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FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
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Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Dios! Pobre San! :\'(: cada vez su historia se pone más difícil!
Britt es una ternurita! Ella quiere a San :3
Actualiza prontoo! Esto se pone bueno!
Britt es una ternurita! Ella quiere a San :3
Actualiza prontoo! Esto se pone bueno!
MarLovesGlee<3********- - Mensajes : 603
Fecha de inscripción : 03/10/2012
Edad : 27
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
hola Mc, jjeje creo q me tocó doble comentario.....
fue genial q San confie en Britt.... parecía q todo empezaba a tomar otro rumbo, pero cuand leí el nuevo cap me quedé o.O, Britt definitivamente metió las patas jajaajaj, pobre San, ha sufrido mucho... que le suvedió hace 2 años???
espero actu.. te cuidas
fue genial q San confie en Britt.... parecía q todo empezaba a tomar otro rumbo, pero cuand leí el nuevo cap me quedé o.O, Britt definitivamente metió las patas jajaajaj, pobre San, ha sufrido mucho... que le suvedió hace 2 años???
espero actu.. te cuidas
Invitado- Invitado
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Ey que buen capítulo, me choca no me llego el mensaje de que ya habías actualizando y hasta ahorita se me ocurrió checár si lo habías hecho, puff siento que es una situación difícil para Britt, pero la verdad me parece Que debería de ser más comprensiva ya que Santy esta poniendo mucho de su parte, en fin te dejo espero tu actu!!!
Andy_Pandy-* - Mensajes : 1796
Fecha de inscripción : 05/01/2013
Edad : 29
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Aquí estooooooy te dije que te comentaría y pues lo estoy cumpliendo jajaja.. En serio...pero muuuuuy en serio: me encanta tu fic.. me tienes loquiiiiiita por él jajaja. A la mañana misma en el trabajo ya pienso en él!!!ajajajajaj...y espero ansiosa la tarde para venir a ver si ya has actualizado jajajaj ves que trauma me dejaste???jajaja..por eso no quiero ni imaginar que me hubiera pasado si no actualizabas todos los dias jajajaja es que me encanta todo... la manera en la que escribes, la historia y trama, las personalidades de los personajes etc etc etc... T O D O jajaja. Lo único que hasta ahora me dejo descolocada...es que en este último..brittany se haya ido así... no lo podía creer.. o entender... creí sinceramente que se quedaría..y me parecía lo más lógico después de todo lo que aconteció...pero bueno.. confío en ti, en tu cabeza, y en tus manitos jajaja... está demás decir que tienes otra fiel lectora..después lo que te conté arriba no????jajaja te leo pronto......( mientras más pronto mejor ) jajajaja
NatiPy** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 26/10/2012
Mi reina de la noche
hola chicas ... gracias por todos sus comentarios aquí les traigo un nuevo capitulo espero que lo disfruten
chicas ese ha sido el capitulo gracias por leer y dejen sus comentarios ..... hasta pronto ... besos
Katherine
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hasta pronto n_n
Capitulo 11
Los siguientes días fueron como un avance de las hogueras del infierno: iba al trabajo, volvía a casa, dormía, iba al trabajo... Dormir no es precisamente la palabra adecuada para describir las largas horas que pasaba dando vueltas en la cama, y tampoco se puede decir que fueran noches inolvidables. Después de una semana así, tenía el aspecto de un fantasma. Mis colegas, siempre tan Cuidadosos de mi salud , me mandaron a casa con el convencimiento de que allí podría descansar, pero en realidad sólo sirvió para empeorar las cosas, puesto que ya ni siquiera disponía de esas pocas horas al día en que podía sumergirme en la rutina del trabajo y dejar de pensar en ella.
Empecé a pasear por la ciudad y a mirar los escaparates, aunque no habría sido capaz de decir qué veía en ellos.
Frecuenté cafeterías llenas de mujeres mayores que se atiborraban de pastelitos de crema. Al tercer día la vi y me llevé un buen sobresalto. Estaba cruzando la calle: sólo le vi la espalda, pero la reconocí de inmediato, lo cual no tenía mucho mérito dado que era una de las pocas latinas que frecuentan el lugar. Después de cruzar, echó a andar por la calle principal de la zona de tiendas del área peatonal. Me puse en pie de un salto y dejé sobre la mesa dinero para pagar el café que me había tomado. De reojo, vi cómo la camarera se acercaba a toda prisa, un tanto aturdida, mientras yo salía de la cafetería igual que una velocista de elite. Quién sabe, igual hasta me daban una oportunidad en los Juegos Olímpicos... Cuando llegué a la zona peatonal ya no la vi. Seguí corriendo un poco más, con los pulmones a punto de estallar. La calle se bifurcaba: seguí corriendo hacia la derecha, pero no estaba allí.
Volví atrás, seguí por el otro camino y la vi a lo lejos, en la otra esquina. Estaba entrando en un supermercado. Por supuesto, ella no iba a las pequeñas tiendas de toda la vida, donde el trato era demasiado personal. Los supermercados le proporcionaban el anonimato que necesitaba. Estaba a punto de pararme cuando me di cuenta de que el supermercado tenía dos salidas. Pedí disculpas a mis pobres pulmones y seguí corriendo hasta la esquina. Cuando llegué al supermercado traté de pensar en las cosas que probablemente compraría una mujer como ella: puesto que ella misma había admitido que no cocinaba casi nunca, podía descartar los productos alimenticios y los habituales productos para “amas de casa”. Poco a poco, empecé a respirar con normalidad, mientras recorría con paso vacilante los distintos pasillos. ¡La sección de licores ! Apreté de nuevo el paso, doblé la esquina y eché un vistazo: allí estaba, poniendo dos botellas de champán en un carrito. Deduje de inmediato "aunque de hecho no tenía ningún motivo" que esas dos botellas eran para sus clientas. Supongo que lo deduje porque a mí nunca me había ofrecido. La seguí: cogió unas cuantas cosas más, no demasiadas, y se dirigió a la caja. Después de pagar, lo metió todo en una mochila negra de piel y se dirigió apresuradamente a la salida. Evidentemente, tenía prisa. Me pregunté si siempre se comportaría así cuando iba a hacer la compra: como alguien que vuelve a casa a toda prisa para evitar el peligro.
Sólo entonces me di cuenta del gran regalo que me había hecho al aceptar que la invitara a cenar. Por suerte, de vez en cuando cogía un avión y se marchaba a París, pues nadie podía soportar una vida así durante demasiado tiempo. Eligió la salida que quedaba más cerca de su apartamento y deduje que se dirigía directamente allí. Si no me doy prisa, pensé, la perderé de vista en cualquier momento. ¡Qué rápido camina! A medida que me iba acercando, iba viendo las reacciones de la gente al cruzarse con ella. Algunos hombres la desnudaban con la mirada descaradamente y un par de mujeres jóvenes en los veintes, junto a sus parejas le negaron el saludo de una forma tan poco disimulada que deduje al momento que se trataba de clientas suyas.
Caminaba con la espalda muy recta. Cuando estábamos a punto de llegar a su casa, me pregunté qué debía hacer. En cuanto ella entrara en el edificio, yo ya no podría hacer nada. Me metí por un callejón que cruzaba de nuevo la calle principal unos metros más allá y eché a correr. Jadeando, doblé la esquina y coincidí con ella en el momento justo. De hecho, casi tropezamos, lo cual hizo que la mochila se le resbalara de las manos. ¡Mierda, el champán! Intenté sujetar la bolsa y las dos la cogimos a la vez justo antes de que llegara al suelo. Fue en ese momento cuando me reconoció.
—Gracias, señora —me dijo, perpleja. Ah, o sea que quería comportarse como si no me conociera... Es decir, lo mismo que hacía con las clientas. Pues no te vas a librar de mí tan fácilmente.
—De nada santana —contesté—. ¿Cómo estás? —En ese momento se estaba incorporando, pero interrumpió el movimiento de golpe y se quedó medio agachada
—. Eso es malísimo para la espalda —comenté, amablemente. Finalmente se incorporó del todo y me miró como si estuviera muy nerviosa. Yo hice como si no me diera cuenta, pues si no quería perder mi última oportunidad tenía que hacer las cosas bien.
—¿Te apetece tomar un café? —le pregunté, como si fuéramos amigas de toda la vida y acabáramos de encontrarnos por casualidad—. ¿En mi casa? —añadí, con entusiasmo. Ella aún parecía muy nerviosa y decidí que aquella era mi oportunidad. Por tanto, actué—: Perfecto —exclamé, para recobrar la compostura antes de señalar en dirección a mi calle—. Vivo por allí. —Me volví hacia la izquierda—. ¿Vienes? Aceptó y echó a andar detrás de mí.
Miraba hacia delante, pero en una ocasión desvió la mirada para observarme con el gesto de un ciervo deslumbrado por los faros de un coche. “Si consigo meterla rápidamente en mi apartamento no se arrepentirá , todo saldrá a la perfección”. “Un momento: ¿qué es lo que saldrá a la perfección? Tarde o temprano, volverá a ponerse en guardia.
Todavía me seguía como un corderito cuando abrí la puerta de la calle. Me volví para mirarla. Entramos al ascensor y marque “piso 4” por un momento me puse nerviosa estar en ese espacio tan reducido y con ella tan cerca con su perfume acariciando mi nariz , Cuando llegamos a la cuarta planta, la tensión en mi cuerpo era prácticamente insoportable. Jadeé en busca de aire, Ella respiraba con normalidad,
como si no sintiera la tensión que me invadía.
Una vez estuvimos dentro de mi apartamento y cerré la puerta, suspiré, aliviada. Lo habíamos conseguido. Ella observaba absolutamente todo a su alrededor muy atenta.
—A la izquierda —le dije—, hacia la cocina. Caminó delante de mí. Seguramente, todavía estaba perpleja, pues no la veía muy centrada que digamos. Lo más probable es que hubiese decidido que jamás volveríamos a vernos... o, por lo menos, que tardaríamos aún un poco en volver a vernos. Me acerqué a la mecedora, el único mueble de la casa que jamás cedía a los invitados.
—Siéntate —le dije, amablemente—, mientras yo hago café. Se sentó. Llené el hervidor de agua y lo puse en el fuego. Empezaba a preocuparme un poco. Tarde o temprano, algo tendría que hacerla reaccionar... Me acerqué y le cogí la mochila, sin que opusiera resistencia.
—Será mejor que ponga el champán en la nevera, ¿no crees? —le pregunté ¡Rayos! Exacto... Eso fue lo que la hizo reaccionar.
—¿Champán? —dijo—. ¿Cómo sabes que he comprado champán? —Mientras me observaba, en sus ojos apareció un poco de vida. Traté de quitarle importancia al tema
—.He mirado en la bolsa —dije, inocentemente.
—No, no has mirado —replicó con firmeza. Al parecer, no se había quedado tan perpleja como para no darse cuenta de algo así.
—está bien . —No me iba a quedar más remedio que confesar. Si decidía levantarse y marcharse, yo no podría hacer nada para impedírselo—. Te he visto en el supermercado.
—Pero yo no te he visto a ti. — Obviamente, no tenía ni idea de por qué no me había visto y estaba tratando de imaginar por qué se le había pasado por alto ese detalle.
—No —dije. Su rostro se endureció, como si se hubiera convertido de repente en una máscara.
—Me estabas espiando —concluyó, en tono glacial. Ay, señor, así con tanto acoso no iba a conseguir jamás que me abriera su corazón.
—Ha sido por casualidad, de verdad — dije, para disculparme—. Yo estaba sentada tomando un café y te he visto cruzar la calle.—Al menos, que no pensara que llevaba tiempo espiándola—Luego te he visto entrar en el supermercado...
—Y me seguiste... —terminó, muy seria. A mí me estaba costando bastante más que a ella mantener la calma.
—¡pues sí santana! ¡te seguí, y que?! —estallé—. ¡Quería volver a verte! ¿Tanto te cuesta entenderlo?
—Podías haberme llamado —sugirió, como si fuera lo más obvio del mundo.
