Gleek Latino
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Primer15
Image hosted by servimg.com

Image hosted by servimg.com
Image hosted by servimg.com
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Coment10
Últimos temas
» Ayudenme a encontrarlos
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyLun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T

» Busco fanfic brittana
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyLun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66

» Busco fanfic
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptySáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken

» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyJue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604

» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyMar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28

» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyDom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28

» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyVie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604

» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyMar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyLun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es

» Que pasó con Naya?
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyMiér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es

» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyJue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es

» No abandonen
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyMiér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303

» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyVie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303

» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyLun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli

» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyDom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic

» brittana. amor y hierro capitulo 10
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyMiér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic

» holaaa,he vuelto
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyJue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyMiér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyMiér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 EmptyLun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1

Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Encues10
Sondeo

Musical Favorito Glee 5x15 Bash

Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Topeba1011%Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Topeba10 11% [ 4 ]
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Topeba1019%Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Topeba10 19% [ 7 ]
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Topeba1011%Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Topeba10 11% [ 4 ]
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Topeba1024%Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Topeba10 24% [ 9 ]
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Topeba1027%Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Topeba10 27% [ 10 ]
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Topeba108%Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Topeba10 8% [ 3 ]

Votos Totales : 37

Image hosted by servimg.com
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 Gleeka10
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios

Disclaimer
Image hosted by servimg.com
·Nombre: Gleek Latino
·Creación: 13 Nov 2009
·Host: Foroactivo
·Versión: GS5
Glee
Image hosted by servimg.com
Publicidad

Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

+3
Tati.94
3:)
monica.santander
7 participantes

Página 5 de 6. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6  Siguiente

Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por 3:) Mar Feb 14, 2017 8:09 pm

en serio santy siempre aparece o mejor dicho despierta en el momento justo para joder a san jajaja
es bueno que britt haya reaccionado bien por lo que le dijo san sobre la "premonición"
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por JVM Miér Feb 15, 2017 4:02 am

Jajajajaa esos pequeños siempre interrumpiendo a sus madres
Pero han dado un paso muy grande en su relación y ahora a seguir adelante con la anulación y la adopción!!
JVM
JVM
-
-

Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por micky morales Miér Feb 15, 2017 8:52 am

pequeños inoportunos!!!!!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Mar Feb 21, 2017 5:25 am

CAPITULO 28

SANTANA


Tuve que trabajar hasta tarde en Forbbiden por el resto de la semana.

Todo el tiempo libre que vi a Brittany, parecía desfallecida ya sea por el sueño o por tener sus manos llenas de niños.

Pero cada vez que nuestras miradas se encontraban en la habitación, las chispas entre nosotras se volvían casi tóxicas. Ella sonreía, se mordía el labio y se metía el pelo detrás de la oreja antes de mirar lejos con un rubor caliente.

Me hacía gracia su evidente anticipación de la próxima vez que podríamos estar solas, y tendría que morderme el interior de mi boca para guardarme mi propio gemido de anticipación.

La próxima tarde libre que no tenía que trabajar era la del viernes. Llámame presuntuoso o demasiado esperanzador para mi propio bien, pero la noche del jueves abastecí el cajón de mi mesita de noche después de parar en una tienda en el camino a casa desde Forbidden.

Cuando registré la ranura de correo en mi hora del almuerzo del viernes, la carta oficial que recibí me hizo estar aún más ansioso por pasar tiempo a solas con mi chica. Quería darle las gracias a Brittany por lo increíble que había sido durante estos últimos meses, a pesar de que ya sabía que nunca sería
capaz de mostrarle el suficiente aprecio por todo lo que hizo por Santy y por mí. Todavía tenía ganas de intentarlo, así que llamé a Rechel para contarle mis planes.

—Hola, soy San —dije cuando contestó.

Su saludo de retorno sonaba receloso. —Hola, San. Todo... ¿Está bien? —Luego vino la preocupación—. ¿Britt? ¿Skyle…?

—Están bien. Les está yendo bien.

—Oh. —El tono cauteloso de Rechel volvió—. Entonces... ¿Qué pasa?

—Quiero salir con ella —dije deprisa las palabras—. Ya sabes, salir del apartamento por una noche. Para... tal vez una buena cena o algo así. Para pagarle lo mucho que nos ha ayudado a Santy y a mí. No sé qué hubiéramos hecho sin ella. El dinero de niñera que le doy no es nada comparado a lo que realmente le debo. Así que pensé en algo extra… una noche fuera, lejos de los niños, sería mejor que nada. Sería un comienzo.

Rechel hizo una pausa antes de responder a mi gran y larga explicación, y me mordí los aros de mi labio, pensando que le di una razón perfectamente lógica para que mi idea fuera ridícula.

Pero en cambio, dijo—: Eso es tan dulce. ¡Qué buena idea!

—¿En serio? —Gracias a Dios—. ¿Así que, podrás cuidarlos?

—¿Qué? —La adoración desapareció de su voz—. ¿Quieres decir, a los dos bebés? ¿Juntos?

Fruncí el ceño. ¿Por qué ha hecho que suene tan poco razonable? —Sí. ¿Sería eso un problema?

—No. Bueno... solo que... No soy Britt. Ella hace que cuidar a dos bebés a la vez parezca fácil. ¿Pero yo? Un niño pequeñito, está bien. Podría hacer eso.

Creo. Pero dos, tan cerca de la misma edad, tan jóvenes. ¿Qué pasa si…?

—Lo harás bien. Esta noche Fanbrey tampoco trabaja, ¿verdad? Haz que venga a ayudar. Y tienes mi número de teléfono. Puedes llamar en cualquier momento.

—Oh, buena idea. No pensé en traer a Quinn. Está bien. ¿A qué hora? ¡Menos mal! Misión cumplida.

Rápidamente, le dije—: Uh... Salgo del trabajo del taller a las cinco. Así que... ¿Tal vez a las cinco y media? Eso me daría un minuto para arreglarme.

—Pff... Chicas, ustedes y sus arreglos en un minuto. Simplemente no es justo. Nos lleva a las mujeres una buena hora prepararnos para una noche especial.

Sonreí. —Sí, pero los chicos no lucimos tan guapos como ustedes, señoritas, después de toda la preparación, así que opino que es un tiempo bien empleado.

—Mm-hmm. No es de extrañar que E. sea tan dulce contigo. Tienes una habilidad especial con los elogios. Pero de todos modos, voy a llevarle algo bonito para ponerse. Se enfadaría si supiera que sabía de su cita sorpresa, y la dejé ir con sus trapos viejos.

—No es una cita —fui rápido en corregirla—. No, solo cena…

—Y baile —interrumpió Rechel—. Y tal vez un paseo iluminado por la luna en la playa. Tontear un poco por encima de la ropa y…

—Vale, listilla. Suficiente. —Puse los ojos en blanco—. Pero no vamos a llamarlo así. A menos que ella quiera.

—Lo que tú digas, jefe. Voy a llegar para el servicio de niñera a las cinco en punto, ¿de acuerdo?

Colgué, sacudiendo la cabeza. Lowe sin duda tenía sus manos llenas con esa.

ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Mar Feb 21, 2017 5:46 am

Capitulo 29


BRITTANY



En serio me he establecido como Niñera Piecer. Me sentía orgullosa de la rutina que por fin me sabía de memoria, porque no fue fácil de perfeccionar.

Por lo general, me levantaba a las siete con Skyle, el ave de la mañana. Para el momento en que ella se dormía para su siesta por la mañana, Santy por fin abría sus legañosos ojitos. Él me ayudaba con el apartamento; siempre había algo para limpiar o arreglar. A la hora del almuerzo, Skyle se despertaba
otra vez. Alimentar a ambos tomaba una gran cantidad de energía. Uno de ellos estaría siempre de mal humor si ponía demasiada atención en el otro. Pero entonces me daban un descanso cuando tomaban su siesta de la tarde juntos. Y es entonces cuando también me echaba la siesta, o me daba una ducha rápida.

Ya era hora que ambos despertaran de su siesta de la tarde cuando llamaron a la puerta principal. Le contesté el teléfono durante las últimas semanas, ante el despliegue de vendedores por teléfono, pero nadie vino a la puerta antes.

Revisé la mirilla, pero la persona al otro lado se encontraba demasiado cerca y solo pude distinguir la cima de su cabellera grisácea. Preguntándome si era algún pariente de San, al olvidarme momentáneamente que estuvo en acogida temporal por lo que no tenía parientes, desbloqueé las cerraduras y abrí la puerta.

La había abierto apenas cuando la persona que llamaba finalmente se volvió y me sonrió amablemente —Hola, Brittany.

Di un grito ahogado. —Dios mío. —Cuando traté de cerrar la puerta, adelantó su pie y encajó un mocasín negro brillante en la jamba.

—Bueno, encanto. Esa no es manera de saludar a tu padre.

—Tú no eres mi jodido padre. —Cuando sonrió con su sonrisa malvada, lloriqueé. Respirando con dificultad, traté de concentrarme, calmarme, para poder racionalizar una forma de salir de esto—. ¿Qué quieres?

—Quiero que abras la puerta y me dejes entrar como una adulta antes de que tengas la atención de todos tus vecinos.

—¿Qué tal si me dejas en paz y te vas al infierno en vez de eso?

Hizo un sonido con la lengua y sacudió la cabeza. —Me debes más que eso.

Quedé boquiabierta. —Ni muerta.

Sus ojos se endurecieron, pero su sonrisa se mantuvo tranquila y amable, lo que siempre quería decir que tenía que estar más en guardia. —Sigues estando en nuestro seguro, ya sabes. ¿Cómo crees que pagaste esa factura del hospital?

Oh, Dios. Ni siquiera lo pensé. Era una estúpida. Creí que rompí todos los lazos con Bradshaw y Madeline Pierce. Pero se me escapó uno de los más importantes.

—¿O pensabas en un reembolso? —continuó Shaw—. ¿Con tu sueldo de niñera? Tres semanas en la unidad de cuidados intensivos neonatales no es barato.

Renunciando a la presión que aplicaba a la puerta, con pesar, di un paso atrás y le dejé entrar en el apartamento de San. Pasó por encima del umbral, pareciendo ridículamente fuera de lugar en su suave traje de Gucci. Tras dar una mirada despectiva a la habitación de enfrente, se pasó la mano por su chaqueta y se volvió hacia mí.

Crucé los brazos sobre mi pecho y lo miré. —¿Aceptas pagos?

Vino la malvada y calculada sonrisa a la que estaba tan acostumbrada. —Sí, lo acepto. Pero no en forma monetaria.

Cuando su mirada se posó sobre mis pechos cargados de leche que no podían seguir completamente ocultos debajo de mis brazos, me reí. —Sigues siendo un libertino viejo asqueroso, ¿no es así?


Con un suspiro, sacudió la cabeza con tristeza, claramente decepcionado conmigo. —Y yo que vengo a darte las gracias por el regalo que me has enviado.

—¿Regalo? —Fruncí el ceño, inmediatamente sospechosa.

—¿Qué? ¿No te acuerdas de enviarme a Patricia Garrison hace un par de meses?

Oh, mierda. Mis ojos se abrieron de par en par. No tenía idea de que la violadora de Quinn en realidad siguió mi consejo y se acercó a mi padre. Esto no era bueno. Dos personas malvadas como esas, haciendo un equipo.

—Me gustó mucho el juguete, cariño. Pero me temo que pude haberla roto.

—¿Tú...? —Querido Dios todopoderoso, ¿qué le hizo a la señora Garrison? Espera. No me importaba. Si ella estaba rota, sea lo que sea que significara eso, con suerte se hallaba fuera de nuestro camino para siempre.

—Algunas mujeres no pueden soportar un poco de trato duro. Sin duda no se hacen mujeres tan afables como tú y tu madre todos los días. Con el tiempo, las demás siempre renuncian a luchar y me dejan hacerlo a mi manera. Pero tú no. Nunca. Todavía recuerdo la forma en que me mirabas con ese fuego en tus ojos y la barbilla bien alta después de que me inclinara encima de ti…

—Por favor, no me digas que estás aquí solo para recordar el pasado porque prefiero vomitar en tus zapatos nuevos. —De hecho, debería hacerlo de todos modos. Pero joder, si hubiera sabido que ser desafiante cuando abusaba de mí solo lo excitaba más, me hubiera acurrucado en una bola y m e hubiera encogido como siempre quise.

Mi piel estaba fría y mis nervios amarrados. No sé lo que haría si uno de los bebés se despertaba. No quería a este monstruo cerca de Skyle o Santy.

—¿Qué diablos quieres de mí?

—Quiero que vuelvas a casa, por supuesto.

Bufé. —Estás delirando. Nunca voy a volver a poner un pie en ese lugar.

Él abrió los brazos y se echó a reír. —¿Prefieres quedarte aquí? ¿Con la idiota tatuada de la cara de metal? ¿En serio,Brittany? No me lo creo.

Esto hizo que mi estómago se removiera más al darme cuenta de que sabía quién era San.

Probablemente sabía cada secreto de San y cómo hacerle daño. Oh, Dios. ¿En dónde había metido a mi chica tatuada, dulce e inocente?

Levantando la barbilla, me burlé. —San Lopez es cien veces más tu de lo que tú nunca podrías ser.

Mi declaración le divirtió. Entonces me di cuenta de cómo le gustaba cuando yo era audaz y desafiante. Al instante di un paso atrás, con el ceño fruncido.

—¿Por qué me quieres? Tú me echaste, ¿recuerdas? ¿Debido a Skyle? ¿Y qué pasa con ella? ¿O sigues pensando en intentar que me deshaga de ella? Buena suerte con eso, viejo.

Se encogió de hombros. —Decidimos con tu madre que puedes quedarte con la niña. Al menos se trata de una buena Worthington. Pero resulta que tener a una hija desaparecida es mucho más indecoroso que una joven que da a luz sin estar casada. Así que, se te permite volver. Tendremos que prepararte la habitación sobre la cochera donde se quedó Reese, por lo que el llanto no nos
molestará.

—Que amable de tu parte —me burlé—. Pero respetuosamente, declino tu oferta. Gracias. —Entonces asentí con la barbilla hacia la salida—. Te puedes ir ahora.

Su risa todavía era divertida. —Vamos, querida. ¿No me puedes decir que no echas de menos tu antiguo estilo de vida?

Negué con la cabeza. —Ni siquiera un poco.

—Aumentaré tu prestación. El doble, incluso.

—Vete al diablo.

—Dios, he echado de menos tu boca sucia. —Cuando se acercó a mí, chillé y salté hacia atrás.

—¿Qué estás haciendo? ¡Fuera!

Él merodeaba detrás de mí, con los ojos enloquecidos con la excitación.

—Nadie se defiende como tú, Brittany. Tengo ansias de la forma en que sacas las garras y muerdes.

Oh, Dios. Oh, Dios. Oh, Dios. Estaba tan segura de que me había escapado para siempre, que nunca tendría que soportar otra sus visitas.

El que esto estuviera ocurriendo aquí, en el lugar donde me había reído, amado, y donde me sentía más en casa de lo que me he sentido en cualquier lugar, fue aún más traumático.

—Vas a tener que follarte a mi cadáver frío antes de tocarme otra vez. Porque voy a luchar hasta que uno de nosotros esté muerto.

—Genial. —Sus ojos brillaban con placer sádico—. Esa es la forma en que me gusta. No es de extrañar que nunca pueda controlar mis impulsos cerca de ti.

