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[Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
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micky morales
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[Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Sinopsis
Mi cuerpo tiene un apetito.
Un enorme y muy particular apetito: Rubia, con curvas, y preferiblemente no una mentirosa de mierda…
(Aunque eso es una historia para otro día).
Como abogada de alto perfil, no tengo tiempo para perderlo en relaciones, así que satisfago mis necesidades mediante charlas anónimas y durmiendo con mujeres que conozco online.
Si soy lesbiana.
Y eso se sabe, en mi anonimato y públicamente.
Mis reglas son simples: Una cena. Una noche. Sin repeticiones.
Esto es sólo sexo casual.
Nada más.
Nada menos.
Al menos lo era hasta "Alyssa"…
Se suponía que era una abogada de 27 años, una amante de los libros, y en absoluto atractiva.
Se suponía que era alguien con quien compartía asesoramiento jurídico a altas horas de la noche, alguien en quien podía confiar con detalles de mis escapadas semanales.
Pero entonces entró en mi firma para una entrevista —una entrevista como interna universitaria, y todo jodidamente cambió…
Un enorme y muy particular apetito: Rubia, con curvas, y preferiblemente no una mentirosa de mierda…
(Aunque eso es una historia para otro día).
Como abogada de alto perfil, no tengo tiempo para perderlo en relaciones, así que satisfago mis necesidades mediante charlas anónimas y durmiendo con mujeres que conozco online.
Si soy lesbiana.
Y eso se sabe, en mi anonimato y públicamente.
Mis reglas son simples: Una cena. Una noche. Sin repeticiones.
Esto es sólo sexo casual.
Nada más.
Nada menos.
Al menos lo era hasta "Alyssa"…
Se suponía que era una abogada de 27 años, una amante de los libros, y en absoluto atractiva.
Se suponía que era alguien con quien compartía asesoramiento jurídico a altas horas de la noche, alguien en quien podía confiar con detalles de mis escapadas semanales.
Pero entonces entró en mi firma para una entrevista —una entrevista como interna universitaria, y todo jodidamente cambió…
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Hola, aquí la sinopsis y el prólogo de la siguiente historia.
Gracias por leer y comentar!
Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd2: aquí mis anteriores historias (adaptadas todas):
Wallbanger: https://gleelatino.forosactivos.net/t22310-resueltofanfic-brittanawallbanger-2-rustynailed-adaptada-finalHola, aquí la sinopsis y el prólogo de la siguiente historia.
Gracias por leer y comentar!
Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd2: aquí mis anteriores historias (adaptadas todas):
El Affaire López: https://gleelatino.forosactivos.net/t22380-fanfic-brittana-el-affaire-lopez-4-algo-raro-y-preciso-adaptada-epilogo
A los 17: https://gleelatino.forosactivos.net/t22434-resueltofanfic-brittana-a-los-17-adaptada-cap-43-final
Tras el Telón de Pino: https://gleelatino.forosactivos.net/t22474-resueltofanfic-brittana-tras-el-telon-de-pino-adaptada-cap-36-final
Sin Condiciones: https://gleelatino.forosactivos.net/t22505-resueltofanfic-brittana-sin-condiciones-adaptada-cap-47-final
Blonde Girl: https://gleelatino.forosactivos.net/t22520-fanfic-brittana-blonde-girl-adaptada-prologo#538737
Ajuste de Cuentas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22532-resueltofanfic-brittana-ajuste-de-cuentas-adaptada-cap-12-fin
Pídeme lo que Quíeras: https://gleelatino.forosactivos.net/t22535-fanfic-brittana-pideme-lo-que-quieras-adaptada-prologo#539712
Mi Mujer: https://gleelatino.forosactivos.net/t22564-fanfic-brittana-mi-mujer-3-confesion-adaptada-cap-35#542092
Sorpréndeme: https://gleelatino.forosactivos.net/t22576-resueltofanfic-brittana-sorprendeme-adaptada-epilogo#543891
Palabras para Ti: https://gleelatino.forosactivos.net/t22583-resueltofanfic-brittana-palabras-para-ti-adaptada-epilogo
Un Vuelo con Escalas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22590-fanfic-brittana-un-vuelo-con-escalas-adaptada-cap-33-final#544923
Secretos del Pasado: https://gleelatino.forosactivos.net/t22595-resueltofanfic-brittana-secretos-del-pasado-adaptada-epilogo
En tus Brazos y Huir de Todo Mal: https://gleelatino.forosactivos.net/t22602-resueltofanfic-brittana-en-tus-brazos-y-huir-de-todo-mal-ii-pasion-adaptada-epilogo
Parejas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22615p195-resueltofanfic-brittana-parejas-adaptada-cap-41-final#547481
La Chica de Servicio: https://gleelatino.forosactivos.net/t22617-resueltofanfic-brittana-la-chica-de-servicio-3-rindete-adaptada-epilogo-santana
A su Manera: https://gleelatino.forosactivos.net/t22622-resueltofanfic-brittana-a-su-manera-adaptada-cap-50-final
Pídeme lo que Quiéras 4: Y yo te lo Darpe: https://gleelatino.forosactivos.net/t22630-fanfic-brittana-pideme-lo-que-quieras-4-y-yo-te-lo-dare-adaptada-epilogo
Angel de Fuego: https://gleelatino.forosactivos.net/t22633-resueltofanfic-brittana-angel-de-fuego-adaptada-cap-39-fin
Después de Todo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22642-fanfic-brittana-despues-de-todo-adaptada-epilogo
Pintando la Luna: https://gleelatino.forosactivos.net/t22644-resueltofanfic-brittana-pintando-la-luna-adaptada-epilogo
La Luna de Media Noche: https://gleelatino.forosactivos.net/t22647-resueltofanfic-brittana-la-luna-de-media-noche-adaptada-epilogo
Amor en Espera: https://gleelatino.forosactivos.net/t22651-resueltofanfic-brittana-amor-en-espera-adaptada-epilogo
Storms: https://gleelatino.forosactivos.net/t22657-resueltofanfic-brittana-storms-adaptada-epilogo
Fue un Beso Tonto: https://gleelatino.forosactivos.net/t22660-resueltofanfic-brittana-fue-un-beso-tonto-adaptada-epilogo
La Luna de Santana: https://gleelatino.forosactivos.net/t22664-resueltofanfic-brittana-la-luna-de-santana-adaptada-epilogo
Con Todo mi Corazón: https://gleelatino.forosactivos.net/t22666-resueltofanfic-brittana-con-todo-mi-corazon-adaptada-epilogo
La Esposa Del Vecino: https://gleelatino.forosactivos.net/t22668-resueltofanfic-brittana-la-esposa-del-vecino-adaptada-epilogo
Dulce Brittany: https://gleelatino.forosactivos.net/t22671-resueltofanfic-brittana-dulce-brittany-adaptada-epilogo
Eres Para Mí: https://gleelatino.forosactivos.net/t22674-resueltofanfic-brittana-eres-para-mi-adaptada-epilogo
Vampira: https://gleelatino.forosactivos.net/t22679-resueltofanfic-brittana-vampira-adaptada-epilogo
Rojo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22687-resueltofanfic-brittana-rojo-adaptada-cap-34-final
Retroceder el Tiempo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22695-resueltofanfic-brittana-retroceder-el-tiempo-adaptada-epilogo
Dulce Travesura: https://gleelatino.forosactivos.net/t22699-resueltofanfic-brittana-dulce-travesura-adaptada-epilogo
Compañeras: https://gleelatino.forosactivos.net/t22704-resueltofanfic-brittana-companeras-ii-carretera-del-infierno-adaptada-cap-34-y-35-fin
Pequeño Amor: https://gleelatino.forosactivos.net/t22711-resueltofanfic-brittana-pequeno-amor-adaptada-epilogo
Por la Eternidad: https://gleelatino.forosactivos.net/t22718-resueltofanfic-brittana-por-la-eternidad-adaptada-epilogo
Besos: https://gleelatino.forosactivos.net/t22720-resueltofanfic-brittana-besos-adaptada-epilogo
Bambalinas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22725-resueltofanfic-brittana-bambalinas-adaptada-epilogo
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SE QUE ESTÁN SACANDO MIS ADAPTACIONES, POR "MI" PARTE Y "MIS" ADAPTACIONES NO ME MOLESTA, PERO AL MENOS NOMBREN AL FORO... SI SUBEN OTRO CAPITULO Y NO LO NOMBRAN, "EN CADA CAPITULO QUE SUBAN", VOY A BORRAR MIS ADAPTACIONES Y DENUNCIAR LA ADAPTACIÓN. Saludos =D
SE QUE ESTÁN SACANDO MIS ADAPTACIONES, POR "MI" PARTE Y "MIS" ADAPTACIONES NO ME MOLESTA, PERO AL MENOS NOMBREN AL FORO... SI SUBEN OTRO CAPITULO Y NO LO NOMBRAN, "EN CADA CAPITULO QUE SUBAN", VOY A BORRAR MIS ADAPTACIONES Y DENUNCIAR LA ADAPTACIÓN. Saludos =D
Última edición por 23l1 el Miér Abr 12, 2017 12:26 am, editado 1 vez
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Razonable I (Adaptada) Prólogo
Prólogo
Santana
La ciudad de Nueva York no es más que un páramo lleno de mierda, un vertedero donde las personas que fracasan se ven obligadas a abandonar todos sus sueños rotos y dejarlos atrás.
Las luces destellantes han perdido su brillo, y esa sensación de frescura que una vez impregnó el aire de la ciudad, esa esperanza, ha quedado en el pasado.
Cada persona que una vez consideré un amigo ahora es un enemigo, y la palabra “confianza” ha sido arrancada de mi vocabulario.
Mi nombre y reputación están empañados gracias a la prensa, y después de leer el titular que The New York Times publicó esta mañana, decidí que esta noche será la última noche que alguna vez pase aquí.
No puedo lidiar más con los sudores fríos y las pesadillas que perturban mi sueño, y tan duro como trato de fingir que mi corazón no ha sido destruido, dudo que el dolor agonizante en mi pecho desaparezca alguna vez.
Para despedirme correctamente, ordené los mejores platos de todos mis restaurantes favoritos, vi Death of a Salesman en Broadway, y me fumé un puro cubano en el Puente de Brooklyn.
También reservé la suite del ático en el Waldorf Astoria, donde estoy ahora recostado en la cama y con mis dedos entrelazados en el cabello de una mujer, gimiendo cuando desliza su boca sobre mi sexo.
Me provoca, arrastrando su lengua alrededor del clítoris y mirándome, susurra:
—¿Te gusta esto?
No contesto.
Empujo su cabeza hacia abajo y exhalo cuando presiona sus labios contra mi clítoris, cubriendo mi sexo con sus manos, moviéndolas hacia atrás y adelante.
En las últimas dos horas, la follé contra la pared, la obligué a doblarse sobre una silla, y abrí sus piernas sobre el colchón mientras devoraba su coño.
Fue bastante gratificante, divertido, pero sé que este sentimiento no durará por mucho tiempo; nunca se queda.
En menos de una semana, tendré que encontrar a alguien más.
Cuando ella me toma más y más en su boca, tenso mi agarre en su cabello mientras menea la cabeza arriba y abajo. El placer comienza a atravesarme, y los músculos de mis piernas se ponen rígidos, obligándome a dejarla ir y advertirle que se aleje.
Ella me ignora.
Agarra mis rodillas, chupa y lame más rápido. Le doy una última oportunidad de alejarse, pero sus labios permanecen envueltos alrededor de mí, sin dejarme otra opción que correrme en su boca.
Y entonces traga.
Cada.
Última.
Gota.
Impresionante…
Alejándose finalmente, se lame los labios y se recuesta contra el suelo.
—Esa fue la primera vez que me lo trago—dice—Lo hice sólo para ti.
—No deberías haberlo hecho—me levanto y me subo las bragas y acomodo mi vestido—Lo deberías haber guardado para otra persona.
—Correcto. Bueno, eh… ¿Quieres pedir algo para cenar? ¿Tal vez podríamos comer, ver HBO y hacerlo otra vez después?
Levanto la ceja, confundida.
Esta siempre es la parte más molesta, la parte en la cual la mujer con la que previamente acordé “Una cena. Una noche. No hay repeticiones” desea establecer algún tipo de conexión imaginaria.
Por alguna razón, siente que es necesario que haya algún tipo de conversación de cierre, algún insípido consuelo que le confirme que lo que acaba de suceder fue “más que sexo”, y que seremos amigas.
Pero era sólo sexo, y no necesito amigos.
Ni ahora, ni nunca.
—No, gracias—me acerco al espejo que hay al otro lado de la habitación—Tengo que estar en un lugar.
—¿A las tres de la mañana? Quiero decir, si lo que deseas es no ver HBO e ir directamente a por otra ronda, yo puedo…
Me desconecto de su irritante voz y comienzo a peinar mí cabello.
Nunca pasé la noche con una mujer que conocí online, y ella no va a ser la
primera.
Cuando me ajusto bien el vestido, bajo la mirada y descubro una andrajosa billetera de color rosa en el tocador. La recojo, la abro y deslizo mis dedos por el nombre que está impreso en su licencia: Sarah Tate.
A pesar de que sólo conozco a esta mujer desde hace una semana, ella siempre respondió a “Samantha”. También en repetidas ocasiones me dijo que trabaja como enfermera en el Hospital Grace. A juzgar por la tarjeta de empleado de Wal-Mart que se esconde detrás de su licencia, asumo que no es cierto.
Miro por encima de mi hombro hacia donde está tendida sobre las sábanas de seda de la cama. Su piel color crema es lisa y suave; sus labios en forma de arco se encuentran ligeramente hinchados e inflamados.
Sus ojos verdes se encuentran con los míos y lentamente se incorpora, abriendo las piernas y susurrando:
—Sabes que quieres quedarte. Quédate…
Mi cuerpo empieza a calentarse, sin duda dispuesta a otra ronda, pero ver su nombre real arruinó cualquier posibilidad. No puedo soportar estar cerca de alguien que me mintió, aunque tenga senos talla doble D y una boca del
cielo.
Lanzo la cartera en su regazo.
—Me dijiste que te llamabas Samantha.
—Bueno. ¿Y?
—Tu nombre es Sarah.
—¿Y qué?—se encoge de hombros, haciendo un ademán con la mano—Nunca doy mi verdadero nombre a las personas que conozco en internet.
—¿Terminas follando en suites de un hotel cinco estrellas?
—¿Por qué de repente te preocupa mi verdadero nombre?
—No lo hace—echo un vistazo a mi reloj—¿Pasarás la noche en esta habitación, o tengo que darte dinero para el taxi que te lleve a casa?
—¿Qué?
—¿No es clara mi pregunta?
—Guau… simplemente, guau…—niega con la cabeza—¿Cuánto tiempo crees que podrás seguir haciendo esto?
—¿Seguir haciendo qué?
—Charlar con alguien durante una semana, follar con ella, y pasar a la siguiente. ¿Cuánto tiempo más lo harás?
—Hasta que mi cuerpo deje de funcionar—me pongo la chaqueta—¿Necesitas el taxi o te quedas? La salida es a mediodía.
—¿Sabes que las personas como tú, que evaden las relaciones, normalmente son los que se enamoran con más fuerza?
—¿Eso te enseñan en las tiendas Wal-Mart?
—El hecho de que alguien te lastimara en el pasado no quiere decir que todas las mujeres después de ella lo harán—frunce los labios—Probablemente por eso eres así. Tal vez si trataras de tener citas con alguien, en realidad estarías mucho más feliz. Deberías salir con ella a cenar y realmente escucharla, acompañarla a su puerta sin esperar una invitación a entrar, y tal vez pasar por alto la cosa de “vamos a follar en la suite de hotel” al final.
¿Dónde están mis llaves?
Tengo que irme.
Ahora.
—Lo puedo ver ahora…—parece no poder callarse—Vas a querer más que sexo un día, y la persona que quieras será con quién menos lo esperas. Alguien que te obligará a ceder.
Encuentro mis llaves debajo de su vestido arrugado y suspiro:
—¿Necesitas dinero para el taxi?
—Tengo mi propio auto, idiota—rueda los ojos—¿Realmente eres incapaz de tener una conversación normal? ¿Te mataría hablar conmigo durante unos minutos después del sexo?
—No tenemos nada más que discutir—coloco la llave de la habitación en la mesita de noche y camino hacia la puerta—Fue muy agradable conocerte, Samantha, Sarah. Cualquiera que sea tu jodido nombre. Ten una gran noche.
—¡Jódete!
—Tres veces fue más que suficiente. No, gracias.
—¡Todo esto te volverá un día, imbécil!—grita cuando salgo al pasillo—¡El Karma es una puta del infierno!
—Lo sé—me muevo hacia atrás—Me la follé hace dos semanas…
Las luces destellantes han perdido su brillo, y esa sensación de frescura que una vez impregnó el aire de la ciudad, esa esperanza, ha quedado en el pasado.
Cada persona que una vez consideré un amigo ahora es un enemigo, y la palabra “confianza” ha sido arrancada de mi vocabulario.
Mi nombre y reputación están empañados gracias a la prensa, y después de leer el titular que The New York Times publicó esta mañana, decidí que esta noche será la última noche que alguna vez pase aquí.
No puedo lidiar más con los sudores fríos y las pesadillas que perturban mi sueño, y tan duro como trato de fingir que mi corazón no ha sido destruido, dudo que el dolor agonizante en mi pecho desaparezca alguna vez.
Para despedirme correctamente, ordené los mejores platos de todos mis restaurantes favoritos, vi Death of a Salesman en Broadway, y me fumé un puro cubano en el Puente de Brooklyn.
También reservé la suite del ático en el Waldorf Astoria, donde estoy ahora recostado en la cama y con mis dedos entrelazados en el cabello de una mujer, gimiendo cuando desliza su boca sobre mi sexo.
Me provoca, arrastrando su lengua alrededor del clítoris y mirándome, susurra:
—¿Te gusta esto?
No contesto.
Empujo su cabeza hacia abajo y exhalo cuando presiona sus labios contra mi clítoris, cubriendo mi sexo con sus manos, moviéndolas hacia atrás y adelante.
En las últimas dos horas, la follé contra la pared, la obligué a doblarse sobre una silla, y abrí sus piernas sobre el colchón mientras devoraba su coño.
Fue bastante gratificante, divertido, pero sé que este sentimiento no durará por mucho tiempo; nunca se queda.
En menos de una semana, tendré que encontrar a alguien más.
Cuando ella me toma más y más en su boca, tenso mi agarre en su cabello mientras menea la cabeza arriba y abajo. El placer comienza a atravesarme, y los músculos de mis piernas se ponen rígidos, obligándome a dejarla ir y advertirle que se aleje.
Ella me ignora.
Agarra mis rodillas, chupa y lame más rápido. Le doy una última oportunidad de alejarse, pero sus labios permanecen envueltos alrededor de mí, sin dejarme otra opción que correrme en su boca.
Y entonces traga.
Cada.
Última.
Gota.
Impresionante…
Alejándose finalmente, se lame los labios y se recuesta contra el suelo.
—Esa fue la primera vez que me lo trago—dice—Lo hice sólo para ti.
—No deberías haberlo hecho—me levanto y me subo las bragas y acomodo mi vestido—Lo deberías haber guardado para otra persona.
—Correcto. Bueno, eh… ¿Quieres pedir algo para cenar? ¿Tal vez podríamos comer, ver HBO y hacerlo otra vez después?
Levanto la ceja, confundida.
Esta siempre es la parte más molesta, la parte en la cual la mujer con la que previamente acordé “Una cena. Una noche. No hay repeticiones” desea establecer algún tipo de conexión imaginaria.
Por alguna razón, siente que es necesario que haya algún tipo de conversación de cierre, algún insípido consuelo que le confirme que lo que acaba de suceder fue “más que sexo”, y que seremos amigas.
Pero era sólo sexo, y no necesito amigos.
Ni ahora, ni nunca.
—No, gracias—me acerco al espejo que hay al otro lado de la habitación—Tengo que estar en un lugar.
—¿A las tres de la mañana? Quiero decir, si lo que deseas es no ver HBO e ir directamente a por otra ronda, yo puedo…
Me desconecto de su irritante voz y comienzo a peinar mí cabello.
Nunca pasé la noche con una mujer que conocí online, y ella no va a ser la
primera.
Cuando me ajusto bien el vestido, bajo la mirada y descubro una andrajosa billetera de color rosa en el tocador. La recojo, la abro y deslizo mis dedos por el nombre que está impreso en su licencia: Sarah Tate.
A pesar de que sólo conozco a esta mujer desde hace una semana, ella siempre respondió a “Samantha”. También en repetidas ocasiones me dijo que trabaja como enfermera en el Hospital Grace. A juzgar por la tarjeta de empleado de Wal-Mart que se esconde detrás de su licencia, asumo que no es cierto.
Miro por encima de mi hombro hacia donde está tendida sobre las sábanas de seda de la cama. Su piel color crema es lisa y suave; sus labios en forma de arco se encuentran ligeramente hinchados e inflamados.
Sus ojos verdes se encuentran con los míos y lentamente se incorpora, abriendo las piernas y susurrando:
—Sabes que quieres quedarte. Quédate…
Mi cuerpo empieza a calentarse, sin duda dispuesta a otra ronda, pero ver su nombre real arruinó cualquier posibilidad. No puedo soportar estar cerca de alguien que me mintió, aunque tenga senos talla doble D y una boca del
cielo.
Lanzo la cartera en su regazo.
—Me dijiste que te llamabas Samantha.
—Bueno. ¿Y?
—Tu nombre es Sarah.
—¿Y qué?—se encoge de hombros, haciendo un ademán con la mano—Nunca doy mi verdadero nombre a las personas que conozco en internet.
—¿Terminas follando en suites de un hotel cinco estrellas?
—¿Por qué de repente te preocupa mi verdadero nombre?
—No lo hace—echo un vistazo a mi reloj—¿Pasarás la noche en esta habitación, o tengo que darte dinero para el taxi que te lleve a casa?
—¿Qué?
—¿No es clara mi pregunta?
—Guau… simplemente, guau…—niega con la cabeza—¿Cuánto tiempo crees que podrás seguir haciendo esto?
—¿Seguir haciendo qué?
—Charlar con alguien durante una semana, follar con ella, y pasar a la siguiente. ¿Cuánto tiempo más lo harás?
—Hasta que mi cuerpo deje de funcionar—me pongo la chaqueta—¿Necesitas el taxi o te quedas? La salida es a mediodía.
—¿Sabes que las personas como tú, que evaden las relaciones, normalmente son los que se enamoran con más fuerza?
—¿Eso te enseñan en las tiendas Wal-Mart?
