[Resuelto]Fic La Verdad de Jesse (St. Berry) Capítulo 40 (parte 2 y final)Mi verdadero príncipe

me encanto tu fic ya lo lei hasta el cap 24 y me gustaria seguirlo leyendo ya no aguanto la intriga de no saber q pasa con jesse . espero con muchas ansias tu actualizasion . sos una muy buena escritora :flower: :farao: :bounce: :P 8)

Rache despertó de su siesta a las siete y media, aún agotada pero demasiado preocupada para dormir. ¿Cómo iba Jesse a aprender a actuar como el Príncipe Tedric si no le daba nada de tiempo para enseñarle apropiadamente?

Había hecho listas y más listas de detalles e información que Jesse no tenía forma de saber –como por ejemplo que el príncipe era diestro. Eso normalmente no era un problema, excepto que había notado que Jesse era zurdo. Había escrito información trivial como el hecho de que Tedric siempre giraba el anillo de sello que tenía en la mano derecha cuando estaba pensando.

Rachel se levantó de la mesa y empezó a pasear, alternativamente preocupada, frustrada y furiosa con Jesse. ¿A quién diablos le importaba realmente lo que Tedric hacía con sus joyas? ¿Quién, en verdad, lo notaría? ¿Y por que estaba haciendo listas de detalles cuando las cosas básicas como la forma de caminar y la postura erguida de Tedric estaban siendo ignoradas?

Inquieta, Rachel revolvió la ropa en su maleta, buscando un par de pantalones cortos de ciclista y su sujetador deportivo. Era hora de intentar liberar algo de esta energía nerviosa. Escarbó más y encontró su cd de su música favorita. Sonriendo sobriamente, cruzó hacia el costoso equipo de música empotrado en la pared y puso el Cd en el equipo de música. Apretó Play y la música salió. Ajustó el volumen.

La cinta contenía una variada colección de sus canciones favoritas –ruidosas, rápidas canciones con ritmos pulsantes. Era buena música, música familiar, ruidosa.
Sus zapatillas de deporte estaban en el suelo del armario cerca del cuarto de baño. Mientras Rachel se sentaba en el piso para deslizarlas en sus pies y atarlas apretadamente, dejó que la música la invadiera. Ya se sentía mejor.

Se puso de pie y fue al centro de la sala de estar, empujando los muebles hacia atrás y lejos del centro, despejando el suelo, dándose algo de espacio para moverse.
Con los muebles fuera del camino, Rachel empezó lentamente a estirar sus cansados músculos. Cuando hubo precalentado apropiadamente, cerró sus ojos y dejó que la música la abrazara.

Y entonces empezó a bailar.

A mitad del Cd, le llegó –la respuesta a su frustración e impotente furia. Había sido contratada para enseñarle a Jesse a actuar como el príncipe. Con su cooperación, la tarea era formidable. Sin su cooperación, era imposible. Si él fallaba en cooperar, tendría que amenazar con renunciar.

Si, eso era exactamente lo que tenía que hacer. A las nueve en punto, cuando bajara al vestíbulo de la suite real, marcharía directo hacia Jesse y lo miraría a los ojos y…

Un hombre vestido completamente de negro estaba parado justo a la entrada de su balcón, reclinando contra la pared, observándola bailar.

Rachel saltó hacia atrás, su cuerpo reaccionando a la inesperada presencia de un gran intruso antes de que su cerebro registrara el hecho de que era Jesse St.James.
Con el corazón golpeando con fuerza, el pecho pesado, intentó recuperar el aliento mientras lo miraba con fijeza. ¿Cómo en el nombre de Dios había llegado Jesse a su habitación?

Jesse la miraba con fijeza, también, atrapado en el color caramelo de los ojos de Rachel mientras la música palpitaba a su alrededor. Ella parecía atemorizada, como un animal salvaje, inseguro de permanecer inmóvil o huir.

Volviéndose repentinamente, ella fue hacia el equipo y apagó la música. El silencio fue abrupto y crispante.

Sus rizos castaños se balancearon y rebotaron en sus hombros cuando se volvió rápidamente para mirarlo otra vez. “¿Qué está haciendo aquí?” preguntó.
“Demostrando un punto,” replicó él. Su voz sonó tensa y ronca para sus propios oídos. No había ningún misterio de a qué se debía eso. Verla así había hecho que su presión sanguínea se elevara, junto con otras cosas.

“No entiendo,” dijo ella, sus ojos estrechándose mientras estudiaba su rostro, buscando una respuesta. “¿Cómo entró? Mi puerta está cerrada.”

Jesse hizo un gesto hacia las puertas corredizas que llevaban al balcón. “No, no lo estaba. De hecho, estaba abierto. Noche cálida. Si respiras profundamente, puedes casi oler los cerezos en flor.”

Rachel lo estaba mirando con fijeza, luchando para reconciliar sus palabras con la verdad como ella la conocía. Esta habitación estaba en el décimo piso. Diez pisos, muy lejos del suelo. Los visitantes no iban simplemente paseando por las puertas del balcón.

Jesse no pudo evitar que su mirada se deslizara por su cuerpo. Hombre, si que era un paquete sexy. En esos ajustados pantalones cortos con patrones púrpura y turquesa y ese estrecho top negro de carrera que exponía un firme y cremoso estómago, con todos esos hermosos rizos castaños sueltos alrededor de sus pálidos hombros, lucía positivamente erótica.

Y, Dios, la forma en que había estado bailando cuando él acababa de trepar al balcón había exudado cruda sensualidad, había olvidado lo bien que simpre había bailado Rachel, por que mayoritariamente cuando estaban juntos lo que siempre hacían era cantar, lo ultimo que habían bailado fue un tema lento cuando estuvieron en el bote cuando Bryan se había comprometido.

Ella aún estaba respirando con dificultad por la danza. O quizás –y más probablemente– estaba respirando con dificultad por la repentina impresión que le había causado. Ya había estado parado ante la puerta de su balcón durante cerca de diez minutos antes de que ella levantara la vista. No había tenido ninguna prisa en interrumpir. Podría haberse quedado allí, bastante felizmente, y observarla bailar toda la noche.

Rachel dio un paso hacia atrás, lejos de él, como si pudiera ver cada uno de sus pensamientos en sus ojos. Los ojos de ella estaban muy agrandados e increíble, brillantemente cafés. “¿Entró… desde el balcón?”

Jesse asintió y extendió algo hacia ella. Era una flor, comprendió Rachel. Estaba sosteniendo un bastante deslucido y magullado pensamiento púrpura y dorado, sus pétalos cerrados para la noche. Había visto flores como esa creciendo en arrietes en el exterior del hotel.

“Primero bajé hasta el suelo y tomé esto,” dijo Jesse, su voz ronca suave y seductora, cálidamente íntima. “Es prueba de que estuve realmente allí.”
Aún sostenía la flor extendida hacia ella, pero Rachel no se podía mover, su mente apenas registrando las palabras que él decía. Tenía una cinta negra sobre la frente, manteniendo su largo cabello en su lugar. Vestía pantalones negros y un suéter negro de mangas largas y cuello alto, con alguna clase de chaleco sobre él, incluso a pesar de que la noche de primavera era bastante cálida. Aunque pareciera mentira, sus pies estaban descalzos. No estaba sonriendo, y su rostro parecía impenetrable. Y peligroso. Muy, muy peligroso.