Cuando se lanzó, salté a un lado, y luego salí corriendo. Cuando entré en la sala, me di cuenta que se dirigía directamente a los bebés. Esperaba llegar a una habitación y cerrarle la puerta en la cara, refugiándome y cerrarla hasta que San viniera a casa. Pero ya era demasiado arriesgado, así que se salí a la cocina.

Iba a tener que darle lo que quería. Iba a tener que luchar.


ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Mar Feb 21, 2017 5:59 am

CAPITULO 30

SANTANA


Rechel debe haber estado esperando esta noche tanto como yo. Ella ya se encontraba en mi casa, esperando en la parte delantera del edificio con Quinn cuando llegué a casa del trabajo.

—Llegas temprano —dije mientras me acercaba, sin aliento y ansiosa.

Ella saltó hacia adelante con una sonrisa y una bolsa de ropa doblada sobre el brazo. —Oye, he sido una buena chica y me he quedado aquí hasta que llegaras a casa para no arruinar la sorpresa. Pero en serio, Britt. puede querer arreglarse. Es la primera noche que va a salir desde que nació Skylar. Tengo tres vestidos para que elija, y un par de pares de zapatos.

Negué con la cabeza y miré a Quinn en cuyos brazos se apilaban cajas de zapatos. —Chicas.

Élla me lanzó una mirada seca sobre ellos. —Oh, dímelo a mí.

Rechel inhaló mientras me siguió hasta el vestíbulo. —Voy a ignorar sus comentarios porque soy así de impresionante. —Entonces golpeó su cadera con la mía—. Así que, ¿a dónde la vas a llevar? Sabes que su favorito es la comida italiana, ¿no?

Sonreí, porque lo sabía. —Pensaba llevarla a Luigi, en la Plaza.

Rechel aplaudió y me envió una sonrisa de aprobación. —Perfecto. Le encantará eso. —Parloteó todo el camino por las escaleras hasta el tercer piso, diciéndome que quería hacerle al pelo de Britt y cómo descargó la canción perfecta en su iPhone para bailar con Santy.

—No puedo esperar hasta que Skyle tenga la edad suficiente para que pueda jugar con su pelo. Voy a comprarle tantos lazos y broches.

Hice una pausa para desbloquear mi puerta, solo para fruncir el ceño cuando la encontré ya desbloqueada. —Eso es extraño. —Empujé. Lo primero que oí fue a Luchador y a Skyle llorando en el pasillo de nuestra habitación.

Un escalofrío corrió por mi espalda. No había vuelto a casa con un bebe llorando desde el día que Eleine se fue y abandonó a Santy. Jesús.Britt no me habría dejado y abandonado a mis bebés.

¿No?

Empecé a caminar hacia el pasillo cuando la oí gritar.

—San… —El grito fue interrumpido antes de que algo sonara en el suelo de la cocina seguido por sonidos de lucha.

—Britt. —Salí corriendo en esa dirección y fui hasta la entrada.

Lo que vi fue como si mis pesadillas se hicieran realidad. Un bastardo muerto, porque iba a matarlo, que llevaba un puto traje de tres piezas, luchaba con ella y por la posesión de un cuchillo de cortar, mientras él la inmovilizaba contra la nevera. Las lágrimas corrían por su rostro, donde fue herida y con una hinchazón de la frente hasta la mejilla. El escote de su camisa se hallaba roto y había marcas de garras en su cuello.

Lanzándome hacia adelante, agarré la muñeca del viejo hijo de puta y lo arranqué, satisfecho cuando oí un chasquido y gritó. Cuando el cuchillo se le cayó de la mano rota, lo arrastré fuera de Britt y lo alejé, empujándolo contra los armarios y haciendo que la parte posterior de su cabeza chocara contra la madera.

Todavía estando aturdido por el golpe, lancé otro en su cara y luego uno en el estómago, solo para darme cuenta que se había desabrochado el cinturón y el botón superior de sus pantalones.

—Oh, hijo de puta. Estás muerto.

Después de otro golpe, voló su sangre, pero unas manos y brazos se envolvieron alrededor de mí y me tiró hacia atrás. Las voces de Quinn y Britt zumbaban en los oídos. Me resistí, pero cuando una as Britt sollozando se puso en medio del hombre que intentaba matar y yo, poniéndose enfrente de mí, era imposible luchar sin lastimarla.

Quinn me apoyó contra la pared del fondo, pero todavía podía ver al bastardo mientras negaba con la cabeza, luego se tomó la cara y se limpió la sangre de su nariz. Lo reconocí. El rico despreciable de la tienda que vino con una rueda pinchada en su Bentley. Por alguna razón, eso me cabreó aún más.

Me hizo pensar que eligió específicamente como blanco a Britt.

Así que traté de dispararme hacia él para vengarme, pero Brittany estaba desesperada por mantenerme alejado.

—Por favor —rogó—. No, San, no. No puedes. No tienes ni idea de lo que es capaz. Podría destruirte. Por favor. —Hundió la cara en mi cuello, sus lágrimas mojando mi piel.

El shock me hizo succionar el aliento. No podía creer que ella conociera a este asqueroso. —¿Quién diablos es él?

—Su padre —me respondió Rehel desde la puerta de la cocina donde estaba pálida y congelada, y boquiabierta ante su tío con una pila de cajas de zapatos derramados que cubrían el suelo a sus pies y la bolsa de ropa que ella aferraba a su pecho.

ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Mar Feb 21, 2017 8:14 am

CAPITULO 31

SANTANA



Ante el sonido de la voz de su sobrina, el cabrón de Bentley giró hacia Rechel.

La mirada de ella cayó a su cinturón abierto. —¿Tío Shaw? —Con un sollozo, dejó caer la bolsa de ropa y se tapó la boca con ambas manos mientras retrocedía un paso.

Miré a Britt justo cuando ella me miró. La derrota en sus ojos lo explicó todo; el dolor, la vergüenza y el arrepentimiento. Su expresión me dijo quién la había estado maltratando durante años.

—Oh, mierda —susurré.

Sus ojos se abrieron. —San. —Puso sus dulces dedos en mis mejillas, manteniendo mi enfoque en ella y nada más—. Por favor, no lo hagas.

Yo vibraba de la rabia. Quería destrozar al monstruo que había aterrorizado a mi Campanita.

Pero, mierda. ¿Su propio padre? Cerré en puños mis manos y apreté mis ojos, tratando de obedecer a sus suplicas. Parecía vital para ella que no lo golpeara, pero Dios, quería hacerlo. Incluso tuve que rebotar mi rodilla para aliviar parte de la agresión zumbando a través de mí.

—Rechel, no viste nada —decía el cretino; su voz me hacía retorcerme, ansiando atacarlo—. Podría destruirte, ¿entiendes? Si le dices algo a alguien, te destruiré a ti y a tu noviecita prostituta de allí.

Rechel jadeó y se puso pálida, mientras Quinn se estremecía contra mí.

Britt seguía mirándome fijamente, rogándome con la mirada, pidiéndome que mantuviera la calma. Presioné mi frente contra la suya y traté de enfocarme en nada más que ella.

Pero su jodido padre tuvo que apuntarme a mí después. —Y tú. Vas a pagar por poner tus sucias y manchadas manos huérfanas en mí.

Tal vez debería haber estado sorprendido de que supiera tanto de mí.

Pero me encontraba más ansioso por destruirlo.


—Adelante —dije—. Me encantaría…

—No —gimió Britt. Me agarró con más fuerza y apretó la mejilla contra mi pecho.

Un gruñido salió de mi garganta. Maldita sea. ¿Por qué no quería que lo lastimara por ella?

De alguna manera, apenas respetando sus deseos, me quedé mirando a su padre sin perder el control. No estoy seguro de cómo lo logré, pero me impresioné con mi propia habilidad de retener mis emociones, a pesar de que todavía podía oír a mis niños al final del pasillo, llorando por nosotros.

—Lárgate de mi maldita casa —gruñí.

Su padre entrecerró los ojos. Al hijo de perra no le gustaba que le dijeran qué hacer, ¿verdad? Qué lástima. Este era mi dominio.

Finalmente, sus labios se torcieron con diversión. Cuando su mirada se dirigió a Britt, quise arrancarle los ojos de su cabeza, por atreverse siquiera a mirarla.

—Me iré —murmuró—, por ahora. —Luego se dio la vuelta.

Rechel se hallaba en su camino. Al darse cuenta de que debía pasarla a ella para salir, saltó de su camino con un grito ahogado y corrió hacia nosotros, tropezando con los zapatos en su prisa. Quinn me soltó para tomarla y jalarla contra él. Libre de las manos de Fabrey, envolví mis dos brazos alrededor de Britt, besando su pelo y respirando su aroma.

Tan pronto como escuchamos la puerta del frente cerrarse tras su partida, ella se salió de mis brazos, y fue por el pasillo hacia nuestra habitación.

Cuando los bebés se callaron unos segundos más tarde, no pude contener mi agresividad ni un segundo más.

Eché hacia atrás el brazo y golpeé el refrigerador. Dos veces. La explosión de dolor que vino mientras me rompía los nudillos en realidad se sintió bien y tranquilizadora.

—Oh, Dios mío —gimió Rechel, alejándose de Quinn para pasearse en un círculo pequeño. Enterró los dedos en su pelo mientras trataba de comprender lo que acababa de suceder—. Eso fue… Oh, Dios mío. Su propio padre… el tío Shaw fue… intentaba…

Cuando miró de Quinn a mí como si buscara ayuda, desvié la mirada y apreté los dientes.

—Sabías. —Se dio cuenta, mirándome. Su boca se abrió—. Tú… pero… —Negó con la cabeza—. ¿Cuándo…? ¿Cuánto tiempo…? ¿Por qué nunca me lo Dijo?

—Sweet Pea —comenzó Quinn, su voz llena de simpatía.

Pero Rechel levantó la mano, manteniéndolo a raya cuando me miró.

—¿San?

—¿Qué? —espeté, frunciéndole el ceño—. ¿Qué quieres que diga?

—Quiero que me digas que estoy equivocada —lloró—. Dime que no vi a mi tío intentar violar a mi prima. Oh, Dios mío. Mi prima. Mi mejor amiga. Mi… —Lágrimas llenaron sus ojos—. Mierda, esta no era la primera vez, ¿verdad? Santo… oh… Dios. Creo que voy a vomitar. —Acunó su estomago mientras sus lágrimas caían con más fuerza—. ¿Cómo pudiste saberlo y no decir nada? Fue a nuestro apartamento a buscarla. Vino a mí y yo… le dije dónde se encontraba. Nunca lo hubiera hecho si… si… Quinn. —Girándose hacia su hombre, se lanzó hacia élla.

Élla la envolvió con sus brazos, besando su pelo y murmurando—: Está bien, cariño. Está bien.

Retrocediendo lo suficiente como para mirarlo boquiabierta, chilló— : ¿Bien? ¿Cómo es que está bien? Él… él… a Britt.

Quinn no tenía una respuesta, por lo que solo la apretó más y la obligó a enterrar la cara en su pecho.

Mientras observaba sus nudillos volverse blancos por la fuerza con que tomaba su camiseta, traté de tranquilizarla.

—No lo sabía —dije—. No quién, de todos modos. Hasta ahora.

Sorbió y se limpió la nariz con el dorso de la mano. —¿Pero sabías que alguien…? —Cuando no pudo terminar la pregunta, asentí. La confusión nubló su expresión—. ¿Por qué te diría a ti y no a mí?

—No me lo dijo. Yo lo descubrí.

—Oh, genial. —Levantó las manos con disgusto, casi dándole al ojo de Quinn en el proceso—. ¿Así que yo fui demasiado estúpida para darme cuenta?

Girando lejos de nosotras, salió de la habitación.

—Rechel —gruñí—. No… —Cuando no me escuchó, le di a Quinn una mirada ceñuda—. ¿Podrías detenerla? Campanita no necesita un interrogatorio en estos momentos.

Élla maldijo en voz baja, pero se apresuró en busca de su novia.

A solas en la cocina, me tomé un momento para aclarar mis ideas. Me doblé por la cintura, y dejé escapar una larga y fuerte respiración. Pero las voces elevándose —de acuerdo, bien, solo la voz de Rechel— viniendo de la habitación, me obligaron a ir en ese camino.

—¿Lo sabe la tía Mads? —demandaba Rechel mientras me detenía en la puerta y veía a Britt sentada en la cama, con los brazos llenos con Skyle y Santy mientras los mecía consoladoramente de un lado a otro. Se aferraban a ella como si se les fuera la vida en ello, pero me di cuenta de que ella se aferraba aellos de igual manera. Eso hizo que mis entrañas se retorcieran, saber que no había estado aquí para salvarlos de este susto. Luego mis celos se dispararon porque ella buscaba consuelo en ellos, no en mí.

Maldita sea. ¿Por qué no había salido del trabajo unos minutos antes?

—Deberíamos decirle —alentó Rechel, meneando la cabeza, de manera vigoroso—. Vamos a llamarla ahora.

Sacó su teléfono antes de que Britt murmurara—: Rech, detente. Ella lo sabe.

—¿Qué? —gritó Rechel.

—Shh. No levantes la voz. Los bebés siguen asustados. —Me miró de forma acusadora antes de volver a su prima—. ¿Qué estás haciendo aquí?

Rechel se hallaba demasiado agitada para responder, murmurando—: ¿Cómo podía saber esto y no…? ¿Cómo pudo quedarse con él y…? Oh, Dios mío. —Tomó su rostro mientras sus ojos se abrían como platos—. Es tan malvada como él. No puedo creer que haya ese tipo de maldad en mi línea
sanguínea.

Respondiendo a la pregunta de Britt por ella, le dije a Campanita—: Estaban aquí para cuidar a los bebés. Iba a invitarte a salir esta noche. Darte un descanso de los niños.

Su mirada se deslizó hacia mí y parpadeó como si estuviera tratando de evitar llorar. Finalmente, apartó la mirada y su voz fue áspera.

—Gracias. Eso es… dulce, pero no… no tengo ganas de salir esta noche.

Apoyé la espalda contra el marco de la puerta, golpeando mi columna contra él tan fuerte como lo necesitaba, buscando más punzadas de dolor para mantener mi ira bajo control. Aún me sentía tentado a correr del apartamento y perseguir a su padre.

—¿Cuánto tiempo ha estado sucediendo esto? —demandó Rechel.

Eva sacudió la cabeza. —No quieres saber la respuesta a eso.

Curvando los hombros, Rechel comenzó a llorar de nuevo. —No puedo creer que esto esté sucediendo. No puedo… ¿por qué nunca me lo dijiste?

—Porque sabía que ibas a reaccionar de esta manera. —Cuando la voz de Britt se volvió aguda por la agitación, los bebés respondieron, gimiendo de manera irregular.

Me aparté de la puerta y fui hacia ellos. —Dame a Skyle.

Britt no pareció querer al principio, pero cuando se dio cuenta de que no podría calmar a los dos bebés a la vez, finalmente cedió. Tomé a la niña en mis brazos y la sostuve cerca de mi rostro, cerrando los ojos y haciendo una promesa silenciosa de que nada ni nadie iba a hacer con ella lo que habían hecho con su madre. No sobre mi frío cadáver.

Mirándome mientras me acomodaba junto a Britt en la cama para que aún pudiera estar cerca de su hija, los ojos de Rechel se iluminaron con horror

—Oh, mierda. Ella no es… Él no es el padre de Skyle, ¿verdad? ¿El tío Shaw?