—El hecho de que alguien te lastimara en el pasado no quiere decir que todas las mujeres después de ella lo harán—frunce los labios—Probablemente por eso eres así. Tal vez si trataras de tener citas con alguien, en realidad estarías mucho más feliz. Deberías salir con ella a cenar y realmente escucharla, acompañarla a su puerta sin esperar una invitación a entrar, y tal vez pasar por alto la cosa de “vamos a follar en la suite de hotel” al final.
¿Dónde están mis llaves?
Tengo que irme.
Ahora.
—Lo puedo ver ahora…—parece no poder callarse—Vas a querer más que sexo un día, y la persona que quieras será con quién menos lo esperas. Alguien que te obligará a ceder.
Encuentro mis llaves debajo de su vestido arrugado y suspiro:
—¿Necesitas dinero para el taxi?
—Tengo mi propio auto, idiota—rueda los ojos—¿Realmente eres incapaz de tener una conversación normal? ¿Te mataría hablar conmigo durante unos minutos después del sexo?
—No tenemos nada más que discutir—coloco la llave de la habitación en la mesita de noche y camino hacia la puerta—Fue muy agradable conocerte, Samantha, Sarah. Cualquiera que sea tu jodido nombre. Ten una gran noche.
—¡Jódete!
—Tres veces fue más que suficiente. No, gracias.
—¡Todo esto te volverá un día, imbécil!—grita cuando salgo al pasillo—¡El Karma es una puta del infierno!
—Lo sé—me muevo hacia atrás—Me la follé hace dos semanas…
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
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SE QUE ESTÁN SACANDO MIS ADAPTACIONES, POR "MI" PARTE Y "MIS" ADAPTACIONES NO ME MOLESTA, PERO AL MENOS NOMBREN AL FORO... SI SUBEN OTRO CAPITULO Y NO LO NOMBRAN, "EN CADA CAPITULO QUE SUBAN", VOY A BORRAR MIS ADAPTACIONES Y DENUNCIAR LA ADAPTACIÓN. Saludos =D
SE QUE ESTÁN SACANDO MIS ADAPTACIONES, POR "MI" PARTE Y "MIS" ADAPTACIONES NO ME MOLESTA, PERO AL MENOS NOMBREN AL FORO... SI SUBEN OTRO CAPITULO Y NO LO NOMBRAN, "EN CADA CAPITULO QUE SUBAN", VOY A BORRAR MIS ADAPTACIONES Y DENUNCIAR LA ADAPTACIÓN. Saludos =D
Última edición por 23l1 el Miér Abr 12, 2017 12:27 am, editado 1 vez
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
muy interesante, a esperar el primer encuentro!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Aqui otra fiel lectora tuya como siempre
Tati.94******* - Mensajes : 442
Fecha de inscripción : 08/12/2016
Edad : 30
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Hola morra....
Es divertido follarse al karma... no Qué teagarre ella a vos!! Ja ja ja
A ver que tanto le paso a san???
Nos vemos!
Es divertido follarse al karma... no Qué teagarre ella a vos!! Ja ja ja
A ver que tanto le paso a san???
Nos vemos!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
micky morales escribió:muy interesante, a esperar el primer encuentro!!!!
Hola, si¿? entonces vamos bn, no¿? Aquí lo dejo! Saludos =D
Tati.94 escribió:Aqui otra fiel lectora tuya como siempre
Hola, bienvenida entonces jajaajaj eso es bueno, espero y siga así! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Razonable I (Adaptada) Cap 1
Capitulo 1
Contrato.
Santana
Seis Años Después…
Durham, Carolina del Norte
La mujer que actualmente se encontraba sentada frente a mí era una maldita mentirosa.
Vestida con un feo suéter gris y una falda roja a cuadros, su cabello parecía como si hubiera sido teñido con una caja de crayones.
No se parecía en nada a la mujer de la foto en internet, nada como la rubia sonriente con los pechos copa-C, tatuaje de mariposa y regordetes labios rosados.
Antes de que hubiera aceptado esta cita, pedí específicamente tres pruebas independientes de la verdad de las imágenes: una de ella sosteniendo un periódico con la fecha más reciente, una de ella mordiéndose el labio, y una de ella sosteniendo un cartel con su nombre en él.
Cuando solicité esas cosas, se rio y dijo que yo era “la persona más paranoica”, pero lo había hecho.
O eso pensé.
Con la excepción de decirle mi verdadero nombre —dejé de dar mi nombre verdadero hace años— había sido completamente honesto y esperaba eso a cambio.
—Bueno, ahora que estamos solas…—ella sonrió de repente, revelando una boca llena de bandas de metal y caucho—Es un placer conocerte finalmente en persona, Thoreau. ¿Cómo estás hoy?
No tenía tiempo para esto.
—¿Quién es la chica en tu foto de perfil?—pregunté.
—¿Qué?
—¿Quién es la chica en tu foto de perfil?
—Oh… bueno, esa no soy yo.
—No me digas que no eres tú—rodé los ojos—¿Contrataste a una modelo? ¿Compraste un montón de imágenes y utilizaste Photoshop?
—No exactamente—bajó su voz—Sólo pensé que sería más probable que hablaras conmigo si usaba esa foto en lugar de la mía.
La miré de nuevo, ahora notando el extraño tatuaje de unicornio sobre sus nudillos y la cita “El amor es ciego” entintada en su muñeca.
—¿Qué esperabas que sucediera cuando nos conociéramos de verdad?—esta mierda revolvía mi mente—¿Pensaste en lo que pasaría cuando llegara ese día? ¿Cuándo me diera cuenta que no eras quien dijiste que eras?
—Esperaba que también hubieras mentido sobre tu imagen—dijo—No sabía que realmente lucirías como tú, ¿sabes? Esta es la primera vez que una persona de Date-Match ha dicho la verdad. Creo que es una señal.
—No lo es—negué con la cabeza—¿Y la modelo? ¿Cómo hiciste que alguien se tomara todas esas fotos?
—No era una modelo. Era mi compañera de cuarto—sus ojos se abrieron cuando me puse de pie—¡Espera un segundo! Todas las cosas que te dije por teléfono fueron absolutamente ciertas. Estoy interesada en la política, y me encanta estudiar las leyes y mantenerme al día con los casos de alto perfil.
—¿A qué escuela de derecho fuiste?
—¿Escuela de derecho?—levantó una ceja—No, no el tipo de leyes de la escuela de derecho. Leyes como, he visto todos los episodios de SVU y leído
todos los libros de John Grisham.
Suspiré y saqué unos cuantos billetes de mi billetera, poniéndolos sobre la mesa.
Había perdido bastante tiempo con ella.
—Adiós, Charlotte—me alejé, ignorando el resto de su disculpa.
Al momento en que el valet estacionó mi auto, me deslicé dentro y aceleré.
Esta mierda se está poniendo ridícula…
Era la sexta vez que me había pasado esto este mes, y no entendía por qué alguien estaría dispuesto a mentir con un potencial encuentro cara-a-cara en línea.
No tenía ningún maldito sentido.
Molesta, agarré una botella de whisky en la tienda de enfrente, e hice una nota mental para bloquear a esta última mentirosa de mi página.
Empezaba a sentir que me quedaba sin mujeres con las que dormir en Durham. También empezaba a sentir que necesitaba cambiar de cuidad y empezar todo de nuevo; los sudores fríos de hacía años habían regresado, y sabía que las pesadillas venían después.
Tan pronto como entré en mi departamento, me serví tres tragos y me los tomé.
Entonces me serví tres más.
Me desplacé a través de mi teléfono y revisé mis correos electrónicos del día: referencias de clientes, más solicitudes para chatear de Date-Match, y un mensaje de la sexy rubia con la que se suponía que debía encontrarme este sábado.
La línea de asunto decía: “La Honestidad es la Clave, ¿verdad?”
Me tomé otro trago antes de abrirlo, esperando que fuera una invitación para encontrarnos esta noche en su lugar.
No lo era.
Era un maldito ensayo.
Hola, Thoreau. Sé que se supone que debemos encontrarnos este sábado y confía en mí, estaba esperando taaanto que llegara, pero necesito saber que estás interesado en mí por mí y no por mi aspecto. He conocido a un montón de personas espeluznantes aquí porque simplemente les gusta mi foto, y cuando nos encontramos, sólo quieren tener sexo. Te puedo asegurar que soy quien digo ser, pero estoy buscando algo un poco más satisfactorio que sexo casual. No tenemos que tener una relación en toda regla, ni comprometernos en una aventura intensa, pero al menos podríamos construir una amistad primero, ¿sabes? Estoy ansiosa por verte, así que déjame saber si sigues interesado en conocerme. —Liz.
Inmediatamente hice clic en mi perfil y abrí el icono de “Lo Que Estoy Buscando”, asegurándome de que todavía dijera lo mismo: Sexo casual.
Nada más.
Nada menos.
Esa línea no estaba ahí por decoración, y se encontraba en negrita por una razón.
Volví al mensaje de la mujer y respondí.
Ya no estoy interesada en conocerte. Buena suerte encontrando lo que sea que estás buscando. —Thoreau.
¿Hablas en serio?
Respondió al instante.
¿No puedes tener otro amigo? ¿No podemos ser “sólo amigas”?—Liz.
Demonios, no.—Thoreau.
Me desconecté y bloqueé su dirección.
Otro trago hizo su camino por mi garganta, y me desplacé a través de los correos restantes —abriendo inmediatamente ese que provenía de la única persona que consideraba un amigo en esta ciudad.
Alyssa.
Asunto: Cuerpo Desierto.
Así que, te estoy enviando un correo ahora mismo porque acabo de pensar en lo adolorida que estás en este momento… no hemos hablado de ti echando un polvo en un buen tiempo, y eso me preocupa. Mucho. Como que he LLORADO por tu falta de coño… lamento mucho que tantas mujeres te hayan enviado imágenes fraudulentas y dado un severo caso de bolas azules.
En la parte superior estoy adjuntando los enlaces de una crema en línea en la que creo que deberías invertir en las semanas venideras.
Tu cuerpo está en mis oraciones,—Alyssa.
Sonreí y escribí una respuesta.
Asunto: Re: Cuerpo Desierto.
Gracias por tus preocupaciones respecto a mi cuerpo. Aunque, ahora que lo pienso, tú NUNCA has discutido sobre echar un polvo; creo que tener Telarañas en el Coño es una enfermedad mucho más grave. Sí, es cierto que muchas mujeres me han enviado fotos, pero es muy triste que nunca me hayas enviado una tuya, ¿no? Estoy más que dispuesta a enviarte la mía, y eventualmente, ayudarte a curar tú triste y lamentable enfermedad.
Gracias por decirme que mi cuerpo está en tus oraciones.
Preferiría que estuviera en tu boca.—Thoreau.
Solo así, mi noche era diez veces mejor ahora.
A pesar de que nunca había conocido a Alyssa en persona y nuestras conversaciones se limitaban a las llamadas telefónicas, correos electrónicos, y mensajes de texto, sentía una fuerte conexión con ella.
Nos habíamos conocido a través de una exclusiva y anónima red social para abogados: LawyerChat.
No había fotos de perfil, ninguna actividad de noticias, sólo a través de mensajes. Había un pequeño cuadro de perfil donde podía colocarse la información (primer nombre, edad, número de años practicados, estado de perfil alto o bajo), y un logo en el perfil de cada usuario que revelaba su sexo.
Cada usuario era un abogado “garantizado” que había sido invitado personalmente por vía correo electrónico. Según los desarrolladores del sitio, ellos hacían “referencias cruzadas con cada abogado practicante en el estado de Carolina del Norte con los registros de licencia de la junta para asegurar un sistema de apoyo único”.
Honestamente pensaba que la red era una mierda, y si no fuera por el hecho de que me había follado a algunas mujeres que había conocido ahí, habría cancelado mi cuenta después del primer mes.
Sin embargo, cuando vi un nuevo mensaje que decía “Necesito Un Consejo” de una tal “Alyssa”, no me pude resistir a tratar de repetir mis resultados anteriores.
Leí su perfil primero —veintisiete años, egresada hacía un año de la escuela de derecho, amante de los libros— y decidí ir a por ello.
Mi intención era responder sus preguntas legales, desviar lentamente la conversación hacia cosas más personales, y luego pedirle que se uniera a Date- Match para poder ver qué aspecto tenía.
Pero ella no era como las otras mujeres.
Me envió mensajes constantes, y siempre mantuvo el tema de conversación profesional. Dado que era una abogada tan joven e inexperta, pedía consejos sobre los temas más simples: un resumen de formalización jurídica, presentación de reclamos, y exhibición de evidencia.
Después de que habíamos charlado cinco veces y me había cansado de tener largas sesiones de tres horas volcando información, le pedí su número de teléfono.
Ella dijo que no.
Flashback
—¿Por qué no?—había escrito yo.
—Porque va contra las reglas.
—Nunca he conocido un abogado que no haya roto al menos una.
—Entonces no eres un abogada muy buena. Encontraré a alguien más con quien charlar ahora. Gracias.
—Vas a perder ese caso mañana—escribí antes de que pudiera terminar nuestra sesión—No tienes ni idea de lo que estás haciendo.[/color]
—¿Realmente estás tan molesta conmigo por no darte mi número de teléfono? ¿Qué edad tienes, doce?
—Veinte y ocho, y no me importa una mierda tu número de teléfono. Sólo te lo pedía para poder llamarte y decirte que ese resumen que me enviaste está lleno de errores tipográficos, y el argumento final parece que lo escribió un estudiante de derecho de primer año. Hay demasiados errores para que me siente aquí y te los escriba todos.
—Mi resumen no es tan malo.
—Tampoco es tan bueno.
Antes de que pudiera cerrar la sesión de nuestro chat, su número de teléfono apareció en la pantalla, y por debajo había un breve párrafo: Si vas a llamar y ayudarme, bien. Si estás usando mi número para decirme que me una a un sitio de citas más tarde, entonces olvídalo. Me uní a esta red en busca de apoyo en mi carrera, eso es todo.
Miré fijamente su mensaje por un buen rato —debatiendo si debería ayudarla sin ninguna posibilidad de conseguir algo de ello; pero algo me hizo llamarla de todos modos.
La acompañé a través de cada error que había cometido, insistí en que aclarara un par de frases, e incluso re-formateó su resumen.
Justo cuando estaba a punto de decirle adiós y colgar, lo más extraño sucedió.
Ella preguntó
—¿Cómo estuvo tu día hoy?
—Eso no está en tu resumen—dije—Solo quieres hablar mierda de abogados, ¿recuerdas?
—¿No puedo cambiar de opinión?
—No. Cuelga.
Esperé oír un pitido, pero lo único que escuché fue su risa. Si no fuera por el hecho de que era un sonido tan ronco y sexy, habría colgado yo misma, pero no pude soltar el teléfono.
—Lo siento—dijo ella, sin dejar de reír—No fue mi intención ofenderte.
—No lo hiciste. Cuelga.
—No quiero hacerlo—finalmente dejó de reír—Me disculpo por ese mensaje hostil que te envié… realmente eres la única persona aquí que responde todas mis preguntas. ¿Estás ocupada en este momento? ¿Puedes hablar?
—¿Sobre qué?
—Acerca de ti, tu vida… te he estado haciendo preguntas legales aburridas todos los días, y has sido muy paciente, así que… es justo que hablemos de algo menos aburrido por una vez si vamos a ser amigos, ¿verdad? ¿Amigas?
Dudé al responder, especialmente desde que parecía que los temas que envolvían sexo parecían “menos aburridos”, y ella dijo la palabra “amigas” tan fácilmente.
Aun así, me hallaba en medio de otra noche sin sexo, así que comencé con las conversaciones regulares con ella.
Fin Flashback
Hasta las cinco de la mañana, discutimos las cosas más mundanas, nuestras vidas diarias, libros favoritos, su sueño de volverse una bailarina profesional tardía.
Algunos días después, hablamos de nuevo, y después de un mes, yo hablaba con ella cada día.
Con otro trago, presioné el botón de llamar en mi teléfono y esperé a escuchar su dulce voz.
Sin respuesta.
Consideré enviarle un mensaje, pero luego me di cuenta de que eran las nueve en punto del miércoles y no seríamos capaces de hablar esta noche.
Práctica… noches de miércoles siempre son de práctica de ballet.
—¿Señorita López?—mi secretaria entró en mi oficina a la mañana siguiente.
—¿Sí, Quinn?
—Al señor Schuester y al señor Howell les gustaría saber si quiere participar en la siguiente ronda de entrevista a internos hoy.
—No.
—De acuerdo…—bajó la mirada y escribió algo en su bloc de notas—¿Entonces, al menos revisó los resúmenes? Tienen que reducirlo a menos de quince hoy.
Suspiré y saqué el montón de resúmenes que me dieron la semana pasada.
Los leería y escribiría notas, mayoritariamente: “Pasa” “Doble pasa” y “No me gusta leer esto.” Todos los candidatos eran de la Universidad de Duke, y para mi conocimiento, éramos la única firma en la ciudad que aceptábamos los solicitantes de pre-leyes y la escuela de leyes con internos pagados.
—No me sentí impresionado por ninguno de los candidatos—deslizó los papeles por mi escritorio—¿Esta es toda la selección?
—No, señorita—se acercó y puso un montón aún más grande frente a mí—Esta es la selección entera. ¿Necesita algo más de mí esta mañana?
—¿Además de mi café?—señalé la taza vacía al final de mi escritorio.
Odiaba tener que recordarle siempre traerlo; no podía funcionar en la mañana sin una taza fresca.
—Lo siento. Ya lo traigo.
Me giré hacia mi ordenador y revisé mis correos, clasificándolos por importancia. Por supuesto, el último email de Alyssa fue lanzado a la cima.
Asunto: Obtén más de ti mismo.
Gracias por el mensaje con la infantil fotografía del polvo blanco que
había en el exterior de tu condominio esta mañana. En verdad lo aprecio, pero puedo asegurarte que NO es como luce mi vagina por dentro justo ahora.
No es que sea de tu incumbencia, pero no necesito acostarme con alguien todos los días para satisfacer mis necesidades. Están BIEN cuidadas con una VARIEDAD de herramientas.—Alyssa
Asunto: Re: Obtén más de ti mismo.
Te envié dos imágenes. Una del polvo blanco y una de un lago seco con animales muertos. ¿La segunda imagen fue más exacta?
La única herramienta que tu coño necesita es mi lengua. Aquí está para cuando sea que la quieras. Y funciona en una “VARIEDAD” de formas.—Thoreau
—Aquí está, señorita López—Quinn puso el café en mi escritorio de pronto—¿Puedo preguntarle algo?
—No, no puedes.
—Eso pensé—dijo, bajando la voz y mirándome a los ojos—Sé que esto es poco profesional, pero necesito una cita para la gala del próximo mes.
—Entonces, encuentra una cita para la gala del próximo mes.
—Esa era mi forma de pedirle que fuera mi cita…
Parpadeé.
Necesitaba encontrar una forma de decir este “Diablos, no” muy cuidadosamente.
Quinn estaba recién graduada de la universidad, era demasiado joven para mí, trabajaba aquí porque su abuelo comenzó esta firma, y buscaba mucho más de lo que yo estaría dispuesto a dar.
La escuché hablar varias veces en los almuerzos de cómo quería casarse antes de tener veinticinco. Aparentemente también quería ser una mamá que se quedara en casa con seis niños, y vivir en una casa de los suburbios.
En otras palabras, estaba malditamente loca.
—Así que, ¿qué dice?—sonrió.
Intenté no rodar los ojos.
—Quinn …
—¿Sí?—sus ojos se hallaban llenos de esperanza.
—Mira, cariño. No solo sería altamente inapropiado para nosotras dos tener cualquier tipo de relación fuera de esta oficina alguna vez, sino que no soy la persona que buscas. Para nada. Créeme.
—¿Es porque eres mujer?
—No, todos saben que a mí me gustan las mujeres.
—¿Ni siquiera por una noche?
—Las palabras “una noche”, en mi libro contienen ciertas expectativas que posiblemente podrías no conocer. Así que, no. Ve a trabajar un poco.
—¿”Una noche” es un código para sexo?
—¿Por qué sigues en mi oficina?
—No se lo diría a nadie si tenemos sexo—susurró—De hecho he fantaseado con ello desde que nos conocimos. Y, ya que nunca tiene ninguna llamada en el libro de una novia, asumo que está disponible.
—No lo estoy.
—La vi una vez mientras estaba en el baño… creo que tiene el un cuerpo espectacular.
¡¿Qué diablos?!
Me encontraba a segundos de grabar esta conversación en mi teléfono y enviársela por correo electrónico a su abuelo.
—Soy muy buena haciendo sexo oral—dijo—He estado haciéndolo desde la secundaria. Todas las personas a las que se lo hice dijeron que mi boca y lengua era maravillosa—se mordió el labio.
—¿Hay súper pegamento en mi suelo? ¿Por eso sigues aquí?
—Si fuera mi cita en la gala y termináramos teniendo un buen rato, sería la primera persona con la que recorrería realmente todo el camino—dejó escapar, sonrojándose—Sigo siendo virgen ahí abajo.
—Entonces, definitivamente no soy la mujer para ti—rodé los ojos—Ahora, vete antes de que llame al señor Schuester y le diga que su preciosa nieta me está ofreciendo chuparme el coño con el café matutino.
Sorprendida, sus mejillas se tiñeron de rojo y rápidamente salió por la puerta. Entonces miró por encima de su hombro y me guiño un ojo, malditamente me guiñó un ojo, antes de salir.
Inmediatamente tecleé una nota en mi agenda: Encontrar una nueva secretaria, una vieja, casada…
Antes de poder terminar de organizar mi bandeja de entrada, mi móvil sonó.
Alyssa.
—Estoy ocupada—respondí.
—Entonces, ¿por qué respondiste el teléfono?
—Porque el sonido de mi voz te moja.
—Divertida—se rio—¿Cómo va tu mañana?
—Típica. Mi secretaria se me acaba de insinuar por tercera vez este mes.
—¿Te envió otra nota diciendo “Tú y yo nos pertenecemos” con chocolates?
—No, me ofreció chuparme el sexo.
—¿Qué?—jadeó—¡Estás bromeando!
—Desafortunadamente no. Después de eso me dijo que estaba dispuesta a darme su virginidad. No necesito decir que estaré pegando un anuncio de reemplazo pronto. ¿Alguien de tu oficina que quiera trabajar para mi firma? Le doblaré el salario.
—¿Cómo sabes que mi firma no es mejor que la tuya?
—Porque me llamas y me pides ayuda con casos todo el tiempo, casos tontos y eso. Si tu firma fuera mejor, no tendrías que preguntar.
