Fanfic - Childs Play - capitulo 7 "Familia"

Brittany tenía una vida tranquila, su esposo trabajaba en el negocio de su familia y ella se ocupaba de la casa, tenían tres hermosos hijos que se ocupaban de llenar la vida toda la casa. No tenia nada de que quejarse, su vida era tranquila y sencilla.

O eso pensó.

Al igual que los castillos de naipes que con un soplido se cae abajo, su matrimonio se desbarató, por que al parecer, su matrimonio siempre tuvo una base tan débil y ella siempre se negó a verlo.

Todo comenzó con la rutina que siempre hacia en época de vacaciones escolares. Su esposo estaba en un viaje de negocios.

Mientras sus hijos jugaban en la sala y ella limpiaba las habitaciones encontró la videocámara de su esposo, tirada en el suelo de su oficina. La última vez que usaron la cámara fue en navidad, sonrió con los recuerdos. Se sentó en el suelo y apagó la aspiradora para ver de nuevo aquel día.

―Esto no es… ¿Qué? ― Su sonrisa desapareció.

Cinco minutos después, apagó la videocámara, tapándose la boca para evitar que sus hijos la escucharan llorar.

Se quedó ahí.

Su esposo la había estado engañando, el desgraciado grabó un video de las relaciones sexuales que mantenía con su amante.

¿Por cuánto tiempo?

¿Por qué?

Y sobre todo

¿que iba a hacer?



―No hay mucho que entender, me voy
―Pero ¿Solo así? ¿No deberías hablar con él primero?
―¡No voy a hablar nada con el! Creo que el video dejó más que claro la situación
―Es tu esposo Brittany, es mi hermano

Rachel se sentó en la cama mientras veía caminar a su cuñada de un lado para otro, sacando objetos de la cómoda y mesita de noche, la ropa del ropero, guardándolos en el maletín, sus ojos azules estaban ahora tan rojos por el llanto.

Su hermano, el idiota, estaba arruinando su familia por una mujerzuela, cuando vio el video, sintió un dolor fuerte en el pecho, no podía ni ver a Brittany a la cara de la vergüenza que sentía.

―¿Y que hay de mis sobrinos?
―Me los llevare por supuesto

Abrió la boca sin saber que decir, maldiciendo mentalmente al idiota de su hermano por lo que había echo, por su culpa su cuñada y sus sobrinos se irían lejos de ella a quien sabe donde. Por los boletos de avión que había en la mesa de noche y que no se atrevía a tocar, seguramente a algún lugar lejano.

―Por favor habla con Noah, ¿Qué tal si es una equivocación?

Se mordió el labio, si, es una pregunta estúpida, pero de todas formas la hace ¡Demonios! ¡Se iban a ir de la casa!

―Ya tome mi decisión Rachel
―Al menos espera a que el vuelva
―Si tu estuvieras en mi lugar ¿Lo harías?

Su silencio es la respuesta.

La rubia cogió una pequeña videocámara que se encontraba encima de la cama, ahí guardado en la memoria estaba la prueba de la infidelidad de su esposo.

―Siempre obedecí todo lo que el decidía, escuchaba los rumores a mis espaldas, que Noah me engañaba, que el iba a buscar “compañía de noche”, que tenia otra mujer, hasta otra familia y siempre ignoré todo eso, siempre hice de oídos sordos y creí en todo lo que él me decía… pero ahora tengo la prueba de que él me engañó ¿Qué se supone que haga? ¡¿QUE HAGO?! ¿LO PERDONO? ¿ME HAGO LA IDIOTA QUE TODOS CREEN QUE SOY? ¡MIENTRAS PERMITO QUE ME HUMILLE HASTA QUE EL QUIERA!

Rachel volvió a quedarse sin habla. “Ojalá que te estrelles en avión, estúpido” pensó, estaba mal desearle eso a Noah, aun así no podía contener todo el enojo que sentía hacia él por haber engañado a su esposa.

―No quiero perder a mis sobrinos - Eso era lo que mas le atemorizaba, perder a sus tres sobrinos - ¿Qué vas a hacer sola? ¿Cómo van a vivir?

Brittany se sentó a su lado y cogió sus manos cariñosamente, quería mucho a su cuñada. Desde que se casó y Noah la había llevado a vivir a su casa, Rachel siempre había estado a su lado, cuidándola en el embarazo cuando su esposo no estaba, ayudándola mientras fue madre primeriza, dándole apoyo cuando lo necesitaba.

―Estaré bien Rachel – intentó sonreír – Los cuatro estaremos bien, cuando estemos instalados yo te llamaré para que nos visites.
―En ese caso, déjame ir contigo, podría pedir mis vacaciones anticipadas para ayudarte a adaptarte y…
―No – negó suavemente – Tengo que hacerlo yo sola, será difícil pero tengo que aprender a vivir sin ayuda de nadie, a mantener a mis hijos sola.
―Noah tiene la obligación de ayudarte a mantener a los niños
―Yo no quiero nada de él – soltó las manos de Rachel – no quiero saber de él, no quiero verlo, no quiero escucharlo. Él desapareció para mí

Volvió a levantarse para terminar de guardar sus cosas, en silencio.

Cerró el pesado maletín. Respiró profundo, le temblaban las manos y por un segundo dudo si lo que hacía era lo correcto, irse sin hablar con el padre de sus hijos ¿Qué tal si estaba cometiendo un error? Ella no tenia carrera con la que mantener a sus hijos ¿Qué es lo que haría para vivir?

¡Solo había terminado la preparatoria, por dios!.

¿Y como hacerlo? Ella no tuvo tiempo de vivir como cualquier adolescente normal. Apenas terminó sus estudios escolares cuando se embarazó de su novio Noah Puckerman. Se negó rotundamente a la posibilidad de dar en adopción a su bebe por lo que sus padres exigieron a los Puckerman a que su hijo respondiera por el niño y así lo hiso, Noah se casó con ella. Fue una transición rápida, de niña a madre y gracias a eso sus conocimientos laborales se limitaban a ser ama de casa, los Puckerman eran gente “tradicional” que pensaban que la mujer debía atender su hogar y el hombre trabajar, ella nunca les discutió nada, se limitó a obseder el papel que se le asignó… porque a pesar de todo, sentir a su primer bebe creciendo en su interior, fue la experiencia mas maravillosa de su vida.

Casarse con Noah, tener al bebe juntos. Él había estado tan nervioso el día en que dio a luz, su suegro no dejó que el chico entrará a la sala de partos por que no era “el lugar de un hombre”. Eso no le importó, por que ver a su bebe por primera vez lo compensaba todo.

Al día siguiente su esposo apareció con un ramo de rosas para ella, le dijo que la amaba con todo su corazón. Noah se volvió más responsable, decidió trabajar en la empresa familiar para ganar dinero para su hijo. Él la quería, quería al bebe, y quiso mas al segundo y mucho mas al tercero.

Entonces…

¿Por qué la vida es tan cruel con ella?

¿Por qué su esposo había dejado de amarla?

―Déjame yo lo llevo – dijo Rachel en voz baja
―No es necesario
―Te llevaré al aeropuerto – volvió a decir, con voz apagada – eres mi mejor amiga… si tu has decidido esto, yo te apoyaré como siempre lo e echo

Brittany la abrazó fuerte, necesitaba eso, que la apoyasen, que le dijeran que estaba haciendo lo correcto no tolerando una infidelidad, que estaba haciendo bien en valerse como mujer.

―Juro que mataré a mi hermano.
―Estaré bien

No pudo evitar derramar un par de lágrimas.

―Ve, Trae a los niños.

Asintió y fue a la habitación de juegos, donde sus niños estaban terminando de empacar los juguetes que se podían llevar, una maleta se encontraba en el centro, medio llena con carritos de metal, peluches, muñecas.

―Wow… no, no, no – negó un niño de 10 años. De cabello oscuro como su padre – tu no vas a llevar esos libros aquí
―Quiero llevarlos – dijo otro niño de 9 años de edad. Cabello oscuro igual que su hermano mayor, con lentes - ¡Mamá dijo lo que estuviera aquí! ¡Y mis cuentos están aquí!
―¿Moby Dick es un cuento?
―Si
―¡No! ¡Es muy grueso para ser un cuento!
―¡Para mi es un cuento!
―¡Nerd!
―¡Abusón! – miró a su madre - ¡Mamá! ¡Mark me dijo nerd!

Suspiró al ver a sus hijos discutir. Siempre era lo mismo, los dos discutían.

Mark era el vivo retrato de su padre, mismo cabello, mismo ojos avellana, misma manía de molestar, quiere ser el chico rudo y fuerte aunque en el fondo es bueno, prefiere los deportes, es excelente jugando futbol soccer.

En cambio su hermano menor Kevin, el era una mescla de los dos, Cabello rubio muy oscuro, ojos azules, piel bronceada como su padre, su nariz idéntica a la de Noah pero los labios son herencia de Brittany. A él le encanta leer libros, mientras mas gruesos mejor, primer puesto en su aula, siempre ávido de aprender más, no es tan fuerte como Mark, odia los deportes.

―Bueno con esa ropa, parece que el tío Blaine te vistiera a diario
―¡Mamá! – volvió a gritar el niño – El tío Blaine es cool
―¡Se pone goma en el cabello! ¡Usa moño de niña en el cuello!
―Se llama gel, neandertal y esto –señaló a su cuello – es un corbatín, NEANDERTAL
―¿Qué significa eso?
―Por eso digo que eres neandertal
―Estoy seguro que fue un insulto ¡Te voy a pegar!
―¡Nooo!

Corrió hasta estar detrás de las piernas de su mamá, con Mark siguiéndolo.

―Niños calma, no se peleen – se arrodilló para estar a la altura de sus hijos – son hermanitos, no pueden pelear así
―Yo no estoy pegando, es él quien me quiere pegar
―No te iba a pegar fuerte
―Mentiroso

Mark se cruzó de brazos y le sacó la lengua.

―Cálmense – rodó los ojos – Mis principitos ¿Podrían hacer las pases por mi? ¿si? – sonrió a los dos niños
―Bueno – Kevin le devolvió la sonrisa
―¿Mark?

El primogénito de la familia aun tenía los brazos cruzados y el seño fruncido intentando no mirar a su madre.

