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[Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
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[Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Sinopsis
La inocencia nunca estuvo destinada para los adictos...
La adicción fue algo que Santana López aceptó como parte de su naturaleza hace mucho tiempo.
Decidió aceptarla y mostrarle el dedo a las reglas.
Las mujeres siempre tuvieron el primer puesto en su lista de adicciones.
No podía tener suficiente.
Ser la cantante en una banda de rock sólo hizo que el acceso a su adicción favorita fuera mucho más fácil.
Estar sola era lo único que Brittany Pierce conocía.
La familia pueblerina del ministro que la crio, nunca la aceptó como una de los suyos.
La esposa del ministro siempre se aseguró de que Brittany entendiera cuán poco merecedora de amor era.
Cuando la despachan para ir a la universidad y tiene la oportunidad de ser finalmente libre de vivir como una carga indeseada, espera con ansias tener algo paz en su vida.
Estar sola no es algo que le moleste.
Escapa de la realidad con las historias que escribe.
Aun así, la chica ridículamente sexy que sigue dando fiestas en el departamento sobre el suyo la está volviendo loca.
Para empezar, no la trata como esperarías que alguien que está siempre con una mujer diferente colgando de su brazo, trate a alguien poco interesante como ella.
Ella no luce para nada como las hermosas mujeres que ve desfilando dentro y fuera de su departamento, pero por alguna extraña razón, la chica ridículamente sexy sigue apareciendo en su puerta.
Durante una fiesta en su departamento, la nueva vecina de Santana viene a la puerta con su largo cabello rubio en un nudo desordenado y un par de gafas posadas sobre su linda naricita.
Ella quiere que baje la música, pero la convence de quedarse.
Puede que Santana López acabe de encontrar su mayor adicción hasta ahora.
Y Brittany Pierce se da cuenta demasiado tarde de que finalmente la han reclamado.
Decidió aceptarla y mostrarle el dedo a las reglas.
Las mujeres siempre tuvieron el primer puesto en su lista de adicciones.
No podía tener suficiente.
Ser la cantante en una banda de rock sólo hizo que el acceso a su adicción favorita fuera mucho más fácil.
Estar sola era lo único que Brittany Pierce conocía.
La familia pueblerina del ministro que la crio, nunca la aceptó como una de los suyos.
La esposa del ministro siempre se aseguró de que Brittany entendiera cuán poco merecedora de amor era.
Cuando la despachan para ir a la universidad y tiene la oportunidad de ser finalmente libre de vivir como una carga indeseada, espera con ansias tener algo paz en su vida.
Estar sola no es algo que le moleste.
Escapa de la realidad con las historias que escribe.
Aun así, la chica ridículamente sexy que sigue dando fiestas en el departamento sobre el suyo la está volviendo loca.
Para empezar, no la trata como esperarías que alguien que está siempre con una mujer diferente colgando de su brazo, trate a alguien poco interesante como ella.
Ella no luce para nada como las hermosas mujeres que ve desfilando dentro y fuera de su departamento, pero por alguna extraña razón, la chica ridículamente sexy sigue apareciendo en su puerta.
Durante una fiesta en su departamento, la nueva vecina de Santana viene a la puerta con su largo cabello rubio en un nudo desordenado y un par de gafas posadas sobre su linda naricita.
Ella quiere que baje la música, pero la convence de quedarse.
Puede que Santana López acabe de encontrar su mayor adicción hasta ahora.
Y Brittany Pierce se da cuenta demasiado tarde de que finalmente la han reclamado.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd2: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Pd3: aquí mis anteriores historias (adaptadas todas):
Wallbanger: https://gleelatino.forosactivos.net/t22310-resueltofanfic-brittanawallbanger-2-rustynailed-adaptada-finalHola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd2: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Pd3: aquí mis anteriores historias (adaptadas todas):
El Affaire López: https://gleelatino.forosactivos.net/t22380-fanfic-brittana-el-affaire-lopez-4-algo-raro-y-preciso-adaptada-epilogo
A los 17: https://gleelatino.forosactivos.net/t22434-resueltofanfic-brittana-a-los-17-adaptada-cap-43-final
Tras el Telón de Pino: https://gleelatino.forosactivos.net/t22474-resueltofanfic-brittana-tras-el-telon-de-pino-adaptada-cap-36-final
Sin Condiciones: https://gleelatino.forosactivos.net/t22505-resueltofanfic-brittana-sin-condiciones-adaptada-cap-47-final
Blonde Girl: https://gleelatino.forosactivos.net/t22520-fanfic-brittana-blonde-girl-adaptada-prologo#538737
Ajuste de Cuentas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22532-resueltofanfic-brittana-ajuste-de-cuentas-adaptada-cap-12-fin
Pídeme lo que Quíeras: https://gleelatino.forosactivos.net/t22535-fanfic-brittana-pideme-lo-que-quieras-adaptada-prologo#539712
Mi Mujer: https://gleelatino.forosactivos.net/t22564-fanfic-brittana-mi-mujer-3-confesion-adaptada-cap-35#542092
Sorpréndeme: https://gleelatino.forosactivos.net/t22576-resueltofanfic-brittana-sorprendeme-adaptada-epilogo#543891
Palabras para Ti: https://gleelatino.forosactivos.net/t22583-resueltofanfic-brittana-palabras-para-ti-adaptada-epilogo
Un Vuelo con Escalas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22590-fanfic-brittana-un-vuelo-con-escalas-adaptada-cap-33-final#544923
Secretos del Pasado: https://gleelatino.forosactivos.net/t22595-resueltofanfic-brittana-secretos-del-pasado-adaptada-epilogo
En tus Brazos y Huir de Todo Mal: https://gleelatino.forosactivos.net/t22602-resueltofanfic-brittana-en-tus-brazos-y-huir-de-todo-mal-ii-pasion-adaptada-epilogo
Parejas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22615p195-resueltofanfic-brittana-parejas-adaptada-cap-41-final#547481
La Chica de Servicio: https://gleelatino.forosactivos.net/t22617-resueltofanfic-brittana-la-chica-de-servicio-3-rindete-adaptada-epilogo-santana
A su Manera: https://gleelatino.forosactivos.net/t22622-resueltofanfic-brittana-a-su-manera-adaptada-cap-50-final
Pídeme lo que Quiéras 4: Y yo te lo Darpe: https://gleelatino.forosactivos.net/t22630-fanfic-brittana-pideme-lo-que-quieras-4-y-yo-te-lo-dare-adaptada-epilogo
Angel de Fuego: https://gleelatino.forosactivos.net/t22633-resueltofanfic-brittana-angel-de-fuego-adaptada-cap-39-fin
Después de Todo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22642-fanfic-brittana-despues-de-todo-adaptada-epilogo
Pintando la Luna: https://gleelatino.forosactivos.net/t22644-resueltofanfic-brittana-pintando-la-luna-adaptada-epilogo
La Luna de Media Noche: https://gleelatino.forosactivos.net/t22647-resueltofanfic-brittana-la-luna-de-media-noche-adaptada-epilogo
Amor en Espera: https://gleelatino.forosactivos.net/t22651-resueltofanfic-brittana-amor-en-espera-adaptada-epilogo
Storms: https://gleelatino.forosactivos.net/t22657-resueltofanfic-brittana-storms-adaptada-epilogo
Fue un Beso Tonto: https://gleelatino.forosactivos.net/t22660-resueltofanfic-brittana-fue-un-beso-tonto-adaptada-epilogo
La Luna de Santana: https://gleelatino.forosactivos.net/t22664-resueltofanfic-brittana-la-luna-de-santana-adaptada-epilogo
Con Todo mi Corazón: https://gleelatino.forosactivos.net/t22666-resueltofanfic-brittana-con-todo-mi-corazon-adaptada-epilogo
La Esposa Del Vecino: https://gleelatino.forosactivos.net/t22668-resueltofanfic-brittana-la-esposa-del-vecino-adaptada-epilogo
Dulce Brittany: https://gleelatino.forosactivos.net/t22671-resueltofanfic-brittana-dulce-brittany-adaptada-epilogo
Eres Para Mí: https://gleelatino.forosactivos.net/t22674-resueltofanfic-brittana-eres-para-mi-adaptada-epilogo
Vampira: https://gleelatino.forosactivos.net/t22679-resueltofanfic-brittana-vampira-adaptada-epilogo
Rojo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22687-resueltofanfic-brittana-rojo-adaptada-cap-34-final
Retroceder el Tiempo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22695-resueltofanfic-brittana-retroceder-el-tiempo-adaptada-epilogo
Dulce Travesura: https://gleelatino.forosactivos.net/t22699-resueltofanfic-brittana-dulce-travesura-adaptada-epilogo
Compañeras: https://gleelatino.forosactivos.net/t22704-resueltofanfic-brittana-companeras-ii-carretera-del-infierno-adaptada-cap-34-y-35-fin
Pequeño Amor: https://gleelatino.forosactivos.net/t22711-resueltofanfic-brittana-pequeno-amor-adaptada-epilogo
Por la Eternidad: https://gleelatino.forosactivos.net/t22718-resueltofanfic-brittana-por-la-eternidad-adaptada-epilogo
Besos: https://gleelatino.forosactivos.net/t22720-resueltofanfic-brittana-besos-adaptada-epilogo
Bambalinas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22725-resueltofanfic-brittana-bambalinas-adaptada-epilogo
Razonable: https://gleelatino.forosactivos.net/t22733-resueltofanfic-brittana-razonable-iii-adaptada-epilogo
Seducción: https://gleelatino.forosactivos.net/t22737-resueltofanfic-brittana-seduccion-adaptada-epilogo
Dilo a Otra: https://gleelatino.forosactivos.net/t22740-resueltofanfic-brittana-dilo-a-otra-adaptada-epilogo-parte-ii
En Equilibrio: https://gleelatino.forosactivos.net/t22741-resueltofanfic-brittana-en-equilibrio-adaptada-epilogo
Simplemente: https://gleelatino.forosactivos.net/t22743-fanfic-brittana-simplemente-ii-adaptada-cap-3
Nunca: https://gleelatino.forosactivos.net/t22747-fanfic-brittana-nunca-i-adaptada-cap-1#561488
Sexy Amor: https://gleelatino.forosactivos.net/t22748p175-resueltofanfic-brittana-sexy-amor-adaptada-epilogo#562089
Sentimientos: https://gleelatino.forosactivos.net/t22752-resueltofanfic-brittana-los-sentidos-adaptada-epilogo
Mía: https://gleelatino.forosactivos.net/t22754-fanfic-brittana-mia-iii-adaptada-sinopsis
Respiro: https://gleelatino.forosactivos.net/t22755-resueltofanfic-brittana-respiro-adaptada-cap-20-fin
Obsesion: https://gleelatino.forosactivos.net/t22758-fanfic-brittana-la-obsesion-adaptada-sinopsis#562904
Por Qué: https://gleelatino.forosactivos.net/t22759-fanfic-brittana-por-que-i-adaptada-prologo#563064
De Mis Sueños: https://gleelatino.forosactivos.net/t22762-fanfic-brittana-de-mis-suenos-adaptada-sinopsis#563275
A Un Ángel: https://gleelatino.forosactivos.net/t22765-fanfic-brittana-a-un-angel-adaptada-prologo#564172
Mientras: https://gleelatino.forosactivos.net/t22763-resueltofanfic-brittana-mientras-ii-adaptada-epilogo
Arco Iris: https://gleelatino.forosactivos.net/t22768-fanfic-brittana-arco-iris-adaptada-prologo#564693
Comportamiento: https://gleelatino.forosactivos.net/t22769-resueltofanfic-brittana-comportamiento-adaptada-epilogo
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Y seguire leyendote, cosa que me encantan!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
tambien seguire leyendote por los siglos de los siglos muy interesante!!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Hola morra... Yo deupi jaja
Se be que va a estar genial la historia!!!
Ya quiero el primer cap!!
Nos vemos!!
Se be que va a estar genial la historia!!!
Ya quiero el primer cap!!
Nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Como dice micky... tambien te leeré hasta el fin de los tiempos
Isabella28****** - Mensajes : 378
Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
monica.santander escribió:Y seguire leyendote, cosa que me encantan!!
Saludos
Hola, lo cual me parece más q bn la vrdd jjajajajaja. Aaaah ya somos dos! ajajaja y espero siga así jajaja. Saludos =D
micky morales escribió:tambien seguire leyendote por los siglos de los siglos muy interesante!!!!!!
Hola, jaajajajajaja lo cual me parece genial y espero cumplas jajajjaja. Si¿? vamos q ver q pasaajajaj. Saludos =D
3:) escribió:Hola morra... Yo deupi jaja
Se be que va a estar genial la historia!!!
Ya quiero el primer cap!!
Nos vemos!!
Hola lu, jajajaj xD jajajaajajaj. Si¿? espero y si sea así XD jaajajaja. Aquí lo dejo... no mentira ajaja dejo el prólogo xD aajajaj. Saludos =D
Isabella28 escribió:Como dice micky... tambien te leeré hasta el fin de los tiempos
Hola, jajajajaaj lo cual es muy bueno y q siga a´si la vrdd jajaajaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Prólogo
Prólogo
Brittany
—Ve a la cama, Brittany. Y no te olvides de rezar—la voz de la Sra. Williams interrumpió mis pensamientos.
Me alejé de la ventana en la que me sentaba y miré a la mujer que era mi tutora.
No me refería a ella como “madre” porque cometí ese error una vez y me golpeó con un cinturón.
—Sí, señora—respondí, y me bajé del asiento de la ventana que amaba tanto.
Era la única cosa que se sentía como si fuera verdaderamente mía.
Pedí un asiento en la ventana como este cuando lo vi en una película. La Sra. Williams me llamó egoísta y materialista. Me golpearon por hacer un pedido como ese.
Pero su esposo, el pastor Williams, me sorprendió con uno la mañana de Navidad.
Valió la pena los castigos secretos que recibí después de parte de la Sra. Williams por hacer que su esposo pecara para darme un regalo.
La Sra. Williams continuó mientras me levantaba del asiento.
—Recuerda agradecerle a Dios por estar viva y no muerta como tu mamá—espetó.
El tono en su voz era especialmente repugnante esta noche.
Estaba enojada por algo.
Odiaba cuando se enojaba.
Eso significaba que me iba a castigar incluso si no era extra buena. Incluso aunque yo no fuera la causa de su enojo.
—Sí, señora—respondí de nuevo.
Me encogí cuando habló de la mamá que nunca conocí, y de su muerte.
Odiaba oír los detalles sórdidos de cómo mi madre sufrió por sus pecados.
Hacía que odiara más a Dios.
Por qué era tan malo y lleno de venganza, no lo entendía. Pero con los años me di cuenta que la amabilidad que vi en el pastor Williams es como en verdad debía ser Dios.
—Y—continuó la Sra. Williams—, Dale las gracias por el techo sobre tu cabeza que no te mereces—escupió.
Me recordaba seguido que no merecía la bondad que me daban ella y el pastor Williams.
Me acostumbré a eso también.
Eran lo más cercano a unos padres que conocí en mis trece años en la tierra.
Mi mamá murió dándome a luz. Se encontraba enferma de neumonía, y fue un milagro que yo viviera.
Nací seis semanas antes.
—Sí, señora—respondí de nuevo, caminando lentamente hacia mi cama.
Quería que saliera de mi habitación antes de que me acercara demasiado a ella.
Le gustaba golpearme, pero a mí no me gustaba que me golpearan.
Se paraba con los hombros rectos y la nariz hacia arriba así tenía que bajar la mirada hacia mí.
Su cabello rojizo era largo y estaba tirado hacia atrás en un moño tirante. Los lentes con borde negro que usaba hacían que sus ojos marrones y recelosos se vean más siniestros.
—Y, por supuesto, dale las gracias al Señor por tu salud. Aunque eres excepcionalmente fea y no tienes esperanza de belleza alguna, deberías estar agradecida de estar viva. Que estás sana. Porque no te lo mereces…
—Es suficiente, Margaret—la interrumpió la voz del pastor Williams.
