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[Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo

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Finalizado [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo

Mensaje por 23l1 Vie Jul 29, 2016 12:34 am

Prólogo



Apenas recuperada de una relación fallida, Brittany Pierce intenta equilibrar las exigencias de su residencia quirúrgica con las responsabilidades de su vida personal y entre las dos cosas, descubre que hay poco tiempo para nada más.

Se las arregla para convencerse a sí misma de que tiene todo lo que necesita, porque otra oportunidad en el amor no está, sin duda, en su plan de juego.


Santana López es una mujer con un plan, y eso no incluye una relación seria.

Residente en Jefe de Cirugía, es sólo un paso hacia su meta de toda la vida la presidencia de uno de los diez mejores centros médicos.

Decidida a seguir los pasos de su papá, a pesar de que ella no es el hijo que él soñó, Santana no tiene tiempo para el romance.



Dos mujeres que no tienen nada en común, más que una pasión compartida por el gusto de cirugía en cada oportunidad, sobre todo cuando los asuntos del corazón están repentinamente en juego.



**********************************************************************************************************************************

Hola, aquí les dejo el prólogo de la siguiente historia.

Gracias por leer y comentar!

Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D


Pd2: aquí mis anteriores historias (adaptadas todas):
Wallbanger: https://gleelatino.forosactivos.net/t22310-resueltofanfic-brittanawallbanger-2-rustynailed-adaptada-final

El Affaire López: https://gleelatino.forosactivos.net/t22380-fanfic-brittana-el-affaire-lopez-4-algo-raro-y-preciso-adaptada-epilogo

A los 17: https://gleelatino.forosactivos.net/t22434-resueltofanfic-brittana-a-los-17-adaptada-cap-43-final

Tras el Telón de Pino: https://gleelatino.forosactivos.net/t22474-resueltofanfic-brittana-tras-el-telon-de-pino-adaptada-cap-36-final

Sin Condiciones: https://gleelatino.forosactivos.net/t22505-resueltofanfic-brittana-sin-condiciones-adaptada-cap-47-final

Blonde Girl: https://gleelatino.forosactivos.net/t22520-fanfic-brittana-blonde-girl-adaptada-prologo#538737

Ajuste de Cuentas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22532-resueltofanfic-brittana-ajuste-de-cuentas-adaptada-cap-12-fin

Pídeme lo que Quíeras: https://gleelatino.forosactivos.net/t22535-fanfic-brittana-pideme-lo-que-quieras-adaptada-prologo#539712

Mi Mujer: https://gleelatino.forosactivos.net/t22564-fanfic-brittana-mi-mujer-3-confesion-adaptada-cap-35#542092

Sorpréndeme: https://gleelatino.forosactivos.net/t22576-resueltofanfic-brittana-sorprendeme-adaptada-epilogo#543891

Palabras para Ti: https://gleelatino.forosactivos.net/t22583-resueltofanfic-brittana-palabras-para-ti-adaptada-epilogo

Un Vuelo con Escalas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22590-fanfic-brittana-un-vuelo-con-escalas-adaptada-cap-33-final#544923

Secretos del Pasado: https://gleelatino.forosactivos.net/t22595-resueltofanfic-brittana-secretos-del-pasado-adaptada-epilogo

En tus Brazos y Huir de Todo Mal: https://gleelatino.forosactivos.net/t22602-resueltofanfic-brittana-en-tus-brazos-y-huir-de-todo-mal-ii-pasion-adaptada-epilogo

Parejas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22615p195-resueltofanfic-brittana-parejas-adaptada-cap-41-final#547481

La Chica de Servicio: https://gleelatino.forosactivos.net/t22617-resueltofanfic-brittana-la-chica-de-servicio-3-rindete-adaptada-epilogo-santana

A su Manera: https://gleelatino.forosactivos.net/t22622-resueltofanfic-brittana-a-su-manera-adaptada-cap-50-final

Pídeme lo que Quiéras 4: Y yo te lo Darpe: https://gleelatino.forosactivos.net/t22630-fanfic-brittana-pideme-lo-que-quieras-4-y-yo-te-lo-dare-adaptada-epilogo

Angel de Fuego: https://gleelatino.forosactivos.net/t22633-resueltofanfic-brittana-angel-de-fuego-adaptada-cap-39-fin

Después de Todo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22642-fanfic-brittana-despues-de-todo-adaptada-epilogo

Pintando la Luna: https://gleelatino.forosactivos.net/t22644-resueltofanfic-brittana-pintando-la-luna-adaptada-epilogo

La Luna de Media Noche: https://gleelatino.forosactivos.net/t22647-resueltofanfic-brittana-la-luna-de-media-noche-adaptada-epilogo

Amor en Espera: https://gleelatino.forosactivos.net/t22651-resueltofanfic-brittana-amor-en-espera-adaptada-epilogo

Storms: https://gleelatino.forosactivos.net/t22657-resueltofanfic-brittana-storms-adaptada-epilogo

Fue un Beso Tonto: https://gleelatino.forosactivos.net/t22660-resueltofanfic-brittana-fue-un-beso-tonto-adaptada-epilogo

La Luna de Santana: https://gleelatino.forosactivos.net/t22664-resueltofanfic-brittana-la-luna-de-santana-adaptada-epilogo

Con Todo mi Corazón: https://gleelatino.forosactivos.net/t22666-resueltofanfic-brittana-con-todo-mi-corazon-adaptada-epilogo

La Esposa Del Vecino: https://gleelatino.forosactivos.net/t22668-resueltofanfic-brittana-la-esposa-del-vecino-adaptada-epilogo

Dulce Brittany: https://gleelatino.forosactivos.net/t22671-resueltofanfic-brittana-dulce-brittany-adaptada-epilogo

Eres Para Mí: https://gleelatino.forosactivos.net/t22674-resueltofanfic-brittana-eres-para-mi-adaptada-epilogo

Vampira: https://gleelatino.forosactivos.net/t22679-resueltofanfic-brittana-vampira-adaptada-epilogo

Rojo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22687-resueltofanfic-brittana-rojo-adaptada-cap-34-final




***************************************************************************************************************************

SE QUE ESTÁN SACANDO MIS ADAPTACIONES, POR "MI" PARTE Y "MIS" ADAPTACIONES NO ME MOLESTA, PERO AL MENOS NOMBREN AL FORO... SI SUBEN OTRO CAPITULO Y NO LO NOMBRAN, "EN CADA CAPITULO QUE SUBAN", VOY A BORRAR MIS ADAPTACIONES Y DENUNCIAR LA ADAPTACIÓN. Saludos =D





Última edición por 23l1 el Miér Abr 12, 2017 12:18 am, editado 1 vez
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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Vie Jul 29, 2016 2:09 am

Que decir me ha encantado el nombre y el hecho de que la historia tenga que ver como tematica ademas del romance la medicina, me ha llamado mucho la atencion, una vez mas atrapada en tus maravillosas adaptaciones. tratare de comentar un poco mas seguido.

Saludos.
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Mensaje por 3:) Vie Jul 29, 2016 10:37 am

Hola morra...

No ahí nada mas divertido que enamorarte en una sala de cirujia jajaja
A mi tambien me gusta este tipo de historias... (Sera por que soy medico en cirugía general va en dos años me recibo jajaja)

Nos vemos
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Mensaje por JVM Vie Jul 29, 2016 1:01 pm

Hola... Pues si la temática súper interesante
Haber como es que conocen las chicas y sobre todo cambian la idea de no relaciones jajajaja
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Mensaje por micky morales Vie Jul 29, 2016 5:46 pm

excelente, me encanta, como siempre, asi que a esperar el primer capitulo!!!! [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 2145353087 [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 2145353087 [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 2145353087 [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 2145353087
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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo

Mensaje por 23l1 Vie Jul 29, 2016 7:16 pm

marthagr81@yahoo.es escribió:Que decir me ha encantado el nombre y el hecho de que la historia tenga que ver como tematica ademas del romance la medicina, me ha llamado mucho la atencion, una vez mas atrapada en tus maravillosas adaptaciones. tratare de comentar un poco mas seguido.

Saludos.




Hola, entonces empezamos mas que bn, no¿?... espero y siga así la vrdd ajjaajajajajaja =P Bn ai! ajajaajajajajaaja. Mientras puedas leer, todo bn. Saludos =D





3:) escribió:Hola morra...

No ahí nada mas divertido que enamorarte en una sala de cirujia jajaja
A mi tambien me gusta este tipo de historias... (Sera por que soy medico en cirugía general va en dos años me recibo jajaja)

Nos vemos



Hola lu, jajajajajajaja mmmm experiencia propia¿? nose digo yo ajaajjajaajajaaja. Jajajajajajajajaaj entonces empezamos bn... a seguir así entonces jajajajaajajajaja. Cada vez menos =O ajajajajaja. Saludos =D






JVM escribió:Hola... Pues si la temática súper interesante
Haber como es que conocen las chicas y sobre todo cambian la idea de no relaciones jajajaja



Hola, bn ai entonces, partimos con buen pie jajajajaajajaja. Aquí el primer cap para ver si ai algo de eso ajajajajajaja. Saludos =D






micky morales escribió:excelente, me encanta, como siempre, asi que a esperar el primer capitulo!!!! [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 2145353087 [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 2145353087 [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 2145353087 [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 2145353087




Hola, mas que bien y espero siga así jaajajajajajajajajaj. Aquí lo dejo jaajajajajaja. Saludos =D





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Finalizado FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Cap 1

Mensaje por 23l1 Vie Jul 29, 2016 7:19 pm

Capitulo 1


En el instante en que Brittany Evans se inclinó a través del arco del  Cuadrángulo Perelman, fue abordada por una multitud de sonido tan abrumadora que casi se dio la vuelta y se fue.

La plaza rodeada por el bloque, flanqueada a los lados por la universidad gótica y altos edificios Victorianos de ladrillo que caracterizaban la Universidad de Pennsylvania, estaba repleto de trescientos estudiantes de medicina de cuarto año.

Con música, cerveza, y gritos, los miembros de las clases de graduación de cuatro escuelas de medicina de Filadelfia celebraban bulliciosamente el evento más importante de su carrera profesional hasta la fecha.

El Día de la Coincidencia era el más esperado cuando un programa de computador mediante la factorización de ciertas variables realizo una clasificación de estudiantes, resultado de las entrevistas, y las opciones de residentes mediante una fórmula compleja finalmente asignó a cada estudiante de medicina de los cuartos años de todas las escuelas de medicina en los Estados Unidos para una plaza de residente médico.

Al menos el 95 por ciento de los estudiantes de cuarto año coincidieron, y el otro 5 por ciento se quedarían para competir por los puestos vacantes definitivos o quedarse sin trabajo después de años de estudio agotador.

Las tardes de principio de Mayo eran todavía un poco frías, y Brittany llevaba un suéter de algodón de color amarillo pálido sobre una camisa blanca Oxford, pantalones de color caqui, y Docksiders.

Totalmente ropa de marca, decía a menudo.

No era tanto su estilo como ella se sentía más cómoda, así que por lo general ignoraba los comentarios bienintencionados, ya veces no tan geniales, de su familia y amigos.

Definitivamente no estaba de humor para una fiesta y no se había molestado en cambiarse de ropa después de un día en las salas médicas. De hecho, apenas y sentía como si fuera parte de los parranderos.

Antes de que pudiera detenerse ante la extraña sensación de desapego que le había llenado en el momento en que le habían entregado el sobre con los resultados de las coincidencias, los empujones y gritos en masa de los estudiantes, mágicamente la desplazaron fuera del camino.

Ahora que podía ver nada más que la parte posterior del cuello de la persona que estaba frente a ella, contó por lo menos una media docena de barriles de cerveza, dispensadas en espumosos recipientes, y el doble de mesas de banquete acomodadas de extremo a extremo y llenas de botellas medio vacías de licor y refrescos.

En algún lugar, un grupo de rock competía con las voces humanas a través de altavoces que tenían cerca de cinco metros de altura, los decibelios a todo volumen que batían contra sus tímpanos eran una indicación.

Todo el mundo estaba celebrando, o ahogando sus penas.

Brittany aún no sabía cuál de ellos le esperaba la alegría o la angustia. El sobre que contenía la llave de su futuro, o de al menos de los próximos cinco años de su vida, estaba metido en su bolsillo trasero.

