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[Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
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micky morales
3:)
Isabella28
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[Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Prólogo
Santana está harto de vivir a la sombra de su hermana, la estrella del rock.
Y que su hermana se pusiera el apellido materno para no causar tanto revuelo la ayudo.
Así que cuando llega a Sea Breeze, Alabama, está buscando un muy merecido escape y una oportunidad de desahogar algo de envidia.
Enamorarse de la chica mala local definitivamente no era el plan.
Pero mientras el nuevo dúo disfruta de un poco de traviesa diversión en el sol de Alabama, Santana aprende que incluso aunque Emily es la música de la familia, no es la única hermana que puede hacer oscilar el mundo de alguien.
Y que su hermana se pusiera el apellido materno para no causar tanto revuelo la ayudo.
Así que cuando llega a Sea Breeze, Alabama, está buscando un muy merecido escape y una oportunidad de desahogar algo de envidia.
Enamorarse de la chica mala local definitivamente no era el plan.
Pero mientras el nuevo dúo disfruta de un poco de traviesa diversión en el sol de Alabama, Santana aprende que incluso aunque Emily es la música de la familia, no es la única hermana que puede hacer oscilar el mundo de alguien.
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Hola, aquí les dejo el principio de esta nueva historia, espero y les guste!
Gracias por leer y comentar!
Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd2: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Pd3: aquí mis anteriores historias (adaptadas todas):
Hola, aquí les dejo el principio de esta nueva historia, espero y les guste!
Gracias por leer y comentar!
Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd2: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Pd3: aquí mis anteriores historias (adaptadas todas):
Wallbanger: https://gleelatino.forosactivos.net/t22310-resueltofanfic-brittanawallbanger-2-rustynailed-adaptada-final
El Affaire López: https://gleelatino.forosactivos.net/t22380-fanfic-brittana-el-affaire-lopez-4-algo-raro-y-preciso-adaptada-epilogo
A los 17: https://gleelatino.forosactivos.net/t22434-resueltofanfic-brittana-a-los-17-adaptada-cap-43-final
Tras el Telón de Pino: https://gleelatino.forosactivos.net/t22474-resueltofanfic-brittana-tras-el-telon-de-pino-adaptada-cap-36-final
Sin Condiciones: https://gleelatino.forosactivos.net/t22505-resueltofanfic-brittana-sin-condiciones-adaptada-cap-47-final
Blonde Girl: https://gleelatino.forosactivos.net/t22520-fanfic-brittana-blonde-girl-adaptada-prologo#538737
Ajuste de Cuentas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22532-resueltofanfic-brittana-ajuste-de-cuentas-adaptada-cap-12-fin
Pídeme lo que Quíeras: https://gleelatino.forosactivos.net/t22535-fanfic-brittana-pideme-lo-que-quieras-adaptada-prologo#539712
Mi Mujer: https://gleelatino.forosactivos.net/t22564-fanfic-brittana-mi-mujer-3-confesion-adaptada-cap-35#542092
Sorpréndeme: https://gleelatino.forosactivos.net/t22576-resueltofanfic-brittana-sorprendeme-adaptada-epilogo#543891
Palabras para Ti: https://gleelatino.forosactivos.net/t22583-resueltofanfic-brittana-palabras-para-ti-adaptada-epilogo
Un Vuelo con Escalas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22590-fanfic-brittana-un-vuelo-con-escalas-adaptada-cap-33-final#544923
Secretos del Pasado: https://gleelatino.forosactivos.net/t22595-resueltofanfic-brittana-secretos-del-pasado-adaptada-epilogo
En tus Brazos y Huir de Todo Mal: https://gleelatino.forosactivos.net/t22602-resueltofanfic-brittana-en-tus-brazos-y-huir-de-todo-mal-ii-pasion-adaptada-epilogo
Parejas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22615p195-resueltofanfic-brittana-parejas-adaptada-cap-41-final#547481
La Chica de Servicio: https://gleelatino.forosactivos.net/t22617-resueltofanfic-brittana-la-chica-de-servicio-3-rindete-adaptada-epilogo-santana
A su Manera: https://gleelatino.forosactivos.net/t22622-resueltofanfic-brittana-a-su-manera-adaptada-cap-50-final
Pídeme lo que Quiéras 4: Y yo te lo Darpe: https://gleelatino.forosactivos.net/t22630-fanfic-brittana-pideme-lo-que-quieras-4-y-yo-te-lo-dare-adaptada-epilogo
Angel de Fuego: https://gleelatino.forosactivos.net/t22633-resueltofanfic-brittana-angel-de-fuego-adaptada-cap-39-fin
Después de Todo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22642-fanfic-brittana-despues-de-todo-adaptada-epilogo
Pintando la Luna: https://gleelatino.forosactivos.net/t22644-resueltofanfic-brittana-pintando-la-luna-adaptada-epilogo
La Luna de Media Noche: https://gleelatino.forosactivos.net/t22647-resueltofanfic-brittana-la-luna-de-media-noche-adaptada-epilogo
Amor en Espera: https://gleelatino.forosactivos.net/t22651-resueltofanfic-brittana-amor-en-espera-adaptada-epilogo
Storms: https://gleelatino.forosactivos.net/t22657-resueltofanfic-brittana-storms-adaptada-epilogo
Fue un Beso Tonto: https://gleelatino.forosactivos.net/t22660-resueltofanfic-brittana-fue-un-beso-tonto-adaptada-epilogo
La Luna de Santana: https://gleelatino.forosactivos.net/t22664-resueltofanfic-brittana-la-luna-de-santana-adaptada-epilogo
Con Todo mi Corazón: https://gleelatino.forosactivos.net/t22666-resueltofanfic-brittana-con-todo-mi-corazon-adaptada-epilogo
La Esposa Del Vecino: https://gleelatino.forosactivos.net/t22668-resueltofanfic-brittana-la-esposa-del-vecino-adaptada-epilogo
Dulce Brittany: https://gleelatino.forosactivos.net/t22671-resueltofanfic-brittana-dulce-brittany-adaptada-epilogo
Eres Para Mí: https://gleelatino.forosactivos.net/t22674-resueltofanfic-brittana-eres-para-mi-adaptada-epilogo
Vampira: https://gleelatino.forosactivos.net/t22679-resueltofanfic-brittana-vampira-adaptada-epilogo
Rojo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22687-resueltofanfic-brittana-rojo-adaptada-cap-34-final
Retroceder el Tiempo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22695-resueltofanfic-brittana-retroceder-el-tiempo-adaptada-epilogo
Dulce Travesura: https://gleelatino.forosactivos.net/t22699-resueltofanfic-brittana-dulce-travesura-adaptada-epilogo
Compañeras: https://gleelatino.forosactivos.net/t22704-resueltofanfic-brittana-companeras-ii-carretera-del-infierno-adaptada-cap-34-y-35-fin
Pequeño Amor: https://gleelatino.forosactivos.net/t22711-resueltofanfic-brittana-pequeno-amor-adaptada-epilogo
Por la Eternidad: https://gleelatino.forosactivos.net/t22718-resueltofanfic-brittana-por-la-eternidad-adaptada-epilogo
Besos: https://gleelatino.forosactivos.net/t22720-resueltofanfic-brittana-besos-adaptada-epilogo
Bambalinas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22725-resueltofanfic-brittana-bambalinas-adaptada-epilogo
Razonable: https://gleelatino.forosactivos.net/t22733-resueltofanfic-brittana-razonable-iii-adaptada-epilogo
Seducción: https://gleelatino.forosactivos.net/t22737-resueltofanfic-brittana-seduccion-adaptada-epilogo
Dilo a Otra: https://gleelatino.forosactivos.net/t22740-resueltofanfic-brittana-dilo-a-otra-adaptada-epilogo-parte-ii
En Equilibrio: https://gleelatino.forosactivos.net/t22741-resueltofanfic-brittana-en-equilibrio-adaptada-epilogo
Simplemente: https://gleelatino.forosactivos.net/t22743-fanfic-brittana-simplemente-ii-adaptada-cap-3
Nunca: https://gleelatino.forosactivos.net/t22747-fanfic-brittana-nunca-i-adaptada-cap-1#561488
Sexy Amor: https://gleelatino.forosactivos.net/t22748p175-resueltofanfic-brittana-sexy-amor-adaptada-epilogo#562089
Sentimientos: https://gleelatino.forosactivos.net/t22752-resueltofanfic-brittana-los-sentidos-adaptada-epilogo
Mía: https://gleelatino.forosactivos.net/t22754-fanfic-brittana-mia-iii-adaptada-sinopsis
Respiro: https://gleelatino.forosactivos.net/t22755-resueltofanfic-brittana-respiro-adaptada-cap-20-fin
Obsesion: https://gleelatino.forosactivos.net/t22758-fanfic-brittana-la-obsesion-adaptada-sinopsis#562904
Por Qué: https://gleelatino.forosactivos.net/t22759-fanfic-brittana-por-que-i-adaptada-prologo#563064
De Mis Sueños: https://gleelatino.forosactivos.net/t22762-fanfic-brittana-de-mis-suenos-adaptada-sinopsis#563275
A Un Ángel: https://gleelatino.forosactivos.net/t22765-fanfic-brittana-a-un-angel-adaptada-prologo#564172
Mientras: https://gleelatino.forosactivos.net/t22763-resueltofanfic-brittana-mientras-ii-adaptada-epilogo
Arco Iris: https://gleelatino.forosactivos.net/t22768-fanfic-brittana-arco-iris-adaptada-prologo#564693
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
me encanta,.. mas la "chica mala" jaja
se ve interesante!!!
no vemos!!!
pd: por suerte no me puse a leer la saga jajaja
me encanta,.. mas la "chica mala" jaja
se ve interesante!!!
no vemos!!!
pd: por suerte no me puse a leer la saga jajaja
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
cool, excellent!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
me encanta,.. mas la "chica mala" jaja
se ve interesante!!!
no vemos!!!
pd: por suerte no me puse a leer la saga jajaja
Hola lu, jajajaaj espero y siga siendo así jajaajaja. Tmbn espero q te lo siga pareciendo ajajajaja. Saludos =D
PD: jajaajajajajaj xq es muy larga o xq asi la lees las brittana¿? jajaja.
micky morales escribió:cool, excellent!!!!!
Hola, jajaja q bueno q te lo parezca y espero siga así la vrdd jajaajjaaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Cap 1
Capitulo 1
Brittany
Debí saberlo.
Pero era una idiota.
Todo lo que siempre necesitó Casey fue una lastimera batida de pestañas y un puchero, y yo iría corriendo.
Bueno, ya no más.
La perdoné por convertirse en la mamá del bebé de alguien más.
Pero existía un punto en lo que una chica podía perdonar.
Casey Granger me jodió por última vez.
No iba a ser un felpudo.
Mi mamá me crio para ser mejor que eso.
Era tiempo de terminar con el hecho de que nuestra historia jugara con mis emociones.
No estaba ni cerca de ser un hombre de verdad.
La chica a la que crecí amando se convirtió en una vil inútil.
Nunca iba a establecerse, y terminé de dejar que pisoteara todo mi corazón.
Pensó que estacionar su camioneta personalizada detrás del bar era inteligente.
La chica debería pensar más antes de creer que no sabría dónde buscar.
Idiota.
La encontré, sin problemas.
Se suponía que saldríamos a cenar esta noche. Me prometió una cena. Una cita real.
Pero llamó hace dos horas y canceló, diciendo que no se sentía bien.
Siendo la novia solícita, decidí hacer un poco de sopa y llevársela. Gran sorpresa que no estuviera ahí.
No realmente.
Creo que, en el fondo, sabía que mentía.
Salí de los árboles por los que caminé más de kilómetro y medio, y me adentré en la oscuridad de la parte trasera del bar local, Live Bay.
No quería que mi camioneta fuera vista aquí esta noche, y sería más fácil correr en la oscuridad si necesitaba hacer una escapada rápida.
Agarré el bate de béisbol que le pedí prestado a mi primo Mike hace dos semanas, cuando tuve que ir a buscar a mamá al trabajo porque su auto no funcionaba.
Estar a las tres de la mañana fuera de un club de striptease no era exactamente seguro.
Mamá tenía un arma, pero yo no tenía ni idea de cómo usarla. Cuando le pedí que me enseñara, se rio y dijo que terminaría disparándole a Casey en las tetas una noche en un ataque de rabia y se negó.
No porque se preocupara por Casey, sino porque no me quería en la cárcel.
Sintiendo el peso del bate en la mano, sonreí. Este chico malo haría un daño grave.
Luego estaba la cuchilla en mi bolsillo.
La pintura del auto también se iría a la mierda, y si tenía tiempo, las cuatro llantas iban a ser pinchadas.
Mientras caminaba alrededor de la camioneta que Casey mimó y trató como un maldito bebé los últimos cuatro años, una sensación de poder me recorrió.
Me hirió una y otra vez.
Esta vez, yo iba a herirla.
Yo.
No Mike.
Yo.
Verifiqué el área oscura a mí alrededor y me aseguré que no hubiese nadie.
La ruptura del vidrio haría un poco de ruido. No me encontraba segura de cuanto podía alejarme antes de que alguien me atrapara.
Con suerte, la banda local, Jackdown, mantendría a todo el mundo lo suficientemente entretenido adentro como para que nadie se fuera pronto.
Conteniendo el rugido de victoria que podía sentir bombeando a través de mis venas, llevé el bate hacia atrás mientras movía los pies y me concentraba en la ventana del lado del conductor.
Esa iba a ser la primera en irse.
Con toda la furia y dolor que me consumía desde el primer momento que descubrí que la chica que amaba desde que tenía diez años, dormía con otras, balanceé el bate.
El pasamontañas que usaba protegía mi rostro.
La risa burbujeando en mi pecho se escapó, y continué destrozando cada ventana de su pequeña y linda camioneta.
En lo alto de mi venganza, metí la mano en mi bolsillo, saqué la cuchilla y la abrí.
Decidí escribir unas palabras en la pintura con la afilada hoja, luego la metí en la llanta delantera.
—Oye—gritó una voz profunda, me congelé.
No era Casey, pero era alguien.
Recogí el bate y saqué la cuchilla de la llanta antes de echarme a correr hacia el bosque otra vez.
Nunca me atraparía, pero aun necesitaba sacarme este estúpido pasamontañas para poder ver.
Correr hacia un árbol y golpearme no era exactamente un gran plan de huida.
El sonido de pies golpeando el pavimento me dijo que era perseguida.
Bueno, mierda.
No era lo que necesitaba.
Me estaba divirtiendo.
Casey se merecía eso.
Lo hacía.
Era una rata bastarda.
No quería ir a la cárcel por eso. Además, mi mamá se molestaría.
—¡Oye!—gritó de nuevo la voz profunda.
Genial.
¿Qué esperaba que hiciera?
¿Detenerme y dejarlo atraparme?
No es posible.
Otras voces llegaron desde la distancia.
Genial.
Él atraía a una multitud; abandoné el camino que seguí antes y me adentré más en el bosque.
No tendría está cubierta por más tiempo. Saldría por una carretera alternativa en unos pocos metros.
No podría llegar a mi camioneta porque se encontraba fuera de la casa de mamá.
Necesitaba que todos pensaran que me encontraba ahí.
Tendría que permanecer en pie y acabar con todos ahí.
Maldición.
No podía oír el sonido de los pies de alguien más golpeando el piso, así que, o los perdí o eran talentosos en el arte del sigilo. Saliendo del área boscosa, me detuve al lado de la carretera.
Se hallaba desierta.
Al mirar atrás, no vi a nadie.
Casey sabría a quién buscar, pero no tendría ninguna prueba. Sonriendo, tomé una respiración profunda.
Ese sería nuestro fin.
Finalmente.
Después de lo que hice, nunca me perdonaría, así que no estaría tentada a volver corriendo con ella de nuevo.
Ahora me odiaría tanto como yo lo odiaba.
—¡BRITT!—rugió la familiar voz de Casey.
Me di la vuelta, no lo podía ver, pero la pude oír corriendo a través del bosque detrás de mí.
Mierda. Mierda. Mierda.
Venía por mí.
¿Cómo me pudo encontrar tan rápido?
Con pánico, miré alrededor para ver por dónde podía correr para esconderme.
No había nada más que kilómetros y kilómetros de camino.
Ninguna casa.
Nada.
Unos faros venían doblando la esquina, e hice lo único en lo que pude pensar: corrí hasta el medio de la carretera y comencé a agitar los brazos en el aire, aun aferrada al bate de Mike.
El coche empezó a reducir la velocidad y apagó las brillantes luces.
Gracias a Dios.
Espera… ¿ese era un Porsche?
¿Qué demonios?
Santana
Todo lo que podía ver era a una chica vestida con ajustada ropa negra, con un montón de cabello rubio, y se hallaba parada en medio de la carretera… sosteniendo un bate de béisbol.
Solo en Alabama ocurrían cosas como esta.
Deteniéndome antes de golpearla, la observé mientras corría a la puerta del lado del pasajero y la golpeaba.
La salvaje mirada de pánico en sus ojos podría haber sido inquietante si no hubiesen sido de un azul claro brillante con gruesas pestañas rubias.
Presioné el botón de desbloqueado, y ella tiró de la puerta y se subió.
—¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!—ordenó.
No miraba en mi dirección.
Sus ojos se concentraban en algo afuera. Volví mi atención hacia el lado de la carretera, a donde la chica miraba con tanta intensidad.
No había nada… Luego una mujer salió repentinamente del bosque con una mueca enojada en el rostro y lo entendí.
No era de extrañar que se sintiera aterrorizada.
La mujer se encontraba enojada y parecía lista para matar a alguien.
Cambié de marcha y me alejé antes de que pudiera acercarse más.
—Oh, Dios mío, gracias. Eso estuvo tan cerca—dejó escapar un suspiro de alivio e inclinó la cabeza en el reposacabezas.
—¿Debería llevarte a la estación de policía?—pregunté, mirándola.
¿La atacó antes de que lograra liberarse?
—Definitivamente, no. Probablemente me busquen en unos diez minutos. Necesito que me lleves a casa. Mamá me cubrirá, pero tengo que llegar rápido.
¿Ellos la buscarían?
¿Su mamá la cubriría?
¿Qué?
—No es como si ella tuviera alguna prueba. La única cosa que dejé caer fue el pasamontañas, y era una baratija, lo compré en Goodwill hace un par de Halloweens. No es nada con que pueda rastrearme.
Disminuí la velocidad del Porsche mientras empecé a asimilar sus palabras.
No acababa de salvar a una chica de ser atacada.
Si entendía este balbuceo correctamente, me acababa de convertir en la conductora del auto de huida.
—¿Por qué bajas la velocidad? Necesito llegar con mi mamá, como, ahora mismo. Solo se encuentra a tres kilómetros de aquí. Sube por la treinta y cuatro de County Road y dobla a la derecha, luego tomas, aproximadamente, tres cuartas partes de un kilómetro hacia Orange Street y giras a la izquierda. Es la tercera casa en el lado derecho.
Sacudiendo la cabeza, me detuve a un lado de la carretera.
—No voy a ir más allá hasta que me cuentes, exactamente, de qué te ayudo a escapar—bajé la mirada a su bate de béisbol metido entre sus piernas, y luego levanté la mirada hasta su rostro.
Incluso en la oscuridad podía decir que era una de esas rubias sureñas ridículamente hermosas.
Es como si el sur tuviera un ingrediente especial para hacerlas así como ella.
Soltó un suspiro frustrado y parpadeó rápidamente, haciendo que lágrimas llenaran sus ojos.
Era buena.
Realmente buena.
Esas lindas lágrimas eran casi creíbles.
—Es una historia realmente larga. Para el momento en que explique todo, habremos sido atrapadas y yo pasaré la noche en la cárcel. Por favor, por favor, por favor, solo llévame a mi casa. Nos encontramos muy cerca—suplicó.
Sí, era muy hermosa.
Muy malo que fuera problemática.
—Dime una cosa. ¿Por qué tienes un bate de béisbol?
Necesitaba algo.
Si dejó a alguien inconsciente ahí, entonces no la podía ayudar a escapar.
Podrían estar heridos o muertos.
Se pasó las manos por el cabello y refunfuño:
— Está bien, de acuerdo, bien. Pero entiende que se lo merecía.
Mierda.
Noqueó a alguien.
—Destrocé las ventanas de la camioneta de mi exnovia.
—¿Hiciste qué?
No debí escucharla correctamente.
Eso no pasaba en la vida real.
En las canciones country, sí.
En la vida real, de ninguna manera.
—Es una bastarda infiel. Se lo merecía. Me hirió, así que lo herí. Ahora, por favor, créeme y sácame de aquí.
Me reí. No pude evitarlo.
Esta era la cosa más malditamente divertida que escuché jamás.
—¿Por qué te ríes?—preguntó.
Negué y volví a la carretera.
—Porque eso no era lo que esperaba oír.
—¿Qué esperabas que dijera? Cargo un bate.
La miré y sonreí.
—Pensé que golpeaste a alguien con el bate.
Sus ojos se agrandaron, luego rio.
—¡No golpeé a nadie con el bate! ¡Qué locura!
Quería señalar que romper las ventanas del auto de su exnovia y luego huir corriendo por el bosque en la noche, era una locura.
Pero no lo hice.
Me hallaba bastante segura que no concordaría.
—Aquí, gira a la derecha—señaló hacia delante. No me molesté en encender la luz intermitente, ya que nadie nos rodeaba—Así que, ¿cuál es tú nombre? Por alguna razón, me pareces familiar, pero nadie que conozca de por aquí conduce un Porsche.
¿Le decía quién era?
Me gustaba la privacidad que Sea Breeze, Alabama, me ofrecía.
Tenía mucho que pensar el próximo mes, y hacerme amigos de los lugareños no se encontraba en mi agenda.
Incluso si ella estaba buena.
—No soy de por aquí. Me encuentro de visita—expliqué.
Esa era la verdad.
Me quedaba en la casa de playa de mi hermana mientras decidía mi próximo movimiento.
—Pero te he visto antes. Sé que lo he hecho—dijo, inclinando la cabeza y estudiándome.
Lo averiguaría muy pronto.
Mi hermana era Emily López Fields o mejor conocida como Emily Fields.
Quien se convirtió en una estrella adolescente del rock, pero ahora que tenía veintidós era una diosa del rock.
Nos parecíamos.
Y a la prensa le encantaba seguirme cuando no podían encontrar a Emily, ella para ayudar se cambió el apellido, pero no sirvió de mucho.
Amaba a mi hermana, pero odiaba recibir la atención.
Todos me veían como una extensión de Emily. A nadie, ni siquiera a mis padres, le importaba quién era como persona.
Todos querían que fuera quien ellos esperaban.
—Este es un Porsche, ¿no? Nunca vi uno en la vida real.
Este también era uno de los juguetes de mi hermana.
Yo no tenía auto aquí, así que solo usaba los cinco que tenía en su cochera.
La casa en Sea Breeze era donde nuestros padres solían hacernos pasar los veranos mientras Emily ganaba fama a temprana edad.
Pero Emily ya no era adolescente y la casa era suya ahora. Cumplió veintidós el mes pasado. Y yo cumplí veinte el mes antes de ese.
—Sí, es un Porsche —respondí.
—Gira aquí—señaló hacia delante, hacia el camino delante de nosotras. Miré a la derecha, y luego giré a la tercera casa a la izquierda—Esta es. Gracias a Dios nadie se encuentra aquí todavía. Me tengo que ir. Tienes que irte para que nadie venga a interrogarte. Pero muchas gracias—abrió la puerta y luego me miró por última vez—Soy Brittany, pero puedes decirme Britt, por cierto. Y esta noche me salvaste el culo—me giño un ojo y cerró la puerta antes de correr hacia la puerta principal.
Valía la pena salvar su culo en esos pantalones negros ajustados.
Era el culo más lindo que vi jamás.
Puse el auto en reversa y volví a la carretera.
Era tiempo de volver a la isla privada donde se hallaba la casa de mi hermana.
Esta noche no resultó exactamente como la planeé, pero fue bastante malditamente interesante.
El sonido de algo deslizándose por el asiento y golpeando la puerta me sorprendió, eché un vistazo y vi el bate de béisbol.
Lo olvidó.
Miré hacia su casa y sonreí.
Me aseguraría de que lo recuperara.
No esta noche, pero pronto.
Pero era una idiota.
Todo lo que siempre necesitó Casey fue una lastimera batida de pestañas y un puchero, y yo iría corriendo.
Bueno, ya no más.
La perdoné por convertirse en la mamá del bebé de alguien más.
Pero existía un punto en lo que una chica podía perdonar.
Casey Granger me jodió por última vez.
No iba a ser un felpudo.
Mi mamá me crio para ser mejor que eso.
Era tiempo de terminar con el hecho de que nuestra historia jugara con mis emociones.
No estaba ni cerca de ser un hombre de verdad.
La chica a la que crecí amando se convirtió en una vil inútil.
Nunca iba a establecerse, y terminé de dejar que pisoteara todo mi corazón.
Pensó que estacionar su camioneta personalizada detrás del bar era inteligente.
La chica debería pensar más antes de creer que no sabría dónde buscar.
Idiota.
La encontré, sin problemas.
Se suponía que saldríamos a cenar esta noche. Me prometió una cena. Una cita real.
Pero llamó hace dos horas y canceló, diciendo que no se sentía bien.
Siendo la novia solícita, decidí hacer un poco de sopa y llevársela. Gran sorpresa que no estuviera ahí.
No realmente.
Creo que, en el fondo, sabía que mentía.
Salí de los árboles por los que caminé más de kilómetro y medio, y me adentré en la oscuridad de la parte trasera del bar local, Live Bay.
No quería que mi camioneta fuera vista aquí esta noche, y sería más fácil correr en la oscuridad si necesitaba hacer una escapada rápida.
Agarré el bate de béisbol que le pedí prestado a mi primo Mike hace dos semanas, cuando tuve que ir a buscar a mamá al trabajo porque su auto no funcionaba.
Estar a las tres de la mañana fuera de un club de striptease no era exactamente seguro.
Mamá tenía un arma, pero yo no tenía ni idea de cómo usarla. Cuando le pedí que me enseñara, se rio y dijo que terminaría disparándole a Casey en las tetas una noche en un ataque de rabia y se negó.
No porque se preocupara por Casey, sino porque no me quería en la cárcel.
Sintiendo el peso del bate en la mano, sonreí. Este chico malo haría un daño grave.
Luego estaba la cuchilla en mi bolsillo.
La pintura del auto también se iría a la mierda, y si tenía tiempo, las cuatro llantas iban a ser pinchadas.
Mientras caminaba alrededor de la camioneta que Casey mimó y trató como un maldito bebé los últimos cuatro años, una sensación de poder me recorrió.
Me hirió una y otra vez.
Esta vez, yo iba a herirla.
Yo.
No Mike.
Yo.
Verifiqué el área oscura a mí alrededor y me aseguré que no hubiese nadie.
La ruptura del vidrio haría un poco de ruido. No me encontraba segura de cuanto podía alejarme antes de que alguien me atrapara.
Con suerte, la banda local, Jackdown, mantendría a todo el mundo lo suficientemente entretenido adentro como para que nadie se fuera pronto.
Conteniendo el rugido de victoria que podía sentir bombeando a través de mis venas, llevé el bate hacia atrás mientras movía los pies y me concentraba en la ventana del lado del conductor.
Esa iba a ser la primera en irse.
Con toda la furia y dolor que me consumía desde el primer momento que descubrí que la chica que amaba desde que tenía diez años, dormía con otras, balanceé el bate.
El pasamontañas que usaba protegía mi rostro.
La risa burbujeando en mi pecho se escapó, y continué destrozando cada ventana de su pequeña y linda camioneta.
En lo alto de mi venganza, metí la mano en mi bolsillo, saqué la cuchilla y la abrí.
Decidí escribir unas palabras en la pintura con la afilada hoja, luego la metí en la llanta delantera.
—Oye—gritó una voz profunda, me congelé.
No era Casey, pero era alguien.
Recogí el bate y saqué la cuchilla de la llanta antes de echarme a correr hacia el bosque otra vez.
Nunca me atraparía, pero aun necesitaba sacarme este estúpido pasamontañas para poder ver.
Correr hacia un árbol y golpearme no era exactamente un gran plan de huida.
El sonido de pies golpeando el pavimento me dijo que era perseguida.
Bueno, mierda.
No era lo que necesitaba.
Me estaba divirtiendo.
Casey se merecía eso.
Lo hacía.
Era una rata bastarda.
No quería ir a la cárcel por eso. Además, mi mamá se molestaría.
—¡Oye!—gritó de nuevo la voz profunda.
Genial.
¿Qué esperaba que hiciera?
¿Detenerme y dejarlo atraparme?
No es posible.
Otras voces llegaron desde la distancia.
Genial.
Él atraía a una multitud; abandoné el camino que seguí antes y me adentré más en el bosque.
No tendría está cubierta por más tiempo. Saldría por una carretera alternativa en unos pocos metros.
No podría llegar a mi camioneta porque se encontraba fuera de la casa de mamá.
Necesitaba que todos pensaran que me encontraba ahí.
Tendría que permanecer en pie y acabar con todos ahí.
Maldición.
No podía oír el sonido de los pies de alguien más golpeando el piso, así que, o los perdí o eran talentosos en el arte del sigilo. Saliendo del área boscosa, me detuve al lado de la carretera.
Se hallaba desierta.
Al mirar atrás, no vi a nadie.
Casey sabría a quién buscar, pero no tendría ninguna prueba. Sonriendo, tomé una respiración profunda.