—No —respondió al instante—. Alec es su padre. No es que sea mucho mejor candidato.

—¿Estás segur…?

—Sí, Rech. Tenía dieciséis años la última vez que Bradshaw… me atrapó desprevenida.

Rechel se atragantó y golpeó su mano sobre la boca. Luego se lanzó hacia delante para sentarse en la cama y lanzar sus brazos alrededor de Britt.

Sollozando y sin poder dejar de disculparse, hizo un desastre sobre Luchador y Campanita.

—Lo siento mucho, Britt. Si lo hubiera sabido… yo… hubiera estado allí para ti. Hubiera ido a Florida y te hubiera llevado lejos de esa casa. Jesús, no puedo creer que incluso la tía Mads… —Sacudió la cabeza y chilló un poco más.

Miré hacia Quinn, quien estaba solemne y silencioso. Apoyado contra la pared, veía a las primas abrazarse con empatía triste, como si entendiera la difícil situación de Britt. Me recordó la visita de esa mujer al bar, y la palabra por la que el padre de Britt lo había llamado. Prostituto.

Cuando me vio estudiándolo, apartó la mirada con aire de culpabilidad, su garganta moviéndose mientras tragaba.

Rechel quería quedarse, así que se aferró a Britt. Pero esta siguió echándola.

—Quiero estar sola con los niños en este momento. Solo… solo necesito un poco de espacio.

Su prima al final se retiró, pero por su rostro pude notar que no quería irse. Le dio a Britt un último abrazo, y Quinn me sorprendió cuando también dio un paso adelante para abrazar a Eva.

—Esto explica muchas cosas —dijo, mientras se alejaba.

Britt sonrió con tristeza. —Supongo que compartimos más similitudes de lo que jamás pensaste, ¿eh?

Élla no contestó, solo tomó solemnemente la mano de Rechel y se dirigió con ella a la salida del apartamento.

Cuando la puerta se cerró detrás de ellos, capturé la mirada de Britt.

—Estás loca si crees que yo voy a dejarte sola en este apartamento.

No quería ser grosero, pero tenía que sacarlo. De ninguna manera iba a dejarla sola.

Sonrió suavemente y apoyó la mejilla en la cima de la cabeza de Santy.

—No quiero que te vayas. Simplemente no podía decirlo delante de Rechel. Podría herir sus sentimientos si se enterara de que te quería a ti aquí y no a ella.

Mi mirada atravesó la suya. A pesar de que sabía que su razonamiento tal vez no tenía nada que ver con que yo le importara más, mi pecho se llenó de una loca clase de orgullo. Pero tenía que adivinar—: ¿Porque sabías que no haría preguntas?

Se mordió el labio y bajó la mirada antes de asentir.

Asentí también. No importaba qué quisiera de mí, estaba contento de que quisiera algo. Me levanté y coloqué a Skyle en la cuna. Luego tomé a Santy de sus brazos y lo bajé. Los dos se encontraban despiertos todavía, pero había llegado al acuerdo de tumbarse satisfechos por un minuto.

Volviendo de nuevo a Britt, le tendí la mano. —Vamos a limpiarte.

Frunció el ceño, confundida, antes de bajar la vista y ver lo desgarrada que se hallaba su camiseta. La sangre seca se aferraba a su piel, proveniente del rasguño en su brazo y en el dorso de sus manos había más marcas.

Asintiendo, tomó mis dedos.

La llevé al baño y la hice sentarse en el borde del lavabo. Entonces mojé una toalla y primero limpié el corte en su labio. Después de limpiar el rasguño en su hombro, sus manos, y a lo largo de su cuello, donde su blusa desgarrada revelaba las marcas más profundas, me incliné para besar el peor corte antes de aplicar suavemente un vendaje.

Contuvo el aliento y me miró. —Estás siendo extremadamente bueno con todo esto.

Resoplé, divertido. —Tú eres la que me dijo que me tranquilizara.

—Así que ¿no te sientes tan tranquilo como estás actuando?

Negué con la cabeza y estudié el hematoma formándose en su frente. — Ni siquiera un poco.

—Bueno, actúas bien.

—Gracias. —Llegando a la parte trasera de su cráneo, donde su padre la había empujado contra la nevera, me estremecí. Había un chichón de un tamaño decente allí atrás, pero al menos la piel no se había abierto.

—¿Qué hay de ti? —pregunté finalmente, estudiando sus ojos en busca de signos de pupilas dilatadas—. ¿Estás bien?

—Oh, ya sabes… —Se encogió de hombros y levantó una mano, indiferente—. Rechl la única persona que nunca quise que averiguara todo esto, se acaba de enterar, por lo que… no. No, no estoy bien. —Su barbilla temblaba y se mordió el labio para detenerla.

Asentí, comprendiendo por completo. Ella actuaba tan bien como yo.

—Así que… tu papá, ¿eh?

Apartando la mirada, sorbió por la nariz. —Él no es realmente mi papá. La noche que descubrió por parte de mamá que yo era hija de otra persona, fue la primera noche que, ya sabes, visitó mi habitación.

Me tragué la bilis que subió a mi garganta, y dejé escapar aire por la nariz.

Sacudiendo la cabeza, le dije—: No me importa si era de sangre o no, seguía siendo tu padre. —Seguía siendo un enfermo, asqueroso hijo de puta.

Bajó la cabeza y sus hombros se contrajeron en torno a su cuerpo al tiempo que se abrazaba. —Lo sé. —Su voz era muy pequeña, y su expresión derrotada. Esta no era mi fuerte y atrevida Campanita.
Odiaba lo que ese bastardo le había hecho y seguía haciéndole.

Mi respiración se aceleró. Levanté las manos hacia mi cabeza y enterré mis dedos en mi cabello mientras volvía al borde de la furia incontrolable.

—Joder, Britt a. No puedo soportar esto; saber lo que te pasó y no poder hacer nada al respecto porque ya está hecho. Quiero hacerle daño. Quiero atacarlo y lastimarlo. Si pudiera poner mis manos alrededor de su cuello… — Levanté los dedos, los diez tensos y doblados, deseosos de apretar.

Britt los tomó y los levantó hacia su boca. —Respira —instruyó mientras besaba la sangre seca en mis nudillos.

—No puedo —escupí—. Todo lo que puedo hacer es verlo sujetándote en la cocina y…

Me besó.

Su boca contra la mía. Era… sí. Todo. Cerré los ojos y me hundí en ella, acunando su cara y levantando la barbilla para que nuestros labios se alinearan perfectamente. Pudo haber sido seco y con la boca cerrada, pero aun así fue un beso perfecto y sacó todos esos sentimientos que tenía por ella desde el fondo de mi alma.

—¿Mejor? —preguntó mientras se apartaba lentamente.

Mantuve los ojos cerrados, reviviendo ese beso en mi cabeza mientras me mecía hacia delante. —Um, no lo creo. Quizá deberías intentar besarme un poco más.

Soplando una risa ligera, apoyó la mejilla contra mi cuello y me abrazó.

Le acaricié el pelo, y la atraje hacia mí cuando el impulso de protegerla surgió. —Si alguna vez vuelvo a encontrarlo cerca de ti, lo mataré. No voy a poder evitarlo.

—San, era en serio cuando te dije que podía destruirte. Aprenderá todas tus debilidades y encontrará una manera de usarlas en tu contra.

Recordando que ya sabía que era huérfano, no dudé de ella. Tal vez era un cabrón muy poderoso. Pero la información no me asustó. Presioné mis labios contra la sien de Britt. —Tú eres mi única debilidad.

Suspiró como si supiera que no lograba pasar a través de mí lo suficiente como para intimidarme, no hasta que Santy ySkyle comenzaron a llorar desde el dormitorio. Entonces se apartó y me miró con una constante e inquisitiva mirada. —¿Estás seguroa de eso?

Mis ojos se agrandaron mientras mi pecho se hundía alrededor de mi corazón con temor instantáneo.

—No lo haría. Solo son bebés.

Su risa era amarga. —¿Qué? ¿Un hombre que comenzó a violar a su hija cuando tenía doce años? Oh, creo que lo haría. Él usa cada recurso disponible contra sus enemigos para acabar con ellos y conseguir lo que quiere. Incluso a bebitos inocentes.

Cerré los ojos y apreté los dientes. —¿Doce? —susurré, inclinando mi cabeza—. ¿Tenías doce? Jesús, Campanita. Esa información no va a detenerme de salir en este momento y encontrarlo para arrancarle su inútil cabeza.

—Podría hacer que perdieras a Santy. —Chasqueó los dedos—. Así de fácil.

Mis ojos se abrieron. Cuando alcé la vista, me estudió un largo momentoantes de que el delirante juego de intimidación se estableciera. Exhalando, me dejé caer sobre la tapa cerrada del inodoro y enterré el rostro en mis manos.

—Mierda. —Me sentía nauseabundo. La cabeza me latía como si alguien me estuviera golpeando con un martillo. Juro que incluso pude escuchar…

Levanté la cara para darme cuenta de que alguien tocaba la puerta, pero no en mi cabeza. En la puerta principal. Con fuerza.

Oh, si ese maldito había vuelto, estaba muerto. No podía usar a Santy en mi contra si se encontraba muerto.

Pero la llamada que vino de fuera del apartamento, dijo—: Policía. Abran.

Mierda. ¿No me lo había imaginado?

Britt se sacudió sorprendida, con los ojos amplios. —¿Qué diablos?

Obviamente no estaba acostumbrada a crecer en el mismo tipo de vecindario que yo.

Siseando una maldición en voz baja, me levanté. —Los vecinos deben haber llamado a la policía otra vez.

Sus ojos se agrandaron aún más. —¿Otra vez?

Dejé escapar un suspiro de cansancio y le alisé el pelo con la mano antes de besarle el moretón en la frente.

—Vigila a los niños. Yo me encargo de la policía.

Asintió y se movió desde el cuarto de baño. Caminé por el pasillo, deseando que la noche hubiera ido como la planeé inicialmente. Quizá nos estarían sirviendo la comida en este instante y el suave resplandor de las velas crearía un ambiente romántico mientras un mesero volvía a llenar nuestras
copas.

Pero no, en cambio nos quedamos atrapados lidiando con esto. La realidad es una mierda.

—Así que, ¿qué pasó esta noche? —preguntó el policía que me había arrestado tan pronto como abrí la puerta. Su compañero, que me dio la advertencia “amistosa” la última vez, lo siguió al interior cuando me hice a un lado en silencio.

—Creí haberle advertido lo que sucedería si teníamos que regresar aquí, señora Lopez. —Parecía decepcionado, lo que me molestó más que el desprecio degradante de su compañero malhumorado.

Abrí la boca para responder, pero Britt apareció en la sala, trayendo a los bebés. Le lanzaron una mirada al moretón hinchándose en su cara y la blusa todavía desgarrada, y eso era todo para mí.


El policía malhumorado me agarró la muñeca y me levantó la mano para comprobar mis nudillos. Seguían maltratados por golpear al padre de Britt y luego el refrigerador. Suspiró con conocimiento antes de torcer el agarre y hacerme girar hasta que mi espalda se encontraba hacia él. Después de agarrar mi otro brazo y mantenerlos juntos, sacó las esposas de su cinturón.

Joder.

—Dios mío. —Tambaleándose,Britt corrió hacia nosotros—. ¿Qué está haciendo?

Cuando el oficial más amable se interpuso en su camino con las manos en alto para bloquearla, se detuvo y se encontró con mi mirada por encima del hombro; su conmoción y confusión hizo que se me formara un nudo en la garganta por el remordimiento. ¿Qué tipo de vida de mierda le di al traerla
aquí para cuidar a mi hijo?

—Creen que te pego —le expliqué.

Ella soltó un bufido. —Eso es una locura. —Volviéndose al policía bueno, batió sus largas pestañas hermosas—. Señor, está cometiendo un gran error. San nunca, nunca me lastimaría a mí ni a ninguna mujer.

El policía que me tenía agarrado se rió. —¿Es por eso que ya tiene un registro por asalto y agresión?

La boca de Britt se movió, pero no tenía lista una réplica. Sus grandes ojos azules, mostraron confusión y giraron en mi dirección antes de volver hacia el policía bueno.

—Si fue arrestado debido a una pelea, entonces fue en defensa propia o de alguien más, pero creo que fue por la segunda opción. Conozco a esta Mujer. —Señaló con su barbilla en mi dirección—. Y es la mujer más incapaz de golpear a una mujer que he conocido.

—Por lo tanto, ¿usted dice que élla no le hizo eso?

Cuando el policía señaló sus rasguños y moretones, vaciló como si acabara de recordar lo que le había sucedido. Se le escapó un gemido.

El policía que me sostenía en custodia levantó mis nudillos destrozados y añadió—: Piense antes de mentir, señora.

Ella entrecerró los ojos y luego levantó la barbilla con aire de superioridad. —Como dije, San solo se mete en peleas para defender a alguien. Así que espero que lo disculpen por golpear al hombre que irrumpió en nuestro apartamento y trató... —se detuvo y tuvo que tragar saliva antes de añadir con voz temblorosa—: de violarme. San fue mi héroe, no mi torturador. Élla me salvó.

—Alguien entró, ¿eh? —preguntó el policía malhumorado, sin creerlo para nada.

A ella no debió haberle gustado el tono de su voz, porque le espetó—: Eso es lo que acabo de decir, ¿no es así?

—Campanita —le advertí. Si no tenía cuidado, complicaría más las cosas—. Tranquila, cariño.

Se volvió hacia mí, sus intensos ojos azules brillaron. —¿Qué? Está siendo un completo idiota. ¿Por qué demonios te van a arrestar cuando nosotros somos las víctimas aquí?

—Si alguien entró a su casa, entonces ¿por qué no nos llamaron en lugar de permitir que se quejaran los vecinos?

—¿Y por qué no hay señales de haber forzado la entrada? —El policía malhumorado hizo un gesto hacia la puerta abierta del apartamento.

La mirada de Britt cayó en la jamba de la puerta perfectamente intacta.

Sus ojos se volvieron vidriosos con horror. Mis tripas se retorcieron, enojadas porque estos cabrones le hicieran revivir lo que había sucedido.

—Estábamos ocupados tratando de calmar a los bebés después de que San lo echara. Ustedes se presentaron antes de que tuviéramos la oportunidad. Por cierto, gracias por su respuesta rápida.

Ninguno de los policías se preocupó por su irónico agradecimiento. —¿Y la jamba de la puerta? —incitó el policía malhumorado.

Al otro lado del pasillo, la puerta de la vecina se entreabrió unos centímetros.

—Llevaba un traje de etiqueta —dijo una voz tímida desde el interior.

El policía bueno dio un paso hacia el pasillo. —¿Quién?

—El tipo que apareció llevaba un traje muy bonito. Golpeó a la puerta y ella la abrió.

Apreté los dientes, deseando que la vecina fisgona cerrara la puta boca.

Pero el relato de la testigo siguió desbordándose al otro lado del pasillo.

—Ella le dijo que se fuera y trató de cerrarle la puerta en la cara, pero él puso el pie y la detuvo, y finalmente logró entrar.

Inhalé una brusca respiración. —Ese hijo de puta —murmuré, con ganas de encontrar de nuevo al padre de Britt. Y matarlo por lo menos tres o cuatro veces.

