Gleek Latino
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Primer15
Image hosted by servimg.com

Image hosted by servimg.com
Image hosted by servimg.com
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Coment10
Últimos temas
» Ayudenme a encontrarlos
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyLun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T

» Busco fanfic brittana
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyLun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66

» Busco fanfic
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptySáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken

» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyJue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604

» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyMar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28

» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyDom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28

» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyVie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604

» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyMar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyLun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es

» Que pasó con Naya?
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyMiér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es

» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyJue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es

» No abandonen
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyMiér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303

» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyVie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303

» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyLun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli

» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyDom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic

» brittana. amor y hierro capitulo 10
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyMiér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic

» holaaa,he vuelto
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyJue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyMiér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyMiér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 EmptyLun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1

Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Encues10
Sondeo

Musical Favorito Glee 5x15 Bash

Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Topeba1011%Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Topeba10 11% [ 4 ]
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Topeba1019%Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Topeba10 19% [ 7 ]
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Topeba1011%Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Topeba10 11% [ 4 ]
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Topeba1024%Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Topeba10 24% [ 9 ]
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Topeba1027%Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Topeba10 27% [ 10 ]
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Topeba108%Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Topeba10 8% [ 3 ]

Votos Totales : 37

Image hosted by servimg.com
Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 Gleeka10
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios

Disclaimer
Image hosted by servimg.com
·Nombre: Gleek Latino
·Creación: 13 Nov 2009
·Host: Foroactivo
·Versión: GS5
Glee
Image hosted by servimg.com
Publicidad

Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

+3
Tati.94
3:)
monica.santander
7 participantes

Página 4 de 6. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6  Siguiente

Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por monica.santander Lun Ene 30, 2017 10:47 pm

Que linda situación la que vive San y Britt!!!!!
Saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por JVM Miér Feb 01, 2017 2:33 pm

Pues en estos momentos formaron la familia que San venia soñando desde que la bruja esa le mostró lo que podría ser su vida. Y aunque las cosas no son perfectas como dice ella ahora solo debe disfrutar
JVM
JVM
-
-

Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Jue Feb 02, 2017 6:39 am

CAPITULO 20

BRITTANY


Rechel estaba más que dispuesta a ayudarme.

—Sé que solo te has ido un día, pero ya te extraño. Esta mañana tuve que lavar mi propia ropa sucia. Y
anoche tuve que cocinar. Fue horrible.

Me reí. —Oh, ahora veo por qué todavía no me has sacado.

—Lo sé. Nadie tiene a una criada viviendo gratis. En serio Britt., nunca me di cuenta de lo mucho que hiciste en nuestra casa desde que viniste a quedarte on nosotras Britt. Pero sin duda,Quinn y yo lo notamos después de que nació Sky y te quedaste en el hospital. Te das cuenta de que no tienes que hacerte cargo de cocinar y de la tareas de la casa solo porque te dejamos quedar, ¿verdad?

Me encogí de hombros, incapaz de decirle la necesidad tan fuerte que tenía de pagarles de alguna forma.

—De verdad lo disfruto. Nunca tuve que hacer ese tipo de cosas cuando crecí. Siempre tuvimos personas que cocinaran y limpiaran por nosotros, y mi madre hacía parecer que las tareas domésticas estaban por debajo de nosotros.

—Dios, es loco lo diferente que son nuestras madres cuando fueron criadas por los mismos padres.

Rechel frenó en la entrada de la primera tienda de comestibles que encontramos en el vecindario de San. Dios, ¿esa era una prostituta esperando justo afuera de la entrada? Cuando un carro destartalado se detuvo a su lado, la ventana del lado del pasajero bajó y el conductor le agitó algo de dinero en
efectivo. Ella cojeó en su falda apretada y sus tacones y esperó en el asiento del pasajero. Rechel y yo intercambiamos miradas similares y cautelosas.

—Bueno —dijo mientras retrocedía hacia la salida y nos dirigíamos hacia la tienda a la que íbamos más cerca de su apartamento—. Mi mamá siempre me hizo limpiar mi habitación y lavar mi ropa cuando cumplí dieciséis. Entonces tenía una súper noche y un desayuno de un sábado en la mañana al mes.

Rechel no tenía idea de lo bueno que era tener a la tía Andrea como mamá y no a la mía. Pero no podía decirle lo afortunada que era. Así que me quedé callada y miré hacia atrás para comprobar a mis dos bebés. Eran tan lindos, trabados a sus sillas para coche, lado a lado. Santy parecía un gorila pesado al lado de mi pequeña Skyle y ella pálida al lado de su lindo tono de piel café. Tenían un contraste perfecto, y me sentí agradecida de tenerlos conmigo por el tiempo que Santy estuviera bajo mi cuidado. Sabía que iba a extrañarlo como loca cuando San ya no me necesitara.

****************

Ir de compras con Rechel y dos infantes fue una gran experiencia.

Necesitábamos dos carritos de compra para llevar a los dos niños, y juro que Rechel tenía un ohh y un ahh sobre cada marca de cereal y helado para niños algunas veces en el fondo era como de cinco años, pero amaba eso de ella.

Tuve que revisar los gabinetes de San antes de salir hacia la tienda para ver lo que necesitaba exactamente; lo juro, la lista habría sido más corta si en cambio hubiera escrito lo que no necesitaba. El hombre no tenía nada. Pero me dejó dinero, más del que Quinn y Rechel tenían para comprar comestibles. Así que podríamos haber llevado un poco.

Una cosa era segura, San no iba a quejarse por una despensa abastecida en cualquier momento pronto, y ahora Santy tenía pañales para varios meses.

Rechel tuvo el impulso de comprar una paleta en la caja. El olor a cerezas que salió tan pronto como lo desenvolvió y lo empezó, incluso antes de haberlo comprado, me llevó a lanzar mi propia paleta sobre el montón de comestibles.

Ella era una mala influencia.

En el apartamento de San, los bebés se durmieron en las sillas para coche mientras Rechel y yo nos sentábamos al frente, comiéndonos nuestras paletas.

En un semáforo, ella sacó la suya de su boca para menear sus cejas hacia mí.

—Entonces, ¿cómo fue pasar la noche con San?

Rodé los ojos y la señalé con mi paleta de forma amenazadora. —No empieces conmigo. Está casada.

—¿Y? Su esposa la dejo.

—Aún está casada con ella, y élla no va a cambiar eso pronto. Ya te conté por qué tiene que quedarse así.

Tuvo que hablar entre dientes alrededor de su paleta cuando la regresó a su boca. —Sí, todavía no entiendo por qué eso no te deja reclamarlo, para todos es obvio que están completamente enamorados.

—Porque está casado, Rech.

—¿Cuántas veces tenía que repetir eso?

—Sí, pero no es como un matrimonio real. Ni siquiera se han besado.

Suspiré. —Pero élla todavía se encuentra conectado de alguna forma a otra mujer. ¿Cómo te sentirías si Quinn se casara conmigo solo para darnos a Sky y a mí algún tipo de protección?

Rechel frunció el ceño al instante. —Eso es diferente.

Levanté las cejas. —Oh, ¿lo es? ¿Cómo?

—Porque... porque Quinn y yo ya estamos comprometidos.

—¿Y? —Levanté los brazos, necesitando más de una razón que eso—. ¿Qué pasa si San y yo empezamos algo y decidimos que también queremos comprometernos? ¿Entonces qué? No puede divorciarse de ella.

—Está bien. Tienes razón. —Rodó los ojos antes de murmurar—: Solo quería que tuvieras un felices para siempre, como lo encontré yo.

Bueno, también yo. Pero Rechel y yo éramos dos personas totalmente diferentes, y tuve la sensación de que nunca terminaría con ninguno de los regalos que a ella le fueron dados. Simplemente no me merezco eso, aunque ya recibí el más preciado paquete de todos, aún durmiendo la siesta al lado de Santy en el asiento trasero.

Rechel dejó el tema solo después de eso, gracias a Dios. Ella terminó quedándose el resto de la tarde para ayudarme a guardar los comestibles y jugar con los bebés.

Ella puso la canción “Happy” de Pharrell en su iPhone y bailó con Santy en la cocina mientras Skly dormía la siesta en el portabebé, y yo terminé como la ayudante para hacer las hamburguesas que cocinaba. San entró desde la cochera en medio de nuestra fiesta de preparación de cena.

—Oye, hombrecito, ¿adivina quién llegó a casa? —Rechel le sonrió a San antes de soltar un silbido bajo de apreciación—. Guau. Sabes, todos las chicas Forbidden lucen bien en esas ajustadas camisetas negras que tienen que vestir para el club, pero este aspecto de taller mecánico grasiento y fresco te sienta
incluso mejor. Deliciosa.

San me dirigió una mirada sorprendida. —¿La mujer de Fabrey tiene algo por mí?

—¿Qué? —preguntó Rechel, sin tener idea—. Puedo apreciar la atractiva estética de la belleza Femenina cada vez que la veo. A Quinn no le importa si miro; sabe que nadie se le compara, pero en serio, tendré que comprar también este atuendo para él, así podemos jugar al Mecánico Travieso en algún
momento.

—Guau. —San sacudió la cabeza, aturdida—. Eres completamente lo contrario de tu novia, ¿no es así?

Rechel frunció el ceño. —¿Qué quieres decir?

—En el trabajo, esa muchacha evita a las mujeres como a la peste, nunca les echa un vistazo, nunca comparte detalles sobre ustedes dos... quiero decir, aparte de la cosa de la mermelada.

Rechel se quedó sin aliento, tornándose de un brillante rojo tomate. —La mataré por eso. Ahora, si ustedes dos me disculpan, tengo que ir a casa y… castigar a mi mujer, probablemente con una de linda fresa o uva. —Se tocó la barbilla pensativa—. Aunque tiene una afinidad por la mermelada de durazno.

Mientras San se soltó riendo, rodé los ojos. —Bueno, suficiente. Corten ese tipo de plática. No en frente de mis niños, por favor.

Rechel arqueó una ceja. —¿Tus niños?

Me sonrojé demasiado, y encontré la mirada sonriente de San antes de fruncirle el ceño a mi prima. —Los niños. Grr. Solo... deja de corregir mi gramática. Ve a casa y castiga a tu novao con mermelada de sabor, ya.

Rechel echó su cabeza hacia atrás y soltó una carcajada antes de girarse hacia San y entregarle a Santy.

—Tuyo, creo.

—Gracias. —Tomó al niño en sus brazos—. Y gracias por hacerle compañía a Campanita hoy.

—No, gracias a ti por arreglar mi motor —respondi Rechel con una pequeña reverencia—. Funciona como un coche completamente nuevo.

Élla suspiró, en desacuerdo. —Aún es un pedazo de mierda, así que hazme saber si algo suena extraño o actúa raro, especialmente si seguirás llevando a mis niños por todos lados en él.

Rechel me miró en respuesta con una cara gratamente sorprendida, antes de gesticular las palabras—: Élla es un guardián. —Luego, se giró de nuevo hacia San y le acarició la mejilla indulgentemente—. Lo haré, jefe. Asumo que Britt. dormirá aquí de nuevo, ya que comprobé el horario de trabajo de Quinn y sé
que trabajarás esta noche en el club.

San me miró, pero se giró para responderle a Rechel antes de esperar mi
respuesta. —Suena como un plan.

Rechel le guiñó un ojo. —Entonces, cuida de mis niñas por mí.

Se puso de puntitas y le dio un rápido beso en su mejilla, justo donde acababa de acariciarlo. Luego se despidió de mí con su mano. —Hasta luego, Campanita. Te quiero.

Rodé los ojos. —Adiós, Sweet Pea. También te quiero.

Después de que Rechel salió de la habitación, oímos la puerta abrirse y cerrarse, y San levantó las cejas.

—Guau. ¿Siempre es tan...?

Me reí. —Sí. Sí, lo es. Pero la amo a muerte. Es la única persona en la que sé que puedo confiar implícitamente.

Su sonrisa se desvaneció y sus ojos se volvieron cálidos y cariñosos.

—También puedes confiar en mí, ya lo sabes. Nunca dejaría que nada malo te suceda.

Aunque sabía que su afirmación tal vez no podría ser respaldada en el mundo real, era agradable escucharlo decir eso tan firmemente.

—Bueno, tú eres mi héroina —dije, haciendo que la declaración sonara frívola mientras arrojaba mi cabello sobre el hombro—. No esperaría nada menos de ti.

Me encantó saber que podía hacer tales afirmaciones arrogantes y audaces, y que élla supiera que no era seria al respecto.

Sonrió e hizo un gesto hacia la mesa, que ya estaba puesta con sus platos disparejos y cubiertos, sacando una silla para que me sentara. —¿Mi señora?

—Vaya, gracias. —Ya que Santy podía sentarse bastante bien en la silla alta que San le compró a la señora Rojas, lo coloqué en ella y le abroché el cinturón. Después de asegurarme de que Skye seguía durmiendo en el portabebé, me senté en mi silla y San la acercó a la mesa por mí.

