|
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
"Opening Night" en:
Últimos temas
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios |
Publicidad
[Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
+3
micky morales
3:)
Isabella28
7 participantes
Página 3 de 7.
Página 3 de 7. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
bueno bastante interesante viajar en ese jet, cierto?????
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Jajajjaa bonita forma de distracción y pues que sigan aprovechando cada segundo juntas .... Ojala el viaje dure un buen rato antes de llegar jajajajaja
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
nada mas bontio que viajar en un jet jajajaja
en serio muy linda forma y muy confiable de sacarse cada una de sus sistemas no jodas!!! jajaja
nos vemos!!!
Hola lu, jajajajaaj por lo q se vio nones... o es una experiencia propia dices tu¿? 1313 Jajajajaajajajajajaj si no¿? mmm sería bueno probar... digo yo... no se los nervios son unos loquillos. Saludos =D
micky morales escribió:bueno bastante interesante viajar en ese jet, cierto?????
Hola, jajajajajaaj eso mismo, si q lo es... esas son unas loquillas, pero el aire no ayudo, no¿?...o si¿? jajajajaj. Saludos =D
JVM escribió:Jajajjaa bonita forma de distracción y pues que sigan aprovechando cada segundo juntas .... Ojala el viaje dure un buen rato antes de llegar jajajajaja
Hola, jajajajaaj esk cuando los nervios atacan ai q ayudar, no¿? jajajajaajja. AJajajajajaja si, xq no¿? seria bueno, bueno jajaaajaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Cap 12
Capitulo 12
Brittany
Me sentí como si estuviera en una película.
En serio.
Solo estar en la ciudad de Nueva York después de verla en las películas durante tanto tiempo, era como si hubiera entrado en una de esas películas.
No quería parecer una pueblerina sureña llegando a la gran ciudad, pero no podía dejar de mirar todo a través de la ventana de la limusina.
Los edificios eran enormes y la gente corría por las calles como en Gossip Girl.
Era exactamente lo que esperaba.
—Bienvenido, Señorita López. Conseguiré que lleven las maletas a su habitación—dijo un hombre, saludándonos mientras bajábamos de la limusina.
Santana asintió y tomó mi mano.
Me encontraba demasiado ocupada mirando a la gente en la calle absorbiendo todo y prestando atención a cualquier cosa. Dudaba que volviera alguna vez a Nueva York, y no quería perderme de nada.
Necesitaba memorizarlo todo.
—¿Quieres ir a dentro, o preferirías ir a explorar?—el tono divertido de Santana me hizo sonrojar.
Probablemente estaba avergonzándola, pero decidí que no iba a preocuparme por ello.
—¿Podemos explorar?—pregunté, no queriendo apartar la mirada de todo.
Se rió entre dientes.
—Por supuesto. David nos registrará. ¿Qué quieres ver?
¿Qué quería ver?
Todo.
¿Era eso posible en un día?
Me detuve y mire de un lado al otro de la calle mientras bocinas sonaban y el conductor de un taxi gritó a otro auto que se detuvo frente a él.
Reí.
Era perfecto.
—Simplemente quiero ver todo—dije con sinceridad.
—Eso sería imposible, pero haremos nuestro mejor esfuerzo para conseguir tanto como podamos. Me está dando hambre. ¿Qué tal una cafetería repleta de gente?
Asentí y le sonreí.
—Eso es perfecto—contesté.
Santana solo sonrió y sacudió la cabeza. Entonces tomó mi mano.
—Vamos. Conozco el lugar perfecto.
Mantuve mi mano firmemente dentro de la suya mientras caminábamos pasando a la gente que hablaba por teléfono o corría de un lugar a otro.
Algunos tenían bolsas de compras y otros paraban taxis.
¿Cómo podría incluso empezar a explicarle a mi mamá cuando regresara a casa lo irreal que era todo?
—¿Te gustan los encurtidos?—preguntó Santana de la nada.
Me di la vuelta para mirarla.
—¿Encurtidos?—repetí, confundida.
—Sí, encurtidos. Este lugar tiene algunos de los mejores que he comido.
Oh.
Me gustaban los encurtidos.
Incluso si no lo hacían, los probaría.
Quería probarlo todo.
—Me encantan los encurtidos.
Santana abrió la puerta de una pequeña cafetería que se hallaba, de hecho, llena de gente. Se abrió paso entre la multitud.
—La mayoría de ellos están esperando órdenes para llevar—explicó.
Caminamos hacia una larga mesa, donde parecía que otras personas estaban sentadas. Los dos últimos asientos al lado de la pared se encontraban vacíos.
—Sigue adentro—dijo.
Fruncí el ceño y mire a las otras personas en la mesa. No nos prestaban ninguna atención.
—¿Qué pasa con ellos?—pregunté, confundida.
Santana sonrío.
—Ellos no están utilizando esos asientos.
—¿Compartes mesas aquí?
Santana se acercó a mí.
—El lugar no es lo suficientemente grande como para no utilizar todos los asientos disponibles. Es la forma en que funciona. Lo prometo. Siéntate.
Lo hice, y retiró el asiento a mi lado y se sentó.
Una camarera se encontraba ahí de inmediato, nos entregó dos menús y preguntó que queríamos para beber.
Me encontraba demasiado ocupada escuchando las muchas conversaciones sucediendo en nuestra mesa para pensar en el menú.
Esto era salvaje.
—Siempre pido el Reuben. Es mi favorito. Pero todos los sándwiches son buenos. Solo un poco grandes.
Vi como la camarera colocó un sándwich abierto frente al chico a nuestro lado. Había más carne apilada de la que comí en un mes.
Santo cielo.
—¿Quieres compartir?—preguntó Santana con una sonrisa divertida en su rostro mientras me miraba.
—Sí, quiero el Reuben. Ese suena bien. No podría comer ni un cuarto de esa cosa—dije, mirando del sandwinch a los bonitos ojos de Santana.
Nuestras bebidas y un plato de encurtidos fueron colocados delante de nosotras.
Todos los encurtidos parecían diferentes, y Santana explicó sus diferencias.
No quería comer uno entero y comencé a cortar una rebana cuando Santana cogió el encurtido y lo acercó a mi boca:
—Toma un mordisco, Britt.
Hice lo que me indico.
Santana me miró mientras lo mastique, y luego tomó un bocado antes de guiñarme un ojo y alcanzar otro encurtido.
Sostuvo cada uno y me hizo probarlos. Una vez encontré mi favorito, me lo entrego y dijo que era mío.
—Cómetelo.
El sándwich era la cosa más grande que jamás había visto, pero comí tanto como pude.
Santana terminó el resto, llamándome una cobarde.
Después que salimos, me llevó a Central Park y tomamos un paseo en carruaje mientras me hablaba de las diferentes partes del parque.
Me sentí como si tuviera mi propio guía turístico.
Me mantuvo acurrucada contra ella y jugaba con mi cabello mientras hablaba.
Que me agradara tanto no era inteligente, pero no pude evitarlo.
Me gustó mucho.
Me encantó la forma en que Santana me hizo sentir.
Las compras en la Quinta Avenida fueron otra experiencia.
Lo primero que admiraba, Santana lo tomaba y me lo compraba. No quería que hiciera eso. Así que tuve cuidado de no tocar ni mirar algo con anhelo de nuevo.
Aun así se las arregló para observarme atentamente para ver mi interés en un par de botas de tacón de aguja de piel gris.
Incluso conmigo insistiendo en que no quería probármelas, Santana se las arregló para conseguir que la señora sacara mi talla exacta.
Cediendo así no hacia una escena, me las probé, y los ojos de Santana hicieron esa cosa ardiente que me dificultaba respirar.
—Las queremos—dijo a la señora sin apartar la vista de mí.
Cuando ella las tomó y se dirigió a la caja registradora, agarré su brazo.
—No tienes que comprar esas—susurré.
Había visto la etiqueta de precio de ochocientos dólares.
—Sí, tengo que hacerlo—respondió—Confía en mí, esa fue una compra egoísta, además que podría comprarme unas—se giró para entregar a la señora su tarjeta.
—Cuestan demasiado—dije entre dientes, porque no quería que la gente me escuche.
—No se puede poner un precio a la forma es que tus piernas se ven con esas botas—respondió.
Mi rostro se sentía caliente y mi corazón hacia cosas divertidas. Cuando me decía cosas como esas, haciendo difícil mantener la calma.
También derribo más de mis muros de protección.
La señora le dio las gracias y le entregó la bolsa y su tarjeta. Santana tomó la bolsa con una mano y luego tomó mi mano con la otra.
—¿Qué quieres ver ahora?
—No sé. Nunca imaginé que vendría aquí, así que no sé qué hacer.
Santana me acercó a su lado mientras una multitud de personas se apresuraban.
—Tenemos alrededor de dos horas antes que tengamos que ir a la fiesta ¿Cuánto tiempo te tomara estar lista?
—Una hora —contesté.
—Entonces es momento que veas el Time Square —dijo.
Caminamos por la calle, y tuve cuidado de no mirar los artículos en las vitrinas por temor a que entrara y los comprara para mí.
No sabía si todos los niños ricos hacían eso o si era solo una cosa de Santana, pero no quería que lo hiciera.
Ya me había traído aquí.
Eso era suficiente.
Santana
He visitado la ciudad de Nueva York desde que era una niña.
Ni una sola vez lo disfruté de la forma en que lo hice hoy.
Brittany estuvo tan emocionada, y solo verla capturar todo lo hizo más divertido que cualquier otra vez en la que estuve aquí.
Se sorprendió inocentemente con cosas como el autobús de dos pisos y el vaquero desnudo, todas las cosas que daba por sentado.
Cuando Brittany vio algo que quería, tuve que comprarlo. Era como una compulsión.
De nuevo, Brittany me hacía actuar fuera de lugar.
Era todo en mi cabeza, y no me encontraba seguro de que tan prudente era esto.
No podía olvidar que no planeaba una relación con ella.
La puerta del baño se abrió y Brittany salió, drenando todos los demás pensamientos de mi cabeza.
Llevaba un vestido corto ceñido de color rojo sin tirantes y que parecía hecho de seda. Las botas de cuero gris con tacón de aguja que le compré abrazaban sus piernas perfectamente.
Hizo un giro y me sonrió tímidamente.
—¿Esto está bien?—preguntó.
Pude ver la preocupación en sus ojos.
No pensé en el hecho que podría no tener algo que ponerse, pero lo tenía.
El vestido que llevaba parecía perfecto.
—Te ves hermosa—conteste con sinceridad.
Me miró y alcanzó su espalda para doblar su cabello largo y rubio hacia arriba.
—¿Debería llevarlo recogido o está bien suelto? —preguntó.
—Suelto—contesté, caminando hacia ella para poder tocarla. Entró en mis brazos con facilidad—Me gusta suelto—repetí.
Deslizó sus manos sobre mi pecho y detrás de mí cuello.
—Te ves muy caliente vestida de gala—dijo, mirándome a través de sus pestañas—Y también me gusta tu cabellos suelto.
—Ummmm—le contesté, jalándola más cerca de mí—Tenemos que salir ahora o no vamos a ir—dije, soltándola y poniendo algo de distancia entre nosotras.
Si no aparecía en esta fiesta, Mercedes se vería perjudicada. Pero con Brittany viéndose como la fantasía en cada sueño húmedo que he tenido, era difícil que me importara una mierda Mercedes.
Brittany respiró hondo, y de repente me pregunté cuan seguro era ese vestido.
Su pecho subía y bajaba, provocándome con la idea que sus tetas podrían liberarse.
Yo usaba vestidos así de apretados, pero en ella no estaba tan segura que no pasara nada.
—¿Britt? —pregunté, incapaz de apartar los ojos de su generoso escote.
—¿Si?
—¿Qué tan segura estas que tus pechos están a salvo de ser liberados?
Brittany dejó escapar una pequeña risa y se acercó a mí. Deslizó su mano debajo de mi barbilla y haciéndome mirar su cara en lugar de sus pechos suaves, firmes y tentadores como el infierno.
—Santana, tu como mujer, y porque te visto usando vestido, sabes que eso no pasara si yo lo seguro.
—Si…, pero.
—¿Tienes planes de tirarlo hacia abajo? —preguntó.
Me encontraba muy cerca de hacerlo ahora.
Tragué saliva.
—No en la fiesta—contesté.
Pero en la limusina en el viaje de regreso, no prometía nada.
—Entonces estoy segura que estarán escondidos completamente. Ambas lo sabemos.
Sabía que tenía razón.
Pero, no quería tener que matar a alguien por ver lo que era mío.
Un balde de agua helada no podía competir con el frio que me atravesó.
¿Qué quería decir con “lo que era mío”?
Brittany no era mía.
No podía empezar a pensar en ella como mía. Volvería a Harvard en otoño.
Tenía una vida en la que Brittany no encajaba. Una que actualmente me hallaba tratando de descubrir.
No necesitaba más complicaciones.
Giré y me dirigí a la puerta, necesitando alejarme de ella.
No podía hablar en este momento, o pensar.
Tenía que aclarar mi cabeza.
Esta fue una mala idea.
No debería haberla traído.
Estaba bajo mi piel de una manera con la que no me encontraba familiarizada, y no me sentía segura.
Además era injusto con ella.
—¿Santana?—preguntó. Su voz tembló nerviosamente.
Cerré mis ojos y mentalmente maldije.
Tenía que alejarme, pero no podía hacerle daño en el proceso.
Era mi cita.
Se encontraba en una ciudad extraña.
Ignorarla por completo no era una opción pero necesitaba recordarle exactamente lo que éramos.
Un amorío.
Solo una aventura de verano.
Enmascaré el pánico en mi rostro antes de girarme para verla de pie donde la deje.
Apretaba sus manos con nerviosismo frente a ella.
Maldita sea.
No podía ser una imbécil.
Le tendí la mano.
—Vamos. Tiempo para salir de fiesta—dije con una sonrisa.
No parecía segura, pero puso su mano en la mía y me concentré en salir fuera de ese hotel.
La limusina se encontraba esperando por nosotras, y David se situó en la puerta.
No me deslice cerca de Brittany en ese momento. Olerla y sentir el calor de su cuerpo era demasiado difícil de resistir.
Alcancé un vaso de cristal y me serví un poco de whisky antes de sentarme. Tomando un trago largo, deje que quemara mi garganta y me situé en la esquina, quedándome quieta.
Brittany no dijo nada, y mirarla se encontraba fuera de cuestión.
Necesitaba beber más primero.
El trayecto hasta la fiesta no fue largo, por suerte.
Cuando David estacionó en frente del edificio, dejé mi vaso y me preparé para una noche muy larga.
—¿Hice algo mal?—preguntó Brittany en voz baja.
Quería decirle que no, que no había hecho nada malo.
Que dejé ir esto demasiado lejos.
Que no tuve cuidado.
Pero en su lugar sonreí y sacudí la cabeza.
—Por supuesto que no. Estamos aquí—contesté mientras David me salvaba abriendo la puerta.
En serio.
Solo estar en la ciudad de Nueva York después de verla en las películas durante tanto tiempo, era como si hubiera entrado en una de esas películas.
No quería parecer una pueblerina sureña llegando a la gran ciudad, pero no podía dejar de mirar todo a través de la ventana de la limusina.
Los edificios eran enormes y la gente corría por las calles como en Gossip Girl.
Era exactamente lo que esperaba.
—Bienvenido, Señorita López. Conseguiré que lleven las maletas a su habitación—dijo un hombre, saludándonos mientras bajábamos de la limusina.
Santana asintió y tomó mi mano.
Me encontraba demasiado ocupada mirando a la gente en la calle absorbiendo todo y prestando atención a cualquier cosa. Dudaba que volviera alguna vez a Nueva York, y no quería perderme de nada.
Necesitaba memorizarlo todo.
—¿Quieres ir a dentro, o preferirías ir a explorar?—el tono divertido de Santana me hizo sonrojar.
Probablemente estaba avergonzándola, pero decidí que no iba a preocuparme por ello.
—¿Podemos explorar?—pregunté, no queriendo apartar la mirada de todo.
Se rió entre dientes.
—Por supuesto. David nos registrará. ¿Qué quieres ver?
¿Qué quería ver?
Todo.
¿Era eso posible en un día?
Me detuve y mire de un lado al otro de la calle mientras bocinas sonaban y el conductor de un taxi gritó a otro auto que se detuvo frente a él.
Reí.
Era perfecto.
—Simplemente quiero ver todo—dije con sinceridad.
—Eso sería imposible, pero haremos nuestro mejor esfuerzo para conseguir tanto como podamos. Me está dando hambre. ¿Qué tal una cafetería repleta de gente?
Asentí y le sonreí.
—Eso es perfecto—contesté.
Santana solo sonrió y sacudió la cabeza. Entonces tomó mi mano.
—Vamos. Conozco el lugar perfecto.
Mantuve mi mano firmemente dentro de la suya mientras caminábamos pasando a la gente que hablaba por teléfono o corría de un lugar a otro.
Algunos tenían bolsas de compras y otros paraban taxis.
¿Cómo podría incluso empezar a explicarle a mi mamá cuando regresara a casa lo irreal que era todo?
—¿Te gustan los encurtidos?—preguntó Santana de la nada.
Me di la vuelta para mirarla.
—¿Encurtidos?—repetí, confundida.
—Sí, encurtidos. Este lugar tiene algunos de los mejores que he comido.
Oh.
Me gustaban los encurtidos.
Incluso si no lo hacían, los probaría.
Quería probarlo todo.
—Me encantan los encurtidos.
Santana abrió la puerta de una pequeña cafetería que se hallaba, de hecho, llena de gente. Se abrió paso entre la multitud.
—La mayoría de ellos están esperando órdenes para llevar—explicó.
Caminamos hacia una larga mesa, donde parecía que otras personas estaban sentadas. Los dos últimos asientos al lado de la pared se encontraban vacíos.
—Sigue adentro—dijo.
Fruncí el ceño y mire a las otras personas en la mesa. No nos prestaban ninguna atención.
—¿Qué pasa con ellos?—pregunté, confundida.
Santana sonrío.
—Ellos no están utilizando esos asientos.
—¿Compartes mesas aquí?
Santana se acercó a mí.
—El lugar no es lo suficientemente grande como para no utilizar todos los asientos disponibles. Es la forma en que funciona. Lo prometo. Siéntate.
Lo hice, y retiró el asiento a mi lado y se sentó.
Una camarera se encontraba ahí de inmediato, nos entregó dos menús y preguntó que queríamos para beber.
Me encontraba demasiado ocupada escuchando las muchas conversaciones sucediendo en nuestra mesa para pensar en el menú.
Esto era salvaje.
—Siempre pido el Reuben. Es mi favorito. Pero todos los sándwiches son buenos. Solo un poco grandes.
Vi como la camarera colocó un sándwich abierto frente al chico a nuestro lado. Había más carne apilada de la que comí en un mes.
Santo cielo.
—¿Quieres compartir?—preguntó Santana con una sonrisa divertida en su rostro mientras me miraba.
—Sí, quiero el Reuben. Ese suena bien. No podría comer ni un cuarto de esa cosa—dije, mirando del sandwinch a los bonitos ojos de Santana.
Nuestras bebidas y un plato de encurtidos fueron colocados delante de nosotras.
Todos los encurtidos parecían diferentes, y Santana explicó sus diferencias.
No quería comer uno entero y comencé a cortar una rebana cuando Santana cogió el encurtido y lo acercó a mi boca:
—Toma un mordisco, Britt.
Hice lo que me indico.
Santana me miró mientras lo mastique, y luego tomó un bocado antes de guiñarme un ojo y alcanzar otro encurtido.
Sostuvo cada uno y me hizo probarlos. Una vez encontré mi favorito, me lo entrego y dijo que era mío.
—Cómetelo.
El sándwich era la cosa más grande que jamás había visto, pero comí tanto como pude.
Santana terminó el resto, llamándome una cobarde.
Después que salimos, me llevó a Central Park y tomamos un paseo en carruaje mientras me hablaba de las diferentes partes del parque.
Me sentí como si tuviera mi propio guía turístico.
Me mantuvo acurrucada contra ella y jugaba con mi cabello mientras hablaba.
Que me agradara tanto no era inteligente, pero no pude evitarlo.
Me gustó mucho.
Me encantó la forma en que Santana me hizo sentir.
Las compras en la Quinta Avenida fueron otra experiencia.
Lo primero que admiraba, Santana lo tomaba y me lo compraba. No quería que hiciera eso. Así que tuve cuidado de no tocar ni mirar algo con anhelo de nuevo.