—Estuvo allí solo unos minutos. Algo golpeó contra la pared una vez y entonces se escucharon gritos en el interior. Entonces ésta llegó a casa. —Un dedo apareció desde el espacio, señalándome—. Vino una pareja con élal. Entraron todos. Le siguieron más gritos y portazos. Entonces el tipo sofisticado
salió cojeando, sujetándose el costado con un brazo y sus pantalones con la otra mano porque estaban desabrochados. La otra pareja se fue unos minutos más tarde. Parecían molestos.

De pronto creyentes, los policías se volvieron hacia Britt. —¿Lo conocía?

Ella vaciló antes de sacudir la cabeza. Luego su mirada se deslizó hacia mí y sus ojos me rogaron que la respaldara.

—Nunca lo había visto antes en mi vida.

—Tenía una vieja cicatriz en la mejilla —dije amablemente.

Britt movió los bebés en sus brazos como si se estuvieran volviendo pesados, pero su atención se centró en mí.

—¿Algo más? —preguntó el policía bueno, sacando una libreta de su bolsillo delantero.

Me encogí de hombros, sosteniendo la mirada de Britt. —Como dijo la vecina, él usaba un traje de etiqueta. No noté mucho más, excepto que era blanco, cerca de cincuenta años, el pelo canoso. Francamente, no presté mucha atención a los detalles porque estaba ocupado tratando de controlar mi temperamento como para no matarlo por tocarla.

-San me salvó la vida esta noche. —Britt se estremeció y besó la cima de la cabeza de Santy antes de acurrucar su mejilla contra la de Skyle—. Y tal vez también la vida de mis hijos. Ese tipo... tenía una mirada loca en sus ojos.

A partir de ahí, fuimos considerados inocentes. Los policías hicieron una preguntas más. Dejé que respondiera Britt. Y ella corrió a mí tan pronto como me quitaron las esposas. Levanté a Luchador de uno de sus brazos y los abracé a todos.

El policía malhumorado salió primero. El otro persistió un segundo más, con la mirada en Britt antes de mirarme a mí.

—Un cambio para mejor, ¿eh?

Mis labios temblaron mientras miraba a Britt. —Claro que sí. Y la otra dejó a su hijo conmigo, así que conseguí lo mejor de ambos mundos.

El policía se rió entre dientes y salió del apartamento. —No se olviden de llamar si ese hombre aparece de nuevo.

—Lo haré. —Después de cerrar la puerta detrás de él, apoyé la espalda contra ella, dejé escapar un suspiro y me encontré con la mirada de Britt.

—Bueno, mierda —dijo ella, meciendo a Skyle en sus brazos—. Eso fue sin duda una primera vez para mí.

No tenía ni idea de por qué pensé que era divertido, pero tiré la cabeza hacia atrás y me reí.

ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por 3:) Mar Feb 21, 2017 11:05 am

Carajo ya apareció el padrastro de britt... No la va a dejar fácil!!!
El poli cualquier cosa por llevar a san a la cárcel!!!
Mal por lo que vio rachel y como se entero!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por micky morales Mar Feb 21, 2017 6:43 pm

Pobres rach y britt , para rachel, no era la manera de enterarse y para britt ese viejo asqueroso!!!! bien merecidos los golpes, y ahora que va a pasar????? Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 4065562827 Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 3718790499 Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 2884812151
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por JVM Miér Feb 22, 2017 12:54 am

Mierda pobre Britt cuando todo iba bien el viejo asqueroso regresa a seguir jodiendo su vida, pero ahora tiene a San para defenderla a ella y a sus hijos. Y pues mas personas saben lo que le paso y quien lo hizo, pero creo que al final es bueno.
Ahora San debe proteger a su familia mas que nunca!!
JVM
JVM
-
-

Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por monica.santander Miér Feb 22, 2017 2:32 pm

Hola!!!
Sabia que iba a aparecer!!! hdp......
Saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por Tati.94 Vie Feb 24, 2017 10:49 am

Ahora el padre de Britt sabe donde viven y todo, ojala no les haga la vida más dificil.
Y todavia elane o eleane como sea, no aparece!!!
Espero que cuando aparezca, no separé a las chicas.
Tati.94
Tati.94
*******
*******

Femenino Mensajes : 442
Fecha de inscripción : 08/12/2016
Edad : 29
Club Brittana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Sáb Mar 11, 2017 5:33 am

CAPITULO 32

BRITTANY



No llevamos a los niños a la cama hasta casi una hora después de su hora habitual de dormir. Atrapé a San mirándome mucho, como si esperara por ese momento en que por fin dejaría que el estrés de toda la noche me afecte y me caiga a pedazos. Pero logré mantenerme cuerda.

Cuando por fin nos deslizamos bajo las mantas, uno frente al otro en el brillo de las luces de la noche, metí las manos bajo mi cara y lo miré al otro lado mientras élla hacía lo mismo, examinándome.

Había estado tan segura de que la siguiente vez que élla tuviera una noche libre, por fin nos meteríamos en algunas delicias físicas… pero por desgracia, mi padre ahogó esa idea por completo. San se veía muy asustado para siquiera tocarme, lo que me hizo preguntar cómo antes había conseguido un beso de élla en el baño.

Una suave sonrisa iluminó su rostro. —¿Qué estás pensando? Se la devolví. —Pensaba en lo dulce que fue de tu parte conseguir una niñera para que pudiéramos salir esta noche.

Suspiró. —Sí, bueno, lamento que eso no resultara. Supongo que es lo que obtengo por hacer planes.

Estiré la mano para acariciar su mejilla. Entonces enderecé el arete en su ceja. —Fue la idea lo que me impresionó.

Siguió observándome mientras le hacía mimos, peinando los mechones rebeldes de su cabello.

—En realidad íbamos a salir a celebrar —dijo—. Hoy recibí una carta. Mi anulación ha finalizado.

Inspiré un jadeo sorprendido. —¿En serio? ¿Eres una mujer soltera de nuevo?

Asintió, pero una mirada extraña inundó sus rasgos. Casi podía jurar que era culpa. —Sé que fue muy presuntuoso de mi parte querer llevarte a cenar en el mismo día que dejé de estar casada. Lo siento. Yo no…

De pronto, me di cuenta por qué se sentía tan mal. —Santana Maie Lopez —murmuré en un regaño burlista mientras me incorporaba—. ¿Planeabas conseguir un polvo esta noche?

Antes de que pudiera detenerme, volé a abrir la mesita para encotrar un bote de lubricantre nuevos adentro.

San se sentó bruscamente, luciendo incluso más culpable que antes. — Britt…

Saqué el bote y la estudié. —Ahh, e incluso el placer de ella. Qué considerada.

Sin embargo, eso no parecía calmar su remordimiento. —No tenía intención…

Me incliné para besarla, callándola. Élla sabía a sorpresa y a la manzana que había comido antes de venir a la cama. Abrí la boca para saborear más. La punta de su lengua tocó la punta de la mía y gruñó, comenzando a acercarse antes de retroceder de golpe.

—Tal vez no deberíamos —dijo, aunque su respiración ya era superficial y rápida—. No después de lo que sucedió esta noche.

Pero agarré su mano. —¿Sabes lo que me dijo una vez? Dijo que sin importar con cuantas chicas lo hiciera, nunca sería capaz de borrar su toque. Que me había manchado por siempre.

El rostro de San se volvió púrpura de la furia. —Hijo de puta —pronunció entre dientes antes de atraerme a élla y presionar su frente en la mía—. Él mentía, nena. No estás manchada. Para nada.

Enganché mi mano alrededor de su nuca, con una mirada suplicante. — Pero me hizo creerle. Nunca… disfruté de tener intimidad con ningún chico o chica. No hasta ti. Dejaba de prestar atención y prácticamente borraba cada encuentro de mi cabeza. Sin embargo, cuando estoy contigo, me haces sentir todo. Soy hermosa, amada y limpia. Necesito que me hagas sentir así ahora. Necesito que
me demuestres que ese bastardo se equivocó.

Cuando apreté el bote de lubricante en su mano, cerró los ojos y gruñó—: Te amo muchísimo. —Sus dedos temblaban cuando tocó mi mejilla.

—Y yo te amo, Santana. Ahora hazme tu Campanita.

Abrió los ojos, y la confusión en su cara me dijo que no estaba seguro de cómo responder ya que le ordené nunca llamarme así de nuevo.

—Me llamaste Campanita esta noche cuando vinieron los policías — dije—. Y antes de eso en el baño.

—Yo… —Tragó saliva y sacudió la cabeza—. Lo siento. Simplemente… se me escapó. —Cerró los ojos brevemente antes de lanzarme un respingo arrepentido—. No sucederá de nuevo. Lo juro.

Negué con la cabeza. —No, estuvo bien. Fue grandioso, en realidad. Lo he extrañado. —Moviéndome más cerca de élla, pasé los dedos por su rostro, por los aretes de su labio y abajo, por el tatuaje de las raíces del árbol en su cuello; raíces ya que siempre había querido una familia y un lugar al cual
pertenecer.

Saber que yo era sus raíces y su lugar al cual pertenecer, me hizo sentir completa.

—No me di cuenta la noche que me enteré de Campanita el honor que era ser ella. Porque no entendía que no solo sería un sueño hecho realidad para ti; es un sueño hecho realidad también para mí. Me has dado las cosas que nunca supe que necesitaba o quería, pero terminaron siendo las más preciosas que tuve. Mi trabajo, esta familia… —Señalé hacia la cuna—. Un amor que me completa. Todo esto es debido a ti. Sinceramente, solo puedo pensar una cosa más que necesito de ti, y mi vida será perfecta.

Cuando mi mano trazó sus pechos desnudos, se detuvo en el tatuaje sobre su corazón y luego continuó más abajo, atrapó mi muñeca con suavidad.

—Si hacemos esto esta noche, voy a dejar de pagarte por ser la niñera. Porque eso sería raro. Serías más como una…

Cuando parecía no ocurrírsele un término apropiado, sonreí. —¿Más como una esposa hogareña?

Sus ojos llamearon. —¿Eso te enloquecería?

Probablemente enloquecería a Rechel si supiera al respecto. Diría que me volví loca, que avanzábamos demasiado rápido, que necesitaba reducir la velocidad y pensar en esto. Pero ya sabía que era la solución perfecta para nosotras.

—No voy a enloquecer. Ahora… —Atrapé la cima de sus pantalones de pijama y comencé a bajarlos—. ¿Podemos continuar hacia el entretenimiento principal de la noche, o vas a resistirte a mí por siempre?

Soltó un aliento y se estremeció cuando agarré su inchado clitoris en mi palma. Sus ojos se cerraron y gruñó con gratitud.

—¿Estás totalmente segura de que quieres hacer esto? —preguntó con voz tensa, su dominio sobre sí mismo casi destrozado.

Parpadeé con repentina inseguridad, pero solo porque su resistencia continua me molestaba. —Si estás de acuerdo con tener una chica que creció siendo abusada por su padre.

Aspiró bruscamente y rodó hacia mí, soltando el agarre que tenía en élla.

—No tiene nada que ver con esto. No estás sucia, Campanita. En absoluto. Él es el único asqueroso.

Tengo miedo de que estés intentando apresurar esto para demostrar algo que no tienes que demostrar.

Sonreí ante su proclamación inflexible, incluso más segura que nunca de lo que quería de élla. Curvando las manos alrededor de sus hombros, me incliné para besar su tatuaje favorito. —Me acabas de llamas Campanita. —Levantando el rostro para susurrar en su oído, dije—: Hazlo de nuevo. —Luego lamí el arete de su tetilla antes de atraparlo entre los dientes.

—Maldita sea —gruñó, haciéndome girar sobre mi espalda para cernirse sobre mí. Entonces pronunció con voz áspera—: Mi Campanita. Mi alma gemela.

Me besó, con la boca cerrada, sus labios suaves y perfectos. Después, balanceó su coño contra mi muslo, y las cosas se pusieron mejor.

Me sacó mi camisa; le saqué sus pantalones. Acunó mis senos a través del sostén de maternidad y me estremecí bajo su intensa atención.

—Jódeme, quiero chuparlos con tantas ganas. —Giró el índice alrededorde mi pezón, y aunque apenas podía sentirlo a través de todo el relleno, todavía se endurecieron—. Cuando los niños terminen con ellos, van a ser míos. ¿Entiendes eso? Voy a pasar un día entero con mi boca en nada más que estas
bellezas.

Gimoteé y arqueé la espalda, queriendo su boca allí ahora. —Deja de provocar y pon tu boca en algo antes de que entre en combustión.

—Mmm. Mandona. Me gusta. —Se agachó para mordisquear mi caja torácica, justo bajo el borde de mi sostén.

Agarré su cabello grueso. —Sigues provocando.

—Y sigues siendo mandona. —Levantó la mirada y me guiñó un ojo—. Relájate, Campanita. Tengo esto bajo control. —Después de mostrarme una sonrisa traviesa, me quitó las bragas y enterró su cara entre mis piernas, pero inhaló profundamente, oliéndome, antes de comenzar a lamer.

Al primer toque con su lengua, arqueé la espalda, jadeando por la sorpresa del placer. No podía notar que hacía diferente, pero se sentía mejor que nunca. Agarré un puñado de las sábanas que tenía debajo de mí. Me abrió más las piernas, haciendo lugar para sí mismo. Luego lamió un poco más abajo.

Mis ojos llamearon por la sorpresa cuando mi centro se apretó con el placer travieso y codicioso. Pero entonces se movió arriba de nuevo, antes de que pudiera correrme. Su lengua salió para pasar sobre mi clítoris, y algo inesperado y duro lo empujó mientras metía un dedo dentro de mí. Comencé a
estremecerme y gemir, ya tan cerca.

Me cubrió la boca con su mano justo antes de que aquellos dedos provocadores de clítoris abandonaran mi canal ardiendo de deseos. —Shh — advirtió—. Nunca cambiamos de lugar la cuna. Si los despiertas esta noche, nunca llegaremos a la mejor parte.

No me gustaba eso. Quería verbalizar cuán bien se sentía, en voz muy alta. Incapaz de controlarme, mordí su dedo.

Con una maldición, sacó el dedo mordido de mis dientes y abandonó mi coño para subir por mi cuerpo.

—Maldita sea, mujer. Si vas a ser una mordedora, supongo que tendré que callarte de algún otro modo. Envuelve tus dientes alrededor de esto. —Me besó largo y duro, su lengua ahogó cualquier
sonido que hice cuando se clavó profundo.

Cuando sentí un tintineo de metal, retrocedí de golpe. —¿Qué…?

Movió las cejas y sacó la lengua para mostrarme su piercing más nuevo.

—Sorpresa. Lo conseguí después de que dijiste algo.

Oh, madre de Dios. Agarré dos puñados de su cara y lo jalé de nuevo a mí, jugando con su lengua hasta que tuvo que retroceder y calmarse, jadeando bruscamente y mirándome como si no pudiera creer que yo me encontraba aquí.

—De acuerdo, supongo que los dos tenemos que amortiguar los ruidos —dijo antes de besarme y encajar sus caderas entre mis muslos. Sentí qu juntaba nuestros sexos. Yo estaba tan mojada y ardiendo en deseos, que me arqueé en ella.

Atrapó mi cadera, tranquilizándome. —Esto cambiará todo. —Se separó de mi boca para decir—: Una vez que esté dentro de ti, eres mía, soy tuyo y estamos juntas. No habrá amistad ni citas leves. Va a ser todo o nada.

