FanFic Klaine - El chico de los CDs (Adaptación)

Capitulo 13

Se oyó un grito desesperado luego de abrirse la puerta de la casa y la mujer corrió hasta las rejas negras que daban a la calle. Abrazó a su hijo con todas sus fuerzas. Con el rostro de Kurt sobre su pecho. Su hijo no dijo absolutamente nada, después de todo a su madre era a la única persona que le permitía ese tipo de contacto humano. Bueno, casi la única. -¡¡Me tenías muy preocupada!! –decía con la voz aún desesperada sin poder evitarlo, sus ojos estabas vidriosos ¡¡No vuelvas a asustarme de esta manera!! -Por favor no se enoje con él fue mi culpa –dijo con tono culpable al ver esa escena y el lío en que lo había metido. Carole ni siquiera se había percatado que había alguien más allí. Subió su vista posando sus ojos en Blaine que la observaba con remordimiento. Kurt se separó se ella por cuenta propia y quedó observando el piso como un niño al que acaban de regañar. Carole sabía perfectamente quién era ese chico, pero fingió no saberlo-¿Y tú eres…? -Blaine –aclaró su garganta por los nervios- Soy Blaine Anderson, soy un amigo de Kurt-Kurt lo observó directamente al oír esas palabras. Blaine se había llamado a sí mismo su amigo- Lamento mucho haber regresado tan tarde no volverá a ocurrir por favor no se enoje con él –volvió a pedir. Carole suspiró. -Procura que no vuelva a pasar. -Sí, señora. Lo siento ¿Entonces no está enojada con Kurt? –preguntó expectante. Carole rió un poco. Ese chico transmitía demasiado carisma en su manera de ser. Hablaba mucho y le pareció tierno que se preocupara tanto por su hijo. -No, Blaine No estoy enojada con Kurt. -¡¿Oíste eso?! –mirando a Kurt con la mayor de las sonrisas. Kurt quiso reprimir una pequeña risa fracasando completamente. Su madre no podía estar más feliz por eso. Blaine tenía esa habilidad para entrar en confianza fácilmente. Podía alivianar el ambiente sin importar que tan tenso estuviera. -Bien, creo que es hora de que me vaya. También se me hizo tarde –dijo rascando su nuca¬ -Un placer conocerla señora… mamá de Kurt –Carole, puedes llamarme Carole–con una sonrisa. -Un placer conocerla Carole, nos vemos Kurt –dijo dándose media vuelta y empezando a caminar. -¡Blaine! –exclamó rápidamente haciendo que el aludido y su madre lo miraran. Se acercó hasta él mientras se quitaba el guante de su mano y se lo entregaba. -Oh. Gracias. Casi lo olvido –dijo al tomarlo y colocárselo- Aunque –se acercó un poco al oído de Kurt- creo que tu mano es incluso más que el guante –susurró y le dedicó una hermosa sonrisa antes de partir.

Kurt se quedó con la boca entreabierta viéndolo marcharse. Carole lo observó con el ceño fruncido. -Hijo, entra. Hace frío -Pero Kurt entró sólo después de que Blaine se perdiera en la oscuridad de la noche- ¿Tienes hambre? -No. -Bien. Puedes saltarte la cena hoy si quieres. -Lamento haber llegado tarde –se sentía culpable, sí. Pero no se arrepentía de nada. Kurt una vez estando en su habitación, luego de haber guardado su CD del día, se encontraba tendido en su cama sin dejar de observar su mano. Tratando de mantener presente en su memoria el tacto de la mano de Blaine sobre ella. Sus palabras iban de un lado a otro dentro de su cabeza. Cada momento vivido en la tarde se proyectaba como una película, una y otra vez. “Supongo que esto es a lo que llaman estar enamorado” pensó antes de quedarse dormido. Luego de otra larga semana de espera Kurt concurre al centro comercial. Ésta vez al horario del almuerzo porque Blaine le había dicho la semana pasada que fuera a almorzar con él. Kurt entró en el local y para su sorpresa Blaine se encontraba hablando animadamente con un chico. Se veía tan animado, como cuando hablaba con él. Él creía ser especial para Blaine, y ver que no era al único que trataba de esa forma, de alguna manera, le dolió. Tuvo intenciones de abandonar el lugar, irse corriendo y alejarse de toda esa escena. Pero finalmente decidió acercarse a ellos con temor. Pero Blaine no lo vio acercarse y se dirigió al depósito. Kurt llegó hasta el chico, observándolo y éste le devolvió la mirada al verlo parado a su lado, examinándolo. -¿Hmm? Tú debes ser Kurt–dijo con una sonrisa. Kurt entreabrió su boca y apretó sus puños. ¿Cómo es que ese chico sabía su nombre? -Blaine me ha hablado mucho sobre ti- el corazón le comenzó a latir con mucha fuerza- Soy Sam–se presentó extendiendo su brazo para estrecharlo con el de Kurt, pero sin obtener ninguna respuesta por parte de él –Oh, es verdad. Olvidé que eras algo tímido-Kurt no podía creerlo. Ya no se sentía mal.

Él era uno de los amigos de la infancia de Blaine de los cuales él le había hablado pero lo más sorprendente era que le había contado sobre él. Le había dicho su nombre, que era tímido y quien sabe cuántas cosas más. Jamás creyó que hablara de él con otras personas. Al fin y al cabo, Blaine era genial, era divertido, sociable, Blaine era perfecto y él sólo era, él. No había razón para contarle a nadie sobre él, ya que él no era para nada interesante, y aún así Blaine lo había hecho. -¡Kurt! –dijo entusiasmado al ver que había llegado en su breve viaje al depósito –Que bueno verte. Bueno, veo que ya se conocieron. Él es Sam, rara vez habla algo coherente, así que no le hagas caso –dijo bromeando. -¡Oye! –se quejó el rubio. Kurt sonrió. -Aquí está. Ésta es la que quieres ¿Verdad? – colocando sobre el mostrador una hermosa guitarra que traía en su mano. -Sí. Ésta es ¿No es la guitarra más hermosa que has visto en tu vida? -Sigo pensando que es demasiado dinero para gastarlo en una guitarra. Kurt observó entonces el papel colgando de ella con el precio escrito y abrió los ojos enormemente. Era una guitarra de la mejor marca en el mercado de la música. Al parecer Blaine no bromeaba cuando dijo que la familia de Sam tenía mucho dinero. -Es mi regalo de Navidad debido a mis buenas calificaciones, no me molestes. Ten, cóbralo de aquí –dijo entregándole una tarjeta de crédito. Mientras Blaine efectuaba la compra, el rubio no le quitaba la vista de encima a Kurt. Quien comenzaba a incomodarse.

-Blaine dijo que eras muy lindo, pero no creí que lo dijera en serio-Kurt tomó un respiro rápido quedando helado y Blaine quedó boquiabierto sin saber que hacer. En su descuido, la tarjeta de crédito de Sam cayó al suelo, se agachó a recogerla y tratando de deslizarla por el posnet para efectuar la compra. Tuvo al menos tres intentos fallidos antes de lograr pasar la tarjeta correctamente. -Creo que alguien se puso nervioso –dijo con una pícara sonrisa. -Sam cierra la maldita boca. Ten tu estúpida tarjeta – dijo molesto con torpes movimientos y un leve color carmín en sus mejillas. El rubio comenzó a reír con ganas y Kurt simplemente no podía creerlo. Nunca había visto a Blaine reaccionar de esa manera. Nervioso, contestando de esa forma y con movimientos tan torpes. Era como él solía reaccionar, no creyó que Blaine con lo confiado que era también se sintiera así a veces. Pero eso no era lo más importante ¿Realmente había dicho eso sobre él? El sólo hecho de pensarlo hizo que una pequeña sonrisa se dibujara en su rostro. -¿Necesitas algo más? -Parece que alguien está ansioso porque me vaya –dijo divertido No, esto es todo por el momento –tomando la bolsa con la gran y costosa guitarra dentro de su caja en su interior –Te veo en la noche, dile a tu mamá que prepare brownies, los suyos son los mejores de la ciudad. Adiós Kurt, gusto en conocerte. No olvides felicitar a Blaine –gritaba mientras se retiraba del lugar.

