Fic. Recuentos de vida.!Everybody changing! Capitulo Nº18 "With a little help from my friends"

Las alegrías nos enorgullecen y las penas nos desbordan, pero casi siempre lo más difícil es enfrentarte al simple día a día y, con mayor o menor fortuna, pasarlo lo mejor posible. Para ayudarte a pasar un mal trago que no puedes evitar que lo mejor sea que alguien esté a tu lado, animándote o incluso amándote, pero cuando hieres a las personas que amas y no puedes mantenerlas a tu lado, sientes que tienes que afrontar todas las situaciones por tu cuenta.

Damian caminaba cabizbajo por los pasillos de la universidad; se encontraba solo. Sus amigos estaban en clases, donde él se supone que debería estar; pero al contrario, estaba buscando a los profesores para explicarles la situación y comentarles que debía volver de emergencia a Irlanda. Esperaba que eso no lo fuera a perjudicar a tan solo 3 semanas de terminar el semestre.

----*----

- Salgo para haya mañana –Le dijo Damian a su mama-

-No, quédate ahí. No tiene caso… estas a 3 semanas de terminar -Le contesto su mama-

-Claro que no, no puedo dejarlos solos, cambiare el boleto de avión para mañana, a más tardar el fin de
semana.

-De acuerdo, Me avisas cuando salgas –le contesto su mama –

-Si…. Mama… -cayo unos segundos- te quiero, dile eso a papa también. –Damian escucho claramente como su mama sollozaba levemente, el tomo aire, ella solo asintió- Pronto estaré ahí.

----*----

Había logrado cambiar su boleto de avión para el viernes de esa semana; así que solamente tenía el jueves para hacer todo lo que debiera antes de partir. Primero tenía que encargarse de sus materias; ya casi hablaba con todos los profesores; solamente le quedaban dos pendientes. Todos con los que hablo habían sido comprensibles, nada más le pidieron que les enviara los trabajos finales vía “email”, él estuvo completamente de acuerdo; así no se atrasaría.

Pudo contactar al otro profesor hasta la 5ta hora, que era cuando tenía clases con su grupo, le explico la situación y no hubo ningún problema. Más nunca encontró al profesor de “Arte de la edad media al renacimiento”. Anoto mentalmente mandarle un correo electrónico.

----*----

Su madre corto la llamada; el aún estaba con el teléfono pegado a su oreja, lo bajo y lo miraba fijamente tratando de asimilar lo que acababan de decirle, su cabeza era un desastre, las ideas volaban de un lado a otro y no podía captar ninguna.

-Damian, ¡Damian! ¿Qué paso? –escuchaba la voz de Lindsay que le hablaba pero no razonaba para contestar, su mente estaba perdida en la información que le habían dado, “¿Qué debo hacer?” se preguntaba a sí mismo y no encontraba una respuesta concreta.-

-Damian –la chica de ojos azules tomo su mano, el reacciono instintivamente volteando hacia ella- ¿estás bien? –El solo movió la cabeza negativamente-

----*----

Llego a su departamento, abrió la puerta y la cerro tras de él; se quedó parado frente a la puerta observando el gran departamento, se le figuraba vacío, lo escaneo con la mirada una y otra vez.

Camino hasta su habitación y al entrar lo primero que vio fue la maleta abierta sobre su cama; no quiso deshacerla ya que la iba a volver a ocupar. Únicamente saco la ropa sucia para cambiarla por limpia. Se sentó sobre la cama, posiciono su mirada sobre la laptop que tenía en su escritorio; le comunicaba alerta de mensajes. En la mañana que salió la había dejado prendida y ahora que regresaba tenía mensajes de quien sabe que persona.

Se tiró sobre su cama, con el antebrazo se cubrió los ojos para evitar la luz resplandeciente del foco que iluminaba su habitación.

----*----

- ¿Y está bien? –Le pregunto Cameron-

-No se… -dijo Damian resignadamente con un dejo de tristeza- nada más sé que está internado.

Marissa agacho la cabeza, Cameron y Lindsay se miraron a los ojos, sus rostros reflejaban preocupación y desconcertación, Hannah no sabía que decir y el semblante de Samuel se mostraba serio pero a la vez preocupado

-Damian… -pronuncio Lindsay levemente, el volteo su rostro a ella; ella pudo percibir reflejado en los ojos de el toda la tristeza, desconcertación, ansiedad, en fin; un cumulo de emociones que no podía expresar-

----*----

Se despertó y percato de la oscuridad que lo rodeaba, supuso que Cameron había llegado y el debió apagar el foco del cuarto, se sentó y se dio cuenta que algo estaba distinto a cuando se durmió; alguien lo había tapado con una manta. ¿Cameron? –Pensó para sí mismo, luego asintió a su idea-

Vio que su computadora aun tintineaba informándole que tenía mensajes sin leer. Lo pensó unos segundos y decidió no leerlos, se levantó de la cama con la intención de ir a buscar algo de comer; vio la hora en el reloj de pared y descubrió que eran las 7:23 P.M; durmió durante más de 5 horas, había perdido el día.

Salió del cuarto y el aroma a comida recién hecha inundo sus sentidos, camino hasta la barra de la cocina y diviso un plato de comida cubierto con papel aluminio. Al lado una nota que decía:


“Si te levantas antes de que vuelva; come, por favor. No tardare en regresar”

Lindsay

Damian sonrió levemente y dejo la nota a un lado, se sentó en uno de los bancos y comenzó a comer.

----*----

-Tengo que salir mañana –dijo Damian más para sí mismo que para sus amigos- Cameron, préstame tu celular nuevamente

-Claro, ¿para? –le pregunto Cameron mientras se lo pasaba-

- Necesito llamar a la aerolínea para que me cambien mi vuelo, lo tenía reservado para dentro de tres semanas, que era cuando salíamos a vacaciones pero necesito que me lo cambien para mañana

-Deberías esperarte un poco – le dijo Cameron-

- ¡No puedo esperarme! –hablo Damian fuertemente-

- Hazme caso, necesitas…

-¡NECESITO ESTAR CON MI FAMILIA! –Grito Damian a mitad del camión, los demás compañeros voltearon sorprendidos, pero Hannah les hiso señas de que nada pasaba y que volvieran a sus asuntos-

-Damian…-hablo Lindsay-

-Deberías esperarte –Samuel la interrumpió con voz firme- no puedes irte nada mas así; ¿Qué harás con las materias? ¿Con todo lo que tienes que resolver aquí? Es final de semestre y el tiempo se acaba. Deberías esperarte mínimo al viernes para que resuelvas todo eso mañana

----*----

-Ahh… ya despertaste –dijo Cameron al entrar al departamento; vio a Damian sentado en la barra de la cocina el Damian solo asintió permaneciendo de espaldas hacia Cameron- Lindsay me llamo y me dijo que estabas dormido, que iba a salir y que volvería.

- ¿Cómo entro? –Le pregunto Damian sin voltear-

-Me pidió mi copia de la llave, y cuando me marco hace una hora me dijo donde la iba a dejar por si yo regresaba antes que ella.

- ¿tú no habías venido? –Le pregunto Damian mirándolo sobre su hombro-

-¿Ahorita en la tarde? –Pregunto Cameron y Damian asintió con la cabeza- No, no he venido desde la mañana.

-Damian lo entendió- Cuando Lindsay llego me busco y me encontró dormido, así que apago la luz y me tapo –Sonrió para sí mismo ante el gesto de la chica de ojos azules-

----*----

Llego a su departamento arrastrando la maleta y la dejo caer a la entrada de su habitación. El camión de la escuela los había llevado hasta el campus, ahí buscaron un taxi que los llevara a su departamento, subieron al departamento y tomaron las llaves del auto de Cameron para ir a llevar a las chicas a sus casas.

Saco su laptop de la maleta y la encendió. Abrió google chrome e inicio sesión en su e-mail. Desde que habían estado fuera de la ciudad no había revisado su correo; esa era otra razón por la cual no habían podido contactar con el e informarle lo sucedido.

Reviso con la vista su correo; spam, publicidad, notificación, correo de su hermano, del padre de Cameron, alguno que otro correo de sus amigos en Irlanda y uno de Jenna, lo pensó unos segundos y abrió cada uno de ellos.