Ese sería nuestro fin.
Finalmente.
Después de lo que hice, nunca me perdonaría, así que no estaría tentada a volver corriendo con ella de nuevo.
Ahora me odiaría tanto como yo lo odiaba.
—¡BRITT!—rugió la familiar voz de Casey.
Me di la vuelta, no lo podía ver, pero la pude oír corriendo a través del bosque detrás de mí.
Mierda. Mierda. Mierda.
Venía por mí.
¿Cómo me pudo encontrar tan rápido?
Con pánico, miré alrededor para ver por dónde podía correr para esconderme.
No había nada más que kilómetros y kilómetros de camino.
Ninguna casa.
Nada.
Unos faros venían doblando la esquina, e hice lo único en lo que pude pensar: corrí hasta el medio de la carretera y comencé a agitar los brazos en el aire, aun aferrada al bate de Mike.
El coche empezó a reducir la velocidad y apagó las brillantes luces.
Gracias a Dios.
Espera… ¿ese era un Porsche?
¿Qué demonios?
Santana
Todo lo que podía ver era a una chica vestida con ajustada ropa negra, con un montón de cabello rubio, y se hallaba parada en medio de la carretera… sosteniendo un bate de béisbol.
Solo en Alabama ocurrían cosas como esta.
Deteniéndome antes de golpearla, la observé mientras corría a la puerta del lado del pasajero y la golpeaba.
La salvaje mirada de pánico en sus ojos podría haber sido inquietante si no hubiesen sido de un azul claro brillante con gruesas pestañas rubias.
Presioné el botón de desbloqueado, y ella tiró de la puerta y se subió.
—¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!—ordenó.
No miraba en mi dirección.
Sus ojos se concentraban en algo afuera. Volví mi atención hacia el lado de la carretera, a donde la chica miraba con tanta intensidad.
No había nada… Luego una mujer salió repentinamente del bosque con una mueca enojada en el rostro y lo entendí.
No era de extrañar que se sintiera aterrorizada.
La mujer se encontraba enojada y parecía lista para matar a alguien.
Cambié de marcha y me alejé antes de que pudiera acercarse más.
—Oh, Dios mío, gracias. Eso estuvo tan cerca—dejó escapar un suspiro de alivio e inclinó la cabeza en el reposacabezas.
—¿Debería llevarte a la estación de policía?—pregunté, mirándola.
¿La atacó antes de que lograra liberarse?
—Definitivamente, no. Probablemente me busquen en unos diez minutos. Necesito que me lleves a casa. Mamá me cubrirá, pero tengo que llegar rápido.
¿Ellos la buscarían?
¿Su mamá la cubriría?
¿Qué?
—No es como si ella tuviera alguna prueba. La única cosa que dejé caer fue el pasamontañas, y era una baratija, lo compré en Goodwill hace un par de Halloweens. No es nada con que pueda rastrearme.
Disminuí la velocidad del Porsche mientras empecé a asimilar sus palabras.
No acababa de salvar a una chica de ser atacada.
Si entendía este balbuceo correctamente, me acababa de convertir en la conductora del auto de huida.
—¿Por qué bajas la velocidad? Necesito llegar con mi mamá, como, ahora mismo. Solo se encuentra a tres kilómetros de aquí. Sube por la treinta y cuatro de County Road y dobla a la derecha, luego tomas, aproximadamente, tres cuartas partes de un kilómetro hacia Orange Street y giras a la izquierda. Es la tercera casa en el lado derecho.
Sacudiendo la cabeza, me detuve a un lado de la carretera.
—No voy a ir más allá hasta que me cuentes, exactamente, de qué te ayudo a escapar—bajé la mirada a su bate de béisbol metido entre sus piernas, y luego levanté la mirada hasta su rostro.
Incluso en la oscuridad podía decir que era una de esas rubias sureñas ridículamente hermosas.
Es como si el sur tuviera un ingrediente especial para hacerlas así como ella.
Soltó un suspiro frustrado y parpadeó rápidamente, haciendo que lágrimas llenaran sus ojos.
Era buena.
Realmente buena.
Esas lindas lágrimas eran casi creíbles.
—Es una historia realmente larga. Para el momento en que explique todo, habremos sido atrapadas y yo pasaré la noche en la cárcel. Por favor, por favor, por favor, solo llévame a mi casa. Nos encontramos muy cerca—suplicó.
Sí, era muy hermosa.
Muy malo que fuera problemática.
—Dime una cosa. ¿Por qué tienes un bate de béisbol?
Necesitaba algo.
Si dejó a alguien inconsciente ahí, entonces no la podía ayudar a escapar.
Podrían estar heridos o muertos.
Se pasó las manos por el cabello y refunfuño:
— Está bien, de acuerdo, bien. Pero entiende que se lo merecía.
Mierda.
Noqueó a alguien.
—Destrocé las ventanas de la camioneta de mi exnovia.
—¿Hiciste qué?
No debí escucharla correctamente.
Eso no pasaba en la vida real.
En las canciones country, sí.
En la vida real, de ninguna manera.
—Es una bastarda infiel. Se lo merecía. Me hirió, así que lo herí. Ahora, por favor, créeme y sácame de aquí.
Me reí. No pude evitarlo.
Esta era la cosa más malditamente divertida que escuché jamás.
—¿Por qué te ríes?—preguntó.
Negué y volví a la carretera.
—Porque eso no era lo que esperaba oír.
—¿Qué esperabas que dijera? Cargo un bate.
La miré y sonreí.
—Pensé que golpeaste a alguien con el bate.
Sus ojos se agrandaron, luego rio.
—¡No golpeé a nadie con el bate! ¡Qué locura!
Quería señalar que romper las ventanas del auto de su exnovia y luego huir corriendo por el bosque en la noche, era una locura.
Pero no lo hice.
Me hallaba bastante segura que no concordaría.
—Aquí, gira a la derecha—señaló hacia delante. No me molesté en encender la luz intermitente, ya que nadie nos rodeaba—Así que, ¿cuál es tú nombre? Por alguna razón, me pareces familiar, pero nadie que conozca de por aquí conduce un Porsche.
¿Le decía quién era?
Me gustaba la privacidad que Sea Breeze, Alabama, me ofrecía.
Tenía mucho que pensar el próximo mes, y hacerme amigos de los lugareños no se encontraba en mi agenda.
Incluso si ella estaba buena.
—No soy de por aquí. Me encuentro de visita—expliqué.
Esa era la verdad.
Me quedaba en la casa de playa de mi hermana mientras decidía mi próximo movimiento.
—Pero te he visto antes. Sé que lo he hecho—dijo, inclinando la cabeza y estudiándome.
Lo averiguaría muy pronto.
Mi hermana era Emily López Fields o mejor conocida como Emily Fields.
Quien se convirtió en una estrella adolescente del rock, pero ahora que tenía veintidós era una diosa del rock.
Nos parecíamos.
Y a la prensa le encantaba seguirme cuando no podían encontrar a Emily, ella para ayudar se cambió el apellido, pero no sirvió de mucho.
Amaba a mi hermana, pero odiaba recibir la atención.
Todos me veían como una extensión de Emily. A nadie, ni siquiera a mis padres, le importaba quién era como persona.
Todos querían que fuera quien ellos esperaban.
—Este es un Porsche, ¿no? Nunca vi uno en la vida real.
Este también era uno de los juguetes de mi hermana.
Yo no tenía auto aquí, así que solo usaba los cinco que tenía en su cochera.
La casa en Sea Breeze era donde nuestros padres solían hacernos pasar los veranos mientras Emily ganaba fama a temprana edad.
Pero Emily ya no era adolescente y la casa era suya ahora. Cumplió veintidós el mes pasado. Y yo cumplí veinte el mes antes de ese.
—Sí, es un Porsche —respondí.
—Gira aquí—señaló hacia delante, hacia el camino delante de nosotras. Miré a la derecha, y luego giré a la tercera casa a la izquierda—Esta es. Gracias a Dios nadie se encuentra aquí todavía. Me tengo que ir. Tienes que irte para que nadie venga a interrogarte. Pero muchas gracias—abrió la puerta y luego me miró por última vez—Soy Brittany, pero puedes decirme Britt, por cierto. Y esta noche me salvaste el culo—me giño un ojo y cerró la puerta antes de correr hacia la puerta principal.
Valía la pena salvar su culo en esos pantalones negros ajustados.
Era el culo más lindo que vi jamás.
Puse el auto en reversa y volví a la carretera.
Era tiempo de volver a la isla privada donde se hallaba la casa de mi hermana.
Esta noche no resultó exactamente como la planeé, pero fue bastante malditamente interesante.
El sonido de algo deslizándose por el asiento y golpeando la puerta me sorprendió, eché un vistazo y vi el bate de béisbol.
Lo olvidó.
Miré hacia su casa y sonreí.
Me aseguraría de que lo recuperara.
No esta noche, pero pronto.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Bien por Britt, la perra se lo merecia, interesante encuentro!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Hola morra....
Jajaja muy buena forma de conocerse!!
Se lo meresia hasta el íntimo golpe....
Bueno san ahora tiene que devolver algo a britt!!!
Nos vemos!!!
Pd: busque las reseñas pero no llegue a leer ninguno... Mejor los leo en la adap y si no los segus los.busco...
Jajaja muy buena forma de conocerse!!
Se lo meresia hasta el íntimo golpe....
Bueno san ahora tiene que devolver algo a britt!!!
Nos vemos!!!
Pd: busque las reseñas pero no llegue a leer ninguno... Mejor los leo en la adap y si no los segus los.busco...
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Jajajajaja vaya forma de conocerse y pues San salvándole el pellejo jajaja de su ex ... Haber cuando le devuelve el bat para que se vuelvan a ver
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
micky morales escribió:Bien por Britt, la perra se lo merecia, interesante encuentro!!!!!
Hola, jajajaja si que si, osea que se cree¿? Jajajaaj si que lo fue ajjaajaj... amor primera vista¿? jajaja. Saludos =D
3:) escribió:Hola morra....
Jajaja muy buena forma de conocerse!!
Se lo meresia hasta el íntimo golpe....
Bueno san ahora tiene que devolver algo a britt!!!
Nos vemos!!!
Pd: busque las reseñas pero no llegue a leer ninguno... Mejor los leo en la adap y si no los segus los.busco...
Hola lu, jajaajaj si que lo fue. Si!!! q se cree¿? jugar con britt¿? pffff iba perdiendo ¬¬ Y esa sería una muy buena excusa para volver a verse... y conversar... y conocerce más, no¿? jajaja. Saludos =D
PD: aaaaaj. Obvio, con brittana mucho mejor ajajaja. =o jajaajaj crees q pase¿? ajajaj.
JVM escribió:Jajajajaja vaya forma de conocerse y pues San salvándole el pellejo jajaja de su ex ... Haber cuando le devuelve el bat para que se vuelvan a ver
Hola, jajaajj la mejor, no¿? jajaajajajaj. Bn a i por ni san! jajaaj q mejor¿? jaajajajaja. Jajajaaja y para conversar un poquito más... y conocerse tmbn... y mucho más, no¿? jajajaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Cap 2
Capitulo 2
Brittany
Dejo que la puerta se cierre de golpe detrás de mí antes de pensar en ello, luego me giro para asegurarla.
Solo en caso de que Casey decida tomar la ley en sus propias manos.
No es que pensara que fuera tan estúpida. Sabía que no debía meterse con mi mamá.
—¿Eres tú, Britty?—me llamó mi mamá desde la cocina.
También podría ir y decirle lo que había hecho. Si aparecía la policía, ella tenía que llevar puesta su cara de juego.
—Sí, soy yo, y podríamos tener algunos problemas—respondí, cruzando la pequeña sala de estar hacia la cocina.
La casa de cinco habitaciones en la que había crecido era de bloques de hormigón y nada especial, pero la renta era asequible.
Ningún hombre tenía que ayudarnos a pagar las facturas. Mamá siempre se había encargado de las cosas.
—¿Qué demonios has hecho ahora?—preguntó mi mamá mientras yo entraba en la cocina.
Se encontraba de pie ante la cafetera con un cigarrillo entre sus labios rojos. Su bata favorita de satén rosa era todo lo que llevaba puesto.
Debía de haberse estado preparando para trabajar y decidido parar para hacer algo de café.
Saqué una de nuestras cuatro sillas de cocina cubiertas de vinilo y me senté.
—Le di una paliza al camión de Casey.
Mamá se sacó el cigarrillo de los labios.
—¿Hiciste qué?—preguntó.
—Se encontraba en Live Bay con esa puta con la que anda. Me mintió otra vez. He acabado con ella, y quería hacerle daño.
Mamá se deshizo de sus cenizas en el fregadero y, sacudiendo la cabeza, alcanzó una taza de café.
Su largo cabello rubio todavía era bonito, pero el rostro que había sido una vez sorprendentemente hermoso ahora mostraba líneas de dureza de la vida.
Estaba segura que el que fumara tampoco ayudaba.
—Mierda, chica. Tengo que ir a trabajar en una hora. ¿Qué pasa si se presenta la policía?
No había pensado en eso.
Sin coartada.
Me encogí de hombros.
—Si van a venir, tal vez lo hagan antes de que te marches.
Mamá tomó su café negro y caminó para sentarse enfrente de mí.
—¿Al menos lo hiciste bien? Si tenemos que tratar con la policía, entonces mejor que hayas hecho que valga la pena. No estoy de humor para esas mierdas aburridas esta noche.
Sonreí, pensando en lo bien que se sintió ver las ventanas de su bonito camión hacerse pedazos.
—Sí, creo que lo hice bien.
Mamá asintió y se sacó el cigarrillo, luego tomó un sorbo de su café.
—Es una estúpida y patética gilipollas de la que tienes que mantenerte alejada. Tienes una vida por delante, y me condenaré si terminas igual que yo. Casey ya, aunque sea imposible, embarazada a una chica con la que no se va a casar. Jamás te dijo que se había sometido al tratamiento con la chica para dejarla embarazada. Seguro que no quiero que seas su próxima víctima, ella puede convencer a cualquiera. Pensé que al gustarte las mujeres también, no sufrirías estos problemas del embarazo, pero Casey es un problema. Esta vida no es fácil, y lo sabes. Tienes el aspecto para comprarte una vida fuera de esto. Tengo la intención de que lo hagas—dijo mamá, reclinándose en su silla y cruzando sus largas piernas.
Esta era una conversación que habíamos tenido desde que era lo suficientemente mayor para entender las cosas.
Lo cual era desde que tenía unos nueve años.
Cuando tu mamá es una stripper en la ciudad, aprendes cosas mucho más pronto que otros niños.
No hay tiempo para inocencia.
—He acabado con Casey para siempre esta vez. Lo prometo—le aseguré.
Mamá no pareció creerme.
No podía culparla.
Esta cosa con Casey había durado años. De verdad necesitaba dejarlo ir.
Era un ticket sin retorno hacia la vida que había visto vivir a mi mamá. Tanto como la respetaba por no depender de ninguna persona para que cuidara de nosotras, yo no quería esa vida.
Sabía lo mucho que ella lo odiaba.
—Mi escape fue un auto Porsche—le dije con una sonrisa.
Aun no podía superar lo de este auto… o a la morena de su interior.
Totalmente fuera de mi liga.
Muy, muy fuera de mi liga.
Era tan rica que apestaba.
También me miraba con un extraño pájaro con el que no sabía qué hacer.
Probablemente había asustado a la morena hasta la muerte.
No era de por aquí.
Solo se encontraba de visita y habría regresado a cualquier mansión de la que hubiera salido.
Además quizás ni le gustaban las mujeres.
—No se ven muchos Porsches por aquí—respondió mamá con una mirada escéptica en su cara.
—No era local. Imagino que se encontraba de vacaciones en la isla. Parecía uno de esos.
Mamá asintió.
Ella lo sabía todo respecto a ese tipo de personas.
Me había advertido que me alejara de dos tipos de personas durante toda mi vida: las que eran como Casey, que no eran nada “excepto lamentables mierdas”, y luego las personas de la isla, que mamá decían que eran “solo detrás de ti por el sexo y luego te escupían”.
—Sin embargo no te preocupes por ella. Estoy bastante segura de que piensa que soy una loca—le aseguré.
Mamá alzó las cejas y se inclinó sobre la mesa para mirarme.
—¿De verdad crees eso? No te crie para ser tan malditamente ingenua. Es una mujer y sabe cómo jugar sus cartas también, cariño. Ya lo viste con Cassey. Eso es todo lo que importa. Una mirada hacia ti, y regresará. Ten cuidado.
Yo había intentado cazar a más de uno de los locales adinerados de Sea Breeze, pero eso nunca había sucedido.
Quinn Fabray se había encontrado en mi radar desde que era pequeña.
Era amiga de mi primo Mike, pero era diferente de nosotros.
Vivía en una gran y bonita casa en la playa. Pero Quinn nunca me vio como nada excepto como algo para un rato divertido. Cuando plantó sus ojos en Rachel, nadie tuvo ninguna oportunidad.
Ahora se encontraba casada, con un niño y completamente fuera del límite.
—Debería haberte obligado a ir a la universidad. Podrías haber conocido a alguien ahí y haber salido de este lugar—dijo como si Sea Breeze fuera un mal lugar.
Yo no lo veía igual que ella.
Me encantaba la ciudad costera en la que crecí.
—No quería marcharme—le recordé.
En cambio había elegido ir a la escuela comunitaria local.
No quería dejar esta ciudad ni a mi mamá. Habíamos sido un equipo toda mi vida.
Mamá suspiró y empujó la silla hacia atrás y se levantó.
—Lo sé, cariño. Te dejé quedarte porque me gusta tenerte aquí. Pero aun así no es correcto. Encontrar una persona que te saque de esta vida va a ser difícil, y me maldeciré si caes en la vida que he tenido yo.
Comencé a discutir cuando alguien llamó a la puerta.
Mamá miró hacia la puerta principal, se ahuecó el pelo y tiró del cuello de su bata lo suficientemente hacia abajo para mostrar su impresionante escote.
—Ve y métete en la ducha. Tengo esto, pequeña. No te preocupes por nada—dijo, poniéndose un par tacones rojos que solo hacían parecer aún más largas sus piernas.
Sonriendo, corrí al baño y abrí la ducha pero mantuve la oreja contra la puerta.
—Bueno, hola, Oficial Will. Sabes que no soy el tipo de chica que toma llamadas a domicilio—dijo con una voz baja y apasionada que la había oído usar un millón de veces.
—Buenas noches, Whitney. Odio molestarte antes de tu, uh…—se aclaró la garganta y yo rodé los ojos.
Ya sabía que el buen y fiel Oficial Will era no iba a Jugs, el club de striptease que había justo a las afueras de Sea Breeze, pero si tenía que ir cuando se formaban peleas o escándalos.
—… Ir a trabajar. Pero recibí una llamada respecto a Britt, y necesito comprobarlo. ¿Se encuentra aquí?
—No estoy segura de quién te llamó, Will—dijo mamá, dejando que su nombre rodara desde su lengua como si estuviera a punto de desnudarse solo para él—, Pero mi niña ha estado aquí conmigo toda la noche. Se está dando una ducha ahora después de ayudarme a limpiar hoy. Incluso puedes comprobar el capó de su auto, está frío. No ha sido conducido en todo el día—mamá hizo una pausa, y oí sus tacones resonar sobre el suelo de madera cuando se acercó a él—Y tanto como me gusta la idea de que entres cuando me estoy duchando, no me siento igual respecto a que interrumpas la ducha de mi pequeña—dijo con un tono sugerente.
Mi mamá era buena en esto.
—Uh, um, sí, puedo, uh, entender eso. Perdón por molestarte, Whitney. Solo tenía que comprobarlo. Solo hubo una persona que la vio, y me aseguraré de comprobar su auto antes de marcharme, para hacerles saber que su coartada es segura—balbuceó muchísimo, y me cubrí la boca para evitar reírme.
Probablemente tenía una buena vista de los pechos de mamá en este momento. Ella las usaba para salirse con la suya con el sexo contrario, y siempre funcionaba.
Tenía que verme para que pudiera verificar que me encontraba en casa.
Me quité la camiseta, agarré una toalla y la envolví a mí alrededor antes de abrir la puerta del baño una rendija. Los ojos de Will se movieron de su mirada llena de lujuria sobre mi mamá hacia mí cuando asomé la cabeza.
—¿Todo bien ahí afuera, mamá? Oí voces—grité, sonando tan inocente como pude.
—Sí, pequeña. Todo bien. Solo una visita del Oficial Will—respondió lanzándome una sonrisa mientras se volvía hacia mí.
Cerré la puerta del baño justo cuando el Oficial Will se disculpaba de nuevo por molestar a mamá.
—Está bien, oficial. Solo hacías tu trabajo y mantenías nuestra pequeña ciudad a salvo. Me hace dormir mejor por la noche saber que tenemos hombre valientes y dedicados como tú cuidando de nosotros. Esa Emma sin duda es una mujer afortunada por tener un hombre tan trabajador como tú yendo a casa con ella cada noche.
Tuve que poner los ojos en blanco.
El hecho de que los hombres se creyeran estas cosas nunca dejaba de maravillarme.
Will era muy relajado. Nada en él era valiente, y ya que sabía cuánto de su duramente ganado dinero se gastaba en Emma y sus hijos.
—Sí, bueno…—hizo una pausa, tragando tan fuerte que pude oírlo desde aquí—Me alegro que te ayude a descansar con facilidad. Hago lo que puedo. ¿Vas, uh, a estar en el trabajo esta noche?
—Me estoy poniendo guapa ahora mismo. ¿Vas a venir a verme? Espero que lo hagas. Podría hacer un baile de regazo especial solo para ti—respondió mamá.
Eso me hizo querer vomitar.
La idea de que ella pudiera hacer eso sin vomitar en sus caras me asombraba.
Decía que había aprendido hace mucho tiempo a desconectar ese interruptor dentro de su cabeza y recordaba que cuánto mejor actuara, más dinero ganaría.
—Estaré ahí—dijo el oficial Will—, Pero para controlar las cosas con los borrachos. Tienes que tener cuidado.
—Me alegro de saber que estaba en tu cabeza—dijo ella dulcemente.
—Siempre—respondió Will, y se aclaró la garganta cuando se dio cuenta de que estaba flirteando abiertamente con mi mamá casi desnuda en la puerta principal—Necesito irme ahora y dejarles saber que Britt no está involucrada.
—Hazlo y te veré más tarde—dijo mamá, y sus tacones resonaron cuando se apartó de la puerta.
—Hasta luego—dijo Will, y la puerta se cerró.
Oí el seguro hacer click en su sitio, y cerré el agua de la ducha y abrí la puerta.
Todas las puertas de esta casa abiertas hacia la sala de estar.
—Gracias —dije simplemente.
Mamá se encogió de hombros y sacudió la mano.
—Alégrate de que fuera Will. Es fácil trabajárselo. Si hubieran sido Ken o Figgins, habría tenido que mostrarles mucho más que un poco de escote y pierna para alejarlos de tu rastro.
Asentí, y la culpabilidad por forzar a mi madre a coquetear con un policía casado para sacarme de problemas se asentó en mi estómago.
—Lo siento —dije.
Mamá se detuvo antes de entrar en su habitación.
—No lo hagas. Alguien tenía que darle una paliza a ese camión de mierda. Me alegro de que fueras tú—entonces cerró la puerta de su habitación.
Me quedé ahí parada, y una sonrisa tiró de mis labios.
Nunca había tenido muchas amigas en mi vida porque nadie me entendía ni quería acercarse a mí.
Pero mi mamá, ella realmente era mi mejor amiga.
Santana
Dos días después, aún me hallaba pensando en la rubia destroza camiones.
Ella era algo más.
Difícil de olvidar.
Tenía su bate de béisbol en la esquina de mi habitación, y trataba de decidir qué hacer con él.
Supuse que ahora mismo ella no necesitaba una prueba que la acusara.
Riendo entre dientes, sacudí la cabeza. Estaba ayudando a una chica a librarse con vandalismo.
Eso no era propio de mí.
Pero me hizo sonreír.
Supongo que necesitaba un poco de acción en mi vida. Tenía que devolverle ese bate, y quería verla de nuevo.
Era una buena excusa.
Bajé las escaleras de la casa de verano de mi hermana justo cuando la puerta principal se abrió y Emily y su novia, Hanna, entraron.
Sabía que vendrían en el fin de semana y las había estado esperando.
Emily alzó la mirada hacia mí y sonrió.
—Estropeando tu fiesta.
—Me conoces, es una salvaje. Espero que puedas manejarlo—respondí.
Emily sacudió la cabeza y se rio.
—Sí, es triste que deseara que hubiera algo de verdad en eso.
Hanna pellizcó el brazo de Emily juguetonamente antes de caminar hacia mí y darme un abrazo.
—Ignórala. Creo que eres perfecta justo como eres. Ninguna necesidad de fiestas salvajes.
La novia de mi hermana era hermosa del tipo de girar cabezas.
Tenía el tipo de cuerpo y cara que veías plasmados en las portadas de las revistas. Pero Hanna era una chica de la pequeña ciudad de Sea Breeze y no quería tener nada que ver con ser el centro de atención.
Amaba a Emily y había aprendido a superar el que la gente plasmara su cara en todas partes en los medios de comunicación, pero antes de Emily no le gustaba atraer la atención hacia sí misma.
Lo cual era imposible de evitar.
La chica atraía atención donde quiera que fuera.
—Gracias, Hanna. Puedes dejar la vida de estrella del rock cuando quieras y venir a vivir la vida simple y ordinaria conmigo—le dije, y le guiñé un ojo a Emily, que ahora fruncía el ceño.
—Manos fuera, hermana—dijo, alcanzando el brazo de Hanna—No tiene gracia.
Eso nunca dejaba de entretenerme.
Emily nunca tuvo inseguridades.
Incluso antes de que llegara a ser famosa, era la chica más segura que conocía.
Pero deja a una persona mirar a Hanna, y se volvía toda territorial.
Me encantaba.
—Para, Emy. Estás siendo tonto—dijo Hanna, frunciéndole el ceño y haciéndole parecer arrepentido de inmediato.
Eso era incluso más divertido.
—No te enfades—dijo mi hermana.
Hanna me miró.
—¿No te molesta algo de compañía? Pensé que podríamos pasar un poco de tiempo juntas esta noche. Quiero ver a todo el mundo, y ya que estamos aquí solo dos días, es más fácil que la banda se reúna aquí—me sonrío resplandecientemente.
Diablos, Hanna no era mía, pero era difícil decirle que no.
Estaba bastante segura que si ella le sonreía a alguien, esa persona hacía lo que fuera que le pidiese.
—Claro—repliqué.
Emily puso los ojos en blanco como si ella no fuera una mandilona cuando se trataba de la rubia.
¿Qué esperaba?
Soy una mujer sensible.
—Iré a asegurarme de que el personal de la cocina esté preparado para los invitados extra—dijo Emily a Hanna mientras presionaba un beso en su mejilla y se dirigía hacia la cocina.
—Ya llamé y hablé con la señora April. Ya está preparada—gritó Hanna.
La señora April se encontraba en la cocina. Una vez, Hanna trabajó para la señora April, así que la conocía bien.
Así fue como Emily conoció Hanna.
Ella le sirvió la cena una noche, y estoy bastante seguro de que mi hermana estuvo perdida.
A pesar de haberse resistido a ello.
Emily se detuvo y se giró para darle esa sonrisa de revista que todo el mundo etiquetaba como letalmente sexy.
—Entonces, ¿por qué no me ayudas a ir a mi dormitorio a desempacar?
Vi las mejillas de Hanna enrojecer, y apretó los labios para evitar sonreír.
—Bien, si necesitas ayuda.
Emily caminó de regreso hacia ella.
—Mucha ayuda. No tienes ni idea de la gran cantidad de ayuda que necesito.
—Consigan una habitación, o voy a lanzarles una cubeta de agua helada—dije.
Hanna agachó la cabeza, y Emily simplemente sonrió.
—Nos vemos después —dijo mientras sostenía la mano de Hanna y la dirigía hacia las escaleras.
Decidí que ir a la playa y salir de la casa por un rato sería la mejor idea.
No estaba segura de cuánto tiempo les tomaría a esos dos “desempacar” todo.
Cinco horas más tarde, las voces provenientes de la planta baja eran más fuertes mientras yo me encontraba en mi dormitorio con vista al patio delantero.
Sabía que necesitaba bajar.
Emily me querría ahí. Pero esas personas no eran mis amigos.
No es que no me agradaran, sí lo hacían. Solo no los conocía realmente bien.
Y luego estaba ese asunto con Kitty Wilde.
Yo intenté con todas mis fuerzas conseguir la atención de Marley Rose Fabray, solo para perderla por Kitty al final.
Era duro competir con una chica mala con cabello de surfista.
No era como si estuviera enamorada de Marley.
El amor no era algo que yo estuviera buscando.
Nunca.
Era bonita y dulce.
Me gustaba eso.
Era sencillo estar con ella.
Un golpe en mi puerta me sacó de mis pensamientos, y me volví para mirar a mi hermana ahí de pie con las manos en los bolsillos delanteros de sus vaqueros.
—¿Estás planeando ocultarte toda la noche aquí?
Lo consideré.
No era muy sociable con las personas que no conozco. Prefería lo silencioso.
Emily era quien tenía la mejor personalidad en la familia.
—Iba a bajar en un minuto.
Emily arqueó una ceja.
—Parece como si desearas estar en otro sitio.
Me encogí de hombros.