―Me dijo mentiroso y Neandertal, no se lo que significa pero es malo, estoy seguro
―Está bien – su hermanito se acercó - ¿Me perdonas Mark?
―NO
―Mark – advirtió su madre
―Mmm…
―Por favor
―¡Solo por mamá! – gruñó y de inmediato Kevin los abrazó - ¡No suéltame! ¡Te estas comportando como Elizabeth!

Dejó escapar una pequeña risa al ver a sus dos pequeños. Mark intentando alejar a Kevin hasta que al final se dio por vencido y se dejó abrazar e incluso le respondió el abrazo.

―Hablando de Elizabeth – su madre buscó por la habitación - ¿Dónde está?
―Lisy está dormida en su habitación, con el señor bunny – respondió de inmediato Kevin – estaba cansada así que le dijimos que fuera a descansar y que nosotros empacaríamos sus peluches y muñecas
―Voy por ella entonces y regreso por ustedes ¿está todo listo?
―Falta solo mis CUENTOS – esta ultima palabra la dijo mas fuerte – y ya
―Ok

Su madre se retiró dejando a los niños solos.

―Mark
―¿Qué?
―Pensé que no querías abrazarme
―Y no quiero
―¿Entonces porque aun estas haciéndolo?
―¡Yo no… - miró sus brazos aferrados a la espalda de su hermano – m-me contagiaste, eso es todo, fui obligado





Fue a la habitación de la más pequeña de los tres. La puerta era rosa con un pequeño cartel que decía “Habitación de Lisy y el señor Bunny”

Abrió despacio para no incomodar a su pequeña. La encontró acostada en su cama aferrada fuertemente a un peluche en forma de conejo rosa, que era la mitad de su tamaño. Se acercó despacio a la cama y acarició su cabello despacio.

―Preciosa

Susurró despacio, la niña comenzó a moverse y abrió despacio sus ojos.

―Mami
―Linda, ven, ya tenemos que irnos.
―¿Y papi?
―Papi – no sabia como responder esa pregunta a una niña pequeña – papi está trabajando

Elizabeth asintió conformándose con esa respuesta y estiró sus brazos para que su madre la cargara. Si bien, Mark era el retrato de Noah, Elizabeth era el retrato de Brittany, sus ojos azules brillantes, su cabello suave rubio, su sonrisa alegre e inocente que reflejaba su alma pura y dulce, la más pequeña de los hermanos Puckerman tiene la edad de 6 años.

―Señor bunny vendrá conmigo, él no quiere ir a la maleta, le da miedo la oscuridad
―Claro, el señor bunny irá contigo
―¡Siii!

Ver a Elizabeth aferrada a bunny le recordaba a su infancia con su gato Lord Tubbington, aunque claro, Tubbington era un animal vivo.

―¿Dónde están Marky y Kev? – preguntó llamando a sus hermanos por los apodos que les había puesto
―Están esperándonos

Llevó cargando a su niña en brazos hasta la habitación de juegos, en la puerta los esperaban Mark y Kevin.

―Tía Rachel acaba de llevarse la maleta – dijo Mark
―Bajemos entonces

Los niños fueron detrás de su madre hasta bajar la primera planta, la puerta estaba abierta, afuera Rachel estaba guardando las últimas maletas en baúl del coche. Los niños corrieron de inmediato para pelearse por el asiento del copiloto, Kevin ganó, de hecho Mark le dejó ganar.

―¿Lista?
―Si – asintió decidida
―¡Tía! ¡Tía! ¿Tu también iras? – preguntó Mark – ¡las vacaciones serán en New York!
―Quisiera ir, pero no puedo, tengo trabajo pero te prometo campeón – acarició el cabello del niño – que iré en mis vacaciones, sube al auto

Rachel esperó a que su sobrino subiera al automóvil y que Brittany dejara a Elizabeth junto a su hermano.

―¿New York? ¿es enserio?
―Mis padres me dejaron en su testamento un departamento ahí
―¿Y porque nunca lo dijiste? – preguntó sorprendida
―No lo creí necesario, pensaba venderlo… hasta hoy, Noah no sabe de él
―Y mejor que no sepa – resopló - ¡Enserio lo quiero matar!
―No grites, los niños te pueden escuchar
―Si, lo siento – respiró intentando normalizarse – Se les hará tarde, vamos




En el Aeropuerto de Lima, Ohio.

Rachel manejó hasta el aeropuerto, escuchando la emoción de Mark por ir de “vacaciones”, mientras Kevin leía un libro y Elizabeth cantaba junto con su madre la canción de la radio. Sería una divertida escena familiar si no fuera por que en unos minutos ellos se irían a otro estado dejándola sola en esa gran casa. Se calmaba interiormente repitiéndose una y otra vez que era lo mejor, para los niños, para su cuñada, si se quedaban las cosas se saldrían de control, conocía muy bien a su hermano, cuando Brittany pidiera el divorcio, Noah haría cualquier cosa, CUALQUIER COSA, sea buena o mala, para retener a su mujer. No quería ni imaginarlo.

―El vuelo está por salir, tienen que ir ya

Aun no podía creer el hecho de que de un día para otro todo se derrumbara. Ayer estaba jugando con sus sobrinos y ahora estaba en el interior de un frio aeropuerto para decirles adiós.

―Britt… ayer te escuché – recordó el llanto de ella en su habitación cuando todos dormían – tu dijiste “¿Qué es lo que hice mal?” yo solo quería decirte que… tu no hiciste nada malo, fuiste perfecta como madre y esposa.
―Gracias… muchas gracias, Rachel, yo… gracias – no podía decir mas y volvió a llorar.
―No llores – dijo abrazándola, llorando igual que ella – de ahora en adelante tienes que ser fuerte por tus hijos
―Lo se
―Mucha suerte, te extrañaré… adiós – se arrodilló para ver a los pequeños – adiós nenes, cuídense mucho, cuiden a su mamá
―¡Yo cuidaré de ella! – Mark salió al frente hinchando el pecho
―Y yo cuidaré de que el no haga nada peligroso – hablo Kevin
―Yo se que lo harán
―¿Y yo de quien cuido? – preguntó Elizabeth - ¡Ya se! ¡De bunny!
―Si, cariño, de bunny – se limpió las lagrimas con el dorso de la mano, abrazándolos fuerte – vayan con mami

La última imagen que tuvo de ellos cuatro fue a través de una ventana, viéndolos abordar el avión que los llevaría a su nueva vida.

―Te mereces ser feliz Britt – dijo para si misma – deseo con todo mi corazón que encuentres a alguien que te ame tanto como te lo mereces. No, tu definitivamente vas a encontrarle.



En New York City.

Específicamente en una fiesta universitaria en la piscina personal de una casa. Los jóvenes estaban alborotados, desbordando energía, con música alta y fuerte, bailando en el césped, otros en el interior de la piscina jugando y otros tomando alcohol a raudales para ponerse mas “alegres”

―¡Auch! – se acarició una de sus orejas
―¿Qué te pasa Santana?
―Me arde la oreja – se acarició la oreja – Mira ¿está roja?
―Yo creo que toda tu estas caliente – acarició sus hombros
―¡No me refiero a eso Matt! – bufó – Hablo enserio, mi oreja está ardiendo ¿Quién estará hablando de mi?
―¿Crees en eso?... bueno… yo puedo ayudarte a bajar esa calentura
―Tal vez – susurró provocadora, acercándose al joven moreno - ¿De verdad me ayudarías?
―S-si – dijo nervioso, sonriendo de oreja a oreja
―Bueno – acarició su pecho – Creo que es mejor un baño ¿no?
―¿eh?

Lo tiró a la piscina de espaldas, riendo, a los pocos minutos el salió a la superficie con la ropa mojada.

―¿Ya te refrescaste?
―No seas mala, Santana – hablaron detrás de ella
―¿Quinn? ¿Qué…

Fue empujada por ella a la piscina

―¡Eso está mejor! – dijo riendo
―¡Tú vienes conmigo en ese caso! – jaló el pie de su amiga para que cayera también.

Las dos rieron alegres, quitándose las camisetas mojadas que traían y tirándolas lejos. Los chicos gritaron emocionados al verlas solo con el sostén, aplaudiéndolas, peleándose por coger las camisetas que habían tirado.

―¡QUE VIVA LA FIESTA! – gritó Santana alegre, girando en el agua, ganándose una oleada de vitoreos

ME HA GUSTADO MUCHO!!!


¿Britt con 3 hijos?
WOW
¿Que no sabía de los metodos anticonceptivos?


Me gusta lo buena cuñada que es Rachel...porque vaya que necesita apoyo la rubia eh?
Por otro lado...¿que tan menor es San? ¿o es de las que hay que sacar de la Universidad con abogados?
Harto fiestera la encontré...jejejej

Espero actualices luego...que ya quiero ese encuentro y ver que onda San con una futura divorciada con tres hijos acuestas...se me hace interesante la verdad.

BYE...
BESOS.

Wooow, me gusto, Brittany con 3 hijos como q medio me sorprendio, y casada con Puck, mas todavia xD, y Santana re fiestera no me sorprende en nada.. jajaja..
Ya quiero ver cuando se conozcan, va a ser medio raro se me hace pero Brittana es Brittana.. <3..
Actualiza pronto. ^^..

Brittany casada con Puck?? Hace bien en dejarle...aunque se va con tres niños y sin nada seguro :S !!! pero me da que esa rubia y sus niños van a trastocar la vida fiestera de Santana jajajaja

no se porque pienso que esa niñita más pequeña va a dar vuelta un par de cosas en la vida de Santana junto con los otros dos y Britt

Me encantoo!!
esta genial se me hace raro ver a brit con 3 hijos, y santana es pura fiesta xd me gusta.

Actualiza Pronto C:

me encanto la ideaa!
solo pensar en como va a pasar brittana aca me da intriga de leerlo!
espero que actualices rapidoo :P

Odiaba estar en esa casa tan grande, corrección, odiaba estar en esa mansión. Cada vez que ponía un pie en ese lugar era para recibir reprimendas o de su padre o de su madre. Se sentó en el despacho donde su padre trabajaba en casa, mirando algunas fotos de él hombre mayor y algunos artistas sonriendo, diplomas enmarcados y premios cuidadosamente colocados en cubos de cristal para protegerlos.

