasó en su auto en el almuerzo el lunes. Por suerte, la chica que trató de iniciar la mierda con Brittany no ha dicho nada más. Ha sido una semana bastante tranquila teniendo en cuenta el principio dramático de ella.
—No vamos a regresar hasta bastante tarde. Su compañía de fiestas de Halloween suelen durar unas horas por lo general. Pero me verás mañana. Puedo recogerte en el almuerzo si quieres, y sólo tendremos que estar juntas todo el día hasta la exposición de la galería.
Niego con la cabeza. —No puedo. Es el cumpleaños de Tom y lo invitamos a comer porque tiene que trabajar mañana por la noche. Sólo ven a recogerme a las seis.
—Sí, señora —dice. Me besa, y luego me abre la puerta para que pueda subir dentro. Le digo adiós con la mano mientras se aleja, luego saco mi teléfono de la mochila. Hay un texto de Quinn, lo que me hace feliz. No he recibido mis mensajes diarios prometidos como dijo que haría. No creí que los echaría de menos, pero ahora que sólo me entran uno cada tres días más o menos, me arde un poco.
Dile a tu novia que le agradezco por añadir finalmente minutos a tu teléfono. ¿Has tenido sexo con ella? Te echo de menos.
Me río de su franqueza y le mando un mensaje de vuelta.
No, no hemos tenido sexo todavía. Hemos hecho casi todo lo demás, sin embargo, así que estoy segura de que su paciencia se desgastará pronto. Pregúntame de nuevo después de mañana por la noche, podría tener una respuesta diferente. Te extraño mucho más.
Marco enviar y miro el teléfono. En realidad no he pensado en si estoy o no estoy lista para pasar esa primera vez todavía, pero supongo que me acabo de admitir a mí misma que lo estoy. Me pregunto si la invitación a su casa, es su manera de averiguar si estoy lista también.
Pongo el auto en reversa y mi teléfono suena. Lo recojo y es un texto de Brittany.
No te vayas. Estoy caminando de regreso a tu auto.
Pongo el auto en modo de estacionar otra vez y bajo mi ventana, justo cuando se acerca.
—Oye —dice, inclinándose hacia mi ventana. Pone sus ojos lejos de los míos y mira alrededor del auto con nerviosismo. Odio este aspecto incómoda de ella, me doy cuenta que está a punto de decir algo que podría no querer escuchar.
—Um... —Me mira y el sol está brillando directamente sobre ella, destacando todos los hermosos rasgos de ella. Sus ojos están brillantes y están buscando los míos como si no quisieran buscar otro sitio—. Tú uh... sólo me enviaste un texto que estoy bastante segura de que tenías la intención de enviar a Quinn.
Oh, Dios, no. Inmediatamente agarro el teléfono y compruebo si está diciendo la verdad. Por desgracia, así es. Lanzo el teléfono en el asiento del pasajero y doblo mis brazos sobre el volante, enterrando mi cara en mi codo. —Oh, Dios —gimo.
—Mírame, San —ordena. Le hago caso y espero a que un agujero mágico venga y me succione lejos de todas las situaciones embarazosas en las cuales me pongo. Siento su mano tocar mi mejilla y tira de mi cara en su dirección. Me mira, llena de sinceridad.
—Si es mañana por la noche o el próximo año, te puedo prometer que va a ser la mejor noche de mi maldita vida. Sólo asegúrate de que estás tomando esa decisión por ti misma y no por nadie más, ¿de acuerdo? Siempre te querré, pero no voy a dejarme tenerte hasta que estés cien por ciento segura de que me quieres de igual manera. Y no digas nada ahora mismo. Estoy dando la vuelta y caminaré de regreso a mi auto y podemos fingir que esta conversación nunca ocurrió. De lo contrario, nunca podrás dejar de sonrojarte. —Se apoya en la ventana y me da un beso rápido—. Eres linda como el infierno, ¿lo sabías? Pero realmente necesitas encontrar la manera de trabajar en tu teléfono. —Me guiña el ojo y se va. Apoyo la cabeza contra el reposacabezas y en silencio maldigo.
Odio la tecnología.
Paso el resto de la noche haciendo mi mejor esfuerzo para empujar el texto embarazoso de mi cabeza. Ayudo con las cosas que Maribel tiene que empacar para su próximo mercado de pulgas, entonces finalmente entro en la cama con mi e-reader. Tan pronto como se enciende, las luces de mi teléfono celular se encienden en la mesa de noche.
Estoy caminando a tu casa ahora mismo. Sé que es tarde y tu mamá está en casa, pero no puedo esperar hasta mañana por la noche para besarte otra vez. Asegúrate de que la ventana está abierta.
Después de leer el texto salto de la cama y cierro la puerta de mi dormitorio, agradecida de que Maribel terminó temprano de empacar hace dos horas. De inmediato voy al baño y me cepillo los dientes y el cabello, y luego apago las luces y me arrastro de vuelta a la cama. Es más de medianoche y ella nunca se coló mientras Maribel estaba en casa antes. Estoy nerviosa, pero es un nerviosismo excitante. El hecho de que no me siento culpable en lo más mínimo de que ella está en camino es la prueba de que voy a ir al infierno. Soy la peor hija que existe.
Varios minutos más tarde, mi ventana se desliza hacia arriba y la oigo haciendo su camino dentro. Estoy tan emocionada de verla que corro a su encuentro en la ventana y envuelvo mis brazos alrededor de su cuello, luego salto y hago que me sostenga mientras la beso. Sus manos tienen un firme control sobre mi culo y camina hacia la cama, dejándome abajo suavemente.
—Bueno, hola a ti también —dice, sonriendo ampliamente. Se tambalea un poco, luego cae encima de mí y lleva sus labios a los míos de nuevo. Está tratando de quitarse sus zapatos, pero no lo logra, y luego se echa a reír.
— ¿Estás borracha? —pregunto.
Presiona sus dedos en mis labios y trata de dejar de reír, pero no puede. —No. Sí.
— ¿Cuánto has bebido?
Mueve la cabeza en mi cuello y dirige su boca ligeramente a lo largo de mi clavícula, enviando una oleada de calor a través de mí. —Bebí lo suficiente como para querer hacerte cosas malas, pero no lo suficiente para hacerlas mientras estoy borracha —dice—. Pero lo suficientemente borracha como para recordarlas todavía mañana si realmente las hiciera.
Me río, completamente confundida por su respuesta, sin embargo, completamente abierta a ella al mismo tiempo. — ¿Es por eso que entraste aquí? ¿Debido a que has estado bebiendo?
Niega con la cabeza. —Entré aquí porque quería un beso de buenas noches y gracias a Dios que no pude encontrar mis llaves. Pero te quiero tanto, nena. Te eché de menos esta noche tan mal. —Me besa y su boca sabe cómo a limonada.
— ¿Por qué sabes a limonada?
Se ríe. —Todo lo que teníamos eran estas bebidas con sabor a fruta frutadas. Estoy borracha tomando bebidas con sabor a fruta frutada. Es realmente triste y poco atractivo, lo sé.
—Bueno, sabes realmente bien —le digo, tirando de su boca hacia la mía. Gime y se aprieta contra mí, metiendo su lengua en mi boca aún más. Tan pronto como nuestros cuerpos se conectan en la cama, se retira y se pone de pie, y me deja sin aliento y sola en el colchón.
—Es hora de irme —dice—. He visto ese movimiento en algún lugar y estoy demasiado borracha para ir ahora mismo en eso. Nos vemos mañana por la noche.
Salto y corro y bloqueo la ventana antes de que pueda salir. Se detiene frente a mí y cruza sus brazos sobre el pecho. —Quédate —le digo—. Por favor. Sólo quédate en la cama conmigo. Podemos colocar almohadas entre nosotras y te prometo que no te seduciré ya que estás borracha. Quédate una hora, no quiero que te vayas todavía.
De inmediato se da la vuelta y regresa a la cama. —Está bien —dice simplemente. Se arroja sobre la cama y tira las sabanas de debajo de ella.
Eso fue fácil.
Camino de vuelta a la cama y me acuesto a su lado. Ninguna de las dos coloca una almohada entre nosotras. En su lugar, tiro mi brazo sobre su pecho y entrelazo mis piernas con las suyas.
—Buenas noches —dice, cepillando mi cabello hacia atrás. Me besa la frente y cierra los ojos. Meto mi cabeza en su pecho y escucho el ritmo de su corazón. Después de varios minutos, la respiración y la frecuencia cardíaca están reguladas mientras está profundamente dormida. Ya no puedo sentir mi brazo, así que me levanto suavemente de ella y silenciosamente doy una vuelta. Tan pronto como se encuentra con mi almohada, desliza su brazo por encima de mi cintura y sus piernas sobre las mías. —Te amo, Hope —murmura.
Um...
Respira, Santana.
Sólo respira.
No es tan difícil.
Toma una respiración.
Aprieto mis ojos cerrados y trato de decirme a mí misma que no sólo escuché lo que me pareció oír. Sin embargo, lo dijo bien claro como el día. Y honestamente no sé lo que me rompe más el corazón, el hecho de que me llamó por el nombre de otra persona, o el hecho de que en realidad dijo amar en vez de querer.
Intento hacerme callar dándome una vuelta y golpeándola en su maldita cara. Ha estado bebiendo y estaba medio dormida cuando lo dijo. No puedo asumir que realmente significa algo para ella cuando podría haber sido sólo un sueño. Pero... ¿quién demonios es Hope? ¿Y por qué la ama?
—No vamos a regresar hasta bastante tarde. Su compañía de fiestas de Halloween suelen durar unas horas por lo general. Pero me verás mañana. Puedo recogerte en el almuerzo si quieres, y sólo tendremos que estar juntas todo el día hasta la exposición de la galería.
Niego con la cabeza. —No puedo. Es el cumpleaños de Tom y lo invitamos a comer porque tiene que trabajar mañana por la noche. Sólo ven a recogerme a las seis.
