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Mensaje por iFannyGleek Jue Ene 30, 2014 5:01 pm

Bl Asdfghjklñzxcvbnmqwet ¡UFF!!! Actualiza!! Estuvo muy bueno :( ya quiero saber que sigue!! Actualiza. :(

Saludos!!! :*
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Activo Re: FANFIC - BRITTANA - CREPUSCULO - AMANECER - CAPITULO 21 - TALENTOSA

Mensaje por micky morales Jue Ene 30, 2014 9:42 pm

claro que me gusto el capitulo, pero que quiere britt con kitty? que planea Santana?
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Activo Re: FANFIC - BRITTANA - CREPUSCULO - AMANECER - CAPITULO 21 - TALENTOSA

Mensaje por dianna agron 16 Lun Feb 03, 2014 2:53 am

Espero que les guste esta parte, es el POV de Sam, y creanme si no fuera importante lo hubiera omitido, lo trate de resumir lo mas que pude y aun asi seran entre 2 o 3 capitulos, espero que les guste, y bueno les dejo la primera parte


-----


Libro 2: Sam

Prefacio


La vida apesta y luego mueres

Si, debería ser afortunado


Esperando porque la maldita pelea empiece ya

—Diablos, Brody, NO TIENES, MALDITA SEA, UNA CASA PROPIA?

Brody pasando tiempo sobre todo mi sofá, mirando algún estúpido juego de béisbol en mi miserable televisor, sólo sonriéndome y luego realmente lento el sacó un Dorito de la bolsa que estaba en su regazo y lo metió en su boca en un solo bocado.

—Será mejor que hayas traído esos contigo

Crunch.

—No— dijo mientras masticaba. —Tu hermana dijo que continuara y me atendiera con lo que quisiera.

Traté de hacer que mi voz no sonara como si no fuera a golpearlo.

—Está Megan aquí ahora?

No funcionó. El escuchó a donde me dirigía y puso el bolso detrás de su espalda. El bolso crujió cuando golpeó el cojín. Las papas se rompieron en pedazos. Las manos de Brody se convirtieron en puños, cercanos a su cara como un boxeador.

—Vamos, niño. No necesito a Megan para que me proteja

Exhalé.

—Claro. Como si no fueras a ir llorando con ella a la primera oportunidad

El se rió y se relajó en el sofá, bajando sus manos.

—No voy a ir de chismoso con una chica. Si tuvieras un golpe de suerte, eso sería solamente entre nosotros dos. Y viceversa, cierto?

Amable de su parte hacerme una invitación. Relajé mi cuerpo como si estuviera rindiéndome.

—Cierto

Sus ojos se dirigieron al televisor.

Suspiré

Su nariz hizo un satisfactorio ruido cuando mi puño le pegó. El trató de agarrarme, pero yo bailé fuera de su camino antes de que pudiera encontrar una forma de capturarme, la arruinada bolsa de Doritos en mi mano izquierda.

—Rompiste mi nariz, idiota
—Sólo entre nosotros, cierto, Brody?

Fui a poner las papas en otra parte. Cuando me dí la vuelta, Brody estaba reposicionando su nariz antes de que se torciera. La sangre se había detenido; lucía como si no tuviera fuente de donde gotera bajo hacia debajo de sus labios y su barbilla. El maldijo, estremeciendose mientras tiraba del cartílago.

—Eres una fastidio, Samuel. Juro que preferiría salir con Marley.
—Ouch. Wow, apuesto a que Marley realmente va a amar escuchar que quieres pasar más tiempo con ella. Solo acelerará los latidos de su corazón.
—Vas a olvidar que dije eso
—Claro. Estoy seguro de que no se me escapará
—Ugh — gruñó y luego se recostó de nuevo en el sofá, limpiando los restos de sangre del cuello de su camisa. —Eres rápido, niño. Lo reconozco — El volteó su atención de vuelta al juego borroso.

Me paré ahí por un segundo y luego me aceché a mi cuarto refunfuñando sobre raptos??

De vuelta al día podrías contar con Brody con una pelea para casi siempre. No tienes que golpearlo entonces cualquier leve insulto lo haría. No hice mucho pasa sacarlo de control. Ahora, claro, cuando realmente quería un buen gruñido, rasgadura, traer abajo algunos árboles, él tiene que ser todo suave.

No era tan malo que ya otro miembro del equipo se hubiera imprimado por que, realmente, eso hace cuadro de diez ahora! Cuando se detendría? Estúpido mito se supone debería ser raro, por dios santo! Todo este mandado de a amor a primera vista era completamente desquiciante!.

Tuvo que ser mi hermana? Tuvo que ser Brody?

Cuando Megan regresó de Washington al final de semestre del verano graduada antes, la nerd, mi mayor preocupación ha sido que sería difícil mantener los secretos alejados de ella. No estaba acostumbrado a ocultar cosas en mi propia casa. Me hizo realmente comprensivo con chicos como Ryder y Collin, cuyos padres no sabían que ellos eran licántropos. La mamá de Ryder pensaba que el estaba pasando algún estado de rebeldía. El era constantemente castigado por escaparse continuamente, pero, por supuesto, no había mucho que él pudiera hacer sobre eso. Ella había revisado su cuarto cada noche y cada noche estaría vacío de nuevo. Ella gritaría y el lo tomaría en silencio y luego lo examinaría todo el siguiente día. Habíamos tratado de hablar con Finn para que le diera a Ryder un descanso y dejar a su mamá entrar en el asunto, pero Ryder había dicho que no le importaba. El secreto era muy importante.

Así que yo he estado alerta para guardar ese secreto. Y luego dos días después de que Megan llegara a casa, Brody se le lanzó en la playa. Bada bing, bada boom. Amor verdadero! Los secretos ya no son necesarios cuando encuentras a tu otra mitad y toda esa basura de la imprimación de los licántropos.

Megan supo toda la historia. Y yo tendré a Brody como cuñado algún día. Yo sabía Billy no estaba muy emocionado sobre eso tampoco. Pero lo manejó mejor que yo.

Claro, el escapaba con Sue más seguido que nunca estos días. No veía como resultaba eso mejor. No para Brody, si no para Marley.

Me preguntaba una bala a través de mi me mataría o solo dejaría un gran desastre que tendría que limpiar?

Me tiré en la cama. Estaba cansado no había dormido desde mi último patrullaje pero sabía que no iba a dormir. Mi cabeza estaba demasiado loca. Los pensamientos me acechaban alrededor dentro mi cráneo como un desorientado enjambre de abejas. Ruidoso. De vez en cuando picaban. Deben ser avispones no abejas. Abejas murieron después de una picadura. Y los mismos pensamientos estuvieron picándome una y otra vez.

Esta espera me estaba volviendo loco. Han sido casi cuatro semanas. Esperaba, un día u otro, que las noticias llegarán. Me había sentado noches imaginando que forma tomaría.

Charlie sollozaba en el teléfono Britt y su esposa perdidas en un accidente. Un accidente de avión? Eso sería duro de fingir. A menos que a las sanguijuelas no les importara matar a un manojo de personas presentes para hacerlo real y por que lo harían? Tal vez un pequeño avión a cambio. Ellos probablemente tenían uno de esos de repuesto.

O volverían los asesinos solos, sin éxito en su atentado de hacerla una de ellos? O tal vez no llegando tan lejos. Tal vez el la ha aplastado como a una bolsa de papas en su camino a casa? Por que su vida era menos importante para la chupasangres que su placer.

La historia sería muy trágica, Britt pérdida en un horrible accidente. Victima de asalto equivocado. Ahogada hasta la muerte en la cena. Un accidente de auto, como mi mamá. Tan común. Pasa todo el tiempo.

La traerá a casa? Enterrarla aquí por Charlie? Un funeral privado, claro. El ataúd de mi mamá había sido sellado...

Yo sólo podía esperar que el volviera aquí, cerca de mi alcance.

Tal vez no habría ninguna historia. Tal vez Charlie llamaría para preguntarle a mi papá si el no sabía nada sobre el Dr. Cullen, quien no se presentó a trabajar un día. La casa abandonada. Ninguna respuesta en ninguno de los celulares de los Cullen. El misterio descubierto por algún programa, jugada sucia sospechada...

Tal vez la gran casa blanca ardería con todos atrapados adentro. Claro, ellos necesitarían cuerpos para eso. Ocho humanos del tamaño correcto. Quemados más allá del reconocimiento más allá de la ayuda del registro dental.

Cualquiera de esos sería engañoso para mí, eso es. Sería difícil encontrarlos si no quisieran ser encontrados. Claro, yo buscaría por siempre. Si tienes el para siempre, puedes buscar en cada pedazo de paja del pajar, uno por uno, para ver si es la aguja.

Ahora mismo, no me importaría desmontar un pajar. Al menos eso sería algo por hacer. Odiaba saber que podría estar perdiendo mi oportunidad. Dándoles a los chupa sangre el tiempo para escapar, si ese fuera su plan.
Podríamos ir esta noche. Podríamos matar a todo aquel que encontraramos.

Me gustaba ese plan por que sabía que Santana sabría bien esto, si matara a cualquiera de su aquelarre, podría tener mi oportunidad contra ella también. Ella vendría por venganza. Y yo se la daría. No dejaría a mis hermanos atacarla como equipo. Seríamos solamente ella y yo. Dejando que el mejor gane.

Pero Finn no escucharía esto. No vamos a romper el trato. Dejalos hacer la violación. Sólo porque no teníamos pruebas que inculparan a los Cullen. Aún. Tienes que añadir el aún, por que sabemos que eso era inevitable. Britt se convertiría en uno de ellos también, o no se volvería. De cualquier manera, una vida humana habría sido perdida. Y eso significaría que el juego comenzaría.

El la otra habitación rebuznaba como una mula. Tal vez le había cambiado a un programa cómico. Tal vez el comercial estaba gracioso. Como sea. Me alteraba los nervios.

Pensaba en romperle la nariz otra vez. Pero no era Brody con quien quería pelear. No realmente.

Trataba de escuchar otros sonidos, el viento en los árboles. No era lo mismo, no con oídos humanos. Había un millón de voces en el viento que no podía escuchar con este cuerpo.

Pero estos oídos eran bastante sensibles. Podía escuchar más allá de los árboles, hasta la carretera, los sonidos de los autos viniendo alrededor de la última curva donde finalmente podías ver la playa la vista de las islas y las rocas y el gran océano azul expandiéndose hasta el horizonte. A los vigilantes de La Push les gustaba andar alrededor de ahí. Los turistas nunca notaban la señal de límite de disminución de velocidad que está en el otro lado de la carretera.

Podía escuchar las voces de afuera de las tiendas en la playa. Podía escuchar la campana de la puerta cuando la puerta era abierta y cerrada. Podía escuchar a la mamá de Ryder en la caja registradora imprimiendo un recibo.

Podía escuchar el golpeteo de la marea contra las rocas. Podía escuchar el chillido de los niños cuando el agua helada los golpeó demasiado rápido para quitarse. Podía escuchar a las mamás quejándose de la ropa mojada. Y podía escuchar una voz familiar...

Estaba escuchando tan detenidamente que la explosión repentina de la risa de asno de Brody me hizo saltar la mitad de la cama.

—Vete de mi casa — me quejé. Sabiendo que él no prestaría atención, seguí mi propio consejo. Tiré de mi ventana abriéndola y saltando hacia el camino trasero así no vería a Brody de nuevo. Sería muy tentativo. Sabía que lo golpearía de nuevo y que Megan se molestaría. Ella había visto la sangre en su camisa y me culpó sin esperar pruebas. Claro, ella tenía razón, pero aún así.

Bajé a la orilla, mis puños en los bolsillos. Nadie me miraba dos veces cuando fui por la parte sucia de First Beach. Eso era algo agradable del verano a nadie le importaba si sólo usabas shorts.

Seguí la voz familiar que había escuchado y encontré rápido a Jake. El estaba en el final sur de la media luna, evitando a la mayor parte de la multitud de turistas. El mantuvo una constante corriente de advertencias.

—Mantente alejada del agua, Claire. Vamos. No, no lo hagas. Oh! Genial niña. Enserio, quieres que Emily me grite? No te traeré de vuelta a la playa si no… Así? No, ugh. Piensas que es gracioso, no? Ja! Quien se rie ahora, eh?

Tenía a la niña, que sonreía tontamente, por el tobillo cuando los alcanzé. Ella tenía un cubo en una mano y sus jeans estaban mojados. El tenía una gran marca mojada en el frente de su playera.

—Cinco dolares por la niña— dije
—Hey, Sam

Claire lloró y le tiró a Jake el cubo en las rodillas.

—Bajame, bajame

El la puso cuidadosamente en su pie y ella corrió hacia mi. Ella se abrazó a mi pierna.

—Tío Sam
—Como estás, Claire?

Ella se río.

—Jake está todo mojado
—Puedo ver eso. Donde está tu mamá?
—Fuera, fuera, fuera— Claire cantó, —Claire ha pasado todo el día con Jake. Claire nunca irá a casa— Ella me soltó y corrió hacia Jake. El la levantó y la puso sobre sus hombros.
—Suena como si alguien hubiera unido a los dos terribles
—Tres de hecho — Jake corrigió. —Te perdiste la fiesta. Temática de princesas. Ella me hizo usar una corona y luego Emily sugirió que ellas probarían su nuevo juego de maquillaje en mi
—Wow, lamento no haber estado para ver eso
—No te preocupes, Emily tiene fotos. De hecho luzco muy sexy
—Eres tan manejable

Jake se encogió.

—Claire pasó un buen rato. Ese era el punto

Giré mis ojos. Era duro estar con personas imprimadas. No importa en que estado estuvieran a punto de atarse el nudo como Finn o como un explotado niñero como Jake la paz y certeza que ellos siempre irradiaban era la inducción directa de vomito.

Claire chilló en sus hombros y apuntó al suelo.

—Bonitas rocas, para mi, para mi!
—Cuál niña? El rojo?
—No rojo!

Jake se puso de rodillas. Claire gritó y jaló su cabello como riendas de un caballo.

—Este azul?
—No, no, no... — la pequeña niña cantó, emocionada con su nuevo juego.

La parte más extraña era que Jake se estaba divirtiendo igual que ella. El no tenía esa cara que las mamás y papás turistas tenían como de cuando es hora de la siesta?. Nunca verías a un papá verdadero tan entusiasmado por jugar cualquier juego infantil que su hijo pudiera inventar. Había visto a Jake jugar Peekaboo por una hora sin aburrirse.

Y no podía siquiera burlarme de él por eso. Lo envidiaba mucho.

Aunque pensaba que realmente apestaba que el tuviera que esperar unos buenos catorce años hasta que Claire tuviera su edad para Jake, al menos, era bueno que los licántropos no envejecieran. Pero aún así ese tiempo no parecía molestarle mucho.

—Jake, has pensado en citas? — pregunté
—Qué?
—No, no amarillo!— Claire cantó.
—Ya sabes. Una verdadera chica. Es decir, sólo por ahora, cierto? En tus noches de niñero

Jake me miró, con la boca abierta.

—Bonitas rocas! Bonitas rocas!— Claire gritó cuando el no le ofreció otra opción. Ella lo golpeó en la cabeza con su pequeño puño.
—Lo siento, Osita-Claire. Que tal este púrpura?
—No — sonrío ella. —No morado
—Dame una pista. Te lo ruego, niña

Claire pensó.

—Verde —dijo finalmente.

Jake miró las rocas, estudiándolas. El tomó cuatro rocas en diferentes tonalidades de verde y se las ofreció.

—Entendí?
—Si!
—Cuál?
—Toooodas!

Ella unió sus manos y él puso las rocas en ellas. Ella sonrío y de inmediato lo golpeó en la cabeza con ellas. El se estremeció teatralmente y luego se puso de pie y comenzó a caminar hacia el estacionamiento. Probablemente preocupado por que ella tuviera frío por su ropa mojada. El era peor que cualquier paranoica, sobreprotectora madre.

—Lo siento si estaba siendo insistente antes, amigo, acerca de la chica— dije.
—Nah! Está bien— dijo Jake. —Me tomó por sorpresa, es todo. Nunca había pensado sobre eso
—Apuesto a que ella entendería. Tu sabes, cuando ella haya crecido. Ella no se molestaría por que tuvieses una vida mientras ella estaba en pañales
—No, lo sé. Estoy seguro que ella entendería eso

El no dijo nada más.

—Pero tu no lo harías, cierto?— pregunté
—No puedo verlo — dijo en voz baja. —No puedo imaginarlo. Simplemente yo no...veo a nadie más de esa forma. Ya no me fijo en chicas, sabes. No veo sus caras
—Pon eso junto a la tiara y el maquillaje y tal vez Claire tendrá una diferente clase de competencia de la cual preocuparse

Jake se rió e hizo ruidos de besos.

—Estás disponible este viernes Samuel?
—Quisieras — dije y luego hice una cara. —Si, creo que lo estoy de todas formas

El vaciló un segundo y luego dijo

—Has pensado en tener citas?

Suspiré.

—Supongo me había abierto para eso.
—Sabes Sam, tal vez deberías pensar en tener una vida

El no lo dijo como broma. Su voz fue comprensiva. Eso lo hizo peor.

—No las veo tampoco Jake. No veo sus caras

Jake suspiró también

Muy lejos, demasiado bajo para cualquiera sólo distinguible para nosotros dos sobre las olas, un aullido elevado en el bosque.

—Dang, ese es Finn— dijo Jake. Sus manos volaron hacia Claire, para comprobar que seguía ahí. —No se donde está su mamá!
—Iré a ver de que se trata. Si te necesitamos, te lo haré saber— corrí. Salieron todos juntos. —Hey, por que no la llevas con Sue? Sue y Billy pueden cuidarla. Ellos probablemente saben de que se trata de todas formas
—Ok vete Sam!

Salí corriendo, no por el camino sucio si no por el camino corto hacia el bosque. Seguí la primera linea de madera flotante y luego me dirijí hacia árboles más pequeños aún corriendo. Sentí los pequeños cortes de las ramas en mi piel, pero los ignoré. Los rasguños se curarían antes de que saliera de entre los árboles. Corté el camino detrás de la tienda y me lanzé a través del camino. Alguien me tocó. Una vez en la seguridad de los árboles, corrí rápido. La gente miraría si estuviera por fuera. Personas normales no pueden correr así. A veces pienso participar en una carrera-tu sabes, como las pruebas olimpicas o algo así. Sería genial observar las expresiones de esas estrellas del atletismo cuando les ganara. Sólo estaba seguro que mediante la prueba que ellos hacen para comprobar que no usas esteroides, mostraría algo raro en mi sangre.

Tan pronto como llegué al verdadero bosque, sin caminos ni casa, patiné para detenerme y me quité el short. Con rápidos y movimientos expertos, los enrollé y los amarré a la cuerda de cuero alrededor de mi tobillo. Mientras hacía los ultimes amarres, empezé a cambiar. El fuego bajó por mi espalda, provocando espasmos en mis brazos y piernas. Sólo tomó un segundo. El calor fluyó sobre mi i sentí el silencioso cambio que me convirtió en algo más. Tiré mis pesadas patas contra la tierra y estiré mi espalda en una larga extensión.

Cambiar de fase era muy fácil cuando estaba concentrado como ahora. No tenía más problemas con mi temperamento. Excepto cuando esto entró el camino.

Por la mitad de un segundo, recordé el momento horrible de esa impronunciable broma sobre una boda. Había estado tan transtornado con furia que no podía hacer que mi cuerpo funcionara bien. Había estado atrapado, moviéndome y quemándome, incapaz de hacer el cambio y matar al monstruo sólo a unos pies alejada de mi. Había sido tan confuso. Muriendo por matarla. Con miedo de lastimarla. Mis amigos ahí. Y luego cuando finalmente fui capaz de tomar la forma que quisiera, la orden de mi líder. El mandato del Alfa. Si hubieran estado sólo Ryder y Jake esa noche sin Finn…Sería capaz de haber matado a la asesina?.

Odiaba cuando Finn seguía la ley de esa forma. Odiaba sentir que no tenía opción. Tener que obedecer.

Y luego estaba consciente de una audiencia. No estaba sólo en mis pensamientos.

—Tan autoabsorbido todo el tiempo— pensó Marley
—Si, no hay hipocresía, Marley — pensé de regreso
—Se puede, chicos? — nos dijo Finn.

Nos callamos y sentí a Marley estremecerse con la palabra chicos. Delicada como siempre.

Finn pretendió no escucharlo.

—Donde están Jake y David?
—Jake está con Claire. La está llevando con Sue
—Bien. Sue la cuidará.
—David está yendo donde Kim — pensó Ryder. Suerte que no te escuchó.

Hubo un silencio entre el equipo. Gemí con ellos. Cuando David finalmente apareció, sin ninguna duda que el estaba pensando en Kim. Y nadie quería una repetición de lo que estaban haciendo.

Finn se sentó en sus patas traseras y aulló de nuevo hacia el aire. Era una señal y una orden al mismo tiempo.

El equipo estaba junto a unos pocos kilómetros al este de donde yo estaba. Corrí a través del espeso bosque hacia ellos. Marlet, Ryder y Brody, todos trabajando entre ellos también. Marley estaba cerca, pronto pude escuchar sus pisadas no lejos en el bosque. Continuamos en línea paralela, escogiendo no correr juntos.

—Bueno, no esperaremos por el todo el día. El nos tendrá que alcanzar después.
—Que pasa jefe? —Brody quería saber
—Necesitamos hablar. Algo pasó

Sentí que Finn parpadeó hacía mi y no sólo Finn, si no también Joe, Collin y Brady. Collin y Brady, los nuevos chicos, han estado patrullando con Finn hoy, así que ellos deberían saber lo que sea que el supiera. No sabía por que Jor estaba aquí. No era su turno.

—Joe, dime lo que escuchaste

Aceleré, esperando estar ahí. Escuché a Marley moverse rápido, también. Ella odiaba ser excedida. Ser la más rápida era lo único que aclamaba.

—Reclama esto, idiota, —ellá susurró y luego realmente aceleró. Clavé mis uñas en la tierra y salí disparado.

Finn no parecía de humor para soportar nuestra usual tontería.

—Sam, Marley, ya paren.

Ninguno de nosotros disminuyó la marcha.

Finn gruñó, pero lo dejó pasar.

—Joe?
—Charlie llamó hasta encontrar a Billy en mi casa.
—Si, hablé con él — añadió Brody.

Sentí una sacudida a través de mí cuando Joe pensó en el nombre Charlie. Esto era. La espera había terminado. Corrí rápido, forzándome a respirar, aunque mis pulmones se sintieran algo tiesos de repente.

—Que historia sería?
—Así que el está todo exaltad. Supongo que Santana y Britt llegaron a casa la semana pasada y...

Mi pecho se relajó.

—Ella estaba viva. O no estaba muerta, al menos.

No me había dado cuenta cuanta diferencia tendría para mi. Había estado pensando en ella muerta todo este tiempo, y sólo vi eso hasta ahora. Vi que nunca había creído que la chupasangres la traería de nuevo, viva. No debería importar, por que sabía lo que vendría.

—Si, hermano, y estas son las malas noticias. Charlie habló con ella, dijo que ella sonaba mal. Ella le dijo que está enferma. William subió y le dijo a Charlie que Britt pescó una rara enfermedad en Sudamérica. Dijo que ella está en cuarentena. Charlie se volvió loco por que le está permitido verla. El dijo que no importaba si se enfermaba, pero William no lo permitió. No visitantes. Le dijo a Charlie que es muy serio, pero que está haciendo todo lo posible. Charlie ha estado ansioso sobre eso por días, pero sólo ha llamado a Billy. Dijo que ella sonaba peor hoy.

El silencio mental cuando Joe terminó fue profundo. Todos entendimos.

—Así que ella moriría con esta enfermedad? — por lo que Charlie supiera. —Dejarían ellos que Charlie viera el cuerpo? El pálido, perfecto aún, sin respiración blanco cuerpo? Ellos no podrían dejarle tocar la fría piel, el tal vez notaría que duro estaría. Ellos tendrían que esperar a que ella pudiera sostenerse, de matar a Charlie y a los otros dolientes. Cuanto tiempo tomaría eso? La enterrarían? Cavaría ella misma para salir, o los chupa sangre vendrían por ella?

Los otros escucharon mis especulaciones en silencio. Puse más pensamientos en esto que cualquiera de ellos.

Marley y yo entramos en el claro casi al mismo tiempo. Ella estaba segura que su nariz le había enseñado el camino, sin embargo. Ella se inclinó sobre sus patas traseras a un lado de su hermano mientras yo trotaba para estar del lado derecho de Finn. Brody se puso en el circulo y me hizo espacio en mi lugar.

—Golpealo de nuevo — pensó Marley, pero apenas la escuché.

Me preguntaba por que era el único en mis pies. Mi piel se erizó con impaciencia.

—Así que, que estamos esperando? —Pregunté

Nadie dijo nada, pero escuché sus sentimientos de vacilación.

—Oh, vamos! El trato está roto!
—No tenemos pruebas tal vez está enferma...
—OH POR FAVOR!
—Okay, dado que las evidencias circunstanciales son muy fuertes. Aún así…Sam. — Finn pensó lento, vacilante. —Estás seguro de que esto es lo que quieres? Es realmente lo correcto? Todos sabemos lo que ella quería.
—El trato no mencionaba nada sobre las preferencias de la victima, Finn!
—Es realmente ella una victima? La etiquetarías de esa forma?
—Si!
—Sam, pensó Joe, ellos no son nuestros enemigos.
—Callate niño! Sólo por que tienes una clase enferma de adoración a una heroína sobre esa chupasangre, no cambia la ley. Ellos son nuestros enemigos. Ellos están en nuestro territorio. Nosotros los sacaremos. No me importa si te divertiste peleando a lado de Santana una vez.
—Entonces que vas a hacer cuando Britt pelee junto a ellos Sam? Eh? —demandó Joe.
—Ella ya no es Britt
—Tu vas a ser quien termine con ella?

No podía parar de estremecerme.

—No, no lo harás. Así que, que? Vas a hacer que uno de nosotros lo haga? Y luego le guardarás rencor a quien sea que lo haya hecho?
—Yo no lo haría...
—Claro que no. No estás listo para esta pelea, Sam.

El instinto prevaleció, me impulsé hacia delante gruñéndole al lobo color arena a través del círculo.

—Sam! —Advirtió Finn. — Joe, callate por un segundo.

Joe movió su gran cabeza.

—Dang, Que me perdí? —Pendó Jake. El estaba corriendo el lugar lleno. —Escuché sobre la llamada de Charlie...
—Nos estamos preparando para ir, le dije. Por qué no vas a lo de Kim y arrastras a David fuera con los dientes? Vamos a necesitarlos a todos.
—Ven aquí, Jake, ordenó Finn. No hemos decidido nada aún.

Gruñí.

—Sam, tengo que pensar en que es lo mejor. Tengo que escoger el curso que los proteja. Los tiempos han cambiado desde que nuestro ancestro hizo ese trato. Yo...bueno, honestamente no creo que los Cullen sean un peligro para nosotros. Y sabemos que ellos no estarán aquí por mucho tiempo. Seguramente, una vez que su historia esté dicha, ellos desaparecerán. Nuestras vidas pueden regresar a la normalidad.
—Normalidad?
—Si los desafiamos Sam, ellos se defenderán bien.
—Tienes miedo?
—Estás listo para perder un hermano? El se detuvo. O una hermana? añadió como un pensamiento extra.
—No tengo miedo de morir.
—Lo sé Sam. Es una de las razones por las que cuestiono tu juicio en esto.

Miré sus ojos negros.

—Propondrás honorar el trato de nuestros padres o no?
—Yo debo honor a mi equipo. Hago lo mejor para ellos.
—Cobarde.

Su hocico se tensó, encogiéndose sobre sus dientes.

—Suficiente Sam. Te sobrepasaste. —La voz mental de Finn cambió, tomó ese extraño doble timbre que no podíamos desobedecer. La voz del Alfa. Él encontró la mirada de todos los lobos en el círculo.
—El equipo no atacará a los Cullen sin provocación. El espíritu de los restos del tratado. Ellos no son un peligro para nuestra gente, ni un peligro para la gente de forks. Brittany Pierce hizo una malinformada decisión y nosotros no vamos a castigar a nuestros antiguos aliados por ella.
—Escucha, escucha — pensó Joe entusiasmadamente.
—Pensé que había dicho que te callaras Joe
—Oops. Lo siento, Finn
—Sam, a donde crees que vas?

Dejé el círculo, dirigiéndome hacia el oeste para darles la espalda.

—Voy a decirle adiós a mi padre. Aparentemente no tiene caso quedarme por aquí más tiempo.
—Ay, Sam...no lo hagas de nuevo!
—Callate Joe — varias voces pensaron juntas.
—No queremos que te vayas — me dijo Finn su pensamiento era más suave que antes.
—Entonces oblíguenme a que me quede, Finn. Llévense mi voluntad. Hazme un esclavo.
—Sabes que no haría eso.
—Entonces no hay nada más que decir.

Corrí lejos de ellos, tratando fuertemente de no pensar que iba a hacer después. En vez de eso me concentré en las memorias de mi largo mes como lobo, dejando la humanidad fuera de mi hasta que fuera más animal que hombre. Viviendo el momento, comiendo cuando estuviera hambriento, durmiendo cuando estuviera cansado, bebiendo cuando estuviera sediento, y corriendo, corriendo solo por correr.

Simples deseos, simples respuestas para esos deseos. El dolor viene en formas fáciles de manejar. El dolor del hambre. El dolor del hielo bajo tus patas. El dolor de tus garras cuando la cena es difícil de cazar. Cada dolor tiene una simple respuesta, una clara acción para terminar ese dolor.

No como siendo humano.

Aún, tan pronto como estaba corriendo a una larga distancia de mi cada, yo cambiaba a mi cuerpo humano. Necesitaba pensar con privacidad.

Desaté mi short y tiré de él, corriendo hacia la casa.

Lo había hecho. Había escondido lo que estaba pensando y ahora era muy tarde para que Finn pudiera detenerme. Ahora no me podía escuchar.

Finn había hecho una muy clara orden. El equipo no atacaría a los Cullen. Ok

El no mencionó un ataque individual.

No, el equipo no iba a atacar a nadie hoy.

Pero yo si.


Endemoniadamente seguro de que no había previsto eso



No planeaba realmente decirle adiós a mi padre.

Después de todo, una rápida llamada a Finn y el juego reiniciaría. Me detendrían y me harían regresar. Probablemente tratarían de hacerme enojar, o incluso herirme. De algún modo me harían transformarme para que Finn pudiera hacerme obedecer una nueva ley.

Sin embargo, Billy estaba esperándome, sabía que estaría harto. Estaba en el jardín, simplemente sentado en su silla de ruedas con los ojos fijos justo en el lugar por el que saldría de los árboles. Observe que vigilaba mi camino, encaminándose directo a la casa y pasando mi garaje.

—¿Tienes un minuto, Sam?

Me detuve lo mire y luego mire hacía el garaje.

—Vamos, chico, al menos ayúdame a entrar

Le mostré los dientes pero después decidí que me causaría más problemas con Finn si no mentía por al menos unos minutos.

—¿Desde cuándo necesitas ayuda, viejo?

Se rió con esa risa suya.

—Mis brazos están cansados. Me empujaron hasta aquí desde la casa de Sue.
—Está de bajada. Te deslizaste todo el camino

Rodé su silla sobre la pequeña rampa que hice para él hacia el living.

—Me atrapaste. Creo que alcance las 30 millas por hora. Fue genial
—Vas a romper la silla, lo sabes. Y entonces tendrás que arrastrarte con los codos
—Para nada. Será tu trabajo el cargarme
—Entonces no irás a muchos lados

Billy puso sus manos sobre las ruedas y se dirigió hacia el refrigerador.

—¿Quedo algo de comida?
—Me atrapaste. Brody estuvo aquí todo el día, creo que probablemente no

Billy suspiró.

—Tendré que comenzar a esconder los víveres si queremos evitar la hambruna
—Dile a Megan que se vaya a la casa de él

El tono bromista de Billy se desvaneció, y su mirada se suavizo.

—sólo la tenemos por unas semanas. Es la primera vez que viene en mucho tiempo. Es difícil las chicas ya eran mayores cuando tu madre murió, les conflictuaba más el estar en la casa
—Lo sé

Rebeca no había estado en casa desde que se casó, aunque tenía una buena escusa. Los boletos de avión desde Hawai son bastante caros. El estado de Washington estaba lo suficientemente cerca por lo que Megan no tenía defensa. Había tomado clases durante los semestres de verano y trabajando turno doble durante los días feriados en algún café en el campus. Si no hubiese sido por Brody, probablemente se habría marchado bastante más rápido. Tal vez esa era la razón por la que Billy no lo había sacado a patadas de la casa.

—Bueno, iré a trabajar en algunas cosas…— comencé desde la puerta trasera.
—Espera, Sam. ¿No vas a decirme qué sucedió? ¿Tengo que llamar a Finn para que me ponga al corriente?

Me detuve con la espalda vuelta hacia él, ocultando mi cara.

—Nada sucedió. Finn irá a despedirlos. Supongo que ahora somos un montón de amantes de chupasangres
—Sam…
—No quiero hablar de ello
—¿Te irás, hijo?

La habitación permaneció en silencio por un largo tiempo mientras decidía cómo decirlo.

—Megan puede recuperar su habitación, sé que odia el colchón de aire
—Prefiere dormir en el suelo a perderte. Yo también

Resople.

—Samuel, por favor. Sí necesitas…un respiro. Lo entenderemos. Pero no tan largo esta vez. Regresa
—Tal vez. Tal vez mi motivo sean las bodas. Hacer una aparición en la de Finn, después en la de Megan. David y Kim quizá se adelanten. Probablemente deba conseguir un traje o algo
—Sam, mírame

Me gire lentamente.

—¿Qué?

Me miro a los ojos durante un largo minuto.

—¿A dónde irás?
—No tengo un plan específico en mente

Ladeó su cabeza ligeramente y me miro con ojos entrecerrados

—¿No?

Nos miramos el uno al otro. Los segundos se alargaron.

—Samuel— dijo. Su voz se escuchaba tensa. —Sam, no. No vale la pena
—No sé de qué estás hablando
—Deja en paz a Britt y a los Cullen. Finn tiene razón

Lo mire por un segundo y después cruce la habitación en dos zancadas. Agarre el teléfono y lo desconecte el cable de la caja y del auricular. Agite el cordón gris en la palma de mi mano.

—Adiós, papá
—Sam, espera — me llamó, pero ya estaba afuera de la puerta, corriendo.

La motocicleta no era tan rápida como correr, pero era más discreta. Me pregunte que tanto tiempo le tomaría a Billy empujarse hacia la tienda y después pedirle a alguien que le enviara un mensaje a Finn. Apostaba a que Finn todavía estaba en forma de lobo. El problema sería si Brody regresaba a mi casa en cualquier momento. Podría transformarse en un segundo y dejar que Finn supiera lo que estaba haciendo.

No iba a preocuparme por eso. Iría lo más rápido que pudiera, y si me atrapaban lidiaría con eso cuando tuviera que hacerlo.

Patee el pedal de la bicicleta y la escuche cobrar vida, después estaba corriéndola por el camino enlodado. No miré hacia atrás al pasar la casa.

La autopista estaba llena de tráfico turístico. Me moví por entre los carros, ganándome un montón de pitidos y de señas. Tome la vuelta hacia la 101 en la setenta sin molestarme en mirar. Tuve que manejar sobre la orilla por un minuto para evitar ser golpeado por una minivan. No es que eso me hubiera matado, pero me habría alentado. Los huesos rotos, los grandes al menos toman días en sanar completamente, como yo bien sabía.

La autopista se despejó un poco y aumente la velocidad a ochenta. No toque el freno hasta que no estuve lo suficientemente cerca del camino estrecho, entonces me di cuenta que estaba en el claro. Finn no vendría hasta acá para detenerme. Era demasiado tarde.

No fue hasta ese momento cuando estuve seguro que lo lograría que comencé a pensar en lo que haría exactamente. Reduje la velocidad a veinte, y esquive los arboles con más cuidado de lo que ameritaba.

Sabía que me escucharían acercarme, con o sin motocicleta, así que el factor sorpresa estaba descartado. No había manera de disimular mis intenciones. Santana escucharía mi plan tan pronto estuviera lo bastante cerca. Tal vez ya lo estaba escuchando. Pero pensé que de alguna forma esto funcionaría porque contaba con que su ego le empujaría a que peleáramos.

Así que únicamente caminaría, vería la evidencia tan preciosa para Finn por mi mismo y después desafearía a Santana a un duelo.

Resople. La chupasangre probablemente conseguiría una buena patada con estas tetras.

Cuando terminará con ella, tomaría a tantos del resto como pudiera antes de que me atraparan. Huh me preguntaba si Finn consideraría mi muerte una provocación. Probablemente diría que había obtenido lo que merecía. No querría ofender a sus mejores amigos los chupasangres.

El camino se abrió en el prado, y el olor me golpeo peor que un tomate podrido a la cara. Ugh. Apestosos vampiros. Mi estomagó empezó a quejarse. El hedor era difícil de soportar sin el disfraz de la esencia humana de la última vez que había estado aquí era difícil, pero más soportable que detectarlo con mi nariz lobuna.

No estaba seguro de qué esperar, pero no había señales de vida cerca de la gran cripta blanca.

Por supuesto, sabían que estaba aquí.

Apague el motor y escuche el silencio. Ahora podía escuchar murmullos tensos y enojados justo al otro lado de las anchas puertas dobles. Alguien estaba en casa. Escuche mi nombre y sonreí, feliz de pensar que al menos los inquietaba un poquito.

Inspire una gran bocanada de aire ya que dentro sería peor y me dirigí a las escaleras del porche de una zancada.

La puerta se abrió antes de que mi puño la alcanzara y el doctor permaneció en el marco. Su mirada era grave.

—Hola, Sam — Dijo más tranquilo de lo que había esperado —¿Cómo estás?

Respire profundamente por la boca. El hedor que salía a través de la puerta era sobrecogedor.

Estaba decepcionado de que fuera William quien abrió la puerta. Habría preferido que fuera Santana, con los colmillos de fuera. William era tan…tan humano o algo. Tal vez eran las llamadas a la casa que había hecho durante la última primavera cuando fui golpeado. Pero me hacía sentir incomodo mirarle a la cara y saber que planeaba matarlo sí tenía que hacerlo.

—Escuche que Britt regreso con vida— dije
—Esto, Sam, realmente no es el mejor momento— El doctor parecía incomodo también, pero no de la forma que yo esperaba. —¿Podríamos hacer esto después?

Lo mire, atónito. ¿Estaba sugiriendo que pospusiéramos la masacre para un momento más conveniente?

Y entonces escuche la voz de Britt, rota y ronca, y no pude pensar en nada más

—¿Por qué no?— Le preguntó a alguien “—¿Estamos ocultándole cosas a Sam también? ¿Cuál es el punto?

Su voz no era lo que esperaba. Intente recordar la voz de los vampiros jóvenes con los que habíamos peleado en primavera, pero lo único que había registrado habían sido gruñidos. Tal vez aquellos otros tampoco habían tenido el penétrate sonido de la voz de los mayores. Tal vez todos los nuevos vampiros sonaban roncos.

—Adelante, por favor Sam— La voz rota de Britt sonó más alta.

Los ojos de William se entrecerraron.

Me pregunte si Britt estaría sedienta. Mis ojos se entrecerraron también.

—Con permiso —le dije al doctor mientras lo rodeaba para entrar a la casa. Fue difícil iba contra todos mis instintos de darles la espalda a cualquiera de ellos. Sin embargo, no imposible. Sí había algo parecido a un vampiro inofensivo, ese era el extraño y gentil líder.

Me mantendría alejado de William en cuanto la pelea empezara. Habían suficientes vampiros para matar sin tener que incluirlo.

Entré a la casa, manteniendo mi espalda viendo hacia la pared. Mis ojos examinaron el cuarto no era familiar. La última vez que había venido a este lugar era por una fiesta. Todo estaba brillante y pálido ahora. Incluyendo los seis vampiros agrupados en el sofá blanco.

Ahí estaban todos, juntos, Pero eso no fue lo que me detuvo y ocasionó que mi mandíbula se abriera hasta el suelo.

Era Santana. La expresión en su cara.

La había visto enojada, arrogante, y una vez en gran dolor. Pero esto esto iba más allá de la agonía. Sus ojos estaban desorbitados. No volteó ni a verme. Únicamente veía al sofá que estaba a su lado, con una expresión de que alguien se encontraba ahí cubierto de llamas. Sus manos eran fierros rígidos a su lado.

Ni siquiera podía disfrutar de su angustia. Sólo podía pensar en una cosa que la hiciera verse de esa forma, y mis ojos se dirigieron hacia el punto que ella veía.

La vi al mismo tiempo en que sentí su esencia.

Su cálida, limpia y humana esencia.

Britt estaba medio escondida detrás del brazo del sofá, enroscada en posición fetal, sus brazos abrazados a sus rodillas. Por un largo segundo no podía ver más que seguía siendo la misma Britt que amaba, su piel suave, pálida, como durazno. Con sus ojos del mismo color azul. Mi corazón latió irregularmente, extraño, roto, y me pregunté si esto era un sueño del que estaba a punto de despertarme.

Y entonces la vi de verdad.

Había grandes ojeras bajo sus ojos, círculos oscuros que resaltaban porque su cara estaba exhausta. Estaba más delgada? Su piel parecía estar contra sus huesos como si la piel de sus mejillas estuviera a punto de romperse. La mayoría de su cabello estaba levantado en un torpe nudo, pero unas cuantas hebras caían sobre su frente y cuello, en el brillo de sudor que cubría su piel. Había algo en sus dedos y muñecas tan frágiles que daban miedo.

Ella estaba enferma. Muy enferma.

No era una mentira. La historia que Charlie había contado a Billy no era cuento. Mientras la veía, con mis ojos saliéndose, su piel parecía tornarse un poco verde.

La chupasangre rubia, la teatrera, Kitty, se acercó a ella, tapándome la vista, mirándola de una extraña y protectora forma.

Esto estaba mal. Yo sabía como se sentía Britt en casi todo sus pensamientos eran muy obvios; a veces era como si estuvieran pintados en su frente. Así que no tenía que decirme cada pequeño detalle para que yo me diera cuenta de que se trataba. Sabía perfectamente que a Britt no le caía bien Kitty. Lo había visto en sus labios cuando hablaba de ella. No era simplemente que no le cayera bien. Tenía miedo de ella. O había tenido miedo.

No había signo de miedo en su mirada ahora. Su expresión fue… de disculpa o algo así. Entonces Kitty tomó una vasija del piso y se la acercó, colocándola bajo su mentón, justo a tiempo para que Britt vomitara ruidosamente en ella.

Santana se puso de rodillas a su lado sus ojos llenos de tortura y Kitty extendió su mano para prevenir que se acercara más.

Nada de eso tenía sentido.

En cuanto pudo levantar la cabeza, Britt me sonrió débilmente, un poco apenada

—Siento mucho esto — me susurró.

Santana se quejó en silencio. Su cabeza se posó sobre las rodillas de Britt. Ella acarició con una mano su mejilla. La estaba reconfortando.

No me había dado cuenta que mis piernas me habían llevado hacia ella hasta que Kitty comenzó a silbar, apareciendo entre el sofá y yo. Para mí ella era como una persona a través de una pantalla de TV. No me importaba que estuviera ahí. No parecía real.

—Kitty, no — susurró Britt —está bien

La rubiecita se hizo a un lado, aunque podía adivinar que odiaba eso. Vigilándome, se acercó a la cabeza de Britt, tan tensa que podría explotar. Era más fácil ignorarla de lo que hubiera imaginado.

—Britt, que tienes? — susurré. Sin pensar en nada, me dí cuenta que estaba de rodillas también, recargado sobre el sofá que se encontraba frente a su… esposa. No parecía que ella se diera cuenta de mi presencia, y yo no quise voltear a verla. Busqué tocarla, tomar su mano entre las mías. Su piel estaba helada. —Te encuentras bien?

Era una pregunta estúpida. No contestó.

—Estoy muy feliz de que hayas venido a verme hoy, Sam — dijo.

Aún cuando sabía que Santana no podía leer sus pensamientos, entendí que ella había leído más allá de sus palabras, visto algún significado. Volvió a lamentarse, sobre la sábana que la cubría mientras ella acariciaba su mejilla.

—Qué tienes Britt? — insistí, envolviendo mis manos alrededor de sus fríos y frágiles dedos.

En lugar de responderme, miró por todo el cuarto como si buscara por algo, con súplica y advertencia en su mirada. Seis pares de ojos ansiosos la veían. Finalmente, se dirigió a Kitty.

—Me ayudas a pararme Kitty? — preguntó

Los labios de Kitty estaban de tal forma que mostraba todos los dientes, y me veía con ganas de arrancarme la garganta. Estaba seguro que así era.

