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FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
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Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Aparezco yo de nuevo! Okeyno .__.
Quiero que sepas que siempre te leo por mi celular xdd Me encanta este Fic!!! Wow que cosas por las que pasa la pobre Britt, me imagino que se siente algo frustrada por que no puede tener algo "normal" con San .__. Brittany es demasiado tierna para hacer esas cosas de las citas y todo eso. Por cierto !Me mato de amor lo del peluche! :3
No te imaginas cuanto me río cuando me la imagino megacortada cuando esta con San Y respecto a tu pregunta... mmm yo no soy así xdd yo soy como Britt :3 Taan tierna que no sabría como hacer en esas citas xdd yo me involucro sentimentalmente con todo Ya se, soy una ternurita cursi :3 Okno xdd
Actualiza prontoo!
Quiero que sepas que siempre te leo por mi celular xdd Me encanta este Fic!!! Wow que cosas por las que pasa la pobre Britt, me imagino que se siente algo frustrada por que no puede tener algo "normal" con San .__. Brittany es demasiado tierna para hacer esas cosas de las citas y todo eso. Por cierto !Me mato de amor lo del peluche! :3
No te imaginas cuanto me río cuando me la imagino megacortada cuando esta con San Y respecto a tu pregunta... mmm yo no soy así xdd yo soy como Britt :3 Taan tierna que no sabría como hacer en esas citas xdd yo me involucro sentimentalmente con todo Ya se, soy una ternurita cursi :3 Okno xdd
Actualiza prontoo!
MarLovesGlee<3********- - Mensajes : 603
Fecha de inscripción : 03/10/2012
Edad : 27
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Hola soy nueva lectora
Tu fic me lleno de emociones es increíble pareces escritora profesional toda la historia desde el primer capitulo llama la atención y deja con la intriga me encanta Britt tierna y Santana muy profesional xd.
Los últimos capítulos han sido hermoso Britt con el osito de peluche y Santana cuando le dijo si te sirve de algo me gustas mucho .
Con respecto a al pegunta no porque me pasaría lo mismo que a Britt me involucro sentimentalmente en todo
bueno nada mas que decir me encanta y seguiré siendo fiel seguidora de tu fic espero la actualización pronto
Tu fic me lleno de emociones es increíble pareces escritora profesional toda la historia desde el primer capitulo llama la atención y deja con la intriga me encanta Britt tierna y Santana muy profesional xd.
Los últimos capítulos han sido hermoso Britt con el osito de peluche y Santana cuando le dijo si te sirve de algo me gustas mucho .
Con respecto a al pegunta no porque me pasaría lo mismo que a Britt me involucro sentimentalmente en todo
bueno nada mas que decir me encanta y seguiré siendo fiel seguidora de tu fic espero la actualización pronto
santanalove1014- - Mensajes : 1113
Fecha de inscripción : 29/01/2013
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Pobre Britt!!!!! Ella toda enamorada!! Y San siempre sexy!!!! jajajaja!!!! Pero a mi se me hace que de a poco va a sentir algo!!! Britt la trata muy bien!!!! Espero la actu!!!! Kiss!!!!
Heather_Rivera***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 31/12/2012
Edad : 31
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
no puedo creer que me perdi de dos capitulos .....bueno poniendome al corriente awwww dijo que le gustaba britt bueno me gusta mucho tu fic y espero que san acepte salir ......tambien me gustaria un poco ver como piensa santana acerca de britt (pero solo es una pequiñita peticion si no quieres no le hagas caso ) ......... respondiendo a tu pregunta ovbio que tendria algo con esa san pero solo para conquistarla y que se enamore perdidamente de mi ok,no ......bueno hasta la actu
naomi_naya***** - Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 05/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
ufss adoro tu fic de verdad es muy original!!
pero quisiera saber tambien la perspectiva de santa para conocer mas su historia!!
actualiza x faaa!!
pero quisiera saber tambien la perspectiva de santa para conocer mas su historia!!
actualiza x faaa!!
Invitado- Invitado
Mi reina de la noche
hola chicas MUCHISIMAS GRACIAS por todos sus comentarios aqui les va otro capitulo "lo se actualizo muy seguido" pero es que no me gusta hacerlas esperar y mañana lo mas probable es que actualice tambien n_n
bueno chicas ese ha sido el capitulo si ya se que fue mas cortos que los anteriores pero mañana tambien actualizo asi que esten pendientes y comenten porfavor no sean lectores silenciosos dejenme saber sus opiniones se aceptan todo tipo de comentarios: dudas, amenazas de muertes y declaraciones de amor jajaja n_n
lei algunos comentarios acerca de que quieren saber mas de santana pues pronto habrá un flashback y poco a poco sabran de su vida no se desesperen como les mencione en el capitulo anterior subi fotos de los apartamentos de la chicas
Apartamento de Brittany
[img] [/img]
Apartamento de Santana
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EMPRESAS PIERCE
[img] [/img]
[img] [/img]
[img] [/img]
[img] [/img]
oficina de Brittany
[img] [/img]
bueno eso fue todo por hoy el proximo capitulo es mañana asi que esten pendiente chicas y recomienden mi fic para que otras los puedan leer y comentar ok? besos nos lueemos mañana
no olviden comentar si? que me anima a seguir con la historia
capitulo 5
Jueves por la noche, y yo con mi celular en mano, dando vueltas y vueltas por mi apartamento la verdad es que soy muy afortunada en tener un apartamento tan grande porque de lo contrario abría hecho un enorme hoyo en el piso de tanto caminar en círculos alrededor de la mesa , me detengo , camino hacia las enorme ventanas de vidrio que se encuentran frente de la mesa y observo la noche de new york , con los edificios , las luces y el ruido , no pude evitar preguntarme “¿que estará haciendo santana?” ¿Tendrá la noche “libre” o estará con una clienta?: Una clienta que esta disfrutando de su cuerpo, sus besos, sus carisias… ¡ya basta brittany deja de torturarte! Si lo esta, no es tu problema, me digo mientras que sostengo muy fuerte el celular aun en mi mano.
Quería llamarla me convencí a mi misma hoy en la oficina que lo haría, pero ahora que estoy a un paso de hacerlo ¿porque no lo hago? ¿Qué me detiene? Si ya la he llamado antes, será porque esta vez es diferente, esta vez no la llamo para pedirle “sexo” a cambio de “dinero” ¡cielos! No dejo de sentirme fatal cada vez que pongo los pies sobre la tierra y me doy cuenta que me he convertido en una clienta fija de una prostituta ¿en que momento paso? Aunque la verdadera pregunta es ¿en que momento me enamore?.
—¡¡demonios yo no quiero ser solo una maldita clienta!! —le grito al apartamento vacío , “ya que Ni siquiera una mascota tengo” , que triste suele ser mi vida a veces, este apartamento tan grande y yo viviendo aquí sola, pero lo mas extraño de todo es que siempre me sentí bien , nunca me sentí sola … hasta que conocí a santana.
Me separe de la ventana, y camine hasta los sofás grises que se encuentran en el salón , con una mesa en el centro y sobre está, mi pequeña planta que es al parecer es mi única compañera en el apartamento, me siento en el sofá mas grande el cual esta ubicado en otras de las enormes ventanas de mi hogar y miro mi celular decidida , busco su numero entre mis contactos y llamo.
El celular hace ese famoso ring un par de veces mientras que yo me muerdo una uña esperando escuchar su voz.
—¿si brittany? —se escucha su delicada voz , me derrito al instante , con tan solo escucharla — ¿Qué se te ofrece?
—ho-hola — contesto un tanto nerviosa—¿puedes hablar o estas ocupada?
—estoy libre hoy , solo estaba viendo tv —me dice de lo mas calmada, mientras que yo estoy hecha un mar de nervios.
—esta bien, me preguntaba si… bueno si …. ¿Podríamos tener una cita? —dije expectante ,esperando su respuesta
—esta bien, déjame buscar la agenta y te digo , no cuelgues —“me va a programar otra cita! Dioss”— ¿brittany sigues allí?
—si aquí estoy—digo tratando de decirlo lo mas naturalmente posible.
—excelente, tengo libres, el próximo jueves pero en la noche y el viernes “solo” en la mañana, ¿cual día escoges? —me dice con tanto profesionalismo que por un momento pensé que estaba pidiendo cita con el dentista o la peluquera.
—Santana creo que no entendiste lo que intentaba decirte—le dije armada de pura valentía.
—por supuesto que entendí, me dijiste que querías una cita y te estoy dando un espacio en mi cronograma, ¿o no era eso lo que querías? — pregunta un tanto confundida
—no, no era eso lo que quería, te estoy hablando de una cita, pero de esas citas de la vida cotidiana, como…. Como ir a … cenar por ejemplo.
—¿Una cita para cenar? un poco raro, ¿no? —dijo algo impresionada
A mí sí que me parecía extraño. Ella consideraba perfectamente aceptable programar una cita sexual, pero, en cambio, una sencilla invitación para salir a cenar se le antojaba “raro”. Bueno, hasta ese momento yo siempre había creído que salir a cenar era una actividad relativamente normal. Cuando el trabajo no lo impedía saboteando mi vida social “algunas personas me consideraban una adicta al trabajo”, yo tenía la costumbre de salir a cenar dos o tres veces por semana con algún amigo o con alguna amiga. Cocinar no siempre me resultaba posible debido a mi volumen de trabajo y además, tampoco es que me divirtiera especialmente cocinar para mí sola. Sin embargo, cuando tenía tiempo “lo cual, insisto, sucedía muy pocas veces” invitaba a un par o tres de amigos a cenar en casa. Teniendo en cuenta mi aspecto tan obvio de ejecutiva, que no siempre acababa de encajar con actividades tan “del hogar” , cocinar no se me daba del todo mal. Mis soufflés son famosos.
—¿Demasiado rara para aceptarla? — pregunté directamente.
En mi opinión, no parecía haber muchos motivos para andarse con rodeos. Su decisión dependía, probablemente, de criterios de los cuales yo no sabía nada, como tampoco sabía nada de ella. Por mi mente revolotearon unas cuantas ideas sobre lo que haría en el caso de que me dijera que no: ¿atar en su ventana globos con las letras de “Feliz Cumpleaños”? Bueno, ni siquiera sabía cuándo era su cumpleaños. Hiciera lo que hiciera, seguro que me iba a decir que no. ¡Me encanta que me rechace una mujer de la cual estoy locamente
enamorada! Me dije con sarcasmo
—Demasiado rara como para no pensarlo bien antes —dijo ella enseguida. No se dejaba sorprender. Su comentario no era ni profesional ni personal. Eso podía entenderlo, pero me molestó un poco su actitud distante. Quería saber qué se ocultaba detrás
—.O sea, que no puedo contestarte ahora — me dijo , Se comportaba con tanta indiferencia, que sentí ganas de darme cabezazos contra la pared por haberla llamado. No tenía motivos para quedar conmigo a excepción, quizá, de los profesionales, “de las citas sexuales” pero no era eso lo que yo le estaba ofreciendo. Aunque... sí, quizá era eso lo que la frenaba. Quizá debía decidir antes a qué categoría pertenecía yo: a la de las clientas o a la de las... ¿de las qué?
—. ¿Puedes volver a llamarme la semana que viene? —¡¿Qué? ¿La semana que viene? no oh!”—me dije—, ¿qué estoy haciendo? Está claro que no quiere.
—Sí, claro. ¿A qué hora... a qué hora puedo encontrarte? —la idea de interrumpirla mientras estaba “trabajando” me resultaba insoportable.
—Ya lo descubrirás —dijo. Claro: si no contestaba al teléfono, es que
Estaba “ocupada”. ¿Por qué me torturaba a mí misma de esa manera? “Porque siempre haces lo mismo. Porque las mujeres que te rechazan te parecen mucho más deseables”. Me dio rabia, pero no podía llevarle la contraria a mi mente puesto que, sencillamente, tenía razón. Y en honor a la verdad, ese era el único motivo por el cual nos habíamos encontrado. Me había atraído su frialdad, su actitud “ya fuera fingida o real” de mirarme por encima y su indiferencia. En el ínterin, probablemente tendría que haberme dado cuenta de que era real, aunque me habría gustado más pensar lo contrario.