La puerta se abrió y entró un hombre de escaso cabello y bigote ancho. Se sentó al otro lado del escritorio sin cambiar en ningún momento su expresión seria y desconforme. Santana estaba acostumbrada a sus quejas así que solo se limitaría a escuchar e irse.

―¿Mejor de tu resaca?
―Si
―Me alegro porque ahora seria bueno que me explicaras como es que te encontré tirada en la casa de ese tal Sam, tirada en el borde de una piscina dormida
―Fue una fiesta muy alegre
―¡Tú deberías estar en NYADA! Me hiciste pasar una vergüenza con tus profesores y el director, cuando fui y no encontré a la señorita ahí porque estaba borracha como una… bahh – sacudió su brazo hacia arriba
―¿Es que no puedo tener un día para mí? Lo siento, se me fue
―¿Se te fue? ¡¿Se te fue?! ¡Ya no eres una niña! – se levantó de su asiento – Estoy arto de que todos mis conocidos hablen de ti, que te conozcan por las ridiculeces que haces borracha, por las fiestas a las que asistes y no por tu desempeño en la universidad
―Tu tienes mis notas, no e bajado en mi rango
―Claro, tu rango – se cruzó de brazos – Tu madre y yo estábamos entre los primeros cinco de NYADA a tu edad, y mi hija dios que decepción, no pasa del tercio superior.
―Ha-hago lo que puedo
―¿Haces lo que puedes? ¡No! ¡Tú no sabes esforzarte! ¡Pero yo tengo la culpa! Por haber esperado que una vez que vivieras sola madurarías, que al entrar a la universidad te concentrarías pero me equivoqué
―¡ME CONCENTRO Y ME ESFUERZO!
―PUES NO PARECIERA Y NO TE PERMITO QUE ME LEVANTES LA VOZ – golpeó el escritorio

No era la primera vez que ella iba a las fiestas, era una chica alegre con mucha energía pero de verdad intentaba esforzarse en sus estudios. Desde niña tuvo que vivir con la presión de tener como padres a un gran productor musical como Walter López y una destacada pianista como Maribel López, su camino fue decidido desde que nació, la gloria del espectáculo como sus padres y no se quejaba de eso, le gustaba cantar, expresar sus sentimientos atreves del arte, aunque últimamente no podía hacerlo bien por más que se concentre en sus clases, era como si… como si hubiese perdido su motivación. Ya no sentía en la música una forma de volar por el infinito cielo, ahora la encontraba como una gran cadena pesada que ataba sus piernas al suelo.

―Pero eso va a cambiar, con lo que paso hoy va a cambiar, no me vas a volver a dejar en vergüenza
―¿A que te refieres?
―Que acabo de cortar todas tus tarjetas de crédito, ya no voy a pasarte mas dinero Santana
―¿Qué?
―De ahora en adelante vas a tener que arreglártelas para vivir sola, a mantenerte sola, vas a aprender a ser responsable con tu vida y con tus estudios.
―¡Tú no puedes hacerme esto!
―Si puedo y lo hice
―El trato fue que mientras yo estudiara…
―Me importa poco eso, se te dieron las oportunidades y las desperdiciaste, haber faltado a clases por andar de vaga fue algo que no toleraré. Haber si ahora que tienes que pagar tu comida, tu ropa, tus necesidades, se te quiten las ganas de “fiesta”
―Pero…
―No tenemos nada mas que decir, te voy a dejar el departamento donde vives, no te preocupes por eso, adiós
―Pero…
―ADIOS

Se levantó de su asiento para irse de ahí, tenía ganas de golpear y romper cualquier cosa que se le encontrara en el camino.

―Y lamento de la luna rota de tu coche pero si quieres repararlo tendrás que pagarlo tu

Ayer algún idiota jugando con un balón de rugby en la fiesta rompió la luna frontal de su convertible rojo. Santana azotó la puerta antes de irse.




Complejo Departamental Tristan Vist.

Eran las 11:30 am y acababan de llegar hace poco al departamento, los muebles viejos que se encontraban adentro estaban tapados por sabanas blancas con polvo, Brittany sintió escalofrió de solo imaginar todo lo que tenia que limpiar para arreglar su nuevo hogar, además tenia que buscar un trabajo y alguien que cuide a los niños mientras no estaba. Eran muchas cosas, lo primero que hiso fue ir a comprar comida para los niños que ya tenían hambre. Dejó a Mark al cuidado de sus hermanos por ser el mayor.

Kevin se dedicó a leer uno de sus tantos libros mientras Elizabeth inspeccionaba curiosa toda la casa, abrazando a su peluche bunny, nunca se separaba de él. En cambio Mark…

―¡At- chuuu! – estornudó Kevin, llevándose un pañuelo a la nariz – Mucho polvo
―¡Esto es como estar en una mansión encantada! – Mark saltaba enzima de un sofá tapado con una sabana blanca
―¡No saltes! ¡Estas llenando todo de polvo! ¡Yo no puedo leer mi libro! ¡Vas a hacer que Lisy se enferme y cuando venga mamá…!

La puerta del departamento se abrió, Brittany entraba con dos bolsas grandes de plástico en mano, repletas de alimentos y utensilios de limpieza, Mark dejó de saltar en el instante que vio a su madre, corriendo para ver que es lo que había traído.

―¡Hola mamá! – Saludó Kevin
―Tengo hambre, ¿Qué comeremos?
―¿Qué quieren comer?
―¡Hamburguesas con queso y arroz estaría bien!
―Y también ensalada de brócoli.
―¡¿Ensalada, brócoli?! ¿Hablas enserio Kevin? – replicó su hermano
―Es nutritivo
―Esta bien, are hamburguesas y agregaré ensalada para Kevin – habló antes de que sus dos hijos volvieran a discutir
―Solo hay un problema mamá – Kevin dejó su libro en la mesa
―¿Cuál? – preguntaron su madre y su hermano juntos
―Que no tenemos cocina ni refrigerador.
―…

Brittany corrió a la habitación de la cocina para confirmar lo que su hijo había dicho. Y estaba en lo correcto, no había cocina, ni refrigerador, se tapó la cara con las manos, eso le pasa por no inspeccionar la casa antes de salir a comprar alimentos.

―Esta bien, no hay problema “a mal tiempo buen rostro” como dicen
―Es “buena cara” mamá – corrigió Kevin ganándose un golpe de Mark - abusivo
―¡Shiton!
―Tranquilos – sonrió nerviosa – es verdad, me equivoque, gracias cariño. ¿Dónde esta Elizabeth?
―Inspeccionando puertas
―Mark ¿Puedes ir por tu hermana? Intentaré acomodar esto en la alacena

Asintió de inmediato yendo por su hermana. Kevin cogió una de las bolsas y haciendo uso de la poca fuerza que poseía comenzó a arrastrarla hasta la cocina como si se tratara de una roca pesada. Brittany cogió la otra bolsa y comenzó a acomodar lo que podía mientras que al mismo tiempo desempolvaba con un trapo sucio el polvo pegado en el mueble

―¿Estaremos bien? – preguntó el niño
―¿Qué dijiste cariño?
―Que si estaremos bien – soltó la bolsa – yo no entiendo muy bien pero… papá se porto mal contigo ¿verdad?

A veces la perspicacia de Kevin la dejaba nublada. Su hijo sea cercó a ella y le cogió una mano, sus ojos azules se conectaron con los de su madre.

―Esta bien mamá, mientras estemos los cuatro juntos esta bien
―Yo… Kevin, hijo – acarició sus mejillas – tu no deberías pensar que tu papá...
―Mi papá es mi papá, no puedo cambiar eso y tu siempre nos dijiste que lo tenemos que respetar, y lo hago, pero si se porto mal contigo… mmm… ¿el ya no nos quiere?
―Estaremos bien – respondió la pregunta inicial de su hijo – estaremos bien y tu papá los quiere, a su manera – sonrió – pero los quiere

Mark saltó a la cocina con los brazos abiertos sacudiéndolos, interrumpiendo la conversación

―¡Mamá! – Mark habló nervioso, jalando de la casaca a su madre – Lisy… problema… puerta…
―¿Qué pasa hijo?
―¡No esta en casa! – gritó Mark desde la sala corriendo de lado a lado - ¡MAMÁ ELIZABETH DESAPARECIO!




Un imponente y elegante Bentley Continental GTZ aparcó frente al bloque de departamentos. Un muchacho de un impecable terno azul marino bajó del coche rodeándolo apresuradamente para abrir la puerta del copiloto, agachó un poco la cabeza en señal de respeto mientras ayudaba a la hija de su jefe a bajar.

―Gracias, Mario
―Es mi trabajo señorita López – respondió respetuosamente – que tenga un buen día
―Igualmente

El joven volvió a subir al coche y se fue. Santana dejó escapar un pesado suspiro, ahora había quedado sin dinero, sin coche y para los colmos de los males, con la cocina vacía, bueno no vacía, vacía, tenia algunos comestibles guardados, frituras, bocadillos, galletas, gaseosa y cerveza, tenia costumbre de comer afuera en restaurantes con sus amigos o en la misma universidad y jamás pensó que fuera necesario tener víveres básicos.

―Buenas tardes Santana – dijo el viejo recepcionista – la fiesta estuvo fuerte ¿eh? Son las 12:17

Saludo con la mano al recepcionista, sin responder su pregunta, lo que menos quería escuchar era la palabra “fiesta”. Cogió el asesor y presiono el botón que la llevaría al piso número 7. Sacó su celular del bolsillo de su jean y marcó el numero directo de Quinn, tal vez ella pueda ayudarle, le debía un par de favores que incluían vivienda cuando en una loca idea de la rubia se le dio por convivir con ahora su ex novio, un joven muchacho que solía trabajar como chofer en la casa de los Fabray.

―¿Halo? ¿Quinn?
―¿Me creerás que estaba a punto de llamarte? ¿Qué tal te fue con tu padre?
―¿Tu que crees?
―Apuesto a que te prohibió el viaje a chicago en vacaciones.
―No solo eso
―¿Qué mas?

De inmediato le contó lo que había pasado en su casa, al terminar Quinn estaba riendo fuerte.