Rachel lo miró, el corazón en la garganta. Cuando él se acercó y presionó la flor en su mano, fue atraída dentro de las profundidades de sus ojos. El fuego que vio allí se convirtió en lava líquida. Y entonces lo que él quiso decir tuvo sentido.
¿Había bajado trepando al suelo? ¿Y de regreso arriba otra vez? ¿Diez pisos?
“¿Trepó por el exterior del hotel y nadie lo detuvo?” Rachel bajó la mirada a la flor, esperando que él no notara el temblor en su voz.

Él cruzó hacia las puertas corredizas y cerró las cortinas. ¿Era eso por el bien de la seguridad, o por privacidad? Rachel se preguntó mientras se alejaba. Tenía miedo de que él pudiera ver su alegría haciendo eco en sus ojos.

¿Qué estaba mal en ella? Es cierto, Jesse St.James. era escandalosamente apuesto. Pero a pesar de sus obvios atributos físicos, era rudo, sin tacto, e irrespetuoso, áspero en sus modales y apariencia. De hecho, estaba tan lejos de ser un príncipe como cualquier hombre que alguna vez hubiera conocido.

Apenas habían intercambiado una conversación educada. Lo que mas quería era no tener tiempo para revivir las cosas del pasado, pero todo lo que hacían era pelear.
“Nadie me vio trepando hacia arriba o abajo,” dijo Jesse, su voz rodeándola como suave, rico terciopelo. “No hay guardias apostados en este lado del edificio. Los agentes Seguridad no ven el balcón por lo que es –una puerta trasera. Una accesible y obvia puerta trasera.”

“Está tan lejos del suelo,” contestó ella en incredulidad.

“Fue una escalada fácil. Menos de una hora.”

Menos de una hora. Esto era lo que había estado haciendo con su tiempo, comprendió Rachel de repente. Debería haber estado trabajando con ella, aprendiendo cómo actuar como Tedric, y en cambio estaba escalando arriba y abajo del exterior del hotel como algún superhéroe en desgracia.

Jesse dio un paso adelante, cerrando el pequeño espacio entre ellos. La urgencia de tocar su cabello, de rozar la suavidad de su mejilla con su nudillo, era abrumadora.
Este no era el escenario que había imaginado cuando había escalado el costado del hotel y llegado a su balcón. Había esperado encontrar a Rachel trabajando duro, garabateando furiosamente en el bloc legal que siempre llevaba, o tipeando frenéticamente en su computadora portátil. Había esperado que estuviera vistiendo algo que ocultara sus curvas y disimulara su feminidad. Había esperado que su cabello estuviera recogido. Había esperado que lo mirara, jadeando en atemorizada sorpresa, cuando él entrara a la habitación.

Y, si, había esperado que estuviera impresionada cuando le dijera que había escalado el costado del hotel para probar que la seguridad del sistema de Seguridad apestaba.

En cambio, finalmente pasada la impresión inicial de verlo allí, Rachel cruzó los brazos sobre su pecho y lo miró con furia. “No puedo creerlo,” dijo. “¿Se supone que tengo que estar enseñándole como engañar a todo el condenado mundo para que piensen que es el Príncipe Tedric y usted está fuera jugando juegos de comando y trepando diez pisos de este hotel?”

“No soy un comando, soy un SEAL,” dijo Jesse, sintiendo su propio temperamento elevarse. “Hay una diferencia. Y no estoy jugando juegos. La seguridad del equipo de Seguridad apesta.”

“El Presidente de los Estados Unidos no ha tenido ningún reparo acerca de la habilidad de Seguridad para protegerlo,” dijo Rachel aterciopeladamente.

“El Presidente de los Estados Unidos es seguido por quince Finks, listos para saltar a la línea de fuego y tomar la bala por él de ser necesario,” rebatió Jesse. Se alejó, sacando la cinta de su frente y pasando sus dedos por su cabello empapado en sudor. “Mira, Remmy, no vine aquí a pelear contigo.”

“¿Se supone que eso es una disculpa?”

No lo era, y ella lo sabía tan bien como él. “No.”

Rachel rió con incredulidad ante su brusca franqueza. “No,” repitió ella. “Por supuesto que no. Tonta de mí. ¿En qué estaría pensando?”

“No puedo disculparme,” dijo Jesse tensamente. “Porque no he hecho nada malo.

“Ha perdido tiempo,” le dijo Rachel. “Mi tiempo. Quizás no lo entienda, pero ahora tenemos menos de veinticuatro horas para hacer que esta farsa funcione.

“Soy bien consciente del tiempo que nos queda,” dijo Jesse. “He mirado esos videos que el Almirante me envió. Esto no va a ser difícil. De hecho, va a ser pan comido. Puedo hacerme pasar por el príncipe, no es problema. Vas a tener que relajarte y confiar en mí.” Giró y recogió el teléfono de una de las mesas que Rachel había empujado a un lado para despejar el suelo de la sala de estar. “Necesito que hagas una llamada telefónica por mi, ¿está bien?

Rachel tomó el receptor de su mano y colgó el teléfono. “No,” dijo ella, heladamente. “Necesito que deje de ser tan condenadamente condescendiente, que deje de palmearme la mano y decirme que me relaje. Necesito que me tome seriamente por un maldito minuto.”

Jesse rió. No lo pudo evitar. Ella estaba ahí parada, luciendo como alguna especie de caliente sueño empaña ventanas, y aún sonando, incluso furiosa, como si estuviera tratando de congelarlo hasta la muerte.

“Ah, encuentra esto divertido, ¿verdad?” Sus ojos eran dos focos de lava hirviendo.

“Le aseguro, Teniente, no puede hacer esto sin mi, y estoy muy cerca de salir por esa condenada puerta.”

Estaba más molesta que el infierno, y Jesse sabía que la única cosa que no debería hacer era seguir riendo. Pero maldita sea si podía detenerse. “Remmy,” dijo, pretendiendo que estaba tosiendo en lugar de riendo. Aún así, no pudo ocultar su sonrisa. “Remmy, Remmy, sí te tomo seriamente, cariño. En serio.

Tenía las manos sobre sus caderas ahora, la boca ligeramente abierta con incredulidad. “¡Es semejante… semejante imbécil!” dijo ella. “¿Dígame, es su verdadera intención… embrollar esto tan magníficamente que no tenga que colocarse a si mismo en peligro al hacerse pasar por el príncipe?

La sonrisa de Jesse se borró instantáneamente de su rostro, y Rachel supo con mortífera certeza que había ido demasiado lejos.

Él dio un paso hacia ella, y ella dio un paso atrás, lejos de él. Era mas alto que ella, muy ancho, y estaba muy furioso.