-¿Felicitar? –Preguntó confundido mirando hacia la puerta que el rubio acababa de cruzar y luego dirigiendo la mirada a Blaine-Al fin se fue. Hora de mi descanso- Caminaron hasta la habitación detrás del mostrador, Kurt aún confundido y nervioso por las palabras de aquel chico rubio. Siguió los pasos de Blaine hasta la pequeña cocina que allí se encontraba. Una vez que se detuvieron, Blaine se volteó a ver fijamente a Kurt con una pequeña sonrisa. -Hoy es mi cumpleaños- Kurt se quedó boquiabierto sin saber que decir. Él no sabía cuando era su cumpleaños y enterarse tan de repente fue como un baldazo de agua fría. Cuando Kurt logró salir de su asombro miró hacia el suelo con un pequeño puchero en sus labios. -No te compré nada –dijo apenado.

El mayor creyó que moriría de ternura en ese momento. Kurt no se daba una idea de cuan adorable podía resultar. -No te preocupes por eso. Está bien. No tienes que comprarme nada. Además, tú no sabías que hoy era mi cumpleaños-Kurt sólo pareció ignorar sus palabras. Pero de pronto pareció tener una idea. Tomó el gorro que cubría su cabeza con ambas manos y lo tendió hacia Blaine con sus manos temblando. -No puedo aceptarlo –negando con su cabeza. -¿No te gusta? –dijo afligido. -¡Por supuesto que me gusta! Me gusta desde la primera vez que te vi con él. -Tómalo. Es tu regalo. -¿Estás seguro? –Sí-Blaine no podría resistir ninguna petición de Kurt, con las manos temblando, los ojos de cachorro que tenía en ese momento. Se acercó a él lentamente tomando el gorro, rozando sus manos. Se acercó un poco más y alzó sus brazos, rodeando sutilmente los brazos y la espalda de Kurt, posando su cabeza en su hombro mirando en dirección contraria a su cuello. Kurt quedó petrificado sin poder corresponder al abrazo. Nunca nadie ajeno a su familia lo había abrazado, y aún así habían sido muy pocas ocasiones. Odiaba el contacto con los demás. Pero Blaine era tan suave, transmitía tanta tranquilidad y confianza a pesar de ser hiperactivo y se la pasara gritando. El contacto con Blaine no le molestó desde el principio. No sólo no le molestaba. Le gustaba. Le gustaba mucho.

Blaine se separó de él. Observándolo con una enorme sonrisa. -Muchas gracias, Kurt Me encanta mi regalo –dijo mientras que con sus dedos se encargaba de acomodar los mechones de cabello que el gorro había despeinado- huele a ti. Supongo que cuenta como un regalo extra – rió. Cada toque de Blaine enviaba miles de ondas eléctricas a lo largo de todo su cuerpo. Logrando estremecerlo con simples y delicados toques. Se sentía un felino deshaciéndose en las caricias de su dueño. –Ven- Se dirigieron hasta la mesa junto con las sillas. Una vez que el menor tomó asiento Blaine le dijo que aguardara unos momentos. Fue hacia la nevera y volvió con un recipiente bastante grande. Al abrirlo dejó a la vista una generosa cantidad de brownies en su interior-Éstos son “los mejores brownies de la ciudad” según Sam–citó sarcástico -No es para tanto pero son en verdad deliciosos. Me encantaría que los probaras. Mira –dijo entregándole una de las porciones sobre un pequeño plato- éste lleva tu nombre. Es el único que decoré yo mismo-Kurt observó su brownie. Decía su nombre con una letra bastante bonita. No pudo evitar sonreír. Las demás porciones sólo tenían mensajes de feliz cumpleaños o dibujos y otras inscripciones. El hecho de sentirse especial lo hacía sentir vivo. No sentirse especial por actuar como un idiota con la gente; sentirse especial de una bonita manera gracias a alguien, gracias a Blaine -¡¿Y qué sería de un cumpleaños sin esto?! –dijo animado, tomando dos pequeñas velas en formas de los números uno y nueve, de una pequeña bolsa. Las colocó encima de su porción de brownie, asegurándose de que no caigan. Tomó un encendedor, prendiendo ambas velas. Se las quedó viendo largo rato. -¿Sabes? Se siente algo extraño soplar las velas sin que alguien cante esa estúpida canción de feliz cumpleaños antes –rió un poco Kurt se sintió algo culpable por eso. Comenzó a juguetear con sus dedos, nervioso. Mordía su labio. Y se retorcía incómodo en su asiento. Tal vez si hacía lo que pasaba por su mente en ese momento alegraría a Blaine. Aunque existía una alta probabilidad de que arruinara todo. Pero como en cada ocasión que involucraba a Blaine, Kurt hizo caso omiso a su mente y sólo se dejó llevar por lo que sentía en ese momento.

-Feliz cumpleaños a ti… ¬-comenzó a murmurar lentamente con un leve tono de melodía. Miraba fijamente un punto indefinido en la mesa. Sentía la mirada de Blaine clavada en él. Finalizó la canción y no se atrevía a dirigirle la mirada a Blaine. Primera vez en toda su vida que entonaba una canción, por más breve o estúpida que fuere. -No puedo creer que hayas hecho eso por mí –Kurt alzó la mirada encontrándose con una expresión de emoción en todo el rostro de Blaine-los mejores regalos no siempre son objetos materiales. Muchas gracias, Kurt ,en verdad. -Debes pedir un deseo –dijo con una tímida sonrisa señalando las velas aún Encendidas. El mayor observó el par de velas unos segundos, luego miró a Kurt y sin despegarle los ojos de encima se acercó y sopló hasta que las diminutas llamas se extinguieron, dejando tras de sí un pequeño halo de humo desvaneciéndose en el aire. Kurt en verdad tenía curiosidad por saber que clase de deseo había pedido, pero conocía a la perfección el mito de que si lo dices, no se cumplirá. Tomó la pequeña cuchara, arrebatando un trozo del brownie. Lo probó y era simplemente la cosa más deliciosa que había probado jamás. -Sam tiene razón –dijo al acabar su porción. -¿En qué? -Los mejores de la ciudad-

Estuvo hermoso, me encanto, aunque a mi en lo personal no me cae bien Sam.

Gabriela Cruz escribió:Estuvo hermoso, me encanto, aunque a mi en lo personal no me cae bien Sam.

me pasa lo mismo pero como es muy amigo de Blaine deje un poco el rencor de cuando estuvo con Britt y lo puse

Capitulo 14
Kurt llegó esa tarde a su casa. Con la típica bolsa de plástico con el CD dentro como cada sábado. Con el cabello bastante alborotado debido al viento en las calles. -Hola corazón –saludó dulcemente su madre- Me alegra que hayas llegado temprano. Estoy preparando té ¿Quieres uno? -Está bien –respondió mientras se limpiaba los pies en la alfombra de la entrada y se quitaba su abrigo. Su madre frunció el ceño. -Kurt –él la miró- ¿Dónde está tu gorro?- El chico tragó saliva algo nervioso. -Blaine –dijo desviando la mirada. -¿Blaine te lo quitó? –Preguntó extrañada. Kurt negó rápidamente con su cabeza y se apresuró a hablar. -Yo se lo regalé. Hoy es su cumpleaños. -Oh, ya veo. Eso es muy tierno de tu parte. –Dijo con una amplia sonrisa, aunque estuviera por demás sorprendida –Te compraré otro-

- ¿Cómo te sientes hoy? –preguntó haciendo aparentes garabatos en su libreta como cada viernes. Kurt pensó durante unos segundos. –Bien-Emma sólo asintió con su cabeza siguiendo con sus anotaciones. Era una pregunta de rutina, repetirla sesión tras sesión le facilitaba ver indicios de cambio. A esa pregunta obtuvo sólo un encogimiento de hombros por parte de Kurt durante años, pero hacía un par de sesiones él había comenzado a hablar más y a decir que se encontraba bien. Recordó lo que Carole le contó sobre la primera vez de Kurt le había obsequiando algo a alguien, decidió intentar que le hablase sobre eso. -Dime Kurt ¿Has intentado hacer algo nuevo estos últimos días? Tú sabes, siempre hay una primera vez para todo. Algo que, no lo sé, nunca te habías animado antes-Kurt  quedó en silencio largo rato. Emma podía observar como él tenía algo para decir, siempre que eso sucedía lo último que cruzaba por su cabeza era presionarlo para que hable. -Cantar –dijo al cabo de unos minutos. -¿Cantar? Wow, eso sí que es algo nuevo. Es un lindo pasatiempo ¿No es así? Debes tener una hermosa voz-

Luego de la sesión Carole le hizo presentes sus preocupaciones a Emma debido a que Kurt había bajado un poco el nivel en sus estudios. -Eso es totalmente normal. Deja de preocuparte –la tranquilizaba- No sólo es normal, sino que es bueno. Mira, Kurt no tenía otra cosa en que pensar y por eso se dedicaba a tiempo completo a sus estudios, pero si ahora ya no les brinda toda su atención, significa que hay algo en lo que se ve más interesado. Es una actitud típica adolescente ¿Oíste bien? Es algo que todos hacen. Que Kurt no sea la excepción es algo muy, muy bueno. Deberías estar feliz por eso-Creo que tienes razón, pero ya sabes. No puedo evitar preocuparme. -No te disculpes, para eso estoy aquí. Por cierto Carole–la interrumpió un segundo antes de que ella abandonara la sala- ¿Sabes algo con respecto a una canción?

