[Resuelto]FanFic Brittana: Ángel de Fuego (Adaptada) Cap 39 - Fin

Prólogo

Unas vacaciones fuera de la ciudad suena simplemente como un boleto para Santana López y Brittany Pierce.

Uniéndose a sus amigas del Departamento de Policía de Dallas, Marley Rose y Kitty Wilde en una casa rodante alquilada, partieron hacia las montañas de Nuevo México… y de camino a enfrentarse a una persecución.



Las agentes del FBI Quinn Fabray y Rachel Berry están rastreando una cantera mortal en un territorio desolado.

Un ex compañero de equipo de la época cuando Quinn trabajaba como agente de operaciones especiales está en la clandestinidad, planificando quién-sabe-qué tapa sobre una matanza.

Con un rehén en juego y el tiempo corriendo, Quinn acepta a regañadientes la ayuda externa de una mujer que no conoce... ni confía.

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Hola, aquí les dejo la siguiente historia. Gracias por leer y más aun por comentar! Saludos =D

Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo!

Pd2: aquí mis anteriores historias (adaptadas todas):

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SE QUE ESTÁN SACANDO MIS ADAPTACIONES, POR "MI" PARTE Y "MIS" ADAPTACIONES NO ME MOLESTA, PERO AL MENOS NOMBREN AL FORO... SI SUBEN OTRO CAPITULO Y NO LO NOMBRAN, "EN CADA CAPITULO QUE SUBAN", VOY A BORRAR MIS ADAPTACIONES Y DENUNCIAR LA ADAPTACIÓN. Saludos =D

Capitulo 1

Santana López se echó hacia atrás en su silla de campaña y observó con diversión como su mejor amiga intentaba avivar el fuego.

—Rose ¿qué demonios estás haciendo?

—Combustible—Marley hizo una pausa—A menos que desees mover tu culo para ayudar.

—No, no. Estoy bien. Pero después que enciendas esa cosa ¿podrías traerme una cerveza?

Marley se volteó hacia Santana.

—¿Vas a levantarte y hacer algo?

—Estoy de vacaciones. Creo que eso fue lo que me prometiste cuando acepté venir aquí ¿no es así? Que te encargarías de todo para que yo me relajara—le recordó Santana.

—Sí, pero tan mandona como estás, no creo que pueda soportarlo.

—¿Mandona? ¿Yo?

Marley le ofreció una sonrisa torcida.

—Oh, sí, López. Tú.

—Vamos. He madurado en los últimos años. Eso es lo que dice Britt. Algunas personas incluso podrían decir que ahora soy agradable.

Marley se echó a reír.

—Nombra uno de tus colegas que utilizaría esa palabra. Y me refiero a colegas actuales. No puedes utilizar a Finn. Le has salvado la vida. Él tiene que decirlo.

Su actual equipo pasó por su mente de forma rápida y... está bien.

Así que tal vez Marley tenía un punto.

—Sí. Piénsalo…—Marley bromeó mientras se dirigía hacia su casa rodante alquilada, probablemente para buscar la cerveza que había solicitado.

Santana sonrió, luego respiró profundamente el aire fresco de la montaña, tan diferente del aire de la ciudad al que estaba acostumbrada.

Tenía que admitir que era relajante, este viaje de campamento al que Marley y Kitty las habían convencido a asistir.

Se había resistido al principio.

¿Un viaje a Nuevo México?

¿En una casa rodante alquilada?

¿Durante toda una maldita semana?

No, no era lo suyo.

Pero Brittany había pensado que sería divertido y Marley le había acosado lo suficiente como para finalmente ella accediera.

En Dallas, las cuatro se la pasaban juntas cada vez que sus horarios lo permitía, últimamente parecía ser cada vez menos. Marley y Kitty todavía trabajaban en Homicidios y Brittany todavía estaba en CIU (Unidad de Investigación Científica).

Santana había pasado al FBI unos años atrás. Desearía poder decir que le encantaba, pero la verdad era que echaba de menos Homicidios y echaba de menos trabajar con Marley.

Pero después de lo que había sucedido con Finn Hudson, después de todo el asunto de Patrick Doe, necesitaba un cambio. Ni siquiera le había dicho a Brittany, pero estaba pensando en regresar al Departamento de Policía de Dallas.

Esa era una de las razones por las que había accedido a este viaje.

Quería tiempo para pensar las cosas y decidir si estaba lista para regresar. No quería alimentar las esperanzas de Brittany si no estaba segura.

—Aquí tienes, princesa—dijo Marley mientras le entregaba a Santana una botella de cerveza.

—Gracias—Santana miró hacia la casa rodante—¿Qué están haciendo ahí?

—Britt está haciendo algún tipo de arroz y Kitty esta sazonando el pollo.

Marley acercó su silla.