Aun así se las arregló para observarme atentamente para ver mi interés en un par de botas de tacón de aguja de piel gris.
Incluso conmigo insistiendo en que no quería probármelas, Santana se las arregló para conseguir que la señora sacara mi talla exacta.
Cediendo así no hacia una escena, me las probé, y los ojos de Santana hicieron esa cosa ardiente que me dificultaba respirar.
—Las queremos—dijo a la señora sin apartar la vista de mí.
Cuando ella las tomó y se dirigió a la caja registradora, agarré su brazo.
—No tienes que comprar esas—susurré.
Había visto la etiqueta de precio de ochocientos dólares.
—Sí, tengo que hacerlo—respondió—Confía en mí, esa fue una compra egoísta, además que podría comprarme unas—se giró para entregar a la señora su tarjeta.
—Cuestan demasiado—dije entre dientes, porque no quería que la gente me escuche.
—No se puede poner un precio a la forma es que tus piernas se ven con esas botas—respondió.
Mi rostro se sentía caliente y mi corazón hacia cosas divertidas. Cuando me decía cosas como esas, haciendo difícil mantener la calma.
También derribo más de mis muros de protección.
La señora le dio las gracias y le entregó la bolsa y su tarjeta. Santana tomó la bolsa con una mano y luego tomó mi mano con la otra.
—¿Qué quieres ver ahora?
—No sé. Nunca imaginé que vendría aquí, así que no sé qué hacer.
Santana me acercó a su lado mientras una multitud de personas se apresuraban.
—Tenemos alrededor de dos horas antes que tengamos que ir a la fiesta ¿Cuánto tiempo te tomara estar lista?
—Una hora —contesté.
—Entonces es momento que veas el Time Square —dijo.
Caminamos por la calle, y tuve cuidado de no mirar los artículos en las vitrinas por temor a que entrara y los comprara para mí.
No sabía si todos los niños ricos hacían eso o si era solo una cosa de Santana, pero no quería que lo hiciera.
Ya me había traído aquí.
Eso era suficiente.
Santana
He visitado la ciudad de Nueva York desde que era una niña.
Ni una sola vez lo disfruté de la forma en que lo hice hoy.
Brittany estuvo tan emocionada, y solo verla capturar todo lo hizo más divertido que cualquier otra vez en la que estuve aquí.
Se sorprendió inocentemente con cosas como el autobús de dos pisos y el vaquero desnudo, todas las cosas que daba por sentado.
Cuando Brittany vio algo que quería, tuve que comprarlo. Era como una compulsión.
De nuevo, Brittany me hacía actuar fuera de lugar.
Era todo en mi cabeza, y no me encontraba seguro de que tan prudente era esto.
No podía olvidar que no planeaba una relación con ella.
La puerta del baño se abrió y Brittany salió, drenando todos los demás pensamientos de mi cabeza.
Llevaba un vestido corto ceñido de color rojo sin tirantes y que parecía hecho de seda. Las botas de cuero gris con tacón de aguja que le compré abrazaban sus piernas perfectamente.
Hizo un giro y me sonrió tímidamente.
—¿Esto está bien?—preguntó.
Pude ver la preocupación en sus ojos.
No pensé en el hecho que podría no tener algo que ponerse, pero lo tenía.
El vestido que llevaba parecía perfecto.
—Te ves hermosa—conteste con sinceridad.
Me miró y alcanzó su espalda para doblar su cabello largo y rubio hacia arriba.
—¿Debería llevarlo recogido o está bien suelto? —preguntó.
—Suelto—contesté, caminando hacia ella para poder tocarla. Entró en mis brazos con facilidad—Me gusta suelto—repetí.
Deslizó sus manos sobre mi pecho y detrás de mí cuello.
—Te ves muy caliente vestida de gala—dijo, mirándome a través de sus pestañas—Y también me gusta tu cabellos suelto.
—Ummmm—le contesté, jalándola más cerca de mí—Tenemos que salir ahora o no vamos a ir—dije, soltándola y poniendo algo de distancia entre nosotras.
Si no aparecía en esta fiesta, Mercedes se vería perjudicada. Pero con Brittany viéndose como la fantasía en cada sueño húmedo que he tenido, era difícil que me importara una mierda Mercedes.
Brittany respiró hondo, y de repente me pregunté cuan seguro era ese vestido.
Su pecho subía y bajaba, provocándome con la idea que sus tetas podrían liberarse.
Yo usaba vestidos así de apretados, pero en ella no estaba tan segura que no pasara nada.
—¿Britt? —pregunté, incapaz de apartar los ojos de su generoso escote.
—¿Si?
—¿Qué tan segura estas que tus pechos están a salvo de ser liberados?
Brittany dejó escapar una pequeña risa y se acercó a mí. Deslizó su mano debajo de mi barbilla y haciéndome mirar su cara en lugar de sus pechos suaves, firmes y tentadores como el infierno.
—Santana, tu como mujer, y porque te visto usando vestido, sabes que eso no pasara si yo lo seguro.
—Si…, pero.
—¿Tienes planes de tirarlo hacia abajo? —preguntó.
Me encontraba muy cerca de hacerlo ahora.
Tragué saliva.
—No en la fiesta—contesté.
Pero en la limusina en el viaje de regreso, no prometía nada.
—Entonces estoy segura que estarán escondidos completamente. Ambas lo sabemos.
Sabía que tenía razón.
Pero, no quería tener que matar a alguien por ver lo que era mío.
Un balde de agua helada no podía competir con el frio que me atravesó.
¿Qué quería decir con “lo que era mío”?
Brittany no era mía.
No podía empezar a pensar en ella como mía. Volvería a Harvard en otoño.
Tenía una vida en la que Brittany no encajaba. Una que actualmente me hallaba tratando de descubrir.
No necesitaba más complicaciones.
Giré y me dirigí a la puerta, necesitando alejarme de ella.
No podía hablar en este momento, o pensar.
Tenía que aclarar mi cabeza.
Esta fue una mala idea.
No debería haberla traído.
Estaba bajo mi piel de una manera con la que no me encontraba familiarizada, y no me sentía segura.
Además era injusto con ella.
—¿Santana?—preguntó. Su voz tembló nerviosamente.
Cerré mis ojos y mentalmente maldije.
Tenía que alejarme, pero no podía hacerle daño en el proceso.
Era mi cita.
Se encontraba en una ciudad extraña.
Ignorarla por completo no era una opción pero necesitaba recordarle exactamente lo que éramos.
Un amorío.
Solo una aventura de verano.
Enmascaré el pánico en mi rostro antes de girarme para verla de pie donde la deje.
Apretaba sus manos con nerviosismo frente a ella.
Maldita sea.
No podía ser una imbécil.
Le tendí la mano.
—Vamos. Tiempo para salir de fiesta—dije con una sonrisa.
No parecía segura, pero puso su mano en la mía y me concentré en salir fuera de ese hotel.
La limusina se encontraba esperando por nosotras, y David se situó en la puerta.
No me deslice cerca de Brittany en ese momento. Olerla y sentir el calor de su cuerpo era demasiado difícil de resistir.
Alcancé un vaso de cristal y me serví un poco de whisky antes de sentarme. Tomando un trago largo, deje que quemara mi garganta y me situé en la esquina, quedándome quieta.
Brittany no dijo nada, y mirarla se encontraba fuera de cuestión.
Necesitaba beber más primero.
El trayecto hasta la fiesta no fue largo, por suerte.
Cuando David estacionó en frente del edificio, dejé mi vaso y me preparé para una noche muy larga.
—¿Hice algo mal?—preguntó Brittany en voz baja.
Quería decirle que no, que no había hecho nada malo.
Que dejé ir esto demasiado lejos.
Que no tuve cuidado.
Pero en su lugar sonreí y sacudí la cabeza.
—Por supuesto que no. Estamos aquí—contesté mientras David me salvaba abriendo la puerta.
*********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
se dio cuenta demasiado tarde que britt no encaja en su mundo ni mucho menos en su "vida perfecta"
va a ser una noche de tortura para las dos quizás??? sobre para san y su mala decisión de tener a britt alado!! a ver como va la fiesta y como termina la noche sobre todo!!!
nos vemos!!
se dio cuenta demasiado tarde que britt no encaja en su mundo ni mucho menos en su "vida perfecta"
va a ser una noche de tortura para las dos quizás??? sobre para san y su mala decisión de tener a britt alado!! a ver como va la fiesta y como termina la noche sobre todo!!!
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
bueno ya la llevo no? asi que no seria justo que la hiciera sentir mal!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Ambas saben que lo suyo no se para "siempre" sin embargo se dejan llevar y en los mejores momentos lo recuerdan... Así que haber como sigue todo
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
se dio cuenta demasiado tarde que britt no encaja en su mundo ni mucho menos en su "vida perfecta"
va a ser una noche de tortura para las dos quizás??? sobre para san y su mala decisión de tener a britt alado!! a ver como va la fiesta y como termina la noche sobre todo!!!
nos vemos!!
Hola lu, psfff creo q lo sabia, pero no lo queria reconocer la vrdd... hasta q lo hizo, pero como bn dices, demasiado tarde =/ Tmbn lo pienso =/ No esta haciendo bn las cosas, no¿? Aquí dejo el cap para ver q onda... SAludos =D
micky morales escribió:bueno ya la llevo no? asi que no seria justo que la hiciera sentir mal!!!!
Hola, si, nada q hacer xD No, claro q no lo es...pero q lo sea a q lo haga =/ Saludos =D
JVM escribió:Ambas saben que lo suyo no se para "siempre" sin embargo se dejan llevar y en los mejores momentos lo recuerdan... Así que haber como sigue todo
Hola, buen punto ai... esk se pertenceen y es obvio q era dificil resistirse a algo mas, no¿? Aquí otro cap para saberlo. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Cap 13
Capitulo 13
Brittany
Hice algo.
No podía entender qué.
¿Le avergonzaba mi vestido?
Eso era todo lo que podía pensar.
Hablábamos sobre ello cuando de repente quedó sorprendida. Yo no tenía ropa de diseñador.
Sin embargo, éste era uno de mis mejores vestidos.
No era talentosa en muchas cosas, pero sí muy buena con una máquina de coser.
Cuando lloré por no tenía un lindo vestido que usar en la fiesta de bienvenida en mi primer año, mi mamá sacó la vieja máquina de coser que su mamá le dejó. Trajo varios vestidos suyos que ya no usaba y me dijo que dejara de sentir lástima por mí misma y lo resolviera.
Me tomó una semana de permanecer despierta la mayor parte de la noche en descubrir cómo manejar la máquina.
El diseño fue fácil.
Era buena en ello.
Aprender a usarla fue más difícil, pero conseguí un vestido original para el baile.
Hacer mi propia ropa se convirtió en un pasatiempo.
Lo disfrutaba.
Mamá me traía uniformes del club que necesitaban arreglo, y me pagaban por ello.
Incluso comencé a hacer cosas para ellos.
Este vestido era mi creación favorita.
Si estaba avergonzado por él, entonces no debió haberme invitado. Yo no era una de estas personas, pero me negaba a sentirme menos que alguien porque mi etiqueta no era la de un diseñador.
Ella decidió no hablarme, así que yo también. Ya le pregunté dos veces si había hecho algo. Dijo que no.
No lo haré de nuevo.
Cuando llegamos a las puertas dobles, de lo que asumí era un ático porque no era un departamento de tamaño normal, tocó la campana y las puertas se abrieron casi de inmediato.
La música estaba alta y la chica en la puerta parecía sacada de una revista.
—¡Santana!—chilló, lanzando los brazos a su alrededor—¡Estás aquí! Te hemos extrañado.
Observé mientras la envolvía en sus brazos y la abrazaba.
No me importaba.
Además, probablemente era la novia de la amiga que estaba dando la fiesta o amiga.
—Te dije que estaría aquí—respondió, dando un paso atrás y escaneando la habitación.
Estaba casi preparada para que no nos presentara. No sabía cómo respondería en ese caso.
No era como si pudiera irme, no tenía dinero.
No traje mi bolso porque no combinaba con este vestido y no era lo suficientemente lindo.
—Spencer, esta es Brittany. Brittany, esta es Spencer, una amiga de la escuela—dijo, sorprendiéndome.
La mirada apreciativa de Spencer me puso nerviosa y al mismo tiempo me molestó.
—Supongo que es algo bueno que Elaine no esté aquí—respondió, disparándole a Santana una mirada que me hizo sentir vergüenza—, Es agradable conocerte, Brittany.
—Lo mismo digo—me las arreglé para decir.
Santana puso su mano en mi espalda y nos dirigió adentro. Ese pequeño toque ayudó a aliviar un poco mi miedo, pero al momento en que entramos, dejó caer su mano.
—Santana, has estado escondiéndote—dijo una chica—, Anoche hablé con Emily, y dijo que estabas de vacaciones—cambió su mirada hacia mí, y una lenta sonrisa tocó su cara—¿Y quién es esta?
—Alison, esta es Brittany. Brittany, esta es Alison—dijo Santana en un tono aburrido.
—Brittany, ¿eh? Bueno, Brittany, ¿Cómo es que no nos hemos conocido antes?
No sabía cómo responder eso.
—Porque no visitas el sur de Alabama—respondió Santana, tomando un trago de una bandeja cuando el mesero pasó.
Alison levantó una ceja.
—¿Te escondías en la casa de verano de Emily? ¿Por qué no invitaste?
―He estado ocupada—respondió Santana.
Los ojos de Alison volvieron a mí.
―Sí, puedo verlo.
Santana me miró.
―Necesito algo más que esto para beber. ¿Tienes sed? Voy al bar.
Esas eran las primeras palabras que me decía directamente desde la limusina.
Sorprendida, solo sacudí la cabeza.
Santana no preguntó si estaba segura ni tomó mi mano. Solo se fue y me dejó ahí.
Alison, por otra parte, no desapareció.
―Así que, ¿Santana y tú han estado saliendo durante mucho tiempo?
No me encontraba segura si en este momento salíamos.
―En realidad no ―respondí.
La sonrisa de Alison cambió, y esa la conocía bien.
Las personas aquí podrían ser ricas, pero seguían siendo personas.
Sabía cómo manejarlas hombres.
También sabía que solo porque Santana se aburrió de mí, me alejaría y jugaría a la víctima, no era mi estilo.
—Ya que parece que te ha dejado—dijo Alison, mirando hacia el bar—, Y ahora está distraída, ¿por qué no bailas conmigo?
Miré hacia el bar y vi a una chica con cabello oscuro en un moño clásico, vestida como la adinerada que sin duda era, pegada a su lado. No se alejó de ella y parecía estar inmerso en la conversación.
¿Yo era un intento de poner a alguien celosa?
¿Un rebote?
Mi estómago se sintió enfermo.
¿Cómo pude haber sido tan estúpida?
Las personas como Santana no tomaban en serio a las chicas como yo.
Mamá había quiso advertirme con las relaciones de Las chicas Gilmore.
—Seguro, me encantaría—contesté, deslizando mi mano en la de Alison.
Me llevó a la pista de baile mientras una banda en vivo tocaba.
Afortunadamente, no era una canción lenta. No me hallaba de humor para acercarme tanto a alguien en este momento.
Me sentía tan barata como mi vestido.
Pensar en ello me haría llorar.
No lo haría.
No aquí.
Lo bloqueé todo, y bailé.
Olvidándome de mí misma, disfruté el sonido de la música y moví mi cuerpo con el ritmo.
Cuando la mano de Alison tocó mi cadera, no me alejé. La dejé acercarse.
Yo también podía.
Si iba a atravesar esta noche sin ser destrozada, lo tendría que manejar de alguna forma.
—Intento decidir si vale la pena que me pateen el trasero. Pienso que sí dijo Alison, y abrí los ojos para mirarla.
Bailaba cerca de mí, pero sus ojos se encontraban sobre mi cuerpo. Podía ver el brillo en ellos, y sabía que estaba encendido.
Levantó su mirada para encontrar la mía, y la lujuria se encontraba ahí.
—Nadie te pateará el trasero por bailar conmigo—respondí, odiando la amargura en mi voz.
Unas pocas veces con Santana y ya comenzaba a esperar más de las personas.
La otra mano de Alison descansó en mi cintura.
—Sí, ella nos observa. Lo está considerando. Puedo sentir su mirada extremadamente celosa desde aquí—dijo acercándome más.
—Imaginaciones tuyas—dije.
Seguramente Santana estaría contenta de deshacerse de mí durante la noche.
El pensamiento dolía, y lo alejé.
No pensaría en ello.
—Si eso fuera verdad, la llamaría tonta. Pero la conozco desde que teníamos trece. Ella ya me está arrancando los brazos—dijo Alison cerca de mi oído.
No la buscaría.
¿Ella quería ignorarme?
Entonces yo también podía hacerlo.
Cerré mis ojos de nuevo y comencé a moverme junto a la canción que empezaba.
—Maldición—susurró Alison mientras su mano se flexionaba en mi cadera.
Normalmente, saber que le atraía a una persona me haría sonreír.
Me sentiría poderosa.
Pero no ahora.
Me sentía vacía.
—Muévete—el tono duro de Santana me sorprendió, y abrí mis ojos para ver la sonrisa entretenida de Alison mientras me guiñaba un ojo, levantaba sus manos y se alejaba.
—Lo siento, amiga. Parecías algo ocupada, y pensé que si yo no la entretenía, alguien más lo haría.
El gruñido de enojo de Santana mientras le disparaba una mirada de advertencia a Alison fue difícil de ignorar.
Para nadie en la habitación.
Las manos de Santana estuvieron en mis caderas mientras me empujaba duro contra ella.
—Oh—dije, agarrando sus brazos para sujetarme.
—No estás usando unas malditas bragas—gruñó en mi oído.
No, no lo hacía, porque no podía con este vestido.
¿Pero qué tenía que ver con esto?
—Eh, no, ¿y?—respondí, queriendo estar enojada con ella.
—Sus manos se hallaban en tus caderas. Ella pudo saberlo. Te follaba en su cabeza en este momento, maldición—dijo, apretando su agarre sobre mí, como si alguien estuviera tratando de alejarme.
―No hablábamos sobre mis bragas―le dije.
—Cada maldita persona en ésta habitación te observaba. ¿Era eso lo que querías? ¿Venir aquí y asegurarte de que todas te quisieran? Porque mover tu cuerpo así… seguro parecía como que querías atención.
La ira se estableció, dejé de moverme y me alejé de ella.
Puede que me haya traído y puede que haya sido agradable y amable antes.
Pero no dejaría que me hablara de esa forma.
Regresaría caminando al maldito hotel y conseguiría mi bolso. Tenía dinero suficiente para el tiquete de bus.
No iba a hacer esto.
Girándome, me alejé.
Sabía que las personas miraban.
—Si terminaste con López, nena, estoy muy disponible en este momento—dijo un chico cuando pasé por su lado.
—Vete a la mierda, Blaine—gritó Santana, y me di cuenta que iba justo detrás de mí.
Solo la ignoraría.
Una vez afuera, ella regresaría. Ya no me quería en su mundo.
Idiota.
La mano de Santana se envolvió alrededor de mi brazo justo antes de alcanzar la puerta, y me jaló hacia otra dirección.
Consideré hacer una escena y gritar, pero me mordí la lengua y lo seguí.
Subimos las escaleras, entramos a una habitación y cerró la puerta.
Ella respiraba fuerte cuando se volteó para mirarme.
No podía leerla.
Me tenía muy confundida en este momento.
¿Por qué no me dejo ir?
Comencé a decir algo, y luego me di cuenta de que Santana temblaba.
Oh mierda.
Iba a golpearme.
Antes había visto a Casey temblar de lo enojada que se encontraba. Siempre terminaba pegándome o tirándome al suelo.
Retrocediendo, me pregunté si posiblemente podría correr en estos tacones.
—Estaban mirándote. Alison te tocó. Se hallaba tan cerca de ti—dijo Santana en voz baja, escalofriante.
Agarré el borde de una silla y decidí que la usaría como protección. Podía esconderme detrás y quizá lanzársela antes de correr.
Eso la frenaría.
—Luego Jane señaló que no estabas usando bragas. No hay línea, y por la forma en que el vestido se ciñe a tu trasero, no hay manera de que pudieras usar unas. No sé cómo pude olvidarlo y no notarlo. Entonces todos te miraron. Y la mano de Alison se encontraba sobre tu cadera. Sus dedos rozaban tu trasero. Ella no lo debió tocarte.
De acuerdo, así que se enojó por el hecho de que me encontraba desnuda abajo.
Me iría si me dejara.
