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FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
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Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Tu Fic es re hot!!!!!!!!!! Y contas todo de una forma que ahora me pongo a penzar de porque entre chicas no se pueden hacer bebes!!!!!!! jajajajajajaja!!!!! Igual San de prosti es muy sexi!!!!!! jajaja!!!! Y a Britt le gusto de una!!!! jajajajaja!!!! Espero la actu!!!!! Kiss!!!!!
Heather_Rivera***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 31/12/2012
Edad : 31
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
woooooww he quedado enganchada con este fic, algo muy fuerte cuando san creyo que britt la golpearia, y luego britt que si le gusta que no le gusta jajaja indecisa la muchacha pero lo hicieron y eso es lo que importa, creo que es la primera vez que leo que un fic comienza de esa manera jeje me ha encantado espero la sig actu
Lebam_Snix****** - Mensajes : 399
Fecha de inscripción : 21/11/2012
Edad : 36
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Nueva lectoraa!
Habia estado leyendo este fic por telefono y no podia comentar pero ahora que lo estoy haciendo dejame decirte que me encanta! Es muuy original esta idea! Espero la actualizacioon!
Habia estado leyendo este fic por telefono y no podia comentar pero ahora que lo estoy haciendo dejame decirte que me encanta! Es muuy original esta idea! Espero la actualizacioon!
MarLovesGlee<3********- - Mensajes : 603
Fecha de inscripción : 03/10/2012
Edad : 27
FIC BRITTANA : Mi reina de la noche
hola chicas estoy de vuelta y SUPER FELIZ de leer todos sus comentarios ,me alegra muchisimo que mi historia guste y recomindenla a otros a leerla y pues sin mas que decir les dejo el proximo capitulo
chicas no se olviden de dejar sus comentarios "mientras mas largos mejor" jajaja espero que sean fieles lectoras y pues me despido hasta lueguito dejen sus comentarios please! bye .. besos
Capitulo 3
—Bueno, ¿concretamos una cita o no? —preguntó, mientras pasaba las páginas de la agenda sin prestar atención. Se volvió para
mirarme una vez más: en sus ojos había una mirada que quería decir: “No tengo ni idea de lo que quieres”. Me recordaron los limpiaparabrisas de los faros de un coche de lujo: tienes los faros sucios, les das una pasadita, y ya están limpios.
Me dedicó una sonrisa de complicidad.
—Si tienes motivos de queja, es mala publicidad. Y la mala publicidad es mala para el negocio. —Me recordó una conversación
que había mantenido recientemente con un vendedor de coches, que se presentó exactamente de la misma manera. Sin embargo, aquel hombre quería venderme un coche, no su cuerpo—. Llámame cuando
quieras —dijo, mientras cogía una tarjeta.
—¡Oh, no! —me lamenté—. Lo que me faltaba, que encima me des tu tarjeta de visita. Se echó a reír, encantada, y me pareció que su risa era sincera.
—Sabía que te molestaría —dijo. Cogió un lápiz, escribió algo en la tarjeta y me la dio. Era una tarjeta blanca, muy elegante, escrita a
mano y sin inscripción alguna, a excepción de los caracteres grandes e inclinados que había en el centro y una gran S . Ni nombre ni dirección, sólo los números. Y esa letra. Realmente, aquella tarjeta era el colmo de la discreción.
La miré: en las comisuras de sus ojos aparecieron delicadas líneas provocadas por la risa.— Las tarjetas de visita no son muy
Habituales en mi trabajo —me aclaró, entre risas—. Lamento decepcionarte.
Y allí estábamos: dos mujeres que acaban de acostarse juntas y descansan desnudas en la misma cama, como si estuvieran tomando café en una cafetería de lujo. Imaginé una escena un tanto surrealista: “¿Quieres un poco más de azúcar?”, “No, gracias, prefiero otro orgasmo. Pero que no sea brutal, que esta tarde tengo hora en la peluquería”
Ya no tenía motivos para quedarme, por mucho que me costara admitirlo. Sin embargo, quería volver a verla. ¿Cómo? ¿Como clienta?
¡Jamás! Y en ese caso... ¿existía la más remota posibilidad de que volviéramos a vernos? Me quedé mirando la tarjeta que tenía
en la mano y, poco a poco, me di cuenta de que me sentía incómoda en aquella cama. Sin embargo, la noche podría haber sido muy
agradable: dormirnos juntas, despertarnos juntas, unos cuantos mimos, un poco de sexo... Noté de nuevo un cosquilleo por todo
el cuerpo.
Me observó y yo le devolví la mirada por el rabilo del ojo. No, estaba claro que ella jamás haría algo así. Y también estaba claro que yo tenía que salir de allí lo antes posible.
Ella, sin embargo, siguió observándome atentamente y antes de que yo tuviera tiempo de pensar en mi próximo movimiento, me dijo:
—Voy a ducharme. ¿Prefieres ir tú primero...?
Su tono profesional, educado y atento me dolió. Sin duda, aquella era la despedida definitiva. Negué con la cabeza en silencio, sin
mirarla. Ella se puso en pie y yo la miré mientras se alejaba: me fijé en su andar garboso y saboreé todos y cada uno de sus
movimientos. Cuando cerró la puerta tras ella, me levanté de la cama y me vestí a toda prisa. Ya en la puerta, me giré por última vez. Oí el
ruido del agua y contemplé la cama: estaba segura de que pasaría mucho tiempo antes de que olvidara aquella noche.
………………………………………………………….
MI oficina en la empresa me esperaba a las ocho de la mañana, como cada día.
Estoy al mando, junto a 2 colegas del sexo masculino: Noah Puckerman, Finn Hudson y una del sexo femenino: Quinn Fabray es la abogada de la empresa y mi mejor amiga desde pequeñas, ella se encarga de todas y cada una de las cosas legales en la empresa desde Lima - Ohio donde vive actualmente con su esposa: Rachel Berry y su hija de meses: Elizabeth fabray Berry me gusta llamarla lizzy, Rachel es actriz de teatro aunque decidió alejarse los escenarios por un tiempo para dedicarse a la maternidad; Quinn solía vivir aquí en new york y la veía a diario en la empresa pero mi papá decidió abrir una sucursal en Ohio ya que allá descubrió una buena demanda
Mi padre se mudo a Ohio junto con mi mama mi hermano mayor Sam y mi primo artie : que convive con nosotros desde que mis tios murieron en un accidente cuando él tenia 8 años, es como un hijo mas para mis padres , el arquitecto ya tiene los planos listos y van a comenzar con la construcción del nuevo edificio, mi papa necesitaba a quinn en Ohio para legalizar absolutamente todo y le ofreció unírseles en la estadía permanente , ella acepto ya que Ohio es un mejor entorno para que lizzy crezca, sin todo el ruido, alboroto y estrés que produce new york. La empresa en Ohio estará bajo el mando de mi papá, mi hermano Sam, quinn, mi primo artie y el hermano de puck: jake puckerman que por cierto esta recién comprometido.
En la puerta de mi oficina decía “vicepresidenta de proyectos” mi papa ocupa el puesto en la presidencia, Sam es el director y artie es uno de los accionistas mayoritarios ya que a los 18 años mi padre le dio la parte que le dejo mi tio el cual era el único hermano de papá . Nos llamaban “fondo de directores de proyectos”. El trabajo representaba en mi vida bastante más de lo que yo estaba dispuesta a admitir. No me sentía a gusto cuando estaba lejos de la oficina durante mucho tiempo, como por ejemplo durante las vacaciones o las bajas por enfermedad, y siempre me alegraba muchísimo de volver a sentarme a mi mesa.
Muchas veces, sólo el trabajo me había ayudado a superar mis crisis personales.
—¡No sé ni por dónde empezar Brittany! ¿Dónde estabas anoche? ¿Porque no asististe a la conferencia en el hotel? Finn y yo tuvimos que cubrirte! si tu padre se entera que no estuviste se pondrá histerico! —Mi colega noah puckerman profirió sus furicas preguntas en cuanto me vio y yo sonreí, aunque involuntariamente.
Mis colegas y yo teníamos cosas en común en el terreno personal, lo cierto es que me caían bien, a la hora de almorzar en cualquier restauran contábamos chistes e intentábamos relajarnos un poco lo cual hacía que trabajar juntos fuera muchísimo más fácil.
—Bueno, puck, no eres el único que tiene un montón de cosas que hacer. Estamos todos hasta aquí de trabajo preferí quedarme en casa en casa adelantando un poco. Mentí .Mi respuesta no estuvo a la altura de sus expectativas, lo mismo que el resto de mi comportamiento habitual.
Aquel era nuestro ritual diario: él sólo me escuchaba a medias,
de la misma forma que yo prestaba muy poca atención a sus comentarios sobre cómo se presentaba el día, o bien los contestaba por inercia. Todo eso servía para darnos la sensación de estar muy unidos, y no nos distraía en exceso. En lo profesional, estábamos muy atareados con dos proyectos tan distintos, que raramente manteníamos una conversación profunda. Solo durante la hora del almuerzo de resto no había tiempo para eso.
Mi otro colega finn Hudson entró por la puerta con su habitual caminar y me vio.
—Buenos días Brittany —dijo, lo cual era, como yo ya sabía por experiencia, el inicio de una conversación de trabajo. Y no me decepcionó —. ¿Ya le has echado un vistazo a lo que te
dejé en la mesa? La empresa necesita tu autorización para realizar algunas transacciones, son mínimas — .Me giré y descubrí un informe sobre la pila de papeleo que se amontonaba en mi mesa. Negué con la cabeza
.—No, todavía no —dije—. Yo también acabo de llegar. —Me acerqué a mi mesa y le eché un vistazo rápido al informe—. ¿Has adaptado el plan, como acordamos ayer? Él asintió.
—Y también he introducido en el anteproyecto los cambios que querías. Creo que así reduciremos tu proyecto en unas doscientas horas de mano de obra. Ya lo verás en el esquema del proyecto.
He impreso una copia de la nueva versión.
—Muy bien. —Le sonreí, aunque con un gesto un tanto ausente, pues mi mirada ya se había desplazado hacia el siguiente papel, que
Estaba bajo el de mi colega. Mi mente era un hervidero de propuestas y soluciones alternativas. Tenía puesto el chip del trabajo. A lo largo del día, el trabajo demostró ser una distracción muy eficaz que me impidió pensar en las experiencias de la noche anterior. Por la noche, sin embargo, sufrí una auténtica tortura. Mirara donde mirara, veía su cara, sus ojos cafes , su forma de mirarme; a veces veía también sus manos y la forma en que me había... No, mejor no pensar en eso!.
Deseaba verla, sentir su aroma, tocarla pues no podía dejar de pensar en ella.
Me sentía como una adicta que estaba pasando por el síndrome de abstinencia. No me hubiera extrañado nada que alguien hubiera intentado venderme droga de camino a casa. Enamorada de una prostituta... ¡increíble! Planeé con todo detalle nuestro siguiente
Encuentro.
Transcurridas un par de semanas, me iría a dar una vuelta por la ciudad y me encontraría casualmente con ella. Nos saludaríamos cordialmente, compartiríamos un banana split en una heladería cualquiera y charlaríamos sobre nuestras experiencias en
común.— ¿Te acuerdas de lo mucho que
disfrutamos del sexo aquella noche? Y luego quedaríamos para tomar café otro día. Una amistad bonita y sin complicaciones. “¡Pues sí que estamos apañadas —me dije—. Dentro de un par de semanas ya estaré enloquecido!”.
Aquella última noche apenas pegué ojo cuando legué a casa.
Con el ajetreo que tuve en el trabajo aquel día, casi ni me di cuenta de que mi apetito también se había reducido considerablemente, pero después fui consciente de que ni siquiera había ido a comer con mis colegas como de costumbre.
Ni comer, ni dormir... ¿Cuánto tiempo puede sobrevivir una
persona en esas condiciones? Con la descabellada esperanza de
encontrármela “por casualidad”.
Esa misma tarde, salí del trabajo a las cinco en punto y vagué sin rumbo fijo por las calles de nueva york. Entre a una tienda y compre algo que vi desde la vidriera lo compre pensando en ella Y también me tomé un banana split, pues hasta el destino se merece una oportunidad. Me di por vencida cuando empezó a oscurecer. Una vez en casa, no hice más que dar vueltas en la cama; tuve la sensación de que acababa de cerrar los ojos, pero en realidad ya era de día.
Hice café, me lo bebí, hice más café y también me lo bebí. Mis nervios me lo agradecieron con un temblequeo incontrolable.
En dos días no había comido nada, excepto el banana split. Cogí el teléfono, llamé y dije que estaba enferma, pues en esas condiciones no me veía capaz de trabajar. Tampoco quería salir otra vez a pasear por la ciudad, porque eso me induciría a seguir buscándola, así que
me dediqué a recorrer mi apartamento como un tigre enjaulado: del balcón a la ventana y de la ventana al balcón. Consulté el reloj: eran las ocho de la mañana. Demasiado pronto para llamar a alguien como ella. Esperé hasta las nueve y luego busqué la tarjeta con su número de teléfono. La llamé a las nueve y cuarto. Seguramente aún dormía, debido a esa tendencia suya de acostarse a las tantas...