—Esto es grandioso ¿no? Podríamos estar en casa bajo el calor sofocante. Septiembre y todavía está por encima de los 90. Es una locura—respiró profundamente—Por el contrario, estamos aquí en las montañas. Sin humedad. Agradable y fresco. Y lograremos ver algo del color de principios de otoño.

Chocó suavemente su botella de cerveza contra la de Santana en un brindis silencioso.

—Es grandioso aquí arriba ¿no es así?

—Sí, lo es—Santana tomó un trago de su cerveza—Gracias por hacerme hacer esto.

—Síp—Marley tomó un trago de su cerveza—¿Sabes? Ellas quieren ir mañana a Taos ¿Qué tal si le dejamos ir y tú y yo bajamos hasta el arroyo de truchas que nos contó el guardabosques?

Santana levantó sus cejas.

—¿Crees que ellas van a aceptar eso?

Marley asintió y sonrió.

—Síp. Sólo tenemos que quejarnos lo suficiente. Ellas estarán encantadas de deshacerse de nosotras.

—Bueno, ha pasado un tiempo desde que hemos pescado.

—Ha pasado un tiempo desde que hemos pasado el rato—le recordó Marley—Es por eso que he pensado que estas vacaciones serían buenas para todas. Has estado un poco… bueno… malhumorada últimamente.

Santana se rió.

—¿Malhumorada? ¿Yo?

—¿Necesitas hablar de algo?—ofreció Marley.

Santana asintió.

Había conocido a Marley por casualidad.

Marley todavía trabajaba en la Unidad de Víctimas Especiales cuando le habían asignado a Homicidios para trabajar un caso. Habían congeniado inmediatamente, algo muy raro para Santana.

En aquel entonces, no tenía amigos, sólo Brittany.

Pero ella y Marley habían hecho clic de inmediato. Descubrió que era muy fácil hablar con Marley, tanto como lo era con Brittany.

—Estoy pensando en dejar el FBI—dijo Santana.

—¿En serio? Pensé que te encantaba.

Santana se encogió de hombros.

—Fue un buen cambio. Lo necesitaba.

—¿Y ahora?

—Es sólo una maldita política todo el tiempo. Odio ser parte de eso.

Santana miró  a Marley.

—La verdad es que extraño Homicidios. Extraño al equipo.

—¿Quieres regresar?

—Tal vez ¿Qué piensas?

—Oh, demonios sí, López, eso sería grandioso. Sabes que el teniente Schuester encontraría un lugar para ti, sin problema. Tal vez tú y yo ¿sabes?

—Sin embargo, te acaban de asignar una nuevo compañero.

—Síp y él me gusta. Quiero decir, él no es Kitty, no me malinterpretes—dijo Marley con una sonrisa—Pero realmente no estoy muy apegada a él ni nada por el estilo. Además, él piensa que hablo demasiado.

Santana se rió.

—Que sorpresa.

—No. En serio ¿Vas a regresar?

—Ha estado mucho en mi mente últimamente.

—¿Qué piensa Britt?

—No le he dicho. Quería estar segura—tomó otro trago de su cerveza—Nuestros horarios son tan diferentes, ya no tenemos mucho tiempo para estar juntas. Sé que estaría encantada si regreso.

—Sí, todos estaríamos encantados.

—Ya veremos. Para mi carrera, sería dar un paso atrás, ya sabes.

—Oh, por favor. Ustedes los del FBI siempre piensan que están en la cima del mundo—dijo Marley con una risa.

—Eso es porque lo estamos, Rose.

Levantaron la mirada cuando un camión se acercó a toda velocidad y luego se deslizó cuando se detuvo. Era un polvoriento camión verde del Servicio Forestal y un guardabosque se bajó prácticamente corriendo hacia ellas.

—Son de la fuerza policial ¿no es así?—preguntó él rápidamente—Me dijeron que lo eran. Tengo una situación.

—¿Una situación?—preguntó Marley—Estamos algo fuera de nuestra jurisdicción ¿sabes? Soy del departamento de policía de Dallas—Marley señaló hacia Santana—López es del FBI. Supongo que tal vez eso podría ayudar.

—¿Qué está pasando?—preguntó Santana.

—Recibí una llamada de auxilio de la esposa de uno de mis guardabosques—dijo él mientras retorcía sus manos nerviosamente—Es su día libre. Ella dijo que alguien estaba en su casa, que tenía un arma. Escuché disparos y se cortó la comunicación.

—¿El departamento del Sheriff?

—Sí, los llamé, pero tienen un enorme problema abajo en la autopista 64. Hay cinco coches implicados y también tienen heridos de bala—explicó él—Enviarán a alguien aquí tan pronto como les sea posible, pero tengo un mal presentimiento. Quiero decir, escuché disparos en el teléfono. Necesito a alguien en este momento.

Santana miró a Marley.

—Supongo que podríamos echar un vistazo.

—Síp. Está bien—Marley se levantó—Iré por nuestras armas y le diré a Britt y a Kitty.

Pero ellas ya habían salido.

Brittany se acercó a Santana, su mirada interrogante.