—Sí, señora —dice. Me besa, y luego me abre la puerta para que pueda subir dentro. Le digo adiós con la mano mientras se aleja, luego saco mi teléfono de la mochila. Hay un texto de Quinn, lo que me hace feliz. No he recibido mis mensajes diarios prometidos como dijo que haría. No creí que los echaría de menos, pero ahora que sólo me entran uno cada tres días más o menos, me arde un poco.
Dile a tu novia que le agradezco por añadir finalmente minutos a tu teléfono. ¿Has tenido sexo con ella? Te echo de menos.
Me río de su franqueza y le mando un mensaje de vuelta.
No, no hemos tenido sexo todavía. Hemos hecho casi todo lo demás, sin embargo, así que estoy segura de que su paciencia se desgastará pronto. Pregúntame de nuevo después de mañana por la noche, podría tener una respuesta diferente. Te extraño mucho más.
Marco enviar y miro el teléfono. En realidad no he pensado en si estoy o no estoy lista para pasar esa primera vez todavía, pero supongo que me acabo de admitir a mí misma que lo estoy. Me pregunto si la invitación a su casa, es su manera de averiguar si estoy lista también.
Pongo el auto en reversa y mi teléfono suena. Lo recojo y es un texto de Brittany.
No te vayas. Estoy caminando de regreso a tu auto.
Pongo el auto en modo de estacionar otra vez y bajo mi ventana, justo cuando se acerca.
—Oye —dice, inclinándose hacia mi ventana. Pone sus ojos lejos de los míos y mira alrededor del auto con nerviosismo. Odio este aspecto incómoda de ella, me doy cuenta que está a punto de decir algo que podría no querer escuchar.
—Um... —Me mira y el sol está brillando directamente sobre ella, destacando todos los hermosos rasgos de ella. Sus ojos están brillantes y están buscando los míos como si no quisieran buscar otro sitio—. Tú uh... sólo me enviaste un texto que estoy bastante segura de que tenías la intención de enviar a Quinn.
Oh, Dios, no. Inmediatamente agarro el teléfono y compruebo si está diciendo la verdad. Por desgracia, así es. Lanzo el teléfono en el asiento del pasajero y doblo mis brazos sobre el volante, enterrando mi cara en mi codo. —Oh, Dios —gimo.
—Mírame, San —ordena. Le hago caso y espero a que un agujero mágico venga y me succione lejos de todas las situaciones embarazosas en las cuales me pongo. Siento su mano tocar mi mejilla y tira de mi cara en su dirección. Me mira, llena de sinceridad.
—Si es mañana por la noche o el próximo año, te puedo prometer que va a ser la mejor noche de mi maldita vida. Sólo asegúrate de que estás tomando esa decisión por ti misma y no por nadie más, ¿de acuerdo? Siempre te querré, pero no voy a dejarme tenerte hasta que estés cien por ciento segura de que me quieres de igual manera. Y no digas nada ahora mismo. Estoy dando la vuelta y caminaré de regreso a mi auto y podemos fingir que esta conversación nunca ocurrió. De lo contrario, nunca podrás dejar de sonrojarte. —Se apoya en la ventana y me da un beso rápido—. Eres linda como el infierno, ¿lo sabías? Pero realmente necesitas encontrar la manera de trabajar en tu teléfono. —Me guiña el ojo y se va. Apoyo la cabeza contra el reposacabezas y en silencio maldigo.
Odio la tecnología.
*****
Paso el resto de la noche haciendo mi mejor esfuerzo para empujar el texto embarazoso de mi cabeza. Ayudo con las cosas que Maribel tiene que empacar para su próximo mercado de pulgas, entonces finalmente entro en la cama con mi e-reader. Tan pronto como se enciende, las luces de mi teléfono celular se encienden en la mesa de noche.
Estoy caminando a tu casa ahora mismo. Sé que es tarde y tu mamá está en casa, pero no puedo esperar hasta mañana por la noche para besarte otra vez. Asegúrate de que la ventana está abierta.
Después de leer el texto salto de la cama y cierro la puerta de mi dormitorio, agradecida de que Maribel terminó temprano de empacar hace dos horas. De inmediato voy al baño y me cepillo los dientes y el cabello, y luego apago las luces y me arrastro de vuelta a la cama. Es más de medianoche y ella nunca se coló mientras Maribel estaba en casa antes. Estoy nerviosa, pero es un nerviosismo excitante. El hecho de que no me siento culpable en lo más mínimo de que ella está en camino es la prueba de que voy a ir al infierno. Soy la peor hija que existe.
Varios minutos más tarde, mi ventana se desliza hacia arriba y la oigo haciendo su camino dentro. Estoy tan emocionada de verla que corro a su encuentro en la ventana y envuelvo mis brazos alrededor de su cuello, luego salto y hago que me sostenga mientras la beso. Sus manos tienen un firme control sobre mi culo y camina hacia la cama, dejándome abajo suavemente.
—Bueno, hola a ti también —dice, sonriendo ampliamente. Se tambalea un poco, luego cae encima de mí y lleva sus labios a los míos de nuevo. Está tratando de quitarse sus zapatos, pero no lo logra, y luego se echa a reír.
— ¿Estás borracha? —pregunto.
Presiona sus dedos en mis labios y trata de dejar de reír, pero no puede. —No. Sí.
— ¿Cuánto has bebido?
Mueve la cabeza en mi cuello y dirige su boca ligeramente a lo largo de mi clavícula, enviando una oleada de calor a través de mí. —Bebí lo suficiente como para querer hacerte cosas malas, pero no lo suficiente para hacerlas mientras estoy borracha —dice—. Pero lo suficientemente borracha como para recordarlas todavía mañana si realmente las hiciera.
Me río, completamente confundida por su respuesta, sin embargo, completamente abierta a ella al mismo tiempo. — ¿Es por eso que entraste aquí? ¿Debido a que has estado bebiendo?
Niega con la cabeza. —Entré aquí porque quería un beso de buenas noches y gracias a Dios que no pude encontrar mis llaves. Pero te quiero tanto, nena. Te eché de menos esta noche tan mal. —Me besa y su boca sabe cómo a limonada.
— ¿Por qué sabes a limonada?
Se ríe. —Todo lo que teníamos eran estas bebidas con sabor a fruta frutadas. Estoy borracha tomando bebidas con sabor a fruta frutada. Es realmente triste y poco atractivo, lo sé.
—Bueno, sabes realmente bien —le digo, tirando de su boca hacia la mía. Gime y se aprieta contra mí, metiendo su lengua en mi boca aún más. Tan pronto como nuestros cuerpos se conectan en la cama, se retira y se pone de pie, y me deja sin aliento y sola en el colchón.
—Es hora de irme —dice—. He visto ese movimiento en algún lugar y estoy demasiado borracha para ir ahora mismo en eso. Nos vemos mañana por la noche.
Salto y corro y bloqueo la ventana antes de que pueda salir. Se detiene frente a mí y cruza sus brazos sobre el pecho. —Quédate —le digo—. Por favor. Sólo quédate en la cama conmigo. Podemos colocar almohadas entre nosotras y te prometo que no te seduciré ya que estás borracha. Quédate una hora, no quiero que te vayas todavía.
De inmediato se da la vuelta y regresa a la cama. —Está bien —dice simplemente. Se arroja sobre la cama y tira las sabanas de debajo de ella.
Eso fue fácil.
Camino de vuelta a la cama y me acuesto a su lado. Ninguna de las dos coloca una almohada entre nosotras. En su lugar, tiro mi brazo sobre su pecho y entrelazo mis piernas con las suyas.
—Buenas noches —dice, cepillando mi cabello hacia atrás. Me besa la frente y cierra los ojos. Meto mi cabeza en su pecho y escucho el ritmo de su corazón. Después de varios minutos, la respiración y la frecuencia cardíaca están reguladas mientras está profundamente dormida. Ya no puedo sentir mi brazo, así que me levanto suavemente de ella y silenciosamente doy una vuelta. Tan pronto como se encuentra con mi almohada, desliza su brazo por encima de mi cintura y sus piernas sobre las mías. —Te amo, Hope —murmura.
Um...
Respira, Santana.
Sólo respira.
No es tan difícil.
Toma una respiración.
Aprieto mis ojos cerrados y trato de decirme a mí misma que no sólo escuché lo que me pareció oír. Sin embargo, lo dijo bien claro como el día. Y honestamente no sé lo que me rompe más el corazón, el hecho de que me llamó por el nombre de otra persona, o el hecho de que en realidad dijo amar en vez de querer.
Intento hacerme callar dándome una vuelta y golpeándola en su maldita cara. Ha estado bebiendo y estaba medio dormida cuando lo dijo. No puedo asumir que realmente significa algo para ella cuando podría haber sido sólo un sueño. Pero... ¿quién demonios es Hope? ¿Y por qué la ama?
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Hola chic@s!!! Nuevo capítulo y solo tengo que decirles que se acerca EL DRAMA y LA VERDAD. Espero que les guste mucho esta adaptación.
Pensé en dejar la adaptación porque como que ya no tengo mucho tiempo y estoy un poco estresada... pero lo analicé mejor y seguiré! esta historia me desestresa, así que no me odien... mucho aajajajajaja. Me gustaría que comenten y me digan lo que piensan de este fic.
Besos. xoxo
.
marycielo12* - Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 03/02/2015
Edad : 29
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
bueno gracias por continuarla, hasta pronto!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
Aaay no:cc drama!! $$$$: ya pusiste nerviosa skshkd me encanta el fic, siguelo!
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
Edad : 26
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
Siento que Hope es San, osea su verdadero nombre antes que sea adoptada, pero como San no lo recuerda ella piensa que es otra persona. Eso quiere decir que se conocian de antes, estoy segura que esos sueños que tiene San son de su niñes junto a las hermanas Piere
El tatuaje de Britt sera por San??? Por eso se comporto asi cuando la vio la primera vez y la pulsera, es muy raro todo
El tatuaje de Britt sera por San??? Por eso se comporto asi cuando la vio la primera vez y la pulsera, es muy raro todo
Sanny25- ---
- Mensajes : 580
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Edad : 27
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
holap,..
me gusta que sigas con la historia,...!!!
mmm hope????? no necesariamente tendría que ser una persona???
eso esperemos!!!!,... a ver al otro día???
nos vemos!!!
me gusta que sigas con la historia,...!!!
mmm hope????? no necesariamente tendría que ser una persona???
eso esperemos!!!!,... a ver al otro día???
