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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por Tat-Tat Jue Oct 03, 2013 1:31 pm

No he comentado en varios días. Así que pido disculpas.
Me encanta el fic y a pesar que no he podido leer la saga, la he buscado y no la he encontrado.

Porfa siguele pronto que espero con ansias tus actus.

Saludos :)
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por micky morales Jue Oct 03, 2013 7:23 pm

buenisimo, ya sospechaba que Brittany no era lo que Santana esperaba!
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Activo LOS JUEGOS DEL HAMBRE... "Capitulo 15" 03/10

Mensaje por gatituu *_* Jue Oct 03, 2013 11:48 pm

monica.santander;..si Monica, asiq vas a tener q fijarte todos los dias en las actualizaciones ajaja...

Tat-Tat;.,sta todo bien, no te preocupes, mientras q no la abandones todo bien ajajaj... no la leite la trilogia?.. bueno pero lees la adaptacion y problema resuelto ajaja... no la encontras? q raro, en realidad hay PDF en algunas paginas en face en grupos cerrados.. en internet es raro...

micky morales;..no esta nada dicho, hay q ver como se desarollan los juegos, pero la habra salvado Brittany, o se lo imagino Santana, q el veneno de las avispas??...

.......................................................................................................
..Buenas noches lectoras, algunas enojadas x el capitulo Dantana.. jaja
otra actualzacion y vuelvo mañana con el capitulo 16.. nos vemos...


..........................................................................................................


CAPITULO 15;





Me meto en una pesadilla de la que despierto sólo para encontrarme con
algo aún peor. Las cosas que más miedo me dan, las cosas que más temo que
le sucedan a los demás, se manifiestan con unos detalles tan vividos que me
parecen reales. Cada vez que me despierto pienso que por fin se ha acabado
todo, pero no, tan sólo es el comienzo de un nuevo capítulo de torturas. ¿De
cuántas formas he visto morir a Mich? ¿Cuántas veces he revivido los últimos
momentos de mi padre? ¿Cuántas veces he sentido que me desgarraban el
cuerpo? Así funciona el veneno de las avispas, especialmente creado para
atacar el punto del cerebro encargado del miedo.


Cuando por fin vuelvo en mí, me quedo tumbada, esperando a la siguiente
ola de imágenes. Sin embargo, al cabo de un rato acepto que mi cuerpo ha
expulsado el veneno, dejándome destrozada y débil. Sigo tumbada de lado, en
posición fetal. Me llevo una mano a los ojos y compruebo que están enteros,
sin rastro de las hormigas que nunca existieron. El mero hecho de estirar las
extremidades me supone un esfuerzo enorme; me duelen tantas cosas que no
merece la pena hacer inventario. Consigo sentarme muy, muy despacio. Estoy
en un agujero poco profundo que no está lleno de las ruidosas burbujas naranja
de mis alucinaciones, sino de viejas hojas muertas. Tengo la ropa húmeda,
pero no sé si es de agua, rocío, lluvia o sudor. Me paso un buen rato sin poder
hacer nada más que darle traguitos a la botella y observar un escarabajo que
se arrastra por el lateral de un arbusto de madreselva.


¿Cuánto tiempo llevo inconsciente? Era por la mañana cuando perdí la
razón y ahora es por la tarde, aunque tengo las articulaciones tan rígidas que
me parece que ha pasado más de un día, quizá dos. Si es así, no tengo forma
de saber qué tributos han sobrevivido al ataque de las rastrevíspulas. Está
claro que Hanna y la chica del Distrito 4 no siguen vivas, pero estaban el
chico del Distrito 1, los dos del Distrito 2 y Brittany. ¿Han muerto por las
picaduras? Si están vivos, deben de haberlo pasado tan mal estos días como
yo. ¿Y qué pasa con Rey? Es tan pequeño que no haría falta mucho veneno
para acabar con el. Sin embargo..., las avispas tendrían que cogerlo primero,
y el niño les llevaba cierta ventaja.


Noto un sabor asqueroso a podrido en la boca, y el agua poco puede
hacer por eliminarlo. Me arrastro hasta el arbusto de madreselva y arranco una
flor; le quito con cuidado el estambre y me dejo caer la gota de néctar en la
lengua. El dulzor se extiende por la boca, me pasa por la garganta y me
calienta las venas con recuerdos del verano, los bosques de mi hogar y la
presencia de Puck a mi lado. Por algún motivo, recuerdo la discusión que
tuvimos la última mañana.


"-¿Sabes qué? Podríamos hacerlo..."

"-¿El qué?.."

"-Dejar el distrito, huir, vivir en el bosque. Tú y yo podríamos hacerlo..."



Y, de repente, dejo de pensar en Puck y me acuerdo de Brittany... ¡Brittany!
¡Me ha salvado la vida!, o eso creo. Porque, cuando nos encontramos, ya no
distinguía bien qué era real y qué me había hecho imaginar el veneno de las
avispas. Sin embargo, si lo hizo, y mi instinto me dice que así es. ¿Por qué?
¿Se limita a explotar la idea de la chica enamorada que puso en marcha en la
entrevista? ¿O de verdad intentaba protegerme? Y, si lo hacía, ¿por qué se
había unido a los profesionales? No tenía ningún sentido.


Durante un instante me pregunto cómo verá Puck el incidente, pero
después me lo quito de la cabeza, porque, por algún motivo, Puck y Brittany no
coexisten bien en mis pensamientos.


Así que me centro en la única cosa buena que me ha pasado desde que
llegué al estadio: ¡tengo arco y flechas! Una docena completa de flechas, si
contamos la que saqué del árbol. No tienen ni rastro de la nociva baba verde
que salió del cadáver de Hanna (lo que me lleva a pensar que quizá no fuera
del todo real), aunque sí bastante sangre seca. Las puedo limpiar después,
pero decido entretenerme un minuto disparando a un árbol. Se parecen más a
las armas del Centro de Entrenamiento que a las que tengo en casa; en
cualquier caso, ¿qué más da? Puedo soportarlo.


Las armas me dan una perspectiva completamente nueva de los juegos.
Aunque sé que tengo que enfrentarme a unos oponentes duros, ya no soy la
presa que corre y se esconde o que adopta medidas desesperadas. Si Sebastian
surgiera ahora de entre los árboles, no huiría, dispararía. Me doy cuenta de que
espero con impaciencia ese momento.


Sin embargo, primero debo ponerme fuerte, porque vuelvo a estar muy
deshidratada y mi reserva de agua está en niveles peligrosos. He perdido los
kilos de más que conseguí engordar atiborrándome en el Capitolio, además de
otros cuantos kilos propios. No recuerdo haber tenido tan marcados los huesos
de las caderas y las costillas desde aquellos horribles meses que siguieron a la
muerte de mi padre. Además, están las heridas: quemaduras, cortes y
moretones por caerme entre los árboles, y tres picaduras de avispa, que están
tan irritadas e hinchadas como al principio. Me echo la pomada en las
quemaduras e intento hacer lo mismo en los bultos, pero no surte efecto. Mi
madre conocía un tratamiento para esto, un tipo de hoja que podía extraer el
veneno; como apenas solía usarlo, no recuerdo ni su nombre, ni su apariencia.


"Primero, el agua --pienso--. Ahora puedes cazar mientras avanzas."


Me resulta fácil seguir la dirección por la que vine, gracias a la senda de
destrucción que abrió mi cuerpo enloquecido a través del follaje. De modo que
me alejo en dirección contraria, esperando que mis enemigos sigan encerrados
en el mundo surrealista del veneno de las rastrevíspulas.


No puedo andar demasiado deprisa, pues mis articulaciones se niegan a
hacer movimientos abruptos, pero mantengo el paso lento del cazador, el que
uso cuando rastreo animales. En pocos minutos diviso un conejo y mato mi
primera presa con el arco. Aunque no es uno de mis tiros limpios de siempre, lo
acepto. Al cabo de una hora encuentro un arroyo poco profundo y ancho, más
que suficiente para lo que necesito.


El sol cae con fuerza, así que, mientras espero a que se purifique el agua,
me quedo en ropa interior y me meto en la corriente. Estoy mugrienta de
pies a cabeza. Intento echarme agua encima, pero al final acabo tumbándome
en el agua unos minutos, dejando que lave el hollín, la sangre y la piel que
ha empezado a desprenderse de las heridas.


Después de enjuagar la ropa y colgarla en unos arbustos para que se seque,
me siento en la orilla durante un rato y me desenredo el pelo con los dedos.
Recupero el apetito, y me como una galleta y una tira de cecina. Luego le
limpio la sangre a mis armas plateadas con un poco de musgo.
Más fresca, me vuelvo a tratar las quemaduras, me trenzo el pelo y me
pongo la ropa mojada; sé que el sol la secará rápidamente. Seguir el curso del
arroyo contracorriente parece lo más apropiado. Ahora estoy avanzando cuesta
arriba, cosa que prefiero, con una fuente de agua no sólo para mí, sino también
para posibles presas. Derribo fácilmente un extraño pájaro que debe de ser una
especie de pavo silvestre; en cualquier caso, me parece bastante comestible. A
última hora de la tarde decido encender un pequeño fuego para cocinar la
carne, suponiendo que el crepúsculo ayudará a ocultar el humo y que tendré la
hoguera apagada cuando caiga la noche. Limpio las piezas, prestando especial
atención al pájaro, pero no veo que tenga nada alarmante. Una vez arrancadas
las plumas, no es más grande que un pollo, y está gordito y firme. Cuando
pongo el primer montón sobre los carbones, oigo una rama que se rompe.


Me vuelvo hacia el sonido, y saco arco y flecha con un solo movimiento.
No hay nadie; al menos, que yo vea. Entonces distingo la punta de una bota de
niño asomando por detrás del tronco de un árbol; me relajo y sonrío. Este crío
puede moverse por los bosques como una sombra, hay que reconocerlo. Si no,
¿cómo podría haberme seguido? Las palabras surgen antes de poder
detenerlas.


-¿Sabes que ellos no son los únicos que pueden aliarse?... -digo.


No obtengo respuesta durante un momento, pero entonces uno de los ojos
de Rey sale del cobijo del árbol.


-¿Quieres que seamos aliados?..

-¿Por qué no? Me has salvado de esas rastrevíspulas, eres lo bastante
listo para seguir vivo y, de todos modos, no me libro de ti..
-El parpadea,
intentando decidirse-...¿Tienes hambre?... -Veo que traga saliva de forma visible
y observa la carne-... Pues ven, hoy he matado dos presas...

-Puedo curarte las picaduras... -
dice el niño, dando un paso vacilante hacia
mí.

-¿De verdad? ¿Cómo?.. -El mete la mano en su mochila y saca un
puñado de hojas. Estoy casi segura de que son las que usa mi madre-...¿Dónde las has encontrado?..

-Por ahí. Todos las llevamos cuando trabajamos en los huertos; allí
dejaron muchos nidos. Aquí también hay muchos...

-Es verdad, eres del Distrito 11. Agricultura. Huertos, ¿eh? Por eso eres
capaz de volar por los árboles como si tuvieses alas... -
-Rey sonríe. He dado
con una de las pocas cosas que admite con orgullo-... Bueno, venga, cúrame...


Me dejo caer junto al fuego y me remango la pernera para descubrir la
picadura de la rodilla. Rey me sorprende metiéndose un puñado de hojas en la
boca y masticándolas. Mi madre usaría otros métodos, pero tampoco me
quedan muchas opciones. Al cabo de un minuto, Rey comprime un buen
montón de hojas masticadas y me lo escupe en la rodilla.


-Ohhh... -digo, sin poder evitarlo. Es como si las hojas filtrasen el dolor de
la picadura y lo expulsasen.

-Menos mal que tuviste la sensatez de sacarte los aguijones.. -comenta
Rey, después de soltar unas risillas-. Si no, estarías mucho peor...

-¡El cuello! ¡La mejilla!..
-exclamo, casi suplicante.


Rey se mete otro puñado de hojas en la boca y, al cabo de un momento,
me río a carcajadas, porque el alivio es maravilloso. Veo que el niño tiene una
larga quemadura en el brazo.


-Tengo algo para eso... -Dejo a un lado las armas y le extiendo la pomada
en el brazo.

-Tienes buenos patrocinadores.. -dice el, anhelante.

-¿Te han enviado algo?... -pregunto, y el sacude la cabeza-...Pues lo
harán, ya verás. Cuanto más cerca estemos del final, más gente se dará
cuenta de lo listo que eres...


...........................


Le doy la vuelta a la carne.


-No estabas bromeando, ¿verdad? Sobre lo de aliarnos....

-No, lo decía en serio....



Casi oigo los gruñidos de Sue al ver que me junto con este niño
menudo, pero lo quiero a mi lado porque es un superviviente, porque confío
en el y, por qué no admitirlo, porque me recuerda a Mich.


-Vale.. -responde, y me ofrece la mano. Le doy la mía-. Trato hecho...


Por supuesto, este tipo de trato sólo puede ser temporal, pero ninguno de
los dos lo menciona.


Rey aporta a la comida un buen puñado de una especie de raíces con
aspecto de tener almidón. Al asarlas al fuego saben agridulces, como la
chirivía. Además, el niña reconoce el pájaro, un ave silvestre a la que llaman
"granso" en su distrito. Dice que a veces una bandada llega al huerto y ese día
todos comen bien. La conversación se detiene un momento mientras nos
llenamos la tripa. El granso tiene una carne deliciosa, tan jugosa que te caen
gotitas de grasa por la cara cuando la muerdes.


-Oh... -dice Rey, suspirando-...Nunca había tenido un muslo para mí solo...

Ya me lo imagino; seguro que apenas consigue comer carne.

-Coge otro...

-¿En serio?...

-Coge todo lo que quieras. Ahora que tengo arco y flechas, puedo cazar
más. Además, tengo trampas y puedo enseñarte a ponerlas... -
Rey sigue
mirando el muslo con incertidumbre-... Venga, cógelo.. -insisto, poniéndole la
pata en las manos-...De todos modos, se pondrá malo en unos días, y tenemos
todo el pájaro y el conejo...
-Una vez le pone la mano encima al muslo, su
apetito gana la batalla y le pega un buen mordisco-... Creía que en el Distrito 11
tendríais un poco más para comer que nosotros. Ya sabes, como cultiváis la
comida...

-Oh, no, no se nos permite alimentarnos de los cultivos...
-responde Rey,
con los ojos muy abiertos.

-¿Te detienen o algo?...

-Te azotan delante de todo el mundo. El alcalde es muy estricto con eso...


Por su expresión deduzco que no es algo poco común. En el Distrito 12 no
suele haber flagelaciones públicas, aunque suceden de vez en cuando. En
teoría, a Puck y a mí podrían azotarnos todos los días por ser cazadores
furtivos (bueno, en teoría podrían hacernos algo mucho peor), pero todos los
funcionarios compran nuestra carne. Además, al alcalde, el padre de Quinn,
no parece gustarle mucho ese tipo de acontecimientos. Tal vez ser el distrito
más desprestigiado, pobre y ridiculizado del país tiene sus ventajas, como, por
ejemplo, que el Capitolio no nos haga apenas caso, siempre que produzcamos
nuestro cupo de carbón.


-¿Vosotros tenéis todo el carbón que queréis?... -me pregunta Rey.

-No, sólo lo que compramos y lo que se nos enganche en las botas...

-A nosotros nos dan un poco más de comida en tiempo de cosecha, para
que aguantemos más...

-¿No tienes que ir al colegio?...

-Durante la cosecha, no, todos trabajamos...
-me explica.


Es interesante oír cosas sobre su vida. Tenemos muy poca comunicación
con los que viven fuera de nuestro distrito. De hecho, me pregunto si los
Vigilantes estarán bloqueando nuestra conversación, porque, aunque la
información parece inofensiva, no quieren que la gente de un distrito sepa lo
que pasa en los otros.


Siguiendo la sugerencia de Rey, sacamos toda la comida que tenemos,
para organizamos. El ya ha visto casi toda la mía, pero añado el último par de
galletas saladas y las tiras de cecina a la pila. El ha recogido una buena
colección de raíces, nueces, vegetales y hasta algunas bayas.

Cojo una baya que no me resulta familiar.


-¿Estás seguro de que es inofensiva?...

-Oh, sí, en casa tenemos. Llevo varios días comiéndolas... -
responde,
metiéndose un puñado en la boca.


Le doy un mordisco de prueba a una y sabe tan bien como nuestras
moras. Cada vez estoy más segura de que aliarme con Rey ha sido buena
idea. Dividimos la comida; así, si nos separamos, estaremos abastecidas
durante unos días. Aparte de la comida, el tiene una pequeña bota con agua,
una honda casera y un par de calcetines de recambio. También lleva un trozo
de roca afilada que utiliza como cuchillo.


-Sé que no es gran cosa... -dice, como si se avergonzara-, pero tenía que
salir de la Cornucopia a toda prisa...

-Hiciste bien...
-respondo.

Cuando saco todo mi equipo, el ahoga un grito al ver las gafas de sol.

-¿Cómo las has conseguido?...

-Estaban en la mochila. Hasta ahora no me han servido de nada, no
bloquean el sol y hacen que resulte difícil ver con ellas...
-respondo,
encogiéndome de hombros.

-No son para el sol, son para la oscuridad... -exclama Rey-... A veces,
cuando cosechamos de noche, nos dan unos cuantos pares a los que estamos
en la parte más alta de los árboles, donde no llega la luz de las antorchas. Una
vez, un chico, Martin, intentó quedarse las suyas; se las escondió en los
pantalones. Lo mataron en el acto...

-¿Mataron a un chico por llevarse una cosa de éstas?...

-Sí, y todos sabían que Martin no era peligroso. No estaba bien de la
cabeza, es decir, seguía comportándose como un crío de tres años. Sólo
quería las gafas para jugar....



Oír esto hace que el Distrito 12 me parezca una especie de refugio. Está
claro que la gente muere de hambre sin parar, pero no me imagino a los
agentes de la paz asesinando a un niño simplón. Hay una niñita, una de las
nietas de Sae la Grasienta, que siempre está dando vueltas por el Quemador.
No está del todo bien de la cabeza, pero la tratan como una mascota; la gente
le da las sobras y cosas así.


-¿Y para qué sirven?... -le pregunto a Rey, cogiendo las gafas.

-Te permiten ver a oscuras. Pruébalas esta noche, cuando se vaya el sol...


Le doy a Rey algunas cerillas y el se asegura de que tenga hojas de
sobra, por si se me hinchan otra vez las picaduras. Apagamos la hoguera y nos
dirigimos arroyo arriba hasta que está a punto de anochecer.


-¿Dónde duermes?... -le pregunto- ..¿En los árboles?... -El asiente
-...¿Abrigada con la chaqueta, nada más?...