La miré a los ojos. —Entonces hazme tu todo.

Sus ojos se calentaron. —Siempre lo fuiste. —Luego en pezo a mover sus caderas junto a la mia
Ninguna amortiguó los sonidos. Pequeño error. Jadeamos al unísono, compartiendo nuestro asombro cuando nos miramos boquiabiertos y atónitas por la fuerza de nuestro placer.

—Oh, maldición —susurró, luciendo pasmado—. Es esto. Esa sensación que he estado buscando.

Desde la cuna, uno de los bebés se removió. San maldijo en voz baja y se congeló sus movimientos .

—No, no, no —susurró, mientras bajaba su cara para enterrarla en mi cuello—. Por favor, no.

Alguien debió haber escuchado su súplica porque los dos bebés se quedaron dormidos. Suspiramos de alivio.

—En verdad vamos a mover esa cuna —gruñó—. Mañana.

Solté unas risitas, por lo que me besó para callarme. Entonces hizo retroceder sus caderas, solo para embestir de nuevo . Tuve que morderle el labio para que no gritara. Se sacudió con risas silenciosas.

Palmeé su trasero en reprimenda por reírse de mí, solo para maldecir cuando el golpe de mi palma contra su clitoris se volvió un chasquido más fuerte en el silencioso dormitorio. Las sacudidas en el pecho de San aumentaron.

—Es como si estuviéramos intentando no ser atrapados por nuestros padres —me susurró al oído—. Excepto que al revés.

Esto era, sin duda, una primera vez para mí. Riéndome y divirtiéndome en mitad de sexo alucinante. Pero la dosis de endorfinas felices parecía hacer que todo se sintiera mejor cuando se movió más profundo. Envolví las piernas alrededor de sus caderas para sostenerla allí por más tiempo.

—Me haces tan feliz —murmuré impresionada.

—Ese es el plan, Campanita. —Me besó en el cuello y deslizó las manos por mis muslos, antes de cubrir mi culo.

Dios, se sentía…. Guau. Oh, sí. Justo ahí. Comencé a gemir nuevamente, lo cual resultó en ambas riendo y gimiendo juntos, que nos hizo besarnos para acallarnos. Amé cada segundo. Amé la sensación de su cálida piel deslizándose contra la mía, y su duro clitoris enterrada en mí; su boca en la mía mientras nuestras lenguas se batían a duelo por más, y sus ojos cafes brillaron cuando encontró mi mirada y sonrió.

Las ansias en mí siguieron aumentando hasta que ni siquiera podía recordar reírme segundos antes, porque ahora me aferraba a élla e intentaba contenerme de correrme tan pronto. Quería que durara, solo un poco más, pero mi cuerpo comenzó a apretarse y temblar. Me besó con más fuerza y
embistió en mí más rápido. Nos sostuvimos las manos y apretamos nuestros dedos con fuerza cuando ambas llegamos a la cumbre de la euforia.

ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Sáb Mar 11, 2017 6:00 am

CAPITULO 33

BRITTANY


Pasaron dos semanas.

San iba en serio acerca de no pagar más por mis servicios de niñera. En cambio, me dio un nuevo teléfono celular que estaba incluido en su plan y encontró un coche viejo para que condujera. Corría infernalmente mucho mejor que el de Rechel. Realmente éramos como una pareja casada, y estoy
segura de que si tuviéramos la oportunidad, San y yo, follaríamos como conejitos.

Era de esperar que llegara a gustarme el sexo justo después de convertirme en madre y nunca tendría tiempo para ello. Lo que era peor, Skyle tuvo fiebre, lo que me asustó muchísimo. Después de dos visitas al médico, y media docena de opiniones diferentes de las enfermeras y otras madres, por fin
decidimos que tenía un dolor de garganta.

Ponerla en cuarentena, lejos de Santy era casi imposible, pero San movió la cuna razonablemente hacia el otro cuarto para que Sky y yo pudiéramos acampar allí, mientras que élla y Santy se quedaban en nuestra habitación.

Nunca supe que tener a un niño enfermo sería tan aterrador. Cada tos de mi hija me ponía frenética de preocupación. Me hallaba tan feliz de tener a San a mi lado en todo. Su apoyo incondicional a veces hacía que sintiera una opresión en mi pecho por el enorme amor que me producía.

Pero en serio, pasaron tres días desde que tuve mi dosis de perversidad con élla, y era demasiado tiempo para mi gusto. Esta noche, no me importaba lo tarde que llegara a casa del bar, me iba a quedar a esperarlo, saltaría sobre sus huesos sexys y sacaría al animal salvaje en élla, ya que me encontraba más que caliente.

Era cerca de la hora de acostar a los niños, y nos terminábamos mi nueva rutina de yoga nocturna. Dejaba a Skyle y Santy algún tiempo boca abajo para que fueran perfeccionando la posición de revés, y yo me encontraba en la pose de V invertida cuando una llave en la cerradura me hizo gritar, sobresaltada.

Sabía que era demasiado temprano para que fuera San, por lo que mi mente inmediatamente pensó en mi padre. La puerta se hallaba entreabierta antes de que me diera cuenta de que quién fuera, tenía una llave. Por lo tanto, no era Bradshaw pirce, gracias a Dios. Empecé a preguntarme por qué San
regresaba a casa tan temprano cuando entró una pelirroja de aspecto rudo.

—¡Vaya! —Me puse de pie, lista para arrastrar a la intrusa en el pasillo por su desaliñada cabellera escarlata. Ella se paró bruscamente cuando me vio y entrecerró los ojos como si yo fuera la que no pertenecía aquí.

—¿Quién demonios eres tú?

Parpadeé. Oye, ¿no se suponía que fuera la que preguntara eso? ¿Y por qué una completa extraña tenía la llave de nuestro apartamento? ¿Por qué entraba como si fuera la dueña del lugar?

—¿Quién eres tú? —respondí.

—Soy Eleine. Vivo aquí.

Mi boca se abrió. Oh, diablos. Eso no era lo que esperaba oír. Pero... Guau.

¿Esta era la esposa de San? Quiero decir, ex-esposa. ¿Esposa anulada? Lo que sea.

Mi primer pensamiento celoso y egoísta, fue que era mucho más bonita que ella. Pero eso estaba mal. Mal, mal, mal. Sin embargo, no pude evitarlo.

—¿Dónde está San? —Cuando miró alrededor solo para establecer su mirada en Santy, me coloqué de manera protectora frente a él. Fea o no, su mirada en mi niño no me gustaba. Un pánico repentino se disparó a través de mí cuando me di cuenta de que en realidad no era mi hijo, ¿verdad? Era de ella.

Oh mierda. Esa era la realidad.

Sacando una brillante sonrisa, y aspirando, dije—: Hola, soy Britt. La niñera.

Su mirada saltó de nuevo a mí. Luego se estrechó.

Así que asentí alentadoramente. —Santy es adorable. Ha sido un perfecto áng…

Su resoplido burlón me cortó. —Eres la niñera, mi culo. Sé quién eres en realidad. —Cuando dio un paso intimidante hacia mí, levanté las cejas. Si cree que puede amenazarme, sería mejor que tenga cuidado. No me tomo bien las amenazas—. Tú eres la puta razón de que mi esposa obtuvo una anulación. Eres la causa de que se quiera llevar a mi bebé y adoptarlo. Así los dos pueden
tener su pequeña familia perfecta juntos... ¿Con mi hijo?

Bueno, cuando lo ponía de esa manera, lo hacía sonar mal. Salvo que lo queríamos porque amábamos a Santy. Ella, obviamente, no lo hacía. Ni siquiera preguntó por él ni intentó sostenerlo desde que irrumpió por la puerta, ya que se encontraba demasiado ocupada siendo una perra.

Asenté una mano en mi cadera, aumentando mi actitud y le envié una mirada maliciosa. Si quería tener la conversación de esta manera, iría allí con ella. Echaba espuma por la boca por dejar que la mamá sobreprotectora en mi interior saliera para darle una bofetada verbal a esta estúpida.

—¿Llevarse a tu bebé? —repetí. Con una risa oscura, di un paso justo en frente de su cara—. Chica, tú eres la que lo abandonó aquí. Lo dejaste solo en una casa sin supervisión de un adulto. El lugar se podría haber incendiado, él pudo caerse y morir, pudo ser asesinado a golpes por algún... ladrón que
entrara a la casa. Cualquier cosa. Pero, ¿lo tuviste en cuenta? No. Estabas demasiado ocupada siendo una jodida, desalmada y desagradable vaca. — Bueno, tal vez me fui un poco por la borda, pero me hallaba demasiado enojada como para pensar racionalmente—. Tú no tienes un bebé. No te mereces este bebé.

Sí, me sentí muy bien y animada diciéndole todo lo que me moría por decirle durante semanas. Me sentía como si estuviera rebotando en mis pies y doblando mi cuello de un lado a otro, como una especie de boxeador que se preparaba para un gran combate. Me encontraba a punto de disparar el tema de San —diciéndole que lo trató como la mierda— cuando su rostro se puso morado.

—Eso es todo. No sé quién coño te crees que eres, pero yo di a luz a ese niño. Y me lo llevaré lejos de ti.

—¿Qué? —Oh, mierda. No debería estar sucediendo esto—. No. Espera. —Cuando se movió a mi alrededor, acercándose a él, me interpuse en su camino y le agarré el brazo—. No puedes hacer eso.

Las náuseas se arremolinaron en mí y lágrimas brotaron de mis ojos.

Eleine sacó su brazo de mi agarre y me empujó a un lado. Cuando me tropecé hacia atrás, lo alzó bruscamente. Él empezó a llorar al instante.

Salté frente a la puerta y la bloqueé con mi cuerpo. —Espera, espera, espera. Lo siento. Vamos a hablar de esto.

—¡Sal de mi camino, perra! —Sus ojos eran salvajes. No me encontraba segura de que estuviera sobria. Tragué saliva e invoqué a todos los nervios de mi cuerpo para calmarme. Pero, oh mi Dios, nunca escuché a Santy gritar así.

Hizo que Skyle también empezara a llorar, y yo ya sabía que tenía lágrimas corriendo por mis mejillas. Solo quería tomar a mis dos bebés y sacar a patadas de mi casa a este pedazo de basura.

—Simplemente toma un respiro y piénsalo. Piensa en lo que le estás haciendo a San.

Parpadeó, afectada por su nombre. Así que seguí insistiendo con eso. — Élla se ha mantenido a tu lado toda la vida. Te ha ayudado siempre que lo has necesitado, y sabes que siempre lo hará.

Ahora también sus ojos se llenaron de lágrimas. —Oh, ¿por eso quería la anulación? ¿Por eso quiere adoptar a Santy? ¿Para ayudarme? Tú y ese bastarda deben estar bastante unidos si te ha contado tanto acerca de mí. Creo que hace esto solo para que poder seguir follándote.

Apreté los dientes, molesta de que pudiera retorcer lo que teníamos San y yo en algo tan pervertido. Pero tuve que tranquilizarme y pensar en Santy. — Te equivocas. San piensa en ti. Entiende que necesitas tu libertad, y trata de dártela. Quiere cuidar a tu bebé por ti. Lo dejaste aquí por eso, ¿no? Porque sabías que San era la mejor persona para él. Y mira, se ha ocupado de él, ¿no?
Gesticulé hacia Santy, pero gemía tan fuerte, que no creo haber hecho un muy buen razonamiento. Seguí suplicando—: Lo menos que puedes hacer es esperar aquí y hablar con él. Le debes mucho.

—Luego, cuando llegara San, la convencería de desistir de llevarse a nuestro pequeño. Tenía plena confianza en élla. Pero no tenía confianza en mí misma y mi capacidad para mantener a
Eleine aquí tanto tiempo.

Los niños seguían llorando. Si iba hacia Skyle, sabía que Eleine escaparía por la puerta, así que traté de tomarlo a él. Extendí los brazos tentativamente.

—¿Quieres que yo lo sostenga? Puedo conseguir que deje de llorar. —Retrocede, maldición. —Se movió lejos de mí y me lanzó una mirada—. No me toques.

Bajé los brazos nuevamente. Se sentían vacíos sin él.

—Está bien. Déjame llamar a San. Lo llamaré, y podrán hablar. —Élla podía arreglar esto. Sabía cómo tratar con las mujeres irracionales, y más con ésta en concreto. Podía recuperar a Santy.

La indecisión cruzó su rostro. Pero después de un momento, hizo un gesto brusco. —Está bien... está bien.

Alejarme de la puerta se sentía como la apuesta más grande de mi vida, pero lo hice, con mis piernas temblando todo el camino. Recogí a Skyle, la abracé y me senté al lado del teléfono. Tres intentos con los dedos temblorosos después, fui directamente al correo de voz de San. Mi estómago se revolvió con inquietud. Le dejé un mensaje, y a continuación probé con el del club. No hubo respuesta. Traté el número de Quinn, con la esperanza de que también estuviera trabajando esta noche.

Otra jodida sin respuesta.

Después, llamé a Rechel. Atendió al cuarto timbrazo. —Por favor — sollocé—. Te necesito.
ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Sáb Mar 11, 2017 6:28 am

CAPITULO 34

SANTANA


La noche era larga, lenta y terriblemente ruidosa en Forbidden. Hamilton se encontraba en el bar conmigo. Trabajaba con tranquila eficiencia, por lo que fácilmente llenábamos las órdenes. La música alta en la máquina de discos, y las mujeres bailando con todos los hombres que las seguían, empezaba a darme un dolor de cabeza. La misma maldita cosa cada noche. Solo quería llegar a casa con mi Campanita y acurrucarme a su alrededor, y tal vez por finestar dentro de ella de nuevo. Pasó demasiado tiempo desde la última vez que lo hicimos. Skyle se sentía mejor, así que quizás…

Entonces vi una cara familiar atravesando la multitud, intentando abrirse paso a través de la gente. Fruncí el ceño y me acerqué a Rechel cuando llegó a la barra.

—¿Qué haces aquí? Fabrey no trabaja hoy.

—Lo sé. —Sus ojos marrones eran grandes y brillantes cuando me agarró del brazo con fuerza—. Tienes que ir a casa. Ya mismo. Quinn está en camino para reemplazarte.

La urgencia en su voz, el miedo en sus ojos hizo que apenas saludara a Quinn antes de saltar sobre la barra y correr hacia la salida.

Llegué a casa en un tiempo récord. No me di cuenta que Rechel me seguía hasta que la encontré en mis talones, subiendo las escaleras hasta mi apartamento.

Abrí la puerta tan pronto como llegué. Britt se paseaba dentro de la sala de estar, agarrando a Skyle contra su pecho. Por un momento, me sentí aliviada de encontrarla sana y salva. Entonces noté que lloraba fuertemente.

Sus ojos se encontraban hinchados y rojos, su cabello era un desastre, y su rostro tan pálido como una tiza.

—¿Qué ocurre? —Me acerqué y agarré sus hombros con mis manos, dispuesto a matar a quien la alteró tanto. ¿Skyle empeoró? O su padre…

—Se ha ido —se lamentó—. Oh, Dios. Oh, Dios.

—¿Quién...? —Miré a mi alrededor, dándome cuenta de que Santy no se encontraba en ningún lugar de la sala. Cuando me di la vuelta, la devastación en su rostro hizo que el hormigueo en mi piel se convirtiera en un nuevo tipo de terror—. ¿Dónde está Luchador?