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
[Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 26
CAPITULO 26
Martes, 2 de febrero de 1999, 9:30 p.m.
Estoy sudando porque hace calor bajo estas sábanas, pero no quiero quitármelas. Sé que si la puerta se abre, no importará si tengo algo encima o no, pero de cualquier manera me siento más segura así. Saco mis dedos y levanto el trozo de tela que está frente a mis ojos. Miro hacia la perilla como lo hago cada noche.
No gires. No gires. Por favor, no gires.
Odio que mi habitación sea siempre tan silenciosa. A veces escucho cosas que me hacen pensar que podría ser la perilla girándose y eso hace que mi corazón lata muy fuerte y muy rápido. Justo ahora, el sólo mirarla fijamente, hace que mi corazón se desenfrene, pero no puedo dejar de hacerlo. No quiero que gire. No quiero que la puerta se abra, no quiero.
Todo está muy tranquilo.
Demasiado tranquilo.
La perilla no se mueve.
Mi corazón deja de latir tan rápido, porque la perilla nunca gira.
Mis ojos se ponen muy pesados y finalmente los cierro.
Me alegro tanto de que esta noche no sea una de esas en las que la perilla se mueve.
Está muy tranquilo.
Demasiado tranquilo.
Y luego ya no, porque la perilla gira.
No gires. No gires. Por favor, no gires.
Odio que mi habitación sea siempre tan silenciosa. A veces escucho cosas que me hacen pensar que podría ser la perilla girándose y eso hace que mi corazón lata muy fuerte y muy rápido. Justo ahora, el sólo mirarla fijamente, hace que mi corazón se desenfrene, pero no puedo dejar de hacerlo. No quiero que gire. No quiero que la puerta se abra, no quiero.
Todo está muy tranquilo.
Demasiado tranquilo.
La perilla no se mueve.
Mi corazón deja de latir tan rápido, porque la perilla nunca gira.
Mis ojos se ponen muy pesados y finalmente los cierro.
Me alegro tanto de que esta noche no sea una de esas en las que la perilla se mueve.
Está muy tranquilo.
Demasiado tranquilo.
Y luego ya no, porque la perilla gira.
marycielo12* - Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 03/02/2015
Edad : 29
[Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 27
CAPITULO 27
Sábado, 27 de octubre del 2012
En algún momento a la mitad de la noche.
Santana.
Estoy tan pesada. Todo es tan pesado. No me gusta este sentimiento. No hay nada físico en mi pecho, pero siento una presión diferente a todo lo que he sentido. Y tristeza. Una inmensa tristeza consumiéndome, y no tengo idea por qué. Mis hombros se están sacudiendo y hay sollozos viniendo de alguna parte en la habitación. ¿Quién está llorando?
¿Yo estoy llorando?
—Santana, despierta.
Siento su brazo a mí alrededor. Su mejilla presionada contra la mía y ella detrás de mí, sosteniéndome con fuerza contra su pecho. Tomo su muñeca y levanto su brazo de mí alrededor. Me incorporo en la cama y miro. Está oscuro afuera. No lo entiendo. Estoy llorando.
Se sienta a mi lado y me gira hacia ella, rozando mis ojos con sus pulgares.
—Me estás asustando, nena. —Me mira y está preocupada. Cierro fuertemente mis ojos y trato de recuperar el control, porque no tengo idea de qué demonios está pasando y no puedo respirar. Puedo oírme llorando y no puedo inhalar por ello.
Observo el reloj en la mesita de noche y éste dice las tres. Las cosas están comenzando a volverse a enfocar ahora, pero... ¿por qué estoy llorando?
— ¿Por qué estás llorando, nena? —pregunta Brittany. Me empuja hacia ella y se lo permito. Se siente seguro. Se siente como en casa cuando estoy envuelta en ella. Me abraza y frota mi espalda, besando un lado de mi cabeza de vez en cuando. Sigue diciendo: “No te preocupes” una y otra vez y me sostiene por lo que se siente como una eternidad.
El peso gradualmente se aleja de mi pecho, la tristeza se disipa y eventualmente dejo de llorar.
Sin embargo, estoy asustada, porque nada como esto me había pasado antes. Nunca en mi vida sentí tristeza tan insoportable, así que, ¿cómo puede sentirse tan real de un sueño?
— ¿Estás bien? —susurra. Asiento contra su pecho—. ¿Qué pasó?
Sacudo mi cabeza. —No lo sé. Supongo que fue un mal sueño.
— ¿Quieres hablar de ello? —Suaviza mi cabello con sus manos.
Niego. —No. No quiero recordarlo.
Me abraza por un largo tiempo, luego me besa en la frente. —No quiero dejarte, pero tengo que irme. No quiero que te metas en problemas.
Asiento, pero no suelto mi agarre. Quiero rogarle que no me deje sola, pero no quiero sonar desesperada y aterrorizada. La gente tiene pesadillas todo el tiempo, no entiendo por qué estoy respondiendo así.
—Vuelve a dormir, Santana. Todo está bien, sólo tuviste un mal sueño.
Me recuesto sobre la cama y cierro mis ojos. Siento sus labios rozarse contra mi frente, y luego se ha ido.
Estoy tan pesada. Todo es tan pesado. No me gusta este sentimiento. No hay nada físico en mi pecho, pero siento una presión diferente a todo lo que he sentido. Y tristeza. Una inmensa tristeza consumiéndome, y no tengo idea por qué. Mis hombros se están sacudiendo y hay sollozos viniendo de alguna parte en la habitación. ¿Quién está llorando?
¿Yo estoy llorando?
—Santana, despierta.
Siento su brazo a mí alrededor. Su mejilla presionada contra la mía y ella detrás de mí, sosteniéndome con fuerza contra su pecho. Tomo su muñeca y levanto su brazo de mí alrededor. Me incorporo en la cama y miro. Está oscuro afuera. No lo entiendo. Estoy llorando.
Se sienta a mi lado y me gira hacia ella, rozando mis ojos con sus pulgares.
—Me estás asustando, nena. —Me mira y está preocupada. Cierro fuertemente mis ojos y trato de recuperar el control, porque no tengo idea de qué demonios está pasando y no puedo respirar. Puedo oírme llorando y no puedo inhalar por ello.
Observo el reloj en la mesita de noche y éste dice las tres. Las cosas están comenzando a volverse a enfocar ahora, pero... ¿por qué estoy llorando?
— ¿Por qué estás llorando, nena? —pregunta Brittany. Me empuja hacia ella y se lo permito. Se siente seguro. Se siente como en casa cuando estoy envuelta en ella. Me abraza y frota mi espalda, besando un lado de mi cabeza de vez en cuando. Sigue diciendo: “No te preocupes” una y otra vez y me sostiene por lo que se siente como una eternidad.
El peso gradualmente se aleja de mi pecho, la tristeza se disipa y eventualmente dejo de llorar.
Sin embargo, estoy asustada, porque nada como esto me había pasado antes. Nunca en mi vida sentí tristeza tan insoportable, así que, ¿cómo puede sentirse tan real de un sueño?
— ¿Estás bien? —susurra. Asiento contra su pecho—. ¿Qué pasó?
Sacudo mi cabeza. —No lo sé. Supongo que fue un mal sueño.
— ¿Quieres hablar de ello? —Suaviza mi cabello con sus manos.
Niego. —No. No quiero recordarlo.
Me abraza por un largo tiempo, luego me besa en la frente. —No quiero dejarte, pero tengo que irme. No quiero que te metas en problemas.
Asiento, pero no suelto mi agarre. Quiero rogarle que no me deje sola, pero no quiero sonar desesperada y aterrorizada. La gente tiene pesadillas todo el tiempo, no entiendo por qué estoy respondiendo así.
—Vuelve a dormir, Santana. Todo está bien, sólo tuviste un mal sueño.
Me recuesto sobre la cama y cierro mis ojos. Siento sus labios rozarse contra mi frente, y luego se ha ido.
marycielo12* - Mensajes : 35
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Edad : 29
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
creo que los sueños de santana ocultan algo aterrador!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
que oculta Santana?:c que le paso?:c
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
Edad : 26
Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
Quele habra pasado a San cuando era chica, que tiene bloqueado sus sueños y solo recuerdo por sueños o mejor dicho pesadillas, quien sera esa que nombro Britt?? Para mi es el verdadero nombre de San, osea antes de ser adoptada
Sanny25- ---
- Mensajes : 580
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Edad : 27
[Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 28
CAPÍTULO 28
Sábado, 27 de octubre del 2012, 8:20 p.m.
Le doy un abrazo a Kurt y Blaine en el estacionamiento de la galería. La exhibición terminó y Brittany y yo vamos a volver a su casa. Sé que debería estar nerviosa por lo que podría suceder entre nosotras esta noche. Pero no estoy nerviosa en absoluto. Todo con ella se siente bien. Bueno, todo excepto la frase que se mantiene repitiéndose en mi cabeza una y otra vez.
Te amo, Hope.
Quería preguntarle sobre eso, pero no podía encontrar el momento correcto. La exhibición no era ciertamente el lugar donde hacerlo. Ahora parecía un buen momento, pero cada vez que abría mi boca para hacerlo, la cerraba de nuevo. Creo que estoy más asustada sobre quién es ella y qué significa para Brittany que trabajar el valor suficiente para tocar el tema. Mientras más tiempo posponga preguntarle sobre eso, más tiempo tengo antes de verme forzada a conocer la verdad.
— ¿Quieres comer algo? —pregunta, saliendo del estacionamiento.
