[Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo

Capitulo 23

Brittany abrió la puerta y se quedó sin palabras a la mujer en su porche.

Finalmente dijo:

—Hola.

—Hola—Santana levantó la caja de pizza con dos cintas de películas descansando en su parte superior—¿Cena y una película?

—Tenemos mucho de qué hablar, ya sabes—contestó, apoyándose con un hombro en la puerta parcialmente abierta.

Detrás de ella los compases suaves de jazz sonaban en la sala de estar débilmente alumbrada.

—Lo sé. ¿Preferirías que...—se detuvo, parecía incierta—¿Qué quieres que haga?

—¿Estás trabajando esta noche? ¿Sólo condujiste para visitar?

La morena hizo una mueca.

—No, iba a hacerlo. Tenía la intención, cuando me levanté. Pero... no.

—Estoy demasiado cansada para esto, Santana. Realmente lo estoy—dijo con un suspiro.

La mirada en sus ojos, el sonido de su voz. La tristeza, la decepción, la pérdida.

Era un cuchillo en el corazón de Santana.

Levantó una mano hacia el rostro de su amante, y luego se detuvo.

—Está bien. Te llamaré. ¿Puedo llamarte?

—No—dijo con un movimiento de cabeza.

Y el mundo de Santana se inclinó, y luego comenzó a derrumbarse.

—Por favor. Britt…

—Realmente no puedo hablar ahora—extendió la mano, le tomó la mano, la empujó suavemente hacia adelante—Sólo ven adentro por esta noche. Sólo... quédate aquí.






—Hey—una voz tranquila, ronca dijo desde las sombras.

Rachel saltó ante el sonido, luego escudriñó en el saliente oscurecido de una tienda de videos cerrada por la noche.

—Jesús, Q. ¿Quieres dejar de hacer eso? Alguna noche voy a dispararte.

La ojiverde se rió.

—Tú no tienes un arma.

—Voy a conseguir una si sigues así.

—¿Podemos hablar?—se subió a la acera al lado de la joven castaña, limpiándose la lluvia que había estado cayendo desde la media noche de sus ojos.

—Sí, está bien. Vamos a cenar.

—¿Qué hay de Chen? Es más tranquilo.

La observó con curiosidad.

—Por supuesto.




Diez minutos más tarde estaban sentadas en una mesa atrás, los únicos clientes en el lugar.

Ordenó su habitual y la rubia optó por bolas de masa al vapor y una cerveza.

—Entonces—preguntó, respecto a la joven mujer de pelo oscuro en jeans negros y camiseta—¿Qué pasa? ¿Yendo a alcahuetear al Quivers este fin de semana?

—No—Quinn dijo a toda prisa, mirándola sorprendida—Hey, dije que quería ir.

No había esperado realmente que la novata fuera hacerlo después de que bromeando la desafió a unirse a ella en un club para escuchar una banda en la ciudad de Nueva York.


Flashback


Ni siquiera sabía por qué le había pedido a la policía que fuera con ella.

Ellas sólo habían estado hablando en la esquina una noche, sólo pasando el tiempo, la forma que tenían de vez en cuando desde que se habían conocido.

Desde esa noche en que Anne Marie murió.

—No tienes que llevarme a casa. Sé donde vivo.

—Lo siento, señorita. La detective encargada solicitó que te lleve a casa.

—¿Señorita?—se detuvo en la acera, con impaciencia cepillando las últimas lágrimas de la cara—Estás bromeando, ¿verdad?

La ojiverde la observó de forma constante.

—Mi patrulla está por aquí. Si me sigues, por favor.

—Mira, novata dame un descanso. La noche es joven y tengo que ganarme la vida. Así que, vete.

—Realmente pienso que deberías irse a casa. Te ves molesta.

Resopló.

—¿Quieres decir que me veo jodida? Al Johns no le importa cómo te ves en la oscuridad—se dio la vuelta y se alejó.

—Es probablemente mejor si no hablamos de eso—Quinn comentó, poniéndose a su lado.

—¿Qué?—rompió.

—Tu línea de trabajo.

—¿Por qué, no lo apruebas?

—Es...ilegal.

—Ahora hay una noticia de última hora—se detuvo una vez más, girándose entonces rápidamente sus pechos rozaron el brazo de la joven policía de nuevo—No resulta ser tan loco tu trabajo tampoco, sabes.

—Entonces no vamos a hablar de negocios—Quinn dijo en silencio cuando comenzaron a caminar por debajo de las farolas parpadeantes, pasando a través de charcos de reflejos rojos y amarillos, reflexiones de parpadeantes anuncios neón—¿La conocía, la mujer muerta?

—Sí, la conocía—dijo suavemente.

—Lo siento.

No había dicho nada más, pero había dejado que la novata la acompañara a su casa.

Fin Flashback



Y después de eso, cuando veía a la policía joven caminando a su ritmo, la reconocía con una inclinación de su barbilla mientras pasaban.

Y luego después de una o dos semanas, una palabra de saludo, hasta que, inesperadamente una noche, estado comiendo sola en Chen y Quinn, fuera de servicio y en ropa de calle, se había deslizado en el asiento frente a ella, y habían hablado.

Y ahora, sucedía mucho Quinn se presentaba y tomaban el desayuno, y hablaban de cualquier cosa, excepto de la vida.

—Entonces—dijo, untando un panqueque con salsa de ciruela y rodando el shu moo adentro—¿Vas a decirme?

La rubia vaciló, buscando las palabras adecuadas.

—¿Q?—preguntó, viendo jugar la incertidumbre en el rostro de buen aspecto de la novata—No se trata de lo que pasó, ¿verdad? ¿Estás en problemas?

—No—Quinn dijo rápidamente—Todo está bien con eso.

—Entonces cómo es que no te he visto aquí abajo jugando al súper policía desde entonces.

—Estoy fuera de las calles por un rato, sólo rutina—en la expresión rápida de la castaña de preocupación, añadió rápidamente—Está bien. En serio.

—Estás jodidamente mintiéndome, Quinn—dijo con rabia, lanzando sus palillos hacia abajo y levantándose—No necesito eso de ti. Y no te pedí que entraras en el maldito callejón y te metieras en medio de algo que no era de tu incumbencia.

—Estaba haciendo mi trabajo, Rach—protestó, extendiendo la mano y agarrando su muñeca.

—Yo también—bruscamente, tirando del brazo lejos.

—No, no lo estabas—Quinn gruñó, deslizando desde la mesa y bloqueándole el camino—Él estaba violándote.

La miró, asombrada por la rabia en la voz de la joven policía. Como si le importara.

—Sabes que lo es.

—Sí, lo sé—Quinn dijo rotundamente, tratando de no pensar en el sonido de cuerpos golpeando, la cabeza de la castaña encontrándose con una piedra—Pero eso no es lo que estaba pasando con él, ¿verdad?

—No—se volvió a sentar y a rubia la siguió. Después de un minuto dijo en voz baja—Acordamos no hablar de trabajo.

—Creo que tendremos que reconsiderar.

Apartó la mirada.

No había contado con eso.

No había esperado que las cosas llegaran tan lejos, hasta el punto en que se preocupó.

—¿Estas en problemas?

—Un poco—Quinn admitió—Pero saldrá bien.

—¿Entonces de qué quieres hablar conmigo?

—Santana López.

—Nunca he oído hablar de ella.

—¿Ahora quién está mintiendo?—Quinn se inclinó sobre la pequeña superficie astillada de formica de la mesa—Tal vez esto te ayudará a recordarla, detective, de mi porte, morena. ¿La que tenía sus brazos alrededor de ti? ¿La que te sostenía mientras llorabas en su hombro?

La estudió, viendo la fuerte mirada penetrando en sus ojos.

Ojos de policía.

Jesús, al igual que Santana.

Oh, hombre, no necesitaba esto.

—¿Qué? ¿Quieres entrar en esto, también? ¿Es por eso que has estado viniendo por aquí? ¿Necesita un soplón, Q?

—Oh, por el amor de Dios—Quinn maldijo—No. Maldita sea.

—¿Entonces qué?

—Yo quería decirte...

Dios, ¿que había querido decir?

Lo único que sabía era que se había sentido un poco mal en la reunión esa mañana cuando Santana había mencionado que una de sus fuentes de calle estaba tratando de localizar a los fabricantes de porno.


Flashback


Tal vez ellos conseguirían un quiebre en el caso de ella.

—¿Qué tan buena es la fuente?—Mike preguntó.

—Muy buena—Santana respondió—Ella es una prostituta, conoce a cada uno en la zona del crimen, y es inteligente.

—¿Ella consiguió algún tipo de cuerpo para que funcione con el cerebro?—Mike preguntó, aparentemente sin darse cuenta de que Quinn se tensó a su lado.

—¿Qué te preocupa, Mike? No creo que esté buscando una cita.

—Porque él que está haciendo las películas con niños probablemente está haciendo otras películas pornográficas, también. Tal vez podrían contratarla para un paseo en parte—se rió—Bueno, probablemente no tendría que hacer nada caminando arrodillada sería más como eso. Ellos tienen que estar utilizando el talento local, y sabes que siempre son fugitivos o prostitutas. Sería bueno que pudiéramos conseguir a alguien adentro. No se puede pedir a un policía encubierto hacerlo, porque ella tendría que coger con alguien, lo más probable. Pero a una puta no le importaría.

Quinn se quedó muy quieta, su puño blanco alrededor de la pluma en la mano.

—Ella lo sugirió y le dije que no—Santana respondió en un tono que decía que no era negociable—Es peligroso y ella no está capacitada para ello.

—¿Qué se necesita para acostarse sobre su espalda y abrir las piernas?

—Hemos terminado esta discusión, Mike—Santana dijo, y esta vez había un indicio de peligro en su tono—Ella no es algún drogadicto skel como estás acostumbrado a soportar en un callejón. No la voy a poner en peligro.

Y fue entonces cuando se dio cuenta de que tenía que ser.