—No me emociona pasar el rato con personas a las que no conozco muy bien. Pero lo haré por Hanna.
Emily entró en la habitación.
—Si estás preocupada por Kitty, no lo estés. Es una chica tranquila.
Reí entre dientes.
Mi hermana no había visto ese lado de Kitty que yo conocía.
—Confía en mí, no es muy tranquila cuando se trata de Marley.
—Quizás no. Pero la castaña está con Marley. Han estado juntas el tiempo suficiente como para que se sienta segura. Saliste con la mujer de la que está enamorada. Puedo entender su pérdida de control.
Emily lo entendía.
Ella lidió con la misma situación con Quinn Fabray.
Eran amigas ahora.
Ya que Quinn estaba casada y tenía un bebé, ya no presentaba una amenaza para Emily.
Marley y Quinn son hermanas, pero Quinn se había cambiado el apellido paterno por el materno por problemas que tuvo con su papá.
Quinn trabajó en la casa el mismo verano que Hanna.
—Bajaré en un momento—dije—Lo prometo. Además, tengo hambre.
—Bien, porque sospecho que Hanna subirá hasta aquí en los próximos cinco minutos si no bajas. Le preocupa que te sientas excluida.
Me recordé a mí misma que iba a hacer esto por Hanna.
—Vamos—dije.
Seguí a Emily a las escaleras y miré la creciente multitud en el vestíbulo mientras Hanna abría de nuevo la puerta para dejar entrar a más de sus amigos.
Cuando estuve con Marley en la boda de Rachel y Quinn, conocí a algunos.
Todos parecían agradables, pero Kitty era una de los suyos. No estaba segura de sí me aceptarían.
Dejé Sea Breeze en buenos términos con todo el mundo después de la boda.
Fue fácil ver a quién quería Marley.
Yo ni siquiera intenté conquistarla.
El corazón de la chica era, obviamente, propiedad de Kitty.
Quinn Fabray entró sosteniendo un bebé en una manta roja con rayas blancas que parecía tener un elefante en ella.
Hanna gritó de alegría y abrazó a la esposa de Quinn, Rachel, y luego extendió los brazos para tomar al bebé de Quinn.
Hace dos años que esta escena sería algo que ninguno de ellas hubiera imaginado.
Quinn intentó conquistar a Hanna, pero no pudo competir con Emily. Pero nadie podía competir con mi hermana.
Yo nunca me atrevería.
—Quiero cogerlo después de Hanna—dijo la voz de Marley mientras la veía entrar en la habitación.
—Lo coges todo el tiempo—le dijo Hanna, sonriendo al bebé.
—Él ama a su tía Mar—se inclinó sobre el bebé.
No había visto a Marley desde la boda de Quinn y Rachel.
Su cabello rubio caía hasta casi su espalda, y vestía una falta que mostraba sus piernas blancas.
Kitty se acercó por detrás y colocó una mano posesiva en su cadera, y me congelé.
Esto podría haber sido mala idea.
—Juro que tienes que superarlo—susurró Emily a mi lado.
Asentí y seguí bajando las escaleras hacia el grupo.
No es que yo tuviera miedo de Kitty.
Solo no quería pasar toda la noche sintiéndome como una invitada no deseado.
Estaba bien con no presentarme en esta cosa.
—Artie y Sugar acaban de llegar. Todavía se están acostumbrando a la vida con un bebé—dijo Rachel a Hanna.
—No puedo esperar a ver a Bliss—dijo Hanna con un suspiro feliz.
¿Otro bebé?
Maldición, este grupo se multiplicaban como conejos.
—Es hermosa—dijo Rachel—No exagero. Es tan hermosa que para el tráfico. Sus pequeñas mejillas son tan regordetas y sus ojos son los mismos que los de Artie. Sugar no puede llevarla a ningún lado sin ser detenida por un millón de personas que quieren verla—sonrió felizmente.
Llegamos al último escalón, y Hanna nos notó. Sonrió brillantemente.
No hice contacto visual con Marley o siquiera miré en dirección de Kitty. En cambio, me acerqué a estrechar la mano de Quinn y a felicitarlo por el niño.
—Me alegro de verte—dijo Quinn, sonriéndome.
—Gracias. Parece que agregaste otro miembro a la familia—contesté—Felicidades.
—Gracias. Me mantiene despierta durante la noche, pero estoy bien con ello. Es un buen momento para hablar americano. Enseñarle desde temprano.
Reí y me giré hacia Hanna, quien sostenía al pequeño para que lo viera.
—Santana, conoce a Charlie Fabray Berry—dijo con una voz suave reservada para los bebés.
—Encantada de conocerte, Charlie—contesté.
El niño sonrió y se metió la mano en la boca. La pequeña pelusa de cabello en su cabeza era tan negra como la de su mamá Rachel, pero el chico me recordaba a Quinn.
Quizás eran sus ojos verdes.
—Tengo hambre. ¿Vinimos a quedarnos de pie y observar a los bebés durante toda la noche o hay comida aquí?—dijo una nueva voz, alejando mi atención del bebé.
Lo reconocí, pero no podía recordar su nombre.
Era tan alto que estoy segura que tocaba el techo si se estiraba. No lo miré el tiempo suficiente como para descifrar de qué se trataban.
—Tenemos un montón de comida, Finn—respondió Hanna, sonriéndole como si él no fuera un tipo intimidante.
—Bien—dijo, caminando y deteniéndose para besar la cabeza de Charlie, algo que no esperaba que hiciera—Maldición, ese niño es lindo. Pero bueno, se parece a su mami.
Quinn simplemente se rio entre dientes. Mamá era ella y mami era Rachel.
Finn me miró y se detuvo.
Su mirada se desvió de mí a donde yo sabía que se encontraba Marley y Kitty.
Una lenta sonrisa se extendió por su cara.
—Oh, diablos. Esto será muy divertido. Kitty, ¿jugaste sin trampas con Santana?
Los ojos de Hanna se agrandaron, y todos se quedaron en silencio.
Decidí que este era el momento de girarme y saludarlos y terminar con esto.
Marley miró fijamente a Finn como si estuviera a punto de darle un puñetazo, pero Kitty tenía una sonrisa divertida en el rostro.
—Yo siempre juego limpio—dijo Kitty con un acento perezoso que iba bien con su aspecto de chica surfista—No tengo problemas con Santana. Al menos, ya no más—dejó caer su brazo de la cintura de Marley y dio un paso adelante, extendiendo la mano hacia mí—Sin resentimientos—dijo.
Era duro que la chica me desagradara. Le estreché la mano.
—No, en absoluto—contesté.
—Bien—dijo, dando un paso hacia atrás para volver a colocar su mano sobre Marley —¿Viste, bobo? Todos estamos bien—dijo Kitty a Finn.
Finn simplemente se rio y sacudió la cabeza.
—Seguro que lo estás.
—De acuerdo, Finn, deja de provocar a todo el mundo. Estamos en la casa de los López Fields—dijo Quinn, intentando sonar diplomático.
Finn se encogió de hombros y miró a Quinn.
—Simplemente quería un poco de diversión.
La puerta se abrió de nuevo, esta vez entró la escultural y fibrosa figura que era Mike.
Una niña con una cabeza llena de rizos corrió alrededor de sus piernas, gritando el nombre de Kitty. Me giré para ver a Kitty inclinarse para cargarla justo cuando ella se arrojó a sus brazos.
Mike y su esposa, Tina, habían adoptado a la hermana pequeña de Kitty y sus hermanos cuando su mamá murió, haciendo este grupo de amigos más cercanos.
—Te extrañé—dijo la pequeña niña, plantando un sonoro beso en la mejilla de Kitty.
—Yo también te extrañé.
—Lo siento, llegamos tarde—dijo Mike—Tina tenía que pasar a por los niños después de la práctica de fútbol. Yo tuve que ir a por Madison. Britt está cuidándola en la casa mientras fuimos por los chicos a las prácticas.
Mi cabeza se giró al escuchar el nombre de Brittany. Era el nombre de la chica que rescaté ayer por la noche.
—¿Dejaron a Madison con Britt?—preguntó Rachel, sonando sorprendida.
Mike la miró y frunció el ceño.
—Es mi prima. Sé que no te agrada Britt, pero es buena con Madison.
—Ella no esta tan mala, Rach—agregó Marley —Sé que tú tuviste una mala experiencia con ella, pero Britt es muy leal a los suyos y ama a esos niños.
—Eso me hizo sentir aún más curioso. Si era la misma Brittany que golpeó con un bate la camioneta de su novia, entonces comprendía la preocupación de Rachel. Ella no parecía ser una niñera.
—Parece tan frívola—dijo Rachel, frunciendo el ceño.
Finn regresó a la habitación con un puñado de papitas fritas.
—Está preocupada porque Britt tenía su culo sexy puesto sobre Quinn. No quiere decir que sea una chica mala. Solo que mete la pata algunas veces.
Marley lanzó otra mirada molesta a su dirección.
—No traigas a colación eso. Son noticias viejas.
—No sigas con eso—la voz de Quinn sonó suplicante.
—Britt hace algunas cosas no muy inteligentes, y es impulsiva, pero aun así es buena con Madison —dijo Mike a la defensiva.
—Hizo añicos la camioneta de Casey la otra noche—señaló Quinn.
Este grupo acababa de ganar mi completa atención.
No pude evitar sonreír.
Tuve que taparme la boca con la mano para evitar que nadie se diera cuenta.
Hablaban de la rubia sexy a quien ayudé a escapar.
—¿Hizo qué?—preguntó horrorizada Hanna.
Rachel suspiró y sacudió la cabeza.
—Lo hizo, descubrió que su novia la estaba engañando y tomó un bate o algo e hizo añicos las ventanas de su camioneta, y al parecer también dejo algunas abolladuras a los costados antes de huir.
Kitty dejo salir una carcajada.
—Lo siento, pero es muy divertido. Cada vez que lo escucho, no puedo controlar la risa.
Mike negó con la cabeza.
—Chica loca. Casey se lo merecía, pero todavía no puedo creer que ella lo hiciera. Aunque niega haberlo hecho, y la única prueba es la palabra de Casey diciendo que la vio corriendo y la persiguió. Luego dice que saltó a un Porsche y desapareció. Esa es una completa mentira. No hay nadie en la ciudad con un Porshe. Luego, cuando la policía llego a su casa, su mamá dijo que había estado con ella todo el día y estaba en la ducha. La policía comprobó que el capó de su camioneta estaba frío, así que no pudo discutir con Whitney.
Sentí los ojos de Emily sobre mí, pero no lo miré.
Casi podía escuchar sus pensamientos.
Sabía quién era la propietario de un Porshe en Sea Breeze… ella.
—Conociendo a Casey, estaba borracha o drogada. Sí, suena como algo que haría Britt. Nadie más tiene un motivo. Y todos sabemos que Whitney probablemente entretiene a más de uno de los policías de Sea Breeza en Jugs—dijo Kitty, aun divertido y sonriente.
¿Jugs?
¿Qué es Jugs?
No pregunté.
En cambio, permanecí callada.
Afortunadamente, Emily nunca mencionó el Porshe que se encontraba en la cochera.
Solo en caso de que Casey decida tomar la ley en sus propias manos.
No es que pensara que fuera tan estúpida. Sabía que no debía meterse con mi mamá.
—¿Eres tú, Britty?—me llamó mi mamá desde la cocina.
También podría ir y decirle lo que había hecho. Si aparecía la policía, ella tenía que llevar puesta su cara de juego.
—Sí, soy yo, y podríamos tener algunos problemas—respondí, cruzando la pequeña sala de estar hacia la cocina.
La casa de cinco habitaciones en la que había crecido era de bloques de hormigón y nada especial, pero la renta era asequible.
Ningún hombre tenía que ayudarnos a pagar las facturas. Mamá siempre se había encargado de las cosas.
—¿Qué demonios has hecho ahora?—preguntó mi mamá mientras yo entraba en la cocina.
Se encontraba de pie ante la cafetera con un cigarrillo entre sus labios rojos. Su bata favorita de satén rosa era todo lo que llevaba puesto.
Debía de haberse estado preparando para trabajar y decidido parar para hacer algo de café.
Saqué una de nuestras cuatro sillas de cocina cubiertas de vinilo y me senté.
—Le di una paliza al camión de Casey.
Mamá se sacó el cigarrillo de los labios.
—¿Hiciste qué?—preguntó.
—Se encontraba en Live Bay con esa puta con la que anda. Me mintió otra vez. He acabado con ella, y quería hacerle daño.
Mamá se deshizo de sus cenizas en el fregadero y, sacudiendo la cabeza, alcanzó una taza de café.
Su largo cabello rubio todavía era bonito, pero el rostro que había sido una vez sorprendentemente hermoso ahora mostraba líneas de dureza de la vida.
Estaba segura que el que fumara tampoco ayudaba.
—Mierda, chica. Tengo que ir a trabajar en una hora. ¿Qué pasa si se presenta la policía?
No había pensado en eso.
Sin coartada.
Me encogí de hombros.
—Si van a venir, tal vez lo hagan antes de que te marches.
Mamá tomó su café negro y caminó para sentarse enfrente de mí.
—¿Al menos lo hiciste bien? Si tenemos que tratar con la policía, entonces mejor que hayas hecho que valga la pena. No estoy de humor para esas mierdas aburridas esta noche.
Sonreí, pensando en lo bien que se sintió ver las ventanas de su bonito camión hacerse pedazos.
—Sí, creo que lo hice bien.
Mamá asintió y se sacó el cigarrillo, luego tomó un sorbo de su café.
—Es una estúpida y patética gilipollas de la que tienes que mantenerte alejada. Tienes una vida por delante, y me condenaré si terminas igual que yo. Casey ya, aunque sea imposible, embarazada a una chica con la que no se va a casar. Jamás te dijo que se había sometido al tratamiento con la chica para dejarla embarazada. Seguro que no quiero que seas su próxima víctima, ella puede convencer a cualquiera. Pensé que al gustarte las mujeres también, no sufrirías estos problemas del embarazo, pero Casey es un problema. Esta vida no es fácil, y lo sabes. Tienes el aspecto para comprarte una vida fuera de esto. Tengo la intención de que lo hagas—dijo mamá, reclinándose en su silla y cruzando sus largas piernas.
Esta era una conversación que habíamos tenido desde que era lo suficientemente mayor para entender las cosas.
Lo cual era desde que tenía unos nueve años.
Cuando tu mamá es una stripper en la ciudad, aprendes cosas mucho más pronto que otros niños.
No hay tiempo para inocencia.
—He acabado con Casey para siempre esta vez. Lo prometo—le aseguré.
Mamá no pareció creerme.
No podía culparla.
Esta cosa con Casey había durado años. De verdad necesitaba dejarlo ir.
Era un ticket sin retorno hacia la vida que había visto vivir a mi mamá. Tanto como la respetaba por no depender de ninguna persona para que cuidara de nosotras, yo no quería esa vida.
Sabía lo mucho que ella lo odiaba.
—Mi escape fue un auto Porsche—le dije con una sonrisa.
Aun no podía superar lo de este auto… o a la morena de su interior.
Totalmente fuera de mi liga.
Muy, muy fuera de mi liga.
Era tan rica que apestaba.
También me miraba con un extraño pájaro con el que no sabía qué hacer.
Probablemente había asustado a la morena hasta la muerte.
No era de por aquí.
Solo se encontraba de visita y habría regresado a cualquier mansión de la que hubiera salido.
Además quizás ni le gustaban las mujeres.
—No se ven muchos Porsches por aquí—respondió mamá con una mirada escéptica en su cara.
—No era local. Imagino que se encontraba de vacaciones en la isla. Parecía uno de esos.
Mamá asintió.
Ella lo sabía todo respecto a ese tipo de personas.
Me había advertido que me alejara de dos tipos de personas durante toda mi vida: las que eran como Casey, que no eran nada “excepto lamentables mierdas”, y luego las personas de la isla, que mamá decían que eran “solo detrás de ti por el sexo y luego te escupían”.
—Sin embargo no te preocupes por ella. Estoy bastante segura de que piensa que soy una loca—le aseguré.
Mamá alzó las cejas y se inclinó sobre la mesa para mirarme.
—¿De verdad crees eso? No te crie para ser tan malditamente ingenua. Es una mujer y sabe cómo jugar sus cartas también, cariño. Ya lo viste con Cassey. Eso es todo lo que importa. Una mirada hacia ti, y regresará. Ten cuidado.
Yo había intentado cazar a más de uno de los locales adinerados de Sea Breeze, pero eso nunca había sucedido.
Quinn Fabray se había encontrado en mi radar desde que era pequeña.
Era amiga de mi primo Mike, pero era diferente de nosotros.
Vivía en una gran y bonita casa en la playa. Pero Quinn nunca me vio como nada excepto como algo para un rato divertido. Cuando plantó sus ojos en Rachel, nadie tuvo ninguna oportunidad.
Ahora se encontraba casada, con un niño y completamente fuera del límite.
—Debería haberte obligado a ir a la universidad. Podrías haber conocido a alguien ahí y haber salido de este lugar—dijo como si Sea Breeze fuera un mal lugar.
Yo no lo veía igual que ella.
Me encantaba la ciudad costera en la que crecí.
—No quería marcharme—le recordé.
En cambio había elegido ir a la escuela comunitaria local.
No quería dejar esta ciudad ni a mi mamá. Habíamos sido un equipo toda mi vida.
Mamá suspiró y empujó la silla hacia atrás y se levantó.
—Lo sé, cariño. Te dejé quedarte porque me gusta tenerte aquí. Pero aun así no es correcto. Encontrar una persona que te saque de esta vida va a ser difícil, y me maldeciré si caes en la vida que he tenido yo.
Comencé a discutir cuando alguien llamó a la puerta.
Mamá miró hacia la puerta principal, se ahuecó el pelo y tiró del cuello de su bata lo suficientemente hacia abajo para mostrar su impresionante escote.
—Ve y métete en la ducha. Tengo esto, pequeña. No te preocupes por nada—dijo, poniéndose un par tacones rojos que solo hacían parecer aún más largas sus piernas.
Sonriendo, corrí al baño y abrí la ducha pero mantuve la oreja contra la puerta.
—Bueno, hola, Oficial Will. Sabes que no soy el tipo de chica que toma llamadas a domicilio—dijo con una voz baja y apasionada que la había oído usar un millón de veces.
—Buenas noches, Whitney. Odio molestarte antes de tu, uh…—se aclaró la garganta y yo rodé los ojos.
Ya sabía que el buen y fiel Oficial Will era no iba a Jugs, el club de striptease que había justo a las afueras de Sea Breeze, pero si tenía que ir cuando se formaban peleas o escándalos.
—… Ir a trabajar. Pero recibí una llamada respecto a Britt, y necesito comprobarlo. ¿Se encuentra aquí?
—No estoy segura de quién te llamó, Will—dijo mamá, dejando que su nombre rodara desde su lengua como si estuviera a punto de desnudarse solo para él—, Pero mi niña ha estado aquí conmigo toda la noche. Se está dando una ducha ahora después de ayudarme a limpiar hoy. Incluso puedes comprobar el capó de su auto, está frío. No ha sido conducido en todo el día—mamá hizo una pausa, y oí sus tacones resonar sobre el suelo de madera cuando se acercó a él—Y tanto como me gusta la idea de que entres cuando me estoy duchando, no me siento igual respecto a que interrumpas la ducha de mi pequeña—dijo con un tono sugerente.
Mi mamá era buena en esto.
—Uh, um, sí, puedo, uh, entender eso. Perdón por molestarte, Whitney. Solo tenía que comprobarlo. Solo hubo una persona que la vio, y me aseguraré de comprobar su auto antes de marcharme, para hacerles saber que su coartada es segura—balbuceó muchísimo, y me cubrí la boca para evitar reírme.
Probablemente tenía una buena vista de los pechos de mamá en este momento. Ella las usaba para salirse con la suya con el sexo contrario, y siempre funcionaba.
Tenía que verme para que pudiera verificar que me encontraba en casa.
Me quité la camiseta, agarré una toalla y la envolví a mí alrededor antes de abrir la puerta del baño una rendija. Los ojos de Will se movieron de su mirada llena de lujuria sobre mi mamá hacia mí cuando asomé la cabeza.
—¿Todo bien ahí afuera, mamá? Oí voces—grité, sonando tan inocente como pude.
—Sí, pequeña. Todo bien. Solo una visita del Oficial Will—respondió lanzándome una sonrisa mientras se volvía hacia mí.
Cerré la puerta del baño justo cuando el Oficial Will se disculpaba de nuevo por molestar a mamá.
—Está bien, oficial. Solo hacías tu trabajo y mantenías nuestra pequeña ciudad a salvo. Me hace dormir mejor por la noche saber que tenemos hombre valientes y dedicados como tú cuidando de nosotros. Esa Emma sin duda es una mujer afortunada por tener un hombre tan trabajador como tú yendo a casa con ella cada noche.
Tuve que poner los ojos en blanco.
El hecho de que los hombres se creyeran estas cosas nunca dejaba de maravillarme.
Will era muy relajado. Nada en él era valiente, y ya que sabía cuánto de su duramente ganado dinero se gastaba en Emma y sus hijos.
—Sí, bueno…—hizo una pausa, tragando tan fuerte que pude oírlo desde aquí—Me alegro que te ayude a descansar con facilidad. Hago lo que puedo. ¿Vas, uh, a estar en el trabajo esta noche?
—Me estoy poniendo guapa ahora mismo. ¿Vas a venir a verme? Espero que lo hagas. Podría hacer un baile de regazo especial solo para ti—respondió mamá.
Eso me hizo querer vomitar.
La idea de que ella pudiera hacer eso sin vomitar en sus caras me asombraba.
Decía que había aprendido hace mucho tiempo a desconectar ese interruptor dentro de su cabeza y recordaba que cuánto mejor actuara, más dinero ganaría.
—Estaré ahí—dijo el oficial Will—, Pero para controlar las cosas con los borrachos. Tienes que tener cuidado.
—Me alegro de saber que estaba en tu cabeza—dijo ella dulcemente.
—Siempre—respondió Will, y se aclaró la garganta cuando se dio cuenta de que estaba flirteando abiertamente con mi mamá casi desnuda en la puerta principal—Necesito irme ahora y dejarles saber que Britt no está involucrada.
—Hazlo y te veré más tarde—dijo mamá, y sus tacones resonaron cuando se apartó de la puerta.
—Hasta luego—dijo Will, y la puerta se cerró.
Oí el seguro hacer click en su sitio, y cerré el agua de la ducha y abrí la puerta.
Todas las puertas de esta casa abiertas hacia la sala de estar.
—Gracias —dije simplemente.
Mamá se encogió de hombros y sacudió la mano.
—Alégrate de que fuera Will. Es fácil trabajárselo. Si hubieran sido Ken o Figgins, habría tenido que mostrarles mucho más que un poco de escote y pierna para alejarlos de tu rastro.
Asentí, y la culpabilidad por forzar a mi madre a coquetear con un policía casado para sacarme de problemas se asentó en mi estómago.
—Lo siento —dije.
Mamá se detuvo antes de entrar en su habitación.
—No lo hagas. Alguien tenía que darle una paliza a ese camión de mierda. Me alegro de que fueras tú—entonces cerró la puerta de su habitación.
Me quedé ahí parada, y una sonrisa tiró de mis labios.
Nunca había tenido muchas amigas en mi vida porque nadie me entendía ni quería acercarse a mí.
Pero mi mamá, ella realmente era mi mejor amiga.
Santana
Dos días después, aún me hallaba pensando en la rubia destroza camiones.
Ella era algo más.
Difícil de olvidar.
Tenía su bate de béisbol en la esquina de mi habitación, y trataba de decidir qué hacer con él.
Supuse que ahora mismo ella no necesitaba una prueba que la acusara.
Riendo entre dientes, sacudí la cabeza. Estaba ayudando a una chica a librarse con vandalismo.
Eso no era propio de mí.
Pero me hizo sonreír.
Supongo que necesitaba un poco de acción en mi vida. Tenía que devolverle ese bate, y quería verla de nuevo.
Era una buena excusa.
Bajé las escaleras de la casa de verano de mi hermana justo cuando la puerta principal se abrió y Emily y su novia, Hanna, entraron.
Sabía que vendrían en el fin de semana y las había estado esperando.
Emily alzó la mirada hacia mí y sonrió.
—Estropeando tu fiesta.
—Me conoces, es una salvaje. Espero que puedas manejarlo—respondí.
Emily sacudió la cabeza y se rio.
—Sí, es triste que deseara que hubiera algo de verdad en eso.
Hanna pellizcó el brazo de Emily juguetonamente antes de caminar hacia mí y darme un abrazo.
—Ignórala. Creo que eres perfecta justo como eres. Ninguna necesidad de fiestas salvajes.
La novia de mi hermana era hermosa del tipo de girar cabezas.
Tenía el tipo de cuerpo y cara que veías plasmados en las portadas de las revistas. Pero Hanna era una chica de la pequeña ciudad de Sea Breeze y no quería tener nada que ver con ser el centro de atención.
Amaba a Emily y había aprendido a superar el que la gente plasmara su cara en todas partes en los medios de comunicación, pero antes de Emily no le gustaba atraer la atención hacia sí misma.
Lo cual era imposible de evitar.
La chica atraía atención donde quiera que fuera.
—Gracias, Hanna. Puedes dejar la vida de estrella del rock cuando quieras y venir a vivir la vida simple y ordinaria conmigo—le dije, y le guiñé un ojo a Emily, que ahora fruncía el ceño.
—Manos fuera, hermana—dijo, alcanzando el brazo de Hanna—No tiene gracia.
Eso nunca dejaba de entretenerme.
Emily nunca tuvo inseguridades.
Incluso antes de que llegara a ser famosa, era la chica más segura que conocía.
Pero deja a una persona mirar a Hanna, y se volvía toda territorial.
Me encantaba.
—Para, Emy. Estás siendo tonto—dijo Hanna, frunciéndole el ceño y haciéndole parecer arrepentido de inmediato.
Eso era incluso más divertido.
—No te enfades—dijo mi hermana.
Hanna me miró.
—¿No te molesta algo de compañía? Pensé que podríamos pasar un poco de tiempo juntas esta noche. Quiero ver a todo el mundo, y ya que estamos aquí solo dos días, es más fácil que la banda se reúna aquí—me sonrío resplandecientemente.
Diablos, Hanna no era mía, pero era difícil decirle que no.
Estaba bastante segura que si ella le sonreía a alguien, esa persona hacía lo que fuera que le pidiese.
—Claro—repliqué.
Emily puso los ojos en blanco como si ella no fuera una mandilona cuando se trataba de la rubia.
¿Qué esperaba?
Soy una mujer sensible.
—Iré a asegurarme de que el personal de la cocina esté preparado para los invitados extra—dijo Emily a Hanna mientras presionaba un beso en su mejilla y se dirigía hacia la cocina.
—Ya llamé y hablé con la señora April. Ya está preparada—gritó Hanna.
La señora April se encontraba en la cocina. Una vez, Hanna trabajó para la señora April, así que la conocía bien.
Así fue como Emily conoció Hanna.
Ella le sirvió la cena una noche, y estoy bastante seguro de que mi hermana estuvo perdida.
A pesar de haberse resistido a ello.
Emily se detuvo y se giró para darle esa sonrisa de revista que todo el mundo etiquetaba como letalmente sexy.
—Entonces, ¿por qué no me ayudas a ir a mi dormitorio a desempacar?
Vi las mejillas de Hanna enrojecer, y apretó los labios para evitar sonreír.
—Bien, si necesitas ayuda.
Emily caminó de regreso hacia ella.
—Mucha ayuda. No tienes ni idea de la gran cantidad de ayuda que necesito.
—Consigan una habitación, o voy a lanzarles una cubeta de agua helada—dije.
Hanna agachó la cabeza, y Emily simplemente sonrió.
—Nos vemos después —dijo mientras sostenía la mano de Hanna y la dirigía hacia las escaleras.
Decidí que ir a la playa y salir de la casa por un rato sería la mejor idea.
No estaba segura de cuánto tiempo les tomaría a esos dos “desempacar” todo.
Cinco horas más tarde, las voces provenientes de la planta baja eran más fuertes mientras yo me encontraba en mi dormitorio con vista al patio delantero.
Sabía que necesitaba bajar.
Emily me querría ahí. Pero esas personas no eran mis amigos.
No es que no me agradaran, sí lo hacían. Solo no los conocía realmente bien.
Y luego estaba ese asunto con Kitty Wilde.
Yo intenté con todas mis fuerzas conseguir la atención de Marley Rose Fabray, solo para perderla por Kitty al final.
Era duro competir con una chica mala con cabello de surfista.
No era como si estuviera enamorada de Marley.
El amor no era algo que yo estuviera buscando.
Nunca.
Era bonita y dulce.
Me gustaba eso.
Era sencillo estar con ella.
Un golpe en mi puerta me sacó de mis pensamientos, y me volví para mirar a mi hermana ahí de pie con las manos en los bolsillos delanteros de sus vaqueros.
—¿Estás planeando ocultarte toda la noche aquí?
Lo consideré.
No era muy sociable con las personas que no conozco. Prefería lo silencioso.
Emily era quien tenía la mejor personalidad en la familia.
—Iba a bajar en un minuto.
Emily arqueó una ceja.
—Parece como si desearas estar en otro sitio.
Me encogí de hombros.
—No me emociona pasar el rato con personas a las que no conozco muy bien. Pero lo haré por Hanna.
Emily entró en la habitación.
—Si estás preocupada por Kitty, no lo estés. Es una chica tranquila.