—Sí —le digo rápidamente, aliviada de que interrumpiera mis pensamientos—, una hamburguesa con queso suena bien. Y patatas fritas. Y quiero un batido de chocolate.
Ríe y toma mi mano entre las suyas. — ¿Somos un poquito demandantes, princesa?
Suelto su mano y me vuelvo hacia ella. —No me llames así —suelto.
Me mira y puede ver más que enojo en mi cara, incluso en la oscuridad.
—Oye —dice con dulzura, tomando mi mano de nuevo—. No pienso que seas demandante, San. Era una broma.
Sacudo la cabeza. —No demandante. No me llames princesa. Odio esa palabra.
Me da una mirada de soslayo, luego mueve su mirada de nuevo a la carretera. —Está bien.
Vuelvo mi mirada a la ventana, tratando de pasar la voz de mi cabeza. No sé por qué odio tanto los apodos, pero lo hago. Y sé que estoy exagerando justo ahora, pero no puede llamarme así de nuevo. Tampoco debería llamarme con el nombre de ninguna de sus ex novias. Sólo debe apegarse a Santana… es mucho más seguro.
Nos dirigimos en completo silencio y me empiezo a sentir cada vez más arrepentida por reaccionar como lo hice. En todo caso, debería estar más molesta por el factor de que me llamó por el nombre de otra chica que por referirse a mí como princesa. Es casi como si estuviera desplazando mi ira, porque tengo miedo de que parezca que realmente me molesta. Honestamente, sólo quiero tener una noche libre de drama con ella. Ya habrá tiempo de sobra para preguntarle sobre Hope otro día.
—Lo siento, Britt.
Aprieta mi mano y tira de ella sobre su regazo, pero no dice nada más.
Cuando arribamos en su camino de entrada, salgo del coche. Nunca paramos por comida, pero no me siento como para sacar el tema ahora. Me recibe en la puerta de pasajero y envuelve sus brazos a mí alrededor y la abrazo de vuelta. Me acompaña hasta que mi espalda está contra el auto y presiono su cara en mi hombro, respirando su esencia. La incomodidad del viaje todavía perdura, así que trato de relajarme para dejarle saber que no estoy pensando en eso. Ella acaricia suavemente sus dedos hacia arriba y abajo por mis brazos, cubriéndome de escalofríos.
— ¿Puedo preguntarte algo? —dice.
—Siempre.
Suspira, luego se aleja y me mira. — ¿Te asusté el lunes? ¿En mi coche? Si lo hice, lo siento. No sé qué me pasó. No soy una llorona, lo juro. No había llorado desde que Les murió, y estoy segura como el infierno que no tenía la intención de hacerlo delante de ti.
Inclino mi cabeza sobre su pecho de nuevo y la abrazo con más fuerza. —Sabes, anoche cuando me desperté después de ese sueño.
—Sí.
—Esa fue la segunda vez que lloré desde que tenía cinco. La única otra vez que lloré fue cuando me contaste lo que pasó con tu hermana. Lloré cuando estaba en el baño. Era una sola lágrima, pero cuenta. Pienso que cuando estamos juntas, tal vez nuestras emociones se vuelven un poco abrumadoras y nos convierte en dos lloronas.
Se ríe y me besa en la parte superior de la cabeza. —Tengo la sensación de que no te estaré queriendo por mucho más tiempo. —Me da otro rápido beso en la cabeza, luego toma mi mano—. ¿Lista para el gran tour?
La sigo en dirección a su casa, pero continúo atascada en el factor de que acaba de decirme que está a punto de dejar de quererme. Si deja de quererme, eso significa que me ama. Acaba de confesar que está enamorada de mí sin decirlo. Lo más sorprendente de su confesión es que realmente me gustó mucho.
Camina dentro y la casa no es nada de lo que esperaba. No se ve como una gran casa desde afuera, pero hay un hall de entrada. Las casas normales no tienen halls de entrada. Hay un arco a la derecha que conduce a una sala de estar. Las paredes están cubiertas con nada más que libros, y siento que acabo de morir y estoy en el cielo.
—Vaya —digo, mirando los estantes de la sala de estar. Los libros se apilan en las estanterías del suelo al techo en cada una de las paredes.
—Sí —dice—. Mi mamá estaba muy enojada cuando se inventó el e-Reader.
Me río. —Creo que realmente me gusta tu madre. ¿Cuándo la conoceré?
Niega con la cabeza. —No le muestro chicas a mi madre. —Su voz es como si quisiera quitar sus palabras, y tan pronto como lo dice, su expresión cae y sabe que acaba de herir mis sentimientos. Camina rápidamente hacia mí y toma mi cara entre sus manos—. No, no. No es lo que tú piensas. No estoy diciendo que eres como las otras chicas con las que he salido. No era mi intención que se vea de esa manera.
Escucho lo que dice, pero hemos estado saliendo todo el tiempo que estamos y, ¿sigue sin estar convencida de que esto es lo suficientemente real como para que conociera a su madre? Me pregunto si alguna vez voy a ser lo suficientemente real como para conocerla.
— ¿Hope llegó a conocerla? —Sé que no debería haberlo dicho, pero no podía mantenerlo por más tiempo. Especialmente ahora, escuchándola decir “otras chicas”. No estoy delirando; sé que salió con otras personas antes de conocerme. Simplemente no me gusta escucharla decirlo. Mucho menos si me llama por sus nombres.
— ¿Qué? —pregunta, dejando caer sus manos. Se está alejando de mí—. ¿Por qué dices eso? —El color se drena de su rostro e inmediatamente me arrepiento de haberlo dicho.
—No importa. No es nada. No tengo que conocer a tu mamá. —Sólo quiero que lo que sea esto pase. Sé que no me apetecía hablar de esto esta noche. Quería volver al tour de su casa y olvidar que esta conversación sucedió alguna vez.
Toma mis manos y dice de nuevo—: ¿Por qué dijiste eso, San? ¿Por qué dijiste ese nombre?
Niego con la cabeza. —No es gran cosa. Estabas borracha.
Entorna sus ojos hacia mí y es claro que no escaparé de esta conversación. Suspiro y cedo a regañadientes, aclarando mi garganta antes de hablar.
—Anoche, cuando te estabas quedando dormida… dijiste que me amabas. Pero me llamaste Hope, por lo que no estabas realmente hablándome a mí. Habías estado bebiendo y estabas medio dormida, así que no necesito una explicación. Ni siquiera sé si quiero saber por qué lo dijiste.
Lleva sus manos a su cabeza y gruñe. —San. —Da un paso hacia adelante, tomándome en sus brazos—. Lo siento tanto. Debe haber sido un sueño estúpido. Ni siquiera conozco a nadie llamado Hope y nunca he tenido una ex novia con ese nombre si eso es lo que estás pensando. Siento mucho lo que pasó. Nunca debí haber ido a tu casa borracha. — Me mira y por mucho que mi instinto dice que está mintiendo, sus ojos parecen completamente sinceros—. Tienes que creerme. Me mataría el que pienses por un segundo que siento algo por alguien más. Nunca he sentido esto por nadie más.
Cada palabra que salía de su boca goteaba con sinceridad y honestidad. Considerando que no podía incluso recordar por qué me desperté llorando, es posible que mientras dormía su sueño había sido realmente uno al azar. Y escuchando todo lo que acaba de decir, me pone en la perspectiva sobre cuán serias las cosas se están convirtiendo entre nosotras.
Levanto la vista hacia ella, tratando de preparar algún tipo de respuesta a todo lo que acaba de decir. Separé mis labios y esperé que las palabras vinieran, pero no lo hicieron. De repente necesito más tiempo para procesar mis pensamientos.
Ella está ahuecando mis mejillas, esperando que rompiera el silencio entre nosotras. La proximidad de su boca a la mía resiste su paciencia.
—Necesito besarte —dice en tono de disculpa, tirando de mi cara a la suya. Seguíamos de pie en el vestíbulo, pero de alguna manera me levanta sin esfuerzo y me deja en las escaleras que conducen a las habitaciones de arriba. Me inclino hacia atrás y vuelve sus labios a los míos, sus manos agarrando los escalones de madera a cada lado de mi cabeza.
Debido a nuestra posición, es forzada a bajar una rodilla entre mis muslos. No es gran cosa a menos que tome en cuenta el vestido que llevo puesto. Sería tan fácil para ella tomarme justo aquí, en la escalera, pero espero que lleguemos al menos a su habitación antes de que lo intente. Me pregunto si está esperando algo, especialmente después del texto que accidentalmente le envié. Es una chica con hormonas, por supuesto que espera algo. Me pregunto si sabe que soy virgen. ¿Debo decirle? Debería. Probablemente va a ser capaz de decirlo.
—Soy virgen —dejo escapar contra su boca. Inmediatamente me pregunto por qué demonios estoy hablando en voz alta en estos momentos, no debería ser capaz de hablar de nuevo. Alguien debería privarme de mi voz, porque obviamente no tengo filtro cuando mi guardia sexual está baja.
Inmediatamente paró de besarme. Lentamente vuelve su rostro al mío y me mira a los ojos. —San —dice directamente—, te estoy besando porque a veces no puedo besarte. Sabes lo que tu boca me hace. No estoy esperando nada más, ¿está bien? Siempre y cuando pueda besarte, lo demás puede esperar. —Mete mi pelo detrás de mis orejas y me mira genuinamente.
—Sólo pensé que deberías saberlo. Probablemente debería haber elegido un mejor momento para declararte este factor, pero a veces sólo digo las cosas sin pensar. Es un rasgo muy malo y que odio porque lo hago en los momentos más inoportunos y embarazosos. Justo como ahora mismo.
Ríe y sacude su cabeza. —No, no dejes de hacer eso. Amo cuando dejas escapar las cosas sin pensar. Y me encanta cuando hablas abiertamente, nerviosa, y dices cosas ridículas. Es un poco caliente.
Me sonrojo. Ser llamada caliente es realmente… caliente.