—¿Para pedirte una cita sexual? — ¡Oh, no, otra vez no! ¿Por qué me resultaba tan difícil mantener la bocaza cerrada?
—si, Por ejemplo —dijo, subrayando la inequívoca frialdad de sus palabras y con una calma si cabe más desinteresada que antes. No se dejó provocar, sino que se limitó a examinarse las uñas con aire ausente. Me entraron ganas de ponerme a gritar. ¿Por qué me había comportado así? Sabía perfectamente lo poco que le gustaba ser el centro de atención. Estaba acostumbrada. Se escondía tras un muro y no dejaba que nadie llegara hasta ella. La miré. “No lo soporto más”, pensé.
—santana Yo.... — Me acerqué a ella, me incliné y la besé. Ella entreabrió de inmediato los labios automáticamente y me permitió besarla. Fue una sensación espantosa y supuse que era así como se comportaba cuando sus clientas querían besarla. Me aparté y me incorporé.
—Esto lo podías haber conseguido igualmente —dijo, sin ningún entusiasmo, sabía que estaba molesta por mi comportamiento obsesivo —No hacía falta que me tendieras una emboscada en la calle.
El hervidor empezó a silbar. Me alejé un poco y fui a apagar el fuego, mientras pensaba que lo había hecho todo mal. Ahora, si quería volver a verla, no me quedaría más remedio que acudir a ella como clienta, pues no me permitiría nada más... y estaba por ver si me permitiría ser su clienta. Permanecí allí de pie, dándole la espalda, durante unos instantes. No me atrevía a mirarla. Me apoyé en la cocina.
—Por favor... —dije. Nada, no emitió ni un solo sonido. Me di la vuelta y comprobé que seguía sentada, exactamente igual que antes. De repente, todo lo que sentía por ella pudo más que yo
—.Me muero por tenerte —dije, con desesperación.
—Ya entiendo brittany —respondió ella, sin demasiado interés—.¿Dónde está la cama?
—No... Por favor, no me hagas eso — quise gritar, pero sólo me salió un susurro ronco
.—¿Hacerte qué? Pensaba que querías acostarte conmigo. —De nuevo, se había convertido en la profesional que actúa con frialdad, en la prostituta. Sí, sí, por supuesto que quería, pero con ella, no con aquel cuerpo privado de alma. Me desmoroné.
—No puedo. —Me sentía completamente vacía.
—Pues entonces me voy. —Se puso en pie, cogió su mochila y se dirigió a la puerta. La seguí. Ella legó a la puerta y giró el pomo.
—Te amo —dije. Le dije al fin llena de valor —. Te amo—repetí; Muy lentamente, soltó el pomo de la puerta.
—No —susurró, apenas audiblemente.
—Sí —insistí, en voz baja—. No puedo evitarlo. Ya no me importaba nada. Me acerqué a ella, la abrase por detrás y la atraje con fuerza hacia mí.
—Te amo , te amo, te amo. —Me alegraba de poder decirlo al fin, aunque aquella fuera la última vez que se lo decía.
—No puedes —dijo, en el mismo tono apenas audible de antes.
—Sí que puedo —insistí una vez más—. Ni siquiera tú puedes impedírmelo santana .
Se estremeció entre mis brazos. Pensé que iba a echarse a llorar, pero no me llegó ningún sonido. Me acurruqué contra su cuerpo una vez más y luego la solté. Si quería irse, yo no tenía forma de impedírselo. Sin embargo, no se movió. Nos quedamos allí las dos, completamente inmóviles: en el silencio, sólo se oía el tictac del reloj de la cocina.
—No puede ser —empezó a decir. En su rostro, se apreciaba la tensión que yo le había obligado a soportar—. Soy una... — a diferencia de lo habitual en ella, no pronunció la palabra en voz alta.
—Ya sé lo que eres, no es ninguna novedad. —Cogí aire con fuerza—Pero no me importa. —Fuera o no verdad esto último, lo cierto es que no era el momento de comprobarlo—. Y desde luego, no me va a impedir quererte, te guste o no te guste. Quiero… quiero que seas mi novia santana — Bueno, pues ya lo había dicho. Ahora le tocaba a ella decidir si se marchaba o se quedaba.
Luchó consigo misma. Sabía que si quería terminar con aquella historia, lo mejor era marcharse en aquel preciso instante. Yo ni siquiera me atrevía a considerar la posibilidad de que ella estuviera enamorada de mí, o de que llegase a estarlo alguna vez, pero sí estaba segura de que al menos le gustaba. Por algo se empieza, me dije.
—Yo no puedo permitirme esos sentimientos y mucho menos estar contigo de esa manera, no puedo ser tu … eso —me explicó. Se había tranquilizado un poco. Parecía un tanto desconcertada, pero distante al mismo tiempo—. No sabría qué hacer con ellos, así que por favor no me exijas eso.
—No te estoy exigiendo nada —le dije, con tanta serenidad como pude. Sabía que no pretendía ser cruel, que lo único que estaba haciendo era tratar de protegerse—. Pero...¿tan espantoso es que alguien te quiera?
—Es peligroso —dijo. Durante apenas un instante, me abrió su corazón más de lo que yo esperaba—. Me da miedo, mucho miedo
¿El amor le daba miedo? Gracias a mi experiencia, sabía que esa clase de interés resultaba un tanto asfixiante cuando procedía de ciertas mujeres y es posible que hasta yo hubiera pecado de eso en alguna ocasión. Sin embargo, también sabía que entre nosotras no había ocurrido nada que pudiera hacerle pensar en una situación así. Por tanto, había que buscar los motivos en su pasado. Por supuesto, yo no podía cambiar nada de su pasado: lo único que podía hacer era tratarla con muchísimo amor y ternura, para demostrarle que las cosas se pueden hacer de otra manera. Pero para poder demostrárselo, tenía que abrirse un poco más y dejarme llegar hasta su corazón.
—¿El amor te da miedo? ¿Por qué? —.estaba muda, no me respondió, lo cual me desespero —. ¡Santana! ¿Porque? ¡Dímelo!
—No quieres saberlo—.fue su única respuesta
—. Yo creo que ya hemos pasado por esto —.Le dije calmadamente—y sabes que todo lo que tenga que ver contigo y con tu vida me importa así que si quiero saberlo, ella suspiro Se sentó en el sofá yo la seguí inmediatamente y me senté a su lado
—Te he contado ya demasiadas cosas...—dudo un instante. O sea, ¿que consideraba que me había contado demasiadas cosas?
—Su nombre era Katherine — empezó — era odontologa tenía 7 consultorios aquí en new york y un grupo de ortodontistas que trabajaban para ella en cada uno—apoyó un brazo en el Respaldo del sofá y se inclinó un poco hacia delante.—Ella Murió hace dos años
—Hace dos años... —murmuré pensativamente. Se paró en seco.
—No se te escapa nada, ¿eh? —No lo decía en un tono especialmente halagador—. Sí, tienes razón. Fue la última mujer, antes de ti, con la que...tuve mi orgasmo
Me dio la espalda y se quedó dónde estaba. y se sujetó la frente con una mano. Había algo en todo aquello que la preocupaba terriblemente. ¿Se trataba sólo de una clienta? No, yo sabía que eso no podía ser cierto, pues jamás habría llegado hasta ese extremo con una clienta.
—Eran pareja —afirmé, de repente.
—¡No! —se enfureció. Daba la sensación de que lo peor que podía pasarle era que alguien la acusara de haber amado— Sólo era una clienta. —Sabía que estaba haciendo terribles esfuerzos por mantener el control.
—Tuvo que ser algo más que una clienta —apunté, convencida—, si me estas contando todo esto acerca de ella
—Me pagaba, por tanto era una clienta —dijo con obstinación.
Yo debía de tener parte de razón porque, de lo contrario, ella no habría sentido la imperiosa necesidad de negarlo todo.
—¿Cuánto tiempo estuvieron juntas? Supongo que te quería mucho.— le pregunté, sin desanimarme.
—¡Sí, sí! —Protestaba a regañadientes y cada vez estaba más a la defensiva—. Seguramente, ella creía que era amor.
—¿Y tú no la amabas? En cualquier caso, y por lo que yo sabía de ella, estaba segura de que jamás se lo dijo. Se produjo un largo silencio, que daba a entender que o bien ella no estaba segura, o bien no quería estarlo.
—yo…. No sé .. si la amaba y mucho , era muy importante para mí dijo al fin.
Sé que está mal, pero sentí celos y envidia de aquella mujer pues santana acababa de confirmar que la amaba y lo importante que era para ella así tan fácilmente, no recuerdo haberla escuchado antes hablar de esa manera
— Qué pasó? — le pregunte, El silencio se prolongó aún unos segundos. Lo único que podía hacer yo era esperar hasta que decidiera contarme la historia.
—Era mayor que yo... mucho mayor que yo. Tenía 33 años y yo 22 me llevaba 11 años Y se enamoró de mí. —. Se volvió a medias hacia mí y cruzó los brazos sobre el pecho
—. Lo mismo que tú, no soportaba que yo siguiera haciendo mi trabajo, pero yo no quería depender de ella. Me rogó y me suplicó, más de una vez,. Me dijo que tenía dinero suficiente para toda la vida, y hasta para dos vidas.—Movió la cabeza de un lado a otro—. Pero el dinero no sirvió para salvarle la vida. Ni todo el dinero del mundo habría podido detener la enfermedad que la destrozaba por dentro.
“Aquella era la causa de la mayoría de sus reacciones. En ese momento, estaba completamente enfrascada en sus pensamientos, como ya la había visto en otra ocasión”
—. Tenía leucemia, yo no sabía nada, siempre me lo ocultó. —Se giró hacia la pared y contempló fijamente un cuadro—. Ya hacia el final, había conseguido convencerme para que no me viera con otras mujeres. Pasaba todos los días conmigo, cada noche dormía conmigo. Era como un ritual: cuando nos íbamos a la cama, teníamos que dormir juntas. Prácticamente vivía conmigo. Me daba dinero más que suficiente para compensar mis “pérdidas salariales”, para que no me acostara con otras mujeres. Durante dos años, fue mi única clienta. Yo pensaba: “Si no sabe en qué emplear su dinero, ¿por qué rechazarlo?”. —Se tapó la cara con las manos—. Y entonces se marchó. Dijo que iba a un balneario y, supuestamente, tenía que volver dos semanas más tarde. No me dijo dónde estaba el balneario.—Poco a poco, dejó caer las manos
—. En todo ese tiempo no supe nada de ella y, transcurridas las dos semanas, no volvió. Esperé unos días y pensé que me había abandonado. Estaba enfadada y muy dolida, así que me acosté con la primera mujer dispuesta a pagarme y reanudé la vida que llevaba antes. —Y entonces —prosiguió—, seis semanas después, recibí una carta de un médico. Había muerto en una clínica especializada de Suiza. —Supuse que para ella había sido un golpe tremendo y que todavía estaba afectada. Suspiró con resignación y siguió hablando
—. Fui hasta aquella clínica en suiza y hablé con el doctor que la había tratado en sus últimos días. Dijo que de haber acudido antes al hospital, tal vez podrían haber hecho algo por ella, con tratamientos intensivos a largo plazo y estancias en una clínica de reposo. Pero ella siempre se había negado y, al parecer, le había insinuado al médico que había una persona a la cual no quería o no podía dejar sola.
A medida que hablaba iba bajando más y más la cabeza, hasta que casi le rozó el pecho. Se volvió hacia mí y levantó la vista: sus ojos
estaban lagrimosos y en ellos había una mirada vacía.
— Rechazó el tratamiento por mi culpa. Por estar enamorada de mi, Murió por mi culpa!! , —dijo, añadiendo más crudeza a sus palabras.
Quise consolarla, pero sabía que no me lo permitiría. En cierta manera, tenía razón, y debía encontrar la forma de librarse de esos
Sentimientos de culpa. Sin embargo, había algo en lo que estaba equivocado por completo.