—¿Todo bien?

—Creo que sí. Él quiere que echemos un vistazo a algo. Posible allanamiento de morada—dijo Santana—Tardará un poco para que la oficina del sheriff llegue. Pensábamos echar un vistazo.

—Está bien. Entonces demoraremos la cena.

—Ya regresamos.

Santana dudó un segundo mientras miraba a Brittany, su instinto le decía que no se alejara por ninguna razón.

Se sintió un poco avergonzada bajo la mirada del guardabosques, pero sacudió ese sentimiento y abrazó brevemente a Brittany.

—Regreso enseguida—susurró a su oído.

—Ten cuidado, Sanny.

—Siempre, Britt-Britt.

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Capitulo 2

—Él tiene dos hijas—dijo él mientras giraba en un pequeño camino de tierra que cortaba el bosque—No sé sus edades. Una de ellas está en la secundaria. La otra tiene, oh, no sé, diez u once años, supongo.

El camino se abrió en un claro rocoso y una pequeña cabaña de troncos apareció a la vista. Se mezclaba bien con los árboles y las rocas y Santana tuvo tiempo de pensar en lo atractivo que parecía.

Pero el guardabosque pisó los frenos y su mirada fue atraída hacia el cuerpo tendido en el camino.

—Oh, mierda—murmuró Marley.

Santana y Marley salieron.

Santana señaló hacia el guardabosque.

—Quédate aquí.

Él asintió con la cabeza, con los ojos muy abiertos.

—Es... oh, Dios, es la hija mayor.

Caminaron hacia adelante.

Marley se puso en cuclillas, tocando el cuello de la chica. Miró a Santana y negó con la cabeza.

—Disparo. Parte posterior de la cabeza.

—Parece que estaba corriendo hacia la carretera—dijo Santana en voz baja, sus ojos fijos en la casa.

Sacó su arma y Marley hizo lo mismo. Santana hizo un gesto con la cabeza hacia la izquierda y Marley se dirigió hacia allá. Santana se movió lentamente hacia la derecha, escuchando.

Pero estaba silencioso.

Demasiado silencioso.

Ni siquiera se escuchaba un pájaro.

Marley señaló hacia un lado, indicando que iría hacia la parte trasera de la casa. Santana asintió y se acercó al porche. La puerta principal estaba abierta. La impresión de una mano ensangrentada estaba al frente. Abrió la puerta lentamente, las bisagras chirriaron cuando la puerta se abrió hacia dentro.

Un hombre estaba en el suelo, boca abajo. Un charco de sangre alrededor de su cabeza. Pasó por encima de él, entrando en la sala de estar.

Escuchó a Marley entrar por la parte posterior. La cocina, asumió ella. Se dirigió hacia el pasillo, abriendo las puertas de los dormitorios. Las tres estaban vacías y parecían imperturbables.

—Despejado—dijo Santana en voz alta.

—Despejado—dijo Marley en voz alta.

Santana regresó a la sala y entró en la cocina. Marley se reunió con ella en la puerta.

—Encontré a la esposa—dijo Marley—Muerta.

Santana asintió.

—Sí. Encontró a un varón en la puerta principal. Supongo que el marido.

—La mujer recibió un disparo en la cara—dijo Marley—Podría haber sido mientras estaba en el teléfono.

—Las habitaciones parecían imperturbables—dijo Santana—Tal vez la hija menor no estaba en casa.

—O tal vez se la llevó—Marley negó con la cabeza—¿Qué demonios ha pasado aquí, López?

—No lo sé. Es como si hubieran sido ejecutados. Todos con un disparo en la cabeza—se dirigió hacia la puerta—Déjame traer al guardabosque para que haga una identificación positiva.





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Con un poco de persuasión, Brittany encendió la fogata nuevamente. Ganaría un punto permitiendo que Marley supiera que lo había hecho sin el combustible.

—Sólo tres días y el trabajo policial entró en juego—dijo Kitty mientras se sentaba a su lado.

—Lo sé. Necesitábamos un descanso. Espero que no sea nada serio—Brittany se acercó más—Y ahora que estamos solas, cuéntame de esa casa que estás mirando.

Los ojos de Kitty se iluminaron mientras sonreía.

—Hemos hablado sobre comprar desde hace un par de meses. Y por supuesto, lo primero que hizo Marley fue buscar en tu área.

—Eso sería genial ¿sabes? Últimamente parece que es muy difícil reunirnos. Sé que San extraña pasar tiempo con Marley.

—Marley también—dijo Kitty—Sin embargo no quiero agobiarlas. Si Marley se saliera con la suya, seríamos sus vecinas.

Brittany se echó a reír.

—Y creo que eso estaría bien con San.

—¿Qué crees que sobre…?

—¡Ayuda! ¡Ayúdennos!

Se voltearon, viendo como un hombre arrastraba a una chica joven. Estaba cubierta de sangre.

Ellas saltaron, corriendo hacia él.