No era la primera vez que me decía que era fea.
Cómo el pecado de mi mamá me hizo poco atractiva.
Cómo nunca nadie me amaría porque era difícil incluso mirarme.
Acepté mi vida hace mucho tiempo.
No me miraba en un espejo si podía evitarlo.
Odiaba ver ese rostro devolviéndome la mirada.
El que hacía que la Sra. Williams me odiara, y que el pastor Williams me tuviera lástima.
—Necesita saberlo.
—No. No es así. Solo estás enojada y te la agarras con Brittany. Déjala en paz. No te lo volveré a advertir. Esto tiene que parar—le susurró a su esposa, pero igual todavía podía oír su voz profunda.
Cuando sea que la encontrara diciéndome cuán fea era o recordándome de los pecados que me atormentarían toda mi vida, la corregiría y le diría que se fuera.
Dejé que el alivio viniera porque sabía que al día siguiente o así él la estaría observando.
Ella no se me acercaría.
Haría muecas y se quedaría en su habitación.
No le di las gracias porque sabía que me ignoraría, se daría la vuelta y se alejaría como siempre.
No le gustaba mirarme tampoco.
Las pocas veces en mi vida que en verdad me miró, podía verlo hacer un gesto de dolor.
Especialmente en el último tiempo.
Me volvía más fea.
Tenía que ser eso.
Un día voy a ser lo suficientemente mayor como para dejar este lugar. No tendría que ir a la iglesia y escuchar sobre el amoroso
Dios a quien estas personas servían.
El que me hizo tan fea.
El que me quitó a mi mamá.
Quería escapar de todo esto y esconderme en una pequeña ciudad donde nadie me conociera.
Un lugar donde pudiera estar sola y escribir.
En mis historias podía ser hermosa.
El príncipe o la princesa me amaría, y yo sabría lo que se sentía pertenecer.
Amaba mis historias. Incluso si ahora se encontraban todas en mi cabeza.
—Ve a la cama, Brittany—dijo el pastor Williams mientras se giraba para seguir a su esposa por el corredor.
—Sí, señor. Buenas noches, señor—respondí.
Se detuvo, y esperé para ver si decía más.
Si se daría la vuelta y me sonreiría.
O si solo me miraría.
Tal vez me aseguraría que el pecado de mi mamá no iba a controlar mi vida por siempre.
Pero nunca lo hizo.
Solo se quedó ahí dándome la espalda por un momento antes de que sus hombros se hundieran mientras se alejaba.
Un día… sería libre.
Me alejé de la ventana en la que me sentaba y miré a la mujer que era mi tutora.
No me refería a ella como “madre” porque cometí ese error una vez y me golpeó con un cinturón.
—Sí, señora—respondí, y me bajé del asiento de la ventana que amaba tanto.
Era la única cosa que se sentía como si fuera verdaderamente mía.
Pedí un asiento en la ventana como este cuando lo vi en una película. La Sra. Williams me llamó egoísta y materialista. Me golpearon por hacer un pedido como ese.
Pero su esposo, el pastor Williams, me sorprendió con uno la mañana de Navidad.
Valió la pena los castigos secretos que recibí después de parte de la Sra. Williams por hacer que su esposo pecara para darme un regalo.
La Sra. Williams continuó mientras me levantaba del asiento.
—Recuerda agradecerle a Dios por estar viva y no muerta como tu mamá—espetó.
El tono en su voz era especialmente repugnante esta noche.
Estaba enojada por algo.
Odiaba cuando se enojaba.
Eso significaba que me iba a castigar incluso si no era extra buena. Incluso aunque yo no fuera la causa de su enojo.
—Sí, señora—respondí de nuevo.
Me encogí cuando habló de la mamá que nunca conocí, y de su muerte.
Odiaba oír los detalles sórdidos de cómo mi madre sufrió por sus pecados.
Hacía que odiara más a Dios.
Por qué era tan malo y lleno de venganza, no lo entendía. Pero con los años me di cuenta que la amabilidad que vi en el pastor Williams es como en verdad debía ser Dios.
—Y—continuó la Sra. Williams—, Dale las gracias por el techo sobre tu cabeza que no te mereces—escupió.
Me recordaba seguido que no merecía la bondad que me daban ella y el pastor Williams.
Me acostumbré a eso también.
Eran lo más cercano a unos padres que conocí en mis trece años en la tierra.
Mi mamá murió dándome a luz. Se encontraba enferma de neumonía, y fue un milagro que yo viviera.
Nací seis semanas antes.
—Sí, señora—respondí de nuevo, caminando lentamente hacia mi cama.
Quería que saliera de mi habitación antes de que me acercara demasiado a ella.
Le gustaba golpearme, pero a mí no me gustaba que me golpearan.
Se paraba con los hombros rectos y la nariz hacia arriba así tenía que bajar la mirada hacia mí.
Su cabello rojizo era largo y estaba tirado hacia atrás en un moño tirante. Los lentes con borde negro que usaba hacían que sus ojos marrones y recelosos se vean más siniestros.
—Y, por supuesto, dale las gracias al Señor por tu salud. Aunque eres excepcionalmente fea y no tienes esperanza de belleza alguna, deberías estar agradecida de estar viva. Que estás sana. Porque no te lo mereces…
—Es suficiente, Margaret—la interrumpió la voz del pastor Williams.
No era la primera vez que me decía que era fea.
Cómo el pecado de mi mamá me hizo poco atractiva.
Cómo nunca nadie me amaría porque era difícil incluso mirarme.
Acepté mi vida hace mucho tiempo.
No me miraba en un espejo si podía evitarlo.
Odiaba ver ese rostro devolviéndome la mirada.
El que hacía que la Sra. Williams me odiara, y que el pastor Williams me tuviera lástima.
—Necesita saberlo.
—No. No es así. Solo estás enojada y te la agarras con Brittany. Déjala en paz. No te lo volveré a advertir. Esto tiene que parar—le susurró a su esposa, pero igual todavía podía oír su voz profunda.
Cuando sea que la encontrara diciéndome cuán fea era o recordándome de los pecados que me atormentarían toda mi vida, la corregiría y le diría que se fuera.
Dejé que el alivio viniera porque sabía que al día siguiente o así él la estaría observando.
Ella no se me acercaría.
Haría muecas y se quedaría en su habitación.
No le di las gracias porque sabía que me ignoraría, se daría la vuelta y se alejaría como siempre.
No le gustaba mirarme tampoco.
Las pocas veces en mi vida que en verdad me miró, podía verlo hacer un gesto de dolor.
Especialmente en el último tiempo.
Me volvía más fea.
Tenía que ser eso.
Un día voy a ser lo suficientemente mayor como para dejar este lugar. No tendría que ir a la iglesia y escuchar sobre el amoroso
Dios a quien estas personas servían.
El que me hizo tan fea.
El que me quitó a mi mamá.
Quería escapar de todo esto y esconderme en una pequeña ciudad donde nadie me conociera.
Un lugar donde pudiera estar sola y escribir.
En mis historias podía ser hermosa.
El príncipe o la princesa me amaría, y yo sabría lo que se sentía pertenecer.
Amaba mis historias. Incluso si ahora se encontraban todas en mi cabeza.
—Ve a la cama, Brittany—dijo el pastor Williams mientras se giraba para seguir a su esposa por el corredor.
—Sí, señor. Buenas noches, señor—respondí.
Se detuvo, y esperé para ver si decía más.
Si se daría la vuelta y me sonreiría.
O si solo me miraría.
Tal vez me aseguraría que el pecado de mi mamá no iba a controlar mi vida por siempre.
Pero nunca lo hizo.
Solo se quedó ahí dándome la espalda por un momento antes de que sus hombros se hundieran mientras se alejaba.
Un día… sería libre.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
a no yo le doy un sillazo en la frente ala vieja!! y con toda la sutileza de mundo!! seria malo???
yo también saldría corriendo a penas son las 12 en punto,..
nos vemos!!
a no yo le doy un sillazo en la frente ala vieja!! y con toda la sutileza de mundo!! seria malo???
yo también saldría corriendo a penas son las 12 en punto,..
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Esa vieja ya saco pasajes al infierno!!!
Isabella28****** - Mensajes : 378
Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Ya empece a odiar a alguien!!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
a no yo le doy un sillazo en la frente ala vieja!! y con toda la sutileza de mundo!! seria malo???
yo también saldría corriendo a penas son las 12 en punto,..
nos vemos!!
Hola lu, jajaajajaja nose xq te creo... y apoyaría jajajaaj. JAjaajajajaj claro ¬¬ Tmbn, todo el apoyo ¬¬ Saludos =D
Isabella28 escribió:Esa vieja ya saco pasajes al infierno!!!
Hola, si que si ¬¬ y para ya! Saludos =D
monica.santander escribió:Ya empece a odiar a alguien!!!
Saludos
Hola, y te creo... y apoyo en el odio ¬¬ Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
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FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Cap 1
Capitulo 1
Brittany
Era tan fea en el interior como en el exterior.
Era la única explicación para el hecho de que no había podido llorar ni una sola lágrima.
Ni siquiera había salido una falsa lágrima en el funeral de la señora Williams.
Sabía que las personas de la iglesia pensaban que era mala. Lo podía ver cuando me miraban.
Pero todos ellos habían sido testigos de primera mano cuando me vieron no mostrar ni una pequeña mueca de emoción al situarme al lado del Pastor Williams mientras enterraban a su esposa.
Ella había sido diagnosticada con un tumor cerebral hacía sólo cinco meses. Se encontraba en la quinta etapa, y no había nada que pudieran haber hecho.
La congregación se había detenido para verla, y la casa parroquial había sido inundada de guisos, pasteles y flores.
Me habían dicho que me quedara fuera de la vista.
Sólo la habría molestado.
El Pastor Williams había sido amable cuando me instruyó que me quedara en mi habitación cuando regresé a casa de la escuela, pero todavía me dañaba.
Esperaba hasta estar segura de que se encontraran dormidos casi todas las noches para colarme en la planta baja y arreglar algo para comer para la cena.
El suministro sin fin de alimentos lo había hecho fácil.
Cuando por fin había tomado su último aliento, la enfermera había llegado y llamado a mi puerta para informarme. Me habían pedido que llamara al Pastor Williams a la iglesia y le dijera que volviera a casa.
No había sentido nada.
Ni una emoción por las noticias.
Me había dado cuenta entonces que ella había tenido razón todos esos años.
Yo era mala.
Sólo alguien realmente malo podía ser tan indiferente a la muerte.
La señora Williams había tenido sólo cincuenta y cuatro. Pero entonces, era mucho mayor de lo que mi madre había sido cuando murió, ella había tenido sólo veinte.
Todo estaba detrás de mí ahora.
Esa vida había terminado y se hallaba en mi pasado.
Me puse de pie fuera del edificio de apartamentos que daba a la vista de la costa del Golfo de Alabama y me dejé entender que esta era ahora mi casa.
Estaba muy lejos de la vida que había vivido en Carolina del Sur.
Me gustaría tener una nueva vida aquí. Una en la que pudiera sentarme, escribir mis historias y asistir a la Universidad.
El Pastor Williams quiso deshacerse de mí.
Le agradecía por eso porque necesitaba una manera de liberarme de ese lugar.
Llamó a un amigo suyo y me metió en una universidad comunitaria a diez horas de distancia de la ciudad llena de gente que me odiaba. Me compró un departamento en la playa e incluso me consiguió un trabajo como secretaria de la iglesia.
Tenía un amigo que era pastor de una iglesia en Sea Breeze, Alabama.
Era una de las razones por las que me envió aquí. Había algunas personas que me ayudarían a prepararme mientras él permanecía en Carolina del Sur.
Oí al Pastor Williams en el teléfono explicándole al hombre que sería mi jefe que yo no era buena con la gente y estaba protegida.
Lo que no era del todo cierto.
Había ido a una academia de chicas Cristianas, y todo el mundo había pretendido que no existía. No era mi culpa que sus madres les hubieran dicho acerca del mal dentro de mí.
Nunca tuve la oportunidad de estar realmente alrededor de personas que quisieran tener nada que ver conmigo.
Antes de tomar las cajas de la camioneta, quería revisar el departamento.
El Pastor Williams me dio una camioneta, también. Agarrando mi bolso y las llaves que había colocado en un sobre, junto con mil dólares en efectivo, salté fuera de la vieja camioneta y me dirigí a las escaleras.
Ninguno de los departamentos se hallaba al nivel de la calle.
Todos estaban sobre soportes por encima del suelo.
Pensé que eso era para los momentos en los que el agua subía... o durante los huracanes.
No iba a pensar en los huracanes.
Ahora no.
Puse la llave en la cerradura y la giré antes de empujar la puerta para abrirla. Se abrió de par en par, y me llevó a paredes amarillo claro y muebles de mimbre blanco.
Todo era muy costero.
Lo amé.
Sonriente, entré y di la vuelta en un círculo con los brazos muy abiertos. Eché la cabeza hacia atrás, cerré los ojos y me dejé disfrutar de la soledad.
Nadie me conocía aquí.
No era la chica mala que estaba bajo el cuidado del pastor. Era sólo yo.
Brittany Pierce.
Y era una escritora. Una reclusa y excéntrica escritora a quien no le importaba cómo se veía.
No importaba.
Era libre.
Voces fuertes riendo y lanzando insultos en el pasillo interrumpieron mi momento tranquilo de alegría.
Dejé caer los brazos para girar y choqué la mirada... con... una chica.
Negro.
Al igual que el cielo en la noche.
Eso era todo en lo que podía concentrarme.
Nunca había visto unos ojos tan oscuros.
Eran tan sorprendentes, casi impresionantes.
Las voces de sus amigos fueron desapareciendo, pero todavía estaba ahí de pie.
Entonces me di cuenta.... ¿era un ángel?
Bajé los ojos para disfrutar del resto de su cuerpo.
Cejas oscuras y la piel canela me hicieron volver con la mirada hacia su rostro.
Al parecer el pelo negro terminaba el look sexy.
—¿Listo, amor? ¿O es mi turno?—el dejo de burla en su baja voz ronca me recordó al chocolate caliente.
Me hizo sentir casi vertiginosa.
Sin estar segura de lo que hablaba, miré de nuevo a sus ojos divertidos.
—Yo, eh...
¿Yo qué?
No sabía qué decir.
—No sé a lo que te refieres—finalmente dije honestamente.
¿Debo disculparme por mirarla?
—¿Has terminado de registrarme? Debido a que no me gustaría interrumpirte.
Oh.
Mi cara se calentó, y sabía que mis mejillas eran de color rojo brillante.
¿En qué estaba pensando, al dejar la puerta abierta para que el mundo me vea?
No estaba acostumbrada a esto.
Mantener la distancia de las personas en general me hizo extremadamente inepta al hablar con una.
Sin embargo, ésta no me miraba con esa mueca que me ponía nerviosa.
Estaba acostumbrada a la mirada de las personas que pensaban que iba a hacer cosas malas con ellas.
Lo feo que veían no parecía disuadirlos de querer ver si era tan mala como se decía.
—Es solo piel, color y descendencia latina amor. Prometo que soy inofensiva—dijo esta vez con una sonrisa en su rostro.
Me las arreglé para asentir.
Debería decir algo.
No estaba segura de qué decir.
Ella esperaba que hablara.
—Me gusta—espeté con nerviosismo.
Eso sonó estúpido.
Levantó una ceja, y una sonrisa tocó sus labios.
—Los ojos de color negro no son muy comunes, así que son buenos. Los latinos son muy cariñosos. Uh... Yo...—sonaba como una idiota.
No podía salvarme de este desastre.
Cerrando los ojos, así no tenía que ver esos ojos negros mirándome, tomé una respiración profunda.
—No soy buena para hablar con las personas, chicos, chicas, gente, nadie realmente.
¿Realmente le he dicho eso?
Si ella solo hubiera girado y salido, entonces podríamos haber olvidado este momento para siempre.