―¡Si te vas a poner así! ¡Te corto la llamada!
―No, no espera… ya… ya me calme – dijo tranquilizando su risa – ¿Quién le habrá dicho que faltaste a clases? Apuesto que fue la profesora Silvester, como que ella te tiene en la mira desde que te vio actuar en el musical de la universidad del año pasado. Ah estado buscando forma de vengarse de ti, no me sorprendería que incluso le aconsejara a tu padre semejante castigo.
―Yo no tengo la culpa de que el maldito taco se me rompiera a mitad de la escena final.
―Como sea, fue Silvester, ¿Ahora que vas a hacer?
―Esperaba a que tú me ayudaras
―¿Yo? ¿Por qué?
―¿Sera? Te preste mi departamento para que vivieras con Hudson el gigante
―¡Solo fueron dos semanas! Y no me hagas acordar de mi horrible pasado oscuro, estaba… no se… drogada… seguramente él me puso algo en mi comida, me drogo y por eso cometí ese error de vivir con él.
―Solo querías darle la contraria a tu familia, como siempre, admítelo, te excediste.
―Ya, lo admito, pero ellos tuvieron la culpa por no dejarme ir a Canadá en mis vacaciones de graduación de colegio, así que por favor no vuelvas a nombrar ese asunto que me avergüenzo, eso fue caer bajo
―Entonces ¿Me ayudaras?
―Lo aria con todo el cariño que te tengo si no fuera por un problemita
―¿Cuál?
―Tu padre llamó a mi casa aproximadamente ase media hora pidiendo, mas bien, exigiendo a que no te demos algún tipo de apoyo
―¡¿Qué?! ¡No es cierto!
―Si, lo hiso y mis padres estuvieron de acuerdo así que me prohibieron en meterme en temas familiares

Santana aguantó para no gritar del enojo, las puertas del asesor se abrieron, había llegado a su piso.

―¡Pero tu estuviste en la fiesta! Que injusto que a ti no te hicieran nada
―Creo que no querían correr el riesgo de que su “princesa” se fuera a vivir con otro chofer.
―Maldita, los amenazaste
―Soy su única hija mujer ¿Qué esperabas?
―Ush! ¿Y ahora que voy a hacer?
―Podrías buscar trabajo o elegir a uno de tus pretendientes, el que mas este dispuesto a dar, para que te ayude.
―Elijo buscar trabajo, tener novio… la sola idea me da escalofríos, el amor es libre, no puede encerrarse
―Como digas San, suerte, me tengo que ir mi hermano quiere que lo acompañe a tomar unas fotos, feliz viernes
―Salúdame a Sam y no es un feliz viernes.

Guardó su teléfono y busco las llaves de su departamento. Mientras se acercaba se fijo en un pequeño bulto al frente de su puerta, y se movía. A medida que acortaba la distancia distinguió unos mechones rubios que sobresalían. Ahí estaba una niña pequeña con un vestido blando, dormida, echada y bien acurrucada en posición fetal abrazando a un conejo peluche.

―Oye
―Mmm

Abrazó más al peluche, moviéndose un poco.

―Hey… hey… ¡Despierta!

La niña abrió los ojos de golpe, sentándose de inmediato.

―¿Q-que? ¿Dónde? ¿eh? – levantó su cabecita para mirar hacia arriba – Hola, tu no eres mi mami
―Gran observación – rodó los ojos - ¿Qué haces aquí? ¿En mi puerta? ¿Dormida?
―Esperando a mi mami
―¿Tu mami?
―Si, mi mami – sonrió – Y tu… ¿Cómo te llamas?
―Espera ¿Por qué estas esperando a tu madre aquí?
―Esta es mi casa
―No, es la mía
―Es mía, yo conté las puertas cuando salí de esa caja de metal
―Ascensor
―Si, si, eso, mira – se puso de pie y señaló a las puertas que había a lo largo del pasillo – 1, 2, 3 – señaló a la puerta de Santana – es mi casa – se quedó mirando a la nada un minuto - ¡Oh no! – sus ojo azules se ensancharon - ¡¿Sera que esa caja realmente era como la de bob esponja?! ¡Ahora estamos en el futuro o en otra dimensión! ¡Señor bunny! ¡Señor bunny yo le dije que tenía razón! – agitó su peluche
―No creo que…
―¡Waaaa! – se puso a llorar - ¡Mami! ¡Mami! ¡Quiero a mi mami! ¡Ya no voy a ver ni a Marky ni a Kev! ¡Waaaaaa!
―Cálmate, no oye, no llores, cálmate – algunos vecinos salieron afuera gracias al llanto de la niña

“Genial, ahora pensaran que me robé a la niña” pensó. Sonrió nerviosa mientras cargaba a la niña en brazos y la mecía intentando calmarla.

―Eh… me la encargaron – la señaló – es muy ehh… imaginativa, jeje

Los vecinos volvieron a entrar aceptando la respuesta de Santana.

―Niña, no vuelvas a hacer esto, casi me metes un problema
―Elizabeth
―¿eh?
―Mi nombre es Elizabeth – dijo calmándose – y el es el señor bunny
―Claroooo – arqueó una ceja - ¿Mas calmada?
―Creo que si, si estamos en otra dimensión y esta es la puerta de mi casa, entonces eres mi mami de otra dimensión
―Creo que te permiten ver mucha televisión.
―¿Entonces quien es usted señora?
―¿Señora? – se indigno - ¡No soy señora! ¡Tengo 23 años!
―Pero mi mami dijo que hay que hay que hablar con respeto a mis mayores
―Eso es correcto pero no-soy-señora – entrecerró los ojos
―¿Cómo te llamas entonces?
―Me llamo Santana – dijo resignada – y ahora mismo vamos a ir a buscar a tu madre
―¿No estamos en otra dimensión?
―No
―¿Y en el futuro?
―NO – repitió desesperándose – apuesto a que apretaste uno de los botones del ascensor y te perdiste
―Ohh – sus ojos brillaron como si de un gran descubrimiento se tratara

Regresó al interior del ascensor con la niña en brazos, su dia no podía ser peor, le quitaban el dinero, sus vecinos ahora mismo tendrían algún extraño concepto de ella y con lo chismosos que eran mañana deberían estar inventándose alguna inimaginable historia y ahora estaba ahí con una niña perdida.

―¿Qué botón presionaste?
―Pues… - se llevó un dedo a la comisura de sus labios, pensativa – no me acuerdo
―… ¿hablas enserio?
―Si
―¡Si, esto es genial! – ironizó – ahora tendremos que ir de piso en piso buscando a tu madre que quien sabe si tal vez ya llamó a la policía, solo falta que vaya a la cárcel
―¿Cárcel? ¿Por qué? ¿Por qué? Tu eres buena, además eres bonita

Se alejó un poco para visualizar mejor a la Elizabeth, una gran sonrisa se marco en su pequeño rostro, mostrando sus blancos dientes. Sonrió, era una imagen graciosa y no se había fijado en que la niña en sus brazos era realmente preciosa, como una muñequita de porcelana.

―Gracias, creo – dijo son dejar de sonreír – tu también eres bonita
―¿De verdad crees?
―Si, muy bonita – y era raro que ella dijera eso.




Recorrer los 12 pisos que tenia el edificio fue cosa fácil, lo difícil fue tocar cada puerta recibiendo negativas y mas miradas raras para ella y para la niña.

―1, 2, 3… - volvió a contar las puertas - no abren
―Ese departamento esta vacio desde ase mucho, ya deberían venderlo otra vez
―¿Y si mi mami se fue y ya no regresa? – dijo con indicios de volver a llorar
―¿Tú crees que tu madre te dejaría? – habló de inmediato para que la niña no llore de nuevo - No lo creo
―¿si?
―Si porque no creo que sea tan tonta como para dejar a una niña preciosa como tu

Segunda vez en el día que decía un cumplido dulce a un infante, nuevo record y se sentía bien, ya no estaba tan enojada por la discusión con su padre. Si Quinn estuviera ahí estaría riéndose de ella.

―Ya recorrimos todos los pisos ahora iremos a ver al recepcionista
―¿Quién es el?
―Un viejito que esta abajo para recibir encargos y todas esas cosas para nosotros
―¿todas esas cosas?
―Te explicaré otro día – regresó al ascensor – presiona el botón con el numero 1
―¿Este?
―Si

Apenas y bajaron al primer piso se escucharon gritos desesperados muy cerca. Cuando las puertas se abrieron de par en par la vio.

Una mujer rubia gritándole al pobre anciano, exigiéndole a que revise las cámaras de seguridad, a su alrededor estaban dos niños mas, uno estaba llorando mientras que el mas grande lo abrazaba intentando consolarlo.

―¡Ya le dije que necesito una autorización para…
―¡Me importa un rábano eso! ¡MI HIJA ESTA PERDIDA! ¡¿QUE NO LO ENTIENDE?!
―¡Nadie salió de aquí con su hija!
―¡ENTONCES DIGAME DONDE ESTA! ¡REVISE LAS CAMARAS!
―¡por favor cálmese señora!

Sus ojos fueron y vinieron de la niña a la mujer una y otra vez.

―Wow, eres idéntica a ella – susurró asombrada.
―¡MAMI!

El grito feliz de la niña llamó la atención de los presentes, Santana la dejó en el suelo con cuidado para que corriera a encontrarse con su madre y los otros dos niños que seguramente eran sus hermanos.

―¡Lisy! – gritaron los niños alegres

La rubia abrazó con fuerza a su pequeña hija, besando su frente y ocultando su rostro bajo una mano para evitar que la vieran llorar. Santana no podía imaginar el terror que aquella mujer vivió cuando no encontró a su hija.

―¡Dios! ¡Lisy! ¡Nunca me vuelvas a hacer esto! – dijo con la voz distorsionada por el llanto - ¡Estaba tan asustada! ¡Dios mío, gracias!

Cruzó los brazos mirando la escena, era maravilloso el amor que se podía percibir ahí. En su infancia Santana no recordaba que su madre haya estado así por ella, los viajes que la pianista tenia por su trabajo le permitían poco pasarla con ella. Los recuerdos de su infancia estaban llenos de rostros de la servidumbre quienes se ocupaban de su educación.

Sintió que alguien jalaba de su pantalón, miró había abajo, un niño de cabello oscuro y ojos serios.