Kurt simplemente no podía creerlo. Se le había iluminado el rostro de tal manera al cruzar aquella puerta de aquel local, sin siquiera ser consciente de ello. Su mirada se había clavado en la figura de aquél chico hermoso como cada sábado. Pero esta vez algo había cambiado, algo que lo hacía inmensamente dichoso. Blaine, la definición de perfección, vestía el gorro que le había regalado una semana atrás. Acomodando unos papeles desordenados sobre el mostrador. Siempre parecía tan despreocupado. Como si estar de buen humor fuera lo más común y corriente para él. Se acercó hasta él sin poder contener una estúpida sonrisa de niña enamorada. Pensó que ese era, tal vez, el momento oportuno de que fuera él quien rompiera el hielo con una broma esta vez.
-Bonito gorro–dijo sin poder evitar algo de timidez en su comentario. -Gracias. Me lo regaló alguien importante para mí en mi cumpleaños- Kurt no podía resistir a tanta ternura. Su rostro. Su voz. ¿Por qué debía ser tan apacible en cada cosa que hacía? -Ven. Hay chocolate caliente en la cocina-Una vez en la cocina ambos sostenían en sus manos una gran taza de chocolate caliente. Sabía delicioso. Blaine se encontraba sentado en la encimera, con sus piernas colgando; Kurt en cambio se encontraba en una silla. A  Blaine le gustaba empinar bastante su taza para que quedara una marca de chocolate por encima de su labio, simulando un bigote, y luego lamerlo. Sólo para ver como Kurt se divertía al verlo hacer eso. -Sabes… –dijo cortando lo que era un silencio para nada incómodo- sentí ganas de usar el gorro desde el momento en que me lo obsequiaste. Pero como no forma parte del uniforme del local pues, tal vez podía traerme problemas. Pero hablé con el señor  Figgins a mitad de semana, y dijo que no había problema alguno. -Que bueno que te haya gustado-Tú… ¬-dijo pero se cayó a sí mismo rápidamente dando otro sorbo del espeso y dulce líquido. -¿Qué?- Blaine negó apenas con su cabeza, una pequeña sonrisa y su mirada baja. Entonces el armonioso silencio de hace unos instantes se tensó un poco. Pasaron unos minutos en silencio hasta que acabaron el chocolate. Para sorpresa de ambos Kurt fue quien rompió el silencio. -La doctora Pillsbury  dice que he mejorado mucho-El mayor frunció el ceño disimuladamente, dejo su taza a un lado y se concentró en cada palabra. -¿Quién es ella? –preguntó tan desinteresadamente como le fue posible. -Mi psicóloga-De acuerdo. Esto podía interpretarse como un antes y un después en su relación con Kurt.

Por primera vez desde que lo conoció, sintió que estaba confiándole algo realmente personal. Algo importante para él. Estaba muy feliz por eso. Como era de esperarse, él no lo presionó para que hablara al respecto. -Hace tres meses –tomaba bastante aire al hablar, dado que hablar en cantidad no era algo a lo que estuviera acostumbrado, pero con Blaine todo fluía más libremente- apenas si hablaba. Apenas un par de escasas y necesarias palabras al día. A la semana. Pero eso cambió. Gracias a ti-El corazón de Blaine latía rápido de puro regocijo. -Estoy seguro de que el mérito es tuyo, Kurt -¡No! –Alzó apenas la voz, sorprendiendo a Blaine- En verdad. Me gustaría que hubiera una manera en la que pudiera agradecerte- Blaine no podía sino observarlo con una mirada totalmente conmovedora. Podía ver la sinceridad en sus ojos. Ver directamente a sus ojos era como desnudar su alma. Cada palabra proveniente desde lo profundo de su corazón. Lo que estaba a punto de pedirle era una locura.

-Existe algo. -Dime que es –suplicó. Blaine mordió su labio y alejó estúpidos pensamientos de su mente que no debían estar ahí. -Mi canción favorita. -No comprendo. -¿Recuerdas la costosa guitarra que Sam compró en vísperas de Navidad? -Sí. -Pues, él ya tenía una guitarra antes. Por ende ahora posee dos guitarras. Y los últimos días se ha dedicado a enseñarme como usarla. Incluso me presta su antigua guitarra para llevarla a casa y practicar ¿Conoces la canción Teenage Dream? –Sí  -Es mi canción favorita. He estado practicando mucho y lo seguiré haciendo. Pero si hay algo que me haría realmente feliz, es que tú la cantes conmigo-Kurt  lo observó con los ojos sumamente abiertos-¬Yo… no creo que pueda –se removió incómodo. -Claro que puedes. Si lo que quieres es agradecerme por algo que tú estás convencido que hice; esa es la manera indicada. -¿La cantaríamos juntos? -De principio a fin. Juntos- Kurt lo meditó durante largo rato. Un escalofrío nervioso recorrió su espina dorsal. Eso sin duda debía ser lo más complejo que le habían pedido en su vida. Temblaba un poco. La idea de no poder lograrlo estaba presente en todo momento en su mente, no lo dejaba tranquilo. Pero por otra parte, oía un eco. Una voz de consciencia que le decía dulcemente que él podía hacerlo. Que no decepcionaría a Blaine. Que podía lograr que se sintiera orgulloso de él. Agradecerle todo lo que había hecho cumpliendo su pedido. Tomó una gran, una enorme, cantidad de aire. -Lo haré –dijo exhalando y con los ojos cerrados, tratando de asimilar lo que acababa de decir. -¿Lo harás? –preguntó con el rostro radiante de alegría. Kurt al ver su expresión supo que por muy difícil que le resultara lograrlo, había tomado la decisión correcta. -Sí. -No puedo creerlo ¡Muchas gracias! –Dio un salto de la encimera- No soy muy bueno aún, pero mejoraré, lo prometo. Practicaré durante horas si es necesario. Será mi desafío del próximo año. Por cierto… ¡Muy feliz año nuevo, Kurt! Sé que me estoy adelantando, pero, tú sabes.