Contestó — habla santana lopez , que desea? — me pareció que estaba bien despierta.
“santana que nombre tanto hermoso justo como ella , por eso usa la S en sus tarjetas y en su encendedor” Yo me presenté diciendo — hola soy Brittany pierce, — un poco menos despierta que ella.
—¿Sí? —dijo, en tono de expectación.
—Me gustaría... —No sabía muy bien que decir—. ¿Podría...?—No quería concertar una cita con ella, al menos no oficialmente.
—¿Quieres venir? —me preguntó, con mucha tranquilidad.
—Sí. —Aquella era la parte más difícil. Expulsé aire ruidosamente.
—¿Cuándo? —me preguntó, en el mismo tono de tranquilidad.
“¡Ahora mismo, si puede ser!” Por supuesto, no podía decírselo así, y por ese motivo dije:
—¿Hoy? —Traté de imitar su tono de voz, pero a ella le salía mucho mejor.
—Vale, me parece bien. ¿A las once ? —Esperó mi respuesta.
—En realidad, tenía pensado ir a la ciudad ahora y...
—No —rehusó con firmeza—, antes de las once no puedo.
¡Eso significaba que probablemente estaba con una clienta, o la estaba esperando! ¿Se puede estar celosa de una prostituta? Yo sí.
Antes de ser capaz de contestar, tuve que tragarme el nudo que se me había formado en la garganta.
—Vale, pues entonces a las once —dije, con una voz más o menos normal, o por lo menos eso pretendía.
Colgó sin decir ni pío. ¡Decididamente, no estaba sola! Mi imaginación se dedicó a torturarme con imágenes de su habitación. Mientras ella hablaba conmigo, probablemente había otra mujer desnudándola, acariciándola, besándola... Pero yo me habría dado cuenta, ¿no? Su tono de voz era muy tranquilo, aunque eso no significa nada. “Es prostituta no siente nada cuando...”. ¿En serio? Yo no lo recordaba así.
El minutero del reloj parecía contar horas en lugar de minutos.
Cada vez que lo miraba, tenía la sensación de que apenas se había movido. Me cambié de ropa por lo menos cinco veces, Tenia muchas combinaciones posibles en mi armario, camisas y pantalones de varios estilos. tenía faldas y vestidos. Primero, los vaqueros me parecieron demasiado informales; luego los vestidos de noche me parecieron demasiado formales; la camisa a cuadros de franela era demasiado rústica y la de seda, demasiado sensible al sudor.
“Pero bueno, ¿adónde te crees que vas? ¡No, de verdad! Te comportas como si tuvieras planeado acudir a una especie de cita …¿Ah, sí? Y por que le compraste lo que le compraste ah?” .
Bueno, en realidad me sentía incapaz de clasificar aquel encuentro. Tenía la sensación de estar comportándome como si me dirigiera a una cita romántica, y en realidad me sentía así, pero mi mente tenía las cosas más claras: no se trataba de eso. Era, simplemente, una cita en la que yo pagaba y a cambio recibía sexo.
Finalmente, el reloj marcó las once menos cuarto. No creo que apreciara en especial el hecho de que yo llegara demasiado pronto, y la verdad es que la dirección que me dio supongo que de su departamento esta muy cerca , así que esperé cinco minutos
más. Cuando llegué a su puerta, faltaba un minuto para las once. Llamé al timbre y durante un espantoso segundo pensé que me
había dado plantón y no estaba en casa.
Después, sin embargo, oí pasos. ¿Y si era otra clienta de la que se estaba despidiendo? No, no sería capaz de hacerme eso... ¿o sí?
Cuando se abrió la puerta, apareció ella. Sujetó la puerta y se hizo a un lado.
—Pasa —me dijo observando muy atenta la gran bolsa que yo sostenía atrás de mi , Al pasar junto a ella, me llegó un perfume
muy fuerte pero delicioso. Me pareció incluso más alta que la otra vez, lo cual no era de extrañar teniendo en cuenta los zapatos de tacón de aguja que llevaba. Evidentemente, estaba vestida para recibir clientas: llevaba una minifalda negra de cuero, unos zapatos que por lo menos la hacían diez centímetros más alta y un chaleco también de cuero bajo el cual, al menos en apariencia, no llevaba ninguna otra prenda.
Decididamente, su atuendo no era el de una prostituta, pues muchas mujeres salían a la calle vestidas así, pero me imaginé lo
atractiva que le habría parecido con esa ropa a la mujer que acababa de marcharse, me imaginé cómo le había desabrochado el chaleco...
Avanzó unos cuantos pasos —me maravilló verla caminar sobre aquellos zapatos y señaló el sofá.
—Siéntate y tómate algo, si quieres. — Sonrió—. Supongo que te sentirás más cómoda si me cambio de ropa.
—espera! — La detuve — esto es para ti — le di la bolsa que traía conmigo fue lo que le compre en la tienda cuando iba por la calle antes de comer mi banana Split , ella miro con curiosidad la bolsa y la tomo indecisa casi con desconfianza al abrirla saco el regalo…. Un gran oso de peluche... Quería demostrarle que no la trataría como a una vil mujerzuela.
—gra- gracias — susurro mientras tartamudeaba, pude notar la impresión en su rostro tal vez no esta acostumbrada a esos regalos tal vez solo recibe lencería o joyas o….. Nada en absoluto— bueno iré a cambiarme—
La observé mientras se alejaba y llevaba consigo el gran oso y sonreí… por un momento pensé que no lo aceptaría. desapareció tras una puerta que había a la izquierda. Me di cuenta de que, hasta aquel momento, había pensado que el apartamento sólo tenía una habitación, ya que la cama estaba allí... Pero claro, era necesario, profesionalmente hablando. Había otra habitación en la que ella dormía... sola. ¿Con qué clase de ropa me sorprendería ahora? ¿Se pondría un negligé transparente y ligas? ¿Qué creía que esperaba yo?
Obviamente, le había pedido aquella cita como clienta y, por tanto, era lógico que me tratara como tal. ¡A la mierda! ¿Qué otra cosa podía haber hecho?
Se abrió la puerta y ella regresó a la habitación. Me había equivocado en lo del negligé, pues se había puesto una bata blanca
y larga hasta el suelo, la clase de prenda que toda ama de casa que se precie tiene en su armario... Sólo que la suya era de una seda
carísima.
Me miró. —¿No has encontrado nada? —Al principio, no entendí a qué se refería, pero luego me di cuenta de que estaba mirando
hacia el mueble bar.
—Ah, no suelo beber —dije rápidamente. Sonrió y se dirigió al mueble bar.
—Yo tampoco, pero tengo bebidas sin alcohol. —Vertió algo en un vaso, se acercó al sofá y se detuvo frente a mí—. ¿Quieres
probarlo? —Me ofreció el vaso. La miré, pensando que lo que quería probar era completamente diferente. Ella se dio cuenta de que no quería beber y se llevó el vaso a los labios.
Después dejó el vaso sobre la mesita de centro y se sentó junto a mí en el sofá. Cruzó las piernas y la bata se le abrió un poco.
Vi sus morenas piernas, en las que no llevaba nada. La bata no dejaba ver nada indecente, pero di por sentado que no llevaba nada debajo y se me secó la boca. La deseaba tanto que me entraron ganas de arrancarle la bata. Cogí el vaso y bebí un trago largo: era zumo de manzana. No pude evitar una sonrisa: la primera vez que estaba con una prostituta —al menos oficialmente— y bebía zumo de manzana.
Ella siguió allí sentada, muy tranquila, y me sonrió. Era la misma sonrisa que me había dedicado la última vez para demostrarme lo
bien que sabía hacer su trabajo. Era una sonrisa afable, casi cariñosa. De no haber sido por el calor que me quemaba por dentro, casi
podría haber imaginado que estaba con una vieja amiga. Sentía tantos deseos de tocarla que casi podía notar en mis dedos la suavidad
de su piel... ¡pero no quería ser una clienta! Se dio cuenta de que yo no estaba por la labor, cosa que era cierta.
—¿Te gusta la música? —me preguntó. Oh, no, lo que faltaba, un poco de horrorosa música ambiental... Y sin embargo... ¿por qué no? Al fin y al cabo, para eso había ido hasta su casa. No me quedó más remedio que aceptar.
—Sí —dije, tratando de controlarme. Se puso en pie y se acercó a un pequeño equipo estéreo. Puso un CD, apretó el botón del play y se volvió. Las cuatro estaciones. Estoy segura de que me quedé boquiabierta.
—Espero que te guste la música clásica —dijo—, pero si lo prefieres, puedo poner otra cosa. —Permaneció en pie, esperando mi respuesta.
—No, no. Es perfecto. Me gusta Vivaldi.
—Creo que no habría sido capaz de mostrar mi desacuerdo ni aunque hubiera puesto heavy metal, pero en este caso era cierto.
Regresó de nuevo al sofá y se sentó junto a mí, supuse que para iniciar la gran escena de la seducción, pero no, no hizo nada: se limitó
a seguir sentada, mientras yo contemplaba sus piernas, otra vez cruzadas. Ni la presidenta del Club del té habría parecido mejor educada que ella. Sólo un pequeño toque de lujo y erotismo. Me sentí obligada a preguntarle si... la verdad es que no pude evitarlo.
—¿Llevas...? —Se me quebró la voz y volví a intentarlo—. ¿Llevas algo debajo de la bata? Aquello pareció animarla un poco.
—No —me contestó con una expresión risueña—. ¿Para qué?
Me quedé allí sentada, completamente paralizada. Era un juego: me obligaba a participar, desplegaba sus artes seductoras y me invitaba a seducirla. Y sin embargo... ¿con cuántas mujeres había jugado a aquel juego? “Qué más da, ¿acaso no estás disfrutando? Sí, me gusta, pero me gustaría más si lo hiciera sólo para mí, si desplegara sus artes Seductoras sólo para mí. Jamás tendrás a una mujer así de sexy y erótica para ti sola, aunque no sea una prostituta. Estoy acostumbrada a las niñas ricas y caprichosas que solo me ven como Brittany PIERCE hija del gran empresario agg solo veían mi apellido en cambio esta latina es toda una mujer … ardiente .. y.. me mordí el labio inferior por lo tanto Supongo que era fácil adivinar mis siniestros pensamientos.
Cuando la miré, una sombra de pasión apareció en su rostro.
—¿Quieres que me desnude? —dijo, mientras acercaba la mano al cinturón de su bata.
—No, por favor. —Levanté la mano. No me sentía capaz de soportar aquella mirada: la de alguien que espera instrucciones. Sin embargo, siguió mirándome.
—¿Quieres que...? —Hizo un gesto con la cabeza en dirección a la cama. Ah, sí, claro que quería, y mucho, pero así no. Con aquella actitud profesional, no. Y por otra parte... ¿de cuánto tiempo disponíamos? Tal vez fuera recomendable aclarar ese punto antes de entrar en materia. Me aclaré la garganta.
—¿Cuánto tiempo...? —empecé a decir haciendo ademanes con las manos de manera nerviosa. Se echó a reír y pareció aliviada.
—Ah, ya entiendo —dijo—, te preocupa el tiempo. —Se inclinó sobre mí y como quien no quiere la cosa apoyó la mano en mi pierna.
El roce de su piel fue como una descarga eléctrica. Acercó un poco la cara y dijo—: De momento no te preocupes por eso. —Me
Hablaba en voz baja. Frotó su mejilla contra la mía y empezó a subirme la mano por la pierna
—. Tengo todo el tiempo del mundo para ti — me susurró al oído—, una clienta ha cancelado su cita.
Me aparté de golpe hacia la otra esquina del sofá ,tal vez demasiado bruscamente. “¡Así que era eso”, pensé! de inmediato ella Se puso en pie de un salto y metió las manos en los bolsillos de su bata—. ¡No hagas eso! —Me lanzó una mirada centelleante—. ¡Esto es lo que hay! ¡Ya sabes a qué me dedico! —Giró sobre sus tacones de aguja, miró en la otra dirección y luego se volvió para observarme una vez más—. Y hoy tú eres mi clienta. ¿O no?
Me senté sobre las manos y me balanceé hacia delante y hacia atrás.
—Sí, ya lo sé. Susurre mirando al suelo Me observó con una mirada un poco más dulce. Se acercó al sofá, apoyó una rodilla en el asiento y me cogió la cara con ambas manos.— ¿Te sirve de algo que te diga que me gustas mucho? —Me miró directamente a los ojos.
Yo asentí en silencio y tragué saliva con dificultad.
—¿No se lo dices a...?
—No, no se lo digo a todas. —Se rió, en Tono bajo —. No, de verdad que no —seguía sujetándome la cara con las manos—.Osea, me gustas!. —Me dio un besito en la mejilla —. Sí, la verdad es que me gustas. — me dio otro beso pero esta vez en mis labios —. Creo que hasta me gustas mucho!!.
mirarme una vez más: en sus ojos había una mirada que quería decir: “No tengo ni idea de lo que quieres”. Me recordaron los limpiaparabrisas de los faros de un coche de lujo: tienes los faros sucios, les das una pasadita, y ya están limpios.