“Dami, tu padre está muy enfermo. ¿Vas a venir? ¿Verdad? Me avisas cuando llegues.”
-Jenna


Sus cejas se movieron sorprendidas cuando leyó lo directo del mensaje. Resoplo y regreso al buzón, abrió el correo de su hermano Patrick; vive en Madrid desde hace 3 años, estudio la carrera de geopolítica y se encarga de dirigir la expansión de la empresa en Europa del Oeste.

“Damo; ya debes de saber, ¿Qué harás? Mama nos necesita en casa, dejare las cosas en Madrid por unas semanas. Contéstame y avísame que harás.”
-Patrick


Suspiro levemente y regreso al buzón para abrir el correo del padre de Cameron; Michael Mitchell, gran amigo de Joseph Mcginty, padre de Damian, y socios copropietarios de una empresa multinacional.

“Damian; es una lástima lo que le ha pasado a tu padre, mi familia y yo estamos para todo lo que se les ofrezca, dentro de unas semanas iré a visitarlos. Saludos. “

-Michael Mitchell


Damian releyó nuevamente los mensajes, pensó en la posibilidad de no contestar ninguno de los correos, pero no podía hacerlo. No podía simplemente ignorarlos.

---*---

Termino de comer y volvió a su habitación a terminar de arreglar sus cosas para partir al día siguiente; su laptop aun avisaba insistentemente los correos sin leer, se acercó a la mesita de noche donde se encontraba y cerro la tapa. La razón por la cual quería volver a revisar su correo era muy obvia para él; no quería leer nuevamente ese tipo de mensajes ni mucho menos tener que contestarlos; en lugar de eso decidió ponerse a guardar y acomodar sus cosas.

Escucho la voz de Lindsay cuando entraba y saludaba a Cameron, salió el de su habitación para saludar.

-Qué bueno que ya despertaste dormilón –le dijo Lindsay cuando lo vio salir- Espero que Cameron ya te haya dicho, me quedare con ustedes esta noche

–Cameron lo miro y asintió con la cabeza- True story –le dijo a Damian-

- Es muy tarde como para que me regrese sola a mi departamento, además pensé que así podía acompañar a Cameron cuando te llevara al aeropuerto, espero no les moleste tenerme aquí esta noche –dijo ella sonriendo-

- Gracias –dijo Damian- Muchas gracias Linds –ella le regalo una sonrisa-

Duraron parte de la tarde ayudando a Damian con sus cosas, pidieron pizza para comer y una vez terminada su labor se sentaron los tres a ver una película “El cisne negro” por petición de la chica. Terminaron la película cerca de las 11:00 pm. Y decidieron que debían dormir ya que les esperaba un día muy largo.



Damian se levantó a mitad de la noche no podía seguir durmiendo, había dormido demasiado en la tarde. Daba vueltas en la cama de un lado a otro, deseo que fuera temporada de futbol, así mínimo tendría algo que ver mientras estaba despierto, su cabeza daba vueltas y no se callaba. En un intento por dormir se acostó de lado quedando de frente a la puerta de su habitación, intento dormir, cerró los ojos pero una luz se colaba por la rendija inferior de la puerta y llamaba su atención.

Escucho el sonido de cosas cayendo y puertas cerrándose. Pensó en lo peor, “alguien se metió y está robando y… ¡LINDSAY!” Busco rápidamente con la mirada algo que le sirviera como arma, su vista se posiciono en un trofeo de cristal en forma de “trueno” que estaba sobre su librero. No iba a permitir que le volviese a pasar lo mismo, que le volviesen a robar o algo peor. Se paró frente a la puerta y tomo la perilla firmemente.
Camino hacia la cocina, cerró los ojos y entro, no vio a nadie, se dio media vuelta ligeramente asustado y….

-¡AaahhhH!!!!!

-¡AaahhhH!!!!!!!!!!

Chocaron los dos, no se habían percatado de la presencia del otro y fueron víctima de sus miedos.

-Damo ¡me asustaste! –Grito Lindsay-

-y tú a mí, ¡pensé que se habían metido a robar! –dijo el respirando agitadamente tratando de recuperar el aire perdido durante el grito-

-Pues no -dijo ella-

- ¿Qué haces despierta? –le pregunto el-

-Ahh, es que no podía dormir y estaba buscando algo para hacer té. –Dijo ella mostrándole su taza-

-¿Y tú? ¿Qué haces?

- Tenía problemas para dormir y escuche ruido así que vine a revisar

- ¿quieres un poco de té? –le pregunto ella, el acepto gustoso-


Una vez preparado el té decidieron sentarse a platicar para pasar el rato, fueron hacia la sala donde Lindsay estaba durmiendo. Ella se sentó en el sillón con las piernas arriba y se tapó con la cobija, Damian comenzó a quitar las cosas de ella del otro sillón, aquellas cosas que la chica había llevado para pasar la noche.

- Porque no mejor te sientas aquí, conmigo. Aquí cabemos los dos, además si te quedas ahí te dará frio –le dijo ella tiernamente, el la miro y asintió, se sentó del otro lado del sillón recargado en el descansabrazos volteando hacia Lindsay sentado con sus piernas debajo de él, ella giro sobre sí misma y quedaron los dos de frente, ella con las piernas dobladas pegadas a su pecho, se taparon con la misma cobija mientras disfrutaban la compañía-

- Y eso fue lo que me dijo Marissa, ¿Qué te parece? –le pregunto ella sonriendo-

- No pues… órale, sabíamos que iba a pasar que Marissa y Cameron terminarían estando juntos –sonrió el- y me alegro mucho por ellos

-Se ven genial juntos –dijo ella sacando su celular android y buscando en la galería- ¡mira! ¡A poco no se ven tiernos! Hannah me paso la foto, es de la fiesta de clausura

Estaban los dos abrazados, Marissa recargada en su pecho y Cameron pegándola a él, se notaba la sonrisa en sus labios y la felicidad reflejada en sus rostros. -Dijo que si salían con tonterías de decir que nada había pasado o hacerse mensos la iba a vender al periódico –ambos rieron-

- ¿Hannah la tomo? –le pregunto el- A veces puede ser maquiavélica, siempre lo he pensado, las pelirrojas son el alma del demonio –dijo el haciendo divertidos gestos, Lindsay casi escupe lo que estaba tomando cuando Damian hacia sus imitaciones-

La plática y la risa de ambos inundaban el lugar, Cameron se había despertado desde el grito en la cocina, había salido de su habitación para cerciorarse que no fuera nada malo, cuando los vio a los dos en la entrada a la cocina riéndose de sí mismos, decidió que todo estaba perfecto. Cerró la puerta con sumo cuidado y volvió a intentar dormir. Escuchaba a lo lejos la plática de sus amigos, sabía que estaban platicando en voz baja tratando de evitar el despertarlo, pero de vez en cuando reían en voz alta y se callaban el uno al otro cuando subían demasiado el volumen de la voz, se le figuro tierno y les agradeció mentalmente por su preocupación antes de volver a dormir.

-Linds, creo que es hora de que nos durmamos –dijo el mientras se levantaba del sillón, camino hasta Lindsay y se paró frente a ella- Buenas noches –le dijo el tiernamente, se detuvo unos segundos y después le dio un pequeño beso en la frente, ella cerro los ojos y sonrió ante el contacto. Se separó de ella, le sonrió una vez más y giro sobre sus tobillos para emprender su camino hacia su habitación, pero algo se lo impidió.

La chica estiro su mano y lo tomo por la camiseta, el volteo sorprendido.

-Damo… -decía ella penosamente, su cabeza gacha escondía el rubor de sus mejillas- Te vas a ir y regresaras hasta finalizado el verano –el asintió con la cabeza- ¿y si… y si te quedas aquí, conmigo?