Kurt mordió su labio mientras sonreía al ver la euforia en Blaine. Su emoción era palpable. Él estaba preocupado porque no estaba seguro de poder hacerlo, pero Blaine no dejaba de repetir una y otra vez que él también debía practicar. Lo tomaría como un acto de autosuperación. Uno que harían juntos. Por ellos mismos y por el otro. -Feliz año nuevo, Kurt- Kurt dio un largo y pesado suspiro antes de ingresar al local ese día. Nadie podría predecir que ocurriría. Largos ratos practicando cantar mientras se encontraba solo en su casa. Ataques de frustración. Malestares estomacales debido a los nervios. Pérdida del sueño. A veces parecía un sinsentido lo mucho que estaba esforzándose para lograr tal estupidez, pero inmediatamente recordaba el rostro sublime de Blaine y lo que significaría para él y parecía ser la cosa con más sentido del mundo. Divisó a Blaine atendiendo a un cliente. Espero a que terminara su labor y lo saludó. -¿Aún quieres hacerlo? –preguntó él. Su expresión tenía una sonrisa, pero no había que ser ningún genio para saber que se derrumbaría en caso de obtener un no por respuesta. -Sí –dijo algo tímido. No era momento de retractarse. Blaine sonrió, mordiendo su labio inferior. Tratando de ocultar una parte de su enorme felicidad. -Ven –dijo tomando suavemente su mano y comenzando a jalarlo sin ser brusco. No ingresaron en la pequeña habitación detrás del mostrador como era usual. Sino que se dirigieron al fondo. A un depósito. Repleto de cajas enormes de cartón. Estaban apiladas de manera ordenada. Una encima de otra. Estaban ordenadas según el tipo de instrumento y por distintas marcas y tamaños. Era un lugar enorme. Blaine cerró la puerta al ingresar y le colocó el seguro. -Así podremos estar tranquilos sin que nadie nos moleste. Escogí este lugar porque es muy amplio y silencioso. Las paredes son muy gruesas entonces no se escuchan los sonidos al otro lado y viceversa-Kurt  prestó atención y era verdad. Todo el ambiente había quedado en completo silencio. Ya no se oía el bullicio del centro comercial. Ni siquiera a lo lejos. -También pedí como favor a Tina y Sugar que me cubran durante más tiempo el día de hoy. Así podremos disfrutar el momento. Tú sabes, sin prisas-Kurt sonrió. En verdad Blaine estaba esmerándose mucho en esto. Lo siguió hasta un par de sillas enfrentadas que se encontraban más adelante en el depósito. Junto a una de las sillas se encontraba apoyada una guitarra color beige y marrón algo gastada por el uso. Supuso que debía tratarse de la antigua guitarra de Sam. Blaine la tomó en sus manos, se sentó en la silla y la posicionó sobre su regazo. Kurt se sentó frente a él. Tenía sus manos aferradas a sus rodillas y temblaba un poco. No quería echar a perder todo. -Relájate –la armoniosa voz de Blaine lo sacó de sus pensamientos –Lo harás bien. Confía en mí-

Hola, me había asustado pensando que ya no iba a existir este foro, pero parece que todo esta volviendo a la normalidad, espero con ganas el próximo capítulo.

Hola nuevo lector me gusta mucho esta historia los capítulos son realmente geniales esperó actualice pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capítulo esperaré ansioso el siguiente capítulo una pregunta no saben como recuperar las historias que tengo con el otro link es que no las he encontrado todas y cuando las habro con el otro link no sale nada si me pudieran ayudar por favor se los agradecería

Capitulo 15
El menor apenas asintió, aún bastante nervioso. -Déjame verificar que esté todo en orden un momento. Acarició un par de cuerdas con sus finos y delgados dedos, tocando a penas unos escasos acordes. Blaine estaba muy nervioso, pero se mostraba confiado para transmitirle esa sensación de confianza a Kurt y así no estuviera tan tenso. -Bien. ¿Estás listo? –Preguntó con una sonrisa. -Sí –dijo y pasó rápidamente la lengua por encima de sus labios para que no estuvieran resecos, esta acción no pasó desapercibida por el mayor, quien de igual forma imitó el gesto. Blaine tronó sus dedos. Aclaró su garganta y comenzó a tocar la guitarra. Suaves y para nada forzados acordes formaban una hermosa melodía acústica. Kurt tragó saliva pero extrañamente el ambiente lo relajaba. Nunca había estado tan aislado del mundo con alguien más, siempre se encontraba dentro de su burbuja de pensamientos, solo. Pero ahora era diferente. Paz y tranquilidad en su forma más pura, compartida con Blaine. Con su persona favorita. Su Blaine.

- You think I'm pretty oh vamos Kurt no me dejes solo en esto-Esta bien… puedo hacerlo.
- You think I'm pretty Without any make-up on
Ambos se estremecieron al oírse cantando juntos. Cantaban a una velocidad bastante más lenta y tranquila que la canción original, pero eso no restaba emoción en cada palabra que salía de sus labios. Era increíble como coordinaban sin siquiera esforzarse en hacerlo. El contraste en sus tonos de voz era algo El chico increíble. Comenzaron entonando la canción sin dirigirse la mirada, Blaine enfocado en las cuerdas, concentrado; Kurt enfocado en el piso, tratando de comprender y poner en orden tantas nuevas emociones. Un pequeño solo de guitarra se hizo presente. Ambos alzaron la mirada en ese momento, encontrándose con la mirada del otro. Desde ese momento no pudieron apartar sus ojos en lo que restó de la canción. You make me Feel like I'm living a Teenage Dream … La canción se volvía más apasionada a cada segundo. Cada vez ponían más énfasis en cada línea. Cómo si el mundo entero estuviera juzgando su forma de cantar en ese momento. Pero, no. Ellos sólo estaban cantándose uno al otro. Let's go all the way tonight
No regrets, just love Blaine no podía dar crédito de lo vivido.

Las expresiones de Kurt cantando desde lo profundo de su alma y con todas sus fuerzas. Sus labios moverse rápidamente, todos los gestos de su rostro, su voz gruesa acertando cada nota con precisión cual profesional, juraría que veía una vena marcada en su cuello, incluso utilizaba las manos al no poder contener la emoción. Kurt había dejado atrás sus miedos. El miedo no existía cuando Blaine estaba con él. El temor a ser juzgado, a fracasar, todo eso se desvanecía cuando se fundía en ese par de ojos color del cielo. Siempre supo que Blaine era la perfección en persona pero al oírlo cantar ya no le quedaba duda alguna de eso. La adrenalina misma hizo que Blaine se pusiera de pie sin dejar de tocar la melodía. Kurt lo imitó casi al instante. Dieron cortos pasos, acercándose, sin romper el contacto visual en ningún momento. Don't ever look back … Habían terminado cantando a centímetros de distancia. Indescriptible la sensación que corría por las venas de ambos en ese momento. La canción había finalizado. Los últimos acordes se dejaron oír y eso fue todo. El pecho de Kurt subía y bajaba con fuerza. Ambos inhalaban y exhalaban agitadamente, tratando de caer en la cuenta de lo que realmente acababa de ocurrir. De ese ambiente mágico que se había creado sólo para ellos. Podían notar el brillo en los ojos del otro debido a la emoción. Blaine se agachó lentamente, dejando la guitarra a un lado en el piso y volviendo a erguirse para seguir conectado con la mirada de Kurt. Sentían como si fueran dos malditos imanes, incapaces de apartar la mirada. No querían. No podían. Blaine alzó sus brazos a la altura de la cintura de Kurt, rodeándolo con fuerza en un cálido abrazo. Cargado de sentimiento. Incluso mucho más que el de su cumpleaños y esta vez fue diferente, Blaine recargó su cabeza en el espacio entre el hombro y el cuello de Kurt, con su nariz rozando su suave piel. Kurt pudo sentir el aliento de Blaine en su cuello y su único reflejo fue devolver su abrazo.

Aferrándose con sus grandes manos en la espalda del mayor, arrugando un poco la tela de su uniforme. -Muchas gracias, Kurt –descargas eléctricas recorrieron cada milímetro de piel al oír esas palabras ser susurradas tan claramente cerca de su oído – Gracias por cantar conmigo mi canción favorita. Gracias por todo. ¬Yo… ¬-tragó saliva dificultosamente debido al nudo que se había formado en su garganta- Yo soy quien está agradecido contigo. Gracias, Blaine. Tú me hiciste ver de todo lo que era capaz- Aunque Kurt no pudiese ver el rostro de Blaine en ese momento, supo que él estaba sonriendo. Al cabo de unos segundos, Blaine separó su rostro de Kurt, pero manteniendo el abrazo. Estaban tan cerca y sus miradas decían mil cosas que sus labios callaban. Blaine alzó una de sus manos y la posó en el rostro de Kurt suavemente, cepillando muy delicadamente su mejilla con su pulgar. Sintió como si estuviera acariciando la más bella y fina porcelana de una obra de arte. Todo en Kurt era tan diferente. No por sus peculiaridades al hablar. Sino por lo que transmitía cuando alguien estaba cerca de él. Algo puro, pulcro, inocente. Mientras que todas las sensaciones de su cuerpo estaban reunidas en su mejilla, bajo el cálido tacto de Blaine.

