FanFic HeYa- "Coffee and Cigarettes"

Nueva Lectora!
Me encanta este Fic!
Sobre Judy... La odio!!! D:
Como puede decir eso?!.
Actualiza pronto! <3

Nuevo Usuarioooo :D!

Me encanta tu fanfic actualiza prontito :D!
Y realmente esta muy bueno gracias por escribirlo ^^!

Ana!!!!!!!!


escribes increible y este fic esta tan asdasdfsd en serio me impresiono todo y estoy muy metida en este fic espero actualices pronto porque ya quiero saber que va a pasar!!!!!!!!!!

CAPÍTULO 8: (“Axel”)

Heather abrió los ojos con rapidez, estaba durmiendo, pero aquella no era su cama. Giró la cabeza lentamente y aquel lugar comenzó a hacérsele familiar. Aquella era la habitación de Naya. No era la primera vez que dormía en aquella cama. Hacía tiempo, cuando aún estaba con Taylor, se había quedado a dormir con Naya cuando discutían y no quería verle, o bien los días que salían tarde de grabar y se quedaba a cenar con su amiga, luego dormía con ella. La confianza que tenían era inquebrantable. O al menos lo era hasta ahora, porque, desde que las dos se habían sincerado mutuamente acerca de sus sentimientos, aún no habían vuelto a quedar, y su cita, había quedado anulada, debido a todo lo ocurrido el día anterior.

Heather puso un pie fuera de cama y sintió un leve mareo. Tras unos segundos se levantó de cama con lentitud. Se miró al espejo de la habitación.

Con estos pelos sí que estás guapa Heath…Pensó con sarcasmo, colocándose los rebeldes mechones de su cabello rubio.

De repente un ruido le llamó la atención. Unas voces venían de fuera de la habitación. Parecían risas. Sin duda lo eran.

Salió de la habitación en pijama y zapatillas y se dirigió a la cocina, de donde procedían las risas. Entró sigilosamente, para que no se notara su presencia y se quedó a pocos centímetros de la puerta. Dianna y Naya estaban de espaldas, en la cocina, preparando algo parecido a un postre, quizás fuera un pastel. Las dos se reían y mantenían una pequeña discusión, en broma:

-Dianna, eres una pésima cocinera, que lo sepas. Naya estaba batiendo huevos.

-Ohh, pues tus pasteles podrían matar a alguien, están envenenados. Le dijo Dianna, con tono vengativo, mientras le manchaba a la morena la cara con algo de harina.

-¡Oye tú! Le gritó Naya a carcajadas mientras se limpiaba la cara y se preparaba para lanzarle un buen puñado de harina a la rubia en su cara.

Dianna fue rápida y la agarró del brazo antes de que la manchara, con su mano libre aprovechó para hacerle cosquillas a la morena en el estómago. Las dos reían como niñas.

Heather carraspeó desde la puerta, ellas pararon de repente y se dieron la vuelta rápidamente.

-¡Hemo! ¡Has despertado! ¿Cómo te encuentras? Preguntó Naya acercándose a ella.

-Bien, eso creo. Contestó la rubia. Miró a Dianna de reojo. –Vaya, hola Di.

-¿Cómo te encuentras? Naya me contó de tu desmayo y vine por si necesitaba ayuda. Dijo la otra rubia.

-Gracias Di, es todo un detalle. Le agradeció Heather.

-Bueno, creo que os dejaré solas. Tengo sesión de entrenamiento en el gym. Espero que el pastel te salga bien. Le dijo a Naya mientras le giñaba un ojo.

Las dos chicas se despidieron de su compañera.

-Parece que tu cara ha recuperado el color. Te veo mucho mejor. Le dijo a Heather la morena acercándose para mirarle la cara con mayor precisión.

-Siempre he tenido la tensión baja, no quiero que te preocupes, no es nuevo para mí desmayarme. Además, la ansiedad no ayudó para nada. Heather seguía sin expresión alguna. Parecía molesta, pero no lo mostraba.

-Bueno, puedes volver a cama, te estoy haciendo un pastel de chocolate, de los que a ti te gustan, cuando acabe te llevaré un trozo para que desayunes. La latina le dedicó una amplia sonrisa mientras le señalaba el pequeño desastre que había en la cocina.

-Estoy bien, he dormido bastante, déjame que te ayude con el pastel. La rubia parecía que se empezaba a animar, aunque no lo expresaba demasiado.

Las dos se pusieron a cocinar y el silencio inundó la estancia.