“Me presenté como voluntario para este trabajo, nena,” le dijo él, mordiendo cada palabra. “No estoy aquí por mi salud, o por un cheque, o por fama y fortuna o lo que diablos sea por lo que tú estas aquí. Y seguro como el diablo que no estoy aquí para ser alguna especie de pésimo mártir. Si termino recibiendo una bala que era para el Príncipe Tedric, va a ser a pesar del hecho de que he hecho todo lo humanamente posible para prevenirlo. No porque una agencia burócrata como Seguridad dejó caer la bola en los procedimientos de estándares de seguridad hace años.

Rachel quedó en silencio. ¿Qué podía decir? Él tenía razón. Si la seguridad no era lo suficientemente estricta, bien podía ser asesinado. No podía culparlo por querer estar seguro de su propia seguridad. Y no quería sentir esta extraña sacudida de miedo y preocupación que sentía, pensando en todas las oportunidades que los terroristas tendrían para entrenar a sus tiradores con la cabeza de Jesse. Era valiente por haberse presentado voluntario para esta misión –especialmente porque ella sabía que no tenía ningún cariño por Tedric Cortere. No debería haber implicado otra cosa.

“Lo siento,” murmuró Rachel. Bajó la mirada a la alfombra, incapaz de encontrar sus ojos.

“Y en cuanto a tomarte en serio…” Jesse estiró una mano y con un dedo debajo de su barbilla, levantó su cabeza para forzarla a mirarlo a los ojos. “Estas equivocada. Te tomo muy en serio.”

La conexión estaba allí entre ellos –instantánea y como antes. La mirada en los ojos de Jesse era hechizante. Borraba todo, todo entre ellos –todas las palabras furiosas y desconfianza, toda la frustración y malos entendidos– y dejaba solo esta básica, casi primitiva atracción, la más simple de las ecuaciones. Dos personas que se habían amado de la forma mas bella en la que podián recordar los dos.
Sería tan fácil volver a besarlo, pero Rachel aún no olvidaba las palabras de la ultima nota que le había llegado.

Rachel estaría avergonzada de haber intimado con un hombre que conocía a la perfección. Jesse sin dudas estaría pensando lo mismo.

Y habrían perdido otra hora o dos más de su precioso tiempo de preparación.
Jesse estaba obviamente pensando exactamente en lo mismo. Pasó su pulgar ligeramente sobre los labios de ella. “¿Qué piensas, Remmy?” preguntó, su voz ronca. “¿Crees que podríamos detenernos después de solo un beso?

Rachel se alejó, su corazón latiendo incluso más fuerte. Si la besaba, estaría perdida. “No sea tonto,” dijo, esforzándose para evitar que su voz temblara.
Ella se volvió para enfrentarlo con una bravuconería que no sentía. “¿Cuando?” no contenga el aliento, Teniente, porque no va a suceder.

Él le dirigió una muy pequeña, muy exasperante sonrisa y dejó que sus ojos vagaran por su cuerpo. “Si, va a suceder.

“¿Alguna vez escuchó la expresión ‘cuando el infierno se congele’?” preguntó Rachel dulcemente. Cruzó la habitación hacia su maleta, encontró una remera y se la pasó por la cabeza. Aún estaba transpirando y todavía tenía demasiado calor, pero habría hecho casi malditamente cualquier cosa para cubrirse del calor de su mirada.
Él recogió el teléfono otra vez. “Mira, Remmy, necesito que llames a mi habitación y pidas hablar conmigo.

“Pero no está allí.

“Ese es el punto,” dijo. “Los chicos de Seguridad piensan que estoy tomando una siesta, acurrucado acogedoramente en mi cama. Es hora de sacudirlos.

Con cuidado de mantener su distancia, con cuidado de no dejar que sus dedos se tocaran, Rachel tomó el teléfono de manos de Jesse y marcó el número de la suite real. West atendió.

“Es la señorita Corcorán,” dijo ella. “Necesito hablar con el Teniente St.James..

“Lo siento, señora”, replicó West. “Está dormido.

“Esto es urgente, Sr. West,” dijo ella, levantando la vista hacia Jesse, quién asintió alentadoramente. “Por favor, despiértelo.

“Espere.

Hubo silencio al otro lado de la línea, y luego gritos, como a la distancia. Rachel encontró los ojos de Jesse nuevamente. “Creo que están sacudidos,” dijo.
“Cuelga,” dijo él, y ella dejó caer el receptor en su lugar.

Él recogió el teléfono entonces, y marcó. “¿Tienes un par de pantalones o jeans para ponerte sobre esos pantalones cortos?” le preguntó a Rachel.

“Si,” dijo. “¿Por qué?

“Porque en unos treinta segundos, cincuenta agentes Seguridad van a estar golpeando tu puerta –¿Hola? Si. Kevin Lagton, por favor.” Jesse cubrió el receptor con su mano y miró a Rachel quien permanecía de pie, mirándolo fijamente. “Mejor apresúrate.” Sacó la mano del receptor. “Si, aún estoy aquí.

Rachel fue por su maleta, sacando de un tirón el único par de jeans azules que había empacado para este viaje.

“¿Lo está?” escuchó a Jesse diciendo al teléfono. “Bueno, quizás debería interrumpirlo.

Ella se sacó las zapatillas de una patada y se puso los jeans, metiendo una pierna a la vez.

“¿Por qué no le dice que Jesse St.James. está en la línea? St.James.” Suspiró con exasperación. “Simplemente dígale Jesse St.James, ¿está bien? El sabrá quien soy.”
Rachel subió los jeans sobre sus caderas, consciente de que Jesse la estaba observando vestirse. Abotonó la cintura y subió el cierre, sin atreverse a mirar en su dirección. Cuando te bese… No si, cuando. Como si su unión íntima ya fuera un hecho… irrefutable y destinado a tener lugar.

“Holas, Lagton,” dijo Jesse al teléfono. “¿Cómo te está yendo, amigo?” Rió. “Sip, pensé en darte una demostración de primera mano, e identificar los puntos débiles de la seguridad de tu equipo. ¿Qué te parece hasta ahora?” Alejó el receptor de su oído. “¿Así de bien, eh? Sip, fuí por una caminata a los jardines.” Encontró los ojos de Rachel y sonrió, claramente divertido. “Sip, me sentí atraído por la belleza de las flores, así que traje una conmigo a la habitación de la señorita Corcorán para compartirla con ella, y…

Él miró el receptor, repentinamente muerto en sus manos, y luego a Rachel.
“Supongo que están en camino,” dijo.

Amiga adoro a este Jesse desafiante, que saca de quicio a Rachel. Ademas que se siente la tensión que existe entre ellos.
Me pregunto que pasara cuando Jesse ya tenga que actuar como el príncipe.
Por cierto que buena estrategia para hacerse escuchar y que se den cuenta que la seguridad era pésima. :D
Espero el siguiente capitulo.

me encanta tu fic . me alegro q hayas actualizado porq sino m hubiera quedado con las ganas de saber q paso :bounce: :D :P :cheers: :flower:

Amiga me encanto el capitulo no dejo de imaginarme esa exasperante pero preciosa sonrisa de mi jesse

que bien que se dio a entender y de verdad son el uno para el otro

espero actualizacion

no me llego la notificacion de que habias actualizado, aunq igual me alegra un poco por q pude leer varios capitulosde una xD
es como raro siento q ninguno de los dos son los mismo de al principio de la historia es como si fuera otro fic xD, peo soy feliz por q porfin esta juntos denuevo osea no romanticamente pero estan juntos :D

Elizabeth Gonzales escribió:Amiga adoro a este Jesse desafiante, que saca de quicio a Rachel. Ademas que se siente la tensión que existe entre ellos.
Me pregunto que pasara cuando Jesse ya tenga que actuar como el príncipe.
Por cierto que buena estrategia para hacerse escuchar y que se den cuenta que la seguridad era pésima. :D
Espero el siguiente capitulo.

