[Resuelto]Fic La Verdad de Jesse (St. Berry) Capítulo 40 (parte 2 y final)Mi verdadero príncipe

Pobre Rachel no sabe que Jesse fue engañado por su padre y ambos sufriendo
Pero ahora como se arreglaran las cosas si Cordelia ha muerto, Jesse no quiere escuchar razones y Rachel esta en otro país
Espero tu próximo capitulo.

FB Jesse

Miraba una y otra vez las cartas de Rachel, juro que me dolia el alma, pero cuando me llene de tristeza fue cuando lei una cartita de color rosado que decía:

“No recuerdo la última vez que sonreí, fue un instante mágico, que condensaste con tu mirada Jesse mirando como la primera vez, fue la dulzura de cada palabra mencionada, cuando juntos nos dijimos que siempre nos amaríamos, la tristeza de cada caricia olvidada, la soledad acompañada.
Conozco el aroma que dejan tus sueños, el mismo aroma que deja el dolor, albergué la esperanza, de que un dia volverías y me dirias que me amas, solo le di el derecho a la razón de quitarle lo que es del corazón.
Recordarte es el trabajo más eficiente que me da la razón, cantar tantas canciones que siempre hacíamos juntos, pero ahora desde la soledad ,encontré debajo de tu piel, el sentido de esta rutina que algunos llaman vivir, esa calle sin salida la única opción, caminar por tu piel fue mi triste perdición, como negar lo que niega la razón, si cuando lo niega lo acepta el corazón, me encuentro con un botón que me deja con la duda, y otro botón que me grita la realidad, que no es real en este mundo de ficción.
El valor del corazón de vestirse de insensato, de hacerme recordarte cada dia, cada hora, cada minuto y cada segundo, de fingir ser sutil tan solo por un rato, tratando de esquivar tu mirada que me mira en cada foto que tenemos juntos, que dio con la agonía, que despierta tu sonrisa inocente, tan culpable como yo, por amarte ciegamente, sin cegar a la razón.
No me mires sin preguntar, perdiste de mi hasta la última palabra, la última lágrima que llega, hasta el alma de aquel que ama con locura y se lleva un gran dolor, el dolor que nunca sana, porque es el dolor del alma...”

Te amaré Siempre Jesse St. James. :flower:

Y esta es la ultima canción que canté pensando en ti, SHANIA TWAIN - YOU'RE STILL THE ONE, pensé que lo lograriamos





Cada palabra dolia, en lo mas profundo, después tiré todas las cartas sobre mi cama para recostarme sobre ellas, pero aquella ultima era la que mas dolia, estaba besando y acariciando cada una de ellas cuando de pronto sentí que alguien entraba en mi cuarto, hafff era Shelby.

-Que quieres

-Tenemos que hablar

-No tenemos nada de que hablar.

-Claro que si Jesse, sé por lo que estas pasando.

-SABES??; SABES?? POR LO QUE ESTOY PASANDO, SABES CUANTO ME DUELE (se que le grite fuerte, pero tenia mucha rabia).

-Claro que lo.

Me paré frente de ella y me cruzé de brazos –Dime como es esto?.

-Mira yo sé que es duro cuando te dicen “yo sé lo que se siente”, pero de verdad sé lo que sientes.

-Entonces dimelo?

-Se lo que es sentirse tan pequeño e insignificante como es humanamente posible, lo que es sentir dolor en partes del cuerpo que nisiquiera sabias que tenias y da igual que te cambies de peinado o cuantos ejercicios realices o cuantas copas de licor te tomes con tus amigos porque sigues acostándote todas las noches, repasando todos los detalles y preguntándote que hisiste mal.
A veces incluso logras convencerte de que ella sabrá la verdad y se presentará en tu puerta, para decirte que te ama, que eres lo mejor para ella, y todos los pedazos de tu alma que pensabas que habias perdido ella llegará y los repará, pero pasaran muchas cosas antes que eso pasé.
Entonces le dices a tu alma que eso no sucederá y de verdad seguirá doliendo, pero llegará el momento en que el dolor será parte de tu vida, te vuelves un loco perdido y te entregaras para poder trabajar al 100% en lo que quieras lograr y con ello trataras de olvidar, pero la más minima señal revivirá ese dolor quemante que ahora te hace morir de pena.

-Como diablos lo sabes?

-Por que yo también pasé por ello, cuando entregue a Rachel.

-Pero, quiero ir a buscarla, quiero tenerla nuevamente conmigo.

-Jesse, ella ya hizo su vida y tu no estas en ella.

-Con quien esta dime para poder ir a matarlo?

-No esta con nadie, solo que se ha abocado en su vida, en su trabajo, hizo de celestina de Santana y le presento a un príncipe, conde o baron de o se donde y ella organizó la boda, además que sigue estudiando como se lo prometió a tu madre.

-Porque le prometio eso a mi madre?

-Jesse no sabes nada realmente?.

-De que mas me tengo que enterar?

-Rachel cuidó a tu madre todos estos años, porque siempre mantuvo la fé de que cuando ella se mejorará irían las dos juntas a verte.

-Por Dios mi padre me dijo que él cuidaba de ella.

-Tu padre la dejo por una chica de 20 hace mas de dos años Jesse.

Y Rachel que hace ahora como está?

-Bien ella es una gran Relacionadora Pública.

-Pero, como? Yo me la imaginaba en Broadway, siendo una gran artista.

-Después de perderte Rachel cerró su garganta para siempre, nunca más volvió a cantar, se salió del Glee Club y solo se dedicó de sus estudios.

-Entonces no puedo hacer nada.

.No Jesse, si la vida los quiere volver a unir asi será.

-Mejor volveré a la Base a seguir con mi vida

-Dame unos momentos me pondré mi uniforme y me iré




-adios Shelby, fue un gusto volverte a ver.

-Igual Jesse…

Me fui no podía con mi pena….





Unos pocos años más tarde en Washington, D.C.



Las cámaras de las más importantes cadenas de noticias estaban rodando cuando Tedric Cortere, príncipe de Ustanzia, entró al aeropuerto.

Una pared de embajadores, ayudantes de embajada y políticos se adelantó para saludarlo, pero el príncipe hizo una pausa por solo un momento, tomándose el tiempo para sonreír y saludar a las cámaras.

Estaba siguiendo sus instrucciones al pie de la letra. Rachel Corcoran, consultora profesional de imagen y medios de comunicación, se permitió un suspiro de alivio. Pero solo uno pequeño, porque conocía a Tedric Cortere muy bien, y era un perfeccionista.

No había garantías de que el Príncipe Tedric, hermano de su compañero de habitación de Rachel en la universidad y mejor amigo en el mundo, iba a estar satisfecho con lo que viera esta noche en las noticias de la tarde.

Aún así, tendría todo el derecho de estar complacido. Era el día uno de su visita de buena voluntad a los Estados Unidos, y lucía muy bien, rezumando encanto y modales de realeza, con solo la suficiente arrogancia de sangre azul derramada para cautivar al público americano loco por la realeza. Estaba recordando mirar directamente a las cámaras. Estaba manteniendo los movimientos de sus ojos firmes y el mentón bajo. Y, el cielo fuera alabado, para un hombre propenso a los ataques de ansiedad, parecía tranquilo y compuesto por una vez.

Les estaba dando a los equipos de noticias lo que querían –una imagen cercana de un gracioso, carismático príncipe Europeo apuesto como en los cuentos de hadas.
Soltero. Había olvidado agregar “soltero” a la lista. Y si Rachel en sus investigaciones durante sus años de universidad conocía a los americanos –y lo hacía; era su negocio conocer a los americanos– millones de mujeres americanas mirarían las noticias de la tarde esta noche y soñarían con convertirse en princesas, tal y como lo había hecho Santana un año atrás.

No había nada como la fiebre de los cuentos de hadas entre el público para estimular las relaciones entre dos gobiernos.

Pero Tedric no era el único actuando para las cámaras de noticias esta mañana.
Mientras Rachel observaba, el Senador de los Estados Unidos Sam Evans exhibió sus relucientes dientes blancos en una sonrisa tan falsamente genuina y tan obviamente dirigida a los periodistas, que la hizo querer reír.

Asi que, en vez de reir, se mordió el interior de la mejilla cuando se detuvo a varios respetuosos pasos detrás del príncipe, ya que su parecido con Jesse St.James era indudable, a la cabeza de la multitud de asistentes, ayudantes y consejeros que eran parte del séquito real.

“Su Alteza, en nombre del gobierno de los Estados Unidos,” habló Evans arrastrando las palabras en su voz siempre tan carismático estrechando la mano del príncipe, y goteando buena voluntad, “me gustaría darle la bienvenida a la capital de nuestro país.”

“Lo saludo con el eterno honor y tradición de la bandera Ustanziana,” el Príncipe Tedric dijo formalmente en su acento ligeramente británico, ligeramente francés“, la cual está entretejida, también, en mi corazón.”

Era su saludo estándar; nada especial, pero funcionó bastante bien con la multitud.
Evans empezó un saludo más largo, y Rachel dejó que su atención se desviara.

Podía verse a si misma en las ventanas de vidrio espejado del aeropuerto, luciendo tranquila con su traje color crema, su cabello castaño retirado pulcramente hacia atrás en una trenza francesa. Alta, esbelta y serena, su imagen ondeó ligeramente cuando un jet despegó, tronando pista abajo.

Era una ilusión. En verdad, la cabeza le daba vueltas con nerviosa excitación, una condición provocada por el estrés de saber que si Tedric no seguía sus instrucciones y terminaba luciendo mal en cámara, sería a ella a la que culparían. El sudor se escurrió entre sus omóplatos, otro efecto colateral del estrés bajo el que se encontraba. No, no se sentía ni fría ni serena, a pesar de cómo luciera.

Había sido contratada porque su amigo, el Principe Williams, sabía que Rachel estaba luchando para levantar su joven negocio de consultoría del suelo, por que además quería pagarle a Cordelia todo lo que había hecho por ella, y aunque Cordelia no estaba en este mundo se había prometido ser la mejor y tener su propia empresa. Seguro, había hecho trabajos más chicos, menos detallados, antes, pero este era el primero en el que las apuestas eran tan altas. Si Rachel tenía éxito con Tedric Cortere, la noticia se extendería, y tendría mas negocios de los que podría manejar.
Pero Rachel también había sido contratada por otra razón. Había sido contratada porque Williams, preocupado por la economía de Ustanzia, reconocía la importancia de este viaje. A pesar de que el hecho de enseñarle al hermano de Williams, el nervioso y excitable Príncipe de Ustanzia, cómo parecer calmo y relajado mientras estaba bajo el vigilante ojo de las cámaras de TV era la primera asignación de Rachel como consultora de imágen y medios, Williams confiaba en su amiga de largo tiempo implícitamente para hacer el trabajo.

“Estoy contando contigo, Rachel” le había dicho Williams a Rachel por teléfono justo la noche anterior. Había agregado con su acostumbrada franqueza, “Esta conexión americana es demasiado importante. No dejes que Tedric la estropeé.”

Hasta ahora Tedric estaba haciendo un buen trabajo. Lucía bien. Sonaba bien. Pero era demasiado pronto para que Rachel se permitiera sentirse verdaderamente satisfecha. Era su trabajo asegurarse de que el príncipe continuara luciendo y sonando bien.