Gimió y cerró los ojos después de tomar su primer bocado. —Engordaré si continuas alimentándome de esta manera. —Su voz era ahogada por tener la boca llena de fideos.

Resoplé y agité una mano, esperando hasta tragar para decir—: Oh, por favor. Calenté una pizza congelada, serví un plato de cereal, y revolví pasta.

Definitivamente no es cocina gourmet. En todo caso, este tipo de comidas miserables te hará perder peso.

—Créeme. Estas han sido tres comidas más de lo que nadie ha cocinado para mí en años.

No me gustó saber que nadie cuidó de élla. Era el tipo de hombre especial que debería ser mimado. Y a mí me encantaba dar esta mierda de mimos. Mi madre se horrorizaría si me viera ahora, pero en realidad adoraba ser ama de casa.

Creo que la vida de mamá me completaba.

ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Jue Feb 02, 2017 6:50 am

CAPITULO 21

SANTANA

Esa noche, llegué a casa del trabajo para encontrar a Brittany acurrucada en el sofá durmiendo.

—Oh, demonios, no. —Esto no iba a pasarme.

Si ella iba a pasar la noche en mi apartamento, no la quería en ninguna otra parte que en mi cama. Así que la recogí y la llevé a mi habitación. Ella se movió a lo largo del camino.

—¿San? —Amaba su voz soñolienta, especialmente cuando ella decía mi nombre—. ¿Qué estás haciendo?

—No vas a dormir en ese sofá.

Se acurrucó más plenamente en mí y apoyó la mejilla en mi hombro. — Bueno, tú tampoco deberías.

Negué con la cabeza. —Mi casa, mis reglas. No se le permite a la nueva madre sexy dormir en nada más que una cama.

Ninguno de las dos mencionó la cama extra en la habitación de Eleine, y ella tenía que saber que estaba allí. Había pasado la puerta abierta para llegar a mi habitación no sé cuántas veces.

Supongo que en silencio estaríamos de acuerdo en que estaba fuera de los límites. Pero se sentía mal para ella dormir donde Eleine había dormido. Se sentía como si Eleine hubiera ensuciado el colchón y lo hizo demasiado sucio para los gustos de mi Campanita.

Al entrar en mi habitación, vi que los dos bebés dormían en la cuna. Tuve que sonreír. Podrían haber sido hermanos. Era como si esto fuera cómo las cosas estaban destinadas a ser.

Brittany no se resistió cuando la puse en el colchón, pero agarró mi camisa cuando intenté enderezarme.

—Tú también te quedas. En esta cama cabemos ambos, y estoy lejos de ser una modesta y virginal doncella. Además, confío en ti.

La parte de Confió en ti me convenció. La sangre subió por mis venas, caliente y gruesa. Mi piel se erizó, de repente muy sensible. Iba a dormir al lado de mi Campanita.

Oh, mierda. Ella iba a estar a mi lado, toda la noche.

Mi excitación palpitaba dolorosamente dura, pero asentí porque de ninguna manera iba a negarme.

Entonces contuve la respiración, con un miedo irracional de que ella recuperara su sensatez si respiraba mal. Si supiera lo mucho que me excitaba la idea de acostarme a su lado, probablemente enloquecería.

—Solo... Eh, solo déjame cambiarme, y vuelvo.

Ella ya se había vuelto a dormir al momento en que regresé, usando una camiseta agujerada y un par de pantalones de chándal. Se había deslizado hasta el borde exterior, probablemente para tomar el lado más cercano a los niños, lo que significaba que tuve que trepar sobre ella para llegar a la parte interior de la cama presionada contra la pared.

—Buenas noches, Campanita —le dije en voz baja antes de besar la coronilla de su cabeza.

—Mhm —fue su única respuesta.

Sonreí, apagué las luces y me metí con ella. Las rubias trenzas de seda de su pelo, iluminadas por la luz que estaba enchufada junto a la cuna, parecían hilos de oro. Quería extender la mano y tocarlo, pasar mis dedos a través de él, y llevarlo a mi nariz para oler. Pero era una buena chica y mantuve mis manos
lejos de la mujer con la que había estado soñando durante la última década.

Ella se encontraba a escasos centímetros de distancia, segura y protegida, y tan condenadamente hermosa. Nuestros niños dormían a unos metros de nosotros.

La vida era malditamente espectacular.

Me quedé dormido con una sonrisa. Y de nuevo, me dormí hasta que Santy me despertó en la mitad de la noche.


*******************

La noche siguiente, Brittany se quedó otra vez, y durmió en mi cama. Una vez más. Y otra vez, me metí debajo de las sábanas con ella después que llegué a casa del trabajo en el club.

Pero a diferencia de las dos noches anteriores, me despertaron los sonidos de succión en la madrugada.

—¿Santy? —murmuré, rodando hacia ella.

—Ya se ha ido a dormir —respondió ella—. Ahora estoy con Skye

Mierda, ella no debía levantarse muchas veces. —¿Necesitas que haga algo?

—Nop. Está todo cubierto. —Y así lo hizo; ella había arrojado una manta por encima de su hombro, cubriendo toda la acción.

Mis ojos entrecerrados de repente no estaban tan entrecerrados por el sueño. —¿Estás amamantando?

—Ajá.

Suspiré y volví a cerrar los ojos. —Eso es tan ardiente. Las madres que amamantan son geniales. Si no estuviera tan cansada, estaría increíblemente excitada en este momento.

Al diablo; ya me estaba poniendo dura.

Se rió en voz baja. —Vuelve a la cama, Santana.

Sonreí. —Llámame así otra vez.

—Santana. —Jugó con mi pelo con sus dedos.

Maldita sea. —Sí, esta noche voy a tener un sueño húmedo sobre esto. Entonces volví a dormir con su increíble risa.
ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por micky morales Jue Feb 02, 2017 7:11 am

Son tan lindas como familia, y santana tan respetuosa hace que brittany se sienta mas atraida por ella!!!!!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por monica.santander Jue Feb 02, 2017 10:45 pm

Me encantan juntas!!!!!!
Saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por 3:) Vie Feb 03, 2017 9:56 am

amo como san trata a britt,.. y el respeto que le tiene,...
amo la famila que formaron,..!!
a ver como va la vida,.. y quien cae primero en la tentacion!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por JVM Sáb Feb 04, 2017 2:15 am

Jajajajaja simplemente son perfectas juntas, no hay nada que decir así es como deberían ser las cosas sin el matrimonio en medio de ellas.
JVM
JVM
-
-

Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Sáb Feb 04, 2017 6:49 am

CAPITULO 22

BRTTANY


Al inicio del cuarto día jugando a la niñera Piece, estaba agotada, y sin embargo extrañamente vigorizada. Me sentía bien. Bien conmigo misma, sobre lo que hacía para San y Santy, por cómo pasaban mis días.

Simplemente con todo.

Sin embargo el cansancio empezaba a afectarme. Hoy en día, me iba a dormir siempre que los niños lo hicieron. Además, me puse al día con todas las tareas domésticas, a pesar de que San insistía en que no tenía que hacer tanto. Me sentí mejor estando en un lugar más limpio, además de que quería ayudarle
desde que trabajaba como un perro. Y tuve que admitir que me encantó todo el aprecio que vi en sus ojos cada vez que venía a casa para una comida caliente o sábanas recién lavadas.

Oh, Dios. Me parecía a June Cleaver.

Siempre me había burlado de esas mujeres que no trabajaban, que se quedaban en casa, como una pequeña ama de casa obediente, descalza y embarazada, y siempre sudando sobre una estufa caliente.

Pero después de ser esa mujer por los últimos tres días, sabía que nunca volvería a burlarme de ellas de nuevo.

Esta clase de vida adquiría un gran poder. No era un trabajo cómodo; era como una mano de obra esclava. Estaba tan cansada que a veces mis párpados dolían de mantenerlos abiertos a la fuerza. No me importaba cuánto Pick estaba pagando, ninguna cantidad de dinero jamás lo compensaría. Excepto, que ya me sentía compensaba. Me fui a la cama todas las noches con una sensación impresionante, sabiendo que había logrado algo. Me puse un plan de cómo hacer frente a todos mis deberes, y llegué a cada meta, cada día.

Honestamente nunca me sentí tan bien conmigo misma como ahora. Fue esta emoción —este amor que estaba cultivando por los bebés que criaba, así como el hombre que me miraba como si no pudiera hacer nada malo— que hacía que valga la pena. Incluso cuando Santy se despertaba antes de lo habitual, justo después de que estuve con Skyle desde hacía dos horas, porque la chica no iba a volver a dormir, me sentía saciada.

Saliendo de la cama antes de que pudiera despertar a Skyle de nuevo, lo traje desde la cuna y volví al nido acogedor que había compartido con San dos noches seguidas. Pero San no se encontraba allí. Hice una pausa y ladeé la cabeza hasta que oí la ducha desde el único baño en el pasillo.
Vaya, ni siquiera me había agitado cuando sonó el despertador.

Tras acomodarnos Santy y yo en la cama, me apoyé algunas almohadas detrás de la espalda, así podía sentarme cómodamente, y luego empujé mi camisón para desabrochar el sujetador.

—¿Estas hambriento, hombrecito? —pregunté mientras lo acunaba en su posición y atraje su cara hasta mi pezón.

No me di cuenta de lo que acababa de hacer hasta que empezó a chupar.

La fuerza de sus tirones era mucho más fuerte que la de Skyle, y me sacó con brusquedad de mi niebla aturdida y medio dormida. Con un suspiro, me senté de golpe, de pronto completamente despierta.

—Oh, mierda. —Estaba amamantando a Santy.

Esto tenía que estar mal. Él no era mío, y yo solo lo cuidaba por un par de días.

¿Qué diría San si supiera?

Sin embargo, a Santy no pareció importarle. El chico seguía bebiendo mientras sus regordetes dedos descansaron posesivamente contra el lado de mi pecho.

Al instante, algo se suavizó dentro de mí. Le acaricié la cabeza, dejándolo alimentarse. Amamantar no era nada nuevo; debería estar bien. Y Skyle no se tomaría todo. La bebé prematura rara vez bebía mucho; había suficiente para dice que la leche materna era mucho mejor para un niño que la fórmula. Además, si ambos comían de esta manera, no tenía que levantarme tanto en medio de la noche, ir a la cocina, calentar un biberón, llevarlo de vuelta a la cama... bla bla bla.

Cuando me di cuenta que racionalizaba por qué no debía parar, me sonrojé. La pura verdad era que me gustaba cuidar de él de esta manera. Me gustó el vínculo, y amaba a este bebé.

Al final del pasillo, la puerta del baño se abrió. Contuve la respiración.

Oh, mierda, mierda, mierda. Unos pasos en el pasillo me instaron a tomar una manta cerca y tirarla por encima de mi hombro, cubriendo por completo al bebé que alimentaba. Empecé a tararear en mi cabeza, aquí no pasa nada.

San apareció en la puerta, vestido solo con una toalla. Mi boca se secó y se me olvidó lo que trataba de esconderle.

Se detuvo cuando me vio. —Oh. Estás despierta.

Estaba demasiado ocupada mirándola para responderla. Sí, yo estaba definitivamente despierta.

Hizo un gesto hacia su tocador. —Olvidé traer mi ropa al baño conmigo.

Cuando entró y cruzó la habitación para abrir el cajón de arriba, agité la mano. —Créeme, no me importa.

—En serio.

—En ese caso. —Me lanzó un guiño sobre el hombro y dejó caer la toalla.

Mi boca se abrió. Oh, dulce misericordia. San Lopez Desnuda se veía increíble desde la parte de atrás. Su trasero era estrecho y esculpido a la perfección, y sus músculos de la columna se veían lisos y brillantes, mojado de la ducha. Mi mirada recorrió arriba y abajo, luego hacia arriba y hacia abajo de nuevo. Solo tenía tatuados los brazos y el cuello, ¿no? Ah, y su corazón. Recordé haber tenido un vistazo de aquel en Forbidden durante la subasta, pero no había estado lo bastante cerca para ver qué había sido lo suficientemente especial para colocarlo directamente sobre su corazón.

Olvidé por completo los tatuajes cuando se inclinó para sacar un par de Bragas. Capte la visión más desnuda de la sombra de su coño y tuve que presionar mis piernas con fuerza. No se dio la vuelta hasta que tuvo un par de vaqueros y fue cerrando la cremallera y el sujetador puesto en el proceso.

—Oye, tienes un poco de baba. —Se limpió la comisura de la boca—. Ahí mismo.

Empecé a levantar los dedos para limpiar el desastre antes de que me diera cuenta que bromeaba. Estrechando los ojos, murmuré—: Cállate —y le saqué la lengua. Entonces me reí de mi propia estupidez. Mientras mi mirada atrapó el único tatuaje sobre su corazón y no pude resistir la curiosidad—. No me has dicho lo que significaba ese —dije, señalándolo con mi barbilla.