—¿Sabes lo que es caliente? —dice, inclinándose de nuevo a mí.
La alegría en su expresión me empuja fuera de mi vergüenza. — ¿Qué?
Sonríe. —Tratar de mantener nuestras manos fuera de la otra mientras vemos una película.
Se levanta y tira de mí a mis pies, luego me conduce escaleras arriba a su habitación.
Abre la puerta y camina dentro primero, luego se da vuelta y me dice que cierre los ojos. En su lugar, los hago rodar. —No me gustan las sorpresas —le digo.
—Quizá no te gusten los regalos y ciertos términos comunes de cariño. Estoy aprendiendo. Pero esto es algo genial que quiero mostrarte, no es nada que compré. Así que trata con ello y cierra los ojos.
Hago lo que me dice y me tira hacia adelante a la habitación. Ya me encanta este lugar porque huele justo como ella. Camina conmigo unos pocos pasos, luego mueve sus manos a mis hombros. —Siéntate —dice, empujándome hacia abajo. Me siento en lo que parece una cama, luego, de repente, estoy de espaldas y ella está levantando mis pies—. Mantén tus ojos cerrados.
La siento tirando mis pies sobre la cama y apoyándome contra una almohada. Sus manos agarran el dobladillo de mi vestido y lo tira hacia abajo, asegurándose de que quede en su lugar. —Tengo que mantenerte cubierta. No puede estar parpadeándome tu muslo cuando estas de espaldas así.
Me río, pero mantengo mis ojos cerrados. De repente se arrastra sobre mí, cuidando de no clavarme su rodilla. Puedo sentirla colocándose a mi lado en su almohada. —Está bien.
Abre los ojos y prepárate para ser impresionada.
Tengo miedo. Poco a poco abro los ojos. No me atrevo a adivinar lo que estoy viendo, porque creo que es casi una TV. Pero las TV no suelen tener ochenta centímetros de espacio de la pared. Esa cosa es descomunal. Señala un mando a distancia hacia ésta y la pantalla se ilumina.
—Guau —le digo, impresionada—, es enorme.
La codeo en el costado y se ríe. Señala con el control remoto a la tele. — ¿Cuál es tu película favorita de siempre? Tengo Netflix.
Inclino mi cabeza en su dirección. — ¿Net qué?
Se ríe y niega con la cabeza en desacuerdo. —Sigo olvidando que eres un reto tecnológico. Es similar a un e-reader, sólo que con películas y programas de televisión. Puedes ver casi cualquier cosa con sólo presionar un botón.
— ¿Hay comerciales?
—Nop —dice orgullosa—. Así que, ¿qué va a ser?
— ¿Tienes Un loco anda suelto? Me encanta esa película.
Sus brazos caen a su pecho y hace clic al botón de encendido apagando la televisión. Está en silencio durante varios segundos, y luego suspira con fuerza. Se inclina hacia abajo y pone el control remoto en su mesita de noche, luego se da la vuelta y se enfrenta a mí. —No quiero ver más TV.
¿Está poniendo mala cara? ¿Qué demonios dije?
—Está bien. No tenemos que ver Un loco anda suelto. Elije otra cosa, tú gran bebé. —Me río.
No responde por un instante mientras continúa mirándome inexpresiva. Levanta la mano y la mueve a través de mi estómago y alrededor de mi cintura, luego me agarra con fuerza y me tira contra ella. — Sabes —dice, entrecerrando los ojos mientras meticulosamente rastrilla por mi cuerpo. Traza el patrón de mi vestido con un dedo, acariciando mi estómago delicadamente—. Puedo manejar lo que el vestido me hace. — Levanta los ojos de mi estómago, y vuelve a mi boca—. Incluso puedo manejar tener que mirar constantemente tus labios, aun cuando no llego a besarlos. Puedo manejar el sonido de tu risa y las ganas que eso me da de tapar tu boca con la mía y beber todo dentro.
Su boca se acerca a la mía, y la manera en que su voz se dejó caer en una especie de lírica, como una diosa octava hace que mi corazón golpee en mi pecho.
Baja sus labios a mi mejilla y la besa ligeramente, su cálido aliento chocando con mi piel cuando habla. —Incluso puedo manejar las millones de veces que he reproducido nuestro primer beso una y otra vez en mi cabeza el mes pasado. La forma en que te sentía. La forma en que sonaste. La forma en que me miraste justo cuando mis labios conocieron los tuyos.
Rueda sobre mí y lleva mis brazos sobre mi cabeza, juntándolos en sus manos. Estoy colgando de cada palabra que dice, no queriendo perderme ni un sólo segundo de lo que sea que está haciendo en este momento. Coloca sus piernas a ambos lados, sosteniendo su peso con sus rodillas. —Pero, ¿qué no puedo manejar, Santana? ¿Qué me vuelve loca y me hace querer poner mis manos y mi boca sobre cada pulgada de ti? El hecho de que hayas dicho que Un loco anda suelto es tu película favorita. ¿Ahora qué? —Deja caer su boca sobre la mía hasta que nuestros labios se tocan—. Eso es increíble y jodidamente caliente y estoy bastante segura de que tenemos que hacerlo ahora.
Su alegría me hace reír y le susurro seductoramente contra sus labios—: Él odia esas latas.
Gruñe y me besa, luego se aleja. —Hazlo de nuevo. Por favor. Escucharte hablar en frases de películas es mucho más caliente que besarte.
Me río y le doy otra cita. — ¡Aléjate de las latas!
Gruñe en broma en mi oído. —Esa es mi chica. Una más. Di una más.
—Eso es todo lo que necesito —le digo en broma—, el cenicero, este luego de paddle, y el control remoto, y la lámpara… es todo lo que necesito. No necesito otra cosa, ni una.
Se está riendo en voz alta ahora. Tanto tiempo como Quinn y yo cuando estuvimos mirando esa película, ella se sorprendería de saber que había muchos más de donde vinieron esas.
— ¿Eso es todo lo que necesitas? —titubea bromeando—. ¿Estás segura de eso, San? —Su voz suena suave y seductora y si estuviera de pie ahora mismo, mi ropa interior estaría sin ninguna duda en el suelo.
Sacudo mi cabeza y mi sonrisa desaparece. —Tú —susurro—. Necesito la lámpara, el cenicero, el juego de paddle y el control remoto… y a ti. Eso es todo lo que necesito.
Se ríe, pero su risa desaparece automáticamente una vez que sus ojos caen en mi boca de nuevo. La examina, más de que lo que probablemente estaba a punto de hacer con ella en la próxima hora. — Necesito besarte ahora mismo. —Su boca choca con la mía y, por ese momento, ella es realmente todo lo que necesito.
Se apoya sobre sus manos y rodillas, besándome con fuerza, pero necesitaba que se cayera sobre mí. Mis manos seguían bloqueadas por encima de mi cabeza y mi boca era inútil para formar palabras cuando ella me estaba burlando como lo hacía. La única cosa que podía hacer era levantar mi pierna y golpear su rodilla debajo de ella, así que es lo que hago.
Al segundo que su cuerpo cae sobre el mío, jadeo. En voz alta. No había tenido en cuenta que cuando levanté mi pierna, también había impulsado al dobladillo de mi vestido. Hacia arriba. Combínalo con la mezclilla de sus jeans y tienes una buena combinación jadeo-merecida.
—Santa mierda, San —dice, entre momentos de aliento completamente arrebatando mi boca con la suya. Está sin aliento y ni siquiera hemos estado en esto más de un minuto—. Dios, te sientes increíble. Gracias por usar este vestido.
Me besa, esporádicamente murmurando en mi boca—: Realmente… —Me besa, luego pasa sus labios por mi barbilla hasta la mitad de mi cuello—. Realmente me gusta. Tu vestido. —Está respirando tan pesadamente ahora, apenas puedo distinguir sus susurros. Se escabulle un poco más abajo en la cama hasta que sus labios están besando la base de mi garganta. Inclino mi cabeza hacia atrás para darle completo acceso, porque sus labios son más que bienvenidos en cualquier parte de mí ahora mismo.
Libera su agarre de mis manos para poder bajar su boca cerca de mi pecho. Una de sus manos baja a mi muslo, y poco a poco va hacia arriba, apartando lo que queda de la vestimenta que cubre mis piernas. Cuando llega a la parte superior de mi muslo, detiene su mano y aprieta con fuerza, como si estuviera pidiéndole silenciosamente a sus dedos no aventurarse más lejos.
Giro mi cuerpo debajo de ella, esperando que obtenga la insinuación de que estoy tratando de dirigir su mano para que se mantenga yendo a donde sea que quiera ir. No quiero que adivine o piense por un segundo que soy reacia a ir más lejos. Quiero que haga lo que sea que quiera hacer, porque la necesito. La necesito para conquistar tantas primeras veces como pueda esta noche, porque me estoy sintiendo codiciosa de pronto y quiero que pasemos todo.
Toma mis señales físicas y pone su mano cerca de la cara interna de mi muslo. La anticipación de ella tocándome por si sola es suficiente para hacer que cada músculo de la cintura para abajo se apriete. Sus labios finalmente han hecho su camino más allá de la base de mi garganta y bajan hasta la subida de mi pecho. Me siento como si su siguiente paso fuera sacarme el vestido completamente para llegar a lo que hay debajo de él, pero eso podría requerir de su otra mano, y realmente me gusta mucho donde está. Me gustaría un poco más si se tratara de unos centímetros más, pero definitivamente no la quiero más lejos.
Llevo mis manos a su cara y la fuerzo a besarme más duro, luego coloco mis manos en su espalda.
Todavía está usando su blusa.
Eso no es bueno.
Llego alrededor de su estómago y tiro de su blusa por encima de su cabeza dejándola en brasier, pero no me doy cuenta cuando lo hago, eso causa que mueva su mano fuera de mi muslo. Puede que haya gimoteado un poco, porque sonríe y besa la comisura de mi boca.
