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FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
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Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
OMG OMG PERO COMO LO DEJAS AHI!!? T.T
waw... dos caps en un solo dia :3 gracias, aunque si quieres poner un 3ro estaria genial...
e....e adoro la santana haciendose la dura pero al tiempo coqueteandole jajajajaja
I LIKE IT!
waw... dos caps en un solo dia :3 gracias, aunque si quieres poner un 3ro estaria genial...
e....e adoro la santana haciendose la dura pero al tiempo coqueteandole jajajajaja
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Cleeky- Special Gleek
- Mensajes : 396
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
jajajaja pero que intriga quedo en la parte mas interesante
me encanta Brittany de tierna y Santana de difícil pero yo se que a ella también le gusta
por cierto gracias poR poner dos capítulos en un solo día
espero la actualizacion
me encanta Brittany de tierna y Santana de difícil pero yo se que a ella también le gusta
por cierto gracias poR poner dos capítulos en un solo día
espero la actualizacion
santanalove1014- - Mensajes : 1113
Fecha de inscripción : 29/01/2013
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
¡NO PUEDES CORTARLA ASI! T.T
Leí ahora los dos ultimos caps y me han encantado, sobre todo el ultimo.
Pobre Britt, sus celos casi siempre ssalen a relucir Aunque e sbastante lógico dado la situación.
Y el final asdfdsasdfdasdfdssdf eres cruel por dejarlo así ¬__¬ ya quiero ver que pasará despues *w*
Espero tu proxima actu :3
Invitado- Invitado
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
MC... aqui toy... esq estaba en el chat, tu sabes XD
wow... com ya te dije Pobre BRITT... pero San ya no esta siendo tan dura con ella :)
cuand San se iba del resto, dije ¬¬ San no hagas eso a Britt..jajajja XD
ya sabes MC, sig l fic... y si te estoy comentand eh.
saludos XD
PD. no me gustó el auto de Britt ¬¬..... XD
wow... com ya te dije Pobre BRITT... pero San ya no esta siendo tan dura con ella :)
cuand San se iba del resto, dije ¬¬ San no hagas eso a Britt..jajajja XD
ya sabes MC, sig l fic... y si te estoy comentand eh.
saludos XD
PD. no me gustó el auto de Britt ¬¬..... XD
Invitado- Invitado
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Amo este FF!!!! Muuuy bueno!!
Amo que actualices rapido ajajjajaj
Saludoss..!!
Amo que actualices rapido ajajjajaj
Saludoss..!!
Dai15***** - Mensajes : 242
Fecha de inscripción : 20/12/2012
Edad : 33
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Si seguis a este ritmo no va a hacer falta que te secuestre... jajaja MIL GRACIAS por actualizar tan rapido !!!! de verdad que nos tenes muy consentidas , no se como vamos a hacer cuando dejes de actualizar tan seguido ( ah ya se ... ahi te secuestro... jejeje)
ayyyyyy la verdad es que Brittany es un angel.... no se como hace para mantener la paciencia con Santana cuando ella se cierra tanto.... si bien la entiendo , es exasperante... jajaja. Sin embargo, me gustó que se haya relajado un rato durante la cena...aunque despues se haya cruzado a esa clienta... Grrrrrrr
Tanto me cuesta descifrar los pensamientos de Santana , que no se si esta coqueteando con Brittany por "trabajo" o por que realmente le gusta ... así como espero que entienda, o se de una idea , de q las intenciones de Britt son sinceras....
bueno , como te daras cuenta, mi cabeza es un embrollo al igual q la pobre Brittany
espero leer rapido otra actu !!!! :D
Saludos!
ayyyyyy la verdad es que Brittany es un angel.... no se como hace para mantener la paciencia con Santana cuando ella se cierra tanto.... si bien la entiendo , es exasperante... jajaja. Sin embargo, me gustó que se haya relajado un rato durante la cena...aunque despues se haya cruzado a esa clienta... Grrrrrrr
Tanto me cuesta descifrar los pensamientos de Santana , que no se si esta coqueteando con Brittany por "trabajo" o por que realmente le gusta ... así como espero que entienda, o se de una idea , de q las intenciones de Britt son sinceras....
bueno , como te daras cuenta, mi cabeza es un embrollo al igual q la pobre Brittany
espero leer rapido otra actu !!!! :D
Saludos!
Nayaismyheart** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 28/08/2012
Edad : 34
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Ohhhhh pero que malita eres como lo dejas ahiii pobre briit, san la va a volver loca, ya esto entendiendo un poco la actitud de san... ella como que se abre un poco con britt pero luego al darse cuenta como que vuelve de nuevo a cerrarse Me encanta como dijo ese 'Pues Hazlo' sin chistar y sin pensarselo dos veces, seria lindo que pasaran la noche juntaaaaaas siii eso seria super ... que san se dejara llevar y lo hagan de nuevo pero que no trata a britt como una clienta mas
Hasta la proxima, esperare ansiosa el proxima cap... Me encanta que actualizes muy seguido!
Hasta la proxima, esperare ansiosa el proxima cap... Me encanta que actualizes muy seguido!
aria- - Mensajes : 1105
Fecha de inscripción : 03/12/2012
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Santana es tan sexy que me la imagino frente de mi *o*
No me importa nada solo quiero saber que es lo q verdaderamente siente Santana y que pasara en ese coche xD
Asi q no te olvides de actualizar mañana :D
Besos , me tienes adicta a tu fic :*
No me importa nada solo quiero saber que es lo q verdaderamente siente Santana y que pasara en ese coche xD
Asi q no te olvides de actualizar mañana :D
Besos , me tienes adicta a tu fic :*
Twinkle Dani-*-* - Mensajes : 3020
Fecha de inscripción : 23/03/2012
Edad : 29
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Hola :DDDD sabes tu Fic es genial :D lo ameee solo que lo leí desde el cel y no te comente pero espero con muchas ansias la actualización, infinitas gracias por hacerlo fue lo que me impidió dormir ayer y terminar mi tarea de Calculo xD Jajajjaajaja Saludos :D
angelicarestrepo***** - Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 13/05/2012
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Me gusta me gusta, este fic me gusta jaja, ya cuando santana se enamora de brittany ya quiero ver eso
Nicoll* - Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 26/01/2013
Edad : 29
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Yo creo que el problema de Santana es q teme enamorarse por eso huye de Brittany :-) siguelo prontoo , un beso
Lydia7********- - Mensajes : 617
Fecha de inscripción : 24/08/2011
Edad : 32
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
jajajaja Brittany no pega ni una!!!!! Que bajon que la cena fue un fiasco!!!!! Me da un poco de pena!!!!! Espero la actu!!! Kiss!!!