—Lo siento. No tengo bragas con este vestido. No me pensé que fuera un gran problema. Solo déjame ir. Iré a casa. Si solo me dejaras salir de aquí.
Santana frunció el ceño y me miró fijamente.
¿Por qué esto era un concepto que la confundía?
Ella no me quería aquí, iba a irme.
Muy fácil.
—¿De qué hablas? —preguntó.
Tomé ese momento para moverme detrás de la silla. Su mirada cayó en el objeto, luego de nuevo a mí. Su ceño fruncido se convirtió en confusión.
Lo bueno era que ya no estaba temblando.
Eso siempre era una buena señal.
—Te arrepentiste de traerme, y debí haberme ido. Pero luego Alison me pidió que bailara con ella y tú te veías ocupada con esa chica, así que estuve de acuerdo. No quise hacerte enfadar. Pensé que estarías feliz de que saliera de tu camino. No sabía que lo de las bragas era un gran problema. Lo siento. Solo déjame salir de aquí, me iré y estaremos bien.
Le había hablado de forma condescendiente a una Casey molesta lo suficiente para saber qué tono de voz usar.
Santana no tenía la mirada de locura que Casey conseguía.
Eso era un alivio.
Los ojos de Santana se abrieron y dio un paso hacia mí, luego se detuvo. Pasó la mano por su pelo y maldijo mientras me miraba con horror.
—¿Fuiste...? ¿Estás...?—miró la silla de nuevo, y luego a mí—¿Por qué estás detrás de esa silla?—preguntó con incredulidad en sus ojos.
¿La chica tiene personalidades múltiples?
Había pasado de enojada a horrorizada en un instante.
—En mi experiencia, colocarse detrás de algo que puedes usar como protección es la mejor forma de proceder—contesté con cuidado.
Santana puso ambas manos en su pelo, y se quedó inmóvil mientras me miraba fijamente.
Solo permanecimos ahí de esta manera.
No me encontraba segura de por qué era la mirada de asombro.
—Mierda—dijo finalmente, dejando caer sus manos y bajando la cabeza—¿Pensaste que iba a hacerte daño?—preguntó con incredulidad.
Desde luego que lo hice.
—Temblabas. Las personas tiemblan de ira antes de que golpeen—señalé.
—¿Golpeen?—repitió, sin dejar de mirarme—Dios, Britt—se sentó en la cama y dejó caer su cabeza entre las manos.
¿Qué le pasaba?
Se veía molesta.
Como si le hubiera hecho daño, no al revés.
No me moví, pero esperé a que dijera algo.
Finalmente levantó su cabeza y me miró.
—Nunca te haría daño. No golpeo mujeres. Nunca...—cerró los ojos—Lo siento. Tengo dificultades para lidiar con el hecho de que obviamente has sido golpeada por chicos o chicas, lo suficiente como para asumir que yo lo haría. No puedo comprender el hecho de que alguien pudiera golpearte.
Oh.
Sí, bueno, eso tenía sentido.
Nunca había parecido el tipo de persona que golpeaba, pero entonces, tendía a hacer que las personas se enfaden tanto que gritaban y lo perdían, así que no me hallaba segura si hubiera hecho lo mismo por ella.
—Te encontrabas enojada—expliqué.
Asintió.
—Sí, estaba enojada. Alison te tocaba. Las personas te observaban como si fueras su última comida, y no me gusta, y malditamente no me gusta el hecho de que no me gusta. Esto... no puedo... no podemos tener nada más que esto. No quiero preocuparme si otras personas te miran—se detuvo y apretó los puños sobre su regazo.
—Sé que esto es solo una pequeña aventura. No espero más—dije, de repente queriendo tranquilizarla.
Se quedó sentada ahí mirándome.
Me moví para sentarme junto a ella ahora que sabía que no se hallaba a punto de intentar golpearme.
—No bailaba con Alison para hacer que te enojes. Trataba de salir de tu camino. Parecía como si te arrepentías de llevarme, y trataba de salvar tu noche para no ser una carga.
Santana cerró los ojos y dejó escapar un profundo suspiro. Cuando los abrió, me miró.
—Lo siento—dijo—, Se sintió de esa manera porque te hice sentir de esa manera. Esto es mi culpa.
No discutí con ella.
Era cierto.
Me había hecho sentir de esa manera.
—No me pongo posesiva. No puedo ponerme posesiva. No tengo tiempo para eso. Estás haciendo sentirme de ese modo, y no encaja en mi mundo. Estaba tratando de alejarme.
No quería compartir mi cuerpo.
Así que ese era su problema.
Bueno, no quiero compartir mi cuerpo tampoco. Y ya no estaría compartiéndolo con ella.
¿Necesitaba distanciarse?
Entonces bien.
Necesitaba eso también.
—Está bien. Entonces superaremos la noche. Llévame a casa, y eso es todo. Incluso puedes enviarme a casa esta noche si quieres. No me molesta el autobús.
Santana gruñó y se alejó de mí.
—No voy a ponerte en un autobús—fue todo lo que dijo.
—Bien. Entonces me llevas a casa de la manera que quieras.
Santana se acercó y tomó mi mano entre las suyas.
—No me gusta esto—dijo.
¿Y pensó que me gustaba?
No lo iba a admitir, sin embargo.
Me encogí de hombros.
—Es lo que es. Y me he divertido.
Santana no me miraría.
—¿Cómo nos distanciamos?
—Empezamos con muy poco tacto y por supuesto nada sexual. No voy a bailar con nadie más si eso te molesta, pero no puedes bailar con nadie más tampoco. Para mantenerlo justo.
Santana giró su cabeza para finalmente encontrar mi mirada.
—¿Nada sexual?
—No puedes tener distancia si estamos desnudas y envueltas alrededor de la otra—respondí.
Calor brilló en los ojos de Santana, y se puso de pie antes de que pudiera reaccionar a eso.
Por mucho que me encantara estar en sus brazos, también sabía que no importaba cuántas veces me ofreciera a ella, estaría abandonándome.
Era alguien con el que jamás tendría una relación, y ya era hora de protegerme.
—Eso va a ser jodidamente imposible —dijo.
No, no lo seria.
Quería distancia.
Iba a conseguirla.
—Es la única manera—contesté.
Santana
Puse mi mano en la espalda baja de Brittany mientras caminábamos de vuelta a la fiesta.
Podía sentir los ojos en nosotras, o más bien, en ella.
Cada maldito chico aquí y más de una chica se hallaban mirándola, y no tenía derecho a preocuparme.
Lo que apestaba.
No iba a pensarlo.
—¿Aún tienes sed? —pregunté.
—Si vas a la barra y te desvías, alguien puede acercarse a mí, y no quiero ser grosera con tus amigos—dijo.
Tomé su mano.
—No te dejaré sola. Son todos unos malditos buitres—contesté, llevándola conmigo.
Me acompañó voluntariamente.
—¿Qué quieres beber?—pregunté.
Le echó un vistazo al camarero.
—¿Tienes whisky? —preguntó esperanzada.
—¿Solo? —preguntó el chico, sonriéndole como un idiota.
—Por favor, lo necesito —respondió.
Le sirvió más de lo normal y lo deslizó hacia ella. Incluso el maldito empleado la comía con los ojos.
—No puedo creer que estés bebiendo whisky —dije.
Se detuvo con el borde casi en su boca y me dio una sonrisa divertida.
—Sí, bueno, no sé qué otra cosa puedes esperar de mí. No soy uno de ellos—dijo, agitando su vaso a la multitud—Mi mamá no es una hija de papá. Es una stripper.
Oí a alguien ahogarse junto a mí, sin duda por su declaración.
Tomó un trago mucho más largo de whisky que jamás hubiera visto a alguien tomar.
—¿Tu mamá es una stripper?—preguntó Jane mientras la miraba boquiabierta del asombro.
Como si Brittany no hubiera llamado ya la atención, este dato va a extenderse por la habitación como un reguero de pólvora.
—Cállate—contesté, y agarré mi bebida, necesitando cernirme sobre ella y protegerla de las personas calientes que solo van a empeorar cuando se enteren de la profesión de su mamá.
—No puedo creer que anunciaste eso—dije en voz baja mientras la alejé de la barra.
—¿Por qué? Nunca van a verme de nuevo, y todos hablarán de ti como si fueras genial por traer a la hija de una stripper sin ropa interior a una de sus engreídas fiestas. Y a quienquiera que debo poner celosa, te lo aseguro, está furiosa. La tendrás de vuelta en tus brazos en un santiamén. Solo deshazte de mí primero.
¿De qué demonios hablaba?
¿Poner a quién celosa?
¿Alguien le había hablado de mí y Elaine?
Esa relación solo había sido en la cabeza de Elaine.
Todo lo que había hecho fue tener sexo con ella una vez, hace meses.
—¿De qué estás hablando?—pregunté.
Tomó otro largo trago.
—Estoy hablando de la razón por la que me trajiste a esta cosa. No podía entender por qué querías que viniera como tu cita cuando podrías hacerlo mucho mejor. Ahora lo entiendo. Soy la chica mala del barrio pobre destinada a volver loca de celos a la ex-novia.
¿Eso era lo que pensaba?
Mierda.
Por supuesto que lo era.
La inseguridad que era tan malditamente buena en ocultar seguía ahí.
Había sido usada tantas veces en su vida que lo esperaba. Solo había querido pasar algún tiempo con ella y tratarla de modo diferente.
Pero al final la había tratado de la manera que esperaba.
Agarré su bebida y la puse en una bandeja mientras pasaba, entonces la llevé a la puerta.
Llamaría después y me disculparía por irme.
Ahora mismo me encontraba sacando a Brittany de aquí para que pudiéramos hablar.
—¿A dónde vamos?—preguntó mientras la sacaba por la puerta y en dirección al elevador.
—Nos vamos —contesté.
—¿Por qué?
—Porque tengo que tenerte a solas así puedo explicarte cuán equivocada estás.
Se tensó a mi lado.
—Si eso significa sexo, ya no estamos haciendo eso.
Empecé a decir algo, cuando el ascensor se abrió, observé su trasero mientras caminaba hacia el interior.
Solo imaginarla desnuda bajo ese suave material estaba volviéndome malditamente loca.
Cuando las puertas del ascensor se cerraron, la apoyé contra la pared y me apreté contra ella, así sentiría precisamente lo encendida que me ponía.
—Sin bragas, Britt. Sin unas jodidas bragas. No me digas que no estamos teniendo sexo ya.
Abrió la boca, pero la puerta del ascensor se abrió, tomé su mano y la arrastré afuera.
Había olvidado llamar al conductor. Le envié un mensaje y luego llevé a Brittany a un oscuro rincón del vestíbulo.
—No te he traído aquí para poner a nadie celosa. Te traje aquí porque me gusta pasar tiempo contigo—dije.
Se mordió el labio inferior y observé, paralizada, cuando lo liberaba.
—Pero quieres distanciarte ahora —dijo, respirando con dificultad.
—Esto no puede suceder. Nosotras. No funcionará. No tengo tiempo. Pero eso no significa que no te deseo—dije, deslizando mi mano por su cadera hasta que finalmente toqué su culo desnudo cubierto de seda—Joder—susurré.
—No lo hagas. Por favor. Si no podemos... Si esto se acaba cuando lleguemos a casa, entonces no—su pecho subía y bajaba tan rápidamente que era seguro que estaba a punto de liberarse de ese vestido.
Si solo pudiera esperar hasta que estuviéramos en la limusina, me aseguraría de darle a esos dulces pezones toda la atención que necesitaban.
—Pero te deseo. Tan malditamente mal—susurré antes de bajar la cabeza, apretando su labio en mi boca y chupándolo.
Mujeres pagaron miles por tener labios así de llenos y carnosos. No podía conseguir suficiente de ellos.
Me devolvió el beso, presionando más cerca, y sentí mi pecho aliviarse.
Estaba rindiéndose.
—Su coche está aquí, señorita López—dijo una voz detrás de mí.
Brittany retrocedió inmediatamente.
Metí su mano en la curva de mi brazo y la llevé a la limusina esperando. Después de cerrar la puerta, la alcancé de nuevo y se alejó, sacudiendo la cabeza.
—No. No lo hagas. No puedo hacer esto—dijo—, Es solo sexo para ti, pero temo que se convirtió en más para mí. No quería admitirlo, pero después de esta noche tengo que enfrentarlo. Yo... esto me hará daño. Te estas yendo. Dolerá. No puedo hacerlo peor. Así que no. Solo, por favor, necesito ir a casa.
No podía entender qué.
¿Le avergonzaba mi vestido?
Eso era todo lo que podía pensar.
Hablábamos sobre ello cuando de repente quedó sorprendida. Yo no tenía ropa de diseñador.
Sin embargo, éste era uno de mis mejores vestidos.
No era talentosa en muchas cosas, pero sí muy buena con una máquina de coser.
Cuando lloré por no tenía un lindo vestido que usar en la fiesta de bienvenida en mi primer año, mi mamá sacó la vieja máquina de coser que su mamá le dejó. Trajo varios vestidos suyos que ya no usaba y me dijo que dejara de sentir lástima por mí misma y lo resolviera.
Me tomó una semana de permanecer despierta la mayor parte de la noche en descubrir cómo manejar la máquina.
El diseño fue fácil.
Era buena en ello.
Aprender a usarla fue más difícil, pero conseguí un vestido original para el baile.
Hacer mi propia ropa se convirtió en un pasatiempo.
Lo disfrutaba.
Mamá me traía uniformes del club que necesitaban arreglo, y me pagaban por ello.
Incluso comencé a hacer cosas para ellos.
Este vestido era mi creación favorita.
Si estaba avergonzado por él, entonces no debió haberme invitado. Yo no era una de estas personas, pero me negaba a sentirme menos que alguien porque mi etiqueta no era la de un diseñador.
Ella decidió no hablarme, así que yo también. Ya le pregunté dos veces si había hecho algo. Dijo que no.
No lo haré de nuevo.
Cuando llegamos a las puertas dobles, de lo que asumí era un ático porque no era un departamento de tamaño normal, tocó la campana y las puertas se abrieron casi de inmediato.
La música estaba alta y la chica en la puerta parecía sacada de una revista.
—¡Santana!—chilló, lanzando los brazos a su alrededor—¡Estás aquí! Te hemos extrañado.
Observé mientras la envolvía en sus brazos y la abrazaba.
No me importaba.
Además, probablemente era la novia de la amiga que estaba dando la fiesta o amiga.
—Te dije que estaría aquí—respondió, dando un paso atrás y escaneando la habitación.
Estaba casi preparada para que no nos presentara. No sabía cómo respondería en ese caso.
No era como si pudiera irme, no tenía dinero.
No traje mi bolso porque no combinaba con este vestido y no era lo suficientemente lindo.
—Spencer, esta es Brittany. Brittany, esta es Spencer, una amiga de la escuela—dijo, sorprendiéndome.
La mirada apreciativa de Spencer me puso nerviosa y al mismo tiempo me molestó.
—Supongo que es algo bueno que Elaine no esté aquí—respondió, disparándole a Santana una mirada que me hizo sentir vergüenza—, Es agradable conocerte, Brittany.
—Lo mismo digo—me las arreglé para decir.
Santana puso su mano en mi espalda y nos dirigió adentro. Ese pequeño toque ayudó a aliviar un poco mi miedo, pero al momento en que entramos, dejó caer su mano.
—Santana, has estado escondiéndote—dijo una chica—, Anoche hablé con Emily, y dijo que estabas de vacaciones—cambió su mirada hacia mí, y una lenta sonrisa tocó su cara—¿Y quién es esta?
—Alison, esta es Brittany. Brittany, esta es Alison—dijo Santana en un tono aburrido.
—Brittany, ¿eh? Bueno, Brittany, ¿Cómo es que no nos hemos conocido antes?
No sabía cómo responder eso.
—Porque no visitas el sur de Alabama—respondió Santana, tomando un trago de una bandeja cuando el mesero pasó.
Alison levantó una ceja.
—¿Te escondías en la casa de verano de Emily? ¿Por qué no invitaste?
―He estado ocupada—respondió Santana.
Los ojos de Alison volvieron a mí.
―Sí, puedo verlo.
Santana me miró.
―Necesito algo más que esto para beber. ¿Tienes sed? Voy al bar.
Esas eran las primeras palabras que me decía directamente desde la limusina.
Sorprendida, solo sacudí la cabeza.
Santana no preguntó si estaba segura ni tomó mi mano. Solo se fue y me dejó ahí.
Alison, por otra parte, no desapareció.
―Así que, ¿Santana y tú han estado saliendo durante mucho tiempo?
No me encontraba segura si en este momento salíamos.
―En realidad no ―respondí.
La sonrisa de Alison cambió, y esa la conocía bien.
Las personas aquí podrían ser ricas, pero seguían siendo personas.
Sabía cómo manejarlas hombres.
También sabía que solo porque Santana se aburrió de mí, me alejaría y jugaría a la víctima, no era mi estilo.
—Ya que parece que te ha dejado—dijo Alison, mirando hacia el bar—, Y ahora está distraída, ¿por qué no bailas conmigo?
Miré hacia el bar y vi a una chica con cabello oscuro en un moño clásico, vestida como la adinerada que sin duda era, pegada a su lado. No se alejó de ella y parecía estar inmerso en la conversación.
¿Yo era un intento de poner a alguien celosa?
¿Un rebote?
Mi estómago se sintió enfermo.
¿Cómo pude haber sido tan estúpida?
Las personas como Santana no tomaban en serio a las chicas como yo.
Mamá había quiso advertirme con las relaciones de Las chicas Gilmore.
—Seguro, me encantaría—contesté, deslizando mi mano en la de Alison.
Me llevó a la pista de baile mientras una banda en vivo tocaba.
Afortunadamente, no era una canción lenta. No me hallaba de humor para acercarme tanto a alguien en este momento.
Me sentía tan barata como mi vestido.
Pensar en ello me haría llorar.
No lo haría.
No aquí.
Lo bloqueé todo, y bailé.
Olvidándome de mí misma, disfruté el sonido de la música y moví mi cuerpo con el ritmo.
Cuando la mano de Alison tocó mi cadera, no me alejé. La dejé acercarse.
Yo también podía.
Si iba a atravesar esta noche sin ser destrozada, lo tendría que manejar de alguna forma.
—Intento decidir si vale la pena que me pateen el trasero. Pienso que sí dijo Alison, y abrí los ojos para mirarla.
Bailaba cerca de mí, pero sus ojos se encontraban sobre mi cuerpo. Podía ver el brillo en ellos, y sabía que estaba encendido.
Levantó su mirada para encontrar la mía, y la lujuria se encontraba ahí.
—Nadie te pateará el trasero por bailar conmigo—respondí, odiando la amargura en mi voz.
Unas pocas veces con Santana y ya comenzaba a esperar más de las personas.
La otra mano de Alison descansó en mi cintura.
—Sí, ella nos observa. Lo está considerando. Puedo sentir su mirada extremadamente celosa desde aquí—dijo acercándome más.
—Imaginaciones tuyas—dije.
Seguramente Santana estaría contenta de deshacerse de mí durante la noche.
El pensamiento dolía, y lo alejé.
No pensaría en ello.
—Si eso fuera verdad, la llamaría tonta. Pero la conozco desde que teníamos trece. Ella ya me está arrancando los brazos—dijo Alison cerca de mi oído.
No la buscaría.
¿Ella quería ignorarme?
Entonces yo también podía hacerlo.
Cerré mis ojos de nuevo y comencé a moverme junto a la canción que empezaba.
—Maldición—susurró Alison mientras su mano se flexionaba en mi cadera.
Normalmente, saber que le atraía a una persona me haría sonreír.
Me sentiría poderosa.
Pero no ahora.
Me sentía vacía.
—Muévete—el tono duro de Santana me sorprendió, y abrí mis ojos para ver la sonrisa entretenida de Alison mientras me guiñaba un ojo, levantaba sus manos y se alejaba.
—Lo siento, amiga. Parecías algo ocupada, y pensé que si yo no la entretenía, alguien más lo haría.
El gruñido de enojo de Santana mientras le disparaba una mirada de advertencia a Alison fue difícil de ignorar.
Para nadie en la habitación.
Las manos de Santana estuvieron en mis caderas mientras me empujaba duro contra ella.
—Oh—dije, agarrando sus brazos para sujetarme.
—No estás usando unas malditas bragas—gruñó en mi oído.
No, no lo hacía, porque no podía con este vestido.
¿Pero qué tenía que ver con esto?
—Eh, no, ¿y?—respondí, queriendo estar enojada con ella.