Reí entre dientes.
Mi hermana no había visto ese lado de Kitty que yo conocía.
—Confía en mí, no es muy tranquila cuando se trata de Marley.
—Quizás no. Pero la castaña está con Marley. Han estado juntas el tiempo suficiente como para que se sienta segura. Saliste con la mujer de la que está enamorada. Puedo entender su pérdida de control.
Emily lo entendía.
Ella lidió con la misma situación con Quinn Fabray.
Eran amigas ahora.
Ya que Quinn estaba casada y tenía un bebé, ya no presentaba una amenaza para Emily.
Marley y Quinn son hermanas, pero Quinn se había cambiado el apellido paterno por el materno por problemas que tuvo con su papá.
Quinn trabajó en la casa el mismo verano que Hanna.
—Bajaré en un momento—dije—Lo prometo. Además, tengo hambre.
—Bien, porque sospecho que Hanna subirá hasta aquí en los próximos cinco minutos si no bajas. Le preocupa que te sientas excluida.
Me recordé a mí misma que iba a hacer esto por Hanna.
—Vamos—dije.
Seguí a Emily a las escaleras y miré la creciente multitud en el vestíbulo mientras Hanna abría de nuevo la puerta para dejar entrar a más de sus amigos.
Cuando estuve con Marley en la boda de Rachel y Quinn, conocí a algunos.
Todos parecían agradables, pero Kitty era una de los suyos. No estaba segura de sí me aceptarían.
Dejé Sea Breeze en buenos términos con todo el mundo después de la boda.
Fue fácil ver a quién quería Marley.
Yo ni siquiera intenté conquistarla.
El corazón de la chica era, obviamente, propiedad de Kitty.
Quinn Fabray entró sosteniendo un bebé en una manta roja con rayas blancas que parecía tener un elefante en ella.
Hanna gritó de alegría y abrazó a la esposa de Quinn, Rachel, y luego extendió los brazos para tomar al bebé de Quinn.
Hace dos años que esta escena sería algo que ninguno de ellas hubiera imaginado.
Quinn intentó conquistar a Hanna, pero no pudo competir con Emily. Pero nadie podía competir con mi hermana.
Yo nunca me atrevería.
—Quiero cogerlo después de Hanna—dijo la voz de Marley mientras la veía entrar en la habitación.
—Lo coges todo el tiempo—le dijo Hanna, sonriendo al bebé.
—Él ama a su tía Mar—se inclinó sobre el bebé.
No había visto a Marley desde la boda de Quinn y Rachel.
Su cabello rubio caía hasta casi su espalda, y vestía una falta que mostraba sus piernas blancas.
Kitty se acercó por detrás y colocó una mano posesiva en su cadera, y me congelé.
Esto podría haber sido mala idea.
—Juro que tienes que superarlo—susurró Emily a mi lado.
Asentí y seguí bajando las escaleras hacia el grupo.
No es que yo tuviera miedo de Kitty.
Solo no quería pasar toda la noche sintiéndome como una invitada no deseado.
Estaba bien con no presentarme en esta cosa.
—Artie y Sugar acaban de llegar. Todavía se están acostumbrando a la vida con un bebé—dijo Rachel a Hanna.
—No puedo esperar a ver a Bliss—dijo Hanna con un suspiro feliz.
¿Otro bebé?
Maldición, este grupo se multiplicaban como conejos.
—Es hermosa—dijo Rachel—No exagero. Es tan hermosa que para el tráfico. Sus pequeñas mejillas son tan regordetas y sus ojos son los mismos que los de Artie. Sugar no puede llevarla a ningún lado sin ser detenida por un millón de personas que quieren verla—sonrió felizmente.
Llegamos al último escalón, y Hanna nos notó. Sonrió brillantemente.
No hice contacto visual con Marley o siquiera miré en dirección de Kitty. En cambio, me acerqué a estrechar la mano de Quinn y a felicitarlo por el niño.
—Me alegro de verte—dijo Quinn, sonriéndome.
—Gracias. Parece que agregaste otro miembro a la familia—contesté—Felicidades.
—Gracias. Me mantiene despierta durante la noche, pero estoy bien con ello. Es un buen momento para hablar americano. Enseñarle desde temprano.
Reí y me giré hacia Hanna, quien sostenía al pequeño para que lo viera.
—Santana, conoce a Charlie Fabray Berry—dijo con una voz suave reservada para los bebés.
—Encantada de conocerte, Charlie—contesté.
El niño sonrió y se metió la mano en la boca. La pequeña pelusa de cabello en su cabeza era tan negra como la de su mamá Rachel, pero el chico me recordaba a Quinn.
Quizás eran sus ojos verdes.
—Tengo hambre. ¿Vinimos a quedarnos de pie y observar a los bebés durante toda la noche o hay comida aquí?—dijo una nueva voz, alejando mi atención del bebé.
Lo reconocí, pero no podía recordar su nombre.
Era tan alto que estoy segura que tocaba el techo si se estiraba. No lo miré el tiempo suficiente como para descifrar de qué se trataban.
—Tenemos un montón de comida, Finn—respondió Hanna, sonriéndole como si él no fuera un tipo intimidante.
—Bien—dijo, caminando y deteniéndose para besar la cabeza de Charlie, algo que no esperaba que hiciera—Maldición, ese niño es lindo. Pero bueno, se parece a su mami.
Quinn simplemente se rio entre dientes. Mamá era ella y mami era Rachel.
Finn me miró y se detuvo.
Su mirada se desvió de mí a donde yo sabía que se encontraba Marley y Kitty.
Una lenta sonrisa se extendió por su cara.
—Oh, diablos. Esto será muy divertido. Kitty, ¿jugaste sin trampas con Santana?
Los ojos de Hanna se agrandaron, y todos se quedaron en silencio.
Decidí que este era el momento de girarme y saludarlos y terminar con esto.
Marley miró fijamente a Finn como si estuviera a punto de darle un puñetazo, pero Kitty tenía una sonrisa divertida en el rostro.
—Yo siempre juego limpio—dijo Kitty con un acento perezoso que iba bien con su aspecto de chica surfista—No tengo problemas con Santana. Al menos, ya no más—dejó caer su brazo de la cintura de Marley y dio un paso adelante, extendiendo la mano hacia mí—Sin resentimientos—dijo.
Era duro que la chica me desagradara. Le estreché la mano.
—No, en absoluto—contesté.
—Bien—dijo, dando un paso hacia atrás para volver a colocar su mano sobre Marley —¿Viste, bobo? Todos estamos bien—dijo Kitty a Finn.
Finn simplemente se rio y sacudió la cabeza.
—Seguro que lo estás.
—De acuerdo, Finn, deja de provocar a todo el mundo. Estamos en la casa de los López Fields—dijo Quinn, intentando sonar diplomático.
Finn se encogió de hombros y miró a Quinn.
—Simplemente quería un poco de diversión.
La puerta se abrió de nuevo, esta vez entró la escultural y fibrosa figura que era Mike.
Una niña con una cabeza llena de rizos corrió alrededor de sus piernas, gritando el nombre de Kitty. Me giré para ver a Kitty inclinarse para cargarla justo cuando ella se arrojó a sus brazos.
Mike y su esposa, Tina, habían adoptado a la hermana pequeña de Kitty y sus hermanos cuando su mamá murió, haciendo este grupo de amigos más cercanos.
—Te extrañé—dijo la pequeña niña, plantando un sonoro beso en la mejilla de Kitty.
—Yo también te extrañé.
—Lo siento, llegamos tarde—dijo Mike—Tina tenía que pasar a por los niños después de la práctica de fútbol. Yo tuve que ir a por Madison. Britt está cuidándola en la casa mientras fuimos por los chicos a las prácticas.
Mi cabeza se giró al escuchar el nombre de Brittany. Era el nombre de la chica que rescaté ayer por la noche.
—¿Dejaron a Madison con Britt?—preguntó Rachel, sonando sorprendida.
Mike la miró y frunció el ceño.
—Es mi prima. Sé que no te agrada Britt, pero es buena con Madison.
—Ella no esta tan mala, Rach—agregó Marley —Sé que tú tuviste una mala experiencia con ella, pero Britt es muy leal a los suyos y ama a esos niños.
—Eso me hizo sentir aún más curioso. Si era la misma Brittany que golpeó con un bate la camioneta de su novia, entonces comprendía la preocupación de Rachel. Ella no parecía ser una niñera.
—Parece tan frívola—dijo Rachel, frunciendo el ceño.
Finn regresó a la habitación con un puñado de papitas fritas.
—Está preocupada porque Britt tenía su culo sexy puesto sobre Quinn. No quiere decir que sea una chica mala. Solo que mete la pata algunas veces.
Marley lanzó otra mirada molesta a su dirección.
—No traigas a colación eso. Son noticias viejas.
—No sigas con eso—la voz de Quinn sonó suplicante.
—Britt hace algunas cosas no muy inteligentes, y es impulsiva, pero aun así es buena con Madison —dijo Mike a la defensiva.
—Hizo añicos la camioneta de Casey la otra noche—señaló Quinn.
Este grupo acababa de ganar mi completa atención.
No pude evitar sonreír.
Tuve que taparme la boca con la mano para evitar que nadie se diera cuenta.
Hablaban de la rubia sexy a quien ayudé a escapar.
—¿Hizo qué?—preguntó horrorizada Hanna.
Rachel suspiró y sacudió la cabeza.
—Lo hizo, descubrió que su novia la estaba engañando y tomó un bate o algo e hizo añicos las ventanas de su camioneta, y al parecer también dejo algunas abolladuras a los costados antes de huir.
Kitty dejo salir una carcajada.
—Lo siento, pero es muy divertido. Cada vez que lo escucho, no puedo controlar la risa.
Mike negó con la cabeza.
—Chica loca. Casey se lo merecía, pero todavía no puedo creer que ella lo hiciera. Aunque niega haberlo hecho, y la única prueba es la palabra de Casey diciendo que la vio corriendo y la persiguió. Luego dice que saltó a un Porsche y desapareció. Esa es una completa mentira. No hay nadie en la ciudad con un Porshe. Luego, cuando la policía llego a su casa, su mamá dijo que había estado con ella todo el día y estaba en la ducha. La policía comprobó que el capó de su camioneta estaba frío, así que no pudo discutir con Whitney.
Sentí los ojos de Emily sobre mí, pero no lo miré.
Casi podía escuchar sus pensamientos.
Sabía quién era la propietario de un Porshe en Sea Breeze… ella.
—Conociendo a Casey, estaba borracha o drogada. Sí, suena como algo que haría Britt. Nadie más tiene un motivo. Y todos sabemos que Whitney probablemente entretiene a más de uno de los policías de Sea Breeza en Jugs—dijo Kitty, aun divertido y sonriente.
¿Jugs?
¿Qué es Jugs?
No pregunté.
En cambio, permanecí callada.
Afortunadamente, Emily nunca mencionó el Porshe que se encontraba en la cochera.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
muy buena la madre de britt haciendo le la segunda bueno la esta salvando jajaja
ya se enteraron todos jajaja,.. bueno san mejor callada antes de enterar a britt por lo menos ya sabe quien es jajaj
nos vemos!!
PD es que me quede leyendo play by play y todavía me faltan 8 libros mas,.. son 18 en total,... si no equivoco marta adapto el primero pues lo seguí,. mas o menos seria como esta serie pero de deportes todos los personajes se relacionan,.. (no me acuerdo si te lo había mencionado) también estoy buscando en la cama con el diablo de Cathryn de Bourgh es una novela de época,.. pero todavía no le encuentro asi que voy a ver que leo jajaja
muy buena la madre de britt haciendo le la segunda bueno la esta salvando jajaja
ya se enteraron todos jajaja,.. bueno san mejor callada antes de enterar a britt por lo menos ya sabe quien es jajaj
nos vemos!!
PD es que me quede leyendo play by play y todavía me faltan 8 libros mas,.. son 18 en total,... si no equivoco marta adapto el primero pues lo seguí,. mas o menos seria como esta serie pero de deportes todos los personajes se relacionan,.. (no me acuerdo si te lo había mencionado) también estoy buscando en la cama con el diablo de Cathryn de Bourgh es una novela de época,.. pero todavía no le encuentro asi que voy a ver que leo jajaja
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
emily se comporto como tiene que ser una buena hermana, calladita pq se ve mas bonita!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
muy buena la madre de britt haciendo le la segunda bueno la esta salvando jajaja
ya se enteraron todos jajaja,.. bueno san mejor callada antes de enterar a britt por lo menos ya sabe quien es jajaj
nos vemos!!
PD es que me quede leyendo play by play y todavía me faltan 8 libros mas,.. son 18 en total,... si no equivoco marta adapto el primero pues lo seguí,. mas o menos seria como esta serie pero de deportes todos los personajes se relacionan,.. (no me acuerdo si te lo había mencionado) también estoy buscando en la cama con el diablo de Cathryn de Bourgh es una novela de época,.. pero todavía no le encuentro asi que voy a ver que leo jajaja
Hola lu, jajajaajajajajaj si que si ajajajajja bn ai por ella jaajajaja. Pero como corren las noticias, no¿? jajajajaaj. mmm si, es uan buena táctica la vrdd ajajajaj. Saludos =D
PD: aaaah sisi si la había leído, alguno libros, pero no sabía que fueran tantos =O Y si, como la adaptaron espere q siguiera con ella jajajaaj. No, no me lo habías mencionado XD =O ni la había escuchado, te ayudo a buscarla haber si yo tengo suerte... si la encuentras y lees me avisas q tal, no¿?
micky morales escribió:emily se comporto como tiene que ser una buena hermana, calladita pq se ve mas bonita!!!!!
Hola, aaaah si q si, tiene un muy buen punto ai. Jajajajaajajaj osea se ve bonita siempre, pero si, calladita tmbn jajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Cap 3
Capitulo 3
Brittany
Permanecí de baja por una semana.
Estaba cansada de estar en casa.
Cuidar a la pequeña niña de Mike, Mady May, a principios de esta semana fue una distracción divertida, pero necesitaba un poco de acción.
Pensar en Casey y en toda la pérdida de tiempo simplemente me volvía loca.
Era casi como si estuviera pidiendo terminar como mi mamá. No es que yo no amara a mi mamá, solo sabía que su vida era dura.
Además, por mucho que me gustaba vestirme para llamar la atención de una mujer, no quería volver a pensar que tenía que desnudarme frente a las personas para llegar a fin de mes.
Mi mamá parecía tomarlo con calma.
Yo simplemente no creía que jamás podría.
Me gustaba mi cuerpo.
Solo prefería elegir para quién me quitaría la ropa.
Un gordo y parcialmente calvo policía no iba a conseguir pagar para verme desnuda.
Que Dios me ayude.
Deslicé mis pies en mis botas de vaquero rojas y tiré mi corta falda de cuero negro hacia abajo hasta que cubrió mis nalgas. Al parecer, el cuero se hallaba de moda en esta temporada.
Amaba el cuero, por lo que me hizo feliz.
Tomé una de mis camisetas de Jackdown. Iba a ir a escuchar a Sam y su banda esta noche en Live Bay.
Sam amaba que yo llevara una de las camisas de la banda.
Sam también amó cuando me la quité para él. Pero esos días terminaron.
Su hermana, Tina, se casó con mi primo. Éramos familia ahora, incluso aunque él prefería decir que no contaba.
Además, Sam no iba a ser el hombre que me salve de la vida de mi mamá.
Él era como yo: nacido en una situación de clase baja y tratando de encontrar una salida.
También disfrutábamos de los problemas solo un poco demasiado.
Los dos juntos habíamos demostrado ser peligrosos.
Mamá ya se había ido a trabajar esta noche, así que fui a su habitación para rociar un poco de su Chanel en mi escote. Ella lo usaba con moderación, y supuestamente no debería tocarlo.
Cuando estuve segura de estar lista, agarré las llaves del auto y abrí la puerta principal. En mi camino de entrada se encontraba una Hummer negra con las ventanas tintadas.
¿De quién demonios era eso?
Esa no era la típica Hummer.
Era del tipo de “pedido especial”.
Cerré la puerta detrás de mí y caminé por los bloques de cemento. La puerta del conductor se abrió y salió la Srta. Porsche. En su mano tenía un bate de béisbol.
El bate de béisbol de Mike.
Oh, maldita sea, me lo olvidé.
Sonriendo con alivio porque Mike no me hubiera matado por perderlo, me acerqué a su encuentro a mitad de camino.
—Se te olvidó algo —dijo a modo de saludo.
—Gracias—respondí, tomándolo de ella y escondiéndolo a mis espaldas por si alguien manejaba por el frente y me veía con un bate de béisbol.
Era lo último que necesitaba después de esta semana.
—¿Puedo confiar en ti con él? ¿O debería estar disponible para cualquier plan de escape?
La Srta. Porsche tenía unos hoyuelos.
No los noté antes.
—Creo que voy a colgar mi bate. Muchos problemas—dije.
—Es bueno escucharlo. Historias de tu paliza a la camioneta estuvieron por toda la ciudad esta semana—dijo con una mirada divertida—Hasta se habla de que tu vehículo de escape era un Porsche, y nadie le cree a Casey porque dicen que nadie tiene un Porsche por aquí, decidí que sería mejor conducir algo más si iba a venir por aquí.
¿Cómo sabía eso?
Sea Breeze era una ciudad pequeña, pero no era tan pequeña. Los locales no compartían ese tipo de cosas con la gente de verano.
Tenía que conocer a alguien.
—¿Quién eres tú?—pregunté.
—Mi nombre es Santana—contestó.
Santana.
No conocía a ninguna Santana.
Aparte de Santana Condoy, que tuvo una sobredosis el año pasado. Incliné mi cabeza y la estudié por un minuto.
—Por lo tanto, Santana, ¿a quién conoces en Sea Breeze? Hubiera jurado que estabas de paso en la isla. El Porsche y todo eso me dieron una pista.
Su sonrisa creció y sus hoyuelos se volvieron más profundos.
Me gustaban mucho esos hoyuelos.
—Mi secreto—dijo simplemente.
Miré hacia abajo a su ropa de diseñador y recordé que las personas como ella estaban muy fuera de mi alcance.
Buscaba un lugareño con cierto potencial. Eso era lo mejor que iba a conseguir.
Esta chica lucía como si encajaría a la perfección en Beverly Hills.
—Sí, bueno, gracias por esto y por lo de la otra noche. Lo aprecio—dije, decidiendo que prolongar esta conversación era inútil.
—¿Te diriges a alguna parte? —preguntó.
—Sí, voy a salir. Un amigo mío está en una banda —expliqué.
Santana no hizo un movimiento para irse.
¿Qué hacía?
—Están tocando en un bar —continué.
—¿Te encontrarás con alguien ahí?
Um... ¿Qué?
¿De verdad se encontraba a punto de pedir ir también?
No.
Tenía que estar leyendo esto mal.
—Uh, algunos amigos estarán ahí, estoy segura.
—¿Pero ninguna persona? ¿O el tipo es el amigo de la banda?
Me estaba preguntando si tenía una cita.
Guau.
Por primera vez en mi vida me sentí sin nada que decir. Me quedé ahí, torpemente mirándola.
—Está bien. De verdad. No estés tan asustada. Nos vemos por ahí—dijo, luego se volvió y echó a andar hacia su Hummer.
Se iba.
Tenía que decir algo.
—No, espera. No estoy... No hay un chico o chica. Solamente voy a escuchar a la banda y ver a unos amigos. Si quieres venir...—mi voz se apagó, todavía teniendo dificultades para creer que ella quería ser vista conmigo.
Se detuvo y me miró.
—¿Estás segura?
¡Sí!
Me las arreglé para asentir con la cabeza y no actuar como una idiota.
Su sonrisa regresó.
—Conduciré.
Tomando una respiración estable, caminé hacia ella y me di cuenta de que todavía tenía el bate de béisbol en la mano.
—Oh—me detuve y lo levanté—Tengo que dejar esto.
—Puedes ponerlo en la Hummer hasta que regresemos—dijo, pasándome para abrir la puerta para mí.
Esta fue una primera vez.
Nunca nadie me abrió una puerta.
Nunca.
—Gracias—dije, mirando hacia ella y decidiendo que podría acostumbrarme a esto.
—¿Por qué?—preguntó con una mirada confusa en su rostro.
—Por abrir mi puerta—contesté.
Sus ojos se abrieron y me miraron por un segundo, luego se inclinó.
—Britt, si los chicos no abren puertas para ti, entonces no valen la pena. Pero si una mujer tampoco lo hace, no veo que lo valga tampoco. No hay necesidad de darme las gracias—entonces se echó hacia atrás y me tendió la mano para ayudarme a subirme a la Hummer.
Estaba bastante segura de haber entendido la palabra “embeleso" finalmente.
Puse mi mano en la suya, y cerró su mano alrededor de la mía y me ayudó a subir.
Era más alta que mi camioneta, pero mis piernas eran tan largas como las de mi mamá.
Aun así, me gustó tenerlo ayudándome.
Cuando me senté, me di cuenta de sus ojos en mis piernas antes de que ella levantara la mirada para encontrarse con la mía.
—Lo siento—dijo con un ligero rubor en su rostro. Luego cerró la puerta y tuve un momento para serenarme.
¿Alguna vez vi a una persona ruborizarse?
Aparte de mi profesor de historia de secundaria con quien tuve un flechazo y me aseguré de que lo supiera.
Me sentí muy mal vestida.
Mi pequeño vestuario atractivo ahora parecía... barato.
Santana abrió la puerta del conductor y subió. Sus brazos se flexionaron, capturando mi atención completa.
Me preguntaba cómo lucirían sus abdominales.
Sus pechos.
Sus piernas.
—¿A dónde vamos ?—preguntó mientras arrancaba el motor.
—Se llama Live Bay—dije—¿Has oído hablar de él?
Santana sonrió.
—Por supuesto.
Santana
Esta era probablemente una mala idea.
No me encontraba lista para decirle a Brittany quién era.
Por las historias que escuché sobre Brittany, sabía que era una persona problemática.
Tenía la intención de devolver el bate e irme.
Aunque las cosas que el grupo había dicho sobre ella eran divertidas como el infierno, me dio la impresión de que una vez que ella supiera que mi hermana era Emily Fields, esa sería la única cosa que le importaría.
Estaría en su radar, pero por las razones equivocadas.
Y me encontraba aquí solamente por un mes para conseguir un poco de tiempo a solas antes de que la escuela empezara.
Al verla salir de la casa en esa pequeña falda que apenas cubría su culo y esa camiseta apretada me olvidé exactamente por qué no planeaba llegar a conocerla mejor.
Todas esas piernas me hicieron débil.
Mike actuó tan protector con ella cuando todo el mundo hablaba de Brittany, y pude ver la preocupación en sus ojos cuando explicó sus acciones.
Él conocía a una Brittany que ninguno de ellos se dio la oportunidad de conocer.
Quería conocer a esa Brittany.
Debido a que la sexy, a medio vestir que le gustaba usar su cuerpo para hacer que los hombres y más de una mujer caigan a sus rodillas era muy, muy caliente.
Necesitaba más, sin embargo.
Me encontraba curioso.
Eso era todo.
—¿Has estado en Live Bay antes?—preguntó.
La miré.
—Sí, una vez—admití.
—Sorprendente. Normalmente, los isleños no llegan a nuestros lugares de reunión.
La forma en que dijo "los isleños" no sonaba atractiva.
—¿Tienes algo en contra de la isla? —pregunté, divertida.
Se encogió de hombros.
—En realidad no. Solo mencionaba un hecho.
Ella tenía razón.
Emily, sin embargo, rompió el molde.
No solo salió de la isla, sino que persiguió a una chica y la hizo suya.
—¿Alguna vez has estado en la isla?—pregunté. Doblé hacia Live Bay, luego la miré.
Negó con la cabeza.
—Nop—dirigió sus ojos hacia mí, y sus largas pestañas se abanicaron en sus altos pómulos—Las personas de la isla no suelen invitar a personas como yo a cenar.
Esa era una vergüenza.
Las personas de la isla simplemente no sabían cuán entretenida era Brittany.
—Su pérdida—dije abriendo mi puerta.
Tuve que correr alrededor de la parte delantera de la Hummer para llegar a Brittany antes de que ella saltara por su cuenta con esas botas puestas.
Arqueó las cejas.
—¿Ayudas a las mujeres a salir de sus coches también?—preguntó.
Maldita sea, ¿con qué tipo de personas estuvo saliendo?
Le tendí la mano, y la agarró antes de dar un paso abajo. Su pecho se apretó contra el mío, y contuve mi aliento. Sus tetas no solo eran generosas, también eran suaves y se sentían muy bien junto a las mías.
—Gracias—dijo, sonriendo hacia mí con una mirada de complicidad en sus ojos.
La dejé tener su diversión.
Supo que me gustó la sensación de su pecho, y lo mantenía justo ahí para que yo mirara y lo vea de cerca.
No iba a mirar, sin embargo.
Ella esperaba que lo hiciera.
Ya me pilló viendo esas piernas suyas.
No iba a comerme con los ojos sus tetas, también. En cambio le guiñé un ojo y di un paso atrás.
—¿Lista? —pregunté.
El destello de decepción en sus ojos me hizo desear haber echado un vistazo.
No quería que pensara que no me atraía. Podía ser coqueta, pero era una mujer y nosotras teníamos sentimientos.
—Claro—dijo ella, con una sonrisa forzada y girando para ingresar.
Quería agarrar su brazo y asegurarle que su cuerpo era perfecto. Pero no lo hice.
Tenía la sensación de que estaba acostumbrada a eso. No quería ser a lo que ella estaba acostumbrada.
Me vio como diferente, y yo quería serlo.
Quería destacar.
¿Por qué?
No estaba segura.
Tomé varias zancadas para seguirle el ritmo y llegar a la puerta antes que ella para poder abrirla. Se detuvo y me miró mientras me ponía detrás y esperaba a que caminara.
Una pequeña sonrisa apareció en sus labios, y la coqueta Brittany volvió.
La seguí dentro.
La música era fuerte y los cuerpos se dirigían más cerca del escenario. La banda no tacaba todavía, pero la hora debía estar cerca.
Varias personas gritaban saludos a Brittany, quien saludaba de regreso.
Todos la conocían.
Incluso el camarero, quien le guiñó un ojo. Esto no era algo con lo que me gustaría lidiar.
Me alegraba de estar siendo testigo esta noche.
Vi varios ojos masculinos pasando de ella a mí. Todos ellos se preguntaban si me encontraba con ella.
Podía sentirlo.
No me moví para tocarla porque no era mía. Solo vinimos aquí juntas, pero no les daría ninguna oportunidad… y si podía evitar que ella lo hiciera también.
—¿Dónde encontraste a ésta, Britt?—preguntó una chica con rizos oscuros y labios pintados de rosa brillante mientras me miraba con abierta curiosidad.
Sus ojos recorrieron mi cuerpo lentamente.
—Ella está conmigo, Bree. Vierte agua helada en ti y sigue adelante—dijo Brittany, agarrando mi brazo y tirándome más cerca de ella.
Traté muy duro de no sonreír.
—Cuando te canses de sus garras, ven a verme. Soy dulce como un gatito—gritó la otra chica mientras Brittany me llevaba a través de la multitud.
—¿Amigas tuyas?—pregunté, divertido por la rigidez de los hombros de Brittany.
Se detuvo y me miró.
—Uh, no—espetó—Destacas, chica isla. Es todo sobre ti. Vas a atraer a las buscadoras de oro.
—¿Qué, no es mi buen aspecto?—pregunté, burlándome de ella.
Empezó a decir algo y se dio cuenta de la mirada divertida en mi cara, y sus hombros se relajaron.
—Eres caliente, chica isla. Te voy a dar eso. Así que tienes todo el paquete. Solo mantente cerca de mí porque Bree es solo una de muchas.
Asentí y ella me lanzó una sonrisa real. Del tipo que hizo que sus ojos bailaran con diversión.
—Vamos. Mis amigos están por ahí—dijo.
La seguí a través de la multitud.
Noté a Mike primero. Se encontraba sentado en una mesa frente al escenario. A su lado se hallaba Finn. No había señales de Kitty o Marley.
Tomé una tranquila respiración.
Podría hacer frente a Mike y Finn.
Aunque, me encontraba un poco nerviosa acerca de cómo Mike reaccionaría a esto.
No quería molestar a ese tipo.
Mi secreto habría terminado después de que Mike le dijera a Brittany quién era.
Ella ya me veía como una chica rica que salió a los barrios bajos. No sabía si cambiaría mucho su opinión saber que mi hermana era Emily Fields.
Que no supiera me pareció importante al principio, pero ahora no estaba segura de si cambiaría como la mayoría de las chicas hacían una vez que sabían.
Me acostumbré a las chicas que pasan de estar interesadas en mí a obsesionadas conmigo en el momento en que se enteraban quién era mi hermana.
Tener a Emily como hermana normalmente atraía a cualquier mujer que quería por todas las razones equivocadas.
Lo sabría pronto.
Si Brittany comenzaba a actuar como una de las fans locas de Emily y se ponía pegajosa, saldría de aquí.
Esta sería nuestra prueba.
Realmente no quería que esta noche terminara.
Tenía esperanzas de que Brittany no fuera una fan de Emily Fields.
Estaba cansada de estar en casa.
Cuidar a la pequeña niña de Mike, Mady May, a principios de esta semana fue una distracción divertida, pero necesitaba un poco de acción.
Pensar en Casey y en toda la pérdida de tiempo simplemente me volvía loca.