Heather_Rivera***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 31/12/2012
Edad : 31
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Wow!! Fue realmente lindo en verdad!
Tengo muchas dudas aún sobre el comportamiento de Santa! Pero bueno
me encanto lo último! Britt es muy... jajaja me mataba imaginando que pensaría San! quiero que su beso llegue a más pero en un auto creo que no!!
Aún así me tienes enamorada a tu Finc sinceramente! gracias por ser tan tan tan tú!!!
Espero tú actualización preciosa y bueno el Flash Back de Sann!!
Besos chao!!
Tengo muchas dudas aún sobre el comportamiento de Santa! Pero bueno
me encanto lo último! Britt es muy... jajaja me mataba imaginando que pensaría San! quiero que su beso llegue a más pero en un auto creo que no!!
Aún así me tienes enamorada a tu Finc sinceramente! gracias por ser tan tan tan tú!!!
Espero tú actualización preciosa y bueno el Flash Back de Sann!!
Besos chao!!
Fatiiu** - Mensajes : 61
Fecha de inscripción : 18/02/2013
Edad : 28
Mi reina de la noche
holaa chicas aqui llego de nuevo yo con un nuevo capitulo me hace feliz que les guste gracias por todos sus comentarios no las haré esperar mas. de verdad que las consiento jajaja
bueno chicas eso es todo flashback en el próximo capitulo así que estén pendiente de la nueva actualización y como siempre les digo comenten por favor dejen saber sus opiniones ok? besoss muaakk
Capítulo 8
—Me gustaría besarte —dije
—Pues hazlo — Me rozó levemente la pierna, apenas un instante, al apartar la mano del volante, y noté cómo me ardía la piel allí donde ella me había tocado.
—¿Me creerás si te digo que acostarme contigo no es el motivo por el cual te invité a salir? —dije, volteándome hacia ella.
—No —en su voz aún se detectaba el rastro de una sonrisa—, pero da igual. —¡No, a mí no me daba igual! Sin embargo, su proximidad y su buena disposición anularon por completo mi autocontrol. Me incliné sobre ella y busqué su cuello con los labios. Ella apoyó una mano en mi hombro y lo acarició muy despacio. Mientras saboreaba la textura sedosa de su piel, deslicé poco a poco la mano hasta encontrar su pecho. Ella gimió en voz baja. Busqué su boca y me di cuenta de que me estaba esperando. Nuestras lenguas se encontraron y ella me abrazó; me atrajo tanto como pudo en un espacio tan reducido como era el interior del coche. Después apartó un brazo y tanteó en busca de la palanca para reclinar el asiento. Dejé de besarla de inmediato.
—No pretenderás... —dije—. ¿Aquí?
—¿Por qué no? —Seguramente, lo hacía en esas condiciones mucho más a menudo que yo. En cualquier caso, a mí me parecía de lo más incómodo. Aún notaba en los labios el calor de sus besos y supuse que ella tenía recursos más que suficientes para hacerme olvidar dónde nos hallábamos. Al mismo tiempo, sin embargo, me di cuenta de que no me había creído. Volví a sentarme en mi asiento.
—En serio, este no es el motivo por el cual te invité a salir —refunfuñé, mientras ponía el coche en marcha. Antes de que ella pudiera reaccionar, estábamos ya circulando de nuevo por la calle.
—Me parece que ni tú te lo crees — contestó. Tenía razón, pero yo no estaba dispuesta a admitirlo. En lugar de eso, lo que hice fue tratar de averiguar algo más sobre ella.
—¿Por qué no me crees? ¿Por qué piensas que lo único que quiere la gente es acostarse contigo? —La verdad es que no sabía muy bien adónde pretendía llegar con esas preguntas, pero al menos servirían para distraerme de mis pensamientos lujuriosos. Sin embargo, su respuesta me dejó perpleja.
—Porque es la verdad —dijo. Pronunció esas palabras con una calma y una naturalidad espantosas. Si realmente estaba convencida de lo que decía... ¿qué efecto debía de tener eso en su autoestima, o en su concepción de la vida? De repente, sentí frío. Me habría sentido más tranquila si hubiera tenido la impresión de que lo que decía hacía referencia únicamente a sus clientas. En ese caso, su afirmación habría estado plenamente justificada, pero a mí me sonó como una observación en general, una observación referida a todas sus relaciones y no sólo a las profesionales. Por eso me resultó tan preocupante. Desvié la vista de la carretera unos instantes para mirarla a ella.
—Eres una mujer muy deseable, de eso no me cabe ninguna duda —afirmé finalmente —, pero también posees otras cualidades. Soltó una breve y sonora carcajada.
—¿Ah, sí? ¿Cuáles? —me piló totalmente por sorpresa. Yo sabía lo que sentía por ella, pero aún me faltaba averiguar qué había más allá de mis sentimientos, así que tuve que pensar un poco—.¿Lo ves? —dijo—. A ti tampoco se te ocurre ninguna. —Por un lado, parecía complacida, pues yo acababa de demostrar lo que ella sabía perfectamente. Por el otro, en su diagnóstico se detectaba cierta resignación. Tal vez en cierta manera había deseado que yo fuera capaz de mostrarle una alternativa que ella pudiera tener en cuenta, pero yo había fracasado.
—Eso es una tontería —protesté, más preocupada por mi falta de aplomo que por la confirmación de su autoevaluación.
—Bueno, bueno. —Parecía más interesada por tranquilizarme a mí que por tranquilizarse a sí misma—. No te preocupes. —Estaba tan desilusionada que me invadió una profunda emoción. Sin embargo, y como me sucedía con la mayoría de causas perdidas, mi espíritu luchador salió a relucir.
—Pues la verdad es que me gustaría preocuparme —le expliqué, muy despacio. Era consciente del riesgo que suponía acercarme tanto, pues podía sentirse incómoda. De ser así, me apartaría definitivamente y me impediría volver a acercarme. Soltó otra carcajada irónica.
—¿Por qué? —me preguntó, en tono de desdén.
—Porque creo que vale la pena. No dijo nada y yo no pude sacar ninguna conclusión de su reacción, excepto que no me había contestado, claro. Seguí conduciendo en silencio a través de la oscuridad, interrumpida sólo de vez en cuando por el débil resplandor
de alguna que otra farola. Me habría encantado mirarla, pero tenía
que seguir prestando atención a la carretera. Al cabo de poco tiempo, llegamos a las cercanías de su apartamento. Encontré un sitio para aparcar justo delante de la entrada de la calle peatonal.