—esta bien , pero ¿prefieres que te llame algún día en concreto? —Estoy segura de que mi voz sonó bastante sarcástica, pero no tenía ganas de llamarla cada día y no encontrarla hasta el fin de semana. Después de todo, mi masoquismo no llegaba a tanto. Se echó a reír. En serio, ¡se echó a reír!
—Estás loca —comentó.
—¿Te sorprende? —ahora sí que estaba harta. ¡Se había reído de mí! Desde luego, no estaba dispuesta a consentírselo. Y por lo general, cuando invitaba a alguien a cenar, la gente solía aceptar mi invitación con un poco más de entusiasmo, murmuré entre dientes. Sin embargo, ella ni siquiera me oyó.
—Por si te sirve de algo, no me encontrarás antes del miércoles.
—Oh, sí, me sirve de mucho. ¡Muchas gracias! Colgué el auricular bruscamente.
¿Por quién me había tomado? Probablemente por lo que era: un perrito desesperado rascando en su puerta. Me avergonzaba de mí misma, pero aún no podía rendirme. De momento, no me había dicho que no. Me sumergí en mi trabajo y traté de no pensar en ella constantemente. Hacía bastante tiempo que el proyecto no progresaba tan rápidamente. Sin embargo, lo de no pensar en ella no se me daba tan bien, pues dedicaba todos los minutos libres a esa actividad.
Mientras rellenaba un formulario para solicitar una ampliación del presupuesto en medio millón de dólares, la vi frente a mí, sonriendo
y vestida con su bata de seda. Sentí deseos de desnudarla y abrazarla, pero era imposible, claro. No podía imaginarla desnuda, y sabía perfectamente por qué: ella no había dudado a la hora de poner su cuerpo a mi disposición, porque no tenía nada que esconder.
Sin embargo, hasta ahora sólo había visto “cuando ella no miraba” un pequeño fragmento de su alma. Lo que a mí me interesaba era el resto de aquello de lo que formaba parte aquel pequeño fragmento. Sin duda, lo tenía muy bien escondido y difícilmente me lo mostraría voluntariamente.
Durante el transcurso de la semana tomé la decisión de intentarlo una última vez. Después de todo, no quería quedar como una absoluta idiota. Sin embargo, no sabía si sería capaz o no de mantenerme firme en mi decisión. Aquella mujer ocupaba mi mente por completo, y lo peor de todo era que estaba completamente segura de que ella no dedicaba ni un solo minuto a pensar en mí. Casi con toda probabilidad, se distraía con alguna otra mujer ,mejor dicho “otra clienta” que ni siquiera podía ofrecerle mucho más que yo.
Quería llamarla me convencí a mi misma hoy en la oficina que lo haría, pero ahora que estoy a un paso de hacerlo ¿porque no lo hago? ¿Qué me detiene? Si ya la he llamado antes, será porque esta vez es diferente, esta vez no la llamo para pedirle “sexo” a cambio de “dinero” ¡cielos! No dejo de sentirme fatal cada vez que pongo los pies sobre la tierra y me doy cuenta que me he convertido en una clienta fija de una prostituta ¿en que momento paso? Aunque la verdadera pregunta es ¿en que momento me enamore?.
—¡¡demonios yo no quiero ser solo una maldita clienta!! —le grito al apartamento vacío , “ya que Ni siquiera una mascota tengo” , que triste suele ser mi vida a veces, este apartamento tan grande y yo viviendo aquí sola, pero lo mas extraño de todo es que siempre me sentí bien , nunca me sentí sola … hasta que conocí a santana.
Me separe de la ventana, y camine hasta los sofás grises que se encuentran en el salón , con una mesa en el centro y sobre está, mi pequeña planta que es al parecer es mi única compañera en el apartamento, me siento en el sofá mas grande el cual esta ubicado en otras de las enormes ventanas de mi hogar y miro mi celular decidida , busco su numero entre mis contactos y llamo.
El celular hace ese famoso ring un par de veces mientras que yo me muerdo una uña esperando escuchar su voz.
—¿si brittany? —se escucha su delicada voz , me derrito al instante , con tan solo escucharla — ¿Qué se te ofrece?
—ho-hola — contesto un tanto nerviosa—¿puedes hablar o estas ocupada?
—estoy libre hoy , solo estaba viendo tv —me dice de lo mas calmada, mientras que yo estoy hecha un mar de nervios.
—esta bien, me preguntaba si… bueno si …. ¿Podríamos tener una cita? —dije expectante ,esperando su respuesta
—esta bien, déjame buscar la agenta y te digo , no cuelgues —“me va a programar otra cita! Dioss”— ¿brittany sigues allí?
—si aquí estoy—digo tratando de decirlo lo mas naturalmente posible.
—excelente, tengo libres, el próximo jueves pero en la noche y el viernes “solo” en la mañana, ¿cual día escoges? —me dice con tanto profesionalismo que por un momento pensé que estaba pidiendo cita con el dentista o la peluquera.
—Santana creo que no entendiste lo que intentaba decirte—le dije armada de pura valentía.
—por supuesto que entendí, me dijiste que querías una cita y te estoy dando un espacio en mi cronograma, ¿o no era eso lo que querías? — pregunta un tanto confundida
—no, no era eso lo que quería, te estoy hablando de una cita, pero de esas citas de la vida cotidiana, como…. Como ir a … cenar por ejemplo.
—¿Una cita para cenar? un poco raro, ¿no? —dijo algo impresionada
A mí sí que me parecía extraño. Ella consideraba perfectamente aceptable programar una cita sexual, pero, en cambio, una sencilla invitación para salir a cenar se le antojaba “raro”. Bueno, hasta ese momento yo siempre había creído que salir a cenar era una actividad relativamente normal. Cuando el trabajo no lo impedía saboteando mi vida social “algunas personas me consideraban una adicta al trabajo”, yo tenía la costumbre de salir a cenar dos o tres veces por semana con algún amigo o con alguna amiga. Cocinar no siempre me resultaba posible debido a mi volumen de trabajo y además, tampoco es que me divirtiera especialmente cocinar para mí sola. Sin embargo, cuando tenía tiempo “lo cual, insisto, sucedía muy pocas veces” invitaba a un par o tres de amigos a cenar en casa. Teniendo en cuenta mi aspecto tan obvio de ejecutiva, que no siempre acababa de encajar con actividades tan “del hogar” , cocinar no se me daba del todo mal. Mis soufflés son famosos.
—¿Demasiado rara para aceptarla? — pregunté directamente.
En mi opinión, no parecía haber muchos motivos para andarse con rodeos. Su decisión dependía, probablemente, de criterios de los cuales yo no sabía nada, como tampoco sabía nada de ella. Por mi mente revolotearon unas cuantas ideas sobre lo que haría en el caso de que me dijera que no: ¿atar en su ventana globos con las letras de “Feliz Cumpleaños”? Bueno, ni siquiera sabía cuándo era su cumpleaños. Hiciera lo que hiciera, seguro que me iba a decir que no. ¡Me encanta que me rechace una mujer de la cual estoy locamente
enamorada! Me dije con sarcasmo
—Demasiado rara como para no pensarlo bien antes —dijo ella enseguida. No se dejaba sorprender. Su comentario no era ni profesional ni personal. Eso podía entenderlo, pero me molestó un poco su actitud distante. Quería saber qué se ocultaba detrás
—.O sea, que no puedo contestarte ahora — me dijo , Se comportaba con tanta indiferencia, que sentí ganas de darme cabezazos contra la pared por haberla llamado. No tenía motivos para quedar conmigo a excepción, quizá, de los profesionales, “de las citas sexuales” pero no era eso lo que yo le estaba ofreciendo. Aunque... sí, quizá era eso lo que la frenaba. Quizá debía decidir antes a qué categoría pertenecía yo: a la de las clientas o a la de las... ¿de las qué?
—. ¿Puedes volver a llamarme la semana que viene? —¡¿Qué? ¿La semana que viene? no oh!”—me dije—, ¿qué estoy haciendo? Está claro que no quiere.
—Sí, claro. ¿A qué hora... a qué hora puedo encontrarte? —la idea de interrumpirla mientras estaba “trabajando” me resultaba insoportable.
—Ya lo descubrirás —dijo. Claro: si no contestaba al teléfono, es que
Estaba “ocupada”. ¿Por qué me torturaba a mí misma de esa manera? “Porque siempre haces lo mismo. Porque las mujeres que te rechazan te parecen mucho más deseables”. Me dio rabia, pero no podía llevarle la contraria a mi mente puesto que, sencillamente, tenía razón. Y en honor a la verdad, ese era el único motivo por el cual nos habíamos encontrado. Me había atraído su frialdad, su actitud “ya fuera fingida o real” de mirarme por encima y su indiferencia. En el ínterin, probablemente tendría que haberme dado cuenta de que era real, aunque me habría gustado más pensar lo contrario.
—esta bien , pero ¿prefieres que te llame algún día en concreto? —Estoy segura de que mi voz sonó bastante sarcástica, pero no tenía ganas de llamarla cada día y no encontrarla hasta el fin de semana. Después de todo, mi masoquismo no llegaba a tanto. Se echó a reír. En serio, ¡se echó a reír!
—Estás loca —comentó.
—¿Te sorprende? —ahora sí que estaba harta. ¡Se había reído de mí! Desde luego, no estaba dispuesta a consentírselo. Y por lo general, cuando invitaba a alguien a cenar, la gente solía aceptar mi invitación con un poco más de entusiasmo, murmuré entre dientes. Sin embargo, ella ni siquiera me oyó.
—Por si te sirve de algo, no me encontrarás antes del miércoles.
—Oh, sí, me sirve de mucho. ¡Muchas gracias! Colgué el auricular bruscamente.
¿Por quién me había tomado? Probablemente por lo que era: un perrito desesperado rascando en su puerta. Me avergonzaba de mí misma, pero aún no podía rendirme. De momento, no me había dicho que no. Me sumergí en mi trabajo y traté de no pensar en ella constantemente. Hacía bastante tiempo que el proyecto no progresaba tan rápidamente. Sin embargo, lo de no pensar en ella no se me daba tan bien, pues dedicaba todos los minutos libres a esa actividad.
Mientras rellenaba un formulario para solicitar una ampliación del presupuesto en medio millón de dólares, la vi frente a mí, sonriendo
y vestida con su bata de seda. Sentí deseos de desnudarla y abrazarla, pero era imposible, claro. No podía imaginarla desnuda, y sabía perfectamente por qué: ella no había dudado a la hora de poner su cuerpo a mi disposición, porque no tenía nada que esconder.
Sin embargo, hasta ahora sólo había visto “cuando ella no miraba” un pequeño fragmento de su alma. Lo que a mí me interesaba era el resto de aquello de lo que formaba parte aquel pequeño fragmento. Sin duda, lo tenía muy bien escondido y difícilmente me lo mostraría voluntariamente.
Durante el transcurso de la semana tomé la decisión de intentarlo una última vez. Después de todo, no quería quedar como una absoluta idiota. Sin embargo, no sabía si sería capaz o no de mantenerme firme en mi decisión. Aquella mujer ocupaba mi mente por completo, y lo peor de todo era que estaba completamente segura de que ella no dedicaba ni un solo minuto a pensar en mí. Casi con toda probabilidad, se distraía con alguna otra mujer ,mejor dicho “otra clienta” que ni siquiera podía ofrecerle mucho más que yo.