—Sus manos se hallaban en tus caderas. Ella pudo saberlo. Te follaba en su cabeza en este momento, maldición—dijo, apretando su agarre sobre mí, como si alguien estuviera tratando de alejarme.
―No hablábamos sobre mis bragas―le dije.
—Cada maldita persona en ésta habitación te observaba. ¿Era eso lo que querías? ¿Venir aquí y asegurarte de que todas te quisieran? Porque mover tu cuerpo así… seguro parecía como que querías atención.
La ira se estableció, dejé de moverme y me alejé de ella.
Puede que me haya traído y puede que haya sido agradable y amable antes.
Pero no dejaría que me hablara de esa forma.
Regresaría caminando al maldito hotel y conseguiría mi bolso. Tenía dinero suficiente para el tiquete de bus.
No iba a hacer esto.
Girándome, me alejé.
Sabía que las personas miraban.
—Si terminaste con López, nena, estoy muy disponible en este momento—dijo un chico cuando pasé por su lado.
—Vete a la mierda, Blaine—gritó Santana, y me di cuenta que iba justo detrás de mí.
Solo la ignoraría.
Una vez afuera, ella regresaría. Ya no me quería en su mundo.
Idiota.
La mano de Santana se envolvió alrededor de mi brazo justo antes de alcanzar la puerta, y me jaló hacia otra dirección.
Consideré hacer una escena y gritar, pero me mordí la lengua y lo seguí.
Subimos las escaleras, entramos a una habitación y cerró la puerta.
Ella respiraba fuerte cuando se volteó para mirarme.
No podía leerla.
Me tenía muy confundida en este momento.
¿Por qué no me dejo ir?
Comencé a decir algo, y luego me di cuenta de que Santana temblaba.
Oh mierda.
Iba a golpearme.
Antes había visto a Casey temblar de lo enojada que se encontraba. Siempre terminaba pegándome o tirándome al suelo.
Retrocediendo, me pregunté si posiblemente podría correr en estos tacones.
—Estaban mirándote. Alison te tocó. Se hallaba tan cerca de ti—dijo Santana en voz baja, escalofriante.
Agarré el borde de una silla y decidí que la usaría como protección. Podía esconderme detrás y quizá lanzársela antes de correr.
Eso la frenaría.
—Luego Jane señaló que no estabas usando bragas. No hay línea, y por la forma en que el vestido se ciñe a tu trasero, no hay manera de que pudieras usar unas. No sé cómo pude olvidarlo y no notarlo. Entonces todos te miraron. Y la mano de Alison se encontraba sobre tu cadera. Sus dedos rozaban tu trasero. Ella no lo debió tocarte.
De acuerdo, así que se enojó por el hecho de que me encontraba desnuda abajo.
Me iría si me dejara.
—Lo siento. No tengo bragas con este vestido. No me pensé que fuera un gran problema. Solo déjame ir. Iré a casa. Si solo me dejaras salir de aquí.
Santana frunció el ceño y me miró fijamente.
¿Por qué esto era un concepto que la confundía?
Ella no me quería aquí, iba a irme.
Muy fácil.
—¿De qué hablas? —preguntó.
Tomé ese momento para moverme detrás de la silla. Su mirada cayó en el objeto, luego de nuevo a mí. Su ceño fruncido se convirtió en confusión.
Lo bueno era que ya no estaba temblando.
Eso siempre era una buena señal.
—Te arrepentiste de traerme, y debí haberme ido. Pero luego Alison me pidió que bailara con ella y tú te veías ocupada con esa chica, así que estuve de acuerdo. No quise hacerte enfadar. Pensé que estarías feliz de que saliera de tu camino. No sabía que lo de las bragas era un gran problema. Lo siento. Solo déjame salir de aquí, me iré y estaremos bien.
Le había hablado de forma condescendiente a una Casey molesta lo suficiente para saber qué tono de voz usar.
Santana no tenía la mirada de locura que Casey conseguía.
Eso era un alivio.
Los ojos de Santana se abrieron y dio un paso hacia mí, luego se detuvo. Pasó la mano por su pelo y maldijo mientras me miraba con horror.
—¿Fuiste...? ¿Estás...?—miró la silla de nuevo, y luego a mí—¿Por qué estás detrás de esa silla?—preguntó con incredulidad en sus ojos.
¿La chica tiene personalidades múltiples?
Había pasado de enojada a horrorizada en un instante.
—En mi experiencia, colocarse detrás de algo que puedes usar como protección es la mejor forma de proceder—contesté con cuidado.
Santana puso ambas manos en su pelo, y se quedó inmóvil mientras me miraba fijamente.
Solo permanecimos ahí de esta manera.
No me encontraba segura de por qué era la mirada de asombro.
—Mierda—dijo finalmente, dejando caer sus manos y bajando la cabeza—¿Pensaste que iba a hacerte daño?—preguntó con incredulidad.
Desde luego que lo hice.
—Temblabas. Las personas tiemblan de ira antes de que golpeen—señalé.
—¿Golpeen?—repitió, sin dejar de mirarme—Dios, Britt—se sentó en la cama y dejó caer su cabeza entre las manos.
¿Qué le pasaba?
Se veía molesta.
Como si le hubiera hecho daño, no al revés.
No me moví, pero esperé a que dijera algo.
Finalmente levantó su cabeza y me miró.
—Nunca te haría daño. No golpeo mujeres. Nunca...—cerró los ojos—Lo siento. Tengo dificultades para lidiar con el hecho de que obviamente has sido golpeada por chicos o chicas, lo suficiente como para asumir que yo lo haría. No puedo comprender el hecho de que alguien pudiera golpearte.
Oh.
Sí, bueno, eso tenía sentido.
Nunca había parecido el tipo de persona que golpeaba, pero entonces, tendía a hacer que las personas se enfaden tanto que gritaban y lo perdían, así que no me hallaba segura si hubiera hecho lo mismo por ella.
—Te encontrabas enojada—expliqué.
Asintió.
—Sí, estaba enojada. Alison te tocaba. Las personas te observaban como si fueras su última comida, y no me gusta, y malditamente no me gusta el hecho de que no me gusta. Esto... no puedo... no podemos tener nada más que esto. No quiero preocuparme si otras personas te miran—se detuvo y apretó los puños sobre su regazo.
—Sé que esto es solo una pequeña aventura. No espero más—dije, de repente queriendo tranquilizarla.
Se quedó sentada ahí mirándome.
Me moví para sentarme junto a ella ahora que sabía que no se hallaba a punto de intentar golpearme.
—No bailaba con Alison para hacer que te enojes. Trataba de salir de tu camino. Parecía como si te arrepentías de llevarme, y trataba de salvar tu noche para no ser una carga.
Santana cerró los ojos y dejó escapar un profundo suspiro. Cuando los abrió, me miró.
—Lo siento—dijo—, Se sintió de esa manera porque te hice sentir de esa manera. Esto es mi culpa.
No discutí con ella.
Era cierto.
Me había hecho sentir de esa manera.
—No me pongo posesiva. No puedo ponerme posesiva. No tengo tiempo para eso. Estás haciendo sentirme de ese modo, y no encaja en mi mundo. Estaba tratando de alejarme.
No quería compartir mi cuerpo.
Así que ese era su problema.
Bueno, no quiero compartir mi cuerpo tampoco. Y ya no estaría compartiéndolo con ella.
¿Necesitaba distanciarse?
Entonces bien.
Necesitaba eso también.
—Está bien. Entonces superaremos la noche. Llévame a casa, y eso es todo. Incluso puedes enviarme a casa esta noche si quieres. No me molesta el autobús.
Santana gruñó y se alejó de mí.
—No voy a ponerte en un autobús—fue todo lo que dijo.
—Bien. Entonces me llevas a casa de la manera que quieras.
Santana se acercó y tomó mi mano entre las suyas.
—No me gusta esto—dijo.
¿Y pensó que me gustaba?
No lo iba a admitir, sin embargo.
Me encogí de hombros.
—Es lo que es. Y me he divertido.
Santana no me miraría.
—¿Cómo nos distanciamos?
—Empezamos con muy poco tacto y por supuesto nada sexual. No voy a bailar con nadie más si eso te molesta, pero no puedes bailar con nadie más tampoco. Para mantenerlo justo.
Santana giró su cabeza para finalmente encontrar mi mirada.
—¿Nada sexual?
—No puedes tener distancia si estamos desnudas y envueltas alrededor de la otra—respondí.
Calor brilló en los ojos de Santana, y se puso de pie antes de que pudiera reaccionar a eso.
Por mucho que me encantara estar en sus brazos, también sabía que no importaba cuántas veces me ofreciera a ella, estaría abandonándome.
Era alguien con el que jamás tendría una relación, y ya era hora de protegerme.
—Eso va a ser jodidamente imposible —dijo.
No, no lo seria.
Quería distancia.
Iba a conseguirla.
—Es la única manera—contesté.
Santana
Puse mi mano en la espalda baja de Brittany mientras caminábamos de vuelta a la fiesta.
Podía sentir los ojos en nosotras, o más bien, en ella.
Cada maldito chico aquí y más de una chica se hallaban mirándola, y no tenía derecho a preocuparme.
Lo que apestaba.
No iba a pensarlo.
—¿Aún tienes sed? —pregunté.
—Si vas a la barra y te desvías, alguien puede acercarse a mí, y no quiero ser grosera con tus amigos—dijo.
Tomé su mano.
—No te dejaré sola. Son todos unos malditos buitres—contesté, llevándola conmigo.
Me acompañó voluntariamente.
—¿Qué quieres beber?—pregunté.
Le echó un vistazo al camarero.
—¿Tienes whisky? —preguntó esperanzada.
—¿Solo? —preguntó el chico, sonriéndole como un idiota.
—Por favor, lo necesito —respondió.
Le sirvió más de lo normal y lo deslizó hacia ella. Incluso el maldito empleado la comía con los ojos.
—No puedo creer que estés bebiendo whisky —dije.
Se detuvo con el borde casi en su boca y me dio una sonrisa divertida.
—Sí, bueno, no sé qué otra cosa puedes esperar de mí. No soy uno de ellos—dijo, agitando su vaso a la multitud—Mi mamá no es una hija de papá. Es una stripper.
Oí a alguien ahogarse junto a mí, sin duda por su declaración.
Tomó un trago mucho más largo de whisky que jamás hubiera visto a alguien tomar.
—¿Tu mamá es una stripper?—preguntó Jane mientras la miraba boquiabierta del asombro.
Como si Brittany no hubiera llamado ya la atención, este dato va a extenderse por la habitación como un reguero de pólvora.
—Cállate—contesté, y agarré mi bebida, necesitando cernirme sobre ella y protegerla de las personas calientes que solo van a empeorar cuando se enteren de la profesión de su mamá.
—No puedo creer que anunciaste eso—dije en voz baja mientras la alejé de la barra.
—¿Por qué? Nunca van a verme de nuevo, y todos hablarán de ti como si fueras genial por traer a la hija de una stripper sin ropa interior a una de sus engreídas fiestas. Y a quienquiera que debo poner celosa, te lo aseguro, está furiosa. La tendrás de vuelta en tus brazos en un santiamén. Solo deshazte de mí primero.
¿De qué demonios hablaba?
¿Poner a quién celosa?
¿Alguien le había hablado de mí y Elaine?
Esa relación solo había sido en la cabeza de Elaine.
Todo lo que había hecho fue tener sexo con ella una vez, hace meses.
—¿De qué estás hablando?—pregunté.
Tomó otro largo trago.
—Estoy hablando de la razón por la que me trajiste a esta cosa. No podía entender por qué querías que viniera como tu cita cuando podrías hacerlo mucho mejor. Ahora lo entiendo. Soy la chica mala del barrio pobre destinada a volver loca de celos a la ex-novia.
¿Eso era lo que pensaba?
Mierda.
Por supuesto que lo era.
La inseguridad que era tan malditamente buena en ocultar seguía ahí.
Había sido usada tantas veces en su vida que lo esperaba. Solo había querido pasar algún tiempo con ella y tratarla de modo diferente.
Pero al final la había tratado de la manera que esperaba.
Agarré su bebida y la puse en una bandeja mientras pasaba, entonces la llevé a la puerta.
Llamaría después y me disculparía por irme.
Ahora mismo me encontraba sacando a Brittany de aquí para que pudiéramos hablar.
—¿A dónde vamos?—preguntó mientras la sacaba por la puerta y en dirección al elevador.
—Nos vamos —contesté.
—¿Por qué?
—Porque tengo que tenerte a solas así puedo explicarte cuán equivocada estás.
Se tensó a mi lado.
—Si eso significa sexo, ya no estamos haciendo eso.
Empecé a decir algo, cuando el ascensor se abrió, observé su trasero mientras caminaba hacia el interior.
Solo imaginarla desnuda bajo ese suave material estaba volviéndome malditamente loca.
Cuando las puertas del ascensor se cerraron, la apoyé contra la pared y me apreté contra ella, así sentiría precisamente lo encendida que me ponía.
—Sin bragas, Britt. Sin unas jodidas bragas. No me digas que no estamos teniendo sexo ya.
Abrió la boca, pero la puerta del ascensor se abrió, tomé su mano y la arrastré afuera.
Había olvidado llamar al conductor. Le envié un mensaje y luego llevé a Brittany a un oscuro rincón del vestíbulo.
—No te he traído aquí para poner a nadie celosa. Te traje aquí porque me gusta pasar tiempo contigo—dije.
Se mordió el labio inferior y observé, paralizada, cuando lo liberaba.
—Pero quieres distanciarte ahora —dijo, respirando con dificultad.
—Esto no puede suceder. Nosotras. No funcionará. No tengo tiempo. Pero eso no significa que no te deseo—dije, deslizando mi mano por su cadera hasta que finalmente toqué su culo desnudo cubierto de seda—Joder—susurré.
—No lo hagas. Por favor. Si no podemos... Si esto se acaba cuando lleguemos a casa, entonces no—su pecho subía y bajaba tan rápidamente que era seguro que estaba a punto de liberarse de ese vestido.
Si solo pudiera esperar hasta que estuviéramos en la limusina, me aseguraría de darle a esos dulces pezones toda la atención que necesitaban.
—Pero te deseo. Tan malditamente mal—susurré antes de bajar la cabeza, apretando su labio en mi boca y chupándolo.
Mujeres pagaron miles por tener labios así de llenos y carnosos. No podía conseguir suficiente de ellos.
Me devolvió el beso, presionando más cerca, y sentí mi pecho aliviarse.
Estaba rindiéndose.
—Su coche está aquí, señorita López—dijo una voz detrás de mí.
Brittany retrocedió inmediatamente.
Metí su mano en la curva de mi brazo y la llevé a la limusina esperando. Después de cerrar la puerta, la alcancé de nuevo y se alejó, sacudiendo la cabeza.
—No. No lo hagas. No puedo hacer esto—dijo—, Es solo sexo para ti, pero temo que se convirtió en más para mí. No quería admitirlo, pero después de esta noche tengo que enfrentarlo. Yo... esto me hará daño. Te estas yendo. Dolerá. No puedo hacerlo peor. Así que no. Solo, por favor, necesito ir a casa.
*********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
no si ahi formas de cagarla!!! y san no busca la mejor manera!!
noche de declaraciones,.. sobre todo de britt!!!
a ver que hace san ahora??? habrá algo para hacer???
nos vemos!!
no si ahi formas de cagarla!!! y san no busca la mejor manera!!
noche de declaraciones,.. sobre todo de britt!!!
a ver que hace san ahora??? habrá algo para hacer???
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Muy bien britt es hora de proteger tu corazon ya que santana no quiere admitir que contigo podria ser algo mas que sexo!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Cierto era hora de pusieran barrera si no iba a tener futuro su relación y pues San cagandola con su comportamiento, pero al meno ya fue honesta y le esta dando a Britt la oportunidad de elegir lo mejor para ella aunque no le guste
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
no si ahi formas de cagarla!!! y san no busca la mejor manera!!
noche de declaraciones,.. sobre todo de britt!!!
a ver que hace san ahora??? habrá algo para hacer???
nos vemos!!
Hola lu, pffff esk creo q ella las invento la vrdd ¬¬ se supera sola ¬¬ :@ Si, si q lo fue =/ Espero y solucionar su gran, pero gran error ¬¬ Saludos =D
micky morales escribió:Muy bien britt es hora de proteger tu corazon ya que santana no quiere admitir que contigo podria ser algo mas que sexo!!!!
Hola, si que si! tiene q pensar en ella... como bien lo dio a notar san, no¿? Pfff sin comentarios para la actitud de san ¬¬ Saludos =D
JVM escribió:Cierto era hora de pusieran barrera si no iba a tener futuro su relación y pues San cagandola con su comportamiento, pero al meno ya fue honesta y le esta dando a Britt la oportunidad de elegir lo mejor para ella aunque no le guste
Hola, si q lo era =/ Pfff estaba siendo muy perfecta para britt, no¿? Siempre lo fueron, no¿? =/ Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Cap 14
Capitulo 14
Brittany
El vuelo a casa fue solitario.
Traté de cerrar los ojos y dormir, pero mi corazón dolía demasiado.
Ni siquiera le dije a mamá que regresaba a casa antes de tiempo. Pero para cuando David sacó mi bolsa de la limusina y me la entregó, la luz del pórtico delantero había sido encendida y la puerta ya se encontraba abierta.
Le agradecí a David y me alejé sin mirar atrás.
No quería ver el auto alejarse por mi camino de entrada.
A pesar de que Santana no se encontraba dentro, todavía sentía como si fuera ella quien se marchaba.
Mamá se hallaba en la puerta con los brazos cruzados sobre su pecho, mirándome.
Intentaba averiguar qué pasaba.
Cuando mis pies tocaron el primer escalón, la primera lágrima cayó.
—Oh, cariño—dijo, corriendo hasta mí y halándome hacia sus brazos—Tenía miedo de esto.
Dejé que me llevara hacia adentro hasta el sofá, donde me abrazó, acariciándome la cabeza como a un niño.
Necesitaba el consuelo.
Me había metido en esto, y no me arrepentía de los recuerdos, pero sabía que nunca volvería a ser la misma.
—Sé que duele. Pero recuerda, ella nunca olvidará haberte dejado ir. Será uno de sus más grandes arrepentimientos—dijo en contra mi cabeza.
Quería sonreír, porque mi mamá podía permitirse creer que, de todas las personas, la hermana privilegiada de una estrella de rock se arrepentiría por dejarme ir.
El amor de una mamá en verdad era incondicional.
—Fue amable—le dije.
No quería que pensara que lloraba porque fue cruel.
—Lo sé. Lo vi en sus ojos cuando vino a por ti. Así es como sé que se arrepentirá.
Me aferré a sus brazos y dejé que todo el dolor se vaya. Me dejó llorar y no dijo nada más.
Sentía como si mi pecho hubiera explotado, pero el olor de su jabón y de su perfume era reconfortante.
Por fin, cerré mis ojos y me quedé dormida.
No salí de mi casa por más de una semana.
Trabajé en trajes para el club y me senté en mi habitación durante horas, mirando las paredes y recordando.
Diez días después de que le dije adiós a Santana, la puerta de mi habitación se abrió y Sam entró.
Era el vocalista de la banda local, Jackdown. También era el hermano pequeño de Tina.
Crecimos juntos.
Tina y mi primo Mike habían salido la mayor parte de nuestras vidas. Luego se casaron.
Sam era el epítome de un mujeriego, pero era difícil no amarlo.
—Joder, me niego a cantar esta noche si no te encuentras ahí. No lo haré. Esos hijos de puta pueden pasarla bien en otro lugar. Estoy harto de buscar tu cara de ángel y no verla—dijo mientras se dejó caer en mi cama y estiró sus piernas delante de él, llevándose las manos detrás de su cabeza—No tiene sentido sin tu sexy culo bailando por ahí. No te tengo para poner celosas a las chicas. ¿A quién demonios se supone que besaré como si estuviera follándola para volverlas locas si no estás ahí? Arruinas mi juego, cariño.
No pude evitar sonreír.
Volteé mi cabeza para mirar a Sam, que ahora yacía a mi lado.
—¿Acaso Mike te envió?—le pregunté.
Sam hizo una mueca graciosa de horror.
—¿Mike? Por supuesto que no, Mike no me envió. ¿Cuándo demonios hago algo que Mike me dice? Nunca. Eso es cuando. Vine porque te echo de menos. Necesito mi chica con su lengua loca. Ven a bailar y dale una erección a Rory. Echa de menos ponerse duro cuando estamos en el escenario. Siempre lo ponías así. Aunque, esa lengua tuya debe seguir siendo mía. Además, Rory se vendría en sus malditos pantalones como un colegial si le plantaras uno.
