[FIC] "Lucky & Charm" ANTEPENÚLTIMO CAPITULO "Drama Kingdom" (Capitulo COMPLETO)

-¡Auch!. ¿Podrías no lanzar el casillero como si intentaras aplastar una calabaza entera con el? Gracias, la gerencia. -Se quejó Marissa, aunque de forma un poco extraña, para luego sacar uno de sus dedos indice que utilizaba para taparse los oidos y acomodarse las gafas de sol con las que juraba nadie notaria las pronunciadas ojeras que lucia esa mañana.
-¡Disculpa!. Tampoco es que sea musica para mis oidos, siento como si fuese de un disparo. Lástima que no sea hacia mi, quizas si estuviese muerta no me doleria tanto la cabeza. -Murmuraba Hannah, quien tambien cargaba unos llamativos lentes oscuros que por lo general acostumbraba a llevar era "Skadoosh", su alter-ego rapero.
-No puedo creer que aun siga vomitando. Es decir, ¿ya no es suficiente tortura con que sea lunes como para pasarlo también con resaca?. -Agrego Sam.
-He estado muy enferma todo el fin de semana como para prepararle comida a Lord Tubbington
Ya que el solo come comida de humanos, asi que simplemente vomitaba en su plato. Le dije que era sopa de comida de humanos y se lo creyó. -Se incorporó Brittany con sus infaltables comentarios carentes del mas minimo sentido comun. Cada uno de los presentes exhibió entonces su mejor cara de repulsión ante tan desagradable acotación.
-Ok creo que ahora soy yo quien va a vomitar. -Añadió Lindsay mientras tapaba su boca con una mano y posicionaba sus gafas oscuras con la otra.
-¡Hola chicos! ¿De que hablan?. -Saludo muy entusiasmado Damian, que recien llegaba a la escuela en ese momento con su sonrisa e impuntualidad características. Todos le devolvieron el saludo, aunque no con un animo muy recíproco.
-Mejor que ni te enteres Bro. -Contesto Cameron. El cual habia remplazado sus enormes gafas de aumento por unas aparentemente iguales pero de sol. -Hey ¿Saben que es lo que en verdad no puedo creer?. Como es que el idiota de Blaine confundió un carrito de helados con la sirena de una patrulla de policia. ¡Es que me parece lo mas absurdo del mundo!. Ni Brittany habría pensado semejante estupidez.
-Hablando del rey de Roma. -Exclamó Marissa.
-La segunda vez que los extraterrestres me secuestraron me llevaron a conocer al rey de Roma en ese planeta. -Acotó quien más sino Britanny. Hannah bajó sus gafas un poco para que ésta pudiese apreciar su más sincera mirada de confusión, los demás habrian hecho lo mismo sino fuese porque ya estaban acostumbrados a ese tipo de fábulas, tipicas en la porrista .
-Bueno creo que me equivoque respecto a lo de Brittany. -Aclaró Cameron.
-Hey muchachos ¿que tal?. Siento mucho haber hecho que salieran tan espantados de casa de Rachel el Sabado. Ya he ido pidiendo disculpas a todos los chicos del club glee, solo faltaban ustedes. -Se lamentó Blaine Anderson, cuyo rostro no representaba sino la más pura vergüenza que podría existir.
-¡Shhhhh, silencio chicos!. ¿Que no escuchan una ambulancia?. ¡Si, miren!. ¡Y estan traslandando hacía ella a un cadaver! ¿No ven la camilla con el plástico encima?. ¿Que habrá sucedido?. ¡Jesús!. -Exclamó Damian con la actuación más sarcástica y exagerada de toda su carrera, es decir, vida, a la vez que señalaba la entrada principal de la escuela.
-¡Oh por Dios, Lord Tubbington!. -Corrió Brittany en esa dirección.
-¡Ay Duende! Tu y tus confusiones. -Replicó Cameron con tono irónico. -Aquello no es ninguna ambulancia, es el camionsito de las Donas. Y eso que llevan ahí no es un muerto, son las Donas que le colocan un protector para evitar que se ensucien. ¿Como es que te pudiste haber confundido con algo asi?. -Preguntó finalmente con tono burlón.
-¡Ups! No se Cam. Dime tu Blaine, que eres el experto en esta clase de enredos.
-Todos rieron a carcajadas, sin importales lo mucho que torturaba su cabeza la alta frecuencía de aquel sonido, ya que la espontanea broma realmente les había quedado de maravilla.
-¿Y ahora hasta el más Nerd de toda la escuela se burla de mi?. ¡Bah!. Solo esto me faltaba. -Se marchó refunfuñando el pelinegro de cejas pronunciadas. Marissa se quitó por un momento las gafas solo para que su enamorado pudiese presenciar el gesto pícaro que ésta le dedico a continuación, era como si se llenara de orgullo cada vez que el chico tuviese alguna ocurrencia que la hiciera reir. Él respondió como solia hacerlo, con una boba sonrisa y un apenas perceptible guiño de ojos.

-Y cuentanos Damian, ¿cuando es que te vas devolver a Irlanda?. ¿O es que no pensabas decirnos nunca que te mudabas nuevamente?. -Añadió Lindsay sin ningun tipo de anestesia, todo lo contrario. Era como si expresaba el dolor que sentia de tal manera que todos le correspondieran y que asi el ataque hacia el Irlandés fuese mayor.
-¿¡Que!?. -Exclamaron al unisono Cameron, Marissa, Hannah e incluso Sam. Brittany continuaba provando las donas de la "camilla" para asegurarse de que no fuese el cuerpo de su gato picado en pedacitos, asi que hace rato que no andaba con ellos.
-¡Hey calmense!. Lindsay ¿porque dices que me mudo?. Las cosas no son asi. -Le arrojó una de esas miradas que sugieren más discreción. -Solo me voy por las Navidades, estare de vuelta en Enero. ¿O es que acaso a ustedes se les olvida que yo también tengo familia?. Insensibles.
-¿Y por qué rayos explicas todo de forma tan confusa entonces?. -Continuó Lindsay con el sermón.
-Dimelo a mi. -Se dijo para sí misma Hannah, recordando aquella oportunidad en la que creía que el ojos azules la habia invitado a una cita en Breadstix pero que todo era un plan para que fuese con su amigo boca de trucha.
-¡Dios! Que suerte que no expliques así en tus preparadurias ya que entonces moririas de hambre siendo profesor. -Lindsay respiró aliviada, aunque tambien se sentia molesta ya que creía que el chico de alguna forma la había engañado, cosa que, sumada a la enorme resaca, habia hecho de su fin de semana un verdadero desastre.
-Es que estaba a punto de matarte por no haberme contado semejante novedad siendo tu mejor amigo Duende imbecil. -Lo golpeó Cameron, aunque mucho más tranquilo.
Para desgracia de la mayoria, sonó finalmente la campana. El hecho de que tenian que entrar a clases no era lo que más les atormentaba, sino el enorme estruendo qué ésta provocaba en sus sensibles oidos.

-¡Espera Linds!. -La aparto Damian del resto. -Quiero disculparme por la manera en la que te comente sobre mi viaje. Es que la semana pasada fue una locura con todo eso de la obra, la fiesta y de paso la "policia". -Agregó las comillas con las manos lo que hizo que la chica sonriera un poco. -Aunque creeme que sin embargo intente explicarte, sobre todo aquel momento en el que me dijiste que una vez que terminaramos con el musical tendríamos todo el tiempo del mundo para ir a comer y al teatro comunitario. Pero es que note que te marchaste tan distante y pensativa que no queria abrumar aun más tus pensamientos con la idea de que no estaria en el pais todas estas semanas. Espero que me perdones, sino inevitablemente tendré que besarte una y otra vez hasta que lo hagas, y no queremos llegar a esos extremos ¿verdad?. Bueno yo si.
-¡Noo por lo que mas quieras!. ¡No esas medidas por favor!. -Se mofó Lindsay en venganza por haberla confundido de esa forma.
-Ja ja, que graciosa.
-Lo se. -Respondió la chica aireosa. -Esta bien Damo te perdono, pero con la condición de que el Viernes antes de ir al baile de invierno me lleves a comer helado de ron con pasas que creo que lo tengo bien merecido. Tomalo o dejalo Mcginty.
-¡Cierto que ya viene el baile!. Tambien es verdad que una personita por allí prometió darme una respuesta sobre cierta propuesta que le hice ya hace unas cuantas semanas.
-Tranquilo que no se me ha olvidado, por ende hasta entonces no tocaremos el tema asi que por ahora concentrate en la propuesta que te acabo de hacer Mcginty.
-Ok ok, ¡Jesús!. ¿Es que nunca te cansas de comer ese helado?. Pues lo tomo, pero con la condición de que me tienes que dar un beso aquí y ahora. Tomalo o dejalo Pearce. -Replicó el chico con el mismo tono en que habia sido retado hacía un segundo y moviendo sus cejas como de costumbre.
-Lo tomo. -Respondió tranquilamente para luego darle un tierno besito en la mejilla. -No dijiste donde ni como tenia que ser. -Se burló de nuevo la joven mientras se marchaba rapidamente a clases ya que habia transcurrido varios minutos desde que anunciaron sus inicios.
El ojos azules se quedo embobado viendo partir a su chica y pensando en cómo siempre ésta lograba vencerlo en sus propios juegos, pero sobre todo en que no veía la hora de que llegara el viernes; tenia un muy fuerte presentimiento de que ese dia sería realmente inolvidable para ellos.
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Mas rápido que inmediatamente se apartó la semana para darle paso a un alegre y pintoresco Viernes lleno de euforia, gritos de celebración de más de un alumno que se entero que finalmente había aprobado el primer módulo del año escolar, pero sobre todo de pancartas, nieve artificial, serpentinas y demás decoraciones que hacian lucir a la escuela William Mckinley como todo un paraiso invernal. Definitivamente el cómite encargado del baile de invierno habia hecho un magnifico trabajo, a pesar del miserable presupuesto que el director Figgins había destinado para este fin, ya que al parecer una cámara de bronceado para que las Cheerios no lucieran páliduchas durante el invierno era mucha mayor prioridad.

El último bloque de clases antes del almuerzo fué interminable para Lindsay, quien contaba los minutos y las horas restantes para que su chico pasara buscandola, dejarlo atónito con el hermoso vestido que había mandado a confeccionar solo para la ocasión, y finalizar la noche siendo nadie menos que la novia de Damian Mcginty. Algo que había soñado tanto dormida como despierta, practicamente desde aquel instante en que lo vió, por primera vez, sentado en la biblioteca.
En fin, la noche aseguraba ser muy prometedora y especial para la chica, su momento de gloria habia llegado y nada ni nadie se lo arrebataria de las manos.
Sabia que su cabeza realmente debía de haber estado en la nebulosa estos últimos dias, ya que justo cuando se dirigía a la fila del almuerzo con las parejas que la acompañarian a ella y a su futuro novio al baile (Sam y Hannah, y por supuesto Marissa y Cameron) se percató de que había olvidado completamente imprimir el trabajo final de historia, que debia entregar al termino de la hora de almuerzo. No es que lo necesitara para aprobar el módulo, pero si queria conseguir un impecable record de dieces en todas las materias y enorgullecer a sus padres, cosa por la que se preocupaba más que nada en el mundo, era justo y necesario. Sin dar muchas explicaciones, ya que no había tiempo que perder, se marchó entonces a su casa con la esperanza de poder regresar a tiempo.

-¡Oh dios mio!. Asquerosa impresora, ¡solo piensas en ti misma!. ¿Cómo es que te antojas de averiarte justo ahora?. ¿O es que acaso crees que es muy bonito tener que cambiarte de cartucho a cada momento como a un bebe de pañales?. ¡No te luce!. -Sermoneaba Lindsay a su impresora. Si, ella tenia la costumbre de dialogar con objetos inanimados, siempre y cuando nadie presenciara la conversación, claro está. -¡Mamaaa! ¿Donde estan los cartuchos de repuesto?.
-¡En el closet de nuestro cuarto cariño!. -Gritó, aunque algo distraída, la madre de Lindsay desde la cocina, para luego continuar charlando por telefono con su hermana.
-¡No seas taan especifica!. -Respondió sarcásticamente. Demás esta decir que la angustia y la presión no la hacian sentir de muy buen humor.
El armario de los Pearce era muy espacioso pero sobre todo estaba repleto no solo de ropa sino de cualquier cantidad de cachivaches, libros y hasta documentos. Luego de una apresurada busqueda encontró finalmente una caja, en la parte superior del closet, llena de un sin fin de repuestos para computadora, y por fortuna, cartuchos de impresión. Sin embargo no pudo evitar percatarse de que a poca distancia, bastante camuflajeada entre polvo y ropas viejas, se encontraba una deteriorada caja con su nombre. Naturalmente le fué imposible evitar la curiosidad y por ende la extrajo del armario para poder inspeccionar mejor su contenido. Cómo se lamentó haber ignorado la veridica advertencia de que "la curiosidad mató al gato", ya que algo similar ocurrió a continuación.
El rostro de la joven reflejó al instante incertidumbre y desesperación, ambas en su máxima expresión, al notar que aquella caja estaba repleta de fotografías de ecosonogramas, aparentemente suyas, constancias de visitas medicas, recipes, pero lo curioso es que en nada de esto figuraba el nombre de su "madre" por ninguna parte. Aunque aquello no era lo que en verdad la había espantado; cuando finalmente encontró el nombre de sus padres en algún papel éste llevaba el titulo de "Acta de adopción", seguido de un monton de clausulas y normativas que legalizaban a la recien nacida como parte de la familia Pearce.
El estado de desequilibrío mental en el que se encontraba su cabeza solo le permitió asimilar cuando mucho el 40% de la gran cantidad de información que estaba recibiendo, pero esto le bastó y sobró para conocer de forma cruel y amarga toda la verdad; Lindsay Pearce era adoptada.
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Tanta era la emoción que sentia Damian no solo por el hecho de que era el último dia de clases antes de las vacaciones de invierno, sino sobre todo porque estaba ansioso de salir con su chica al caer la noche. Sin embargo le fue imposible esperar "tanto tiempo", por lo que se las ingenió para salir a mitad de clases e ir a visitarla a su salón, con la excusa de comprobar si habia podido completar la diligencia que tanto le urgía en la hora de almuerzo; algo de imprimir un trabajo en su casa, fue lo poco que entendió. Su sorpresa fué ver vacío el puesto que acostumbraba tomar en todas las clases, aquel que estuviese ubicado en frente del escritorio del docente en caso de que quiesiera contestar a alguna pregunta no tener que alzar mucho la voz; era la manera perfecta de llevar a cabo su patología de sobresalir como la mejor en todo, pero sin llamar demasiado la atención. El chico recorrió nuevamente el salón con la mirada desde la puerta, pero sin éxito alguno. Lindsay era la joven mas responsable que conocia, por ende eso de estar faltando a clases tenia que haber sido por una razón de peso. "Algun problema imprimiendo el trabajo", fue lo primero que pensó. Intentó llamarla a ver si podia ayudar de alguna forma, mas su celular no presentó señales de vida. Como no se iba a quedar de brazos cruzados sin saber nada de su chica, decidió dirigirse hasta su casa en caso de que realmente necesitase ayuda con cualquiera que fuese el trabajo que debia entregar.