[continuara…]
bueno chicas ese ha sido el capitulo si ya se que fue mas cortos que los anteriores pero mañana tambien actualizo asi que esten pendientes y comenten porfavor no sean lectores silenciosos dejenme saber sus opiniones se aceptan todo tipo de comentarios: dudas, amenazas de muertes y declaraciones de amor jajaja n_n
lei algunos comentarios acerca de que quieren saber mas de santana pues pronto habrá un flashback y poco a poco sabran de su vida no se desesperen como les mencione en el capitulo anterior subi fotos de los apartamentos de la chicas
Apartamento de Brittany
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Apartamento de Santana
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EMPRESAS PIERCE
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oficina de Brittany
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bueno eso fue todo por hoy el proximo capitulo es mañana asi que esten pendiente chicas y recomienden mi fic para que otras los puedan leer y comentar ok? besos nos lueemos mañana
no olviden comentar si? que me anima a seguir con la historia
mcmahonnn- |******|
- Mensajes : 265
Fecha de inscripción : 12/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Ay! Ay! chica si lo que quieres es que muera lo estas logrando esas imágenes de mi santana uff! e imaginar la escena pobre britt, pero yo se que tu harás que santana se enamore de ella si no es que ya lo esta, me encanta tu historia tienes muy buena redacción y lo que me mas gusta es que nos haz apresurado las cosas como en otras historias donde pum se enamoran rapido y me encanta el toque que le das de los pensamientos de britt como entre cínicos y graciosos, ay el departamento de santana es tan ella, solo de pensar como veria la tele en esa cama...bueno calmemos hormonas
Con respecto a tu pregunta, yo he afirmado que solo por santana me vuelvo libanesa xD, asi que talvez seria su cliente porque no (es que no han visto a la mujer esta que arde literal girl on fire jejeje)
y si estaria re bueno un flashback para comprender porque mi amada sanny termino de prosti
Pues actualiza pronto y ten mando buena vibra :)
Con respecto a tu pregunta, yo he afirmado que solo por santana me vuelvo libanesa xD, asi que talvez seria su cliente porque no (es que no han visto a la mujer esta que arde literal girl on fire jejeje)
y si estaria re bueno un flashback para comprender porque mi amada sanny termino de prosti
Pues actualiza pronto y ten mando buena vibra :)
k-cadena** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 18/09/2012
Edad : 33
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Muy buen capitulo me gusto ojala se encuentren espero tu actualización mañana
Keiri Lopierce-* - Mensajes : 1570
Fecha de inscripción : 09/04/2012
Edad : 33
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Jajaja el de santana me lo imaginaba muy diferente ,como te dije anteriormente me dejas con la intriga día tras día dedícate a hacer escritora compraría todos tus libro y hablando de lo de santana yo también quiero saber que siente ella
espero la actualización mañana
espero la actualización mañana
santanalove1014- - Mensajes : 1113
Fecha de inscripción : 29/01/2013
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
jooo me encanta este fic XD...y creo que me estoy enamorando de ti porque cada vez me gusta mas y cuando termina el capi quiero otro pero bueno hasta la actu!
apryl venz******* - Mensajes : 449
Fecha de inscripción : 07/03/2012
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
holaaaaaaaaaaaaa (o.O)//
jejejej aqui estoy, ya comentand tu fic, como sabes lo habia estado leyendo desd mi telefono.....
primero el fic es tan WANKY!!!! .... Santy en ese papel es wow...
y Britt toda una ejecutiva ...
pobre Britt, como se enamora de San y San q no la toma encuenta hasta ahora..... Britt se volverá loquita, espero q San no haga sufrir a Britt...
Mcmahonn, sig tu fic, es diferent a los q leo, esta interesante
saludos, y espero actualizacion
jejejej aqui estoy, ya comentand tu fic, como sabes lo habia estado leyendo desd mi telefono.....
primero el fic es tan WANKY!!!! .... Santy en ese papel es wow...
y Britt toda una ejecutiva ...
pobre Britt, como se enamora de San y San q no la toma encuenta hasta ahora..... Britt se volverá loquita, espero q San no haga sufrir a Britt...
Mcmahonn, sig tu fic, es diferent a los q leo, esta interesante
saludos, y espero actualizacion
Invitado- Invitado
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Awwww sufro junto con britt el rechazo de san :'(: y es que esa mujer no siente ni siquiera un poquito de interes por mi rubia? Dios!!! hasta yo ya estoy con ansiedad... es una tortura, a pesar de eso estoy segura que san siente exactamente lo mismo que britt aunque me confunda a veces con su actitud, estoy segura de que esta en las misma pero vaya que sabe muy bien como ocultarlo... Amo la britt de este fic es tan linda, me gustan sus monologos
y san es muy WANKY y todo pero..... QUE YA CAIGA EN LOS BRAZOS DE BRITT DE NUEVO Y SE DEJE LLEVAR DE UNA VEZ ....... por mas indiferencia y frialdad que quiera mostrar se que la situacion la supera, la sorprende y la desconcierta... y es entendible a juzgar por lo que se dedica mi corazoncito BRITTANICO me dice que esa morena quedo totalmente trastornada en el primer encuentro intimo con britt
Esperare la proxima act ansiosa quiero ver si san acepto o no la invitacion a cenar....Ojala que Si!!!
y san es muy WANKY y todo pero..... QUE YA CAIGA EN LOS BRAZOS DE BRITT DE NUEVO Y SE DEJE LLEVAR DE UNA VEZ ....... por mas indiferencia y frialdad que quiera mostrar se que la situacion la supera, la sorprende y la desconcierta... y es entendible a juzgar por lo que se dedica mi corazoncito BRITTANICO me dice que esa morena quedo totalmente trastornada en el primer encuentro intimo con britt
Esperare la proxima act ansiosa quiero ver si san acepto o no la invitacion a cenar....Ojala que Si!!!
aria- - Mensajes : 1105
Fecha de inscripción : 03/12/2012
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
me gusta la obsecion de brit con ella... pero es que la describes tan sexy q pffff xD mas de uno aki debe estar igual jaja
se me hizo corto >.< pero muero por leer el cap q sigue *-----* ojala Santana se haga rogar xD
se me hizo corto >.< pero muero por leer el cap q sigue *-----* ojala Santana se haga rogar xD
Cleeky- Special Gleek
- Mensajes : 396
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Jajaja!!! No puedo creer lo emobobada que estoy con tu fic que ya lo había leído y creo que no comente!
Pero ufff me encanta y eso de que San sea indiferente hacía Britt me hace
imaginar tantas cosas!
Mencionaste que habrá un Flash Back muero por leerlo quiero saber que
piensa Sann aww!! Bueno aquí me tendrás todos lo días pequeña!!
ME HACES FELIZ :3
Pero ufff me encanta y eso de que San sea indiferente hacía Britt me hace
imaginar tantas cosas!
Mencionaste que habrá un Flash Back muero por leerlo quiero saber que
piensa Sann aww!! Bueno aquí me tendrás todos lo días pequeña!!
ME HACES FELIZ :3
Fatiiu** - Mensajes : 61
Fecha de inscripción : 18/02/2013
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Me gusta me gusta, aunqe me pone nerviosa que san la ignore tanto...
Osea se qe debe ser raro para ella la actitud de britt, pero nose, dale un poqito mas de amooooorrrr!!
No te amenazare de muerte, porq el fic, es absolutamente genial, y declarare mi amor por el ♥
Lo estoy recomendando, de verdad, esta para leerlo :D Actualiza prontito
Osea se qe debe ser raro para ella la actitud de britt, pero nose, dale un poqito mas de amooooorrrr!!
No te amenazare de muerte, porq el fic, es absolutamente genial, y declarare mi amor por el ♥
Lo estoy recomendando, de verdad, esta para leerlo :D Actualiza prontito
Floor- - Mensajes : 1418
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Edad : 30
Mi reina de la noche
aqui estoy como prometi y GRACIAS GRACIAS GRACIASS por todos sus comentarios me hacen feliz y siento que acostarme a las 3 am por estar escribiendo vale la pena ya que todas ustedes mis bellas lectoras disfrutan mi historia por ahi lei un comentario diciendo que se estaban enamorando de mi: pues debo decir que me halagas n_n y eso que no me has visto físicamente jajaja bueno sin mas que decir aqui esta
bueno chicas ese ha sido el capitulo y pues les adelanto que en los proximos capitulos santana se ira soltando con britt tranquilas , tranquilas. ahora les digo lo de siempre comenten comenten COMENTEN POR FAVOR y recomienden mi fic actualizare mañana o hoy mismo si es posible porque ya saben que las tengo muy consentidas nos vemos pronto muy pronto besotesss a todas
capitulo 6
Los días transcurrían igual que las escenas de una película mala. Me encontraba en la oficina con mucho trabajo por hacer a la derecha del escritorio se encontraban torres de papeles que de la empresa, que esperaban por mi firma para diferentes tipos de permisos que necesitaba la empresa. Estaba increíblemente agotada, los parpados se me cerraban solos…..
…… De repente me encontraba sentada en un café de mujeres llamado Bella Donna. Qué apropiado. Eso es exactamente lo que era santana, una mujer hermosa y también “o eso me parece ahora” un veneno lento y mortal. Cómo me había excitado... Hizo una entrada majestuosa, como si conociera a todo el mundo o bien como si no conociera a nadie. Quizás era la primera vez que entraba allí o quizás había estado miles de veces.
No sabría decir si las mujeres que hablaban con ella lo hacían porque la encontraban tan fascinante como yo, o porque ya la conocían.
Ella las trató a todas con la misma Despreocupación e indiferencia y no se sentó a tomar algo con ninguna, sino que se sentó sola. Eran las demás las que se le acercaban. En serio, era como una reina… una reina de la noche que recibía a la corte. Yo me dediqué a observarla de lejos y luego decidí llamar su atención.
Ella no miraba nunca en mi dirección, lo cual despertó aún más mi curiosidad. Tal vez fue sólo mi leve frustración lo que me llevó a tomar la decisión e ir a saludarla .
Ella no pareció interesada en lo más mínimo. A decir verdad, apenas era capaz de recordar lo sucedido a partir de ese momento. De repente, me encontré en mitad de una situación sin saber muy bien cómo o por qué había llegado hasta allí. Mis circunstancias actuales eran en la oficina firmando montones de papeles….
No sabría decir si las mujeres que hablaban con ella lo hacían porque la encontraban tan fascinante como yo, o porque ya la conocían.
Ella las trató a todas con la misma Despreocupación e indiferencia y no se sentó a tomar algo con ninguna, sino que se sentó sola. Eran las demás las que se le acercaban. En serio, era como una reina… una reina de la noche que recibía a la corte. Yo me dediqué a observarla de lejos y luego decidí llamar su atención.
Ella no miraba nunca en mi dirección, lo cual despertó aún más mi curiosidad. Tal vez fue sólo mi leve frustración lo que me llevó a tomar la decisión e ir a saludarla .
Ella no pareció interesada en lo más mínimo. A decir verdad, apenas era capaz de recordar lo sucedido a partir de ese momento. De repente, me encontré en mitad de una situación sin saber muy bien cómo o por qué había llegado hasta allí. Mis circunstancias actuales eran en la oficina firmando montones de papeles….
Ring ring!! Sonó mi celular despertándome del mas exquisito sueño
—¡esto es increíble! Exclame a la oficina vacía— ahora hasta en mis sueños se mete, definitivamente estoy locamente obsesionada con esta mujer — el celular seguía haciendo ese molestoso sonido era mi socio Hudson preguntando si ya tenia listos los papeles para el firmarlos también ya que eran necesarias sus firmas.
—Aun no Finn son demasiados documentos me crees un pulpo? Te llamare cuando estén listos y lo recoges a mi oficina!! — le dije molesta y colgué sin dejarlo responder.
Recurrí a toda mi fuerza de voluntad para no pasarme el día entero pensando en ella. Después de todo, tenía cosas que hacer: trabajar un poco, por ejemplo. Aquella distracción forzada me convenía porque si no, el día se me habría hecho eterno.
Y era cierto: tras un deprimente fin de semana que había pasado en un aislamiento autoimpuesto —¿por qué actuaba así conmigo misma?— El miércoles estaba ya legando a su fin. ¡No, no y no! Durante toda la tarde, me prohibí llamarla. ¿Quién sabe qué me esperaba? Se me ocurrió la idea de que era más probable que tuviese las mañanas “completas”. Claro, una que va a la peluquería, otra que va a hacer la compra... Me pregunté cómo se sentían las otras mujeres, haciendo un hueco para estar con ella entre la visita al carnicero y la visita al verdulero. ¿Acaso esa clase de frivolidad les resultaba especialmente apetecible? ¿O sólo formaba parte de lo que hacían siempre, es decir, pasar el rato? Cuanto más pensaba en ello, más me daba cuenta de que eso no formaba parte de mi mundo. Y sin embargo me había enamorado de ella.