Debido a Rachel y Santana tenían una historia.


Fin Flashback


—Sé que eres su fuente—dijo.

—No sabes de lo que estás hablando.

—Mira—dijo, tratando de parecer tranquila y razonable—Pasando de lo que escuchas en la calle es una cosa. Preguntando alrededor, eso es otra cosa. La gente nota cuando haces preguntas.

Rachel en realidad sonrió.

—López te pateará el culo si se entera de que estás jugando con sus fuentes.

—Ella podría intentarlo—respondió bruscamente y la castaña se rió en voz alta—Está bien, sí, probablemente.

—Escucha, novata. Tú eres nueva aquí. Yo sé moverme alrededor—su expresión se suavizó por un instante, y añadió en voz baja—Pero gracias.

Sin pensar, extendió la mano y trazó la cicatriz de la herida en la frente de la castaña con sus dedos.

—Sólo ten cuidado, ¿de acuerdo? Una cicatriz es suficientemente.

—Pensé que se veía un poco atractiva—Rachel dijo, su voz extrañamente gruesa.

—Lo hace.







Yacía con la cabeza sobre el hombro derecho de Santana, trazando sus dedos en un círculo alrededor de la más nueva herida en el pecho.

Dos puntos de sutura cerrando el sitio de punción en el que se había insertado el catéter entre la tercera y cuarta costillas para volver a inflar el pulmón colapsado.

La morena levantó la mano y le cubrió la mano con la suya, deteniéndola.

—La radiografía de tórax fue normal esta mañana.

—Lo sé. Llamé a la sala de emergencia y pregunté al respecto.

—Les dije que me gustaría volver mañana para una repetición, sólo para estar segura—Santana continuó.

Estaban en la cama, desnudas bajo una manta ligera, sus cuerpos tocándose, pero la distancia entre ellas todavía. Esto hizo su interior dolor de tener a la rubia en sus brazos y sentir su escapada.

—Bien.

—Britt, lo sie…

—Shh—dijo suavemente, sus dedos presionándole la boca—No hables. Sólo quiero sentirte.

Santana la acercó más, le pasó la palma por la espalda, las caderas. Presionándole los labios contra la sien, susurró:

—Por favor no me dejes, Britt-Britt.

Brittany Pierce cerró los ojos y escuchó el latido constante bajo su mejilla, el sonido más precioso que jamás había oído.

Capitulo 24

Cinco días más tarde, Marley Rose acostada con su cabeza en el hombro de Kitty, esperando que la alarma se apagara.

Se sorprendió cuando sintió los labios suaves y cálidos contra su frente.

—Buenos días—murmuró en voz baja.

—Sabes—Kitty susurró en el rápidamente amanecer grisáceo—, Esta es la primera vez que hemos estado juntas y despiertas en cuatro días. Te he echado de menos.

—Estaba pensando lo mismo—dijo con un suspiro, girando la cabeza para besarle el hueco débil justo debajo de la clavícula—Cuando llego a casa del trabajo, estás a puerta cerrada en la planta baja. Cuando vienes arriba, si vienes arriba, para dormir un poco, yo ya me ido para el trabajo.

—¿Qué es hoy? ¿Viernes?—Kitty preguntó, tratando de disipar las telarañas de su cerebro todavía difuso—Tienes la reunión de esos directivos esta mañana a las 11:00, entonces el vuelo de las 4:20 pm a Boston, ¿verdad?

—¿Cómo te las arreglas para mantener mi horario en tu cabeza?—preguntó, todavía sorprendida de que la rubia siempre parecía saber dónde estaba y lo que estaba haciendo, a pesar de cualquier caso en el que ella misma estuviera absorta.

—Me gusta recordar las cosas importantes—Kitty respondió, besándola de nuevo.

Esta vez fue un poco más que un beso de buenos días.

—Podría mover la reunión atrás una hora—sugirió, el beso hormigueo hasta el fondo de su columna vertebral—Excepto que probablemente deberías dormir un poco. ¿Crees que vas a trabajar toda la noche otra vez esta noche?

—Probablemente—Kitty admitió con pesar, acariciando su espalda—Lo siento. Hemos estado presionando muy duro en este caso, porque lo creas o no, creo que algo se va a romper pronto. Es sólo una cuestión de encontrar la combinación adecuada de factores y reducir nuestra lista de posibilidades.

—Ninguno de ustedes va a ser capaz de seguir a este ritmo durante mucho tiempo más—señaló en voz baja.

Había visto a Kurt y Kitty trabajar sin parar durante días, incluso durante su propia crisis de negocios cuando ella y Kitty se habían conocido. Ocurría a veces, sabía que había momentos en los que estaba trabajando contra el plazo que ella no llegaba a casa por un día o dos tampoco.

Aun así, sabiendo que era parte del trabajo nunca le impidió estar preocupada por el peaje que tomaba en su amante. No era su intención el cambiar la forma de trabajo de la rubia, como si eso fuera posible.

Todo lo que quería hacer era interponer una pequeña voz de razón.

—Después de todo—reprendió suavemente—, No quieres omitir algo porque estabas demasiado cansada para pensar con claridad. Esto podría arruinar tu reputación de superestrella.

—Dios no quiera—Kitty rió y suspirando, se movió, colocando a Marley con mayor firmeza en sus brazos.

Era bueno no, mejor que bueno estar cerca de ella de esta manera.

Fue esta conexión a la castaña que la restauró y le dio la perspectiva que necesitaba, una perspectiva que era crítica ahora.

—No por mucho tiempo, espero. Al menos para esta etapa.

—¿Estás realmente cerca de conseguir nombres?

—Hemos estado haciendo muchos progresos en esa dirección. Brittany ha estado aquí todas las noches durante la última semana revisando las transcripciones con Kurt y discutiendo los parámetros de indexación con Quinn. Eso me ha dado el tiempo suficiente tiempo libre para reducir la ubicación de los suscriptores a las dos o tres centros de información de tarjetas de crédito web que el F .... que otras fuentes proporcionaron.

Deslizó su muslo derecho sobre las caderas de la rubia y se incorporó, sentándose a horcajadas sobre la mujer de espaldas. Inclinándose ligeramente hacia adelante, comenzó a circular las palmas de sus manos sobre el pecho y los hombros.

—Créeme, me alegro de que todo va bien. Sólo quiero asegurarme de que sigas siendo funcional cuando se acabe—bajo hasta que pudo encontrar la boca de la ojiverde, besándola mientras lentamente meció su pelvis hacia atrás y adelante sobre el estómago.

—No te preocupes—Kitty murmuró cuando finalmente la soltó—Prometo ser al menos al cien por ciento en cualquier momento que se requiera—mientras hablaba, levantó las manos hasta que acunó la superficie la inferior de sus pechos, frotando sus pulgares deliberadamente atrás y adelante a través de los picos de los pezones endurecidos.

Soltó un aliento agudo, cogiendo su labio inferior entre los dientes. Arqueó la espalda, presionando sus pechos con más fuerza contra las palmas de su amante.

—Creo que tus servicios podrían ser necesarios pronto.

—¿En serio? ¿Qué tan pronto?

—Te lo haré saber—con párpados aleteando cerrados, pasó la mano lentamente por su propio torso hasta que sus dedos se posaron entre sus piernas.

Ya dura y húmeda.

—No te apresures—Kitty logró a través de una garganta apretada con el deseo—Ya sabes lo mucho que me gusta ver.

—Lo sé—susurró a su vez, con los ojos todavía cerrados, escuchando la respiración de la rubia acelerándose, sintiendo los músculos en el abdomen ondulándose entre sus muslos, sintiendo la mirada caliente sobre ella.

Muy cuidadosamente, no queriendo perder el control, bromeó a su amante como bromeó a ella misma.

Continuó trabajando sus pezones, los ojos fijos en el lento movimiento indolente de la mano, amando la exquisita tortura de ver la pasión de la castaña alzarse.

—Dios, eres tan hermosa.

Sus ojos se abrieron, las profundidades verdes casi eclipsadas por las sombras oscuras del deseo. La vio mirándola, casi deslizándose sobre el borde cuando vio el hambre en su mirada.

—¿Quieres que me detenga?—preguntó con voz entrecortada, sus caderas meciéndose en su mano por propia voluntad.

—Todavía no—Kitty ordenó, empujando hacia arriba, forzando sus dedos a acariciarlas a las dos—Sólo no... te corras.

Rió temblorosamente, sus músculos del estómago ondulándose con las primeras contracciones de alerta.

—Debería parar entonces— pensó que podía, apenas, si paraba pronto.

—No—Kitty gruñó, su voz un gruñido salvaje.

Sabiendo lo cerca que estaba la castaña.

Sabiendo lo mucho que quería dejarla irse, la estaba volviendo loca.

Ésta se inclinó con fuerza en sus manos ahora, sus pezones muy duros contra las palmas de las manos, todo su cuerpo tembloroso.

—Espera—instó, levantando sus propias caderas de modo que la parte posterior de los dedos de la castaña y presionaron su clítoris.

Verla cerca del orgasmo, sintiendo la mano dando vueltas más rápido mientras se daba placer a sí misma, era casi suficiente para venirse ahí.

El intermitente cepillado de los dedos de la ojiceleste sobre su clítoris era todo lo que necesitaba. Desesperadamente cerca, se convirtió en una lucha para esperar.

—Kitty—Marley jadeó desvalidamente—Me vengo.

Luchó para no venirse con ella, observando el flujo de placer a través del cuerpo de la castaña, sus propios nervios derritiéndose mientras empezó a arder de dentro hacia fuera.

Sus brazos temblaban, soportando el peso de la más alta mientras se convulsionaba, y sus piernas torcidas cuando el orgasmo tronó a través de ella.

Sus gritos se perdieron en los gritos de Marley mientras se abrazaban la una a la otra con placer enfurecido.




Momentos, más tarde, dijo:

—¿Cómo estás?