Jesse cambió totalmente desde que se entrenó y ya no es el mismo chico que estaba en el comienzo, es arrogante y aún mantendrá esa escensia de superioridad que lo caracteriza, Gracias amiga por leer.

vane lujan escribió:me encanta tu fic . me alegro q hayas actualizado porq sino m hubiera quedado con las ganas de saber q paso :bounce: :D :P :cheers: :flower:

Vane Querida: trataré de actualizar cada lunes, hay veces que me puedo demorar un poquito mas, pero siempre tratando de que la historia se mantenga entretenida, muchas gracias por leerlo, por que lo hago con muchas ganas de que te guste.

Tatislutz* escribió:Amiga me encanto el capitulo no dejo de imaginarme esa exasperante pero preciosa sonrisa de mi jesse

que bien que se dio a entender y de verdad son el uno para el otro

espero actualizacion

Gracias amiga por seguir el fic, se que habido varios cambios, pero la escencia de nuestro amado Jesse y lo prolija de nuestra Rachel se mantendrá y vienen muchas sorpresas mas...

la.dori escribió:no me llego la notificacion de que habias actualizado, aunq igual me alegra un poco por q pude leer varios capitulosde una xD
es como raro siento q ninguno de los dos son los mismo de al principio de la historia es como si fuera otro fic xD, peo soy feliz por q porfin esta juntos denuevo osea no romanticamente pero estan juntos :D

Dori querida de eso se trata por que ellos ya estan mas grandes y ya no son los chicos del colegio, ademas que con el entrenamiento de Jesse y con la rabia contenida que tiene hace mucho tiempo, por lo mismo a cambiado, espero que te siga gustando por que este Jesse es completamente nuevo.

emy cuando actualizas me encanta el fic amo a jesse :D awwww es tan lindo

porfisss actualiza luego que esta muy bueno el fic sobre todo los momentos st berry :D y como sabes tanto sobre los marines o lo inventas?

-Necesito mas café- dijo Rachel- como podía estar Jesse tan despierto, no lo he visto bostezar ni siquiera una vez mientras trabajamos durante toda noche, (Pensaba sin decir una sola palabra)
-Creo que la idea de la laringitis puede funcionar después de todo, hemos estado dándole a los medios reportes de que el Príncipe está enfermo, entonces no tendrá que hablar y….

-Sabes no soy tan mal imitador-insistió Jesse- Si trabajo más en ello, puedo hacer una imitación decente del príncipe.

Rachel cerró los ojos y dijo

-Sin ofender Jesse, pero dudo sensatamente que puedas imitar el acento de Tedric, solamente escuchando un disco, tenemos mejores cosas que hacer con tu tiempo.

Jesse se puso de pie y Rachel abrió los ojos, levantando la mirada hacia él.

-Te voy a traer ese café –dijo Jesse-Estas teniendo deslices. Acabas de llamarme Jesse.

-Perdón su alteza Real-murmuró ella.

Pero él no sonrió. Simplemente la miró, la expresión en sus ojos ilegibles-Me gusta más Jesse-dijo finalmente.

-Esto no va a funcionar ¿verdad?-pregunto ella calmadamente. Encontró sus ojos con fijeza, lista para aceptar la derrota.

Excepto que él no estaba derrotado y le llamo mucho la atención que conociendo a Rachel como la conocía se diera cuenta que ahora era una chica mucho más insegura que la terca Rachel de hace unos años atrás. Y además de todo el era Jesse St. James, hoy era un Teniente de la fuerza Naval de los Estados Unidos de Norteamérica, pero aún con la preparación militar no había olvidado lo que más le gustaba en la vida la actuación y el canto, así que él no dejaría sola y perdida a Rachel nunca más, no de nuevo.

-Rachel, puedo hacer esto, diablos luzco igual al tipo. Cada vez que me miro al espejo y veo mi cabello así, veo a Ted devolviéndome la mirada y me asusta a muerte. Si eso puede engañarme a mi, puede engañar a todos. EL sastre va a entregar la ropa que ha alterado en algún momento de la mañana. Será más fácil para mi pretender que soy Ted si estoy vestido para la ocasión.

Rachel le dirigió una pálida sonrisa. Aún así era una sonrisa. Con solo eso se conformo Jesse, desde que se habían reencontrado normalmente Rachel, pasaba de su cara de enojo a susto y después a una indiferencia que a ratos le paltia el alma, solo tenia ganas de poder cantar una canción para que se sintiera bien, como lo hacían cuando estaban en la escuela, pero siempre había alguien mas entre ellos dos que no dejaba espacio para que pudieran compartir tranquilos como lo hacían siempre cuando eran adolecentes. Jesse aún seguía pensando en los maravillosos momentos que vivieron juntos cuando sin previo aviso Rachel habló…

-Tenemos que trabajar en la forma de caminar de Tedric. Tiene esa bastante peculiar, ondulada manera de andar…

-Camina como si tuviera un cojin entremedio de las piernas-la interrumpió Jesse

La risa musical de Rachel hizo eco en el cuarto que estaba sumamente tranquilo de la habitación, un agente de seguridad se puso en posición de vigilancia a la entrada del balcón.

-Si, tienes razón lo hace, aunque dudo que alguien lo haya descrito de esa forma antes.

-Puedo caminar asi-dijo Jesse.

Se puso de pie y mientras Rachel observaba, marchó acartonadamente por la habitación –Ves? Le dijo.

Se volvió a mirarla, ella tenia el rostro en sus manos y sus hombros estaban temblando y Jesse la vio llorando y se preocupó. Avanzó y se arrodilló frente a ella y… estaba riendo, se estaba riendo con tanta fuerza que llegó a llorar y las lagrimas rodaban por su rostro.

-Hey -dijo Jesse- No fue tan malo.

Rachel trato de responder, pero no le salian las palabras, solo hizo un gesto con el dedo para arriba en señal de aprobación.

Su risa seguía siendo la misma, super contagiosa by sin querer Jesse tambien comenzó a reir suavemente y después a carcajadas junto con ella.

-Hazlo otra vez- le rogo Rachel, y Jesse se puso de pie y caminó como el príncipe Tedric hasta el final de la habitación y de regreso.

-Rachel rió aún mas fuerte, doblandose en el sofá.

El agente de seguridad los miró desde el balcón, con una cara que parecía que dijera que estaban realmente locos.

Rachel trataba de contenerse y se resfregó la cara para recuperarel aliento.

-Por Dios no me habia reido así en años- dijo Rachel, sus pestañas estaban mojadas y sus ojos brillaban, de pronto levantó la vista hacia Jesse –Supongo que no puedo convencerte de hacerlo otra vez?