“¡Ja, ja, ja! ¡Te estás poniendo en ridículo, te estás poniendo en ridículo!”. Esas palabras cruzaron mi mente igual que las cancioncillas que cantábamos en el colegio cuando saltábamos a la cuerda, mientras la cuerda cortaba el aire para luego restallar y raspar contra el suelo. Me invadió una furiosa decepción. ¿Acaso no era yo dueña de mí misma? ¿No podía decidir lo que era bueno para mí y lo que no lo era? “¿Y esto es bueno para ti? No, seguramente no. Entonces...¿Por qué lo haces? Exacto. Esa es la cuestión”. No me quedó más remedio que aceptarlo. Ansiaba estar con ella, quería algo
más que ser solo una clienta y entonces Tomé una decisión: “Las mujeres especiales requieren estrategias especiales, ¡hurra!”.
Así que la llamé esa tarde y las cosas fueron casi como la primera vez. Ella contestó en tono tranquilo. No se me ocurrió una buena forma de empezar, así que lo que hice fue preguntarle lo siguiente, después de decir: — hola soy Brittany ¿Has pensado en mi propuesta?
— ¿Qué propuesta? —preguntó ella. ¡Lo sabía! Después de todo, una semana es un plazo considerable de tiempo. ¿Por qué suponer que se acordaba de mi invitación? Seguramente, había estado muy ocupada con cosas que no tenían nada que ver. Me daba miedo hablar, porque estaba segura de que no podría contener la rabia.
—¿Sigues ahí? —preguntó ella, transcurridos unos instantes.
—Sí —dije, controlando mi voz y tratando de que no se me notara por teléfono
—. Te había preguntado si querías salir a cenar conmigo.
—Ah, sí —dijo, como si lo recordara vagamente—. Ya lo he pensado.
Vaya, me dije, eso sí que es una buena habilidad: se le había olvidado y aun así, había sido capaz de pensar en ello. ¡Esperaba que alguien se lo hiciera a ella alguna vez!
—¿Y? —“Mordaz” sólo describe por encima el tono de voz que utilicé—. ¿A qué conclusión has llegado? —La verdad es que no sabía durante cuánto tiempo podría mantener el control. Estaba segura de que ella pensaba declinar mi invitación y ese pronóstico sirvió para tranquilizarme un poco. Un final rápido y sin dolor (¡sí, eso es!) sería, al fin y al cabo, lo mejor para mí.
—Todavía no estoy segura —me contestó, en voz baja.
—¡Pero si has tenido una semana entera para pensarlo! —exclamé, impulsada más por la sorpresa que por el enfado. Pero claro, en realidad no había tenido una semana entera para pensarlo, puesto que mi llamada acababa de recordárselo.
¿Por qué en mi interior se acumulaban al mismo tiempo tanta rabia y tanto deseo? De haber estado ella frente a mí, no me habría largado igual que la última vez: eso estaba clarísimo, independientemente de que tuviera o no intención de cobrarme. Desde luego, no habría obtenido de ella lo que yo quería, pero al menos habría disfrutado de buen sexo. ¡Hasta yo sabía eso!
—Una semana pasa enseguida — comentó ella, más como excusa que como constatación de un hecho. ¡Ah, sí, claro! Estaba convencida de que a ella el tiempo se le había pasado mucho más deprisa que a mí. Con una vida tan ajetreada como la suya, el tiempo pasa muy deprisa. Me hizo sentir vieja, pero mi rabia fue desapareciendo poco a poco. Después de todo, no me servía de gran cosa. Si yo se lo permitía, me haría esperar otra semana, y luego otra y otra...
—De acuerdo —dije, en un tono de resignación y abnegación — No hace falta que aceptes, si no quieres.
—Yo no he dicho eso. —dije inmediatamente y un poco exaltada. Me sorprendió una vez más. La situación había cambiado, pues la respuesta era más positiva de lo que yo esperaba
—. Es que hay que considerar muchas cosas. ¿Respecto a una invitación para salir a cenar? No me cupo ninguna duda de que aquella mujer vivía en un mundo completamente distinto al mío. En mi caso, sólo había dos cosas que considerar: “¿Puedo ir? ¿Quiero ir?”. Bueno, puede que también el tipo de comida, pero desde luego, tomar esa decisión no llevaba una semana entera. ¿O sí?
—¿Por qué? ¿No eres capaz de decidir si quieres ir a un chino o a un italiano? —aunque la pregunta pareciera muy banal, tal vez para ella tenía un significado mucho más profundo. Se echó a reír.
—No es tan sencillo —dijo. Sus procesos mentales eran demasiado para mí. No era capaz de imaginar motivos convincentes para que una persona pudiera alcanzar tal grado de complicación. Y yo no podía esperar otra semana, de eso estaba segura, así que... ¡ahora o nunca!
—¿Podrías aceptar una invitación para cenar en un sitio fuera de la ciudad, que acaba de abrir, que no sirve comida china ni italiana y que tiene un patio? —Desde luego, aquello ofrecía muchas posibilidades. Ni era demasiado íntimo, ni demasiado informal. Y en una agradable noche de verano como aquella... ¿quién sabe qué podía ocurrir? A través del teléfono me legó un ruido que se parecía bastante a una carcajada.
—Mira que eres insistente —dijo. — de manera relajada
—Bueno, sí, reconozco que es bastante complicado convencerte para salir a cenar, pero por... —iba decir “una mujer hermosa”, pero ya que se lo decían a diario, no le habría emocionado especialmente, así que terminé mi frase de otra forma— una buena cena, yo hago lo que sea.
—Bueno, esta bien —aceptó amablemente—, pero tendrás que esperar un poco más. Antes de mañana no puedo.
Casi de inmediato, cruzó por mi mente el más espantoso de todos los posibles motivos que le impedían salir esa noche. En realidad, sólo podía haber un motivo: que ya tuviese otro compromiso. Y no me costó mucho imaginar con quién: con una clienta. Con una clienta que era más importante que yo. Estábamos otra vez como al principio. Reprimí una nueva oleada de rabia y el impulso de atacarla. En lugar de eso, le hice otra pregunta:
—¿Quieres que pase a buscarte o nos encontramos en algún sitio?
—Dime dónde es y nos encontramos allí. —Al parecer, pretendía evitar por todos los medios la posibilidad de tener que depender de mí. Aunque a mí me parecía que era una irresponsabilidad medioambiental ir en dos coches, estaba claro que ella no aceptaría ninguna otra alternativa, así que le di la dirección.
—Ah, sí, ya me han hablado de ese sitio—reconoció. De nuevo, un fogonazo cruzó mi mente. “¿Quién?”, quise preguntarle, pero no lo hice.
—¿A qué hora? —pregunté.
—A las ocho —respondió, sin pararse a pensar. Desde luego, había memorizado su agenda, lo cual debía de ser de gran ayuda a la hora de evitar los celos y las situaciones incómodas.
—Pues nos vemos allí —dije para terminar.
—Allí estaré —confirmó ella. Colgué con gesto vacilante. Me habría gustado charlar un poco más, pero en realidad no había motivos para seguir al teléfono. Y al día siguiente la vería, o eso esperaba. ¿Asistiría a la cita? No la conocía lo bastante como para saberlo. Quizás asistiría sólo porque todavía veía en mí a una clienta potencial, una clienta a la que no quería perder. ¿Era eso lo que yo quería saber? No, la verdad es que no quería saberlo, pero mañana por la noche, como máximo después del postre, todo se habría aclarado.
—¡esto es increíble! Exclame a la oficina vacía— ahora hasta en mis sueños se mete, definitivamente estoy locamente obsesionada con esta mujer — el celular seguía haciendo ese molestoso sonido era mi socio Hudson preguntando si ya tenia listos los papeles para el firmarlos también ya que eran necesarias sus firmas.
—Aun no Finn son demasiados documentos me crees un pulpo? Te llamare cuando estén listos y lo recoges a mi oficina!! — le dije molesta y colgué sin dejarlo responder.
Recurrí a toda mi fuerza de voluntad para no pasarme el día entero pensando en ella. Después de todo, tenía cosas que hacer: trabajar un poco, por ejemplo. Aquella distracción forzada me convenía porque si no, el día se me habría hecho eterno.
Y era cierto: tras un deprimente fin de semana que había pasado en un aislamiento autoimpuesto —¿por qué actuaba así conmigo misma?— El miércoles estaba ya legando a su fin. ¡No, no y no! Durante toda la tarde, me prohibí llamarla. ¿Quién sabe qué me esperaba? Se me ocurrió la idea de que era más probable que tuviese las mañanas “completas”. Claro, una que va a la peluquería, otra que va a hacer la compra... Me pregunté cómo se sentían las otras mujeres, haciendo un hueco para estar con ella entre la visita al carnicero y la visita al verdulero. ¿Acaso esa clase de frivolidad les resultaba especialmente apetecible? ¿O sólo formaba parte de lo que hacían siempre, es decir, pasar el rato? Cuanto más pensaba en ello, más me daba cuenta de que eso no formaba parte de mi mundo. Y sin embargo me había enamorado de ella.
“¡Ja, ja, ja! ¡Te estás poniendo en ridículo, te estás poniendo en ridículo!”. Esas palabras cruzaron mi mente igual que las cancioncillas que cantábamos en el colegio cuando saltábamos a la cuerda, mientras la cuerda cortaba el aire para luego restallar y raspar contra el suelo. Me invadió una furiosa decepción. ¿Acaso no era yo dueña de mí misma? ¿No podía decidir lo que era bueno para mí y lo que no lo era? “¿Y esto es bueno para ti? No, seguramente no. Entonces...¿Por qué lo haces? Exacto. Esa es la cuestión”. No me quedó más remedio que aceptarlo. Ansiaba estar con ella, quería algo
más que ser solo una clienta y entonces Tomé una decisión: “Las mujeres especiales requieren estrategias especiales, ¡hurra!”.
Así que la llamé esa tarde y las cosas fueron casi como la primera vez. Ella contestó en tono tranquilo. No se me ocurrió una buena forma de empezar, así que lo que hice fue preguntarle lo siguiente, después de decir: — hola soy Brittany ¿Has pensado en mi propuesta?
— ¿Qué propuesta? —preguntó ella. ¡Lo sabía! Después de todo, una semana es un plazo considerable de tiempo. ¿Por qué suponer que se acordaba de mi invitación? Seguramente, había estado muy ocupada con cosas que no tenían nada que ver. Me daba miedo hablar, porque estaba segura de que no podría contener la rabia.
—¿Sigues ahí? —preguntó ella, transcurridos unos instantes.
—Sí —dije, controlando mi voz y tratando de que no se me notara por teléfono
—. Te había preguntado si querías salir a cenar conmigo.
—Ah, sí —dijo, como si lo recordara vagamente—. Ya lo he pensado.
Vaya, me dije, eso sí que es una buena habilidad: se le había olvidado y aun así, había sido capaz de pensar en ello. ¡Esperaba que alguien se lo hiciera a ella alguna vez!
—¿Y? —“Mordaz” sólo describe por encima el tono de voz que utilicé—. ¿A qué conclusión has llegado? —La verdad es que no sabía durante cuánto tiempo podría mantener el control. Estaba segura de que ella pensaba declinar mi invitación y ese pronóstico sirvió para tranquilizarme un poco. Un final rápido y sin dolor (¡sí, eso es!) sería, al fin y al cabo, lo mejor para mí.
—Todavía no estoy segura —me contestó, en voz baja.
—¡Pero si has tenido una semana entera para pensarlo! —exclamé, impulsada más por la sorpresa que por el enfado. Pero claro, en realidad no había tenido una semana entera para pensarlo, puesto que mi llamada acababa de recordárselo.
¿Por qué en mi interior se acumulaban al mismo tiempo tanta rabia y tanto deseo? De haber estado ella frente a mí, no me habría largado igual que la última vez: eso estaba clarísimo, independientemente de que tuviera o no intención de cobrarme. Desde luego, no habría obtenido de ella lo que yo quería, pero al menos habría disfrutado de buen sexo. ¡Hasta yo sabía eso!
—Una semana pasa enseguida — comentó ella, más como excusa que como constatación de un hecho. ¡Ah, sí, claro! Estaba convencida de que a ella el tiempo se le había pasado mucho más deprisa que a mí. Con una vida tan ajetreada como la suya, el tiempo pasa muy deprisa. Me hizo sentir vieja, pero mi rabia fue desapareciendo poco a poco. Después de todo, no me servía de gran cosa. Si yo se lo permitía, me haría esperar otra semana, y luego otra y otra...
—De acuerdo —dije, en un tono de resignación y abnegación — No hace falta que aceptes, si no quieres.