A diferencia de las veces anteriores en las que alguien distinto a Lindsay lo recibiera en la puerta, en esta oportunidad no era su padre con cara de pocos amigos. Era la madre de la chica intentando disimular los sollozos lo más que podía, pero era una labor en verdad inutil. De inmediato se percató de que algo grave había ocurrido, se identificó como un "amigo cercano" de su hija y la adolorida señora lo hizo pasar.
Por razones obvias, no fueron mucho los detalles que esta fue capaz de suministrarle, pero le pidió que por favor la ayudara a encontrar a su hija, ya que luego de una fuerte discusión que tuvieron ésta tomó unas cuantas prendas de ropa, su cepillo de dientes, pijama, y prometió no volver a pisar un pié en esa casa.
-Llame a su amiga Marissa y no sabe nada de ella, en la escuela me dijeron que habia faltado a clases, no está en casa de ninguna de sus tias. -Le explicó a gritos que se ahogaban cada vez más entre sus propias lagrimas. -Su padre y su hermano salieron a buscarla en el auto. Me dijeron que esperara aqui en caso de que regresara, pero necesito tu ayuda hijo. ¡Ya no se que más pueda hacer!.
-Tranquila señora no siga llorando por favor, le prometo que encontraré a su hija sana y salva. De hecho ya mismo saldré a buscarla. -Intentó calmarla Damian, quien estaba casi tan asustado como su madre, pero se mantenía sereno para no empeorar más la situación. -No se preocupe. La mantendré informada, hasta luego señora.
-Muchas gracias Damian, Dios te bendiga. Estaré muy pendiente de tus noticias.

Por un momento pensó en el gran lío en el que se habia metido al prometerle a esa señora encontrar a su hija, pero al momento supo que no habia ninguna otra opción. Solo tenía idea de un sitió donde pudiese estar la chica, sabia que era uno de sus favoritos. Poco faltaba para que comenzara a caer la noche, asi que rogaba no estar equivocado.
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Please, please forgive me (Por favor, por favor perdóname)
But I won't be home again (Pero no volvere a casa otra vez)
Maybe someday you'll look up (Quizás algun dia voltees)
And, barely conscious, you'll say to no one: (Y, apenas consciente, diras al vacío:)
"Isn't something missing?" ("¿No falta algo?")
-Comenzó a cantar la chica, mientras miraba hacía la nada y caminaba al rededor del lago, ya helado debido a que no habia dejado de nevar durante toda la tarde, en el parque ubicado a pocas cuadras de la escuela, el mismo donde en una oportunidad aclaró toda su situación emocional con Damian pero tuvo la desgracia de toparse con su desagradable ex-novio Samuel Larsen.
Cantaba a pesar de lo destrozada que estaba su garganta por tanto llorar, pero por primera vez no le importaba que tan bien o no se escuchara el tono de su voz, cantaba desde lo mas profundo de su corazón.
La canción pertenecía a uno de sus grupos favoritos, EVANESCENCE. Y se sentía de verdad identificada, como si ella misma la hubiese escrito con su puño y letra-.
You won't cry for my absence, I know (Sé que no llorarás mi ausencia)
You forgot me long ago (Me olvidaste hace tiempo)
Am I that unimportant? (¿Soy tan poco importante?)
Am I so insignificant? (¿Soy tan insignificante?)
Isn't something missing? (¿No falta algo?)
Isn't someone missing me? (¿Acaso nadie me extraña)
-Era como si cada palabra fuese dirigida especialmente hacía su madre biologica, aunque luego dedicó el resto de la canción tambien a sus padres adoptivos-.
Even though I'm the sacrifice (Aunque me sacrifique)
You won't try for me, not now (No tratarás por mi, no ahora)
Though I'd die to know if you love me (Aunque haya muerto por saber si me amabas)
I'm all alone now (Ahora estoy sola)
Isn't someone missing me? (Acaso nadie me extraña)
Please, please forgive me (Por favor, por favor perdoname)
But I won't be home again (Pero no volvere a casa otra vez).
I know what you do to yourself (Sé lo que te hiciste a ti misma)
I breathe deep and cry out (Respiré hondo y grite fuerte)
"Isn't something missing?" ("¿No falta algo?")
"Isn't someone missing me?"("¿Nadie me extraña?")
-Tus padres te extrañan Linds, y estoy seguro que tu hermano también. -La interrumpió oportunamente Damian; la escena se había tornado en verdad deprimente y apenas podia entonar una nota sin quebrantar su voz.
-Ellos no son mis padres Damian, ni el mi hermano tampoco. Mi verdadera familia nunca me quiso, mucho menos me extraña. -Musitó la chica en un tono apenas audible, sin embargo se percibía con claridad el odio y el rencor de sus palabras.
-Las cosas no son así Linds y lo sabes. ¡Jesús!. ¿Cómo es que has soportado este frío tanto tiempo?. Llevo como 10 minutos buscandote por todo el parque y ya no siento ninguno de mis 20 dedos. Es un milagro que no estes congelada. Vamos, dejame llevarte a casa. Tu madre esta muy mortificada, no le hagas esto.
-No me hagas esto tu a mi Damian, no me obligues a ir, no puedo hablar en estos momentos con ninguno de ellos, de hecho, contigo tampoco. Dejame sola por favor. ¿Si?.
-Te propongo un trato, no te llevare aún a casa de tus padres. Solo dejame avisarles que estas bien y que regresarás mas tarde. Sin embargo dejarte sola jamás, si quieres no me hables durante todo el rato, pero no te dejare aqui para que te mueras congelada como una boba. ¿Trato hecho?. -La chica simplemente asintió. -Perfecto. Vamos a mi casa, te preparare un chocolate caliente y llamare a tus padres al llegar. Todo va a salir bien, tranquila. -Le dió un cálido abrazo, besó su frente y se encaminaron hacía el departamento del Irlandés.

Nadie pronunció palabra alguna durante todo el trayecto, sin embargo el silencio hablaba por si solo. Al llegar al departamento, luego de mucho mediar con la madre de Lindsay, que no estaba dispuesta a pasar un minuto más sin ver a su "pequeña", logró convercerla de que respetara su decisión de no encontarse con ella aún, ya que todavía se encontraba muy alterada. Sin embargo, el chico considero que sí era necesario dialogar con ella tarde o temprano, era la unica forma de calmar un poco sus nervios.

-No puedo creer que esos señores me hubiesen mentido de esta manera durante tanto tiempo Damian. -Comentó despues de un largo rato la chica, luego de un sorbo de chocolate caliente y un bocado de macarrones con queso que Damian le había preparado velozmente y obligado a comer, puesto que aseguraba no tener ganas de nada. -Eso es lo que en verdad me duele ¿sabes?, incluso más que el hecho de ser, ya sabes, adoptada.
-Primero no considero que debas llamarlos de esa manera tan despectiva Linds, ya que "esos señores" te aman y han cuidado de ti como si fueses su hija de sangre, y es lo que a la final importa realmente. Y segundo, no puedes culparlos por habertelo ocultado durante tanto tiempo, ya que lo que querian era protegerte, esperar a que tuvieses una edad más madura y que asi entendieras mejor la situación. Ponte por un momento en su lugar, ¿que habrías hecho tu por no corromper la inocencia tu pequeña hija?, te aseguro que algo muy similar. -Replicó el chico. Lindsay lo noto más serio y comprometido que nunca, era una faceta que definitivamente desconocia por completo, pero que de alguna manera estaba ayudando a calmarla un poco.
-¡Pero es que ya yo no soy una bebe Damian!. Si me lo hubiesen dicho creeme que lo habría entendido. Ahora comprendo muchas cosas; porque el cabello de todos era oscuro mientras que el mio era rubio, las veces en las que mi mama me ignoraba cuando le hacía preguntas sobre mi nacimiento, incluso porque no me parezco en nada a mi hermano Heath.
-¡Gracias al cielo que no!. No es por ser superficial ni nada pero, no me llamarias tanto la atención si lucieras como un jugador de Soccer de 1.90m de alto. Si quisiera una chica así habría buscado a Lauren Zizes desde hace tiempo. -Por fin en mucho rato que llevaban juntos había conseguido que la chica se animara un poco. El sonido de aquella risa definitivamente era una melodia que hacía estremeser todos sus sentidos, una sensación que le encantaba.
-Tonto. Es imposible que seas serio ¿verdad?. -La imagen de aquel Damian sabio y sereno tan solo había durado un par de horas, a pesar de lo mucho que le había gustado, ésta le divertía más.
-Y es imposible que tu seas mas bella de lo que eres ¿verdad?. -Preguntó imitando el tono de voz de Lindsay.
-Ahí si estas equivocado. Creo que puedo verme un poco mejor, debo lucir horrible con todo lo que he llorado.
-Mmm bueno en eso si tienes razón. -Respondió el chico con tono burlón. Ella se mostró ofendida por un momento asi que simplemente lo golpeo en el hombro. -Cálma cálma solo estoy jugando. No hay forma de que dejes de golpear tan fuerte ¿no?. Hablando enserio bella ¿porque no tomas un baño? y asi me das esas ropas que llevas puesta para meterla en la secadora ya que debe estar empapada. Mientras prepararé algún postre para que te endulces un poquito la vida y luego te llevo a casa. No te preocupes que en solidaridad hacía ti tampoco iré al baile con el resto de los muchachos, así que tranquila. -Entre una media sonrisa le guiño el ojo.
-¡Rayos el baile!. Lo había olvidado por completo. ¡Disculpame Damo!. Estaba tan animada por ir. Se suponia que esta sería nuestra noche y lo arruine por completo. -Se lamentó la ojos azules, quien habia recobrado un poco los animos como para asistir, pero de nada valian ya que no contaba con ninguno de los recursos necesarios puesto que había dejado toda su ropa en casa y por nada del mundo deseaba poner un pie en ese lugar, al menos no esa noche. -Perdoname, de verdad.
-¿Perdonarte porque bella?. Si tu no haz hecho absolutamente nada, son cosas que pasan. Nadie tiene la culpa de lo que aqui ocurrió y eso quiero que lo tengas bien claro ¿si?. Ahora, no es que te este diciendo que apestes ni nada pero ve a bañarte. Quiero que cuando te entregue a tus padres estes aseadita y con el estomago lleno. -Dijo finalmente con tono paternal.
-Eso te iba a comentar. No quiero ir a casa, no ahora. De verdad que no tengo nada de ganas de tocar nuevamente el temita de la adopción y sé que es lo primero que buscará hacer mi familia en cuanto llegue, luego del sermón por haber escapado, claro. Ya mañana será otro dia.
-¿Y entonces que quieres hacer?. Porque igual hay que avisarle a tu madre de tu paradero, no quiero que esa pobre mujer se siga mortificando.
-Le dire a Marissa que la llame y le diga que me quedare hoy con ella. Que volvere a casa por la mañana.
-Okey, entonces te llevare donde Marissa. -Comentó el chico desanimado ya que deseaba pasar un poco más de tiempo con ella. -Voy por las llaves del auto.
-Estaba pensando en que si no te molesta podria pasar la noche aquí, despues de todo Marissa va a estar en el baile. Además, sigue siendo nuestra noche ¿no?.
-¡Por supuesto!. De paso que en ningun otro sitio tienes un esclavo a tu entera disposición. -Se inclinó como simulando alguna reverencia.
-¿Y es que acaso aqui si lo tengo?.
-Sip. Aunque este esclavo tambien esta capacitado para darte ordenes, y la primera de ellas es que ¡vayas a asearte!. En serio me preocupa que llevas mucho rato con esa ropa húmeda y lo menos que quiero es que te refríes.
-De acuerdo ya voy. Vaya pero que esclavo tan obstinado. -Exclamó con una pequeña sonrisa y se dirigió a la habitación del chico con el pequeño equipaje que pudo armar antes de su "escape".