—Bueno —dije, mientras apagaba el motor—. Lo siento, señora, pero no puedo acercar más el vehículo, porque es una zona peatonal —bromeé para evitar permanecer allí sentada y tener que soportar aquel espantoso silencio. Jamás he podido soportar esa clase de silencios tensos. A lo mejor teníamos algo en común... Como ella no dijo nada y tampoco parecía tener intención alguna de salir del coche, volví a intentarlo—. Tienen unas costumbres muy misteriosas a la hora de
llevarse los vehículos no autorizados —me estremecí—, como por ejemplo la Tortura de la Grúa.
—¿Por qué haces esto? —me preguntó. Ahora que no estaba conduciendo, me di cuenta de que ella tenía la cabeza baja. No levantó la vista, ni siquiera para responder a mi comentario. En realidad, no sabía muy bien a qué se refería y, por algún motivo, empecé a temer por mi propio valor. ¿Y si con mi actitud lo había estropeado todo? No me quedó más remedio que preguntárselo.
—¿Qué quieres decir?
—Tú también me dejarás algún día, también te iras — dijo, en voz baja. Su dramatismo me impresiono un poco.
—si me dieras una oportunidad santana, ni siquiera pensaría en hacerlo. —Lo dije con tanta amabilidad que mi miedo quedó disimulado. La conocía tan poco, sabía tan poco acerca de ella, que cualquier destello fugaz de su forma de ser era como un viaje hacia la oscuridad del universo. La verdad es que todo aquello apuntaba hacia una gran catástrofe. Y lo único que podía hacer era tratar de ahuyentar el miedo, como un niño que baja a un sótano oscuro. Ella permaneció inmóvil.
—¿Quieres... —la voz se me estaba empezando a poner ronca, así que tuve que aclararme la garganta— quieres que nos quedemos aquí fuera? Se sobresaltó ligeramente, como si acabara de despertarse de un sueño.
—No, no, claro que no. Discúlpame, por favor. Estoy segura de que quieres irte a casa. — Yo no estaba tan segura. Más bien todo lo contrario. Ella se volvió hacia la puerta y la abrió. Yo salí a toda prisa y rodeé el coche.
—Ah —dijo ella, con cara de asombro —. Se me había olvidado lo galante que eres. —Sonrió discretamente.
—Más que galante, bien educada, o sea, que no tiene ningún mérito.
En realidad, no tenía intención alguna de iniciar un debate sobre mis modales .Se recostó en el coche y me miró. Con uno de sus característicos movimientos elegantes , se apartó del coche, se acercó a mí y yo sentí, de repente, la necesidad de huir. Puro instinto, como los animales salvajes, pero era demasiado tarde, porque ella ya había
llegado hasta donde estaba yo. Se dejó caer sobre mí y noté la suavidad de sus pechos, la irresistible presión de su cuerpo contra el mío.
—Da igual, a mí me gusta que seas galante —me susurró al oído—. Hacía mucho tiempo que no me trataban tan bien. — La rodeé con mis brazos y ella se acurrucó aún más contra mi cuerpo.
—Ven conmigo —susurro a mí oído. Yo aún no estaba dispuesta a admitir que aquel era el final que había soñado para la noche pues, en realidad, estaba segura de que ella deseaba justo lo mismo. Sin embargo, ella era capaz de leerme la mente—.Te creo —me dijó, con una dulzura increíble. Y yo deseaba creer que me creía.
Me aparté suavemente de ella y cerré el coche. Ella ya estaba junto a la puerta de entrada del edificio, a pocos metros de mí. Mientras esperábamos el ascensor, me puso una mano en la nuca, me atrajo hacia ella y me dio un besito de lo más provocativo . Sus labios rozaron los míos fugazmente, apenas los acarició con la punta de la lengua. Antes de que yo tuviera tiempo de separarlos para proseguir con el beso, ya se había apartado de mí.
—Oh, eres muy mala —protesté. Me obsequió una risa seductora.
—Sí, ya lo sé. Pero eso aumenta la excitación, ¿no? —“Como si fuera necesario”, pensé. Cuando llegamos a su apartamento, dio unos cuantos pasos hacia el interior y luego se volteó para mirarme.
—Me gustaría cambiarme de ropa y ponerme algo más cómodo. ¿Te importa? Fue como si de repente se hubiera alzado un muro entre nosotras. Me sentí incapaz de tocarla, aunque estaba justo frente a mí.
Pero... ¿es que yo era tonta o qué? Tendría que habérmelo imaginado. En cuanto entraba en aquella habitación... Todo lo que tuviera que ver con el sexo, para ella era sólo trabajo, aunque hubiera empezado como un juego. Y yo ya estaba harta de jugar al gato y al ratón. ¿Es que no había otra manera de hacer las cosas?
.—¿Por qué me preguntas eso? — repliqué—. ¿Qué más da lo que yo diga, qué tiene que ver con lo que tú finalmente decidas hacer?
El hecho de yo haberme desnudado al instante no le habría causado más sorpresa que mis palabras. En realidad, hubiera sido un comportamiento mucho más normal por mi parte. Aunque esa noche ella ya había aprendido unas cuantas cosas sobre mí que no acababan de encajar con su patrón habitual, parecía dispuesta a seguir adelante con la misma rutina de siempre. En cualquier caso,
me observó como si mi reacción la hubiera pillado con la guardia baja.
—¿Prefieres que me quede como estoy? — ¡Otra vez no! En parte, ese era el motivo de todos nuestros problemas. El otro motivo era yo, eso estaba claro. Sencillamente, nuestras sensibilidades no acababan de encajar bien, lo cual complicaba bastante la comunicación entre nosotras.
Llevaba un encantador vestido veraniego de crepé de China que hacía un conjunto perfecto con sus ojos —sí, ahora ya lo sabía cafés . Se trataba de esa clase de vestido que sólo les queda bien a las mujeres de piel morena. Siempre me habían dado mucha envidia las mujeres de esa tonalidad de piel , desde que iba al colegio. Sin embargo, que se lo quitara o se lo dejara puesto, que se pusiera otra cosa o no... bueno, no era yo quien debía decidirlo. En cualquier caso, no en ese momento.
—No me has escuchado —afirmé.