—Yo no he dicho eso. —dije inmediatamente y un poco exaltada. Me sorprendió una vez más. La situación había cambiado, pues la respuesta era más positiva de lo que yo esperaba
—. Es que hay que considerar muchas cosas. ¿Respecto a una invitación para salir a cenar? No me cupo ninguna duda de que aquella mujer vivía en un mundo completamente distinto al mío. En mi caso, sólo había dos cosas que considerar: “¿Puedo ir? ¿Quiero ir?”. Bueno, puede que también el tipo de comida, pero desde luego, tomar esa decisión no llevaba una semana entera. ¿O sí?
—¿Por qué? ¿No eres capaz de decidir si quieres ir a un chino o a un italiano? —aunque la pregunta pareciera muy banal, tal vez para ella tenía un significado mucho más profundo. Se echó a reír.
—No es tan sencillo —dijo. Sus procesos mentales eran demasiado para mí. No era capaz de imaginar motivos convincentes para que una persona pudiera alcanzar tal grado de complicación. Y yo no podía esperar otra semana, de eso estaba segura, así que... ¡ahora o nunca!
—¿Podrías aceptar una invitación para cenar en un sitio fuera de la ciudad, que acaba de abrir, que no sirve comida china ni italiana y que tiene un patio? —Desde luego, aquello ofrecía muchas posibilidades. Ni era demasiado íntimo, ni demasiado informal. Y en una agradable noche de verano como aquella... ¿quién sabe qué podía ocurrir? A través del teléfono me legó un ruido que se parecía bastante a una carcajada.
—Mira que eres insistente —dijo. — de manera relajada
—Bueno, sí, reconozco que es bastante complicado convencerte para salir a cenar, pero por... —iba decir “una mujer hermosa”, pero ya que se lo decían a diario, no le habría emocionado especialmente, así que terminé mi frase de otra forma— una buena cena, yo hago lo que sea.
—Bueno, esta bien —aceptó amablemente—, pero tendrás que esperar un poco más. Antes de mañana no puedo.
Casi de inmediato, cruzó por mi mente el más espantoso de todos los posibles motivos que le impedían salir esa noche. En realidad, sólo podía haber un motivo: que ya tuviese otro compromiso. Y no me costó mucho imaginar con quién: con una clienta. Con una clienta que era más importante que yo. Estábamos otra vez como al principio. Reprimí una nueva oleada de rabia y el impulso de atacarla. En lugar de eso, le hice otra pregunta:
—¿Quieres que pase a buscarte o nos encontramos en algún sitio?
—Dime dónde es y nos encontramos allí. —Al parecer, pretendía evitar por todos los medios la posibilidad de tener que depender de mí. Aunque a mí me parecía que era una irresponsabilidad medioambiental ir en dos coches, estaba claro que ella no aceptaría ninguna otra alternativa, así que le di la dirección.
—Ah, sí, ya me han hablado de ese sitio—reconoció. De nuevo, un fogonazo cruzó mi mente. “¿Quién?”, quise preguntarle, pero no lo hice.
—¿A qué hora? —pregunté.
—A las ocho —respondió, sin pararse a pensar. Desde luego, había memorizado su agenda, lo cual debía de ser de gran ayuda a la hora de evitar los celos y las situaciones incómodas.
—Pues nos vemos allí —dije para terminar.
—Allí estaré —confirmó ella. Colgué con gesto vacilante. Me habría gustado charlar un poco más, pero en realidad no había motivos para seguir al teléfono. Y al día siguiente la vería, o eso esperaba. ¿Asistiría a la cita? No la conocía lo bastante como para saberlo. Quizás asistiría sólo porque todavía veía en mí a una clienta potencial, una clienta a la que no quería perder. ¿Era eso lo que yo quería saber? No, la verdad es que no quería saberlo, pero mañana por la noche, como máximo después del postre, todo se habría aclarado.
[continuara…]
bueno chicas ese ha sido el capitulo y pues les adelanto que en los proximos capitulos santana se ira soltando con britt tranquilas , tranquilas. ahora les digo lo de siempre comenten comenten COMENTEN POR FAVOR y recomienden mi fic actualizare mañana o hoy mismo si es posible porque ya saben que las tengo muy consentidas nos vemos pronto muy pronto besotesss a todas
mcmahonnn- |******|
- Mensajes : 265
Fecha de inscripción : 12/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa............ XD
ya lei tu actu y como te dije.... pobre Britt..... San le esta tomand el pelo o q?
x q le hace eso? Britt tan emocionada y San ni recordaba nada :( buuuuu
eso no se vale.....
Mcmahonnn actualizaaaa jejjejej.... creo q seré la primera en comentar XD... chaiot te cuids, nos leesmos pronto
ya lei tu actu y como te dije.... pobre Britt..... San le esta tomand el pelo o q?
x q le hace eso? Britt tan emocionada y San ni recordaba nada :( buuuuu
eso no se vale.....
Mcmahonnn actualizaaaa jejjejej.... creo q seré la primera en comentar XD... chaiot te cuids, nos leesmos pronto
Invitado- Invitado
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Dios MUJER! por fin aceptaste la invitacion a cenar, pense que le haria esperar a britt otra semana mas quiero saber mas acerca de santana, tiene que haber un motivo detras de esa frialdad e indiferencia con la que se maneja y sobretodo para que se dedique a eso.... y eso seguro tiene que ver el haber hecho tanto DRAMA por una simple CENA!
Hasta la proxima act..... Saludos
Hasta la proxima act..... Saludos
aria- - Mensajes : 1105
Fecha de inscripción : 03/12/2012
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Me encanto ..... :) te prometi que te leeria es muy bueno ....pero arggggggggggggggggggg santana no le dice nada a britt mas te vale que se vaya soltando en los otros caps ...sigue escribiendo es un muy buen fic lee el mioooo plisss es de la amistad al amor todo puede pasar :)
ESPERO TU ACTU
ESPERO TU ACTU
GabySantanaFan* - Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 29/04/2012
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Realmente que fanfic mas impresionante cada vez me gusta mas y con respecto a que Santana no le preste atención a Britt yo creo que es normal puede que Santana también este enamorada pero es una prostituta y no quiere hacer sufrir a Britt es mi opinión esperemos a ver que pasa.
hasta la próxima actualización besos ♥
hasta la próxima actualización besos ♥
santanalove1014- - Mensajes : 1113
Fecha de inscripción : 29/01/2013
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
mujer! actualizas tan rapido que cuando me decido a comentarte ya actualizaste xD pero mejor asi es un muy buen fic como para poder aguantar la espera hasta el proximo capitulo.
Britt sufriendo y San ahi lo mas tranquila
Saludos :)
Britt sufriendo y San ahi lo mas tranquila
Saludos :)
MarT1n4- ---
- Mensajes : 599
Fecha de inscripción : 28/11/2012
Edad : 27
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Hola :3 Vaya que actualizas rápido .__. de repente era capitulo 4 y !BAM! Explota el 6 xdd
Okey, no sabes como Santana me hace perder la paciencia en increible la manera en la que se esta portando, Britt tiene que estar biien dominada y tener una paciencia !INFINITA! porque de mi parte ya la fuese mandado a lavar..... platos xddd
En serio! Me hace perder la paciencia pero lo que cuenta es que acepto, ahora espero a ver que pasara en esa cena
Espero la proxima actuu!
Okey, no sabes como Santana me hace perder la paciencia en increible la manera en la que se esta portando, Britt tiene que estar biien dominada y tener una paciencia !INFINITA! porque de mi parte ya la fuese mandado a lavar..... platos xddd
En serio! Me hace perder la paciencia pero lo que cuenta es que acepto, ahora espero a ver que pasara en esa cena
Espero la proxima actuu!
MarLovesGlee<3********- - Mensajes : 603
Fecha de inscripción : 03/10/2012
Edad : 27
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Me encantooo pero cmo la cortas ahi xP
Actualiza hoy mismo para leer esa cena que me tiene impaciente!
Pobre Britt , yo tambien andaria celosa si la trta como una mas xD
Ojala que esa cena sea mas romantica de lo que Santana espera :P
Hasta tu actu(que espero que sea hoy siiii?)
Saludos :*
Actualiza hoy mismo para leer esa cena que me tiene impaciente!
Pobre Britt , yo tambien andaria celosa si la trta como una mas xD
Ojala que esa cena sea mas romantica de lo que Santana espera :P
Hasta tu actu(que espero que sea hoy siiii?)
Saludos :*
Twinkle Dani-*-* - Mensajes : 3020
Fecha de inscripción : 23/03/2012
Edad : 29
Mi reina de la noche
holaaa chicas aqui estoy con el nuevo capitulo n_n gracias por sus comentarios
Restaurante
[img] [/img]
Auto de Brittany
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bueno chicas ese a sifo el capitulo de hoy esten pendiente para la proxima actualizacion y no se olviden comentar dejan saber sus opiniones y lo que mas les gusta de cada capitulo .... besos a todas muuuaaakkk
Capitulo 7
Ella ya estaba allí cuando yo llegué, aunque contrariamente a mi costumbre habitual, fui muy puntual. Me había pasado todo el día mirando el reloj, y había tenido una seria discusión conmigo misma para no llegar antes de la hora.
En el restaurante Santana estaba sentada en una mesa bajo uno de esos toldos que hacían del patio un rincón precioso e interesante y que, seguramente, lo convertirían en un lugar conocido y frecuentado dentro de muy poco. Ahora, sin embargo, estaba relativamente poco concurrido. La vi nada más entrar, antes de que ella me viera a mí.
Me pareció que había elegido un atuendo un tanto discreto, aunque para mi gusto muy atractivo. Me pregunté si eso tendría algún significado: ¿se vestía así para salir a cenar o se había vestido así para mí? Y si fuera cierto lo último, me hacía muy feliz.
Desde luego, quedándome en la entrada no resolvería el misterio, así que baje las escaleras , entré en el patio y caminé sin prisas —algo que me exigió un considerable esfuerzo hacia la mesa. Ella miraba en otra dirección, con lo cual me ofrecía una buena panorámica de su perfil. Su belleza me dio miedo, pues la simetría de sus facciones era casi irreal. Jamás había visto nada parecido en ninguna otra Mujer ni siquiera en otras latinas. notó mi presencia cuando ya estaba lo bastante cerca como para que ella pudiera oír mis pasos sobre el suelo de piedra. Levantó la mirada casi sobresaltada, como si hubiera estado pensando en algo muy distinto y no esperase verme allí. Me sentí como una acosadora y la obsequié deliberadamente una sonrisa amable para conseguir que aquella situación tan íntima se volviera un poco menos incómoda.
—Hola. Perdona si llego tarde. Ella me devolvió la misma sonrisa amable.
—No llegas tarde. Me gusta esperar tranquilamente a la gente. Para mí, decir “tranquilamente” y “esperar” en la misma frase era toda una contradicción. Detestaba esperar y trataba de evitarlo siempre que me resultaba posible. En ese sentido, al parecer, éramos muy distintas, pero tenía la esperanza de que no fuera así en todo.
—¿Hace mucho que has llegado? —Un poco de charla informal no nos haría daño a ninguna de las dos. Después de todo, aquella situación era muy distinta a todos nuestros encuentros anteriores.
—Una media hora. —Al parecer, para ella era normal, pero a mí me parecía una eternidad. Seguramente, yo me habría muerto de impaciencia.
—Espero que no te hayas aburrido. — Seguía sin poder entender qué gracia tenía llegar una hora antes intencionadamente.
—¿Aburrirme? No, yo no me aburro nunca. Me maravilló la forma en que daba por sentada aquella declaración y suspiré con discreción.
—Pues yo no puedo decir lo mismo. Más bien todo lo contrario. Se echó a reír suavemente.
Me oí hablar a mí misma y tuve la sensación de estar charlando y tomando el té en un salón con la reina Victoria, una situación que sí me habría aburrido. Cogí la carta, y me senté en la otra silla de la mesa.
—¿Ya has pedido? Me miró y sonrió.
—¿Y qué quieres que pida? Aquí no tienen comida china, ni italiana jajaja. — Se me encogió el estómago.
—¿Prefieres que vayamos a otro sitio? rayos!, no había elegido el restaurante apropiado, lo cual significaba que la velada estaba sentenciada. Me miró directamente con su característica mirada penetrante y tuve la sensación de que me estaba perforando con los ojos. Era de lo más incómodo, la verdad. Traté de sostenerle la mirada y no apartar la vista.