Damian sabia que la chica duraria al menos una hora en la ducha así que no tenia tiempo que perder. Rapidamente se comunicó con Hannah, miembro del comité organizador del baile pero sobre todo mejor amiga que jamás respondia "no" a alguna de sus peticiones, por más descabelladas que fuesen, para que le consiguiera toda la decoración del baile que pudiera, que pasaria buscandola en 10 minutos. Como dicta un viejo refrán "si la chica no va al baile de su escuela, el baile de su escuela va a la chica", O algo parecido había oido el Irlandés, lo cierto es que ese era su plan.
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-¿Damo?. ¿Donde estas?. Tome prestadas tus pantuflas de perro, espero que no te moleste. ¿Por qué todo esta tan oscuro?. -Se preguntaba Lindsay muy confundida.
De repente una MELODIA bastante conocida, así como la llamativa luz proveniente de una bola disco invadieron la sala del apartamento:
You can dance (Tu puedes bailar)
You can jive (Tu tienes el swing)
Having the time of your life (Teniendo el tiempo de tu vida)
See that girl (Mira a esa chica)
Watch that scene (Mira la escena)
Dig in the Dancing Queen (Lista para ser la reina del baile)
-Se trataba de nadie menos que Damian con la misma ropa que cargaba desde temprano pero con un saco y corbata, usando el tono mas agudo de su voz, a la vez que actuaba y dedicaba cada una de las lineas de la canción a la joven de forma adorablemente chistosa-.
Friday night and the lights are low (Viernes por la noche y las luces estan tenues)
Looking out for the place to go (Buscando algún lugar a donde ir)
Where they play the right music (Donde toquen la musica correcta)
Getting in the swing (Adentrandote al ritmo)
You come in for a king (Vienes en busca de un Rey)
Anybody could be that guy (Cualquiera podría ser ese chico)
-Movió sus cejas insinuando que él puede ser el chico del que habla la canción-.
Night is young and the music's high (La noche recien comienza y la musica esta alta)
With a bit of rock music, everything is fine (Con un poco de musica rock, todo esta bien)
You're in the mood for a dance (Estas de humor para un baile)
And when you get the chance...(Y cuando tengas la oportunidad...)
-Alzó su mano y la saco a bailar como a toda una reina, despues de todo, ella era su "Reina del Baile"-.
You are the Dancing Queen (Tu eres la reina del baile)
Young and sweet, only seventeen (Joven y dulce, solo 17 años)
Dancing Queen, feel the beat from the tambourine (Reina del baile, siente el ritmo de la pandereta)
You can dance, you can jive, having the time of your life (Tu puedes bailar, tienes el swing, estas teniendo el tiempo de tu vida)
See that girl, watch that scene, dig in the Dancing Queen (Mira esa chica, mira la escena, lista para ser la reina del baile)

-¡Oh dios mio Damo!. ¿Que es todo esto?, mira nada mas la decoración. ¡Q-que linda sorpresa! De habermelo imaginado me habría puesto algo un poco mas decente al menos. -Exclamaba la pelinegro en pijamas, mientras observaba maravillada sus alrededores; un verdadero paraiso invernal, muy similar al de la escuela pero ni se preocupó en conocer el porque. Lo único en su mente era que aquello era el gesto más tierno que alguien había tenido con ella, es decir, Damian habia logrado romper su propio record.
-Ya que no podemos ir al baile decidí que el baile viniera hacía nosotros. Casi no llega porque habia mucho trafico en la vía y quizas por eso luce un poco improvisado, pero creo que servirá.
-¡Por supuesto que si!. Y no luce improvisado, esta perfecto. M-muchas gracias. -Secó una pequeña lagrima que amenazaba con salir de su ojo. -Ahora si,¡vamos al baile!.
-¡Espera un momento!. Antes debes lucir mas bella todavía así que toma. -Tomó su muñeca y le colocó un sencillo pero lindo corsage, esos que acostumbraban a llevar los Americanos en sus bailes de la escuela, de su color favorito.
-Y toma. Tenia preparado todo para esta noche. -Le entregó una cajita de regalo que hizo exhaltar a la chica en cuanto observó su contenido.
-¡Dios mio Damian!. ¡Que hermoso collar! No me digas que el dige es...
-Sip, una estrellita de rodio, tal como tu.
-Tomó la cadena y empezó a colocarsela cuidadosamente al rededor de su cuello. -Bueno, dudo que este hecha en su totalidad de este metal, pero al menos estoy seguro de que un baño si tiene porque le hice unas pruebas en el laboratorio y... -Pero no pudo terminar su explicación ya que la chica se le abalanzó y le obsequió lo que pensaba era el abrazo más fuerte y cariñoso que jamás le habian dado en su vida. Por un momento deseo estar en esa posición el resto de sus dias, pero su improvisado traje se comenzó a empapar asi que la tuvo que separar. -¡Hey, hey!. No mas lagrimas por hoy por favor mi Linds. Me parece de lo más tierno que te hayas conmovido pero lo que mas deseo es verte sonreir toda la noche, solo eso pido a cambio. ¿Si?.
-De acuerdo. -Respondió con una gran sonrisa. -Y hablando de dar a cambio, sobre la respuesta que tenia que darte esta noche...
-No por favor, no hablaremos de eso en estos momentos. Haz tenido un dia muy duro hoy como para sumarle la presión que implica tomar una decisión tan importante. Además pareceria que todo esto fue para obtener una respuesta positiva de tu parte y no fue así, como te dije antes, lo unico que quiero de tu parte es que me deleites con tu hermosa sonrisa toda la noche, asi de simple. Y se perfectamente algo que te hará sonreir, además tengo una deuda que pagar. -Dicho esto, se dirigió a la nevera y le entregó un enorme envase de helado de ron con pasas solo para ella. -Ese era el trato ¿no?. Comer helado antes de ir al baile, pues que lo distrutes.
-¡Woow!. Muchas gracias Damo. Ya no se ni como agradecer por tanto. -No aguantó la tentación y se llevó una gran cucharada de helado a la boca.
-Bueno, una forma de hacerlo podria ser concediendome esta pieza.

Al parecer al chico se le habia olvidado completamente aquello de que no podia bailar, puesto a que eso hicieron el resto de la noche, la cual no por desgracia no pudo ser mucho más larga ya que la chica habia tenido un dia muy duro y en verdad necesitaba descansar. Sin embargo no hizo falta un segundo más para convertirla en la noche de baile perfecta. Damian siempre había estado en lo correcto, aunque de manera muy distinta a lo planeado, definitivamente había sido una noche inolvidable para ambos.
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El departamento se encontraba extrañamente silencioso por la mañana, no habían rastros del irlandés por ningún lado y el sitio estaba impecable. Como si un duende se hubiese pasado la noche en vela limpiando todo el desorden. No transcurrió mucho tiempo antes de que Lindsay notara el enorme cerro de panquecas que el chico había dejado en la cocina y una notica en el refrigerador:
"Muy buenos dias mi "Reina del Baile". La razón por la que estas leyendo algo como esto en lugar de escucharlo salir de mi boca es porque te veías de lo mas tierna durmiendo esta mañana como para amargar tu sueño con la noticia de que mi vuelo para Irlanda parte en tres horas (¡Jesús!, debo apresurarme a escribir esto), además de que soy realmente malo con las despedidas pero bueno con las panquecas, así que te deje algunas hechas para que desayunes bien antes de ir a hablar con tus padres.
PD: En mi mesa de noche te dejé un llavero con una estrella plateada y copia de las llaves del departamento, ¿o pensabas que te dejaria encerrada aqui todo este tiempo?. Por un momento lo pensé, y que así no fueses de nadie mas, pero creo que el pasar seis semanas encerrada aqui te habría disgustado un poco. Solo bromeo, habrían sido tres semanas nada mas >:} . Bueno ahora si hablando en serio, no te molestes en devolvermelas ya que son todas tuyas puesto a que este es ahora tu segundo hogar. Eso si, cuidalas y no le digas nada a Cameron, ese nerd es un poco celoso.
PD 2: Te llamare en cuanto llegue al aeropuerto.
PD 3: Hay mermelada y sirope de chocolate en la nevera.

Te quiere mucho, Damo".

Do you hear me? (¿Me escuchas?)
I'm talking to you (Estoy hablando contigo)
Across the water, across the deep blue ocean (A través del agua, a través del profundo oceano azul)
Under the open sky, oh my, baby I'm trying (Bajo el cielo abierto, oh mi bebe, estoy intentando)
Cantaba Damian mientras tocaba su guitarra, no es que fuese un experto pero los acordes tampoco eran muy complejos, y miraba fijamente a la web cam; así se sentía de alguna forma sumergido en los hermosos ojos azules de su enamorada. Encontraba además un tanto graciosa la letra, puesto a que en realidad se encontraban un oceano de distancia.

Boy I hear you in my dreams (Chico te escucho en mis sueños)
I feel your whisper across the sea (Siento tu susurro a través del mar)
I keep you with me in my heart (Te llevo conmigo en mi corazón)
You make it easier when life gets hard (Tú lo haces más fácil cuando la vida se complica)
Respondió la pelinegro con, una gran sonrisa, al canto del chico. Aquel dueto en verdad la entusiasmaba ya la hacía sentir muy cerca de Damian, a pesar de la gran distancia que los separaba. Y pues, estaba segura de que cada frase de la canción no diferia en lo absoluto respecto a la realidad.

I'm lucky I'm in love with my best friend (Tengo la suerte de estar enamorado de mi mejor amigo)
Lucky to have been where I have been (Suerte de haber estado donde estuve)
Lucky to be coming home again (Suerte de regresar a casa de nuevo)
Entonaron ambos al unísono, y así continuaron por el resto de la balada.

They don't know how long it takes (Ellos no saben cuanto tiempo estuve)
Waiting for a love like this (Esperando por un amor como este)
Every time we say goodbye (Cada vez que decimos adiós)
I wish we had one more kiss (Deseo que nos demos un beso más)
I'll wait for you I promise you, I will (Esperare por ti, te prometo que lo haré)

I'm lucky I'm in love with my best friend (Tengo la suerte de estar enamorado de mi mejor amigo)
Lucky to have been where I have been (Suerte de haber estado donde estuve)
Lucky to be coming home again (Suerte de regresar a casa de nuevo)
Lucky we're in love every way (Suerte de estar enamorados en todos los sentidos)
Lucky to have stayed where we have stayed (Suerte de estar donde estamos)
Lucky to be coming home someday... (Suerte de regresar a casa algún dia)...

-Y ese día será mañana ¿cierto?. -Preguntó Lindsay emocionada, dado por terminado el interactivo recital.
-¡Así es mi Linds!. Creo que no habría podido soportar un día más sin estar a tu lado.
-¡Buu! ¿Estás seguro?. Porque creo que ya me había comenzado a agradar la idea de estar descansando de ti por un tiempo. -Bromeo la chica. -Y por supuesto la de ganarte todos los días en ajedrez, como siempre.
-Aparte de graciosa mentirosa ¿no?. Porque tú eres quien no tiene vida conmigo jugando ajedrez, pero sobretodo sé que yo también te hago falta, a mi ya no me engañas. -Desmintió Damian con una sonrisa burlona la broma de Lindsay, hasta el punto en que la no muy amplia calidad del Skype le permitió notar un pequeño enrojecimiento en las mejillas de la chica. -Sin embargo creo que si vas a poder "descansar" de mi un día más, ya que salgo mañana pero por las horas de diferencia estaré arribando en América pasado mañana, es decir el viernes. ¡Por cierto!, te tengo una gran sorpresa.
-¡Vaya! A juzgar por tu cara no creo que sea muy "grande". -Respondió Lindsay un poco confundida por la expresión del irlandés.
-Te aseguro que si es grande, más no te prometo que sea demasiado grata. Pero ya verás de que se trata pasado mañana. Debo llegar en horas de la mañana, así que paso por ti en la tarde.

-Guao gracias por todas esas dudas Damo, mi sueño y yo estaremos muy "tranquilos" ahora. -Agradeció sarcásticamente. -Hablando de horas y sueño, tal vez allá sean las 12 del medio día pero aquí son las 4 de la mañana, así que creo que ha llegado la hora de dormir; no quiero volver a tener otro problema con mis padres nunca más.
-¡Jesús! Había olvidado por completo el cambio de horario. Pues entonces vaya a dormir princesita, igual nos veremos muy pronto.
-Está bien, "Mejor amigo". -Exclamó de la misma manera en que había entonado la canción hacía unos minutos. -Cambio y fuera. -Por un momento creyó que la emoción de ver a su chico en un par de dias no le dejaría pegar un ojo en lo que quedaba de noche, sin embargo Morfeo le arrebató esa idea en cuestión de minutos.
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-¡¡Damo!!. ¡Al fin!. -No pudo evitar exclamar Lindsay cuando vio al ojos azules en la puerta de su casa, recostado del automóvil, para luego rodearlo cariñosamente con sus brazos. -Dijiste que el viaje de regreso sería de un día, no una eternidad.
-Eternidad fue la que sentí al haber estado alejado de ti tanto tiempo mi Linds. -El chico daba gracias al cielo de que el día y el abrazo que con tantas ansias deseaba, finalmente habían llegado. -Esto es para ti.
-¡Oh que lindo!. ¡Muchas gracias Damo!. -Urgó entonces en la enorme bolsa de regalo que le entregó el joven, la cual estaba repleta de souvenirs y golosinas, típicas de Irlanda, además de una simpática almohada con forma de trébol de cuatro hojas, la cual no pudo evitar abrazar al instante.

-¡Todo es muy hermoso!, me encanta el trébol.
-¿Cuál de tantos?. Porque medio contenido de la bolsa deben ser tréboles. -Bromeó refiriéndose a que la peculiar hoja era un símbolo típico de Irlanda, y por ende es común que se vea reflejado en la mayoría de sus chucherías.
-Jaja ¡Bobo!. ¿Esta es la sorpresa de la que me hablabas?. Porque si es asi creo que exageraste las expresiones por cámara.
-¡Ojala esta fuese la sorpresa!. Pero por desgracia no lo es, está en mi departamento. Hablando de ella creo que deberíamos apresurarnos para no hacerla esperar más, andando. -Ambos se subieron al automóvil. El clásico rostro de confusión de Lindsay solo tardo unos segundos en hacerse notar.

-Esta es la "grata" sorpresa de la que te hablaba. -Musitó una vez que cruzaron la sala principal del recinto. -Mamá, Papá les presento a Lindsay Pearce. Mi... mejor amiga.

La chica sin duda no había visto venir nada de aquello, sin embargo al instante estrechó, con su mejor sonrisa posible, las manos de ambos señores. Rápidamente notó el gran parecido de Damian respecto a su padre; humilde señor alto de tez blanca, con una tranquila y amable mirada que reflejaba a travéz de sus caídos pero brillantes ojos azules.
Su madre en cambio no estaba ni cerca de cumplir con alguna de las características del Sr. Mcginty; por la pretenciosa forma en que miró a la chica de arriba a abajo, mientras ésta se proponía a brindarle el apretón de manos, pudo suponer que se trataba de esas típicas damas estiradas a las que les encanta juzgar todo y a todos. Damian era hijo único, así que asumió que era del tipo de madres que consideran nunca ninguna mujer es lo suficientemente buena para su hijo.
Razón no le habían faltado a todos y cada uno de sus fugaces análisis, sí que su mamá era una "linda" sorpresa.