Blaine comenzó a acercar su rostro al estático cuerpo de Kurt. Lo hizo tortuosamente lento. Sin romper el contacto visual en ningún momento más que en una ocasión para darle una fugaz mirada a los rosados labios de Kurt. El menor lo vio acercarse y lejos estaba de su mente la idea de apartarse. Se acercó tanto, al punto que un par de centímetros era lo único que marcaba la distancia entre sus labios. Sus narices se rozaban y sentían el cálido aliento del otro sobre su boca pero Blaine se detuvo. Mordiendo su labio inferior con fuerza. Desvió su rostro a un lado, hacia la mejilla de Kurt donde no tenía colocada su mano, cerró los ojos con fuerza y depositó un largo beso cerca de la comisura de los labios del menor. Kurt también cerró los ojos, dejándose llevar por todas las emociones que el beso de Blaine le transmitía. Era algo cálido, más bien como si su corazón ardiera en su pecho. Quemaba pero se sentía bien. Los labios de Blaine posados sobre su piel. Permanecieron así unos segundos hasta que lentamente Blaine rompió el beso, volviendo a mirarlo a los ojos, siempre manteniendo el abrazo que habían comenzado rato atrás. El mayor fue apartándose poco a poco de su cuerpo, dejando que sus manos se arrastraran levemente por los brazos de Kurt en un apenas perceptible roce.

-Cantas hermoso –susurró finalmente Blaine alejando un mechon de pelo del rostro de Kurt -Lo mismo digo –habló en voz baja apenado por el cumplido y mordió su labio. Todo había sido tan irreal. Tan perfecto. Como un sueño. -Deberíamos regresar –dijo con un dejo de decepción en su voz. -Sí –dijo desviando la mirada. Blaine tomó la guitarra que se encontraba sobre el piso y la dejó en una de las sillas. Se dirigieron a la salida del depósito y luego a la sección comercial como era habitual. -Ten tu vuelto –dijo entregándole un billete y un par de monedas, luego de que Kurt le diera el dinero con el que pagó el CD del día de la fecha. Blaine acarició a penas la mano de Kurt con la yema de sus dedos al darle el dinero- Nos vemos pronto. -Sí –sonrió un poco apenado tomando la bolsa con el paquete dentro y dando media vuelta. -¡Kurt, espera! –se apresuró a decir, haciendo que el aludido se volteara inmediatamente hacia él. No podía explicarse el maldito sabor amargo que lo invadía en estos momentos, o tal vez si podía, pero no quería. El menor volvió unos pasos hacia atrás hasta quedar frente a Louis nuevamente. -¿Sí? -¿Vendrás el próximo sábado? Kurt se sorprendió por la pregunta. Había estado yendo a la tienda todos y cada uno de los sábados durante las últimos tres meses. -Lo haré-Blaine negó ligeramente con su cabeza. Lucía preocupado y Kurt no podía entender el porqué. -Promételo –el menor frunció el ceño¬ -Sólo… necesito que prometas que vendrás-Kurt trataba de deducir que es lo que estaba afligiendo tanto a Blaine así tan de repente, pero al no poder siquiera imaginarlo, se limitó a tratar de calmarlo, que regresara a la normalidad. Al Blaine feliz sin preocupaciones. -Prometo regresar el próximo sábado, Blaine –dijo en su tono más dulce y sincero. El mayor suspiró y pareció aliviarse. Pero en sus hermosos ojos aún permanecía lo que parecía ser temor. -Gracias –dijo tratando de dar su mejor sonrisa. Kurt por su parte le dedicó su más hermosa sonrisa angelical al punto en que sus hoyuelos se marcaron notablemente. Blaine lo vio alejarse. Justo antes de salir por esa puerta, él se volteó dedicándole una última pequeña sonrisa dibujada en su cara aniñada. Se sentía bien, pero no podía alejar esa maldita presión en el pecho.

Me gusto mucho el capítulo esperó actualices pronto

Esta increíble, solo espero que por favor pongas el final alterno y no el original.

Gabriela Cruz escribió:Esta increíble, solo espero que por favor pongas el final alterno y no el original.

jajajaja todavia no decidi cual voy a poner

gleeclast escribió:Me gusto mucho el capítulo esperó actualices pronto

Gracias, tal vez tarde un poco, voy estar trabajando en los ultimos capitulos

capitulo 16
Los siete días siguientes fueron eternos para Blaine, cada minuto. No podía sacar a Kurt de su mente. Todas las cosas que habían ocurrido. Debía estar preparado para lo que sea que fuese a ocurrir. Acomodó su uniforme azul marino, se coloco el gorro que Kurt le había obsequiado sobre su  cabello, y se dirigió al centro comercial. -Llegaste temprano –dijo el encargado con las llaves en sus manos, comenzando a abrir el local para la jornada del día. -Sí, desperté temprano y no pude volver a dormir –dijo con una risita. En realidad apenas si había podido conciliar el sueño durante la noche. La jornada laboral empezó. Blaine  trataba de mantenerse ocupado tanto como le fuera posible para alejar todos los pensamientos que tuvieran que ver con Kurt, pero era inútil. Para su suerte solo tuvo que soportar un par de horas antes de ver esa silueta atravesar la puerta de entrada al lugar. Suspiro de alivio, porque después de todo Kurt cumplió con su promesa y se presento, pero el aun seguía paranoicamente nervioso. Kurt camino hasta el  como si nada. Blaine lo observaba expectante. Cuando estuvieron frente a frente se quedaron mudos mirándose fijamente. El menor no comprendía el porqué Blaine no lo saludo efusivamente y comentando lo alegremente lo primero que se le venía a la cabeza como acostumbraba. Decidió ser él quien rompía el silencio, antes de que este se tornara mas incomodo.

-¿Hola?-dijo tímido Blaine escucho su voz y se dio cuenta de que se había quedado congelado. Sacudió ligeramente su cabeza y le dedico una bonita sonrisa-Hola Kurt- respondió. El menor frunció el ceño, no estaba actuando como de costumbre, le entrego el CD que había tomado al ingresar al lugar. El mayor lo tomo en silencia y realizo el cobro. Todo de manera silenciosa, Kurt se pregunto si había hecho algo malo para que Blaine se mostrara indiferente. – ¿Quieres almorzar conmigo?-pregunto, mostrándose indeciso. ¿Qué clase de pregunta era esa? Por supuesto que quería-claro-contesto serio pero con determinación. Se dirigieron al pequeño cuarto. Se sentaron frente a frente en la pequeña mesa del lugar, Blaine trajo su almuerzo y comenzó a degustarlo, aunque ese día en particular no tenía mucho apetito. El aire en la habitación era muy tenso, casi palpable .Blaine apenas le dirigía la mirada, eso lo hería de sobremanera, hace tan solo una semana estaban tan cercanos y ahora era como si apenas se conocieran.

-estas muy callado-dijo  nervioso, jugando con sus dedos-Blaine desvió su mirada.-¿no hay nada que quieras decirme?-Ahora encontrando forzosamente sus ojos con los suyos. Kurt lo miro atónito, no había nada que quisiera decirle, el tenia su pequeño secreto, si pero no era algo que quisiera que el supiera. A menos que Blaine lo hubiera descubierto y se ese era el caso, estaba perdido. Tal vez había notado como escogía sus discos al azar pero en ese caso, el seria quien debería decirle algo sobre eso. Tal vez era que había estado tenso desde que entro al local ese día, debido a lo que pudo haber sido una tragedia.
–Pude haber muerto-dijo temblando
-¿Qué?-pregunto desconcertado.-un auto no freno a causa del clima
-Kurt por todos los cielos-alzo la voz histérico-dime que no viniste hasta aquí caminando con el temporal que hay afuera…¿Por qué?-grito preocupado.
–porque te hice una promesa. Lo miro fijamente, Blaine sintió como un gran nudo se formaba en su garganta. El silencio invadió la sala, cada pequeña parte del cuerpo de Blaine estaba llena de culpa.
-jamás vuelvas a hacer algo como eso-susurro
-¿Qué cosa?
–ponerte en peligro de esa manera, no sé qué haría si algo malo te sucediera-ambos agacharon la cabeza. Por alguna razón la tensión no desaparecía y eso los estaba volviendo locos.
-¿me darás una respuesta?-pregunto en un débil susurro
-¿respuesta?
-tú sabes… a mi pregunta
-¿Cuál pregunta?
-Kurt, no me hagas estos. Sabes a que me refiero-suplico- te hice una pregunta la semana pasada. Kurt frunció el ceño haciendo memoria, tratando de recrear todo lo transcurrió aquel día pero por más que lo intentara no lograba recordar nada.
-la nota
-¿Cuál nota?-Blaine entrecerró los ojos e inclino su cabeza hacia un lado. Kurt no tenía ni la mas mínima idea de lo que estaba hablando, nunca dijo nada al respecto, nunca actuó diferente. Siguió  escogiendo discos de la misma manera, no sabía acerca de la pregunta. De pronto todo empezó a encajar.
-Kurt … no has abierto los CDs que compras ¿verdad?-no necesito una respuesta. Pudo ver el horror en la cara del menor, su rostro empalideció, sus ojos se abrieron de sobremanera y sus labios temblaban, su corazón parecía salirse de su pecho en cada latido ¿Cómo lo sabía?¿cómo explicaría el no haberlo hecho sin que lo considerara un demente. Blaine cubrió su boca con ambas manos y rió por lo bajo.
-no puedo creerlo-Kurt apretó sus puños y agacho su cabeza tanto como le fue posible, no quería verlo a los ojos. Nunca había sentido tanta vergüenza en toda su vida, deseaba que lo trague la tierra. -hey-susurro-Kurt mírame- pero Kurt parecía estar dispuesto a no devolverle la mirada. Entonces el mayor estiro el brazo hasta que su mano alcanzo la barbilla del menor y la levanto, obligándolo a verlo el pánico adornaba cada pequeña parte del rostro de Kurt-está bien- le dijo con una ancha y tierna sonrisa. No hiciste nada malo.
-soy un idiota.
-no lo eres- suspiro-solo prométeme que los abrirás
-lo hare, lo prometo