—Al ciento diez por ciento—Marley jadeó, todavía temblando.

—Hmm—se quejó—Tal vez me estoy resbalando.

La castaña se rió.

—Sabes, puedo cancelar esta noche a Boston. No quiero estar lejos si algo se rompe en tu caso.

—No, sigue delante—dijo, rozando su mejilla contra el cabello fino en la sien de la ojiceleste—No estamos tan cerca. Te voy a recoger en el aeropuerto mañana por la noche como lo planeamos.

—Si algo pasa, ¿me llamarás? Volveré enseguida—Marley le pasó la mano a lo largo del costado, sintiéndola tensarse—Te conozco, Kitty. Querrás estar en medio de eso. Y yo quiero estar aquí.

—Sólo tienes que ir a arreglar tu acuerdo—insistió—Volverás con tiempo de sobra. Lo prometo.

—Mmm—Marley dijo, curvándose en su cuerpo y cerrando los ojos—Te voy a mantener eso.







Dieciocho horas después, Brittany levantó la vista cuando la puerta de la sala de conferencias se abrió.

Como nunca dejaba de hacer, su ritmo cardíaco se disparó a la vista de la hermosa morena en camisa azul pálido de cuello abotonada y jeans desteñidos.

Era inusual ver a Santana trabajar en otra cosa que no sea un traje bien adaptado, pero era, después de todo, las 11:00 de un Viernes por la noche.

Supuso que cuando la morena trabajaba las calles hasta altas horas de la madrugada, lo hacía en jeans y una chaqueta de cuero.

El recuerdo de lo bien que se veía la pelinegra cuando vestía de esa manera fue rápidamente seguida por una imagen del pequeño departamento acogedor de Rachel y los restos de la comida para llevar.

Con impaciencia, dejo a un lado ese pensamiento.

Había trabajo para ser hecho, y reflexionando sobre la vida secreta de la morena no iba a ayudar.

—Estás trabajando hasta tarde—Santana comentó, examinando la pila de impresiones de computadora sobre la mesa.

Aparte de varias llamadas telefónicas y un almuerzo apresurado juntas en la cafetería del hospital, en realidad no habían tenido mucho contacto durante toda la semana.

Era lo más largo que habían estado separadas desde que la morena se mudó de nuevo a su propio departamento. Con cada día que pasaba, se sentía más en el mar.

Tenía la sensación de que estaba esperando a que dijera algo, o hiciera algo, pero no estaba segura de lo que era.

—No puedo creer la cantidad de tráfico que hay en estos sitios—dijo, indicando las pilas de transcripciones de chat en línea—Y estos son sólo los que Kurt pensaba que eran interesantes.

—Esta es la quinta noche en fila que has estado en ello. Te ves cansada. Todavía tienes un trabajo de día, recuérdalo.

La estudió, consciente de la reserva en su tono. La preocupación era genuina; podía verlo en sus ojos. Pero la morena no la había tocado cuando entró en la habitación, y aunque estaba sentada al alcance de la mano ahora, la distancia emocional entre ellas parecía insalvable.

No por primera vez, se preguntó dónde la pelinegra había estado pasando sus noches.

—Estoy bien. La lectura de estos es mucho más fácil que hacer una o dos horas de terapia.

La morena sonrió irónicamente.

—Sólo puedo imaginar. ¿Cómo te va?

—Sorprendentemente—dijo, empujando hacia atrás en la silla con un suspiro—, No tan mal. Se me ocurrió esta mañana mientras hacía rondas que no somos las únicas personas de perfiles.

La morena bordeó una cadera en la esquina de la mesa, con una expresión interesada.

—¿Qué quieres decir?

—Bueno, hasta el momento, Kitty y Kurt se han concentrado en la búsqueda de personas que se ajustan a un perfil determinado. Estoy segura de que los genios de la informática en la otra habitación serán capaces de manipular esta información y eventualmente, llegar a algo en concreto. Sin embargo, han acumulado una enorme cantidad de información que podría tomar mucho tiempo para analizar.

—Correcto—Santana hizo una mueca—Si lo pienso demasiado fuerte, me da dolor de cabeza.

—En realidad, a mi también. Creo que podría ser capaz de añadir otra pieza al rompecabezas y acelerar el proceso.

—¿Cómo?—Santana preguntó, cruzando la habitación y probando el calor de la cafetera con la palma de su mano. Estaba caliente y el café con un aroma fresco. Levantó el bote e hizo un gesto en la dirección la ojiazul—¿Quieres un poco?

—Gracias, pero no—Brittany respondió con un movimiento de cabeza—De todos modos, se me ocurrió que si alguien está haciendo dinero, presumiblemente un montón de dinero, produciendo y vendiendo películas pornográficas, así como la transmisión de video en vivo de prostitución infantil, tienen que tener una audiencia.

—Bueno, ese es el punto, ¿no es así?—dijo moviéndose de nuevo al lado de la rubia con su café en la mano—Todas estas pelotas de suciedad con los que Kurt ha estado comunicándose son los miembros de la audiencia.

—No estoy argumentando que son todos ellos proveedores de pornografía infantil en una forma u otra. Sino sólo unos pocos elegidos, probablemente muy pocos, en realidad estarían en la posición para suscribirse a esta emisión en vivo de la que Kitty está tan ansioso por conseguir una pista.

—Espera un minuto—dijo con un borde de emoción en su voz—Es igual que cualquier programa de televisión, un público objetivo siempre tiene un perfil particular. Una determinada estructura demográfica. ¿Es eso lo que quieres decir?

—Precisamente—Brittany declaró enfáticamente—Eso es exactamente lo que quiero decir. Obviamente, los espectadores van a ser hombres, probablemente entre las edades de veinticinco y cincuenta. En segundo lugar, necesitan equipos costosos y acceso a Internet de alta velocidad, que requiere un cierto nivel de ingresos.

—Probablemente solteros, o al menos alguien que tiene una gran parte de tiempo privado—interrumpió, una nota de entusiasmo en su voz.

—Mi teoría—Brittany continuó—, Es que hay probablemente una serie de intermediarios que reclutan a los suscriptores potenciales para este servicio de transmisión, a falta de una palabra mejor. Y debemos ser capaces de identificarlos por las preguntas que están haciendo.

—Así que estás buscando a alguien que está tratando de averiguar si Kurt, bueno, el personaje de Kurt es un hombre adulto soltero con ingresos disponibles que podría estar interesado en algo más que fotografías fijas o cibersexo.

—Lo tienes. Estoy buscando a alguien que parece estar perfilado. Lo que hemos hecho es dar a Quinn una lista de preguntas hipotéticas que estos reclutadores podrían preguntar para que pueda detectarlos. Entonces vamos a tomar la transcripciones de cualquiera que golpeé el cincuenta por ciento y, con suerte, puedo ensartar todas los chats individuales juntos y ver si todo el panorama cabe.

—No sé por qué Puckerman no te trajo en esto desde el principio—dijo con una sacudida de cabeza.

Una voz desde la puerta respondió:

—Porque no sabíamos qué diablos estábamos haciendo. Y si repites eso, negaré todo conocimiento—sonriendo, Kitty le asintió cuando se dirigió hacia la cafetera—¿Cómo estás?

—Bien—miró a la mujer que entró detrás de Kitty—Oficial Fabray. ¿Un poco de horas extras?

—No, señora. Estoy aquí en mi propio tiempo.

Levantó una ceja.

—¿Alguna razón en particular?

—Dado que la Dra. Pierce está aquí, pensé que podía ayudar con los identificadores de registro y probabilidades en ejecución. Me pareció el mejor uso de los recursos.

—Es tu tiempo, Quinn—pero hizo nota de ello.

La chica era de calidad.

—¿Ha habido suerte con la información de calle, López?—Kitty preguntó.

—Tal vez. Lo sabré mejor en un par de horas—respondió mientras miraba en la dirección de Kitty, sin notar el cuerpo de Quinn ponerse rígido o su expresión oscurecerse.

—Aquí hay algo—Brittany dijo casi para sí misma.

Todos los ojos de la habitación se volvieron hacia ella.

—¿Qué?—Kitty preguntó inmediatamente.

La ojiazul empujó una hoja de papel en el centro de la mesa.

—Mira estos. Estos segmentos de cinco charlas con la misma persona a lo largo de los últimos diez días.

Todas las conversaciones se detuvieron cuando ellas se pusieron alrededor para leer la transcripción anotada.

Capitulo 25

—¿Kitty?—Santana preguntó, echando un vistazo a las páginas—¿Cuál es el fondo aquí?

—Déjame ver—leyó las anotaciones del registro que Quinn había generado con su programa de indexación que fue impreso en la parte superior de cada hoja—Estos son los segmentos de las conversaciones que tuvieron lugar en una sala de chat privado alcanzado por medio de un tablón de anuncios abierto. El sitio principal es de gran afluencia por niños y adultos - sin ninguna manera verdadera de decir la edad de alguien, porque incluso cuando la dicen, puede que no sea verdadera. Muchos pedófilos se hacen pasar por adolescentes hasta que hayan establecido una relación con un niño, e incluso entonces, puede que nunca revelen su verdadera edad. En cualquier caso, este sitio es conocido por un montón de charla y una gran cantidad de invitaciones para acudir al sector privado para el sexo. La sala en la que estas transcripciones son frecuentadas exclusivamente por hombres que tienen un gusto por las chicas jóvenes, once a catorce años sobre todo. Sólo con invitación. Tienes que ser patrocinado.

—¿Cómo entró Kurt entonces?

Sonrió, una sonrisa predadora sin una pizca de humor.

—Hackeamos. Fácil. Personaje de Kurt es BigMac10.

—Creativo—Santana dijo irónicamente.

—Estos tipos no son sutiles.


Transcripción Uno – Extracto


BigMac10: Hey, hombre. Te vi con KewlChic12 en el tablón principal. Anotaste.


LongJohnXXX: Oh, sí. Dulce.