Rory era el bajista de Jackdown.
Sam le gustaba molestar a Rory sobre la única vez nos enrollamos en la escuela secundaria después de haber roto con Casey.
Rory me dijo que me amaba después de una cita, y una vez que Sam lo descubrió, Rory nunca se enteró del final.
—No me necesitas para conseguir mujeres. Se te lanzan, a sus bragas, a sus sujetadores, y te avientan cualquier otra cosa que puedan sacar de su cuerpo legalmente todas las noches—le recordé, como si necesitara hacerlo.
—Sin embargo, te echo de menos.
—¿Cuánto te pagan para hacer esto?—pregunté en broma.
—Tenía la esperanza de arreglar los pagos contigo. Un polvo caliente en el cuarto de atrás esta noche mientras descanso. Eso siempre me hace cantar mejor antes de la siguiente parte. O infiernos, nena, podemos hacerlo aquí. Estoy excitado—respondió.
Me reí en ese momento.
Sabía que Mike se encontraba detrás de la llegada de Sam. No existía manera de que Sam notara que no fui a sus presentaciones.
Intentaba hacerme reír, y estaba funcionando.
—Si me desnudara y me montara sobre tu regazo en este momento, no me follarías, y ambos lo sabemos, nunca termina bien para nosotros. Hemos estado ahí, lo hemos hecho—le dije.
Lo intentamos cuando éramos más jóvenes.
No es que fuera malo, porque fue muy bueno.
Éramos demasiado inestables para hacer frente a una relación.
Éramos buenos en la parte sexual.
En ese entonces, también contó mi incapacidad para superar a Casey.
Sam dejó escapar una risa dura.
—¿Quieres apostar? Ponme a prueba.
Bueno, él tal vez lo haría.
El tipo era un fanático del sexo.
—Vamos, no me provoques. Desnúdate y móntate en mi regazo, cariño.
Golpeé su brazo y gimió, luego me dio una risa malvada.
—Si no me vas a follar, por lo menos ven esta noche.
Ir a Live Bay con todo el mundo mirándome y preguntándose qué sucedió no sonaba atractivo.
Tampoco me sentía de humor para chicos o chicas.
No quería bailar con cualquiera o tener a cualquiera provocándome.
—No estoy de humor para chicos ni menos chicas—le dije.
Sam se lanzó a la cama y me miró.
—Santo infierno, cariño. ¿Estás diciendo que no quieres a una mujer? Porque pagaría un montón de dinero para verte con otra mujer. Joder, me cortaría mi bola izquierda para verlo. Pero es muy bueno para mi que no quieras a una ahora. Quizás es hora de que vuelvas a probar con un hombre.
La empujé e hice una mueca, causando que se ría.
—Eres tan ridículo. Por supuesto que no. Ustedes son peor que nosotras, no creo q vuelva a caer ahí. Simplemente no quiero el coqueteo y manoseo y todo eso.
Sam se recostó a mi lado.
—Solo diré que las últimas dos personas con quien haz estado son mujeres y no te ha ido bien. Solo para que lo pienses. Voy a reclamarte esta noche, y estarás a salvo. Déjame hacer mi parte y todos sabrán que estás tomada. De esa manera puedes relajarte y disfrutar de la noche.
Lo miré.
—¿Y qué con tu polvo para la noche? Actuar como si estuvieras conmigo lo arruinaría—le recordé.
Se acercó y me hizo cosquillas en el estómago.
—Déjame entrar en este cuerpo y puedes recompensármelo.
—Sam—dije, sacando su mano de encima—Detente.
Sam metió la mano detrás de su cabeza.
—Está bien. Entiendo. No tocar. Pero esta noche voy poner mi brazo encima de ti y tal vez agarre tu culo al menos un par de veces para que la gente pueda ver. Es la única manera de mostrarles a todos que me perteneces.
Más de una vez me usó para llamar la atención de otras chicas.
Y lo había utilizado para fastidiar a Casey.
Era una relación de beneficio mutuo.
—Si lo hago, ¿te irás?—le pregunté.
Puso su mano sobre su corazón.
—Me hieres. ¿Quieres deshacerte de mí?
—No sé cuánto tiempo puedes permanecer en la cama con una mujer antes de hacer un movimiento. No quiero tentar mi suerte—le dije.
Giró su cabeza y me guiñó un ojo.
—Cariño, si pensara que existe alguna manera de poder convencerte de que me dejes entrar en tus pantalones, ya tendría mi cabeza entre tus piernas.
No tenía filtro en la boca.
Negué y lo empujé fuera de mi cama.
—Vete. Te veré esta noche.
Sam se puso de pie. Su camisa había subido, y pude ver sus perfectos abdominales. Se levantó su camisa y me sacó su lengua moviéndola sugestivamente.
—Si quieres un poco, cariño, no tienes que mirar. Solo pídelo.
Rodé mis ojos y sonrió.
—Adiós, Sam —dije.
Frunció sus labios y me lanzó un beso.
—Hasta la noche.
Cuando atravesaba la puerta, me di cuenta de que era la primera persona que en realidad trataba de ayudarme a salir de esta depresión.
—Sam—llamé.
Se detuvo y se dio la vuelta.
—¿Sí, cariño?
—Gracias —dije.
Su expresión se puso seria, y eso era una cosa rara.
Por lo general, tenía un brillo travieso en los ojos o una sonrisa maliciosa.
—Esa morena sexy, pero idiota es una tonta—dijo, luego se volteó y salió de la habitación.
Luché contra la urgencia de defender a Santana.
No era la mala de la película.
Fue honesta todo el tiempo.
Sabía que era una pequeña aventura.
El comportarme como una chica y encariñarme demasiado fue lo que jodió las cosas.
Traté de cerrar los ojos y dormir, pero mi corazón dolía demasiado.
Ni siquiera le dije a mamá que regresaba a casa antes de tiempo. Pero para cuando David sacó mi bolsa de la limusina y me la entregó, la luz del pórtico delantero había sido encendida y la puerta ya se encontraba abierta.
Le agradecí a David y me alejé sin mirar atrás.
No quería ver el auto alejarse por mi camino de entrada.
A pesar de que Santana no se encontraba dentro, todavía sentía como si fuera ella quien se marchaba.
Mamá se hallaba en la puerta con los brazos cruzados sobre su pecho, mirándome.
Intentaba averiguar qué pasaba.
Cuando mis pies tocaron el primer escalón, la primera lágrima cayó.
—Oh, cariño—dijo, corriendo hasta mí y halándome hacia sus brazos—Tenía miedo de esto.
Dejé que me llevara hacia adentro hasta el sofá, donde me abrazó, acariciándome la cabeza como a un niño.
Necesitaba el consuelo.
Me había metido en esto, y no me arrepentía de los recuerdos, pero sabía que nunca volvería a ser la misma.
—Sé que duele. Pero recuerda, ella nunca olvidará haberte dejado ir. Será uno de sus más grandes arrepentimientos—dijo en contra mi cabeza.
Quería sonreír, porque mi mamá podía permitirse creer que, de todas las personas, la hermana privilegiada de una estrella de rock se arrepentiría por dejarme ir.
El amor de una mamá en verdad era incondicional.
—Fue amable—le dije.
No quería que pensara que lloraba porque fue cruel.
—Lo sé. Lo vi en sus ojos cuando vino a por ti. Así es como sé que se arrepentirá.
Me aferré a sus brazos y dejé que todo el dolor se vaya. Me dejó llorar y no dijo nada más.
Sentía como si mi pecho hubiera explotado, pero el olor de su jabón y de su perfume era reconfortante.
Por fin, cerré mis ojos y me quedé dormida.
No salí de mi casa por más de una semana.
Trabajé en trajes para el club y me senté en mi habitación durante horas, mirando las paredes y recordando.
Diez días después de que le dije adiós a Santana, la puerta de mi habitación se abrió y Sam entró.
Era el vocalista de la banda local, Jackdown. También era el hermano pequeño de Tina.
Crecimos juntos.
Tina y mi primo Mike habían salido la mayor parte de nuestras vidas. Luego se casaron.
Sam era el epítome de un mujeriego, pero era difícil no amarlo.
—Joder, me niego a cantar esta noche si no te encuentras ahí. No lo haré. Esos hijos de puta pueden pasarla bien en otro lugar. Estoy harto de buscar tu cara de ángel y no verla—dijo mientras se dejó caer en mi cama y estiró sus piernas delante de él, llevándose las manos detrás de su cabeza—No tiene sentido sin tu sexy culo bailando por ahí. No te tengo para poner celosas a las chicas. ¿A quién demonios se supone que besaré como si estuviera follándola para volverlas locas si no estás ahí? Arruinas mi juego, cariño.
No pude evitar sonreír.
Volteé mi cabeza para mirar a Sam, que ahora yacía a mi lado.
—¿Acaso Mike te envió?—le pregunté.
Sam hizo una mueca graciosa de horror.
—¿Mike? Por supuesto que no, Mike no me envió. ¿Cuándo demonios hago algo que Mike me dice? Nunca. Eso es cuando. Vine porque te echo de menos. Necesito mi chica con su lengua loca. Ven a bailar y dale una erección a Rory. Echa de menos ponerse duro cuando estamos en el escenario. Siempre lo ponías así. Aunque, esa lengua tuya debe seguir siendo mía. Además, Rory se vendría en sus malditos pantalones como un colegial si le plantaras uno.
Rory era el bajista de Jackdown.
Sam le gustaba molestar a Rory sobre la única vez nos enrollamos en la escuela secundaria después de haber roto con Casey.
Rory me dijo que me amaba después de una cita, y una vez que Sam lo descubrió, Rory nunca se enteró del final.
—No me necesitas para conseguir mujeres. Se te lanzan, a sus bragas, a sus sujetadores, y te avientan cualquier otra cosa que puedan sacar de su cuerpo legalmente todas las noches—le recordé, como si necesitara hacerlo.
—Sin embargo, te echo de menos.
—¿Cuánto te pagan para hacer esto?—pregunté en broma.
—Tenía la esperanza de arreglar los pagos contigo. Un polvo caliente en el cuarto de atrás esta noche mientras descanso. Eso siempre me hace cantar mejor antes de la siguiente parte. O infiernos, nena, podemos hacerlo aquí. Estoy excitado—respondió.
Me reí en ese momento.
Sabía que Mike se encontraba detrás de la llegada de Sam. No existía manera de que Sam notara que no fui a sus presentaciones.
Intentaba hacerme reír, y estaba funcionando.
—Si me desnudara y me montara sobre tu regazo en este momento, no me follarías, y ambos lo sabemos, nunca termina bien para nosotros. Hemos estado ahí, lo hemos hecho—le dije.
Lo intentamos cuando éramos más jóvenes.
No es que fuera malo, porque fue muy bueno.
Éramos demasiado inestables para hacer frente a una relación.
Éramos buenos en la parte sexual.
En ese entonces, también contó mi incapacidad para superar a Casey.
Sam dejó escapar una risa dura.
—¿Quieres apostar? Ponme a prueba.
Bueno, él tal vez lo haría.
El tipo era un fanático del sexo.
—Vamos, no me provoques. Desnúdate y móntate en mi regazo, cariño.
Golpeé su brazo y gimió, luego me dio una risa malvada.
—Si no me vas a follar, por lo menos ven esta noche.
Ir a Live Bay con todo el mundo mirándome y preguntándose qué sucedió no sonaba atractivo.
Tampoco me sentía de humor para chicos o chicas.
No quería bailar con cualquiera o tener a cualquiera provocándome.
—No estoy de humor para chicos ni menos chicas—le dije.
Sam se lanzó a la cama y me miró.
—Santo infierno, cariño. ¿Estás diciendo que no quieres a una mujer? Porque pagaría un montón de dinero para verte con otra mujer. Joder, me cortaría mi bola izquierda para verlo. Pero es muy bueno para mi que no quieras a una ahora. Quizás es hora de que vuelvas a probar con un hombre.
La empujé e hice una mueca, causando que se ría.
—Eres tan ridículo. Por supuesto que no. Ustedes son peor que nosotras, no creo q vuelva a caer ahí. Simplemente no quiero el coqueteo y manoseo y todo eso.
Sam se recostó a mi lado.
—Solo diré que las últimas dos personas con quien haz estado son mujeres y no te ha ido bien. Solo para que lo pienses. Voy a reclamarte esta noche, y estarás a salvo. Déjame hacer mi parte y todos sabrán que estás tomada. De esa manera puedes relajarte y disfrutar de la noche.
Lo miré.
—¿Y qué con tu polvo para la noche? Actuar como si estuvieras conmigo lo arruinaría—le recordé.
Se acercó y me hizo cosquillas en el estómago.
—Déjame entrar en este cuerpo y puedes recompensármelo.
—Sam—dije, sacando su mano de encima—Detente.
Sam metió la mano detrás de su cabeza.
—Está bien. Entiendo. No tocar. Pero esta noche voy poner mi brazo encima de ti y tal vez agarre tu culo al menos un par de veces para que la gente pueda ver. Es la única manera de mostrarles a todos que me perteneces.
Más de una vez me usó para llamar la atención de otras chicas.
Y lo había utilizado para fastidiar a Casey.
Era una relación de beneficio mutuo.
—Si lo hago, ¿te irás?—le pregunté.
Puso su mano sobre su corazón.
—Me hieres. ¿Quieres deshacerte de mí?
—No sé cuánto tiempo puedes permanecer en la cama con una mujer antes de hacer un movimiento. No quiero tentar mi suerte—le dije.
Giró su cabeza y me guiñó un ojo.
—Cariño, si pensara que existe alguna manera de poder convencerte de que me dejes entrar en tus pantalones, ya tendría mi cabeza entre tus piernas.
No tenía filtro en la boca.
Negué y lo empujé fuera de mi cama.
—Vete. Te veré esta noche.
Sam se puso de pie. Su camisa había subido, y pude ver sus perfectos abdominales. Se levantó su camisa y me sacó su lengua moviéndola sugestivamente.
—Si quieres un poco, cariño, no tienes que mirar. Solo pídelo.
Rodé mis ojos y sonrió.
—Adiós, Sam —dije.
Frunció sus labios y me lanzó un beso.
—Hasta la noche.
Cuando atravesaba la puerta, me di cuenta de que era la primera persona que en realidad trataba de ayudarme a salir de esta depresión.
—Sam—llamé.
Se detuvo y se dio la vuelta.
—¿Sí, cariño?
—Gracias —dije.
Su expresión se puso seria, y eso era una cosa rara.
Por lo general, tenía un brillo travieso en los ojos o una sonrisa maliciosa.
—Esa morena sexy, pero idiota es una tonta—dijo, luego se volteó y salió de la habitación.
Luché contra la urgencia de defender a Santana.
No era la mala de la película.
Fue honesta todo el tiempo.
Sabía que era una pequeña aventura.
El comportarme como una chica y encariñarme demasiado fue lo que jodió las cosas.
*********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
hola morra...
definitivamente de acuerdo con la mama de britt y sam,..
san la va a sufrir por haberla jodido,..
muy buena forma de sacar a britt de la casa jajja
nos vemos!!!
definitivamente de acuerdo con la mama de britt y sam,..
san la va a sufrir por haberla jodido,..
muy buena forma de sacar a britt de la casa jajja
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
y que hay de santana, donde esta metida, tal vez recordando lo idiota que fue!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Mmmm parece que Sam sera el salvavidas de Britt y pues San quien sabe como lo este llevando
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra...
definitivamente de acuerdo con la mama de britt y sam,..
san la va a sufrir por haberla jodido,..
muy buena forma de sacar a britt de la casa jajja
nos vemos!!!
Hola lu, mmm si, no¿? Pienso igual, pero se lo merece la vrdd ¬¬ Jajajajaaj dices tu¿? xD jajajaaj. Saludos =D
micky morales escribió:y que hay de santana, donde esta metida, tal vez recordando lo idiota que fue!!!!
Hola, nadie lo sabe... Jajajaja espero q sea eso xq se lo merece ¬¬ Saludos =D
JVM escribió:Mmmm parece que Sam sera el salvavidas de Britt y pues San quien sabe como lo este llevando
Hola, nose xq creo lo mismo... y no me gusta... no del todo =/ Pfff espero y mal la vrdd =/ Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Cap 15
Capitulo 15
Tres Meses Después…
Brittany
Era finalmente viernes por la noche.
Necesitaba un descanso.
Entre mis clases y trabajando todos los días, me gustaba recordar que yo era joven y podía pasar un buen rato.
Me encantaba mi nuevo trabajo y mis clases no estaban mal, pero toma todo mi día de lunes a viernes.
Si la tienda se encontraba ocupada, tenía que llevar las cosas a casa para trabajar en ellas por las noches.
Todavía no podía superar el hecho de que la señora Holly me había contratado para trabajar como costurera en su tienda.
No es que no era lo suficientemente buena, porque lo era, sino porque el marido de la señora Holly era un ministro bautista y yo era la hija de una stripper.
Aunque a ella no parecía importarle.
Ganaba más dinero trabajando para ella de lo que me esperaba como mesera o en un bar.
Me enviaba al estudio de baile cuando necesitaban ayuda con los trajes, y fui contratada para diseñar con ellos después de ver algunas de mis ideas.
Después de que me contrataran, recibí una llamada desde el estudio de baile en el pueblo de al lado, pidiéndome que también diseñara para ellos.
Seguía pellizcándome para asegurarme de que no me hallaba soñando.
Sabía que después de este año en la escuela era muy poco probable que pudiera ir a una universidad de cuatro años. El instituto universitario era todo lo que podía permitirme.
Todo lo que mi mamá podía permitirse.
Pero empezaba a preguntarme si podía hacer una carrera fuera de esto.
Aparqué mi coche fuera de la entrada nueva de Live Bay.
Jackdown tocaba esta noche, y pronto estaría repleto de gente universitaria.
Salí de la camioneta al mismo tiempo que la puerta trasera se abrió y Sam salió, dirigiéndose directamente hacia mí.
No lo había visto en dos días.
No por su falta de intentos, sin embargo.
—Joder, ya era hora—dijo antes de que me agarrara y tomara en sus brazos.
Me reí contra su boca y lo sentí sonreír a cambio.
Su lengua se deslizó más allá de mis labios y entró en mi boca. La mezcla de cigarrillos y tequila me golpeó la lengua.
Era la firma gustativa de Sam en las noches que tocaba.
Antes de que pudiera dejarse llevar, me aparté y presioné un beso más en sus labios para que no pusiera mala cara.
—Tuve una prueba—le recordé.
No había sido muy paciente con mis estudios en lo que iba del semestre.
—Y todo lo que podía pensar era en tu coño—dijo, pasando su mano por la parte delantera de mis vaqueros.
La alcancé y la saqué antes de que llegara demasiado lejos y lo dejé. Sam tenía muchos talentos, y saber cómo hacer que una mujer se corriera rápido era uno de ellos.
—Déjame jugar—rogó, apoyándome contra el costado del camión.
Él no era normalmente frenético conmigo.
Tal vez la cosa monógama le estaba haciendo efecto. Paso un mes desde que había accedido a tener sexo con él si era yo y solo yo.
Cuando me había prometido que me quería solo a mí, pensé que se encontraba colocado.
También pensé que iba a ser breve.
Necesitaba a alguien para hacerme olvidar a Santana.
Habían pasado dos meses, y ella se quedó en todos mis sueños y fantasías.
Así que había acordado una cosa de amigos con beneficios con Sam si se acostaba solo conmigo.
En su mayor parte había ayudado.
Hubo momentos en que me sentía culpable de cerrar los ojos y pretender que era Santana.
Eran momentos de debilidad.
La mayoría de las veces era completamente con Sam.
—Tienes que hacer la prueba de sonido, ¿no?—pregunté mientras deslizaba sus manos por debajo de mi camisa y me apretaba las tetas.
—Amor, todo lo que puedo pensar es en lo jodidamente sexy que eres—dijo mientras comenzaba a besarme el cuello.
Se encontraba caliente.
Y fue porque él estaba acostumbrado a tener relaciones sexuales mucho más a menudo de lo que yo le daba.
—Sam, detente—dije, poniendo mis manos en su pecho y moviéndolo hacia atrás.
Él frunció el ceño.
—¿Qué pasa?
—Esto. Tú. Estoy ocupada con la escuela y el trabajo, y tú estás acostumbrado a más acción. Has sido bueno un mes, y voy a admitir que estoy impresionada, pero estás libre de culpa. Vete a soñar con las masas arrojándose a ti. Es lo que necesitas. Yo no soy suficiente para ti. Los dos sabíamos que esto era una cosa a corto plazo.