-De ningún modo- dijo Jesse devolviendole la sonrisa- tengo un limite no ser humillado mas de dos veces seguidas y eso Remy tu lo sabes.

-No me estaba riendo de ti- comenzo a reir mas fuerte- si, lo estaba haciendo, me estaba riendo de ti, lo siento mucho. Debes pensar que soy muy grosera-aunque tapo su boca con la mano, no podia dejar de reir.

-Crees que parezco gracioso Remy, y eso que nisiquiera me he vestido como el Príncipe.

-Y yo creo…yo creo- y de pronto Rachel sin menor preámbulo comenzó a llorar- creo que es tiempo de rendirse, maldición.

En eso, mientras lloraba escuchaba la voz de Jesse murmurándole ordenes a los agentes de seguridad y luego lo sintió a su lado del sofá.

- Hey Remy, tranquila, no es tan malo.

Sintió sus brazos a su alrededor y se tensó ligeramente antes de rendirse ompletamente.

Lo dejó atraerla contra su pecho, lo dejó poner su cabeza sobre su hombro. Aún era igual que antes, cálido, sólido y aun oliá maravillosamente bien.

Él simplemente la sostuvo, meciéndola ligeramente, y la dejó llorar. No intentó detener.la. Simplemente la sostuvo y comenzó a cantar…





Mientras Jesse le cantaba, Rachel no podía parar de llorar, estaba mojando su camisa, pero no podía dejar de hacerlo y a él no parecía importarle. Podia sentir sus manos en su cabello, acarisiandolo suavemente, relajándola, calmandola tranquilizándola, como solo Jesse sabia hacerlo, que sensación mas extraña, pensaba Rachel como después de tanto tiempo aún Jesse tenia la misma magia en ella como lo hacia en la Escuela.

De pronto Jesse habló:

- EL tema del terrorista esta bajo control, por que en esto estamos juntos con el Almirante Forrest, además que esto no es solo un tema de seguridad nacional también es un asunto personal.

-Como es eso?-preguntó Rachel.

- hace unos años atrás este tipo Diosdado y su amigo de andadas Vargas juntos en una organización terrorista llamada “Lado muerto de la Luna” volaron un autobús cargado de marinos, treinta y dos chicos-el mayor tenía 21 años-, el hijo del Almirante Forrest estaba en ese autobús.

Rachel quedo impactada con la información que le estaba entregando Jesse solo fue capaz de decir – Oh, por Dios.

Jesse siguió:
Este chico solo tenía 19 años cuando Diodado lo voló en pedazos.
Jesse se quedó en silencio, simplemente acariciándole el cabello de Rachel. Se aclaró la garganta, pero cuando trató de hablar no podía hacerlo, le costaba sus sentimientos se confundían con la rabia y la pena y las ganas era de poder tener frente suyo a Diosdado para hacerlo pagar por todas las cosas que estaban sucediendo, por tener en ascuas a su amada Rachel, por tenerla con miedo y que él solamente quería que ella se sintiera protegida, él lo que mas quería en la vida era que nada no nadie le hiciera daño a Rachel, claramente no podía decirle a primeras que él se quedaría por el simple hecho de que ella estaba entre medio de todo esto, pero para todos solo se dedicaría a proteger la vida de Ted y cumplir con la venganza de su amigo el Almirante Forrest.

Rachel se pasó las manos por sobre su rostro, no podía recordar la última vez que había llorado de esa manera.. Mentira claro que lo recordaba, fue la vez que Jesse le había enviado esa fea carta en la cual su corazón se había hecho pedazos y sola tuvo que tomar los trozos y rearmarlo.

Se sentó alejándose de Jesse y miro a su alrededor, los agentes de seguridad no estaban.

-Están al otro lado de la puerta-dijo Jesse- pensé que apreciarías un poco de privacidad.

-Gracias Jesse.

Jesse la miró, lucía frágil y agotada, él quería envolverla nuevamente en sus brazos y sostenerla cerca. Quería sostenerla mientras ella cerraba los ojos y dormía. Quería mantenerla cálida y segura de todo daño y conversarla de que todo estaría bien.

-Lo siento-dijo Rachel- No quería..

-Tranquila estas cansada

Estaban solos, mientras Jesse sostenía su mirada. Su cabello estaba empezando a soltarse de su coleta y las hebras se curvaban alrededor de su rostro.
Jesse no pudo evitar estirar la mano y secar ligeramente la última de sus lágrimas que bajaban por su mejilla. Su piel aún era tan sueve como cuando eran solos unos adolecentes. Ella no parpadeó, no se alejó, ni siquiera se movió.

Jesse no podía dejar de pensar en los millones de recuerdos que le venían a la cabeza de los miles de momentos maravillosos que habían vivido juntos, de su viaje a La Habana, de la vuelta, del primer momento en que la había visto (las seccionales) el primer beso que se habían dado.

Lentamente, muy lentamente, Jesse se inclino hacia adelante, examinando sus ojos en busca de una protesta, de un minimo esfuerzo de que Rachel dijera que no, solo quería una señal para parar en ese mismo instante.
Los ojos de Rachel centellaron y Jesse pudo ver…..


++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Chicas quiero disculparme por todo el tiempo en que estuve ausente, fueron mil cosas las que sucedieron, hasta una enfermedad en mis ojos, pero quiero que disfruten este capitulo, por que muy pronto publicaré un nuevo capitulo, espero sus comentarios

OMG !!!! esta muy bueno, esperar valió la pena me encanto :D que vio jesse ??

POR QUE?????????????? como es posible que lo dejes allí y nos dejes con la duda si se besaron o no??
Me da cosas que aun no se acerquen más y que ambos teman hacerlo.
Además que siguen trabajando por lograr el objetivo de que Jesse pueda pasar por el príncipe.
No importa lo que hayas esperado, lo bueno que ahora estas bien =) y ademas nos podras regalar mas capítulos.
=D

Emy que buen capitulo ya extrañaba tu historia

poco a poco se estan volviendo a acercar y que pudo ver ahhh

Espero actualizacion,saludos y que estes bien

Holaaa Emy

Hace mucho no comentaba fic's porque había olvidado mi clave, pero ya lo arregle :D

Que bueeno que actualizaste, extrañaba muuucho tu fic y que bueno que te hayas mejorado :)

el capitulo estuvo IN CRE Í BLE!

En serio lo amé

Yo tambien quiero saber que es lo que vió Jesse :Z

Espero actualización, no me dejes tanto tiempo con la intrigaa S:

soy nueva pero me encanta tu fic y que bueno que te recuperaste

-----------------------
Los ojos de Rachel destellaron, ella quería besarlo también, pero también tenia miedo.

¿Miedo de que?, ¿De él?, ¿O de ella misma?. O quizás tenia miedo de volver a sentir lo que alguna vez y que definitivamente ella había querido dejar en el pasado, enterrándola muy profundo o que después del beso se encendiera nuevamente la llama de manera violenta, casi imparable y ella no estaba dispuesta nuevamente a entregar su corazón para que el gran Jesse St.James nuevamente jugara con sus sentimientos, con los sentimientos de amor que ella aún sentía por el desde el momento en que nuevamente por esas casualidades de la vida se había vuelto a encontrar.