Mantenemos nuestras miradas fijas y suavemente acaricia mi rostro con las yemas de sus dedos, arrastrándolos sobre cada parte de él. Nunca mira hacia otro lado y mantiene sus ojos fijos en los míos, aun cuando baja la cabeza para plantar besos alrededor de los bordes de mis labios. La forma en que me mira me hace sentir... Trato de buscar un adjetivo para dar seguimiento a ese pensamiento, pero no puedo encontrar uno. Ella sólo me hace sentir. Es la única chica a la que alguna vez le importó si sentía o no algo en absoluto, y sólo por eso, la dejé robar otro pequeño pedazo de mi corazón. Pero no se siente como suficiente, porque inesperadamente quiero darle todo.
—Brittany —respiro. Desliza sus manos por mi cintura y se acerca a mí.
—Santana —dice, imitando mi tono. Su boca llega a mis labios y desliza su lengua al interior. Es dulce y cálida, y sé que no ha sido mucho tiempo desde la última vez que lo probé, pero lo he perdido. Tiene las manos a ambos lados de mi cabeza y está siendo cuidadosa de no tocarme con cualquier parte de sus manos o su cuerpo ahora. Sólo su boca.
—Brittany —murmuro, alejándome. Llevo mi mano a su mejilla—. Quiero. Esta noche. Ahora mismo.
Su expresión no cambia. Me mira como si no me oyera. Tal vez no me oyó, porque desde luego no me está tomando en oferta.
—San... —Su voz está llena de dudas—. No tenemos que hacerlo. Quiero que estés absolutamente segura de que es lo que quieres. ¿De acuerdo? —Ahora está acariciando mi mejilla—. No quiero apurarte en nada.
—Ya lo sé. Pero te digo que quiero esto. Nunca he querido a nadie antes, pero lo quiero contigo.
Sus ojos están fijos en los míos y está absorbida en cada palabra que he dicho. Está en negación o conmocionada, ninguno de los cuales están ayudando a mi causa. Aprovecho y coloco mis dos manos en sus mejillas, y luego tiro de sus labios cerca de los míos. —Esta no soy yo diciendo que sí, Brittany. Esta soy yo diciendo por favor.
Con eso, sus labios chocan con los míos y gruñe. Sabiendo que el sonido proviene de lo profundo de su pecho refuerza aún más mi decisión. La necesito y la necesito ahora.
— ¿Realmente estamos haciendo esto? —dice en mi boca, aun besándome frenéticamente.
—Sí. Realmente estamos haciendo esto. Nunca he sido más positiva de algo en mi vida.
Sus manos se deslizan hasta mis muslos, una de ellas lo hace entre mi cadera y mi ropa interior, y luego comienza a deslizarse hacia abajo.
—Sólo necesito que me prometas una cosa primero —le digo.
Me besa suavemente, luego saca su mano de mi ropa interior (maldita sea) y asiente. —Cualquier cosa, nena.
Agarro su mano derecha y la pongo donde estaba, en mi cadera. — Quiero hacerlo, pero sólo si me prometes que vamos a romper el récord de la mejor primera vez en la historia de las primeras veces.
Sonríe. —Cuando se trata de ti y de mí, San... nunca va a ser nada menos.
Mueve su brazo debajo de mi espalda y tira de mí hacia ella. Sus manos se mueven a mis brazos y engancha sus dedos debajo de las delgadas tiras de mi vestido, deslizándolas sobre mis hombros. Cierro los ojos con fuerza y presiono mi mejilla a la suya, los puños de mis manos en su pelo. Pude sentir su aliento satisfacer mi hombro antes de que sus labios lo hicieran. Apenas los besa, pero es como si el toque encendiera cada parte de mí, desde el interior hacia fuera con ese beso.
—Lo estoy quitando. —Mis ojos están aún cerrados y no estoy segura de si me está diciendo o pidiendo permiso para quitar el vestido, pero de todos modos asiento. Levanta el vestido por encima de mi cabeza, mi piel desnuda hormiguea bajo su toque. Suavemente me pone de nuevo contra mi almohada y abro los ojos, mirándola, admirando lo increíblemente hermosa que es en realidad. Después de que me mirara intensamente durante varios segundos, deja caer su mirada hacia la mano que está curvada alrededor de mi cintura.
Lentamente mueve los ojos hacia arriba y abajo de mi cuerpo. — Mierda, Santana. —Pasa la mano por encima de mi estómago, luego se inclina y lo besa suavemente—. Eres increíble.
Nunca antes he estado tan expuesta frente a alguien, pero por la forma en que me admira sólo me dan ganas de ser esta exposición. Desliza su mano hasta mi sujetador y roza el pulgar justo debajo de ella, haciendo a mis labios separarse y a mis ojos cerrarse de nuevo.
Oh, Dios mío, la quiero. Muy, muy mal.
Tomo su cara y la tiro hacia la mía, bloqueando mis piernas alrededor de su cadera. Gruñe y desliza su mano de mi sujetador, la baja hasta mi cintura nuevamente. Desliza mis bragas por mis muslos, forzándome a abrir las piernas y dejar que las quite por completo. Mi sujetador rápidamente le sigue y una vez que toda mi ropa ha sido quitada, empuja sus piernas fuera de la cama y se pone de pie a medio camino, inclinándose sobre mí. Todavía tengo sostenida su cara y todavía estamos besándonos frenéticamente mientras se quita los pantalones y el brasier, luego sube de nuevo en la cama conmigo, poniéndose encima de mí. Estamos piel a piel ahora, por primera vez, tan cerca que el aire no puede pasar entre nosotras, pero todavía se siente como si no estuviéramos lo suficientemente cerca. La dureza y el peso de su cuerpo obliga a mis piernas a separarse más. Me estremezco cuando me doy cuenta de la anticipación en mi estomago, de repente se convierte en miedo.
Y náuseas.
Y miedo.
Mi corazón se acelera y mis respiraciones comienzan a venir en jadeos cortos. Lágrimas pican en mis ojos mientras su mano se mueve a nuestro lado en la cama. Puedo sentirla retroceder y levantarse sobre sus rodillas. Sé que se está acomodando y sé lo que viene a continuación. Sé lo que se siente y sé lo mucho que duele y sé cómo me va hacer llorar cuando se acabe.
Pero, ¿cómo voy a saberlo? ¿Cómo puedo saber si nunca he hecho esto antes?
Mis labios comienzan a temblar cuando se coloca entre mis piernas de nuevo. Trato de pensar en algo para quitar el miedo, así que visualizo el cielo, las estrellas y lo bonito que es todo, tratando de aliviar mi pánico. Si me recuerdo a mí misma que el cielo es hermoso, no importa qué, puedo pensar en eso y olvidar lo feo que es esto. No quiero abrir los ojos, así que cuento en silencio dentro de mi cabeza. Visualizo las estrellas por encima de mi cama y me pongo a contar de forma ascendente, trabajando mi camino.
Uno, dos, tres...
Cuento, cuento y cuento.
Veintidós, veintitrés, veinticuatro...
Aguanto la respiración y me concentro, concentro, concentro en las estrellas.
Cincuenta y siete, cincuenta y ocho, cincuenta y nueve...
Quiero que lo haga ya. Sólo la quiero fuera de mí.
Setenta y uno, setenta y dos, setenta y…
— ¡Diablos San! —grita Brittany. Está tirando mi brazo lejos de mis ojos. No quiero que me haga ver, así que mantengo mi brazo apretado contra mi cara, así todo va a estar oscuro y puedo seguir contando silenciosamente.
De repente, mi espalda se levanta en el aire y no estoy más contra la almohada. Mis brazos son débiles y los de ella se envuelven con fuerza a mi alrededor, pero no me puedo mover. Mis brazos están demasiado débiles y estoy sollozando demasiado duro. Estoy llorando tan fuerte y ella me está moviendo y no sé por qué he abierto los ojos. Voy adelante y atrás, adelante y atrás y por un segundo, me asusto y aprieto los ojos cerrados, pensando que no ha terminado. Pero puedo sentir las sábanas que me rodean, su brazo está apretando mi espalda y está acariciando mi pelo con la mano, susurrando en mi oído.
—Nena, está bien. —Está presionando sus labios en mi pelo, me balanceo hacia atrás y adelante con ella. Abro los ojos y las lágrimas nublan mi visión—. Lo siento, Santana. Lo siento mucho.
Besa el lado de mi cabeza una y otra vez mientras me balancea, diciéndome que lo siente. Se está disculpando por algo. Algo por lo que quiere que la perdone por esta vez.
Retrocede y ve que mis ojos están abiertos. Sus ojos están rojos, pero no veo ninguna lágrima. Sin embargo, está temblando. O tal vez soy yo la que está temblando. Creo que ambas estamos temblando.
Está mirando mis ojos, buscando algo. En busca de mí. Me empiezo a relajar en sus brazos, porque cuando sus brazos se envuelven a mí alrededor, no siento como que estoy cayendo por el borde de la tierra. — ¿Qué pasó? —le pregunto. No entiendo de dónde viene esto.
Niega con la cabeza, con los ojos llenos de dolor, miedo y arrepentimiento. —No lo sé. Sólo comenzaste a contar, a llorar y a temblar y traté de conseguir que te detengas, San. No te detenías. Estabas aterrorizada. ¿Qué he hecho? Dime cariño, porque lo siento mucho. Lo siento tanto. ¿Qué carajo hice?
Sólo moví la cabeza porque no tengo una respuesta.
Hace una mueca y deja caer su frente en la mía. —Lo siento mucho. Nunca debí dejarlo ir tan lejos. No sé qué diablos acaba de suceder, pero todavía no estás lista, ¿de acuerdo?
¿No estoy lista todavía?
—Así que no... ¿No hemos tenido sexo?
Sus manos se aflojaron alrededor de mí y puedo sentir su cambio de comportamiento. La mirada en sus ojos no es más que la pérdida y la derrota. Sus cejas se separan y frunce el ceño, ahuecando mis mejillas. — ¿A dónde vas, San?
Niego con la cabeza, confundida. —Estoy aquí. Escuchando.