Me forcé a abrir los ojos y la atrapé estudiándome con esa sonrisa aún en los labios.
Iba a pensar que estaba loca.
Tal vez visitaba a alguien aquí y no vivía en este complejo.
Realmente no quería enfrentarla de nuevo.
Nunca.
Presionó la yema del pulgar en su labio inferior y mordió la punta antes de reír y sacudir la cabeza.
—No estoy segura de haber conocido antes a nadie como tú—dijo antes de dejar caer la mano de nuevo a su lado.
Estaba segura de que no lo había hecho.
—Santana, amiga—una voz masculina llamó desde lo que sonaba como el segundo piso—Tenemos, como, treinta minutos para estar ahí. Ve a bañarte y cambiarte.
—Mierda—murmuró, bajando la mirada a su teléfono mientras lo sacaba de su bolsillo—Me tengo que ir. Pero te veo por ahí, bailarina—dijo con un guiño, y luego dio un paso atrás y siguió por el pasillo.
¿Bailarina?
Oh.
Me tapé la cara con las dos manos.
Ella me había visto dando vueltas como una idiota.
Claro que esperaba no volverla a ver.
Sólo quería vivir la vida sin llamar la atención. Estaba dejando esa vida, aquella en la que la gente me veía mientras reían.
No quería dar a nadie munición para burlarse de mí.
Ser invisible no podía ser tan difícil.
A menos que trates de hablar con chicos, genia, pensé para mí.
Caminando hacia la puerta, cerré con llave.
La próxima vez que quisiera hacer algo así como girar en círculos, necesitaba cerrar la puerta primero.
Santana
Esa noche teníamos un concierto en Live Bay.
Era un club de la ciudad que atraía a turistas y locales. Nos habíamos convertido en un favorito del público en los últimos dos años, por lo que tres noches a la semana tocábamos en el club ganando cuatrocientos cincuenta dólares por cada uno de nosotros.
Live Bay, junto con el bar en el que tocamos a una hora de distancia en Florida, y otro club en Mobile, Alabama, ambos conciertos semanales, nos permitía a cada uno de nosotros ganar más de mil dólares por semana sólo tocando.
Puck, mi mejor amigo y el bajista en nuestra banda, Jackdown, y yo compartíamos un departamento. Sin embargo, siempre teníamos gente ahí.
Éramos una familia.
Lo habíamos sido desde que empezamos esta cosa.
Aparte de mi hermana mayor, Emily, no había tenido una familia, de verdad.
Nuestro hogar había apestado durante el crecimiento.
Ahora Emily tenía a su esposa, Hanna, y a los tres niños que habían adoptado.
Se las arreglaba la mayoría de los jueves para verme actuar, pero eso era todo.
Solía ser que ella no se perdía ni uno de mis shows.
Sin embargo, lo entendía. No me molestaba.
Finalmente tuvo la familia que siempre había deseado, y era feliz. Eso era suficiente.
Era una muy buena mamá, y esos niños eran afortunados de que ella fuera de ellos ahora.
Tuvimos un buen espectáculo a pesar de que Emily no estaba ahí. Pero la rubia que había decidido llevar a casa esa noche me tiraba del brazo, requiriendo atención.
No había tenido suficiente para beber, y me perdía en mis pensamientos en lugar de centrarme en sus pechos, que tanto quería que viera.
Ya los había notado.
Eran una de las razones por las que iba a mi casa.
—Me estás ignorando—la chica hizo un puchero, sobresaliendo los labios, que estaban pintados de un color rojo oscuro.
Me gustaban los labios rojos. Otra razón por la que se encontraba conmigo.
—Tranquila. Tiene un gatillo fácil después de un concierto—dice Puck de nuevo desde el asiento del conductor.
Él sabía lo molesta que podría ponerme con las niñas necesitadas. Sólo quería que estén dispuestas y fáciles.
—Sólo estoy asegurándome de que no ha cambiado de opinión—respondió la chica.
—Cuando cambie de opinión, amor, lo sabrás—dije, luego me incliné para probar sus labios rojos.
Tenían el sabor de los dulces que había estado chupando antes, y la cerveza.
Era un buen sabor. Quería un poco más.
Puck rio desde el asiento delantero cuando el coche se detuvo.
—Mira, ella es toda diversión y juegos si sólo lo dejas ser —dijo.
Rompí el beso y bajé del coche. Estaba lista para una bebida y un poco de música. Y un montón de gente.
Necesitaba la multitud.
—¿Vienen todos?—le pregunté a Puck mientras le tendía la mano a la chica.
Rápidamente salió del coche y se abrazó a mí.
—Probablemente ya estén aquí—respondió.
A la banda le gustaba quedarse en nuestra casa en las noches que tocamos en Live Bay.
Hemos mantenido la puerta abierta para los vecinos.
En vista de que todos eran estudiantes universitarios, nunca se quejaron. Ellos venían y se unían a la fiesta.
—¿Cuál es tu nombre? —le pregunté a la chica en mi brazo. Miré hacia ella para ver sus labios fruncidos.
Me lo había dicho antes, pero no me había importado. No había estado segura de si iba a pasar la noche con ella en ese momento.
Ahora quería saber.
No follo a una chica sin saber su nombre.
—Dani—respondió ella, y luego se echó el pelo por encima del hombro.
Dani parecía tener un poco de temperamento con ese pelo suyo.
Normalmente, me hacía gracia, pero no esta noche. Estaba de mal humor.
La música ya sonaba cuando comenzamos a subir las escaleras. No había duda de que venía de nuestro departamento.
Mike, nuestro baterista, siempre agarraba una chica o tres rápidamente y dejaba el club después de haber terminado nuestro concierto.
Pero la mayoría de las veces llegaba primero al departamento si sus hembras no lo demoraban.
—Parece que la fiesta ya ha comenzado. Voy a salir temprano e ir a buscar un lugar para estudiar—dijo Puck mientras desaceleraba para caminar a mi lado.
Puck casi había terminado la facultad de derecho. Iba a tomar el examen en seis meses.
Estaba orgullosa de él, pero también sabía que las cosas cambiarían pronto.
Él no iba a ser capaz de seguir la ley y vivir como vivíamos.
Rara vez se quedaba para las fiestas. Siempre se escapaba para ir a estudiar.
Eventualmente lo iba a perder, pero quería que él tuviera éxito.
—Debemos mover las fiestas a lo de Mike de ahora en adelante—dije, sintiendo culpa de que Puck tuviera que dejar su lugar para poder estudiar.
Puck negó con la cabeza.
—Claro que no. El idiota no siempre limpia, y su departamento es pequeño como la mierda. Además, no nos metamos con algo bueno. He llegado hasta aquí haciéndolo de esta manera. Funciona.
Desde que éramos niños, Puck había sido el inteligente. El que siempre se sacrificó.
Él hacía que las cosas sucedan. Pero de alguna manera yo siempre había sido el centro de atención.
Realmente no parecía justo.
—Sólo di la palabra cuando quieras cambiar eso—dije, y luego eché un vistazo a la puerta del departamento cerrado que pasábamos.
Una sonrisa tiró de la esquina de mis labios.
Maldición, la chica había estado girando alrededor de su adorable departamento.
Nunca había visto tanto pelo largo y grueso ni tan rubio.
Entonces esos ojos suyos habían sido jodidamente increíbles. Ni siquiera estaba segura de qué color eran exactamente.
Parecía que eran azules, pero me recordaron a joyas. Habían sido sorprendentes en un primer momento.
A pesar de que había estado usando pantalones holgados y una gran camiseta, pude ver las curvas debajo. Sólo iba a tener que imaginar cómo en realidad se veía porque no tocaría eso.
La inocencia pura de esa chica era espesa.
Ella apenas había sido capaz de formar palabras para hablar conmigo.
Malditamente adorable era lo que había sido.
Y no lo hago adorable.
Nunca.
La mano de Dani se deslizó hacia abajo sobre mis vaqueros y tomó mis sexo.
—Me gusta chupar —susurró en mi oído.
—Bueno. Me puedes mostrar cuánto tan pronto como entramos en la habitación—dije y le agarré el culo.
Al parecer, esa había sido toda la atención que necesitaba, porque comenzó a desabrocharme los vaqueros antes de llegar a la puerta de mi departamento.
Puck se volvió para decirme algo y vio su mano ocupada trabajando en mis vaqueros. Se rio, rodó los ojos y luego entró en el departamento, que ya estaba lleno de varios de los chicos que vivían a nuestro alrededor, y algunos lugareños que estaban en las fiestas con nosotros con regularidad.
Por supuesto, había un montón de chicas.
Sólo en caso de que Dani no funcionara.
Era la única explicación para el hecho de que no había podido llorar ni una sola lágrima.
Ni siquiera había salido una falsa lágrima en el funeral de la señora Williams.
Sabía que las personas de la iglesia pensaban que era mala. Lo podía ver cuando me miraban.
Pero todos ellos habían sido testigos de primera mano cuando me vieron no mostrar ni una pequeña mueca de emoción al situarme al lado del Pastor Williams mientras enterraban a su esposa.
Ella había sido diagnosticada con un tumor cerebral hacía sólo cinco meses. Se encontraba en la quinta etapa, y no había nada que pudieran haber hecho.
La congregación se había detenido para verla, y la casa parroquial había sido inundada de guisos, pasteles y flores.
Me habían dicho que me quedara fuera de la vista.
Sólo la habría molestado.
El Pastor Williams había sido amable cuando me instruyó que me quedara en mi habitación cuando regresé a casa de la escuela, pero todavía me dañaba.
Esperaba hasta estar segura de que se encontraran dormidos casi todas las noches para colarme en la planta baja y arreglar algo para comer para la cena.
El suministro sin fin de alimentos lo había hecho fácil.
Cuando por fin había tomado su último aliento, la enfermera había llegado y llamado a mi puerta para informarme. Me habían pedido que llamara al Pastor Williams a la iglesia y le dijera que volviera a casa.
No había sentido nada.
Ni una emoción por las noticias.
Me había dado cuenta entonces que ella había tenido razón todos esos años.
Yo era mala.
Sólo alguien realmente malo podía ser tan indiferente a la muerte.
La señora Williams había tenido sólo cincuenta y cuatro. Pero entonces, era mucho mayor de lo que mi madre había sido cuando murió, ella había tenido sólo veinte.
Todo estaba detrás de mí ahora.
Esa vida había terminado y se hallaba en mi pasado.
Me puse de pie fuera del edificio de apartamentos que daba a la vista de la costa del Golfo de Alabama y me dejé entender que esta era ahora mi casa.
Estaba muy lejos de la vida que había vivido en Carolina del Sur.
Me gustaría tener una nueva vida aquí. Una en la que pudiera sentarme, escribir mis historias y asistir a la Universidad.
El Pastor Williams quiso deshacerse de mí.
Le agradecía por eso porque necesitaba una manera de liberarme de ese lugar.
Llamó a un amigo suyo y me metió en una universidad comunitaria a diez horas de distancia de la ciudad llena de gente que me odiaba. Me compró un departamento en la playa e incluso me consiguió un trabajo como secretaria de la iglesia.
Tenía un amigo que era pastor de una iglesia en Sea Breeze, Alabama.
Era una de las razones por las que me envió aquí. Había algunas personas que me ayudarían a prepararme mientras él permanecía en Carolina del Sur.
Oí al Pastor Williams en el teléfono explicándole al hombre que sería mi jefe que yo no era buena con la gente y estaba protegida.
Lo que no era del todo cierto.
Había ido a una academia de chicas Cristianas, y todo el mundo había pretendido que no existía. No era mi culpa que sus madres les hubieran dicho acerca del mal dentro de mí.
Nunca tuve la oportunidad de estar realmente alrededor de personas que quisieran tener nada que ver conmigo.
Antes de tomar las cajas de la camioneta, quería revisar el departamento.
El Pastor Williams me dio una camioneta, también. Agarrando mi bolso y las llaves que había colocado en un sobre, junto con mil dólares en efectivo, salté fuera de la vieja camioneta y me dirigí a las escaleras.
Ninguno de los departamentos se hallaba al nivel de la calle.
Todos estaban sobre soportes por encima del suelo.
Pensé que eso era para los momentos en los que el agua subía... o durante los huracanes.
No iba a pensar en los huracanes.
Ahora no.
Puse la llave en la cerradura y la giré antes de empujar la puerta para abrirla. Se abrió de par en par, y me llevó a paredes amarillo claro y muebles de mimbre blanco.
Todo era muy costero.
Lo amé.
Sonriente, entré y di la vuelta en un círculo con los brazos muy abiertos. Eché la cabeza hacia atrás, cerré los ojos y me dejé disfrutar de la soledad.
Nadie me conocía aquí.
No era la chica mala que estaba bajo el cuidado del pastor. Era sólo yo.
Brittany Pierce.
Y era una escritora. Una reclusa y excéntrica escritora a quien no le importaba cómo se veía.
No importaba.
Era libre.
Voces fuertes riendo y lanzando insultos en el pasillo interrumpieron mi momento tranquilo de alegría.
Dejé caer los brazos para girar y choqué la mirada... con... una chica.
Negro.
Al igual que el cielo en la noche.
Eso era todo en lo que podía concentrarme.
Nunca había visto unos ojos tan oscuros.
Eran tan sorprendentes, casi impresionantes.
Las voces de sus amigos fueron desapareciendo, pero todavía estaba ahí de pie.
Entonces me di cuenta.... ¿era un ángel?
Bajé los ojos para disfrutar del resto de su cuerpo.
Cejas oscuras y la piel canela me hicieron volver con la mirada hacia su rostro.
Al parecer el pelo negro terminaba el look sexy.
—¿Listo, amor? ¿O es mi turno?—el dejo de burla en su baja voz ronca me recordó al chocolate caliente.
Me hizo sentir casi vertiginosa.
Sin estar segura de lo que hablaba, miré de nuevo a sus ojos divertidos.
—Yo, eh...
¿Yo qué?
No sabía qué decir.
—No sé a lo que te refieres—finalmente dije honestamente.
¿Debo disculparme por mirarla?
—¿Has terminado de registrarme? Debido a que no me gustaría interrumpirte.
Oh.
Mi cara se calentó, y sabía que mis mejillas eran de color rojo brillante.
¿En qué estaba pensando, al dejar la puerta abierta para que el mundo me vea?
No estaba acostumbrada a esto.
Mantener la distancia de las personas en general me hizo extremadamente inepta al hablar con una.
Sin embargo, ésta no me miraba con esa mueca que me ponía nerviosa.
Estaba acostumbrada a la mirada de las personas que pensaban que iba a hacer cosas malas con ellas.
Lo feo que veían no parecía disuadirlos de querer ver si era tan mala como se decía.
—Es solo piel, color y descendencia latina amor. Prometo que soy inofensiva—dijo esta vez con una sonrisa en su rostro.
Me las arreglé para asentir.
Debería decir algo.
No estaba segura de qué decir.
Ella esperaba que hablara.
—Me gusta—espeté con nerviosismo.
Eso sonó estúpido.
Levantó una ceja, y una sonrisa tocó sus labios.
—Los ojos de color negro no son muy comunes, así que son buenos. Los latinos son muy cariñosos. Uh... Yo...—sonaba como una idiota.
No podía salvarme de este desastre.
Cerrando los ojos, así no tenía que ver esos ojos negros mirándome, tomé una respiración profunda.
—No soy buena para hablar con las personas, chicos, chicas, gente, nadie realmente.
¿Realmente le he dicho eso?
Si ella solo hubiera girado y salido, entonces podríamos haber olvidado este momento para siempre.
Me forcé a abrir los ojos y la atrapé estudiándome con esa sonrisa aún en los labios.
Iba a pensar que estaba loca.
Tal vez visitaba a alguien aquí y no vivía en este complejo.
Realmente no quería enfrentarla de nuevo.
Nunca.
Presionó la yema del pulgar en su labio inferior y mordió la punta antes de reír y sacudir la cabeza.
—No estoy segura de haber conocido antes a nadie como tú—dijo antes de dejar caer la mano de nuevo a su lado.