—no fue tu culpa santana! , ella así lo decidió y a pesar de que crees eso, cosa que yo no, ¿sigues pensando que sólo era una clienta?
—Me pagaba. Hasta me abrió una cuenta bancaria en la que, por cierto, nunca faltaba el dinero. —Se negaba a aceptar la verdad.
—Sí, claro. Porque no quería perderte — a mí no me resultaba tan difícil de entender, pero esa palabra hizo que se le escapara definitivamente el control.
—¿Perderme? ¿Que no quería perderme? —Me lanzó una mirada claramente agresiva—. ¿Es que se han creído todas que pueden poseerme? —De nuevo se giró con un gesto brusco y me dio la espalda—.ustedes me pagan y sólo por eso ya creen que pueden tratarme como si fuera un objeto. Comprar y usar. Poseer y perder —Se rió con desdén. No podía ni quería participar en aquel debate, pues sabía que buena parte de lo que acababa de decir obedecía a la rabia que sentía en esos momentos. Conservé la calma.
—¿A quién te refieres con “ustedes”? —Se volvió tan deprisa que casi perdió el equilibrio.
—¡Pues a ustedes!! —gritó—. Mis... —Se detuvo tan de repente como había empezado.
—Yo no soy una clienta —dije. Traté de responder sin alterarme—. No te pago, y tampoco quiero poseerte. Yo a ti Te amo.
Para mí fue muy difícil pronunciar esas palabras con tanta calma.
El miedo me atenazó la garganta y, de golpe ¿Conseguiría algún día llegar hasta ella?, hasta su corazón como lo había hecho Katherine? Permaneció donde estaba, en silencio, pero yo tenía que decir algo o, de lo contrario, me pondría a llorar de pura desesperación.
—Estoy convencida de que ella no se sentía como una clienta y que te amaba . —Al parecer, no me oyó, o no entendió lo que le estaba diciendo—. Y yo me siento exactamente igual que ella … santana escucha: por favor se mi novia yo no me iré a ningún lado aquí estoy contigo sana y salva… yo… no quiero perderte. —No sabía si mis palabras le llegaban, pero esperaba que me respondiera. No reaccionó de inmediato y el tiempo que tardó en responder me pareció una eternidad.
—Yo tampoco quiero perderte —dijo, en voz baja.
Empecé a pasear por la ciudad y a mirar los escaparates, aunque no habría sido capaz de decir qué veía en ellos.
Frecuenté cafeterías llenas de mujeres mayores que se atiborraban de pastelitos de crema. Al tercer día la vi y me llevé un buen sobresalto. Estaba cruzando la calle: sólo le vi la espalda, pero la reconocí de inmediato, lo cual no tenía mucho mérito dado que era una de las pocas latinas que frecuentan el lugar. Después de cruzar, echó a andar por la calle principal de la zona de tiendas del área peatonal. Me puse en pie de un salto y dejé sobre la mesa dinero para pagar el café que me había tomado. De reojo, vi cómo la camarera se acercaba a toda prisa, un tanto aturdida, mientras yo salía de la cafetería igual que una velocista de elite. Quién sabe, igual hasta me daban una oportunidad en los Juegos Olímpicos... Cuando llegué a la zona peatonal ya no la vi. Seguí corriendo un poco más, con los pulmones a punto de estallar. La calle se bifurcaba: seguí corriendo hacia la derecha, pero no estaba allí.
Volví atrás, seguí por el otro camino y la vi a lo lejos, en la otra esquina. Estaba entrando en un supermercado. Por supuesto, ella no iba a las pequeñas tiendas de toda la vida, donde el trato era demasiado personal. Los supermercados le proporcionaban el anonimato que necesitaba. Estaba a punto de pararme cuando me di cuenta de que el supermercado tenía dos salidas. Pedí disculpas a mis pobres pulmones y seguí corriendo hasta la esquina. Cuando llegué al supermercado traté de pensar en las cosas que probablemente compraría una mujer como ella: puesto que ella misma había admitido que no cocinaba casi nunca, podía descartar los productos alimenticios y los habituales productos para “amas de casa”. Poco a poco, empecé a respirar con normalidad, mientras recorría con paso vacilante los distintos pasillos. ¡La sección de licores ! Apreté de nuevo el paso, doblé la esquina y eché un vistazo: allí estaba, poniendo dos botellas de champán en un carrito. Deduje de inmediato "aunque de hecho no tenía ningún motivo" que esas dos botellas eran para sus clientas. Supongo que lo deduje porque a mí nunca me había ofrecido. La seguí: cogió unas cuantas cosas más, no demasiadas, y se dirigió a la caja. Después de pagar, lo metió todo en una mochila negra de piel y se dirigió apresuradamente a la salida. Evidentemente, tenía prisa. Me pregunté si siempre se comportaría así cuando iba a hacer la compra: como alguien que vuelve a casa a toda prisa para evitar el peligro.
Sólo entonces me di cuenta del gran regalo que me había hecho al aceptar que la invitara a cenar. Por suerte, de vez en cuando cogía un avión y se marchaba a París, pues nadie podía soportar una vida así durante demasiado tiempo. Eligió la salida que quedaba más cerca de su apartamento y deduje que se dirigía directamente allí. Si no me doy prisa, pensé, la perderé de vista en cualquier momento. ¡Qué rápido camina! A medida que me iba acercando, iba viendo las reacciones de la gente al cruzarse con ella. Algunos hombres la desnudaban con la mirada descaradamente y un par de mujeres jóvenes en los veintes, junto a sus parejas le negaron el saludo de una forma tan poco disimulada que deduje al momento que se trataba de clientas suyas.
Caminaba con la espalda muy recta. Cuando estábamos a punto de llegar a su casa, me pregunté qué debía hacer. En cuanto ella entrara en el edificio, yo ya no podría hacer nada. Me metí por un callejón que cruzaba de nuevo la calle principal unos metros más allá y eché a correr. Jadeando, doblé la esquina y coincidí con ella en el momento justo. De hecho, casi tropezamos, lo cual hizo que la mochila se le resbalara de las manos. ¡Mierda, el champán! Intenté sujetar la bolsa y las dos la cogimos a la vez justo antes de que llegara al suelo. Fue en ese momento cuando me reconoció.
—Gracias, señora —me dijo, perpleja. Ah, o sea que quería comportarse como si no me conociera... Es decir, lo mismo que hacía con las clientas. Pues no te vas a librar de mí tan fácilmente.
—De nada santana —contesté—. ¿Cómo estás? —En ese momento se estaba incorporando, pero interrumpió el movimiento de golpe y se quedó medio agachada
—. Eso es malísimo para la espalda —comenté, amablemente. Finalmente se incorporó del todo y me miró como si estuviera muy nerviosa. Yo hice como si no me diera cuenta, pues si no quería perder mi última oportunidad tenía que hacer las cosas bien.
—¿Te apetece tomar un café? —le pregunté, como si fuéramos amigas de toda la vida y acabáramos de encontrarnos por casualidad—. ¿En mi casa? —añadí, con entusiasmo. Ella aún parecía muy nerviosa y decidí que aquella era mi oportunidad. Por tanto, actué—: Perfecto —exclamé, para recobrar la compostura antes de señalar en dirección a mi calle—. Vivo por allí. —Me volví hacia la izquierda—. ¿Vienes? Aceptó y echó a andar detrás de mí.
Miraba hacia delante, pero en una ocasión desvió la mirada para observarme con el gesto de un ciervo deslumbrado por los faros de un coche. “Si consigo meterla rápidamente en mi apartamento no se arrepentirá , todo saldrá a la perfección”. “Un momento: ¿qué es lo que saldrá a la perfección? Tarde o temprano, volverá a ponerse en guardia.
Todavía me seguía como un corderito cuando abrí la puerta de la calle. Me volví para mirarla. Entramos al ascensor y marque “piso 4” por un momento me puse nerviosa estar en ese espacio tan reducido y con ella tan cerca con su perfume acariciando mi nariz , Cuando llegamos a la cuarta planta, la tensión en mi cuerpo era prácticamente insoportable. Jadeé en busca de aire, Ella respiraba con normalidad,
como si no sintiera la tensión que me invadía.
Una vez estuvimos dentro de mi apartamento y cerré la puerta, suspiré, aliviada. Lo habíamos conseguido. Ella observaba absolutamente todo a su alrededor muy atenta.
—A la izquierda —le dije—, hacia la cocina. Caminó delante de mí. Seguramente, todavía estaba perpleja, pues no la veía muy centrada que digamos. Lo más probable es que hubiese decidido que jamás volveríamos a vernos... o, por lo menos, que tardaríamos aún un poco en volver a vernos. Me acerqué a la mecedora, el único mueble de la casa que jamás cedía a los invitados.
—Siéntate —le dije, amablemente—, mientras yo hago café. Se sentó. Llené el hervidor de agua y lo puse en el fuego. Empezaba a preocuparme un poco. Tarde o temprano, algo tendría que hacerla reaccionar... Me acerqué y le cogí la mochila, sin que opusiera resistencia.
—Será mejor que ponga el champán en la nevera, ¿no crees? —le pregunté ¡Rayos! Exacto... Eso fue lo que la hizo reaccionar.
—¿Champán? —dijo—. ¿Cómo sabes que he comprado champán? —Mientras me observaba, en sus ojos apareció un poco de vida. Traté de quitarle importancia al tema
—.He mirado en la bolsa —dije, inocentemente.
—No, no has mirado —replicó con firmeza. Al parecer, no se había quedado tan perpleja como para no darse cuenta de algo así.
—está bien . —No me iba a quedar más remedio que confesar. Si decidía levantarse y marcharse, yo no podría hacer nada para impedírselo—. Te he visto en el supermercado.
—Pero yo no te he visto a ti. — Obviamente, no tenía ni idea de por qué no me había visto y estaba tratando de imaginar por qué se le había pasado por alto ese detalle.
—No —dije. Su rostro se endureció, como si se hubiera convertido de repente en una máscara.
—Me estabas espiando —concluyó, en tono glacial. Ay, señor, así con tanto acoso no iba a conseguir jamás que me abriera su corazón.
—Ha sido por casualidad, de verdad — dije, para disculparme—. Yo estaba sentada tomando un café y te he visto cruzar la calle.—Al menos, que no pensara que llevaba tiempo espiándola—Luego te he visto entrar en el supermercado...
—Y me seguiste... —terminó, muy seria. A mí me estaba costando bastante más que a ella mantener la calma.
—¡pues sí santana! ¡te seguí, y que?! —estallé—. ¡Quería volver a verte! ¿Tanto te cuesta entenderlo?
—Podías haberme llamado —sugirió, como si fuera lo más obvio del mundo.
—¿Para pedirte una cita sexual? — ¡Oh, no, otra vez no! ¿Por qué me resultaba tan difícil mantener la bocaza cerrada?
—si, Por ejemplo —dijo, subrayando la inequívoca frialdad de sus palabras y con una calma si cabe más desinteresada que antes. No se dejó provocar, sino que se limitó a examinarse las uñas con aire ausente. Me entraron ganas de ponerme a gritar. ¿Por qué me había comportado así? Sabía perfectamente lo poco que le gustaba ser el centro de atención. Estaba acostumbrada. Se escondía tras un muro y no dejaba que nadie llegara hasta ella. La miré. “No lo soporto más”, pensé.
—santana Yo.... — Me acerqué a ella, me incliné y la besé. Ella entreabrió de inmediato los labios automáticamente y me permitió besarla. Fue una sensación espantosa y supuse que era así como se comportaba cuando sus clientas querían besarla. Me aparté y me incorporé.
—Esto lo podías haber conseguido igualmente —dijo, sin ningún entusiasmo, sabía que estaba molesta por mi comportamiento obsesivo —No hacía falta que me tendieras una emboscada en la calle.
El hervidor empezó a silbar. Me alejé un poco y fui a apagar el fuego, mientras pensaba que lo había hecho todo mal. Ahora, si quería volver a verla, no me quedaría más remedio que acudir a ella como clienta, pues no me permitiría nada más... y estaba por ver si me permitiría ser su clienta. Permanecí allí de pie, dándole la espalda, durante unos instantes. No me atrevía a mirarla. Me apoyé en la cocina.