Se quedó inmóvil, con una de esas expresiones de te atrapé con la manoen-el-tarro-de-galletas.

Luego pasó brevemente los dedos sobre él como si quisiera ocultarlo. Encogiéndose de hombros, jaló una camiseta blanca. —Solo una lista de nombres —dijo y agarró una camisa de trabajo recién salida de su
armario antes de abotonarla.

Mierda, ocultaba algo. No podía dejar pasar esto. —Lo alcancé a ver en el club en la subasta. Pero nunca he estado lo suficientemente cerca para ver los detalles. ¿Cuáles son los nombres?

¡Já! Una pregunta directa. Vamos a ver como evade la respuesta.

—Solo... —Centró su atención en enderezar las arrugas inexistentes en su camisa—. Nombres.

No me desanimó. —¿De personas importantes?

—Ajá.

—¿Esto está de alguna manera relacionado con la razón por la que mi cumpleaños es el código de acceso a tu celular? Porque, ya sabes, también te negaste a hablar de eso.

Élla levantó la cara para fruncirme el ceño. Pero no dijo nada.

—Está bien. —Lancé una mano—. Sigue adelante y déjame fuera. Una vez más. —Levanté la barbilla en una forma aireada y pretenciosa—. Está bien. Digo, pensé que estábamos siendo amigos y hablamos de todo. Pero no te preocupes. Entiendo. Sabes lo peor acerca de mí, pero yo no necesito saber
nada sobre ti.

Sus hombros se desinflaron y su expresión se volvió sombría. —No seas así, Campanilla. Yo…

—¡Estoy bromeando! —interrumpí rodando los ojos con una risa forzada.

Bueno, está bien. Sentí una pequeña punzada por que no se sintiera lo bastante cómodo para compartir algo conmigo, pero en serio…

—No tienes que decirme algo que no quieras. Entiendo. De verdad. Y lo siento por bromar al respecto. No era mi intención que te lo tomes tan en serio.

Expulsó lo que esperaba fuera un suspiro de alivio, pero algo en su rostro me dijo que no estaba muy tranquilo. Abrí la boca para seguir y seguir pidiendo disculpas por hacerlo sentir culpable cuando un crujido desde la cuna nos llamó la atención.

San se apresuró a echarle un vistazo. —Voy por él —ofreció, solo para parar en seco cuando miró al bebé dentro. Sacó vacilante a Skyle de la cama y se volvió hacia mí. Cuando su mirada cayó y se fijó en el bulto donde Santy seguía teniendo su desayuno, sabía que me había atrapado.

—Britt... —dijo lentamente—. ¿Estás... alimentando a Santy?

—Um... —La culpa en mi cara me delató totalmente.

Sus ojos se abrieron de golpe. —Mierda.

—Lo siento. Lo siento mucho. —De inmediato aparté a Santy de mi pecho y me cubrí—. Estaba medio dormida y muy acostumbrada a cuidar de Skyle así. No me di cuenta lo que hacía hasta que él ya estaba aferrado... —Vacilé

cuando los ojos de San se abrieron ante esa descripción—. Pero él lo tomó de forma tan natural y parecía feliz, así que no quería molestarlo.

Ahora, sin embargo, parecía un poco quisquilloso desde que lo había interrumpido en mitad de la comida. Pero lo giré sobre mi hombro y comencé a acariciar su espalda de forma rápida y nerviosamente. Mi mirada buscó a San, tratando de medir su reacción, pero parecía más sorprendido que otra cosa.

—Oh, Dios. Crees que soy grosera y repugnante, ¿no?

—Creo que... —Negó con la cabeza como si no tuviera ni idea de lo que pensaba. Entonces pronunció—: Creo que estás alimentando a mi hijo de tu... tu...

—Se supone que es mucho más nutritivo de esta manera. —Hice un gesto vago a mis tetas—. Esta leche está llena de lucha contra la enfermedad... Cosas, ya sabes, para ayudar a protegerlo. Leí todo sobre ello. Obtendría una dieta mucho más saludable, más segura de esta forma. Además, Skyle nunca come
lo suficiente. En general tengo que sacar un poco para evitar que mis pechos se lastimen. ¿Y por qué diablos me estás mirando de esa manera?

Élla sonrió, y sabía que todo iba a estar bien. —Lo siento, yo solo... —Negó con la cabeza—. Esta tiene que ser la conversación más sexy que he tenido contigo. Por favor... Sigue hablando de tus pechos.

—Oh Dios mío. —Puse los ojos hacia el techo—. San, esto es serio. ¿Tienes un problema con lo que hice, o no?

Movió a Skyle en sus brazos, balanceándose adelante y atrás para mantenerla feliz. —¿Por qué iba a tener problemas? Acabas de enumerar un millón de razones por las que es mejor para él.

—Debido a que... No sé. Él no es mío. Seguro alguien tendría un problema con eso... Por alguna razón.

—Bueno, ya que no están aquí en esta habitación, que se jodan.

—Pero... —Cerré los ojos y sostuve a Santy apenas un poco más fuerte—. Qué pasaría si... y si provienen problemas de apego de esto... ¿O algo así? —Al igual que ya ocurría.

San se sentó en el borde de la cama al lado de mi cadera. —Campanita, eres lo mejor que le ha pasado a ese chico. No me importa si solo le queda un día contigo o veinte, solo sigue haciendo lo que haces hasta que tengas que irte, y yo adoraré para siempre el suelo que pisas. Debido a que un pequeño pedazo de paraíso es mejor que ninguno. Si surgen, con mucho gusto lidiare con los problemas de apego. ¿Entiendes?

Una sonrisa iluminó mi rostro. —Entiendo.


Pero, vaya, este hombre era demasiado bueno para ser verdad. Siempre sabía exactamente qué decir para hacerme sentir mejor. ¿Era de extrañar que hubiera sido capaz de dormir junto a élla toda la noche sin un solo reparo? Nunca había sido capaz de conciliar el sueño junto a otra mujer; lo impedían demasiados traumas infantiles persistentes. Pero no hubo reservas al instar a San para meterse en la cama conmigo. Claro, yo podría argumentar que había estado medio dormida y demasiado cansada para preocuparme.

Pero, sinceramente, me sentía total y absolutamente a salvo con élla. Me sentía protegida, y sabía que si alguna vez me tocaba, sería porque yo quería, y se aseguraría que lo disfrutara.

—Ten, intercambiemos —dije, alzando a Santy cuando Skyle comenzó a quejarse—. Ella también debe tener hambre.

Élla obedeció fácilmente, poniendo a mi hija en mi brazo libre. Después de que cambiamos, y metí a Skyle bajo mi manta, San entrecerró los ojos a un feliz y balbuceante Santy.

—Oh, no me sonrías con esa sonrisa lechosa, suertudo de mierda. No hay necesidad de refregármelo en la cara. Sé dónde ha estado esa boca.

—¡San! —Rodé los ojos.

Me lanzó una mirada inocente. —¿Qué? Me lo está refregando en la cara.

—Eres tan chica.

—Diablos, sí, soy una chica. ¿Qué esperabas que fuera?

Su sonrisa era lenta y seductora, y me recordó que acababa de ver su tenso coño desnuda. No sabía cómo iba a arreglármelas para vivir con élla durante una semana y media. Mantener las manos fuera de élla mientras dormía a su lado cada noche era ya un reto, pero ahora que había visto como lucía
debajo de la ropa, el desafío había aumentado a una misión imposible.

—Voy a hacerme un plato de cereal. ¿Quieres uno? —preguntó.

Entusiasmada por que élle pensara en preguntar y estuviera dispuesto a servir, sonreí. Oh, sí. Rechel había tenido razón. Éste era un incentivo.

Si tan solo estuviera disponible para quedármelo.

Negué con la cabeza. —No, gracias. Voy a agarrar un plátano más tarde.

Sus cejas se alzaron. —¿Plátano? ¿Tenemos plátanos?

Antes de que fuera capaz de responder, se había ido, disparado desde la habitación como un cohete. Segundos después, escuché—: ¡Mierda!

Marchó devuelta por el pasillo hasta que reapareció con un montón de alimentos cargados sobre el regazo de Santy mientras llevaba al pobre muchacho como un cuenco humano. - Britt, hay... Hay comida por todas partes. Y fruta. Me encanta la fruta.

Me reí, alegre de haber recordado ese detalle cuando fui de compras. — Lo sé. Lo compré, ¿recuerdas? ¿Con tu dinero?

—Pero... —Se acercó a la cama con su botín y dejó caer el montón del regazo de Santy al colchón junto a mí—. Hay manzanas y naranjas, ¿y qué mierda es esto? —Tomó un bocado antes de gemir—. No me importa. Su sabor es increíble.

—¿No has visto todo lo que compré anoche, o la noche anterior, cuando estabas en la cocina, comiendo la cena...? ¿Y el desayuno?

—No. —Negó mientras se sentaba a mi lado en la cama, colocando a Santy entre nosotros. Luego empezó un día de campo con la comida, dejando al niño comer brevemente su nectarina antes de robárselo de vuelta—. Estaba demasiado ocupado comiendo y mirándote, y corriendo a mi siguiente trabajo
entre el coqueteo de tu prima para notar mucho más.

—Oh, ella no estaba coqueteando contigo.

—Como sea. —Se encogió de hombros—. Sabes, si sigues tratándome así de bien, nunca podré dejar que te vayas.

No podía decir lo que sentía en realidad, que era, ¿quién dijo que quería irme? Pero lo pensé. Creo que íbamos a tener que preocuparnos más por mis problemas de apego que por los de Santy.

todos. Y todo el mundo
ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Sáb Feb 04, 2017 7:10 am

CAPITULO 23

SANTANA


La semana avanzaba. Y luego un par de días más. Vivía diariamente al máximo, de donde nadie podía bajarme, sin importar lo que hicieran o dijeran.

Siempre fui bueno dejándome llevar por la corriente y tomando las cosas con calma, pero ahora sonreía a pesar de todo. La vida era simplemente increíble.

No me importaba si despertaba cada mañana con mi coño palpitado que ni siquiera podía calmar masturbándome en la ducha. Despertaba al lado de ella. Con olor a lavanda en mis sábanas, su mano descansando junto a mi almohada a pocos centímetros de mi rostro, acurrucándonos accidentalmente
algunas noches. Sí, no tenía ninguna queja.

—Entonces, ¿cómo están funcionando las cosas con Britt? —me preguntó Quinn una noche, justo antes de que abriéramos el club, a donde en realidad llegué a tiempo para trabajar… por octava vez consecutiva.

Élla debió darse cuenta de que pensaba en Campanita, porque su sonrisa de complicidad me hizo fruncir el ceño.

—Oh, es… tú sabes… horrible. —Rodé los ojos exageradamente—. La cena está esperándome todas las noches cuando llego a casa. Mi apartamento está impecable. La ropa lavada está siempre doblada y guardada. Mi hijo está más feliz y sano de lo que jamás ha estado, y ésta mujer hermosa desfila delante
de mí, usando pantalones de yoga moldeados a su trasero. Simplemente, sí, es totalmente horrible.

Quinn empezó a reír. —No me di cuenta de lo mucho que hacía Britt. en nuestra casa, hasta que se fue. Inexplicablemente, como que la echamos de menos.

Fruncí el ceño, listo para decirle que no podría tenerla de regreso. Ella era mía.

—Aún así, no sabía que iba a mudarse contigo mientras cuidaba a tu hijo —añadió. Estrechando mis ojos, lo estudié, tratando de adivinar lo que decía.

Se encogió de hombros—. Sé que trabajas muchas horas, pero sé que algunas noches no trabajaste hasta tarde en Forbidden.

Con Britt siempre conseguimos llenar esas noches con razones para que se quedara hasta que, básicamente, era demasiado tarde para llevarla a casa de Quinn y Rechel. Una vez pedimos prestadas un par de sillas para los niños y dimos un paseo por el parque más cercano. Otra noche, cocinamos espaguetis juntos y terminamos hablando hasta casi pasada la medianoche.

Pero el comentario descarado de Quinn me hizo dar cuenta de lo que estuvimos haciendo. Jugaba a la casita con mi novia soñada, usando su tiempo prestado, y saboreando cada maldito minuto. Sin embargo, no me gustaron sus preguntas. Amenazaban mi paraíso.

—¿Qué tratas de decir, Fabrey?

Levantó las manos y se echó a reír inquietamente. —Oye, no me estoy quejando. Finalmente tengo a Rechel para mí solo, y eso es genial. Solo estoy… interesada. Ambas se metieron en este pequeño asunto doméstico… o lo que sea, demasiado fácil. ¿Qué va a suceder cuando recuperes a tu niñera regular?
¿Vas a enviarla a casa con nosotros sin mirar atrás? ¿O qué pasa si tu esposa regresa? ¿Dónde encaja Britt en esto?

Negué con la cabeza. —Mi esposa no… —me detuve, diciéndome que élla tenía razón. Lo que hacía con Britt era egoísta, y no podía durar. Gemí y desvié la mirada—. Entonces, ¿qué estás diciendo que debo hacer?