Era casi como si estuviera pidiendo terminar como mi mamá. No es que yo no amara a mi mamá, solo sabía que su vida era dura.
Además, por mucho que me gustaba vestirme para llamar la atención de una mujer, no quería volver a pensar que tenía que desnudarme frente a las personas para llegar a fin de mes.
Mi mamá parecía tomarlo con calma.
Yo simplemente no creía que jamás podría.
Me gustaba mi cuerpo.
Solo prefería elegir para quién me quitaría la ropa.
Un gordo y parcialmente calvo policía no iba a conseguir pagar para verme desnuda.
Que Dios me ayude.
Deslicé mis pies en mis botas de vaquero rojas y tiré mi corta falda de cuero negro hacia abajo hasta que cubrió mis nalgas. Al parecer, el cuero se hallaba de moda en esta temporada.
Amaba el cuero, por lo que me hizo feliz.
Tomé una de mis camisetas de Jackdown. Iba a ir a escuchar a Sam y su banda esta noche en Live Bay.
Sam amaba que yo llevara una de las camisas de la banda.
Sam también amó cuando me la quité para él. Pero esos días terminaron.
Su hermana, Tina, se casó con mi primo. Éramos familia ahora, incluso aunque él prefería decir que no contaba.
Además, Sam no iba a ser el hombre que me salve de la vida de mi mamá.
Él era como yo: nacido en una situación de clase baja y tratando de encontrar una salida.
También disfrutábamos de los problemas solo un poco demasiado.
Los dos juntos habíamos demostrado ser peligrosos.
Mamá ya se había ido a trabajar esta noche, así que fui a su habitación para rociar un poco de su Chanel en mi escote. Ella lo usaba con moderación, y supuestamente no debería tocarlo.
Cuando estuve segura de estar lista, agarré las llaves del auto y abrí la puerta principal. En mi camino de entrada se encontraba una Hummer negra con las ventanas tintadas.
¿De quién demonios era eso?
Esa no era la típica Hummer.
Era del tipo de “pedido especial”.
Cerré la puerta detrás de mí y caminé por los bloques de cemento. La puerta del conductor se abrió y salió la Srta. Porsche. En su mano tenía un bate de béisbol.
El bate de béisbol de Mike.
Oh, maldita sea, me lo olvidé.
Sonriendo con alivio porque Mike no me hubiera matado por perderlo, me acerqué a su encuentro a mitad de camino.
—Se te olvidó algo —dijo a modo de saludo.
—Gracias—respondí, tomándolo de ella y escondiéndolo a mis espaldas por si alguien manejaba por el frente y me veía con un bate de béisbol.
Era lo último que necesitaba después de esta semana.
—¿Puedo confiar en ti con él? ¿O debería estar disponible para cualquier plan de escape?
La Srta. Porsche tenía unos hoyuelos.
No los noté antes.
—Creo que voy a colgar mi bate. Muchos problemas—dije.
—Es bueno escucharlo. Historias de tu paliza a la camioneta estuvieron por toda la ciudad esta semana—dijo con una mirada divertida—Hasta se habla de que tu vehículo de escape era un Porsche, y nadie le cree a Casey porque dicen que nadie tiene un Porsche por aquí, decidí que sería mejor conducir algo más si iba a venir por aquí.
¿Cómo sabía eso?
Sea Breeze era una ciudad pequeña, pero no era tan pequeña. Los locales no compartían ese tipo de cosas con la gente de verano.
Tenía que conocer a alguien.
—¿Quién eres tú?—pregunté.
—Mi nombre es Santana—contestó.
Santana.
No conocía a ninguna Santana.
Aparte de Santana Condoy, que tuvo una sobredosis el año pasado. Incliné mi cabeza y la estudié por un minuto.
—Por lo tanto, Santana, ¿a quién conoces en Sea Breeze? Hubiera jurado que estabas de paso en la isla. El Porsche y todo eso me dieron una pista.
Su sonrisa creció y sus hoyuelos se volvieron más profundos.
Me gustaban mucho esos hoyuelos.
—Mi secreto—dijo simplemente.
Miré hacia abajo a su ropa de diseñador y recordé que las personas como ella estaban muy fuera de mi alcance.
Buscaba un lugareño con cierto potencial. Eso era lo mejor que iba a conseguir.
Esta chica lucía como si encajaría a la perfección en Beverly Hills.
—Sí, bueno, gracias por esto y por lo de la otra noche. Lo aprecio—dije, decidiendo que prolongar esta conversación era inútil.
—¿Te diriges a alguna parte? —preguntó.
—Sí, voy a salir. Un amigo mío está en una banda —expliqué.
Santana no hizo un movimiento para irse.
¿Qué hacía?
—Están tocando en un bar —continué.
—¿Te encontrarás con alguien ahí?
Um... ¿Qué?
¿De verdad se encontraba a punto de pedir ir también?
No.
Tenía que estar leyendo esto mal.
—Uh, algunos amigos estarán ahí, estoy segura.
—¿Pero ninguna persona? ¿O el tipo es el amigo de la banda?
Me estaba preguntando si tenía una cita.
Guau.
Por primera vez en mi vida me sentí sin nada que decir. Me quedé ahí, torpemente mirándola.
—Está bien. De verdad. No estés tan asustada. Nos vemos por ahí—dijo, luego se volvió y echó a andar hacia su Hummer.
Se iba.
Tenía que decir algo.
—No, espera. No estoy... No hay un chico o chica. Solamente voy a escuchar a la banda y ver a unos amigos. Si quieres venir...—mi voz se apagó, todavía teniendo dificultades para creer que ella quería ser vista conmigo.
Se detuvo y me miró.
—¿Estás segura?
¡Sí!
Me las arreglé para asentir con la cabeza y no actuar como una idiota.
Su sonrisa regresó.
—Conduciré.
Tomando una respiración estable, caminé hacia ella y me di cuenta de que todavía tenía el bate de béisbol en la mano.
—Oh—me detuve y lo levanté—Tengo que dejar esto.
—Puedes ponerlo en la Hummer hasta que regresemos—dijo, pasándome para abrir la puerta para mí.
Esta fue una primera vez.
Nunca nadie me abrió una puerta.
Nunca.
—Gracias—dije, mirando hacia ella y decidiendo que podría acostumbrarme a esto.
—¿Por qué?—preguntó con una mirada confusa en su rostro.
—Por abrir mi puerta—contesté.
Sus ojos se abrieron y me miraron por un segundo, luego se inclinó.
—Britt, si los chicos no abren puertas para ti, entonces no valen la pena. Pero si una mujer tampoco lo hace, no veo que lo valga tampoco. No hay necesidad de darme las gracias—entonces se echó hacia atrás y me tendió la mano para ayudarme a subirme a la Hummer.
Estaba bastante segura de haber entendido la palabra “embeleso" finalmente.
Puse mi mano en la suya, y cerró su mano alrededor de la mía y me ayudó a subir.
Era más alta que mi camioneta, pero mis piernas eran tan largas como las de mi mamá.
Aun así, me gustó tenerlo ayudándome.
Cuando me senté, me di cuenta de sus ojos en mis piernas antes de que ella levantara la mirada para encontrarse con la mía.
—Lo siento—dijo con un ligero rubor en su rostro. Luego cerró la puerta y tuve un momento para serenarme.
¿Alguna vez vi a una persona ruborizarse?
Aparte de mi profesor de historia de secundaria con quien tuve un flechazo y me aseguré de que lo supiera.
Me sentí muy mal vestida.
Mi pequeño vestuario atractivo ahora parecía... barato.
Santana abrió la puerta del conductor y subió. Sus brazos se flexionaron, capturando mi atención completa.
Me preguntaba cómo lucirían sus abdominales.
Sus pechos.
Sus piernas.
—¿A dónde vamos ?—preguntó mientras arrancaba el motor.
—Se llama Live Bay—dije—¿Has oído hablar de él?
Santana sonrió.
—Por supuesto.
Santana
Esta era probablemente una mala idea.
No me encontraba lista para decirle a Brittany quién era.
Por las historias que escuché sobre Brittany, sabía que era una persona problemática.
Tenía la intención de devolver el bate e irme.
Aunque las cosas que el grupo había dicho sobre ella eran divertidas como el infierno, me dio la impresión de que una vez que ella supiera que mi hermana era Emily Fields, esa sería la única cosa que le importaría.
Estaría en su radar, pero por las razones equivocadas.
Y me encontraba aquí solamente por un mes para conseguir un poco de tiempo a solas antes de que la escuela empezara.
Al verla salir de la casa en esa pequeña falda que apenas cubría su culo y esa camiseta apretada me olvidé exactamente por qué no planeaba llegar a conocerla mejor.
Todas esas piernas me hicieron débil.
Mike actuó tan protector con ella cuando todo el mundo hablaba de Brittany, y pude ver la preocupación en sus ojos cuando explicó sus acciones.
Él conocía a una Brittany que ninguno de ellos se dio la oportunidad de conocer.
Quería conocer a esa Brittany.
Debido a que la sexy, a medio vestir que le gustaba usar su cuerpo para hacer que los hombres y más de una mujer caigan a sus rodillas era muy, muy caliente.
Necesitaba más, sin embargo.
Me encontraba curioso.
Eso era todo.
—¿Has estado en Live Bay antes?—preguntó.
La miré.
—Sí, una vez—admití.
—Sorprendente. Normalmente, los isleños no llegan a nuestros lugares de reunión.
La forma en que dijo "los isleños" no sonaba atractiva.
—¿Tienes algo en contra de la isla? —pregunté, divertida.
Se encogió de hombros.
—En realidad no. Solo mencionaba un hecho.
Ella tenía razón.
Emily, sin embargo, rompió el molde.
No solo salió de la isla, sino que persiguió a una chica y la hizo suya.
—¿Alguna vez has estado en la isla?—pregunté. Doblé hacia Live Bay, luego la miré.
Negó con la cabeza.
—Nop—dirigió sus ojos hacia mí, y sus largas pestañas se abanicaron en sus altos pómulos—Las personas de la isla no suelen invitar a personas como yo a cenar.
Esa era una vergüenza.
Las personas de la isla simplemente no sabían cuán entretenida era Brittany.
—Su pérdida—dije abriendo mi puerta.
Tuve que correr alrededor de la parte delantera de la Hummer para llegar a Brittany antes de que ella saltara por su cuenta con esas botas puestas.
Arqueó las cejas.
—¿Ayudas a las mujeres a salir de sus coches también?—preguntó.
Maldita sea, ¿con qué tipo de personas estuvo saliendo?
Le tendí la mano, y la agarró antes de dar un paso abajo. Su pecho se apretó contra el mío, y contuve mi aliento. Sus tetas no solo eran generosas, también eran suaves y se sentían muy bien junto a las mías.
—Gracias—dijo, sonriendo hacia mí con una mirada de complicidad en sus ojos.
La dejé tener su diversión.
Supo que me gustó la sensación de su pecho, y lo mantenía justo ahí para que yo mirara y lo vea de cerca.
No iba a mirar, sin embargo.
Ella esperaba que lo hiciera.
Ya me pilló viendo esas piernas suyas.
No iba a comerme con los ojos sus tetas, también. En cambio le guiñé un ojo y di un paso atrás.
—¿Lista? —pregunté.
El destello de decepción en sus ojos me hizo desear haber echado un vistazo.
No quería que pensara que no me atraía. Podía ser coqueta, pero era una mujer y nosotras teníamos sentimientos.
—Claro—dijo ella, con una sonrisa forzada y girando para ingresar.
Quería agarrar su brazo y asegurarle que su cuerpo era perfecto. Pero no lo hice.
Tenía la sensación de que estaba acostumbrada a eso. No quería ser a lo que ella estaba acostumbrada.
Me vio como diferente, y yo quería serlo.
Quería destacar.
¿Por qué?
No estaba segura.
Tomé varias zancadas para seguirle el ritmo y llegar a la puerta antes que ella para poder abrirla. Se detuvo y me miró mientras me ponía detrás y esperaba a que caminara.
Una pequeña sonrisa apareció en sus labios, y la coqueta Brittany volvió.
La seguí dentro.
La música era fuerte y los cuerpos se dirigían más cerca del escenario. La banda no tacaba todavía, pero la hora debía estar cerca.
Varias personas gritaban saludos a Brittany, quien saludaba de regreso.
Todos la conocían.
Incluso el camarero, quien le guiñó un ojo. Esto no era algo con lo que me gustaría lidiar.
Me alegraba de estar siendo testigo esta noche.
Vi varios ojos masculinos pasando de ella a mí. Todos ellos se preguntaban si me encontraba con ella.
Podía sentirlo.
No me moví para tocarla porque no era mía. Solo vinimos aquí juntas, pero no les daría ninguna oportunidad… y si podía evitar que ella lo hiciera también.
—¿Dónde encontraste a ésta, Britt?—preguntó una chica con rizos oscuros y labios pintados de rosa brillante mientras me miraba con abierta curiosidad.
Sus ojos recorrieron mi cuerpo lentamente.
—Ella está conmigo, Bree. Vierte agua helada en ti y sigue adelante—dijo Brittany, agarrando mi brazo y tirándome más cerca de ella.
Traté muy duro de no sonreír.
—Cuando te canses de sus garras, ven a verme. Soy dulce como un gatito—gritó la otra chica mientras Brittany me llevaba a través de la multitud.
—¿Amigas tuyas?—pregunté, divertido por la rigidez de los hombros de Brittany.
Se detuvo y me miró.
—Uh, no—espetó—Destacas, chica isla. Es todo sobre ti. Vas a atraer a las buscadoras de oro.
—¿Qué, no es mi buen aspecto?—pregunté, burlándome de ella.
Empezó a decir algo y se dio cuenta de la mirada divertida en mi cara, y sus hombros se relajaron.
—Eres caliente, chica isla. Te voy a dar eso. Así que tienes todo el paquete. Solo mantente cerca de mí porque Bree es solo una de muchas.
Asentí y ella me lanzó una sonrisa real. Del tipo que hizo que sus ojos bailaran con diversión.
—Vamos. Mis amigos están por ahí—dijo.
La seguí a través de la multitud.
Noté a Mike primero. Se encontraba sentado en una mesa frente al escenario. A su lado se hallaba Finn. No había señales de Kitty o Marley.
Tomé una tranquila respiración.
Podría hacer frente a Mike y Finn.
Aunque, me encontraba un poco nerviosa acerca de cómo Mike reaccionaría a esto.
No quería molestar a ese tipo.
Mi secreto habría terminado después de que Mike le dijera a Brittany quién era.
Ella ya me veía como una chica rica que salió a los barrios bajos. No sabía si cambiaría mucho su opinión saber que mi hermana era Emily Fields.
Que no supiera me pareció importante al principio, pero ahora no estaba segura de si cambiaría como la mayoría de las chicas hacían una vez que sabían.
Me acostumbré a las chicas que pasan de estar interesadas en mí a obsesionadas conmigo en el momento en que se enteraban quién era mi hermana.
Tener a Emily como hermana normalmente atraía a cualquier mujer que quería por todas las razones equivocadas.
Lo sabría pronto.
Si Brittany comenzaba a actuar como una de las fans locas de Emily y se ponía pegajosa, saldría de aquí.
Esta sería nuestra prueba.
Realmente no quería que esta noche terminara.
Tenía esperanzas de que Brittany no fuera una fan de Emily Fields.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
san se juega todo a ver si britt es fan de em o no???
buena forma de verse de nuevo jajaja
a ver como termina la noche???
nos vemos!!!
san se juega todo a ver si britt es fan de em o no???
buena forma de verse de nuevo jajaja
a ver como termina la noche???
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
san se juega todo a ver si britt es fan de em o no???
buena forma de verse de nuevo jajaja
a ver como termina la noche???
nos vemos!!!
Hola lu, creo q tiene un mayor % a q si lo es, pero se q tmbn tiene algun % de q no lo sea. Jajajaajajajajaj las cosas surgen de la nada, no¿? no es como q lo tuviera todo planeado jajajaja. Espero q de lo mejor la vrdd! jaajajaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Cap 4
Capitulo 4
Brittany
¿Cómo lo hizo?
Una sonrisa sexy y divertida de Santana y superé completamente el estar lista para abofetear a Bree.
Quería enhebrar mis dedos por los suyos, pero no quería asustarlo. Parecía esperar que hiciera algo estúpido.
O que metiera la pata.
No tenía que decir nada… lo veía en sus ojos.
—Ese es mi primo Mike y uno de sus mejores amigos, Finn—le dije, sin querer que pensara que sólo tenía amigos hombres.
Incluso si era cierto, no sonaba bien.
En realidad eran amigos de Mike.
Coqueteaba con la mayoría de ellos y cabreaba a todas sus mujeres, aunque algunas me querían.
A excepción de la esposa de Mike, Tina.
Ella me amaba.
Y luego, por supuesto, Marley.
Nunca me juzgó ni me despreció.
En la escuela, siempre se abrió a la idea de hablar conmigo y actuó como si fuéramos buenas amigas.
Entonces, hace poco más de un año, decidió hacer un viaje por su lado salvaje y vino a mí por una guía.
Entonces, nuestra amistad se consolidó.
Los ojos de Mike encontraron los míos y sonrió, y luego pasaron hacia Santana y su sonrisa se desvaneció.
¿Era porque ella obviamente no era de por aquí?
Habría pensado que se hallaría feliz de verme con alguien tan pulcro.
En realidad, cualquiera más que Casey debería haberlo hecho sonreír.
Mike se puso de pie y me pregunté si debería ponerme delante de Santana. Antes de que pudiera decidir qué hacer, Santana dio un paso junto hacia mí.
—Mike, Finn, que bueno volver a verlos—dijo Santana con una facilidad familiar.
Me quedé helada.
Esto no tenía sentido.
—Bueno, que me condenen—dijo Finn con una carcajada.
El confundido ceño fruncido de Mike se volvió enojado.
—¿Quieres explicar esto? —le preguntó a Santana.
—Soy la del Porsche—respondió simplemente.
Las cejas de Mike subieron, y me miró, luego de nuevo a Santana. Se pasó una mano por su cabeza.
—¿Por qué no pensé en eso? —murmuró.
Abrí la boca y me encontraba a punto de preguntarle qué demonios estaba pasando, cuando Finn soltó otra carcajada.
—¡Maldita morena! Eso no tiene precio. Y no dijiste ni una sola palabra sobre eso la otra noche.
¿La otra noche?
Me giré hacia Santana y me dio una sonrisa de disculpa.
¿Sabía quién era yo?
¿Se encontraba con Mike la otra noche?
¿Cómo?
—Debería estar enojado porque no dijeras nada, pero estoy un poco contento de que no lo hicieras—dijo Mike—El Porsche es la única cosa en esa historia que hace que Britt parezca inocente—volvió a sentarse en su banquillo.
Finalmente encontré mi voz.
—¿De qué están hablando?—pregunté, golpeando mi mano sobre la mesa para llamar su atención.
Mike me miró como si estuviera loca y luego volvió a mirar a Santana. La pregunta en sus ojos sólo me confundió más.
—Ella dejó el bate en mi coche. Se lo devolví esta noche. Terminamos aquí. Realmente no hablamos sobre mucho. Ni siquiera llegamos tan lejos para los apellidos—le explicó Santana a Mike, y entonces me miró como si estuviera esperando por algo para conectar conmigo.
—¿Así que no sabías que era mi prima hasta la otra noche?—preguntó Mike.
—No tenía ni idea —respondió Santana.
Mike suspiró y asintió hacia mí.
—Morena, ella no va a tomar esto muy bien. Tendrías que haberlo dicho antes de que entrara aquí contigo.
Terminé de intentar leer entre líneas.
—¿Quién eres?—pregunté.
Santana abrió la boca, luego la cerró.
¿Qué tan difícil era para ella decirme cómo conocía a Mike?
—Conoce a Santana López, la única hermana de Emily Fields o también conocida como Emily López Fields, cariño—anunció Finn en voz alta.
—¿En serio?—dijo Mike, mirando a Finn.
—¿Qué? Le estaba tomando toda su puta vida decirlo. El suspenso me mataba—respondió Finn.
Yo, por otro lado… sólo me quedé ahí y miré a Santana.
¿Cómo no lo vi?
Se parecía tanto a Emily.
Vi a Santana en los tabloides y en la televisión con Emily. Fue visto con Dani en los premios de la música. Todo el mundo habló de Dani moviéndose de una hermana López Fields al siguiente.
Antes de eso, la vi en algunos tabloides con una chica de uno de los videos musicales más recientes de Emily.
Estuvieron manoseándose en un club.
No podía creer esto.
—Debería haberte reconocido —le dije.
Santana se encogió de hombros.
—No soy Emily.
Aunque su tono era vacío de cualquier emoción, lo pude ver en sus ojos. Me ponía a prueba.
No me dijo quién era porque asumió que la trataría de manera diferente.
La verdad era... probablemente tenía razón.
Mi mamá no crio a una idiota.
Claro, existían un montón de cosas en la vida que no conocía.
Al igual que el álgebra, por ejemplo.
Apestaba en eso.
Santana quería ser normal.
Bien.
La trataría como a cualquier otra persona.
—No, no eres Emily—contesté. Miré a Finn—Tráeme una cerveza, por favor.
No me perdí la forma en que la ceja perforada de Finn se levantó sorprendida.
Nunca dije por favor.
Al menos, no a él.
Eso fue por causa de Santana.
—Hora de bailar, chica isla—dije, dándole a Santana un guiño y caminando hacia la multitud, sin esperar para ver si me seguía.
No tenía ninguna duda de que lo haría.
De repente, una mujer se puso delante de mí y me agarró por las caderas. Era Samara Fort, la mejor amiga de Casey.
—Oye, cariño, ¿viniste a verme?—preguntó.
Sólo lo usé una vez para volver loca a Casey.
No valió la pena.
Samara tenía demasiados tornillos sueltos.
—Sigue soñando, Fort—contesté, quitando sus manos de mis caderas con un empujón.
Se tambaleó hacia atrás y chocó con otra pareja.
No es que yo fuera tan fuerte, es que ella se hallaba bastante borracha.
Sólo se rio socarronamente.
La diversión en su rostro me daba ganas de darle una bofetada.
—Puedo jugar rudo, cariño. Casey dijo que así es como te gusta—farfulló Samara.
Abrí la boca para decirle a dónde iba a patear sus tetas cuando una nueva mano se posó en mi cadera. Sorprendida, me giré para ver a Santana mirando a Samara.
Esto no lo esperaba, pero seguro que era un buen giro de los acontecimientos.
Me sorprendió que incluso le importara.
—Es probablemente mejor que des un paso atrás y la dejes en paz. Por la mirada en sus ojos, lo rudo con lo que ella planea golpearte te dejará tirado en el suelo.
Samara desvió la mirada hacia Santana y pude ver la sorpresa en sus ojos.
Era obvio que Santana no era uno de nosotros.
Mentalmente me encogí.
Necesitaba alejar a Santana de Samara antes de que dijera algo humillante.
Normalmente, contaría chistes sobre mi mamá.
—Vamos—le dije a Santana, volviéndome hacia ella y llevándola de vuelta entre la multitud.
Santana fue gustosamente, pero sus ojos nunca dejaron a Samara mientras ésta retrocedía.
Me gustó su actitud protectora, pero la verdad era que, incluso borracha, Samara podría patearle el trasero.
Las personas como Santana no tenían las habilidades para ocuparse de una persona que creció siendo golpeado por su padre hasta que tuvo edad suficiente para empezar a devolverle los golpes.
—¿Amiga tuyo?—preguntó Santana finalmente, cuando nos encontrábamos suficientemente metidos entre la multitud que Samara no se hallaba a la vista.
—Pueblo pequeño. Los lugareños se conocen entre sí—contesté, lo que no era del todo cierto.
Pero no quería darle a Santana una lección de historia sobre mi vida.
Existía una buena oportunidad de que Samara alertara a Casey que me encontraba aquí con una chica.
Casey todavía no me la había devuelto por golpear su camioneta y no me hallaba de humor para enfrentarme a ella.
Especialmente con Santana aquí para verlo.
—Esta fue una mala idea—le dije—Tengo una mejor.
Santana no respondió, pero tenía curiosidad.
—¿Puedes nadar, chica isla?
Una sonrisa torcida apareció en sus labios.
—Sí.
—Bueno—respondí, agarrando su mano y jalándolo a través de los cuerpos hasta que nos encontramos en la puerta—Conozco un lugar mucho menos lleno.
Santana
Cuando Brittany me preguntó si podía nadar, no esperé esto.
No era alguien que rompiera la ley.
Vi como Brittany escalaba una alta puerta de hierro y consideré la estupidez que me encontraba a punto de realizar.
Ella sabía que tenía una línea de visión directa hacia su falda, y usó eso a su ventaja. Mirando hacia la casa de playa vacía, me pregunté si esto era algo común entre los lugareños.
Obviamente, esta no era la primera vez que hacía algo como esto.
—¿Vienes?—preguntó Brittany, mientras alzaba una pierna por encima de la valla y me sonría.
No era alguien que se acobardara ante un reto, pero nunca escalé la cerca de una casa que no fuera la mía.
—No me defraudes—dijo Brittany, y comenzó a bajar del otro lado de la puerta.
Eché un vistazo alrededor para asegurarme de que no llamamos la atención antes de levantar la mano y agarrar el frío metal. El viaje fue mucho más fácil de lo que Brittany lo hizo parecer, pero usaba una falda corta y botas.
Lo cual, para ser honesta, fue el atractivo comercial de todo esto.
Era difícil decirle que no a esas piernas.
Cuando mis pies tocaron el suelo del otro lado, me giré para ver a Brittany de pie junto a la piscina, sumergiendo sus pies en el agua, llevando un par de bragas rosa fuerte que hacían poco para cubrir y un sujetador a juego.
Levantó los ojos y me lanzó una sonrisa burlona.
—Ven por mí—se burló antes de sumergirse en el agua.
Conocer esas tiras de satén rosadas que hacían tan poco para ocultar su cuerpo de modelo estando bien húmedo, fue todo el incentivo que necesité para desnudarme.
Eché un vistazo a la casa frente a nosotras y realmente esperé que ella tuviera razón y que en realidad éste fuera un lugar de arrendamiento que se encontraba vacío.
Dejé caer mis pantalones vaqueros y camisa sobre el sillón más cercano antes de volver a ver a Brittany mirándome. La punta de su lengua se asomó mientras lamía el agua de su labio inferior.
Infiernos.
Esto hacía valer la pena cualquier problema que tuviéramos.
La vi temblar y decidí que probablemente era mejor que me sumergiera. En este momento necesitaba un poco de agua fría.
Cuando mi cabeza tocó el agua, Brittany se encontraba flotando y sonriendo.
—Tengo que admitir que no pensé que lo harías. Tenía miedo de que podría terminar nadando sola—dijo, y entonces se acercó a mí.
—Casi no lo hice—le dije con honestidad.
Inclinó su cabeza, y un largo mechón de cabello cayó sobre su hombro.
—¿Qué te hizo cambiar de opinión?
Bajé la mirada hacia el agua.
Las luces de la piscina iluminaban su cuerpo. Podría ser muy educada y mentir, pero decidí que Brittany no era el tipo de chica que quería la respuesta adecuada.
Quería la verdad.
—Esas bragas—le contesté.
Los ojos de Brittany se abrieron completamente, y luego echó la cabeza hacia atrás y se rio.
No fue un acto tímido ni burlesco.
Fue refrescante.
La chica sabía que era sexy como el infierno y le gustaba.
Lo usaba.
Cuando volvió a mirarme, tenía un brillo perverso en sus ojos mientras se acercaba a mí.
El agua sólo tenía metro ochenta de profundidad, por lo que mis pies seguían tocando el fondo con un poco de dificultad.
La dejé hacer esto.
Parecía estar segura de lo que hacía y me gustaba el espectáculo.
—Normalmente, hago esto desnuda—dijo en un susurro.
—No me quejaría.
Puso sus manos sobre mis hombros para sostenerse.
—¿Me quieres desnuda? Entonces termina de desvestirme.
Por muy tentador que era, no mordí el anzuelo.
Hice todo eso del sexo sin sentido.
Una sola noche con fanáticas no era algo nuevo para mí. Simplemente no quería eso con Brittany.
Había algo en sus ojos.
Claro, se me arrojaba con una invitación abierta, pero existía una súplica silenciosa ahí, casi como si se encontrara pidiéndome a gritos que no.
Extendí la mano y toqué su labio inferior.
—No esta noche.
Una pequeña mueca tocó sus labios mientras la inseguridad brillaba en sus ojos.
No esperaba eso.
—¿Cambiaste de opinión sobre los barrios bajos?—preguntó mientras se empujaba lejos de mí y nadaba de vuelta a donde no podía tocar el fondo.
No me gustó el término “barrios bajos” o la forma en que sonó al salir de su boca.
—No te subestimes, Britt—respondí.
El impulso de ir tras ella y sacudirla en mis brazos para poder besar esa mirada herida de su rostro era difícil de resistir.
Dejó escapar una risa dura.
—No hago lo de los juegos.
Sí, lo hacía.
Su vida era un gran libro de jugadas.
—No desnudo a una chica si no tengo la intención de follarla.
Brittany dejó de flotar un segundo y llenó su boca con agua antes de escupirla.
—No puedo creer que hayas dicho eso.
—¿Qué? ¿La verdad?
Negó con la cabeza.
—No. Sólo... Pareces tan pulcra y educada. No esperé que en realidad me desnudaras, así que no fue una gran sorpresa, pero dijiste “follar”.
Esta vez me reí.