—No, me refiero a antes. ¿A dónde vas? No estabas aquí conmigo, porque nada pasó. Podía ver en tu cara que algo no iba bien, así que no lo hice. Pero ahora necesitas pensar largo y duro acerca de dónde estabas dentro de esa cabeza, porque estabas aterrada. Estabas histérica y necesito saber qué fue lo que te llevó allí, así puedo asegurarme de que nunca vuelvas.
Me besa en la frente y libera su agarre alrededor de mi espalda. Se levanta y tira de su pantalón, se coloca el brasier, entonces coge mi vestido. Lo sacude, luego le da la vuelta hasta que se desliza por sus manos, camina hacia mí y me lo pone por encima de la cabeza. Levanta mis brazos y me ayuda a deslizarme dentro del vestido, después lo tira hacia abajo por encima de mi cintura, cubriéndome. —Te traeré un poco de agua. Ya vuelvo. —Me besa tentativamente en los labios, como si tuviera miedo de tocarme otra vez. Después que sale de la habitación, inclino mi cabeza contra la pared y cierro los ojos.
No tengo ni idea de lo que acaba de suceder, pero el miedo de perderla a causa de ello es válido. Acabo de tomar una de las cosas más íntimas imaginables, y lo convertí en un desastre. La hice sentir inútil, como si hubiera hecho algo mal y ahora se siente mal por mí por ello. Probablemente quiere que me vaya, y no la culpo. No la culpo ni un poco. Quiero huir de mí, también.
Lanzo las sábanas y me pongo de pie, luego tiro de mi vestido hacia abajo. Ni siquiera me molesté en buscar mi ropa interior. Necesito encontrar el baño y ordenarme para que me lleve a casa. Esto es la segunda vez este fin de semana que he deducido a llorar y no sé ni por qué, y dos veces que ella ha tenido que salvarme. No lo voy a hacer con ella de nuevo.
Cuando paso por las escaleras en busca de ir al baño, miro hacia abajo, encima de la barandilla en la cocina. Ella está inclinada hacia delante con los codos en la barra y la cara entre las manos. Está allí de pie, mirando triste y molesta. No puedo verla más, así que abro la primera puerta a mi derecha, asumiendo que es el baño.
No lo es.
Es el dormitorio de Lesslie. Empiezo a cerrar la puerta, pero no lo hago. En su lugar, la abro más y me deslizo dentro, luego la cierro detrás de mí. No me importa si estoy en un baño, un dormitorio o un armario... Sólo necesito paz y tranquilidad. Tiempo para reagrupar qué demonios está pasando conmigo. Estoy empezando a pensar que tal vez estoy loca. Nunca he tenido espacios severamente antes y eso me aterra. Mis manos aún están temblando, así que las junto delante de mí y trato de concentrarme en otra cosa para calmarme.
Miro mi entorno y encuentro la habitación un poco inquietante. La cama no está hecha, lo que me parece extraño. La casa entera de Brittany es impecable, pero la cama de Lesslie no está hecha. Hay un par de pantalones en el centro del piso y parece que acaban de salir de ellos.
Miro a mí alrededor y parece la típica habitación de una adolescente. Maquillaje en el tocador, un iPod en la mesita de noche. Parece que todavía vive aquí. Por el aspecto de su cuarto, no parece que ella se haya ido del todo. Es obvio que nadie ha tocado este cuarto desde que murió. Sus fotos aún están colgando de las paredes y pegadas a su espejo. Toda su ropa todavía está en su armario, alguna apilada en el suelo del mismo. Ha pasado más de un año desde que ella dijo que murió, y estoy dispuesta a apostar que nadie en su familia lo ha aceptado todavía.
Se siente espeluznante estar aquí, pero está manteniendo mi mente fuera de lo que está sucediendo ahora mismo. Camino a la cama y miro las fotos que cuelgan en la pared. La mayoría de ellas son de Lesslie y sus amigos, con unas pocas de Brittany junto a ella. Se parece mucho a Brittany, con sus intensos ojos azules cristal y cabello rubio. Lo que más me sorprende es lo feliz que se ve. Se ve tan contenta y llena de vida en cada foto, es difícil imaginar lo que realmente pasaba dentro de su cabeza. No es de extrañar que Brittany no tuviera ni idea de cuán desolada se sentía realmente. Es muy probable que nunca haya dejado que nadie se enterara.
Levanto una foto de su mesa de noche que se volvió boca abajo. Al darle la vuelta y mirarla, jadeo. Es una foto de ella besando la mejilla de Sam y tienen sus brazos uno alrededor del otro. La imagen me aturde y tengo que tomar asiento en la cama para recuperarme. ¿Esta es la razón por la que Brittany lo odia tanto? ¿Esto es por lo que no quería que me tocara? Me pregunto si culpa a Sam por lo que ella hizo.
Estoy sosteniendo la imagen, todavía sentada en la cama, cuando la puerta de la habitación se abre. Brittany se para alrededor de la puerta. — ¿Qué estás haciendo? —No parece enfadada de que esté aquí. Sin embargo, parece incómoda, lo cual probablemente sólo sea una reacción por como la hice sentir antes.
—Estaba buscando el baño —le digo en voz baja—. Lo siento. Sólo necesitaba un segundo.
Se apoya contra la puerta y cruza los brazos sobre el pecho, mientras sus ojos se abren camino por la habitación. Está tomando todo lo mismo que yo. Como si todo fuera nuevo para ella.
— ¿Nadie ha estado aquí? Desde que ella...
—No —dice rápidamente—. ¿Cuál sería el punto de ello? Se ha ido.
Asiento, luego coloco la imagen de Lesslie y Sam de nuevo en la mesita de noche, boca abajo como ella la había dejado. — ¿Estaba saliendo con él?
Da un paso vacilante hacia el dormitorio, y luego se acerca a la cama. Se sienta a mi lado y apoya sus codos en las rodillas, juntando las manos delante de ella. Mira lentamente a su alrededor, sin responder a mi pregunta de inmediato. Me mira, luego envuelve su brazo alrededor de mis hombros, acercándonos. El hecho de que está sentada aquí conmigo en este momento, aun queriendo abrazarme, me da ganas de estallar en lágrimas.
—Él rompió con ella la noche antes de que lo hiciera —dice en voz baja.
Trato de no jadear, pero sus palabras me paralizaron. — ¿Crees que él es la razón por la que ella lo hizo? ¿Es por eso que lo odias tanto?
Niega con la cabeza. —Lo odiaba antes de que rompiera con ella. La puso a través de un montón de mierda, San. Y no, no creo que sea por él que lo hizo. Creo que tal vez fue el factor decisivo en la decisión que había querido hacer desde hace mucho tiempo. Ella tenía problemas antes de que Sam entrara en escena. Así que no, no lo culpo. Nunca lo he hecho. —Se levanta y toma mi mano—. Vamos. No quiero estar aquí nunca más.
Tomo un último vistazo alrededor de la habitación, y me pongo de pie para seguirla. Sin embargo me detengo antes de llegar a la puerta. Se da la vuelta y me mira observar las fotografías en su tocador. Hay un cuadro con la imagen de Brittany y Lesslie cuando eran niñas. Lo recojo y la atraigo más cerca para su inspección. Algo acerca de verla joven me hace sonreír. Ver a ambas de jóvenes... es refrescante. Como si hubiera inocencia sobre ellas antes de los feos golpes de la vida. Están de pie delante de una casa blanca con marco y Brittany tiene su brazo alrededor del cuello de Les y la está apretando. Ella tiene sus brazos alrededor de su cintura y están sonriendo a la cámara.
Mis ojos se mueven de sus caras a la casa detrás de ellas en la foto. Es una casa de marco blanco con ribete amarillo y si fueras a ver el interior de la casa, la sala estaría pintada de dos diferentes tonos de verde.
Inmediatamente cierro los ojos. ¿Cómo lo sé? ¿Cómo puedo saber de qué color es la sala?
Mis manos comienzan a temblar y trato de tomar aliento, pero no puedo. ¿Cómo conozco esa casa? Conocía esa casa como si de alguna manera de repente conociera a las niñas en la foto. ¿Cómo puedo saber que hay un columpio verde y blanco que está situado detrás de la casa? A tres metros del columpio hay un pozo seco que se tiene que quedar cubierto porque el gato de Lesslie cayó abajo una vez.
— ¿Estás bien? —dice Brittany. Trata de quitar la foto de mis manos, pero se la arrebato y levanto la mirada. Sus ojos están preocupados y da un paso hacia mí. Doy un paso atrás.
¿Cómo la conozco?
¿Cómo conozco a Lesslie?
¿Por qué me siento como si la echara de menos? Niego con la cabeza, mirando hacia abajo, a la foto, y de nuevo hacia Brittany y luego a la foto de nuevo. Esta vez, la muñeca de Lesslie me llama la atención. Lleva un brazalete. Una pulsera idéntica a la mía.
Quiero preguntarle sobre ello, pero no puedo. Lo intento, pero no sale nada, así que simplemente sostengo la imagen en su lugar. Ella sacude la cabeza y su cara cae como si su corazón se estuviera rompiendo. —San, no —dice, suplicante.
— ¿Cómo? —Mi voz se quiebra y apenas es audible. Miro de nuevo a la foto en mis manos—. Hay un columpio. Y un pozo Y... tu gato. Se quedó atascado en el pozo. —Dirijo mis ojos hacia ella y los pensamientos siguen saliendo—. Brittany, conozco esa sala. La sala es verde y la cocina tenía un mostrador que era demasiado alto para nosotras y... tu madre. El nombre de tu madre es Whitney. —Hago una pausa y trato de tomar un respiro, porque los recuerdos no se detienen. No dejan de venir y no puedo respirar—. Brittany... ¿El nombre de tu madre es Whitney?
Brittany hace una mueca y pasa las manos por su cabello. —San... — dice. Ni siquiera puede mirarme. Su expresión está desgarrada y confusa y ella... ella ha estado mintiéndome. Está ocultando algo y tiene miedo de decirme.