Estaba a punto de escapar, después de haber decidido que ella prefería no compartir este momento con cientos de ellos. Especialmente cuando ella esperaba que fuera una respuesta decepcionante.

―¡Hey!

Una mujer un poco más baja que ella, rubia y de ojos verdes, con dos años más que los veintitrés de ella, se abrió paso a su lado.

―Lo hiciste. Pensé que ibas a renunciar.

―Las rondas terminaron tarde y después se me pasaron dos vagones llenos del metro―Brittany le sonrió a Quinn Fabray.

Parecía que habían pasado sólo unos días, y no tres años, desde que ambos se conocieron la primera vez, sobre el plástico blanco que envolvía un cadáver.

Aunque habían tenido inicialmente poco en común, aparte del deseo de ambas de ser médicos, muchos sábados por la tarde lo habían pasado solamente en el intrigante laboratorio, inclinadas sobre los disecados y malolientes restos de lo que sin duda había sido alguna vez un cuerpo vital humano, rodeadas por la muerte mientras luchaban por comprender los misterios de la vida, y habían forjado lazos de verdadera amistad.

Brittany le apretó el brazo y la emoción se mostró en su voz.

―¿Y entonces? Dime. ¿A cuál te eligieron?

―Anestesia.

―Justo lo que querías―echó los brazos alrededor de sus delgados hombros y la besó en la mejilla―Eso es fantástico. Estoy tan feliz por ti. ¿En dónde?

Su sonrisa brillante se hizo más amplia y con un gesto tímido, Quinn inclinó la cabeza hacia los imponentes edificios visibles por encima de los campus.

―Justo aquí.

Brittany se esforzó por no dejarle ver su reacción, que era una mezcla de celos y decepción.

Quinn había conseguido una de las mejores posiciones disponibles en un campo altamente competitivo. Sus sueños estaban a punto de hacerse realidad.

Pero no era culpa de Quinn que ella no hubiera sido capaz de perseguir su sueño con la misma libertad que la ojiverde tenía.

Estaba realmente feliz por la rubia más baja, pero sentía su corazón dolido.

Forzó una sonrisa.

―El Hospital de la Universidad. Esa es... es la mejor noticia, Quinn. ¿Qué dijo tu esposa?

Quinn se echó a reír.

―Rach me dijo que sería mejor que no me quedara muy tarde. Quiere llevarme a cenar.

―Entonces probablemente deberías ponerte en marcha, amiga―Brittany frunció el ceño y golpeó su reloj―Ya son después de las siete.

―Lo haré. Lo haré. Pero, ¿qué hay de ti?―se volvió hacia los lados, mientras la empujaba una pandilla de estudiantes emocionados por detrás de su hombro―¿Quedaste en cirugía?

―No lo sé.

―¿Qué quieres decir?

Brittany se encogió de hombros tímidamente.

―Aún no lo he visto.

―¿Qué? ¿Qué estás esperando?

“No lo entenderías si te dijera. No lo entiendo ni yo misma.”

Brittany se salvó de contestar cuando el celular de Quinn sonó. Lo sacó y lo apretó contra su oído, gritando un hola.  Un momento después cerró el teléfono y se inclinó cerca de ella.

―Me tengo que ir. Rach consiguió una niñera y dice que debo ir a casa ahora mismo.

―Entonces será mejor que vayas. En un mes más no podrás pasar muchas noches con ella.

―Llámame―dijo Quinn mientras se alejaba―Llámame mañana y dime en donde quedaste.

Brittany asintió con la cabeza, mientras se daba cuenta que la perdía de vista rodeada de extraños.

No conocía a los estudiantes de las otras escuelas, y rara vez había socializado con los de su escuela. Ella había sido parte del acelerado programa combinado de BS/ MD en Penn State y había comenzado su rotación clínica en el Jefferson Medical College fuera de ciclo, con los otros estudiantes.

A diferencia de sus compañeros de clase, ella prefería estudiar en los rascacielos del Center City y no en la biblioteca de la escuela de medicina.

Durante sus años en la clínica, pasó sus días en el hospital, tomando las rondas nocturnas cada tres o cuatro noches, y raramente había repetido una rotación con el mismo grupo de alumnos.

Tenía conocidos pero pocos amigos, al menos no en la comunidad médica. Ahora que Quinn se había ido, ella no tenía ninguna razón para quedarse.

“Yo no debí venir.”

“Ni siquiera soy parte de esto.”


De repente enojada, se volvió bruscamente, con la intención de irse.

Su cabeza cayó hacia atrás mientras su frente se estrellaba contra el rostro de una mujer de pelo oscuro, y cuando su visión se aclaró, se encontró mirando unos aturdidos ojos color carbón.

En sus casi metro setenta, Brittany estaba acostumbrada a ser más alta que la mayoría de las mujeres, y no estaba tan sorprendida por encontrarse mirando hacia abajo como lo estaba por el dolor repentino en su mandíbula.

―Dios. Lo siento.

―¡Ay! Cristo―Santana López rozó un dedo sobre su labio magullado. Lo alejó con una mancha de sangre―Un punto para tu equipo.

―Oh, no―Brittany intentó tocarla sin pensarlo―Tienes partido el labio.

Santana atrapó la muñeca de Brittany y alejó su mano de su cara.

―Está bien. Olvídalo.

Santana observó a su agresora con atención.

No la conocía, porque estaba segura de que la recordaría si se hubieran conocido.

Cabello rubio un poco largo, liso hasta los hombros y unos ojos azules. Con sus rasgos frescos y de tez clara, ella parecía salida de un anuncio de J. Crew.

―Tú vas a tener un hematoma también.

―Así se siente―acordó Brittany, tocándose ya el bulto palpable―Las dos necesitamos hielo.

Santana sonrió, y luego hizo una mueca.

―Por suerte para nosotras hay una tonelada de eso aquí―le tendió la mano―Vamos. Sígueme.

Brittany se quedó mirando la mano extendida.

Los dedos eran parecían firmes. Una mano que se adaptaba a la mujer, cuya complexión atlética era evidente debajo de su apretada camiseta azul marino y sus jeans desgastados.

Su cabello negro a la altura del cuello, con un corte descuidado, enmarcaba un rostro angular. Parecía más una atleta universitaria o una mesera que un futuro médico.

Brittany tomó la mano y unos dedos cálidos se cerraron alrededor de los suyos. Después, fue arrastrada no muy suavemente entre la multitud.

Con el fin de evitar a la multitud de grupos en su camino que estaban siendo forzados a moverse, ella se apretó contra la espalda de la mujer que la guiaba.

―¿Cómo te llamas?―gritó.

Una mitad de la cabeza oscura se volvió en su dirección.

―Santana. ¿Y tú?

―Brittany.

―Quédate cerca, Brittany.

La mano de Santana estrechó fuertemente la de Brittany y se la puso alrededor de su cintura, acercándola hacia ella mientras miraba hacia delante y siguió empujando.

―No quiero que te pierdas.

Brittany sintió los firmes músculos ondulantes bajo su palma cuando Santana se giraba y seguía adelante. Era igualmente consciente de su propio abdomen presionado contra el trasero y espalda baja de Santana.

Era extrañamente íntimo, y una sensación totalmente diferente.

La rubia no era ni impulsiva ni propensa a dejar que otros se hicieran cargo. Pero ahí estaba ella, llevada no, arrastrada por una desconocida. No había sentido la habitual confianza en sí misma más lejos de lo que quería admitir, se dijo que ésa era la razón por la que no se resistió.

Además, sentía curiosidad.

Curiosidad sobre la mujer que con tanta confianza avanzaba entre la multitud como si ella fuera la dueña de la Comunidad.

―Hey, Santana―gritó un hombre―Estás sangrando.

―No me digas―respondió Santana a su vez―Brillante. Debes ser casi un médico.

Las siguieron unas risas estridentes, hasta Brittany detuvo a Santana con una sacudida.

―¡Hey! Espera un minuto y date la vuelta.

Sorprendida por la fuerza del brazo rodeando su cintura y el mandato de la voz suave en su oído, Santana se detuvo y se inclinó hacia delante.

―¿Qué?

―¿Alguna vez pensaste en preguntar si yo quería ir a donde me llevas?

―Nop. Soy una persona que se hace cargo de las cosas.

―Bueno, yo también―Brittany extrajo su mano del agarre de Santana y le estudió el labio―Y él tiene razón. Estás sangrando muy rápidamente. ¿Tienes un pañuelo?

Santana se echó a reír.

―Vamos. ¿En serio?

Brittany sonrió y negó con la cabeza, luego tocó el hombro de una joven mujer rubia vestida de traje.

―¿Puedo tomar esa servilleta, por favor?―señaló el papel cuadrado debajo de la taza de plástico que sostenía la mujer.

―¿Eh?―la rubia las miró con curiosidad, abriendo mucho los ojos cuando se enfocó en el rostro de Santana―Oh, Santana. Nena. Mírate. ¿Qué pasó?

―Ella me golpeó―dijo Santana de manera casual, señalando a Brittany.

―Espera un minuto―Brittany protestó cuando vio el cambio de expresión de la rubia, de la sorpresa a... los celos.

¿Celosa?

Brittany echó un buen vistazo a Santana a la forma en que inclinó sus caderas hacia delante mientras sonreía sugestivamente a la rubia, a la forma en que sus ojos parpadearon inconscientemente sobre la boca de la mujer, a la sonrisa perezosa.

Había visto esa mirada antes en los hombres.

Oh.

Así que se trata de esto.

La rubia estaba visiblemente enojada.

―¿Qué quieres decir con que te golpeó?

Brittany se apartó.

Hora de salir de la línea de fuego.

Riendo, Santana se acercó y reclamó de nuevo la mano de Brittany.

―Fue un accidente, Dani―tomó la servilleta y se limpió el rostro, y luego miró a Brittany indicándose el labio―¿Mejor?

Brittany evaluó los daños, haciendo caso omiso de la otra mujer.

―Está disminuyendo, pero todavía necesita hielo. Probablemente es una vena leve de la arteria labial.

―Sí, probablemente. Vamos, ya casi llegamos―Santana estaba a punto de alejarse cuando Dani le agarró el brazo.

―¿De dónde han coincidido?―preguntó Dani, y añadió casi con petulancia―Como si no lo supiera.

―Universidad―respondió Santana, con los ojos entrecerrados peligrosamente.

Entonces deliberadamente deslizó sus dedos a través de los de Brittany y la atrajo hacia su lado.

―Vamos.

Brittany no podía moverse mientras una parte de la multitud se movía automáticamente para llenar el mínimo espacio disponible.

―Mira, tengo que…

―No vas a ninguna parte tan rápido―dijo Santana―Además. Tu cara está inflamada.

―Está bien. Vamos.

Tuvieron que pasar otros cinco minutos esforzándose en avanzar, pero por fin llegaron a las mesas en las que se estaban dispensando las bebidas enormes refrigeradores se alineaban a los lados.

Santana recogió dos tazas de plástico llenas de hielo y le dio una a Brittany.

―Será mejor que sostengas uno de éstos contra tu frente. Vas a tener un buen moretón.

Tanteando, Brittany movió sus cejas de arriba hacia abajo, notando la tensión justo delante de las orejas.

Suspiró.

―Parece que tendré dolor por un tiempo.

―¿Tienes dolores muy seguido?―Santana envolvió la servilleta alrededor de un cubo de hielo y la sostuvo contra su labio.

―Sí, pero no es tan malo. Sólo de vez en cuando mi cabeza me recuerda que aterricé sobre mi cara demasiadas veces cuando yo era niña.

―¿Escalando árboles?

De algún modo Santana no podía ver a Brittany practicando deportes de contacto. Se veía más como del tipo de persona que jugaba tenis.

Una buena sesión de ejercicios en algún club de campo donde no se ensuciaba, apenas sudaba, y un almuerzo posterior en un restaurante con aire acondicionado, después de terminar el set.

Ella sabía de eso, porque había sido el pasatiempo favorito de su mamá.

Brittany se echó a reír, pensando en lo mucho que había deseado estar en las pistas de tenis y la oportunidad de jugar cuando había sido joven.

―No, patinaje sobre hielo. Empecé cuando tenía dos años, y no puedo decirte cuántas veces caí sobre mi cara mientras trataba de hacer el salto triple.

―¿Aspiraciones olímpicas?, ¿eh?

Santana podía verla en una pista de patinaje, un entrenador cercano, música coreografiada proveniente de los altavoces.

Sí.

Eso encajaba.