-Damian Mcginty, un placer conocerla hija. -Vociferó su padre con un grave, aunque apaciguado, tono de voz -El Sr. Mcginty era un hombre de pocas palabras-.
-Mi nombre es Maryan Mcginty, linda. Aunque puedes llamarme Sra. Mary, si gustas. -Se introdujo con una sonrisa un tanto hipócrita la madre del chico. -Vaya pero no me habías comentado nada Damito. Ya veo que no has descuidado 'tanto' tus buenos gustos, ella me recuerda a...
-¡Hey!. ¡Ni la menciones mamá!. Ese ser no puede ser nombrado en toda la noche. ¿Está bien?. -La detuvo al instante Damian, sabiendo que no iba a perder oportunidad alguna de hablar de su ex-novia.
-Cálmate Damito, sabes que puedes confiar siempre en mami para lo que necesites. -Le comentó mientras pellizcaba sus mejillas cosa que Damian detestaba que hiciera, especialmente en frente de alguna chica. Al parecer se le había hecho imposible lograr que su madre comprendiera que él ya no era su niñito consentido. -A juzgar por la cara de tu amiguita creo que debe de estar hambrienta. ¿Qué tal si comemos?. -Aquella insinuación de la Sra. Mary habría logrado que el rostro de Lindsay se vistiera con el mejor de sus trajes de amargura de no ser porque sabía lo importante que era para el futuro de su relación agradarle a los padres de Damian, por ende se armó de mucha paciencia y tolerancia, y simplemente asintió con una sonrisa.

-Cuéntame como van tus calificaciones hijo, ¿cómo te preparas para la universidad?. -Rompió finalmente el Sr. Damian con el abrumador sonido de la batalla entre cubiertos y vajillas. -Hable con tu tio Walter al llegar del aeropuerto y ya está arreglada nuestra visita de mañana.
-Me va bien con las calificaciones. Y para la universidad aun falta todo un módulo del año escolar. -Se justificaba el joven ya que el tema de su partida a la Universidad de Stanford -en California- era algo en lo que definitivamente no quería pensar, debido a que aquello implicaba separarse de su querida ojos azules al finalizar el año escolar. Intentó entonces desviar el tema como pudo, pero su madre terminó atrofiando esos planes en cuestión de segundos.
-Gracias a su impecable rendimiento académico y a la ayuda de su padrino, que visitaremos mañana, mi pequeño Damito pudo asegurar sus estudios superiores en la Universidad de Stanford, cuando termine la secundaria en este horrible condado. ¿Sabías eso Lindy?.
-Es Lindsay, Sra. Mary. -Corrigió la chica. -De hecho a mi tampoco me agrada mucho Ohio asi que también me iré de aquí al terminar la secundaria, a Nueva York lo más seguro.
-Lindsay es una cantante y actriz extraordinaria, y además también tiene un record de notas perfecto. Todo en ella es perfecto, en realidad. -La elogiaba Damian en un intento por hacer que sus padres notaran a la grandiosa chica que tenía a su lado. Al Sr. Mcginty no hacía falta convencerlo ya que confiaba plenamente en los gustos de su hijo, pero su madre era un hueso mucho más difícil de roer.
-Deberías entonces usar esas calificaciones para entrar en una buena universidad Lindy, pues como está la situación los artistas no tienen oportunidad alguna de surgir, mucho menos de lograr estabilidad económica, que es una de las principales razones por las cuales se cursan estudios universitarios, por supuesto. -Comentaba despectivamente la Sra. Mcginty. -Aunque a esta muchacha...
-¡Ehh! -La interrumpió Damian de golpe.
-...No le ha ido tan mal. Su madre me dijo que su banda estaba de gira por los Estados Unidos. No se cómo dejaste ir a la dulce...
-¡Basta mamá!. ¡Jesús!.
-¿Sera que me puedes explicar porque tratan a esa chica como si fuese Voldemort, de Harry Potter?.
Falta que se refieran a ella como "la-que-no-debe-ser-nombrada". -Interrogó Lindsay al Damian bastante confundida.
-O no, ¡Mucho mejor!, "La señora tenebrosa". -Agregó éste al chiste, el cual había considerado en verdad ingenioso. Ambos no pudieron evitar romper la monotonía de la hasta ahora aburrida cena con sonoras carcajadas, mientras añadían cada vez más parentescos a la analogía entre Lord Voldemort y la no-nombrada ex novia de Damian -Si, ambos eran fanáticos de la saga de J. K. Rowling-. Aseguraban que si mencionaban su nombre aparecería para asesinarte con algún maleficio, que necesitaba beber la sangre de los hombres para mantenerse con vida, incluso que la banda de música a la que pertenecía debía llamarse "Los Mortifagos". Por supuesto que el chico no pudo evitar imaginarla con la nariz deforme y la piel blancuzca
Lo que hizo que se riera aún más.

Ninguno de sus padres entendía ni medio chiste, sin embargo el Sr. Damian se limitaba a sonreír solidariamente, a diferencia de Maryan que se propuso a hacer cuanta mueca evidenciara su disgusto producto de que fuese excluida de la conversación, así que como pudo cambió el tema:
-Ya veo que tienes un particular gusto por chicas que sonríen no tan melodiosamente como cantan, ¿no?.
-Ay ya mamá, adoro la voz de Lindsay y más aún como se ríe, además es solo una amiga. ¿Cierto Linds?. -Acotó con cierta mirada de resignación, aun sabiendo que ese estatus podría cambiar en cualquier momento, la cuestión es que nunca imaginó que sería tan pronto.
-Ay "Damito", ¿porque catalogas nuestro noviazgo de esa forma?. Si, asi como lo oye Sra. Mary, creo que tendrá que acostumbrarse a mí 'no muy melodiosa risa' por un tiempo. Replicó Lindsay pícaramente. El padre simplemente les guiño el ojo como en señal de felicitaciones. La Sra. Maryan no estaba muy segura de qué ocurría, pero Damian quedó estupefacto. Ni en mil años habría esperado recibir la tan ansiada respuesta de esa manera.
-¿E-es enserio Linds?. -Preguntó en voz baja en caso de que se tratase de una broma para su madre.
-¡Por supuesto que es enserio Damo!. Así que consideremos esta armoniosa cena como el comienzo de una familia. -Le respondió de forma muy sonriente para luego tomarlo de la mano.
-¿Como que tienes novia Damito?. ¡No me habías dicho nada!. ¿Desde cuándo?.
-Creo que yo puedo contestar a esa pregunta. -Intervino Lindsay. -A ver... Si hoy es viernes, y este año es bisiesto significa que desde, mmm... Hace unos 2 largos pero hermosos minutos.
-Si esta es otra de sus bromas tampoco estoy entendiendo. ¿Tu si Damian?. -Agregó alterada. La respuesta del padre no fue sino una expresión a la cual no le hicieron falta palabras para trasmitir algún mensaje como; "no te des mala vida mujer, relájate".
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-Esta ha sido la mejor cena con mis padres quien sabe en cuanto tiempo. Y todo te lo debo a ti, mi queridísima y nueva "novia". -Comentó con un guiño de ojos una vez que se encaminaron a casa de la chica.
-¿Y porque dices "novia" así como si estuviésemos bromeando?, si ya llevamos unos 93 muy serios minutos. ¿Acaso nunca te habían respondido a una declaración de esa forma?.
-Eres tan asombrosa, en serio, no sé cómo haces para enamorarme cada dia más. -Desvió por un momento su romántica mirada del camino para dedicársela completamente.
-Lo sé. Soy toda una cajita de sorpresas. -Contestó ruborizada. -Lástima que mi suegra me odie.
-Te escuchas tan linda llamándole suegra a mamá. -Le sonrió bobamente. -Volviendo al tema, ella no te odia, solo es una persona difícil. Aunque contigo fue un amor, en comparación con lo que tuvo que pasar "Voldemort", pero no hablemos de "eso" ahora.
-Créeme que no me muero de ganas de tocar el tema de tu ex. De quién si me gustaria hablar es de tu padrino Walter, escuche decir a 'mis suegros' que lo iban a visitar mañana.
-Tienes razón, es que son tantas cosas que olvide comentarte. Iremos al sur de San Francisco mañana a visitarlo a su departamento, discutiremos un par de cosas sobre la universidad y regreso el domingo. Mis padres pasarán toda la semana con él y su familia, y partirán de vuelta a Irlanda el Sabado. La buena noticia es que no tendrás que ver otra vez a tu suegra por un buen tiempo, pero la mala es que no será sino hasta el lunes que nos veamos en la escuela, ya supongo que el domingo llegare tarde a casa.
-¡Qué lástima!. Voy a extrañar a la tierna Sra. Mary. ¿No podrías irte tu y que ella se quede?.
-Mi linda novia está demasiado graciosa últimamente. -Agregó una vez que detuvo el auto frente a la casa de Lindsay, rogando a todos los dioses que ninguno de sus familiares interrumpiera el momento.
Por fortuna, no hubo nada que pudiese arruinar en lo más mínimo el hermoso instante, ya que aquella despedida se sintió como la mejor de las bienvenidas; ese beso fue definitivamente la perfecta ceremonia de inauguración de la tan esperada relación amorosa.
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Luego de un largo fin de semana lleno de ansias y emoción, finalmente el nuevo módulo del año escolar había iniciado.

Se puede decir que fue un invierno bastante "cálido" y romántico, puesto a que "Damsay" no había sido el único apodo que surgió gracias al nacimiento nuevas relaciones amorosas.

Por los pasillos se comentaba acerca de "Quarty" ó, según los crueles jugadores del equipo de Hockey, "4 ruedas". Se trataba del reciente romance entre Quinn Fabray y Arty Abrams; todos supusieron que, luego del trágico accidente de tránsito que sufrió la porrista al salir de clases, a algo más que simplemente pasear por la pista de patinaje para lisiados se habían dedicado ambos miembros del club glee.
"Camrissa" ó "Nerdissa" era otro de los acrónimos de los que se pudo leer, aunque vagamente, en la sección "Nuevas Novedades" del periodico escolar "The Muckraker" -Por fin Cameron se habia atrevido a declararle todo su amor a Marissa, aunque a través de una canción ya que tampoco era tan valiente, y ésta acepto su protesta con un alegre y emotivo beso-.
Incluso en la sección "El fisgón morbosón" se apreciaron unas cuantas fotografías infraganti de "Samannah" en medio de lo que parecían 'citas románticas'. Sin embargo, nadie pudo confirmar que la pareja se viera involucrada en alguna relación seria ya que la misma Hannah, en una breve entrevista realizada por Jacob Ben Israel en los pasillos, aseguró ser un espíritu libre que solo cree en el rap y los osos koala "aunque confieso que a Skadoosh le agrada Sam Evans. No mas comentarios", culminó coquetamente con la transmisión.
Era la primera vez que el antes cotizado y conquistador capitán del equipo de futbol se le veía tan feliz, enamorado y comprometido con alguna chica, por lo que ninguna de las anteriores parejas había podido obtener el auge y la atención que consiguieron Damian y Lindsay. Empezando porque de ésta última, además de los miembros del club glee y unos que otros profesores, nadie conocía su existencia y en un par de días se convirtió en "La envidia de las embobadas, y algunos embobados, chicas de Mckinley", o al menos esa fue la manera en que la describió Jacob en toda una sección, dedicada exclusivamente a ellos, llamada "La parejita del mes". Aunque Israel además planteó unas cuantas suposiciones acerca de que al Irlandes se le había concedido un deseo, luego de que éste pudiese llegar al final de un arcoíris, y pidió una novia como regalo, ya que de otra forma no podía explicarse de donde había podido sacar a "semejante dulzura, perfecta si fuese judía" por la cual sería capaz de vender a sus padres y regalar su casa, según él.

Damian nunca se había sentido tan feliz y risueño desde que puso un pie en Estados Unidos, pero Lindsay estaba en la gloria, viviendo el tiempo de su vida, incluso mejor de lo que se sentiría cualquiera cuyo más anhelado sueño se le hiciera realidad. Sabía que era la envidia de muchas, más de una porrista lo había dejado en claro al arrojarle un slushie, pero nada ni nadie podrían bajarla de esa nube de felicidad en la que se encontraba, ¿o sí?.
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-Por cierto novio, ¿supiste de esa nueva chica que recién comienza el último año?. Me acabo de acordar porque tiene un acento tan lindo como el tuyo. -Comento Lindsay mientras la feliz pareja caminaba por los pasillos de la escuela.
Aunque continuaba de vez en cuando jugando al "no te quiero" con el chico, juego que hacía mucho tiempo había perdido credibilidad e incluso gracia, el amor con el que se dirigía hacia él había crecido de manera exponencial; en verdad lo amaba y no perdía oportunidad alguna de demostrárselo.
-¿Se cambió faltando solo dos meses para terminar el año escolar?. Que extraño, aunque no más que el hecho de que las manos de mi novia sean más suaves que la de un bebé. -Besó su mano cariñosamente mientras disfrutaba de aquella risa que tanto le encantaba.
-Que facil te desconcentras. -Agregó sonriente. -Bueno la chica no me dió muchos detalles sobre su pasado, estaba como más interesada en su futuro, creo.
-¿Ah sí?. ¿Por qué lo dices novia?.
-Porque me hacía muchas preguntas sobre cómo ser popular, a quien debía buscar para ser porrista, si a los chicos les gustaban, etc. Aunque logre convencerla de que se uniera al club glee mañana, también tuve que explicarle lo mucho que a los chicos les volvían locos las porristas, y creo que hasta a las mismas chicas. -Dijo finalmente refiriéndose a "Brittana" otra de las parejas homosexuales de Mckinley, conformada por Santana Lopez y la estrella del show de internet más visto por los amigos de Lord Tubbington -supuestamente- Brittany S. Pierce.
-Pues no a todos los chicos, porque en verdad nunca me han llamado realmente la atención las porristas. ¡Eh! Se lo que vas a decir así que no hablemos de mi pasado, tu eres ahora mi presente y futuro y es lo unico que cuenta. -Se apresuró a detenerla ya que noto que tenía toda la intención del mundo de sacarle en cara sus antiguos encuentros amorosos.
-De acuerdo, pero solo porque tus argumentos fueron muy lindos. Ahora que lo mencionas, también me preguntó por ti.
-¿Por mí?. -Se exaltó remarcando el acento Irlandés.
-Ahora que lo pienso me hizo muchas preguntas sobre ti; cuanto tiempo llevabamos, a que te dedicabas, incluso donde vives. De hecho, accedió a entrar al club glee solo cuando le dije que tu estabas. -Finalizó con una expresión bastante pensativa.

-¡Mcginty!. ¡Al menos de que en su mochila traiga un pollo relleno para calmar esta horrible hambre que tengo, le recomiendo poner ya mismo su trasero en el campo, dar 2 vueltas por cada minuto que se ha retrasado y no empeorar aún más mi humor!. -Gritó la entrenadora Beiste desde las gradas. Razones tenia de molestarse con el capitán del equipo ya que por andar caminando pacienzudamente con su novia había retrasado, más de lo normal, su llegada a la práctica.