Me dedicó una sonrisa de complicidad.
—Si tienes motivos de queja, es mala publicidad. Y la mala publicidad es mala para el negocio. —Me recordó una conversación
que había mantenido recientemente con un vendedor de coches, que se presentó exactamente de la misma manera. Sin embargo, aquel hombre quería venderme un coche, no su cuerpo—. Llámame cuando
quieras —dijo, mientras cogía una tarjeta.
—¡Oh, no! —me lamenté—. Lo que me faltaba, que encima me des tu tarjeta de visita. Se echó a reír, encantada, y me pareció que su risa era sincera.
—Sabía que te molestaría —dijo. Cogió un lápiz, escribió algo en la tarjeta y me la dio. Era una tarjeta blanca, muy elegante, escrita a
mano y sin inscripción alguna, a excepción de los caracteres grandes e inclinados que había en el centro y una gran S . Ni nombre ni dirección, sólo los números. Y esa letra. Realmente, aquella tarjeta era el colmo de la discreción.
La miré: en las comisuras de sus ojos aparecieron delicadas líneas provocadas por la risa.— Las tarjetas de visita no son muy
Habituales en mi trabajo —me aclaró, entre risas—. Lamento decepcionarte.
Y allí estábamos: dos mujeres que acaban de acostarse juntas y descansan desnudas en la misma cama, como si estuvieran tomando café en una cafetería de lujo. Imaginé una escena un tanto surrealista: “¿Quieres un poco más de azúcar?”, “No, gracias, prefiero otro orgasmo. Pero que no sea brutal, que esta tarde tengo hora en la peluquería”
Ya no tenía motivos para quedarme, por mucho que me costara admitirlo. Sin embargo, quería volver a verla. ¿Cómo? ¿Como clienta?
¡Jamás! Y en ese caso... ¿existía la más remota posibilidad de que volviéramos a vernos? Me quedé mirando la tarjeta que tenía
en la mano y, poco a poco, me di cuenta de que me sentía incómoda en aquella cama. Sin embargo, la noche podría haber sido muy
agradable: dormirnos juntas, despertarnos juntas, unos cuantos mimos, un poco de sexo... Noté de nuevo un cosquilleo por todo
el cuerpo.
Me observó y yo le devolví la mirada por el rabilo del ojo. No, estaba claro que ella jamás haría algo así. Y también estaba claro que yo tenía que salir de allí lo antes posible.
Ella, sin embargo, siguió observándome atentamente y antes de que yo tuviera tiempo de pensar en mi próximo movimiento, me dijo:
—Voy a ducharme. ¿Prefieres ir tú primero...?
Su tono profesional, educado y atento me dolió. Sin duda, aquella era la despedida definitiva. Negué con la cabeza en silencio, sin
mirarla. Ella se puso en pie y yo la miré mientras se alejaba: me fijé en su andar garboso y saboreé todos y cada uno de sus
movimientos. Cuando cerró la puerta tras ella, me levanté de la cama y me vestí a toda prisa. Ya en la puerta, me giré por última vez. Oí el
ruido del agua y contemplé la cama: estaba segura de que pasaría mucho tiempo antes de que olvidara aquella noche.
………………………………………………………….
MI oficina en la empresa me esperaba a las ocho de la mañana, como cada día.
Estoy al mando, junto a 2 colegas del sexo masculino: Noah Puckerman, Finn Hudson y una del sexo femenino: Quinn Fabray es la abogada de la empresa y mi mejor amiga desde pequeñas, ella se encarga de todas y cada una de las cosas legales en la empresa desde Lima - Ohio donde vive actualmente con su esposa: Rachel Berry y su hija de meses: Elizabeth fabray Berry me gusta llamarla lizzy, Rachel es actriz de teatro aunque decidió alejarse los escenarios por un tiempo para dedicarse a la maternidad; Quinn solía vivir aquí en new york y la veía a diario en la empresa pero mi papá decidió abrir una sucursal en Ohio ya que allá descubrió una buena demanda
Mi padre se mudo a Ohio junto con mi mama mi hermano mayor Sam y mi primo artie : que convive con nosotros desde que mis tios murieron en un accidente cuando él tenia 8 años, es como un hijo mas para mis padres , el arquitecto ya tiene los planos listos y van a comenzar con la construcción del nuevo edificio, mi papa necesitaba a quinn en Ohio para legalizar absolutamente todo y le ofreció unírseles en la estadía permanente , ella acepto ya que Ohio es un mejor entorno para que lizzy crezca, sin todo el ruido, alboroto y estrés que produce new york. La empresa en Ohio estará bajo el mando de mi papá, mi hermano Sam, quinn, mi primo artie y el hermano de puck: jake puckerman que por cierto esta recién comprometido.
En la puerta de mi oficina decía “vicepresidenta de proyectos” mi papa ocupa el puesto en la presidencia, Sam es el director y artie es uno de los accionistas mayoritarios ya que a los 18 años mi padre le dio la parte que le dejo mi tio el cual era el único hermano de papá . Nos llamaban “fondo de directores de proyectos”. El trabajo representaba en mi vida bastante más de lo que yo estaba dispuesta a admitir. No me sentía a gusto cuando estaba lejos de la oficina durante mucho tiempo, como por ejemplo durante las vacaciones o las bajas por enfermedad, y siempre me alegraba muchísimo de volver a sentarme a mi mesa.
Muchas veces, sólo el trabajo me había ayudado a superar mis crisis personales.
—¡No sé ni por dónde empezar Brittany! ¿Dónde estabas anoche? ¿Porque no asististe a la conferencia en el hotel? Finn y yo tuvimos que cubrirte! si tu padre se entera que no estuviste se pondrá histerico! —Mi colega noah puckerman profirió sus furicas preguntas en cuanto me vio y yo sonreí, aunque involuntariamente.
Mis colegas y yo teníamos cosas en común en el terreno personal, lo cierto es que me caían bien, a la hora de almorzar en cualquier restauran contábamos chistes e intentábamos relajarnos un poco lo cual hacía que trabajar juntos fuera muchísimo más fácil.
—Bueno, puck, no eres el único que tiene un montón de cosas que hacer. Estamos todos hasta aquí de trabajo preferí quedarme en casa en casa adelantando un poco. Mentí .Mi respuesta no estuvo a la altura de sus expectativas, lo mismo que el resto de mi comportamiento habitual.
Aquel era nuestro ritual diario: él sólo me escuchaba a medias,
de la misma forma que yo prestaba muy poca atención a sus comentarios sobre cómo se presentaba el día, o bien los contestaba por inercia. Todo eso servía para darnos la sensación de estar muy unidos, y no nos distraía en exceso. En lo profesional, estábamos muy atareados con dos proyectos tan distintos, que raramente manteníamos una conversación profunda. Solo durante la hora del almuerzo de resto no había tiempo para eso.
Mi otro colega finn Hudson entró por la puerta con su habitual caminar y me vio.
—Buenos días Brittany —dijo, lo cual era, como yo ya sabía por experiencia, el inicio de una conversación de trabajo. Y no me decepcionó —. ¿Ya le has echado un vistazo a lo que te
dejé en la mesa? La empresa necesita tu autorización para realizar algunas transacciones, son mínimas — .Me giré y descubrí un informe sobre la pila de papeleo que se amontonaba en mi mesa. Negué con la cabeza
.—No, todavía no —dije—. Yo también acabo de llegar. —Me acerqué a mi mesa y le eché un vistazo rápido al informe—. ¿Has adaptado el plan, como acordamos ayer? Él asintió.
—Y también he introducido en el anteproyecto los cambios que querías. Creo que así reduciremos tu proyecto en unas doscientas horas de mano de obra. Ya lo verás en el esquema del proyecto.
He impreso una copia de la nueva versión.
—Muy bien. —Le sonreí, aunque con un gesto un tanto ausente, pues mi mirada ya se había desplazado hacia el siguiente papel, que
Estaba bajo el de mi colega. Mi mente era un hervidero de propuestas y soluciones alternativas. Tenía puesto el chip del trabajo. A lo largo del día, el trabajo demostró ser una distracción muy eficaz que me impidió pensar en las experiencias de la noche anterior. Por la noche, sin embargo, sufrí una auténtica tortura. Mirara donde mirara, veía su cara, sus ojos cafes , su forma de mirarme; a veces veía también sus manos y la forma en que me había... No, mejor no pensar en eso!.
Deseaba verla, sentir su aroma, tocarla pues no podía dejar de pensar en ella.
Me sentía como una adicta que estaba pasando por el síndrome de abstinencia. No me hubiera extrañado nada que alguien hubiera intentado venderme droga de camino a casa. Enamorada de una prostituta... ¡increíble! Planeé con todo detalle nuestro siguiente
Encuentro.
Transcurridas un par de semanas, me iría a dar una vuelta por la ciudad y me encontraría casualmente con ella. Nos saludaríamos cordialmente, compartiríamos un banana split en una heladería cualquiera y charlaríamos sobre nuestras experiencias en
común.— ¿Te acuerdas de lo mucho que
disfrutamos del sexo aquella noche? Y luego quedaríamos para tomar café otro día. Una amistad bonita y sin complicaciones. “¡Pues sí que estamos apañadas —me dije—. Dentro de un par de semanas ya estaré enloquecido!”.
Aquella última noche apenas pegué ojo cuando legué a casa.
Con el ajetreo que tuve en el trabajo aquel día, casi ni me di cuenta de que mi apetito también se había reducido considerablemente, pero después fui consciente de que ni siquiera había ido a comer con mis colegas como de costumbre.
Ni comer, ni dormir... ¿Cuánto tiempo puede sobrevivir una
persona en esas condiciones? Con la descabellada esperanza de
encontrármela “por casualidad”.
Esa misma tarde, salí del trabajo a las cinco en punto y vagué sin rumbo fijo por las calles de nueva york. Entre a una tienda y compre algo que vi desde la vidriera lo compre pensando en ella Y también me tomé un banana split, pues hasta el destino se merece una oportunidad. Me di por vencida cuando empezó a oscurecer. Una vez en casa, no hice más que dar vueltas en la cama; tuve la sensación de que acababa de cerrar los ojos, pero en realidad ya era de día.
Hice café, me lo bebí, hice más café y también me lo bebí. Mis nervios me lo agradecieron con un temblequeo incontrolable.
En dos días no había comido nada, excepto el banana split. Cogí el teléfono, llamé y dije que estaba enferma, pues en esas condiciones no me veía capaz de trabajar. Tampoco quería salir otra vez a pasear por la ciudad, porque eso me induciría a seguir buscándola, así que
me dediqué a recorrer mi apartamento como un tigre enjaulado: del balcón a la ventana y de la ventana al balcón. Consulté el reloj: eran las ocho de la mañana. Demasiado pronto para llamar a alguien como ella. Esperé hasta las nueve y luego busqué la tarjeta con su número de teléfono. La llamé a las nueve y cuarto. Seguramente aún dormía, debido a esa tendencia suya de acostarse a las tantas...
Contestó — habla santana lopez , que desea? — me pareció que estaba bien despierta.
“santana que nombre tanto hermoso justo como ella , por eso usa la S en sus tarjetas y en su encendedor” Yo me presenté diciendo — hola soy Brittany pierce, — un poco menos despierta que ella.
—¿Sí? —dijo, en tono de expectación.
—Me gustaría... —No sabía muy bien que decir—. ¿Podría...?—No quería concertar una cita con ella, al menos no oficialmente.
—¿Quieres venir? —me preguntó, con mucha tranquilidad.
—Sí. —Aquella era la parte más difícil. Expulsé aire ruidosamente.
—¿Cuándo? —me preguntó, en el mismo tono de tranquilidad.
“¡Ahora mismo, si puede ser!” Por supuesto, no podía decírselo así, y por ese motivo dije:
—¿Hoy? —Traté de imitar su tono de voz, pero a ella le salía mucho mejor.
—Vale, me parece bien. ¿A las once ? —Esperó mi respuesta.
—En realidad, tenía pensado ir a la ciudad ahora y...
—No —rehusó con firmeza—, antes de las once no puedo.
¡Eso significaba que probablemente estaba con una clienta, o la estaba esperando! ¿Se puede estar celosa de una prostituta? Yo sí.
Antes de ser capaz de contestar, tuve que tragarme el nudo que se me había formado en la garganta.
—Vale, pues entonces a las once —dije, con una voz más o menos normal, o por lo menos eso pretendía.
Colgó sin decir ni pío. ¡Decididamente, no estaba sola! Mi imaginación se dedicó a torturarme con imágenes de su habitación. Mientras ella hablaba conmigo, probablemente había otra mujer desnudándola, acariciándola, besándola... Pero yo me habría dado cuenta, ¿no? Su tono de voz era muy tranquilo, aunque eso no significa nada. “Es prostituta no siente nada cuando...”. ¿En serio? Yo no lo recordaba así.
El minutero del reloj parecía contar horas en lugar de minutos.
Cada vez que lo miraba, tenía la sensación de que apenas se había movido. Me cambié de ropa por lo menos cinco veces, Tenia muchas combinaciones posibles en mi armario, camisas y pantalones de varios estilos. tenía faldas y vestidos. Primero, los vaqueros me parecieron demasiado informales; luego los vestidos de noche me parecieron demasiado formales; la camisa a cuadros de franela era demasiado rústica y la de seda, demasiado sensible al sudor.