Estaba segura de que no lo había hecho.
—Santana, amiga—una voz masculina llamó desde lo que sonaba como el segundo piso—Tenemos, como, treinta minutos para estar ahí. Ve a bañarte y cambiarte.
—Mierda—murmuró, bajando la mirada a su teléfono mientras lo sacaba de su bolsillo—Me tengo que ir. Pero te veo por ahí, bailarina—dijo con un guiño, y luego dio un paso atrás y siguió por el pasillo.
¿Bailarina?
Oh.
Me tapé la cara con las dos manos.
Ella me había visto dando vueltas como una idiota.
Claro que esperaba no volverla a ver.
Sólo quería vivir la vida sin llamar la atención. Estaba dejando esa vida, aquella en la que la gente me veía mientras reían.
No quería dar a nadie munición para burlarse de mí.
Ser invisible no podía ser tan difícil.
A menos que trates de hablar con chicos, genia, pensé para mí.
Caminando hacia la puerta, cerré con llave.
La próxima vez que quisiera hacer algo así como girar en círculos, necesitaba cerrar la puerta primero.
Santana
Esa noche teníamos un concierto en Live Bay.
Era un club de la ciudad que atraía a turistas y locales. Nos habíamos convertido en un favorito del público en los últimos dos años, por lo que tres noches a la semana tocábamos en el club ganando cuatrocientos cincuenta dólares por cada uno de nosotros.
Live Bay, junto con el bar en el que tocamos a una hora de distancia en Florida, y otro club en Mobile, Alabama, ambos conciertos semanales, nos permitía a cada uno de nosotros ganar más de mil dólares por semana sólo tocando.
Puck, mi mejor amigo y el bajista en nuestra banda, Jackdown, y yo compartíamos un departamento. Sin embargo, siempre teníamos gente ahí.
Éramos una familia.
Lo habíamos sido desde que empezamos esta cosa.
Aparte de mi hermana mayor, Emily, no había tenido una familia, de verdad.
Nuestro hogar había apestado durante el crecimiento.
Ahora Emily tenía a su esposa, Hanna, y a los tres niños que habían adoptado.
Se las arreglaba la mayoría de los jueves para verme actuar, pero eso era todo.
Solía ser que ella no se perdía ni uno de mis shows.
Sin embargo, lo entendía. No me molestaba.
Finalmente tuvo la familia que siempre había deseado, y era feliz. Eso era suficiente.
Era una muy buena mamá, y esos niños eran afortunados de que ella fuera de ellos ahora.
Tuvimos un buen espectáculo a pesar de que Emily no estaba ahí. Pero la rubia que había decidido llevar a casa esa noche me tiraba del brazo, requiriendo atención.
No había tenido suficiente para beber, y me perdía en mis pensamientos en lugar de centrarme en sus pechos, que tanto quería que viera.
Ya los había notado.
Eran una de las razones por las que iba a mi casa.
—Me estás ignorando—la chica hizo un puchero, sobresaliendo los labios, que estaban pintados de un color rojo oscuro.
Me gustaban los labios rojos. Otra razón por la que se encontraba conmigo.
—Tranquila. Tiene un gatillo fácil después de un concierto—dice Puck de nuevo desde el asiento del conductor.
Él sabía lo molesta que podría ponerme con las niñas necesitadas. Sólo quería que estén dispuestas y fáciles.
—Sólo estoy asegurándome de que no ha cambiado de opinión—respondió la chica.
—Cuando cambie de opinión, amor, lo sabrás—dije, luego me incliné para probar sus labios rojos.
Tenían el sabor de los dulces que había estado chupando antes, y la cerveza.
Era un buen sabor. Quería un poco más.
Puck rio desde el asiento delantero cuando el coche se detuvo.
—Mira, ella es toda diversión y juegos si sólo lo dejas ser —dijo.
Rompí el beso y bajé del coche. Estaba lista para una bebida y un poco de música. Y un montón de gente.
Necesitaba la multitud.
—¿Vienen todos?—le pregunté a Puck mientras le tendía la mano a la chica.
Rápidamente salió del coche y se abrazó a mí.
—Probablemente ya estén aquí—respondió.
A la banda le gustaba quedarse en nuestra casa en las noches que tocamos en Live Bay.
Hemos mantenido la puerta abierta para los vecinos.
En vista de que todos eran estudiantes universitarios, nunca se quejaron. Ellos venían y se unían a la fiesta.
—¿Cuál es tu nombre? —le pregunté a la chica en mi brazo. Miré hacia ella para ver sus labios fruncidos.
Me lo había dicho antes, pero no me había importado. No había estado segura de si iba a pasar la noche con ella en ese momento.
Ahora quería saber.
No follo a una chica sin saber su nombre.
—Dani—respondió ella, y luego se echó el pelo por encima del hombro.
Dani parecía tener un poco de temperamento con ese pelo suyo.
Normalmente, me hacía gracia, pero no esta noche. Estaba de mal humor.
La música ya sonaba cuando comenzamos a subir las escaleras. No había duda de que venía de nuestro departamento.
Mike, nuestro baterista, siempre agarraba una chica o tres rápidamente y dejaba el club después de haber terminado nuestro concierto.
Pero la mayoría de las veces llegaba primero al departamento si sus hembras no lo demoraban.
—Parece que la fiesta ya ha comenzado. Voy a salir temprano e ir a buscar un lugar para estudiar—dijo Puck mientras desaceleraba para caminar a mi lado.
Puck casi había terminado la facultad de derecho. Iba a tomar el examen en seis meses.
Estaba orgullosa de él, pero también sabía que las cosas cambiarían pronto.
Él no iba a ser capaz de seguir la ley y vivir como vivíamos.
Rara vez se quedaba para las fiestas. Siempre se escapaba para ir a estudiar.
Eventualmente lo iba a perder, pero quería que él tuviera éxito.
—Debemos mover las fiestas a lo de Mike de ahora en adelante—dije, sintiendo culpa de que Puck tuviera que dejar su lugar para poder estudiar.
Puck negó con la cabeza.
—Claro que no. El idiota no siempre limpia, y su departamento es pequeño como la mierda. Además, no nos metamos con algo bueno. He llegado hasta aquí haciéndolo de esta manera. Funciona.
Desde que éramos niños, Puck había sido el inteligente. El que siempre se sacrificó.
Él hacía que las cosas sucedan. Pero de alguna manera yo siempre había sido el centro de atención.
Realmente no parecía justo.
—Sólo di la palabra cuando quieras cambiar eso—dije, y luego eché un vistazo a la puerta del departamento cerrado que pasábamos.
Una sonrisa tiró de la esquina de mis labios.
Maldición, la chica había estado girando alrededor de su adorable departamento.
Nunca había visto tanto pelo largo y grueso ni tan rubio.
Entonces esos ojos suyos habían sido jodidamente increíbles. Ni siquiera estaba segura de qué color eran exactamente.
Parecía que eran azules, pero me recordaron a joyas. Habían sido sorprendentes en un primer momento.
A pesar de que había estado usando pantalones holgados y una gran camiseta, pude ver las curvas debajo. Sólo iba a tener que imaginar cómo en realidad se veía porque no tocaría eso.
La inocencia pura de esa chica era espesa.
Ella apenas había sido capaz de formar palabras para hablar conmigo.
Malditamente adorable era lo que había sido.
Y no lo hago adorable.
Nunca.
La mano de Dani se deslizó hacia abajo sobre mis vaqueros y tomó mis sexo.
—Me gusta chupar —susurró en mi oído.
—Bueno. Me puedes mostrar cuánto tan pronto como entramos en la habitación—dije y le agarré el culo.
Al parecer, esa había sido toda la atención que necesitaba, porque comenzó a desabrocharme los vaqueros antes de llegar a la puerta de mi departamento.
Puck se volvió para decirme algo y vio su mano ocupada trabajando en mis vaqueros. Se rio, rodó los ojos y luego entró en el departamento, que ya estaba lleno de varios de los chicos que vivían a nuestro alrededor, y algunos lugareños que estaban en las fiestas con nosotros con regularidad.
Por supuesto, había un montón de chicas.
Sólo en caso de que Dani no funcionara.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Y pensar que san va a pervertir a la inocente britt...como dice mi mamá...me provoca tanta ternura esa pajarita
Isabella28****** - Mensajes : 378
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Hola morra...
No hi nada mejor que un Demonio para un ángel inocente jajajaj
Muy buen primer encuentro....
Nos vemos!!
No hi nada mejor que un Demonio para un ángel inocente jajajaj
Muy buen primer encuentro....
Nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Que "padres" le tocaron a la inocente Brittany, pero por lo menos el pastor no la dejo desamparada y la vieja esa desgraciada debe estar quemandose en el infierno, en fin.... a ver como le va a Britt con su nueva vecina!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Bueno a Britt no le ha tocado nada fácil y ahora que logro salir de ahí Le toco estar cerca de una locura de departamento jaja jaja y una vecina muy especial... Así que haber como le va con eso
JVM- - Mensajes : 1170
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Isabella28 escribió:Y pensar que san va a pervertir a la inocente britt...como dice mi mamá...me provoca tanta ternura esa pajarita
Hola, jajaajjajajaaj xD jaajjaj pero xq te adelantas tanto ajajajaja, pero nose xq te creo jajaajajaj. Jajajajajajajaaj xD ajjaajajajaj si, creo q tmbn he escuchado ese dicho ajajaj. Saludos =D
3:) escribió:Hola morra...
No hi nada mejor que un Demonio para un ángel inocente jajajaj
Muy buen primer encuentro....
Nos vemos!!
Hola lu, siii¿? mmmm dices tu¿? mmm interesante ajajajajaj. Dices tu¿? jajajaaj tmbn lo pienso... esk son ellas, las brittana como no¿? jajajaj. Saludos =D
micky morales escribió:Que "padres" le tocaron a la inocente Brittany, pero por lo menos el pastor no la dejo desamparada y la vieja esa desgraciada debe estar quemandose en el infierno, en fin.... a ver como le va a Britt con su nueva vecina!!!!
Hola, nose ¬¬ Pfff algo bueno hizo...¬¬ Lo más probable... y lo merece ¬¬ Esperemos q más q bn, no¿? tiene q la vrdd jajaja. Saludos =D
JVM escribió:Bueno a Britt no le ha tocado nada fácil y ahora que logro salir de ahí Le toco estar cerca de una locura de departamento jaja jaja y una vecina muy especial... Así que haber como le va con eso
Hola, nones =/ jajajajajaja pucha la rubia, sale de una para entrar en otra... aunk mucho mejor, no¿? Eso mismo... mas q especial jaajajaj. Aquí dejo otro cap para ir viendo q onda jajaj. SAludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
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FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Cap 2
Capitulo 2
Brittany
El sol atravesó las persianas de las ventanas, despertándome mucho antes de lo que hubiera querido.
Alcancé la almohada y me cubrí el rostro con un gemido.
Había sido más de las tres de la mañana antes de que el ruido de arriba terminara y fuera capaz de conciliar el sueño.
Me quedé esperando que los policías aparecieran y terminaran la fiesta. Seguramente había otras personas en este complejo que habían estado tratando de dormir.
Pero la policía nunca llegó.
La música continuó sonando, y los golpes en el techo solo empeoraron.
Tenía la esperanza de que se divirtieron, celebrando lo que sea que celebraban, pero esperaba que nunca lo hicieran de nuevo.
Aún tenía una semana antes de que mis clases comenzaran. Lo que significaba que tenía una semana para conseguir las cosas que necesitaba y acomodarme en mi departamento.
Incluso agotada no pude evitar que una sonrisa se arrastrara a través de mi rostro.
Usando unas bragas y una camiseta sin mangas, me encontraba a punto de levantarme e ir a prepararme el desayuno.
Luego iba a sentarme y comer en el sofá sin preocuparme de que alguien me hiciera sentir inoportuna.
Era libre.
Finalmente me encontraba sola, y aquí no había nadie que me desaprobara.
Quitándome las sabanas, me levanté de la cama y bajé la mirada.
Normalmente, la primera cosa que hacia cuando me levantaba era tender la cama o sufrir un castigo. Ahora no estaba segura de si volvería a tender la cama otra vez.
Con un salto en mi paso me dirigí a la cocina para hacer café y tostar un bagel.
Luego haría una lista de cosas que necesitaba para la escuela y mi departamento.
Aunque este venía con muebles que el Pastor Williams dijo eran parte del pago mensual, no tenía cosas como cortinas o un abrelatas.
La cortina de la ducha era también de un blanco desnudo. Quería añadir algo de color, y puesto que se suponía no podía pintar las paredes, tenía que añadir color en otra parte.
Tal vez podría encontrar unos cojines para el sofá y algunas pinturas para las paredes.
No tenía un presupuesto ilimitado, por lo que debía tener cuidado.
Además, no empezaba a trabajar por otra semana, y luego sería otra semana antes de recibir mi primer cheque.
Algunas cosas tendrían que esperar hasta más tarde. Pero podría empezar hoy.
Ropa.
Necesitaba algunos atuendos que no fueran usados y enormes o que hubieran salido de una tienda de segunda mano.
Realmente necesitaba comprar algunas cosas básicas para atravesar los próximos meses en la escuela y el trabajo.
No podía ir a trabajar en lo que tenía justo ahora.
Sabía que la ropa no cambiaría la forma en que me veía, pero al menos me ayudarían a parecer más presentable.
Decidí mantener las almohadas que venían con el sofá. Y las pinturas de las paredes podían esperar.
Me tomó un poco más de una hora encontrar dos pares de pantalones cortos y una falda de mezclilla que me quedara por encima de las rodillas.
Nunca había usado nada que dejara ver mis piernas antes. Era a la vez aterrador y estimulante.
Incluso mejor que dejar la cama sin tender.
Luego me compré un par de pantalones vaquero que en realidad me quedaban bien.
Casi demasiado bien.
Una vez que tuve pantalones, fui a buscar tops.
Compré cuatro blusas y dos camisetas sin mangas. Finalmente escogí un par de zapatillas que funcionarían mejor para el trabajo y la escuela.
Eran todo lo que realmente necesitaba, pero los zapatos de tacón alto de color rosa me llamaron la atención.
Nunca había tenido zapatos con tacón, o zapatos que pudieran ser considerados bonitos, de hecho.
Estos no eran muy elegantes y podrían ser usados con la falda y dos de mis blusas.
Incluso podría usarlos con los pantalones cortos.
Había visto chicas hacer eso antes.
Intenté varias veces alejarme de ellos, pero al final tomé la caja con mi talla y caminé a la caja registradora para pagar por ellos antes de que pudiera cambiar de opinión otra vez.
Iba a vivir de manera diferente aquí.
Estos tacones eran un símbolo de esta nueva vida.
Llevar todas las bolsas hasta mi departamento no era exactamente divertido.
Me encontraba en la primera planta, pero también estaba la playa. Así que tenía que subir un tramo de escaleras sólo para llegar al primer piso.
Las personas sobre mí tenían que caminar aún más lejos. No había ascensores aquí, ya que eran sólo dos plantas.
Me tomó cinco viajes llevar todo a mi departamento. Pero entonces mi energía se renueva con la emoción de colocar las cosas en su lugar.
Cuando me giré para cerrar la puerta del departamento mis ojos se encontraron con unos oscuros que vi ayer.
Esa mujer se encontraba de pie ahí de nuevo, apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados sobre el pecho y una sonrisa en su rostro.
—Parece que alguien se fue de compras muy temprano esta mañana—dijo con esa voz ronca que hacía que mi cuerpo hiciera cosas raras.
Asentí, con miedo de la estupidez que saldría de mi boca si trataba de hablar con ella de nuevo.
De repente deseé que me hubiera puesto uno de mis nuevos conjuntos y llevarlo a casa.
Lo que era tonto.
No debería importarme el aspecto que tenía por esta chica.
—Mi banda toca en vivo en Live Bay los jueves, viernes y sábados en la noche. Deberías parar una noche y vernos. Incluso te invitaría a una copa durante mi descanso—dijo con esa sonrisa divertida aún en sus labios.