BigMac10: Desearía poder haber estado ahí.


LongJohnXXX: ¿Dónde estabas? ¿Mirando?


BigMac10: LOL. Sí, hasta que fuiste privado.


LongJohnXXX: ¿Disfrutas con eso?


BigMac10: ¿Mirar?


LongJohnXXX: Sí.


BigMac10: Cada vez que puedo



Transcripción Dos – Extracto.



LongJohnXXX: Regresaste de nuevo, eh, amigo


BigMac10: No puedo permanecer lejos. Tan buena compañía

LongJohnXXX: ¿Todavía mirando?


BigMac10: Siempre que puedo


LongJohnXXX: ¿Consigues mostrar para negociar?


BigMac10: Todavía no lo hago para mí


LongJohnXXX: Sé lo que quieres decir. Me gustan moviéndose, ¿tú?


BigMac10: Moviéndose y gritando. Oh si


—Jesús—Santana murmuró—Él es bueno.

—Sí—Kitty dijo en voz baja—Y no es fácil.

Santana la miró, pero no dijo nada. Entendió la defensa a su compañero. Regresó a la lectura.


Transcripción Tres – Extracto.[/i]



LongJohnXXX: Hey, BM10 ¿alguna acción en los tableros?


BigMac10: Sólo hablando por ahí


LongJohnXXX: Cosas de niños


BigMac10: Sí


LongJohnXXX: ¿Cuánto tiempo has estado acechando?


BigMac10: Pocas semanas aquí he estado alrededor HotRods antes de esto


LongJohnXXX: ¿Compartes la línea?


BigMac10: No, toda mía. Solo en casa



Transcripción Cuatro – Extracto



BigMac10: Bienvenido


LongJohnXXX: Vigilante nocturno


BigMac10:[/b[ No hay mucho que ver aquí esta noche


[b]LongJohnXXX: Sobras de segunda mano, eh


BigMac10: Insuficiente para un hombre de calidad


LongJohnXXX: Calidad cuesta


BigMac10: Sin objeción - para la mercancía correcta


LongJohnXXX: Buscas para comprar


BigMac10: Tal vez si el material es de primera


—Y luego esto de anoche, esta mañana temprano, debería decir—Brittany comentó, señalando a la última entrada.


Transcripción Cinco – Extracto



LongJohnXXX: Yo-BM10. ¿Estás acechando?


BigMac10: aquí


LongJohnXXX: ¿Cómo te fue?


BigMac10: ¿Cómo así?


LongJohnXXX: No seas calientapollas. HotChic13


BigMac10: Ahora quién está mirando


LongJohnXXX: sí, así que dame


BigMac10: ella me hizo volar


LongJohnXXX: Whoa, ¿de verdad?


BigMac10: No, hombre, ella fue privado y luego se retiró. Me dejó alto y duro[/color]


[b]LongJohnXXX: Vaya mierda. No hay cosa segura en el ciberespacio


BigMac10: sí, no como RL


LongJohnXXX: La cosa real es dulce


BigMac10: Pero difícil de conseguir


LongJohnXXX: depende de a quién conoces


BigMac10: Sí, estoy disponible


—Este tipo tiene potencial—Kitty acordó—Suena como si estuviera preparándose para ofrecer a Ku.. uh, BigMac algo.

—Y ha mencionado mirando una media docena de veces—Quinn señaló—Podría ser que está intermediación alimenta el tiempo real.

—Hay un problema—Santana comentó con el ceño fruncido.

—¿Qué?—Brittany preguntó sorprendida—¿Seguramente no puede caer en la trampa?

—No, problemas para Kurt.

—¿Quieres explicar eso?—Kitty preguntó, su voz repentinamente afilada con pedernal.

Santana consideró a Quinn por un momento, ésta cuadró los hombros, apretó la mandíbula, y le devolvió la mirada.

Claramente, no iba a marcharse hasta nueva orden.

—¿Cuántas de las charlas de Kurt tenemos grabadas, Quinn? Conectado en algún sitio.

—Todas ellas—la joven oficial respondió inmediatamente.

Eso había sido parte de su asignación, y ella era muy cuidadosa.

—Eso es lo que me imaginé—Santana cuadro los hombros, luego se enfrentó a Kitty, cuyos ojos se habían endurecido—Kurt podría estar en problemas si él ha estado solicitando sexo de menores en Internet, incluso en el curso de una investigación. Y estas transcripciones tienen que ir en algo para llevarlo a la fiscalía para una orden.

—¿Solicitando sexo?—Kitty dijo, su sorpresa evidente.

—La interacción que ha mencionado aquí con HotChic13—aclaró, agitando la última página—¿Está esto grabado en algún lugar también?

—Sí—la sonrisa de la rubia más baja volvió a aparecer—Cada palabra al rojo vivo.

—Bien entonces…

—Excepto—Kitty agregó—Soy HotChic13.

Quinn tosió.

—Uh, y soy PhillyFilly11. Otro socio de cibersexo de BigMac10.

Brittany se rió.

Santana le una mirada dura.

—¿Redefiniendo su asignación, Oficial?

—No, señora. Sólo…expandiéndola.

Kitty pareció por un momento como si estuviera a punto de salir en defensa de la rubia más alta, luego lo pensó mejor.

Uno no se pone entre un superior y un subordinado.

No y mantener al oficial superior como un aliado, o un amigo.

—Sólo recuerda que eres un policía, Quinn. La responsabilidad es parte del trabajo.

Kitty sofocó una sonrisa. Estaba dispuesta a apostar que había una docena de cosas al día que López nunca informaba y negaría cualquier conocimiento.

Pero apreció mantener a su novata en el camino recto.

—Vamos a desistir usarla, Sargento, si piensa que es un problema.

—No—Santana respondió—Sigue adelante como has estado. Pero que ella no haga contacto con nadie más.

—Entendido—Kitty dijo con una media sonrisa—Entonces—continuó, dirigiéndose a Brittany—¿Piensa que este tipo LongJohn es nuestra mejor apuesta hasta ahora?

—Ciertamente parece como si él sonsacara a Kurt por el tipo correcto de información.

—¿Deberíamos ser un poco más agresivos con él entonces?—Kitty preguntó—¿Dirigirlo un poco?

Brittany asintió pensativamente.

—Trata de encontrarte con él esta noche. Creo que sería comprensible si Ku...BigMac este curioso después de su último intercambio y pregunta acerca de las oportunidades en la vida real.

—¿Puede quedarse por un rato y supervisar las charlas en caso de que consigamos un golpe?—Kitty le preguntó a la psiquiatra.

—Ciertamente.

—Bien. Informaré a Kurt del plan para que él pueda empezar a merodear ese tablero.

Kitty se fue con Quinn.

Brittany consideró a Santana con una sonrisa suave.

—Te gusta Quinn, ¿verdad?

—Por qué dices eso—Santana respondió, una ceja arqueada en sorpresa.

—Eres dura con la gente que te gusta.

La morena hizo una mueca.

—¿Para ti, también?

—No—se acercó y puso su mano sobre el brazo moreno—No quise decir eso.

—Te he extrañado—Santana confesó, sintiendo todo su cuerpo balancearse hacia ella como una flor a la luz del sol—¿Puedo llevarte a casa más tarde?—ante la mirada de vacilación, añadió rápidamente—Sólo llevarte a casa. No me quedaré o…

—Oh, San—dijo en voz baja, una nota demasiado familiar de tristeza en su voz—¿No sabes lo mucho que te extraño, también? ¿Crees que no quiero?

—Yo simplemente no quiero que pienses que quiero decir...que todo lo que quiero...—Santana juró bruscamente, luego se inclinó las últimas pulgadas y la besó suavemente. Después de un largo minuto, levantó la boca alejándose y murmuró—No se trata sólo de sexo. Eso es todo lo que quería decir.

—¿Vas a salir esta noche?—preguntó, dando un paso atrás para poder pensar con claridad.

—Volveré en un par de horas.

—Estaré aquí.





Santana esperó en frente de la calle de la puerta de entrada al restaurante de toda la noche en la esquina de la calle 13 y Locust.

La noche era fría a principios de Septiembre, y se encogió de hombros dentro de su gastada chaqueta de cuero. Apartada en las sombras bajo el toldo de una tienda de reparación de calzado, miró el desfile de entrada y salida por la puerta giratoria.

Algunos eran clientes de bares quienes habían dejado los bares de mala muerte del vecindario en busca de algo para comer antes de dirigirse camino a casa; algunas eran prostitutas de ambos géneros que tomaban un descanso del trabajo de las calles o simplemente socializar con amigos, y algunos eran simplemente personas solitarias con ningún otro lugar para estar y nadie esperando por ellos para estar ahí.

A la 1:15, como el mensaje de Rachel había dicho, la joven castaña se acercó caminando hacia el norte en la calle 13 y, un momento después, se unió a ella en las sombras.

—Hey—Rachel dijo.

Vestida en una falda corta negra de cuero, altas sandalias de tacón alto abiertas, un top pálido de cuello redondo que perfilaba sus altos pechos firmes, y una chaqueta delgada que claramente no proporcionaba ninguna calidez, tembló visiblemente y se abrazó a sí misma como para protegerse de la noche.

—Vas a tener que comenzar a cubrirte arriba si no quieres congelar tus activos—comentó.

—Si no pueden verlo, ellos no lo compran—Rachel reincorporó.

Echó un vistazo a la calle, sabiendo que los ocupantes de los vehículos que avanzan lentamente navegando por las aceras por prostitutas o estafadores, buscando unos minutos de compañía.

—¿Alguna vez piensas en entrar en otro tipo de trabajo?

—Sí. Excepto que nadie parece contratar a físicos nucleares en este momento. Ya sabes, los viajes espaciales no son lo que solían ser.