—Sí que te he escuchado. —Estaba visiblemente nerviosa, aunque hacía esfuerzos por mantener el control
—. Pero no me lo estás poniendo fácil.
—Esa no es la cuestión. —Finalmente, había encontrado un plano en el que el entendimiento mutuo parecía posible—. Me gustaría que las cosas fueran distintas, créeme.
—¿Y qué es lo que quieres, entonces? — Ahora parecía bastante enfadada, tal vez incluso muy cansada, aunque no era muy tarde.
Quién sabe cómo le había ido la semana. Quizás había sido mucho más estresante de lo que yo podía llegar a imaginar en mis peores pesadillas. Suavicé un poco el tono de mi voz, pero después recordé qué clase de actividades podían haber causado ese estrés y mis buenos modales desaparecieron de nuevo.
—Esa es una buena pregunta, y la verdad es que me la he hecho muchas veces. Si supiera la respuesta, probablemente ahora no estaría aquí. —¿Por qué tenía yo que ponerle las cosas fáciles, si ella no me las ponía a mí? Se acercó al sofá y dejó caer el bolso. Después se quitó los finos guantes de verano que llevaba y los dejó caer también. Mientras lo hacía, se volvió a medias hacia mí y me observó de reojo. Parecía una escena sacada de una película.
—Muy bien —dijo. Se sentó en el sofá y cruzó las piernas—. ¿Y ahora qué?
—Me gustaría mantener una conversación contigo —dije, con tanta
naturalidad, que parecía como si en ningún momento hubiese deseado otra cosa.
—Una conversación. —Ni siquiera una bandada de cuervos sobrealimentados a los que alguien arrojara un único grano se habrían
comportado de forma tan desdeñosa.
—¿Tan extraño es? —Su reacción me había vuelto a poner nerviosa, pues tenía la costumbre de dudar de todo lo que yo daba por sentado, por ejemplo, la idea de que las personas charlasen antes de acostarse juntas. Sin embargo, no quería demostrarle que me ponía nerviosa, así que me limité a esperar su respuesta. No me contestó inmediatamente.
—Un poco sí —dijo por fin.
—Lo cual nos lleva de nuevo al tema de antes —contesté, en tono alegre. Pero en realidad me sentía muy triste. No sabía que poseía tanto talento para la interpretación. Ella se había rodeado de un muro alto e impenetrable, en el cual no había ninguna grieta que me permitiese entrever su yo interior.
—¿Al tema de antes? —dijo, arrugando la frente.
—Ajá. Desde el principio, tú has pensado que esta cita era bastante rara. Y al parecer, en algún momento también has pensado que
yo misma soy un poco rara. —Aquella obstinación suya no podía durar mucho más, o acabaría conmigo antes de poder ver la luz al final del túnel.
—Tienes razón. En algún momento lo he pensado. —Me obsequió una sonrisa tan seductora, que a su lado la Mona Lisa no era
más que una monjita risueña.
—¿Por qué crees que te he invitado a salir?
—Oh, por favor —suspiró, rodando los ojos—, otra vez no.
—Sí, otra vez sí. Ese el quiz de la cuestión —dije, sin piedad—.Así que... ¿por qué? Suspiró de nuevo.
—¿Qué quieres oír? —Por su tono de voz, adiviné que estaba dispuesta a decirme lo que fuera con tal de que yo cambiara de tema.
—Algo convincente —dije—. Algo que sea verdad.
—¡Madre mía! —Se echó a reír, aunque su risa era sarcástica—. ¿Y no tienes ningún otro deseo? —Se inclinó un poco hacia mí—.¿Algún deseo que yo pueda hacer realidad? —Adoptó un tono muy sugerente.
—Estás intentando distraerme — contesté, un tanto inquieta. Me di cuenta de que sus técnicas producían efecto a una velocidad asombrosa, por mucho que yo tratara de refugiarme tras mis defensas
mentales.
—¿Y por qué no? —Había detectado al momento mi vacilación.
Acentuó un poquito más sus técnicas de seducción. Se puso en pie y se acercó a mí—. Hay miles de cosas que podríamos hacer para
divertirnos. Retrocedí hacia la puerta y alcé un brazo.
—Cuidado —dije—, si das otro paso, me marcho. A lo mejor es eso lo que quieres; si no lo es, será mejor que te quedes donde estás.
Cuando estudiaba Teoría de la Comunicación en la universidad, no me
enseñaron a enfrentarme a situaciones como la que estaba viviendo en esos momentos. Una vez más, mi educación no me había servido
para obtener información práctica. Las cosas importantes de la vida las había aprendido a través de la experiencia. Se echó a reír y se quedó quieta.
—Muy bien, como quieras —aceptó, en tono alegre—. Pero así no vamos a llegar a ninguna parte. —Me observó mientras en su rostro aparecía una sonrisa.
—Eso depende de adónde queramos llegar —dije. Traté de reprimir un suspiro de alivio.
—Yo también empiezo a preguntármelo.—Su tono de voz era distinto, parecía más serio. Dio medio vuelta y se alejó hacia el sofá, pero después cambió de idea y se sentó en la cama. Se puso cómoda y me indicó el otro sillón—. En estos momentos, no soy peligrosa. —Me sonrió—. Siéntate.
Yo no estaba segura de sí podía creerla o no, pues su “no soy peligrosa” a mí me parecía una bomba atómica desactivada, pero estaba agotada de tanto dar vueltas en torno a la posibilidad de alcanzar el entendimiento mutuo. Sin embargo, me alegré de poder sentarme y obedecí. Estábamos sentadas a una distancia prudencial la una de la otra. De esta forma, podía mirarla directamente a los ojos sin tener que hacer grandes esfuerzos. Ella me observó con una mirada interrogante, dispuesta a no asumir el control. A aquellas alturas, probablemente se había dado cuenta de que ya no poseía el mando.
—Me gustaría saber algo más sobre ti — empecé a decir, .aunque con voz entrecortada. Sin embargo, no me dio tiempo a proseguir, ya que me interrumpió con un gesto vago.
—exactamente qué quieres saber de mí? Cual es min color favorito o como llegue a ser prostituta? — estaba dispuesta a contarme como empezó con esto? Esta era mi oportunidad de saberlo
—Quiero saber Lo segundo le dije pero al instante me arrepentí
—Entonces presta mucha atención —me dijo—te lo voy a contar todo. Eso es lo que quieres, ¿no? —Por la expresión de su voz, supe que ya había previsto mi respuesta. —Sí —afirmé. Aunque mi mayor deseo era saberlo todo Me pregunté si valía la pena satisfacer mi curiosidad. Seguía mirándome, muy tranquila. No parecía que hubiera mucho peligro, pero aun así..