¿Se burlaba de mí?
Tenía que responder esta vez. Asentir de nuevo sería grosero.
—Está bien. Voy a hacerlo una noche… tal vez—contesté.
No estaba segura de si iría a Live Bay-donde sea que fuera-pero decirle no parecía imposible.
—Te buscaré, entonces—se enderezó de su postura relajada—Nunca conseguí tu nombre.
Mi nombre.
Quería saber mi nombre.
Podía responder eso con bastante facilidad.
—¿Brittany?—respondí, deseando que no hubiera sonado como si estuviera preguntándoselo en lugar de diciéndoselo.
Hizo un guiño.
—Se adapta—respondió, luego salió sin decir nada más.
No me había dicho su nombre, pero lo recordaba desde ayer cuando su amigo la llamo.
Santana.
Era un nombre poco común. Me preguntaba si era una abreviatura de algo.
Caminando hacia la puerta, la cerré y obligué a todos mis pensamientos sobre lo sexy que los ojos de Santana.
Santana
—Necesito algo más que esa mierda de cerveza—se quejó Mercedes, nuestro teclista, hundiéndose en una silla cómoda que pertenecía a Puck.
Me incliné hacia adelante besé el oído de la chica que se encontraba en mi regazo, y me relajé en el sofá.
—¿Por qué no vas a conseguirle a Mercedes un poco de Whisky en las rocas, amor.
No era una pregunta, y lo sabía.
Elaine era una de las chicas que veía de vez en cuando. No había visto a la mayoría de las chicas más de una vez, pero había unas cuantas que eran buenas sin los accesorios.
El hecho de que Elaine era agradable y flexible, era una con quien me veía según mi estado de ánimo cada pocas semanas más o menos.
Algunas veces nos veíamos regularmente. Sólo dependía de cómo iban las cosas en mi vida.
Mercedes estaba tan ocupada viendo televisión que no podía ser oído sobre la música y voces.
Había más de treinta personas en mi departamento.
Varios miraban los videos de cantantes o bandas en la pantalla plana.
Era una noche temprana para nosotros. No había planeado una fiesta esta noche, pero los chicos llegaron y Puck no tenía que estudiar por una vez.
Así que sucedió.
Elaine se pavoneó hacia Mercedes y se inclinó mientras le daba su bebida para asegurarse de que tuviera una buena vista de su culo. Apenas cubierto con la falda que llevaba.
Riendo de sus intentos, tomé un sorbo de cerveza y levanté la mirada para ver a Puck de pie y hablando con alguien en nuestra puerta abierta.
Normalmente, la gente simplemente entraba, pero quienquiera que fuese, no iba a venir.
Sólo hablaban con Puck.
Él hizo un gesto con la mano y dio un paso atrás en invitación.
Era Brittany.
Sus ojos recorrieron la habitación de personas con nerviosismo, pero no entró.
Tampoco parece que me notara.
Entonces Puck extendió la mano y tomo la suya, jalándola dentro de la habitación.
Solo me di cuenta de la estúpida sonrisa de Puck ante mis ojos de golpe regresando a Brittany.
Mierda, no usaba ropas holgadas esta noche.
Esas curvas que pensé había visto que ocultaba bajo esa ropa horrible estaban ahí para que el mundo las veas.
Un par de pantalones cortos negros que mostraba las piernas exhibiéndose desde el maldito cielo, solo superadas por la parte superior del top que cubría un impresionante par de tetas. Luego reúne todo eso junto con las gafas sobre su linda naricita.
No las había tenido antes, pero demonios, eran atractivas.
Me di cuenta que Puck caminaba con ella hacia mí.
Elaine deslizó su brazo alrededor de mí, dejándose caer nuevamente sobre mi regazo, y empezó a mordisquear mi cuello.
—Eh, morena, ¿puedes liberarte el tiempo suficiente para venir aquí un segundo?—preguntó Puck, sonando incómodo.
Los ojos de Brittany se agrandaron mientras observaba a Elaine.
Joder, la inocencia estaba ahí, brillando como una señal de advertencia.
Como si la necesitara.
Sabía que la chica no se hallaba a mi velocidad. Pero, maldita sea, se encontraba aterrada.
Quería levantar el brazo y deshacer ese moño desordenado que sostenía su cabello.
Alejé a Elaine de mi regazo y me puse de pie. Los ojos de Brittany fueron de Elaine a mí, y luego bajó la vista para estudiar el suelo.
Noté que la mano de Puck se apoyaba en su brazo como si estuviera ahí para protegerla del peligro de ser necesario.
No me gustaba eso.
No me encontraba segura de por qué, pero no lo hacía.
Ella le permitía mantener la mano sobre ella también.
—¿Decidiste venir a la fiesta, amor?—pregunté, manteniendo la sonrisa en su lugar así no la asustaba con la mueca que tuve la tentación de darle a Puck.
Era un hijo de puta caliente.
Brittany no se hallaba a su velocidad tampoco.
—No, no es por eso que está aquí. ¿Podemos hablar esto afuera, donde no tengamos que hablar tan fuerte?—Puck me preguntó con una mirada afilada.
¿Cuál era su problema?
Brittany miró hacia atrás con nostalgia a la puerta como si salir de ahí fuera todo lo que quería en el mundo.
—Por supuesto—respondí, y Brittany se dio la vuelta y corrió hacia la puerta.
Puck se encogió de hombros y se giró para seguirla.
Miré hacia atrás a Elaine, que nos observaba de cerca. Hice un gesto diciéndole que estaría de regreso, y luego me dirigí hacia la puerta.
Puck se encontraba de pie preguntándole a Brittany su nombre, y ella le dio una sonrisa tímida que era más de lo que recibí.
¿Qué demonios?
Puck no era encantador. Yo lo era.
—¿Cuál es el problema?—pregunté mientras me unía a ellos en el pasillo.
El tono molesto en mi voz no pasó desapercibido para Brittany. Sus ojos se abrieron, y comenzó a retorcerse las manos frente a ella con nerviosismo.
—Santana, esta es nuestra nueva vecina, Brittany. Vive directamente debajo de nosotros—dijo en un tono que fue, obviamente, tratando de compensar el mío.
—Nos hemos encontrado—le dije, balanceando mi mirada a la suya.
Sus mejillas se tornaron de color rosa brillante.
¿Por qué?
No dije nada para avergonzarla.
—Ah, está bien. Bueno, estamos siendo desconsiderados con nuestro nivel de ruido. Se trata de dos noches en fila que hemos festejado y Brittany no está consiguiendo suficiente sueño.
Así que estaba aquí para quejarse. Interesante.
Nadie se ha quejado nunca.
Este complejo de departamento era conocido por las fiestas.
¿No lo sabía cuándo se vino a vivir aquí?
Estudié su rostro cuando se mordió el labio inferior y parecía listo para retirarme.
Pensó que iba a hacer que me volviera loca.
Me encontraba muy muy segura de que una chica que se veía como ella era incapaz de hacerme enojar.
Lanzaba esa vibra de “necesito protección” a lo grande. Añade su cara de infarto, y tiene un paquete ganador para tratar de salirse con todo esto, incluso de mí.
Di un paso más cerca de ella, obligando a Puck a retroceder uno. Bajando la mano, tome una de las suyas que apretaba la mía con tanta fuerza y pasé el dedo por el interior de su palma.
—¿Por qué no entras conmigo sólo durante unos minutos? Conocer a algunos de tus vecinos, y luego cuando estés lista para salir, creo que tengo algo que te ayudara con el ruido—le dije mientras seguía sosteniendo su mirada.
—Yo, eh, no soy buena con las multitudes—dijo con un tono de disculpa.
Tiré de su mano hasta que estuvo casi presionada contra mí.
—No voy a dejar tu lado, y soy malditamente increíble con multitudes—respondí con un guiño para hacerle saber que hablaba en serio.
—No la hagas…—Puck empezó a discutir, pero lo interrumpí.
—No es tu asunto. Retrocede—le advertí antes de deslizar la mano por la cintura de Brittany y caminar hacia la puerta.
Alcancé la almohada y me cubrí el rostro con un gemido.
Había sido más de las tres de la mañana antes de que el ruido de arriba terminara y fuera capaz de conciliar el sueño.
Me quedé esperando que los policías aparecieran y terminaran la fiesta. Seguramente había otras personas en este complejo que habían estado tratando de dormir.
Pero la policía nunca llegó.
La música continuó sonando, y los golpes en el techo solo empeoraron.
Tenía la esperanza de que se divirtieron, celebrando lo que sea que celebraban, pero esperaba que nunca lo hicieran de nuevo.
Aún tenía una semana antes de que mis clases comenzaran. Lo que significaba que tenía una semana para conseguir las cosas que necesitaba y acomodarme en mi departamento.
Incluso agotada no pude evitar que una sonrisa se arrastrara a través de mi rostro.
Usando unas bragas y una camiseta sin mangas, me encontraba a punto de levantarme e ir a prepararme el desayuno.
Luego iba a sentarme y comer en el sofá sin preocuparme de que alguien me hiciera sentir inoportuna.
Era libre.
Finalmente me encontraba sola, y aquí no había nadie que me desaprobara.
Quitándome las sabanas, me levanté de la cama y bajé la mirada.
Normalmente, la primera cosa que hacia cuando me levantaba era tender la cama o sufrir un castigo. Ahora no estaba segura de si volvería a tender la cama otra vez.
Con un salto en mi paso me dirigí a la cocina para hacer café y tostar un bagel.
Luego haría una lista de cosas que necesitaba para la escuela y mi departamento.
Aunque este venía con muebles que el Pastor Williams dijo eran parte del pago mensual, no tenía cosas como cortinas o un abrelatas.
La cortina de la ducha era también de un blanco desnudo. Quería añadir algo de color, y puesto que se suponía no podía pintar las paredes, tenía que añadir color en otra parte.
Tal vez podría encontrar unos cojines para el sofá y algunas pinturas para las paredes.
No tenía un presupuesto ilimitado, por lo que debía tener cuidado.
Además, no empezaba a trabajar por otra semana, y luego sería otra semana antes de recibir mi primer cheque.
Algunas cosas tendrían que esperar hasta más tarde. Pero podría empezar hoy.
Ropa.
Necesitaba algunos atuendos que no fueran usados y enormes o que hubieran salido de una tienda de segunda mano.
Realmente necesitaba comprar algunas cosas básicas para atravesar los próximos meses en la escuela y el trabajo.
No podía ir a trabajar en lo que tenía justo ahora.
Sabía que la ropa no cambiaría la forma en que me veía, pero al menos me ayudarían a parecer más presentable.
Decidí mantener las almohadas que venían con el sofá. Y las pinturas de las paredes podían esperar.
Me tomó un poco más de una hora encontrar dos pares de pantalones cortos y una falda de mezclilla que me quedara por encima de las rodillas.
Nunca había usado nada que dejara ver mis piernas antes. Era a la vez aterrador y estimulante.
Incluso mejor que dejar la cama sin tender.
Luego me compré un par de pantalones vaquero que en realidad me quedaban bien.
Casi demasiado bien.
Una vez que tuve pantalones, fui a buscar tops.
Compré cuatro blusas y dos camisetas sin mangas. Finalmente escogí un par de zapatillas que funcionarían mejor para el trabajo y la escuela.
Eran todo lo que realmente necesitaba, pero los zapatos de tacón alto de color rosa me llamaron la atención.
Nunca había tenido zapatos con tacón, o zapatos que pudieran ser considerados bonitos, de hecho.
Estos no eran muy elegantes y podrían ser usados con la falda y dos de mis blusas.
Incluso podría usarlos con los pantalones cortos.
Había visto chicas hacer eso antes.
Intenté varias veces alejarme de ellos, pero al final tomé la caja con mi talla y caminé a la caja registradora para pagar por ellos antes de que pudiera cambiar de opinión otra vez.
Iba a vivir de manera diferente aquí.
Estos tacones eran un símbolo de esta nueva vida.
Llevar todas las bolsas hasta mi departamento no era exactamente divertido.
Me encontraba en la primera planta, pero también estaba la playa. Así que tenía que subir un tramo de escaleras sólo para llegar al primer piso.
Las personas sobre mí tenían que caminar aún más lejos. No había ascensores aquí, ya que eran sólo dos plantas.
Me tomó cinco viajes llevar todo a mi departamento. Pero entonces mi energía se renueva con la emoción de colocar las cosas en su lugar.
Cuando me giré para cerrar la puerta del departamento mis ojos se encontraron con unos oscuros que vi ayer.
Esa mujer se encontraba de pie ahí de nuevo, apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados sobre el pecho y una sonrisa en su rostro.
—Parece que alguien se fue de compras muy temprano esta mañana—dijo con esa voz ronca que hacía que mi cuerpo hiciera cosas raras.
Asentí, con miedo de la estupidez que saldría de mi boca si trataba de hablar con ella de nuevo.
De repente deseé que me hubiera puesto uno de mis nuevos conjuntos y llevarlo a casa.
Lo que era tonto.
No debería importarme el aspecto que tenía por esta chica.
—Mi banda toca en vivo en Live Bay los jueves, viernes y sábados en la noche. Deberías parar una noche y vernos. Incluso te invitaría a una copa durante mi descanso—dijo con esa sonrisa divertida aún en sus labios.
¿Se burlaba de mí?
Tenía que responder esta vez. Asentir de nuevo sería grosero.
—Está bien. Voy a hacerlo una noche… tal vez—contesté.
No estaba segura de si iría a Live Bay-donde sea que fuera-pero decirle no parecía imposible.
—Te buscaré, entonces—se enderezó de su postura relajada—Nunca conseguí tu nombre.
Mi nombre.
Quería saber mi nombre.
Podía responder eso con bastante facilidad.
—¿Brittany?—respondí, deseando que no hubiera sonado como si estuviera preguntándoselo en lugar de diciéndoselo.
Hizo un guiño.
—Se adapta—respondió, luego salió sin decir nada más.
No me había dicho su nombre, pero lo recordaba desde ayer cuando su amigo la llamo.
Santana.
Era un nombre poco común. Me preguntaba si era una abreviatura de algo.
Caminando hacia la puerta, la cerré y obligué a todos mis pensamientos sobre lo sexy que los ojos de Santana.
Santana
—Necesito algo más que esa mierda de cerveza—se quejó Mercedes, nuestro teclista, hundiéndose en una silla cómoda que pertenecía a Puck.
Me incliné hacia adelante besé el oído de la chica que se encontraba en mi regazo, y me relajé en el sofá.
—¿Por qué no vas a conseguirle a Mercedes un poco de Whisky en las rocas, amor.
No era una pregunta, y lo sabía.
Elaine era una de las chicas que veía de vez en cuando. No había visto a la mayoría de las chicas más de una vez, pero había unas cuantas que eran buenas sin los accesorios.
El hecho de que Elaine era agradable y flexible, era una con quien me veía según mi estado de ánimo cada pocas semanas más o menos.
Algunas veces nos veíamos regularmente. Sólo dependía de cómo iban las cosas en mi vida.
Mercedes estaba tan ocupada viendo televisión que no podía ser oído sobre la música y voces.
Había más de treinta personas en mi departamento.
Varios miraban los videos de cantantes o bandas en la pantalla plana.
Era una noche temprana para nosotros. No había planeado una fiesta esta noche, pero los chicos llegaron y Puck no tenía que estudiar por una vez.
Así que sucedió.
Elaine se pavoneó hacia Mercedes y se inclinó mientras le daba su bebida para asegurarse de que tuviera una buena vista de su culo. Apenas cubierto con la falda que llevaba.
Riendo de sus intentos, tomé un sorbo de cerveza y levanté la mirada para ver a Puck de pie y hablando con alguien en nuestra puerta abierta.
Normalmente, la gente simplemente entraba, pero quienquiera que fuese, no iba a venir.
Sólo hablaban con Puck.
Él hizo un gesto con la mano y dio un paso atrás en invitación.