Sam comenzó a sacudir la cabeza.
—Diablos no. No me vas a hacer esto, amor—comenzó a caminar delante de mí—Esperé unos malditos años para tenerte debajo de mí. Años. Te ansié. ¿Rechace pensar en ti, y te tengo y dices eso? Joder no—se puso en mi cara y sus ojos cayeron a mis labios, y luego volvieron a mis ojos—Sólo tú, Britt. Sólo te quiero a ti. Te quería desde que éramos niños. Pero te estabas tirando a Casey. Ahora se ha ido y se casó con Carrie y está jugando a las casitas. Está fuera de tu vida. Te tengo. Me sacas, porque joder, te deseo tanto. No confundas esto por otra cosa.
No tenía ninguna palabra.
Me hallaba sin palabras.
Esto era algo que nunca había esperado que saliera de la boca de Sam.
Nunca.
Acerca de nadie.
—Siempre me has tomado el pelo—dije, sacudiendo la cabeza, tratando de entender esto.
Sam pasó un dedo por el lado de mi cara. Sus uñas se encontraban pintadas de negro esta noche. Siempre me hizo sonreír cuando lo hacía.
—Tenía que hacer algo. No podía tenerte. Pero no decirte lo mucho que te quería era imposible. Así que dejé que creyeras que bromeaba.
¿Cómo me ocupaba de esto?
Me gustaba Sam. Me hacía reír.
Él era mi amigo, pero no pensaba que yo fuera capaz de más. Le había dado y admitido a mí misma antes de empezar a dormir con Sam que estaba enamorada de Santana.
No me gustaba pensar que podía enamórame de alguien tan rápido, así que quería fingir que no era cierto, pero lo era.
No podía pensar en Santana.
Se hallaba fuera de los límites de mi cabeza.
—¿Así que estas satisfecho conmigo?—pregunté.
Sam cerró los ojos y esa sonrisa malvada tocó sus labios.
—Sí—respondió, abriendo los ojos.
El delineador de ojos oscuro que llevaba esta noche le hacía parecer peligroso.
La idea me hizo sonreír.
Sam estaba tan lejos de ser peligroso.
—Ahora que está aclarado, ¿puedo jugar con el coño de mi chica?—preguntó, soltando mis vaqueros y deslizando su mano dentro de la parte delantera de mi ropa interior.
Iba a dejarlo.
Sabía lo que quería, y con los pensamientos de Santana en mi cabeza, sabía que lo necesitaba también.
A él ahuyentándolos.
La puerta trasera se abrió y la luz nos rodeó.
—Pon tu maldita polla lejos. Todo el mundo te está esperando para la prueba de sonido. Luego tenemos que calentar. Hola, Britt—dijo Rory.
—Joder—Sam gimió, mirándome—¿Ya te tenia mojada? ¿Te vas a quedar dolorida?
—Joder, tío, susurra esa mierda—dijo Rory desde la puerta.
Sam miró hacia él.
—Entonces cierra la maldita puerta —dijo
—Si cierro la puerta, terminaras lo que empezaste—argumentó Rory.
—Joder, si ella me necesita, voy a terminar ahora mismo con la maldita puerta abierta—respondió Sam.
Moví su mano y comienzo a abotonarme mis vaqueros devuelta antes de que lleguen a conversar más alto sobre mis necesidades.
—Estoy bien. Lo prometo. Más tarde—le dije, y le di un beso.
—¿Descanso? Ven a la sala de almacenamiento—dijo.
Asentí.
—Te odio, joder—maldijo Rory mientras sostenía abierta la puerta.
—Hola, Rory —dije finalmente.
Sam me mantuvo cerca de su lado mientras entramos en el bar.
—Mike ya está ahí afuera. Lo vi antes—me dijo.
Asentí y me dirigí a encontrar mi primo.
Santana
Esto era una mala idea.
Habían pasado tres meses.
Había creído que lo había superado.
A ella.
Cuando las chicas quisieron venir a quedarse en la casa de playa de Emily, había dicho que claro.
¿Por qué no?
Era sólo un fin de semana.
Entonces habían insistido todos que fuéramos al bar local para oír a la banda. Alguien les había dicho lo buena que era la banda, y querían verla.
Había una buena probabilidad de que ni siquiera estuviera aquí.
Estaba exagerando.
No es como que si ella pasara por el bar todo el tiempo cuando estuve con ella.
Jane abrió la puerta y entró en el auto. Mercedes le seguía, y yo me quedé ahí preguntándome si alguien se daría cuenta si me iba de nuevo a la limusina.
Mercedes ya se encontraba borracha, y Jane no se hallaba lejos, justo detrás de ella.
Me quedé ahí cuando la puerta se cerró y trate de convencerme de entrar. La puerta se abrió de nuevo y Jane me miró.
—Vamos—ordenó.
Decirle lo de Brittany no había sido bueno. Pensaron que se había terminado y acabado.
Si supieran que no podía sacarla de mi cabeza, nunca me dejarían vivir.
Tendría que oírles decir su nombre todo el tiempo, hablando de su cuerpo, y no podía hacer frente a esa mierda.
Suficiente había pasado internamente.
Las seguí hasta el bar, que era el último lugar en el que Mercedes tenía que estar.
Quería explorar el lugar para buscarla, pero entonces, ¿qué pasaba si la encontraba?
¿Qué haría?
¿Me dirigía a ella, o querría ignorarme?
—Escuché que esta banda es fantástica. Tocaron en un bar de Nueva Orleans cuando Cash estaba ahí en la primavera pasada. Se llevó su CD, y mierda—dijo Mercedes mientras el camarero le dio un trago de tequila.
Era demasiado pronto para que estuviera bebiendo.
—Oye, el bombón que trajiste a Nueva York, es un blanco, ¿no? Quiero decir, ¿desde qué estás saliendo con Dani?
Me tensé.
¿La había visto, o estaba simplemente buscándola?
Me volví a mirar a Jane.
—Ella está fuera de los límites—dije—¿Por qué?
Jane frunció el ceño.
—Estás saliendo con una puta celebridad. ¿Por qué diablos está fuera de los límites?
—No estoy saliendo con Dani. Es una amiga. Ella es amiga de Emily. ¿Ves a Britt?—me volví, cedí y miré a la multitud.
—¿Quién? —pregunto Jane.
Apreté los dientes.
—La chica que llevé a Nueva York. Su nombre es Britt.
—Oh, sí, ella tiene razón...—señaló, luego se detuvo—Guau.
Seguí su mirada más allá de la zona en la que su primo y amigos se hallaban la última vez, en la pared por el escenario.
Un chico con el pelo rubio y alto tenía su cabeza en la mano y la boca cerrada sobre la de ella.
—Joder, ¿es ese tipo de la banda?—preguntó Mercedes—Oh, espera, está follándose a esa chica con cara de Nueva York. Espera, estoy confundida—arrastraba las palabras mientras dejaba el vaso vacío.
—Supongo que está pillada—dijo Jane—No estoy a punto de meterme con eso. El tipo parece rudo—se volvió hacia el camarero y cogió su cerveza.
—¿Ustedes conocen a Britt?—preguntó el camarero, y me volví para mirarlo.
Mi garganta se encontraba tan condenadamente apretada que lo único que pude hacer fue asentir.
No estaba segura de que pudiera aun hablar.
No la había visto desde que llegó en el avión a Nueva York.
La dejé ir.
Había sido lo mejor.
No esperaba verla así.
—Es la chica de Sam—dijo el camarero, como si eso respondiera a todas las preguntas en el universo.
—¿Quién?—preguntó Mercedes, todavía mirándolo confundido.
—El cantante de Jackdown, Sam. Britt lo es.
Me di la vuelta para ver a Sam subir al escenario. No llevaba camisa, y su cuerpo se hallaba bien toniticado. Sus vaqueros colgaban de sus caderas, y llevaba delineador de ojos... y esmalte de uñas.
¿De verdad?
¿Ella salía con eso?
—Britt no tiene un tipo, ¿verdad?—dijo Jane a mi lado.
La busqué y la encontré justo cuando ella llegó a una mesa donde Mike, Finn, Kitty, y Marley se sentaron.
Podría ignorarlos, pero uno de ellos me estaba obligando a verlos.
¿Eso importaba?
¿Quería Brittany siquiera que yo fuera ahí?
Tal vez quiere que la ignore.
Como si pudiera sentir mi mirada, alzó los ojos y su mirada se bloqueó con la mía. Su cuerpo quedó completamente inmóvil. Ella no sonrió como si todo hubiera quedado en el olvido.
No se movió como si no fuera gran cosa.
En cambio, se quedó completamente congelada mientras me miraba.
Ella incluso parpadeó rápidamente, como si estuviera en una especie de aturdimiento que se encontraba tratando de romper.
Mierda.
Estaba jodida.
—Ella te ve, amiga. También podrías ir a saludar—dijo Jane, afirmando lo obvio.
Forcé mis piernas a moverse y empecé a dirigirme hacia ella.
Pareció que salía de su trance, y me apartó la mirada. Pude ver como su boca se movía a pesar de que no miraba a nadie exclusivamente.
Al parecer, había sido a toda la mesa, ya que todas las miradas se centraron en mí.
Mike comenzó a ponerse de pie y Brittany le agarró del brazo y le dijo algo. Entonces ella se movió alrededor de la mesa y se dirigió hacia mí.
No me quería cerca de sus amigos, por lo que se detuvo.
—Viene hacia nosotras—dijo Mercedes, apoyada en la barra.
—Yo, ella viene a mí—le corregí—Quédense aquí—dije antes de caminar hacia ella.
No quería que esas dos nos escucharan.
Se detuvo a unos pasos de distancia de mí. No quería que estuviera tan lejos.
Todas esas emociones que había evocado en mí y que me asustaron rugieron cobrando vida.
La había perdido.
Sabía que la había perdido, pero verla hizo que todo fuera más real.
—Hola —dije.
Ella me dio una pequeña sonrisa.
—Hola.
Entonces levantó la vista hacia el escenario.
La banda había comenzado a tocar, pero yo no les estaba prestando atención. Ella era todo en lo que podía centrarme.
—¿Cómo estás?—pregunté, con ganas de escuchar su voz.
—Bien, ¿y tú?
Podría mentir y decir que bien. Sería más fácil si mentía.
Para las dos.
—Te echo de menos—dije en su lugar.
Ella se tensó y su mirada se dirigió al escenario de nuevo.
¿Lo ama?
Joder, sólo pensar en eso dolía como el infierno.
—Te vi con él—dije.
Movió su mirada hacia la mía.
—Oh—fue todo lo que dijo.
—Pareces feliz.
Lo estaba logrando.
Fue un error y sé que debería dejar pasar esto, pero no podía.
Ella empezó a decir algo, pero cerró la boca y negó con la cabeza.
—No. No voy a hacer esto contigo. No estoy lista aun. Pensé que tal vez me encontraba lista, pero no—dijo, y luego se volvió para alejarse.
Esa fue la reacción que quería.
Algo me decía que todavía le importaba.
—Espera—dije, tratando de alcanzar su brazo.
Se detuvo y miró hacia abajo a mi mano envuelta alrededor de su brazo, luego a mí.
—¿Qué quieres de mí?—preguntó, mirándome derrotada.
Odiaba eso.
No quería hacerle daño.
No quería hacerla entristecer.
Sólo la quería a ella.
—¿Podemos salir a la calle y hablar?—pregunté.
Miró de nuevo al escenario y seguí su mirada. El chico cantaba, pero toda su atención se centraba en Brittany.
—Creo que él me ama. No lo ha dicho, pero me trata como nadie lo ha logrado. Él actúa como si no pudiera vivir sin mí, y nunca me hace sentir indigna o no lo suficientemente buena—me miró—Soy suficiente para él. No lo estropees para mí. Porque yo le haría daño por ti. Y al final tú me haces daño a mí—se liberó el brazo de un tirón y se alejó.
La dejé ir esta vez.
Me quedé ahí mientras pasaba sus amigos en la mesa y el escenario. Luego abrió la puerta de atrás y desapareció.
Sam dejó que la banda terminara sin él mientras corría fuera del escenario.
Él se encontraba dispuesto a ponerla en primer lugar.
Yo nunca había estado.
Él la hizo sentir especial, y yo no lo hacía.
Llevaba delineador de ojos, pero él sabía lo que tenía y no estaba dispuesto a perderla.
El problema era, que había dicho que ella le haría daño por mí.
Yo era lo que ella deseaba.
¿Cómo diablos se suponía que debía alejarme de eso?
Necesitaba un descanso.
Entre mis clases y trabajando todos los días, me gustaba recordar que yo era joven y podía pasar un buen rato.
Me encantaba mi nuevo trabajo y mis clases no estaban mal, pero toma todo mi día de lunes a viernes.
Si la tienda se encontraba ocupada, tenía que llevar las cosas a casa para trabajar en ellas por las noches.
Todavía no podía superar el hecho de que la señora Holly me había contratado para trabajar como costurera en su tienda.
No es que no era lo suficientemente buena, porque lo era, sino porque el marido de la señora Holly era un ministro bautista y yo era la hija de una stripper.
Aunque a ella no parecía importarle.
Ganaba más dinero trabajando para ella de lo que me esperaba como mesera o en un bar.
Me enviaba al estudio de baile cuando necesitaban ayuda con los trajes, y fui contratada para diseñar con ellos después de ver algunas de mis ideas.
Después de que me contrataran, recibí una llamada desde el estudio de baile en el pueblo de al lado, pidiéndome que también diseñara para ellos.
Seguía pellizcándome para asegurarme de que no me hallaba soñando.
Sabía que después de este año en la escuela era muy poco probable que pudiera ir a una universidad de cuatro años. El instituto universitario era todo lo que podía permitirme.
Todo lo que mi mamá podía permitirse.
Pero empezaba a preguntarme si podía hacer una carrera fuera de esto.
Aparqué mi coche fuera de la entrada nueva de Live Bay.
Jackdown tocaba esta noche, y pronto estaría repleto de gente universitaria.
Salí de la camioneta al mismo tiempo que la puerta trasera se abrió y Sam salió, dirigiéndose directamente hacia mí.
No lo había visto en dos días.
No por su falta de intentos, sin embargo.
—Joder, ya era hora—dijo antes de que me agarrara y tomara en sus brazos.
Me reí contra su boca y lo sentí sonreír a cambio.
Su lengua se deslizó más allá de mis labios y entró en mi boca. La mezcla de cigarrillos y tequila me golpeó la lengua.
Era la firma gustativa de Sam en las noches que tocaba.
Antes de que pudiera dejarse llevar, me aparté y presioné un beso más en sus labios para que no pusiera mala cara.
—Tuve una prueba—le recordé.
No había sido muy paciente con mis estudios en lo que iba del semestre.
—Y todo lo que podía pensar era en tu coño—dijo, pasando su mano por la parte delantera de mis vaqueros.
La alcancé y la saqué antes de que llegara demasiado lejos y lo dejé. Sam tenía muchos talentos, y saber cómo hacer que una mujer se corriera rápido era uno de ellos.
—Déjame jugar—rogó, apoyándome contra el costado del camión.
Él no era normalmente frenético conmigo.
Tal vez la cosa monógama le estaba haciendo efecto. Paso un mes desde que había accedido a tener sexo con él si era yo y solo yo.
Cuando me había prometido que me quería solo a mí, pensé que se encontraba colocado.
También pensé que iba a ser breve.
Necesitaba a alguien para hacerme olvidar a Santana.
Habían pasado dos meses, y ella se quedó en todos mis sueños y fantasías.
Así que había acordado una cosa de amigos con beneficios con Sam si se acostaba solo conmigo.
En su mayor parte había ayudado.
Hubo momentos en que me sentía culpable de cerrar los ojos y pretender que era Santana.
Eran momentos de debilidad.
La mayoría de las veces era completamente con Sam.
—Tienes que hacer la prueba de sonido, ¿no?—pregunté mientras deslizaba sus manos por debajo de mi camisa y me apretaba las tetas.
—Amor, todo lo que puedo pensar es en lo jodidamente sexy que eres—dijo mientras comenzaba a besarme el cuello.
Se encontraba caliente.
Y fue porque él estaba acostumbrado a tener relaciones sexuales mucho más a menudo de lo que yo le daba.
—Sam, detente—dije, poniendo mis manos en su pecho y moviéndolo hacia atrás.
Él frunció el ceño.
—¿Qué pasa?
—Esto. Tú. Estoy ocupada con la escuela y el trabajo, y tú estás acostumbrado a más acción. Has sido bueno un mes, y voy a admitir que estoy impresionada, pero estás libre de culpa. Vete a soñar con las masas arrojándose a ti. Es lo que necesitas. Yo no soy suficiente para ti. Los dos sabíamos que esto era una cosa a corto plazo.
Sam comenzó a sacudir la cabeza.
—Diablos no. No me vas a hacer esto, amor—comenzó a caminar delante de mí—Esperé unos malditos años para tenerte debajo de mí. Años. Te ansié. ¿Rechace pensar en ti, y te tengo y dices eso? Joder no—se puso en mi cara y sus ojos cayeron a mis labios, y luego volvieron a mis ojos—Sólo tú, Britt. Sólo te quiero a ti. Te quería desde que éramos niños. Pero te estabas tirando a Casey. Ahora se ha ido y se casó con Carrie y está jugando a las casitas. Está fuera de tu vida. Te tengo. Me sacas, porque joder, te deseo tanto. No confundas esto por otra cosa.
No tenía ninguna palabra.
Me hallaba sin palabras.
Esto era algo que nunca había esperado que saliera de la boca de Sam.
Nunca.
Acerca de nadie.
—Siempre me has tomado el pelo—dije, sacudiendo la cabeza, tratando de entender esto.
Sam pasó un dedo por el lado de mi cara. Sus uñas se encontraban pintadas de negro esta noche. Siempre me hizo sonreír cuando lo hacía.
—Tenía que hacer algo. No podía tenerte. Pero no decirte lo mucho que te quería era imposible. Así que dejé que creyeras que bromeaba.
¿Cómo me ocupaba de esto?
Me gustaba Sam. Me hacía reír.
Él era mi amigo, pero no pensaba que yo fuera capaz de más. Le había dado y admitido a mí misma antes de empezar a dormir con Sam que estaba enamorada de Santana.
No me gustaba pensar que podía enamórame de alguien tan rápido, así que quería fingir que no era cierto, pero lo era.
No podía pensar en Santana.
Se hallaba fuera de los límites de mi cabeza.
—¿Así que estas satisfecho conmigo?—pregunté.
Sam cerró los ojos y esa sonrisa malvada tocó sus labios.
—Sí—respondió, abriendo los ojos.
El delineador de ojos oscuro que llevaba esta noche le hacía parecer peligroso.
La idea me hizo sonreír.
Sam estaba tan lejos de ser peligroso.
—Ahora que está aclarado, ¿puedo jugar con el coño de mi chica?—preguntó, soltando mis vaqueros y deslizando su mano dentro de la parte delantera de mi ropa interior.
Iba a dejarlo.
Sabía lo que quería, y con los pensamientos de Santana en mi cabeza, sabía que lo necesitaba también.
A él ahuyentándolos.
La puerta trasera se abrió y la luz nos rodeó.
—Pon tu maldita polla lejos. Todo el mundo te está esperando para la prueba de sonido. Luego tenemos que calentar. Hola, Britt—dijo Rory.
—Joder—Sam gimió, mirándome—¿Ya te tenia mojada? ¿Te vas a quedar dolorida?
—Joder, tío, susurra esa mierda—dijo Rory desde la puerta.
Sam miró hacia él.
—Entonces cierra la maldita puerta —dijo
—Si cierro la puerta, terminaras lo que empezaste—argumentó Rory.
—Joder, si ella me necesita, voy a terminar ahora mismo con la maldita puerta abierta—respondió Sam.
Moví su mano y comienzo a abotonarme mis vaqueros devuelta antes de que lleguen a conversar más alto sobre mis necesidades.
—Estoy bien. Lo prometo. Más tarde—le dije, y le di un beso.
—¿Descanso? Ven a la sala de almacenamiento—dijo.
Asentí.
—Te odio, joder—maldijo Rory mientras sostenía abierta la puerta.
—Hola, Rory —dije finalmente.
Sam me mantuvo cerca de su lado mientras entramos en el bar.
—Mike ya está ahí afuera. Lo vi antes—me dijo.
Asentí y me dirigí a encontrar mi primo.
Santana
Esto era una mala idea.
Habían pasado tres meses.