—Por favor... —dije. Nada, no emitió ni un solo sonido. Me di la vuelta y comprobé que seguía sentada, exactamente igual que antes. De repente, todo lo que sentía por ella pudo más que yo
—.Me muero por tenerte —dije, con desesperación.
—Ya entiendo brittany —respondió ella, sin demasiado interés—.¿Dónde está la cama?
—No... Por favor, no me hagas eso — quise gritar, pero sólo me salió un susurro ronco
.—¿Hacerte qué? Pensaba que querías acostarte conmigo. —De nuevo, se había convertido en la profesional que actúa con frialdad, en la prostituta. Sí, sí, por supuesto que quería, pero con ella, no con aquel cuerpo privado de alma. Me desmoroné.
—No puedo. —Me sentía completamente vacía.
—Pues entonces me voy. —Se puso en pie, cogió su mochila y se dirigió a la puerta. La seguí. Ella legó a la puerta y giró el pomo.
—Te amo —dije. Le dije al fin llena de valor —. Te amo—repetí; Muy lentamente, soltó el pomo de la puerta.
—No —susurró, apenas audiblemente.
—Sí —insistí, en voz baja—. No puedo evitarlo. Ya no me importaba nada. Me acerqué a ella, la abrase por detrás y la atraje con fuerza hacia mí.
—Te amo , te amo, te amo. —Me alegraba de poder decirlo al fin, aunque aquella fuera la última vez que se lo decía.
—No puedes —dijo, en el mismo tono apenas audible de antes.
—Sí que puedo —insistí una vez más—. Ni siquiera tú puedes impedírmelo santana .
Se estremeció entre mis brazos. Pensé que iba a echarse a llorar, pero no me llegó ningún sonido. Me acurruqué contra su cuerpo una vez más y luego la solté. Si quería irse, yo no tenía forma de impedírselo. Sin embargo, no se movió. Nos quedamos allí las dos, completamente inmóviles: en el silencio, sólo se oía el tictac del reloj de la cocina.
—No puede ser —empezó a decir. En su rostro, se apreciaba la tensión que yo le había obligado a soportar—. Soy una... — a diferencia de lo habitual en ella, no pronunció la palabra en voz alta.
—Ya sé lo que eres, no es ninguna novedad. —Cogí aire con fuerza—Pero no me importa. —Fuera o no verdad esto último, lo cierto es que no era el momento de comprobarlo—. Y desde luego, no me va a impedir quererte, te guste o no te guste. Quiero… quiero que seas mi novia santana — Bueno, pues ya lo había dicho. Ahora le tocaba a ella decidir si se marchaba o se quedaba.
Luchó consigo misma. Sabía que si quería terminar con aquella historia, lo mejor era marcharse en aquel preciso instante. Yo ni siquiera me atrevía a considerar la posibilidad de que ella estuviera enamorada de mí, o de que llegase a estarlo alguna vez, pero sí estaba segura de que al menos le gustaba. Por algo se empieza, me dije.
—Yo no puedo permitirme esos sentimientos y mucho menos estar contigo de esa manera, no puedo ser tu … eso —me explicó. Se había tranquilizado un poco. Parecía un tanto desconcertada, pero distante al mismo tiempo—. No sabría qué hacer con ellos, así que por favor no me exijas eso.
—No te estoy exigiendo nada —le dije, con tanta serenidad como pude. Sabía que no pretendía ser cruel, que lo único que estaba haciendo era tratar de protegerse—. Pero...¿tan espantoso es que alguien te quiera?
—Es peligroso —dijo. Durante apenas un instante, me abrió su corazón más de lo que yo esperaba—. Me da miedo, mucho miedo
¿El amor le daba miedo? Gracias a mi experiencia, sabía que esa clase de interés resultaba un tanto asfixiante cuando procedía de ciertas mujeres y es posible que hasta yo hubiera pecado de eso en alguna ocasión. Sin embargo, también sabía que entre nosotras no había ocurrido nada que pudiera hacerle pensar en una situación así. Por tanto, había que buscar los motivos en su pasado. Por supuesto, yo no podía cambiar nada de su pasado: lo único que podía hacer era tratarla con muchísimo amor y ternura, para demostrarle que las cosas se pueden hacer de otra manera. Pero para poder demostrárselo, tenía que abrirse un poco más y dejarme llegar hasta su corazón.
—¿El amor te da miedo? ¿Por qué? —.estaba muda, no me respondió, lo cual me desespero —. ¡Santana! ¿Porque? ¡Dímelo!
—No quieres saberlo—.fue su única respuesta
—. Yo creo que ya hemos pasado por esto —.Le dije calmadamente—y sabes que todo lo que tenga que ver contigo y con tu vida me importa así que si quiero saberlo, ella suspiro Se sentó en el sofá yo la seguí inmediatamente y me senté a su lado
—Te he contado ya demasiadas cosas...—dudo un instante. O sea, ¿que consideraba que me había contado demasiadas cosas?
—Su nombre era Katherine — empezó — era odontologa tenía 7 consultorios aquí en new york y un grupo de ortodontistas que trabajaban para ella en cada uno—apoyó un brazo en el Respaldo del sofá y se inclinó un poco hacia delante.—Ella Murió hace dos años
—Hace dos años... —murmuré pensativamente. Se paró en seco.
—No se te escapa nada, ¿eh? —No lo decía en un tono especialmente halagador—. Sí, tienes razón. Fue la última mujer, antes de ti, con la que...tuve mi orgasmo
Me dio la espalda y se quedó dónde estaba. y se sujetó la frente con una mano. Había algo en todo aquello que la preocupaba terriblemente. ¿Se trataba sólo de una clienta? No, yo sabía que eso no podía ser cierto, pues jamás habría llegado hasta ese extremo con una clienta.
—Eran pareja —afirmé, de repente.
—¡No! —se enfureció. Daba la sensación de que lo peor que podía pasarle era que alguien la acusara de haber amado— Sólo era una clienta. —Sabía que estaba haciendo terribles esfuerzos por mantener el control.
—Tuvo que ser algo más que una clienta —apunté, convencida—, si me estas contando todo esto acerca de ella
—Me pagaba, por tanto era una clienta —dijo con obstinación.
Yo debía de tener parte de razón porque, de lo contrario, ella no habría sentido la imperiosa necesidad de negarlo todo.
—¿Cuánto tiempo estuvieron juntas? Supongo que te quería mucho.— le pregunté, sin desanimarme.
—¡Sí, sí! —Protestaba a regañadientes y cada vez estaba más a la defensiva—. Seguramente, ella creía que era amor.
—¿Y tú no la amabas? En cualquier caso, y por lo que yo sabía de ella, estaba segura de que jamás se lo dijo. Se produjo un largo silencio, que daba a entender que o bien ella no estaba segura, o bien no quería estarlo.
—yo…. No sé .. si la amaba y mucho , era muy importante para mí dijo al fin.
Sé que está mal, pero sentí celos y envidia de aquella mujer pues santana acababa de confirmar que la amaba y lo importante que era para ella así tan fácilmente, no recuerdo haberla escuchado antes hablar de esa manera
— Qué pasó? — le pregunte, El silencio se prolongó aún unos segundos. Lo único que podía hacer yo era esperar hasta que decidiera contarme la historia.
—Era mayor que yo... mucho mayor que yo. Tenía 33 años y yo 22 me llevaba 11 años Y se enamoró de mí. —. Se volvió a medias hacia mí y cruzó los brazos sobre el pecho
—. Lo mismo que tú, no soportaba que yo siguiera haciendo mi trabajo, pero yo no quería depender de ella. Me rogó y me suplicó, más de una vez,. Me dijo que tenía dinero suficiente para toda la vida, y hasta para dos vidas.—Movió la cabeza de un lado a otro—. Pero el dinero no sirvió para salvarle la vida. Ni todo el dinero del mundo habría podido detener la enfermedad que la destrozaba por dentro.
“Aquella era la causa de la mayoría de sus reacciones. En ese momento, estaba completamente enfrascada en sus pensamientos, como ya la había visto en otra ocasión”
—. Tenía leucemia, yo no sabía nada, siempre me lo ocultó. —Se giró hacia la pared y contempló fijamente un cuadro—. Ya hacia el final, había conseguido convencerme para que no me viera con otras mujeres. Pasaba todos los días conmigo, cada noche dormía conmigo. Era como un ritual: cuando nos íbamos a la cama, teníamos que dormir juntas. Prácticamente vivía conmigo. Me daba dinero más que suficiente para compensar mis “pérdidas salariales”, para que no me acostara con otras mujeres. Durante dos años, fue mi única clienta. Yo pensaba: “Si no sabe en qué emplear su dinero, ¿por qué rechazarlo?”. —Se tapó la cara con las manos—. Y entonces se marchó. Dijo que iba a un balneario y, supuestamente, tenía que volver dos semanas más tarde. No me dijo dónde estaba el balneario.—Poco a poco, dejó caer las manos
—. En todo ese tiempo no supe nada de ella y, transcurridas las dos semanas, no volvió. Esperé unos días y pensé que me había abandonado. Estaba enfadada y muy dolida, así que me acosté con la primera mujer dispuesta a pagarme y reanudé la vida que llevaba antes. —Y entonces —prosiguió—, seis semanas después, recibí una carta de un médico. Había muerto en una clínica especializada de Suiza. —Supuse que para ella había sido un golpe tremendo y que todavía estaba afectada. Suspiró con resignación y siguió hablando
—. Fui hasta aquella clínica en suiza y hablé con el doctor que la había tratado en sus últimos días. Dijo que de haber acudido antes al hospital, tal vez podrían haber hecho algo por ella, con tratamientos intensivos a largo plazo y estancias en una clínica de reposo. Pero ella siempre se había negado y, al parecer, le había insinuado al médico que había una persona a la cual no quería o no podía dejar sola.
A medida que hablaba iba bajando más y más la cabeza, hasta que casi le rozó el pecho. Se volvió hacia mí y levantó la vista: sus ojos
estaban lagrimosos y en ellos había una mirada vacía.
— Rechazó el tratamiento por mi culpa. Por estar enamorada de mi, Murió por mi culpa!! , —dijo, añadiendo más crudeza a sus palabras.
Quise consolarla, pero sabía que no me lo permitiría. En cierta manera, tenía razón, y debía encontrar la forma de librarse de esos
Sentimientos de culpa. Sin embargo, había algo en lo que estaba equivocado por completo.
—no fue tu culpa santana! , ella así lo decidió y a pesar de que crees eso, cosa que yo no, ¿sigues pensando que sólo era una clienta?
—Me pagaba. Hasta me abrió una cuenta bancaria en la que, por cierto, nunca faltaba el dinero. —Se negaba a aceptar la verdad.
—Sí, claro. Porque no quería perderte — a mí no me resultaba tan difícil de entender, pero esa palabra hizo que se le escapara definitivamente el control.
—¿Perderme? ¿Que no quería perderme? —Me lanzó una mirada claramente agresiva—. ¿Es que se han creído todas que pueden poseerme? —De nuevo se giró con un gesto brusco y me dio la espalda—.ustedes me pagan y sólo por eso ya creen que pueden tratarme como si fuera un objeto. Comprar y usar. Poseer y perder —Se rió con desdén. No podía ni quería participar en aquel debate, pues sabía que buena parte de lo que acababa de decir obedecía a la rabia que sentía en esos momentos. Conservé la calma.
—¿A quién te refieres con “ustedes”? —Se volvió tan deprisa que casi perdió el equilibrio.
—¡Pues a ustedes!! —gritó—. Mis... —Se detuvo tan de repente como había empezado.
—Yo no soy una clienta —dije. Traté de responder sin alterarme—. No te pago, y tampoco quiero poseerte. Yo a ti Te amo.
Para mí fue muy difícil pronunciar esas palabras con tanta calma.