“Pero bueno, ¿adónde te crees que vas? ¡No, de verdad! Te comportas como si tuvieras planeado acudir a una especie de cita …¿Ah, sí? Y por que le compraste lo que le compraste ah?” .
Bueno, en realidad me sentía incapaz de clasificar aquel encuentro. Tenía la sensación de estar comportándome como si me dirigiera a una cita romántica, y en realidad me sentía así, pero mi mente tenía las cosas más claras: no se trataba de eso. Era, simplemente, una cita en la que yo pagaba y a cambio recibía sexo.
Finalmente, el reloj marcó las once menos cuarto. No creo que apreciara en especial el hecho de que yo llegara demasiado pronto, y la verdad es que la dirección que me dio supongo que de su departamento esta muy cerca , así que esperé cinco minutos
más. Cuando llegué a su puerta, faltaba un minuto para las once. Llamé al timbre y durante un espantoso segundo pensé que me
había dado plantón y no estaba en casa.
Después, sin embargo, oí pasos. ¿Y si era otra clienta de la que se estaba despidiendo? No, no sería capaz de hacerme eso... ¿o sí?
Cuando se abrió la puerta, apareció ella. Sujetó la puerta y se hizo a un lado.
—Pasa —me dijo observando muy atenta la gran bolsa que yo sostenía atrás de mi , Al pasar junto a ella, me llegó un perfume
muy fuerte pero delicioso. Me pareció incluso más alta que la otra vez, lo cual no era de extrañar teniendo en cuenta los zapatos de tacón de aguja que llevaba. Evidentemente, estaba vestida para recibir clientas: llevaba una minifalda negra de cuero, unos zapatos que por lo menos la hacían diez centímetros más alta y un chaleco también de cuero bajo el cual, al menos en apariencia, no llevaba ninguna otra prenda.
Decididamente, su atuendo no era el de una prostituta, pues muchas mujeres salían a la calle vestidas así, pero me imaginé lo
atractiva que le habría parecido con esa ropa a la mujer que acababa de marcharse, me imaginé cómo le había desabrochado el chaleco...
Avanzó unos cuantos pasos —me maravilló verla caminar sobre aquellos zapatos y señaló el sofá.
—Siéntate y tómate algo, si quieres. — Sonrió—. Supongo que te sentirás más cómoda si me cambio de ropa.
—espera! — La detuve — esto es para ti — le di la bolsa que traía conmigo fue lo que le compre en la tienda cuando iba por la calle antes de comer mi banana Split , ella miro con curiosidad la bolsa y la tomo indecisa casi con desconfianza al abrirla saco el regalo…. Un gran oso de peluche... Quería demostrarle que no la trataría como a una vil mujerzuela.
—gra- gracias — susurro mientras tartamudeaba, pude notar la impresión en su rostro tal vez no esta acostumbrada a esos regalos tal vez solo recibe lencería o joyas o….. Nada en absoluto— bueno iré a cambiarme—
La observé mientras se alejaba y llevaba consigo el gran oso y sonreí… por un momento pensé que no lo aceptaría. desapareció tras una puerta que había a la izquierda. Me di cuenta de que, hasta aquel momento, había pensado que el apartamento sólo tenía una habitación, ya que la cama estaba allí... Pero claro, era necesario, profesionalmente hablando. Había otra habitación en la que ella dormía... sola. ¿Con qué clase de ropa me sorprendería ahora? ¿Se pondría un negligé transparente y ligas? ¿Qué creía que esperaba yo?
Obviamente, le había pedido aquella cita como clienta y, por tanto, era lógico que me tratara como tal. ¡A la mierda! ¿Qué otra cosa podía haber hecho?
Se abrió la puerta y ella regresó a la habitación. Me había equivocado en lo del negligé, pues se había puesto una bata blanca
y larga hasta el suelo, la clase de prenda que toda ama de casa que se precie tiene en su armario... Sólo que la suya era de una seda
carísima.
Me miró. —¿No has encontrado nada? —Al principio, no entendí a qué se refería, pero luego me di cuenta de que estaba mirando
hacia el mueble bar.
—Ah, no suelo beber —dije rápidamente. Sonrió y se dirigió al mueble bar.
—Yo tampoco, pero tengo bebidas sin alcohol. —Vertió algo en un vaso, se acercó al sofá y se detuvo frente a mí—. ¿Quieres
probarlo? —Me ofreció el vaso. La miré, pensando que lo que quería probar era completamente diferente. Ella se dio cuenta de que no quería beber y se llevó el vaso a los labios.
Después dejó el vaso sobre la mesita de centro y se sentó junto a mí en el sofá. Cruzó las piernas y la bata se le abrió un poco.
Vi sus morenas piernas, en las que no llevaba nada. La bata no dejaba ver nada indecente, pero di por sentado que no llevaba nada debajo y se me secó la boca. La deseaba tanto que me entraron ganas de arrancarle la bata. Cogí el vaso y bebí un trago largo: era zumo de manzana. No pude evitar una sonrisa: la primera vez que estaba con una prostituta —al menos oficialmente— y bebía zumo de manzana.
Ella siguió allí sentada, muy tranquila, y me sonrió. Era la misma sonrisa que me había dedicado la última vez para demostrarme lo
bien que sabía hacer su trabajo. Era una sonrisa afable, casi cariñosa. De no haber sido por el calor que me quemaba por dentro, casi
podría haber imaginado que estaba con una vieja amiga. Sentía tantos deseos de tocarla que casi podía notar en mis dedos la suavidad
de su piel... ¡pero no quería ser una clienta! Se dio cuenta de que yo no estaba por la labor, cosa que era cierta.
—¿Te gusta la música? —me preguntó. Oh, no, lo que faltaba, un poco de horrorosa música ambiental... Y sin embargo... ¿por qué no? Al fin y al cabo, para eso había ido hasta su casa. No me quedó más remedio que aceptar.
—Sí —dije, tratando de controlarme. Se puso en pie y se acercó a un pequeño equipo estéreo. Puso un CD, apretó el botón del play y se volvió. Las cuatro estaciones. Estoy segura de que me quedé boquiabierta.
—Espero que te guste la música clásica —dijo—, pero si lo prefieres, puedo poner otra cosa. —Permaneció en pie, esperando mi respuesta.
—No, no. Es perfecto. Me gusta Vivaldi.
—Creo que no habría sido capaz de mostrar mi desacuerdo ni aunque hubiera puesto heavy metal, pero en este caso era cierto.
Regresó de nuevo al sofá y se sentó junto a mí, supuse que para iniciar la gran escena de la seducción, pero no, no hizo nada: se limitó
a seguir sentada, mientras yo contemplaba sus piernas, otra vez cruzadas. Ni la presidenta del Club del té habría parecido mejor educada que ella. Sólo un pequeño toque de lujo y erotismo. Me sentí obligada a preguntarle si... la verdad es que no pude evitarlo.
—¿Llevas...? —Se me quebró la voz y volví a intentarlo—. ¿Llevas algo debajo de la bata? Aquello pareció animarla un poco.
—No —me contestó con una expresión risueña—. ¿Para qué?
Me quedé allí sentada, completamente paralizada. Era un juego: me obligaba a participar, desplegaba sus artes seductoras y me invitaba a seducirla. Y sin embargo... ¿con cuántas mujeres había jugado a aquel juego? “Qué más da, ¿acaso no estás disfrutando? Sí, me gusta, pero me gustaría más si lo hiciera sólo para mí, si desplegara sus artes Seductoras sólo para mí. Jamás tendrás a una mujer así de sexy y erótica para ti sola, aunque no sea una prostituta. Estoy acostumbrada a las niñas ricas y caprichosas que solo me ven como Brittany PIERCE hija del gran empresario agg solo veían mi apellido en cambio esta latina es toda una mujer … ardiente .. y.. me mordí el labio inferior por lo tanto Supongo que era fácil adivinar mis siniestros pensamientos.
Cuando la miré, una sombra de pasión apareció en su rostro.
—¿Quieres que me desnude? —dijo, mientras acercaba la mano al cinturón de su bata.
—No, por favor. —Levanté la mano. No me sentía capaz de soportar aquella mirada: la de alguien que espera instrucciones. Sin embargo, siguió mirándome.
—¿Quieres que...? —Hizo un gesto con la cabeza en dirección a la cama. Ah, sí, claro que quería, y mucho, pero así no. Con aquella actitud profesional, no. Y por otra parte... ¿de cuánto tiempo disponíamos? Tal vez fuera recomendable aclarar ese punto antes de entrar en materia. Me aclaré la garganta.
—¿Cuánto tiempo...? —empecé a decir haciendo ademanes con las manos de manera nerviosa. Se echó a reír y pareció aliviada.
—Ah, ya entiendo —dijo—, te preocupa el tiempo. —Se inclinó sobre mí y como quien no quiere la cosa apoyó la mano en mi pierna.
El roce de su piel fue como una descarga eléctrica. Acercó un poco la cara y dijo—: De momento no te preocupes por eso. —Me
Hablaba en voz baja. Frotó su mejilla contra la mía y empezó a subirme la mano por la pierna
—. Tengo todo el tiempo del mundo para ti — me susurró al oído—, una clienta ha cancelado su cita.
Me aparté de golpe hacia la otra esquina del sofá ,tal vez demasiado bruscamente. “¡Así que era eso”, pensé! de inmediato ella Se puso en pie de un salto y metió las manos en los bolsillos de su bata—. ¡No hagas eso! —Me lanzó una mirada centelleante—. ¡Esto es lo que hay! ¡Ya sabes a qué me dedico! —Giró sobre sus tacones de aguja, miró en la otra dirección y luego se volvió para observarme una vez más—. Y hoy tú eres mi clienta. ¿O no?
Me senté sobre las manos y me balanceé hacia delante y hacia atrás.
—Sí, ya lo sé. Susurre mirando al suelo Me observó con una mirada un poco más dulce. Se acercó al sofá, apoyó una rodilla en el asiento y me cogió la cara con ambas manos.— ¿Te sirve de algo que te diga que me gustas mucho? —Me miró directamente a los ojos.
Yo asentí en silencio y tragué saliva con dificultad.
—¿No se lo dices a...?
—No, no se lo digo a todas. —Se rió, en Tono bajo —. No, de verdad que no —seguía sujetándome la cara con las manos—.Osea, me gustas!. —Me dio un besito en la mejilla —. Sí, la verdad es que me gustas. — me dio otro beso pero esta vez en mis labios —. Creo que hasta me gustas mucho!!.
[Continuara…]
chicas no se olviden de dejar sus comentarios "mientras mas largos mejor" jajaja espero que sean fieles lectoras y pues me despido hasta lueguito dejen sus comentarios please! bye .. besos
mcmahonnn- |******|
- Mensajes : 265
Fecha de inscripción : 12/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Por Dios! que.. C-A-P-I-T-U-L-O..... Oh cielos creo que mori, WANKY esa es la palabra que tengo para tu fic, aunque se me ocurren MUCHAS MAS.. creeme pero esta lo resume todo
Me encanta como es britt, y que risa con su actitud por lo de la abtinecia, hasta yo estaria como los adictos necesitados de un poquito para calmar las ansias de esa morena sexy QUIEN LA CULPA! nadie Me encanta santana en este fic, es mas sexy y sensual que en los otros aunque no me agrede tanto que se dedique a eso pero bueno es algo diferente e interesante, no digo nuevo porque ya la habia visto en otros dos fics como protituta, pero en este definitivamente que es super interesante, su actitud profecional y seductoras la hacen aun mas sexy y sensual, Ufff hasta CALOR me dio
Este cap me ha encantado de sobremanera, por fin ya san acepte que le gusta britt, eso es algo... y aunque no lo diga y actúe profesionalmente es obvio que cuando lo hizo con britt, lo sintio todo todito....
Hasta la proxima act, esperare ansiosa
BEsitos
PD: Act pronto porfis si? creo que morire si no se pronto lo que pasara despues ...
Me encanta como es britt, y que risa con su actitud por lo de la abtinecia, hasta yo estaria como los adictos necesitados de un poquito para calmar las ansias de esa morena sexy QUIEN LA CULPA! nadie Me encanta santana en este fic, es mas sexy y sensual que en los otros aunque no me agrede tanto que se dedique a eso pero bueno es algo diferente e interesante, no digo nuevo porque ya la habia visto en otros dos fics como protituta, pero en este definitivamente que es super interesante, su actitud profecional y seductoras la hacen aun mas sexy y sensual, Ufff hasta CALOR me dio
Este cap me ha encantado de sobremanera, por fin ya san acepte que le gusta britt, eso es algo... y aunque no lo diga y actúe profesionalmente es obvio que cuando lo hizo con britt, lo sintio todo todito....