-Tengo esto para las manos... -
-responde, enseñándome los calcetines de
repuesto.

-Puedes compartir el saco de dormir conmigo, si quieres... -le ofrezco; me
acuerdo bien de lo frías que han sido las noches-... Los dos cabemos de sobra...
-Se le ilumina la cara y sé que es más de lo que se atrevía a desear.


Elegimos una rama de la parte alta de un árbol y nos acomodamos para
pasar la noche justo cuando empieza a sonar el himno. Hoy no ha muerto
nadie.


-Rey, acabo de despertarme hoy. ¿Cuántas noches me he perdido?...


El himno debería ahogar nuestras palabras, pero, aun así, susurro. Incluso
tomo la precaución de taparme los labios con la mano, porque no quiero que la
audiencia sepa lo que estoy pensando contarle sobre Brittany. El se da cuenta
y hace lo mismo.


-Dos. Las chicas de los distritos 1 y 4 están muertas. Quedamos diez...

-Pasó una cosa muy rara. Al menos, eso creo, aunque puede que el
veneno de las rastrevíspulas me hiciese imaginar cosas. ¿Sabes quién es la
chica de mi distrito? ¿Brittany? Creo que me ha salvado la vida, pero estaba con
los profesionales...

-Ya no está con ellos. Los he espiado en su campamento, junto al lago.
Regresaron antes de derrumbarse por el veneno, pero ella no iba con ellos.
Quizá te salvó de verdad y tuvo que huir...


No respondo. Si, de hecho, Brittany me salvó, vuelvo a estar en deuda con
ella, y esta deuda no puedo pagársela.


-Si lo hizo, seguramente sería parte de su actuación. Ya sabes, para que
la gente se crea que me quiere...

-Oh..
-dice Rey, pensativo-. A mí no me pareció una actuación...

-Claro que sí, lo preparó con nuestra mentora...
-El himno acaba y el cielo
se oscurece-... Vamos a probar esas gafas... -Las saco y me las pongo; Rey no
bromeaba, lo veo todo, desde las hojas de los árboles hasta una mofeta que se
pasea entre los arbustos a unos quince metros de nosotros. Podría matarla
desde aquí si me lo propusiera, podría matar a cualquiera-... Me pregunto quién
más tendrá unas de éstas...

-Los profesionales tienen dos, pero lo guardan todo en el lago. Y son muy
fuertes...

-Nosotros también, aunque de una forma distinta...

-Tú eres fuerte. Eres capaz de disparar. ¿Qué puedo hacer yo?..

-Puedes alimentarte. ¿Y ellos?...

-No les hace falta, tienen un montón de suministros...

-Supón que no los tuvieran. Supón que los suministros desapareciesen.
¿Cuánto durarían? Es decir, estamos en los Juegos del Hambre, ¿no?...

-Pero, Santana, ellos no tienen hambre...

-No, es verdad, ése es el problema...-
-reconozco, y, por primera vez desde
que llegamos, se me ocurre un plan, un plan que no está motivado por la
necesidad de huir; un plan de ataque-...Creo que vamos a tener que solucionar
eso, Rey....


.......................................................................................................

..se me hizo tarde, per actualice igual ajajaj.. nos vemos mañana...

besotes..[Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6 - Página 3 210293833 
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por Tat-Tat Vie Oct 04, 2013 12:36 am

Waaaaaaaaaaaa!!! Rey es el que tiene más información...
Espere todo el día tu actu, porfa dime la hora en la cual lo harás para no esperar todo el día como desesperada xD

Y trataré de no perderlo y comentarlo de vez en cuando.

Saludos!

Y pos me ha costado un montón encontrar la trilogía.
Si la tienes podrías darme el link o enviármelo por MP?
Te lo agradecería eternamente, aunque me distraiga, a estas alturas da igual xD
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por micky morales Vie Oct 04, 2013 6:35 pm

Donde estara Brittany, se encontrara pronto con Santana?
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por monica.santander Vie Oct 04, 2013 7:18 pm

Buenisimo el capitulo!!
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por Ali_Pearce Vie Oct 04, 2013 8:46 pm

DiannaSnixxx escribió:bien escondidito esta Rey
monica.santander escribió:Buenisimo el capitulo!!
 Hola, recuerden que los comentarios con menos de 10 palabras son considerados como Spam. Por favor, editen sus mensajes y traten de no incurrir en esto. Cualquier duda pueden comunicarse por MP.
Saludos
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Activo [FIC BRITTANA] LOS JUEGOS DEL HAMBRE... "Capitulo 16"

Mensaje por gatituu *_* Vie Oct 04, 2013 9:27 pm

Tat-Tat; si no?? rey es el q mejor se maneja ahi, puede espiarlos a todos sin q se den cuenta...
en las noches es mas seguro q actualice, a partir de las 22hs, habran veses donde actualizare mas temprano si es q no voy a estar en mi casa... pero en las noches revisa, asiq no tenes q desesperarte ajajaj...
en cuanto a la trilogia, si queres mandame un privado con tu direccion de mail y yo te la mando [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6 - Página 3 3750214905 ...

micky morales; mmmm x ahora no sabemos donde esta... habra q ver mas adelante ajajajaja

monica.santander; gracias monica..[Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6 - Página 3 1206646864 

.................................................................................................................



CAPITULO 16;





Rey ha decidido confiar en mí sin reservas. Lo sé porque, en cuanto se
termina el himno, se acurruca a mi lado y se queda dormido. Yo tampoco
recelo, ya que no tomo ninguna precaución especial. Si quisiera verme muerta,
le habría bastado con desaparecer de aquel árbol sin avisarme de la presencia
del nido de rastrevíspulas.


Sin embargo, muy en el fondo de mi conciencia, noto la presión de lo obvio:
no podemos ganar estos juegos los dos. En cualquier caso, como lo más probable
es que no sobrevivamos ninguna, consigo no hacer caso de ese pensamiento.


Además, me distrae mi última idea sobre los profesionales y sus provisiones.
Rey y yo debemos encontrar la forma de destruir su comida. Estoy bastante segura de que a ellos les costaría una barbaridad alimentarse solos.
La estrategia tradicional de los tributos profesionales consiste en reunir toda la comida posible y avanzar a partir de ahí. Cuando no la protegen bien, pierden los juegos (un año la destruyó una manada de reptiles asquerosos y otro una inundación creada por los Vigilantes). El hecho de que los profesionales hayan crecido con una alimentación mejor juega en su contra, ya que no están acostumbrados a pasar hambre; todo lo contrario de Rey y yo.


Sin embargo, estoy demasiado cansada para empezar a tramar un plan
detallado esta noche. Mis heridas están sanando, sigo un poco embotada por
culpa del veneno, y el calor de Rey a mi lado, su cabeza apoyada en mi
hombro, hacen que me sienta segura. Por primera vez, me doy cuenta de lo
sola que me he sentido desde que llegué al campo de batalla, de lo
reconfortante que puede ser la presencia de otro ser humano. Me dejo vencer
por el sueño y decido que mañana se volverán las tornas. Mañana serán los
profesionales los que tengan que guardarse las espaldas.


........................


Me despierta un cañonazo; unos rayos de luz atraviesan el cielo y los
pájaros ya están trinando. Rey está encaramado a una rama frente a mí, con
algo en la mano. Esperamos por si se producen más disparos, pero no oímos
ninguno.


-¿Quién crees que ha sido?...

No puedo evitar pensar en Brittany.

-No lo sé, podría haber sido cualquiera de los otros... -
responde Rey-.
Supongo que nos enteraremos esta noche....

-¿Me puedes repetir quién queda?...

-El chico del Distrito 1, los dos del Distrito 2, el chico del Distrito 3, Lauren Zizes
y yo, y Brittany y tú. Eso hacen ocho. Espera, y el chico del Distrito 10, el de la
pierna mala. Él es el noveno...
-Hay alguien más, pero ninguno de los dos
conseguimos recordarlo-. Me pregunto cómo habrá muerto el último...

-No hay forma de saberlo, pero nos viene bien. Una muerte servirá para
entretener un poco a las masas. Quizá nos dé tiempo a preparar algo antes de
que los Vigilantes decidan que la cosa va demasiado lenta. ¿Qué tienes en las
manos?...

-El desayuno...
-responde Rey; las abre y me enseña dos grandes huevos.

-¿De qué son?...

-No estoy seguro; hay una zona pantanosa por allí, una especie de ave
acuática...



Estaría bien cocinarlos, pero no queremos arriesgarnos a encender un
fuego. Supongo que el tributo muerto habrá sido una víctima de los
profesionales, lo que significa que se han recuperado lo bastante para volver a
los juegos. Nos dedicamos a sorber el contenido de los huevos, y a comernos
un muslo de conejo y algunas bayas. Es un buen desayuno se mire por donde
se mire.


-¿Listo para hacerlo?... -pregunto, colgándome la mochila.

-¿Hacer el qué?... -pregunta Rey a su vez; por la forma en que se ha
apresurado a responder, está dispuesto a hacer cualquier cosa que le
proponga.

-Hoy vamos a quitarle la comida a los profesionales....

-¿Sí? ¿Cómo?...


Veo que los ojos le brillan de emoción, como cualquien niño de su edad
acostumbrado a hacer travesuras. En ese sentido, es justo lo contrario
que Mich: para mi hermano, las aventuras son un calvario, el tubo que madurar
de muy chico al igual que yo. Despues de la muerte de mi padre, no habia mucho
tiempo para salir a jugar con los niños de su edad, el dolor y los sonidos de su estomago vacio le hicieron ver la vida de otra manera y perderse una infancia como cualquier niño.


-Ni idea. Venga, se nos ocurrirá algo mientras cazamos...-digo saliendo de mis pensamietos.


....................


No cazamos mucho porque estoy demasiado ocupada sacándole a Rey
toda la información posible sobre la base de los profesionales. Sólo se ha
acercado a espiar un poco, pero es muy observador. Han montado el
campamento junto al lago, y su alijo de suministros está a unos veinticinco
metros. Durante el día dejan montando guardia a otro tributo, el chico del
Distrito 3.


-¿El chico del Distrito 3?..
-pregunto-... ¿Está trabajando con ellos?..

-Sí, se queda todo el tiempo en el campamento. A él también le picaron
las rastrevíspulas cuando los siguieron hasta el lago..
-responde Rey-.
Supongo que acordaron dejarlo vivir a cambio de que les hiciese de guardia,
pero no es un chico muy grande....

-¿Qué armas tiene?..

-No muchas, por lo que vi. Una lanza. Puede que consiga espantarnos a
unos cuantos con ella, pero David Karobsky podría matarlo con facilidad...

-¿Y la comida está ahí, sin más?.. -
pregunto, y el asiente-...Hay algo que
no encaja en ese esquema...

-Lo sé, pero no pude averiguar el qué. Santana, aunque lograses llegar
hasta la comida, ¿cómo te librarías de ella?...

-La quemaría, la tiraría al lago, la empaparía de combustible...
-Le doy
con el dedo en la tripa, como hacía con Mich-. ¡Me la comería! -El suelta
una risita-. No te preocupes, pensaré en algo. Destruir cosas es mucho más
fácil que construirlas...


Nos pasamos un rato desenterrando raíces, recogiendo bayas y vegetales,
y elaborando una estrategia entre susurros. Así acabo conociendo a Rey, el
mayor de seis críos, tan protector de sus hermanos que les da sus raciones a
los más pequeños, tan valiente que rebusca en las praderas de un distrito
cuyos agentes de la paz son mucho menos complacientes que los nuestros.
Rey, el niño que, cuando le preguntas por lo que más ama en el mundo,
contesta que la música, nada más y nada menos.


-¿La música?.. -repito. En nuestro mundo, la música está al mismo nivel
que los lazos para el pelo y los arco iris, en cuando a utilidad se refiere. Al
menos los arco iris te dan una pista sobre el clima-. ¿Tienes mucho tiempo
para eso?..

-Cantamos en casa y también en el trabajo. Por eso me encanta tu
insignia..
-añade, señalando el sinsajo; yo me había vuelto a olvidar de su
existencia.

-¿Tenéis sinsajos?..

-Oh, sí, algunos son muy amigos míos. Nos dedicamos a cantar juntos
durante horas y llevan los mensajes que les doy...

-¿Qué quieres decir?...

-Suelo ser el que está más alto, así que soy el primero que ve la bandera
que señala el fin de la jornada. Canto una cancioncilla especial.. -
dice; entonces
abre la boca y canta una melodía de cuatro notas con una voz clara y dulce- y
los sinsajos la repiten por todo el huerto. Así la gente sabe cuándo parar. Sin
embargo, pueden ser peligrosos si te acercas demasiado a sus nidos, aunque
es lógico...

-Toma, quédatelo tú..
-le digo, quitándome la insignia-. Significa más para
ti que para mí...

-Oh, no.. -
contesta el, cerrándome los dedos sobre la insignia que tengo
en la mano-. Me gusta vértelo puesto, por eso decidí que eras de confianza.
Además, tengo esto...
-Se saca de debajo de la camisa un collar tejido con una
especie de hierba. De él cuelga una estrella de madera tallada toscamente; o
quizá sea una flor-. Es un amuleto de la buena suerte...

-Bueno, por ahora funciona
-respondo, volviendo a prenderme el sinsajo
a la camisa-. Quizá te vaya mejor sólo con él...



A la hora de la comida ya tenemos un plan; lo llevaremos a cabo a media
tarde. Ayudo a Rey a recoger y colocar la madera para la primera de dos
fogatas, aunque la tercera tendrá que prepararla el solo. Decidimos reunimos
después en el sitio donde hicimos nuestra primera comida juntos, ya que el
arroyo debería facilitarme la tarea de encontrarlo. Antes de partir me aseguro
de que el niño esté bien provisto de comida y cerillas, incluso insisto en que se
lleve mi saco de dormir, por si no logramos encontrarnos antes de que caiga la
noche.


-¿Y tú qué? ¿No pasarás frío?.. -me pregunta.

-No si cojo otro saco en el lago.. -respondo-. Ya sabes, aquí robar no es
ilegal..
-añado, sonriendo.


En el último minuto, Rey decide enseñarme su señal de sinsajo, la que
canta para anunciar que ha terminado la jornada.


-Quizá no funcione, pero, si oyes a los sinsajos cantarla, sabrás que estoy
bien, aunque no pueda regresar en ese momento...

-¿Hay muchos sinsajos por aquí?...

-¿No los has visto? Tienen nidos por todas partes..
-responde. Reconozco
que no me he dado cuenta.

-Pues vale. Si todo va según lo previsto, te veré para la cena.. -le digo.


De repente, Rey me rodea el cuello con los brazos; vacilo un instante, pero
acabo devolviéndole el abrazo.


-Ten cuidado.. -
me pide.

-Y tú.. -
respondo; después me vuelvo y me dirijo al arroyo, algo
preocupada. Preocupada por que Rey acabe muerto, por que Rey no acabe
muerto y nos quedemos los dos hasta el final, por dejar a Rey solo, por haber
dejado a Mich solo en casa. No, Mich tiene a mi madre, a Puck y a un panadero
que me ha prometido que no la dejará pasar hambre. Rey sólo me tiene a mí.


Una vez en el arroyo, no hay más que seguir su curso colina abajo hasta el
lugar en que empecé a recorrerlo, después del ataque de las avispas. Tengo
que moverme con precaución por el agua, porque no dejo de hacerme
preguntas sin respuesta, la mayoría sobre Brittany. Esta mañana ha sonado un
cañonazo. ¿Era para anunciar su muerte? Si es así, ¿cómo ha muerto? ¿A
manos de un profesional? ¿Y habrá sido para vengarse de que me dejase
escapar? Intento recordar de nuevo aquel momento junto al cadáver de
Hanna, cuando apareció entre los árboles. Sin embargo, el hecho de que
estuviese brillando me hace dudar de todo lo que sucedió ¿Por que brillaba? eso es raro, aunque no mas raro que la mariposa.


Tardo pocas horas en llegar a la zona poco profunda donde me bañé, lo
que significa que ayer tuve que moverme muy despacio. Hago un alto para
llenar la botella de agua y añado otra capa de barro a la mochila, que parece
decidida a seguir siendo naranja, independientemente de la cantidad de
camuflaje que le ponga.


Mi proximidad al campamento de los profesionales hace que se me
agucen los sentidos y, cuanto más me acerco a ellos, más alerta estoy; me
detengo con frecuencia para prestar atención a ruidos extraños, con una flecha
preparada en la cuerda del arco. No veo a otros tributos, pero sí que descubro
algunas de las cosas que ha mencionado Rey: arbustos de bayas dulces; otro
con las hojas que me curaron las picaduras; grupos de nidos de rastrevíspulas
cerca del árbol en el que me quedé atrapada; y, de cuando en cuando, el
parpadeo blanco y negro del ala de un sinsajo en las ramas que tengo encima.


Llego al árbol que tiene el nido abandonado en el suelo y me detengo un
momento para reunir valor. Rey me ha dado instrucciones específicas para
llegar desde este punto al mejor escondite desde el que espiar el lago.


"Recuerda -me digo-, tú eres la cazadora, no ellos..."


Cojo el arco con decisión y sigo adelante. Llego hasta el bosquecillo del
que me ha hablado Rey y, de nuevo, admiro su astucia: está justo al borde del
bosque, pero el frondoso follaje es tan espeso por abajo que puedo observar
fácilmente el campamento de los profesionales sin que ellos me vean. Entre
nosotros está el amplio claro en el que comenzaron los juegos.


Hay cuatro tributos: el chico del Distrito 1, Sebastian y la chica del Distrito 2, y
un chico escuálido y pálido que debe de ser del Distrito 3. No me causó
ninguna impresión durante el tiempo que pasamos en el Capitolio; no recuerdo
casi nada de él, ni su traje, ni su puntuación en el entrenamiento, ni su
entrevista. Incluso ahora que lo tengo sentado delante, jugueteando con una
especie de caja de plástico, resulta fácil no hacerle caso al lado de sus
compañeros, más grandes y dominantes. Sin embargo, algún valor tendrá para
ellos, porque, si no, no se habrían molestado en dejarlo vivir. En cualquier
caso, verlo sólo sirve para hacerme sentir más incómoda sobre los motivos de
los profesionales para ponerlo de guardia, para no matarlo.


Los cuatro tributos parecen seguir recuperándose del ataque de las
avispas. Aunque estoy un poco lejos, distingo los bultos hinchados de las
picaduras. Seguramente no habrán tenido la sensatez necesaria para quitarse
los aguijones o, si lo han hecho, no saben nada de las hojas curativas. Al
parecer, las medicinas que encontraron en la Cornucopia no les han servido de
nada.