—Eres demasiado seria para tu edad — manifestó ella, a modo de conclusión.
—¿Para mi edad? ¡Pero si acabo de cumplir 25! —exclame, muy sorprendida por lo que acababa de decirme. Se echó a reír, satisfecha. Era obvio que se lo estaba pasando muy bien .
—¡Gracias! .. por decirme tu edad —Dijo, con una ligera inclinación de cabeza y cierto retintín en la voz—. Eso era lo que quería saber.
Al principio tuve que contenerme, pero luego a mí también me empezó a parecer divertido.
—Y supongo que si yo te pregunto a ti cuántos años tienes, no me contestarás porque es de mala educación preguntarle la edad a una mujer. Me guiñó un ojo.
—Exacto. — Vaya con la latina... Ya no estaba tan segura de estar preparada para ella. Era realmente difícil adivinar su edad: estaba entre los 23 pero no era mayor de los 26 , o por lo menos eso me pareció.
Decidí abandonar la idea, pues seguramente es imposible arrancarle ese secreto a una mujer como ella. Sin embargo, y aunque no sé muy bien por qué, llegué a la conclusión de que era más joven que yo. Seguramente tenía 24 pero ¿Qué más daba? Estaba coqueteando conmigo, y eso era lo que importaba.
Era toda una experta en eso del coqueteo. Me di cuenta del efecto que me producía su magia, y ni siquiera tuve la impresión de que lo estuviera haciendo a propósito. Poseía un encanto natural y su exquisita educación sólo servía para realzarlo aún más. También sabía, sin embargo, que era capaz de dejar ambas cosas a un lado si le apetecía. Tal vez eso formara parte de su atractivo.
Después del esfuerzo y los nervios que me había costado que aceptara salir a cenar conmigo, y la frialdad y precisión con las que ella había organizado la cita, me sorprendió lo relajada que estaba. Se rió de mis bromas y se mostró increíblemente encantadora. Me fascinó por completo. Cuando estaba tan relajada y tranquila, parecía como si el mundo entero girase a su alrededor. Jamás la había visto así y tuve la sensación de que se estaba convirtiendo en la personificación de mis sueños. ¿De verdad existía una mujer así?
Imaginé cómo sería una relación con ella. Nuestras rutinas cotidianas no acababan de encajar, eso era cierto. Cuando yo me fuera a trabajar, ella aún estaría durmiendo. Cuando yo quisiera dormir, ella estaría trabajando. ¿Trabajando? Bueno, ¿qué era si no? La idea de lo que hacía para ganarse la vida no era precisamente de las que elevan el espíritu... y eso me hizo volver a la realidad. De repente, me di cuenta de algo.
—¡Pero si no tienes los ojos color caramelo ! —exclame sorprendida
Para mí, fue toda una sorpresa, pues siempre había vivido engañada por la presunción de que cualquier mujer de la que yo me enamorara tenía que ser morena y de ojos caramelos al contraste de su piel .
—No son color caramelo , son cafés —dijo ella, un poco desanimada. Hasta ese momento, el café siempre me había parecido un color apagado, pero sus ojos resplandecían como diamantes. La observé, embelesada. Apenas podía dejar de mirarla—. ¿Es un problema? —me preguntó, arrugando su pequeña nariz . La situación era tan tonta que no me quedó más remedio que echarme a reír.
—No, claro que no. Es que siempre había creído que tenías los ojos caramelos . No sé, tengo una especie de fijación con eso, pero según parece, hasta ahora no te había mirado muy bien. Ella también se echó a reír.
—Pues yo más bien diría otra cosa, la verdad. —De repente, se quedó muy seria—. Aunque quizás no son mis ojos lo que más te interesa de mí. —Jugueteó un poco con su ensalada y después, con una precisión
Asombrosa, eligió una única hoja de lechuga. cielos otra vez. Me hacía lucir como un auténtico elefante en una cacharrería. El clima relajado de antes casi había desparecido, pero aun así, traté de salvar la situación.
—Tienes los ojos muy bonitos. Tu mirada es muy intensa —¿Qué otra cosa podía decir? Era un hecho, pero... ¿qué mujer no se ofendería si su ligue no se daba cuenta? Yo, por ejemplo, siempre me lo tomaba bastante mal. Me di cuenta enseguida.
—Sólo que... por desgracia, toda tú eres increíblemente preciosa. Dejó de juguetear con la ensalada y miró en mi dirección, aunque en realidad no me miró a mí.
—Gracias brittany —dijo. Probablemente, no sabía cómo reaccionar ante un cumplido tan extravagante. Y en caso de que me preguntara qué quería decir, tampoco me sentía capaz de explicárselo. Sin embargo, no lo hizo: un movimiento cerca de la entrada del patio distrajo su atención
—.Sabía que esto era un error —suspiró. Parecía como si en lugar de hablar conmigo, hablara consigo misma.
—¿Un error? ¿El qué? —dije. Ahora sí estaba enfadada.
—Salir. —Se estaba cerrando a una velocidad increíble. No entendí su reacción, que para mí no tenía ni pies ni cabeza. Lo único que podía suponer era...
—. Tendría que habérmelo imaginado —dijo, mientras dejaba el tenedor sobre la mesa y colocaba al lado la servilleta. Su gesto parecía definitivo. Se echó a reír y miró más o menos hacía donde estaba yo, como si quisiera disculparse
—. No tiene nada que ver contigo—.. Aquello no me tranquilizó mucho, la verdad, pues todos y cada uno de sus gestos indicaban que estaba a punto de irse, lo cual significaba un final mucho más precipitado y mucho más abrupto de lo que yo había previsto o imaginado para la noche. Mientras no tuviera ni idea de lo que había motivado su cambio de actitud, difícilmente podría impedir que llevara a cabo sus intenciones. Así pues, lo único que podía hacer era intentar descubrirlo.
—Santana dime ¿Qué es lo que tendrías que haber imaginado? —
Arqueó una ceja, como si yo acabara de formularle una pregunta de lo más indecente.
—Eso no importa —dijo. Alzó una mano para indicarle al camarero que quería pagar. “Dios mío, todo está sucediendo demasiado deprisa”, me dije. No sabía qué hacer, ni ante qué debía reaccionar antes.
—Bueno, a mí me parece que para ti es motivo suficiente para marcharte —dije, muy nerviosa. Eché una mirada a mi alrededor con la esperanza de descubrir lo que había visto ella, pero sólo vi a una pareja que acababa de entrar: una pareja bastante joven y aparentemente con dinero que se dirigía a una mesa en el otro extremo del jardín. La chica era delgada y caminaba bastante tiesa detrás de su marido.
Aparte de la pareja, no vi a nadie más. De repente, la mujer se volteo y lanzó una mirada fija en nuestra dirección y la mantuvo mas de lo común . Duró un único instante y después, nada. Me voltee de nuevo hacia la mesa. El camarero estaba ya junto a ella.
—Espera —protesté—, he sido yo quien te ha invitado. —¡Todo estaba sucediendo demasiado deprisa!
—Déjalo —replicó ella, con firmeza—. Teniendo en cuenta lo que vas a pagar, creo que no has obtenido gran cosa. ¿Qué? ¿Qué quería decir con eso? De nuevo había conseguido confundirme, pero antes de que tuviera tiempo de buscar mi monedero, el camarero ya se había ido y ella se había puesto en pie con la misma velocidad.
—Por favor, quédate y termina de cenar —me dijo—. Lo siento mucho.
¿Y qué se supone que hago yo aquí sola?, me pregunté. Al parecer, ni siquiera se planteaba el hecho de que yo no había ido hasta allí para cenar sola. Me puse en pie de un salto justo cuando ella daba media vuelta para irse.
—Espera —dije otra vez, apresuradamente. Se detuvo un momento y se volvió a medias para mirarme.
—Por favor, quédate —dijo—. Me sentiría muy culpable si además te mueres de hambre. —Me dedicó una sonrisa forzada.
—¿Qué significa todo esto? —Mientras yo hacía la pregunta, ella se giró de nuevo y se dirigió a la salida. La seguí y traté de retenerla
—. ¿Por qué no me dices cuál es el problema? —Siguió caminando, como si yo no hubiera dicho nada. De hecho, no me hizo ni caso, así
que no me quedó más remedio que provocarla para obtener una respuesta —. Santana ¿Qué pasa con esa mujer? ¿Quién es? Se detuvo bruscamente.
—No es asunto tuyo —me recriminó, enfadada. “O sea, que he dado en el clavo”, me dije. El motivo era aquella mujer.
—Puede que no —dije. No estaba preparada para discutir con ella —, pero lo que sí es asunto mío es que ahora estoy aquí fuera, en lugar de estar tranquilamente sentada a una mesa cenando contigo. Creo que me merezco una explicación, aunque todo este asunto no tenga nada que ver conmigo. —Me di cuenta de que ella estaba bastante alterada y, probablemente, yo no hacía más que contribuir a su enfado, pero dejar que se marchara sin más no era mi estilo. Yo prefería enfrentarme a la tormenta.
—Mira que eres... —No dijo lo que pensaba que era yo, sino que se limitó a aspirar aire con fuerza—.esta bien, tienes razón. No es justo, lo reconozco. ¿Tienes bastante con eso? De repente, se había vuelto otra vez fría y calculadora. Con esa actitud, no conseguiría nada de ella.
—¿Quieres ir a otro sitio? —le pregunté por segunda vez aquella noche, un poco mas calmada.
—No —me contestó de inmediato—. Ese era el error. Mi error —dijo, poniendo énfasis en sus palabras—. No suelo salir. — Aquello me sorprendió, teniendo en cuenta nuestro primer encuentro. Ella también se acordó y corrigió sus palabras —. Bueno, casi nunca. Y cuando salgo, no frecuento sitios como este —dijo, echando un vistazo a su alrededor.
—¿Estás buscando algo en concreto? — Yo había dado por sentado que se dirigía a su coche, pero se había quedado junto al aparcamiento, que en realidad no era más que una explanada en la carretera frente al restaurante, bajo un par de árboles.
—Una cabina telefónica —Su voz sonaba muy distante.
—¿Aquí? ¿En medio del bosque? ¿Para qué? —Me estaba empezando a cansar de hacerle tantas preguntas, pues ella sólo estaba dispuesta a facilitarme los datos indispensables. Me resultaba de lo más aburrido.
—Para llamar un taxi.
—¿No has venido en coche? — Probablemente, había llegado volando con sus invisibles alas de ángel. Me estaba volviendo un poco sarcástica, porque se me acababa la paciencia. Por lo menos, en esta ocasión me contestó.
—No tengo coche hace muy poco compre uno y se lo regale a mi hermana, los coches me parecen inútiles en new york ,con tanto trafico prefiero andar en taxi.
“hermana, tiene una hermana? Donde vivirá? ; luego No pude evitar echarme a reír. De repente, me acordé del anuncio de una marca italiana de café, en el que un hombre muy atractivo trata de seducir a su vecina con un cappuccino bien caliente, hasta que ella descubre que el hombre no tiene coche y pasa de él. Me fijé en la forma en que ella me estaba mirando y dejé de reírme. A ella no le parecía divertido.
—Perdona —dije, más serena—, es que me acabo de acordar de una cosa que... — Reflexioné un momento sobre si ella aceptaría que la llevara. Cabía dentro de lo posible, sí. Pero luego, claro, estaba la cuestión de dónde llevarla. A cualquier otra mujer, la habría invitado a tomar café en mi apartamento, pero... ¿a ella? Desde luego, ir a su casa era impensable.
—¿Me dejas que te haga de taxi? —me arriesgué a preguntarle.
—¿Tú? —Apartó la mirada del árbol que levaba rato contemplando y se volvió hacia mí. Bueno, vale, seguramente yo no había nacido para taxista pero, en cualquier caso, ella me observó con incredulidad.
—Sí, yo. Tengo un coche. —Pensé otra vez en el italiano y sonreí, pues el chico lo hacía muy bien—. Y además, por muy difícil que resulte de creer, lo tengo aquí. Me observó conseriedad.
—No quiero que te desvíes por mi culpa. ¿Desviarme? Ah, claro, ella no lo sabía...