—Hay programas disponibles—dijo en voz baja—Lugares que podrías conseguir capacitación en el empleo o…

—Santana, si sigues con esta plática de la labor social realmente vas a asustarme. ¿Ahora quieres la información que tengo para ti, o no?—Rachel no tenía intención de discutir sus opciones con la alta rubia policía.

Por un lado, no era asunto suyo.

Por otra parte, la tranquila preocupación en la voz de López le molestaba y ella no quería pensar exactamente por qué.

Cuando la gente se preocupa por uno, terminan siendo dueños de un pequeño pedazo de ti. No quería que nadie tuviera siquiera el más pequeño agarré en ella.

Porque entonces ella era vulnerable.

Dejó escapar un suspiro y rodó los hombros, preguntándose qué demonios estaba tratando de hacer. Rachel, probablemente había sido una fugitiva, más probablemente huyendo de los abusos, como la mayoría de los niños pequeños en las calles.

No todos ellos, se recordó, pensando en la hija adolescente de Carl Howell que había salido de casa para castigar a sus padres, un acto de rebelión adolescente que casi le había costado la vida.

Pero la mayoría de ellos llegaban en autobuses o se dirigían a la ciudad en auto-stop, sólo para terminar durmiendo con diez en una habitación y venderse a sí mismos de una manera u otra por una comida, o drogas, o simplemente alguna conexión humana.

Rachel había hecho una elección para la supervivencia, y había usado su ingenio y todo lo que tenía que hacer para que eso pasara. Por lo que sabía, la joven no estaba usando drogas y no estaba vendiéndose en las paradas de camiones o debajo de los puentes en la parte más vulnerable de la ciudad.

Tenía un departamento decente y parecía que estaba comiendo bien y cuidando de sí misma. Si estaba usando su cuerpo para hacer una vida para sí misma, había peores cosas que podría haber hecho.

Y sin importar lo que estaba haciendo, Rachel era una fuente de información y eso era todo.

Finalmente respondió:

—Sí, dime lo que tienes.

—Vamos algún lugar y tomar una copa. Me estoy congelando aquí afuera.



Unos minutos más tarde estaban sentadas en una mesa atrás en Two Four Club, un lugar fuera de horas que atendía a una clientela mixta cuyo vínculo común era sólo que no querían ir a casa hasta que no tuvieran otra opción.

Se acercó a la barra y pidió una taza de café para ella y una cerveza para la castaña. El camarero hizo una mueca a su pedido, sino que derramó líquido de aspecto letal en un vaso de plástico y se lo pasó a través de la barra.

Lleva la taza y cerveza embotellada de la castaña de nuevo a la mesa, luego sacó cuatro billetes de veinte doblados en los jeans y los puso debajo de la botella de cerveza.

—Conozco a una chica que hizo algunas películas—Rachel hábilmente extrajo los billetes y los deslizó en un bolsillo bajo la cinturilla de la falda.

—Nombre. Cuándo y dónde. Detalles.

La más baja sacudió la cabeza.

—En primer lugar, quién ella es no va a ayudarte y no voy a decirte. Sé lo que ella sabe. Tómalo o déjalo.

—Dame lo que tienes—presionar no ayudara. Rachel era inflexible acerca de proteger a sus amigas.

—Dice que ella y otras dos chicas tuvieron sexo con tres o cuatro chicos.

—¿Y eso es noticia?

—Bueno, es cuando alguien está filmando por algún tipo de televisión en vivo.

—¿Qué quieres decir con en vivo?—su pulso se aceleró.

—Ella dice que un tipo les dijo que todo lo que ellos dijeran e hicieran iba a ser visto sólo como televisión en directo en horas de máxima audiencia cuando estuviera sucediendo, por lo que tuvieran cuidado de no usar sus propios nombres—Rachel tomó un sorbo de cerveza, y luego continuó con una expresión de odio en su rostro—Y para asegurarse ellas, ya sabes, habló.

—¿Por qué?—preguntó.

—Él les dio una...cómo se llama...guion para ver antes de empezar a filmar. Pero al parecer no fue mucho, sólo una lista de cosas que decir, ya sabes... lo de siempre.

—Dame una por ejemplo.

—Las cosas que a los chicos les gusta escuchar. “Oh nene, la tienes tan grande. Se siente tan bien. No me hagas daño. Hiéreme. No te corras en mi boca. Córrete encima de mi"—Rachel miró más allá de en alguna visión que sólo ella podía ver—Ese tipo de cosas.

—¿Dijo tu amiga quiénes eran, describió a los hombres en algún forma a ti?

La castaña sacudió la cabeza de nuevo.

—No hay nombres. Ella fue como una sustituta de una chica que por lo general lo hace, pero no pudo hacerlo porque su novio la puso en el hospital. Dice que ni siquiera conocía a las otras chicas con las que estaba muy bien.

—¿Qué edad tenían?—preguntó en voz baja. Debajo de la mesa, las manos se apretaron en puños e ignoró las ganas de romper algo.

—13, 15 y 16. Pero todas se ven aproximadamente de 12, especialmente si se visten para el papel.

—Cristo.

Vio algo muy cercano a la furia parpadeando a través de los planos crudamente hermosos de la cara de la morena policía.

Ahí estaba otra vez, la corriente de preocupación que tocó algo en ella que no quería ser despertada.

Sucedía cuando estaba con Quinn, también.

Incluso sólo estando alrededor de la rubia lo hacía posible. Hacerla sentirse conectada.

—¿Qué?" preguntó, dándose cuenta de que le estaba hablando.

—¿Te dijo dónde estaba esto?—Santana repitió.

—Dos lugares diferentes, y al parecer las chicas no saben dónde va a ser hasta esa noche. Alguien las recoge y las lleva ahí y todo es muy, ya sabes, Misión Imposible. Cristales oscuros en la furgoneta, ese tipo de cosas. Un almacén es todo lo que ella me dijo—terminó su cerveza y empujó la botella a un lado—Estoy bastante segura de que es en la ciudad sin embargo, porque me dijo que no estaba a más de media hora y parecía que estaban conduciendo en círculos durante bastante tiempo.

Santana sintió la emoción familiar de la caza. Esta era una pista real.

—¿Ella te dio algo más?

—Uh uh. Sólo que ella hizo dos de esos, uno fue hace unos seis meses y el otro hace tres semanas.

—¿Con qué frecuencia se hacen las películas en vivo?

—Ella no está segura—Rachel empezó a recoger sus cosas—Mira, probablemente puedo averiguar más. Sólo pensé que te gustaría saber sobre esta operación.

—Has hecho un montón—dijo seria—Yo me encargo desde aquí.

Tendría a Mike estando con alguien del centro de menores y sacando los archivos de todas las chicas menores de 17 años que se sabe están haciendo clientes y aún en las calles.

Una de ellas conocería a alguien que haya estado en una de estas sesiones.

La comunidad estaba demasiado cerca para que esto sea un secreto. Eventualmente, un lugar o un nombre o una descripción surgirían.

—Yo podría pasar, López—dijo en silencio—Lo hago todo el tiempo.

—¿Qué?—preguntó bruscamente, su atención de repente completamente centrada.

—Por 14 o 15. Si corro la voz que quiero en…

Debería hacerlo.

Debería usarla.

Esta era probablemente una mejor vía para quienquiera que estaba detrás de toda la operación que la espera de Kitty y Kurt para tamizar a través de cientos de pedófilos con la esperanza de encontrar a uno que podría abrir una puerta para ellos.

—No. Has terminado con esto—se puso de pie, encogiéndose de hombros en su chaqueta—Gracias.

—¿Hey, López?—preguntó casualmente—¿Quién es Brittany por cierto?

La miró inexpresivamente durante un largo momento, luego sonrió. Una breve, voluble sonrisa.

—¿Alguien alguna vez te ha dicho que haces demasiadas preguntas?

Luego se fue, dejando a Rachel sonriendo en su espalda.

Capitulo 26

Cuando Santana regresó a Kitty Security, encontró a Kurt, Kitty, y Brittany atestados alrededor de la gran estación central de trabajo mientras los mensajes se desplazaban en tres de los cuatro monitores de computadoras simultáneamente.

Mirando por encima del hombro de Kurt, le preguntó:

—¿Algún progreso?

—Un montón de acción—Kitty respondió mientras él continuó charlando electrónicamente con alguien con el nombre de Everhard1040—No hay señales de LongJohnXXX todavía.

—¿Quinn fue a casa?

—Bajo presión—Kitty dijo con una risa—Ha estado aquí desde las ocho de la mañana de ayer, así que le dije que se fuera.

Era la 1:30 de la mañana, y sintió el borde embotado de la fatiga comenzando a nublar su cerebro. Se sacudió mentalmente, molesta porque todavía no parecía capaz de funcionar a toda velocidad.

—¿Por cuánto tiempo te vas a mantener en ello?

—Un rato más—Kurt murmuró—Él todavía podría aparecer.

—Brittany, creo que es probable lo demos por terminado esta noche—Kitty dijo con un suspiro—Vamos a mantener un ojo en las cosas aquí un rato más largo.

—Si consigue cualquier cosa que se vea prometedor, llámame. Tan pronto como tengamos algo sólido, quiero llevar esto a mi Capitán y comenzar a discutir lo que necesitamos para una orden.

—Es lo mismo que iniciar las ruedas en movimiento, ya sabes cuánto tiempo la oficina del fiscal necesita para tomar una decisión. Por lo menos, vamos a tener que confiscar cualquier equipo informático que encontremos para que pueda trabajar en él de nuevo aquí—Kitty aconsejó con un optimismo que no compartía—Una vez que tenga sólo una CPU que haya estado recibiendo estas transmisiones en vivo, puedo comenzar a remontar de donde las transmisiones están viniendo.

—Probablemente necesitaremos su técnica de escenarios de crimen en la escena para registrar todo lo que encontremos y eliminar también—Kurt comentó, sus ojos fijos en los mensajes que constantemente cambiaban y ocasionalmente escribiendo un mensaje él mismo.