La Cornucopia sigue donde estaba, aunque sin nada en el interior. La
mayoría de las provisiones, metidas en cajas, sacos de arpillera y
contenedores de plástico, están apiladas en una ordenada pirámide a una
distancia bastante cuestionable del campamento. Otras cosas se han quedado
diseminadas por el perímetro de la pirámide, como si imitaran la disposición de
suministros alrededor de la Cornucopia al principio de los juegos. Una red
cubre la pirámide en sí, aunque no le veo otra utilidad que alejar a los pájaros.
La configuración en su conjunto me resulta desconcertante. La distancia, la
red y la presencia del chico del Distrito 3. Lo que está claro es que destruir
estos suministros no va a ser tan sencillo como parece; tiene que haber otro
factor en juego, y será mejor que me quede quieta hasta descubrir cuál es. Mi
teoría es que la pirámide tiene algún tipo de trampa; se me ocurren pozos
escondidos, redes que caen sobre los incautos o un cable que, al romperse,
lanza un dardo venenoso directo al corazón. Las posibilidades son infinitas,
claro.


Mientras le doy vueltas a mis opciones, oigo a Sebastian gritar algo. Está
señalando al bosque, lejos de mí, y, sin necesidad de mirar, sé que Rey habrá
encendido ya la primera hoguera. Nos aseguramos de recoger la suficiente
madera verde para que el humo se viese bien. Los profesionales empiezan a
armarse de inmediato.


Se inicia una pelea; gritan tan fuerte que oigo que discuten si el chico del
Distrito 3 debe quedarse o acompañarlos.


-Se viene. Lo necesitamos en el bosque y aquí ya ha terminado su
trabajo. Nadie puede tocar los suministros...
-dice Sebastian.

-¿Y la chica enamorada?.. -pregunta el chico del Distrito 1.

-Ya te he dicho que te olvides de ella. Sé dónde le di el corte. Es un milagro
que todavía no se haya desangrado. De todos modos, ya no está en
condiciones de robarnos...



Así que Brittany está en el bosque, malherida. Sin embargo, sigo sin saber
qué la llevó a traicionar a los profesionales.


-Venga... -Insiste Sebastian, y le pasa una lanza al chico del Distrito 3; después
se alejan en dirección a la fogata. Lo último que oigo cuando entran en el
bosque es:-Cuando la encontremos, la mato a mi manera, y que nadie se
meta...



Por algún motivo, dudo que se refiera a Brittany; no fue ella la que les tiró el
nido encima.


Me quedo donde estoy una media hora, intentando decidir qué hacer con
las provisiones. Mi ventaja con el arco y las flechas es la distancia, podría
disparar sin problemas una flecha ardiendo a la pirámide (con mi puntería
puedo meterla por uno de los agujeros de la red), pero eso no me garantiza
que prenda. Lo más probable es que se apague sola y, entonces, ¿qué? No
lograría nada y les habría dado demasiado información sobre mí; que estoy
aquí, que tengo un cómplice y que sé usar el arco con precisión.


No tengo alternativa: habrá que acercarse más y ver si descubro qué está
protegiendo los suministros. De hecho, estoy a punto de salir al descubierto
cuando un movimiento me llama la atención. A varios metros a mi derecha, veo
a alguien salir del bosque. Durante un momento creo que es Rey, hasta que
reconozco a la chica con cara de comadreja (es la que no lograba recordar esta
mañana), que se acerca a rastras al alijo. Cuando por fin decide que no hay
peligro, corre hacia la pirámide dando pasitos rápidos. Justo antes de llegar al
círculo de suministros que hay esparcidos alrededor, se detiene, mira por el
suelo y coloca los pies con cuidado en un punto. Después se acerca a la
pirámide dando unos extraños saltitos, a veces a la pata coja, otras
balanceándose un poco y otras arriesgándose a dar unos cuantos pasos. En
cierto momento se lanza por el aire por encima de un barrilito y aterriza de
puntillas. Sin embargo, se ha dado demasiado impulso y cae hacia adelante,
dando un chillido al tocar el suelo con las manos. Como ve que no pasa nada,
se pone rápidamente de pie y sigue adelante hasta llegar a las cosas.


Por lo visto, tengo razón con respecto a las trampas, aunque parece algo
más complicado de lo que me imaginaba. También tenía razón acerca de la
chica: debe de ser muy astuta para haber descubierto el camino seguro hasta
la comida y ser capaz de reproducirlo con tanta precisión. Se llena la mochila
sacando algunos artículos de varios contenedores: galletas saladas de una
caja, un puñado de manzanas de un saco de arpillera colgado en el lateral de
un cubo. Procura no coger demasiado, para que nadie note que falta comida,
para que nadie sospeche. Después repite su extraño baile hasta abandonar el
círculo y sale corriendo de nuevo por el bosque, sana y salva.


Me doy cuenta de que tengo los dientes apretados por la frustración; la
Comadreja me ha confirmado lo que ya suponía, pero ¿qué clase de trampa
requerirá tanta destreza y tendrá tantos puntos de disparo? ¿Por qué chilló la
chica cuando tocó el suelo con las manos? Cualquiera habría pensado...,
entonces empiezo a entenderlo..., cualquiera habría pensado que iba a estallar.


-Está minado -susurro.


Eso lo explica todo: lo poco que les importaba a los profesionales dejar los
suministros sin vigilancia, la reacción de la Comadreja, la participación del
chico del Distrito 3, el distrito de las fábricas, donde producían televisores,
automóviles y explosivos. ¿Y de dónde los habrá sacado? ¿De las provisiones?


No es el tipo de arma que suelen proporcionar los Vigilantes, ya que prefieren
ver a los tributos destrozarse cara a cara. Salgo de los arbustos y me acerco a
las placas metálicas redondas que suben a los tributos al estadio. Se nota que
han escarbado el suelo a su alrededor para después volver a aplanarlo. Las
minas se desactivan después de los sesenta segundos que tenemos que pasar
encima de las plataformas, pero el chico del Distrito 3 debe de haber
conseguido reactivarlas. Nunca había visto algo así en los juegos, seguro que
hasta los Vigilantes están sorprendidos.


Bueno, pues un hurra por el chico del Distrito 3, que ha sido capaz de
superarlos, pero ¿qué hago yo? Está claro que no puedo meterme en ese
laberinto sin acabar volando por los aires. En cuanto a lanzar una flecha
ardiendo, sería una tontería. Las minas se activan con la presión, y no tiene
que ser una presión muy grande. Un año a una chica se le cayó su símbolo,
una pelotita de madera, cuando todavía estaba en la plataforma, y tuvieron que
raspar sus restos del suelo, literalmente.


Tengo los brazos fuertes, podría lanzar algunas piedras y luego... ¿qué?
¿Activar una mina, quizá? Eso iniciaría una reacción en cadena. ¿O no?
¿Habrá puesto el chico del Distrito 3 las minas de forma que el estallido de una
sola no afecte a las otras? Así se aseguraría de la muerte del invasor sin poner
el peligro los suministros. Aunque sólo hiciese estallar una mina, seguro que
los profesionales volverían corriendo a por mí. De todos modos, ¿en qué estoy
pensando? Está la red, precisamente colocada para evitar un ataque por el
estilo. Además, lo que de verdad necesito es lanzar unas treinta rocas a la vez,
disparar una reacción en cadena y destruirlo todo.


Vuelvo la vista atrás, hacia el bosque: el humo de la segunda fogata de
Rey sube por el cielo. Los profesionales deben de haber empezado a
sospechar que se trata de una trampa. Se me agota el tiempo.


Sé que todo esto tiene solución, y que sólo tengo que concentrarme a
fondo. Me quedo mirando la pirámide, los cubos y las cajas, todo ello
demasiado pesado como para derribarlo de un flechazo. Quizá alguno
contenga aceite para cocinar; a punto de revivir la idea de la flecha ardiendo,
me doy cuenta de que podría acabar perdiendo las doce flechas sin darle a un
contenedor de aceite, ya que estaría tirando a ciegas. Estoy pensando en
intentar recrear el camino de la Comadreja hacia la pirámide, con la esperanza
de encontrar nuevas formas de destrucción, cuando me fijo en el saco de
manzanas. Podría cortar la cuerda de un flechazo, como en el Centro de
Entrenamiento. Es una bolsa grande, aunque puede que sólo disparase una
explosión. Si pudiera soltar todas las manzanas...


Ya sé qué hacer. Me pongo a tiro y me doy un límite de tres flechas para
conseguirlo. Coloco los pies con cuidado, me aislo del resto del mundo y afino
la puntería. La primera flecha rasga el lateral del saco, cerca de la parte de
arriba, y deja una raja en la arpillera. La segunda la convierte en un agujero.


Veo que una de las manzanas empieza a tambalearse justo cuando disparo la
tercera flecha, acierto en el trozo rasgado de arpillera y lo arranco de la bolsa.
Todo parece paralizarse durante un segundo. Después, las manzanas se
esparcen por el suelo y yo salgo volando por los aires.


.......................................................................................................

...Holisss... otro cap para q disfruten, muy buena noche para todas y nos vemos mañana para otra actualizacion..

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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por Ali_Pearce Vie Oct 04, 2013 9:56 pm

[Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6 - Página 3 304001509 ¿Que paso? ¿Por que salio volando por los aires? xD eres malvada, lo cortas en lo más interesante. Me preocupa Brittany, Sebastian dijo que estaba herida y cabe la posibilidad que el cañon disparado haya sido por ella...espero que no. Me encanta la alianza entre Ray y Santana, creo que es una alianza de inteligencia...¿tendrán de eso los profesionales? vale más un buen cerebro pensante que músculos ¿No? 
¿Mañana subiras capítulo? :3 ¡Genial! Me encanta está historia de echo es mi favorita. 
Ok, hasta el proximo capítulo...Saludos!
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por micky morales Sáb Oct 05, 2013 9:40 am

ahora pq saldria volando por los aires? en realidad es una buena historia pero a mi parecer algo lenta, aunque me gusta!
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por monica.santander Sáb Oct 05, 2013 1:26 pm

Hola que tal!! Buenisimo el capitulo y ahora por donde andara Britt y encima herida??
saludos
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por annie_5613 Sáb Oct 05, 2013 5:28 pm

Donde estará Brit??
Y que le pasó a Santana?
y yo no vine con esa intención, pelear no formaba parte de las razones de ese comentario, en serio
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Activo [FIC BRITTANA] LOS JUEGOS DEL HAMBRE... "Capitulo 17"

Mensaje por gatituu *_* Lun Oct 07, 2013 9:45 pm



Ali_Pearce; es tu historia favorita??? aww me siento halagada.. ajajaja no es de mala, ahi se terminaba el capitulo, en los libros sta asi, no fui yo... pero si tengo la culpa de haber dejado el suspenso todo el finde, pero no pude actualizar.. mmm nose habra sido x Brittany el cañon?? esperemos q no, pero no se sabe... si es una alianza inteligente esa, los profesionales, son mas brutos, no inteligentes.. veremos q susede...

micky morales; salio x los aires, debido a la explosion... si esta buena la hiustoris per concuerdo con vos en q es algo lenta, igual yo como lectora segun q historia sea me gusta q sean algo lentas, y se desarrolle bien, el se conocieron en el segundo dia y al cuarto ya vivieronj felices para siempre no me va ajajaja.. igual esta no es una historia de amor, tiene un poco de romanticismo para yamar a los lectores...

monica.santander; mmm no sabemos todavia, no se sabe si el cañonaso fue x ella, esperemos q no, pero yo creo q en los proximos capitulos ya sabremos, hasta ahora sabemos q esta herida...

annie_5613; jajajaja ya se q no era lña intencion de pelear, esta ba jodiendo jajaja.... mmmm nose donde estara Brittany, estara viva?? y Santana vamos a ver como termina y xq salio volando...


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..Holiiiszs.. primero q nada perdon x no actualizar el finde, pero no pude, pero actualizo toda la semana como ya les dije.. asiq mañana subo otro capitulo...

Besotes...[Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6 - Página 3 210293833 


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CAPITULO 17;






El impacto con la dura tierra de la llanura me deja sin aliento, y la mochila
no hace mucho por suavizar el golpe. Por suerte, el carcaj se me ha quedado
colgado del codo, por lo que se libran tanto él como mi hombro; además, no he
soltado el arco. El suelo sigue temblando por los estallidos, pero no los oigo, en
estos momentos no oigo nada. Sin embargo, las manzanas deben de haber
activado las minas suficientes y los escombros están disparando las demás.


Consigo protegerme la cara con los brazos de una lluvia de trocitos de materia,
algunos ardiendo. Un humo acre lo llena todo, lo que no resulta muy adecuado
para alguien que intenta recuperar la respiración.


Al cabo de un minuto, el suelo deja de vibrar, ruedo por el suelo y me
permito un momento de satisfacción ante las ruinas ardientes de lo que antes
fuera la pirámide. Los profesionales no van a conseguir salvar nada.


"Será mejor que salga de aquí, seguro que vienen pitando", pienso.


Sin embargo, al ponerme de pie, me doy cuenta de que escapar no va a
ser tan fácil. Estoy mareada, no sólo algo tambaleante, sino con un mareo de
esos que hacen que los árboles te den vueltas alrededor y la tierra se mueva
bajo los pies. Doy unos pasos y, de algún modo, acabo a cuatro patas. Espero
unos minutos a que se me pase, pero no se me pasa.


Empieza a entrarme el pánico. No debo quedarme aquí, la huida resulta
indispensable, pero no puedo ni andar, ni oír. Me llevo una mano a la oreja
izquierda, la que estaba vuelta hacia la explosión, y veo que se mancha de
sangre. ¿Me he quedado sorda? La idea me asusta porque, como cazadora,
confío en mis oídos tanto como en mis ojos, quizá más algunas veces. En
cualquier caso, no dejaré que se me note el miedo; estoy completa y
absolutamente segura de que me están sacando en directo en todas las
pantallas de televisión de Panem.


"Nada de rastros de sangre", me digo.  


Consigo echarme la capucha y atarme el cordón bajo la barbilla con unos dedos que no se puede decir que ayuden mucho. Eso servirá para absorber un poco de sangre. No puedo caminar, pero ¿puedo arrastrarme? Intento avanzar; sí, si voy muy despacio, puedo arrastrarme. Casi todas las zonas del bosque resultarían insuficientes para ocultarme. Mi única esperanza es llegar al bosquecillo de Rey y ocultarme entre la vegetación. Si me quedo aquí, a cuatro patas, en campo abierto, no sólo me matarán, sino que Sebastian se asegurará de que sea una muerte lenta y dolorosa. La mera idea de que Mich lo vea todo hace que me dirija
obstinadamente, centímetro a centímetro, a mi escondite.


Otro estallido me hace caer de morros; una mina alejada que se habrá
disparado al caerle encima una caja. Pasa otras dos veces más, lo que me
recuerda a los últimos granos que saltan cuando Mich y yo hacemos palomitas
en la chimenea.


Decir que lo consigo en el último momento es decir poco: justo cuando
llego a rastras hasta el enredo de arbustos al pie de los árboles, aparece Sebastian
en el llano, seguido de sus compañeros. Su rabia es tan exagerada que podría
resultar cómica (así que es cierto que la gente se tira de los pelos y golpea el
suelo con los puños...), si no supiera que iba dirigida a mí, a lo que le he hecho.
Si a ello le añadimos que estoy cerca y que no soy capaz de salir corriendo, ni
de defenderme, lo cierto es que estoy aterrada. Me alegro de que mi escondite
no permita a las cámaras verme de cerca, porque estoy mordiéndome las uñas
como loca, arrancándome los últimos trocitos de esmalte para que no me
castañeteen los dientes.


El chico del Distrito 3 ha estado tirando piedras al destrozo y debe de
haber concluido que se han activado todas las minas, porque los profesionales
se acercan.


Sebastian ha terminado con la primera fase de su rabieta y descarga su ira en
los restos quemados, dándoles patadas a los contenedores. Los otros tributos
examinan el desastre en busca de algo que pueda salvarse, pero no hay nada.


El chico del Distrito 3 ha hecho su trabajo demasiado bien; a Sebastian debe de
habérsele ocurrido la misma idea, porque se vuelve hacia el chico y parece
gritarle. El pobre sólo tiene tiempo de volverse y empezar a correr antes de que
Sebastian lo coja por el cuello desde atrás. Veo cómo se le hinchan los músculos de
los brazos mientras sacude la cabeza del chico de un lado a otro.
Así de rápida es la muerte del chico del Distrito 3.


Los otros dos profesionales parecen intentar calmar a Sebastian. Me doy cuenta
de que él quiere volver al bosque, pero ellos no dejan de señalar al cielo, lo que
me desconcierta, hasta que me doy cuenta.


"Claro, creen que el que ha provocado las explosiones está muerto."



No saben lo de las flechas y las manzanas. Han dado por supuesto que la
trampa estaba mal y que el tributo que la activó ha volado en pedazos. El
cañonazo podría haberse perdido fácilmente entre los estallidos. Los restos
destrozados del ladrón se los habría llevado un aerodeslizador. Los tributos se
retiran al otro lado del lago para dejar que los Vigilantes se lleven el cadáver
del chico del Distrito 3. Y esperan.


Supongo que se oye un cañonazo, porque aparece un aerodeslizador y se
lleva al chico muerto. El sol se pone en el horizonte. Cae la noche. En el cielo
veo el sello y sé que debe de haber empezado el himno. Un momento de
oscuridad y después ponen la imagen del chico del Distrito 3; también la del
chico del Distrito 10, que debe de haber muerto esta mañana. Después
reaparece el sello. Bueno, ya lo saben, el saboteador ha sobrevivido.


A la luz del sello veo que Sebastian y la chica del Distrito 2 se ponen las gafas de visión nocturna. El chico del Distrito 1 prende una rama de árbol a modo de antorcha, lo que ilumina sus rostros lúgubres y decididos. Los profesionales vuelven a los bosques para cazar.


El mareo ha remitido y, aunque el oído izquierdo sigue sordo, puedo oír un
zumbido en el derecho; buena señal. Sin embargo, no tiene sentido salir de
aquí, en la escena del crimen estoy todo lo segura que puedo estar. Seguro
que piensan que el saboteador les lleva dos o tres horas de ventaja. De todos
modos, pasa un buen rato hasta que me arriesgo a moverme.


Lo primero que hago es sacar mis gafas y ponérmelas, lo que me relaja un
poco, porque así, al menos, cuento con uno de mis sentidos de cazadora. Bebo
un poco de agua y me lavo la sangre de la oreja. Como me da miedo que el
olor a carne atraiga a depredadores no deseados (ya es bastante malo que
huelan la sangre fresca), me alimento con los vegetales, raíces y bayas que
Rey y yo recogimos esta mañana.