A Tedric no le gustaba particularmente la mejor amiga de su hermano menor, y el sentimiento era mutuo. Era un hombre impaciente de mal genio, y bastante acostumbrado a salirse con la suya.

Rachel solo podía esperar que viera los reportes de las noticias de hoy y reconociera el éxito del día. Si no lo hacía, se lo haría saber, eso era seguro.

Rachel sabía bastante bien que durante el curso de la visita del príncipe a los Estados Unidos iba a ganarse cada centavo de sus honorarios de consultoría. Porque aunque Tedric Cortere era principesco en belleza y apariencia, también era arrogante y consentido. Y demandante. Y a menudo irracional. Y ocasionalmente, no muy agradable.

Oh, conocía la etiqueta social. Estaba en su elemento cuando se trataba de pompa y ceremonia, fiestas y otras posturas sociales. Sabía todo lo que había que saber sobre ropa y moda. Podía distinguir la seda japonesa de la americana con un simple toque. Era un conocedor de vinos y un gourmet. Podía cabalgar y practicar esgrima, jugar polo y esquí acuático. Contrataba incontables ayudantes y consejeros para que lo atendieran, y le proporcionaran tanto sus más triviales deseos como la importante información que necesitaba para lograr pasar por un representante de su país.
Mientras Rachel observaba, Tedric estrechaba las manos de los oficiales de Estados Unidos. Sonreía encantadoramente y ella podía prácticamente escuchar el zoom de las cámaras para lograr un acercamiento.

El príncipe miró directamente a las lentes de la cámara y dejó que su sonrisa se ampliara. Consentido o no, con su arreglado, atlético cuerpo y apuesto rostro, el hombre era buen mozo.

¿Buen mozo? No, pensó Rachel, por que si en algún momento lo vio o miró de esa manera fue cuando pensaba únicamente en Jesse St. James. Llamarlo buen mozo no era exacto. Con total honestidad, el príncipe era espectacular. Era una obra de arte. Tenía largo, grueso, oscuro cabello que se rizaba pasados sus hombros. Su rostro era largo y delgado con exóticos pómulos que insinuaban la herencia mediterránea de su madre. Sus ojos eran del más oscuro marrón, rodeados por pestañas pecaminosamente largas. Su mandíbula era cuadrada, su nariz fuerte y masculina. Parecido a Jesse, pero no como Jesse, él era único, solamente especial para ella.
Aunque tenía que admitir que hasta el día de hoy, su romántica visión de un hombre perfecto era alguien que solamente podía llevar los rizos mas bellos del mundo, los ojos plateados perfectos, los labios hechos para que la besaran, ese hombre aún seguía en su mente, todavía la atormentaba ese hombre era Jesse St. James, pero por que diablos el día de hoy solo pensaba en Jesse, vamos Rachel concéntrate, se dijo.

Cuando la banda militar empezó a tocar una entusiasta interpretación del himno nacional Ustanziano, Rachel miró otra vez sus borrosas imágenes en la ventana. Un destello de luz desde la terraza de un piso superior atrapó su atención. Era extraño. Le habían dicho que el personal del aeropuerto tendría acceso restringido al segundo piso como medida de seguridad.

Giró la cabeza para mirar hacia arriba a la terraza y comprendió con un oleada de incredulidad que el destello que había visto era el reflejo de la luz rebotando contra el cañón de un rifle –un rifle apuntado directamente a Tedric.

“¡Abajo!” gritó Rachel, pero su voz fue ahogada por las trompetas. El príncipe no podía escucharla. Nadie podía escucharla.

Corrió hacia el Príncipe Tedric y todos los dignatarios de Estados Unidos, bien consciente de que estaba corriendo hacia, y no fuera, del peligro. Un pensamiento relampagueó locamente por su cabeza –este no era un hombre por el que valía la pena morir. Pero no podía mantenerse al margen y dejar que el hermano de su mejor amigo fuera asesinado. No mientras tuviera el poder de prevenirlo.

Cuando un disparo resonó, Rachel golpeó a Tedric sonoramente fuerte al nivel de la cintura y lo tiró al suelo. Era un tackle de futbol que habría aprendido cuando estaban de novios con Finn.

Se lastimó el hombro, rompió sus medias de nylon y se raspó ambas rodillas cuando cayó.

Pero salvó la vida del príncipe coronado de Ustanzia.

***

Cuando Rachel entró a la sala de conferencias del hotel, estaba clara que la reunión había estado transcurriendo por algún tiempo.

El Senador Evans estaba sentado en un extremo de la gran mesa oval de conferencia sin su chaqueta, la corbata aflojada, y la camisa arremangada. Henri Freder, el embajador de Ustanzia en Estados Unidos, se sentaba a un lado de él. Otro diplomático y varios otros hombres a los que Rachel no reconocía estaban sentados al otro. Hombres en trajes negros permanecían de pie ante las puertas y las ventanas, vigilantes y alerta. Eran agentes FInCOM, comprendió Rachel, guardaespaldas de alta tecnología de la Comisión Federal de Inteligencia, enviados para proteger al príncipe. ¿Pero por qué estaban involucrados? ¿Estaba la vida del Príncipe Tedric aún en peligro?

Tedric estaba en la cabecera de la mesa, rodeado por una docena de ayudantes y consejeros. Tenía una bebida fría frente a él, y estaba dibujando perezosamente en la condensación del vaso.

Cuando Rachel entró en la habitación, Tedric se puso de pie, y todos los hombres lo imitaron.

“Que alguien consiga un asiento para la Srta. Corcoran,” ordenó el príncipe bruscamente en su extraño acento. “Inmediatamente.”

Uno de los ayudantes de menor rango se levantó de su propia silla y se la ofreció a Rachel.

“Gracias,” dijo ella, sonriendo al joven.

“Siéntate,” le ordenó el príncipe, con expresión seca, mientras regresaba a su asiento. “Tengo una idea, pero no puede ser llevada a cabo sin tu cooperación.”
Rachel miró fijamente al príncipe. Después de que lo había tackleado más temprano ese día, había sido arrastrado a un lugar seguro. No lo había visto o escuchado de él desde entonces.
En ese momento, no se había molestado en agradecerle por salvar su vida –y aparentemente no tenía intención de hacerlo ahora. Ella estaba trabajando para él, por lo tanto era un sirviente. Él habría esperado que lo salvara. En su mente, no había necesidad de gratitud.

Pero ella no era un sirviente. De hecho, había sido la dama de honor el año anterior cuando su hermano se casó con la mejor amiga de Rachel, Santana.
Se sentó, acercando más la silla a la mesa, y el resto de los hombres se sentó, también.

“Tengo un doble,” anunció el príncipe. “Un americano. Es mi idea que él tome mi lugar por el curso restante de la visita, asegurando así mi seguridad.”
Rachel se inclinó hacia delante. “Perdóneme, Su Alteza,” dijo ella. “Por favor perdone mi confusión. ¿Es su seguridad aún un problema?” Miró a través de la mesa al Senador Evans “¿No fue atrapado el tirador?”

Evans pasó la lengua por la parte delantera de sus dientes antes de contestar. “Temo que no,” finalmente replicó. “Y la Comisión Federal de Inteligencia tiene razones para creer que los terroristas harán otro intento contra la vida del príncipe durante el curso de las próximas semanas.”

-¿Terroristas? Repitió Rachel, mirando de Evans al embajador y finalmente al Príncipe Tedric.

-FInCOM ha identificado al tirador, contestó Evans. -Es un bien conocido tirador de una organización terrorista sudamericana.

Rachel sacudió la cabeza. -¿Por qué terroristas sudamericanos querrían matar al príncipe coronado de Ustanzia?

El embajador se quitó los lentes y se frotó los ojos con cansancio. –Bastante, posiblemente en represalia por la nueva alianza de Ustanzia con los Estados Unidos,- dijo.

-FInCOM nos dice que este tirador en particular no se rinde fácilmente, dijo Evans. -Incluso con la seguridad reforzada, FInCOM espera que lo intenten nuevamente. Lo que estamos buscando es encontrar una solución a este problema.
Rachel rió. Se le escapó –no pudo evitarlo. -La solución era tan obvia. -Cancele la visita.

-No podemos hacer eso,- dijo Evans.

Rachel miró al otro lado de la mesa al Príncipe Tedric. Él, por una vez, estaba silencioso. Pero no parecía feliz.

-Hay demasiada publicidad para este evento, explicó el Senador Evans. -Usted sabe tan bien como yo que Ustanzia necesita fondos de Estados Unidos para poner sus pozos petrolíferos en funcionamiento.” El rubio hombre se reclinó hacia atrás en su silla, golpean la punta de su lápiz sobre la mesa de caoba. -Pero el prospecto de petróleo a un precio competitivo no es suficiente para asegurar los fondos que necesitan, continuó, dejando caer el lápiz y pasando sus manos por su afinado cabello amarillo. -Y francamente, las encuestas actuales muestran que la preocupación del público por un pequeño país insignificante como Ustanzia –mil perdones, Príncipe– es nula.

Casi nadie sabe quiénes son los Ustanzianos, y los que si los conocen no quieren entregarles nada de sus dólares de impuestos, eso es seguro. No cuando hay tanto aquí en casa en lo que gastar el dinero.”

Rachel asintió con un movimiento de su cabeza. Era bien consciente de todo lo que estaba diciendo. Era una de las principales preocupaciones del Príncipe Williams.
-Además, agregó el senador, -podemos usar esta oportunidad para atrapar a este grupo de terroristas. Y hermano, si son quienes creemos que son, los queremos. Con ansias.

-Pero si saben con certeza que habrá otro intento de asesinato… Rachel miró a Tedric. -Su Majestad, ¿cómo puede arriesgarse a ponerse en una situación de semejante peligro?

Tedric cruzó sus piernas. -No tengo intención de colocarme en ningún peligro en lo absoluto, dijo. -De hecho, permaneceré aquí, en Washington, en una casa segura, hasta que todo peligro haya pasado. La visita, sin embargo, continuará como está planeado, con este tipo parecido tomando mi lugar.

Repentinamente las palabras más tempranas del príncipe tuvieron sentido. Había dicho que tenía un doble, alguien que lucía igual a él. Había dicho que esta persona era un americano.

-Este hombre, preguntó Evans. -¿Cuál es su nombre, señor?

El príncipe se encogió de hombros –un lento, elocuente gesto. “¿Cómo podría recordarlo? Jess..Jesse Algo. Era un soldado. Un soldado americano.”

“Jesse Algo,” repitió Evans, intercambiando una rápida, exasperada mirada con el diplomático a su izquierda. “Un soldado llamado Jesse. Solo deben haber cerca de quince mil hombres en las fuerzas aéreas de los Estados Unidos llamados Jesse.
El embajador a la derecha de Evans se inclinó hacia delante. -Su Alteza, dijo pacientemente, ¿cuándo conoció a este hombre?

-Era uno de los soldados que asistió mi escape de la embajada en Bagdad, replicó Tedric.

“Un Navy SEAL,” murmuró el embajador Evans. “No deberíamos tener problemas localizándolo. Si recuerdo correctamente, solo un equipo de siete hombres participó en la misión de rescate.”