Ella realmente no tenía ni idea.
—No olvides quién soy. Emily puede estar tomada, pero yo nunca lo he estado. Disfruto de su vida incluso más de lo que ella lo hace.
Brittany empezó a decir algo cuando luces rojas y azules iluminaron la oscuridad. Miró hacia la puerta que subimos para entrar aquí y luego a mí.
—Tiempo de correr—dijo antes de nadar hasta el borde de la piscina y salir.
Sólo tuvimos tiempo de agarrar nuestra ropa antes de que el policía en la puerta apuntara con su linterna en nuestras caras.
—Britt, pensé que ya pasamos por esto—dijo el policía en tono molesto antes de sacar un juego de llaves y abrir la puerta.
Vi cómo el lenguaje corporal de Brittany cambió al instante. Dejó caer su ropa a su lado y se acercó al policía mientras entraba.
—Pero tengo calor Bryan y necesitaba refrescarme.
El policía suspiró y me miró.
—Apuesto a que tienes calor. Te dije que la próxima vez que hicieras esto te arrestaría.
Brittany se acercó a él y le jaló la parte delantera de su camisa.
—Pero eso no sería nada divertido. Mi mamá trabaja esta noche y tendré que quedarme atrapada ahí toda mojada hasta que pague mi fianza.
Funcionaba.
El policía se olvidó de mi existencia mientras bajaba la mirada hacia Brittany en su ropa interior mojada y mirarme a mí de la misma manera
Hombres.
—No debiste haber estado…
—Nadando, lo sé. Lo siento. Realmente lo siento. Pero terminé toda sudada al bailar y un baño nocturno sonaba muy bien. Era una chica mala. Sabes que tengo momentos de debilidad.
Su mano ahora se hallaba tendida sobre su pecho mientras él tiraba de su cuello.
—¿Quién es la que está contigo?—preguntó, todavía sin apartar la mirada de ella.
—Es inocente. Le rogué que viniera conmigo—le palmeó el pecho—¿Por qué no lo dejas ir? Y entonces podrás arrestarme si eso es lo que quieres.
No dejaría que el pervertido policía se la llevara sin mí.
Me gustó el hecho de que tratara de sacarme de esto, pero el tipo era lo suficientemente mayor como para ser su papá.
—Tengo que hacer algo para que dejes de hacer esto—dijo, con los ojos mirando hacia abajo, hacia su pecho.
—Sólo déjalo ir. Si prometes darme una manta para que no me congele, esperaré en tu oficina hasta que mamá salga del trabajo.
Él mordería el anzuelo.
—Entras y voy contigo—dije, poniéndome mi camisa y acercándome para quedarme detrás de ella.
La cabeza del policía se movió y su mirada encontró la mía. El brillo lujurioso en sus ojos se volvió uno de molestia realmente rápido.
—Esta fue mi idea. Mantente alejada de esto—dijo Brittany, extendiendo la mano para apretar mi brazo en un intento de hacerme callar.
Moví la mirada hacia ella.
—Subí esa puerta y me metí en esa piscina contigo por mi propia voluntad.
Sus ojos se abrieron como platos, pero no dijo nada más.
—No pareces familiar —gruñó el policía.
Frustré sus planes e hice un enemigo.
Sonriendo, levanté mis ojos para ver su mirada enojada.
—Santana López Fields. Me quedaré en la isla, en la casa de verano de mi hermano.
Normalmente, no usaba el nombre de mi hermana como una manera de influir en las personas. Pero en este momento me encontraba bastante segura de que era la única manera en que alejaría a Brittany de ser encerrada por ese idiota.
Entendimiento iluminó los ojos del policía, y volvió a mirar a Brittany, que seguía mirándome como si no pudiera creer que estaba haciendo esto.
—¿Dices que eres la hermana de Emily Fields?
—¿Quieres mi identificación? —le pregunté, imitando su tono molesto de antes.
Negó con la cabeza y dio un paso lejos de Brittany.
—No, eso no será necesario. Voy, eh, a dejar que ustedes dos se vayan, pero sé sabio y aléjate de ella. Se halla llena de problemas.
Mi sangre se calentó y apreté mi puño a mi lado. El hijo de puta la acosó con sus ojos sólo unos segundos antes.
Y ahora me advertía sobre ella.
—Soy una chica grande—le contesté, disgustada.
El policía me miró de los pies a la cabeza de forma lujuriosa y estoy segura que escuche un “se nota” se giró para marcharse, pero se detuvo.
—Avancen y pónganse la ropa. Luego salgan de aquí. Tengo que bloquear esto nuevamente.
Traté de no mirar a Brittany mientras volvía a meter su cuerpo mojado en esa pequeña falda de cuero, pero maldita sea, era difícil. Se puso su camisa de nuevo y me sonrió.
La diversión en sus ojos hacía difícil no devolverle la sonrisa.
—Así que haces esto bastante—dije, una vez que volví a ponerme mi camisa.
Brittany se encogió de hombros.
—Hago un montón de cosas.
No me perdí el tono de su voz.
Lo hizo de nuevo.
Lanzo el anzuelo por ahí para que lo tomara. Normalmente, cuando una chica se veía como Brittany no la rechazaba.
Pero el vacío en sus ojos me molestó demasiado.
Me gustaba cuando sus ojos brillaban de emoción.
—Apuesto a que lo haces—fue todo lo que respondí.
Entonces me volteé y me dirigí hacia la puerta privada. El policía se encontraba sentado en su coche, mirándonos, y asentí hacia él al pasar.
Una vez que llegué a la carretera, miré hacia atrás a Brittany, que caminaba detrás de mí.
Su mirada se hallaba fija en mi espalda.
Estaba pensando.
La confundí.
Se notaba en toda su cara.
Le tendí mi mano.
—Vamos.
Echó un vistazo a mi mano, luego a mí, y frunció el ceño.
—Toma mi mano —le dije.
Arqueó las cejas.
—¿Crees que no puedo cruzar una calle por mí misma?—preguntó.
El nerviosismo en su voz era difícil de pasar por alto. Se hallaba dispuesta a alejarse de mí.
—Estoy segura de que puedes. Pero tal vez no quiero que lo hagas. Toma mi mano, por favor.
No me encontraba segura de por qué presionaba esto. No es como que pensara que ella sería golpeada por un coche.
Sólo quería tomarla de la mano.
La mirada perdida e insegura en sus ojos llegó a mí.
No la quería ahí.
—¿Por qué?—preguntó, dando un paso a mi lado. Su expresión escéptica me dijo más de lo que necesitaba saber.
Brittany no se encontraba acostumbrada a que las personas hicieran pequeños gestos.
Se encontraba acostumbrada a ser usada.
Eso me molestó más de lo que quería admitir.
—Porque me gusta tenerte cerca—contesté, deseando no haberlo dicho exactamente así.
Ella no necesitaba tener una idea equivocada. Lastimarla era algo que no haría, pero seguro como el infierno que quería enseñarle qué esperar de una persona y mi caso de una mujer.
—Oh—dijo, y luego bajó los ojos para mirar a mi mano extendida.
La observé mientras lentamente levantó su mano y la deslizó en la mía.
—No fue tan difícil, ¿verdad?—le pregunté con una sonrisa, para disminuir su expresión tensa.
Brittany podría fácilmente ofrecerme su cuerpo para volverme loca, pero éste simple toque la puso nerviosa e insegura.
—No, es... agradable —respondió.
Quería decir más, pero decidí no hacerlo.
En vez de eso, apreté su mano suavemente y después nos llevé de vuelta hacia el estacionamiento de Live Bay y hacia el Hummer.
Fue suficiente por esta noche.
Necesitaba llevarla a casa.
No dijimos mucho en el viaje de regreso a su casa.
Cuando nos detuvimos en el camino de entrada, finalmente la miré. Ella me echó algunas miraditas durante el corto viaje hasta aquí.
—Abriré tu puerta—dije, y luego salí y di la vuelta para abrirle la puerta y ayudarla a salir.
La camiseta que llevaba seguía húmeda por su cuerpo, pero no me dejé disfrutar de la forma en que se aferraba a sus muy generosas curvas.
—Gracias —susurró en voz baja.
No le respondí. Sólo la acompañé hasta la puerta.
Cuando llegamos ahí, esperé mientras cogía la llave escondida encima de la puerta, entonces la abrió.
Me pediría que entrara.
Tenía que decir algo antes que ella, porque rechazarla era mucho más difícil ahora que nos parábamos frente a su casa.
Tan cerca de su cama.
—Pon tu número en mi teléfono—le dije, entregándole mi iPhone.
La expresión de sorpresa en su rostro fue breve y la mirada falsa y coqueta regresó.
—¿No entrarás?
—No esta noche —le contesté.
El pequeño destello de dolor en sus ojos me sorprendió.
¿Qué dije para hacerle daño?
Usé toda mi fuerza de voluntad para no lastimarla.
Cogió el teléfono y rápidamente registró su número y luego me lo devolvió.
—No aguantaré la respiración—respondió con una sonrisa molesta antes de abrir la puerta.
Empecé a extender la mano y agarrarle el brazo para detenerla, pero sabía que si hacía eso, tendría su espalda contra la puerta con mis manos sobre su cuerpo tentador.
Así que la dejé ir.
No miró atrás cuando cerró la puerta en mi cara.
La chica tenía carácter.
Eso sólo la hizo más sexy.
Sonriendo, me dirigí de nuevo a la Hummer, sabiendo que su bate seguía asegurado dentro.
Ella necesitaba conseguir eso de mí.
Una sonrisa sexy y divertida de Santana y superé completamente el estar lista para abofetear a Bree.
Quería enhebrar mis dedos por los suyos, pero no quería asustarlo. Parecía esperar que hiciera algo estúpido.
O que metiera la pata.
No tenía que decir nada… lo veía en sus ojos.
—Ese es mi primo Mike y uno de sus mejores amigos, Finn—le dije, sin querer que pensara que sólo tenía amigos hombres.
Incluso si era cierto, no sonaba bien.
En realidad eran amigos de Mike.
Coqueteaba con la mayoría de ellos y cabreaba a todas sus mujeres, aunque algunas me querían.
A excepción de la esposa de Mike, Tina.
Ella me amaba.
Y luego, por supuesto, Marley.
Nunca me juzgó ni me despreció.
En la escuela, siempre se abrió a la idea de hablar conmigo y actuó como si fuéramos buenas amigas.
Entonces, hace poco más de un año, decidió hacer un viaje por su lado salvaje y vino a mí por una guía.
Entonces, nuestra amistad se consolidó.
Los ojos de Mike encontraron los míos y sonrió, y luego pasaron hacia Santana y su sonrisa se desvaneció.
¿Era porque ella obviamente no era de por aquí?
Habría pensado que se hallaría feliz de verme con alguien tan pulcro.
En realidad, cualquiera más que Casey debería haberlo hecho sonreír.
Mike se puso de pie y me pregunté si debería ponerme delante de Santana. Antes de que pudiera decidir qué hacer, Santana dio un paso junto hacia mí.
—Mike, Finn, que bueno volver a verlos—dijo Santana con una facilidad familiar.
Me quedé helada.
Esto no tenía sentido.
—Bueno, que me condenen—dijo Finn con una carcajada.
El confundido ceño fruncido de Mike se volvió enojado.
—¿Quieres explicar esto? —le preguntó a Santana.
—Soy la del Porsche—respondió simplemente.
Las cejas de Mike subieron, y me miró, luego de nuevo a Santana. Se pasó una mano por su cabeza.
—¿Por qué no pensé en eso? —murmuró.
Abrí la boca y me encontraba a punto de preguntarle qué demonios estaba pasando, cuando Finn soltó otra carcajada.
—¡Maldita morena! Eso no tiene precio. Y no dijiste ni una sola palabra sobre eso la otra noche.
¿La otra noche?
Me giré hacia Santana y me dio una sonrisa de disculpa.
¿Sabía quién era yo?
¿Se encontraba con Mike la otra noche?
¿Cómo?
—Debería estar enojado porque no dijeras nada, pero estoy un poco contento de que no lo hicieras—dijo Mike—El Porsche es la única cosa en esa historia que hace que Britt parezca inocente—volvió a sentarse en su banquillo.
Finalmente encontré mi voz.
—¿De qué están hablando?—pregunté, golpeando mi mano sobre la mesa para llamar su atención.
Mike me miró como si estuviera loca y luego volvió a mirar a Santana. La pregunta en sus ojos sólo me confundió más.
—Ella dejó el bate en mi coche. Se lo devolví esta noche. Terminamos aquí. Realmente no hablamos sobre mucho. Ni siquiera llegamos tan lejos para los apellidos—le explicó Santana a Mike, y entonces me miró como si estuviera esperando por algo para conectar conmigo.
—¿Así que no sabías que era mi prima hasta la otra noche?—preguntó Mike.
—No tenía ni idea —respondió Santana.
Mike suspiró y asintió hacia mí.
—Morena, ella no va a tomar esto muy bien. Tendrías que haberlo dicho antes de que entrara aquí contigo.
Terminé de intentar leer entre líneas.
—¿Quién eres?—pregunté.
Santana abrió la boca, luego la cerró.
¿Qué tan difícil era para ella decirme cómo conocía a Mike?
—Conoce a Santana López, la única hermana de Emily Fields o también conocida como Emily López Fields, cariño—anunció Finn en voz alta.
—¿En serio?—dijo Mike, mirando a Finn.
—¿Qué? Le estaba tomando toda su puta vida decirlo. El suspenso me mataba—respondió Finn.
Yo, por otro lado… sólo me quedé ahí y miré a Santana.
¿Cómo no lo vi?
Se parecía tanto a Emily.
Vi a Santana en los tabloides y en la televisión con Emily. Fue visto con Dani en los premios de la música. Todo el mundo habló de Dani moviéndose de una hermana López Fields al siguiente.
Antes de eso, la vi en algunos tabloides con una chica de uno de los videos musicales más recientes de Emily.
Estuvieron manoseándose en un club.
No podía creer esto.
—Debería haberte reconocido —le dije.
Santana se encogió de hombros.
—No soy Emily.
Aunque su tono era vacío de cualquier emoción, lo pude ver en sus ojos. Me ponía a prueba.
No me dijo quién era porque asumió que la trataría de manera diferente.
La verdad era... probablemente tenía razón.
Mi mamá no crio a una idiota.
Claro, existían un montón de cosas en la vida que no conocía.
Al igual que el álgebra, por ejemplo.
Apestaba en eso.
Santana quería ser normal.
Bien.
La trataría como a cualquier otra persona.
—No, no eres Emily—contesté. Miré a Finn—Tráeme una cerveza, por favor.
No me perdí la forma en que la ceja perforada de Finn se levantó sorprendida.
Nunca dije por favor.
Al menos, no a él.
Eso fue por causa de Santana.
—Hora de bailar, chica isla—dije, dándole a Santana un guiño y caminando hacia la multitud, sin esperar para ver si me seguía.
No tenía ninguna duda de que lo haría.
De repente, una mujer se puso delante de mí y me agarró por las caderas. Era Samara Fort, la mejor amiga de Casey.
—Oye, cariño, ¿viniste a verme?—preguntó.
Sólo lo usé una vez para volver loca a Casey.
No valió la pena.
Samara tenía demasiados tornillos sueltos.
—Sigue soñando, Fort—contesté, quitando sus manos de mis caderas con un empujón.
Se tambaleó hacia atrás y chocó con otra pareja.
No es que yo fuera tan fuerte, es que ella se hallaba bastante borracha.
Sólo se rio socarronamente.
La diversión en su rostro me daba ganas de darle una bofetada.
—Puedo jugar rudo, cariño. Casey dijo que así es como te gusta—farfulló Samara.
Abrí la boca para decirle a dónde iba a patear sus tetas cuando una nueva mano se posó en mi cadera. Sorprendida, me giré para ver a Santana mirando a Samara.
Esto no lo esperaba, pero seguro que era un buen giro de los acontecimientos.
Me sorprendió que incluso le importara.
—Es probablemente mejor que des un paso atrás y la dejes en paz. Por la mirada en sus ojos, lo rudo con lo que ella planea golpearte te dejará tirado en el suelo.
Samara desvió la mirada hacia Santana y pude ver la sorpresa en sus ojos.
Era obvio que Santana no era uno de nosotros.
Mentalmente me encogí.
Necesitaba alejar a Santana de Samara antes de que dijera algo humillante.
Normalmente, contaría chistes sobre mi mamá.
—Vamos—le dije a Santana, volviéndome hacia ella y llevándola de vuelta entre la multitud.
Santana fue gustosamente, pero sus ojos nunca dejaron a Samara mientras ésta retrocedía.
Me gustó su actitud protectora, pero la verdad era que, incluso borracha, Samara podría patearle el trasero.
Las personas como Santana no tenían las habilidades para ocuparse de una persona que creció siendo golpeado por su padre hasta que tuvo edad suficiente para empezar a devolverle los golpes.
—¿Amiga tuyo?—preguntó Santana finalmente, cuando nos encontrábamos suficientemente metidos entre la multitud que Samara no se hallaba a la vista.
—Pueblo pequeño. Los lugareños se conocen entre sí—contesté, lo que no era del todo cierto.
Pero no quería darle a Santana una lección de historia sobre mi vida.
Existía una buena oportunidad de que Samara alertara a Casey que me encontraba aquí con una chica.
Casey todavía no me la había devuelto por golpear su camioneta y no me hallaba de humor para enfrentarme a ella.
Especialmente con Santana aquí para verlo.
—Esta fue una mala idea—le dije—Tengo una mejor.
Santana no respondió, pero tenía curiosidad.
—¿Puedes nadar, chica isla?
Una sonrisa torcida apareció en sus labios.
—Sí.
—Bueno—respondí, agarrando su mano y jalándolo a través de los cuerpos hasta que nos encontramos en la puerta—Conozco un lugar mucho menos lleno.
Santana
Cuando Brittany me preguntó si podía nadar, no esperé esto.
No era alguien que rompiera la ley.
Vi como Brittany escalaba una alta puerta de hierro y consideré la estupidez que me encontraba a punto de realizar.
Ella sabía que tenía una línea de visión directa hacia su falda, y usó eso a su ventaja. Mirando hacia la casa de playa vacía, me pregunté si esto era algo común entre los lugareños.
Obviamente, esta no era la primera vez que hacía algo como esto.
—¿Vienes?—preguntó Brittany, mientras alzaba una pierna por encima de la valla y me sonría.
No era alguien que se acobardara ante un reto, pero nunca escalé la cerca de una casa que no fuera la mía.
—No me defraudes—dijo Brittany, y comenzó a bajar del otro lado de la puerta.
Eché un vistazo alrededor para asegurarme de que no llamamos la atención antes de levantar la mano y agarrar el frío metal. El viaje fue mucho más fácil de lo que Brittany lo hizo parecer, pero usaba una falda corta y botas.
Lo cual, para ser honesta, fue el atractivo comercial de todo esto.
Era difícil decirle que no a esas piernas.
Cuando mis pies tocaron el suelo del otro lado, me giré para ver a Brittany de pie junto a la piscina, sumergiendo sus pies en el agua, llevando un par de bragas rosa fuerte que hacían poco para cubrir y un sujetador a juego.
Levantó los ojos y me lanzó una sonrisa burlona.
—Ven por mí—se burló antes de sumergirse en el agua.
Conocer esas tiras de satén rosadas que hacían tan poco para ocultar su cuerpo de modelo estando bien húmedo, fue todo el incentivo que necesité para desnudarme.
Eché un vistazo a la casa frente a nosotras y realmente esperé que ella tuviera razón y que en realidad éste fuera un lugar de arrendamiento que se encontraba vacío.
Dejé caer mis pantalones vaqueros y camisa sobre el sillón más cercano antes de volver a ver a Brittany mirándome. La punta de su lengua se asomó mientras lamía el agua de su labio inferior.
Infiernos.
Esto hacía valer la pena cualquier problema que tuviéramos.
La vi temblar y decidí que probablemente era mejor que me sumergiera. En este momento necesitaba un poco de agua fría.
Cuando mi cabeza tocó el agua, Brittany se encontraba flotando y sonriendo.
—Tengo que admitir que no pensé que lo harías. Tenía miedo de que podría terminar nadando sola—dijo, y entonces se acercó a mí.
—Casi no lo hice—le dije con honestidad.
Inclinó su cabeza, y un largo mechón de cabello cayó sobre su hombro.
—¿Qué te hizo cambiar de opinión?
Bajé la mirada hacia el agua.
Las luces de la piscina iluminaban su cuerpo. Podría ser muy educada y mentir, pero decidí que Brittany no era el tipo de chica que quería la respuesta adecuada.
Quería la verdad.
—Esas bragas—le contesté.
Los ojos de Brittany se abrieron completamente, y luego echó la cabeza hacia atrás y se rio.
No fue un acto tímido ni burlesco.
Fue refrescante.
La chica sabía que era sexy como el infierno y le gustaba.
Lo usaba.
Cuando volvió a mirarme, tenía un brillo perverso en sus ojos mientras se acercaba a mí.
El agua sólo tenía metro ochenta de profundidad, por lo que mis pies seguían tocando el fondo con un poco de dificultad.
La dejé hacer esto.
Parecía estar segura de lo que hacía y me gustaba el espectáculo.
—Normalmente, hago esto desnuda—dijo en un susurro.
—No me quejaría.
Puso sus manos sobre mis hombros para sostenerse.
—¿Me quieres desnuda? Entonces termina de desvestirme.
Por muy tentador que era, no mordí el anzuelo.
Hice todo eso del sexo sin sentido.
Una sola noche con fanáticas no era algo nuevo para mí. Simplemente no quería eso con Brittany.
Había algo en sus ojos.
Claro, se me arrojaba con una invitación abierta, pero existía una súplica silenciosa ahí, casi como si se encontrara pidiéndome a gritos que no.
Extendí la mano y toqué su labio inferior.
—No esta noche.
Una pequeña mueca tocó sus labios mientras la inseguridad brillaba en sus ojos.
No esperaba eso.
—¿Cambiaste de opinión sobre los barrios bajos?—preguntó mientras se empujaba lejos de mí y nadaba de vuelta a donde no podía tocar el fondo.
No me gustó el término “barrios bajos” o la forma en que sonó al salir de su boca.
—No te subestimes, Britt—respondí.
El impulso de ir tras ella y sacudirla en mis brazos para poder besar esa mirada herida de su rostro era difícil de resistir.
Dejó escapar una risa dura.
—No hago lo de los juegos.
Sí, lo hacía.
Su vida era un gran libro de jugadas.
—No desnudo a una chica si no tengo la intención de follarla.
Brittany dejó de flotar un segundo y llenó su boca con agua antes de escupirla.
—No puedo creer que hayas dicho eso.
—¿Qué? ¿La verdad?
Negó con la cabeza.
—No. Sólo... Pareces tan pulcra y educada. No esperé que en realidad me desnudaras, así que no fue una gran sorpresa, pero dijiste “follar”.
Esta vez me reí.
Ella realmente no tenía ni idea.
—No olvides quién soy. Emily puede estar tomada, pero yo nunca lo he estado. Disfruto de su vida incluso más de lo que ella lo hace.
Brittany empezó a decir algo cuando luces rojas y azules iluminaron la oscuridad. Miró hacia la puerta que subimos para entrar aquí y luego a mí.
—Tiempo de correr—dijo antes de nadar hasta el borde de la piscina y salir.
Sólo tuvimos tiempo de agarrar nuestra ropa antes de que el policía en la puerta apuntara con su linterna en nuestras caras.
—Britt, pensé que ya pasamos por esto—dijo el policía en tono molesto antes de sacar un juego de llaves y abrir la puerta.
Vi cómo el lenguaje corporal de Brittany cambió al instante. Dejó caer su ropa a su lado y se acercó al policía mientras entraba.
—Pero tengo calor Bryan y necesitaba refrescarme.
El policía suspiró y me miró.
—Apuesto a que tienes calor. Te dije que la próxima vez que hicieras esto te arrestaría.
Brittany se acercó a él y le jaló la parte delantera de su camisa.
—Pero eso no sería nada divertido. Mi mamá trabaja esta noche y tendré que quedarme atrapada ahí toda mojada hasta que pague mi fianza.
Funcionaba.
El policía se olvidó de mi existencia mientras bajaba la mirada hacia Brittany en su ropa interior mojada y mirarme a mí de la misma manera
Hombres.
—No debiste haber estado…
—Nadando, lo sé. Lo siento. Realmente lo siento. Pero terminé toda sudada al bailar y un baño nocturno sonaba muy bien. Era una chica mala. Sabes que tengo momentos de debilidad.
Su mano ahora se hallaba tendida sobre su pecho mientras él tiraba de su cuello.
—¿Quién es la que está contigo?—preguntó, todavía sin apartar la mirada de ella.
—Es inocente. Le rogué que viniera conmigo—le palmeó el pecho—¿Por qué no lo dejas ir? Y entonces podrás arrestarme si eso es lo que quieres.
No dejaría que el pervertido policía se la llevara sin mí.
Me gustó el hecho de que tratara de sacarme de esto, pero el tipo era lo suficientemente mayor como para ser su papá.
—Tengo que hacer algo para que dejes de hacer esto—dijo, con los ojos mirando hacia abajo, hacia su pecho.
—Sólo déjalo ir. Si prometes darme una manta para que no me congele, esperaré en tu oficina hasta que mamá salga del trabajo.
Él mordería el anzuelo.
—Entras y voy contigo—dije, poniéndome mi camisa y acercándome para quedarme detrás de ella.
La cabeza del policía se movió y su mirada encontró la mía. El brillo lujurioso en sus ojos se volvió uno de molestia realmente rápido.
—Esta fue mi idea. Mantente alejada de esto—dijo Brittany, extendiendo la mano para apretar mi brazo en un intento de hacerme callar.
Moví la mirada hacia ella.
—Subí esa puerta y me metí en esa piscina contigo por mi propia voluntad.
Sus ojos se abrieron como platos, pero no dijo nada más.
—No pareces familiar —gruñó el policía.
Frustré sus planes e hice un enemigo.
Sonriendo, levanté mis ojos para ver su mirada enojada.
—Santana López Fields. Me quedaré en la isla, en la casa de verano de mi hermano.
Normalmente, no usaba el nombre de mi hermana como una manera de influir en las personas. Pero en este momento me encontraba bastante segura de que era la única manera en que alejaría a Brittany de ser encerrada por ese idiota.
Entendimiento iluminó los ojos del policía, y volvió a mirar a Brittany, que seguía mirándome como si no pudiera creer que estaba haciendo esto.
—¿Dices que eres la hermana de Emily Fields?
—¿Quieres mi identificación? —le pregunté, imitando su tono molesto de antes.
Negó con la cabeza y dio un paso lejos de Brittany.
—No, eso no será necesario. Voy, eh, a dejar que ustedes dos se vayan, pero sé sabio y aléjate de ella. Se halla llena de problemas.
Mi sangre se calentó y apreté mi puño a mi lado. El hijo de puta la acosó con sus ojos sólo unos segundos antes.
Y ahora me advertía sobre ella.
—Soy una chica grande—le contesté, disgustada.
El policía me miró de los pies a la cabeza de forma lujuriosa y estoy segura que escuche un “se nota” se giró para marcharse, pero se detuvo.
—Avancen y pónganse la ropa. Luego salgan de aquí. Tengo que bloquear esto nuevamente.
Traté de no mirar a Brittany mientras volvía a meter su cuerpo mojado en esa pequeña falda de cuero, pero maldita sea, era difícil. Se puso su camisa de nuevo y me sonrió.
La diversión en sus ojos hacía difícil no devolverle la sonrisa.
—Así que haces esto bastante—dije, una vez que volví a ponerme mi camisa.
Brittany se encogió de hombros.
—Hago un montón de cosas.
No me perdí el tono de su voz.
Lo hizo de nuevo.
Lanzo el anzuelo por ahí para que lo tomara. Normalmente, cuando una chica se veía como Brittany no la rechazaba.
Pero el vacío en sus ojos me molestó demasiado.
Me gustaba cuando sus ojos brillaban de emoción.
—Apuesto a que lo haces—fue todo lo que respondí.
Entonces me volteé y me dirigí hacia la puerta privada. El policía se encontraba sentado en su coche, mirándonos, y asentí hacia él al pasar.
Una vez que llegué a la carretera, miré hacia atrás a Brittany, que caminaba detrás de mí.
Su mirada se hallaba fija en mi espalda.
Estaba pensando.
La confundí.
Se notaba en toda su cara.
Le tendí mi mano.
—Vamos.
Echó un vistazo a mi mano, luego a mí, y frunció el ceño.
—Toma mi mano —le dije.
Arqueó las cejas.
—¿Crees que no puedo cruzar una calle por mí misma?—preguntó.
El nerviosismo en su voz era difícil de pasar por alto. Se hallaba dispuesta a alejarse de mí.
—Estoy segura de que puedes. Pero tal vez no quiero que lo hagas. Toma mi mano, por favor.
No me encontraba segura de por qué presionaba esto. No es como que pensara que ella sería golpeada por un coche.
Sólo quería tomarla de la mano.
La mirada perdida e insegura en sus ojos llegó a mí.
No la quería ahí.
—¿Por qué?—preguntó, dando un paso a mi lado. Su expresión escéptica me dijo más de lo que necesitaba saber.
Brittany no se encontraba acostumbrada a que las personas hicieran pequeños gestos.
Se encontraba acostumbrada a ser usada.
Eso me molestó más de lo que quería admitir.
—Porque me gusta tenerte cerca—contesté, deseando no haberlo dicho exactamente así.