¿Dónde está mi pequeño aliado? ¿Habrá conseguido llegar al punto de
encuentro? ¿Estará preocupado por mí? Al menos, el cielo ha dejado claro que
los dos seguimos vivos.


Cuento con los dedos los tributos que quedan: el chico del 1, los dos del 2,
la Comadreja, los dos del 11 y el 12. Sólo ocho; las apuestas deben de estar
poniéndose interesantes en el Capitolio, seguro que estarán emitiendo
reportajes especiales sobre todos nosotros, y probablemente entrevisten a
nuestros amigos y familiares. Hace ya mucho tiempo que no había un tributo
del Distrito 12 entre los ocho finalistas, y ahora estamos dos, aunque, por lo
que ha dicho Sebastian, Brittany no durará. Tampoco es que importe mucho lo que
diga Sebastian. ¿Acaso no acaba de perder toda su reserva de provisiones?


"Que empiecen los Septuagésimo Cuartos Juegos del Hambre, Sebastian
-pienso-. Que empiecen de verdad.."



Se ha levantado una brisa fría, así que me dispongo a coger el saco de
dormir... hasta que me doy cuenta de que se lo dejé a Rey. Se suponía que yo
iba a coger otro, pero, con todo el lío de las minas, se me olvidó. Empiezo a
temblar; como, de todos modos, pasar la noche subida a un árbol no sería
sensato, escarbo un agujero bajo los arbustos, y me cubro con hojas y agujas
de pino.


Sigo estando helada; me echo el trozo de plástico en la parte de arriba y
coloco la mochila de forma que bloquee el viento. La cosa mejora un poco y
empiezo a comprender a la chica del Distrito 8, la que encendió la fogata la
primera noche. Sin embargo, ahora soy yo la que tiene que apretar los dientes
y aguantar hasta que se haga de día. Más hojas, más agujas de pino. Meto los
brazos dentro de la chaqueta, me hago un ovillo y, de algún modo, consigo
dormirme.

........................................

Cuando abro los ojos, el mundo sigue pareciéndome algo fracturado, y
tardo un minuto en darme cuenta de que el sol debe de estar muy alto y las
gafas hacen eso con mi vista. Me siento para quitármelas y, justo entonces,
oigo unas risas en algún lugar cerca del lago; me quedo quieta. Las risas están
distorsionadas, pero el hecho de que las oiga quiere decir que estoy
recuperando la audición. Sí, mi oído derecho vuelve a funcionar, aunque sigue
zumbándome. En cuanto al izquierdo, bueno, al menos ya no sangra.


Me asomo entre los arbustos, temiendo que hayan regresado los
profesionales y esté atrapada durante un tiempo indefinido. No, es la
Comadreja, de pie entre los escombros y muerta de risa. Es más lista que los
profesionales, porque logra encontrar unos cuantos artículos útiles entre las
cenizas: una olla metálica y un cuchillo. Me desconcierta su alegría hasta que
caigo en que la eliminación de los profesionales le da una posibilidad de
supervivencia, igual que al resto de nosotros.


Se me pasa por la cabeza salir de mi escondite y reclutarla como
segunda aliada, pero lo descarto. Su sonrisa maliciosa tiene algo que me
deja claro que si me hiciera amiga de la Comadreja acabaría con un puñal
clavado en la espalda. Si tuviera eso en cuenta, éste sería el momento perfecto para dispararle una flecha; sin embargo, la chica oye algo que no soy yo, porque vuelve la cabeza en dirección contraria, hacia el lugar donde nos soltaron, y vuelve corriendo al bosque. Espero. Nada, no aparece nadie. Sea como fuere, si a ella le ha parecido peligroso, quizás haya llegado el momento de que me marche yo
también. Además, estoy deseando contarle a Rey lo de la pirámide.


Como no tengo ni idea de dónde están los profesionales, la ruta de
regreso por el arroyo parece tan buena como cualquier otra. Me apresuro, con
el arco preparado en una mano y un trozo de granso frío en la otra; ahora estoy
muerta de hambre, y no me vale con hojas y bayas, sino que me faltan la grasa
y las proteínas de la carne.


La excursión hasta el arroyo transcurre sin incidentes. Una vez allí,
recojo agua y me lavo, prestando especial atención a la oreja herida.
Después avanzo colina arriba utilizando el arroyo como guía.
En cierto momento descubro huellas de botas en el barro de la orilla; los
profesionales han estado aquí, aunque no ha sido hace poco. Las huellas son
profundas porque se hicieron en barro húmedo, pero ahora están casi secas
por el calor del sol. Yo no he tenido mucho cuidado con mis propias huellas,
creía que unas pisadas ligeras y la ayuda de las agujas de pino ayudarían a
esconderlas. Ahora me quito las botas y los calcetines, y camino descalza por
la orilla.


El agua fresca tiene un efecto revitalizante, tanto en mi cuerpo como en mi
ánimo. Cazo dos peces fácilmente en las lentas aguas del arroyo y me como
uno crudo, aunque acabo de tomarme el granso. El segundo lo guardaré para
Rey.


Poco a poco, sutilmente, el zumbido del oído derecho disminuye hasta
desaparecer por completo. De vez en cuando me toco la oreja izquierda
intentando limpiar cualquier cosa que me esté impidiendo detectar sonidos,
pero, si hay mejoría, no la detecto. No me adapto a la sordera de un oído, hace
que me sienta desequilibrada e indefensa por la izquierda, incluso ciega. No
dejo de volver la cabeza hacia ese lado, mientras mi oído derecho intenta
compensar el muro de vacío por el que ayer entraba un flujo constante de
información. Cuanto más tiempo pasa, menos esperanzas me quedan de que
la herida pueda curarse.


Cuando llego al lugar de nuestro primer encuentro, estoy segura de que no
ha venido nadie. No hay ni rastro de Rey, ni en el suelo, ni en los árboles. Qué
raro, ya debería haber regresado: es mediodía. Está claro que ha pasado la
noche en un árbol de alguna otra parte. ¿Qué otra cosa podía hacer sin luz y
con los profesionales recorriendo los bosques con sus gafas de visión
nocturna? Además, la tercera fogata que tenía que encender era la que estaba
más lejos de nuestro campamento, aunque se me olvidó comprobar si la
encendía. Seguramente intenta hacer el camino de vuelta con sigilo; ojalá se
diera prisa, porque no quiero quedarme demasiado tiempo por aquí, quiero
pasar la tarde avanzando hacia un terreno más alto y cazar por el camino. En
cualquier caso, no me queda más remedio que esperar.


Me lavo la sangre de la chaqueta y el pelo, y limpio mi creciente lista de
heridas. Las quemaduras están mucho mejor, pero, aun así, me echo un poco
de pomada. Lo prioritario ahora es evitar una infección. Me como el segundo
pez, porque no va a durar mucho con este calor y no me resultará difícil cazar
algunos más para Rey..., si aparece de una vez.


Como me siento muy vulnerable en el suelo, con un oído menos, me subo
a un árbol a esperar. Si aparecen los profesionales, será un buen punto desde
el que dispararles. El sol se mueve lentamente y hago lo que puedo por pasar
el tiempo: mastico hojas y me las aplico a las picaduras, que ya se han
desinflado, pero siguen doliendo un poco; me peino el pelo mojado con los
dedos y lo trenzo; me ato los cordones de las botas; compruebo el arco y las
flechas que me quedan; hago pruebas con el oído izquierdo, agitando una hoja
al lado de la oreja para ver si da señales de vida, pero sin buenos resultados.


A pesar del granso y los peces, me empieza a rugir el estómago y sé que
voy a tener lo que en el Distrito 12 llamamos un día hueco. Son esos días en
los que da igual lo mucho que te llenes la tripa, porque nunca es suficiente.
Como estar en el árbol sin hacer nada empeora las cosas, decido rendirme. Al
fin y al cabo, he perdido mucho peso en el estadio, necesito más calorías y
tener el arco me da confianza en mis posibilidades.


Abro lentamente un puñado de nueces y me las como; mi última galleta; el
cuello del granso, que me viene bien, porque tardo un rato en dejarlo limpio;
después me trago una ala y el pájaro es historia. Sin embargo, como es un día
hueco, a pesar de todo, sueño despierta con más comida, sobre todo con las
recetas decadentes que sirven en el Capitolio: el pollo en salsa de naranja, las
tartas y el pudin, el pan con mantequilla, los fideos en salsa verde, el estofado
de cordero y ciruelas pasas. Chupo unas cuantas hojas de menta y me digo
que tengo que superarlo; la menta es buena, porque a menudo bebemos té con
menta después de la cena, así que sirve para engañar a mi estómago y hacerle
pensar que ya ha terminado la hora de comer; más o menos.


Colgada del árbol, con el calor del sol, la boca llena de menta, el arco y las
flechas a mano..., es el momento más relajado que he tenido desde que llegué
al estadio. Si apareciese Rey y pudiéramos marcharnos... Conforme crecen las
sombras, también lo hace mi inquietud. A última hora de la tarde ya he decidido
salir en su busca; al menos, puedo pasarme por el lugar en que encendió el
tercer fuego y ver si encuentro pistas sobre su ubicación.


Antes de irme esparzo algunas hojas de menta alrededor de nuestra
antigua fogata. Como las recogimos a cierta distancia de aquí, Rey entenderá
que he estado aquí, mientras que para los profesionales no significaría nada.


En menos de una hora me encuentro en el lugar donde acordamos hacer
la tercera fogata y noto que algo va mal. La madera está bien colocada,
mezclada de forma experta con yesca, pero no se ha encendido. Aunque Rey
preparó el fuego, no volvió para prenderlo. En algún momento posterior a la
segunda columna de humo que vi antes de la explosión, el se metió en
problemas.


Tengo que recordarme que sigue vivo, ¿o no? A lo mejor el cañonazo que
señalaba su muerte sonó de madrugada, cuando mi oído bueno estaba
demasiado dolorido para captarlo. ¿Aparecerá esta noche en el cielo? No, me
niego a creerlo, podría haber un centenar de explicaciones diferentes: se ha
perdido, o se ha encontrado con una jauría de depredadores o con otro tributo,
como Lauren Zizes, y ha tenido que esconderse. Pasara lo que pasara, estoy casi
segura de que está por alguna parte, en algún lugar entre el segundo fuego y el
que tengo al lado; algo la mantiene encaramada a un árbol.
Creo que iré a por ese algo.


Es un alivio estar en movimiento después de pasar toda la tarde sentada.
Me arrastro en silencio por las sombras, dejando que me oculten, pero no veo
nada sospechoso; no hay signos de lucha, ni agujas rotas en el suelo. Me paro
un momento y lo oigo, aunque tengo que inclinar la cabeza para asegurarme:
ahí está otra vez, es la melodía de cuatro notas de Rey, cantada por un
sinsajo. La melodía que me dice que sigue vivo.


Sonrío y avanzo hacia el pájaro. Otro repite un puñado de notas un poco
más allá, lo que significa que Rey ha estado cantándoles hace poco; si no, ya
habrían pasado a otra canción. Levanto la mirada en busca de la niña, trago
saliva y canto la melodía en voz baja, esperando que ella sepa que es seguro
reunirse conmigo. Un sinsajo la repite y, entonces, oigo el grito.


Es un grito infantil, un grito de niño, y en el estadio no puede pertenecer a
nadie más que a Rey. Empiezo a correr sabiendo que puede ser una trampa,
sabiendo que los tres profesionales pueden estar preparados para atacarme,
pero no puedo evitarlo. Oigo otro grito agudo, aunque esta vez es mi nombre:


-¡Santana, Santana!...

-¡Rey!... -respondo, para que sepa que estoy cerca, para que ellos sepan
que estoy cerca y, con suerte, la idea de que está cerca la chica que los ha
atacado con rastrevíspulas y que ha conseguido un once que todavía no se
explican baste para que dejen en paz al niño-. ¡Rey! ¡Ya voy!..


Cuando llego al claro, el está en el suelo, atrapado por una red. Tiene el
tiempo justo de sacar la mano a través de la malla y gritar mi nombre antes de
que lo atraviese la lanza.

......................................................................................................

...Nos vemos mañana niñas...
gatituu *_*
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por monica.santander Lun Oct 07, 2013 10:54 pm

Huyy pobre Rey!!!
Quiero saber que paso con Britt!!
Saludos
monica.santander
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-*-*-
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por Ali_Pearce Mar Oct 08, 2013 3:39 pm

[Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6 - Página 3 304001509  No no no no no...pobre Ray. ¿Enserio morirá? No puede...es un niño y además el único amigo de Santana....puff
aquel que se atrevió a matarlo creo que se las verá con Santana. Como ella dijo, ahora si empezarán de verdad los juegos del hambre. 


¡Que buen capítulo! Ok, un saludo...hasta el próximo!
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Activo [FIC BRITTANA] LOS JUEGOS DEL HAMBRE... "Capitulo 18"

Mensaje por gatituu *_* Mar Oct 08, 2013 8:30 pm

CAPITULO 18;





El chico del Distrito 1 muere antes de poder sacar la lanza. Mi flecha se le
clava en el centro del cuello, y él cae de rodillas y reduce el poco tiempo que le
queda de vida al sacarse la flecha y ahogarse en su propia sangre. Yo ya he
recargado y muevo el arco de un lado a otro, mientras le grito a Rey:


-¿Hay más? ¿Hay más?...


Tiene que repetirme varias veces que no antes de que lo oiga.
Rey ha rodado por el suelo con el cuerpo acurrucado sobre la lanza.
Aparto de un empujón el cadáver del chico y saco el cuchillo para liberarlo de la
red.


Con sólo echarle un vistazo a la herida sé que está más allá de mis
conocimientos de sanadora, y seguramente esté más allá de los conocimientos
de cualquiera. La punta de la lanza se ha clavado hasta el fondo en su
estómago. Me agacho a su lado y miro el arma con impotencia; no tiene
sentido consolarlo con palabras, decirle que se pondrá bien, porque no es
idiota. Alarga una mano y me aferró a el como si fuese un salvavidas, como si
fuese yo la que se muere, y no Rey.


-¿Volaste la comida en pedazos?... -susurra.

-Hasta el último trocito...

-Vas a ganar...

-Lo haré. Ahora voy a ganar por los dos... -
le prometo. Oigo un cañonazo y
levanto la vista; debe de ser por el chico del Distrito 1.

-No te vayas.. -me pide, apretándome la mano.

-Claro que no, me quedo donde estoy...


Me acerco más a el y le apoyo la cabeza en mi regazo. Después le
aparto unos tupidos mechones de pelo oscuro de la cara y se los recojo tras la
oreja.


-Canta.. -dice, aunque apenas lo oigo.


"¿Cantar? -pienso-. ¿Cantar el qué?"


Me sé unas cuantas canciones porque, aunque resulte difícil de creer, en
mi hogar hubo música una vez, música que yo ayudé a crear. Mi padre siempre
me animaba con esa voz tan maravillosa que tenía, pero no he cantado desde
su muerte, salvo cuando Mich se pone muy enfermo. Entonces canto las
mismas canciones que le gustaban cuando era un bebé.


Cantar. Las lágrimas me han hecho un nudo en la garganta, y estoy ronca
por el humo y la fatiga, pero si es la última voluntad de Mich, digo, de Rey,
tengo que intentarlo, por lo menos. La canción que me viene a la cabeza es
una nana muy sencilla, una que cantamos a los bebés nerviosos y hambrientos
para que se duerman. Creo que es muy, muy antigua, alguien se la inventó
hace muchos años, en nuestras colinas; es lo que mi profesor de música llama
un aire de montaña. Sin embargo, las palabras son fáciles y tranquilizadoras,
prometen un mañana más feliz que este horrible trozo de tiempo en el que nos
encontramos.


Toso un poco, trago saliva y empiezo:

...En lo más profundo del prado, allí, bajo el sauce,
hay un lecho de hierba, una almohada verde suave;
recuéstate en ella, cierra los ojos sin miedo
y, cuando los abras, el sol estará en el cielo.

Este sol te protege y te da calor,
las margaritas te cuidan y te dan amor,
tus sueños son dulces y se harán realidad
y mi amor por ti aquí perdurará..



Rey ha cerrado los ojos. Todavía se le mueve el pecho, pero cada vez con
menos fuerza. Dejo que se me deshaga el nudo de la garganta y fluyan mis
lágrimas, pero tengo que terminar la canción para el.


En lo más profundo del prado, bien oculta,
hay una capa de hojas, un rayo de luna.
Olvida tus penas y calma tu alma,
pues por la mañana todo estará en calma.

Este sol te protege y te da calor,
las margaritas te cuidan y te dan amor..



Los últimos versos son apenas audibles:


Tus sueños son dulces y se harán realidad
y mi amor por ti aquí perdurará...



Todo queda en silencio; entonces, de una manera que resulta casi
inquietante, los sinsajos repiten mi canción.


Me quedo sentada un momento, viendo cómo mis lágrimas caen sobre su
cara. Suena el cañonazo de Rey, y yo me inclino sobre el y le doy un beso en
la sien. Despacio, como si no quisiera despertarlo, dejo su cabeza en el suelo y
le suelto la mano.


Seguro que quieren que me vaya para poder recoger los cadáveres, y ya
no hay ninguna razón para que me quede. Pongo boca abajo el cadáver del
chico del Distrito 1, le quito la mochila y le arranco la flecha que le ha quitado la
vida. Después corto las correas de la mochila de Rey, porque sé que el
habría querido que me la llevase, pero no le saco la lanza del estómago. Las
armas que estén dentro de los cadáveres se transportan con ellos al
aerodeslizador; no necesito una lanza, así que, cuanto antes desaparezca del
estadio, mejor.


No puedo dejar de mirar a Rey. Parece más pequeño que nunca, un
cachorrito acurrucado en un nido de redes. Me resulta imposible abandonarlo
así; aunque ya no vaya a sufrir más daño, da la impresión de estar
completamente indefenso. El chico del Distrito 1 también parece vulnerable,
ahora que está muerto, así que me niego a odiarlo; a quien odio es al Capitolio
por hacernos todo esto.


Oigo la voz de Puck; sus desvaríos sobre el Capitolio ya no me parecen
inútiles, ya no puedo hacerles caso omiso. La muerte de Rey me ha obligado a
enfrentarme a mi furia contra la crueldad, contra la injusticia a la que nos
someten. Sin embargo, aquí me siento todavía más impotente que en casa,
pues no hay forma de vengarme del Capitolio, ¿verdad?


Entonces recuerdo las palabras de Brittany en el tejado: "Pero desearía
poder encontrar una forma de... de demostrarle al Capitolio que no le
pertenezco, que soy algo más que una pieza de sus juegos."


Por primera vez, entiendo lo que significa.