Era Brittany.
Sus ojos recorrieron la habitación de personas con nerviosismo, pero no entró.
Tampoco parece que me notara.
Entonces Puck extendió la mano y tomo la suya, jalándola dentro de la habitación.
Solo me di cuenta de la estúpida sonrisa de Puck ante mis ojos de golpe regresando a Brittany.
Mierda, no usaba ropas holgadas esta noche.
Esas curvas que pensé había visto que ocultaba bajo esa ropa horrible estaban ahí para que el mundo las veas.
Un par de pantalones cortos negros que mostraba las piernas exhibiéndose desde el maldito cielo, solo superadas por la parte superior del top que cubría un impresionante par de tetas. Luego reúne todo eso junto con las gafas sobre su linda naricita.
No las había tenido antes, pero demonios, eran atractivas.
Me di cuenta que Puck caminaba con ella hacia mí.
Elaine deslizó su brazo alrededor de mí, dejándose caer nuevamente sobre mi regazo, y empezó a mordisquear mi cuello.
—Eh, morena, ¿puedes liberarte el tiempo suficiente para venir aquí un segundo?—preguntó Puck, sonando incómodo.
Los ojos de Brittany se agrandaron mientras observaba a Elaine.
Joder, la inocencia estaba ahí, brillando como una señal de advertencia.
Como si la necesitara.
Sabía que la chica no se hallaba a mi velocidad. Pero, maldita sea, se encontraba aterrada.
Quería levantar el brazo y deshacer ese moño desordenado que sostenía su cabello.
Alejé a Elaine de mi regazo y me puse de pie. Los ojos de Brittany fueron de Elaine a mí, y luego bajó la vista para estudiar el suelo.
Noté que la mano de Puck se apoyaba en su brazo como si estuviera ahí para protegerla del peligro de ser necesario.
No me gustaba eso.
No me encontraba segura de por qué, pero no lo hacía.
Ella le permitía mantener la mano sobre ella también.
—¿Decidiste venir a la fiesta, amor?—pregunté, manteniendo la sonrisa en su lugar así no la asustaba con la mueca que tuve la tentación de darle a Puck.
Era un hijo de puta caliente.
Brittany no se hallaba a su velocidad tampoco.
—No, no es por eso que está aquí. ¿Podemos hablar esto afuera, donde no tengamos que hablar tan fuerte?—Puck me preguntó con una mirada afilada.
¿Cuál era su problema?
Brittany miró hacia atrás con nostalgia a la puerta como si salir de ahí fuera todo lo que quería en el mundo.
—Por supuesto—respondí, y Brittany se dio la vuelta y corrió hacia la puerta.
Puck se encogió de hombros y se giró para seguirla.
Miré hacia atrás a Elaine, que nos observaba de cerca. Hice un gesto diciéndole que estaría de regreso, y luego me dirigí hacia la puerta.
Puck se encontraba de pie preguntándole a Brittany su nombre, y ella le dio una sonrisa tímida que era más de lo que recibí.
¿Qué demonios?
Puck no era encantador. Yo lo era.
—¿Cuál es el problema?—pregunté mientras me unía a ellos en el pasillo.
El tono molesto en mi voz no pasó desapercibido para Brittany. Sus ojos se abrieron, y comenzó a retorcerse las manos frente a ella con nerviosismo.
—Santana, esta es nuestra nueva vecina, Brittany. Vive directamente debajo de nosotros—dijo en un tono que fue, obviamente, tratando de compensar el mío.
—Nos hemos encontrado—le dije, balanceando mi mirada a la suya.
Sus mejillas se tornaron de color rosa brillante.
¿Por qué?
No dije nada para avergonzarla.
—Ah, está bien. Bueno, estamos siendo desconsiderados con nuestro nivel de ruido. Se trata de dos noches en fila que hemos festejado y Brittany no está consiguiendo suficiente sueño.
Así que estaba aquí para quejarse. Interesante.
Nadie se ha quejado nunca.
Este complejo de departamento era conocido por las fiestas.
¿No lo sabía cuándo se vino a vivir aquí?
Estudié su rostro cuando se mordió el labio inferior y parecía listo para retirarme.
Pensó que iba a hacer que me volviera loca.
Me encontraba muy muy segura de que una chica que se veía como ella era incapaz de hacerme enojar.
Lanzaba esa vibra de “necesito protección” a lo grande. Añade su cara de infarto, y tiene un paquete ganador para tratar de salirse con todo esto, incluso de mí.
Di un paso más cerca de ella, obligando a Puck a retroceder uno. Bajando la mano, tome una de las suyas que apretaba la mía con tanta fuerza y pasé el dedo por el interior de su palma.
—¿Por qué no entras conmigo sólo durante unos minutos? Conocer a algunos de tus vecinos, y luego cuando estés lista para salir, creo que tengo algo que te ayudara con el ruido—le dije mientras seguía sosteniendo su mirada.
—Yo, eh, no soy buena con las multitudes—dijo con un tono de disculpa.
Tiré de su mano hasta que estuvo casi presionada contra mí.
—No voy a dejar tu lado, y soy malditamente increíble con multitudes—respondí con un guiño para hacerle saber que hablaba en serio.
—No la hagas…—Puck empezó a discutir, pero lo interrumpí.
—No es tu asunto. Retrocede—le advertí antes de deslizar la mano por la cintura de Brittany y caminar hacia la puerta.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
No se por que pero Puck va a ayudar mucho a Britt. Y San se comporta como una idiota!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
mientras la ayude y no interfiera esta bien!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Britt me da pena y ternura...y la amo!!
Isabella28****** - Mensajes : 378
Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Mmmm haber como le va con la fiesta a Britt con San y Elaine que no creo que este feliz de que la morena este a su lado
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
Hola morra...
El inconciente a san ya la habia traicionado... Britt es para casarse!!!!... Pero sus estupideces a ver hasta donde llegan???
Puck... Mientras la ayude y de buena manera vamos bien!!! Veremos la nueva vida de britt!!
Nos vemos!!!
El inconciente a san ya la habia traicionado... Britt es para casarse!!!!... Pero sus estupideces a ver hasta donde llegan???
Puck... Mientras la ayude y de buena manera vamos bien!!! Veremos la nueva vida de britt!!
Nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
monica.santander escribió:No se por que pero Puck va a ayudar mucho a Britt. Y San se comporta como una idiota!!
Saludos
Hola, crees tu¿? Y como amigos noma supongo, no¿? XD Pffff ai si q te creo y te doi mi apoyo xD Espero y nos equivoquemos la vrdd =/ Saludos =D
micky morales escribió:mientras la ayude y no interfiera esta bien!!!!!
Hola, eso mismo, eso mismo! esperemos sea así xD Saludos =D
Isabella28 escribió:Britt me da pena y ternura...y la amo!!
Hola, aiii siii!!! es una cosita q ai q cuidar! Espero y san sea la persona ¬¬ SAludos =D
JVM escribió:Mmmm haber como le va con la fiesta a Britt con San y Elaine que no creo que este feliz de que la morena este a su lado
Hola, esperemos q bn, no¿? XD Mmmmm se aguanta noma ¬¬ ella sobra. Saludos =D
3:) escribió:Hola morra...
El inconciente a san ya la habia traicionado... Britt es para casarse!!!!... Pero sus estupideces a ver hasta donde llegan???
Puck... Mientras la ayude y de buena manera vamos bien!!! Veremos la nueva vida de britt!!
Nos vemos!!!
Hola lu, jajajajajaj si q si xD SI! y san tiene q ser esa mujer!....espero =/ Aii ni lo digas q sería hasta el infinito =/ Si q si. como amigo más q vn jaajajaj. Aquí dejo más para saber! Saludos =D
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Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Cap 3
Capitulo 3
Brittany
No quería hacer esto.
¿Por qué llegué hasta aquí?
Porque estaba cansada y frustrada del ruido. Es por eso.
Pasé horas escribiendo, luego, cuando me preparé para la cama, el ruido comenzó de nuevo.
¿Estas personas no necesitaban dormir?
Sólo quería pedirles que fueran un poco más silenciosas. No quise ser obligada a permanecer en la fiesta.
Sólo quería ir a la cama.
—Realmente no quiero hacer esto—le dije a Santana, que tenía su mano en mi espalda y me guiaba con firmeza al interior.
—¿Por qué no? No te van a morder. Lo prometo, porque jodidamente no voy a dejarlos—la diversión en su voz me molestó.
Yo no bromeaba.
No quería estar en esta fiesta.
—Por favor. Siento haber venido aquí. Voy a encontrar la manera de dormir a pesar de esto. Solo deja que me vaya—me encontraba dispuesta a rogar ahora.
Lo que fuera necesario para escapar de este lugar.
Podía sentir a la gente mirándome. Odiaba esa sensación. Sabía lo que pensaban. Lo que veían.
Vine hasta aquí con mis gafas porque necesitaba ver la pantalla de la computadora y mi cabello era un lío en la cima de mi cabeza.
Mi corazón empezó a acelerarse. Tenía que salir de ahí.
—Mierda, amor, estás temblando—la voz de Santana ya no era divertida.
Se detuvo y deslizó un dedo debajo de mi barbilla para inclinar mi cabeza hacia atrás. El ceño fruncido en su rostro mientras estudiaba el mío era nuevo.
Normalmente se veía constantemente divertida.
—Ven conmigo—dijo en voz baja, y se inclinó para tomarme de la mano. Luego caminó por un pasillo hacia una puerta cerrada.
Mi pánico aumentó.
Ese era un dormitorio.
No entraría en una habitación con ella. Tenía que escapar.
Traté de soltar mi mano de su agarre, pero entrelazó sus dedos con los míos y apretó con más fuerza.
Nadie antes me sostuvo alguna vez la mano.
Me quedé mirando su mano en la mía y perdí mi línea de pensamiento por un momento.
Era una sensación cálida tener la palma de alguien presionada contra la tuya.
Sus dedos entrelazados con los míos me hicieron sentir que no estaba sola. Como si tuviera una conexión con alguien.
¿Alguna vez sentí eso antes?
No estaba segura.
Una puerta se abrió y Santana me llevó dentro antes de cerrarla detrás de mí.
—No te sientas tan aterrada. No voy a hacer nada que no quieras que haga. Sólo quería alejarte del ruido un minuto para que pudiéramos estar solas y hablar.
—¿Hablar?—pregunté mientras su mano se liberaba de la mía.
La sensación de frío y soledad volvió. Junté las manos en un intento de mantener el calor ahí.
Me gustó ese calor.
—Me confundes. La mayoría de las chicas no me confunden. Y no lo digo porque sea una de ellas, sino también porque me gustan. Pero tú, bailarina, me tienes jugando juegos de adivinanzas. ¿Por qué es eso?
Le gustaban las mujeres…
Y me llamó bailarina de nuevo.
No era bailarina. Ni siquiera cerca.
Pero me gustó que tuviera un nombre especial para mí. Me hacía sentir que encajaba.
—En realidad no entré en una escena social mientras crecía. No soy muy buena en eso. No encajo.
Odiaba señalarle eso.
Por alguna razón, no pareció entender que no encajo, y no quise ser la que le diera la noticia.
Santana arqueó una ceja.
—Lo dices como si fuera una mala cosa. La mayoría de la gente quiere sobresalir.
¿Sobresalir?
Eso no era lo que quería decir.
Negué con la cabeza.
—No, eso no es… Es decir, yo no… No pido estar alrededor.
Eso probablemente tenía menos sentido.
No me encontraba a punto de sincerarme con esta chica sobre lo que estaba mal conmigo.
Si no lo vio, entonces bueno.
Me gustaba eso.
Santana frunció el ceño y me miró como si estuviera loca.
Estupendo.
Ahora veía a la verdadera yo. Lo que sea que no entendía, acabé de mostrárselo.
¿Por qué no mantuve la boca cerrada?
—Realmente quisiste decir eso—dijo en un susurro mientras continuaba mirándome fijamente—¿Quién carajo te dijo eso?
Me encogí de hombros y alejé la mirada de ella para estudiar la habitación en la que estábamos.
No iba a responder a su pregunta.
Eso era algo que nadie necesitaba que saber.
Las paredes eran de un color gris ahumado y el techo estaba pintado de negro. No se me permitió pintar mis paredes, sin embargo ella pintó las suyas.
La gran cama extra grande en medio de la habitación era un desastre arrugado.
Una guitarra eléctrica fue colocada en una esquina y en la otra esquina había una guitarra acústica.
Volví la atención a los carteles en las paredes.
Dos de ellos eran de lo que supuse eran bandas de rock, con firmas en ellos.
Luego, por supuesto, el otro cartel era de una rubia desnuda con realmente grandes-y con suerte falsos-pechos, porque se parecían mucho a las bolas de bolos.
No podían ser reales.
La rubia se encontraba sentada a horcajadas sobre una guitarra, y lo único que mantenía su espacio privado cubierto eran sus manos agarrando la guitarra entre sus piernas.
—Me pregunto si alguna vez usa bragas—murmuré en voz alta antes de poder detenerme.
La risa de Santana me sobresaltó, y me giré para ver dos hoyuelos muy evidentes en su rostro.
No parecía ser el tipo de chica que tendría hoyuelos, pero vaya, hicieron cosas por mí.
—Me gusta creer que no lo hace—respondió, una vez que dejó de reír.
—¿De dónde eres?—preguntó Santana.
—De un pequeño pueblo de Carolina del Sur. No habrías oído hablar de él—respondí, sintiendo el nudo enfermo en mi estómago formándose, el que siempre venía con recuerdos de mi vida ahí.
—¿Son ciegos en ese pequeño pueblo del que no he oído hablar?—preguntó con un tono más suave en su voz.
Levanté mi mirada de nuevo a la suya y estudié su expresión.
¿Me tomaba el pelo otra vez?
—No —contesté.
Santana frunció el ceño y luego poco a poco pasó su pulgar por su labio inferior varias veces.
Era algo fascinante de ver.
Tenía labios muy bonitos. Me preguntaba con qué frecuencia los utilizaba. Asumiría que era muy talentosa con esos labios.
Su mano cayó, y dio un paso hacia mí.
—¿Irías ahí y conocerías a todos por mí? ¿Tal vez tomar una cerveza? ¿Simplemente tratar de relajarte y disfrutar de estar en una multitud?—su voz se redujo a un arrastre de palabras suave y espeso.
Fue muy difícil decirle que no.
—Sólo quiero facilitarte el que seas social. Aquí es seguro porque me aseguraré de que sea seguro. No voy a dejar que te pase nada o te hagan daño.
En pocos días la escuela empezaría y tendría que estar en un montón de situaciones sociales.
Este era mi nuevo comienzo.
Quería ser capaz de caminar a través de una multitud sin tener un ataque de pánico. Si Santana me podía ayudar, entonces tal vez debería al menos intentarlo.
—Está bien —espeté antes de que pudiera cambiar de opinión.
La sonrisa de satisfacción en su rostro casi valía la pena el hecho de que iba a tener que hacer frente a extraños que podrían no ser tan ciegos como ella sobre mí.
Alguien tenía que ver lo malo en mí.
Siempre lo hicieron antes.
Ella asintió hacia la puerta y sonrió.
—Vamos—luego se dirigió a la puerta para salir de la seguridad que encontré en su habitación.
No era capaz de conseguir que mis piernas la siguieran.
Cuando miró hacia atrás para ver que no hice un movimiento para ir con ella, se rio y negó con la cabeza. Luego me tendió la mano y esperó.
Me gustaba sostener su mano.
Podría hacer esto.
Di un paso hacia adelante y puse mi mano en la suya. El calor volvió y era capaz de tomar una respiración profunda de nuevo.
Bien.
Esto era bueno.
—Vamos, bailarina—dijo suavemente, luego me llevó fuera de la habitación, hacia el final del pasillo.
La música era más fuerte afuera y las risas y voces me recordaban cómo no encajaba en este mundo.
Era una solitaria. Me gustaba ser una solitaria.