Cerrando los ojos, se atragantó con un sollozo y se inclinó hacia adelante, llorando aún más fuerte—. Se lo llevó. Vino aquí y simplemente... lo llevó.

—¿Qué? ¿Quién? —La sacudí, necesitando que se enfocara—. Maldita sea, Campanita. ¿Qué demonios sucedió?

—Eleine. Ella se lo llevó.

Mis dedos se cerraron en reflejo. Por un segundo, estuve demasiado asustado para hablar. Entonces rugí—: ¿Y simplemente la dejaste?

Se salió de mi agarre y me miró, las lágrimas haciendo que sus ojos azules brillaran con una furia etérea. —Sí, San, me hice a un lado y con alegría, sin una sola palabra de protesta, la dejé pasear por aquí y que se lo llevara. ¡Vete a la mierda! Por supuesto que no la dejé.

Se dio vuelta y buscó consuelo en Rechel, quien de inmediato la abrazó, a ella y a Skylar. Me dolió verla buscando consuelo en otra persona, haciéndome notar lo dura que fui.

Maldiciendo, tiré de mi cabello y cerré los ojos. Sabía que debía pedirle disculpas, pero Santy se había ido y no podía conseguir ir más allá de eso.

—¿Qué sucedió?

Dado que mi voz era más tranquila, levantó la cabeza del hombro de

Rechel y limpió las lágrimas de sus ojos. —Los vecinos llamaron a la policía. Nos gritábamos una a la otra y…

—Sí, sí. —Agité mi mano, irritado. Sabía lo fácil que era para la policía venir a nuestro lugar—. ¿Qué hicieron?

Negó con la cabeza, cerrando los ojos. —Dejaron que se lo llevara. ¿Qué crees que hicieron? Es su madre. Yo no tenía derecho legal de mantenerlo aquí. Incluso les dije que nunca en mi vida la vi y que no existía ninguna prueba de que fuera su madre. Pero luego ella suministró las pruebas. Traté de decirles que lo dejó hace meses… que no se encontraba en condiciones de tenerlo. Y preguntaron por ti. Les dije que estabas en el trabajo, pero no pude lograr contactarte... intenté todo. Lo siento mucho, San. —Se volvió hacia Rechel, llorando desconsoladamente—. Lo siento mucho.

—Es… —Quería decirle que estaba bien. Incluso extendí la mano para tocarle la espalda, pero acabé alejando mi mano para frotar mi cara; no podía superar el hecho de que mi hijo se hallaba allí afuera, con una drogadicta, haciendo Dios sabe qué—. Jesús. Tengo que encontrarlos. Tengo que... —
Empecé a girar en círculos, tratando de pensar. Miré a las chicas, y me encontré con la mirada preocupada de Rechel—. Voy a encontrarlos.

Estaba fuera de la puerta y corriendo por las escaleras antes de aspirar totalmente mi próximo aliento.
ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Sáb Mar 11, 2017 6:40 am

CAPITULO 35

BRTTANY


La primera media hora, estuve completamente inconsolable. Rechel solo me sostuvo y me dejó llorar.

Trató de tomar a Skyle, pero esta noche no podía desprenderme de otro bebé. Así que me obligué a calmarme lo suficiente como para dejar que Skyle encontrara algo de descanso en mis brazos. Y fue
entonces cuando empecé a lloriquear.

—Es todo culpa mía. Si no la hubiera atacado. Yo y mi gran jodida boca.

Le cabreé y tomó a mi bebé. Oh, Dios. San nunca me lo va a perdonar. —Cerré los ojos y traté de no desmayarme—. ¿Y si lastima a Santy? ¿Y si lo deja en cualquier lugar y…?

—Shh. —Rechel me acarició el pelo—. No vayas allí, cariño. No pienses en eso.

—Pero…

—No. Es tarde. Estás exhausta. Tu hija está agotada. Vamos a llevarte a la cama.

Trató de sacar mis pies del sofá, pero me resistí. —No, no puedo. — Negué con la cabeza enfáticamente. De ninguna manera podía volver a la habitación que compartí con San en los últimos meses—. No puedo quedarme aquí. Llévame a casa.

Rechel se mordió el labio. —¿Estás segura?

Asentí. —Élla me debe odiar en estos momentos.

—Dudo que élla…

—Perdí a su hijo, Rechel. —Fruncí la barbilla cuando una nueva oleada de lágrimas cayeron—. Por favor. Solo llévame a casa. —Aunque su apartamento no se sentía como mi casa. Esta era mi casa.

Rechel concedió mi deseo, y me llevó a su dúplex. Tomó de mis brazos a Skyle, que dormía, y la depositó suavemente en la cuna. Entonces me subió a la cama y se acostó conmigo. Apoyé la mejilla en su hombro y miré hacia el frente, insensible y fría.

En algún momento, Quinn llegó a casa del trabajo. Apareciendo en la puerta, nos miró.

—¿Ella se encuentra bien?

—Todavía no. —Rechel le hizo un gesto para que se fuera y volvió a acariciar mi cabello.

—¿Crees que San lo encontrará? —pregunté, mirando la pared del fondo.

—Creo que va a seguir buscándolo hasta que lo haga.

Cerré los ojos. Sí, lo haría. Esa idea me consoló, en tanto repetía mis últimos segundos con Santy. Ni siquiera fui capaz de darle un beso de despedida. Cuando el oficial de policía, finalmente, accedió a que Eleine se lo llevara, intentó salir por la puerta sin su asiento de seguridad o su bolsa de pañales. La detuve y la cargué con todo, cada pañal que tenía, y toda la leche de fórmula en polvo que no bebía desde hace más de un mes, botellas, mantas, todo lo que se me ocurrió, con la esperanza de abrumarla para que cediera y dejara que se quedara. Pero la presencia de los policías la asustó demasiado.

Colocó todo sobre sus hombros y se fue corriendo.

Nunca olvidaré las últimas palabras que dijo antes de que se llevara a mi hijo.

Después de mirarme de arriba y abajo con una mueca de desprecio degradante, dijo entre dientes—: Solo quiero que sepas que realmente nunca te amará. No eres su Campanita.

No fui capaz de resistirme a resoplar. —Oh, pero sí soy su Campanita.

Pero, ¿Lo era realmente? Perdí a su hijo, y tal vez destruí cualquier amor que alguna vez haya sentido por mí. ¿Cómo podría perdonarme por esto? Yo no sería capaz de perdonarme nunca.
ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Sáb Mar 11, 2017 7:17 am

]b]CAPITULO 36

Santana [/b]

Adolorida, agotada, y muy asustada, volví a entrar en mi apartamento en las primeras horas de la mañana. Sin Luchador. Había buscado en cada casa de drogas y guaridas de heroína en las que pude pensar, tratando de encontrar a Eleine. Nunca había sido cercano a esa multitud, pero me encontré con unas viejas amistadas que la conocían, y me dieron un par de ideas de dónde podría estar. Pero cada una dirigía a un callejón sin salida.

No tenía idea de dónde se encontraba Santy o qué le sucedía. Pensar en él estando herido, asustado o solo, jodía demasiado mi cabeza; así que traté de mantener fuera esos pensamientos, a pesar de que seguían aglomerándose adentro y casi enviándome a un ataque de pánico.

Contacté a cada hospital, ya sea preguntando por Eline o por él. Había llamado a cada viejo amigo suyo que se me ocurrió, pidiéndoles que pasaran el mensaje. Pero ni siquiera el jodido Quick Shot la había visto en las últimas veinticuatro horas.

Bombardeé su página de Facebook. Conduje durante horas, e incluso me detuve en la estación de policía. No sabía qué más intentar. Me imaginé cuál era el siguiente paso de Eleine, pero no podía aceptarlo. No podía esperar a que ella se volviera a cansar de él. Probablemente no duraría mucho, no por sí sola y como se encontraba. Lo traería de vuelta. Eventualmente. Pero incluso cinco minutos lejos de él eran insoportablemente largos para mí.

Dios, esto dolía.

Necesitando a mi Campanita, para que ayudara a aliviar mi corazón roto, regresé a mi habitación solo para encontrarla vacía.

—Oh… joder.

Ella había estado histérica, y no la consolé. Recordar la forma en que me suplicó que la perdonara destrozó mi pecho. Pero le había dicho que estaba bien, ¿no? Mierda, no podía recordar lo que dije. Había estado demasiado frenética por encontrar a mi chico. Sin embargo, sabía una cosa: no podría
dormir en mi cama sin ella.

Me encontré golpeando la puerta de Quinn Fabrey a las cuatro y media de la mañana. Le tomó más de un minuto abrirla, pero cuando me vio, dejó escapar un gran suspiro, sacudió la cabeza, y se movió a un lado sin decir una palabra. Entré, y me siguió a la habitación de Britt.

Fui directamente a su cama y toqué su hombro, haciéndola rodar sobre su espalda, solo para darme cuenta que esta mujer tenía el cabello oscuro. Al lado de Rechel, otra forma se agitaba y la luz del pasillo hizo que sus preciosos mechones rubios brillaran. Omitiendo a la mujer de abrey, alcancé a Britt y la atraje a mis brazos. Sus pestañas revolotearon. Cuando estuvo lo bastante despierta como para enfocarse en mi cara, se aferró a mi brazo.

—¿Lo encontraste?

Tomé un aliento. —Aún no.

Rechel se levantó de la cama y se apresuró para recoger a Skyle de su cuna. Ni siquiera tuve que pedirle; ella simplemente puso a la niña dormida en su silla de auto y luego recogió la bolsa de pañales para nosotros. Después asintió hacia mí, haciéndome saber que ella me seguiría con la niña. Saqué a
Britt de la habitación y la llevé al auto. No protestó, lo cual era bueno, porque no quedaba nada de pelea dentro de mí.

Cuando llegamos a casa, pusimos a Skyle en la cuna. Parecía extra pequeña allí sola. Luego fuimos al salón principal y nos sentamos en el sofá a esperar. Presionado contra ella y sosteniendo su mano, apreté los dedos de Britt.

—Gracias por luchar por él —dije finalmente.

Ella no respondió, solo apoyó su mejilla en mi hombro y lloró en silencio, esperando el resto de la noche conmigo.


**************************


Pasaron dos días. Los dos días más largos de mi vida.

No trabajaba, rara vez comía, y solo dormía a ratos, porque siempre despertaba sobresaltado con una nueva idea de dónde podía buscar a Eleine.

Pero nunca se encontraba en ningún lugar que busqué. Me llegaban informes de la gente que la vio con un bebé, pero siempre los perdía para cuando llegaba allí.

Al comienzo del tercer día, mi celular sonó a las dos de la mañana. Me encontré despierta al instante para responder el número desconocido. A mi lado, Britt se sentó de golpe y encendió la lámpara de noche, sus ojos abiertos y alerta.

—¿Hola? —dije. Por favor, que sea Eleine, por favor, que sea Eleine, por favor…

—¿S-San? —La voz ronca de Eleine sonaba asustada e insegura, pero me hizo sollozar con alivio.

—Oh, Dios. Oh, gracias a Dios. Eleine, ¿dónde estás? ¿Santy está bien?

—¿Santy? —se burló después de un fuerte resoplido—. Todo lo que te importa es Santiago, ¿no? Solías preguntar si yo estaba bien.

—Cristo, Eleine. Lo abandonaste aquí, a tu propio hijo. Jodidamente lo dejaste conmigo para cuidarlo. Así que lo hice. ¿Me puedes culpar por amarlo? ¿Por preocuparme por él? ¿Por qué te lo llevaste?

—¡Porque él es mío! ¿Por qué no debería llevármelo? Es mi hijo. Tú anulaste nuestro matrimonio.

—Anulé el matrimonio porque te fuiste. Ahora, ¿dónde te encuentras? Iréa buscarte, y podemos hablar, cara a cara. —Cuando no respondió, cerré los ojos y apreté los dientes—. Eleine, por favor. Me asustaste mucho. Estos últimos días, sin saber tu paradero, sin saber lo que pasaba con él, han sido los peores días de mi vida. Solo… háblame. Por favor… dime dónde estás.

—No te creo —dijo con voz ronca—. Mira, no creo que esa sea la razón por la que anulaste nuestro matrimonio.

—¿Qué? —Negué, completamente confundido—. No tiene ningún sentido. ¿Por qué haces esto? ¿Dónde estás? ¿Por qué te fuiste sin siquiera hablar conmigo primero?

—Debido a esa puta rubia que tenías en tu apartamento, esa es la razón.

Mi mirada se disparó a Campanita. Mordía la uña de su pulgar mientras me miraba, sus ojos azules muy abiertos por la preocupación. —¿Qué? — articuló.

Sacudí la cabeza y volví mi atención a Eleine. —¿Qué pasa con ella? — pregunté con cautela.

—¿Quién era ella? ¿Y por qué cuidaba a mi hijo?

—Cuidaba al hijo que tú abandonaste porque es la niñera.

Britt se enderezó, su pulgar cayendo de su boca cuando se dio cuenta que fue sacada en la conversación.

—Pensé que la señora Rojas lo cuidaba.

—Los Rojas se enfermaron. Tuve que contratar a alguien más. ¿Por qué eso debería molestarte? ¿Estás diciendo que de repente te importa lo que le sucede, después de que jodidamente lo dejaste solo? Pasaron horas antes de que lo encontrara ese día. Jesús, Eleine, ¿cómo pudiste hacer eso? Él no está solo ahora, ¿verdad? ¿Está allí contigo? ¿Está bien?

—Él está bien —murmuró con desdén—, y sigo pensando que mientes. Creo que ella es mucho más que solo la niñera.

Siseé una maldición y froté un lugar en el centro de mi frente, que comenzaba a doler. —¿Por qué estamos hablando de esto? ¿Me estás diciendo que te llevaste a Santy lejos de mí por culpa de Britt?

Britt jadeó y puso la mano sobre su corazón. Las lágrimas brotaron de inmediato en sus ojos. Estiré la mano y agarré sus dedos con fuerza, haciéndole saber que no había hecho absolutamente nada malo.

—Ella me dijo que era tu Campanita.

Excepto tal vez eso.

Maldición. Apreté los ojos.

Sin embargo, no solté la mano de Britt. Lo único que había hecho era decirle la verdad a Eleine. No podía culparla por eso. Eleine simplemente habría illegado a alguna otra razón para reaccionar de forma exagerada. Siempre lo hacía.

—Sí —dije, soltando a Britt para bajarme de la cama y pasear por la habitación—. Sí, lo es. ¿Y qué? ¿Cómo te afecta eso en algo? Te fuiste.

Esnifó. —¿Así que, es verdad? La encontraste. ¿Realmente encontraste a la chica que esa bruja te dijo que era tu único amor verdadero?

Mi garganta se secó. Por qué odiaba hablar de esto con Eleine, no lo sé,pero lo odiaba. Lo detestaba.
Con una inclinación, le di la respuesta practicada. —Sí. La encontré.

Sus lloriqueos se convirtieron en sollozos en toda regla. —Así que, todo va a hacerse realidad. Vas a irte y vivir con ella en tu pequeño felices para siempre en tu perfecta jodida casa con el césped verde. Y yo voy a morir, joven y sola.

—Maldita sea, no vas a morir joven y sola. No cuando estoy aquí para ti. Siempre he estado aquí. Eres mi amiga más antigua, y me encargaré de ti y Santy sin importar qué. Solo dime dónde estás, e iré a cuidar de ti.