—Por favor, Kitty

La rubia hizo una cara, pero se acercó a ella de nuevo, a un lado de Santana, que no se movió un centímetro. Puso su brazo cuidadosamente detrás de los hombros de Britt.

—No — susurré, —no te levantes… — Parecía tan débil
—Estoy contestando tu pregunta —replicó, sonando un poco más a como usualmente me trataba.

Kitty levantó a Britt del sillón. Santana se quedó inmóvil, colocando su cara de forma que parecía enterrada entre los cojines. La sábana cayó a los pies de Britt.

El cuerpo de Britt estaba hinchado, su torso como un balón saliendo de forma extraña, enferma. Su estómago se tensaba contra el suéter gris que era demasiado grande para sus hombros y brazos. El resto de su cuerpo parecía más delgado, como si la bola enorme en su estómago hubiera chupado el resto de ella. Tomó un segundo darme cuenta que parte de su cuerpo estaba deformada y no lo entendí hasta que ella colocó los brazos sobre su hinchado estómago, uno encima de otro. Como si estuviera acunándolo.

Y entonces lo ví, pero no podía creerlo. La había visto un mes atrás. No había forma en que ella hubiera estado embarazada. De hecho era imposible, yo lo sabía, Y aunque las leyendas fueran ciertas, no podía estar embarazada, no tan embarazada.

Excepto porque lo estaba.

No quería ver esto, no quería pensar en esto. No quería imaginarme a las dos. No quería saber que algo que odiaba tanto había hecho raíces en el cuerpo que yo tanto amaba. Mi estómago se encendió, y tuve que tragar para evitar el vómito.

Pero era peor que eso, mucho peor. Su cuerpo distorsionado, los huesos queriendo salirse por su piel. Sólo podía imaginar que ella se veía así tan embarazada, tan enferma porque lo que sea que tuviera dentro estaba tomando su vida para alimentar la propia.

Porque era un monstruo. Exactamente como su otra madre.

Siempre supe que ella la mataría.

Su cabeza se levantó en cuanto escuchó las palabras en mi cabeza. Un segundo estábamos de rodillas y el siguiente se había parado, viendo hacia mí. Sus ojos eran completamente negros, los círculos bajo ellos morado oscuro.

—Afuera, Sam — me dijo.

Me había levantado también. Ahora yo la veía hacia abajo. Esto era por lo que yo había llegado.

—Hagamos esto — concedí

El grandote, Puck, empujó a Santana al otro lado, con una mirada hambrienta. No me importaba. Tal vez mi manada podrían limpiar los restos cuando terminaran conmigo. Tal vez no. No importaba.

Por un pequeño segundo, mis ojos se posaron sobre los dos que estaban detrás. Emma. Rachel. Quinn. Pequeñas y distractoramente femeninas. Bueno, estoy seguro que los otros me matarían antes de que pudiera llegar a ellas. No quería matar mujeres, aún cuando fueran vampiras.

Aunque podría hacer una excepción con la otra rubia.

—No — gritó Britt, tropezando y cayendo hacia el frente, sin balance, para retener el brazo de Santana. Kitty se movió junto con ella, como si una cadena las uniera a las dos.
—Solo quiero hablar con él, Britt — dijo Santana con voz baja, hablando solo a ella. Se acercó para tocar su cara, para acariciarla. Esto hizo que todo el cuarto se tornara rojo, haciéndome ver fuego después de lo que había hecho con ella, aún estaba autorizada para tocarla de esa forma. —No te agites — continuó, suplicante. —Por favor, descansa. Volveremos los dos en unos minutos

Quedó viendo a su cara, leyéndola cuidadosamente. Entonces asintió y se dejó caer en el sillón. Kitty ayudó a ponerle cojines bajo la espalda. Britt me miró, tratando de que yo la viera a los ojos.

—Compórtate — insistió. —Y regresa

No le contesté. No estaba para hacer promesas hoy. Volteé la mirada y seguí a Santana hasta la puerta de entrada.

Una voz al azar y desarticulada se oyó en mi cabeza, haciéndome notar que separarlo de su grupo no había sido difícil, o si?

Seguía caminando, sin checar que yo pudiera atacarla por la espalda. Supongo que no tenía que hacerlo. Ella sabría cuando yo decidiera atacar. Lo que significaba que yo tenía que pensar rápidamente.

—No estoy preparada para que me mates, Samuel — susurró mientras se alejaba rápidamente de la casa. —Tendrás que tener un poco de paciencia

—Como si tuviera un calendario. —Gruñí bajo mi aliento. —Paciencia no es mi especialidad

Siguió caminando, talvez un par de metros más lejos de la casa, conmigo pisándole los talones. Todo estaba ardiendo, mis dedos temblaban. En el borde, listo y esperando.

Paró sin avisar y casi tropiezo con ella. Su expresión me dejó congelado.

Por un segundo parecí un niño, un niño que había vivido toda su vida en un pequeño pueblo. Solo un chiquillo. Porque sabía que tendría que vivir mucho más, sufrir mucho mas, para alguna vez poder entender la agonía reflejada en los ojos de Santana.

Levantó una mano como si fuera a quitarse el sudor de la frente, pero sus dedos repasaban su cara, como si quisiera arrancársela de un tirón. Sus ojos negros se incendiaban en su lugar, fuera de foco, como viendo cosas que no estaban ahí. Su boca se abrió y pensé que comenzaría a gritar, pero no salió sonido alguno de ella.

Esta era la cara que tendría una persona que está siendo quemada viva.

Por un momento no pude hablar. Era tan real, esa cara había visto una sombra de ella en la casa, visto en los ojos de Britt y de Santana, pero esto era demasiado. El último clavo en el ataúd de Britt.

—La está matando, no es así? Se está muriendo — Y de inmediato supe que mi cara era un reflejo de la suya. Más débil, diferente, porque yo seguí en shock. No había ordenado mis pensamientos aún todo pasaba demasiado rápido. Ella no tenía tiempo que perder en estos momentos. Y era diferente porque yo ya la había perdido muchas veces, de muchas formas, en mi cabeza. Y era diferente porque ella nunca había sido mía como para perderla de verdad.

Y diferente porque no era mi culpa

—Es mi culpa — susurró Santana, y sus rodillas cedieron. Se desmoronó frente a mí, vulnerable, el objetivo más sencillo que podía imaginar.

Pero yo estaba frío como la nieve no había fuego en mí

—Sí — se revolcó en la tierra, como si estuviera confesándole al suelo. —Sí, la está matando

Su rota esperanza me irritaba. Yo quería pelear, no, ejecutarla. Dónde estaba su amplia superioridad ahora?

—Porqué William no ha hecho nada? — grité. —Es doctor o no? Que lo saque

Me miró y me respondió en una voz cansada. Como si tuviera que explicarle a un niño de preescolar por décima vez.

—No nos dejará

Me tomó un minuto entender las palabras. Dios, ella estaba enloqueciendo. Por supuesto, morir por un monstruo. Era algo tan Britt.

—Tu la conoces bien — susurró. —Lo rápido que tú comprendiste y que… yo no hice. No a tiempo. Ella no habló conmigo en el camino a casa, nada. Pensé que estaba asustada, sería natural. Pensé que estaría molesta conmigo por hacer que atravesara por todo esto, por arriesgar su vida. De nuevo. Nunca imaginé lo que ella pensaba en realidad, lo que había decidido hacer. No hasta que mi familia nos encontró en el aeropuerto y ella corrió directo a los brazos de Kitty. Kitty! Y entonces pude escuchar lo que Kitty pensaba. No entendí nada de eso. Pero tú lo supiste después de un segundo… — Gimió.
—Espera un momento. Ella no te dejará — El sarcasmo invadía como ácido en mi lengua. —Acaso notaste alguna vez que ella es tan fuerte como cualquier niña normal de 55 kilos? Qué tan estúpida puedes llegar a ser vampiro? Sostenla un momento y noquéala con drogas
—Quise hacerlo — susurró —William lo hubiera hecho…
—Qué, eran muy nobles ahora?
—No, no nobles. Su guardaespaldas complicó las cosas

Oh. Su historia no tenía mucho sentido antes, pero ahora era diferente. Entonces de eso se trataba para la rubiecita. Pero cual era su ganancia? Acaso la reina de belleza pretendía que Britt muriera de la forma más cruel posible?

—Tal vez — dijo —Kitty no ve las cosas de esa forma
—Entonces hay que quitarla del camino. Tu raza pueden despedazarse y volverse a unir, como un rompecabezas no? Hazla pedazos y cuida a Britt
—Puck y Emma la apoyan. Puck nunca nos dejaría… y William no me ayudará por Emma… — perdiendo la voz.
—Debiste haber permitido que Britt me escogiera
—Sí

Era un poco tarde para eso. Tal vez debió haber pensando en esto antes de embarazarla de ese monstruo chupa vida.

Me quedó viendo desde el fondo de su propio infierno, y pude notar que pensaba lo mismo que yo.

—No lo sabíamos — dijo, las palabras más apagadas que el sonido de la respiración. —Nunca lo hubiera soñado. Nunca antes había existido algo como lo de Britt y yo. Cómo iba a saber que una humana podía concebir el hijo de alguien como yo
—Como las historias donde la humana queda hecha pedazos en el proceso?
—Sí — coincidió en un susurro tenso. —Existen historias por ahí, sádicas, de íncubos y súcubos. Esos existen. Pero la seducción es sólo parte del proceso para el festín. Nadie sobrevive — Sacudió su cabeza para quitarse esa idea que era repulsiva. Como si ella fuera diferente.
—Nunca supe que habían diferentes nombres para las cosas como tú — solté

Me quedó viendo, con una cara que parecía de alguien milenario.

—Incluso tú, Sam, no puedes odiarme tanto como lo estoy haciendo yo misma
—Error — Pensé, con demasiada rabia como para hablar.
—Matarme ahora no ayudará en nada — dijo calmadamente
—Entonces que lo hará?
—Sam, tienes que hacer algo por mí
—Me iría al infierno si lo hiciera

Continuó viéndome con cara cansada, con ojos desorbitados.

—Por ella?

Apreté los dientes fuertemente.

—Hice todo lo posible para alejarla de ti. Todo. Es demasiado tarde
—La conoces Sam. Te conectas con ella en un nivel que ni siquiera yo entiendo. Eres parte de ella, y ella es parte de ti. Ella no va a escucharme, porque piensa que la subestimo. Cree que es suficientemente fuerte para esto…— Aclaró su garganta y tragó saliva. —Quizá te escuche a ti

Se puso de nuevo en pie, con los ojos brillando de rabia, enloquecida. Me pregunté si realmente se estaba volviendo loca. Los vampiros podían perder la razón?

—Quizá — respondió a mi pensamiento. —No lo sé. Parece que sí — sacudió la cabeza. —Tengo que ocultar lo que siento por ella, porque la estresa demasiado y la enferma más. No podría soportar esto. Tengo que parecer calmada; no podría hacérselo más difícil. Pero eso ya no importa. Te tiene que escuchar!
—No sé que otra cosa podría decirle que no le hayas dicho tú. Qué quieres que haga? Decirle que es una estúpida? Probablemente ella ya sabe eso. Decirle que se morirá? Te aseguro que también lo sabe
—Ofrécele lo que ella quiere

No tenía ningún sentido lo que me decía. Sería parte de su locura?

—No me importa nada más que mantenerla con vida — dijo, concentrándose de pronto. —Si desea un hijo, puede tenerlo. Puede tener una docena de bebés. Lo que quiera. — Pausó un segundo —Ella puede tener cachorritos si es necesario

Buscó mi mirada por un momento y su cara parecía frenética aún bajo esa máscara de control. La furia desapareció en cuanto procesé sus palabras, y sentí como mi boca se abrió en shock.

—Pero no de esta forma! — silbó antes de que pudiera recobrarme. —No con esta cosa que le quita la vida mientras no puedo hacer nada por salvarla! Mirándola enfermar y desperdiciar su vida. Viéndolo lastimarla— Trató de tomar aire como si alguien le hubiera dado un puñetazo en el estómago. —Tienes que hacerla entrar en razón, Sam. No me va a escuchar a mí. Kitty siempre está ahí, alimentando su locura apoyándola a seguir. Protegiéndola. No, protegiendo a eso. La vida de Britt no significa nada para ella

El sonido que salió de mi garganta sonó como si estuviera en shock.

Qué era lo que decía? Que bella debía qué? Tener un bebé? Conmigo? Qué? Cómo? Acaso la iba a abandonar? O pensaría que a ella no le importará ser compartida?

—Lo que sea. Lo que sea que la mantenga con vida
—Esa es la locura más grande que has dicho — murmuré
—Ella te ama
—No como a ti
—Está lista para morir con tal de tener un bebé. Tal vez acepte algo menos extremista
—Acaso no la conoces?
—Lo sé, lo sé. Será difícil convencerla. Es por eso que te necesito. Tu sabes como piensa. Hazla ver su error

No podía pensar en lo que estaba sugiriendo. Era demasiado. Imposible. Mal. Enfermo. Prestarme a Britt los fines de semana y regresarse los Lunes por la mañana como si fuera una película en renta? Demasiado complicado.

Demasiado tentador.

No quise considerarlo, no quise imaginarlo, pero las imágenes me invadieron de todas formas. Había fantaseado con Britt de tantas formas, cuando aún había posibilidad entre nosotros, y también tiempo después cuando fue claro que las fantasías sólo dejaban marcas dolorosas porque no teníamos posibilidad, ninguna. No fue posible detenerme entonces. No podía detenerme ahora. Britt en mis brazos, Britt suspirando mi nombre…

Peor aún, esta era una nueva imagen, algo que no había pensado antes, una que no debió existir para mí. No aún. Una imagen que sabía no desearía hasta dentro de mucho tiempo si no fuera porque estaba en mi cabeza ahora mismo. Pero estaba ahí, tejiendo hilos en mi cabeza como una hierba mala venenosa e incapaz de erradicarse. Britt, saludable y gloriosa, tan diferente a ahora, pero igual: su cuerpo, sin distorsionarse, cambiando en una forma más natural. Creciendo con mi hijo.

Traté de escapar de ese pensamiento venenoso.

—Hacer que Britt entre en razón? En que universo vives?
—Al menos inténtalo

Sacudí mi cabeza con rapidez. Ella esperó, ignorando la respuesta negativa porque podía escuchar el conflicto en mi cabeza.

—De donde viene todo esta basura psicológica? La inventas de la nada?
—He pensadp únicamente en la forma de salvar su vida desde que me dí cuenta lo que planeaba hacer. Por lo que moriría. Pero no sabía como contactarte. Sabía que no me escucharías si te llamaba. Habría ido a buscarte pronto, si no hubieras venido hoy. Pero es difícil dejarla, aunque sea unos minutos. Su condición… cambia rápidamente. La cosa está… creciendo. Constantemente. No puedo alejarme de ella ahora
—Qué es esa cosa?
—Nadie de nosotros tiene idea. Pero ya es más fuerte que ella.

Podía ver de pronto ver al monstruo en mi cabeza, rompiéndole las entrañas.

—Ayúdame a detenerla— susurró. —Ayúdame a que esto no pase
—Cómo? Ofreciendo mis servicios como semental?— Ni siquiera hizo algún gesto al escucharme decir eso, pero yo sí. —Estás enferma. Nunca escuchará esta locura
—Inténtalo. No hay nada que perder ahora. En qué podría lastimar?

Me lastimaría. No ya había pasado por demasiados desplantes de Britt como para hacer esto?

—Tan sólo un poco de dolor con tal de salvarla? Es un precio muy alto?
—Pero no funcionará
—Tal vez no. Aunque quizá la confunda. A lo mejor dude de su decisión. Un pequeño momento de duda es todo lo que necesito
—Y después retirarás lo dicho con respecto a tener bebes y dirás ‘estaba bromeando Britt’
—Si ella desea tener hijos, eso es lo que tendrá. No me echaré para atrás

No podía creer en que estuviera pensándolo. Britt me golpearía no me importaba demasiado, pero probablemente le rompería la mano de nuevo. No debí dejar que hablara conmigo, jugando con mis pensamientos. Debería matarla ahora mismo.

—No aún — susurró. —No aún. Bien o mal, esa cosa la destruirá y lo sabes. No hay necesidad apresurarse. Si ella no te escuchas, te daré la oportunidad. En el momento en que el corazón de Britt deje de latir, iré a rogarte que me mates
—No tendrás que rogar mucho

El rastro de una leve sonrisa se dibujó en la orilla de sus labios.

—Estoy contando con eso
—Entonces es un trato

Accedió y me ofreció su mano.

Tragándome el asco, nos dimos la mano. Mis dedos se cerraron alrededor de una piedra. Me estremecí de inmediato.

—Es un trato — accedió.

No odien a Santana se los pido, desesperante lo se...espero que les guste, besos!
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Mensaje por celestegleez Lun Feb 03, 2014 9:09 pm

que intenso pero no entiendo muy bien como es que san embarazo a britt ya no entendi y menos el trato entre santana y sam :s
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Mensaje por dianna agron 16 Lun Feb 03, 2014 9:37 pm

celestegleez escribió:que intenso pero no entiendo muy bien como es que san embarazo a britt ya no entendi y menos el trato entre santana y sam :s

O si! Eso esta explicadoen uno de los capitulos anteriores (lo del embarazo de Britt) y lo de Sam y Santana, bueno en pocas palabras, Santana le pidio a Sam que si Britt se muere, Sam la mate
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Mensaje por 3:) Lun Feb 03, 2014 10:49 pm

me encanto el capitulo,...
a ver como transcurre el embarazo de britt,...
difícil ver a san tan vulnerable por la "posible" muerte de britt,..
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Mensaje por iFannyGleek Mar Feb 04, 2014 7:02 pm

Sam me cae mal, hubo un momento de debilidad en Luna Nueva donde me llego a caer mal, ahora no. XD

Espero tu actualización, besos. ;)
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Mensaje por dianna agron 16 Mar Feb 04, 2014 11:00 pm

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¿Por qué no puedo simplemente alejarme? Oh, está bien, porque soy un idiota

Me sentía como, no sabía como qué. Como si esto no fuera real. Como si estuviera en alguna mala versión gotica de una comedia. En vez de ser el tonto a punto de pedir el liderazgo en la animación de la fiesta, era el hombre lobo en último segundo lugar, apunto de pedirle a la esposa de una vampiro que se acostara conmigo y procrearamos. Bonito.

No, no lo haría. Esto era retorcido y erroneo. Olvidaría todo lo que ella había dicho.

Pero yo hablaría con ella. Intentaría hacer que me escuchara.

Y ella no lo haría. Como siempre.

Santana no respondió ni comentó sobre mis pensamientos mientras nos dirigíamos de vuelta a casa. Me preguntaba sobre el lugar que ella había elegido para parar. ¿Estaba lo suficientemente lejos como para que los otros no pudieras escuchar sus susurros? ¿Cuál era el punto?

Tal vez. Cuando entramos, los ojos de los demás Cullen eran suspicaces y confusos. Nadie parecía disgustado ni indignado. Así que ellos no debían haber escuchado el favor que Santana me había pedido.

Vacilé en abrir la puerta, no estando seguro de qué hacer ahora. Estaba mejor aquí, con una brisa soplando en el exterior. Santana caminó entre la mitad del grupo, con los hombros tiesos. Britt la miró ansiosamente y luego sus ojos se fijaron en mí por un segundo. Luego la miró a ella nuevamente.

Su cara se tornó de un pálido grisáceo, y pude ver que ella era la responsable del estrés que ha ella le estaba haciendo peor.

—Dejaremos a Sam y Britt hablar en privado— dijo Santana . No hubo inflexión en su voz. Robótico.
—Sobre mi cadáver— le silbó Kitty. Ella todavía se cernía sobre la cabeza de Britt, con una de sus frías manos ubicada posesivamente en la mejilla cetrina de Britt.

Santana no la miró.

—Britt— dijo en el mismo tono vacío. —Sam quiere conversar contigo, ¿te da miedo estar a solas con él?

Britt me miró confundida, luego miró a Kitty.

—Kitty, está bien. Sam no nos herirá. Ve con Santy
—Podría ser un truco— advirtió la rubia.
—No veo cómo— dijo Britt
—William y yo siempre estaremos bajo tus ojos, Kitty— dijo Santana. La inexpresiva voz era dura, mostrando a través de ella su ira. —Nosotros somos los únicos a los que ella teme
—No— susurró Britt. Sus ojos estaban brillando, húmedos. —No, Santy, yo no…

Ella sacudió su cabeza sonriendo un poco. Era doloroso ver la sonrisa.

—No lo quise decir de esa manera Britt. Estoy bien. No te preocupes por mí

Repugnante. Ella tenía razón, Britt prefería golpearse a sí misma a herir sus sentimientos. La chica era la clásica mártir. Ella definitivamente había nacido en el siglo equivocado. Ella debería haber vivido antes, cuando podría haber alimentado algunos leones por una buena causa.

—Todos— dijo Santana, su mano moviéndose tiesamente hacia la puerta —Por favor.

La compostura que ella estaba intentando mantener por Britt era inestable.

Pude ver cuan cerrada estaba para no mostrarse como la desesperada mujer que sería afuera. Los otros la vieron también. Silenciosamente se movieron hacia la puerta mientras yo me desplazaba fuera de su camino. Ellos se movieron rápido, mi corazón latió dos veces y la habitación estaba vacía, excepto por Kitty que seguía vacilando en la mitad del camino y Santana aún esperando en la puerta.

—Rose —dijo Britt silenciosamente —Yo quiero que vayas

La rubia fulminó a Santana con la mirada y luego gesticuló para que ella fuera primero.

Santana desapareció tras la puerta. Kitty me dio una larga fruncida de ceño a modo de advertencia y luego desapareció también.

Una vez que estuvimos solos, crucé la habitación y me senté en el piso al lado de Britt. Puse sus dos frías manos entre las mías, frotándolas cuidadosamente.

—Gracias Sam, se siente bien
—No te voy a mentir Britt. Estás horrible
—Lo sé — suspiró —Me da miedo mirarme
—Mostruo del pantano miedoso — agregué

Ella sonrió.

—Es bueno tenerte aquí. Se siente bien sonreir. No sé cuanto drama más tendré que soportar

Blanqueé mis ojos

—Ok, ok— agregó —Volveré a ser yo
—Sí, lo harás. ¿Qué estás pensando, Britt? ¡En serio!
—¿Santy te pidió que me gritaras?
—Algo así. Pensó que yo podía figurar, porque ella cree que me escucharías. Tú nunca lo haz hecho antes

Ella suspiró

—Te lo dije— comencé a decir
—¿Supiste que ‘te lo dije’ tiene un hermano, Sam? —Preguntó desquiciada —Su nombre es ‘Vete al infierno’
—Buena

Me sonrió. Su piel apretada, estirada sobre los huesos.

—No lo puedo creer, cite a ‘Los Simpsons’
—Perdiste una
—Fue divertido

Paramos de hablar por un minuto. Sus manos comenzaban a entibiarse un poco.


—¿Ella realmente te pidió que hablaras conmigo?

Asentí.

—Para hablar algo sobre ti. Hay una batalla que está perdida antes de que comience
—¿Por qué estás de acuerdo?

No respondí. No estaba seguro de si lo sabía.

—Lo hago —cada segundo que gastaba con ella, iba agregando dolor a lo que tendría que sufrir después. Como un drogadicto con suministro limitado, el día del cómputo estaba llegándome. Tomé más golpes ahora, el más difícil sería cuando mi suministro se marchara.
—Se llevará a cabo, tú sabes— dijo luego de un largo minuto —Eso creo

Eso me hizo ver rojo de nuevo.

—¿Es demencia uno de tus síntomas?— grité

Ella rió, pensó que mi enojo era tan real que mis manos estaban agitándose alrededor de las de ella.

—Tal vez— dijo —No estoy diciendo que se llevará a cabo fácilmente, Sam. ¿Pero cómo yo he podido vivir a través de todo eso, haber vivido y no creer en la magia en este punto?
—¿Magia?
—Especialmente por ti— dijo. Estaba sonriendo. Apartó una de sus manos de las mías y la posó en mi mejilla. Más tibia que antes, pero la sentí fría contra mi piel, como la mayoría de las cosas. —Más que cualquier otra cosa, tú tienes cierta magia esperando para hacer cosas buenas por ti
—¿Qué estás balbuceando?

Todavía sonreía.

—Santy me dijo una vez que esto era como tu imprimación. Ella dijo que era como “Sueños de una Noche de Verano”, como magia. Encontrarás a quien realmente buscas, Sam, y tal vez luego todo tendrá sentido

Si ella no luciera tan frágil, yo estaría gritando.

—Como lo era— le gruñí.
—Si tu crees que imprimándome, puedo entender esta locura…— luché por las palabras. —¿Realmente crees que sólo porque podría imprimarme con alguna extraña encontraría esto correcto? —Señalé su hinchado cuerpo.
—¡Dime cuál era el punto entonces, Britt! ¿De qué me sirve amarte? ¿De qué te sirve amarla? Cuando tú mueras —las palabras fueron un gruñido. —Cómo estará todo bien nuevamente? ¿De qué sirve todo el dolor? ¡El mío, el tuyo, el de ella! También la matarás a ella, y sin preocuparte por qué —Frunció el ceño, pero me mantuve. —Así que, al final ¿De qué sirve tu retorcida historia de amor?. Si tiene algún sentido, por favor muéstramelo Britt, porque yo no lo veo

Ella suspiró.

—No lo sé todavía, Sam. Pero yo sólo… siento… que todo esto tiene una parte buena, difícil de ver como es ahora. Adivino que tú podrías llamarlo fé
—¡Estás agonizando por nada, Britt! ¡Nada!

Su mano pasó desde mi cara, a su hinchado estómago, acariciándolo. Ella no tenía que pronunciar las palabras, para que yo supiera lo que estaba pensando. Ella estaba agonizando por eso.

—No voy a morir— dijo a través de sus dientes y yo podría decir que estaba repitiendo cosas que ya había dicho antes. —Mantendré mi corazón latiendo. Tengo la fuerza suficiente para eso
—Eso es una carga de basura, Britt. Tu has intentado mantenerte con lo sobrenatural demasiado tiempo. Ninguna persona normal puede hacerlo. Tú no eres lo suficientemente fuerte. —Tomé su cara en mi mano. No tenía que recordarme a mí mismo ser gentil. Todo lo que gritó, era rompible.
—Yo puedo hacer esto. Yo puedo hacer esto— repitió sonando demasiado como esos libros de niños sobre los pequeños motores que pueden.
—No me parece. Así que ¿Cuál es el plan?. Espero que tengas uno

Asintió sin mirar mis ojos.

—¿Sabías que Emma saltó a un acantilado? Cuando era humana, quise decir
—¿Y?
—Así que ella ha estado lo suficientemente cerca de la muerte, como para que ni siquiera la pasaran a una sala de urgencia, sino que la derivaron directo a la morgue. Su corazón aún estaba latiendo, pensó, cuando Willia la encontró...

Eso era lo que había querido decir antes, sobre mantener latiendo su corazón.

—Tú no estás planeando sobrevivir a esto como humana— comencé debidamente.
—No, no soy estúpida. —Nuestros ojos se encontraron. —Adivino que tú tienes tu propia opinión en este punto, creo
—Vampirización de emergencia— mascullé
—Funcionó con Emma. Y Puck y Kitty, e incluso con Santana. Ninguno de ellos estaba en gran forma. William sólo los cambió porque estaban a punto de morir. Él no terminó sus vidas, los salvó

Sentí un repentino atisbo de culpa por el buen doctor vampiro, como antes. Retiré mis pensamientos, y comencé desde el principio.

—Escuchame Britt. No lo hagas de esa manera. —Como antes, cuando me llegó lo de la llamada de Charlie, pude ver cuánta diferencia había realmente para mí. Supe que necesitaba mantenerla viva de alguna forma. De cualquier forma. Respiré profundamente. —No esperes a que sea demasiado tarde, Britt. No es la manera. Vive, ¿de acuerdo? Sólo vive. No hagas esto por mí. No hagas esto por ella

Mi voz fue más fuerte, más dura.

—Tú sabes lo que ella hará cuando tú mueras. Lo has visto antes. ¿Quieres que regrese con esos italianos asesinos? — Se retorció en el sofá.

Excluí la parte que no era necesario en este momento.

Luchando por hacer mi voz más suave, pregunté

—¿Recuerdas cuándo fui destrozado por esos neófitos? ¿Qué me dijiste?

Esperé, pero ella no respondía. Presionó sus labios entre sí.

—Tú me dijiste que fuera bueno y escuchara a William— le recordé —¿Y qué hice? Escuché al vampiro. Por ti
—Lo escuchaste porque era lo correcto
—De acuerdo elige otra razón

Ella respiró profundamente.

—Esto no es lo correcto ahora. —Su mirada recorrió su estómago y murmurando entre sus dientes dijo —Yo no lo mataré

Sacudí mis manos nuevamente.

—Oh, no había oído las buenas nuevas. Un pequeño bebe saltarín, ¿eh? Debería haber comprado algunos globos azules.

Su rostro se tornó rosa. Se veía tan hermosa mi estómago se retorció como si tuviera un cuchillo dentro. Una hoja afilada, rústica y dentada.

Iba a perder, de nuevo.

—No sé si es un niño— admitió un poco acobardada. El ultrasonido no funcionó. La membrana que recubre al bebé es demasiado dura como su piel. Así que él es un misterio. Pero siempre veo un niño en mi mente
—No hay un hermoso bebé ahí dentro, Britt
—Ya veremos— dijo algo ofendida.
—Tú no— le repliqué.
—Eres muy pesimista Sam, definitivamente hay posibilidades de que todo resulte bien

No le respondí. Bajé la mirada, respiré profundo y lento, tratando de amainar mi furia.

—Sam— dijo ella, y acarició mi cabello continuando con mi mejilla. —Todo saldrá bien. Shhh. Todo está bien

No la miré.

—No, no estará bien

Ella limpió algo húmedo de mi mejilla.

—Shhh
—¿Cuál es el trato, Britt — Miré fijamente la pálida alfombra. Mis pies descalzos estaban sucios, así que dejaban manchas. Bien. —Pensaba por qué fue que tú quisiste a tú vampiro más que a cualquier otra cosa. ¿Y ahora te le entregaste?. Eso no tiene ningún sentido. ¿Desde cuándo estás desesperada por ser madre? Si tanto lo querías, ¿Por qué te casaste con una vampiro?

Estaba peligrosamente cerca de esa oferta que ella me quiso hacer. Podía ver las palabras encaminándose hacia ello, pero no podía cambiar su dirección.

Ella suspiró.

—No fue así. Yo nunca estuve realmente preocupada por tener un bebé. Nunca lo pensé. Esto no es sólo tener un bebé. Es… bueno… ‘este’ bebé
—Es un asesino, Britt. Mírate
—No lo es. Es mío. Sólo yo soy débil y humana. Pero puedo resistir esto, Sam. Yo puedo
—Oh, vamos. Cállate, Britt. Tú puedes convencer con esta mierda a tu chupasangre, pero no puedes engañarme. Tú sabes que no puedes hacerlo

Me fulminó con la mirada.

—No sabía eso. Estaba preocupada por ello, seguramente
—Preocupada por ello— repetí a través de mis dientes.

Luego, ella jadeó y agarró su estómago. Mi furia se desvaneció como una luz que hubiese sido apagada.

—Estoy bien— jadeó. —No es nada

Pero yo no la escuchaba. Sus manos habían devuelto su sudadera a su lugar, y miré horrorizado la piel expuesta. Su estómago lucía como si estuviera manchado con manchas de tinta negras purpúreas.

Ella vio mi mirada y dio un tirón a la tela para que volviera a su lugar.

—Ella es fuerte, eso es todo— Dijo ella defensivamente

Los puntos de tinta le hacían daño.

Me sentía amordazado, y entendí lo que Santana había dicho, acerca de verla sufrr. Repentinamente me desesperé.


—Britt, la llamé

Ella percibió el cambio en mi voz. Me miró aun respiraba entrecortadamente y su mirada se veía confundida.

—Britt, no lo hagas
—Sam
—Escúchame. No te vayas aun, ¿Ok? Escúchame.
—Qué tal si…?
—¿Qué?
—¿Qué tal si no es una cuestión de suerte? Qué tal si se trata de todo o nada? Qué tal si escuchas a William como buena niña y te mantienes viva?
—No lo escucharé
—No he terminado aún. Mira, si te mantienes viva, puedes volver a empezar. Esta vez no funcionó. Inténtalo de nuevo.
—Ella frunció el ceño. Levantó una mano y tocó el sitio donde mis cejas estaban juntas. Sus dedos suavizaron mi semblante mientras ella analizaba mis palabas.
—No entiendo. ¿Qué quieres decir con eso de intentarlo de nuevo?
—No creerás que Santana me dejará… y qué diferencia habría? Estoy segura de que cualquier bebé…
—Si, le dije. Cualquier niño como este sería lo mismo.

Su agotado rostro quedó aun más confuso.

—¿Qué?

Pero no pude decirle nada más. No tenía sentido. Nunca podría salvarla de sí misma. Nunca podría.

Entonces ella parpadeó y pude ver que había captado.

—Oh!
—Uh!
—Por favor, Sam.
—Tú crees que debería matar a mi bebé y reemplazarlo con algún sustituto genérico? Inseminación artificial?

Ella se había enojado.

—Crees que podría querer al bebé de un extraño? Suponer que eso no haría ninguna diferencia, qué cualquier bebé podría reemplazarlo?
—No quise decir eso. No me refería a un extraño.—Ella dio un paso al frente. —Entonces, qué intentas decirme?
—Nada. No quise decir nada. Lo de siempre
—¿De dónde vino eso?
—Olvídalo Britt.

Ella frunció el ceño, suspicazmente.

—¿Te pidió ella que me lo dijeras?

Dudé, sorprendido de que ella lo hubiera notado tan pronto.

—No.
—Ella lo hizo, no es así?
—No, de verdad. Ella no dijo nada acerca de inseminación lo que sea.

Su rostro se suavizó, y ella se recostó sobre los almohadones luciendo exhausta. Estaba de un lado cuando habló, no refiriéndose a mi para nada.

—Ella haría lo que sea por mi. Y estoy lastimándola. Pero… qué está pensando? Qué planee esto? — su mano estaba alrededor de su vientre de algún extraño ella murmuró la última parte y su voz se quebró.

Sus ojos estaban húmedos.

—Tú no tienes que herirla— Susurré— Quemaba como veneno el tener que rogar en nombre de ella, pero sabía que desde este ángulo tenía más posibilidades de manternela con vida.

Aun con con las probabilidades de 1000 a 1 le dije

—Puedes hacerla feliz, Britt quizá ella está perdiendo eso. Sinceramente lo creo.

Ella parecía no estar escuchando, su mano hacía círculos pequeños en su prominente estómago mientras se mordía el labio.

Hubo tranquilidad por un rato. Me pregunté si los Cullen estarían muy lejos. ¿Habrían escuchado mis patéticas razones?

—¿No con un extraño? —Ella murmuraba a sí misma. Me estremecí.
—¿Qué te dijo Santana con exactitud? —me preguntó en tono bajo.
—Nada. Ella pensó que quizá me escucharías.
—No eso. Acerca de intentarlo de nuevo.

Sus ojos miraron fijamente los míos y pude ver que ya le había dicho todo.

—Nada

Su boca se abrió un poco.

—wow

Hubo silencio por un par de latidos. Miré hacia el piso, imposibilitado de sostener su mirada.

Ella susurro:

—Santy haría lo que fuera, ¿Verdad?
—Te dije que literalmente se había vuelto loca, Britt.
—Me sorprende que no lo hayas dicho de inmediato. Meterla en problemas.

Cuando la miré ella estaba soriente.

—Piensa en ello. —Traté de sonreirle de vuelta pero apenas pude esbozarla.

Ella sabía lo que le estaba proponiendo, y no iba a pensar dos veces en ello. Yo sabía que no lo haría. Pero tenía que intentarlo.

—No hay mucho que tu puedas hacer por mi, verdad? —Ella susurro. —Realmente no sé por qué habrías de molestarte. No lo merezco. No hace ninguna diferencia, verdad?
—No esta vez—suspiró — Desearía poder explicarte de tal forma que lo entendieras.
—No puedo herirlo. —ella apuntó su estómago— de tal forma que tome una pistola y le dispare. Lo quiero.
—¿Por qué siempre tienes que amar las cosas equivocadas Britt?
—No creo que sea asi

Aclaré mi garganta para que mi voz sonará como quería.

—Créeme.

Empecé a irme

—¿A dónde vas?
—No hago nada aquí.

Ella estiró su esbelto brazo, rogándome:

—No te vayas.

Pude sentir mi adicción absorbiéndome, tratando de mantenerme cerca de ella.

—No pertenezco aquí. Me iré.
—¿Por qué veniste hoy? Ella me preguntó, jugando limpiamente.
—Solo para comprobar que seguías viva. No creí que estuvieras enferma como Charlie dijo.

No puedo asegurar que ella me creyera.

—Vendrás de nuevo.. antes de que?
—No andaré por aquí y ver que mueras, Britt.

Se estremeció.

—Está bien, deberías irte.

Azoté la puerta.

—Bye— escuché en un susurro detrás de mi. —Te quiero, Sam.

Casi regreso. Casi volteo y caigo postrado en mis rodillas y empiezo a rogarle de nuevo. Pro sabía que tenía que renunciar a Britt, renunciar al pavo frío antes de que ella me matara como lo haría con Santana.

—Claro, claro—Murmuré mientras salía.

No vi a los vampiros.

Pasé de largo junto a mi moto que estaba solitariamente en medio del prado. No era lo suficientemente rápida para mi ahora. Mi papá habría enloquecido, Finn también.

Qué habrá pensado la manada por el hecho de que no me escucharon cambiar? Habrán pensando que los Cullen me agarraron antes de que tuviera oportunidad. Me desnudé, sin importarme si alguien podría haberme visto y empecé a correr. Cambié a lobo en medio del salto.

Ellos me esperaba, desde luego que si.

—Sam, Sam — ocho voces corearon aliviadas.
—Ven a casa, ahora.

La voz del Alpha ordenando.

Finn estaba furioso.

Sentí que Brody se alejaba y supe que Billy y Megan estaban esperando escuchar noticias sobre que había ocurrido conmigo. Brody estaba muy ansioso como para darle las buenas nuevas de que no había sido bocado de vampiros, como para querer escuchar el resto de la historia.

No tenía que decirle a la manada de que estaba de regreso ellos podrían ver el prado borroso detrás de mi, como si volviera a casa.

No tenía que decirles que estaba medio enloquecido también. La locura en mi cabeza era evidente.

Ellos vieron todo el horror. El estómago amoratado de Britt; su quejumbrosa voz:

—ella es fuerte eso es todo— la mujer destrozada que ahora era Santana, Kitty sobre el delicado cuerpo de Britt: —ella no significa nada para Kitty y por una vez, nadie tuvo nada que replicar.

Su reacción fue silencio en mi cabeza.

Sin palabras.

Estaba a medio camino de casa antes de que alguien se recuperara. Entonces empezaron a correr hacia mi.

Estaba prácticamente oscuro. Las nubes cubrían el atardecer completamente. Corrí el riesgo de atravesar la carretera y lo logré sin ser visto.

Nos encontramos como 10 millas fuera de la Push en un claro cercado por unos maderos. Estaba fuera del camino entre dos espuelas de montañas, donde nadie podía vernos. Paul apareció cuando me los encontré, asi que la manada estaba completa.

El ruido en mi cabeza era un total caos. Todos hablaban a la vez.

Los collares de Finn estaban pegados a él, y él gruñía de forma extraña mientras que cambiaba de fase.

Brody y David se movían como sombras detrás de él, sus orejas se agitaron a los lados de su cabeza. El círculo estaba agitado, de pie y gruñendo por lo bajo.

Al principio su furia era indefinida y yo creía que era por mi. Estaba demasiado descompuesto como para preocuparme por ello. Ellos podían hacer lo que quisieran dadas las circunstancias.

Y entonces la confusión de pensamientos empezó a sincronizarse

—¿Cómo pasó esto?
—¿qué significa?
—Qué será?
—No es seguro. No es correcto. Es peligroso.
—NO podemos permitirlo.

La manada estaba actuando sincronizadamente ahora, excepto por mi y otro.

Me senté a lado del hermano que estaba igual, demasiado ocupado para mirar sobre mis ojos o mi mente y ver quién era.

—El tratado no abarca esto
—Nos pone a todos en riesgo

Estaba intentando entender las espiralazas voces, tratando de seguir el espiralado camino que hacian los pensamientos para ver a donde se dirigían, pero no le encontraba sentido. Las imágenes en mi cabeza eran mis imágenes las peores de ellas. Los moretones de Britt, la cara de Santana mientras se quemaba.

—Ellos también lo temen.
—Pero no harán nada sobre eso.
—Protegiendo a Britt.
—No podemos dejar que eso nos influya.
—La seguridad de nuestras familias, de todos aquí, es más importante que la de un humano.
—Si ellos no lo matan, nosotros lo haremos.
—Proteger la tribu.
—Proteger nuestras familias.
—Tenemos que matarlo antes de que sea muy tarde.

Otra de mis memorias, las palabras de Santana esta vez: La cosa esta creciendo. Rápidamente.

Pelee por concentrarme, elegir solo voces individuales.

—No hay tiempo que perder, David pensó.
—Significará una pelea, Ryder avisó. Una mala.
—Estamos listos, Brody insistió.
—Necesitaremos la sorpresa de nuestro lado, Finn pensó.
—Si los encontramos divididos, podemos derribarlos separados. Incrementaría nuestras chances de victoria, David pensó, ahora empezando a organizar.

Negué con mi cabeza, levantándome lentamente. Me sentía con poco balance ahí como el grupo de lobos me hacía marearme. El lobo al lado mío se levanto, también. Su hombro me empujó, ayudándome a levantarme.

—Espera — pensé.

El grupo pauso durante latido, y entonces volvió a iniciar

—Hay poco tiempo — Finn dijo.
—Pero ¿qué estas pensando? Tú no los querías atacar por romper el tratado esta tarde. ¿Ahora estas planeando emboscarlos, cuando el tratado esta intacto?
—Esto no es algo que nuestro tratado anticipo, Finn dijo. Esto es un peligro para cada humano en el área. No sabemos que criatura han creado los Cullens, pero sabemos que es fuerte y crece rápido. Y será muy joven para seguir algún tratado. ¿Recuerdas los neófitos que peleamos? Salvaje, violento, lejos de cualquier razón o retención. Imagina uno como esos, pero protegido por los Cullens.
—No sabemos — intenté interrumpir.
—Nosotros no sabemos, él acepto. Y no podemos tomar riesgos con lo desconocido del caso. Solo podemos dejar que los Cullens existan mientras estemos absolutamente seguros de que no causarán daño. Esto… esto no puede ser confiado.
—A ellos no les gusta tanto como a nosotros.

Finn saco la cara de Kitty, su protección, de mi cabeza para mostrársela a todos.

—Algunos están listos para pelear por eso, sin importar lo que sea.
—Es solo un bebé, por Dios.
—No por mucho, Marley pensó.
—Sam, amigo, esto es un gran problema, Jake pensó. No podemos ignorarlo.
—Estas exagerando, discutí. La única en peligro es Britt.
—De nuevo eligió ella, Finn dijo. Pero esta vez su decisión nos afecta a todos.
—No lo creo.
—No podemos permitirlo. No permitiremos que un tomador de sangre case en nuestras tierras.
—Entonces pideles que se vallan, el lobo que me estaba apoyando dijo. — Era Joe. Claro.
—¿Y dejar que perjudiquen otros? Cuando los tomadores de sangre crucen nuestra tierra, los derruiremos, no importa que intenten cazar. Protegemos a todos los que podemos.
—Esto es una locura — dije. —Esta tarde tenias miedo de poner en peligro a la manada.
—Esta tarde no sabía que nuestras familias estaban en peligro.
—¡No puedo creerlo! ¿Cómo vas a matar a la criatura sin matar a Britt?

No hubo palabras, pero el silencio hablaba por si solo.

Aullé.

—¡Ella también es humana! ¿No se aplica a ella también nuestra protección?
—Esta muriendo, de todos modos, Marley pensó. Nosotros solo acortaremos el proceso.
—Eso fue suficiente. —Me aleje de Joe, dirigiéndome a su hermana, mostrando mis dientes. Estaba a punto de morder su pierna cuando sentí los dientes de Finn cortar en mi flanco, arrastrándome hacia atrás.

Aullé en dolor y furia y me giré hacia él.

—¡Basta! —él ordeno en su timbre doble del Alpha.

Mis piernas parecían doblarse debajo de mí. Las hice parar, solo logrando mantenerme en pie a fuerza de voluntad.

Empezó a caminar lejos de mí.