―¿Usted tenia a mi hermana? – preguntó con el seño fruncido - ¿Por qué se robó a Lisy? ¡Mi mamá estaba muy triste!
―Yo no me robe a tu hermana – resopló - ¡ella estaba en la puerta de mi casa!
―¡No le creo! – le sacó la lengua
―¡Es la verdad!
―¡Marky no le grites! – Lisy corrió hacia su hermano - Ella es buena
―Pero ella…
―Fue buena conmigo, me ayudó
―Entonces – balbuceo un poco, agachando la cabeza - ¿usted no se robó a mi hermana?
―Te dije que no, niño

Mark torció la boca, negándose a disculparse, su madre se acercaba junto a su hermano Kevin.

“Hoy tengo suficiente con niños” pensó, cansada.

―Gracias por encontrar a mi hija
―Si no se preocup…

Casi grita por el abrazo tan efusivo que la rubia le estaba dando. Parpadeó sorprendía, se sonrojó por la muestra de afecto.

―¡Enserio! Muchas, muchas gracias – dijo sin soltarla – Le debo mi vida
―No es para tanto
―Si es para tanto – replicó emocionada - ¿Cómo podría pagarle?
―Esta bien esta bien, creo que con me suelte porque me esta asfixiando seria suficiente
―¡L-lo siento!
―Esta bien, no importa – encogió los hombros
―Acabamos de mudarnos y yo fui a comprar y… - pasó una mano por su cabello – De verdad muchas gracias, si algo le hubiese pasado a mi hija… no se que hubiera echo
―Si, me imagino… su esposo debe estar igual de preocupado

Y nótese, que eso lo dijo para indagar donde se encontraba aquel señor que brillaba por su ausencia. La niña se había perdido y ni rastros del padre, eso la enojaba mucho.

―Mi esposo… el ya no esta… conmigo
―Oh, entiendo

Aunque era una respuesta vaga, por la forma en que ella lo dijo, tal vez sea una mujer divorciada, lo que le jodia mas. A kilómetros se notaba que la madre de los tres niños era una mujer muy hermosa y sus ojos azules reflejaban dulzura igual que su hija Elizabeth.

¿Quién en su sano juicio abandona a una mujer así?

Ya imaginaba a la pobre mujer trabajando y al mismo tiempo ocupándose de la crianza de sus hijos mientras que el padre bien gracias teniendo buena vida sin responsabilidades. Quería matarlo.

Entonces una idea prendió en su cabeza cuando vio a los tres niños que se encontraban sentados hablando entre ellos, riéndose de las bromas del hermano mayor.

―Disculpe ¿Cuál es su nombre?
―Si, lo siento, con todo este embrollo no me presenté, mi nombre es Brittany Puck… Brittany Pierce – era difícil desligarse de su apellido de casada.
―Brittany ¿Has pensado en contratar a una niñera?

Ahí estaba, ¡la solución a su problema económico!.

el señor bunny, no habia visto tu fic, es muy bueno, me recuerda a una pelicula. Pobre Santana pero eso le pasa por fiestera, y ahora quiere trabajar de niñera si ni soporta a los niños.

Me encanto!!

pobre San la dejaron sin dinero,
aaw amo a Elizabeth es muy linda *-*
y ya quiero ver a San de niñera xD

Saludoss

geniaaaaaal, sabia que esa niñita iba a ser el angelito que junte a nuestras chicas ♥
Sigue pronto por fa

jajajajjajajajajajaja que amor que son los hijos de Britt!!, son tan tiernos.. :D..
Que mal el padre de Santana, aunque eso le pasa por fiestera.. xD.. Pero es mejor, asi trabaja para Britt y se conocen y bla bla bla.. jaajajajaja..
Actualiza pronto, porfa.. me re enganche a tu fic!!.. besoo..

ey!!!! ha estado genial....ambos capitulos, me entusiasa mucho la idea...duda cuantos años tiene Britt? jajajjaja en fin espero el otro capitulo, me agrada como escribes....continualo rapido....nos leemos ;)

AMO A LIZY!!!


Que niña más dulce...jejeje...si hasta San se embobo con lo linda que es, y si la encontró identica a Britt quiere decir que la madre tambien la embobará...


Fue feo que dejarán a San sin ingresos pero por lo menos servirá para que conozca mejor a su nueva vecina...PARA QUE LA CONOZCA BIEN BIEN...aunque creo que se volverá loca por momentos mira que tres niños es mucho...más teniendo en cuenta como es Mark y como le gusta buscar pelea a Kevin...

ESTO SE VIENE INTERESANTE


No tardes en actualizar porfis que me tienes enganchadisima...

Si por dios, que contrate a Santana de niñera !! jajaja le haga falta o no, seria una excusa ideal para tener a Santana todo el dia en casa...o al reves, ella en la de la latina, da igual jajaja
Menos mal que Santana encontro a Lisy U__U que tambien vaya casualidad que terminase justo en su puerta jaja el destino, sera.

Ahí estaba, un perfecto sábado sin fiesta desde la universidad para Santana, en cambio de diversión tenia que cuidar a los hijos de su vecina.

―Lamento mucho que hayas tenido que ayudarme ayer a limpiar el departamento – dijo desde la cocina
―No, tenia tiempo libre – por que su padre la dejo sin dinero y ya no podía salir a celebrar como antes – Además fue divertido – mentira ¿Desde cuando a ella le gusta limpiar?
―¿Estas segura que esta bien que deje a los niños en tu departamento? – preguntó preocupada
―Si, aquí esta bien

Aja, se encontraban en el departamento de Santana, originalmente iba a cuidarlos en el departamento de Brittany y así hubiera sido de no ser que no contaban con ningún electrodoméstico y los niños reclamaban comida y como en su refrigeradora había espacio de mas le ofreció a la rubia guardar sus víveres ahí y le prestó su cocina para que cocinara el almuerzo para los niños.

―Terminé de lavar los platos, otra vez gracias por ayudarme
―¿Para que están los vecinos? Para ayudarse – sonrió. Otra mentira, si no fuera por que necesitaba el dinero… - ¿No tenias que ir a buscar trabajo?
―Si, si, ya me voy, niños pórtense bien

En la sala mirando televisión estaban los tres pequeños, su madre los besó en las mejillas a cada uno para despedirse. Santana abrió la puerta principal para ella.

―Gracias
―¿Cuántas veces vas a decirlo? – rió despacio - Anda, ve

Abrazó a la morena agarrándola desprevenida, era la segunda vez que Brittany hacia eso.

―Hasta luego
―Claro

Y era la segunda vez que la dejaba sin habla.




¿Qué tan difícil puede ser cuidar de esos niños?

No debería ser tan difícil ¿verdad?

―¡Mark! ¡No! ¡Eso no es para niños! – gritó Santana

Corrió hacia el niño quitándole de las manos una lata de cerveza.

―¿De donde la sacaste?
―De la refrigeradora, tenia sed
―Hay jugo de naranja en la mesa
―¡Pero a mi no me gusta!

Guardó la lata dentro de la refrigeradora, la próxima mes debía tener cuidado y cerrarla con seguro. Cogió de la mano a Mark para llevarlo de regreso a la sala, le dio su laptop para que jugara.

―Si la rompes te enviaré al campamento de marinos y no es una broma, lo aré

Mark estiró sus mejillas hacia abajo mientras sacaba la lengua, cogió la laptop y se sentó en el suelo alfombrado para jugar.

―¡Kevin! ¡Eso no se lee!

Fue correr detrás de Kevin que tenia en manos una novela que en la portada tenia el nombre de “No se lo digas a nadie”.

―¿Por qué no?
―No es para niños
―Un libro es apto para todos
―Este no, es para mayores
―¿Por qué?
―Por que… por que… ¡Por que si! – dijo roja, no podía explicarle al pequeño de que se trataba la novela

Corrió a su habitación para guardar el libro dentro del cajón de su escritorio y cerrarlo con llave. Vaya niños tan curiosos, por lo menos Elizabeth no daba tantos problemas como los otros dos, la había dejado tranquila mirando la película animada de Piter Pan de Disney.

―¿Eli… Elizabeth? – se acercó al sofá, vacio

En un costado de la sala estaban los otros dos, Mark jugando con la laptop y Kevin leyendo Robinson Crusoe.

―¡Yo puedo volar! ¡Un pensamiento feliz! ¡Yo creo en Piter Pan!

Los tres miraron hacia arriba, Enzima de una estantería con libros estaba Elizabeth agitando a su peluche.

―No, por favor no, por favor, por favor

La niña saltó hacia arriba. Kevin y Mark gritaron asustados y todo fue como en cámara lenta, Santana lanzándose hacia el suelo para atrapar a la niña mientras Elizabeth estiraba a sus brazos hacia adelante como si fuera una caricatura de súper héroe volando.

―¡Te tengo!
―¡La tiene! – gritó Mark
―¡AUCH!
―Bueno, mas o menos la tiene – corrigió

Elizabeth había caído sentada en el estomago de Santana, la pequeña rubia se sacudió un poco la falda y se bajó de la morena.

―Ohh… mi estomago – gimió
―¿Duele? – preguntó Kevin
―¿Tu… que… crees? – habló intentando recuperar el aire perdido
―Si duele
―Cuando a mi me duele la barriguita mi mami me da té calentito – dijo Elizabeth
―¿No me digas? – se levantó del suelo

“Paciencia, Santana, paciencia, si Brittany pudo ocuparse de ellos desde que tenían una severa adicción por la leche y manchaban pañales tu vas a poder por unas horas”

10 minutos después…

―Ehhh… Santana
―¿Qué pasa Mark? – sonrió intentando sonar entusiasta
―Creo que algo malo le pasa a tu laptop – el niño le tendió el aparato – la pantalla esta negra y no se escucha nada
―¡Santana! ¡Santana! – Kevin corrió hacia ella – Tu libro se rompió a la mitad, estaba muy viejo ¿verdad? – agitó las dos mitades del libro en sus manos
―¡Saaaaaantana! – Elizabeth salió de la cocina con el vestido rosa manchado de naranja – la jarra se cayó al suelo ¡Se rompió! ¡El señor bunny no la agarró bien!

“¿Y si los amarro y los meto dentro de un baúl hasta que su madre vuelva?”

Tocaron a la puerta y corrió hacia ella, rogando por que fuera Brittany y se llevara a sus tres “angelitos” aunque eso fuera prácticamente imposible, apenas y habían pasado 3 horas desde que los dejo con ella.