El miedo me atenazó la garganta y, de golpe ¿Conseguiría algún día llegar hasta ella?, hasta su corazón como lo había hecho Katherine? Permaneció donde estaba, en silencio, pero yo tenía que decir algo o, de lo contrario, me pondría a llorar de pura desesperación.
—Estoy convencida de que ella no se sentía como una clienta y que te amaba . —Al parecer, no me oyó, o no entendió lo que le estaba diciendo—. Y yo me siento exactamente igual que ella … santana escucha: por favor se mi novia yo no me iré a ningún lado aquí estoy contigo sana y salva… yo… no quiero perderte. —No sabía si mis palabras le llegaban, pero esperaba que me respondiera. No reaccionó de inmediato y el tiempo que tardó en responder me pareció una eternidad.
—Yo tampoco quiero perderte —dijo, en voz baja.
[continuara…]
chicas ese ha sido el capitulo gracias por leer y dejen sus comentarios ..... hasta pronto ... besos
Katherine
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hasta pronto n_n
Última edición por mcmahonnn el Mar Feb 26, 2013 6:13 pm, editado 1 vez (Razón : adjuntar fotos)
mcmahonnn- |******|
- Mensajes : 265
Fecha de inscripción : 12/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Y....???!!!!! me lo dejas ahi?!
Me lo cortas en la mejor parte... Pero bueno, asi esperaré mas ansiosa
la proxima actualizacion.
Ve, esta es la primera vez que comento, dejame decirte que tu FF es
GENIAL! Es tan kjdñlfkgñjñskl jeje
Actualiza pronto, si?! Besos!
Me lo cortas en la mejor parte... Pero bueno, asi esperaré mas ansiosa
la proxima actualizacion.
Ve, esta es la primera vez que comento, dejame decirte que tu FF es
GENIAL! Es tan kjdñlfkgñjñskl jeje
Actualiza pronto, si?! Besos!
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Pero mira que mala eres siempre dejando intriga y haciendo que pierda mis uñas
Pero bueno siempre te comento porque simplemente me encanta tu fanfic es una historia maravillosa y dolorosa santana a sufrido mucho y britt me encanta me mata de la ternura tratando de enamorar a santana
Porfavor actualiza pronto besos
Pero bueno siempre te comento porque simplemente me encanta tu fanfic es una historia maravillosa y dolorosa santana a sufrido mucho y britt me encanta me mata de la ternura tratando de enamorar a santana
Porfavor actualiza pronto besos
santanalove1014- - Mensajes : 1113
Fecha de inscripción : 29/01/2013
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Dios! Que triste es la historia de Katherine
Me puso muy sentimental T_T O es muy triste o no se que me pasa .__. xDD
Que te puedo decir !ME ENCANTÓ! Que lindo que Britt le confesó que la ama :3 Y que va a luchar por el amor de San
Actualiza prontoo!
Me puso muy sentimental T_T O es muy triste o no se que me pasa .__. xDD
Que te puedo decir !ME ENCANTÓ! Que lindo que Britt le confesó que la ama :3 Y que va a luchar por el amor de San
Actualiza prontoo!
MarLovesGlee<3********- - Mensajes : 603
Fecha de inscripción : 03/10/2012
Edad : 27
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
eres mala y lo sabes... POR QUE LO PARTES AHI!!!
:'(: deja de jugar con mis sentimientos :'(
:3 venga venga 4 caps mas y cumplo mi promesa!
:'(: deja de jugar con mis sentimientos :'(
:3 venga venga 4 caps mas y cumplo mi promesa!
Cleeky- Special Gleek
- Mensajes : 396
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Wooow que fuerte... ahora si que entiendo a san a la perfección y su miedo a enamorarse y abrirle su corazón a britt.... Pero REACCIONA MUJER!! britt esta sana y salva como mismo dijo y no se iraaaaa... Ella te amaaaaa
Espero que san acepte ser novia de britt... mi rubia se merece una oportunidad, se muere por esa morena... que acepte ser su novia, que celebreeeeen y esten juntas que se quede a pasar la noche con britt... para que mi rubia le enseñe a san lo que es el amor de verdad
Espero que san acepte ser novia de britt... mi rubia se merece una oportunidad, se muere por esa morena... que acepte ser su novia, que celebreeeeen y esten juntas que se quede a pasar la noche con britt... para que mi rubia le enseñe a san lo que es el amor de verdad
aria- - Mensajes : 1105
Fecha de inscripción : 03/12/2012
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Dios dios dios dios!
Es el mejor capiiiiiiiiiitulooo, la persecusion de Britt, que le confiese que la ama, que San le cuente su pasado, su amor
Y yo me siento exactamente igual que ella … santana escucha: por favor se mi novia yo no me iré a ningún lado aquí estoy contigo sana y salva… yo… no quiero perderte.
—Yo tampoco quiero perderte —dijo, en voz baja.
Con esto me mataste!♥ Necesitooo el proximooo
Es el mejor capiiiiiiiiiitulooo, la persecusion de Britt, que le confiese que la ama, que San le cuente su pasado, su amor
Y yo me siento exactamente igual que ella … santana escucha: por favor se mi novia yo no me iré a ningún lado aquí estoy contigo sana y salva… yo… no quiero perderte.
—Yo tampoco quiero perderte —dijo, en voz baja.
Con esto me mataste!♥ Necesitooo el proximooo
Floor- - Mensajes : 1418
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Edad : 30
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Muy buen capitulo me encanto aztualiza pronto si ojala esten juntas si si por favor
Keiri Lopierce-* - Mensajes : 1570
Fecha de inscripción : 09/04/2012
Edad : 33
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Wow!! Me parecio genial!! Peroo porque lo cortas ahí!! akljsdfñjfkhfa
Fue genial me haces feliz ya lo sabes pero me encanta decirlo porque es verdad!!
Debo decirte que no me eh perdido ninguno de tus capitulos,y lamento no comentarte porque te eh estado leyendo por mi cel, porque con eso de que ahora tengo exámenes, proyectos y ahora el gym uff bueno etc, llego agotadisima pero sólo leo tu fic y añldjfañfdh me emociono mucho jajaja
Bueno espero tu actualización...
Te quiere tu extorsionista amorosa! :>.<:
Fue genial me haces feliz ya lo sabes pero me encanta decirlo porque es verdad!!
Debo decirte que no me eh perdido ninguno de tus capitulos,y lamento no comentarte porque te eh estado leyendo por mi cel, porque con eso de que ahora tengo exámenes, proyectos y ahora el gym uff bueno etc, llego agotadisima pero sólo leo tu fic y añldjfañfdh me emociono mucho jajaja
Bueno espero tu actualización...
Te quiere tu extorsionista amorosa! :>.<:
Fatiiu** - Mensajes : 61
Fecha de inscripción : 18/02/2013
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
MC..... por q eh? jajaja creo q junto con Dani se pusieron de acuerdo para tratar de hacerme llorar jajajjaj
este ha sido el mejor cap q he leido del fic....
wow, por fin hablaron y cada quien dijo lo que tenia q decir... y Britt tan lida y parece q San la aceptará, depues de todo lo q pasó San, era obvio ese miedo a enamorarse nuevamente... te felicito MC...
espero actu.. chao
este ha sido el mejor cap q he leido del fic....
wow, por fin hablaron y cada quien dijo lo que tenia q decir... y Britt tan lida y parece q San la aceptará, depues de todo lo q pasó San, era obvio ese miedo a enamorarse nuevamente... te felicito MC...
espero actu.. chao
Invitado- Invitado
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Me ha encantado!!!! Pero como siempre la cortas en la mejor parte D:
Me da mucha pena san. Lo ha pasado fatal y es notmal que actue si u.u
Espero ya tu actu y a ver en que queda la conver! Serian tan lindas como pareja!!!
Aunque siento que santana le dira un "no quiero perderte pero...."
Adajafajagahag
Me da mucha pena san. Lo ha pasado fatal y es notmal que actue si u.u
Espero ya tu actu y a ver en que queda la conver! Serian tan lindas como pareja!!!
Aunque siento que santana le dira un "no quiero perderte pero...."
Adajafajagahag
Invitado- Invitado
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Puff de verdad que Santy no la ha tenido fácil
su vida ha sido realmente difícil, pero espero que
aunque tenga miedo a enamorarse de nuevo, haga
todo lo posible para que las cosas con Britt funcionen....
Espero la actu.!!! saludos
su vida ha sido realmente difícil, pero espero que
aunque tenga miedo a enamorarse de nuevo, haga
todo lo posible para que las cosas con Britt funcionen....
Espero la actu.!!! saludos
Andy_Pandy-* - Mensajes : 1796
Fecha de inscripción : 05/01/2013
Edad : 29
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Mc querida primero decirte que amo tu historia y escribes maravillosamente bien
segundo: me caes super bien Mc
tercero:COMO LA DEJAS ASÍ MC
Bueno esas 3 cosas eran importantes , siguiendo wowow Mc tienes un encanto para desarrollar la historia y mucha imaginación son pocos la clases de fics que he leido así o mejor dicho solo uno pero te digo que no se compara con el tuyo, la manera en que haces que Santana sea tan fría y indiferente cuando quiere, atrapas al lector con la duda de querer saber que es lo que realmente siente y de paso amo como Britt ha logrado bajar unos cuantos de esos muros que tiene la latina. El personaje de Britt es adorable ver como a pesar de todo no se detiene al seguir a San ni trata de negar lo que siente mas bien va a por ello incluso algunas veces tornándose masoquista con los pensamientos hahahc
Cada una de las imágenes que subes de mi parte son muy agradecidas ya que como lectora me ayuda mejor a dejar volar mi imaginación ... Te pregunto algo mujer ¿de dónde salio tanta imaginación para ese lemon?.. sin contar claro la imaginación para realizar esta historia donde las protagonistas tiene una dinámica que es muchas veces impredecible y donde son momentos de algo así como 5 segundos de tranquilidad y 10 minutos de tensión, me gusta mucho, pero espero con demasiadas ansias un pov de Santy donde sepamos que siente por Britt y que esta logrando la holandesa en ella ya que por su manera de ser puede esconder muy bien sus sentimientos.
Te diría que subas ahora mismo que no seas mala que me estoy muriendo (cosa que es verdad)... pero entiendo que no puedes subir todo de una y prometí no volverte a decir mala luego me pones caritas que no me gustan.. ademas solo dije que podía yo, no que lo hagan todos -.-
Con mucho cariño y esperando no terminar en ataque de ansiedad hasta q actualices
att. Alex
segundo: me caes super bien Mc
tercero:COMO LA DEJAS ASÍ MC
Bueno esas 3 cosas eran importantes , siguiendo wowow Mc tienes un encanto para desarrollar la historia y mucha imaginación son pocos la clases de fics que he leido así o mejor dicho solo uno pero te digo que no se compara con el tuyo, la manera en que haces que Santana sea tan fría y indiferente cuando quiere, atrapas al lector con la duda de querer saber que es lo que realmente siente y de paso amo como Britt ha logrado bajar unos cuantos de esos muros que tiene la latina. El personaje de Britt es adorable ver como a pesar de todo no se detiene al seguir a San ni trata de negar lo que siente mas bien va a por ello incluso algunas veces tornándose masoquista con los pensamientos hahahc
Cada una de las imágenes que subes de mi parte son muy agradecidas ya que como lectora me ayuda mejor a dejar volar mi imaginación ... Te pregunto algo mujer ¿de dónde salio tanta imaginación para ese lemon?.. sin contar claro la imaginación para realizar esta historia donde las protagonistas tiene una dinámica que es muchas veces impredecible y donde son momentos de algo así como 5 segundos de tranquilidad y 10 minutos de tensión, me gusta mucho, pero espero con demasiadas ansias un pov de Santy donde sepamos que siente por Britt y que esta logrando la holandesa en ella ya que por su manera de ser puede esconder muy bien sus sentimientos.