—No seas cruel con él, Marley — él le ordenó. —El sacrificio de Britt es un precio pesado y todos entendemos eso. Estamos en contra de tomar una vida humana. Hacer una excepción será algo triste. Todos nos lamentaremos por lo que hagamos esta noche.
—¿Esta noche? —Joe repitió, shokeado. —Finn creo que deberíamos hablar más de esto. Consultarlo con los Mayores, por lo menos. No puedes esperar que nosotros...
—No podemos aguantar tu tolerancia con los Cullens ahora. No hay tiempo para debatir. Tú harás lo que te dicen, Joe.

Las patas delanteras de Joe se doblaron, y su cabeza calló ante el comando Alpha.

Finn se detuvo en un círculo apretado alrededor de nosotros dos.

—Necesitamos a toda la manada para esto. Sam, tú eres nuestro mejor luchador. Tú pelearas de nuestro lado esta noche. Entiendo que esto es difícil para ti, así que tú te concentraras en los peleadores Puck y la rubia Quinn. Tú no tendrás que involucrarte con… la otra parte. Jake y Ryder pelearan contigo.

Mis rodillas temblaron; pelee para seguir así aún teniendo la voz del Alpha contra mi voluntad.

—Brody, David y yo nos encargaremos de Santana y Kitty. Creo, gracias a la información que Sam nos trajo, que serán los que protegen a Britt. William y Rachel también estarán cerca, posiblemente tambien Emma. Brandy, Collin, Joe y Marley se concentraran en ellos. Quien sea que tenga una vista clara de lo escuchamos tartamudear sobre el nombre de Britt la criatura, la matará. Destruir a la criatura es nuestra principal prioridad.

La manada gruño de acuerdo nerviosamente. La tensión había erizado nuestra piel. El cambio fue rápido y el sonido de los pasos contra el piso fue duro, uñas de los pies rasgando el suelo.

Sólo Joe y yo estabamos en el centro de la tormenta de dientes relucientes y orejas alertas. La nariz de Joe casi tocaba el piso, bajo las órdenes de Finn. Sentí su pena ante la proximidad de deslealtad. Para él esto era una traición durante aquel día de alianza, peleando junto a Santana, Joe realmente se había convertido en amigo de los vampiros.

Sin embargo él no se resistía. El sería obediente sin importar cuánto eso lo lastimara. El no tenía elección.

Y qué opción tenía yo? Cuando el Alpha ordenaba, la manada le seguía.

Finn nunca había impuesto su autoridad tan lejos como hasta ahora. Yo sabia que él odiaba ver a Joe postrado ante él como sirviente delante de su amo. El no habría forzado a los otros si no creyera que no hay más opción. El no podía mentirnos porque estábamos ligados en mente los unos con los otros. El creía que debíamos destruir a Britt y al monstruo que tenía en el vientre. Que no teníamos tiempo que perder. Lo creía lo suficiente como para que lo tuviéramos que hacer.

Vi que sería capaz de enfrentarse a Santana. La habilidad de ésta de leer nuestros pensamientos le hacía peligrosa ante sus ojos y Finn no permitiría que alguien se pudiera ver afectado por esto.

El vio A Quinn como su segunda gran oponente, por lo cuál me lo había otorgado a mi. Sabía que yo tenía las mayores probabilidades dentro de la manada de ganarle. Dejó a los blancos fáciles para los lobos jóvenes y Marley. La pequeña Rachel no era peligrosa con su don de poder ver el futuro como para guiarle y sabíamos por aquella alianza de antaño, que Emma no era ninguna combatiente. William era más un reto, pero su odio hacia la violencia podría facilitarlo todo.

Me sentí enfermo de que Joe viera como yo el plan de Finn, tratando de que funcionara en todos los angulos, para que todos los miembros de la manada tuvieran oportunidad de sobrevivir.

Todo estaba dentro. Esta tarde habría querido atacarles. Pero Joe tenía razón esto no era una lucha para la que estuviera listo. Estaba cegado por el odio. No me había permitido mirar cuidadosamente porque sabría que habría visto de haberlo hecho.

Qilliam. Mirándole sin ese odio que ensombrecía mis ojos. No podía negar que matarle era cometer asesinato. El era bueno.

Tan bueno como cualquier humano como los que protegíamos.

Quizá mejor.

Los otros, también, supongo. Pero no sentía lo mismo por ellos. No los conocía tan bien. Era William el que odiaba pelear, incluso para salvar su propia vida. Por eso teníamos probabilidades de matarle porque él no quería que nosotros sus enemigos muriéramos.

Esto estaba mal.

Y no era solo porque matando a Britt se sintiera como suicidarme.

—Concéntrate, Sam

Finn Ordenó.

—La tribu va primero
—Yo estaba mal hoy, Finn
—Tus razones eran incorrectas en ese entonces. Pero ahora si tenemos un motivo

Me dije:

—No

Finn bufó y dejó de pasear a mi alrededor. Me miró a los ojos y me mostró los dientes

Si, el Alpha imponiéndose, su doble voz impregnada de autoridad

—No hay escapatorias esta noche. Tu Sam, pelearás contra los Cullen con nosotros. Tu Jake y Ryder se harán cargo de Quinn y Puck. Están obligados a proteger a la tribu. Para eso existen. Cumplirán su obligación.

Mis hombros se encorvaron una vez que el edicto me golpeó.

Mis piernas colapsaron y caí sobre mi vientre

Ningún miembro de la manada contradijo al Alpha.


Las dos cosas encima de la lista de las cosas que nunca haría





Finn comenzó a mover a los otros en formación mientras yo permanecía en el suelo. Ryder y Jake estaban a mi lado esperando por mi para retomar el punto. Pude sentir el impulso, la necesidad de ponerme en pie y dejarlos. La compulsión creció y la combatí inútilmente, echándome en el suelo en donde estaba. Ryder silbaba calladamente en mi oído. El no quería pensar en las palabras, temeroso de que el no pudiera darme la atención de Finn otra vez. Sentí su callada petición para que me parara, para que lo superara y terminara. Había miedo en el parque, no mucho por el, sino por todo. No pudimos imaginar que nosotros haríamos todo lo posible para sobrevivir esta noche. Que hermanos se abandonan? Que mente nos deja para siempre? que afligidas familias debíamos consolar en la mañana? Mi mente comenzó a trabajar con ellos, a pensar como uno solo, como nosotros tratamos con esos miedos. Automáticamente, me levante del suelo y sacudí mí chaqueta. Ryder y Jake suspiraron aliviados. Jake toco la nariz de mi lado una vez. Sus mentes estaban llenas de nuestro desafió, nuestra asignación. Recordamos juntos las noches que habíamos visto practicar a los Cullen para la pelea con los neófitos. Puck era fuerte, pero Quinn debía ser el gran problema, ella se movía como un rayo, poder, velocidad y muerte metidos en una sola cuantos siglos de experiencia tenia ella? suficiente para que el resto de los Cullen la buscaran para guiarse, tomare el punto. Si tu quieres flanquear se ofreció Jake. Esto era más excitante en su mente que en la del resto. Cuando Jake vio las instrucciones de Quinn esas noches, el había estado tratando de probar las habilidades de ella desde lo vampirico, Por él, esto seria una pelea. Siempre sabiendo que estaba su vida en la línea, el vio esa posibilidad. Brody estaba como el también, los niños que nunca habían estado en batalla, Collin y Brady. Joe probablemente estaría igual si los oponentes no fueran sus amigos

—Sam? —Jake me pego con su codo — como quieres que actue. —Yo solo sacudí mi cabeza. No pude concentrarme  la obligación de seguir ordenes sintiéndome como si fuera marioneta se ensartaba como gancho en todos mis músculos. Un pie hacia delante, ahora otro. Joe se estaba arrastrando entre Collin y Brady, Marley había asumido el punto ahí. Ella ignoro a Joe mientras estaba planeando con los otros. Y pude ver que ella había decidido dejarlo fuera de batalla. Ese fue el límite maternal de sus sentimientos hacia su pequeño hermano. Ella le pidió a Finn que lo enviara a casa. Joe no quiso verificar las dudas de Marley. El estaba adaptado a las cuerdas de marioneta también

—tal ves si pararas de resistirte… — Ryder susurro — solo concéntrate en nuestra parte, los grandes, podemos tomarlos abajo, los tenemos! — Jake se estaba trabajando a sí mismo, como hablando enérgicamente antes del gran juego. Podía ver que fácil era, pensar en nada más que en mi parte. No era difícil imaginar a Quinn y a Puck atacando. Habiamos estado cerca de eso antes. Debía pensar en ellos como enemigos en un largo tiempo. Podía hacerlo ahora otra vez. Solo debía olvidar que ellos estaban protegiendo lo mismo que yo protegía. Debía olvidar la razón porque tal vez yo quería que ellos ganaran…

—Sam –Ryder avisó — mantén tu cabeza en el juego. Mi pie se movió con retraso, tirando contra el arrastre de la cadena — no tiene sentido luchar contra eso — susurro Ryder otra vez. El estaba bien. Iba a terminar haciendo lo que quería Finn, si el estaba dispuesto a estimularlo. Y el estaba. Obviamente. Esa era una buena razón para la autoridad Alfa. Incluso una manada tan fuerte como nosotros no iba a ser mucho problema sin un líder. Nosotros debemos movernos juntos, pensar juntos, en orden para ser eficaces. y eso requería un cuerpo para tener una cabeza. Pero, que, si Finn estaba equivocado ahora? no hay nada que a cualquier persona le podría pasar. No había nadie que discrepara aquella decisión. Excepto.y estaba ahí, un pensador. yo nunca, nunca quise tenerlo. pero ahora, con mis piernas todas atadas a las cadenas, reconoci la excepción con alivio, mas que alivio, con una feroz alegria. Ninguno podia disputar la decisión de Alfa, excepto por mi. No había escuchado nada. pero todas esas cosas nacian en mi cosas que había dejado sin reclamar. Nunca había querido dejar la manada. no queria hacerlo ahora. no queria la responsabilidad de todos nuestros destinos descansados en mis hombros. Finn era mejor en esto de lo que yo seria jamas. Pero estaba equivocado esta noche y yo no había nacido para arrodillarme a el. Los huesos salieron de mi cuerpo al segundo en que me abrace a mi nacimiento los senti recopilandoce en mi, una libertad y una cadena, un poder hueco vacio porque el poder del Alpha viene de la manada. y yo no tenia una manada. por un segundo, la soledad me abrumo no tenia una manada ahora pero yo estaba recto y fuerte asi que camine hasta donde estaba parado Finn, planeando con Brody y David. Él se giró al sonido de mi avance y sus ojos negros se estrecharon.

—no — le dije a el otra vez oyo a lo lejos, escucho la eleccion que había hecho en el sonido de la voz Alfa en mis pensamientos. el brinco hacia atrás medio paso con un conmocionado aullido.
—Sam? que has hecho?
—no te seguire, Finn no por algo tan equivocado —el me miraba fijamente, aturdido
—tu…tu vas a elegir a tus enemigos por encima de tu familia?
—ellos no… —sacudi mi cabeza despejandola —ellos no son nuestros enemigos. nunca lo han sido. a menos que yo de verdad piense en destruirlos, pensar en terminarlos, yo no veo eso
— esto no es por ellos — él gruño hacia mi — esto es por Britt ella nunca ha sido para ti, ella nunca te elegira pero tu continuas destruyendo tu vida por ella! —esas fueron palabras duras, pero verdaderas tome una gran bocanada de aire, respirandolo dentro.
— tal vez estes en lo correcto pero vas a destruir a la manada por ella, Finn no importa cuantos de ellos sobreviven esta noche ellos siempre tendran el asesinato en sus manos debemos proteger nuestras familias! yo se que estas decidido, Finn, pero tu no puedes decidir por mi, no mas…
— Sam…tu no puedes darle la espalda a la manada escuche el doble eco del comando del Alfa, pero no tenian peso esta vez ya que no se aplicaban a mi el apreto su mandibula tratando de forsarme a responder a sus palabras fije la vista en sus ojos furiosos.  
—el hijo de Ephraim Evans no nacio para seguir a Levi Hudson
—es eso, entonces, Sam? — su cortada rosa y su hocico fue hacia atrás de sus dientes. Brody y David gruñeron y se pusieron a sus lados — Solo si tu puedes derrotarme, la manada nunca te seguira! me di la vuelta, sorprendido de que un silbido escapaba de mi garganta.
—vencerte? yo no voy a pelear contigo Finn!
—entonces, cual es tu plan? no estoy a favor de dejar que puedas proteger la creación de vampiros a costa de la tribu.
— no estoy diciendo que estes a favor…
— si les ordenaras que te siguieran…
— yo nunca tomaria a nadie que no quisiera su cola azoto de nuevo.

Su cola azotada hacia adelante y hacia atrás mientras retrocedieron ante la sentencia de mis palabras. Luego dio un paso adelante para que estuviéramos pie con pie, sus dientes expuesto para los mios. Yo no había notado hasta este momento que era más alto que él.

—No puede haber más de un Alfa. La manada ha optado por mí. ¿Vas a rasgarnos esta noche? ¿y también a tus hermanos? ¿O vas a poner fin a esta locura y te vas a unir a nosotros de nuevo? —Cada palabra era con niveles de mando, pero no podía tocarme. La sangre de Alpha corría por mis venas.

Pude ver por qué nunca hubo más de un macho alfa en una manada. Mi cuerpo estaba respondiendo al reto. Podía sentir el instinto de defender mi reclamo creciendo en mí. El primitivo núcleo de mi lobo-interno se liberó para la batalla de la supremacía.

Yo estaba concentrando toda mi energía para controlar esa reacción. No quería caer en una inútil y destructiva lucha con Finn. Él era mi hermano todavía, a pesar de que yo le estaba rechazando.

—Sólo hay un Alpha en esta manada. No estoy contestando, solo estoy eligiendo mi propio camino.
—¿Perteneces a un cobeen ahora, Sam?

Yo fruncí el ceño.

—No sé, Finn. Pero sí sabemos esto…

Se redujo de nuevo como si sintiera el peso de Alpha en mi tono. Le afectó a él más que su tocado a mí. Porque yo había nacido para conducirle.

—Será entre tu y los Cullens. No voy a quedarme mirando mientras la manada mata personas inocentes –era difícil aplicar esa palabra a vampiros, pero es cierto- La manada es mejor que eso. Les llevo en la dirección correcta, Finn.

Volví mi espalda sobre él, y un coro de aullidos desgarró en el aire a mi alrededor.

Excavé con mis uñas en la tierra, y navegué lejos de la conmoción que había causado. No he tenido mucho tiempo. Al menos Marley fue la única que con una oración me dejó fuera de funcionamiento, yo tenía un buen comienzo.

El aullido se desvaneció con la distancia, y yo tomé con comodidad como el sonido siguió rasgando la parte de la tranquila noche. Ellos no estaban ya detrás de mi.

Tenía que advertir a los Cullens antes de que la manada estuviera junta y me detuviesen. Si los Cullens estaban preparados, Finn podría tener un motivo para reflexionar sobre esto antes de que sea demasiado tarde. Yo esprinté hacia la Casa Blanca todavía odiada, dejando mi casa detrás de mí. Casa que ya no me pertenece. En ese momento me di la vuelta.

Hoy había comenzado como cualquier otro día. Haciendo una patrulla con el lluvioso amanecer, desayuno con Billy y Megan, la mala televisión, peleas con Brody ... ¿Cómo cambió todo de modo completo, a su vez todo surrealista? ¿Cómo se hizo todo desordenado y retorcido como yo estaba ahora, solo, desobedeciendo a Alpha, separado de mis hermanos, eligiendo a los vampiros sobre ellos?

El sonido había sido interrumpido por temor a mi aturdido pensamiento es el suave impacto de las grandes patas contra el suelo, persiguiendome. Yo me tiré hacia delante, a una explosión de negro a través de la selva. Yo sólo tenía que acercarme lo bastante para que Santana pudiera oír mi advertencia. Marley no sería capaz de dejarme solo.

Y luego Cogí el estado de ánimo de los pensamientos detrás de mí. No ira, pero entusiasmo. No persiguiendo ... pero siguiendo.

Mi calma se rompió. Yo retrocedí dos pasos antes llevarlo a cabo de nuevo. Espere. Mis piernas no eran tan largas como las suyas.

—Joe! ¿Qué crees que estas haciendo aquí? VE A CASA!

Él no respondió pero yo pude notar su emoción mientras él se dirigía a mi. Pude ver a través de sus ojos y pudo ver a través mío. La noche era escenario sombrío para mí, lleno de desesperación. Para él, era esperanzador.

Yo no había realizado pero estaba ralentizando, pero de repente estaba en mi costado, ejecutando una la posición a mi lado.

—No estoy bromeando, Joe! Este no es un lugar para ti. Sal de aquí.
—Cubro tu espalda, Sam. Creo que tienes razón. Y no voy a estar detrás de Finn cuando…
—¡Oh sí tu estas yendo al infierno si te pones contra Finn! Vuelve tu peludo culo de vuelta a La Push y haz lo que Finn te diga que hagas.
—No.
—Ve, Joe!
—¿Es que una orden, Sam?

Su pregunta me dejo absorto. Yo patiné para detenerme, y mis uñas trazaron surcos en el barro.

Yo no soy nadie para ordenar hacer nada. Yo solo te digo lo que tu sabes.

—Yo te diré lo que sé… yo sé que esto esta en silencio. ¿Lo has notado?

Yo parpadee. Mi cola buchó nerviosamente cuando me di cuenta de lo que estaba pensando detrás de las palabras. No me tranquilicé ni en un sentido. Los aullidos aún llenaban el aire, lejos en el oeste.

—Ellos no han dado la vuelta —dijo Joe.

Yo lo sabía. La manada estaría en alerta roja. Tratarían de utilizar la mente para ver todas las partes con claridad. Pero yo no podía escuchar lo que ellos estaban pensando. Yo sólo podía oír Joe. A nadie más.

Miré, separando a los jefes no vinculados. Huh

Supongo que no hay razón para que nuestros padres sepan lo de antes. Porque no había ninguna razón para separar a los jefes antes. Nunca lo suficiente para dos lobos. Wow. Esto esta muy tranquilo. Especie de misterioso. Pero también algo agradable, ¿no crees? Apuesto a que era más fácil, como esto, por Ephraim y Jake y Levi. No tal balbuceo con sólo tres. O sólo dos.

—Cállate, Joe.
—Sí, señor.
—¡Para! No hay dos manadas. Hay UNA manada y, a continuación, estoy yo. Eso es todo. Así qué, te puedes ir a casa ahora.
—Si no hay dos manadas, ¿por qué podemos oírnos el uno al otro y no al resto? Creo que cuando le volviste la espalda a Finn, que fue avanzar bastante. Un cambio. Y cuando te he seguido lejos, creo que fue importante, también.
—Tienes un punto, le reconocí. Pero, lo qué puede cambiar puede cambiar otra vez.

Él se levantó y comenzó a viajar hacia el este. No hay tiempo para convencerte acerca de ello ahora. Debemos estar moviéndonos antes que Finn ...

Tenía razón sobre esa parte. No había tiempo para este argumento.

Empecé a correr de nuevo.

Joe se quedó en mi talones, manteniendo la tradicional segunda plaza a mi derecha.

—Puedo correr en cualquier otro lugar, pensó, sumergiendo su nariz un poco. No te sigo porque estabas después de una promoción.
—Corre donde tu quieras. No hay ninguna diferencia para mí.

No hubo sonido de búsqueda, pero ambos nos incrementamos un poco al mismo tiempo. Estaba preocupado ahora. Si no puedo aprovechar la mente de manada, esto se va a hacer más difícil. Yo no tengo más adelantos ni avisos sobre el ataque de los Cullens.

—Vamos a correr las patrullas, sugirió Joe.
—Y ¿qué hacemos si la manada nos desafía? Apreté los ojos. Atacar a nuestros hermanos? A tu hermana?
—No… daremos la voz de alarma y la caída hacia atrás.
—Buena respuesta. Pero entonces ¿qué? No creo ...
—Lo sé, Él está de acuerdo. Menos convencido de ahora.
—Creo que no puedo luchar contra ellos, tampoco. Pero ellos no son felices con la idea de atacarnos al igual que nosotros. Esto podría ser suficiente para detener allí, estás sólo con ocho de ellos ahora.
—Deja de ser tan... —Me llevó un minuto decidir sobre la palabra correcta. —Optimista. Esto me pone nervioso.
—No hay problema. ¿Quieres que sea todo pesimismo y fatalidad o simplemente que me calle?
—Sólo cállate.
—Puedo hacerlo.
—¿De verdad? No lo parece.

Finalmente estuvo callado.

Y entonces fuimos a través de la carretera y nos desplazamos por el bosque hasta la verja de la casa Cullen. ¿Podría escuchar Santana todavía?

Quizás deberíamos estar pensando algo como:

—Venimos en paz.
—No te lo pienses más
—Santana? Él llamó tentativamente. Santana, estas ahí? —Bien, ahora me siento algo estúpido.
—Suenas estúpido también.
—Crees que nos puede oír ?

Estábamos a menos de una milla ahora.

—Lo creo. Hey, Santana. Si puedes oírme círculo de los vagones, chupasangres. Tienes un problema.
—Tenemos un problema, me corrigió Joe.

Luego rompimos a través de los árboles en el gran césped. La casa estaba oscura, pero no vacía. Santana estaba en el porche entre Puck y Quinn. Eran de color blanco nieve en la pálida luz.

—Sam? Joe? ¿Qué pasa?

Yo ralenticé mi ritmo y, a continuación, retrocedí unos pocos pasos. El olor era tan fuerte a través de mi nariz, que sentía como me quemaba. Joe gruñó en silencio, dudando, y entonces se situó detrás de mí.

Para responder a la pregunta de Santana, dejé mi mente correr durante el enfrentamiento con Finn, se desplazaron a través de él hacia atrás. Joe con mi pensamiento, llenando los vacíos, mostrando la escena desde otro ángulo. Nos detuvimos cuando llegamos a la parte sobre la "abominación", porque Santana silbó furiosamente y saltó fuera del porche.

—Ellos quieren matar a Britt?— ella soltó rotundamente.

Puck y Quinn, al no haber escuchado la primera parte de la conversación, tomaron una inflexión en menos de una declaración. Estaba justo al lado de ella en un instante, los dientes expuestos se trasladaron a nosotros.

Hey, ahora, pensó Joe, ella volvió afuera.

—Em, Quinn, no ellos, los demás. El jefe está llegando.

Puck y Quinn volvieron de nuevo a sus talones; Puck regresó con Santana mientras Quinn mantenia sus ojos encerrados en nosotros.

—¿Cuál es su problema?— exigió Puck.
—El mismo que el mío— soltó Santana. —Pero ellos tienen su propio plan para manejarlo. Obtener a los demás. Llama a William! Él y Emma tienen que venir aquí ahora.
— es totalmente necesario. Ellos se separaron.
—Ellos no están lejos — dijo Santana en el mismo tono muerto de antes.

Voy a ir echar un vistazo— dije —Joe. Recorreré el perímetro occidental.
—¿Estarás en peligro, Joe?— preguntó Santana.

Joe y yo intercambiaron una mirada.

—No lo creo — pensamos juntos. Y luego añadí — Pero tal vez yo debería ir. Sólo en caso de...
—Van a ser menos probable un reto para mí — señaló Joe. —Sólo soy un niño para ellos.
—Tu eres sólo un niño para mí, chico.
—Yo estaré aquí. Tu necesitas coordinar con los Cullens.

El rodó y desapareció en la oscuridad. Yo no iba a ordenarle volver a Joe, así que le dejé ir.

Santana y yo estabamos uno frente a la otra en el prado oscuro, pude escuchar a Puck usando su teléfono. Quinn estaba observando el lugar por el que Joe ha desaparecido en el bosque. Rachel apareció en el porche y entonces, me miró a mi con los ojos ansiosos por un largo momento, ella se situó al lado de Quinn. Me imaginé que Kitty estaría dentro con Britt. Aún así su custodia… del mal de peligros.

—Esta no es la primera vez que adeudas mi gratitud, Sam — susurró Santana.
—Yo nunca he pedido eso de tu parte.— Yo pensaba en lo que ella me había pedido para el día de hoy. Cuando llegó a Britt, había líneas que ella no debería cruzar. Sí, lo haría.

Ella pensó en ello y luego asintió.

—Supongo que tienes razón al respecto.

Yo suspiré fuertemente.

—Bueno, esto no es la primera vez que yo no lo haga por ti.
—Cierto—, murmuró.
—Lo siento no he hecho ningún bien hoy. Te dije que ella no me iba a escuchar.
—Lo sé. Yo nunca creí realmente que ella lo haría pero…
—Tenias que intentarlo. Solté. Ella está mejor?

Su voz y los ojos fueron huecos.

—está peor —respiró.

No quería dejar que esa palabra me hundiera y yo agradecí cuando Rachel habló.

—Sam, podría tu mente cambiar de forma? —preguntó Rachel. —Quiero saber lo que está pasando.

Sacudí la cabeza, al mismo tiempo que Santana respondió.

—Él lo necesita para mantenerse vinculado con Joe
—Bueno, entonces ¿Alguien tendría la amabilidad de decirme qué pasa?

Santana lo explicó recortadamente, sentenciando menos emotivamente.

—La manada piensa que Britt puede convertirse en un problema. Se prevé peligro potencial de lo ... de lo que ella realizará. Sienten que es su deber de eliminar ese peligro. Sam y Joe se separaron de la manada para advertirnos. El resto están planeando atacar esta noche.

Rachel vaciló, apoyándose lejos de mí. Puck y Quinn intercambiaron una mirada y, a continuación, sus ojos oscilaron entre los árboles.

—Nadie aquí, dijo Joe. Todo tranquilo en el frente occidental.
—Ellos pueden ir por ahí.
—Voy a hacer un bucle.
—William y Emma ya están en camino— dijo Puck. —Veinte minutos, tope
—Debemos adoptar una posición defensiva — dice Quinn.

Santana asintió.

—Vamos a estar dentro.

Yo recorreré el perímetro con Joe. Si me voy demasiado lejos para que escuches mi cabeza, escucha mi aullido.

—Lo haré

Ellos respaldados en la casa, los ojos parpadeando todo el lugar. Antes de que estuvieran dentro, me di la vuelta y corrí hacia el oeste.

—Todavía no he encontrado nada, me dijo Joe.
—Yo tomaré la mitad del circulo. Muevete rápido… no queremos que tengan la oportunidad de esconderse y pasarnos.

Joe marchó hacía adelante en una repentina ráfaga de velocidad.

Nos dirigió en silencio, y los minutos transcurrieron. He escuchado ruidos a su alrededor, doble control de su sentencia.

—Hey algo viene rápido! me advirtió que después de quince minutos de silencio.
—En mi camino!
—Manten tu posición y no creo que sea la manada. Suena diferente.
—Joe… —Pero él captó la fragancia al acercarse la brisa y leyó mi mente.
—Vampiro. Apuesto a que es William.
—Joe, échate hacía atrás. Podría ser alguien más.
—No, son ellos. Reconozco el olor almacenado, estoy en fase de explicarselo.
—Joe, no creo…

Pero él se había ido.

Ansiosamente, navegó a lo largo de la frontera occidental. ¿No sería justo si yo pudiera cuidar de Joe por una maldita noche? ¿Qué pasa si algo ha ocurrido con él en mi vigilancia?

Al menos el niño se mantenga corto. No pasaron mas de dos minutos cuando le sentía en mi cabeza de nuevo.

—Sí, William y Emma. Chico, se sorprendieron al verme! Estaran probablemente dentro ahora. William dijo gracias. Él es un buen tio.
—Sí. Esa es una de las razones por las que estamos en lo cierto.
—Espero que sí.
—Porque estas cabizbajo, Sam? Voy a apostar que Finn no traerá la manada esta noche. Él no se va a lanzar en una misión suicida.

Yo suspiré. No parecía importar, en ambos sentidos.

—Oh. No se trata tanto de Finn no?

Hice la ultima vuelta de mi patrulla. Cogí el aroma Joe, donde había estado ultimo. Nosotros no estabamos dejando ninguna laguna.

—Tu piensas que Britt va a morir de todos modos — susurró Joe.
—Sí, ella es...
—Pobre Santana. Debe ser estar como loca
—Literalmente.

El nombre de Santana trajo otros recuerdos de ebullición a la superficie. Joe leyó y quedó en asombrado.

Y luego estaba aullando.

—Oh, tio! De ninguna manera! Tu no. No puedo creer que digas que hay que matarla. ¿Qué es esto? Tienes que decirle que no.
—Cállate, cállate, idiota! Ellos van a pensar que la manada está próxima!
—¡Vaya! Él cortó los aullidos de inmediato.
—Yo rodé y comencé a andar hacia la casa. Sólo quedate fuera de aquí, Seth. Toma todo el círculo por ahora.
Joe me miró y yo le ignoré.
—Falsa alarma, falsa alarma, pensaba que yo corría más cerca. Lo sentimos. Joe es joven. Olvida las cosas. Nadie está atacando. Falsa alarma.

Cuando llegué a la pradera, pude ver a Santana mirando a través de una ventana oscura. Corrí, queriendo estar seguro de que recibió el mensaje.

—No hay nada ahí fuera donde estabas?

Ella asintió una vez.

Esto sería mucho más fácil si la comunicación fuera de la otra manera. Por otra parte, me alegro de no estar en su cabeza.

Ella miró sobre su hombro, otra vez a la casa, y vi estremecerse todo su estructura. Ella me saludó desde lejos sin mirar en mi dirección de nuevo y luego se marchó fuera de mi vista.

—¿Qué pasa?

Iba a obtener una respuesta.

Me senté todavía en la pradera y escuchando. Con estas orejas, casi pude escuchar las suaves pisadas de Joe, millas adentro en el bosque. Es fácil de escuchar cada sonido en el interior de la oscura casa.

—Fue una falsa alarma— Santana estaba explicando con voz de muerto, sólo repetiendo lo que yo le dije. —Joe estaba perturbado por otra cosa, y se olvidó que estábamos escuchando una señal. Él es muy joven
—Es bueno tener la custodia de niños pequeños fuerte— una voz más profunda gruñó. Puck, pensé.
—Ellos nos han hecho un gran servicio de esta noche, Puck — dijo William. —En gran sacrificio personal
—Sí, lo sé. Solo estoy celoso. Yo deseo estar ahí fuera.
—Joe no cree que Finn ataque ahora — dijo Santana mecanicamente. —No prevenido con nosotros, y carece de dos miembros de la manada.
—¿Qué es lo que piensa Sam?— preguntó William.
—Él no es tan optimista.

Nadie habló. Se produjo un sonido tranquilo que yo no podía localizar. Escuché su baja respiración… y pude separar la de Britt del resto. Es más severa, trabajads. Se enganchó y rompió a ritmos extraños. Podía oír su corazón. Parecía... demasiado rápido. Yo iba en contra de mi propio latido del corazón, pero no estaba seguro de que si tomar alguna medida. No estaba como era normal.

—No la toques! ¡Hasta su raíz — le susurró Kitty.

Alguien suspiró.

—Kitty — murmuró William
—No empieces conmigo, William. Dejamos de tener la postura anterior, pero esto es todo lo que te está permitido.

Al parecer, era como que Kitty y Britt estaban a la vez ya que hablaban en plural. Al igual que se habían formado una manada propia.

Yo rondé en silencio delante de la casa. Cada paso me llevó un poco más cerca. Las ventanas estaban oscuras, como un televisor encendido en alguna aburrida sala de espera-era imposible mantener mis ojos frente a ellos por mucho tiempo.

Unos pocos minutos más, unos cuantos más pasos, y mi piel se encontraría el lado del porche.

Pude ver a través de las ventanas de ver la parte superior de las paredes y el techo. Yo era lo suficientemente alto y todo lo que tendría que hacer es estirar mi cuello un poco... y quizás hasta una pata en el borde del porche ....

Miré por una grande, abierta frente a la habitación, esperando ver algo muy similar a la escena de esta tarde. Sin embargo, había cambiado hasta tal punto que yo estaba confundido en un principio. Por un segundo pensé que había llegado la habitación equivocada.

La pared de cristal se había ido, parecía de metal ahora. Y los muebles arrastrados todos fuera del camino, con Britt erizada con torpeza en una estrecha cama en el centro del espacio abierto. No es una cama normal sino una con barandillas como en un hospital. Al igual que un hospital habían monitores amarrados a su cuerpo, los tubos pegados a su piel. Las luces de los monitores destellaban, pero no había sonido. El goteo de ruido fue la IV conectada a su brazo con algunos fluidos espesos y blanco, no claros.

Ella un poco estrangulada en su sueño intranquilo, y ambas, Santana y Kitty se movieron a su señal en el cursor. Su cuerpo golpeó, y ella dio un respingo. Kitty la tranquilizó con su mano pasándola por la frente. El rígido cuerpo de Santana estaba de espaldas a mi, pero su expresión debe haber sido algo para ver, porque él mismo Puck llegó entre ellos antes de que tubiera tiempo para parpadear. Puso sus manos sobre Santana.

—No esta noche, Santy. Tenemos otras cosas de qué preocuparse.

Santana se alejó de ellos, y era la mujer quemada de nuevo. Sus ojos se reunieron con los míos por un momento y luego volvimos a bajar los cuatro.

Corrí de nuevo al oscuro bosque, rápido a reunirme con Joe, huyendo de lo que estaba detrás de mí.

Peor. Sí, ella estaba peor.

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Activo Re: FANFIC - BRITTANA - CREPUSCULO - AMANECER - CAPITULO 21 - TALENTOSA

Mensaje por dianna agron 16 Mar Feb 04, 2014 11:01 pm



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Algunas personas simplemente no entienden el concepto de “No eres bienvenido”


Estaba justo a punto de dormir.

El sol se había levantado tras las nubes hace una hora el bosque era gris ahora en lugar de negro. Joe se había acurrucado y quedado dormido alrededor de la una, así que lo levanté para hacer el cambio de guarda. Aún después de correr toda la noche, estaba teniendo problemas para hacer que mi cabeza se callara y me dejara dormir, pero el paseo rítmico de Joe ayudaba. Uno, dos, tres, cuatro, uno, dos, tres, cuatro dum dum dum dum, pasos apagados golpeaban el piso, una y otra vez mientras realizaba el recorrido alrededor de la tierra de los Cullen. Ya habíamos formado un sendero en la tierra. Los pensamientos de Joe estaban vacios, sólo eran imágenes borrosas con verde y gris del bosque por el que pasaba.

Estaba resentido. Ayudaba llenar mi cabeza con lo que el veía en lugar de dejar que mis propias imágenes fueran el centro de atención.

Y entonces el aullido penetrante de Joe rompió la calma de la mañana.

Me levanté del suelo, mis piernas frontales brincando antes que las traseras despegaran del piso. Corrí hacia el lugar donde Joe se había detenido, escuchando con él el par de pasos que se aproximaban.

—Buenos días, muchachos.

Una protesta se escuchó a través de los dientes de Joe. Y entonces los dos gruñimos mientras leíamos los nuevos pensamientos.

—Oh, vamos! Vete lejos Marley! — se quejó Joe

Me detuve cuando me acerqué a Joe, que había echado la cabeza para atrás, listo para aullar de nuevo esta vez como protesta.

—Cállate Joe
—Claro, Ugh! Ugh! Ugh! — lloriqueaba y pateaba en el suelo, marcando grandes surcos en el suelo.

Marley apareció en nuestra vista, su pequeño cuerpo gris se movía a través de unos arbustos.

—Deja de lloriquear Marley. Pareces un bebé

Le gruñí, con las orejas pegadas a mi cráneo. Ella dio un paso atrás automáticamente.

—Qué crees que estás haciendo Marley?

Me dedicó una mirada severa.

—Es bastante obvio no lo crees? Me estoy uniendo a tu pequeña manada basura de renegados. Los perros guardianes de vampiros. — Comenzó a reírse por lo bajo, de forma sarcástica.
—No, no lo harás. Date la vuelta antes de que decida desgarrarte algún músculo
—Como si pudieras alcanzarme. — Se rió y se puso en posición para salir corriendo. —Una carrera, oh líder sin miedo?

Respiré profundo, llenando mis pulmones hasta que mis costados lastimaban. Entonces, cuando estaba seguro que no gritaría, exhalé con alivio.

—Joe, ve a decirle a los Cullen que es sólo tu estúpida hermana —pensé las palabras más rudas posibles. —Yo me encargo de esto
—En seguida! — Joe estaba feliz de irse. Se desvaneció rumbo a la casa.

Marley lloriqueó e hizo el intento de seguirlo, el pelo de sus hombros estático.

—Vas a dejar que entre a la casa de unos vampiros solo?
—Estoy seguro que preferiría que lo mataran antes que pasar otro minuto contigo
—Cállate Samuel. Oops, lo siento — quise decir, cállate, el más grande Alpha
—Porque diablos estás acá?
—Crees que me voy a sentar tranquilamente en mi casa mientras mi hermanito es voluntario como juguete de vampiros?
—Joe no quiere o necesita de tu protección. De hecho, ninguno de los dos te queremos aquí
—Oooh, ouch, eso dejará una gran marca en mí. Ja! — tosió. —Dime quien me quiere acá y entonces me iré
—Entonces no es por Joe, no es cierto?!
—Claro que lo es. Es solo que el hecho de que no me quieran acá no significa nada para me. No es un factor de motivación, si entiendes lo que quiero decir.

Choqué mis dientes y traté de mantener mi cabeza en orden.

—Te envió Finn?
—Si estuviera aquí por órdenes de Finn, no serías capaz de escucharme. Mi alianza no le pertenece más

Escuché cuidadosamente los pensamientos mezclados con palabras. Si estoy era una trampa, debería estar lo suficientemente alerta para ver sus intenciones. Pero no podía ver nada. Su afirmación no era más que la verdad. La desesperante y no deseada verdad.

—Eres fiel a mí ahora? — Pregunté con sarcasmo —Uh-uh, claro
—Tengo opciones limitadas. Estoy trabajando con lo que tengo. Confía en mí, no estoy disfrutando esto más que tú

Eso no era verdad. Había una sutil seña de emoción en su cabeza. No estaba feliz por esto, pero por alguna razón parecía calmada. Busqué en su mente, tratando de entenderla.

Ella se echó para atrás, resintiendo la intrusión. Usualmente buscaba desintonizar a Marley nunca antes había tratado de entenderla.

Fuimos interrumpidos por Joe, pensando en su explicación a Santana. Marley chilló ansiosamente. La cara de Santana, enmarcada por la misma ventana que la noche anterior, no mostraba signo de reaccionar a las noticias. Era una cara blanca, muerta.

—Wow, se ve mal — Dijo Joe para sí mismo. La vampiro no mostró signo de reaccionar a ese pensamiento tampoco. Desapareció de la ventana. Joe dio la media vuelta y regresó a nosotros. Marley se relajó un poco..
—Qué está pasando? — Preguntó Marley. —Ponme al tanto
—No tiene caso, no te quedarás
—De hecho, Sr. Alpha, lo haré. Porque como aparentemente debo pertenecer a alguien y no he intentado irme por mí misma, sabes perfectamente que eso no funciona te elijo a ti.
—Marley, yo no te agrado. Tu no me agradas
—Gracias, Capitán Obvio. Eso no me importa. Me quedo con Joe.
—No te agradan los vampiros. No crees que hay un conflicto de intereses aquí?
—Tampoco te agradan los vampiros
—Pero estoy comprometido con esta alianza. Tu no
—Mantendré mi distancia de ellos. Puedo vigilar, así como Joe
—Y se supone que debo confiar en ti de esa forma?

Estiró su cuello, se puso de puntillas, tratando de ponerse a mi altura para verme a los ojos.

—No traicionaré a mi manada.

Quise echar la cabeza atrás y aullar, como Joe lo había hecho antes.

—Esta no es tu manada! Ni siquiera es una. Esto es sólo yo, yendo por mi cuenta! Que les pasa a ustedes dos? Por qué no me pueden dejar en paz?

Joe, que se acercaba por detrás nuestro, chilló. Lo había ofendido. Genial.

—He sido de ayuda o no Sam?
—No has sido mucho problema, niño, pero si Marley y tu son un paquete si la única forma de deshacerme de ella es mandándote a casa… bueno, podrías culparme por quererte lejos?
—Ugh, Marley, siempre arruinas todo!
—Sí, lo sé. — Contestó, y ese pensamiento estuvo cargado de una pesada desesperanza.

Sentí el dolor que transmitían esas tres palabras, y era mayor de lo que podía imaginar. No quería sentir eso. No quería sentirme mal por ella. Por supuesto, la manada había sido dura con ella, pero ella sola se lo buscó llevando toda su amargura en cada pensamiento, haciendo de su mente una pesadilla.

Joe se sentía culpable también.

—Sam… no vas a mandarme lejos verdad? Marley no es tan mala. De verdad. Quiero decir, con ella aquí, podemos vigilar un perímetro más amplio. Y además pone a Finn con tan sólo siete. No hay forma que piense atacar cuando los números están en su contra. Probablemente es algo bueno…
—Sabes que no quiero ser el líder de una manada, Joe
—Entonces no lo seas — ofreció Marley

Reí burlonamente.

—Suena perfecto para mí. Por eso pueden irse a casa
—Sam —pensó Joe. —Pertenezco aquí. Me agradan los vampiros. Bueno, los Cullen en realidad. Ellos son como personas para mí, por eso los pienso proteger, porque es lo que se supone que debo hacer.
—Tal vez tú pertenezcas, niño, pero tu hermana no. Y ella se quedará en donde tu estés

Paré en seco, porque en ese momento vi algo al decir eso. Algo en lo que Marley había intentado no pensar.

Marley no nos abandonaría


—Pensé que era por Joe — pensé ácidamente.

Ella se estremeció

—Por supuesto que estoy acá por Joe
—Y para librarte de Finn

Su mandíbula se tensó.

—No tengo que darte ninguna explicación. Sólo haré lo que me digan. Pertenezco a tu manada Sam. Fin de la discusión

Me alejé de ella, gruñendo.

Maldita sea. Nunca me desharé de ella. Por mucho que me desprecie, por mucho que odie a los Cullen, aunque fuera muy feliz destruyendo vampiros en este momento, por lo mucho que la molesta tener que protegerlos en esta ocasión nada de eso era comparado con lo que sentía por ser libre de Finn.

Yo no le agrado a Marley, así que no era un problema desear que desapareciera.

Ella amaba a Finn. Aún lo ama. Y el hecho de que él deseara que ella desapareciera era un dolor con el que no podía vivir, no ahora que tenía una opción. Pudo elegir otra opción. Aún cuando esta significaba irse conmigo y los Cullen como perro guardián.

—No sé si me iría tan lejos — pensó. Trató de poner agresividad, dureza en sus palabras, pero habían grandes vacíos en su teatro. —Estoy segura que trataría de matarme primero
—Mira Marley…
—No, tú mira, Sam. Deja de pelear conmigo, porque no será para bien. Quiero quedar fuera de tu camino, de acuerdo? Haré lo que me digas. Menos el que me mandes de regreso a la manada de Finn para ser la patética ex novia de la que no se puede deshacer. Si quieres que me vaya — se sentó sobre sus patas traseras y me miró fijamente a los ojos —vas a tener que obligarme

Me quejé durante un largo rato. Comenzaba sentir algo de simpatía por Finn, a pesar de lo que había hecho a mí y a Joe. Sin duda por eso pasaba dándo órdenes a todos. De qué otra forma se hace cuando quieres que las cosas estén en orden?

—Joe, te molestarías si mato a tu hermana?

Durante un minuto simuló pensar la respuesta.

—Bueno… probablemente

Exhalé

—Bien, entonces, Señorita Hago-lo-que-se-me-pegue-la-gana. Porque no empiezas a ser útil y nos cuentas lo que sabes? Que pasó después de que nos fuimos anoche?
—Muchos aullidos. Pero probablemente escucharon esa parte. Eran tan fuertes que nos tomó un rato darnos cuenta que ya no podíamos oírlos. Finn estaba… — Las palabras le fallaron, pero podíamos verlo en nuestra cabeza. Joe y yo nos retorcimos. —Después de eso, fue muy claro que tendríamos que pensar las cosas dos veces. Finn había planeado hablar con los Ancianos a primera hora esta mañana. Se supone que nos reuniríamos y haríamos planes. Puedo estar segura que no piensan montar otro ataque en seguida. Es un suicidio a este punto, contigo y Joe peleados, y los chupasangre advertidos. No estoy segura de lo que harán, pero no andaría caminando por el bosque si yo fuera una sanguijuela de esas. Es temporada de vampiros.
—Entonces decidiste faltar a la reunión de la mañana? — pregunté.
—Cuando dividimos la vigilancia anoche, pedí permiso para ir a casa y decirle a mi madre lo que había pasado
—Diablos! Le dijiste a Mamá? — gruñó Joe
—Joe, deja a un lado las peleas de hermanos ahora. Continua Marley
—Entonces, una vez que fui humana, me tomó un minuto pensar bien las cosas. Bueno, de hecho, fue toda la noche. Apuesto que los demás pensaron que me había quedado dormida. Pero eso de las dos manadas separadas, dos mentes separadas me dio mucho en que pensar. Al final, comparé la seguridad que Finn me proveía y los otros, eh, beneficios contra la idea de volverme una traidora y tener que oler vampiros por quien sabe cuánto tiempo. Ya saben lo que decidí. Le dejé una nota a mamá. Supongo que nos daremos cuenta cuando ella le cuente a Finn…

Marley inclinó una oreja hacia el oeste.