—Como sea—gruñó—¿Ya te rebelaste contra el vagón de citas en línea?
—¿Rebelar? ¿Vagón?
Nunca podría entender sus pequeñas metáforas del sur.
—¿Qué diablos significa eso?
—Uf, dios…—suspiró—Significa que no me pusiste al día sobre tu cita de anoche así que supongo que fue un fracaso, lo que significa que no has dormido con nadie en un mes. Que es un récord para ti.
—Lo es.
—¿Quieres un consejo?
—No, a menos que quieras venir a mi oficina a decírmelo en persona—sonreí.
—No, gracias. Hablando de consejos, necesitaré tu ayuda el viernes en la
noche.
—¿Con qué?
—Acabo de concertar un gran caso. No he pasado por todos los documentos aún, pero ya sé que están por mi cabeza.
Me incliné en mi silla.
—Si es un caso tan grande, podrías traer los documentos a mi condominio esta noche. Estaría feliz de ayudarte con ellos. Categorizar siempre ha sido mi especialidad.
—¡Ja! Buen intento, pero no lo creo—continuó hablando del caso, pero solo la escuchaba a medias.
Seguía pareciendo extraño que no quisiera conocerme en persona, que me dejara colgada cada vez que lo sacaba a relucir.
—También…—seguía divagando—Probablemente tendría que hacer alguna investigación en esos cambios. No estoy segura de si…
—Dime la verdadera razón por la que no puedo conocerte en persona—la corté.
—¿Qué?
—Nos hemos conocido durante seis meses ya. ¿Por qué no quieres que nos reunamos?
Silencio.
—¿Necesitas que repita mi pregunta?[/i]—me levanté y caminé hacia mi puerta, bloqueándola—¿Me entendiste?
[i]—Va contra las reglas de LawyerChat…
—A la mierda LawyerChat—rodé los ojos—Va contra las reglas que tú y yo tengamos el número telefónico del otro en primer lugar, que actuemos como malditos adolescentes y nos hagamos venir en el teléfono cada noche, pero nunca discutes por eso.
—Nunca me has hecho venir…
—No mientras.
—No lo has hecho.
—Entonces, la semana pasada cuando dije que quería que montaras mi boca para que pudiera comerme tu coño hasta que te vinieras en mis labios, ¿pretendías respirar con fuerza?
Inhaló.
—No, pero…
—Eso pensé. ¿Por qué no nos podemos conocer en persona?
—Porque eso arruinaría nuestra amistad, lo sabes.
—No lo sé.
—Me has dicho que no duermes con la misma mujer dos veces, después de que duermes con alguien, terminaste.
—Nunca he follado a una de mis amigas antes.
—Eso es porque soy la única.
—Soy consciente, pero…—me detuve, no tenía defensa para eso.
El silencio se estableció en la línea, e intenté pensar en otro argumento.
Ella habló primero:
—Honestamente, no quiero arruinar nuestra relación por una follada sin sentido.
—Te garantizo que tendremos más de una follada sin sentido.
Su risa ligera y airosa se coló por la línea, y suspiré, tentando por ver cómo lucía. No estaba seguro de por qué, pero las últimas semanas había anhelado experimentar su risa cara a cara.
—Ya sabes—siguió—, Para una abogada de alto perfil, tienes una boca muy sucia.
—Estarías sorprendida de cuán más sucio puedo ser.
—¿Más sucio de lo que ya he experimentado?
—Mucho más sucio.
Estuve tentando las aguas desde que comenzó esta amistad, aún esperanzada de que algún día nos conociéramos en persona, pero ahora que no lo hacía, no había punto en contenerme.
—Supongo que te hablaré esta noche.
—No a menos que encuentres otra cita entre ahora y entonces. Sé que estarás buscando.
—Por supuesto que estaré buscando—me burlé—¿Alyssa es tu nombre real?
—Sí, pero estoy segura de que Thoreau no es el tuyo. ¿Te importaría decírmelo finalmente?
—Te lo diré cuando recuperes el sentido y me dejes verte.
—Simplemente no lo dejarás ir, ¿no?—se volvió a reír—¿Qué pasa si la verdadera razón por la que no quiero conocerte es porque soy fea?
—Tengo un buen presentimiento de que no lo eres.
—Pero, ¿y si lo fuera?
—Te follaría con las luces apagadas.
—Prefiero las luces encendidas.
—Entonces te haré usar una bolsa de papel en la cabeza.
—¡¿QUÉ?!—rompió a reír—¡Eres ridícula! Uf, hay un cliente en mi puerta ahora. Tengo que irme. ¿Te llamo después?
—Siempre—colgué, sonriendo.
Luego me golpeó.
Joder… Siempre encuentra una forma de salirse de la línea de cuestionamiento…
Vestida con un feo suéter gris y una falda roja a cuadros, su cabello parecía como si hubiera sido teñido con una caja de crayones.
No se parecía en nada a la mujer de la foto en internet, nada como la rubia sonriente con los pechos copa-C, tatuaje de mariposa y regordetes labios rosados.
Antes de que hubiera aceptado esta cita, pedí específicamente tres pruebas independientes de la verdad de las imágenes: una de ella sosteniendo un periódico con la fecha más reciente, una de ella mordiéndose el labio, y una de ella sosteniendo un cartel con su nombre en él.
Cuando solicité esas cosas, se rio y dijo que yo era “la persona más paranoica”, pero lo había hecho.
O eso pensé.
Con la excepción de decirle mi verdadero nombre —dejé de dar mi nombre verdadero hace años— había sido completamente honesto y esperaba eso a cambio.
—Bueno, ahora que estamos solas…—ella sonrió de repente, revelando una boca llena de bandas de metal y caucho—Es un placer conocerte finalmente en persona, Thoreau. ¿Cómo estás hoy?
No tenía tiempo para esto.
—¿Quién es la chica en tu foto de perfil?—pregunté.
—¿Qué?
—¿Quién es la chica en tu foto de perfil?
—Oh… bueno, esa no soy yo.
—No me digas que no eres tú—rodé los ojos—¿Contrataste a una modelo? ¿Compraste un montón de imágenes y utilizaste Photoshop?
—No exactamente—bajó su voz—Sólo pensé que sería más probable que hablaras conmigo si usaba esa foto en lugar de la mía.
La miré de nuevo, ahora notando el extraño tatuaje de unicornio sobre sus nudillos y la cita “El amor es ciego” entintada en su muñeca.
—¿Qué esperabas que sucediera cuando nos conociéramos de verdad?—esta mierda revolvía mi mente—¿Pensaste en lo que pasaría cuando llegara ese día? ¿Cuándo me diera cuenta que no eras quien dijiste que eras?
—Esperaba que también hubieras mentido sobre tu imagen—dijo—No sabía que realmente lucirías como tú, ¿sabes? Esta es la primera vez que una persona de Date-Match ha dicho la verdad. Creo que es una señal.
—No lo es—negué con la cabeza—¿Y la modelo? ¿Cómo hiciste que alguien se tomara todas esas fotos?
—No era una modelo. Era mi compañera de cuarto—sus ojos se abrieron cuando me puse de pie—¡Espera un segundo! Todas las cosas que te dije por teléfono fueron absolutamente ciertas. Estoy interesada en la política, y me encanta estudiar las leyes y mantenerme al día con los casos de alto perfil.
—¿A qué escuela de derecho fuiste?
—¿Escuela de derecho?—levantó una ceja—No, no el tipo de leyes de la escuela de derecho. Leyes como, he visto todos los episodios de SVU y leído
todos los libros de John Grisham.
Suspiré y saqué unos cuantos billetes de mi billetera, poniéndolos sobre la mesa.
Había perdido bastante tiempo con ella.
—Adiós, Charlotte—me alejé, ignorando el resto de su disculpa.
Al momento en que el valet estacionó mi auto, me deslicé dentro y aceleré.
Esta mierda se está poniendo ridícula…
Era la sexta vez que me había pasado esto este mes, y no entendía por qué alguien estaría dispuesto a mentir con un potencial encuentro cara-a-cara en línea.
No tenía ningún maldito sentido.
Molesta, agarré una botella de whisky en la tienda de enfrente, e hice una nota mental para bloquear a esta última mentirosa de mi página.
Empezaba a sentir que me quedaba sin mujeres con las que dormir en Durham. También empezaba a sentir que necesitaba cambiar de cuidad y empezar todo de nuevo; los sudores fríos de hacía años habían regresado, y sabía que las pesadillas venían después.
Tan pronto como entré en mi departamento, me serví tres tragos y me los tomé.
Entonces me serví tres más.
Me desplacé a través de mi teléfono y revisé mis correos electrónicos del día: referencias de clientes, más solicitudes para chatear de Date-Match, y un mensaje de la sexy rubia con la que se suponía que debía encontrarme este sábado.
La línea de asunto decía: “La Honestidad es la Clave, ¿verdad?”
Me tomé otro trago antes de abrirlo, esperando que fuera una invitación para encontrarnos esta noche en su lugar.
No lo era.
Era un maldito ensayo.
Hola, Thoreau. Sé que se supone que debemos encontrarnos este sábado y confía en mí, estaba esperando taaanto que llegara, pero necesito saber que estás interesado en mí por mí y no por mi aspecto. He conocido a un montón de personas espeluznantes aquí porque simplemente les gusta mi foto, y cuando nos encontramos, sólo quieren tener sexo. Te puedo asegurar que soy quien digo ser, pero estoy buscando algo un poco más satisfactorio que sexo casual. No tenemos que tener una relación en toda regla, ni comprometernos en una aventura intensa, pero al menos podríamos construir una amistad primero, ¿sabes? Estoy ansiosa por verte, así que déjame saber si sigues interesado en conocerme. —Liz.
Inmediatamente hice clic en mi perfil y abrí el icono de “Lo Que Estoy Buscando”, asegurándome de que todavía dijera lo mismo: Sexo casual.
Nada más.
Nada menos.
Esa línea no estaba ahí por decoración, y se encontraba en negrita por una razón.
Volví al mensaje de la mujer y respondí.
Ya no estoy interesada en conocerte. Buena suerte encontrando lo que sea que estás buscando. —Thoreau.
¿Hablas en serio?
Respondió al instante.
¿No puedes tener otro amigo? ¿No podemos ser “sólo amigas”?—Liz.
Demonios, no.—Thoreau.
Me desconecté y bloqueé su dirección.
Otro trago hizo su camino por mi garganta, y me desplacé a través de los correos restantes —abriendo inmediatamente ese que provenía de la única persona que consideraba un amigo en esta ciudad.
Alyssa.
Asunto: Cuerpo Desierto.
Así que, te estoy enviando un correo ahora mismo porque acabo de pensar en lo adolorida que estás en este momento… no hemos hablado de ti echando un polvo en un buen tiempo, y eso me preocupa. Mucho. Como que he LLORADO por tu falta de coño… lamento mucho que tantas mujeres te hayan enviado imágenes fraudulentas y dado un severo caso de bolas azules.
En la parte superior estoy adjuntando los enlaces de una crema en línea en la que creo que deberías invertir en las semanas venideras.
Tu cuerpo está en mis oraciones,—Alyssa.
Sonreí y escribí una respuesta.
Asunto: Re: Cuerpo Desierto.
Gracias por tus preocupaciones respecto a mi cuerpo. Aunque, ahora que lo pienso, tú NUNCA has discutido sobre echar un polvo; creo que tener Telarañas en el Coño es una enfermedad mucho más grave. Sí, es cierto que muchas mujeres me han enviado fotos, pero es muy triste que nunca me hayas enviado una tuya, ¿no? Estoy más que dispuesta a enviarte la mía, y eventualmente, ayudarte a curar tú triste y lamentable enfermedad.
Gracias por decirme que mi cuerpo está en tus oraciones.
Preferiría que estuviera en tu boca.—Thoreau.
Solo así, mi noche era diez veces mejor ahora.
A pesar de que nunca había conocido a Alyssa en persona y nuestras conversaciones se limitaban a las llamadas telefónicas, correos electrónicos, y mensajes de texto, sentía una fuerte conexión con ella.
Nos habíamos conocido a través de una exclusiva y anónima red social para abogados: LawyerChat.
No había fotos de perfil, ninguna actividad de noticias, sólo a través de mensajes. Había un pequeño cuadro de perfil donde podía colocarse la información (primer nombre, edad, número de años practicados, estado de perfil alto o bajo), y un logo en el perfil de cada usuario que revelaba su sexo.
Cada usuario era un abogado “garantizado” que había sido invitado personalmente por vía correo electrónico. Según los desarrolladores del sitio, ellos hacían “referencias cruzadas con cada abogado practicante en el estado de Carolina del Norte con los registros de licencia de la junta para asegurar un sistema de apoyo único”.
Honestamente pensaba que la red era una mierda, y si no fuera por el hecho de que me había follado a algunas mujeres que había conocido ahí, habría cancelado mi cuenta después del primer mes.
Sin embargo, cuando vi un nuevo mensaje que decía “Necesito Un Consejo” de una tal “Alyssa”, no me pude resistir a tratar de repetir mis resultados anteriores.
Leí su perfil primero —veintisiete años, egresada hacía un año de la escuela de derecho, amante de los libros— y decidí ir a por ello.
Mi intención era responder sus preguntas legales, desviar lentamente la conversación hacia cosas más personales, y luego pedirle que se uniera a Date- Match para poder ver qué aspecto tenía.
Pero ella no era como las otras mujeres.
Me envió mensajes constantes, y siempre mantuvo el tema de conversación profesional. Dado que era una abogada tan joven e inexperta, pedía consejos sobre los temas más simples: un resumen de formalización jurídica, presentación de reclamos, y exhibición de evidencia.
Después de que habíamos charlado cinco veces y me había cansado de tener largas sesiones de tres horas volcando información, le pedí su número de teléfono.
Ella dijo que no.
Flashback
—¿Por qué no?—había escrito yo.
—Porque va contra las reglas.
—Nunca he conocido un abogado que no haya roto al menos una.
—Entonces no eres un abogada muy buena. Encontraré a alguien más con quien charlar ahora. Gracias.
—Vas a perder ese caso mañana—escribí antes de que pudiera terminar nuestra sesión—No tienes ni idea de lo que estás haciendo.[/color]
—¿Realmente estás tan molesta conmigo por no darte mi número de teléfono? ¿Qué edad tienes, doce?
—Veinte y ocho, y no me importa una mierda tu número de teléfono. Sólo te lo pedía para poder llamarte y decirte que ese resumen que me enviaste está lleno de errores tipográficos, y el argumento final parece que lo escribió un estudiante de derecho de primer año. Hay demasiados errores para que me siente aquí y te los escriba todos.
—Mi resumen no es tan malo.
—Tampoco es tan bueno.
Antes de que pudiera cerrar la sesión de nuestro chat, su número de teléfono apareció en la pantalla, y por debajo había un breve párrafo: Si vas a llamar y ayudarme, bien. Si estás usando mi número para decirme que me una a un sitio de citas más tarde, entonces olvídalo. Me uní a esta red en busca de apoyo en mi carrera, eso es todo.
Miré fijamente su mensaje por un buen rato —debatiendo si debería ayudarla sin ninguna posibilidad de conseguir algo de ello; pero algo me hizo llamarla de todos modos.
La acompañé a través de cada error que había cometido, insistí en que aclarara un par de frases, e incluso re-formateó su resumen.
Justo cuando estaba a punto de decirle adiós y colgar, lo más extraño sucedió.
Ella preguntó
—¿Cómo estuvo tu día hoy?
—Eso no está en tu resumen—dije—Solo quieres hablar mierda de abogados, ¿recuerdas?
—¿No puedo cambiar de opinión?
—No. Cuelga.
Esperé oír un pitido, pero lo único que escuché fue su risa. Si no fuera por el hecho de que era un sonido tan ronco y sexy, habría colgado yo misma, pero no pude soltar el teléfono.
—Lo siento—dijo ella, sin dejar de reír—No fue mi intención ofenderte.
—No lo hiciste. Cuelga.
—No quiero hacerlo—finalmente dejó de reír—Me disculpo por ese mensaje hostil que te envié… realmente eres la única persona aquí que responde todas mis preguntas. ¿Estás ocupada en este momento? ¿Puedes hablar?
—¿Sobre qué?
—Acerca de ti, tu vida… te he estado haciendo preguntas legales aburridas todos los días, y has sido muy paciente, así que… es justo que hablemos de algo menos aburrido por una vez si vamos a ser amigos, ¿verdad? ¿Amigas?
Dudé al responder, especialmente desde que parecía que los temas que envolvían sexo parecían “menos aburridos”, y ella dijo la palabra “amigas” tan fácilmente.
Aun así, me hallaba en medio de otra noche sin sexo, así que comencé con las conversaciones regulares con ella.
Fin Flashback
Hasta las cinco de la mañana, discutimos las cosas más mundanas, nuestras vidas diarias, libros favoritos, su sueño de volverse una bailarina profesional tardía.
Algunos días después, hablamos de nuevo, y después de un mes, yo hablaba con ella cada día.
Con otro trago, presioné el botón de llamar en mi teléfono y esperé a escuchar su dulce voz.
Sin respuesta.
Consideré enviarle un mensaje, pero luego me di cuenta de que eran las nueve en punto del miércoles y no seríamos capaces de hablar esta noche.
Práctica… noches de miércoles siempre son de práctica de ballet.
—¿Señorita López?—mi secretaria entró en mi oficina a la mañana siguiente.
—¿Sí, Quinn?
—Al señor Schuester y al señor Howell les gustaría saber si quiere participar en la siguiente ronda de entrevista a internos hoy.
—No.
—De acuerdo…—bajó la mirada y escribió algo en su bloc de notas—¿Entonces, al menos revisó los resúmenes? Tienen que reducirlo a menos de quince hoy.
Suspiré y saqué el montón de resúmenes que me dieron la semana pasada.
Los leería y escribiría notas, mayoritariamente: “Pasa” “Doble pasa” y “No me gusta leer esto.” Todos los candidatos eran de la Universidad de Duke, y para mi conocimiento, éramos la única firma en la ciudad que aceptábamos los solicitantes de pre-leyes y la escuela de leyes con internos pagados.
—No me sentí impresionado por ninguno de los candidatos—deslizó los papeles por mi escritorio—¿Esta es toda la selección?
—No, señorita—se acercó y puso un montón aún más grande frente a mí—Esta es la selección entera. ¿Necesita algo más de mí esta mañana?
—¿Además de mi café?—señalé la taza vacía al final de mi escritorio.
Odiaba tener que recordarle siempre traerlo; no podía funcionar en la mañana sin una taza fresca.
—Lo siento. Ya lo traigo.
Me giré hacia mi ordenador y revisé mis correos, clasificándolos por importancia. Por supuesto, el último email de Alyssa fue lanzado a la cima.
Asunto: Obtén más de ti mismo.
Gracias por el mensaje con la infantil fotografía del polvo blanco que
había en el exterior de tu condominio esta mañana. En verdad lo aprecio, pero puedo asegurarte que NO es como luce mi vagina por dentro justo ahora.
No es que sea de tu incumbencia, pero no necesito acostarme con alguien todos los días para satisfacer mis necesidades. Están BIEN cuidadas con una VARIEDAD de herramientas.—Alyssa
Asunto: Re: Obtén más de ti mismo.
Te envié dos imágenes. Una del polvo blanco y una de un lago seco con animales muertos. ¿La segunda imagen fue más exacta?
La única herramienta que tu coño necesita es mi lengua. Aquí está para cuando sea que la quieras. Y funciona en una “VARIEDAD” de formas.—Thoreau
—Aquí está, señorita López—Quinn puso el café en mi escritorio de pronto—¿Puedo preguntarle algo?
—No, no puedes.
—Eso pensé—dijo, bajando la voz y mirándome a los ojos—Sé que esto es poco profesional, pero necesito una cita para la gala del próximo mes.
—Entonces, encuentra una cita para la gala del próximo mes.
—Esa era mi forma de pedirle que fuera mi cita…
Parpadeé.
Necesitaba encontrar una forma de decir este “Diablos, no” muy cuidadosamente.
Quinn estaba recién graduada de la universidad, era demasiado joven para mí, trabajaba aquí porque su abuelo comenzó esta firma, y buscaba mucho más de lo que yo estaría dispuesto a dar.
La escuché hablar varias veces en los almuerzos de cómo quería casarse antes de tener veinticinco. Aparentemente también quería ser una mamá que se quedara en casa con seis niños, y vivir en una casa de los suburbios.
En otras palabras, estaba malditamente loca.
—Así que, ¿qué dice?—sonrió.
Intenté no rodar los ojos.
—Quinn …
—¿Sí?—sus ojos se hallaban llenos de esperanza.
—Mira, cariño. No solo sería altamente inapropiado para nosotras dos tener cualquier tipo de relación fuera de esta oficina alguna vez, sino que no soy la persona que buscas. Para nada. Créeme.
—¿Es porque eres mujer?
—No, todos saben que a mí me gustan las mujeres.
—¿Ni siquiera por una noche?
—Las palabras “una noche”, en mi libro contienen ciertas expectativas que posiblemente podrías no conocer. Así que, no. Ve a trabajar un poco.
—¿”Una noche” es un código para sexo?
—¿Por qué sigues en mi oficina?
—No se lo diría a nadie si tenemos sexo—susurró—De hecho he fantaseado con ello desde que nos conocimos. Y, ya que nunca tiene ninguna llamada en el libro de una novia, asumo que está disponible.
—No lo estoy.
—La vi una vez mientras estaba en el baño… creo que tiene el un cuerpo espectacular.
¡¿Qué diablos?!
Me encontraba a segundos de grabar esta conversación en mi teléfono y enviársela por correo electrónico a su abuelo.
—Soy muy buena haciendo sexo oral—dijo—He estado haciéndolo desde la secundaria. Todas las personas a las que se lo hice dijeron que mi boca y lengua era maravillosa—se mordió el labio.
—¿Hay súper pegamento en mi suelo? ¿Por eso sigues aquí?
—Si fuera mi cita en la gala y termináramos teniendo un buen rato, sería la primera persona con la que recorrería realmente todo el camino—dejó escapar, sonrojándose—Sigo siendo virgen ahí abajo.
—Entonces, definitivamente no soy la mujer para ti—rodé los ojos—Ahora, vete antes de que llame al señor Schuester y le diga que su preciosa nieta me está ofreciendo chuparme el coño con el café matutino.
Sorprendida, sus mejillas se tiñeron de rojo y rápidamente salió por la puerta. Entonces miró por encima de su hombro y me guiño un ojo, malditamente me guiñó un ojo, antes de salir.
Inmediatamente tecleé una nota en mi agenda: Encontrar una nueva secretaria, una vieja, casada…
Antes de poder terminar de organizar mi bandeja de entrada, mi móvil sonó.