Jesse casi se retiró, pero Rachel lo atrajo hacia si y lo besó, lenta y suavemente presionando sus labios contra los de él.

Jesse sentía en ese beso un suave sabor a frutilla y café – una tentadora mezcla de sabores- Este era sin lugar a dudas el mejor beso, el mas dulce, el mejor, el que solo Rachel era capaz de poder darle. Con ese suave y mas puro de los besos ella tenía el poder de hacer que su sangre arrasara por sus venas, su corazón latir con un salvaje ritmo, como hacia años no lo había podido sentir, volver a darse cuenta que solo Rachel era capaz de lograr mil cosas en él era lo que mas le atormentaba.

Este beso era estimulante, era suficiente y lo hacia sentir increíblemente feliz, sentirse nuevamente feliz, como lo había sido hacia 5 años antes cuando estaba de vacaciones en la Habana.

Sintió un peso en el pecho, un peso de emoción que había olvidado que se posia sentir debajo de sus dedos Rachel tembló. Se retiro y ella desvió la mirada, incapaz de volver a mirar a los ojos a Jesse.

-Bueno-dijo Rachel-¿Quién lo diría?

-Sip-estuvo de acuerdo Jesse.

-Eso fue inesperado….dijo Rachel.

Él no podía estar mas de acuerdo , había estado esperando besarla desde que se vieron en la habiatcion de rachel hacia un par de noches atrás.

Mientras Jesse trataba de recuperar el aliento después de ese maravilloso beso…Rachel habló:

-Quizás debamos volver a trabajar..

Jesse negó con la cabeza –No, necesito un descanso y tu también- se puso de pie, extendiendo la mano hacia ella- Vamos te acompañaré hasta tu habitación. Puedes tomar una siesta. Nos encontraremos aquí en unas horas.

Rachel no tomó su mano. Simplemente lo miró

-Vamos-dijo él nuevamente- No hay tiempo.

Él tocó suavemente su cabello – Si lo hay, definitivamente hay tiempo para una hora de descanso. Confía en mi Remy, vas a necesitarlo para concentrarte.

Jesse vio la indecisión en su rostro -¿Qué tal cuarenta minutos?, Cuarenta parpadeos, puedes tirarte aquí mismo en el sofá. Ordenaré algo de café y te despertaré a las…miró su reloj…mmm a las 6 y 20.

Lentamente Rachel asintió-Muy bien.

Él se inclinó y brevemente rozó sus labios con los de ella –Duerme bien.

Ella lo detuvo, tocando el costado de su rostro – sigues siendo tan dulce.

-Oh mi Remy no lo soy

Los labios de Rachel se curvaron en una sonrisa –No lo dije como un insulto.
Su sonrisa desapareció y desvió la mirada, repentinamente incomoda.

-Jesse, tengo que ser honesta contigo-dijo en voz baja- creo que ese beso…fue un error. Estoy cansada y no estaba pensando con claridad y, bueno, espero que no pienses que yo… Bueno ahora mismo no es…Nosotros no somos…Es un error ¿No crees?.

Jesse se enderezó. El lazo que sentía en su pecho estaba tan malditamente apretado que apenas podía respirar. Un error. Rachel pensaba que volverlo a besar había sido un error. Sacudió la cabeza lentamente, ocultando su decepción detrás de una sonrisa tensa- No, siento que pienses eso, pensé que teníamos algo.

-¿Algo? Dijo Rachel, levantando la mirada hacia él.

Esta vez fue Jesse quien desvió la mirada. Se sentó a su lado en el sofá, repentinamente cansado. ¿Cómo podía explicar lo que quería decir, cuando ni siquiera él mismo lo sabía? Maldición, ya había dicho demasiado ¿Y si pensaba que por algo, quería decir qe aún estaba enamorado de ella?.

Así que dirigió una sonrisa que expresaba seguridad en si mismo y rogó que ella no pudiera de alguna forma sentir la tirantez en su pecho.

-Pensé que había vuelto a nacer algo fantástico entre nosotros.

-Ah si- dijo ella- Sexo, es exactamente lo que pensé que querías decir

Jesse se puso de pie –Que mal Remy, pensé que me conocías

Él se volvió, encaminándose al dormitorio y la cama. Quizás algo de sueño haría que la presión en su pecho se aligerara o –por Dios- incluso desaparecerlo.

-Por favor, no olvides despertarme –grito Rachel

-Correcto- dijo él secamente y cerró la puerta a su espalda.

La llamada a la puerta llego rápidamente, no mas de 5 minutos después de que Jesse hubiera pedido café al servicio de habitaciones. Hombre, pensó la gente realmente saltaba cuando pensaban que un tipo tenía sangre azul.
Los agentes de seguridad sacaron sus armas, haciendo ademan para que Jesse se alejara de la puerta. Era una sensación extraña. Él era el que hacia siempre las tareas de protección.

La puerta se abrió y ahí estaba el camarero del servicio de habitaciones. Los agentes de seguridad le pasaron a Jesse dos tazones de aromático café. Jesse los llevó a la mesita del café y ahí los dejo.

Rachel estaba aún dormida. Se había deslizado hacia abajo en el sofá por lo que su cabeza descansaba en el almohadón del asiento. Aferrada a un bloc legal amarillo contra su pecho.

Lucía increíblemente hermosa. Su piel era tan lisa y se veía tan suave, que era muy difícil poder resistir la tentación de acercar las manos y poder tocarla.

Pero mientras la miraba, recordaba lo que Rachel le había dicho, que ese increíble y perfecto beso había sido un error…mentira todo había sido perfecto, como siempre ha sido todo lo que ellos dos habían vivido a lo largo de su vida, desde la época del la Escuela, desde el primer beso desde la primera vez juntos…mientras mas pensaba mas cercenaba su cabeza y ya no quería pensar mas solo comenzó a cantarle mientras ella dormía, quería decirle todo lo que le sucedía.





Rachel se movió ligeramente, cambiando su sitio en el sofá para ponerse más cómoda y el block de notas cayó desde sus brazos. Jesse se movió con rapidez y lo atrapó antes que golpeara el suelo.

Su peinado estaba empezando a deshacerse y suaves mechones color café se posaban alrededor. Sus labios estaban ligeramente abiertos. Eran tan suaves, delicados y deliciosos. Eso lo sabia, y cuando los volvió a besar nuevamente sintió lo mismo, el exquisito sabor e esos labios, los que no había podido olvidar.

-Hola Remy- dijo Jesse, esperando que despertara sin tener que tocarla, pero ella no se movió.

Se inclinó y le habló directamente al oído

-El café esta aquí, hora de despertarse.

Nada

Le tocó el hombro, sacudiéndola suavemente

Nada

La sacudió mas fuete y ella se movió, pero sus ojos permanecieron cerrados.

-Vete-murmuró.

Jesse la puso en posición sentada. Su cabeza odó contra el respaldo del sofá.

-Vamos nena, si no te despierto, vas a estar mas molesta que el diablo conmigo.