Como si Santana pudiera leer mi mente, me apretó la mano de modo tranquilizador.
Correcto. Estaba conmigo.
Esta era su multitud y no iba a permitir que nadie dijera nada para lastimarme.
—¿Dónde fueron?—preguntó Puck con un ceño fruncido en su rostro, pero no podía oír la respuesta de Santana por encima del ruido.
Empecé a decirle algo a Puck, quien era muy agradable y con quien me sentí cómoda enseguida.
Tenía una sonrisa amigable.
Antes de que pudiera hablar con él, Santana me llevó a su lado.
—Aquí hay una cerveza—dijo, entregándome un vaso de plástico rojo.
Lo tomé, aunque no estaba segura de beberlo. No me gustaba la forma en la que el alcohol olía.
—Me dejaste—dijo la castaña con quien la vi cuando llegué mientras se acercaba a ella y me daba la espalda.
—Una amiga se presentó. Lo siento, nena, pero voy a pasar algún tiempo con ella. Te encontraré después de que se vaya—respondió con un guiño y me tiró más cerca antes de llevarnos hacia el sofá.
La chica le puso mala cara y luego me lanzó una mirada enojada. Le molestó que le quitara su cita.
Debería estarlo.
No haría amigos haciendo eso.
Santana se dejó caer en el sofá, derrumbándome a su lado. Podía sentir a la gente mirándonos.
¿Se encontraban todos enojados porque no estaba con la chica castaña?
Estudié el vaso en mi mano, incapaz de levantar los ojos.
—¿Quién es?—preguntó una voz masculina con curiosidad. No sonó enojado. Sonó agradable.
—Ella—Santana deslizó su dedo debajo de mi barbilla y la levantó, así que fui obligada a mirar a la persona que hablaba con ella—, Es mi nueva vecina, Brittany. Brittany, él es Mike. Es el baterista de nuestra banda.
Mike tenía rasgos asiáticos, cabello negro, osos marrones y piel morena.
—Hola, Brittany—dijo Mike, y me di cuenta que tenía una sonrisa y ojos amistosos.
—Es un placer conocerte—grazné.
Los nervios no disminuían. Hablar con extraños era difícil.
La sonrisa de Mike se hizo más grande, y desvió su mirada de nuevo a Santana.
—Morena—respondió y sacudió la cabeza. Lo vi tomar un largo trago de la cerveza en su mano.
—Mike puede ser un idiota, pero pasamos por alto sus habilidades verbales—dijo Santana tan cerca de mi oído que su cálido aliento hizo cosquillas a la piel sensible ahí.
Me estremecí, y Santana se quedó inmóvil junto a mí. Antes de que pudiera empezar a preocuparme por mi reacción, su mano apretó su agarre sobre la mía.
Una vez más el calor me calmó.
—Morena—dijo Mike por segunda vez, ahora riendo—No me jodas—murmuró, luego volvió su atención hacia mí y sonrió—Cuidado con ella, cariño.
—No—dijo Santana con una voz dura que me sobresaltó.
Las cejas de Mike se dispararon y luego se marchó.
Me vio.
Vio lo que todo el mundo veía.
Quería irme.
Santana era una persona que más aceptaba a otras personas que había conocido y no quería conocer a más de sus amigos, porque estaba segura de que todos iban a reaccionar como Mike lo hizo.
—Me tengo que ir—le dije a Santana mientras trataba de quitar mi mano de la suya.
—No—dijo, apretando su agarre—Ignóralo—dijo.
Me hubiera gustado ignorarla, pero pasé la vida tratando con personas que no querían estar cerca de mí. Y una hermosa mujer se encontraba ahí que quería estar con Santana.
Trataba de ayudarme a encajar y era tan amable al respecto. No podía hacerle esto.
—Estoy realmente cansada. Gracias por… por sentarte y hablar conmigo—dije—Pero en serio estoy lista para volver a mi departamento.
Me las arreglé para liberar la mano, me puse de pie rápidamente y corrí hacia la puerta. Mantuve la cabeza hacia abajo y mi atención se centró en no tropezar y caer.
Una vez que me encontraba fuera del departamento, tomé una respiración profunda, pero me mantuve en movimiento.
—Brittany—me llamó la voz de Puck, quise ignorarlo y llegar a la seguridad de mi departamento.
Pero fue amable conmigo. Me detuve y lo miré. Caminaba fuera del departamento y se dirigió hacia mí.
—¿Estás bien?
Asentí y forcé una sonrisa.
—Sí, sólo cansada.
No parecía como si me creyera.
—¿Estás segura?
Santana se movía entre la multitud ahora. Sus ojos puestos en mí y se dirigía hacia mí.
Tenía que irme.
—De verdad, estoy bien. Sólo quiero ir a casa.
—Brittany—la voz exigente de Santana me impidió correr. Parecía enojada.
No tenía intención de hacerla enojar.
—¿Qué hiciste? —preguntó Puck y le frunció el ceño a Santana.
—Jódete—le gruñó a Puck—No le hice una mierda. Necesito hablar con ella, así que vete—respondió, pero sus ojos se hallaban fijos en mí.
—Ella no es una de…—comenzó Puck, pero Santana estuvo en su cara inmediatamente.
—Jodidamente lo sé. No se trata de eso. Ahora vete.
Puck dejó escapar un suspiro de derrota y asintió antes de volver a la fiesta.
—¿Qué pasó ahí? —preguntó.
Todavía no lo entendía y no podía darle la noticia que yo estaba echada a perder.
—Estoy cansada —dije.
Se pasó una mano por sus mechones negros y suspiró.
—Bueno. Lo entiendo. Si es la verdadera razón por la que te vas—señaló hacia su puerta—Pero si esto es por lo que dijo Mike, entonces ignora su estúpido culo. Piensa que trato de hacer un movimiento hacia ti—se detuvo y me sonrió como si hubiera hecho una broma privada—Te vio y asumió lo que no debía. No estoy ciega, Brittany. Sé que no eres mi tipo. Él se preocupó por eso. No soy una mala persona. Nunca podría ir ahí contigo. Te veo. Lo entiendo. Sólo trataba de ser amable. Pareces como si necesitaras a alguien para ayudarte a lidiar con la mierda y quería ayudar.
Oh.
Así que me vio.
Ella sabía.
Iba a enfermarme.
Mi cabeza empezó a golpear, y la pequeña cantidad de comodidad que tuve con ella fue arrancada.
Tenía que irme.
Logré una inclinación de cabeza antes de echarme a correr. Tenía que llegar a mi departamento antes de vomitar. El nudo de malestar en mi estómago explotó.
Santana
Me puse de pie junto a la ventana con vistas al golfo mientras bebía mi segunda taza de café.
Faltaban quince minutos para las once, pero no estaba levantada desde hacía mucho.
El abrazo de Elaine me despertó.
No me gustaba cuando Elaine perdía el conocimiento y se quedaba la noche después del sexo.
Me tocaba cuando dormía y odiaba ser tocada.
Tuve que emborracharme para follar a Elaine después de que mi rubia vecina sexy realmente tímida se fue corriendo como si los murciélagos del infierno la persiguieran.
Mierda, esa chica estaba jodida. Era la única explicación.
La chica tenía problemas en la cabeza.
Claro, era preciosa y maldición, esos ojos, era difícil no perderse en ellos. Sin embargo, las cuestiones de cabeza eran más de lo que podía manejar.
Elaine era fácil.
Me gustaba lo fácil.
Pero Elaine no tenía la sonrisa más dulce que alguna vez vi.
Mierda.
Sacudiendo la cabeza, bajé la taza y me di la vuelta para ver de pie a Puck en la sala de estar, mirándome.
—¿Qué?—gruñí.
Odiaba cuando tenía esa mirada crítica en el rostro.
—Tú sabes que—respondió, molesto—No pudiste dejarlo en paz. Lo tenía bajo control. Le gusté. Comenzaba a sentirse a gusto conmigo. Pero tuviste que jodidamente demostrar que podrías conseguir su atención. Ella no es así. Es inocente, Santana. Jodidamente inocente. Mantente alejada de ella.
Pasó mucho tiempo desde que peleamos por una mujer.
—Sé que es inocente. Fui amable. Se estaba volviendo loca, y trataba de ayudarla. Es tímida.
Puck levantó las manos al aire.
—¿Qué demonios creías que yo hacía?
Estuvo mirando ese cuerpo y dulce culo de ella, eso era lo que hacía.
—Sólo trataba de ayudarla—expliqué—No conseguir que me dejara entrar en sus pantalones. La protegía de ti también. Tú permanece jodidamente lejos de ella—advertí.
—Increíble. Eres un egoísta de mierda. Eso no era lo que hacías. Le gusté. Lo pude ver en sus ojos. Pero llegaste, la arrebataste y la hiciste huir.
—Algo está mal con ella. No sé qué, pero tiene algunos problemas. No está lista para conocer más que un amigo. Quieres ser mucho más que su amiga. Mi última advertencia, Puck. Permanece jodidamente lejos de ella. Ella no es así.
—¿Qué sucede entre ustedes?—preguntó Elaine mientras se frotaba el sueño de los ojos.
Usaba la sábana de mi cama. Odiaba cuando caminaba por ahí con mis malditas sábanas.
—Ve a vestirte y márchate—ordené antes de dirigirme al baño para tomar una ducha.
—No sé por qué siempre me tratas como una mierda a la mañana siguiente. Nos lo pasamos muy bien anoche—me espetó mientras caminaba hacia ella.
—Tira esa sábana en la ropa sucia antes de que te vayas—fue mi única respuesta. Entonces cerré la puerta del baño y le puse seguro.
—¡Eres una idiota!—gritó Elaine lo suficientemente alto como para que todos oyeran.
—Sin embargo, sigues follándotela—respondió Puck—Te lo dije antes, nunca te tratará como lo hizo con Sugar. Era diferente para ella. Nadie más va a conseguir a esa Santana.
Sugar.
Ella fue la única mujer que dejé acercarse lo suficiente a mí para conseguirme.
Pero crecimos juntas. Era fácil con Sugar.
Las cosas que podía hacer con su cuerpo.
Joder, la echaba de menos.
Metí la mano en la ducha y abrí el grifo.
Puse a Sugar detrás de mí. Estaba enamorada y viviendo en el norte de Harvard con su novio de fondo fiduciario.
Tenía ese cuento de hadas que siempre quiso y tenía que admitir que me sentía feliz por ella.
Una vida así no le llegaba a la gente como Sugar y yo.
Si no podía tener a Sugar, estaba contenta que la persona que ella deseaba la adoraba.
Y ese hijo de puta besaba el suelo que pisaba. Fue la única razón por la que fui capaz de manejar verla irse.
Sabía que nunca sería lo que Sugar necesitaba.
Tenía adicciones y las mujeres eran una de ellas. Un montón de mujeres.
Al ser una sabía lo que queríamos.
Me encantaba la forma en que olían y lo suaves que eran.
Me encantaba cuan cálidas y apretadas se sentían cuando me hundía en ellas.
Me encantaba todo acerca de nosotras.
Es por eso que me gustan y no los hombres.
Cuando Sugar puso fin a nuestra relación, salí corriendo esa noche y tuve un trío.
No hubo problema.
Al parecer Sugar vio eso como que yo no la amaba.
La amaba, pero me apartó, me fui y conseguí algunas. Después me di cuenta de que eso fue un mal movimiento.
Pero fue real.
Fui yo.
Sugar sabía que en el fondo no era una mujer de una sola mujer, y por mucho que la quería, no podía ser lo que se merecía.
Tener ansías de contacto no era un puto pecado.
Crecí sin ello y me gustaba el afecto.
Me gustaba lo bien que una mujer me hacía sentir.
Mi hermana quería que fuera a terapia porque se encontraba segura que nuestra infancia me arruinó.
Pero me encontraba bien.
La vida era buena y no necesitaba un loco psiquiatra diciéndome por qué me gustaba follar mujeres.
¿Por qué llegué hasta aquí?
Porque estaba cansada y frustrada del ruido. Es por eso.
Pasé horas escribiendo, luego, cuando me preparé para la cama, el ruido comenzó de nuevo.
¿Estas personas no necesitaban dormir?
Sólo quería pedirles que fueran un poco más silenciosas. No quise ser obligada a permanecer en la fiesta.
Sólo quería ir a la cama.
—Realmente no quiero hacer esto—le dije a Santana, que tenía su mano en mi espalda y me guiaba con firmeza al interior.
—¿Por qué no? No te van a morder. Lo prometo, porque jodidamente no voy a dejarlos—la diversión en su voz me molestó.
Yo no bromeaba.
No quería estar en esta fiesta.
—Por favor. Siento haber venido aquí. Voy a encontrar la manera de dormir a pesar de esto. Solo deja que me vaya—me encontraba dispuesta a rogar ahora.
Lo que fuera necesario para escapar de este lugar.
Podía sentir a la gente mirándome. Odiaba esa sensación. Sabía lo que pensaban. Lo que veían.
Vine hasta aquí con mis gafas porque necesitaba ver la pantalla de la computadora y mi cabello era un lío en la cima de mi cabeza.
Mi corazón empezó a acelerarse. Tenía que salir de ahí.
—Mierda, amor, estás temblando—la voz de Santana ya no era divertida.
Se detuvo y deslizó un dedo debajo de mi barbilla para inclinar mi cabeza hacia atrás. El ceño fruncido en su rostro mientras estudiaba el mío era nuevo.
Normalmente se veía constantemente divertida.
—Ven conmigo—dijo en voz baja, y se inclinó para tomarme de la mano. Luego caminó por un pasillo hacia una puerta cerrada.
Mi pánico aumentó.
Ese era un dormitorio.
No entraría en una habitación con ella. Tenía que escapar.
Traté de soltar mi mano de su agarre, pero entrelazó sus dedos con los míos y apretó con más fuerza.
Nadie antes me sostuvo alguna vez la mano.
Me quedé mirando su mano en la mía y perdí mi línea de pensamiento por un momento.
Era una sensación cálida tener la palma de alguien presionada contra la tuya.
Sus dedos entrelazados con los míos me hicieron sentir que no estaba sola. Como si tuviera una conexión con alguien.
¿Alguna vez sentí eso antes?
No estaba segura.
Una puerta se abrió y Santana me llevó dentro antes de cerrarla detrás de mí.
—No te sientas tan aterrada. No voy a hacer nada que no quieras que haga. Sólo quería alejarte del ruido un minuto para que pudiéramos estar solas y hablar.
—¿Hablar?—pregunté mientras su mano se liberaba de la mía.
La sensación de frío y soledad volvió. Junté las manos en un intento de mantener el calor ahí.
Me gustó ese calor.
—Me confundes. La mayoría de las chicas no me confunden. Y no lo digo porque sea una de ellas, sino también porque me gustan. Pero tú, bailarina, me tienes jugando juegos de adivinanzas. ¿Por qué es eso?
Le gustaban las mujeres…
Y me llamó bailarina de nuevo.
No era bailarina. Ni siquiera cerca.
Pero me gustó que tuviera un nombre especial para mí. Me hacía sentir que encajaba.
—En realidad no entré en una escena social mientras crecía. No soy muy buena en eso. No encajo.
Odiaba señalarle eso.
Por alguna razón, no pareció entender que no encajo, y no quise ser la que le diera la noticia.
Santana arqueó una ceja.
—Lo dices como si fuera una mala cosa. La mayoría de la gente quiere sobresalir.
¿Sobresalir?
Eso no era lo que quería decir.
Negué con la cabeza.
—No, eso no es… Es decir, yo no… No pido estar alrededor.
Eso probablemente tenía menos sentido.
No me encontraba a punto de sincerarme con esta chica sobre lo que estaba mal conmigo.
Si no lo vio, entonces bueno.
Me gustaba eso.
Santana frunció el ceño y me miró como si estuviera loca.
Estupendo.
Ahora veía a la verdadera yo. Lo que sea que no entendía, acabé de mostrárselo.
¿Por qué no mantuve la boca cerrada?