¿SEAL? preguntó Rachel, incorporándose e inclinándose hacia delante. -¿Qué es un SEAL?

-Parte de la División de Fuerzas Especiales, le dijo el Senador Evans. -Son la elite de la fuerza de operaciones especiales en el mundo. Pueden operar en cualquier lado –en mar, en aire, o en tierra, de ahí el nombre, SEALs.

-Si este hombre que se parece tanto al príncipe realmente es un SEAL, posar como el doble del príncipe será pan comido para él.

-Era, no obstante, de clase insoportablemente baja,” dijo el príncipe remilgadamente, barriendo unas imaginarias migas de la superficie de la mesa. Miró a Rachel -Allí es donde entrarías tú. Le enseñarás a Jesse a lucir y actuar como un príncipe. Podemos posponer la visita por - frunció el ceño hacia Evans-una semana, ¿eso es lo que dijo?

-Dos o tres días como máximo, señor. El senador hizo una mueca. -Podemos anunciar que ha caído con la gripe, tratar de mantener el interés del público con reportes de su salud. Pero el hecho es que, después de unos días, ya no será noticia y la historia será dejada de lado. Sabe lo que dicen: Fuera de la vista, fuera de la mente. No podemos dejar que eso suceda.

Dos o tres días. Dos o tres días para convertir a un rudo marinero americano –un Navy SEAL, lo que fuera que eso realmente significara– a la realeza. ¿A quién estaban engañando?

El Senador Evans levantó el teléfono para empezar a localizar al misterioso Jesse.

El príncipe Tedric estaba observando a Rachel expectantemente. -¿Puedes hacerlo?- preguntó. -¿Puedes convertir a este Jesse en un príncipe?”

-¿En dos o tres días?-

Tedric asintió.

-Tendría que trabajar contra reloj,- dijo Rachel, pensando en voz alta. Si accedía a este loco plan, tendría que estar justo al lado de este marinero, este SEAL, cada simple paso del camino. Tendría que dirigirlo constantemente, y estar lista para agarrar y corregir cada uno de sus errores. -E incluso entonces, no habría garantías.
Tedric se encogió de hombros, volviéndose al Embajador Freder. -No puede hacerlo,- dijo rotundamente. -Tendremos que cancelar. Arregle un vuelo de regreso a…

-No dije que no podría hacerlo,- interrumpió Rachel, agregando rápidamente, -Su Majestad.-

El príncipe se giró hacia ella, una elegante ceja arqueada.

Rachel podía oír el eco de la voz de Williams. “Estoy contando contigo, Rach. Esta conexión americana es demasiado importante. -Si esta visita fuera cancelada, todas las esperanzas de Williams para el futuro se evaporarían. Y las de Williams no eran las únicas esperanzas que se evaporarían. Rachel no podía permitirse olvidar a esa pequeñita esperando en Saint Mary…

“¿Y bien?” dijo Tedric con impaciencia.

-Muy bien,- dijo Rachel. -Lo intentaré.-

El Senador Evans colgó el teléfono con un triunfante chasquido. -Creo que hemos encontrado a nuestro hombre,- anunció con una amplia sonrisa. -Su nombre es Teniente Naval Jesse P…” miró hacia abajo al pedazo de papel sobre el que había tomado notas … St.James. Me están enviando por fax una foto identificatoria ahora mismo.”

Rachel sintió una extraña ráfaga de calor y frío. De millones de tipos en este mundo justamente tendría que ser Jesse St.James.

La alarma del fax empezó a sonar. Tanto el príncipe como el Senador Evans se pusieron de pie y cruzaron la espaciosa suite hacia donde la máquina de fax estaba enchufada bajo un grupo de elegantes ventanas corredizas.

Rachel permaneció en su asiento ante la mesa. Se sentía desfallecer, lo único que fue capaz de hacer era mover su anillo de compromiso de manera desenfrenada.

-Mi Dios,- dijo Evan en vos baja cuando la fotografía lentamente salió impresa. -No parece posible.- Rachel este no es Jesse St. Jam..-

Rachel hizo un gesto para que mantuviera silencio.

Rasgó el fax del rollo de papel y se lo alcanzó al príncipe.

Silenciosamente, Tedric miró fijamente la fotografía. Silenciosamente, caminó a través de la habitación y le alcanzó la hoja de papel a Rachel.

Salvo por el hecho de que el hombre en la fotografía vestía un informal uniforme militar de faena, con los botones superiores de la camisa desabrochados y las mangas arremangadas hasta los codos, salvo por el hecho de que el hombre en la fotografía tenía oscuro, desgreñado cabello cortado apenas un poco por debajo de las orejas, y la correa de un arma colgaba de un hombro, salvo por el hecho de que la cámara lo había captado en una media sonrisa, con buen humor y aguda inteligencia chispeando en sus ojos plateados, el hombre en esta fotografía era el gran amor de su vida, pero estaba tan distinto a la ultima ves que lo había visto, podría haber sido el hermano del príncipe coronado.

El hermano más apuesto del príncipe coronado.

Tenía la misma nariz, mismos pómulos, misma bien definida línea de la mandíbula y barbilla. Pero sus dientes delanteros estaban desportillados. Por supuesto, eso no era un problema. Podrían ponerle una funda al diente en cuestión de horas, ¿verdad?
Era más grande que el Príncipe Tedric, este teniente naval americano. Más grande y más alto. Más fuerte. Buen Dios, si esta fotografía era alguna indicación, Rachel iba a tener que empezar con lo básico con este hombre. Iba a tener que enseñarle como sentarse y parase y caminar…

Rachel levantó la vista para encontrar al Príncipe Tedric observándola.

-Algo me dice,- dijo él con su elegante acento, -que tu trabajo está hecho a tu medida.- seguía mirándome-parece que algo te incomodó-

Al otro lado de la habitación, Evans levantó el teléfono y marcó. --Si,- dijo al receptor. -Soy Sam Evans. Senador Sam Evans. Necesito a un Navy SEAL con el nombre de Teniente Jesse…” consultó sus notas “… St.James. Maldición, que desgracia. Necesito a ese teniente aquí en Washington, y lo necesito aquí ayer.”

-Mañana, como diablos quieren que este lista si llevo 4 años tratando de olvidarlo. Pensó en silencio.

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Chicas se que me demoré , pero tenia muchas ideas y tenia que llevarlas a cabo bien para que todo fuera maravilloso, espero sus comentarios...

OH, por fin Jesse se enteró que Rachel no lo había traicionado y que todo fue un engaño de su padre.
Me dio pena la canción que cantó y Shelby describió lo que se siente en esa situación fue desgarrador.
Pero por otro lado no puedo dejar de mencionarlo, que guapo se ve Jesse en uniforme jujuju.
Ahora Rachel como una gran asesora de imagen, obvio que debía estar nerviosa si el futuro económico de una nación dependía si hacia lucir bien al príncipe.
Me sorprendiste cuando dispararon al príncipe, por un momento pensé que no llegaría a tiempo.
Ahora entrenar a alguien para que actué como el príncipe, mmm puede ser algo difícil. Pero me dejaste en shock :affraid: cuando dijo usar su doble el Teniente Jesse. Oh se van a volver a encontrar
Que emoción, me pregunto como reaccionaran al verse. Jesse contendrá su emoción o hará gala de su entrenamiento para no reflejar emociones ???
Por lo menos Rachel tiene algo de ventaja, sabe que verá a Jesse y podrá prepararse un poco antes.
Me encantó el capítulo deseo la continuación :D

ahora todo me qedo un poco mas claro, aunque no se como lo van a hacer cuando se vean xD
que raro que jesse tenga un diente roto no me lo imagino, pero por el trabajo que hace es lo minimo

Ame el capitulo amiga me encanto de verdad y si uigual supewr porprendida con jessie y rachel, por dioslo volvera a ver y sam se dio cuenta ya quiero proxima actualizacion

OMJesse!!!! Hello
emy Nueva lectora!! Tu fanfic es ESPECTACULAR no puedo esperar a q actualices porfavor hazlo rapido Me encanto tu historia El principio fue marqvilloso^^ Las vacaciones en Cuba estuvieron bellisimas y Mil Graciias por hacer super a la mala imitacion de Frankeistein FinnimbecilHudson!!! Que pasara?!?? Ahhhhhhh q emociion no puedo esperar el reencuentrode las almas gemelas enseriio porfavor actualiiza Tiienes Lectora Fiija Aqui^^ Besos. Santy Rose de St James!!!!

Fic La Verdad de Jesse
Capitulo 21
Nos encontramos.

.


Jesse yacía en la cubierta de un bote alquilado, manos atrás de su cabeza, observando a nubes, nubes de un cegador blanco, en un cristalino cielo azul de California.Llevaba mucho tiempo en un estado de constante movimiento nunca permanecia en el mismo lugar más de 2 meses, eso le agradaba, no volver a sentirse que pertenecia a algún lado, desde que su madre había muerto y había dado por perdida a Rachel, su sentido de pertenencia había sido bloqueado de su ser. Asi cuando llegaba el momento de partir ya no había sentimiento de nido vacio, así se lo había prometido y así lo hizo.

Desde que se había vuelto Navy Seal, su vida había cambiado, era fluida y llena de sorpresas, nunca sabia cuando una cremosa y blanca nube se convertirá sorpresivamente en un feroz dragón.

Le gustaba su vida, mas bien se había adecuado de manera perfecta a su nueva vida, se sentía en paz.

A ratos la soledad le traía miles de recuerdos, pero como un buen NavySeal estaba entrenado para que sus emociones no pesaran mas que la racionalidad.

Fue el mejor de su generación, siendo aún el mejor, Jesse siempre ha sido un perfeccionista, así que solo esta vez se había dado una licencia para descanzar junto a dos de sus hombres, mas que estar bajo su mando eran sus amigos.

Era gracioso y casi contradictorio que eñ único día que tenia libre un marino después de tantos años fuera en un bote de pesca que habían alquilado con los muchachos.

Al otro lado de la cubierta del bote, vestidos con sucias ropas de fin de semana, después de haber jugado mucho rato y arreglando un par de desperfectos que habían encontrado en el bote quedaron completamente sucios, Harvard y Blue estaban discutiendo acaloradamente sobre quien había recibido la carta más deprimente de la semana.

Jesse se reía de verlos pelear por ell, aunque el fuera el único de su tropa que no recibía cartas desde hacía tanto tiempo, que ya casi no recordaba, era una mentira que se decía a si mismo porque aún mantenía el recuerdo de la ultima carta que había leído de Rachel.

La carta que le había partido el corazón, esa carta en la que aún veía a la pequeña y reina del drama Rachel que había conocido en McKinley hacía ya mas de 5 años.
Los chicos lo miraron, por la cara que tenía Blue le habló
-Teniente que sucede.

-Nada, solo estaba recordando una canción-no podía decirles la verdad.

-Y porque no la canta, todos dicen que cantas muy bien.

-Hace años que no lo hago.

-Pero, Teniente esas cosas no se olvidan, son como andar en bicicleta.

-Si vamos Jesse-dijeron juntos.

-Pero, no tengo música.

-Pero, yo ando con mi guitarra- dijo Harvard.