Sin embargo, no escuchó nada de lo que dije. —Siempre pensé que me amarías… de la manera en que la amabas. Pensé… pensé que seguiríamo casados, y finalmente te darías cuenta de lo mucho que nos pertenecemos. Ya hemos pasado por todo. Nos conocemos por dentro y por fuera. ¿Cómo pudo
venir y alejarte de mí?

—Eleine, por favor, no hagas esto. Necesitas ayuda. Solo… déjame ir aayudarte.

—Ya no quiero ser tu jodido caso de caridad. Quiero… quiero que me mires y… me ames y ya.

—Lo hago —dije, mi voz ronca y todo mi pecho apretado con miedo. No quería mentirle, pero no podía decir nada para causar que colgara sin decirme dónde estaba—. ¿Crees que aguantaría tanta mierda de ti todos estos años si no te amara? ¿Quién estuvo siempre ahí después de que él te violó? ¿Quién te llevó al cuarto de baño y te lavó? ¿Quién golpeó a cualquiera que te lastimó? ¿Quién te acogió cuando tenías tres meses de embarazo? ¿Quién hizo cada putoesfuerzo para ayudarte a superar tu adicción? ¿Cómo siquiera puedes pensar que no te amo? —Solo porque nunca la amaría de la forma en que ella quería que lo hiciera, no quería decir que no me importaba.

Le eché un vistazo a Britt, preguntándome en qué pensó cuando le expresé mis sentimientos a otra mujer. Las lágrimas corrían por su rostro, haciéndome sentir como una mierda. Alejando la mirada porque no podía soportar verla llorar, estiré mi mano y fui recompensado cuando tomó mis
dedos, apretando con apoyo.

—Te amo, Eleine —dije, tragando el ácido en mi garganta mientras decía las palabras, todo el rato acercando más a Eleine y enterrando mi cara en su cuello—. Ahora, por favor… por favor, por favor, solo dime cómo llegar a ti.

—Yo… —Hizo una pausa para toser—. Estoy en un subterráneo abandonado junto a la estación de tren.

—Está bien, bien. Bueno. Estaré ahí. No vayas a ninguna parte. Estaré justo ahí. —Tomó todo lo que tenía no preguntar por Santy de nuevo, pero no quería hacer nada más para molestarla y causar que se fuera antes de que yo llegara.

—Date prisa —dijo, arrastrando las palabras—. Me estoy cansando.

—Lo haré. Estaré ahí. —Colgué y me giré inmediatamente hacia Britt—. Lo siento.

Parpadeó, luciendo sorprendida. —¿Por qué? Conseguiste que te dijera dónde se encontraba.

Sí, sí, lo hice. Y había sacado una parte de mi alma al hacerlo.

Abriendo el cajón de mi cómoda, saqué la primera camiseta que vi.

— Pero odié tener que hacerlo… tener que decir todo eso… delante de ti.

Britt se inclinó, sus dedos temblando mientras me ayudaba a vestirme. — San, no tenemos tiempo para esto. Lo entiendo. Solo… trae a nuestro hijo de vuelta.

Me detuve y la miré. —Sabes que no puedes venir. —No era una pregunta, sino una revelación sorprendida. Asumí que ella lucharía para ir conmigo. Trataría de llamar a la señora Rojas o a Rechel para que cuidara a Skyle y así poder estar ahí cuando viera a Santy de nuevo. Pero eso no podía
suceder. Solo había calmado a Eleine por ahora, y Britt lo sabía tan bien como yo.

Encontrando un par de pantalones para mí, se inclinó y los mantuvo abiertos para que me los pusiera. Más amor y respeto surgieron dentro de mí.

Poniendo mi mano en su cabeza, puse el primer pie en la mezclilla y luego el segundo.

—Te amo mucho, Campanita.

Subió los pantalones por mis piernas. —Lo sé. —Su voz estaba un poco jadeante mientras abrochaba mi cremallera—. También te amo. —Su sonrisa tembló y las lágrimas seguían brotando, pero cuando me miró, eso fue todo lo que necesité… su mirada en mí.

—Me tengo que ir.

Asintió, pero cuando empecé a girarme para buscar mis zapatos, agarró mi camiseta y me tiró de vuelta. —Espera. —Cuando encontré su mirada,capturó mi rostro entre sus manos—. Eres la mejor mujer que he conocido,Santana Lopez. Gracias por elegirme.

La besé con fuerza. —Siempre te elegiré.


*************************


Me tomó veinte minutos llegar a la estación de tren, para encontrar que el paso a desnivel del que Eleine me habló era un asunto totalmente diferente.

Había tantas líneas ferroviarias y viaductos que ni siquiera sabía por dónde comenzar. Aparcando en la estación, comencé en la más cercana, corriendo y gritando el nombre de Eleine. Me tropecé con un vagabundo sin hogar, pero no estaban Eleine ni Santy. Él empezó a molestarme hasta que notó el metal y mis tatuajes. Entonces retrocedió y me dejó sola.

Intenté con el siguiente paso a desnivel, sin aliento para cuando lo alcancé. Seguía sin suerte. Haciendo un círculo alrededor de la estación de tren, seguí buscando.

Aproximadamente a una hora de mi búsqueda, escuché las sirenas de policía.

Mi estómago se anudó en un gran manojo doloroso cuando sentí un mal presentimiento. Corrí en esa dirección, ya que venía a medio kilómetro de la estación de tren.

Ya tenían barricadas y bloqueaban a una multitud para el momento en que llegué allí. Respirando con dificultad por mi carrera, codeé a todos para llegar al frente, donde un policía le ordenaba a todo el mundo que se dispersara.

Cuando escuché a un bebé llorando donde todas las luces rojas y azules parpadeaban, entré en pánico. Parecía el llanto de Santy. Saltando una de las líneas policiales, fui en esa dirección pero un policía me gritó.

—¡Oye! —Me agarró del brazo.

—Creo que ese es mi bebé. —Señalé y aminoré un poco el paso, pero seguí caminando en dirección a toda la conmoción de coches de policía y ambulancias—. Mi esposa se llevó a mi hijo hace un par de días, y creo que ella está por aquí. Tengo que ver si ese es mi bebé.

—Está bien. Muy bien, chico. Cálmate. Quédate aquí, y averiguaré si ese es tu hijo. —Me señaló a modo de advertencia, pero tan pronto como se dio la vuelta, dando grandes zancadas, lo seguí. Otro oficial de policía nos notó acercándonos. Cuando lo noté, sus ojos se ampliaron, y nos reconocimos al
mismo tiempo.

El policía agradable que había estado en mi apartamento por todas las quejas señaló en mi dirección.

—Oye, ahí está la madre.

Oh, Dios.

Consciente de que había encontrado a Santy, me lancé hacia delante, escaneando frenéticamente.

—¿Dónde está él? ¿Está bien?

—Justo aquí —contestó alguien. Me giré para encontrar a un policía, de pie en las puertas abiertas de una ambulancia, tratando de sostener a un histérico Santy. La manta envuelta a su alrededor se hallaba destrozada y lo bastante sucia que bien podría haber estado arrastrándose por el suelo durante los últimos tres días. Pero lo que causó que las lágrimas pincharan mis ojos fue la suciedad que cubría a mi hijo y los moretones hinchados y cortes a través de su frente.

—Oh, mierda. —Mis rodillas cedieron una vez, pero seguí corriendo hasta que estuve con él y lo saqué de las manos del otro hombre—. Mi hijo. Mi pequeño.

Lo giré para presionar su pecho contra el mío, como le gustaba que lo sostuviera cuando estaba molesto, y de inmediato empecé a arrullarlo en su oído. —Está bien, amigo. Estoy aquí. Ya estoy aquí. Está bien, Santy. Mi pequeño Luchador. Comencé a cantar “Kryptonite”. Él agarró mi camiseta y enterró su cara en mi cuello. Mis lágrimas seguían fluyendo mientras se acomodaba. Pero él se
encontraba tan molesto y pequeños temblores ocasionales de hiperventilación lo inundaban mientras jadeaba por aire. A pesar de todo, se negó a soltarme. Y me negué a dejarlo ir.

—Está bien —repetí cuando no pude cantar más. Mantuve mi voz calma, a pesar de que el resto de mí se ponía más y más furioso. Besando el lado de su cabeza, le acaricié el cabello, y luego descansé mi mejilla contra él antes de mirar al policía que lo había estado sosteniendo—. ¿Cómo pudo hacerle esto? ¿Dónde demonios está ella?

Los ojos del hombre se llenaron de simpatía y pesar. —Lo siento, señora. Pero su esposa tuvo una sobredosis. No sobrevivió.

ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Sáb Mar 11, 2017 7:38 am

CAPITULO 37

BRITTANY


San llevaba fuera seis horas. Solo llamó una vez para hacerme saber que encontró a Santy y que nuestro hijo estaba bien. Ellos venían a casa desde el hospital, donde la policía había exigido un chequeo.

Me asustó la mención de un hospital y la policía. Sin embargo la voz de San estaba tan temblorosa y sonaba tan frenético, que no lo cuestioné. Si él se hallaba camino a casa, pensé que pronto conseguiría mis respuestas. Y lo hice tan pronto como se abrió la puerta. Vi la cara hinchada y rasguñada de Santy y enloquecí.

—Oh, Dios mío. Mi pequeño. —Lo arrebaté de los brazos de San y gemí mientras lo apretaba contra mí, respirando los olores desconocidos que emanaban de él. Lo sostuve con fuerza cuando él enterró su cara en mi cuello, agarrando puñados de mi cabello como hacía siempre, lo que me hizo llorar
más fuerte—. ¿Cómo pudo hacerle esto? —exigí, girando para enfrentar a San sobre el hombro de San—. ¿Dónde diablos está esa perra loca? —Estaba decidida a rasgarle la cara.

San me miró, su expresión demacrada y los ojos enrojecidos por el llanto. Su voz era ronca cuando dijo—: Está muerta.

Mi boca se abrió. Esperé a que se explicara, pero élla simplemente me pasó, caminando con dificultad como una mujer cansada y vieja. Se dirigió hacia el sofá antes de que viera a Skyle durmiendo en la sillita mecedora.

Alzándola en brazos, la acercó a élla mientras se sentaba con ella y enterró la nariz en su cabello.

Cuando por fin me miró, la expresión aturdida en sus ojos me dijo que se encontraba en estado de shock. Sin decir una palabra, me senté junto a élla y los cuatro nos acurrucamos juntos, allí sentados.

********

Aunque no estaba lista para soltarlo, sabía que Santy necesitaba mucho descanso, por lo que en algún momento, me levanté de mala gana y lo llevé a la cuna. San me siguió con una Skyle todavía durmiendo y la recostó al lado de Santy.

Toqué delicadamente los rasguños en su cara y una vez más sentí que surgía la rabia. Llevando los nudillos a mi boca, deseé que Eleine estuviera en su camino al infierno.

San me agarró la mano, sobresaltándome. Cuando levanté la vista, me impactó la oscuridad en sus ojos. Se veía salvaje. Dándome la espalda, se dirigió a la puerta, llevándome fuera del cuarto de los bebés con él.

No tenía idea de lo que pasaba por su cabeza. Por fin había recuperado a su hijo, sin embargo, debía de estar enojada por lo que le pasó a Santy. Por otro lado, su amiga más antigua acababa de morir, a pesar de que tal vez no era su persona favorita en el momento. Debía tener muchas cosas en la mente.

Tocándole la espalda, le pregunté—: ¿Estás bien?

No respondió, solo siguió dándome la espalda mientras élla cerraba la puerta en silencio para no molestar a los niños. Luego se giró hacia mí y me empujó contra la pared. Su boca se encontraba sobre la mía y su lengua estaba dentro de mí antes de que me diera cuenta de lo que sucedía.

Rayos de calor estallaron de los extremos de los dedos de mis pies.

Excitada al instante, envolví los brazos alrededor de élla cuando me levantó contra la pared. Traté de hacer lo mismo con mis piernas, pero él me detuvo para poder lidiar con mis pantalones y empujarlos hacia abajo, junto con mi ropa interior.

Entonces agarró mi muslo desnudo y lo enganchó alrededor de sus caderas. Hundió sus dientes en uno de mis senos a través de mi blusa y me retorcí contra élla, queriendo quitarme toda la ropa para que élla pudiera morder todo lo que quisiera.

—Te necesito tanto en este momento —jadeó mientras abría sus vaqueros . Me quedé boquiabierta por su humedad y ansiedad.

La mujer estaba desesperada y lo demostró empujando sus caderas contra las mi, brusca y rápida. La sorpresa que me penetración con dos dedos voraz me hizo gritar.

Necesitándola de la misma manera, me moví con élla, arqueándome hacia su siguiente embestida profunda. Su boca violaba la mía mientras me inmovilizaba contra la pared y me tomaba sin piedad.

—Sí —le dije, mordiéndole la oreja y tensándome a su alrededor cuando élla golpeó un lugar que curvó los dedos de mis pies.

—Britt... —gimió, alejándose para respirar en mi boca mientras sus desdos se sacudían en un ritmo incesante, arremetiendo más rápido hasta que agarré puñados de su cabello y las dos gritábamos. Se liberó con fuerza, usando mi cuerpo para curarse y dándome el honor de aliviar su dolor.

Cuando toda su complexión se apoyó en mí y enterró su cara en mi cuello, supe que élla acababa de superar algo de lo que lo acechaba.

—Te amo tanto —murmuró con voz difusa y somnolienta.

Le besé la mejilla y aparté el cabello de su frente. —Yo también te amo.

—No sé lo que haría ahora mismo sin ti.

—Bueno... —Me mordí el labio, con ganas de hacerla sonreír—. Para empezar, probablemente te hubieras masturbado.

Sus labios aletearon en una media sonrisa cuando levantó su rostro. —Y no se habría sentido tan bien.

Élla me levantó en sus brazos y me llevó hacia nuestra habitación. Una vez que nos acomodamos debajo de las mantas, se acurrucó detrás de mí yenvolvió los brazos alrededor de mi cintura antes de poner la barbilla en mi hombro.

—Lo digo en serio Britt. Sin ti, no tengo ni idea de cómo habría resultado mi vida. Si no hubiera tenido esa visión de ti y querido con cada fibra de mi ser, tal vez hubiese seguido el mismo camino que Eleine, y habría terminado absorbido por las drogas. O habría hecho lo que hizo mi otro amigo Ryder, que se unió a una pandilla. Él fue asesinado en un tiroteo desde coches cuando tenía dieciséis años.

Le besé la mandíbula. —Lamento tanto todas tus pérdidas. Murmuró algo incoherente, como si no quisiera pensar en eso. Entonces comenzó a acariciar mi costado. —¿Sabes cómo sigues diciendo que yo fui tu héroina y te salvé cuando golpeé a tu ex y tu papá? Eso es mentira. Tú eres mi
heroína. Conocerte en esas visiones me salvó. Me hizo querer ser una buena persona para poder merecerte cuando por fin te encontrara. Y ahora que estás aquí, sosteniéndome y dejando que te ame cuando solo quiero explotar... — Enterró su cara en mi cabello y respiró profundamente—. Ni siquiera sabes lo que me hace tu mera presencia. Eres mi cordura.

Llevé la mano detrás de mí para peinar su cabello con los dedos. —Tú también eres la mía. No hay otro lugar en el mundo en el que preferiría estar.

—No me dejes nunca —exigió con voz entrecortada.