-Lindsay –dijo el sorprendido- Sabes que no puedo, tengo que ir con mi familia

-No me refiero a eso tonto –le dijo ella riendo ante la respuesta del chico, levanto la cabeza sin soltar su camiseta- duerme hoy aquí, conmigo. ¿Sí? –Él se sorprendió y no contesto nada-

En lugar de eso regreso al lugar que antes ocupaba y se sentó con las piernas sobre el sillón, abrió los brazos hacia ella sonriendo y ella entendió perfectamente a que se refería, gateo hacia él sobre el sillón y se acomodó entre sus brazos recargando su cabeza en su pecho, el la abrazo. – ¡gracias! –Dijo ella susurrando para después dejarse llevar por Morfeo-

Pasaron los minutos y Damian podía escuchar la respiración de la chica en sus brazos, el olor de su perfume inundaba sus sentidos.

-Linds ¿ya estas dormida? –No obtuvo respuesta- ¿Linds? –Otra vez sin respuesta- te quería decir… -pensó unos segundos- lo siento, perdóname por actuar como un imbécil –dijo el pegándola más a él y escondiendo su cabeza en el cabello de ella. Una sonrisa imperceptible por Damian adorno ligeramente los labios de ella--



Cameron se levantó cuando su despertador comenzó a molestar cerca de las 7:00 a.m., en su camino hacia el baño algo llamo su atención. Damian acostado con la cabeza recargada en el descansabrazos del sillón, una de sus piernas tocaba el suelo y en sus brazos descansaba la chica recargada en él, ambos cubiertos con la misma cobija. Cameron sonrió y por su cabeza paso una idea, corrió hacia su habitación y tomo su celular; saco una sola y perfecta fotografía que captaba en todo su esplendor la situación.



Cerca de las 10 de las mañana estaban todos en un Starbucks en el aeropuerto, se habían perdido las primeras clases de la mañana pero en estos momentos eso era algo irrelevante. Después se pondrían al corriente.

-Pasajeros del vuelo 616 con destino a Belfast, Irlanda del Norte. Favor de abordar por el andén 18. –escucharon el aviso del vuelo, la hora había llegado-

Se levantaron y caminaron todos juntos hacia la entrada de la revisión. Se detuvieron frente a la puerta donde estaban los oficiales del aeropuerto que recibirían el boleto del avión.

-Bueno, muchas gracias por acompañarme –dijo Damian dejando su maleta mochila en el suelo y volteando hacia sus amigos-

- ¡Ven aquí Damian! –Dijo Hannah felizmente haciendo un gesto para que la abrazara, el correspondió- te cuidas mucho y cualquier cosa, aquí estamos

- Muchos saludos a tu familia y ojala tu padre se mejore pronto –le dijo Marissa al abrazarlo-

-Gracias. Cuidas de Cam y no quiero “sorpresitas” al regresar –le dijo el mirando desconfiadamente a Cameron, a ella se le subieron los colores al rostro y solamente le dijo- ¡No empieces con esas cosas! –Todos rieron ante la reacción de la chica-

-Dude, ¡suerte! Todo estará bien, no te preocupes –le dijo Samuel con el cual chocaron sus manos y después las sujetaron fuertemente, Damian lo jalo hacia él y lo abrazo-

-Thanks dude, cuídalos a todos

-Cameron… -dijo Damian abriendo los brazos hacia el-

-Te voy a extrañar bro –le dijo Cameron cuando se abrazaron-

- Y yo a ti hermano, gracias –contesto el-

-Hable con mi papa; quizás vayamos en vacaciones –le dijo Cameron- estamos para todo –dijo el poniendo su mano extendida frente al rostro de Damian, este la tomo firmemente- ¡Cualquier cosa avisas!

Se paró frente a Lindsay y le sonrió –Te había prometido audicionar para la obra

-No tienes de que preocuparte –le dijo ella tratando de no darle mayor importancia a ese asunto-

-El próximo año haremos una obra juntos –le dijo el mirándola a los ojos- ¿de acuerdo?

-De acuerdo, pero debes prometérmelo –le dijo ella estirando su dedo meñique frente a él; él sonrió y lo tomo con su dedo. Promesa de meñique, separaron sus dedos y el la abrazo tierna pero fuertemente, fue un abrazo que pareció eterno, un abrazo que desearon jamás se hubiera roto-

-Muchas gracias a todos, se cuidan mucho y nos vemos el próximo semestre –les dijo el con una mezcla de tristeza y esperanza en su voz-

-¡Nos avisas cualquier cosa!- le dijo Hannah, el prometió avisarles, se despidió una vez más y tomo su mochila para emprender su camino, les dio la espalda y se dirigió hacia la entrada-

-¡Damian! –escucho la voz de la chica de ojos azules que le llamaba mientras caminaba hacia él, el detuvo su camino y volteo- Amm…-ella lo pensó unos segundos- No, olvídalo, no es nada, te lo diré cuando vuelvas, solamente… ¡cuídate mucho!

-Sí, tú también -contesto el sonriendo tristemente- ¡nos vemos! –dijo el al darle la espalda-

-Nos veremos al final del verano ¿verdad? –dijo ella susurrando mientras miraba fijamente su espalda al caminar hacia la entrada para arribar al andén, miro que se detuvo y ella contuvo la respiración; después de unos segundos el volvió a caminar, siguió con su camino. Una vez que lo vio alejarse no pudo soportarlo más, no pudo evitar pensar que el no volvería a travesar esa puerta; puso sus manos sobre sus labios evitando un sollozo, se encorvo escondiendo su rostro, dos lágrimas cayeron al piso. Se quebró; no lo soporto más. –Perdón –susurro ella-

Subió al avión y tomo su asiento en la ventana, detrás del ala izquierda, les avisaron que debían apagar todos los aparatos electrónicos así que aún no podía encender su MP3 player.

Miraba hacia la ventana mientras el avión se preparaba para despegar, una vez que termino el procedimiento de despegue y había tomado altura pudo encender su MP3 y ponerse sus audífonos, empezó a correr a partir de “I won’t let you go” de James Morrison.

- Y al final no arreglamos nada… -se dijo a si mismo recriminándose mientras golpeaba su cabeza contra el vidrio de la ventana, levanto la mirada y observo a través de la misma el inmenso cielo azul que lo rodeaba-
Pensó en lo que no había tenido el valor de hacer, los arrepentimientos le recriminaban por no haber actuado lo que pensó; porque su vida no era una tonta película de amor donde él hubiese dejado la maleta para correr hacia ella y besarla. Si fuera una tonta película de amor se hubieran despedido con un beso en sus labios y la promesa de estarse esperando para continuar con su historia al final del verano.


Ella camino hasta las enormes ventanas del aeropuerto, a través de ellas se podía ver el hermoso cielo azul lleno de nubes que se alzaba imponente y lejano sobre ella, veía volar a las aves y aviones; en alguno de ellos se marchaba la persona que sin darse se convirtió en algo muy importante de su vida.


Las ideas daban vueltas en la cabeza de Damian y fue cuando cayó en cuenta de que si tenía una promesa; tenía la promesa de regresar y audicionar junto a ella, una ligera sonrisa adorno sus labios. Damian Mcginty era un hombre de palabra; debía volver para cumplir su promesa y continuar con su historia personal.


El metió su mano al bolsillo de su chaqueta y saco lo que tenía dentro. Contemplo sobre su mano una cadena de plata con varios dijes; un ala plateada, un pequeño anillo, cadenas cayendo, y quizás lo que más le agrado para ella, una estrella de plata; todos cayendo desde un solo punto, un pequeño círculo que unía a los dijes por la cadena y hacia que se abrieran como un abanico.

La había comprado aquel ultimo día de congreso por la mañana, aquel donde Samuel lo había sermoneado y ella iba enojada con él, quería pedirle disculpas por su tonta manera de actuar, pero una cosa paso tras otra y no encontró el momento correcto de hacerlo; se arrepintió de solamente haberlo planeado y no actuado.

-Motherland lonely-

-Bien, he llegado –dijo 18 horas después de abordado el avión, al salir del aeropuerto de Belfast y sentir el aire de Irlanda que le daba la bienvenida-

Debía buscar un taxi que lo llevara a la central de trenes y tomar uno que lo llevara a Derry, pensó en avisarle a su familia que ya había llegado, pero después creyó que no era necesario, lo haría cuando comprara el boleto del tren y supiera a qué hora arribaría en Derry.