Se encogió de hombros. —Demonios, no tengo idea de lo que deberías hacer. Solo digo que no la lastimes. Mantenla contigo, envíala de vuelta, lo que sea. Pero si la lastimas, enojarás a Rechel. Y eso me cabreará a mí.

Asentí, un poco ofendida de que estuviera más preocupada por molestar a Rechel que por Campanita. Pero Reese era su novia, así que supongo que eso tenía sentido.

—Lo entiendo —asentí—. Y hablaré con Campanita al respecto. Ten por seguro que ella está obteniendo lo que quiere de esto.

Quinn se quedó en silencio después de eso, al parecer satisfecho por mi respuesta.

Pero nunca hablé con Brittany. Tenía demasiado miedo de que quisiera dejarme una vez que esto acabara, o tal vez que estuviera contando los días para liberarse de nosotros… como hizo Eleine.



************************


Tenía que suceder. Trece días después de que Campanita viniera a cuidar de mi hijo, la varicela se fue del departamento de mi vecina, y ya no eran potenciales amenazas de contagio.

Esa noche en la cena, Britt esperó hasta que estuvimos sentados en la mesa —Santy dando manotadas en la parte superior de su sillita alta y Skyle situada por encima de su hombro— antes de decir—: Así que, la señora Rojas llamó hoy…

La papa horneada que masticaba se atascó en mi garganta. ¿Por qué demonios la señora Rojas también llamó a la línea fija, cuando ya habíamos hablado por teléfono celular? Estuve intentando olvidar o al menos postergar responderle durante el mayor tiempo posible. Como tal vez otra semana más o
menos. Quizás, una década.

Britt me observó, tratando de leerme con su mirada. —Supongo que están todos saludables, y finalmente recuperarás a tu niñera regular.

Asentí y tomé mi vaso de té helado, incapaz de decir algo. Pero maldito té helado. La mujer incluso hizo té helado. ¿Cómo demonios se suponía que solamente iba a dejarla ir?

Bien. El té helado no tenía nada que ver con esto. Incluso si ella nunca hubiese limpiado o cocinado una maldita cosa, todavía querría que se quede.

—Skyle y yo empacamos las cosas esta tarde —agregó, apuñalándome directamente en el pecho con su anuncio casual—. Después de que los platos de la cena estén limpios, podemos llamar a Rechel para que venga a buscarnos.

—¡No! —Cuando Brittany parpadeó sorprendida, mi cara se calentó—. Es decir… —Mierda. Me pasé la mano por el cabello. —No tienes que llamarla. Con Luchador podemos llevarlas.

—Ah. —Sus hombros cayeron un centímetro y medio, y juro que vi decepción en sus ojos. Lo que encendió un fuego de esperanza en mi interior.

Abrí la boca para pedirle que se quedara, pero luego sonrió y añadió—: Eso sería genial. Gracias.

Demonios. ¿En qué diablos pensaba? No podía quedarme con ella por siempre.

Skyle salvó mi mortificado trasero al escoger ese momento para escupir, y Santy me ayudó lanzando su huevo de juguete por el borde de la sillita alta y llorando para que alguien se lo buscara. Pero eso fue solo una distracción temporal. Después de que con Britt trabajamos lado a lado para limpiar los platos, se limpió las manos contra sus caderas y se dio vuelta con una tensa y expectante sonrisa.

—Bueno —dijo.

—Yo, eh… —dejé salir un suspiro—. Puedo llevar tus cosas a mi coche.

Sus ojos azules se tornaron suaves y agradecidos. —Está bien. Gracias.

Asentí, me quedé parado un minuto, luego me di vuelta y salí de la cocina. Solo me tomó tres viajes conseguir que todo lo que ella acumuló en las pocas pasadas semanas entrara en el maletero, lo que significa, que después de solo tres breves viajes a mi coche y de vuelta de él, era tiempo de llevarla a
su casa.

Ambos nos encontrábamos callados mientras abrigábamos a los niños. Recogí los cargadores de Santy y Skyle, uno en cada mano. Brittany se colgó el bolso al hombro y lentamente miró alrededor de la habitación como diciéndole adiós. Luego se encogió de hombros y preguntó—: ¿Listos?

No pude responder así que me giré hacia la salida. Campanita sostuvo la puerta para mí, liderando el camino por las escaleras, y luego también abrió la puerta principal para mí. Quería decir: Trabajamos tan bien juntos, me parece una gran lástima terminar esto tan pronto, pero me tragué las ganas de hacerlo.

Una vez que los cuatros estuvimos con nuestros cinturones de seguridad puestos, busqué las llaves. Hubo un momento de silencio antes de que pudiera arrancar el motor y Santy hizo una mueca de dolor y empezó a gemir, lanzando sus brazos como si se preparara para un magnífico berrinche.

—Oye, está bien, hombrecito. —A pesar de que técnicamente ya no era mi niñera, Brittany desabrochó su cinturón de seguridad y se inclinó sobre el asiento para ver cómo estaba, encontrándole un juguete para que se aferrara y lo masticara.

Eché un vistazo y vi que ella lo calmaba. —Creo que ésta es su forma de decirte que no quiere que te vayas.

Brittany me envió una mirada aguda y abruptamente se giró, sentándose de nuevo hacia adelante. Me mordí el labio, royendo en las esquinas, y apreté la llave dentro del encendido.

Cuando no encendí el motor y solo me quedé mirando al frente a través del parabrisas, Brittany se aclaró la garganta.

—Um… ¿San?

—¿Mmm? —Cambié mi atención hacia ella.

Frunció las cejas. —¿Por qué no estamos yendo?

—Ah. —Miré hacia mi mano descansando sobre la llave. Pero tan solo no podía girarla.

Mierda. Era la hora de la confesión. —Supongo que es mi turno de rehusarme. —Solté una jadeante respiración y añadí—: Porque esta es mi forma de decirte que yo no quiero que te vayas.

Luego contuve la respiración, tragando saliva, con un nudo de angustia en mi garganta en tanto esperaba su respuesta.

—¿Quieres que me quede? —Sonaba esperanzada y con sus ojos iluminados. O tal vez yo era el esperanzado, tratando de proyectarlo dentro de ella. Sí, eso tenía que ser.

—No me hagas caso —murmuré, tratando de alcanzar la llave—, estoy siendo estúpido.

Pero ella deslizó su mano y cubrió mis dedos, impidiéndome arrancar el auto. —También me quiero quedar —dijo, su confesión tan baja que casi no la escuché.

Me enderecé y torcí todo mi torso completamente hacia ella. —¿Sí?

Asintiendo, retiró su mano de la mía y comenzó a retorcer todos sus diez dedos en su cintura. —Quiero decir, Santy va a necesitar una niñera de todas formas, sin importar si soy yo o la señora Rojas. Y si nos pagas lo mismo, entonces no veo por qué haría alguna diferencia si yo…

—Quédate —dije simplemente.

Brittany se mordió el labio. Su pecho se levantó mientras tomaba una respiración profunda. Y entonces asintió. —Está bien.

ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por monica.santander Sáb Feb 04, 2017 10:07 am

Bendito Santy cn su potencial berrinche!!!! Jaja! !!!
Ame que Britt amamantara a Santy!!!
Saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por 3:) Sáb Feb 04, 2017 8:26 pm

me encanto santy!!!! sobre todo tomando la iniciativa por que no se le valla britt!!!
no ahi nada mas natural y hermoso ver a una madre dar de mamar a su bebe!!! y santy riendo se de san jajaja
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por micky morales Dom Feb 05, 2017 7:09 am

Que maravilla, britt se va a quedar, nada podia ser mejor!!!!!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por JVM Lun Feb 06, 2017 2:35 am

Que bueno que si tiempo aún no termina. Aunque igual que Quinn pienso que aunque quieran las cosas no se encuentran en el momento perfecto para ellas. Solo espero que disfruten al máximo cada momento de na familia que han formado
JVM
JVM
-
-

Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por Tati.94 Lun Feb 06, 2017 7:35 pm

Me encantó que San le dijera que se quedara, son tan lindas juntas. Ojala se animen un poco más a estar juntas.
Tati.94
Tati.94
*******
*******

Femenino Mensajes : 442
Fecha de inscripción : 08/12/2016
Edad : 29
Club Brittana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Miér Feb 08, 2017 5:39 am

CAPITULO 24

BRITTANY


Esto era una locura. Una locura. Completamente estúpida. Prácticamente accedí a mudarme con una tipa al cual nunca siquiera besé después de solo conocerlo por unos pocos meses.

Jamás aclaramos cuánto tiempo aceptaba quedarme. No estoy segura de si eso hacía que la situación mejorara o empeorara. Tal vez solo me quería por otro mes o dos. Tal vez para siempre.

Tenía la esperanza de que fuese para siempre, aunque oh por Dios, no debería estar esperando eso, ¿no?
¿Qué pasaría si su esposa llega a casa? ¿Qué si élla empezara a salir con otras? ¿Qué si…?

—¿Necesitas llamar a Rechel para decirle que no regresarás? —preguntó, cargando a ambos niños de nuevo, siguiéndome de regreso por las escaleras hacia su departamento—. Te está esperando esta noche, ¿no?

Mordí mi labio pero no me volví para dejarle ver mi repentina inquietud.

—Sí, supongo que debería llamarla. —Saqué la llave de mi bolso. Cuando abría la puerta, me di cuenta de que debí haberle devuelto la llave cuando pensaba irme.

Dios, inconscientemente sabía desde el principio que no iba a irme aningún lado esta noche, ¿no?

—¿Quieres usar mi celular? Su número ya está en la agenda.

—Está bien. —Pero no quería llamar a Rechel. Sabía lo que me diría. Se convertiría en mi conciencia y me diría lo terrible, horrible y estúpida que era esta idea. Y luego, ¿qué si ella de alguna forma me convencía de no quedarme?

No quería que me convenciera de no hacer esto. Me quería quedar con San y Santy.

San bajó los dos cargadores y sacó el teléfono de su bolsillo. En tanto me lo entregaba, buscaba mi mirada con la suya. Cuando me di cuenta de que trataba de leerme y ver si yo quería cambiar de opinión, mi decisión de quedarme se consolidó aún más. Me quería aquí, pero jamás haría nada para obligarme. Es por eso que no me quería ir, porque élla quería que fuera yo misma y tomara mis propias decisiones.

Tomé el teléfono y marqué mi cumpleaños para ingresar a la pantalla de inicio, lo que me recordó que élla guardaba secretos. Demonios, tal vez actué precipitadamente. No sabía mucho sobre élla.

Pero el teléfono ya sonaba en mi oreja, y todavía me quería quedar. Mis instintos confiaban en esta mujer; y raramente confiaban en alguien.

Se me revolvió el estómago. San sacaba a los niños de los cargadores, así que me di media vuelta y corrí por el pasillo hacia nuestra habitación.

Cuando mi prima contestó, un sudor frío se vertió sobre mí.

—Oye —le contesté—, yo, eh, supongo que no voy a regresar esta noche después de todo.

Rechel no sonaba sospechosa. —¿De verdad? ¿Qué pasó ahora? ¿Los vecinos contrajeron malaria?

No me reí con ella. —No. No. —Negué con la cabeza y, nerviosamente, comencé a jugar con mi cabello, dándole vueltas a los mechones alrededor de mis dedos, dejándolos subir en espiral—. Todos los Rojas están sanos. Con San solo… decidimos que debería quedarme, ya sabes, en el futuro inmediato, como… como su niñera permanente.

Cuando mi prima no me contestó, cerré los ojos y apreté los dientes.

—¿En el futuro inmediato? —hizo eco.

—Sí. —Me encogí de hombros, haciéndolo sonar como si no fuera gran cosa—. Ya sabes, solo improvisando. Élla necesita una niñera, y yo todavía necesito un trabajo. Esto… funciona bien para nosotros de esta forma. Y Quinn y tú tienen que mantener su nido de amor sin ser molestados.

—Cierto. —Rechel alargó la palabra—. Porque todo esto es sobre Quinn y yo.

Su tono mordaz me hizo fruncir el ceño. Abrí la boca para decirle que quería que ella y Quinn consiguieran algo de libertad —incluso si esa no era la razón principal— pero Rechel explotó.

—En serio, ¿qué estás haciendo, Britt? Tú eres la que me convenció del por qué no pueden estar juntos. Así que, ¿por qué te torturas de esta forma? Vas a terminar enamorándote de élla, y luego su esposa va a regresar a casa, y serás echada, quedarás sin hogar, sin trabajo, y malditamente desconsolada con el
corazón roto.

Suspiré y cerré los ojos, ni cerca de decirle que parte de su predicción llegó demasiado tarde. Ya me encontraba enamorada de élla.

—No es así —discutí—. Nunca nos hemos besado siquiera.

Rechel resopló. —Estaba más que enamorada de Quinn antes de que élla siquiera colocara sus labios en cualquier lugar cercano a mí. El amor no comienza con besos o sexo, comienza con sentimientos. Y tú y San… gah, no puedes decirme que no hay sentimientos ahí.