Alyssa.
—Estoy ocupada—respondí.
—Entonces, ¿por qué respondiste el teléfono?
—Porque el sonido de mi voz te moja.
—Divertida—se rio—¿Cómo va tu mañana?
—Típica. Mi secretaria se me acaba de insinuar por tercera vez este mes.
—¿Te envió otra nota diciendo “Tú y yo nos pertenecemos” con chocolates?
—No, me ofreció chuparme el sexo.
—¿Qué?—jadeó—¡Estás bromeando!
—Desafortunadamente no. Después de eso me dijo que estaba dispuesta a darme su virginidad. No necesito decir que estaré pegando un anuncio de reemplazo pronto. ¿Alguien de tu oficina que quiera trabajar para mi firma? Le doblaré el salario.
—¿Cómo sabes que mi firma no es mejor que la tuya?
—Porque me llamas y me pides ayuda con casos todo el tiempo, casos tontos y eso. Si tu firma fuera mejor, no tendrías que preguntar.
—Como sea—gruñó—¿Ya te rebelaste contra el vagón de citas en línea?
—¿Rebelar? ¿Vagón?
Nunca podría entender sus pequeñas metáforas del sur.
—¿Qué diablos significa eso?
—Uf, dios…—suspiró—Significa que no me pusiste al día sobre tu cita de anoche así que supongo que fue un fracaso, lo que significa que no has dormido con nadie en un mes. Que es un récord para ti.
—Lo es.
—¿Quieres un consejo?
—No, a menos que quieras venir a mi oficina a decírmelo en persona—sonreí.
—No, gracias. Hablando de consejos, necesitaré tu ayuda el viernes en la
noche.
—¿Con qué?
—Acabo de concertar un gran caso. No he pasado por todos los documentos aún, pero ya sé que están por mi cabeza.
Me incliné en mi silla.
—Si es un caso tan grande, podrías traer los documentos a mi condominio esta noche. Estaría feliz de ayudarte con ellos. Categorizar siempre ha sido mi especialidad.
—¡Ja! Buen intento, pero no lo creo—continuó hablando del caso, pero solo la escuchaba a medias.
Seguía pareciendo extraño que no quisiera conocerme en persona, que me dejara colgada cada vez que lo sacaba a relucir.
—También…—seguía divagando—Probablemente tendría que hacer alguna investigación en esos cambios. No estoy segura de si…
—Dime la verdadera razón por la que no puedo conocerte en persona—la corté.
—¿Qué?
—Nos hemos conocido durante seis meses ya. ¿Por qué no quieres que nos reunamos?
Silencio.
—¿Necesitas que repita mi pregunta?[/i]—me levanté y caminé hacia mi puerta, bloqueándola—¿Me entendiste?
[i]—Va contra las reglas de LawyerChat…
—A la mierda LawyerChat—rodé los ojos—Va contra las reglas que tú y yo tengamos el número telefónico del otro en primer lugar, que actuemos como malditos adolescentes y nos hagamos venir en el teléfono cada noche, pero nunca discutes por eso.
—Nunca me has hecho venir…
—No mientras.
—No lo has hecho.
—Entonces, la semana pasada cuando dije que quería que montaras mi boca para que pudiera comerme tu coño hasta que te vinieras en mis labios, ¿pretendías respirar con fuerza?
Inhaló.
—No, pero…
—Eso pensé. ¿Por qué no nos podemos conocer en persona?
—Porque eso arruinaría nuestra amistad, lo sabes.
—No lo sé.
—Me has dicho que no duermes con la misma mujer dos veces, después de que duermes con alguien, terminaste.
—Nunca he follado a una de mis amigas antes.
—Eso es porque soy la única.
—Soy consciente, pero…—me detuve, no tenía defensa para eso.
El silencio se estableció en la línea, e intenté pensar en otro argumento.
Ella habló primero:
—Honestamente, no quiero arruinar nuestra relación por una follada sin sentido.
—Te garantizo que tendremos más de una follada sin sentido.
Su risa ligera y airosa se coló por la línea, y suspiré, tentando por ver cómo lucía. No estaba seguro de por qué, pero las últimas semanas había anhelado experimentar su risa cara a cara.
—Ya sabes—siguió—, Para una abogada de alto perfil, tienes una boca muy sucia.
—Estarías sorprendida de cuán más sucio puedo ser.
—¿Más sucio de lo que ya he experimentado?
—Mucho más sucio.
Estuve tentando las aguas desde que comenzó esta amistad, aún esperanzada de que algún día nos conociéramos en persona, pero ahora que no lo hacía, no había punto en contenerme.
—Supongo que te hablaré esta noche.
—No a menos que encuentres otra cita entre ahora y entonces. Sé que estarás buscando.
—Por supuesto que estaré buscando—me burlé—¿Alyssa es tu nombre real?
—Sí, pero estoy segura de que Thoreau no es el tuyo. ¿Te importaría decírmelo finalmente?
—Te lo diré cuando recuperes el sentido y me dejes verte.
—Simplemente no lo dejarás ir, ¿no?—se volvió a reír—¿Qué pasa si la verdadera razón por la que no quiero conocerte es porque soy fea?
—Tengo un buen presentimiento de que no lo eres.
—Pero, ¿y si lo fuera?
—Te follaría con las luces apagadas.
—Prefiero las luces encendidas.
—Entonces te haré usar una bolsa de papel en la cabeza.
—¡¿QUÉ?!—rompió a reír—¡Eres ridícula! Uf, hay un cliente en mi puerta ahora. Tengo que irme. ¿Te llamo después?
—Siempre—colgué, sonriendo.
Luego me golpeó.
Joder… Siempre encuentra una forma de salirse de la línea de cuestionamiento…
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Buen comienzo!!!!!
Quiero creer que Alyssa es Britt o estoy muy perdida???
Saludos
Quiero creer que Alyssa es Britt o estoy muy perdida???
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Entonces se llama brittany alyssa? esta santana es rara para mi, algo vulgar y odiosa, en fin.... a ver como sigue todo!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
monica.santander escribió:Buen comienzo!!!!!
Quiero creer que Alyssa es Britt o estoy muy perdida???
Saludos
Hola, si¿? osea que vamos bn, no¿? Mmmmm pude ser, puede que no sea jajajaja, pero aquí te dejo el siguiente cap para saber más! ajajjaajaj. Saludos =D
micky morales escribió:Entonces se llama brittany alyssa? esta santana es rara para mi, algo vulgar y odiosa, en fin.... a ver como sigue todo!!!!
Hola, mmm eso se da a entender jajajaajajaj. Mmm si un poco pesadita es xD ajajajajaj. Aquí dejo el siguiente cap para saber mas! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Razonable I (Adaptada) Cap 2
Capitulo 2
Prejuicio.
Alyssa
(Bueno, mi nombre real es “Brittany”…)
—Las mentiras siempre alcanzan a la gente al final. ¿Por qué la gente no entiende eso?
Eso es lo que decía el mensaje de texto de Thoreau esta mañana.
—¿No crees que algunas mentiras son justificables?—le envié un mensaje en respuesta.
—No. Nunca.
Dudé.
—¿Así que, nunca me mentirías?
—¿Por qué lo haría?
—Porque apenas nos conocemos la una a la otra…
—Sólo porque me mantienes a distancia.—me envió otro mensaje antes de que pudiera responder—¿Te gustaría saber mi nombre real y donde trabajo?
—Prefiero nuestro acuerdo de anonimato.
—Por supuesto que sí, y nunca te mentiría. Confío en ti por alguna extraña razón.
—¿Alguna extraña razón?
—Muy extraña. Te hablaré más tarde.
Arrojé mi teléfono en mi bolso y suspiré, dejando que esa sensación familiar de culpa me invadiera.
Nunca pretendí seguir hablando con ella, convertirme en su amiga fuera de Chat de Abogados, pero estaba demasiada involucrada, y no quería dejarla ir.
Meses atrás, cuando vi la invitación a la exclusiva red sobre el escritorio de mi mamá, me juré que sólo la usaría cuando tuviera que hacer preguntas para mis clases de pre-ley.
Utilicé su código de acceso para entrar, construí un perfil falso, y me aseguré de que todas mis preguntas estuvieran hiladas de tal manera que nadie sabría que eran para las tareas escolares.
Por desgracia para mí, el programa de pre-ley en Duke era diferente a cualquier otro programa en el país.
Consistía en más clases prácticas, tutorías individuales de los abogados en ejercicio, y se encargaba de que cada estudiante encontrara un puesto de interno para los últimos cuatro semestres. Además de eso, esperaban que leyera e interpretara los archivos de casos como si ya fuéramos abogados.
Si hubiera sabido que pedirle a Thoreau tantos consejos para la tarea llevaría a una amistad real, podría haber dejado de hablar con ella antes.
Por otra parte, al igual que yo era su única amiga, ella también era mi única amiga.
Era abierta y honesta cada vez que hablábamos, y sólo deseaba poder hacer lo mismo, sobre todo desde que parecía tener la costumbre de decir: “Odio a los jodidos mentirosos” cada vez que una de sus citas lo engañaba.
Maldita sea…
Suavizando el tejido de tul de mi tutú, tomé varias respiraciones profundas; podía pensar en mi amistad con Thoreau después, ahora mismo necesitaba enfocarme.
Hoy era el día de la audición para una producción de El Lago de los Cisnes y era un manojo de nervios; apenas había dormido la noche anterior, me salté el desayuno y me presenté en el teatro cinco horas antes.
—¡Por favor, despejen el escenario, señoras y señores!—gritó el director desde abajo—¡Las audiciones oficiales comenzarán en treinta minutos! ¡Por
favor, despejen el escenario y vayan a las alas!
Antes de dirigirme detrás del escenario, miré hacia el público. La mayoría de las caras eran familiares, mis compañeros de clase, profesores, unos cuantos directores de la compañía de ballet para la que trabajé el verano pasado, pero las caras que necesitaba ver no se encontraban ahí.
Nunca estaban.
Dolida, encontré un rincón en el vestuario y llamé a mi mamá.
—¿Hola?—respondió a la primera llamada.
—¿Por qué no estás aquí?
—¿Por qué no estoy dónde, Britty? ¿De qué estás hablando ahora?—dejó escapar un suspiro de exasperación.
—Mi audición abierta para El Lago de los Cisnes. Prometiste que tú y papá vendrían.
—¡Es Britty, cariño!—le gritó a mi papá en el fondo—¿Su recital era hoy?
—No he estado en un recital desde que tenía trece años—apreté los dientes—Esto es una prueba, una audición única en toda mi vida, y se supone que deben estar aquí.
—Supongo que mi secretaria se olvidó de decirme al respecto esta mañana—dijo—¿Ya tienes algunas pasantías para tu carrera?
—Tengo dos carreras.
—Pre-ley, Britty.
—No—suspiré.
—Bueno, ¿por qué no? ¿Crees que una va a caer del cielo y aterrizar en tu regazo? ¿Es eso?
—Tuve una entrevista ayer en Blaine y Asociados—dije, sintiendo mi corazón volverse más pesado a cada segundo—, Y tengo otra la próxima semana en Schuester, Howell y López. También estoy a punto de hacer una
audición para el papel de mi vida si deseas pretender que te importa una mierda durante cinco segundos.
—¿Discúlpame, señorita?
—Tú no estás aquí—tenía lágrimas en mis ojos—No estás aquí.. ¿Sabes lo grande que va a ser esta producción?
—¿Vas a recibir pago? ¿La Compañía de Ballet de Nueva York está pagando?
—Ese no es el punto. Te he dicho una y otra vez lo importante que es esta prueba para mí. Llamé y te lo recordé ayer por la noche, y sería muy bueno si mis padres se presentaran y creyeran en mí para variar.
—Britty…—Suspiró—Creo en ti. Siempre lo hago, pero estoy en medio de una audiencia enorme en este momento y lo sabes porque está en todos los periódicos. También sabes que convertirte en una bailarina profesional no es una carrera estable, y por mucho que me encantaría dejar a mi lucrativo cliente para verte andar de puntillas por el escenario…
—Se llama bailar en pointe.
—Es lo mismo—dijo—De todos modos, es sólo una audición. Estoy segura de que tu papá y yo no seremos los únicos padres que no pudieron asistir hoy. Una vez que te gradúes de la universidad y vayas a la escuela de derecho, verás el ballet como lo que realmente es: un hobby, y nos agradecerás que te empujáramos a una doble especialización.
—El ballet es mi sueño, mamá.
—Es una etapa, y la última vez que lo comprobé, superaste la edad de máximo rendimiento para convertirte en una profesional. ¿Recuerdas cómo de repente dejaste todo a los dieciséis años? Lo dejarás de nuevo, y será lo mejor. En realidad…
Colgué.
No quería escuchar otro de sus discursos matadores de sueños, y me enojó que hubiera llamado “etapa” al ballet cuando yo había estado bailando desde que tenía seis años.
Cuando ella y mi papá invirtieron incontables dólares en clases privadas, disfraces y competiciones.
La única razón por la que quise “dejarlo” a los dieciséis años fue porque me rompí el pie y ya no podía presentarme a audiciones para cualquiera de las escuelas de danza.
Y la única razón por la que empecé a mostrar el más mínimo interés en leyes era porque no podía hacer mucho fuera de mis sesiones de rehabilitación a excepción de leer.
Mi corazón siempre perteneció a las zapatillas de punta, y de hecho nunca cambiaría.
—¿Brittany Pierce?—un hombre de repente me llamó desde la puerta del teatro—¿Eres tú?
—Sí.
—Eres la siguiente en subir al escenario. En unos cinco minutos.
—Estaré justo ahí…—metí mi bolsa en un armario.
Antes de que pudiera cerrarla, mi teléfono sonó. Sabiendo que era mi mamá llamando para ofrecer una disculpa a medias, hice mi mejor esfuerzo para no gritar.
—Por favor, ahórrate tus disculpas—inmediatamente tomé la llamada—No significan nada para mí.
—Llamaba para decirte buena suerte—dijo una profunda voz.
—¡Dos minutos!—un tramoyista me miró y me indicó que me dirigiera hacia el escenario.
—¿Thoreau?—le di la espalda al tramoyista—¿Para qué me estás deseando buena suerte?
—Mencionaste que tenías algún tipo de audición hace unas semanas. Es hoy, ¿verdad?
—Sí, gracias…
—No pareces muy entusiasmada con tu sueño en este momento.
—¿Cómo puedo estarlo cuando mis padres no creen en él?
—Tienes veintisiete años—se burló—Que se jodan tus padres.
Me reí con aire de culpabilidad.
—Ojalá fuera así de simple…
—Realmente lo es. Haces tu propio dinero, y a pesar del hecho de que realmente no sabes una mierda de leyes, pareces ser una abogada bastante decente. Que se jodan.
—Lo tendré en cuenta—dije, tratando de cambiar el tema—Estoy muy sorprendida porque recordaste que mi audición era hoy.
—No lo hice—colgó, y sabía que sonreía mientras lo hacía.
—¡Quince segundos, señorita Pierce!—el tramoyista me agarró del brazo y prácticamente me tiró al escenario.
Sonreí a los jueces y me quedé de pie en la quinta posición, brazos sobre mi cabeza, y esperé la primera nota de la composición de Tchaikovsky para
bailar.
Hubo un ruido de papeles, un poco de tos de alguien en la audiencia, y luego la música comenzó.
Se suponía que debía mostrar un arabesco, una pirueta, y luego realizar la rutina que había estado ensayando en clase durante el último mes y medio.
Sin embargo, no lo sentí así, y ya que esta era una de mis últimas oportunidades para impresionar, decidí bailar como yo quería.
Cerré los ojos y completé pirueta tras pirueta, vuelta fouette tras vuelta fouette. Ni siquiera iba a ritmo con la música, y me di cuenta de que el pianista se encontraba confundido y trataba de seguir mi ritmo.
Demostré cada salto que sabía, aterrizando perfectamente en cada uno de ellos, y cuando el pianista se rindió y tocó la última nota, regresé a la quinta
posición, sonriendo.
No hubo aplausos, no vítores, nada.
Traté de leer las caras de los jueces para ver si parecían algo impresionados, pero eran estoicas.
—Eso es todo, señorita Pierce—dijo uno de ellos—¿Leighton Reynolds, por favor tome el escenario?
Murmuré “gracias” antes de bajarme y salir corriendo del teatro.
No me molesté en ver el resto de las audiciones.
Por el resto de la tarde, caminé por el campus y traté de no llorar.
Cuando estaba segura de que las lágrimas no caerían, le envié un correo electrónico a Thoreau, que era lo único que podría hacerme sentir mejor.
Asunto: Pensamiento…
“Una cena. Una noche. Sin repeticiones”. ¿Escoges un restaurante barato o caro? ¿Pagas por la cena y la habitación de hotel? ¿O haces que la mujer pague a medias?-Alyssa.
Asunto: Re: Pensamiento…
Cena cara. Hotel de cinco estrellas. Yo pago por todo.
¿Te gustaría que haga algunas reservaciones para nosotros, así te puedo mostrar?-Thoreau.
Asunto: Re: Re: Pensamiento…
Por supuesto que no. ¿Y “unas” reservaciones? ¿Qué pasó con sólo
una?-Alyssa
Asunto: Re: Re: Re: Pensamiento…
Te dije que me gustaría hacer una excepción en tu caso. Invertí en una
caja de bolsas de papel hoy.-Thoreau.
Me reí y miré mi reloj.
Eran las cinco de la tarde y estaba segura de que los resultados de la producción se publicaron hace horas, pero me hallaba demasiado asustada para mirar.
Todo lo que quería era una oportunidad para ser un miembro del cuerpo de cisne, o incluso un suplente para el principal.
¿Por qué jodí esa rutina?
¿En qué demonios pensaba?
Después de volverme loca con preguntas, me obligué a volver al teatro de danza para ver la publicación del elenco final.
Cuando llegué, había una enorme multitud enfrente del anuncio, y podía oír el habitual:
—¡Estoy dentro! ¡Estoy dentro! —y—, ¿Cómo podrían no escogerme?—Revelaciones.
Apreté para abrirme camino a través de todos y hojeé la hoja, buscando mi nombre en la parte del elenco secundario, pero no me encontraba ahí.
Estaba en la hoja del elenco principal, y justo al lado del papel principal de Odette/Odile, el cisne blanco y negro, se hallaba mi nombre completo en negrita.
Me eché a llorar, saltando arriba y abajo con incredulidad. Quería llamar a mi mamá y contarle la buena noticia, pero mi corazón de repente se hundió ante la idea.
Sabía que en este mismo momento, probablemente le decía a mi papá que le colgué en la cara, y que tenía que asegurarse de que supiera que los hilos detrás de ellos pagaban mi educación:
—Si dejas pre-ley, dejaremos de mandar los cheques… Pre-ley paga tus clases, el ballet no.
Saqué mis doloridos pies de un cubo de hielo y los sequé con una toalla.
No estaba segura de cómo iba a hacer malabares con un papel protagonista, clases y una potencial pasantía, pero no tenía otra opción.
Suspirando, miré el calendario en mi escritorio donde había garabateado "Día de preparación para la entrevista" en la ranura de hoy.
Mi próxima entrevista con Schuester, Howell y López, una de las firmas de más prestigio en el estado, era algo más que una entrevista.
Era un proceso, y cada estudiante en búsqueda de prácticas sabía que aterrizar como residente en esa empresa podría hacer maravillas para su currículum.
La firma era tan selectiva que llevaban a cabo cuatro rondas de entrevistas telefónicas, tres pruebas en línea, y todos los solicitantes debían completar varios ensayos antes de la entrevista final con los socios.
Había planeado las entrevistas telefónicas y los exámenes, pero en cuanto a los ensayos —cien expedientes relacionados, era algo que no esperaba.
Incluso pensé que me habían enviado el informe equivocado, por lo que llamé para decir:
—Creo que mi dossier se ha cambiado con la solicitud de residentes del nivel de la escuela de leyes.
La secretaria simplemente se rio de mí. Ella dijo que la firma esperaba que todos los residentes —del nivel de la escuela de leyes y los estudiantes universitarios, rellenaran el mismo informe en la medida de sus posibilidades.
—No te preocupes—dijo—No vamos a esperar que seas perfecta. Sólo queremos ver cómo funciona tu mente.
Agarré el expediente del caso que me daba más problemas y lo puse en mi regazo. Luego busqué la página web de la empresa SHL y fui familiarizándome con los tres socios que me entrevistarían.
Schuester, el fundador de la empresa, era un hombre de pelo rubio con ojos verdes. Ponía de pretexto a Harvard como su razón para ser tan exigente y minucioso, y se jactaba de que en sus treinta años de práctica de la ley, alcanzó una de las tasas más altas de victorias en el país.
Howell, socio de la firma desde hacía más de diez años, era un hombre de cabello negro y ojos azules, de unos cuarenta años al igual que Schuester.
Se abrió paso a través de la firma, y desde que era "un individuo tan trabajador con una pasión sin igual", Schuester no tuvo más remedio que hacer de él su primer socio.
Tenía las segundas tasas más altas de victoria del país.
Después estaba López—Santana López, y ella era… era jodidamente sexy.
Intenté concentrarme en su biografía e ignorar su fotografía, pero no pude evitarlo. Sus profundos y penetrantes ojos oscuros me miraban directamente, y su cabello largo y negro pedía que pasara mis manos por él.
Tenía el rostro de una diosa griega —de piel morena, linda y con la mandíbula cincelada, y sus labios carnosos curvándose en una ligera sonrisa.
A pesar de que la imagen sólo mostraba la parte superior de su cuerpo, me imaginaba que por la forma en que llenaba su ceñido vestido azul marino, tenía unos pechos increíbles.
Me estaba mojando sólo con mirarla.
Céntrate, Brittany … Céntrate…
Extrañamente, su biografía era la más corta de todas.
No listaba su educación, su historial, o el año en que se convirtió en socia. Eran sólo un montón de palabras de relleno sobre cómo "la firma se sentía muy honrada de tener una abogada tan estimada y probada" en su equipo.
Oh, y disfrutaba comiendo chocolate.
Qué informativo…
Copié y pegué todas sus biografías en un documento de Word, y luego llamé a Thoreau.
—Buenas noches, Alyssa—respondió, haciendo que me derritiera con su voz, como de costumbre.
Juro que podía convencerme para hacer cualquier cosa… casi cualquier cosa.
—Hola, um…
—¿Sí?
Dios, me encantaba su maldita voz…
No había dicho gran cosa y ya estaba excitada.
—¿Me has llamado para que pueda escucharte respirar?—tenía que estar sonriendo.
—En realidad, sí—puse los ojos en blanco—¿Estás disfrutando de mis
sonidos?