—Sí, creo que lo sabremos — coincidí.
—Y eso es todo. Que hacemos ahora? — preguntó

Ella y Joe me miraron expectantes.

Esta era una de las cosas que me negaba a hacer.

—Creo que debemos estar alertas. Es todo lo que podemos hacer. Tal vez deberías tomar una siesta, Marley
—Tú has dormido tanto como yo
—Pensé que harías lo que se te ordenara
—Cierto, eso se desgastará rápidamente — bufó y después bostezó. —Bueno, como sea. No me importa
—Vigilaré la línea, Sam. No estoy cansado. — Joe estaba tan feliz por no haber sido enviado a casa, que estaba completamente extasiado.
—Claro, claro. Yo iré a ver a los Cullen

Joe se fue por el sendero que se había formado en el suelo. Marley vió pensativa como se marchaba.

—Tal vez una ronda o dos antes de que me duerma… Hey Joe, quieres ver cuántas veces puedo darte la vuelta?
—NO!

Dejando salir un quejido, Marley se adentró en el bosque tras él.

Gruñí sin éxito. Lo que fuera con tal de tener paz y tranquilidad.

Marley lo intentaba por ella, mantuvo sus asuntos por lo bajo mientras daba vueltas, pero era imposible no darse cuenta de su buen humor. Pensé en lo de “dos compañeros”. Realmente no aplicaba, porque uno era suficiente para mí. Pero si tuvieran que ser tres de nosotros, es difícil pensar en alguien por quien no la cambiaría.

—Brody? — Marley sugirió
—Tal vez — Concedí

Ella se rió, demasiado emocionada e hiperactiva como para ofenderse. Me pregunté cuando tiempo duraría la emoción por quitarse de encima la lástima de Finn.

—Entonces esa será mi meta ser menos irritante que Brody.
—Si, trabaja en eso.

Cambié a mi otra forma cuando estaba a unos pocos metros de la casa. No había planeado pasar mucho tiempo como humano aquí. Pero tampoco había planeado tener a Marley en mi cabeza. Saqué mis pantalones rasgados y ví hacia el césped.

La puerta se abrió antes que pudiera alcanzar las escaleras. Y me sorprendió ver a William en lugar de Santana salir a recibirme su cara se veía cansada y vencida. Por un segundo, mi corazón se congeló. Me quedé parado, incapaz de hablar.

—Estás bien Sam? — preguntó William.
—Lo está Britt? — contesté con la voz entrecortada.
—Ella…. Está como anoche. Te asusté? Discúlpame. Santana dijo que te dirigías para acá en tu forma humana y vine a recibirte, porque ella no quiso apartarse de su lado. Está despierta

Y Santana no quería perder tiempo, porque sabía que no le quedaba mucho. William no lo dijo en voz alta, pero fue como si lo hubiera hecho, había pasado mucho tiempo desde que había dormido desde mi última guardia. Podía sentirlo ahora. Dí un paso adelante, y me senté en un escalón, me recosté sobre el barandal.

Moviéndose sin producir casi sonido, de la forma en que únicamente un vampiro podría hacerlo, William tomó asiento en el mismo escalón y se recostó contra el otro barandal.

—No tuve oportunidad de agradecerte anoche, Sam. No sabes cuánto aprecio tu… compasión. Sé perfectamente que lo hiciste para proteger a Britt, pero te debo la seguridad del resto de mi familia también. Santana me contó lo que tuviste que hacer…
—No hablemos de eso — murmuré
—Si así lo prefieres

Nos sentamos en silencio. Podíamos oir a los demás en la casa. Puck, Rachel y Quinn, hablando en voz baja y seria en la parte de arriba. Emma tarareando sin ritmo en otro cuarto. Kitty y Santana respirando cerca no podía adivinar quién era quien, pero podía escuchar la diferencia la elaborada respiración de Britt. Podía escuchar su corazón también. Parecía… intranquilo.

Parecía que el destino me obligaría a hacer en menos de veinticuatro horas todo lo que yo había jurado que nunca haría. Acá estaba, cerca de ella, esperando su muerte.

No quería escuchar nada más. Hablar era mejor que escuchar.

—Ella es como familia para ti? — Le pregunté a William. Me había llamado la atención cuando dijo que había ayudado al resto de su familia también.
—Sí. Britt es como una hija para mí. Una muy querida hija
—Pero la dejarás morir

Estuvo callado un largo rato y volteé a verlo. Su cara estaba muy, muy cansada. Sabía lo que sentía.

—Puedo imaginar lo que pensarás de mí por eso — dijo finalmente. —Pero no puedo ignorar sus deseos. No es correcto tomar decisiones por ella, forzarla

Quería molestarme con él, pero lo estaba haciendo difícil. Era como aventarme a la cara mis propias palabras, sólo que en diferente orden. Sonaron bien antes, pero no podía ser lo correcto. No cuando Britt estaba muriendo. Aún así… Recordé lo que se sentía estar destrozado sobre el suelo bajo Finn no tener la opción más que verse envuelto en el asesinado de alguien a quien amaba. Sin embargo no era lo mismo. Finn estaba equivocado. Y Britt amaba lo que no debía.

—Crees que hay oportunidad de lograrlo? Quiero decir, como vampiro y todo eso. Ella me contó… lo de Emma
—Podría decir que las posibilidades están equilibradas en este punto — respondió con calma —He visto el veneno de vampiros lograr milagros, pero aquí hay condiciones que ni el veneno puede superar. Su corazón está trabajando demasiado duro ahora; podría fallarle… no habrá nada que pueda hacer

El corazón de Britt dio latidos no sincronizados, haciendo énfasis agonizaste a sus palabras.

Tal vez el planeta había comenzado a girar al contrario. Tal vez eso explicaría como todo era lo opuesto a como había estado ayer como podría estar deseando por algo que una vez me parecía la peor cosa en el mundo.

—Qué es lo que esa cosa le está haciendo? —Susurré. —Ella estaba muy mal anoche. Vi… los tubos y todo eso. A través de la ventana
—El feto no es compatible con su cuerpo. Es demasiado fuerte, por alguna razón, pero ella probablemente aguantará todo eso. El mayor problema es que no deja que ella obtenga los nutrientes que necesita. Su cuerpo está rechazando cualquier forma de nutrición. Estoy tratando de alimentarla vía intravenosa, pero simplemente no lo absorbe. Su condición se ha acelerado. La veo y no es sólo ella, pero su feto también se mueren de inanición a cada minuto. No puedo detenerlo y no quiere desacelerarse. No me imagino que es lo que eso quiere. —Su voz se quebró al final.

Me sentí de la misma forma que ayer, cuando lo había visto con las manchas negras sobre su estómago furioso y un poco loco.

Apreté el puño para controlar mis temblores. Odiaba saber que esa cosa la lastimaba. No era suficiente para el monstruo patearla desde adentro. No, la estaba acabando también. Probablemente buscaba algo en dónde encajar sus dientes una garganta hasta dejarla seca. Como aún no era lo suficientemente grande como para matar a alguien, estaba absorbiendo la vida de Britt.

Podía decirles exactamente lo que quería: muerte y sangre, sangre y muerte.

Mi piel estaba ardiendo. Respiré lentamente, enfocándome en calmarme.

—Desearía tener una mejor idea de lo que es — murmuró William. —El feto está bien protegido. No he sido capaz de tomar una imagen por ultrasonido. Dudo que haya forma en que pueda usar una aguja para llegar al saco amniótico, pero Kitty no me dejaría intentarlo de cualquier forma
—Una aguja? — susurré. —Y en que podría ayudar eso?
—Mientras más sepa del feto, más puedo saber de lo que será capaz. Lo que daría por tener un poco de ese líquido amniótico. Para saber aunque sea su cuenta cromosómica
—Me perdiste, Doc. Podrías explicarme?

Rió una vez incluso su risa parecía cansada.

—Bien. Qué tanto de biología tomaste? Estudiaste los pares cromosómicos?
—Creo que si. Tenemos 23 no?
—Los humanos sí

Pestañeé.

—Cuantos tienes tú?
—Veinticinco

Miré hacia mis puños por un segundo.

—Qué significa eso?
—Pensé que se refería a que nuestras especies eran prácticamente diferentes. —Menos relacionadas que un león y un gato doméstico. —Pero esta nueva vida bueno, sugiere que somos genéticamente más compatible de lo que pensaba — Suspiró tristemente. —No lo sabía, para prevenirlos

Suspiré también. Había sido fácil odiar a Santana por la misma ignorancia. Aún la odiaba. Simplemente era más difícil sentir lo mismo por William. Tal vez porque los celos no aparecían en el caso de William.

—Podría ayudar saber cuál es su conteo si es más cercano a nosotros o a ella. Para saber que esperar.— Entonces se estremeció. —Pero tal vez no ayudaría en nada. Creo que sólo deseo tener algo para estudiar, algo que hacer.
—Me pregunto cómo serán mis cromosomas —dije al azar. Pensé en los exámenes para detectar esteroides en los Olímpicos. Acaso ellos hacían exámenes de ADN?

William tosió.

—Tienes 24 pares Sam

Volteé lentamente para mirarlo, levantando las cejas.

Él se veía apenado.

—Tenía… curiosidad. Me tomé la libertad cuando te traté en Junio pasado

Pensé en eso por un segundo.

—Supongo que debería molestarme. Pero la verdad es que no me importa
—Lo siento, debí preguntarte
—Está bien, Doc. No tenía intención de lastimar a nadi
—No. Te prometo que no quería hacer daño a nadie. Es sólo que… encuentro a tu especie fascinante. Supongo que esos elementos de la naturaleza vampírica me parecen demasiado comunes. La divergencia de tu familia es mucho más interesante. Mágica, casi
—Bibibidi- bobidi- boo — murmuré. El, como Britt, también comenzaba con esa basura de la magia.

William se rió de nueva cuenta con cansancio.

Entonces pude escuchar la voz de Santana dentro de la casa. Y los dos nos detuvimos a escuchar.

—Regresaré en un momento Britt. Quiero hablar con William un momento. De hecho, Kitty, te importaría acompañarme? — Santana sonaba diferente. Había algo de esperanza en su voz muerta. La chispa de algo. No esperanza exactamente, pero tal vez deseo por tener esperanza.
—Qué pasa Santana? — Preguntó Britt preocupada.
—Nada de lo que debas preocuparte, cariño. Tomará sólo un segundo. Por favor, Kitty?
—Emma — llamó Kitty. —Podrías atender a Britt un momento?

Escuché el susurro del viendo mientras Emma bajaba las escaleras

—Por supuesto — contestó

William se volteó, expectante hacia la puerta. Santana pasó el umbral primero, con Kitty cerca de ella. Su cara estaba, como su voz, no muerta. Parecía que se concentraba intensamente en algo. Kitty miraba sospechando.

Santana cerró la puerta tras ella.

—William — murmuró
—Qué pasa, Santana?
—Tal vez hemos hecho esto de la forma incorrecta. Estaba escuchando la conversación que tenías con Sam, y cuando ustedes hablaban de… lo que el feto quiere, Sam tuvo un pensamiento interesante.

Yo? Qué había pensado? Además de mi obvia aversión por esa cosa? Al menos no estaba solo en eso. Podía asegurar que incluso a Santana se le hacía difícil usar un término tan neutral como ‘feto’

—No hemos intentado un ángulo — Continuó Santana.  —Hemos tratado de darle a Britt lo que ella necesita. Y su cuerpo lo está aceptando tan bien como si cualquiera de nosotros lo haría. Tal vez debemos buscar satisfacer primero lo que necesita el… feto
—Tal vez si podemos satisfacerlo, seremos capaces de ayudarla de forma más efectiva
—No te entiendo Santana — dijo William
—Piénsalo, William. Si esa criatura es más vampiro que humano, puedes imaginar lo que quiere lo que no está obteniendo? Sam pudo.

Yo pude? Busqué dentro de la conversación que tuvimos, tratando de recordar los pensamientos que retuve para mí mismo. Lo recordé al mismo tiempo que William comprendió.

—Oh —dijo en tono sorprendido. —Piensas que es… sed?

Kitty soltó un sonido de emoción. Ya no aparentaba sospechar de nada. Su cara parecía iluminarse de repente, sus ojos se agrandaron de la emoción.

—Por supuesto — dijo. —William, tenemos toda esa sangre O negativo a un lado de Britt. Es una buena idea — añadió, sin voltear a verme.
—Hmmm — William puso la mano para recostar su mentón, perdido en sus pensamientos. —Me pregunto… y entonces, cual será la mejor forma de administrarla…

Kitty sacudió su cabeza.

—No tenemos tiempo para ser creativos. Debe ser de la forma tradicional
—Espera un minuto — susurré. — Detente ahí. Estás hablando de hacer que Britt tome sangre?
—Fue tu idea, perro. — Kitty dijo, volteando hacia mi dirección pero sin siquiera verme.

La ignoré y miré a William. El mismo fantasma de esperanza que había aparecido en la cara de Santana se posicionaba en los ojos del doctor. Se mordió los labios, especulando.

—Eso es… —Ni siquiera pude encontrar una palabra adecuada.
—Monstruoso? —sugirió Santana. —Repulsivo?
—Básicamente
—Pero si la salva? — susurró

Sacudí mi cabeza con fuerza.

—Qué vas a hacer? Deslizar un tubo en su garganta?
—Pienso preguntarle que piensa. Sólo quería hablar con William primero

Kitty asintió.

—Si le dices que ayudará al bebé, ella estará dispuesta a hacerlo. Aún si tenemos que alimentarlos a través de un tubo

Me dí cuenta entonces cuando escuché su voz toda cursi mientras decía la palabra ‘bebé’ que la rubiecita estaría a favor de todo lo que significara ayudar al pequeño monstruo chupa vidas. Eso era lo que pasaba, el misterio que las unía? Kitty cuidaba por el niño?

De reojo vi a Santana asentir, como ausente, sin mirar a mi dirección. Pero sabía que estaba contestando mis preguntas.

Huh. No hubiera imaginado que la Barbie de hielo tendría un lado maternal. No tanto por proteger a Britt, Kitty probablemente intentaría colocar el tubo ella misma.

La boca de Santana dibujó una dura línea y supe que estaba en lo correcto denuevo.

—Bueno, no tenemos tiempo para sentarnos a discutir esto — dijo Kitty impaciente. —Qué piensas, William? Podemos intentarlo?

William respiró profundo y se levantó.

—Le preguntaremos a Britt

La rubiecita sonrió triunfante segura que, si era decisión de Britt, ella lo haría.

Me levanté rumbo a las escaleras y los seguí mientras desaparecían en la casa. No estaba seguro porqué. Sólo curiosidad morbosa, quizá. Era como una película de horror. Monstruos y sangre por todo el lugar.

Tal vez no podría resistir otra dosis de mi poco abastecimiento de drogas.

Britt yacía tendida en la cama del hospital, su vientre parecía una montaña bajo las sábanas. Parecía de cera sin color y algo transparente. Podrías pensar que estaba muerta, excepto por el pequeño movimiento en su pecho, su lenta respiración. Y sus ojos, siguiéndonos con extraña sospecha.

Los otros estaban ya a su lado, caminando de un lado a otro con repentina emoción. Era horrible ver eso. Comencé a caminar.

—Qué está pasando? — exigió Britt en un susurro entrecortado. Su mano cerosa se movió ligeramente como si tratara de proteger su inmenso estómago.
—Sam tuvo una idea que podría ayudarte — dijo William. Deseé que me hubiera dejado fuera de esto. No había sugerido nada. Debían darle el crédito a la esposa chupasangre, que era a quien pertenecía. —No será placentero, pero…
—Pero ayudará al bebé — interrumpió Kitty ansiosa. —Pensamos en una mejor forma de alimentarlo. Quizá

Los párpados de Britt se movían rápidamente. Entonces tosió tratando de sonreir.

—No es placentero? — susurró. —Dios, eso sería un gran cambio — Volteó a ver el tubo insertado en su brazo y tosió de nuevo.

La rubiecita rió con ella.

Parecía que le quedaban pocas horas de vida, y no tenía que estar sufriendo, pero era ella la que hacía las bromas. Tan de Britt. Tratando de ocultar la tensión, haciéndolo más fácil para todos.

Santana caminó alrededor de Kitty, el humor no parecía perturbar su intensa mirada. Yo estaba feliz por eso. Ayudaba un poco, saber que estaba sufriendo aún más que yo. Santana tomó su mano, la que no protegía su vientre hinchado.

—Britt, cariño, te vamos a pedir algo monstruoso — dijo, usando los mismos adjetivos que había dicho anteriormente —Repulsivo

Bueno, al menos le decía la verdad.

Ella respiró ahogadamente.

—Qué tan malo?

William respondió.

—Creemos que el feto es más parecido a los nuestros que a los tuyos. Creemos que es sed

Ella parpadeó.

—Oh, oh
—Tu condición, la de ambos se deterioran rápidamente. No tenemos tiempo que perder, como para buscar formas más apetecibles de hacer esto. La forma más rápida de probar esta teoría
—Tendré que tomarla — susurró. Asintió ligeramente con apenas energía para moverse. —Puedo hacerlo. Practicando para el futuro, no? — Sus labios pálidos dibujaron una sonrisa tímida mientras miraba a Santana. Ella no sonrió.

Kitty comenzó a hacer golpes con su pie impacientemente. El sonido era irritante. Me pregunto que haría si la arrojo sobre una ventana en este momento.

—Entonces, quien me buscará un oso pardo? — dijo Britt

William y Santana intercambiaron miradas. Kitty dejó de golpear.

—Qué? — preguntó Britt
—Será más efectivo si no nos andamos por las ramas, Britt. — Contestó William
—Si el feto quiere sangre — explicó Santana —No desea sangre animal.
—No hará ninguna diferencia para ti, Britt. No pienses en eso — la animó Kitty

Los ojos de Britt se entrecerraron.

—Quién? — respiró, y su mirada se dirigió a mí.
—No estoy aquí como donador Britt — gruñí. —Además es sangre humana lo que busca, y no creo que la mía aplique
—Tenemos sangre a la mano —Kitty le dijo, interrumpiéndome, como si no estuviera ahí. —Para ti por si acaso. No te preocupes de nada. Todo estará bien. Tengo un buen presentimiento de esto, Britt. Creo que el bebé se pondrá mejor

La mano de Britt acarició su estómago

—Bueno— dijo, con voz apenas audible. —Estoy hambrienta, así que supongo que él lo está también — tratando de hacer otra broma.  —Vamos a hacerlo. Mi primer acto de vampiro


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Mensaje por dianna agron 16 Mar Feb 04, 2014 11:01 pm



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Que bueno que tengo un estómago fuerte

William y Kitty salieron rápidamente, buscando las escaleras. Pude escucharlos debatir sobre si debían calentársela. Ugh. Me pregunté sobre todas las cosas guardadas en la casa del horror. El refrigerador lleno de sangre, listo!. Qué más? Una cámara de torturas? Una sala de ataúdes?

Santana se quedó, sosteniendo la mano de Britt. Su cara parecía muerta de nuevo. No parecía tener la energía para mantener aunque sea un pequeño rastro de esperanza como el que había tenido antes. Se veían una a la otra a los ojos, pero no es una forma cursi. Era como si estuvieran platicando. Me recordó un poco a la relación de Finn y Emily.

No, no era cursi, pero eso sólo lo hacía más difícil de ver.

Supe lo que era para Marley, tener que ver esto todo el tiempo. Tener que escuchar en la cabeza de Finn. Por supuesto, todos nos sentimos mal por ella, no éramos monstruos en ese sentido, de todas formas. Pero me imagino que sí la culpábamos por la forma en que lidiaba con eso. Descargándose con nosotros, tratando de hacernos tan miserables como ella lo era.

Nunca volvería a culparla por eso. Cómo puede alguien evitar esparcir su miseria por todos lados? Cómo puede alguien no intentar desprenderse de una pequeña pieza de ella y tirarla sobre alguien más?

Y si eso significaba que tenía que escoger una manada, cómo culparla por tomarse esa libertad? Yo haría lo mismo. Si no había forma de escapar al dolor, yo también la tomaría.

Kitty descendió las escaleras después de un segundo, volando por el cuarto como una brisa cortante, rociando su desagradable olor. Se paró en la cocina, y escuché el sonido de la puerta de un mueble para vasos.

—No transparente, Kitty — murmuró Santana, rolando los ojos.

Britt parecía curiosa, pero Santana negó con la cabeza.

Kitty regresó al cuarto y desapareció de nuevo.

—Esta fue tu idea? — susurró Britt, con su voz apenas audible, mientras intentaba hacerla más fuerte para que pudiera oírla. Olvidando que podía escucharla bien. Me gustaba como, muchas veces, parecía olvidar que no era completamente humano. Me acerqué a ella, para que no tuviera que hacer tanto esfuerzo.
—No me echen la culpa por esto. Tu vampiro espió en mis pensamientos

Ella sonrió un poco.

—No esperé verte de nuevo
—Ni yo tampoco — dije

Se sentía tan raro estar parado ahí, pero los vampiros habían hecho a un lado todos los muebles para colocar todos los aparatos médicos. Me imaginé que no les molestaba, sentarte o quedarte parado no hace mucha diferencia cuando eres una piedra. No me molestaría tampoco, excepto porque estaba exhausto.

—Santy me dijo lo que tuviste que hacer. Lo siento
—Está bien. Probablemente sólo era cuestión de tiempo hasta que encontrara algo por lo cual no obedecer a Finn — mentí
—Y a Joe — murmuró
—El está contento de ayudar
—Detesto causar problemas

Reí naturalmente, más bien una carcajada que una risa.

Suspiró ligeramente.

—Supongo que eso no es nada nuevo, verdad?
—No, no realmente
—No tienes que quedarte a ver esto — dijo ella, apenas capaz de formar las palabras.

Podía irme. Probablemente era una buena idea. Pero si lo hacía, con ella viéndose de esa forma, podría perderme los últimos minutos de su vida.

—Realmente no tengo ningún lugar a donde ir — Le dije, tratando de contener las emociones fuera de mi voz.  —Esto de ser lobo es menos interesante desde que Marley se unió
—Marley? — carraspeó
—No le contaste? — Pregunté a Santana

Ella simplemente se estremeció sin mover sus ojos de Britt. Podía decirse que no eran muy buenas noticias para Santana, algo que no valía la pena contar con los demás eventos que estaban sucediendo.

Britt no lo tomó tan bien. Parecían malas noticias para ella.

—¿Por qué? — suspiró

No quería verme envuelto en un pleito de telenovela.

—Para vigilar a Joe
—Pero Marley nos odia — susurró

Nos. Lindo. Podía entender porqué estaba asustada.

—Marley no molestará a nadie — más que a mí. —Ella pertenece a mi manada — me retorcí ante esas palabras — —por lo tanto tiene que obedecer mis órdenes — Ugh.

Britt no parecía convencida.

—Te asusta Marley pero estás de mejor amiga con la rubia psicópata?

Hubo un silbido quedo proveniente del segundo piso. Bien, me había escuchado.

Britt me observó atentamente.

—No lo hagas. Kitty… me entiende
—Si. — Rugí. —Ella entiende que morirás y no le importa, mientras que consiga salvar a ese espécimen mutante
—Deja de portarte como un idiota, Sam — susurró

Se veía demasiado débil para enojarse conmigo. Traté de sonreir mejor.

—Lo dices como si fuera posible

Britt trató de no reírse, pero no pudo evitarlo al final; sus labios atizados se extendieron en las orillas

Y entonces William y la psicópata en cuestión estaban ahí. William tenía un bote de plástico blanco en su mano de la clase que tiene tapadera y con pajilla integrada. Oh no transparente, ahora entiendo. Santana no quería que Britt pensara en lo que estaba haciendo más de lo necesario. No podría decir que era lo que estaba en ese vaso. Pero podía olerlo.

William dudó, con la mano en el vaso, Britt viéndolo, llena de miedo de nuevo.

—Podíamos intentar de otra forma — dijo William calmadamente
—No — susurró Britt. —No, probaré esto primero. No tenemos tiempo…

Primero pensé que al fin se había dado cuenta y se preocupaba por ella misma, pero entonces su mano acarició con cariño su vientre.

Britt levantó el brazo y arrebató el vaso. Su mano temblaba un poco, y pude escuchar el sonido de la sangra golpear dentro del vaso. Trató de levantarse por sí sola, impulsándose con el codo, pero apenas podía levantar su propia cabeza. Un ligero calor recorrió mi espalda al darme cuenta lo frágil que se había puesto en menos de un día.

Kitty puso su brazo bajo los hombros de Britt, soportando su cabeza también, como si fuera un recién nacido. La rubiecita estaba loca por los bebés.

—Gracias — susurró Britt. Sus ojos observándonos a todos. Suficientemente conciente para sentirse el centro de atención. Si no fuera porque estaba completamente escurrida, apuesto que se habría sonrojado.
—Que no te importen — murmuró Kitty.

Eso me hizo sentir extraño. Debí haberme ido cuando Britt lo ofreció. No pertenecía a este lugar, siendo parte de esto. Pensé en huir de ahí, pero entonces me di cuenta que hacer algo así sería peor para Britt le haría más difícil pasar por esto. Pensaría que estoy demasiado asqueado para ver. Lo que era casi cierto.

Aún así. Si no quería reclamar la responsabilidad por esta idea, tampoco quería hacerla ver mal.

Britt levantó el vaso hacia su cara y olió por la punta de la pajilla. Se retorció e hizo un gesto.

—Britt, corazón, podemos encontrar otra manera — dijo Santana, tratando de quitarle el vaso delas manos.
—Aplasta tu nariz — sugirió Kitty. Ella miró las manos de Santana como si estuviera a punto de golpearlas. Deseé que lo hiciera. Apuesto que Santana no lo tomaría de buena forma y me encantaría ver a la rubiecita perder una extremidad.
—No, no es eso. Es sólo que — Britt respiró profundo. —Huele bien — admitió con pena en su voz.

Tragué saliva, tratando de mantener mi cara sin expresión, ocultando el asco.

—Eso es bueno — Le dijo Kitty a Britt con emoción. —Eso significa que vamos por buen camino. Pruébala— La cara de la rubiecita cambió a una nueva expresión, estaba sorprendido que no se hubiera puesto a bailar ahí mismo.

Britt colocó la pajilla entre sus labios, cerró los ojos, y arrugó la nariz. Pude escuchar de nuevo la sangre dentro del vaso mientras sus manos temblaban. Chupó un poco, y entonces gimió quedamente con sus ojos aún cerrados.

Santana y yo nos acercamos al mismo tiempo. Ella tocó su cara. Yo puse mis manos atrás.

—Britt, amor
—Estoy bien — murmuró. Abrió los ojos y lo quedé viendo. Su expresión fue… sentida. Suplicando. Asustado. —Sabe bien también

Sentí ácido quemando en mi estómago, tratando de salir. Tuve que cerrar fuertemente los dientes.

—Eso está bien — contestó la rubiecita, aún emocionada. —Es un buen signo

Santana acarició su mejilla, acomodando sus dedos en forma de sus frágiles huesos.

Britt suspiró y puso los labios en la pajilla de nuevo. Esta vez tomó bastante. Esa acción no era tan frágil como todo lo demás de ella. Como si algún instinto ensombreciera todo.

—Qué tal tu estómago? Tienes nauseas? — preguntó William.

Britt negó.

—No, no me siento enferma — susurró. —Eso es una sorpresa, eh?

Kitty brillaba.

—Excelente
—Creo que es muy pronto para eso, Kitty — murmuró William.

Britt tomó otro poco de sangre. Entonces, dirigió su mirada a Santana.

—Esto arruina mi conteo? — susurró.  —O podemos empezar a contar después de que sea vampira?
—Nadie está contando, Britt. En todo caso, nadie tuvo que morir por esto. — Sonrió con una sonrisa sin vida. —Tu record sigue intacto

Me perdí en la plática.

—Te explicaré luego — Dijo Santana, tan bajo que las palabras parecían apenas una respiración.
—Qué? — preguntó Britt
—Sólo hablaba conmigo misma — mintió sin problemas.

Si ella triunfaba con esto, si Britt sobrevivía, Santana no podría inventar muchas cosas cuando los sentidos de Britt fueran tan buenos como los de ella. Tendrá que empezar a trabajar en eso de la honestidad.

Los labios de Santana se torcieron, luchando por no sonreir.

Britt tomó un poco más, viendo hacia la ventana. Probablemente pretendiendo que no estábamos ahí. O tal vez que yo no estaba. Nadie más en este lugar estaría asqueado por lo que ella estaba haciendo. Totalmente lo opuesto probablemente estaban teniendo un mal momento y luchaban por no quitar el vaso de las manos de Britt.

Santana roló sus ojos.

Dios, cómo podían vivir con ella? Era una lástima que no pudiera leer los pensamientos de Britt. De esa forma ella estaría constantemente molesta, y se cansaría de Santana.

Santana soltó una risita. Los ojos de Britt se posaron sobre ella inmediatamente, y sonrió un poco al ver algo de alegría en su cara. Supongo que había pasado bastante tiempo sin verla así.

—Algo gracioso? — suspiró
—Sam —contestó

Ella volteó a verme dedicándome una sonrisa.

—Sam es un chiste — coincidió

Super, ahora sería el bufón del lugar.

—Bada bing — murmuré débilmente

Ella sonrió de nuevo, y volvió a tomar del vaso. Me estremecí cuando escuché que la pajilla únicamente jalaba aire, haciendo un fuerte sonido.

—Lo logré! — dijo ella, sonando complacida. Su voz era más clara fuerte, sin sonar a un susurro por primera vez en el día. —Si continúo, William, podrías quitar las agujas que tengo por todos lados?
—Tan pronto se pueda — prometió. —Honestamente, no hacen nada por ti.

Kitty acarició la frente de Britt, y ambas intercambiaron una mirada de esperanza.

Y todos podían verlo el vaso con sangre había logrado una diferencia enorme e inmediata. El color estaba regresando a su rostro había un delicado tono rosado en sus mejillas cerosas. Parecía que ya no necesitaba tanto de Kitty. Su respiración se calmaba y podría jurar que el latido de su corazón era más fuerte.

Todo estaba cambiando.

El fantasma de esperanza en los ojos de Santana se había convertido en algo real.

—Te gustaría tomar más? — presionó Kitty.

Britt encogió los hombros.

Santana miró a Kitty con desprecio antes de dirigirse a Britt.

—No necesitas tomar más enseguida
—Sí, lo sé. Pero… quiero hacerlo — admitió apenada.

Kitty acarició el cabello de Britt con sus delgados y finos dedos.

—No tienes porqué apenarte de esto — Su tono era tranquilo, pero de pronto sonó autoritario —Cualquiera que no entienda tu situación no debería estar acá

Dirigido a mí, obviamente, pero no dejaría que la rubiecita me molestara. Estaba feliz de que ella estuviera mejor. Que importaba si era repulsivo para mí? Yo no diría nada.

William tomó el vaso de las manos de Britt.

—Regreso enseguida

Britt me quedó viendo.

—Sam, te ves terrible — expresó
—Mira quien habla
—En serio cuando fue la última vez que dormiste?

Pensé en eso un segundo.

—Huh. No estoy seguro
—Aw Sam. No arriesgues tu salud también. No seas idiota

Apreté los dientes. Ella sí tenía el derecho de matarse lentamente por culpa de un monstruo, pero yo no tenía derecho a brincarme las noches de sueño para cuidarla?

—Tienes que descansar, por favor — continuó. —Hay camas arriba puedes usar cualquiera de ellas

La mirada en la cara de Kitty hizo claro que no era bienvenida a ninguna de ellas. Me hizo pensar el porqué la Bella Durmiente necesitaba de una cama. Era tan posesiva con sus cosas?

—Gracias, Britt, pero prefiero dormir en el suelo. Lejos de la peste, ya sabes
—Claro

William regresó, y Britt tomó el vaso de sangre, con el pensamiento en otro lado. Con la misma expresión comenzó a tomársela.

Realmente se veía mejor. Se hizo hacia adelante, siendo cuidadosa con los tubos, y consiguió sentarse. Kitty estaba lista para atraparla en cualquier momento. Pero Britt no la necesitó. Respirando profundamente entre los sorbos que tomaba, Britt terminó el segundo vaso.

—Cómo te sientes ahora? — Preguntó William.
—No enferma. Algo hambrienta… sólo que no puedo asegurar si es hambre o sed, me explico?
—William, mírala — Kitty murmuró, desbordando alegría. —Esto es obviamente lo que su cuerpo quiere. Debería tomar más
—Ella es humana todavía Kitty. Necesita alimentarse también. Vamos a darle un rato para ver cómo reacciona, y después podemos intentar darle comida de nuevo. Se te antoja algo en especial, Britt?
—Huevos — dijo inmediatamente, e intercambió miradas con Santana. Su sonrisa era precavida, pero tenía más vida que antes.

Parpadeé, prácticamente olvidando como abrir los ojos de nuevo.

—Sam — susurró Santana. —Realmente debes descansar. Como Britt dijo, eres bienvenido en esta casa, aunque supongo que te sentirás más cómodo allá afuera. No te preocupes por nada prometo buscarte si es necesario.
—Sí claro — murmuré. Ahora que parecía que Britt sobreviviría más de unas pocas horas, podía escapar. Irme a acurrucar bajo algún árbol… Suficientemente lejos de este olor que me sofocaba. La chupasangre podía levantarme si algo salía mal. Me lo debía.
—Lo haré — coincidió

Asentí y puse mi mano en la de Britt. Estaba fría como hielo.

—Recupérate — le dije
—Gracias Sam — volteó su mano para apretar la mía. Sentí el delgado aro de su anillo de bodas dando vueltas en su delgado dedo.
—Denle una sábana o algo — murmuré al salir.

Antes de hacerlo, dos aullidos penetraron el aire de la mañana. No había forma de confundir su urgencia. No había una confusión esta vez.

—Diablos — me dije, y salí de inmediato de la casa. Me transformé de inmediato, dejando que el calor me invadiera. Hubo un sonido de ropas rasgándose. Diablos. Eran las últimas que me quedaban. No importaba ahora. Saqué mis garras y me dirigí hacia el oeste.

—Qué pasa? — grité en mi cabeza
—Vienen para acá — Contestó Joe. —Al menos tres
—Se dividieron?
—Estoy recorriendo la línea tan rápido como puedo — prometió Marley. Podía escuchar el sonido del aire abandonar sus pulmones, mientras se esforzaba por incrementar su velocidad. El bosque se movía alrededor de ella. —Hasta ahora, no hay otro punto de ataque
—Joe, no los retes. Espérame
—Están deteniéndose. Ugh es tan frustrante no poder escucharlos. Creo que…
—Qué?
—Se detuvieron
—Esperando por los demás?
—Shhh. Puedes sentir eso?

Absorbí sus emociones. El leve sonido en el aire.

—Alguien se está transformando
—Así parece — coincidió Joe

Marley apareció por un estrecho espacio cerca de donde Joe esperaba. Ella incrustó sus garras en el suelo, frenando como un auto de carreras.

—Te protejo, hermanito
—Están en camino de nuevo — Dijo Joe nerviosamente. —Lento. Caminando
—Ya casi llego — les dije. Traté de apresurarme tanto como Marley. Se sentía horrible estar separado de Joe y Marley cuando el peligro estaba más cerca de ellos que mío. Error. Debí estar con ellos, entre ellos y los que venían.
—Miren quien se está poniendo todo paternal — Pensó Marley
—Pon atención Marley
—Son cuatro — dijo Joe. El niño tenía buenos oídos. —Tres lobos y un hombre

Llegué al pequeño espacio a tiempo, moviéndome rápidamente en el lugar.

Joe suspiró con alivio y se enderezó, colocándose en posición, de mi lado derecho. Marley se colocó a la izquierda, con menos entusiasmo.

—Ahora resulta que Joe tiene mayor jerarquía que yo — gruñó para sí misma
—Fui el primero en venir, el primero en tenerlo. — Pensó Joe con satisfacción. —Además, tu nunca fuiste el tercero del Alpha. Tuviste un ascenso.
—Estar bajo mi hermano menor no es un ascenso
—Shhh! — me quejé —No me importa donde vaya cada quien. Cállense y estén atentos

Los visitantes aparecieron de pronto, caminando, tal como Joe había dicho. David al frente, en su forma humana, con las manos arriba. Brody, Jake y Collin en cuatro patas. No había agresión en su postura. Ellos se colocaron tras David, con los oídos listos, alertas pero calmados.

Pero… era extraño que Finn hubiera mandado a Collin en lugar de Ryder. Ese no era el combo que yo mandaría a dar pelea a territorio enemigo. No enviaría un niño. Enviaría a alguien con experiencia.

—Una distracción? — pensó Marley

Acaso Finn, Ryder y Brady se movían solos por otro lado? No parecía ser así

—Quieres que cheque? Puedo ir y venir sobre la línea en dos minutos
—Debería avisar a los Cullen? — preguntó Joe
—Pero si y si el plan de ellos es dividirnos? — pregunté —Los Cullen saben que algo pasa. Están preparados
—Finn no sería tan estúpido… —susurró Marley, con el miedo invadiendo su cabeza. Se imaginaba a Finn atacando a los Cullen, con sólo dos más apoyándolo.
—No, no lo haría — le aseguré, aunque la imagen en su cabeza me impresionó un poco también.

Mientras tanto, David y los otros tres lobos nos miraban, esperando. Era extraño no poder escuchar lo que Jake, Brody y Collin se decían entre sí. Sus expresiones eran planas imposibles de leer.

David aclaró la garganta y asintió.

—Venimos en son de paz, Sam. Queremos hablar contigo
—Crees que sea cierto? — preguntó Joe
—Tiene lógica, pero…
—Sí — coincidió Marley —pero..

No nos relajamos.

David siéndose incómodo

—Sería más sencillo si pudiera escucharte, también

Lo quedé viendo hacia abajo. No me iba a transformar si no sabía de que se trataba todo esto. Hasta que tuviera sentido. Por qué Collin? Esa era la parte que más me preocupaba.

—Bien, supongo que entonces sólo hablaré yo — dijo David. —Sam, queremos que regreses

Jake dejó escapar un quejido. Apoyando lo que David dijo.

—Has dividido la familia. No se suponía que fuera así

No estaba en desacuerdo con eso, pero no tenía caso alguno discutir eso. Había unas diferencias de opinión que debían ser resueltas primero entre Finn y yo.

—Sabemos que te sientes… mal por la situación con los Cullen. Sabemos que ese es el problema. Pero tu reacción fue demasiado lejos

Joe gruñó.

—Demasiado lejos? Atacar a nuestros aliados sin avisarles no lo es?
—Joe, alguna vez escuchaste cómo guardas las apariencias? Hazlo!
—Lo siento

Los ojos de David se movieron entre Joe y yo.

—Finn está dispuesto a tomar esto lentamente, Sam. Se ha calmado, habló con los Ancianos. Han decidido que la acción inmediata no es de interés por el momento
—Traducción: Ellos perdieron el elemento sorpresa — pensó Marley

Era extraño la forma en que pensábamos. La manada era la ‘manada de Finn’, ya eran ‘ellos’ para nosotros. Algo externo. Era muy raro, especialmente escuchando Marley pensar de esa forma siendo una parte sólida del ‘nosotros’.

—Billy y Sue están de acuerdo contigo Sam, que debemos esperar por Britt… hasta que se separe del problema. Matarla no es algo que nos hará sentir mejor

Aunque había reprendido a Joe anteriormente por su comportamiento, no pude evitar sentirme igual, soltando un gruñido desde el fondo de mi garganta. Entonces no los ‘hará sentir mejor’ eso de asesinar, eh?

David levantó las manos de nuevo.

—Cálmate Sam. Sabes a lo que me refiero. El punto es que vamos a esperar y replantear la situación. Decidiremos después si hay algún problema con la… cosa
—Ja — pensó Marley. —Que basura
—No les crees?
—No sé lo que piensan, Sam. Lo que Finn está pensando. Ellos están seguros que Britt morirá de todas formas. Y luego contarán con el hecho de que te pondrás como loco…
—Ellos querrán que yo comience el ataque — Mis orejas se pegaron contra el cráneo. Lo que Marley pensaba sonaba lógico. Muy posible. Cuando… si esa cosa mataba a Britt, sería fácil olvidarme de lo que sentía por los Cullen en este momento. Ante mis ojos ellos parecerían mis enemigos nada más que sanguijuelas chupasangre de nuevo.
—Yo te lo recordaré — susurró Joe
—Sé que lo harás, la pregunta es si te escucharé
—Sam? — preguntó David

Suspiré

—Marley, ve a checar la línea sólo para asegurarnos. Tendré que hablar con él, y quiero estar seguro que no hay nada raro por ahí mientras me transformo
—Por favor, Sam. Puedes transformarte frente a mí. Aún cuando me esforcé mucho por evitarlo, ya te he visto desnudo no me impresionas para nada, no te preocupes
—No estoy tratando de proteger la inocencia de tus ojos, estoy tratando de proteger nuestro pellejo. Vete de aquí

Marley asintió y se lanzó hacia el bosque. Podía escuchar sus garras cortar el suelo, que la empujaba más rápido.

La desnudez era inconveniente e inevitable parte de la vida de un lobo. Ninguno hizo mucho caso de eso antes que Marley ingresara a la manada. Entonces se volvió extraño. Marley tenía el mismo control que cualquier lobo cuando se molestaba le tomaba el mismo tiempo explotar cuando algo la sacaba de sus casillas. Todos la habíamos visto. Y no era como que no nos hubiera gustado; únicamente que no valía la pena cuando ella se daba cuenta que pensábamos en eso después.

David y los otros quedaron viendo al lugar donde ella había desaparecido, con duda en los ojos.

—¿A dónde se fue? — preguntó David

Lo ignoré, cerrando mis ojos y tratando de concentrarme de nuevo. Sentía como el aire temblaba a mi alrededor. Me puse en dos patas, justo en el momento en que vino mi transformación y quedé de nuevo en mi forma humana.

—Oh — dijo David —Hey, Sam
—Hey, David
—Gracias por hablar conmigo
—Seh
—Queremos que regreses, hermano

Jake volvió a quejarse.

—No creo que sea tan fácil David
—Regresa a casa — dijo, acercándose a mí. Suplicando. —Podemos resolver esto, no perteneces a este lugar. Deja que Joe y Marley regresen a casa

Me reí.

—Claro. Como que no les he rogado que se vayan desde que llegaron

Joe gruñó detrás de mí

David comprendió eso, con los ojos precavidos de nuevo.

—Entonces? Que va a pasar?

Pensé en ello un minuto mientras esperaba.

—No lo sé. Pero no estoy seguro que las cosas puedan volver a ser lo de antes. David. No sé como funcione. No me parece que seré capaz de quitarme esto de ser Alpha tan fácilmente, como si fuera sólo un cambio de humor. Parece ser permanente
—Aún así nos perteneces

Levanté las cejas.

—Dos Alpha no pueden estar en el mismo lugar, David. Recuerdas lo cerca que estuvo anoche? El instinto es demasiado competitivo
—Entonces te quedaras con los parásitos por el resto de tu vida? — demandó —Tu no tienes un hogar en este lugar. Ya ni siquiera te queda ropa— señalo
—Te quedarás como lobo toda la vida? Sabes que Marley no soporta comer de esa forma
—Marley puede hacer lo que quiera cuando tenga hambre. Ella vino aquí por convicción. No le dije a nadie lo que tenía que hacer

David suspiró

—Finn lamenta lo que te hizo

Asentí.

—Ya no estoy molesto por eso
—Pero?
—Pero no regresaré, no ahora. Tendremos que esperar para ver que pasa. Vamos a proteger a los Cullen mientras sea necesario. Porque, a pesar de lo que pienses, no se trata solo de Britt. Estamos protegiendo a quienes deben ser protegidos. Y eso aplica a los Cullen también. Al menos a la mayoría de ellos.

Joe chilló en acuerdo.

David gruñó.

—Supongo que no hay nada más que decir
—No por ahora. Veremos después

David volteó hacia Joe, concentrándose en él ahora, separándose de mí.

—Sue nos pidió que te dijéramos, no, que te suplicáramos que regreses. Tiene el corazón roto, Joe. Estando tan sola. No sé como Marley y tú pueden hacerle esto. Abandonarla de esta forma, cuando tu padre acaba de morir

Joe lloriqueó.