Aunque por el tono de Santana parecía estar bromeando, por alguna razón, a Brittany no le importaba.

La más alta negó con la cabeza.

―Bueno no. Siempre quise ser médico. ¿Y tú?

―Si. Casi siempre.

Algo oscureció de repente los ojos de Santana, haciéndolos más oscuros, casi negros, y luego desapareció.

Santana miró su mano libre, que estaba manchada de sangre seca.

―Debo ir a lavar esto.

Brittany reconoció que estaba fuera de los límites.

―Voy contigo. Quiero revisar tu labio una vez que esté limpio. Es posible que necesites puntos de sutura.

―No lo creo.

―Bueno, vamos a decidir después de que lo veamos.

Santana sonrió, ignorando el dolor en el labio.

No estaba acostumbrada a dejar que nadie más dijera la última palabra. No era ni la naturaleza ni la fama que había adquirido en los últimos cuatro años.

Y por ser quien era, otros esperaban que ella estuviera al frente. Era reconfortante encontrar a alguien que no parecía importarle quién era ella.

―Está bien, doctora, lo que usted diga.

―Muy bien―dijo Brittany con una sonrisa de aprobación―Pero ya que pareces ser buena en ello, voy a dejarte dirigir.

Una vez más, la mano de Santana tomó la de Brittany con un movimiento tan natural, que Brittany apenas pensó en ello.

Se movieron cerca de los edificios, rodeando a la multitud, hasta que llegaron al Houston Hall.

Cuando se introdujeron al interior del Centro de estudiantes, afortunadamente el nivel de ruido se redujo.

―Oh, gracias a Dios―murmuró Brittany―Estaré lista para pensar en un minuto―echó un vistazo alrededor de la habitación de techos altos, con sus pilares tallados ornamentados y suelos de mármol―Estos viejos edificios son increíbles.

―¿A dónde fuiste a la escuela?―preguntó Santana.

―A Jefferson.

―Ajá. Somos rivales.

Brittany se detuvo, desprendió su mano del agarre de Santana, y la miró apreciativamente.

―¿Penn?

―Uh-huh.

Las dos escuelas de medicina, a tan sólo veinte cuadras de distancia una de otra, habían mantenido una rivalidad desde el siglo XVIII. Durante las décadas siguientes, la competencia se había convertido más en teoría que real, pero cada uno de los estudiantes todavía reclamaba su superioridad.

―Bueno, entonces será mejor que me dejes decidir qué tan grave es el problema―dijo Brittany con absoluta sinceridad.

―Puede ser―permitió Santana―Si no me importara lo que parecerá mi labio cuando esté sano.

Ambas se observaron entre sí, con los ojos fijos en el desafío, hasta que sus sonrisas estallaron simultáneamente y se rieron.

―Vamos arriba―sugirió Santana―Los baños de aquí abajo van a estar muy ocupados.

Después de años en el campus, Santana sabía que los baños alejados nunca estaban ocupados, y guió rápidamente a Brittany a través de los pasillos serpenteantes y a un amplio tramo de escaleras de piedra.

―Aquí estamos.

Santana abrió la puerta y la sostuvo para Brittany, quien la precedió en el interior.

Había tres compartimentos, todos vacíos.

Brittany dejó salir el agua fría en uno de los lavabos y tiró de las toallas de papel del dispensador. Empapó varias, las dobló, y le indicó a Santana que se inclinara sobre el lavabo.

―Supongo que no tengo que decirte que esto te va a arder.

―Puedo hacerlo.

―Estoy segura. Pero de esta manera puedo ver lo que tengo que ver antes de que se presente el sangrado de nuevo.

Santana arqueó una ceja.

―No tienes mucha fe en mis habilidades.

―Bueno, teniendo en cuenta dónde has entrenado...―Brittany removió cuidadosamente la sangre seca debajo de la superficie de los carnosos labios rojos de Santana―Diablos. Pasa justo por el borde bermellón, Santana. Probablemente necesitarás puntos.

―Vamos a echar un vistazo―Santana se inclinó hacia el espejo y miró de soslayo―No es demasiado profundo. Una Steri-Strip probablemente se hará cargo de ella.

―Y si no lo hace, vas a tener una cicatriz muy notable por la falta de coincidencia de color―dijo Brittany deliberadamente.

―Por Dios, suenas como un cirujano.

―Espero que sí. Ese es el plan.

―¿En serio? ¿En dónde te tocó?

Era la pregunta más común del día, pero para Santana, el día le había dado poca emoción.

Sabía a dónde iba.

Siempre lo sabía.

De repente, la morena estaba mucho más interesada en donde se iba Brittany.

Avergonzada, Brittany suspiró.

―En realidad... no lo sé.

―Oh. Mierda. Lo siento. Mira―Santana se apresuró a decir―Tal vez yo pueda ayudar. Ya sabes, buscando lugares donde aún tengan vacantes.

Brittany frunció el ceño, tratando de dar sentido a la oferta de Santana.

Entonces, de repente, comprendió lo que estaba diciendo…

―Oh, no, no es que no haya encontrado. Oh, bueno tal vez no encontré, pero... yo no he mirado todavía.

―¿Es una broma? ¿Tienes el sobre desde hace tres horas, y aún no lo has visto? ¿Por qué?

”Porque sé que no va a decir lo que quiero que diga.”

Brittany no quería admitir la verdad, especialmente no ante esta mujer, y se esforzó para dar una explicación.

―Me enredé con las rondas. No tuve la oportunidad.

Inesperadamente molesta por la evidente incomodidad de Brittany, Santana no presionó para obtener más explicaciones.

―¿Tienes el sobre contigo?

―Justo aquí―Brittany se palmeó el bolsillo trasero.

―Bien. Vamos a verlo.

Por primera vez, Brittany realmente quería saber, y quería que Santana fuera la que compartiera el momento con ella.

No tenía ningún sentido, pero ella sentía que lo tenía. Con un profundo suspiro, sacó el sobre de su bolsillo y lo abrió con un movimiento resuelto.

Deslizó el papel fuera, y luego, sin mirarlo, se lo pasó a Santana. Santana bajó la mirada, leyó las palabras, y escondió un esbozo rápido de decepción.

―Cirugía. Yale, New Haven―encontró los ojos de Brittany―Un buen lugar. Felicidades.

―Sí―dijo Brittany, sin sorprenderse.

Su tono de voz era monótono.

―Gracias.

―Bien. Ahora veamos el resto de ti.

―¿Qué?―preguntó Brittany, todavía tratando de descifrar la extraña expresión en el rostro de Santana.

Por un instante, ella se veía triste.

Santana le devolvió la tarjeta y ahuecó la mandíbula de Brittany con ambas manos. Vio los ojos de Brittany ensancharse con sorpresa.

―Mueve―dijo colocando su pulgar sobre cada cien―Poco a poco, pero tanto como puedas.

Brittany estaba consciente de la oleada de mariposas que sentía en el fondo de su estómago y su cara enrojeció. Las manos de Santana eran fuertes, pero suaves.

Estaban tan cerca que sus muslos rozaron.

―Se siente bien―murmuró Brittany mientras Santana rodeaba cuidadosamente la zona dañada.

“Se siente... maravilloso.”

Santana deslizó sus dedos a lo largo de la línea roja que se le estaba formando en la frente de Brittany.

―¿Duele?

Brittany negó con la cabeza.

No podía sentir parte de su cabeza y peor si la movía.

Todo lo que podía sentir era el calor de la piel de Santana.

Estaba respirando muy rápido.

Todo en Santana ocasionaba esa rapidez.

Los ojos de Santana habían conseguido verse increíblemente oscuros, tan oscuros que las pupilas estaban mezcladas con los iris, creando lagunas profundas en las que Brittany estaba absolutamente segura de que podría ahogarse.

―Santana―susurró Brittany.

Lo que fuera que estaba sucediendo, no podía dejarlo ir.

Pero mientras se deslizaba en los ojos de Santana, no podía recordar por qué no.

Se obligó a concentrarse.

―No lo hagas.

―¿Hmm?―Santana movió la cabeza, intentando capturar el aroma de esencias del olor de Brittany

Deslizó su mano alrededor de la nuca de la rubia mientras ligeramente besó la punta de la frente donde asomaba el moretón. Sus labios se estremecieron y los apretó un poco más.

―¿Mejor?

―Mucho―dijo Brittany en broma, con la esperanza de aligerar el momento.

―Se pondrá mejor―dijo Santana, con sus párpados medio cerrados, su boca acercándose a la de Brittany.

―Yo... Santana... espera...

El celular de Brittany sonó, increíblemente fuerte, y ella saltó. Lo buscó a tientas, incapaz de apartar la mirada.

La boca de Santana estaba a una mínima distancia de la de ella cuando susurró:

―¿Hola?―escuchaba, mirando la palpitante carótida en la garganta de Santana―Pensé que no vendrías. Está bien. Bien. En el cuarto de baño. Voy saliendo―cerró el teléfono. Su voz era ronca―Me tengo que ir.

―¿Por qué?―Santana mantuvo su mano en la parte posterior del cuello de
Brittany y la acarició suavemente, enredando sus dedos en el pelo rubio.

Santana sabía lo que había visto en los ojos de Brittany.

Lo había visto antes, pero nunca una sensación parecida a esto.

―¿Tienes una cita?

―No―dijo Brittany mientras suavemente retrocedía, escapando del agarre de Santana, no así de su hechizo―Es mi marido.

De pie inmóvil, Santana no dijo nada mientras Brittany la rodeó y se apresuró a salir.

Cuando la puerta se cerró, dejándola sola, Santana se agachó y recogió la tarjeta blanca olvidada.

Brittany debió dejarla caer.

Corrió su pulgar por la superficie de la tarjeta, luego la deslizó en el bolsillo de su pecho.

―Adiós, Brittany Evans.




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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D


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SE QUE ESTÁN SACANDO MIS ADAPTACIONES, POR "MI" PARTE Y "MIS" ADAPTACIONES NO ME MOLESTA, PERO AL MENOS NOMBREN AL FORO... SI SUBEN OTRO CAPITULO Y NO LO NOMBRAN, "EN CADA CAPITULO QUE SUBAN", VOY A BORRAR MIS ADAPTACIONES Y DENUNCIAR LA ADAPTACIÓN. Saludos =D




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Mensaje por 3:) Vie Jul 29, 2016 8:03 pm

hola morra,...

ammm lindo encuentro,...
en serio esta casada con el bocon???
a ver cuanto tardan en cruzar se,... yo ya quería besito jajaja

nos vemos!!!

PD; gracias por pasarme el libro,.. ahora busco en cual servidor lo puedo bajar jajaja
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Mensaje por micky morales Vie Jul 29, 2016 9:13 pm

esta casada con labios de mero???? nooo que fastidio, en fin... buen primer encuentro!!!!
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Mensaje por Caritovega Vie Jul 29, 2016 11:56 pm

Me estoy poniendo al corriente con tus adaptaciones, me encanta porque actualizas de manera rápida y las historias que adaptas son muy buenas la verdad [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 2145353087 espero sigas adaptando.
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Mensaje por 23l1 Sáb Jul 30, 2016 12:22 am

3:) escribió:hola morra,...

ammm lindo encuentro,...
en serio esta casada con el bocon???
a ver cuanto tardan en cruzar se,... yo ya quería besito jajaja

nos vemos!!!

PD; gracias por pasarme el libro,.. ahora busco en cual servidor lo puedo bajar jajaja



Hola lu, jajaajajajaja si, no¿? jajajajaajaja. Ah ¬¬ si ¬¬ Esperemos y ya! ajajajaj... y yo jajaajajajaja. Saludos =D

Pd: de nada, ajajajajajajaja.





micky morales escribió:esta casada con labios de mero???? nooo que fastidio, en fin... buen primer encuentro!!!!



Hola, si ¬¬ si ¬¬ Aquí el siguiente cap para ver si viene jajaajaja. Saludos =D





Caritovega escribió:Me estoy poniendo al corriente con tus adaptaciones, me encanta porque actualizas de manera rápida y las historias que adaptas son muy buenas la verdad [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 2145353087 espero sigas adaptando.



Hola, bn ai! ajajajajajajajaja XD Aaaa todo por ustedes mis queridas lectoras jajajajajajaja. Vamos bn entonces, espero y sigamos así jajajaajajajaja. Tengo algunas que me gustaría adaptar xD ajajajajaja. Saludos =D




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Finalizado FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Cap 2

Mensaje por 23l1 Sáb Jul 30, 2016 12:24 am

Capitulo 2


Cuatro Años Después.