—Disfrutaría mucho más si estuvieras debajo de mí.
Me sonrojé.
—Oh…
—El caso, Alyssa—se rio—Háblame de tu último caso.
—Bien, eh…—me aclaré la garganta—Brevemente: mi cliente llevó una pistola a un banco federal y se olvidó de activar el bloqueo de seguridad. Alguien chocó con él y sus manos instintivamente fueron a su bolsillo y el arma se disparó, dándole en la pierna.
—¿Desde cuándo practicas derecho penal? Pensaba que tu especialidad era el derecho corporativo.
Mierda…
—Lo es. Estoy llevando este caso para un amigo, trabajo gratuito.
—Hmmm. Bueno, a tu amigo le esperan de dos a cinco años en una prisión federal si no tiene ningún antecedente. ¿Con qué parte de esto necesitas ayuda exactamente?
—Con la parte de la defensa. No ha herido a nadie, salvo a sí mismo.
—¿Tenía una licencia para llevarla?
—No…—miré mis notas.
—Entonces estoy seguro de que la fiscalía convencerá al jurado de que llevaba la pistola en el banco con la intención de hacer daño a alguien que no fuera él mismo. Acepta cualquier acuerdo que ofrezcan.
—Bueno, yo…—miré lo que decía la hoja de asignación—¿Qué pasa si
ya he rechazado ese acuerdo?
Suspiró.
—Llama a la fiscalía y trata de recuperarlo. Si dicen que no, declara que no admites los cargos.
—¿Qué no admita los cargos? ¿Estás loca?
—¿Y tú? ¿Qué tipo de abogada corporativa acuerda aceptar un obvio caso penal? Una bastante inexperta en…
—Para tu información, se trata de una asignación—carraspeé—No importa. Decirme que no admita los cargos es más o menos lo mismo que declararle culpable.
—Si ese fuera el caso, te habría dicho que le declararas culpable—sonaba
Molesta—No admitir los cargos es la mejor opción para tu cliente, y cualquier abogado real lo sabría. ¿Seguro que has aprobado el examen?
—No habría sido invitada a unirme a LawyerChat si no lo hubiera aprobado, ¿no?—sentí que me dolía el corazón con esa mentira—Sólo estoy tratando de evitar que mi cliente sea condenado a la cárcel.
—Entonces realmente deberías dedicarte a la legislación mercantil—había una sonrisa en su voz—Tu cliente va ir a la cárcel y no hay nada que puedas hacer al respecto. La única cosa negociable sobre su caso es cuánto tiempo va a pasar ahí. ¿Algo más en lo que te pueda ayudar? ¿Tengo que darte una conferencia sobre la diferencia entre culpable y no culpable?
Puse los ojos en blanco y alejé el archivo.
—Muchas gracias por tu condescendiente ayuda, como siempre.
—El placer es mío—dijo—Tengo que preguntarte algo importante.
—¿Acerca de mi caso?
—No—dejó escapar una risa baja—¿Qué aspecto tienes?
[i]—¿Qué?—apenas podía oír mi voz[i]—¿Qué has dicho?
—Ya me has oído. Ya que nunca puedo tener la oportunidad de verte, me gustaría saber. ¿Cómo eres?
Me puse de pie y me acerqué a mi espejo, dejando que mis ojos recorrieran mi reflejo.
—No estoy segura de cómo se supone que debo responder a eso…
Necesitaba cambiar de tema, rápido.
De todo lo que me contó acerca de sus citas en los últimos meses, sin duda tenía un tipo que le gustaba más, un tipo que le intrigaba como ningún otro: rubia, ligeramente con curvas, labios finos…
Yo.
Traté de imaginar qué aspecto tenía ella un montón de veces.
¿Morena, tal vez?
¿Castaña clara?
¿Una boca hecha para besar, con profundos ojos verdes?
¿Pechos grandes?
¿Chicos?
¿Un buen trasero?
Mencionó que hace ejercicio todos los días…
Estaba más que segura de que era atractiva—tenía que serlo si tantas mujeres la aguantaban en esos sitios de citas, pero cada vez que mi mente hacía un dibujo, me convencía de que lo había hecho mal.
—¿Sabes qué?—dije, sacándome de mis pensamientos—Nunca he sido buena describiendo cosas. ¿Cómo eres tú?
—Me veo como una mujer que quiere follar contigo.
Un hormigueo ascendió y descendió por mi columna.
—Eso no es una descripción…
—¿De qué color es tu pelo?
No sonaba divertida, y sabía que no iba a permitirme dirigir la conversación esta noche.
—Rojo
Tiré de la cinta que estaba alrededor de mi moño y dejé que las hebras rubias cayeran por mis hombros.
—¿Cómo de largo lo llevas?
—Es corto…
—Hmmm. ¿Qué hay de tus ojos?
Me quedé mirando mis iris color azul.
—Verdes, verdes claros.
—¿Tiene pecas?
—No.
—¿Y tus labios?
—¿Quieres saber cómo de finos o gruesos son?
—Quiero saber cómo se verían envueltos alrededor de mis pezones.
Di un grito ahogado.
—¿Estás jugando a ser tímida esta noche?—cubitos de hielo tintinearon
contra vidrio en el fondo—¿Cuánto de mi crees que podrías tener en tu boca?
Me quedé en silencio, y mi respiración empezó a disminuir.
—¿Alyssa?—su voz era suave—¿Vas a contestarme?
—Es difícil hacer una predicción sobre algo que nunca has hecho.
La oí inhalar una respiración profunda, y la línea quedó en completo silencio. Pensé que me preguntaría cómo me las arreglé para tener relaciones sexuales con mis parejas, ella sabía que era bisexual, en el pasado sin dar sexo oral, pero no lo hizo.
—Hmmm. ¿Eres pelirroja natural?
—¿Qué importa?—me acerqué a la cama—Claramente no soy tu tipo.
—Tengo una preferencia, no un tipo, y una pelirroja listilla que nunca ha tenido la el sexo de otra persona en su boca es más que digna de una excepción.
Puse un dedo debajo de mi ropa interior y me la quité antes de dejarme caer bajo las sábanas.
—Lástima que no sea una malísima y completa virgen ¿eh?
—No follo a vírgenes—hizo una pausa—Pero teniendo en cuenta el hecho de que nosotras nunca hemos follado, bien podrías ser una.
La humedad se deslizó por mis muslos, y sentí que mis pezones se endurecían.
—Dudo sumamente…
—Estoy cansada de sólo poder hablar contigo por teléfono, Alyssa…
Silencio.
—Necesito verte…—su voz era tensa—Necesito follarte…
—Thoreau…
—No, escúchame—su tono era una advertencia—Necesito enterrarme profundamente dentro de ti en todos los sentidos, sentir el latido de tu coño alrededor de mis dedos, junto al mio mientras gritas mi nombre… mi nombre real.
Una mano se arrastró por delante de mi estómago y entre mis muslos, y mis dedos empezaron a tocar mi clítoris. Lentamente al principio, luego más rápido, más deprisa con cada sonido de sus respiraciones pesadas en mi oído.
—He sido muy paciente contigo…—su voz se apagó—¿No te parece?
—No…
—Lo he sido—dijo—Estoy cansada de imaginar lo mojado que se puede poner tu coño, lo fuerte que gritarás cuando chupe tus tetas mientras me montas… Lo fuerte que voy a tirarte del pelo cuando te doble sobre mi escritorio y te folle hasta que no puedas respirar… Cansada.
Cerré los ojos, dejando que mi otra mano apretara mi pecho, dejando que
mi pulgar pellizcara mi pezón.
—Te voy a dar dos semanas para que recuperes el jodido sentido…
—¿Qué?
—Dos semanas—susurró—Es entonces cuando tú y yo vamos a encontrarnos cara a cara, y voy a reclamar cada centímetro de ti.
—No puedo… no puedo estar de acuerdo… con eso.
—Lo estarás—su respiración estaba ahora en sincronía con la mía—Y en el segundo en que lo hagas, me vas a invitar a tu casa y voy a recordarte todo lo que te has burlado de mí durante los últimos seis meses.
Me quedé sin palabras.
Mi clítoris se hinchó con cada roce de mi dedo y mi respiración era cada vez más y más corta.
—Voy a ser suave al principio—susurró—, Sobre todo cuando deslice mi coño en tu boca y te tire del pelo, mostrándote exactamente cómo me gusta ser chupada.
—Para…—jadeaba—Por favor… Para…
—Confía en mí, no lo haré.
—Thoreau…—mis piernas temblaban.
—Ya no puedo simplemente hablar contigo. Necesito sentirte, tengo que saborearte. Di que sí a las dos semanas…
Me mordí el labio, sabiendo que si ella lo decía otra vez, si me preguntaba una vez más, le diría que sí.
—Alyssa…—rogó.
Me encontraba a segundos de correrme, a segundos de gritar: "¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!"
—Prométeme que me dejará follarte en dos semanas…
Como si mi boca estuviera bajo su mando, liberé mi labio inferior y me preparé para decir que sí, pero colgué.
Manteniendo los ojos cerrados, me acosté en la cama y dejé que las olas de un orgasmo me arrollaran atravesándome mientras gritaba los tres sí que ella no podía oír.
Cuando finalmente dejé de temblar, me di la vuelta y agarré una almohada, llevándola hacia mi pecho.
Antes de que pudiera obligarme a dormir, escuché mi teléfono sonar debajo de mí.
Era un mensaje de Thoreau.
Me lo tomaré como un sí. Catorce días.
Eso es lo que decía el mensaje de texto de Thoreau esta mañana.
—¿No crees que algunas mentiras son justificables?—le envié un mensaje en respuesta.
—No. Nunca.
Dudé.
—¿Así que, nunca me mentirías?
—¿Por qué lo haría?
—Porque apenas nos conocemos la una a la otra…
—Sólo porque me mantienes a distancia.—me envió otro mensaje antes de que pudiera responder—¿Te gustaría saber mi nombre real y donde trabajo?
—Prefiero nuestro acuerdo de anonimato.
—Por supuesto que sí, y nunca te mentiría. Confío en ti por alguna extraña razón.
—¿Alguna extraña razón?
—Muy extraña. Te hablaré más tarde.
Arrojé mi teléfono en mi bolso y suspiré, dejando que esa sensación familiar de culpa me invadiera.
Nunca pretendí seguir hablando con ella, convertirme en su amiga fuera de Chat de Abogados, pero estaba demasiada involucrada, y no quería dejarla ir.
Meses atrás, cuando vi la invitación a la exclusiva red sobre el escritorio de mi mamá, me juré que sólo la usaría cuando tuviera que hacer preguntas para mis clases de pre-ley.
Utilicé su código de acceso para entrar, construí un perfil falso, y me aseguré de que todas mis preguntas estuvieran hiladas de tal manera que nadie sabría que eran para las tareas escolares.
Por desgracia para mí, el programa de pre-ley en Duke era diferente a cualquier otro programa en el país.
Consistía en más clases prácticas, tutorías individuales de los abogados en ejercicio, y se encargaba de que cada estudiante encontrara un puesto de interno para los últimos cuatro semestres. Además de eso, esperaban que leyera e interpretara los archivos de casos como si ya fuéramos abogados.
Si hubiera sabido que pedirle a Thoreau tantos consejos para la tarea llevaría a una amistad real, podría haber dejado de hablar con ella antes.
Por otra parte, al igual que yo era su única amiga, ella también era mi única amiga.
Era abierta y honesta cada vez que hablábamos, y sólo deseaba poder hacer lo mismo, sobre todo desde que parecía tener la costumbre de decir: “Odio a los jodidos mentirosos” cada vez que una de sus citas lo engañaba.
Maldita sea…
Suavizando el tejido de tul de mi tutú, tomé varias respiraciones profundas; podía pensar en mi amistad con Thoreau después, ahora mismo necesitaba enfocarme.
Hoy era el día de la audición para una producción de El Lago de los Cisnes y era un manojo de nervios; apenas había dormido la noche anterior, me salté el desayuno y me presenté en el teatro cinco horas antes.
—¡Por favor, despejen el escenario, señoras y señores!—gritó el director desde abajo—¡Las audiciones oficiales comenzarán en treinta minutos! ¡Por
favor, despejen el escenario y vayan a las alas!
Antes de dirigirme detrás del escenario, miré hacia el público. La mayoría de las caras eran familiares, mis compañeros de clase, profesores, unos cuantos directores de la compañía de ballet para la que trabajé el verano pasado, pero las caras que necesitaba ver no se encontraban ahí.
Nunca estaban.
Dolida, encontré un rincón en el vestuario y llamé a mi mamá.
—¿Hola?—respondió a la primera llamada.
—¿Por qué no estás aquí?
—¿Por qué no estoy dónde, Britty? ¿De qué estás hablando ahora?—dejó escapar un suspiro de exasperación.
—Mi audición abierta para El Lago de los Cisnes. Prometiste que tú y papá vendrían.
—¡Es Britty, cariño!—le gritó a mi papá en el fondo—¿Su recital era hoy?
—No he estado en un recital desde que tenía trece años—apreté los dientes—Esto es una prueba, una audición única en toda mi vida, y se supone que deben estar aquí.
—Supongo que mi secretaria se olvidó de decirme al respecto esta mañana—dijo—¿Ya tienes algunas pasantías para tu carrera?
—Tengo dos carreras.
—Pre-ley, Britty.
—No—suspiré.
—Bueno, ¿por qué no? ¿Crees que una va a caer del cielo y aterrizar en tu regazo? ¿Es eso?
—Tuve una entrevista ayer en Blaine y Asociados—dije, sintiendo mi corazón volverse más pesado a cada segundo—, Y tengo otra la próxima semana en Schuester, Howell y López. También estoy a punto de hacer una
audición para el papel de mi vida si deseas pretender que te importa una mierda durante cinco segundos.
—¿Discúlpame, señorita?
—Tú no estás aquí—tenía lágrimas en mis ojos—No estás aquí.. ¿Sabes lo grande que va a ser esta producción?
—¿Vas a recibir pago? ¿La Compañía de Ballet de Nueva York está pagando?
—Ese no es el punto. Te he dicho una y otra vez lo importante que es esta prueba para mí. Llamé y te lo recordé ayer por la noche, y sería muy bueno si mis padres se presentaran y creyeran en mí para variar.
—Britty…—Suspiró—Creo en ti. Siempre lo hago, pero estoy en medio de una audiencia enorme en este momento y lo sabes porque está en todos los periódicos. También sabes que convertirte en una bailarina profesional no es una carrera estable, y por mucho que me encantaría dejar a mi lucrativo cliente para verte andar de puntillas por el escenario…
—Se llama bailar en pointe.
—Es lo mismo—dijo—De todos modos, es sólo una audición. Estoy segura de que tu papá y yo no seremos los únicos padres que no pudieron asistir hoy. Una vez que te gradúes de la universidad y vayas a la escuela de derecho, verás el ballet como lo que realmente es: un hobby, y nos agradecerás que te empujáramos a una doble especialización.
—El ballet es mi sueño, mamá.
—Es una etapa, y la última vez que lo comprobé, superaste la edad de máximo rendimiento para convertirte en una profesional. ¿Recuerdas cómo de repente dejaste todo a los dieciséis años? Lo dejarás de nuevo, y será lo mejor. En realidad…
Colgué.
No quería escuchar otro de sus discursos matadores de sueños, y me enojó que hubiera llamado “etapa” al ballet cuando yo había estado bailando desde que tenía seis años.
Cuando ella y mi papá invirtieron incontables dólares en clases privadas, disfraces y competiciones.
La única razón por la que quise “dejarlo” a los dieciséis años fue porque me rompí el pie y ya no podía presentarme a audiciones para cualquiera de las escuelas de danza.
Y la única razón por la que empecé a mostrar el más mínimo interés en leyes era porque no podía hacer mucho fuera de mis sesiones de rehabilitación a excepción de leer.
Mi corazón siempre perteneció a las zapatillas de punta, y de hecho nunca cambiaría.
—¿Brittany Pierce?—un hombre de repente me llamó desde la puerta del teatro—¿Eres tú?
—Sí.
—Eres la siguiente en subir al escenario. En unos cinco minutos.
—Estaré justo ahí…—metí mi bolsa en un armario.
Antes de que pudiera cerrarla, mi teléfono sonó. Sabiendo que era mi mamá llamando para ofrecer una disculpa a medias, hice mi mejor esfuerzo para no gritar.
—Por favor, ahórrate tus disculpas—inmediatamente tomé la llamada—No significan nada para mí.
—Llamaba para decirte buena suerte—dijo una profunda voz.
—¡Dos minutos!—un tramoyista me miró y me indicó que me dirigiera hacia el escenario.
—¿Thoreau?—le di la espalda al tramoyista—¿Para qué me estás deseando buena suerte?
—Mencionaste que tenías algún tipo de audición hace unas semanas. Es hoy, ¿verdad?
—Sí, gracias…
—No pareces muy entusiasmada con tu sueño en este momento.
—¿Cómo puedo estarlo cuando mis padres no creen en él?
—Tienes veintisiete años—se burló—Que se jodan tus padres.
Me reí con aire de culpabilidad.
—Ojalá fuera así de simple…
—Realmente lo es. Haces tu propio dinero, y a pesar del hecho de que realmente no sabes una mierda de leyes, pareces ser una abogada bastante decente. Que se jodan.
—Lo tendré en cuenta—dije, tratando de cambiar el tema—Estoy muy sorprendida porque recordaste que mi audición era hoy.
—No lo hice—colgó, y sabía que sonreía mientras lo hacía.
—¡Quince segundos, señorita Pierce!—el tramoyista me agarró del brazo y prácticamente me tiró al escenario.
Sonreí a los jueces y me quedé de pie en la quinta posición, brazos sobre mi cabeza, y esperé la primera nota de la composición de Tchaikovsky para
bailar.
Hubo un ruido de papeles, un poco de tos de alguien en la audiencia, y luego la música comenzó.
Se suponía que debía mostrar un arabesco, una pirueta, y luego realizar la rutina que había estado ensayando en clase durante el último mes y medio.
Sin embargo, no lo sentí así, y ya que esta era una de mis últimas oportunidades para impresionar, decidí bailar como yo quería.
Cerré los ojos y completé pirueta tras pirueta, vuelta fouette tras vuelta fouette. Ni siquiera iba a ritmo con la música, y me di cuenta de que el pianista se encontraba confundido y trataba de seguir mi ritmo.
Demostré cada salto que sabía, aterrizando perfectamente en cada uno de ellos, y cuando el pianista se rindió y tocó la última nota, regresé a la quinta
posición, sonriendo.
No hubo aplausos, no vítores, nada.
Traté de leer las caras de los jueces para ver si parecían algo impresionados, pero eran estoicas.
—Eso es todo, señorita Pierce—dijo uno de ellos—¿Leighton Reynolds, por favor tome el escenario?
Murmuré “gracias” antes de bajarme y salir corriendo del teatro.
No me molesté en ver el resto de las audiciones.
Por el resto de la tarde, caminé por el campus y traté de no llorar.
Cuando estaba segura de que las lágrimas no caerían, le envié un correo electrónico a Thoreau, que era lo único que podría hacerme sentir mejor.
Asunto: Pensamiento…
“Una cena. Una noche. Sin repeticiones”. ¿Escoges un restaurante barato o caro? ¿Pagas por la cena y la habitación de hotel? ¿O haces que la mujer pague a medias?-Alyssa.
Asunto: Re: Pensamiento…
Cena cara. Hotel de cinco estrellas. Yo pago por todo.
¿Te gustaría que haga algunas reservaciones para nosotros, así te puedo mostrar?-Thoreau.
Asunto: Re: Re: Pensamiento…
Por supuesto que no. ¿Y “unas” reservaciones? ¿Qué pasó con sólo
una?-Alyssa
Asunto: Re: Re: Re: Pensamiento…
Te dije que me gustaría hacer una excepción en tu caso. Invertí en una
caja de bolsas de papel hoy.-Thoreau.
Me reí y miré mi reloj.
Eran las cinco de la tarde y estaba segura de que los resultados de la producción se publicaron hace horas, pero me hallaba demasiado asustada para mirar.
Todo lo que quería era una oportunidad para ser un miembro del cuerpo de cisne, o incluso un suplente para el principal.
¿Por qué jodí esa rutina?
¿En qué demonios pensaba?
Después de volverme loca con preguntas, me obligué a volver al teatro de danza para ver la publicación del elenco final.
Cuando llegué, había una enorme multitud enfrente del anuncio, y podía oír el habitual:
—¡Estoy dentro! ¡Estoy dentro! —y—, ¿Cómo podrían no escogerme?—Revelaciones.
Apreté para abrirme camino a través de todos y hojeé la hoja, buscando mi nombre en la parte del elenco secundario, pero no me encontraba ahí.
Estaba en la hoja del elenco principal, y justo al lado del papel principal de Odette/Odile, el cisne blanco y negro, se hallaba mi nombre completo en negrita.
Me eché a llorar, saltando arriba y abajo con incredulidad. Quería llamar a mi mamá y contarle la buena noticia, pero mi corazón de repente se hundió ante la idea.
Sabía que en este mismo momento, probablemente le decía a mi papá que le colgué en la cara, y que tenía que asegurarse de que supiera que los hilos detrás de ellos pagaban mi educación:
—Si dejas pre-ley, dejaremos de mandar los cheques… Pre-ley paga tus clases, el ballet no.
Saqué mis doloridos pies de un cubo de hielo y los sequé con una toalla.
No estaba segura de cómo iba a hacer malabares con un papel protagonista, clases y una potencial pasantía, pero no tenía otra opción.
Suspirando, miré el calendario en mi escritorio donde había garabateado "Día de preparación para la entrevista" en la ranura de hoy.
Mi próxima entrevista con Schuester, Howell y López, una de las firmas de más prestigio en el estado, era algo más que una entrevista.
Era un proceso, y cada estudiante en búsqueda de prácticas sabía que aterrizar como residente en esa empresa podría hacer maravillas para su currículum.
La firma era tan selectiva que llevaban a cabo cuatro rondas de entrevistas telefónicas, tres pruebas en línea, y todos los solicitantes debían completar varios ensayos antes de la entrevista final con los socios.
Había planeado las entrevistas telefónicas y los exámenes, pero en cuanto a los ensayos —cien expedientes relacionados, era algo que no esperaba.
Incluso pensé que me habían enviado el informe equivocado, por lo que llamé para decir:
—Creo que mi dossier se ha cambiado con la solicitud de residentes del nivel de la escuela de leyes.
La secretaria simplemente se rio de mí. Ella dijo que la firma esperaba que todos los residentes —del nivel de la escuela de leyes y los estudiantes universitarios, rellenaran el mismo informe en la medida de sus posibilidades.