Quiero hacer algo ahora mismo, aquí mismo, algo que los avergüence, que
los haga responsables, que les demuestre que da igual lo que hagan o lo que
nos obliguen a hacer, porque siempre habrá una parte de cada uno de nosotros
que no será suya. Tienen que saber que Rey era algo más que una pieza de
sus juegos, igual que yo misma.


A pocos pasos de donde estamos hay un lecho de flores silvestres. En
realidad, quizá sean malas hierbas, pero tienen flores con unos preciosos tonos
de violeta, amarillo y blanco. Recojo un puñado y regreso con Rey; poco a
poco, tallo a tallo, decoro su cuerpo con las flores: cubro la fea herida, le rodeo
la cara, y el pelo de vivos colores.


Tendrán que emitirlo o, si deciden sacar otra cosa en este preciso
momento, tendrán que volver aquí cuando recojan los cadáveres, y así todos la
verán y sabrán que lo hice yo. Doy un paso atrás y miro al niño por última
vez; lo cierto es que podría estar dormido de verdad en ese prado.


-Adiós, Rey... -susurro.


Me llevo los tres dedos centrales de la mano izquierda a los labios y
después lo apunto con ellos. Me alejo sin mirar atrás.


Los pájaros guardan silencio. En algún lugar, un sinsajo silba la
advertencia que precede a un aerodeslizador; no sé cómo lo sabe, debe de oír
cosas que los humanos no podemos. Me detengo y clavo la vista en lo que
tengo delante, no en lo que sucede detrás de mí. No tardan mucho; después
continúa el canto de siempre de los pájaros y sé que el se ha ido.


Otro sinsajo, con aspecto de ser joven, aterriza en una rama delante de mí
y entona la melodía de Rey. Mi canción y el deslizador eran demasiado
extraños para que este novicio los repitiese, pero ha dominado el puñado de
notas del niño, las que significan que está a salvo.


-Sano y salvo...-digo al pasar bajo su rama-... Ya no tenemos que
preocuparnos por el..


Sano y salvo.


No tengo ni idea de qué dirección tomar. Ya se ha desvanecido aquella
vaga sensación de estar en casa de la que disfruté la noche que pasé con Rey.
Mis pies me llevan por donde quieren hasta que se pone el sol, y yo no tengo
miedo, ni siquiera estoy alerta, lo que me convierte en una presa fácil, salvo por
el detalle de que mataría a cualquiera que se me pusiera delante. Sin emoción
y sin que me temblasen las manos. El odio que siento por el Capitolio no ha
templado en absoluto el odio que siento por mis competidores, sobre todo por
los profesionales. Al menos a ellos puedo hacérselas pagar por la muerte de mi
amigo.


Sin embargo, nadie aparece. Ya no quedamos muchos en el estadio y,
dentro de nada, se inventarán otro truco para juntarnos. No obstante, ya habrán
tenido suficiente sangre por hoy, y quizá nos permitan dormir.


Cuando estoy a punto de subir mis mochilas a un árbol para acampar, un
paracaídas plateado aterriza a mis pies. Un regalo de un patrocinador. ¿Por
qué ahora? Me va bastante bien con mis suministros; quizá Sue haya
notado mi abatimiento e intente animarme un poco. ¿O será algo para mi oído?


Abro el paracaídas y encuentro una pequeña barra de pan, no del elegante
pan blanco del Capitolio, sino hecho con las raciones de cereal oscuro, con
forma de media luna y cubierto de semillas. Recuerdo la lección de Brittany en el
Centro de Entrenamiento sobre los distintos panes de los distritos: este pan es
del Distrito 11. Lo sostengo con cuidado: todavía está caliente. ¿Cuánto debe
de haberle costado a la gente del Distrito 11, que ni siquiera tiene con que
alimentarse? ¿Cuántas personas tendrán que pasar hambre por haber dado
una moneda para la colecta en la que se ha comprado este pan? Seguro que
pensaban dárselo a Rey, pero, en vez de retirar el regalo con su muerte, le han
dado autorización a Sue para dármelo a mí. ¿A modo de agradecimiento?
¿O porque, como a mí, no les gusta dejar deudas sin saldar? Sea por lo que
sea, es la primera vez que ocurre: nunca antes un distrito le ha dado un regalo
a un tributo que no le pertenece.


Alzo la cabeza y procuro colocarme en un punto iluminado por los últimos
rayos de sol.


-Mi agradecimiento a la gente del Distrito 11... -digo.


Quiero que sepan que soy consciente de quién me ha hecho el regalo, que
he entendido todo lo que significa.


Me subo a un árbol y trepo a una altura peligrosa, aunque no por
seguridad, sino para alejarme todo lo posible de este día. Mi saco de dormir
está bien doblado dentro de la mochila de Rey. Mañana ordenaré las
provisiones; mañana decidiré un nuevo plan. Sin embargo, esta noche sólo soy
capaz de amarrarme con el cinturón y darle mordisquitos al pan. Está bueno.
Sabe a casa.


El sello no tarda en aparecer, seguido del himno, que sólo oigo con el oído
derecho. Veo al chico del Distrito 1 y a Rey; nada más por hoy.


"Quedamos seis -pienso-. Sólo seis."



Con el pan todavía entre las manos, me quedo dormida de inmediato.


A veces, cuando las cosas van especialmente mal, mi cerebro me regala
un sueño feliz: una visita a mi padre en el bosque o una hora de sol y tarta con
Mich. Esta noche me envía a Rey, todavía cubierto de flores, subido a un alto
mar de árboles, intentando enseñarme a hablar con los sinsajos. No veo ni
rastro de sus heridas, ni sangre; sólo un niño brillante y sonriente. Canta
canciones que no he oído nunca con una voz clara y melódica, una y otra vez,
durante toda la noche. Paso por un periodo intermedio de duermevela en el
que oigo las últimas notas de su música, aunque el ya se ha perdido entre las
hojas. Cuando me despierto del todo, me siento reconfortada durante un
momento; intento aferrarme a la sensación de tranquilidad del sueño, pero se
va rápidamente, y me deja más triste y sola que nunca.


Me pesa todo el cuerpo, como si me corriese plomo líquido por las venas.
He perdido la voluntad necesaria hasta para las tareas más sencillas. Me limito
a quedarme donde estoy, contemplando sin parpadear el dosel de hojas. Me
paso varias horas sin moverme y, como siempre, es la imagen de la cara de
preocupación de Mich viéndome en pantalla lo que me saca de mi letargo.
Empiezo por una serie de órdenes fáciles, como: "Ahora tienes que
sentarte, Santana. Ahora tienes que beber agua, Santana"
. Sigo las órdenes con
lentos movimientos robóticos. "Ahora tienes que ordenar las provisiones,
Santana."



En la mochila de Rey está mi saco de dormir, su bota de agua casi vacía,
un puñado de nueces y raíces, un poco de conejo, sus calcetines de recambio
y su honda. El chico del Distrito 1 tiene varios cuchillos, dos cabezas de lanza
de repuesto, una linterna, un saquito de cuero, un botiquín de primeros auxilios,
una botella llena de agua y una bolsa de fruta desecada. ¡Una bolsa de fruta
desecada! De todas las cosas que podría haber cogido, se le ocurre llevarse
esto. Para mí es una señal de extrema arrogancia: ¿por qué molestarse en
llevar comida cuando tienes todo un botín en el campamento, cuando matas
con tanta rapidez a tus enemigos que puedes estar de vuelta antes de que te
entre hambre? Sólo espero que los demás profesionales viajasen igual de
ligeros en lo tocante a la comida y ahora no tengan nada.


Hablando de lo cual, mis suministros también empiezan a menguar. Me
acabo el pan del Distrito 11 y lo que queda del conejo. Hay que ver lo deprisa
que desaparece la comida; sólo me quedan las raíces y nueces de Rey, la fruta
desecada del chico y una tira de cecina.


"Ahora tienes que cazar, Santana" me digo.


Obedezco y meto las provisiones que me interesan en mi mochila.
Después, bajo del árbol, y escondo los cuchillos y las puntas de lanza del chico
bajo una pila de rocas para que nadie más pueda usarlas. Me he desorientado
con todas las vueltas que di ayer por la noche, pero intento volver en la
dirección aproximada del arroyo. Sé que voy por buen camino cuando me
encuentro con la tercera fogata de Rey, la que no llegó a encender. Poco
después descubro una bandada de gransos en un árbol y derribo a tres antes
de que puedan reaccionar. Vuelvo a la fogata de Rey y la enciendo, sin
preocuparme por el exceso de humo.


"¿Dónde estás, Sebastian? -pienso, mientras aso los pájaros y las raíces de
Rey-. Te estoy esperando."



¿Quién sabe dónde estarán los profesionales? Demasiado lejos para
alcanzarme, demasiado seguros de que les he preparado una trampa o...
¿Será posible que les dé miedo? Saben que tengo el arco y las flechas, claro,
porque Sebastian me vio quitárselas a Hanna, pero ¿habrán sabido unir los
puntos? ¿Sabrán que yo hice volar las provisiones y maté a su compañero?
Seguramente creen que esto último lo hizo Lauren Zizes. ¿No sería más probable
que ella vengase la muerte de Rey, y no yo, ya que son del mismo distrito?
Aunque tampoco parecía muy interesada en el...


¿Y la Comadreja? ¿Se quedó para ver cómo estallaba el alijo? No, cuando
la encontré riendo entre las cenizas, a la mañana siguiente, era como si alguien
le hubiese dado una bonita sorpresa.


Dudo que crean que Brittany encendió las hogueras, porque para Sebastian es
como si estuviera muerta. De repente, se me ocurre que me gustaría poder
contarle a Brittany lo de las flores que coloqué sobre Rey, que ya entiendo lo que
intentaba decirme en el tejado. Quizá si gana los juegos podrá verlo la noche
de la victoria, cuando repongan los mejores momentos de la competición en
una pantalla sobre el escenario en el que hicimos las entrevistas. El ganador se
sienta en el lugar de honor de la plataforma, rodeado por su equipo de apoyo.


Pero le dije a Rey que yo ganaría por los dos y, por algún motivo, me
parece más importante eso que la promesa que le hice a Mich.
Ahora creo de corazón que tengo la oportunidad de lograrlo, de ganar. No
es sólo por las flechas o por haber sido más lista que los profesionales unas
cuantas veces, aunque eso ayuda, sino porque pasó algo cuando sostenía la
mano de Rey, cuando veía cómo se le iba la vida. Estoy decidida a vengarlo, a
impedir que olviden su muerte, y sólo puedo conseguirlo si gano e impido que
me olviden a mí.


Aso demasiado los pájaros, con la esperanza de que aparezca alguien a
quien disparar, pero nada. Quizá los demás tributos estén demasiado
ocupados matándose a palos, lo que no me iría mal. Desde el baño de sangre,
he aparecido en pantalla más veces de las que me gustaría.


Al final envuelvo la comida y vuelvo al arroyo para recoger agua y algunas
plantas, pero la pesadez de esta mañana me ataca de nuevo y, aunque no es
más que última hora de la tarde, me subo a un árbol y me preparo para dormir.
Mi cerebro empieza a revivir los acontecimientos de ayer: veo a Rey
atravesado por la lanza, y mi flecha en el cuello del chico. No sé por qué
debería preocuparme por lo que le hice al chico.


Entonces me doy cuenta de que es mi primer asesinato.
Junto con las otras estadísticas que se hacen públicas para ayudar a la
gente con sus apuestas, cada tributo tiene una lista de asesinatos. Supongo
que, técnicamente, me habrán apuntado el de Hanna y el de la chica del
Distrito 4, por haberles tirado el nido de avispas. Pero el chico del Distrito 1 ha
sido la primera persona a la que he matado conscientemente. Numerosos
animales han muerto a mis manos, pero sólo una persona. Oigo decir a Puck:


"¿De verdad hay tanta diferencia?".


El acto en sí se parece tanto que resulta sorprendente: tensas el arco y
disparas una flecha. Sin embargo, el resultado no tiene nada que ver; he
matado a un chico que no sé ni cómo se llama. Sus amigos clamarán por mi
sangre, quizá tuviese una novia que realmente creyera que volvería a verlo...
Pero cuando pienso en el cuerpo inmóvil de Rey, consigo apartar al chico
de mi mente; al menos, por ahora.


Según el cielo, hoy no ha pasado nada importante, no ha habido muertes.
Me pregunto cuánto tardarán en provocar la siguiente catástrofe para unirnos.
Si va a ser esta noche, quiero dormir un poco primero, así que me tapo la oreja
buena para no oír el sonido del himno, aunque después sí oigo las trompetas y
me siento de golpe, a la espera.


Normalmente, la única información que reciben los tributos del exterior es
el recuento diario de muertes. Sin embargo, de vez en cuando, tocan las
trompetas para hacer un anuncio; lo más común es que se trata de una
invitación a un banquete. Cuando la comida escasea, los Vigilantes llaman a
los jugadores para que participen en una comilona celebrada en un lugar
conocido por todos, como la Cornucopia, animándolos así a que se reúnan y
luchen. A veces es un banquete de verdad, mientras que otras se trata de una
hogaza de pan rancio por la que competir. Yo no iría a por comida, pero podría
ser el momento ideal para acabar con unos cuantos rivales.


La voz de Claudius Templesmith retumba en el cielo, felicitándonos a los
seis que quedamos, pero no nos invita a un banquete, sino que dice algo muy
extraño: han cambiado una regla de los juegos. ¡Han cambiado una regla! Por
sí solo, eso ya es alucinante, porque no tenemos ninguna regla propiamente
dicha, salvo que no podemos salir del círculo inicial hasta pasados sesenta
segundos y la regla implícita de no comernos entre nosotros. Según la nueva
regla, los dos tributos del mismo distrito se declararán vencedores si son los
últimos supervivientes. Claudius hace una pausa, como si supiera que no lo
estamos entendiendo, y repite la regla otra vez.


Asimilo la noticia: este año pueden ganar dos tributos, siempre que sean
del mismo distrito. Los dos pueden vivir; las dos podemos vivir.


Antes de poder evitarlo, grito el nombre de Brittany.


-¡Brittany!..


........................................................................................................
...Holisss.. estpy de paso rapidisimo, es una lastima q Rey se haya muerto, esperemos q Santana cumpla la promesa de q no se olviden de su muerte.. pero cambiaron las reglas del juego y pueden haber 2 ganadores.. esperemos q Brittany siga con vida y se pueda encontrar con Santana... nos vemos mañana niñas...

Besotes...[Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6 - Página 3 210293833 
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Mensaje por micky morales Mar Oct 08, 2013 10:37 pm

de verdad si espero que santana y brittany se encuentren y puedan ganar ambas!!
micky morales
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Mensaje por Elisika-sama Miér Oct 09, 2013 4:49 am

hola hola hola hola amiga mía, siento no poder comentarte los capitulos anteriores pero que sepas los he leido todos y cada uno de ellos.

Asi que al final Santana por fin ira en busca de Brittany, espero que no nos dejes con la intriga mucho tiempo.
Yo ahora tengo fiestas en mi ciudad, asi que ando por ahi perdida pero siempre pendiente de tus actualizaciones, asi que la espero con ansia.

Besos y cuidate!
Elisika-sama
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El mundo de Brittany [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6 - Página 3 X


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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por Tat-Tat Miér Oct 09, 2013 6:25 pm

Wooooow!!!! Porfa mandamr los libros. Espere como desesperada que actualizaras el finde y ahora que no me meto en dos días me actualizas y yo me los pierdo..


Plis! Espero tu actu. Besotes!
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Mensaje por gatituu *_* Jue Oct 10, 2013 6:32 pm

micky morales escribió:de verdad si espero que santana y brittany se encuentren y puedan ganar ambas!!
..Seria lo ideal, q se puedan encontrar y ganar las dos.. esperemos q Sebastian no encuentre a algunas de ellas antes, y mas ahora q Santana grito el nombre de Brittany y se dejo al descubierto..

Elisika-sama escribió:hola hola hola hola amiga mía, siento no poder comentarte los capitulos anteriores pero que sepas los he leido todos y cada uno de ellos.

Asi que al final Santana por fin ira en busca de Brittany, espero que no nos dejes con la intriga mucho tiempo.
Yo ahora tengo fiestas en mi ciudad, asi que ando por ahi perdida pero siempre pendiente de tus actualizaciones, asi que la espero con ansia.

Besos y cuidate!
...Heeey Eli!!.. si lo se q lo seguis, no te hagas drama, no estoy como para reprenderte xq yo tambien leo tus fics y no comento, [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6 - Página 3 3637566961  pero tengo q comentar no me tengo q olvidar ajaja...
emm supuestamente no iba a dejarlas con la intriga, pero ayer no estube en mi casa y no se suponia q ibva a volver tan tarde, x eso no actualice, pero hay 2 capitulos hoy, para enmendar el q no subi ayer...
fiestas???? fiestas de q????? si yega un tiempito en q los dias se ponen lindos y empezamos a ssalir todas de casa pero igual hay tiempo para seguir leyendo ajaja....
Besotes Eli, y q la pases super lindo....


Tat-Tat escribió:Wooooow!!!! Porfa mandamr los libros. Espere como desesperada que actualizaras el finde y ahora que no me meto en dos días me actualizas y yo me los pierdo..


Plis! Espero tu actu. Besotes!
...mandame tu mail x privado, igual ya te mande el link para descargarlos... [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6 - Página 3 3750214905 si los findes tal vez no actualice, no lo se todavia, pero lo mas provable es q no... durante la semana estare actualizando, y si un dia no actualizo, al otro dia seran 2 capitulos... [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6 - Página 3 1206646864 
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por gatituu *_* Jue Oct 10, 2013 7:01 pm

...Holissssss.. perdon x no actualizar ayer, pero yegue muy tarde y tenia sueño, pero hoy les subo 2 capitulos... [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6 - Página 3 3750214905 

.......................................................................................................


CAPITULO 19;




Me tapo la boca, pero ya se me ha escapado el grito. El cielo se oscurece
y oigo un coro de ranas que empiezan a cantar.


"¡Estúpida! -me digo-. ¡Qué estupidez has hecho!"


Espero, paralizada, a que los bosques se llenen de atacantes, pero
después recuerdo que no queda casi nadie.


Brittany, que está herida, es ahora mi aliada. Todas las dudas que pudiera
haber tenido sobre ella se desvanecen, porque, si alguna de las dos hubiese
matado a la otra, seríamos parias a nuestro regreso al Distrito 12. De hecho, sé
que, de estar viendo los juegos por la tele, habría odiado a cualquier tributo que
no intentase de inmediato aliarse con su compañero de distrito. Además, tiene
sentido que nos protejamos la una a la otra y, en mi caso (al ser las amantes
trágicas del Distrito 12), es un requisito imprescindible si deseo recibir más
ayuda de patrocinadores comprensivos.