Hasta la proxima act, esperare ansiosa
BEsitos
PD: Act pronto porfis si? creo que morire si no se pronto lo que pasara despues ...
aria- - Mensajes : 1105
Fecha de inscripción : 03/12/2012
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Hola soy nueva lectora el fic esta demasiado bueno y este ultimo capitulo estuvo genial espero que san no le este mintiendo a britt por negocios ya que en ellos mentimos mucho solo para vender jajajaja nos leemos en la próxima actualización
Pame_21***** - Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 31/10/2012
Edad : 33
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Que tierna Britt enamorada!!! Lo del osito me parecio muy dulce!!!! jajajaja!!!! Y san re perver!!!!! Bueno trabaja de eso pero igual!!!!!! jajaja!!!! Lo que le dijo a lo ultimo me parecio ssincero de su parte!!!! Hacelos mas largos!!!! jajajaja!!! Espero la actu!!! kiss!!!!
Heather_Rivera***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 31/12/2012
Edad : 31
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Ok que decir de este fic es como particular, esta muy bien escrito y... las escenas calurosas, es decir, todas las escenas estan geniales
Me mata que britt tenga celos como si fuera una chica mas... es muy tierno eso
y que san le diga que le gusta mucho...
Miii vidaaaaaaaaaa, las ame
Ojala subas muy pronto, me gusta mucho el fic
Me mata que britt tenga celos como si fuera una chica mas... es muy tierno eso
y que san le diga que le gusta mucho...
Miii vidaaaaaaaaaa, las ame
Ojala subas muy pronto, me gusta mucho el fic
Floor- - Mensajes : 1418
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Edad : 30
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
ohh se vieron de nuevo jeje y san diciendo eso k le gusta jeje pork lo dejas ahi mala pero muy mala naa ntc e4s broma jeje espero tu actualizxacion
Invitado- Invitado
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
asdfsaASDFDSASDFDSS me encanta el fiic *w*
Me encnata como se va poniendo la cosa y como britt s epone celosa. Sobretodo cuando le dijo lo de "una clienta ha cancelado su cita"!!
Espero pronto tu proxima actu :3
Me encnata como se va poniendo la cosa y como britt s epone celosa. Sobretodo cuando le dijo lo de "una clienta ha cancelado su cita"!!
Espero pronto tu proxima actu :3
Invitado- Invitado
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Dios mio.. Tu deberias subir como tres cap al dia!! Como nos dejas asi?? Cada vez esta mejor.
Siguelaaa!!
Besos.
Siguelaaa!!
Besos.
MariaDPP* - Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 18/09/2012
Edad : 32
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
kjhlfkdjhdwfhgjkjekfg, nueva lectora, una muy acalorada nueva lectora jajaja osea me pongo a leer tu historia completa y afuera estoy a 38° grados eso no puede ser nada bueno. jajaja, me encanto la historia de que san la hago de prosti, sexy, sin sentimientos y que britt sea la que poco a poco le vaya quitando su coraza con paciencia y amor que bello.
Enserio me quieres matar o que jajaja como lo dejas ahí, bien creo que estaré esperando tus actualizaciones muy gustosa
En fin buena vibra :)
Enserio me quieres matar o que jajaja como lo dejas ahí, bien creo que estaré esperando tus actualizaciones muy gustosa
En fin buena vibra :)
k-cadena** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 18/09/2012
Edad : 33
*.*
Nueva Lectora!! Eah!
Simplemente muy apasionante todo esto!!
Me encanta leerte!! Desde hoy seré tu lectora fiel!
Hiciste que me enamorara más de San!!
Simplemente muy apasionante todo esto!!
Me encanta leerte!! Desde hoy seré tu lectora fiel!
Hiciste que me enamorara más de San!!
Fatiiu** - Mensajes : 61
Fecha de inscripción : 18/02/2013
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
(perdón por las mayúsculas pero son necesarias...) ME ENCANTA TU FIC !!!!!! en serio , estoy pensando en secuestrarte para que escribas un nuevo capitulo todos los dias.. ( tranquilas chicas , lo subiria al foro tambien...) jeje ok, no ... pero de verdad quiero una actualizacion ya-ya-ya.
Pobre Britt , con todas esas sensaciones ( ansiedad, celos , deseo , cariño ) y sin saber ( al menos por ahora ) si Santana cuando dice algo asi , si es sincera o no...
Britt es muy tierna y atenta , quizas algo raro para Santana porque no creo q sus otras "clientas" sean asi. Asique espero que pronto ella tambien se pueda relajar un poco y deje conocerse como tal como es.
Saludos!! :)
Pobre Britt , con todas esas sensaciones ( ansiedad, celos , deseo , cariño ) y sin saber ( al menos por ahora ) si Santana cuando dice algo asi , si es sincera o no...
Britt es muy tierna y atenta , quizas algo raro para Santana porque no creo q sus otras "clientas" sean asi. Asique espero que pronto ella tambien se pueda relajar un poco y deje conocerse como tal como es.
Saludos!! :)
Nayaismyheart** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 28/08/2012
Edad : 34
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
O.O me encantaa, lo leo desde que lo publicaste solo que no me anime a comentar XD
Santana como prostituta y britt como su clienta...es algo wanky!
Ensero me gustaaaa :D
espero tu actu :3
Santana como prostituta y britt como su clienta...es algo wanky!
Ensero me gustaaaa :D
espero tu actu :3
MNFV***** - Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 25/11/2012
Edad : 29
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Este Fic es totalmente WAAAAAAAAAAAAAAAAAANKY te lo dije :33 cuando hablamos por chat jejeje quiero saber que pasara :33 es cuando lee la descripción pense en Pretty Woman , jajaja Santana como la julia :33 jaj era broma yo y mis ideas pero la usare como fic algun dia jeje, pasate por mi fic :33
jajaj esta muy bueno el fic y actualizaa *-*
pd: que Santana se relaje se deje llevar por la rubia >.<
jajaj esta muy bueno el fic y actualizaa *-*
pd: que Santana se relaje se deje llevar por la rubia >.<
Invitado- Invitado
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Ohhh me perdi los capitulos, pero ha estado genial todo, realmente wanky y más si actualizas super rapido me encantaa...
espero con ansias el proximo capitulo
espero con ansias el proximo capitulo
Brittana_Lopez* - Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 06/02/2013
Edad : 30
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Hola Yisel!
Como te prometi me lei tu fanfic y esta genial!
Juro que el primer capitulo me dejo deseando mas! *o*
Solo una palabra.... intenso! me encanta hjnfdmsk
Ojala no tardes mucho con la actu! Por que me tienes adicta a el xP
Saludos :*
Como te prometi me lei tu fanfic y esta genial!
Juro que el primer capitulo me dejo deseando mas! *o*
Solo una palabra.... intenso! me encanta hjnfdmsk
Ojala no tardes mucho con la actu! Por que me tienes adicta a el xP
Saludos :*
Twinkle Dani-*-* - Mensajes : 3020
Fecha de inscripción : 23/03/2012
Edad : 29
BRITTANA : Mi reina de la noche
hola chicas estoy de vuelta con otro capitulo no iba a actualizar hasta mañana pero que les puedo decir me gusta consentirlas .. entre los comentarios he leido que santana les parece sexy en mi fic! jajaja en realidad si es mas hot cierto? ahora responderé sus comentarios del capitulo anterior .
holaa dani!! que bien que lo lees ya veo que cumples tus promesas pues mira no tarde nada en actualizar
nota: prefiero que me llamen mcmahonnn
hola! brittana_lopez pues si tengo varios capítulos escritos y me permite actualizar seguido ... todos han usado la palabra WANKY en mi fic ... porque sera? jajaja
hola naya rivera ilove pues si WANKY jajaja , pues nunca he visto preety woman u.u
pd:veremos si lo hace
holaaaa! me alegra mucho que te hayas animado a leer y comentar me hace muy feliz y pues si todo es WANKY eh? jajaja nos leemos pronto
hola nayaismyheart pues si me quieres secuestrar estoy en caracas, venezuela te espero ok? jajaja y pues es cierto santana necesita relajarse un poco lo tomare en cuenta .. me gusta que escribas mucho en los comentarios eso me motiva
ok ok ok ahora si aqui esta el capitulo
chicas este a sido el capitulo ahora en el proximo SUBIRE FOTOS del apartemento de brittany , el de santana, y la oficina de britt. ahora tengo una pregunta ..... ustedes serian "clientas " de la santana de mi fic????? respondan en los comentarios
LES AYUDARE CON LA ILUSIÓN ÓPTICA
brittany de ejecutiva
[img] [/img]
[img] [/img]
santana WANKY
[img] [/img]
[img] [/img]
[img] [/img]
Por Twinkle Dani El Miér Feb 20, 2013 10:23 Pm
Hola!
Como te prometi me lei tu fanfic y esta genial!
Juro que el primer capitulo me dejo deseando mas! *o*
Solo una palabra.... intenso! me encanta hjnfdmsk
Ojala no tardes mucho con la actu! Por que me tienes adicta a el xP
Saludos :*
holaa dani!! que bien que lo lees ya veo que cumples tus promesas pues mira no tarde nada en actualizar
nota: prefiero que me llamen mcmahonnn
Por Brittana_Lopez El Miér Feb 20, 2013 8:59 Pm
Ohhh me perdi los capitulos, pero ha estado genial todo, realmente wanky y más si actualizas super rapido me encantaa...
espero con ansias el proximo capitulo
hola! brittana_lopez pues si tengo varios capítulos escritos y me permite actualizar seguido ... todos han usado la palabra WANKY en mi fic ... porque sera? jajaja
Por Naya Rivera Ilove El Miér Feb 20, 2013 8:42 Pm
Este Fic es totalmente WAAAAAAAAAAAAAAAAAANKY te lo dije :33 cuando hablamos por chat jejeje quiero saber que pasara :33 es cuando lee la descripción pense en Pretty Woman , jajaja Santana como la julia :33 jaj era broma yo y mis ideas pero la usare como fic algun dia jeje, pasate por mi fic :33
jajaj esta muy bueno el fic y actualizaa *-*
pd: que Santana se relaje se deje llevar por la rubia >.<
hola naya rivera ilove pues si WANKY jajaja , pues nunca he visto preety woman u.u
pd:veremos si lo hace
Por MNFV El Miér Feb 20, 2013 5:17 Pm
O.O me encantaa, lo leo desde que lo publicaste solo que no me anime a comentar XD
Santana como prostituta y britt como su clienta...es algo wanky!
Ensero me gustaaaa :D
espero tu actu :3
holaaaa! me alegra mucho que te hayas animado a leer y comentar me hace muy feliz y pues si todo es WANKY eh? jajaja nos leemos pronto
Por Nayaismyheart El Miér Feb 20, 2013 4:57 Pm
(perdón por las mayúsculas pero son necesarias...) ME ENCANTA TU FIC !!!!!! en serio , estoy pensando en secuestrarte para que escribas un nuevo capitulo todos los dias.. ( tranquilas chicas , lo subiria al foro tambien...) jeje ok, no ... pero de verdad quiero una actualizacion ya-ya-ya.
Pobre Britt , con todas esas sensaciones ( ansiedad, celos , deseo , cariño ) y sin saber ( al menos por ahora ) si Santana cuando dice algo asi , si es sincera o no...
Britt es muy tierna y atenta , quizas algo raro para Santana porque no creo q sus otras "clientas" sean asi. Asique espero que pronto ella tambien se pueda relajar un poco y deje conocerse como tal como es.
Saludos!! :)
hola nayaismyheart pues si me quieres secuestrar estoy en caracas, venezuela te espero ok? jajaja y pues es cierto santana necesita relajarse un poco lo tomare en cuenta .. me gusta que escribas mucho en los comentarios eso me motiva
ok ok ok ahora si aqui esta el capitulo
Capitulo 4
— me gustas. —Me dio un besito en la mejilla izquierda—. Sí, la verdad es que me gustas. — me dio otro beso pero esta vez en mis labios —. Creo que hasta me gustas mucho!!.
Sus susurros sensuales me sumergieron en un mar de lava ardiendo. Después se dejó caer hacia delante y me besó. Besaba increíblemente bien, y al igual que en nuestro primer encuentro, me puso de lo más caliente. Se dejó caer a mi lado y me atrajo hacia
Ella. La abracé, y noté lo suave y agradable que era al tacto la seda de su bata; tanto, que no supe muy bien si prefería abrazarla con
Aquella prenda o sin ella.
—No quiero que te desnudes —dije, tras liberarme de su beso.
Ella se echó a reír en voz baja.
—Supongo que se puede arreglar —dijo. Apoyó los labios en mi garganta y los dejó resbalar a lo largo de mi cuello. Yo gemí de placer. La tapicería de piel me parecía muy Agradable e incitante. Se dejó caer hasta que quedó debajo de mí, pero sin apartar los labios de mi garganta. Empezó a Desabrocharme la camisa y cada vez que desabrochaba un botón, besaba la piel que quedaba al descubierto. Finalmente se dejó caer hacia atrás y me miró. No me sonrió. Yo le devolví la mirada y supe que estaba enamorada de ella. Y también supe que jamás podría decírselo, de la misma manera que jamás podría esperar oírselo decir a ella.
—¿No te gustaría ponerte un poco más cómoda? Regresé a la realidad y me di cuenta de que aún llevaba puestas las botas. ¡Qué vergüenza! Me puse en pie de un salto, me quité las botas y me desabroché el pantalón. La observé: estaba tendida sobre el sofá y el blanco de su bata contrastaba de una forma sorprendente con su piel morena: ella, acostada con una pose elegante, completaba la escena a la perfección. La miré, un tanto deprimida.