Justo cuando Santana sacaba su petirrojo azul 1967 Thunderbird convertible del garaje de su estacionamiento en la calle del sur al lado del Museo de la Universidad, su beeper sonó.

—Mierda—murmuró mientras inclinaba el pequeño rectángulo de plástico para fijarse en la lectura.

Cinco de la mañana y el caos ya estaba empezando.

El número, sin embargo, no era de una de las estaciones de las enfermeras en los doce pisos del Rhoads Pavilion, que albergaba a la mayoría de los pacientes quirúrgicos.

Era de la oficina del presidente.

Y a esa hora de la mañana, no era su secretaria quien llamaba.

Era él.

—Mierda.

Sacó el coche clásico del espacio en ángulo en la esquina de la primera planta, junto a la pequeña caseta del guardia de seguridad. Era un espacio reservado y uno por el cual ella pagaba altas cotas, pero ella no estaba dispuesta a dejar que algún idiota abollara el vehículo que había pasado tiempo interminable restaurando.

Ella sabía que todos los guardias mantenían un ojo sobre él. Les daba una propina por eso cada mes como agradecimiento.

—Hey, Dave—saludó mientras se apeaba.

—Buenos días, doctora—dijo el policía, robusto y ancho como un jugador de futbol.

Llevaba su uniforme de guardia de seguridad con el mismo orgullo con el que se había puesto el uniforme azul de la Policía de Filadelfia durante años.

—Debía haber dejado mejor al bebé en casa hoy. Las noticias dicen que lloverá más tarde. Tal vez un poco de nieve, si se pone más frío.

—Dejaré el coche aquí hasta la primavera, entonces—gritó Santana mientras corría hacia la calle.

Su teléfono móvil no funcionaba en el garaje del estacionamiento. Y no le importaba si llovía o nevaba, porque estaría de guardia por las próximas veinticuatro horas, y no estaría saliendo del hospital por lo menos en treinta horas.

—Tienes el cuidado de mi bebé, ahora.

Dave se rió y figuró un salido mientras ella desaparecía por la rampa.

Una vez en la acera, presionó el marcado rápido y marcó el número. Cuando fue respondida por la voz que había previsto, dijo:

—López.

—¿Podrías pasar por la oficina antes de las rondas de esta mañana?


Aunque enmarcada como una pregunta, no era una petición.

—Sí, señor. Estoy justo afuera del hospital.

—Pasa ahora, entonces.


Santana no tuvo tiempo de responder antes de que la llamada se cortara.

Mierda.

Revisó la lista de pacientes en el servicio del presidente, preguntándose si algo había salido mal que ella no supiera.

El residente menor de cirugía que había estado de guardia la noche anterior sabía que ella podía asesorar cualquier problema, por pequeño que fuera.

Pero aparte de las preguntas de rutina acerca de varias transfusiones y antibióticos, no había recibido ninguna llamada de otros asuntos.

A pesar de que su casa familiar sólo estaba a cuarenta minutos en Bryn Mawr y podría fácilmente haber tenido su propia ala de la casa y toda la privacidad que necesitaba, vivía en un departamento en el oeste de Filadelfia, de donde sabía que podía llegar al hospital en menos de quince minutos.

No le gustaba ser sorprendida por problemas en la mañana, y para llamar a esta hora de la oficina del presidente sólo podría ser por un problema.

Mierda.

El ascensor estaba vacío cuando se introdujo en él. Se detuvo en el segundo piso para dejar entrar a una rubia desaliñada con círculos oscuros bajo sus ojos, una mancha de sangre en el muslo izquierdo de su pantalón de cirugía, y un trozo de papel arrugado en su mano derecha que ella estudiaba como si fuera el Santo Grial.

Santana sabía que era "la lista" un inventario de todos los pacientes en el servicio que se le asignaba a cada residente, con anotaciones en código en cuanto a la fecha del ingreso de cada paciente, la fecha de la cirugía, los procedimientos realizados, la mayoría de las pruebas recientes de laboratorio, y los resultados pendientes de las pruebas.

El trabajo del día o de la noche se centraba en la lista y, si un cirujano a cargo era llamado para pedir una actualización de uno de sus pacientes, cada residente necesitaba saber lo que estaba en esa sola hoja de papel.

A pesar de que todos los residentes llevaban una agenda electrónica y había computadoras en cada estación de enfermeras, la "lista" seguía prevaleciendo como la fuente de toda la información vital.

Sin ella, más de un residente se había encontrado dando información incompleta o incorrecta, y en poco tiempo, ya había estado buscando un nuevo empleo.

Al menos una vez al día, algunos residentes frenéticos podían ser vistos corriendo por los pasillos preguntando a propios y extraños.

—¿Has visto mi lista? Perdí mi lista. ¿Alguien ha visto a mi lista?

—Hey, Dani—dijo Santana—¿Cómo estás?

Danielle Reynolds levantó la vista de la página, parpadeando como si hubiera despertado de un sueño. Luego sonrió lentamente, parte de la fatiga se evaporó de sus ojos.

—¡Eh, tú! No te he visto en O'Malley recientemente. ¿Te has estado escondiendo, o alguien ha estado monopolizando todo tu tiempo?

—Ninguna de las dos cosas. Pero estoy a cargo en el servicio del jefe mayor, y eso es algo muy ocupado.

—Sé en cuál servicio estás.

Dani se movió un poco más cerca dentro del ascensor y puso la mano en la cintura de Santana. Le rodeó el pulgar bajo la pálida camisa verde de Santana, masajeando los músculos debajo.

—Pongo atención en dónde estás tú. Y nunca estás demasiado ocupada cuando quieres algo.

Santana se alejó del roce, consciente de que estaban frenando en el quinto piso. No quería que las puertas se abrieran y que alguien las viera. Y no quería las atenciones de Dani. Al menos, no en éste momento.

—Me tengo que ir. Tómatelo con calma, ¿de acuerdo?

—Llámame. Estoy en el servicio de oncología este mes—gritó Dani cuando Santana salió del ascensor—Podría utilizar alguna de tus medicinas, nena.

Santana levantó una mano en señal de despedida, agradeciendo que no había nadie esperando en el pasillo que pudiera haber oído el comentario.

No le importaba lo que sus compañeros residentes sabían o pensaran de ella, pero prefería que sus negocios privados no se convirtieran en el tema de conversación entre la administración.

Bueno, al menos no por su propia invitación.

Caminó por el pasillo alfombrado de color granate hacia la gran oficina de la esquina. Las oficinas del personal de cirujanos se agrupaban en una esquina de la quinta planta, con la cafetería contigua a ellos y las salas de cirugía tomando el resto de la planta en el lado opuesto del edificio.

Este acuerdo permitía a los cirujanos esperar en sus oficinas, trabajando, hasta que sus casos estaban listos para ir. Ya que era una cuestión de rutina para casos que empezaban tarde, evitaba el tiempo perdido, algo que cada cirujano detestaba.

Los espacios de secretarias, separados del pasillo por tabiques altos, estaban vacíos. Las puertas de las oficinas estaban cerradas. El trabajo administrativo del día no se iniciaba sino hasta las ocho y media, y en ese momento, la mayoría de los cirujanos estarían ya en el quirófano.

Disfrutó la tranquilidad y la quietud, y la quietud se asemejaba a la calma antes de la tormenta. Echó un vistazo a la carátula de su reloj deportista amarillo e hizo una mueca.

Cinco quince.

Si el incidente se demoraba más de unos minutos, ella llegaría tarde a la reunión de los otros residentes, y eso era un mal precedente para dejar.

Como residente de más alto rango en el servicio, ella organizaba el horario de trabajo de todos los días, asignaba al resto de los residentes juniors para ayudar en casos, y supervisaba las rondas nocturnas.

Ella estaba siempre a tiempo, si no es que muy temprano, porque su conducta marcaba el tono de su servicio, y ella esperaba que todo el mundo fuera rápido.

Esperaba muchas cosas, y si no lo entendía así, habría mucho que pagar.

Ella era la última autoridad sobre todas las cosas relacionadas con cirugía general en el servicio de Oficinas de Directivos, el más ocupado de los servicios de cirugía general.

La única persona en el hospital con más poder dentro de la jerarquía de residentes, era el Jefe de Residentes en Cirugía, y él estaba a cargo de sus propios servicios y ambulatorios clínicas para todos los efectos prácticos funcionaba como Asistente Junior para atender con supervisión mínima de los cirujanos asistentes.

—Espero que esto sea rápido—murmuró mientras se acercaba a la puerta cerrada del despacho del presidente.

Una modesta placa de identificación de plástico al lado de la puerta, anunciaba su nombre: Alfonso S. López, Médico Presidente.

Llamó a la puerta.

—Pase.

El escritorio estaba situado en la esquina de la habitación, en ángulo dónde él estaba sentado de espaldas a dos ventanales, como si el mundo exterior fuera una distracción o, por lo menos, no le interesara a él.

Era algo que le permitía mirar a su visitante con el sol a su espalda, y en sus ojos.

Sabía cuál era su mejor posición para tomar ventaja.

—Santana—dijo, señalando a los dos sillones frente a su amplio escritorio de nogal.

El mobiliario oscuro y gruesas alfombras daban a la habitación un aire tradicional, pesado y rico, y marcaba su estilo.

A pesar de que él se encontraba en sus mediados cincuenta, su pelo todavía estaba espeso y negro como la noche, sus rasgos aguileños, y su cuerpo mostraba el ejercicio de los partidos de squash dos veces por semana.

Él se miraba y lo era una presencia imponente.

—Señor—dijo mientras se sentaba.

La última vez que lo había visto había sido la tarde anterior cuando ella le había asistido a él en una cirugía de resección de colon.


Flashback


No se habían dicho nada el uno al otro durante el caso, con excepción de cuando ella le había proporcionado la historia pertinente del paciente y él le había pedido esbozar el plan para eliminar el carcinoma que causaba la constricción en la pelvis del paciente.

Ella había contestado de manera sucinta y precisa.

Él no había dicho nada hasta una hora y media más tarde, cuando se apartó de la mesa y dijo:

—Debo ir a una reunión. Cierren la cirugía.

Se había marchado sin esperar respuesta.


Fin Flashback

Ahora, el sonido de su voz modulada de barítono la trajo de regreso al momento, y ella se dio cuenta de que se había perdido la primera parte de su frase.

—... residente.

Santana se enderezó, con los antebrazos apoyados en los brazos de madera de la silla. Tuvo cuidado de no agarrarse los brazos y permitirle a él ver que estaba nerviosa.

—Lo siento, señor. No entiendo.

Él frunció el ceño, sus penetrantes ojos la barrieron.

—Dije que vamos a añadir un nuevo residente.

—¿En enero?

El año de residencia corría de julio a julio, y era muy inusual para cualquier persona iniciar cuando el ciclo estaba cerrado. De hecho, ella no recordaba haber visto que esto sucediera.

—Hemos tenido una posición vacía desde tres años, cuando Artie decidió que no podía más. Ahora tenemos un cuerpo para llenarlo. ¿Te estás quejando?

—No, señor, pero ¿por qué él viene a cambiar los programas en mitad del año?

Alfonso López sonrió irónicamente.

—Es ella.

Santana se sonrojó, sabiendo que él iba a disfrutar de su confirmación inadvertida de que los residentes de cirugía generalmente eran hombres.

Sabía cuál era la opinión de él, y la de la mayoría de sus contemporáneos, que éstos deberían ser hombres. Ella había sido una de las pocas excepciones en el programa, y a pesar de que más mujeres en cirugía eran entrenadas cada año, la especialidad seguía siendo el último bastión del privilegio masculino dentro de la medicina.

No dijo nada, con el deseo de evitar otra trampa.

—Ella está técnicamente en el cuarto año, pero perdió seis meses debido a algunos… problemas personales. Al parecer, ha pasado unos meses trabajando en una sala de emergencias—su tono era tanto despectivo como desdeñoso—Pero ella tiene buenas credenciales, y yo conozco al Presidente de su programa. Él dice que ella tiene buenas manos.

Viniendo de un cirujano, ése era el mayor cumplido que otro cirujano podría recibir.

Era mejor ser el técnicamente más capaz que ser el más inteligente.