Había creído que lo había superado.
A ella.
Cuando las chicas quisieron venir a quedarse en la casa de playa de Emily, había dicho que claro.
¿Por qué no?
Era sólo un fin de semana.
Entonces habían insistido todos que fuéramos al bar local para oír a la banda. Alguien les había dicho lo buena que era la banda, y querían verla.
Había una buena probabilidad de que ni siquiera estuviera aquí.
Estaba exagerando.
No es como que si ella pasara por el bar todo el tiempo cuando estuve con ella.
Jane abrió la puerta y entró en el auto. Mercedes le seguía, y yo me quedé ahí preguntándome si alguien se daría cuenta si me iba de nuevo a la limusina.
Mercedes ya se encontraba borracha, y Jane no se hallaba lejos, justo detrás de ella.
Me quedé ahí cuando la puerta se cerró y trate de convencerme de entrar. La puerta se abrió de nuevo y Jane me miró.
—Vamos—ordenó.
Decirle lo de Brittany no había sido bueno. Pensaron que se había terminado y acabado.
Si supieran que no podía sacarla de mi cabeza, nunca me dejarían vivir.
Tendría que oírles decir su nombre todo el tiempo, hablando de su cuerpo, y no podía hacer frente a esa mierda.
Suficiente había pasado internamente.
Las seguí hasta el bar, que era el último lugar en el que Mercedes tenía que estar.
Quería explorar el lugar para buscarla, pero entonces, ¿qué pasaba si la encontraba?
¿Qué haría?
¿Me dirigía a ella, o querría ignorarme?
—Escuché que esta banda es fantástica. Tocaron en un bar de Nueva Orleans cuando Cash estaba ahí en la primavera pasada. Se llevó su CD, y mierda—dijo Mercedes mientras el camarero le dio un trago de tequila.
Era demasiado pronto para que estuviera bebiendo.
—Oye, el bombón que trajiste a Nueva York, es un blanco, ¿no? Quiero decir, ¿desde qué estás saliendo con Dani?
Me tensé.
¿La había visto, o estaba simplemente buscándola?
Me volví a mirar a Jane.
—Ella está fuera de los límites—dije—¿Por qué?
Jane frunció el ceño.
—Estás saliendo con una puta celebridad. ¿Por qué diablos está fuera de los límites?
—No estoy saliendo con Dani. Es una amiga. Ella es amiga de Emily. ¿Ves a Britt?—me volví, cedí y miré a la multitud.
—¿Quién? —pregunto Jane.
Apreté los dientes.
—La chica que llevé a Nueva York. Su nombre es Britt.
—Oh, sí, ella tiene razón...—señaló, luego se detuvo—Guau.
Seguí su mirada más allá de la zona en la que su primo y amigos se hallaban la última vez, en la pared por el escenario.
Un chico con el pelo rubio y alto tenía su cabeza en la mano y la boca cerrada sobre la de ella.
—Joder, ¿es ese tipo de la banda?—preguntó Mercedes—Oh, espera, está follándose a esa chica con cara de Nueva York. Espera, estoy confundida—arrastraba las palabras mientras dejaba el vaso vacío.
—Supongo que está pillada—dijo Jane—No estoy a punto de meterme con eso. El tipo parece rudo—se volvió hacia el camarero y cogió su cerveza.
—¿Ustedes conocen a Britt?—preguntó el camarero, y me volví para mirarlo.
Mi garganta se encontraba tan condenadamente apretada que lo único que pude hacer fue asentir.
No estaba segura de que pudiera aun hablar.
No la había visto desde que llegó en el avión a Nueva York.
La dejé ir.
Había sido lo mejor.
No esperaba verla así.
—Es la chica de Sam—dijo el camarero, como si eso respondiera a todas las preguntas en el universo.
—¿Quién?—preguntó Mercedes, todavía mirándolo confundido.
—El cantante de Jackdown, Sam. Britt lo es.
Me di la vuelta para ver a Sam subir al escenario. No llevaba camisa, y su cuerpo se hallaba bien toniticado. Sus vaqueros colgaban de sus caderas, y llevaba delineador de ojos... y esmalte de uñas.
¿De verdad?
¿Ella salía con eso?
—Britt no tiene un tipo, ¿verdad?—dijo Jane a mi lado.
La busqué y la encontré justo cuando ella llegó a una mesa donde Mike, Finn, Kitty, y Marley se sentaron.
Podría ignorarlos, pero uno de ellos me estaba obligando a verlos.
¿Eso importaba?
¿Quería Brittany siquiera que yo fuera ahí?
Tal vez quiere que la ignore.
Como si pudiera sentir mi mirada, alzó los ojos y su mirada se bloqueó con la mía. Su cuerpo quedó completamente inmóvil. Ella no sonrió como si todo hubiera quedado en el olvido.
No se movió como si no fuera gran cosa.
En cambio, se quedó completamente congelada mientras me miraba.
Ella incluso parpadeó rápidamente, como si estuviera en una especie de aturdimiento que se encontraba tratando de romper.
Mierda.
Estaba jodida.
—Ella te ve, amiga. También podrías ir a saludar—dijo Jane, afirmando lo obvio.
Forcé mis piernas a moverse y empecé a dirigirme hacia ella.
Pareció que salía de su trance, y me apartó la mirada. Pude ver como su boca se movía a pesar de que no miraba a nadie exclusivamente.
Al parecer, había sido a toda la mesa, ya que todas las miradas se centraron en mí.
Mike comenzó a ponerse de pie y Brittany le agarró del brazo y le dijo algo. Entonces ella se movió alrededor de la mesa y se dirigió hacia mí.
No me quería cerca de sus amigos, por lo que se detuvo.
—Viene hacia nosotras—dijo Mercedes, apoyada en la barra.
—Yo, ella viene a mí—le corregí—Quédense aquí—dije antes de caminar hacia ella.
No quería que esas dos nos escucharan.
Se detuvo a unos pasos de distancia de mí. No quería que estuviera tan lejos.
Todas esas emociones que había evocado en mí y que me asustaron rugieron cobrando vida.
La había perdido.
Sabía que la había perdido, pero verla hizo que todo fuera más real.
—Hola —dije.
Ella me dio una pequeña sonrisa.
—Hola.
Entonces levantó la vista hacia el escenario.
La banda había comenzado a tocar, pero yo no les estaba prestando atención. Ella era todo en lo que podía centrarme.
—¿Cómo estás?—pregunté, con ganas de escuchar su voz.
—Bien, ¿y tú?
Podría mentir y decir que bien. Sería más fácil si mentía.
Para las dos.
—Te echo de menos—dije en su lugar.
Ella se tensó y su mirada se dirigió al escenario de nuevo.
¿Lo ama?
Joder, sólo pensar en eso dolía como el infierno.
—Te vi con él—dije.
Movió su mirada hacia la mía.
—Oh—fue todo lo que dijo.
—Pareces feliz.
Lo estaba logrando.
Fue un error y sé que debería dejar pasar esto, pero no podía.
Ella empezó a decir algo, pero cerró la boca y negó con la cabeza.
—No. No voy a hacer esto contigo. No estoy lista aun. Pensé que tal vez me encontraba lista, pero no—dijo, y luego se volvió para alejarse.
Esa fue la reacción que quería.
Algo me decía que todavía le importaba.
—Espera—dije, tratando de alcanzar su brazo.
Se detuvo y miró hacia abajo a mi mano envuelta alrededor de su brazo, luego a mí.
—¿Qué quieres de mí?—preguntó, mirándome derrotada.
Odiaba eso.
No quería hacerle daño.
No quería hacerla entristecer.
Sólo la quería a ella.
—¿Podemos salir a la calle y hablar?—pregunté.
Miró de nuevo al escenario y seguí su mirada. El chico cantaba, pero toda su atención se centraba en Brittany.
—Creo que él me ama. No lo ha dicho, pero me trata como nadie lo ha logrado. Él actúa como si no pudiera vivir sin mí, y nunca me hace sentir indigna o no lo suficientemente buena—me miró—Soy suficiente para él. No lo estropees para mí. Porque yo le haría daño por ti. Y al final tú me haces daño a mí—se liberó el brazo de un tirón y se alejó.
La dejé ir esta vez.
Me quedé ahí mientras pasaba sus amigos en la mesa y el escenario. Luego abrió la puerta de atrás y desapareció.
Sam dejó que la banda terminara sin él mientras corría fuera del escenario.
Él se encontraba dispuesto a ponerla en primer lugar.
Yo nunca había estado.
Él la hizo sentir especial, y yo no lo hacía.
Llevaba delineador de ojos, pero él sabía lo que tenía y no estaba dispuesto a perderla.
El problema era, que había dicho que ella le haría daño por mí.
Yo era lo que ella deseaba.
¿Cómo diablos se suponía que debía alejarme de eso?
*********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
ESTUPIDA SANTANA, SINO VINISTE POR ELLA, ENTONCES LARGATE Y NO VUELVAS!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Hola morra....
En serio si que sabe cagarla santana no jodas!
Si la quiere de verdad que ponga los ovarios en la mesa y acepte el combo que es britt!!! Pero que si no, que no siga torturando a britt. Aunque este con el clon mutante de marylin manson. Puede ser feliz?? O intentarlo!
Nos vemos!
En serio si que sabe cagarla santana no jodas!
Si la quiere de verdad que ponga los ovarios en la mesa y acepte el combo que es britt!!! Pero que si no, que no siga torturando a britt. Aunque este con el clon mutante de marylin manson. Puede ser feliz?? O intentarlo!
Nos vemos!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Santana debe poner en claro sus sentimientos y si realmente la quiere y esta dispuesta a luchar por ella, quedarse ahí y que sea lo mas importante en su vida, pues que pelee por Britt pero sino que la deje tranquila ahora que esta con Sam esta estable y sabe lo que tiene con el
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
micky morales escribió:ESTUPIDA SANTANA, SINO VINISTE POR ELLA, ENTONCES LARGATE Y NO VUELVAS!!!!!
Hola, eso mismo. La vrdd pienso y digo tus palabras ¬¬ aquí ya em cae mal y q bueno q sam le sak pica ¬¬ Saludos =D
3:) escribió:Hola morra....
En serio si que sabe cagarla santana no jodas!
Si la quiere de verdad que ponga los ovarios en la mesa y acepte el combo que es britt!!! Pero que si no, que no siga torturando a britt. Aunque este con el clon mutante de marylin manson. Puede ser feliz?? O intentarlo!
Nos vemos!
Hola lu, pppff si que si, nada q contradecir la vrdd ¬¬ SI! xq es tan cobarde ¬¬ mejor q la deje si sigue así :@ Claro q no, no puede ni debe :@ q se cree :@ JAjajaaj XD no lo creo, pero q sirva para sacarle pica a san ¬¬ Saludos =D
JVM escribió:Santana debe poner en claro sus sentimientos y si realmente la quiere y esta dispuesta a luchar por ella, quedarse ahí y que sea lo mas importante en su vida, pues que pelee por Britt pero sino que la deje tranquila ahora que esta con Sam esta estable y sabe lo que tiene con el
Hola, claro q debe, pero antes de ir a molestar a britt :@ Eso mismo, eso mismo, me haz quitado las letras del teclado. Q sam ayude a sacar pica, y san sufra :@ Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Cap 16
Capitulo 16
Brittany
La puerta del escenario apenas se cerró detrás de mí cuando Sam llegó acechando detrás de bastidores.
Sus ojos buscaron mi rostro, y sentí como si me desplomara en el suelo. Se encontraba preocupado por mí.
Santana se hallaba afuera y, prácticamente, le dije que aún lo quería, y Sam se encontraba preocupado por mí.
—¿Qué demonios quiere?—preguntó, pareciendo listo para atacar.
—Se encuentra aquí con amigas. Solo quería decir hola. No creo que esperara verme—le dije.
—¿Sabe que te encuentras conmigo?—preguntó, dando otro paso hacia mí como si estuviera asustado de quemarse si se acercaba demasiado.
—Sí, le dije. Pero también nos vio antes.
Sam me estudió.
—Ahora que la has visto, ¿la superaste? ¿Es tu cierre?
¿Mi cierre?
¿Se podría llegar a un cierre con algo como esto?
¿Amar a una mujer que no te amaba?
—No creo que haya algo lo cual necesita un cierre. Éramos una mini aventura.
—¡Mentiras! Jodió tu cabeza. Luego esa morena sexy tuvo el descaro de entrar a este bar—comenzó a caminar de nuevo.
—Sam, sal de aquí—dijo Rory en un tono molesto mientras entraba detrás del escenario.
—Déjame jodidamente solo—le espetó Sam. Entonces se giró hacia mí y ahuecó mi rostro—¿Te encuentras bien?
—Te quieren, Sam —gritó Rory por encima del ruido de la multitud.
—Dije que me dejaras jodidamente solo—le gritó éste de regreso.
Puse la mano sobre su pecho.
—Ve. Estoy bien. Solo quiero quedarme aquí y verte hasta el descanso—le dije.
Asintió y luego me besó antes de salir al escenario.
La puerta se cerró y me giré para ver a Tina parada ahí.
—¿Regresó? —me preguntó, y asentí.
Se acercó a mi lado y lo observamos mientras entretenía a la multitud.
—Te ama —dijo.
No me había dicho que me amaba, pero después de la forma en que actuó antes, empezaba a preguntármelo.
—¿Por qué?—pregunté.
No hice nada para merecerlo.
Tina sonrió.
—Porque eres tú. Conoce a la verdadero tú. No la chica loca y fiestera que le muestras a todo el mundo. Pero, no has sido esa chica desde el comienzo del verano.
No fui esa chica desde que conocí a Santana.
Ambas lo pensábamos, pero ninguna lo dijo en voz alta.
—No esto lista para lo que siente. Quiere estarlo, pero no lo está. Te desilusionará. Meterá la pata—miré a Tina, sorprendida por sus palabras.
Adoraba a Sam.
—Lo amo. Pero lo conozco. Es un espíritu libre y, por primera vez en su vida, tiene a alguien de quien quiere sostenerse. Nunca antes lo ha tenido. Pero no se halla listo para ello. Con el tiempo, eso los arruinará a ambos.
—No puedo lastimarlo—le dije justo cuando Sam se giró para mirarme. Guiñó un ojo y se lamió los labios, haciendo que la multitud de mujeres chillara.
—Lo hará si tú no lo haces. Se odiará por eso, y terminaré teniendo que protegerlo de Mike. No quiero decir todo esto, ya que, por primera vez en mucho tiempo, lo veo realmente feliz. Lo haces feliz. Pero no va a durar. No puede seguir así. Se romperá. La chica correcta se le lanzará y no aceptará un no como respuesta y él habrá bebido demasiado. Luego se odiará—se detuvo y suspiró—Odio hacer esto. Pero si hay algo entre tú y esa chica ahí afuera, es tu boleto de salida, Britt. Es quien que te sacará de esta vida en la que naciste. No lo dejes ir.
Quien se encontraba afuera podría lastimarme mucho más de lo que Sam alguna vez podría hacerlo.
Miré a Tina.
—Santana tiene el poder de destruirme por completo. No lo dejaré. Me rompió una vez. No puedo arriesgarme.
—¿La amas?—preguntó.
Quería decir que no y que fuese verdad.
No podía.
—Sí.
—Sam tiene un club lleno de mujeres dispuestas a sanar su corazón roto. Ama a las mujeres, Britt. Lo sabes. Se sentirá herido, pero lo superará. Las mujeres quienes lo adoran le ayudarán.
—Cuando esté listo, dejaré que se vaya. No puedo amarlo. Mi corazón ya se encuentra tomado.
Se acercó y me apretó el brazo.
—¿Y te encuentras segura de que no quieres ver si esta cosa con Santana merece una oportunidad?
Santana no se encontraba aquí para darle otra oportunidad a nada.
Simplemente sucedió que se hallaba en la ciudad junto con sus amigas y me vio.
No vino a buscarme.
—Me encuentro segura —respondí.
Asintió.
—Bien.
Se giró y caminó hasta la puerta. Pensé en salir furtivamente para estar sola, pero si Sam miraba y no me veía, dejaría el escenario de nuevo. Así que me apoyé en la pared y esperé.
Quince minutos después, Sam anunció un descanso y dejó el escenario sin mirar a las chicas dando vueltas para llamar su atención.
Vino directamente a mí y me agarró la mano.
—Atrás. Ahora.
Sabía lo que significaba, pero ¿podría hacerlo después de que al ver a Santana me dejara mal?
Comencé a seguirlo y me detuve.
—Espera —dije.
Sam se detuvo y me miró. Pude ver el miedo en sus ojos, y lo odié. No podía dejar que creyera que esto era debido a Santana.
—Estoy... vulnerable en este momento. Mis emociones se encuentran dispersas. No me encuentro de ánimo para echar un polvo rápido.
Soltó un suspiro derrotado.
—Puedo hacer que la olvides. Solo dame cinco segundos, amor.
—Ese no es el problema. Simplemente necesito más que un polvo rápido.
Se dio la vuelta y me tomó en sus brazos. Su pecho se hallaba húmedo por el sudor.
—Maldición, sí. De acuerdo. Lo entiendo.
No lo entendía, pero pensaba que lo hacía. Me encontraba contenta de conseguir un indulto.
—Voy a necesitar una bebida, entonces—dijo—¿Te encuentras bien con salir ahí afuera conmigo?
Asentí.
Si lo tenía a mi lado, podría lidiar con esto. Santana quizás ya se habría ido.
—La imbécil todavía se encuentra aquí—dijo Sam, abriendo la puerta y poniendo un brazo alrededor de mis hombros mientras caminábamos hacia la multitud.
Sabía que era su forma de demostrar propiedad, y cualquier otra noche lo hubiese apartado.
Hoy, necesitaba la protección.
Mi corazón necesitaba protección.
Sam la suministraba.
Caminamos hasta la mesa de Mike, y Finn me sonrió mientras nos acercábamos.
—Si no es la rompecorazones. Tienes a todos los chicos, y más de una chica, haciendo cola esta noche, ¿no, rubia?
Finn me ha llamado rubia en lugar de Brittany o Britt desde que puedo recordar.
Él y Mike han sido amigos desde la primaria, por lo que no hubo época en mi vida donde Finn no se encontrara ahí.
Así también fue con Quinn Fabray y Kitty Wilde.
—Cállate—le espeté, enseñándole el dedo mientras Sam sacaba un taburete para mí.
—Siéntate, amor. Iré a buscarte un trago—dijo antes de darme uno de esos besos demandantes.
El beso era para mí.
Era para todos los demás en el club.
La primera vez en que estuve de acuerdo en que me besara para alejar a otras personas mientras sanaba mi corazón roto, no esperé que las cosas entre Sam y yo progresaran en la manera en que lo hicieron.
—Gracias—dije cuando se apartó, y se dirigió a la barra.
Sam acaparaba el mercado de caminar para llamar la atención. Las chicas se detenían a mitad de frase para observarlo. Algo acerca de su encanto de chico malo y su ego, atraían a las mujeres.
Luego se encontraba el hecho de que sabía cantar.
—Nos preguntábamos si Sam te encadenó detrás del escenario cuando desapareció en medio de la canción —dijo Finn, echándose hacia atrás con una sonrisa burlona en el rostro.
—Déjalo —advirtió Mike, pero Finn simplemente se rió.
—Marley quería quedarse y ver que te encontrabas bien —dijo Tina —, Pero Kitty tenía dificultades para quitarle las manos de encima. Sus clases las mantienen lejos este año, más que ante, y no lidia muy bien con ello.
—Ese tonto necesita avanzar y casarse con Marley. Se pueden mudar juntas, y eso arreglará esa mierda—dijo Finn arrastrando las palabras.
—Oh, demonios, Britt. López viene hacia acá —murmuró Mike.
Sabía que mirar era mala idea, pero no pude evitarlo. Seguramente no era tan estúpida como para venir aquí.
Pero no tenía idea cuán lastimada estuve.
Fue simplemente una aventura.
—Está bien. Es probable que venga para saludar a todos —dije en voz baja.
—Hubiese sido más inteligente si lo hubiese hecho cuando no te hallabas aquí—respondió Mike, lanzando una mirada molesta hacia Santana.
—Pero no habría sido tan divertido —añadió Finn.
Tina le golpeó el brazo y lo regañó.
—Sam se va a poner como loco —dijo Finn con voz cantarina.
—Cállalo —le susurré a Mike.
Santana se acercó a la mesa, e hice mi mejor esfuerzo para no mirarla fijamente.
Sonreí.
—Hola, de nuevo.
No parecía tan despreocupada como antes.