********************
Perdon por ser tan corto pero crei que era necesario dejarlo hasta ahi

Antes que nada gracias por no poner el original, y espero con ganas el próximo capítulo.

Me gusto el capítulo esperó actualices pronto

CAPITULO 17
Ese mismo día, a la noche, Kurt se encontraba con su piyama y su cabello húmedo, sentado sobre su cama con una caja frente a el. La caja que guardaba bajo su cama, que contenía todos los discos que compraba, estaban todos perfectamente envueltos en papel azul,intactos,cada envoltorio tenia la fecha escrita a mano en la esquina superior izquierda. Tomo una gran bocada de aire y tomo el de la fecha mas antigua en sus manos. Despego muy cuidadosamente la cinta adhesiva, tratando de dañarlo lo menos posible. Hizo una graciosa mueca de asco cuando vio que el CD era de Rock, el odiaba el Rock, prosiguió desenvolviendo el segundo con la fecha mas antigua. Se trataba de un disco de “Los miserables”, uno que el ya tenia. En verdad no se fijaba en los discos que escogía. Se pregunto que diría su madre si se enteraba de todo el dinero que le había hecho gastar solo para ver a Blaine en la semana. Al desenvolver el tercero algo llamo su atención, un pequeño trozo de papel había caído sobre la colcha al abrir el paquete. Lo tomo en su mano y lo leyó.
05/11/1994
“me gusta tu nombre”
Quedo boquiabierto, trago saliva e hizo memoria. La tercera vez que había ido al local, Blaine le había preguntado si todos los CDs que compraba eran para el. Tomo el siguiente paquete y lo abrió con el mismo cuidado, ahora notoriamente mas nervioso.
12/11/1994
“me agradas mucho Kurt”
19/11/1994
“para ser honesto, a veces creo que escoges tus discos al azar”
Luego de leer la nota, tomo su almohada y cubrió su rostro en ella, ahogando un bochornoso quejido, sentía su cara arder. Quería hacerse una bolita y nunca volver a ver el sol. Tenia demasiada vergüenza, Blaine lo sabia todo el tiempo, sabia que el ni miraba los discos que escogía. Así que era altamente probable de que todo el tiempo fuera consiente de que solo iba verlo a el. Sumado a esto, recientemente había descubierto que jamás abría sus paquetes. Definitivamente era un idiota. Siguió desenvolviendo los disco pero ahora con una cara sonrojada.
26/11/1994
“hoy es un buen día aprendí cosas sobre ti”
03/12/1994
“Si quieres puedes usar ese gorro cada sábado, no me opongo”
10/12/1994
“Adivina quien estaba triste porque pensó que no irías a verlo esta tarde”
17/12/1994
“Eres muy lindo”
Recordó las palabras de Sam. Blaine no solo lo consideraba lindo, no solo se lo había dicho a través de una nota de papel, sino que además se lo había dicho a sus amigos.
24/12/1994
“Gracias por pasar mi cumpleaños conmigo. Te quiero”
31/12/1994
“No sabes cuánto me alegro de haberte conocido”
Kurt respiraba rápidamente. Todas esas dulces palabras de su persona favorita en el mundo eran única y exclusivamente para el. Sin saber en que momento, sus manos comenzaron a temblar, tomando en ellas el CD de la semana anterior. El mas importante de todos, lo abrió cuidadosamente, viendo asi la nota que contenía la pregunta a la cual Blaine se refería.
07/01/1995
“Me gustas Kurt ¿Saldrías conmigo?”
Solo  le restaba un paquete, el de ese día.
14/01/1995
“Espero tu respuesta”

Hola, ya extrañaba este fic, pensaba que ya no lo ibas a seguir, espero con ganas el próximo capítulo.

Gabriela Cruz escribió:Hola, ya extrañaba este fic, pensaba que ya no lo ibas a seguir, espero con ganas el próximo capítulo.

Perdon perdon y muchos perdones mas. Estos meses tuve muchos problemas, me sacaron la computadora y un par de cosas personales pero prometo que hoy subo el final.

FINAL 1/2
Blaine estaba tan nervioso ese día. Podía jurar que incluso estaba más nervioso que la semana anterior. Tenía tantas posibilidades cruzando por su mente sobre cómo podría llegar a reaccionar Kurt que apenas podía concentrarse en el trabajo. Al menos agradecía que ese día, aunque era un día bastante soleado. El reloj del lugar marco el mediodía y pudo observar como Kurt cruzaba la puerta de la entrada. Sus miradas se cruzaron por un segundo, pero automáticamente el menor agacho la cabeza, impidiéndole ver su rostro. Eso no podía ser bueno ¿o no? Kurt camino hasta quedar enfrente del, sin dirigirle la mirada, sin decirle nada. Blaine con temor rompió el silencio.

-Hola

-Si-dijo casi automáticamente, alzando su vista hacia Blaine, con una tímida sonrisa en su rostro. Blaine se quedo observándolo fijamente, sin reaccionar ante lo que acababa de escuchar.
-¿Si?-pregunto atónico-¿esa es tu respuesta?
-si- repitió sin borrar su pequeña pero hermosa sonrisa. El mayor quedo boquiabierto durante unos segundos, sin caer en la cuenta de lo que realmente acababa de suceder. Poco a poco, pareció reaccionar, ya que una enorme sonrisa comenzó a hacerse presente. Rio como un idiota, de manera nerviosa.

Tomo impulsivamente una de las muñecas del menor y lo llevo consigo hasta el pequeño cuarto. Ni bien se adentraron a la pequeña habitación, Blaine lo abrazo con todas sus fuerzas a Kurt, quien correspondió lentamente el abrazo. Blaine se balanceaba sobre sus piernas, meciendo suavemente sus cuerpos entrelazados.
-No puedo creerlo-dijo aun con esa estúpida risa nerviosa-Dios, creo que se me saldrá el corazón del pecho, mira-Tomo la mano de Kurt y la coloco en su pecho, sobre su corazón, presionándola con su propia mano. El menor podía sentir los latidos desenfrenados de Blaine.
-Mira lo que provocas.
Kurt lo oyó murmurar y tomo su mano muy lentamente guiándola hasta su pecho, para que también pudiera sentir sus fuertes y rápidos latidos.
-¿Sabes? Hay algo que he querido hacer desde hace algún tiempo y que estuve a punto de hacer desde hace dos semanas atrás-Blaine podía sentir sus pulsaciones cada vez mas aceleradas bajo su mano en el pecho de Kurt-Pero no quería hacerlo sin tu aprobación-Inclino su rostro hacia adelante, acercándose así al rostro al menor, pero se detuvo y se separo un poco, aclarando su garganta, cuando alguien ingreso por la puerta.
Sugar había entrado al cuarto con un par de objetos para envolver, cuando se sorprendió al verlos
-Oh, lo siento mucho, no quise interrumpir solo envolveré rápidamente esto y me iré.
-No, claro que no, no interrumpiste nada, a Kurt y a mí nos encanta conversar de pie mientras nos abrazamos-dijo sarcástico.
Sugar hizo lo que debía lo más veloz posible y se retiro del lugar