-Hacía tiempo que no cocinaba para nadie. La morena rompió el silencio.

-Siento lo de ayer, me puse como una loca. Pero no soporto que me decepcionen las personas, ya lo sabes. La rubia estaba avergonzaba, había montado un espectáculo el día anterior.

-Cambiemos de tema, ¿vale? La latina no quería pensar en el día de ayer, ya que eso derivaba en acordarse de Valerie y de la llamada de Roberto, y no quería pensar en eso. Además, tenía que contárselo a Heather, o ella no se lo perdonaría, pero no era el momento, necesitaba creérselo primero.

-Vale. A propósito, por mi culpa no hemos tenido nuestra cita. Heather se sonrojó, miraba hacia la masa que estaba preparando.

-Lo sé. Pero me conformo con tenerte aquí conmigo. Le sonrió Naya girándose y mirando a la rubia.

Heather no se movió, seguía nerviosa, preparando la masa. Naya cogió harina y le manchó la cara como había hecho Dianna anteriormente. La rubia sonrió, se giró y la miró a la cara.

-Has de saber algo Nay. Le dijo con una sonrisa agarrando a la morena por las muñecas.

-¿Qué se supone que tengo que saber?

-Que yo no soy como Dianna. Le contestó apoyándola cada vez más en la encimera. –No soy como ella por un simple detalle. Ahora la rubia cargó a su amiga y la sentó en la encimera. –Yo no necesito juegos ni peleas con harina para meterte mano o intentar besarte. La miró a los ojos. Ella la agarraba por los muslos y Naya tenía sus manos en el cuello de la rubia. La latina la presionaba hacia ella.

Naya se rio.

-¿Acaso estás celosa de Dianna? A la morena no le desaparecía la sonrisa de la cara.

-¡Pues claro que no! Heather intentó disimular.

-Sí, estás celosa. Repitió Naya.

-Te digo que no estoy cel…

A la rubia no le dio tiempo a contestar, ya que Naya le plantó un beso por sorpresa. Sus labios se unieron y durante un largo rato, en la cocina sólo se escuchó el sonido de sus besos apasionados. El aliento de ambas se unía en una melodía muy difícil de descifrar. Por un momento sus mentes descubrían sensaciones demasiado placenteras, desconocidas y que les llevaron a la locura en cuestión de segundos. La locura las llevó al deseo irrefrenable, y el deseo desembocó en arrebato. Un arrebato que las transportó al delirio, al frenesí. Su lujuria se detenía cuando alguna de ellas necesitaba una bocanada de aire, pero volvía convertida en un nuevo beso, más placentero aún si cabía.

Aunque sus mentes ya no estaban allí, ellas seguían en la cocina, besándose. Heather desvió sus besos al cuello de la morena. Naya estaba en pleno éxtasis, quería sentirla, quería sentirla más cerca. Lentamente movió sus manos hacia las caderas de la rubia y alcanzó su camiseta. La subió con torpeza y fue deslizando sus manos debajo de ésta. Necesitaba el tacto de su piel próximo. Poco a poco fue subiendo sus manos. Heather quería seguir, y quería que la morena siguiera, pero por un instante su mente volvió a la casa de Naya, a la cocina revuelta y a la encimera donde estaba su droga del momento.

-Para. Dejó de besarla y se apartó.

-¿Qué pasa? Preguntó Naya con la mente aun absorta y agarrando a la rubia por la camiseta para acercarla.

-Para. Espera un momento, por favor.

-¿En serio no te das cuenta de lo incómodo que resulta que interrumpas siempre estos momentos? Le dijo Naya acordándose del día de la casa del terror en el parque de atracciones.

-Lo siento, siento si jodo el momento, no es mi intención. Pero no quiero que lo hagamos así.

Naya la miró con cara de incertidumbre.

-¿A qué te refieres?

-Me refiero a que…llámame antigua si quieres, pero ni siquiera hemos tenido nuestra primera cita. No quiero que sea así la primera vez que lo haga contigo.

La latina la miró a los ojos. Intentaba entender a Heather, pero ella era distinta. En escasas ocasiones no lo había hecho en la primera cita, incluso lo había hecho antes de la primera cita. Siempre acaba ocurriendo, se consideraba una mujer fogosa y no lo negaba. Pero le gustaba que su rubia fuera así, tan romántica, tan tierna. Y ella quería respetarla y esperarla, porque con ella estaba tan a gusto, que no lo pensó dos veces cuando dijo:

-Mmmm…de acuerdo, no hay problema Hemo. Podemos esperar, si es lo que quieres.