El cerebro no ayudaba mucho cuando uno se enfrentaba con una vena sangrante y contaba con veinte segundos para detener la hemorragia antes de que el paciente muriera desangrado. Lo único que importaba entonces era la fuerza en la columna vertebral y la habilidad en las manos.

—¿Cuándo empezará?

—Ella debería estar aquí a las siete.

—¿Hoy?

—¿Algún problema, Dra. López?

—No, señor—dijo Santana rápidamente, reacomodando las prioridades de su día mentalmente.

Todas las noches antes de irse del hospital, revisaba doblemente la agenda de cirugías para asegurarse de que nada había sido cambiado sin su conocimiento.

Nada molestaba más a un equipo de cirugía que presentarse a un caso y descubrir que no había residentes disponibles para ayudarlo.

Desafortunadamente, a veces las secretarias cancelaban o, peor aún, se añadían casos sin informar a los residentes a su cargo, y era el residente quien pagaba por la falta de comunicación.


Flashback


Santana acababa de asignar los casos de hoy a su equipo, y no tenía a nadie que pudiera orientar a la recién llegada.

—¿Uh, Mercedes podía hacerse cargo de ella esta mañana, hasta que yo haya terminado con el aneurisma?

Mercedes Jones era la jefe del departamento de administración, y a quien los residentes acudían por cualquier necesidad.

—Llama a Hudson y dile que ayude con el aneurisma. Cualquiera cosa que él esté haciendo en el laboratorio puede esperar.

Santana reprimió una protesta.

Una resección de aneurisma aórtico abdominal era una cirugía mayor, y como el residente principal en el servicio, le correspondía a ella. Necesitaba todos los casos mayores que pudiera conseguir si quería la posición de Jefe de Residente de Cirugía del año siguiente.

Finn Hudson era su única competencia real por la posición por entre los otros residentes de cuarto año, y se suponía que él debía estar pasando los próximos seis meses de trabajo en el laboratorio de trauma.

A Santana le parecía, sin embargo, que él se estaba mostrando en la sala de operaciones en cada oportunidad.

Se puso de pie, porque sabía que si se quedaba mucho más tiempo, iba a quejarse por el trato preferencial hacia Hudson.


Fin Flashback


Y eso seguramente sería su condena.

Un residente de cirugía no se quejaba de nada.

Punto.

Todavía podía recordar su primer día y a su papá de pie enfrente del auditorio donde los veinticinco nuevos residentes de primer año estaban sentados nerviosamente esperando sus instrucciones.

Su expresión había sido indescifrable mientras sus fríos ojos azules habían barrido la habitación, pasando sobre los rostros como si ella fuera sólo uno de los cuerpos indistinguibles.

Ella podía recordar sus palabras y sabía lo que él había querido decirles a ellos.

—Si ustedes no están felices de estar aquí, todo lo que tienen que hacer es venir conmigo y decírmelo. Hay cincuenta personas esperando por cada una de sus posiciones, y puedo garantizarles que estarán encantados de tomar su lugar. No olviden nunca que estar aquí es un privilegio, no un derecho.

Él había mirado sobre la sala una vez más, con su mirada puesta en Santana un momento más largo según le pareció a ella.

Los privilegios pueden perderse.

—¿Cómo se llama ella?—preguntó Santana.

El presidente miró una carpeta en su escritorio.

—Pierce.

—Está bien.

Él no dijo nada, y Santana salió, cerrando la puerta detrás de ella sin que se lo pidieran. Respiró profundo y soltó el aire, obligándose a calmar un poco su ira y la frustración que siempre la acompañaba en cualquier tipo de interacción con su padre.

La única vez que parecían estar cómodos juntos era en la sala de operaciones. A estas alturas, probablemente ella debía estar acostumbrada, pero no lo estaba.

—Mierda.

—¿Teniendo un día difícil, Santana?

Santana se sobresaltó y se dio la vuelta. Mercedes Jones estaba detrás de ella equilibrando dos tazas de café en envases de cartón y una bolsa de Dunkin 'Donuts.

—Lo de siempre—dijo Santana—Estás comenzando un poco más temprano, ¿no es así?

Mercedes asintió hacia la puerta cerrada.

—Él tiene una reunión de presupuesto a las seis y media—sonrió con un brillo depredador en sus ojos—Él sabe que los jinetes de escritorio no pueden pensar con claridad a estas horas de la mañana, y que tiene una oportunidad mucho mejor de conseguir exactamente lo que quiere de esta manera.

—¿No es así siempre?

Sabiamente, Mercedes no dijo nada.

—¿Él te dijo sobre el nuevo residente?

Santana asintió.

—Está abajo en el mostrador de admisiones. La oí preguntar por el camino a la sala de cirujanos.

—Jesús. ¿Tan pronto?

Mercedes sonrió.

—Está ansiosa. ¿No es eso lo que quieres?

—Sí, claro. No puedo esperar—con un suspiro, Santana se dirigió hacia los ascensores—Mejor me voy a encontrarla. ¿Qué aspecto tiene?

—Sólo un poco más alta que tú. Tiene un aspecto encantador. Cabello hasta los hombros, rubio, ojos azules. Viste una bata quirúrgica azul marino.

—La encontraré—dijo Santana, preguntándose qué quería decir Mercedes con lo de aspecto encantador.

Ella estaba cansada de salir con la gente de siempre enfermeras y otros residentes. No había salido con nadie en largo tiempo y no tenía mucho tiempo para mirar los nuevos prospectos, así que nuevas caras, especialmente las guapas, eran bienvenidas.

Tal vez esto no sea tan malo después de todo.


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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo

Mensaje por 3:) Sáb Jul 30, 2016 10:08 am

Hola morra...

Ammm como decirlo muy afectiba la relación de san y su padre...
Encontremos a la nueva reciente de cirujia jajaja a ver quien encuentra a quien primero...

Nos vemos!
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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo

Mensaje por JVM Sáb Jul 30, 2016 2:52 pm

Pues esperó que en este reencuentro Britt sea soltera jajajaja, y que puedan trabajar bien juntas. Haber como reaccionan al verse de nuevo.
Y bueno parece que no hay una relación entre San y su padre aparte de la laboral, que habrá pasado???
Ya quiero leer los próximos capítulos jajajajaja, gracias!
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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo

Mensaje por 23l1 Sáb Jul 30, 2016 7:15 pm

3:) escribió:Hola morra...

Ammm como decirlo muy afectiba la relación de san y su padre...
Encontremos a la nueva reciente de cirujia jajaja a ver quien encuentra a quien primero...

Nos vemos!



Hola lu, clarooo esk ai puro amor ai jajaajajajajajajajajaja. Ambas a las vez¿? amor a primera vista... otra vez¿? jajajaja. Saludos =D





JVM escribió:Pues esperó que en este reencuentro Britt sea soltera jajajaja, y que puedan trabajar bien juntas. Haber como reaccionan al verse de nuevo.
Y bueno parece que no hay una relación entre San y su padre aparte de la laboral, que habrá pasado???
Ya quiero leer los próximos capítulos jajajajaja, gracias!



Hola, jajajajajajaaja y yo tmbn espero lo mismo la vrdd ajajajajajajajajajaa. De la mejor manera posible! osea son las brittana jajajajajajajaja... bueno o eso espero xD Mmmmm y creo que bn poco de laboral tmbn =/ Aquí el siguiente! jaajajajajaja. De nada, gracias a ti por leer y comentar! Saludos =D




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Finalizado FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Cap 3

Mensaje por 23l1 Sáb Jul 30, 2016 7:17 pm

Capitulo 3


Santana dobló la esquina hacia los ascensores y vio a una mujer en bata color azul marino al final del pasillo, dirigiéndose a la sala de los cirujanos.

—¡Hey, tú!—echó a correr por el pasillo—¿Eres la nueva...?—se detuvo en seco, con la voz apagada mientras miraba el rostro que no esperaba volver a ver.

El rostro de Brittany había perdido la suave plenitud de la juventud y asumido las líneas angulares de la condición de mujer en toda regla. Parecía cansada, pero eso era de esperar. Se veía más delgada de lo que Santana recordaba, también, como si hubiera estado ocupada en los años transcurridos.

—¿Eres... Pierce? Nos conocimos…

—Sí—dijo Brittany rápidamente, sin querer entrar en detalles de la interacción que todavía no entendía.

Brittany esperaba que pudiera encontrarse con Santana en algún punto del camino, porque recordaba que la morena había dicho dónde le había tocado.

Sólo que no esperaba que fuera tan pronto, y no de esta manera.

—Santana, ¿verdad?

—Correcto—dijo Santana, tratando de encajar las piezas del rompecabezas en su mente.

La tarjeta decía Brittany Evans. Lo sabía, porque todavía estaba encajaba en la esquina del espejo sobre su tocador. Porqué nunca la había tirado a la basura, no estaba segura.

Su nombre de casada, Santana pensó con un sobresalto. Pierce debe ser su nombre de casada.

—Yo, eh... estoy empezando hoy—dijo Brittany en el silencio.

—Lo sé—Santana intentó ocultar su sorpresa.

No importaba quién era Brittany.

No importaba que por un momento hacía cuatro años ellas habían compartido...algo.

Tenía que mantenerse en el camino, necesitaba recuperar el control de la situación.

—Yo soy tu Superior residente, y tenemos dos minutos para revisar las rondas. Sígueme.

Santana se volvió entonces y se abrió paso por la puerta de incendios en el hueco de la escalera al final del pasillo. Brittany se apresuró a seguirle el ritmo.

¿Residente en jefe?

Dios, vamos a estar trabajando juntos todos los días durante los próximos cuatro o cinco meses.

Sólo podía imaginar lo que pensaba Santana de ella.

Brittany prácticamente había dejado que Santana una completa extraña la besara en el baño de cualquier lugar. Y luego, para empeorar las cosas, Brittany simplemente se había ido sin decir una palabra.

¿No podrías haber hecho algo más estúpido, o más desagradable?

Había pensado en esos momentos a menudo en los últimos años.

Era una noche que había lamentado desde entonces, por una multitud de razones.

Con una respiración profunda, Brittany alejó de su mente los recuerdos de ése breve interludio. Eso era el pasado y no tenía nada que ver con su situación actual.

Había cosas mucho más importantes para hacer frente ahora.

—Estamos en el equipo de López, ¿no?—Brittany preguntó a la espalda de Santana—¿El Jefe del servicio?

—Si.

Llegaron al pie de la escalera, y Santana abrió la puerta con los hombros, sosteniéndola para que pasara Brittany.

De mala gana, la morena comenzó su perorata de orientación.

Era la última cosa que quería hacer en cualquier momento, pero mucho menos justo antes de las rondas especialmente cuando iba a costarle un gran caso.

—¿Mercedes te dio el desglose de los servicios?

—No exactamente—dijo Brittany, alcanzando a Santana, quien había reanudado el paso de nuevo—Todo esto sucedió un poco rápido, y sólo me entrevisté con el Dr. López hace un par de días. Mercedes me acompañó para conseguir mi identificación, la tarjeta del estacionamiento, mi información para la nómina, y mi expediente físico y de salud, apenas ayer por la tarde. Entonces ella me dijo solamente que empezaría en el equipo de López hoy y que alguien me iba a recoger a las siete.

—¿Te reuniste con alguno de los residentes?

—No.

Santana apretó la mandíbula.

Estaba perfectamente dentro del ámbito de su papá como presidente del departamento el contratar a quien quisiera, pero era muy inusual entrevistar a un nuevo residente sin solicitar la entrada de al menos uno de los residentes mayores.

Obviamente él supo pocos días antes que Brittany se uniría al servicio, pero no le había dicho nada a ella.

Estaba fuera de la gente informada, pero claro, nadie dijo que el hospital fuera una democracia.

—No sabías nada de eso, ¿verdad?—dijo Brittany en voz baja.

No es de extrañar que esté enojada.

—Eso no hace ninguna diferencia—Santana se detuvo y se volvió hacia Brittany.

El hospital estaba empezando sus actividades, y las enfermeras y demás personal se apresuraban a través de los pasillos alrededor de ellas, en preparación para el cambio de turno.

Se quedaron paradas como si fueran una isla en un mar de color blanco, haciendo caso omiso de los transeúntes.

—No hemos tenido un residente desde septiembre uno de los chicos de tercer año decidió que quería irse a anestesia. Llevamos cincuenta pacientes en el servicio y eso es cada tres noches.