―Quinn
―Hola, San – saludó alegre, pasando hacia adentro sin ser invitada – hoy te fuiste de la universidad corriendo así que pensé que algo te pasó y vine ah…
―Hola – saludaron los tres niños

Giró sobre sus talones y se acercó a Santana que aun seguía en la puerta.

―¿Quiénes son ellos? – preguntó convencida
―Los hijos de chuky – susurró – Los hijos de una nueva vecina.
―Wow, eso significa que… ¿Estas trabajando de niñera?
―Si
―¡Pero si tú no tienes ninguna experiencia con niños!
―No sabia que mas hacer
―Bueno, Sylvester busca a una ayudante para la puesta en escena de fin de ciclo.
―Primero muerta antes que trabajar con esa explotadora – cargó a Elizabeth - ¿Puedes vigilar a Mark y Kevin mientras cambio a Elizabeth de ropa? No les dejes entrar a la cocina porque el suelo esta mojado y con trozos de vidrio.
―Si… creo… si

Escuchó la puerta de la habitación cerrarse, bajó la mirada para ver a los dos niños que también la veían fijamente, como si intentaran examinarla. Una sonrisa se asomó por sus labios ¿Quién era Mark y quien era Kevin?.

―Yo soy Kevin – se señaló el menor de los hermanos – y el es Mark, mi hermano mayor por un año
―Perfecto – estiró los brazos – Quinn
―¿Qué queen no es reina en ingles?
―No, no es Queen, es Quinn, aunque si, soy como una reina.

Se sentó en el sofá y de inmediato los niños se sentaron a su lado, sin parar de mirarla, eso la ponía de los nervios.

―¿Tienes novio? – preguntó Mark
―No
―Perfecto yo seré tu novio
―¿Perdón? – ensanchó ligeramente los ojos
―Que seré tu novio

Quinn soltó una pequeña risa por el comentario de Mark pero se detuvo al ver la mirada seria del niño “¿Lo está diciendo enserio?” pensó.

―¿Y porque aceptaría ser tu novia?
―Soy guapo, dos compañeras de mi clase se me declararon – dijo orgulloso – además soy fuerte ¡Puedo abrir cualquier pote de mermelada o pepinillos! y mis padres son altos y cuando sea mas grande también seré alto
―Se pica la nariz – Dijo Kevin
―¡No es cierto! ¡Ya no lo hago desde los nueve!

Ya se imaginaba como de loca tendrían a su amiga.

―Me encantaría ser tu novia pero soy mucho mayor que tu – revoloteó el cabello del niño – si fuera de tu edad créeme que te diría que si – guiñó un ojo

Mark frunció el seño.

―¡Kevin! – gritó Mark - ¡Mira lo que hiciste! ¡Acaba de terminar conmigo!
―Teóricamente no estuvieron juntos ni cincos segundos ¿Y porque me culpas a mi?
―Le dijiste que me picaba la nariz
―En una relación debe haber verdad y no mentira
―¿Si? Ya vas a ver ¡Lo que pasa es que me la quieres quitar!
―No la culparía si me quiere a mi

Mark jaló el corbatín elástico del cuello de su hermano, Kevin lo empujó hacia atrás intentando zafarse, lanzando manotazos al aire y cerrando los ojos.

―No, chicos, tranquilos – intentó separarlos poniéndose en medio pero eso no los detuvo, seguían lanzándose manotazos - ¡Santana apúrate por favor!




Mientras tanto lejos del bloque de departamentos, en el parque, se encontraba Brittany sentada en una de las bancas, intentando recuperarse de su larga caminata y tachando pequeños cuadrados de la sección de empleos del periódico. Sabía que encontrar trabajo seria difícil, pero no tan extremadamente difícil.

―Brittany! ¡Levántate! ¡No es momento de descansar, hazlo por ellos!

Cada vez que visitaba un trabajo, o le decían que ya estaba ocupado o la lista de entrevistas era enorme, cuando era su turno, su corazón latía muy fuerte y le sudaban las manos, todas las chicas que estaban ahí seguramente tendrían más oportunidad que ella, mas preparadas, mas calificadas, incluso para los trabajos mas comunes como ser mesera de un restaurante.

―Muchas gracias, nosotros le llamaremos

Esa era la respuesta continua, una y otra vez y era consiente de que la llamada jamás llegaría.

De repente mientras caminaba por las calles, la gente a su alrededor comenzaba a lucir con mas brillo, todos sonrientes y alegres, yendo hacia sus trabajos, tomándose un descanso del mismo, hablando con sus compañeros de lo maravillosa que era su carrera, todos radiantes… menos ella, se sentía el punto negro de todo ese mar de gente colorida, no encajaba, trataba de mantener su animo positivo y cada vez era mas y mas difícil, a cada rechazo la palabra “inútil” se acentuaba mas en su pecho como un tatuaje y la preocupación por no tener con que mantener a sus hijos se agrandaba.

“Todo lo que se hacer es ser madre” pensó con lagrimas en los ojos.

La desesperación comenzaba a inundarla de muchas maneras, el dinero que tenía en su cuenta de ahorros no duraría para siempre y pronto terminarían las vacaciones escolares y sus hijos necesitaban encontrar un colegio que era igual a más gastos.

―Cualquier trabajo, no me importa cual, necesito uno – rogó

Y la vida es como una enorme ruleta de la suerte, a veces te toca un gran premio y otras veces no. Mientras caminaba, divisó un cartel ofreciendo trabajo en uno de los tantos locales de la extensa calle, un club nocturno. Dudo un segundo en entrar, no le gustaban esos lugares y el trabajo que anunciaban era algo que le atemorizaba un poco.

La imagen de sus hijos pasó por su mente y no dudo mas, abrió la puerta.

―Tienes buen físico, además eres hermosa – dijo el hombre que caminaba a su alrededor inspeccionándola de manera libidinosa - ¿Cuántos años tienes?
―28 años
―Pareces de menor edad, te conservas excelente – su voz tenia un tono muy lascivo - ¿Sabes bailar?
―Si

Aunque había dejado de hacerlo desde que salió de a preparatoria y tenia que cuidar de su primer hijo.

―Bien, pon la música – señaló a un hombre calvo con barba que limpiaba algunos vasos del bar – tienes el escenario, es todo tuyo, sube.

El escenario consistía en un mediano círculo, con una barra de metal en forma de tubo incrustada en el piso hasta el techo.

―Impresióname – aquel hombre de terno se sentó en la primera fila, observándola – Vamos, baila.

Si alguien le hubiese dicho cuando estaba en sus épocas de escuela y era capitana de porristas, que terminaría bailando para ese tipo de trabajos, jamás lo hubiera creído y ahí estaba, tragándose su vergüenza y timidez para complacer a ese señor.

―Wao, muñeca tienes el trabajo, empiezas hoy, te quiero aquí a las 11:00 pm, en punto y desde mañana a las 7:00 pm para que practiques y arreglar asuntos del vestuario y música.




9:00 pm. Regresó a casa. Subió asta el piso numero siete y tocó la tercera puerta de manera apresurada.

―Hola, mis niños…
―Si, claro, ellos ahora están dormidos – señaló al interior de la casa – puedes…

Ingresó a la casa sin dejar que Santana terminara de hablar.

―…Pasar – termino de decir – Oye ¿Estas bien?
―Si ¿Por qué lo preguntas?
―Por que estas mirando hacia el suelo y dudo mucho que mi alfombra sea algo interesante de ver

No podía ver a los ojos a nadie, se sentía tan avergonzada.

―¿Dónde están mis hijos?
―En mi habitación durmiendo.
―¿Se portaron bien?
―Si, perfectamente.

“Quitando el echo de que destruyeron una jarra, malograron mi laptop, rompieron uno de mis libros, casi se pelean por mi amiga y me volvieron loca con sus juegos hasta que cayeron cansados, Quinn nunca mas te aré caso con eso de darles dulces”

―¿Enserio?
―Si ¿Por qué lo dudas?
―No es que… ellos son un poco “animados”

“¿Animados? Son como un gran huracán”

―Pues se portaron bien

El silencio llenó la habitación, Santana sentía un ambiente muy tenso, la rubia se negaba a despegar la vista del suelo y no se había movido de su lugar. Ella le había contado poco después de conocerse y luego de aceptar que sea la niñera de sus hijos, que no tenia trabajo y que necesitaba buscar uno rápido, por su estado de animo posiblemente no lo haya encontrado .

―Y… ¿Encontraste trabajo?
―Si – asintió con la cabeza – encontré trabajo
―Excelente, felicidades
―Gracias – no se escuchaba muy feliz por eso – necesito pedirte un favor
―¿Favor? ¿Cuál?
―Mi trabajo… es por las noches, trabajare en las noches, hoy empiezo ¿Podrías cuidarlos a partir de las seis de la tarde?

De noche, eso significaba un gran adiós a las fiestas con sus amigos.

―Si seguro, estudio en la mañana así que es perfecto para mi horario – metió las manos a sus bolsillos del jean- ¿Los dejas aquí? Tengo una habitación de invitados, como dije, están dormidos y seria una pena despertarlos.
―Tienes razón, yo… voy a ir a prepararme para el trabajo.

Y se fue igual de deprisa que había entrado.

―¿Qué fue todo esto? Ella lucia muy extraña… ¡¿Y por que me preocupo por ella?! No es mi asunto de todas formas.

Se tiró en el sofá enojada, no era su asunto pero aun así no podía quitarse ese sentimiento de preocupación por Brittany.