Camino desde el aeropuerto hasta la estación, se detuvo frente a un kiosco de revistas y hojeo los periódicos locales buscando si había salido algo referente a su padre; lo encontró. “Magnate local en riesgo de muerte” “Mcginty hospitalizado, se desconoce el futuro de NFid Inc.” “NFid Inc. se ha quedado sin líder, ¿Quién será el nuevo rostro?” Eran algunos de los encabezados que figuraban en los periódicos amarillistas, su cara reflejaba la repulsión y enojo que sentía; Si, la empresa que su padre manejaba era sumamente importante, era una transnacional con planes de expansión en Europa del Oeste y próximamente del Este, además con sedes en Estados Unidos, de las cuales el padre de Cameron era el presidente. Generaba miles de empleos al año, una riqueza y producción prácticamente incalculable, eran pioneros en tecnología, servicios y nuevos productos. Habían apostado por la innovación, expansión y creatividad; le habían dado al clavo. Damian lo entendía perfectamente y entendía lo preocupante para la economía Irlandesa, la incertidumbre que vivía ante la situación; pero se le figuraba repugnante la falta de tacto de los medios y que no les importase en lo más mínimo lo que sus comentarios pudieran ocasionar a SU familia.

Siguió caminando por las calles de Belfast, aunque fuese su padre de quien hablaban los medios el parecía pasar inapercidibido, agradeció a los dioses el hecho. Al llegar a la estación compro el boleto de tren, tenía una hora más hasta que tuviera que abordar.

Salió de la estación y cruzo al 7eleven que estaba frente a la acera, entro buscando algo de comer y decidió comprar un café y 2 paninis; uno de jamón y otro vegetariano; cuando sus amigos y el en NY compraban paninis para comer, Lindsay siempre compraba el vegetariano y él nunca lo había probado, así que decidió que era hora de darle una oportunidad.

Salió del 7eleven, busco una caceta telefónica y entro a ella, depósito la moneda y marco a su casa. La voz de su madre en la contestadora le pedía que dejara un mensaje: “Ma… Ya llegue, salgo en media hora, estaré ahí en 3 horas más, nos vemos pronto”. –dijo él la bocina y después colgó.-


Tres horas después justo como lo había previsto se encontraba saliendo de la estación, busco a cualquier persona conocida con la vista; no vio a nadie. Salió a la acera y pidió un taxi que lo llevara al hospital “St. John”


-¡O por dios! ¡Damian que te paso! -dijo su madre alterada al verlo salir del elevador, se acercó hacia el prácticamente corriendo y tomo su rostro entre sus manos- ¿te peleaste? ¿Qué te paso?

Los estragos y huellas del asalto aun eran notorias en su cuerpo, si bien no estaba tan mal como el primer día, aun se notaban.

-Mama, tuve un problema en NY emm…. –Damian miro el miedo en los ojos de su madre- me asaltaron y… me quise hacer el valiente, por eso termine así –su madre lo abrazo fuertemente y le dio un beso en la mejilla- ¿y papa?

-Aun inconsciente, está en la habitación 202, al pasar el módulo de las enfermeras, ahorita lo están revisando y cambiando el suero, por eso estoy aquí, aproveche y vine por café


Entraron a la habitación y Damian lo primero que observo fueron los aparatos que median el pulso de su padre y ese molesto sonido que hacían con cada latido. Entre él y su padre estaba una enfermera suministrando suero, se acercó a ellos luego de terminada su labor, la madre de Damian los presento y le informo que su hijo estaría dando vueltas seguidas, la enfermera contesto que no había ningún problema.

Aunque escucho lo que decían verdaderamente no le tomo importancia, estaba asimilando el ver a su padre acostado en una cama de hospital con máquinas pegadas a su cuerpo, Damian juro que se veía años mayor, se acercó lentamente a él, lo miro durante unos segundos y le pregunto a su madre.

-¿Qué dicen los doctores? –dijo seriamente-

-Dicen que puede que despierte, solamente están esperando –le contesto ella tomando su mano y acariciándola- Deberías ir a casa a descansar, tu hermano está ahí, tu hermana pronto llegara.

-Mejor me quedo yo –le contesto el- tu ve a descansar

-No, ¿Qué te parece si mejor tu pasas la noche aquí? yo tengo que ir a dar unas vueltas temprano y no me puedo quedar aquí, tu hermano se quedó la noche anterior y mañana va a hablar con la junta directiva y tu hermana se supone que llega hasta la noche.


Damian llego a su casa, se veía tan grande, solitaria y vacía. – ¡Pat! ¿Estas por aquí? –pregunto Damian cuando entro arrastrando su maleta, la dejo en el vestíbulo y subió las escaleras buscando a su hermano en alguno de los cuartos del piso superior donde estaban las habitaciones; toco la puerta de la habitación de su hermano y no obtuvo respuesta, la abrió con sumo cuidado y lo encontró dormido sobre la cama, se acercó a él y lo movió para que se despertara.

- ¡Pat! ¡Arriba! ¡Patrick! –dijo moviéndolo y su hermano se despertó abriendo los ojos ampliamente algo asustado-

-¡Ehi tú! ¿Cuándo llegaste? –le pregunto el sentándose sobre la cama algo adormilado aun-

-Hace algunas horas, fui primero al hospital

- ¿Qué te paso? –Dijo cuándo sus ojos se acostumbraron a la luz y pudo fijarse en las cicatrices de su hermano-

- Nada, me asaltaron por menso, perdí mi celular, mi reloj, el anillo, todo

-Pero si serás tonto hermano mío, ¿de verdad perdiste el anillo? –Damian lo miro resignado, encogió los hombros y afirmo-
Se levantaron y salieron de la habitación, su hermano tomo las llaves del auto y le dijo – Ven, vamos

-¿A dónde? –Pregunto Damian-

-Necesito algo de tomar


Estacionaron el carro en la cochera, entraron a la casa y la atravesaron hasta el porche delantero donde decidieron quedarse un rato platicando, necesitaban ponerse al tanto de la situación.

La casa tenía una amplia entrada, pasabas el gran portón y te llevaba una calle unos cuantos metros hasta la entrada de la casa, frente a esta una glorieta donde daba vuelta el auto y se podía regresar; esa era la entrada principal, por la entrada trasera era donde estaba la cochera y guardaban sus autos; una casa grande de dos pisos con un patio muy amplio y muchos árboles.

Al entrar a la casa estaba el recibidor, frente a este las escaleras para subir al piso superior, del lado derecho de la casa estaba el comedor y del lado izquierdo una sala, ambas se conectaban a la cocina y desayunador pero por la parte trasera. En cuanto subías al piso superior las puertas que estaban frente a las escaleras eran de la oficina en casa del padre de Damian, al fondo del lado derecho el cuarto de los padres; del mismo lado derecho el cuarto de su hermana y su hermano, con puertas frente a frente, del lado izquierdo al fondo una pequeña sala donde tenían sillones, televisión y algunos libreros, del mismo lado también el cuarto de Damian y uno que utilizaban para los huéspedes con puertas frente a frente.

Se quedaron él y su hermano en la entrada que quedaba frente a la glorieta, se sentaron en las cortas escaleras que los separaban de nivel de calle. Si levantabas la vista y mirabas más allá de la glorieta podías toparte con un jardín el cual era delimitado por una línea de pinos que se alzaban junto a la barda que los separaba de sus vecinos.