Las amantes trágicas... Brittany debe de haber estado jugándosela a esa
carta desde el principio. ¿Por qué si no habrían decidido los Vigilantes este
cambio sin precedentes en las reglas? Para que dos tributos tengan la
oportunidad de ganar, nuestro "romance" debe de ser tan popular entre la
audiencia que condenarlo al fracaso pondría en peligro el éxito de los juegos. Y
no es gracias a mí, porque lo único que he hecho ha sido conseguir no matar a
Brittany. No sé qué habrá hecho él en el estadio, aunque me da la impresión de
que ha convencido al público de que ha sido para mantenerme con vida.
Sacudió la cabeza para evitar que yo me metiese en la Cornucopia; luchó
contra Sebastian para permitirme escapar, ella sola, sin temerle que el es un
profecional y que al ser hombre es mas fuerte que ella; incluso su unión con los profesionales tiene que haber sido una táctica para protegerme. Al final va a resultar que Brittany nunca ha sido un peligro para mí.


La idea me hace sonreír. Dejo caer las manos y levanto el rostro hacia la
luna, para que las cámaras puedan verlo bien.


Entonces, ¿a quién debo temer? ¿A la Comadreja? El chico de su distrito
está muerto y ella trabaja sola, por la noche, y su estrategia ha consistido en
evadirse, no en atacar. En realidad, aunque haya escuchado mi voz, no creo
que haga nada, salvo esperar a que otro me mate.


También está Lauren Zizes. Vale, ella es una amenaza real, creo que podria
quebrarme el cuello con solo usar una mano, pero no la he visto ni
una vez desde que empezaron los juegos. Cuando la Comadreja se asustó con
un ruido en el lugar de la explosión, no se volvió hacia el bosque, sino hacia lo
que hay al otro lado de él, esa zona del estadio que se pierde de vista y llega a
no sé dónde. Estoy casi segura de que la persona de la que huía era Zizes y
que ése es su dominio. Desde allí no puede haberme escuchado y, aunque lo
hiciera, estoy a demasiada altura para alguien de su tamaño.


Eso me deja con Sebastian y la chica de su Distrito, que seguramente estarán
celebrando la nueva regla. Es la única pareja que queda, salvo Brittany y yo.
¿Debería huir, por si me han oído llamarla?


"No -pienso-, que vengan.."


Que vengan con sus gafas de visión nocturna y sus pesados cuerpos ruidosos,
que se pongan a tiro de mis flechas.


Sin embargo, sé que no lo harán; si no vinieron a la luz del día guiados por mi
hoguera, no se arriesgarán a caer en una trampa nocturna. Cuando vengan,
será imponiendo sus condiciones, no porque sepan dónde estoy.


"Quédate aquí y duerme un poco, Santana -me ordeno, a pesar de que
desearía empezar a buscar a Brittany de inmediato-. Mañana, mañana la
encontrarás.."


......................................

Consigo dormirme, pero, por la mañana, me comporto con un cuidado
extremo, porque, aunque los profesionales podrían dudar en atacarme en un
árbol, son muy capaces de montar una emboscada. Me aseguro de estar
completamente preparada para superar el día (me tomo un buen desayuno,
cierro bien la mochila, preparo las armas) antes de descender. Todo parece
tranquilo y sin cambios cuando llego al suelo.


Hoy debo tomar todas las precauciones posibles. Los profesionales sabrán
que estoy intentando localizar a Brittany y puede que quieran esperar a que lo
haga antes de actuar. Si está tan malherida como cree Sebastian, me veré en la
obligación de defendernos a las dos sin ayuda. Sin embargo, si está tan
incapacitada, ¿cómo ha conseguido seguir con vida? ¿Y cómo demonios voy a
encontrarla?


Intento pensar en algo que haya dicho Brittany y que pueda servirme de
pista para saber dónde se esconde, pero no se me ocurre nada, así que vuelvo
al último momento en que la vi brillando bajo la luz del sol, gritándome que
corriera. Después apareció Sebastian con la espada en alto y, cuando me fui, hirió a Brittany. Pero ¿cómo escapó? Quizá aguantó mejor que Sebastian el veneno de las rastrevíspulas. Quizá fuera ésa la variable que le permitió huir. Sin embargo, a
ella también le habían picado. ¿Cuánto pudo alejarse, estando herida y llena de
veneno? ¿Y cómo ha permanecido viva todos estos días? Si la herida y las
picaduras no la han matado, la sed tendría que haberlo hecho.


Entonces se me ocurre la primera pista sobre su ubicación: no podría
haber sobrevivido sin agua, lo sé por mis primeros días en el campo de batalla.
Tiene que estar escondida en un sitio cerca de una fuente de agua. Está el
lago, pero es una opción poco probable, teniendo en cuenta que se encuentra
demasiado cerca del campamento base de los profesionales. Hay unos
cuantos estanques alimentados por el arroyo, pero ahí sería presa fácil. Y está
el arroyo, el que sale del campamento donde estuve con Rey, pasa cerca del
lago y sigue adelante. Si se ha mantenido cerca del arroyo, habrá podido
moverse y estar siempre cerca del agua; podría caminar por la corriente y
borrar sus huellas, e incluso pescar algo.


Bueno, en cualquier caso es un buen lugar por donde empezar.
Para confundir al enemigo, enciendo una fogata con mucha leña verde.
Aunque piensen que es una artimaña, espero que supongan que estoy
escondida por aquí, mientras que, en realidad, estaré buscando a Brittany.


El sol quema la neblina de la mañana casi de inmediato, y me doy cuenta
de que hoy va a hacer más calor de lo normal. El agua me resulta fresca y
agradable cuando meto los pies descalzos dentro, arroyo abajo. Siento la
tentación de llamar a Brittany conforme avanzo, pero decido que no es buena
idea. Tendré que encontrarla usando los ojos y el oído que me queda, pero ella
sabrá que la busco, ¿no? Espero que su opinión sobre mí no sea tan mala
como para pensar que no haré caso de la nueva regla y me quedaré sola,
¿verdad? Es una persona difícil de predecir, lo que resultaría interesante en
otras circunstancias; en este momento, sólo sirve para añadir otro obstáculo.


No tardo mucho en llegar al sitio desde el que partí al campamento de los
profesionales. No hay ni rastro de Brittany, aunque no me sorprende, porque he
recorrido este lugar tres veces desde el incidente de las avispas. De haber
estado cerca, seguro que lo habría sospechado. El arroyo empieza a doblarse
hacia la izquierda para introducirse en una parte del bosque que no conozco.
Una orilla embarrada y cubierta de plantas acuáticas enredadas lleva a unas
grandes rocas que aumentan en tamaño hasta que empiezo a sentirme algo
atrapada. Ahora no sería nada fácil escapar del arroyo, ni luchar contra Sebastian o Zizes mientras subo por este terreno rocoso. De hecho, justo cuando acabo
de decidir que voy por el camino equivocado, que una chica herida no podría
entrar y salir de esta fuente de agua, veo el reguero de sangre que rodea una
roca. Hace tiempo que se ha secado, pero las manchas que van de un lado al
otro sugieren que alguien (alguien que, quizá, no estuviese en plena posesión
de sus facultades mentales) intentó limpiarse la sangre.


Abrazada a las rocas, me muevo lentamente hacia la sangre, buscándola.
Encuentro más manchas, una con unos trozos de tela pegados, pero ni rastro
de ella. Me derrumbo y digo su nombre en voz baja:


-¡Brittany, Brittany!..


Entonces, un sinsajo aterriza en un árbol raquítico y empieza a imitarme,
así que lo dejo, me rindo y vuelvo al arroyo pensando: "Tiene que haberse ido
más abajo.."


Acabo de meter el pie en el agua cuando oigo una voz.


-¿Has venido a rematarme, sacos de arena?..


Me vuelvo de golpe; viene de mi izquierda, así que no lo oigo muy bien, y
la voz es ronca y débil, aunque tiene que ser Brittany. ¿Qué otra persona me
llamaría sacos de arena en este lugar?.. Recorro la orilla con la mirada, pero nada, sólo barro, plantas y la base de las rocas.


-¿Brittany?.. -susurro-. ¿Dónde estás?... -No me responde. ¿Me lo he
imaginado? No, estoy segura de que era real y de que estaba cerca-... ¿Brittany?...-Me arrastro por la orilla.

-Bueno, no me pises...


Retrocedo de un salto, porque la voz viene del suelo, pero sigo sin verla.
Entonces abre los ojos, de un azul inconfundible entre el lodo marrón y las
hojas verdes. Ahogo un grito y me recompensa con la fugaz visión de sus
dientes blancos al reírse.


Es lo último en camuflaje; Brittany tendría que haberse olvidado del
lanzamiento de pesos y haberse dedicado a convertirse en árbol en plena
sesión privada con los Vigilantes. O en canto rodado. O en una orilla
embarrada llena de malas hierbas.


-Cierra otra vez los ojos.. -le ordeno. Lo hace, y también la boca, y
desaparece por completo. La mayor parte de lo que creo que es su cuerpo está
debajo de una capa de lodo y plantas. La cara y los brazos están tan bien
disfrazados que resultan invisibles. Me arrodillo a su lado-... Supongo que todas
esas horas decorando pasteles han dado por fin su fruto....

-Sí, el glaseado, la última defensa de los moribundos...

-No te vas a morir...

-¿Y quién lo dice?.. -
Tiene la voz muy ronca.

-Yo. Ahora estamos en el mismo equipo, ya sabes...

-Eso he oído..
-responde, abriendo los ojos-... Muy amable por tu parte
venir a buscar lo que queda de mí...

-¿Te cortó Sebastian?..
-le pregunto, sacando la botella para darle un poco de
agua.

-Pierna izquierda, arriba...

-Vamos a meterte en el arroyo para que pueda lavarte y ver qué tipo de
heridas tienes...

-Primero, acércate un momento, que tengo que decirte una cosa...
-Me
inclino sobre ella y acerco el oído bueno a sus labios, que me hacen cosquillas
cuando me susurra:-.. Recuerda que estamos locamente enamoradas, así que
puedes besarme cuando quieras...

-Gracias..
-respondo, apartando la cabeza de golpe, pero sin poder evitar
reírme-... Lo tendré en cuenta...


Al menos es capaz de bromear. Sin embargo, cuando empiezo a ayudarla
a llegar al arroyo, toda la ligereza desaparece. Está a poco más de medio
metro. ¿Tan difícil va a ser? Pues sí, porque me doy cuenta de que no puede
moverse ni un centímetro ella sola; está tan débil que su única ayuda consiste en
dejarse llevar. Intento arrastrarla, pero, a pesar de que sé que hace todo lo
posible por estarse quieta, se le escapan algunos gritos de dolor. El lodo y las
plantas parecen haberla atrapado y, al final, tengo que dar un enorme tirón
para arrancarla de sus garras. Sigue a medio metro del agua, tumbada, con los
dientes apretados y las lágrimas abriéndole surcos en la porquería de la cara.


-Mira, Brittany, voy a hacerte rodar hasta el arroyo. Aquí es poco profundo,
¿vale?..

-Fantástico..
-responde con sus ojos llorosos.


Me agacho a su lado. Pase lo que pase, me digo, no pararé hasta que esté
en el agua.


-A la de tres.. -le aviso-. ¡Una, dos y tres!... -Sólo consigo que ruede una
vuelta completa antes de pararme, por culpa de los horribles sonidos que está
haciendo. Ahora está al borde del agua, quizá sea mejor así-... Vale, cambio de
planes: no voy a meterte dentro del todo...
-le digo. Además, si lo consigo, quién
sabe si después podré sacarla.

-¿Nada de rodar?...

-Nada. Vamos a limpiarte. Vigila el bosque por mí, ¿vale?..



No sé por dónde empezar: está tan cubierta de lodo y hojas apelmazadas
que ni siquiera le veo la ropa... si es que la lleva puesta. La idea me hace
vacilar un momento, pero después me lanzo. Los cuerpos desnudos no
importan mucho en el estadio, ¿verdad?, ademas ella es mujer, no es como
si no supiera con que me voy a encontrar.


Tengo dos botellas de agua y la bota de Rey; las apoyo en las rocas del
arroyo para que, mientras dos se llenan, pueda vaciar la tercera sobre Brittany.


Tardo un rato, pero al final quito el barro suficiente para encontrar su ropa. Le
bajo la cremallera de la chaqueta con mucho cuidado, le desabrocho la camisa
y le quito las dos cosas. La camiseta interior está tan pegada a las heridas que
tengo que cortarla con mi cuchillo y volver a mojarla para soltarla, solo la dejo en su sujetador deportivo blanco, (o al menos lo era) para poder observarla mejor. Está muy magullada, tiene una larga quemadura en el pecho y cuatro picaduras de rastrevíspula, contando con la de la oreja. Sin embargo, me siento un poco mejor, porque esas cosas puedo arreglarlas.


Decido ocuparme primero de su torso, aliviar parte del dolor antes de encargarme de lo que le haya hecho Sebastian a su pierna. Asique le saco el sujetador levantando un poco su torso con cuidado, porque aunque sus heridas en esta parte son mas leves se que  le duele, es una tarea dificil, porque debo hacerlo tratando de no mirar mucho, asique aparto la mirada hacia la izquierda, para poder oir una risa.


-Callate..-le digo entre dientes, porque estoy segura que estoy colorada, aunque no deberia.


Cuando termino me doy cuenta que tratarle las heridas no tiene mucho sentido si está tumbada en un charco de barro, la apoyo como puedo en un canto rodado. Se queda ahí sentada, sin quejarse, mientras le lavo la tierra del pelo y la piel. Está muy pálida a la luz del sol y ya no parece la chica fuerte y atletica que conocia. Cuando me doy cuenta que mi mirada baja a sus pechos, trago saliva esperando que no se haya dado cuenta, y continuo limpiandola.Le saco los aguijones de las picaduras, lo que le arranca una mueca, pero, en cuanto aplico las hojas, suspira de alivio. Mientras se seca al sol, lavo la camisa, la chaqueta y el sujetador, que están asquerosos, y los coloco sobre las piedras. Después le pongo la crema para las quemaduras en el pecho, con cuidado de no tocar su pecho derecho.


Entonces me doy cuenta de lo caliente que tiene la piel. La capa de lodo y las
botellas de agua habían ocultado el hecho de que está ardiendo de fiebre. Rebusco en el botiquín de primeros auxilios que le quité al chico del Distrito 1 y encuentro píldoras para reducir la temperatura. Mi madre a veces cede y las compra cuando fallan todos sus remedios caseros.


-Trágate esto.. -
le digo, y ella se toma la medicina como una chica
obediente-. Debes de tener hambre...

-La verdad es que no. Qué raro, llevo días sin tener hambre... -
responde
Brittany frunciendo el ceño.


De hecho, cuando le ofrezco granso, arruga la nariz y vuelve la cara.
Entonces me doy cuenta de lo enferma que está.


-Brittany, tienes que comer algo... -insisto.

-Sólo servirá para que lo devuelva... -Lo único que consigo es obligarla a
comer unos trocitos de manzana desecada-...Gracias. Estoy mucho mejor, de
verdad. ¿Puedo dormir un poco, Santana?..

-Dentro de un momentito..
-le prometo-. Primero tengo que mirarte la
pierna...



Con todo el cuidado del mundo, le quito las botas, los calcetines y
después, centímetro a centímetro, los pantalones. Veo el corte que ha hecho la
espada de Sebastian en la tela sobre el muslo, pero eso no me prepara de ninguna
manera para lo que hay debajo. El profundo tajo inflamado supura sangre y
pus, la pierna está hinchada y, lo peor de todo, huele a carne podrida.


Quiero huir, desaparecer en el bosque como hice el día en que trajeron al
hombre quemado a nuestra casa, salir a cazar mientras mi madre y Mich se
encargan de algo que yo no tengo ni el valor ni la habilidad de curar. Sin
embargo, aquí no hay nadie más que yo; intento imitar el comportamiento
tranquilo de mi madre cuando tiene un caso especialmente difícil.


-Bastante feo, ¿eh?.. -dice Brittany, que me observa con atención.

-Regular.. -respondo, encogiéndome de hombros como si no fuese gran
cosa-... Deberías ver a algunas de las personas que le llevan a mi madre de las
minas...
-Me contengo para no añadir que suelo huir de la casa siempre que
trata algo más grave que un resfriado. Bien pensado, ni siquiera me gusta estar
cerca de la gente que tose-... Lo primero es limpiarla bien...


Le he dejado puestas las bragas porque no tienen mala pinta y no
quiero pasarlas por encima del muslo herido; bueno, vale, y también porque la
idea de que esté completamente desnuda me incomoda. Es otra de las habilidades de mi madre y Mich: la desnudez no tiene ningún efecto en ellos, no hace que se
avergüencen. Lo más irónico es que, en este momento de los juegos, mi
hermanito le sería más útil a Brittany que yo. Coloco mi trozo de plástico debajo
de ella para poder lavarla del todo. Con cada botella que le echo encima, peor
aspecto tiene la herida. El resto de su mitad inferior está bastante bien, sólo
una picadura de rastrevíspula y unas cuantas quemaduras pequeñas que le
trato rápidamente. Por otro lado, el corte de la pierna..., ¿cómo demonios voy a
curarla?


-¿Por qué no lo dejamos un momento al aire y...?.. -dejo la frase sin
acabar.

-¿Y después lo curas?.. -responde Brittany. Es como si sintiese pena por mí,
como si supiese lo perdida que estoy.

-Eso. Mientras tanto, cómete esto...



Le pongo unas peras secas partidas por la mitad en la mano y vuelvo al
arroyo a lavarle el resto de la ropa.


Una vez la tengo puesta a secar, examino el contenido del botiquín; son
cosas bastante básicas: vendas, píldoras para la fiebre, medicinas para el dolor
de estómago. Nada del calibre de lo que necesito para curarla.


-Vamos a tener que experimentar.. -admito.

-Eso suena interesante..-dice con una media sonrisa, logrando que me sonroje y
voltee los ojos.

-Callate o te curaras tu sola..-digo enojada, ¿quien se cree que es? esto
no es broma.

-Vale, ya me callo..-dice todabia sonriendo. La miro y sonrio a medias y sigo con mi trabajo.


Sé que las hojas para las rastrevíspulas acaban con la infección, así que
empiezo por ellas. A los pocos minutos de apretar la sustancia verde masticada
en la herida, el pus empieza a bajarle por la pierna. Me digo que es buena
señal y me muerdo con fuerza el interior de la mejilla, porque estoy a punto de
echar fuera el desayuno.