—¿Qué pasó?—preguntó Kitty mientras sostenía a la chica.

Brittany estaba a punto de hacer lo mismo cuando el hombre sacó un arma, utilizándola para aplastar la cabeza de Kitty.

Kitty cayó inerte sobre el suelo, llevando a la niña con ella.

—¡No!—gritó Brittany, girando y agarrando la mano del hombre, pero él se apartó, envolviendo un brazo alrededor de su cuello y presionando el cañón de su pistola contra su sien.

—No creas que no te voy a disparar.

Brittany hizo respiraciones rápidas y cortas en busca de aire, pero dejó de luchar contra su agarre. Giró la cabeza, mirando hacia el suelo donde yacía Kitty.

Estaba sangrando por la herida en la cabeza y estaba inconsciente.

La chica que yacía a su lado parecía estar muerta.

—¿Quién... quién es usted?

—No es tu problema.

Tiró de Brittany con brusquedad detrás de él, su brazo aún sosteniéndola con fuerza alrededor de su cuello.

Cuando llegaron al escalón superior de la casa rodante, los ojos de Brittany se clavaron en un cajón junto a la televisión. Su arma estaba ahí, pero si lo inmovilizaba, no estaba segura de poder llegar a ella a tiempo.

Él la arrojó sobre el pequeño sofá, apuntando el arma contra su cabeza.

—Ponte unos vaqueros. También botas de montaña.

Brittany frunció el ceño.

—¿Qué? ¿Por qué?

—No estoy de humor para preguntas estúpidas. Hazlo—gritó él.

Ellas habían tirado una moneda para los arreglos para dormir y ella y Santana habían ganado el dormitorio opuesto al sofá-cama. Se levantó lentamente, levantando sus manos.

Señaló hacia el dormitorio.

—Mi... mi ropa está ahí.

—Tienes 15 segundos.

Estaba de espaldas a él cuando se quitó sus pantalones cortos y se colocó los vaqueros. Sus manos temblaban ligeramente cuando se encontró con sus calcetines de senderismo y se los puso, su mente daba vueltas mientras trataba de averiguar qué hacer.

—Deprisa.

Apenas tuvo tiempo de ponerse sus botas antes que él le agarrara del brazo y tirara de ella levantándola.

—Sudadera y una chaqueta.

—¿A dónde... a dónde me llevas?

—No tienes permitido hacer preguntas.

Ella era policía, sin embargo, se sentía tan impotente.

Si fuera Santana, el hombre ya estaría muerto.

Pero ella no era Santana y no estaba dispuesta a tratar de desarmarlo. Si fallaba, no tenía duda que le mataría. Así que hizo lo que le dijo, sólo que era la sudadera de Santana la que agarró en lugar de la suya. Eso le dió algo de consuelo mientras la deslizó sobre su cabeza.

Él le empujó hacia fuera y la lanzó hacia el suelo. Ella miró a Kitty, que todavía no se había movido.

—De rodillas—dijo él—Cruza los tobillos. Las manos detrás de la cabeza.

Brittany hizo lo que le dijo, su cuerpo temblando de miedo mientras levantaba sus manos sobre su cabeza y entrelazaba sus dedos.

¿Iba a ejecutarla?

No.

Había hecho que se cambiara de ropa por una razón. Arrancó una cuerda que ellas habían colgado para poner a secar sus toallas. Sacó de una funda en su pierna un cuchillo grande y cortó la cuerda por la mitad. Se acercó a ella, luego la levantó.

—Extiende tus manos.

Sus ojos estaban fijos en el cuchillo y ella hizo lo que le dijo, sabiendo que una vez que estuviera atada cualquier idea de escapar se habría esfumado.

Sus manos fueron atadas a un árbol cercano. Él tomó la cuerda restante y ató las manos de Kitty a los de la chica.

Brittany miró con impotencia como Kitty era atada.

—¿Está... está muerta?

—¿La chica? Sí. Tu amiga aquí, no—sostuvo el cuchillo hacia arriba—¿Debo terminar con ella?

—Por favor... no—susurró Brittany.

—"Y si le perdono ¿qué me darás a cambio?

—¿Qué... qué es lo que quieres?

Él no dijo nada.

Caminó hacia el trayecto por donde había venido. Por un momento, Brittany pensó que se iba. Pero él se agachó y sacó una mochila grande de detrás de un árbol. La deslizó sobre sus hombros y se dirigió hacia ella. Se detuvo en el grifo de agua, moviendo las manos bajo el chorro de agua. Lavando la sangre.

Cuando él le miró, Brittany apartó los ojos. Lo escuchó caminar cerca y desatar la cuerda del árbol.

—Levanta los brazos.

Ella lo hizo, tratando de decidir si era lo suficientemente fuerte como para luchar contra él.

Él agarró el exceso de cuerda que colgaba de sus muñecas y tiró de ella con tanta fuerza que detuvo sus pensamientos. Él la envolvió alrededor de su cintura, atándola a su alrededor.