—Realmente quisiste decir eso—dijo en un susurro mientras continuaba mirándome fijamente—¿Quién carajo te dijo eso?
Me encogí de hombros y alejé la mirada de ella para estudiar la habitación en la que estábamos.
No iba a responder a su pregunta.
Eso era algo que nadie necesitaba que saber.
Las paredes eran de un color gris ahumado y el techo estaba pintado de negro. No se me permitió pintar mis paredes, sin embargo ella pintó las suyas.
La gran cama extra grande en medio de la habitación era un desastre arrugado.
Una guitarra eléctrica fue colocada en una esquina y en la otra esquina había una guitarra acústica.
Volví la atención a los carteles en las paredes.
Dos de ellos eran de lo que supuse eran bandas de rock, con firmas en ellos.
Luego, por supuesto, el otro cartel era de una rubia desnuda con realmente grandes-y con suerte falsos-pechos, porque se parecían mucho a las bolas de bolos.
No podían ser reales.
La rubia se encontraba sentada a horcajadas sobre una guitarra, y lo único que mantenía su espacio privado cubierto eran sus manos agarrando la guitarra entre sus piernas.
—Me pregunto si alguna vez usa bragas—murmuré en voz alta antes de poder detenerme.
La risa de Santana me sobresaltó, y me giré para ver dos hoyuelos muy evidentes en su rostro.
No parecía ser el tipo de chica que tendría hoyuelos, pero vaya, hicieron cosas por mí.
—Me gusta creer que no lo hace—respondió, una vez que dejó de reír.
—¿De dónde eres?—preguntó Santana.
—De un pequeño pueblo de Carolina del Sur. No habrías oído hablar de él—respondí, sintiendo el nudo enfermo en mi estómago formándose, el que siempre venía con recuerdos de mi vida ahí.
—¿Son ciegos en ese pequeño pueblo del que no he oído hablar?—preguntó con un tono más suave en su voz.
Levanté mi mirada de nuevo a la suya y estudié su expresión.
¿Me tomaba el pelo otra vez?
—No —contesté.
Santana frunció el ceño y luego poco a poco pasó su pulgar por su labio inferior varias veces.
Era algo fascinante de ver.
Tenía labios muy bonitos. Me preguntaba con qué frecuencia los utilizaba. Asumiría que era muy talentosa con esos labios.
Su mano cayó, y dio un paso hacia mí.
—¿Irías ahí y conocerías a todos por mí? ¿Tal vez tomar una cerveza? ¿Simplemente tratar de relajarte y disfrutar de estar en una multitud?—su voz se redujo a un arrastre de palabras suave y espeso.
Fue muy difícil decirle que no.
—Sólo quiero facilitarte el que seas social. Aquí es seguro porque me aseguraré de que sea seguro. No voy a dejar que te pase nada o te hagan daño.
En pocos días la escuela empezaría y tendría que estar en un montón de situaciones sociales.
Este era mi nuevo comienzo.
Quería ser capaz de caminar a través de una multitud sin tener un ataque de pánico. Si Santana me podía ayudar, entonces tal vez debería al menos intentarlo.
—Está bien —espeté antes de que pudiera cambiar de opinión.
La sonrisa de satisfacción en su rostro casi valía la pena el hecho de que iba a tener que hacer frente a extraños que podrían no ser tan ciegos como ella sobre mí.
Alguien tenía que ver lo malo en mí.
Siempre lo hicieron antes.
Ella asintió hacia la puerta y sonrió.
—Vamos—luego se dirigió a la puerta para salir de la seguridad que encontré en su habitación.
No era capaz de conseguir que mis piernas la siguieran.
Cuando miró hacia atrás para ver que no hice un movimiento para ir con ella, se rio y negó con la cabeza. Luego me tendió la mano y esperó.
Me gustaba sostener su mano.
Podría hacer esto.
Di un paso hacia adelante y puse mi mano en la suya. El calor volvió y era capaz de tomar una respiración profunda de nuevo.
Bien.
Esto era bueno.
—Vamos, bailarina—dijo suavemente, luego me llevó fuera de la habitación, hacia el final del pasillo.
La música era más fuerte afuera y las risas y voces me recordaban cómo no encajaba en este mundo.
Era una solitaria. Me gustaba ser una solitaria.
Como si Santana pudiera leer mi mente, me apretó la mano de modo tranquilizador.
Correcto. Estaba conmigo.
Esta era su multitud y no iba a permitir que nadie dijera nada para lastimarme.
—¿Dónde fueron?—preguntó Puck con un ceño fruncido en su rostro, pero no podía oír la respuesta de Santana por encima del ruido.
Empecé a decirle algo a Puck, quien era muy agradable y con quien me sentí cómoda enseguida.
Tenía una sonrisa amigable.
Antes de que pudiera hablar con él, Santana me llevó a su lado.
—Aquí hay una cerveza—dijo, entregándome un vaso de plástico rojo.
Lo tomé, aunque no estaba segura de beberlo. No me gustaba la forma en la que el alcohol olía.
—Me dejaste—dijo la castaña con quien la vi cuando llegué mientras se acercaba a ella y me daba la espalda.
—Una amiga se presentó. Lo siento, nena, pero voy a pasar algún tiempo con ella. Te encontraré después de que se vaya—respondió con un guiño y me tiró más cerca antes de llevarnos hacia el sofá.
La chica le puso mala cara y luego me lanzó una mirada enojada. Le molestó que le quitara su cita.
Debería estarlo.
No haría amigos haciendo eso.
Santana se dejó caer en el sofá, derrumbándome a su lado. Podía sentir a la gente mirándonos.
¿Se encontraban todos enojados porque no estaba con la chica castaña?
Estudié el vaso en mi mano, incapaz de levantar los ojos.
—¿Quién es?—preguntó una voz masculina con curiosidad. No sonó enojado. Sonó agradable.
—Ella—Santana deslizó su dedo debajo de mi barbilla y la levantó, así que fui obligada a mirar a la persona que hablaba con ella—, Es mi nueva vecina, Brittany. Brittany, él es Mike. Es el baterista de nuestra banda.
Mike tenía rasgos asiáticos, cabello negro, osos marrones y piel morena.
—Hola, Brittany—dijo Mike, y me di cuenta que tenía una sonrisa y ojos amistosos.
—Es un placer conocerte—grazné.
Los nervios no disminuían. Hablar con extraños era difícil.
La sonrisa de Mike se hizo más grande, y desvió su mirada de nuevo a Santana.
—Morena—respondió y sacudió la cabeza. Lo vi tomar un largo trago de la cerveza en su mano.
—Mike puede ser un idiota, pero pasamos por alto sus habilidades verbales—dijo Santana tan cerca de mi oído que su cálido aliento hizo cosquillas a la piel sensible ahí.
Me estremecí, y Santana se quedó inmóvil junto a mí. Antes de que pudiera empezar a preocuparme por mi reacción, su mano apretó su agarre sobre la mía.
Una vez más el calor me calmó.
—Morena—dijo Mike por segunda vez, ahora riendo—No me jodas—murmuró, luego volvió su atención hacia mí y sonrió—Cuidado con ella, cariño.
—No—dijo Santana con una voz dura que me sobresaltó.
Las cejas de Mike se dispararon y luego se marchó.
Me vio.
Vio lo que todo el mundo veía.
Quería irme.
Santana era una persona que más aceptaba a otras personas que había conocido y no quería conocer a más de sus amigos, porque estaba segura de que todos iban a reaccionar como Mike lo hizo.
—Me tengo que ir—le dije a Santana mientras trataba de quitar mi mano de la suya.
—No—dijo, apretando su agarre—Ignóralo—dijo.
Me hubiera gustado ignorarla, pero pasé la vida tratando con personas que no querían estar cerca de mí. Y una hermosa mujer se encontraba ahí que quería estar con Santana.
Trataba de ayudarme a encajar y era tan amable al respecto. No podía hacerle esto.
—Estoy realmente cansada. Gracias por… por sentarte y hablar conmigo—dije—Pero en serio estoy lista para volver a mi departamento.
Me las arreglé para liberar la mano, me puse de pie rápidamente y corrí hacia la puerta. Mantuve la cabeza hacia abajo y mi atención se centró en no tropezar y caer.
Una vez que me encontraba fuera del departamento, tomé una respiración profunda, pero me mantuve en movimiento.
—Brittany—me llamó la voz de Puck, quise ignorarlo y llegar a la seguridad de mi departamento.
Pero fue amable conmigo. Me detuve y lo miré. Caminaba fuera del departamento y se dirigió hacia mí.
—¿Estás bien?
Asentí y forcé una sonrisa.
—Sí, sólo cansada.
No parecía como si me creyera.
—¿Estás segura?
Santana se movía entre la multitud ahora. Sus ojos puestos en mí y se dirigía hacia mí.
Tenía que irme.
—De verdad, estoy bien. Sólo quiero ir a casa.
—Brittany—la voz exigente de Santana me impidió correr. Parecía enojada.
No tenía intención de hacerla enojar.
—¿Qué hiciste? —preguntó Puck y le frunció el ceño a Santana.
—Jódete—le gruñó a Puck—No le hice una mierda. Necesito hablar con ella, así que vete—respondió, pero sus ojos se hallaban fijos en mí.
—Ella no es una de…—comenzó Puck, pero Santana estuvo en su cara inmediatamente.
—Jodidamente lo sé. No se trata de eso. Ahora vete.
Puck dejó escapar un suspiro de derrota y asintió antes de volver a la fiesta.
—¿Qué pasó ahí? —preguntó.
Todavía no lo entendía y no podía darle la noticia que yo estaba echada a perder.
—Estoy cansada —dije.
Se pasó una mano por sus mechones negros y suspiró.
—Bueno. Lo entiendo. Si es la verdadera razón por la que te vas—señaló hacia su puerta—Pero si esto es por lo que dijo Mike, entonces ignora su estúpido culo. Piensa que trato de hacer un movimiento hacia ti—se detuvo y me sonrió como si hubiera hecho una broma privada—Te vio y asumió lo que no debía. No estoy ciega, Brittany. Sé que no eres mi tipo. Él se preocupó por eso. No soy una mala persona. Nunca podría ir ahí contigo. Te veo. Lo entiendo. Sólo trataba de ser amable. Pareces como si necesitaras a alguien para ayudarte a lidiar con la mierda y quería ayudar.
Oh.
Así que me vio.
Ella sabía.
Iba a enfermarme.
Mi cabeza empezó a golpear, y la pequeña cantidad de comodidad que tuve con ella fue arrancada.
Tenía que irme.
Logré una inclinación de cabeza antes de echarme a correr. Tenía que llegar a mi departamento antes de vomitar. El nudo de malestar en mi estómago explotó.
Santana
Me puse de pie junto a la ventana con vistas al golfo mientras bebía mi segunda taza de café.
Faltaban quince minutos para las once, pero no estaba levantada desde hacía mucho.
El abrazo de Elaine me despertó.
No me gustaba cuando Elaine perdía el conocimiento y se quedaba la noche después del sexo.
Me tocaba cuando dormía y odiaba ser tocada.
Tuve que emborracharme para follar a Elaine después de que mi rubia vecina sexy realmente tímida se fue corriendo como si los murciélagos del infierno la persiguieran.
Mierda, esa chica estaba jodida. Era la única explicación.
La chica tenía problemas en la cabeza.
Claro, era preciosa y maldición, esos ojos, era difícil no perderse en ellos. Sin embargo, las cuestiones de cabeza eran más de lo que podía manejar.
Elaine era fácil.
Me gustaba lo fácil.
Pero Elaine no tenía la sonrisa más dulce que alguna vez vi.
Mierda.
Sacudiendo la cabeza, bajé la taza y me di la vuelta para ver de pie a Puck en la sala de estar, mirándome.
—¿Qué?—gruñí.
Odiaba cuando tenía esa mirada crítica en el rostro.
—Tú sabes que—respondió, molesto—No pudiste dejarlo en paz. Lo tenía bajo control. Le gusté. Comenzaba a sentirse a gusto conmigo. Pero tuviste que jodidamente demostrar que podrías conseguir su atención. Ella no es así. Es inocente, Santana. Jodidamente inocente. Mantente alejada de ella.
Pasó mucho tiempo desde que peleamos por una mujer.
—Sé que es inocente. Fui amable. Se estaba volviendo loca, y trataba de ayudarla. Es tímida.
Puck levantó las manos al aire.
—¿Qué demonios creías que yo hacía?
Estuvo mirando ese cuerpo y dulce culo de ella, eso era lo que hacía.
—Sólo trataba de ayudarla—expliqué—No conseguir que me dejara entrar en sus pantalones. La protegía de ti también. Tú permanece jodidamente lejos de ella—advertí.
—Increíble. Eres un egoísta de mierda. Eso no era lo que hacías. Le gusté. Lo pude ver en sus ojos. Pero llegaste, la arrebataste y la hiciste huir.
—Algo está mal con ella. No sé qué, pero tiene algunos problemas. No está lista para conocer más que un amigo. Quieres ser mucho más que su amiga. Mi última advertencia, Puck. Permanece jodidamente lejos de ella. Ella no es así.
—¿Qué sucede entre ustedes?—preguntó Elaine mientras se frotaba el sueño de los ojos.
Usaba la sábana de mi cama. Odiaba cuando caminaba por ahí con mis malditas sábanas.
—Ve a vestirte y márchate—ordené antes de dirigirme al baño para tomar una ducha.
—No sé por qué siempre me tratas como una mierda a la mañana siguiente. Nos lo pasamos muy bien anoche—me espetó mientras caminaba hacia ella.
—Tira esa sábana en la ropa sucia antes de que te vayas—fue mi única respuesta. Entonces cerré la puerta del baño y le puse seguro.
—¡Eres una idiota!—gritó Elaine lo suficientemente alto como para que todos oyeran.
—Sin embargo, sigues follándotela—respondió Puck—Te lo dije antes, nunca te tratará como lo hizo con Sugar. Era diferente para ella. Nadie más va a conseguir a esa Santana.
Sugar.
Ella fue la única mujer que dejé acercarse lo suficiente a mí para conseguirme.
Pero crecimos juntas. Era fácil con Sugar.
Las cosas que podía hacer con su cuerpo.
Joder, la echaba de menos.
Metí la mano en la ducha y abrí el grifo.
Puse a Sugar detrás de mí. Estaba enamorada y viviendo en el norte de Harvard con su novio de fondo fiduciario.
Tenía ese cuento de hadas que siempre quiso y tenía que admitir que me sentía feliz por ella.
Una vida así no le llegaba a la gente como Sugar y yo.
Si no podía tener a Sugar, estaba contenta que la persona que ella deseaba la adoraba.
Y ese hijo de puta besaba el suelo que pisaba. Fue la única razón por la que fui capaz de manejar verla irse.
Sabía que nunca sería lo que Sugar necesitaba.
Tenía adicciones y las mujeres eran una de ellas. Un montón de mujeres.
Al ser una sabía lo que queríamos.
Me encantaba la forma en que olían y lo suaves que eran.
Me encantaba cuan cálidas y apretadas se sentían cuando me hundía en ellas.
Me encantaba todo acerca de nosotras.
Es por eso que me gustan y no los hombres.
Cuando Sugar puso fin a nuestra relación, salí corriendo esa noche y tuve un trío.
No hubo problema.
Al parecer Sugar vio eso como que yo no la amaba.
La amaba, pero me apartó, me fui y conseguí algunas. Después me di cuenta de que eso fue un mal movimiento.
Pero fue real.
Fui yo.
Sugar sabía que en el fondo no era una mujer de una sola mujer, y por mucho que la quería, no podía ser lo que se merecía.
Tener ansías de contacto no era un puto pecado.
Crecí sin ello y me gustaba el afecto.
Me gustaba lo bien que una mujer me hacía sentir.
Mi hermana quería que fuera a terapia porque se encontraba segura que nuestra infancia me arruinó.
Pero me encontraba bien.
La vida era buena y no necesitaba un loco psiquiatra diciéndome por qué me gustaba follar mujeres.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
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