-Bien ¿Dónde estábamos?-dijo acercándose una vez más. Esta vez un estruendoso ruido de la puerta abriéndose de forma brusca lo hizo detenerse. Su morena amiga había ingresado de muy mala gana al lugar, les lanzo una breve mirada asesina. Kurt al verla se aferro un poco más a Blaine. Hizo todo apresuradamente y finalizo con un gran portazo al retirarse.
Blaine aguardo unos segundos, y cuando iba a intentar acercarse a Kurt por tercera vez, Sugar volvió a ingresa con distintos artículos para ser envueltos, gesticulando un “lo siento” en sus labios y una expresión apenada. Blaine rodo los ojos y suspiro exasperado
-Bien, creo que el destino no quiere que eso suceda el día de hoy, aprovechare el tiempo para comer algo-observo la cara angelical de Kurt viéndolo con una pequeña sonrisa y se aferro más a su cuerpo ocultando su rostro en su cuello-Pero no quiero soltarte-Kurt rio muy suavemente endulzando los oídos de Blaine, este suspiro con una sonrisa y se separo de el muy lentamente, lo tomo de su muñeca, acción que ya se le estaba haciendo costumbre y se dirigieron a la pequeña mesa.

-Sigo sigo sin poder creerlo, en verdad dijiste que si-dijo Blaine con una sonrisa gigante que hacia pequeños sus ojos. Kurt tampoco podía dejar de sonreír por la situación-entonces… eso significa que eres… ¿Mi novio?
Kurt se removió avergonzado en su silla por la manera en la que lo había llamado.
-Eso creo-dijo tímido con un leve rosáceo en sus mejillas.
-Eres tan lindo-dijo embobado
Blaine estiro su brazo por encima de la mesa hasta alcanzar la mano de Kurt y la cepilló tiernamente con su pulgar. Solo hasta que la puerta volvió a abrirse y uso esa mano para darse una palmada en toda su cara, lleno de frustración. Cuando oyó la puerta cerrarse, suspiro pesadamente.
-Nunca tendremos paz y tranquilidad en este lugar ¿Me harías un favor?
-Claro
-La próxima semana ven cuando mi turno finalice.

Y así fue. Blaine tuvo que soportar toda su aburrida jornada laboral sin la compañía de Kurt pero verlo llegar al atardecer hizo que todo valiera la pena.

-Hola-dijo Kurt sonriendo.
-Hola-respondió de igual forma y dio un vistazo al reloj de pared-seis en punto, hora de irse-Blaine se cambio rápidamente de vestuario y salió del cuarto con una resplandeciente sonrisa.
-¿Nos vamos?
-Si

Luego de una pequeña llamada telefónica a Carole, desde un teléfono público, para avisar que Kurt llegaría un poco más tarde ese día acompañado de Blaine, ambos se dirigieron a la añeja cafetería frente a la plaza. El clima era frio, pero eso no les impidió que ordenaran un par de malteadas. Blaine le propiaba suaves caricias a la mano de Kurt por encima de la mesa, mientras le comentaba como se las había arreglado para contarle a sus amigos sobre él, como les había dicho que le gustaba y lo felices que estaban cuando finalmente había aceptado salir con él. También le dijo que un  día se los presentaría.
Luego de pagar la cuenta, ambos comenzaron a cruzar la plaza. Al igual que aquella vez, había una cantidad muy reducida en las calles. El frio del invierno no parecía tener fin ese año. Estaban por enfrente de aquel gran árbol, ya sin hojas, bajo el que habían estado jugando en aquella ocasión, cuando Blaine freno su andar y lo llamo por su nombre.
-Kurt
El aludido se volteo hacia él y pudo observar como Blaine deslizaba sus brazos a los lados de su cintura, envolviéndolos cálidamente. Sin duda a Blaine le gustaba abrazarlo, y el comenzaba a corresponderlo cada vez más rápido.
-Te extrañe y no me refiero durante mi trabajo, te extrañe toda la semana… ¿Sabes? Creo que las cosas suceden por algo. En este preciso momento me alegro que nos hayan interrumpido constantemente hace una semana. Este es un lugar mucho mas romántico y yo no estoy vistiendo mi glamoroso uniforme de trabajo-agrego divertido.
Blaine se acerco muy lentamente al rostro de Kurt hasta que sus frías narices se tocaron, comenzó a mover su rostro muy suavemente en distintas direcciones, haciendo que sus narices rozaran, provocando un pequeño cosquilleo a lo largo de todo su cuerpo. Pero luego de unos momentos se detuvo, lo observo fijamente y acorto la distancia entre ellos, mientras ambos cerraban los ojos. Realmente estaba pasando, Blaine lo estaba besando y era una sensación que no se comparaba con ninguna otra, no había comparación.
Blaine se separo de el despacio, quedando solo a escasos centímetros de su boca.
-Mi primer beso-susurro
-El primero de muchos-murmuro
Blaine volvió a besar esos finos labios rosados que tanto le habían gustado. Ambos podían sentir la sonrisa del otro durante el beso. Una vez finalizado ese segundo y largo beso, rompieron el abrazo y se disponían a seguir su camino. Kurt metió sus manos en los bolsillos de su abrigo y tomo un par de guantes negros que estaban adentro, colocándose uno en cada mano.
-Oh-dijo algo decepcionado Blaine.
Kurt lo observo al oír eso. El mayor dirigió la mirada a sus manos, que también estaban cubiertas y luego a las de Kurt, haciendo un pequeño puchero. Kurt sonrió divertido, se quito su guante de la mano derecha, guardándolo en el bolsillo, y extendió su mano hacia Blaine.
-Mi mano tiene frio.
Blaine suspiro y deseo con todas sus fuerzas que la ternura no fuera capaz de matar a una persona, porque de ser así, su vida estaría acabada en un abrir y cerrar de ojos. Se quito el guante de la mano izquierda, lo guardo y entrelazo sus dedos con los de Kurt.

Blaine exhalo el aire contenido en sus pulmones algo desanimado cuando finalmente llegaron a la casa. Sujeto a Kurt con sus brazos alrededor de su cuerpo.
-Me gustan tus abrazos, Blaine.
-Que bueno, porque siento que podría abrazarte durante horas-dijo, descansando su mejilla en el hombro del menor-Kurt…
-¿Si?-pregunto ahora viéndolo directamente a los ojos
-No me es suficiente verte solo una vez a la semana-Kurt se estremeció ante sus palabras-¿Crees que podríamos vernos otro día?
-Martes
-¿Martes? Bien ¿Escogiste ese día por algo en especial?
-Es mi cumpleaños
-¡¿Y ahora me lo dices?!-grito Blaine, haciendo sobresaltar a Kurt, pero luego rio- ¡Dios, Kurt! Debiaste habérmelo dicho antes-suspiro- ¿Entonces? ¿Te gustaría que venga a visitarte a tu casa para pasar el día de tu cumpleaños contigo?
-Me encantaría

FINAL 2
Tres largos días pasaron. Blaine se encontraba frente a esa blanca casa de tejado azul.Habia estado parado ahí alrededor de cinco minutos. Dio un largo suspiro tratando de relajarse y finalmente presiono el timbre, pudo divisar la figura de Carol abriendo la puerta de la casa.
-¡Blaine!-dijo efusivamente-¡Que alegría verte, pasa la reja está abierta! ¡Kurt ven, tienes visita!
Carole, como cada año, había cancelado las clases de ese día con Holly, solo para que Kurt pudiera disfrutar de su cumpleaños. Luego de cerrar la reja, se encamino hacia la casa, pero entonces tanto Carole como el pudieron oír fuertes pisadas en la escalera y observaron como Kurt llegaba corriendo con una gran sonrisa en el rostro. Llego hasta Blaine y lo abrazo con mucha fuerza, envolviendo sus brazos alrededor del mayor. Escondiendo su rostro entre el hombro y el cuello de este.
-También me alegra verte, Kurt-dijo riendo y correspondiéndole el abrazo. Pudo notar las livianas ropas que vestía el chico.
-Sujétate bien.
Blaine se agacho solo un poco, tomando la parte trasera de las rodillas de Kurt, alzándolo en el aire. El cumpleañero se aferro aun mas a su cuello mientras reía de esa manera lo cargo hasta el interior de la casa.
Una vez en el interior de la casa, Carole cerró la puerta y Blaine bajo a Kurt.