—Listo. Ahora estamos pegados. No hay escape—él apretó la cuerda un poco más—Y en caso de que te estés preguntando, puedo matar tan rápido con mis propias manos como puedo hacerlo con mi pistola o cuchillo.

Brittany se encontró con sus ojos por primera vez.

Esperaba encontrarse con pura maldad.

Esperaba ver locura.

Al contrario, no encontró nada. Inteligentes ojos marrones le devolvieron la mirada.

—¿Qué... qué es lo que quieres?

—Un rehén—él levantó su cuchillo nuevamente—A cambio, no cortaré la garganta de tu amiga.

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Capitulo 3

Santana deslizó las manos por su cabello, notando que estaban temblando. Su estómago estaba en nudos y le dolía el pecho.

Brittany... por favor.

—¿Santana?

Se dio la vuelta, mirando los ojos preocupados de Marley.

Santana asintió con la cabeza.

—¿Cómo está Kitty?

—Van a llevarla al hospital—dijo Marley—Dijo que un hombre salió del bosque arrastrando a la chica. Ellas no sabían que estaba muerta. Cuando fueron a ayudar, él le golpeó con algo. Cuando volvió en sí, estaba atada a la chica—hizo una pausa—Britt no estaba.

—Sí. Está bien.

—Llamaste a tu gente ¿no?

—Sí. Se supone que tengo que esperar una llamada de un sujeto llamado Figgins—dejó que su frustración apareciera—Maldita sea, Marley ¿el hijo de puta se llevó a Britt y se supone que debo esperar? ¿Qué demonios?

—¿Qué otra cosa puedes hacer?

—¿Qué puedo hacer?—preguntó Santana en voz alta—Puedo ir tras ella joder, eso.

Se dirigió a la casa rodante como si fuera a hacer eso, pero Marley agarró su brazo.

—Está oscuro, Santana. Venga ¿Dónde vas a ir, huh? ¿Dirigirte hacia el norte?—entonces señaló hacia el bosque—¿O tal vez ir por el bosque hacia algún lugar? Creo que eso es oeste. Demonios, López, o es el sur. Tal vez se fue por ahí. O tal vez tenía un coche y tomó la carretera. Nadie sabe a dónde va. El departamento del sheriff está enfocado en la escena del crimen. Tienen lo de la casa. Tienen el accidente en la carretera donde cuatro personas fueron asesinadas. Escuché decir a uno de ellos que encontraron un coche al sur de Taos con dos cuerpos, con disparos a quemarropa. Piensan que pueden estar relacionados con el accidente. Así que tienes que esperar, López.

—Maldita sea, Rose—murmuró Santana sabiendo que Marley estaba en lo cierto.

—No puedes salir al bosque como una loca, Santana—dijo Marley—Esperemos que llegue un equipo.

—Mató a esa familia como si nada—dijo Santana chasqueando los dedos—¿Qué demonios crees que le hará a Britt?

—Se la llevó porque la necesita. Si la quisiera muerta, ya lo estaría. Así como Kitty—Marley liberó su brazo—Ahora ¿nada fue perturbado en el interior?—preguntó ella señalando hacia la casa rodante.

Santana tragó el nudo en su garganta.

Se cambió por los vaqueros. Sus pantalones cortos estaban en el suelo.

—Faltan las botas de montaña—cerró sus ojos—Y mi sudadera.

—¿Su arma?

Santana negó con la cabeza.

—Todavía está en el cajón. Así como su celular.

Movió su mirada hacia el paramédico que se aproximaba.

—Perdone, pero nos vamos—dijo él a Marley—¿Quiere venir?

Marley le miró y Santana asintió.

—Ve, Marley. Debes estar con Kitty.

Marley se acercó a ella y le abrazó rápidamente.

—No hagas nada estúpido, López. Espera al equipo.

Santana logró una pequeña sonrisa.

—Lo tendré en cuenta.

Marley se fue y Santana volvió su mirada nuevamente al bosque cada vez más oscuro.

Cerró sus ojos.

Britt... Por favor tienes que estar bien.

Nunca se había sentido tan impotente como se sentía en este momento. No estaba acostumbrada a sentirse impotente y no estaba acostumbrada a esperar.

Estaba acostumbrada a actuar.

Devolvió la mirada hacia los árboles más allá de la casa rodante. Por ahí era donde la había llevado. No sabía cómo lo sabía, pero lo sentía en sus entrañas, en su corazón.

Por ahí fue donde se llevó a Brittany. Dio unos pasos en esa dirección, pero se detuvo.

Sabía que sería inútil hacerlo sola.

Y sola era lo que estaba.

Miró hacia el cielo nocturno, sintiéndose en ese momento tan sola como se había sentido, cuando su familia había muerto siendo ella una niña.

Tal vez más.

Sabía que Brittany era todo para ella, sabía que Brittany era lo más importante en su vida.