—Bien. Estaba pensando en dar a mi Capitán una actualización mañana. Te llamaré por la mañana antes de reunirme con él si no tengo noticias de ti primero.

—Suficientemente bien—Kitty coincidió.

Agachándose, le murmuró a la ojiazul:

—¿Estás lista para irte?

—Sí.

Estaba acostumbrada a tratar con personas, emociones, en los confines íntimos de la terapia, uno a uno, cara a cara. Observando las frases incorpóreas fluir a través del filtro, sabiendo que en algún lugar había una persona unida a ellos, pero teniendo ningún sentido de quién esa persona realmente era, perturbada y desorientada.

Esto la dejó con una necesidad imperiosa de sentirse conectada, para ver y ser vista.

—Más que lista.





—¿Está tu coche aquí?—preguntó cuándo salieron a la calle desierta.

El edificio de Kitty daba enfrente del río una cuadra al oeste de Front Street, la concurrida vía que corría a lo largo de los muelles, pero a esta hora, no había nadie alrededor.

—Sí, estoy estacionada justo abajo en la cuadra—le informó Brittany—, Pero probablemente voy a volver a revisar más transcripciones algún tiempo mañana, así que no me importa dejarlo aquí toda la noche.

—Bien. Puedo balancearme y recogerte en tu casa por la mañana antes de ir a ver al jefe—abrió la puerta del pasajero del Corvette y la mantuvo abierta para la rubia. Después caminó hacia el lado del conductor, deslizándose detrás del volante y poniendo las llaves en el contacto. El toque suave de la rubia en su muñeca calmó su movimiento. Girándose para mirar a su acompañante, dijo en voz baja—¿Qué es?

—Vayamos a tu departamento.

—¿Mi departamento?—dijo, sorprendida.

—Sí. Se me ha ocurrido en los últimos días que todo nuestro tiempo juntas ha sido pasado en mi casa. No sé dónde vas cuando me dejas.

Estuvo quieta por un largo momento, entonces dijo en voz baja pesada con sentimiento:

—Cuando no estoy contigo, Britt, estoy trabajando o esperando para estar contigo otra vez.

Sonrió con cariño, sorprendida por como las sencillas palabras de la morena la conmovieron tanto. Con insistencia, dijo:

—Quiero ver donde duermes. Quiero ser capaz de imaginarte ahí cuando estoy en la cama sola.

No añadió en voz alta, quiero ser capaz de imaginarte en algún lugar que no sea el departamento de Rachel, o una cama de hospital.

—Está bien. Tengo que advertirte, sin embargo, es la semana libre de la criada.

Se rió y se recostó en el asiento del coche.

—Prometo no mirar debajo de la cama.

Santana condujo hacia el sur por Third Street en Queen Village, un bolsillo de pequeñas hileras de casas y restaurantes intercalados entre el recién moderno distrito de negocios de South Street y el sur de Filadelfia, históricamente la zona irlandesa e italiana de la clase obrera.


Diez minutos después estaban subiendo las escaleras al segundo piso de la morena por encima de una tienda de comestibles mamá y papá que había sido propiedad de la misma familia durante más de cincuenta años.

Santana trató desesperadamente de recordar exactamente en qué condiciones había dejado su departamento, pero se quedó en blanco.

Muy raras veces prestaba atención a su alrededor cuando estaba en casa. Era un lugar para dormir y hacer el café y la ducharse antes de volver a su verdadero hogar, las calles de la ciudad.

Después de abrir la puerta, la empujó y dijo:

—Pasa.

Dio un paso y esperó a la morena que cerró la puerta, echó el cerrojo, y encendió un interruptor en la pared a su derecha.

Después de que sus ojos se acostumbraron a la luz, miró a su alrededor, sonriendo para sí misma cuando descubrió que el departamento estaba muy cerca de la forma en que ella se lo había imaginado.

Una gran sala de estar con una puerta a la izquierda que daba a una pequeña cocina y otra a la derecha que lo más probable era que llevara al dormitorio y baño.

Un sofá utilitario con la mesa de centro necesaria frente a ello, un muy bonito estéreo con una capa de polvo cubriéndolo que sugería que rara vez vio cualquier uso, y un televisor de alta calidad componía el mobiliario.

Una mesa baja sostenía un montón desordenado de libros de bolsillo y una bolsa de gimnasio estaba abierta en el suelo a su izquierda, al parecer habiendo sido dejada ahí después de que la morena se quitó su ropa sucia del trabajo.

Parecía un departamento de soltero que, por supuesto, es lo que era.

—Como dije—Santana comenzó en tono de disculpa—, No hay mucho que ver…

—No. Se parece muchísimo a ti. Funcional, y un poco...—arqueó una ceja, sonriéndole—, Espartana.

—¿Espartana, eh?—Santana rió también, y empezó a relajarse—¿Puedo conseguirte algo? Tengo soda, creo, y...—su voz se apagó mientras la siguió la mirada…

—¿Eso es tuyo?—preguntó en voz baja, su tono cuidadosamente neutral.

El corazón le latía con furia, pero sabía que su voz sonaba tranquila. Ese fue el beneficio de años de entrenamiento.

Se quedó mirando la media botella vacía de Johnnie Walker Negro en su mesa de centro.

—Sí.

—¿Estas bebiendo?

Eso la aterrorizaba más de lo que hubiera soñado alguna vez a pensar en la morena en cualquier tipo de problemas, física o emocionalmente. Si estaba bebiendo de nuevo, entonces algo estaba muy mal.

Para encontrar que algo tan grave podía estar ocurriendo a alguien que amaba y que ni siquiera sabía, ni siquiera sospechaba, le hizo preguntarse qué exactamente es lo que les había sucedido a las dos.

¿Cómo podrían haber ido alejándose tanto distanciándose?

—¿San?—preguntó de nuevo en el silencio.

Ésta tomó una respiración profunda.

—No, no lo estoy.

—¿Pero lo compraste?

—Sí. Lo hice. Hace cuatro noches—se quitó la chaqueta y liberó el broche en su pistolera, quitándola y guardándola en su lugar habitual en la parte superior de la estantería junto a la puerta de su dormitorio. Se giró y preguntó—¿Puedo tomar tu chaqueta?

Simplemente asintió y la deslizó de sus hombros. Acercándose se la tendió en una mano. Ésta la tomó y la colocó cuidadosamente en una percha en el pequeño armario al lado de la puerta principal.

Se acercó al sofá, levantó la botella de whisky en una mano, y la llevó a la cocina. Regresó con las manos vacías y se sentó en el sofá.

Se sentó a su lado.

—¿Por qué?—preguntó, inclinándose hacia ella, pero aún sin tocarla.

—Me lo he preguntado todos los días durante los últimos cuatro días—Santana dijo ampliamente—No puedo decirte exactamente por qué, pero me sentía sola, y estaba enojada, y estaba cansada. Por lo general puedo tratar con una o dos de esas cosas a la vez, pero cuando todas se juntan, sobre todo sólo quiero olvidar.

Las palabras y su expresión le trituraron el alma.

—¿Es por mí?

—No—Santana dijo, su voz un susurro—Soy yo.






—¿Quién es?—Rachel dijo con irritación.

—Soy yo.

Abrió la puerta y contempló a su visitante inesperada.

—¿Estás bien?

—Sí.

Ninguna de las dos se movió; cada una se apoyó en el quicio de la puerta en lados opuestos del umbral, respecto una a la otra como si no supieran qué decir a continuación.

Finalmente, dijo:

—Son las 3:00 de la mañana, Q. ¿Qué está pasando?

—¿Has hablado con López esta noche?

Sintió que sus ojos chispearon con súbita ira.

—No vayas por ahí.

—Sólo dime que no estás haciendo algo loco para ella.

—Lo que hago por ella o cualquier otra persona no es de tu incumbencia—dijo, comenzando a cerrar la puerta.

Quinn directamente golpeó la puerta antes de que pudiera cerrarse completamente, pero no hizo ningún movimiento para entrar en la habitación.

—Te reuniste con ella esta noche, ¿verdad? No quiero que me digas lo que le dijiste. Sólo dime si estás haciendo nada excepto pasar la información.

—Ve a casa, Q—dijo, pero su voz era más suave ahora.

—Por favor, Rach—dijo con una nota de desesperación silenciosa—No puedo dormir. No dejo de pensar...estos chicos...

—Hay una razón por la que no podemos ser amigas—dijo, sus ojos imposibles de leer pero su tono amargo—Y eso es todo. Por un rato, puedes olvidar lo que hago, lo que soy. ¿Pero no todo el tiempo, cierto, Quinn? Y eso es lo que sucede.

—Estás equivocada—Quinn susurró—La única cosa que no puedo olvidar es la forma en que te veías tumbada en aquel callejón con sangre en la cara.

Parpadeó.

El tormento en los profundos ojos verdes de Quinn era imposible de ignorar.

No estaba segura de lo que trajo las lágrimas a sus ojos, el hecho de que la rubia estaba haciéndole daño o el hecho de que la joven policía podía sentir algo así por ella.

Lo único que sabía con certeza era que nadie la había hecho llorar en un largo tiempo, y había jurado que nunca nadie lo haría de nuevo.

Con una voz que no reconoció, le preguntó:

—¿Vas a entrar?

—No—Quinn dijo con voz ronca, todo su cuerpo temblando.

—¿Por qué no?

—Porque lo quiero mucho.






Sin aliento, se dio la vuelta y apartó a la morena.

—Todavía tengo que determinar cómo es que cada vez que tengo la intención de tener una conversación seria termino en la cama contigo en cambio.

—Lo siento—Santana jadeó—Creo que empecé esto.

—Bien—murmuró, uniendo sus dedos mientras miraba hacia el techo en la semioscuridad—, Tenías la ayuda para terminarlo.

Esperó a que la rubia continuara, preguntándose lo que iba a preguntar o lo que esperaba oír.

Cuando el silencio entre ellas se expande llenando la habitación, habló con una necesidad desesperada de romper las barreras entre ellas.