Me conoce. ¿Cómo diablos me conoce y por qué no me lo había dicho?
De repente me siento mal. Corro delante de ella y abro la puerta a través del pasillo, que resulta ser un cuarto de baño, gracias a Dios. Cierro la puerta tras de mí y tiro la foto enmarcada en el mostrador, luego caigo directamente al suelo.
Las imágenes y los recuerdos empiezan inundando mi mente como si las compuertas se acabaran de levantar. Recuerdos de ella, de Les, de nosotras tres juntas. Los recuerdos de nosotras jugando, yo cenando en su casa, yo y Les inseparables. La amaba. Era tan joven y tan pequeña y no sé ni cómo las conocía, pero las amaba. A ambas. La memoria está unida ahora por el dolor sabiendo que la Lesslie que conocía y amaba como a una niña pequeña se ha ido. De repente me siento triste y deprimida porque se ha ido, pero no por mí. No por Santana. Estoy triste por la niña que solía ser y, de alguna manera, su dolor por la pérdida de Lesslie está emergiendo a través de mí.
¿Cómo no la conocía? ¿Cómo no la recordaba de la primera vez que la vi?
—Santana, abre la puerta. Por favor.
Vuelvo a caer contra la pared. Es demasiado. Los recuerdos y las emociones y el dolor... es demasiado para absorber a la vez.
—Nena, por favor. Tenemos que hablar, y no puedo hacerlo desde aquí. Por favor, abre la puerta.
Ella lo sabía. La primera vez que me vio en el supermercado, lo sabía. Y cuando vio mi brazalete... sabía que lo tenía de Lesslie. Me vio usándolo y lo supo.
Mi dolor y confusión pronto se convierten en ira, me levanto del suelo y camino rápidamente hacia la puerta del baño. La desbloqueo y dudo para abrirla. Brittany tiene las manos a cada lado del marco de la puerta y me está mirando directamente, pero me siento como si no supiera quién es. Ya no sé lo que es real entre nosotras y lo que es falso. No sé qué sentimientos de ella sean de su vida conmigo o de la vida de esa niña que solía ser.
Necesito saber. Necesito saber quién era ella. Quién era yo. Me trago mi miedo y suelto la pregunta que me temo que ya sé la respuesta. — ¿Quién es Hope?
Su expresión dura no cambia, así que le pregunto de nuevo, pero esta vez más fuerte. — ¿Quién diablos es Hope?
Mantiene sus ojos fijos en los míos y sus manos colocadas firmemente en el marco de la puerta, pero no me puede contestar. Por alguna razón no quiere que yo sepa. No quiere que me acuerde quién era.
Tomo una respiración profunda y trato de luchar contra las lágrimas. Tengo mucho miedo de decirlo, porque no quiero saber la respuesta.
— ¿Soy yo? —pregunto, mi voz temblorosa y llena de temor—. Brittany... ¿soy yo Hope?
Deja escapar un poco de aire al mismo tiempo que levanta la vista hacia el techo, casi como si estuviera luchando por no llorar. Cierra los ojos y deja caer su frente en su brazo, a continuación, toma una respiración larga y profunda antes de mirarme de nuevo. —Sí.
El aire a mí alrededor se pone pesado. Demasiado pesado para tomarlo. Me quedo quieta, justo delante de ella, incapaz de moverme. Todo crece tranquilo, a excepción de lo que hay dentro de mi cabeza. Hay tantos pensamientos, preguntas, recuerdos y todos están tratando de salir y no sé si tengo que llorar, gritar, dormir o correr.
Necesito salir a la calle. Me siento como si Brittany, el baño y la maldita casa se cerraran hacia mí y tengo que salir de esta habitación para que todo salga fuera de mi cabeza. Sólo quiero que todo salga.
Me empujo más allá de ella y trata de agarrar mi brazo, pero me tiro fuera de su alcance.
—San, espera —grita después de mí. Sigo corriendo hasta llegar a la escalera y las bajo lo más rápido que puedo, tomando dos a la vez. Puedo oírla siguiéndome, así que acelero y mis pies abarcan más allá de mi intención. Pierdo mi agarre de la barandilla y caigo hacia adelante, aterrizando en el suelo en la base de la escalera.
— ¡Santana! —grita. Trato de levantarme pero ella está de rodillas, con los brazos a mí alrededor antes de que tenga la oportunidad. Empujo contra ella, deseando que me suelte, así podría sólo salir a la calle. Pero no se mueve.
—Afuera —le digo, sin aliento y débil—. Sólo necesito salir. Por favor, Brittany.
Puedo sentirla luchar desde su interior, no quería soltarme. De mala gana, me aleja de su pecho y me mira, buscando mis ojos. —No corras, Santana. Ve afuera, pero por favor no te vayas. Tenemos que hablar.
Asiento y me libera, entonces me ayuda a ponerme de pie. Cuando salgo por la puerta principal al césped, junto mis manos detrás de mi cabeza e inhalo una bocanada enorme y fría de aire. Inclino mi cabeza hacia atrás y miro las estrellas, deseando más que nada estar allí arriba y no aquí abajo. No quiero que los recuerdos sigan viniendo, porque con cada recuerdo confuso viene una pregunta aún más confusa. No entiendo cómo la conozco. No entiendo por qué me lo ocultó. No entiendo cómo mi nombre podría haber sido Hope, cuando todo lo que recuerdo es que siempre he sido llamada Santana. No entiendo por qué Maribel me decía que Santana era mi nombre de nacimiento, si no lo es. Todo lo que creí entender después de todos estos años se está desmoronando, revelando cosas que no quiero saber. He sido engañada, y me aterra saber qué es lo que todo el mundo está tratando de ocultarme.
Estoy afuera lo que se siente una eternidad, tratando de ordenar todo esto sola, cuando aún no tengo ni idea de qué es lo que estoy tratando de ordenar. Tengo que hablar con Brittany y necesito saber lo que sabe, pero estoy herida. No quiero enfrentarla sabiendo que ha estado ocultando este secreto todo este tiempo. Eso hace todo lo que pensaba que estaba pasando entre nosotras nada más que una fachada.
Estoy emocionalmente agotada y he tenido todas las revelaciones que puedo tomar por una noche. Sólo quiero ir a casa e ir a la cama. Tengo que dormir antes de entrar en el hecho de por qué no me dijo que me conocía desde niña. No entiendo por qué era algo que incluso pensó que debería ocultarme.
Me doy la vuelta y camino hacia la casa. Ella está de pie en la puerta, mirándome. Da un paso a un lado para dejarme entrar de nuevo y voy directamente a la cocina, a abrir el refrigerador. Cojo una botella de agua y la abro, luego tomo varios tragos. Tengo la boca seca y nunca obtuve el agua que dijo que me traería antes.
Apoyo la botella sobre la barra y la miro. —Llévame a casa.
No se opone. Se da la vuelta y coge las llaves de la mesa de entrada, a continuación, señala que la siga. Dejo el agua en la barra y la sigo hasta el coche en silencio. Cuando subo, sale de la entrada y entra a la carretera sin decir una palabra.
Pasamos mi desvío, y es evidente que no tiene ninguna intención de llevarme a casa. La miro y sus ojos están muy concentrados en el camino delante de ella. —Llévame a casa —le digo de nuevo.
Me mira con una expresión determinada. —Tenemos que hablar, Santana. Tienes preguntas, sé que las tienes.
Las tengo. Tengo un millón de preguntas que hacer, pero esperaba que me dejara dormir, así podía solucionar y tratar de responder a tantas de ellas como pudiera yo misma. Pero es obvio que no le importa lo que yo prefiero en este punto. De mala gana me quito el cinturón de seguridad y doy vuelta en mi asiento, apoyada de espaldas contra la puerta para mirarla. Si no quiere darme tiempo para que lo analice, voy a poner todas mis preguntas sobre ella al mismo tiempo. Pero estoy haciéndolo rápido porque quiero que me lleve a casa.
—Está bien —le digo tercamente—, vamos a terminar con esto. ¿Por qué has estado mintiendo durante dos meses? ¿Por qué mi pulsera te molestó tanto que no hablaste conmigo durante semanas? ¿O por qué no sólo me dijiste quién pensabas que era el día que nos conocimos en el supermercado? Porque lo sabías, Brittany. Tú sabías quién era yo y por alguna razón pensaste que sería divertido encadenarme por un tiempo hasta que me diera cuenta de todo. ¿Por lo menos te gusto? ¿Valió la pena el juego que has estado jugando para hacerme más daño de lo que he sido lastimada en mi vida? Porque eso es lo que pasó —le digo, furiosa hasta el punto que estoy temblando.
Finalmente cedo a las lágrimas, porque es sólo una cosa más que estoy tratando de sacar y estoy cansada de luchar contra ellas. Las limpio de mis mejillas con el dorso de la mano y bajo la voz. —Me has hecho daño, Brittany. Muy mal. Me prometiste que sólo serías honesta conmigo. — Ya no levanto la voz. De hecho, estoy hablando en voz tan baja que ni siquiera estoy segura de que puede oírme.
Sigue mirando a la carretera como la idiota que es. Aprieto los ojos cerrados y doblo mis brazos sobre mi pecho, y luego vuelvo a caer en mi asiento. Miro por la ventanilla del copiloto y maldigo el Karma. Maldigo el Karma por traer a esta chica sin esperanza a mi vida sólo para que pudiera arruinarlo.
Cuando sigue conduciendo sin responder a una sola palabra que he dicho, no puedo hacer otra cosa que dejar salir una pequeña risa patética. — ¿De verdad tienes esperanza? —murmuro.
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Y por fin se supo la verdad... aunque falta muchas cosas aún. Si les gustó el capítulo comenten, me encantaría saber su opinión sobre el capítulo.
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marycielo12* - Mensajes : 35
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Re: [Adaptación] Fanfic Brittana: Sin Esperanza Capítulo 29 y 30
santana es hope? quien lo diria!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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