Le tocó suavemente el costado del rostro.

-Vamos Remy mírame abre los ojos.

Ella los abrió. Estaban aún somnolientos

-Se bueno Williams y llama a la oficina, diles que llegaré unas horas mas tarde, estoy agotada. Salí hasta muy tarde anoche.

Sonrió y después tiró un beso al aire

-Gracias cariño

Se acomodó nuevamente en el sofá y cerró los ojos apretadamente.

-¿Williams?. ¿Quién diablos es Williams?

-Vamos Rachel- dijo Jesse casi con desesperación. No tenia ningún derecho a querer saber quien diablos era Williams. Ningún derecho en lo absoluto.-Querías que te despertara, Además no puedes dormir en el sofá. Te despertaras con un dolor de espalda del demonio.

Ella no abrió los ojos otra vez. No suspiró, no se movió.

Estaba profundamente dormida y no era probable que despertara hasta que estuviera lista.

Apretando los dientes, Jesse levantó a Rachel y la llevó al domitorio. La depositó suavemente en la cama, intentando ignora la forma en que cabía tan perfectamente en sus brazos.

Por medio segundo, en verdad consideró meterse debajo de las ropas de su cama junto con ella. Peo no tenia tiempo. Tenía trabajo que hacer. Además cuando se fuera a la cama con Rachel iba a ser por que ella lo invitará.

Jesse le sacó los zapatos restantes y lo puso en el suelo, luego la cubrió con los cobertores.

Ella no se movió, no se despertó. Él no se rindió al deseo de apartar el cabello de su rostro. Simplemente la miró durante otro breve momento, sabiendo que lo mas inteligente sería permanecer muy, muy alejado de esta nueva Rachel. Sabia que ella era un problema en su nueva vida.

Se volvió, necesitando una bebida fuerte. Se conformó con café negro y fue a trabajar.

***********************************************************************

Gracias chic@s por la paciencia de esperar varios dias a que publicara, pero no lo habia podido hacer asi que ayer comenze y me volví loca escribiendo, asi que por eso escribí dos capitulos esta semana.
Espero que les guste.... seguiré trabajando para que los capitulos sigan fluyendo mas seguido
Un abrazo a todas

Yeee nuevo capitulo.
Primero me encanto que por fin se de un beso entre ellos. Pero me dejo fría la actitud de Rachel, se nota que aun esta muy dolida.
Pero lo bueno es que Jesse esta reconociendo que sigue perdidamente enamorado de ella y que la cuida como siempre.
Y... ¿Quién es Williams?
Espero tu próximo capítulo...

Emy como siempre me encanto el capitulo

que bueno que te halla llegado le inspiracion y escribieras dos capitulos

Ahhhhh se besaron que emoción, pero Rachel dijo que su beso fue un error ¿un error? noooo

Pero ellos se quieren yo lo se jaja ok no

espero actualizacion ¡saludos!

lo ame <3 debo decir que a mi tampoco me despiertan tan fácilmente, ni siquiera me muevo :)

me encanta jesse

Extrañaba poder comentar ya q desde mi celu no puedo hacerlo
El capitulo estuvo muy bueno el pobre de jesse se estaba rindiendo a sus sentimientos y rachel le dise que ese beso fue un error y mas ensima cuando esta durmiendo nombra a un williams y le tira un beso mientras que jesse solo queria besarla una vez mas
Espero que estes bien y que nos deleties con otro capitulo de tu fic pronto

aaaaaaa estoy desesperada por saber que pasara el proximo capitulo

Pobre Rachel estaba super cansada y por eso no se despertaba

Porfissss publica prontooo necesito otro capitulo

u.u ya quiero el prox capitulo :) actualiza pronto
me dio lata que rachel dijera que ese beso fue un error u.u cuando se va a dar cuenta que siempre amo a jesse... :'(:

Fic La Verdad de Jesse
Capitulo 28.
La siesta

-----------------------

Rachel se sentó de un salto en la cama.

Dios del cielo, no se suponía que estuviera dormida, se suponía que tenía que estar trabajando y ¿Qué hora era?

Su reloj decía 12:24, oh por Dios había perdido toda la mañana, pero debía estar demasiado cansada, no podía ni siquiera recordar como había llegado a su habitación.

El beso había sido real, sin embargo y dolorosamente comenzó a recordar las frías palabras de la última nota que había enviado Jesse diciéndole que ya no la quería.
Pero como podría hace más de 3 años decir que no la quería y ahora así de la nada le daba el más dulce de los besos.

Quizás todo esto por que él debe haber olvido todo lo lindo y cruel que fu conmigo

Además que Jesse sabia exactamente como besarla para hacerla sentir lo mas vulnerable y afectarlo lo máximo posible.

En cambio sentía que Jesse le había dado un beso que era mas tierno que apasionado, aunque la pasión había estado presente, pero Rachel aún estaba sorprendida por la contención que éste había mostrado, la dulzura de su boca (que ciertamente nunca había olvidado) contra la de ella por la lenta, persistente sensualidad de sus labios. Pensaba que podría haberlo besado hasta el final de los tiempos.

¡Señor! Había perdido demasiado tiempo durmiendo y pensando en el beso de Jesse, sacó las piernas de la cama.

Estaba molesta, le había dicho a Jesse que la despertara, obviamente no lo había hecho, en lugar de despertarla la había llevado hasta su habitación.
Encontró uno de sus zapatos en el suelo y por más que busco el otro no lo encontró. Perfecto.

En ese momento se consideró una debilucha, se había quedado dormida.
Y Jesse… Jesse no había cumplido con su promesa de despertarla.

El problema es que Jesse estaba volviendo a hacerla sentir todo lo que ella se había prometido no volver a sentir por un tipo que era un narcisista que solo le importaba lo que a él le sucedía, jamás pensar en lo que ella podría sentir, sentir el amor que sentía por él, haberse entregado al 100% a él, pasar años esperando alguna noticia de él…nada a Jesse St.James no le importaba aquella pequeña adolescente que había dejado olvidada en Ohio, solo se preocupaba de él.

Rachel echaba humo mientras metía su blusa a la falda y enderezaba su chaqueta.
Su cabello era fácil de arreglar, así que lo volvió a tomar en una coleta para no parecer que había dormido junto a Jesse, ya que afuera estaban los agentes de seguridad que quizás que cosas estarían murmurando.

Finalmente respiro profundamente y con un único zapato en la mano y la cabeza en alto, fue a la sala de estar.

-Buenas tardes caballeros- Ah, bien su zapato estaba al lado del sofá. Lo puso en su pie.

-¿Puedo hacer una pregunta? –Se dirigió hasta los agentes.-Adonde fue el teniente St.James?

-Está en el gimnasio- respondieron ambos.

-Muchas gracias- dijo Rachel y salió rápidamente.

Jesse ya había recorrido 11 kilómetros en la cinta cuando entró Rachel en el lujosamente equipado gimnasio del hotel. Lucía muchísimo mejor. Se había duchado y cambiado ropa. Pero por Dios en vez de ponerse uno de esos feos trajes de dos piezas, vestia un sencillo vestido azul. No era nada extravagante, obviamente no estaba diseñado para mostrar sus bellas curvas, pero de alguna forma en Rachel puesto se veía maravillosamente perfecto.