—Cada noche me serví un vaso de whisky y me senté a mirarlo... no sé por cuánto tiempo. Entonces me levantaba y lo vertía por el fregadero.

Se puso de lado para estudiar el perfil de la morena en la luz de la luna.

—¿Lo sabe alguien?

Sobresaltada, Santana respondió:

—¿Quién iba a saberlo?

Yo debería saber, pero este no era el momento para eso.

—¿Mike... o Finn?

—No—contestó bruscamente. Entonces, consciente de su tono defensivo, añadió en voz más baja—No puedo hablar con Hudson acerca de esto, Britt. Todavía estoy esperando que firme en mi evaluación de incidentes. La última cosa que puedo decirle es que tengo ganas de emborracharme.

—Lo entiendo, créeme. Veo personas cada semana que no quieren que sus empleadores sepan. Aún así, probablemente sería de ayuda si hablas con... alguien sobre esto—dijo con cuidado—Un amigo o...conmigo—con suavidad, acarició la longitud del brazo—Sin embargo mantenerlo en el interior va a hacer más difícil no beber.

—Lo sé. Creo que he pasado por ahora. Vacié la botella en el desagüe esta noche.

Brittany sintió una pequeña oleada de alivio, pero sabía que no era tan fácil.

—¿Y la próxima vez?

Después de una pausa, la morena respondió en voz baja:

—La próxima vez...voy a decirte.

—Gracias—susurró—Lo que has hecho, no beber, fue increíblemente difícil, San. Estoy orgullosa de ti.

Ésta se puso de lado para hacerle frente, su palma apoyada en la cresta de la cadera, sus cuerpos sólo a pulgadas de distancia.

—Quiero hacer las cosas bien entre nosotras. Y no sé cómo.

—Lo que estamos haciendo en este momento hará las cosas bien entre nosotras—dijo, su voz apretada por la emoción—Necesito conocerte, San. No sólo todas las partes fuertes, valientes, maravillosas de ti, sino las partes que son inciertas o solitarias o...asustadas.

—Necesito práctica en esto.

—Yo también—admitió—No me he preocupado por nadie así antes, San. Traes sentimientos dentro de mi que ni siquiera sabía que era capaz de tener. Antes de ti, mi vida era ordenada y establecida y cómoda.

—No suena tan mal—Santana dijo con un toque de risa.

Se rió también.

—No, no lo era, no estaba mal del todo; no sólo era notable. Estar contigo es bastante notable.

—El Capitán Schuester me dijo que podía ser promovida a teniente si quería—Santana dijo en voz baja—Yo podría decirle que sí.

—¿Quieres eso?

—No estaría en la calle tanto. Tendría más horas regulares.

Se acercó y le besó la punta del hombro.

—¿Y harías eso por mí?

—No—Santana dijo, sus ojos encontrándose con los suyos—Me gustaría hacer eso por nosotras.

—Tal vez algún día—dijo suavemente, acariciándole el borde de la mandíbula con los dedos, sintiendo los músculos agrupados firmemente bajo sus dedos—En este momento, prefiero que sólo compartas tu vida conmigo, no cambiarla por mí.

—No creo que alguna vez haya hecho eso con nadie, pero lo intentaré. Juro por Dios, voy a intentarlo.

—Bueno. Puedes comenzar por la mañana—deslizó sus dedos en el pelo en la base del cuello y la guio por encima de ella—Pero en este momento, yo prefiero no hablar.

Santana deslizó su muslo entre sus piernas y se apoyó en los codos, mirando hacia abajo.

—Siento como si parte de mí faltara cuando no estoy contigo.

Tal vez eran sus palabras, tal vez fue la presión de los cálidos músculos firmes contra sus centros nerviosos, pero una oleada de deseo tan poderoso que hizo que todos los músculos de su cuerpo se tensaran arrancado un grito agudo de su garganta.

Envolvió sus pantorrillas alrededor de la pierna de la morena y empujó con fuerza contra ella, forzando la sangre a latir más rápido a través de su carne ya hinchada.

Al presionar los labios a la oreja susurró entrecortadamente:

—No quiero...pensar. Hacerlo así no puedo.

Primero, la morena la besó hasta que no pudo hablar. Entonces encontró sus pezones, y los probó, los atormentó, hasta que no pudo respirar.

Entonces, la tocó, la acarició, y finalmente, la llenó...hasta que no pudo hacer nada excepto sentir.

Capitulo 27

El teléfono sonó a las 6:40 am. buscó a tientas el receptor y lo acercó al oído.

—López.

—¿Ya estás levantada?—Kitty preguntó, su energía interminable, casi incontenible prácticamente palpable sobre la línea.

—No. ¿No te has ido a la cama todavía?

—Nop. Pero tengo algo para ti.

Se sentó en la cama, y Brittany rodó para descansar su cabeza contra su estómago, envolviendo un brazo alrededor de su cintura. Enroscó los dedos de su mano libre a través de los gruesos mechones en la base del cuello.

—Dime.

—LongJohn finalmente apareció ayer por la noche, y él colgó el cebo frente a la...nariz de BigMac. Vas a tener que ver la transcripción, pero básicamente, ha ofrecido un espectáculo a Big Mac. Un espectáculo en vivo.

—Excelente—reunió, su mente ya priorizando el trabajo de su día—Necesito todos los detalles que puedas darme. Voy a estar ahí en una hora.

—Pondré el café entonces.

Se inclinó hacia la mesita de noche para colgar el teléfono.

—¿Qué es?—Brittany preguntó medio dormida.

—Kitty tiene algo para nosotras.

—¿Puedo entender que quieres decir que nos levantaremos?

Se deslizó hacia abajo en la cama e instaló a la rubia en sus brazos.

—Tenemos un par de minutos. Puedes dormir un poco más.

La rubia pasó la palma de la mano a lo largo de sus costillas y hacia abajo a la base de su abdomen, sus dedos colocados ligeramente en la hendidura entre sus muslos.

—No estaba pensando en dormir. La última cosa que recuerdo de anoche es sentir como si todo mi cuerpo se hubiera desintegrado. Fue maravilloso, pero casi al punto en el que mis brazos y piernas se desmontaban, creo que perdí la conciencia—se rió suavemente, avanzando sus dedos más bajo mientras hablaba.

Su cuerpo había pedido su atención, y murmuró con voz ronca:

—Como dije, tenemos unos minutos.

La rubia se acercó más, la boca contra su cuello. Bromeando, murmuró:

—Puede ser que necesite un poco más que eso.

—Uhh—jadeó cuando los dedos se cerraron alrededor de su longitud—Tomate todo el tiempo que quieras.







Si Kitty se sorprendió al ver a Brittany llegar con Santana, no lo demostró.

El cabello mojado de la ducha, en un apretada camiseta negra y jeans negros, se reunió con ellas en el elevador con un puñado de impresiones en su puño.

Sus ojos iluminados por la excitación y la emoción de la caza, dijo:

—Vamos a la sala de conferencias.

Kurt estaba ahí esperando, viéndose impecable con una fresca camisa blanca y pantalones de seda mezclados. Sonriéndoles, mostrando el más mínimo indicio de fatiga, dijo:

—Parece que voy a tener una cita este fin de semana.

Todos ellos se sirvieron café y luego se sentaron con las copias de la última transcripción de la conversación.


Transcripción Seis – Extracto


LongJohnXXX: Hey gran hombre, me preguntaba dónde estabas


BigMac10:Te busqué antes, pero estabas en ninguna parte


LongJohnXXX:Ocupado organizando entretenimiento para algunos amigos


BigMac10: entretenimiento? algo caliente?


LongJohnXXX: fulminante


BigMac10: acción en vivo?


LongJohnXXX: Lo más parecido, vivir en la pantalla



BigMac10: oh hombre, que dulce


LongJohnXXX: te excita?


BigMac10: ya sabes eso. Espacio para uno más?


LongJohnXXX: podría ser, no exactamente una casa abierta, ya sabes


BigMac10: Entiendo, pero tengo el verde. No importa el precio


LongJohnXXX: Ya sabes libertad de lugar?


BigMac10: como mi propio patio trasero


LongJohnXXX: Cibercafé en la calle 17 y el mercado, Conexión el domingo 7:00 pm


BigMac10: y luego?


LongJohnXXX: entonces veremos, venir preparado para la fiesta



—¿Qué significa esto?—Brittany preguntó—¿Por qué quiere que vaya a este cibercafé?

—Es una prueba—Kurt explicó—Uno, para ver si lo digo en serio, y dos, para asegurarse de que no estoy tratando de rastrear desde mi ordenador. Sospecho que él ha estado entrando en algún lugar distinto de su casa sólo para proteger su equipo.

—Demonios probablemente va a estar ahí en el café—Kitty agregó—Trata de echar un vistazo a Kurt y ve si parece creíble o como un policía.

Kurt sonrió.

—¿Qué piensas?

—No te ves como un poli, más como un niño del coro—Santana dijo seria. Sólo la ligera particularidad en la esquina de su boca sugería que estaba bromeando—Se ve bien—agregó mientras se inclinaba hacia atrás en la silla—Voy a hacer copias de estos y de los informes de CI a mi Capitán esta mañana. Tendremos el apoyo y la documentación necesaria si llegamos al punto en que podemos seguir adelante a este tipo.

—Está lejos de un bloqueo—Kitty advirtió en una inusual muestra de reserva—Este tipo es muy inteligente. No estamos hablando de hackers aficionados haciendo videos en su sótano. El hecho de que quiere a Kurt en contacto con él de una máquina comercial significa que él es consciente de que puede ser rastreado. Eso demuestra una buena cantidad de sofisticación.

Éste asintió en acuerdo.

—Ha sido muy cuidadoso hasta el momento en no describir nada. Ni una sola vez ha mencionado niños o edades o ningún detalle de lo que está ofreciendo.