La rubia le respondió con un pequeño beso en los labios que hizo sonreír a Naya.


Más tarde...

-¿Sabes? He pensado en ir mañana a disculparme con Judy. Dijera eso o no, no se merecía que la tratara así. No soy una persona violenta y me avergüenzo de cómo actué.

La rubia dijo esto mientras estaban preparándose para salir. Habían pasado la mañana cocinando y viendo la televisión relajadas., y ahora, a la tarde, tendrían que grabar.

-Sabes que no me gusta esa chica. Pero disculpándote das a entender que tu educación supera en creces a la de esa rastrera. Hazlo, discúlpate, yo te apoyaré Heath…

La rubia sonrió.

-Lo haré. Además no quiero que piensen que soy una loca que va gritando por ahí.


Ya en el set de Glee…

Llevaban toda la tarde grabando, a todos les tocó, además, grabar algunas canciones en el estudio, y todos los actores de la serie estaban agotados. Ryan decidió hacer un descanso antes de que se desconcentraran todos por completo y empezara a haber fallos.

-¡Chicos! ¡Descanso de cuarenta minutos!

Heather suspiró al oír eso, realmente estaba agotada.

Fue hacia uno de los vestuarios, necesitaba refrescarse un poco.

La rubia estaba secándose con la toalla cuando se percató de que alguien estaba en la puerta. Giró para mirar quién era, pero la desconocida se giró también. Heather se movió y consiguió ver un cabello de color rojizo.

-¡Judy! ¡Eih! Puedes pasar, aunque esté yo, puedes entrar. No te gritaré, lo prometo.

La pelirroja, algo tímida, dio la vuelta y entró en el vestuario.

-Pensé que te molestaría compartir el vestuario, simplemente venía a por algunas cosas. Judy bajó la cabeza.

-Entra, tranquila, no me molesta. Heather intentaba parecer lo más inofensiva posible. –Además, quería tener una conversación contigo. ¿Te parece buen momento?

-Sí, claro. Le contestó algo extrañada. La rubia estaba siendo demasiado simpática con ella después de todo.

-Vale, mira Judy, sigo pensando que lo que hiciste estuvo mal. Pero eso no justifica que estuviera a punto de abofetearte, estoy avergonzada por ello. De verdad que lo siento mucho.

La pelirroja abrió sus ojos incrédula.

-Oh vaya, pues yo también lo siento. Sé que hice mal en hablar con los periodistas de la revista. Pero yo te prometo, no, yo te juro, que no dije esas palabras. Simplemente quería decir que nos llevábamos bien y que me gusta hacer cosas contigo. Sacaron mis palabras de contexto. Debí de haber pensado que eres una persona pública y que tienes una imagen. Soy una ingenua.

Después de oír eso, Heather no puedo evitar darle un abrazo. Ella siempre fue una persona comprensiva que no solía guardarle el rencor a nadie. Asintió y le sonrió.

-¿Todo bien entonces? Le dijo la pelirroja.

-De acuerdo. Ah, por cierto, de camino aquí te he comprado algo.

-No tenías por qué.

-Toma. Le dijo la rubia entregándole una bolsa. –Ayer te lo rompí cuando lo tiré, así que quería ser justa.

Judy abrió la bolsa y sonrió. Heather le había regalado un maletín de maquillaje. El mismo que había tirado y roto el día anterior debido a su rabia.

-Gracias, es todo un detalle. La pelirroja parecía agradecida.

-Era lo menos que podía hacer.

-Heath…espero que algún día nos olvidemos de esto. De verdad que ese día en el partido me lo pasé muy bien contigo. Como dije antes, me gusta estar contigo y no puedo evitar buscarte en el set, porque me siento muy cómoda a tu lado. Quería que lo supieras. Judy se sonrojó.

-Yo también me lo pasé bien. Espero que algún día podamos volver a quedar como amigas, en serio.

Los ojos de Judy soltaron un potente brillo.

Un ruido las sobresaltó. Naya carraspeó con disimulo y entró en el camerino.

-Bueno, tengo que seguir trabajando. Adiós Hemo. Le dijo la pelirroja.

-Adiós Judy. Dijo mientras ésta salía por la puerta con cara de satisfacción.

-Ajjh, la odio. Fue lo primero que exclamó Naya al entrar.

-Venga, acabo de arreglar las cosas con ella como te dije que lo haría. Quiero que quede todo olvidado. Heather hablaba con determinación.