—¿Quieres que lo haga yo?
—¿El qué? —Me sentía furiosa y ya no recordaba para qué me había puesto en pie.
—Desnudarte. —Lo dijo como quien dice algo obvio. Parecía como si estuviera esperando algo. Ah, claro, los deseos de sus clientas... Sacudí vigorosamente la cabeza para ahuyentar los malos pensamientos.
—¡No! —grité para callar la vocecita que oía en el interior de mi cabeza. Tal vez grité demasiado—. Puedo hacerlo yo solita — añadí, un tanto encogida.
—Estoy segurísima —afirmó ella, nuevo con un gesto risueño.
La seda de la bata que llevaba marcaba claramente las curvas de su cuerpo: sus hombros rectos, sus pechos, sus abdominales bien pronunciados, la línea curva de sus caderas... Muy despacio, me quité los pantalones. Ella no dejaba de observarme y me sentí un poco incómoda.
—¿Te importaría mirar hacia otro lado?—le dije.
—Claro, cómo no. Cedió a mis deseos inmediatamente, aunque tuve la sensación de que apartaba la mirada en contra de su voluntad. “Bueno, es que no es muy justo: tú la observas con una mirada cargada de deseo, pero cuando ella hace lo mismo... Sí, ya lo sé, ¡pero es que es preciosa! Además, está acostumbrada”. Mi conciencia estaba empezando a fastidiarme. “¿Y eso justifica que seas una maleducada?”, me riñó desde algún rincón de mi mente, pero yo no le hice ni caso.
Me acerqué de nuevo al sofá, cada vez más excitada. Tanto, que me notaba el pulso en el cuello. Ella seguía mirando por la ventana.
Me arrodillé junto al sofá y apoyé una mano en su estómago, pero no se movió. Un segundo después, lo entendí.
—Mírame, por favor —le dije. Se volteo y me miró. No me acaba de convencer eso de que hiciera todo lo que yo le pedía. Debajo de mi mano, su estómago subía y bajaba a intervalos regulares. Deslicé un poco más la mano y la metí bajo su bata. La dejé Reposar sobre la parte superior de su pierna. Ella seguía respirando tranquilamente, con absoluta normalidad, y yo pensé de nuevo en lo que había pensado aquella mañana: tal vez era cierto que no sentía nada de nada. Pero... ¿y la otra vez? Aquella noche, las cosas fueron muy distintas. Aparté la mano, sin que ella protestara.
Santana dejó descansar una mano en mi nuca y empezó a besarme de nuevo muy apasionadamente recorriendo con su lengua toda mi boca, mientras que con la otra mano acariciaba mi cuerpo de manera lenta lo cual hizo que me estremeciera. Separó los labios y me obligó a acercarme un poco más. Me tomo fuerte de la nuca mientras frotaba su cuerpo contra el mio .
Debe de ser su técnica número 324, pensé. A pesar de lo experta que era su lengua, mi excitación desapareció por completo y ella se dio cuenta.
—¿He hecho algo que no te gusta? Detestaba aquella buena voluntad, aquel tono afable de su voz, aquel empeño en que todo me resultara lo más satisfactorio posible... Sí, de nuevo su profesionalidad. Al
fin y al cabo, estaba haciendo su trabajo, ¿por qué me costaba tanto aceptarlo?
—No, no —me apresuré a negar—. Es culpa mía. Supongo que hoy no estoy de humor para esto. —Desde luego, era una mentira y ella se dio cuenta. Me puse en pie. No podía hacerlo, y estaba Claro que jamás podría. La última vez que nos habíamos hecho, nuestro encuentro había sido una sorpresa, pero esta vez estaba todo planeado, había hecho cita con ella para tener sexo. Esa era la diferencia. Me miró, expectante, pero tuve la sensación de que me observaba sin ningún interés especial. Eso me pareció, por lo menos
—. Me voy enseguida —dije—. Discúlpame, por favor. Sé puso en pie, con uno de esos movimientos suyos tan elegantes, que a mí me hacían parecer un elefante en una cacharrería.
—Tranquila, no pasa nada —dijo—. Una tarde libre no prevista.
Sonrió, como si yo fuera la vecina, una vecina a la que conoces sólo de vista. No hizo ningún intento por retenerme. Claro, ¿y por qué iba a hacerlo? Yo no le importaba en absoluto. Por algún motivo, su fachada se había resquebrajado un poco durante nuestro primer encuentro, pero ahora, en cualquier caso, no quedaba ya ningún indicio de esa grieta.
Se me llenaron los ojos de lágrimas y fue entonces cuando me di cuenta de lo mucho que me habría gustado que su reacción fuera distinta.
Me tragué el nudo que se me había formado en la garganta y me di la vuelta. En cuestión de segundos, ya estaba vestida; ella seguía allí plantada con una sonrisa cordial, de buena vecindad, en los labios.
—Esto... eh... ¿cuánto te debo? — Dios mio La situación ¡era espantosa! Nunca en mi vida había hecho algo así “pagar por sexo” eso no es nada típico de la gran empresaria brittany s pierce, pero es que esta latina, me encanta, me vuelve loca. Recé para que no le llevara mucho tiempo calcularlo, pues estaba segura de que en cualquier momento se me escaparían las lágrimas y ella lo notaria. En su sonrisa, sin embargo, algo había cambiado, aunque casi imperceptiblemente.
—Nada brittany —dijo, mientras alzaba una mano—. Tus besos han valido la pena. Era la segunda vez que no me cobraba, Su sonrisa me hacía enloquecer pero Su actitud indiferente me dejaba muy claro lo mucho que me había engañado a mí misma.
El amor no era algo que tuviera espacio en su vida y, desde luego, no era yo la mujer que podía cambiar ese hecho. Y si a mí me sucedía exactamente lo contrario, bueno, obviamente era mi problema.
Dada su profesión, ella no podía enamorarse, y yo tendría que haberlo visto desde el principio. Pero no: sólo una tonta como yo esperaría algo más. Al fin y al cabo, yo siempre conseguía lo que quería,
¿no? Sí, de una mujer con profesión “común” tal vez, pero... ¿de ella? No. Seguramente se había acostado con más mujeres de las que yo podía imaginar.
Me vi a mí misma como si me estuviera contemplando en un espejo. Una ejecutiva de aspecto normal, la típica rubia de ojos azules. Yo tenía el pelo dorado, no quedaría mal al lado de su brillante melena negra. Un contraste interesante. “Oh, no, déjalo ya, no está la cosa como para hacer chistes”.
Sin embargo, la actitud objetiva que mi parte intelectual me obligó a mantener en esos momentos, me sirvió para seguir con los pies en el suelo y para contener las lágrimas que ya intentaban salir los ojos.
—Bueno, pues vale —dije, por decir algo. Ella me tendió la mano y yo se la estreché automáticamente. Fue un momento increíble... una
eternidad que duró cinco segundos. Ella representó su papel a la perfección, sin dejar de sonreír ni un instante. Yo ya no podía
sonreír, así que me volví a toda prisa y eché a correr hacia la puerta. Al cerrarla, vi de reojo que ella ya había dado media vuelta y que se
dirigía a la otra habitación, seguramente para empezar a disfrutar de aquel día libre que no había previsto.
Pulsé el botón del ascensor... y luego bajé por las escaleras. de los escalones bajo mis pies. Me habría gustado más ir en la otra dirección. Nada tenía sentido: llevaba años en la oficina, era capaz de dirigir proyectos, de liderar un equipo, de tomar decisiones, de gastar o ganar millones a través de mi empresa y sin embargo... ¿qué
estaba haciendo allí? Nada, desesperarme por una mujer que no lo merecía, que ni siquiera me deseaba, y mucho menos me iba a querer.
El camino de vuelta a casa se volvió borroso por las lágrimas que llenaban mis ojos. Todo lo que me rodeaba era una especie
de masa deprimente y desdibujada. En mi mente se alternaban la esperanza y la resignación. A lo mejor ella... No, a lo mejor no.
Seguramente, ya hacía rato que me había olvidado. Seguramente había salido a dar una vueltecita por el upper east side : no me costó mucho imaginarla en un deportivo pequeño y elegante. Bueno, a lo mejor tenía un coche grande, Bueno, ¿y qué me importaba eso a mí? ¿Qué esperaba? No era la primera vez que me enamoraba de una mujer que no sentía lo mismo por mí. Y, desde luego, no era la primera vez que sufría por alguien. ¿Acaso no había aprendido de mis experiencias? Pues no. Me acordé en ese momento de uno de
mis grandes amores de la época en que yo vivía en la residencia universitaria, que por cierto ahora es una gran amiga . Se parecía mucho a ella. me perdía sin remedio en cuanto veía una belleza morena de ojos oscuros y penetrantes.
Mis estudios se resentían —cada mujer me costaba por lo menos un semestre— y yo también me resentía, qué le vamos a hacer. Ahora, sin embargo, tenía un buen trabajo, llevaba bastante tiempo soltera y no me iba tan mal, ¿no? llegue a tener varios encuentros sin importancia Pero Con santana, sin embargo... con ella había algo distinto, un sentimiento muy especial.
“Ay, señor, que voy hacer? Esta mujer me tiene como quiere y sin siquiera ser consiente de eso , Supongo que tengo dar las gracias por trabajar rodeada de colegas del sexo masculino, porque de no haber sido así, mi vida sería un caos absoluto, si hubiese laborado cerca de alguien como santana , desde luego, no habría aguantado seis años en la Empresa mi propio padre me hubiera despedido ”.
Tuve que convencerme que las cosas volverían a la normalidad y que, me olvidaría de santana pero es que Una chica guapa, especialmente si era morena, podía hacer lo que quisiera conmigo, que me gustaría casi al instante. Pero repito con santana es diferente es hasta mas intenso Ya me lo Profetizó una de mis abuelas, que dijo que yo no lo tendría fácil en la vida. En aquel momento, me molestó bastante pero... ¿acaso no había acertado? ¿Por qué tenía esa tendencia a complicarme innecesariamente la vida? Me fui a casa convencida de que sencillamente era inevitable, lo cual tampoco era nada nuevo, pues ya estaba pensado en santana nuevamente
El corto paseo me sirvió al menos para tranquilizarme un poco, o eso creía yo. Me tumbé en el sofá y, de inmediato, empecé a desearla otra vez: olí su perfume, sentí su piel, la vi frente a mí....Pero no como la había visto la mayor parte del tiempo, sino como yo quería verla, es decir, como una mujer que me amaba y que me permitía amarla.
Sentía tantos deseos de tocarla que de repente, empecé a notar un calor muy intenso por todo el cuerpo. Pensé que tal vez se trataba de la excitación de antes, que no había sido aplacada, así que me puse a dar brincos para tratar de sacudírmela dem encima. Sin embargo, mi cuerpo no se dejó engañar, al menos no con movimientos tan insignificantes. Lo único que podía hacer era tomar la bolsa de deportes e irme al gimnasio.
Cuando terminé mi habitual rutina de dos horas, que normalmente hacía dos o tres veces por semana, me dirigí a la sala de
máquinas, y cuando ya no fui capaz de levantar ni una sola pesa más porque me temblaban todos los músculos, me dirigí a las
bicicletas estáticas. Seleccioné la opción “carrera” y elegí al oponente más difícil. Sabía perfectamente que no estaba preparada,
pero tampoco habría conseguido ganar a un oponente más débil.
Me sentía como una perdedora absoluta. Cuando la lucecita roja del panel de control llegó a la línea de meta casi un kilómetro por
delante de mí y confirmó el concepto que en esos momentos tenía yo de mí misma, me sentí por fin satisfecha y me fui a la ducha
completamente agotada. Me costó un gran esfuerzo conducir hasta mi apartamento y arrastrarme por la escalera hacia mi apartamento. Me dejé caer en la cama sin ni siquiera quitarme el chándal y me quedé dormida de inmediato.
Me desperté por culpa de una pesadilla espantosa. Yo estaba en la habitación y había alguien junto a mí. Las cosas se movían solas.
La puerta se abría muy despacio y proyectaba una sombra en la pared. Tuve la sensación de que había algo oculto allí detrás.