-Entonces tráela

Y Comencé a cantar….




Terminé de cantar y los chicos aplaudieron

-Teniente lo hace muy bien

-Gracias chicos, volvamos a descansar.

-Ok. Los dos al unísono.

Al otro lado de la bahía, el agua verde-azul centellaba y danzaba bajo la brillante luz del sol. Jesse inhaló profundamente, llenando sus pulmones del fresco y reponedor aire marino.

-Oh Señor-dijo Blue leyendo la segunda parte de la carta que le había llegado
Jesse se levantó de su silla y fue rápidamente al lado de su compañero y preguntó – Que pasa?

-Gerry mi mejor amigo se va a casar-dijo Blue-con Jenny Beaumont.

Jenny Beaumont había sido la novia de Blue en la secundaria. Era la única mujer de la que Blue había hablado, la única lo suficientemente especial para mencionar.

Jesse intercambió una larga mirada con Harvard, y Jesse hablo porque el silencio se hacía cada vez más incómodo.

-Así que Jenny Beaumont eh?

-Correcto-contestó Blue-, y su rostro estaba totalmente inexpresivo-Gerry va a casarse con ella, en julio próximo y quiere que sea su padrino.

Jesse maldijo entredientes.

-Tú ganas.dijo Harvard-Tu carta es mucho mas deprimente que la mia.
Jesse sacudió su cabeza, agradecido por mantener el tema de Rachel lo más privado posible, así no habían enrredos con ella, ni tampoco el pensar en ella le traería complicaciones emocionales en el trabajo.

Todos tenían enredos con mujeres, las mujeres de su vida o mujeres ocasionales que encontraban en algún lugar cuando estaban en alguna misión, pero Jesse se había prometido que cuando volviera a estar nuevamente junto a una mujer, esa mujer debía ser mas especial de lo que había sido Rachel. Desde la última vez que había estado junto a Rachel, nunca jamás había vuelto a dar un beso de buenas noches o buen día, como lo había hecho con su amada.

Cuando volvián a la base, miraba a los chicos que soñaban despiertos, como lo hacia Bob y Weley que babeaban por esas chicas universitarias que habián conocido en San Diego. O de la forma en que Harvard había suspirado por esa Bióloga marina hawaiana que había encontrado en Guan ¿Cómo se llamaba? Sylvia. Harvard aún tenía esa mirada de perrito apaleado en sus ojos cuando se acordaba de ella.

Jesse empujó la tapa de la nevera portátil con el pie, metió la mano dentro del agua que estaba fría y aún tenía trozos de hielo para sacar una cerveza.

Bruscamente se enderezó, agudizó los oídos, sus ojos grises exploraron el horizonte hacia el lugar desde donde provenía el sonido, desde el oeste.

Nuevamente escucho el ruido.

El sonido de un helicóptero distante, protegió sus ojos del sol mirando hacia la costa oeste de California, desde donde estaba viniendo el sonido.

Silenciosa y sigilosamente Harvard y Blue se pusieron de pie, moviéndose para pararse al lado de Jesse. Suavemente Harvard le pasó a Jesse los binoculares que tenían mas cerca.

El helicóptero era solo un pequeño punto negro, pero se estaba haciéndose mas grande con cada segundo que pasaba, Sin lugar a dudas, se estaba dirigiendo directamente hacia donde se encontraban.

-Chicos tienen sus buscapersonas?-preguntó Jesse rompiendo el silencio.

El se había quitado su propio beeper después de que éste –y él- fueron empapados con una cubeta llena de carnada y agua de mar.

-Si señor-dijo Harvard- miró su beeper que llevaba junto a su cinturón-Estoy limpio.

-El mio no sonó tampoco Señor-dijo Blue.

Jesse seguía mirando por los binoculares al punto negro que fue tomando forma. Era un pájaro de la armada, un Black Hawk UH60A. Se estaba acercando a ellos y muy rápido.

-Algunos de ustedes está en algún problema del que deba saber?-preguntó Jesse.

-No señor-dijo Harvard-

-Negativo Teniente-Que hay de ti???

Jesse negó con la cabez, aún observando al helicóptero por lo binoculares.

-Esto es raro-dijo Harvard- ¿En que clase de apuros están que no pueden llamarnos a los beepers y hacer que volvamos a puerto?

-Un apuro malditamente grande-dijo Jesse- Dios ese Black Hawk realmente venia rapidísimo.

-No será la tercera guerra mundial? –comentó Blue, sus penas por Jenny las dejó temporalmente olvidados.

-Si fuera la tercera Guerra Mundial no gastarían tanto para solo buscar a tres Navy Seals.

El helicóptero dio vueltas y luego quedó suspendido en el aire sobre ellos.
El sonido de las aspas era ensordecedor y la fuerza del viento hacía que el pequeño bote se moviera sin control.

Los tres hombres se tomaron fuertemente de las manillas para mantener el equilibrio.

Entonces una escalera fue arrojada por la puerta abierta de la cabina del helicóptero que llegó directamente donde se encontraba Jesse.

-Teniente Jesse St.James –una distorsionada voz anunció por el alta voz- Su licencia en tierra firme ha terminado…


Mientras tanto en Washington.

Rachel entró a la habitación del hotel, luego se reclinó contra la puerta cerrada.

-Maldición que estoy cansada.

Eran solo las 9 en punto-temprano para los estándares diplomáticos. De hecho si las cosas hubiesen salido como Rachel lo tenía planificado y agendado estaría en la recepción en la embajada de Ustanzia, que brindarían en honor al Príncipe Tendric.
Pero las cosas no habián sido de acuerdo a lo planeado, comenzando el intento de asesinato en el aeropuerto, quizás no lo olvidaría ya que aún tenía raspada la rodilla y con la media aún más se incrementaba su molestia.

Sonó el teléfono, fue a contestar…grande fue su sorpresa cuando escuchó…

-Srta. Rachel Corcoran-

-Sí, con quién hablo?

-Habla con Gregory McCarter, presidente de los Estados Unidos.

-Presidente-me asombré- dígame en que puedo ayudarlo.

-La llamo para agradecer en nombre de los Estados Unidos de Norteamérica por haber salvado la vida del príncipe Tendric que se encontraba de visita oficial en nuestro país.

-De nada presidente, cumplo con mi deber.

-Nuevamente Srta. Corcoran estamos inmensamente agradecidos

Y colgó

Después que colgó, maldijo a si misma porque no le había pedido ayuda para saber aún más detalles sobre el teniente St.James, quería saber que había sido de su vida, como había sido su vida, como se había preparado si estaba casado, viudo o separado, quería saber cualquier cosa que le ayudara para saber como era Jesse ahora

Muchos recuerdos vinieron a mi memoria




Después de todo, recordó la vez que su madre quizó hablarle sobre como había visto al nuevo Jesse, pero también recordó que ella misma le había pedido no, no no más bien exigido a Shelby que no le volviera a hablar de Jesse que ese era un tema cerrado en su vida.

-Eres una mentirosa quizás tanto juntarte con políticos te está haciendo una mentirosa profesional.se dijo.

Lo que mas coraje le daba, no era el tema de volverse a encontrar con Jesse, solo pensaba en la niña del Hospital St. Mary, una niñita llamada Cindy que le había enviado al príncipe una carta que Rachel había salvado del real cubo de la basura de Tendric. En la carta Cindy- apenas de 10 años- le había solicitado que el príncipe que por radio había escuchado que planeaba un viaje a EEUU. En la misiva le solicitaba que si iba a Washington DC, que por favor fuera a visitarla ya que ella no podría ir a verlo. Y ahora que hará, Jesse podrá ir??, se comportaría como un príncipe para mantener los sueños de esta pequeña.

No quizó pensar mas, solamente quería una ducha antes de que pasara mas tiempo antes de volver a encontrarse nuevamente con Jesse St. James.

Sacó su camisón y bata de la maleta que todavía no había encontrado tiempo para desempacar y los arrojo sobre la cama mientras casi se tambaleaba dentro del cuarto de baño. Cerró la puerta y abrió la ducha mientras se quitaba la ropa.

Rachel se lavó rápidamente, sabiendo que cada minuto que pasaba en la ducha era un minuto menos que podría dormir. Y con la presencia de Jesse que llegaría en cualquier momento después de medianoche, iba a necesitar cada segundo de esa siesta.

Aún así, eso no evitó que cantara e intentara enjuagar los dolores y contracturas de su espalda y hombros.





Cerró el agua aún cantando y se secó con la toalla.

Su bata estaba colgando en la parte trasera de la puerta del cuarto de baño, y extendió la mano para agarrarla .

Y dejó de cantar, en medio de una nota.

Había dejado la bata en el dormitorio, sobre la cama. No había colgado en la puerta
-No..tienes razón, no estas sola-dijo una ronca voz masculina desde el otro lado de la puerta del cuarto de baño.

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Discupas es lo primero que quiero hacer, ya que se que me demore mucho en actualizar, preo trataré de no volver a hacerlo, asi que cada semana ira un capitulo nuevo de esta linda historia...Espero sus comentarios...

Me encanto sobre todola candion en ese video

Pr dios maravillosos capitulo y quien esta en el cuarto

quiero actualizacion,

y que dira jesse cuando la vea

me dio un poco de miedo lo ultimo ojala nos ea un violador o sicopata y solo sea jesse xD, aunq de todas maneras encontraria raro que se meta al baño mientras rach se ducha xD
pobre jesse estaba diviertiendose y el helicoptero tuvo q llegar a molestarlo
ya qiero volver a verlos juntos los extraño mucho :7

ohh Emy tanto tiempo sin comentar

Emy la historia esta maravillosa y el capitulo me encanto

Jesse ya sabe la verdad ohh, y se hará pasar por el principe y se reencontrara con Rachel

Quien entró al cuarto?? tengo curiosidad

espero actualizacion

Omg me das dado en el centro del corazón con esas tres canciones, más con la del medio.
Jesse tratando de hacer su vida, encapsulando y escondiendo sus sentimientos. Mientras Rachel esta preocupada de su pronto reencuentro.
Dios que lío...
Pero me dejaste boquiabierta cuando alguien entro en la habitación de Rachel.
¿QUIÉN FUE??
Necesito saber que más pasara, espero tu próxima actualización.

OMJesse!!! Estuvo geniial Emy!!! esta maravillosa y yo amo esa cancion actualiiza pliiss Wuacchhhh que emocion!!!!! quien estara en el cuarto???!?!?!? no se pero algo, mi supersticion groffniaica me dice que es Jesse, no se si me equivoque espero que no!!! seira geniial que fuera el!!

Pasate por mi fanfic Still Loving you! http://www.gleeklatino.com/t10271-fic-still-loving-you#251987

y no olvides comentar ;D

holaaa
visita mi nuevo fanfic es st. berry 100% jejeje

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es sobre el momento hello de jesse y rachel!

Amiga tambien pase pero al ver uqe no hay pues me pongo triste jajaja no es cierto ahora ya no presiono tanto, pero en cuanto regrese veran, un beso

Fic La Verdad de Jesse
Capitulo 22
Reencuentro

El corazón de Rachel casi dejo de latir corrió rápidamente hacia la puerta y giró el cerrojo.