-Así será si es lo que quieres. Le dijo la morena. –Por cierto, tengo que comentarte una cosa que me ocurrió ayer después de que casi me mataras del susto con tu desmayo.

-Te escucho. Le dijo la rubia mientras se volvía a refrescar.

-¿Te acuerdas del viejo amigo de mis padres? El que me ayudó la primera vez que intenté buscar a Valerie. Susurró Naya.

Heather recordó la primera vez que la latina le contó que tenía una hija. Y recordó también que le había pedido ayuda para buscarla. Gracias a aquel hombre, el amigo de los padres de Naya, lo había conseguido.

-Sí, me acuerdo perfectamente.

-Bueno, pues ayer me llamó. Está convencido de que Valerie sigue viva. Él hablaba con miedo y no me quiso decir nada más. Estoy convencida de que dice la verdad, aunque parezca una locura. La latina hablaba cada vez más bajo.

La cara de la rubia tenía una gran expresión de sorpresa.

-Si estás convencida, tenemos que buscar a ese hombre Nay. ¡No me lo puedo creer! Le gritó impaciente.

-Tengo que encontrarla como sea.

-Y yo te ayudaré, no te pienso dejar sola en esto.

Naya le dedicó una amplia sonrisa.

-Si no estuviéramos aquí, ahora mismo te besaría. Le dijo la latina.

Las dos se miraron a los ojos. Con una mirada podían decirse todo la una a la otra. Y eso, lo sabían perfectamente.

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En otro lugar de Los Ángeles, más tarde…

-¿Tienes algo nuevo? ¿Has conseguido algo? Una voz de hombre hablaba al teléfono.

-Nos hemos disculpado. Todo vuelve a la normalidad.

-Perfecto. Quiero que te pegues a ellas. Pronto te daré nuevas órdenes.

-Hay otra novedad, parece ser que hay un topo. Un hombre que les ayudó a encontrar a Valerie cuando la buscaron. Ese hombre ha contactado con Naya y le ha dicho que Valerie sigue viva.

-¡Maldición! Exclamó el hombre al teléfono. –Bueno, yo me ocuparé de eso.

-Axel, me dijiste que todo sería como antes. Quiero verte, ¿cuándo ocurrirá eso? La voz de la chica sonaba apagada.

-Pronto, muy pronto estaré contigo. Ahora limítate a hacer lo que te digo. El hombre colgó el teléfono rápidamente.

Awww casi casi! JAJAJ Yá tienen que tener una cita y concretar lo que empezaron! JAJAAJ
Me encantó el caaap!
Hasta la proxxx!

wow el cap estuvo super!
Hasta la proxima actualización c:

Me gustooo !! y no m gusta nada esa judy ... espero tu actualizacion un beso !

Geniiial el capitulo, primera vez que te escribo, he ido leyendo los capítulos a medida que los subes, pero no te había comentado hasta ahora. Que sea pronto la actualizacioon porfiis! Me cae tan mal Judy y espero que tengan luego su cita las Heya jajaja. Cuidate. Besoooos!

heather siendo pura y casta jajajaja muero de risa, pero esta bien que se haga del rogar

espero tu actu XD

Concuerdo con lo que dice Naya, la ODIO! espero la actuu!!--

hey soy nueva x aqui me eh leido tu fic completo muy buen fic y ademas q muy orignal espero tu actualizacion no tardes ya llevas muxo tiempo sin dejarnos leer este excelente fic!!

Nueva lectora! Había comenzado a leerlo hace días pero no quería comentar hasta ponerme al día completamente. Me gusta mucho, el comienzo fue bastante dramático y realmente me dio mucha pena la situación de Valerie. Aunque luego mi corazón se acelero de tal manera al leer lo de la fiesta en lo de Madonna que casi muero, me encanto *O*
Odio a Judy, la detesto, me molesta y no la soporto ...Ya que hiciera poner de los nervios a Heath me puso mala, aunque sirvió para darle celos a Nay en el partido y que se le declare a la rubia ♥ eso fue muy mono. Y esa escena semi-hot que tuvieron antes de que Hemo parara a Nay porque quería que fuera romántica la primera vez fuee magnifica, aunque una parte de mi quería que continuaran mi corazón meloso se derritió. Me encanta y me alegro que Valerie continué con vida lo cual es todo un misterio y se me hace muy interesante. Espero que las chicas no se metan en problemas!
Espero la continuación con ansias! Hasta la próxima!!

que pasaaa??? ya no actualizaras tu fic??? estoy intrigada por saber quien es ese sospechoso que esta contra nayaa!!

vamooos actualiza si?? ;)