Te diría que subas ahora mismo que no seas mala que me estoy muriendo (cosa que es verdad)... pero entiendo que no puedes subir todo de una y prometí no volverte a decir mala luego me pones caritas que no me gustan.. ademas solo dije que podía yo, no que lo hagan todos -.-
Con mucho cariño y esperando no terminar en ataque de ansiedad hasta q actualices
att. Alex
analex1403* - Mensajes : 11
Fecha de inscripción : 30/08/2012
Edad : 30
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Lo de Katherine me dio mucha pena , por eso Santana le pregunto que si ella estaba bien de salud la otra vez :( , mi Sany que pena que triste ella , como ha acabado el capitulo me encanto , (L) —Yo tampoco quiero perderte — por dios , sigue pronto porfa ,besos
Lydia7********- - Mensajes : 617
Fecha de inscripción : 24/08/2011
Edad : 32
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
solo puedo decir que ashjbefeuhfgviwiubfug3r Britt diciendo que la ama *-*
pobre San lo que sufrio por eso no se queria abrir
ya quiero el proximo cap
pobre San lo que sufrio por eso no se queria abrir
ya quiero el proximo cap
MarT1n4- ---
- Mensajes : 599
Fecha de inscripción : 28/11/2012
Edad : 27
Mi reina de la noche
hola chicas gracias por todos sus comentarios y aquí llegue con una nuevo capitulo espero que lo disfruten "se que lo harán"
chicas ese a sido el capitulo de hoy espero que les haya gustado espero sus comentarios
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hasta pronto ... besos ....
capitulo 12
Las semanas transcurrían como en un maravilloso sueño. Lo que sucedió fue que ella acepto estar conmigo, ser mi novia, sin más. Ahora faltaba la otra parte difícil: que dejara su trabajo. En una ocasión, mientras desayunábamos, le pregunté si no tenía que volver a su apartamento.
—No —me dijo—. Oficialmente estoy en París.
—Pero no has... —Ni había llamado por teléfono, ni había salido de mi casa en ningún momento, solo aquel fin de semana cuando fuimos a pasar la tarde en el parque, se veía extremadamente sexy usando mi ropa .
—No hacía falta que se lo dijera a nadie. Ya estaba programado —me observó con una mirada pícara— antes de que me secuestraras.
—Me avergoncé al recordarlo y me puse roja. Ella me dio un beso en los labios, con toda confianza, eso me gusto y me miró directamente a los ojos
—. Lo cual te agradezco muchísimo. —Gratitud no era precisamente lo que yo buscaba, pero... Sin necesidad de que yo la animara, hizo otro comentario gracioso
—. Y por lo que veo, me veo bien con tu ropa, ¿verdad? Además no hemos salido mucho de aquí.
De nuevo me sentí avergonzada. Nos pasábamos prácticamente las 12 horas del día viendo tv acurrucadas en el sofá y las otras 12 horas en la cama. Me estremecí de placer al pensarlo.
—Es una lástima, pero mañana tengo que volver al trabajo —dije, con pesar. Ella mordisqueó su pan tostado.
—Yo también tengo que ir a trabajar el lunes —dijo, sin mala intención. Aun así, me sentí como si acabara de recibir un puñetazo en el estómago. Durante todo el tiempo que había estado allí conmigo, temía que llegara ese momento
—¿Tienes que ir a trabajar? —le pregunte, ella Me miró sin pensar.
—Pues claro. A mí también se me han acabado las vacaciones.—Me había tomado por sorpresa, pero claro, ella tenía su profesión y yo la mía. Y ambas nos habíamos tomado unas vacaciones
—. No pongas esa cara triste —me dijo, en tono cariñoso—. Tienes las tardes libres si no te quedas tanto en esa oficina y yo, por lo general, también estoy libre .
Justo lo que yo pensaba: su especialidad era el amor nocturno con sus clientas solteras, pero supongo que sus clientas casadas tienen citas matinales cuando sus esposos trabajan. Hice un esfuerzo para recobrar la compostura. Sabía que, tarde o temprano, sucedería: la culpa era mía por haber pretendido olvidarlo.
—Claro —dije, aunque a regañadientes —, podemos vernos por las tardes. —Se acercó a mí y me dedicó una mirada muy tierna , me estaba entrando mucho calor por la forma en que me miraba.
—me gusta estar aquí contigo —dijo, junto a mi boca—, pero tengo que recuperar dos años de mi vida. — Me eché a reír, pues aún me costaba creerlo.
Sus besos eran apremiantes y yo quise levantarme—. No, quédate en la silla —me dijo. Volví a sentarme y ella se sentó sobre mí. Apoyó suavemente una mano en mi hombro y me besó con toda la ternura del mundo. Sus besos eran absolutamente maravillosos, pero no me parecía que se tratara de una deformación profesional. Más bien era un don que tenía, pues esas cosas no se aprenden.
—Me encanta cuando me besas así — dije, aprovechando un momento en que ella se apartó un poco—. A veces, quisiera que el momento durara eternamente. — Nunca he sido una entusiasta de los besos, pero gracias a ti me he vuelto una auténtica adicta.
Esa clase de cumplidos siempre la ponían un poco nerviosa y el comentario que acababa de hacerle no fue una excepción.
—Si eso es lo que quieres, sólo nos besamos, sin hacer nada más.
La idea no le parecía precisamente atractiva, pero estaba dispuesta a llevarla a cabo. “Tendré que medir un poco mis palabras —me dije—, pues en cuanto diga algo que suene a deseo sincero, se apresurará
a satisfacerme”. ¡Oh, la mujer de mis sueños más perversos! Había descubierto que encontrarla podía ser fatal. En esa ocasión, sin embargo, decidí tomarle un poco el pelo.
—Sí —acepté—, me parece buena idea. Pareció un poco decepcionada pero, como siempre, apartó sus propios deseos a un lado.
—De acuerdo —dijo. Le dediqué un inocente pestañeo.
—¿Puedo elegir yo el sitio donde me darás los besos? Transcurrieron unos instantes antes de que captara la broma.
—¡eres una mentirosa! —gruñó, en tono cariñoso, mientras volvía a inclinarse sobre mí.
Describir la dulzura de sus besos sería imposible. Cuando ya no pude soportar más la tensión, la obligué a deslizar las manos por mi cuerpo y a enterrarlas entre mis piernas. Y allí las dejó, inmóviles.
—¿Quieres hacerlo ahora? —me preguntó, en un tono de lo más sensual.
—Sí —gemí, al borde de la locura. Sin embargo, no hizo nada—. ¡Por favor! —le supliqué desesperada.
—¿De verdad quieres hacerlo? —me preguntó. Sabía que yo no estaba a favor de que me penetren, en mi vida muy pocas veces lo había permitido .Algo se despertó en alguna parte de mi mente, pero ya no tenía fuerzas para pensar, ni para tratar de adivinar qué se traía ella entre manos. Las caricias de su lengua en mi boca acabaron por eliminar cualquier pensamiento consciente.
—Sí —gemí de nuevo—.se levantó y yo la seguí hasta mi habitación una vez allí, me desnudo su respiración estaba agitada claramente con la excitación a mil: nada de actuación como solía hacerlo al principio.
me recostó en la cama y se acostó sobre mí , beso mi cuello y bajo hasta mis pechos , chupando mis pezones cuando yo ya estaba lo suficiente excitada . Introdujo dos dedos dentro de mí. Sorprendida, grité y arqueé todo el cuerpo. Sus dedos, inmóviles, permanecieron en el interior de mi cuerpo.
—Estás muy mojada. — dijo evidentemente excitada y lentamente introdujo los dedos
—Hazlo con cuidado santana. — Gemía excitada y a la vez nerviosa
—Tranquila, No te dolerá. —Empezó a mover los dedos muy despacio, con mucho cuidado, sin seguir ritmo alguno—Todo lo contrario: te gustará.
Hacía todo lo que podía para que yo perdiera el miedo, ella al igual que mis parejas anteriores solo suele usar la lengua conmigo pues no me gusta que me penetren con los dedos , ella lo sabe y consiguió tranquilizarme. tenía razón. Al principio no sentí absolutamente nada, pero después ella acarició un punto justo por encima del orificio y una
intensa oleada de calor recorrió todo mi cuerpo. El miedo había hecho desaparecer la excitación, pero ella siguió acariciándome hasta excitarme de nuevo. Cuando empecé a frotar mi cuerpo contra sus dedos, impulsada por un deseo cada vez más urgente, sacó lentamente los dedos. Tensé de nuevo el cuerpo, pero sólo durante un instante. Ella repitió el movimiento hasta que yo volví a adaptarme y entonces experimenté el deseo más intenso del mundo.
Empujé el cuerpo hacia su mano, con la intención de que entrara aún más dentro de mí, y ella siguió mi ritmo. —ahh ahh! sigue santana! ahhh ahhh! —Tuve la sensación de que toda ella estaba dentro de mí, de que sabía mucho mejor que yo lo que yo deseaba. Cuando finalmente me corrí entre sus dedos, suspiró.
—Sabía que lo conseguirías. —La miré una vez más a los ojos y luego me quedé dormida.
Un poco más tarde, cuando me desperté, estaba en la cama pero ella no estaba a mi lado, rápidamente me asuste puesto que durante todas estas semanas no se había separado de mi lado “¿se abra ido?”. pensé , la puerta se abrió despacio , santana Entró en la habitación y se sentó en la cama, junto a mí.
—He hecho café —dijo acariciándome el cabello—. ¿Quieres un poco?
—¿Qué si quiero que? —la provoqué. Se apartó de mí y se alejó un poco hacia el borde de la cama.
—Jajaja No, no —dijo, mientras trataba de esquivarme—, yo no estoy en el menú.
Dejarse seducir por ella era muy fácil, pero seducirla era otra historia y, desde luego, ya me había causado algún que otro quebradero de cabeza. Por su rostro cruzó una expresión, entre prudente y nerviosa, de alarma.
—¿Te he hecho daño? Cuando… sabes… cuando… te?
—No, claro que no. Ya lo habrías notado. —La miré y el amor que sentí por ella hizo que me empezara a dar vueltas la cabeza— Has sido de lo más delicada. —Sonreí. Se relajó de nuevo.
Cuando una madre se comporta así, la llaman “sobreprotectora” y me pregunté si las parejas pueden hacer lo mismo. Me incliné hacia ella y la besé con dulzura, para que no me malinterpretara.
—Has sido muy tierna —la tranquilicé—. Y me ha gustado mucho.
—A mí también. —Sonrió de nuevo, me beso y después respondió a mi pregunta— Pensé que no debías renunciar a nada sin probarlo antes
Si no te hubiera gustado, al menos ahora sabrías por qué.
—¿Me traes el café a la cama, o tengo que ponerme de pie? Me tiemblan las piernas—bromeé, ella Me siguió el juego.
—¿Tan terrible ha sido? —dijo para devolverme la broma.
—Peor —dije dramatizando, con la cara más seria y aburrida que conseguí poner—. He redefinido la palabra “orgasmo”. Tendrán que cambiar el diccionario. Se echó a reír otra vez, pocas veces he tenido la oportunidad de escuchar su risa y me encanta, volví a sentirme feliz.
—Bueno, pues si de verdad es así, no me quedará más remedio que traerte el café. — dijo mientras que se inclinó y me beso uno de mis pechos, Se puso en pie y se alejó con su habitual andar garboso.
Tuve que enfrentarme a la siniestra idea de que aquel era nuestro último día juntas y, de repente, me di cuenta de que no tenía ni idea de lo que hacía ella durante los fines de semana. Pensé que a lo mejor tenía tiempo libre el sábado y el domingo, pero también pensé que no me bastaba con eso: la quería siempre a mi lado. Volvió con el café.
—¿Tienes libres los fines de semana? — le pregunté como quien no quiere la cosa. Se echó a reír sin inmutarse.
—¿Cómo los trabajadores normales, quieres decir? — No me quedó más remedio que echarme a reír ante aquella imagen.
—Sí, más o menos.
— por lo general no estoy ocupada los fines de semana. Sólo en ocasiones excepcionales. — Aquello de “ocasiones excepcionales” no me gustó nada de nada, pero... ¿qué podía hacer? Traté de pensar en los aspectos positivos de la situación.