.—. No es necesario que me cuentes nada, si no quieres. Movió ligeramente la cabeza, como si fuera incapaz de decidir si aceptaba o no aquella oferta de actuar libremente. Después fijó de nuevo en mí su mirada. Se sentó muy derecha en la cama, con los hombros rectos
—Quiero contártelo. Siempre me ha resultado muy doloroso y siempre lo he reprimido, pero quizás esta sea mi última oportunidad de aclarar quién soy y por qué antes de arrepentirme. Pero ¿Te gustaría oírlo? Me observó de nuevo con expectación, aunque no parecía muy inquieta. ¿Debía arriesgarme? Finalmente, tomé una decisión.
—Sí —asentí rápidamente—, me gustaría. ¿Era mi curiosidad la que se había impuesto o había algo más? No estaba muy segura. Sin embargo, ¿era imprescindible entender todos mis actos y ser responsable de ellos? Todo lo que descubriera de ella podía ayudarme a entenderla mejor y, al fin y al cabo, era lo que yo deseaba. Me acerqué lentamente al sofá y me senté a su lado, mirándola expectante.
—Pues hazlo — Me rozó levemente la pierna, apenas un instante, al apartar la mano del volante, y noté cómo me ardía la piel allí donde ella me había tocado.
—¿Me creerás si te digo que acostarme contigo no es el motivo por el cual te invité a salir? —dije, volteándome hacia ella.
—No —en su voz aún se detectaba el rastro de una sonrisa—, pero da igual. —¡No, a mí no me daba igual! Sin embargo, su proximidad y su buena disposición anularon por completo mi autocontrol. Me incliné sobre ella y busqué su cuello con los labios. Ella apoyó una mano en mi hombro y lo acarició muy despacio. Mientras saboreaba la textura sedosa de su piel, deslicé poco a poco la mano hasta encontrar su pecho. Ella gimió en voz baja. Busqué su boca y me di cuenta de que me estaba esperando. Nuestras lenguas se encontraron y ella me abrazó; me atrajo tanto como pudo en un espacio tan reducido como era el interior del coche. Después apartó un brazo y tanteó en busca de la palanca para reclinar el asiento. Dejé de besarla de inmediato.
—No pretenderás... —dije—. ¿Aquí?
—¿Por qué no? —Seguramente, lo hacía en esas condiciones mucho más a menudo que yo. En cualquier caso, a mí me parecía de lo más incómodo. Aún notaba en los labios el calor de sus besos y supuse que ella tenía recursos más que suficientes para hacerme olvidar dónde nos hallábamos. Al mismo tiempo, sin embargo, me di cuenta de que no me había creído. Volví a sentarme en mi asiento.
—En serio, este no es el motivo por el cual te invité a salir —refunfuñé, mientras ponía el coche en marcha. Antes de que ella pudiera reaccionar, estábamos ya circulando de nuevo por la calle.
—Me parece que ni tú te lo crees — contestó. Tenía razón, pero yo no estaba dispuesta a admitirlo. En lugar de eso, lo que hice fue tratar de averiguar algo más sobre ella.
—¿Por qué no me crees? ¿Por qué piensas que lo único que quiere la gente es acostarse contigo? —La verdad es que no sabía muy bien adónde pretendía llegar con esas preguntas, pero al menos servirían para distraerme de mis pensamientos lujuriosos. Sin embargo, su respuesta me dejó perpleja.
—Porque es la verdad —dijo. Pronunció esas palabras con una calma y una naturalidad espantosas. Si realmente estaba convencida de lo que decía... ¿qué efecto debía de tener eso en su autoestima, o en su concepción de la vida? De repente, sentí frío. Me habría sentido más tranquila si hubiera tenido la impresión de que lo que decía hacía referencia únicamente a sus clientas. En ese caso, su afirmación habría estado plenamente justificada, pero a mí me sonó como una observación en general, una observación referida a todas sus relaciones y no sólo a las profesionales. Por eso me resultó tan preocupante. Desvié la vista de la carretera unos instantes para mirarla a ella.
—Eres una mujer muy deseable, de eso no me cabe ninguna duda —afirmé finalmente —, pero también posees otras cualidades. Soltó una breve y sonora carcajada.
—¿Ah, sí? ¿Cuáles? —me piló totalmente por sorpresa. Yo sabía lo que sentía por ella, pero aún me faltaba averiguar qué había más allá de mis sentimientos, así que tuve que pensar un poco—.¿Lo ves? —dijo—. A ti tampoco se te ocurre ninguna. —Por un lado, parecía complacida, pues yo acababa de demostrar lo que ella sabía perfectamente. Por el otro, en su diagnóstico se detectaba cierta resignación. Tal vez en cierta manera había deseado que yo fuera capaz de mostrarle una alternativa que ella pudiera tener en cuenta, pero yo había fracasado.
—Eso es una tontería —protesté, más preocupada por mi falta de aplomo que por la confirmación de su autoevaluación.
—Bueno, bueno. —Parecía más interesada por tranquilizarme a mí que por tranquilizarse a sí misma—. No te preocupes. —Estaba tan desilusionada que me invadió una profunda emoción. Sin embargo, y como me sucedía con la mayoría de causas perdidas, mi espíritu luchador salió a relucir.
—Pues la verdad es que me gustaría preocuparme —le expliqué, muy despacio. Era consciente del riesgo que suponía acercarme tanto, pues podía sentirse incómoda. De ser así, me apartaría definitivamente y me impediría volver a acercarme. Soltó otra carcajada irónica.
—¿Por qué? —me preguntó, en tono de desdén.
—Porque creo que vale la pena. No dijo nada y yo no pude sacar ninguna conclusión de su reacción, excepto que no me había contestado, claro. Seguí conduciendo en silencio a través de la oscuridad, interrumpida sólo de vez en cuando por el débil resplandor
de alguna que otra farola. Me habría encantado mirarla, pero tenía
que seguir prestando atención a la carretera. Al cabo de poco tiempo, llegamos a las cercanías de su apartamento. Encontré un sitio para aparcar justo delante de la entrada de la calle peatonal.