-¡Jesús! Ya no soporto a esta señora, gracias al cielo que este partido es el último de la temporada. -Se despidió con un pequeño beso y comenzó a correr en dirección al campo de futbol. -¡Y ya deja de darte tan mala vida por lo de aquella chica que seguro no es nada!. -Exclamó desde la mitad de su recorrido.

-Por un momento Lindsay planeaba dedicar un par de horas de su tiempo a analizar esa situación, pero las palabras del joven le fueron convincentes.
La misteriosa chica a pesar de todo lucía agradable e inocente. "No hay nada de que preocuparse", dijo finalmente para si misma.
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-¡Oh mira Damo!. Mi amiga se apareció a audicionar, te dije que vendría. Y que rápido consiguió ser porrista, esta chica definitivamente no pierde tiempo. -Exclamó Lindsay una vez que la vió entrar acompañada de dos miembros más de las Cheerios.
-¡Oh Dios mío! ¡Esto no puede estar pasando!. -Se limitó a contestar Damian, quién parecía haber visto al peor de los fantasmas -aunque puede ser valido describir la situación de esa forma-.
-¿Que ocurre Damian?. ¡No me digas que la conoces!.

-¡Silencio chicos!. -Interrumpió los cuchicheos el Sr. Shue. La muchacha saludó desde lejos a Lindsay pero extrañamente hizo algo similar con Damian, como si lo conociera desde antes. -Mejor tarde que nunca, hoy tenemos una nueva audición, que mucha falta nos hace para competir en las nacionales. Así que démosle una cordial bienvenida tanto a la escuela como al club glee.

-¡Hola chicos!. Mi nombre es Jenna Donelly, soy de Irlanda del Norte, por eso quizás noten un pequeño acento extraño -Intentó bromear la recién llegada. -Y la canción que voy interpretar, con un poco de ayuda de mis amigas porristas, va dedicada a una persona muy especial en mi vida desde hace mucho tiempo, espero que la disfruten.
Todos se miraron extrañados ya que estaban seguros de que ninguno había interactuado "mucho tiempo" con la Irlandesa. Pero una vez iniciada la presentación, dirigieron nuevamente sus miradas al centro del salón.

Compréndeme
Ahora que todo cambio.
Me arrepentí
Yes verdad que terminó.
Pero yo sé, que en el fondo te amare.
Entonces no pienses mal..
No pienses mal de mí.
Tenía un agudo pero armonioso tono de voz que cautivó a más de un chico presente, pero la interpretación llevaba nombre y apellido; Damian Mcginty.

Los celos que
Opacaron tu ilusión.
No dejan ver
Lo esencial entre los dos.
Estoy aquí
Y te juro se acabó.
Entonces olvídalo, perdóname y pasó.
Más que una interpretación, aquello parecía un teatro, puesto a que cada frase la cantaba como si estuviese en medio de una dramática conversación. Mientras que las porristas invitadas se encargaban de apoyarla con los coros y una poco trascendental coreografía.

Es que soy prisionero de un error
Un tonto arrepentido que por hoy
Ha preferido invocar al olvido
Y suplicar de rodillas perdón.
Aunque no lo crean, en verdad se arrodilló frente a Damian.

Esa historia es pasado, ya fue
Pero nos ha marcado, lo se
Da por seguro, mi amor, te lo juro
Nadie va a amarte como yo lo haré.
Era difícil saber cuál de las dos expresiones era más digna de un poema: si Damian con su ceño fruncido, brazos cruzados y la mirada fría e indiferente ante cualquier pretexto transmitido a través de la canción. O la tierna y desorientada Lindsay que no comprendía ni medio de lo que estaba ocurriendo; simplemente preocupaba porque su sangre no fuese a ebullir en cualquier momento, ya que la forma en que ésta se calentaba al ver como una 'desconocida' le cantaba tan descaradamente a su chico, frente a sus narices, no era nada normal.

Estuve mal
Sé que lloraste por mí.
Me apabullé
Y cobarde te mentí.
Quiero aliviar
Esta cruz que me cargué.
Al menos no pienses mal
Solo me equivoqué.

Es que soy prisionero de un error
Un tonto arrepentido que por hoy
Ha preferido invocar al olvido
Y suplicar de rodillas perdón
Esa historia es pasado, ya fue
Pero nos ha marcado, lo se
Da por seguro, mi amor, te lo juro.
Nadie va a amarte como yo lo haré.
Da por seguro, mi amor, te lo juro.
Nadie va a amarte como yo lo haré.

-Damian Joseph Mcginty ¿¡Que está ocurriendo aquí!?, ¿¡Quién es esta chica!? -Preguntó Lindsay alterada, aunque nadie se percató de ello ya que estaban más preocupados en ovacionar la emotiva presentación.

-¿Recuerdas a "La Señora Tenebrosa"?. Bueno, te la presento.

-¡Damian espera!. ¡Solo quiero hablar contigo!. Vamos, no seas infantil. –Gritaba Jenna por los pasillos de la escuela, en vista de que el chico huyó hacía ellos una vez culminado el emotivo recital.
-¿Infantil yo?. Tú fuiste quién pretendía que después de todo el dolor y sufrimiento que me hiciste pasar podrías llegar de repente, luego de 100 años aproximadamente, y arreglar todo con una ridícula canción. Faltando no solo mi respeto sino el de mi novia. ¡Si eso no es ser infantil entonces no sé qué pueda ser!. -Replicaba molesto el Irlandés, que razones no le faltaban para estar alterado.
-¿100 años?. Ya veo que sigues igual de exagerado, incluso un poco más porque la canción no fue ridícula; expresa exactamente lo que siento por ti Damian Joseph Mcginty. -Intentó tomarle la mano pero este la aparto con enojo. -Y-yo solo quiero hablar contigo. Obséquiame 10 minutos de tu tiempo, te aclaro todo y no te molesto más. ¿Si?.
-¿Aclararme qué?. Lo que está a la vista no necesita anteojos ¿sabes?, bueno, al menos de que seas Cameron; el necesita anteojos sin importar la situación. –Divagaba un poco el muchacho cuya tarea de mantenerse enfocado le resultaba Herculiana, debido a las miles de imágenes que pasaban por su cabeza. -¡Bah! Tú no tienes ninguna razón para darme explicaciones, o mejor dicho no quiero escucharlas.

-Pues deberías hacerlo Damian.

-¿Te das cuenta Dami?. Hasta Lindsay sabe que tú y yo tenemos muchas asperezas que limar. -Apoyó Jenna a la recién llegada. El chico simplemente la miraba con bastante extrañeza. -Gracias Linds ¿te puedo llamar asi?. Solo serán unos cuantos minutos, es todo.
-Pues aprovéchalos muy bien, ya que te aseguro que serán los últimos en que le harás daño a Damian. –Respondió con tono amenazante. -Tuviste tu oportunidad de estar con él, de hacerlo feliz, y no hiciste más que dejarle heridas las cuales bastante me han costado ayudar a sanar.
-¡Un momento Lindsay!. Tú no eres quién para meterte en mi vida privada y juzgarme. ¡Esto es entre Damian y yo!.
-Y tú no eres quién para llegar como si nada ha sucedido a pasar por encima de mí y cantarle de esa forma en mis
narices, como si yo no existiera. Así que no, no es un problema solo entre tú y el, no desde ese momento. -Replicó la pelinegro exaltada, acercándose cada vez más a la Irlandesa.
-¡Woow! Creo que ya es hora de irnos Linds. –Cortó Damian con la enorme tensión bajo la que se encontraba el ambiente. -Y a ti Voldemort te veo en el salón del coro mañana después de almuerzo.
-¿Voldemort?. –Arqueó la cabeza en señal de confusión mientras observaba como la pareja se alejaba.

-Y por cierto, ¡NO!, no me puedes llamar Linds. Así solo me llaman mis amigos y creo que estás un 'poco' lejos de ser uno de ellos. –Se volvió a aclarar una camorrera Lindsay Pearce, la cual sinceramente estuvo a un Damian de distancia de lidiar sus diferencias con Jenna Donelly de otra manera mucho menos diplomática.


-¡Oh Dios mío Linds! Nunca te había visto de esa manera. Aunque te confieso que me gustó. Fuiste como una madre protegiendo a sus cachorritos. –Musitó Damian, aun con la mirada pensativa y el ceño fruncido. Luego poso su mano sobre el hombro de la chica, lo acarició y continuó con la caminata tarareando la canción “Puppy Love” que tanto le gustaba de pequeño. La idea era calmar un poco los nervios de su compañera, a pesar de que los suyos se encontraban tan intranquilos como los de quien viniera de toparse con nadie menos que su peor pesadilla.
-Es que no entiendes Damo. Ya he pasado por esto antes. Ni te imaginas la cantidad de veces que tuve que soportar ver como otra chica me arrebataba al chico que tanto quería, como si yo no existiera, como si fuese un cero a la izquierda. –Las palabras difícilmente salían ya que cada una de ellas debía desatar el nudo que tanto odio y rencor habían atado en su garganta. –Tengo miedo Damian, mucho miedo. N-no quiero perderte.
-Hey, hey tranquila bella. No permitiré que nada malo nos ocurra. No hay de qué preocuparse así que confía en mí. –La miró fijamente a los ojos para luego darle un consolador abrazo. Ésta se aferró a el más fuerte que nunca, sin embargo Lindsay sentía que ni mil Damo-Abrazos –como hacía poco tiempo gustaba llamarle a los afectivos abrazos de su pareja- podrían librarla de aquella increíble angustia. Algo muy extraño se avecinaba, de eso no tenía duda.

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-Muy bien Vold, digo Jenna, aquí me tienes. Se breve por favor, quede en verme con Linds al salir de su clase. –Exclamó Damian mientras cerraba la puerta de la sala de coro y rechazaba la invitación de su ex de sentarse en alguna silla del vacío salón. Se le notaba cansado, molesto; razones no le faltaban pues ella era la total responsable de haber faltado a su cita con Morfeo la noche anterior, después de todo, ¿Quién podría pegar un ojo en toda la noche luego de tan grande, como desagradable, sorpresa?.

La chica suspiró, pensó brevemente sus palabras y dio inicio a la conversación.

-Creo que te preguntaras que estoy haciendo aquí, especialmente faltando tan poco para la graduación. –Damian, de pie frente a ella con los brazos cruzados, solo la observaba de manera fría en indiferente, como si no le importara una palabra de lo que decía –aunque creo que todos sabemos que aquello es una mentira un tanto obvia-, quizás por eso éste no se molestaba en sacar alguna de su boca y simplemente permanecía en silencio.
-Pues lo cierto es que hace poco tuve una especie de premonición, ¿sabes?, como cuando ves tu futuro pasando frente a tus ojos, y me di cuenta de que la vida que llevaba no era la que yo quería, no creas que tenía algo que ver con que vivíamos en una casa rodante y solo comíamos dos veces al día. –Exclamo sarcásticamente la vocalista de la fracasada banda de rock. –Así como de que tampoco Rocket era el hombre con quien quería estar. Buscando dinero en lo más profundo de mi monedero me encontré entonces con esta foto.


Y al instante recordé lo felices que éramos juntos, nuestros sueños de ser alguien exitoso en la vida, de formar una familia juntos. –Ella intento descongelar el helado semblante del chico con una caricia pero el fracaso fue rotundo.
Sin saberlo, el Irlandes se comportaba a la altura, pero no precisamente frente a su ex novia, sino más bien ante su novia actual. Si, Lindsay, como en cualquier típica escena de celos, se encontraba observando por la ventana de una de las puertas del salón; si en alguien no confiaba era en esa rubia irlandesa que en menos de 48 horas le había causado más problemas con su novio que en todo lo iba de año. Algo debía estar tramando por lo que, literalmente, se quedó de brazos cruzados –en la puerta del salón- a ver de qué se trataba.

-Pues en resumen, invente la excusa a Rocket de que nos fuésemos de gira a estados unidos. Le dije a mi madre que hablara con la tuya y que averiguara todo lo que pudiese sobre ti, una vez en este país deje al imbécil de Rocket y su estúpido grupo, y me mude con mi tia abuela Doroty a cambio de ayudarla a cuidar a sus gatos. Le dije a mis padres que estudiaría en este lugar, ellos estaban muy felices de que por fin me reivindicara así que comenzaron a enviarme dinero de nuevo. Presente el examen de equivalencia de Mckinley ¡Y aquí me tienes finalmente!. –Hizo un gesto de celebración mas el chico seguía sin inmutarse, tal como en un principio.

–Sinceramente la parte más difícil creo que ha sido cuidar los gatos de mi tía, porque el dejar a Rocket es lo mejor que he podido hacer, esa relación era netamente física y creo que necesito mas que eso en mi vida. Eso sin mencionar el examen de equivalencia; en serio no sabía que entrar aquí fuese tan sencillo, espero que así sea para entrar al Instituto de Artes de Chicago. Si, tal como lo oyes. Tu madre, que puede llegar a ser realmente habladora, le comento a la mía que estudiarías en Stanford. Y pues decidí que no estaría mal retomar esos sueños que tuvimos una vez, ¿y qué mejor sitio que en California, eh?. –Si hubiese habido un concurso de miradas de odio en ese momento realmente habría sido una dura y reñida pelea entre Damian y Lindsay –ambos con el mismo objetivo en sus pupilas- por el primer puesto. Sin embargo, el siguiente comentario de la chica rompería con el empate declarando a Lindsay Pearce como la ganadora absoluta del encuentro.

-Ah, también hablo de tu querida Lindsay. Ya veo que no le falto razón al decir que la chica era una pesada, y no me refiero solo a su actitud. –El impecable cuerpo de porrista que se gastaba Jenna Donelly la hacía pensar que podría llamarle gordo a quien ella quisiera, no sin ganarse el desprecio de los ofendidos obviamente. Y con a quien ella quisiera me refiero a todo el mundo, puesto a que entre todas sus “virtudes” destacaba su gusto por verse delgada, o al menos era la manera en que definía su leve caso de anorexia. No era un problema nuevo, Damian lo conocía perfectamente y por tanto este fue otro de los comentarios a los cuales hizo caso omiso.