-Me imaginé que no sabias que estaba en tu habitación –continuó la voz mientras Rachel estaba tan nerviosa que no lograba ponerse la bata que se le había caído mil veces de las manos.

-También me imaginé que probablemente no querias salir del cuarto de baño con sólo una toalla encima-o con menos- no con una audiencia, al menos, asi que puse tu bata en la parte trasera de la puerta.

Rachel apretó el cinturón y aferró las solapas de la bata mas juntas. Inhaló profundamente, luego dejo salir el aire lentamente, no lo podía creer, solo la separaba una puerta para verse nuevamente con el amor de su vida, había soñado tantas veces con este momento, pero ahora que la tomaba por sorpresa, no sabia realmente que debía hacer.

-¿Quién esta ahí, quien es usted?

-¿Quién eres tú?- Me trajeron aquí y me dijeron que esperara, así que esperé. He sido traído a empujones de una costa hasta la otra como un paquete nocturno de FEDEX, solo que nadie tenía ninguna explicación de por qué o siquiera a quien estoy esperando ver. Y ya que me estoy quejando puedo también decirte que estoy cansado, hambriento y mis pantalones cortos están aun mojados aunque han pasado casi diez horas desde que los mojé, esta situación me tiene muy, pero muy irritado. Estoy cerca de vender mi alma al diablo para meterme a esa ducha de la que acabas de salir. Mas allá de eso, estoy seguro de que estoy encantado de conocerte.

No cabía dudas era Jesse, pero que debía hacer….

-Teniente St.James?-pregunto Rachel.

-Bingo, nena acabas de contestar tu propia pregunta.

-Teniente, cual es su primer nombre?- que pregunta mas estúpida se dijo a si misma.

-Soy el Teniente Jesse Jonathan St.James de la división Navy Seals de la marina de los Estados Unidos de America. –Por lo que veo tú eres Rachel Corcoran.

-Asi es- aun estaba en el baño, no era capaz de salir estaba temblando.

-Corcoran mmm??, tuve una maestra en la escuela que su apellido es Corcoran..

-Asi

-Si, ella era Shelby Corcoran.

-Debe ser un alcanze de apellido.

-Quizás, Sra. Corcoran a que hora vas a salir del baño para conocernos.

- Teniente, quisiera que fuera a su habitación y se acomodará por que a las 11 de la noche comenzaremos con el programa de instrucción.

-Que habitación, que programa.

-Teniente St. James, me puede dar unos minutos por favor a solas, ya que debo cambiarme y usted debe ir a su habitación, es la que esta al costado derecho de esta.

- Ok, Corcoran no insistiré en que salgas, pero me tendrá que explicar todo por que tengo muchas cosas que hacer y estar de vago es lo que menos me gusta en la vida.

-Esta bien Teniente, como le dije nos juntamos en dos horas en el salón Lancaster del hotel, le parece.

-Ok, puedo pedir comida al cuarto?

-Si Teniente .

-Esta segura que no nos conocemos Corcoran, su voz se me hace conocida?

-No lo creo Jes…Teniente, ya que yo soy de Uztanzia y por lo que sé, usted aún no ha ido a ese país.

-No, no he tenido el placer de ir por alla.

-Entonces no nos conocemos.

-Como tu digas Corcoran, me voy a mi habitación

-Gracias

Me quede esperando a que sonara la puerta, cuando el saliera.

Sonó la puerta y Sali
.
.
.

-Jesse….

-Rachel??? Que haces tu aquí

-Porque te quedaste?

-Porque quería corroborar lo que estaba escuchando

-Ya lo confirmaste, por favor sal de mi cuarto

-Que diablos pasa aquí, y quiero que me digas ahora.

-Jesse por favor dame unos minutos y te lo puedo explicar

-Rachel ha habido demasiados minutos entre nosotros, asi que quiero que me digas, que diablos hago aquí.

-Jesse, por favor-casi suplicando- deja vestirme y nos juntamos para explicarte todo.

-Esta bien Rachel, voy a darme una ducha y quiero todas las explicaciones del caso y claras por que para niñería a estas altura de mi vida no tengo ganas.

-Jesse todo tiene una explicación.

-Eso espero- di media vuelta y me fui a mi habitación.

FB Jesse

Que diablos hace Rachel, aquí?

Porque diablos tiene el apellido de Shelby

Porque en este hotel de lujo, por que está tan cambiada?

Arrrr!!!!! mi cabeza no da mas de preguntas, solo tenia ganas de abrazarla, de besarla de sentirla nuevamente mia, pero ella es tan distinta.

Claro que recuerdo lo que me dijo Shelby y mamá, que ella ya no estaba dedicada a la música como siempre pensé que lo haría, pero que le pasó a la Rachel de la cual me enamoré ya no es la misma.

Asi que decidí meterme a la ducha para poder despejar y poder aclarar mis ideas, fue demasiado fuerte poder hablar y darme cuenta que después de tantos años aún no la puedo olvidar.

Abrí la ducha y comenzé a cantar, cantar fuerte para que ella me escucha desde su cuarto...







Me vestí y fui a la sala de la suite para poder comer algo.

Fin FB Jesse

En el cuarto de Rachel

Me cambie rápidamente, no podía perder tiempo, conociendo a Jesse St.James, si las cosas no se hacen en los plazos que él quiere quizás se volvería loco y lo único que quisiera seria salir corriendo desde donde se encontraba, y no podría suceder, por que se lo había prometido a Williams y a Santana, que lograría hacer relaciones comerciales con EE.UU y Uztanzia.

Saco su traje dos piezas azul con un top blanco y unos zapatos bajos que hacían juego, cuando estaba cepillando su pelo, logro a penas escuchar lo que cantaba Jesse… se acerco hasta la muralla para poder escuchar mejor y solo logro escuchar una parte de lo que decia

Spoiler:

no quize seguir escuchando por que si no las cosas se complicarían aun mas de lo que ya estaban.

Me puse a pensar y solo se me ocurrió una idea, y comenzé a cantar...



Después trate de estar lo mas serena posible e irme a la reunión

Tomo su block de notas amarillo y fue hasta la habitación de Jesse para indicarle que estaría en el salón Lancaster esperándolo para informarle lo que sucedia.

Mientras tanto en el salón Lancaster del Hotel.


Jesse miró por la habitación, su mirada aterrizando sobre el rostro del príncipe Tedric. Este lo estaba mirando como si fuera una rata que se había escurrido de la habitación del hotel desde la calle debajo.

La sonrisa de Jesse se marchitó y fue reemplaza por su cara de descontento, pensó que estaría solo en esa tremenda sala junto a Rachel y tendrián tiempo para conversar lo que había sucedido estos largo 3 años de separación.

-Bueno, seré condenado, si no es mi gemelo malvado??.

Rachel rió, no pudo evitarlo, pero nadie lo notó-nadie salvo Jesse, quién la miró con sorpresa.

-No sabes con quien estas hablando? Es el príncipe coronado de Uztanzia –dijo severamente el senador Evans.

-Sé malditamente bien con quien estoy hablando, Senador-dijo Jesse-Soy la clase de tipo que nunca olvida un rostro, especialmente cuando lo veo cada mañana en el espejo. Mi equipo de Seals sacó el lamentablemente de este bastardo en Bagdad-Miró fijamente a Tedric.

-Te mantienes libre y despejado de zonas de guerra estos días Ted,asqueroso bastardo?.

Todos en la habitación con excepción de Jesse contuvieron el aliento de asombro. Rachel estaba boquiabierta.

El rostro del príncipe tomo un lindo tono rojo amoratado- como te atreves?
Jesse dio un par de pasos mas hacia Tedric y todos en la habitación se echaron hacia atrás.

-Como te atreves tu a ponerte en una situación en la que mis hombres tuvieron que arriesgar sus vidas para sacarte?, Jesse esta enojadísimo- uno de mis hombres pasó meses en cuidado intensivo por tu culpa, pedazo de mierda, te lo diré ahora mismo, eres malditamente afortunado de que no murieras.

La feroz mirada en los ojos de Jesse era suficiente para que incluso el más valiente de los hombres temblaría de miedo. Todos ellos eran suertudos de que el amigo de Jesse no hubiera muerto, pensó Rachel con un escalofrió, pensando que podría presenciar un asesinato. Y al contrario del intento de asesinato de la mañana, no tenias dudas de que Jesse tendría éxito.

-Mon Dieu- dijo Tedric, escondiendo el hecho de que sus manos estaban temblando cambiando a su francés nativo y mirando con arrogancia hacia sus ayudantes.-Esta …Esta…cosa es mas insolente de lo que recordaba. Obviamente no podemos arriesgarnos a sacarlo en público haciéndose pasar por mi. Avergonzaria a todo mi país. Envíenlo de vuelta bajo la roca de la cual lo sacaron, no hay otra opción. Cancelen la visita.

Al otro lado de la habitación, uno de los asistentes del senador Evans tradujo rápidamente el francés de Tedric al ingles, susurrando al oído del Senador.
Con una exclamación, el príncipe fue rápidamente hacia la puerta, llevándose consigo las esperanzas del Senador Evans para un precio más bajo del petróleo y los sueños de Williams y Santana de seguridad económica para su país.

Pero Evans se movió con rapidez e intercepto al príncipe antes de que alcanzara la puerta.

-Su Alteza, si hablaba en serio sobre obtener los fondos para los pozos petroleros….

-Es una bestia-exclamó Tedric-Incluso la Srta. Corcoran no puede convertir a semejante moustro en un príncipe.

Al otro lado de la habitación, Jesse observó a Rachel apresurarse hacia el príncipe y al Senador Evans y empezar a hablar en voz baja.

Rachel miró de reojo a Jesse y como antes con tan solo mirarlo el comprendió que todo estaba bien.

Rachel se acerco a Jesse y le rápidamente y tratando de ser lo mas fría posible.
-Dejame entender bien esto-dijo Jesse sentándose en el sofá- juego a disfrazarme con las ropas de Cortese, lo que es equivalente a pintarme un gigantezco blanco en la espalda ¿correcto? ¿Voy a hacer esto para que los EE.UU. obtenga más petróleo.
-Asi es dije- sabía que Jesse podría ser muy acido en sus comentarios.

El príncipe se acercó y todos se sentaron para comenzar la reunión.

Dieron casi las dos y media de la mañana antes de que Rachel dejara la reunión. Se había decidido que el príncipe debía ser sacado del hotel y llevado a una casa de seguridad donde sería protegido por agentes especialmente asignados .

Entonces Jesse se cambiaria a la suite del príncipe en el decimo piso, para no levantar sospechas entre el personal del hotel y los huéspedes.

Después de convencer al príncipe de darle a Rachel la oportunidad de trabajar con Jesse, y el príncipe se levantó y se fue para tranquilidad de todos.

Rachel y el personal principal del príncipe estaban trabajando reorganizando el comienzo de la visita. La idea era organizar un programa que requiriera que Jesse tuviera la menor cantidad de contacto posible con diplomáticos que pudieran reconocer que no era el verdadero príncipe.

Todos comenzaron a buscar a Jesse, pero este no estaba en la habitación, con un chasquido el Senador envio a un agente a buscar al Teniente.

Al rato después llego el agente solo.