Brittany palideció.

—¿Cada tres noches? Eso es duro.

Santana sonrió y una mirada salvaje apareció en sus ojos oscuros.

—Nosotros hacemos las cosas aquí de la forma en que lo hemos estado haciendo durante sesenta años más o menos. Nosotros no cubrimos la noche. Cada servicio quirúrgico tiene sus propios residentes de la casa. Supongo que Mercedes no te dijo eso, ¿eh?

—Estoy segura de que nunca se le pasó por la mente—dijo Brittany sin pausa.

Había conseguido el equilibrio de nuevo.

Estaba siendo puesta a prueba, y no tenía la intención de mostrar debilidad.

—Y si lo hubiera hecho, no habría hecho ninguna diferencia. Sólo estaba sorprendida.

—Sí, bueno, como dije. No es la norma, pero es la forma en que lo hacemos aquí.

—No hay problema.

—Hacemos rondas rápidas cada mañana en la cafetería a las cinco y media. Eso significa que tienes que ver a tus pacientes antes de esa hora. Necesitamos un resumen de los signos vitales, cambios en las pruebas de laboratorio, ese tipo de cosas.

Brittany asintió, mentalmente haciendo cálculos.

Si tenía que estar en el hospital a las cinco, debía estar lista a las cuatro.

Podría manejarlo.

Tenía que manejarlo.

No tenía ninguna opción.

Santana dio un giro a la izquierda, y descendieron por un conjunto de escaleras hacia el piso de la cafetería. Las mesas redondas en medio de la sala estaban llenas de residentes y estudiantes, la mayoría de ellos en ropa y batas blancas.

—Vamos a tomar un café.

—Amén—murmuró Brittany.

Mientras se abrían camino a través de la fila de la cafetería, Santana dijo:

—Hay cinco de nosotros en el servicio, contando contigo. Dos de primer año, uno de segundo año, y yo.

—¿Eres la jefa?

—Sí. El otro de cuarto año está ya sea en el laboratorio, en los otros dos servicios de cirugía general, o en vascular.

Santana cogió un panecillo y un recipiente de plástico con crema de queso, entonces lleno con café un vaso de plástico de veinte onzas casi hasta el borde.

—Sólo tenemos una posición de jefe de residentes. El otro estudiante de quinto año está registrando los hospitales afiliados en el sistema.

Brittany podría decir por el tono de voz de Santana, de que cualquier persona que no terminara su último año de formación en el principal hospital como jefe de residentes de cirugía, se clasificaba automáticamente como un perdedor en opinión de Santana.

La rubia podía entender el sentimiento.

No podías renunciar a cinco años de tu vida para quedar en segundo lugar. Brittany ya había perdido un año de formación porque tuvo que aceptar un puesto de tercer año o renunciar a la cirugía.

Sintió un nudo de ira y rápidamente la alejó.

Lo que estaba hecho, estaba hecho.

Todo lo que podía hacer ahora era ir hacia adelante.

—Si hay cinco de nosotros ahora, ¿por qué estamos tomando las ordenes cada tres?

Santana dio un billete de diez al cajero y le dijo:

—Por nosotras dos.

—Tú no tienes que.

—Por tradición—Santana miró por encima del hombro a Brittany—Jefe de compras. Y conforme avance la agenda, sobre este servicio, tú y yo respaldaremos a los de primer año así que estamos en uno de cada tres y el segundo hay que llenar los espacios en blanco. El Presidente no confía en dejar solos a los de primer año a solas con sus pacientes.

Brittany recorrió el calendario de una noche en su mente. Dos residentes de primer año y uno de segundo año, así como técnicamente un residente junior.

Luego Santana.

No estaba bromeando.

—Entonces, ¿quién ha estado respaldando a los otros de primer año, si tú eres la única residente principal en el servicio?

—Yo. Tenemos que escalonar las guardias para que yo pueda cubrir uno de ellos todas las noches.

—¿Y los demás?—Brittany intentó no sonar horrorizada.

Veinticuatro horas si y veinticuatro también podrían envejecer a cualquier muy rápido.

Ella lo había hecho alguna vez durante un día, cuando otro residente había tenido una emergencia familiar o había estado demasiado enfermo como para levantarse de la cama. Recordó una de las primeras reglas de cirugía de las que había tomado nota.

La única razón para faltar al trabajo es por un funeral.

El tuyo.

—¿Cuánto tiempo has estado cubriendo a todos los demás?

Santana se encogió de hombros. No importaba si ella estaba oficialmente a cargo o no. Ella siempre estaba cerca.

Tenía que estar.

Sabía lo que quería y lo que hacía falta para conseguirlo.

—Un tiempo.

—Está bien.

Brittany decidió que no era prudente que apareciera la regla de las ochenta horas recién instituida.

En teoría, los internos todos los residentes de cualquier especialidad tenían prohibido por ley trabajar más de ochenta horas en una semana, estaban obligados a tener un día libre de cada siete trabajados, y se suponía que se les permitiera volver a casa después de veinte cuatro horas en una fila de guardia en el hospital.

Los programas de entrenamiento quirúrgico, sin embargo, a menudo interpretaban estas normas de manera muy informal. El pronunciamiento era que la cirugía sólo se podía aprender en la sala de operaciones, y si había casos que resolver, los residentes tenían que estar ahí, no importaba a qué hora del día o de la noche.

Los residentes que cuestionaban su horario, a menudo se encontraban asignados a casos menos interesantes, o peor aún, eran dados de baja del programa.

Programas Pirámides como el de la Universidad que tomaba más residentes durante los primeros años de formación de los que pudieran terminar, sabiendo que algunos podían renunciar antes de su quinto y último año.

Brittany no podía permitirse el lujo de perder su posición. Si ella tenía que trabajar cien horas a la semana, lo haría.

Sólo tendría que hacer algunos ajustes en su vida personal.

—Ahí está el equipo—Santana señaló hacia una mesa donde tres jóvenes esperaban—Les traigo refuerzos, chicos—dijo mientras se sentaba.

Y no se disculpó por llegar tarde.

Brittany se sentó entre Santana y un asiático larguirucho que parecía demasiado joven para ser médico. Debe ser uno de los de primer año.

Asintió con la cabeza ante cada uno de los médicos, asociando su nombre con su cara, mientras Santana los presentó rápidamente uno a uno. Mike, Rory, y Jake. Ellos asintieron con una serie de gruñidos y ´holas´ breves.

No era difícil saber cuál de ellos había estado de guardia la noche anterior, porque él estaba sin afeitar y olía como si necesitara una ducha. No le molestaba, porque ella estaba acostumbrada a la familiaridad ocasionada por el estrés y la camaradería compartida lo hacía tolerable.

Ella estaba exquisitamente consciente de Santana a su izquierda, irradiando energía que calentaba su piel.

Aún podía recordar las cálidas manos de Santana. Después de tantos años, la memoria quemaba tanto como el tacto.

—Vas a ponernos al tanto, Rory, y después podrás salir de aquí—dijo Santana.

Rory, a pesar de su apariencia cansada, negó con la cabeza.

—Quiero quedarme por esa urgencia que Smythe está haciendo. Estoy listo para el siguiente, ¿cierto?

—Hay uno en el horario de mañana—respondió Santana—Puedes tenerlo. Se supone que debes terminar a las ocho. El resto del día es más ligero. Disfruta de ello.

Él no parecía feliz, pero asintió. Sacó un papel doblado del bolsillo de su camisa, lo desdobló, y comenzó a leer su letanía de la mañana.

—Habitación 1213, Constantine, reventó su bypass, día cuatro postoperatorio. Temperatura máxima 101. Temperatura 99.9. Le puse el dren y anoté que estaría fuera de la cama en una silla de TID.

—¿Pulso?—preguntó Santana, haciendo una nota en la hoja de papel en blanco en la que había escrito la información que se le transmitía.

—Además tiene problemas con la tibia.

Santana levantó la cabeza.

—¿Qué pasa con el dorsal del pie?

—Yo no podía sentirlo.

—¿No estaba ahí o no podías sentirlo?

La expresión de Santana le hizo retorcerse.

—Yo... no sé la respuesta a eso.

—Vuelve y averiguarlo. El que sigue.

Brittany se acercó a Santana.

—¿Tienes otra hoja?

Sin decir palabra, Santana sacó una segunda hoja y se la pasó a Brittany, que comenzó a hacer su propia lista.


Les tomó veinte minutos para ponerse al día con los cincuenta pacientes en el servicio, los otros dos residentes intervinieron con la información sobre los pacientes que estaban a su cargo.

Terminaron a las seis y cuarto.

—Mike, tienes la mastectomía a las ocho con Frankel. Jake, estás con Weinstein para lo de la ampolla, y Rory, estarás aquí. Pierce y yo vamos a tomar los pisos.

Brittany tomó nota de la forma en usó su apellido y sabía que era un recordatorio sutil de que ella todavía no formaba parte del equipo.

Tenía que ganarse ese derecho, aunque ninguno de ellos la excluía activamente.

Ella simplemente sería invisible hasta que pudiera demostrar que podía hacer el trabajo y no darles más trabajo a ellos.

—¿Qué pasa con aneurisma del jefe?—preguntó Mike.

Santana dobló cuidadosamente la lista y se la metió en el bolsillo del pecho.

—Hudson lo tomará.

Los tres hombres se miraron unos a otros, pero nadie dijo nada.

—Está bien, vayan a los pisos y obtengan sus notas antes de ir al quirófano. No quiero tener que limpiar lo que han dejado.

Brittany esperó hasta que los tres hombres recogieron sus papeles y los restos del desayuno antes de que ella hablara.

—Supongo que perdí este caso, ¿eh?

—No lo hiciste.

Santana deslizó su teléfono de su funda, ubicada en la cintura de su bata quirúrgica haciéndole compañía a su beeper y al código de alarma. El peso de los diversos electrónicos pesaban sobre sus estrechas caderas hasta el punto en que parecía que se le caerían los pantalones.

—¿Tienes uno?

En silencio, Brittany deslizó su Agenda Personal Electrónica del bolsillo de su camisa.

—Voy a darte mi celular, mi número de buscapersonas y los de los otros chicos. Mercedes te puede dar el número del departamento que necesitas saber.

—¿Cuál es el número del jefe?—preguntó Brittany mientras sincronizaba sus datos a través del haz infrarrojo.

Santana sonrió.

Había esperado que Brittany fuera inteligente. Eso había sido evidente incluso como estudiante de medicina. El único número crítico que siempre querrás responder con prontitud era el del jefe.

—3336.

—¿Cuál es el tuyo?

El segundo número más importante.

—7120.

—Entonces, estoy lista—dijo Brittany con una pequeña sonrisa.

—Creo que es el momento para el gran recorrido, entonces. Vamos a hacer las rondas, y yo te hablaré de los médicos de guardia.

—¿Cuántos hay además de López?

—Cinco, pero sólo dos están realmente ocupados.

—¿Qué pasa con él? La mayoría de los presidentes en realidad no hacen mucha cirugía.

Santana negó con la cabeza.

—Él no. Hace cuatro o cinco cirugías mayores, tres días a la semana.

—Santo Dios. ¿Cómo?

—Él atiende dos de los ocho cuatros hasta terminar el lunes, miércoles y viernes.

Brittany gimió.

—¿El viernes?

—Si. Eso apesta. Especialmente si sucede que es tu única noche libre por toda la semana.

—Dos cuartos—señaló Brittany—¿Así que, un jefe de alto nivel en dos habitaciones?

—Tú tienes el sistema. Tú y yo iniciaremos y cerraremos sus casos. Él andará de acá para allá entre los dos cuartos por las partes principales. Eso satisface los requisitos del seguro porque él está ahí para la parte crítica del caso.

Brittany no quiso hacer demasiadas preguntas tan pronto en el juego, pero parecía que Santana estaba dispuesta a proporcionar el tipo de información privilegiada que haría su vida mucho más fácil.

Por lo que persistió.

—¿Él te deja hacer algo?

—Depende. ¿Eres buena?

—¿Tú qué crees?

La pregunta salió antes de que pudiera detenerla, y ni siquiera estaba segura de por qué lo había dicho.

Los primeros días eran siempre difíciles.

Y ahora ella estaba empezando todo de nuevo en un nuevo lugar y necesitaba ponerse a prueba a sí misma una vez más. No había esperado ver a Santana, hoy no, y no de esta forma.

Eso la hizo temblar.