—O sea, que podemos pasar juntas los fines de semana?. — Era la primera vez que hablábamos sobre el futuro y detecté cierta duda por su parte: estaba claro que no quería Comprometerse tan rápido , tal vez por su experiencia pasada con Katherine pero a mí no me pasara nada, soy sana y fuerte como un león, en este caso una leona.
—Claro —dijo, muy convencida—, de vez en cuando sí.
—Bien —dije. En realidad, ahora no era el momento, pero tal vez con el tiempo conseguía convencerla de que retomara los estudios y dejara ese trabajo, ¿Con el tiempo? ¿En qué estás pensando? —Me pregunté—.No me importa la amo y me estoy dando una oportunidad con ella pero ¿Existía alguna posibilidad de que aquello saliera bien? De todas formas... ¿qué relación viene con un certificado de garantía? Y además, como ella había dicho antes, no rechaces las cosas sin probarlas antes.
Le dediqué una mirada de adoración y me pregunté qué debía hacer a partir de ese momento
—Trae tu café —le dije, en el tono más inofensivo posible—, no me gusta tomarlo sola. Me miró con cariño, Tal vez interpretó que aún me sentía muy débil, pero... ¡Se equivocó! Cogió su taza y se sentó en la cama junto a mí. Me aparté a un lado para hacerle sitio.
—Ven aquí —le dije—. Quiero apoyarme en ti —Se vio en un dilema: por un lado, yo acababa de expresar un deseo; y por el otro, sabía perfectamente que si hacía lo que yo le había pedido, estaría a mi merced. Como solía ocurrir en la mayoría de las ocasiones, satisfizo mi deseo y se sentó junto a mí. Sin embargo, aquello no resolvía del todo el problema: si empezaba a comportarme de forma cariñosa, se alejaría inmediatamente de la cama puesto que no se quería enamorar era “peligroso” desde su punto de vista.
—¿Puedo? —le pregunté antes de apoyarme en ella. Eso siempre la tranquilizaba.
Terminé mi café muy despacio. Puesto que estaba sentada a mi lado, tuve que inclinarme sobre ella para poder dejar la taza vacía sobre la mesilla de noche. Al volver a mi sitio, dejé caer la mano —de forma totalmente accidental— sobre su pierna. Me acerqué un poquito más a ella y apoyé la cabeza en su pecho. Iba vestida con una de las largas camisas de deporte que yo usaba. Me hubiera gustado más desnudarla, pero ella habría pensado que lo único que quiero de nuestra nueva relación es sexo .
—¿Tú también estás cansada? —dije, bostezando. Eso la convenció por fin de que yo no quería nada. Moví la mano sobre su pierna, buscando la posición más cómoda para dormir, y al hacerlo rocé su vientre , también por casualidad. Empezó a ponerse nerviosa.
Acomodé la cabeza en su pecho y le rocé accidentalmente un pezón. Su nerviosismo aumentó. Seguí moviendo muy despacio la mano que había apoyado en su pierna y empecé a respirar profundamente, me estaba quedando dormida.
Cuando estaba medio dormida sentí como Se retorció un poco en la cama, después dejó la taza de café y por último me rodeó con un brazo. Muy despacio, empezó a acariciarme un pecho con la mano y yo me alegré por dentro, aunque también tuve que apretar los dientes para no reaccionar de inmediato a sus caricias. Al cabo de un rato, termine de despertarme.
—¿Qué haces? —le pregunté muy despacio.
—¿No te gusta? —dijo, sonriente.
Me volví un poco para poder mirarla y deslicé una mano bajo su camisa, con aire distraído.
—Sí —murmuré, aún medio adormilada—.Sigue.
Me moría de ganas de besarla, pero quería que fuera ella quien se acercara a mí. Tardó un poco, pero por fin se acostó junto a mí y me hizo tenderme completa en la cama. Cuando me besó me di cuenta de que ya estaba excitada. Al notar sus labios junto a los míos me incorporé un poco y rodamos juntas hasta que ella quedó debajo de mí. Acababa de cruzar el punto crítico, lo cual significaba que podía seguir adelante.
La quería tanto...La besé durante largo rato y ella gimió entre mis labios, Lentamente, le subí la camisa con ambas manos y, al ver sus pechos, me maravillé una vez más de lo hermosos que eran. Acaricié una y otra vez su piel aterciopelada, una piel increíble y Extraordinaria. Seguí con los dedos el rastro de mis labios sobre todo su cuerpo.
—Deja que me quite esto. —Me pareció que su voz sonaba un poco forzada, pero no quería distraerme.
—No importa. —Dije entre besos
—Por favor —su voz se volvió suplicante—, deja que me la quite.
Entendí entonces lo que ocurría. Ella acababa de recordar que a sus clientas les gustaba que estuviera completamente vestida cuando se acostaban con ella. Tuve que dejar que lo hiciera ella misma, así que me senté en cuclillas.
—Está bien, quítatela —dije. Se quitó la camisa por la cabeza, rápidamente, y después acostó de nuevo. No me quedó más remedio que volver a empezar casi desde el principio, pues ella se había acordado de su trabajo. Era imprescindible que yo no me comportara como se comportaban sus clientas. Me acomodé entre sus brazos y le acaricié suavemente el estómago.
—santana, cariño ¿Estás bien? —le pregunté, mientras con los dedos trazaba dibujos sobre su piel. No me contestó de inmediato, lo cual era la confirmación de que no me había equivocado al interpretar la situación.
—Hace mucho tiempo —dijo, al cabo de unos instantes— que no me sentía tan bien con alguien como me siento contigo brittany.
—No —me dijo—. Oficialmente estoy en París.
—Pero no has... —Ni había llamado por teléfono, ni había salido de mi casa en ningún momento, solo aquel fin de semana cuando fuimos a pasar la tarde en el parque, se veía extremadamente sexy usando mi ropa .
—No hacía falta que se lo dijera a nadie. Ya estaba programado —me observó con una mirada pícara— antes de que me secuestraras.
—Me avergoncé al recordarlo y me puse roja. Ella me dio un beso en los labios, con toda confianza, eso me gusto y me miró directamente a los ojos
—. Lo cual te agradezco muchísimo. —Gratitud no era precisamente lo que yo buscaba, pero... Sin necesidad de que yo la animara, hizo otro comentario gracioso
—. Y por lo que veo, me veo bien con tu ropa, ¿verdad? Además no hemos salido mucho de aquí.
De nuevo me sentí avergonzada. Nos pasábamos prácticamente las 12 horas del día viendo tv acurrucadas en el sofá y las otras 12 horas en la cama. Me estremecí de placer al pensarlo.
—Es una lástima, pero mañana tengo que volver al trabajo —dije, con pesar. Ella mordisqueó su pan tostado.
—Yo también tengo que ir a trabajar el lunes —dijo, sin mala intención. Aun así, me sentí como si acabara de recibir un puñetazo en el estómago. Durante todo el tiempo que había estado allí conmigo, temía que llegara ese momento
—¿Tienes que ir a trabajar? —le pregunte, ella Me miró sin pensar.
—Pues claro. A mí también se me han acabado las vacaciones.—Me había tomado por sorpresa, pero claro, ella tenía su profesión y yo la mía. Y ambas nos habíamos tomado unas vacaciones
—. No pongas esa cara triste —me dijo, en tono cariñoso—. Tienes las tardes libres si no te quedas tanto en esa oficina y yo, por lo general, también estoy libre .
Justo lo que yo pensaba: su especialidad era el amor nocturno con sus clientas solteras, pero supongo que sus clientas casadas tienen citas matinales cuando sus esposos trabajan. Hice un esfuerzo para recobrar la compostura. Sabía que, tarde o temprano, sucedería: la culpa era mía por haber pretendido olvidarlo.
—Claro —dije, aunque a regañadientes —, podemos vernos por las tardes. —Se acercó a mí y me dedicó una mirada muy tierna , me estaba entrando mucho calor por la forma en que me miraba.
—me gusta estar aquí contigo —dijo, junto a mi boca—, pero tengo que recuperar dos años de mi vida. — Me eché a reír, pues aún me costaba creerlo.
Sus besos eran apremiantes y yo quise levantarme—. No, quédate en la silla —me dijo. Volví a sentarme y ella se sentó sobre mí. Apoyó suavemente una mano en mi hombro y me besó con toda la ternura del mundo. Sus besos eran absolutamente maravillosos, pero no me parecía que se tratara de una deformación profesional. Más bien era un don que tenía, pues esas cosas no se aprenden.
—Me encanta cuando me besas así — dije, aprovechando un momento en que ella se apartó un poco—. A veces, quisiera que el momento durara eternamente. — Nunca he sido una entusiasta de los besos, pero gracias a ti me he vuelto una auténtica adicta.
Esa clase de cumplidos siempre la ponían un poco nerviosa y el comentario que acababa de hacerle no fue una excepción.
—Si eso es lo que quieres, sólo nos besamos, sin hacer nada más.
La idea no le parecía precisamente atractiva, pero estaba dispuesta a llevarla a cabo. “Tendré que medir un poco mis palabras —me dije—, pues en cuanto diga algo que suene a deseo sincero, se apresurará
a satisfacerme”. ¡Oh, la mujer de mis sueños más perversos! Había descubierto que encontrarla podía ser fatal. En esa ocasión, sin embargo, decidí tomarle un poco el pelo.
—Sí —acepté—, me parece buena idea. Pareció un poco decepcionada pero, como siempre, apartó sus propios deseos a un lado.
—De acuerdo —dijo. Le dediqué un inocente pestañeo.
—¿Puedo elegir yo el sitio donde me darás los besos? Transcurrieron unos instantes antes de que captara la broma.
—¡eres una mentirosa! —gruñó, en tono cariñoso, mientras volvía a inclinarse sobre mí.
Describir la dulzura de sus besos sería imposible. Cuando ya no pude soportar más la tensión, la obligué a deslizar las manos por mi cuerpo y a enterrarlas entre mis piernas. Y allí las dejó, inmóviles.
—¿Quieres hacerlo ahora? —me preguntó, en un tono de lo más sensual.
—Sí —gemí, al borde de la locura. Sin embargo, no hizo nada—. ¡Por favor! —le supliqué desesperada.
—¿De verdad quieres hacerlo? —me preguntó. Sabía que yo no estaba a favor de que me penetren, en mi vida muy pocas veces lo había permitido .Algo se despertó en alguna parte de mi mente, pero ya no tenía fuerzas para pensar, ni para tratar de adivinar qué se traía ella entre manos. Las caricias de su lengua en mi boca acabaron por eliminar cualquier pensamiento consciente.
—Sí —gemí de nuevo—.se levantó y yo la seguí hasta mi habitación una vez allí, me desnudo su respiración estaba agitada claramente con la excitación a mil: nada de actuación como solía hacerlo al principio.
me recostó en la cama y se acostó sobre mí , beso mi cuello y bajo hasta mis pechos , chupando mis pezones cuando yo ya estaba lo suficiente excitada . Introdujo dos dedos dentro de mí. Sorprendida, grité y arqueé todo el cuerpo. Sus dedos, inmóviles, permanecieron en el interior de mi cuerpo.
—Estás muy mojada. — dijo evidentemente excitada y lentamente introdujo los dedos
—Hazlo con cuidado santana. — Gemía excitada y a la vez nerviosa
—Tranquila, No te dolerá. —Empezó a mover los dedos muy despacio, con mucho cuidado, sin seguir ritmo alguno—Todo lo contrario: te gustará.
Hacía todo lo que podía para que yo perdiera el miedo, ella al igual que mis parejas anteriores solo suele usar la lengua conmigo pues no me gusta que me penetren con los dedos , ella lo sabe y consiguió tranquilizarme. tenía razón. Al principio no sentí absolutamente nada, pero después ella acarició un punto justo por encima del orificio y una
intensa oleada de calor recorrió todo mi cuerpo. El miedo había hecho desaparecer la excitación, pero ella siguió acariciándome hasta excitarme de nuevo. Cuando empecé a frotar mi cuerpo contra sus dedos, impulsada por un deseo cada vez más urgente, sacó lentamente los dedos. Tensé de nuevo el cuerpo, pero sólo durante un instante. Ella repitió el movimiento hasta que yo volví a adaptarme y entonces experimenté el deseo más intenso del mundo.