-Hola Carole, que gusto volver a verla-saludo con simpatía-Y en cuanto a ti que sea la última vez que sales en piyama con el frio que hace afuera- El menor le sonrió de manera traviesa y le mostro parte de su lengua. Blaine hizo un gesto simulando estar ofendido por la acción y seguidamente le desordeno el pelo de manera juguetona, solo un poco más de lo que ya estaba.
-Kurt ve a cambiarte de ropa-ordeno su madre
El la miro con lo que parecía que iba a ser el comienzo de un berrinche, pero no tuvo tiempo.
-Hazle caso-agrego Blaine- no queremos que enfermes, pero puedes conservar las pantuflas-le guiño un ojo.
Kurt sonrió como un niño pequeño y subió rápidamente las escaleras. Carole estaba encantada con Blaine, la forma en que veía a su hijo con ojos desbordantes de cariño, la forma en que se preocupaba por él y como Kurt se comportaba cuando estaba cerca de él.
-Una vida no alcanzara para agradecerte todo lo que haces por Kurt-dijo ella emocionada.
-No hay nada que agradecer. Al contrario, gracias por dejarme estar con él.
-Se que lo cuidaras bien.
Blaine le dedico una gran sonrisa, agradeciéndole la confianza depositada en él. Solo unos momentos más y Kurt se encontraba bajando las escaleras, con ropa abrigada, conservando su lindo par de pantuflas. Blaine se quito la mochila que llevaba en sus hombros y la abrió buscando algo dentro de ella.
-Traje brownies hechos por mi mama especialmente para tu cumpleaños-dijo mostrando el recipiente lleno de ellos.
-Los mejores de la ciudad-agrego el menor con una sonrisa.
Carole y Blaine rieron por el sorpresivo comentario que parecía salido de un comercial de televisión.

No hicieron mucho durante el día, pero disfrutaron de la sola compañía del otro. Se tiraron perezosamente en el sofá a ver una vieja película, hasta que a su madre le pareció buen momento para cortar el pastel. Entonces se sentaron los tres en la mesa de la sala. Blaine al lado de Kurt, y Carole frente a ellos con una cámara en mano.
-¿Podrían acercarse un poco? Me encantaría tener una foto de ambos.
-Sonríe-Dijo Blaine
Y Kurt lo hizo, sonrió como si no existiera un mañana. Una fotografía realmente hermosa.
-Luego te daré una copia-dijo Carole
Carole coloco el pequeño par de velas, con las formas de los números uno y siete, sobre el pastel y las encendió. Kurt las miraba fijamente mientras Blaine y su mama le cantaban animadamente la canción del feliz cumpleaños. Se pregunto si habría personas que se sintieran igual de incomodas durante esa canción. Ellos terminaron de cantar y él seguía observando el par de velas. Su mama esperaba ansiosa para tomarle una foto al soplarlas.
-¿Puedo preguntarte algo, Blaine?
-Claro Kurt, lo que quieras.
-¿Qué deseaste en tu cumpleaños?
Blaine desvió su mirada con una tímida sonrisa, totalmente apenado por lo que estaba por decir.
-“Deseo gustarle a Kurt”
Kurt lo miro sorprendido y luego el también bajo la mirada, con una bonita sonrisa. Ambos se sintieron encandilados por el flash de la cámara y alzaron la vista hacia Carole.
-Lo siento, se me resbalo el dedo-mintió
-Creo que no necesitare mi deseo-dijo y sin más soplo ambas velas, siendo nuevamente captado en una fotografía. Carole dejo la cámara sobre el mueble y le entrego a Kurt un obsequio. Al abrirlo había un gorro como el que tenía antes.
-Te dije que te compraría otro.
-Gracias mama
Blaine tomo el gorro y lo coloco en la cabeza de Kurt, jalándolo hacia abajo hasta cubrirle por completo los aojos
-Oye-se quejo.
-Mucho mejor-dijo Blaine al acomodar el gorro donde debía ir. Ambos se quedaron viendo fijamente a los ojos por un largo rato, pero la madre de Kurt se aclaro la garganta haciendo que rompieran el contacto visual automáticamente.
-Cortare unas rebanadas de torta y me iré a preparar la cena para esta noche, recuerda que vendrá toda la familia. Nos encantaría que nos acompañes a cenar, Blaine.
-Está bien-dijo algo inseguro-solo debo avisar a mi mama para que no se preocupe.
-Puedes usar nuestro teléfono. Kurt, pueden subir a tu habitación a pasar el rato. Los llamare cuando la comida este lista.
Dicho esto, comieron unas porciones de pastel y brownies mientras su mama se encontraba en la cocina. Luego de una llamada a la casa de Blaine para minutos después subir las escaleras rumbo al cuarto de Kurt.
Una vez allí, Kurt coloco uno de sus tantos CDs de Queen para que el ambiente no fuera tan silencioso, en tanto el mayor se dedicaba a observar todo a su alrededor. Algo en particular llamo su atención, había una mesita de noche a un lado de la cama de Kurt. Tenía un vidrio por encima del mueble del mismo tamaño que este. Entre la madera y el vidrio se encontraban todas las pequeñas notas que él había escondido dentro de los CDs que Kurt había comprado. Mordió su labio, conteniendo toda su felicidad y se acerco lentamente a Kurt
Cuando estuvo frente a él, lo observo fijamente a los ojos y muy lentamente poso sus dedos en el borde de su sweater, levantándolo un poco. Kurt se estremeció de sobremanera al sentir el roce de los dedos de Blaine en su cintura. Pero no duro demasiado, porque al instante Blaine comenzó a mover sus dedos, logrando que Kurt soltara una estruendosa carcajada. El menor comenzó a reír como nunca en su vida y le imploraba que se detuviera, al no tener éxito con su petición solo pudo imitar su acción, tratando de devolverle tantas cosquillas como fueran posible. La guerra de cosquillas finalizo cuando sus estómagos comenzaron a doler demasiado para luego tirarse exhaustos en la cama.
Cuando lograron normalizar su respiración, Blaine se levanto de la cama y se dirigió hacia su mochila, nuevamente busco algo en ella, cosa que escondió en su espalda y se sentó frente a Kurt sobre la cama.
-¡Feliz cumpleaños!-dijo tendiéndole un paquete.
Kurt observo un obsequio de forma cuadrada, no muy grande.
-¿Un CD?-pregunto divertido
-Si. Sé que es un regalo tonto pero no sabía que comprarte y me pareció que sería algo significativo, ya que así fue como nos conocimos-dijo algo apenado.
-Me encanta mi regalo, gracias-Dijo y le dedico una sonrisa.
-¿Vas a abrirlo?
Kurt bajo la vista avergonzado, recordando el tiempo que había pasado sin desenvolver los CDs que compraba.
-Si
El menor tomo suavemente la cinta adhesiva, despegándola, quitando cuidadosamente el papel que envolvía la pequeña caja de plástico. Blaine lo observaba ansioso. Los ojos de Kurt brillaban llenos de vida al ver lo que había dentro, su corazón latía muy rápidamente. Miro embobado su regalo, hasta que finalmente lo apoyo con cuidado sobre la colcha y le dirigió su mirada.
-Y yo a ti, Blaine
Kurt hablo dulcemente, extendiendo su brazo hasta alcanzar la mejilla de Blaine. El mayor pudo sentir su tacto temblar sobre su piel, y coloco su propia mano sobre la de Kurt.
El menor se acerco de manera indecisa y tortuosamente lenta al rostro de Blaine. Sus respiraciones se encontraban debido a la cercanía y se observaron fijamente durante largo rato, con sus ojos cargados de felicidad. Blaine cerró sus ojos pausadamente con sus labios entreabiertos. Kurt no pudo soportar esa imagen, cerró los ojos y presiono sus labios sobre los de Blaine, en un tierno, largo y cálido beso.
A un lado de ellos, sobre la cama se encontraba el regalo de Kurt. El CD de aquella artista que contenía la canción que habían cantado juntos, pero eso no era lo más importante, sino la pequeña nota de papel que yaca a un lado de este.
01/02/1995
“Te amo Kurt”
FIN

Hola, disculpa por tardar en contestar, pero tuve algunos problemas personales y de trabajo, pero me encanto este fic, ojalá y pronto te animes con otra adaptación.