Lo sabía.

Pero no había contado con el completo vacío que sentía en su ausencia.

Escuchó el chasquido de una ramita y se volteó sorprendida de ver a Marley en dirección hacia ella.

—¿Qué demonios, Rose?

Marley se encogió de hombros y se acercó a ella, chocando ligeramente su hombro.

—Se supone que debes estar con Kitty.

Marley negó con la cabeza.

—En este momento, creo que me necesitas más que ella.

—Oh, demonios, Marley. Tienes que estar con ella.

—Tengo que estar contigo—Marley golpeó su hombro nuevamente—Además, ella quiso que me quedara.

Santana asintió.

Sí, Kitty haría eso.

—Está bien.

—Vamos—dijo Marley—Tenemos esa botella de whisky. Creo que necesitamos tomar una copa.

La mirada de Santana se desvió nuevamente hacia el bosque.

—Sí. Está bien—miró a Marley—Pero no quiero hablar, Rose.

—Diablos, no vamos a hablar. Vamos a beber y a esperar que llame tu gente.

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Capitulo 4

Rachel abrazó con fuerza a Quinn mientras se derrumbaba encima de ella. Su piel estaba húmeda y ambas luchaban por recuperar el aliento.

—Hacer el amor en la tarde... es lo mejor que existe—murmuró Quinn contra su cuello.

Rachel rió en voz baja.

—Pensaba que era la pizza—bromeó Rachel refiriéndose al convite congelado que habían preparado como almuerzo tardío.

No habían estado cerca de una pizzería en ocho días. El amor de Quinn por ellas sacó el único congelado que les quedaba.

—Estuvo muy bueno para ser un congelado.

Quinn giró alejándose de ella y respiró profundamente.

—Te amo, Rach.

Rachel sonrió mientras se apoyaba en un codo.

Esas palabras ahora brotaban fácilmente de Quinn.

—Yo también te amo.

Extendió su mano y trazó ligeramente la cicatriz que dejó la cuchillada en el pecho de Quinn. Vio como el pezón de Quinn se volvía rígido.

—Y tienes razón. Hacer el amor en la tarde es muy agradable. Aunque creo que la tarde ya quedó detrás de nosotras—dijo Rachel mientras miraba por la ventana, sin ver nada más que oscuridad.

Quinn giró la cabeza hacia Rachel.

—¿Aún no estás cansada de esta vida?

Rachel negó con la cabeza.

—No. Me encantan todos los viajes que hacemos.

—¿Y estar apretada en esta casa rodante?

—No me siento apretada.

Rachel la estudió.

Sí, habían hecho un montón de viajes en el último año.

Figgins las había mantenido muy ocupadas y habían visitado casi todos los estados del oeste, excepto Nuevo México.

No le importaba el movimiento constante.

Y sabía que Quinn estaba acostumbrada a ello, no sólo por crecer en una familia de militares sino por estar en el ejército ella misma.

Pero había una expresión en el rostro de Quinn que Rachel no había visto anteriormente.

—¿Tú estás cansada?

Quinn agarró su mano y la llevó a sus labios, besándola suavemente.

—A veces pienso que sería bueno establecernos en algún lugar. Tal vez hacer algo normal.

—¿Cansada del FBI?

Quinn la miró a los ojos.

—Vemos tanta... tanta basura, Rach. Muerte. Angustia. Lágrimas—Quinn miró hacia otro lado—No vemos risas muy a menudo.

—No, no lo hacemos—Rachel apretó su mano—Pero si estás lista para establecerte en algún lugar, deberíamos empezar a pensar en ello. Aunque no sé ni dónde aterrizar. Me encantó Sedona y el departamento del sheriff—dijo Rachel—No creo que quiera regresar a una ciudad grande o una gran fuerza policial. Ni de chiste.

—Así que tal vez nos establezcamos en un pequeño pueblo de montaña donde necesiten un par de ex agentes del FBI muy experimentadas y altamente capacitadas—dijo Quinn con una sonrisa.

Rachel igualó su sonrisa.

—Parece que aterrizamos mucho en Colorado ¿no?

—Sí, tenemos la tendencia de regresar aquí entre casos. Tal vez…

Pero el teléfono de Quinn le interrumpió y reconoció el tono de Figgins.

—No había escuchado hablar de él en una semana—dijo Rachel.

Quinn asintió mientras buscaba a tientas el teléfono.

—Fabray—dijo ella en su tono más profesional, provocando la sonrisa de Rachel.

Si hubiera llamado cinco minutos antes, Quinn habría contestado sin aliento.

La sonrisa de Rachel se desvaneció cuando Quinn la miró.

—Abriré la sesión en este momento. Dame un segundo—dijo Quinn—Estamos... afuera.

Rachel se levantó de la cama, tratando de encontrar sus vaqueros. Quinn se había puesto la camiseta, sin molestarse con el sujetador.

—¿Qué pasa?—preguntó Rachel cuando encontró su camisa.