—Bueno —dije, mientras apagaba el motor—. Lo siento, señora, pero no puedo acercar más el vehículo, porque es una zona peatonal —bromeé para evitar permanecer allí sentada y tener que soportar aquel espantoso silencio. Jamás he podido soportar esa clase de silencios tensos. A lo mejor teníamos algo en común... Como ella no dijo nada y tampoco parecía tener intención alguna de salir del coche, volví a intentarlo—. Tienen unas costumbres muy misteriosas a la hora de
llevarse los vehículos no autorizados —me estremecí—, como por ejemplo la Tortura de la Grúa.
—¿Por qué haces esto? —me preguntó. Ahora que no estaba conduciendo, me di cuenta de que ella tenía la cabeza baja. No levantó la vista, ni siquiera para responder a mi comentario. En realidad, no sabía muy bien a qué se refería y, por algún motivo, empecé a temer por mi propio valor. ¿Y si con mi actitud lo había estropeado todo? No me quedó más remedio que preguntárselo.
—¿Qué quieres decir?
—Tú también me dejarás algún día, también te iras — dijo, en voz baja. Su dramatismo me impresiono un poco.
—si me dieras una oportunidad santana, ni siquiera pensaría en hacerlo. —Lo dije con tanta amabilidad que mi miedo quedó disimulado. La conocía tan poco, sabía tan poco acerca de ella, que cualquier destello fugaz de su forma de ser era como un viaje hacia la oscuridad del universo. La verdad es que todo aquello apuntaba hacia una gran catástrofe. Y lo único que podía hacer era tratar de ahuyentar el miedo, como un niño que baja a un sótano oscuro. Ella permaneció inmóvil.
—¿Quieres... —la voz se me estaba empezando a poner ronca, así que tuve que aclararme la garganta— quieres que nos quedemos aquí fuera? Se sobresaltó ligeramente, como si acabara de despertarse de un sueño.
—No, no, claro que no. Discúlpame, por favor. Estoy segura de que quieres irte a casa. — Yo no estaba tan segura. Más bien todo lo contrario. Ella se volvió hacia la puerta y la abrió. Yo salí a toda prisa y rodeé el coche.
—Ah —dijo ella, con cara de asombro —. Se me había olvidado lo galante que eres. —Sonrió discretamente.
—Más que galante, bien educada, o sea, que no tiene ningún mérito.
En realidad, no tenía intención alguna de iniciar un debate sobre mis modales .Se recostó en el coche y me miró. Con uno de sus característicos movimientos elegantes , se apartó del coche, se acercó a mí y yo sentí, de repente, la necesidad de huir. Puro instinto, como los animales salvajes, pero era demasiado tarde, porque ella ya había
llegado hasta donde estaba yo. Se dejó caer sobre mí y noté la suavidad de sus pechos, la irresistible presión de su cuerpo contra el mío.
—Da igual, a mí me gusta que seas galante —me susurró al oído—. Hacía mucho tiempo que no me trataban tan bien. — La rodeé con mis brazos y ella se acurrucó aún más contra mi cuerpo.
—Ven conmigo —susurro a mí oído. Yo aún no estaba dispuesta a admitir que aquel era el final que había soñado para la noche pues, en realidad, estaba segura de que ella deseaba justo lo mismo. Sin embargo, ella era capaz de leerme la mente—.Te creo —me dijó, con una dulzura increíble. Y yo deseaba creer que me creía.
Me aparté suavemente de ella y cerré el coche. Ella ya estaba junto a la puerta de entrada del edificio, a pocos metros de mí. Mientras esperábamos el ascensor, me puso una mano en la nuca, me atrajo hacia ella y me dio un besito de lo más provocativo . Sus labios rozaron los míos fugazmente, apenas los acarició con la punta de la lengua. Antes de que yo tuviera tiempo de separarlos para proseguir con el beso, ya se había apartado de mí.
—Oh, eres muy mala —protesté. Me obsequió una risa seductora.
—Sí, ya lo sé. Pero eso aumenta la excitación, ¿no? —“Como si fuera necesario”, pensé. Cuando llegamos a su apartamento, dio unos cuantos pasos hacia el interior y luego se volteó para mirarme.
—Me gustaría cambiarme de ropa y ponerme algo más cómodo. ¿Te importa? Fue como si de repente se hubiera alzado un muro entre nosotras. Me sentí incapaz de tocarla, aunque estaba justo frente a mí.
Pero... ¿es que yo era tonta o qué? Tendría que habérmelo imaginado. En cuanto entraba en aquella habitación... Todo lo que tuviera que ver con el sexo, para ella era sólo trabajo, aunque hubiera empezado como un juego. Y yo ya estaba harta de jugar al gato y al ratón. ¿Es que no había otra manera de hacer las cosas?
.—¿Por qué me preguntas eso? — repliqué—. ¿Qué más da lo que yo diga, qué tiene que ver con lo que tú finalmente decidas hacer?
El hecho de yo haberme desnudado al instante no le habría causado más sorpresa que mis palabras. En realidad, hubiera sido un comportamiento mucho más normal por mi parte. Aunque esa noche ella ya había aprendido unas cuantas cosas sobre mí que no acababan de encajar con su patrón habitual, parecía dispuesta a seguir adelante con la misma rutina de siempre. En cualquier caso,
me observó como si mi reacción la hubiera pillado con la guardia baja.
—¿Prefieres que me quede como estoy? — ¡Otra vez no! En parte, ese era el motivo de todos nuestros problemas. El otro motivo era yo, eso estaba claro. Sencillamente, nuestras sensibilidades no acababan de encajar bien, lo cual complicaba bastante la comunicación entre nosotras.
Llevaba un encantador vestido veraniego de crepé de China que hacía un conjunto perfecto con sus ojos —sí, ahora ya lo sabía cafés . Se trataba de esa clase de vestido que sólo les queda bien a las mujeres de piel morena. Siempre me habían dado mucha envidia las mujeres de esa tonalidad de piel , desde que iba al colegio. Sin embargo, que se lo quitara o se lo dejara puesto, que se pusiera otra cosa o no... bueno, no era yo quien debía decidirlo. En cualquier caso, no en ese momento.
—No me has escuchado —afirmé.
—Sí que te he escuchado. —Estaba visiblemente nerviosa, aunque hacía esfuerzos por mantener el control
—. Pero no me lo estás poniendo fácil.
—Esa no es la cuestión. —Finalmente, había encontrado un plano en el que el entendimiento mutuo parecía posible—. Me gustaría que las cosas fueran distintas, créeme.
—¿Y qué es lo que quieres, entonces? — Ahora parecía bastante enfadada, tal vez incluso muy cansada, aunque no era muy tarde.