Tanteé en busca del interruptor de la lamparita de noche y cuando encendí la luz, me di cuenta de que todo había sido producto
de mi imaginación. Una vez, tras vivir una experiencia similar, un psicólogo me contó que esos miedos son la inversión de un deseo. La persona no quiere en realidad estar sola, pero lo está, por eso imagina que hay alguien. Por desgracia, eso causa la misma ansiedad que estar solo, porque no es real. Y también por desgracia, la explicación no sirvió para calmar mis miedos, por mucho que me la creyera al pie de la letra. Así pues, dejé la luz encendida; después de abrir los ojos unas cuantas veces más, presa del pánico, mis sobre estimuladas sinapsis me permitieron conciliar el sueño reparador que tanta falta me hacía. De hecho, me quedé dormida con una sonrisa en los labios, pues lo último que cruzó por mi mente fue una experiencia parecida que me sucedió en la segunda residencia en la que viví. En aquella ocasión, acababa de trasladarme y tuve una pesadilla que me hizo abandonar precipitadamente la habitación. Como suele ocurrir en las residencias de estudiantes, lo único que tienes es una habitación, así que no me quedó más remedio que sentarme en el pasillo. Me sentía incapaz de volver a entrar por miedo a encontrarme con los espantosos fantasmas de mi imaginación. Muy temprano por la mañana, cuando yo ya casi me había congelado (por supuesto, no podía entrar en mi habitación a coger una manta), llegó un estudiante Obviamente, a él no le habían impresionado en lo más mínimo mis fantasmas, y lo único que vio fue a una chica sentada en pijama en el pasillo, temblando de frío. Sólo le había visto una vez, es decir, no nos conocíamos, pero su comentario de: “¿Hay ratones en tu habitación?” me hizo reír y consiguió que olvidara mis tenebrosos pensamientos. Después de aquello, pude volver a mi habitación y seguir durmiendo. Un comentario como aquel, un amigo desconocido e inesperado (o mejor aún, una amiga) era justo lo que necesitaba ahora. Pero evidentemente, esta vez no me iba a quedar más remedio que arreglármelas solita.
Al día siguiente fui a la oficina, aunque sabía que sería incapaz de concentrarme en el trabajo. Sin embargo, la perspectiva de quedarme en casa me parecía mucho peor. Como los ratones de la habitación. Y de día, ni siquiera podía utilizar eso como excusa. En el trabajo me limité a hacer lo imprescindible. Sé que ese día no fui la mejor trabajadora del mundo y, desde luego, tampoco fui la mejor jefa del mundo.
Finn y puck ya estaban más que acostumbrados a que no siempre estuviera de un humor excelente, pero lo cierto es que jamás me habían visto así: en lugar de tomar decisiones, las aplazaba; delegué todo lo que pude, pero lo hice tan mal que todo el rato tenía que responder a preguntas y hacer aclaraciones; y a los que tuvieron la mala suerte de tener que preguntarme algo no les quedó más remedio que aguantar mi mal humor.
Actué de esa forma hasta que ni yo misma fui capaz de soportarme un solo minuto más. Volví a probar con el gimnasio y después regresé a la oficina algo más relajada y de un humor más aceptable. En cualquier caso, mi incapacidad para controlar la situación no me hacía
Precisamente feliz. Por experiencia, sabía que sólo existían dos posibles desenlaces: o bien la convencía para que se comportara conmigo de la forma que yo deseaba, al menos en parte, o bien estaba condenada a pensar en ella durante mucho tiempo, oscilando entre la alegría y la esperanza, la decepción y la Resignación.
lo cierto es que no tenía ni idea de cómo conseguir lo primero: “la alegría” , gracias a mis numerosas experiencias sabía que la segunda posibilidad: “la esperanza” era tan agotadora y estresante, que lo mejor era evitarla directamente. Llegué a la conclusión de que tenía que prescindir de un elemento “sexo” si quería disfrutar de los otros “paz y felicidad interior”, ya que dichos elementos eran absolutamente irreconciliables. Y teniendo en cuenta de quién estamos hablando, inimaginables. Hasta ahora, todos nuestros encuentros habían tenido que ver con el sexo, así que no era capaz de imaginarla en otro plano.
Nuestra relación, “si es que la tenemos”, se basa en eso, en el sexo. ¿Qué le propondría yo a una mujer a la que acabara de conocer, una mujer con la que aún no me hubiera acostado y con la que ni siquiera supiese si llegaría a hacerlo? Pues estaba bastante claro, le propondría algo normal y corriente, como ir al cine o salir a cenar. Claro... ¿por qué no? Lo peor que podía pasar era que me dijera que no y, en ese caso, bueno, superaría la decepción.
Me di cuenta de lo entusiasmado que se mostraba mi lado masoquista respecto a esa decisión. Esa noche pensaba dormir como un tronco. Mañana será otro día, me dije, tal vez el día perfecto para llamar a alguien...
Sus susurros sensuales me sumergieron en un mar de lava ardiendo. Después se dejó caer hacia delante y me besó. Besaba increíblemente bien, y al igual que en nuestro primer encuentro, me puso de lo más caliente. Se dejó caer a mi lado y me atrajo hacia
Ella. La abracé, y noté lo suave y agradable que era al tacto la seda de su bata; tanto, que no supe muy bien si prefería abrazarla con
Aquella prenda o sin ella.
—No quiero que te desnudes —dije, tras liberarme de su beso.
Ella se echó a reír en voz baja.
—Supongo que se puede arreglar —dijo. Apoyó los labios en mi garganta y los dejó resbalar a lo largo de mi cuello. Yo gemí de placer. La tapicería de piel me parecía muy Agradable e incitante. Se dejó caer hasta que quedó debajo de mí, pero sin apartar los labios de mi garganta. Empezó a Desabrocharme la camisa y cada vez que desabrochaba un botón, besaba la piel que quedaba al descubierto. Finalmente se dejó caer hacia atrás y me miró. No me sonrió. Yo le devolví la mirada y supe que estaba enamorada de ella. Y también supe que jamás podría decírselo, de la misma manera que jamás podría esperar oírselo decir a ella.
—¿No te gustaría ponerte un poco más cómoda? Regresé a la realidad y me di cuenta de que aún llevaba puestas las botas. ¡Qué vergüenza! Me puse en pie de un salto, me quité las botas y me desabroché el pantalón. La observé: estaba tendida sobre el sofá y el blanco de su bata contrastaba de una forma sorprendente con su piel morena: ella, acostada con una pose elegante, completaba la escena a la perfección. La miré, un tanto deprimida.
—¿Quieres que lo haga yo?
—¿El qué? —Me sentía furiosa y ya no recordaba para qué me había puesto en pie.
—Desnudarte. —Lo dijo como quien dice algo obvio. Parecía como si estuviera esperando algo. Ah, claro, los deseos de sus clientas... Sacudí vigorosamente la cabeza para ahuyentar los malos pensamientos.
—¡No! —grité para callar la vocecita que oía en el interior de mi cabeza. Tal vez grité demasiado—. Puedo hacerlo yo solita — añadí, un tanto encogida.
—Estoy segurísima —afirmó ella, nuevo con un gesto risueño.
La seda de la bata que llevaba marcaba claramente las curvas de su cuerpo: sus hombros rectos, sus pechos, sus abdominales bien pronunciados, la línea curva de sus caderas... Muy despacio, me quité los pantalones. Ella no dejaba de observarme y me sentí un poco incómoda.
—¿Te importaría mirar hacia otro lado?—le dije.
—Claro, cómo no. Cedió a mis deseos inmediatamente, aunque tuve la sensación de que apartaba la mirada en contra de su voluntad. “Bueno, es que no es muy justo: tú la observas con una mirada cargada de deseo, pero cuando ella hace lo mismo... Sí, ya lo sé, ¡pero es que es preciosa! Además, está acostumbrada”. Mi conciencia estaba empezando a fastidiarme. “¿Y eso justifica que seas una maleducada?”, me riñó desde algún rincón de mi mente, pero yo no le hice ni caso.
Me acerqué de nuevo al sofá, cada vez más excitada. Tanto, que me notaba el pulso en el cuello. Ella seguía mirando por la ventana.
Me arrodillé junto al sofá y apoyé una mano en su estómago, pero no se movió. Un segundo después, lo entendí.
—Mírame, por favor —le dije. Se volteo y me miró. No me acaba de convencer eso de que hiciera todo lo que yo le pedía. Debajo de mi mano, su estómago subía y bajaba a intervalos regulares. Deslicé un poco más la mano y la metí bajo su bata. La dejé Reposar sobre la parte superior de su pierna. Ella seguía respirando tranquilamente, con absoluta normalidad, y yo pensé de nuevo en lo que había pensado aquella mañana: tal vez era cierto que no sentía nada de nada. Pero... ¿y la otra vez? Aquella noche, las cosas fueron muy distintas. Aparté la mano, sin que ella protestara.
Santana dejó descansar una mano en mi nuca y empezó a besarme de nuevo muy apasionadamente recorriendo con su lengua toda mi boca, mientras que con la otra mano acariciaba mi cuerpo de manera lenta lo cual hizo que me estremeciera. Separó los labios y me obligó a acercarme un poco más. Me tomo fuerte de la nuca mientras frotaba su cuerpo contra el mio .
Debe de ser su técnica número 324, pensé. A pesar de lo experta que era su lengua, mi excitación desapareció por completo y ella se dio cuenta.
—¿He hecho algo que no te gusta? Detestaba aquella buena voluntad, aquel tono afable de su voz, aquel empeño en que todo me resultara lo más satisfactorio posible... Sí, de nuevo su profesionalidad. Al
fin y al cabo, estaba haciendo su trabajo, ¿por qué me costaba tanto aceptarlo?
—No, no —me apresuré a negar—. Es culpa mía. Supongo que hoy no estoy de humor para esto. —Desde luego, era una mentira y ella se dio cuenta. Me puse en pie. No podía hacerlo, y estaba Claro que jamás podría. La última vez que nos habíamos hecho, nuestro encuentro había sido una sorpresa, pero esta vez estaba todo planeado, había hecho cita con ella para tener sexo. Esa era la diferencia. Me miró, expectante, pero tuve la sensación de que me observaba sin ningún interés especial. Eso me pareció, por lo menos
—. Me voy enseguida —dije—. Discúlpame, por favor. Sé puso en pie, con uno de esos movimientos suyos tan elegantes, que a mí me hacían parecer un elefante en una cacharrería.
—Tranquila, no pasa nada —dijo—. Una tarde libre no prevista.
Sonrió, como si yo fuera la vecina, una vecina a la que conoces sólo de vista. No hizo ningún intento por retenerme. Claro, ¿y por qué iba a hacerlo? Yo no le importaba en absoluto. Por algún motivo, su fachada se había resquebrajado un poco durante nuestro primer encuentro, pero ahora, en cualquier caso, no quedaba ya ningún indicio de esa grieta.
Se me llenaron los ojos de lágrimas y fue entonces cuando me di cuenta de lo mucho que me habría gustado que su reacción fuera distinta.
Me tragué el nudo que se me había formado en la garganta y me di la vuelta. En cuestión de segundos, ya estaba vestida; ella seguía allí plantada con una sonrisa cordial, de buena vecindad, en los labios.
—Esto... eh... ¿cuánto te debo? — Dios mio La situación ¡era espantosa! Nunca en mi vida había hecho algo así “pagar por sexo” eso no es nada típico de la gran empresaria brittany s pierce, pero es que esta latina, me encanta, me vuelve loca. Recé para que no le llevara mucho tiempo calcularlo, pues estaba segura de que en cualquier momento se me escaparían las lágrimas y ella lo notaria. En su sonrisa, sin embargo, algo había cambiado, aunque casi imperceptiblemente.
—Nada brittany —dijo, mientras alzaba una mano—. Tus besos han valido la pena. Era la segunda vez que no me cobraba, Su sonrisa me hacía enloquecer pero Su actitud indiferente me dejaba muy claro lo mucho que me había engañado a mí misma.
El amor no era algo que tuviera espacio en su vida y, desde luego, no era yo la mujer que podía cambiar ese hecho. Y si a mí me sucedía exactamente lo contrario, bueno, obviamente era mi problema.
Dada su profesión, ella no podía enamorarse, y yo tendría que haberlo visto desde el principio. Pero no: sólo una tonta como yo esperaría algo más. Al fin y al cabo, yo siempre conseguía lo que quería,
¿no? Sí, de una mujer con profesión “común” tal vez, pero... ¿de ella? No. Seguramente se había acostado con más mujeres de las que yo podía imaginar.
Me vi a mí misma como si me estuviera contemplando en un espejo. Una ejecutiva de aspecto normal, la típica rubia de ojos azules. Yo tenía el pelo dorado, no quedaría mal al lado de su brillante melena negra. Un contraste interesante. “Oh, no, déjalo ya, no está la cosa como para hacer chistes”.
Sin embargo, la actitud objetiva que mi parte intelectual me obligó a mantener en esos momentos, me sirvió para seguir con los pies en el suelo y para contener las lágrimas que ya intentaban salir los ojos.
—Bueno, pues vale —dije, por decir algo. Ella me tendió la mano y yo se la estreché automáticamente. Fue un momento increíble... una
eternidad que duró cinco segundos. Ella representó su papel a la perfección, sin dejar de sonreír ni un instante. Yo ya no podía
sonreír, así que me volví a toda prisa y eché a correr hacia la puerta. Al cerrarla, vi de reojo que ella ya había dado media vuelta y que se
dirigía a la otra habitación, seguramente para empezar a disfrutar de aquel día libre que no había previsto.
Pulsé el botón del ascensor... y luego bajé por las escaleras. de los escalones bajo mis pies. Me habría gustado más ir en la otra dirección. Nada tenía sentido: llevaba años en la oficina, era capaz de dirigir proyectos, de liderar un equipo, de tomar decisiones, de gastar o ganar millones a través de mi empresa y sin embargo... ¿qué
estaba haciendo allí? Nada, desesperarme por una mujer que no lo merecía, que ni siquiera me deseaba, y mucho menos me iba a querer.