Empujé el cuerpo hacia su mano, con la intención de que entrara aún más dentro de mí, y ella siguió mi ritmo. —ahh ahh! sigue santana! ahhh ahhh! —Tuve la sensación de que toda ella estaba dentro de mí, de que sabía mucho mejor que yo lo que yo deseaba. Cuando finalmente me corrí entre sus dedos, suspiró.
—Sabía que lo conseguirías. —La miré una vez más a los ojos y luego me quedé dormida.
Un poco más tarde, cuando me desperté, estaba en la cama pero ella no estaba a mi lado, rápidamente me asuste puesto que durante todas estas semanas no se había separado de mi lado “¿se abra ido?”. pensé , la puerta se abrió despacio , santana Entró en la habitación y se sentó en la cama, junto a mí.
—He hecho café —dijo acariciándome el cabello—. ¿Quieres un poco?
—¿Qué si quiero que? —la provoqué. Se apartó de mí y se alejó un poco hacia el borde de la cama.
—Jajaja No, no —dijo, mientras trataba de esquivarme—, yo no estoy en el menú.
Dejarse seducir por ella era muy fácil, pero seducirla era otra historia y, desde luego, ya me había causado algún que otro quebradero de cabeza. Por su rostro cruzó una expresión, entre prudente y nerviosa, de alarma.
—¿Te he hecho daño? Cuando… sabes… cuando… te?
—No, claro que no. Ya lo habrías notado. —La miré y el amor que sentí por ella hizo que me empezara a dar vueltas la cabeza— Has sido de lo más delicada. —Sonreí. Se relajó de nuevo.
Cuando una madre se comporta así, la llaman “sobreprotectora” y me pregunté si las parejas pueden hacer lo mismo. Me incliné hacia ella y la besé con dulzura, para que no me malinterpretara.
—Has sido muy tierna —la tranquilicé—. Y me ha gustado mucho.
—A mí también. —Sonrió de nuevo, me beso y después respondió a mi pregunta— Pensé que no debías renunciar a nada sin probarlo antes
Si no te hubiera gustado, al menos ahora sabrías por qué.
—¿Me traes el café a la cama, o tengo que ponerme de pie? Me tiemblan las piernas—bromeé, ella Me siguió el juego.
—¿Tan terrible ha sido? —dijo para devolverme la broma.
—Peor —dije dramatizando, con la cara más seria y aburrida que conseguí poner—. He redefinido la palabra “orgasmo”. Tendrán que cambiar el diccionario. Se echó a reír otra vez, pocas veces he tenido la oportunidad de escuchar su risa y me encanta, volví a sentirme feliz.
—Bueno, pues si de verdad es así, no me quedará más remedio que traerte el café. — dijo mientras que se inclinó y me beso uno de mis pechos, Se puso en pie y se alejó con su habitual andar garboso.
Tuve que enfrentarme a la siniestra idea de que aquel era nuestro último día juntas y, de repente, me di cuenta de que no tenía ni idea de lo que hacía ella durante los fines de semana. Pensé que a lo mejor tenía tiempo libre el sábado y el domingo, pero también pensé que no me bastaba con eso: la quería siempre a mi lado. Volvió con el café.
—¿Tienes libres los fines de semana? — le pregunté como quien no quiere la cosa. Se echó a reír sin inmutarse.
—¿Cómo los trabajadores normales, quieres decir? — No me quedó más remedio que echarme a reír ante aquella imagen.
—Sí, más o menos.
— por lo general no estoy ocupada los fines de semana. Sólo en ocasiones excepcionales. — Aquello de “ocasiones excepcionales” no me gustó nada de nada, pero... ¿qué podía hacer? Traté de pensar en los aspectos positivos de la situación.
—O sea, que podemos pasar juntas los fines de semana?. — Era la primera vez que hablábamos sobre el futuro y detecté cierta duda por su parte: estaba claro que no quería Comprometerse tan rápido , tal vez por su experiencia pasada con Katherine pero a mí no me pasara nada, soy sana y fuerte como un león, en este caso una leona.
—Claro —dijo, muy convencida—, de vez en cuando sí.
—Bien —dije. En realidad, ahora no era el momento, pero tal vez con el tiempo conseguía convencerla de que retomara los estudios y dejara ese trabajo, ¿Con el tiempo? ¿En qué estás pensando? —Me pregunté—.No me importa la amo y me estoy dando una oportunidad con ella pero ¿Existía alguna posibilidad de que aquello saliera bien? De todas formas... ¿qué relación viene con un certificado de garantía? Y además, como ella había dicho antes, no rechaces las cosas sin probarlas antes.
Le dediqué una mirada de adoración y me pregunté qué debía hacer a partir de ese momento
—Trae tu café —le dije, en el tono más inofensivo posible—, no me gusta tomarlo sola. Me miró con cariño, Tal vez interpretó que aún me sentía muy débil, pero... ¡Se equivocó! Cogió su taza y se sentó en la cama junto a mí. Me aparté a un lado para hacerle sitio.
—Ven aquí —le dije—. Quiero apoyarme en ti —Se vio en un dilema: por un lado, yo acababa de expresar un deseo; y por el otro, sabía perfectamente que si hacía lo que yo le había pedido, estaría a mi merced. Como solía ocurrir en la mayoría de las ocasiones, satisfizo mi deseo y se sentó junto a mí. Sin embargo, aquello no resolvía del todo el problema: si empezaba a comportarme de forma cariñosa, se alejaría inmediatamente de la cama puesto que no se quería enamorar era “peligroso” desde su punto de vista.
—¿Puedo? —le pregunté antes de apoyarme en ella. Eso siempre la tranquilizaba.
Terminé mi café muy despacio. Puesto que estaba sentada a mi lado, tuve que inclinarme sobre ella para poder dejar la taza vacía sobre la mesilla de noche. Al volver a mi sitio, dejé caer la mano —de forma totalmente accidental— sobre su pierna. Me acerqué un poquito más a ella y apoyé la cabeza en su pecho. Iba vestida con una de las largas camisas de deporte que yo usaba. Me hubiera gustado más desnudarla, pero ella habría pensado que lo único que quiero de nuestra nueva relación es sexo .
—¿Tú también estás cansada? —dije, bostezando. Eso la convenció por fin de que yo no quería nada. Moví la mano sobre su pierna, buscando la posición más cómoda para dormir, y al hacerlo rocé su vientre , también por casualidad. Empezó a ponerse nerviosa.
Acomodé la cabeza en su pecho y le rocé accidentalmente un pezón. Su nerviosismo aumentó. Seguí moviendo muy despacio la mano que había apoyado en su pierna y empecé a respirar profundamente, me estaba quedando dormida.
Cuando estaba medio dormida sentí como Se retorció un poco en la cama, después dejó la taza de café y por último me rodeó con un brazo. Muy despacio, empezó a acariciarme un pecho con la mano y yo me alegré por dentro, aunque también tuve que apretar los dientes para no reaccionar de inmediato a sus caricias. Al cabo de un rato, termine de despertarme.
—¿Qué haces? —le pregunté muy despacio.
—¿No te gusta? —dijo, sonriente.
Me volví un poco para poder mirarla y deslicé una mano bajo su camisa, con aire distraído.
—Sí —murmuré, aún medio adormilada—.Sigue.
Me moría de ganas de besarla, pero quería que fuera ella quien se acercara a mí. Tardó un poco, pero por fin se acostó junto a mí y me hizo tenderme completa en la cama. Cuando me besó me di cuenta de que ya estaba excitada. Al notar sus labios junto a los míos me incorporé un poco y rodamos juntas hasta que ella quedó debajo de mí. Acababa de cruzar el punto crítico, lo cual significaba que podía seguir adelante.
La quería tanto...La besé durante largo rato y ella gimió entre mis labios, Lentamente, le subí la camisa con ambas manos y, al ver sus pechos, me maravillé una vez más de lo hermosos que eran. Acaricié una y otra vez su piel aterciopelada, una piel increíble y Extraordinaria. Seguí con los dedos el rastro de mis labios sobre todo su cuerpo.
—Deja que me quite esto. —Me pareció que su voz sonaba un poco forzada, pero no quería distraerme.
—No importa. —Dije entre besos
—Por favor —su voz se volvió suplicante—, deja que me la quite.
Entendí entonces lo que ocurría. Ella acababa de recordar que a sus clientas les gustaba que estuviera completamente vestida cuando se acostaban con ella. Tuve que dejar que lo hiciera ella misma, así que me senté en cuclillas.
—Está bien, quítatela —dije. Se quitó la camisa por la cabeza, rápidamente, y después acostó de nuevo. No me quedó más remedio que volver a empezar casi desde el principio, pues ella se había acordado de su trabajo. Era imprescindible que yo no me comportara como se comportaban sus clientas. Me acomodé entre sus brazos y le acaricié suavemente el estómago.
—santana, cariño ¿Estás bien? —le pregunté, mientras con los dedos trazaba dibujos sobre su piel. No me contestó de inmediato, lo cual era la confirmación de que no me había equivocado al interpretar la situación.
—Hace mucho tiempo —dijo, al cabo de unos instantes— que no me sentía tan bien con alguien como me siento contigo brittany.
[continuara…]
chicas ese a sido el capitulo de hoy espero que les haya gustado espero sus comentarios
[img] [/img]
hasta pronto ... besos ....
mcmahonnn- |******|
- Mensajes : 265
Fecha de inscripción : 12/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Excelentes capítulos, me encantan cada pensamiento y descripción de Brittany, tu fic es complejo porque la situación lo es, y es ahora que se esta adentrando en una serie de situaciones difíciles de predecir o posiblemente demasiado predecibles, ¿cuanto tiempo pasará para que Brittany estallé ante el pensamiento de que otras manos tocan a su novia? esto es demasiado interesante y me encanta, me gusta como escribes y adoro como Brittany intenta racionalizar todo, cada palabra o movimiento de Santana supone para ella un significado, me gusta porque así soy. Un abrazo y mil gracias por la historia.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Estuvo muy bueno el capitulo de hoy santana al fin esta cediendo ante Britt pero creo que apenas santana vuelva a su trabajo britt no va poder con sus pensamientos y va terminar pidiéndole a san que deje de hacer lo que hace y de hay van a venir los problemas entre ella espero tu próxima actualización
Pame_21***** - Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 31/10/2012
Edad : 33
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
genial como siempre, y ahora faltan menos caps para el 15 ...
lo que debo admitir que no me agrada es q... usualmente britt nunca hace nada para complacer a santana... aparte de la primera vez, solo se deja complacer... mirandolo desde el punto de equidad me parece un poco injusto :(
venga pana espero la actualizacion :)
lo que debo admitir que no me agrada es q... usualmente britt nunca hace nada para complacer a santana... aparte de la primera vez, solo se deja complacer... mirandolo desde el punto de equidad me parece un poco injusto :(
venga pana espero la actualizacion :)
Cleeky- Special Gleek
- Mensajes : 396
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Awwwwwww que bellleza el capitulo fenomenal gracias :) solo espero que San deje de "trabajar" pronto :) Saludes
angelicarestrepo***** - Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 13/05/2012
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Hola Srita Wanky!
Yo se que extrañabas mi comentario.
Yo se que extrañabas mi comentario.
Que tengo que decir sobre este cap y el pasado: dsajdsajdsadjsa ♥ simplemente increíble y bien escritos, ahorita todo es miel y complejos, me da miedo por la trama que pueda venir, porque se ha dado muy rápido la relación brittana. Britt & San no aguantan, siempre tienen que terminar acostándose, pero es normal ambas son tan atractivas *¬* Sobre la linea que sigue la historia me enloquece, cada capitulo despierta nuevas sensaciones, sigue así que me tienes atada.
Melissasg- Gleek Vip
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