—No te preocupes—dijo—No vamos a esperar que seas perfecta. Sólo queremos ver cómo funciona tu mente.
Agarré el expediente del caso que me daba más problemas y lo puse en mi regazo. Luego busqué la página web de la empresa SHL y fui familiarizándome con los tres socios que me entrevistarían.
Schuester, el fundador de la empresa, era un hombre de pelo rubio con ojos verdes. Ponía de pretexto a Harvard como su razón para ser tan exigente y minucioso, y se jactaba de que en sus treinta años de práctica de la ley, alcanzó una de las tasas más altas de victorias en el país.
Howell, socio de la firma desde hacía más de diez años, era un hombre de cabello negro y ojos azules, de unos cuarenta años al igual que Schuester.
Se abrió paso a través de la firma, y desde que era "un individuo tan trabajador con una pasión sin igual", Schuester no tuvo más remedio que hacer de él su primer socio.
Tenía las segundas tasas más altas de victoria del país.
Después estaba López—Santana López, y ella era… era jodidamente sexy.
Intenté concentrarme en su biografía e ignorar su fotografía, pero no pude evitarlo. Sus profundos y penetrantes ojos oscuros me miraban directamente, y su cabello largo y negro pedía que pasara mis manos por él.
Tenía el rostro de una diosa griega —de piel morena, linda y con la mandíbula cincelada, y sus labios carnosos curvándose en una ligera sonrisa.
A pesar de que la imagen sólo mostraba la parte superior de su cuerpo, me imaginaba que por la forma en que llenaba su ceñido vestido azul marino, tenía unos pechos increíbles.
Me estaba mojando sólo con mirarla.
Céntrate, Brittany … Céntrate…
Extrañamente, su biografía era la más corta de todas.
No listaba su educación, su historial, o el año en que se convirtió en socia. Eran sólo un montón de palabras de relleno sobre cómo "la firma se sentía muy honrada de tener una abogada tan estimada y probada" en su equipo.
Oh, y disfrutaba comiendo chocolate.
Qué informativo…
Copié y pegué todas sus biografías en un documento de Word, y luego llamé a Thoreau.
—Buenas noches, Alyssa—respondió, haciendo que me derritiera con su voz, como de costumbre.
Juro que podía convencerme para hacer cualquier cosa… casi cualquier cosa.
—Hola, um…
—¿Sí?
Dios, me encantaba su maldita voz…
No había dicho gran cosa y ya estaba excitada.
—¿Me has llamado para que pueda escucharte respirar?—tenía que estar sonriendo.
—En realidad, sí—puse los ojos en blanco—¿Estás disfrutando de mis
sonidos?
—Disfrutaría mucho más si estuvieras debajo de mí.
Me sonrojé.
—Oh…
—El caso, Alyssa—se rio—Háblame de tu último caso.
—Bien, eh…—me aclaré la garganta—Brevemente: mi cliente llevó una pistola a un banco federal y se olvidó de activar el bloqueo de seguridad. Alguien chocó con él y sus manos instintivamente fueron a su bolsillo y el arma se disparó, dándole en la pierna.
—¿Desde cuándo practicas derecho penal? Pensaba que tu especialidad era el derecho corporativo.
Mierda…
—Lo es. Estoy llevando este caso para un amigo, trabajo gratuito.
—Hmmm. Bueno, a tu amigo le esperan de dos a cinco años en una prisión federal si no tiene ningún antecedente. ¿Con qué parte de esto necesitas ayuda exactamente?
—Con la parte de la defensa. No ha herido a nadie, salvo a sí mismo.
—¿Tenía una licencia para llevarla?
—No…—miré mis notas.
—Entonces estoy seguro de que la fiscalía convencerá al jurado de que llevaba la pistola en el banco con la intención de hacer daño a alguien que no fuera él mismo. Acepta cualquier acuerdo que ofrezcan.
—Bueno, yo…—miré lo que decía la hoja de asignación—¿Qué pasa si
ya he rechazado ese acuerdo?
Suspiró.
—Llama a la fiscalía y trata de recuperarlo. Si dicen que no, declara que no admites los cargos.
—¿Qué no admita los cargos? ¿Estás loca?
—¿Y tú? ¿Qué tipo de abogada corporativa acuerda aceptar un obvio caso penal? Una bastante inexperta en…
—Para tu información, se trata de una asignación—carraspeé—No importa. Decirme que no admita los cargos es más o menos lo mismo que declararle culpable.
—Si ese fuera el caso, te habría dicho que le declararas culpable—sonaba
Molesta—No admitir los cargos es la mejor opción para tu cliente, y cualquier abogado real lo sabría. ¿Seguro que has aprobado el examen?
—No habría sido invitada a unirme a LawyerChat si no lo hubiera aprobado, ¿no?—sentí que me dolía el corazón con esa mentira—Sólo estoy tratando de evitar que mi cliente sea condenado a la cárcel.
—Entonces realmente deberías dedicarte a la legislación mercantil—había una sonrisa en su voz—Tu cliente va ir a la cárcel y no hay nada que puedas hacer al respecto. La única cosa negociable sobre su caso es cuánto tiempo va a pasar ahí. ¿Algo más en lo que te pueda ayudar? ¿Tengo que darte una conferencia sobre la diferencia entre culpable y no culpable?
Puse los ojos en blanco y alejé el archivo.
—Muchas gracias por tu condescendiente ayuda, como siempre.
—El placer es mío—dijo—Tengo que preguntarte algo importante.
—¿Acerca de mi caso?
—No—dejó escapar una risa baja—¿Qué aspecto tienes?
[i]—¿Qué?—apenas podía oír mi voz[i]—¿Qué has dicho?
—Ya me has oído. Ya que nunca puedo tener la oportunidad de verte, me gustaría saber. ¿Cómo eres?
Me puse de pie y me acerqué a mi espejo, dejando que mis ojos recorrieran mi reflejo.
—No estoy segura de cómo se supone que debo responder a eso…
Necesitaba cambiar de tema, rápido.
De todo lo que me contó acerca de sus citas en los últimos meses, sin duda tenía un tipo que le gustaba más, un tipo que le intrigaba como ningún otro: rubia, ligeramente con curvas, labios finos…
Yo.
Traté de imaginar qué aspecto tenía ella un montón de veces.
¿Morena, tal vez?
¿Castaña clara?
¿Una boca hecha para besar, con profundos ojos verdes?
¿Pechos grandes?
¿Chicos?
¿Un buen trasero?
Mencionó que hace ejercicio todos los días…
Estaba más que segura de que era atractiva—tenía que serlo si tantas mujeres la aguantaban en esos sitios de citas, pero cada vez que mi mente hacía un dibujo, me convencía de que lo había hecho mal.
—¿Sabes qué?—dije, sacándome de mis pensamientos—Nunca he sido buena describiendo cosas. ¿Cómo eres tú?
—Me veo como una mujer que quiere follar contigo.
Un hormigueo ascendió y descendió por mi columna.
—Eso no es una descripción…
—¿De qué color es tu pelo?
No sonaba divertida, y sabía que no iba a permitirme dirigir la conversación esta noche.
—Rojo
Tiré de la cinta que estaba alrededor de mi moño y dejé que las hebras rubias cayeran por mis hombros.
—¿Cómo de largo lo llevas?
—Es corto…
—Hmmm. ¿Qué hay de tus ojos?
Me quedé mirando mis iris color azul.
—Verdes, verdes claros.
—¿Tiene pecas?
—No.
—¿Y tus labios?
—¿Quieres saber cómo de finos o gruesos son?
—Quiero saber cómo se verían envueltos alrededor de mis pezones.
Di un grito ahogado.
—¿Estás jugando a ser tímida esta noche?—cubitos de hielo tintinearon
contra vidrio en el fondo—¿Cuánto de mi crees que podrías tener en tu boca?
Me quedé en silencio, y mi respiración empezó a disminuir.
—¿Alyssa?—su voz era suave—¿Vas a contestarme?
—Es difícil hacer una predicción sobre algo que nunca has hecho.
La oí inhalar una respiración profunda, y la línea quedó en completo silencio. Pensé que me preguntaría cómo me las arreglé para tener relaciones sexuales con mis parejas, ella sabía que era bisexual, en el pasado sin dar sexo oral, pero no lo hizo.
—Hmmm. ¿Eres pelirroja natural?
—¿Qué importa?—me acerqué a la cama—Claramente no soy tu tipo.
—Tengo una preferencia, no un tipo, y una pelirroja listilla que nunca ha tenido la el sexo de otra persona en su boca es más que digna de una excepción.
Puse un dedo debajo de mi ropa interior y me la quité antes de dejarme caer bajo las sábanas.
—Lástima que no sea una malísima y completa virgen ¿eh?
—No follo a vírgenes—hizo una pausa—Pero teniendo en cuenta el hecho de que nosotras nunca hemos follado, bien podrías ser una.
La humedad se deslizó por mis muslos, y sentí que mis pezones se endurecían.
—Dudo sumamente…
—Estoy cansada de sólo poder hablar contigo por teléfono, Alyssa…
Silencio.
—Necesito verte…—su voz era tensa—Necesito follarte…
—Thoreau…
—No, escúchame—su tono era una advertencia—Necesito enterrarme profundamente dentro de ti en todos los sentidos, sentir el latido de tu coño alrededor de mis dedos, junto al mio mientras gritas mi nombre… mi nombre real.
Una mano se arrastró por delante de mi estómago y entre mis muslos, y mis dedos empezaron a tocar mi clítoris. Lentamente al principio, luego más rápido, más deprisa con cada sonido de sus respiraciones pesadas en mi oído.
—He sido muy paciente contigo…—su voz se apagó—¿No te parece?
—No…
—Lo he sido—dijo—Estoy cansada de imaginar lo mojado que se puede poner tu coño, lo fuerte que gritarás cuando chupe tus tetas mientras me montas… Lo fuerte que voy a tirarte del pelo cuando te doble sobre mi escritorio y te folle hasta que no puedas respirar… Cansada.
Cerré los ojos, dejando que mi otra mano apretara mi pecho, dejando que
mi pulgar pellizcara mi pezón.
—Te voy a dar dos semanas para que recuperes el jodido sentido…
—¿Qué?
—Dos semanas—susurró—Es entonces cuando tú y yo vamos a encontrarnos cara a cara, y voy a reclamar cada centímetro de ti.
—No puedo… no puedo estar de acuerdo… con eso.
—Lo estarás—su respiración estaba ahora en sincronía con la mía—Y en el segundo en que lo hagas, me vas a invitar a tu casa y voy a recordarte todo lo que te has burlado de mí durante los últimos seis meses.
Me quedé sin palabras.
Mi clítoris se hinchó con cada roce de mi dedo y mi respiración era cada vez más y más corta.
—Voy a ser suave al principio—susurró—, Sobre todo cuando deslice mi coño en tu boca y te tire del pelo, mostrándote exactamente cómo me gusta ser chupada.
—Para…—jadeaba—Por favor… Para…
—Confía en mí, no lo haré.
—Thoreau…—mis piernas temblaban.
—Ya no puedo simplemente hablar contigo. Necesito sentirte, tengo que saborearte. Di que sí a las dos semanas…
Me mordí el labio, sabiendo que si ella lo decía otra vez, si me preguntaba una vez más, le diría que sí.
—Alyssa…—rogó.
Me encontraba a segundos de correrme, a segundos de gritar: "¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!"
—Prométeme que me dejará follarte en dos semanas…
Como si mi boca estuviera bajo su mando, liberé mi labio inferior y me preparé para decir que sí, pero colgué.
Manteniendo los ojos cerrados, me acosté en la cama y dejé que las olas de un orgasmo me arrollaran atravesándome mientras gritaba los tres sí que ella no podía oír.
Cuando finalmente dejé de temblar, me di la vuelta y agarré una almohada, llevándola hacia mi pecho.
Antes de que pudiera obligarme a dormir, escuché mi teléfono sonar debajo de mí.
Era un mensaje de Thoreau.
Me lo tomaré como un sí. Catorce días.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Hola morra....
Mmm a ver si llegan a las dos semanas que impuso san jajaja
Qué bueno que britt quedó con el papel!!! Ya detesto a la madre!
Nos vemos!
Mmm a ver si llegan a las dos semanas que impuso san jajaja
Qué bueno que britt quedó con el papel!!! Ya detesto a la madre!
Nos vemos!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Huuuuuu jajaja se pone muy bueno!!!!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
no creo que las cosas vayan bien cuando santana sepa que le mintio, ella no soporta las mentiras y ese podria ser un gran problema!!! hasta pronto!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Falta ver quien le hizo daño a San en el pasado y si cuando sepa todo de Britt se molestara por no ser completamente honesta.
Ahora se debe preparar para conocerla, los días empiezan a correr...
Ahora se debe preparar para conocerla, los días empiezan a correr...
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
3:) escribió: Hola morra....
Mmm a ver si llegan a las dos semanas que impuso san jajaja
Qué bueno que britt quedó con el papel!!! Ya detesto a la madre!
Nos vemos!
Hola lu, jajajajaj esperemos y si, no¿? jajajajajaja. SI! jajajajajajaja las cosas van bn, no¿? Jajajaja y yo tmbn xD jajajaj. Saludos =D
monica.santander escribió:Huuuuuu jajaja se pone muy bueno!!!!!
Saludos
Hola, si¿? vamos mas que bn entonces jajajajaja. Saludos =D
micky morales escribió:no creo que las cosas vayan bien cuando santana sepa que le mintio, ella no soporta las mentiras y ese podria ser un gran problema!!! hasta pronto!
Hola, mmm nop, la vrdd esk yo tampoco lo creo =/ esperemos y hablen antes de q eso pase xD Saludos =D
JVM escribió:Falta ver quien le hizo daño a San en el pasado y si cuando sepa todo de Britt se molestara por no ser completamente honesta.
Ahora se debe preparar para conocerla, los días empiezan a correr...
Hola, mmm y esa persona fue la capoto la actitud de san ¬¬ Esperemos y ambas hablen antes de q se sepa todo =/ Jajajajaaj y que día! ajjajaaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Razonable I (Adaptada) Cap 3
Capitulo 3
Carga de la Prueba.
Santana
—¿Te dije que conseguí el rol principal para el ballet para el cual hice la audición?—dijo Alyssa a la mañana siguiente.
Había estado hablando con ella desde que llegué al trabajo, pero no había hecho mención del hecho de que me había colgado en la cara la noche anterior; iba a castigarla por eso después.
Severamente.
Trece días…
—¿Te hablé de eso?—me preguntó de nuevo.
—No, y si no vas a decirme cuándo y dónde es la presentación, entonces
no me importa.
—Oh, vaya—se rio—¿Estás enojada por lo de anoche, no es así?
—Furiosa.
—¿Porque colgué?
—Porque sé que gritaste “sí” cuando te viniste, y colgaste porque no querías que lo escuchara.
Se quedó en silencio, y yo iba a decir algo más, pero Quinn entró de repente en mi oficina, sonriéndome.
—Espera un segundo—coloqué el teléfono contra mi pecho—¿Si, Quinn?
—Las entrevistas finales van a comenzar en veinte minutes. La necesitan en el salón de conferencias ahora.
—Estaré ahí cuando esté ahí—actué como si el beso que estaba lanzándome ahora no estuviera sucediendo, y esperé hasta que cerró la puerta—Voy a tener que llamarte más tarde, Alyssa. Tengo una reunión.
—Debe ser un mal momento para ambas. Yo también tengo una reunión.
—¿Tu cliente condenado por el tiroteo?
—No, algo mucho peor. Una entrevista de internos.
—Debe estar en el aire entonces—suspiré mientras me colocaba mi chaqueta—Tengo que sentarme a través de unas cuantas de ellas, desafortunadamente.
—¿Alguna recomendación que quieras compartir?
—Trata de lucir como si de vedad estuvieras prestando atención mientras ellos responden las preguntas, y asegúrate de que tu teléfono esté completamente cargado para que así puedas meterte en internet.
—No para mí—se rio—Para los internos. Algo que debería decir si alguno de ellos está nervioso.
—Oh—me encogí de hombros—Diles mi lema.
—¿Y cuál es ese lema?
—Es lo que es.
—¿Por qué te pregunto siquiera?
—Porque siempre te digo la verdad—colgué.
—¿Señorita López?—Quinn entró en la oficina de nuevo—Quieren que revise los documentos antes de que comiencen.
—Estoy justo detrás de ti—la seguí a la sala de conferencias, donde Will Schuester y Carl Howell me esperaban, y me senté a su lado.
—Qué bueno verte fuera de tu oficina hoy, Santana—se mofó Will.
—Sí—agregó Carl—Gracias por regalarnos tu presencia esta tarde. Sabemos cuánto amas ser sociable.
Rodé los ojos.
—¿Por qué necesitamos hacer las entrevistas de internos los tres? ¿Cuál es el punto de tener un departamento de recursos humanos si los socios hacen el trabajo por ellos?
—Esta es una familia, Santana—habló el señor Schuester severamente—Ya sea un interno, la secretaria, o el hombre joven que se queda en la noche y limpia esta oficina, quiero que se sientan aun parte de una gran familia. ¿Tú no?
—No voy a responder a eso—dije—¿A cuántos vamos a escoger este año?
—No muchos—Will deslizó una carpeta hacia mí—Tenemos la selección de los cinco primeros. Solo necesitamos reducirla a tres. Dos de la escuela de leyes, y uno de pre-leyes. Agregaremos dos más el siguiente semestre.
—Hmmm—saqué las aplicaciones y pretendí prestar atención mientras ambos hablaban sobre cada uno de los logros de los aspirantes.
—¡Está bien, Quinn!—Will presionó el botón del intercomunicador—¡Puedes hacer pasar al primer aspirante!
Cuando la puerta se abrió, esperé ver a la usual chica estirada planamente vestida con una sonrisa de madera, pero la mujer que entró estaba bastante lejos de eso.
Vestida con un vestido gris claro que colgaba de sus caderas y un par de tacones color piel, era una de las mujeres más sexy que había visto alguna vez; no podía apartar mis ojos de ella.
Sus ojos eran de un profundo color azul océano que combinaba con el collar de zafiro que colgaba de su cuello. Su cabello estaba en una cola baja — los mechones sueltos acariciando ligeramente sus pechos, y sus labios —sus brillantes labios rosados, parecían estar murmurando palabras de algún tipo.
No tengo ni idea de lo que estás diciendo…
Mientras me daba cuenta de que la tira de su sostén rosado se había deslizado por debajo de su vestido hacia su hombro desnudo, sus sorprendentes ojos se encontraron con los míos. Levanté una ceja y se sonrojó.
Luego se giró inmediatamente, mirando a mis socios.
—Bienvenida a SHL, señorita Pierce—dijo Carl—Estamos felices de que esté aquí para hacer una entrevista, pero como sabe solo podemos seleccionar a un interno de los estudiantes no licenciados para nuestro programa en este momento.
—Lo entiendo, señor—sus ojos se encontraron de nuevo con los míos, y mi cuerpo se retorció.
Traté de detener las imágenes que invadían mi cerebro, imágenes mías doblando a esta mujer sobre la mesa, follándola contra la pared de la oficina, y atando sus manos sobre su cabeza y torturándola con mi lengua toda la noche, pero no se detenían.
Cada imagen se disolvía en otra, y antes de saberlo, la había desvestido visualmente y no había nadie en esta habitación aparte de nosotras dos.
¿Qué diablos está mal conmigo?
¿Atraída por una aspirante a interna?
¿Una interna que aun NO ESTABA LICENCIADA?
—Bueno, comencemos entonces—Carl interrumpió mis pensamientos—Señorita López, ¿le importaría comenzar con la primera pregunta?
—No particularmente—dije, tratado de ignorar el hecho de que la señorita Pierce alisaba su vestido sobre sus muslos.
El me dio un codazo por debajo de la mesa y susurró entre dientes:
—Familia, Santana … Familia.
Rodé los ojos.
—¿Por qué quiere ser una abogada, señorita Pierce?
—Porque disfruto jodiendo a las personas—dijo—Imagino que también podría conseguir que me paguen por ello.
Mis labios se curvaron en una sonrisa, y Carl y Will rieron.
—Con toda seriedad, caballeros y dama—continuó—, Vengo de una gran familia de abogados y jueces; es lo que he conocido toda mi vida. Sé que el sistema de justicia está lejos de ser perfecto, pero nada me hace más feliz que verlo en su mejor forma. No hay mejor sentimiento que trabajar para el bien de la sociedad.
—Buena respuesta—dijo Will—Ahora, vamos a hacerle una serie de preguntas referentes al paquete de estudio de casos de la vida real que le enviamos. ¿Fue capaz de completarlo todo?
—Sí, señor.
—Excelente. Pregunta número uno: su cliente entra en un banco federal con un arma cargada en su bolsillo. Al ser rozado por un extraño, el arma se dispara, hiriendo su pierna. En referencia a los cargos que estableció el fiscal, ¿cómo haría que se declarara su cliente?
—¿Qué?—lo miré—¿Podrías repetir esa pregunta, Will?
—¿Qué punto?
—Lo que sea que acabas preguntar.
Asintió y repitió felizmente, colocando énfasis extra en el crimen de entrar en un banco con un arma de fuego cargada. Mi mente recordó inmediatamente la conversación que había tenido con Alyssa la noche anterior.
Sonreí, pensando que quizás el "amigo" de Alyssa era una historia de titular en las noticias locales, que quizás podría descubrir quién era ella sin que me lo dijera.
Saqué mi teléfono y lo sostuve por debajo de la mesa de conferencias, buscando en Google. “Hombre se dispara a sí mismo en un banco federal. Carolina del Norte.”
No apareció nada relevante.
Hmmm.
—¿Cómo haría que se declarara, señorita Pierce?—preguntó de nuevo Will.
—Declararía que no admito los cargos—dijo ella rápidamente.
—¿No admite los cargos?—sonaba ligeramente impresionado—¿Eso por qué?
—No tiene una licencia para portar armas, por lo que estoy segura de que el fiscal tratará de hacer que parezca que llevó esa arma al banco por una razón. Independientemente de que solo se lastimo a sí mismo, está esperando una sentencia de prisión, así que podría evitar el juicio y tratar de limitarlo a los términos más bajos posibles.
Parpadeé, negándome a creer que su respuesta fuera algo más que una coincidencia. Y como un hecho, tan pronto como comenzó a explicar más ampliamente su lógica, sabía que lo era; solo una estudiante comenzaría a hablar sobre la "apelación emocional" justo después de una declaración de no admitir los cargos.
Mientras Will y Carl continuaban cargándola con preguntas, busqué variaciones de un caso federal de tenencia de armas.