Cerré los ojos y suspiré. —No puedo irme,Rechel. Yo solo… no puedo. Sé que no lo entiendes, pero…

—No, cariño. Lo entiendo perfectamente, y por eso estoy preocupada.

Pero también quiero que seas feliz, y jamás te he visto tan feliz como te veo con élla. Sin embargo, voy a seguir preocupándome, porque te amo.

Mi corazón se derritió cuando me di cuenta de que sentía sus palabras.

Todavía era tan extraño y sorprendente para mí que a alguien le importara mi bienestar. —También te amo, pero…

—Nada de peros. Entiendo. Solo soy desconfiada. Y ahora que expresé mis preocupaciones, me callaré.
Recuerda, si me necesitas, siempre estaré aquí. Puedo al menos prometerte que no estarás sin un hogar.

—Gracias. —Mordí mi labio. Sabiendo que quería lo mejor para mí pero seguía recelosa, y me hizo dudar de mí misma—. Sabes —dije lentamente—,solo para estar segura, tal vez todavía no traiga todas mis cosas de tu casa.

—Decisión inteligente.

Al colgar, sus palabras resonaron en mi cabeza. Caminé lentamente desde el pasillo a la sala de estar, donde San se paseaba en el piso con Skye.

Se dio la vuelta abruptamente hacia mí, con una mirada ansiosa.

—¿Y bien?

—¿Y bien qué? —Maldita sea, sabía que yo era una charlatana.

—¿Te convenció de no quedarte?

La balanza se inclinó a su favor de nuevo, y una luz me iluminó desde el interior cuando negué con la cabeza. Le preocupaba mucho que lo dejara. Se sentía bien ser así de querida. Corrección: Se sentía bien saber que élla me quería.

—No. No lo hizo.

Su mirada se estrechó. —¿Te quieres liberar de esto?

—Aún no. —Después de acercarme el resto del camino hacia élla, fijé mis manos en sus antebrazos y me incliné para besar la cabeza de Skyle. Mientras mis labios todavía presionaban su suave piel, mi mirada se encontró con la de élla. Calor se enrolló en mi interior cuando me di cuenta de que solamente nos
encobamos a centímetros de distancia.

Sus ojos marrones eran atentos, cuidadosos, y sin embargo, llenos de deseo. —Así que, ¿vamos a hacer esto?

Me aparté lentamente y asentí. —Sí. Vamos a hacerlo.

Alivio salió de sus pulmones, y una lenta sonrisa se propagó en su rostro.

—Bien.
ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Miér Feb 08, 2017 6:08 am

CAPITULO 25

SANTANA



Brittany me tranquilizó, pero aun así nos quedamos en silencio por el resto de la noche. Después de colocar a los niños en la cama, nos acurrucamos juntos en el sofá y encontramos una comedia para mirar.

Envolví mi brazo alrededor de sus hombros y ella apoyó su mejilla en mi pecho.

A la hora de ir a la cama, seguíamos sin hablar mucho mientras nos preparábamos para dormir. Una tensión nerviosa vibraba a través de mis huesos. Apagué la luz y esperé hasta que se subió al colchón y la seguí debajo de las sábanas. Por fin, liberé el suspiro nervioso que contenía, un poco más seguro de que se quedaría realmente.

La luz de noche de la cuna iluminaba la habitación lo suficiente para poner un brillo romántico en la atmósfera. Con Brittany yacíamos en nuestros lados, frente a frente, las manos debajo de nuestras mejillas. Nos estudiamos el uno al otra durante un rato sin hablar. Me preguntaba qué pensaba, pero tenía mucho miedo para preguntar, así que dejé que mis pestañas se cerraran.

Casi inmediatamente, pude sentir su mente comenzando a girar, y mis tripas se anudaron, con preocupación. Si cancelaba nuestro nuevo acuerdo, no sabría cómo sobrevivir a ello.

—¿San?

Maldita sea.

Abrí los ojos con cautela. —¿Si?

Preocupación recubría su mirada. —¿Esto es incorrecto?

Negué con la cabeza, tratando de no perderla. —¿Por qué lo sería? No es diferente a lo que hemos venido haciendo en las pasadas dos semanas.

Se encogió de hombros y mordió su labio. —Pero me encontraba aquí solo porque tú necesitabas ayuda. Ahora… ahora estoy aquí porque… quiero.

Guau. Solo escucharla decir eso me calentó por completo. Tragué, tratando de no ir y simplemente tirarla contra mí. —Todavía necesito ayuda. Santy aún necesita una hermana.

—Pero es diferente ahora. ¿No puedes sentirlo? El hecho de que yo decida quedarme… cambió cosas.

Acercándome lentamente, tomé su mano y apreté los dedos. —Sí, lo siento —admití—. Pero todavía no quiero que te vayas.

—Tampoco quiero irme. —A pesar de que dijo eso, sin embargo, quitó su mano de la mía, poniendo distancia emocional entre nosotras.

Mierda, odiaba la distancia emocional.

La confusión llenó sus ojos. —Sé en mi interior que esto está mal, pero creo que encontré mi nido en la vida estando aquí. Quiero decir, ¿es estúpido que de verdad me guste ser ama de casa? ¿Qué me guste mirar a los niños? Ellos son simplemente… me siento realizada cuando los veo aprender cada cosita, como estirar sus manos para agarrar una caja o algo. Me gusta… se siente tan satisfactorio cuando logro que dejen de llorar después de que están enojados. Me gusta alimentarlos, limpiarlos y vestirlos. Son solo esos perfectos seres en miniatura que todavía no tienen idea de cómo ser personas. Cuando los calmo, es cómo si usara mi súper-poder. Me siento… rejuvenecida.

Sacudí la cabeza, arrugando la frente con confusión. —¿Por qué sería eso estúpido? Creo que es increíble.

Se ruborizó y levantó una esquina de la costura de la funda de su almohada. —No lo sé. Es que… Donde creí, las mujeres que se quedaban en el hogar, cuidando de la casa y mirando a los niños, eran menospreciadas. Si querías llegar a alguna parte del mundo, te ibas de la universidad y conseguías un trabajo real, así podías pagarle a alguien más para que cuidara de tus hijos si alguna vez tenías alguno.

Pero el estar aquí las pasadas semanas, en verdad hacer esto… es un trabajo difícil. Toma esfuerzo, paciencia, perseverancia y mucha más maldita energía de la que alguna vez creí que poseía. Y aun así, al
final de cada día, me sentía más llena, más… No lo sé… solo más satisfecha de mi vida y de mí misma de lo que me sentí antes.

Cubrí su mano de nuevo, deteniendo su nervioso temblequeo. —Creo que lo que haces con esos niños es tan importante si no más importante que cualquier trabajo “real” con una tarjeta de tiempo y un formulario. Ese otro tipo de vida estaría bien, si es lo que quisieras. Pero no tienes que ser algo
ostentoso e importante para el mundo, no cuando eres el mundo entero para Skye y Santy. —Sacudí la cabeza—. Nunca tuve una madre. Ella me abandonó en el hospital donde nací. Ni siquiera me nombró. Un par de enfermeras me apodaron como sus maridos. Ese es el por qué tengo tres nombres. —Trayendo su mando a mi boca, besé su palma con reverencia—. No tienes idea lo que hubiera dado para tener una madre tan atenta como tú, alguien que rondara su vida a mi alrededor. Tú haces una diferencia, y es una enorme. No hay nada tonto o insignificante al respecto.

Lágrimas llenaron sus ojos. —Tienes una habilidad con las palabras, Santana Maire Lopez.

—Así es, ¿cierto? —Sonreí suavemente y extendí mi mano para quitar una lágrima de su mejilla.

Ella sorbió y limpió su mejilla. —¿Es malo de mi parte decir que espero que tu esposa no vuelva nunca?

Solté un largo suspiro antes de susurrar mi terrible confesión—: Espero lo mismo.

Brittany se adelantó, moviéndose hasta el borde de su almohada y cerrando la brecha entre nosotros. Un calor instantáneo me inundó. La excitacios que siempre tenía cuando me acostaba con ella en la cama se volvió furiosamente fuerte. Solté su mano para apretar mis dedos en el colchón para no tocarla.

—Campanita… —Empecé, pero decir ese nombre se sintió mal en este momento. Campanita era una fantasía, un sueño de una mujer que nunca conocí, alguien que quería que viniera y me salvara de mi estúpida y jodida vida. Brittany era una realidad y mucho mejor que cualquier visión que tuve a los
catorce. Así que agregué—: Britt…

Mi voz era mucho más vacilante y recelosa que el resto de mí. Quería que se moviera más cerca. La quería contra mí, encima de mí, debajo de mí, toda sobre mí. Pero parecían haber todo tipo de razones por las que eso era una mala idea.

—Solo quiero besarte —dijo, sus ojos llenos de esperanza.

Apreté mi mano, jodidamente tentada; no tomaría mucho volcarme hacia el borde. —Nena, tú sabes que esto no puede ir a ningún lado.

—Lo sé. —Se movió incluso más cerca, entonces levantó su mano y la colocó sobre mi mejilla—. Pero aun así quiero hacerlo. Solo una vez.

Me derrumbé. —¿Solo una vez? —Deslizando mis temblorosos dedos en su nuca, levanté su cara, en tanto mi otra mano se cerraba alrededor de su cintura y la atraía hacia mí—. Tienes que ser la que pare cuando ten gas suficiente, porque… —Sacudí la cabeza. Yo no sería capaz de hacerlo.

—Lo haré. —Asintió y me volvió loco cuando se lamió sus labios en anticipación. Maldita sea, esto podría matarme.

No lo hagas, gritaba una partecita racional de mi cabeza. Pero ni siquiera la escuché.

Bajé mi cara y me detuve a milímetros de tocarla, dejando que la anticipación se construyera entre nosotras hasta que crepitaba malditamente cerca con electricidad. Brittany gimió y se tensó, acabando con su impaciencia cuando cerró la brecha y presionó su boca con la mía.

Mis dedos se tensaron en su cabello, en la base de su cuello, sin dejarla acercarse más. Esperé diez años por esto, de ninguna manera me apresuraría.

Pero su suave cuerpo deslizándose contra el mío hacía más difícil contenerme.

Sus dedos se apretaron alrededor de la tela de mi camisa, justo sobre mi corazón donde su nombre se encontraba impreso en mi pecho y dentro de mi alma. Aumenté la presión contra sus labios suavemente. Su boca era suave y flexible, dándole a la mía exactamente la cantidad correcta de calor y presión.

Y cuando su aliento se deslizó entre ellos, mezclándose con el mío, gemí. Sabía a… ni siquiera lo sé, pero sabía a un hogar.

Agarró mi hombro con una mano y soltó mi camisa no llebaba sujetador con la otra para enterrar los dedos en mi pelo. Me moví más cerca hasta que sus pechos se aplastaron contra losmios y mi excitación se apretó en su cadera.

Agarrando mi cabello con más fervor cuando apliqué más presión a su boca, ladeó sus caderas y las movió lenta e hipnóticamente. Mi palma se deslizó hasta tu culo para ayudar su movimiento. Para el momento en que nuestras bocas se abrieron y nuestras lenguas se tocaron, nos estábamos manoseando, yendo tan lejos como podíamos con nuestras ropas puestas y nuestras manos quedándose encima de la tela.

Pero mierda, demonios, joder, juro que tuve un orgasmo sin siquiera me hiciera correme cuando su lengua se deslizó contra la mía y la frotó. Mis músculos se tensaron y mis caderas se elevaron. Acostándola, me subí encima de ella y acomodé mis piernas entre las suyas en tanto nuestras bocas se movían una encima de la otra. Amarrando nuestros dedos, coloqué sus manos sobre la cabeza y la besé, destrozando sus labios, rozando su lengua, con el corazón palpitando, y los dientes chocando.

Jesús, lo era todo.

Mordí su labio inferior y sus caderas chocaron contra mi dorodido coño.

—San —jadeó, apretando su agarre en mis manos—. Necesito… necesito…

—Lo sé, cariño. Estoy en ello.

Pero cuando mi mano se deslizó hacia abajo sobre su cadera alrededor de su muslo, dirigiéndose a la dulzura entre sus piernas, mi hijo decidió despertarse.

—Tienes que estar bromeando —gruñí, levantando mi cara.

Debajo de mí, Brittany se rió. —Guau, él es más efectivo que un cinturón de castidad.

Gemí y rodé sobre mi espalda a su lado, lanzando mi brazo sobre mi cara y tratando de controlar mis hormonas en ebullición. Pero Brittany continuaba riéndose.

Volví mi cara para fruncirle el ceño. —No hay nada gracioso en esto. Lo cual la hizo reír más fuerte.

Mujeres.

Cuando se sentó para levantarse de la cama, tomé su brazo. —Te lo alcanzaré yo. —Necesitaba una razón para salir de esta cama y, con suerte, enfriarme.