―Así que… ¿Ella era la madre de los tres enanos? – Quinn salió de una de las habitaciones
―¿Estabas espiando?
―No quería salir y tenia curiosidad de quien era la mujer que engendró a esos niños tan locos
―Eso tu culpa, por darles dulces
―¡Yo no imaginé que se pondrían como el conejo de energizel! – se sentó a su lado – es muy bella, Sam estaría dispuesto a tenerla como modelo para una sesión fotográfica ¿Y si se la presentamos?
―Tu hermano es un mujeriego y aun estudia fotografía, no le presentaré a Brittany
―¿Por qué no? A lo mejor ella es la mujer que logré hacer sentar cabeza a Sam
―¡Por que no! ¡Tiene tres hijos!
―A mi hermano no le molestaría eso, le gustan los niños
―¡Te dije que no! ¡Es mujeriego! ¡y Fiestero! ¡y Vive del dinero de sus padres! Y… y…
―¡Bueno, ya! ¡Solo era una idea, no me grites! ¡Además tu también estas en esa situación! Y puede que peor porque a ti te da igual si es hombre o mujer, te los llevas a la cama – bufó – mejor me voy a mi casa, no voy a discutir contigo, hasta pareciera que ella te gusta
―…
―¿San?
―¿No que te ibas? - habló rápidamente
―¡Por dios! ¿Te gusta ella?
―¡N-no! ¿Cómo crees? Es mayor que yo y con hijos, no, no, nada que ver
―¿Segura?
―¡Si!
―Ojala que sea así porque seria fatal, me voy ¡nos vemos el lunes! – le dio un beso en la mejilla antes de irse

Era imposible que le guste ¿verdad? Acababan de conocerse, aunque no negaba el hecho de que Brittany tenia unos ojos preciosos y un cuerpo de…

―¡No, rayos! ¿En que pienso? ¡Yo tengo que irme a dormir! ¡A dormir!

esos niños, yo me hibera vuelto loca con solo uno de ellos, porbre Santana, y pobre britt con un trabajo asi, ya quinn se dio cuenta que a su amiga le gusta la rubia. Continua.

jajajaja....amo cuando Santana lo niega toodo, porque siempre esta con severo dilema mental....que niños tan inquietos, ojala a Britt no le pase nada y consiga algo de verdad.....

jajaajjajajaja, que terribles los hijos de Brittany!!!.. me hacen reir mucho.. :D.. Cuando se pelearon por Quinn me mate de la risa.. ajjajajajaja..
Y a San le empezo a gustar Britt, awwww que amor.. <3
Espero la prox actu, beso..

Este fic esta muy bueno Santana se esta ajuicindo, y apenas lleva un dia con los Pierce. A ver como resulta esto, el concepto de este fic esta muy bueno.Es complejo seguir todos los fics del foro de brittan ay van mas de 80 fics, pero esta muy buena la idea, ya me emocionado. Y brittany de Strptease cuando se entere Santana, al mejor si seria digamos que "buena" idea que la juntaran con Sam digo para lo de las fotos.

no me la pongas
a trabajar de eso a
Britt no seas así plis

que sea otro trabajo pero no ese
otro tro otro maldito trabajo :'( :'(:

jajaja va a terminar adorando a esos 3 "angelitos". Sigue pronto por favor, esto se pone interesante.

Dios mio, que niños XD en un momento han puesto el piso de Santana patas arriba jajaja el piso y a ella, que la han vuelto loca...y de han peleado pro Quinn jaaaaaaaaaaaaaajajajajajajaja Y Santana...no puede negar que la gusta, puede poner la excusa del dinero, pero cuidar de tres niños locos y encima quedarse sin fiesta no creo que lo haga por solidaridad vecinal jajaja

Y la pregunta del día es… tambores por favor…

―Santana ¿Qué es follar?
―… ¡¿QUE?!

Se sostuvo de la mesa para no caerse de espaldas. ¿Por qué tenia que preguntar sobre eso? ¿Por qué Kevin era tan curioso? ¿Por qué tenia que preguntar eso en medio del almuerzo? ¡¿Por qué tenia que preguntarle a ella y no le preguntaba a Brittany?! Quedó en shock, de inmediato busco con la mirada a la rubia, pidiendo ayuda, más bien rogando por que la salve.

Brittany estaba sentada a un lado de ella, con la cuchara colmada de arroz alzada en una mano, quieta, casi helada por la pregunta, también la miraba de manera suplicante buscando ayuda.

“A mi no me mires, tu eres la madre”

―¿Qué no es lo que hace mamá con los cuadernos y el vinifan? Para que no se rayen o se maltraten, duh – Mark respondió volviendo a llenarse la boca con estofado
―Yo no dije forrar, dije follar
―¿D-de donde has e-escuchado eso? – preguntó Brittany
―Santana tiene muchos canales en su televisión, hablaban cosas raras decían “coño” “polla” “que te den” “follar”

Con cada palabra el rostro de su madre iba tornándose rojo brillante, como el semáforo. Kevin estaba bombardeándola con granadas de guerra.

―Santana ¿Podríamos hablar un momento A SOLAS por favor?

“oh-oh ya me metí en problemas y apenas voy una semana”

―Si claro

Los tres niños se miraron entre si curiosos de la conversación que tendrían su madre y su niñera. Apenas las dos mujeres salieron de la cocina, los tres hermanos bajaron de sus asientos y se pegaron a la puerta de la cocina.

―Yo se que están escuchando, así que regresen a comer

La voz de su madre al otro lado de la puerta los sorprendió, corrieron a sus asientos a seguir comiendo, eran muy pocas las oportunidades en que los niños veían molesta a su madre y cuando eso sucedía era mejor no llevarle la contraria.

En la sala, Brittany contó mentalmente hasta diez se sentó en el sofá de la sala.

―Puedo explicarlo
―Estoy esperando ¿Exactamente que canales tienes en tu televisión?
―K-Kevin quería ver un reportaje sobre mitos universales, lo vio en la guía de televisión y…
―¿Y me vas a decir que en un programa cultural dicen esas palabras?

Sip, La voz de la rubia sonaba molesta, muy, muy molesta. Un escalofrió recorrió toda la espalda de Santana, ese tono de voz le recordaba mucho a su propia madre cuando la castigaba por hacer alguna travesura.

―Pudo haber pasado lo mismo con un programa argentino o chileno o peruano o canadiense o…
―¿Eso que tiene que ver?, no te vayas por las ramas
―No lo hago
―Si lo haces, te e preguntado que clase de canales tienes en tu televisión, eso es todo

Claro, una simple pregunta echa por una mujer hermosa con una voz peligrosa. La morena comenzaba a sentirse amenazada. Las madres enojadas si que son un peligro. Buscó la guía de canales y el teléfono, entonces no le quedó alternativa.

―¿Qué haces?
―Si, tienes razón, es mi culpa – dijo mientras marcaba el numero

No conocía mucho a la rubia, pero algo en su interior le aconsejaba que era mejor darle la razón a una posible discusión.

―tengo algunos canales para adultos ahí… ¡por favor no me mires así!
―¿De que manera?
―¡Como si me fueras a cortar la cabeza! Soy joven, vivo sola, es por eso que los tengo ¡Por si acaso no soy una pervertida! – pero que gran mentira - espera, ya contestaron… ¿halo? Buenas tardes mi nombre es Santana López, quisiera hacer una modificación en mi paquete de canales, si, retirar unos cuantos… espere… le pasaré con la persona que quiere que los quite.

Le entregó la guía y el teléfono a Brittany.

―Es mejor que tu elijas que canales quitar, también agrega los que creas convenientes para tus hijos, no tengo canales infantiles así que comienza por ahí ¿mas contenta? ¿Puedo ir a comer? ¿Por favor? ¿Por favor?
―Tienes mucha hambre ¿no?
―Si, y no quiero enfrentarme a la furia de mamá

Toda muestra de disgusto en su rostro se desvaneció y comenzó a reírse por el comentario de la morena.

―¿De que te ríes?
―¿Furia? No es como si te fuera a gritar o algo
―De todas maneras no quiero arriesgarme, iré a comer

Mala idea, en la cocina los tres niños seguían ahí comiendo y Kevin aun esperaba la respuesta a su pregunta.

―¿Y bien?
―¿Y bien que?
―Mi pregunta ¿Qué signific…
―¡¿Quién se comió mi pollo?!

Mark y Elizabeth se señalaron el uno al otro.

― Ok ¿Quién de los dos fue?
―¡Lisy!
―¡Mark!
―¿Kevin?
―Yo no me comí tu pollo
―Quiero que me digas quien fue
―Te lo diré cuando ¡respondas mi pregunta!
―¡Pregúntale a tu mamá! ¿Por qué yo tengo que responder?
―Por que eres mi niñera, cuidas de nosotros en las tardes, pasas un buen tiempo a nuestro lado por lo tanto quiero que te involucres mas en nuestra educación para que puedas guiarte en el futuro y así mejorar para nuestra formación y desarrollo infantil
―Wo cuantas palabras en menos de 10 segundo, genio del moño. No sabia que podías hacer eso
―¡Es un corbatín!

Ahora y no era solo Mark, también Santana quien le molestaba con su forma de vestir.

―A veces le pasa cuando quiere dárselas de listo, agarró la manía de la tía Rachel y lo del corbatín y la ropa de nerd, es a causa del tío Blaine.
―¿Quiénes?
―Nuestros tíos – Elizabeth dijo feliz –se quedaron en Lima, pero nos vendrán a visitar
―¿Son hermanos de Brittany?
―No, son los hermanos de papá – Mark volvió a atacar su comida sin tregua
―¡Aja! ¡Fuiste tú! Glotón
―¡¿Qu-que yo que?!
―Ya habías terminado tu pollo, solo te faltaba el estofado ¡Y ahí tienes aun un pedazo de mi pecho… y me refiero al pollo.
―¡Bueno! ¿Y que? ¡La comida la preparó mi mamá con lo que compró!
―¡Pero esta usando mi cocina y mi refrigerador! Gordito
―¡No soy gordo!
―Ahora me das tu comida como pago
―¡noooo! ¡Es mía!
―¡Trae el plato! Te estoy haciendo un favor para que bajes de peso
―¡No soy gordo! ¡Juego futbol! ¡Le diré a mi mamá que me quieres quitar la comida!
―¡Oh! ¡Pero compórtense en la mesa! Ustedes dos son igualitos
―Yo no me parezco a ella
―Digo lo mismo
―Pues Marky y Santy si se parecen, son graciosos ¿Verdad señor bunny?
―¿Santy?
―Si, suena lindo ¿verdad?... ¿te molestó que te llamara así?

Estaba acostumbrada a que le llamaran “San” desde que tenia memoria, puede que por ahí en su vida alguien la llamara “Santy” y podía asegurar sin equivocarse que ahora esta en coma por llamarla así, ese diminutivo sonaba muy dulce, empalagoso, muy “fresa”.

―Bueno veras… no, no me molesta, suena genial.