- ¿yo? ¿Qué haremos? –Le pregunto Damian a su hermano-

-Es lo que quisiera saber –le contesto resignado- Por el momento, mañana hablare con la junta directiva y veré que deciden, quizás quieran organizar una reunión extraordinaria para tratar el tema con todos los accionistas. No queda nada más que hacer, -volteo hacia Damian- que bueno que hayas venido, no podíamos solos mama y yo. –Damian sonrió de lado-

-Por el momento, estaremos aquí –agrego finalmente Damian-

-¡Damian! –el chico escucho su nombre y volteo hacia donde provenía esa voz, reconoció a la dueña de la voz en el acto; ella corrió hacia donde él se encontraba y el sintió como lo sofocaban cuando lo abrazaron- tu madre me marco y me dijo que estarías aquí –dijo ella alegremente- que bueno que decidiste venirte, tu madre decía que era mejor que te quedaras y terminaras el semestre pero yo creía conveniente que vinieras antes

- Si, era lo mejor, no podía dejarlos solos –contesto el-

- ¿Qué te paso? ¿Por qué estás tan lastimado? –pregunto ella alterada al verlo-

-Jenna, eres como la quinta que me lo pregunta en el día, creo que me pondré un letrero que diga “Si, ¡me asaltaron!” –dijo el sarcásticamente-

- ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Y tus amigos? ¿Andabas solo? –pregunto ella preocupada-

-Es una larga historia –Damian se tomó el tiempo de volver a revivir la historia y comentarles- Y eso fue lo que paso –dijo una vez terminada-

-Yo de haber sido tus “amigas” –pronuncio la última palabra arrastrando las letras- no te hubiera dejado irte solo, ósea ¿Qué les pasa? Además de todo son irresponsables, como se ponen a beber tanto si tienen que manejar, que vulgares

- No es nada, son cosas que pueden pasar y no fue culpa de ellas; la culpa es mía porque YO fui inconsciente al irme en la madrugada–dijo Damian tratando de defenderlas-

- Tu siempre tan lindo, viendo lo mejor de todas las personas –dijo ella abrazando su brazo- Oye, ¿Qué harás? ¿Te quedaras tú en la noche con tu padre? –le pregunto ella-

- Si, ese es el plan

- Si quieres… yo me puedo quedar –dijo ella sonriendo coquetamente-

- Nada mas una persona puede estar durante la noche –salió su hermano a su defensa- no te dejaran estar, si quieres ir es en la tarde -Jenna hiso un leve berrinche y Damian solo afirmo lo que su hermano dijo-

- Bueno, no importa. Tenemos todo el verano ¿no es así, Dami? –le dijo ella sonriendo-

- Am… si, todo el verano –contesto el, su hermano únicamente giro los ojos -


Las horas pasaron rápidamente; había estado todo el día con su hermano y con Jenna, también había aprovechado el tiempo para reactivar su número de celular en Irlanda, así que volvía a estar comunicado, sabía que debía marcar a sus amigos, pero una cosa tras otra y no encontró el tiempo. Llegada la noche su hermano lo llevo al hospital para relevar a su madre.

Lo dejaron solo con su padre, el inmenso silencio inundaba la habitación, solamente se escuchaban los sonidos regulares que emitían las maquinas con cada latido a Damian se le figuraban irritantes, tomo asiento en la silla en la que estaba su madre minutos antes, aquella que estaba al lado de su padre.

Todo había pasado tan rápido, jamás pensó que su vida daría un vuelco de esa manera; sin duda había sido un mal año para él y era apenas la primera mitad. No sabía qué hacer, no sabía cómo actuar, tenía miedo de que la historia terminara ahí, con su padre postrado en una cama.

- Papa… perdí el anillo –dijo resignado recostando su cabeza en la cama al lado de su padre- perdón… –sintió como el corazón se le estrujo al no recibir ninguna respuesta, ni un “no hay problema”, ni un regaño, nada… solamente el silencio -


Los días transcurrieron normalmente, los doctores iban y venían y decian que su estado iba mejorando y que podria despertar, pero fuera de eso no había ninguna nueva noticia acerca del estado de salud de Joseph Mcginty. Damian se quedaba todas las noches en compañía de su padre, así que se podía resumir que su semana en su hogar había sido prácticamente de hospital a su casa a dormir, si bien había querido hablar con Cameron o Lindsay, no lo había podido hacer, no había tenido el tiempo y cuando encontraba el tiempo para marcar era de madrugada en NY.

Una de las noches que estuvo con su padre se despertó en la madrugada, cerca de las 3:00 am. Decidió aprovechar que había activado su antiguo celular para poder estar al contacto con su familia de todo lo que pasara, el problema que encontró era que el número era irlandés y sus amigos en estados unidos no lo tenían. Calculo que serían las cerca de las 10 de la noche en NY y decidió que era una hora prudente para hacer llamadas.

Salió de la habitación con sumo cuidado y se sentó en los sillones de la sala de estar del piso del hospital, marco primero el número de Lindsay rogando porque todos estuvieran juntos, era viernes por la noche lo más seguro es que fuese así. Espero pacientemente mientras que con cada timbrazo su corazón latía un poco más fuerte, hasta que sintió que se detuvo cuando la chica contesto.

-¿Bueno? –pudo notar que estaba extrañada, lo más seguro es que no reconoció la lada, pensó Damian-

- hola extraña –le contesto el-

- ¿Da..? ¡Damian! –Contesto la chica felizmente- no sabía que eras tú, vi la lada extraña y si pensé que fueses tu pero luego dije, no, estoy loca. ¡Qué alegría que marques!

-Damian rio- tuve un tiempo y lo aproveche, el huso horario me dificulto comunicarme antes

- Me imagino, llevamos una semana sin saber nada de ti

No había caído en cuenta hasta que la chica lo menciono que llevaba una semana en Irlanda, una semana que le había parecido eterna, como si fuesen varios meses. Pudo escuchar del otro lado de la línea los gritos y excitación de sus amigos “pásamelo, pásamelo” gritaba Hannah, “mándale mis saludos” decía Marissa, “dile que es un egoísta e ingrato por no marcar antes” lo regañaba Cameron. Parece que nada había cambiado, pensó Damian.

-¡Ahh! ¡No me dejan oír! –Escucho Damian como Lindsay se quejaba y después juro escuchar una puerta cerrarse- Listo, me encerré en tu cuarto –Lindsay rio levemente y Damian sonrió-

- ¿Cómo han estado? –pregunto el-

- Pues, normal. Trabajos por aquí, por haya. No dejan de preguntarnos de ti, pero todo bien. –Contesto la chica- No sabía que fueras tan lindo cuando niño –agrego la chica riendo-

- Lindsay ¿Qué estás viendo? –pregunto Damian sorprendido-

-Estoy en tu habitación y estoy viendo las fotos que tienes en marcos, ¡estabas tan lindo!

- ¿era? Aun lo soy

- sí, si lo que digas –se callaron unos segundos- ¿y tu padre? ¿Cómo está?

-Aún no sabemos nada, dicen que hay posibilidades de que se recupere, pero aun no despierta

-Ohh…-Lindsay no supo que contestar-

- Pero todo está bien, no te preocupes –dijo Damian para liberar la tensión-

-Oye…

-¿sí? –Le pregunto Damian-

- El niño con gorro naranja en la foto frente a unas montañas nevadas, ¿eres tú? ¿Verdad?

- así es –le contesto Damian al saber perfectamente a que foto se refería, una que habían tomado cuando estaban de vacaciones él y su familia en su casa de nieve, la foto había sido tomada desde el frente de unas montañas, al fondo se podía contemplar la pista por la cual descendían los esquiadores

- ¿estas con tu familia? –Damian asintió- ¿y la niña rubia de coletas? –Pregunto ella, un dejo de tristeza se notaba en su voz- ¿es Jenna? ¿Verdad? -Damian volvió a asentir- Si, se nota que es ella, se parece mucho cuando era chiquita

- Oye Linds…

- ¿Cuándo vuelves? –le pregunto ella, Damian podía notar a través de la bocina que Lindsay trataba de estar alegre, pero un toque de tristeza la delataba-

- Antes de que acaba el verano –dijo Damian-

- Que bien, tenemos que ensayar e ir a esquiar, siempre he querido ir a esquiar

-Damian rio levemente- de acuerdo, eso haremos. –Callaron unos segundos y cuando rompieron el silencio fue únicamente para finalizar la llamada – me tengo que ir… te cuidas mucho

-Tú también

- Amm…

- ¿sí?

-Nada, Hasta luego –contesto el mirando fijamente la pared y poniendo su mano sobre esta-

-Sí, hasta luego –dijo Lindsay recargándose en la puerta de la habitación y dejándose caer- bye…


Damian regreso a la habitación y contemplo a su padre, soltó un largo suspiro y tomo asiento en la silla al lado de la cama. Saco su laptop de su mochila y la coloco sobre su regazo, esperaba a que iniciara mientras miraba a través de la ventana la enorme y plateada luna que iluminaba las calles de Derry.