—Cálmate, David — le advertí
—Sólo le digo las cosas como son

Reí con burla.

—Claro — Sue era más fuerte que cualquiera que hubiera conocido. Más fuerte que mi papá, que yo. Lo suficientemente fuerte para apoyar a sus hijos si eso es lo que tenía que hacer para que asegurar que siempre regresaran a casa. Pero no era justo hacerle esto a Joe. —Sue supo de esto hace cuantas horas? Y la mayor parte de ese tiempo está con Billy y el viejo Jake y con Finn. Si, seguramente la soledad la está matando. Claro, siempre serás libre de irte si así lo deseas, Joe. Bien lo sabes

Joe inhaló.

Entonces, un segundo después, volteó la oreja hacia el norte. Marley debía estar en camino. Dios, si que era rápida. Dos latidos y Marley ya se encontraba lejos. Se acercó, poniéndose frente a Joe. Mantuvo la nariz en el aire, pero obviamente no veía en mi dirección.

Aprecié eso.

Marley? — preguntó David.

Ella cruzó la mirada para encontrarse con él, pelando los dientes un poco.
David no parecía sorprenderse de la hostilidad.

—Marley, sabes que no quieres estar acá

Ella le gruñó. Le dirigí una mirada de advertencia que no notó. Joe parecía llorar mientras empujaba su hombro.

—Lo siento —dijo David. —Supongo que no debo asumir cosas. Simplemente parece que tú no sientes nada por los chupasangre

Marley vió deliberadamente hacia Joe y luego hacia mí.

—Entonces te quedas para vigilar a Joe, entiendo — dijo David. Sus ojos se encontraron con los míos para luego regresar a los de ella. Probablemente se preguntaba porqué me había visto así como yo lo hacía. —Pero Sam no dejará que le pase nada, y no tiene miedo de estar acá — David compuso una cara — De todas formas, por favor Marley. Queremos que regreses. Finn quiere que regreses

La cola de Marley se enroscó.

—Sam me encargó que te rogara. Que literalmente me pusiera de rodillas si tenía que hacerlo. Te quiere en casa, Marl es a donde perteneces

Vi como Marley se retorció cuando David usó el viejo apodo que Finn tenía para ella. Y entonces, cuando escuchó las últimas 4 palabras, su pelaje se puso de punta y rugía, mostrando la longitud de sus dientes. No tenía que estar en su cabeza para darme cuenta de todo lo que Marley pensaba en esos momentos, ni él tampoco. Prácticamente podías escuchar las palabras exactas que estaba usando.

Esperé hasta que ella se hubiera calmado.

—Sin temor a equivocarme puedo decir que Marley pertenece a donde ella desee

Marley gruñó, pero mirando hacia David, supongo que afirmando lo que dije.

—Mira David, aún somos familia no? Vamos a dejar pasar todo este problema, pero, hasta que lo hagamos, probablemente tengas que mantenerte de tu lado. Solo para evitar malos entendidos. Nadie quiere un pleito familiar, o si? Finn no desea eso tampoco, o si?
—Claro que no — dijo David. —Vamos a quedarnos de nuestro lado. Pero cual es tu lado Sam? En la tierra de vampiros?
—No, David. No tengo hogar de momento. Pero no te preocupes esto no durará para siempre —Tuve que respirar profundamente. —No nos queda mucho … tiempo. De acuerdo? Entonces los Cullen se irán, y Joe y Marley regresarán a casa

Marley y Joe unieron un quejido, sus narices se voltearon hacia mí sincronizados.

—Y qué de ti Sam?
—De regreso al bosque, creo. No puedo quedarme en La Push. Dos Alpha significaría mucha tensión. Además, mi camino era ese de todas formas. Antes de todo este relajo
—Pero, y si queremos hablar contigo? — preguntó David
—Aulla pero mantente en tu territorio, de acuerdo? Yo iré a ti. Y Finn no necesita mandar a tantos. No estamos en pleito

David se echó para atrás, pero asintió. No le gustó que impusiera condiciones a Finn.

—Nos vemos, Sam. O no. — Se despidió un poco decaído.
—Espera. David. Ryder se encuentra bien?

La sorpresa cruzó su rostro.

—Ryder? Claro, está bien. Por qué?
—Me preguntaba porqué Finn había enviado a Collin

Observé su reacción, sospechando que algo estaba mal. Vi algo reflejado en sus ojos, pero no parecía lo que yo esperaba.

—No es nada de tu incumbencia, Sam
—Supongo que no. Era curiosidad

Ví de reojo como algo se retorcía, pero no le hice caso, para evitar delatar a Jake. El estaba molesto con David.

—Le dejaré saber a Finn acerca de … tus instrucciones. Nos vemos, Sam

Suspiré

—Si, Adios David. Hey, dile a mi papá que estoy bien, de acuerdo? Que lo siento mucho y que lo amo
—Se lo dejaré saber
—Gracias
—Vamos mmuchachos — dijo Jared. Nos dio la espalda, buscando un lugar donde transformarse porque Marley estaba aquí. Brody y Collin ya estaban en camino, pero Jake dudó. Lloriqueó delicadamente, y se acercó a mí.
—Sí, yo también te extraño, hermano

Jake se restregó contra mí, su cabeza hacia abajo. Le dí palmadas en el hombro.

—Estaré bien

Berreó.

—Dile a Ryder que extraño tenerlos a mi lado

Asintió y presionó su nariz en mi frente. Marley gruñó. Jake volteó a ver, pero no a ella. Volteó a ver hacia donde se habían ido los otros.

—Vamos, ve a casa — le dije

Jake lloriqueó de nuevo y se fue tras los otros. Apuesto a que David no esperaba pacientemente. Tan pronto se fueron, concentré el calor en el centro de mi cuerpo y dejé que se desbordara por mis extremidades. En un santiamén, yo estaba de nuevo en cuatro patas.

—Pensé que se iban a besuquear — se burlaba Marley

La ignoré

—Estuvo bien? — Les pregunté. Me preocupaba, haber hablado por ellos, cuando no sabía exactamente como se sentían. No quería dar por hecho nada. No quería ser como David. —Dije algo que no querían que dijera? Algo que no debí?
—Lo hiciste genial, Sam! me apoyó Joe
—Podías haber mordido a David — pensó Marley. —No me habría molestado
—Al menos sabemos porque no dejaron venir a Ryder — pensó Joe

No entendí

—no dejaron?
—Sam, viste acaso a Jake? Está bastante deprimido, cierto? Apuesto lo que sea a que Ryder está aún peor. Y Ryder no tiene su Claire. No hay manera en que Jake se rebele y se vaya de La Push. Pero Ryder si podría. Por lo tanto Finn no va a arriesgarse a pererlo. No quiere que nuestra manada sea más grande de lo que es ahora.
—En serio? Eso piensas? Dudo que Ryder se contenga de despedazar a alguien de los Cullen
—Pero él es tu mejor amigo, Sam. El y Jake preferirían estar contigo a enfrentarte en una pelea
—Bueno, entonces me alegro que Finn lo haya dejado en casa, entonces. Esta manada ya es muy grande — suspiré  —Bien, entonces. Estamos en paz por ahora. Joe, te importaría vigilar un rato? Marley y yo estamos a punto de colapsar. Parece que todo está tranquilo, pero uno nunca sabe. Tal vez era una trampa

No siempre me portaba tan paranóico, pero recordé lo que se siente tener que obedecer a Finn. El único objetivo de destruir lo que era peligroso ante sus ojos. Tomaría ventaja del hecho de que ahora podía mentirnos?

—No hay problema! — Joe estaba dispuesto a hacer lo que fuera. —Quisieras que les contara a los Cullen? Probablemente siguen algo tensos
—Lo haré yo. Quiero checar como están las cosas de todas formas

Ellos vieron una serie de imágenes provenientes de mi cerebro frito.

Joe se estremeció con sorpresa.

—Eww

Marley se sacudía y movía de un lado a otro, como intentando quitarse la imagen de la cabeza.

—Eso es fácilmente la cosa más asquerosa que he oído en mi vida. Yuck!. Si hubiera algo en mi estómago estaría vomitando aquí mismo
—Son vampiros, supongo — dijo Joe después de un minuto, tratando de balancear la reacción de Marley. — Digo, tiene sentido. Y si ayuda a Britt, entonces es algo bueno no?

Tanto Marley como yo lo quedamos viendo.

—Qué?
—Mamá lo tiró muchas veces cuando era bebé — me dijo Marley
—De cabeza, aparentemente
—Solía morder las barras de la cuna también
—Pintura con plomo?
—Aparentemente — pensó.

Joe gruñó.

—Graciosos. Porqué no se callan y se duermen?



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Mensaje por 3:) Miér Feb 05, 2014 8:24 pm

me encanta lo trio de sam, marley y joe,....
me encanta la protección y complicidad para cuidar al bebe!!!,...
3:)
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Mensaje por iFannyGleek Dom Feb 09, 2014 12:05 am

Pinche Sam me sigue cayendo mal aunque me gusta su mini manada.
Espero tu actualización. :)
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Mensaje por dianna agron 16 Dom Feb 09, 2014 9:00 pm

Siento mucho las tardanza les dejo un capitulo espero que les guste espero mas tarde poder subir otro. Besos



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Sabes que las cosas van mal cuando te sientes culpable por haber sido maleducado con los vampiros

CUÁNDO REGRESÉ A LA CASA NO HABIA NADIE esperando fuera para mi informe

—¿Me mantengo en alerta?
—Todo en orden — pensé con desgana.

Mis ojos captaron entonces un pequeño cambio en la ya familiar escena. Había una pila de telas de color claro en el último escalón del porche. Me acerqué trotando para investigar. Aguantando la respiración, porque el olor a vampiro se había impregnado en la tela como no podías imaginar, golpeé la pila con mi nariz.

Alguien había dejado fuera ropa. Huh. Santana debió darse cuenta de mi irritación cuando salí corriendo por la puerta. Bueno. Era... agradable. Pero raro.

Tomé la ropa con cautela con mis dientes, ugh, y las llevé hacia los árboles. Solo en caso de que todo esto fuera una broma de la rubia psicópata y fueran un montón de prendas de chica. Seguro que le encantaría ver la expresión en mi cara humana, mientras sujetaba desnudo un vestido de tirantes.

En la protección de los árboles, dejé caer la apestosa pila y volví a mi forma humana. Separé las ropas, golpeándolas contra un árbol para airear algo del olor. Eran definitivamente ropas de chico, pantalones pesqueros y una camisa blanca. Ninguna de las dos lo suficientemente larga, pero parecía que me quedaban suficientemente bien. Debían ser de Puck. Doble los puños de las mangas, pero no había mucho que pudiera hacer con los pantalones. En fin.

Tengo que admitir, que me siento mejor con algo de ropa, incluso si apesta y me esta pequeña. Era duro no poder volver a casa para coger un pantalón de chándal cuando los necesitaba. El asunto de ser vagabundo de nuevo, sin lugar al que volver. Sin pertenencias, aun no me importaba demasiado, pero pronto se volvería un estorbo.

Exhausto, subí lentamente por los escalones del porque de los Cullen y mis nuevas ropas de segunda mano pero dudé al llegar a la puerta. ¿Llamo? Estúpido, ya saben que estas aquí. Me pregunto por qué nadie hacia mención de ese hecho, diciéndome que entrará o que me marchara. Que más da. Me encogí de hombros y entré.

Más cambios. La habitación había vuelto a la normalidad, casi, en los últimos veinte minutos. , La pantalla plana estaba encendida, el volumen bajo, en la que podía verse una película para chicas, que nadie parecía estar mirando. William y Emma estaban junto a la ventana que daba a la parte de atrás, abierta de nuevo al río. A Rachel, Quinn y Puck no se les veía, pero podía oírles murmurando en el piso de arriba. Britt estaba en el sofá, como ayer, con un único tubo aún enganchado a ella y un monitor colgado detrás del sofá. Estaba doblada como en un burrito entre un par de espesas colchas, al menos me hicieron caso antes. Kitty estaba sentada con las piernas cruzadas en el suelo al lado de su cabeza. Santana estaba en la otra punta del sofá con los pies envueltos pies de Britt en su regazo. Levantó la mirada cuando entré y me sonrió, solo un pequeño tic en su boca, como si algo le agradara.

Britt no me oyó. Solo me miro cuando Santana lo hizo, y entonces sonrió también, con mucha energía, se le iluminó toda la cara. No podía recordar cuando fue la última vez que estuvo tan contenta de verme.

¿Cuál es su problema? Por el amor de Dios, ¡esta casada! Felizmente casada, no había ninguna duda que estaba enamorada de su vampira más allá del limite de la cordura. Y muy embarazada, para rematarlo.

¿Así por qué tiene que estar tan entusiasmada de verme? Como si le hubiese alegrado el día simplemente entrando por la puerta.

Si simplemente le diera igual, o mejor aún, no quererme allí. Sería mucho más fácil mantenerme al margen.

Santana parecía estar de acuerdo con mis pensamientos, últimamente estábamos mucho de acuerdo en las cosas, es de locos. Estaba frunciendo el ceño, leyendo la expresión de su cara mientras ella me sonreía.

—Solo querían hablar — Murmuré, mi voz llena de extenuación — no atacar en el horizonte.
—Ya — contestó Santana — escuché casi todo.

Eso me espabilo un poco. Estábamos a unas 3 millas

—¿Cómo?
—Te escuchó con más claridad ahora, es cuestión de familiaridad y concentración. Además tus pensamientos son algo más fáciles de pescar cuando estas en tu forma humana. Así que pillé casi todo lo que pasó ahí fuera.
—Oh — me fastidio un poco, pero no tenía motivos así que lo deje pasar — Mejor. Odio tener que repetirme.
—Te diría que te fueras a dormir un poco — dijo Britt — pero creo que vas a caer rendido en el suelo en unos seis segundos, así que no tiene sentido hacerlo.

Era increíble la mejoría que podía apreciarse en ella, lo mucho más fuerte que se le veía. Olí sangre fresca y pude ver que el vaso estaba de nuevo en sus manos. ¿Cuánta sangre iba a necesitar para poder seguir adelante? ¿En algún momento tendrían que ir trotando hasta la casa de los vecinos a por más?

Me dirigí hacia la puerta contando los segundos por ella mientras caminaba.

—Mississippi Uno...Mississippi Dos...
—¿Dónde esta el fuego, chucho?
—¿Sabes como ahogar a una rubia, Kitty? — contesté sin pararme o girarme para mirarla — Pegando un espejo en el fondo de una piscina.

Pude oír como se reía Santana mientras cerraba la puerta.. Su estado de ánimo parecía mejorar en correlación con la salud de Britt.

—Ya lo había oído — Kitty dijo después de mí.

Baje penosamente los escalones, mi objetivo insertarme lo suficiente dentro del bosque para que el aire fuera puro de nuevo. Tenia planeado dejarlas en algún lugar a la justa distancia de la casa para usarlas en el futuro, en lugar de llevarlas atadas a mi pierna, así no tendría que olerlas, mientras me desabrochaba los botones de la camisa, pensé que los botones nunca estarían hechos para los hombre lobo.

Escuche las voces mientras avanzaba pesadamente por el césped.

—¿Adónde vas? — preguntó Britt
—He olvidado decirle algo.
—Deja dormir a Sam… puede esperar.
—Si, por favor, deja dormir a Sam.
—Solo será un momento.

Me gire lentamente. Santana ya estaba saliendo por la puerta. Tenía una expresión de disculpa mientras se acercaba.

—¿Y ahora qué?
—Lo siento — dijo, después dudo, como si no supiera como enunciar lo que estaba pensando.
—¿En que piensas, lector de mentes?
—Cuando hablabas con los enviados de Finn antes — murmuró — estuve haciendo una “retrasmisión simultanea” para William, Emma y los demás. Están preocupados...
—Mira, no estamos bajando la guardia. No tienes que creer a Finn como hacemos nosotros. Estamos como los ojos bien abiertos a pesar de eso.
—No, no Sam. No es sobre eso. Confiamos en tu juicio. A pesar de eso, Emma esta preocupada por las dificultades en las que esta situación esta poniendo a tu manada. Y me pidió que te hablara en privado de este asunto.

Eso me pillo por sorpresa.

—¿Dificultades?
—Lo de estar sin casa en concreto. Se siente molesta sobre que estéis tan... desvalidos.

Resoplé. Instintos maternales en la madre vampiro, que estrafalario.

—Somos duros. Dile que no se preocupe.
—Aun así quiere hacer lo que este en su mano. ¿Me pudo dar la impresión de que Marley prefiere no comer cuando es un lobo?
—¿Y? — demandé.
—Bueno, tenemos comida humana, Sam. Para mantener las apariencias y por supuesto, para Britt. Marley, es bienvenida, si le apetece algo. Todos lo sois,
—Lo haré saber.
—Marley nos odia.
—¿Y?
—Que intentes hacérselo saber de forma que llegue a considerarlo, si no te importa.
—Haré lo que pueda.
—Y después esta el asunto de la ropa.
—Mira las que llevaba puestas.
— ¡Ah, sí! Gracias — no creo que fuera educado mencionar lo mal que olían.

Sonrió un poco.

—Bueno, es fácil ayudar con todas las necesidades relacionadas con eso. Rachel en raras ocasiones nos deja ponernos lo mismo más de una vez. Tenemos montones de ropa nueva que se destinan a caridad, y yo creo que Marley es más o menos como Rachel…
—No sé que pensará de la ropa que ya no quieren los chupa sangre. No es tan práctica como yo.
—Sé que podrás presentarle la oferta lo mejor posible. Así como cualquier oferta relacionada con cualquier objeto físico que necesitéis, o transporte, o lo que sea. Y las duchas, también, ya que prefieres dormir fuera. Por favor... no penséis que no tenéis los beneficios de un hogar.

Dijo la última frase suavemente, sin intentar no hacer ruido esta vez, pero con una emoción real.

Le miré durante un segundo, parpadeando adormilado.

—Eso es, er, muy amable por tu parte. Dile a Emma que apreciamos, uh, su consideración. Pero el perímetro atraviesa el río varias veces, así que nos mantenemos muy limpios.
—Si hicieras saber la oferta también, como sí tal cosa.
—Claro, claro.
—Gracias

Le di la espalda, solo para quedarme helado cuando escuche el apagado, grito lleno de dolor que venía de la casa. Cuando me di la vuelta, Santana ya había desaparecido.

—¿Y ahora que?

Fui tras ella, arrastrándome como un zombi y usando el mismo número de neuronas que un zombi. No parecía que tuviera más opciones. Algo iba mal. Tenia que ver que era. No habría nada que yo pudiera hacer. Y me sentiría mucho peor.

Parecía inevitable.

Entré de nuevo. Britt estaba jadeando, enroscada sobre el bulto que estaba en el centro de su cuerpo… Kitty la sujetaba mientras Santana, William y Emma merodeaban a su alrededor. Un rápido movimiento llamó mi atención; Rachel estaba al final de la escalera, mirando hacia abajo hacia la habitación con las manos apretadas en las sienes. Que extraño, es como si algo la impidiera bajar.

—Dame un segundo, William – Britt jadeó.
—Britt — dijo el doctor con ansiedad — he oído que algo se rompía. Tengo que echar una ojeada.
—Casi seguro — jadeó — que ha sido una costilla. Ow. Si. Justo aquí. — Señaló a su lado izquierdo, con cuidad de no tocarlo.

Esa cosa le estaba rompiendo los huesos.

—Tengo que hacerte una radiografía. Quizás allá astillas. No queremos que perfore nada.

Britt respiró profundamente

—Esta bien.

Kitty levanto a Britt cuidadosamente. Santana iba a protestar pero Kitty le enseñó los dientes y gruñó

—Ya la tengo yo.

Britt estaba más fuerte, pero esa cosa también. No podías matar de hambre a uno sin matar al otro, el proceso de recuperación funcionaba de la misma manera. No había forma de ganar.

La rubia llevó a rápidamente a Britt arriba por las escaleras, con William y Santana siguiéndole muy de cerca, ninguno se percató de mi presencia estupefacto en la puerta de entrada.

¿Así que tienen un banco de sangre y una maquina de rayos X? Apuesto a que el médico se trae trabajo a casa.

Estaba muy cansado como para seguirles, demasiado cansado para moverme. Me dejé resbalar por la pared, y luego me escurrí por el suelo. La puerta aún estaba abierta, incliné me nariz hacia ella, agradeciendo la brisa fresca que entraba apoyé mi cabezo sobre el marco de la puerta y escuché.

Oía el sonido de la maquina de rayos X en el piso de arriba. Bueno asumí que era eso. Y luego los pasos más silenciosos bajando por las escaleras. No mire para ver que vampiro era.

—¿Quieres una almohada? — me preguntó Rachel.
—No — mascullé. ¿Qué es toda está prepotente hospitalidad? Me estada poniendo de los nervios.
—No pareces estar muy cómodo ahí.
—Pues no.
—Entonces, ¿por qué no te mueves?
—Estoy cansado. ¿Por qué no estas arriba con los demás? — le respondí
—Me duele la cabeza.

Giré la cabeza para mirarla.

Rachel era muy pequeña. Más o menos del tamaño de uno de mis brazos. Parecía aun más pequeña ahora, como encorvada en sí misma. Su pequeña cara mostraba el ceño fruncido.

—¿A los vampiros os duele la cabeza?
—A los vampiros normales no.

Di un resoplido. Vampiros normales.

—¿Y como es que ya no estas con Britt todo el rato? — pregunte, haciendo que pareciera una acusación. No se me había pasado antes por la cabeza porque la tenía llena de estupideces, pero era raro que Rachel no estuviera nunca con Britt, al menos desde que estoy aquí. Quizás si Rachel estuviera a su lado, Kitty no lo estaría. — Creí que erais como esto — y entrelace dos de mis dedos juntos.
—Como ya he dicho — se incorporó en la baldosa a unos centímetros de mí abrazando sus delgados brazos alrededor de sus delgadas rodillas — dolor de cabeza.
—¿Britt té está dando dolor de cabeza?
—Sí.

Fruncí el ceño. Desde luego estoy demasiado cansado para las adivinanzas. Giré mi cabeza en busca de aire fresco y cerré los ojos.

—En realidad, No es Britt — corrigió — El... feto.

Mira, alguien que se siente como yo. Dijo la palabra a regañadientes, como hizo Santana.

—No puedo verlo — me dijo, aunque debía estar hablando consigo misma. Por lo que ella podía suponer, yo ya estaba dormido. — no puedo ver nada sobre eso. Como contigo.

Me estremecí, y apreté los dientes. No me gustaba que me comparara con la criatura.

—Britt se interpone. Esta demasiado apegada a eso, así que ella esta... borrosa. Como una TV mal sintonizada. Como cuando intentas fijar la vista en esas personas borrosas que se mueven por la pantalla. Me esta destrozando la cabeza intentar verla. Y aun así solo puedo ver lo que pasa dentro de unos minutos. El... feto esta demasiado desligado de su futuro. En cuanto ella tomó la primera decisión... cuando supo que lo quería, desapareció de mi vista. Me dio un susto de muerte.

Estuvo muy callada por un momento, y luego continuó.

—Tengo que admitir, que es un alivio tenerte cerca, a pesar de olor a perro mojado. Todo se ha desvanecido. Como si tuviera los ojos cerrados. Alivia el dolor de cabeza.
—Encantado de servir para algo, señorita — murmuré
—Me pregunto que tiene en común contigo... por qué sois iguales en ese sentido.

Repentinamente el calor recorrió mis huesos. Cerré los puños para aguantar los temblores.

—No tengo nada en común con ese chupa vidas — dije entre dientes.
—Bueno, pero hay algo.

No respondí. El calor ya se estaba apagando. Estaba demasiado cansado como para estar furioso.

—No te importa si me quedo aquí sentada a tu lado, ¿verdad?
—Supongo que no. Ya apesta de todos modos.
—Gracias — dijo — esto es lo mejor, supongo, ya que no puedo tomar una aspirina.
—¿Puedes bajar el volumen? Intento dormir.

No respondió, quedándose inmediatamente en silencio. Caí rendido en segundos.

Soñaba que tenía muchísima sed. Y había un vaso lleno de agua frente a mí, fresco, podías ver la condensación por los lados. Lo tomé y di un gran sorbo, para darme cuenta al instante de que no era agua, era lejía pura. Lo escupí, derramándolo por todos lados, y parte salió por mi nariz. Abrasaba. Mi nariz estaba ardiendo...

El dolor en la nariz me espabilo lo suficiente como para recordar donde me había quedado dormido. El olor era muy fuerte, teniendo en cuenta que mi nariz no estaba dentro de la casa. Ugh. Y había mucho ruido. Alguien se reía a carcajada limpia. Una risa familiar, pero que no estaba relacionada con ese olor. No era de aquí.

Gruñí y abrí los ojos. El cielo estaba grisáceo, era de día, pero ni idea de que hora podría ser. Quizás estaba a punto de anochecer, había poca luz.

—Justo a tiempo — la rubia murmuró no desde muy lejos — la imitación de la motosierra estaba empezando a ser cansina.

Giré sobre mi mismo y me estiré mientras me sentaba. Mientras lo hacía me di cuenta de donde venía aquel olor. Alguien había metido una almohada de plumas bajo mi cabeza. Probablemente intentando ser amable, supongo. A no ser que hubiese sido Kitty.

Una vez que mi cara estaba lejos de las apestosas plumas, pude oler otras cosas. Bacón y canela, todo ello mezclado con olor a vampiro.

Parpadeé, mirando la habitación.

Las cosas no habían cambiado demasiado. Britt estaba sentada en el medio de la habitación, el monitor ya no estaba. La rubia a sus pies, con la cabeza apoyada en las rodillas de Britt. Aun me daba escalofríos como se tocaban la una a la otra como si nada. Pero dadas las circunstancias, supongo que mi reacción hacía ese hecho era un poco estúpida. Santana estaba a su lado, tomándole la mano. Rachel, también estaba en el suelo, como Kitty. Su cara no estaba encogida. Era fácil ver por qué, había encontrado a otro mitigador del dolor.

—¡Hey, Sam viene para acá! — exclamó Joe.

Estaba sentado al otro lado de Britt, con su brazo, sin tener ningún cuidad puesto alrededor de sus hombros, y con un plato rebosante de comida en su regazo.

—¿Qué diablos?
—Vino a buscarte — dijo Santana mientras me incorporaba — Emma le convenció para que se quedara a desayunar.

Joe, vio mi expresión y se apresuro a explicarse.

—Si, Sam, solo estaba viendo si estabas bien, ya que no regresaste a fase. Marley estaba preocupada. Le dije que probablemente te quedaste dormido en forma humana. Pero ya sabes como es. Además, tienen toda esta comida, y en fin — se dirigió hacia Santana — tía sabes cocinar.
—Gracias — murmuró Santana.

Respire despacio, tratando de separar los dientes, no podía apartar mis ojos del brazo de Joe.

—Britt tenía frío — Santana dijo en un tono muy bajo

Claro. No es asunto mío de todas formas. No me pertenece.

Joe pudo oír el comentario de Santana, me miró a la cara, y de repente necesitaba las dos manos para comer. Quitó su brazo de Britt y lo metió dirigió al plato. Caminé para detenerme a unos pasos del sofá, aún intentando organizarme.

—¿Marley esta patrullando? — le pregunte a Joe aun con voz somnolienta.
—Si — dijo mientras masticaba — Esta en ello. No te preocupes, Aullará si ocurre algo. Cambiamos puestos hacía media noche. Corrí durante doce horas. — él estaba orgulloso, se notaba en su tono.
—¿Media noche? Espera un momento, ¿qué hora es?
—Esta apunto de amanecer — miro para la ventana comprobándolo.

En fin, amaneciendo. He dormido todo lo que quedaba de día y toda la noche, me sentía arrepentido

—Mierda, lo siento, Joe. De verdad, tenias que haberme despertado.
—No, tío, necesitabas un sueño reparador. ¿No habías descansado desde cuando? ¿La noche antes de tu última patrulla para Finn?¿unas 40 horas? ¿50? No eres una máquina, Sam. Además, no te has perdido nada.

¿Qué no me he perdido nada? Mire rápidamente a Britt. El color había regresado a tal y como lo recordaba. Pálida, pero con el mismo tono rosado. Sus labios eran rosas de nuevo. Incluso su pelo tenía mejor aspecto, más brillante: Se dio cuenta que la observaba y me dedicó una sonrisa.

—¿Qué tal la costilla? — pregunté
—Soldada y en su sitió. Ni la siento.

Puse los ojos en blanco. Oí como Santana apretó los dientes, entendí que la actitud “todo esta perfecto” le molestaba tanto como a mí.

—¿Qué hay de desayunar? — pregunte sarcásticamente — ¿0 negativo o AB positivo?

Me sacó la lengua. Ya volvía a ser ella misma.

—Tortilla — pero miró hacía abajo, y pude ver que su vaso de sangre estaba entre su pierna y la de Santana.
—Ve a coger algo para desayunar, Sam — dijo Joe — Hay un montón en la cocina. Tienes que estar hambriento.

Examiné la comida que había en su regazo. Parecía tortilla de queso y lo que quedaba de un bollo de canela del tamaño de un Frisbee.. Me rugió el estomago, pero lo ignoré.

—¿Qué está desayunando Marley? — pregunte a Joe en un tono critico.
—Hey, le lleve comida antes de tomar yo nada — se defendió — dijo que prefería comer algún animal atropellado en la carretera, pero supongo que cederá. Estos bollos de canela... — parecía no tener palabras para describirlos.
—Iré a cazar con ella entonces.

Joe suspiró mientras me marchaba.
—Un momento, ¿Sam?

Era William quién preguntó. Así que cuando me giré, mi cara probablemente tendría una expresión más respetuosa que la que tendría si me hubiera detenido otra persona.

—¿si?

William se me acerco, mientras Emma se dirigió hacia la otra habitación. Se detuvo a unos centímetros de distancia, un poco más lejos del espacio que dos humanos dejarían entre ellos mientras mantenían una conversación. Aprecié que me dejara espacio.

—Hablando de cazar — empezó en un tono sombrío — Eso va a ser un problema para mi familia. Comprendo que nuestra pequeña tregua es inapropiada en este momento, así que quiero tu consejo. ¿Finn estará esperando para cazarnos fuera del perímetro que has creado? No queremos tener ningún altercado que dañe a ningún miembro de tu familia, o en el que perdamos alguno de la nuestra. Si estuvieras en nuestra situación, ¿qué harías?

Me aparte, un poco sorprendido, al exponérmelo de esa manera. ¿Qué podía saber yo sobre ser un chupa sangre con zapatos caros? Pero si conocía a Finn.

—Es arriesgado — intentando ignorar el resto de ojos que sentía sobre mi, y solo hablarle a él. – Finn esta más calmado ahora, pero tengo por seguro que lo habrá pensado. El tratado ha sido anulado. Si piensa que la tribu o algún humano esta en peligro no va a hacer preguntas antes, si sabes a que me refiero. Pero, a pesar de eso, su prioridad es La Push. No son suficientes para defender decentemente a la gente si ponen en marcha partidas de caza muy amplias. Apuesto a que se esta quedando cerca de casa.

William asintió comprendiéndolo.

—Aconsejó que salgáis todos juntos, por si acaso. Y mejor durante el día, por qué lo más lógico sería que lo hicierais de noche, como tradicionalmente hacen los vampiros. Sois rápidos, ir a las montañas, cazar lo suficientemente lejos como para que no haya posibilidad de que él mande a alguien tan lejos.
—¿Y dejar a Britt, atrás, desprotegida?

Di un resoplido

—¿Y qué somos nosotros, hígado picado?

William río pero su cara se puso seria de nuevo.

—Sam, no puedes pelear contra tus hermanos.

Mis ojos se estrecharon.

—No digo que no vaya a ser duro, pero si realmente vienen para matarla, seré capaz de detenerles.

William sacudió su cabeza con ansiedad.

—No, no me refiero a que no vayas a ser... capaz. Pero no sería lo correcto. No puedo cargar con eso en mi conciencia.
—No estaría en la tuya, Doctor. Estaría en la mía. Y puedo superarlo.
—No, Sam. Haremos todo lo posible para que nuestras acciones no hagan que eso sea necesario. — Frunció el ceño con entendimiento — iremos de tres en tres — decidió un segundo después. — Eso es lo mejor que podemos hacer.
—No sé Doc. Dividirse por la mitad no es la mejor estrategia.
—Tenemos algunas habilidades extra que lo igualarán. Si Santana es uno de los tres, podrá darnos un radio de seguridad de unos pocos kilómetros.

Los dos miramos hacía Santana. Su expresión hizo que William cambiará rápido de opinión.

—Estoy seguro de que hay otras formas — dijo William. Claramente no había una razón física lo suficientemente fuerte en estos momentos para tener que apartar a Santana de Britt ahora. —Rachel, ¿supongo que podrías ver que rutas serían un error?
—Las que desaparezcan — asintió Rachel — Muy fácil.

Santana, que se había puesto toda tensa con el primer plan de William, se relajó. Britt miraba disgustada a Rachel con esa pequeña arruga que se le formaba entre los ojos cuando estaba estresada.

—Está bien. — Dije — todo en orden. Me voy ahora. Joe, espero que estés de vuelta para hacía el anochecer, así que échate una siesta por ahí antes de ese momento, ¿vale?
—Claro, Sam. Entraré en fase, tan pronto como acabe con esto. A no ser que... — dudó mirando a Britt. — ¿Me necesitas?
—Tiene mantas — le dije.
—Estoy bien, Joe, gracias. — Britt dijo con rapidez.

Entonces Emma entró de nuevo en la habitación, con un plato muy lleno en las manos. Se puso vacilante detrás del codo William, sus amplios ojos de color oro oscuro mirándome a la cara. Tendió el plato hacia delante y dio un tímido paso hacía delante.

—Sam — dijo en voz baja. Su voz no era tan defensiva como la de los demás. —Sé que... a ti no te hace la idea de comer aquí, el olor es demasiado desagradable. Pero me sentiría mucho mejor si te llevas algo de comida contigo cuando te vayas. Sé que no puedes volver a casa, y es por nuestra culpa. Por favor... para calmar mis remordimientos. Toma algo para comer. – Me ofreció la comida, su cara era dulce y suplicante. No se como lo consiguió, por qué no aparentaba estar más allá de “veintipocos”, y era tan pálida como los demás, pero de pronto algo en su expresión me recordó a mi madre.

Maldita sea.

—Sí, claro. Claro. — murmuré —Supongo que Marley seguirá teniendo hambre o algo.

Me adelante y cogí la comida con una mano, separándola de mi con el largo de mi brazo. La arrojaría contra un árbol o algo. No quería que se sintiera mal.

Entonces recordé a Santana.

—¡Ni se lo menciones!. Deja que crea que me la comí.

No le miré para ver si estaba de acuerdo. Más le valía estarlo. Chupa sangre me la debes.

—Gracias, Sam – dijo Emma, sonriéndome. ¿Cómo es posible que una cara de piedra tenga hoyuelos?
—Um, gracias a ti — dije, mi cara estaba caliente, más que de costumbre.

Este era el problema de pasar tiempo con los vampiros, te acostumbras a ellos. Empiezan a manipular tu forma de ver el mundo. Empezaban a parecer amigables.

—¿Volverás más tarde, Sam? – preguntó Britt mientras yo intentaba huir.
—Uh, No lo sé.

Apretó los labios, como si estuviera intentando no sonreír.

—¿por favor?, Quizás tenga frío.

Inhalé profundamente por la nariz, y entonces me di cuenta demasiado tarde, de que no era buena idea. Me estremecí.

—Tal vez.
—¿Sam? – preguntó Rachel. Me di la vuelta hacía la puerta mientras ella continuaba; dando unos cuantos pasos detrás de mi. – He dejado un cesto de ropa en el porche. Son para Marley. Están lavados, he intentado tocarlas lo menos posible. – Frunció el ceño. - ¿Te importa llevárselas?
—De acuerdo – murmuré, y salí por la puerta, antes de que nadie pudiera entretenerme con nada más.

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Mensaje por 3:) Dom Feb 09, 2014 9:36 pm

me gusto el capitulo!!!!
me encanta que de cierta menara se "lleve bien" o eso intenten por el bien de britt!!!
3:)
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Mensaje por micky morales Dom Feb 09, 2014 10:08 pm

parece que Britt estuviera casada con 2 personas, en la pelicula original no me di cuenta de este desagradable detalle pq de ser asi no la habria visto mas, sam me desagrada horrible y desde siempre en Glee ha sido asi, menos cuando estaba con Quinn! en fin..... la historia deberia llamarse Britt y sus 2 maridos ) aunque santana es mujer)
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Mensaje por dianna agron 16 Dom Feb 09, 2014 11:51 pm



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Tic Toc Tic Toc Tic Toc

—Hey, Sam, pensé que dijiste que me querías en el remojo. Cómo no hiciste que Marley me despertara antes de que ella se estrellara.
—Porque no te necesitaba. Todavía estoy bien.
—El ya estaba por la parte norte del círculo.
—Algo?
—No. Nada de nada.
—Hiciste alguna inspección?
—El llego a uno de los bordes de mi recorrido. Se dirigió a un nuevo camino.
—Sí —corrí unas pocas yardas. —Ya sabes, solo verificando. Si los Cullens van de casería…
—Buena esa.

Joe se dirigió hacia el perímetro principal.

Era más fácil correr con él que hacer lo mismo con Marley. A pesar de que ella estaba tratando fuertemente siempre había duda en sus pensamientos. Ella no quería estar acá. Ella no quería sentir la bondad hacía los vampiros que estaba pasando por mi cabeza. No quería lidiar con la acogedora amistad de Joe con ellos, una amistad que sólo se estaba haciendo más fuerte.

Gracioso, a pesar. Había pensado que su mayor problema iba a ser sólo yo. La comida y ropa que Rachel le había enviado estaban camino abajo por el río, en este momento. Inclusive después de que había comido mi parte no porque su olor fuese casi irresistible lejos del quemante olor de los vampiros, sino por dar un buen ejemplo de tolerancia de auto sacrificio para Marley ella la rechazo. El pequeño bocado que ella había tomado por la noche no había satisfecho completamente su apetito. Lo cual hacía pero su carácter. Marey odiaba comer crudo.

—Tal vez deberíamos hacer un barrido al este? —Sugirió Joe. —Ir más allá, y ver si están ahí esperando.
—Estaba pensando en eso, Acepte. Pero hagámoslo cuando estemos completamente despiertos. No quiero bajar nuestra guarda. Aunque, debemos hacerlo antes que los Cullens hagan un intento. Pronto.
—Cierto.

Eso me puso a pensar.

—Si los Cullens fueran capaces de salir del área inmediata a salvo. Deberían continuar. Probablemente debieron salir cuando les avisamos. Debían ser capaces de afrontar otros caminos. Y tenían amigos en el norte, verdad? Tomen a Britt y corran. Parecía una respuesta obvia a sus problemas.
—Debí haber sugerido eso, pero tenía miedo de que me escucharan. Y no quería que Britt desapareciera-nunca saber si lo logro o no.
—No, eso era estupido. Les diré que se vayan. No tenía sentido que se quedaran, y sería mejor no menos doloroso, pero más saludable para mi, si Britt se iba.

Era fácil decirlo ahora cuando Britt no estaba acá, mirando emocionada cuando me veía y al mismo tiempo aferrándose a su vida.

—Oh, ya le pregunte a Santana sobre eso. —Pensó Joe.
—Qué?
—Le pregunte por qué no se habían ido aún. Irse done Tanya o algún otro lado. Algún lado muy lejos para que Finn fuera por ellos.

Tenía que recordar que justamente ahora había decidido dar a los Cullens el mismo aviso. Eso era mejor. Entonces no tenía que estar molesto con Joe por tomar la tarea en sus manos. No completamente molesto.

—Entonces qué dijo? Están esperando una ventana?
—No. No se van.

Y eso no debió sonar como una buena noticia.

—Por qué no? Eso es estupido.
—La verdad no — dijo Joe, ahora a la defensiva. —Toma algo de tiempo adquirir el acceso medico que William tiene acá. Tiene todas las cosas que necesita para tratar a Britt, y las credenciales para obtener más. Esa es una de las razones por las que quieren ir de caza. William piensa que van a necesitar más sangre para Britt pronto. Ella ha usado casi toda las reservas de O+ que tenían reservadas para ella. El no le gusta agotar las reservas. El va a comparar algo más. Sabias que puedes comprar sangre? Si eres doctor.

No estaba ahora listo para ser lógico.

—Aún parece estupido. Pueden llevar bastante con ellos, verdad? Y robar la que necesiten a donde quiera que vayan. A quién le importa la basura legal cuando eres un no muerto.
—Santana no quiere tomar ningún riesgo moviéndola.
—Britt esta mejor de lo que estaba.
—Es verdad — acepto Joe. En su cabeza, estaba comparando mis recuerdos de Britt entubada con la ultima vez que la habia visto cuando salía de la casa. Ella le sonrió a él y se agito. —Pero sabes, no se puede mover demasiado. Esa cosa esta pateando el infierno fuera de ella.

Me tragué el ácido estomacal en mi garganta.

—Sí, lo se.
—Rompió otra de sus costillas — me dijo melancólico.

Mi pata vacilo, y subí un paso antes de recuperar mi ritmo.

—William la trato de nuevo. Sólo otra grieta — dijo. —Luego Kitty dijo algo sobre como inclusive los bebes humanos han roto costillas. Santana la miro como si fuera a cortarle la cabeza.
—Que mal que no lo hizo.

Joe estaba ahora en estado de completo reporte sabiendo que todo era vitalmente interesante, a pesar de que no había pedido escucharlo.

—Britt ha tenido algo de fiebre hoy. Solo un grado bajo suda y luego escalofríos. William no esta seguro que hacer con eso solo parece estar enferma. Su sistema inmune no puede estar en su mejor estado ahora mismo.
—Sí, estoy seguro es sólo una coincidencia.
—A pesar de todo, ella esta de buen humor. Estuvo hablando con Charlie, riendo y todo
—Charlie! Qué? A qué te refieres, ella estaba hablando con Charlie?

Joe tartamudeo mi furia lo había sorprendido.

—Supongo que llama todos los días para hablar con ella. A veces su mamá llama también. Britt sonaba mucho mejor ahora, le estaba asegurando que se estaba recuperando
—Recuperando? Qué demonios están pensando! Aumentar las esperanzas de Charlie sólo para destruirlo peor cuando ella muera. Pensé que lo estaban alistando para eso! Lo estaban preparando! Para qué lo esta esperanzando así?
—Tal vez no muera, pensó calmadamente Joe

Respire profundo, tratando de calmarme.

—Joe, inclusive si ella lo logra, no lo hará como humana. Ella sabe eso y también el resto de ellos. Si no muere, va a tener que hacer una convincente personificación de un cadáver, muchacho. Eso o desaparecer. Pensé que estaban intentando hacérselo más fácil a Charlie. Por qué…
—Creo que es idea de Britt. —Nadie dijo nada, pero la cara de Santana parecía pensar eso mismo que pensabas.
—En la misma sintonía con la chupa sangre otra vez.

Corrimos en silencio por pocos minutos. Empecé a recorrer una nueva línea, probando al sur.

—No te alejes mucho.
—Por qué?
—Britt me pidió que te pidiera que pasaras por ahí.

Mis dientes se cerraron juntos.

—Rachel también te quiere. Dice que esta cansada de merodear por el ático como un murciélago en campanario. —Joe lanzo una risa. —Estaba cambiando antes con Santana. Tratando de mantener la temperatura de Britt estable. Calor a frío, como se necesita. Supongo, que si no hacerlo, podría regresar
—No, yo iré. —Dije.
—Okay —Joe no quiso hacer más comentarios. Se concentro muy fuerte en el bosque vacío.

Mantuve mi curso por el sur, buscando por cualquier cosa nueva. Me di la vuelta cuando vi los primero signos de habitantes. Aún no cerca del pueblo, pero no quería rumores de lobos otra vez. Hemos estado bien e invisibles por un largo periodo.

Pase a través del perímetro en mi camino de vuelta, hacía la casa. Por mucho que supiera que era algo estupido de hacer, no podía detenerme.

—Debo ser algún tipo masoquista.
—No hay nada mal contigo, Sam. Esta no es la situación más normal.
—Cállate, por favor, Joe.
—Callándome.

No vacilé esta vez en la puerta; solo pase como si fuera dueño del lugar. Me imagine que molestaría a Kitty, pero fue un esfuerzo perdido. Ni ella o Britt estaban a la vista. Mire desesperadamente alrededor, deseando que las hubiera perdido en alguna parte, mi corazón apretando contra mis costillas en una rara e inconfortable forma.

—Ella esta bien — susurro Santana. —O, igual debería decir

Santana estaba en el sofa con su rostro entre las manos; no había levantado su cara para hablar. Emma estaba a su lado, sus brazos alrededor de los hombros de ella.