Quién sabe cómo le había ido la semana. Quizás había sido mucho más estresante de lo que yo podía llegar a imaginar en mis peores pesadillas. Suavicé un poco el tono de mi voz, pero después recordé qué clase de actividades podían haber causado ese estrés y mis buenos modales desaparecieron de nuevo.
—Esa es una buena pregunta, y la verdad es que me la he hecho muchas veces. Si supiera la respuesta, probablemente ahora no estaría aquí. —¿Por qué tenía yo que ponerle las cosas fáciles, si ella no me las ponía a mí? Se acercó al sofá y dejó caer el bolso. Después se quitó los finos guantes de verano que llevaba y los dejó caer también. Mientras lo hacía, se volvió a medias hacia mí y me observó de reojo. Parecía una escena sacada de una película.
—Muy bien —dijo. Se sentó en el sofá y cruzó las piernas—. ¿Y ahora qué?
—Me gustaría mantener una conversación contigo —dije, con tanta
naturalidad, que parecía como si en ningún momento hubiese deseado otra cosa.
—Una conversación. —Ni siquiera una bandada de cuervos sobrealimentados a los que alguien arrojara un único grano se habrían
comportado de forma tan desdeñosa.
—¿Tan extraño es? —Su reacción me había vuelto a poner nerviosa, pues tenía la costumbre de dudar de todo lo que yo daba por sentado, por ejemplo, la idea de que las personas charlasen antes de acostarse juntas. Sin embargo, no quería demostrarle que me ponía nerviosa, así que me limité a esperar su respuesta. No me contestó inmediatamente.
—Un poco sí —dijo por fin.
—Lo cual nos lleva de nuevo al tema de antes —contesté, en tono alegre. Pero en realidad me sentía muy triste. No sabía que poseía tanto talento para la interpretación. Ella se había rodeado de un muro alto e impenetrable, en el cual no había ninguna grieta que me permitiese entrever su yo interior.
—¿Al tema de antes? —dijo, arrugando la frente.
—Ajá. Desde el principio, tú has pensado que esta cita era bastante rara. Y al parecer, en algún momento también has pensado que
yo misma soy un poco rara. —Aquella obstinación suya no podía durar mucho más, o acabaría conmigo antes de poder ver la luz al final del túnel.
—Tienes razón. En algún momento lo he pensado. —Me obsequió una sonrisa tan seductora, que a su lado la Mona Lisa no era
más que una monjita risueña.
—¿Por qué crees que te he invitado a salir?
—Oh, por favor —suspiró, rodando los ojos—, otra vez no.
—Sí, otra vez sí. Ese el quiz de la cuestión —dije, sin piedad—.Así que... ¿por qué? Suspiró de nuevo.
—¿Qué quieres oír? —Por su tono de voz, adiviné que estaba dispuesta a decirme lo que fuera con tal de que yo cambiara de tema.
—Algo convincente —dije—. Algo que sea verdad.
—¡Madre mía! —Se echó a reír, aunque su risa era sarcástica—. ¿Y no tienes ningún otro deseo? —Se inclinó un poco hacia mí—.¿Algún deseo que yo pueda hacer realidad? —Adoptó un tono muy sugerente.
—Estás intentando distraerme — contesté, un tanto inquieta. Me di cuenta de que sus técnicas producían efecto a una velocidad asombrosa, por mucho que yo tratara de refugiarme tras mis defensas
mentales.
—¿Y por qué no? —Había detectado al momento mi vacilación.
Acentuó un poquito más sus técnicas de seducción. Se puso en pie y se acercó a mí—. Hay miles de cosas que podríamos hacer para
divertirnos. Retrocedí hacia la puerta y alcé un brazo.
—Cuidado —dije—, si das otro paso, me marcho. A lo mejor es eso lo que quieres; si no lo es, será mejor que te quedes donde estás.
Cuando estudiaba Teoría de la Comunicación en la universidad, no me
enseñaron a enfrentarme a situaciones como la que estaba viviendo en esos momentos. Una vez más, mi educación no me había servido
para obtener información práctica. Las cosas importantes de la vida las había aprendido a través de la experiencia. Se echó a reír y se quedó quieta.
—Muy bien, como quieras —aceptó, en tono alegre—. Pero así no vamos a llegar a ninguna parte. —Me observó mientras en su rostro aparecía una sonrisa.
—Eso depende de adónde queramos llegar —dije. Traté de reprimir un suspiro de alivio.
—Yo también empiezo a preguntármelo.—Su tono de voz era distinto, parecía más serio. Dio medio vuelta y se alejó hacia el sofá, pero después cambió de idea y se sentó en la cama. Se puso cómoda y me indicó el otro sillón—. En estos momentos, no soy peligrosa. —Me sonrió—. Siéntate.
Yo no estaba segura de sí podía creerla o no, pues su “no soy peligrosa” a mí me parecía una bomba atómica desactivada, pero estaba agotada de tanto dar vueltas en torno a la posibilidad de alcanzar el entendimiento mutuo. Sin embargo, me alegré de poder sentarme y obedecí. Estábamos sentadas a una distancia prudencial la una de la otra. De esta forma, podía mirarla directamente a los ojos sin tener que hacer grandes esfuerzos. Ella me observó con una mirada interrogante, dispuesta a no asumir el control. A aquellas alturas, probablemente se había dado cuenta de que ya no poseía el mando.
—Me gustaría saber algo más sobre ti — empecé a decir, .aunque con voz entrecortada. Sin embargo, no me dio tiempo a proseguir, ya que me interrumpió con un gesto vago.
—exactamente qué quieres saber de mí? Cual es min color favorito o como llegue a ser prostituta? — estaba dispuesta a contarme como empezó con esto? Esta era mi oportunidad de saberlo
—Quiero saber Lo segundo le dije pero al instante me arrepentí
—Entonces presta mucha atención —me dijo—te lo voy a contar todo. Eso es lo que quieres, ¿no? —Por la expresión de su voz, supe que ya había previsto mi respuesta. —Sí —afirmé. Aunque mi mayor deseo era saberlo todo Me pregunté si valía la pena satisfacer mi curiosidad. Seguía mirándome, muy tranquila. No parecía que hubiera mucho peligro, pero aun así..