Una vez que inicio lo primero que hiso fue abrir “Windows live mail”, dio click en “escribir nuevo correo” y selecciono de contacto a “Lindz”, pensó unos segundos antes de escribir el corto mensaje.

Escribió una sencilla oración:

Lo releyó y se recrimino–soy un cobarde hasta para escribirlo, lo más importante lo escribo en otro idioma –dijo riéndose de el mismo entre dientes-

Escucho sonidos extraños, como palabras que eran arrastradas al hablar, primero sintió un poco de miedo pero luego cayó en cuenta, ¿podría ser? Volteo sorprendido hacia su padre esperando alguna acción.

-Dam..i..an… -escucho como levemente lo llamaban y vio como trataba de mover su mano-

- ¡Oh my god! –Grito Damian- ¡Enfermera, enfermera! –Grito cuando abrió la puerta de golpe y salió hacia el pasillo- ¡mi padre, mi papa! ¡Ha reaccionado! –Las enfermaron corrieron hacia la habitación y dejaron a Damian esperando en el pasillo, su corazón latía a mil por hora y sus manos temblaban sin control-

Lonely fears

Las cosas iban mejorando poco a poco, su padre había reaccionado y si bien apenas podía comunicarse y no podía controlar las actividades motoras básicas como mover sus manos o ponerse de pie; les habían dado esperanzas de que con los suficientes tratamientos volvería a ser autosuficiente.

Era sin duda un rayo de luz entre las nubes grises que habían estado sobrevolando a los Mcginty desde inicios del año, comenzaron las pruebas y los tratamientos de rehabilitación en cuanto los doctores dieron su aprobación. Las semanas anteriores de las cuales a Damian solo le toco vivir una, habían sido difíciles y pesadas, la semana que llevaban viviendo con tratamientos y pruebas era sencillamente criminal.

Si había habido beneficios desde que lo iniciaron y eran mucho más rápido de los esperados, pero aun así era sumamente difícil. Damian entro a la habitación de su padre después que le informaron las enfermeras que los ejercicios de rehabilitación habían concluido y se encontraba comiendo.

Se detuvo en la entrada de la habitación y diviso a su padre sentado frente a la ventana, con un plato de macarrones en la mesilla de la silla. Sostenía torpemente el tenedor y con todo el esfuerzo del mundo trataba de llevarse la comida a la boca. Se le veía hundido y parecía tener más de 100 años. Su rostro estaba extrañamente rígido. Damian camino hacia él y le quito el plato para ayudarlo a comer.

- Yo me encargo –le dijo Damian al voltear la silla de su padre y sentarse frente a el-

Su padre maldijo mentalmente mientras Damian le daba de comer, no le molestaba la idea de que su hijo lo ayudara, lo que le molestaba era no ser capaz de hacer cosas tan básicas. Mentalmente sabia como debía hacerlo; pero cuando daba la orden a su mano pareciera que tuviera vida propia, la dirigía a su boca y cuando estaba cerca cambiaba de dirección por obra propia.

Pero si bien era cierto, sabía que el tiempo que llevaba en rehabilitación daba resultado, cuando inicio tratando de comer por su cuenta la mano le temblaba tanto que no podía ni levantar la comida. Ahora le llevaba tiempo el poder comer o realizar otras funciones pero lo iba logrando, iba recuperándose; Y no solamente estaba bajo tratamiento motriz sino que también del habla, al iniciar el tratamiento sus palabras sonaban como arena rasposa, era como un murmullo flojo, ahora con el tiempo que llevaba ya podía controlar un poco más el habla y se podía comunicar mejor.

-Paatic…Pat..Patick –pronuncio su padre-

- ¿Quieres que le hable a Patrick? –pregunto Damian y su padre asintió-

- ¡Claro! –Damian dejo el plato a un lado y tomo su celular, mando un sencillo mensaje dirigido a su hermano y regreso a lo que estaba haciendo-

Pasaron los minutos y transcurrían con normalidad, escucharon el sonido de la puerta al ser tocada y dieron el pase suponiendo que era Patrick.

- Me lo dijeron pero no había podido creerlo –dijo un hombre pelirrojo y alto al ingresar al cuarto-

- ¡Sr. Mitchell! –dijo Damian al levantarse y estirar su mano para saludar al hombre-

- ¿Cómo han estado Damian? –le pregunto Michael Mitchell-

- Pues, mejor que hace unas semanas –contesto el- mucho mejor

- Ehi y yo que, ¿no merezco que me saludes? –Dijo un joven tras Michael-

- ¡Cameron! –Dijo Damian alegremente y lo abrazo- ¿Qué les trae por aquí?

- Es una larga historia –contesto el padre de Cameron- Si me permitieran platicar un rato a solas con este señor, necesitamos hablar en privado –Damian y Cameron asintieron y salieron ambos de la habitación dejando a los dos hombres solos-

- Tu hijo mayor me hablo –dijo Michael al tomar asiento en la silla que Damian había dejado- Convoco a una junta urgente de accionistas, me dijo que no sabía de qué se trataba pero que había sido tu idea ¿Qué tienes en mente?

Joseph lo miro fijamente, si bien tenía problemas para controlar sus actividades motrices, no dejaba de ser un hombre imponente y serio. – Damian… –pronuncio levemente-




- ¡Oh my god! No puedo creer que estés aquí Cam, ¿tanto así me extrañaste?–dijo Damian alegremente mientras fingía llorar y lo miraba con ojos de perrito tierno-

- Si Damo, sabes que no puedo vivir sin ti –Dijo Cameron siguiéndole el juego, Damian se mostró asustado ante la respuesta y Cameron rio ampliamente al ver su cara desconcertada- mi papa me hablo para decirme que venía y me cole con el –dijo el riendo-

- Fiuu… me habías asustado, pensé; a la M… ya perdí a Cameron se me cambio de bando, me estaba preocupando porque le tendría que explicar a Marissa que le baje al novio… eso sería muy bizarro –dijo el riéndose y Cameron lo golpeo en el brazo- Ehi, Si me dolió –dijo Damian haciendo un leve berrinche y sobándose el brazo- ¿y la escuela?

- Decidí que como la última semana no tenía mucha importancia asistir, hable con los profesores y envié trabajos finales antes –dijo el sonriendo triunfantemente-

- ¿Y… como están todos por haya? –Pregunto Damian despistadamente, Cameron sabia por quién en específico preguntaba-

- Bien… -contesto secamente, no le daría información de más si Damian no hacía preguntas directas-




La realidad era un poco distinta a como la describía Cameron, estaban las tres; Hannah, Marissa y Lindsay en el departamento de la última. Marissa acostada en un sillón para una persona, Lindsay con las piernas sobre el respaldo de otro sillón y su cabello tocando el piso y Hannah acostada sobre la alfombra.

- Mooo... ¿Qué podemos hacer? –Pregunto Marissa- estoy aburrida

- Malditos, nos abandonaron –se quejó Lindsay amargamente-

- ¿Alguna vez se habían dado cuenta de las formas que crea la luz al entrar por la ventana? –Hannah rio torpemente- son divertidas… aunque algunas otras… dan miedo - Marissa y Lindsay la miraron asustadas como si de un loco se tratase, después se miraron la una a la otra y voltearon la vista hacia donde Hannah miraba, ambas asintieron la idea de Hannah-

- Nos han abandonado –dijo Marissa haciendo berrinche-

- No, a ti te abandonaron, Cameron te abandono por ir corriendo tras de Damian–dijo Lindsay molestándola-

- Ese es un “Bromance” muy extraño –dijo levemente Hannah sonriendo con malicia y picares, luego rio ante las ideas que volaban por su cabeza-

- Ah sí, y dirás que Damian no te abandono

- Pues no, porque no somos nada, así que no nada más me abandono a mí, sino que a todos –Lindsay se defendió-

- Ni ella se cree eso –le dijo Marissa a Hannah refiriéndose a lo que Lindsay afirmo-




Cameron y Damian habían salido del hospital, se encontraban en lo que Damian llamaba “Jr. tour Mcginty”

- Y ahí es donde gane una competencia de canto, -dijo señalando un auditorio- y ahí es donde un perro me ataco cuando niño porque me quería quitar mi dulce de orozuz, maldito perro –dijo Damian con voz de ultratumba, encorvado y tocando las puntas de sus dedos-

- Si Damian, lo se… siempre que vengo es la misma historia, me llevas por todo Derry a pie y recuerdas casa cosa que te paso –dijo Cameron algo harto-

- ¡No te quejes, es un buen tour! Hubo un verano en el que le di tours a los turistas y con las ganancias me compre mi primer gameboy y venía con el pokemon red; todo porque mi papi me dijo que tenía que aprender el valor de un euro –dijo Damian orgullosamente- y como te decía antes de que interrumpieras el tour- lo miro recriminándole- ahí…. –Dijo señalando un farol- no olvídalo, no es una bonita historia, tiene que ver con hombres insinuándoseme y esas cosas… Tú sabes… esas cosas que me pasan…

Cameron no pudo evitar reír a carcajadas y Damian se puso de colores ante la risa de su mejor amigo.