—Él nos quiere en vídeo. Todo lo que dijo fue ‘una situación del demonio’—dijo Quinn mientras se ponía sus vaqueros—Voy a entrar—hizo una pausa—¿Cómo me veo?

Rachel se acercó, pasando los dedos por el cabello de Quinn para domesticarlo.

—Necesitas un corte.

Quinn se acercó y la besó.

—Probablemente deberías revisarte en el espejo antes de salir.

Rachel se apresuró a entrar en el pequeño cuarto de baño, sonriendo.

Su cabello era una completa maraña.

Echó agua en su rostro y luego tomó un pincel y trajo cierta apariencia de orden a sí misma. Se tomó un momento para mejorarlo, preguntándose qué diría Quinn si se cortaba el cabello.

Bueno, ahora no era el momento para pensar en eso.

Recogió a Lola mientras entraba en la sala de estar de la casa rodante. Lola ronroneó con fuerza cuando Rachel acarició su pelaje negro. Bajó a la gata cuando el rostro de Figgins apareció en la computadora portátil de Quinn.

Él no se detuvo con las bromas.

—¿Has tenido la oportunidad de ver las noticias de hoy?

Quinn miró a Rachel y sacudió la cabeza.

—Trato de evitarlas tanto como sea posible—dijo Quinn.

—Bueno, ha sido un torbellino de día. Apenas estamos reconstruyendo todo—dijo él.

Miró hacia una hoja de papel que tenía en la mano.

—Tuvimos un atraco de un coche blindado en Santa Fe, Nuevo México, al final de la mañana. Cuatro hombres armados con rifles de asalto. Esa compañía abastecía los cajeros automáticos. Estimamos que llevaban tres millones de dólares—dijo él—Dos guardias asesinados. El vehículo blindado fue abandonado a una milla de distancia. El dinero había desaparecido. Tres horas más tarde, 2 de los 4 hombres fueron encontrados muertos a tiros. Sus cuerpos fueron encontrados en lo que supongo era el coche de la huida, al sur de Taos, Nuevo México. A media tarde, se produjo un accidente de tráfico al este de Taos en la autopista 64. Cinco vehículos implicados. Los conductores de dos de los vehículos fueron ejecutados. Cuatro víctimas de tiroteo en total en esa escena—él bajó el papel—Y eso es sólo el principio. Una familia de cuatro, fue asesinada en su casa, junto a la autopista 64, que va hacia Eagle Nest. Eso está a 30 millas o algo así de Taos. Era la familia de un trabajador del Servicio Forestal. Con el departamento del sheriff ocupado con el accidente, el guardabosque tomó la llamada inicial de la esposa y solicitó el servicio de un agente del FBI que estaba acampando cerca de ahí. Encontraron al esposo, la esposa y una hija, muertos en la escena. La otra hija fue llevada… probablemente ya estaba muerta… como un señuelo. Fue usada para pedir ayuda de unas campistas que estaban cerca—hizo una pausa—Y ahora tenemos una situación de rehenes. O al menos eso creemos.

—Eso es mucho, Figgins. Estoy asumiendo que todo está relacionado ¿Ya tienes una identificación?—preguntó Quinn.

Él asintió con la cabeza.

—La video vigilancia en el vehículo blindado capturó a los cuatro hombres. Así fue como identificamos a los dos que encontraron muertos en Taos. Otro hombre se cree fue una de las víctimas del accidente en la 64. Eso deja a uno de los cuatro. Identificado como Ángel Figueroa ¿Te suena?

Los ojos de Quinn se agrandaron.

—¿Ángel?

Quinn negó lentamente con la cabeza.

—Él no es un ladrón de bancos, Figgins. Es un maldito francotirador.

—Sé quién es, pero te estoy diciendo lo que sabemos hasta ahora. Balística aún no ha dado resultados, pero estamos bastante seguros que todo está relacionado.

Quinn se volteó rápidamente hacia Rachel.

—Ángel y yo, estuvimos en el ejército juntos. Él estuvo en mi equipo por un tiempo. Fue el segundo mejor francotirador en el grupo—explicó Quinn.

Rachel no necesitó preguntar quién había sido el mejor.

—Lo último que supe de Ángel, es que era una clase de mercenario en el Medio Oriente—dijo Quinn a Figgins—Suponía le pagaban bien ¿Por qué venir aquí, a una ciudad pequeña en Nuevo México y llevar a cabo un atraco?

—Tal vez estaba bajo en efectivo. Estamos armando un perfil de él ahora, un seguimiento de su paradero desde que abandonó a los militares.

Quinn negó con la cabeza.

—Él es un asesino a sueldo, nada más. Tiene que ser algo más que un simple un robo.

—Bueno, tengo más, en realidad—dijo él—La agente del FBI que estaba en la escena, es de Dallas. Estaba acampando con otras tres personas, las tres del departamento de policía de Dallas. Ellas estaban acampando en el Bosque Nacional de Santa Fe en uno de los campamentos de ahí. La mujer desaparecida es Brittany Pierce, una de las tres policías.