“Hombre dispara arma en banco”.
“Declaración a no contestar en caso de banco federal”.
“Hombre se hiere a sí mismo en disparo en banco”.
Aun nada.
—¿Señorita Pierce, hay algún abogado por el cual le gustaría modelar su propia carrera?—preguntó Carl.
—La verdad, sí—dijo ella—Siempre he admirado la carrera de Blanca Álvarez.
—¿Blanca Álvarez?—levanté mi ceja—¿Quién es esa?
Normalmente los entrevistados nombraban a un juez federal, algún bien conocido fiscal. O un familiar abogado del distrito.
¿Pero un desconocido?
Nunca.
—Bueno, hizo historia como la abogada más joven en descubrir una conspiración del gobierno, y ella…—ignoré su respuesta.
Acababa de pensar en otra frase que buscar en Google.
—Interesante elección, señorita Pierce—dijo Will—¿Tiene algún mentor profesional de las leyes aparte de los miembros de su familia?
—Sí.
—¿Está en contacto cercano con este mentor? Si es así, ¿con qué frecuencia?
—Hablamos casi a diario, así que me gustaría pensar que somos cercanas.
¿Por qué no aparece este caso?
Es un disparo en un banco "federal", debería estar estampado en todos los periódicos…
—¿Su mentora sería capaz de hablar con nosotros, o enviarnos una carta de referencia por usted?—Will estaba definitivamente impresionado con esta
mujer, y ella tenía este trabajo.
La segunda ronda de preguntas que aún tenía que hacer en realidad no era necesaria.
—Estoy segura de que puedo pedírselo de ser necesario—dijo justo mientras comenzaba una nueva búsqueda en la web.
—Genial. Así que, digamos, ¿cuál es la última recomendación que le dijo su mentora?—Miré mi reloj.
Tan pronto como las entrevistas terminaran, iba a llamar a Alyssa respecto a este caso. Quizás había alterado detalles para continuar encubriendo su identidad.
—Cuando le dije que me sentía nerviosa por mi entrevista de hoy—dijo suavemente la señorita Pierce—, Me dijo: es lo que es.
Mi cabeza se levantó inmediatamente.
—¿Lo hizo?—Carl presionó su pecho, riéndose—¡Eso suena como algo que diría nuestra Santana!—me palmeó en el hombro—¿No es así, Santana?
—Sí—estreché mis ojos hacia "la señorita Pierce"—Eso suena exactamente como algo que yo diría…
Ella se metió un mechón suelto de su cabello detrás de la oreja.
—Me aseguraré de decirle a mi mentora que alguien en verdad disfruta de su extraño sentido del humor.
—Hágalo—la miré mientras respondía las siguientes preguntas con facilidad, mientras sus grandes ojos azules apenas parpadeaban cuando las
preguntas se hacían más duras.
Y mientras más la escuchaba hablar, más escuchaba las familiaridades del patrón de su discurso; me tuve que forzar para no volverme loca.
Una coincidencia estaba bien, ¿pero dos?
Bastante improbable.
Mientras preguntaban sobre sus frases inspiradoras favoritas, busqué el número de Alyssa y marqué. Sabía de hecho que nunca silenciaba su teléfono por alguna extraña razón, y tenía que saber si lo que pensaba era cierto o si mi mente me jugaba una broma cruel.
Podía ver los repiques en la pantalla de mi teléfono, ver los segundos mientras pasaban, y cuando sonó tres veces, dejé escapar un gran suspiro de alivio.
Pero luego el sonido de campanas llenó el salón.
—Lo siento—las mejillas de la señorita Pierce se pusieron rosadas y tomó su cartera—Tengo la rara costumbre de no poner esto nunca en silencio… En realidad mi intención era dejarlo en el auto—sacó su teléfono, sonriendo ligeramente una vez que vio la pantalla, y luego presionó ignorar.
¡QUE. DEMONIOS!
—Sucede todo el tiempo—Will se rio—De todas maneras ya no vamos a extendernos mucho. Es bueno que sonara para que así cerráramos con las últimas preguntas. ¿Algo de tu parte, Santana?
Miré en dirección a "Alyssa".
Estaba confundida, molesta, y desafortunadamente excitada, todo al mismo tiempo.
—¿Santana?
—No—dije, dándome cuenta de que se sonrojaba de nuevo—No tengo absolutamente nada que decir.
Tanto Will como Carl se pusieron de pie y sonrieron, extendiendo la mano para estrechar la de ella, pero yo me quedé sentada.
No podía creer esta mierda.
No era una pelirroja de ojos verdes como había dicho por teléfono, lejos de ser una abogada licenciada, era una jodida mentirosa…
—¿Señorita López?—estaba de pie enfrente de mi con su mano extendida— Gracias por entrevistarme hoy. Fue un completo placer conocerla.
—El placer es todo mío—estreché su mano, tratando con todas mis fuerzas de ignorar la suavidad de su tacto—Buena suerte.
Asintió, diciéndonos adiós a los tres una vez más, y luego dejó el salón.
Mientras Will y Carl discutían lo impresionados que estaban con su entrevista, me obligué a mirar su expediente.
Estudiante de dos especialidades en Duke: Pre-leyes y Ballet. Perfecto Promedio de notas de 4.0. Recientemente elegida como el personaje principal de El Lago de los cisnes, recientemente colocada entre los mejores del diez por ciento de su clase.
Había diez cartas de recomendación en su archivo —todas de abogados impecables; había incluso una del recientemente nombrado procurador del distrito.
Tan maravillosos como eran sus logros personales, fue su fecha de nacimiento lo que me desencajó más.
Tenía veintidós años.
Unos jodidos veintidós.
Y, aunque era la que tenía más logros de todos los no licenciados, ni siquiera era una estudiante de último año.
Era una estudiante de segundo…
Ignoré el mensaje de esa noche de Alyssa, el que decía:
“Si no has encontrado otra cita desafortunada para esta noche, llámame cuando veas esto.”
Estaba demasiado enojada para decirle algo.
Después de todas las horas que habíamos pasado al teléfono. Todas las veces que le había dicho que odiaba a los mentirosos, me había mentido.
Repetidas veces.
Quería votar que no para darle el trabajo, pero no pude conseguir hacerlo.
Una vez que terminamos con la última entrevista del día, la decisión fue unánime: Brittany Pierce.
Aun así, mientras sopesaban frenéticamente los pros y los contras de los otros aspirantes, me senté ahí aturdida—molesta conmigo misma por no ver
antes a través de todas las mentiras de Brittany.
En los seis meses que habíamos hablado, siempre había hecho preguntas que eran demasiado simples, preguntas que a veces me hacían dudar, pero nunca pensé dos veces sobre esto.
Ella había mencionado la universidad de Duke varias veces, pero nunca habló sobre esta por largo tiempo y siempre lo hacía parecer como si se hubiese graduado ahí.
Pero la constante conversación de cómo quería la aprobación de sus padres y tenía sentimientos en conflicto sobre elegir el baile o las leyes debió haber sido un claro indicativo.
En este momento no estaba segura de qué mentira me enojaba más: el hecho de que no fuese una abogada, el hecho de que estuviera aún en la universidad, o el hecho de que me había mentido sobre su apariencia física.
Sirviéndome mi sexto trago de la noche, me di cuenta de que la última mentira —aunque irrelevante, era la que me golpeaba más fuerte.
Ella era definitivamente mi "tipo", y en el segundo en que entró en la sala la deseé, antes de descubrir quién era en realidad, antes de descubrir su edad.
Tomándome un trago, escuché mi teléfono sonar.
Ella.
Rodé los ojos y lo dejé en la mesa. Tomé uno de mis últimos cigarros habanos y salí al balcón.
Necesitaba pensar.
El cielo no tenía estrellas esta noche —casi negro, y la luna se escondía debajo de una cortina de nubes oscuras.
Tanto como no quería admitirlo, el cielo de esta noche tenía una horrorosa semejanza con cierta noche que ocurrió hace seis años.
Esa fue la noche en que mi vida cambió para siempre, la noche que me dejó rota, en pedazos y adormecida.
Todo por culpa de mentiras —una serie de angustiosas e inconcebibles mentiras.
Traté de evitar visualizar los recuerdos, pero aún podía escuchar esa afectada y entrecortada voz en mi cabeza:
—Santana … tienes que ayudarme… tienes que sacarme de aquí… por favor… sálvame, Santana…
Sacudí la cabeza y bloqueé el resto de ese recuerdo.
A diferencia de seis años atrás, estaba en control de la situación, y el que "Alyssa" me mintiera significaba que nuestra amistad se había terminado, listo.
No había justificación para lo que ella había hecho, pero antes de cortar con ella, necesitaba hacerla pagar por mentirme, y necesitaba descubrir cómo.
Había estado hablando con ella desde que llegué al trabajo, pero no había hecho mención del hecho de que me había colgado en la cara la noche anterior; iba a castigarla por eso después.
Severamente.
Trece días…
—¿Te hablé de eso?—me preguntó de nuevo.
—No, y si no vas a decirme cuándo y dónde es la presentación, entonces
no me importa.
—Oh, vaya—se rio—¿Estás enojada por lo de anoche, no es así?
—Furiosa.
—¿Porque colgué?
—Porque sé que gritaste “sí” cuando te viniste, y colgaste porque no querías que lo escuchara.
Se quedó en silencio, y yo iba a decir algo más, pero Quinn entró de repente en mi oficina, sonriéndome.
—Espera un segundo—coloqué el teléfono contra mi pecho—¿Si, Quinn?
—Las entrevistas finales van a comenzar en veinte minutes. La necesitan en el salón de conferencias ahora.
—Estaré ahí cuando esté ahí—actué como si el beso que estaba lanzándome ahora no estuviera sucediendo, y esperé hasta que cerró la puerta—Voy a tener que llamarte más tarde, Alyssa. Tengo una reunión.
—Debe ser un mal momento para ambas. Yo también tengo una reunión.
—¿Tu cliente condenado por el tiroteo?
—No, algo mucho peor. Una entrevista de internos.
—Debe estar en el aire entonces—suspiré mientras me colocaba mi chaqueta—Tengo que sentarme a través de unas cuantas de ellas, desafortunadamente.
—¿Alguna recomendación que quieras compartir?
—Trata de lucir como si de vedad estuvieras prestando atención mientras ellos responden las preguntas, y asegúrate de que tu teléfono esté completamente cargado para que así puedas meterte en internet.
—No para mí—se rio—Para los internos. Algo que debería decir si alguno de ellos está nervioso.
—Oh—me encogí de hombros—Diles mi lema.
—¿Y cuál es ese lema?
—Es lo que es.
—¿Por qué te pregunto siquiera?
—Porque siempre te digo la verdad—colgué.
—¿Señorita López?—Quinn entró en la oficina de nuevo—Quieren que revise los documentos antes de que comiencen.
—Estoy justo detrás de ti—la seguí a la sala de conferencias, donde Will Schuester y Carl Howell me esperaban, y me senté a su lado.
—Qué bueno verte fuera de tu oficina hoy, Santana—se mofó Will.
—Sí—agregó Carl—Gracias por regalarnos tu presencia esta tarde. Sabemos cuánto amas ser sociable.
Rodé los ojos.
—¿Por qué necesitamos hacer las entrevistas de internos los tres? ¿Cuál es el punto de tener un departamento de recursos humanos si los socios hacen el trabajo por ellos?
—Esta es una familia, Santana—habló el señor Schuester severamente—Ya sea un interno, la secretaria, o el hombre joven que se queda en la noche y limpia esta oficina, quiero que se sientan aun parte de una gran familia. ¿Tú no?
—No voy a responder a eso—dije—¿A cuántos vamos a escoger este año?
—No muchos—Will deslizó una carpeta hacia mí—Tenemos la selección de los cinco primeros. Solo necesitamos reducirla a tres. Dos de la escuela de leyes, y uno de pre-leyes. Agregaremos dos más el siguiente semestre.
—Hmmm—saqué las aplicaciones y pretendí prestar atención mientras ambos hablaban sobre cada uno de los logros de los aspirantes.
—¡Está bien, Quinn!—Will presionó el botón del intercomunicador—¡Puedes hacer pasar al primer aspirante!
Cuando la puerta se abrió, esperé ver a la usual chica estirada planamente vestida con una sonrisa de madera, pero la mujer que entró estaba bastante lejos de eso.
Vestida con un vestido gris claro que colgaba de sus caderas y un par de tacones color piel, era una de las mujeres más sexy que había visto alguna vez; no podía apartar mis ojos de ella.
Sus ojos eran de un profundo color azul océano que combinaba con el collar de zafiro que colgaba de su cuello. Su cabello estaba en una cola baja — los mechones sueltos acariciando ligeramente sus pechos, y sus labios —sus brillantes labios rosados, parecían estar murmurando palabras de algún tipo.
No tengo ni idea de lo que estás diciendo…
Mientras me daba cuenta de que la tira de su sostén rosado se había deslizado por debajo de su vestido hacia su hombro desnudo, sus sorprendentes ojos se encontraron con los míos. Levanté una ceja y se sonrojó.
Luego se giró inmediatamente, mirando a mis socios.
—Bienvenida a SHL, señorita Pierce—dijo Carl—Estamos felices de que esté aquí para hacer una entrevista, pero como sabe solo podemos seleccionar a un interno de los estudiantes no licenciados para nuestro programa en este momento.
—Lo entiendo, señor—sus ojos se encontraron de nuevo con los míos, y mi cuerpo se retorció.
Traté de detener las imágenes que invadían mi cerebro, imágenes mías doblando a esta mujer sobre la mesa, follándola contra la pared de la oficina, y atando sus manos sobre su cabeza y torturándola con mi lengua toda la noche, pero no se detenían.
Cada imagen se disolvía en otra, y antes de saberlo, la había desvestido visualmente y no había nadie en esta habitación aparte de nosotras dos.
¿Qué diablos está mal conmigo?
¿Atraída por una aspirante a interna?
¿Una interna que aun NO ESTABA LICENCIADA?
—Bueno, comencemos entonces—Carl interrumpió mis pensamientos—Señorita López, ¿le importaría comenzar con la primera pregunta?
—No particularmente—dije, tratado de ignorar el hecho de que la señorita Pierce alisaba su vestido sobre sus muslos.
El me dio un codazo por debajo de la mesa y susurró entre dientes:
—Familia, Santana … Familia.
Rodé los ojos.
—¿Por qué quiere ser una abogada, señorita Pierce?
—Porque disfruto jodiendo a las personas—dijo—Imagino que también podría conseguir que me paguen por ello.
Mis labios se curvaron en una sonrisa, y Carl y Will rieron.
—Con toda seriedad, caballeros y dama—continuó—, Vengo de una gran familia de abogados y jueces; es lo que he conocido toda mi vida. Sé que el sistema de justicia está lejos de ser perfecto, pero nada me hace más feliz que verlo en su mejor forma. No hay mejor sentimiento que trabajar para el bien de la sociedad.
—Buena respuesta—dijo Will—Ahora, vamos a hacerle una serie de preguntas referentes al paquete de estudio de casos de la vida real que le enviamos. ¿Fue capaz de completarlo todo?
—Sí, señor.
—Excelente. Pregunta número uno: su cliente entra en un banco federal con un arma cargada en su bolsillo. Al ser rozado por un extraño, el arma se dispara, hiriendo su pierna. En referencia a los cargos que estableció el fiscal, ¿cómo haría que se declarara su cliente?
—¿Qué?—lo miré—¿Podrías repetir esa pregunta, Will?
—¿Qué punto?
—Lo que sea que acabas preguntar.
Asintió y repitió felizmente, colocando énfasis extra en el crimen de entrar en un banco con un arma de fuego cargada. Mi mente recordó inmediatamente la conversación que había tenido con Alyssa la noche anterior.
Sonreí, pensando que quizás el "amigo" de Alyssa era una historia de titular en las noticias locales, que quizás podría descubrir quién era ella sin que me lo dijera.
Saqué mi teléfono y lo sostuve por debajo de la mesa de conferencias, buscando en Google. “Hombre se dispara a sí mismo en un banco federal. Carolina del Norte.”
No apareció nada relevante.
Hmmm.
—¿Cómo haría que se declarara, señorita Pierce?—preguntó de nuevo Will.
—Declararía que no admito los cargos—dijo ella rápidamente.
—¿No admite los cargos?—sonaba ligeramente impresionado—¿Eso por qué?
—No tiene una licencia para portar armas, por lo que estoy segura de que el fiscal tratará de hacer que parezca que llevó esa arma al banco por una razón. Independientemente de que solo se lastimo a sí mismo, está esperando una sentencia de prisión, así que podría evitar el juicio y tratar de limitarlo a los términos más bajos posibles.
Parpadeé, negándome a creer que su respuesta fuera algo más que una coincidencia. Y como un hecho, tan pronto como comenzó a explicar más ampliamente su lógica, sabía que lo era; solo una estudiante comenzaría a hablar sobre la "apelación emocional" justo después de una declaración de no admitir los cargos.
Mientras Will y Carl continuaban cargándola con preguntas, busqué variaciones de un caso federal de tenencia de armas.
“Hombre dispara arma en banco”.
“Declaración a no contestar en caso de banco federal”.
“Hombre se hiere a sí mismo en disparo en banco”.
Aun nada.
—¿Señorita Pierce, hay algún abogado por el cual le gustaría modelar su propia carrera?—preguntó Carl.
—La verdad, sí—dijo ella—Siempre he admirado la carrera de Blanca Álvarez.
—¿Blanca Álvarez?—levanté mi ceja—¿Quién es esa?
Normalmente los entrevistados nombraban a un juez federal, algún bien conocido fiscal. O un familiar abogado del distrito.
¿Pero un desconocido?
Nunca.
—Bueno, hizo historia como la abogada más joven en descubrir una conspiración del gobierno, y ella…—ignoré su respuesta.
Acababa de pensar en otra frase que buscar en Google.
—Interesante elección, señorita Pierce—dijo Will—¿Tiene algún mentor profesional de las leyes aparte de los miembros de su familia?
—Sí.
—¿Está en contacto cercano con este mentor? Si es así, ¿con qué frecuencia?
—Hablamos casi a diario, así que me gustaría pensar que somos cercanas.
¿Por qué no aparece este caso?
Es un disparo en un banco "federal", debería estar estampado en todos los periódicos…
—¿Su mentora sería capaz de hablar con nosotros, o enviarnos una carta de referencia por usted?—Will estaba definitivamente impresionado con esta
mujer, y ella tenía este trabajo.
La segunda ronda de preguntas que aún tenía que hacer en realidad no era necesaria.
—Estoy segura de que puedo pedírselo de ser necesario—dijo justo mientras comenzaba una nueva búsqueda en la web.
—Genial. Así que, digamos, ¿cuál es la última recomendación que le dijo su mentora?—Miré mi reloj.
Tan pronto como las entrevistas terminaran, iba a llamar a Alyssa respecto a este caso. Quizás había alterado detalles para continuar encubriendo su identidad.
—Cuando le dije que me sentía nerviosa por mi entrevista de hoy—dijo suavemente la señorita Pierce—, Me dijo: es lo que es.
Mi cabeza se levantó inmediatamente.
—¿Lo hizo?—Carl presionó su pecho, riéndose—¡Eso suena como algo que diría nuestra Santana!—me palmeó en el hombro—¿No es así, Santana?
—Sí—estreché mis ojos hacia "la señorita Pierce"—Eso suena exactamente como algo que yo diría…
Ella se metió un mechón suelto de su cabello detrás de la oreja.
—Me aseguraré de decirle a mi mentora que alguien en verdad disfruta de su extraño sentido del humor.
—Hágalo—la miré mientras respondía las siguientes preguntas con facilidad, mientras sus grandes ojos azules apenas parpadeaban cuando las
preguntas se hacían más duras.
Y mientras más la escuchaba hablar, más escuchaba las familiaridades del patrón de su discurso; me tuve que forzar para no volverme loca.
Una coincidencia estaba bien, ¿pero dos?
Bastante improbable.
Mientras preguntaban sobre sus frases inspiradoras favoritas, busqué el número de Alyssa y marqué. Sabía de hecho que nunca silenciaba su teléfono por alguna extraña razón, y tenía que saber si lo que pensaba era cierto o si mi mente me jugaba una broma cruel.
Podía ver los repiques en la pantalla de mi teléfono, ver los segundos mientras pasaban, y cuando sonó tres veces, dejé escapar un gran suspiro de alivio.
Pero luego el sonido de campanas llenó el salón.
—Lo siento—las mejillas de la señorita Pierce se pusieron rosadas y tomó su cartera—Tengo la rara costumbre de no poner esto nunca en silencio… En realidad mi intención era dejarlo en el auto—sacó su teléfono, sonriendo ligeramente una vez que vio la pantalla, y luego presionó ignorar.
¡QUE. DEMONIOS!
—Sucede todo el tiempo—Will se rio—De todas maneras ya no vamos a extendernos mucho. Es bueno que sonara para que así cerráramos con las últimas preguntas. ¿Algo de tu parte, Santana?
Miré en dirección a "Alyssa".
Estaba confundida, molesta, y desafortunadamente excitada, todo al mismo tiempo.
—¿Santana?
—No—dije, dándome cuenta de que se sonrojaba de nuevo—No tengo absolutamente nada que decir.
Tanto Will como Carl se pusieron de pie y sonrieron, extendiendo la mano para estrechar la de ella, pero yo me quedé sentada.
No podía creer esta mierda.
No era una pelirroja de ojos verdes como había dicho por teléfono, lejos de ser una abogada licenciada, era una jodida mentirosa…
—¿Señorita López?—estaba de pie enfrente de mi con su mano extendida— Gracias por entrevistarme hoy. Fue un completo placer conocerla.
—El placer es todo mío—estreché su mano, tratando con todas mis fuerzas de ignorar la suavidad de su tacto—Buena suerte.
Asintió, diciéndonos adiós a los tres una vez más, y luego dejó el salón.
Mientras Will y Carl discutían lo impresionados que estaban con su entrevista, me obligué a mirar su expediente.
Estudiante de dos especialidades en Duke: Pre-leyes y Ballet. Perfecto Promedio de notas de 4.0. Recientemente elegida como el personaje principal de El Lago de los cisnes, recientemente colocada entre los mejores del diez por ciento de su clase.
Había diez cartas de recomendación en su archivo —todas de abogados impecables; había incluso una del recientemente nombrado procurador del distrito.
Tan maravillosos como eran sus logros personales, fue su fecha de nacimiento lo que me desencajó más.
Tenía veintidós años.
Unos jodidos veintidós.
Y, aunque era la que tenía más logros de todos los no licenciados, ni siquiera era una estudiante de último año.