-¿Santana?.. -dice Brittany. La miro a los ojos y sé que debo de tener la cara
verde-... ¿Y ese beso?... -me dice moviendo los labios, pero sin emitir sonido
alguno. Me echo a reír, porque todo esto es tan asqueroso que no puedo
soportarlo-... ¿Va todo bien?... -me pregunta, en un tono más inocente de lo
normal.

-Es que..., es que no se me dan bien estas cosas. No tengo ni idea de qué
estoy haciendo y odio el pus. ¡Puaj!.. -
Me permito exclamar mientras limpio la
primera ronda de hojas y aplico la segunda-. ¡Puaaaaj!...

-¿Cómo puedes cazar?..

-Créeme, matar animales es mucho más sencillo que esto. Aunque, por lo
que sé, podría estar matándote....

-¿Puedes darte un poco más de prisa?...

-No. Cierra el pico y cómete las peras...



Después de tres aplicaciones y de lo que parece un cubo entero de pus, la
herida tiene mejor aspecto. Como la inflamación ha bajado un poco, veo la
profundidad del corte de Sebastian: llega hasta el hueso.


-¿Y ahora qué, doctora Lopez?... -pregunta Brittany.

-Puedo ponerle un poco de pomada para las quemaduras. Creo que
ayudaría con la infección. ¿Lo vendo?.. -
Lo hago y todo parece mucho más
manejable cuando está cubierto de algodón blanco y limpio, aunque,
comparado con la venda estéril, el borde de sus Bragas parece sucia y
llena de bacterias. Saco la mochila de Rey-... Toma, cúbrete con esto y te lavo
las bragas...

-Oh, no me importa que me veas.. tenemos lo mismo o ¿no?..-
dice en modo de burla.

-Eres como el resto de mi familia. A mí sí me importa, ¿vale?..


Me vuelvo y miro el arroyo hasta que las bragas caen en la corriente.
Debe de sentirse un poco mejor si es capaz de lanzarlas.


-¿Sabes? Para ser una cazadora letal eres un poco aprensiva.. -
dice
Brittany mientras le lavo la ropa interior entre dos piedras-... Ojalá te hubiese
dejado darle la ducha a Sue...

-¿Qué te ha enviado hasta ahora?...
-le pregunto, arrugando la nariz al
recordar la escena.

-Nada de nada... -De repente, se da cuenta de algo y hace una pausa-.
¿Por qué? ¿A ti sí?....

-La medicina para las quemaduras..
-respondo, casi con timidez-. Ah, y
pan...

-Siempre supe que eras su favorita...

-Venga ya, si ni siquiera soporta estar en la misma habitación que yo...

-Porque os parecéis.. -
murmura Brittany, aunque no le hago caso, porque no
es momento para ponerme a insultar a Sue, que es mi primer impulso.


Dejo que Brittany se adormile mientras se le seca la ropa, pero, a última
hora de la tarde, me da miedo que siga, así que le sacudo un poco el hombro.


-Brittany, tenemos que irnos ya...

-¿Irnos?.. -
pregunta, como si estuviese aturdida-. ¿Adonde?..

-Lejos de aquí. Quizás arroyo abajo, a algún lugar en el que podamos
escondernos hasta que te pongas más fuerte... -
La ayudo a vestirse y le dejo
los pies descalzos para caminar por el agua; después la levanto. Se queda
pálida en cuanto apoya peso en la pierna-... Venga, puedes hacerlo...


Pero no puede; al menos, no por mucho tiempo. Recorremos cincuenta
metros aguas abajo, ella apoyada sobre mi hombro, y me doy cuenta de que va a
desmayarse. La siento en la orilla, le pongo la cabeza entre las rodillas y le doy
unas palmaditas torpes mientras examino la zona. Aunque está claro que me
encantaría subirme a un árbol, no puede ser. Por otro lado, la cosa podría estar
peor: hay algunas rocas que forman unas pequeñas estructuras similares a
cuevas. Elijo una que está unos veinte metros por encima del arroyo. Cuando
Brittany logra volver a levantarse, la llevo medio a rastras hasta la cueva. La
verdad es que me gustaría buscar un sitio mejor, pero habrá que conformarse
con éste, porque mi aliada está rendida: cara blanca como la cal, jadeos y,
aunque acaba de empezar a refrescar un poco, ella tiembla.


Cubro el suelo de la caverna con una capa de agujas de pino, desenrollo
el saco de dormir y la meto dentro. Le doy un par de píldoras con agua cuando
está despistada, pero se niega a comer, ni siquiera admite la fruta. Después se
queda tumbada y me mira fijamente, y yo fabrico una especie de cortina con
vides para ocultar la entrada. El resultado no es satisfactorio; un animal no lo
miraría dos veces, pero un humano notaría en seguida que es artificial. La
rompo en pedazos, frustrada.


-Santana... -me llama. Me vuelvo y le aparto el pelo de los ojos-. Gracias
por encontrarme...

-Tú lo habrías hecho de ser al contrario... -
respondo.


Tiene la frente ardiendo, como si la medicina no tuviese efecto. De
repente, sin más, me asusta que se muera.


-Sí. Mira, si no regreso... -empieza.

-No digas eso, no he sacado todo ese pus para nada...

-Lo sé, pero, por si acaso... -
intenta seguir.

-No, Brittany, ni siquiera quiero hablar del tema.. -insisto, poniéndole los
dedos en los labios para callarla.

-Pero...


Siguiendo un impulso, me inclino y la beso para que deje de hablar. De
todos modos, es algo que seguramente tendría que haber hecho ya, puesto
que, como bien dijo, se supone que estamos locamente enamoradas. Es la
primera vez que beso a una chica o a alguien, imagino que tendría que causarme alguna impresión, pero sólo noto que sus labios tienen una temperatura poco natural por culpa de la fiebre. Me aparto y la arropo con el borde del saco.


-No te vas a morir. Te lo prohibo, ¿vale?..

-Vale... -
susurra ella.


Salgo al fresco aire nocturno justo cuando el paracaídas cae del cielo.
Deshago rápidamente el nudo con la esperanza de que sea una medicina de
verdad para tratar la pierna de Brittany. Sin embargo, me encuentro con una olla
de caldo caliente.


Sue no podía haberme enviado un mensaje más claro: un beso
equivale a una olla de caldo. Casi la oigo gruñir: "Se supone que estás
enamorada, sacos de arena, y la chica se está muriendo. ¡Dame algo con lo que
pueda trabajar!.."



Y tiene razón: si quiero mantener viva a Brittany debo darle a la audiencia
algo más por lo que preocuparse. Las amantes trágicas desesperadas por
volver juntas a casa... dos corazones latiendo al ritmo de uno... romance.


Como nunca he estado enamorada, va a ser complicado. Pienso en mis
padres, en que mi padre siempre le llevaba regalos a mi madre cuando iba al
bosque; a mi madre se le iluminaba la cara al oír sus botas llegando a la
puerta, y estuvo a punto de rendirse cuando él murió.


-¡Brittany!... -exclamo, intentando poner aquel tono especial que usaba mi
madre con mi padre. Se ha dormido otra vez, pero la despierto con un beso, lo
que parece sorprenderla. Después sonríe, como si se alegrara de estar allí
tumbada y poder mirarme por los siglos de los siglos. Se le dan bien estas
cosas. Yo sostengo la olla en alto-... Brittany, mira lo que te ha enviado Sue...

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Activo [FIC BRITTANA] LOS JUEGOS DEL HAMBRE... "Capitulo 20"

Mensaje por gatituu *_* Jue Oct 10, 2013 7:31 pm

CAPITULO 20;




Me paso una hora tratando de convencer a Brittany para que se trague el
caldo, suplicándole, amenazándole y, sí, besándola, hasta que al final, sorbito a
sorbito, vacía la olla. Entonces dejo que se quede dormida y me ocupo de mí;
me zampo una cena de granso y raíces mientras veo el informe diario en el
cielo. No hay muertes. De todos modos, Brittany y yo le hemos ofrecido un día
bastante interesante a la audiencia, así que, con suerte, los Vigilantes nos
concederán una noche tranquila.


La costumbre hace que empiece a buscar un buen árbol para
acurrucarme, antes de caer en la cuenta de que eso se acabó, al menos por un
tiempo. No puedo dejar a Brittany sin protección en el suelo. No toqué nada en el
lugar de su último escondite junto al arroyo (¿cómo no iba a ocultar nada?), y
estamos a cuarenta y cinco metros escasos de allí, aguas abajo. Me pongo las
gafas, preparo las armas y me dispongo a montar guardia.


La temperatura baja rápidamente y, en pocos minutos, estoy helada como
un polo. Al final me doy por vencida y me meto en el saco de dormir con Brittany.
Está calentito y me acurruco con gusto hasta que me doy cuenta de que está
algo más que calentito: es un horno, porque el saco está reflejando la fiebre de
Brittany.


Le pongo la mano en la frente y compruebo que está ardiendo y seca. No
sé qué hacer. ¿La dejo en el saco y espero a que el exceso de calor le haga
sudar la fiebre? ¿La saco y espero a que el aire nocturno la refresque? Acabo
humedeciendo una venda y colocándosela en la cabeza. Parece poca cosa,
pero no me atrevo a tomar ninguna decisión drástica.


Me paso la noche medio sentada, medio tumbada al lado de Brittany,
refrescando la venda e intentando no pensar en que soy más vulnerable ahora
que me he aliado con ella que cuando estaba sola. Anclada en el suelo, en
guardia, con una enferma a mi cargo. Sin embargo, sabía que estaba herida y, a
pesar de ello, vine a por ella. Tengo que confiar en que el instinto que me hizo ir
a buscarla fuese acertado.


Cuando el cielo adquiere un tinte rosado, veo la capa de sudor sobre el
labio de Brittany y descubro que le ha bajado la fiebre, no hasta la temperatura
normal, pero sí varios grados. Como la noche anterior, cuando recogía vides,
me encontré con uno de los arbustos de bayas que me había enseñado Rey,
salgo a recoger la fruta y la aplasto en la olla del caldo, mezclándola con agua
fría.


-Me desperté y no estabas.. -me dice Brittany, intentando levantarse,
cuando llego a la cueva-... Estaba preocupada por ti...

-¿Que tú estabas preocupada por mí?..
-pregunto, sin poder evitar la risa,
mientras la tumbo otra vez-. ¿Te has echado un vistazo últimamente?...

-Creía que Sebastian y kitty te habían encontrado. Les gusta cazar de noche..

-sigue diciendo ella, todavía muy seria.

-¿Kitty? ¿Quién es?...

-La chica del Distrito 2. Sigue viva, ¿no?...

-Sí. Estamos ellos, nosotros, Lauren Zizes y la Comadreja. Es el apodo de la
chica del 5. ¿Cómo te sientes?..

-Mejor que ayer. Esto es mucho mejor que el lodo: ropa limpia, medicinas,
un saco de dormir... y tú...



Ah, vale, volvemos al tema del romance. Le toco la mejilla, y ella me coge la
mano y se la lleva a los labios. Recuerdo que eso mismo hacía mi padre con mi
madre y me pregunto dónde lo habrá visto Brittany, porque seguro que no ha
sido entre su padre y esa bruja con la que se casó.


-Se acabaron los besos hasta que comas.. -le digo.


La ayudo a apoyar la espalda en la pared y ella se traga obedientemente las
cucharadas de papilla de bayas que le doy, aunque otra vez se niega a probar
el granso.


-No has dormido.. -me dice.

-Estoy bien... -respondo, a pesar de que me encuentro agotada.

-Duerme un poco. Yo vigilaré. Te despierto si pasa algo. Santana... -sigue
diciendo, al verme vacilar-, no puedes estar despierta para siempre...


En eso tiene razón, en algún momento tendré que dormir, y mejor hacerlo
ahora que Brittany está relativamente alerta y tenemos la luz del sol a nuestro
favor.


-Vale, pero sólo unas cuantas horas; después me despiertas...


Ahora hace demasiado calor para el saco de dormir, así que lo coloco
sobre el suelo de la cueva y me tumbo encima, con el arco cargado en una
mano, por si tengo que disparar en cuestión de segundos. Brittany se sienta a mi
lado, apoyada en la pared, con la pierna mala estirada delante de ella y los ojos
clavados en el mundo exterior.


-Duérmete... -me dice en voz baja, y me aparta los mechones de pelo que
me caen sobre la frente. A diferencia de los besos y caricias de mentira que
nos hemos dado hasta ahora, este gesto resulta natural y tranquilizador. No
quiero que se pare, y ella no lo hace; me sigue acariciando el pelo hasta que me
quedo dormida.


Demasiado, he dormido demasiado. Lo sé en cuanto abro los ojos y veo
que ya no es por la tarde. Brittany está a mi lado, en la misma posición. Me
incorporo, sintiéndome algo a la defensiva, aunque llevo días sin encontrarme
tan bien.


-Brittany, se suponía que ibas a despertarme en un par de horas...

-¿Para qué? Aquí no ha pasado nada. Además, me gusta verte dormir; no
frunces el ceño, lo que mejora mucho tu aspecto...



Obviamente, eso me hace fruncir el ceño, y ella sonríe. Entonces me doy
cuenta de lo secos que tiene los labios. Le toco la mejilla y está tan caliente
como una estufa de carbón. Me asegura que ha estado bebiendo, pero a mí me
parece que los contenedores están llenos. Le doy más píldoras para la fiebre y
me quedo a su lado mientras se bebe primero un litro de agua y después otro.


Le curo las heridas leves, las quemaduras y las picaduras, que tienen mejor
aspecto. A continuación me preparo mentalmente y le quito la venda a la
pierna.


Se me cae el alma a los pies, porque está peor, mucho peor. Ya no hay
pus al aire, pero se ha hinchado más, y la piel, tirante y reluciente, está
inflamada. Entonces veo las líneas rojas que le empiezan a subir por la pierna:
septicemia. Si no recibe atención médica, morirá; las hojas masticadas y la
pomada no cambiarán nada en absoluto, necesitamos medicinas fuertes para
la infección, medicinas del Capitolio. No tengo ni idea de cuánto podría costar
algo tan potente; si Sue recoge las donaciones de todos los
patrocinadores, ¿será suficiente? Lo dudo. Los regalos suben de precio cuanto
más duran los juegos; lo que sirve para comprar una comida completa en el
primer día, sólo da para una galleta salada en el decimosegundo. Y la clase de
medicamento que necesita Brittany es cara desde el principio.


-Bueno, está más hinchado, pero no hay pus...
-digo, con voz temblorosa.

-Sé lo que es la septicemia, Santana, aunque mi madre no sea sanadora...

-Simplemente significa que vas a tener que sobrevivir a los otros tributos, Brittany.
Te curarán en el Capitolio, cuando ganemos...

-Sí, buen plan... -
responde, pero me da la impresión de que lo hace por mí.

-Tienes que comer y mantenerte fuerte. Voy a hacerte una sopa...

-No enciendas un fuego, no merece la pena...

-Ya veremos...



Cuando meto la olla en el arroyo, me asombra el calor brutal que hace.
Juraría que los Vigilantes están subiendo la temperatura poco a poco por el día
y bajándola al máximo por la noche. Sin embargo, el calor de las piedras
cocidas al sol junto al arroyo me da una idea; quizá no haga falta encender una
hoguera.


Me coloco sobre una gran roca plana, a medio camino entre el arroyo y la
cueva. Después de purificar media olla de agua, la coloco al sol y añado varias
piedras calientes del tamaño de huevos. Soy la primera en reconocer que no
valgo mucho como cocinera, pero, como la sopa consiste, básicamente, en
echarlo todo dentro de una olla y esperar, es una de mis especialidades. Pico
el granso hasta que es poco más que papilla y aplasto algunas de las raíces de
Rey. Por suerte, las dos cosas se habían asado antes, así que sólo hay que
calentar. Gracias al sol y las rocas, el agua está ya caliente. Echo dentro la
carne y las raíces, cambio las rocas frías por otras calientes y voy en busca de
alguna verdura que le dé un poco de sabor. No tardo en descubrir unos
cebollinos que crecen en la base de unas rocas. Perfecto. Los pico y los meto
en la olla, vuelvo a cambiar las rocas, le pongo la tapa y dejo que todo se
cueza.


No he visto muchas presas por aquí, pero no me siento cómoda dejando a
Brittany sola mientras cazo, así que coloco una docena de trampas de lazo y
espero tener suerte. Me pregunto cómo les irá a los demás tributos sin su
principal fuente de alimentación. Al menos tres de ellos, Sebastian, Kitty y la
Comadreja, dependían de ella, aunque seguramente Zizes no. Tengo la
sensación de que comparte algunos de los conocimientos de Rey sobre cómo
alimentarse de la tierra. ¿Estarán luchando entre ellos? ¿Buscándonos? Quizá
uno nos haya localizado y esté esperando el momento oportuno para atacar. La
idea hace que vuelva a la cueva.


Brittany está tumbada sobre el saco de dormir, a la sombra de las rocas.
Aunque se anima un poco cuando entro, está claro que se siente fatal. Le
pongo una tela fresca en la cabeza, pero se calienta en cuanto le toca la piel.


-¿Quieres algo?.. -le pregunto.

-No, gracias. Espera, sí: cuéntame un cuento...

-¿Un cuento? ¿Sobre qué?..



No soy una gran cuentacuentos, se parece mucho a cantar. Sin embargo,
de vez en cuando, Mich me saca alguno.


-Uno que sea alegre. Cuéntame el día más feliz que puedas recordar...


Dejo escapar un sonido, mezcla de suspiro y exasperación. ¿Que le
cuente algo alegre? Me va a costar más trabajo que hacer la sopa. Me devano
los sesos en busca de buenos recuerdos, pero la mayoría son sobre Puck y yo
cazando en el bosque, y, por algún motivo, me parece que no les gustarían ni a
Brittany ni a la audiencia. Eso me deja a Mich.


-¿Te he contado alguna vez cómo conseguí la cabra de Mich?.. -pregunto,
y ella sacude la cabeza y espera, ilusionada, así que empiezo, aunque con
precaución, porque mis palabras se van a oír por todo Panem.
Está claro que la gente ha sumado dos más dos y sabe de mi caza furtiva,
pero no quiero buscarles problemas a Puck, Sae la Grasienta, la carnicera y los
agentes de la paz de casa que me compran la carne, y eso es justo lo que
haría si anunciase públicamente que ellos también infringen la ley.


....Ésta es la verdadera historia de cómo conseguí el dinero para la cabra de
Mich, Lady.... Un viernes por la noche en mayo, el día antes del décimo
cumpleaños de Mich, Puck y yo nos fuimos al bosque en cuanto acabó el
colegio, porque yo quería recoger lo suficiente para comprarle un regalo a mi
hermano. Pensaba en una tela nueva para alguna ropa, ya que usaba la de mi padre y le quedaba gigante, o en algun balon para que juegue.