-El Teniente St. James no puede asistir a esta reunión, señor-dijo el agente- le están areglando un diente y..le están haciendo algo en el cabello señor, eso creo.
Uno de las personas que estaba en la reunión era el Almirante Smith, Rachel tomó sus cosas y fue a conversar con el Almirante que ya iba caminando rumbo a la salida.

-Señor puedo hacerle una pregunta’

-Digame Rachel

-Que es exactamente un SEAls?

- Que te puedo decir, un Seals es el mas fuerte, el más inteligente, más mortal guerrero de todo el ejército de los EE.UU. Está bien. Ahí lo tienes. Un Seals es lo mejor de lo mejor, y está entrenado para especializarse en guerras no convencionales. Déjame darte un ejemplo:

El teniente St.James tomó seis hombres y fue un kilómetro y medio bajo las líneas enemigas durante la primera noche de la operación de salvar a Tendric-quien fue lo bastante estúpido como para no salir de Bagdad cuando fue advertido del venido ataque de los EE.UU. Jesse St james y su escuadron Alfa son parte del Equipo SEals diez- entraron sin ser detectados, entre todas las bombas que estaban cayendo de los aviones estadounidenses y sacaron a Cortese y tres ayudantes sin una baja.
El Almirante Smith sonrió nuevamente cuando vio la expresión de sorpresa del rostro de Rachel.

¿Cómo diablo? Su sorpresa era mayor, recordaba a un Jesse que no era capaz de hacer nada, y muy consentido.

-Con una carga de coraje-contestó él- y un infierno completo de muchísimo entrenamiento y habilidad. Jesse St. James es un experto en explosivos, sabes tanto terrestre como submarinos. Y sabe todo lo que hay que saber sobre cerraduras y sistemas de seguridad. Es un mecánico de primera línea.

Entiende de motores de una forma casa espiritual. Tambien es un experto francotirador, un agudo tirador con casi malditamente cualquier artillería sobre la que pueda poner sus manos. Y eso es solo la punta del iceberg señorita. Si quieres que continue, entonces mejor encontramos un lugar para sentarnos y ponernos cómodos, porque va a llevar tiempo.

Rachel trataba con fuerzas de conectar bien sus ideas con todo lo que acaba de escuchar con el lindo Jesse que ella recordaba, el Jesse que solo sabia de musicales y de deportes, este Jesse era completamente distinto a todo lo que ella recordaba.



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Espero que les guste, este nuevo capitulos, iremos descubriendo a este nuevo Jesse, pero sin dejar que los momentos St.Berry dejen de estar presente entre ellos dos..

Un Besote, espero sus comentarios...

WoW esta genial Emy!!!!!! me encanto jaajajaj la cara de Rachel me la imagino :D

Fic La Verdad de Jesse
Capitulo 23
El príncipe Jesse

Jesse estaba senado en la silla del peluquero mirándose al espejo de la habitación del hotel.

Parecía…diferente..hacía demasiado tiempo que no veía a este Jesse, preocupado de su persona, este Jesse era él mismo que había querido olvidar.
Un dentista había venido y arreglado el diente que se había astillado hacía 3 años mientras estaba en una misión de entrenamiento y nunca lo había hecho arreglar.

El cabello largo se entrometía en el camino, se metía en la boca, colgaba de su rostro y se metía en los ojos en los momentos mas inoportunos y hacía parecer al cobarde de Tedric Cortese.

Que Dios lo ayudará, juró Jesse, si esperaban que vistiera esos trajes de satín con adornos metálicos y esos chillones anillos en los dedos.
Este es un trabajo y si los grandes jefes así lo querían, que se vistiera como un idiota así lo haría. Le gustará o no.

Jesse clavó la mirada en el espejo ante la opulencia de aquella habitación.
Este sitio le daba escalofríos. Se sentía nervioso ante la posibilidad de estropear todo esto que iba a ayudar a Rachel a que todo saliera bien. Lo que más le cargaba era tener que mantener la distancia de Rachel durante 5 semanas, tiempo que él lo que más quería era poder hablar con ella y poder arreglar todos estos años de mal entendidos y maquineos, todo de tal manera que ellos no volvieran a verse.
La puerta de la habitación se abrió con un clic casi inaudible y Jesse se tensó.

Levantó la vista, giró la cabeza e hizo que el peluquero suspirara melodramáticamente.

Pero, Jesse había sido demasiado bien entrenado para dejar que alguien entrara a la habitación sin echarle una mirada. No cuando se parecía más y más al hombre que había sido el blanco de un asesinato justo esa mañana.
Era simplemente Rachel.

Trató de relajarse, pero sintió como sí todos sus sentidos estuvieran en alerta.
Como si hubiera despertado de repente. Era como si estuviera por entrar a una situación de combate. Los sonios del peluquero a su espalda parecieron más altos. Y su sentido del olfato aumentó al punto de captar el olorcillo del delicado perfume de rosas de Rachel desde el otro lado de la habitación

_ Jesse…perdón Teniente St.James luce excelente

- Bueno, gracias cariño. Tu tampoco estas tan mal.

Jesse levantó la mirada después de pronunciar esa frase hacia Rachel y comprendió que la corriente de reconocimiento y atracción que habían tenido hace mas de 6 años cuando se conocieron en la tienda de música seguía siendo la misma.

Ella lucia tan sorprendida como él, también había comprendido que estaban en la misma situación, que aún sentían lo mismo aunque contra vientos y mareas Rachel no lo reconocería, aún dolián las ultimas notas que Jesse le había enviado.

Pero, sin previo aviso Rachel comenzó a hablar:

-Veo que tuvo la oportunidad de tomar una ducha, enviaré sus ropas a la lavandería.

-Ya las enviaron parece, por que cuando salí de la ducha no había nada en mi cama solo una bata del hotel, Rachel puedo pedirte un favor

-Claro Teniente St.James digame

-Apreciaría si le pudieras pedir al Almirante Smith que enviará un uniforme mañana y quizás algunas medias y unos calzoncillos.

Rachel sintió que sus mejillas empezar a sonrojarse, por dios se dijo ella misma –que anda mal conigo?- Desde cuando la mensión de ropa interior masculina hacia que su rostro se volviera rojo como el de una colegiala, había crecido con dos padres hombres, asi que la ropa interior masculina era de lo mas normal para ella.
O quizás era el pensamiento y las rememoranzas de lo que ella ya conocía de Jesse en ropa interior, pero el pensarlo ahora con el cuerpo mas trabajado que tenía ahora era simplemente perturbador.

Por el destello de en sus ojos plateados, era claro que él aún era capaz de leer su mente.

Trato con cada fibra de su ser para mantener su vez fría y objetiva.

-No hay necesidad, su Majestad, un sastre llegará pronto y él le proveerá toda la ropa que necesitará para el curso de las próximas semanas.

-Wow como me llamaste??’

-Que vendrá un sastre a hacerle la rop…

-No no antes de eso

-Su Majestad…

-Ya he terminado aquí-dijo el peluquero- tiene que tener mucho cuidado con las extensiones * Nadar si, Ducha si, Pasar el peine por su cabello no, tiene que ser cuidadoso de peinar solo sobre y debajo de las extensiones, se giró hacia Rachel- Tiene mi tarjeta si me necesita nuevamente.

Rachel observó, esperando hasta que el peluquero hubo cerrado la puerta de la habitación detrás de él. Luego se volvió hacia Jesse.

-Su majestad-dijo nuevamente- Y su Alteza y Su excelencia, tiene que acostumbrarse a eso. Es la forma en que se van a dirigir a usted.

-¿Incluso Tú? –Jesse estaba completamente inmóvil con los brazos cruzados sobre su pecho.

Rachel cruzó la habitación para sentarse en uno de los sillones al lado de la ventana.

-Incluso yo-Rachel hizo un gesto para que se sentara frente a ella- Si pretendemos llevar a cabo esta farsa….

-Tienes razón- dijo Jesse sentándose –Tienes toda la razón, necesitamos meternos completamente en el papel o los terroristas olerán que algo no está bien, es solo que, después de años de ¡Hey tú! O ¡Tú hombre! A pasar “Su Majestad” es un poco desconcertante.

Jesse miraba detenidamente a Rachel sin decir nada, quería solamente mirarla, disfrutar de la maravillosa mujer en la que se había convertido, aunque sin desmerecer que aún tenía unos rasgos de la pequeña de la cual se había enamorado.
Ella se dio cuenta de que él la estaba mirando nuevamente de la manera en que parecía que sabía lo que estaba pensando.

De pronto sonó su teléfono y ella dijo –Por suerte-.

-Discúlpeme un momento por favor- de pusó de pie y camino hacia el otro extremo de la habitación.

-Hola- dijo ella volviendo a mirar a Jesse, éste se reclino en la silla y cerró los ojos.

Gracias a Dios, ya no podría desvestirla con la mirada y ahora él con los ojos cerrados ella no tenía que temer que la calidez que se extendia por su cuerpo ante su desenmascarado interés se notara de alguna forma.

El cielo la ayudará si este nuevo Jesse tenía la más ligera idea de que podía hacer que su corazón latiera más fuerte con una simple mirada, tal como siempre lo había logrado, y como ella de verdad no quería que sucediera nuevamente.

Tenía bastante de que preocuparse sin tener que luchar de lo que le pasaba en su cuerpo con cada mirada que le daba Jesse.

- El sastre ha llegado- dijo la voz del teléfono.

-Ok

-Puedo preguntar cuanto tardarán.

-Subiremos enseguida, por favor haga los arreglos para tener café disponible, y algo para comer, Rosquillas de Chocolate.

Colgó el teléfono y cruzó la habitación hacia Jesse, su cabeza estaba hacia atrás y sus ojos aun estaban cerrados. Estaba total y absolutamente dormido.
Rachel se sentó frente a él y se inclinó hacia delante, estudiando su rostro, seguía siendo el mismo, se había afeitado y de alguna forma estaba mucho mas guapo de la ultima vez que habían estado juntos. Su cabellos estaba hermoso, tal como cuando eran adolecentes.

Había algo en la postura de Jesse St.James, una rudeza, una definición, una honestidad que Tedric no tenía. Jesse tenia algo mucho mas varonil que el Príncipe, Rachel lo miraba y volvía a sentir que aún lo amaba.

Recordaba las cosas que le habían contado como era este nuevo Jesse, imaginarlo llevando un escuadrón de siete hombres profundamente bajo las líneas enemiga, pensaba, con bombas cayendo, nada menos. Imaginándolo tener el coraje y la confianza para arriesgar no solo su propia vida, sino otras seis vidas también.
Rachel pensó en los hombres que conocía, los hombres con los que solía trabajar. En resumen eran en su mayoría cobardes, jamás arriesgarían su vida por nada ni por nadie.

La mayoría de los hombres lucían más suaves, menos imponentes cuando estaban dormidos, pero no Jesse. Su cuerpo podía haber estado relajado, pero su mandíbula estaba fuertemente apretada, sus labios estirados en lo que era casi un gruñido. Debajo de los parpados sus ojos se movían bruscamente de un lado al otro.
Era extraño, muy extraño y fue aún más extraño cuando Rachel sin querer lanzó un pequeño suspiro, suave pero, suspiro.