En la habitación del hospital “St. John” la conversación continuaba, llevaban más de una hora encerrados platicando, hacia poco mas de 20 minutos que Patrick había arribado al hospital y estaba junto con los dos hombres.

- ¿Estás seguro de que eso es lo que quieres Joseph? –le pregunto Michael seriamente, el otro únicamente asintió “si, eso es lo que debemos hacer”-

-No creo que sea la mejor opción para él, papa –le dijo Patrick- podemos pensar en otras soluciones, yo podría quedarme y… -Cayo en el acto ante la mirada amenazante de su padre, el silencio invadió la situación, Joseph volteo la mirada molesta hacia otro lado-

- ¡No seas tan terco viejo saco de papas irlandés! –Le dijo Michael, Joseph lo ignoro- ¡somos amigos de años! –El padre de Damian no volteo a verlo, solo murmuro algo inentendible- Y sigues siendo tan terco y rabioso como hace años –dijo Michael riendo-




Las horas transcurrían y no sabían que hacer, estaban aburridas y no tenían planes, jamás se habían dado cuenta que tan aburridas podían ser sus tardes sin Damian o Cameron que las arrastraran a algún lugar extraño a una loca aventura.

- ¡Boooreeeddd! –Canto Lindsay mientras movía su cabeza-

- ¡So booreeedd! –Hannah la acompaño-

- ¡Ya! ¡Basta! –Dijo Samuel que estaba en la cocina escuchando toda la conversación y ya estaba más que harto-

-¿Qué? –Pregunto Marissa levantando la cabeza y volteando a ver a Samuel-

-¡Arriba! ¡Muévanse! –Dijo Samuel tomando un cojín del sillón y golpeándolas levemente para que se movieran- ¡vamos a salir así que las quiero que las tres se alisten y se pongan guapísimas!

- ¿Qué? –pregunto Lindsay desconcertada-

-Nada, no quiero que digan nada, tienen poco tiempo, regresare en dos horas por ustedes y las quiero listas –dijo Samuel empujando a Lindsay a su cuarto- Aquellos dos se van y me dejan con sus problemas -pensó Samuel mientras mandaba a las chicas a alistarse- ya que regresen les pasare la factura –

- pero ¿a dónde vamos? –Pregunto Marissa-

- No te preocupes por eso, solamente preocúpense por estar listas, ¡tienen dos horas!



A falta de tiempo y de ropa no les quedo más que vestirse con ropa que alguna vez dejaron en el departamento de Lindsay, ropa muy casual.

Al llegar al lugar querían matar a Samuel por no informarles, las había llevado a una fiesta que organizaron en la casa de un compañero de Samuel y Cameron en la facultad de Música. Entraron a la casa, Samuel saludaba gente y las presentaba pero aun no tenían el placer de conocer al dueño de la casa. Atravesaron el mar de gente y salieron al patio trasero.

- ¿Quieren algo de tomar? –las chicas asintieron y Samuel entro a la casa para buscar algo de beber-

- ¡Qué onda Sam! –le dijo un chico asiático al verlo-

- ¿Qué onda? –dijo el mientras tomaba bebidas para sus amigas y el-

- ¿Tanto para ti solo? No pensé que la soledad te hiciera tomar tanto –dijo el chico riéndose- no te preocupes siéntete como en tu casa

- ¿Solo? ¡Ja! –Samuel rio sarcásticamente- Ves a esas tres lindas chicas que están ahí afuera –dijo Samuel al ver por la ventana y saludarlas-

- ¿las dos chicas lindas? –Dijo refiriendo a Marissa y Lindsay-

- No, las tres son lindas –corrigió Samuel- y vienen conmigo –dijo el sonriendo triunfantemente-

-No mientas -dijo el-

- Enserio y ni intentes acercarte, no te harán caso -sentencio Samuel dando media vuelta ignorándolo y dirigiéndose hacia las tres chicas que lo esperaban-

- Como no, eso ya lo veremos –dijo el chico asiático-


Lindsay, Hannah y Marissa platicaban en el patio trasero de la casa, no conocian a casi nadie excepto de vista, pero despues de unos minutos decidieron que eso no les importaria, estaban ahi para divertirse. Una chica de cabello rubio se acerco a ellas, les sonrio algo hipocritamente. Marissa juro que ya la habia visto antes.

-Mucho gusto, me llamo Karen, ustedes no son de la carrera, verdad? -pregunto la chica-

-Karen, Karen... me suena, quien eres? -la mente de Marissa trabajaba intentando descifrar por que la chica se le hacia tan conocida.

-Mucho gusto, me llamo Hannah, y ellas son; Lindsay y Marissa -dijo presentando a cada una de ellas-

- Ya se quien es, es de quien me hablo Cameron -Marissa celebro mentalmente al recordar a la chica- Cameron me ha hablado de ti -le dijo Marissa a Karen-

-Ah si, y que te ha dicho Cam de mi? Digo, si se puede saber. Deben de ser buenos comentarios -dijo la chica sonriendo altivamente- emm... Disculpa, ¿Cómo dijiste que te llamabas? ¿Marlina? –Pregunto la chica rubia de cabello corto-

- Marissa –corrigió ella-

-Ahh si, Por cierto ¿y Cameron? ¿Es cierto que salió del país?

- Si, así es –contesto ella-

-Auu... Es una lástima que se haya ido antes de terminar el semestre, ¿no crees Martina?

- Se llama Marissa, ¿es que acaso tu pequeño y disléxico cerebro no lo puede asimilar? –le dijo Lindsay sumamente molesta-

- Disculpa, pero ¿tú te llamabas? –le pregunto ella-

- Lindsay, no es tan difícil, no te preocupes no te esforzaras mucho al recordarlo –Hannah y Marissa ahogaron sus risas-

- Así es, pero por que no me molestare en recordarlo –le contesto ella poniendo sus manos sobre su cadera- no sé a quién se les ocurrió traerlas, si la fiesta era únicamente de la facultad –dijo la chica al darse media vuelta y alejarse de ellas-

- No se preocupen, así siempre es ella –dijo un chico de descendencia asiática al acercarse a ellas- es una celosa –dijo el riendo-

- ¿enserio? –Pregunto Lindsay-

- Si, les tiene envidia desde que las vio en el congreso, esas relaciones que las mujeres tienen dan miedo –dijo el riendo-

- Lo interesante seria saber, ¿tu como sabes que nos tiene celos desde el congreso? ¿Es que acaso nos seguías? –Le pregunto Lindsay, el chico se puso de colores ante el comentario, Hannah y Marissa no pudieron evitar reír-

- ¿y tú te llamas? –Le pregunto Marissa-

-Disculpen –sonrió ampliamente- soy el anfitrión de la fiesta, me llamo Rafael, ¡mucho gusto!




La noche caía sobre Derry, Damian y Cameron habían huido de la oscuridad y se fueron a la casa de los Mcginty a pasar el rato mientras su hermano lo buscaba para resolver unos asuntos.