Sonreí, pensando que mis próximas palabras eran la promesa más fácil que haría jamás. —No lo haré.

ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por micky morales Sáb Mar 11, 2017 9:59 am

vaya, esta mal decirlo pero al fin salieron de elaine, ahora solo queda librarse del viejo asqueroso para poder concretar su familia!!!!! Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 2236703817 Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 2236703817 Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 2236703817 Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 5 2236703817
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por 3:) Sáb Mar 11, 2017 7:50 pm

que bueno que san encontró a santy!!!
una loca menos,.. mal la forma que murio peor bueno!! un mal necesario!!
a ver como van las cosas de familia para los cuatro ahora??
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por monica.santander Sáb Mar 11, 2017 11:47 pm

Que susto!!!!!! Pero al fin Elaine se termino!!!!
Falta el otro pervertido!!!!
Saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por Tati.94 Dom Mar 12, 2017 2:33 pm

Todo por lo que han pasado las chicas, ya que tengan un poco de tranquilidad. Solo falta que el padrastro de Britr no se meta en su voda nunca más.
Tati.94
Tati.94
*******
*******

Femenino Mensajes : 442
Fecha de inscripción : 08/12/2016
Edad : 29
Club Brittana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por mayre94 Dom Mar 12, 2017 10:55 pm

Casii me infartoo! al saber que la loca desquiciada esa se llevo al hermoso Santy!! :/ que bueno que San lo pudo encontrar y regresar a casa juntos aunque me da rabia que este tan lastimadito :(. Ame que Britt lo considere su pequeño su hijo!! así que espero que pronto estén bien los cuatro.. me encanta tu historia gracias por actualizar tenia dias esperando tu actu! Ahora quedan el maldito del papá de Britt y los servicios sociales :( Pero bueno.. estare esperando Saludoss!
mayre94
mayre94
**
**

Mensajes : 52
Fecha de inscripción : 24/02/2015
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por JVM Lun Mar 13, 2017 12:35 pm

:o
Vaya cosas que pasaron, pero al menos Santy se quedara con ellas y Elaine ya no le podrá hacer daño. Además que la relación de las chicas cada vez se hace mas fuerte!
JVM
JVM
-
-

Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Sáb Mar 18, 2017 5:34 am

CAPITULO 38

SANTANA


Enterraron a Eleine un sábado por la mañana.

Nadie asistió al entierro excepto Campanita y yo. Trajimos a Luchador con nosotros, y así podría rendir sus últimos respetos a su madre biológica, pero el día ventoso seguía dejándolo sin aliento, así que Brittany le llevó hasta el coche, y me quedé sola para decir adiós a mi compañera más vieja.

Sabía que tenía que haber lamentado su pérdida, pero sobre todo me sentí aliviada. No tenía que sufrir más, y no tenía que preocuparme por ella nunca más.

—Esa bruja se equivocaba —le dije mientras tiraba un puñado de tierra en el agujero en su ataúd—. No moriste sola. Tuviste a tu hermoso niño contigo.

No puedo pensar en ninguna mejor compañía en el mundo que eso. Lo juro, Eleine, lo criaré bien y le enseñaré a amar tu recuerdo.

Entonces me di la vuelta para reunirme con mi familia en el coche.

Hice el amor con Britt esa noche lentamente, adorando cada inmersión y curva de su cuerpo. Me abrazó después, pasando sus dedos sobre mi tatuaje del corazón, y besé su cabello. Sabía que debía ser feliz.

Por fin estábamos juntos sin romper ningún voto matrimonial. Pero las incertidumbres seguían
molestándome.

¿Qué le pasaría a Santy cuando el Estado finalmente se diera cuenta de que no era ningún tipo de tutor legal? ¿Cuánto tiempo de más teníamos con él?

Y ¿qué pasa con el padre de Brittany?

Había expresado su preocupación más de una vez, pero me dijo que todo estaría bien. ¿Qué podía hacernos realmente? Sin embargo, su malestar me ponía nerviosa. Conocía al imbécil muchísimo mejor que yo. Si se sentía segura de que iba a tratar de vengarse de nosotros por la forma en que le pateé el
culo, entonces no podía descartar la idea.

Por desgracia, al día siguiente, una de mis preguntas repletas de preocupación fue contestada.

Cuando Jessie, la hija del jefe, llamó a todos los empleados de Forbidden para una reunión la tarde del domingo, mientras que el lugar seguía cerrado, le rogaba a Dios que anunciara que su papá se encontraba listo para volver a trabajar y hacerse cargo de manejar el lugar de nuevo. Kitty tomó bastante carga desde que el propietario estuvo fuera de servicio, y odiaba que me diera órdenes.

Llegué unos diez minutos antes de la reunión. Todos los otros camareros, además de la mayoría de las camareras, así como los dos cocineros, ya habían llegado y merodeaban en la parte trasera del club.

Necesitando que mis compañeros me levantaran el estado de ánimo, choqué mi brazo en el codo de Emily cuando me acerqué por detrás.

Asentí con la barbilla y sonreí cuando se volvió para reconocerme. — ¿Cómo anda esa lengua tuya, muchacha?

Se ruborizó. —Bien.

A su lado, Puck rió y pinchó burlonamente en el vientre a Emily. —Ahh, mira esa humilde sonrisita, aunque sé a ciencia cierta que su chica no puede mantener sus manos fuera de él. Siempre rogando para pasar la noche, incapaz de dejar de besarlo. La ha convertido en una puta ninfómana.

—Y él sigue diciendo que no puede quedarse. —Emily frunció el ceño a su nuevo compañero de cuarto—. Pero no me importa si élla trae mujeres por un noche. No es justo.

—Oye, la vida no es justa —dijoPuck, completamente impenitente de rechazar a Emily más tiempo con su chica.

—Tal vez deberías decirle que no puede llevar a pasar la noche a otra mujer hasta que esté de acuerdo en dejar que tu…

—Guárdatelo —interrumpió Puck, frunciéndome el ceño por poner mi granito de arena—. No me importa si bloquea mi dormitorio, me iré a follar a otro lugar… como va a seguir haciéndolo con Cora.

—Ves —me dijo Emily—, no va a ceder.

Cuando me di cuenta de que Puck se movía incómodo detrás de Emily, decidí que Puck probablemente tenía una buena razón para decir que no, y tuve un mal presentimiento de que eso me dejaría molesto con él. Pero no tuve que pensarlo mucho porque Jessie salió de la sala de atrás.

—¿Se encuentra aquí todo el mundo? —preguntó—. Bien. —Sin esperar a oír que un puñado de camareras todavía no llegaban, siguió hablando—: Papá recibió una oferta para vender este lugar, y la aceptó. Conozcan a su nuevo jefe.

Así como así, dejó caer la gran noticia. Sin atenuarla, sin preliminares para suavizarnos y decirnos lo buenos trabajadores que fuimos para su familia.

Solo… Bum. Nuevo jefe.

¿Qué demonios?

Jadeos y preguntas se escuchaban a mi alrededor en tanto yo quedé boquiabierto. Pero, maldita sea, no me esperaba esto. Eché un vistazo a los otros chicas, y ellos regresaron las mismas miradas perplejas antes de que Quinn echara un vistazo y sus ojos se volvieran como platos.

—Oh, mierda —susurró.

Me volví y me congelé.

Bradshaw PIece paseaba por el pasillo detrás de Jessie, viéndose tan rico, pulido e impoluto como siempre. Cuando su mirada se encontró con la mía, su sonrisa creció.

—Buenas tardes a todos. —Asintió de forma agradable, rompiendo su contacto conmigo antes de mirar a todos los demás como si fuera un honorable hombre de negocios.

Mis ojos se estrecharon. Todavía quería hacerle daño. Mucho. Ahora más que nunca. Pero si pensaba que me podía controlar al comprar el bar donde trabajaba, mejor que pensara en una mejor estrategia. Abandonaría este lugar tan rápido… Excepto que tenía que pensar en Britt, Santy y Skyle. No podría
mantenerlos solo con el salario del taller. ¿Qué pasaría si no podía encontrar otro trabajo en otro lugar? ¿Qué pasaría si…?

Maldita sea, era bueno, le concedería eso.

—Mi nombre es Shaw, y sí, soy técnicamente su nuevo jefe, aunque ya he contratado a un asistente que ejecute la gestión a diario. Estarán recibiendo las instrucciones directamente de ella. —Haciéndose a un lado, deslizó su mano a la figura que de repente noté que esperaba en las sombras—. ¿Patricia? ¿Te
importaría presentarte?

Cuando la señora Garrison salió a la luz, me quedé boquiabierto. Emily, Kitty, Puck y yo miramos al instante a Quinn.

Con sus ojos grises arremolinados con un instinto asesino, levantó las manos. —Renuncio.

Pero tan pronto como se dio la vuelta, nuestro nuevo supervisor sonrió y sus ojos brillaron con triunfo.

—No tan rápido, señora Fabrey. Si renuncia, voy a relevar a estos cuatro señor@s de sus tareas junto con usted.

Quinn se detuvo al tiempo que se me revolvió el estómago. Se volvió lentamente y la miró antes de desviar bruscamente su mirada torturada hacia nosotros. Sus ojos nos pidieron que lo dejáramos ir, mientras que la nuestra le rogaba que no haga que nos despidieran.

—Joder. —Puck fue el primero en responder—. Si tienes que salir de aquí, entonces vamos. Puedo encontrar un nuevo trabajo.

Keitty cerró los ojos y murmuró—: Mierda. —Todos sabíamos que no podía perder su renta. Vivía con una mujer que todavía buscaba trabajo, y ahora tenía tres hermanos que cuidar.

—Yo... Acabo de firmar un contrato de arrendamiento de seis meses en mi apartamento —dijo Em en voz baja—. Pero... Oh, hombre. Entiendo que si tienes que hacerlo... Has lo que necesites hacer, Quinn. Está bien.

Quinn me miró. Sabía a quién tenía que mantener yo, y también, a quién élla. Apretando los dientes, se volvió hacia la señora Garrison y la miró. Se iba a quedar.

Ella sonrió con aire de suficiencia. —Eso es lo que pensaba.

Empezó a hablar para todos, explicando un montón de mierda que a nadie le importaba. Mientras babeaba detallando sus nuevas funciones como nuestra supervisora directa, puse mi mirada en el padre de Britt. Me miraba, y una pequeña sonrisa engreída tiraba de su boca.

No sabía en qué consistía su juego, si hacía esto para vengarse porque lo había golpeado, o si quería apartar a su hija de mí, pero estaba acostumbrado a ser el más débil, el siempre obligado a inclinarse ante superiores. Tendría que ocurrírsele otra cosa si pensaba que esto iba a asustarme.

Quinn se encontraba asustada. Se le notaba mientras le ponía mala cara a la señora Garrison. Parecía que hacía toda una vida que hubiera entrado en orbidden y tratado de convencerlo de que esperaba un hijo de élla. Dios, pasó mucho desde entonces.

Sucedió Britt.

Britt, la mujer que no podía perder, pasara lo que pasara.

Se me revolvió el estómago con inquietud.

La señora Garrison nos despidió a los pocos minutos, recordándonos las nuevas políticas de trabajo que pronto se mostrarían en la pizarra en la sala de descanso. Quinn no se movió, así que Puck, Kritty Em, y yo nos quedamos ahí, apoyándolo en… todo lo que pudiera necesitar.

Con una sonrisa amable, la señora Garrison se paseó hacia nosotros.

—¿Por qué haces esto? —preguntó él, su voz baja y mortal—. ¿Y cómo conociste a él? —Su mirada buscó al padre de Britt antes de volverse hacia ella.

Sonrió. —¿Qué? ¿Celoso, cariño?

—No lo creo. Solo quería darle mis felicitaciones en caso de que fuera él quien dejó esos moretones en tu cuello.

Sus ojos se volvieron oscuros y afligidos al tiempo que sus dedos encontraron la garganta, donde vi las huellas digitales oscuras que no noté antes.

Si le hizo algo así a Britt, yo… mierda, no podía matar a mi jefe. Iría a la cárcel.

Pero, oh hombre, valdría la pena.

Inclinándose más cerca de la señora Garrison, Quinn bajó la voz. —Qué lástima que no supe antes que te gustaban estas cosas. Yo no habría dejado de apretar.

—Hmm. —Pestañeó varias veces, y en sus ojos se demostró todos sus pensamientos negativos. Sin hacerle caso, se volvió hacia Em—. ¿Bueno, no tienes una cara bonita? ¿Cuál es tu nombre, guapa?

Cuando trató de tocar la mejilla de Em, Quinn golpeó su mano. —No la toques.

Arqueando las cejas, el placer se extendió por su cara. —Vaya, vaya, hoy estás muy celosa. ¿Sabes lo mucho que me excita?

Mientras que el resto nos quedamos callados en estado de shock, Quinn resopló y se giró hacia nosotros, despachándola. —Métanse con ella bajo su propio riesgo, pero quedan advertidos. Es una perra mentirosa, manipuladora y chantajista.

—Amigo —dijo Puck, sacudiendo la cabeza—, creo que ya nos hemos dado cuenta de eso.

Quinn asintió y salió del edificio. La señora Garrison resopló mientras miraba detrás de élla. Cuando nos miró al resto, todos nos alejamos con rapidez.

Incluso Puck, que por lo general era insensato. Frunciendo el ceño aún más, ella se apartó y se marchó hacia la oficina, pasando con rapidez al padre de Britt, que acababa de emboscar a una de las camareras, cogiéndola del brazo y enviándole una sonrisa amistosa.

—¿Fui solo yo? —murmuró Puck a Ketty, Em, y a mí—. ¿O esa reunión fue un desastre total?
Seguí viendo a Pierce mientras se deslizaba junto a la chica, susurrando íntimamente, y el temor se enrolló con fuerza en mi vientre. Genial, aquí se hallaba otra razón por la que no podía salir de Forbidden. No quería que ninguna de las camareras se enredara en su red.

—¡Tansy! —le grité, levantando mi barbilla y haciéndole señas cuando me miró. Todas las camareras sabían que yo era su protectora. Confiaban en mí.

Así que, cuando le dije que se alejara de ese maldito bastardo, me envió una sonrisa de alivio y lo abandonó, apresurándose a mí, sin dudas.

Conteniendo la mirada penetrante a Pierce, pasé mi brazo alrededor de la cintura de Tansy y bajé mi boca a su oído. —No confíes en esa serpiente. Es un maldito violador. ¿Me oyes? —Se estremeció y me miró con ojos grandes y marrones. Cuando asintió, también asentí—. Nunca dejes que te atrape a solas. Y advierte a todas las otras chicas. No me importa lo que le diga a ninguna de ustedes, nadie habla con él a solas. ¿Lo entiendes?

—Está bien, San. —Se inclinó y me besó en la mejilla—. Y gracias a ti.

Creí tener un presentimiento extraño, pero traté de ignorarlo.

—No ignores esas intuiciones, cariño. Te mantienen a salvo.

—No, tú nos mantienes a salvo, San. Desde que me salvaste de ese cliente que me siguió a mi coche y a Mandy del tipo que la acorraló sola en los baños, no hay nadie en este edificio en quien confíe más que tú. Y si dices que es malo, considera a todos las camareras prevenidas.

Asentí, contento de que fuera a difundir la palabra. Ahora solo tenía que encontrar la manera de mantener a salvo a Campanita y mis hijos.
ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 5 de 6. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6  Siguiente

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.