Sin embargo, los ojos de Jesse se abrieron y se sentó recto. Estuvo instantáneamente alerta, sin una pizca de cansancio en su rostro perfecto.

Jesse miró a su alrededor y tomo un sorbo de la lata de refresco que estaba colocada sobra la mesita al lado del sillón.

Miró fijamente a Rachel como si no estuviera completamente dormido hace pocos segundos atrás -¿Es hora de ir al sastre?.

-¿Cómo haces eso?-preguntó.

-¿Qué cosa?

-Despertar con tanta lucidez.

Jesse parpadeo y luego sonrió claramente sorprendido por su interés. Sonrió hasta con los ojos.

Rachel se vio devolviéndole la sonrisa, hipnotizada por sus preciosos ojos plateados.

-Entrenamiento, Los Seals tomamos clases para estudiar patrones de sueño, aprendemos a tomar siestas donde podemos.

-¿En serio? –Jesse podía ver la diversión en sus ojos.

Había atracción en sus ojos, genuina atracción, la veía ahí cada vez que miraba en su dirección, no quería sentirse atraída por él-se dijo mil veces Rachel en su interior.

Mientras Jesse pensaba “maldita sea, soy un Navy Seals, no hay nadie mejor que yo, si ella quería ignorar lo que pasaba nuevamente entre ellos, que en cada instante el fuego entre ellos se encendía a cada momento.

Mientras pensaba sin querer volvió a mirarla y Rachel cruzó sus piernas, Jesse tuvo que apartar la mirada.

-Que mas pueden hacer los NavySeals?

-Tu pregúntalo cariño

Rachel lo miró fijamente

-Rachel, Rachel Corcoran, no Cariño, ni dulzura, no nena, solo Rachel, por favor absténgase de usar términos cariñosos.

Rachel se puso de pie, maletín en mano –Estoy segura que tiene un montón de hábitos que será un desafío romper, así que sugiero que no tengamos esperando al sastre ni un minuto más, tenemos bastante trabajo que hacer antes de poder dormir algo.

-Entonces como debo llamarte ¿Remmy?

Rachel levantó la mirada para encontrar un brillo de malicia en los ojos de Jesse, Remmy le decía cuando estaban jugando en la intimidad de su relación.

-Creo que Srta. Corcorán se verá bastante bien, así es como el príncipe se dirige a mi.

-Ya veo

-Continuamos?

.Oh, si por favor- dijo Jesse sobreactuando entusiasmo.

-Deje las ironias teniente, solo tenemos dos días para crear el milagro y usted esta gastando tiempo valioso en juegos inútiles.

-Pensé que me ibas a llamar su Majestad

-Dos días su Majestad.

-Dos días es pan comido Remmy, y he decidido que si soy príncipe puedo llamarte como quiera y quiero llamarte Remmy

-No ciertamente no lo hará

-Por que diablos no? Soy el príncipe, sabes elige te llamo Remmy o Dulzura, no me importa.

-Señor mio, es casi tan incorregible con Tedric

-Señor mio-penso Jesse- Sip puedes llamarme así, aunque prefiero Su Todopoderosa Grandeza. Hey mientras estoy haciendo decretos reales ¿Por qué no continuamos y le das el día libre a los siervos?

Jesse veía en la cara de Rachel que la estaba poniendo furiosa y haciéndola sufrir.

-Sabes Remmy esto van a ser una vacaciones para mi, Dos días de preparación serán como una caminata por el parque.

-Va a tener que reaprender completamente como caminar , hablar, pararse, comer y sentarse. Por no mencionar memorizar todos los nombres y rostros de los ayudantes y embajadores y oficiales gubernamentales que el príncipe conoce. Y no se olvide de todas las reglas y protocolos que tendrá que aprender, todas las costumbres y tradiciones Ustanzianas.

Jesse levantó los hombros- ¿Qué tan difícil puede ser? Dame un video de Tedric y media hora y pensarás que soy el mismo tipo. He ido a misiones mucho mas duras con mucho menos tiempo de preparación. Dos días, 48 horas son un lujo Remmy.

-Menos de 48 horas teniente además que debe dormir algo.

-¿Dormir? Jesse sonrió- Acabo de hacerlo.

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Disculpen chicas por demorarme en publicar, pero tuve una sequia literaria, pero estamos de vuelta con mas ganas que nunca..espero que les guste y espero sus somentarios

Que bueno que actualizaste Emy, ya me moría por saber que iba a pasar cuando Jesse y Rachel tuvieran oportunidad de hablarse.
Bueno si va ha ser difícil el trabajo de Rachel dado que Jesse no esta acostumbrado a los lujos y costumbres del príncipe.
Lo que me gusto fue la forma como buscaba desestabilizar a Rachel molestándola a la primera oportunidad que tenía :D
Si así es iniciando el proceso de transformación, ¿Cómo serán los siguientes dos días?

- Y nunca jamas abra la puerta usted mismo- dijo Rachel-siempre espere a alguien, un sirviente que lo haga por usted.

-¿Nunca?- tomando un sorbo de café sin quitarle los ojos de encima.

-Si estuviera con un rey o una reina podría abrir la puerta-apartando su mirada de la de Jesse- pero dudo que se cruce con semejante personaje en esta visita.

-Que hace Ted cuando esta completamente solo? Simplemente se queda allí hasta que el sirviente se presenta para abrirle la puerta. Eso debe de ser una verdadera lata.

Coloco la taza en la mesa, apoyo los codos en ésta y puso su mentón sobre sus manos.

-Su Alteza, un príncipe Uztanziano nunca descansa sus codos sobre la mesa.

Jesse sonrió y no se movió, solo la miraba, llevaban oda la noche trabajando y ni una vez la había dejado olvidarse de lo que fueron y lo que vivieron juntos, no con palabras sino con el simple hecho de mirarla y darse cuenta que ella recordaba tantas cosas como él.

Rachel apretó las manos cuidadosamente sobre sus notas

-Recuerde que no se llama excusado, no retrete no inodoro. Es cuarto de baño, ya pasamos por eso su Majestad.

-¿Qué tal si la llamo la pequeña habitación del príncipe?

Rachel sonrió a pesar de su creciente sentido de fatalidad, pero lo que mas le inquietaba era ¿Qué iba a hacer sobre el hecho de que este hombre al cual creía conocer, pero que ahora no tomaba nada en serio?.

Y para sentirse peor aún estaba tan cansada que estaba a punto de caer de agotamiento, mientras que él parecía listo para correr la maratón de New York.

-El nombre de mi madre es Maria, era una condesa italiana antes de conocer a mi padre. Mi padre es el Rey Derrick IV, su padre fue Derrick III- recitaba Jesse- Nací el 07 de Enero de 1981..Sabés, esto sería mucho más fácil para ambos si simplemente me das el archivo de este tipo y un Cd para poder ver de primera fuente la forma en que camina, se para y…

-Disculpe Teniente- Un agente de seguridad con el nombre de West estaba parado educadamente a su lado.- Ante el requerimiento del Almirante Smith, queremos juntarnos con usted para programar la visita y la estrategia para su protección, es decir si desea hacer alguna sugerencia.

-Malditamente seguro que haré miles de observaciones, su seguridad apesta, afortunadamente los terroristas se tomaron la noche libre, por que si no ya estaría muerto.

-La seguridad provista para esta visita de Estado ha sido de máximo nivel-Dijo West.

-Lo que estoy diciendo es que su llamada máximo no es lo bastante buena amigo, -de pronto miró a Rachel- ¿Qué dices de tomar una siesta Remmy, y nos volvemos a encontrar a las..?-Miró su reloj- ¿Qué tal a las mil cien horas?. Te doy dos horas.

-No gracias Su Alteza, me gustaría hacer un aporte en esa reunión, estoy segura de que el Almirante Smith no le importará si asisto.

-Como quieras-dijo Jesse encogiéndose de hombros.

-Los Príncipes no se encogen de hombros, Su Alteza.

Jesse iba junto a West por el pasillo y detrás de ellos Rachel, Jesse puso los ojos blancos.

-Y los Príncipes no ponen los ojos en blanco-volvió Rachel a atacarlo.

-Rayos-murmuró él.

-Tampoco maldicen, Su Majestad. Ni siquera esas palabras ligeramente groseras que creo que son muy usadas en el ejercito en lugar de decir las verdaderamente desegradables.

-Entonces no sabes nada Remmy-y la miró cerrándole un ojo.

-Claro que se.Hasta digo una gran variedad de esas palabritas desagradables en ocasiones.

Jesse rió- Eso no lo creeré hasta escucharlos con mis propios oídos.

-Bueno, pero no lo escuchará Su Majestad. No sería educado ni apropiado.

El zapato de tacón de Rachel se enganchó en una parte de la alfombra y tropezó ligeramente. Jesse la atrapó y sostuvo su brazo, deteniéndose para asegurarse de que ella había recuperado el equilibrio.

Jesse podía sentir la calidez de su piel, incluso a travez de su chaqueta, volver a sentirla era algo que no quería que sucediera, pero en ese momento no tenia la más mínima intención de soltarla, quería nuevamente sentirla sobre su piel.

Permanecieron así durante varios minutos, solo mirándose y sintiéndose.

Jesse estaba jugando con fuego, y lo sabía, pero diablos era su Rachel Berry, aunque él estaba acostumbrado a manejar materiales que podían hacer estallar por los aires en cualquier momento, sentía que Rachel, volver a estar junto a ella, era aún mas peligroso que eso.

Rachel bajo la mirada a la mano de Jesse que aún estaba sobre su brazo y levantó sus ojos marrones hacia los de él.

-Estoy bastante bien, Su Alteza Real- lo dijo de una manera tan inglesa.

-Estas más cansada que el diablo, ve a dormir

-Lo crea o no tengo información de importancia para agregar a esta reunión de planeamiento. Verdaderamente apreciaría que me soltara para que podamos continuar Su Majestad.

-Espera-dijo Jesse-No me digas. Un príncipe nunca ofrece ayuda ¿es eso?. Un príncipe deja que una dama caiga sobre su rostro ¿correcto?

-Un príncipe no saca ventaja de la desgracia de una dama. Me ayudó, Gracias, Ahora suélteme por favor Su Excelencia.

Jesse rió, La mano de él se apretó sobre el brazo y la atrajo aún más cerca, de modo que sus narices casi se tocaron , de modo que Rachel pudo sentir el calor de su cuerpo a través de la fina camisa de algodón .

-Remmy, si piensas que esto es sacar ventaja, es que hace mucho tiempo nadie ha sacado ventaja de ti-bajó la voz y acerco su boca hasta el oído de Rachel- si quieres te mostraré la diferencia . Con mucho placer…tu ya sabes.

Ella podía sentir la calidez de su aliento sobre su cuello mientras él esperaba que reaccionara, que se molestará, que gritara, o que se alejara de él.

Pero en todo lo que podía pensar era cuan delicioso olía, aún lo recordaba.

Jesse pensaba-¿Qué haría? Si ella movía su cabeza en una fracción de segundo a la derecha y presionaba su mejilla contra la aspereza de su barbilla, o si ella le susurraba al oído.