—hola, Sam — ella dijo. —Me complace que regresaras.
—A mi también — dijo Rachel con un profundo suspiro. Venía bajando las escaleras, haciendo una cara como si yo estuviera tarde para una cita
—Uh, oye — Dije. Se sentía raro tratando de ser educado. —Dónde esta Britt?
—Baño — Me dijo Rachel. —Más que todo una dieta de fluidos, ya sabes, además, todo el asunto que el embarazo te hace, escuche.
—Ah.

Me pare ahí incómodamente, balanceándome sobre mis tobillos.

—Oh, maravilloso —Se quejo Kitty. Gire mi cabeza y la vi viniendo de un corredor medio escondido entre la escalera. Tenía sujetada gentilmente a Britt en sus brazos, un duro desprecio de su cara hacía mí. —Sabía que olía asqueroso.

Y justo como antes, el rostro de Britt se ilumino como un niño en la mañana de navidad. Como si le hubiera traído el mejor regalo.

Era tan injusto.

—Sam — Respiro. —Viniste
—Hola, Britt.

Emma y Santana se levantaron. Mire cuidadosamente a Kitty llevar a Britt al sofá. Mire como a pesar de eso, Britt se puso blanca y mantuvo la respiración como si estuviera lista a no hacer ningún ruido no importa cuanto doliera.

Santana paso su mano a través de su frente y luego de su cuello, trato de hacerlo parecer como si solo estaba haciendo su pelo atrás, pero me pareció como el examen de un doctor.

—Estas fría? — Le murmuro.
—Estoy bien.
—Britt, sabes lo que te dijo William — dijo Kitty.
—No juegues con nada. No nos ayuda a tenerles cuidado a ambos.
—Okay, tengo algo de frío. Santy, puedes pasarme esa frazada.

Gire mis ojos.

—No es esa la razón de que yo este aquí.
—Acabas de llegar — dijo Britt. —Después de correr todo el día, estoy segura. Descansa un minuto, probablemente me caliente en un instante.

La ignoré, fui a sentarme en el piso al lado del sofa mientras aún me decía qué hacer. A ese punto, no estaba seguro cómo… lucía tan frágil, y tenía miedo de moverla, inclusive de ponerla alrededor de mis brazos. Así que me acerque cuidadosamente puse mi brazo contra el de ella, tocando su mano. Luego puse mi otra mano contra la cara de ella. Era tan difícil saber si se sentía más débil de lo normal.

—Gracias, Sam — dijo, y la sentí temblar de nuevo.
—Sí — le dije.

Santana se sentó en el brazo del sofá cerca de los pies de Britt, sus ojos siempre en su rostro.

Era muy difícil esperar, que con los supero idos a mi alrededor, que nadie se diera cuenta del rugir de mi estomago.

—Kitty, por qué no le traes algo a Sam de la cocina — Dijo Rachel. Ahora invisible, sentada calladamente detrás del espaldar del sofá.

Kitty miro al lugar donde había salido la voz de Rachel sin creerlo.

—Gracias, de todos modos, Rachel, pero no creo que quiera comer algo que la rubia escupa. Estoy seguro que mi sistema no tomaría muy gentilmente el veneno.
—Kitty jamás avergonzaría a Emma mostrando tanta falta de hospitalidad.
—Por supuesto que no — dijo la rubia en una voz dulce que inmediatamente desconfié. Se levanto y salió de la habitación.

Miró Santana.

—Me dirás si lo envenena, verdad? — Pregunté.
—Sí — prometió Santana.

Y por alguna razón le creí.

Había un montón de sonido de la cocina y extrañamente el sonido del metal protestando cuando se abusaba. Santana miro otra vez, pero sonrió sólo un poco, también. Luego regreso Kitty antes de que pudiera pensar más de eso. Con una sonrisa boba, puso un plato metálico a mi lado.

—Disfruta, mestizo.

Había sido una vez un gran recipiente de mezclar, pero ella lo había doblado hasta tener la forma casi exacta de un plato para perros. Tenía que estar impresionado con su rapida destreza. Y su atención al detalle. Había rasgado la palabra Fido al lado. Excelente caligrafía.

Porque la comida parecía bastante buena, filete, nada menos, y una papa asada con todo los detalles

—Gracias, rubia.

Ella resoplo.

—Oye, sabes como se le dice a una rubia con cerebro? — Pregunte, y luego con el mismo aliento —un Golden retriever.
—También escuche ese — dijo, sin sonreir.
—Seguire intentando — lo prometo y luego continue.

Hizo una cara de fastidio y volteo los ojos. Luego se sentó en una de las sillas y empezó a cambiar canales en el televisor grande tan rápido que no había forma que ella estuviera buscando algo que ver.

La comida estaba bien, a pesar del hedor a vampiro en el aire. Me estaba acostumbrando en verdad a eso. Mm. No algo que estuviese deseando exactamente.

Cuando terminé estaba considerando lamer el plato, sólo para dar algo de quejar a Kitty. Sentí los dedos frios de Britt sobre mi pelo. Lo jalo hacia mi nuca.

—Hora de un corte, ah?
—Te estas poniendo un poco lanudo — dijo. —Tal vez…
—Déjame adivinar, alguien acá solía cortar pelo en un salón en París.

Ella murmuro

—Probablemente.
—No gracias — dije antes de que ella pudiera ofrecer en verdad. —Estoy bien por unas semanas más.

Lo cual me hizo recordar cuán largo iba a durar ella. Trate de pensar en una forma educada de preguntarle.

—Entonces…Mm…cuál es la fecha? Ya sabes, del nacimiento del pequeño monstruo.

Jalo la parte de atrás de mi cabeza con casi la misma fuerza para sacar plumas, pero no respondió.

—Es en serio — Le dije. —Quiero saber cuánto estaré acá. —Cuánto ibas a estar acá, agregue en mi cabeza. Voltee para mirarla. Sus ojos estaban pensativos, la línea de estrés estaba entre sus cejas otra vez.
—No lo se — murmuró. —No exactamente. Obviamente, no vamos con el modelo de nueve meses acá y no podemos hacer un ultrasonido, así que William esta estimando por cuán grande estoy. La gente normal se supone que debe ser de 40cm acá —paso sus dedos justo sobre el bulbo de su estomago —Cuando el bebe crece completamente. Un centímetro por cada semana. Tenia 30 esta mañana y he ganado casi 2cm por día, a veces más…

Dos meses por día, los días volaban. Su vida acelerando al máximo. Cuántos días eso le daba, si ella estaba contando sobre 40, cuatro? Me tomo un minuto mirar como digerirlo.

—Estas bien? — Pregunto ella.

Cabecee, inseguro de cómo sonaría mi voz.

La mirada de Santana se alejo de nosotros al escuchar mis pensamientos, pero yo pude ver su reflejo en la pared de vidrio. Era la mujer que se quemaba viva de nuevo.

Era divertido como teniendo un plazo establecido se hacia mas dificil pensar en su partida, o en dejar que se vaya. Estaba contento de que Joe me hubiera informado, por lo que sabia que se quedarian aqui. Seria insoportable, preguntarse si ellos estaban a punto de irse, para llevarse uno o dos o tres de esos cuatro dias. Mis cuatro dias.

Tambien era gracioso como, aun sabiendo que se estaba acabando, el dominio que ella tenia en mi solo lo hacia mas dificil de terminar. Casi como si estuviera relacionado a su expandido vientre mientras su tamaño aumentaba, ella ganaba fuerza gravitacional.

Por un minuto trate de mirarla desde la distancia, para separarme de la fuerza de atraccion. Sabia que no era mi imaginacion el hecho de que mi necesidad por ella era mas fuerte que nunca. ¿Por qué era eso? ¿Porque se estaba muriendo? ¿O porque incluso sabiendo que no moriria en el mejor de los casos ella se volveria algo mas que yo no conocia o entenderia?

Recorrio mi pomulo con su dedo, y mi piel estaba humeda adonde ella tocara.

—Esto va a estar bien — dijo en una especie de canturreo. No importaba que las palabras no significaran nada. Ella lo dijo de la forma en la que la gente cantaba esas canciones infantiles sin sentido a los niños.
— Claro —refunfuñe. Ella giro contra mi brazo, descansando su cabeza sobre mi hombro.
—No pense que vendrias, Joe dijo que lo harias, y tambien Santy, pero no les crei.
—¿Por que no? — pregunte bruscamente
—Tu no eres feliz aqui. Pero viniste igual.
—Tu me quieres aqui.
—Lo se. Pero no deberias haber venido, porque no es justo querer que estes aqui. Yo habria entendio.

Estuvimos callados por un minuto. El rostro de Santana volvio a su lugar. Ella miro a la tv mientras Kitty iba cambiando los canales rapidamente. Ella estaba por el seiscientos. Me pregunte cuanto tiempo le tomaria volver al comienzo.

—Gracias por venir —Susurro Britt
—Puedo preguntarte algo? —Pedi
—Por supuesto

Santana no miraba como si estuviera prestandonos atencion a nosotros, pero ella sabia lo que iba a preguntar, asi que no me engaño.

—¿Por qué me quieres aqui? Joe podria mantenerte caliente, y seria mas facil para el estar cerca, ese feliz pequeño vandalo. Pero cuando yo entro por la puerta, tu sonries como si yo fuera tu persona favorita en el mundo.
—Tu eres una de esas personas.
—Eso apesta, tu lo sabes.
—Seh — suspiro —Perdon.
—¿Por que? No me respondiste eso.

Santana estaba mirando a la lejania otra vez, como si estuviera mirando por la ventana. Su rostro era blanco en el reflejo.

—Me siento... Completa cuando estas aqui, Sam. Como si toda mi familia estuviera junta. Quiero decir, supongo que es como si lo fueran....Yo nunca tuve una familia grande antes. Es lindo. — Ella sonrio por medio segundo — Pero no esta completa cuando no estas.
—Yo nunca sere parte de tu familia, Britt.

Podria haber sido. Hubiera sido bueno pertenecer ahi. Pero eso era solo un futuro distante que murio mucho antes de tener una chance de vivir.

—Siempre seras una parte de mi familia — dijo en desacuerdo. Mis dientes hicieron un sonido rechinante.
—Esa respuesta es basura.
—¿Que es una buena respuesta?
—¿Que tal "Sam, dare una patada para sacarte el dolor"? —La senti estremecerse.
—¿Te gustaria esto mejor? — susurro — Es mas facil, por lo menos. Puedo envolver mi cabeza con eso. Puedo lidiar con eso.

Mira de vuelta hacia abajo, a su cara tan cerca de la mia. Sus ojos estaban cerrados y ella estaba frunciendo el ceño.

—Nos salimos de la pista, Sam. Fuera de balance. Se supone que tu eres una parte de mi vida...Puedo sentir eso, asi que tu tambien. - Ella paro un segundo sin abrir los ojos. Como si estuviera esperando que yo lo negara. Como no dije nada, ella continuo.
—Pero no como esto. Hicimos algo mal. No. Yo lo hice. Hice algo mal y nos salimos de la pista...

Su voz se calmo, y el ceño sobre su cara relajada hasta que solamente solo se fruncian un poco las esquinas de sus labios. Espere para que vertiera un poco mas de jugo de limon en mis cortes de papel, pero entonces un ronquido suave salio de su garganta.

—Ella esta agotada —murmuro Santana — Fue un largo dia. Un dia dificil. Pense que se dormiria temprano, pero ella esperaba por ti.

No la mire.

—Joe dijo que se rompio otra costilla.
—Si. Se esta haciendo mas dificil para ella el respirar.
—Grandioso.
—Dejame saber cuando ella este caliente de nuevo.
—Seh.

Ella todavia tenia carne de gallina en el brazo que no tocaba el mio. Yo apenas habia levantado mi cabeza para buscar una manta cuando Santana agarro una del brazo del sofa y la arrojo de tal modo que quedara colocada sobre Britt. Ocasionalmente, la cosa de la telepatia ahorraba tiempo. Por ejemplo, tal vez yo no tendria que hacer una gran produccion sobre la acusacion de lo que pasaba con Charlie. Aquel desastre. Santana solo tendria que oir cuan furioso...-
—Si - estuvo de acuerdo - No es una buena idea.
—¿Entonces por qué? ¿Por qué Britt le dice a su padre que esta recuperandose cuando eso solo podria hacerlo solo mas miserable?
—Ella no puede soportar su ansiedad.
—Entonces es mejor...
—No. No es mejor. Pero no voy a obligarla a hacer nada que la haga infeliz ahora. Pase lo que pase, esto la hace sentir mejor. Tratare con el resto despues.

Eso no sono bien. Britt no dejaria el dolor de Charlie para otro dia, por alguno mas para enfrentar. Aun muriendo. Esa no era ella. Si yo conocia a Britt, ella tenia que tener algun otro plan.

—Esta muy segura de que va a sobrevivir. - Dijo Santana.
—No como humana - proteste.
—No, no como humana. Pero espera ver a Charlie de nuevo algun dia.

Oh, esto solo se ponia mejor y mejor.

—Ya veo. Charlie. - Finalmente la mire —Despues. Ver a Charlie cuando sea de un blanco brillante con los ojos rojos. No soy una sanguijuela, asi que tal vez me este perdiendo algo, pero Charlie parece una extraña eleccion como primer almuerzo

Santana suspiro.

—Ella sabe que no sera capaz de estar cerca de el durante al menos un año. Piensa que puede resistirlo. Decirle a Charlie que tuvo que irse a un hospital especializado al otro lado del mundo. Mantenerse en contacto por llamadas telefonicas....
—Eso es insano.
—Si.
—Charlie no es estupido. Aunque ella no lo mate el va a notar una diferencia.
—Ella esta contando con eso.

Yo segui mirando fijamente, esperando por su explicacion.

—Ella no envejecera, por supuesto, asi que eso nos da un tiempo limitado, aun si Charlie aceptara cualquier excusa ella vendria con los cambios. - Santana sonrio apenas - ¿Recuerdas cuando tu trataste de decirla sobre tu transformacion? ¿Como hiciste que lo adivinara?

Mi mano libre se flexiono en un puño.
—¿Ella te lo dijo?
—Si. Ella estaba explicando su....idea. Veras, ella no tiene permiso de decirle a Carlie la verdad...Eso seria muy peligroso para el. Pero el es un hombre inteligente, practico. Britt piensa que el va a formar su propia explicacion. Asume que va a estar equivocado. - Santana resoplo - Despues de todo, apenas nos adherimos al canon vampirico. El asumira cosas equivocadas sobre nosotros, como hizo ella en el comienzo,e iremos con eso. Ella piensa que podra verlo...De vez en cuando.
—Insano - Repeti
—Si. - Acordo de nuevo.

Era debil de parte de ella dejarla hacer las cosas a su manera en esto, solamente para mantenerla feliz ahora. Esto no resultaria bien. Lo que me hizo pensar que ella probablemente no esperaba que Britt viviera para poner en practica su loco plan. Apaciguandola, de modo que ella pudiera ser feliz por un pequeño tiempo mas.

Como 4 dias mas.

—Yo tratare con lo que sea que venga - susurro, y bajo su cara, alejandola para que yo no pudiera siquiera ver su reflejo - No quiero causarle dolor ahora.
—¿Cuatro dias? - pregunté. Ella no levanto la mirada.
—Aproximadamente.
—¿Entonces que?
—¿Que quieres decir, exactamente?

Pense en lo que Britt habia dicho. Sobre la cosa envuelta agradablemente y apretujada en algo fuerte, algo como piel de vampiro. ¿Asi que como funcionaba eso? ¿Como saldria de ahi?

—De la poca investigacion que hemos podido hacer, las criaturas podrian usar sus dientes para escapar del vientre - susurro.

Hice una pausa para tragar la bilis.
—¿Investigacion? - Pregunte debilmente
—Es por eso que no has visto a Quinn y Puck por aqui. Eso es lo que William esta haciendo ahora. Tratando de descifrar historias antiguas y mitos, es cuanto podemos hacer con lo que tenemos, buscando algo que podria atudarnos a predecir el comportamiento de la criatura.
—¿Historias? Si hubiera mitos, entonces...
—¿Entonces esta cosa no es la primera de su clase? - Santana pregunto, previendo mi pregunta — Tal vez. Esta todo muy incompleto. Los mitos pueden ser facilmente productos del miedo y la imaginacion. Aunque... vacilo — sus mitos son ciertos, ¿No lo son? Tal vez estos lo sean, tambien. Parecen estar localizados, unidos...
—¿Como encontra...?
—No encontramos a una mujer en America del Sur. Ella habia sido criada con las tradiciones de su pueblo. Habia escuchado advertencias sobre tales criaturas, viejas historias que se fueron transmitiendo.
—¿Cuales eran las advertencias? - Susurre
—Que la criatuera debia morir inmediatamente. Antes que pudiera ganar demasiada fuerza.

Justo como Finn pensaba. ¿Tenia razon?

—Por supuesto, sus leyendas dicen lo mismo de nosotros. Que debemos ser destruidos. Que somos asesinos sin alma.

Dos por dos.

Santana lanzo una risa dura.

—¿Que dicen las historias sobre las... madres?

Agonia rasgante atraveso su rostro, y, como me estremeci de su dolor, supe que no me iba a dar una respuesta. Dude que ella pudiera hablar. Fue Kitty quien habia estado tan quieta desde que Britt cayo dormida que casi la olvido la que respondio. Hizo un ruido desdeñoso desde su garganta.

—Desde luego no hubo nunca sobrevivientes. - dijo. "No hubo nunca sobrevivientes", directa e indiferente — Dar a luz en el medio de un pantano infestado de enfermedades con un curandero untando perezosamente saliva en tu cara para liberar los malos espiritus nunca fue el metodo mas seguro. Hasta los nacimientos normales salian mal la mitad de las veces. Ninguno de ellos tuvieron lo que este bebe tiene... Cuidadores con una idea de lo que necesita, quienes tratan de satisfacer esas necesidades. Un doctor con un conocimiento reotalmente unico de la naturaleza vampirica. Un plan en marcha para recibir al bebe lo mas seguro posible. Veneno que puede reparar cualquier cosa que vaya mal. El bebe estara bien. Y todas esas otras madres habrian probablemente sobrevivido si huebieran tenido...Si es que existieron en primer lugar. Algo de lo que yo no estoy convencida - Inhalo desdeñosamente.

El bebe, el bebe. Como si eso fuera todo lo que importara. La vida de Britt era un detalle menor para ella...Facil de sacar volando. La cara de Santana era blanca como la nieve. Sus manos curvadas en garras. Totalmente indiferente y egoista, Kitty se retorcio en su silla de modo que su espalda le diera a la de Santana. Santana se inclino hacia delante, agachandose.

—Permiteme — sugeri.

Ella se pauso, enarcando una ceja.

Silenciosamente levante mi tazon de perro del piso. Entonces, con un movimiento rapido de mi muñeca, lo lanze a la cabeza de la rubia tan fuerte que con un golpe estridente reboto y rompio el pedazo redondo superior del poste en el pie de las escaleras. Britt se retorcio pero no se desperto.

—Rubia tonta - masculle

Kitty giro su cabeza lentamente, y sus ojos estaban ardiendo.

—Tu. Pusiste. Comida. En. Mi. Cabello.

Eso hice. Se lo tire encima. Me aleje de Britt de modo que no la sacudiera, riendome tanto que las lagrimas bajaban por mis mejillas. Desde atras del sofa, oi la risa tintineante de Rachel unirse. Me pregunte porque Kitty no entraba en accion. Lo esperaba de alguna manera. Me di cuenta de que mi risa habia despertado a Britt, aunque no lo hubiera hecho con el verdadero sonido.

—¿Que es tan gracioso? - mascullo
—Puse comida en su cabello -le dije, riendo con satisfaccion otra vez.
—No voy a olvidar esto, chucho. - siseo.
—No es dificil borrar memoria de una rubia - replique- Solo hay que soplar en su oreja.
—Consigue nuevos chistes - dijo bruscamente.
—Vamos, Sam. Deja a Kitty en… —Britt se quedo a mitad de la oracion y aspiro fuertemente. En el mismo segundo, Santana estaba inclinada sobre mi, rasgando la manta. Ella parecia tener convulsiones, su espalda arqueandose en el sofa.
—El solo esta - jadeo ella- estirando.

Sus labios estaban blancos, y tenia los dientes cerrados como si estuviera conteniendo un grito. Santana puso las manos a ambos lados de su cara.

—¿William? - Llamo en una tensa y baja voz.
—Aqui mismo - dijo el doctor. No lo habia oido entrar.
—Bien - dijo Britt, aun respirando con dificultad y superficialmente. —Piensa que se termino. Pobre niño no tiene bastante espacio, eso es todo. Se esta haciendo tan grande.

Era realmente dificil de entender, aquel tono de adoracion que ella usaba para describir la cosa que la rompia. Especialmente despues de la insensibilidad de Kitty. Me hacia desear tirarle algo a Britt, tambien. Ella no se dio cuenta de mi humor.

—Tu sabes, me recuerda a ti, Sam -dijo en un tono afectivo, aun jadeando.
—No me compares con esa cosa - Escupi a traves de mis dientes.
—Solo hablaba de tu estiron - dijo, pareciendo como si hubiera herido sus sentimientos. Bien. - Tu disparaste para arriba. Pude ver como te hacias mas alto a cada minuto. Él es asi, tambien. Creciendo tan rapido.

Mordi mi lengua para no decir lo que queria decir. Con tanta fuerza que senti el sabor de la sangre en mi boca. Por supuesto, esto se curaria antes de que pudiera tragar. Eso era lo que Britt necesitaba. Ser fuerte como yo, ser capaz de curarse...

Ella tomo una respiracion y luego se relajo en el sofa.

—Mmhh - William murmuro.Lo mire, y sus ojos estaban sobre mi.
—¿Que? - Demande

La cabeza de Santana apoyada a un costado como si reflejara lo que William estaba pensando.

—Tu sabes que yo me preguntaba sobre el los cromosomas del feto, Sam
—¿Y que?
—Bueno, tomando sus semejanzas en consideracion
—¿Sus semejanzas? - Gruñi, no apreciando el plural.
—El crecimiento acelerado, y el factor de que Rachel no puede ver a ninguno.

Senti mi cara volverse blanca. Me habia olvidado de eso.

—Bueno, me pregunto si eso significa que tenemos una respuesta. Si las semejanzas son profundas geneticamente.
—24 pares — Santana refunfuño bajo su aliento.
—No lo sabes.
—No. Pero es interesante especular. - dijo William con voz calmante.
—Si. Fascinante.

El ronquido ligero de Britt empezo de nuevo, acentuando mi sarcasmo amablemente.

Ellos empezaron, entonces una conversacion de genetica en la que las unicas palabras que yo entendia eran los "el" y las "y". Y mi propio nombre, desde luego. Rachel participo, comentando de vez en cuando con su voz de pajaro alegre. Incluso aunque ellos hablaran de mi, no trate de estender las conclusiones que ellos sacaban. Yo tenia otras cosas en mi mente, unos hechos que estaba tratando de reconciliar.

En primer lugar Britt dijo que la criatura estaba protegida por algo fuerte como la piel de un vampiro, algo que era impenetrable para los ultrasonidos, demasiado resistente para las agujas. En segundo Kitty había dicho que ellos tenian un plan para recibir a la criatura a salvo. En tercer lugar, Santana dijo que en mitos monstruos como este pueden masticar el camino para salir de sus madres.

Me estremeci.

Y esto me dio alguna clase enferma de sentido, porque en cuarto lugar, no muchas cosas cortan a traves de la piel de vampiro. Los dientes de la criatura mestiza de acuerdo a los mitos eran bastante fuertes. Mis dientes eran bastante fuertes.

Y los dientes de vampiro eran bastante fuertes.

Era dificil perderse lo obvio, pero de seguro yo deseaba hacerlo. Porque tuve una buena idea de como exactamente Kitty planeba sacar esa criatura "a salvo".

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Activo Re: FANFIC - BRITTANA - CREPUSCULO - AMANECER - CAPITULO 21 - TALENTOSA

Mensaje por 3:) Miér Feb 12, 2014 7:39 pm

me gusto,...
me reí con los chistes de san a kitty!!!!!
es raro pero me gusta como se llevan es muy divertido,...!!!!
a preparar todo para "salvar" a britt
3:)
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Activo Re: FANFIC - BRITTANA - CREPUSCULO - AMANECER - CAPITULO 21 - TALENTOSA

Mensaje por Melany Gleek Jue Feb 13, 2014 8:57 am

Siepre me cayó mal Sam en toda la hitoria y llegaba partes que Brittany me irritaba con su confesión. Santana se entregaba a ella y ella se confundía con el lobo ese feo igual espero que la salven haha Saludos:*
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Activo Re: FANFIC - BRITTANA - CREPUSCULO - AMANECER - CAPITULO 21 - TALENTOSA

Mensaje por dianna agron 16 Vie Feb 14, 2014 11:39 pm



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Demasiada información: Alerta

Me fui temprano, antes del amanecer. Me habia puesto algo inquieto dormir al lado del sofa. Santana me desperto cuando la cara de Britt sonrojada, ella tomo mi lugar para enfriarla. Me estire y decidi que habia descansado lo suficiente para hacer algo de trabajo

—Gracias — dijo Santana calladamente, viendo mis planes — si la ruta esta vacia, se iran hoy
—te hare saber

Se sentia bien volver a mi forma animal. Estaba tieso de estar quietamente sentado por tanto tiempo. Aumente mis zancadas, trabajando en mis retorceduras.

—Buenos Dias, Samuel – me saludo Marley
—Bien estas despierta. Hace cuanto que Joe ha estado afuera?
—No he salido todavía – penso Joe adormilado —Casi saliendo ya. Que necesitas?
—Piensas que puedes aguantar otra hora?
—Claro, no hay problema – Joe se fue de inmediato, moviendo su pelaje
—Vamos a hacer la larga carrera – le dije a Marley – Joe toma el perímetro
—Esta bien – Joe rompio en un leve empujoncito
—Detrás de otro vampiro errante – se quejo Marley
—Tienes un problema con eso?
—Claro que no, yo adoro mimar esas queridas sanguijuelas
—Bien, ahora veamos que tan rapido podemos correr
—Ok, definitivamente estoy dispuesta a eso!

Marley estaba en lejano borde oeste del perímetro. Mejor que estar cerca de la casa de los Cullen, ella siguió el circulo mientras corria alrededor para encontrarme. Yo corria directamente hacia el este, sabiendo que aunque tenia la ventaja, ella me pasaria tan rapido si me lo tomaba despacio incluso si fuera por un segundo.

—Nariz en el suelo, Marley, esto no es una carrera; es una misión de reconocimiento
—Puedo hacer ambos y aun patearte el trasero
—Le di esa, lo sabia.

Ella rio

Tomamos un sendero atravez de las montañas del este. Era una ruta familiar. Nosotros corriamos estas montañas cuando los vampiros se habian ido hace un año, haciendolo parte de nuestra ruta de patrulla para proteger mejor a las personas de aquí. Después nos retiramos cuando los Cullen volvieron. Este es su territorio de acuerdo al trato.

Pero ese hecho seguramente no significaria nada para Finn ahora. El trato estaba roto. La pregunta ahora era que tan delgado estaba el dispuesto a desplazar su fuerza. Estaba esperando a desviar a los Cullen para atacar furtivamente en sus tierras o no? Habia David hablado la verdad o se habia aprovechado del silencio entre nosotros?

Nos adentramos mas y mas en las montañas, sin encontrar ninguna pista del grupo. Pequeñas pistas de vampiros estaban por todos lados, pero los olores eran familiares ahora. Estaba respirandolos todo el dia

Encontre algo fuerte, alguna reciente concentración de uno de los rastros particulares todos iban y venian excepto por Santana. Alguna razon por reunirse aquí debio ser olvidada cuando Santana trajo a su agonizante esposa embarazada a casa. Rechine mis dientes. Sea lo que sea no tiene nada que ver conmigo.

Marley no se esforzo por pasarme, aunque pudo haberlo hecho. Ahora estaba poniendo mas atención a cada nuevo olor que a la competencia de velocidad. Ella siguió a mi lado derecho, corriendo conmigo mas que corriendo contra mi.

—Nos estamos alejando bastante – ella comento
—Si, si Finn estuviera cazando, nos hubieramos cruzado en su camino por ahora tiene mas sentido para el de quedarse en la Push – penso Marley – El sabe que le estamos dando a los chupasangre 3 pares extra de piernas y ojos. El no va a ser capaz de sorprenderlos

Esto fue solo una precaucion realmente

—No querriamos que nuestros queridos parasitos tuvieran que tomar oportunidades innecesarias
—No – asenti ignorando el sarcasmo
—Has cambiado mucho, Sam habla de tu giro de 180 grados
—Tu tampoco eres la misma Marley que siempre he conocido y amado
—Cierto. Acaso soy menos molestia que Brody ahora?
—Sorprendentemente si
—Ah dulce éxito
—Felicidades

Corrimos en silencio otra vez. Probablemente era tiempo de que regresáramos pero ninguno de los dos queríamos. Se sentia bien correr asi. Estariamos mirando al circulo del sendero por mucho tiempo. Se sentia bien estirar nuestros musculos y tomar el escabroso terreno, no teniamos mucha prisa, asi que pense que podriamos cazar durante nuestro camino de regreso. Marley estaba muy hambrienta

—Yum,yum – ella penso amargamente
—Esta todo en tu cabeza – le dije – Es la manera en que los lobos comen, es natural. Sabe bien. Si no lo pensaras desde la perspectiva humana
—Olvida el comentario de animo, Sam. Cazare. No me tiene que gustar
—Claro, claro- asenti fácilmente, no era mi asunto si ella queria hacer las cosas mas difíciles para ella misma

Ella no añadio nada por unos minutos. Empece a pensar en volver.

—Gracias- dijo Marley en un tono completamente diferente
—Por?
—Por dejarme ser, por dejarme quedarme. Has sido mucho mas amable de lo que tenia derecho a esperar, Sam.
—Er, no hay problema. De hecho, lo digo en serio. No me molesta tenerte aquí como pense que lo haria.

Ella bufo, pero era un sonido jugueton.

—Que gran recomendación
—No dejes que se te suba a la cabeza
—Ok, si no dejas que esto se te suba a la tuya

Ella se detuvo por un segundo

—creo que harias un buen Alfa. No en la misma manera de Finn, pero en tu propia manera. Vale la pena seguirte Sam

Mi mente se puso en blanco de la sorpresa. Me tomo un segundo recuperarme lo suficiente para responder

—Er, gracias,no estoy completamente seguro que podre evitar que se me suba a la cabeza. De donde vino eso?

Ella no respondio inmediatamente, segui la muda direccion de sus pensamientos. Ella estaba pensando en el futuro sobre lo que le dije a David la otra mañana. Sobre como el tiempo se acabaria pronto, entonces tendria que volver al bosque. Sobre como prometi que ella y Joe volverían a la manada cuando los Cullen se marcharan…

—Quiero quedarme contigo — ella me dijo

El golpe de shock pasó por mis piernas, cerrando mis conyuturas. Ella me paso velozmente y después freno. Despacio ella camino hacia donde yo me habia congelado

—No sere una molestia, lo juro, no te seguire. Puedes irte adonde quieras y yo ire adonde yo quiera. Solo tendras que soportarme cuando ambos seamos lobos. Ella caminaba adelante y atrás mio, moviendo su gran cola gris nerviosamente. Y como estoy planeando renunciar tan pronto como pueda manejarlo… Talvez no sea tan seguido.

No sabia que decir

—Soy mas feliz ahora, como parte de tu manada, de lo que he estado en años.
—Yo tambien me quiero quedar – Joe penso calladamente. No me habia dado cuenta de que el habia estado poniendo tanta atención a nosotros mientras el corria el perímetro. —Me gusta esta manada
—Oigan! Esto no va a ser una manada por mucho tiempo. Trate de organizar mis pensamientos para que pudiera convencerlo. Tenemos un proposito ahora, pero cuando…después de que eso termine. Solo sere un lobo. Joe necesitas un proposito. Eres un buen chico. Tú eres el tipo de persona que siempre tiene una cruzada. Y no hay manera de que dejes La Push ahora. Te vas a graduar del colegio y a hacer algo con tu vida. Vas a cuidar de Sue. Mis problemas no deben alterar tu vida.
—Pero…
—Sam tiene razon – apoyo Marley
—Estas de acuerdo conmigo?
—Claro, pero nada de esto se me aplica a mi. Yo estaba de salida de todos modos. Tomare un trabajo en algun lugar lejos de La Push. Talvez tomare unos cursos en un instituto. Tomar Yoga y meditacion para trabajar en mis problemas de temperamento…Y ser parte de esta manada por el bien mental de Sam, puedes ver como eso tiene sentido, verdad? Yo no te molestare, tu no me molestaras, todo el mundo es feliz

Me di la vuelta y empece a moverme hacia el oeste

—Esto es un poco mas de lo que esperaba Marley, dejame pensarlo, de acuerdo?
—Claro tomate tu tiempo

Nos tomo más tiempo el camino de regreso. No estaba tratando de acelerar. Solo estaba concentrandome lo suficiente como para no pegar contra un arbol. Joe estaba quejandose un poco, pero fui capaz de ignorarlo. El sabia que tenia razon. El no iba a abandonar a su madre. El volveria a La Push y proteger la tribu como deberia

Pero no veia a Marley haciendo eso y era simplemente aterrador

Una manada de nosotros dos? No importaba la distancia fisica, no podia imaginarme la…intimidad de la situación. Me pregunte si ella realmente lo analizo o si estaba desesperada por quedar libre.

Marley no dijo nada mientras digería eso. Era como si ella estuviera tratando de probar que tan facil seria esto si fueramos solo nosotros.

Nos encontramos una manada de venados cola negra, justo cuando el sol salia, iluminando las nubes detrás de nosotros. Marley suspiro internamente pero no dudo. Su embestida fue limpia y eficiente incluso con gracia. Ella tomo el mas grande, el macho, incluso antes de que el animal entendiera completamente el peligro.

Para no terminar ahí, yo embesti contra el otro venado mas grande, torciendo su cuello entre mis mandibulas rapidamente, para que ella no sintiera un dolor innecesario. Podia sentir el desagrado de Marley peleando contra su hambre, y trate de hacerlo mas facil para ella dejando que el lobo en mi se apoderara de mi cabeza. Yo habia vivido completamente un lobo por bastante tiempo que sabia como ser un animal completamente, ver su forma, pensar en su forma. Deje que los instintos practicos se apoderaran de mi, dejandola a ella sentir lo mismo. Ella dudo por un segundo, pero entonces tentativamente, ella parecio alcanzar con su mente y tratar de verlo desde mi manera. Se sentia muy extraño, nuestras mentes eran mas cercanas de lo que jamas habian estado. Por que ambos estabamos tratando de pensar juntos.

Extraño, pero la ayudo. Sus dientes cortaron atravez del pelaje y la piel del hombro de su presa, arrancando un gran trozo de carne. En vez de alejarse con sus pensamientos humanos querian, ella dejo que su forma lobuna actuara instintivamente. Era un tipo de adormecimiento, una accion sin pensar. La dejo comer en paz.

Era facil para mi hacer lo mismo. Y estaba feliz de que no habia olvidado como hacerlo. Pronto, esta seria mi vida de nuevo.

Seria Marley una parte de esa vida? Una semana atrás, encontraria esa idea mas alla de aterradora. No hubiera sido capaz de soportarlo. Pero ahora la conocia mejor, y alivio de un contante dolor, pero ella no era la misma loba, no era la misma chica.

Cominos juntos hasta que los dos estabamos llenos

—Gracias – ella me dijo mientras limpiaba su hocico y sus patas contra el humedo césped. No me molestaba, habia empezado a lloviznar y teniamos que nadar el rio otra vez en nuestro camino de regreso. Me limpiaria lo suficiente. —Eso no estuvo tan mal pensandolo en tu manera
—De nada

Joe estaba arrastrandose, cuando llegamos al perímetro, le dije que durmiera un poco, Marley y yo nos hariamos cargo. La mente de Joe callo en la inconciencia unos segundos después.

—Te dirijiras de nuevo donde los chupasangres? — pregunto Marley
—Tal vez
—Es difícil para ti estar ahí, pero es difícil estar lejos tambien, Se como se siente
—Sabes Marley, talvez quieras pensar un poco en el futuro, sobre lo que realmente quieres hacer. Mi cebeza no va a ser el lugar mas feliz sobre la Tierra, y tendras que sufrirlo junto conmigo.

Ella penso sobre como responderme

—Wow, esto va a sonar mal. Pero, honestamente, seria mas facil lidiar con tu dolor que enfrentar el mio.
—Esta bien
—Se que va a ser malo para ti Sam, entiendo eso, tal vez mejor de lo que piensas, No me gusta ella pero…ella es tu Finn, Ella es todo lo que tu quieres, y todo lo que no puedes tener.

No podia responder

—Se que es peor para ti. Al menos Finn es feliz, al menos el esta con vida y está bien. Lo amo lo suficiente que quiero eso. Quiero que el tenga lo mejor. Ella suspiro. No quiero quedarme para verlo
—Tenemos que hablar de esto?
—Creo que si. Por que quiero que sepas que no hare esto peor para ti. Maldición incluso talvez te ayude, No naci como una incompasiva musaraña. Yo solia ser algo amable, sabes?

Mi memoria no va tan lejos.

Ambos reimos al mismo tiempo

—Lamento esto Sam, lamento que estes sufriendo. Lamento que se esta poniendo peor y no mejor.
—Gracias Marley

Ella penso sobre las cosas que eran peor, las imágenes negras en mi cabeza, mientras trataba de callarlas sin mucho éxito. Ella era capaz de mirarlas con algo de distancia, alguna perspectiva, y tenia que admitir que esto ayudaba. Podria imaginar que talvez seria capaz de verlo de esa manera tambien, en unos años.

Ella vio el lado gracioso de las irritaciones diarias que venian de andar con vampiros, ella le gusto mi irritaciones con Kitty, riendo entre dientes internamente, e incluso corriendo atravez de unos cuantos chistes de rubias en su cabeza que yo talvez pueda utilizar. Pero cuando sus pensamientos se tornaron serios, demorando en la cara de Kitty de esa manera me confundia

—Sabes que es loco? Me pregunto
—Bueno, casi todo es loco ahora, pero a que te refieres?
—Esa rubia vampiro que odias tanto, comprendo totalmente su perspectiva

Por un segundo pense que ella estaba haciendo una broma que era de mal gusto, entonces comprendi que estaba siendo seria, la furia que salio de mi era difícil de controlar. Era bueno que nos habiamos esparcido para vigilar nuestro turno. Si ella hubiera estado en una distancia lo suficientemente cerca para moder…

—Espera! Dejame explicar!
—No quiero escucharlo, me voy
—Espera, espera! Ella rogo cuando trataba de calmarme lo suficiente para responder. Vamos, Sam!
—Marley esta realmente no es la mejor forma de convencerme que quiera pasar mas tiempo contigo en el futuro
—Si!, que mal reaccion. Ni siquiera sabes de lo que estoy hablando
—Asi, de que estas hablando?

Entonces ella de repende el dolor de Marley se intensifico mas que antes.

—Estoy hablando sobre ser un final geneticamente muerto, Sam —la orilla viciosoa de sus palabras me dejó andando con dificultad. No estaba esperando que mi ira triunfara
—No entiendo
—Tu lo entenderias, si no fueras justo como el resto de ellos, si mi “acciones femeninas” – ella penso las palabras con dificultad y sarcastico tono – no te auyentaran como cualquier otro estupido hombre, podrias poner atención a lo que todo esto significa
—Oh
—Si, ninguno de nosotros nos gustaba pensar sobre esas cosas con ella. Quien lo haria? — Claro recuerdo el panico de Marley ese primer mes después de que se unio a la manada y recuerdo haberse alejado de eso justo como todos los demas. Por que ella no podria estar embarazada, no amenos que hubiera algun tipo de extraña mierda religiosa. Ella no habia estado con nadie desde Finn. Entonces cuando las semanas fueron pasando y nada se volvio mas en nada, ella se habia dado cuenta de que su cuerpo no estaba siguiendo los patrones normales. El miedo…que era ella ahora? Habia su cuerpo cambiado por que se habia convertido en una mujer lobo? O se habia convertido ella en una mujer lobo por que su cuerpo andaba mal? La unica mujer lobo en la historia de siempre. Era por que ella no era una mujer como ella deberia ser?
—Ninguno de nosotros queria lidiar con esa depresion
—Obviamente, no era como que pudieramos compenetrar.
—Sabes, por que Finn piensa que nosotros nos imprimamos – ella penso mas calmada ahora
—Claro, para seguir con la linea
—Claro, para hacer un monton de nuevos pequeños hombres lobo. La superviviencia de la especie, geneticamente omisa. Tu eres elegido a ser la persona que da la mejor oportunidad para pasar los genes del lobo.

Espere para que ella me dijiera iba esto

—Si fuera algo buena para eso, Finn me hubiera elegido.

Su dolor era suficiente que yo rompi una zancada debajo.

—Pero no lo soy. Hay algo mal conmigo. No tengo la habilidad de pasar el gen, aparentemente, a pesar de mi herencia sanguinea. Asi que me he convertido en un fenómeno – una chica lobo – buena para nada mas. Soy un final genetico muerto. Y ambos lo sabemos.
—No lo sabemos – discuti con ella- esa es solo la teoria de Finn —la imprimacion pasa, pero no sabemos por que. Phill cree que es por algo mas
—Lo se, lo sé, el cree que tu imprimacion te hace un lobo mas fuerte. Por que tu y Sam son enormes monstruos, mas grandes que nuestros padres. Pero de todas maneras, aun no soy candidata, soy. Menopausica. Tengo veinte años y soy menopausia.
—Ugh, Yo no queria tener esta conversación. Tu no sabes eso Marley, es probablemente, la cosa de la congelación en tiempo. Cuando renuncies a tu lobo y empieces a envejecer de nuevo, estoy seguro que las cosas …ah…retomaran su curso
—Tal vez piense eso excepto que nadie se ha imprimado de mi, no considerando mi impresionante pedigree. Sabes — añadio consideradamente —si no estuvieras, Joe, probablemente seria el mejor para ser Alfa, por su sangre al menos. Por supuesto que nadie jamas me consideraria a mi…
—De verdad quieres imprimir, o ser imprimada o lo que sea – demande . —Que hay de malo en salir y enamorarte de una persona normal, Marley? La imprimacion es solo otra manera de que tus elecciones te sean arrebatadas
—Finn, David, Brody, Jake…a ellos no parece importarles
—Ninguno tiene mente por si mismos
—No quieres ser imprimado?
—Claro que no!
—Eso es por que ya estas enamorado de ella. Eso se ira, sabes, si te imprimas. No tendrias que lastimarte por ella nunca mas
—Quieres olvidar la manera que te sientes por Finn?

Ella delibero por un momento

—Creo que si

Yo suspire, Ella estaba en un lugar mas saludable que yo

—Pero volviendo a mi punto original, Sam, entiendo por que la vampiro rubia es tan fría, en un sentido figurativo. Ella esta concentrada, Ella tiene sus ojos puestos en el premio, no? Por que tu siempre quieres cada cosa que jamas podras tener.
—Tu actuarias como Kitty? Tu matarias a alguien por que lo que ella esta haciendo, asegurandote de que nadie interfiera con la muerte de Britt, harias eso para tener un bebe? Desde cuando eres tu a criadora?
—Solo quiero las opiniones que no tengo Sam, tal vez si hubiera algo malo conmigo, nunca lo he pensado
—Matarias por eso? –demande, no dejandola que se escapara de mi pregunta
—No es eso lo que ella esta haciendo, creo que es mas como que ella esta viviendo por preferencias. Y ….si Britt me pidiera no ayudarla con esto… - Ella hizo una pausa, considerando- Aunque, no pienso mucho de ella, probablemente haria lo mismo que la chupasangre.

Un gruñido salio entre mis dientes

—Por que, si fuera al revez, yo querria que Britt hiciera eso por mi. Y tambien asi Kitty. Ambas lo hariamos a su manera
—Ugh! Eres tan mala como ellos!
—Eso es la cosa graciosa sobre conocer que no puedes tener algo. Te desespera
—Y…ese es mi limite, justo ahí, esta conversación se acabo
—Bien

No era suficiente que ella aceptara a dejar la conversación, Queria una terminacion mas fuerte que esa

Estaba justo a una milla de donde habia dejado mis ropas, asi que volvi a mi forma humana y camine. No pense sobre nuestra conversación, por que no podia soportarlo. No seria capaz de verlo de esa manera, pero era mas difícil seguir haciendo eso cuando Marley, habia puesto sus pensamientos y emociones directamente en mi cabeza.

Si, no estaba corriendo con ella cuando esto habia terminado, Ella podria irse a ser miserable en La Push. Un pequeña orden del Alfa antes de que me fuera para siempre no mataria a nadie.