Sonrió en agradecimiento, y su sonrisa era tan hermosa que me tentó a volver encima de ella. Pero resoplé y me giré. Frunciéndole el ceño al niño, lo levanté y lo llevé de nuevo a la cama, donde Brittany lo alcanzó con los brazos abiertos para tomar el control. Después de subirme y sentarme, gemí con amargura mientras Brittany abría su camisa y sacaba un pecho desnudo, con el más brillante pezón rojo frambuesa, antes de colocarlo dentro de la boca de Luchador.

—Pequeño jodido bloqueador de mis partes —murmuré—. No podrías haber tenido un pañal sucio para ayudarme a enfriarme, ¿no? Oh, no. Tenías que tener hambre así yo podía ver eso. —Agité mi mano con irritación al pecho expuesto de Brittany—. Y solo hacer que se amplifique incluso más. Muchas gracias, amigo.

Riéndose a carcajadas durante mi discurso, Brittany se cubrió la boca y sacudió la cabeza. —Deja en paz al pobre chico. Él solo se está asegurando que trabajo para ganarme el sueldo.

Mis hombros cayeron. Recordar que se encontraba aquí por un trabajo mató mi estado de ánimo. Observé miserablemente como alimentaba a Santy.

—Realmente eres mi empleada, ¿no es así?

Sus ojos se abrieron al darse cuenta lo que eso significaba —No — reprendió—. Sé lo que estás pensando y tú no hiciste nada mal. Te rogué que me besaras.

—No, yo te besé porque lo quería más que a mi próximo aliento, incluso cuando debería haber reprimido mis deseos egoístas y negarme. —Tiré de mi cabello, queriendo dejarme un ojo negro—. ¿En qué demonios pensaba? No te voy a hacer esto. No voy a empezar algo que no puede ir a ninguna parte. No es
justo para ti. En absoluto.

Ella abrió la boca, pero luego la cerró y asintió silenciosamente antes de agregar—: Entiendo.

Cerré los ojos. Escucharla decir eso debería haberme liberado de mis preocupaciones, pero solo me hizo sentir más mierda, culpable y dolido. Y me hizo amarla incluso más.

Volviendo mi cara hacia la de ella, abrí mis ojos y forcé una sonrisa, tratando de no enfocarme en sus pechos expuestos. —Sin embargo, fue un beso increíble, ¿no es así?

Su sonrisa floreció, lo que por fin me alivió un poco. —Sí, lo fue. Tienes razón. Un pedacito de cielo es mejor que nada.

Malditamente cierto.
ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por micky morales Miér Feb 08, 2017 6:11 am

Bueno no le deseo mal a nadie, pero esta vez si deseo que la tal elaine desaparesca del mapa!!!!!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por JVM Miér Feb 08, 2017 4:21 pm

Que horror estar en su situación .... Tienen todo sin embargo Elaine tiene el poder de destruir todo en el momento que lo desee.
Sin embargo espero aprovechen el tiempo sin pensar en el mañana
JVM
JVM
-
-

Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por 3:) Miér Feb 08, 2017 8:09 pm

por ahora lo mejor es ir despacio disfrutar los momentos de acoco y como se den las cosas,...
hasta ahora el que va ganando es santy jajaja
a ver como siguen las cosas??
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Vie Feb 10, 2017 7:04 am

CAPITULO 26

BRITTANY


Pasó otra semana. Las cosas entre San y yo deberían haberse suavizado y caído en una agradable platónica rutina.

Bueno, debería, podría, habría.

Después de que nosotros —o tal vez fue solo élla— decidimos que no íbamos a ser algo más que amigas, la tensión sexual se hizo más densa.

Una mañana, me aseguré de que estaba despierta cuando salió de la ducha porque nunca se acordaba de llevar la ropa con él para cambiarse. Y se aseguró de dejar caer su toalla y darme un espectáculo, como siempre lo hacía.

Cuando me miró en un momento, dándome un perfil de lado, mordí mi labio y deslicé la mano bajo la sábana como si fuera a tocarme.

Su mirada se calentó y su coño reciono a la orden. Me quedé mirándolo mientras arqueaba mi espalda y aspiraba una respiración.

—Maldición —se atragantó.

Agarrando su basura, se precipitó fuera la habitación. La puerta del baño se estrelló un segundo más tarde y oí la ducha de nuevo. Me reí, pero luego dejé escapar un pequeño gemido cuando me puse a pensar en lo que estaba haciendo allí, tocándose y deslizando su cálida mano por su coño húmedo, resbaladizo…

Así que, sí... Seguí adelante y me toqué de verdad. Terminé casi al mismo tiempo que élla lo hizo porque con cautela asomó su cabeza en la habitación cuando todavía bajaba de las alturas.

—¿Ya terminaste de provocarme?

Sonreí y asentí. —Por favor, entra.

—Jesús. —Sacudió la cabeza y se dirigió desnudo a la cómoda—. Si tan solo hubieras dicho eso antes de que tomara una segunda ducha. —Cuando me reí, sacudió la cabeza—. Eso fue muy bajo.

Sin embargo, no podía sentirme culpable, porque me sentía demasiado bien. —Pero ¿no te sientes mucho mejor ahora?

Me atravesó con una mirada mientras jalaba sus vaqueros. —Me sentiría mejor si pudiera haber hecho eso dentro de ti.

A pesar de que estaba completamente saciada, mi cuerpo se calentó de nuevo. —Tal vez algún día —dije.

Su mirada se inundó con tristeza, pero asintió. —Sí. Tal vez.

Esa noche, élla estaba más allá de intranquilo cuando llegó a casa del taller. Jugó con los bebés mientras yo terminaba la cena, pero aparecía constantemente en la cocina para chequearme y preguntar si podía ayudar en algo.

—Estás ayudando. —Lancé mis manos en el aire, estupefacta con su comportamiento ansioso—. Estás viendo a los niños. Ahora vete. Me estás volviendo loca con tus pasos e inquietud.

—No estoy inquieta —murmuró pero me dejó con un momento de paz.

No tenía que trabajar en Forbidden, así que estaríamos juntos por el resto de la noche. Esa podría ser la razón de su estado nervioso. Empecé a preocuparme si lo había molestado esta mañana. Tal vez iba a echarme porque no podía soportar la forma en que lo había provocado. Ya había dejado claro que no volvería a tocarme. Mi tentación juguetona quizá dio la impresión de ser no tan juguetona para élla.

Santy se puso inquieto después de cenar, arrojando cosas y llorando cuando no se lo recogíamos lo suficientemente rápido. Porque Skyle no estaba causando ningún problema, la dejé con San centré mi atención en el niño, preguntándome qué pasaba con los chicos en este apartamento. Pero supongo
que el niño quería acaparar toda mi atención porque tan pronto como éramos solo él y yo, se calmó y se fue derecho a dormir. San cargaba a una Skyle durmiente unos segundos más tarde.

Pero con los niños calmados por un tiempo, eso solo nos dejaba a nosotros dos.

En silencio lo seguí a la sala de estar, pero él no se sentó. Se paseó de un lado de la habitación al otro.

Apoyándome contra la entrada del pasillo, lo observé, sabiendo que esto probablemente era todo. Iba a darme mis papeles de despido, salvo que no me iría gentilmente. Puse la mano en mi cadera y levanté una ceja. —¿Qué te pasa esta noche? Siéntate antes de que hagas un agujero en la alfombra.

Me miró, su mirada intensa, pero luego siguió mi orden y se encaramó en el borde del sofá donde retorcía sus manos entre sus rodillas extendidas. Era tan femenina y hermosa. El lamento se esparció a través de mí. Iba a Extrañarla.

—Voy a conseguir una anulación —espetó, sacándome de mi melancolía.

Mi mirada se disparó desde sus manos fuertemente entrelazadas a su casi expresión de pánico. —¿Qué?

Asintió, haciéndome saber que lo había oído bien. —Y voy a preguntarle a Eleine si puedo adoptar a Santy.

El aliento dejó mis pulmones. Sacudí la cabeza. —Yo... está bien. —No te alteres. Solo porque esto era lo mejor que él podría decirme ahora mismo, tenía que haber una trampa. En alguna parre. Tomé otro pequeño respiro para calmarme—. Um, ¿crees que estará de acuerdo con eso?

Levantó sus manos en un ligero encogimiento de hombros. —No veo por qué no. Ha estado fuera por tanto tiempo y no lo ha comprobado ni una vez.

Entré de lleno en la sala de estar, dejando crecer mi esperanza. —¿Pero y si dice que no?

—Entonces... Nada. Nada cambia en absoluto. No tengo ningún derecho con él tal como ahora. Si servicios sociales vinieran aquí esta noche, se lo llevarían lejos. Lo he buscado en línea y leí todo lo que pude encontrar. Ser su madrasta en este estado no significa nada. Estoy albergando ilegalmente a ese
niño. Así que, permanecer casada con Eleine tampoco está logrando nada. Por fin hoy me di cuenta. Lo único que está haciendo es mantenerme lejos de ti.

Tragué saliva. —Así que, ¿estás haciendo esto por mí? —¡Oh mi Dios! ¡Sí, sí, sí!

Se puso de pie y regresó a ir de un lado a otro. —No estoy siendo justo contigo, Campanita. Sigo pensando en lo que dijiste la primera noche que decidiste quedarte y en cómo estabas preocupada acerca de nosotros estando equivocados. Lo último que quiero hacer es preocuparte por algo. Pero tienes razón. Besarte, desearte, solo estar aquí contigo mientras estoy legalmente atado a otra mujer... no debo estar haciendo eso. No quiero pertenecer a ella de ninguna manera cuando mi corazón es tuyo.

—Oh. —La palabra salió de mis labios en un jadeo aturdido—. Oh mi Dios. —Presioné la palma en mi pecho, deseando que ayudara a desacelerar los latidos de mi corazón, pero no ayudó en absoluto. Mi sangre corría con éxtasis.

Moviendo mis dedos hasta mi boca mientras las lágrimas llenaban mis ojos, dejé escapar una nerviosa, asustada, y emocionada risa. Pero, oh mi Dios.

San me amaba. Acababa de proclamar su amor de la manera más dulce, y más romántica de todas.

—Entonces vamos a preguntarle. —Me moví hacia élla un paso y luego me detuve—. No puede hacer daño preguntar, ¿verdad?

Dio un paso hacia mí, solo para detenerse. Entusiasmo e incertidumbre llenaron sus ojos marrones. —No puede hacer daño en absoluto.

—¿Sabes cómo encontrarla? —Me moví un paso más cerca y élla respondió haciendo lo mismo.

—No físicamente, pero tengo una idea de cómo ponerme en contacto con ella. Si todavía está conectada a su cuenta de Facebook en la laptop que dejó, podría enviarle un mensaje.

Abrumada por la comprensión de que en realidad podríamos terminar juntos después de todo, me precipité hacia el sofá para sentarme y asimilar esto cuando comenzó a alcanzarme. Cubriéndome el rostro con las manos, me concentré en tomar respiraciones profundas.

—¿Campanita? —Se sentó a mi lado, sonando preocupado—. Nena, ¿qué ocurre? ¿No quieres…?

—¡Sí! —Dejé caer mis manos para enfrentarlo—. Sí quiero. Lo quiero... tanto.

Tomó mis manos y frotó su pulgar sobre mis nudillos. —Entonces, ¿qué ocurre?

—Solo... —Sacudí la cabeza, insegura de dónde comenzar. Por lo que espeté—: Rechel fue la primera persona que amé de verdad, como que, en realidad me preocupo más por ella que por mí misma. Solo quiero verla feliz.

—Está bien —Asintió, siguiéndome hasta ahora y haciéndome saber que estaba dispuesto a escuchar.

—Y luego, supongo, de una manera tipo primo, amo también a Quinn... porque es tan bueno para Reese y me dejó vivir con ellos cuando me odiaba.

Eso le hizo fruncir el ceño, así que me apresuré para añadir—: Y amo a Skyle. Casi tan pronto como supe que existía, se infiltró en mi corazón. —Agité una mano—. Es decir, después de que terminé de enloquecer porque había acabado de descubrir que iba a tener un bebé. Pero sí, me enamoré de ella casi de inmediato.

San sonrió y apretó sus dedos alrededor de los míos.

—También amo a Santy —le dije—, desde, como, el día que lo conocí.

Llevando mis manos a su boca, San besó mis nudillos. —Gracias.

Asentí. —Entonces, todo este... amor... solo ocurrió en el último año. Uno pensaría que estaría abrumada por eso, ¿verdad? Digo, voy de básicamente no preocuparme por nadie más sino mi misma, y en realidad tampoco eso, a amar completamente a cuatro personas. Pero no estoy abrumada. En lo absoluto. De
hecho, siento que tengo mucho más espacio, porque... —Subí la mirada y
encontré su bella mirada marrón—. También te amo.

Su rostro se llenó con un tipo de aturdimiento de conmoción y alegría. Luego susurró—: Campanita —antes de agarrarme por la nuca y arrastrarme hacia élla.