Mientras pensaba Rachel reaccionó

-Uno pensaría que un Navy Seal estaría consiente de los peligros de permanecer demasiado tiempo en un corredor público, considerando que alguien allí afuera quieren muerto a Tedric-dijo fríamente.

Jesse solo rió

-No lo sé Remmy, suenas tan… apropiada, pero no creo que realmente lo seas,. Creo que todo esto es una actuación, aún recuerdo que eras la Reina del Drama, pero sabes creo que cuando llegas a casa te quitas tu mascara de Margaret Thatcher y te suelas el cabello, te pones un pequeño traje de lentejuelas con zapatos de tacón alto y bailas salsa en algún club latino hasta el amanecer.

Rachel se cruzó de brazos y repondio:

-Olvida a mi gigoló, recojo a mi actual gigoló y luego bailo salsa hasta el amanecer.

-Dejame saber cuando tu actual gigoló se aburra de ti, adoraría tomar su puesto.
Estaba mortalmente serio Jesse en esos momentos, Rachel se volvió a mirarlo ella también tomando una seria postura.

-Mejor no tengamos al Almirante Smith esperando

-Maldición, volvió Margaret Thatcher-

-Siento decepcionarlo, pero nunca se fue.

Y entraron a la sala de conferencias

-St. Mary, aquí mismo en Washintong-dijo Rachel desde su asiento al lado de Jesse en una gran mesa de conferencias

-Es innecesario-dijo el asesor del príncipe Kevin Lagton.

-No estoy de acuerdo- dijo Rachel suave pero firme.

-Mira Remmy- dijo el senador Evans y Rachel cerró brevemente los ojos en señal de hastío, Jesse los tenía a todos diciéndole así- Quizas no entiendes esto querida, pero el Hospital St.Mary no nos sirve de nada. El edificio es demasiado pequeño, demasiado bien protegido y demasiado difícil de penetrar por los asesinos. Además no es un evento público. Los asesino quieren cobertura periodística. Van a querer asegurarse de que millones dde personas los están mirando cuando matan al príncipe. Además, no hay un área clara donde hacer blanco entrando y saliendo de la estructura. Es una pérdida de tiempo.

-Esta visita ha estado programada desde hace meses-dijo Rachel- Ha estado en el programa desde que la secretaria de prensa Ustaniana anunció la vista del príncipe Tedric a América. Pienso que podemos tomar una hora de un día para cumplir una promesa que el príncipe hizo Henri, el embajador Ustanziano en los EE.UU., se movió en su asiento-Seguramente el príncipe Tedric puede visitar este St. Mary al final de la visita, después del crucero a Alaska, en su camino de regreso a casa.

-Sería demasiado tarde –dijo Rachel.

-¿Crucero?- dijo Jesse- Si los asesinos no han sido atrapados antes de lo que el crucero a Alaska está programado, no hay forma en el infierno que se convertirá subir a ese bote del amor. Un crucero esta demasiado aislado. Es un blanco natural y nunca falla los Tangos.

Todos se quedaron mirando pensando en los Tangos.

-_Tangos-dijo Jesse- T´s Terroristas. Los chicos malos con armas.

Ahhh, hubo por fin entendimiento entre todos.

-A menos, por supuesto que estemos preparados y esperando por ellos, y quizás no sea tan mala la idea. Reemplacen al personal y pasajeros del barco con escuadrones SEals y …

-De ninguna manera-dijo Lagton- Seguridad esta manejando esto. No es una operación militar. Los SEals no tienen cabida en ella.

-Terroristas están involucrados –dijo Jesse- El equipo SEAL 10 tiene extenso entrenamiento antiterrostista. Mis hombres están preparados para la…

-La guerra- termino Lagton- Ellos están entrenados para la guerra, y esto no es una guerra.

Jesse tomo el teléfono de la mesa y dijo irónicamente:

-Mejor llamas a los terroristas y diles que esto no es una guerra, por que te lo puedo asegurar por el mismísimo diablo que ellos creen que lo es.

-Por favor –interrumpio Rachel- Antes de ontinuar, podemos ponernos de acuerdo a la visita al St. Mary Hospital.

Rachel trato de mantener las cosas tranquilas por que ya conocía lo mal humorado de Jesse y pensaba que en cualquier momento se matarían con la mirada entre él y Lagton.

-Sobre el crucero a Alaska- volvió Jesse- mantengamoslo fuera de la agenda pública. No queremos que los Tangos elijan esa oportunidad. Queremos que ataquen temprano. Pero aún así podemos empezar con los arreglos para que los SEals..

-Nada de SEals-dijo Lagton nuevamente.

-Quieres muchos heridos graves, mucha sangre, ese es tu objetivo.

-Por supuesto que no, nada de Seals, los de seguridad se harán cargo de todo y punto- golpeando fuertemente la mesa

Jesse se levantó de su puesto- Deberian empezar entonces aquí mismo en el hotel, por que si quieres que la suite real este segura, estas escaso de personal. ¿Qué clase de seguridad tienes, con una puerta del balcón cerrada?

-Estas en el decimo piso-dijo Lagton

-Los terroristas a veces saben escalar…

-Puedo asegurarle que es bastante seguro

-Y yo ´puedo asegurarte que no, en cualquier momento me van a matar, soy un blanco fácil.

-Puedo entender tu preocupación

-Entonces no tendrá ninguna objeción en traer al resto de mi equipo aquí. Y de verdad me sentiría mucho mejor así.

-No, absolutamente no, No lo permitiré.

-Entonces voy a estar paseándome por ahí vistiendo un enorme blanco en mi pecho, quiero a mis propios muchachos cerca, cubriéndome la espalda, te lo dijo ahora ellos no se meterán en el terreno de tus muchachos.

-No, yo estoy a cargo de la seguridad y digo que, la reunión ha terminado.

Y Lagton se retiró de la sala de conferencias, Jesse se dio vuelta y encontró los ojos marrones de Rachel mirándolo admirada.

-Supongo que tendremos que hacer esto de la forma difícil.

-Diagame que tienen los SEals quue hace que Kevin se enfade tanto, Su Majestad, Por que no quiere su escuadron Alfa.

-Por que muy en su interior sabe que mis muchahcos son mil veces mejores que los suyos.

Ya se encontraban nuevamente instalados en la suite del príncipe.

- Mira Remmy te explicaré lo que pasa, mira mi vida esta aquí y los tipos malos no son locos con armas son profesionales. Diodado dirige una organización militar de elite. Es un oponente admirable, podrá pasar por la seguridad sin parpadear. Pero nunca lo lograran si esta aquí el escudrón Alfa de los Seals. Los quiero aquí ya que el resultado que queremos es que permanezca con vida ¿Me sigues?.
Rachel movió la cabeza en señal de aprobación y se sentó, estaba tan comodo es sillón que sentía que los ojos se le cerraban.

-Quizas deberíamos tomar un descanso, se te cierran los ojos solos

- No hay tiempo, hay mas cosas que necesitas aprender. La historia de Uztanzia. Los nombres de los oficiales Ustanzianos- saco un archivo de su maletín y lo abrió sobre la mesa- Tengo 57 fotos de gente con la que tendrá contacto Su Alteza. Necesito que los memorice…si solo hubiera otra forma de hacerlo

-Audifonos

-Perdón?

-Me pongo un audifono oculto y tu tienes un micrófono. Colocamos una cámara para que puedas ver y escuchar todo lo que estoy haciendo mientras estás a una distancia segura. Entonces cuando aparezca alguien a saludarme, me dices su nombre y titulo y la información necesaria.

-Pero debe aprendérselas todas, son gente muy cercana al príncipe.

-No tengo tiempo para memorizar rostros y nombres. Con el equipo de alta tenologia al que tenemos acceso..

-¿Usted no tiene tiempo? Todos nos estamos quedando sin tiempo Teniente. Es mi tarea prepararlo déjeme decir para lo que no hay tiempo

-Mira Remmy sin ofender, pero estoy acostumbrado a prepararme para una operación a mi propia velocidad. Aprecio todo lo que estas haciendo, pero con toda honestidad, pero la forma en la que Ted camina y habla es la menor de mis preocupaciones.

Tengo esta cosa de la seguridad y…

-Ese es el trabajo de Kevin, no el suyo

-Pero, es mi trasero el que está en la mira

-Pero si no luce y actua lo sufiente parecido a Tedric, esta operación tampoco va a ocurrir.

-Dame un Cd, donde salga este tipo y te prometo..no mejor te lo juro que luciré y actuaré exactamente como él

-Detalles, como aprenderá los detalles, asumiendo por supuesto que es capaz de milagrosamente transformarse en la realeza europea simplemente viendo un video.
-Escribelo, retengo mejor la información escrita de todos modos.

Sonó el teléfono y West contetó

-Teniente es para usted

Jesse fue hasta el teléfono y contestó

-Holas aquí St.James, Mac..Grandioso, gracias por llamarme ¿Qué dice de traer al escuadrón Alfa aquí?. Su seguridad es relajada señor. Maldición lo sabe tan bien como yo……. Tenía la esperanza de no tener que hacerlo.

Jesse levantó la vista para ver a Rachel a los ojos, ella desvió la vista avergonzada de estar escuchando .

-Antes de que se vaya señor…Necesito otro favor necesito que me envíen unos Cd del príncipe a mi habitación tan pronto como sea posible.

Rachel levantó la vista y miro directamente a Jesse a los ojos

-Gracias Almirante- y colgó el teléfono

El comenzó a caminar rumbo a la puerta de entrada y justo en ese momento Rachel iba a hablar y Jesse le respondió:

-Hay una reunión de seguridad en estos momentos, sobre las ubicaciones en Washington, necesito estar allí.

-Pero…

-¿Por qué no tomas una siesta- Miró su reloj eran las 2 de la tarde- nos encontramos aquí a las nueve en punto.

-No, es demasiado tarde, puedo darle una hora de descanso, pero..

-Esta sesión es importante . Habra terminado como a las 7 y necesitare 2 horas extras.

-Lagton ni siquiera lo quiere allí, pasarán toda la tarde discutiendo.

-Malditamente cierto voy a discutir.

Jesse estaba con la mano en la puerta y los de seguridad detrás de él. Se giró y miró a Rachel nuevamente.

-Pon los detalles de lo que estabas hablando por escrito, te veré en una horas

Rachel se levantó furiosa y frustada, pero total y absolutamente cansada.

-Se supone que esta trabajando conmigo, no puede simplemente irse..

Pero Jesse ya había cerrado la puerta…


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espero que les guste esta nueva faceta de mi Jesse, ahora mas ironico que nunca, espero sus comentarios

Me encanto la actitud tan rebelde y sarcástica de Jesse, mientras la pobre Rachel se esfuerza por tenerlo listo.
Ese momento que estuvieron muy cerca Ahhhh yo pensé que Jesse no iba dejar pasar la oportunidad de decirle algo, pero la parecer esta más entretenido sacándola de quicio :D
Me pregunto si logrará Jesse adoptar las posturas del príncipe Tedric???
Espero tu siguiente capítulo.

Amiga sorry por no haber pasado antes es que no vi que ya habias publicado pero estos ultimos capitulos me han encantado

por Dios Jesse regreso son todo y me encanta y mipobre Pero decidida Rachel

Espero deseosa actualizacion