Jesse se secó una hilera de sudor que corria por su rostro.

Pero el saludo de ella fue cualquier cosa menos calido.

-Me gustaría tener unas palabras contigo – dijo Rachel heladamente, sin siquiera un hola para empezar- A tu conveniencia por supuesto.

-¿Tuviste una buena siesta? – pregunto Jesse.

-Tardaras mucho mas? Preguntó Rachel, con la mirada fija en algún punto.
Mientras Jesse la miraba, sabia que algo la había irritado y podría apostar que ese algo era él. La había dejado dormir- Corrección- había sido incapaz de despertarla. No era su culpa, pero ahora iba a pagarlo.

-Puedes darme 5 minutos mas? –Contestó Jesse- Me gustaría hacer 17 kilómetros sin detenerme.

Jesse ni siquiera estaba jadeando. Rachel podía ver por los números de los controles de la cinta que ya había corrido 13 kilómetros. Pero no sonaba sin aliento.

Estaba sin embargo sudando. Sus pantalones cortos estaban empapados. No tenía puesta la camiseta y su suave y bronceada piel brillaba mientras sus músculos se ejercitaban.

Uff tenía unos músculos, músculos bellamente esculpidos, perfectos. Era magnifico.

No recordaba a Jesse con ese cuerpo.

Jesse la estaba observando en los espejos de suelo a techo que cubrían las paredes del gimnasio. Rachel se reclinó contra la pared cerca de la puerta de ingreso e intentó no mirar a Jesse, pero donde fuera que mirara veía su reflejo. Se encontró mirando con fascinación los ondulantes músculos en su espalda, muslos y brazos y comenzó a recordar el beso.

A pesar de su despreocupada actitud ese beso habría estado entrelazado de ternura y cargado de emoción.

Era…era… Simplemente como sabia besar Jesse St.James.

Rachel había estado consiente de que Jesse se estaba conteniendo cuando la besaba de esa forma. Había visto el calor del deseo en sus ojos y sabia que quería más que solo un simple y suave beso.

Rachel no podía olvidar como había buscado sus ojos cuando se había inclinado hacia ella y…
Excelente. Ahí estaba parada allí reviviendo el beso de Jesse mientras miraba su trasero perfecto. Rachel levantó la mirada para encontrar sus divertidos ojos plateados observándola mirar su trasero. Sin duda ´´el aún podía leer su mente.
Por supuesto que el hecho de que ella había estado casi babeando, hacía mucho más fácil para él saber en que había esto pensando.

Rachel encontró la mirada de Jesse casi desafiantemente, su barbilla en alto. Uno no podía tener un cuerpo como ese y esperar que la gente no mirara.

Y ver nuevamente a Jesse con la plasticidad del bailarín innato que poseía, mantenía la gracia y un paso seguro, sus movimientos eran fluidos y sin esfuerzo.
Mientras Rachel observaba, Jesse se concentró en correr, incrementando la velocidad, sus brazos y piernas agitándose, bombeando.

La cinta estaba empezando a chirriar y justo cuando Rachel estaba segura de que Jesse iba a empezar a reducir la velocidad, cuando estaba segura de que no podría mantener el paso un momento más, corrió incluso más rápido.

Tenia los dientes apretados, su rostro era una imagen de concentración y resistencia. Lucía como algo salvaje, algo feroz. Un indomado hombre-criatura del pasado distante.

Y de pronto…..

Ajua!!!!!!! Gritó alguien y el rostro de Jesse se rompió en una amplia sonrisa cuando levantó la mirada hacia tres hombres, de pie cerca de la maquina de pesas en la esquina contraria en la que se encontraba Rachel.

Parecian conocer a Jesse SEALs dedujo Rachel, tenían que ser los hombre que Jesse le habían pedido al Almirante Forrest.

Jesse disminuyó la velocidad por fin, pasando de velocidad a caminata para recuperar el aliento. Se bajo y agarró la toalla, secándose la cara se acercó hacia Rachel.

-¿Qué sucede?- preguntó Jesse.

Se paró a dos metros de ella claramente queriendo no ofenderla parándose muy cerca.

Sus nuevos amigos vinieron y lo rodearon, Rachel fue momentáneamente silenciada por tres adicionales pares de ojos evaluándola con una apreciación masculina. Los ojos de Jesse ya eran lo suficientemente difíciles de manejar.

Jesse miró a los hombres –Pierdanse!!!! Ahora, esta es una conversación privada.
Ya no dijo uno de ellos que extendió la mano hacia Rachel y dijo – Soy Cowboy señora.

Rachel estrechó la mano y él la sostuvo mucho mas tiempo del necesario, hasta que Jesse le dirigió una mirada oscura.

-Muy bien presentaciones rápida- dijo Jesse – Teniente McCoy y los oficiales Becker y Jones, también conocidos como Blue Harvard y Cowboy. La señorita Rachel Corcorán, es la consultora de medios de Príncipe Tedric y está en el equipo de programación de esta operación.

-Un placer conocerlos- dijo Rachel- estrechando la mano con Blue y Harvard, temia que si le ofrecia la mano nuevamente a Cowboy no la pudiera recuperar nuevamente

-El placer es todo nuestro señora- dijeron al unisono.

-Ahora piérdanse – dijo Jesse- debo hablar con la Señorita Corcoran.

Los SEAls se fueron y nuevamente Jesse y Rachel quedaron solos.

-Por que no me despertaste?-pregunto Rachel enfadada.

-Perdon, hize lo humanamente posible por despertarte, pero fue imposible.
-Lo humanamente incluye que me dejaras durmiendo en tu cama, no te das cuenta que eso se puede prestar para malos entendidos.

-Gggrrr Remy esa no fue mi intención, pensé que estarías mas comoda, eso es todo…estaba…

-Soy una mujer sotera Jesse, no es algo que me favorezca tomar una siesta en la cama de ningún hombre.

Jesse rio.

-Ha vuelto la Reina del Drama, ya no estamos en los 80s, no creo que tu reputación se vea afectada por tomar una siesta en mi cama …

- sabes que me voy- y comenzó a dar un paso.

Rachel se interpuso y o pincho con un dedo en su pecho que estaba desnudo
-No te atrevas a huir de mi, Teniente St.James, ya no estamos en la secundaria en donde tu me decias algo y yo me quedaba callada, ahora estas en mi mundo bajo mis reglas.

-Jesus, Maria y José, solo trataba de ser amable contigo, pensé que dormir en el sofá te arruinaría la espalda, pero sabes que? Olvídalo, de ahora en Adelante no me molestare en nada contigo, esta bien?

Y Jesse se fue a las duchas con una rabia que no sentía hacia años en el pecho.


****************************************************************
Disculpen la demora, se que estado un poco ausente, pero estoy trabajando asi que en los momentos que puedo voy escribiendo, la proxima semana un capitulo mas largo, espero sus comentarios..

amiga por fin me tenias en deses pere de qu eno actuelizabas y fantastico el cap, rachel decidida y jesse se enojo quiero ver que pasara