—Vivo muy cerca de tu casa, allí mismo en el upper east side, si te refieres a eso —le expliqué. Era obvio que quería irse a casa, así que no valía la pena perder el tiempo con alguna otra proposición.
—¿Ah, sí? —No pareció que aquel dato le interesara gran cosa, pero yo ya no soportaba más aquella situación: si no me quedaba más remedio que dejarla marchar, quería terminar con todo aquello de una vez.
—Tengo el coche allí. —Le señalé con el brazo un coche que estaba a la izquierda y eché a andar sin esperar su respuesta. Cuando abrí la puerta del conductor, eché un vistazo por encima del hombro y la vi
a tres pasos de distancia. Rodeé el coche y abrí la otra puerta. Me miró y me sonrió con amabilidad.
—Qué galante —comentó. Con una hermosa sonrisa Por lo menos, parecía que empezaba a tomarme en serio otra vez. Sin embargo, sabía que estaba perdida si ella empezaba a coquetear de nuevo.
Cerré la puerta rápidamente una vez ella se hubo sentado. Cuando subí al coche, me di cuenta de que al hacerle la oferta de llevarla se me había olvidado prestar atención a dos aspectos: uno, la inevitable proximidad física dentro de un coche; y dos, su magnetismo erótico. Ya en el patio del restaurante, un espacio abierto, había empezado a notar el efecto que ella producía en mí, pero dentro del coche, separadas tan sólo por unos centímetros, noté la calidez de sus muslos... Puse la marcha atrás y me comporté como si nada, pero el corazón me latía en la garganta.
Pensé en todos los ardientes besos de despedida que a lo largo de
mi vida había dado en el interior de coches, y me pregunté si ella también me obsequiaría uno. Para poder retroceder, tuve que poner el brazo sobre el respaldo de su asiento. Traté de no tocarla, pero noté cómo me invadía el calor de su cuerpo. La cosa se estaba poniendo interesante... Menos mal que el trayecto no era muy largo. Conduje concentrada por completo en la sinuosa carretera que atravesaba los bosques de la ladera de la montaña. Todo estaba muy tranquilo y oscuro. Sólo los faros del coche iluminaban la noche, frente a nosotras. Cuando ya casi habíamos legado, ella se aclaró la garganta.
—Creo que tengo que explicarte algo — dijo.
—No tienes que explicarme nada. —Quería mostrarme indiferente, para mantener la distancia. Si se me acercaba un poco, me lanzaría sobre ella.
—Ya lo sé. —Al parecer, había llegado a una conclusión, aunque no le resultaba fácil—. Como te he dicho antes, salgo muy poco. De vez en cuando voy al hotel, cuando... —Ya estábamos otra vez. Había cosas de las que no quería hablar—. Pero nunca en un lugar público prosiguió, sin haber terminado la frase—. Así que, para empezar, jamás tendría que haber aceptado tu invitación.—Por lo menos, eso explicaba por qué le había costado tanto decidirse. Pensé que aquello era todo lo que quería decir, pero después añadió algo más—. Pero eres tan insistente... —Oí su risa, aunque no podía mirarla porque tenía que concentrarme en la carretera. Acabábamos de entrar en la ciudad y circulábamos por una calle relativamente recta. Frente a nosotras había otro restaurante. En realidad, aquella era una zona turística.
—Por favor, para aquí —dijo. Probablemente, se había dado cuenta de que prefería recorrer a pie el resto del camino antes que abrirse un poco más conmigo. Era bastante difícil entenderla. Encontré un sitio para aparcar y me detuve. Esperaba que ella saliera del coche, pero no se movió. No me atrevía a mirarla, pero la necesidad de tocarla crecía en mi interior. Haciendo un gran esfuerzo, me dediqué a mirar a través del parabrisas, al tiempo que apretaba los dientes. “Oh, qué más da —me dije—. Puede irse cuando quiera”.
—Me gustaría besarte —dije, contemplando el reflejo de los faros frente a mí. De repente, vi su mano junto al volante. Un instante después, apagó los faros.
—Pues hazlo —dijo. Me quedé paralizada. Me rozó levemente la pierna, apenas un instante, al apartar la mano del volante, y noté cómo me ardía la piel allí donde ella me había tocado.
En el restaurante Santana estaba sentada en una mesa bajo uno de esos toldos que hacían del patio un rincón precioso e interesante y que, seguramente, lo convertirían en un lugar conocido y frecuentado dentro de muy poco. Ahora, sin embargo, estaba relativamente poco concurrido. La vi nada más entrar, antes de que ella me viera a mí.
Me pareció que había elegido un atuendo un tanto discreto, aunque para mi gusto muy atractivo. Me pregunté si eso tendría algún significado: ¿se vestía así para salir a cenar o se había vestido así para mí? Y si fuera cierto lo último, me hacía muy feliz.
Desde luego, quedándome en la entrada no resolvería el misterio, así que baje las escaleras , entré en el patio y caminé sin prisas —algo que me exigió un considerable esfuerzo hacia la mesa. Ella miraba en otra dirección, con lo cual me ofrecía una buena panorámica de su perfil. Su belleza me dio miedo, pues la simetría de sus facciones era casi irreal. Jamás había visto nada parecido en ninguna otra Mujer ni siquiera en otras latinas. notó mi presencia cuando ya estaba lo bastante cerca como para que ella pudiera oír mis pasos sobre el suelo de piedra. Levantó la mirada casi sobresaltada, como si hubiera estado pensando en algo muy distinto y no esperase verme allí. Me sentí como una acosadora y la obsequié deliberadamente una sonrisa amable para conseguir que aquella situación tan íntima se volviera un poco menos incómoda.
—Hola. Perdona si llego tarde. Ella me devolvió la misma sonrisa amable.
—No llegas tarde. Me gusta esperar tranquilamente a la gente. Para mí, decir “tranquilamente” y “esperar” en la misma frase era toda una contradicción. Detestaba esperar y trataba de evitarlo siempre que me resultaba posible. En ese sentido, al parecer, éramos muy distintas, pero tenía la esperanza de que no fuera así en todo.
—¿Hace mucho que has llegado? —Un poco de charla informal no nos haría daño a ninguna de las dos. Después de todo, aquella situación era muy distinta a todos nuestros encuentros anteriores.
—Una media hora. —Al parecer, para ella era normal, pero a mí me parecía una eternidad. Seguramente, yo me habría muerto de impaciencia.
—Espero que no te hayas aburrido. — Seguía sin poder entender qué gracia tenía llegar una hora antes intencionadamente.
—¿Aburrirme? No, yo no me aburro nunca. Me maravilló la forma en que daba por sentada aquella declaración y suspiré con discreción.
—Pues yo no puedo decir lo mismo. Más bien todo lo contrario. Se echó a reír suavemente.
Me oí hablar a mí misma y tuve la sensación de estar charlando y tomando el té en un salón con la reina Victoria, una situación que sí me habría aburrido. Cogí la carta, y me senté en la otra silla de la mesa.
—¿Ya has pedido? Me miró y sonrió.
—¿Y qué quieres que pida? Aquí no tienen comida china, ni italiana jajaja. — Se me encogió el estómago.
—¿Prefieres que vayamos a otro sitio? rayos!, no había elegido el restaurante apropiado, lo cual significaba que la velada estaba sentenciada. Me miró directamente con su característica mirada penetrante y tuve la sensación de que me estaba perforando con los ojos. Era de lo más incómodo, la verdad. Traté de sostenerle la mirada y no apartar la vista.
—Eres demasiado seria para tu edad — manifestó ella, a modo de conclusión.
—¿Para mi edad? ¡Pero si acabo de cumplir 25! —exclame, muy sorprendida por lo que acababa de decirme. Se echó a reír, satisfecha. Era obvio que se lo estaba pasando muy bien .
—¡Gracias! .. por decirme tu edad —Dijo, con una ligera inclinación de cabeza y cierto retintín en la voz—. Eso era lo que quería saber.
Al principio tuve que contenerme, pero luego a mí también me empezó a parecer divertido.
—Y supongo que si yo te pregunto a ti cuántos años tienes, no me contestarás porque es de mala educación preguntarle la edad a una mujer. Me guiñó un ojo.
—Exacto. — Vaya con la latina... Ya no estaba tan segura de estar preparada para ella. Era realmente difícil adivinar su edad: estaba entre los 23 pero no era mayor de los 26 , o por lo menos eso me pareció.
Decidí abandonar la idea, pues seguramente es imposible arrancarle ese secreto a una mujer como ella. Sin embargo, y aunque no sé muy bien por qué, llegué a la conclusión de que era más joven que yo. Seguramente tenía 24 pero ¿Qué más daba? Estaba coqueteando conmigo, y eso era lo que importaba.
Era toda una experta en eso del coqueteo. Me di cuenta del efecto que me producía su magia, y ni siquiera tuve la impresión de que lo estuviera haciendo a propósito. Poseía un encanto natural y su exquisita educación sólo servía para realzarlo aún más. También sabía, sin embargo, que era capaz de dejar ambas cosas a un lado si le apetecía. Tal vez eso formara parte de su atractivo.
Después del esfuerzo y los nervios que me había costado que aceptara salir a cenar conmigo, y la frialdad y precisión con las que ella había organizado la cita, me sorprendió lo relajada que estaba. Se rió de mis bromas y se mostró increíblemente encantadora. Me fascinó por completo. Cuando estaba tan relajada y tranquila, parecía como si el mundo entero girase a su alrededor. Jamás la había visto así y tuve la sensación de que se estaba convirtiendo en la personificación de mis sueños. ¿De verdad existía una mujer así?
Imaginé cómo sería una relación con ella. Nuestras rutinas cotidianas no acababan de encajar, eso era cierto. Cuando yo me fuera a trabajar, ella aún estaría durmiendo. Cuando yo quisiera dormir, ella estaría trabajando. ¿Trabajando? Bueno, ¿qué era si no? La idea de lo que hacía para ganarse la vida no era precisamente de las que elevan el espíritu... y eso me hizo volver a la realidad. De repente, me di cuenta de algo.
—¡Pero si no tienes los ojos color caramelo ! —exclame sorprendida
Para mí, fue toda una sorpresa, pues siempre había vivido engañada por la presunción de que cualquier mujer de la que yo me enamorara tenía que ser morena y de ojos caramelos al contraste de su piel .
—No son color caramelo , son cafés —dijo ella, un poco desanimada. Hasta ese momento, el café siempre me había parecido un color apagado, pero sus ojos resplandecían como diamantes. La observé, embelesada. Apenas podía dejar de mirarla—. ¿Es un problema? —me preguntó, arrugando su pequeña nariz . La situación era tan tonta que no me quedó más remedio que echarme a reír.
—No, claro que no. Es que siempre había creído que tenías los ojos caramelos . No sé, tengo una especie de fijación con eso, pero según parece, hasta ahora no te había mirado muy bien. Ella también se echó a reír.
—Pues yo más bien diría otra cosa, la verdad. —De repente, se quedó muy seria—. Aunque quizás no son mis ojos lo que más te interesa de mí. —Jugueteó un poco con su ensalada y después, con una precisión
Asombrosa, eligió una única hoja de lechuga. cielos otra vez. Me hacía lucir como un auténtico elefante en una cacharrería. El clima relajado de antes casi había desparecido, pero aun así, traté de salvar la situación.
—Tienes los ojos muy bonitos. Tu mirada es muy intensa —¿Qué otra cosa podía decir? Era un hecho, pero... ¿qué mujer no se ofendería si su ligue no se daba cuenta? Yo, por ejemplo, siempre me lo tomaba bastante mal. Me di cuenta enseguida.
—Sólo que... por desgracia, toda tú eres increíblemente preciosa. Dejó de juguetear con la ensalada y miró en mi dirección, aunque en realidad no me miró a mí.
—Gracias brittany —dijo. Probablemente, no sabía cómo reaccionar ante un cumplido tan extravagante. Y en caso de que me preguntara qué quería decir, tampoco me sentía capaz de explicárselo. Sin embargo, no lo hizo: un movimiento cerca de la entrada del patio distrajo su atención
—.Sabía que esto era un error —suspiró. Parecía como si en lugar de hablar conmigo, hablara consigo misma.
—¿Un error? ¿El qué? —dije. Ahora sí estaba enfadada.