—Vamos a tener que hablar de poner a alguien en el interior de ese café contigo, Kurt—Santana dijo pensativa—Por lo menos, tendremos que ser capaces de seguirte así podremos establecernos fuera de su casa una vez que llegue ahí—echando un vistazo a Kitty, le preguntó—¿Cómo jugamos esto una vez dentro Kurt? ¿Hay alguna posibilidad de que podamos poner un policía encubierto en su lugar? Probablemente pueda encontrar a alguien que tiene conocimientos informáticos.

—Yo no lo recomendaría—Brittany interrumpió—No en este momento. Kurt y este hombre tienen una relación. Hay una cierta forma de hablar, una cierta manera de responder a las señales verbales, que Kurt ha establecido con él. Nadie más va a tener ese flujo.

—Estoy de acuerdo—Kurt dijo—Además, no tenemos ninguna razón para pensar que este tipo es peligroso.

Santana no necesariamente estaba de acuerdo. Si se trataba de una operación siendo controlada por el sindicato del crimen local organizado, entonces cualquiera que esté involucrado era capaz de violencia.

La jerarquía dentro de la delincuencia organizada dictaba que cualquiera, en todos los niveles, protegiera la integridad de la organización a toda costa.

—¿Qué pasa una vez que estés dentro de la casa de este tipo? ¿Cómo vamos a obtener la señal para entrar?

—Idealmente, sería que esperamos hasta que ellos estén recibiendo la señal en vivo—Kitty explicó—Quiero tanta información en esa CPU como sea posible antes de que confisquemos. Además, esto preservará la cubierta de Kurt si lo traes con este tipo, sólo en acaso que tengamos que usarlo de nuevo donde él será visible.

Consideró a Kitty bruscamente. La ciberdetective había sido policía, está bien, porque ella todavía pensaba como tal.

Una vez más, el castaño asintió, el mismo brillo depredador en sus ojos como la ojiverde.

—Puedes apostar que este tipo va a estar cableado para todo. Puedes contar con eso. Cualquiera recibiendo este tipo de alimentación será grabada y probablemente subida a su propio servidor. Él tendrá un sistema inalámbrico sofisticado que Kitty debe ser capaz de hackear desde fuera del edificio. Ella deberá ser capaz de ver lo que estamos viendo.

—Esto es flojo—insistió de manera constante.

Sabía que no tenía que decirle a Kitty, o a Kurt para el caso, lo que quería decir.

Había una docena de formas que algo podría salir mal.

—No será por el tiempo que nos preparemos para rodar—Kitty dijo al igual de manera constante.

—Vamos a tener que informar a Puckerman—añadió con un suspiro.

—Vamos a ajustar un primero—Kitty sugirió.

—Correcto—dijo bruscamente, golpeando su mano sobre la mesa—Está bien entonces. Lo llevo a mi jefe.




Brittany montó abajo con ella en el elevador y la acompañó hasta su coche.

—Me voy a quedar aquí por unos minutos, entonces tengo algunos pacientes que atender.

Asintió, lanzando la carpeta de archivos con las copias de la transcripción en el asiento delantero.

—Bien—comenzó a alejarse, entonces en el último momento añadió—Uh, voy a estar en la comisaría la mayor parte del día haciendo este papeleo y realizando llamadas telefónicas. ¿Te veo esta noche?

—Sí—respondió, sonriendo a los esfuerzos de la morena para explicar su día. Intentó, incluso cuando era extraño para ella, la hizo a sentirse más preciada que cualquier otro regalo posiblemente podría—Eso sería simplemente perfecto.






Cuando Santana entró en la sala de la brigada más tarde esa mañana, Mike estaba sentado en su escritorio, la silla se volvió hacia la puerta.

En el momento en que la vio, se puso de pie y se acercó rápidamente a ella.

—Hombre, me alegro de que finalmente me llamaste. Si tuviera que perseguir una intermitente más en la calle peatonal, iba a tener que empezar a tomar medicamentos. ¿Has conseguido algo? Porque he estado trabajando las computadoras cada vez que puedo conseguir, y todavía no puedo sacar ningún nombre. parece que cada vez que me acerco, me encuentro con otro callejón sin salida. es extraño. De hecho, si no lo supiera mejor, diría que alguien había estado borrando archivos.

Lo observó de cerca, porque había aprendido que Mike rara vez decía algo que no tenía intención. Sólo las personas que no lo conocían muy bien pensaban que él era toda la charla vacía.

—Todavía hay algunas cosas que tú y yo tenemos que ver a lo largo de esas líneas, pero no en este momento. Tengo algo para llevar al Capitán, y necesito que seas asignado oficialmente de aquí en adelante.

Mike sonrió y luego, mirando alrededor de la sala de la brigada como si quisiera asegurarse de que nadie lo había visto, agregó:

—¿Algo que tenga que saber antes de entrar ahí?

—Ninguna sorpresa—le aseguró—Sólo trata por una vez seguir mi ejemplo, y guarda silencio, si puedes.

Él sólo sonrió mientras se giraba y se alejó.


Cinco minutos más tarde estaban sentados frente al Capitán Will Schuester a través de la extensión de su escritorio, esperando a que terminara una llamada telefónica. Cuando colgó el teléfono, dijo de inmediato:

—Es sábado por la mañana. ¿Qué tienes que no puede esperar?

Comenzó sin prisas a explicar.

—El grupo de trabajo al que me ha asignado a conducido aquí en la ciudad en una red de pornografía infantil. Vamos a tener que vigilar a un sospechoso quién creemos está recibiendo la pornografía infantil en vivo a través de Internet, la comercializa a la gente que conoce en las salas de chat, y posiblemente la transmite también. Creemos que puede tener una conexión indirecta con la gente que hace los videos, y ellos son los que utilizan niños para sexo.

Schuester la miro en silencio por un momento.

—Este grupo de trabajo, está siendo dirigido por Justicia, ¿verdad?

—Oficialmente, sí. La mayor parte del trabajo ha sido realizado por el equipo de consultores privados que Justicia ha llevado a bordo. Los federales han tomado bastante un asiento trasero hasta ahora. Me gustaría que siga siendo así. Cualquier arresto debería ser nuestro, y si hay una conexión con algo local, me gustaría saber acerca de ello primero. Sabes que Justicia es como, ellos agarrarán a un par de estos chicos y les ofrecerán inmunidad para girar pruebas del Estado de alguien más arriba en la cadena alimentaria, y nunca va a llevar a nadie a juicio.

—Los civiles, ¿Quiénes son? ¿Confías en ellos?

—Sí—le informó—Es un equipo de nombre de Kitty Security, y las dos personas principales, Kitty y Kurt, son experimentados y altamente especializados. De hecho, Kitty probablemente podría conseguir esta nueva división de investigación electrónica que el comisionado ha estado insistiendo sobre la tierra. No creo que tengamos a alguien interno que pueda hacerlo en realidad.

Schuester simplemente gruñó, y luego miró a Mike.

—Y el Detective Chang figura en esto, ¿cómo?

—Vamos a necesitar mano de obra para vigilancia, además tengo información de un informante confidencial que algunas jóvenes prostitutas pueden estar involucradas en la fabricación de estas películas. No tengo ningún nombre todavía, y me gustaría que Mike trabajara con Ryder en el reformatorio juvenil para localizar a algunas de las chicas más jóvenes y hacerles preguntas. Realmente tenemos que trabajar a través de la unidad de menores porque tienen todos los registros, y lo más probable es que puedan encontrar a estas niñas mucho más rápido que nosotros. Además, Ryder es un buen detective. Estoy dispuesta a apostar que tiene relaciones con algunas de estas niñas y puede ayudarnos a obtener la información que necesitamos.

—¿Entonces cuál es la prisa para ir a la fiscalía? Sabes que van a estar funcionando con un mínimo de personal, y buscar un juez para firmar una orden siempre es complicado en un fin de semana. Además, por lo general molesta al juez ser paginado durante un juego de golf y esto no sirve de gran ayuda.

—Es posible que vamos a tener esta noche o mañana por la noche el contacto con uno de estos tipos de Internet que se ocupan de las transmisiones de video en vivo. Vamos a tener que traerlo para interrogarlo, ir a través de su sitio en busca de una verificación de pornografía infantil, y la confiscación de todo su equipo electrónico. Me gustaría tener una orden para cubrir eso.

—Lo que significa que vamos a necesitar los técnicos de la escena del crimen, también—Mike añadió—Eso es un montón de tiempo y ayudará a tener a la fiscalía a bordo para respaldarnos con eso.

—Gracias, Detective—Schuester dijo secamente—Soy muy consciente de cómo funciona la distribución fiscal en mi división de trabajo.

Sofocó una sonrisa, pero sabía que Mike había hecho un buen punto.

Los administradores como Schuester, incluso los que una vez fueron buenos policías como lo habían sido, estaban muy motivados por la línea de fondo, que era por lo general financiera.

Cuanto más papeleo él tuviera para respaldarlo en su asignación de fondos y mano de obra, mejor sería.

Él se echó hacia atrás en su silla y suspiró.

—Está bien, pon los papeles en mi escritorio y voy a hacer algunas llamadas.

—Gracias, señor—dijo, comenzando a levantarse.

—Quédese, López.

Mike dudó por un segundo, mirando rápidamente a Santana al Capitán Schuester, y luego salió de la habitación cuando se hizo evidente que nadie iba a decir nada hasta que él lo hiciera.


Cuando Mike había cerrado la puerta detrás de él, Schuester dijo:

—¿Cuán activamente estás involucrada en esta investigación?

—Sólo recopilando la información cuando esta entra.

—Todavía no he visto nada sobre ti de Hudson.

—Veré que él se lo envíe.

—Ve que lo hagas, Sargento.

—Absolutamente, Capitán.



Una vez fuera de su oficina, echó un vistazo a su reloj y decidió que Hudson probablemente no estaba disponible en un sábado por la tarde.

Lunes tendría bastante tiempo.