Era realmente temprano cuando llegue a la casa. Britt probablemente estaba dormida todavía. Me suponia meti mi cabeza adentro para ver que estaba pasando, darles la luz verde para que fueran a cazar y entonces encontrar un pedazo de césped lo suficientemente suave para dormir mientras era humano. No iba a transformarme hasta que Marley estuviera dormida

Pero habia un monton de murmullos dentro de la casa, asi que talvez Britt no estaba dormida. Y entonces oi el sonido de una maquina que venia desde el piso de arriba de nuevo los rayos X? Genial. Parecia que el dia cuatro de la cuenta habia empezado con un agitación.

Rachel abrio la puerta para mi antes de que pudiera entrar

Ella asintio

—Hola lobo
—Hola, enana, que esta pasando ahí arriba? —El gran salon estaba vacio todos los murmullos estaban en el segundo piso

Ella subio sus puntiagudos hombros pequeños

—Tal vez otro hueso roto — Ella trato de decir las palabras casualmente, pero podia ver el fuego dentras de sus ojos. Santana y yo no eramos los unicos que se quemaban por dentro por esto. Rachel adoraba a Britt tambien.
—Otra costilla? —Pregunte con voz ronca
—No. Pelvis esta vez

Era gracioso como seguia golpeandome, como cada cosa nueva fuera una sorpresa. Cuando iba a parar de estar sorprendido? Cada nuevo desastre parecia algo obvio en una version retrospectiva

Rachel estaba mirando a mis manos, mirandolas temblar

Entonces escuchamos a la voz de Kitty arriba

—Ves te lo dije, no lo oi romperse, necesitas revisarte las orejas, Santana

No hubo respuesta

Rachel hizo una mueca.

—Santy va a terminar descuartizando a Kitty en pequeños pedazos, yo creo. Estoy sorprendida que ella no vea eso. O tal vez piense que Puck sera capaz de detenerla
—Yo me encargo de Puck – me ofreci – Tu puedes ayudar a Santana en la parte de descuartizar.

Rachel medio sonrio

La procesion vino abajo, Santana tenia a Britt esta vez. Ella estaba agarrando su vaso de sangre en ambas manos, y su rostro estaba blanco. Podia ver que a pesar de que el compensaba por cada pequeño movimiento de su cuerpo para evitar moverla mas de lo que ella podia tolerar ella estaba lastimada.

—Sam – ella susurro, y sonrio a pesar del dolor

La mire, sin nada que decir

Santana puso a Britt con mucho cuidado en el sillon y se sento en el suelo por su cabeza. Me pregunte brevemente por que no la dejaban arriba y luego decidi que debia ser idea de Britt. Ella queria que las cosas fueran normales, evitar sentirse como en un hospital, y ella naturalmente, la estaba complaciendo.

William bajo despacio, el ultimo, su rostro se arrugaba de preocupación. Lo hacia verse lo suficientemente viejo para ser doctor.

—William —dije — Fuimos a mitad de camino a Seatle, no hay señal de la manada, pueden ir
—Gracias Sam. En un buen tiempo. Hay mucho que necesitamos. Sus ojos negros se dirijieron a la copa que Britt sostenia fuertemente
—Honestamente, creo que estas a salvo de tomar mas de 3. Estoy bastante seguro que Finn se esta concentrando en La Push.

William asintio en acuerdo. Me sorprendio su disposición a mi consejo.

—Si tu lo crees, Emma, Quinn y yo iremos. Después Rachel puede ir con Emmett y Rosa
—Ni creas –silbo Kitty —Puck puede ir con ustedes ahora
—Tu deberias cazar — dijo William con gentil voz.

Su tono no suavizo el de ella

—Yo cazare cuando ella lo haga — gruño, dirigiendo su cabeza hacia Santana y después se acomodo el cabello

William suspiro

Quinn y Puck bajaron las escaleras rapidamente, y Rachel se les union, por la puerta trasera de cristal en el mismo segundo

Emma se unio al lado de Rachel

William puso su mano en mi brazo. El toque helado no se sentia bien, pero no me aleje. Me mantuve quieto, mitad sorprendido y mitad por que no queria lastimar sus sentimientos

—Gracias —dijo de nuevo, entonces el salio por la puerta con los otros cuatro. Mis ojos los siguieron mientras ellos volaban sobre el terreno y desaparecieron antes de que yo tomara otro respiro. Su necesidad debia ser mas urgente de lo que me hubiera imaginado

No hubo sonido por un minuto, Podia sentir a alguien mirarme, y sabia quien era. Estaba planeando irme y dormir un rato, pero la oportunidad de arruinar la mañana de Kitty era demasiado buena para dejarla pasar.

Asi que me pasee por el respaldar de la silla junto a la que Kitty se habia sentado extendiendome para que mi cabeza estuviera inclinada hacia Britt, y mi pie izquiero cerca de la cara de Kitty

—Ew! Alguien mande el perro afuera – ella murmuro, arrugando su nariz
—Habias oido esta, sicopata como las celulas de una rubia mueren?

Ella no dijo nada

—Bueno? —Pregunte- sabes la respuesta? O no?

Ella miro directamente a la TV y me ignoro

—Ella lo ha oido? —Le pregunte a Santana

No habia humor en su cara tensa ella no movio sus ojos de Britt, pero dijo no

—Genial, asi que disfrutaras esto, chupa sangre, las celulas de una rubia mueren solas

Kitty no me miro.

—He matado cien veces mas seguido de lo que tu lo has hecho. Bestia repugnante, no olvides eso
—Algun dia, Reina de Belleza, te vas a cansar de amenazarme. Realmente estoy esperando eso
—Suficiente, Samuel – dijo Britt

Mire hacia abajo, y ella estaba frunciendome el ceño. Parecia que el buen humor de ayer se habia ido.

Bueno, no queria molestarla.

—Quieres que me vaya? — ofreci

Antes de que pudiera esperar o temer que ella finalmente se hubiera cansado de mi, ella parpadeo y la arruga de su cara desaparecio. Ella parecia compoletamente sorprendida que hubiera llegado a esa conclusión

—No!, claro que no!

Yo suspire, y escuche a Santana suspirar calladamente tambien, Sabia que ella deseaba que Britt me superara tambien. Que mal que ella jamas le pediria que Britt hiciera algo que la hiciera infeliz.

—Te ves cansado – comento Britt
—Exhausto – Admiti
—Me gustaria dejarte muerto – murmuro Kitty, demasiado bajo para que Britt escuchara

Me hundi mas profundo en la silla, poniendome comodo, mis desnudos pies estaban balanceandose cerca de Kitty por una revancha. Senti el viento cuando Kitty, volo hacia las escaleras para traer mas sangre, estaba realmente callado. Supuse que mejor podria tomarme una siesta.

Y entonces Santana dijo

—Dijiste algo? —En un tono desconcertado. Extraño. Por que nadie habia dicho nada, y por que Santana escuchaba tan bien como yo. Ella deberia saber eso

El estaba mirando a Britt, y ella a Santana. Ambas lucian confusas.

—Yo? – pregunto ella después de un segundo- no dije nada

Ella se movio en sus rodillas, inclinandose hacia Britt, pero su expresión se volvio, de pronto intensa en una manera muy diferente. Sus ojos negros se concentraron en el rostro de ella

—Que es lo que estas pensando ahora mismo?

Ella la miro en blanco.

—Nada, que pasa?
—Que estabas pensando hace un minuto? —Santana pregunto
—Solo…la isla Emma y plumas.

Sonaba como un completo disparate para mi, pero entonces ella se sonrojo y supe que era mejor para mi no saber.

—Di algo mas – el susurro
—Como que? Santy, que pasa?

Su cara cambio otra vez, entonces ella hizo algo que hizo que me quedara con la boca abierta. Oi un carraspeo destras de mi y supe que Kitty estaba de vuelta, estaba tan pasmada como yo

Santana, muy suavemente puso sus manos contra su enorme y redondo estomago

—La…- trago saliva – Eso…el bebe le gusta el sonido de tu voz.

Hubo otro corto periodo de silencio total. No podia mover un músculo, ni siquiera parpadear. Entonces

—Santo Dios!, puedes oirlo! – Grito Britt, en el siguiente segundo ella respingo

La mano de Santana se movio a la parte de arriba de la panza de Britt y gentilmente la acaricio en el lugar donde debio haberla pateado

—Shh – el murmuro – Asustaste a esa cosa…él.

Los ojos de Britt se ensancharon y se llenaron de dicha, Ella toco la parte de su estomago

—Lo siento, bebe

Santana estaba escuchando concentrada, su cabeza se inclino hacia el bulbo

—Que es lo que el esta pensando ahora? – demando ella con ansias
—Eso..el o ella, esta… -pauso y miro en sus ojos. Sus ojos estaban llenos con una similar admiración – solo que los suyos demostraban mas cuidado y resentimiento- El esta feliz, dijo Santana con una voz incredula.

Atrapo un respiro, y era imposible no ver el fantástico rayo en sus ojos. La adoración y la devocion. Grandes lagrimas inundaban sus ojos y corrian en silencio bajo su cara y sobre sus sonrientes labios.

Mientras el la mirada, su rostro no dibujaba miedo ni enojo, ni otra de sus otras expresiones que el habia usado desde su regreso. Estaba maravillado con ella.

—Por supuesto que eres feliz, bebe bonito, claro que lo eres — Britt canturreo, acariciando su estomado, mientras las lagrimas limpiaban su rostro. —Como no podrias serlo, tan seguro y caliente y amado? Te amo demasiado, pequeño ST, claro que eres feliz
—Como lo llamaste? —Santana pregunto curiosa

Ella se sonrojo de nuevo

—Le quise poner un nombre, pero no crei que tu querrias…bueno tu sabes.
—ST?
—Hmmm…
—Que?
—A el tambien le gusta mi voz
—Claro que le gusta — El tono de ella era casi arrogante ahora – tienes la voz mas hermosa del universo, a quien no le gustaria?
—Tienes un plan de refuerzo? —Pregunto Kitty, inclinandose sobre la parte de atrás del sofa con la misma mirada de pregunta arrogante en su rostro como en la de Britt. – Que tal si él es ella?

Britt se limpio con su mano debajo de sus ojos humedos.

—He pensado unas cuantas cosas…Valerie, fue una de las canciones que escuchaba cuando pensaba en Santy…puede ser tonto, pero...
—No, me agrada – Kitty le aseguro. Sus cabezas estaban juntas, oro y caoba. –Es hermoso y unico, asi que encaja
—Todavía pienso que es un ST

Santana estaba mirando hacia un lugar vacio, si cara esta inexpresiva mientras escuchaba

—Que? – pregunto Britt, su rostro estaba iluminado. —Que esta pensando ahora?

Al principio Santana no contesto, y entonces asombrandonos a todos, tres distintos y separados respingos Santana yacio su oido tiernamente sobre su estomago

—Te ama- Santana susurro, sonando sorprendida – Absolutamente el te adora.

En ese momento, supe que estaba solo, totalmente solo, queria patearme cuando me di cuenta cuanto habia estado contando en esa odiosa vampiro, que estupido, como si tu pudieras contar con una sanguijuela! Por supuesto que me traicionaria al final.

Habia contado con que ella estaria de mi lado, habia contado con ella en sufrir mas de lo que sufro. Y, mas que todo, habia contado con ella en odiar aquella cosa que esta matando a Britt, mas de lo que lo odiaba.

Yo confiaba en ella con eso.

Incluso ahora que estaban juntas, las dos se inclinaron hacia el continuo crecimiento del invisible monstruo con sus ojos encendidos como una feliz familia.

Y estaba solo con mi odio y dolor que era tan malo como si estuviera siendo torturado. Como ser arrastrado lentamente en medio de una cama llena de espadas y cuchillas. Un dolor tan malo como si tomaras la muerte con una sonrisa solo para huir de ella

El calor desencadeno mis congelados musculos, y estaba en pie

Las 3 cabezas miraron rapidamente, y mire mi dolor pasar como una onda en la cara de Santana, mientras ella traspasaba en mi cabeza de nuevo

—Ahh — ella se quedo quieto

No sabia lo que estaba haciendo, me quede ahí, temblando, listo para explotar al primer escape que pudiera pensar

Moviendome como el golpe de la serpiente. Santana se dirigio rapidamente hacia una pequeña mesa, y rasgo algo del lado de la mesa. Lo arrojo hacia mi, yo atrape el objeto por reflejo

—Ve Sam, vete lejos de aquí —Ella no lo dijo rudamente ella dijo las palabras como si fueran un consejo. Ella me estaba ayudando encontrar el escape que me estaba muriendo por conseguir. El objeto en mis manos era un set de llaves de un auto.

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Activo Re: FANFIC - BRITTANA - CREPUSCULO - AMANECER - CAPITULO 21 - TALENTOSA

Mensaje por dianna agron 16 Sáb Feb 15, 2014 1:03 am



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¿Qué parezco? ¿El Mago de Oz? ¿Necesitas un cerebro? ¿Necesitas un corazón? Adelante, toma el mío, toma todo lo que tengo.


TENÍA UNA ESPECIE DE PLAN MIENTRAS CORRÍA HACIA EL GARAGE DE LOS CULLEN.

La segunda parte de este estaba balanceado hacia el coche de la chupasangre en mi camino.

Entonces estaba perdido cuando presioné el botón del control sin teclas, porque no era su Volvo el que sonó y encendió sus luces hacia mí. Era otro auto uno que resaltaba en la larga línea de vehículos que hacían que uno se babeara de todas maneras.

¿De verdad ella me estaba entregando las llaves de su Aston Martin Vanquish, o había sido un accidente?

No me detuve a pensar en eso, en caso de que cambiara la segunda parte de mi plan. Sólo me metí en el sedoso asiento de cuero y encendí el motor mientras mis rodillas chocaban bajo el volante. El sonido ronrroneante del motor me hubiera hecho quejar cualquier otro día, pero en este momento, era todo en lo que podía concentrarme lo suficiente para ponerlo en marcha. Encontré la manivela del asiento y me corrí hacia atrás mientras mi pie le pegaba al pedal. Sentía que me aerotransportaba en el auto mientras salté hace adelante.

Me tomó solo segundos correr por la angosta y vientosa entrada. El auto me respondía como si fueran mis pensamientos los que conducian, en vez de mis manos. Mientras volaba por el verde túnel hacia la autopista, le heché una efímera ojeada al gris rostro de Marley que miraba inquieta a través de los helechos.

Por medio segundo, me pregunté que era lo que ella pensaba y después me dí cuenta de que no me importaba.

Doblé hacia el sur porque hoy no tenía paciencia para ferrys o tráfico o algo que significara sacar mi pie del pedal.

En una rara manera, éste era mi día de suerte. Si por suerte te refieres a tomar una autopista muy viajada a 200 millas sin ver a ningún poli, incluso en los avisos de velocidad de los pueblos de 30 millas por hora. Qué decepción. Un poco de acción hubiera sido bueno, sin mencionar que la información de la patente del vehículo hubiera acalorado a la sanguijuela. Claro, ella hubiera encontrado la forma de resolverlo, pero hubiera sido un poquito inconveniente para ella.

El único signo de vigilancia del que me dí cuenta fue cuando vi de reojo una piel marrón oscuro que revoloteaba a través de los árboles, corriendo en dirección paralela a mí, a unas millas al sur de Forks. Jake, se parecía a él. Él debió haberme visto, también, porque desapareció luego de un minuto sin alarmar a nadie.

Otra vez, casi me pregunté cual sería su historia antes de acordarme que no me interesaba.

Corrí, dándo vuelta en U en la autopista, búscando la ciudad más grande que podría encontrar. Esa sería la primera parte de mi plan.

Parecía que me tomaba para siempre, probablemente porque todavía estaban las hojas de afeitar hiriéndome, pero en realidad no me tomó más de dos horas antes de que estuviera conduciendo hacia el norte, hacia la indefinida y desgarbada postura que era parte Tacoma y parte Seattle. Bajé la velocidad entonces, porque en realidad no quería matar a ningún peatón inocente.

Este era un plan estúpido. No iba a funcionar. Pero, mientras buscaba en mi cabeza alguna manera de alejarme del dolor, lo que había dicho Marley hoy apareció en mi cabeza.

—Eso se alejaría, sabes, si imprintas. Ya no tendrías porqué estar herido por ella.

Parecía que quizás si alejabas tus opciones, no era lo peor del mundo.

Quizás sentirse así era lo peor del mundo.

Pero había visto a todas las chicas de La Push y de la reserva Makah y las de Forks. Necesitaba un rango de búsqueda más amplio.

Entonces; ¿cómo buscas al azar a tu alma gemela en la multitud?

Bueno, primero necesitaba una multitud. Entonces día la vuelta, buscando un punto que me gustara. Pasé por un par de centros comerciales, los que probablemente habrían sido muy buenos lugares para encontrar chicas de mi edad, pero no podía detenerme.

¿Quería realmente imprimar con una chica que se pasaba todo el día en el centro comercial?

Seguí yendo hacia el norte y obtuve más y más multitud.

Al final, encontré un gran parque lleno de niños y familias y tablas de skate y bicis y volantines y picnics y todo el asunto. No me había dado cuenta hasta ahora era un lindo día. Sol y todo eso. La gente estaba afuera celebrando el cielo azul.

Me estacioné en el puesto de minusválidos rogando por una multa y me uní a la multitud.

Caminé por ahí por lo que sentí que fueron horas.Bastante para el el sol cambiara de lugar en el cielo. Miré la cara de todas las chicas que pasaban cerca mío, haciendome notar, dandome cuenta de quien era linda, quién tenía ojos azules, quien lucía bien con frenillos y quién se había puesto demasiado maquillaje. Intenté buscar algo interesante en cada cara, para así saber que de verdad lo intenté. Cosas como: ésta tiene una nariz muy recta, esa debería quitarse el pelo de los ojos; esa podía hacer publicidad para lápiz labial si su cara fuera tan perfecta como sus labios...

A veces ellas me miraban de vuelta, a veces miraban asustadas como si pensaran ¿Quién es este enorme bicho raro que me está mirando? A veces pensaba que ellas miraban con un poco de interés, pero quizás era solo mi ego que se había vuelto salvaje.

De cualquier manera, nada. Incluso cuando ví los ojos de la chica que era sin duda la más sexy del parque y probablemente de la ciudad, y ella me devolvío una mirada que especulaba algo de interés, no sentí nada. Solo la desesperación por alejarme del dolor.

Mientras pasaba el tiempo, comencé a darme cuenta de todas las cosas malas. Las cosas de Britt. Esa tenía el mismo color de pelo. Esa tenía los ojos de una forma parecida a los de Britt. Los pómulos de ésa, tenían su mismo corte. Aquella tenía la misma línea entre los ojos lo que me hizo preguntarme sobre qué estaba preocupada.

Eso era cuando me había rendido, porque era más que estúpido pensar que había elegido el lugar y la hora correcta para encontrarme a mi alma gemela solo porque estaba desesperado por eso.

No tendría razón de encontrarla acá. Si Finn tenía razón, el mejor lugar para encontrar a mi pareja genética sería en La Push y claramente nadie ahí caería en cuenta. Si Billy tenía razón, ¿entonces quién sabía? ¿qué hacía para un lobo más fuerte?

Vagueé de vuelta al coche y me rescosté contra la capó y jugué con las llaves.

Tal vez era lo que Marley pensaba lo que ella era. Alguna clase de fin muerto que no debería pasar a otra generación. O quizás era que mi vida era una gran broma cruel y no había forma de escapar del final.

—Oye, ¿estás bien?. Hola. Tu ahí, con el auto robado

Me tomó un segundo darme cuenta de que la voz me hablaba a mí y luego de un segundo decicí alzar mi rostro.

Una chica que me parecía familiar me miraba, con una expresión un poco ansiosa. Sabía porqué había reconocido la cara. A ella ya la había catalogado. Cabello ligeramente rojizo, buena piel, algunas pecas doradas en sus mejillas y su nariz y sus ojos color canela.

—Si te sientes excesivamente arrepentido por alzar el coche — dijo ella, sonriendo de forma que se formaron unos hoyuelos hacia su
quijada —siempre puedes echarte para atrás
—Es prestado, no robado —le dije. Mi voz sonaba horrible como si hubiera estado llorando o algo así.

Avergonzado.

—Seguro, eso se lo creerá la corte

Me enrojecí.

—¿Necesitas algo?
—En realidad no. Estaba bromeando respecto al auto, sabes? Es solo que ... te ves un poco alterado por algo. Oh, oye, soy Penny

Ella tendió su mano.

La miré hasta que ella la dejó caer.

—En fin... — dijo ella incómodamente —Me preguntaba si podía ayudar. Parecía que buscabas a alguien antes — Ella señaló hacia el parque y se encongió de hombros.
—Sí

Ella esperó.

Yo suspiré.

—No necesito ayuda. Ella no está aquí
—Oh, lo siento
—Yo también — murmuré.

Volví a mirar a la muchacha. Penny. Era bonita. Agradable como para intentar ayudar a un extraño que debía parecer loco. ¿Por qué no podría ser ella la indicada?¿Por qué todo tenía que ser tan malditamente complicado? Una chica simpática, bonita y un poco graciosa ¿Por qué no?

—Este auto es hermoso — dijo ella. —Es de verdad una lástima que ya no los fabriquen. Es decir, el cuerpo del Vantage es hermoso también, pero hay algo del Vanquish...

Chica simpática que sabía de autos. Vaya. La miré a la cara con fuerza, deseando saber como funcionaba.Vamos Sam, imprinta ya.

—¿Cómo conduce?
—Como si no lo creerías — le dije. Ella hizo una mueca al sonreír, claramente satisfecha por haberme sacado una civil respuesta intermedia y le di una gran sonrisa de vuelta.

Pero su sonrisa no alivio las afiladas y cortantes hojas que subían y bajaban por mi cuerpo. No importaba cuanto quisiera, mi vida no iba a componerse de esa manera.

No estaba en ese saludable lugar dónde Marley estaba llegando. No me era posible enamorarme como una persona normal. No cuando estuviera sangrando por otra persona. Tal vez si fuera dentro de diez años y el corazón de Britt estuviera muerto desde hace tiempo y yo ya hubiera pasado por todo el proceso del duelo y estuviera completo en una pieza nuevamente quizás entonces podría ofrecerle a Penny una vuelta en el veloz auto y hablar sobre los modelos y llegar a conocerla y ver si me gusta como persona. Pero eso no sucedería ahora.

La magia no iba a salvarme. Iba a tener que aceptar la tortura como un hombre. Aguantarme.

Penny esperó, tal vez con la esperanza que le ofreciera una vuelta. O tal vez no.

—Será mejor que le devuelva el auto a la persona que me lo prestó — murmuré.

Ella volvió a sonreír.

—Me alegra que seas recto
—Sí. Tu me convenciste

Ella me miró entrar al auto, todavía un poco preocupada. Probablemente yo lucía como alguien que se iba a lanzar desde un acantilado. Cosa que quizás haría, si ese tipo de movimiento funcionara para un hombre-lobo. Ella se despidió con la mano una vez, sus ojos se arrastraban tras el coche.

Al principio, conduje con más cuidado en el camino de vuelta. No estaba apurado. No quería ir a dónde iba. De vuelta a esa casa, de vuelta a ese bosque. De vuelta al dolor del que había escapado. De vuelta a estar completamente solo con eso.

De acuerdo, estaba siendo melodramático. No iba a estar completamente solo, pero eso no era bueno. Marley y Joe tendrían que sufrir conmigo. Me alegraba que Joe no tuviera que sufrir demasiado. El niño no merecía arruinar su paz mental. Marley tampoco, pero al menos era algo que ella entendía. Nada nuevo acerca del dolor para Marley.

Dí un gran suspiro cuando pensé en lo que Marley quería de mí, porque ahora sabía que ella iba a obtenerlo. Aún estaba molesto con ella, pero no podía ignorar el hecho de que podía hacer su vida más fácil. Y ahora que la conozco mejor pienso que ella probablemente haría lo mismo por mí, si estuvieramos en el lugar del otro.

Sería interesante, y también extraño, tener a Marley como compañera como una amiga. Íbamos a estar bajo la piel del otro bastante, eso era seguro. Ella no sería aquella que me dejara que me quejase, pero pensé que eso sería bueno. Probablemente iría a necesitar que me pateara el trasero ahora y entonces. Pero cuando se tratara de aquello, ella solo sería la única amiga que tuviera alguna oportunidad de comprender por lo que yo estaba pasando.

Pensé en la caza de esta mañana, y lo cercanas que estuvieron nuestras mentes en ese momento. No había sido algo malo. Diferente. Un poco miedoso, un poco incómodo. Pero también agradable en una extraña manera.

No tenía que estar completamente solo.

Y sabía que Marley era lo suficientemente fuerte para enfrentar conmigo los meses que se venían. Meses y años. Me cansó pensar en eso. Me sentía como si estuviera mirando un oceáno que tenía que nadar de orilla a orilla antes de volver a descansar.

Mucho tiempo que se venía y tan poquito tiempo antes de que comenzara. Antes de que me metiera a ese oceáno. Tres días y medio más y aquí estaba, malgastando ese poquito tiempo que me quedaba.

Comencé a conducir demasiado rápido de nuevo.

Ví a Finn y a David del otro lado del camino como centinelas, mientras corría hacia al camino a Forks. Ellos estaban muy bien escondidos en las gruesas ramas, pero yo los estaba esperando, y sabía que buscar. Asentí mientras pasé por donde ellos estaban, sin molestarme en preguntarme que habían hecho en mi viaje.

Asentí hacia Marley y Joe también, mientras iba hacia la entrada de los Cullen. Estaba comenzando a oscurecerse y las nubes eran gruesas en este lado del sonido, pero ví sus ojos brillar con el brillo de las luces. Les explicaría a ellos después. Habría bastante tiempo para eso.

Me sorprendí al ver a Santana esperándome en el garage. No la había visto alejada de Britt en días. Podría decir por su cara que nada malo le había sucedido a ella. De hecho, ella se veía más pacífica que antes. Mi estómago se tensó cuando recordé de dónde venía esa paz.

Era muy malo eso con todo mi empollamiento olvidé arruinar el auto.Oh bueno. Probablemente no hubiera podido pararme a hacerle daño a este auto, de todas maneras. Quizás ella lo adivinó demasiado y es por eso que me lo prestó en primer lugar.

—Algunas cosas, Sam — dijo, tan pronto apagué el motor.

Respiré pregundo y lo sostuve por un momento. Luego, lentamente, salí del auto y le lancé las llaves.

—Gracias por el préstamo — le dije amargamente. Aparentemente, tendría que ser pagado. —¿Qué quieres ahora?
—Primeramente...se que eres averso a usar tu autoridad con tu manada, pero...

Pestañeé, asombrado que ella soñara con comenzar con esto.

—¿Qué?
—Si tu no puedes o no quieres controlar a Marley, entonces yo…
—¿Marley? — le interrumpí, hablando entre los dientes. —¿Qué pasó?

El rostro de Santana era duro.

—Vino a ver porqué te fuiste abruptamente. Le expliqué. Supongo que podría no haber salido bien
—¿Qué hizo ella?
—Cambió a su forma humana y…
—¿De verdad? — volví a interrumpirle, shockeado esta vez. No podía procesar eso. ¿Marley bajando la guardia en la boca de la guarida del enemigo?
—Ella quería hablar con Britt
—¿Con Britt?

Entonces Santana se molestó mucho.

—No dejaré que Britt se vuelva a alterar así. ¡No me importa cuán justificada crea Marley que está! No le hice daño por supuesto que no lo haría pero la botaré de la casa si sucede otra vez. La tiraré al río...
—Espera. ¿Que dijo ella? — Nada de esto me hacía algún sentido.

Santana respiró profundamente para recuperar su compostura.

—Marley fue innecesariamente dura. No voy a pretender que entiendo porqué a Britt le cuesta dejarte ir, pero sé que ella no se comporta de esta manera para herirte. Ella sufre mucho por el dolor que te está infligiendo y a mí, por pedirte que te quedes. Lo que Marley dijo es innombrable. Britt ha estado llorando…
—Espera. Marley le gritó a Britt por mí?

Ella asintió una sóla vez.

—Fuiste defendido con mucha vehemencia

Vaya.

—No le pedí que hiciera eso
—Lo sé

Dí vuelta mis ojos. Por supuesto que ella sabía. Ella lo sabía todo.

Pero en verdad eso era algo de Marley. ¿Quién lo hubiera creído? Marley caminando a la casa humana de los chupasangre para quejarse de como había sido yo tratado.

—No puedo prometerte que controle a Marley — le dije. —No quiero hacer eso. Pero hablaré con ella, ¿de acuerdo? Y no creo que se repita. Marley no es de las que se frenan, así que probablemente se sacó todo del pecho hoy
—Yo diría eso
—En fin, hablaré con Britt también. Ella no necesita sentirse mal. Esto es por mí
—Yo ya le dije eso
—Por supuesto que lo hiciste. ¿Está ella bien?
—Está durmiendo ahora. Mi hermana está con ella

Así que la psicópata era "mi hermana" ahora. Santana se pasó completamente al lado oscuro.

Ella ignoró mi pensamiento, continuando con una respuesta más completa a mí pregunta.

—Ella...está mejor en alguna manera. Apartando la diatriba de Marley y la culpa como resultado

Mejor, porque Santana había escuchado al monstruo y todo era adorable ahora. Fantástico.

—Es un poco más que eso — murmuró ella. —Ahora que puedo escuchar los pensamientos del niño, es aparente que él o ella ha desarrollado remarcables habilidades mentales. Él nos puede entender, a un grado

Se me abrió la boca.

—¿Hablas en serio?
—Sí. Parece que él tiene una vaga sensación que ahora la está hiriendo. Está intentando evitar eso, lo más posible. El...la ama. Ya la ama

Me quedé mirando a Santana, sintiendo como si mis ojos se salieran de sus cuencas. Debajo de toda esa incredulidad, podía ver que este era el factor crítico. Esto era lo que había cambiado a Santana que el monstruo la había convencido de este amor. Ella no podía odiar lo que amaba a Britt. Era probablemente por eso que no podía odiarme. Había una gran diferencia de todas maneras. Yo no la estaba matando.

Santana continuó, como si no hubiera escuchado todo eso.

—Creo que el progreso es más rápido de lo que juzgamos. Cuando William regrese…
—¿No han vuelto? — corté afiladamente. Pensé en Finn y en David vigilando el camino. ¿Se pondrían curiosos por lo que estaba pasando?
—Rach y Quinn sí. William envío toda la sangre que pudo adquirir pero no era tanta como el esperaba. Britt usará lo que trajeron otro día mientras su apetito crezca. William se quedó para intentar con otra fuente. No creo que eso sea necesario ahora, pero él quiere tener todo cubierto por cualquier eventualidad
—¿Por qué no es necesario? ¿Si ella necesita más?

Puedo decir que ella estaba mirando y escuchando mi reacción con cuidado mientras ella explicaba.

—Estoy intentando convencer a William que haga nacer al bebé en cuanto el vuelva
—¿Qué?
—Parece que el niño está intentando evitar movimientos bruscos, pero es difícil. Se está poniendo muy grande. Es una locura esperar, cuando claramente se ha convertido en algo más que lo que William anticipó. Britt está muy frágil para posponer

Seguían mis piernas golpeando el suelo.

Primero contando con el tremendo odio de Santana hacia las cosas. Ahora me dí cuenta que pensé en esos cuatro días como algo seguro. Me había asegurado de eso.

El infinito oceáno de duelo que esperaba se estrechó frente a mí.

Intenté recuperar mi respiración.

Santana esperó. Le miré a la cara mientras me recuperaba, reconociendo otro cambió ahí.

—Tu piensas que ella lo logrará — susurré.
—Sí, eso era lo otro de lo que quería hablarte

No pude decir nada. Luego de un minuto, ella continuó.

—Sí — ella volvió a decir. —Esperando como hemos estado para que el niño esté listo, eso sería locamente peligroso. En cualquier momento sería demasiado tarde. Pero si fueramos proactivos al respecto, si actuaramos rápidamente, no veo razón porqué esto iría mal. Sabíendo que la mente del niño es de una ayuda increíble. Agradecidamente, Britt y Kitty están de acuerdo conmigo. Ahora que las convencí que es seguro para el niño que procedamos, no hay nada que impida que trabajemos en eso
—¿Cuándo volverá William? — le pregunté aún susurrando. Mi respiración no había vuelto aún.
—Mañana al mediodía

Mis rodillas temblaron. Me tuve que agarrar al auto para sostenerme. Santana me alcanzó, como si me ofreciera apoyo, pero después lo pensó mejor y soltó sus manos.

—Lo siento — susurró ella. —Siento mucho el dolor que esto te causa, Sam. A pesar de que me odias, debo admitir que no siento lo mismo por tí. Pienso en ti como...como un hermano en muchas maneras. Un camarada, al menos. Me arrepiento de que sufras más de lo que te puedas dar cuenta. Pero Britt va a sobrevivir — cuando dijo eso, su voz sonó casi violenta —Y sé que eso es lo que de verdad te importa a tí

Probablemente ella estaba en lo cierto. Era difícil de decir. Mi cabeza daba vueltas.

—Así que odio hacer esto ahora, cuando ya estar lidiando con tantas cosas, pero, claramente hay poco tiempo. Tengo que pedirte algo rogarte, si es necesario
—No me queda nada — mascullé.

Volvió a levantar su mano, como si la fuera a poner sobre mi hombro, pero luego la dejó caer como antes y suspiró.

—Sé cuanto has cedido — dijo ella en voz baja. —Pero esto es algo que tú tienes, sólo tú. Se lo estoy pidiendo al verdadero Alfa. Le estoy pidiendo esto al heredero de Ephraim

En ese momento ya no podía contestar.

—Quiero tu permiso para desviarnos de lo que acordamos en nuestro tratado con Ephraim. Quiero que nos concedas una excepción. Quiero tu permiso para salvarle la vida. Tu sabes que yo lo haría de todas maneras, pero no quiero romper el destino contigo si hay alguna manera de evitarlo. Nunca fue nuestra intención faltar a nuestra palabra, y no lo haremos ligeramente ahora. Quiero tu comprensión, Samuel, porque tu sabes exactamente por qué hacemos esto. Quiero que la alianza en nuestras familias sobrevivan cuando esto se acabe

Intenté tragar.

—Finn — pensé. —Es Finn a quien quieres.
—No, la autoridad de Finn es asumida. Te pertenece a tí. Tu nunca se la quitarás. Pero nadie podrá estar de acuerdo correctamente a lo que te estoy pidiendo excepto tú
—No es mi decisión.
—La es, Sam y lo sabes. Tu palabra en esto nos condenará o nos absolverá. Sólo tú puedes darme esto
—No puedo pensar, no lo sé.
—No tenemos mucho tiempo — se giró para mirar la casa.

No, no había tiempo. Mis últimos días se habían convertido en mis últimas horas.

—No lo sé. Dejame pensar, sólo dame un minuto aquí ¿bien?
—Sí

Comencé a caminar hacia la casa y ella me siguió. Loco como tan fácil iba todo. Caminando por la oscuridad con una vampira a mi lado. No me sentí inseguro o incluso incómod en verdad. Me sentí como caminando al lado de cualquier persona. Bueno, cualquier persona que huela mal.

Hubo un movimiento en el borde del gran césped y luego se escuchó un gruñido suave. Joe se encongió a través de los helechos y trotó hacia nosotros.

—Hey, niño — murmuré

Él sumergió su cabeza y yo acaricié su hombro.

—Está todo bien — le mentí. —Te contaré después. Lamento haberme ido así

Él me gruñó.

—Oye, dile a tu hermana que se calme, ¿sí? Suficiente

Él asintió una vez.

Me afirmé contra su hombro esta vez.

—Vuelve al trabajo. Te relevaré en un momento

Joe se inclinó hacia mí, retrocediendo y galopó hacia los árboles.

—Él tiene una de las mentes más puras, sinceras y amables que he escuchado— murmuró Santana cuando desapareció de nuestra vista. —Tienes suerte de compartir sus pensamientos
—Lo sé — le gruñí.

Nos acercamos a la casa y nuestras cabezas se golpearon cuando escuchamos el sonido de alguien chupando por una pajilla. Entonces Santana se apuró. Se lanzó arriba de las escaleras del porche y desapareció.

—Britt, amor, pensé que estabas durmiendo — la escuché decir. —Lo siento, no me hubiera ido
—No te preocupes, es que me había dado mucha sed que me despertó. Qué bueno que William trae más. El niño va a necesitarla cuando salga de mí
—Cierto, es un buen punto
—Me pregunto si él querrá algo más — musitó ella.
—Supongo que lo averiguaremos

Entré por la puerta.

Rachel dijo

—Finalmente — y los ojos de Britt se posaron sobre mí. Esa irresistible sonrisa se posó en su cara por un segundo. Luego vaciló y su cara se cayó. Sus labios se apretaron como si evitara llorar.

Quería golpear a Marley en su estúpida boca.

—Hola Britt — le dije rápidamente. —¿Cómo te va?
—Estoy bien — dijo ella
—Ha sido hoy un gran día, ¿eh?. Un montón de cosas nuevas
—No tienes que hacer eso, Sam
—No sé de que estás hablando — le dije, mientras iba a sentarme en el brazo del sofa cerca de su cabeza. Santana ya estaba en el piso.

Ella me miró con reproche.

—Lo siento t… — comenzó a decir.

Le agarré sus labios con mi pulgar y mí dedo índice.

—Sam — ella masculló, intentando quitar mi mano. Su intento fue tan débil que fue difícil creer que ella de verdad lo estaba intentando.

Moví mi cabeza.

—Puedes hablar cuando no estés siendo estúpida
—Bien, no lo diré — ella masculló.

Quité mi mano.

—¡Lo siento! — ella terminó rápidamente y luego gruñó.

Dí vueltas mis ojos y le sonreí.

Cuando la miré a sus ojos, ví todo lo que estuve buscando en el parque.

Mañana ella iba a ser otra persona. Pero al menos estaría viva, y eso era lo que contaba, ¿verdad?. Me miró con los mismos ojos, o algo así. Sonrió con los mismos labios, casi. Ella todavía me conocía mejor que cualquiera que no haya tenido acceso completo al interior de mi cabeza.

Marley podría ser una interesante compañía, incluso quizas una amiga verdadera alguien que me sostendría. Pero ella no era mi mejor amiga como lo era Britt. Aparte del imposible amor que sentía por Britt, estaba también ese otro lazo y corría por la profundidad de mis huesos.

Mañana ella sería mi enemiga. O sería mi aliada. Y aparentemente esa distintición dependía de mí.

Suspiré.

—¡Bien! —pensé, rindiendome a lo único que tenía. Me hizo sentir vacío. —Adelánte, sálvala. Como heredero de Ephraim tienes mi permiso, mi palabra que esto no violará el tratado. Los otros tendrán que culparme. Tenías razón no pueden negar que es mi derecho estar de acuerdo con esto.
—Gracias — el susurro de Santana fue lo bastante bajo para que Britt no escuchara nada. Pero las palabras fueron tan fervientes que, desde el rabillo de mi ojo, ví a los otros vampiros darse vuelta para mirar.
—¿Y? — preguntó Britt, tratando ser casual. —¿Cómo estuvo tu día?
—Genial. Fui a dar una vuelta. Estuve en el parque
—Suena bien
—Seguro, seguro

De repente hizo una mueca.

—¿Kitty? — preguntó.

Escuché a la rubia reírse.

—¿Otra vez?
—Creo que he bebido dos galones esta última hora — explicó Britt.

Santana y yo nos quitamos del camino cuando Kitty fue a levantar a Britt del sofá y la llevó al baño.

—¿Puedo caminar? — preguntó Britt. —Mis piernas están tan rígidas
—¿Estás segura? — preguntó Santana
—Kitty me atrapará si me tropiezo. Lo que podría suceder con fácilidad ya que no los veo

Kitty puso de pie a Britt con cuidado, manteniendo sus manos en los hombros de Britt. Britt estiró sus brazos haciendo una mueca de dolor.

—Eso se sintió bien — ella suspiró. —Agh, pero estoy enorme

De verdad que lo estaba. Su estómago era su propio continente.

—Un día más — dijo ella y se acarició la panza.

No pude soportar el dolor que eso me causó en una repentina puñalada. Pero intenté que no se me notará en la cara.Podría esconderlo por un día más, ¿cierto?

—Muy bien, entonces. Ups ¡oh, no!

El vaso que Britt había dejado en el sofa se inclinó hacia un lado, dejando que la oscura sangre cayera sobre la pálida tela.

Automáticamente, a pesar de que tres otras manos la detuvieron, Britt se agachó, tratando de alcanzarlo.

Hubo el más raro sonido amortiguante desde el centro de su cuerpo.

—Oh — ella jadeó.

Entonces ella se descompuso, cayéndo hacia el piso. Kitty la agarró en el mismo instante, antes de que pudiera caer. Santana también estaba ahí, las manos salieron del sofá. El lío de la sangre se había olvidado

—¿Britt? — preguntó ella y entonces, sus ojos se salieron de foco y el pánico atravesó sus caracterísitcas.

Medio segundo más tarde, Britt gritaba.

No era solo un grito, era un chillido sangriento de agonía. El horrirífico sonido se cortó con un gorjeo, y sus ojos se dieron vuelta en su cabeza. Su cuerpo se doblaba y se arqueaba en los brazos de Kitty, y entonces Britt vomitó una fuente de sangre.


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Activo Re: FANFIC - BRITTANA - CREPUSCULO - AMANECER - CAPITULO 21 - TALENTOSA

Mensaje por dianna agron 16 Sáb Feb 15, 2014 1:53 am



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No hay palabras para esto

El cuerpo de Britt, manaba rojo, empezaba a moverse, moviéndose bruscamente en los brazos de Kitty como si la estuvieran electrocutando. Todo el tiempo, su rostro estuvo blanco inconsciente. Era el salvaje retorcimiento de los que se encontraba en el centro de su cuerpo lo que la movía. Mientras ella se convulsionaba, fuertes crujidos y sonidos de que algo se rompía mantenían el ritmo junto con los espasmos.

Kitty y Santana se congelaron por el medio minuto más corto, y luego se rompieron. Kitty abrazo el cuerpo de Britt con sus brazos, y, gritando tan rápido que era difícil separar individualmente las palabras, ella y Santana llegaron a la escalera del segundo piso en cuestión de segundos.

Salí corriendo tras ellos a toda velocidad.

—¡Morfina! — Santana le gritó a Kitty.
—¡Rachel contacta a William por teléfono! — chilló Kitty.

Al cuarto al que los seguí tenía la apariencia de una sala de emergencias preparada justo en el medio de una biblioteca. Las luces eran brillantes y blancas. Britt esta en una tabla debajo del resplandor, su piel estaba fantasmal debajo del foco. Dejó su cuerpo caer, como un pez en la arena. Kitty mantuvo a Britt abajo, tirando y desgarrando su ropa para quitarla del camino, mientras Santana le inyectaba una jeringa en el brazo.

¿Cuántas veces la había imaginado desnuda? Ahora no podía mirar. Tenía miedo de tener esos recuerdos en mi cabeza.

—Santana, ¿Qué esta pasando?
—¡Se esta sofocando!
—¡La placenta se ha de haber roto!

En algún lugar de esto, Britt regresó. Respondió a sus palabras con un chillido que desgarro mis tímpanos.

—¡SACALO! — gritó. —¡No puede RESPIRAR! ¡Hazlo AHORA!

Vi puntos rojos salir cuando su grito le rompió los vasos sanguíneos de sus ojos.

—La morfina — gruñó Santana.
—¡NO! ¡AHORA! — Otro chorro de sangre salió mientras ella chillaba. El sostuvo su cabeza, desesperadamente tratando de limpiar su boca para que pudiera respirar de nuevo.

Rachel se precipitó en el cuarto y coloco un pequeño auricular azul debajo del pelo de Kitty. Y luego se alejó, con sus ojos dorados y en llamas, mientras Kitty silbaba frenéticamente en el teléfono.

En la brillante luz, la piel de Britt tenía un aspecto más morado y negro que si fuera blanca. Un rojo profundo se filtraba debajo de la piel sobre el enorme, y escalofriante abultamiento en su estomago. Kitty se acerco con un escalpelo en mano.

—¡Deja que la morfina se extienda! — gritó Santana.
—No hay tiempo — silbó Kitty. —¡El bebé se está muriendo!

Su mano se acerco a el estomago de Britt, y un vivido rojo chorreo donde Kitty había perforado la piel. Era como si una cubeta hubiera sido volteada, un grifo abierto al máximo. Britt se sacudió, pero no gritó. Se seguía ahogando.

Y luego, Kitty perdió la concentración. Vi como la expresión en su cara cambio dramáticamente, sus labios se retiraron de sus dientes y sus ojos negros brillaron de sed.

—No, ¡Kitty! — rugió Santana, pero sus manos estaban atrapadas, tratando de apoyar a Britt verticalmente para que pudiera respirar.