Nuestras bocas chocaron. Lo inhalé mientras sus labios se estrellaron contra los míos. Pero ni eso no era suficiente. No lo suficientemente cerca. Mis dedos titubearon en agarrarlo, clavándose en la carne de su nuca y sobre sus hombros, con miedo a frenar porque necesitaba sentir cada centímetro de su cuerpo antes de perder mi oportunidad.

Estaba igual de desesperada, jalándome más cerca, justo en su regazo.

Me puse de horcajadas y me deslicé hacia adelante hasta que pude sentir su Que estaba esvitada a través de sus vaqueros como si conectara contra mi centro.

Nunca me había sentido tan carnal y deliciosa, como si todo mi cuerpo se había convertido en un recipiente para placer puro. O tal vez era el sentimiento de San canalizándose en mí, porque nunca me había sentido así de conectada con otro ser humano. Élla era yo, y yo era él, y éramos esta hermosa y retorcida masa de todas nuestras esperanzas y sueños uniéndose y explotando en una vertiginosa variedad de euforia.

—Por favor, dime que no estoy soñando. —Se separó de mi boca para jadear, justo antes de besar un camino por mi garganta y en el cuello de mi camisa.

—Deja de leer mi mente —dije y luego mordí el lóbulo de su oreja—. ¿Esto te parece un sueño

Gimió y echó su cabeza hacia atrás. —Maldición, sí. Mi tipo favorito de sueño.

Me reí entre dientes y decidí hacer en su cuello lo que élla le había hecho al mío. Lamí el tatuaje de una raíz de árbol y luego me dio curiosidad por la tinta en su corazón. Además quería verla sin camisa.

—Esto está en mi camino.

—Entonces, por supuesto. —San fue rápido para tomar la tela en la parte posterior de su camisa y tirarla sobre su cabeza.

Mi visión se puso un poco difusa ante toda esa buena, bronceada y tonificada piel desnuda no estaba usando sujetador ante mí. Quería todo eso a la vez. Codiciosa, mis dedos se estiraron e inmediatamente rozaron sobre los suaves y duros pechos perfecto lienzo. Y ese aro en el pezón... ooh. Iba a tener algo de diversión con eso. Mientras San atrapaba el dobladillo de mi camisa y comenzaba a subirlo, por fin me centré en su tatuaje en el pecho.

Y fue cuando básicamente todo se fue al infierno.

—¿Qué dem...?

Retrocedí tan rápido que comencé a caer de su regazo.

—¿Campanita? —San me atrapó, pero aparté su mano y corría al otro extremo del sofá, incapaz de dejar de estar boquiabierta en horror ante las palabras inscritas en su pecho.

—¿Qué pasa, nena?

Comenzó a arrastrarse hacia mí; su preocupación espesa y salvaje. Pero levanté una mano para mantenerlo a raya.

—Tu... tu pecho... los nombres.

Sus ojos se ensancharon. —Oh, mierda. Lo olvidé. —Golpeando su mano sobre la marca, cerró los ojos y sacudió la cabeza, maldiciendo entre dientes mientras bajaba su rostro.

—¿Olvidaste qué? —chillé—. ¿Que el nombre que me dices está tatuado en tu pecho? Que el nombre de mi hija está... Oh, mi Dios. ¿Qué mierda pasa?

Sus pestañas se abrieron. Sus ojos me suplicaban que me calmara incluso cuando levantó las manos en un gesto conciliador. —Prométeme que no te alteraras.

Oh, ese barco había zarpado, amigo. —Pero tú...tú... Oh. Mi. Dios. Eso no es tinta fresca, San. Eso es... este tatuaje es viejo. Como años de viejo.

Sus ojos marrones se llenaron de preocupación mientras su mirada se precipitaba alrededor de mi rostro.

—Sí.

—¿Cómo demonios puedes tener el nombre de mi hija tatuado en tu corazón durante años cuando ella a solo tiene unos pocos meses de edad? Y Santy... Y oh mi Dios. ¿Campanita? ¿Hay otra Campanita en tu vida? Los tres nombres puestos juntos como si fuera una poderosa gran coincidencia. Eso no puede ser una coincidencia. la única mujer que no me está alterando ahora mismo es Chloe, pero la odio porque fue obviamente importante para ti.

—No, no... Te diré todo. Lo juro, Britt Pero es una… —Sacudió la cabeza y dejó escapar un suspiro—. Es una historia bastante loca, así que por favor trata de escuchar hasta el final. ¿De acuerdo?

Crucé los brazos sobre mi pecho, y seguro, él podía notar mi molestia.

Había pellizcado mi boca con desagrado y coloqué todo tipo de paredes para bloquearlo porque sabía que lo que debía decir iba a doler. Él tenía una mirada de pánico y disculpa como si supiera que lo había jodido a lo grande. Ningún bastardo miraba de esa forma a menos que supieran que estaban a punto de alterar mayormente la vida de una mujer.

Cuando solo siguió mirándome, con aspecto asustado, puse los ojos en blanco. —Bien. —Agité mi mano para que comenzara a hablar ya.

—Muy bien. —Dejó escapar un largo suspiro y cerró los ojos antes de decir—: Hace diez años, el veinte de noviembre, Eleine trató de suicidarse.

Me estremecí ante la mención de mi cumpleaños, recordando cómo tuvo la fecha fijada como contraseña de su teléfono celular, lo que solo me confundía más. ¿Por qué diablos un intento de suicidio sería una fecha tan notable? Pero fui una buena chica y lo dejé seguir hablando acerca de cómo élla visitó a la
bruja que alteró a Eleine, esperando vengarse, y cómo se quedó atascado en una trampa de tobillo que había colocado en su patio. Incluso subió la pierna del pantalón para mostrarme las cicatrices alrededor de la base de su pie.

Luego comenzó a hablar de visiones, bailes de bodas y patios impecables. Solo lo miré fijamente, incapaz de… Sí, estaba demasiada aturdida para decir mucho sobre algo.

Pero de ninguna manera podía imaginarlo como el extraño y raro tipa de chica que le gusta la brujería.
Cuando terminó de hablar, dejó escapar otro suspiro y dijo—: ¿Y bien?

Sacudí la cabeza, aturdida. —Entonces, ¿tuviste esta visión cuando tenías catorce años donde me viste? ¿Nos viste casándonos y teniendo tres hijos juntos llamados Santy, Skyle y Chloe?

Asintió lentamente. —Sí. Bueno, básicamente. Es decir, pensé que eran mis hijos biológicos. Me llamaban maaá, y yo... Me sentí como su madre. No sé cómo describirlo. Fue tan real, como si estuviera viviéndolo, sintiéndolo, saboreándolo. Tú olías a lavanda, incluso entonces.

Levanté las manos para detenerlo porque esto se ponía abrumador. — Está bien, simplemente... desacelera.

Sin embargo, creo que tenía miedo de desacelerar, miedo de que lo llamaría loco y dejaría su culo chiflado. Siguió hablando. —Todo, me refiero a todo, ha coincidido hasta ahora. Estaba tan enojado con Eleine por llamar a su hijo Santy. Pero se está convirtiendo en mi hijo, ¿no es así? ¿Y Skyle? ¿Cómo diablos podía predecir que la llamarías así? ¿O que estarías llevando a Campanita en tu camisa la noche que te conocí? Y ese maldito cerdo rosa.

Hizo un gesto hacia el animal de peluche que había en el columpio porque ya rara vez utilizábamos el columpio. —Ella estaba sosteniéndolo en mi visión, y luego lo vi sentado en la ventana de la tienda de regalos del hospital la noche en que nació. Eso no es solo una coincidencia.

Cubrí mi boca con las manos mientras las lágrimas llenaron mis ojos. —Y sabías que tendría el pelo oscuro y un remolino.

Asintió. —Y en mi visión, bailábamos “Baby Love” en la recepción de nuestra boda, que resultó ser la primera canción que colocaste en la rocola esa noche.

No pude escuchar más. Me puse de pie y salí de la sala de estar lo más rápido que pude.

ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por JVM Vie Feb 10, 2017 1:55 pm

Es normal la reacción de Britt, descubrir el tatuaje y la historia de San, son difíciles de asimilar. Sin embargo creo que si le creyó, así que espero que ahora que sabe todo sigan adelante con los planes y que Elaine les deje a Santy
JVM
JVM
-
-

Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por 3:) Vie Feb 10, 2017 8:34 pm

a san se le salto el detalle de los tatuajes,... no se entero de la mejor manera britt,.. por lo menos le dio el derecho a escuchar la historia de por que cada cosa,..
espero y Elaine acepte divorciarse de san,... y no le quite a santy!!
a ver como reacciona britt ahora despues de que se entero de todo!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por micky morales Sáb Feb 11, 2017 8:28 am

bueno, pero san esta diciendo la verdad, se que parece loca tanta coincidencia, pero britt tiene que creerle no????? Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 597186406 Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN - Página 4 597186406
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por ana_bys_26 Mar Feb 14, 2017 6:49 am

CAPITULO 27

SANTANA


Tenía demasiado miedo para ir a ver, pero de igual forma caminé por el asillo hacia nuestra habitación. Sabía que estaría allí, empacando sus cosas, recogiendo a Skyle y preparándose para dejarme.

Sin embargo, cuando llegué a la puerta, todo lo que hacía era estar de pie frente a la cuna y mirando a los bebés durmiendo juntos. Sintiéndome, dijo, sin voltear—: Solo tenías que esperar a que me enamorara de él antes de decírmelo, ¿verdad?

Santy. Ella no los iba a dejar, pero no debido a sus sentimientos por mí.

Se quedaba por mi hijo. El dolor acuchilló mi estómago. Apoyé mi antebrazo contra el marco de la puerta y luego presioné mi cara en él.

—Entiendo por qué estás intranquila y sorprendida. Todo el asunto es jodidamente increíble. Es por eso que no sabía cómo decírtelo. Sabía que no me creerías. Pensarías que estaba loco, o delirando, o no sé qué.

Se volteó lentamente. Las lágrimas habían llenado sus ojos pero no se caían. —Oh, te creo.

Mordí mis nudillos, odiando lo lejos que me sentía de ella, lo mucho que me bloqueaba. —¿Entonces por qué estás tan enojada?

Sus ojos azules brillaron con ira. Apuntando su dedo hacia el frente del departamento, dijo entre dientes para no despertar a los niños—: Porque me dijiste que me amabas, idiota. Pero no me amas. Amas a una mujer que me has hecho ser en los últimos diez años.

—Campanita —empecé, con advertencia en mi voz. Me aparté de la puerta y di un paso hacia ella.

Levantó la mano. —No. No te atrevas a llamarme así. Nunca vuelvas a llamarme así. No soy tu Campanita. Soy Brittany Pierce. Esa maldita Campanita es a la que amas, la mujer que has construido en tu cabeza. No yo.

—Tonterías —gruñí mientras cogía su cara con fuerza en mis manos—. Ni siquiera conozco a esa mujer. La vi durante treinta segundos hace diez malditos años. Todo lo que sé es que me sentí feliz con ella. Más feliz de lo que alguna vez me había sentido antes. Era esa sensación de paz, alegría y satisfacción lo que he estado buscando. Pero me enamoré de ti, Brittany Pierce. Tú fuiste la que
vino a mi casa para salvarme y cuidar a mi hijito. Tú fuiste a la que encontro sentada en el suelo, jugando con él y haciéndolo reír. Y es tu hermoso corazón el que me pone tan impaciente por correr a casa del trabajo cada noche, para así poder sentir tu suave y caliente cuerpo acurrucarse a mi lado en la cama. Así que nunca me digas cómo me siento por ti. Sé exactamente cómo me siento. Si no quieres que te llame por ese nombre de nuevo, bien. Hecho. Pero es esta persona... —Pongo mi palma contra su pecho y la presiono—. Esta es la mujer que amo.

Sus lágrimas se derramaron por sus mejillas. —Pero tal vez nunca te hubieras fijado en mí si no fuera por ella.

Negué, tratando de aclararlo. Me parecía muy extraño estuviera celosa de sí misma, que pudiera separar a Campanita de Brittany. Para mí, eran la misma, pero también la entendía perfectamente.

—Sabes qué —dije, lanzando las manos al aire, derrotado—, tienes razón. Probablemente no lo hubiera hecho.

Cuando su rostro se contrajo con la devastación, me incliné y besé con suavidad la comisura de su boca antes de pasar los dedos por su mejilla. —No eres el tipo de mujer que suelo buscar, y vi a ese imbécil que engendró a Skyle. Sé perfectamente que tampoco soy una tipa. Voy a estar eternamente
agradecida de que aquellos atisbos me hayan hecho fijarme en ti. De otra manera, nunca habría llegado a conocerte tan bien como lo hago o descubierto la increíble mujer que eres.

Esnifó y negó con la cabeza incluso mientras se inclinaba hacia mí. — Creo que esos atisbos te están cegando a la vanidosa, pretenciosa y perra egoísta que soy.