—Hola—volvió su atención a los demás—Mike, Tina, Finn, es bueno verlos—dijo, y luego me miró de nuevo—Tenía la esperanza de que pudiéramos hablar.
—Mala idea. A su hombre no le hará mucha gracia eso. Solo déjalo y ahórrame la molestia —respondió Mike por mí.
El brazo de Sam se envolvió en mis hombros otra vez, y dejó mi bebida frente a mí. Su mirada fija en Santana, pero bajó la cabeza y besó un lado de mi cara.
—¿Tienes compañía? —preguntó con un tono cansado, a pesar de que sabía exactamente quién era Santana.
—Sam, Santana López. Santana, Sam—dije, incapaz de mirar a alguno.
Miré a Mike pidiendo ayuda.
—Santana, es bueno verte de nuevo y todo—dijo Mike—Espero que la vida te esté tratando bien, pero debido a tu pasado con Britt, este no es el mejor momento.
—¿Cuándo va a serlo?—preguntó Santana, mirándome e ignorando la mirada, que sabía, Sam le daba.
—Nunca —respondió éste.
Esta no era yo.
No me escondía detrás de las personas, menos hombres, para protegerme.
¿Cómo dejé que esta morena me cambiara por completo?
Era más fuerte que eso.
Agarré la mano de Sam e hice que me mirara. Iba a decirle que me dejara hablar con Santana, pero su mirada me detuvo.
No se merecía esto.
—Está bien—le dije en voz baja, luego lo besé en los labios en un intento aliviar algo de tensión de su cuerpo. Regresé mi atención a Santana—Ya hablamos, Santana, dijiste todo lo que querías decirme. Seamos amigas y dejémoslo así —le dije.
Santana comenzó a decir algo más, pero negué y luego me puse de pie.
No iba a discutir delante de todos. No quería que dijera algo delante de ellos que demostrara lo idiota que era.
Como tomé algo tan pequeño y lo convertí en algo tan grande.
Era mi humillación.
Y quería que siguiera siendo así.
—Baila conmigo —dije a Sam.
—Con mucho gusto, amor—respondió, y lo vi darle un saludo arrogante a Santana mientras lo llevaba hacia la pista de baile.
Santana
—Es una hermosura. Sin embargo, te rechazó por completo, por un cantante con delineador de ojos—dijo Mercedes mientras se recostaba en la limosina, incapaz de sentarse con la espalda recta.
No me encontraba de humor para hablar de Brittany con ninguna de ellas.
No sabían lo que pasó con nosotras, ni lo iban a entender.
—No sé porque no bailaste con una de las muchas otras personas que te lo pidieron—dijo Jane—Demonios, esa pelirroja coqueteó tanto contigo que estuvo a punto de subirse a tu regazo. Apesta que no tenga un hermano que sea estrella de rock. Ese grupo de personas te reconoció de inmediato. Chillaron y esa mierda, como si fueras el puto dios del rock y no Emily. Por supuesto, tuve que ocuparme de un chico. Cuando no mostraste interés, se movió.
Cerré los ojos e intenté bloquear a las chicas.
Pero, de nuevo, si pensaba demasiado, lo único que sería capaz de ver era las manos de ese hijo de puta sobre Brittany como si fuera suya.
Pero, era suya.
No tenía ningún derecho sobre ella.
—No sé por qué no podemos llevarnos a casa a esos chicos y tu una chica. Estaría follando justo ahora—se quejó Mercedes.
—Oh, no lo sé, Mercedes, quizás porque nos quedamos en la casa de verano de Emily, y no quiere que fanáticos locas sepan dónde se encuentra—respondió Jane.
—Podríamos haber dado vueltas y follarlas en la limusina—se quejó.
—Necesitas dormir para quitarte la borrachera. No habrá orgias en la limusina. No estamos tan borrachas—dijo Jane.
Dijo que lo lastimó por mí.
Pensé que eso significaba que me quería más. Que no lo amaba.
Pero entonces lo eligió antes que a mí en la mesa.
No podía entenderla.
¿Fue atrás y cambió de opinión?
¿Fue mi metida de pata en Nueva York la que la hizo cambiar de opinión?
La envié a casa como pidió y no la contacté ni una vez. Miré su número suficientes veces, pensando en ello.
Pero nunca en lo hice.
—Te miró cuando creía que no la mirabas. Cuando bailó con él, el tipo roquero—dijo Jane.
Abrí los ojos y levanté la cabeza para mirarlo.
—¿Britt me miró? —pregunté, necesitaba asegurarme de que no lo imaginé.
—Sí. Te miró mucho. Pero luego el tipo roquero la atrapó una vez y dejó de hacerlo. Y después nos fuimos.
Mierda.
Esto era retorcido.
Necesitaba dejarlo pasar.
Era evidente que siguió adelante.
Tenía que volver a la universidad el lunes, y quedarme en Sea Breeze para lograr que algo pasara con Brittany era imposible.
—No importa. No encaja en mi vida—dije, más para mí que para cualquiera.
—Sí, tienes razón —concordó Jane.
—Sin embargo, el tipo podía cantar—dijo Mercedes con los ojos casi cerrados y el cuerpo tan inclinada que su cabeza tocaba el asiento.
Quizás necesitaba emborracharme así.
Entonces no me importaría.
Sus ojos buscaron mi rostro, y sentí como si me desplomara en el suelo. Se encontraba preocupado por mí.
Santana se hallaba afuera y, prácticamente, le dije que aún lo quería, y Sam se encontraba preocupado por mí.
—¿Qué demonios quiere?—preguntó, pareciendo listo para atacar.
—Se encuentra aquí con amigas. Solo quería decir hola. No creo que esperara verme—le dije.
—¿Sabe que te encuentras conmigo?—preguntó, dando otro paso hacia mí como si estuviera asustado de quemarse si se acercaba demasiado.
—Sí, le dije. Pero también nos vio antes.
Sam me estudió.
—Ahora que la has visto, ¿la superaste? ¿Es tu cierre?
¿Mi cierre?
¿Se podría llegar a un cierre con algo como esto?
¿Amar a una mujer que no te amaba?
—No creo que haya algo lo cual necesita un cierre. Éramos una mini aventura.
—¡Mentiras! Jodió tu cabeza. Luego esa morena sexy tuvo el descaro de entrar a este bar—comenzó a caminar de nuevo.
—Sam, sal de aquí—dijo Rory en un tono molesto mientras entraba detrás del escenario.
—Déjame jodidamente solo—le espetó Sam. Entonces se giró hacia mí y ahuecó mi rostro—¿Te encuentras bien?
—Te quieren, Sam —gritó Rory por encima del ruido de la multitud.
—Dije que me dejaras jodidamente solo—le gritó éste de regreso.
Puse la mano sobre su pecho.
—Ve. Estoy bien. Solo quiero quedarme aquí y verte hasta el descanso—le dije.
Asintió y luego me besó antes de salir al escenario.
La puerta se cerró y me giré para ver a Tina parada ahí.
—¿Regresó? —me preguntó, y asentí.
Se acercó a mi lado y lo observamos mientras entretenía a la multitud.
—Te ama —dijo.
No me había dicho que me amaba, pero después de la forma en que actuó antes, empezaba a preguntármelo.
—¿Por qué?—pregunté.
No hice nada para merecerlo.
Tina sonrió.
—Porque eres tú. Conoce a la verdadero tú. No la chica loca y fiestera que le muestras a todo el mundo. Pero, no has sido esa chica desde el comienzo del verano.
No fui esa chica desde que conocí a Santana.
Ambas lo pensábamos, pero ninguna lo dijo en voz alta.
—No esto lista para lo que siente. Quiere estarlo, pero no lo está. Te desilusionará. Meterá la pata—miré a Tina, sorprendida por sus palabras.
Adoraba a Sam.
—Lo amo. Pero lo conozco. Es un espíritu libre y, por primera vez en su vida, tiene a alguien de quien quiere sostenerse. Nunca antes lo ha tenido. Pero no se halla listo para ello. Con el tiempo, eso los arruinará a ambos.
—No puedo lastimarlo—le dije justo cuando Sam se giró para mirarme. Guiñó un ojo y se lamió los labios, haciendo que la multitud de mujeres chillara.
—Lo hará si tú no lo haces. Se odiará por eso, y terminaré teniendo que protegerlo de Mike. No quiero decir todo esto, ya que, por primera vez en mucho tiempo, lo veo realmente feliz. Lo haces feliz. Pero no va a durar. No puede seguir así. Se romperá. La chica correcta se le lanzará y no aceptará un no como respuesta y él habrá bebido demasiado. Luego se odiará—se detuvo y suspiró—Odio hacer esto. Pero si hay algo entre tú y esa chica ahí afuera, es tu boleto de salida, Britt. Es quien que te sacará de esta vida en la que naciste. No lo dejes ir.
Quien se encontraba afuera podría lastimarme mucho más de lo que Sam alguna vez podría hacerlo.
Miré a Tina.
—Santana tiene el poder de destruirme por completo. No lo dejaré. Me rompió una vez. No puedo arriesgarme.
—¿La amas?—preguntó.
Quería decir que no y que fuese verdad.
No podía.
—Sí.
—Sam tiene un club lleno de mujeres dispuestas a sanar su corazón roto. Ama a las mujeres, Britt. Lo sabes. Se sentirá herido, pero lo superará. Las mujeres quienes lo adoran le ayudarán.
—Cuando esté listo, dejaré que se vaya. No puedo amarlo. Mi corazón ya se encuentra tomado.
Se acercó y me apretó el brazo.
—¿Y te encuentras segura de que no quieres ver si esta cosa con Santana merece una oportunidad?
Santana no se encontraba aquí para darle otra oportunidad a nada.
Simplemente sucedió que se hallaba en la ciudad junto con sus amigas y me vio.
No vino a buscarme.
—Me encuentro segura —respondí.
Asintió.
—Bien.
Se giró y caminó hasta la puerta. Pensé en salir furtivamente para estar sola, pero si Sam miraba y no me veía, dejaría el escenario de nuevo. Así que me apoyé en la pared y esperé.
Quince minutos después, Sam anunció un descanso y dejó el escenario sin mirar a las chicas dando vueltas para llamar su atención.
Vino directamente a mí y me agarró la mano.
—Atrás. Ahora.
Sabía lo que significaba, pero ¿podría hacerlo después de que al ver a Santana me dejara mal?
Comencé a seguirlo y me detuve.
—Espera —dije.
Sam se detuvo y me miró. Pude ver el miedo en sus ojos, y lo odié. No podía dejar que creyera que esto era debido a Santana.
—Estoy... vulnerable en este momento. Mis emociones se encuentran dispersas. No me encuentro de ánimo para echar un polvo rápido.
Soltó un suspiro derrotado.
—Puedo hacer que la olvides. Solo dame cinco segundos, amor.
—Ese no es el problema. Simplemente necesito más que un polvo rápido.
Se dio la vuelta y me tomó en sus brazos. Su pecho se hallaba húmedo por el sudor.
—Maldición, sí. De acuerdo. Lo entiendo.
No lo entendía, pero pensaba que lo hacía. Me encontraba contenta de conseguir un indulto.
—Voy a necesitar una bebida, entonces—dijo—¿Te encuentras bien con salir ahí afuera conmigo?
Asentí.
Si lo tenía a mi lado, podría lidiar con esto. Santana quizás ya se habría ido.
—La imbécil todavía se encuentra aquí—dijo Sam, abriendo la puerta y poniendo un brazo alrededor de mis hombros mientras caminábamos hacia la multitud.
Sabía que era su forma de demostrar propiedad, y cualquier otra noche lo hubiese apartado.
Hoy, necesitaba la protección.
Mi corazón necesitaba protección.
Sam la suministraba.
Caminamos hasta la mesa de Mike, y Finn me sonrió mientras nos acercábamos.
—Si no es la rompecorazones. Tienes a todos los chicos, y más de una chica, haciendo cola esta noche, ¿no, rubia?
Finn me ha llamado rubia en lugar de Brittany o Britt desde que puedo recordar.
Él y Mike han sido amigos desde la primaria, por lo que no hubo época en mi vida donde Finn no se encontrara ahí.
Así también fue con Quinn Fabray y Kitty Wilde.
—Cállate—le espeté, enseñándole el dedo mientras Sam sacaba un taburete para mí.
—Siéntate, amor. Iré a buscarte un trago—dijo antes de darme uno de esos besos demandantes.
El beso era para mí.
Era para todos los demás en el club.
La primera vez en que estuve de acuerdo en que me besara para alejar a otras personas mientras sanaba mi corazón roto, no esperé que las cosas entre Sam y yo progresaran en la manera en que lo hicieron.
—Gracias—dije cuando se apartó, y se dirigió a la barra.
Sam acaparaba el mercado de caminar para llamar la atención. Las chicas se detenían a mitad de frase para observarlo. Algo acerca de su encanto de chico malo y su ego, atraían a las mujeres.
Luego se encontraba el hecho de que sabía cantar.
—Nos preguntábamos si Sam te encadenó detrás del escenario cuando desapareció en medio de la canción —dijo Finn, echándose hacia atrás con una sonrisa burlona en el rostro.
—Déjalo —advirtió Mike, pero Finn simplemente se rió.
—Marley quería quedarse y ver que te encontrabas bien —dijo Tina —, Pero Kitty tenía dificultades para quitarle las manos de encima. Sus clases las mantienen lejos este año, más que ante, y no lidia muy bien con ello.
—Ese tonto necesita avanzar y casarse con Marley. Se pueden mudar juntas, y eso arreglará esa mierda—dijo Finn arrastrando las palabras.
—Oh, demonios, Britt. López viene hacia acá —murmuró Mike.
Sabía que mirar era mala idea, pero no pude evitarlo. Seguramente no era tan estúpida como para venir aquí.
Pero no tenía idea cuán lastimada estuve.
Fue simplemente una aventura.
—Está bien. Es probable que venga para saludar a todos —dije en voz baja.
—Hubiese sido más inteligente si lo hubiese hecho cuando no te hallabas aquí—respondió Mike, lanzando una mirada molesta hacia Santana.
—Pero no habría sido tan divertido —añadió Finn.
Tina le golpeó el brazo y lo regañó.
—Sam se va a poner como loco —dijo Finn con voz cantarina.
—Cállalo —le susurré a Mike.
Santana se acercó a la mesa, e hice mi mejor esfuerzo para no mirarla fijamente.
Sonreí.
—Hola, de nuevo.
No parecía tan despreocupada como antes.
—Hola—volvió su atención a los demás—Mike, Tina, Finn, es bueno verlos—dijo, y luego me miró de nuevo—Tenía la esperanza de que pudiéramos hablar.
—Mala idea. A su hombre no le hará mucha gracia eso. Solo déjalo y ahórrame la molestia —respondió Mike por mí.
El brazo de Sam se envolvió en mis hombros otra vez, y dejó mi bebida frente a mí. Su mirada fija en Santana, pero bajó la cabeza y besó un lado de mi cara.
—¿Tienes compañía? —preguntó con un tono cansado, a pesar de que sabía exactamente quién era Santana.
—Sam, Santana López. Santana, Sam—dije, incapaz de mirar a alguno.
Miré a Mike pidiendo ayuda.
—Santana, es bueno verte de nuevo y todo—dijo Mike—Espero que la vida te esté tratando bien, pero debido a tu pasado con Britt, este no es el mejor momento.
—¿Cuándo va a serlo?—preguntó Santana, mirándome e ignorando la mirada, que sabía, Sam le daba.
—Nunca —respondió éste.
Esta no era yo.
No me escondía detrás de las personas, menos hombres, para protegerme.
¿Cómo dejé que esta morena me cambiara por completo?
Era más fuerte que eso.
Agarré la mano de Sam e hice que me mirara. Iba a decirle que me dejara hablar con Santana, pero su mirada me detuvo.
No se merecía esto.
—Está bien—le dije en voz baja, luego lo besé en los labios en un intento aliviar algo de tensión de su cuerpo. Regresé mi atención a Santana—Ya hablamos, Santana, dijiste todo lo que querías decirme. Seamos amigas y dejémoslo así —le dije.
Santana comenzó a decir algo más, pero negué y luego me puse de pie.
No iba a discutir delante de todos. No quería que dijera algo delante de ellos que demostrara lo idiota que era.
Como tomé algo tan pequeño y lo convertí en algo tan grande.
Era mi humillación.
Y quería que siguiera siendo así.
—Baila conmigo —dije a Sam.
—Con mucho gusto, amor—respondió, y lo vi darle un saludo arrogante a Santana mientras lo llevaba hacia la pista de baile.
Santana
—Es una hermosura. Sin embargo, te rechazó por completo, por un cantante con delineador de ojos—dijo Mercedes mientras se recostaba en la limosina, incapaz de sentarse con la espalda recta.
No me encontraba de humor para hablar de Brittany con ninguna de ellas.
No sabían lo que pasó con nosotras, ni lo iban a entender.
—No sé porque no bailaste con una de las muchas otras personas que te lo pidieron—dijo Jane—Demonios, esa pelirroja coqueteó tanto contigo que estuvo a punto de subirse a tu regazo. Apesta que no tenga un hermano que sea estrella de rock. Ese grupo de personas te reconoció de inmediato. Chillaron y esa mierda, como si fueras el puto dios del rock y no Emily. Por supuesto, tuve que ocuparme de un chico. Cuando no mostraste interés, se movió.
Cerré los ojos e intenté bloquear a las chicas.
Pero, de nuevo, si pensaba demasiado, lo único que sería capaz de ver era las manos de ese hijo de puta sobre Brittany como si fuera suya.
Pero, era suya.
No tenía ningún derecho sobre ella.
—No sé por qué no podemos llevarnos a casa a esos chicos y tu una chica. Estaría follando justo ahora—se quejó Mercedes.
—Oh, no lo sé, Mercedes, quizás porque nos quedamos en la casa de verano de Emily, y no quiere que fanáticos locas sepan dónde se encuentra—respondió Jane.
—Podríamos haber dado vueltas y follarlas en la limusina—se quejó.
—Necesitas dormir para quitarte la borrachera. No habrá orgias en la limusina. No estamos tan borrachas—dijo Jane.
Dijo que lo lastimó por mí.
Pensé que eso significaba que me quería más. Que no lo amaba.
Pero entonces lo eligió antes que a mí en la mesa.
No podía entenderla.
¿Fue atrás y cambió de opinión?
¿Fue mi metida de pata en Nueva York la que la hizo cambiar de opinión?
La envié a casa como pidió y no la contacté ni una vez. Miré su número suficientes veces, pensando en ello.
Pero nunca en lo hice.
—Te miró cuando creía que no la mirabas. Cuando bailó con él, el tipo roquero—dijo Jane.
Abrí los ojos y levanté la cabeza para mirarlo.
—¿Britt me miró? —pregunté, necesitaba asegurarme de que no lo imaginé.
—Sí. Te miró mucho. Pero luego el tipo roquero la atrapó una vez y dejó de hacerlo. Y después nos fuimos.
Mierda.
Esto era retorcido.
Necesitaba dejarlo pasar.
Era evidente que siguió adelante.
Tenía que volver a la universidad el lunes, y quedarme en Sea Breeze para lograr que algo pasara con Brittany era imposible.
—No importa. No encaja en mi vida—dije, más para mí que para cualquiera.
—Sí, tienes razón —concordó Jane.
—Sin embargo, el tipo podía cantar—dijo Mercedes con los ojos casi cerrados y el cuerpo tan inclinada que su cabeza tocaba el asiento.
Quizás necesitaba emborracharme así.
Entonces no me importaría.
*********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
que ganas de joder que tiene santana,.. la cago en el momento que pudo,.. en la primera britt le marca raya, y va de nuevo a la tercera que le de en la madre!!!
estoy con tina,.. que se libere del mutante!!! después que se valla santana!!! asi sufre un poco,.. la niña "no encaja en mi vida"
nos vemos!!!
que ganas de joder que tiene santana,.. la cago en el momento que pudo,.. en la primera britt le marca raya, y va de nuevo a la tercera que le de en la madre!!!
estoy con tina,.. que se libere del mutante!!! después que se valla santana!!! asi sufre un poco,.. la niña "no encaja en mi vida"
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Página 3 de 7. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
Temas similares
» [Resuelto]FanFic Brittana: Tal Vez (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Página 3 de 7.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
» Busco fanfic brittana
Lun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66
» Busco fanfic
Sáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken
» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Jue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Mar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28
» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Dom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28
» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Vie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604
» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Mar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Lun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es
» Que pasó con Naya?
Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
» No abandonen
Miér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303
» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Miér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Miér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Lun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1