Ella no necesitaba tener una idea equivocada. Lastimarla era algo que no haría, pero seguro como el infierno que quería enseñarle qué esperar de una persona y mi caso de una mujer.
—Oh—dijo, y luego bajó los ojos para mirar a mi mano extendida.
La observé mientras lentamente levantó su mano y la deslizó en la mía.
—No fue tan difícil, ¿verdad?—le pregunté con una sonrisa, para disminuir su expresión tensa.
Brittany podría fácilmente ofrecerme su cuerpo para volverme loca, pero éste simple toque la puso nerviosa e insegura.
—No, es... agradable —respondió.
Quería decir más, pero decidí no hacerlo.
En vez de eso, apreté su mano suavemente y después nos llevé de vuelta hacia el estacionamiento de Live Bay y hacia el Hummer.
Fue suficiente por esta noche.
Necesitaba llevarla a casa.
No dijimos mucho en el viaje de regreso a su casa.
Cuando nos detuvimos en el camino de entrada, finalmente la miré. Ella me echó algunas miraditas durante el corto viaje hasta aquí.
—Abriré tu puerta—dije, y luego salí y di la vuelta para abrirle la puerta y ayudarla a salir.
La camiseta que llevaba seguía húmeda por su cuerpo, pero no me dejé disfrutar de la forma en que se aferraba a sus muy generosas curvas.
—Gracias —susurró en voz baja.
No le respondí. Sólo la acompañé hasta la puerta.
Cuando llegamos ahí, esperé mientras cogía la llave escondida encima de la puerta, entonces la abrió.
Me pediría que entrara.
Tenía que decir algo antes que ella, porque rechazarla era mucho más difícil ahora que nos parábamos frente a su casa.
Tan cerca de su cama.
—Pon tu número en mi teléfono—le dije, entregándole mi iPhone.
La expresión de sorpresa en su rostro fue breve y la mirada falsa y coqueta regresó.
—¿No entrarás?
—No esta noche —le contesté.
El pequeño destello de dolor en sus ojos me sorprendió.
¿Qué dije para hacerle daño?
Usé toda mi fuerza de voluntad para no lastimarla.
Cogió el teléfono y rápidamente registró su número y luego me lo devolvió.
—No aguantaré la respiración—respondió con una sonrisa molesta antes de abrir la puerta.
Empecé a extender la mano y agarrarle el brazo para detenerla, pero sabía que si hacía eso, tendría su espalda contra la puerta con mis manos sobre su cuerpo tentador.
Así que la dejé ir.
No miró atrás cuando cerró la puerta en mi cara.
La chica tenía carácter.
Eso sólo la hizo más sexy.
Sonriendo, me dirigí de nuevo a la Hummer, sabiendo que su bate seguía asegurado dentro.
Ella necesitaba conseguir eso de mí.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
las dos necesitan de la otra inconscientemente!!!
se complementan demasiado bien,.. bueno britt ya sabe que san y em son hermanas,...
me encanta como san trata a britt,... los pequeños gestos que cambian la las personas!!
nos vemos!!
las dos necesitan de la otra inconscientemente!!!
se complementan demasiado bien,.. bueno britt ya sabe que san y em son hermanas,...
me encanta como san trata a britt,... los pequeños gestos que cambian la las personas!!
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Espero que lo "caballerosa" de santana le haga ver a britt que no todo el mundo la quiere para irse a la cama!!!! podrian ser buenas amigas, al principio, al menos!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
San todo lo contrario a las personas que conoce Britt y eso la saca de onda pero le llama la atención también .... Y pues que las cosas estén yendo lentas me gusta porque se están dando el tiempo de conocerse aunque sea haciendo locuras
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
las dos necesitan de la otra inconscientemente!!!
se complementan demasiado bien,.. bueno britt ya sabe que san y em son hermanas,...
me encanta como san trata a britt,... los pequeños gestos que cambian la las personas!!
nos vemos!!
Hola lu, eso mismo... ni ellas mismas se dan cuenta..., pero si sus cuerpos y mentes jaajajajaj. SI que si, osea son su otra mitad! jajajajaajaj. Si..., y lo tomo normal, no¿? asik todo bn ai. Y a mi tmbn! es toda una dama!.... lo q britt merece la vrdd. Si que si!, pero q razón llevas! ajajja. Saludos =D
micky morales escribió:Espero que lo "caballerosa" de santana le haga ver a britt que no todo el mundo la quiere para irse a la cama!!!! podrian ser buenas amigas, al principio, al menos!!!!
Hola, espero y si, xq para el cuerpo de san es difícil seguir resistiendo..., y como no, pero lo hace para q britt se de cuenta q no es solo para eso... Y espero q siempre sea así la vrdd xD Saludos =D
JVM escribió:San todo lo contrario a las personas que conoce Britt y eso la saca de onda pero le llama la atención también .... Y pues que las cosas estén yendo lentas me gusta porque se están dando el tiempo de conocerse aunque sea haciendo locuras
Hola, si que lo es. Y como no¿? si es san! ajajajajajaja. Esk es algo tan nuevo para ella... q no sabe q es vrdd... lo q da mucha pena =/ JAajajaja si son la mitad de la otra... esk son las brittana ajajajajaj, como no¿? ajjajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Cap 5
Capitulo 5
Brittany
Un golpe en la puerta me despertó.
Miré el reloj al lado de mi cama. Era un poco más de la una de la mañana.
Mamá no vendría a casa por otras dos horas.
Pensé en ignorarlo, pero el miedo de que algo podría haberle sucedido a mamá me tuvo levantándome y dirigiéndome a la puerta.
La abrí solo para darme cuenta demasiado tarde que haber mirado por la ventana primero habría sido una decisión más inteligente.
No había mucho de Casey que no supiera.
Podía leerla tan fácilmente.
Sin abrir su boca, sabía que estaba ebria.
Me consideré afortunada. Podría golpearla más fácil con mi bate si lo necesitaba.
—Hola, nena—dijo arrastrando las palabras y se apoyó contra el marco de la puerta mientras sus ojos miraron lentamente mi cuerpo.
Su cabello oscuro fue cortado recientemente y tenía que admitir que me gustaba más que la cosa larga y enmarañada que tenía.
Cerrar la puerta en su cara habría sido lo más inteligente por hacer.
Desafortunadamente, cuando se trataba de Casey perdía cada trozo de mi buen sentido.
—¿Qué quieres? —pregunté.
Sus ojos verdes finalmente hicieron contacto visual con los míos y sonrió.
—Estás usando mi camiseta.
Bajé la mirada a la camiseta que agarré para dormir. Era suya. Pero bueno, la mayoría de mis camisetas grandes eran suyas.
Éramos una pareja desde que teníamos quince.
Me encogí de hombros.
—No me di cuenta—respondí honestamente.
La sonrisa complacida de Casey se convirtió en un ceño fruncido. Casi se veía adolorida.
—No digas eso, Britt. Duele.
—¿Duele?
¿En serio?
¿Esa sería su excusa?
Embarazó a otra chica mientras estábamos juntas. Le importo muy poco donar sus óvulos así como así.
Puse mis ojos en blanco y crucé mis brazos sobre mi pecho.
—No sabes nada de qué duele. No vayas ahí—le advertí.
Dio un paso adentro y retrocedí.
No quería que se acercara.
—Nunca la amé. Te dije eso. Estábamos peleando y me quebré. Ella no significa nada para mí. Me pilló en mal momento y me convenció de tener un hijo con ella. Sólo eres tú, Britt.
Éstas eran palabras familiares.
Palabras por las cuales caí después del nacimiento de su hijo.
Extendí una mano.
—No. Has bebido demasiado. Esto no tiene sentido y lo sabes. Te perdoné una y otra vez. Cuando me contaste que diste tus óvulos y te sometiste al tratamiento para tener su bebé, lo hice. Hasta después que tuviste un hijo, te perdoné. Lo intentamos y aun así no pudiste pensar bien las cosas. Cassey, tener un hijo entre dos mujeres no es así como así y tu igual lo hiciste, pero con otra mujer. Me dejaste con una mentira de que estabas enferma. Pero estabas con otra zorra. Terminé. Lo superé. Te superé. Ahora vete a casa.
Casey gruñó y pasó su mano por su cabello antes de golpearla contra la pared.
—¡No! No digas esa mierda. No ha terminado. No terminará. Te adoro, Britt. Sabes eso. Demonios, nena, te he adorado desde que éramos niños. Cometí un error y lo siento. Hasta entiendo por qué volviste mierda a mi camión.
—¿Un error? Cometiste miles de malditos errores. Terminé. Ve a adorar a alguien más. Y no toqué tu puto camión—grité y la empujé pero no lo suficientemente fuerte.
Aún estaba dentro de mi casa.
Lágrimas brillaron en sus ojos rojos.
—Quería que te casaras conmigo. Tú no querías. Me enojé e hice algo. Sabes que quiero eso, pero me empujas de todas formas. ¿Por qué no querías casarte conmigo, Britt? Te amo. Eres mía. Siempre lo has sido.
Fui suya una vez.
Y cuando me rogó que la perdonara me desmoroné. Esos días terminaron.
Esta última vez algo dentro de mí se rompió.
Ya no la amaba.
Se aseguró de eso.
—Casey—dije acercándome y agarrando su rostro con mis manos—, Terminó. Terminamos. Merezco más de lo que estás dispuesta a darme. Quiero más.
Casey extendió su mano, agarró mi muñeca y apretó.
—No te dejaré ir, maldita sea. Esto no ha terminado, y nunca lo hará—la ira en sus ojos me advirtió que empujé demasiado lejos.
Normalmente era más cuidadosa con el temperamento de Casey.
Sabía que aún estaba enojada por su camión, pero Casey no era exactamente estable a veces y cuando se trataba de conseguirme de vuelta, podía olvidar fácilmente.
—Tranquila, solo estoy recordándote cómo son las cosas ahora—dije en un tono tranquilizador.
Realmente no me entusiasmaba la idea de tener que explicar un ojo morado por una semana.
Casey liberó su agarre y me haló contra su pecho.
—Déjame quedarme contigo esta noche. Te necesito, nena—susurró en mi cabello.
—Mamá te usaría como blanco y lo sabes. Ve a casa, Casey—dejé por fuera recordarle que nunca dormiríamos juntas de nuevo.
—Nadie me entiende como tú. Me siento tan solo. Sólo tú me entiendes comentó mientras pasó sus manos por mi cabello como si me estuviera consolando y no a sí misma.
Hubo un tiempo en el que palabras como esas habían hecho que mi corazón se derritiera.
El tatuaje de cadena en su brazo estaba roto en dos partes con el nombre Brittany manteniéndolo junto.
Lloré el día que se lo hizo porque pensé que el hecho de que me pusiera permanentemente en su cuerpo significaba que seriamos por siempre.
Fui tan estúpida.
Me engañó dos semanas después con la chica que ahora era la mamá de su hijo.
—Ya no es mi trabajado tranquilizarte—dije, y sus brazos sólo se apretaron a mi alrededor.
—Estoy jodido, nena. Sabes eso. Sabes por qué. Pero siempre entendiste y me perdonaste. ¿Por qué dejaste de perdonarme?—la emoción en su voz tiró de mi corazón.
Sí recordaba a la chica joven que fue golpeada por los incontables novios de su mamá y que se mantenía metida en problemas porque rogaba que le importara a alguien.
Pero esa chica ya se había ido.
La mujer en la cual se convirtió era alguien que no sabía cómo querer a nada ni nadie.
—Rompiste mi corazón demasiadas veces—contesté honestamente.
—¡NO! ¡Maldita sea, NO! No aceptaré eso. Tú y yo, somos para siempre. Tú y yo—finalizó con un sollozo.
Ver llorar a la Casey dura siempre fue mi perdición.
No podía soportar cuando la niña debajo aparecía.
Palmeé su espalda.
—Suéltame y te dejaré dormir en el sofá.
—Quiero dormir contigo—dijo, sonando derrotado.
—No. Duermes en el sofá o te marchas.
Jugaba con fuego aquí.
Si no alivié su temperamento lo suficiente, podría regresar a toda fuerza.
—Sólo quiero estar cerca de ti. Abrazarte se siente tan bien.
Nuevamente, esas eran palabras que una vez fueron mi debilidad.
Retrocedí un paso y levantó su cabeza. Lagrimas llenaban sus ojos y no lucía como la mujer enojada y brutal que sabía que podía ser.
No se veía como la mujeriega sin corazón que me tiró mi amor en mi cara cuando durmió con otras mujeres.
Era una niña perdida y herida que necesitaba que a alguien le importara.
Una vez me importó.
Profundamente dentro de mí siempre lo haré, pero el amor se fue. No había forma de recuperar eso.
—Te amo—dijo con sinceridad en su voz.
Le creía, sabía que amaba el hecho de que ella me importara.
Pero Casey no entendía el amor de verdad.
Quizás tampoco yo.
Santana
Emily se sentó al otro lado de la mesa con una taza de café, mirándome como si hubiera enloquecido.
Las noticias en este pueblo viajaban rápido.
—Pudiste haber usado mi piscina—dijo Emily, una sonrisa tirando de sus labios—A menos que en realidad te desnudaras. ¿No lo hiciste, verdad?
Me apoyé contra mi silla y la fulminé con la mirada.
—¿Cómo demonios sabes de eso siquiera? Después que los policías nos sacaron, la llevé a casa. No vimos a nadie.
—Es un pueblo pequeño. Hanna tiene conexiones. Simplemente deberías estar feliz que estás en Sea Breeze. Esa mierda habría llegado a la televisión si hubiera ocurrido en LA.
No respondí.
Emily simplemente iba a seguir con esto siempre y cuando la entretuviera.
Sin mencionar que no estaba segura si quería hablar de Brittany con ella, o quien sea aún.
Aunque sí planeaba verla nuevamente.
Probablemente no era la mejor idea, pero no me importaba.
Ella era diferente.
— Marley piensa que debes ser cuidadosa. Britt tiene problemas en los cuales no quieres involucrarte—comentó Emily, estudiándome de cerca.
¿Qué pensaba ella que haría?
Pasé una noche con la chica. No era como que estuviera planeando algo serio.
—No recuerdo haber pedido el consejo de Marley —respondí, más que un poco molesta.
Ella no era nadie para hablar.
Estaba bastante segura que los problemas de Brittany no llegaban ni a los tobillos de los de Kitty.
Además, tuve la impresión la otra noche de que Marley era una de las pocas que apoyaban a Brittany en el lado femenino del grupo.
—Su ex está loca mentalmente, he escuchado. Siempre regresa con ella—me informó Emily.
—Bien. Lo que sea. No me importa. Estoy aquí para alejarme, no para conocer a alguien. Así que deja ya las advertencias.
Hanna aclaró su garganta y ambas levantamos las miradas para verla de pie en la puerta con sus brazos cruzados sobre su pecho, observándonos.
Su largo cabello rubio se ondulaba naturalmente y caía por su hombro. Sus ojos azules, enmarcados por gruesas pestañas rubias, estaban enfocados en mi hermana.
—Pensé que no le íbamos a decir nada al respecto—dijo.
Emily brincó y caminó hacia ella.
—Lo siento. Sé que dijiste que no lo hiciera, pero pensé que necesitaba saber cómo es ella—le comentó, halando uno de sus brazos para liberarlo y tirarla hacia ella.
—¿Por qué no dejamos que tome sus propias decisiones?—contestó ella, entrando en sus brazos fácilmente.
—Si están a punto de empezar a besarse, por favor denme tiempo para salir corriendo de aquí—espeté antes de ponerme de pie.
Un fin de semana con estas dos y ya estaba cansado de su afecto constante.
Emily frunció el ceño y me miró.
—Estás de mal humor. Quizás deberías probar volver a la cama.
O podría irme.
Alejarme de estas dos amorosas para poder pensar en mi vida un poco, sin tener la vida de Emily forzada por mi garganta.
—Me voy —contesté.
—No es necesario. Tenemos un avión que alcanzar en una hora. Tendrás el lugar para ti sola. Quizás entonces puedes descifrar qué demonios te está carcomiendo y superarlo.
Podía ver la preocupación en el rostro de Hanna. No le gustaba vernos así.
Normalmente, Emily y yo nos llevábamos bien. La amaba.
Pero en este momento todo en mi vida giraba alrededor de Emily y su fama.
Estaba cansada de ello.
Necesitaba descifrar lo que quería para mi vida.
Mi mamá estaba convencida de que sería una maldita política y era infeliz con la vida en la escuela.
Regresar para el semestre de otoño apestaría. Hasta en Harvard, a todo el mundo parecía importarle más Emily que llegar a conocerme de verdad.
—Lamento ser una idiota. Sólo necesito algo de tiempo a solas para pensar—intenté explicar.
Emily asintió.
—Lo sé. Resuélvelo. Entonces ven a casa. Estoy acostumbrada a tenerte alrededor en los veranos. Te extraño.
Miré el reloj al lado de mi cama. Era un poco más de la una de la mañana.
Mamá no vendría a casa por otras dos horas.
Pensé en ignorarlo, pero el miedo de que algo podría haberle sucedido a mamá me tuvo levantándome y dirigiéndome a la puerta.
La abrí solo para darme cuenta demasiado tarde que haber mirado por la ventana primero habría sido una decisión más inteligente.
No había mucho de Casey que no supiera.
Podía leerla tan fácilmente.
Sin abrir su boca, sabía que estaba ebria.
Me consideré afortunada. Podría golpearla más fácil con mi bate si lo necesitaba.
—Hola, nena—dijo arrastrando las palabras y se apoyó contra el marco de la puerta mientras sus ojos miraron lentamente mi cuerpo.
Su cabello oscuro fue cortado recientemente y tenía que admitir que me gustaba más que la cosa larga y enmarañada que tenía.
Cerrar la puerta en su cara habría sido lo más inteligente por hacer.
Desafortunadamente, cuando se trataba de Casey perdía cada trozo de mi buen sentido.
—¿Qué quieres? —pregunté.
Sus ojos verdes finalmente hicieron contacto visual con los míos y sonrió.
—Estás usando mi camiseta.
Bajé la mirada a la camiseta que agarré para dormir. Era suya. Pero bueno, la mayoría de mis camisetas grandes eran suyas.
Éramos una pareja desde que teníamos quince.
Me encogí de hombros.
—No me di cuenta—respondí honestamente.
La sonrisa complacida de Casey se convirtió en un ceño fruncido. Casi se veía adolorida.
—No digas eso, Britt. Duele.
—¿Duele?
¿En serio?
¿Esa sería su excusa?
Embarazó a otra chica mientras estábamos juntas. Le importo muy poco donar sus óvulos así como así.
Puse mis ojos en blanco y crucé mis brazos sobre mi pecho.
—No sabes nada de qué duele. No vayas ahí—le advertí.
Dio un paso adentro y retrocedí.
No quería que se acercara.
—Nunca la amé. Te dije eso. Estábamos peleando y me quebré. Ella no significa nada para mí. Me pilló en mal momento y me convenció de tener un hijo con ella. Sólo eres tú, Britt.
Éstas eran palabras familiares.
Palabras por las cuales caí después del nacimiento de su hijo.
Extendí una mano.
—No. Has bebido demasiado. Esto no tiene sentido y lo sabes. Te perdoné una y otra vez. Cuando me contaste que diste tus óvulos y te sometiste al tratamiento para tener su bebé, lo hice. Hasta después que tuviste un hijo, te perdoné. Lo intentamos y aun así no pudiste pensar bien las cosas. Cassey, tener un hijo entre dos mujeres no es así como así y tu igual lo hiciste, pero con otra mujer. Me dejaste con una mentira de que estabas enferma. Pero estabas con otra zorra. Terminé. Lo superé. Te superé. Ahora vete a casa.
Casey gruñó y pasó su mano por su cabello antes de golpearla contra la pared.
—¡No! No digas esa mierda. No ha terminado. No terminará. Te adoro, Britt. Sabes eso. Demonios, nena, te he adorado desde que éramos niños. Cometí un error y lo siento. Hasta entiendo por qué volviste mierda a mi camión.
—¿Un error? Cometiste miles de malditos errores. Terminé. Ve a adorar a alguien más. Y no toqué tu puto camión—grité y la empujé pero no lo suficientemente fuerte.
Aún estaba dentro de mi casa.
Lágrimas brillaron en sus ojos rojos.
—Quería que te casaras conmigo. Tú no querías. Me enojé e hice algo. Sabes que quiero eso, pero me empujas de todas formas. ¿Por qué no querías casarte conmigo, Britt? Te amo. Eres mía. Siempre lo has sido.
Fui suya una vez.
Y cuando me rogó que la perdonara me desmoroné. Esos días terminaron.
Esta última vez algo dentro de mí se rompió.
Ya no la amaba.
Se aseguró de eso.
—Casey—dije acercándome y agarrando su rostro con mis manos—, Terminó. Terminamos. Merezco más de lo que estás dispuesta a darme. Quiero más.
Casey extendió su mano, agarró mi muñeca y apretó.
—No te dejaré ir, maldita sea. Esto no ha terminado, y nunca lo hará—la ira en sus ojos me advirtió que empujé demasiado lejos.
Normalmente era más cuidadosa con el temperamento de Casey.
Sabía que aún estaba enojada por su camión, pero Casey no era exactamente estable a veces y cuando se trataba de conseguirme de vuelta, podía olvidar fácilmente.
—Tranquila, solo estoy recordándote cómo son las cosas ahora—dije en un tono tranquilizador.
Realmente no me entusiasmaba la idea de tener que explicar un ojo morado por una semana.
Casey liberó su agarre y me haló contra su pecho.
—Déjame quedarme contigo esta noche. Te necesito, nena—susurró en mi cabello.
—Mamá te usaría como blanco y lo sabes. Ve a casa, Casey—dejé por fuera recordarle que nunca dormiríamos juntas de nuevo.
—Nadie me entiende como tú. Me siento tan solo. Sólo tú me entiendes comentó mientras pasó sus manos por mi cabello como si me estuviera consolando y no a sí misma.
Hubo un tiempo en el que palabras como esas habían hecho que mi corazón se derritiera.
El tatuaje de cadena en su brazo estaba roto en dos partes con el nombre Brittany manteniéndolo junto.
Lloré el día que se lo hizo porque pensé que el hecho de que me pusiera permanentemente en su cuerpo significaba que seriamos por siempre.
Fui tan estúpida.
Me engañó dos semanas después con la chica que ahora era la mamá de su hijo.
—Ya no es mi trabajado tranquilizarte—dije, y sus brazos sólo se apretaron a mi alrededor.
—Estoy jodido, nena. Sabes eso. Sabes por qué. Pero siempre entendiste y me perdonaste. ¿Por qué dejaste de perdonarme?—la emoción en su voz tiró de mi corazón.
Sí recordaba a la chica joven que fue golpeada por los incontables novios de su mamá y que se mantenía metida en problemas porque rogaba que le importara a alguien.
Pero esa chica ya se había ido.
La mujer en la cual se convirtió era alguien que no sabía cómo querer a nada ni nadie.
—Rompiste mi corazón demasiadas veces—contesté honestamente.
—¡NO! ¡Maldita sea, NO! No aceptaré eso. Tú y yo, somos para siempre. Tú y yo—finalizó con un sollozo.
Ver llorar a la Casey dura siempre fue mi perdición.
No podía soportar cuando la niña debajo aparecía.
Palmeé su espalda.
—Suéltame y te dejaré dormir en el sofá.
—Quiero dormir contigo—dijo, sonando derrotado.
—No. Duermes en el sofá o te marchas.
Jugaba con fuego aquí.
Si no alivié su temperamento lo suficiente, podría regresar a toda fuerza.
—Sólo quiero estar cerca de ti. Abrazarte se siente tan bien.
Nuevamente, esas eran palabras que una vez fueron mi debilidad.
Retrocedí un paso y levantó su cabeza. Lagrimas llenaban sus ojos y no lucía como la mujer enojada y brutal que sabía que podía ser.
No se veía como la mujeriega sin corazón que me tiró mi amor en mi cara cuando durmió con otras mujeres.
Era una niña perdida y herida que necesitaba que a alguien le importara.
Una vez me importó.
Profundamente dentro de mí siempre lo haré, pero el amor se fue. No había forma de recuperar eso.
—Te amo—dijo con sinceridad en su voz.
Le creía, sabía que amaba el hecho de que ella me importara.
Pero Casey no entendía el amor de verdad.
Quizás tampoco yo.
Santana
Emily se sentó al otro lado de la mesa con una taza de café, mirándome como si hubiera enloquecido.
Las noticias en este pueblo viajaban rápido.
—Pudiste haber usado mi piscina—dijo Emily, una sonrisa tirando de sus labios—A menos que en realidad te desnudaras. ¿No lo hiciste, verdad?
Me apoyé contra mi silla y la fulminé con la mirada.
—¿Cómo demonios sabes de eso siquiera? Después que los policías nos sacaron, la llevé a casa. No vimos a nadie.
—Es un pueblo pequeño. Hanna tiene conexiones. Simplemente deberías estar feliz que estás en Sea Breeze. Esa mierda habría llegado a la televisión si hubiera ocurrido en LA.
No respondí.
Emily simplemente iba a seguir con esto siempre y cuando la entretuviera.
Sin mencionar que no estaba segura si quería hablar de Brittany con ella, o quien sea aún.
Aunque sí planeaba verla nuevamente.
Probablemente no era la mejor idea, pero no me importaba.
Ella era diferente.
— Marley piensa que debes ser cuidadosa. Britt tiene problemas en los cuales no quieres involucrarte—comentó Emily, estudiándome de cerca.
¿Qué pensaba ella que haría?
Pasé una noche con la chica. No era como que estuviera planeando algo serio.
—No recuerdo haber pedido el consejo de Marley —respondí, más que un poco molesta.
Ella no era nadie para hablar.
Estaba bastante segura que los problemas de Brittany no llegaban ni a los tobillos de los de Kitty.
Además, tuve la impresión la otra noche de que Marley era una de las pocas que apoyaban a Brittany en el lado femenino del grupo.
—Su ex está loca mentalmente, he escuchado. Siempre regresa con ella—me informó Emily.
—Bien. Lo que sea. No me importa. Estoy aquí para alejarme, no para conocer a alguien. Así que deja ya las advertencias.
Hanna aclaró su garganta y ambas levantamos las miradas para verla de pie en la puerta con sus brazos cruzados sobre su pecho, observándonos.
Su largo cabello rubio se ondulaba naturalmente y caía por su hombro. Sus ojos azules, enmarcados por gruesas pestañas rubias, estaban enfocados en mi hermana.
—Pensé que no le íbamos a decir nada al respecto—dijo.
Emily brincó y caminó hacia ella.
—Lo siento. Sé que dijiste que no lo hiciera, pero pensé que necesitaba saber cómo es ella—le comentó, halando uno de sus brazos para liberarlo y tirarla hacia ella.
—¿Por qué no dejamos que tome sus propias decisiones?—contestó ella, entrando en sus brazos fácilmente.
—Si están a punto de empezar a besarse, por favor denme tiempo para salir corriendo de aquí—espeté antes de ponerme de pie.
Un fin de semana con estas dos y ya estaba cansado de su afecto constante.
Emily frunció el ceño y me miró.
—Estás de mal humor. Quizás deberías probar volver a la cama.
O podría irme.
Alejarme de estas dos amorosas para poder pensar en mi vida un poco, sin tener la vida de Emily forzada por mi garganta.
—Me voy —contesté.
—No es necesario. Tenemos un avión que alcanzar en una hora. Tendrás el lugar para ti sola. Quizás entonces puedes descifrar qué demonios te está carcomiendo y superarlo.
Podía ver la preocupación en el rostro de Hanna. No le gustaba vernos así.
Normalmente, Emily y yo nos llevábamos bien. La amaba.
Pero en este momento todo en mi vida giraba alrededor de Emily y su fama.
Estaba cansada de ello.
Necesitaba descifrar lo que quería para mi vida.
Mi mamá estaba convencida de que sería una maldita política y era infeliz con la vida en la escuela.
Regresar para el semestre de otoño apestaría. Hasta en Harvard, a todo el mundo parecía importarle más Emily que llegar a conocerme de verdad.
—Lamento ser una idiota. Sólo necesito algo de tiempo a solas para pensar—intenté explicar.
Emily asintió.
—Lo sé. Resuélvelo. Entonces ven a casa. Estoy acostumbrada a tenerte alrededor en los veranos. Te extraño.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
si britt ahora la deja,.. podria salir del circulo pero siempre vuelve no??
que fastidio para san la vida o la fama encima de emily,..
a ver como van las cosas??
nos vemos!!!
si britt ahora la deja,.. podria salir del circulo pero siempre vuelve no??
que fastidio para san la vida o la fama encima de emily,..
a ver como van las cosas??
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
si britt ahora la deja,.. podria salir del circulo pero siempre vuelve no??
que fastidio para san la vida o la fama encima de emily,..
a ver como van las cosas??
nos vemos!!!
Hola lu, mmm si... =/ difícil la cosa, no¿? Si, tiene q ser complicado ser "algo" de... más si ella quiere lograr cosas por si sola =/ Aquí otro cap para saberlo! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Cap 6
Capitulo 6
Brittany
Mamá se paseaba delante de mí, mientras fumaba su tercer cigarrillo en fila.
—No puedo creer que dejaras a esa chica pasar la noche. Ver su camioneta estacionada afuera cuando llegué a casa...—negó con la cabeza, y luego tomó otra larga calada.
—Mamá, se desmayó en el sofá. No es como si lo hubiese acurrucado en mi cama—contesté, deseando que se sentara.