-Damian ¿estás aquí? –Pregunto su hermano al abrir la puerta de la habitación de este-

- Tengo que meter un gol…. Un maldito gol, ¡no te iras invicto maldito irlandés! –Decía Cameron desesperado-

-Cameron, ¡sabes que no me ganaras! Mejor vete con un poco de dignidad y ríndete–Dijo Damian altivamente mientras picaba botones y movía palancas del control-

-Damian, necesitamos hablar contigo–dijo su hermano al pararse al lado de la televisión, tras de Damian y Cameron se encontraba Michael Mitchell-

- ¿yo? ¿Para qué? –pregunto Damian desconcertado sin poner pause al juego en el que se debatía con Cameron-

- ¡Ponle pause a esa maldita cosa o la apago! –Dijo su hermano acercando su dedo amenazante al botón On/off de la consola, los chicos hicieron caso en el acto y detuvieron su partida- necesito que te presentes mañana a la junta de accionistas –dijo directamente-

Damian lo miro intrigado- ¿para qué me quieres a mí en eso?

- Por favor, te pido que te presentes –le dijo el padre de Cameron poniendo su mano sobre el hombro de el- mañana sabrás porque –Damian no tuvo otra opción más que aceptar, una vez que salieron los dos hombres del cuarto, reanudaron su partida y se extendieron por dos horas más-




Lindsay rápidamente congenio con Rafael, era amable y divertido, ademas de gracioso; Estaban compartiendo un rato muy ameno entre los dos.

Samuel se acercó disimulada y rápidamente hacia donde se encontraban ambos charlando. Veía cómo el rostro del asiático se iluminaba cada vez que miraba a Lindsay los ojos. Bromeaban tan alegremente, que sintió que algo debía hacer, cierta persona lo mataría si dejara que algo pasara entre esos dos.

—Lindsay, Lindsay, Lindsay! —Comenzó a tararear Rafael—. Vamos, sígueme contando. Que te has quedado en lo más interesante.

- Es que... !que linda voz tienes! -dijo Lindsay sorprendida- Creo que no por nada estas en música

- Te sorprende? Si yo se que tu tienes una voz hermosa -Lindsay lo miro como preguntándole "como lo sabes?", Rafael sonrió y continuo- Vi tu obra, donde actuaste de Bella y déjame decirte me dejaste sin palabras, fue sencillamente hermosa tu interpretación -Lindsay se sonrojo y sonrió torpemente-

- Lindsay, nos vamos? Hannah y Marissa nos estan esperando -le dijo Samuel al poner su mano sobre su hombro, Lindsay lo miro y asintió con la cabeza-

- Me tengo que ir, fue un placer conocerte -sonrió ampliamente mientras se ponía de pie-

- El placer fue mio -contesto el, se acerco a ella y le dio un fugaz beso en la mejilla- Me gustaría tener el placer de cantar juntos, te invito cualquier día; cuando tu puedas me avisas -le dijo el antes de que ella se alejara con Samuel "el vigilante"-





A la mañana siguiente Damian se levantó temprano, se alisto de saco, camisa y corbata. Salieron de su casa temprano para dirigirse a las oficinas de la compañía.

-Damian, necesitamos hablar –le dijo su hermano mientras manejaba- Me pidieron que no te dijera esto antes de la junta, pero creo que es mejor que sepas de que va. –Damian lo miro expectante- papa quiere que te quedes aquí –Damian lo miro extrañado- Quiere que estudies aquí

- Pero si papa dijo que la mejor escuela para que estudiara era NYADA, ¿Por qué quiere que me cambie?

- ¡Damian necesito que entiendas!, lo que papa quiere es que te cambies de carrera y una vez que termines tu manejes la empresa desde aquí –dijo su hermano firmemente- Por esa es la junta de hoy, hablaremos con los socios y como el porcentaje mayor de acciones lo tienen papa y el sr. Mitchell, la decisión es irrefutable.

¿Qué? ¿Qué debía hacer? Lo que su hermano decía no podía ser cierto, no debía ser cierto. Damian se quedó sin palabras, su hermano lo miro de reojo y se percató de la sorpresa y desconcertacion que reflejaba su rostro.

- Pero aun así, podemos hacer otra cosa –dijo su hermano- si la junta está de acuerdo yo puedo regresarme y trabajar desde aquí, esperando solamente que nuestro padre se recupere y pueda tomar su lugar.


Era la primera vez que asistía a una de las juntas directivas de la empresa, y pidió a todos los dioses no tener que volver a pararse en una, las horas que duro ahí dentro le parecieron eternas; sumando al hecho de escuchar decir a personas ajenas a el sus quejas y reclamos como que “no era apto”, “no podían dejarle el futuro a un niño”, “no tenía experiencia”, decían cosas que él sabía de antemano, pero le molestaba que las dijeran como si el no estuviera frente a ellos.

Una vez que terminaron la junta Patrick, Damian y Michael se encerraron en la oficina del presidente de la empresa para tratar en privado el asunto del relevo; aprovecharon para tratar en privado el plan B, que Patrick tenía en mente, en donde él se encargaría de la dirección hasta que su padre se recuperara.

- Eso es algo que podemos hacer, solamente habría que sopesarlo con su padre, por mí no hay problema pero existiría la incertidumbre de si su padre no puede regresar –comento Michael Mitchell-

- Pero…. –interrumpió Damian-

- Pero si papa no se recupera, tu tendrás que venir a cumplir con tu responsabilidad –sentencio su hermano- esa es la otra opción que tenemos

- Piénsalo bien Damian –dijo Michael al poner su mano sobre su hombro- aun tienes tiempo para decidirlo




Al llegar a su casa su cabeza daba vueltas- Queremos que te quedes con la empresa –esa oración retumbaba una y otra vez, no era esa la idea que tenía para su vida, pero creía no tener otra opción, ¿Qué más podía hacer? Su padre ya no estaba en condiciones para manejarla y su hermano estaba ocupado con las sedes en España.-

---*---

- ¿Damian? –Recordó a Jenna hablándole al tocar su hombro, después de la junta con los accionistas ella le había invitado un café, estaban sentados en un café al aire libre en la plaza central de la ciudad-

- ¿Qué paso? ¿Qué me dijiste? –pregunto Damian desconcertado-

- ¿Qué estás pensando? –le pregunto ella-

- En que no me puedo quedar con la empresa, yo no soy el indicado, yo tengo que regresarme el otro semestre

- ¿Qué? ¿Cómo puedes decir eso? ¿Qué esperas que tu familia haga?

- Mi hermano podría quedarse aquí y manejar la empresa, él tiene más experiencia, yo tendría que empezar otra carrera y eso tardaría, no sé nada sobre manejar una empresa

- Tu hermano tiene otros planes, no puedes ser tan egoísta, tu familia te necesita aquí, yo te necesito aquí. –Dijo ella tomando su mano- yo creo que a veces es necesario hacer ciertos sacrificios y si la familia nos necesita lo mejor que podemos hacer es ayudar; por el bien de todos. Además –sostuvo su mano firmemente y busco su mirada- yo estaré contigo

---*---

Entro a su cuarto arrastrando los pies y con el semblante de derrotado se desajusto la corbata para luego tirarla sobre la cama junto con el saco que traia puesto, tomo la laptop de su mochila y la abrió, sus rostro reflejo sorpresa cuando la computadora inicio, desde la noche en que su padre había despertado él no había tocado su laptop para nada, aquella noche cuando solamente la cerro la acción “hibernar” de la computadora se activó y ahora que la volvía a encender, todo estaba justo como lo había dejado la última vez que la uso, el mensaje que había escrito en la pantalla rogaba por ser enviado.

Volvió a releer el mensaje y sonrió resignadamente, posiciono su dedo sobre la tecla “delete” y borro una a una las palabras que había escrito. – Creo que será la historia de mi vida- pensó mientras las borraba, le dio vueltas a la idea y se dijo a sí mismo- ya no tiene sentido.

---*---

- Sé que no era tu idea de vida –dijo ella tomando soltando su mano para tomar un sorbo de café- pero a veces tenemos que adecuar nuestros planes –dijo finalmente, Damian agacho la mirada-

- Tienes razón –dijo Damian después de unos segundos-

- ¿perdón? –pregunto ella-

- Me quedare aquí –dijo levantando la vista y mirándola directamente a los ojos; su futuro se había escrito- es mi responsabilidad