—Salir. —Se estaba cerrando a una velocidad increíble. No entendí su reacción, que para mí no tenía ni pies ni cabeza. Lo único que podía suponer era...
—. Tendría que habérmelo imaginado —dijo, mientras dejaba el tenedor sobre la mesa y colocaba al lado la servilleta. Su gesto parecía definitivo. Se echó a reír y miró más o menos hacía donde estaba yo, como si quisiera disculparse
—. No tiene nada que ver contigo—.. Aquello no me tranquilizó mucho, la verdad, pues todos y cada uno de sus gestos indicaban que estaba a punto de irse, lo cual significaba un final mucho más precipitado y mucho más abrupto de lo que yo había previsto o imaginado para la noche. Mientras no tuviera ni idea de lo que había motivado su cambio de actitud, difícilmente podría impedir que llevara a cabo sus intenciones. Así pues, lo único que podía hacer era intentar descubrirlo.
—Santana dime ¿Qué es lo que tendrías que haber imaginado? —
Arqueó una ceja, como si yo acabara de formularle una pregunta de lo más indecente.
—Eso no importa —dijo. Alzó una mano para indicarle al camarero que quería pagar. “Dios mío, todo está sucediendo demasiado deprisa”, me dije. No sabía qué hacer, ni ante qué debía reaccionar antes.
—Bueno, a mí me parece que para ti es motivo suficiente para marcharte —dije, muy nerviosa. Eché una mirada a mi alrededor con la esperanza de descubrir lo que había visto ella, pero sólo vi a una pareja que acababa de entrar: una pareja bastante joven y aparentemente con dinero que se dirigía a una mesa en el otro extremo del jardín. La chica era delgada y caminaba bastante tiesa detrás de su marido.
Aparte de la pareja, no vi a nadie más. De repente, la mujer se volteo y lanzó una mirada fija en nuestra dirección y la mantuvo mas de lo común . Duró un único instante y después, nada. Me voltee de nuevo hacia la mesa. El camarero estaba ya junto a ella.
—Espera —protesté—, he sido yo quien te ha invitado. —¡Todo estaba sucediendo demasiado deprisa!
—Déjalo —replicó ella, con firmeza—. Teniendo en cuenta lo que vas a pagar, creo que no has obtenido gran cosa. ¿Qué? ¿Qué quería decir con eso? De nuevo había conseguido confundirme, pero antes de que tuviera tiempo de buscar mi monedero, el camarero ya se había ido y ella se había puesto en pie con la misma velocidad.
—Por favor, quédate y termina de cenar —me dijo—. Lo siento mucho.
¿Y qué se supone que hago yo aquí sola?, me pregunté. Al parecer, ni siquiera se planteaba el hecho de que yo no había ido hasta allí para cenar sola. Me puse en pie de un salto justo cuando ella daba media vuelta para irse.
—Espera —dije otra vez, apresuradamente. Se detuvo un momento y se volvió a medias para mirarme.
—Por favor, quédate —dijo—. Me sentiría muy culpable si además te mueres de hambre. —Me dedicó una sonrisa forzada.
—¿Qué significa todo esto? —Mientras yo hacía la pregunta, ella se giró de nuevo y se dirigió a la salida. La seguí y traté de retenerla
—. ¿Por qué no me dices cuál es el problema? —Siguió caminando, como si yo no hubiera dicho nada. De hecho, no me hizo ni caso, así
que no me quedó más remedio que provocarla para obtener una respuesta —. Santana ¿Qué pasa con esa mujer? ¿Quién es? Se detuvo bruscamente.
—No es asunto tuyo —me recriminó, enfadada. “O sea, que he dado en el clavo”, me dije. El motivo era aquella mujer.
—Puede que no —dije. No estaba preparada para discutir con ella —, pero lo que sí es asunto mío es que ahora estoy aquí fuera, en lugar de estar tranquilamente sentada a una mesa cenando contigo. Creo que me merezco una explicación, aunque todo este asunto no tenga nada que ver conmigo. —Me di cuenta de que ella estaba bastante alterada y, probablemente, yo no hacía más que contribuir a su enfado, pero dejar que se marchara sin más no era mi estilo. Yo prefería enfrentarme a la tormenta.
—Mira que eres... —No dijo lo que pensaba que era yo, sino que se limitó a aspirar aire con fuerza—.esta bien, tienes razón. No es justo, lo reconozco. ¿Tienes bastante con eso? De repente, se había vuelto otra vez fría y calculadora. Con esa actitud, no conseguiría nada de ella.
—¿Quieres ir a otro sitio? —le pregunté por segunda vez aquella noche, un poco mas calmada.
—No —me contestó de inmediato—. Ese era el error. Mi error —dijo, poniendo énfasis en sus palabras—. No suelo salir. — Aquello me sorprendió, teniendo en cuenta nuestro primer encuentro. Ella también se acordó y corrigió sus palabras —. Bueno, casi nunca. Y cuando salgo, no frecuento sitios como este —dijo, echando un vistazo a su alrededor.
—¿Estás buscando algo en concreto? — Yo había dado por sentado que se dirigía a su coche, pero se había quedado junto al aparcamiento, que en realidad no era más que una explanada en la carretera frente al restaurante, bajo un par de árboles.
—Una cabina telefónica —Su voz sonaba muy distante.
—¿Aquí? ¿En medio del bosque? ¿Para qué? —Me estaba empezando a cansar de hacerle tantas preguntas, pues ella sólo estaba dispuesta a facilitarme los datos indispensables. Me resultaba de lo más aburrido.
—Para llamar un taxi.
—¿No has venido en coche? — Probablemente, había llegado volando con sus invisibles alas de ángel. Me estaba volviendo un poco sarcástica, porque se me acababa la paciencia. Por lo menos, en esta ocasión me contestó.
—No tengo coche hace muy poco compre uno y se lo regale a mi hermana, los coches me parecen inútiles en new york ,con tanto trafico prefiero andar en taxi.
“hermana, tiene una hermana? Donde vivirá? ; luego No pude evitar echarme a reír. De repente, me acordé del anuncio de una marca italiana de café, en el que un hombre muy atractivo trata de seducir a su vecina con un cappuccino bien caliente, hasta que ella descubre que el hombre no tiene coche y pasa de él. Me fijé en la forma en que ella me estaba mirando y dejé de reírme. A ella no le parecía divertido.
—Perdona —dije, más serena—, es que me acabo de acordar de una cosa que... — Reflexioné un momento sobre si ella aceptaría que la llevara. Cabía dentro de lo posible, sí. Pero luego, claro, estaba la cuestión de dónde llevarla. A cualquier otra mujer, la habría invitado a tomar café en mi apartamento, pero... ¿a ella? Desde luego, ir a su casa era impensable.
—¿Me dejas que te haga de taxi? —me arriesgué a preguntarle.
—¿Tú? —Apartó la mirada del árbol que levaba rato contemplando y se volvió hacia mí. Bueno, vale, seguramente yo no había nacido para taxista pero, en cualquier caso, ella me observó con incredulidad.
—Sí, yo. Tengo un coche. —Pensé otra vez en el italiano y sonreí, pues el chico lo hacía muy bien—. Y además, por muy difícil que resulte de creer, lo tengo aquí. Me observó conseriedad.
—No quiero que te desvíes por mi culpa. ¿Desviarme? Ah, claro, ella no lo sabía...
—Vivo muy cerca de tu casa, allí mismo en el upper east side, si te refieres a eso —le expliqué. Era obvio que quería irse a casa, así que no valía la pena perder el tiempo con alguna otra proposición.
—¿Ah, sí? —No pareció que aquel dato le interesara gran cosa, pero yo ya no soportaba más aquella situación: si no me quedaba más remedio que dejarla marchar, quería terminar con todo aquello de una vez.
—Tengo el coche allí. —Le señalé con el brazo un coche que estaba a la izquierda y eché a andar sin esperar su respuesta. Cuando abrí la puerta del conductor, eché un vistazo por encima del hombro y la vi
a tres pasos de distancia. Rodeé el coche y abrí la otra puerta. Me miró y me sonrió con amabilidad.
—Qué galante —comentó. Con una hermosa sonrisa Por lo menos, parecía que empezaba a tomarme en serio otra vez. Sin embargo, sabía que estaba perdida si ella empezaba a coquetear de nuevo.
Cerré la puerta rápidamente una vez ella se hubo sentado. Cuando subí al coche, me di cuenta de que al hacerle la oferta de llevarla se me había olvidado prestar atención a dos aspectos: uno, la inevitable proximidad física dentro de un coche; y dos, su magnetismo erótico. Ya en el patio del restaurante, un espacio abierto, había empezado a notar el efecto que ella producía en mí, pero dentro del coche, separadas tan sólo por unos centímetros, noté la calidez de sus muslos... Puse la marcha atrás y me comporté como si nada, pero el corazón me latía en la garganta.
Pensé en todos los ardientes besos de despedida que a lo largo de
mi vida había dado en el interior de coches, y me pregunté si ella también me obsequiaría uno. Para poder retroceder, tuve que poner el brazo sobre el respaldo de su asiento. Traté de no tocarla, pero noté cómo me invadía el calor de su cuerpo. La cosa se estaba poniendo interesante... Menos mal que el trayecto no era muy largo. Conduje concentrada por completo en la sinuosa carretera que atravesaba los bosques de la ladera de la montaña. Todo estaba muy tranquilo y oscuro. Sólo los faros del coche iluminaban la noche, frente a nosotras. Cuando ya casi habíamos legado, ella se aclaró la garganta.
—Creo que tengo que explicarte algo — dijo.
—No tienes que explicarme nada. —Quería mostrarme indiferente, para mantener la distancia. Si se me acercaba un poco, me lanzaría sobre ella.
—Ya lo sé. —Al parecer, había llegado a una conclusión, aunque no le resultaba fácil—. Como te he dicho antes, salgo muy poco. De vez en cuando voy al hotel, cuando... —Ya estábamos otra vez. Había cosas de las que no quería hablar—. Pero nunca en un lugar público prosiguió, sin haber terminado la frase—. Así que, para empezar, jamás tendría que haber aceptado tu invitación.—Por lo menos, eso explicaba por qué le había costado tanto decidirse. Pensé que aquello era todo lo que quería decir, pero después añadió algo más—. Pero eres tan insistente... —Oí su risa, aunque no podía mirarla porque tenía que concentrarme en la carretera. Acabábamos de entrar en la ciudad y circulábamos por una calle relativamente recta. Frente a nosotras había otro restaurante. En realidad, aquella era una zona turística.
—Por favor, para aquí —dijo. Probablemente, se había dado cuenta de que prefería recorrer a pie el resto del camino antes que abrirse un poco más conmigo. Era bastante difícil entenderla. Encontré un sitio para aparcar y me detuve. Esperaba que ella saliera del coche, pero no se movió. No me atrevía a mirarla, pero la necesidad de tocarla crecía en mi interior. Haciendo un gran esfuerzo, me dediqué a mirar a través del parabrisas, al tiempo que apretaba los dientes. “Oh, qué más da —me dije—. Puede irse cuando quiera”.
—Me gustaría besarte —dije, contemplando el reflejo de los faros frente a mí. De repente, vi su mano junto al volante. Un instante después, apagó los faros.
—Pues hazlo —dijo. Me quedé paralizada. Me rozó levemente la pierna, apenas un instante, al apartar la mano del volante, y noté cómo me ardía la piel allí donde ella me había tocado.
[continuara…]
Restaurante
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Auto de Brittany
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bueno chicas ese a sifo el capitulo de hoy esten pendiente para la proxima actualizacion y no se olviden comentar dejan saber sus opiniones y lo que mas les gusta de cada capitulo .... besos a todas muuuaaakkk
mcmahonnn- |******|
- Mensajes : 265
Fecha de inscripción : 12/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Hola, no recuerdo si ya había comentado, primero me parece original la idea y la trama de la historia, la manera en que relatas me gusta mucho y te diré a veces creo que estoy leyendo mis pensamientos cuando leo los de brittany, me identifico mucho con su manera de ser, sus comentarios y esa dosis de sarcasmo que tiene incluso con ella misma. De Santana, simplemente es perfecta, como seduce con cada gesto y palabra me encanta. No puedo comentar siempre pero ten por seguro que seguiré leyendo. Un abrazo.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
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