—Cállate —susurré y le di un beso, más fuerte esta vez—. Nadie golpea a la mujer que amo. —Deslicé los dedos de sus mejillas para acunar el cuello—. Nunca he sido tan feliz como lo he estado desde que pusiste un pie dentro de este apartamento.

Cogió mis codos, sus ojos serios. —Yo tampoco.

Presioné mi frente con la suya. —Entonces, ¿por qué estamos peleando?

—¿Estamos peleando? —Sus dedos se arrastraron hasta mis hombros.

Rocé mis labios sobre su mandíbula. —Creo que sí. Se siente que estoy tratando de convencerte de quedarte.

Soltándose con un suspiro, envolvió sus brazos alrededor de mí y meabrazó antes de mordisquear mi mandíbula con sus dientes. —Sabes que no me iré. Me convenciste con “tonterías”.

Sonreí y luego gemí cuando su boca comenzó a viajar al sur, por mi garganta. Levanté mi barbilla para dejarle hacer lo que le gustara y tragué cuando lamió sobre mi pulso. Sus dedos recorrieron a lo largo de mi hombro y mi espalda.

Arqueé una ceja. —¿Así que he estado diciendo disparates como un idiota sobre cuánto te amo porque...?

Hizo un sonido de tarareo en la parte posterior de su garganta, que envió una emoción alarmante a través de mí y me puse más excitada de lo que ya estaba.

—Porque me gusta escucharte decir disparates acerca de lo mucho que me amas.

Me reí entre dientes. —Mujer malvada. Voy a tener que castigarte por eso.

Llevándola hacia la cama, la dejé seguir besando mi cuello mientras el alivio me inundaba. Ella no se iba. Probablemente debería haberme alejado y ralentizado el ritmo, no presionarla justo después de mi gran revelación, pero sus dedos se deslizaban por la parte delantera de mi pecho hacia mi palpitante
coño.

—¿Una nalgada? —conjeturó, levantando su mirada lo suficiente como para golpearme con una mirada curiosa.

Negué, levantándola por sus caderas, y apoyándola en la cama. Parado encima de ella, la vi estirarse en mis sábanas, viéndose ansiosa y deliciosa.

—Primero —le dije, inclinándome lo suficiente como para sacarle sus calcetines—. Voy a torturarte, tocándote y lamiéndote por todas partes hasta que estés retorciéndote y maldiciendo por más.

—Desabroché el cierre de sus pantalones vaqueros y lamí mis labios—. Y luego voy a lamerte y tocarte incluso más tiempo.

—Oh, Dios. —Arqueó sus caderas y las levantó para ayudarme cuando enganché mis dedos en la cintura y deslicé sus pantalones por sus piernas, pero me detuve al llegar a sus rodillas.

Manteniendo sus piernas atrapadas en los bordes de la tela, me incliné y presioné mi boca en su montículo, justo a través de sus prístinas bragas rosa.

Con un suspiro, se animó y agarró dos puñados de mi pelo. Mordisqueé suavemente en el hueso de su cadera, luego usé la punta de mi nariz para cruzar mi camino a lo largo de sus costillas, levantando su camisa mientras iba.

—Ven —murmuré cuando me quedé en el montículo de sus pechos—, déjame ayudarte a quitarte esto.

Cuando la tuve debajo con su sujetador y bragas, con los pantalones todavía aferrados a sus rodillas, dejé algunos besos alrededor de sus pechos cubiertos de encaje. Arrastrándome por encima de ella y apoyando mi peso sobre mis antebrazos, enmarqué cada lado de su cara.

—Hola —le dije, sonriéndole.

Me sonrió y me tocó la cara. —Hola a ti. Creo que aún no me sacaste del todo mis pantalones.

Le guiñé un ojo. —Por ahora, están donde los quiero. —Inclinándome cerca de su oído, le susurré—: Todo esto es parte de la tortura.

Se estremeció y me besó. Nuestras bocas se fundieron juntas. Sus labios se abrieron bajo los míos, y mi lengua rozó junto a la de ella. Debajo de mí, su cuerpo se levantó, tratando de frotarse contra el mío, así que bajé mis caderas a las de ella, y gimió, hundiendo sus dedos en mi pelo.

Mi coño se frotó en ella, y se alejó de mi boca para jadear en busca de aire por encima de mi hombro.

—Oh, Dios. Nunca... esto nunca...

Mis dientes atraparon su oreja y jalaron, haciéndola estremecerse y apretar su agarre en mi culo mientras echaba sus brazos alrededor de mí. — ¿Nunca qué?

Negó. —No lo sé. Solo... No estoy acostumbrada a sentir tanto. Es... Es...

—Perfección —terminé por ella.

—Sí.

Atacó mi boca, besándome con fuerza, lamiendo dentro y arañándome con sus ansiosas manos. Se prendió de mis aros en los labios con los dientes y tiró suavemente.

Gruñí y empujé más profundo mis caderas.

—Estoy empezando a ver qué tan tortuoso es tener mis pantalones ahí.

Quiero tanto envolver mis piernas alrededor tuyo.

Las mías y las suyas juntas. Tuve la tentación de quitarlos, así como el resto de su ropa. Pero quería que esto durara.

—Me pregunto, ¿cómo sería besarte si tuvieras un aro en la lengua? — dijo mientras tocaba el aro de mi ceja.

—Conseguiré uno mañana —jadeé justo antes de enredar mi lengua con la de ella otra vez.

Nos besamos sin cesar.

Con creciente inquietud, Brittany se arqueó contra mí, tratando de liberarse de sus pantalones.

—San, por favor...

No pude aguantar más, así que los quité y los tiré por encima de mi hombro.

—Oh, gracias a Dios.

Ella de inmediato se movió para envolver mi cintura con sus piernas, pero atrapé su cadera.

—Todavía no.

Gimió. —Santana.

Sonreí. —Eso es lo que me gusta escuchar, nena. Di mi nombre con esa voz sexy.

—Sant... —Su cabeza cayó hacia atrás cuando comencé a besar un camino de regreso a su cuerpo —, na.

Me demoré alrededor de su bonito sujetador, enterré mi nariz en su escote y aspiré su celestial aroma a lavanda. Luego volví a moverme, lamiendo y mordisqueando, adorando cada centímetro.

Cuando llegué a su ombligo, metí mi lengua en el interior, después agarré sus bragas con mis dientes y las quité. Se tensó con anticipación, haciéndome sonreír cuando comenzó a acariciar mi cabeza de forma alentadora. Pero me detuve cuando me encontré con su brillante cicatriz roja de cesárea.

La besé allí antes de levantar mi cara y acariciar su cadera. —Tu médico te ha autorizado para esto, ¿verdad?

Ella asintió, pero parecía como si estuviera aguantando su respiración.

—Sí. Como hace un mes.

Curioso por tenerla de repente tensa, me quedé mirándola mientras besaba la cicatriz de nuevo, justo por encima de la línea del vello púbico.

—¿Estás bien? —pregunté.

Asintió, pero no parecía calmarse. Así que me arrastré por su cuerpo hasta que estuvimos mirándonos.

—¿Qué pasa? —Mi pregunta fue suave, pero todavía le hizo rechinar los dientes como si estuviera molesta consigo misma.

—Yo solo... —Sacudió la cabeza y me dio una pequeña risa—. Me estoy poniendo nerviosa, supongo. Quiero decir, tú y yo nunca... ya sabes... Antes. Y es todo tan intenso y abrumador y…

—Oye. —Acuné su mejilla y presioné nuestras frentes juntas—. No te preocupes. Nada tiene que suceder.

Sin embargo, eso pareció angustiarla más. —Pero quiero que…

La besé, silenciándola. Luego apoyé mi frente en la suya, sintiéndome muy afortunada de estar aquí con ella. Ya había conseguido más de lo que jamás creí posible; cualquier otra cosa sería un beneficio.

—¿Qué tal esto? No pensemos en lo que viene después. No pensemos en el futuro. Simplemente
disfrutemos de lo que está sucediendo.

Sus ojos azules se suavizan con adoración. —Eres la mujer más sabia que he conocido.

—Malditamente cierto. —La besé de nuevo.

Sus labios se relajaron bajo los míos. Entonces su cuerpo se fundió en mí y su respiración se aceleró. Cuando besarnos nos dejó débiles y sin aliento, sus piernas se movieron agitadamente. Deslicé los dedos entre sus muslos. Ella abrió la boca y apretó, pero sus manos se aferraron a mí, tratando de
acercarme.

Metiéndolos dentro de ella, me estremecí y cerré los ojos.

—Ah, mierda. Te sientes tan bien. Tan caliente y húmeda. Quiero probar esto. —Se tensó contra mí, sus ojos fuertemente cerrados mientras echaba su cabeza hacia atrás y agarraba mis hombros con fuerza.

—B...bien.

Sonreí. Bueno, está bien, entonces.

Brittany lloriqueó mientras yo bajaba. Gimió de placer cuando la lamí, empapando mi lengua con un sabor almizclado celestial. Mis dedos seguían bombeando el cálido hueco apretado mientras mi lengua masajeaba su clítoris, mi boca queriendo más.

—Oh... Oh... —Se encontraba tan cerca. Su excitación vibró a través de mí y su emoción fragante me llenó. Quería sumergirme en el interior de ese calor húmedo. Pero primero quería sentir su liberación contra mi boca.

—Vente para mí,Britt—le pedí justo antes de morder su protuberancia sensible y empujar dos dedos profundamente. Ella se volvió loca, tirando de mi cabello desde las raíces y apretando sus muslos alrededor de mis oídos mientras gritaba un fuerte orgasmo. Disfruté cada segundo y gruñí con derrota
cuando dos vocecitas se despertaron desde la cuna.

—Maldita sea. —Enterré mi cara en el estómago de Britt mientras ella secalmaba—. Moveremos esa cuna a la otra habitación, mañana.

Debajo de mí, se echó a reír. Cómo podía siempre reírse en un momento como este, nunca lo sabré.

No había absolutamente nada divertido sobre las bolas azules.

—Promesas, promesas —dijo mientras se retorcía debajo de mí para ver a los niños.

Me senté gruñonamente y crucé los brazos sobre mi pecho. Me trajo a Santy, porque dijo que se encontraba seco. Después de cogerlo, y que ella se ocupara de cambiar el pañal de Skyle, sostuve a mi hijo para así mirarnos a los ojos. —Tenemos que hablar, jovencito. No puedes seguir haciendo esto.
Despertarte antes que mami consiga su bum-bum no está bien.

—¿Bum-bum? —preguntó Britt, sus ojos brillando mientras traía a Skyle ala cama con nosotros.

Me encogí de hombros. —Bueno, ¿cómo quieres que lo llame?

—En realidad, preferiría que no hablaras de sexo con él.

—Oye, tiene que tener esa charla algún día.

Resopló una carcajada y empezó a alimentar a Skyle, lo que destruyó lo mucho que mi cuerpo se había calmado. Mi coño vino de regreso a la vida. No podía dejar de mirar sus enormes y deliciosos pechos en exhibición. Podría incluso haber gemido un poco. Pero, maldita sea, esto era muy injusto.

Britt atrapó mis mirada loca, mi visión desesperada, y la piedad llenó su mirada.

—¿Estás bien?

—¿Mmm? —Le di una pequeña sonrisa borracha mientras seguí mirando abiertamente—. Estoy increíble —dije—. Acabo de tener la mejor probada de mi vida. ¿Por qué?

Rodó los ojos, pero deslizó su mirada hacia mi coño mujadas mis bragas. —Sin embargo, no conseguiste nada por eso.

Solté un bufido. —Claro que sí. Eso fue jodidamente increíble. —Extendí la mano y acaricié el pelo de Skyle—. No creo que tenga algún condón de todos modos, así que... —Me encogí de hombros y le sonreí antes de volver mi atención a Luchador mientras trataba de aferrarse a los tatuajes en mi pecho.

—Todavía podría hacer algo por ti —ofreció, lo que disparó el interés de mi coño inmediatamente—. Después de que se vuelven a dormir...

Le besé el pelo a Luchador, sin importarme mucho lo que me pasaba.

Hacer venir a Britt hizo valer la pena el par de bolas azules que le siguieron.

—Tal vez —le dije.

En realidad tenía intenciones de esperar y cobrar lo que ofreció, pero acabé quedándome dormido antes que ella terminara con los bebés. Me moví cuando Britt pasó los dedos por mi pelo y me besó la mejilla, pero solo tuve la energía suficiente para tomarla en mis brazos y presionar su espalda contra mi pecho mientras balbuceaba—: Duerme.

Teníamos el resto de nuestras vidas para terminar lo que empezamos.

Con una anulación en el horizonte y la adopción de Santy puesta en marcha, era una vida que esperaba con anhelo

ana_bys_26
ana_bys_26
---
---

Femenino Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 33
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: Brittana Be my hero capitulo 41 y 42 FIN

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 4 de 6. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6  Siguiente

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.