Era una estudiante de segundo…
Ignoré el mensaje de esa noche de Alyssa, el que decía:
“Si no has encontrado otra cita desafortunada para esta noche, llámame cuando veas esto.”
Estaba demasiado enojada para decirle algo.
Después de todas las horas que habíamos pasado al teléfono. Todas las veces que le había dicho que odiaba a los mentirosos, me había mentido.
Repetidas veces.
Quería votar que no para darle el trabajo, pero no pude conseguir hacerlo.
Una vez que terminamos con la última entrevista del día, la decisión fue unánime: Brittany Pierce.
Aun así, mientras sopesaban frenéticamente los pros y los contras de los otros aspirantes, me senté ahí aturdida—molesta conmigo misma por no ver
antes a través de todas las mentiras de Brittany.
En los seis meses que habíamos hablado, siempre había hecho preguntas que eran demasiado simples, preguntas que a veces me hacían dudar, pero nunca pensé dos veces sobre esto.
Ella había mencionado la universidad de Duke varias veces, pero nunca habló sobre esta por largo tiempo y siempre lo hacía parecer como si se hubiese graduado ahí.
Pero la constante conversación de cómo quería la aprobación de sus padres y tenía sentimientos en conflicto sobre elegir el baile o las leyes debió haber sido un claro indicativo.
En este momento no estaba segura de qué mentira me enojaba más: el hecho de que no fuese una abogada, el hecho de que estuviera aún en la universidad, o el hecho de que me había mentido sobre su apariencia física.
Sirviéndome mi sexto trago de la noche, me di cuenta de que la última mentira —aunque irrelevante, era la que me golpeaba más fuerte.
Ella era definitivamente mi "tipo", y en el segundo en que entró en la sala la deseé, antes de descubrir quién era en realidad, antes de descubrir su edad.
Tomándome un trago, escuché mi teléfono sonar.
Ella.
Rodé los ojos y lo dejé en la mesa. Tomé uno de mis últimos cigarros habanos y salí al balcón.
Necesitaba pensar.
El cielo no tenía estrellas esta noche —casi negro, y la luna se escondía debajo de una cortina de nubes oscuras.
Tanto como no quería admitirlo, el cielo de esta noche tenía una horrorosa semejanza con cierta noche que ocurrió hace seis años.
Esa fue la noche en que mi vida cambió para siempre, la noche que me dejó rota, en pedazos y adormecida.
Todo por culpa de mentiras —una serie de angustiosas e inconcebibles mentiras.
Traté de evitar visualizar los recuerdos, pero aún podía escuchar esa afectada y entrecortada voz en mi cabeza:
—Santana … tienes que ayudarme… tienes que sacarme de aquí… por favor… sálvame, Santana…
Sacudí la cabeza y bloqueé el resto de ese recuerdo.
A diferencia de seis años atrás, estaba en control de la situación, y el que "Alyssa" me mintiera significaba que nuestra amistad se había terminado, listo.
No había justificación para lo que ella había hecho, pero antes de cortar con ella, necesitaba hacerla pagar por mentirme, y necesitaba descubrir cómo.
**************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Bueno creo que santana esta exagerando, nadie en esos sitios en linea dice la verdad asi que, que esperaba???? si trata de vengarse, se que a la larga se va a arrepentir, ahora a ver que se le ocurre!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Lo peor es que estas cosas son ciertas. Una mujer que es una antipática con todo el mundo, se ofende porque le mintieran por teléfono jaja. Me creo la historia porque es cierto, la gente menos indicada se enfada por cualquier cosa
madridcks*** - Mensajes : 122
Fecha de inscripción : 15/05/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Es cierto que por internet no dices toda la verdad sobre ti y menos en un sitio por el que se conocieron.
Ahora para San las mentiras son lo peor, sin embargo creo que las "mentiras" que le dijo no cambian en nada a la persona con quien estuvo hablando estos 6 meses. Así que lo de la venganza se me hace absurda porque no le hizo daño en sí. Entiendo que Britt sabia que para San las mentiras eran lo peor, pero nunca pensó en conocerla y supongo que tenia miedo de como reaccionaría y vaya que tuvo razón.
Ahora haber como les va en la oficina y si San volverá a hablar con Alessa
Ahora para San las mentiras son lo peor, sin embargo creo que las "mentiras" que le dijo no cambian en nada a la persona con quien estuvo hablando estos 6 meses. Así que lo de la venganza se me hace absurda porque no le hizo daño en sí. Entiendo que Britt sabia que para San las mentiras eran lo peor, pero nunca pensó en conocerla y supongo que tenia miedo de como reaccionaría y vaya que tuvo razón.
Ahora haber como les va en la oficina y si San volverá a hablar con Alessa
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
micky morales escribió:Bueno creo que santana esta exagerando, nadie en esos sitios en linea dice la verdad asi que, que esperaba???? si trata de vengarse, se que a la larga se va a arrepentir, ahora a ver que se le ocurre!!!
Hola, mm tienes un gran punto ai, en el cual yo concuerdo jajajjaajaj. Ufff esta por un mal camino la morena ¬¬ Saludos =D
madridcks escribió:Lo peor es que estas cosas son ciertas. Una mujer que es una antipática con todo el mundo, se ofende porque le mintieran por teléfono jaja. Me creo la historia porque es cierto, la gente menos indicada se enfada por cualquier cosa
Hola, bienvenida¿? Si q lo son xD JAjaajajja pero que razón! ajjaajaja pero si, suele pasar ¬¬ Saludos =D
JVM escribió:Es cierto que por internet no dices toda la verdad sobre ti y menos en un sitio por el que se conocieron.
Ahora para San las mentiras son lo peor, sin embargo creo que las "mentiras" que le dijo no cambian en nada a la persona con quien estuvo hablando estos 6 meses. Así que lo de la venganza se me hace absurda porque no le hizo daño en sí. Entiendo que Britt sabia que para San las mentiras eran lo peor, pero nunca pensó en conocerla y supongo que tenia miedo de como reaccionaría y vaya que tuvo razón.
Ahora haber como les va en la oficina y si San volverá a hablar con Alessa
Hola, no, no las dices! Razón ai tienes jajajajaja, una cosa son su aspecto y otras esas conversas! Mmm si, ai esta mal la morena. Si, tmbn creo que britt estaba actuando bn la vrdd =/ =O Aquí dejo el siguiente cap para saber esoj jajaajajaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Razonable I (Adaptada) Cap 4
Capitulo 4
Condena.
Santana
—¿Señorita López?—Brittany dejó mi café en mi escritorio dos semanas después.
Insistí personalmente en que trabajara como mi pasante, a pesar de que mirarla me hacía enojar.
Hice un punto de no decir demasiado a su alrededor, me abstuve de mirarla demasiado tiempo, y fui más cruel que nunca, incluso despectiva.
La hice responsable de traer mi café a diario, le exigí que volviera a hacer cada tarea, al menos tres veces, y cada vez que me pedía ayuda, le respondía con un frío "imagínalo por ti misma."
Nunca parecía molesta u ofendida por mi dureza, lo que me hacía sentir aún más furiosa.
Pensé que tenerla trabajando para mí me permitiría verla agrietarse bajo la presión y que mi atracción por ella desaparecería, pero sólo se intensificaba cada vez que veía su cara.
Especialmente hoy.
Cuando acomodó mi café, noté que sus pezones se asomaban a través de su fino vestido de color beige, que además era tan ajustado que permitía ver la impronta de sus bragas de encaje.
Joder…
—¿Señorita López?—preguntó de nuevo.
—¿Sí, señorita Pierce?
—Tengo un ensayo importante para un ballet del que formo parte, así que me preguntaba…—parecía absolutamente nerviosa—¿Puedo irme a casa temprano hoy?
—No.
Suspiró.
—Realmente necesito estar en este ensayo… es en el Grand Hall.
—¿Y?
—Y—dijo, aclarándose la garganta—, Con el debido respeto, Señorita López, esto es algo grande para mí. El Grand Hall está generalmente reservado para las actuaciones, por lo que el hecho de que lo abran y nos dejen usarlo en un ensayo es…
No la escuchaba, y por mucho que quería regresar a mi trabajo y dejarle claro que era ignorada, no pude. Me encontraba demasiado ocupada mirando los contornos de su boca.
—Eso es un hecho—seguía hablando por alguna razón—Creo que he marcado puntos muy válidos, y como no estoy pidiendo demasiado, debería
estar de acuerdo en dejarme ir.
—Regrese al trabajo, señorita Pierce.
—Señorita López, por favor…
—Regrese. Al. Trabajo—la miré, desafiándola a dejar que otra palabra saliera de su seductora boca—No me interesa su vida personal. Le pago por veinticinco horas semanales, por lo que trabajará veinticinco horas a la semana, y cuando digo que trabajará me refiero a que realmente lo hará. Por lo tanto, vuelva a su cubículo.
Me miró durante unos segundos, y no pude dejar de notar las lágrimas en sus ojos.
—Puede llevarse esa caja de Kleenex cuando salga—dije.
Sacudiendo la cabeza, dio un paso atrás y se dirigió a la puerta.
—Voy a preguntarle al señor Howell si puedo salir temprano. Sin faltarle al respeto.
—¿Perdón?—me puse de pie—¿Qué acabas de decir?
Siguió caminando hacia la puerta, el sonido de sus tacones resonando más y más rápido. Antes de que pudiera girar la perilla de la puerta, la rodeé y la cerré con mi mano.
—No soy fanática de la insubordinación, señorita Pierce.
—No tiene que preocuparse por eso—su cara estaba roja, retorcida por la ira—Voy a pedirle al señor Howell que me asigne a otra persona porque me niego a seguir trabajando con usted.
—Buena suerte con eso. Ninguna otra persona la quería. Sólo yo.
—Lo dudo mucho—trató de alejarse, pero agarré sus manos y las sostuve por encima de su cabeza.
—Fui la mejor entrevistada y jodidamente lo sé—susurró—Y dado que ambas lo sabemos, no tengo que aguantar su mierda nunca más—me miró como si quisiera escupirme en la cara—Es idiota, cruel, fría y condescendiente, no he aprendido una mierda de usted; y dudo que lo haga.
—Cuide su boca. Sigo siendo su jefa.
—Era mi jefa.
Apreté mis manos alrededor de sus muñecas y la miré directamente a los ojos, presionando mi pecho contra el suyo, claramente ella más alta que yo, pero mis largos tacos ayudaban mucho.
—Déjame que te cuente lo que está a punto de suceder, Brittany. Vas a volver a tu cubículo y vas a permanecer ahí hasta que hayas terminado por el día, sólo te levantarás para traerme una nueva taza de café. Dile al director de tu ballet que irás después de hacer tu trabajo, y no acudirás al señor Howell ni le dirás nada, porque no reasignamos a los internos sólo porque lloran.
—Creo que hay una primera vez para todo—me dedicó una mirada furiosa, entrecerrando los ojos mientras su pecho subía y bajaba.
—Brittany…
—Déjeme ir antes de que empiece a gritar, señorita López. No escuché nada de lo que acaba de decir, así que le sugiero…
Choqué mis labios contra los suyos, logrando con eficacia que se callara. Mantuve mis manos fuertemente apretadas alrededor de sus muñecas, presionando su cuerpo contra la puerta con mis caderas.
Murmuró algo cuando deslicé mi lengua en su boca, y mordí su labio inferior tan fuerte como pude. Sin pensarlo, solté sus manos y me apoderé de su cintura, atrayéndola contra mí mientras mi mano se abría paso por debajo de su falda.
Deslicé mi mano a través de la entrepierna de sus bragas, deslizando mis dedos contra el encaje, y luego poco a poco las empujé a un lado e introduje un dedo profundamente en su coño.
—Ahhh…—gimió, haciéndome morder su labio de nuevo, e introducir en su interior dos dedos en lugar de uno.
Se encontraba húmeda, empapada, y aunque quería follarla sin sentido contra mi puerta hasta hacerle olvidar su nombre, alejé mi boca de la de ella.
—Fuera de mi oficina.
—¿Qué?—preguntó sin aliento, con los ojos desorbitados por la sorpresa.
—Ve a tu importante ensayo.
—Señorita Ló…
—Date prisa antes de que cambie de opinión—la rodeé para alcanzar la puerta y abrirla—Vete.
No dudó en irse, y tan pronto como lo hizo, supe muy bien que este acuerdo no funcionaría durante mucho tiempo más.
O ella era reasignada o tendría que despedirla, rápido.
Horas más tarde, cuando me encontraba a medio camino a través del trabajo del día, recibí un nuevo mensaje de texto de Alyssa.
Rodé los ojos y cambié su nombre por el de Brittany antes de leerlo.
¿Dónde has estado durante las últimas dos semanas?—decía—¿Estás bien? Te llamé y te mandé un mensaje y no me has respondido. Realmente estoy preocupada… si lees esto, di algo, cualquier cosa.
No quería responderle, pero con el sabor de su boca aún permaneciendo en mis labios, me di por vencida.
Estoy bien. Acabo de descubrir algo importante no hace mucho y he estado tratando de encontrar la manera de lidiar con ello.
¿Es algo serio?
MUY serio.
Lo siento… ¿Hay algo que te hará sentir mejor?
Dudo que cualquier cosa que digas pueda hacerme sentir bien ahora mismo.
¿Quieres apostar?
Pruébame.
Mi jefa acaba de besarme hasta hacerme perder la cabeza. Creo que es por eso que es tan endemoniadamente cruel conmigo; quiere follarme…
Realmente no creo que tu "jefa" quiera follar contigo…
Definitivamente lo hace. Sus pezones se encontraban muy duros cuando me besó.
Además me mordía los labios y me agarraba como si quisiera poseerme… nunca he estado tan mojada en mi vida…
Dudé.
¿Cómo se supone exactamente que esto me hará sentir mejor?
Fingí que eras tú todo el tiempo. Te extraño.
Inmediatamente apagué mi teléfono.
No sabía qué tipo de mierda trataba de tirar, pero yo no caería.
¿Fingí que eras tú?
¿Te extraño?
Mentiras.
No respondería a sus llamadas ni a mensajes durante mucho tiempo.
Culo sexy o no.
Insistí personalmente en que trabajara como mi pasante, a pesar de que mirarla me hacía enojar.
Hice un punto de no decir demasiado a su alrededor, me abstuve de mirarla demasiado tiempo, y fui más cruel que nunca, incluso despectiva.
La hice responsable de traer mi café a diario, le exigí que volviera a hacer cada tarea, al menos tres veces, y cada vez que me pedía ayuda, le respondía con un frío "imagínalo por ti misma."
Nunca parecía molesta u ofendida por mi dureza, lo que me hacía sentir aún más furiosa.
Pensé que tenerla trabajando para mí me permitiría verla agrietarse bajo la presión y que mi atracción por ella desaparecería, pero sólo se intensificaba cada vez que veía su cara.
Especialmente hoy.
Cuando acomodó mi café, noté que sus pezones se asomaban a través de su fino vestido de color beige, que además era tan ajustado que permitía ver la impronta de sus bragas de encaje.
Joder…
—¿Señorita López?—preguntó de nuevo.
—¿Sí, señorita Pierce?
—Tengo un ensayo importante para un ballet del que formo parte, así que me preguntaba…—parecía absolutamente nerviosa—¿Puedo irme a casa temprano hoy?
—No.
Suspiró.
—Realmente necesito estar en este ensayo… es en el Grand Hall.
—¿Y?
—Y—dijo, aclarándose la garganta—, Con el debido respeto, Señorita López, esto es algo grande para mí. El Grand Hall está generalmente reservado para las actuaciones, por lo que el hecho de que lo abran y nos dejen usarlo en un ensayo es…
No la escuchaba, y por mucho que quería regresar a mi trabajo y dejarle claro que era ignorada, no pude. Me encontraba demasiado ocupada mirando los contornos de su boca.
—Eso es un hecho—seguía hablando por alguna razón—Creo que he marcado puntos muy válidos, y como no estoy pidiendo demasiado, debería
estar de acuerdo en dejarme ir.
—Regrese al trabajo, señorita Pierce.
—Señorita López, por favor…
—Regrese. Al. Trabajo—la miré, desafiándola a dejar que otra palabra saliera de su seductora boca—No me interesa su vida personal. Le pago por veinticinco horas semanales, por lo que trabajará veinticinco horas a la semana, y cuando digo que trabajará me refiero a que realmente lo hará. Por lo tanto, vuelva a su cubículo.
Me miró durante unos segundos, y no pude dejar de notar las lágrimas en sus ojos.
—Puede llevarse esa caja de Kleenex cuando salga—dije.
Sacudiendo la cabeza, dio un paso atrás y se dirigió a la puerta.
—Voy a preguntarle al señor Howell si puedo salir temprano. Sin faltarle al respeto.
—¿Perdón?—me puse de pie—¿Qué acabas de decir?
Siguió caminando hacia la puerta, el sonido de sus tacones resonando más y más rápido. Antes de que pudiera girar la perilla de la puerta, la rodeé y la cerré con mi mano.
—No soy fanática de la insubordinación, señorita Pierce.
—No tiene que preocuparse por eso—su cara estaba roja, retorcida por la ira—Voy a pedirle al señor Howell que me asigne a otra persona porque me niego a seguir trabajando con usted.
—Buena suerte con eso. Ninguna otra persona la quería. Sólo yo.
—Lo dudo mucho—trató de alejarse, pero agarré sus manos y las sostuve por encima de su cabeza.
—Fui la mejor entrevistada y jodidamente lo sé—susurró—Y dado que ambas lo sabemos, no tengo que aguantar su mierda nunca más—me miró como si quisiera escupirme en la cara—Es idiota, cruel, fría y condescendiente, no he aprendido una mierda de usted; y dudo que lo haga.
—Cuide su boca. Sigo siendo su jefa.
—Era mi jefa.
Apreté mis manos alrededor de sus muñecas y la miré directamente a los ojos, presionando mi pecho contra el suyo, claramente ella más alta que yo, pero mis largos tacos ayudaban mucho.
—Déjame que te cuente lo que está a punto de suceder, Brittany. Vas a volver a tu cubículo y vas a permanecer ahí hasta que hayas terminado por el día, sólo te levantarás para traerme una nueva taza de café. Dile al director de tu ballet que irás después de hacer tu trabajo, y no acudirás al señor Howell ni le dirás nada, porque no reasignamos a los internos sólo porque lloran.
—Creo que hay una primera vez para todo—me dedicó una mirada furiosa, entrecerrando los ojos mientras su pecho subía y bajaba.
—Brittany…
—Déjeme ir antes de que empiece a gritar, señorita López. No escuché nada de lo que acaba de decir, así que le sugiero…
Choqué mis labios contra los suyos, logrando con eficacia que se callara. Mantuve mis manos fuertemente apretadas alrededor de sus muñecas, presionando su cuerpo contra la puerta con mis caderas.
Murmuró algo cuando deslicé mi lengua en su boca, y mordí su labio inferior tan fuerte como pude. Sin pensarlo, solté sus manos y me apoderé de su cintura, atrayéndola contra mí mientras mi mano se abría paso por debajo de su falda.
Deslicé mi mano a través de la entrepierna de sus bragas, deslizando mis dedos contra el encaje, y luego poco a poco las empujé a un lado e introduje un dedo profundamente en su coño.
—Ahhh…—gimió, haciéndome morder su labio de nuevo, e introducir en su interior dos dedos en lugar de uno.
Se encontraba húmeda, empapada, y aunque quería follarla sin sentido contra mi puerta hasta hacerle olvidar su nombre, alejé mi boca de la de ella.
—Fuera de mi oficina.
—¿Qué?—preguntó sin aliento, con los ojos desorbitados por la sorpresa.
—Ve a tu importante ensayo.
—Señorita Ló…
—Date prisa antes de que cambie de opinión—la rodeé para alcanzar la puerta y abrirla—Vete.
No dudó en irse, y tan pronto como lo hizo, supe muy bien que este acuerdo no funcionaría durante mucho tiempo más.
O ella era reasignada o tendría que despedirla, rápido.
Horas más tarde, cuando me encontraba a medio camino a través del trabajo del día, recibí un nuevo mensaje de texto de Alyssa.
Rodé los ojos y cambié su nombre por el de Brittany antes de leerlo.
¿Dónde has estado durante las últimas dos semanas?—decía—¿Estás bien? Te llamé y te mandé un mensaje y no me has respondido. Realmente estoy preocupada… si lees esto, di algo, cualquier cosa.
No quería responderle, pero con el sabor de su boca aún permaneciendo en mis labios, me di por vencida.
Estoy bien. Acabo de descubrir algo importante no hace mucho y he estado tratando de encontrar la manera de lidiar con ello.
¿Es algo serio?
MUY serio.
Lo siento… ¿Hay algo que te hará sentir mejor?
Dudo que cualquier cosa que digas pueda hacerme sentir bien ahora mismo.
¿Quieres apostar?
Pruébame.
Mi jefa acaba de besarme hasta hacerme perder la cabeza. Creo que es por eso que es tan endemoniadamente cruel conmigo; quiere follarme…
Realmente no creo que tu "jefa" quiera follar contigo…
Definitivamente lo hace. Sus pezones se encontraban muy duros cuando me besó.
Además me mordía los labios y me agarraba como si quisiera poseerme… nunca he estado tan mojada en mi vida…
Dudé.
¿Cómo se supone exactamente que esto me hará sentir mejor?
Fingí que eras tú todo el tiempo. Te extraño.
Inmediatamente apagué mi teléfono.
No sabía qué tipo de mierda trataba de tirar, pero yo no caería.
¿Fingí que eras tú?
¿Te extraño?
Mentiras.
No respondería a sus llamadas ni a mensajes durante mucho tiempo.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Wao, no dudo que britt haga que san la perdone jaja,si san sigue asi,sin aguantar.
Tati.94******* - Mensajes : 442
Fecha de inscripción : 08/12/2016
Edad : 30
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Yo creo que conviviendo con Britt podrá conocerla y ver que no es una mala persona. Además de que con mensajes así como no la perdonaría jajajajaja
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Razonable III (Adaptada) Epílogo
Tati.94 escribió:Wao, no dudo que britt haga que san la perdone jaja,si san sigue asi,sin aguantar.
Hola, jajajajaaj la vrdd yo tampoco lo pongo en duda jajajajajaajaj. Esk como aguantarse a esa rubia¿? jajajaja. Saludos =D
JVM escribió:Yo creo que conviviendo con Britt podrá conocerla y ver que no es una mala persona. Además de que con mensajes así como no la perdonaría jajajajaja
Hola, pienso igual, pero esa morena es un poco cabezota, pero sabemos que la rubia le puede, no¿? jajajajajaja. O no¿'! ajajajaja que razón, que razón! ajajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
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