-Okey, acabo de notar que llevo horas hablando y tú no has dicho una palabra, solo me miras como si no me conocieras, como si fuese una extraña. ¿¡Que sucede!? ¿¡En que tanto piensas!? –Al oír esto Damian finalmente reaccionó; saco su iPhone del bolsillo y dejo sonar una peculiar melodía que invadió la sala del club glee:


Now and then I think of when we were together (Ahora y de vez en cuando pienso en cuando estábamos juntos)
Like when you said you felt so happy you could die (Como cuando decías que te sentías tan feliz que podrías morir)

Comenzó a cantar mirándola fijamente a los ojos, expresando con ellos cada uno de los sentimientos que provocaban las oraciones que entonaría.

Told myself that you were right for me (Me dije a mi mismo que eras la indicada para mi)
But felt so lonley in your company (Pero me sentía tan solo en tu compañía)
But that was love and it’s an ache I still remember (Pero eso era amor y es un dolor que aún recuerdo).

Su mente se nublo de todos aquellos dolorosos recuerdos que una vez pensó enterrados, entonces respiro profundo, exhaló y nuevamente se enfocó en lo que hacía.

You can get addicted to a certain kind of sadness (Te puedes volver adicto a cierto tipo de tristeza)
Like resignation to the end (Como resignándote al final)
Always the end (Siempre al final)
So when we found that we could not make sense (Así que cuando nos dimos cuenta que no tendría sentido)
Well you said that we would still be friends (Bueno, tu dijiste que podríamos seguir siendo amigos)
But I’ll admit that I was glad that it was over (Pero debo admitir que me alegre de que todo se hubiera terminado)

En vista de que Jenna se sentía bastante ofendida con el mensaje que transmitía su ex pareja decidió entonces responderle de la misma forma, continuando con el coro de la canción

But you didn’t have to cut me off (Pero no hacía falta que me aislaras)
Make out like it never happend and that we were nothing (Haciendo como si nunca hubiese sucedido y no fuéramos nada)
And I don’t even need your love (Y ya ni siquiera necesito tu amor)
But you treat me like a streanger and that feels so rough (Pero me tratas como a un desconocido y eso se siente horrible)

Damian respondió a la acotación de la chica agregando aún más drama del que ésta había añadido.

You didn´t have to stoop so low (No tenías que caer tan bajo)
have your friends collect your records and then change your numbers (Haz que tus amigos recojan tus pertenencias y luego cambia tu numero)
I guess that I don’t need that tough (Supongo que ya no lo necesito)
Now you’re just somebody that I used to know (Ahora solo eres alguien a quien yo conocía)
Now you’re just somebody that I used to know (Ahora solo eres alguien a quien yo conocía)
Now you’re just somebody that I used to know (Ahora solo eres alguien a quien yo conocía)

La joven estaba anonadada ¿ahora ocupaba un lugar tan poco importante en su vida?, le era imposible creerlo, se negaba rotundamente a hacerlo. Lindsay por su parte le aliviaba un poco la forma en que el chico expresaba sus sentimientos, puesto a que lo conocía lo suficiente como para saber que todo era cierto ¿no?.
El joven continúo con la interpretación, pero ahora el rencor que lo invadía causaron en su voz una tonalidad un tanto rasposa.

Now and then I think of all the times you screwed me over (Ahora y de vez en cuando pienso en todas las veces que me la jugaste)
But had me believing it was always something that I´d done (Pero siempre me hacías creer que era algo que había hecho yo)
And I don´t wanna live that way (Y no quiero vivir de esa manera)
Reading into every word you say (Dándole importancia a cada palabra que dices)
You said that you could let it goand I wouldn´t catch you hung up on somebody that you used to know (dijiste que podías olvidarme y que nunca te sorprendería enamorado de alguien a quien creías conocer)

Y nuevamente Jenna se sintió en necesidad de contraatacar ya que no estaba dispuesta a perder esa batalla tan fácilmente.

But you didn’t have to cut me off (Pero no hacía falta que me aislaras)
Make out like it never happend and that we were nothing (Haciendo como si nunca hubiese sucedido y no fueramos nada)
And I don’t even need your love (Y ya ni siquiera necesito tu amor)
But you treat me like a streanger and that feels so rough (Pero me tratas como a un desconocido y eso se siente horrible)

Sin embargo Damian mantenía firme su posición asi que continúo

You didn´t have to stoop so low (No tenías que caer tan bajo)
have your friends collect your records and then change your numbers (Haz que tus amigos recojan tus pertenencias y luego cambia tu numero)
I guess that I don’t need that tough (Supongo que ya no lo necesito)
Now you’re just somebody that I used to know (Ahora solo eres alguien a quien yo conocía)

Y como ya no estaban seguros de quien no conocía a quien finalizaron la balada entre los dos.

-Me niego a creer en tus palabras y te voy a demostrar que lo que dices no puede ser cierto. –Dicho esto, como no podía faltar en toda escena en que la novia celosa espía a su novio, procedió a darle su respectivo y obligado beso apasionado, el cual éste rechazo radicalmente en cuanto tuvo oportunidad.

Rompiendo un poco con el protocolo, Lindsay no huyo del sitio humillada y bañada en llanto, perdiéndose la parte en que el chico insultaba a la atrevida de su ex novia, sino todo lo contrario; no eran lágrimas las que salían de sus ojos sino humo de sus orejas, así que decidió intervenir.

-¡Lo sabía! Sabía que una simple charla no era todo lo que querías con Damian. ¡No eres más que una….
-¡Lindsay!. ¿Qué haces aquí?. Yo te hacía en tu clase de física, a la que por cierto jamás faltas. –Exclamó Damian alterado. Ni en un millón de años había visto venir la escena que allí ocurría; estaba seguro de que Lindsay confiaba tanto en el que sería incapaz de espiarlo alguna vez. –¿Me estuviste espiando?, ¿Es que acaso no confías en mí?.
-¡Por supuesto que confío en ti Damian! En quien no lo hago es en esta raquítica Irlandesa que lo que quería no era más que arruinar nuestra relación, efectivamente no me equivoque. –Replicó la pelinegro aún más perturbada. Jenna sabía que no tenía moral suficiente para reclamar nada a nadie así que simplemente se limitó a observar el espectáculo.
-Oh no. Creo que esta vez si te equivocaste Lindsay Pearce. Pero no en que nuestra relación se arruinaría sino en el autor de este hecho.
-¿A qué te refieres Damian Mcginty?. –Pregunto Pearce con cierta indignación. -¿Qué insinúas?
-¡Que si alguien arruino las cosas fueron tú y tu desconfianza!. La opinión de Jenna me importa tanto como la marca del tinte de cabello que se aplica Sam Evans. –La mirada de la irlandesa reflejo lo poco que entendía de la sarcástica analogía, no obstante sabía que carecía de importancia. –Pero la tuya para mí lo es todo. Hace bastante tiempo que creí superados nuestros problemas de desconfianza. Mas ahora con esto de estarme espiando siento que volvimos otra vez al mismo punto donde partimos.

-No Damo las cosas no son así. ¡Espera!.


–Su molestia ahora había pasado a ser angustia e incluso confusión. Pensaba que ella era quien tenía todo el derecho de estar enojada, no él. ¿Cierto?. Pues su gran duda era entonces porque le remordía tanto la conciencia. De cualquier forma, en instantes supo que lo correcto era salir en busca de su ¿ex-novio? –no le quedó muy claro lo que el chico quiso decir- sin embargo no sin antes cerrar el ameno encuentro otorgándole toda la responsabilidad a la extranjera.
-¿Qué todo es mi culpa?. Recuérdame por favor el momento en el cual te amenace con un arma y te obligue a quedarte fisgoneando en la puerta. ¡Ups cierto!, no pude haber sido yo la culpable de tal acto ya que como viste estaba muy ocupada besando a tu, creo que ahora, ex-noviecito. –Aclaro Jenna con su acostumbrado tono petulante. Realmente ambas chicas eran como fosforo y gasolina. Demás esta aclarar que el fosforo seria Jenna pero no solo porque es casi tan delgado como uno.
-¡Es que definitivamente eres una…
-Ya basta de insultos “Linds” por favor. Aunque me encantaría seguirte molestando, ya que eres tan susceptible, creo que es hora de hablar como adultas que somos, o al menos yo lo soy, no sé tú. –Aunque obviamente no lo dijese, el silencio de Lindsay dio a reconocer que la rubia tenía razón; era hora de una charla incomoda.

-Se breve.
-Es que no hay gran cosa que decir, mucho menos que hacer.
-¿De qué hablas?.
-Que solo te puedo decir que si, aún sigo muy interesada en Damian. Y como primero fue Sábado que Domingo, no te extrañe que detrás de ese ceño fruncido exista un pequeño duendecito molestándolo para que piense en mí, yo misma lo envié.
-No me vas a quitar a Damian, Jenna. ¡No lo permitiré!.
-Pero es que yo no tengo necesidad siquiera de mover un dedo para hacerlo. Primero porque no me agrada mucho la idea de andarme arrastrando por un chico con novia y que esta me busque pleito en cada oportunidad que tenga. ¡Es tan de las novelas que solo ve mi tía Doroty!. Además, tanto mi glamour como mi reputación en la escuela están en juego y quiero graduarme por todo lo alto. Sin embargo, la segunda y más importante razón es que tarde o temprano será el mismo quien regrese a mí y tú no podrás hacer nada al respecto.
-¿Cómo es que no puedo?. ¿Acaso piensas que me sentare a ver como eso pasa?
-No sé si estarás de pie o sentada en ese momento ya que estaremos bastante lejos querida. ¿U olvidas que cuando el año escolar acabe cada quien se ira por su lado?. O mejor dicho, tú por tú lado, y yo por el de Damian. Y créeme que una vez estando en la misma ciudad, muy lejos de ti, no será tan difícil que volvamos. A eso me refería con que ya no hay mucho que hacer.
-E-eso no es así de facil. Ya verás que nuestro amor podrá con cualquier obstáculo que interfiera en nuestro camino. ¡De eso no tengo duda!. Es más, no sé ni porque sigo dándote explicaciones que sé que no vas a entender.

Dicho esto se marchó nerviosamente del salón. La recién culminada conversación la espantó de manera increíble ya que la Irlandesa había tocado esa tecla que ella por tantos meses luchaba consigo misma por ignorar: la ida a la universidad. Era un tema el cual definitivamente había que discutir, mas su prioridad por ahora radicaba en recuperar al chico ya que no tenía sentido preocuparse qué ocurriría con tu relación luego de graduarte, si técnicamente no tienes ninguna en ese momento. Esa situación debía de ser solventada lo antes posible.

---

-¡Dije que ya voy!. Jesús tendré que darle una llave también a Cameron a ver si deja de tocar el timbre como un desesperado cada vez que viene. –Decía para sí mismo Damian mientras se apresuraba a abrirle la puerta a quien, para su sorpresa, no se trataba de su amigo Nerd como el creía.

-¡Holita!.
-¡Chaito!. –Respondió el chico descordialmente intentando cerrar de nuevo la puerta pero la recien llegada naturalmente lo detuvo.
-Muy gracioso Dami. ¿Puedo pasar?. Dijo está cerrando la puerta a sus espaldas.
-¡Pero si ya estas adentro!. Bah, qué más da. ¿Qué haces aquí Jenna?.
-Vine a traerte unos Pretzels de la paz; se lo mucho que los amas y que por eso conseguiste aquel empleo, aun sin necesidad monetaria. ¿lo recuerdas?. Incluso fuiste empleado del mes.


-¡Claro que lo recuerdo!. Fue una de las épocas más felices de mi vida. Pero si solo viniste a hablarme de mi único trabajo y a traerme Pretzels pues muchas gracias, ya te puedes ir. Ahí está la puerta.


Y te agradecería que en un futuro por favor no me dirigieras la palabra, mucho menos en la escuela. ¡Ya has causado demasiados estragos!. –Exclamó pagando la molestia con los pobres Pretzels y lanzándolos hacía el mueble.
-Es que a eso vine precisamente. Quiero disculparme por todo lo que ocurrió hoy. S-se me escapo de las manos toda la situación y sé que ahora tienes muchos problemas con Lindsay por mi culpa. –Musitaba una “muy arrepentida” Jenna Donelly, o al menos eso quería hacerle creer a su paisano. –Te pido que por favor algún día me puedas perdonar por esto y todo el daño que te he hecho. Mientras ese esperado momento llega, te prometo que no te molestare más ni a ti ni a Lindsay, no seré ninguna piedra en su camino. Y pues, quien sabe, quizás hasta podamos llegar a ser todos amigos, o que al menos no me odien.
-Yo no te odio Jenna; fuiste mi primer amor así que por más que lo intente es imposible odiarte del todo. Y Linds es una hermosa persona, tiene un muy buen corazón, de buenos sentimientos, pero te odia. –La chica por un momento pensó que terminaría aquella descripción dándole alguna esperanza de que sería perdonada por la pelinegro, pero la respuesta del chico le causo más gracia, algo que corto un poco con la tensión del ambiente. Al fin y al cabo, lo que Lindsay pensaba o no de ella era lo que menos le importaba de todo el asunto.
-Jaja, lo sé. Pero no te seguiré quitando más tu tiempo. Aunque antes de irme quiero hacerte otra petición.
-No abuses Jenna.
-Solo te pido un abrazo, sería como el abrazo de despedida que nunca tuvimos cuando termino nuestra relación. Ya que como te dije, en adelante no interferiré más con tu vida. –Esto no era del todo cierto. Aunque Jenna fue sincera con Lindsay cuando le explico el primer argumento de porqué no le “quitaría” a Damian directamente, también era verídico el segundo razonamiento; su plan consistía simplemente en hacerle creer que ella era un angelito , que se portaría de maravilla, al menos por lo que restaba de año escolar, pero en cuanto Lindsay se alejara un paso iría con toda su furia a reconquistarlo.
-Ok pero solo uno, y como te dije antes, no abuses. –Sin embargo la rubia hizo caso omiso a esta última acotación y lo abrazo como hacía años que no lo abrazaba. Él no precisamente le fue reciproco pero tampoco la aparto.

Muy “oportunamente” la cerradura de la puerta principal comenzó a girar pero ninguno se percató de ello, así como tampoco del sonido que causaba un llaverito de metal, con forma de estrella, al chocar contra la madera del portón.