Se puso nerviosa al darse cuenta de que ella estaría viendo a Santana todos los días, y cada día se estaría preguntando si Santana recordaba esos pocos minutos tan intensos a solas, cuando algo había pasado entre ellas y el resto del mundo simplemente se había desvanecido.

Brittany lo recordaba, a pesar de no tener un lugar para el recuerdo.

—Bueno, tuviste razón acerca mi labio—dijo Santana en voz baja.

Brittany estudió el rostro de Santana.

Una tenue línea blanca cruzaba la unión de las partes rosadas y blancas de los labios de Santana, y donde la cicatriz había sanado de manera desigual, había un corte en la esquina. "

—Te lo dije, que necesitaba puntos de sutura.

—Sí, lo hiciste—Santana se levantó de repente—Vamos a seguir.

—Claro—dijo Brittany rápidamente, levantándose también.

—Hey, López—llamó una voz masculina—Ya van a ser las siete. ¿No tienes nada que hacer?

Brittany no oyó la respuesta sobre el zumbido en los oídos. Se quedó mirando a Santana mientras las piezas cayeron en su lugar. Vio la placa junto a la puerta del Presidente.

Alfonso S. López, Médico.

Alfonso Santiago López.

—¿Estás emparentada con el Presidente?—dijo con asombro.

—Es mi papá.

—Muy amable por decírmelo—espetó Brittany, tratando de recordar si la morena había dicho algo negativo sobre él—Jesús.

Santana apreció su serenidad.

—¿Qué diferencia habría hecho?

—Hubiera sido bueno saberlo, eso es todo.

Santana se acercó.

—¿Algo así como saber que tenías un marido?

Antes de que Brittany pudiera responder, Santana le dio la espalda y se alejó.

Oh Dios, pensó Brittany, ella no me ha perdonado.

Pero entonces, ella no se había perdonado a sí misma, tampoco.



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Mensaje por 3:) Sáb Jul 30, 2016 8:13 pm

hola morra,....

se acordaron perfectamente una de la otra,...
"jefas" las dos mmm interesante,.. prácticamente van a vivir adentro del hospital!! que empiece el juego!!
afectivo el padre de san,...!! que fue lo de san y el disque marido de britt???

nos vemos!!!
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Mensaje por micky morales Sáb Jul 30, 2016 9:01 pm

mas interesante imposible, santana se la solto al final, muero por saber que ha pasado con el "marido" [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 1206646864 [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 1206646864 [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 1206646864 [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 1206646864
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Mensaje por marthagr81@yahoo.es Sáb Jul 30, 2016 10:30 pm

[Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 1206646864 super duper interesante. Bueno su encuentro inicial no me lo esperaba de esa manera. Ahora me encanta lo jovial que es Santana pese a a su carga de trabajo, San tuvo un crush con Britt ya que no voto su ID o lo que sea.   y ahora por cuestiones de trabajo estan unidas quieran o no. Me ha encantado.
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Mensaje por JVM Dom Jul 31, 2016 2:40 am

Necesitamos saber que paso después de esa noche, y que ha pasado en la vida de Britt.....
Y bueno ambas siguen teniendo presente lo que pasó.... Ojala que hablen pronto jajajaja... Urge
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Mensaje por 23l1 Dom Jul 31, 2016 7:16 pm

3:) escribió:hola morra,....

se acordaron perfectamente una de la otra,...
"jefas" las dos mmm interesante,.. prácticamente van a vivir adentro del hospital!! que empiece el juego!!
afectivo el padre de san,...!! que fue lo de san y el disque marido de britt???

nos vemos!!!



Hola lu, uff y como no¿? osea como poder olvidarlas¿? jajajajajajajaajaja. Y que se podrá hacer con ese tiempo juntas¿? mmmmm¿? jajajajajaajajajajajjaa. Ufff un amor de hombre! Interesante pregunta, no¿? Espero y este cap nos traiga algo ajjaajjaaja. Saludos =D






micky morales escribió:mas interesante imposible, santana se la solto al final, muero por saber que ha pasado con el "marido" [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 1206646864 [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 1206646864 [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 1206646864 [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 1206646864



Hola, o no¿? jajajajajaja. Jajajajaajajajaja y como no¿? si ai una posible "interacción" entre ellas, no puede haber un tercero, np¿? jajajajaja. Saludos =D





marthagr81@yahoo.es escribió:[Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo 1206646864 super duper interesante. Bueno su encuentro inicial no me lo esperaba de esa manera. Ahora me encanta lo jovial que es Santana pese a a su carga de trabajo, San tuvo un crush con Britt ya que no voto su ID o lo que sea.   y ahora por cuestiones de trabajo estan unidas quieran o no. Me ha encantado.



Hola, si que si, asik vamos bn, no¿? jajajaajajajajaja. Mmmm esk en ellas nada es normal, no¿? jajajajajaja. Ai si era morena es un amor xD ajjaajajajajajajaja. JAjajajajajaja fue amor a primera vista, si q si jaajajajajajajaa. El destino, quien es un loquillo, las junta de una manera u otra jajajajajajja. Vamos bn entonces, espero y siga así ajajajajaja. Saludos =D






JVM escribió:Necesitamos saber que paso después de esa noche, y que ha pasado en la vida de Britt.....
Y bueno ambas siguen teniendo presente lo que pasó.... Ojala que hablen pronto jajajaja... Urge





Hola, si! y aquí traigo el siguiente cap para ver si nos da algo de eso ajajajajajajaja. Y como poder olvidarlo o olvidarse¿? jajajajajajaja. Espero lo mismo la vrdd ajajajajajaja. Saludos =D



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El mundo de Brittany

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Finalizado FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Cap 4

Mensaje por 23l1 Dom Jul 31, 2016 7:19 pm

Capitulo 4


—Por lo general no haces rondas de piso, ¿verdad?—preguntó Brittany mientras ajustaba el paso al de Santana.

El personal quirúrgico asistente delegaba la rutina diaria del cuidado de paciente el cambio de vendajes, retirar las suturas, indicar pruebas de laboratorio, renovar medicamentos, y docenas de otras tareas a los residentes.

El residente de más alto rango en cada servicio se aseguraba que el trabajo fuera llevado a cabo por los médicos más jóvenes.

Santana debería estar exenta de esas tareas menores.

—Veo a todos los pacientes en el servicio cada día—dijo Santana—Pero los subordinados hacen todo el trabajo. Simplemente me gusta asegurarme de que no olviden nada.

Mientras se apresuraban juntas, Brittany intentó establecer en su mente los puntos de referencia para no perderse la primera vez que estuviera sola.

El Hospital de la Universidad era un laberinto de edificios interconectados que se había erigido en varias ocasiones durante los últimos cien años, y para los no iniciados, parecía ser una mezcla desordenada de pasarelas, puentes y túneles.

A pesar de tener un buen sentido de orientación, ella estaba un poco desorientada.

—Gracias por mostrarme los alrededores—Brittany estaba empezando a jadear un poco cuando Santana dio una vuelta brusca y la dirigió a otra oscura y estrecha escalera.

No debo ganar ningún peso en este servicio si este es su paso normal.

Santana se encogió de hombros, subiendo los escalones de dos en dos.

—Es parte del trabajo.

Pero no lo era, Brittany lo sabía.

Muchos otros residentes no se habrían molestado, dejándola valerse por sí misma en un lugar extraño y con una pesada carga de pacientes nuevos.

Tampoco se tomarían el tiempo para revisar doblemente a los pacientes de la forma en que Santana lo hacía.

A pesar de que Brittany apenas conocía a la mujer, la profesionalidad de Santana no la sorprendió. Recordó la forma en Santana había acunado su cara, examinado su mandíbula, sus ojos centrados y compasivos, sus manos.

—¡Oh!—exclamó Brittany mientras tropezaba con la punta del pie sobre una banda de rodamiento y era lanzada de cabeza hacia la barandilla.

Alzó el brazo para amortiguar el impacto y en vez de eso cayó en los brazos de Santana. Bajaron a trompicones las escaleras.

—Umph—gruñó Santana—Jesucristo. ¿Qué pasa contigo?

—Lo creas o no—jadeó Brittany—Por lo general soy muy coordinada.

Brittany hizo un balance de sus diversas partes del cuerpo, incómodamente consciente de Santana debajo de ella, tumbada sobre la espalda, los brazos y las piernas de Brittany estaban enredados con los de ella.

El dolor en su rodilla izquierda no hizo nada para mitigar la sensación de presión de Santana, con su muslo entre sus piernas. El corazón de Santana martilló contra su pecho, y el cálido aliento rozó su cuello.

—Lo siento. ¿Estás herida?

—Es difícil de decir—murmuró Santana.

Todo lo que puedo sentir es a ti.

La morena mantuvo cuidadosamente las manos a los lados, porque cualquier movimiento no haría sino aumentar la intimidad no intencionada de su posición.

Brittany era suave en todos los lugares correctos, y cada uno de ellos parecía encajar perfectamente en el cuerpo de Santana, como si ambas hubieran sido talladas en imágenes similares.

Ha pasado demasiado tiempo desde que yo no he estado con nadie.

Eso es todo.


—¿Alguna oportunidad de soltarme? Voy a tener un surco permanente en la espalda por esta escalera.

—Oh Dios, sí. Lo siento—Brittany apoyó ambas manos en el siguiente escalón, apoyándose en los hombros de Santana, y se empujó hacia arriba.

Por desgracia, el movimiento levantó su torso pero apretó su pelvis firmemente con el de Santana. Oyó una respiración rápida mientras que la oleada de calor a lo largo de su columna vertebral la tomó por sorpresa.

—Oh.

—¿Te has hecho daño?—preguntó Santana, logrando mantener la voz firme.

Dos segundos más de este contacto en todo el cuerpo y ella no iba a ser capaz de mantener las manos alejadas. Así las cosas, sus muslos temblaban y tenía el estómago hecho nudos.

—Dios, te sientes bien.

—¿Qué?—Brittany preguntó a través de una bruma de sensación inesperada e inexplicable.

—Herida—Santana murmuró, luchando contra su excitación—¿Te duele algo?

—Oh, no—dijo Brittany rápidamente.

Todo lo contrario.

Se preguntó fugazmente si Santana siempre era tan cálida. Podía sentir el calor irradiando de ella, incluso a través de sus ropas.

El cuerpo de Santana era firme, a diferencia de los ángulos y la dureza a la que estaba acostumbrada. Pero entonces, había pasado tanto tiempo desde que había estado tan cerca de alguien que tal vez su memoria estaba distorsionada.

Con tanto cuidado como pudo, se rodó hasta quedar tumbada de espaldas junto a Santana, mirando la pintura amarillenta del techo.

—¿Cuáles son los daños?

¿Aparte del hecho de que voy a estar excitada durante horas sin alivio a la vista?

Santana se sentó y apoyó los codos en las rodillas. Se frotó la parte posterior de su cuello en un músculo anudado cuando se había tensado al mantener su cabeza de golpear la escalera. Luego, hizo girar con cuidado su espalda de lado a lado.

—Todo parece estar en orden. ¿Y tú?

—Mi rótula emitió un buen estruendo—admitió Brittany, dándose cuenta de que Santana probablemente había impedido que sufriera lesiones más graves.

Cautelosamente, extendió y flexionó la pierna.

—Gracias.

—Ven, déjame comprobar—Santana se deslizó varios escalones y se volvió.

Se inclinó hacia adelante y puso ambas manos alrededor de la pantorrilla de Brittany.

—Súbete la bata para que pueda ver tu rodilla.

—Está bien, solo uno más.

—Deja que yo decida. Es posible que necesitemos hacer rayos X.

—Mira, tenemos que hacer rondas.

—Jesús—dijo Santana irritada—¿Vas a discutir por todo lo que digo?

—Sólo estoy tratando de ganar tiempo. Hay pacientes que tenemos que revisar.

—Y lo vamos a hacer. Tan pronto como pueda comprobar esto. Ahora levanta tus pantalones.

Teniendo en cuenta que Santana estaba de pie sobre ella y ella no tenía adónde ir, aunque fuera capaz de liberarse con gracia, Brittany hizo caso.

Una abrasión de cuatro pulgadas se extendía sobre la parte superior de la tibia de su rótula, que estaba hinchada y descolorida.

Cuando Santana le dio instrucciones para enderezar la pierna, lo hizo, viendo los dedos de Santana prensar y sondear su rodilla. Buenas manos, en todos los sentidos de la palabra.