—¿Por qué crees que es una situación de rehenes? Ese no es el estilo de Ángel.

—Llevó una chica muerta con él como señuelo, logrando que las mujeres le ayudaran. Noqueó a una de ellas. Cuando volvió en sí, estaba atada por las muñecas, atada a la chica muerta. La otra mujer, Pierce, había desaparecido.

—¿Y la cuarta?—preguntó Rachel.

—Estaba con la agente del FBI—Figgins lució un poco incómodo—Creo que la cuarta de ellas era... bueno, supongo que se trataba de dos... parejas. Bueno, sé que lo son. La agente Santana López… Pierce es su pareja, según he escuchado.

—¿Alguna persecución en marcha?

—No. Las autoridades locales tenían sus manos llenas tratando de procesar todo. Han mantenido el área asegurada de donde suponemos Pierce fue raptada. Él se había llevado el coche de la familia y lo escondió en el bosque. Sabiendo lo que sabemos sobre Ángel, mi instinto me dice que va a pie. Los asistentes del Sheriff no parecen estar de acuerdo. Ellos piensan que puede estar en la carretera.

—No. Ángel se habría dirigido al bosque—dijo Quinn—Esa fue su formación.

—Sí, lo sé. Pero debido a que él disparó en su condado, los vecinos lo quieren. Ni siquiera tengo el recuento final de muertos. Diez u once—dijo él—Han levantado barricadas en la carretera en ambas direcciones. Están planeando llevar perros en la mañana al campamento. A menos que pueda convencerlos que tú harías un mejor trabajo.

—¿Quieres que rastree a Ángel Figueroa?—preguntó Quinn—Él es bueno. Es muy bueno.

—Sí. Él es un superviviente ¿Quién mejor que tú para ir tras él?

—He estado fuera de los militares desde hace algunos años, Figgins.

—Soy muy consciente de eso, Agente Fabray. Pero estás dentro. Haz las maletas.

—Tengo el equipo de montaña para mí, pero no para Rachel—dijo Quinn—Y necesitaremos raciones.

—Tendré todo el equipo que necesites cuando aterrices.

—¿Aterrice? ¿Qué pasa con la plataforma? ¿Qué pasa con nuestra camioneta? ¿Qué hay de Lola?

—¿Lola? Tu gata no es mi preocupación. La plataforma y tu camioneta de lujo si son de mi incumbencia. Alguien va de camino ahora mismo hacia tu ubicación. Él manejará la plataforma y llevará tu camioneta a Nuevo México. Ve a Durango. Tienen un avión esperando por tí. Me temo que no tendrán mucho tiempo para descansar. Te quiero en el lugar al amanecer. Como has dicho, Ángel no es más que un asesino. Cuando ya no necesite a su rehén, va a eliminarla.

—Entonces ¿dónde está el dinero? Tres millones es mucho dinero—dijo Rachel.

—Revisamos las cámaras de vigilancia en Santa Fe y Taos. Tomando en cuenta que va a pie y los vehículos están limpios, suponemos que escondió el dinero en algún lugar de la zona.

—¿Has identificado a los cómplices?

—Hemos identificado los dos cuerpos encontrados en Taos. Ambos ex-militares, aunque no hay relación evidente con Ángel. Sus caminos no se cruzaron cuando estaban desplegados. Ambos fueron dados de baja con honores el año pasado—hizo una pausa—Encuéntralo, Quinn. Vivo o muerto, no me importa. Lo que sí me importa es que traigas a Brittany Pierce de regreso a salvo. Se trata de una misión de rescate, principalmente.

—Está bien, Figgins. Nos avocaremos a eso—dijo Quinn.

—Estaré en contacto.

Cuando la pantalla se quedó en blanco, Quinn cerró la laptop.

—Sin mucha advertencia—Quinn negó con la cabeza—Y están sucediendo demasiadas cosas.

—¿Santana López? Ese nombre es familiar ¿No era ella quien estaba a cargo del caso Patrick Doe en Dallas?

—Sí. Hablamos con ella ¿no?

—Creo que sí.

Rachel se sentó a su lado y puso a Lola en su regazo.

—Bueno, esta asignación será diferente.

—Sí. Ha pasado un tiempo desde que he hecho un rastreo como este—Quinn suspiró—Sin embargo, voy a extrañar la plataforma.

— Quieres decir que vas a extrañar tus juguetes.

—Sí. Recuérdame bloquear la sala de ordenadores por completo—se inclinó y besó a Rachel ligeramente en los labios—He tenido una tarde muy agradable.

Rachel sonrió contra sus labios.

—Bien. Yo también.

Rachel apartó el cabello rubio de los ojos de Quinn.

—Realmente necesitas un ajuste.

—Lo sé. Sin embargo, parece que tendrá que esperar.

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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D