Elizabeth estaba comenzando a desarrollar un poder que no le permitía negársele. ¿Y como decirle que no a una niña tan linda? Y no solamente era ella…

―¡Entonces te diré Santy!
―Es duro al principio, sobre todo cuando te lo dice en frente de tus amigos, pero solo queda la resignación.
―Acabo de decir que suena genial “Marky”
―A perdón, Santy, entonces escuché mal
―¿Y dicen que nos e parecen? Dejen de pelear… oigan ¡¿Vas a responder mi pregunta si o no?!
―¡¿Todavía lo recuerdas?!
―No se me quitará de la cabeza hasta que me lo digas, y si no me lo dices ahora te seguiré insistiendo hasta en tus sueños
―Esta bien, te explicaré pero no quiero que le digas a tu mamá que yo te dije. Acércate te lo diré al oído



―¡Ya terminé de modificar los canales de TV! Fue muy amable de tu parte Santana, permitirme… ¿Qué te pasa Kevin? ¿Tienes fiebre?

Colocó las sus manos en las mejillas y frente rojas de su hijo.

―Mamá ¿De verdad es necesario que los padres hagan eso en las noches?
―¿Ah?
―Creo que quedé traumado, no estaba listo para este tipo de conocimiento, es mi culpa por insistente iré a dormir tal vez así lo elimine de mi cerebro.

Abrazó a su madre de manera formal y se retiró de la cocina con la mirada perdida, ni siquiera se llevó el libro que estaba ahí en la mesa.

―¿De que me perdí?
―Es que Santana le dijo sobre…
―¡Que los llevaría ah… pasear
―¿A dónde?
―¡A la presentación sobre hielo! ¿Recuerdas Lisy? La que dijeron que darían sobre las películas de Disney, hoy es la ultima función
―¿Si? ¡¿De verdad iremos?!

A Elizabet se le iluminó el rostro y la sonrisa mas grande de toda su existencia apareció. Mark estaba satisfecho con eso, no le gustaban mucha las películas de Disney pero su hermanita había estado rogándole a su padre desde ya un mes atrás que la lleve a New York a ver el espectáculo y él siempre se negó. Ahora estaban en New York y tenian a Santana pendiendo de un hilo, no había otra opción para ella.

“¡Esto es chantaje! ¡Tan pequeño y es un bribón de primera!”

―Yo no…
―A se me olvidaba decirte, Kevin…
―¡SI LOS LLEVARÉ! ¡HOY LOS LLEVARÉ!
―…Quedó muy decepcionado por el final de su libro, uno que era sobre misterio
―Ahh
―¡Iremos a ver Disney sobre hielo! ¡SOBRE HIELO SEÑOR BUNNY! ¿Qué tengo que ponerme? ¡Mi vestido de minie! ¡Adoro ese vestido con todo y el moñito rojo!

“¿Y ahora como consigo los boletos?”

―¿Estas segura que puedes llevarlos? Creí que los boletos se agotaron
―Si pero Santy - Dijo Mark de manera inocente – dijo que habían muchos revendedores afuera del estadio ¿verdad?
―Claro, Marky – y ella se aguantaba las ganas de tirarlos a los tiburones.
―No lo se, los boletos son muy caros y… ya has hecho mucho por nosotros permitiendo que cocine aquí y cuidas a los niños
―¡Mamá ella trabaja para ti! Y que no se haga que se come todo lo que cocinas
―Si, tu mamá cocina muy bien y yo no se cocinar
―¿No sabes? Tan grandota y…

“No habuses de tu suerte”

―Creo que bajaremos para elegir la ropa que llevaremos, Ven Lisy, hay que avisarle a Kevin
―Yo bajo dentro de un rato, luego de terminar de lavar los platos
―¡Si, mamá!

En menos de una hora, un niño 10 años acababa de chantajearla, sacándole dinero del bolsillo ¡Si no tenia dinero! Apostaba su cuello a que Mark no se entendía hasta conseguir asientos en primera fila, visión directa a la pista de patinaje.

―¿Y no vienes con nosotros?
―Quisiera ir pero tengo que ir a trabajar
―¡Vamos! ¿Qué no puedes faltar un día? Llámale a tu jefe y le dices que estas enferma y vienes con nosotros
―Llevo una semana, además no creo que me dejen libre
―Bueno ¿pero en que trabajas que son tan exigentes?

Esa pregunta hiso que se estremeciera.

―¡Me tengo que ir! ¡Es tarde! Dejaré a los niños listos




9: 00 pm.

Dejar a los niños arreglados y limpios para su paseo le tomó más tiempo del que imaginaba. Corrió por las calles y dobló en un callejón donde había una puerta de metal custodiada por un hombre de aspecto poco confiable.

―Corre rubia, ya empezaron y el jefe esta que echa humo hoy
―¡Si, lo siento!

El primer día de trabajo no habló con nadie, le temía a todo el mundo. El “jefe” como lo llamaban todos, le presentó a las que serian sus compañeras de trabajo, entre ellas estaba Suzy, ella era la que parecía mas normal que todas y se encargaría de enseñarle las cosas básicas del trabajo.

―¡Ya estoy aquí! – dijo agitada por la carrera
―¡Apúrate! ¡Ponte tu ropa ya, ya, YA y mete tu trasero en la jodida jaula! ¡Rápido!

Hay un dicho “No juzgues a la gente sin antes conocerla” y cuanta razón tiene ese dicho. Suzy superficialmente parecía una chica normal y hasta tímida, esto cambiaba cuando se colocaba la lencería con encaje y desasía su coleta para llevar el cabello suelto. Su personalidad se transformaba y de todas las chicas que trabajaban ahí, Suzy era la que mandaba.

―Cuando el jefe esta de malas, ella se convierte en la reina de las perras, quita esa cara de asustada que puede sentir tu miedo – Habló una chica que terminaba de maquillarse frente a un espejo
―¿Ya te hiso algo Miku?
―¿A mi? Naaa y ni que lo intente por que pondré cianuro en su bebida – rió - ¿Qué tal los niños?
―Bien, hoy irán a ver un espectáculo sobre hielo
―Wao ¿Te puedes dar esos gustos? Yo ya quisiera llevar a mi retoño ahí
―No, es que… su niñera se ofreció
―¿La universitaria? Pero vaya ¿Y de donde consiguió el dinero?
―No lo se, tampoco quise preguntárselo, me daba vergüenza
―Haces bien linda – dijo mientras se echaba polvo al rostro - a caballo regalado no se le mira el diente

Miku, como le decían ahí, es una mujer de origen asiático con un gran corazón, Brittany se sentía bien con ella, ambas eran madres. Miku tenía un hijo de 4 años y se identificaron una con la otra rápidamente, incluso se contaron mutuamente los casos por los que estaban pasando. El marido de Miku fugó con una chica mucho menor que él dejándola sin ningún sustento.

―Bien “Susan” otra noche de sacrificio, mucha suerte.

Ahí todas las mujeres que trabajaban, sea cual sea el rol que desempeñen, preferían llamarse por nombres falsos y ocultar sus verdaderas identidades bajo antifaces, para no mesclar su vidas personales con el trabajo. En ese club se encontraba cada persona, desde los que solo iban a bailar y ver a las chicas moverse, pasando por los que compraban una noche de sexo hasta los acosadores obsesionados.

Brittany bailaba en una especie de jaula de canario, habían en total dos ubicadas en los lados laterales del establecimiento.

―Estas perdiendo dinero, si aceptaran pasar una noche con uno de ellos, resolverían muchas deudas
―¡Déjanos en paz Suzy! No somos como tú, Susan vamos.
―Pues deberían hacerlo, sobre todo tu Miku, hoy vino a verte el chinito ese de nuevo
―No es chino
―Da igual, son iguales todos los orientales

Cuando salieron para meterse en las jaulas, efectivamente un chico alto de rasgos asiáticos no despegaba la mirada de las dos mujeres, específicamente de Miku. Sonrió intentando llamar su atención, agitando ligeramente la mano.

―¿Cuál es su nombre?
―Mike
―Es lindo y parece bueno, siempre viene a verte Miku
―Susan, ningún humano que venga a lugares como estos puede ser bueno, él solo viene a buscar lo mismo que todos los cerdos de aquí y yo no se lo daré

El olor a tabaco y licor se impregnaba en su piel y llenaba sus pulmones. Las miradas sobre ella cada vez le pesaban mas, aun no se acostumbraba del todo bailar de forma provocativa con tan poca ropa para esos hombres, los primeros tres días acababa llorando luego de que terminara su turno. Ahora ya no, una vez Miku le dijo “Vale la pena cualquier sacrificio por nuestros hijos”, repetía esa frase a cada instante en su mente mientras contorneaba su cuerpo.

En la barra del bar, Mike ahora estaba tomando del pico de una botella, con la cabeza gacha, hasta que alguien le dio un sutil golpe en la cabeza.

―Pero que clase de persona toma solo agua mineral en un lugar como este
―Señorita Quinn ¿Ya quiere irse?
―No, estoy con mis amigos, puedes llevarte el coche y regresar por mi mas tarde
―Prefiero quedarme
―Siempre haces lo mismo, vienes conmigo pero te quedas sentado aquí ¿A quien miras tanto? ¿A la bailarina nueva?
―A nadie
―No me engañas, ya lo descubriré luego – apretó una de las mejillas del joven – anímate un poco y baila o busca compañía
―Estoy bien aquí, gracias por preocuparse señorita

El zumbido en el pantalón de Quinn la distrajo, su celular.

―Te salvó la campana, es mi amiga

Se alejó de la barra y fue a una esquina intentando alejarse del bullicio.

―¡San! ¡¿Qué pasa?!... ¿boletos? ¡Habla mas fuerte no te escucho!... ¡SI, los tengo aquí! ¡Voy a enviártelos con mi chofer! ¡Chau!

Aproximadamente hace hora y media Santana le había rogado por unos boletos para el dichoso espectáculo sobre hielo, fue fácil conseguirlos para Quinn, su padre era uno de los patrocinadores del espectáculo y se los dio sin preguntar para quien era.

―¡Mike!
―¿Necesita algo?
―Casi olvido llevarle estos boletos a una amiga ¿Puedes hacerlo por mi? La dirección esta escrita en ellos
―Pero…
―Estaré bien, Mike, no es como si fuera a escapar, ve, es una orden.