Seguras, eficientes y gentiles.

La danza de la carne sobre la carne, no importa cuán inocente, era sin embargo un intercambio íntimo. Ella siempre fue consciente de la confianza depositada en ella cuando examinaba a un paciente, y lo sintió ahora con el contacto de Santana.

—¿Duele aquí?—preguntó Santana, primero palpando la medial y luego los ligamentos laterales que rodean la articulación.

—No, se siente estable. Estoy seguro de que está bien.

Santana levantó la mirada, las cejas oscuras se juntaron cuando ella frunció el ceño.

—Eres un paciente pésimo.

—Me han dicho. ¿Puedo levantarme ahora?

—Poco a poco—Santana se enderezó y le tendió la mano—Y no pongas todo el peso de inmediato. Pon tu otra mano en mi hombro hasta que pruebes la rodilla.

Brittany tomó la mano de Santana y se dejó guiar hacia arriba, pero ella se resistió a la instrucción de apoyarse en Santana. Ya había tenido contacto corporal más que suficiente por el momento, y necesitaba reafirmar su independencia.

Estaría condenada si dejaba que Santana pensara que ella no era capaz en todos los aspectos. Acomodó gradualmente todo su peso sobre la pierna lesionada.

—Todo está bien.

—Bueno.

Santana notó la reticencia de Brittany de tocarla y lo atribuyó a la reticencia habitual de las mujeres heterosexuales a acercarse demasiado a ella, aun cuando a ellas no les molestaba porque ella fuera lesbiana.

De alguna manera, todavía estaban incómodas.

Por lo general, a ella no le importaba, y el murmullo de decepción que sintió por lo evasiva de Brittany fue una sorpresa.

Soltó la mano de Brittany.

—Una prueba más.

—No hay problema.

Santana esperó a que Brittany diera unos pasos y la siguió, haciendo una cuidadosa evaluación de paso de Brittany. Se alegró de ver que no había evidencia de cojera.

El hueco de la escalera que conducía a un pasillo corto terminaba en una puerta metálica de color marrón claro. Ella asintió con la cabeza cuando Brittany le brindó una mirada inquisitiva. Brittany agarró travesaño de la puerta y juntas entraron a un pasillo muy iluminado enfrente del salón de cirugía.

Brittany miró a su alrededor, frunciendo el ceño.

—Diablos. Podría haber jurado que estaríamos en la cuarta planta.

Santana apoyó un hombro contra la pared, jugando con el cordón de sus pantalones, moviendo rítmicamente la cuerda a través de sus dedos.

Ella sonrió, disfrutando el papel de guía turístico.

No se preguntó por qué.

—Estamos en el edificio Malone. Excepto que el cuarto piso del edificio conecta a la quinta planta de este edificio. No me preguntes por qué...

—Me estás tomando el pelo, ¿verdad?

Poco a poco, Santana negó con la cabeza.

—Oh, estoy en un gran problema.

—No, no lo estás. Es mi trabajo ver que no lo estés.

Santana se apartó de la pared y caminó unos metros hasta el ascensor. Pulsó el botón de arriba.

—Por lo general, caminamos, pero te daremos un descanso.

—No te molestes. Puedo aguantar las escaleras.

—Tal vez yo no pueda.

Brittany resopló, pero sonrió.

—Me siento como si estuviera dibujando un mapa o dejando caer migas de pan.

—Pon atención, y en unos pocos días, sabrás todos los secretos de este lugar.

—¿En serio?

Brittany observó el rostro de Santana, en busca de algún significado oculto. Habían estado solas durante cerca de una hora, pero en realidad no habían hablado de la última vez, la única vez que habían estado solas juntas.

Debían aclarar las cosas.

Ella sabía que deberían.

Pero ella no quería tocar el tema.

No quería saber si Santana se había enfadado con ella todos estos años. O tal vez no quería saber que Santana nunca había pensado en ella en absoluto.

—No es tan complicado—Santana se apartó de la mirada inquisitiva de Brittany.

No sabía lo que podría mostrar su rostro, pero no quería que Brittany pensara que esos pocos momentos de años antes no significaban nada ahora. Tantas cosas habían pasado desde entonces, podría haber sido en otra vida.

Ciertamente ella si era una persona diferente.

El timbre del ascensor sonó y la salvó de pensar en ello por más tiempo.

—Vamos a empezar en la parte superior.

—Por supuesto.

Varios minutos después, salieron a un pasillo poco iluminado, y Santana señaló.

—Dos alas en cada piso. Los números menores son de la izquierda, los más grandes a la derecha. Los pisos quirúrgicos principales son el doce, diez, nueve, ocho. Las Unidades de Cuidados Intensivos se encuentran en el seis.

Brittany gimió.

—¿La UCI está un piso más arriba de la sala de operaciones? Odio transportar a los pacientes después de la operación, en el ascensor.

—Yo también—Santana estuvo de acuerdo—Pero no había suficiente espacio para extender el número de sala de operaciones y todavía mantienen la unidades de cuidados intensivos en el mismo piso.

—¿Cuántas salas de operación hay?

—Doce de cirugía general, cuatro de ginecología, cuatro de ortopedia, y algunos sin asignar.

—Muy ocupado.

—Oh, sí—Santana comenzó a bajar por el pasillo a la izquierda y le indicó el primer cuarto—Este es un paciente de APR.

—Espera un minuto—dijo Brittany, frunciendo el ceño hacia su lista—¿APR?

—Tendemos a identificar a los pacientes, por las iniciales de su atención. Éste es de López.

—La resección de colon de ayer, ¿verdad?—preguntó Brittany, todavía escaneando los nombres de los pacientes—McInerney.

—Esa es. Terminamos a las seis anoche, casos de rutina. Ella todavía tiene un dren, una sonda naso gástrica, y una vía intravenosa.

—Es raro, ¿trabajando con tu padre?

—No lo sé—dijo Santana rotundamente—López es el presidente. Esa es la única relación que tenemos aquí.

Brittany se sorprendió por la ausencia de ira o siquiera de emoción alguna en la voz de Santana. No obstante, reconoció la firmeza de su tono. Se preguntó si eso era el tema principal o el hecho de que estuviera preguntándole lo que molestaba a Santana.

De cualquier manera, estaba claro que ella se había salido de los límites.

¿Qué había en Santana López que la hacía olvidarse de las reglas?

—Lo siento. Eso no es asunto mío.

—No hay problema. Me lo preguntan mucho—Santana se volvió y entró en la habitación del primer paciente.

Le tomó un momento a Brittany reconocer que la discusión estaba cerrada.

Se apresuró atrás de Santana, y durante los siguientes cincuenta minutos se movieron de un paciente a otro, revisando las notas, tirando los desagües, actualizando las órdenes, y en general coordinando la atención de cada paciente.

No hablaron, excepto para discutir los planes de atención y tratamiento hasta que todos en la lista habían sido examinados. Trabajaban de forma rápida y eficiente.

Cómodamente juntas.

Brittany no se sorprendió.

Desde la primera vez habían tenido un ritmo natural, incluso cuando estaban entrenando.

—¿Lista para otra taza de café?—preguntó Santana cuando se sentaron juntas en la estación de enfermeras del octavo piso, al terminar la última de sus notas en la lista.

—Oh, sí—respondió Brittany.

No había dormido mucho la noche anterior. La semana había sido un torbellino de actividad con el embalaje y la mudanza, preocupándose por su nuevo cargo, y tratando de anticipar las dificultades inherentes a su nueva vida.

Estaba cansada.

Un repentino pensamiento se le ocurrió mientras ellas comenzaron a bajar la escalera una vez más.

—¿Estoy de guardia esta noche?

—Los nuevos residentes siempre tienen ronda la primera noche. Ya lo sabes.

Lo sabía, pero todavía no había planeado eso.

Tonta.

Santana puso ambas manos en la barra metálica de una puerta que lucía un gran cartel rojo que decía Puerta de incendios- No abrir.

—Vamos a tomar un poco de aire—dio un empujón.

—¿Por qué no?—dijo Brittany, mirando la hora.

Tenía que hacer una llamada telefónica.

—¿Ocurre algo?—preguntó Santana, comprobando el cielo.

El pronóstico de lluvia no estaba a la vista. Había treinta grados fuera, en día claro y nítido de enero.

Ninguna llevaba abrigos.

Los vendedores en la calle, como de costumbre, no se inmutaban por el clima. Sus carritos, tirados por atrás de los camiones en su posición de todos los días y atrás de su motor de cuatro ruedas, se alineaban frente al hospital y en todo el campus, dispensando todo tipo de comida de perros calientes hasta diversa comida.

—No—dijo Brittany rápidamente—Todo está bien.

—En realidad, yo estoy de guardia esta noche.

Santana se dirigió hacia el carrito de acero inoxidable en la tercera fila. La pequeña ventana de cristal estaba parcialmente cerrada y el vapor que calentaba los alimentos salía desde el interior.

—Pero quiero que te quedes y te acostumbres a cómo se ejecuta el servicio. Estarás mañana por la noche.

—Bien—Brittany no tenía otra opción, y realmente no era una petición irrazonable.

Esperaba asumir parte de la responsabilidad de ejecutar el servicio tan pronto como fuera posible, y con el fin de hacer eso, ella tenía que estar familiarizada con los procedimientos y protocolos de la nueva institución.

Incluso si hubiera estado en desacuerdo, era una orden de Santana. Esa era la naturaleza de la jerarquía, y ella aceptaba eso.

Hora de reclamar su lugar en él.

Avanzó frente a Santana y ordenó.

—Dos cafés—echó un vistazo a Santana—¿Quieres algo más? Yo invito.

—En ese caso, comeré un hot-dog grande con chile y mostaza.

Brittany hizo una mueca.

—Son las diez y media de la mañana.

Santana sonrió.

—Entonces tomaré dos.

—Estás enferma—murmuró Brittany y luego pidió la orden. Pagó y recogió la bolsa de papel marrón, volviéndose a Santana—¿Supongo que querrás comer fuera?

—¿Tienes frío?

—No, en absoluto.

—Ujá, claro. Estás temblando de emoción por todo esto—Santana se rió del improperio amortiguado de Brittany—Vamos, te voy a mostrar mi escondite.

—¿Es uno de esos secretos?—Brittany observó los ojos expresivos de Santana que se oscurecieron, preguntándose si una vez más estaba pisando territorio prohibido, pero entonces vio aparecer el brillo de la sonrisa.

La pequeña cicatriz no interfería con la exuberante belleza de los labios de Santana. De hecho, la irregularidad hacía de su boca más atractiva, y Brittany tuvo el repentino impulso de tocar ese lugar menos perfecto con la punta del dedo.

Apretó su agarre de la bolsa de papel, temerosa de su impulso.

Nunca había querido tocar a alguien por otra razón que la de sentir su piel.

—Nunca se sabe—respondió Santana, tomando una de las tazas de café que sostenía Brittany.

Sus dedos rozaron la parte superior de la mano de Brittany.

—Puede ser.



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Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D


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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Retroceder el Tiempo (Adaptada) Epílogo

Mensaje por 3:) Dom Jul 31, 2016 8:21 pm

hola morra,...

si en milésimas de segundo se ponen asi,... cuando sea el momento arde trolla jajaja
empezaron a mostrar los "lugares secretos" mmmmm... va a ser interesante!!!
a ver como va la primer guardia??

nos vemos!!!
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Mensaje por monica.santander Lun Ago 01, 2016 12:08 am

Me encanta como va la historia!!!!
Saludos
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Mensaje por 23l1 Lun Ago 01, 2016 12:20 am

3:) escribió:hola morra,...

si en milésimas de segundo se ponen asi,... cuando sea el momento arde trolla jajaja
empezaron a mostrar los "lugares secretos" mmmmm... va a ser interesante!!!
a ver como va la primer guardia??

nos vemos!!!



Hola lu, jajajaajajajajajja, pero que gran pregunta la tuya! ajajajajajajajajajajajajajaja y que gran conclusión llegaste! ajajajajjajajajaja. Van avanzando bn, no¿? y si q lo es jajaajjaajajjaa. Aquí el siguiente cap para ver si trae algo jajajajaja. Saludos =D





monica.santander escribió:Me encanta como va la historia!!!!
Saludos



Hola, entonces vamos bn, espero y siga así la vrdd xD ajjaajajajaja. Saludos =D





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