Me abalance sobre Kitty, saltando a través de la mesa sin preocuparme. Al momento de chocar con su cuerpo de piedra, golpeándola hacia la puerta, sentí el bisturí en su mano mientras apuñalaba mi brazo izquierdo. Mi mano derecha se estrelló contra su cara, bloqueando su mandíbula y cerrando sus vías respiratorias.

Tal y como tenia a Kitty agarrada, trate de mover su cuerpo afuera, para que pudiera patearla en el estomago; era como patear concreto. Ella voló hacia el marco de la puerta, agarrándose de esta. El pequeño auricular en su oído se rompió en pedazos. Casi al instante, Rachel estaba ahí, jalando de su garganta para llevarla al vestíbulo.

Y tuve que dársela, Kitty no puso una onza de fuerza. Ella quería que nosotras le ganáramos. Me dejo golpearla como lo hice, para salvar a Britt. Bueno, para salvar a la cosa.

Arranque la navaja de mi brazo.

—Rachel, ¡sal de aquí! — gritó Santana. —Llévala con Quinn, y mantenla ahí. ¡Sam, te necesito!

No vi como Rachel termino el trabajo. Corrí al lado de la mesa de operaciones, donde bella se estaba tornando azul, sus ojos abiertos y observando.

—¿CPR? — me gruño Santana, rápida y exigente.
—¡Sí!

Juzgue su cara por un rápido momento, esperando cualquier signo de que reaccionara como Kitty. No había nada más que una simple ferocidad determinada.

—¡Haz que respire! Tengo que sacarlo antes de…

Otro sorprendente crujido sonó dentro de su cuerpo, el más fuerte, tan fuerte que ambos nos congelamos en shock esperando su respuesta. Nada. Sus piernas, que se habían doblado debido a la agonía, se aflojaron, en una forma nada natural.

—Su espina dorsal — chilló Santana de horror.
—¡Sácalo de ella! — gruñí, aventando el bisturí hacia ella. —¡No sentirá nada ahora!

Fui hacia su cabeza. Su boca parecía limpia, así que presioné la mía a la de ella y sople una fuerte cantidad de aire.

Sentí como su cuerpo se expandía, así que no había nada bloqueando su garganta.

Sus labios tenían el sabor de la sangre.

Podía oír su corazón golpeando de forma irregular.

—Sigue así — pensé ferozmente hacia ella, soplando de nuevo hacia su cuerpo. —Lo prometiste. Mantén tu corazón latiendo

Oí el suave sonido del bisturí a través de su estomago. Más sangre se derramaba en el suelo.

El siguiente sonido me desconcertó completamente, inesperado, aterrador. Como un metal siendo hecho trizas. El sonido me trajo recuerdos de la batalla hace ya tantos meses, el sonido de los recién nacidos mientras eran desmembrados. Voltee a ver la cara de Santana presionada contra el bulto. Dientes de vampiro la única forma de cortar a través de la piel de vampiro.

Me estremecí mientras le soplaba más aire a la boca de Britt.

Tosió de regreso, pestañeando, moviéndolos ciegamente.

—¡Te quedaras conmigo ahora, Britt! —le grite. —¿Me oyes? ¡Quédate! No me vas a dejar. ¡Mantén tu Corazón latiendo!

Sus ojos giraban, buscándola a ella o a mi, pero no viendo nada.

Me quede mirándolos de todas formas, mirándolos fijamente.

De repente, su cuerpo de heló debajo de mis manos, su respiración se hizo mas rápida y su corazón seguía golpeando. Me di cuenta de que su quietud se debía a que todo había terminado. La tortura interna había terminado.

Debía de estar fuera de ella.

Lo estaba.

Santana susurro

—Valerie

Britt había estado equivocada. No era el niño que se había imaginado. No era mucha sorpresa. ¿En que se había equivocado?

—Déjame… — dijo en un susurro. —Dámela.

Supuse que debería de saber que Santana siempre le daba lo que ella quería, no importaba que tan estúpida fuera su petición. Pero no soñé que ella le haría caso ahora. Así que no pensé en detenerla.

Algo caliente tocó mi brazo. Eso debió de captar mi atención. Nada me parecía caliente ya. No podía apartar la vista de la cara de Britt. Pestañeo y por fin empezó a ver algo. Gimió extrañamente, un sonido débil.

—Val…e…ri..e. Tan… hermosa

Y luego soltó un grito apagado un grito de dolor.

Cuando alce la vista, ya era demasiado tarde. Santana arrebato la caliente, y sangrienta cosa de sus débiles brazos. Mis ojos observaron su piel. Estaba roja de sangre la sangre que salía de su boca, la sangre mancho a la criatura, y sangre fresca salía de una pequeña manca de mordida sobre su pecho izquierdo.

—No, Valeria — murmuro Santana como si tratara de enseñarle a la criatura modales.

No la mire ni a ella ni al eso. Solo vi a Britt, mientras sus ojos giraban de nuevo, hacia adentro.

Con un último golpeteo, su corazón dudo, y se quedo en silencio.

No había pasado menos de medio segundo cuando mis manos ya estaban en su pecho, haciendo compresiones, contando en mi cabeza, tratando de mantener el ritmo. Uno. Dos. Tres. Cuatro.

Alejándome un momento, sople todo lo que pude dentro de su boca.

No podía ver nada. Mis ojos se empaparon y todo se volvió borroso. Pero estaba más que atento a cada sonido dentro del cuarto. El involuntario ‘glug-glug’ de su corazón debajo de mis manos, el palpitar del mío propio, y otro un latido extremadamente rápido, muy ligero. No le podía dar lugar a eso.

Forcé más aire dentro de la garganta de Britt.

—¿Que es lo que estas esperando? — le gruñí casi sin aliento, bombeando su corazón de nuevo. Uno. Dos. Tres. Cuatro.
—Toma al bebé — dijo urgentemente Santana
—Arrójalo por la ventana. Uno. Dos. Tres. Cuatro.
—Dámela a mí — dijo una voz muy baja desde la puerta.

Santana y yo gruñimos al mismo tiempo.

Uno. Dos. Tres. Cuatro.

—Lo tengo bajo control — prometió Kitty. —Dame al bebe, Santana. Cuidare de ella hasta que Britt…

Respire por Britt de nuevo mientras el cambio era efectuado. El fuerte thumpa-thumpa-thumpa se desvanecía a la distancia.

—Sam, mueve tus manos.

Alce la vista hacia los blancos ojos de Britt, seguía bombeando su corazón. Santana tenía una jeringa en su mano toda plateada, como si estuviera hecha de acero.

—¿Qué es eso?

Su mano de piedra movió la mía fuera del camino. Hubo un pequeño crujido mientras rompía mi dedo meñique. En el mismo segundo, empujo la aguja justo en su pecho.

—Mi veneno — contesto mientras la empujaba mas a fondo.

Escuche la sacudida de su corazón, como si le hubieran dado electrochoques.

—Mantenlo en movimiento — ordeno. Su voz era helada, estaba muerta. Feroz y sin pensarlo. Como si fuera una maquina.

Ignore el dolor mientras se curaba mi dedo, y empezó a bombear de nuevo. Era mas duro, como si su sangre se hubiera congelado ahí espesa y lenta. Mientras empujaba la ahora viscosa sangre a través de sus arterias, observe lo que él estaba haciendo.

Era como si la estuviera besando, rozando sus labios en su garganta, en sus muñecas, en la arruga de su brazo. Pero podía oír como su piel se desgarraba y sus dientes la atravesaban, una y otra vez, forzando al veneno a entrar en su cuerpo en cuantos puntos era posible. Vi su pálida lengua limpiaba las partes sangrientas, pero antes de esto de que esto me enfermara o me enojara, me di cuenta de lo que estaba haciendo. Donde su lengua limpiaba el veneno sobre su piel, lo cerraba. Manteniendo el veneno dentro de su organismo.

Sople mas aire dentro de su boca, pero no había nada ahí. Solo el pecho que se movía, sin vida. Seguí bombeando su corazón, contando, mientras Santana trabajaba maniáticamente sobre ella, tratando de juntarla de nuevo. Todos los caballos del Rey y todos los hombres del Rey...

Pero no había nada, solo yo, solo Santana.

Trabajando sobre un cadáver.

Por que era lo único que nos quedaba de la chica que ambos habíamos amado. Ese roto, desangrado y destrozado cadáver. No podíamos unirla.

Supe que era demasiado tarde. Supe que estaba muerta. Lo supe con certeza porque su pulso se había ido. No sentí ninguna razón por la que debería de estar al lado de ella. Ella no estaba ahí. Ese cuerpo no me atraía más. El sentimiento de estar junto de ella se había desvanecido.

O tal vez ‘movido’ era una mejor palabra. Parecía que me sentía empujado ahora hacia la dirección contraria. Hacia abajo de las escaleras, fuera de la puerta. El largo camino para salir de aquí y nunca, nunca regresar.

—Entonces, vete — me dijo bruscamente, y quito mis manos del camino, esta vez, tomando mi lugar. Ahora se me rompieron tres dedos. O al menos eso sentí.

Los enderece entumecidos, sin importarme el dolor.

Ella empujaba su corazón mucho mas rápido de lo que yo lo hacia.

—No esta muerta — gruño. —Se pondrá bien.

No estaba seguro si me hablaba a mí.

Girándome, dejándola con su muerta, Salí despacio por la puerta. Tan despacio. No podía hacer que mis pies se movieran más rápido.

Eso era, entonces. El océano de dolor. La otra costa tan lejos, cruzando el agua hirviendo, que no pude imaginarla, menos verla.

Me sentí vacio de nuevo, ahora que había perdido mi propósito. Salvar a Britt había sido mi lucha por tanto tiempo. Y ella no seria salvada. Ella había gustosamente entregado su vida por dejar que un joven monstruo saliera de ella, y así la lucha estaba perdida. Todo había terminado.

Me estremecí con el sonido que salió detrás de mí mientras recorría las escaleras abajo el sonido de un corazón muerto siendo forzado a latir.

Quería que de una forma arrojar cloro dentro de mi cabeza y dejar que lo friera. Para quemar las imágenes que me habían quedado de Britt en sus últimos minutos. Tomaría el daño cerebral para quitármelas los gritos, el sangrado, los crujidos y los golpes mientras el monstruo recién nacido lloraba desde su interior

Quería huir de ahí, saltar las escaleras de diez en diez y salir corriendo a través de la puerta, pero mis pies estaban tan pesados como el hierro y mi cuerpo estaba mas cansado de lo nunca había estado. Arrastre los pies por las escaleras como un hombre bastante viejo.

Descanse en el último escalón, juntado mi fuerza para salir por la puerta.

Kitty estaba sentada en el final del limpio sillón blanco, su espalda hacia mí, murmurando hacia la sabana envuelta en sus brazos. Debió oír mi pausa, pero me ignoro, atrapada en el momento de su maternidad robada. Tal vez ahora seria feliz. Kitty tenia ahora lo que quería, y Britt nunca regresaría para quitársela. Me pregunte que era lo que la rubia ponzoñosa había estado esperando de todo esto.

Sostuvo algo obscuro en sus manos, y ahí estaba un asqueroso sonido proveniente de un pequeño asesino que la sostenía.

El aroma de la sangre en el aire. Sangre humana. Kitty lo estaba alimentando. Claro que quería sangre. ¿Que mas podría querer tal monstruo que había mutilado brutalmente a su propia madre? Hasta existía la posibilidad d que hubiera tomado la sangre de Britt. Tal vez lo hizo.

Mi fuerza regreso al tiempo que oía el sonido del pequeño devorador siendo alimentado.

Fuerza y odio y calor un calor rojo que me lavaba la cabeza, quemando y borrando nada. Las imágenes de mi cabeza eran el combustible, creando el infierno, pero rehusándose a ser eliminadas.

Kitty estaba absorbida por la criatura, sin prestarme atención en absoluto. No seria lo suficientemente rápida para detenerme, no con lo distraída que estaba.

Finn estaba en lo correcto. La cosa era una aberración su existencia iba contra la naturaleza. Un negro y desalmado demonio. Algo que no tenía derecho de ser.

Algo que debía ser destruido.

Precia que lo que me empujaba hacia la puerta no era totalmente hacia esa dirección. Lo pude sentir, dándome coraje, jalándome de regreso.

Poniéndome a terminar esto, para limpiar al mundo de esa abominación.

Kitty trataría de matarme cuando la criatura estuviera muerta, y yo pelearía. No estaba seguro de poder terminar con ella antes d que los demás vinieran a ayudarla. Tal vez, tal vez no. No me importaba demasiado.

No me importaban los lobos, cualquier manada, que me vengaran o lo dejaran como justo. Nada me importaba. Todo lo que me importaba era mi PROPIA JUSTICIA. Mi venganza. La cosa que mato a Britt no permanecería ni un minuto más con vida.

Si Britt hubiera sobrevivido, me hubiera odiado por esto. Me querría matar personalmente.

Pero no me importo. A ella no le importó lo que me había hecho dejando ser matada como un animal. ¿Por qué debería tomar en cuenta sus pensamientos?

Y luego estaba Santana. Debería de estar demasiado ocupada muy lejos, dentro de la negación, tratando de reanimar un cadáver para escuchar mis planes.

Así que no podría mantener la promesa que hicimos, a menos fue una lastima que no hubiera puesto dinero me las arreglaría contra Kitty, Quinn, y Rachel, tres en uno. Pero aunque ganara, no creo que me diera tiempo de matar a Santana.

Por que no tenía demasiada compasión para eso. ¿Por qué dejar que se saliera con las suyas por lo que había hecho? ¿No seria más justo más satisfactorio dejarla vivir con nada, nada en absoluto?

Me hizo casi sonreír, mientras me llenaba con odio solo de imaginarlo. No Britt. Y también perdiendo a cuantos miembros de su familia como sea posible. Claro, que los podría unir de regreso, ya que no estaría para quemarlos. Me pregunto si la criatura se podría unir como ellos. Lo dudo. Era parte de Britt también, así que debía de tener algo de su vulnerabilidad. Podía oír su pequeño, golpeteo del latir de su corazón.

Su corazón estaba latiendo. El de ella no.

Solo paso un segundo en lo que tomaba estas fáciles decisiones.

Los temblores se estaban haciendo fuertes y rápidos. Me puse en cuclillas, preparándome para arrebatar la pequeña criatura de los brazos de la rubia vampira. Y destrozarla con mis dientes.

Kitty mecía a la criatura, colocando la botella de metal vacía a un lado, y alzándola en el aire para mecerla y sus mejillas se tocaron.

Perfecto. La nueva posición era bastante buena para lo que estaba a punto de hacer. Me apoye hacia atrás, y sentí como el calor me cambiaba mientras era empujado hacia el asesino era mas fuerte que nunca, tan fuerte que me recordó el poder de un Alfa, como si me fuera aplastarme si no obedecía.

Esta vez QUERIA obedecer.

El asesino poso su mirada en mi, su mirada mas concentrada que cualquier recién nacido.

Tiernos ojos azules, como el azul del cielo, el color exacto de los ojos que había tenido Britt.

Mis temblores pararon; el calor me inundo, más fuerte que antes, pero era una nueva forma de calor no una que me quemaba.

Era una entusiasta.

Todo dentro de mi se deshizo mientras observaba a la cara de la mitad vampiro, mitad humana bebé. Todas las líneas que me mantenían con vida fueron divididas en cortes rápidos, como si fueran amarrados a un montón de globos. Todo lo que me hizo como era en ese momento mi amor hacia la chica que estaba arriba muerta, mi amor por mi padre, el odio hacia mis enemigos, mi casa, mi nombre, yo mismo desapareció por un segundo spin, spin, spin y flotaron en el espacio.

Una nueva fuerza me mantuvo justo donde estaba.

No una sola fuerza, sino millones. Eran más bien cables de acero. Millones de cables de acero atándome a una sola cosa al mismo centro del universo.

Lo podía ver ahora como el universo giraba alrededor de ese punto. Nunca había visto la simetría del universo antes, ahora todo estaba claro.

La gravedad del aire no me sostenía más al lugar al que estaba parado.

Era la pequeña bebe en los brazos de la vampira rubia lo que me mantenían aquí ahora.

Valerie.

Desde arriba, hubo un nuevo sonido. El único sonido que me podía tocar en estos momentos. Un frenético golpeteo, unos rápidos latidos…

Un corazón cambiando.

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Mensaje por 3:) Sáb Feb 15, 2014 1:19 pm

me encanto,....
joder el nacimiento de la bebe!!!!!
la parte mas triste del libro,...
3:)
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-*-*-*
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Mensaje por iFannyGleek Sáb Feb 15, 2014 1:41 pm

Estuvo muy bueno, ya quiero ver a Britt vampira.
Espero tu actualización.
Saludos.
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Mensaje por Melany Gleek Sáb Feb 15, 2014 10:44 pm

El nacimiento de la bebe y Britt vampira. La parte mas triste junto a la mas linda hahaha Es la parte donde me senti muy bipolar Saludos y actualiza por favor :*
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Mensaje por dianna agron 16 Lun Feb 17, 2014 12:53 am



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Britt

Satisfacción personal es una lujuria que puedes tener sólo después que tus enemigos hayan sido eliminados. Mientras tanto, todas las personas que amas son rehenes, debilitando tu coraje y corrompiendo tu juicio.
Orson Scott Card
Empire – Imperio


Prefacio

No más sólo una pesadilla, la línea avanzó hacia nosotros a través de la niebla helada moviéndose a sus pies.

Vamos a morir, pensé en medio del pánico. Estaba desesperada por el tesoro que guardaba, pero hasta pensar, que era un lapso, era algo que no podía permitírmelo ya que ocupaba mi atención.

Ellos se deslizaban cada vez más cerca, sus trajes oscuros ondeaban ligeramente con cada movimiento. Vi los vellos de sus manos, parecían una ensalada de col pero de color hueso. Ellos se separaron para venir a nosotros por todos los ángulos. Nos sobrepasaron en número. Era el fin.

Y luego, como un estallido de luz de un flash, la escena era diferente. Pero nada había cambiado los Vulturi todavía caminaban hacia nosotros calculando para matarnos. Lo que en realidad había cambiado era como yo veía la escena. De repente, yo estaba hambrienta de ellos. Yo quería que atacaran. El pánico cambió a sed de sangre cuando me puse en cuclillas avanzando, una sonrisa en mi rostro, y un gruñido rasgado mientras mostraba los dientes.

Quemadura

El dolor era desconcertante.

Eso, exactamente eso yo estaba desconcertada. No podía entender, no tenía sentido lo que estaba pasando.

Mi cuerpo trató de rechazar el dolor, y fui absorbida una y otra vez en una oscuridad que recortaba segundos enteros o incluso hasta minutos de agonía, haciendo mucho más difícil mantenerse en la realidad.

Traté de separarlos.

La no realidad era negra, y no dolía mucho.

La realidad era roja, y se sentía como si hubiese sido separada en dos, atropellada por un bus, golpeada por un luchador profesional, pisoteada por toros y sumergida en ácido, todo al mismo tiempo.

La realidad era sentir mi cuerpo aplastado y doblado cuando no podía moverme en absoluto a causa del dolor.

La realidad era saber que había algo mucho más importante que toda esta tortura, y no ser capaz de recordar qué era.

La realidad se vino tan rápido.

En un momento, todo estaba como debería haber estado. Rodeada por gente que yo amaba. Sonrisas. De alguna manera poco probable, era como si estuviera a punto de tener todo por lo que había luchado.

Y luego una diminuta, inconsecuente cosa habia salido mal.

Vi en el momento que mi taza se inclinaba, sangre oscura derramarse y manchar el blanco perfecto, y me tambaleé reflejadamente hacia el accidente. Había visto las otras, las manos rápidas, pero cuerpo continuaba estirándose, alcanzándolo…

Dentro de mí, algo me jaló en dirección contraria.

Rasgando. Quebrando. Agonía.

La oscuridad había se había apoderado y luego llevó a una ola de tortura. No podía respirar me había ahogado una vez anteriormente, pero esto era diferente; estaba demasiado caliente en mi cuello.

Partes de mi se despedazaban, se quebraban, se desprendían…

Más oscuridad.

Voces, esta vez, gritando mientras el dolor volvía.

—¡La placenta debió haberse separado!

Algo más puntiagudo que un cuchillo se desgarró a través de mi las palabras, tenían sentido a pesar de las torturas. Placenta separada yo sabía lo que significaba. Significaba que mi bebé estaba muriendo dentro de mí.

—¡Sácalo! — le grité a Santana. ¿Por qué no lo había hecho todavía? —¡no puede respirar! ¡Hazlo ahora!
—La morfina

¡¿Quería que esperara? ¿Quería darme analgésicos mientras nuestro bebé moría?!

—¡No! Ahora — me asfixiaba, incapaz de terminar.

Puntos negros cubrieron la luz en el cuarto, cuando una punzada fría de nuevo dolor apuñaló glacialmente en mi estómago. Se sintió feo automáticamente luché por proteger mi vientre, mi bebé, mi pequeño ST, pero estaba débil. Mis pulmones me dolían, el oxígeno me quemaba.

El dolor se desvaneció de nuevo, entonces me aferré a ello. Mi bebé, mi bebé, muriendo…

¿Cuánto tiempo pasó? ¿Segundos? ¿Minutos? El dolor se había ido. Adormecida, no podía sentir nada. Ni tampoco ver, pero podía oír. Había aire en mis pulmones de nuevo, raspándome la garganta subían y bajaban burbujas.

—¡Quédate conmigo ahora, Britt! ¿Me escuchas? ¡Quédate! ¡No me vas a dejar! ¡Mantén tu corazón latiendo!

¿Sam? Sam, todavía aquí, todavía tratando de salvarme.

Por supuesto, quería decirle. Por supuesto que mantendría mi corazón latiendo. ¿No se los había prometido a los dos?

Trate de sentir mi corazón, de encontrarlo, pero estaba tan perdida dentro de mi propio cuerpo. No podía sentir las cosas que debería, y nada se sentía en el lugar correcto. Parpadeé y encontré mis ojos. Podía ver la luz. No era lo que buscaba, pero era mejor que no ver nada.

Mientras mis ojos luchaban por adaptarse, Santana susurró

—Valerie

¿Valerie?

¿No el pálido y perfecto niño de mi imaginación? Tuve un momento de shock. Y luego una inundación de calor.

Valerie.

Deseé que mis labios se movieran deseé que las burbujas de aire se transformaran en susurros en mi lengua. Forcé mis adormecidas manos a alcanzarla.

—Déjame… Dámela

La luz bailó, rompiéndose lejos de las manos de cristal de Santana.

Los centellos eran cubiertos de rojo, con la sangre que cubría su piel. Y más rojo en sus manos. Algo pequeño que luchaba con esfuerzo, goteando sangre. Santana hizo que el cuerpo caliente tocara con mis débiles brazos, como si yo estuviera cargándola. Su piel húmeda era caliente tan caliente como la de Sam.

Mis ojos se concentraron; de repente todo estaba absolutamente claro.

Valerie no lloraba, pero respiraba rápidamente, asustada. Sus ojos estaban abiertos, su expresión en shock era casi graciosa. La perfecta y pequeña cabeza redonda esta cubierta de rizos enmarañados sangrientos. Los iris de sus ojos eran familiares pero sorprendentes de un azul cielo. Debajo de la sangre, su piel lucía pálida, un marfil cremoso. Todo menos sus mejillas, que ardían de color.

Su diminuta cara era absolutamente perfecta que me dejó atontada. Ella era incluso más hermosa que Santana. Increíble. Imposible.

—Valerie —susurré. —tan…hermosa

El imposible rostro de repente sonrió una sonrisa amplia, deliberadamente. Detrás de sus labios rosados había un completo juego de dientes de leche tan blancos como la nieve.

Ella bajó su cabeza y la apoyó contra mi pecho, abriéndose paso en el calor. Su piel era caliente y sedosa, pero no dio la impresión que pensaba.
Y luego había dolor de nuevo sólo una punzada caliente de eso. Jadeé.

Y se había ido. Mi bebé con rostro de ángel no estaba. No podía verla o sentirla.

¡No! Quería gritar. ¡Devuélvanmela!

Pero la debilidad era mayor. Mis brazos, por un momento, parecieron mangueras de goma vacías, y luego se sintieron como nada en absoluto. No podía sentirlas. No podía sentirme.

La oscuridad se precipitó sobre mis ojos con más intensidad que antes. Como un grueso vendaje, rápido y firme. No cubría solamente mis ojos, sino a mi también con un peso aplastante. Estaba agotada como para luchar contra ello. Sabía que sería más fácil rendirme. Dejar que la oscuridad me empujara, mas abajo, abajo donde no había ningún dolor ni ningún cansancio ni ninguna preocupación ni ningún miedo.

Si hubiera sido sólo por mi, no hubiera podido luchar mucho tiempo. Era solo una humana, con nada más que una fuerza humana. Traté de mantenerme con lo sobrenatural por bastante tiempo, como Sam dijo.

Pero esto no era solamente por mí.

Si hiciera lo más fácil ahora, dejaría que la nada negra me borrara. Los lastimaría.

Santy. Santana. Mi vida y la suya estaban enroscadas en un mismo hilo. Cortas uno, cortas los dos. Si ella se fuera, yo no sería capaz de vivir con eso. Si yo me fuera, ella no podría vivir con eso, tampoco. Y un mundo sin Santana era completamente inútil. Santana tenía que existir.

Sam quien se despidió de mí una y otra vez pero volvía cuando lo necesitaba. Sam, a quien había herido tantas veces era criminal. ¿Lo heriría de nuevo? ¿De la peor manera? Él se quedó conmigo a pesar de todo. Ahora todo lo que él pedía era que me quedara por él.

Pero estaba tan oscuro aquí que no podía ver sus rostros. Nada se veía real. Eso hizo más difícil que no me rindiera.

Seguí luchando contra la oscuridad, sin embargo, casi como un reflejo, no estaba trabando de levantarlo. Sólo resistía. No lo permitía aplastarme completamente. Yo no era Atlas, la oscuridad se sentía tan pesada como el planeta tierra; no podía sostenerlo en mis hombros. Todo lo que podía hacer era no ser borrada completamente.

Yo era como el modelo de mi vida nunca había sido lo suficientemente fuerte como para lidiar con cosas que están fuera de mi control, atacar a mis enemigos, o superarlos. Evadir el dolor. Siempre humana y débil, la única cosa que era capaz de hacer, era mantenerme, durar, sobrevivir.

Ya era suficiente hasta ese punto. Tenía que ser suficiente hoy. Resistiré hasta que la ayuda venga.

Sabía que Santana estaría haciendo todo lo que podía. Ella no se rendiría. Y yo tampoco.

Mantuve la línea de aquella oscuridad de la no existencia, por pulgadas.

Sin embargo, no era suficiente esa determinación. Como el tiempo avanzaba sin cesar, y la oscuridad ganaba por octavas y dieciseisavas de mis pulgadas, yo necesitaba algo más de donde dibujar fuerza.

No podía tirar de ello, incluso viendo rostro de Santana. No el de Sam, no el de Rachel, o de Kitty o Charlie o Susan o William o Emma…nada. Eso me aterrorizó, y me pregunté si ya era demasiado tarde.

Sentí cómo me deslizaba no había nada de donde agarrase.

¡No! Tengo que sobrevivir a esto. Santana dependía de mí. Sam. Charlie. Rachel. Kitty. William. Susan. Emma…

Valerie.

Y luego, todavía no podía ver nada, de pronto pude sentir algo. Como miembros fantasmas, me imaginé que podía sentir mis brazos de nuevo. Y en ellos, algo pequeño y duro y muy, muy caliente.

Mi bebé. Mi pequeña.

Lo hice. Contra toda probabilidad, yo fui lo suficientemente fuerte para sobrevivir por Valerie, para protegerla hasta que ella sea lo fuerte, tanto como para vivir sin mí.

Ese punto de calor en mis brazos fantasmas se sentía tan real. La apreté más a mí. Era exactamente en donde mi corazón debía estar. Sosteniendo fuertemente la caliente memoria de mi hija, supe que sería capaz de luchar contra la oscuridad tanto como fuera posible.

La calentura al costado de mi corazón se hizo cada vez más real, más y más caliente. Demasiado caliente. El calor era tan real que fue imposible creer que lo estaba imaginando.

Demasiado caliente.

Ya no era cómodo. Demasiado caliente. Mucho, muy demasiado caliente.

Como agarrar el lado contrario de un hierro caliente mi respuesta fue automática, debía dejar caer lo que se estaba quemando en mis brazos. Pero no había nada en mis brazos. Ellos no estaban enrollados en mi pecho. Mis brazos eran un par de cosas muertas en algún lado al costado de mi cuerpo. El calor estaba dentro de mí.

La quemadura creció se elevó y alcanzó su punto máximo, y de nuevo se elevó hasta que sobrepasó cualquier cosa que haya sentido alguna vez.

Sentí el pulso detrás de ese furioso fuego ahora en mi pecho, y me di cuenta que había encontrado mi corazón otra vez, justo en el momento que hubiera deseado no hacerlo. Deseaba haber abrazado esa oscuridad cuando todavía podía. Quería levantar mis brazos y agarrar mi pecho abierto y arrancar mi corazón cualquier cosa pasa deshacerme de esta tortura. Pero no podía sentir mis brazos, ni siquiera uno de mis dedos.

Blaine, rompiendo mi pierna con su pie. Eso no era nada. Eso era un cómodo lugar para descansar en una cama de plumas. Lo tomaría ahora, unas cien veces más. Cien fracturas. Lo tomaría y estaría agradecida.

La bebé, golpeando mis costillas, rompiendo todo a su camino a través de mi, parte por parte. Eso no era nada. Eso era flotar en una piscina con agua fría. Lo tomaría unas cien veces más y estaría agradecida.

El fuego ardió más y yo quería gritar. Rogar porque alguien me matara ahora, antes que vivir un segundo más en este dolor. Pero no podía mover mis labios. El peso seguía allí, aplastándome.

Me di cuenta que la oscuridad no era lo que me mantenía abajo; era mi cuerpo. Tan pesado. Enterrándome en las llamas que ahora salía de mi corazón, extendiéndose con un dolor casi imposible a través de mis hombros y estómago, subiendo por mi garganta, lamiéndome en la cara.

¿Por qué no me podía mover? ¿Por qué no podía grita? Esto no era parte de las historias.

Mi mente estaba insoportablemente clara cortada por el dolor tan feroz vi la respuesta tan rápido como formulaba las preguntas.

La morfina.

Parecía que había pasado un millón de muertes desde que discutimos eso Santana, William y yo. Santana y William tenía la esperanza que suficientes analgésicos me ayudarían a combatir el dolor del veneno. William lo había intentado con Puck, pero el veneno había quemado, más allá de la medicina, sellando sus venas. No había tiempo para extender eso.

Yo había mantenido un rostro tranquilo y agradecí mis raras estrellas que Santana no pudiese leer mi mente.

Ya que yo tenía morfina y veneno juntos en mi sistema antes, sabía la verdad. Sabía que la anestesia de la medicina era irrelevante mientras el veneno se esparcía por mis venas. Pero no había manera en que yo vaya a mencionar ese hecho. Nada que lo haría estar convencido de no cambiarme.

No había adivinado que la morfina tuviera ese efecto que me sujetaría y me amordazaría. Manteniéndome paralizada mientras me quemaba.

Sabía todas las historias. Sabía que William no había hecho nada, se había quedado lo suficientemente quieto como para evitar descubrir por qué se quemaba. Sabía que, según Kitty, no hacía nada bien en gritar. Y tuve la esperanza que yo podía hacer como William. Creería las palabras de Kitty y mantendría mi boca cerrada. Porque sabía que cualquier grito que escapara de mi boca atormentaría a Santana.

Ahora parecía una broma de mal gusto que yo estaba cumpliendo mi deseo.

Si no pudiera gritar, ¿cómo podría decirles que me mataran?

Todo lo que quería era morir. Nunca haber nacido. Todo el dolor de mi existencia no se asemejaba a esto. No valía vivir con eso por un solo latido más.

Déjame morir, déjame morir, déjame morir.

Y, por un momento que parecía nunca acabarse, era todo lo que había. Sólo la tortura encendida, mis chillidos silenciosos, suplicando que la muerte llegue. Nada más, ni siquiera más tiempo. Para hacer esto infinito, sin un comienzo y sin un final. Un infinito momento de dolor.

El único cambio llegó cuando de repente, imposiblemente, mi dolor se dobló. La parte inferior de mi cuerpo, amortiguado por la morfina, de pronto estaba quemándose también. Alguna conexión rota se había arreglado tejidos todos juntos por dedos de fuego ardiente.

La interminable quemadura seguía violentamente.

Pudieron haber sido segundos o días, semanas o años, pero eventualmente, el tiempo pasó a significar algo, de nuevo.

Tres cosas pasaron juntas, creciendo de una en otra por eso no supe cuál fue la primera: el tiempo restaurado, el peso de la morfina descolorándose y me hice más fuerte.

Podía sentir que el control de mi cuerpo regresaba a mi incrementándose, y esos incrementos fueron mi primera señal de que el tiempo transcurría. Lo supe cuando fui capaz de mover nerviosamente mis pies y mis dedos y cerrarlos en puño. Lo sabía, pero no actuaba en ello.

Aunque el fuego no bajaba ni un solo grado de hecho, empecé a desarrollar una nueva capacidad para experimentar, una nueva sensación que apreciar, separadamente, cada lengua abrasadora de la llama que lamió por mis venas descubrí que podía pensar a pesar de ello.

Podía recordar por qué no debí gritar. Pude recordar la razón por qué me había comprometido a resistir esa interminable agonía. Podía recordarlo, sin embargo, se sintió imposible ahora, había algo que quizá valía la tortura.

Esto pasó justo a tiempo para sostenerme cuando el peso dejó mi cuerpo. Cualquiera que estuviera viéndome, no veía cambios. Pero para mí, mientras mantuviera los gritos y las sacudidas dentro de mi cuerpo, donde no podían herir a nadie más, se sintió como si hubiera ido de ser atada a jugarme por mi vida mientras me quemaba, de agarrarme de esa jugada a sostenerme en el fuego.

Tenía sólo la suficiente fuerza para quedarme echada allí inmóvil mientras era carbonizada viva.

Mi sentido del oído se hizo más y más claro, y podía contar los latidos frenéticos de mi corazón marcando el tiempo.

Pude contar los alientos superficiales que jadeaban a través de mis dientes.

Pude contar los más mínimos, incluso las respiraciones que venían de algún lugar cerca de mí. Éstos se movían lentamente, para que yo pudiera concentrarme en ellos. Ellos significaron la mayor parte del tiempo que pasaba. Inclusive más que un reloj de péndulo, esos alientos me empujaron a través de los segundos quemantes hacia el final.

Continuaba haciéndome fuerte, mis pensamientos se hacían más claros. Cuando nuevos sonidos llegaron, podía oírlos.

Había claros pasos, el susurro del aire impulsado por una puerta abierta. Los pasos se acercaban más, sentí presión en la parte interna de mi muñeca. No podía sentir el frío de esos dedos. El fuego había herido toda memoria del frío.

—¿Todavía no hay cambios?
—Ninguno.

La presión ahora más clara, respiraba contra mi piel quemada.

—No hay olor de morfina
—Lo sé
—¿Britt? ¿Puedes oírme?

Supe, a pesar de toda duda, que si yo desbloqueaba mis dientes, lo perdería yo chillaría y chillaría y me retorcería. Si abría mis ojos, si sólo tiraba de un dedo cualquier cambio sería el fin de mi control.

—¿Britt? ¿Britt? ¿Amor? ¿Puedes abrir tus ojos? ¿Puedes apretar mi mano?

Presión en mis dedos. Sería difícil no responder a esa voz, pero estaba paralizada. Sabía que el dolor en su voz ahora no era nada comparado a lo que podría ser. Ahora lo único que el temía era si yo estaba sufriendo.

—Quizá… William, quizá fue demasiado tarde. — Su voz era sorda; se quebró en la palabra tarde.

Mi resolución vaciló por un segundo.

—Escucha su corazón, Santana. Es más fuerte incluso que el de Puck. Nunca había oído algo tan vital. Ella sería perfecta

Si, yo tenía razón en quedarme quieta. William la tranquilizaría. Ella no necesitaba sufrir conmigo.

—¿Y su-su espina?
—Sus heridas no fueron peores que las de Emma. El veneno la curará, así como hizo con Emma.
—Pero ella está así todavía. Debí haber hecho algo mal.
—O algo bien, Santana. Hija, tu hiciste todo lo que yo habría hecho y más. No estoy seguro si yo hubiera tenido esa persistencia, esa fe que tomaste para salvarla. Deja de reprobarte. Britt estará bien.

Un susurro quebrado.

—Ella debe estar agonizando
—No sabemos eso. Tenía tanta morfina en su sistema. No sabemos el efecto que tendría en su experiencia.

Sentí una presión débil en mi codo. Otro susurro.

—Britt, te amo. Britt, lo siento.

Quería tanto poder contestarle, pero no haría su dolor empeorar. No mientras tuviera fuerza para mantenerme.

Por todo esto, el fuego atroz fue directamente a quemarme. Pero había tanto espacio en mi cabeza ahora. Espacio para mirar hacia el futuro, con todavía otro espacio interminable para sufrir.

También había espacio para preocuparse.

¿Dónde estaba mi bebé? ¿Por qué no estaba ella aquí? ¿Por qué no hablaban de ella?

—No, estoy justo aquí — Santana susurró, respondiendo mis pensamientos no dichos. —Ellos lo resolverán
—Una situación interesante — William respondió. —y yo que creí haberlo visto todo.
—Lidiaré con eso después. Nosotros lidiaremos con eso — algo presionó suavemente mi palma abrasadora.
—Estoy segura, entre los cinco de nosotros, podemos mantenerlo así y no dejar que esto se convierta en una matanza.

Santana suspiró

—no sé que lado tomar. Amaría azotarlas a las dos. Bueno, después.
—Me pregunto que pensará Britt qué lado tomaría — William musitó.

Una sonrisa baja, estirada.

—Estoy segura que me sorprenderá. Siempre lo hace.

Los pasos de William se desvanecieron de nuevo, y yo estaba frustrada porque no había más explicaciones. ¿Estaban hablando tan misteriosamente sólo para molestarme?

Volví a contar los alientos de Santana para marcar el tiempo.

Diez mil, novecientos cuarenta y tres respiraciones después, unos pasos diferentes susurraron en la habitación. Claros, más…rítmicos.

Era extraño que yo pudiera distinguir la menuda diferencia entre los pasos que nunca había sido capaz de oír en absoluto hoy.

—¿Cuánto más? — Santana preguntó.
—No será mucho ya — Rachel le dijo. —¿Ves cuán clara se está volviendo? Puedo verla mucho mejor — Musitó.
—¿Todavía te sientes un poco amarga?
—Sí, muchas gracias por sacar el tema. — Ella se quejó. —Estarías mortificada también, si te dieras cuenta que fuiste esposada por tu propia naturaleza. Veo mejores vampiros, porque yo soy una; veo humanos bien, porque yo fui una. Pero no puedo ver esos mestizos raros en absoluto porque no son nada que haya experimentado antes. Bah!
—Concéntrate, Rach
—Claro, es más fácil ver a Britt ahora.

Hubo un largo momento de silencio, y luego Santana musitó. Era un nuevo sonido, más feliz.

—Ella realmente va estar bien — suspiró.
—Claro que si
—Tu no estabas tan optimista dos días atrás
—No podía ver bien hace dos días. Pero ahora estás libre de todos esos puntos ciegos, es un pedazo de torta.
—¿Podrías concentrarte por mi? En la hora dame un aproximado.

Rachel musitó.

—Tan impaciente. Está bien. Dame un segundo

Respirando despacio.

—Gracias, Rach. — Su voz era más brillante.

¿Cuanto mas? ¿No podían por lo menos decirlo fuerte para mí? ¿Era mucho pedir eso? ¿Cuántos segundo más me quemaría? ¿Diez mil? ¿Veinte? ¿Otro día ochenta y seis mil, cuatrocientos? ¿Más que eso?

—Ella va estar deslumbrante

Santana gruño despacio.

—Ella siempre lo ha estado

Rachel bufó.

—Sabes lo que quiero decir. Mírala

Santana no respondió, pero las palabras de Rachel me dieron la esperanza que quizá no parecía la briqueta de carbón que yo me sentía. Era como si ya debería estar una pila de carbonizados huesos. Cada célula en mi cuerpo había sido reducida a ceniza.

Escuche la brisa cuando Rachel salió del cuarto. Oí el rozar de la tela cuando ella se movió. Oí el zumbido de la luz colgando del techo. Oí el débil viendo cepillando contra la parte de afuera de la casa. Podía oír todo.

Abajo, alguien estaba viendo un partido. Los Mariners ganaban por dos.

—Es mi turno. — Escuché a Kitty decirle a alguien, y allí había un bajo gruñido en respuesta.
—Hey, ahora. — Puck advirtió.

Alguien silbó.

Escuché por algo más, pero no había nada más que el juego. Baseball no era lo suficientemente interesante para mantenerme distraída del dolor, entonces escuche la respiración de Santana de nuevo, contando los segundos.

Veintiún mil, novecientos diecisiete y medio segundo después, el dolor cambió.

Una de las cosas de la parte buena, empezó a decolorarse desde la yema de mis dedos de las manos y de los pies. Decolorándose lentamente, pero al menos era algo nuevo. Esto tenía que ser. El dolor estaba saliéndose…

Y luego malas noticias. El fuego en mi garganta no fue lo mismo de antes. No solamente ardía, sino que también me la secaba. Tan seca como hueso. Tan sedienta. El fuego quemaba, y quemaba la sed.

También malas noticias: el fuego dentro de mi corazón se hizo peor.

¿Cómo era eso posible?

Mis latidos, ya demasiado rápidos, se levantaron-el fuego condujo su ritmo a un nuevo paso frenético.

—William — Santana llamó. Su voz era baja pero clara. Yo sabía que William lo oiría, si estuviera cerca o en la casa.

El fuego se retiraba de mis palmas, dejándolas felizmente sin dolor y frías. Pero se retiraba a mi corazón, el cuál ardió tan caliente como el sol y latió a una nueva furiosa velocidad.

William entró en el cuarto, Rachel a su lado. Sus pasos eran tan distintos, incluso podía decir que William estaba en la derecha, y un pie delante de Rachel.

—Escuchen — Santana les dijo.

El sonido más alto en el cuarto era mi frenético corazón, punzando al ritmo del fuego.

—Ah — dijo William. —Ya casi termina

Mi alivio en sus palabras fue eclipsado por el dolor insoportable en mi corazón.

Mis muñecas estaban libres, mis tobillos también. El fuego se había extinguido por completo allí.

—Pronto — agregó Rachel impaciente. —Traeré a los otros. ¿Debería tomar Kitty…?
—Sí, mantén al bebé alejado

¿Qué? No. ¡No! ¿Qué quería decir? Mantener a mi bebé alejado. ¿En qué estaba pensando?

Estiré mis dedos la irritación se abrió camino a través de mi perfecta fachada. El cuarto estaba silencio a no ser por el martilleo de mi corazón mientras ellos contenían la respiración por un segundo en respuesta.

Una mano apretó mis voluntariosos dedos.

—¿Britt? ¿Britt? ¿Amor?

¿Podría responderle sin gritar? Lo consideré por un momento, y luego el fuego rasgó más caliente todavía a través de mi pecho, viniendo de mis codos i rodillas. Mejor no intentarlo.

—Los traeré ahora mismo — Dijo Rachel, con un ligero tono urgente, y yo escuche el sonido del viendo mientras se alejaba.
Y luego ¡oh!

Mi corazón se salió, golpeando como las asas de un helicóptero, el sonido como sola nota sostenida; sentí como si esto demoliera mis costillas. El fuego flameó en el centro de mi pecho, absorbiendo las últimas llamas de fuego del resto de mi cuerpo para abastecer de combustible la más grande quemadura. El dolor era suficiente para atontarme, para atravesar mi control de hierro en el juego. Mi espalda se arqueó, doblada como si el fuego me arrastrara hacia arriba desde mi corazón.

Dejé que ninguna otra pieza de mi cuerpo rompiera fila mientras mi torso estaba caído hacia la mesa.

Se convirtió en una batalla dentro de mi, mi sobresaltado corazón hacía carrera contra el fuego. Los dos iban perdiendo. El fuego estaba condenado, habiendo consumido todo lo que le servía de combustible; mi corazón galopeó hacia su último latido.

El fuego se restringía, concentrándose dentro de ese único órgano humano con una oleada final, insoportablemente. La oleada fue respondida por un profundo ruido sordo, como un hueco. Mi corazón tartamudeó dos veces, y luego sonó quieto de nuevo sólo una vez más.

No había sonidos. No respiraciones. Ni siquiera las mías.

Por un momento, la ausencia del dolor fue todo lo que yo pude comprender.

Y luego abrí mis ojos y me miré fijamente, en espera.


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El mundo de Brittany

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