El camino de vuelta a casa se volvió borroso por las lágrimas que llenaban mis ojos. Todo lo que me rodeaba era una especie
de masa deprimente y desdibujada. En mi mente se alternaban la esperanza y la resignación. A lo mejor ella... No, a lo mejor no.
Seguramente, ya hacía rato que me había olvidado. Seguramente había salido a dar una vueltecita por el upper east side : no me costó mucho imaginarla en un deportivo pequeño y elegante. Bueno, a lo mejor tenía un coche grande, Bueno, ¿y qué me importaba eso a mí? ¿Qué esperaba? No era la primera vez que me enamoraba de una mujer que no sentía lo mismo por mí. Y, desde luego, no era la primera vez que sufría por alguien. ¿Acaso no había aprendido de mis experiencias? Pues no. Me acordé en ese momento de uno de
mis grandes amores de la época en que yo vivía en la residencia universitaria, que por cierto ahora es una gran amiga . Se parecía mucho a ella. me perdía sin remedio en cuanto veía una belleza morena de ojos oscuros y penetrantes.
Mis estudios se resentían —cada mujer me costaba por lo menos un semestre— y yo también me resentía, qué le vamos a hacer. Ahora, sin embargo, tenía un buen trabajo, llevaba bastante tiempo soltera y no me iba tan mal, ¿no? llegue a tener varios encuentros sin importancia Pero Con santana, sin embargo... con ella había algo distinto, un sentimiento muy especial.
“Ay, señor, que voy hacer? Esta mujer me tiene como quiere y sin siquiera ser consiente de eso , Supongo que tengo dar las gracias por trabajar rodeada de colegas del sexo masculino, porque de no haber sido así, mi vida sería un caos absoluto, si hubiese laborado cerca de alguien como santana , desde luego, no habría aguantado seis años en la Empresa mi propio padre me hubiera despedido ”.
Tuve que convencerme que las cosas volverían a la normalidad y que, me olvidaría de santana pero es que Una chica guapa, especialmente si era morena, podía hacer lo que quisiera conmigo, que me gustaría casi al instante. Pero repito con santana es diferente es hasta mas intenso Ya me lo Profetizó una de mis abuelas, que dijo que yo no lo tendría fácil en la vida. En aquel momento, me molestó bastante pero... ¿acaso no había acertado? ¿Por qué tenía esa tendencia a complicarme innecesariamente la vida? Me fui a casa convencida de que sencillamente era inevitable, lo cual tampoco era nada nuevo, pues ya estaba pensado en santana nuevamente
El corto paseo me sirvió al menos para tranquilizarme un poco, o eso creía yo. Me tumbé en el sofá y, de inmediato, empecé a desearla otra vez: olí su perfume, sentí su piel, la vi frente a mí....Pero no como la había visto la mayor parte del tiempo, sino como yo quería verla, es decir, como una mujer que me amaba y que me permitía amarla.
Sentía tantos deseos de tocarla que de repente, empecé a notar un calor muy intenso por todo el cuerpo. Pensé que tal vez se trataba de la excitación de antes, que no había sido aplacada, así que me puse a dar brincos para tratar de sacudírmela dem encima. Sin embargo, mi cuerpo no se dejó engañar, al menos no con movimientos tan insignificantes. Lo único que podía hacer era tomar la bolsa de deportes e irme al gimnasio.
Cuando terminé mi habitual rutina de dos horas, que normalmente hacía dos o tres veces por semana, me dirigí a la sala de
máquinas, y cuando ya no fui capaz de levantar ni una sola pesa más porque me temblaban todos los músculos, me dirigí a las
bicicletas estáticas. Seleccioné la opción “carrera” y elegí al oponente más difícil. Sabía perfectamente que no estaba preparada,
pero tampoco habría conseguido ganar a un oponente más débil.
Me sentía como una perdedora absoluta. Cuando la lucecita roja del panel de control llegó a la línea de meta casi un kilómetro por
delante de mí y confirmó el concepto que en esos momentos tenía yo de mí misma, me sentí por fin satisfecha y me fui a la ducha
completamente agotada. Me costó un gran esfuerzo conducir hasta mi apartamento y arrastrarme por la escalera hacia mi apartamento. Me dejé caer en la cama sin ni siquiera quitarme el chándal y me quedé dormida de inmediato.
Me desperté por culpa de una pesadilla espantosa. Yo estaba en la habitación y había alguien junto a mí. Las cosas se movían solas.
La puerta se abría muy despacio y proyectaba una sombra en la pared. Tuve la sensación de que había algo oculto allí detrás.
Tanteé en busca del interruptor de la lamparita de noche y cuando encendí la luz, me di cuenta de que todo había sido producto
de mi imaginación. Una vez, tras vivir una experiencia similar, un psicólogo me contó que esos miedos son la inversión de un deseo. La persona no quiere en realidad estar sola, pero lo está, por eso imagina que hay alguien. Por desgracia, eso causa la misma ansiedad que estar solo, porque no es real. Y también por desgracia, la explicación no sirvió para calmar mis miedos, por mucho que me la creyera al pie de la letra. Así pues, dejé la luz encendida; después de abrir los ojos unas cuantas veces más, presa del pánico, mis sobre estimuladas sinapsis me permitieron conciliar el sueño reparador que tanta falta me hacía. De hecho, me quedé dormida con una sonrisa en los labios, pues lo último que cruzó por mi mente fue una experiencia parecida que me sucedió en la segunda residencia en la que viví. En aquella ocasión, acababa de trasladarme y tuve una pesadilla que me hizo abandonar precipitadamente la habitación. Como suele ocurrir en las residencias de estudiantes, lo único que tienes es una habitación, así que no me quedó más remedio que sentarme en el pasillo. Me sentía incapaz de volver a entrar por miedo a encontrarme con los espantosos fantasmas de mi imaginación. Muy temprano por la mañana, cuando yo ya casi me había congelado (por supuesto, no podía entrar en mi habitación a coger una manta), llegó un estudiante Obviamente, a él no le habían impresionado en lo más mínimo mis fantasmas, y lo único que vio fue a una chica sentada en pijama en el pasillo, temblando de frío. Sólo le había visto una vez, es decir, no nos conocíamos, pero su comentario de: “¿Hay ratones en tu habitación?” me hizo reír y consiguió que olvidara mis tenebrosos pensamientos. Después de aquello, pude volver a mi habitación y seguir durmiendo. Un comentario como aquel, un amigo desconocido e inesperado (o mejor aún, una amiga) era justo lo que necesitaba ahora. Pero evidentemente, esta vez no me iba a quedar más remedio que arreglármelas solita.
Al día siguiente fui a la oficina, aunque sabía que sería incapaz de concentrarme en el trabajo. Sin embargo, la perspectiva de quedarme en casa me parecía mucho peor. Como los ratones de la habitación. Y de día, ni siquiera podía utilizar eso como excusa. En el trabajo me limité a hacer lo imprescindible. Sé que ese día no fui la mejor trabajadora del mundo y, desde luego, tampoco fui la mejor jefa del mundo.
Finn y puck ya estaban más que acostumbrados a que no siempre estuviera de un humor excelente, pero lo cierto es que jamás me habían visto así: en lugar de tomar decisiones, las aplazaba; delegué todo lo que pude, pero lo hice tan mal que todo el rato tenía que responder a preguntas y hacer aclaraciones; y a los que tuvieron la mala suerte de tener que preguntarme algo no les quedó más remedio que aguantar mi mal humor.
Actué de esa forma hasta que ni yo misma fui capaz de soportarme un solo minuto más. Volví a probar con el gimnasio y después regresé a la oficina algo más relajada y de un humor más aceptable. En cualquier caso, mi incapacidad para controlar la situación no me hacía
Precisamente feliz. Por experiencia, sabía que sólo existían dos posibles desenlaces: o bien la convencía para que se comportara conmigo de la forma que yo deseaba, al menos en parte, o bien estaba condenada a pensar en ella durante mucho tiempo, oscilando entre la alegría y la esperanza, la decepción y la Resignación.
lo cierto es que no tenía ni idea de cómo conseguir lo primero: “la alegría” , gracias a mis numerosas experiencias sabía que la segunda posibilidad: “la esperanza” era tan agotadora y estresante, que lo mejor era evitarla directamente. Llegué a la conclusión de que tenía que prescindir de un elemento “sexo” si quería disfrutar de los otros “paz y felicidad interior”, ya que dichos elementos eran absolutamente irreconciliables. Y teniendo en cuenta de quién estamos hablando, inimaginables. Hasta ahora, todos nuestros encuentros habían tenido que ver con el sexo, así que no era capaz de imaginarla en otro plano.
Nuestra relación, “si es que la tenemos”, se basa en eso, en el sexo. ¿Qué le propondría yo a una mujer a la que acabara de conocer, una mujer con la que aún no me hubiera acostado y con la que ni siquiera supiese si llegaría a hacerlo? Pues estaba bastante claro, le propondría algo normal y corriente, como ir al cine o salir a cenar. Claro... ¿por qué no? Lo peor que podía pasar era que me dijera que no y, en ese caso, bueno, superaría la decepción.
Me di cuenta de lo entusiasmado que se mostraba mi lado masoquista respecto a esa decisión. Esa noche pensaba dormir como un tronco. Mañana será otro día, me dije, tal vez el día perfecto para llamar a alguien...
[Continuara…]
chicas este a sido el capitulo ahora en el proximo SUBIRE FOTOS del apartemento de brittany , el de santana, y la oficina de britt. ahora tengo una pregunta ..... ustedes serian "clientas " de la santana de mi fic????? respondan en los comentarios
LES AYUDARE CON LA ILUSIÓN ÓPTICA
brittany de ejecutiva
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santana WANKY
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mcmahonnn- |******|
- Mensajes : 265
Fecha de inscripción : 12/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Oh!!! Brittany está enamorada pero también San!!
Eso de no cobrarle ya dos veces jaja simplemente sus encuentros la dejaran pobre bueno con un lindo peluche solamente jajaja me encanto! Aunque pobre Britt! es tan tierna! Y San tan HOT!! Yo apartaría demasiadas citas con ella!!
Actualiza pronto!!
Besos pequeña simplemente genial!!
Eso de no cobrarle ya dos veces jaja simplemente sus encuentros la dejaran pobre bueno con un lindo peluche solamente jajaja me encanto! Aunque pobre Britt! es tan tierna! Y San tan HOT!! Yo apartaría demasiadas citas con ella!!
Actualiza pronto!!
Besos pequeña simplemente genial!!
Fatiiu** - Mensajes : 61
Fecha de inscripción : 18/02/2013
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
nueva lectora y debo decir...ME ENCANTO!!! de verdad...siempre me ha encantado este tipo de temas...una historia muy original...
Brittany es adorable en esta historia y el erotismo de Santana me mata...
además creo que la pregunta sobre si seria clienta de Santana esta demás...por supuesto que lo seria...
Hasta la próxima y ten por seguro que te estaré leyendo :besos:
Brittany es adorable en esta historia y el erotismo de Santana me mata...
además creo que la pregunta sobre si seria clienta de Santana esta demás...por supuesto que lo seria...
Hasta la próxima y ten por seguro que te estaré leyendo :besos:
apryl venz******* - Mensajes : 449
Fecha de inscripción : 07/03/2012
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Wouww estuve fuerte de emociones el cap
Britt debe enamorarla *o* y lo esta haciend :'D
Me encanta el fic , es demasiado adictivo! no puedo esperar a la llamada ojala no tardes.
Y por cierto amo como escribes , con ese toque de cinismo en algunas ocasiones , me encanta.
Hasta tu actu! Cuidate!
Britt debe enamorarla *o* y lo esta haciend :'D
Me encanta el fic , es demasiado adictivo! no puedo esperar a la llamada ojala no tardes.
Y por cierto amo como escribes , con ese toque de cinismo en algunas ocasiones , me encanta.
Hasta tu actu! Cuidate!
Twinkle Dani-*-* - Mensajes : 3020
Fecha de inscripción : 23/03/2012
Edad : 29
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Actualiza pronto si muy buen capitulo te quedo genial. Supongo que podria ser clienta de Santana. hahahaha que loco
Keiri Lopierce-* - Mensajes : 1570
Fecha de inscripción : 09/04/2012
Edad : 33
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
:) ya te dije mucho de lo que opino en el chat xD esta Hot-nial digo... genial xD
me gusta la forma diferente de presentar los personajes, bueno ps, espero actualices pronto :D
:>.<:
me gusta la forma diferente de presentar los personajes, bueno ps, espero actualices pronto :D
:>.<:
Cleeky- Special Gleek
- Mensajes : 396
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Britt esta totalmente loqita por san!♥ Eso es demasiado tierno, nose porque Britt me resulta tan tierna xD
y con san nose, siento que algo hay ... es como si los sentimientos empezaran a aparecer de a poco... esperare
Me encanto, actualiza prontito un abrazo♥
y con san nose, siento que algo hay ... es como si los sentimientos empezaran a aparecer de a poco... esperare
Me encanto, actualiza prontito un abrazo♥
Floor- - Mensajes : 1418
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Edad : 30
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