Nuestras trampas habían funcionado bien y el bosque estaba repleto de
verduras, pero no más que cualquier otra noche de viernes. Decepcionada,
regresamos a casa, aunque Puck decía que nos iría mejor al día siguiente.
Estábamos descansando un momento junto a un arroyo cuando lo vimos: un
joven ciervo, probablemente de un año, por su aspecto; empezaban a salirle
los cuernos, pequeños y cubiertos de terciopelo. Estaba preparado para huir,
pero dudaba de nosotros, porque no estaba acostumbrado a los humanos. Era
precioso.


Quizá dejó de ser tan precioso cuando recibió los dos flechazos, uno en el
cuello y el otro en el pecho: Puck y yo habíamos disparado a la vez. El ciervo
intentó correr, pero tropezó y el cuchillo de Puck le cortó el cuello antes de que
el animal supiese lo que pasaba. Por un momento sentí una punzada de dolor
ante la muerte de algo tan joven y tierno, aunque después me gruñó el
estómago al pensar en toda aquella carne joven y tierna.


¡Un ciervo! Puck y yo sólo habíamos cazado tres en total. El primero era
una hembra que tenía una pata herida, así que casi no contaba. Sin embargo,
de aquella experiencia habíamos aprendido a no llevar la presa a rastras hasta
el Quemador, porque había sido el caos: compradores pujando por las piezas e
intentando arrancarlas ellos mismos. Sae la Grasienta había intervenido y nos
había enviado con la cierva a la carnicera, pero el animal estaba destrozado, le
habían quitado trozos de carne y tenía la piel llena de agujeros. Aunque todos
pagaron lo justo, la presa perdió valor.


Por eso, cuando cazamos el ciervo, esperamos a que oscureciese para
meternos por el agujero de la alambrada que estaba más cerca de la carnicera.
A pesar de que todos supieran que cazábamos, no era buena cosa que nos
vieran arrastrar un ciervo de sesenta y ocho kilos por las calles del Distrito 12 a
plena luz del día, como si se lo restregásemos en las narices a los funcionarios.


La carnicera, una mujer bajita y regordeta llamada Rooba, abrió la puerta
trasera cuando llamamos. Con Rooba no se regatea: ella te da un precio y tú lo
tomas o lo dejas; pero es un precio justo. Aceptamos su oferta por el ciervo y
ella añadió un par de filetes de venado que podríamos recoger después de que
lo despiezase. Incluso dividiendo el dinero entre los dos, ni Puck ni yo
habíamos tenido tanto junto en nuestra vida. Decidimos guardarlo en secreto y
sorprender a nuestras familias con la carne y el dinero a la noche siguiente.


En realidad, así es como conseguí el dinero para la cabra, pero a Brittany le
dije que vendí un antiguo medallón de plata de mi madre. Eso no le hace mal a
nadie. Después sigo con la historia a partir de la tarde del cumpleaños de Mich.


Puck y yo fuimos al mercado de la plaza a comprar telas para las ropas
de Mich. Mientras acariciaba un trozo de grueso algodón azul, algo me llamó la
atención. Al otro lado de la Veta vivía un anciano con un pequeño rebaño de
cabras; no sé su verdadero nombre, pero todos lo llaman el hombre de las
cabras. Tiene las articulaciones hinchadas y retorcidas en extraños ángulos,
además de una tos seca que demuestra que trabajó muchos años en las
minas. Pero es un tipo con suerte: en algún momento consiguió ahorrar lo
suficiente para comprar las cabras, y ahora tiene algo que hacer en su vejez,
en vez de morirse de hambre poco a poco. Aunque es sucio e impaciente, sus
cabras están limpias y su leche es buena, si tienes dinero para pagarla.


Una de las cabras, una blanca con manchas negras, estaba tumbada en
un carro y no resultaba difícil averiguar por qué: algo, probablemente un perro,
le había mordido la paletilla, y se le había infectado. Estaba mal, el hombre de
las cabras tenía que levantarla para ordeñar, pero se me ocurrió que conocía a
la persona perfecta para curarla.


-Puck.. -susurré-, quiero esa cabra para Mich...


Tener una cabra podía cambiarte la vida en el Distrito 12; esos animales
se alimentan de casi cualquier cosa, la Pradera es un lugar perfecto para darles
de comer, y pueden proporcionar casi cuatro litros de leche al día: para beber,
para hacer queso y para vender. Ni siquiera va contra la ley.


-Está malherida... -dijo Puck- Será mejor que le echemos un vistazo más
de cerca...



Nos acercamos y compré una taza de leche para compartir; después nos
pusimos delante de la cabra, como si sintiésemos curiosidad y no tuviésemos
nada mejor que hacer.


-Dejadla en paz... -dijo el hombre.

-Sólo estamos mirando.. -respondió Puck.

-Bueno, pues mirad deprisa. Va directa a la carnicería. Casi nadie compra
su leche y, si la compran, pagan la mitad...

-¿Qué te da la carnicera por ella?..
-le pregunté.

-Espera a ver -contestó el hombre, encogiéndose de hombros. Me volví y
vi que Rooba se acercaba a nosotros-. Qué bien que aparezcas.. -le dijo el
hombre de las cabras cuando llegó-. Esta chica de aquí le ha echado el ojo a
tu cabra...

-No, si ya está apalabrada.. -
repuse, intentando sonar despreocupada.

-No lo está..-dijo Rooba, mirándome de arriba abajo; después miró hacia
la cabra con el ceño fruncido-. Mira esa paletilla, seguro que la mitad del bicho
estará tan podrido que no me valdrá ni para salchichas...

-¿Qué? Teníamos un trato...

-Teníamos un trato por un animal con unas cuantas marcas de dientes, no
por esto. Véndesela a la chica, si es lo bastante tonta para comprarla...



Antes de alejarse, vi que Rooba me guiñaba un ojo.


El hombre de las cabras estaba enfadado, pero seguía queriendo quitarse
la cabra de encima. Tardamos media hora en acordar un precio, y ya teníamos
a nuestro alrededor a una multitud de espectadores deseosos de dar su
opinión. Era un trato excelente si la cabra vivía, pero un robo si se moría.
Todos querían llevar razón, mientras yo me limitaba a llevarme la cabra.
Puck se ofreció a cargar con ella; creo que quería ver la cara de Mich tanto
como yo. En un momento de absoluta felicidad, compré un lazo rojo y se lo até
al cuello, y después corrimos a mi casa.


La reacción de Mich cuando entramos con la cabra fue para verlo; hay que
recordar que es el mismo chico que lloró hasta que logró salvar a aquel
horroroso gato viejo, Lord Tubbigton. Estaba tan emocionado que empezó a llorar y
a reír a la vez; mi madre no estaba tan segura, al ver la herida, pero los dos se
pusieron a trabajar con ella, aplicándole hierbas y engatusando al animal para
que se tragase sus brebajes.


-Suenan como tú... -dice Brittany. Casi se me había olvidado que estaba
conmigo.

-Oh, no, Brittany, ellos saben hacer magia. Esa cosa no podría haberse
muerto ni queriendo... -
respondo, aunque me muerdo la lengua, porque me doy
cuenta de lo que le parecerá mi afirmación a ella, que se muere en mis
incompetentes manos.

-No te preocupes, que no quiero.. -bromea-. Termina la historia...

-Bueno, eso es todo. Sólo que recuerdo que aquella noche Mich insistió
en dormir con Lady en una manta junto al fuego y que, justo antes de dormirse
los dos, la cabra le lamió la mejilla, como si le diese un beso de buenas noches
o algo así. Ya estaba loca por el.

-¿Todavía llevaba puesto el lazo rojo?..

-Creo que sí. ¿Por qué?...

-Intento imaginármelo..
-responde, pensativa-. Ahora entiendo por qué fue
un día feliz...

-Bueno, sabía que esa cabra era una mina de oro...

-Sí, claro que me refería a eso, no a la inmensa alegría que le diste a tu
hermano, al que quieres tanto que ocupaste su lugar en la cosecha.. -
dice
Brittany, en tono irónico.

-La cabra se ha amortizado con creces.. -
insisto, con aire de superioridad.

-Bueno, no se atrevería a lo contrario, teniendo en cuenta que le salvaste
la vida. Pretendo hacer lo mismo...

-¿De verdad? ¿Y cuánto decías que me has costado?...

-Muchos problemas. No te preocupes, te lo pagaré con intereses...

-No dices más que tonterías.. -
respondo, y le toco la frente. La fiebre no
hace más que subir-. Aunque estás un poco más fresca...


El sonido de las trompetas me sorprende; me pongo en pie de un salto y
me asomo corriendo a la entrada de la cueva; no quiero perderme ni una
sílaba. Es mi nuevo mejor amigo, Claudius Templesmith, y, como esperaba,
nos invita a un banquete. Bueno, no tenemos tanta hambre y, literalmente,
descarto su propuesta moviendo la mano con indiferencia, hasta que dice:


"-Una cosa más: puede que algunos estéis ya rechazando mi invitación,
pero no se trata de un banquete normal. Cada uno de vosotros necesita una
cosa desesperadamente. -
Sí que necesito algo desesperadamente, algo para
curar la pierna de Brittany-. En la Cornucopia, al alba, encontraréis lo que
necesitáis en una mochila marcada con el número de vuestro distrito. Pensadlo
bien antes de descartarlo. Para algunos, será vuestra última oportunidad.."



Se acabó, sólo quedan sus palabras, flotando en el aire. Brittany me coge de
los hombros por detrás y me asusta.


-No.. -me dice-. No vas a arriesgar la vida por mí...

-¿Y quién ha dicho que piense hacerlo?..

-Entonces, ¿no vas?...

-Claro que no voy, ¿por quién me tomas? ¿Crees que voy a meterme en
una barra libre con Sebastian, Kitty y Zizes? No seas estúpida... -
respondo, pero
al decir eso, me arrepeinto de inmediato al ver su cara-..Lo siento..-digo sinceramente y ella esboza una media sonrisa la ayudo a volver a la cama-. Dejaré que luchen entre ellos y veremos quién sale en el cielo mañana por la noche; después pensaremos en un plan...

-Qué mal mientes, Santana, no sé cómo has sobrevivido tanto tiempo...-
Empieza
a imitarme-. "Sabía que esa cabra era una mina de oro. Estás un
poco más fresca. Claro que no voy."
-Sacude la cabeza-.. Será mejor que no
te dediques a las cartas, porque perderías hasta la camisa...

-Vale, sí que voy, ¡y no puedes detenerme!..
-exclamo, con la cara roja de
rabia.

-Puedo seguirte, al menos un trecho. Quizá no llegue a la Cornucopia,
pero, si voy detrás de ti gritando tu nombre, seguro que alguien me encuentra.
Así moriré, y punto...

-No podrías recorrer ni cien metros con esa pierna...

-Entonces, me arrastraré. Si tú vas, yo voy...



Es lo bastante cabezona y, quizá, lo bastante fuerte para hacerlo, para salir
aullando por el bosque detrás de mí. Aunque no la encuentre un tributo, podría
hacerlo otra cosa, y ella no puede defenderse. Si quiero ir sola, voy a tener que
emparedarla aquí dentro. Además, ¿quién sabe el daño que podría hacerle el
esfuerzo?


-¿Y qué se supone que debo hacer? ¿Sentarme a verte morir?... -digo,
porque tiene que saber que no es una opción, que la audiencia me odiaría y,
sinceramente, yo también me odiaría si ni siquiera lo intentara.

-No me moriré, te lo prometo, si tú me prometes que no irás...


Estamos en tablas. Sé que no puedo convencerla de esto, así que no lo
intento y finjo aceptarlo a regañadientes.


-Entonces tendrás que hacer lo que te diga, beberte el agua, despertarme
cuando te lo pida y comerte toda la sopa, ¡aunque esté asquerosa!..

-De acuerdo. ¿Está ya?...

-Espera aquí...



El aire se ha vuelto frío, aunque el sol no se ha puesto. Yo tenía razón, los
Vigilantes están jugando con la temperatura. Me pregunto si uno de los tributos
necesitará desesperadamente una buena manta. La sopa sigue calentita en su
olla de hierro y, de hecho, tampoco está tan asquerosa.


Brittany se la come sin quejarse, e incluso rebaña la olla para demostrar su
entusiasmo. Divaga sobre lo deliciosa que está, lo que debería animarme, de
no ser porque sé lo que le hace la fiebre a la gente. Es como escuchar a
Sue antes de que el alcohol la deje del todo incoherente. Le doy otra
dosis de la medicina para la fiebre antes de se le vaya por completo la cabeza.


Cuando me acerco al arroyo para lavarme, sólo puedo pensar en que
morirá si no acudo al banquete. La mantendré con vida un par de días y
después la infección le llegará al corazón, al cerebro o a los pulmones y
acabará con ella. Y yo me quedaré aquí sola, otra vez, esperando a los demás.


Estoy tan perdida en mis pensamientos que casi me pierdo el paracaídas,
aunque flota delante de mis narices. Salto a cogerlo, lo saco del agua y arranco
la tela plateada para conseguir el frasco. ¡Sue lo ha conseguido! Ha
conseguido la medicina, no sé cómo, habrá convencido a un grupo de
románticos idiotas para que vendieran sus joyas. ¡Puedo salvar a Brittany! Sin
embargo, es un frasco muy pequeño, debe de ser muy fuerte para curar a
alguien tan enfermo. Empieza a corroerme la duda, así que destapo el frasco y
lo huelo; se me cae el corazón a los pies cuando me llega el aroma dulzón.
Para asegurarme, me echo una gota en la punta de la lengua: no cabe duda,
es jarabe somnífero. Es una medicina común en el Distrito 12, barata para ser
medicina, aunque muy adictiva. Casi todos han tomado una dosis en algún
momento. Nosotros tenemos un poco en casa, y mi madre se la da a los
pacientes histéricos, de modo que se duerman y ella pueda coser una herida
fea, tranquilizarlos o sólo mitigar su dolor durante la noche. Sólo hace falta un
poquito, un frasco de este tamaño podría tumbar a Brittany durante un día
entero, pero ¿de qué me sirve eso? Me pongo tan furiosa que estoy a punto de
tirar al arroyo el último regalo de Sue, hasta que caigo en la cuenta: ¿un
día entero? Es más de lo que necesito.


Aplasto un puñado de bayas para que no se note tanto el sabor y añado
algunas hojas de menta, por si acaso. Después, regreso a la cueva.


-Te he traído un regalo. He encontrado otro arbusto de bayas un poco
más abajo...



Brittany abre la boca sin vacilar para tragarse el primer bocado, pero, acto
seguido, frunce un poco el ceño.


-Están muy dulces...

-Sí, son almezas; mi madre las utiliza para hacer mermelada. ¿Es que no
las habías probado antes?... -
pregunto, metiéndole la siguiente cucharada en la
boca.

-No -responde ella, casi perpleja-, pero me suena el sabor. ¿Almezas?..

-Bueno, no es fácil encontrarlas en el mercado, son silvestres.. -
respondo;
otra cucharada dentro, sólo me queda una.

-Son tan dulces como el jarabe.. -dice ella, tomándose la última-. Jarabe...


Brittany abre mucho los ojos al darse cuenta de la verdad, pero yo le tapo
con fuerza la boca y la nariz, obligándola a tragar en vez de a escupir. Ella
intenta vomitar la papilla, pero es demasiado tarde: ya empieza a perder la
conciencia. Mientras se va, leo en sus ojos que no me lo perdonará nunca.


Me echo atrás, en cuchillas, y la miro con una mezcla de tristeza y
satisfacción. Se ha manchado la barbilla con una de las bayas, así que se la
limpio.


-¿Quién era la que no podía mentir, Brittany?.. -digo, aunque sé que no
puede oírme.

Da igual: el resto de Panem sí puede.


........................................................................................................
...Bueno 2 capitulos x no actualizar ayer... al fin se reencontraron, y aunq su romance es muy actuado para las dos, o para una??... lo q vale q Santana se esta arriesgando al ir a la cornucopia para salvar a Brittany...
tienen q saber q quedan unos 7 capitulos del libro, asiq ya empiezo a adaptar "En llamas".. pienso terminar la trilogia, aunq no lo lea nadie ajajajja.. sigo con "Room 47" aunq tarde mucho traduciendo, pero la autora esta subiendo capitulos largos.. jajaja... ademas de otra pregunta, ALGUNA LEYO EL LIBRO "TRES METROS SOBRE EL CIELO"???.. tengo ganas de leerlo y adaptarlo a nuestras brittanas, siguiendo por supuesto con mis fics... diganme sus opiniones...
gatituu *_*
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por Gleek23 Jue Oct 10, 2013 8:04 pm

Leo tu fic desde el primer cap, soy tributo osea que me se los 3 libros, pero me encanta tu adaptacion y siempre me quedo esperando tus actualizaciones . Muero xq adaptes los 3 libros
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por Tat-Tat Jue Oct 10, 2013 10:02 pm

Espero el capítulo de hoy... Es triste, quise ver el episodio de glee... y mi módem no funciono... me perdí varias cosas.. y ahora solo quiero llorar.
Aún no veo el mp (estoy desde el cel), pero espero me alegres la noche (que se me viene larga)

Muchas gracias por seguir la historia

Saludos!
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

Mensaje por Ali_Pearce Jue Oct 10, 2013 10:03 pm

¡Por fin están juntas! ¿Es obvio no? Brittany si está enamorada de Santana (solo espero que no muera al final por que muero yo) el Capitolio sabe perfectamente como hacer que Santana se interese en los juegos, saben que ella no dejaría que nadie muriera cuando puede ayudar. No siento que corra con mala suerte en el banquete, solo hay que recordar que mataron a Ray y seguramente quiere venganza, aunque a Santana le pesa matar.
Me emocione cuando leí que empezarás a adaptar "En Llamas" creo que ya te lo dije pero no me creíste, esta adaptación es mi favorita y hasta ahora creo que lo has llevado excelentemente bien. 
Ahora, tenemos que hablar un poco de "Room 47" . Sabes que ahora estoy como moderadora y se han dado reglas nuevas (bueno, en realidad es la misma regla). Originalmente el Fic es muy explicito y bueno, nos han planteado la idea de que podemos permitir el Lemmon siempre y cuando no sea tan explícito o que se  de una advertencia (al comenzar el capítulo). Creo que lo mejor sería que configuraras un poco las escenas, aunque realmente conmigo no tendrás problemas, solo que hay muchas más moderadoras xD
En fin, ya muero por la actualización...seguramente Santana hará todo pensando y calculando como es ella. Bien, un abrazo y hasta el próximo!. 
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Activo Re: [Resuelto][FIC BRITTANA] Los juegos del Hambre... "EN LLAMAS.." CAPITULO 6

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