Nunca era bueno cuando mamá se paseaba. Es un milagro que no le disparara a Casey anoche.
—Es basura, Britt. Lo sabes. ¿Qué te pasa? Pensé que por fin la habías olvidado. Tiene un niño, por amor de Dios. ¿Qué más tiene que hacerte antes de despiertes de una puta vez?
Me pasé la mano por el pelo enredado y suspiré.
Ella no me escuchaba.
No creía que le permití a Casey dormir porque se encontraba borracha. Creía que significaba algo más.
—No quiero a Casey. Se acabó. Pero necesitaba dormir la mona. No veo nada malo en ello.
—¿Nada malo en ello? ¿En serio, niña? ¿Eso es lo que vas a decir? ¿Tengo que recordarte que cuando esa chica explote, va a darte sus puños como si fueras su saco de boxeo? No voy a hacer eso otra vez. No lo haré. Voy a ir a la cárcel por dispararle antes de dejarla volver a tu vida.
Ella nunca entendió a Casey.
Nadie lo hizo.
Ni siquiera la mujer con la que compartía un niño.
—He terminado de salvarla. No puede ser salvada. Lo sé.
Mamá aplastó su cigarrillo en el plato pequeño en la mesa y se dirigió a la cafetera.
—Te dije desde que ustedes eran niñas que ella iba a terminar en la cárcel un día o acabaría muerta. Nunca me escuchaste, y ella te lastimó una y otra vez.
Casey fue un punto de contención conmigo y mamá la mayor parte de mi vida.
Mamá me quería lo más lejos posible de ella. Yo, sin embargo, no era capaz de darle la espalda.
—Lo sé.
Nos sentamos en silencio mientras se dejaba caer en la silla frente a mí.
—Eres preciosa. Siempre has sido una observadora. Utiliza esas miradas, bebé. Úsalas para salir de esta vida. No las pierda en personas como Casey. Esta no es la vida que quiero para ti.
—Salí con la hermana de Emily Fields anoche—solté.
No quise decirle eso.
Dudaba que alguna vez escuchara de Santana de nuevo. Me esforcé por conseguir que hiciera un movimiento y ella me rechazó una y otra vez.
Fue tan cortés al respecto también.
Como si no quisiera herir mis sentimientos. Lo que sólo hizo que fuera mucho peor.
—¿Emily Fields, la estrella de rock? ¿Su hermana?—preguntó mamá, para aclarar.
Asentí.
—¿Así que eso es por eso que nadabas desnuda anoche?
Rodando mis ojos, tomé un trago de café. Me imaginaba que mamá habría oído hablar de eso.
—¿Bryan vino a Jugs anoche?—pregunté.
Ella asintió.
—Sí. Me dijo que te dio otra advertencia. Lo hice olvidarlo, sin embargo. Te ha perdonado.
No quería pensar en cómo mamá lo hizo olvidar.
Traté de no pensar en esa parte de su vida.
—¿Así que no se encontraba aquí cuando el estúpido de Casey apareció?—preguntó.
No, Santana no se encontraba aquí.
Ella me dejó y se fue.
Negué con la cabeza.
—¿La invitaste a pasar?
Pude escuchar las preguntas no formuladas en su voz.
Se preguntaba si me acosté con ella.
Me puse de pie y me acerqué al fregadero, y luego lavé mi taza antes de dejarla en su lugar.
—¿Lo hiciste? —repitió.
—Fuera de mi liga—contesté, deseando no haberle dicho sobre ella.
Ella esperaría a que la morena me llamara. Preguntaría cómo fue que lo arruiné.
Mamá no entendía que no podía hacer que todas las personas cayeran a mis pies.
Santana no sería mi boleto para salir de esta vida.
No necesitaba elevar sus esperanzas.
—Nadie está fuera de tu liga—respondió ella con enojo.
Empecé a discutir, cuando mi teléfono sonó.
Conteniendo el aliento, lo cogí de la mesa y lo miré. Me envié mensajes desde el teléfono de Santana anoche así tendría su número también.
No es que tuviera la intención de utilizarlo.
Su nombre iluminó mi pantalla.
Me llamaba.
Dijo que llamaría, pero no creí que lo hiciera.
¿Por qué llamaba?
—¿Es ella?—la voz de mamá me sacó de mis pensamientos, y miré a su expresión curiosa.
Simplemente asentí.
—Bueno, ¿vas a responder o mirarlo fijamente?
Tenía razón.
Necesitaba contestar.
Quería contestar.
¿No?
Nerviosa, deslicé mi dedo por la pantalla y levanté el teléfono a mi oreja.
—Hola.
Una pausa.
Sólo el tiempo suficiente para hacer que mi estómago cayera. Y esperé demasiado tiempo para responder.
—¿Britt?—respondió la voz de Santana en el otro extremo.
Era ella.
—Sí.
—Hola, soy Santana. Parece que dejaste tu bate en mi auto de nuevo—dijo en un tono divertido.
Mi pequeña cantidad de alegría se desplomó.
Claro. Llamaba por el bate. Fue por lo que volvió ayer.
—Oh. Estoy... Sí. Lo siento por eso.
—¿Qué vas a hacer hoy?—preguntó.
—Tengo una clase. Estoy tomando algunos cursos de verano—contesté.
No respondió de inmediato.
Fue casi como si la hubiese sorprendido.
—¿Qué pasa después? ¿Esta noche?
Sabía que debería decirle que podía pasar a dejar el bate y que mi mamá estaría aquí.
Pero no quería hacerlo.
Quería volver a verla.
—Tengo que ir al partido de fútbol del hijo de mi primo. Él es el once y me pidió que viniera. Mike también vendría a buscarme y me arrastraría ahí del cabello si pensaba que plantaría a su niño. Pero...—me detuve.
¿Debía invitarla?
¿Era así de estúpida?
Era un partido de la liga de fútbol juvenil.
—Me gusta el fútbol—dijo Santana.
—Ah, bueno, entonces ¿te gustaría venir... conmigo?
Nunca estuve tan nerviosa con una chica en mi vida. Pero, nunca le pedí a una chica algo que no implicara acabar en la parte trasera de su camioneta después.
—Me encantaría. ¿A qué hora debo recogerte?
No me iba a encontrar ahí.
Me llevaría.
Me quedé mirando a mi mamá, que me observaba con una sonrisa de satisfacción en su rostro.
No podía pensar como ella.
Me lastimaría.
Tenía que recordar con quien hablaba.
Santana no era permanente.
—Seis—dije finalmente.
—Nos vemos a las seis—respondió—Que tengas un buen día, Britt.
—Uh, sí, eh, tú también—tartamudeé, antes de colgar el teléfono y dejarlo sobre la mesa.
—Entonces, se auto-invitó al juego. Supongo que no está tan fuera de tu liga, después de todo. Pero sólo por diversión. Disfrútalo niña, pero recuerda que es sólo una persona. Va a casarse con una chica con un fondo fiduciario. Cuida tu corazón.
Levanté la mirada hacia ella, de repente confundida.
—Pensé que querías que atrapara una persona rica.
Ella frunció el ceño.
—Hay ricos y asquerosamente ricos. No es más que Logan. No te olvides de eso.
¿Quién era Logan?
Comencé a preguntar y cambié de opinión. Escuchar a la lógica de mi mamá podría confundir a cualquiera.
Mamá no confiaba en los hombres ni en las mujeres que podían ser pareja.
Santana
Había cosas que se esperaban de una chica como Brittany.
Que esperara por mi cuando me detuve fuera de la calzada y no me diera la oportunidad de salir y abrir la puerta del auto antes de que la abriera de golpe era una de ellas.
Que llevara un par de apretados vaqueros abrazando cada curva que tenía era otra.
Pero no esperaba ver a Brittany agacharse y abrir sus brazos para una niña.
La hacía más suave.
Las paredes que construyó a su alrededor parecieron desvanecerse al momento en que la chica gritó su nombre y echó sus brazos pequeños alrededor del cuello de Brittany.
—¡Viniste a verme!—La niña exclamó alegremente.
Brittany se rió y se echó hacia atrás para poder mirar a los ojos de la niña.
—Te vi hace unos días, Mady May. Actúas como si no nos hubiésemos visto en un mes—se burló Brittany.
Mady May era la hermana pequeña de Kitty, lo sabía en gran parte por mi tiempo con Marley.
Madison fue la niña de las flores de la boda de Quinn y Rachel.
Mike adoptó a Mady May y sus hermanos cuando la mamá de Kitty falleció. Lo que significaba que Marley y Kitty estarían aquí.
Mierda.
No pensé en eso cuando Brittany dijo “hijo de mi primo”.
— Marley y Kitty están aquí. Ven—dijo Madison.
Brittany, al parecer, no se hallaba al tanto de mi pasado con Marley. Me sentí aliviada por eso.
No quería que fuese incómodo.
Ver a Marley y Kitty la otra noche en la cena de Hanna fue nuestro primer encuentro real en mucho tiempo.
La cena no fue difícil.
No era como si estuviera enamorado de Marley. Simplemente no creía que Brittany fuera el tipo de chica que se llevaba bien con las chicas como Marley.
Incluso si Marley defendió a abiertamente Brittany la otra noche cuando todo el mundo hablaba de sus travesuras.
Esa era Marley.
Era dulce y aceptaba a todos.
—Dirige el camino—dijo Brittany, y me miró—La niña de Mike—explicó Brittany.
Empecé a decirle que sabía que sabía quién era Madison debido a la boda y luego de nuevo en la cena de Hanna de la otra noche, pero cerré mi boca.
Mala idea.
Me limité a asentir.
—Es linda —contesté en su lugar.
—Sí, se parece a Kitty. Mike y Tina no podían tener hijos, así que adoptó a los hermanos menores de Kitty cuando su mamá murió.
Asentí otra vez, sintiéndome culpable por no admitir que ya sabía todo esto.
Era extraño que Brittany no hubiese estado en la boda. Me habría acordado de ella.
Era difícil de ignorar.
—¿Has conocido a Marley? ¿La hermana de Quinn?—preguntó Brittany cuando llegamos a las gradas.
Ahí estaba.
Mi tiempo para mentir o decir la verdad y explicar.
—Ella era su amiga en la boda de Quinn—informó Madison por mí.
Me sorprendió que la chica se acordara de mí.
Brittany se detuvo y me miró.
—¿Estabas en la boda de Quinn Fabray?
Aquí no era donde quería hablar de esto.
—Sí —contesté, incapaz de mentirle.
Ella frunció el ceño.
—Ni siquiera estuve invitada a su boda. ¿Cómo conseguiste una invitación?
Miré a la gente en las gradas y vi a Marley mirándonos. Kitty no se encontraba ahí, pero sabía que estaba aquí en el juego.
—Yo, eh...—al mirar a Brittany, forcé una sonrisa—Salí con Marley.
Ojos de Brittany se abrieron mucho.
—¿Qué? ¿Y te alejaste sin que Kitty Wilde te moliera a golpes?
No parecía enojada.
Tal vez le agradaba Marley.
No podían ser amigas... ¿o sí?
Las dos no podían ser más opuestas.
—Sí, no era un fan, pero todo terminó bien. Para todo el mundo—contesté.
—Ve a ver a Marley —dijo Madison, tirando de la mano de Brittany, luego miró a la chica, luego a mí.
—Hanna las juntó, ¿verdad?
Me limité a asentir.
No había necesidad de decirle que fui quien persiguió a Marley. Hice que Hanna me ayudara, pero fue idea mía.
Brittany se rio y negó con la cabeza, luego se volvió a subir las escaleras.
¿Que era tan gracioso?
No tuve la oportunidad de preguntarlo antes de que el culo de Brittany en esos vaqueros me llamara la atención y me distrajera por completo.
La seguí por las escaleras, y nos llevó directamente a Marley.
—Hola, estoy tan contenta de que estés aquí. No te he visto en semanas—la voz de Marley me distrajo de la fascinación por el cuerpo de la ojiazul en esos vaqueros, y aparté mi mirada para ver a Marley de pie, sonriendo a Brittany.
— Wilde te tiene ocupada. No me sorprendería si la loca posesiva no te mantuviera lo más lejos posible de mí—dijo Brittany, arrastrando las palabras.
—Tienes toda la razón—dijo Kitty mientras dando un paso por encima del asiento en frente de nosotras y yendo directamente al lado de Marley como si necesitara protegerla de alguien.
Marley se golpeó el pecho.
—Para. Britt es mi amiga y lo sabes.
¿En serio?
Interesante.
Kitty frunció el ceño y sacó Marley más cerca de ella antes de girar su ceño fruncido en mí dirección.
Luego, lentamente, la comprensión iluminó sus ojos mientras miraba entre las dos.
Una sonrisa tocó los labios.
—¿Así que esa mierda era cierta? Finn dijo que aparecieron juntas en Live Bay. Yo no lo creo—dijo Kitty, mirando más divertida.
—Cállate, Wilde —dijo Brittany bruscamente, sentándose junto a Marley y luego levantando la mirada hacia mí—Te presentaría, pero dado que salías con su mujer, Santana, asumo todos se conocen.
—Ellas no salían—gruñó Kitty.
Marley se giró a susurrar algo en su oído, y aparté la mirada. Dejándola lidiar con su culo loco.
—Ignórala—dijo Brittany—Ella enloquecerá siempre que piense que alguien indigno se acerque a ella. La ironía en su mejor forma.
No podría estar más de acuerdo.
Me moví cerca de su oído y le pregunté:
—¿Cómo es que ustedes dos son amigas?
Brittany se echó hacia atrás y arqueó una ceja como si estuviera ofendida. Una sonrisa lenta, finalmente tomó su lugar.
—Debido a que Marley Rose es difícil de resistir, incluso para las mujeres. Siempre ha sido buena conmigo, desde el momento en que éramos niñas. Y luego, por supuesto, hubo un momento en que quiso llamar la atención de Kitty y decidió que emborracharse y bailar en los bares era la manera de hacerlo. Así que, por supuesto, vino a buscarme por orientación.
¿Qué?
Eso no sonaba como la Marley que conocía.
Brittany echó la cabeza hacia atrás y rió.
—Si pudieras ver la incredulidad en tu cara—dijo ella, sonriendo.
—¿Realmente hizo eso?
Brittany asintió.
—Sí. Pero recuerda, me agrada Marley. Así que me aseguré de que su actuación de chica mala fuera moderada y estuviera a salvo. Además, no pasó mucho tiempo para que se diera cuenta de que esa no era la vida que quería llevar. Después de eso, realmente nos hicimos amigas.
Sabía que Brittany no me decía esto para impresionarme. Se encogió de hombros y volvió a prestar atención al juego. Pero no podía apartar los ojos de ella.
Realmente era especial y no tenía ni idea.
—No puedo creer que dejaras a esa chica pasar la noche. Ver su camioneta estacionada afuera cuando llegué a casa...—negó con la cabeza, y luego tomó otra larga calada.
—Mamá, se desmayó en el sofá. No es como si lo hubiese acurrucado en mi cama—contesté, deseando que se sentara.
Nunca era bueno cuando mamá se paseaba. Es un milagro que no le disparara a Casey anoche.
—Es basura, Britt. Lo sabes. ¿Qué te pasa? Pensé que por fin la habías olvidado. Tiene un niño, por amor de Dios. ¿Qué más tiene que hacerte antes de despiertes de una puta vez?
Me pasé la mano por el pelo enredado y suspiré.
Ella no me escuchaba.
No creía que le permití a Casey dormir porque se encontraba borracha. Creía que significaba algo más.
—No quiero a Casey. Se acabó. Pero necesitaba dormir la mona. No veo nada malo en ello.
—¿Nada malo en ello? ¿En serio, niña? ¿Eso es lo que vas a decir? ¿Tengo que recordarte que cuando esa chica explote, va a darte sus puños como si fueras su saco de boxeo? No voy a hacer eso otra vez. No lo haré. Voy a ir a la cárcel por dispararle antes de dejarla volver a tu vida.
Ella nunca entendió a Casey.
Nadie lo hizo.
Ni siquiera la mujer con la que compartía un niño.
—He terminado de salvarla. No puede ser salvada. Lo sé.
Mamá aplastó su cigarrillo en el plato pequeño en la mesa y se dirigió a la cafetera.
—Te dije desde que ustedes eran niñas que ella iba a terminar en la cárcel un día o acabaría muerta. Nunca me escuchaste, y ella te lastimó una y otra vez.
Casey fue un punto de contención conmigo y mamá la mayor parte de mi vida.
Mamá me quería lo más lejos posible de ella. Yo, sin embargo, no era capaz de darle la espalda.
—Lo sé.
Nos sentamos en silencio mientras se dejaba caer en la silla frente a mí.
—Eres preciosa. Siempre has sido una observadora. Utiliza esas miradas, bebé. Úsalas para salir de esta vida. No las pierda en personas como Casey. Esta no es la vida que quiero para ti.
—Salí con la hermana de Emily Fields anoche—solté.
No quise decirle eso.
Dudaba que alguna vez escuchara de Santana de nuevo. Me esforcé por conseguir que hiciera un movimiento y ella me rechazó una y otra vez.
Fue tan cortés al respecto también.
Como si no quisiera herir mis sentimientos. Lo que sólo hizo que fuera mucho peor.
—¿Emily Fields, la estrella de rock? ¿Su hermana?—preguntó mamá, para aclarar.
Asentí.
—¿Así que eso es por eso que nadabas desnuda anoche?
Rodando mis ojos, tomé un trago de café. Me imaginaba que mamá habría oído hablar de eso.
—¿Bryan vino a Jugs anoche?—pregunté.
Ella asintió.
—Sí. Me dijo que te dio otra advertencia. Lo hice olvidarlo, sin embargo. Te ha perdonado.
No quería pensar en cómo mamá lo hizo olvidar.
Traté de no pensar en esa parte de su vida.
—¿Así que no se encontraba aquí cuando el estúpido de Casey apareció?—preguntó.
No, Santana no se encontraba aquí.
Ella me dejó y se fue.
Negué con la cabeza.
—¿La invitaste a pasar?
Pude escuchar las preguntas no formuladas en su voz.
Se preguntaba si me acosté con ella.
Me puse de pie y me acerqué al fregadero, y luego lavé mi taza antes de dejarla en su lugar.
—¿Lo hiciste? —repitió.
—Fuera de mi liga—contesté, deseando no haberle dicho sobre ella.
Ella esperaría a que la morena me llamara. Preguntaría cómo fue que lo arruiné.
Mamá no entendía que no podía hacer que todas las personas cayeran a mis pies.
Santana no sería mi boleto para salir de esta vida.
No necesitaba elevar sus esperanzas.
—Nadie está fuera de tu liga—respondió ella con enojo.
Empecé a discutir, cuando mi teléfono sonó.
Conteniendo el aliento, lo cogí de la mesa y lo miré. Me envié mensajes desde el teléfono de Santana anoche así tendría su número también.
No es que tuviera la intención de utilizarlo.
Su nombre iluminó mi pantalla.
Me llamaba.
Dijo que llamaría, pero no creí que lo hiciera.
¿Por qué llamaba?
—¿Es ella?—la voz de mamá me sacó de mis pensamientos, y miré a su expresión curiosa.
Simplemente asentí.
—Bueno, ¿vas a responder o mirarlo fijamente?
Tenía razón.
Necesitaba contestar.
Quería contestar.
¿No?
Nerviosa, deslicé mi dedo por la pantalla y levanté el teléfono a mi oreja.
—Hola.
Una pausa.
Sólo el tiempo suficiente para hacer que mi estómago cayera. Y esperé demasiado tiempo para responder.
—¿Britt?—respondió la voz de Santana en el otro extremo.
Era ella.
—Sí.
—Hola, soy Santana. Parece que dejaste tu bate en mi auto de nuevo—dijo en un tono divertido.
Mi pequeña cantidad de alegría se desplomó.
Claro. Llamaba por el bate. Fue por lo que volvió ayer.
—Oh. Estoy... Sí. Lo siento por eso.
—¿Qué vas a hacer hoy?—preguntó.
—Tengo una clase. Estoy tomando algunos cursos de verano—contesté.
No respondió de inmediato.
Fue casi como si la hubiese sorprendido.
—¿Qué pasa después? ¿Esta noche?
Sabía que debería decirle que podía pasar a dejar el bate y que mi mamá estaría aquí.
Pero no quería hacerlo.
Quería volver a verla.
—Tengo que ir al partido de fútbol del hijo de mi primo. Él es el once y me pidió que viniera. Mike también vendría a buscarme y me arrastraría ahí del cabello si pensaba que plantaría a su niño. Pero...—me detuve.
¿Debía invitarla?
¿Era así de estúpida?
Era un partido de la liga de fútbol juvenil.
—Me gusta el fútbol—dijo Santana.
—Ah, bueno, entonces ¿te gustaría venir... conmigo?
Nunca estuve tan nerviosa con una chica en mi vida. Pero, nunca le pedí a una chica algo que no implicara acabar en la parte trasera de su camioneta después.
—Me encantaría. ¿A qué hora debo recogerte?
No me iba a encontrar ahí.
Me llevaría.
Me quedé mirando a mi mamá, que me observaba con una sonrisa de satisfacción en su rostro.
No podía pensar como ella.
Me lastimaría.
Tenía que recordar con quien hablaba.
Santana no era permanente.
—Seis—dije finalmente.
—Nos vemos a las seis—respondió—Que tengas un buen día, Britt.
—Uh, sí, eh, tú también—tartamudeé, antes de colgar el teléfono y dejarlo sobre la mesa.
—Entonces, se auto-invitó al juego. Supongo que no está tan fuera de tu liga, después de todo. Pero sólo por diversión. Disfrútalo niña, pero recuerda que es sólo una persona. Va a casarse con una chica con un fondo fiduciario. Cuida tu corazón.
Levanté la mirada hacia ella, de repente confundida.
—Pensé que querías que atrapara una persona rica.
Ella frunció el ceño.
—Hay ricos y asquerosamente ricos. No es más que Logan. No te olvides de eso.
¿Quién era Logan?
Comencé a preguntar y cambié de opinión. Escuchar a la lógica de mi mamá podría confundir a cualquiera.
Mamá no confiaba en los hombres ni en las mujeres que podían ser pareja.
Santana
Había cosas que se esperaban de una chica como Brittany.
Que esperara por mi cuando me detuve fuera de la calzada y no me diera la oportunidad de salir y abrir la puerta del auto antes de que la abriera de golpe era una de ellas.
Que llevara un par de apretados vaqueros abrazando cada curva que tenía era otra.
Pero no esperaba ver a Brittany agacharse y abrir sus brazos para una niña.
La hacía más suave.
Las paredes que construyó a su alrededor parecieron desvanecerse al momento en que la chica gritó su nombre y echó sus brazos pequeños alrededor del cuello de Brittany.
—¡Viniste a verme!—La niña exclamó alegremente.
Brittany se rió y se echó hacia atrás para poder mirar a los ojos de la niña.
—Te vi hace unos días, Mady May. Actúas como si no nos hubiésemos visto en un mes—se burló Brittany.
Mady May era la hermana pequeña de Kitty, lo sabía en gran parte por mi tiempo con Marley.
Madison fue la niña de las flores de la boda de Quinn y Rachel.
Mike adoptó a Mady May y sus hermanos cuando la mamá de Kitty falleció. Lo que significaba que Marley y Kitty estarían aquí.
Mierda.
No pensé en eso cuando Brittany dijo “hijo de mi primo”.
— Marley y Kitty están aquí. Ven—dijo Madison.
Brittany, al parecer, no se hallaba al tanto de mi pasado con Marley. Me sentí aliviada por eso.
No quería que fuese incómodo.
Ver a Marley y Kitty la otra noche en la cena de Hanna fue nuestro primer encuentro real en mucho tiempo.
La cena no fue difícil.
No era como si estuviera enamorado de Marley. Simplemente no creía que Brittany fuera el tipo de chica que se llevaba bien con las chicas como Marley.
Incluso si Marley defendió a abiertamente Brittany la otra noche cuando todo el mundo hablaba de sus travesuras.
Esa era Marley.
Era dulce y aceptaba a todos.
—Dirige el camino—dijo Brittany, y me miró—La niña de Mike—explicó Brittany.
Empecé a decirle que sabía que sabía quién era Madison debido a la boda y luego de nuevo en la cena de Hanna de la otra noche, pero cerré mi boca.
Mala idea.
Me limité a asentir.
—Es linda —contesté en su lugar.
—Sí, se parece a Kitty. Mike y Tina no podían tener hijos, así que adoptó a los hermanos menores de Kitty cuando su mamá murió.
Asentí otra vez, sintiéndome culpable por no admitir que ya sabía todo esto.
Era extraño que Brittany no hubiese estado en la boda. Me habría acordado de ella.
Era difícil de ignorar.
—¿Has conocido a Marley? ¿La hermana de Quinn?—preguntó Brittany cuando llegamos a las gradas.
Ahí estaba.
Mi tiempo para mentir o decir la verdad y explicar.
—Ella era su amiga en la boda de Quinn—informó Madison por mí.
Me sorprendió que la chica se acordara de mí.
Brittany se detuvo y me miró.
—¿Estabas en la boda de Quinn Fabray?
Aquí no era donde quería hablar de esto.
—Sí —contesté, incapaz de mentirle.
Ella frunció el ceño.
—Ni siquiera estuve invitada a su boda. ¿Cómo conseguiste una invitación?
Miré a la gente en las gradas y vi a Marley mirándonos. Kitty no se encontraba ahí, pero sabía que estaba aquí en el juego.
—Yo, eh...—al mirar a Brittany, forcé una sonrisa—Salí con Marley.
Ojos de Brittany se abrieron mucho.
—¿Qué? ¿Y te alejaste sin que Kitty Wilde te moliera a golpes?
No parecía enojada.
Tal vez le agradaba Marley.
No podían ser amigas... ¿o sí?
Las dos no podían ser más opuestas.
—Sí, no era un fan, pero todo terminó bien. Para todo el mundo—contesté.
—Ve a ver a Marley —dijo Madison, tirando de la mano de Brittany, luego miró a la chica, luego a mí.
—Hanna las juntó, ¿verdad?
Me limité a asentir.
No había necesidad de decirle que fui quien persiguió a Marley. Hice que Hanna me ayudara, pero fue idea mía.
Brittany se rio y negó con la cabeza, luego se volvió a subir las escaleras.
¿Que era tan gracioso?
No tuve la oportunidad de preguntarlo antes de que el culo de Brittany en esos vaqueros me llamara la atención y me distrajera por completo.
La seguí por las escaleras, y nos llevó directamente a Marley.
—Hola, estoy tan contenta de que estés aquí. No te he visto en semanas—la voz de Marley me distrajo de la fascinación por el cuerpo de la ojiazul en esos vaqueros, y aparté mi mirada para ver a Marley de pie, sonriendo a Brittany.
— Wilde te tiene ocupada. No me sorprendería si la loca posesiva no te mantuviera lo más lejos posible de mí—dijo Brittany, arrastrando las palabras.
—Tienes toda la razón—dijo Kitty mientras dando un paso por encima del asiento en frente de nosotras y yendo directamente al lado de Marley como si necesitara protegerla de alguien.
Marley se golpeó el pecho.
—Para. Britt es mi amiga y lo sabes.
¿En serio?
Interesante.
Kitty frunció el ceño y sacó Marley más cerca de ella antes de girar su ceño fruncido en mí dirección.
Luego, lentamente, la comprensión iluminó sus ojos mientras miraba entre las dos.
Una sonrisa tocó los labios.
—¿Así que esa mierda era cierta? Finn dijo que aparecieron juntas en Live Bay. Yo no lo creo—dijo Kitty, mirando más divertida.
—Cállate, Wilde —dijo Brittany bruscamente, sentándose junto a Marley y luego levantando la mirada hacia mí—Te presentaría, pero dado que salías con su mujer, Santana, asumo todos se conocen.
—Ellas no salían—gruñó Kitty.
Marley se giró a susurrar algo en su oído, y aparté la mirada. Dejándola lidiar con su culo loco.
—Ignórala—dijo Brittany—Ella enloquecerá siempre que piense que alguien indigno se acerque a ella. La ironía en su mejor forma.
No podría estar más de acuerdo.
Me moví cerca de su oído y le pregunté:
—¿Cómo es que ustedes dos son amigas?
Brittany se echó hacia atrás y arqueó una ceja como si estuviera ofendida. Una sonrisa lenta, finalmente tomó su lugar.
—Debido a que Marley Rose es difícil de resistir, incluso para las mujeres. Siempre ha sido buena conmigo, desde el momento en que éramos niñas. Y luego, por supuesto, hubo un momento en que quiso llamar la atención de Kitty y decidió que emborracharse y bailar en los bares era la manera de hacerlo. Así que, por supuesto, vino a buscarme por orientación.
¿Qué?
Eso no sonaba como la Marley que conocía.
Brittany echó la cabeza hacia atrás y rió.
—Si pudieras ver la incredulidad en tu cara—dijo ella, sonriendo.
—¿Realmente hizo eso?
Brittany asintió.
—Sí. Pero recuerda, me agrada Marley. Así que me aseguré de que su actuación de chica mala fuera moderada y estuviera a salvo. Además, no pasó mucho tiempo para que se diera cuenta de que esa no era la vida que quería llevar. Después de eso, realmente nos hicimos amigas.
Sabía que Brittany no me decía esto para impresionarme. Se encogió de hombros y volvió a prestar atención al juego. Pero no podía apartar los ojos de ella.
Realmente era especial y no tenía ni idea.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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