-¡Damooo!. Te traje unos Pretzels tan buenos que te será imposible seguir moless….to. –El shock apenas le permitió pronunciar esa última silaba. De un brinco se separó Damian de su ex-pareja, pero por desgracia no con la misma velocidad logro planear la explicación que le daría a Lindsay.
-¡Woow Linds q-que sorpresa!. Ya J-jena se iba. ¡Chao Jenna!. –Se despidió nerviosamente a la vez que intentaba sacarla casi a la fuerza del departamento.
-¡Chao Linds!. Gusto en verte de nuevo. –Respondió con su mejor cara de hipocresía, aunque sin abandonar del todo el apartamento.

–Ahora que te parece si te quedas, vemos una película y comemos de esos Pretzels tan buenos que trajiste. ¿si?.
-Dudo que sean mejores que los que te trajo Jenna. –Replico señalando la bolsita que yacía sobre el mueble de la sala. –Así que los dejo solos para que los disfruten.

Como alma que lleva el diablo desalojo Lindsay el recinto, sin importarle en lo absoluto haber tropezado a la Irlandesa, que una vez más se atravesaba en su camino, y arrojando la pobre bolsa de Pretzels en el primer basurero que encontró a su paso. Damian caminaba tras ella rápidamente explicándole toda la situación, más aquella declaración le había entrado por un oído y salido por el otro.
Se subió al auto de su madre, el cual desde aquel problema con el descubrimiento de su adopción prácticamente le había obsequiado, bajo los seguros para que el chico no pudiese abrir ninguna puerta y se marchó antes de que este se interpusiera en su camino bloqueando la salida –como en efecto planeaba hacer-.

-¡Jesus!. ¡Esto no me puede estar pasando!. Ves que tú aun sin querer no haces más que causar problemas. Déjame solo por favor. –Se volteo a decirle Jenna, quién no se habría perdido aquella escena por nada del mundo.
-¡Ups! Lo siento. Ya me voy. ¡Suerte con Lindsay, espero que todo se arregle!. –Le expreso sus supuestas condolencias al chico pero este ya había entrado nuevamente al edificio y no las escucho, así como tampoco los truenos y relámpagos que acompañaron la risa maquiavélica de Jenna, luego de la aparente ruptura de la relación –creo que exagero un poco la situación, pero si fuese una caricatura aquello habría sido cierto-.

-Samuel. –Respondio la joven, con tono de sorpresa.
-¡Cierto! Samuel. Bueno entonces…
-Hola Lindsay. Tanto tiempo sin vernos. ¿Me extrañaste tanto como yo a ti, o más?. –Lo interrumpió un chico de rastas, piercings y una ropa tan pegada que Damian juraría que éste le había puesto una bomba de vacío, así como cuando empaquetan
los alimentos en el súper mercado. Quien por cierto estaba acompañado de una chica, para variar.
-Lo que me faltaba. Justo cuando pensaba que este día no podía empeorar apareces precisamente tú. Vámonos Damian, tengo que llegar a mi casa ahora. –Exclamo Lindsay mirando al suelo molesta, al mismo tiempo que se levantaba del asiento y tomaba a Damian por un brazo para que éste hiciera lo mismo y se apresurara a salir de aquel incomodo escenario.
-¿Que?. ¿Tan rápido se van?. Pero si acabamos de llegar Linda. –Así la llamaba él cuando eran novios. –Dile a tu novia que se quede bro, ¿o ella es la que lleva los pantalones?. Conmigo intento hacer lo mismo pero se los baje. –Rieron idiotamente él y la chica que tenía a su lado que parecía ser de esas sin cerebro, que simplemente hacen lo que los demás.
-Tu eres el que se quedara sin pantalones luego de que te los destroce a patadas junto con la franelita de tu novia que cargas puesta, a ver si así aprendes a tratar a una dama ¡Poco hombre!. –Le replico el irlandés que lo miraba como si quisiera asesinarlo a la vez que lo empujaba haciendo que el muchacho casi se callera al piso.
-¿¡Cual es tu maldito problema idiota!? Si quieres pelear adelante pero créeme que ella no vale la pena. Solo es una desabrida que lo único que hace es ilusionarte para que andes loco detrás de ella pero que al final no te da nada a cambio. Pero me canse linda, no puedes amarrarme sin ninguna cuerda, preciosa. –Dijo refiriéndose a la chica mientras pasaba su mano por su cara pero ella se la aparto con ira, y ya para ese entonces lagrimas en sus ojos.
-¡Aaaagh ahora sí que te mate!. –Se abalanzo Damian hacia él logrando tumbarlo al suelo y clavándole un golpe justo en la cara. No pudo hacer mas porque en ese momento lo halaron con fuerza hacia atrás, mientras sujetaban sus brazos para que no continuara con la pelea.
-¡Basta Damian! Vámonos ya. –Lo tomo por un brazo y se alejo de su ex, que yacía aun el suelo, lo más rápido que pudo.
-¡Te salvaste que estaba tu noviecita pero para la próxima te parto la cara imbécil!. ¡Nos vemos muy pronto, estúpidos! –Grito el chico de rastas luego de que por fin se parase del suelo, mientras se sobaba el lugar donde lo habían golpeado. Damian intento
regresar para golpearlo nuevamente por lo que había dicho pero Lindsay no lo dejaba y éste por respeto hacia ella tampoco la desobedeció. No quería empeorar aun más las cosas.
---
Muy “oportunamente” la cerradura de la puerta principal comenzó a girar pero ninguno se percató de ello, así como tampoco del sonido que causaba un llaverito de metal, con forma de estrella, al chocar contra la madera del portón.

-¡Damooo!. Te traje unos Pretzels tan buenos que te será imposible seguir moless….to. –El shock apenas le permitió pronunciar esa última silaba. De un brinco se separó Damian de su ex-pareja, pero por desgracia no con la misma velocidad logro planear la explicación que le daría a Lindsay.
-¡Woow Linds q-que sorpresa!. Ya J-jena se iba. ¡Chao Jenna!. –Se despidió nerviosamente a la vez que intentaba sacarla casi a la fuerza del departamento.
-¡Chao Linds!. Gusto en verte de nuevo. –Respondió con su mejor cara de hipocresía, aunque sin abandonar del todo el apartamento.

–Ahora que te parece si te quedas, vemos una película y comemos de esos Pretzels tan buenos que trajiste. ¿si?.
-Dudo que sean mejores que los que te trajo Jenna. –Replico señalando la bolsita que yacía sobre el mueble de la sala. –Así que los dejo solos para que los disfruten.

Como alma que lleva el diablo desalojo Lindsay el recinto, sin importarle en lo absoluto haber tropezado a la Irlandesa, que una vez más se atravesaba en su camino, y arrojando la pobre bolsa de Pretzels en el primer basurero que encontró a su paso. Damian caminaba tras ella rápidamente explicándole toda la situación, más aquella declaración le había entrado por un oído y salido por el otro.
Se subió al auto de su madre, el cual desde aquel problema con el descubrimiento de su adopción prácticamente le había obsequiado, bajo los seguros para que el chico no pudiese abrir ninguna puerta y se marchó antes de que este se interpusiera en su camino bloqueando la salida –como en efecto planeaba hacer-.

-¡Jesus!. ¡Esto no me puede estar pasando!. Ves que tú aun sin querer no haces más que causar problemas. Déjame solo por favor. –Se volteo a decirle Jenna, quién no se habría perdido aquella escena por nada del mundo.
-¡Ups! Lo siento. Ya me voy. ¡Suerte con Lindsay, espero que todo se arregle!. –Le expreso sus supuestas condolencias al chico pero este ya había entrado nuevamente al edificio y no las escucho, así como tampoco los truenos y relámpagos que acompañaron la risa maquiavélica de Jenna, luego de la aparente ruptura de la relación –creo que exagero un poco la situación, pero si fuese una caricatura aquello habría sido cierto-.

-Wow, ¿Qué le ocurre a Lindsay?. Tiene una expresión muy extraña en su rostro y siquiera se detuvo a saludarnos. –Comento Sam a Hannah a primera hora del día, una vez vio pasando a la deprimida joven en dirección a las gradas; su sitio por excelencia en aquellos momentos de anhelada soledad.
-Deberías ir a ver que le sucede. Yo iría pero tú más que nadie sabe porque nunca hemos sido muy cercanas. –Acoto Hannah quien, a pesar de sentir celos desde el instante en que supo lo mucho que Damian gustaba de ella, de verdad se preocupaba por Lindsay.

-Hola Hannah. ¿De casualidad has visto a Linds?. –Saludo el siempre impuntual Damian que, de haber llegado unos 10 o 15 minutos antes, se habría podido topar con su enamorada antes que Sam.
-¡Hola Damo!. Vaya, ya veo que ella no es la única zombie por aquí. Pasó frente a mí hace un rato, creo que debe estar por las gradas pero no sé si siga hablando con Sam.
-¿¡Con Sam!?. –En un instante se le vino el recuerdo de aquella oportunidad en que el chico de cabello decolorado le había confesado sus sentimientos por Lindsay, y la forma en la que éste lo espanto alegando que la chica pertenecía a una organización anti-rubios.

La terrible idea de que Sam se estuviese aprovechando de la situación para conquistarla provoco en él un inmenso ataque de celos, por lo que rápidamente se dirigió a su encuentro. Hannah interpreto de inmediato la expresión de su amigo así que lo siguió para asegurarse de que no cometiera ningún disparate.

Tan cegado tenia aquella cortina de celos al enfurecido Irlandés que siquiera se percató de que Hannah había intentado seguirle el paso, mucho menos de la presencia de Cameron y Marissa quienes, al no obtener respuesta alguna por parte del chico cuando le dedicaron un acostumbrado saludo mañanero, se dispusieron a alcanzarlo.

La bonita escena formada por el buen amigo Sam Evans consolando a Lindsay, mientras a través de un cariñoso abrazo le expresaba lo bien que estaría todo, de pronto se vio interrumpida por una turba liderada por Damian Mcginty y el resto de sus más cercanos amigos realizando su mejor esfuerzo por hacerlo entrar en razón. Una mezcla de celos, molestia, impotencia con una pizca de confusión y topping de irracionalidad, era lo que invadía la mente del pobre duende, producto de la gran cantidad de sucesos ocurridos en tan poco tiempo así como horas de sueño.

-¡Aléjate de mi Lindsay, aprovechador! –Fue lo primero que se le ocurrió decir al momento de apartar de un empujón al rubio de la chica, aunque instantáneamente lo distrajo la idea de si la palabra “aprovechador” existía o no en el diccionario, sin embargo casi al momento volvió a concentrarse. -¿Cómo te atreves a ser tan oportunista e intentar conquistar a Lindsay valiéndote de lo vulnerable que se encuentra en estos momentos?, ¡Sabia que nunca había dejado de gustarte!, pero peor aún, ¿Cómo puedes jugar así con Hannah?, si no te gusta ¡díselo de una vez!. –Sam, ahora casi tan molesto como el ojos azules, intento reaccionar de la misma manera pero Lindsay lo impidió rápidamente, no solo a fin de evitar una discusión más violenta, sino porque además se percató de que su ex-novio no tenía demasiadas intenciones utilizar la fuerza bruta sino más bien de descargarse de manera verbal, ya que la siguiente en recibir un “ataque oral” fue ella. –En cuanto a ti Lindsay, tan solo quería probarte que ni Jenna ni nadie significa nada para mi ¿sabes?, que nadie nunca se interpondrá en nuestro camino. Pero por lo visto tu elegiste uno distinto ¿no?. –Insinuó mirando al rubio con recelo.
-¿Qué rayos te ocurre Damian Mcginty?, ¿de qué camino hablas?. En primer lugar yo soy quien debería estar molesta y ofendida, no tú. Y en segundo, ¡tranquilízate!. Estas totalmente fuera de control. No sabes lo que estás haciendo. –Replicó Lindsay que, a diferencia del ojos azules, sí que se encontraba dentro de sus cabales.
-¡Quien no sabe lo que está haciendo su novio, o lo que sea que sean, es Hannah! Creo que la próxima vez te convendría escoger mejor de quien enamorarte.
-¡Hey bro calmate!. Creo que te estás pasando. –Intervino Cameron. La escena se estaba tornando bastante intensa.
-Tú fuiste quien se pasó al no entregar mi tarea de Historia, luego de lo mucho que te ayude con ese informe de laboratorio. Y tu Marissa…
-¿¡Yo que Damian!? No me molestes, yo no he hecho nada… -Se defendió la pelirrojo, cuya expresión reflejaba lo mucho que le extrañaba escuchar su nombre en aquella descarga.
-Ni tampoco has comido nada, no creas que no he notado que no pruebas ni un bocado de la comida de la cafetería. Sé que apesta, pero tampoco es para morir de hambre. ¡Piensa en los niños de África!.
-¡Hey duende con mi novia no te metas!. –La defendió Cameron, enfocando su mirada desafiantemente a través de la gruesa lente de sus anteojos de pasta, directo a los azules ojos del extranjero.
-Tiene razón. –Susurro Hannah, quien finalmente había reaccionado después de las duras palabras por parte de su mejor amigo, pero en especial enamorado.
-¡Si Hannah sé que tiene razón en todo!. La comida de la cafetería apesta, en África los pobres niños mueren de hambre y realmente me preocupa lo poco que come Marissa, pero esa no es la manera de decir las cosas. –Refuto el nerd mientras limpiaba sus gafas con la esperanza de enfocar mejor puesto que aquel pequeño duelo de miradas había dejado exhausta su maltratada córnea.
-La próxima vez escogeré mejor a quien entregarle mi corazón. –Dijo solo para sí misma la robusta pelirroja, mas todos los presentes alcanzaron a escuchar. Posteriormente activó un poco usual en ella “modo zombie” y se marchó sin rumbo ni ánimos de que alguien la siguiera; solo deseaba estar sola.
A excepción de Damian, quien se encontraba totalmente seguro de que más que sus palabras aquel estado de animo de su amiga lo había provocado simplemente la melosería de Sam hacia Lindsay, los demás permanecieron estupefactos y reflexivos, mirándose unos a los otros y esperando que alguien dijera lo que todos sabían pero nadie comentaba.
-¿Ves lo que le hiciste a Hannah?. No había visto a la pobre así desde que sacaron del mercado aquellos “Boliquesos” que tanto le gustaban. ¡Debería darte vergüenza Sam Evans!, y a ti también Linds, perdón, Lindsay… Pearce. –Musitó con acento Irlandés, como lo haría toda madre molesta con su hijo, y que en consecuencia lo llama por su nombre completo. Justo cuando pensaban que Damian no podría haberse comportado de manera más idiota, surgió aquel comentario que habría hecho parecer liviano a cualquier yunque o bala de plomo.
-El único que debería sentir vergüenza eres tu ¡imbécil!. –Finalmente pudo devolverle el empujón Sam a Damian; suficientes razones tenía el peliteñido para estar alterado.
-¡Tú también tranquilízate Sam!. Tú más que nadie sabe que él no tiene ni la más mínima idea. –Protegió Lindsay a Damian, quien obviamente no le había dejado de importar en lo absoluto.
-¿La más mínima idea de qué? ¿Qué está ocurriendo?. –Frunció su ceño un muy confundido Damian.