.—. No es necesario que me cuentes nada, si no quieres. Movió ligeramente la cabeza, como si fuera incapaz de decidir si aceptaba o no aquella oferta de actuar libremente. Después fijó de nuevo en mí su mirada. Se sentó muy derecha en la cama, con los hombros rectos
—Quiero contártelo. Siempre me ha resultado muy doloroso y siempre lo he reprimido, pero quizás esta sea mi última oportunidad de aclarar quién soy y por qué antes de arrepentirme. Pero ¿Te gustaría oírlo? Me observó de nuevo con expectación, aunque no parecía muy inquieta. ¿Debía arriesgarme? Finalmente, tomé una decisión.
—Sí —asentí rápidamente—, me gustaría. ¿Era mi curiosidad la que se había impuesto o había algo más? No estaba muy segura. Sin embargo, ¿era imprescindible entender todos mis actos y ser responsable de ellos? Todo lo que descubriera de ella podía ayudarme a entenderla mejor y, al fin y al cabo, era lo que yo deseaba. Me acerqué lentamente al sofá y me senté a su lado, mirándola expectante.
[continuara…]
bueno chicas eso es todo flashback en el próximo capitulo así que estén pendiente de la nueva actualización y como siempre les digo comenten por favor dejen saber sus opiniones ok? besoss muaakk
mcmahonnn- |******|
- Mensajes : 265
Fecha de inscripción : 12/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Ooow! Encontré tu fic hoy que me metí a cotillear más a fondo por el foro y tengo que decir que: ¡me encanta!
Osea, me tienes comiéndome las uñas, quiero saber que le pasó a Santana para llegar a esa vida, quiero ver como Brittany se mete en su piel y ambas van derribando paredes *-*
Lo sé me precipité un poco, da igual...
En conclusión, que aquí tienes a otra fiel y ansiosa lectora.
Felicidades por tu fic, y sigues escribiendo ^^
Osea, me tienes comiéndome las uñas, quiero saber que le pasó a Santana para llegar a esa vida, quiero ver como Brittany se mete en su piel y ambas van derribando paredes *-*
Lo sé me precipité un poco, da igual...
En conclusión, que aquí tienes a otra fiel y ansiosa lectora.
Felicidades por tu fic, y sigues escribiendo ^^
Lehane**** - Mensajes : 184
Fecha de inscripción : 10/03/2012
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
asdfgsasdfgfdsdfgf me encantó!
Pero una vez mas lo dejaste en lo mejor ;A; Realmente no se me pasa por la cabeza el por que lo hizo, pero si pienso que en su pasado hubo maltrato hacia ella ;A Por la reaccion que tuvo en su primer encuentro con Britt.
Espero tu proxima actu, me encanta : D
Pero una vez mas lo dejaste en lo mejor ;A; Realmente no se me pasa por la cabeza el por que lo hizo, pero si pienso que en su pasado hubo maltrato hacia ella ;A Por la reaccion que tuvo en su primer encuentro con Britt.
Espero tu proxima actu, me encanta : D
Invitado- Invitado
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Me encanta tu fic lo amo por favor actualiza pronto no puedo quedarme asi SAntana alfin va a contarle a Britt no seas mala plissss rapido
GabySantanaFan* - Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 29/04/2012
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
nooooooooooo como lo dejas hay :S me muero de nervios quiero saber mas sobre santana actualiza prontooooooooo :(
Invitado- Invitado
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Wow que mal lo dejas a lo mejor siempre ya no tengo uñas y la intriga me mata ,me declaro tu fan jajaja es excelente
espero al actualización muy pronto gracias
espero al actualización muy pronto gracias
santanalove1014- - Mensajes : 1113
Fecha de inscripción : 29/01/2013
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Ay Santana esta echa la picha de un lio , jajaja y Britt mas aun , a ver como van estas dos locas , no tardes , un beso.
Lydia7********- - Mensajes : 617
Fecha de inscripción : 24/08/2011
Edad : 32
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Me encanto como siempre , amo como Santana la pone a Britt con pequeñeses *o*
Muero de curiosidad por saber cual es el pasado de Santana , hasta tu actu.
Saludos :*
Muero de curiosidad por saber cual es el pasado de Santana , hasta tu actu.
Saludos :*
Twinkle Dani-*-* - Mensajes : 3020
Fecha de inscripción : 23/03/2012
Edad : 29
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Wow!! Como puedes dejarlo ahí!!
Me encanto y bueno creo que San se está enamorando!! Actualiza!! porque me muero de la duda de como llego a ser lo que es!!
Espero el Flash Back!!
Saludos!!
Me encanto y bueno creo que San se está enamorando!! Actualiza!! porque me muero de la duda de como llego a ser lo que es!!
Espero el Flash Back!!
Saludos!!
Fatiiu** - Mensajes : 61
Fecha de inscripción : 18/02/2013
Edad : 28
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
Ohhh Por fin sabremos que paso con san, estoy intrigadisimaaaaa
a britt que no se rinda y que tenga paciencia que le demuestre a san que ella esta enamorada de ella y que no la quiere solo por el sexo
a britt que no se rinda y que tenga paciencia que le demuestre a san que ella esta enamorada de ella y que no la quiere solo por el sexo
aria- - Mensajes : 1105
Fecha de inscripción : 03/12/2012
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
NOOOOOOOO NOOOOOOOOOOOOO PERO PEROOOO AAAAAAAAHHHHGG PORQUE LO CORTASTEEEE!!!
xD me encanta la forma en que escribes es como si generaras una pared entre ellas que de alguna forma se sienten seguras con ella ahi :3
>.< espero con ansias la proxima actu
xD me encanta la forma en que escribes es como si generaras una pared entre ellas que de alguna forma se sienten seguras con ella ahi :3
>.< espero con ansias la proxima actu
Cleeky- Special Gleek
- Mensajes : 396
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Re: FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.
MCccccc..... hola XD
como siempre digo: lo prometido es deuda jaja okno, aqui estoy comentando el fic despues de leerlo en mi telefono.....
wow, creo q ese par se empiezan a entender... jejej
y Britt.... tan linda con San, y por fin, San ya no esta tan distante....
Mc, quisiera comentar mucho mas, pero el sueño es mayor, recien lleg del trabajo y pues estoy muy cansada..... espero q actualices
te cuidas, bye (o.o)//
como siempre digo: lo prometido es deuda jaja okno, aqui estoy comentando el fic despues de leerlo en mi telefono.....
wow, creo q ese par se empiezan a entender... jejej
y Britt.... tan linda con San, y por fin, San ya no esta tan distante....
Mc, quisiera comentar mucho mas, pero el sueño es mayor, recien lleg del trabajo y pues estoy muy cansada..... espero q actualices
te cuidas, bye (o.o)//
Invitado- Invitado
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