-Huy cierto. Momentos como estos hacen preguntarme cómo es que planeas ser un científico en un futuro siendo tan despistado, duende tonto. –Acoto Cameron.
-¿Y ahora de que hablas nerd?. ¡Alguien que me diga por favor que es eso tan obvio que no veo!.
-¡Que Hannah esta enamoradísima de ti Damian!. Y por lo visto siempre ha sido así, no sé cómo es que no lo habías notado. Coincido con mi amorsito, sí que puedes llegar a ser un duende muy tonto. ¡Uff, que alivio haber quitado finalmente esa tensión de en medio!. Me estaba matando. Considera la manera de decírtelo una venganza por lo que dijiste sobre mi no-habito alimenticio. Ahora ya estamos en paz. –Finalizó Marissa con una sonrisa de satisfacción.


Damian por su parte estaba en shock. Aunque bastante tarde, se percató de la poca –o ninguna- atención que había prestado a los sentimientos de su mejor amiga durante todo este tiempo. Por otro lado, eso explicaba uno que otro momento de incomodidad vivido con la chica, en especial aquel en que la invito a la cita triple en Breadstix.
-¡Oh Dios mío!. ¡No puedo creerlo!. No me digan que todos sabían menos yo. –Preguntó perplejo.
-Todos sabíamos menos tú. –Respondieron al unísono.
-Y desde hace mucho tiempo. –Añadió Lindsay.
-¿Tú también Linds?, ¿y fuiste incapaz de decirme?. –La interrogó con cierta indignación, como si la chica de alguna forma hubiese traicionado su confianza.
-¿Y de cuando acá los sentimientos de Hannah son asuntos de los cuales pueda conversar por ahí libremente como si fuesen de mi incumbencia?. Eso es algo privado Damian, muy delicado además. Fuera de la abrupta intervención por parte de Marissa, a ninguno de nosotros nos correspondía hablarte del tema, a pesar del tiempo que estuvo corriendo ese rumor en los salones del club glee. Solo a ella. –Replicó Lindsay, a cuyas palabras no le faltaron nada de razón. -¿Y qué es eso de “Linds”? ¿Acaso ya se te paso tu rabieta? que deje de ser “Lindsay… Pearce”.
-Por supuesto que ya se me paso ¡Jesus!. –Exclamó el arrepentido Irlandés, a la vez que se sentaba en el mismo banco donde yacían su ex pareja y Sam Evans hace unos momentos, y frotaba sus manos por su cara y cabello, quizás en un intento desesperado de lavarse aquella culpa que lo invadía. –¿Cómo pude ser tan idiota?.


-Yo podría responder a esa pregunta, pero creo que por el bien de nuestra amistad, si es que queda algo de eso, preferiría no hacerlo. –Acoto Sam.

Si bien es cierto que de alguna manera había faltado el respeto de cada uno de sus amigos, incluyendo a Lindsay, por quien más remordimiento sentía era por Hannah; sabía que las oportunidades en las que –aunque inconsciente- seguramente había roto su corazón eran incalculables, pero esta había sido la gota que derramo el vaso, debía por tanto lo más pronto posible secar toda el agua derramada, o mejor dicho, las lagrimas.

Al parecer no existían excusas suficientes que justificaran el comportamiento del Irlandés esa mañana, mucho menos tantas maneras de decir lo siento; por tanto tuvo que apelar por invitar a Sam, Cameron y Marissa a una cena con todos los gastos pagos a Breadstix el fin de semana, y por supuesto hacer la tarea de química de todos, para así conseguir la anhelada aceptación a sus disculpas. Claro que de igual forma lo habrían perdonado, pero obtener un poco de beneficio en el proceso tampoco cae nada mal.
Obviamente que Lindsay no era un hueso tan fácil de roer, estaba claro de lo mucho que debía trabajar para que las cosas nuevamente tomaran su curso, sin embargo por los momentos la prioridad recaía en Hannah, a quien por cierto nadie había visto en todo el transcurso del día.
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Una vez que desistió de la idea de buscar a Hannah por cada rincón del colegio, el Irlandés se dispuso mientras tanto a intentar recuperar al más reciente amor de su vida, al tiempo que evitaba a toda costa al anterior, quien no perdía oportunidad alguna de acercársele, en especial luego de la escena vista tan solo el día anterior.
Había intentado contentar a Lindsay de mil y un maneras; a través de sus más sinceras disculpas y explicaciones, admitiendo que la chica tenía razón en todo –cosa que le encantaba escuchar-, que él era un tonto y ella inteligente, obsequiándole flores –de rodillas-, inclusive opto por ofrecerle su torta de chocolate y almendras caramelizadas de la cafetería: una rara especie que solo sirven una vez cada 1000 lunas pero que podría ser considerada un manjar digno de ofrecerse en los mejores bufetes del monte olimpo, al menos en comparación con el resto de la comida. Sin embargo ante nada se inmutaba la chica, lo cual era muy extraño ya que, además que las razones no eran suficientes como para tratarlo con tal frialdad e indiferencia, mas que molesta se le notaba triste, pensativa, incluso confundida. Aquello llevo a pensar al joven que quizás más que palabras necesitaba hechos; demostrarle a toda costa que de ninguna forma Jenna Donelly se interpondría jamás en su relación. Pero ¿cómo podría lograrlo?.

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Apenas eran las 4:30 de la tarde, hora del club glee, mas parecía como si hubiese transcurrido una semana desde que, al igual que el primer día de clases, maldijo a su despertador por una vez más privarlo del tan querido placer de dormir. El chico había pensado que quizás allí podría encontrar a Hannah, dedicarle una canción que expresara lo mucho que la apreciaba y sentía lo ocurrido y luego hablar con ella. No obstante, la desagradable sorpresa que sintió al no verla en su habitual asiento, ya que la pelirroja jamás faltaba a alguna clase, no pudo compararse nunca con aquella que provocó la presencia de ese ser que por un momento pensó tener la suerte de no ver jamás. Y no, esta vez la responsable no era Jenna, a pesar de que allí también se encontraba.

-¡Hola Linda!. ¿Me extrañaste mucho?. Te dije que muy pronto nos volveríamos a encontrar preciosa. –Saludo a Lindsay –quien entro poco antes que Damian a la sala de coro- de forma bastante antipática aquel chico de dreadlocks, piercings, tatuajes y ropa extremadamente ajustada, que una vez tuvieron ella y su, en ese entonces, amor platónico, la desgracia de toparse en el parque al salir de clases, viviendo un muy desagradable encuentro que termino de forma algo violenta.
-¿¡Qué haces aquí Samuel!?. –Respondió la joven abriendo de tal manera sus enormes ojos azules que cualquiera hubiese podido distinguirlos a kilómetros de distancia.
-¡Oh Dios mio!. ¡Solo esto me faltaba!. ¡Jesús!. Esto debe ser una broma. –No pudo evitar exclamar Damian al entrar a la sala y encontrarse con aquel personaje. Sentía que su situación con Lindsay había tomado un vuelo desde “Guatemala” directo y sin escalas a “Guatepeor”. Ahora no solo Jenna podría involucrarse en medio de su relación, ¿sino además Samuel?.
-También me da gusto verte, imbécil. Ya veo que sigues con el tonto este. Sinceramente Linda no sé qué le ves a este pelmazo. ¿Cómo es que han bajado tanto tus estándares luego conseguir estar con alguien como yo? –Preguntó retóricamente mirando a Damian con cierta lástima.
-¡Yo soy quien te va a bajar los dientes de tu ridícula cara a golpes!. –Pero cuando se disponía a cumplir con su cometido entro el Sr. Schue, más entusiasmado que de costumbre.
-¡Vaya Damian! Que amable de tu parte darle la bienvenida a nuestro nuevo miembro Samuel Larsen. –Exclamó con emoción, mientras los abrazaba con cada uno sus brazos por separado. –Muchas gracias, ahora toma asiento para que Samuel nos deleite con lo que ha preparado.

Al igual que Lindsay el año pasado, Samuel habia discutido con su profesor del club de canto, Dakota Stanley, por lo que de la misma manera decidió unirse al club glee para optar por un lugar en las nacionales, así que solo se le vería por los pasillos de Mckinley los momentos en que el club ensayara, y pasara alguna linda y tonta chica que pudiese conquistar, claro está. No obstante, más que el club glee su interés tenia nombre y apellido; no habría perdido oportunidad alguna de coquetear –aunque de manera un tanto molesta- con Lindsay Pearce por nada del mundo, cosa que planeaba dejar muy en claro con su presentación, la cual dio inicio luego de una breve presentación, un giño de ojos a Lindsay dándole a conocer que para ella iba dirigida, y el acostumbrado “Dale” dirigido a los músicos.


Te voy a hablar con la verdad
Me cuesta tanto imaginar
me cuesta tanto aceptar
que el "tú y yo" ya no se va a usar
y aprendo una vez más, las cosas que
realmente amas te apuñalan la espalda
y sabes de lo que soy capaz
tengo un complejo muy crudo y psicópata

El cual demostraba a través de sus expresiones faciales de forma muy literal.

Te quiero para mi, sola para mi
que no ves que conmigo es puro frenesí

Las cosas se ponian cada vez más extrañas; la espontanea competición entre quien manifestaba la mejor de las expresiones de “WTF” se tornaba más reñida.

Estoy elaborando un plan
para hacerte enojar
quiero que te quede claro
que si no es conmigo con nadie vas a estar
confía en mi, amor... lo tengo calculado
si algo sale mal, pido perdón de antemano,
pues así soy yo
te tengo amor obsesivo, un poco tétrico

-Si no me dices que es tétrico no me doy cuenta. –Murmuro sarcásticamente Marissa a Lindsay, quien solo respondió con una mirada de seria preocupación.

Te invito a sentir malestar sin fin
dame tu mano, pongámosle fin al sufrir

Extendió su mano a la protagonista de todo aquel teatro pero el mismo la aparto nuevamente, por lo que a Damian le fue imposible reaccionar con alguna escena de celos, los cuales sinceramente no tenía idea de que fuesen validos en este caso; la presentación era bastante confusa.
Por si fuera poco, en este punto al parecer alguna otra substancia además de la sangre corria por las venas del rasta, o al menos eso explicaría los gritos y la silla pateada.


Y sabes de lo que soy capaz
tengo un complejo muy crudo y psicópata
no lo hago por mi, sino por los dos
será macabro pero salvara nuestro amor
me tienes que creer, tienes que confiar
el sentimiento es profundo y también real

Un silencio incomodo de aproximadamente 8 segundos invadió la sala hasta que Santana Lopez, la ganadora absoluta del concurso mencionado anteriormente, tomo la palabra.

-¡Pero que presentación tan…….


-¡Espectacular!. –Exclamo impactada la segunda más reciente miembro del club glee. Por un momento dio la impresión de que sus ojos tomaron forma de corazón.
-Confirmado, todos los irlandeses están locos. –Continúo santana.
-Santana tiene razón. Lord Tubbington se unió a una pandilla de irlandeses así que ahora me declaro antirlandesa. –Acoto Brittanny en otra de sus intervenciones poco trascendentales.


-Gracias preciosa. –Respondió pícaramente Samuel a Jenna, haciendo caso omiso a los comentarios de sus compañeras. -¿Cuál es tu nombre hermosa?.
-Je-Jenna, Donelly. Cantas hermoso, y me recuerdas mucho a alguien. –Continuo la chica con el coqueteo.
-¿Ah si?. Debió de haber sido alguien muy apuesto entonces. ¿Por qué no vamos a tomar un café y me sigues contando?.
-Bueno ya que insistes. –Y así se marcharon la sonrojada irlandesa y el cabeza de tarantula, como muchos le apodaron.
Aquella romántica escena había transcurrido de la más descarada forma, justo en frente de todos los presentes en la sala de coro. Los más sorprendidos obviamente fueron Lindsay y Damian, en especial este último quien luego de maldecir de todas las maneras posibles la llegada de Samuel, ahora la veía como una bendición; todo un angel caído del cielo, o un pequeño demonio que ascendió del infierno, nunca pudo decidirse.


Lo cierto es que había resuelto su gran problemática acerca de la forma en la que demostraría a Lindsay que Jenna no se involucraría entre ellos.

-¡Sabia que ese Samuel era idéntico a Rocket! El ex de Jenna. Por eso le gustó tanto. –Comento victorioso a Lindsay tan pronto como finalizo la clase y poco a poco se iban quedando solos en el aula. –Te lo dije bella, Jenna no es ni será jamás un problema para nosotros, eso te lo aseguro. Ahora ya lo comprobaste por ti misma creo que podemos volver ¿no?. –Propuso acercándose para darle un pequeño beso de reconciliación pero esta se le aparto instantáneamente.
-C-Creo que hay gproblemas muchos más graves que ella Damian, y por los que no podemos hacer nada al respecto. –Respondió mirándolo seriamente. Aunque titubeara un poco, se le notaba bastante seguridad en sus palabras.
-¿De qué hablas Linds?. ¿Qué ocurre?. ¿Dime que hice?, porque ahora sí que se me agotaron las ideas. –La interrogo más que confundido asustado.
-D-debo irme Damian. Entre más pronto creo que será menos doloroso. Solo te pido que por favor respetes mi decisión y no me busques más.


–Fueron sus últimas palabras antes de marcharse corriendo ya que el enorme nudo que ataba su garganta estaba a punto de desatarse.
-Esto es muy extraño. –Dijo para sí mismo el confundido joven mirando alejarse a la chica. -Algo muy raro está pasando y debo resolverlo cuanto antes.